ONU MUJER

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Suplemento institucional • 12 de marzo de 2011
H
ace 100 años, Austria, Alemania, Dinamarca y Suiza, en un
19 de marzo, celebraron por
primera vez el Día Internacional de la Mujer. Tres años después, en 1914, el 8 de marzo es el día elegido para esta conmemoración. Pero no fue,
sino hasta 1977, que la Asamblea General
de las Naciones Unidas por medio de la resolución 32/114, declara oficialmente al 8
de marzo como el día en que se conmemora la lucha de las mujeres por la vigencia de
sus derechos.
Hoy por hoy, es común que las personas sepan que el 8 de marzo es el Día
Internacional de las Mujeres, pero uno se
pregunta: ¿Es común que esta mayoría
conozca el significado de la fecha? La respuesta se encuentra en la cotidianidad de
la conmemoración, en el énfasis que cada 8
de marzo tiene en las diversas localidades,
países, regiones; en los cuestionamientos
que se anteponen a su celebración.
UN POCO DE
HISTORIA
AYMER ÁLVaREZ - II Concurso Internacional de
Fotografía ONU Mujeres Subregión Andina
8 DE
MARZO
día de la mujer
En 1909 el Partido Socialista de los Estados Unidos de América declaró el 28 de
febrero como el Día de la Mujer, su principal reivindicación fue el derecho al voto.
Un año después, la Internacional Socialista
proclamó el Día de la Mujer Trabajadora
con carácter internacional cuya primera
celebración se hizo efectiva el 19 de marzo
de 1911, con expresiones públicas en las
que participaron más de un millón de mujeres que exigían el derecho al voto, el derecho a ocupar cargos públicos, el derecho
al trabajo, el derecho a no ser discriminadas en el ámbito laboral, el derecho a la
formación profesional.
Paradójicamente, a menos de una semana de esta conmemoración, el 25 de
marzo en la ciudad de Nueva York, más de
140 mujeres jóvenes, la mayoría inmigrantes italianas y judías, murieron en el trágico
incendio de la fábrica Triangle, luchando
por la jornada laboral de 8 horas.
Dos años después en Rusia, el último
domingo de febrero, las mujeres celebraron su primer Día Internacional en el contexto del movimiento a favor de la paz y en
rechazo a lo que se venía: la I Guerra Mundial; en este mismo escenario las mujeres
europeas celebraron mítines y protestas alrededor del 8 de marzo. En 1917, el 23 de
febrero (según el calendario juliano, 8 de
marzo según el calendario gregoriano), las
mujeres en Rusia se amotinaron exigiendo
pan y paz, rechazando la muerte de más de
dos millones de soldados rusos en la guerra
y exigiendo alimento para sus familias.
En respuesta a toda esta movilización y
como un acto de reivindicación de la lucha
de las mujeres, se elige el 8 de marzo como
el Día Internacional de la Mujer.
UN POCO DE
COTIDIANIDAD
En su casa ¿se conmemora el 8 de marzo? Seguramente no, pero en su oficina seguramente sí ¿Cómo lo hacen? ¿Flores, chocolates, almuerzos, cenas, presentes? ¿De
qué manera la sociedad ha decidido conmemorar el Día Internacional de las Mujeres?
El mercado no ha perdido oportunidad
y a esta celebración la ha transformado en
una fecha más para potenciar su dinámica,
lo que resulta grave porque se desvirtúa el
significado de la conmemoración, ya que
lejos de reivindicar la igualdad de oportunidades y de condiciones entre mujeres y
hombres, pone énfasis en los estereotipos
sociales que limitan a las mujeres en el ejercicio de sus derechos.
Los Estados, por su parte, no han aprovechado esta fecha para hacer su rendición
de cuentas sobre cuánto han logrado en
la vigencia de los derechos de las mujeres.
Los pueblos no han usado esta fecha para
analizar lo que hasta el momento se ha
conquistado y lo que aún queda por conquistar. Los hombres y las mujeres no han
interiorizado el valor histórico y transformador del 8 de marzo.
UN POCO DE
VERDAD
El 8 de marzo no es un segundo día de
la madre, no es un segundo día del amor y
de la amistad, no es un día en que se reivindica la división sexual del trabajo, no es un
día para resaltar el estereotipo social de lo
femenino y sus femeninas obligaciones.
El 8 de Marzo nos recuerda que las
mujeres y los hombres aún no estamos en
igualdad de derechos: el trabajo doméstico
no tiene valor social ni económico, el espacio doméstico no es considerado entre las
responsabilidades de la institucionalidad
pública ni privada; las mujeres no pueden
decidir sobre sus cuerpos; no están seguras
en sus lugares de trabajo ni en sus centros
de estudio y ni siquiera en sus propias casas; aún perciben salarios inferiores a los
que perciben los hombres; continúan siendo las más pobres de los pobres.
¿Se podría entonces plantear
una forma diferente de celebrar
el 8 de marzo?
8díaDEdeMARZO
la mujer
“Celebramos
importantes avances”
BAN KI-MOON
Secretario General de
las Naciones Unidas
L
E
“Convertir la igualdad
de género en realidad”
l Secretario General de las Naciones Unidas abrió su mensaje recordando la primera celebración del Día Internacional
de las Mujeres: “Cien años atrás… las ideas sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres fueron,
en gran medida, ideas radicales. Y aunque en este centenario celebramos un avance significativo sobre dichas ideas, todavía
hoy, en muchos países las mujeres son consideradas ciudadanas de
segunda categoría”.
“…Niñas y mujeres continúan resistiendo la inaceptable discriminación y violencia, venida, a menudo, de la mano de sus padres o parientes. En la casa y en la escuela, en el lugar de trabajo y en la comunidad,
ser mujer implica, casi siempre, ser vulnerable. Y en las zonas de conflicto, la violencia sexual practicada de manera deliberada y sistemática, es utilizada para intimidar a las mujeres y a sus comunidades”.
Rescató como puntos ineludibles de la agenda de las Naciones
Unidas: poner fin a la violencia contra las mujeres, profundizar el trabajo sobre la resolución 1325 del Consejo de Seguridad; superar la
situación de salud de las mujeres y la infancia; impulsar el acceso de las
mujeres a la educación, capacitación, ciencia y tecnología; garantizar
la participación efectiva de las mujeres en política reconociendo que
“Todavía menos del 10% de los países tienen mujeres a la cabeza de
los estados y los gobiernos”.
Remarcó la importancia de la creación de ONU Mujeres justamente
para fortalecer el trabajo sobre esta agenda y culminó su intervención
diciendo: “Sólo a través de la participación plena de las mujeres y del
logro de la igualdad en todos los ámbitos de la vida pública y privada,
podemos aspirar a lograr el desarrollo sostenible, pacífico y justo de la
sociedad prometida en la Carta de las Naciones Unidas”.
as mujeres, por su lucha de siglos y
por el importante empuje de los movimientos de mujeres en la segunda
mitad del siglo XX, han conquistado espacios significativos en el ámbito público: la
educación -incluso la universitaria- el mercado laboral, la política… Sin embargo,
muy poco se ha logrado en el campo de la
división sexual del trabajo.
Esta división del trabajo asigna culturalmente a las mujeres la responsabilidad del
funcionamiento de la esfera doméstica: el
cuidado de niños y niñas, de personas adultas mayores, de personas con discapacidad
o de aquellas que padecen alguna enfermedad; la cocción de alimentos; el lavado
y planchado de ropa; el arreglo y limpieza
de la casa; las compras de mercado. Según
la Encuesta del Uso del Tiempo en el Ecuador, aplicada por el Conamu y el INEC en el
2007, con el apoyo de AECID, ONU Mujeres
(ex Unifem) y otras instituciones cooperantes, las mujeres trabajan en promedio 18
horas semanales más que los hombres.
Es común observar a mujeres gerentas
o empleadas, diputadas o concejalas, monitorear la marcha de sus casas mientras
desempeñan sus tareas. A las mujeres más
pobres, vendedoras ambulantes, campesinas o trabajadoras informales, se las ve con
sus hijas e hijos a cuestas, en cajas de cartón
en las veredas, bajo un plástico o en brazos
y espaldas de sus madres que a más de
brindarles cuidado deben cumplir con su
jornada. Todas se levantan más temprano
MICHELE
BACHELET
Secretaria General Adjunta
y Directora
Ejecutiva de
ONU Mujeres
C
ien años atrás, las mujeres de todo el mundo dieron
un paso histórico en el largo camino hacia la igualdad.
Tengo la sospecha de que esas valientes pioneras mirarían al mundo de hoy con una mezcla de orgullo y desilusión.
Ciertamente, se puede afirmar que el avance de los derechos de las mujeres es una de las revoluciones sociales más
profundas que se hayan visto en el mundo. (…) Sin embargo,
pese a los progresos alcanzados en el último siglo, las esperanzas de igualdad expresadas en ese primer Día Internacional de la Mujer están lejos de verse realizadas.
(…) La agenda para garantizar la igualdad de género y los
derechos de las mujeres es una agenda global, un desafío
para cada país, ya sea éste rico o pobre, del norte o del sur.
Fue en reconocimiento de su universalidad y las recompensas
de hacerlo bien que las Naciones Unidas aunaron a cuatro
organizaciones anteriores para crear ONU Mujeres. El objetivo de este nuevo órgano, que tengo el enorme privilegio de
conducir, consiste en estimular a todo el sistema de la ONU
para que cumplamos la promesa de igualdad de derechos
para hombres y mujeres de la Carta de la ONU.
(…) Yo misma he visto lo que las mujeres, a menudo bajo las
circunstancias más difíciles, pueden lograr para sus familias y
sociedades si se les da la oportunidad. La fortaleza, laboriosidad y sabiduría de las mujeres sigue siendo el recurso más
desaprovechado de la humanidad. Simplemente no podemos darnos el lujo de esperar otros 100 años para liberar
todo ese potencial.
Abstract del discurso de Michelle Bachelet, por el Día de la Mujer 2011
La economía
del cuidado
AYMER ÁLVaREZ - II Concurso Internacional de
Fotografía ONU Mujeres Subregión Andina
para dejar listos los alimentos y se acuestan
más tarde para dejar listos los uniformes o
ropa que se usará al día siguiente.
Los países y los Estados desconocen el
aporte económico de todo el trabajo doméstico gratuito realizado por las mujeres,
simplemente porque no figura en las esta-
dísticas e indicadores macroeconómicos. Si
las familias o el Estado tuvieran que pagar
por las actividades domésticas, los costos
económicos de muchos productos aumentarían notablemente, y sobre todo, los salarios tendrían que calcularse sobre la base
de estos servicios tan necesarios como otros
que hoy constituyen la canasta básica.
Por todo esto, hoy las organizaciones
que luchan por la igualdad de derechos y
deberes entre mujeres y hombres plantean
visibilizar ‘la economía del cuidado’, que
pone en el centro del desarrollo a la humanidad y a todo lo que hace posible la vida.
Ello, entre otras medidas, pasa por contabilizar en las cuentas nacionales el aporte productivo del trabajo doméstico; por
legislar para que hombres y mujeres que
trabajan por un salario tengan opciones de
compatibilizar sus responsabilidades laborales con la vida cotidiana, con sus familias;
por socializar las tareas de cuidado humano, ampliando las coberturas de servicios
sociales y de seguridad social para todas las
ciudadanas y ciudadanos. Pero además y
muy fundamentalmente, se trata de cambiar el pensamiento colectivo, la forma de
valorar la vida, los hábitos.
Dejar de pensar que son ‘mandarinas’
los hombres que comparten las responsabilidades domésticas, que cuidan de sus
hijas e hijos, o van al mercado. No privarse
de vivir y experimentar los afectos y gratificaciones que, junto con el esfuerzo, acompañan al trabajo del cuidado. Reivindicar el
derecho que tienen las mujeres al descanso, al tiempo libre y a las tareas domésticas
compartidas. Finalmente, educar a nuestras niñas y niños con una visión renovada del trabajo en la casa, valorando cada
actividad que allí se hace, compartiendo
cada tarea.
8 DE MARZO
día de la mujer
Por HIlDA HERRERA
Presidenta de AMUME
www.amume.org.ec
L
a división sexual del trabajo nos
delegó a cumplir tareas domésticas: los niños, la casa y la reproducción. La política, la administración y la guerra eran espacios
masculinos.
Mujeres con espíritu rebelde, como
Manuela Sáenz, Espejo y Cañizares, Matilde Hidalgo, Tránsito Amaguaña, Dolores
Cacuango y cientos de miles que lucharon
por los más altos intereses del pueblo como
las guarichas, las cacicas, las negras cimarronas, las montoneras de Alfaro, obreras,
etc. abrieron el camino para la participación de las mujeres en la política.
En 1993, la Asociación de Mujeres Municipalistas del Ecuador, AMUME, irrumpe
en el escenario político y desde entonces
trabaja por promover la participación de las
mujeres en el ejercicio del poder público a
través del desarrollo de valores éticos, solidarios, inclusivos, igualitarios y equitativos.
El actual Directorio Nacional, en el último año, ha visitado las 7 regionales del país
en un proceso participativo de construcción de Plan Estratégico, escuchando las
necesidades de las mujeres autoridades locales y capacitando en el Código Orgánico
de Ordenamiento Territorial, Autonomía y
Descentralización, COOTAD, a más de 460
de ellas y también a lideresas, para incidir
en la formulación de políticas públicas con
enfoque de género y así mejorar sustancialmente las condiciones de vida de las mujeres en los territorios, para transformarlos.
AMUME lucha contra la violencia política en razón de género: en el último año
atendió, a través de la Central de Llamadas,
116 casos, de los cuales, el 71%, es decir
82 mujeres autoridades locales electas,
denunciaron acoso y violencia política por
el hecho de ser mujeres. Más de 50 mujeres autoridades locales se han beneficiado
Participación política,
derecho de las mujeres
“LOS MUNICIPIOS
SON LA PATRIA”
Hilda Herrera, presidenta de la AMUME durante su
disertación en el III Encuentro de la REDLAMUGOL
de la Escuela de Formación Política (EFP).
María Moyolema, concejala de Guamote
(Chimborazo), asegura que en su vida hay
un antes y un después de la EFP: “Llegué a
la política sin ninguna experiencia. Cuando
escuché de la EFP dije ¡tengo que participar! Y hoy tengo certezas donde ayer hubo
silencio, siento solvencia y, sobre todo, sé
que debo legislar y fiscalizar con enfoque
de género”. Hoy María, junto con sus compañeras concejalas, lidera la creación de la
EFP de la AMUME para lideresas indígenas
en su cantón.
Todo este trabajo: capacitación, formación y defensa de los derechos de las mujeres autoridades locales se realiza con el
convencimiento de que es posible incidir
en la construcción de territorios equita-
Acciones en pro de la L
equidad de género
as mujeres parlamentarias y autoridades cumplen un rol protagónico en el
convivir diario ciudadano, pero fundamentalmente en el desarrollo estructural del
Ecuador. Para la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas (AME), la igualdad de
los derechos y la equidad de género constituyen valores que deben promulgarse y
aplicarse en el territorio nacional, para de
esta manera propiciar el buen vivir colectivo
o sumak kawsay. La discriminación, el acoso
y la violencia de género deben erradicarse
completamente de la sociedad ecuatoriana.
El 8 de septiembre del 2010, la AME junto con el Grupo Parlamentario por los Derechos de las Mujeres -GPDM- de la Asamblea
Nacional, la Red de Viceprefectas, la Asociación de Mujeres Municipalistas del Ecuador
-AMUME- y la Asociación de Mujeres de Juntas Parroquiales Rurales del Ecuador -AMJUPRE- firmaron una carta compromiso, con el
objetivo de promover, vigilar y exigir el cum-
tivos, fortalecer y articular al movimiento
de mujeres, para construir juntas una sociedad equitativa y justa: sin violencia y sin
inequidades sociales y de género.
Actualmente, AMUME es la sede de
la Secretaría Ejecutiva de la Red Latinoamericana y del Caribe de Asociaciones de
Mujeres Autoridades de Gobiernos Locales
(REDLAMUGOL)
plimiento de los derechos de las mujeres en
el Ecuador. Con esta iniciativa se pretende
también establecer alianzas estratégicas con
organismos nacionales e internacionales que
propicien el fortalecimiento de la agenda
política de las mujeres ecuatorianas; además
de instaurar y difundir los mecanismos legales y técnicos para el cumplimiento de los
derechos de equidad y género en el marco
de la reforma del Estado.
La construcción de una agenda colectiva desde las mujeres autoridades locales de
los Gobiernos Autónomos Descentralizados Municipales y la Asamblea Nacional, a
través de sus representantes del Grupo Parlamentario por los Derechos de las Mujeres
es una imperiosa necesidad a la que AME
seguirá respaldando incondicionalmente.
Promover, vigilar y exigir el cumplimiento de los derechos de las mujeres en el
Ecuador es el compromiso del Municipalismo ecuatoriano.
8díaDEdeMARZO
la mujer
Trabajo y esfuerzo
contra el machismo
A crear espacios para
convivir en solidaridad
C
R
aisa, 14 años, futbolista de convicción
y participante en el Mundial de Fútbol Callejero Sudáfrica 2010 con el
equipo de Ecuador, ha decidido meterle un
gol a la violencia optando por la vida y no
por la muerte. Va al colegio y sueña con ser
abogada, pero con lo que más disfruta es
jugando al fútbol.
Raisa es protagonista de su propio cambio y está orgullosa, ha recuperado su autoestima y es admirada en su barrio urbano
marginal de Esmeraldas. “Vengo a jugar to-
EL DON DE
sER MuJER
Es EL REsuLtaDO DE
La PaCha
MaMa
JUGANDO FÚTBOL
Unicef/Ecu. 2003
NIÑA REFUGIADA Y
NIÑA ECUATORIANA
Acnur/A. Escalante
E
n Ecuador, mujeres, niñas y niños
constituyen el 73% de la población
refugiada. Cada dos días, al menos
una mujer refugiada dice haber sido o es
víctima de violencia. “Nos vinimos para acá
porque se metieron esa gente del monte,
se metían ahí a matar. Nos tocó venir por
lo que nos dijeron que desocupáramos allá.
Llegaba mucha gente y me daba mucho
miedo. Se me llevaron un hijo que tenía 17
años. Ya tenemos aquí dos años. Somos cuatro, las niñas que ve ahí y el varoncito. Aquí
nos trata bien la gente”.
Ecuador, el país con mayor número de
refugiados en América Latina, acoge alrededor de 54 000 refugiados que incluyen a
mujeres que vienen con sus hijos e hijas; otras
que están solas; y también a niños y niñas no
acompañados, quienes huyen del conflicto
del vecino país Colombia. Comunidades de
áreas rurales y urbanas las acogen.
En los conflictos armados, las mujeres
son un objetivo militar. Los núcleos familiares se destruyen y son ellas las que quedan a cargo de sus hijos e hijas y de otras
personas que necesitan de cuidado. El rol
cuidador que culturalmente les es asignado, se constituye en una situación que las
expone a una mayor vulnerabilidad para
el ejercicio de sus derechos y que limita
sus posibilidades económicas. Muchas
mujeres ecuatorianas y refugiadas viven
en condiciones extremadamente difíciles,
particularmente las que son cabeza de familia. Además, son quienes sufren mayor
discriminación. Sea cual sea su origen y nacionalidad, siguen siendo marginadas en la
valoración de su trabajo. Estos factores se
unen a la violencia intrafamiliar, sexual y a
agresiones físicas y sicológicas.
ACNUR invita a promover espacios para
“Convivir en Solidaridad”. En el Día Internacional de la Mujer, enviamos un mensaje a
favor de la convivencia armónica de los distintos grupos sociales que viven en el país.
¡Goooolazo Raisa!
dos los sábados fútbol callejero al Vicariato,
ayudo a organizar grupos, mediamos, ponemos las reglas y luego las cumplimos”.
Ella, junto a otros 400 jóvenes, participa
en ‘Nación de Paz’, iniciativa del Vicariato
Apostólico de Esmeraldas y UNICEF, que
ofrece espacios de reflexión, aprendizaje y
cultura de paz para jóvenes pandilleros a
través de metodologías de inserción social,
compromiso comunitario y convivencia en
solidaridad. Los chicos y las chicas son los
actores de su propio cambio.
Depende de usted que sucedan más historias y cambios como
estos a favor de la paz, la justicia social y la igualdad de condiciones y oportunidades entre las mujeres y hombres, niñas y
niños, y adolescentes de la sociedad ecuatoriana.
Usted puede ser parte del cambio:
• Si su hija o hijo quiere estudiar, bríndele todo su apoyo.
• Si su hija quiere ser futbolista, lideresa o emprender su propio negocio, ayúdela a
desarrollar todo su potencial para convertirse en una mujer orgullosa de sí misma.
• Acompañe el crecimiento de sus hijas e hijos y deles todo su cariño.
Responsable de contenido y fotos: ONU Mujeres • Ventas: Micaela Montalvo • Circula con EL COMERCIO : A escala nacional • Edición, Diseño, Preprensa e Impresión: Grupo EL COMERCIO C.A. • Dirección: Av. P. Vicente Maldonado 11515 • 1800-suplementos (787536) - suplementos@elcomercio.com
0150010042299-82-91-300
ecilia Velásquez es una mujer
indígena del pueblo Panzaleo
de la nacionalidad kichwa del
Ecuador, hija de padre y madre
indígenas. A pesar de coexistir
con el paradigma de que las niñas no tenían prioridad para asistir a la escuela, ella
sí lo hizo, en el reconocido ex Instituto Indigenista Fisco Misional San José de Guaytacama, donde por insistencia de su padre
cursó la primaria y la secundaria, lejos de
su comunidad – a algo más de 3 horas de
camino, de lunes a viernes – y dedicándose al cuidado de animales y a la agricultura
los fines de semana. Desde su época de colegio aprendió a liderar y a trabajar por y
para los derechos de las mujeres y su pleno
ejercicio, involucrándose en múltiples organizaciones sociales.
Casada y con un hijo en brazos decidió
asistir a la universidad. Experiencia dura
pero emocionante, como ella recuerda, aún
cuando su pequeño hijo dormía debajo de
la mesa mientras ella realizaba sus tareas
académicas. El trabajo, la casa, el hijo, el esposo y la organización siempre estuvieron
juntos formando parte de su vida cotidiana. Sus decisiones personales y de pareja
fueron propias de una mujer empoderada,
desde lo profesional hasta lo familiar.
Con trabajo y esfuerzo constante luchó
frente al machismo, las críticas y burlas que
recibió no la intimidaron, y logró convertirse
en una mujer dirigente y políticamente visible hasta llegar a ser Consejera de Cotopaxi
y Vicepresidenta del Gobierno Provincial.
Actuó en todos los niveles como defensora
de las mujeres y se convirtió en especialista
en género, llegando más allá, al especializarse en el tratamiento de la mujer andina
(indígena), trascendiendo lo teórico.
Cecilia sabe que hablar de los pueblos
es hablar de mujeres, porque ahí está la
base social de la humanidad y la identidad
de la diversidad.
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