I Impuesto a la renta: Área Tributaria Efectos tributarios de las pérdidas extraordinarias Ficha Técnica Autor : Saúl Villazana Ochoa Título:Impuesto a la renta: Efectos tributarios de las pérdidas extraordinarias Fuente: Actualidad Empresarial Nº 324 - Primera Quincena de Abril 2015 1. Aspectos preliminares El literal d) del artículo 37 del TUO de la Ley del Impuesto a la Renta (en adelante, LIR) establece que son deducibles para determinar la renta neta de tercera categoría “Las pérdidas extraordinarias sufridas por caso fortuito o fuerza mayor en los bienes productores de renta gravada o por delitos cometidos en perjuicio del contribuyente por sus dependientes o terceros, en la parte que tales pérdidas no resulten cubiertas por indemnizaciones o seguros y siempre que se haya probado judicialmente el hecho delictuoso o que se acredite que es inútil ejercitar la acción judicial correspondiente.” En este caso, la norma citada es aplicable en los supuestos de accidentes, desastres naturales, delitos cometidos en perjuicio del contribuyente o en sus bienes productores de rentas. Así, la norma, cumpliendo ciertos requisitos, establece la posibilidad de deducirlo como gastos en la determinación del impuesto a la renta de tercera categoría. De ese modo, se precisarán a continuación los conceptos señalados en la norma en comentario. 2. ¿Qué son las pérdidas extraordinarias? Legalmente no existe una definición del término “pérdida” en la norma tributaria ni en otra disposición legal. De ese modo, a efectos de precisar sus alcances, corresponde recurrir al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE). Así, el citado diccionario define como pérdida el “daño o menoscabo que se recibe en algo”. En otra acepción se conceptúa como “cantidad o cosa perdida”. En este caso, la norma se refiere a las pérdidas extraordinarias, que puede definirse como el daño o menoscabo sufrido por los contribuyentes por un hecho extraordinario; es decir, que no es común u ordinario en las operaciones que realiza la empresa. N° 324 Primera Quincena - Abril 2015 En ese sentido, la norma hace referencia a supuestos de accidentes, desastres naturales, delitos cometidos en perjuicio del contribuyente. Así, se diferencian de las pérdidas ordinarias, como son las mermas1 y desmedros2. consecuencia del proceso productivo o de comercialización o por causas inherentes a su naturaleza, en tanto que el desmedro implica una disminución en la calidad del bien, como productos dañados o defectuosos dentro del proceso.” De ese modo, en algunas ocasiones existe dificultad para diferenciar cuándo estamos frente a una pérdida extraordinaria producto de un supuesto de caso fortuito o fuerza mayor, o cuándo nos encontramos frente a mermas o desmedros como es en el caso resuelto por el Tribunal Fiscal en la RTF 06498-1-2011. “…el virus de la mancha blanca generó una pérdida de orden cuantitativo en el número de larvas que poseía la recurrente, por lo que estando a las definiciones antes señaladas, corresponde considerar las pérdidas de mortalidad de larvas a consecuencia del Virus de la Mancha Blanca como mermas, criterio recogido en la Resolución del Tribunal Fiscal N° 9579-4-2004 sobre la mortalidad de aves de corral”. En el caso, el contribuyente había considerado que la muerte de larvas de langostino a consecuencia del virus de la mancha blanca calificaba como una pérdida por caso fortuito o fuerza mayor. Sin embargo, la SUNAT reparó el gasto porque consideró que se trataba de un desmedro que no había sido sustentado conforme al inciso c) del artículo 21 del Reglamento de la LIR, esto es, destruyéndolos ante la presencia de un notario. El Tribunal Fiscal consideró que no se trataba ni de uno ni de otro, sino de una merma, toda vez que el virus indicado no constituía un caso fortuito o fuerza mayor, pues no había sido un evento extraordinario e imprevisible, ya que era conocido en la industria langostinera desde los inicios de la década de los 90 y había afectado previamente a países vecinos, lo que obligó al Gobierno a adoptar medidas preventivas. Así, precisó que “… la merma implica una disminución en la cantidad del bien, como la evaporación o desaparición de insumos, materias primas o bienes intermedios como 1 De acuerdo al literal c) del artículo 21 del Reglamento de la LIR se entiende por “merma” la pérdida física, en el volumen, peso o cantidad de las existencias, ocasionada por causas inherentes a su naturaleza o al proceso productivo. Así, dispone que “Cuando la SUNAT lo requiera, el contribuyente deberá acreditar las mermas mediante un informe técnico emitido por un profesional independiente, competente y colegiado o por el organismo técnico competente. Dicho informe deberá contener por lo menos la metodología empleada y las pruebas realizadas. En caso contrario, no se admitirá la deducción.” 2 De acuerdo al literal c) del artículo 21 del Reglamento de la LIR se entiende por “desmedro” la pérdida de orden cualitativo e irrecuperable de las existencias, haciéndolas inutilizables para los fines a los que estaban destinados. Se dispone que “Tratándose de los desmedros de existencias, la SUNAT aceptará como prueba la destrucción de las existencias efectuadas ante Notario Público o Juez de Paz, a falta de aquél, siempre que se comunique previamente a la SUNAT en un plazo no menor de seis (6) días hábiles anteriores a la fecha en que llevará a cabo la destrucción de los referidos bienes. Dicha entidad podrá designar a un funcionario para presenciar dicho acto; también podrá establecer procedimientos alternativos o complementarios a los indicados, tomando en consideración la naturaleza de las existencias o la actividad de la empresa.” En ese sentido, la norma permite considerar y distinguir las pérdidas extraordinarias producidas por caso fortuito y fuerza mayor. La primera hace referencia, de acuerdo con el maestro Cabanellas, a aquel “… suceso inopinado, que no se pudo prever ni resistir”3. También se les conoce en la doctrina como los “hechos de Dios o de la naturaleza”. La otra situación extrema, la fuerza mayor, también es definida por Cabanellas como aquel “…acontecimiento que no ha podido preverse o que, previsto, no ha podido resistirse”4. Doctrinariamente se ha distinguido que en la fuerza mayor existe la presencia de la mano del hombre, razón por la cual en la doctrina se les conoce como “hechos del hombre “o también” hechos del príncipe”. En resumen, se puede señalar que son hechos que se producen al margen de la voluntad de las personas, por lo que son imprevisibles5. Igualmente, la norma permite considerar como gasto las pérdidas sufridas por los contribuyentes por delitos cometidos en su contra; así, la norma en general dispone que pueden ser dependientes del contribuyente o terceros y que pueden ser sobre los bienes de la actividad comercial o sobre la actividad propiamente. 3 CABANELLAS DE TORRES, Guillermo. “Diccionario Jurídico Elemental”. Editorial Heliasta SRL. Buenos Aires, 1982. 4 CABANELLAS DE TORRES, Guillermo. Ob. Cit. 5 En el Código Civil peruano, en el artículo 1315 se han regulado las citadas instituciones del modo siguiente: “Caso fortuito o fuerza mayor es la causa no imputable, consistente en un evento extraordinario, imprevisible e irresistible, que impide la ejecución de la obligación o determina su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso”. Actualidad Empresarial I-17 I Actualidad y Aplicación Práctica Tipos Condiciones para la deducción Por caso fortuito o fuerza mayor Acreditación de la pérdida extraordinaria Pérdidas extraordinarias Que no esté cubierta por seguros Por caso de delitos cometidos en perjuicio del contribuyente Que se haya probado judicialmente el hecho delictuoso o que se acredite que es inútil ejercitar la acción judicial correspondiente. 3. Pérdidas extraordinarias sufridas por caso fortuito o fuerza mayor La referida norma dispone que son deducibles como gastos para determinar la renta neta de tercera categoría “Las pérdidas extraordinarias sufridas por caso fortuito o fuerza mayor en los bienes productores de renta gravada (…), en la parte que tales pérdidas no resulten cubiertas por indemnizaciones o seguros (…)”. En estos supuestos, como es lógico, para acreditar y deducir el gasto no es necesario un proceso judicial o acreditar que es inútil ejercitar la acción judicial toda vez que no se tratan de supuestos delictivos o hechos de competencia de un juez; en estos casos bastará acreditar el hecho o suceso, por ejemplo, la destrucción de inmuebles o maquinarias por un sismo, o una avalancha o maremoto, etc. Por ejemplo, en el caso de la RTF 63841-2002 el contribuyente señalaba que había pagado impuesto a la renta en exceso porque a la fecha de presentación de la declaración del impuesto a la renta de 1998, no se había determinado aún si los bienes del activo afectados por un desastre natural podrían continuar siendo utilizados o si constituían una pérdida definitiva. Al respecto, el Tribunal determinó lo siguiente: “Que de acuerdo a lo señalado en el Informe de Auditoría N° 037-2002 de este Tribunal, no procedía que los bienes materia de controversia fueran eliminados del balance al 31 de diciembre de 1998. Por cuanto conforme a la Norma Internacional de Contabilidad (NIC) 1 y a las acciones tomadas por la recurrente, si bien los activos fijos dados de baja fuera de uso a dicha I-18 Instituto Pacífico fecha, esta circunstancia era solo temporal y en tal sentido generarían futuros beneficios económicos; Que atendiendo a los señalado anteriormente, no procedía reconocer la existencia del pago en exceso así establecido y en tal sentido la denegatoria de la devolución se encuentra arreglada a ley;” En el caso procedería aplicar el inciso d) del artículo 37 de la Ley del IR que permite deducir las pérdidas extraordinarias sufridas por caso fortuito o fuerza mayor; sin embargo, dado que los bienes solo habían sido afectados temporalmente no se habría permitido considerarlo como gasto. Asimismo, cabe referir que en el Informe N° 053-2012-SUNAT/4B0000, la SUNAT ha concluido que las pérdidas extraordinarias se deducirán en el ejercicio en que se devenguen, para lo cual se deberá tener en cuenta: • Cuándo ocurre el evento de caso fortuito o fuerza mayor • Cuándo se ha probado judicialmente el hecho delictuoso o se ha acreditado la imposibilidad de ejercer la acción judicial correspondiente. De ese modo, en estos supuestos no es necesario realizar una denuncia penal por la pérdida extradordinaria; sin embargo, en algunos casos los autores sí consideran que se debe acreditar la inutilidad de iniciar una acción judicial. 4.Las pérdidas extraordinarias sufridas por delitos en contra del contribuyente El literal d) del artículo 37 de la LIR permite deducir como gasto “Las pér- didas extraordinarias sufridas por delitos cometidos en perjuicio del contribuyente por sus dependientes o terceros, en la parte que tales pérdidas no resulten cubiertas por indemnizaciones o seguros y siempre que se haya probado judicialmente el hecho delictuoso o que se acredite que es inútil ejercitar la acción judicial correspondiente.” En este supuesto se trata de delitos cometidos en perjuicio del contribuyente o sus bienes productores de rentas gravadas. En este caso, como veremos, resulta fundamental acreditar mediante un proceso judicial o la inutilidad de ejercerla. 1. La necesidad de acreditar judicialmente el hecho delictuoso Para considerar como gasto las pérdidas extraordinarias por delitos en contra del contribuyente no basta el acontecimiento del hecho, resulta básico un proceso judicial que acredite tal supuesto o su imposibilidad de realizarlo. Así, es común que los contribuyentes consideren que con una copia certificada de la denuncia policial se acredita el delito y de ese modo es factible de considerar la pérdida como gasto. Sin embargo, la generación del derecho para efectos tributarios no resulta tan sencilla, porque la norma exige “que se haya probado judicialmente el hecho delictuoso”. En ese sentido, ello se puede acreditar con la sentencia o resolución final del juez que concluye el proceso penal o la resolución que ordena del archivo del proceso por la falta de algún elemento sustancial para el inicio del proceso. Así, cabe precisar que como elementos o condiciones para iniciar un proceso penal por parte del Ministerio Público se encuentran los siguientes: N° 324 Primera Quincena - Abril 2015 Área Tributaria a) Los hechos que objeto de la denuncia constituyan delito. b) Se haya individualizado al presunto autor. c) Que la acción penal no se encuentre prescrita. De ese modo, la falta de alguno de los elementos citados determina que aun cuando se ha configurado un delito, el mismo no se pueda formalizar o iniciar, lo que determinará su imposibilidad. Por ese motivo, en la RTF Nº 016-5-2004 el Tribunal Fiscal concluyó que “(…) la Resolución del Ministerio Público que dispone el archivo provisional de la investigación preliminar por falta de identificación del presunto autor del delito acredita que es inútil ejercer la citada acción en forma indefinida mientras no se produzca dicha identificación, no siendo razonable supeditar la deducción del gasto al vencimiento del plazo prescriptorio de la acción penal”. En la RTF Nº 5509-2-2002, se ha señalado que “la resolución del Ministerio Público que dispone el archivo provisional de la investigación preliminar por falta de identificación del presunto autor del delito, acredita que es inútil ejercer la citada acción en forma indefinida, mientras no se produzca dicha identificación (…).” En el caso de la RTF 6762-3-2013, se formuló reparo a la deducción de las pérdidas extraordinarias de prendas de vestir de acuerdo con inciso d) del artículo 37 de la LIR. El Tribunal Fiscal confirmó el reparo señalando lo siguiente: “Que en relación con el presente reparo, la recurrente manifiesta que en su caso es inútil ejercer la acción judicial debido a que es materialmente imposible identificar a los autores del delito dada las condiciones y características de su empresa, toda vez que se dedican a la venta de prendas de vestir en general de tamaño poco significativo y por ende de fácil hurto y, además, no puede precisar la oportunidad de la comisión del delito y el personal involucrado, en ese sentido, por todo el faltante de mercaderías efectuó una deducción con el objeto de resarcirse en cierta medida de tal perjuicio, siendo que lo contrario le causaría un doble perjuicio económico, siendo que como acción a dichas pérdidas, muchas veces llamó a la autoridad policial, siendo considerados en todos los casos hurtos menores, por lo que mandato legal no podía dársele trámite. Que de conformidad con la norma anteriormente glosada, a efecto de reconocer la pérdida de mercadería ubicada en sus tiendas comerciales, y siempre que esta no resultara cubierta por indemnizaciones o seguros; la recurrente se encontraba obligada a cumplir con demostrar que se encontraba probado judicialmente el hecho delictuoso, o alternativamente, la inutilidad de ejercitar la acción judicial correspondiente; lo que no N° 324 Primera Quincena - Abril 2015 ha ocurrido en el caso de autos, motivo por el cual corresponde confirmar la procedencia del presente reparo y de la apelada en este extremo.” 2. Imposibilidad de ejercitar la acción judicial En algunos casos será imposible realizar una denuncia policial para iniciar las investigaciones por diversas circunstancias. Así, en el caso de la RTF 5349-3-2005 el Tribunal Fiscal permite considerar el gasto por las pérdidas extraordinarias sin la realización de un proceso judicial, considerando la imposibilidad de la misma. Así, se refirió: “Que en la citada Resolución de Intendencia Nº 0650150000070/SUNAT, la Administración señala respecto a las pérdidas extraordinarias por consumo clandestino que al amparo de lo establecido en el inciso d) del artículo 37 de la Ley del Impuesto a la Renta, “… corresponde que éstas sean admitidas como gastos del ejercicio en revisión, pues de las consideraciones expuestas por el recurrente se advierte que resulta inútil ejercitar la acción judicial correspondiente”; Que según se glosa en la mencionada resolución de intendencia, los argumentos del contribuyente se encontraban referidos a que resultaba inútil ejercitar la acción judicial debido a la dificultad de detectar las conexiones clandestinas y a los agentes infractores e incluso en el caso que se detectaran dichas conexiones, la demora del proceso judicial y los gastos por honorarios profesionales en que se incurriría no se justificaría de acuerdo con el retorno que se obtendría; Que en el caso de autos, se presentan las mismas circunstancias, por la dificultad que supone detectar las pérdidas ocasionadas debido a que estando cortados los servicios, los usuarios siguen consumiendo el agua por conexiones sin medidor y por conexiones clandestinas, así como identificar a sus infractores”. Por su parte, en la RTF N° 13133-3-2009 el Tribunal Fiscal concluyó que “No es amparable lo afirmado por el recurrente en el sentido que al no haber sido reconocida la pérdida por la compañía de seguros, dicha circunstancia le permitía reconocer el efecto tributario del siniestro, puesto que en todo caso el requisito contemplado en la norma del Impuesto a la Renta, debe ser cumplido de manera conjunta con el de la probanza judicial o la inutilidad de su ejercicio.” 3. Oportunidad de considerar el gasto Respecto de la oportunidad de considerar devengado el gasto, mediante Informe N° 053-2012-SUNAT/4B0000, la SUNAT ha opinado de las pérdidas extraordinarias sufridas por caso fortuito o fuerza mayor en los bienes productores de la renta gravada o por delitos cometidos en perjuicio del contribuyente por sus I dependientes o terceros, señalados en el artículo 37, inciso d) lo siguiente: • Se deducirán en el ejercicio en que se devenguen, para lo cual se debe tener en cuenta cuándo ocurre el evento de caso fortuito o fuerza mayor y se ha probado judicialmente el hecho delictuoso o se ha acreditado la imposibilidad de ejercer la acción judicial correspondiente. • En el caso de las pérdidas producidas por causa de robo, deberá tenerse en cuenta lo expresado en la RTF 157492-2011, según la cual, son deducibles en el ejercicio en que se acredite que es inútil el inicio de la acción judicial. De ese modo el, Tribunal Fiscal en la RTF N° 11061-2-2007 ha señalado así: “Que este Tribunal en las Resoluciones N° 05509-2-2002 y N° 00016-5-2004, entre otras, ha señalado que la copia de la denuncia policial no es prueba suficiente para acreditar la ocurrencia del hecho y de esta manera sustentar la referida deducción, señalándose en la primera de las indicadas resoluciones que para aceptar la deducción del gasto existen dos posibilidades: que se haya probado judicialmente el hecho delictuoso o que se acredite que es inútil ejercer la acción judicial correspondiente, este último criterio también ha sido señalado en la Resolución N° 01272-4-2002 del 8 de marzo de 2002”. 4. Valor de la pérdida En el caso de bienes depreciables, el monto de la pérdida a considerar es el valor del activo que todavía no se deprecia, toda vez que la diferencia es un importe que ya se consideró para efectos de la determinación del impuesto a la renta en ejercicios anteriores. En el caso de mercadería o existencias el importe de la pérdida estará dado por el costo de adquisición de las mismas. 5.Las pérdidas cubiertas por seguros e indemnizaciones La norma en comentario establece la posibilidad de que se considere gasto deducible las pérdidas extraordinarias no cubiertas por seguros o indemnizaciones, lo contrario significará que no se ha producido ninguna pérdida o que esta ha sido cubierta. Ello tiene sentido, toda vez que si bien se puede haber producido el hecho de la pérdida, por ejemplo de mercadería, el que sea repuesto o este cubierta por el seguro evitará el perjuicio o el pago de una indemnización repara el daño. De ese modo, si el seguro solo cubre una parte se podrá considerar como gasto la diferencia no cubierta; e, igualmente, si se paga un monto mayor a la pérdida, el contribuyente deberá reconocer como ganancia ese mayor valor que haya obtenido. Actualidad Empresarial I-19