EL CONTROL SOBRE LAS INTEGRACIONES EMPRESARIALES Uno de los aspectos fundamentales que se debe tener en cuenta para ejercer el denominado control previo de integraciones o control ex ante, asignado en nuestro país a la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), es la definición del mercado relevante de producto y geográfico, pues el mismo se constituye en un elemento esencial para la valoración de los efectos de una integración jurídicoeconómica, al permitir identificar los competidores reales de las empresas involucradas en la operación y, a partir de allí, establecer el poder de mercado de la empresa integrada. En términos generales podemos afirmar que definir el mercado relevante de producto para efectos del control sobre las concentraciones empresariales, es establecer si existen bienes que son considerados por los consumidores como sustitutos de los bienes de las empresas involucradas en la integración. En otras palabras, es tratar de responder a la pregunta ¿Qué productos compiten efectivamente con los de las empresas a integrarse? No se trata, en consecuencia, del concepto de mercado adoptado por los departamentos comerciales de las compañías, los cuales asocian este concepto al sector al que pertenecen, pues bajo esta concepción empresarial se pueden incluir bienes que los consumidores no tienen la posibilidad de sustituir y, por tanto, no forman parte del mismo mercado relevante de producto para efectos de la evaluación de integraciones. Para la determinación especifica del mercado de producto, el punto de partida debe corresponder a cada bien y/o servicio, estrechamente definido, afectado por la operación de integración proyectada y, partir de allí, se van incluyendo los demás bienes y servicios que los consumidores consideran intercambiables o sustituibles. En EEUU, por ejemplo, las autoridades de competencia para verificar si está correctamente definido el mercado de producto se plantean la siguiente pregunta ¿Si existe un pequeño pero significativo incremento en el precio de un producto, a que otros bienes cambiarían los consumidores? Si la respuesta a este interrogante es que si existen bienes a los cuales los consumidores dirigirían su decisión de compra, hay que incluir estos en la definición de mercado relevante, pues para los consumidores los mismos son sustitutos. Si, por el contrario, la respuesta es negativa, es decir, que el consumidor pagaría un precio más alto, independientemente de la existencia de otros productos similares, el mercado de producto esta correctamente definido. La percepción de los consumidores y no de los oferentes, es la que determina si dos bienes son sustituibles y, por tanto, si pertenecen al mismo mercado relevante de producto, pues si los consumidores no se desplazan a bienes ofrecidos por otros fabricantes, ante un incremento pequeño pero significativo de precio, por mas que para las compañías los bienes sean intercambiables por satisfacer una misma necesidad o por tener, por ejemplo, el mismo uso, para efectos de la determinación del mercado relevante de producto en el análisis de una integración, los mismos no pueden ser considerados sustitutos y, por ende, no puede asumirse que hacen parte del mismo mercado. La sustituibilidad, en consecuencia, es la clave para la determinación del mercado relevante de producto. Si los consumidores tienden a considerar que dos bienes son sustituibles en el consumo, entonces los mismos forman parte del mismo mercado. Si por el contrario, la percepción de los consumidores es que dos bienes no son sustituibles, los mismos no forman parte del mismo mercado, así pertenezcan al mismo sector o tengan el mismo uso, o características. Y para la determinación de esa sustituibilidad, las agencias de competencia en el mundo, incluida la SIC, examinan el uso, precio y características de los productos y/o servicios y las particularidades del sector al que pertenecen, basándose en elementos empíricos, Esto significa, por ejemplo, que si dos empresas que producen un bien A quieren integrarse y buscan en la definición de mercado de producto se adicione un bien B, deben demostrar que los consumidores del bien A se pasarían al bien B frente a un incremento pequeño pero significativo del precio del bien A. Si no hay evidencia de esa sustituibilidad, la agencia de competencia no puede incluir al bien B dentro del mercado relevante de producto. Una adecuada delimitación del mercado relevante, es el primer paso que le permite a las autoridades de competencia identificar los competidores reales de las empresas involucradas en la integración y, a partir de allí, determinar si habría o no poder de mercado de la empresa integrada. Una alta cuota de participación aunque es indicativa de un poder de mercado, no es determinante de su existencia, pues es preciso dilucidar si antes del mediano plazo pueden ingresar otros competidores para hacer frente a las decisiones de la resultante del proceso. En este sentido, si la resultante adquiere como consecuencia de la operación una cuota considerable del mercado, pero no existen barreras que impidan el ingreso de competidores, la integración no genera problemas para la competencia. Sin embargo, cuando el estudio de la operación pone en evidencia ambas situaciones, estaremos, por regla general, frente a una operación que tiende a restringir de manera indebida la competencia. Sin embargo, estos otros elementos en la valoración de las operaciones de integración, como lo son, entre otros, las barreras de entrada, la competencia potencial, la capacidad de reacción de los competidores, el poder de negociación de los consumidores o las importaciones, se basan, igualmente, en la definición del mercado relevante de producto; de ahí la necesidad de que las empresas que quieran involucrase en procesos de integración tenga muy claro los lineamientos que desde hace varios anos ha venido estableciendo la Superintendencia de Industria y Comercio, los cuales se basan, sustancialmente, en los mismos lineamientos establecidos por las autoridades de competencia de los Estados Unidos, de la Unión Europea y de Canadá.