CÁPSULA JURÍDICA # 44 DERECHO PENAL. EL DELITO ¿Qué es

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CÁPSULA JURÍDICA # 44
DERECHO PENAL. EL DELITO
¿Qué es un delito? Atendiendo a su etimología, observamos que proviene del
verbo latino delinquere, que significa cometer una falta, apartarse del buen
camino (cf: Breve Diccionario Latín Español. Julio Pimentel. Porrua 2011. Pag.
148).
A través de la historia de las escuelas penales y sus diversos autores y
defensores, las definiciones reales han sido múltiples, muchas veces
encontradas entre sí, pero defendidas por su respectivo autor.
El Código Penal Federal Mexicano sencillamente define al delito como
el “Acto u omisión que sancionan las leyes penales” (Art. 7) que casi coincide
con la Definición de la Real Academia Española: “acción u omisión voluntaria
o imprudente penada por la ley” (Diccionario esencial de la lengua española.
Espasa. 2006. Pág. 467).
El nuevo Código Penal de Aguascalientes (CPA), muy sabiamente, no lo
define, toda vez que eso es función de la DOCTRINA; pero sí lo describe en su
artículo 11, al señalar sus elementos: conducta, tipicidad, antijuridicidad y
culpabilidad; coincidiendo así con el Dr. Fernando Castellanos Tena, quien
considera también a los cuatro elementos enunciados como esenciales del
delito (cf. Castellanos Tena Fdo. Lineamientos elementales de Derecho Penal.
Porrua. México 2010. Pag. 118).
De hecho las diversas escuelas y corrientes doctrinarias del derecho
penal coinciden en los cuatro elementos, pero unas agregan otros y todas
dan distintos contenidos e importancia a uno u otro elemento. Dichas
escuelas las podemos aglutinar en cuatro: clásica, neoclásica, finalista y
funcional.
La conducta es definida como el comportamiento humano voluntario,
positivo o negativo y encaminado a un fin. De esta definición deducimos que
solo los seres humanos podemos realizar conductas y, por lo tanto, las
personas jurídicas, los animales y las cosas no pueden cometer delitos,
aunque los humanos podamos usar instituciones, cosas o animales como
instrumentos para cometerlos.
Un problema que surge es el de los delitos imprudenciales, en donde la
voluntad no es realizar un delito (accidentes de tránsito, por ejemplo, en
donde se puede lesionar, dañar, o hasta cometer un homicidio sin haber
querido hacerlo). El CPA en su artículo 15 resuelve el problema diciendo que
las conductas culposas o imprudenciales son las realizadas por las personas
que actúan sin el deber de cuidado que deberían y podrían tener, según las
condiciones personales y circunstanciales del hecho.
El tipo es la descripción legal del delito mientras que la tipicidad es la
adecuación de la conducta al tipo. Por ejemplo, el CPA describe en su Artículo
140, I, que el robo consiste en el apoderamiento de un bien mueble sin
derecho y sin consentimiento de quien legalmente pueda disponer del
mismo.
En este caso, el tipo consiste en que una persona se apodere de algo
que sea mueble sin el permiso del que lo detente legalmente. La tipicidad
consistirá en encuadrar el tipo con la conducta verificando con cuidado que
se hayan dado todos los elementos del tipo y de la conducta, sin valorar aún
si dicha conducta típica es antijurídica y culpable.
El Artículo 23 de CPA, establece de una manera muy correcta, a
nuestro modo de ver, cuándo se reúnen los requisitos de la tipicidad, que por
falta de espacio no comentamos hoy.
La Antijuricidad consiste en el incumplimiento de un mandato o
violación de una prohibición que afecte o ponga en peligro un interés
jurídico, sin ninguna causa de justificación que exente a la conducta de ser
considerada como contraria a Derecho. En resumen, lo antijurídico es lo que
está en contra del Derecho.
¿Cuándo una conducta típica no es antijurídica? Cuando hay causas de
justificación que la eximan y expliquen la licitud de la misma y no sea
entonces contra el Derecho. Ejemplo: Cuando un médico abre el abdomen de
un paciente para operarlo de apendicitis, realiza una conducta típica de
lesiones intencionales, pero como lo hace en aras de que recupere el
paciente la salud, justifica su conducta típica y la convierte en jurídica.
La Doctrina clasifica en cinco las causas de justificación: Legítima
defensa (defensa de la vida, bienes propios o de personas allegadas al que
realiza la defensa de un ataque injusto ), Estado de necesidad (el bien salvado
es más valioso que el bien sacrificado), Cumplimiento de un deber y ejercicio
de un derecho (cumpliendo con su obligación lesiona intereses jurídicos
protegidos pero se justifican por las circunstancias como en el box),
Consentimiento del titular del bien jurídico protegido. El CPA coincide en
gran parte con la Doctrina en las causas de justificación (cf. artículo 27).
Por último, la culpabilidad es “El conjunto de presupuestos que
fundamentan la reprochabilidad personal de la conducta antijurídica”.
(Jiménez de Asúa, en su obra: La Ley y el delito). O sea que, como bien lo
explica Castellanos Tena, la culpabilidad “es el nexo intelectual y emocional
que liga al sujeto con su acto” (Ob.cit. Pág.228).
La culpabilidad puede ser dolosa (intencional) o culposa
(imprudencial). Excluye a ambas formas de culpabilidad la inimputabilidad, la
cual puede ser producida por estados de inconsciencia, miedo grave,
incapacidad mental o minoría de edad.
En conclusión, cuando una persona realiza voluntariamente una
conducta y esta encuadra en un tipo penal, sin tener causas de justificación y
dicha persona es capaz y apta para responder por sus actos, comete un delito
y debe responder por ello reparando el daño y cumpliendo con la sanción
impuesta por el Juez.
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