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Santiago, veintiséis de enero de dos mil dieciséis.
VISTOS:
Solicitud de inaplicabilidad.
Con fecha 20 de agosto de 2015, don Jorge Yarur
Bascuñán ha solicitado la declaración de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad de parte del artículo 2331 del
Código Civil, para que surta efectos en el proceso sobre
responsabilidad
perjuicios,
extracontractual
sustanciado
por
el
e
indemnización
Vigesimonoveno
de
Juzgado
Civil de Santiago, bajo el Rol N° C-20.668-2014.
Precepto legal reprochado.
El texto del precepto legal impugnado dispone:
“Las imputaciones injuriosas contra el honor o el
crédito de una persona no dan derecho para demandar una
indemnización
emergente
o
pecuniaria,
lucro
a
cesante,
menos
que
de
pueda
probarse
daño
apreciarse
en
dinero;…”.
Conflicto de constitucionalidad.
En el marco del citado proceso indemnizatorio, el
conflicto
de
constitucionalidad,
planteado
ante
esta
Magistratura, consiste en determinar si es constitucional
o no el que, por aplicación de la norma que se cuestiona,
el
requirente
pecuniaria
no
por
el
pueda
daño
obtener
moral
que
una
indemnización
denuncia,
tan
sólo
porque no ha padecido un menoscabo apreciable en dinero.
Lo
anterior
improcedencia
de
pues,
dicha
a
juicio
indemnización
del
actor,
vulneraría
en
la
el
caso concreto el artículo 19, numerales 2°, 4° y 26°, de
la Constitución Política de la República.
Fundamentación.
A
efectos
de
fundar
su
requerimiento,
el
peticionario explica los hechos que dieron lugar a la
indicada
gestión
indemnizatoria
pendiente,
para
luego
2
exponer las argumentaciones en derecho que sustentan las
infracciones constitucionales que denuncia.
En cuanto a los hechos.
Señala que interpuso una demanda de indemnización de
perjuicios
trabajó
en
contra
durante
ejerciendo
12
labores
de
doña
años
en
Nathalie
el
Museo
principalmente
Hatala,
de
la
quien
Moda,
administrativas
y
comerciales.
Fue despedida el año 2012. Se le ofreció finiquito,
el que no aceptó y, luego de que interpusiera una demanda
por
vulneración
de
derechos
fundamentales,
ésta
fue
rechazada y tan sólo se condenó a la aludida fundación
Museo de la Moda a pagar una suma parecida al finiquito.
El 26 de julio de 2012, la señorita Hatala efectuó
una declaración jurada ante Notario, en la que habría
vertido expresiones injuriosas en contra del requirente
pues,
en
síntesis,
inestable,
palabra
de
declaró
constantes
empeñada
con
que
él
era
una
arrepentimientos
proveedores,
y
persona
frente
su
a
falta
la
de
compromiso la dejaba en mala posición. Un ejemplo de ello
fue lo ocurrido con la compra de un collar de Lady Diana.
La antedicha declaración, que contiene afirmaciones
falsas y difamatorias, dañó su honra.
Y dentro del mismo rango de injurias se encuentra la
querella por amenazas que la señorita Hatala interpuso en
su contra, en la cual lo acusa de haber amenazado tanto
física
como
moralmente
a
ella
y
a
su
familia.
Esta
querella recibió una oportuna publicación en los medios
de prensa.
En cuanto al derecho.
La
aplicación
de
la
disposición
reprochada
contravendría los numerales 2°, 4° y 26° del artículo 19
constitucional, por las siguientes argumentaciones.
1) Respecto a la infracción del numeral 2°.
Aduce que se vulneraría el derecho a la igualdad,
por dos órdenes de razones.
3
Primero: porque la lesión a la honra, cometida a
través de un medio de comunicación social, da derecho a
la
indemnización
del
daño
moral,
según
lo
dispone
el
artículo 40 de la Ley N° 19.733. Este prescribe que, en
el caso de los delitos de injuria y calumnia, cometidos
por un medio de comunicación social, hay derecho para
exigir
la
reparación
del
daño
víctima del mismo atentado, no
clase
de
medio,
no
tiene
moral.
En
cambio,
la
ejecutado a través de esa
derecho
a
dicha
reparación
integral, pues el artículo 2331 del Código Civil así lo
establece.
Segundo: porque lo normal es que quien cometa un
delito sea quien soporte los costes de esa conducta y no
la víctima. En la especie, y de darse aplicación a la
disposición
impugnada,
sería
la
víctima
quien
debería
soportar el costo del daño moral que sufrió, pues el
victimario no resarciría tal daño, siendo entonces de
cargo del que lo padeció.
Todo
lo
anterior
ha
sido
reconocido
en
diversos
pronunciamientos del Tribunal Constitucional.
2) En cuanto a la infracción del numeral 4°.
Se infringe el derecho al respeto y protección de la
vida privada y de la honra de la persona y de su familia,
pues la indemnización de perjuicios tiene también una
función de prevención, en cuanto los costos patrimoniales
de cometer un ilícito evitan que las personas incurran en
dichas conductas. Sin embargo, sobre todo en el ámbito de
las afectaciones a la honra que no traen aparejado como
consecuencia necesaria un daño patrimonial, dicha función
de
prevención
se
puede
ver
afectada,
pues,
en
la
práctica, aquellas afirmaciones que por su disvalor no
alcanzan
a
ser
un
ilícito
penal,
quedarán
impunes,
pudiendo incentivar de esa manera la comisión de dichos
ilícitos, al dejar sin protección real el derecho a la
honra. Lo anterior queda de manifiesto en el razonamiento
4
contenido
en
el
considerando
trigesimoséptimo
de
la
sentencia de esta Magistratura Rol N° 1132, de 2008.
3) Respecto a la infracción del numeral 26°.
Por todo lo expuesto, se ve lesionado el derecho a
la seguridad jurídica.
Sustanciación del requerimiento.
Por resolución de fojas 192, la Primera Sala de esta
Magistratura admitió a tramitación el requerimiento de
autos.
Luego,
por
resolución
de
fojas
199,
el
requerimiento fue declarado admisible y se decretó la
suspensión
de
la
gestión
judicial
pendiente
por
la
aludida Sala. Posteriormente, pasados los autos al Pleno,
de conformidad a lo dispuesto en el artículo 86 de la Ley
N°
17.997,
Orgánica
Constitucional,
el
Constitucional
requerimiento
del
fue
Tribunal
comunicado
al
Presidente de la República, al Senado y a la Cámara de
Diputados,
a
efectos
de
que
pudieran
hacer
valer
sus
observaciones y acompañar los antecedentes que estimaren
convenientes.
No se evacuó el traslado conferido.
Vista de la causa.
Habiéndose traído los autos en relación, se procedió
a la vista de la causa el día 24 de diciembre de 2015 a
las 9.30 horas, oyéndose la relación y los alegatos del
abogado de la parte requirente, señor Alejandro Laura
Teitelboim.
Y CONSIDERANDO:
I.- EL CONFLICTO DE CONSTITUCIONALIDAD.
PRIMERO: Que,
en
estos
autos,
don
Jorge
Yarur
Bascuñán ha requerido la declaración de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad de la primera parte del artículo
2331
del
Código
responsabilidad
Civil,
en
extracontractual
el
e
proceso
sobre
indemnización
de
5
perjuicios, Rol N°
C-20.668-2014, sustanciado ante el
29° Juzgado Civil de Santiago;
SEGUNDO: El
texto
del
precepto
legal
objetado
prescribe: “Las imputaciones injuriosas contra el honor o
el crédito de una persona no dan derecho para demandar
una indemnización pecuniaria, a menos de probarse daño
emergente
o
lucro
cesante,
que
pueda
apreciarse
en
dinero(…)”;
TERCERO: Que, como se señala en la parte expositiva
de este fallo, el requirente sostiene que la aplicación
en
la
gestión
pendiente
del
precepto
legal
impugnado
infringiría el artículo 19, numerales 2°, 4° y 26°, de la
Constitución Política de la República;
II. PRECISIONES PRELIMINARES.
CUARTO:
Que
no
es
la
primera
vez
que
esta
Magistratura entra a conocer de este precepto en sede de
inaplicabilidad. En veintidós oportunidades anteriores,
se
ha
impugnado
Magistratura
este
precepto.
ha
dictado
ya
oportunidades
no
se
En
21
ocasiones,
sentencia.
admitió
a
esta
En
dos
tramitación
el
requerimiento y en otras dos fue declarado inadmisible.
En 15 pronunciamientos definitivos, ha acogido la acción,
ya
sea
totalmente
1185/2009,
(10
1419/2010,
2255/2013,
veces,
1679/2011,
2410/2013,
STC
roles
1741/2011,
2747-2014
y
943/2008,
1798/2011,
2801-2015)
o
parcialmente (5 veces, STC roles 1463/2010, 2085/2012,
2071/2012,
oportunidad
2422/2013
(STC
y
2513/2013).
1723/2011)
inconstitucionalidad
Incluso,
conoció
iniciada
de
de
una
oficio,
en
una
acción
de
rechazando
declarar inconstitucional el precepto.
En esas quince sentencias estimatorias, el Tribunal
ha sentado una doctrina en la materia;
QUINTO:
Que
el
Tribunal
Constitucional,
por
otra
parte, tiene una competencia acotada en la materia, pues
6
no se pronuncia sobre si procede o no la indemnización.
Tal como se señaló en la STC Rol 1798/2011, “(…) el
pronunciamiento
de
este
Tribunal
no
prejuzga
en
modo
alguno sobre la decisión que debe adoptar el juez de
fondo en consideración a la verificación de los supuestos
fácticos
de
la
causa
de
que
se
trata
ni
sobre
la
aplicación de las disposiciones legales aplicables a la
resolución de la misma, salvo en lo relativo al artículo
2331
del
Código
Civil”.
“El
pronunciamiento
de
este
Tribunal es independiente de la efectiva procedencia de
una indemnización por concepto de daño moral demandada
por
el
requirente
en
la
causa.
Esta
Magistratura
ha
señalado en oportunidades anteriores que “la inaplicación
del
precepto
no
implica
emitir
pronunciamiento
alguno
acerca de la concreta procedencia de la indemnización del
daño
moral
en
la
gestión
que
ha
originado
el
requerimiento de autos, la que habrá de determinar el
juez de la causa, teniendo presentes las restricciones y
el modo en que, conforme a la ley y demás fuentes del
derecho, procede determinar la existencia del injusto, el
modo de acreditar el daño moral efectivamente causado, el
modo
y
cuantía
requisitos
que
de
su
reparación
en
derecho
pecuniaria
proceden.”
y
(STC
demás
Rol
N°
943/2007, así como STC roles N°s 1463/2010, 1679/2011 y
2255/2013);
SEXTO: Que, asimismo, tampoco le corresponde a esta
Magistratura
mecanismos
pronunciarse
alternativos
para
sobre
si
reparar
existen
el
daño
o
otros
si
la
lesión producida se satisface con la indemnización de
perjuicios;
SÉPTIMO: Que, finalmente, es necesario puntualizar
que el precepto legal impugnado contiene dos normas que
regulan la procedencia de la indemnización por el daño
ocasionado por imputaciones injuriosas contra el honor o
el crédito de una persona. La primera de ellas establece
la imposibilidad de demandar indemnización pecuniaria, a
7
menos que se pruebe daño emergente o lucro cesante; la
segunda
consagra
lo
que
la
doctrina
denomina exceptio
veritatis, señalando que ni aun en caso de producirse
daño
emergente
o
lucro
cesante
habrá
lugar
a
la
indemnización de daño por imputaciones injuriosas si se
prueba la veracidad de las mismas.
En el presente requerimiento no se ha impugnado este
segundo contenido normativo, sino tan sólo el primero. De
manera que toda la controversia radica en la procedencia
o no de la indemnización por daño moral;
III. CRITERIOS INTERPRETATIVOS.
OCTAVO: Que, antes de entrar a hacernos cargo de los
elementos
que
cuestionan
la
constitucionalidad
de
la
norma, es necesario señalar los criterios interpretativos
que guiarán nuestro razonamiento.
En
primer
lugar,
la
Constitución
reconoce
la
existencia del daño moral (artículo 19, N° 7°, letra i)).
En
algunos
casos,
hace
procedente
la
indemnización
únicamente por el daño patrimonial (artículo 19, N° 24°)
o no distingue si el perjuicio es moral o patrimonial
(artículos
38
y
53,
N°s
1
y
2).
Sin
embargo,
la
Constitución no establece un derecho a la indemnización
del
daño
moral,
pues
el
legislador
puede
regular
las
condiciones bajo las cuales se establece la indemnización
(STC 1463/2010);
NOVENO:
Que,
expresamente
en
ampara
segundo
el
lugar,
derecho
a
la
Constitución
la
honra.
Las
Constituciones de 1833 y de 1925, en cambio, no regulaban
el
derecho
sectorial
al
ha
honor.
ido
Por
otra
parte,
reconociendo
la
legislación
paulatinamente
la
indemnización por daño moral (STC 1463/2010). Del mismo
modo,
la
jurisprudencia
ha
reconocido
la
reparación
integral del daño. En la época de la dictación del Código
Civil, de donde viene la norma impugnada, se consideraba
8
una perversidad monetarizar ciertos bienes. El daño moral
tenía
una
cambio,
connotación
sobre
la
negativa.
base
de
La
la
jurisprudencia,
integralidad
de
en
la
reparación, ha reconocido la posibilidad de reparar el
daño moral tanto en materia extracontractual, a partir de
1920
en
adelante,
como
contractual,
desde
1990
en
adelante.
En esta óptica, la norma objetada es una excepción a
la regla general de procedencia de la indemnización por
el
daño
moral,
lo
que
exige
una
fundamentación
más
intensa;
DÉCIMO: Que, en tercer lugar, la indemnización del
daño moral no es automática, pues requiere una sentencia
que
establezca
la
existencia
de
éste
y
su
monto.
Es
decir, implica un juicio, donde la víctima debe demostrar
su
existencia,
y
el
demandado
tiene
el
derecho
a
defenderse;
DECIMOPRIMERO: Que, finalmente, si bien es cierto
que el juez no tiene parámetros reglados para determinar
el daño moral, como sí sucede con el daño patrimonial,
hay criterios generales que lo orientan para definir su
monto, como la gravedad de la acción y la magnitud de la
lesión;
IV. INAPLICABLIDAD DEL PRECEPTO REPROCHADO.
DECIMOSEGUNDO:
anteriores,
Que,
establecidos
corresponde
analizar
los
las
criterios
objeciones
formuladas en el presente requerimiento;
DECIMOTERCERO: Que,
en
apoyo
de
sus
cuestionamientos, el requirente invoca lo razonado por
este Tribunal en sus sentencias en que ha acogido el
requerimiento de inaplicabilidad referido a la totalidad
o
parte
del
artículo
pronunciamientos
han
2331
tenido
del
Código
como
recaída en los autos Rol N° 943-08;
base
Civil.
la
Dichos
sentencia
9
DECIMOCUARTO: Que, en la sentencia precedentemente
citada,
este
Tribunal
analizó
extensamente
el
valor
constitucional de la restricción que ese precepto legal
impone, en cuanto impide la reparación del daño puramente
moral causado por imputaciones injuriosas contra el honor
o el crédito de una persona.
En dicha ocasión concluyó esta Magistratura que, “en
términos generales, puede decirse que la obligación de
responder por los perjuicios causados por la infracción
de un deber jurídico, sea sufriendo el castigo por el
delito
cometido
quebrantando
si
la
indemnización
se
ley
del
ha
perjudicado
penal,
daño
sea
a
la
sociedad
satisfaciendo
infligido
a
otro
la
cuando
deliberadamente o por pura negligencia se ha contravenido
una obligación de carácter civil, configura el principio
de
responsabilidad,
que
impregna
todo
nuestro
ordenamiento jurídico y adquiere las más variadas formas
a
través
de
estatutos
jurídicos
especiales
de
responsabilidad”.
Del mismo modo, reflexionó dicha sentencia en que
siendo regla general de nuestro ordenamiento jurídico —
regla que se ha derivado del texto del inciso primero del
artículo 2329 del Código Civil— que todo daño causado por
un acto ilícito debe ser indemnizado —esto es, que tanto
el
daño
patrimonial
como
el
daño
moral,
si
se
han
producido, deben ser reparados por el responsable—, el
artículo 2331 del mismo Código, que prohíbe demandar una
indemnización pecuniaria por el daño moral causado por
imputaciones injuriosas en contra del honor o el crédito
de
una
persona,
representa
una
excepción
de
este
sentencias
roles
principio general sobre responsabilidad;
DECIMOQUINTO: Que
también
en
las
N°s 943-08 y 1.185-09 esta Magistratura reflexionó sobre
la naturaleza del derecho a la honra, contemplado en el
Nº
4°,
del
artículo
19,
de
la
Carta
Fundamental,
concluyendo que el derecho a la honra, cuyo respeto y
10
protección la Constitución asegura a todas las personas,
alude
a
la
“reputación”,
al
“prestigio”
o
el
“buen
nombre” de todas las personas, como ordinariamente se
entienden estos términos, más que al sentimiento íntimo
del
propio
alcanzada
valer
por
o
a
la
algunos.
dignidad
Por
su
especial
naturaleza
o
es,
gloria
así,
un
derecho que emana directamente de la dignidad con que
nace
la
persona
humana;
un
derecho
personalísimo
que
forma parte del acervo moral o espiritual de todo hombre
y mujer, y que no puede ser negado o desconocido por
tratarse de un derecho esencial propio de la naturaleza
humana.
En suma, se concluyó que se trata de un derecho de
carácter personalísimo que es expresión de la dignidad
humana consagrada en el artículo 1º de la Constitución,
que se vincula, también, con el derecho a la integridad
psíquica de la persona, asegurado por el Nº 1° de su
artículo
19,
pues
las
consecuencias
de
su
desconocimiento, atropello o violación, si bien pueden
significar,
en
ocasiones,
una
pérdida
o
menoscabo
de
carácter patrimonial más o menos concreto (si se pone en
duda o desconoce la honradez de un comerciante o de un
banquero,
acarrea
por
más
ejemplo),
que
nada
la
una
generalidad
de
mortificación
las
de
veces
carácter
psíquico, un dolor espiritual, un menoscabo moral carente
de significación económica mensurable objetivamente, que,
en concepto del que lo padece, no podría ser reemplazado
o
compensado
con
una
suma
de
dinero,
tratándose,
en
definitiva, de un bien espiritual, no obstante tener en
ocasiones también un valor económico;
DECIMOSEXTO: Que,
del
Código
Civil
en
definitiva,
restringe
la
el
artículo
tutela
civil
2331
por
responsabilidad en la lesión deliberada o negligente del
derecho a la honra de otro, dando lugar a indemnización,
únicamente, por aquellos daños que pueda probarse que
produjeron un empobrecimiento patrimonial de la víctima y
11
prohibiendo
la
indemnización
exclusivamente
moral,
pecuniaria
ocasionado
del
por
daño,
imputaciones
injuriosas contra el honor o el crédito de una persona,
aun cuando dicho daño estuviere, a juicio del juez de la
causa, suficientemente probado;
DECIMOSÉPTIMO: Que
no
existiendo
motivos
que
justifiquen resolver el presente conflicto de una manera
diversa, se insistirá, en las consideraciones que siguen,
en lo razonado en los autos roles N°s 943, 1185, 2410 y
2747;
DECIMOCTAVO: Que el contenido del artículo 19 de la
Carta Fundamental, conjuntamente con sus artículos 1º, 4º
y 5º, inciso segundo, configuran principios y valores
básicos
de
fuerza
obligatoria
que
impregnan
toda
la
Constitución de una finalidad humanista que se irradia en
la primacía que asignan sus disposiciones a la persona
humana, su dignidad y libertad natural; y al respeto,
promoción y protección de los derechos esenciales que
emanan
de
la
naturaleza
humana,
que
se
imponen
como
limitación del ejercicio de la soberanía y como deber de
los órganos del Estado;
DECIMONOVENO: Que
configuran
meras
constituyen
estos
declaraciones
mandatos
gobernados,
principios
debiendo
valores
programáticas
expresos
tenerse
y
para
presente
no
sino
que
gobernantes
que
el
y
inciso
segundo del artículo 6º de la Constitución precisa que
los preceptos de ésta obligan, no sólo a los titulares o
integrantes
de
los
órganos
del
Estado,
sino
a
toda
persona, institución o grupo;
VIGÉSIMO: Que corolario de lo anterior es que deben
desecharse
las
interpretaciones
constitucionales
que
resulten contradictorias con estos principios y valores
rectores,
lo
que
lleva
a
concluir
que,
frente
a
las
interpretaciones posibles del alcance de la protección
constitucional de un derecho fundamental, deba excluirse
la que admita al legislador regular su ejercicio hasta
12
extremos que, en la práctica, imposibilitan la plenitud
de
su
vigencia
efectiva
o
comprimen
su
contenido
a
términos inconciliables con su fisonomía. Como lo dispone
el artículo 19, Nº 26°, de la Constitución, el legislador
debe respetar siempre la esencia del derecho que se trata
de regular, complementar o limitar, como también evitar
la imposición de condiciones, tributos o requisitos que
impidan su libre ejercicio;
VIGESIMOPRIMERO: Que el derecho a la honra, por su
esencia espiritual y moral como emanación de la dignidad
de la persona humana, carente de materialidad, no posee
en sí mismo valor económico o patrimonial, por lo que el
resultado
dañino
traducirá,
de
aunque
adquirir
los
atentados
ordinariamente,
mortificaciones
moral,
de
igual
en
significación
en
su
contra
sufrimientos
carácter,
eventualmente,
alguna
en
esto
ciertos
económica
es,
se
o
en daño
casos,
pueda
susceptible
de
ser calificada de daño patrimonial;
VIGESIMOSEGUNDO: Que,
este
Tribunal
1.185-09,
reiterando
Constitucional
“el
efecto
natural
en
lo
la
de
señalado
sentencia
la
Rol
aplicación
por
N°
del
artículo 2331 del Código Civil es, precisamente, privar a
los
atentados
constituyan
contra
delitos
el
derecho
específicos
a
la
que
honra
se
que
no
persigan
criminalmente, de la protección de la ley, pues, mientras
las lesiones a otros derechos igualmente no constitutivas
de delitos dan lugar a indemnización por todos los daños
patrimoniales y morales causados, de acuerdo a la regla
general
del
artículo
2329
del
Código
Civil,
las
imputaciones injuriosas contra el honor o el crédito de
una persona no dan derecho a la indemnización del daño
moral, que es naturalmente el que producen esta clase de
atentados y, ordinariamente, el único”;
VIGESIMOTERCERO: Que,
conforme
a
lo
razonado,
se
concluye que la aplicación del artículo 2331 del Código
Civil en la gestión judicial pendiente invocada en este
13
proceso,
resulta
contraria
a
la
Constitución,
por
infringir los derechos reconocidos en los numerales 2°,
4° y 26° del artículo 19 de la Constitución Política.
Y VISTO lo dispuesto en los artículos 19, números
2°, 4° y 26°, y 93, inciso primero, Nº 6º, e inciso
undécimo, de la Constitución Política de la República,
así como en las disposiciones pertinentes de la Ley Nº
17.997,
Orgánica
Constitucional,
Constitucional
cuyo
texto
del
refundido,
Tribunal
coordinado
y
sistematizado fue fijado por el Decreto con Fuerza de Ley
Nº 5, de 2010, del Ministerio Secretaría General de la
Presidencia,
SE RESUELVE:
1) Que se acoge el requerimiento deducido a fojas
uno,
declarándose
inaplicable
en
la
gestión
pendiente el artículo 2331 del Código Civil, en la
parte que fuera objetada según el petitorio del
libelo de fojas 1.
2) Déjase sin efecto la suspensión del procedimiento
decretada en estos autos a fojas 192, oficiándose
al efecto.
El Ministro señor Juan José Romero Guzmán previene
que
concurre
al
fallo,
agregando
que
la
impugnación
parcial del artículo 2331 deja subsistente la exceptio
veritatis contenida en dicha norma, la cual se justifica
por
las
votos
consideraciones
particulares
de
expuestas
las
en
sentencias
sus
Roles
respectivos
N°s
2410,
2454, 2747 y 2801.
Acordada la sentencia con el voto en contra del
Ministro
señor
Gonzalo
García
Pino,
quien
estuvo
por
14
rechazar el requerimiento, por las consideraciones que
pasa a exponer:
I.- NATURALEZA DEL CONFLICTO CONSTITUCIONAL.
1°. Que las normas constitucionales que se estiman
infringidas están contenidas en el artículo 19, numerales
2°, 4° y 26°, de la Constitución, y la pretensión de
inaplicabilidad del precepto legal que las vulneraría se
funda en un juicio ordinario de responsabilidad civil
extracontractual e indemnización de perjuicios caratulado
“Yarur con Hatala”, sustanciado ante el 29° Juzgado Civil
de Santiago. El motivo del agravio consiste en una serie
de declaraciones de la demandada, quien trabajó durante
varios años con el requirente, en distintos medios y
formatos:
declaración
jurada,
querella
criminal
por
amenazas en contra del requirente y mensajes personales;
2°. Que, en el caso concreto, una interpretación del
artículo
limita
2.331
la
del
Código
reparación
Civil
pecuniaria
permite
de
los
concluir
daños
que
morales
tratándose del menoscabo al honor o al crédito de una
persona.
Esta
limitación
podría
estimarse
desproporcionada y afectar la tutela efectiva del derecho
a la honra, toda vez que la regla general en materia de
indemnizaciones
establece
que
todo
daño
debe
ser
reparado;
3°.
Que
el
conflicto
constitucional
planteado
constituye una aparente colisión entre la libertad de
expresión y el derecho a la honra y, para su resolución,
se
ha
de
analizar
el
derecho
a
impetrar
o
no
indemnización por el daño moral contra la demandada en la
causa de fondo;
II.-
EL
REQUERIMIENTO
DEBE
FUNDARSE
EN
UNA
HIPOTÉTICA VULNERACIÓN DEL DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA.
15
4°. Que lo primero que debe examinar el Tribunal
Constitucional no es la posible infracción al derecho a
la honra, que no contempla en su esencia la indemnización
pecuniaria
y
da
un
amplio
margen
regulatorio
al
legislador; tampoco analizar si en el caso concreto se
produjo o no un daño a la honra del requirente, sino que
debe considerar si el artículo 2.331 del Código Civil
limita
inconstitucionalmente
el
derecho
a
tutela
judicial. En este sentido, el requerimiento adolece de
una argumentación plausible al no identificar claramente
las
normas
constitucionales
vulneradas
y
no
hacerse
cargo, en definitiva, del conflicto constitucional que
somete a la jurisdicción del Tribunal Constitucional, en
particular
cuando
reconoce
que
el
artículo
2331
del
Código Civil “limita las indemnizaciones pecuniarias al
daño emergente y al lucro cesante apreciable en dinero,
excluyendo, entonces, el resarcimiento del daño moral”
(fs. 6);
5°. Que corresponde invocar el derecho a la tutela
judicial efectiva en cuanto lo solicitado en el fondo es
el ejercicio de una acción de indemnización de perjuicios
que, respecto del daño moral, el ordenamiento jurídico
civil le priva. En tal sentido, el derecho subjetivo
consiste en tener un poder que satisfaga una determinada
pretensión. Si esa pretensión se judicializa y ella, por
disposición legal, no puede ser atendida por un mandato
coactivo del derecho, pues bien, lo que falta no es el
derecho de fondo sino que el ejercicio de un medio que le
permita acceder a él. Así es absolutamente indispensable,
antes que cualquier derecho, estimar que se ha vulnerado
el
artículo
19,
numeral
3°,
inciso
primero,
de
la
Constitución. Nos recuerda Kelsen que “si el legislador
declara
que
tal
conducta
está
prohibida,
pero
omite
prescribir o autorizar una sanción, la conducta prohibida
16
no es un hecho ilícito” (Hans Kelsen, Teoría pura del
Derecho (1960), Ediciones Coyoacán, México, 2012, p.88);
6°. Que el derecho a la tutela judicial importa el
reconocimiento de un derecho prestacional que recaba del
Estado
la
protección
jurídica
debida,
en
el
igual
ejercicio de los derechos ante la justicia, proscribiendo
la
autotutela
pretensión
y
de
garantizando
derechos
e
una
respuesta
intereses
a
la
legítimos
con
autoridad de cosa juzgada y con la eficacia coactiva que
demanda
la
satisfacción
de
derechos
fundamentales.
El
Tribunal Constitucional se ha referido a este derecho
señalando que: “El derecho a la tutela judicial efectiva
tiene
una
doble
dimensión.
Por
una
parte
adjetiva,
respecto de los otros derechos e intereses, y por la
otra,
sustantiva,
pues
es
en
sí
mismo
un
derecho
fundamental autónomo, que tiene por finalidad que las
personas
accedan
al
proceso
como
medio
ordinario
de
resolución de los conflictos jurídicos, lo que resulta un
presupuesto mínimo de todo Estado de Derecho.” (STC 815,
considerando
10°).
(En
el
mismo
sentido,
STC
1535,
considerando 19°). “Toda persona tiene derecho a recurrir
al juez en demanda de justicia, pues es la compensación
por haberse prohibido la autotutela como solución para
los conflictos. La solución del conflicto a través del
proceso
cumple
dos
objetivos:
la
satisfacción
de
los
intereses subjetivos de los involucrados; y la actuación
del derecho objetivo para mantener la observancia de la
ley”. (STC 205, considerando 9°). (En el mismo sentido,
STC 2042, considerando 29°);
7°. Que el derecho a la tutela judicial efectiva es
instrumental
naturaleza
jurídico
a
la
eficacia
sustantiva,
en
diversos
de
previstos
ámbitos
otros
por
derechos,
el
de
ordenamiento
(civiles,
laborales,
comerciales, constitucionales, etc.), ya sea que tengan
rango
legal
prestacional
o
constitucional.
requiere
de
una
Este
derecho
de
configuración
tipo
legal
17
adecuada, que puede limitar o condicionar el ejercicio
del derecho. “No es por tanto el derecho a la tutela
judicial un derecho absoluto que signifique siempre y en
todo
lugar
la
obligación
de
abrir
las
puertas
de
la
jurisdicción al que reclama su intervención, tramitar el
proceso y dictar sentencia definitiva sobre la pretensión
deducida.
La
ley
puede
relativizar
o
condicionar
el
ejercicio del derecho a la tutela judicial en la medida
que pueda predicarse razonabilidad o proporcionalidad en
todo ello.” (Bordalí, Andrés (2011): “Análisis crítico de
la jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre el
derecho a la tutela judicial”. En Revista Chilena de
Derecho, Vol. 38, N° 2, p. 330);
III.- CONFLICTO CONSTITUCIONAL APARENTE Y EJERCICIO
LEGÍTIMO DE DERECHOS.
8°.
Que
en
la
resolución
de
conflictos
constitucionales entre la libertad expresión y el derecho
a
la
honra,
el
contexto
en
que
las
declaraciones
se
producen es de vital importancia. Tal como lo ha señalado
este Tribunal en la sentencia Rol N° 2237-12, “la vida en
sociedad supone también la aceptación de la tolerancia y
la crítica, la que incluso se exacerba cuando se trata de
crítica política, literaria, histórica, entre otras (…)”.
Asimismo,
la
determinación
de
la
constitucionalidad
o
inconstitucionalidad de la aplicación del precepto legal
cuestionado
“resolver
no
por
puede
llevarnos
adelantado,
a,
pero
como
afirma
también
a
Hart,
oscuras
problemas que sólo pueden resolverse razonablemente en el
momento en el que surgen, de manera que con la decisión
de adoptar una actitud semejante trataríamos de asegurar
la certeza o predictibilidad del derecho al precio de
prejuzgar ciegamente lo que ha de hacerse en un campo de
casos futuros cuya composición ignoramos.” [Rodríguez,
Jorge
(2003):
«Capítulo
quinto:
Derrotabilidad
e
18
indeterminación
del
Derecho.
Respuesta
a
Juan
Carlos
Bayón», en Bayón, Juan Carlos y Rodríguez, Jorge (2003),
«Relevancia
normativa
decisiones
en
judiciales»,
la
Serie
justificación
de
Teoría
de
Jurídica
las
y
Filosofía del Derecho, N° 27, Universidad Externado de
Colombia, pp. 209-262, p. 214].
9°.
Que,
en
este
caso,
requirente
y
demandada
mantenían una relación laboral que duró más de 12 años, y
que terminó en el año 2012 por despido. Desde ese momento
ambos se enfrentaron judicialmente en distintos ámbitos:
demanda laboral por tutela de derechos fundamentales y
una
querella
criminal
por
amenazas
presentada
por
la
demandada en contra del requirente. Se trata entonces de
disputas judiciales en que ambas partes han gestionado
estratégicamente sus intereses, y en el caso concreto de
la demandada, ha respaldado sus dichos a través de una
declaración jurada certificada ante Notario Público;
10°.
emitidas
Que,
en
en
este
escritos
y
sentido,
las
presentaciones
declaraciones
judiciales
no
pueden calificarse como declaraciones en el marco del
ejercicio de la libertad de expresión, pues en realidad
se trata del ejercicio del derecho a la acción y del
derecho
a
defensa.
Estos
derechos
ejercidos
legítimamente, en su dimensión constitucional y legal,
justamente implican efectuar declaraciones en contra de
otro. Si se producen abusos del derecho, el conflicto no
se traslada automáticamente a la esfera constitucional,
sino que se enmarca en los límites de la buena fe en la
litigación;
11°.
Que,
considerando
lo
anterior,
si
las
declaraciones supuestamente injuriosas no constituyen el
ejercicio de la libertad de expresión, en este caso no
estamos frente a un conflicto que enfrente el derecho a
la honra con el derecho a la libertad de expresión. Se
trata en realidad de un conflicto legal, en que habrá que
determinar
si
la
defensa
del
demandado
abusó
en
su
19
estrategia, si provocó efectivamente daño al requirente y
si este perjuicio debe o no ser reparado. Ninguna de
estas cuestiones se relaciona con la ponderación que este
Tribunal ha realizado entre derecho a la honra y libertad
de
expresión.
Lo
único
que
persiste
como
cuestión
constitucional, es determinar si en el núcleo esencial
del
derecho
a
la
honra
se
incluye
el
derecho
a
la
indemnización;
IV.- EL DERECHO A LA HONRA NO TOTALIZA EL RESPETO A
LA VIDA PRIVADA.
12°.
Que
el
artículo
19,
Nº
4°,
de
la
Carta
Fundamental dispone: “El respeto y protección a la vida
privada y a la honra de la persona y su familia”;
13°. Que el derecho a la honra se rige bajo la
atribución al legislador para regular y concretizar sus
contenidos.
establezca
Aun
cuando
expresamente
el
el
artículo
desarrollo
19,
Nº
4°,
legislativo
no
del
derecho, por aplicación de la regla general del artículo
63, Nº 20°, su regulación es legal. El mencionado numeral
expresa
que
es
materia
de
ley
“toda
otra
norma
de
carácter general y obligatoria que estatuya las bases
esenciales
de
un
plenamente
en
ese
ordenamiento
predicamento
jurídico”,
la
concurriendo
regulación
de
los
derechos fundamentales;
14°. Que es importante determinar las aptitudes o
contenido mínimo del derecho a la honra, de manera que,
una
vez
determinado,
podremos
examinar
el
desarrollo
legislativo en cuestión (artículo 2.331 del Código Civil)
y visualizar si éste contraviene el contenido esencial
del derecho a la honra o, por el contrario, si ordena una
restricción
permitida
de
acuerdo
al
contenido
del
artículo 19, Nº 26°, de la Constitución, pues no obstante
regular, complementar o limitar, no impide su ejercicio;
20
15°. Que, así, el derecho a la honra es un derecho
que
reúne
una
serie
de
elementos
componentes
que
constituyen la esencialidad de éste. Es un derecho (un
interés jurídicamente protegido) que tiene como sujeto
titular a la persona natural. Es un derecho de libertad
que exige de otros (sujetos pasivos –el Estado y los
terceros-) el respeto del contenido constitucional del
derecho. Es un derecho que emana de la dignidad de las
personas, pues todas tienen honra. La honra se refiere al
derecho que tiene toda persona a su buen nombre, buena
fama, prestigio o reputación. Es un derecho relacional y
de la sociabilidad, que se instituye sobre la base de la
intercomunicación
e
interacción
permanentes
entre
las
diversas personas. La honra es objetiva, en el sentido de
que el contenido del derecho es la buena fama o buen
nombre de las personas, pero de manera independiente del
sujeto
evaluador,
ya
sea
éste
la
propia
persona
o
cualquier otra. Es un derecho de geometría variable e
indeterminada. La objetividad conlleva la necesidad de
una apreciación en concreto de la potencial vulneración
del
derecho
a
particulares
la
honra,
pues
características
y
será
de
posición
acuerdo
a
las
social
de
las
personas que el contenido de la honra variará o tendrá
distintas intensidades;
16°.
encuentra
Que
el
inmerso
artículo
en
2.331
un
del
estatuto
Código
legal
Civil
de
se
normas
reguladoras del denominado daño moral con relación a la
libertad
de
expresión,
por
lo
que
la
particular
restricción que dispone con relación a su posibilidad
indemnizatoria debe ser considerada únicamente como una
de las esferas del derecho a la honra y en esta área, la
de la responsabilidad extracontractual, el legislador la
excluyó de tal indemnización;
17°. Que la pregunta que cabe hacerse en abstracto
es si la restricción a la indemnización del daño moral es
una vulneración del contenido esencial, infranqueable e
21
indisponible para el legislador. Es decir, si más allá de
los casos concretos la norma sujeta a examen se sitúa en
una posición de contrariedad con la norma fundamental, en
particular con el derecho a la honra y su relación con la
libertad de opinión e información;
18°.
Que
estimo
que
no,
que
la
norma
legal
no
contraviene la esencia de este derecho, por cuanto la
ausencia
de
facultad
indemnizatoria
no
afecta
la
definición mínima que el propio Tribunal Constitucional
ha configurado para el derecho. El derecho a la honra de
una persona sigue existiendo en sus elementos nucleares,
con o sin indemnización por daño moral en el caso de
persecución
de
responsabilidad
extracontractual,
pues
este tipo de responsabilidad es únicamente un tipo de
responsabilidad patrimonial de las personas, y en pro de
una
conciliación
expresión
el
constitucional
legislador
con
la
excluyó
libertad
este
tipo
de
de
resarcimiento pecuniario por daño moral;
19°.
Que
contenido
lo
que
se
esencial
debe
del
distinguir
derecho
y
es
entre
los
el
efectos
concurrentes, externos y facultativos de la honra. Esta
indemnización está dispuesta en el estatuto de regulación
legal pero no como regla constitucional, por cuanto se
instituye como un elemento adicional del derecho, no de
su esencia. El derecho al buen nombre, a la reputación,
constituye el elemento basal para poder distinguir este
derecho de otros, pero no la indemnización patrimonial
por
daño
moral.
irredargüible
fundamental
Es
que
da
un
error
toda
considerar
vulneración
derecho
a
una
de
como
premisa
un
derecho
indemnización.
Esa
interpretación no es correcta, pues confunde el contenido
constitucional del derecho con los efectos pecuniarios
posibles
de
vulneración
su
de
vulneración.
los
derechos
¿Puede
conllevar
fundamentales
la
una
indemnización? Sí, en los casos que el constituyente lo
define
y,
adicionalmente,
para
los
demás
intereses
22
subjetivamente protegidos, sólo si el legislador, en la
regulación concreta de los derechos, la dispone. En caso
contrario,
la
afirmación
consideramos
que
es
únicamente
constitutivo
sería
de
válida
los
si
elementos
definitorios de un derecho la indemnización en caso de su
afectación. Tomemos como ejemplo la diferencia entre el
límite
y
la
privación
de
la
propiedad
(artículo
19,
numeral 24°). Para el constituyente, limitar la propiedad
no da derecho a indemnización, en cambio las privaciones
sólo se pueden llevar a cabo por medio de la expropiación
y ésta da lugar a indemnización. ¿Qué nos refleja lo
anterior? Que en el derecho de propiedad la indemnización
no es nuclear al derecho, por cuanto ésta puede o no
concurrir según lo determine el grado de afectación al
propio
derecho,
en
términos
que
si
los
elementos
sustanciales de la propiedad se mantienen incólumes (uso,
goce y disposición), la indemnización no es procedente;
V.-
EL
ESTATUTO
CONSTITUCIONAL
DE
LAS
INDEMNIZACIONES.
20°. Que la indemnización únicamente está dispuesta
para algunos derechos fundamentales, de manera que, a
priori, no toda vulneración de derecho fundamental da
lugar a indemnización, al menos a nivel constitucional.
Además,
dentro
contemplan
la
de
los
derechos
indemnización,
no
fundamentales
todo
el
que
contenido
constitucional del derecho da lugar a ella;
21°. Que determinados derechos tienen contemplado un
estatuto
especial
artículo
19,
seguridad
de
numeral
indemnización,
7°,
individual,
indemnización
por
sobre
al
error
por
libertad
establecer
judicial,
o
ejemplo,
personal
la
el
el
y
llamada
artículo
19,
numeral 24°, al normar la expropiación, entre otros;
22°.
Que,
indemnización
asimismo,
por
la
hay
reglas
responsabilidad
propias
de
la
extracontractual
23
general del Estado. El artículo 38 constitucional, en su
inciso
segundo,
indemnización
dispone
por
la
regla
responsabilidad
general
de
la
extracontractual
del
Estado;
23°. Que si la Constitución Política de la República
no
contempla
una
regla
general
de
indemnización
por
daños, ¿cómo se tutelará el derecho a la honra a nivel
constitucional sin un baremo específico que lo proteja?
Para el constituyente, únicamente determinadas acciones
vulneradoras de derechos dan derecho a indemnización, es
decir,
el
estatuto
constitucional
del
daño
es
excepcional, estricto y regulado expresamente. Será en
aquellos casos en que se deberá probar el hecho que da
lugar
a
la
indemnización
o
el
estatuto
jurídico
de
imputación de responsabilidad, según corresponda;
VI.-
DAÑOS
INCLUIDOS
EN
LA
INDEMNIZACIÓN
Y
PROTECCIÓN DE LA HONRA.
24°.
Que
el
precepto
legal
impugnado
contiene,
conforme a lo que este Tribunal ha señalado en ocasiones
anteriores, “dos normas que regulan la procedencia de la
indemnización
por
el
daño
ocasionado
por
imputaciones
injuriosas contra el honor o el crédito de una persona.
La
primera
de
ellas
establece
la
imposibilidad
de
demandar indemnización pecuniaria, a menos que se pruebe
daño emergente o lucro cesante; la segunda consagra lo
que la doctrina denomina exceptio veritatis, señalando
que ni aun en ese caso habrá lugar a la indemnización de
daño
por
imputaciones
injuriosas
si
se
prueba
la
veracidad de las mismas” (STC Rol N° 2237-12);
25°. Que, por lo mismo, la Constitución no agota los
mecanismos de protección de la honra en la conversión a
dinero de las sanciones morales. La naturaleza del bien
jurídico se revela mejor protegida cuando, por ejemplo,
se obtiene una rectificación, establecida en el artículo
24
19, numeral 12°, inciso tercero, de la Constitución. O
cuando hay derecho a réplica para volver a situar las
cosas en su lugar o cuando dentro de las providencias que
se
juzguen
necesarias,
en
el
marco
de
un
recurso
de
protección, existan los reconocimientos simbólicos a la
dignidad dañada;
26°. Que, asimismo, la dimensión penal ofrece un
conjunto de oportunidades para reivindicar la dimensión
moral dañada. Mediante la publicación destacada de la
sentencia con cargo al infamante, mediante un acto de
conciliación como instancia previa a sentencia. Mediante
medidas
cautelares
rectificación
que
o
ya
ejerciendo
el
mencionamos.
derecho
Estos
son
de
los
mecanismos naturales de la protección. La vía penal es
una fórmula para precaver contra la industria de las
indemnizaciones;
27°.
resuelve
Que
con
la
supuesta
el
pago.
vulneraciones
susceptibles
de
de
lesión
Sería
derechos
tarifas
frente
de
muy
derechos
sencillo
que
fundamentales
a
su
no
se
las
fueran
vulneración.
Esa
mirada del derecho es la consagración de la ley del más
fuerte llevada al plano de los costos. No habría garantía
efectiva de derechos frente a tal dependencia del dinero.
Todo
lo
cual
no
impide
que
deban
sortearse
cobros
eventuales que el legislador autorice en función de la
lesión específica que se identifique expresamente.
Redactaron
la
sentencia
los
Ministros
que
la
suscriben, la prevención y la disidencia, sus respectivos
autores.
Notifíquese, comuníquese, regístrese y archívese.
Rol N° 2887-15-INA.
SR. CARMONA
25
SRA. PEÑA
SR. ARÓSTICA
SR. GARCÍA
SR. ROMERO
SRA. BRAHM
SR. LETELIER
SR. POZO
Pronunciada por el Excmo. Tribunal Constitucional,
integrado por su Presidente, señor Carlos Carmona
Santander, y los Ministros señora Marisol Peña Torres,
señores Iván Aróstica Maldonado, Gonzalo García Pino,
Domingo Hernández Emparanza, Juan José Romero Guzmán,
señora María Luisa Brahm Barril y señores Cristián
Letelier Aguilar y Nelson Pozo Silva.
Se certifica que el Ministro señor Domingo Hernández
Emparanza concurrió al acuerdo y al fallo, pero no firma
por encontrarse con licencia médica.
Autoriza el Secretario del Tribunal Constitucional,
señor Rodrigo Pica Flores.
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