El MEt En México

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EDICIÓN ESPECIAL
año XX • octubre 13, 2012 – abril 27, 2013 • cincuenta pesos
El Met en México:
En vivo desde Nueva York
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Programa
de la temporada de ópera 2012-2013
pro opera
PRO ÓPERA, A. C.
PRESIDENTE HONORARIO
Ramón Vargas
PATRONATO Y BENEFICIOS
CONSEJO DIRECTIVO
REVISTA - EDICIÓN ESPECIAL
PRESIDENTE
María Luisa Serrato
EDITOR
Charles H. Oppenheim
TESORERO
José Germán Sánchez Padilla
VOCALES
Adriana Alatriste Lozano
Alfredo Arvizu
Anuar Charfén Pría
Felipe García Fricke
Luis Gutiérrez Ruvalcaba
Carlos Müggenburg
Charles H. Oppenheim
Elena Quintanilla del Campo
Greta Shelley Medina
EXPRESIDENTES
Antonio y Josephine Dávalos (qepd)
Ignacio Sunderland
Elías Sheinberg
Adolfo Patrón Luján
Luis Rebollar Corona
Benjamín Backal (qepd)
Ignacio Orendain Kunhardt
DIRECTORA
Irma Cavia
Nuestros Patronos
BENEFACTORES
Alfredo Harp Helú
Samuel Rimoch (qepd)
PATROCINADORES
Jorge Ballesteros Franco
José García Martínez
Luis Gutiérrez Ruvalcaba
Carlos y Mayra Müggenburg
Sylvia Rimoch
José Alfredo Santos Asseo
Jorge Vargas Diez Barroso
CONTRIBUYENTES
Anuar Manuel Charfen Pría
Constancia Díaz Estrada
Felipe García Fricke
Marilú Herrera
Roberto Núñez y Bandera
Elena Quintanilla
AMIGOS
José María Abascal Zamora
Adriana Alatriste
Beatriz Backal
Laura Cao Romero de Abascal
Margarita Díaz Rubio
Alicia García Cobos de Clark
Gloria Guadalupe Lanzagorta Ruiz
Luz María Llorente
Carlos de la Mora
Ignacio Orendain Kunhardt
Francisco Pallach Poupa
Santiago Paredes
Raúl Ramírez Degollado
Luis Rebollar Corona
Fausto Rico Álvarez
Jorge Antonio Sánchez Cordero Dávila
Rafael Sánchez Fontan
Alfonso Solloa Junco
López Velarde, Heftye y
Soria. S.C.
DONADORES
Manuel Álvarez
Alfredo Arvizu
Juanita Ayala
Javier Becerra Hernández
Raúl Caballero Vilchis
Víctor Cohen Levy
Jorge Díaz Estrada
Atala Elorduy Elorduy
Fela Fábregas
Roberto Gómez Aguado
Carlos Gracida Canseco
Héctor Grisi Urroz
Wendy Hesketh
Manuel Marrón
Roberto y Maggy Martínez Guerrero
Francisco Méndez Padilla
Fran Newell
Armando Nuricumbo
Bruno J. Newman Flores
Mario y Yolanda Ortega
Nelly Paullada de Del Castillo
Ramón Pedroza Meléndez
Eduardo Pérez Varona
José Pinto Mazal
Eduardo Roldán Machaen
Alfredo Ruiz del Río
José Sánchez Padilla
María Luisa Serrato de Chávez
David y Jeny Serur
Greta Shelley Medina
Cecilia Guadalupe Soto González
Manuel M. Soto Gutiérrez
Carmen Sunderland
Ana Stella Uhthoff
Elva Villarreal Rodríguez
AFICIONADOS
Sofía Aspe
Yomtov y Eugenia Bejar
Irma Bravo
Yolanda Chemor
Fernando Estandía
Blanca Galindo
José Galindo
Carlos Alberto Garza Cuéllar
José Luis González Vivanco
Renée Guindi
Vicky Guindi
Luis de Icaza Reza
Emilia Kanan Farca
Teresa Madero de Sada
Ignacio Morales Camporredondo
María Guadalupe Moreno y Aguirre
Jaime Panqueva Bernal
Julia Puga
Cecilia Reyes Retana
Carmen Ruiz de Autrique
Alejandro Sánchez González
Héctor Ignacio de la Torre Hernández
Marco Antonio Valle Romero
Salvador Villalpando Hernández
Arturo Eduardo Villaseñor Rojas
Elías Zaidman
SIMPATIZANTES
Antonio Amerlinck
Malke Bellifemine Podlipsky
Joaquín de la Borbolla
Felipe Castro Orvañanos
Carmen Díaz Ugalde
Amira Escalante
Fernando González Aguilar
Ana María Mancidor A.
César Méndez Calatayud
Jorge Alejandro Montes Jiménez
José Ignacio Moreno Oliveros
Jorge Pérez Ruíz
Ina Quevedo
Matilde Romo
Xavier Torres Arpi
Informes sobre Patronato y Beneficios: info@proopera.org.mx
CORRECCIÓN DE ESTILO
Darío Moreno
DISEÑO GRAFICO
Ida Arellano
GERENTE
Juan Ignacio Gutiérrez
TEXTOS
Charles H. Oppenheim y
Darío Moreno,
con información del Metropolitan Opera
de Nueva York
PORTADA
Simon Keenlyside como Prospero en
The Tempest
Foto: Anne Deniau/Metropolitan Opera
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difundir la cultura operística de México. Para cumplir con esta misión, recaba donativos con autorización del Servicio
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PATROCINADORES
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lugares fijos y cuatro más en lugares preferentes para cada título de ópera.
CONTRIBUYENTES
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y dos adicionales en Luneta 1 en lugares preferentes para cada título de ópera.
AMIGOS
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dos boletos en Luneta 1 en lugares preferentes para cada título de ópera.
DONADORES
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en lugares disponibles para cada título de ópera.
AFICIONADOS
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Luneta 2, en lugares disponibles para cada título de ópera.
SIMPATIZANTES
Aportan un donativo anual de $2,000 pesos o más y tienen como beneficio el derecho a reservar dos boletos en
Luneta 2, en lugares disponibles para cada título de ópera.
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Información anticipada y reservación de boletos en preventa para las funciones de ópera organizadas por
Pro Ópera y la Ópera de Bellas Artes.
•
Suscripción por un año a la revista Pro Ópera.
•
Derecho de reservación para viajes de Pro Ópera en México y el extranjero.
•
Derecho de reservación para cursos y ciclos de conferencias de Pro Ópera.
•
Recibo deducible de impuestos.
Pro Ópera. Programa de la temporada de ópera 2012-2013 del Met en vivo desde Nueva York.
Año XX, edición especial fuera de serie, octubre 13, 2012 – abril 27, 2013.
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04-2008-061711331300-102.
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Expediente 1 / 432-05/16969, ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Publicada por Pro Ópera, A. C.
Domicilio de la publicación: Thiers 273-A, Col. Anzures, 11590, México, D.F.
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pro opera
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VISTAZO
EL MET EN MÉXICO
En vivo desde Nueva York
Un vistazo a la temporada 2012-2013
por Charles H. Oppenheim
El próximo sábado 13 de octubre, en horario de matinée, comenzará la séptima temporada de
The Met: Live in HD, uno de los acontecimientos más relevantes del ámbito operístico a nivel internacional.
E
sta nueva temporada contará con 12 transmisiones en vivo y en alta definición, que
alcanzarán más de 1,700 teatros en 54 países. Lanzada en 2006, la serie pronto se
convirtió en la principal fuente de contenido cinematográfico alternativo, con más
de 9.6 millones de boletos vendidos desde entonces. Sólo en la presente temporada
se espera vender alrededor de 3 millones de boletos adicionales.
producción de la obra verdiana Un ballo in maschera, encomendada
a David Alden. El elenco multiestelar incluye a Marcelo Álvarez,
Sondra Radvanovsky, Dmitri Hvorostovsky y Stephanie
Blythe. Nuevamente frente a la orquesta del Met, Fabio Luisi.
Siete de las 12 transmisiones constituyen nuevas producciones y dos son estrenos
absolutos en el escenario del Metropolitan Opera de Nueva York, y todos cuentan con
elencos de primera división.
Enero 5, 11:00 horas. Merecida reposición de la vasta obra maestra de
Berlioz Les Troyens, en la versión de Francesca Zambello, vista por
última vez en el Met hace una década, en 2003. Deborah Voigt,
Susan Graham, Marcello Giordani y Dwayne Croft encabezan
el elenco estelar de esta ópera sobre la Guerra de Troya. Fabio Luisi
dirige.
FIL JAL
Como dice Peter Gelb, director general del Met, “nuestras transmisiones en vivo siguen
transformando la percepción que tiene el público de la ópera, y continúan entusiasmando
a nuestros artistas y a los espectadores en todo el mundo”.
2012
Octubre 13, 12:00 horas. La temporada arranca con una nueva producción de Bartlett
Sher de L’elisir d’amore de Gaetano Donizetti, estelarizada por Anna Netrebko,
Matthew Polenzani, Mariusz Kwiecien y Ambrogio Maestri, con la dirección
concertadora de Maurizio Benini.
Octubre 27, 12:00 horas. Regresa la producción de Elijah Moshinsky de la obra maestra
verdiana Otello, primera de cuatro producciones que se presentarán en esta temporada
para celebrar el 200 aniversario de Giuseppe Verdi. Con Johan Botha en el rol epónimo
y Renée Fleming en su aclamada interpretación de Desdemona. Semyon Bychkov
en la batuta.
Noviembre 10, 12:00 horas. Una de las producciones más esperadas de la temporada es la
que ha concebido Robert Lepage para el estreno en el Met de The Tempest de Thomas
Adès, bajo la dirección del propio compositor. Estelariza esta ópera shakespeareana el
barítono Simon Keenlyside en el rol de Prospero.
Diciembre 1, 12:00 horas. Con la reposición de la tradicional producción de Jean-Pierre
Ponelle, se presenta La clemenza di Tito de Mozart, con Giuseppe Filianoti en el rol
del emperador romano, Barbara Frittoli como Vitellia y Elīna Garanča como Sesto.
Dirige Harry Bicket.
Diciembre 15, 12:00 horas. Vuelve la monumental producción de Sonja Frisell de
Aida de Verdi, con Liudmyla Monastyrska como la esclavizada princesa etíope, el
heróico Radamès de Roberto Alagna y la orgullosa princesa egipcia Amneris de Olga
Borodina. Al frente de la orquesta, Fabio Luisi, en su segunda temporada como
director principal del Met.
Diciembre 22, 12:00 horas (en transmisión diferida). Concluye el año 2012 con una nueva
¾
pro ópera
ópera
22 pro
pro opera
2013
Enero 19, 12:00 horas. El estreno en el Met de Maria Stuarda de
Gaetano Donizetti —la segunda de la llamada “Trilogía Tudor”— viene
acompañada de una nueva producción encargada a David McVicar,
con la mezzo-soprano Joyce DiDonato en el virtuoso rol belcantista
de la malograda reina de Escocia. Dirige Maurizio Benini.
Febrero 16, 12:00 horas. La nueva producción de Michael Mayer
ubica la acción de este Rigoletto en Las Vegas de la década de 1960.
Piotr Beczala interpreta al Duque de Mantua, Željko Lucic es su
compinche Rigoletto y Diana Damrau es Gilda, la hija del bufón
de la corte. Dirige la partitura verdiana el joven concertador Michele
Mariotti.
Marzo 2, 11:00 horas. El Met encomendó a la visión del regista
François Girard la nueva producción de la última obra wagneriana,
Parsifal. Jonas Kaufmann debuta el rol del protagonista, a quien
acompañan Katarina Dalayman como Kundry, Peter Mattei
como Amfortas, Evgeny Nikitin como Klingsor y René Pape como
Gurnemanz. Dirige Daniele Gatti.
Marzo 16, 10:00 horas. Vista en el Met por última vez en 1986, esta bella
producción de Francesca da Rimini de Riccardo Zandonai firmada por
Piero Fagoni e inspirada en un episodio del Inferno de Dante, cuenta
con un reparto encabezado por Eva-Maria Westbroek y Marcello
Giordani, bajo la batuta de Marco Armiliato.
Abril 27, 11:00 horas. La temporada 2012-2013 cerrará con broche de
oro con la nueva producción de Giulio Cesare de Händel concebida por
David McVicar. El contratenor David Daniels será el protagonista, y
Natalie Dessay la exótica Cleopatra. El especialista en música barroca,
Harry Bicket, dirigirá a la orquesta del Met. o
El interior del camión HD del Met
Foto: Marty Sohl
Descubriendo la ópera
en el Auditorio Nacional
P
ara quienes no estamos del todo familiarizados con la ópera, o incluso para quien no
la conoce, las transmisiones en vivo de la Metropolitan Opera House significan una
oportunidad única de tener un acercamiento directo a esta expresión músico-teatral en
nuestro país.
Si bien existen propuestas mexicanas de alto nivel, como la reciente puesta de Die Frau
ohne Schatten en el Palacio de Bellas Artes, éstas no son tan accesibles ni frecuentes
como las transmisiones en vivo en alta definición que tienen lugar cada temporada ya en
el Auditorio Nacional: uno de los foros culturales más importantes de México; también se
transmite en importantes recintos de Guadalajara y León.
La experiencia de disfrutar en transmisión en vivo de este espectáculo de inigualable
calidad al tiempo que se lleva a cabo produce la sensación de ser partícipe de uno de los
eventos culturales más esperados e importantes del año en la ciudad de Nueva York y en el
mundo.
Sin duda, esta oportunidad de conocer algunas de las obras más emblemáticas, y otras
también no tan conocidas, de la historia de la música clásica y de la ópera es imperdible y
representa, además, una excelente manera de aprovechar una parte del fin de semana en
un ambiente seguro, confortable y familiar, apto y accesible para todo público. Además,
la verdad sea dicha, es de lo más conveniente cruzar Reforma y terminar el día con una
comida familiar o de amigos en la zona de restaurantes de Polanco, comentando los
momentos humorísticos o dramáticos de la historia, qué voces nos gustaron más, qué parte
nos gustó y qué parte no, etcétera.
La selección de las obras que se presentan ofrece tramas dinámicas y cautivadoras,
personajes entrañables y, desde luego, el disfrute de las mejores voces contemporáneas y
una magnífica orquesta en producciones escénicas que será difícil llegar a ver en en nuestro
país, al menos a corto plazo, o que, para mucha gente, son prohibitivas de presenciar en
vivo en Estados Unidos o Europa. Aunque la experiencia en sí divaga entre ir al cine y ver
una ópera en vivo, la proporción calidad/precio de un espectáculo de este nivel abre la
posibilidad a un público nuevo de conocer y disfrutar de este mundo, a la vez que brinda al
conocedor una aproximación de primera mano y al momento sobre lo que pasa en una de
las casas de ópera más importantes del mundo.
Contrario a lo que se pudiera pensar, este género musical puede causar reacciones
sorpresivas en quienes nunca hemos tenido mayor acercamiento que lo que el dominio
popular en cuanto a arias famosas ofrece. Personalmente, y en particular con la
impresionante puesta de Robert Lepage, no sé si mi acercamiento a Wagner hubiera sido
el mismo en otro contexto. Para el público que no conoce, poner un disco de ópera resulta
muy remoto y poco atractivo; el elemento visual es indispensable para seguir la historia y
sumergirse en ella durante las primeras experiencias. Quizá pensándolo más como un cine
con música, extraordinaria música, que como el espectáculo elitista y complicado que el
estereotipo nos ha hecho creer a muchos.
Las transmisiones en vivo y en HD desde el Met de Nueva York suponen una posibilidad de
gran valor para la sociedad mexicana en general para ver a la ópera desde otra perspectiva,
con otros ojos, con una mentalidad abierta y dispuesta a conocer y explorar este mundo
maravilloso. o
por Eduardo Moreno
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pro opera
pro ópera L’ELISIR D’AMORE
Anna Netrebko como Adina y Matthew Polenzani como Nemorino
estelarizan una de las más grandes joyas cómicas en la ópera. Bartlett Sher,
cuyas producciones anteriores —Il barbiere di Siviglia, Le comte Ory y Les contes
d’Hoffmann— han fascinado a los espectadores del Met, se encarga de la nueva
puesta en escena de esta obra maestra de Gaetano Donizetti. Completan el elenco
Mariusz Kwiecien como Belcore y Ambrogio Maestri como Dulcamara. Dirige
Maurizio Benini, especialista en bel canto.
El Doctor Dulcamara, un charlatán itinerante,
llega al pueblo promocionando una poción
que supuestamente lo cura todo. Cuando
termina su presentación, Nemorino le pregunta
tímidamente si tiene el elixir de amor descrito
en el libro de Adina. Dulcamara le dice que sí
y saca una botella de Bordeaux que Nemorino
le paga quedándose sin un centavo y lo bebe
de inmediato, pero Dulcamara le explica
que el elixir no hará efecto sino hasta el
día siguiente, momento en el que el doctor
estará convenientemente lejos de ahí. Cuando
Adina aparece, Nemorino empieza a sentir el
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pro opera
8 pro ópera
Duración aproximada: 125 minutos
Dirección: Maurizio Benini
Producción: Bartlett Sher
Escenografía: Michael Yeargan
Vestuario: Catherine Zuber
Iluminación: Jennifer Tipton
Anna Netrebko (Adina)
Matthew Polenzani (Nemorino)
Mariusz Kwiecien (Belcore)
Ambrogio Maestri (Doctor Dulcamara)
Acto I
Un pueblo en Italia, principios del siglo XIX
Mientras los campesinos descansan de trabajar,
un joven llamado Nemorino mira a la bella
terrateniente Adina leyendo un libro. Nemorino
está enamorado pero piensa que nunca
será merecedor de ella. Los campesinos le
preguntan a Adina de qué trata el libro que está
leyendo y ella les cuenta la historia de cómo
Tristán hace que Isolda se enamore de él al
tomar una poción mágica. Un tambor anuncia
la llegada del Sargento Belcore y sus hombres;
el sargento le regala unas flores a Adina y le
pide que se case con él. Ella le contesta que no
tiene ninguna prisa pero le promete que va a
considerar su propuesta. A solas con Nemorino,
Adina le dice que mejor debería dedicarse
a cuidar a su tío enfermo que a tratar de
enamorarla. A pesar de ser amable y modesto,
Adina le dice que no siente nada por él.
Ópera en dos actos
Libreto: Felice Romani
basado en Eugène Scribe
Música: Gaetano Donizetti
efecto de la “poción” y, seguro de que para el
día siguiente ella no podrá resistírsele, finge
indiferencia. Para castigarlo, Adina coquetea
con Belcore. El sargento es informado de que
tiene que regresar a sus cuarteles y Adina
accede a casarse con él. Estupefacto, Nemorino
le ruega que espere un día más, pero ella lo
ignora e invita a todo el pueblo a su boda.
Nemorino busca desesperadamente al doctor
para que lo ayude.
Acto II
Durante la recepción en su casa, Adina se
pregunta por qué Nemorino no ha ido a la
boda. Llega entonces el notario pero Adina
anuncia que no va a firmar hasta que Nemorino
aparezca. Mientras tanto, Nemorino le pide a
Dulcamara otra botella del elixir pero, como
no tiene dinero, el doctor le da un plazo de
una hora para que consiga dinero prestado. A
Belcore le molesta que Adina posponga la firma
del contrato nupcial y, en cuanto Nemorino
le dice que necesita dinero urgentemente,
el sargento lo persuade de unirse al ejército,
pues se están pagando veinte escudos a los
voluntarios.
Habiendo por fin comprado más vino,
Nemorino regresa a donde Adina, pero es
cortejado por un grupo de campesinas que lo
persigue por ambición, pues su tío ha muerto
y le ha dejado toda su fortuna, información
que Nemorino ignora, atribuyendo el acoso a
los efectos del elixir. Adina llega sintiéndose
responsable de que Nemorino se haya alistado
en el ejército, pero cuando lo ve con las otras
mujeres reacciona celosamente. Nemorino y las
campesinas se van y Dulcamara se jacta frente
a Adina del poder de su elixir, ofreciéndole
venderle a ella también un poco, pero ella le
contesta que recuperará a Nemorino con sus
propios medios.
Nemorino, que ha visto a Adina derramar una
lágrima cuando lo vio con las campesinas, está
seguro de que ella también lo quiere. Adina
llega y le dice que ha comprado su contrato
de alistamiento pero él vuelve a mostrarse
indiferente y Adina le confiesa por fin su amor.
Belcore aparece y los encuentra abrazados pero
se toma la situación con humor y declara que él
puede tener a la mujer que quiera. Dulcamara
informa a la multitud sobre las noticias de
Nemorino y su herencia y hace alarde de su
milagroso elixir, el cual puede hacer a las
personas enamorarse e incluso convertir a un
pobre campesino en millonario. o
Foto: Nick Heavican/Metropolitan Opera
Anna Netrebko (Adina) y
Ambrogio Maestri (Dulcamara)
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pro opera
pro ópera 7
OTELLO
Esta obra maestra de Giuseppe Verdi, basada en la tragedia de William Shakespeare,
regresa al Met, por primera vez en HD, con un elenco encabezado por Johan
Botha en el rol epónimo, Renée Fleming en su aclamado rol de Desdemona,
Falk Struckmann como Iago y Michael Fabiano como Cassio. Dirige Semyon
Bychkov.
Acto I
Chipre, finales del siglo XV
Los chipriotas observan desde la costa cómo
una violenta tormenta golpea la flota veneciana
que ha sido enviada para defender a su isla
de la invasión turca. El moro Otello, general
veneciano y gobernador de Chipre, desembarca
sano y salvo en el puerto y anuncia que la flota
de los turcos ha sido destruida. Iago, alférez de
Otello, confabula con el acaudalado Roderigo,
quien está enamorado de Desdemona, hermosa
mujer veneciana a quien Otello desposó
recientemente. Prometiéndole su ayuda, Iago
le asegura a Roderigo que Desdemona ha de
aburrirse pronto de su esposo y revela su odio
hacia Otello, ya que ha sido a Cassio, y no a él,
a quien el moro ha nombrado recientemente
capitán.
Mientras el pueblo celebra la victoria del
gobernador y su buen regreso a casa, Iago
propone un brindis. Cassio rechaza la bebida
pero Iago lo convence diciéndole que no
puede negarse a brindar a la salud de la nueva
esposa de Otello y lo emborracha para luego
provocar que se pelee con Roderigo. Cuando
llega Montano, predecesor de Otello, y trata de
separarlos, Cassio lo ataca a él también. Otello
llega del palacio a poner orden, furioso por el
comportamiento de los soldados; cuando ve
que Desdemona ha tenido que interrumpir su
descanso por la conmoción, retira el reciente
nombramiento a Cassio y ordena a todos que
se vayan. A solas, la pareja rememora cómo se
enamoró y se juran amor uno al otro.
Acto Il
Iago aconseja a Cassio pedirle a Desdemona
que interceda por él, argumentando que
su influencia en su esposo seguramente le
devolverá el nombramiento. Tan pronto Cassio
¾
pro opera
10 pro ópera
se va, Iago declara su credo en un Dios cruel
que ha creado al hombre perverso y que la
vida no tiene ningún significado y ve a Cassio
en el jardín abordando a Desdemona. Otello
entra a donde está Iago, quien habla vaga
y tramposamente de sus preocupaciones
sobre la fidelidad de Desdemona. Hechizado
por la belleza de su esposa, Otello la ensalza
amorosamente, pero cuando ella menciona
el asunto de Cassio, Otello se molesta y se
queja de dolor de cabeza; ella le ofrece un
pañuelo para enfriarlo y ponérselo en la
frente pero Otello lo avienta al piso. Emilia,
dama de compañía de Desdemona, recoge
el pañuelo pero Iago, que es su esposo, se lo
quita. Desdemona trata de calmar a Otello,
pero él ordena que lo dejen solo y se queda
únicamente con Iago, quien observa las
sospechas del gobernante crecer y, para echar
más leña al fuego, inventa que Cassio llamaba a
Desdemona en sus sueños y que le había visto
con el pañuelo en cuestión. Estallando en ira y
celos, Otello jura venganza y Iago lo secunda en
su juramento.
Acto Ill
Un mensajero informa a Otello de la visita
de diplomáticos venecianos. Iago le dice que
pronto tendrá pruebas contundentes de la
traición de su esposa y de Cassio. Desdemona
entra y habla tranquilamente con Otello hasta
que ella insiste con el asunto de Cassio. Cuando
Otello le exige el pañuelo que él le había dado,
ella vuelve a interceder por Cassio e, incapaz de
controlar su furia, Otello la acusa de infidelidad
y la echa. Solo, Otello sufre desesperadamente,
conmiserándose a sí mismo, pero, al acercarse
Iago y Cassio, se esconde para escuchar lo que
hablan, tal y como lo había planeado con Iago,
quien hace parecer que Cassio tiene el pañuelo
Ópera en cuatro actos
Libreto: Arrigo Boito
basado en William Shakespeare
Música: Giuseppe Verdi
Duración aproximada: 185 minutos
Dirección: Semyon Bychkov
Producción: Elijah Moshinsky
Escenografía: Michael Yeargan
Vestuario: Peter J. Hall
Iluminación: Duane Schuler
Coreografía: Eleanor Fazan
Renée Fleming (Desdemona)
Johan Botha (Otello)
Michael Fabiano (Cassio)
Falk Struckmann (Iago)
de Desdemona y guía la conversación de tal
manera que Otello escuche sólo algunas partes
y asuma erróneamente que están hablando de
Desdemona, confirmando la infidelidad.
Trompetas anuncian la llegada de los
dignatarios de Venecia y Otello, cuya rabia sigue
creciendo, jura matar a su esposa esa misma
noche. Recibe entonces al embajador Ludovico,
quien le informa que ha sido llamado a Venecia
y que el gobernador de Chipre será ahora
Cassio. Fuera de control al enterarse de esto,
Otello empuja a su esposa al piso y la insulta;
luego les ordena a todos que salgan y entra en
crisis mientras Iago se regodea con lo ocurrido.
Acto IV
Emilia asiste a Desdemona para irse a dormir.
Aterrorizada, Desdemona canta sobre una
mujer que fue abandonada por su amado,
luego se despide cariñosamente de Emilia
y reza. En cuanto se queda dormida, Otello
entra y la despierta con un beso; cuando
Otello le dice que la va a matar, Desdemona se
horroriza y defiende su inocencia, pero Otello
la estrangula. Emilia toca la puerta diciendo
que Cassio ha asesinado a Roderigo y, cuando
ve que Desdemona está muerta, grita pidiendo
ayuda. Los engaños de Iago finalmente se
revelan y Otello se da cuenta de lo que ha
hecho y, luego de rememorar su glorioso
pasado, saca una daga y se apuñala, muriendo
junto a su esposa y dándole un último beso. o
Foto: Ken Howard/Metropolitan Opera
Johan Botha (Otello) y
Renée Fleming (Desdemona)
¾
pro opera
THE TEMPEST
Ópera en tres actos
Libreto: Meredith Oakes
basada en William Shakespeare
Música: Thomas Adès
Duración aproximada: 180 minutos
El compositor Thomas Adès dirige el estreno de su ópera de 2004 en el Met. Considerada
como una obra maestra contemporánea, Robert Lepage recrea —en esta nueva coproducción del Met con la Opéra de Québec y la Wiener Staatsoper, en colaboración con Ex
Machina— el interior de La Scala de Milán en el siglo XVIII, en cuyos fondos se oculta el
desterrado duque de Milán, Prospero, interpretado por Simon Keenlyside, en un rol que
el magnético barítono creó para el estreno londinense de la obra.
Acto I
Escena 1: La corte
Por medio de su magia, Prospero crea una fuerte
tormenta durante la cual el barco donde viajan su
hermano (que ha usurpado su cargo como Duque
de Milán), el Rey Alonso, Duque de Nápoles, y su
hijo Ferdinand, todos con sus cortes, naufraga. Fuera
del escenario se escucha a la corte.
Escena 2: Miranda y Prospero
Miranda se horroriza por la destrucción que su
padre ha causado, pero Prospero le explica cómo su
hermano lo usurpó y cómo fueron desterrados hace
doce años en un bote, habiendo sobrevivido con la
sola ayuda de su fiel cortesano Gonzalo. Prospero
manda a Miranda a dormir.
Escena 3: Ariel y Prospero
Ariel rinde cuentas a Prospero de las órdenes que
le dio y éste la instruye a restablecer al grupo
naufragado: “Ni un pelo ha sufrido / y no hay
mancha en sus ropas”. “Yo los limpiaré y secaré / Y
los dispersaré en la isla”, responde ella obediente.
Escena 4: Caliban y Prospero (Miranda duerme)
Caliban aparece e inmediatamente cuestiona por
qué Prospero ha causado semejante desastre.
Prospero lo corre: “Odioso esclavo / Vete a tu cueva”;
y llama de nuevo a Ariel.
Escena 5: Prospero y Ariel (Miranda duerme)
Ariel le dice a Prospero que ha cumplido sus órdenes
y que ahora le lleve a Ferdinand, hijo del Rey.
Aunque leal a Prospero, Ariel le pregunta cuándo
obtendrá su libertad; Prospero le asegura que esto
ocurrirá dentro de doce días. Los dos se esconden
dejando a Miranda durmiendo en la playa.
Escena 6: Ferdinand y Miranda (con Prospero y Ariel
escondidos)
Ferdinand llega a la isla y encuentra a Miranda
dormida. Primero piensa que se trata de un
fantasma y, al despertar, ella se pregunta quién es
él: “Nunca he visto / A alguien como tú”; y los dos
se sienten inmediatamente atraídos el uno por el
otro, pero entonces aparece Prospero y confronta
a Ferdinand, diciéndole lo que Alonso ha hecho e
inmovilizándolo. Ferdinand declara su amor por
Miranda y acepta cualquier cosa que Prospero quiera
¾
pro opera
12 pro ópera
hacer con él, pero Prospero lo declara no merecedor
de Miranda y ordena a Ariel traer a Alonso y su
comitiva.
Acto Il
Escena 1: El Rey y la corte en la isla (con Prospero y
Ariel escondidos)
El coro canta con admiración sobre cómo han
sobrevivido ilesos a la tormenta. Desde su ventajoso
escondite, Prospero ordena a Ariel: “Búrlalos,
persíguelos / Provoca y engaña / Pínchalos,
engáñalos / Prívalos de la paz”. El Rey lamenta la
pérdida de su hijo y Gonzalo intenta consolarlo
pero Ariel comienza con su engaño e, imitando las
voces de los miembros del grupo para confundirlos
y dividirlos, comienzan a reñir. El conflicto es evitado
por la llegada de Caliban.
Escena 2: Caliban con la corte
Se confrontan entre sí con estupor y pronto Trinculo y
Stefano empiezan a hacer tomar a Caliban. Mientras
el engaño de Ariel continúa, él conmina al grupo a
no tener miedo, pues “la isla está llena de ruidos” y
explica su presencia ahí; pero, antes de poder revelar
el nombre de Prospero, es silenciado y abandona
al grupo. Confundidos, el Rey y Gonzalo se van a
recorrer la isla con la magia de Prospero en marcha
a hacerlos vagar: “Busquen / Donde no hay sendero
alguno / vayan en círculos / Beban del pantano”.
Escena 3: Caliban, Stefano y Trinculo
Brevemente, Caliban, Stefano y Trinculo confabulan
para reivindicar a Caliban en su otrora posición como
gobernante de la isla.
Dirección: Thomas Adès
Producción: Robert Lepage
Escenografía: Jasmine Catudal
Vestuario: Kym Barrett
Iluminación: Michel Beaulieu
Video: David Leclerc
Audrey Luna (Ariel)
Isabel Leonard (Miranda)
Iestyn Davies (Trinculo)
Alek Shrader (Ferdinand)
Alan Oke (Caliban)
William Burden (King of Naples)
Toby Spence (Antonio)
Simon Keenlyside (Prospero)
Ariel explica que ha dispersado a la corte y, una
vez más, pide ser liberada. El Rey y la corte llegan
exhaustos y casi desvaneciéndose; todos, excepto
Antonio y Sebastian, se quedan pronto dormidos.
Estos últimos empiezan a fraguar el asesinato del
Rey pero Ariel los interrumpe, despertando al resto
de la corte; luego hace aparecer un banquete de la
nada y, con la misma inmediatez, lo desaparece,
dejando al grupo aún más confundido. Prospero
ensalza su poder sobre sus enemigos.
Escena 3: Miranda y Ferdinand, regreso de Prospero
La pareja informa a Prospero que se han casado y
Ariel aparece presentándoles sus buenos deseos,
además de revelar al joven que su padre está vivo.
Desapareciendo a Ariel, Prospero anuncia que
está terminando con la magia: “Nuestra dicha ha
terminado / ¿Qué están mirando? / Se ha esfumado
/ Como las ciudades desaparecen / Palacios
desaparecen / El mundo mismo/Se disuelve/No hay
nada que decir/Todo se acabará”.
Trinculo, Stefano y Caliban regresan, éste último
confirmando su deseo por Miranda, diciendo:
“Tendremos Calibanes / muchos y muy fuertes”, lo
cual indigna a Prospero, quien lo hace desaparecer.
Ariel reaparece y se le promete su libertad dentro
de una hora.
Acto Ill
Escena 4: Todos excepto Caliban
Propero se presenta al Rey y a su corte y revela a
Ferdinand y Miranda con Alonso. Con la reaparición
de Triculo y Stefano la corte se ve nuevamente
reunida: “Bendita sea la isla / Donde Prospero ha
encontrado su reinado / Ferdinand, a su mujer /
Y a Nápoles, Ferdinand”, dice Gonzalo mientras
se encaminan todos al barco, ahora restaurado.
Prospero se reconcilia con el Rey, perdona a su
hermano y rompe su vara mientras Ariel, cuya voz
se escucha fuera del escenario, parte.
Escena 2: Prospero y Ariel, seguidos por la llegada de
la corte
Escena 5: Caliban solo, con Ariel fuera de escena
Caliban se queda solo en la isla reflexionando
sobre los cambios: “Los que estaban aquí /
¿Han desaparecido?” La voz de Ariel se escucha
nuevamente fuera de escena. o
Escena 4: Ferdinand, Miranda y Prospero escondido
La pareja expresa su amor y Miranda libera a
Ferdinand obligando a Prospero a aceptar la pérdida
de su hija: “Miranda / La he perdido / No puedo
gobernar en sus mentes / Mi hija me ha ganado /
Un poder mayor al mío / Ha liberado al joven”.
Escena 1: Caliban, Trinculo y Stefano, todos ebrios
El trío danza por la isla proclamando que se acerca el
momento en que Stefano será rey y Caliban, libre.
Foto: Anne Deniau/Metropolitan Opera
Simon Keenlyside (Prospero)
¾
pro opera
pro ópera 7
LA CLEMENZA DI TITO
La última ópera italiana de Mozart regresa al Met en la estilizada producción de
Jean-Pierre Ponelle, con un elenco carismático encabezado por Giuseppe
Filianoti en el rol protagónico, acompañado de Barbara Frittoli como la
vengativa Vitellia y de Elīna Garanča como su joven amante, Sesto. Dirige el
concertador especialista en el Barroco, Harry Bicket.
Acto I
Roma, Siglo I d.C.
El emperador romano Tito está enamorado de
Berenice, hija del rey de Judea. Vitellia, hija del
anterior emperador, se considera la heredera
del trono de su padre y le pide a su joven
pretendiente Sesto que mate a Tito. Sesto, a
pesar de ser amigo cercano del emperador,
está dispuesto a hacer lo que sea por Vitellia,
así que accede. Cuando Annio, amigo de Sesto,
le dice que Tito no se va a casar con Berenice
por razones políticas, Vitellia renueva sus
esperanzas y le dice a Sesto que no haga nada.
Annio recuerda a Sesto de su deseo de casarse
con Servilia, su hermana, y los dos hombres
proclaman su amistad.
En el forum, los romanos aclaman a Tito. El
emperador le dice a Annio y a Sesto que, ya
que tiene que tomar a una romana como
esposa, será Servilia con quien se case.
Diplomáticamente, Annio asegura a Tito que
está de acuerdo con la decisión. Tito declara
que lo único bueno del poder es poder ayudar
a otros; cuando Annio le dice a Servilia de las
intenciones del emperador, ella le jura su amor.
En el palacio, Tito explica su filosofía del perdón
a Publio, el capitán de la guardia. Servilia
entra y confiesa al emperador que ya estaba
comprometida con Annio. Tito le agradece
su honestidad y declara que no la obligará a
casarse con él. Vitellia, sin saber que Tito ha
cambiado su decisión, insulta furiosamente a
Servilia y ordena a Sesto matar al emperador
de una vez. Sesto se compromete a obedecerla
y se va. Entonces llegan Publio y Annio e
¾
pro opera
14 pro ópera
Ópera en dos actos
Libreto: Caterino Mazzolà
basado en Pietro Metastasio
Música: Wolfgang Amadeus Mozart
Duración aproximada: 175 minutos
Dirección: Harry Bicket
Producción, Escenografía
y vestuario: Jean-Pierre Ponnelle
Iluminación: Gil Wechsler
Lucy Crowe (Servilia)
Barbara Frittoli (Vitellia)
Elīna Garanča (Sesto)
Kate Lindsey (Annio)
Giuseppe Filianoti (Tito)
Oren Gradus (Publio)
informan a Vitellia que Tito ha decidido
escogerla a ella como su esposa. Vitellia trata
desesperadamente de detener a Sesto pero se
da cuenta de que ya es demasiado tarde.
Sesto ha puesto en marcha una conspiración
y ha prendido fuego al Capitolio. Lleno de
vergüenza, acude a Annio, evade sus preguntas
y escapa. Servilia aparece, luego Publio y
finalmente Vitelia. Los tres buscan a Sesto
y creen que Tito está muerto; Sesto regresa
buscando un escondite y, cuando está a punto
de confesar su crimen, Vitellia lo silencia.
Acto ll
En el palacio, Annio le dice a Sesto que el
emperador sigue vivo. Cuando Sesto confiesa
que fue él quien trató de asesinarlo pero sin
decir por qué, Annio le aconseja sincerarse con
Tito y esperar que lo perdone. Vitellia aparece,
rogándole a Sesto que huya, pero ya es tarde:
uno de los conspiradores ha traicionado a
Sesto y es arrestado por Publio, quien llega
acompañado de unos soldados. Sesto le pide a
Vitellia que recuerde su amor.
El pueblo romano está agradecido de que el
emperador haya sobrevivido. Tito se esfuerza
por entender los motivos de los conspiradores
y duda de la deslealtad de Sesto. Publio le
advierte sobre ser demasiado confiado. Cuando
se anuncia que Sesto ha confesado y que el
Senado lo ha sentenciado a muerte, Annio le
pide a Tito que tenga compasión. El emperador
decide no firmar la sentencia hasta no hablar
en persona con Sesto. A solas, Sesto asegura a
Tito que no quería el trono para sí, pero no se
atreve a implicar a Vitellia. Tito, insatisfecho con
la explicación, hace que se lo lleven. Sesto le
pide recordar su amistad. El emperador firma
la sentencia pero luego la rompe: no puede
ser un tirano y ejecutar a su amigo. Increpa a
los dioses, diciéndoles que si lo que quieren
es un gobernante cruel tendrán que sacarle
su corazón humano. Servilia y Annio ruegan a
Vitellia que salve a Sesto y ella se da cuenta de
que debe confesar su crimen antes que aceptar
el trono pagando con la vida de Sesto.
En la plaza pública, Tito está a punto de
pronunciar la sentencia de Sesto, entonces
llega Vitellia y admite que ella es la única
responsable del intento de asesinato. El
desconcertado emperador explica que su
intención de todas formas era perdonar a Sesto
y finalmente concede el perdón a todos los
conspiradores. El pueblo romano aclama la
bondad de Tito y pide a los dioses le concedan
una vida larga. o
Foto: Marty Sohl/Metropolitan Opera
Escena de La clemenza di Tito
¾
pro opera
pro ópera 7
AIDA
Esta épica ópera de Verdi presenta a la soprano ucraniana Liudmyla Monastyrska
en su debut como la esclavida princesa etíope, acompañada por Olga Borodina,
una de las mejores intérpretes del rol de Amneris, Roberto Alagna como el héroe
Radamès y George Gagnidze como el destronado rey de Etiopía. La espectacular
producción de Sonja Frisell utiliza todas las capacidades teatrales del Met para
sumergir al espectador en la grandeza del antiguo Egipto. Fabio Luisi dirige sus
primeras funciones de la ópera en el Met.
Acto I
Egipto, durante el reinado de los faraones
En el palacio real de Menfis, el sumo sacerdote
Ramfis dice al guerrero Radamès que Etiopía
está preparando otro ataque contra Egipto.
Radamès espera ser él quien dirija al ejército
pues está enamorado de Aida, la esclava etíope
de la princesa Amneris, hija del rey, y piensa
que si gana la batalla entonces podrá liberarla y
casarse con ella. Pero Amneris está enamorada
de Radamès y, cuando los tres se reúnen, se da
cuenta de sus sentimientos por Aida y siente
celos.
Un mensajero le dice al rey de Egipto, a los
sacerdotes y a los soldados que el ejército
etíope está avanzando. El rey nombra entonces
a Radamès como líder del ejército y todos
entonan un himno patriótico. Ya sola, Aida
se debate entre su amor por Radamès y la
lealtad que le debe a su país natal, donde su
padre Amonasro es el rey, y reza a los dioses
por misericordia. En el templo de Vulcano, los
sacerdotes consagran a Radamès al servicio de
la deidad y Ramfis le ordena proteger su patria.
Acto ll
Etiopía ha sido derrotada y Amneris espera
el regreso triunfal de Radamès. Cuando Aida
se aproxima, la princesa hace salir al resto
de su séquito para averiguar los verdaderos
sentimientos de su esclava en privado,
diciéndole que Radamès ha muerto en la
¾
16 pro ópera
pro opera
Ópera en cuatro actos
Libreto: Antonio Ghislanzoni
basado en Camille du Locle
Música: Giuseppe Verdi
Duración aproximada: 220 minutos
Dirección: Fabio Luisi
Producción: Sonja Frisell
Escenografía: Gianni Quaranta
Vestuario: Dada Saligeri
Iluminación: Gil Wechsler
Coreografía: Alexei Ratmansky
Liudmyla Monastyrska (Aida)
Olga Borodina (Amneris)
Roberto Alagna (Radamès)
George Gagnidze (Amonasro)
Štefan Kocán (Ramfis)
Miklós Sebestyén (Il Re)
batalla y luego revelándole que en realidad está
vivo. Por sus reacciones, no queda duda de que
Aida sí ama a Radamès pero, segura de que
Aida no es rival para ella, se va a presenciar la
procesión triunfal. A la entrada de la ciudad, el
rey y Amneris observan la victoriosa celebración
y coronación de Radamès. Los prisioneros
de guerra son traídos y Aida reconoce entre
ellos a su padre quien le dice que no revele su
identidad al rey. Radamès se impresiona con
la elocuente petición de misericordia que hace
Amonasro y pide al rey se perdone la vida a
los prisioneros y se les conceda libertad. El
rey concede la petición pero conserva preso a
Amonasro y declara que, como recompensa a
su victoria, Radamès tendrá la mano de su hija
en matrimonio.
Acto Ill
En la víspera de su boda, Amneris va con
Ramfis a rezar al templo a orillas del Nilo.
Aida, en espera de Radamès, añora su tierra
natal. Amonasro llega y, apelando a su deber
patriótico, convence a su hija de averiguar
con Radamès qué ruta va a tomar el ejército
egipcio para invadir Etiopía y así poder escapar.
Amonasro se oculta cuando Radamès llega y
declara su amor a Aida. La pareja sueña con
una vida juntos en el futuro y Radamès acepta
huir con ella, pero cuando se entera de que
Amonasro es el rey de Etiopía se horroriza por
lo que ha hecho. Aida y Amonasro tratan de
calmarlo, pero Ramfis y Amneris se apersonan
en el templo. Padre e hija logran huir, pero
Radamès se entrega a los sacerdotes.
Acto IV
Creyendo muerta a Aida, Radamès espera su
juicio por traición. Más tarde, aun cuando se le
revela que su amada ha sobrevivido, rechaza
la oferta de Amneris de salvarlo si renuncia a
Aida. Cuando es llevado ante los sacerdotes
se niega a contestar a las acusaciones y es
condenado a ser enterrado vivo. Amneris pide
misericordia pero los jueces no cambian su
veredicto y los maldice. En la bóveda, Aida
espera escondida a Radamès para compartir su
destino. La pareja expresa su amor por última
vez mientras Amneris, arriba en el templo, reza
por el alma de Radamès. o
Foto: Ken Howard/Metropolitan Opera
Roberto Alagna (Radamès)
pro opera
¾
UN BALLO IN MASCHERA
Este drama de celos y venganza de Giuseppe Verdi se presentará en una nueva
producción a cargo de David Alden, en su regreso al Met después de 20 años de
ausencia. Ubicada en un ambiente sueco de principios del siglo XX, Marcelo Álvarez
encabeza el elenco como el malogrado rey Gustavo III; Sondra Radvanovsky es
Amelia, el objeto de su pasión secreta; Dmitri Hvorostovsky es su desconifado
esposo; y Stephanie Blythe es la agorera Ulrica. Dirige Fabio Luisi.
Los nombres de los personajes suecos son los
originales que Verdi pretendía. Debido a la
censura cuando fue estrenada la ópera, se vio
obligado a cambiar el tiempo y el lugar de la
historia, así como los nombres de los personajes
históricos que la protagonizan. Los nombres
usuales están entre paréntesis.
Acto I
Palacio Real en Estocolmo, 1792
Cortesanos y un grupo de conspiradores
comandados por los Condes Horn y Ribbing
(Tom y Samuel) esperan una audiencia con
el Rey Gustavo III (Riccardo). El Rey llega y ve
el nombre de Amelia, esposa de su consejero
y amigo Anckarström (Renato), en la lista de
invitados a un baile de máscaras y piensa en
el amor prohibido que siente por ella. A solas
con Gustavo, Anckartröm advierte al Rey sobre
una conspiración en su contra, pero Gustavo
desestima el peligro de la situación. El joven
paje Oscar le dice al Rey que la agorera Ulrica
ha sido acusada de brujería y que ha de ser
desterrada. El Rey decide ir personalmente a
atender ese asunto y acuerda con su corte ir de
incógnito a visitar a Ulrica.
una planta mágica en el lugar donde se hacen
las ejecuciones. Amelia se va y Gustavo decide
seguirla. Oscar y otros miembros de la corte
llegan y el Rey le pide a Ulrica que le lea la
mano y ella le dice que morirá en manos de
un amigo; Gustavo se ríe de la profecía y le
exige saber el nombre de su asesino. Ulrica
le contesta que será la primera persona que
lo salude de mano. Cuando Anckarström se
aproxima, Gustavo lo saluda y declara que el
oráculo es un fraude, pues Anckarström es
su amigo más leal. Reconociendo a su rey, la
multitud lo aclama mientras los conspiradores
se se quejan de su desgracia.
Acto Il
Amelia llega al lugar que le dijo la adivina
y reza pidiendo olvidarse de su amor por el
Rey. Cuando Gustavo aparece, ella le pide que
se vaya pero después los dos se declaran su
amor. Cuando Anckarström los interrumpe,
advirtiendo al rey que los conspiradores están
cerca, ella se cubre la cara; Gustavo hace a
Anckarström prometer que llevará a la mujer a
la ciudad sin quitarle el velo y escapa.
Encontrando a Anckarström en vez de a su
víctima, los conspiradores se burlan de su
acompañante y su velo; cuando Amelia se
Cerca del puerto, Ulrica invoca a los espíritus
da cuenta de que su esposo antes pelearía
proféticos y le dice al marinero Cristiano
con ellos que romper su promesa a Gustavo,
(Silvano) que pronto será rico y recibirá un
ascenso. El Rey, disfrazado, escucha a escondidas ella misma se quita el velo para salvarlo.
Los conspiradores se divierten a costa de la
y pone dinero y documentos de ascenso en
situación de Anckarström, quien, atónito con la
el bolsillo de Cristiano. Cuando el marinero
traición del Rey, pide a Horn y Ribbing que lo
descubre el cambio de su suerte, todos alaban
vayan a ver a su casa a la mañana siguiente.
los poderes de Ulrica. Gustavo se esconde
mientras la adivinadora saca a sus visitantes y
Acto Ill
hace pasar a Amelia, quien está atormentada
En su casa, Anckarström amenaza de muerte a
por el amor que siente por el Rey y le pide
Amelia. Ella le pide ver a su hijo una última vez
ayuda. Ulrica le dice que tiene que encontrar
¾
18 pro ópera
pro opera
Ópera en tres actos
Libreto: Antonio Somma
basado en Eugène Scribe
Música: Giuseppe Verdi
Duración aproximada: 200 minutes
Dirección: Fabio Luisi
Producción: David Alden
Escenografía: Paul Steinberg
Vestuario: Brigitte Reiffenstuel
Iluminación: Adam Silverman
Coreografía: Maxine Braham
Sondra Radvanovsky (Amelia)
Kathleen Kim (Oscar)
Stephanie Blythe (Ulrica)
Marcelo Álvarez (Gustavo III)
Dmitri Hvorostovsky (Anckarström)
antes de morir, lo cual conmueve a Anckarström
y decide descargar su ira únicamente en el
Rey. Horn y Ribbing llegan y Anckarström les
dice que se unirá a los conspiradores; los tres
hombres deciden dejar a la suerte quién será
el asesino del Rey y Anckarström obliga a su
esposa a hacer el sorteo. Cuando es su propio
nombre el elegido, Anckarström se regocija.
Llega Oscar con la invitación para el baile de
máscaras mientras los asesinos celebran la
excelente oportunidad de llevar a cabo su plan.
Amelia decide prevenir al Rey.
Gustavo, solo en su habitación, decide renunciar
a su amor por Amelia y mandar a Anckarström
con su esposa a Finlandia cuando Oscar le
entrega una carta sin firmar que le advierte
de la conspiración para matarlo, pero el Rey
no está dispuesto a ser intimidado y se va al
baile. En el salón de baile, Anckarström intenta
averiguar por Oscar qué disfraz llevará el Rey.
El paje contesta evasivamente pero finalmente
revela cuál será el disfraz. Amelia y el Rey se
encuentran y ella le reitera la advertencia.
Negándose a escapar, el Rey declara su amor
una vez más a Amelia y le dice que va a
mandarla lejos, tanto a ella como a su esposo.
Cuando la pareja se despide, Anckarström
apuñala al Rey quien, moribundo, perdona a
su asesino y le asegura que, aunque estaba
enamorado de Amelia, su esposa es inocente.
La multitud alaba la bondad y la generosidad
del Rey. o
Foto: Brigitte Lacombe/Metropolitan Opera
Dmitri Hvorostovsky
(Anckarström) y Marcelo
Álvarez (Gustavo III)
¾
pro opera
LES TROYENS
El Met ofrece una rara oportunidad de gozar la obra maestra de Berlioz, vista por última
vez en este escenario en 2003, en la aclamada producción de Francesca Zambello.
Fabio Luisi dirige a un elenco encabezado por Marcello Giordani, Deborah Voigt y
Susan Graham, quienes interpretan a los personajes de la Guerra de Troya.
Acto I
Luego de diez años de sitio, los griegos se han
ido de Troya dejando un caballo de madera
gigante como una ofrenda a la diosa Palas
Atenea. Sólo la profetisa Cassandre, hija del
Rey de Troya, Priam, se pregunta qué significa
la repentina desaparición de sus enemigos. En
una visión, ha visto al fantasma de su hermano
Hector caminando junto a las murallas de la
ciudad. Cassandre trata de advertirle a su padre
del desastre inminente que se avecina e insiste
a su esposo Chorèbe en abandonar la ciudad,
pero ninguno de los dos la escucha. Cuando
Chorèbe le pide que asista al festejo, ella le
dice que ha previsto la muerte tanto para él
como para su padre. Los troyanos agradecen
a los dioses. La viuda de Hector, Andromache,
presenta a su hijo, heredero del trono, ante el
rey Priam y la reina Hécube. El guerrero Énée
llega e informa que el sacerdote Laocoon está
muerto pues, habiendo sospechado que el
caballo de madera era algún tipo de trampa, le
ha arrojado su lanza y ha animado al pueblo a
prenderle fuego cuando dos serpientes marinas
gigantes lo han devorado junto con sus dos
hijos. Priam y Énée ordenan hacer traer el
caballo dentro de la ciudad para rogar por el
perdón de Atenea. Cassandre se da cuenta de
que éste será el fin de Troya.
Acto Il
Énée es visitado por el fantasma de Hector,
quien le dice que escape de la ciudad y que su
destino es fundar un nuevo imperio que algún
día dominará al mundo. Cuando el fantasma
desaparece, Panthée, amigo de Énée, llega
con la noticia de que los soldados griegos
que salieron del caballo están destruyendo la
ciudad. Las mujeres troyanas rezan por que
los invasores se vayan y Cassandre profetiza
que Énée y algunos de los troyanos escaparán
a Italia para construir una ciudad: una nueva
Troya. Chorébe ha caído y Cassandre se prepara
¾
pro opera
20 pro ópera
Ópera en cinco actos
Libreto y música de Hector Berlioz
basado en la Eneida de Virgilio
Duración aproximada: 300 minutos
Dirección: Fabio Luisi
Producción: Francesca Zambello
Escenografía: Maria Bjørnson
Vestuario: Anita Yavich
Iluminación: James F. Ingalls
Coreografía: Doug Varone
para su propia muerte y pregunta a las mujeres
si se someterán a la violación y a la esclavitud o
si prefieren morir. Cuando los soldados griegos
entran, las mujeres se suicidan colectivamente.
Énée y sus hombres escapan con los tesoros de
Troya.
Deborah Voigt (Cassandra)
Susan Graham (Dido)
Marcello Giordani (Aeneas)
Eric Cutler (Iopas)
Dwayne Croft (Coroebus)
Kwangchul Youn (Narbal)
Acto Ill
El pueblo de Cartago aclama a su reina, Didon.
Luego de siete años de haber dejado Tiro tras
el asesinato del esposo de Didon, han logrado
alzar un nuevo reino. Anna, hermana de Didon,
le sugiere que Cartago necesita de un rey y le
asegura a su hermana que algún día habrá de
amar otra vez. Sobrevivientes de un naufragio
en medio de una violenta tormenta son
anunciados: es decir, lo que queda del ejército
troyano con Énée disfrazado de marinero entre
ellos. Didon los recibe. Llegan entonces noticias
del líder de los númidas, Iarbas, quien está
por atacar Cartago y Énée revela su identidad
y ofrece pelear junto a los cartagineses. Didon
acepta y Énée comanda a los dos ejércitos,
encomendando a Ascagne, su hijo, el cuidado
de la Reina.
Acto lV
Énée regresa victorioso a Cartago. Durante una
partida real de caza, él y Didon buscan refugio
de una tormenta y llegan a una cueva, donde
se declaran su amor. Meses después, Narbal,
consejero de la Reina, se preocupa de que
Didon esté descuidando sus obligaciones como
reina por haberse enamorado, y teme que, al
haber recibido al ejército troyano, Cartago vaya
a recibir también un destino funesto. Didon
llega con Énée y su corte para ver cantos y
bailes y ella le pide a su amado que le cuente
más sobre los últimos días de Troya; él le habla
de Andromache, la viuda de Hector, quien se
casó con Pyrrhus, que era un enemigo, y Didon
advierte el parecido con su propia situación. A
solas, ella y Énée proclaman nuevamente su
amor pero Mercurio aparece y le recuerda a
Énée sobre su deber y su destino: Italia.
Acto V
En la bahía, en el campamento troyano, un
joven marinero canta una balada añorando el
hogar. Panthée y los capitanes troyanos están
preocupados por visiones y profecías que les
recuerdan que no se han ido a Italia. Énée
llega, debatido entre su amor por Didon y su
deber de dejar Cartago y decide ver por última
vez a la Reina, pero cuando los fantasmas
de Cassandre, Priam, Hector y Chorèbe se
le aparecen y lo apuran a irse, ordena a sus
hombres embarcarse antes de que amanezca.
Didon aparece y Énée le jura que la ama pero
que se tiene que ir. Didon lo maldice. Cuando
amanece, la Reina le pide a su hermana que
persuada a Énée de quedarse, pero los barcos
troyanos ya han emprendido camino mar
adentro. Furiosa, Didon ordena alzar una pira
y quemar todos los regalos y recuerdos de su
amor por Énée. Decidida a acabar con su vida,
Didon se despide de Cartago y de todo aquello
de lo que alguna vez sintió afecto. La pira está
lista y, mientras los sacerdotes rezan por Didon,
ella predice que será recordada y que un futuro
general cartaginés, Aníbal, la vengará contra
Italia un día; entonces se clava la espada de
Énée y, muriendo, tiene una última visión:
Cartago es destruida bajo el dominio eterno de
Roma. Mientras el Capitolio romano aparece
apoteóticamente a lo lejos, los cartagineses
maldicen a Énée y a sus descendientes. o
Foto: Marty Sohl/Metropolitan Opera
Escena de Les troyens
pro opera
¾
MARIA STUARDA
David McVicar, quien dirigió el estreno en el Met de Anna Bolena la temporada
pasada, ahora se encarga de la producción del estreno de la segunda ópera de
Donizetti de su famosa “Trilogía Tudor”. Joyce DiDonato acomete el virtuoso rol
belcantista de la desafiante Maria Stuarda, Reina de Escocia. La soprano sudafricana
Elza van den Heever hace su debut en el Met como su formidable rival Elisabetta,
Reina de Inglaterra. Maurizio Benini dirige a un elenco que también incluye a
Francesco Meli, Joshua Hopkins y Matthew Rose.
Leicester llega y Elisabetta lo instruye a
informar al embajador que sí se casará con
François. Como Leicester, de quien la reina
está enamorada, no da ninguna señal de estar
celoso, ésta asume que tiene una rival; lo cual
confirma pronto, cuando Talbot —consejero
de Maria— regresa de Fotheringhay (que es
donde se encuentra Maria) y le da a Leicester
una carta y un retrato en miniatura de parte
de la prisionera. Leicester reitera su amor por
Maria y jura hacer todo lo que pueda por
liberarla. Pero Elisabetta lo ve todo y exige
ver la carta. Leicester se la enseña reticente,
suplicando a la Reina que vaya a verla, a lo que
Elisabetta accede, aunque sin dejar de pensar
en vengarse.
¾
pro opera
22 pro ópera
Duración aproximada: 180 minutos
Dirección: Maurizio Benini
Producción: David McVicar
Escenografía y Vestuario: John MacFarlane
Iluminación: Jennifer Tipton
Coreografía: Leah Hausman
Joyce DiDonato (Maria Stuarda)
Elza van den Heever (Elisabetta)
Francesco Meli (Leicester)
Joshua Hopkins (Cecil)
Matthew Rose (Talbot)
Acto I
Escena 1: Corte de Elisabetta de Inglaterra en
Westminster
Siguiendo a un cortejo para celebrar al
embajador francés, quien ha traído noticias
de la propuesta de matrimonio del Delfín
François a la Reina Elisabetta, la corte hace
su entrada. Elisabetta considera la propuesta,
que supondría la creación de una alianza
con Francia, pero lo sopesa, pues no quiere
ceder su libertad y perdonar a su prima Maria
Stuarda —antes, reina de Escocia—, quien se
encuentra presa por conspiración en su contra,
y expresa sus dudas mientras los cortesanos
suplican por la vida de Maria.
Ópera en dos actos
Libreto: Giuseppe Badari
basado en Friedrich Schiller
Música: Gaetano Donizetti
Escena 2: Castillo de Forthringhay
Maria añora su juventud en Francia con su
dama de compañía, Anna, cuando se escuchan
sonidos de caza. Leicester advierte a Maria de
la inminente visita de Elisabetta y le aconseja
actuar con humildad ante la Reina. Cuando las
primas por fin se encuentran, la confrontación
no tarda en tornarse hostil: Elisabetta acusa
a Maria de haber asesinado a su esposo, Lord
Darnley, así como de traición y libertinaje, y
Maria, indignada por los falsos levantados en su
contra, la llama “hija impura de Anna Bolena”,
de tal manera que la Reina llama a los guardias
y hace encerrar a su rival otra vez.
Acto Il
Escena 1: Una habitación en los aposentos de
Elisabetta
Maria está acusada de complicidad en la
Conspiración de Babington, cuyo objetivo era
asesinar a la Reina para que Maria tomara
su lugar y, después de considerarlo mucho,
Elisabetta es convencida por William Cecil de
firmar la sentencia de muerte de su prima.
Leicester llega y suplica por la vida de Maria,
pero la Reina no se inmuta, a pesar de que
Leicester la acusa de ser cruel, y le ordena
presenciar la ejecución de Maria.
Escena 2: Habitación de Maria
Talbot y Cecil informan a Maria que ha sido
sentenciada a muerte y, cuando Cecil se va,
Talbot le dice a Maria que Leicester ha sido
obligado a presenciar su ejecución. Doliente,
Maria imagina junto a ella al fantasma de su
otrora esposo Lord Darnley.
Escena 3: El patio de Fotheringhay
Mientras espera el momento de su ejecución,
Maria se despide de la multitud y, juntos,
piden misericordia a Dios. Cuando Cecil llega
y le anuncia que ya es hora, Maria reza por
Inglaterra y perdona a Elisabetta. Leicester llega
a despedirse de ella y los dos sienten angustia.
Maria le pide que esté con ella en el momento
de su muerte y clama su inocencia una vez más
antes de ser conducida al patíbulo. o
Foto: Brigitte Lacombe/Metropolitan Opera
Joyce DiDonato (Maria)
pro opera
¾
RIGOLETTO
En su debut en el Met, el premiado director de escena Michael Mayer encabeza
la nueva producción de Rigoletto. Su concepto transporta la acción de la corte de
Mantua en el siglo XVI a Las Vegas en la década de 1960, con un elenco encabezado
por Željko Lučić en el rol epónimo, Diana Damrau como su hija Gilda, Piotr
Beczala como el Duque, Štefan Kocán como el asesino Sparafucile y Oksana
Volkova, en su debut en el Met, como la seductora Maddalena. Dirige desde el
podio el joven concertador Michele Mariotti.
Recibido por su hija Gilda, a quien mantiene
apartada del mundo, Rigoletto rememora a su
esposa fallecida, y luego advierte Giovanna,
su nodriza, que no deje a nadie entrar en la
casa. Pero, cuando Rigoletto se va, el Duque,
disfrazado, entra por el jardín y soborna a
Giovanna para que no diga nada. El noble le
declara su amor a Gilda, a quien había visto
ya en la iglesia. Él le dice que es un estudiante
pobre llamado Gualtier Maldè, pero huye
cuando escucha pasos. Repitiendo su nombre
con ternura, Gilda se retira. Mientras tanto,
¾
24 pro ópera
pro opera
Duración aproximada: 180 minutos
Dirección: Michele Mariotti
Producción: Michael Mayer
Escenografía: Christine Jones
Vestuario: Susan Hilferty
Iluminación: Kevin Adams
Coreografía: Steven Hoggett
Diana Damrau (Gilda)
Oksana Volkova (Maddalena)
Piotr Beczala (Duke of Mantua)
Željko Lučić (Rigoletto)
Štefan Kocán (Sparafucile)
Acto I
Mantua, 1550
En su palacio, el Duque se jacta alegremente de
sus conquistas amorosas con sus cortesanos,
conduciendo a la Condesa Ceprano, su más
reciente conquista, a una habitación privada,
mientras su bufón jorobado, Rigoletto, se
burla del esposo de ésta. Marullo, uno de los
cortesanos, anuncia que Rigoletto está bajo
sospecha de tener oculta una amante y Ceprano
conspira con los cortesanos para castigar al
odiado bufón. La atención se desvía cuando
Monterone, un viejo perteneciente a la nobleza,
entra y denuncia al Duque de haber seducido
a su hija. Ridiculizado por Rigoletto y puesto
bajo arresto, Monterone maldice tanto al duque
como a su bufón. Camino a su casa, esa misma
noche, Rigoletto cavila sobre la maldición de
Monterone. Rechazando los servicios ofrecidos
por Sparafucile, un asesino profesional, se da
cuenta de que las palabras pueden ser tan
letales como una daga.
Ópera en tres actos
Libreto: Francesco Maria Piave
basado en Victor Hugo
Música: Giuseppe Verdi
los cortesanos interceptan a Rigoletto en la
entrada de su casa y le piden ayuda para
raptar a la esposa de Ceprano, que vive del
otro lado del camino; embaucan al bufón
vendándole los ojos y haciéndole sostener una
escalera en la pared de su propio jardín. Los
cortesanos irrumpen en la casa y se llevan a
Gilda; Rigoletto, escuchando los gritos de su
hija pidiendo ayuda, se quita el antifaz y entra
presto a la casa, encontrando únicamente
su mascada. El bufón recuerda entonces la
maldición de Monterone.
Acto Il
En su palacio, el Duque se angustia por la
desaparición de Gilda. Cuando los cortesanos
regresan relatando que han raptado y traído a
una joven que ahora está en su habitación, el
Duque se da cuenta de que se trata de Gilda y
se apresura gozoso a su conquista. Rigoletto
no tarda en llegar, buscando cautelosamente
a su hija, pero los cortesanos le impiden el
paso. Cuando se enteran de que no se trata de
su amante sino de su hija se quedan atónitos;
el bufón los insulta y, cuando encuentra a
su hija, la abraza. Ella, desaliñada, le cuenta
de su enamorado y del secuestro. Mientras
Monterone es conducido al calabozo, Rigoletto
jura venganza.
Acto Ill
De noche, en las afueras de la ciudad, donde
Sparafucile hospeda al Duque, Rigoletto y Gilda
lo ven cortejando a la hermana y cómplice
del asesino, Maddalena. Rigoletto ordena a su
hija escapar a Verona disfrazada de hombre y
luego le paga a Sparafucile para que asesine
al Duque. Mientras una fuerte tormenta cae,
Gilda regresa; cuando escucha a Maddalena
persuadiendo a su hermano no de matar al
Duque sino al siguiente hombre que entre
en la posada, decide sacrificarse, a pesar de
la traición del Duque, y entra. Sparafucile la
apuñala. Rigoletto regresa por el cuerpo del
Duque y se regocija cuando Sparafucile le
entrega el saco, ignorando que es el cuerpo
de su hija el que carga, hasta que escucha a
lo lejos la voz cantante de su enemigo y abre
desesperadamente el saco, descubriendo a su
hija Giulia, quien muere pidiéndole perdón. La
maldición de Monterone se ha consumado. o
Foto: Nick Heavican/Metropolitan Opera
Željko Lučić (Rigoletto)
pro opera
¾
PARSIFAL
En esta nueva coproducción del Met con la Opéra National de Lyon y la Canadian
Opera Company, la visión intemporal del cineasta y régisseur François Girard
explora las múltiples facetas de la partitura mística de la última obra maestra de
Richard Wagner. Jonas Kaufmann debuta el rol de Parsifal en el Met. Acompañan
al tenor Katarina Dalayman como Kundry, Peter Mattei quien también debuta
el rol de Amfortas, Evgeny Nikitin como Klingsor y René Pape en uno de sus roles
más aclamados: el del sabio caballero Gurnemanz. Dirige Daniele Gatti.
Acto I
La España medieval
En un bosque cercano al castillo de Montsalvat,
el caballero del Santo Grial Gurnemanz y sus
dos jóvenes escuderos despiertan. Otros dos
caballeros llegan para preparar el baño de
su líder Amfortas, quien sufre de una herida
incurable. Kundry, una misteriosa mujer
de edad y apariencia inciertas, se aproxima
desenfrenadamente con un bálsamo para
Amfortas. El rey y su corte llegan, aceptando
el ofrecimiento de Kundry y avanzan hacia un
lago cercano. Mientras Gurnemanz se lamenta
de la herida de Amfortas, sus compañeros le
piden que les hable del brujo Klingsor, quien
en el pasado había tratado de unirse a la
orden: vulgar y lujurioso, a Klingsor se le negó
la entrada a la orden, por lo cual se castró a sí
mismo tratando de lograr la aceptación, pero
aún así fue rechazado. Enemigo implacable
ahora, Klingsor puso una trampa a Amfortas
con una bellísima mujer: mientras el rey estaba
en sus brazos, Klingsor le quitó la Sagrada Lanza
(aquélla que perforara el costado de Jesucristo)
y se la clavó. Según la profecía, la herida sólo
podría ser curada por un joven inocente que,
mediante la compasión, conociera la sabiduría.
De pronto, un cisne herido por una flecha cae
muerto. Los caballeros llegan arrastrando a un
joven, Parsifal, a quien Gurnemanz reprime
por lastimar al ave. El joven avienta su arco y
sus flechas avergonzado. Kundry relata que el
padre del joven, Gamuret, murió en batalla y
que su madre, Herzeliede, crió al niño en el
bosque, pero que ahora ha muerto. Mientras los
caballeros llevan a Amfortas de regreso en una
¾
pro opera
26 pro ópera
camilla, Gurnemanz lleva a Parsifal al castillo,
preguntándose si será él quien cumplirá la
profecía. En una gran sala dentro del castillo,
Amfortas y sus caballeros se preparan para la
conmemoración de la Última Cena. La voz del
padre del rey, el anciano Titurel, espera que
su hijo descubra el Santo Grial, pero Amfortas
duda y su angustia crece en presencia de
la sangre de Cristo. Titurel ordena de una
vez a los escuderos que descubran el cáliz,
el cual ilumina el salón con un resplandor.
Mientras se presentan el pan y el vino, un coro
invisible se escucha desde lo alto. Parsifal no
comprende qué pasa, si bien se le estremece
el corazón cuando Amfortas grita de dolor.
Enojado, Gurnemanz echa al joven que nada ha
entendido.
Acto Il
Klingsor invoca a su esclava Kundry para
seducir a Parsifal. Dueño de la lanza de
Amfortas, ahora espera hacerse también con el
Grial, acabando con Parsifal, a quien reconoce
como el salvador de la orden. Kundry, en la
esperanza de ser redimida, protesta en vano. En
el jardín mágico, las doncellas de las flores le
ruegan a Parsifal por su amor pero desaparecen
cuando Kundry, transfigurada en sirena, llega
y trata de seducirlo contándole cosas bellas
sobre su infancia y sobre su madre y lo besa
apasionadamente. Parsifal se aleja de ella y
la rechaza, y comprende entonces el misterio
de la herida de Amfortas y su propia misión.
Kundry apela entonces a su compasión para
que la libere de la vida cansada a la que está
condenada por haberse burlado de Cristo en
la Cruz, pero Parsifal la rechaza otra vez, a lo
Ópera en tres actos
Libreto y música: Richard Wagner
Duración aproximada: 320 minutes
Dirección: Daniele Gatti
Producción: François Girard
Escenografía: Michael Levine
Vestuario: Thibault Vancraenenbroeck
Iluminación: David Finn
Video: Peter Flaherty
Coreografía: Carolyn Choa
Dramaturgia: Serge Lamothe
Katarina Dalayman (Kundry)
Jonas Kaufmann (Parsifal)
Peter Mattei (Amfortas)
Evgeny Nikitin (Klingsor)
René Pape (Gurnemanz)
que Kundry reacciona maldiciéndolo a vagar
sin rumbo y sin esperanza en su regreso a
Montsalvat y llamando a Klingsor quien, en
un intento de atacar a Parsifal con la Sagrada
Lanza, la pierde cuando Parsifal la atrapa. El
joven hace la señal de la Santa Cruz, causando
la destrucción del castillo de Klingsor.
Acto Ill
Gurnemanz, ahora un viejo ermitaño, encuentra
a Kundry, penitente, exhausta en la maleza.
Mientras la reanima dándole agua del Santo
Manantial, un caballero en armadura se
aproxima; Gurnemanz reconoce a Parsifal y a
la lanza. El caballero relata que ha pasado años
tratando de encontrar el camino de regreso
a Amfortas y al Grial. Gurnemanz quita la
armadura a Parsifal y Kundry le lava los pies,
secándolos con su pelo. A cambio, Parsifal la
bautiza y luego alaba la belleza primaveral de
la pradera. A lo lejos, campanas anuncian el
funeral de Titurel y los tres se encaminan al
castillo.
La mesa de la Comunión ha desaparecido del
Salón del Grial. Incapaz ya de descubrir el cáliz,
Amfortas suplica a los caballeros que den fin
a su sufrimiento matándolo, pero Parsifal llega
y lo toca con la lanza, curándolo de la herida.
Alzando el cáliz, Parsifal acepta el honor de los
caballeros de ser su rey. Kundry, liberada de su
maldición, cae muerta mientras una paloma
blanca se posa sobre la cabeza de Parsifal. o
Foto: Micaela Rossato/Metropolitan Opera
Jonas Kaufmann (Parsifal)
pro opera
¾
FRANCESCA DA RIMINI
El melodrama de Riccardo Zandonai de principios del siglo XX se repone en el
Met por primera vez en más de 25 years, en una producción opulenta y realista
firmada por Piero Faggioni, inspirada en un episodio del Inferno de Dante. Marco
Armiliato dirige a Eva-Maria Westbroek en el rol de la engañada mujer noble
que se casa con el brutal Gianciotto, interpretado por Mark Delavan, en vez de su
verdadero amor Paolo, cantado por Marcello Giordani. Robert Brubaker es el
malvado Malatestino, quien celosamente instiga un doble asesinato.
Acto Il
Francesca vive ahora en Rímini como la esposa
de Gianciotto. Durante un ataque al palacio por
parte de una familia enemiga, Francesca se
encuentra con Paolo y le reprocha dócilmente
por el fraude cometido en su perjuicio. Él
ruega por su perdón y le pregunta cómo
quiere que muera, se adentra en la batalla y
combate furiosamente, mientras Francesca pide
protección a Dios.
¾
pro opera
28 pro ópera
Duración aproximada: 200 minutos
Dirección: Marco Armiliato
Producción: Piero Faggioni
Escenografía: Ezio Frigerio
Vestuario: Franca Squarciapino
Iluminación: Gil Wechsler
Coreografía: Donald Mahler
Eva-Maria Westbroek (Francesca)
Marcello Giordani (Paolo)
Robert Brubaker (Malatestino)
Mark Delavan (Gianciotto)
Acto I
Italia, siglo XIII
En la casa de la familia Polentani, en Rávena,
los sirvientes se divierten con un bufón cuando
son interrumpidos por Ostasio, quien, por
razones políticas, planea ofrecer a su hermana
en matrimonio al cruel y deforme Giovanni
Malatesta, conocido como Gianciotto. A
Francesca, quien nunca ha visto a su futuro
esposo, se le ha hecho creer que con quien se
va a casar es con Paolo, el apuesto hermano
de Gianciotto. Inquieta por la idea de dejar
su hogar, Francesca es tranquilizada por su
hermana. Los sirvientes se apresuran a avisarle
que su novio ha llegado y lo anuncian como
el caballero más noble del mundo: es Paolo,
en lugar de su hermano, quien entra al atrio
mientras las hermanas se despiden. Francesca
le ofrece una rosa y, sin decirse nada, los dos se
enamoran profundamente.
Ópera en cuatro actos
Libretto: Tito Ricordi
basado en Gabriele d’Annunzio
Música: Riccardo Zandonai
Una flecha parece haber herido a Paolo en la
cabeza haciéndolo perder el conocimiento.
Cuando Francesca se apura a estar con él, él le
dice que está ileso; es el amor que siente por
ella lo que lo está matando. Gianciotto llega
y se sorprende de encontrar a su esposa en
medio de la escena de la batalla. Francesca les
ofrece vino a los dos hermanos para celebrar su
victoria cuando es traído Malatestino, hermano
menor de Paolo y de Giovanni, quien, luego de
que Francesca le venda con su mascada un ojo
lastimado, regresa presto a terminar la batalla.
Acto Ill
Francesca lee la historia de Guinevere y
Lancelot a sus damas de compañía, quienes la
entretienen bailando y cantando; cuando llega
Smaragdi, su sirvienta, Francesca se queda a
solas con ella y se entera de que Paolo, quien
había dejado Rímini para olvidarse de ella, ha
regresado. Paolo entra y Francesca le ruega
que le dé paz, pero él le declara su amor;
juntos, siguen leyendo la historia de Guinevere
y Lancelot y se dan un beso, tal como los
legendarios amantes del relato.
Acto IV
Parte 1
Malatestino, quien está desesperadamente
enamorado de Francesca, le confiesa sus
sentimientos ofreciéndole incluso envenenar
a Gianciotto. A Francesca le resulta repulsiva
la idea y se va justo cuando Gianciotto está
llegando. Francesca informa a su esposo del
comportamiento de Malatestino y Gianciotto
lo confronta. Malatestino revela entonces
que ha visto a Paolo entrando al cuarto de
Francesca durante la noche y Gianciotto le
exige pruebas de la infidelidad de su esposa
así que los dos hermanos acuerdan sorprender
a los amantes esa misma noche.
Parte 2
Francesca tiene pesadillas y sus damas de
compañía la consuelan. Paolo llega y los dos
renuevan sus declaraciones de amor. Cuando
se escucha la voz de Gianciotto afuera de la
habitación, Paolo intenta escapar por una
puerta secreta pero su hermano lo descubre
y lo obliga a regresar al cuarto. Gianciotto
está por apuñalar a Paolo pero Francesca
se interpone y muere. Gianciotto apuñala
entonces a Paolo y los dos amantes mueren,
uno en los brazos del otro. o
Foto: Winnie Klotz/Metropolitan Opera
Escena de Francesca da Rimini
¾
pro opera
GIULIO CESARE
Ópera en tres actos
Libreto: Nicola Francesco Haym
basado en Giacomo Francesco Bussani
Música: Georg Friedrich Händel
Duración aproximada: 245 minutos
La segunda nueva producción de la temporada del Met para David McVicar es esta
inventiva puesta en escena de Giulio Cesare, que triunfó en su estreno en el Festival
de Glyndebourne en 2005, y que incorpora elementos del teatro barroco con escenas
del imperialismo inglés decimonónico para ubicar esta historia de amor y guerra.
David Daniels encarna el rol principal, en tanto que Natalie Dessay interpreta a la
cautivadora Cleopatra, acompañados por Alice Coote, Patricia Bardon, Christophe
Dumaux y Guido Loconsolo en su debut en el Met como Achilla. Dirige el
especialista en música barroca Harry Bicket.
Dirección: Harry Bicket
Producción: David McVicar
Escenografía: Robert Jones
Vestuario: Brigitte Reiffenstuel
Iluminación: Paule Constable
Coreografía: Andrew George
Natalie Dessay (Cleopatra)
Alice Coote (Sesto)
Patricia Bardon (Cornelia)
David Daniels (Giulio Cesare)
Christophe Dumaux (Tolomeo)
Guido Loconsolo (Achilla)
Acto I
Egipto, año 48 antes de Cristo
Giulio Cesare ha vencido al ejército de su rival
político y antes yerno Pompeo y llega triunfante
a las orillas del Nilo. Cornelia, segunda esposa
de Pompeo, pide clemencia para su esposo, pero
Cesare dice que sólo la concederá si Pompeo
se presenta en persona. Achille, líder militar en
Egipto, porta la cabeza de Pompeo en una cesta
como un regalo de Tolomeo, quien gobierna
Egipto junto con Cleopatra. Cesare toma a mal
el gesto y se va para confrontar a Tolomeo.
Cornelia se desmaya y su hijo Sesto la reanima.
Curio, asistente de Cesare, quien desea casarse
con Cornelia, ofrece ayudarla vengando la
muerte de su esposo, pero ella lo rechaza y llora
su desgracia, para la cual una muerte más no
ofrece ningún consuelo. Sesto decide ir por el
asesino de su padre.
Su séquito informa a Cleopatra del asesinato de
Pompeo y, dándose cuenta de que su hermano
Tolomeo fue quien lo orquestó todo esperando
ganarse el favor de Cesare, decide que tiene
que ver al emperador romano para hacerse
de su apoyo para consolidar su posición como
reina. Tolomeo se burla de ella pero Cleopatra
está determinada a hacer uso de sus encantos
con Cesare. Achille entra con la noticia de que
Cesare se ha molestado por el asesinato de
Pompeo, agregando que está dispuesto a acabar
con Cesare a cambio de la mano de Cornelia.
Tolomeo acepta con tal de deshacerse del
emperador romano.
Sesto la detiene, diciendo que él vengará a
Pompeo. Cleopatra se apersona y ofrece los
servicios de su consejero Nireno, quien les
conducirá a donde está el inculpado Tolomeo.
Cautelosamente, Tolomeo recibe a Cesare en
su palacio, planeando emboscarlo, pero Cesare
sospecha la traición. Cuando Achille presenta a
Cornelia, Tolomeo es cautivado por su belleza
pero no deja de hacer creer a Achille que podría
casarse con ella. Sesto reta sin éxito a Tolomeo
a un combate y, cuando Cornelia desdeña
el cortejo de Achille, éste manda soldados
egipcios a arrestar a Sesto. Mientras lamenta
este reciente infortunio, Sesto se despide de
ella, abatido.
Acto Il
En su palacio, Cleopatra instruye a Nireno
a atraer a Cesare a sus habitaciones con la
promesa de darle noticias de “Lidia”. Cesare
llega en su búsqueda cuando es distraído
por una bella música y, cuando Cleopatra
aparece cantando alabanzas a las flechas de
Cupido, hechiza a Cesare. En el harem del
jardín del palacio de Tolomeo, Achille sigue
insistiendo con la inflexible Cornelia; cuando
se va, Tolomeo también trata de cortejarla,
obteniendo el mismo resultado. Sesto entra,
empeñado en vengar la muerte de su padre.
En los cuarteles de Cleopatra, mientras tanto,
su idilio con Cesare se arruina cuando escuchan
ruidos de los conspiradores acercándose.
En su campamento, Cesare reflexiona sobre la
Revelando su identidad, Cleopatra insta a
fragilidad de la vida y la fama y se para frente a Cesare a huir pero él está dispuesto a enfrentar
la urna que contiene los restos de Pompeo. Curio a sus enemigos y reza por protección. En el
presenta a “Lidia”, Cleopatra disfrazada como
harem de Tolomeo, el rey está rodeado por sus
una de sus damas de compañía quien, mientras favoritas, entre ellas Cornelia; Sesto irrumpe y
habla de su sufrimiento en manos del tirano
trata de apuñalar a Tolomeo, pero es abatido
Tolomeo, deslumbra a Cesare con su belleza.
por Achille, el cual anuncia que sus soldados
Cesare se disculpa y se va, dejando a Cleopatra
han atacado a Cesare, quien ha saltado al mar
esconderse mientras una desconsolada Cornelia desde una de las ventanas del palacio y ha sido
aparece y toma la espada de su esposo.
dado sin duda por muerto.
¾
pro opera
30 pro ópera
Achille reclama entonces la mano de Cornelia,
prometida como recompensa, pero Tolomeo
lo doblega ingeniosamente. Sesto trata de
matarlo, pero su madre lo disuade. Sesto reitera
su determinación de no descansar hasta que el
tirano que asesinó a su padre sea castigado.
Acto Ill
A orillas del Mediterráneo, ruidos de batalla
anuncian el conflicto armado entre los
ejércitos de Tolomeo y Cleopatra. Victorioso,
Tolomeo ordena que la todavía desafiante
Cleopatra sea encadenada. Cesare, habiendo
apenas sobrevivido, logra salir del agua y
ruega por el bien de su amada. Sesto y Nireno
entran, buscando a Tolomeo, pero en su lugar
encuentran a Achille herido. Para vengarse
de Tolomeo por haber aducido a Cornelia,
Achille le da a Sesto un salvoconducto que le
dará poder sobre cien soldados en una cueva
cercana. Cuando Achille muere, Cesare aparece
y reclama el sello, declarando que salvará tanto
a Cornelia como a Cleopatra o morirá en el
intento.
Custodiada por soldados en el campamento
de Tolomeo, Cleopatra teme que Cesare esté
muerto y renuncia a toda esperanza, así que se
sorprende muchísimo cuando éste aparece y la
abraza. Mientras Cesare guía a los soldados a la
conquista, ella compara su dicha con la de una
persona que ha sido rescatada de un naufragio.
En el harem, Tolomeo sigue cortejando a
Cornelia pero Sesto los encuentra y mata por fin
a Tolomeo.
Cornelia bendice a su hijo vengador y Cesare
y Cleopatra entran triunfantes a Alejandría.
Cornelia presenta trofeos del acaecido
Tolomeo a Cesare, quien se los da a Cleopatra
diciéndole que apoyará su reinado. Mientras
la pareja declara su amor, el pueblo aclama el
restablecimiento de la paz. o
Foto: Dan Rest/Lyric Opera of Chicago
Natalie Dessay (Cleopatra) y
David Daniels (Giulio Cesare)
¾
pro opera
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