DIVISIÓN JURÍDICA Al contestar refiérase al oficio No. 10702 03 de noviembre, 2010 DJ-03920 MBA. Pedro Solano García Director Ejecutivo a. i. Asamblea Legislativa Fax: 22 43 25 75 Estimado señor: Asunto: Criterio respecto de la aplicación del artículo 20 inciso c) del Reglamento de Gastos de Viaje y Transporte para funcionarios públicos, resolución R-DC-922009. Nos referimos a su oficio No. Direc. 1172-09-2010 del 13 de setiembre de año en curso, mediante el cual solicita realizar una excepción al aplicar el inciso c) del artículo 20 del Reglamento de Gastos de Viaje y Transporte, resolución R-DC-92-2009, de manera que se permita el reconocimiento de la cena de los jueves a los operadores de equipo móvil de la Asamblea Legislativa, después de las 6 p. m. Además, solicita la autorización para que no se realice un proceso administrativo de cobro, dado que se pagaron a los funcionarios cenas al margen de esa norma reglamentaria. I.- Motivos de la consulta: 1.- Manifiesta que mediante el artículo 17 de sesión 019-2010, el Directorio Legislativo conoció la situación suscitada en la Asamblea Legislativa, respecto a la modificación al Reglamento de Gastos de Viaje y Transporte para funcionarios públicos, emitida por la Contraloría General de la República, mediante la resolución R-DC-92-2009. 2.- El artículo 20 inciso c) de dicho Reglamento dispone, que el monto de la tarifa cuando la permanencia sea discontinua, la cena se pagará cuando la partida se realice antes de o a las diecisiete horas y el regreso después de las veinte horas. 3.- El horario de los funcionarios legislativos se extiende de las 9 a. m. a las 6 p. m. de lunes a jueves y viernes de 9 a 12 m. Asimismo, el Plenario Legislativo sesiona a partir de las 3 y hasta las 6 de las tarde. Esta situación provoca que las giras de los diputados se hayan programado, desde entonces, a partir de los jueves a las 6 p. m. 2 4.- De acuerdo con la modificación a dicho Reglamento, no es posible reconocer a los operadores de equipo móvil de la Institución, la cena de los jueves, lo cual ha provocado preocupación. II.- Consideraciones previas. Para la atención de consultas la Contraloría General emitió la circular N° CO-529, publicada en La Gaceta N° 107 del 05 de junio del año 2000, denominada “Circular sobre la atención de consultas dirigidas a la Contraloría General de la República”, donde se establecen los requerimientos para la presentación de las gestiones de consulta. Dentro de esos requerimientos, se señala que la consulta debe ser presentada por el jerarca de la institución, acompañada del criterio jurídico del Departamento Legal y no hacer referencia a casos concretos. Bajo ese orden de ideas, se advierte que la gestión que se formula no se ajusta a los términos expuestos, sin embargo, a manera de colaboración se procede a realizar en términos generales, las apreciaciones sobre los aspectos planteados en su consulta. III.- Criterio de esta División Jurídica. En efecto, el inciso c) del artículo 20 del Reglamento aludido, dispone que la cena se pagará cuando la partida se realice antes de o a las diecisiete horas y el regreso después de las veinte horas. Desde luego, se entiende que pueden existir algunas situaciones particulares, en donde resulta poco factible ajustar el horario laboral al que usualmente emplean el resto de las oficinas públicas, de suerte, que pueden haber servidores públicos, cuyo horario de trabajo los obligue a permanecer más tiempo en sus lugares, siendo que la partida, el lugar y hora de destino no coincidan con el horario establecido en la norma reglamentaria para efectos del reconocimiento de la cena, tal y como sucede aparentemente, con los funcionarios legislativos, cuya jornada se extiende de las 9 a. m. a las 6 p. m. de lunes a jueves y viernes de 9 a 12 m. En tratándose de reglamentos, en la doctrina se ha reconocido que éstos son fuentes del derecho administrativo de mayor extensión, y por ende, constituyen la fuente normativa del funcionamiento real de las organizaciones públicas. En realidad, el reglamento es una declaración unilateral realizada en el ejercicio de la función administrativa que produce efectos jurídicos generales en forma directa. 1 Aunado a ello, el artículo 13 de la Ley General de la Administración Pública establece que la “La Administración estará sujeta, en general, a todas normas escritas y no escritas del ordenamiento administrativo, y al derecho privado supletorio del mismo, sin poder derogarlos ni desaplicarlos para casos concretos./ 2. La regla anterior se aplicará también en relación con los reglamentos, sea que éstos provengan de la misma autoridad, sea que provengan de otra superior o inferior competente” (El resaltado no es del texto original) Como se desprende de lo anterior, siempre debe prevalecer el reglamento (promulgado con 1 Gordillo Agustín. Tratado de Derecho Administrativo. Tomo I parte general. Quinta Edición. Buenos Aires, 1998. Páginas VII 33 y 38. 3 anterioridad) sobre el acto individual o singular posterior. Así, toda decisión particular debe estar conforme al reglamento dictado por un órgano jerárquicamente competente. De ahí, que la administración no debe dictar reglamentos y acto seguido incumplirlos; por supuesto, eso debido a que se acepta la tesis sobre la presunción de legitimidad de los actos administrativos. Es decir, el acto si no fuera válido por específica subsunción legal, al menos será válido por una habilitación temporal específica. Por eso, dictar un reglamento y luego, no aplicarlo, se traduce en una manifestación contradictoria al principio de legalidad administrativo. Más aún, no se debe olvidar que por el principio jurídico de la inderogabilidad singular reglamentaria, el cual limita a que ningún acto administrativo puede derogar al reglamento en un caso particular, la administración está obligada a adecuar en forma igual, el reglamento a las situaciones jurídicas que entren en su ámbito de aplicación, sin que sea posible obviar su puesta en práctica a un caso específico. Sobre ese particular, la jurisprudencia ha efectuado algunas consideraciones en torno a los principios de legalidad y de inderogabilidad singular del reglamento, en relación con un acto impugnado. A los efectos, en la sentencia No. 226-2009 de las 10:15 horas del 21 de mayo de 2009, el Tribunal Contencioso Administrativo, ha sostenido que “De conformidad con el principio de juridicidad de la Administración Pública, establecido en el artículo 11 de la Constitución Política y desarrollado en el 11 de la Ley General de la Administración Pública, la conducta administrativa en general, manifestada a través de actos, disposiciones o actuaciones, debe tener respaldo en el ordenamiento jurídico, de forma que ésta ha encontrarse expresamente autorizada, lo cual implica un claro sometimiento no sólo a la Constitución y a la ley sino a todas las normas que lo integran, incluidas, claro está, las reglamentarias. En este sentido la Sala Constitucional de forma reiterada ha expresado: ‘En los términos más generales, el principio de legalidad en el estado de derecho postula una forma especial de vinculación de las autoridades e instituciones públicas al ordenamiento jurídico, a partir de su definición básica según la cual toda autoridad o institución pública lo es y solamente puede actuar en la medida en que se encuentre apoderada para hacerlo por el mismo ordenamiento, y normalmente a texto expreso -para las autoridades e instituciones públicas sólo está permitido lo que esté constitucional y legalmente autorizado en forma expresa, y todo lo que no les esté autorizado les está vedado-; así como sus corolarios más importantes, todavía dentro de un orden general; el principio de regulación mínima, que tiene especiales exigencias en materia procesal, y el de reserva de ley, que en este campo es casi absoluto.’ (Sentencia Nº 440-98)”. (El subrayado no es del original) Asimismo, en esa sentencia, el Tribunal Contencioso Administrativo, en relación con el principio de inderogabilidad singular, ha indicado que “En estrecha vinculación con el principio de legalidad, como derivado de éste, encontramos el principio de inderogabilidad singular del reglamento, según el cual, la conducta administrativa concreta debe resultar acorde con normas generales previamente establecidas en el ordenamiento, no sólo de carácter reglamentario, pues de acuerdo con la jurisprudencia constitucional, se trata de la inderogabilidad singular de la norma. Al respecto, el artículo 13 de la Ley General de la Administración Pública dispone: "La administración estará sujeta, en general, a todas las normas escritas y no escritas del ordenamiento administrativo y al derecho privado supletorio del mismo, sin poder derogarlos ni desaplicarlos para casos concretos. 2. La regla anterior se aplicará también en relación con los reglamentos, sea que éstos provengan de la misma autoridad, sea que provengan de otra superior o inferior competente". 4 En definitiva, por los principios de legalidad y de inderogabilidad singular de los actos reglados, no es posible jurídicamente, que los funcionarios públicos se aparten de las normas previamente establecidas, tal es el caso de un reglamento. Ahora bien, en relación con su solicitud, debemos recordar que el Reglamento de Gastos de Viaje y Transporte -resolución R-DC-92-2009- fue emitido por el Despacho Contralor a las 9:00 horas del 19 de noviembre de 2009, y publicado en el Diario oficial la Gaceta No. 237 del 7 de diciembre de ese año. Nótese, que es un acto administrativo general, dictado por esta Contraloría General en su condición de autoridad competente y rectora en la materia,2 y cuya aplicación es tanto para ésta como para el resto de los entes y órganos públicos. Por eso, es criterio de esta División, que no es posible jurídicamente desconocer su aplicación. Máxime, que conforme a los principios de legalidad y de inderogabilidad singular reglamentaria, antes citados, la administración pública está obligada a someterse a dichas disposiciones, toda vez, que en la especie, regulan las erogaciones de fondos públicos por concepto de gastos de viaje y de transporte, que deban realizar los funcionarios o empleados del Estado, cuando en cumplimiento de sus funciones, deban desplazarse dentro o fuera del territorio nacional. En razón de ello, resulta claro, que este órgano contralor no puede autorizar una dispensa singular del inciso c) del artículo 20 del Reglamento citado, a efectos de que se reconozca la cena de los días jueves a los operadores de equipo móvil de la Asamblea Legislativa, después de las 6 de la tarde. Por otra parte, en cuanto a la petición, para que se autorice a la Asamblea Legislativa a no realizar el proceso de cobro correspondiente, en razón de que se pagaron a los funcionarios cenas al margen de esa norma reglamentaria, es necesario advertir, que de conformidad con el artículo 203 de la Ley General de la Administración Pública, igualmente, la Administración está obligada recobrar de manera plena lo pagado. En consecuencia, la Asamblea Legislativa deberá gestionar la acción cobratoria de los quebrantos respectivos, ya sea a través del cobro administrativo, o bien, en caso de resultar infructuoso aquél cobro, deberá proceder a iniciar el proceso ejecutivo correspondiente en sede jurisdiccional. Para ello, tómese en consideración lo dispuesto en los artículos 196 y siguientes de la Ley de previa cita. Finalmente, de conformidad con el artículo 75 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República (Reformado por el artículo 218, inciso 4) de la Ley N° 8508 de 28 de abril de 2006, Código Procesal Contencioso-Administrativo), referido a la responsabilidad civil por omisión en el cobro, se advierte, que se reputará como falta grave del funcionario competente, la inercia o el no ordenar la apertura o no efectuar el procedimiento administrativo oportunamente, así como dejar transcurrir los plazos legales para ejercer las acciones de recuperación. IV.- Conclusiones: Con fundamento en las consideraciones jurídicas antes expuestas, se concluye: 2 De conformidad con la “Ley reguladora de los gastos de viaje y gastos por concepto de transporte para todos los funcionarios del Estado”, No. 3462, del 26 de noviembre de 1964, y el voto No. 5825-97 de 19 de setiembre de 1997 emitido por la Sala Constitucional, corresponde a la Contraloría General de la República regular dicha materia. 5 1) El Reglamento de Gastos de Viaje y Transporte es un acto administrativo general dictado por la Contraloría General de la República, en su condición de autoridad competente y rectora en la materia, cuya aplicación es vinculante tanto para la propia institución como para el resto de la Administración Pública. Por tanto, conforme a los principios de legalidad y de inderogabilidad singular reglamentaria, no es posible jurídicamente, desaplicar en forma total o parcial la resolución R-DC-92-2009 emitida por el Despacho Contralor de las 9:00 horas del 19 de noviembre de 2009 y publicada en el Diario oficial la Gaceta No. 237 del 7 de diciembre de 2009. 2) Con base en lo dispuesto por los numerales 196 y siguientes de la Ley General de la Administración Pública, así como el numeral 75 vigente de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República, la administración activa de la Asamblea Legislativa deberá recobrar plenamente lo quebrantos que fueron pagados al margen del artículo 20 inciso c) del Reglamento citado. Asimismo, deberá valorar el establecimiento de responsabilidades incurridas por aquellos servidores que ordenaron dichos pagos, cuyas conductas eventualmente, pueden haber sido cometidas con dolo o culpa grave. Atentamente, Lic. Navil Campos Paniagua Gerente Asociado RCM/NCP/ysp Ci: NI: G: Archivo Central Área de Fiscalización de Servicios Financieros – DFOE. 17537 20010002297-1 Lic. Raúl Camacho Méndez Fiscalizador