JUAN CRISTÓBAL CRUZ REVUELTAS Moral y transparencia Fundamento e implicaciones morales de la transparencia Moral y transparencia DIRECTORIO Jacqueline Peschard Mariscal Comisionada Presidenta Alonso Gómez-Robledo Verduzco Comisionado Juan Pablo Guerrero Amparán Comisionado María Marván Laborde Comisionada Ángel Trinidad Zaldívar Comisionada Comité Editorial: Manuel Salvador Matus Velasco Cecilia Azuara Arai Ciro Murayama Rendón Secretaria de Acuerdos Rigoberto Ocampo Alcántar Alejandro del Conde Ugarte Secretario Ejecutivo María Fernanda Somuano Ventura Raúl Trejo Delarbre Ilustración portada: Sylvia Salazar Ugarte Manuel Monroy Secretaria Técnica del Comité Editorial 15 Cuadernos de transparencia ÍNDICE Presentación. p. 5 Introducción. p. 7 Porqué es necesaria la dimensión moral. I. Transparencia, política y valores. Un poco de historia. p. 11 1.1 El desafío de Giges o los peligros de la invisibilidad. p. 11 II. Contra el moralismo, el derecho a la privacidad. p. 14 III. Subordinación de la moral a la política y Arcana Imperii. p. 17 IV. El Principio de Publicidad o la reconciliación de la moral y lo político. p. 20 V. El principio de publicidad, una vieja historia. p. 25 VI. Esfera privada e intimidad. p. 27 VII. Espacio público y privado como formas complementarias de la autonomía. p. 30 VIII. Lo privado y lo público, precisiones y consideraciones respecto al debate contemporáneo. p. 33 8.1 Lo público y formas de relación moral. p. 33 IX. Democracia y ambivalencia moral del secreto. p. 35 X. Revaluar la esfera privada. p. 39 XI. Transparencia, Confianza y Capital Social. p. 41 11.1 ¿Es mala la desconfianza? p. 44 XII. Conclusión. p. 47 Prontuario de conceptos clave. p. 49 Notas. p. 51 Breve bibliografía complementaria. p. 57 PRESENTACIÓN LA MEZCLA DE LA POLÍTICA CON LA con la transparencia, para poste- MORAL HA SIDO NEFASTA EN LA EXPE- riormente realizar un recorrido his- RIENCIA HISTÓRICA DE LOS ESTADOS. tórico sobre los efectos nefastos de Pronto el poder público utiliza las lo que llama: “la invisibilidad”. creencias y principios como instru- Es de fundamental importancia mentos ideológicos de control de las señalar cómo Cruz Revueltas, basa- opiniones políticas y, así, abre las do en aportes teóricos de gran peso posibilidades de interferencia en la en la filosofía occidental, los analiza vida privada de las personas. y enriquece y, además, plantea Estos excesos de la manipula- sugerencias sólidas y concretas que ción de la moral llevaron a un des- permiten reconciliar y complemen- crédito: a la creencia de que hablar tar lo aparentemente divorciado y de valores en política es encubrir excluyente: la moral y la política, lo intenciones siniestras para dominar público y lo privado. todos los ámbitos de los ciudadanos. Este riesgo, a su vez, condujo a Instituto Federal de Acceso una reacción de la sociedad y sus a la Información Pública defensores: el ámbito privado no puede ser tocado por el Estado en ningún tipo de circunstancia. El ensayo de Juan Cristóbal Cruz Revueltas aborda estos dos temas y, para tal efecto, reflexiona sobre la dimensión moral y sus relaciones 5 INTRODUCCIÓN JUAN CRISTÓBAL CRUZ REVUELTAS CON EL PROPÓSITO DE MOSTRAR Y las muestras más significativas de ACLARAR EL FUNDAMENTO Y LAS IMPLI- la manera cómo estos conceptos se CACIONES MORALES DEL DERECHO DE encuentran en el centro del debate ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA y actual sobre la democracia contem- de las políticas de transparencia, en poránea y sus instituciones. En fin, el presente texto hemos adoptado esperamos demostrar que estamos una doble vía; cada una de ellas ante una de las más ricas vetas de conforma una parte de nuestro tra- estudio a desarrollar por parte del bajo. En la primera vía el lector pensamiento político de nuestros encontrará una breve reconstruc- días. ción histórica de los motivos conceptuales y de las transformaciones ¿Por qué es necesaria la dimensión que llevaron a postular el principio moral? filosófico y político de publicidad. Veremos cómo este principio es la Ahora bien, por principio debemos respuesta moderna al problema de justificar la perspectiva que nos la articulación entre lo público y lo proponemos adoptar aquí. ¿Por qué privado —o, si se prefiere, entre lo abordar el derecho de acceso a la político y la moral— y cuáles son las información pública desde el enfo- características que distinguen este que moral? ¿Por qué moral y trans- principio de su antigua versión grie- parencia? La idea puede sorprender ga. Para completar la discusión, en puesto que, al tratarse tanto de un la segunda parte hemos creído con- derecho como de una política públi- veniente ofrecer al lector algunas de ca, su estudio se antoja, al menos a 7 primera vista, mejor ubicado en Pero, antes de ir más allá, chos fundamentales son, precisa- ámbitos como la ciencia jurídica o comencemos por observar que el mente, instrumentos de protección la ciencia política. Más aún, algunos derecho al acceso a la información de los bienes básicos de la persona. de los más célebres pensadores del pública ha sido reconocido como un Dicho de otra forma, son derechos derecho —como Hans Kelsen— han derecho fundamental por el artículo que protegen aquellos bienes consi- hecho particular hincapié en la 6° constitucional, a partir de la derados como necesarios a la cons- necesidad de separar y distinguir con claridad el derecho y la moral1. reforma del 20 de julio de 2007. Este titución del individuo, para que hecho confirma, precisamente, su pueda actuar y responsabilizarse Sin embargo, existen otras tradicio- relevancia moral. Por ejemplo, se como agente moral. Se podría repli- nes jurídicas y filosóficas, y no las puede observar en este mismo artí- car ahora, preguntándonos por qué menos influyentes, que conceden culo ya reformado, en la tercera la persona constituye un valor. La sin mayor dificultad que derecho y fracción del nuevo párrafo, cómo respuesta es simple y se antoja evi- moral no están totalmente divorcia- reconoce que el derecho al acceso a dente: todos, en tanto personas, dos. En lo que respecta a nosotros, y la información pública es un dere- como hilo conductor del presente cho propio de “toda persona”, y poseemos dignidad; es decir, un valor moral intrínseco2. texto, sostendremos que el principio quien quiera ejercerlo no requiere Si concedemos que la distinción de publicidad, que funda el derecho exhibir justificación alguna. Que su entre moral y derecho es necesaria, de acceso a la información pública y alcance sea universal es acorde con pero no así su disociación absoluta; las políticas de transparencia, es la la idea de que los derechos funda- si admitimos que a fin de cuentas el vía que permite resolver en el mentales no son privativos única- Estado constitucional y la democra- mundo moderno un muy viejo pro- mente de los ciudadanos, sino que cia se fundan en valores morales blema del pensamiento occidental: deben ser garantizados a todos de fundamentales, se debe aceptar de precisamente, el de la relación de la manera irrestricta ¿Por qué? Para igual forma que las instituciones política y el derecho con el punto de responder Garzón políticas deben procurar obtener vista moral. Valdés, podemos decir que los dere- resultados moralmente aceptables. con Ernesto 8 Por ejemplo, las políticas públicas Por otra parte, la relevancia de rrollada, una anomalía destinada a no deben tener como resultado un enfoque moral del derecho al desaparecer con el tiempo en la mermar las libertades básicas. Lo acceso a la información y de la medida que se moderniza una mismo se puede decir de los proce- transparencia, ha sido señalada sociedad, la corrupción es ante todo sos y del ejercicio político cotidiano, desde el primer texto de Cuadernos un factor que inhibe su transforma- pues éstos deben estar sujetos a la ción y desarrollo. Pero, una vez más, discusión y al escrutinio moral, y de Transparencia y en la exposición de motivos de la propia Ley4. En éstas, a su vez, son condiciones efecto, se ha observado que una de más adelante a este punto), haga- imposibles de satisfacer sin el dere- las justificaciones centrales del mos un poco de historia. cho al acceso a la información derecho al acceso a la información y pública y las políticas de transpa- de las políticas de transparencia, se rencia. Todo indica, como ya hemos encuentra en factores y valores que adelantado y como veremos en el van más allá de lo estrictamente presente trabajo, que es justamente jurídico y político, y tienen impacto a través del derecho al acceso a la sobre fenómenos morales como lo información pública y la transpa- son la corrupción y la confianza. rencia que derecho, política y moral Según lo indica Federico pueden converger en la figura de Heroles, autor de dicho cuaderno, Estado democrático. Visto así, no no se trata de problemas o temas extraña que Victoria Camps pueda menores, porque la corrupción afirmar que “más que autogobierno, mina las seguridades básicas y la que es una forma obsoleta e irreal confianza de los ciudadanos en sus de definir la democracia, ésta debe- instituciones públicas, al grado que, ría definirse como la ‘transparencia de lo público’”3. antes de ser un simple efecto inde- Reyes seable de una sociedad poco desa9 antes de ir más lejos (volveremos 10 Moral y transparencia Capítulo I TRANSPARENCIA, POLÍTICA Y VALORES. UN POCO DE HISTORIA 1.1 El desafío de Giges o los peli- cicio oculto del poder, fuera del En efecto, que el mero respeto de gros de la invisibilidad espacio público visible, se presta la ley sea suficiente o no, es un fácilmente a la ruptura de los vín- debate que ocupa explícitamente al Cuenta el filósofo griego Platón culos sociales de confianza y, por lo pensamiento político de la época. Ya (427-347 a. C.) —es de notar que lo mismo, a la corrupción y a la arbi- en el siglo III a. C. Licofrón, un filó- hace hermano trariedad. Que la invisibilidad se sofo alumno del célebre sofista Glaucón— que un buen día, tras un preste a la corrupción prueba, ante Gorgias de Leoncio sostiene una terremoto, se abrió una enorme todo, de acuerdo con Glaucón, que visión contractualista de la socie- grieta en el campo en el que un pas- nadie es justo de manera voluntaria dad política o Polis. De acuerdo con tor de nombre Giges solía llevar su o por el sólo valor intrínseco de la Licofrón, la Polis no es otra cosa sino ganado. Al ver la abertura, Giges, ley. Se entiende que para rematar su el producto de un pacto de paz con- intrigado, se adentró en ella y, para argumento, Glaucón defienda que vencional, cuya finalidad es evitar su asombro, en su interior encontró, incluso un hombre virtuoso y justo la injusticia y procurar una coexis- entre otras maravillas, un anillo de que pudiera hacer uso de la invisibi- tencia pacífica y el intercambio de oro. Pronto descubrió que al poner- lidad del anillo de Giges, terminará bienes (el mercado). “La ley —anota se la sortija y con tan sólo girar su necesariamente por corromperse de a este respecto otro gran filósofo engaste al interior, el portador igual forma. Sólo se “es justo” y se griego, Aristóteles (384-322 a. C.)— adquiría la virtud mágica de hacer- acepta la obligación, en virtud de entonces sería una mera conven- se invisible y de nuevo visible al una causa externa al individuo: el ción, así que no sería, como sostie- girarlo hacia el exterior. Una vez miedo a ser sancionado por la auto- ne el sofista Licofrón, «otra cosa que en voz de su seguro del velo protector que le ridad. Con la historia de Giges, se una garantía de los derechos indivi- ofrecía el anillo, quien hasta enton- inicia una larga discusión en el pen- duales, sin poder alguno sobre la ces no había sido sino un tranquilo samiento occidental sobre el respe- pastor ocupado de su rebaño, pron- to a la ley, la invisibilidad del poder moralidad y la justicia personales de los ciudadanos»”5. Aristóteles no to se las ingenió para acceder al y la confianza mutua entre los ciu- desaprueba necesariamente la con- palacio del Rey, corromper a la reina dadanos, como que cepción de Licofrón, pero sin duda y apoderarse del trono. Este relato deben ser resueltos para asegurar el la juzga insuficiente. Al momento hace patente que ya, desde la Grecia vínculo social. que hace esa anotación el estagirita, problemas otrora alumno de Platón en la clásica, es bien conocido que el ejer11 Academia durante 20 años, con efecto, sabemos que los amigos son y excesivas. Por lo mismo, el estagi- seguridad tiene en mente la fábula quienes comparten ciertas cosas rita prefiere defender un tipo parti- de Giges. entre de cular y más sereno de sentimiento Si bien para Aristóteles decir Aristóteles no se trata de una amis- que el fraternal: la amistad política. política es equivalente a decir tad de fusión fraternal como la ima- La amistad a la que se refiere el fun- comunicación, y no admite que lo ginada por su maestro Platón. dador del Liceo es la de un senti- justo se pueda limitar a la simple Recuérdese que al iniciar una larga miento compartido que conlleva la protección de los derechos indivi- tradición intelectual que defiende el elección permanente de vivir jun- duales, su defensa de la justicia no uso del secreto y la mentira por tos: “… son amigos los que coinci- pasa necesariamente por una críti- parte de los gobernantes, Platón den en la estimación de lo bueno y ca explícita del secreto. ¿Por qué? sugiere difundir mentiras “útiles” Debido a que su concepción identifi- con el fin de que los ciudadanos se lo malo, los que tienen los mismos amigos y enemigos…”6. Se puede ca al buen gobierno, no con algo sientan obligados los unos con los suponer así, que Aristóteles espera- sí. Pero en el caso semejante al desempeño del com- otros. En particular, para que aque- ría que si Giges es “amigo” de sus plicado aparato administrativo de llos destinados a proteger la ciudad, conciudadanos, no los defraudará nuestra época, sino con el ejercicio los llamados guardianes o guerre- aun cuando pueda actuar bajo el personal de la prudencia en su apli- ros, crean que son hermanos y que, manto de invisibilidad que le con- cación, caso por caso, a lo ambiguo, por lo mismo, se sientan plenamen- fiere su anillo mágico. Valga subra- aleatorio o probable que es propio te identificados con las Polis, al yar que si para Aristóteles la noción de los asuntos humanos (por lo grado de estar dispuestos a actuar de amigo se define por oposición a demás, sea dicho de paso, para como los perros, que son mansos la de enemigo, no se trata entonces Aristóteles no es necesario debatir con su amo y agresivos con los de la amistad íntima con algunas si dos más dos son cuatro, las verda- extraños, y se encuentren convenci- personas que nos son afines, como des necesarias o demostrativas no dos, igualmente, de compartirlo nos es familiar en nuestros días, requieren discusión). Lo ausente todo, en un sentido amplio que sino de un concepto efectivamente para Aristóteles entre los ciudada- incluye bienes y familia, de manera político y cuya extensión, la de las nos de la sociedad contractual indistinta. personas que involucra, es mucho defendida por Licofrón, es más bien Aristóteles considera que este más amplio que nuestro actual con- una cierta forma de amistad. En tipo de ideas de Platón son confusas cepto de amistad. Todo lo aleja 12 entonces de Licofrón, ya que la justa no está dispuesta a hacer Aristóteles), la democracia requiere Constitución no puede ser entendi- determinadas cosas y, si cede dema- también un mínimo de confianza da entonces como un simple con- siado fácilmente a la tentación, es mutua. En nuestros días podemos junto de reglas. Antes bien, ella es porque en realidad ya estaba dispuesta”8. aprovechar estas lecciones del pen- una forma de vida compartida. samiento antiguo: conocimientos Por su parte, en el pensamiento Valga insistir que la verdadera compartidos, deliberación pública, moderno que sigue la herencia de amistad, de acuerdo con Aristóteles, transparencia y confianza son bie- Licofrón, la tradición liberal tiende a no consiste en compartir un puro (e nes morales necesarios a la demo- desconfiar de este tipo de concep- irracional) sentimiento, sino es cracia. Pero este reconocimiento no ciones que exigen del individuo algo aquélla comparten nos exime de considerar cómo esas más que el simple apego a la ley. Sin acciones y pensamientos. Así, la mismas nociones han sufrido trans- embargo, la posición de Aristóteles amistad tiene una significación formaciones en sus significados. sigue siendo defendida en nuestros política, ya que es el ejercicio de las Veremos a continuación lo que días. Algunos pensadores contem- virtudes que constituye el vivir jun- separa esos conceptos antiguos de poráneos subrayan la existencia de los modernos. valores compartidos como impres- tos, mismas que implican: la acción, la palabra y la comunicación9. A cindible para la democracia: “Una pesar de las precauciones que se democracia ciudadana […] no sólo deben tomar (ya hemos señalado requiere que los ciudadanos se algunas), se puede prolongar a comprometan proyecto nuestros tiempos el pensamiento de común, sino también que se sientan Aristóteles y afirmar que la delibe- con el de quienes especialmente vinculados con las ración pública y transparente son lo demás personas que participan en dicho proyecto”7. Incluso un autor propio de la política y de la demo- como John Rawls, defiende la nece- método que permite resolver mejor sidad de una amistad cívica para los desacuerdos morales. Más aún, una sociedad bien ordenada, y pare- al igual que la amistad defendida ce interpretar la legenda de Giges por el autor latino Cicerón (segura- cuando afirma que “una persona mente cracia y, simultáneamente, es el bajo la 13 influencia de EN NUESTROS DÍAS PODEMOS APROVECHAR ESTAS LECCIONES DEL PENSAMIENTO ANTIGUO: CONOCIMIENTOS COMPARTIDOS, DELIBERACIÓN PÚBLICA, TRANSPARENCIA Y CONFIANZA SON BIENES MORALES NECESARIOS A LA DEMOCRACIA. Moral y transparencia Capítulo II CONTRA EL MORALISMO, EL DERECHO A LA PRIVACIDAD A PESAR DE LA MESURA DEL PENSA- “piadosas” entre los ciudadanos si Éste es el caso del iniciador del pen- MIENTO DE ARISTÓTELES, en el mundo así lo considera conveniente. A dife- samiento político moderno, Nicolás moderno se buscará evitar el desa- rencia de Aristóteles, que reconoce Maquiavelo (1469-1527), quien lejos tino de subordinar la política a la la existencia de una esfera privada, de la obsesión griega por la virtud, moral, error cometido por Platón y al distinguir el ámbito de la familia no duda en afirmar y aceptar abier- también por las formas teocráticas del ámbito político; o de una tamente que: de la Edad Media que supeditan la Antígona que defiende sus valores ciudad terrestre a la ciudad de Dios, contra lo dispuesto por el rey Los hombres son ingratos, volu- el poder político al poder espiritual. Creonte y las normas de la Polis; bles, dados al fingimiento, afi- En el caso de Platón, su equivoca- Platón funde toda la vida social en cionados a esquivar peligros y ción consiste en pensar la comuni- una sola esfera orgánica de gobier- codiciosos de ganancias. dad política como una especie de no. Esta visión tendrá una gran per- gran familia, sobre la cual el rey- sistencia histórica; todavía en la filósofo pretende conocer todo lo época de Louis XIV, un teólogo como Maquiavelo se aplica a los hombres que es bueno para todos. En parti- Bossuet sostiene que el monarca en general, sin distinción alguna cular, el filósofo determina (de debe velar por la salud espiritual de entre gobernantes y gobernados. En manera autoritaria) los contenidos su pueblo. el primer número de Cuadernos de Es de notar que la observación de de la educación y las artes admiti- Un primer argumento en contra Transparencia Reyes Heroles saca la das o excluidas de la república. Por del “paternalismo” de Estado que se conclusión correcta del realismo lo mismo, de manera análoga a las desprende de la concepción de defendido por Maquiavelo: las insti- medicinas cuyo Platón y en contra del perfeccionis- tuciones públicas no se deben cons- empleo está reservado a los médi- mo moral y el deseo de encaminar a truir bajo la suposición, a todas cos y prohibido a los profanos, el rey los hombres por el sendero de la vir- luces errónea, de que los seres filósofo reivindica el derecho para sí tud, es de orden metodológico: la humanos somos o deberíamos ser de aplicar terapias políticas para necesidad “científica” de partir de ángeles. En realidad, los seres asegurar la salud social (eugenismo una visión realista del ser humano. humanos no somos tan buenos incluido) y propagar, como ya men- Tomar al hombre tal y como es y no como lo pretende Platón ni tan cionamos más arriba, mentiras como supuestamente debería ser. malos como lo cree Maquiavelo. (pharmakon), 14 Recuérdese la célebre advertencia por los mismos demonios siempre y Para no detenernos demasiado que hace el pensador francés Blaise cuando éstos sean razonables. De en este punto, basta señalar que, en Pascal: el hombre no es ni ángel ni hecho, la enunciación que hace nuestros días, es claro que el mora- bestia y quien quiere hacer el ángel Kant de este problema, invita a lismo y su pretensión de hacer de la termina por hacer la bestia. enfrentar el desafío de la fábula de totalidad de la vida social un objeto No es extraño que, más tarde, Giges, ya que los demonios –que no transparente al ojo del Estado, aten- para el otro gran fundador del pen- son sino los individuos que actúan tan contra un valor fundamental samiento político moderno, Thomas como Giges– saben que, por una del mundo moderno: el derecho a la Hobbes (1588-1679), ya no se exija parte, su conservación exige leyes privacidad. Por lo mismo, menosca- ningún tipo de virtud al gobernado. universales y, por la otra, como lo ba la autonomía de los individuos y El acto exterior del individuo, acción anota el filósofo, cada uno se incli- la dignidad de la personas. Así lo o palabra, es lo único que puede y gobernante nará secretamente a excluirse de ellas11. Más adelante nos ocupare- observa Amy Gutmann. Moralistas son, de acuerdo con Gutmann12, las debe incumbir al (Leviatán, Cap. 27). De esta forma, el mos de la respuesta que Kant da a pensamiento moderno rompe con este problema y en el mismo escrito Platón y con el pensamiento religio- sobre la Paz perpetua. Por ahora, so. A partir de Maquiavelo y de limitémonos a observar que esta Hobbes, “ya no es necesario que el divergencia que se hace manifiesta sujeto, en tanto que hombre, se con Hobbes, entre el Estado y la identifique moralmente con las conciencia moral de los ciudadanos, leyes políticas para mantener al Estado…”10. En adelante, se busca- tendrá importantes implicaciones. En particular algo que nos interesa rá que la política funcione sin que el aquí: la liberación de la conciencia buen ciudadano sea necesariamen- crítica del individuo frente al Estado te “un hombre bueno”. Incluso, y la invención de la esfera privada como dirá más tarde Kant, el pro- moderna por oposición a la esfera blema del Estado debe tener solu- pública. ción para un pueblo conformado 15 EN NUESTROS DÍAS, ES CLARO QUE EL MORALISMO Y SU PRETENSIÓN DE HACER DE LA TOTALIDAD DE LA VIDA SOCIAL UN OBJETO TRANSPARENTE AL OJO DEL ESTADO, ATENTAN CONTRA UN VALOR FUNDAMENTAL DEL MUNDO MODERNO: EL DERECHO A LA PRIVACIDAD. concepciones que bajo el propósito de formar el carácter o la virtud, restringen opciones y, a fin de cuentas, rechazan la libertad de elección que poseen los individuos, es decir, el derecho que posee todo individuo a actuar por sí mismo y adoptar por sí mismo sus propios fines. Desde el punto de vista que ha sido particularmente enfatizado por la tradición del pensamiento liberal, el moralismo empieza donde acaba la neutralidad moral que debe tener el Estado en una sociedad democrática. 16 Moral y transparencia Capítulo III SUBORDINACIÓN DE LA MORAL A LA POLÍTICA Y ARCANA IMPERI PERO SI SUBORDINAR LA POLÍTICA A UN vía que permite al príncipe ir más hace posible que los signos y las PROYECTO MORAL QUE BUSCA INCIDIR allá de la fuerza física y ejercer un imágenes puedan ejercer un poder EN TODOS LOS ASPECTOS DE LA VIDA ES poder de manera indirecta, y multi- no necesariamente físico sobre los UN PELIGRO –el totalitarismo del plicado a través de su imagen o hombres y seguramente mayor al siglo XX y su voluntad de “crear al representación. Como salta a la simple poder directo, al grado de hombre nuevo” lo demostró hasta lo vista, este juego de duplicidades, abominable– también lo es conver- que parece convidar ante todo a un obligarlos a ir contra sus inclinaciones más naturales14. Es de notar tir la moral en mero instrumento juego de apariencias y a una estra- también que, a pesar de concebirse ideológico de la política. Tal es una tegia estética de la política, se funda como un pensamiento antiplatóni- de las tendencias del Estado moder- en el secreto y en el engaño. co, Maquiavelo concuerda con Platón aquí: el gobernante tiene no. Recordemos que Maquiavelo hay que saber disfrazarse bien y derecho a mentir. Pero, ¿qué explica poseer la capacidad de fingir el bien ser hábil en fingir y en disimular. esta coincidencia? La respuesta a mientras disimula el mal. Bajo esta Los hombres son tan simples y esta pregunta se encuentra en el óptica, el príncipe o gobernante de tal manera obedecen a las hecho de que ambos autores dan debe tener, a semejanza de la natu- necesidades del momento, que una prioridad epistemológica al raleza binaria del centauro Quirón, aquel que engaña encontrará gobernante, sea en el caso de la capacidad de la duplicidad; pose- siempre quien se deje engañar13. Platón, por la naturaleza misma del afirma que el gobernante debe er varios rostros según las circunstancias; aparentar ser rey filósofo que, por nacimiento, puede acceder a la esfera trascen- hombre mientras se actúa como bestia. A su Como lo muestra su obra de teatro dente de las ideas verdaderas; sea vez, la bestialidad sugerida por la Mandrágora –recuérdese que el en lo que se refiere a Maquiavelo, Maquiavelo también es doble: al autor de El Príncipe también es dra- por la situación específica (con rela- mismo tiempo se debe poder ser maturgo y probablemente uno de ción al poder) del gobernante frente león o zorro; según la necesidad del los iniciadores del género de la a los gobernados. Ahora bien, el momento, ejercer la fuerza del pri- Commedia dell’arte–, Maquiavelo es príncipe, al menos como lo piensa mero o la astucia del segundo. Vale un pensador fascinado por la capa- Maquiavelo, sabe que nada funda- la pena subrayar que es la astucia la cidad del hombre de engañar y ser mental lo distingue de sus goberna- engañado. La necesidad de ilusión dos, salvo una sucesión de contin- 17 gencias y, a fin de cuentas, una embargo, es a partir de la influencia to”16. Así, con Jean Bodin y luego forma de usurpación del poder. Ése de Maquiavelo que se elabora la teo- con Hobbes, en nombre del interés es su secreto y es el secreto que ría de la Razón de Estado. superior del Estado, el soberano no Siguiendo a Michel Senellart15, debe preservar. puede ser limitado, pues él es La radicalidad de Maquiavelo, la Razón de Estado se puede definir garante del interés común. La que pone fin al vínculo entre la exi- como el imperativo de transgredir el noción de Razón de Estado implica, gencia de virtud (al menos en su derecho en nombre del interés como lo indica la célebre máxima sentido tradicional) y el ejercicio del público. Entendida así, la razón de “the King can do no wrong”, que el poder, impele al príncipe a practicar Estado posee tres características soberano se encuentra a priori el arte de usar la opinión de sus distintivas. Por principio, se funda “inmunizado” contra el error. gobernados. La política se convierte en la idea de una necesidad política Pero, ¿qué significa la noción de así en algo semejante a un juego de mayor; obviamente esta cualidad ‘razón’ evocada en la expresión velos y máscaras y de constante tra- confiere al gobernante una gran Razón de Estado? La respuesta es vestismo entre ser y apariencia. autonomía y lo dota de justificación cuando menos paradójica. En efec- Esto, que no es otra cosa sino la en circunstancia. Su to, ella no se refiere a lo que puede reducción de la política a una pura segunda característica es aquélla de comprenderse por medio de la técnica de conquista y conservación la justificación de los medios en vis- razón común, como lo sostiene del poder, tendrá grandes implica- tas a un fin superior. Finalmente, Sócrates (en el diálogo llamado El ciones en el desarrollo posterior del está la exigencia de secreto. El arte Menón) al demostrar que incluso el Estado absolutista. Es cierto, su obra de gobernar requiere, entonces, de esclavo, al igual que cualquier hom- más conocida está dirigida a la figu- la Arcana Imperii. Los secretos del bre, puede hacer uso de ella. Todo lo ra personal del príncipe. Ella se ins- poder, noción que ya había sido contrario, la Razón de Estado pre- cribe (si se quiere, para mejor des- introducida desde la época del tende una racionalidad distinta a la truirlo) dentro del viejo género retó- imperio romano por Tácito, se vuel- del hombre común, pues “trascien- rico de consejos llamado “espejos ve ahora central. A tal grado que, de” la comprensión ordinaria. Esta para príncipes”. Todo indica que como lo observa un especialista de idea de una razón que escapa al Maquiavelo no elabora su obra con este periodo histórico, Jean-Pierre sentido común, es reforzada por la relación a la idea de una entidad Chrétien-Goni, para el absolutismo noción de secreto, a manera de una abstracta como la de Estado. Sin “ser soberano es organizar el secre- estrategia encaminada a eximirla cualquier 18 de cualquier forma de rendición de ciones siguientes a intentar recons- cuentas. Yves Charles Zarka tiene truir y restablecer, al menos en un razón al señalar que la idea de principio de forma mínima, la base secretos de Estado, de Arcana moral del Estado, con el fin de evitar Imperio, se refiere ante todo a una que la política moderna quede concepción del ejercicio del poder totalmente sujeta a la arbitrariedad muy distinta de aquella que se del monarca y completamente des- funda en el libre consentimiento: vinculada de las exigencias morales. La doctrina política que acuerda una parte importante al secreto en el arte de gobernar, envuelve casi necesariamente los principios de una comprensión de lo político en términos de dominación17. No necesitamos insistir en que bajo esta visión del Estado el ejercicio del poder es equiparado, como apunta Kelsen18, a una estrategia de “encu- LA IDEA DE SECRETOS DE ESTADO, DE ARCANA IMPERIO, SE REFIERE ANTE TODO A UNA CONCEPCIÓN DEL EJERCICIO DEL PODER MUY DISTINTA DE AQUELLA QUE SE FUNDA EN EL LIBRE CONSENTIMIENTO. brimiento” de los actos del gobernante, gracias a la cual la moral se encuentra subordinada ahora a la política: los individuos tiene un valor marginal, menos aún su perfeccionamiento moral, lo que importa ahora es el bienestar del Estado. Esto obligará a las genera19 EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD O LA RECONCILIACIÓN DE LA MORAL Y LO POLÍTICO Moral y transparencia Capítulo IV UN PRIMER PASO PARA EVITAR EL Hobbes da así un primer paso hacia pretación legitima. Pero vale insistir MORALISMO ANTIGUO SIN CAER EN EL la noción de “seguridad jurídica” y la en que Hobbes considera necesaria INMORALISMO O, SI SE PREFIERE, EN EL exigencia de previsibilidad de las esta AMORALISMO DE MAQUIAVELO, lo da acciones del Estado (lo que hoy en Estado, ya que para el pensador el otro gran fundador del Estado moderno, Thomas Hobbes19. El día el derecho constitucional ale- inglés, dejar libre juego a la razón mán denomina protección de la pública es introducir el pluralismo pensador inglés reintroduce la confianza respecto a la ley). En ade- de las opiniones y volver al proble- noción de justicia, pero ésta no lante, una de las características del ma inicial, que buscaba resolver por medio del Leviatán todopoderoso: el prominencia absoluta del debe requerir otra cosa sino el res- Estado moderno será la tendencia peto de la promesa dada, y es el progresiva a reducir la incertidum- de la guerra provocada por el dere- Estado el que debe garantizar su bre de los gobernados (primero res- cho de todos a todo y por la lucha cumplimiento (Leviatán, XVI). Pero pecto a la vida, luego respecto a la irrefrenada de las subjetividades y también se puede apreciar que el propiedad y así sucesivamente). Si de las opiniones. Visto bajo este últi- mismo Hobbes introduce el princi- bien en estos aspectos Hobbes es mo aspecto, la obra de Hobbes no pio de publicidad de las leyes: innegablemente puede sino favorecer el absolutis- revolucionario, fuera de ello, Hobbes es el pensador mo. poder del Leviatán. En la misma frase cita- Justamente como reacción al supremo el poder dictar algunas da se puede observar que la certeza absolutismo, la necesidad de limitar Pertenece al mismo reglas comunes para todos los jurídica se consigue, para Hobbes, el poder será cada vez más acen- hombres y declararlas pública- sólo al costo de que el problema de tuada conforme progresa el pensa- mente, mediante las cuales lo justo y de lo injusto, lo bueno y lo miento político moderno. En efecto, cada uno pueda saber qué malo, e incluso de lo verdadero y de si Maquiavelo sostiene que el prín- puede ser llamado […] justo, lo falso, se disuelvan ante el poder cipe tiene libertad irrestricta y dere- qué injusto […], qué bueno, qué supremo y la majestad del Estado. cho al secreto, en virtud de sus res- malo; es decir, brevemente, qué El Estado tiene respecto a todo ello ponsabilidades y de la técnica que debe ser evitado en nuestro curso normal de vida20. la última palabra. De esta manera, requiere el ejercicio del poder, son el Estado se vuelve el monopolio del justamente las mismas razones —a poder fáctico y simbólico, tanto del saber, la importancia y las particu- uso de la violencia como de la inter- laridades de sus funciones— que 20 harán que el pensamiento posterior opinión (como se cuenta que dijo por primera vez el príncipe Tamino exija transparencia y control sobre Voltaire con Papageno, el primero le pregun- sus para maquiavelismo intelectual). Por lo Montesquieu, el secreto del gober- tanto, de forma paradójica, la afir- nante es sospechoso porque sólo es mación maquiavélica del secreto Príncipe Tamino: Dime, alegre necesario si la autoridad “…tiene como instrumento del poder, lo amigo, ¿quién eres tú? tantos defectos, que debe temer degrada. ¿Por qué? Porque ahora Papageno: ¿Que quién soy yo? exponer a pleno día su estupidez sólo se trata de una técnica a dispo- ¡Vaya pregunta! Pues un hom- natural. Está escondido y se ignora el estado en el que se encuentra”21. sición de cualquier hombre que pre- bre, al igual que tú. Se sigue, efectivamente, que por su cal transformación conceptual que importancia el poder deba ser con- hace Maquiavelo, el gobernante ya trolado y protegido de sí mismo por no ocupa el lugar excepcional que le medio de la división de poderes, confería el pensamiento premoder- pero también por parte de la opi- no y que le permitía ejercer el secre- nión de los ciudadanos. to sin tener que rendir cuentas a acciones. Así, en un momento de ta al segundo: tenda gobernar. A partir de la radi- Que la opinión aparezca ahora sus súbditos, fuera en virtud de una como una nueva instancia de legiti- relación privilegiada y trascendente midad —que el príncipe deba ser a la verdad, como es el caso de temido pero se cuide sobre todo de Platón, o a la divinidad, como había no ser odiado por su pueblo— es sido durante la Edad Media. De consecuencia de la misma visión manera consecuente, en el contrac- del poder que ofrece Maquiavelo en tualismo de Hobbes el gobernante El Príncipe. El imperativo de disimu- no es sino un representante que lar y manipular la opinión sólo se actúa en lugar del gobernado. En su puede entender porque, en realidad ópera “La Flauta Mágica”, Mozart y en última instancia, se depende hará popular esa igualdad funda- de ella. Si la opinión gobierna el mental entre el gobernante y el mundo, es necesario gobernar la gobernado, cuando al encontrarse 21 A PARTIR DE LA RADICAL TRANSFORMACIÓN CONCEPTUAL QUE HACE MAQUIAVELO, EL GOBERNANTE YA NO OCUPA EL LUGAR EXCEPCIONAL QUE LE CONFERÍA EL PENSAMIENTO PREMODERNO Y QUE LE PERMITÍA EJERCER EL SECRETO SIN TENER QUE RENDIR CUENTAS A SUS SÚBDITOS. Como lo hace patente la reacción de revocable en cualquier momento. relación al secreto y a la publicidad, Papageno, que se pretenda exigir, Esta evolución muestra que, por la Camille Desmoulins contrasta la como lo hace Hobbes, que una vez radicalidad con la que describen los república y la monarquía: realizado el contrato que funda la cimientos del poder, Maquiavelo y sociedad política, los contratantes Hobbes dan pie al absolutismo. La monarquía hace todo en el se opaquen como sujetos libres y Pero, paradójicamente, esa misma gabinete, en comités y a través cedan para siempre la mayor parte radicalidad hace posible la negación del solo secreto; la república, de sus derechos al Estado, será algo del absolutismo al hacer del pueblo todo en la tribuna, en presencia que no podrá ser aceptado por las el único fundamento de la legitimi- del pueblo y a través de la publi- generaciones dad política en el mundo moderno. cidad, por lo que Marat llamaba posteriores. Mejor dicho, una vez popularizada la idea Bajo la perspectiva de este hacer un gran escándalo. En las de que el pueblo es el fundamento nuevo fundamento de la legitimi- monarquías, el fundamento del de la soberanía, se entenderá como dad política, el secreto como políti- gobierno es la mentira, engañar una paradoja o como una franca e ca sistemática de Estado se vuelve es todo el secreto del Estado; la incongruente contradicción la con- insostenible. Como bien subraya cepción de Hobbes: la de realizar un Bernard Williams: “existen vínculos política de las repúblicas, es la verdad23. convenio con el fin de defenderse de privilegiados entre el gobierno y el los zorros (los demás individuos) y pueblo, y es una violación de esta Naturalmente, Desmoulins asocia terminar, así, colocándose definiti- concepción permitir que el secreto o la publicidad al escándalo: si el pue- vamente bajo las garras del león (a la disimulación se inmiscuyan entre blo puede conocer, entonces se saber, puede indignar. Pero es de notar, en entiende que, pocos años después el pueblo y aquél a quien éste le encargó el poder”22. No sorprende de Hobbes, Locke no tarda en defen- que, unos setenta años más tarde, a quía, asociada inevitablemente con der que la relación entre represen- la muerte de Locke, este reproche en el ejercicio del secreto, no produce tados y representantes, entre ciuda- contra de las prácticas secretas del escándalos (en plural), no es tanto danos y gobernantes, deba ser una Estado surja entre algunas de las porque los esconde; sino ante todo, relación de confianza (trust). Es grandes la porque ella misma es un escándalo decir, ella consiste en un mandato Revolución francesa. Así, por su en tanto régimen político. Ya sea el Leviatán-Estado). Se personalidades de este mismo texto, que si la monar- con la república o la monarquía nos 22 encontramos en una situación, en el tiempo leyes universales y, en cada ción de justificar las políticas públi- siglo XVIII, en la que es inevitable caso y llegado el momento, estar cas ante aquellos que son afectados que entre en juego la conciencia exentos de esas mismas leyes. por ellas, será el pedestal de la legi- moral del público o del pueblo. Contra estos males y con el fin de timidad en la teoría política. Sólo Después de Maquiavelo y Hobbes, y restablecer el equilibrio entre la bajo la publicidad y la rendición como reacción al absolutismo, la moral y la política, Kant postula el pública de cuentas, de las leyes y de publicidad se presenta como el principio de publicidad: los actos del gobierno se puede dar medio —necesario y solicitado en sustento al consentimiento de los un mundo en que la opinión pública Todas las acciones relativas al ciudadanos. Renunciar a la publici- juega un papel de importancia cre- derecho de otros hombres cuya dad, como dirá en algún momento ciente— a través del cual se pueden máxima sea incompatible con la publicidad, son injustas25. conciliar de nuevo la moral y la política. Es el filósofo alemán Emmanuel Kant quien elabora la La publicidad es un bien, en tanto mejor expresión teórica al respecto. que es defensa y garantía contra el Se trata de oponerse a la opacidad secreto y la arbitrariedad de la auto- en el ejercicio del poder por parte ridad, puesto que incluso en los del príncipe tal y como lo describe casos más virtuosos, el gobernante Maquiavelo; también, sea dicho de estará tentado a actuar, al igual que paso, se asienta en contra de su Giges, de forma secreta y conforme paternalismo (si aceptamos que la a sus intereses personales. Pero obra mayor de Maquiavelo refleja sobre todo, vale la pena insistir en una moral utilitaria24), de quien ello, el principio de publicidad es, a pretende saber qué es bueno para un mismo tiempo, un principio jurí- todos. Al mismo tiempo, es la res- dico y ético que permite conciliar el puesta que permite resolver el pro- ejercicio del poder con el tribunal de blema del Estado conformado por la opinión pública. Puesto que el un pueblo de demonios, individuos fundamento último del poder es la como Giges, que quieren al mismo opinión de los gobernados, la obliga23 LA PUBLICIDAD ES UN BIEN, EN TANTO QUE ES DEFENSA Y GARANTÍA CONTRA EL SECRETO Y LA ARBITRARIEDAD DE LA AUTORIDAD. el gran pensador liberal Benjamín Desde el punto de vista de la moral que, en aras del bien mayor, cierto Constant, es renunciar a “nuestro” utilitaria, la publicidad no tiene un tipo de mentiras puedan ser acepta- poder. valor moral en sí. Como lo anotan bles para Bentham, lo que es una Ahora bien, debemos confesar Amy Gutmann y Dennis Thompson, regresión con respecto al punto de que el principio de publicidad puede para Bentham “la publicidad es sólo vista de Kant. Ahora bien, para ser concebido como útil a la demo- un mecanismo para hacer que el entender la importancia de la refle- cracia sin que sea necesario vincu- xión de Kant y su relación con la larlo a la moral. Al menos así lo interés personal de los funcionarios coincida con el interés general”26. entiende el padre de una de las Como ya se ha mencionado, existe de nuevo al mundo antiguo. grandes corrientes intelectuales del una cierta familiaridad entre la filo- mundo moderno, Jeremy Bentham. sofía utilitaria y Maquiavelo, de aquí 24 esfera privada, es necesario volver Moral y transparencia Capítulo V EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD, UNA VIEJA HISTORIA EN REALIDAD, AL MOMENTO EN QUE ca, que por primera vez “una socie- que el máximo estadista del llama- KANT ENUNCIA EL PRINCIPIO DE PUBLI- dad delibera explícitamente en torno do siglo de oro ateniense, Pericles, CIDAD, éste cuenta ya con una larga a sus leyes y el cambio de estas leyes”28 (las cursivas son nuestras). celebre el hecho de que Atenas sea historia avant la lettre. Como ya hemos visto, un siglo y medio antes, En el terreno de las ideas, un incluyendo a los extranjeros que el mismo Hobbes había subrayado buen ejemplo es el del sofista y tienen derecho a circular libremen- la necesidad de que las leyes sean demócrata Protágoras (485-411 a. te, sin espacio de exclusión. Más conocidas, razón por la que Ernesto C.). En confrontación con el aristo- interesante para nosotros es el Garzón Valdés no se equivoca cuan- cratismo de Platón y su defensa del hecho de que el estadista se jacte de do sitúa a Hobbes dentro de la tra- derecho del rey filósofo a mentir a que en Atenas lo público es materia dición que defiende el principio de sus súbditos, Protágoras defiende, de conocimiento para todos los ciu- la publicidad. Pero aún podemos ir tal y como el mismo Platón lo narra, dadanos: mucho Cornelius que la política es cosa que atañe a Castoriadis observa que la demo- todos, que todos deben conocer y cracia griega va de par con el naci- todos pueden aprender. No se trata miento de la filosofía. Se puede pre- aquí de una concepción extravagan- sumir, entonces, que existe un nexo te dentro de su época. Al contrario, lógico e histórico que las une (es de su pensamiento refleja bien las ins- observar además que, efectivamen- tituciones democráticas de la Grecia te, Solón y el considerado primer clásica. Un reconocido especialista filósofo de la historia, Tales de de la Grecia antigua, Jean-Pierre Mileto, son contemporáneos). En Vernant, observa que la democrati- efecto, es con el amor al conoci- zación de la sociedad griega va de miento, con el derecho a pensar sin par con la aparición de un sector o restricciones —“Atenas, punto de la espacio social de interés común, Hélade donde hay más libertad de hablar”27. según se afirma con toda sujeto por lo tanto al escrutinio claridad en la misma obra de privados y a los procedimientos secretos29. No es extraño entonces más lejos. Platón— y con la Atenas democráti- público, por oposición a los asuntos 25 una ciudad abierta para todos, EN CONFRONTACIÓN CON EL ARISTOCRATISMO DE PLATÓN Y SU DEFENSA DEL DERECHO DEL REY FILÓSOFO A MENTIR A SUS SÚBDITOS, PROTÁGORAS DEFIENDE, TAL Y COMO EL MISMO PLATÓN LO NARRA, QUE LA POLÍTICA ES COSA QUE ATAÑE A TODOS, QUE TODOS DEBEN CONOCER Y TODOS PUEDEN APRENDER. …nos preocupamos a la vez de pueden ser compartidos y que hay una cosa, a la que todos los ciu- los asuntos privados y de los importan a todos los ciudadanos. dadanos están obligados igualmen- públicos, y gentes de diferentes Aristóteles cuenta que Solón, uno oficios conocen suficientemente de los llamados siete sabios de la te, y sin la que no se conciben ni la sociedad ni la ciudad?”30. Incluso el la cosa pública; pues somos los Grecia Antigua (y ancestro de mismo Platón, en una posición que únicos que consideramos no Platón), grabó sobre madera y cerca contrasta con su crítica de la escri- hombre pacifico, sino inútil, al del Partenón la Constitución de tura, pues la opone a la palabra que nada participa en ella, y Atenas, lo que le confería legibilidad hablada, y a su concepción del rey además, o nos formamos un jui- e intangibilidad. Así, a diferencia de filósofo, llega en un momento dado cio propio o al menos estudia- lo que sucede en su gran rival, a defender el gobierno de las leyes. mos con exactitud los negocios Esparta, en Atenas la Constitución Bobbio no se equivoca: la visibili- públicos… es escrita. Protágoras, como buen dad, la cognoscibilidad y la accesibi- representante pensamiento lidad de los actos de los gobernan- Esto explica la importancia que en democrático de la época, insiste con tes son características de la demo- la Grecia clásica se da a la palabra y toda claridad que el conocimiento a la escritura, pues se trata de escu- de lo que es público es necesario y cracia griega que reaparecen en la democracia moderna31. char y conversar sobre temas que puede ser enseñado: “¿No crees que del 26 Moral y transparencia ESFERA PRIVADA E INTIMIDAD Capítulo VI QUE EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD de dominación sobre aquellos que desde Aquiles hasta Sócrates, no CUENTE YA CON UNA AÑEJA HISTORIA, son inferiores “por naturaleza”. Es el sólo la vida privada, sino la vida no impide que las nociones correla- lugar en el que el jefe de familia, el misma debe poder ser sacrificada tivas de espacio público y de espa- varón adulto, ejerce su dominio en aras de la vida y de la imagen cio privado hayan sufrido una sobre “su” mujer, “sus” hijos y “sus” pública, pues lo público es el ámbi- transformación mayor a lo largo del esclavos. to en el que se juega la identidad personal. tiempo y, en particular, en el trans- Una transformación análoga se curso del mundo moderno. Para observa en lo que se refiere a la con- Para entender ahora las particu- comprender la naturaleza de esta cepción del espacio público. En efec- laridades de la concepción contem- transformación es necesario com- to, para los antiguos griegos el espa- poránea, tanto de espacio público parar su antiguo significado con su cio público es el ámbito en el que se como de espacio privado, también acepción contemporánea. Comen- ejerce la libertad entre seres libres e cemos por recordar que en el iguales, pero esta libertad e igual- es conveniente preguntarse, junto con Louis Dumont32, sobre las con- mundo antiguo lo público se consti- dad impele a cada uno a distinguir- diciones históricas y culturales bajo tuye por oposición o, mejor dicho, se frente a los demás. El espacio las cuales se puede dar la figura del por una franca ruptura con la esfe- público de la Grecia clásica es, así y individuo como ser independiente y ra privada, conformada ésta por lo ante todo, un lugar vinculado con lo singular. No se trata de un fenóme- que no concierne sino a cada uno que se puede denominar “una esté- no (de los ciudadanos libres). A dife- tica de la figuración”: el motivo fun- Modernidad; para el antropólogo rencia de lo que sucede hoy en día, damental que lleva a los individuos francés no hay duda de que en las para los antiguos griegos lo privado a participar en el debate público es sociedades tradicionales también se se identifica con lo doméstico y, por el deseo de sobresalir y conseguir la puede dar la figura del individuo. extensión, con lo económico. Es gloria. La fama es un valor primor- Sin embargo, constata una diferen- decir, es todo aquello que se sitúa dial. Entre una vida breve pero con cia significativa: para ser individuo bajo la categoría de trabajo y bajo el gloria y una larga vida sin ella, en las sociedades tradicionales, se modo de una actividad técnica o Aquiles no duda en preferir la pri- debe pagar el costo de romper los instrumental, por oposición a la mera. La bella muerte, la del joven vínculos acción libre. Se refiere, entonces, a guerrero en el combate, es el máxi- mundo”. Así lo demuestran los formas de relación subordinadas y mo valor moral para los griegos. Así, casos del asceta hindú, el sabio grie- 27 social privativo sociales y de “salir la del go o el monje medieval. Si bien la afirmación puede ser discutida33 es original, un individuo singular cuya Freud en el siglo XX. Así lo muestran naturaleza auténtica reside entera- las tradiciones literaria y filosófica: claro que, a diferencia de las socie- de las Confesiones de San Agustín dades tradicionales, la sociedad mente en el secreto de su vida interior”34. Si consideramos, por ejem- moderna favorece el individualismo plo, el testamento de Aristóteles, es Interpretación de los Sueños de “al interior del mundo”. Ahora la de observar que no contiene nada Freud, pasando por las introspec- individualidad y el espacio privado de íntimo. Jean-Pierre Vernant, ción de Montaigne en sus Ensayos, ya no son una opción limitada a una quien se hace esta pregunta sobre la las Confesiones de Jean-Jacques clase de individuos específicos (el intimidad, concluye que no. Entre Rousseau (1712-1778) y las llama- asceta, el sabio o el monje), sino un los antiguos griegos: das (354- 430 d. C.) a su triunfo en la “novelas de formación” (Bildungsroman) del siglo XIX ale- valor social compartido y difundido, propio de todas las personas y rei- no hay introspección. El sujeto mán. Con el desarrollo de la intimi- vindicado por todos. Ahora bien, no constituye un mundo interior dad también se acentúa el valor de éste no es el único rasgo que nos cerrado, en el cual deba penetrar la privacidad, como se refleja en el distingue del mundo antiguo. Otro para reencontrarse o mejor descubrirse35. diseño de los espacios físicos de las cambio mayor favorece que, en el viviendas. Por ejemplo, a mediados del siglo XVII surgen en Francia mundo moderno, la esfera individual se convierta en una instancia La intimidad no parece ser un fenó- actividades y espacios que son cla- particularmente valiosa que deba meno antropológico sino más bien ramente propios del mundo priva- ser protegida; se trata del surgi- cultural, que surge lentamente en do. La lectura, el aseo, el reposo, miento de la intimidad. la historia de Occidente. Su desarro- entre otras actividades privilegia- En efecto, una pregunta que llo fue favorecido por elementos dis- das, tienen lugar de ahora en ade- cabe hacer es si en el mundo anti- pares como son la valoración de la guo, en particular en el pueblo que conciencia de sí en el cristianismo lante en espacios claramente diferenciados y privados36. Esta gran más desarrolló la figura del indivi- en general, la reivindicación de la transformación de las mentalidades duo –los griegos–, existe una noción conciencia interior y de la vida ordi- que tiene lugar en el mundo moder- equivalente a la nuestra de intimi- naria con el protestantismo, y la no se refleja en el derecho y lleva dad. A saber, la idea “de un ser real, popularización del psicoanálisis de así, a la idea de un espacio de liber- 28 tad negativa o de independencia frente a las intervenciones del Estado: “el derecho del individuo a ser dejado solo”, como dijera en 1890 Louis Brandeis en su artículo pionero sobre el derecho a la privacidad37. OTRO CAMBIO MAYOR FAVORECE QUE, EN EL MUNDO MODERNO, LA ESFERA INDIVIDUAL SE CONVIERTA EN UNA INSTANCIA PARTICULARMENTE VALIOSA QUE DEBA SER PROTEGIDA; SE TRATA DEL SURGIMIENTO DE LA INTIMIDAD. 29 Moral y transparencia Capítulo VII ESPACIO PÚBLICO Y PRIVADO COMO FORMAS COMPLEMENTARIAS DE LA AUTONOMÍA QUE LA ESFERA PRIVADA E ÍNTIMA SEA da, en muchos aspectos inimagina- objeto y un contenido, se requiere la UN VALOR IRREDUCTIBLE DE LIBERTAD ble para los antiguos, son muchos publicidad sobre aquello que intere- PARA LOS MODERNOS, implica otra más amplias de lo que jamás ofreció diferencia mayor entre nosotros y el la vida pública. sa a todos. En particular, sobre los actos y asuntos del Estado38. mundo democrático de la Antigua Ahora bien, cabe preguntarse El filósofo parece defender, así, Grecia que no debe ser soslayada. A por qué históricamente, quien da su la idea de un círculo virtuoso. Por un diferencia de lo que sucede con éste mejor expresión al principio de lado, la autonomía individual no último caso, en el mundo moderno publicidad, a saber Kant, es al puede sino ganar en madurez y con- la diferenciación entre la esfera mismo tiempo el pensador que tenidos al exponerse en el ejercicio pública y la esfera privada no defiende con mayor convicción la de la razón pública, ejercicio impo- corresponde más a la oposición autonomía de los individuos. En sible sin la publicidad de los asun- entre dominación. efecto, lo que hace valiosa la con- tos que interesan a todos. De mane- Generalmente se interpreta esta cepción de Kant es el hecho de que ra complementaria, el uso de la oposición entre antiguos y moder- el espacio público y el principio de razón pública ilumina y hace visible nos bajo la idea de una inversión de publicidad sólo tienen sentido, para lo que interesa a todos, y elimina las valores, la señalada por Benjamin decirlo en los términos del pensador tinieblas y lo invisible (idea, ésta Constant: para los antiguos, el de Könisberg, para un pueblo que ha ámbito de realización plena de la libertad y salido del estado de minoría de edad última estructurante, del periodo de la Ilustración)39. La opinión adquie- vida ética y de la excelencia es el y se atreve a pensar por sí mismo. re así un discernimiento moral y se espacio público; en tanto que para Combinando individualismo forma. Y una vez que un pueblo ha los modernos es la esfera privada la moderno y el pensamiento antiguo, adquirido discernimiento propio, es el que ofrece un mayor ámbito de Kant insiste que el atreverse a pen- mejor para los propios fines del libertad. No sólo porque, como lo sar por sí mismo requiere, no del gobierno tratar a los hombres a par- alega Constant, la vida pública uso privado sino del uso público de tir de su aspecto moral (para que el moderna ya no puede ofrecer las la luz de la razón. A su vez, este uso régimen mismo no sea un escánda- satisfacciones que proporcionaba público de la razón constituye el lo). Es decir, tomando en cuenta su en la ciudad antigua, sino porque medio de ilustración en general del dignidad. Como ya se ha menciona- las experiencias y las formas de conjunto de la sociedad. Pero para do más arriba, Kant articula de expresión que ofrece la vida priva- que el uso de la razón tenga un nuevo, luego del divorcio sufrido a 30 principios de la época moderna, la sobre Benjamin Constant, Stephen la verdadera libertad es una conciencia crítica y moral con la Holmes sugiere que diferentes indi- ‘combinación óptima’ de lo política y el derecho. Sin embargo, lo cios hablan a favor de la defensa de público y de lo privado, de la hace de una forma problemática, una complementariedad, antes que participación y de la no partici- pues insiste en pensar la esfera de una oposición entre en lo que en pación, de la responsabilidad pública por oposición a la privada. realidad son dos formas de libertad. cívica y de la independencia, del Es decir, por oposición a un ámbito Es de notar, por ejemplo, que los activismo y del apolitismo, de la en el que el uso de la razón se puede derechos individuales y la soberanía cooperación y de la singulari- limitar, ya que es ante todo concebi- pública aparecen simultáneamente dad40. da como una instancia en la que se al principio de la época moderna y debe obedecer. que, por lo mismo, es factible pensar Visto así, estamos ante una relación Oponer lo público a lo privado en que hay un vínculo o juego posi- complementaria. Por una parte, lo tiene implicaciones significativas. tivo entre los dos. Dicho de otra público se nutre de la libertad priva- Lleva no sólo a pensar que la liber- forma, la expansión de una esfera da y de los recursos intelectuales y tad debe ser complementada por puede implicar también, como lo de discusión que ella genera, más una esfera de la obediencia; tam- sugiere efectivamente la historia allá de los estrechos marcos de la bién hace pensar que entre más moderna, la expansión de la otra. vida profesional y administrativa. amplia es la esfera privada, más Valga notar que Holmes extrae esta limitada será la esfera pública y, en interpretación de su lectura de sentido contrario, entre más amplio Constant, por lo que se aleja de la es lo público, más limitado será lo visión privado. Algunos de los pensadores Constant. En efecto, se puede defen- del siglo XIX se atreverán a dar el der que en realidad Constant no es paso que Kant vislumbra amplia- un liberal en el sentido en que mente pero no da, y sostener que comúnmente se le pretende dar a nada obliga a que estemos aquí, en esta corriente política, pues para el la relación entre lo público y lo pri- pensador vado, ante una relación inversa- Holmes: usual que se tiene francés, según mente proporcional. En su libro 31 de anota LA PUBLICIDAD SE REVELA COMO EL MEDIO QUE PERMITE ARTICULAR LA LIBERTAD PRIVADA Y LA PÚBLICA, LA MORAL Y LA POLÍTICA, A TRAVÉS DEL CONTROL SOBRE LA AUTORIDAD PÚBLICA Y LA RENDICIÓN DE CUENTAS. Por el otro lado, se puede suponer cés, como François Guizot, esto es La publicidad no sólo es, enton- que las convicciones morales se una evidencia, como lo apunta el ces, una forma de control del ejerci- debilitan o se ven convertidas en politólogo cio estatal, sino constituye el medio sueños estériles si no se arriesgan, Rosanvallon: francés Pierre y el instrumento que favorece un dentro del juego democrático, a la tipo democrático de sociedad. En confrontación y, en su caso, a la Los doctrinarios se deslindan de efecto, a través de la publicidad y el contradicción en la esfera pública. la concepción liberal para la debate público, la relación gobierno- Esta imbricación entre lo público y cual la libertad de prensa no es sociedad se vuelve menos vertical y lo privado parece acentuarse cada más que una muralla, un instru- más cooperativa, más dinámica y vez más en nuestros días, pues mento para distanciar el poder y creadora de nuevas alternativas muchos de los debates públicos la sociedad. Guizot fustiga a puesto que se funda en una mayor actuales tocan y confrontan las aquellos que no la consideran circulación y calidad de la informa- convicciones morales más persona- sino ‘como una arma ofensiva, ción y de la comunicación, y en for- les (como lo demuestran numerosas buena solamente para el ataque mas argumentadas y transparentes polémicas de actualidad: la pena de y contra el poder’, así como a de acuerdo público. Todo esto per- muerte, la eutanasia, la maternidad aquellos que no ven en ella más mite, en última instancia, la posibi- asistida...). que el ejercicio de un derecho lidad de un consentimiento, no privado. ingenuo sino informado, en torno a Dentro de esta óptica, la publicidad se revela como el medio que las políticas públicas gubernamen- permite articular la libertad privada La intuición fundamental de los tales. En su citado estudio sobre y la pública, la moral y la política, a doctrinarios es al contrario de la Constant, Stephen Holmes insiste través del control sobre la autoridad publicidad, de la cual la libertad de en este hecho: pública y la rendición de cuentas. prensa y el gobierno representativo el ámbito público y el ámbito Pero también a través del intercam- son los dos polos; es el medio deter- privado no son dos términos bio de ideas, el debate, la controver- minante para instaurar una comu- hostiles de una alternativa. Se sia y, a fin de cuentas, a través de la nicación política de tipo nuevo. La responsabilización de los mismos publicidad, anota Guizot, opera un estimulan, se desprenden y se refuerzan el uno al otro42. ciudadanos. Para los pensadores de trabajo de revelación recíproca del poder y del público41. la primera mitad del siglo XIX fran- 32 Moral y transparencia Capítulo VIII LO PRIVADO Y LO PÚBLICO, PRECISIONES Y CONSIDERACIONES RESPECTO AL DEBATE CONTEMPORÁNEO 8.1 Lo público y formas de relación que es privado o íntimo y que nos mente individuales; este último es moral concierne en cada caso sólo a cada estudiado preferentemente por la uno de nosotros. En realidad, a economía y las teorías de la elec- histórico, nuestro parecer, los dos conceptos ción racional, donde lo que interesa ahora nos interesaremos por los son complementarios: no puede al individuo es maximizar su bene- aspectos más relevantes y proble- haber mundo común si hay espa- ficio. Bajo este marco conceptual, máticos en el debate contemporá- cios secretos e invisibles que esca- dos tipos de relación moral desta- neo. Por principio, podemos pre- pan a la comunicación y a las prue- can para nuestro propósito. El pri- guntarnos qué es lo público, con- bas, y argumentos que se puedan mero es el que se funda en el prin- cepto al que nos hemos referido compartir. cipio de reciprocidad y que confor- Luego del panorama desde un inicio. Luego de los traba- Ahora bien, en lo que se refiere a ma buena parte de las relaciones jos de Bobbio, la literatura especiali- nuestra discusión en específico y a que vivimos día a día con nuestros zada ha tenido a bien insistir que lo la segunda acepción mencionada conciudadanos. Es decir, se limita a público se define por dos tipos dis- del término “lo público”, se puede aquellos con quienes compartimos tintos de oposición. En primer lugar, observar que en el espacio público derechos y deberes de nuestra parti- lo público por oposición a lo que es existen diferentes tipos de relación cular sociedad política. El segundo secreto. La democracia es en este moral. Visto desde esta perspectiva es el de las relaciones que solicitan sentido, como lo señala Bobbio, “el moral, el espacio público se sitúa valores de tipo universalista. Por gobierno del poder público en público”43. La publicidad de lo público se fuera del ámbito de la ética de vida ejemplo, las normas enumeradas o de los valores últimos que, cada por los instrumentos internaciona- acompaña la uno, impone a su propia vida (en su les en materia de derechos huma- voluntad de eliminar todo poder caso, son las escuelas antiguas de nos, que hacen que a cualquier per- invisible u oculto. Pero en un segun- filosofía, estoicos o epicureistas, y sona sobre el territorio mexicano do lugar, lo público es lo que nos es las religiones las que pretenden –la noción de persona es universal, común, aquello que nos afecta o ofrecer respuestas a este ámbito de de modo que incluye, llegado el nos concierne a todos. Lo que cons- tipo ‘existencial’). Pero el espacio caso, a los miembros de un grupo tituye nuestro espacio compartido o público también se distingue, desde terrorista que no respeta ningún mundo común, por ejemplo, como la óptica que adoptamos aquí, del tipo de derecho– se les deba garan- mexicanos. Esto, por oposición a lo ámbito de los intereses estricta- tizar un mínimo de derechos. naturalmente de 33 Puesto que generalmente no reconoce de forma universal. De somos autistas morales, sicópatas aquí que podemos coincidir con ni santos, una autora como Amy Ernesto Garzón Valdés, cuando afir- Gutmann sostiene que es el ámbito ma que lo público se caracteriza por de la reciprocidad en el que nos la publicidad: desenvolvemos usualmente. Este tipo de relación moral exige una Lo público está caracterizado relación los por la libre accesibilidad de los demás y justamente éste, el ámbito comportamientos y decisiones de las relaciones reciprocas, es el de las personas en sociedad, más pertinente cuando se trata de deliberación democrática44 y, por más aún; cuando ellas desempe- ende, del derecho al acceso a la ridad político-jurídica, la publici- información pública, a la transpa- dad de sus actos se convierte en rencia y a la rendición de cuentas. un elemento esencial de todo Estado de derecho45. argumentada con Ahora bien, Gutmann se interesa ñan algún cargo dotado de auto- principalmente por el aspecto político de los desacuerdos morales; por Por lo mismo, supone un público ello insiste en las relaciones recípro- universal ilimitado y una opinión cas. Pero, como debemos recordar, al crítica que va más allá de los miem- menos en nuestro país el derecho al bros del país o Estado-nación de que acceso a la información pública se se trate. LA PUBLICIDAD DE LO PÚBLICO SE ACOMPAÑA NATURALMENTE DE LA VOLUNTAD DE ELIMINAR TODO PODER INVISIBLE U OCULTO. 34 Moral y transparencia Capítulo IX DEMOCRACIA Y AMBIVALENCIA MORAL DEL SECRETO PASEMOS AHORA A LA PRIMERA ACEP- según la proximidad o la lejanía res- toda la compañía en Rusia tiene CIÓN MENCIONADA DE LO PÚBLICO, pecto de los iniciados en el secreto. maneras perfectas, pero no hay pero para ocuparnos de la noción Desde este enfoque sociológico, suficiente instrucción para los que la define por oposición, a saber, Simmel observa que en las socieda- nobles ni suficiente confianza la de secreto. Más allá de lo que ya des dominadas por el secreto, la entre las personas que viven sin hemos afirmado antes, el principio personalidad de los individuos tien- cesar bajo la influencia de una moral de igualdad que funda el de a ser suplantada por su rol corte y de un gobierno despótico, mundo democrático es, por princi- social. Un miembro de la sociedad pio —aunque, como veremos, no lo secreta no puede ser un llamativo para que se puedan conocer los encantos de la intimidad46. puede ser absolutamente— contra- James Bond, antes bien debe buscar rio al secreto. ¿Por qué? En su estu- ser lo más gris y discreto que le sea Todo lo contrario sucede en las dio sobre el tema, el sociólogo Georg posible. Es notorio que en las socie- sociedades democráticas, que dan Simmel nos da la respuesta cuando dades autoritarias, en donde por su un alto margen de confianza a los observa que el uso del secreto, aún naturaleza predomina el secreto, los individuos y éstos no corren ningún cuando se trate de algo banal o individuos ven minada la confianza riesgo en la expresión de sus prefe- incluso falso, fragmenta la comuni- en sí mismos y en sus prójimos, y rencias y gustos personales. Es cación al dividir el mundo social sufren un constante temor. Incluso natural, entonces, que en las demo- entre los que saben y lo que no en las relaciones más banales y cracias las personas tiendan acen- están al tanto del secreto. Por otra familiares se carece de transparen- tuadamente a diferenciarse unas de parte, sobre todo en el caso de las cia y confianza. Por lo mismo, se for- otras. No extraña, pues, que se lle- sociedades secretas pero no sólo en talece mucho la tendencia a imitar gara a hablar de “una justificación ellas, el uso del secreto favorece las la imagen del jefe (el bigote, la estética de la democracia”, como es tendencias centrípetas del poder a forma de vestir, las expresiones…). el régimen o la cultura que permite favor de una sola autoridad (la que Madame de Staël, la compañera y favorece la diversidad y la plurali- posee el secreto) respecto a la cual sentimental de Benjamín Constant, dad de expresiones y formas artísti- se jerarquizan los miembros restan- nos da un ejemplo palpable de esta cas. Dicho de otra manera, el secre- tes. Se crea así una línea de subordi- imbricación de sentimientos mora- to es un instrumento que crea y nación efectivamente contraria al les y régimen político, en un relato propicia la exclusión y favorece a principio democrático de igualdad, sobre la Rusia de su época: las sociedades jerárquicas de tipo 35 aristocrático; en tanto que el princi- tible. No es necesario insistir dema- En cuanto a la segunda orientación, pio de publicidad de las sociedades siado en el hecho de que los discur- nos referimos al hecho de que el democráticas notoriamente sos que fundan su legitimidad en modelo de las sociedades democrá- inclusivo y favorable a la pluralidad una verdad secreta o de tipo “extra- ticas es el de una sociedad de “cré- de las expresiones. social” (como la que ofrece un dito”, en un sentido que va más allá es La sociedad democrática es, por supuesto dios que únicamente de su aspecto económico, es decir, definición o idealmente, una socie- habla al oído de sus elegidos), tiende en una sociedad de libre comunica- dad abierta, de conocimiento exoté- a favorecer sociedades autoritarias, ción y de libre intercambio, fincada rico y de libre examen. A este res- por el simple hecho de que son con- en la confianza. La mentira y el pecto, el secreto entra en conflicto trarios al principio de publicidad — secreto merman los cimientos de con dos orientaciones morales de la que implica, hay que subrayarlo, el este tipo de sociedades al limitar el sociedad democrática. En primer derecho a la igualdad en el acceso a conocimiento, al fragilizar la comu- lugar, la forma del discurso de tipo la información— e impiden el libre nicación y, a fin de cuentas, al soca- democrático, que exige justificación examen. A este respecto, Chaïm explícita y argumentada de aquello Perelman tiene razón en insistir: que se afirma y debe prestarse a cir- Es evidente que la conciencia de cular libremente por el conjunto de cada uno también ha sido for- la sociedad. El discurso de tipo mada, que ella debe ser ilustrada democrático se opone entonces a y puede ser guiada, pero es a las “teorías de la conspiración” (una cada persona que le correspon- expresión sugerida por el filósofo de, a última instancia, la respon- vienés Karl Popper), mismas que sabilidad de decidir y de actuar. alegan un conocimiento secreto, Y no es sino una moral conse- inaccesible directamente a la opi- cuente con el libre examen que nión ordinaria, o sólo accesible para se revela apta para salvaguardar los iniciados. Que las condiciones y nuestra la calidad de la argumentación que libertad y nuestra responsabilidad47. favorece cada sociedad tiene impli- autonomía, caciones morales, se antoja indiscu36 nuestra EL SECRETO ES UN INSTRUMENTO QUE CREA Y PROPICIA LA EXCLUSIÓN Y FAVORECE A LAS SOCIEDADES JERÁRQUICAS DE TIPO ARISTOCRÁTICO; EN TANTO QUE EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD DE LAS SOCIEDADES DEMOCRÁTICAS ES NOTORIAMENTE INCLUSIVO Y FAVORABLE A LA PLURALIDAD DE LAS EXPRESIONES. var la confianza. Pero más adelante broma privada se convierte en cri- sario para el pudor y, por lo tanto, volveremos a este punto. men público (Kundera) o el indivi- para la dignidad. Con su usual lenguaje agudo y revelador, Nietzsche to, tanto la defensa como la conde- duo no tiene derecho al silencio (Sándor Márai48). Pero, en el otro na del secreto privado y público no extremo, el individuo que se encie- pueden ser absolutas. Con la desa- rra absolutamente en su secreto Hoy consideramos como un parición total del secreto privado personal, en una actitud solipsista, asunto de decencia el no querer estaríamos en el totalitarismo que no podrá participar de la vida públi- verlo todo desnudo, no querer extingue la esfera privada: todo es ca; peor, quizás ni siquiera pueda estar presente en todas partes, público, todo es político; si todo es desarrollar efectivamente su propia no querer entenderlo ni ‘saberlo político, el poder político se adueña personalidad (como lo subraya el todo’. “¿Es verdad que el amado de todo. En este tipo de sociedades sociólogo George H. Mead, el ser Dios está presente en todas par- no sólo el derecho al secreto sino humano sólo puede hacerse indivi- tes?”, preguntó una pequeña también el derecho privado a la iro- duo a través de la socialización). En nía, a la incoherencia o la contradic- tanto poeta que defiende la palabra niña a su madre, ‘pero eso lo encuentro indecente’49. ción, se convierten en delitos que viva, W. C. Williams tiene razón ameritan castigo. La ausencia de un cuando, en su poema el Asfódelo, Basta cambiar en esta frase Dios por espacio o ámbito de conciencia juzga con cruel ironía que el silen- Estado o sociedad, para entender lo estrictamente personal, favorece cio es profundo pero no se va muy justo de su denuncia. Sobre todo que lejos con él. cuando sabemos que la idea de “un A pesar de esta crítica del secre- lo público se homogeneice a lo dice con toda claridad: favor de una perspectiva o visión Los casos hiperbólicos que aca- ojo que lo ve todo” y de una socie- única (la del poder en turno) al bamos de mencionar hacen pensar dad totalmente transparente no son negar la pluralidad y diversidad de que un cierto grado relativo de sólo creencias religiosas; también las perspectivas individuales. La secreto es necesario, y su ausencia han conformado uno de los proyec- gran literatura centroeuropea del sería insoportable; para la esfera tos utópicos más recurrentes de la siglo XX nos ha dejado amplios tes- pública, por ejemplo, la necesidad modernidad, tanto en la literatura timonios de la miseria moral que de garantizar la seguridad nacional (Rousseau) y en nuestra actual representa esta extinción de la esfe- lo hace inevitable; así como para la sociedad del espectáculo (denuncia- ra privada cuando, por ejemplo, la vida privada, por ejemplo, es nece- da por Guy Debord), como en el pen- 37 samiento político (Bentham), y en el las sociedades; pero el sociólogo derecho a ciertos secretos, pero no a mismo funcionamiento del Estado constata también que, a su vez, la mentir a los ciudadanos. B. Williams (totalitario). Aunque el caso de sustancia del secreto varía con el tiene razón cuando apunta que el Giges sugiere que lo inmoral suele tiempo. En efecto, la historia social público tiene derecho a la verdad, buscar el velo protector del secreto, ha radicado en muchos aspectos en tiene derecho a que los gobernantes en realidad el secreto no es siempre una constante transformación y no le mientan, pero este derecho negativo. De hecho, es extremada- vaivén entre lo que antes fue públi- tampoco implica que el público mente positivo para la constitución co y luego secreto, para luego cam- tenga el derecho a saberlo todo de la esfera privada de la subjetivi- biar una vez más conforme cam- absolutamente. Ahora bien, que la dad. Que la conciencia pueda refu- bian los valores sociales. Tampoco información pública pueda ser giarse ocasional o constantemente se debe ignorar otro efecto positivo reservada, en ciertos casos y por en el secreto, le da libertad y le ofre- del secreto, que es reconocido como excepción, al principio de publici- ce alternativas. A diferencia de la un derecho con efectos públicos; dad, no la debe eximir de regula- relación automática del tipo estí- nos referimos al hecho de que el ción. Debe estar limitado en el tiem- mulo-respuesta, que es propia de acto del voto en la casilla sea secre- po y debe sujetarse a una máxima o las máquinas, la conciencia huma- to, es un ejemplo palpable del valor regla pública. Dicho de otra forma, na implica un intervalo creativo público que tiene el derecho privado el secreto gubernamental puede ser entre el pensamiento, la expresión y al secreto. moralmente válido si está sujeto a la acción. Simmel observaba a este Finalmente, es necesario distin- reglas, a principios que son públicos respecto que una vida sin secretos, guir el secreto de la mentira. Un y, frecuentemente, también a la sin ambigüedades y misterios, pierde todo interés y atractivo; a esto secreto puede estar justificado, mientras una mentira no50. Para supervisión por parte de algún otro órgano o poder del propio Estado51 podríamos agregar que una vida sin pensar en un ejemplo conocido, se (como lo observan Gutmann y secretos es una vida sin dilemas y, a puede sostener que el ex presidente Thompson, es asombroso saber que fin de cuentas, sin libertad. La nece- de los Estados Unidos, W. Clinton, en los Estados Unidos, aún reciente- sidad del secreto es entonces de tenía derecho a defender su vida mente, las reglas y los criterios para orden antropológico; el mismo privada, pero no el derecho a mentir desclasificar y clasificar informa- Simmel defiende que el secreto es al Congreso. En efecto, un funciona- una forma social existente en todas rio o incluso el gobierno puede tener ción secreta eran ellos mismos secretos)52. 38 Moral y transparencia REVALUAR LA ESFERA PRIVADA Capítulo X ACTUALMENTE, ES NOTORIO QUE EL rango no tiene el mismo grado de moral sugiere que los deberes pue- “MURO DE LA VIDA PRIVADA” —como relevancia pública que el estado de den variar según el rol social. Pero la calificara confiado Royer-Collard, salud del Presidente de la República. se antoja difícil o poco aceptable la un teórico liberal del siglo XIX— ha Por motivos justificados, el velo que idea de que la noción pueda ser tan perdido su antigua solidez. Hoy en debe proteger en este último caso la flexible como para abolir totalmen- día, el consenso teórico se inclina esfera privada será mucho más frá- te la esfera de la privacidad, ni por considerar que la privacidad es gil, al grado que, en un caso de esta siquiera en el caso de la persona una noción necesariamente flexi- naturaleza, puede llegar casi a ser que ejerza la función de Presidente ble. Pensemos, por ejemplo, en las indistinta la frontera entre lo priva- de la República. relaciones dentro de un matrimo- do y lo público. Como ya hemos En las últimas décadas, ciertos nio, consideradas indicado más arriba, estamos ante movimientos feministas y algunos como ejemplo por excelencia de la una inversión extrema: si para instrumentos internacionales con- vida privada. Pero, ¿qué pasa si la Maquiavelo el gobernante podía tra de la violencia hacia la mujer, mujer es la candidata por un parti- ejercer la disimulación y el secreto propugnaron por identificar lo per- do a la presidencia de su país y el en virtud de su función como gober- sonal con lo político (“the personal marido es el presidente del mismo nante, hoy justamente es esa fun- is political”). Se trataba de abrir el partido? No se trata de una situa- ción que exige transparencia casi ámbito de la familia a lo público y ción hipotética, esto sucedió en total en su ejercicio. convertir la esfera privada en un normalmente Francia con el matrimonio François Estos ejemplos nos muestran campo más del debate público y la Hollande-Ségolène Royal durante que, en ciertos casos, la frontera se defensa de ciertos derechos funda- las elecciones de 2007. ¿Hasta qué antoja problemática e indetermina- mentales. Pero esta tesis fue puesta punto los problemas personales de da. Debido a la movilidad de esta a prueba por el caso Mónica la pareja son en este caso del orden frontera, Garzón Valdés parece que Lewinsky y el hecho de que las pro- público o del privado? Todo indica prefiere distinguir entre la noción bables mentiras del Presidente de que la frontera entre lo público y lo flexible de lo privado, sujeta a eva- los Estados Unidos, William J. privado es más tenue, entre mayor luación en cada caso, y el concepto rígido y restringido de lo íntimo53. Clinton, sobre su vida sexual, lo es la relevancia pública de la persona. Es evidente que el estado de Por su parte, para dar cuenta de esta El punto significativo reside en que salud de un funcionario de bajo diferencia de criterios, la teoría el 39 pusieran en riesgo de ser destituido. hecho que el caso Clinton/Lewinsky mostraba que sacrificar lo privado (la vida íntima de Clinton) en aras de lo público, puede conllevar el sacrificio del sentido de lo público. La confusión de los dos ámbitos termina, entonces, en la disolución caótica de ambos y se termina perdiendo por los dos lados. Como lo sugiere el filósofo del derecho, Ronald Dworkin, al contrario de lo que pretendían quienes pregonaban “sermones hipócritas” (la expresión es de Dworkin), en realidad, la personalidad moral de Clinton era irrelevante para una figura tan grave y con tan enormes consecuencias, como es el caso constitucional de destitución54. Algunas feministas no tardaron en admitir que el caso Clinton obliga a EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS, CIERTOS MOVIMIENTOS FEMINISTAS Y ALGUNOS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES CONTRA DE LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER, PROPUGNARON POR IDENTIFICAR LO PERSONAL CON LO POLÍTICO. revaluar la importancia de la esfera privada55 y a apuntalar la necesidad de evitar distractores que deforman la agenda del debate público, al extraer de ella los temas públicos realmente relevantes. 40 Moral y transparencia TRANSPARENCIA, CONFIANZA Y CAPITAL SOCIAL Capítulo XI ALGO QUE NO PODEMOS IGNORAR EN entender el desarrollo de las socie- que la ausencia de vínculos de con- EL PRESENTE TRABAJO, es la relación dades. Sin embargo, con el tiempo, fianza en los ghetos americanos o muy comentada en los últimos años se volvió claro que era necesario en las sociedades del sur de Italia, entre transparencia y confianza. A salir de esta visión demasiado ins- ayuda a explicar su permanente partir de las propuestas y estudios trumental o economicista de la retraso y pobreza. Además, este tipo de diferentes organizaciones (Banco sociedad, restringida hasta enton- de mundial, OCDE, BID…) y en México, ces al estudio del homo oecononi- entender mejor los sustratos de la al menos desde la primera publica- cus, y ampliar el campo de estudios práctica política y de la democracia. ción de sobre el desarrollo a fenómenos de Putnam, como politólogo, se apoya Transparencia, se ha defendido que tipo cultural, sociológico e incluso moral, como lo es la confianza58. también en los trabajos de Edward la publicidad y la transparencia son valores esenciales para la adminis- El enfoque quizás más intere- ten valores compartidos que llevan tración pública, puesto que permi- sante para nuestro propósito es el a todos los individuos pertenecien- ten generar una mayor confianza en las instituciones públicas56. Pero Robert Putman. Para Putman, el tes a una misma cultura, a manifes- capital social estriba en “las caracte- tar, ante una situación dada, las ¿cuál es la importancia de este vín- rísticas de la organización social, tal mismas reacciones y los mismos culo entre transparencia y confian- y como lo son las redes, las normas comportamientos. za? ¿Por qué importa la confianza? y la confianza, que facilitan la coor- cuando sucede algo que se conside- Como lo ha observado el polémico intelectual Francis Fukuyama57, dinación y la cooperación para un beneficio mutuo”59. Si la confianza ra atentatorio de valores funda- uno de los elementos que favorecen tiene efectos positivos, si produce “saben” que todos saldrán a la calle el capital social es la confianza. Para un beneficio mutuo, su ausencia a protestar, sin que haya necesidad entender, a su vez, la razón por la produce consecuencias negativas, de coordinar explícitamente las cual la noción de capital social por ejemplo, cuando los individuos acciones de protesta. Visto así, la supone un nuevo enfoque, es nece- de una determinada sociedad son confianza no se refiere a una dispo- sario recordar que, por mucho tiem- incapaces de establecer relaciones sición psicológica compartida entre po, en las ciencias sociales se privi- de confianza más allá del círculo varios individuos, sino a un valor legiaron las explicaciones de tipo restringido de la familia. En efecto, ético que constituye un bien social. económico diferentes estudios han constatado de Cuadernos y tecnológico para 41 estudios también permiten Banfield, quien defiende que exis- mentales, Por ejemplo, “escandaloso”, todos ¿No es esto en todo, semejante a En la literatura contemporánea, marco de confianza al reducir la la amistad política de Aristóteles, a la que nos referimos al inicio?60 Es generar confianza se ha convertido incertidumbre, ya que su justifica- en uno de los objetivos principales ción última es la de obligar al de notar que el tema tampoco es de la democracia y se espera que, Estado a asegurarnos que no mori- inédito en la época moderna, donde gracias a ella, su acción sea más efi- remos por muerte violenta. Se aparece de nuevo como una crítica caz. puede afirmar que, lo que caracteri- a la teoría política del contrato La literatura especializada con- za el Estado de derecho a este res- social y su concepto derivado de cuerda en que, si bien en la sociedad pecto, es su capacidad para institu- representación política. Así, no tradicional se interactúa con un cionalizar cada vez mayores grados mucho tiempo después que Hobbes número relativamente limitado de de confianza social. Ahora bien, elaborara su teoría del contrato, personas, y se conoce a todas las ¿qué es la confianza y cómo se Locke sostiene que la relación entre personas, es en la sociedades genera? ¿Refiere a valores idiosin- el pueblo y el gobierno implica un modernas, sociedades de masas y cráticos que difícilmente se pueden cierto grado de confianza. Se trata, complejas, donde es más necesaria transplantar a otras sociedades, o se justamente, de no concebir la repre- la confianza impersonal y generali- pueden construir en sociedades con sentación política como el resultado zable a un gran número de personas un bajo nivel de confianza compar- de un contrato o como un mero (a los desconocidos con quienes nos tida? Philip Petit subraya la impor- nexo de fidelidad a una promesa. La topamos en la vida diaria, en el tancia dar una respuesta a estas confianza es, así, el principio de ascensor, en el metro, a quienes preguntas: legitimación política sujeto a constante evaluación y sancionable con compramos e intercambiamos servicios…61). Visto así, la necesidad la revocación. De acuerdo con de una confianza compartida hace Locke, puesto que los gobernantes que quizás no sea un accidente que, deben su puesto a la confianza que el lema que ostenta el dólar, sugiera los gobernados han depositado en una sociedad vinculada por una ellos y, por lo mismo, dependen de forma de confianza mutua que esa confianza siga vigente, es God we trust »). de su interés honrarla e, incluso, recordar que ya la teoría del contra- está en sus manos incrementarla. to de Hobbes, pretende crear un 42 (« In También es de LA PUBLICIDAD Y LA TRANSPARENCIA SON VALORES ESENCIALES PARA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, PUESTO QUE PERMITEN GENERAR UNA MAYOR CONFIANZA EN LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS. Es importante tener en claro las dad dada. Las sociedades, sobre legalidad democrática, incluso si se razones, en particular las bue- todo en la época moderna, suelen tiene, como punto de partida, una nas razones, por las cuales las ser mucho más complejas e híbri- sociedad tradicional y autoritaria. personas invierten confianza las das de lo que se pretende en este unas respecto de las otras… Si tipo de estudios. Si entendemos ahora la confianza, ya no como un sentimiento o no tenemos claridad respecto a Otro defecto del enfoque “cultu- valor cultural dado, sino como una las buenas razones, corremos el rista” es su tendencia al determinis- forma de relación, la confianza se riesgo de concebir instituciones mo. Las sociedades y las culturas revela como una relación compleja: que reducen la confianza o, peor aún, que la eliminan62. son entendidas como patrones se puede confiar en X respecto en impuestos de conducta, que los unos temas y en otros no. Además, individuos no pueden sino reprodu- la confianza es un asunto de grados: A este respecto, es de observar que cir generación tras generación. De se puede confiar en B, pero tener los estudios sobre el tema tienden a ninguna forma está escrito en las más confianza en A que en B. Dicho caer en un enfoque de tipo “cultu- estrellas que, una tradición autori- de otra forma, la confianza es una rista”, que explica la confianza taria del poder, deba ser el destino como un hecho social que trascien- insuperable de una nación. En reali- categoría moral, pero también cognitiva. Como señala R. Hardin63, de a los individuos, bajo el supuesto dad, a diferencia de las inclinacio- confiar significa que uno conoce o de que ella tiene su origen en la tra- nes antropológicas, lo propio de los cree conocer cosas relevantes acer- dición histórica y en valores interio- valores culturales es su naturaleza ca de la persona en quien se confía. rizados. A pesar de su atractivo, este histórica. A pesar de lo que general- Pero no se trata de un conocimiento tipo de explicación es sumamente mente se suele defender —a saber, total (por lo demás imposible), pues problemática. En primer lugar, por- la existencia de valores culturales ya no se requeriría la confianza. Un que los estudios empíricos e históri- inmemoriales y eternos, o de una Estado totalitario orweliano, que cos suelen demostrar que no existe suerte de gen cultural que se tras- sabe todo de los ciudadanos, no una relación tan directa ni tan mite de generación en generación— necesita otorgarles ninguna con- estrecha como se pretende, entre un , los valores de una sociedad se fianza, ya que sabe perfectamente tipo de “cultura” (entendida como transforman. Como lo muestra una cómo van actuar los individuos. A un todo monolítico, si acaso existe) ya larga experiencia internacional, su vez, la ignorancia total no justifi- y la forma específica de una socie- es posible crear una cultura de la ca la confianza. Como se puede 43 constatar, la confianza es una rela- Razón de Estado que, en nombre de Bajo esta óptica y siguiendo los ción situada entre dos extremos, a la comunidad política, se había eri- trabajos de Hardin, se pueden dis- saber: entre la ignorancia total y la gido, en realidad, como una esfera tinguir dos tipos de confianza pero, transparencia total. Sólo bajo cierto de intereses independiente y distin- también, de desconfianza respecto grado de incertidumbre tiene senti- ta a la de los individuos que compo- a una persona o institución. Por un do. Otorgar plena e irrestricta con- nen ese mismo Estado. Como efecto lado, confianza en los demás ciuda- fianza, es ignorar su naturaleza eva- de este trasfondo histórico, la tradi- danos, en parte como efecto de las luativa. Puesto que se sitúa entre el ción del pensamiento liberal se ha instituciones gubernamentales. Por conocimiento total y el desconoci- nutrido de la idea de que, por incli- otro, confianza en el propio gobier- miento, siempre se oscila entre dife- naciones de origen antropológico, no o administración. El mismo rentes grados de ignorancia y de cualquier ser humano que detente Hardin insiste en el hecho de que, al confianza. poder va a tender, al igual que Giges, pensar en el término confianza lo a abusar de él. Por su naturaleza, el concebimos, en general, como si se poder corrompe. No es extraño que refiriera siempre a personas. En rea- algunos autores (Hume, Madison…) lidad, no es lo mismo confiar en una La literatura en la materia se ha defiendan como deseable un cierto persona a confiar en una institu- centrado, fundamentalmente, en grado de desconfianza ante el poder ción, como pueden ser un gobierno torno a la confianza, por lo que político. Las democracias son en podría pensarse que la desconfian- buena medida sociedades de des- za es una actitud negativa. En reali- confianza. No olvidemos, por ejem- dad, el pensamiento político liberal, plo, que el mismo constitucionalis- que constituye una de las matrices mo contemporáneo es, en buena del pensamiento político moderno, medida, una reacción de descon- surgió en buena medida como una fianza que busca limitar el poder tradición intelectual que desconfía del Estado luego de sus excesos dra- del Poder. máticos, sobre todo (aunque no Recordemos que la tradición liberal solamente) durante la primera es una reacción en contra del abso- parte del siglo XX. 11.1 ¿Es mala la desconfianza? gobierno y del lutismo de Estado y de la noción de 44 LA CONFIANZA ES UNA RELACIÓN SITUADA ENTRE DOS EXTREMOS, A SABER: ENTRE LA IGNORANCIA TOTAL Y LA TRANSPARENCIA TOTAL. SÓLO BAJO CIERTO GRADO DE INCERTIDUMBRE TIENE SENTIDO. o la administración pública. En lo proceso, bajo un contexto de pesos y que se refiere a este último caso, contrapesos, bajo la vigilancia no que es el que nos interesa aquí —sin sólo por parte de los ciudadanos olvidar que la confianza en una ins- sino también entre los diferentes titución se difunde paulatinamente poderes, por medio de la transpa- a otras instituciones y, luego, a la rencia y la rendición de cuentas, se sociedad en su conjunto; es decir, la trata solamente de admitir que ella confianza o la desconfianza en el no es un dato natural, sino una gobierno termina por tener, a medio construcción social. Si bien será y a largo plazo, efectos benéficos o siempre el resultado de una acción corrosivos, según el caso, en otros evaluativa, de un proceso dinámico sectores de la sociedad—, si Hardin y condicional, cuando se logre con- tiene razón y las relaciones entre seguir se tratará entonces de una gobernantes y gobernados no pue- confianza justificada. Si el derecho den consistir en valores comparti- de acceso a la información pública y dos, como lo es la confianza, enton- las políticas de transparencia pro- ces es necesario crear instrumentos dujeron en un primer momento de control, de obligación y, por lo mayor confianza en los gobiernos y, tanto, sanciones que hagan que los luego, una menor confianza, como gobernantes hacer de las instituciones públicas sucedió en Canadá y en los Estados Unidos64, no se trata de un efecto entidades fiables y dignas de con- necesariamente negativo, simple- fiar. mente del efecto de un criterio más tengan interés en A nuestro parecer, esto sólo exigente de confianza. quiere decir que la confianza no es un dato social preexistente, sino que ella debe ser generada a través del filtro de la desconfianza. Es decir, si ella se crea a través de un 45 SI EL DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA Y LAS POLÍTICAS DE TRANSPARENCIA PRODUJERON EN UN PRIMER MOMENTO MAYOR CONFIANZA EN LOS GOBIERNOS Y, LUEGO, UNA MENOR CONFIANZA, COMO SUCEDIÓ EN CANADÁ Y EN LOS ESTADOS UNIDOS, NO SE TRATA DE UN EFECTO NECESARIAMENTE NEGATIVO, SIMPLEMENTE DEL EFECTO DE UN CRITERIO MÁS EXIGENTE DE CONFIANZA. Moral y transparencia CONCLUSIÓN Capítulo DE LO ANTERIOR, podemos llegar a caer en el moralismo que consiste por el derecho de acceso a la infor- dos conclusiones generales. En pri- en la invasión ilegítima, por parte mación pública y por las políticas mer lugar podemos constatar que, del Estado, de la esfera privada y, de transparencia, tienen importan- las relativamente recientes políticas mucho menos, en la transgresión de cia en el ámbito político, sólo es de transparencia y el derecho de la esfera íntima de los individuos. Al posible si se acepta que lo público y acceso a la información pública, contrario, el desafío que debemos lo privado, antes que oponerse o ponen de nuevo bajo la luz la rela- afrontar es el de vincular la esfera negarse mutuamente, se comple- ción (tensa y compleja) entre la polí- pública y la privada –sin confundir- mentan. Dicho en otra forma, el tica y la moral. Relación que, debido las y mucho menos abolir la fronte- principio de publicidad es la mane- al enfoque positivista que por ra que las divide–. Que fenómenos ra como el mundo moderno preten- mucho tiempo influyó en las cien- morales, como la amistad conside- de conciliar la política con la moral cias sociales, ha permanecido cons- rada por el pensamiento clásico, o sin caer en el moralismo. tante e injustamente ignorada. En su versión moderna, la confianza, segundo lugar, podemos concluir en la que insiste el pensamiento que no se debe, de ninguna manera, contemporáneo y que es favorecida 47 Moral y transparencia Capítulo PRONTUARIO DE CONCEPTOS CLAVE Amistad política. Se funda en la convicción de que la sociedad política requiere algo más que el simple respeto de la ley. Es decir, necesita valores y sentimientos compartidos, de manera que los ciudadanos se comprometan con un proyecto común y que se sientan especialmente vinculados con las demás personas que participan en dicho proyecto. Arcana Imperio. Secretos del poder fundados en el ejercicio de la Razón de Estado. Capital social. Según Putnam, estriba en “las características de la organización social, tal y como lo son las redes, las normas y la confianza, que facilitan la coordinación y la cooperación para un beneficio mutuo”65. Confianza. Relación moral y cognitiva entre individuos e instituciones, que supone valores y orientaciones implícita o explícitamente compartidos. Entre mayor es la confianza, más fácil es la cooperación social y mayor el capital social de una determinada sociedad. Corrupción. Violación disimulada de las normas de una institución, con el fin de beneficiar a un individuo o grupo. Democracia. Victoria Camps afirma que, “más que autogobierno, que es una forma obsoleta e irreal de definir la democracia, ésta debería definirse como la ‘transparencia de lo público’”66. Derechos fundamentales. Instrumentos de protección de los bienes básicos de la persona, que protegen aquellos bienes considerados como necesarios a la constitución del individuo, para que pueda actuar y responsabilizarse como agente moral. 49 Lo público. Por una parte, lo público se define por oposición a lo que es secreto. La democracia es, en este sentido, como lo señala Bobbio, “el gobierno del poder público en público”67. La publicidad de lo público se acompaña, naturalmente, de la voluntad de eliminar todo poder invisible u oculto. Pero en un segundo lugar, lo público es lo que nos es común, aquello que nos afecta o nos concierne a todos. Esto, por oposición a lo que es privado o íntimo y que nos concierne en cada caso sólo a cada uno de nosotros. Moralistas. De acuerdo con Gutmann68, las concepciones que bajo el propósito de formar el carácter o la virtud, restringen opciones y, a fin de cuentas, rechazan la libertad de elección que poseen los individuos. Es decir, el derecho que posee todo individuo para actuar por sí mismo y adoptar, por sí mismo, sus propios fines. Desde el punto de vista de la tradición liberal. El moralismo empieza en donde acaba la neutralidad moral que debe tener el Estado en una sociedad democrática. Principio de publicidad. Principio que pretende dar una solución al divorcio entre moral y política, y ofrecer una articulación de los dos ámbitos de libertad. El filósofo alemán Emmanuel Kant lo enuncia de la siguiente manera: “Todas las acciones relativas al derecho de otros hombres, cuya máxima sea incompatible con la publicidad, son injustas”69. Razón de Estado. Imperativo de transgredir el derecho, en nombre del interés público. La razón de Estado posee tres características distintivas: En principio, se funda en la idea de una necesidad política mayor. Su segunda característica es aquella de la justificación de los medios en vistas a un fin superior. Finalmente, la exigencia de secreto. 50 Moral y transparencia NOTAS 1 Recuérdese, sea dicho de paso, que si bien desde Hegel se suele hacer una distinción técnica entre ética y moral, la segunda no es otra cosa sino la traducción latina de la primera, que nos viene del griego. 2 Ver exposición de motivos, Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, Presidencia de la República. Respecto al vínculo entre derechos y moral, también podemos afirmar, esta vez con el filósofo alemán Jürgen Habermas, que estos dos ámbitos son dos formas complementarias de la autonomía; dos expresiones necesarias de la misma capacidad que tenemos nosotros como individuos para otorgarnos nuestras propias normas y actuar como sujetos morales. 3 Camps, Victoria, El Malestar en la vida pública, Hojas Nuevas, Grijalva, Barcelona, p. 180 4 Reyes Heroles, Federico,“Corrupción: de los ángeles a los índices”, Cuadernos de transparencia 01, IFAI, México, 2007. 5 Aristóteles, La Política, Austral, México, Libro III, Cap. V, p. 90. 6 Aristóteles, El arte de la retórica, Eudeba, Argentina, 2005, p.167 7 Taylor, Charles, “Por qué la democracia necesita patriotismo” en Nussbaum, Martha, Los límites del patriotismo, Paidós, España, 1999, p. 146. 8 Rawls, John, Teoría de la Justicia, FCE, México, 2002, p. 513. 9 Colas, Dominique, Le Glaive et le Fléau, Généalogie du fanatisme et de la société civile, Grasset, París, 1992, p. 35. 10 Koselleck, Reinhart, Le règne de la critique, Seuil, París, 1979, p. 30. 11 Kant, Vers la paix perpétuelle, GF- Flammarion, París, 1991, p. 105. 12 Gutmann, Amy, La educación democrática: una teoría política de la educación, Paidós, Barcelona, 2001, p. 77. 13 Maquiavelo, El Príncipe, Capítulo XVIII, De qué modo los príncipes deben cumplir sus promesas. 14 Georg Simmel observa que lo contrario a la comunidad étnica, cuyos miembros poseen rasgos exteriores de pertenencia a su grupo claramente visibles, es la sociedad secreta. A diferencia de la primera, esta última se crea artificialmente justo en torno a un secreto (que quizás es falso o inexistente), es decir en torno a una pura abstracción. Simmel, Georg, The Sociology of Secrecy and of Secret Societies. El texto se puede consultar en la siguiente página electrónica: http://www.brocku.ca/MeadProject/Simmel/Simmel_1906.html 15 Senellart, Michel, Machiavélisme et raison d'Etat, Paris, PUF, París, 1989. 16 Jean-Pierre Chrétien-Goni, "Institutio arcanae - Théorie de l'institution du secret et fondement de la politique" en Christian Lazzeri & Dominique Reynié (sous la dir.), Le pouvoir de la raison d'État, Presses Universitaires de France, 1992, p. 152. 17 Zarka, Yves Charles, “Raison d’État” en Raynaud, Philippe y Rials, Stéphane (editores), Dictionnaire de philosophie politique, · Presses Universitaires de France, París, 1996, p. 532. 18 Kelsen, Hans, “Formas de Estado y visión del mundo” en Correas, Oscar (compilador), El otro Kelsen, Ediciones Coyoacán, México, 2003, p. 253. 19 Por las características de su obra, Hobbes puede ser considerado, tanto el pensador del absolutismo (e incluso, quizás, si se piensa en su influencia sobre Carl Schmitt, del totalitarismo) como el precursor del liberalismo moder- no. Respecto a este último punto, ver Strauss, Leo, La philosophie politique de Hobbes, Belin, París, 1991. 20 Hobbes citado por Garzón Valdés, Ernesto, “Acerca de los conceptos de publicidad, opinión pública, opinión de la mayoría y sus relaciones recíprocas”, Doxa-14, Biblioteca virtual Miguel de Cervantes, 1993, p.77. http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/mcp/01360629872570728587891/index.htm 21 Montesquieu, De l’esprit des lois, t.1, V, 14, Flamarion, Paris, 1979, p. 184. 22 Williams, Bernard, Op. Cit., p. 249. 23 Camille Desmoulins, Le Vieux Cordelier, N. 7. Citado por Warusfel, Bertrand, Les secrets protégés par la loi, limites à la transparence, Revue générale nucléaire , N. 1, enero-febrero, 2003, p. 63. 24 Se puede intentar ser benevolente con Maquiavelo y aceptar que su doctrina no es otra cosa sino una versión del utilitarismo. Es decir, de la posición de alguien dispuesto a aceptar ciertos “pequeños” arreglos o males, en aras de las supuestas grandes bondades de las consecuencias finales de la acción del gobernante. 25 Kant, La paz perpetua, Calpe, Madrid, 1795, pp. 77-78. 26 Gutmann y Thompson, Gutmann, Amy y Thompson, Dennis, Democracy and Disagreement,Why moral conflict cannot be avoided in politics, and what should be done about it,The Belknap Press of Harvard University Press, Londres, Inglaterra, 1996, p. 98. 27 Platón, “Gorgias o de la Retórica” en Diálogos, p. 31. 28 Castoriadis, Cornelius, “La “polis” grecque et la création de la démocratie” en Castoriadis, Domaines de l’homme, Senil, París, 1977, p. 353. 29 Vernant, Jean-Pierre, Les origines de la pensée grecque, PUF, París, 1962. 30 Discurso de Protágoras en “Protágoras o de la sofística”, en Platón, Diálogos, “sepan cuantos…”, N.13, México, 1998, pp. 115-116. 31 El punto es señalado por Corina Yturbe. Ver Yturbe, Corina, Pensar la democracia: Norberto Bobbio, UNAM-Instituto de Investigaciones filosóficas, México, 2002, p. 128. 32 Dumont, Louis, Essais sur l’individualisme, Seuil, París, 1983. 33 Por ejemplo, como lo defiende Vernant, en lo que concierne a la Antigua Grecia, aunque es claro que el pensamiento filosófico griego no le otorga un valor primordial a la esfera privada. Ver Vernant, Jean-Pierre, L’individu, la mort, l’amour, Gallimard, París,1989. 34 Vernant, Jean-Pierre, L’individu… Op. Cit., p. 215. 35 Vernant, Jean-Pierre, Ibid., p. 225. 36 Ver Ariès, Philippe y Duby, Georges, Histoire de la vie privée. De la Révolution à la Grande Guerre, Seuil, París, 1999. Otra prueba de esta evolución la ofrece la historia de la pintura, como lo describe bien Tzvetan Torov cuando nos narra una visita al Louvre: “…de pronto, en lugar de las grandes pinturas que representan personajes históricos, mitológicos o religiosos, aparecen imágenes de madres despulgando un niño, de sastres inclinados en su tarea, de jóvenes mujeres que leen cartas o que tocan el clavecín. No puede haber duda: estamos en las salas de la pintura holandesa del siglo XVII, una pintura de la vida cotidiana, también llamada ‘pintura de género’”. Tdorov, Tzvetan, Éloge du quotidien, Essai sur la peinture hollandaise du XVII siècle, Seuil, París, 1997, p. 9. A este respecto, también se puede consultar el amplio trabajo de Charles Taylor sobre el tema: Fuentes del yo, Paidós, Buenos Aires, 1996. 37 Louis Brandeis & Samuel Warren "The Right to Privacy," 4 Harvard Law Review 193-220 (1890-91), se puede consultar en el siguiente sitio electrónico: http://www.lawrence.edu/fast/boardmaw/Privacy_brand_warr2.html 38 El punto es señalado por Corina Yturbe en Yturbe, Corina, Op. Cit. p. 130. 39 Yturbe, Corina, Ibid. p. 129. 40 Holmes, Stephen, , Benjamín Constant et la genèse du libéralisme moderne, PUF, París, 1994, p. 64. 41 Rosanvallon, Pierre, Le moment Guizot, Gallimard, París, 1985, p. 67. 42 Holmes, Stephen, Op. Cit., p. 333. 43 Bobbio, N., El futuro de la democracia, FCE, 1986, p. 65. Respecto a esta discusión sobre publicidad y secreto en Bobbio, ver también Yturbe, Corina, Op. Cit. 44 Gutmann, Amy, Thompson, Dennis, Op. Cit. 45 Garzón, Valdés, E., “Lo íntimo, lo privado y lo público”, Cuadernos de transparencia 06, IFAI, México, junio de 2007. Texto publicado previamente en la Revista Claves de Razón Práctica, número 137, Madrid, España, noviembre 2003. 46 De Staël (Madame), Dix années d’exil, UGE, París, 1966, p. 213. 47 Perelman, Chaïm, Ethique et Droit, Editions de l’université de Bruxelles, Bélgica, 1992, p. 392. 48 Márai se refiere a la Unión Soviética. Ver Márai, Sándor, Mémoires d’Hongrie, Albin Michel, París, 2006, p. 256. 49 Nietzsche, F., La gaya ciencia, Editores Unidos Mexicanos, México, 1994, p. 20. 50 Williams, Bernard, Ibid., p. 252. 51 En algunos casos se procuran medios de supervisión y de control, por ejemplo, que haya alguien, aparte del gobierno, que pueda estar al tanto del secreto, por ejemplo, una comisión de diputados. Williams, Bernard, Vérité et véracité, Essai de généalogie, Gallimard, París, 2006, p. 246. 52 Gutmann, Amy, Thompson, Dennos, Op. Cit., 96. 53 Ver Garzón, Valdés, E., “Lo íntimo, lo privado y lo público”, Op. Cit. 54 Dworkin, Ronald, “Philosophy and Monica Lewinsky”, The New York Review of Books, Vol. 47, n. 4, Estados Unidos, marzo 2000. 55 Williams, Juliet, “The Personal is Political, Thinking trought the Clinton/Lewinsky/Starr Affair”, Political Science and Politics, Vol. 34, No. 1, Washington, Estados Unidos, 2001. 56 “Aumentar la Confianza del Público, Medidas de Ética en los países de la OCDE”, Nota de Políticas públicas, N. 7, OCDE, septiembre 2000. También ver el caso del Reino Unido: Robert, Alasdair,“Governmental adaptation to transparency rules” en Hood, Christopher Hood y Helad, David, Transparency, the key to better governance, Oxford University Press, Gran Bretaña, 2006. La idea de que la transparencia facilita la cooperación, es defendida también desde el punto de vista del pensamiento político contemporáneo, como lo hacen Gutmann y Thompson. Ver, Gutmann y Thompson, Op. Cit., p. 100. 57 Fukuyama La gran ruptura, Punto de Lectura, Madrid, 2001. 58 En efecto, actualizando un tema que ya había sido tratado por uno de los padres de la sociología, Georg Simmel, y posteriormente por autores de la talla de Niklas Luhmann, diferentes acepciones del término de capital social fueron introducidas en los Estados Unidos y en Francia entre los años 70 y 80 por James Colman, Robert Putman y Pierre Bourdieu. Más recientemente por Francis Fukuyama también. 59 Putnam, Robert, “Bowling alone: America’s declining social capital”, Journal of democracy, Vol. 6, n.1, 1995, p. 67. 60 Evidentemente, la exigencia de valores se dirige, más que a los simples ciudadanos, a los funcionarios. Esta idea no se limita a una discusión entre los teóricos de la política, sino también se puede observar en los lineamientos propuestos por instituciones como la OCDE. Por ejemplo, en las políticas de transparencia, de acuerdo con lo sugerido por la OCDE, suponen que los funcionarios no se deben limitar a actuar conforme a la letra de la ley; también se invita a que adopten valores públicos como desinterés, imparcialidad e integridad. Ver OCDE, Recommendation of the Council on Guidelines for Managing Conflict of interest in the Public Service, junio de 2003. http://www.oecd.org/dataoecd/13/22/2957360.pdf 61 Como lo han observado algunos de los sociólogos de mayor importancia, desde Georg Simmel a Anthony Giddens. 62 Petit, P. “The cunning of trusth” en Philosophy and Public Affaires, N. 24, Blackwell, Princeton, 1995, pp. 202-225. 63 Hardin, R., Do we trust in goverment, p. 24. 64 Robert, Alasdair, “Governmental adaptation to transparency rules” en Hood, Christopher Hood y Helad, David, Transparency, the key to better governance, Oxford University Press, Gran Bretaña, 2006, p. 119. 65 Putnam, Robert, “Bowling alone: America’s declining social capital”, Journal of democracy, Vol. 6, N.1, 1995, p. 67. 66 Camps, Victoria, El Malestar en la vida pública, Hojas Nuevas, Grijalva, Barcelona, p. 180 67 Bobbio, N., El futuro de la democracia, FCE, 1986, p. 65. Respecto a esta discusión sobre Publicidad y Secreto en Bobbio, ver también Yturbe, Corina, Op. Cit. 68 Gutmann, Amy, La educación democrática: una teoría política de la educación, Paidós, Barcelona, 2001, p. 77. 69 Kant, La paz perpetua, Calpe, Madrid, 1795, pp. 77-78. Moral y transparencia BIBLIOGRAFÍA • Garzón Valdés, Ernesto, “Algo más acerca del ‘coto vedado’”, Doxa 6, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Alicante, 2001. • Giddens, Anthony, Consecuencias de la Modernidad, Sección III y IV, Alianza Universidad, Madrid, 1994. • Platón, La República, Libro III. Diálogos, Biblioteca Clásica, Gredos, Madrid, 1986. • Simmel, Georg, “El secreto y la sociedad secreta” en Georg Simmel, Sociología. Estudios sobre las formas de socialización, Vol. I,. 1-424, Madrid, Biblioteca de la Revista de Occidente, 1977, 357-424. Moral y transparencia, se terminó de imprimir en el mes de julio de 2009 Tiraje: 5,000 ejemplares Edición a cargo de: Dirección General de Atención a la Sociedad y Relaciones Institucionales, Dirección General de Comunicación Social C Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) Av. México 151, Col. Del Carmen Coyoacán, C.P. 04100, Delegación Coyoacán, México, D.F. ISBN 13: 978-968-5954-49-5 Primera edición, Julio 2009 Impreso en México / Printed in Mexico