PERIODISMO DEPORTIVO. HACIA LA INNOVACIÓN Y EL EMPRENDIMIENTO EN LA RED José Luis Rojas Torrijos La importancia social adquirida por el deporte en las sociedades contemporáneas es un hecho incontestable. Así lo corroboran tanto los datos de afluencia de público a los recintos deportivos para presenciar las competiciones como, sobre todo, los principales estudios de medición de impacto y audiencia de los medios y programas periodísticos dedicados al fenómeno deportivo, que son, con diferencia, los más seguidos y consumidos en un gran número de países. En la consecución de este éxito han participado de manera decisiva los medios de comunicación, que, desde la eclosión del deporte-espectáculo a principios del siglo XX, han discurrido de forma paralela a la evolución de las diferentes modalidades hasta su implantación actual. A través de la difusión de los resultados de los deportistas y equipos más destacados de cada ciudad, región o país, los medios de comunicación han sido capaces de aprovechar el poder de atracción del deporte dándole una nueva dimensión, de carácter global, y de despertar en los ciudadanos la necesidad de consumir este tipo de información para sentirse también partícipes de la consecución del éxito colectivo que representa el triunfo de un equipo local o la medalla de un compatriota en un campeonato internacional. De esta manera, el periodismo deportivo también ha contribuido a reforzar la cohesión de las sociedades contemporáneas; se dirige a una comunidad a la que presta un servicio público en forma de información y entretenimiento, y con la que se identifica plenamente, tanto desde un punto de vista cultural como emocional. Tras haber experimentado un desarrollo extraordinario en los últimos años, este tipo de periodismo ha evolucionado hasta granjearse en la actualidad una notoriedad social y ocupar un nicho de mercado mayor que cualquier otra área de especialización periodística. De esta forma, el periodismo deportivo no solo se constituye en la actualidad como la tipología informativa con un mayor número de cabeceras especializadas de España y buena parte de Europa y América Latina, sino que además se ha convertido en una sección estratégica de los medios generalistas, a la que dedican cada vez más espacio porque asegura considerables cuotas de audiencia y, por ende, de negocio. Cada vez son más las publicaciones impresas, los programas radiofónicos, los espacios y canales televisivos y los medios digitales dedicados, de forma exclusiva o prioritaria, a contar noticias deportivas. No cabe duda de la información deportiva como área de especialización periodística reviste de una especial trascendencia, pero también de una enorme complejidad por su amplitud y diversidad temática. Por ello, antes de hablar de la caracterización del periodismo deportivo, resulta indispensable hacerlo de la materia sobre la que versa, esto es, el deporte. 1. HABLAMOS DE “DEPORTE” Cuando nos referimos al mundo del deporte, lo hacemos sobre un universo extenso y variado, no solo sobre fútbol, baloncesto, tenis, ciclismo, automovilismo y motociclismo, que son las modalidades más conocidas por todos y las que suelen copar mayor espacio en las páginas de los periódicos o en los telediarios en España. El deporte es mucho más que eso; es tan rico y diverso que resulta difícilmente abarcable para el periodismo. Ni siquiera existen criterios uniformes ni claros para delimitar conceptualmente qué es deporte y acotar su terminología. En realidad, es una tarea mucho más complicada de lo que pueda parecer a simple vista. Incluso ni los diccionarios ni las enciclopedias han sido capaces hasta ahora de ponerse de acuerdo a la hora de referirse a lo que significa esta palabra. Partiendo de su sentido original de ‘ocio’, ‘recreación’ o ‘pasatiempo’, el término evolucionado hasta adquirir actualmente significados diversos como ‘juego’, ‘arte’, ‘práctica’, ‘actividad’ o ‘ejercicio físico’. L´Encyclopédie des Sports, obra elaborada por más de cien investigadores internacionales y coordinada por Wojciech Liponski (2005: 12), define deporte como “una forma de actividad humana (algunas veces ayudada por el esfuerzo de animales o el impulso de vehículos o aparatos diversos), cuyo resultado está más determinado por el esfuerzo físico que por el intelectual”. Según esta definición, no sería deporte, por ejemplo, el ajedrez. Otros autores como el portugués Francisco Pinheiro (2011: 19), a la hora de analizar la materia sobre la que han tratado históricamente los periódicos deportivos, incluye al ajedrez y la tauromaquia como deportes. Para ello, toma como referencia la definición del francés George Hébert en su obra El deporte contra la educación física (1925): “Deporte es todo género de ejercicio o actividad física que tenga como meta la obtención de una marca o cuya ejecución se base esencialmente en la idea de la lucha contra un elemento concreto: una distancia, un animal, un adversario y, por extensión, uno mismo”. Como decíamos antes, no es un terreno en el que los diccionarios se pongan de acuerdo. Tal como advierte Humberto Hernández (2012: 78-79), El Diccionario de la Real Academia en su vigésima segunda edición (2001) define el fútbol como juego mientras que, curiosamente, el fútbol americano adquiere la categoría de deporte. Igualmente, mantiene un criterio muy particular cuando califica como juego disciplinas como el tenis, el baloncesto o el golf; señala con la marca Deporte modalidades como el aeromodelismo, el alpinismo o el ciclismo; mientras define como arte la esgrima o la equitación (en esta misma categoría se encuentra la tauromaquia, por ejemplo). Con el objetivo de fijar el campo semántico que abarca un ámbito tan amplio y heterogéneo como el deportivo, la Asociación Sport Accord, institución con sede en Lausana (Suiza) que aglutina a 90 federaciones deportivas y 15 organizaciones internacionales, ha enumerado las diferentes características que han de reunir las actividades que pueden ser consideradas como deporte. Ante la imposibilidad de encontrar una sola definición, aboga por una descripción de carácter democrático en la que se engloben tanto las disciplinas que se basan en el ejercicio físico, las que requieren un esfuerzo intelectual, las que dependen de vehículos a motor, como las relacionadas con la expresión artística, entre las que se sitúan modalidades que dependen de las calificaciones de jueces y en las que se ayudan de animales para su desarrollo. A juicio de esta asociación deportiva, puede ser considerado deporte toda modalidad en la que haya un elemento de competición, que no haya violencia ni suponga un daño físico para ningún ser vivo o que no dependa de ninguna ‘suerte añadida’ específicamente diseñada para obtener mejores resultados. De esta forma, según esta definición, quedarían excluidos de la categoría deportiva modalidades como el boxeo (así, por ejemplo, lo considera en cierto modo el diario El País, que no publica noticias sobre esta modalidad en sus páginas deportivas, tal como lo explicita en su Libro de Estilo), determinadas disciplinas de combate, la caza o la pesca por el daño que pueden ocasionar; o bien actividades donde la finalidad no se sitúa tanto en conseguir y mejorar resultados, sino sobre todo en realizar una actividad de ocio y con efectos saludables, como son los casos del senderismo o del fitness. La definición de “deporte” más reconocida y convencionalmente aceptada es la recogida en la Carta Europea del Deporte (1992), del Consejo de Europa, que dice lo siguiente: “Se entenderá por “deporte” todo tipo de actividades físicas que, mediante una participación, organizada o de otro tipo, tengan por finalidad la expresión o la mejora de la condición física y síquica, el desarrollo de las relaciones sociales o el logro de resultados en competiciones de todos los niveles”. En cualquier caso, vemos que la palabra deporte no es un término unívoco, lo que origina una dificultad añadida para abordar su estudio. Según la definición que tomemos, podremos hablar, por ejemplo, de deporte de competición, deporte adaptado, deporte de base, deporte en edad escolar, deporte federado o deporte para todos. El periodismo se ocupa, fundamentalmente, del deporte de competición, de alta competición o deporte-espectáculo. 2. ORGANIZACIÓN DE LAS COMPETICIONES DEPORTIVAS El mundo del deporte acoge a un amplio abanico de modalidades, normalmente organizadas en torno a federaciones deportivas, que se circunscriben a los territorios. Así, los deportistas y los clubes deben estar federados para poder participar en las competiciones oficiales, primero dentro de su provincia y región o comunidad, a través de federaciones regionales o autonómicas. Estas se acogen a las normas y reglamentos que fijan las federaciones deportivas nacionales, que, a su vez, se aglutinan en las continentales (europeas, americanas, etc.) y, en última instancia, dependen las de carácter mundial. 2.1. Modalidades y federaciones deportivas Las federaciones nacionales organizan, por tanto, la participación de deportistas y selecciones en los campeonatos internacionales. Son las que organizan los calendarios oficiales de las competiciones en cada país, apoyan la preparación de deportistas de rendimiento y seleccionan, o bien directamente a través de un comité o bien a través del seleccionador nacional que haya sido nombrado, a los integrantes de los equipos o delegaciones nacionales en campeonatos europeos y mundiales. Además, se encargan de la formación de entrenadores deportivos, de la prevención y control del dopaje, así como de la organización de competiciones oficiales de carácter internacional que se celebren en el territorio del Estado. En España, para que una federación española se constituya oficialmente y pase a formar parte de una internacional de la misma modalidad, ha de contar con la aprobación del Consejo Superior de Deportes (CSD). Según este organismo, están reconocidas oficialmente 66 federaciones deportivas diferentes, mientras que la suma de las especialidades alcanza la cifra de 400. Las últimas en aprobarse han sido la Federación de Baile Deportivo y la de Fútbol Americano, ambas en el año 2012. La lucha canaria es la única modalidad reconocida sin federación constituida oficialmente. Las federaciones deportivas que tienen más licencias son, por este orden, fútbol, baloncesto, caza, golf y montañismo. Para una correcta interpretación de la estructura del deporte federado, ha de tenerse en cuenta que la legislación vigente en España establece que solo podrá existir una federación por cada modalidad, salvo las polideportivas de ámbito estatal, dedicadas al desarrollo y organización de la práctica acumulativa de diferentes modalidades deportivas, en la que se integran los deportistas con discapacidades físicas, intelectuales, sensoriales y mixtas. Sin embargo, aunque no es lo habitual, dentro de una misma federación puede ocurrir que exista más de una modalidad (la Federación Andaluza de Triatlón y Pentatlón Moderno) o que queden aglutinadas disciplinas que, aunque no tengan el reconocimiento oficial como modalidades, pueden considerarse con entidad propia para serlo (el fútbol sala, que se encuentra dentro de la Federación de Fútbol, o el waterpolo, que pertenece a la Federación de Natación). A su vez cada modalidad se subdivide en un número más o menos amplio de especialidades y pruebas. Por ejemplo, dentro de la Federación de Hípica, se sitúan las especialidades de salto de obstáculos, raid y doma clásica. Un caso particular es la de Deportes de Invierno, que acoge a varias modalidades y especialidades: esquí alpino, esquí de fondo o esquí nórdico, esquí acrobático, saltos de esquí, snowboard y biatlón. Dentro del esquí alpino, por ejemplo, se encuentran las pruebas de eslalon, eslalon gigante, supergigante, descenso y combinada. Hay que diferenciar, por tanto, entre modalidad, especialidad o disciplina y prueba deportiva. Para ello nos podemos remitir a cualquier normativa deportiva de carácter estatal o autonómica. Así quedan diferenciadas estas tres categorías según el Decreto de Deporte de Rendimiento de Andalucía (2009): “1. Modalidad deportiva: forma de práctica con características estructurales propias, que tenga tradición, reconocimiento y reglamentación internacional o nacional, o que, sin tener esas características, ofrezca suficientes caracteres diferenciales respecto de otra modalidad deportiva oficialmente reconocida, así como suficiente arraigo e implantación social. Supone el primer nivel de concreción y es general (ej: atletismo, natación, pádel, etc.). 2. Especialidad deportiva: supone una mayor concreción a la hora de describir una práctica deportiva. Las especialidades tienen patrones o características similares que la hacen pertenecer a una misma modalidad deportiva, y a su vez, otras diferenciadoras que hacen necesario que se agrupen por similitud en especialidades deportivas. Una modalidad deportiva puede contar a su vez con una o varias especialidades deportivas (ej: Modalidad de Atletismo y especialidad de saltos, etc.). 3. Prueba deportiva: supone el máximo nivel de concreción a la hora de describir una práctica deportiva y se considera la unidad básica de referencia para el establecimiento de los criterios técnico-deportivos del Anexo de este Decreto. Una modalidad deportiva cuenta a su vez con una o varias especialidades deportivas y, a su vez, cada especialidad cuenta con una o varias pruebas. La prueba deportiva posee características específicas y diferenciadoras que la hacen única. La prueba deportiva concreta la práctica deportiva (ej: Modalidad de Atletismo > especialidad de saltos > prueba de salto de longitud, etc.)”. En ocasiones, una modalidad deportiva se concreta en una única especialidad deportiva, que, a su vez, se define en una sola prueba deportiva. El deportista en última instancia practica una prueba, perteneciente a una especialidad, y esta, a su vez, a una modalidad deportiva, aunque se dan situaciones concretas en las que estas coinciden (así ocurre, por ejemplo, en el baloncesto o en el polo). Las modalidades deportivas suelen dividirse en olímpicas (las que integran el programa de los Juegos Olímpicos, cada cuatro años) y no olímpicas (como, por ejemplo, ocurre con los deportes de motor, el hockey patines o el kárate). No obstante, se puede dar el caso de que algunas modalidades sean olímpicas pero no todas sus especialidades o pruebas (el medio maratón no es una distancia olímpica en atletismo ni los 25 km en aguas abiertas es olímpica en natación). Sin embargo, la condición de olímpica no es permanente, ya que varía con la evolución de los Juegos Olímpicos y con las decisiones del Comité Olímpico Internacional (COI), formado por 204 Comités Olímpicos Nacionales. Según la Carta Olímpica, las federaciones internacionales pueden solicitar hasta tres años antes de la celebración de los JJOO la inclusión de una especialidad o prueba en el programa olímpico, que constará siempre como máximo de 28 modalidades deportivas. El programa de los Juegos de la XXXI Olimpiada de Río de Janeiro (2016) incorpora como principales novedades respecto a los celebrados en Londres (2012) los deportes del golf y el rugby (especialidad a siete). 2.2. Grupos de edad o categorías Además de su ordenación y estructuración federativa, el deporte de competición se organiza por grupos de edad y sexos. Son las categorías. Además de competiciones masculinas, femeninas o torneos mixtos (de deportes de equipo integrados por hombres y mujeres, como el bádminton o en algunos dobles en tenis), suelen clasificarse por grupos de edad, que en su mayor parte forman el denominado deporte de base. Los grupos de edad más extendidos son: prebenjamín (6-7 años), benjamín (8-9), alevín (10-11), infantil (12-13), cadete (14-15), juvenil (16-17), júnior (18-19, si bien en algunos deportes juvenil y júnior forman parte de la misma categoría), sénior o absoluto (de 19 en adelante) y veterano (más de 35). Las distintas categorías son los escalafones inferiores de un club. Un club suele tener más de un equipo, uno o varios por categoría. En la mayor parte del mundo la etapa del deporte de base, de formación o de categorías inferiores de cualquier modalidad, concluye a los 19 años, aunque en algunos casos se alarga hasta los 23, como acontece en el ámbito del deporte universitario en Norteamérica o en el fútbol internacional, donde la Fédération Internationale de Football Association (FIFA) organiza las competiciones entre selecciones nacionales por grupos de edad que van, en función del tipo de campeonato, desde la categoría Sub-15, pasando por la Sub-17, la Sub-19, la Sub-20 y la Sub-21, hasta llegar a la Sub-23 o categoría olímpica. 2.3. Estructura del deporte internacional y principales competiciones A nivel internacional, las federaciones deportivas nacionales suelen corresponder a lo que hoy conocemos como Estados, aunque no siempre. En deportes como el fútbol, la FIFA agrupa 208 asociaciones o federaciones de nacionales, 15 afiliados más que la ONU. Entre ellas, se encuentran territorios de ultramar de carácter autónomo como Islas Feroe (que pertenece a Dinamarca), Islas Vírgenes Británicas o Macao y miembros fundacionales históricos como Inglaterra, Escocia, País de Gales e Irlanda del Norte. En este caso, al igual que ocurre en el rugby y en el golf, no se habla ni de británicos ni del Reino Unido. En baloncesto, por ejemplo, tienen entidad propia federaciones como las de Puerto Rico (EE.UU) o San Martín (territorio de ultramar de Francia en el Caribe); y en atletismo y natación compite como federación propia la colonia británica de Gibraltar. Por su dimensión y relevancia, además de la FIFA, destacan la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) y la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), que cuentan con 213 y 212 federaciones nacionales asociadas, respectivamente. Junto con los Juegos Olímpicos, la máxima competición de cada modalidad es el Campeonato del Mundo o Mundial (suele usarse el singular si se trata de una modalidad o Campeonatos del Mundo o Mundiales si la misma competición acoge a varias modalidades). Suele ser cuatrienal (fútbol, baloncesto o voleibol) o bienal (atletismo, balonmano) e incluso anual (ciclismo en ruta). En muchos deportes, como el esquí alpino o la vela, no hay que confundir Mundial con Copa del Mundo, que suele ser una competición internacional anual que consta de diferentes pruebas que se celebran en diferentes lugares y cuya suma de posiciones o puntos determina el podio. Tampoco es lo mismo Copa Mundial de Voleibol, torneo que otorga plazas clasificatorias para los Juegos Olímpicos, con el Campeonato Mundial de Voleibol, máxima competición de este deporte junto con los Juegos. En el caso del fútbol o el rugby, no obstante, se utiliza de manera indistinta una u otra denominación (de hecho, en muchos países la Copa del Mundo de fútbol se dice más que Mundial de fútbol). En función de la periodicidad de cada competición mundial, las federaciones o confederaciones continentales organizan sus respectivos campeonatos de forma que nunca coincidan. Un Campeonato de Europa suelen celebrarse, según la disciplina, uno o dos años antes que el Campeonato del Mundo de ese mismo deporte. Aparte de competiciones por selecciones, en deportes de equipo están las competiciones por clubes, que forman asociaciones y compiten en campeonatos nacionales de Liga o Ligas y competiciones continentales (Champions League en fútbol, Euroliga en baloncesto) y transcontinentales (Copa Mundial de clubes en fútbol). Las asociaciones de clubes más destacadas son las profesionales: LFP, ACB y Asobal en España, y NBA, NFL o NHL en Estados Unidos. En deportes como el tenis o el golf la organización de la alta competición es bien distinta, ya que corresponde a las asociaciones profesionales más que a las federaciones. En tenis, se organizan los circuitos ATP (masculino) y WTA (femenino), mientras que en golf están los circuitos profesionales (PGA) europeo y el americano. En cada uno de los circuitos, hay torneos de mayor importancia, los denominados Grand Slam o majors y otros de inferiores categorías. 3. UNA SUPERÁREA ESPECIALIZADA. COMPETENCIAS DEL PERIODISTA ESPECIALIZADO EN DEPORTES Dadas las características de la materia sobre la que trata, el periodismo deportivo constituye un área de especialización diversa y compleja al versar sobre un vasto y heterogéneo número de disciplinas, pruebas y competiciones a las que debe dar (y habitualmente no da o no siempre puede dar) una cobertura continuada tanto en las páginas de los medios de comunicación impresos y digitales como en los espacios audiovisuales. Tal como señalan Francisco Esteve y Javier Fernández del Moral (1999: 280), “la información deportiva puede considerarse como una superárea que consta de tantas subáreas como actividades deportivas existen” y, por consiguiente, con diferentes grados de especialización, un hecho que se manifiesta con mayor rotundidad en los medios deportivos que en las secciones deportivas de los de información general. Sobre esta cuestión, Pedro Paniagua (2003: 12) señala que la especialización “se manifiesta con toda su intensidad en la información deportiva”, donde algunos periodistas se convierten también en especialistas en un deporte determinado. A su juicio, es preciso hallar un punto de equilibrio entre ambas figuras: “El grado ideal se alcanzaría cuando la especialización del periodista fuera suficiente como para satisfacer a la audiencia especializada, pero no tanta como para no ser capaz de cubrir un acontecimiento ajeno a su superespecialización (su deporte), o a su especialización (la sección de deportes en general)”. La especialización periodística en esta área informativa reside, como veremos más adelante, en el estilo de presentar los contenidos, en el tratamiento y estructuras de géneros y formatos, en el uso de un lenguaje propio y diferenciado que se mueve entre lo técnico y lo argótico, pero, sobre todo, en su amplitud y diversificación temática. En este ámbito periodístico, la especialización se produce por modalidades deportivas en la medida en que resulta imposible para cualquier profesional entender de todo y ser capaz de escribir con suficiente solvencia de cualquier deporte o especialidad. Lo habitual, de hecho, es que la especialización se concentre, para empezar, en dos grandes bloques: fútbol y todo lo demás, que suele aglutinarse bajo la etiqueta genérica de “Polideportivo”. La organización de las redacciones deportivas suele responder a estas prioridades, de forma que la mayor parte de los periodistas deportivos hacen fútbol, que suele copar alrededor del 70% del volumen diario de la información en este ámbito especializado, y una menor parte se encargan de las modalidades que ocupan un segundo escalafón en la agenda mediática. Así hay especialistas en baloncesto, ciclismo, tenis, automovilismo, motociclismo o golf, y en deportes de menor repercusión pero de gran relevancia federativa y social como pueden ser el atletismo, el balonmano o el voleibol. En el caso del fútbol, además, la especialización va más allá del deporte para hacerse sobre un solo equipo (Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Betis, Atlético, etc.) o una categoría (Primera División, Segunda, Segunda B,...), todo ello atendiendo al ámbito de difusión del propio medio y, por consiguiente, del público al que este se dirige. De esta manera, algunos medios dan mayor preferencia a los contenidos locales y regionales (caso de los diarios especializados Superdeporte en Valencia o Estadio Deportivo en Sevilla), mientras que otros priorizan la información sobre los principales clubes de fútbol y noticias nacionales (Marca, As, Mundo Deportivo y Sport). No obstante, dada la globalidad del fenómeno deportivo, cada vez ganan más peso las noticias internacionales tanto en los medios especializados (caso del bisemanario francés France Football o del canal de televisión norteamericano ESPN) como en las secciones deportivas de los principales medios generalistas audiovisuales y digitales. Por todo ello, la diversidad que caracteriza a este campo periodístico, que no recoge una realidad uniforme ni concreta, exige un alto grado de competencia y especialización por parte de los profesionales con el fin de ofrecer una información adecuada, correcta y bien explicada, especialmente en las modalidades que son menos conocidas por el gran público y que, por ello, requieren de una mayor labor pedagógica por parte de los periodistas. El hecho de que el periodismo deportivo se dirija a un amplio número de aficionados que no siempre están familiarizados con la reglamentación o la terminología de ciertas modalidades, confiere a esta área de especialización una exigencia mayor, que consiste en iniciar al público en la comprensión de esos deportes que son menos populares. En este sentido, el especialista en un medio de comunicación deportivo se convierte en un profesional codiciado porque marca las diferencias con otros competidores, ya que puede abordar con mayor solvencia y profundidad la cobertura de ciertas competiciones y está más capacitado que otros para hacer divulgación periodística de la historia, la cultura y la técnica del deporte en su sentido más amplio. 4. FUENTES DEL PERIODISMO DEPORTIVO El trabajo periodístico en Deportes, en tanto que especialización periodística, exige un tratamiento profundo y pormenorizado de las fuentes de información. Precisamente para poder hacer un periodismo especializado es una exigencia profesional ser exhaustivo en la recolección de datos y, aún más, en los procesos de verificación, selección y jerarquización previos a la publicación o emisión de noticias. Las fuentes periodístico-deportivas podríamos clasificarlas así: a) Primarias personales: deportistas; técnicos; directivos de clubes, federaciones y organismos; agentes o representantes; árbitros o jueces; empleados (médicos y juristas del club, por ejemplo); otros periodistas y expertos o especialistas de áreas determinadas. Son las que forman parte de la agenda de contactos de cada periodista. b) Primarias documentales: actas arbitrales, estadísticas deportivas, informes médicos, resoluciones judiciales, etc. c) Secundarias: agencias de noticias, gabinetes de prensa de clubes y federaciones deportivas, informaciones de otros medios de comunicación (diarios y revistas de referencia en cada modalidad). No obstante, la mejor fuente será también en este caso el propio periodista. De su agenda y sus contactos dependerá que el medio pueda diferenciarse de la competencia con informaciones exclusivas y otras de elaboración propia que se separen de la máxima actualidad que marcan las ruedas de prensa, los entrenamientos y los partidos, la mayoría de los cuales se celebra durante los fines de semana. 4.1. El día a día: entrenamientos y ruedas de prensa La agenda temática deportiva viene marcada, por tanto, por la competición y sus descansos. El trabajo periodístico se organiza a partir del calendario de partidos y de la celebración de los entrenamientos. A partir de esta previsión general, a la que siempre se irán sumando acontecimientos de última hora, se planifica el trabajo de la redacción con el fin de hacer la mejor cobertura posible de cada acto institucional o encuentro deportivo. El día a día informativo suele venir supeditado por la cobertura de entrenamientos y de ruedas de prensa que han sido convocadas por las entidades deportivas, clubes. asociaciones o federaciones, de cada ciudad. En la mayoría de los casos, suelen tratarse de clubes de fútbol, que son los que copan la mayor parte de los espacios deportivos en prensa, radio, televisión e internet. Dado el alto grado de especialización existente en las redacciones deportivas, los periodistas que cubren los entrenamientos de un determinado equipo suelen hacerlo con asiduidad, de forma que están al tanto de la máxima actualidad de la plantilla y del club, y, además, cuentan con un background más que suficiente para contextualizar, relacionar y analizar todo lo que allí ocurre. Los redactores que se dedican a la cobertura de los entrenamientos no deben quedarse en la observación de lances y movimientos tácticos, sino que han de buscar otras claves diferenciadoras para la información que van a confeccionar, como datos, efemérides o declaraciones en exclusiva a algún protagonista al margen de la rueda de prensa oficial y concertar posibles entrevistas, normalmente a través del jefe de Prensa o el Gabinete de Comunicación del club. También se espera siempre al parte de los servicios médicos del club porque suele incluir noticias sobre el estado físico de los jugadores que se encuentren lesionados o sean duda para el próximo partido. También es importante aplicar criterios noticiosos de selección de los contenidos para que el periodista no se limite a reproducir o transcribir ruedas de prensa íntegras o casi en su totalidad. Esta es una tentación fácil, pero con ello no hacemos más que repetir lo ya dicho. Las informaciones sobre ruedas de prensa han de ir acompañadas de interpretaciones y contextualizaciones que las expliquen, aclaren o maticen, así como de declaraciones de otros protagonistas diferentes a los que hayan comparecido ante los medios si es preciso. Se trata de hacer informaciones propias, atractivas y novedosas, aunque para ello partamos de las fuentes que muchos medios comparten. 4.2. Periodismo declarativo La gran demanda de información deportiva hace que muy a menudo los medios cubran muchas de sus páginas y espacios con declaraciones de los protagonistas sobre aspectos de la actualidad de sus respectivos equipos. El predominio del periodismo declarativo se pone sobre todo de manifiesto los días en que no hay competición, normalmente entre semana, de forma que frases entrecomilladas y citas de jugadores y entrenadores adquieren una mayor notoriedad informativa. Sin embargo, en muchas ocasiones esas declaraciones en ruedas de prensa o a los micrófonos de algún medio en particular no tienen el rango noticioso que se les concede. Son una fuente inagotable para generar titulares pero a veces no son más que frases cliché que no aportan valor a la información (“vamos a salir a ganar desde el minuto uno” o “no nos conformamos con el empate”). En muchos de esos titulares se apela también a la sensación y el morbo, para dar pie en los días sucesivos a réplicas y contrarréplicas entre supuestos antagonistas, la cuales son provocadas por los propios periodistas. Esta rutina de trabajo se ha apoderado de buena parte del periodismo deportivo, no solo de aquellos medios que no cuentan con suficientes redactores en plantilla para elaborar temas propios ni capacidad para investigar y analizar lo sucedido. Es una tendencia que se propaga peligrosamente y repercute negativamente en la calidad de todos los contenidos que se ofrecen al público. A base de declaraciones, el periodismo se torna repetitivo, pierde frescura, concisión y atractivo, y puede tener un efecto disuasorio para los ciudadanos, que se quedan con la sensación de estar perdiendo el tiempo y se marchan en busca de otro tipo de noticias. 4.3. Las fuentes oficiales marcan la agenda Además de reiteración y poca originalidad, el periodismo declarativo adolece también de una excesiva dependencia de las fuentes, con las que a veces congenia en exceso y de las que no duda en tomar nota para difundir informaciones interesadas y que no han sido previamente contrastadas. Los periodistas están sometidos a los designios de las fuentes, de manera muy especial las oficiales (los gabinetes de comunicación de clubes y de algunas federaciones), que toman la iniciativa y marcan la agenda de los medios con multitud de convocatorias y notas de prensa sobre horarios y planes de entrenamientos, anuncios de fichajes, firma de convenios u otras noticias institucionales (reuniones de consejos de administración, asambleas de socios, nombramientos, etc.). Entretanto, otras fuentes, las no oficiales, se amparan en el anonimato para filtrar negociaciones y estados de ánimo dentro de un vestuario (directivos y futbolistas) y vierten rumores sobre hipotéticos traspasos y canjes de jugadores. Los agentes de futbolistas se convierten de hecho en los verdaderos protagonistas de las pretemporadas veraniegas o durante los periodos de apertura del mercado de fichajes en invierno. 4.4. Manejo de estadísticas Las estadísticas, como las declaraciones, son consustanciales al periodismo deportivo y constituyen una de sus principales fuentes. De hecho, muy pocas crónicas están desprovistas de ese conjunto de datos que resumen el partido y que aparecen o bien en la ficha técnica o bien insertados a lo largo del texto. Su manejo resulta esencial para poder construir una información completa y ajustada a la realidad. Llevar las estadísticas al periodismo es también otra forma de contar historias. La estadística se ha integrado en el deporte porque es la manera de explicar o expresar los diferentes aspectos de una competición o de un partido por medio de números. Dichos números buscan ofrecer al aficionado una visión lo más clara posible de lo ocurrido y de la participación de cada jugador o deportista. Al mismo tiempo, sirve a los propios técnicos y entrenadores de los equipos porque es una forma de saber quién ha jugado mejor y en qué facetas del juego debe mejorar el equipo o el deportista con vistas al futuro. Los datos estadísticos pueden hacer referencia exclusiva a un partido o pueden ser acumulativos de toda una temporada o de toda una vida (series históricas). Pueden, por tanto, explicar un aspecto específico de un partido (rebotes y porcentajes de tiro en baloncesto, errores no forzados en tenis o porcentajes de posesión del balón en fútbol) o el mismo aspecto referido a un periodo de tiempo más amplio. Sin embargo, tal como apunta Marrero (2011: 132), no es una labor del periodista elaborar ni calcular las estadísticas cuando va a cubrir un partido. De esto se encargan técnicos en el caso de las ligas más importantes, que disponen de programas informáticos y las sirven a los periodistas al término de los partidos en hojas oficiales. Sí es obligación del periodista, no obstante, entender esa hoja estadística, como también lo es saber utilizar una base de datos. Se da por hecho que manejamos el reglamento, la terminología y las abreviaturas y el significado de todos los datos que han de manejarse en un deporte determinado antes de ir a cubrirlo. Hasta tal punto la estadística ha cobrado relevancia en el periodismo deportivo que en algunas modalidades resulta casi imposible escribir una buena crónica sin contar los datos y récords que se hayan producido. La estadística ayuda a comprender la importancia y la verdadera dificultad del éxito conseguido por un deportista o un equipo, ya que permite compararlo con otros resultados obtenidos anteriormente. Cuando se manejan estadísticas es preciso tener en cuenta que su objetivo es aclarar conceptos y explicar y relacionar resultados. Por ello, más que mostrar un cúmulo de datos, se trata de seleccionar aquellos que sean más relevantes (no los anecdóticos e insignificantes) y aporten más a la crónica, aquellos que sean más adecuados para el objetivo de nuestra información. Ciertamente, hay deportes, como el béisbol o el baloncesto, donde las estadísticas son más abrumadoras y otros donde pueden resultar más prescindibles. También en el fútbol, el deporte que ocupa un mayor espacio mediático, la estadística ha ganado su peso en los últimos años. Las crónicas, previas y análisis pospartido se basan en gran medida también en exponer datos. Así, durante un partido se habla de porcentajes de posesión del balón, tiros a puerta, córners lanzados, número de pases, pérdidas de balón, etc.; y en una previa o en una resaca se utilizan las series históricas o el palmarés para comparar y extraer conclusiones. Un error habitual que se produce en este sentido es pretender explicar que lo que ha pasado durante un encuentro deportivo es consecuencia exclusiva de antecedentes estadísticos. De la misma manera, es una equivocación hacer cálculos de probabilidades en la previa de una competición a partir solo de los enfrentamientos precedentes entre dos contendientes en lugar de combinar los datos para llegar a otro tipo de conclusiones. Utilizar bien las estadísticas en una crónica deportiva pasa ineludiblemente por explicar y contextualizar bien los datos, por contar todo aquello que sea relevante y que haga aún más comprensible la información. Así, muchos de los datos que se ofrezcan no tendrán mucho sentido si con ellos no se habla también del tipo de superficie en un partido de tenis, del trazado de un circuito en Fórmula Uno, de la incidencia meteorológica en competiciones al aire libre como el atletismo (el viento es determinante para la validez de determinadas marcas en pruebas de velocidad) o del desnivel a lo largo de un recorrido, como en una etapa ciclista o en un maratón (marcan la dificultad y relativizan los tiempos conseguidos). 5. LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS La especialización de la información deportiva se constituye también a partir de su particular forma de presentar y tratar los géneros periodísticos. En este caso, predomina la hibridación, de tal forma que la delimitación entre información, opinión e interpretación en ellos suele ser más bien difusa. A este respecto, Paniagua (2003: 69) afirma que “la falta de nitidez de las barreras podemos decir que afecta a todos los géneros, hasta el punto de que es más difícil encontrar un género puro que un texto en el que convivan elementos de varios de ellos”. Los géneros del periodismo deportivo suelen amoldarse a la agenda temática, de forma que, según el día y, sobre todo, en función de que haya o no competición, se emplean unos más que otros. De esta forma, podemos diferenciar claramente los días entre semana que no hay partidos, en los que abundan las noticias, entrevistas y reportajes, junto con la opinión y el análisis; de los días de competición, en los que sobresalen las crónicas, las informaciones de ruedas de prensa y de declaraciones de los protagonistas. Igualmente, en los días que anteceden a los encuentros deportivos tienen cabida las previas, los perfiles, los reportajes estadísticos y los gráficos o infografías; mientras que las jornadas posteriores a la competición dan pie a la denominada resaca, que conforman informaciones estadísticas, opinión y análisis más en profundidad de lo ocurrido. 5.1. La noticia deportiva El género informativo básico es la noticia deportiva. Esta versa sobre resultados de deportistas y equipos en competiciones nacionales e internacionales, fichajes, lesiones, etc. Se basa en la máxima actualidad, en la proximidad (local, regional, nacional), notoriedad y trascendencia o interés general. La noticia deportiva suele ser breve, sencilla y puramente informativa; no contiene nada de conjetura ni de opinión, que quedarán reservadas para otros géneros. Su estructura básica es la de pirámide invertida, pero admite variantes, como el orden cronológico invertido. El lead o primer párrafo es, en cualquier caso, clave para atrapar la atención del lector. La noticia constituye la base informativa del resto de géneros periodísticos deportivos. Esto se aprecia claramente cuando vemos cuál es su recorrido a partir del momento en que se produce. El teletipo o la noticia básica (“El Real Madrid anuncia el fichaje de Modric”), se amplía con investigación y aportaciones propias de cada periodista y cada medio, que se formulan preguntas como ¿por qué o para qué?, ¿cuánto costó?, ¿cómo se gestó la negociación?; se plantean posibles consecuencias (entradas, salidas, descartes o suplencias en el equipo); y también se buscan las reacciones de las partes implicadas. Posteriormente, la noticia se desarrolla y complementa con reportajes, entrevistas, análisis, perfiles o informes estadísticos sobre el protagonista. 5.2. La previa Aunque muchos autores no consideran a la previa más que un subgénero, en realidad constituye uno de los géneros especializados casi exclusivos del periodismo deportivo. Tal como indica Aránzazu Román (2012: 31), la previa deportiva aúna características de la noticia y la crónica, “pero con la peculiaridad de contar un hecho que sucederá en el futuro y no en el pasado como los géneros mencionados”. También denominada en otros países nota previa, previsión o panorama, la previa efectivamente informa de un acontecimiento, normalmente un campeonato o encuentro deportivo, que se va a celebrar próximamente. De hecho, suele publicarse un día antes o el mismo día del evento. Para ofrecer una completa información del mismo, debe ofrecer siempre una ficha técnica con datos útiles (hora, lugar y participantes) que ayuden al lector a situar el acontecimiento y encontrar toda la información útil y necesaria para poder seguir la competición. Al mismo tiempo, además de información, la previa ha de aportar contextualización (antecedentes históricos, estadísticas, clasificación de los equipos contendientes), posibles consecuencias del resultado, e incluso declaraciones de algunos de los protagonistas (entrenadores o jugadores). La previa es, por tanto, un género híbrido, a caballo entre la información y la interpretación. De ahí que en ella, tal como señala el Libro de Estilo de Marca, “no tienen cabida la opinión ni el pronóstico, a no ser que se atribuyan claramente a fuentes o personales concretos, pero sí cierta cantidad de análisis, en especial si está basado en antecedentes que pueden tener influencia en el desarrollo del evento (González-Palencia y Mendaña, 2012: 52). 5.3. La crónica Si hay un género característico del periodismo deportivo ese es la crónica. Esta puede ser un relato cronológico o no de los hechos que han sido observados en directo por el periodista (cronista), que da fe de lo sucedido desde un punto de vista muy personal. Se trata de un género híbrido (información más interpretación), basado en una gran libertad estilística y estructural. Al ser un relato contado o escrito por un testigo directo, aquí cobran especial relevancia los detalles, esos elementos externos y complementarios de la noticia, como las vivencias y anécdotas que pueda incorporar el cronista para enriquecer, matizar y personalizar aún más su narración. A veces en el periodismo deportivo este tipo de notas de color conforman la contracrónica de un partido, que no es más que el relato de otro periodista diferente al cronista que también ha sido observador de los hechos pero desde otro lugar (en la grada, a pie de campo, etc.) y que se centra en el ambiente, en declaraciones o en curiosidades (cánticos de aficionados, pancartas, incidencias, retransmisión de televisión,…) que rodearon al acontecimiento deportivo. La crónica es un género de una alta exigencia técnica porque, en el caso del periodismo deportivo impreso y digital, ha de escribirse muy rápidamente y, al mismo tiempo, con precisión. Requiere de una gran competencia lingüística y un dominio absoluto de la historia, estadística y reglamento del deporte sobre el que se informa. Como veremos más adelante, la ficha técnica que acompaña al texto desempeña un papel fundamental, tanto en la disposición de los datos como en el estilo de contar. Dada su gran libertad estilística, existen varias tipologías de crónica. Pese a que la clasificación podría hacerse mucho más extensa, aquí recogemos las cuatro variantes más comunes que se dan en este tipo de periodismo: a) Clásica. Es la narración cronológica de lo sucedido. Descriptiva. Un ejemplo es la crónica de agencia. b) Cronológica inversa. Aquella que empieza por el final y se cuenta hacia atrás. Típica de deportes como el baloncesto. c) Opinativa. El periodista va más allá de la interpretación, se implica más y vuelca juicios de valor. Está cada vez más presente en los medios deportivos, donde la delimitación entre información, opinión e interpretación a veces resulta difícilmente perceptible. d) Crónica de enfoque o de leitmotiv. En este caso, el relato se construye a partir de un aspecto relevante del partido (una jugada o la actuación de un protagonista en particular) que es destacado por el cronista y constituye el hilo conductor de la narración. Corresponde a un estilo más literario y suele adoptarse en las crónicas que tienen una mayor extensión. 5.3.1. Fichas técnicas y clasificaciones En las previas y, sobre todo, en las crónicas deportivas escritas, cumplen un papel esencial las fichas técnicas, que suelen acompañar a la narración de lo que va a suceder o de lo ya acontecido compendiando en un recuadro o en un pequeño gráfico los datos esenciales del encuentro y sus protagonistas. Son habituales en los deportes colectivos; no tanto en los individuales, aunque a veces sí aparecen en modalidades como el tenis. En el caso particular de la crónica impresa, la inclusión de estos datos permite, además de abreviar y ganar espacio, que el texto vaya más allá de la mera descripción de lo sucedido y profundice en el análisis, que, por otra parte, es lo que se espera de un periódico cuando el resultado ya se conoce porque ha sido difundido con anterioridad por radio, televisión o internet. Los elementos que ha de incluir la ficha técnica de una crónica, lógicamente, varían en función de la modalidad deportiva de que se trate. Además del resultado, en los deportes colectivos, aparecen los nombres de los equipos y los escudos, las alineaciones y los cambios, los goles y los goleadores en el caso del fútbol, los árbitros y su procedencia, el escenario del partido (estadio o pabellón), el número de espectadores que asistieron, incidencias, etc. Además, habrán de aparecer los parciales (deportes como el baloncesto o el waterpolo), los sets y tanteos (voleibol), o el punto a punto (rugby) y la evolución del marcador cada cierto tiempo (balonmano) con el fin de mostrar cómo transcurrió el partido. A continuación detallamos todos los elementos más habituales de las fichas técnicas que acompañan a las crónicas en el periodismo deportivo impreso y digital: a) b) En primer lugar, el enfrentamiento: Equipo-equipo (Ej: Real Betis-Sevilla) Resultado: Equipo 1-0 Equipo (Ej: Barcelona 1-0 Real Madrid) c) d) e) f) g) h) i) j) k) l) Banquillos (suplentes, que pueden aparecer con sus respectivos dorsales): 21. Navarro 22. Sergio 32. Contreras 4. Pablo Las cantidades de espectadores, que siempre se escriben en número (Ej: 5.000 espectadores en el Buesa Arena). Además, se puede indicar en la ficha la entrada en relación con el aforo del estadio o pabellón. Ej: Santiago Bernabéu. 85.000 espectadores (casi lleno). Cambios: en fútbol suele escribirse siempre entre paréntesis el minuto en el que se produce Ej: Navarro por Contreras (m. 35); Pablo por Raúl (m. 67). En baloncesto, hockey patines, fútbol sala y balonmano no se indican expresamente, sino que se añaden en la relación tras el equipo titular: Ej: Draper (10), Rudy (15), Hettsheimeir (8), Lull (2), Slaughter (7) -quinteto inicial-, Suárez (2), Reyes (10), Mirotic (9), Rodríguez (13), Begic (2) y Carroll (10). En rugby se indicará: También jugaron:... Árbitro(s): en el caso de la Liga española de fútbol, hay que indicar el colegio al que pertenece el árbitro (Ej: Muñiz Fernández, del colegio asturiano). No es recomendable enjuiciar nunca la labor del árbitro en la ficha del partido sino en el texto de la crónica, si bien es cierto que en algunos casos puede aparecer una puntuación o valoración numérica. En las competiciones internacionales, hay que indicar siempre la nacionalidad de los árbitros con el código o sigla correspondiente y entre paréntesis: Ej: Pitsilkas (GRE), Belosevic (SER) y Gondas (GRE). Amonestaciones: en fútbol hay que poner siempre el minuto de la expulsión y el equipo de los tarjeteados. Ejemplos: Pérez Burrul, del colegio cántabro, expulsó con roja directa a Sergio (m. 34); Pérez Burrul, del colegio cántabro, expulsó con doble amarilla a Mario (m. 34 y 45); Pérez Burrul, del colegio cántabro, amonestó a los rojiblancos Santi, García Calvo y Correa). En baloncesto: se indicará en el apartado 'Árbitros' la relación de jugadores eliminados por faltas personales. Ej: Martín, Sancha, Martínez. Eliminaron a Quezada y Fisher. Goles: lo más habitual es no definir los goles en la ficha técnica, solo los de penalti y los que se marquen en propia puerta. Ej: 0-1 Banega (m. 56); 0-2 Soldado, de penalti (m. 67); 0-3 Carvalho en propia puerta (m. 89). Cuando se haya producido un empate a cero goles, se pondrá “No hubo” o “Sin goles”. Horarios: se suele dejar espacio entre el número y la letra 'h' y escribir dos puntos o un punto para separar la hora de los minutos (Ej: 19:00 h.) Parciales: en baloncesto y waterpolo hay que poner siempre los parciales de los cuartos (Ej: Zalgiris Kaunas 87 (22+20+25+20). En balonmano es preferible señalar los parciales que se producen cada cinco o diez minutos (Ej: 3-2, 8-4, 117, 17-10; 17-12, 20-14, 24-17). En rugby hay que indicar todos los puntos conseguidos, así como sus autores y los diferentes parciales a lo largo del partido. (Ej: 5-0, min.5: Macat; 12-0, min.12: Eduars más Kobalenko; 19-0, min. 14: Víctor Barrio más Kobalenko, ...). Sets: en voleibol hay que indicar los tanteos de todos los sets disputados y los parciales (Ej: 25-23/22-25/20-25/18-25). En tenis es obligatorio indicar los tanteos de todos los sets. Cuando un set se resuelve por tie break o muerte súbita, deben escribirse entre paréntesis los puntos obtenidos en ese desempate (Ej: Ferrer (ESP) ganó a Tsonga (FRA) por 7-5, 6-1, 2-6 y 7-6 (7-5)). Cabezas de serie: cuando se trate de torneos de tenis internacionales puntuables para el circuito, también habrá que decir en la ficha de resultados quiénes son los cabezas de serie con el número entre paréntesis. (Ej: Roger Federer (SUI, 1) a Rafa Nadal (ESP, 2), 6-3, 2-6, 7-5, 3-6 y 6-3. Además de la ficha técnica, otro elemento adicional y complementario de la crónica es la clasificación, que recoge la tabla de posiciones de los respectivos equipos en la competición (liga o liguillas) tras los últimos resultados. En el caso del fútbol, figuran los puntos, los goles (a favor y en contra) y el diferencial de tantos o golaveraje. En muchos casos, junto a la clasificación se muestran los partidos que conforman la siguiente jornada del campeonato. Entretanto, la mayoría de los deportes individuales en competiciones definidas por puestos y tiempos, las crónicas aparecen acompañadas normalmente solo de clasificaciones, tantos la de la prueba o etapa como la general del campeonato o vuelta. Así, en ciclismo, automovilismo o motociclismo, en estas clasificaciones han de aparecer junto a cada deportista, su nacionalidad, equipo y tiempo logrado. A partir del segundo clasificado, suele indicarse la diferencia de tiempo respecto al ganador. A continuación, mostramos algunos de los datos que suelen mostrarse en las clasificaciones, los cuales variarán según la modalidad: En los deportes de motor siempre, tras nombrar al piloto, hay que indicar la escudería entre paréntesis. Además, en el caso de competiciones internacionales, deberá dejarse claro con las correspondientes claves o códigos la nacionalidad del competidor (Ej: Pedrero (ESP/KTM) a 13.22 minutos). b) En las clasificaciones de ciclismo siempre, tras nombrar al corredor, es preciso anotar entre paréntesis el grupo ciclista y la nacionalidad (Ej: 1. Freire, Óscar (ESP/Rabobank) 3h.48:23) c) En golf: deberá señalarse tras el nombre del jugador, el país entre paréntesis, los golpes obtenidos y la referencia respecto al par del campo (Ej: 1. Mcilroy (NIR), 66 (-6) a) En el periodismo deportivo, dado el alto número de competiciones internacionales que se celebran y de deportistas extranjeros que compiten en los torneos nacionales, es muy importante familiarizarse con los códigos abreviados de países y con las nacionalidades con el fin de evitar errores importantes. En el mundo del deporte existen dos códigos de claves internacionales, el del Comité Olímpico Internacional (COI) y el de la FIFA, similares pero que difieren en algunos países. No obstante, para un lector de un país hispanohablante pueden resultar poco comprensibles porque suelen formarse con las primeras letras o iniciales si son compuestos de sus nombres en lengua original (CIV Côte d’Ivore es Costa del Marfil) o en inglés (GER Germany es Alemania). Por este motivo, la mayoría de los medios de comunicación suele utilizar un código de claves adaptado a la lengua castellana (ALE Alemania, ESL Eslovenia, IRN Irlanda del Norte, SUE Suecia, HOL Holanda, EUA o EEUU Estados Unidos, RCH República Checa, DIN Dinamarca, LET Letonia, ESC Escocia, etc.) 5.3.2. Gráficos e infográficos Además de fichas técnicas y clasificaciones, en deportes como el ciclismo en ruta, las previas suelen ir acompañadas de gráficos con los perfiles de cada etapa o prueba. En ellos aparecen destacados los datos de la distancia kilométrica y las localidades entre las que transcurre la competición, los puertos de montaña y su altitud, así como los puntos kilométricos en los que hay algún esprint especial o meta volante. En periodismo deportivo cada vez es más habitual la utilización de infografías para acompañar previas o noticias relativas a la celebración de un gran campeonato. Los infográficos contienen en un espacio más o menos reducido un importante volumen de datos, tales como el número de participantes desagregados por sexo y nacionalidades, el formato de competición y el calendario con sus fechas, la historia o palmarés, y, sobre todo, cuando se trata de deportes menos conocidos por el gran público, aspectos relacionados con el reglamento (infracciones, posiciones en el campo, dimensiones del terreno de juego, etc.). Debido al elevado número de datos que generan los acontecimientos deportivos, el periodismo encuentra en la infografía una nueva forma de narrar el deporte y de hacerlo mucho más atractivo y accesible. Las infografías deportivas constituyen representaciones visuales de torneos y modalidades que, con carácter general, serían mucho más difíciles de entender si solo se explicaran mediante texto. En definitiva, sirven al periodismo para cumplir mejor su función de explicación y divulgación, y acercar el conocimiento del deporte en su diversidad al conjunto de la ciudadanía. En los medios digitales y webs de medios impresos y audiovisuales, los gráficos e infográficos incorporan además todas las posibilidades interactivas y multimedia propias de internet con el fin de aproximar al periodismo deportivo al denominado periodismo de datos. Este camino, no obstante, es aún incipiente y todavía son pocos los medios de comunicación (sobresalen en este ámbito el norteamericano The New York Times y el británico The Guardian) los que han empezado a explotar el verdadero potencial de esta nueva técnica de representación visual de los datos en el mundo del deporte. 5.4. Otros géneros Junto con la noticia, la previa y la crónica, los géneros informativos e interpretativos más habituales en la prensa deportiva son la entrevista y el reportaje. 5.4.1. El reportaje Es el relato informativo o informativo-interpretativo extenso, por tanto de mayor extensión y profundidad que la noticia y que permite una mayor libertad estilística y estructural. Además de la narración de los hechos y la inclusión de citas, un reportaje puede incluir recursos como la descripción, el análisis o el diálogo. En periodismo deportivo este género suele utilizarse para abundar más en algún hecho o situación, el cual puede ser actual o no. Cualquier tema deportivo puede ser objeto de un reportaje si para ello encontramos una cantidad de datos suficiente a partir de un buen trabajo de fuentes que nos permita abordar el asunto desde el mejor ángulo o enfoque posible. Podemos diferenciar hasta seis tipos de reportajes en el periodismo deportivo: a) Reportaje estándar. Similar a una noticia larga, en él se exponen todos los ángulos de un tema. El primer párrafo suele corresponderse con el lead de una noticia. Es descriptivo. b) Reportaje corto o de seguimiento. A diferencia del estándar, se le incluyen datos relacionados intercalados en el cuerpo (antecedentes, acontecimientos similares, datos biográficos, etc). Se utiliza para dar seguimiento a hechos o situaciones que siguen siendo de interés noticioso. c) Reportaje de interés humano. Es el que conlleva una investigación del lado humano de la persona o situación y que se basa en la observación directa. También conocido como reportaje de color o feature, requiere entrevistas, visitas al lugar de residencia o trabajo de la persona e investigación sobre su pasado o de los sucesos que motivaron la actual situación. Este tipo de reportaje suele buscar un ángulo desconocido y destacarlo como lo más atractivo y noticioso. d) Reportaje de citas. Basado en una entrevista realizada. Las citas, textuales o no, son el corazón del reportaje. La información importante aquí es la que provee el entrevistado. e) Reportaje de investigación. El que requiere una investigación exhaustiva y cuidadosa. Pretende sacar a la luz pública datos o información que, por algún motivo, alguien o alguna institución (federación o club) prefiere mantener oculta. Toma tiempo y requiere que lo que se informe o denuncie sea comprobable. f) El informe o reportaje informe. Típico del periodismo especializado, suele darse cuando un periódico incluye en su reportaje informes o estudios de elaboración propia o ajena, que amplían y documentan la información, explicándola en sus antecedentes, causas y consecuencias. 5.4.2. La entrevista En el periodismo deportivo, las entrevistas suelen presentarse casi siempre como un diálogo entre el periodista y el personaje entrevistado, en formato de preguntas y respuestas, a diferencia del reportaje de citas, de elaboración algo más compleja. Las preguntas siempre van resaltadas tipográficamente (en negrita) para diferenciarlas de las respuestas. Predomina, por tanto, el estilo directo. El titular, al igual que la mayoría de los destacados que se hagan del texto, deberá ser una frase entrecomillada extraída de la entrevista. Al ir entrecomillada tendrá que ser literal o, en su defecto por cuestiones de espacio, reproducir lo más fielmente posible las palabras del entrevistado sin que la omisión o cambio de una palabra altere su sentido original. Entre las cuestiones a tener en cuenta en la realización de una entrevista, se encuentra el tratamiento del entrevistado. Sea cual fuere su condición, a menos que se trate de menores de edad, se le tratará de usted. En lo que respecta a su estructura, si la entrevista es de un formato largo, podrá agruparse por bloques temáticos, cada uno de los cuales podría ir precedido de ladillos. También pueden aparecer despieces. Además, las acotaciones o comentarios del entrevistador que se aparezcan insertados en las preguntas o respuestas, suelen colocarse entre corchetes o en cursiva para diferenciarlos visualmente de las respuestas. Algunos autores diferencian entre entrevista de declaración y entrevista de personalidad, muy próxima al perfil o al reportaje de interés humano. En la práctica, la entrevista propiamente dicha es la que resalta las declaraciones del entrevistado. 6. FORMATOS Y PROGRAMAS DEPORTIVOS EN RADIO Y TELEVISIÓN La programación deportiva constituye uno de los pilares que conforman la oferta de programación de las principales cadenas de radio y televisión, ya que sus espacios se han consagrado en los últimos tiempos como los más escuchados o vistos y, por tanto, como los más codiciados por las empresas periodísticas para captar audiencia y, con ello, publicidad, a través sobre todo de las retransmisiones en directo de competiciones deportivas. En la radio, pero especialmente en la televisión, el deporte se ha convertido en un verdadero espectáculo de masas donde la información queda supeditada al entretenimiento como forma de expresión y en cuyo discurso se han incorporado elementos ajenos al ámbito del periodismo al formar parte de una estrategia comercial enfocada hacia la rentabilidad económica y la generación de negocio. 6.1. El periodismo deportivo radiofónico Los contenidos deportivos en un medio radiofónico los encontramos en tres tipos de programas o espacios: los noticiarios, las retransmisiones o los programas multiplex o carrusel. Los noticiarios son programas, normalmente con una periodicidad diaria, que se basan en la actualidad deportiva, pero que también albergan espacios para el debate y la interpretación. Para ello, se nutren de numerosos documentos sonoros, grabados o en directo, con declaraciones de los protagonistas (deportistas y entrenadores sobre todo) y combinan noticias con otros géneros como entrevistas, crónicas, previas, análisis y opinión. Aunque estos espacios tienen una naturaleza polideportiva, en ellos se suelen priorizar las noticias relacionadas con el fútbol. Pero si hay algún tipo de programa radiofónico de deportes que ha resistido mejor que ninguno el auge de la televisión alcanzando audiencias millonarias, ese es la retransmisión de competiciones en directo. El relato en este tipo de emisiones deportivas, que durante muchas décadas del siglo XX se efectuó de forma individual, ha ido adquiriendo un carácter coral. Junto con el conductor o narrador principal de la retransmisión suelen aparecer otros profesionales (periodistas, exdeportistas, exentrenadores o exárbitros) que participan como comentaristas y complementan con análisis y opinión la información de las jugadas. Además, en el transcurso de la narración surgen continuamente otras voces como los periodistas que se encuentran a pie de campo (los que hacen el inalámbrico) para tomar declaraciones de protagonistas en los accesos a vestuarios o en la sala de prensa o zona mixta, o como los animadores de los programas, que suelen ocuparse de la inserción de cuñas publicitarias y de promociones o concursos en los que participan los oyentes. Por su parte, los programas multiplex o carrusel suelen coincidir con los días de competición en los que se celebran varios encuentros deportivos. Estos programas exigen establecer una red de conexiones con diferentes recintos deportivos donde se encuentran diferentes narradores, a los que se va dando paso desde los estudios centrales de la emisora. Al igual que ocurre con las retransmisiones, el fútbol es el deporte que se lleva la mayor parte del tiempo, si bien es cierto que se trata de un formato en el que tienen igual cabida eventos importantes de otras modalidades. De hecho, un mismo carrusel puede combinar conexiones con campos de fútbol, canchas de baloncesto, torneos de tenis, grandes premios de Fórmula Uno o rutas ciclistas; todos aquellos deportes que coinciden en el tiempo y concitan el interés colectivo. El objetivo final tanto de las retransmisiones como de los programas carrusel es el de lograr la máxima espectacularidad de la narración, mediante un ritmo de vivo y brioso y a través de la proyección al mismo tiempo de información y de emociones con las que atrapar la atención de la audiencia. Como explica Alcoba (2005: 165), el auge de la radio en lo referente a la actividad deportiva se ha puesto de manifiesto con la creación de las primeras emisoras temáticas dedicadas exclusivamente a este tipo de información, como es el caso en España de Radio Marca. 6.2. El periodismo deportivo en televisión La marcada tendencia de los contenidos deportivos hacia lo sensacional se manifiesta claramente en el ámbito televisivo, donde los programas y espacios que versan sobre esta materia se han convertido hoy día en un verdadero espectáculo. Efectivamente, el periodismo deportivo en televisión es información, pero al mismo tiempo es espectáculo, seguramente más espectáculo que información. Esta hibridación tiene como inmediata consecuencia la magnificación visual y el ensalzamiento de los hechos a través de la hiperbolización del lenguaje que emplean los locutores y comentaristas. Esto es evidente en cada una de las tipologías de espacios deportivos existentes actualmente en televisión: retransmisiones en directo o en diferido de grandes eventos y competiciones, espacios que se dedican al deporte dentro de los informativos y programas tipo magazine, que alternan conexiones en directo y resúmenes con bloques informativos compuestos por diferentes reportajes y entrevistas. Asimismo, esta última modalidad ha evolucionado en los últimos años hacia un formato nuevo que incorpora también tertulias, imágenes inéditas que recogen aspectos no deportivos de los escenarios de la competición y otros elementos extraperiodísticos como gags humorísticos, concursos, intervenciones del público en el plató y espacios publicitarios y autopromociones. El peso específico que tiene actualmente el deporte en la parrilla televisiva de las cadenas se manifiesta también en la proporción cada vez mayor de minutos que estos contenidos ocupan dentro de los telediarios En ellos, la información deportiva no solo cuenta, a diferencia del resto de secciones o bloques, con un espacio propio y diferenciado (con una careta de Deportes y con un presentador o presentadora que solo se dedica a ello); sino que además en algunas cadenas ya existen los informativos de Deportes, que se emiten a continuación de los telediarios y alcanzan una duración superior a los treinta minutos. La jerarquía alcanzada por el deporte en general -y el fútbol en particular- como producto informativo estrella de las grandes cadenas tiene que ver fundamentalmente con su enorme capacidad para atraer la atención de los espectadores, algo que es especialmente flagrante en el caso de las retransmisiones en directo de partidos, que son los espacios que mayores audiencias generan cada año. Al igual que en la radio, y como consecuencia de la evolución hacia la especialización temática que se sigue también en el conjunto de los medios de comunicación, han proliferado en los últimos años los canales temáticos sobre deportes, tanto por cable como por internet y en plataformas digitales, abiertos o en pago por visión. Así, además de canales de difusión internacional como Eurosport , Sky Sports, ESPN o Fox Sports, empresas periodísticas propietarias de periódicos nacionales han lanzado sus propios canales como Meridiano Televisión en Venezuela, Marca TV en España o L´Equipe 21 en Francia. 7. LENGUAJE DEPORTIVO El periodismo deportivo, como ya hemos señalado, es el área de especialización más seguida y más demandada por los ciudadanos. Esta proyección de los mensajes sobre deporte que se vierten a un público masivo y heterogéneo confiere a esta tipología periodística una responsabilidad social añadida, que tiene que ver directamente con el uso que se hace del idioma. Al ser el periodismo deportivo una actividad de alto impacto social, tiene una gran capacidad para influir en formas de hacer y decir de los ciudadanos, especialmente entre los niños y adolescentes, quienes, en su proceso de formación integral, toman como referencia directa los gestos y expresiones de sus ídolos, a los que tienden a imitar (Rojas, 2011: 84). Por la naturaleza pedagógica del deporte en general y por el potencial educativo del lenguaje deportivo en particular, la función del periodista deportivo ha de residir no solo en informar y entretener, sino también a educar y formar a la audiencia a la que se dirige. En este sentido, la labor pedagógica de los medios ha de tener una doble orientación: por un lado, dar a conocer el deporte en su diversidad, tanto las modalidades menos conocidas como las que ocupan habitualmente el carril mediático, incidiendo en su reglamento y terminología; y, por otro, enseñar a utilizar bien el idioma a través de un uso correcto de la gramática, la ortografía, el léxico, la retórica o la pronunciación. En su proceso evolutivo, este tipo de periodismo ha creado un estilo propio, fundamentado en la originalidad y la espectacularidad de sus propuestas, y ha aportado un nuevo modelo de presentación de las informaciones a través de un lenguaje que es visualmente llamativo, sustentado en la fuerza de atracción de la imagen (fotografía, vídeos, tipografía, color, etc.) y que resulta común y fácilmente comprensible para todas las mentalidades. De esta forma, hace gala de notables fortalezas, tales como su universalidad y capacidad para marcar tendencias y modas, su presencia cada vez mayor en los diccionarios, y el desarrollo de un lenguaje propio y diferenciado que contribuye al ensanchamiento del idioma y que le ha granjeado una mejor consideración de las instituciones lingüísticas por su creatividad y su capacidad para sorprender. Concretamente, sobresale por su afán innovador a la hora de crear nuevas palabras, expresiones y significados (neologismos); su acusado retoricismo, lo que le lleva a recurrir de forma asidua a metáforas y otros usos figurados del lenguaje; préstamos léxicos entre modalidades o juegos de palabras para elaborar mensajes originales e impactantes; y, sobre todo, su alto grado de especialización al fundamentarse cada deporte en una terminología propia de carácter técnico. El deporte ha forjado un lenguaje propio que, en un elevado porcentaje, ha pasado a formar parte de la lengua común gracias a la labor de los medios de comunicación. No obstante, la generalización en el uso social de estos términos varía en función de la popularidad alcanzada por cada modalidad y del espacio que estas ocupen habitualmente en los medios. De esta forma, deviene más accesible el lenguaje del fútbol, baloncesto, ciclismo, tenis y deportes de motor, mientras que resulta más críptico el de deportes con menor presencia mediática como la gimnasia, el judo (o yudo), la hípica o el hockey. El lenguaje del deporte crece también desde dentro a partir del intercambio léxico entre las diferentes modalidades. Se producen de hecho conexiones inevitables al ser campos contiguos en las redacciones y secciones deportivas de los medios. Este trasvase es recíproco y ha desembocado en la formación de una terminología común para muchos deportes, especialmente de los del ámbito profesional (crack, averaje, playoff, wildcard). En este proceso, el fútbol, al ser el deporte que ocupa más espacio, se convierte en el principal prestamista y, a la vez, en el principal prestatario de vocablos y expresiones que originalmente nacen en otras modalidades y acaban siendo utilizadas también por otras (hat trick (del críquet llegó al fútbol), pichichi o clásico (del fútbol a otros deportes), match ball (del tenis a ser utilizado en cualquier modalidad). Otros rasgos peculiares del lenguaje deportivo son, por un lado, el uso reiterado de metáforas, metonimias, hipérboles y otras figuras retóricas para describir con originalidad lo sucedido en la crónica de un partido o competición; y, por otro, la invención de juegos de palabras, especialmente en los titulares. La creciente relevancia de este tipo de lenguaje, como uno de los principales creadores de referencias léxicas y semánticas de nuestro tiempo, se ha visto reflejada en la incorporación cada vez mayor de palabras y expresiones deportivas en los diccionarios de uso y dudas, tales como como el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española de Manuel Seco, el diccionario Clave, el Diccionario panhispánico de dudas o la última edición del Diccionario de uso del español de María Moliner. Asimismo, el estudio del idioma del deporte se ha desarrollado con la publicación de diccionarios terminológicos, que han proliferado en los últimos años. Entre las obras de referencia que han tratado el vocabulario deportivo destacan el Diccionario de Términos Deportivos (2003) de Recaredo Agulló, el Diccionario Terminológico del Deporte (2005), escrito por Jesús Castañón, o el Diccionari general de l’esport, publicado en 2010 por el Centre de Terminología TERMCAT. No obstante, pese a sus notables aportaciones, el lenguaje deportivo también es objeto de vigilancia lingüística al ser considerado por algunos filólogos y periodistas como una fuente de problemas idiomáticos. Así, las críticas más habituales que recibe se refieren a la poca variedad del vocabulario empleado, la comisión de errores gramaticales e impropiedades léxicas, el abuso de extranjerismos, la apelación reiterada a tópicos y frases cliché, la incorporación constante de coloquialismos, el uso de palabras indecorosas o malsonantes, la excesiva siglación y el estilo fragmentario de los textos que a veces presenta, y el empleo de un lenguaje militar-belicista que ensalza valores como el enfrentamiento y la rivalidad y entraña el riesgo de contribuir a la incitación de comportamientos violentos. Uno de los rasgos más empobrecedores de este tipo de lenguaje son las frases gastadas a las que de forma bastante habitual recurren los periodistas deportivos. Entre los muchos clichés que se emplean en lengua española, podemos enumerar algunos como: a cara o cruz, a diestro y siniestro, a trancas y barrancas, arañar segundos, atacar a la desesperada, balón a la olla, balón de oxígeno, bestia negra, chupar banquillo, chupar rueda, gol psicológico, grupo de la muerte, final de infarto (o no apto para cardíacos), la manita, las espadas siguen en todo lo alto… Como ya hemos apuntado, también son comunes las impropiedades léxicas, es decir, los errores consistentes en usar palabras o expresiones existentes en nuestro idioma con significados equivocados. Las impropiedades léxicas más frecuentes en el periodismo deportivo se derivan o bien de la confusión de significados entre palabras parónimas o que poseen una grafía o pronunciación similar (las faltas se señalan, sino que se señalizan), o bien de los falsos amigos, en su mayor parte por la incidencia del inglés (domestic league no sería Liga doméstica sino Liga nacional o severe injury, que se traduce como lesión grave, no como lesión severa). Lo cierto es que esta parcela del periodismo maneja un gran caudal de palabras extranjeras, debido fundamentalmente a que la mayoría de las modalidades y disciplinas tienen un origen y un desarrollo inicial en países foráneos, en su mayor parte anglosajones. A este respecto, Castañón y Loza señalan que el periodismo deportivo en lengua española maneja con asiduidad voces y expresiones que proceden de hasta 39 idiomas diferentes (2010: 10). Si bien el uso de voces extranjeras resulta natural por este motivo, no siempre llega a estar justificado, pues en ocasiones desplazan a términos que ya existen en nuestra lengua para definir una realidad que no es nueva. Hay que distinguir, en este sentido, entre extranjerismos superfluos o innecesarios y necesarios. En algunos deportes como el fútbol, la hispanización de vocablos ha convivido con la adaptación de formas extranjeras (gol, chut, penalti, córner, referí o réferi), mientras que en otros como el tenis, el baloncesto o los deportes de motor (sobre todo, la Fórmula Uno), prevalece el empleo de voces extranjeras incluso cuando existen equivalencias en español (stop and go, safety car, warm up, pit stop). En su búsqueda constante de atrapar la atención del receptor y hacerlo partícipe de los contenidos, el periodismo deportivo ha optado decididamente por aproximarse a las formas más coloquiales del idioma. De esta forma, los medios dedicados al deporte han incorporado a su repertorio léxico habitual un número creciente de palabras y expresiones más propias del registro hablado que del escrito, muchas de las cuales han acabado consolidándose de manera natural hasta encontrar un sitio en los principales diccionarios de uso. No obstante, la proliferación de coloquialismos en este tipo de periodismo puede tener efectos negativos al desplazar a otras formas consideradas como más cultas y restar calidad y riqueza de matices al léxico empleado. Entre los coloquialismos más habituales se encuentran verbos como mojar (con el significado de ‘marcar’ o ‘anotar’), currar (‘trabajar’), cabrearse o mosquearse (‘enfadarse’) o palmar (‘perder’ o ‘caer eliminado’ en una competición). Otra característica del lenguaje deportivo es la tendencia a acortar las palabras y las frases, habitualmente con el objetivo de confeccionar titulares más impactantes. Entre esas licencias para abreviar el discurso se encuentran las siglas, abreviaturas, así como seudónimos y fórmulas apocopadas de nombres propios, que, en un alto porcentaje, han pasado a formar parte del ideario colectivo. Así, se han institucionalizado formas abreviadas de antropónimos como Dinho (Ronaldinho), Sheva (Shevchenko), Monty (Montgomerie), Mou (Mourinho), Ibra (Ibrahimovic) y Ronie (Ronaldo); o de clubes como la Juve (Juventus), el Depor (Deportivo) o el Recre (Recreativo de Huelva). El periodismo ligado al mundo del deporte, además de haber sido considerado en los últimos tiempos como un campo de conflicto lingüístico, ha sido responsabilizado de contribuir a la incitación de comportamientos violentos dentro y fuera de los campos de juego mediante determinados usos lingüísticos y formas de presentación de las imágenes. Este rasgo, que se encuentra directamente relacionado con la tendencia al sensacionalismo como técnica en este tipo de periodismo, consiste sobre todo en la búsqueda permanente de la confrontación de los protagonistas a través de cruces de declaraciones y en el empleo generalizado de palabras y expresiones provenientes de la jerga militar-belicista. Si bien en realidad este uso de términos belicistas se efectúa en clave metafórica con el propósito de ensalzar determinados logros y resultados, muchos autores han coincidido en advertir de los riesgos que conlleva la utilización de expresiones como “El rival es el enemigo a batir “ o “los partidos se plantean a vida o muerte”, porque a través de ellas se refuerzan algunos de los aspectos más destructivos de la práctica deportiva, como son la rivalidad, la voluntad de dominio, o la excitación irracional del odio. Asimismo, el protagonismo del periodismo como instigador voluntario o involuntario de comportamientos violentos en el mundo del deporte a veces se produce a través de la exhibición de imágenes cruentas o morbosas, no siempre informativas. Por ello, además de velar por uso responsable del lenguaje y de cuidar por un tratamiento respetuoso de las imágenes que se muestran al público, el periodismo deportivo tiene la responsabilidad añadida de ser educador y transmisor de los valores positivos inherentes a la práctica deportiva, como el afán de superación, la cultura del esfuerzo, la solidaridad, el compañerismo, la igualdad o el juego limpio; es decir, todos aquellos valores que son pilares básicos de la convivencia y la paz social. En conclusión, todos estos aspectos lingüísticos ponen de manifiesto la relevancia social adquirida por el periodismo deportivo, que se ha convertido en el espejo en el que se miran a diario muchos ciudadanos. Con sus múltiples virtudes, pero también con sus defectos, el lenguaje del deporte constituye actualmente un campo de estudio de creciente interés por su repercusión en la evolución del idioma y por la función social que está llamado a desempeñar el periodismo. Un uso adecuado y responsable del idioma es una exigencia profesional y, al mismo tiempo, una garantía de calidad para que los medios de comunicación deportivos desempeñen su labor con mayor solvencia y corrección. 8. EL DEPORTE DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO Al periodismo también se le acusa de seguir utilizando de forma sistemática un discurso sexista que no hace sino reforzar la transmisión de estereotipos y roles tradicionales, y de mostrar la realidad de un modo androcéntrico, es decir, desde un prisma en el que las mujeres son representadas de forma asimétrica frente a los hombres y donde rara vez aparecen como protagonistas de las noticias (Rojas: 2010). Dentro del ámbito informativo, el periodismo deportivo está considerado como una de las manifestaciones que de forma más clara transmite estereotipos sexistas al utilizar un discurso que a día de hoy sigue recurriendo principalmente a los valores considerados tradicionalmente masculinos como la heroicidad, la valentía o la virilidad. Quizá esto sea así porque este periodismo versa sobre una actividad que históricamente ha sido dominada por los hombres y cuestionada para las mujeres, y los marcos socioculturales tradicionales hacen que todavía se reflejen ciertas desigualdades en cuanto a la configuración de las identidades y las asignaciones de roles de uno y otro sexo en este tipo de periodismo. Lo cierto es que la mujer deportista queda relegada en este tipo de periodismo a un plano secundario o inexistente, a un ámbito más local o cercano, mientras que los medios se centran en dar la máxima cobertura a las competiciones masculinas, fundamentalmente futbolísticas. Quizá la paulatina incorporación de la mujer a las redacciones de Deportes y a la conducción de programas informativos en este campo dentro de la televisión contribuya a equilibrar un poco más esta balanza de contenidos desde una perspectiva de género. Precisamente este será uno de los retos futuros del periodismo para estar a la altura de las transformaciones sociales experimentadas por las mujeres en los últimos años. Tal como apuntan algunas de las propuestas más comunes de las guías y manuales no sexistas publicados por diversas instituciones y colectivos en los últimos años, los logros del deporte femenino también deben tener cabida en los contenidos de los medios de comunicación porque hay espacio suficiente para ello. Este tipo de periodismo también es objeto de críticas por verter en sus relatos contenidos que se apartan de lo estrictamente deportivo como alusiones al físico, a la manera de vestir o la vida familiar de las mujeres deportistas, aspectos que no se tratan de igual forma en el caso de los hombres y que, en cualquier caso, no parecen corresponderse con el objetivo que han de perseguir los medios que cubren competiciones e informan de resultados. En suma, el periodismo deportivo también puede contribuir a educar en igualdad a la población, no solo erradicando el sexismo lingüístico y gráfico de su discurso, sino también dando cabida en sus informaciones a la mujer deportista como protagonista de la actualidad. 9. HACIA UN PERIODISMO DEPORTIVO MULTIMEDIA Y EMPRENDEDOR El periodismo deportivo tampoco es ajeno al complejo proceso de cambios y de reestructuración al que está sometido en la actualidad al conjunto del sector de los medios de comunicación, los cuales han de ir adaptándose necesariamente a la continua evolución del mercado para no dejar de ser competitivos y seguir existiendo con garantías de continuidad. La obligada reconversión hacia lo digital ha traído consigo la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas aplicadas a las tareas periodísticas y, como consecuencia de ello, una transición hacia nuevos perfiles profesionales, que, además de contar noticias, han de poseer competencias adicionales en programación, fotoperiodismo, videoedición o infografía. Los ajustes principales se están produciendo en las empresas editoras de medios deportivos impresos que, ante el volumen creciente de contenidos deportivos que ofrece la televisión, la inmediatez que sigue ofreciendo la radio y la incidencia de una caída generalizada de las ventas en los quioscos y de anunciantes en general, están reduciendo sus plantillas y, al mismo tiempo, concentrando sus esfuerzos en la expansión de su marca a través de internet con un producto más ágil y dinámico con el que responder eficazmente a la máxima actualidad y, de paso, complementar y proyectar sus respectivos productos de papel con contenidos digitales nuevos y diferenciados. Pese a este esfuerzo por hacer un producto cada vez más multimedia a partir de la integración de la redacción convencional y la digital, uno de los mayores desafíos que ha de afrontar el periodismo deportivo tradicional residirá en cómo adaptarse a la continua migración de lectores que pasan a buscar noticias de forma prioritaria en la red. Este paso se ha acelerado en los últimos tiempos gracias a la aparición de nuevos dispositivos tecnológicos, como los teléfonos inteligentes o las tabletas, que permiten que cualquier ciudadano en cualquier lugar pueda acceder al instante a los últimos resultados o declaraciones de su equipo o de su deportista favorito, solo con pasar el dedo por la pantalla. La verdadera revolución periodística provocada tras la irrupción de internet en los últimos tiempos no solo ha obligado a los medios impresos, radiofónicos y televisivos tradicionales a reforzar su presencia online con portales y webs cada vez más actualizadas, interactivas y con mayor número de contenidos multimedia, blogs y hemerotecas en línea. También ha supuesto la proliferación de medios deportivos exclusivamente digitales, que, cuentan en muchos casos con un grado de especialización mucho mayor y compiten con productos propios y diferenciados, hasta el punto de haberse constituido como fuentes de referencia para el resto de los medios. El periodismo deportivo digital ha encontrado una vía de propagación aún mayor gracias a las principales redes sociales, como facebook y, sobre todo, twitter. Así, a través de sus cuentas oficiales o de algunos de sus profesionales y blogueros más relevantes, dan una mayor difusión a sus contenidos mediante enlaces a noticias, reportajes, vídeos o artículos de opinión que, de forma viral, conducen a aumentar el tráfico de visitas hacia sus respectivas webs. Los blogs y las redes sociales se erigen así en nuevas fuentes para los periodistas deportivos al incluir espacios de participación para que los ciudadanos se impliquen más y comenten noticias publicadas, hagan sugerencias y correcciones, e incluso aporten datos y documentos a partir de los cuales los profesionales puedan pulsar mejor el sentir popular y, a partir de ahí, amoldar con acierto sus mensajes. Entre los nuevos medios deportivos que han nacido últimamente, destacan aquellos que han sido creados o que están integrados por un reducido número de periodistas de una larga trayectoria en secciones deportivas de medios tradicionales o en diarios especializados y que han decidido dar el salto a la red para avanzar profesionalmente. Se trata de proyectos periodísticos emprendedores que han tomado el rumbo hacia la especialización deportiva y lo hacen con el aval de la experiencia, de las fuentes y los contactos, de unos profesionales que han sido despedidos o se han visto obligados a abandonar sus medios después de muchos años. Esta ola emprendedora tiene su punta de lanza en el periodismo deportivo, un campo en el que no dejan de ver la luz iniciativas nuevas, con intereses y enfoques distintos pero con un denominador común: la búsqueda de la diferenciación y la reclamación de un espacio propio y original para temáticas y protagonistas que no siempre están ni se les espera en los medios de comunicación tradicionales. La mayoría de estas nuevas voces han nacido en la red, unas veces al amparo de algún grupo de comunicación, como Grada360 (Vocento), o en la mayoría de las ocasiones de manera independiente. Dentro de esta última tendencia, se encuentran webs como Sportyou, Tribunadeportiva.es o Campeonas (centrada en el deporte femenino); u otras con un enfoque más local, como Muchodeporte, Eldeporteconquense u Oncecontraonce. Incluso existen proyectos de carácter unipersonal como Martiperarnau Magazine o ElevenFoot, una revista de fútbol ideada para tabletas y móviles. Además de estos nuevos medios en internet, el periodismo deportivo emprendedor ha avanzado también en el soporte papel con la aparición de publicaciones superespecializadas, que han apostado por formatos largos, un diseño original y unos contenidos de calidad al contar con la aportación de firmas ilustres. En este sentido, sobresalen las revistas futbolísticas Proyecto Panenka y Líbero, la publicación multideporte Quality Sport, el magazine Protagonistas (primer medio en España dedicado exclusivamente al fútbol femenino) o Cuadernos de Basket, medio de carácter trimestral sobre el deporte de la canasta. En un marco económico tan poco favorable como el actual para los medios de comunicación cada vez son más los periodistas que deciden hacerse empresarios. Los nuevos proyectos periodísticos emprendedores que surgen al margen de los formatos tradicionales, ya sea a partir de una mayor especialización de los contenidos, ya sea reorientando los productos a las posibilidades de los nuevos soportes digitales y unos hábitos de consumo que están cambiando de forma significativa, van a resultar decisivos para el devenir de la profesión. Todas estas nuevas experiencias están llamadas a abrir un nuevo campo de experimentación y de estudio en el ámbito del periodismo deportivo en los próximos años. BIBLIOGRAFÍA AGENCIA EFE Y GOBIERNO DE LA RIOJA (1994). EL IDIOMA ESPAÑOL EN EL DEPORTE. GUÍA PRÁCTICA. LOGROÑO: AGENCIA EFE-GOBIERNO DE LA RIOJA AGULLÓ, RECAREDO (2003). DICCIONARIO DE TÉRMINOS DEPORTIVOS. MADRID: ESPASA ALCOBA, ANTONIO (2005). PERIODISMO DEPORTIVO. MADRID: SÍNTESIS ANDREWS, PHIL (2005). SPORTS JOURNALISM. LONDRES: SAGE BARRERO MUÑOZ, JOSÉ. (2008). PERIODISTAS DEPORTIVOS CONTRA AL VIOLENCIA EN EL FÚTBOL, AL PIE DE LA LETRA. 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