Monografía Comunicación y sonido Ángel Ezquerra Universidad Complutense de Madrid Ciencias para el Mundo Contemporáneo y comunicación audiovisual La asignatura de Ciencias para el Mundo Contemporáneo puede ser una oportunidad fascinante para reflexionar sobre el modo de acercar la ciencia a una buena parte de la sociedad. Esto implica un análisis de los modos habituales de comunicación en los medios para incorporarlos a los usos del aula. Pero supone también un esfuerzo por aprender las características de estos medios; en definitiva, una alfabetización audiovisual. Sin embargo, creemos que se van a encontrar obstáculos importantes: sabemos poco sobre cómo va a reaccionar el alumnado y el profesorado y cómo conectar la información audiovisual con los contenidos académicos. Palabras clave: Ciencia para el Mundo Contemporáneo, audiovisuales, alfabetización audiovisual, TIC, procesamiento de la información. Sciences for the Contemporary World and audiovisual communication The subject Sciences for the Contemporary World may offer a fascinating chance to reflect upon the best way to bring science closer to a large part of society. This requires analysis of the typical forms of communication in the mass media in order to then incorporate them in class. But it also calls for an effort to learn the media’s characteristics, ie acquiring audiovisual literacy. However, we believe there will be major obstacles on the way: we know little about how students and teachers will react or how to connect audiovisual contents with academic contents. Keywords: Sciences for the Contemporary World, audiovisual literacy, ICTs, data processing. Entre los fines de la educación se encuentra el de dotar a las nuevas generaciones de las herramientas intelectuales necesarias para afrontar los desafíos que el futuro nos depara. Este planteamiento encuentra cierto acomodo formal en el preámbulo de la LOE (MEC, 2006), donde se indica: Las sociedades actuales conceden gran importancia a la educación que reciben sus jóvenes, en la convicción de que de ella dependen tanto el bienestar individual como el colectivo. La educación es el medio más adecuado para construir su personalidad, desarrollar al máximo sus capacidades, conformar su propia identidad personal y configurar su comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica. Estos principios o intenciones se pretenden desarrollar con los objetivos de cada etapa y se expresan de forma más precisa cuando se describen los elementos (objetivos, contenidos, criterios de evaluación) que configuran las distintas materias del sistema educativo. 59 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • pp. 59-71 • abril 2010 Comunicación y sonido Obviamente, las disciplinas científicas aportan conocimientos –saber, saber hacer, saber ser y estar, saber hacer con otros...– necesarios para enfrentarse a los retos de un mundo cambiante, sobre todo cuando nuestra civilización, guste o no, está basada en la ciencia y la tecnología (CyT). Sin embargo, parece que, si bien toda enseñanza de las ciencias tendría que preocuparse por ofrecer el conocimiento de manera que resultaran evidentes las relaciones entre naturaleza y sociedad (Caamaño, 2005), sabemos que esto no siempre es así. En este sentido, existe un conjunto de materias científicas «tradicionales» que se han encargado de desarrollar los conocimientos considerando sólo lo necesario para afrontar los contenidos del curso siguiente. Esta arquitectura, criticada en ocasiones (Pro y Ezquerra, 2004), «parece servir» a los alumnos cuyas miras están puestas en la consecución de una formación científica para acceder a determinadas titulaciones universitarias. Decimos «parece» porque, aunque inicialmente no se cuestiona, el abandono existente en los primeros cursos universitarios debería hacer reflexionar a algunos sobre la «idoneidad» del modelo. Con independencia del éxito de «los alumnos de ciencias», esta ordenación disciplinar de los contenidos objeto de enseñanza no atiende las necesidades de un nutrido grupo de alumnos de hoy –y ciudadanos, mañana– que centran su interés en una visión menos científico-técnica del entorno o que simplemente tienen otros intereses vocacionales. Y tampoco completa la formación de los estudiantes que siguen un itinerario científico, dado que estos parecen carecer de una visión holística de las relaciones existentes entre ciencia, tecnología y sociedad (CTS). En definitiva, parece que cuesta atender al informe Beyond 2000. Science Education for the future, en el que se comenta que uno de los retos intrínsecos de los currículos de ciencias es la atención a dos finalidades fundamentales: a) proporcionar a todos los estudiantes una cultura científica que les permita integrarse en una sociedad cada vez más científica y tecnológica; y b) proporcionar a aquellos estudiantes que seguirán estudios de ciencias las bases para su formación futura (Millar y Osborne, 1998). En estas circunstancias, la asignatura de Ciencias para el Mundo Contemporáneo (CpMC) puede ser una oportunidad fascinante para reflexionar sobre el modo de acercar la ciencia a una buena parte de la sociedad y reflexionar sobre cuál puede ser el hilo conductor fundamental de esta aproximación entre ciencia y ciudadano (Pedrinaci, 2006; Pro, 2008). Dicho de otro modo, nos deberíamos preguntar: ¿qué contenidos científicos necesita conocer un ciudadano?; ¿qué conocimientos precisa para atender sus necesidades personales, para resolver 60 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido problemas e inquietudes en su vida cotidiana o para participar en decisiones colectivas y democráticas debidamente informado?; ¿qué criterios tenemos para seleccionarlos?; ¿qué podemos aprovechar de lo que sabe el alumnado?; y, sobre todo, ¿qué medios y recursos intelectuales debemos trabajar para que los estudiantes actuales puedan comprender y tomar decisiones en un mundo diferente? Para ello proponemos reflexionar sobre qué elementos tienen mayor impacto en nuestra sociedad y cómo introducen en el debate las cuestiones científico-técnicas. Estas cuestiones fueron consideradas en trabajos anteriores (Pro y Ezquerra, 2005; Ezquerra, 2007), en los que se observó que nuestra sociedad está mediatizada por los medios de comunicación de masas (MCM) y, en particular, por los audiovisuales (O´Sullivan, 1998; McSharry, 2002; Ezquerra, 2003). Este factor es tan importante que se ha llegado a definir nuestra época como la sociedad de la información y de la cultura de la imagen (Burke, 2000). Naturalmente, este hecho no ha pasado «desapercibido» en el ámbito educativo (por ejemplo, Shu-Ling Lai, 2000; Fischman, 2001) dado que también nuestro alumnado se desarrolla vinculado al lenguaje audiovisual: televisión, vídeo, cine, Internet, informática, videojuegos, etc. (Zunzunegui, 1989). En esta misma revista se han publicado interesantes monografías sobre estos temas: Aprendizaje informal de las Ciencias (2005), Contextualizar las Ciencias (2005), Internet en la enseñanza de las Ciencias (2006)... Incluso el Informe de la Ponencia del Senado sobre la situación de las enseñanzas científicas en la educación secundaria indicaba entre sus recomendaciones «la necesidad de potenciar la cultura científica a través de los medios audiovisuales» (Comisión del Senado, 2003). Sin embargo, parece haberse abierto una brecha entre la manera habitual de acceder a la información de nuestro alumnado y la forma de hacerlo en el aula, entre la ciencia presente en la publicidad, en las noticias de prensa, en las películas... y la ciencia que trabajamos en nuestras clases (Pro, 2008). En definitiva, prestar atención al efecto que los MCM tienen en la cultura científica de nuestra sociedad —y en nuestro alumnado— implica un aprendizaje de los modos habituales de comunicar existentes en nuestro entorno para incorporarlos a los usos del sistema educativo; de este modo, se propiciaría una alfabetización audiovisual. Sin embargo, creemos que se van a encontrar obstáculos importantes: sabemos poco sobre cómo va a reaccionar el alumnado y el profesorado, cómo conectar los contenidos académicos con la información audiovisual, etc. (Ezquerra, 2008). ¿Cómo puede una asignatura, en estas condiciones, promover un cambio en el enfoque que se tiene acerca de la enseñanza de las ciencias? 61 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido Las características y la estructura de CpMC Ciertamente, un texto legal (MEC, 2007) –el currículo– no puede modificar por sí solo la forma de impartir las clases en nuestros institutos, puesto que compartimos con otros autores la creencia de que las reformas es lo que piensan y hacen los profesores en sus aulas (Fullan, 1994; Coll y Porlán, 1998; Pro, 2008). Sin embargo, algunos elementos de la nueva asignatura CpMC deben hacer reflexionar al profesorado sobre lo que estamos tratando de enseñar (hay que reconocer que no siempre con éxito), la oportunidad de los contenidos que impartimos en nuestras materias, la verdadera utilidad que tiene para la mayoría... Y estos aspectos sí pueden ser significativos. En primer lugar, porque se trata de un temario nuevo —con muchos conocimientos que no se han estudiado en la universidad— que requiere un desarrollo que aún no se ha formalizado en su totalidad. En segundo lugar, por el innegable carácter multidisciplinar de los temas considerados. Y, por último, por la evidente diversidad de intereses y formación del alumnado de cada opción de bachillerato. Desde el punto de vista normativo, la materia tiene como objetivo el desarrollo de determinadas capacidades del alumnado recogidas en ocho epígrafes (si bien, dado el objeto de este trabajo, hemos señalado aquellos que están relacionados con la comunicación audiovisual o de los MCM): 1. Conocer el significado cualitativo de algunos conceptos, leyes y teorías, para formarse opiniones fundamentadas sobre cuestiones científicas y tecnológicas, que tengan incidencia en las condiciones de vida personal y global y sean objeto de controversia social y debate público. 2. Plantearse preguntas sobre cuestiones y problemas científicos de actualidad y tratar de buscar sus propias respuestas, utilizando y seleccionando de forma crítica información proveniente de diversas fuentes. 3. Obtener, analizar y organizar informaciones de contenido científico, utilizar representaciones y modelos, hacer conjeturas, formular hipótesis y realizar reflexiones fundadas que permitan tomar decisiones fundamentadas y comunicarlas a los demás con coherencia, precisión y claridad. 4. Adquirir un conocimiento coherente y crítico de las tecnologías de la información, la comunicación y el ocio presentes en su entorno, propiciando un uso sensato y racional de ellas para la construcción del conocimiento científico, la elaboración del criterio personal y la mejora del bienestar individual y colectivo. 5. Argumentar, debatir y evaluar propuestas y aplicaciones de los conocimientos científicos de interés social relativos a la salud, 62 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido el medio ambiente, los materiales, las fuentes de energía, el ocio, etc., para poder valorar las informaciones científicas y tecnológicas de los medios de comunicación de masas y adquirir independencia de criterio. 6. Poner en práctica actitudes y valores sociales como la creatividad, la curiosidad, el antidogmatismo, la reflexión crítica y la sensibilidad ante la vida y el medio ambiente, que son útiles para el avance personal, las relaciones interpersonales y la inserción social. 7. Valorar la contribución de la ciencia y la tecnología a la mejora de la calidad de vida, reconociendo sus aportaciones y sus limitaciones como empresa humana cuyas ideas están en continua evolución y condicionadas por el contexto cultural, social y económico en el que se desarrollan. 8. Reconocer en algunos ejemplos concretos la influencia recíproca entre el desarrollo científico y tecnológico y los contextos sociales, políticos, económicos, religiosos, educativos y culturales en que se produce el conocimiento y sus aplicaciones. Como puede apreciarse, en prácticamente todos los objetivos, están explícitos conocimientos que están en nuestro entorno audiovisual y que obviamente precisan de intervenciones intencionadas en el aula para codificar o descodificar la información, para interpretarla y valorarla, para discutirla y transmitirla... Seguidamente, el currículo recoge los seis bloques de contenido en los que estructura el conjunto de conocimientos. El primero —llamado «Contenidos comunes»— es transversal y parece la intención del legislador que impregne todo el desarrollo de la asignatura. Nuevamente, dispone de un conjunto muy amplio de referencias a la relación entre la ciencia, el entorno social en el que se desarrolla y las diversas fuentes de difusión. Distinción entre las cuestiones que pueden resolverse mediante respuestas basadas en observaciones y datos científicos de otras que no pueden solucionarse por medio de la ciencia. Búsqueda, comprensión y selección de información científica relevante de diferentes fuentes para dar respuesta a los interrogantes, diferenciando las opiniones de afirmaciones basadas en datos. Análisis de problemas científico-tecnológicos de incidencia e interés social, predicción de su evolución y aplicación del conocimiento en la búsqueda de soluciones a situaciones. Disposición a reflexionar científicamente sobre cuestiones de carácter científico y tecnológico para tomar decisiones responsables en contextos personales y sociales. . . . . 63 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido . Reconocimiento de la contribución del conocimiento científico. tecnológico a la comprensión del mundo, a la mejora de las condiciones de vida de las personas y de los seres vivos, a la superación de la obviedad, a la liberación de los prejuicios y a la formación del espíritu crítico. Reconocimiento de las limitaciones y errores de la CyT, de algunas aplicaciones perversas y de su dependencia del contexto social y económico, a partir de hechos actuales y de casos relevantes en la historia de la CyT. Por último, entre los diez criterios de evaluación, se recoge también la necesidad de: Valorar la capacidad del alumnado para realizar las distintas fases (información, elaboración, presentación) que comprende la formación de una opinión argumentada sobre las consecuencias sociales de temas científico-tecnológicos […], utilizando con eficacia los nuevos recursos tecnológicos y el lenguaje específico apropiado. (MEC, 2007) Asimismo, se indica que se Pretende evaluar la capacidad de los alumnos para utilizar las tecnologías de la información y la comunicación para obtener, generar y transmitir informaciones de tipo diverso… (MEC, 2007) Como puede apreciarse, implícita y explícitamente, se pretende que no sólo se aborden una serie de temáticas actuales, sino que se considere además cómo se alude a ellas en los MCM, qué criterios se deben usar para distinguir las afirmaciones fundamentadas de las especulaciones, cómo pueden evolucionar los problemas y las posibles soluciones y cómo puede comprender el individuo estas situaciones cambiantes para sentirse capaz de participar en decisiones que le afectan en su vida cotidiana. Cómo llevar a cabo esta tarea De forma muy específica, en el bloque seis, «La aldea global. De la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento», se recogen contenidos directamente ligados a la sociedad de la información y del conocimiento: Procesamiento, almacenamiento e intercambio de la información. El salto de lo analógico a lo digital. Tratamiento numérico de la información, de la señal y de la imagen. Internet, un mundo interconectado. Compresión y transmisión de la información. Control de la privacidad y protección de datos. La revolución tecnológica de la comunicación: ondas, cable, fi- . . . . 64 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 bra óptica, satélites, ADSL, telefonía móvil, GPS, etc. Repercusiones en la vida cotidiana. Esta situación nos indujo a plantear el enfoque de la materia a partir del análisis de los MCM y el uso de la imagen, fomentado así la alfabetización audiovisual y propiciando una forma de acceder a la información en el aula más cercana a la manera habitual de recibir las noticias por parte de los ciudadanos. Indiscutiblemente, el uso de la imagen lleva tiempo extendiéndose como recurso didáctico habitual en la enseñanza de la ciencia (Perales, 2006), pero creemos que, en esta asignatura, debemos centrar el objetivo en desarrollar en los alumnos estrategias para la lectura y el análisis de la información visual y la utilización crítica de estos recursos. En las siguientes líneas vamos a comentar una serie de actividades centradas en la comunicación de la información, fundamentalmente audiovisual, que iniciamos hace algunos cursos (Pro y Ezquerra, 2005) y que hemos puesto en práctica en CMC en el escaso tiempo que esta materia lleva en las aulas. Todas estas actividades pueden utilizarse para desarrollar cualquier contenido. Sin embargo, es en el bloque seis donde muestran su máxima aplicación, dado que están entretejidas con comentarios y exposiciones del profesor sobre el funcionamiento de Internet, las características de los discos duros, la repercusión de los MCM, la forma de emitir y recibir imágenes por televisión, etc. Búsqueda y obtención de información . Buscar en los anuncios televisivos o en la prensa escrita los erro- . res de carácter científico y comentarlos (Campanario, 2001). Es necesario comentar que en ocasiones los yerros no están en el diálogo o en el texto, sino en las imágenes. Además, es posible encontrar estos «despistes» también en los libros de texto (Jiménez y Perales, 2001; 2004). Buscar unidades de medida utilizadas en los MCM (potencia de un coche, características de un electrodoméstico, propiedades de un jabón, etc.). Obviamente, también es posible complementar esta actividad anotando las unidades que pueden encontrarse en los envases de los productos de consumo. Habitualmente, se obtienen concentraciones, porcentajes de sustancia, masa, volumen, voltaje, energía… Esta actividad puede extenderse solicitando cambios de unidades, comparación de magnitudes… 65 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido . Parece evidente la tendencia «natural» de los estudiantes a obtener de Internet todos los trabajos que les solicitamos en los centros educativos. Sin entrar a considerar el porqué de la insistencia en demandar este tipo de tareas, nuestro planteamiento fue el de dar uso a esta habilidad. El procedimiento consiste en elegir un tema y encargar como trabajo la búsqueda, selección y ordenación de un número mínimo de Webs que lo traten. En concreto, el informe debe indicar las páginas que deberíamos consultar, prestando atención al idioma, la entidad titular, el enfoque, el nivel de utilidad que asignan al portal… Estas actividades se entremezclan con exposiciones sobre los tipos de emisión televisiva y sus formatos (analógica, TDT, 16:9, compresión mpeg, etc.). Naturalmente, la búsqueda de información sobre algunos de estos temas es encargada a los grupos de clase. Tratamiento y análisis de la información Resulta evidente que cualquiera de las actividades anteriores puede complementarse con el proceso de reelaboración por parte del alumnado, como ya se ha comentado. Además, existen otras posibilidades. Indicar qué situaciones (mostradas en vídeo) hemos tenido la oportunidad de sentir en vivo y cuáles no, aunque ciertamente nos resultan familiares (se exhibieron metales al rojo, situaciones en microgravedad, una visión subjetiva desde un fórmula 1, la selva amazónica, fragmentos de películas de ciencia ficción, etc.). Parece evidente, pero si bien «sabemos» como nos moveríamos en la estación espacial, no hemos percibido la sensación de vértigo, su olor, el zumbido persistente… Esta labor implica una visión profunda de lo que «no se ve» pero está detrás de las imágenes transmitidas por los medios audiovisuales, lo que, como ya se ha indicado anteriormente, se sugiere en los objetivos de esta asignatura. Completar los contenidos proporcionados en clase recopilando fotografías y vídeos sobre el tema considerado, usando Internet. Los alumnos deben indicar el lugar de obtención y las características y añadir un comentario. Un ejemplo sería: «En este vídeo de 1 minuto 30 segundos (obtenido en www…) se explica el proceso de polimerización de un plástico y se muestran imágenes sobre…». Seguidamente, los estudiantes muestran el audiovisual a sus compañeros y, al final, responden a sus dudas. Para esta tarea, se asigna un tema a cada grupo como actividad para casa y . . 66 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido . . no suele llevar más de una hora de trabajo, según los comentarios del alumnado. Esta recolección pasa a formar parte del material común de la asignatura y está disponible para el resto de estudiantes en la memoria del ordenador del laboratorio. Naturalmente es necesario supervisar este trabajo y, en ocasiones, limitar o sustituir algunas de las imágenes o corregir los comentarios ligados a ellas. En cualquier caso, nos vamos haciendo con una interesante imagenoteca sobre los temas más adecuados a nuestros intereses. A partir de los informativos meteorológicos es posible realizar una serie muy amplia de actividades (Ezquerra y Pro, 2006): – Estimar la longitud y velocidad del frente nuboso a partir de las imágenes del Meteosat. Recordemos que las distancias en el mapa son fácilmente deducibles y que los tiempos vienen indicados en los márgenes de las secuencias de fotos. – Indicar los tipos de mapas que se utilizan en estos espacios televisivos: rango visible, radar, infrarrojo, significativo… – Considerar las magnitudes que se utilizan y convertirlas al SI. – Atender a las repercusiones de esta información en otros campos: agrícola, turístico… Asimismo, hemos encontrado multitud de planteamientos para usar diversos programas de televisión en el aula (García Borrás, 2008; Serradó y otros, 2009; Torres, 2009). En todos los casos, conviene tener presente que estos medios disponen de unas herramientas que condicionan el proceso comunicativo. Así, la variedad de canales (imagen, diálogo, textos sobre escritos, música, grafismos, etc.) permite expresar el mensaje de múltiples modos. Este hecho afecta sustancialmente a la forma de elaborar los contenidos y a la manera en que se ve afectado el espectador (Ezquerra y Pro, 2009). Desde el punto de vista del aula implica que el diseño de actividades debe considerar en qué canal se están expresando los contenidos que uno considera importantes. De esta manera, puede ocurrir que en las preguntas nos interese fijarnos más en las imágenes que al diálogo, o viceversa. En cualquier caso, debemos ser conscientes de este hecho al planificar nuestras cuestiones, cuando éstas van ligadas a una información audiovisual. Transmisión y exposición de información Como se ha comentado en los párrafos anteriores, aunque una actividad inicialmente se pudiera considerar de búsqueda de información, 67 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido siempre se puede completar o ampliar con el proceso de transmisión o exposición y solicitar un trabajo escrito o una exposición oral al uso. Aquí, sin embargo, nos centraremos en dos formas específicas de exponer la información: La comunicación oral de los resultados obtenidos por parte de los grupos de trabajo es una labor que consideramos imprescindible. Resulta habitual observar que al comienzo del curso las exposiciones carecen de multitud de detalles. Sin embargo, el entrenamiento va dotando a los estudiantes de capacidades que son difícilmente alcanzables por otros medios. Según nuestra experiencia, es recomendable indicar, a los alumnos que van a tener que realizar muchas exposiciones, que es importante no agobiarse y que la calificación al principio no tendrá mucha relevancia. El transcurso del año va depurando las técnicas de comunicación y, en ese momento, es cuando nos ha resultado más conveniente comenzar a dar más peso a la calificación. Naturalmente, un aspecto importante es la preparación de las diapositivas. En este punto, conviene indicar que las presentaciones no pueden ser una «chuleta coloreada»; es importante que aporten contenidos: diagramas y esquemas, fotografías, vídeos y gráficos que comentar, etc. La producción de vídeos de fabricación propia es una posibilidad muy elaborada que en función de los medios de los que se disponga y del objetivo que se persiga puede constituir un trabajo muy arduo (Pro y Ezquerra, 2008). En cualquier caso, esta opción implica un conocimiento muy avanzado de las técnicas de edición y realización audiovisual, pero permite ajustar a voluntad los contenidos comunicados a los requerimientos educativos propios, frente a la situación de los vídeos comerciales. Además, esta manera de exponer contenidos supone una forma de hacer reflexionar a nuestro alumnado sobre las características de los medios audiovisuales, cuestión a la que se deben enfrentar todos los días. Dicho de forma muy sintética, el proceso de elaboración supone recoger los condicionantes educativos para crear un guión donde se deshilachan las diferentes partes del mensaje entre los distintos canales audiovisuales disponibles (Ezquerra y Pro, 2009). Este proceso consiste en asignar al diálogo una parte del contenido, a las imágenes, otros fragmentos de la información, añadir dimensiones emotivas con la banda sonora, complementar la información con los adecuados efectos especiales y, en todo momento, guiar la mirada a través de los elementos de realización: planos, encuadres, secuencias, zoom, etc. (Polo y Ezquerra, 2009). . . 68 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido . Naturalmente, la producción propia de vídeos supone un estímulo para los estudiantes. Así, hemos observado que nuestros alumnos son muy receptivos a las indicaciones sobre cómo elaborar pequeños audiovisuales y sorprendentemente eficaces en su realización. En general, y dado que esta tarea puede llegar a ser muy compleja, es aconsejable indicarles que deben ceñirse a metrajes muy reducidos (inferiores a dos minutos), partiendo de guiones con pocos artificios, respetando una línea argumental y temporal coherente y montando los planos con transiciones sobrias. A través de este procedimiento hemos obtenido cortos de prácticas de laboratorio, narraciones sobre el desarrollo de algunos de sus trabajos, como realización de encuestas, preparación de trabajos para clase, etc. (Ezquerra, 2005). Evaluación para una dicotomía Nos queda un aspecto que consideramos muy importante. Resulta evidente, como ya hemos comentado, que los alumnos de las distintas opciones de bachillerato tienen intereses y formación diferentes. Esto implica, como hemos podido comprobar en las aulas, que si permitimos a los estudiantes enfocar los temas desde «sus» puntos de vista, se obtienen diferentes perspectivas. En concreto, hemos observado que aquellos con una formación científica más técnica centran su interés y sus argumentos en reflexiones más ligadas a las disciplinas científicas, mientras que los otros se centran en valores más humanistas. Ante esta situación, es posible plantearse una uniformidad en el modo de evaluar las intervenciones del alumnado. Sin embargo, consideramos que esta actitud cercena la iniciativa de los estudiantes, limita sus intervenciones, dificulta su desarrollo y, en cualquier caso, aleja a unos o a otros de los muchos rostros que tiene la ciencia (FernándezRañada, 1995). Por estas razones, nuestro planteamiento es diferente y consiste en marcar unos mínimos en los razonamientos de una diversidad de aspectos. En concreto, y tanto para las exposiciones orales como en los trabajos escritos o en los exámenes individuales, pedimos que se comenten, aunque sea someramente, tanto los aspectos científicos como sus consecuencias sociales, filosóficas, políticas o económicas. En este sentido, solicitamos que se indiquen o enuncien mínimamente las bases científicas y humanísticas utilizadas en los razonamientos (teorías y leyes, escuelas de pensamiento o autores) y permitimos que cada estudiante desarrolle más aquellos aspectos que considere más adecuados. 69 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido Referencias bibliográficas AA.VV. (2005): Monografía «Aprendizaje informal de la ciencia». Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, núm. 43, pp. 5-80. AA.VV. (2005): Monografía «Contextualizar la ciencia». Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, núm. 46, pp 5-107. BURKE, P. (2000): A social history of knowledge. From Gutenberg to Diderot. Cambridge. Polity Press & Blackwell Publishers. CAAMAÑO, A. (2005): «Contextualizar la ciencia». Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, núm. 46, pp. 5-8. CAMPANARIO, J.M.; MOYA, A.; OTERO, J.C. (2001): «Invocaciones y usos inadecuados en la ciencia en la publicidad». Enseñanza de las Ciencias, vol. 19(1), pp. 45-56. COLL, C.; PORLÁN, R. (1998): «Alcance y perspectivas de una reforma educativa: la experiencia española». Investigación en la Escuela, núm. 36, pp. 5-29. COMISIÓN DEL SENADO (2003): Informe de la Ponencia sobre la situación de las enseñanzas científicas en la educación secundaria. BOCG del 22 de mayo de 2003. EZQUERRA, A. (2003): «¿Podemos aprender ciencia con la televisión?». Educatio Siglo XXI, núm. 20-21, pp. 117-142. — (2005): «Utilización de vídeos para la realización de medidas experimentales». Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, núm. 44, pp. 113-119. — (2007): «Sobre el efecto de los medios en la cultura científica». Revista Española de Física, vol. 21(1), pp. 1-3. — (2008): «¿Va a ser tan fácil el uso de las TIC’s en las Ciencias para el Mundo Contemporáneo?». XXIII Encuentros de Didáctica de las Ciencias Experimentales [en línea]. <www.23edce.com/wp-content/themes/blog/comunicaciones.php>. EZQUERRA, A; PRO, A. (2006): «Posibles usos didácticos de los espacios meteorológicos de la televisión». Revista Electrónica de Enseñanza de la Ciencia, vol. 5(1), pp. 114-135. — (2009): «Investigaciones con la utilización de vídeos: “Una forma de mirar”». Enseñanza de las Ciencias, Número Extra VIII Congreso Internacional sobre Investigación en Didáctica de las Ciencias, Barcelona, pp. 2130-2137. [También disponible en línea]: <ensciencias.uab.es/congreso09/numeroextra/art-2130-2137.pdf>. FERNÁNDEZ-RAÑADA, A. (1995): Los muchos rostros de la ciencia. Oviedo. Ediciones Nobel. FISCHMAN, G. (2001): «Reflections About Images, Visual Culture, and Educational Research». Educational Researcher, vol. 30(6), pp. 29-33. FULLAN, M. (1994): «Emotion and hope: constructives concepts for complex times». En HARGREAVES, A.: Rethinking educational change with heart and mind. Alexandría. ASCD. GARCÍA BORRÁS, F.J. (2008): «House: otra forma de acercar el trabajo científico a nuestros alumnos». Revista Eureka, vol. 5(2), pp. 212-228. JIMÉNEZ, J.D.; PERALES, F.J. (2001): «Aplicación del análisis secuencial al estudio del texto escrito e ilustraciones de los libros de física y química de la ESO». Enseñanza de las ciencias, vol. 19(1), pp. 3-19. — (2004): «Ilustraciones que representan fuerzas: un análisis en libros de texto de ESO». Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, núm. 42, pp. 91-102. 70 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010 Comunicación y sonido McSHARRY, G. (2002): «Television programming and advertisements: help or hindrance to effective science education?». International Journal of Science Education, vol. 24(5), pp. 487-497. MEC (2006): Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. — (2007): REAL DECRETO 1467/2007, de 2 de noviembre, por el que se establece la estructura del bachillerato y se fijan sus enseñanzas mínimas. MILLAR, R.; OSBORNE, J. (1998): Beyond 2000. Science Education for the Future. Londres. School of Education, King’s College. O´SULLIVAN, T.; DUTTON, B.; RAYNER, P. (1998): Studying the media: an introduction. Londres. Arnold. PEDRINACI, E. (2006): «Ciencias para el Mundo Contemporáneo: ¿una materia para la participación ciudadana?». Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, núm. 49, pp. 9-19. PERALES, F.J. (2006): «Uso (y abuso) de la imagen en la enseñanza de las ciencias». Enseñanza de las ciencias, vol. 24(1), pp. 13-30. POLO, A.; EZQUERRA, A. (2009): «Desarrollo de contenidos científicos para televisión. Implicaciones didácticas». Enseñanza de las Ciencias, Número Extra VIII Congreso Internacional sobre Investigación en Didáctica de las Ciencias. Barcelona, pp. 2019-2025 [también disponible en línea]. <ensciencias.uab.es/congreso09/numeroextra/art-2019-2025.pdf.>. PRO, A. (2008): «Ciencias para el mundo contemporáneo: una posibilidad de modificar la enseñanza de las ciencias». Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, núm. 56, pp. 87-97. PRO, A.; EZQUERRA, A. (2004): «La enseñanza de la Física: Problemas clásicos que necesitan respuestas innovadoras». Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, núm. 41, pp. 54-67. — (2005): «¿Qué ciencia ve nuestra sociedad?». Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, núm. 43, pp. 37-48. — (2008). «“¿Qué ropa me pongo?” Cómo percibe el alumnado los contenidos científicos con audiovisuales». Investigación en la Escuela, núm. 64, pp. 73-92. SERRADÓ, A.; AZCÁRATE, P.; CARDEÑOSO, J.M. (2009): «“Numbers: Zona Cero” (II): Entorno de aprendizaje profesional». Revista Eureka, vol. 9(2), pp. 287-301. SHU-LING LAI (2000): «Influence of Audio-Visual Presentations on Learning Abstract Concepts». International Journal of Instructional Media, vol. 27(2), pp. 199-206. TORRES A.L. (2009): «Creación y utilización de vídeo digital y TICs en física y química». Revista Eureka, vol. 6(3), pp. 440-451. ZUNZUNEGUI, S. (1989): Pensar la imagen. Madrid. Cátedra. Dirección de contacto Angel Ezquerra Martínez Universidad Complutense de Madrid angel.ezquerra@edu.ucm.es Este artículo fue solicitado por A LAMBIQUE . DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES en noviembre de 2009 y aceptado en febrero de 2010 para su publicación. 71 | Alambique Didáctica de las Ciencias Experimentales • núm. 64 • abril 2010