Discurso - México y la cuenca del Pacífico

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PALABRAS DEL EXCELENTÍSIMO EMBAJADOR SHUICHIRO MEGATA
DURANTE LA RECEPCIÓN DE DESPEDIDA
AL TÉRMINO DE SU MISIÓN DIPLOMÁTICA EN MÉXICO
21 de octubre de 2014
Estimados Congresistas, queridos Embajadores, Representantes del Gobierno Federal,
Estatal y Municipal, amigos y amigas,
Muchas gracias a todos por su asistencia,
En particular, quiero agradecer de manera especial a la Diputada Beatriz Yamamoto,
Presidenta del Grupo de Amistad México Japón de la Honorable Cámara de Diputados.
De igual manera, muchas gracias por la presencia de Excelentísimo Monseñor Christophe
Pierre, Nuncio Apostólico en México y Decano del Cuerpo Diplomático y del Señor
Presidente Municipal de Ensenada, Maestro Gilberto Antonio Hirata y al Señor
Presidente Municipal de Silao, Lic. Benjamín Solís.
Muchas gracias señores Subsecretarios y altos funcionarios federales por su presencia a
pesar de su agenda tan apretada.
La compañía de todos ustedes el día de hoy, en ocasión de mi despedida, me emociona
grandemente.
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Han sido 3 años y medio de una experiencia inolvidable al frente de esta Misión
Diplomática.
Tres años en los que he recorrido México de norte a sur y de este a oeste, siempre
animado por el deseo de acercar más a Japón al corazón de los mexicanos.
Ha sido la misión más larga de mi carrera diplomática, carrera que concluirá cuando
regrese a mi país en el inicio del mes de noviembre próximo.
Tengo que decir que me voy muy, muy satisfecho.
Durante este lapso, el número de empresas japonesas apostadas en México se multiplicó
de manera exponencial, al grado de que hoy en día operan más de 800 en territorio
mexicano, casi el doble comparado con el año 2010 , la mayoría de ellas relacionadas con
la industria automotriz.
Es muestra de nuestra confianza en México, y de nuestra esperanza de un futuro
prometedor así como de una alianza de amistad con un país vecino, socio y hermano.
Sin duda, el ambiente de negocios basado en el Acuerdo de Asociación Económica
México-Japón, firmado hace 10 años y la posición estratégica de México en este
continente han sido sólidos atractivos.
Es mi deseo que México se consolide aún más como el centro de crecimiento de la
región, en el modelo del desarrollo económico y democrático y que progresemos juntos,
nos inspiremos juntos y asumamos la responsabilidad global juntos.
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Estoy convencido además que en medidas de seguridad, a través de las acciones del
Gobierno de México, se superarán los problemas y aumentarán y se diversificarán aún
más las inversiones japonesas en esta nación.
Está por concluir el “Año del Intercambio México Japón 2013 y 2014 ”, así declarado por
los mandatarios de nuestros dos países, con motivo del 400 Aniversario de la Misión
Hasekura a México, la Primera Misión diplomática de Japón que buscaba establecer un
comercio directo con México, entonces Nueva España.
Me tocó presenciar la visita oficial del Presidente Peña Nieto a Japón en abril del año
pasado y a los pocos días, el Señor Kishida, Canciller de Japón visitó el país y en este año,
en junio, el Secretario José Antonio Meade correspondió a esa visita.
Por su parte, el Primer Ministro Shinzo Abe estuvo en México en visita oficial durante el
verano pasado.
10 años pasaron desde la última visita oficial de un Primer Ministro de Japón a México,
fue por ello un acontecimiento muy importante desde el punto de vista bilateral, aunque
también estuvo colmado de anécdotas que guardaré para el día en que escriba mis
Memorias; como aquel instante en el que ambos dignatarios sellaron su amistad en la
cima de la Pirámide del Sol en Teotihuacán.
Estoy muy satisfecho ya que a lo largo de estos 3 años y medio, el público mexicano
prestó atención a mi país.
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En Pachuca, en Monterrey, Guanajuato, Salamanca, Aguascalientes, Acapulco,
Cuernavaca, en particular en Guadalajara, Veracruz y Jalapa, en todas esas ciudades
realizamos una semana cultural de Japón y actividades conmemorativas de la Misión
Hasekura en el marco de este Año del Intercambio México-Japón.
Este insigne samurái del Siglo 17 también fue motivo de homenajes en el Senado de la
República, en el Gobierno de la Ciudad de México, y en instituciones educativas como El
Colegio de México y la UNAM.
Personalmente debo agradecer mucho al Samurai Hasekura por esto, pero además a
todos, gracias por su apoyo y amistad.
Tal vez el punto culminante de mi quehacer fue la inauguración del Festival Internacional
Cervantino en Guanajuato, no sólo porque Japón fungió como el país invitado, sino
también porque la ceremonia inaugural fue presidida por sus Altezas Imperiales, el
Príncipe y la Princesa Akishino.
Durante el Festival se presentaron 14 grupos de artistas japoneses, principalmente de los
géneros de música, teatro y danza, tanto de corte clásico como moderno, todos ellos
artistas japoneses de primera clase. Asimismo, la comunidad japonesa exitosamente
organizó una fiesta japonesa en esta hermosa ciudad.
Se han celebrado muchas exposiciones de la cultura japonesa durante estos 3 años y
medio, actualmente hay dos en DF, una de arte gráfico de Yayoi Kusama en el Museo
Tamayo, y otra de cerámica moderna en el Museo Nacional de las Culturas, espero que
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puedan aprovechar estas exposiciones para disfrutar de la cultura japonesa y de las obras
de estos artistas japoneses.
En el ámbito académico, próximamente se llevará a cabo una Cumbre de Rectores
México-Japón que será celebrada en Guanajuato y en Aguascalientes, con la asistencia de
25 representantes de universidades japonesas, esperamos que sirva de impulso para
mayores intercambios académicos e investigación que fortalezcan nuestro conocimiento
mutuo.
Estamos listos para fortalecer nuestra relación de amistad y de cooperación al más alto
nivel desarrollando de manera innovadora una nueva frontera de intercambios bilaterales.
La fortuna me llevó a ser el Embajador de Japón en un momento particularmente
histórico, por lo que al momento de los agradecimientos, sé que me quedaré muy corto.
No obstante, debo agradecer el apoyo y los favores que recibí de parte de las autoridades
federales y locales, del sector privado mexicano y japonés, y de los embajadores y
embajadoras que me recibieron siempre con los brazos abiertos.
Gracias también a los miembros de la comunidad de origen japonés que radican en
México y a mis compatriotas residentes en México.
Gracias a los amigos y amigas mexicanos entusiastas que se interesan por Japón en varias
entidades del país, a través de sus artistas, escritores, arquitectos y creadores y en el
mundo de negocios y en el sector académico.
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Gracias a mis colaboradores de los edificios que albergan a la Embajada de Japón y en
particular a mi esposa por su invaluable respaldo.
Gracias a México por ser tan maravilloso.
Gracias a sus artesanos, restauranteros, músicos, charros e intelectuales; luchadores y
futbolistas, todos ellos contribuyeron a que México quedara estampado en mi corazón
permanentemente, para todos, seré siempre su Cuate, o Shinyu como decimos en Japón.
Espero que nuestros caminos se crucen un día en Japón o en otro lugar del mundo, como
no en México, para compartir la alegría de reunirnos.
En este sentido, quiero decir “hasta luego” en japonés “Mata au hi made” en lugar de
“Sayonara”
Brindemos pues por nuestros lazos de amistad.
¡Viva México!
¡Viva Japón!
¡Salúd! ¡Kampai!
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