En el momento en que descubrimos la naturaleza política de la educación, no hay cómo no asumiría. Paulo Freire. INDICE Introducción …………………………………………………………………… 1 Preámbulo …………………………………………………………………..... 3 I. Diseño de la investigación ………………………………………………… 4 Delimitación del tema ………………………………………………… 5 Justificación ……………………………………………………………. 5 Objetivos ……………………………………………………………….. 9 Aspectos metodológicos ……………………………………………… 9 Las categorías …………………………………………………. 12 El informe ……………………………………………………….. 15 II. Educación y política ……………………………………………………… Educación ……………………………………………………………. Política ………………………………………………………………… Política educativa ……………………………………………………. Educación política ……………………………………………………. 17 17 20 23 25 III. Naturaleza política de la educac ión …………………………………… La educación y sus dos naturalezas ……………………………… ¿Se contamina la educación con la política? ……………………. Imposibilidad de la neutralidad …………………………………….. El educador como político …………………………………………… Los contenidos de la educación …………………………………….. 28 28 33 36 38 40 IV. La educación como acto político opresor ……………………………… El orden expresivo ……………………………………………………. A) La clausura de los mecanismos de participación social en la orientación y conducción del sistema de enseñanza ………………… B) El disciplinamiento autoritario de todos los agentes comprometidos con la actividad educativa ……………………………….. 44 46 47 51 C) La transferencia de la lógica burocrática al ámbito escolar …………………………… El orden instrumental ………………………………………………. A) Políticas de cesantías y prohibiciones curriculares ……………………………………………….. B) Vaciamiento de contenidos socialmente significativos ……………………………………………… C) Métodos y conocimientos ………………………………. V. La educación como acto político liberador …………………………….. Liberación ……………………………………………………………... Educar para liberar …………………………………………………… Transformar la realidad ……………………………………………… 53 55 56 59 63 75 75 77 81 VI. Categorización ……………………………………………………………. 86 VII. Conclusiones …………………………………………………………….. 89 Bibliografía. 1 INTRODUCCION La primera característica que debería buscar cualquier estudiante al momento de elegir un tema para elaborar su tesis de grado o posgrado es que dicho asunto le gustara: de ahí parte la satisfacción o insatisfacción con que uno habrá de enfrentarse a la tarea no siempre halagüeña de diseñar una investigación, llevarla a cabo, redactar un informe y presentar un examen recepcional. Por fortuna, en mi caso, tuve oportunidad de trabajar sobre una temática que me interesaba y, aún más afortunadamente, después de concluida la investigación el tema me gusta con mayor intensidad. Mi trabajo gira en torno a la educación y la política, y su estructura es la siguiente: El primer capítulo muestra el diseño de la investigación, es decir, se explicitan el tema, la justificación, los objetivos y la metodología que sustentaron el trabajo. A diferencia del método hipotético-deductivo, en la hermenéutica (que fue el método utilizado aquí) el marco conceptual se construye de manera posterior a la investigación; con base en ello, y queriendo resaltar aún más la importancia de los conceptos encontrados durante el proceso investigativo, decidí presentarlos por separado en el segundo capítulo. En la tercera sección, se hace una síntesis relativa a qué debe entenderse por naturaleza política de la educación, de dónde le viene ese 2 carácter. Inmediatamente, en los dos capítulos siguientes se retornan las observaciones de los autores estudiados, pero ahora ya no en torno al concepto de naturaleza política de la educación, sino acerca de cómo ese carácter se operativiza, es decir, acerca de cómo es la práctica de la educación en dos posibles vertientes políticas: una liberadora y otra opresora. El sexto capítulo presenta un cuadro de categorías construidas y organizadas a partir de la lectura de los textos seleccionados. Y, como en todo informe, después de los capítulos del desarrollo del tema, vienen las conclusiones y la bibliografía. El trabajo que aquí se presenta es modesto en sus alcances, pues no es su propósito hacer descubrimientos ni exponer visiones innovadoras: sólo pretende mostrar de manera organizada el pensamiento de diversos pedagogos e investigadores; por lo mismo, en sus páginas abundan las citas textuales y las paráfrasis. Sin embargo, realizar esta investigación como fruto del aprendizaje obtenido al cursar la Maestría en ciencias, con área en Investigación educativa, me ayudó a clarificar mis ideas con respecto al tema tratado y me planteó nuevos retos personales. Ojalá al posible lector de este informe, también le ayude en algo. 3 PREAMBULO Después de leer completo el presente trabajo, me he encontrado con algunos detalles de enfoque que considero necesario comentar, pues de no hacerlo, podrían calificarse como errores: A) Habría sido conveniente manejar en este informe un esquema de análisis basado en los diferentes tipos de educación (formal, informal, oficial, familiar, autoeducación, etc.), pero, al combinarlo con la distribución temática que resultó después de realizar la categorización de los conceptos encontrados en el proceso investigativo, hubiesen sido rebasadas las expectativas -más generales- del trabajo. Así, aún cayendo en el simplismo, cuando en el texto se utilizan los términos educación o escuela, casi siempre hacen referencia a los sistemas formales de educación básica, a menos que se especifique lo contrario. B) La parte sustantiva de este trabajo lo constituye la recopilación y presentación en forma ordenada de lo expresado por diversos autores acerca de los temas seleccionados. Por lo tanto, de acuerdo con mis posibilidades, en algunos apartados el nivel de análisis se limita a plantear lo que, según los autores, sería ideal (en el último capítulo, sobre todo): las implicaciones, capacidad de instrumentación práctica, factibilidad de las propuestas, serían tema y profundidad de análisis de otro trabajo. C) Podría cuestionárseme el uso (tendencioso, podrá decirse) de algunos conceptos como justicia, dignidad, equidad, legalidad, etcétera, 4 porque, ciertamente, lo que es justo para algunos individuos o grupos sociales no siempre es así para los demás, por ejemplo, pero los utilizo desde mi subjetividad, desde mi visión del mundo, desde mi interés político (tres atributos que aparentemente no deberían ser inmiscuidos por un investigador en su labor pero que, como se verá en el cuerpo del trabajo, no pueden dejarse de lado al momento en que cualquier ser humano actúa, en cualquier labor). y D) Necesariamente, por la metodología utilizada y por la innumerable cantidad de libros y documentos que se publican, la lista de autores leídos para la investigación parecerá siempre incompleta. Desde su formación e información, cada lector de este texto podría sugerir nuevos títulos a consultar. Sin embargo, la misma metodología señala que debe haber un momento en que el investigador considera que ha reunido ya los suficientes datos como para cumplir sus objetivos y decide entonces suspender la recolección de referencias para dedicarse a redactar el informe; de lo contrario, no se llegaría jamás a ésta, la etapa final de una investigación. Lo cual, por otra parte, no cierra la posibilidad de que en un futuro se retorne el tema, se reúnan los documentos localizados posteriormente, y se profundice en alguno de los aspectos tratados. Así, el presente trabajo es apenas un primer acercamiento, un boceto, del tema. Espero al menos haber brindado una panorámica general de sus implicaciones y alcances. Y ahora, esperando contar con la comprensión e indulgencia del lector para con estas carencias, comienzo mi exposic ión. 5 I. DISEÑO DE LA INVESTIGACION Delimitación del tema Todo acto social es político. Todo acto del hombre en sociedad es político, en tanto es manifestación de una opción preferencial de sociedad. Esta manifestación puede ser propositiva de algo nuevo a construir o simple rechazadora de lo actual (cuyo fundamento en ambos casos es el mismo: un desacuerdo con el estado presente de cosas), o en última instancia, un voto de confianza a favor de continuar con la situación que se vive. La educación, como uno de los actos sociales fundamentales, no se excluye de la naturaleza política de éstos. La educación, al tomar parte en la formación del cuerpo de ideas y valores de la persona, juega un papel político esencial al contribuir a delinear el espectro de sociedad al que el individuo aspira. Ya en los primeros estudios que desde el punto de vista sociológico se hicieron de la educación (los trabajos de Durkheim, por ejemplo), se empezó a señalar que dicha actividad cumple con ciertas funciones: de socialización, académica, de movilidad económica, entre otras. Hasta mucho tiempo después de aquellas reflexiones iniciales, los sociólogos de la educación comienzan a hablar de que ésta tiene además otra función: la 6 política. Se dice entonces que la educación posee un carácter o una naturaleza política. La investigación que realicé giró precisamente en torno al tema de la naturaleza política de la educación y su manifestación como acto político, y estuvo limitada a autores latinoamericanos que han escrito de ello a partir de 1969. Decidí que los autores a estudiar fueran solamente latinoamericanos, considerando que éstos reflejan en sus obras las condiciones educativas, sociales y económicas en que se desenvuelven nuestros pueblos, y que en sus obras podemos encontrar referida nuestra realidad y nuestra manera de ver el mundo; además de tomar en cuenta que: En los últimos años, especialmente en América latina, han surgido diferentes experiencias y conceptos que de alguna manera confirman el carácter político del aparato escolar. Hablar, por ejemplo, de escuela democrática y participativa, escuela abierta, escuela unitaria, pedagogía de la comunicación, educación socialmente productiva, etc., es hacer referencia a diferentes e importantes aspectos políticos de la educación.1 El más importante de los autores latinoamericanos en torno al asunto que aquí se va a tratar es sin duda Paulo Freire, tanto por sus aportaciones personales al tema como porque con los posteriores estudios de otros pedagogos pueden avalarse, complementarse, precisarse o refutarse las tesis del brasileño. Por ello, al señalar como punto de partida 1969, lo hago considerando que en ese año se publicó La educación como práctica de la ____________________________ 1 Francisco Gutiérrez. Educación como praxis política. p. 26. 7 libertad, el primer libro de Freire. De acuerdo con información que en una sesión de asesoría me fue proporcionada por el maestro Miguel Ventura Rivera, en América latina la relación entre educación y política ha sido estudiada con diversas tendencias, entre las cuales pueden citarse la investigación militante, la educación para la acción, la corriente chilena de Remedi, las vertientes argentinas como la de Braslavsky, y en México las relacionadas con instituciones como DIE, CISE y CREFAL; además de que a finales de los ochenta y principios de los noventa el grupo de la OREALC y algunos centros universitarios hicieron nuevas aportaciones. De la enumeración anterior se desprende una gran variedad de textos que podrían tomarse en cuenta al estudiar el tema propuesto, sin embargo, muchos autores no fueron incluidos en esta investigación porque -como se ha señalado ya- mi objetivo fue mostrar más una panorámica del tema que profundizar en un aspecto específico; porque fue mi intención tratar aspectos temáticos más que escuelas sociológicas; porque de acuerdo con el método utilizado, el investigador debe en un momento dado detener la recopilación de información o de lo contrario, podría no llegar a la etapa de redacción del informe; y, finalmente, para poder abundar especialmente en el pensamiento de Freire (por su importancia intrínseca y por el deseo de hacer de este trabajo un modesto homenaje a su memoria). 8 Justificación En nuestro medio, con un sistema político que dista aún de ser realmente democrático, con una sociedad poco participativa en la toma de las decisiones que le afectan, con un sistema educativo que no propicia la autorreflexión de maestros y alumnos acerca del proceso en que se encuentran inmersos, resulta indispensable que quienes hacen o investigan la educación tengan claro que al realizar esta actividad, hacen también política, una política orientada en un determinado sentido. Hablar de manera explícita de la naturaleza política de la educación, es un tema relativamente reciente. Lo que se ha escrito de ello se encuentra disperso en textos diversos, siendo conveniente la elaboración de trabajos que intenten hacer una síntesis -encontrando sus principales postulados y categorías - de lo que nuestros autores han expresado acerca de la naturaleza y actuar políticos de la educación. En las carencias anteriormente señaladas y en la consideración de que una investigación académica puede tener como finalidad “organizar el pensamiento expresado por diversos autores con relación a un tema”2, basé la justificación para mi proyecto de investigación. _____________________ 2 Universidad Pedagógica Nacional. Técnicas de investigación documental. Manual de consulta. p. 9. 9 Objetivos Al realizar este trabajo de investigación, me propuse cumplir con los siguientes objetivos: A) Conocer lo que los autores seleccionados han escrito acerca de la educación como acto político. B) Brindar al lector del informe de la investigación, un panorama organizado del tema. C) Obtener conclusiones que me permitieran formarme un juicio personal acerca de la temática tratada. Aspectos metodológicos Para el desarrollo de la presente investigación utilicé el método hermenéutico, por considerarlo adecuado para el estudio de textos como los que seleccioné. A continuación se presentan las bases generales de la metodología aplicada. La hermenéutica surgió inicialmente para ser usada en la exégesis de la Biblia y en el redescubrimiento de la literatura clásica griega y romana, y ha tenido varias corrientes, por ejemplo, la de Scheiermacher y Dilthey, a finales del siglo XIX. Según este último autor, “el hermenéutico debe 10 distanciarse de su propio tiempo, eliminar sus juicios y prejuicios para poder hacerse ‘contemporáneo’ con el autor y el texto"3. En otra de las corrientes, Gadamer, durante la sexta década de nuestro siglo, en contraposición con Dilthey, afirma que “el intérprete debe distanciarse reflexivamente del texto original a la vez que debe comprometerse con el texto; debe interpretar el tiempo y la situación del texto original y a la vez interpretar su propio tiempo; asimismo debe interpretar la desigualdad entre los dos tiempos”4. Por otro lado, Habermas, al definir algunas posturas de la escuela de Frankfurt, en torno a la metodología de la hermenéutica y en comparación con otros métodos, dice en 1971, que: El paradigma no es el de la observación, sino el del cuestionamiento, una comunicación en la cual el que quiere comprender tiene que introducir partes de su subjetividad -claro es, de manera controlada- para poder encontrar al otro en el nivel de una comunicación intersubjetiva posible.5 En mi investigación utilicé los procedimientos metodológicos propuestos por Eduard Weiss, quien basándose en Adorno y Habermas, trata de integrar la dial éctica marxista a la hermenéutica en la investigación social empírica, desarrollando entonces una hermenéutica crítica. ____________________ 3 Eduard Weiss. Hermenéutica crítica y ciencias sociales. Una reflexión metodológíca. sociológica y epistemológica. p. 13. 4 Ibid p. 14. 5 lbid p. 16. 11 Según Weiss, la hermenéutica es el método que “busca patrones de sentido confrontando en espirales sucesivas la anticipación del sentido con el texto”6. De esta concepción de la hermenéutica, son tres los elementos que deben rescatarse y ser definidos, siguiendo al propio Weiss: En primer lugar, la anticipación del sentido. Esto no es otra cosa que el conjunto de “conocimientos previos de índole diversa (desde empíricosociales hasta teóricos) que forman cierto patrón de preguntas e hipótesis posibles respecto al texto”7. Puede decirse entonces, en otras palabras, que la anticipación del sentido es aquella idea preconcebida que el lector tiene acerca del texto y con la cual se enfrenta a él, basado en su propio bagaje intelectual. Una de las ventajas de la hermenéutica respecto a otros métodos, el hipotético-deductivo por ejemplo, es que permite la adecuación de sus presupuestos y procedimientos según va encontrando nuevos pasajes en su objeto de estudio. Así, la anticipación del sentido se va afinando y modificando conforme se confronta con el texto. De cada nuevo encuentro de una anticipación del sentido con el texto, surge una nueva anticipación del sentido, que a su vez, seguirá enfrentándose al texto. A este acercamiento-modificación-acercamiento, es lo que Weiss llama la espiral hermenéutica. ____________________________ 6 Eduard Weiss. “Los valores nacionales en los libros de texto de ciencias sociales: 1930 -1980”, en Universidad Pedagógica Nacional. Técnicas y recursos de investigación IV. Antología. p. 6. 7 Eduard Weiss. Hermenéutica crítica... p. 19. 12 El tercer elemento que aparece en la conceptualización de hermenéutica, es el de patrón de sentido. Puede entenderse a éste como un producto en el cual se integran de manera coherente los conocimientos resultantes de aplicar el proceso hermenéutico al texto. El metodólogo Abraham Kaplan considera que un patrón de sentido objetivamente válido es aquel que “puede ser ampliado y rellenado indefinidamente; aú n si se alcanzan más y más conocimientos nuevos, estos caen en su lugar en el conjunto”8. Es decir, un patrón de sentido tendría una estructura suficientemente dura como para soportar cualquier embate crítico, pero también suficientemente flexible como par a poder crecer con nuevos conocimientos. ¬ Las categorías Más adelante, en este informe de la investigación se incluye un capítulo que contiene las principales categorías que encontré en los textos estudiados. Conviene por lo tanto especificar aquí cuál fue el camino que se siguió para definir las categorías mencionadas. En este trabajo, para la construcción de las categorías adapté el procedimiento propuesto por Frederick Erickson en Métodos cualitativos de investigación sobre la enseñanza. Erickson dice que el informe final de una investigación contiene afirmaciones de diverso alcance. Estas afirmaciones se construyen ____________________________ 8 Citado por Eduard Weiss, en Hermenéutica crítica... p. 21. 13 examinando el corpus de datos que se enc uentra en el conjunto de notas tomadas durante el proceso investigativo. El autor establece que las afirmaciones o categorías deben tener una base de evidencia, es decir, deben ser válidas, y la validez se logra con la revisión reiterada de los datos, buscando pruebas a favor y en contra de la afirmación. (Esto es parecido al patrón de sentido de Weiss y al criterio de objetividad con que lo condiciona Kaplan.) Al buscar pruebas a favor y en contra (como en la espiral hermenéutica de Weiss), se debe ir “teniendo presente la necesidad de reencuadrar la afirmación a medida que avanza el análisis”9. Es importante que al construir las afirmaciones o categorías se identifique cualquier dato que discrepe con ellas, pues si el número de datos discordantes excede al de datos corroboradores, la afirmación no será válida. Y aún cuando los datos que discrepan sean mínimos, deben registrarse. El siguiente paso que propone Erickson en el proceso de elaboración de las afirmaciones, es precisamente la revisión de los datos discrepantes con mayor detenimiento. Esto servirá para constatar o reelaborar la categoría. Al revisar los datos para generar o verificar las categorías, el investigador debe buscar lo que se llaman vínculos clave . Un vínculo es _________________________ 9 Frederick Erickson. “Métodos cualitativos de investigación sobre la enseñanza”, en Merlin C. Wittrock. La investigación de la enseñanza. Métodos cualitativos y de observación. p. 264. 14 importante para la elaboración de categorías “en tanto conecta varios datos como manifestaciones análogas del mismo fenómeno”10. Los vínculos clave se encuentran buscando patrones de generalización dentro del asunto específico que se está tratando. Transcribo un párrafo del texto que estoy comentando, para ilustrar cómo se construyen las categorías a partir de la búsqueda de patrones de generalización: Una metáfora apropiada para este tipo de descubrimiento y verificación de patrones existentes consiste en concebir todo el conjunto de datos [...] como una gran caja de cartón, llena de hojas de papel en las que aparecen los datos. El vínculo clave es un constructo analítico que une como si fuera un cordel los distintos tipos de datos. En una jerarquía de vínculos generales y adicionales, algunos de los cordeles se anudan con otros. La tarea del análisis de los patrones existentes es descubrir y verificar aquellos vínculos que determinan el mayor número posible de conexiones entre los datos del corpus. Cuando se tira del cordel que está más arriba, se espera que haya tantos cordeles adicionales como sea posible anudados a los datos. Las afirmaciones más sólidas son las que tienen la mayor cantidad de cordeles anudadas a ellas, a través de la más amplia gama de fuentes y tipos de datos.11 Erickson propone una manera práctica de trabajar físicamente los datos para lograr la construcción de categorías. Parece algo simple, pero no está por demás comentarlo. Recomienda el autor fotocopiar en hojas los datos. En esas hojas se encierran luego en círculos los datos que sirven para las categorías, utilizando tinta de diferentes colores para identificar cada distinta categoría. Después se recortan los datos señalados y se pegan en fichas individuales. Esto permite visualizar el proceso y volverlo ágil. ____________________________ 10 Ibid p. 267. 11 Ibid p. 268. 15 Para este último proceso más bien seguí la que -inventándole nombre- podría llamarse técnica dominó, la cual aprendí con un ejercicio realizado durante el segundo curso de la materia Seminario de tesis, coordinada por el maestro Antonio Ramírez Díaz en el verano de 1996, dentro del programa de maestría que generó el presente trabajo. El procedimiento es sencillo: en papelitos rectangulares se copian los datos con los cuales se quieren construir categorías. Luego se van le yendo uno a uno, al tiempo que se acomodan junto a otro que tenga parecido (como en el juego de dominó). Cuando un dato no encuentra acomodo en alguna de las cadenas iniciadas, se coloca aparte para comenzar con él una nueva serie. Una vez terminada la distribución de los papeles en cadenas, se procede a buscarles nombre a éstas, utilizando conceptos que abarquen a todos los datos que incluyen. Cuando no se logra encontrar un concepto que dé nombre a una serie, muy probablemente no se encuentra bien estructurada y haya necesidad de redistribuir los papeles que la componen. Ya que se ha dado título a las cadenas, se procede a agrupar varias de ellas bajo un concepto más general que las abarque. Este último paso se repite formando una especie de pirámide, hast a que ya no es posible englobar más grupos. ¬ El informe ¿Cuánto tiempo es necesario invertir en este proceso de análisis de los datos encontrados durante la investigación? Según Erickson, para 16 asegurarse de que el análisis de los datos no se haga a la ligera, es recomendable dedicarle a esta fase del trabajo y a la redacción de informes, al menos un tiempo igual al que se usó en la etapa investigativa. Y después del proceso descrito de investigación y análisis, viene la redacción del informe. En palabras de Erickson, “al escribir su informe, el investigador tiene dos objetivos principales: explicarle al lector lo que quieren decir las diversas afirmaciones y presentar las pruebas en las que se basan esas afirmaciones”. 12 Por su parte, respecto a cómo se da a conocer el resultado de una investigación llevada a cabo con el método de la hermenéutica crítica, dice Weiss que “en la presentación del trabajo final, el lector muchas veces tiene la impresión de estar frente a una simple lectura del texto con citas que corroboran o ilustran ciertas afirmaciones”13. Pero señala el mismo autor, que esa ligereza en el resultado es sólo aparente, pues detrás de éste hay un largo proceso y el que al principio y por separado no se especifiquen la teoría, los conceptos clave, los criterios de categorización, etcétera, no significa que no se haya seguido una metodología precisa y sí en cambio, permite ir relacionando esos elementos en una lectura comentada ágil. ____________________________ 12 Ibid p. 272. 13 Eduard Weiss. Hermenéutica crítica... p. 22. 17 II. EDUCACION Y POLITICA Educación Para comenzar este capítulo que, como ya se dijo en la nota introductoria, quiere servir a manera de marco conceptual de la investigación, recordaré algunas definiciones clásicas, por decirlo así, del término educación. En primer lugar, la definición de Lorenzo Luzuriaga, quien dice que: Por educación entendemos, ante todo, la influencia intencional y sistemática sobre el ser juvenil con el propósito de formarlo o desarrollarlo. Pero también significa la acción general, difusa, de una sociedad sobre las generaciones jóvenes con el fin de conservar y transmitir su existencia colectiva.14 Por su parte, el reconocido pedagogo Luiz A. de Mattos, en su no menos clásico Compendio de didáctica general, señala lo siguiente: La educación consiste en la transmisión constante de los valores del patrimonio cultural de la generación adulta a la nueva generación, con el fin de asegurar la continuidad de la cultura y de la organización social, así como el progreso de la civilización mediante el análisis, la crítica y la revisión constante de estos valores.15 ____________________________ 14 Lorenzo Luzuriaga. Historia de la educación y de la pedagogía. p. 11 15 Luiz A. de Mattos. Compendio de didáctica general. p. 20. 18 Puede observarse cómo coinciden estas definiciones en advertir en la educación la característica de ser motor para la adaptación del educando a la sociedad que lo forma a través de la transmisión de los valores propios de ésta a aquél. Si bien este señalamiento de educación igual a adaptación sería suficiente para establecer las consideraciones que en los siguientes capítulos se verterán, profundizaré un poco en el concepto de educación, pero ahora desde la perspectiva de quien fuera calificado como el más grande pedagogo latinoamericano del siglo XX: Paulo Freire. De acuerdo con Freire, la educación es un proceso en la historia, es decir, imposible de separar de las condiciones que la generan. Para él “como proceso de conocimiento, formación política, manifestación ética, búsqueda de la belleza, capacidad científica y técnica, la educación es prácticamente indispensable y específica de los seres humanos en la historia como movimiento, como lucha”16. Pero Freire no visualiza a la educación en un solo sentido, sino que ya desde Pedagogía del oprimido , uno de sus primeros libros (y tal vez el más conocido), diferencia dos tipos de educación: la bancaria y la problematizadora o liberadora. En el primer caso, ...en vez de comunicarse, el educador hace comunicados y depósitos que los educandos, meras incidencias, reciben pacientemente, memorizan y repiten. Tal es la concepción bancaria de la educación, en que el único margen de acción que se ofrece a los educandos es el de ___________________________ l6 Paulo Freire. Política y educación. p. 16. 19 recibir los depósitos, guardarlos y archivarlos [...] En la concepción ‘bancaria’ [...] la educación es el acto de depositar, de transferir, de transmitir valores y conocimientos.17 El pedagogo brasileño hace un listado de las características que encuentra en la educación bancaria: a) el educador es siempre quien educa; el educando el que es educado. b) el educador es quien sabe; los educandos quienes no saben. c) el educador es quien piensa, el sujeto del proceso; los educandos son los objetos pensados. d) el educador es quien habla; los educandos quienes escuchan dócilmente. e) el educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados. f) el educador es quien opta y prescribe su opción; los educandos quienes siguen la prescripción. g) el educador es quien actúa; los educandos son aquellos que tienen la ilusión de que actúan, en la actuación del educador. h) el educador es quien escoge el contenido programático; los educandos, a quienes jamás se escucha, se acomodan a él. i) el educador identifica la autoridad del saber con su autoridad funcional, la que se opone antagónicamente a la libertad de los educandos. Son éstos quienes deben adaptarse a las determinaciones de aquél. j) finalmente, el educador es el sujeto del proceso; los educandos, meros objetos.18 Por el contrario, “la educación problematizadora [es] un esfuerzo permanente a través del cual los hombres van percibiendo, críticamente, cómo están siendo en el mundo, en el q ue y con el que están”19. ___________________________________________ 17 Paulo Freire. Pedagogía del oprimido. p. 72. Ibid p. 74. 19 Ibid p. 90. * En todas las citas se respetaron los subrayados y cursivas de los textos originales. 18 20 Paulo Freire dice que esta educación “en la medida que sirve a la liberación, se asienta en el acto creador y estimula la reflexión y la acción verdaderas de los hombres sobre la realidad, responde a su vocación como seres que no pueden autenticarse al margen de la búsqueda y de la transformación creadora”20. La educación liberadora, entonces, enfatiza el diálogo que elimina la dicotomía entre sujeto y objeto, se concibe como un acto transformador de la realidad y se rehace constantemente en la praxis. Este modelo de educación requiere de un educador humanista, revolucionario, del cual afirma Freire que: Su acción, al identificarse, desde luego, con la de los educandos, debe orientarse en el sentido de la liberación de ambos. En el sentido del pensamiento auténtico y no en el de la donación, el de la entrega de conocimientos. Su acción debe estar empapada de una profunda creencia en los hombres. Creencia en su poder creador.21 Para seguir el desarrollo de este trabajo, será necesario tener presentes ambos conceptos de educación planteados por Freire. Política El siguiente concepto que debe definirse para seguir el curso de la _____________________ 20 21 Ibid p. 91. Ibid p. 77. 21 investigación es el de política. En este trabajo dicho término estará en todo momento ligado “a la responsabilidad que nos cabe en la construcción de la sociedad”22, por lo tanto, de acuerdo con Ezequiel Ander-Egg, se usará aquí “la palabra ‘política’ no en sentido partidista, sino en cuanto [un conjunto de acciones que] apunta a construir un tipo de sociedad que es su objetivo estratégico o modelo situado en el horizonte utópico”23. Ese objetivo o modelo que se pretende alcanzar es fruto de la creatividad, de los sueños, de las ambiciones y de la razón, y se busca con las acciones políticas acercarse lo más posible a él (no necesariamente alcanzarlo, porque entonces perdería su carácter de utópico). Sabina Lovibond dice al respecto: “El objetivo de la política se define como la realización de la razón en la práctica” 24 . Esa realización, la política, es a la vez una técnica y un arte que actúan, según se nos dice en El hombre y su historia política, “respondiendo a los anhelos del hombre, para vivir en paz, para progresar y en general alcanzar la justicia, ya sea social o individual”25. La polític a es consustancial al hombre: no pueden separarse. En la política se busca obtener poder para estar en capacidad de ir en pos de la utopía personal en la sociedad que se vive. Hay personas que se dedican de manera explícita a tratar de incrementar el poder que poseen; hay otras que de manera igualmente explícita dicen no querer participar en política. Esto último en realidad es imposible, pues todos tenemos en nuestro haber un _____________________ 22 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 12. Ezequiel Ander-Egg. Formación para el trabajo social. p. 38. 24 Sabina Lovibond. “Feminismo y posmodernidad”, en Debate feminista, no. 5. p. 130. 25 Rodolfo Hidalgo Rojas. El hombre y su historia política p. 8. 23 22 cierto nivel de poder, por mínimo que éste sea; y en aquellos que aparentemente no lo poseen, existe la posibilidad de ejercer el derecho a organizarse para hacer oír su voz, lo cual implica también poder. Decir que se renuncia a hacer uso del poder que se posee, es ya una manera de utilizar ese poder: es optar por una postura política. Las finanzas, la administración pública, la educación, los medios de comunicación, son campos eminentemente políticos. En cualquier campo que el ser humano se desenvuelva hay siempre vasos comunicantes entre su actividad y la política, por lo que su desarrollo como ente político le hará crecer también como ente social. Quiero citar al respecto algunos fragmentos de un texto de Paulo Freire en que habla de la acción política como necesaria para llegar a ser más: Para que los seres humanos se muevan en el tiempo y el espacio en cumplimiento de su vocación , en la realización de su destino , obviamente no el sentido común de la palabra, como algo a lo que se está condenado, como un sino inexorable, es preciso que participen constantemente en el dominio político, rehaciendo siempre las estructuras sociales, económicas, en que se dan las relaciones de poder y se generan las ideologías. La vocación de ser más, como expresión de la naturaleza humana haciéndose en la historia, necesita condiciones concretas sin las cuales la vocación se distorsiona. Sin la lucha política, que es la lucha por el poder, esas condiciones necesarias no se crean.26 El concepto de política lleva implícitas las ideas de colectividad y de poder. En el libro Introducción a la ciencia política, se afirma: “La política implica una forma específica de comportamiento humano que se relaciona _____________________ 26 Paulo Freire. Política y educación p. 13. 23 con el gobierno, con la dirección de una colectividad, con ciertas pautas para la acción de un grupo”27. Y para finalizar este apartado, quiero destacar de los conceptos citados que la política está relacionada con el poder y con un modelo de sociedad. Así, personalmente definiría a la política como las relaciones de poder que se establecen entre los miembros de una sociedad en la búsqueda de su futuro común. Política educativa Una vez que he definido los dos conceptos centrales de este trabajo, pasaré a establecer las posibles relaciones entre ellos. Originalmente sólo tenía contemplado en el diseño de mi investigación hablar de la naturaleza política de la educación, pero en el transcurso de las lecturas me sucedió lo que Weiss llama en su metodología la espiral hermenéutica, es decir, se transformó mi visión del esquema temático y vi la necesidad de indicar también una doble combinación de los conceptos centrales y señalar, al mismo tiempo, las diferencias y semejanzas entre las tres ideas que surgen a partir de ellos, esto es: la política educativa, la educación política y la naturaleza política de la educación. ____________________________ 27 Eduardo Andrade Sánchez. Introducción a la ciencia política. p. 5. 24 Comenzaré por analizar la expresión política educativa . Dice Rafael Segovia en su libro La politización del niño mexicano que “los regímenes políticos podrían definirse por su relación con la escuela”28. Efectivamente, cada distinto gobierno establece diferentes modos de normar los servicios educativos que presta o que permite que presten los partic ulares. Por lo tanto: Con la vida del Estado, del Poder Público, la educación mantiene peculiares vínculos. El Estado trata de orientar y dirigir la educación; dicta normas y disposiciones para regular la vida educativa del territorio en que gobierna. La política educativa es este conjunto de preceptos, gracias a los cuales se establece una base jurídica, de derecho, para orientar y dirigir las tareas de la educación.29 Puede entenderse entonces a la política educativa como las decisiones prácticas con las cuales los gobiernos tratan de implantar su particular manera de concebir la educación. La política educativa de un régimen puede deducirse y rastrearse en los documentos y leyes que proclama referentes a la educación, y en los libros de texto, planes y programas que impone a través de la secretaría de Estado correspondiente. La política educativa puede cambiar (a veces drásticamente) en el mismo país de un periodo gubernamental a otro: recuérdese en la historia de la educación en México, por ejemplo, las etapas de la Escuela rural, de la Educación socialista, etcétera. ____________________________ 28 Rafael Segovia. La politización del niño mexicano. p. 144. 29 Francisco Larroyo. Historia comparada de la educación en México. p. 37. 25 “No hay educación sin una política educativa que establezca prioridades, metas, contenidos, medíos…”30, nos señala Paulo Freire. Ahora bien, ¿qué campos abarca la política educativa? De acuerdo con Pablo Latapí: Al decir política educativa, no pensamos sólo en problemas de escuelas y maestros, sino en el amplio campo de decisiones que, no por nada, se llevan la cuarta parte del presupuesto de la Federación. Se trata de la política de investigación científica y tecnológica, de las angustiosas relaciones entre educación y empleo, de la posición del Estado ante las universidades y los estudiantes, de la suerte de los grupos indígenas y de las oportunidades de movilidad social que se relacionan con la distribución de los beneficios educativos.31 Antes de pasar al siguiente concepto, puede resumirse la definición de política educativa como el conjunto de acciones de un gobierno para normar la educación en su territorio. Educación política En principio, a la educación política podría igualársele con el civismo, aunque a éste “se le ha confundido con indoctrinacíones y fervores patrios que nada tienen que ver con ella”32 y se le ha limitado a “la costumbre de _____________________ 30 Paulo Freire. Política y educación. p. 28. Pablo Latapí. Política educativa y valores nacionales. p. 181 . 32 Ibid. 173. 31 26 honrar los símbolos de la patria (la bandera, el himno nacional y la independencia, entre otros)”33. Pero la educación política es mucho más. La educación política, entendida como uno más de los contenidos de un programa de estudios, vendría a ser el análisis sistemático y organizado de las relaciones de poder que se dan en una sociedad. Pablo Latapí llama a la educación política también educación para el poder, y plantea algunas preguntas referidas más a la ausencia que a la presencia de ésta en el sistema educativo mexicano: ¿Dónde, en nuestra educación actual, se enseña al niño, al joven o al adulto, a conocer las diversas formas de poder que ejerce y a tener conciencia de su origen? ¿Dónde se analiza el funcionamiento cotidiano del poder, en la interacción con los demás, en la escuela, en la familia y el trabajo? ¿Dónde se reflexiona sobre las consecuencias que tienen para los demás, nuestras decisiones de poder?34 Para el mismo autor, la verdadera educación política es aquella “que permitiría a toda la población asimilar un proyecto común de sociedad”35, pero afirma que, por el contrario, “la deseducación política que se ha dado y se da, insensible y cotidianamente, en los medios de comunicación, en las mentiras públicas, en la corrupción de nuestra justicia y en las farsas electorales, nos han dejado sin preparación para construir hoy la verdadera paz social”36 . Ahora bien, el estudio de la educación política definitivamente no _____________________ 33 Miguel Acost a. Los medios de comunicación y la educación ciudadana. p. 7. Pablo Latapí. Op. cit . p. 173. 35 Ibid p. 169. 36 Idem. 34 27 debería realizarse sólo en el plano teórico, sino que debería ajustarse a la realidad, facilitando a los alumnos su actuación en expe riencias que les permitieran comprometerse con las causas justas y aleccionadoras. La educación política, como se ha querido entender en este apartado, es explícita; en tanto que la naturaleza política de la educación no siempre se considera así; sin embar go, cuando se ha comprendido que la educación conlleva inherentemente un carácter político, se advierte la necesaria complementariedad de los contenidos generales con la educación política. Y para dilucidar mejor estas afirmaciones, paso a estudiar la idea central de este trabajo: la existencia de una naturaleza política de la educación. 28 III. NATURALEZA POLITICA DE LA EDUCACION La educación y sus dos naturalezas Este apartado señala que la educación conlleva dos ámbitos de actuación: por un lado su labo r pedagógica propiamente dicha, y por otro, una labor política (entendiendo este término en el sentido que se le asignó en el capítulo anterior). Iniciaré por citar al pedagogo Julio Barreiro, quien dice que, al igual que otros mecanismos de la estructura social que reflejan el modo de producción y el tipo de relaciones de trabajo que de él resultan, la educación en cualquier sociedad posee siempre: a) Una dimensión de especificidad, en ese caso pedagógica, a través de la cual la educación es aceptada y practicada por procesar relaciones sociales reconocidas como necesarias y previstas para el mantenimiento y el desarrollo de una determinada forma de “vida social” [...] b) Una dimensión de correspondencia, en el caso, política, en la medida en que se combina con otros modos de intervención social operacionalmente diferentes, pero convergentes a un mismo “objetivo social”: la conservación de los elementos básicos de la estructura social.37 _____________________ 37 Julio Barreiro. Educación popular y proceso de concientización. p. 22. 29 La investigadora Cecilia Braslavsky señala por su parte: “Todos sabemos que la educación es un fenómeno complejo en que se entrelazan su especificidad, con dimensiones políticas, sociales y psicológicas"38 Julio Barreiro y Cecilia Braslavsky nos muestran en estas citas dos tendencias que se manifiestan al momento de estudiar el binomio educación y política. Nótese cómo Barreiro habla de dos dimensiones (la pedagógica y la política) que conviven al interior del hecho educativo formando parte de él; mientras que Braslavsky habla de una sóla especificidad de la educación que se relaciona con otras dimensiones (como la política) sin estrictamente ser lo mismo. Es decir, en el primer caso entenderíamos que la educación y la política son dos momentos de un mismo proceso; en el segundo, que educación y política son dos ámbitos que se relacionan. Los anteriores parecen ser sólo matices de ideas cercanas. En cambio, hay dos posturas que sí son irreconciliables: por un lado, la corriente de la Tecnología educativa al afirmar que la educación nada tiene que ver con la política, y por otro, Paulo Freire, quien consideró que la educación es política. Paulo Freire señala a los factores pedagógico y político de la educación como inherentes, imposibles de pensar uno sin el otro. Afirma que “toda situación educativa es siempre una situación gnoseológica, o una situación en que se busca conocer”39, puesto que es condición que entre el ____________________________ 38 Cecilia Braslavsky. “Prefacio”, en Daniel Filmus y Graciela Frigeiro. Educación, autoritarismo y democracia. p. 7. 39 Paulo Freire. “La educación para una transformación radical de la sociedad: un aprendizaje político”, en Paulo Freire, et al. Una educación para el desarrollo... p. 11. 30 profesor y el alumno medien los contenidos, y el acto de aprehender esos contenidos es un acto de conocimiento. Y así como no hay educación sin esa mediación, “tampoco hay práctica educativa que no implique un proceso, técnicas y métodos de acercamiento al objeto que debe ser conocido”40. De lo anterior le viene a la educación su naturaleza pedagógica –por todos reconocida. Sin embargo, la que no siempre es aceptada (incluso más bien se vitupera) es su naturaleza política, de la cual se habla en las siguientes líneas. Para dilucidar la existencia de una segunda naturaleza en la educación, Freire plantea cuatro preguntas 41, que enseguida se presentan una por una. La primera pregunta que el pedagogo propone que responda el lector es: ¿Quién conoce en la práctica educativa? Su contestación admite dos posibles opciones, una autoritaria o reaccionaria y una progresista. La primera de ellas sería: el profesor; la segunda: el profesor y el alumno. Ambas respuestas implican una relación de poder diferente, y por tanto, un carácter político diferente. La primera llevaría a la ecuación profesor = sujeto, alumno = objeto; la segunda respuesta desembocaría en una de las más lúcidas síntesis del pensamiento freireano: “Ahora, ya nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan en comunión, y el mundo es el mediador”42. ____________________________ 40 Idem. 41 Idem. 42 Paulo Freire. Pedagogía del omitido . p. 86. 31 La segunda pregunta es: ¿Qué es lo que uno conoce en la práctica educativa? Este cuestionamiento es importante porque “nos remite a la organización programática de la educación, particularmente a los contenidos de la práctica educativa”43; y determinar qué deberá conocerse y qué deberá ignorarse es una decisión política, pues de ello dependerá la visión del mundo que se forme el educando que curse el programa elegido. En tercer lugar, el autor sugiere que los interesados en el tema que se trata aquí, se pregunten: ¿A favor de qué y a favor de quién procuro conocer y enseñar en la práctica educativa?, sabiendo de antemano que la respuesta llevará implícito también el en contra de quién o qué enseño. Aquí caben consideraciones tan graves y amplias como el analizar el tipo de gobierno al cual se sirve y se apoya siendo profesor, o el tipo de filosofía de la vida que la institución en que se labora intenta imbuir en los estudiantes. Pero el más importante de los cuestionamientos que dice Freire que toda persona involucrada en una situación educativa debe hacerse, independientemente de la asignatura que enseñe o estudie (por más inofensiva que parezca ésta) es: ¿Cuál es el ideal de sociedad en que me gustaría vivir? Reflexionar en torno a esta pregunta permitiría tener claridad respecto al uso social del conocimiento, es decir, a la aplicación que se le da a los saberes en la construcción del futuro común que hermana a todos los miembros de una sociedad. Y esto sin duda que es un asunto político. La labor educativa no es sólo ni se agota en la clase en que se interrelacionan alumnos y maestros. La educación como acto y la escuela ____________________________ 43 Paulo Freire. “La educación para una transformación radical...” p. 12. 32 como institución en que aquélla se realiza abarcan múltiples interacciones, trab ajos colaterales, involucramientos de otros organismos, decisiones gubernamentales. Tanto en la clase como en las actividades que la rodean hay una implicación política. Elsie Rocwe ll refiere a este respecto: Responde a consideraciones políticas toda una gama de iniciativas oficiales que influyen en la realidad escolar: la asignación de recursos, la atención diferencial a distintos sectores, la inclusión o exclusión de determinados temas curriculares, las convocatorias y las formas de trabajo de cursos de mejoramiento profesional, la refuncionalización de tradiciones escolares (como la contribución económica comunitaria), y la incorporación o eliminación de ciertos conceptos (como el laicismo) del discurso oficial.44 Asimismo, otro “importante instrumento para la puesta en práctica de la función política de la escuela radica en la creación de un sistema de educación normal”45 . A nadie escapa lo esencial que resulta contar con escuelas que formen a estudiantes normalistas de acuerdo con las características que convienen a los intereses del Estado, pues posteriormente, al incorporarse como profesionistas, formarán a las siguientes generaciones. Según Beatriz Calvo: “al incorporar a los estudiantes normalistas a un proceso especializado y unificador de formación, se trata también de conformar un ‘producto’ homogéneo que, a su vez, debe funcionar luego como instrumento del proceso más global de unificación y homogeneización de la población estudiantil de base”46. ____________________ 44 Elsie Rockwell. “De huellas, bardas y veredas”, en Elsie Rockwell, coord. La escuela cotidiaua. p. 56. 45 Beatriz Calvo Pontón. Educación normal y control político. p. 30. 46 Idem. 33 Así pues, la naturaleza política de la educación se manifiesta en cada una de las actividades, curriculares o no, que confluyen en el diario vivir de los distintos actos educativos. Ahora, baste para finalizar este apartado, citar a otro pedagogo latinoamericano, Francisco Gutiérrez, quien advierte al referirse a la naturaleza política de la educación, que cada acto tendiente a “impulsar un tipo de hombre, de cultura, de creencias políticas, desechando otras concepciones humanas, otras culturas y creencias; es una clara acción política”.47 ¿Se contamina la educación con la política? A riesgo de parcelar demasiado la información, pero buscando una manera lo más clara posible de presentarla por apartados, continuaré hablando de la naturaleza política de la educación, específicamente advirtiendo el hecho de que es común encontrar en los medios de comunicación declaraciones de las autoridades educativas llamando a los maestros a no contaminar su labor con cuestiones políticas, o de los dirigentes sindicales del magisterio, advirtiendo alarmados que detrás de cada petición pública de sus agremiados hay un trasfondo político. Igualmente es común que los directivos de las escuelas inviten a sus alumnos a dedicarse solamente a estudiar y a no dejarse involucrar en asuntos políticos. _____________________ 47 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 22. 34 El tipo de comentarios señalados no es muestra más que de ingenuidad en algunos casos o de consciente autoritarismo en otros, porque, de acuerdo con lo que se ha venido diciendo hasta aquí, la política no puede separarse de ninguna actividad humana, y mucho menos de la educativa. Intentar que los actores del hecho educativo se abstengan de participar en la toma de las decisiones que les conciernen, en los eventos que influyen en su formación, en el encauzamiento de su propio camino a la realización plena como educadores o como estudiantes, es una manera de practicar la política, precisamente pretendiendo que los demás no la practiquen. Traeré a colación algunas citas para reforzar lo dicho arriba. Marcela Gómez y Adriana Puiggrós, en un estudio acerca de los movimientos que han dado impulso a la educación popular en Latinoamérica, afirman que “la reducción de lo ‘educativo’ que pretenden hacer las clases dominantes consiste en restringir el uso del término a aquellas formas controlables, construidas mediante determinadas normas, y en las cuales está garantizada -o al menos tiene posibilidades de triunfo - la dirección impulsada por ellas”48 Paulo Freire, en el mismo sentido de criticar la concepción falaz que intenta la segmentación de lo educativo y lo político, señala que: Separar la educación de la política no sólo resulta artificial sino peligroso. Pensar en la educación como independiente del poder que la constituye, divorciada del mundo real en que se forja, nos lleva o bien a reducirla a un mundo de valores e ideales abstractos (que el pedagogo construye dentro de su conciencia sin ni siquiera entender el ___________________________________________ 48 Marcela Gómez y Adriana Puiggrós. La educación popular en América latina. p. 13. 35 condicionamiento que le lleva a pensar de ese modo), o a convertirla en un repertorio de técnicas de comportamiento.49 Por su parte, Teódulo Guzmán, un sacerdote jesuita especialista en temas educativos que ha trabajado en diversas experiencias de educación popular, incluyendo una en el vecino Zapotlán, advierte lo siguiente: No sería válida la instrumentación del proceso educativo y del aprendizaje que conciba a la ciencia como neutra en materia de valores, a la política como algo ajeno a la actividad pedagógica y estudiantil, y a los procesos sociales que generan la injusticia estructural como algo digno de analizarse académicamente, pero con lo cual las instituciones educativas (particularmente las universidades) no deben comprometerse, porque se mancharía su reputación académica.50 Es de hacerse notar la opinión de Julio Barreiro no sólo refutando a quienes defenderían (suponiendo que fuera posible) la separación entre educación y política, sino augurando además la posibilidad de utilizar el carácter político de lo educativo para edificar una sociedad más sana: Según la opinión de muchos profesionales o voluntarios dedicados, con los mejores propósitos personales, a la educación, ésta podría mancharse en sus objetivos “más elevados” si fuese mezclada con metas políticas. [A ellos hay que convencerlos de que:] a) Las determinaciones de los significados, usos y modos de la educación son establecidos según estrategias de mantenimiento de un orden social clasista e injusto en casi todas las sociedades latinoamericanas [podría agregarse: y en el mundo en general]. b) La educación puede volverse uno de los elementos del proceso de liberación del pueblo oprimido. De la misma manera como ha sido “alienada” y aprovechada por sistemas _______________________________________ 49 50 Paulo Freir e. La naturaleza política de la educación. p. 167. Teódulo Guzmán. Alternativas para la educación en México p. 304. 36 oficiales de educación, así también puede volverse un factor importante en la praxis liberadora.51 En este mismo último sentido expresado por Barreiro se manifiesta Francisco Gutiérrez cuando pregona que: La dimensión sociopolític a, lejos de contaminar y “dañar” al proceso educativo, ayuda más bien a convertirlo en un poderoso agente de transformación de la realidad social. Es evidente que el hombre que tenemos que formar no es ese ser abstracto e incontaminado que se ha venido “formando” hasta ahora. El hombre que debemos formar es ese ser relacional, condicionado política, social y económicamente por una sociedad llena de contradiccione s.52 La formación de un hombre diferente en una sociedad diferente sería la finalidad de una educación que, lejos de temer a su carácter político, lo asumiera y dimensionara. Imposibilidad de la neutralidad “Resulta difícil negar la imposibilidad misma de una teoría sin práctica, la imposibilidad del pensamiento sin una acción transformadora sobre el mundo, así como la imposibilidad del conocimiento per se o la imposibilidad de una teoría que sólo explica la realidad y ofrece una educación neutra”53. Así se expresa Freire en torno al aspecto que busca ____________________________ 51 Julio Barreiro. Op. cit. p. 24. 52 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 9. 53 Paulo Freire. La naturaleza oolítica de la educación. p. 117. 37 abordar este apartado. Y tiene razón, porque la imposibilidad de permanecer neutrales en el rumbo político que siguen los procesos educativos en que nos vemos envueltos es manifiesta: el silencio, la abstención, son señales de consentimiento hacia el estado de cosas que nos rodea. Sepámoslo o no, aceptémoslo o no, es inviable nuestra permanencia al margen de los flujos políticos que dan vida a la educación: participamos aún en contra de nuestra voluntad en las tareas de dirección u operación de los mecanismos políticos necesarios de echar a andar para la consecución de los objetivos que se fijan quienes dominan la marcha de la educación; esto es así porque los propósitos educacionales “normalmente encubren ‘usos políticos’ que pueden, incluso, permanecer no concientizados por muchos de sus controladores y realizadores”54. Hay muchas maneras de decir que no se hace política y sin embargo estar haciéndola; muchas maneras de pretender evadir la responsabilidad de actuar y con ello estar actuando a favor o en contra de alguna causa: maneras que Freire calificaría de ingenuas a algunas que efectivamente son no intencionadas o de astutas a aquellas que deliberadamente engañan. Francisco Gutiérrez habla de este asunto: La escuela hace política no sólo por lo que dice sino también por lo que calla. Callar lo que debe ser proclamado a los cuatro vientos es una de las formas políticas más frecuentes en los que tienen ‘la sartén por el mango’. Es hacer política, hipócritamente, por ejemplo, insistir machaconamente en el carácter técnico de la educación.55 ____________________________ 54 Julio Barreiro. Op. cit. p. 18. 55 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 25. 38 Ahora bien, ¿quién resulta beneficiado cuando alguien decide participar (porque es imposible no participar) políticamente desde el lado del dejar hacer? ¿quién sale ganando cuando alguien se proclama neutral? –Los poderosos, los explotadores, -responde Freire, pues: No podemos seguir hablando de la neutralidad de las Iglesias o de la neutralidad de la educación [porque ello significa] tomar una posición política que inevitablemente favorece a las élites de poder a expensas de las masas. “Lavarse las manos” en el conflicto entre los poderosos y los desposeídos no significa ser neutral, sino ponerse del lado de los poderosos.56 En política se actúa por acción o por omisión, no debemos olvidarlo. El educador como político En la inmensa maquinaria política que representa cualquier sistema educativo, el docente (en tanto es el último eslabón de la cadena que mantiene atado al educando al lastre que muchas veces representa la escuela) ejerce una función política de suma importancia. Por ser una actividad totalizadora, nadie podemos dejar de ejercer la política, y menos los maestros, pues “todos -cada uno en su trabajo-hacemos política permanentemente, pero el educador la hace de una manera privilegiada, ya que el estado pone a sus órdenes un determinado ____________________________ 56 Paulo Freire. La naturaleza política de la educación. p. 129. 39 número de ciudadanos para que los ‘socialice’, es decir, para que los politice”.57 Dos profesoras del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey escriben en ese sentido: Hay una identificación entre el ser maestro –como representante de la sociedad en los procesos de socialización-y el hacer política [...] Pero como hemos visto, el hacer política no es otra cosa más que una acción colectiva que gira en torno a un proyecto de sociedad compartido, -quien no se compromete con esto, no está haciendo política- y nosotros, como docentes, no podemos negar que esta es la tarea central de la institución educativa y de los que en ella laboramos.58 Ya se habló en el apartado anterior de la imposibilidad de mantenerse neutral en las opciones políticas que necesariamente plantean las situaciones educat ivas a quienes se encuentran inmersos en ellas. Insistiré ahora en ese punto, pero desde la óptica de las responsabilidades del educador. En Educación como praxis política, se dice acerca de esto: La pieza clave, el instrumento central de la acción político-pedagógica en la escuela es el docente. No vale disimular el problema aduciendo neutralidad o apoliticidad. El docente, lo quiera o no, consciente o inconscientemente, ejerce una importante acción política. Los educadores que no hacen política, ha escrito Giraldi, practican de hecho la política de sumisión al más fuerte. Su neutralidad es lo que los convierte en instrumentos fácilmente manejados por los detentadores del poder político. No es cierto, por tanto, que su actividad pedagógica se agote en sí misma por más aséptica que se le crea.59 ____________________________ 57 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 25. 58 Aurora Elizondo y Teresa Almaguer. Fundamentos sociales y psicológicos de la educación. p. 5. 59 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 30. 40 En la medida en que el docente asuma su profesión como una opción política, recobrará la capacidad de ser agente que colabora en los procesos de transformación o de mantenimiento de la realidad que lo circunda. En todo caso, no hay camino que le permita evadir su politicidad, esté enterado de e llo o no, pues: El elemento político de la educación es independiente de la subjetividad del educador; es decir, es independiente de que el educador sea consciente de dicho factor, que jamás será neutral. Una vez que comprende esto, el educador ya no podrá escapar de las ramificaciones políticas [...] A mayor grado de conciencia y de compromiso, mayor comprensión del hecho de que el rol del educador exige correr riesgos, incluida la posibilidad de arriesgar el propio trabajo.60 De cualquier manera, el educador corre riesgos ante el componente político de su labor: de ser marginado o acosado si lo ejerce a plenitud en favor de los desposeídos, o de verse envuelto en las marejadas que van y vienen, que suben y bajan, entre quienes se encuentran cerca de los centros de poder. Los contenidos de la educación Ya cuando se comentaron las cuatro preguntas que Freire plantea para explicitar la naturaleza política de la educación, se mencionó a los ____________________________ 60 Paulo Freire. La naturaleza política de la educación. p. 176. 41 contenidos programáticos como uno de los elementos que le dan politicidad al fenómeno educativo. Aquí se abunda un poco en torno a ello. Podría partirse de reflexionar acerca de quién decide los contenidos y qué consecuencias conlleva esto. Teódulo Guzmán señala que en dos modelos de educación, uno comunitario y otro oficial, se privilegiará sin duda los intereses de la población participante, en el primero; y los intereses de las élites gobernantes, en el segundo. Afirma que hablar de educación popular -y la carga política que el sólo término significa- no debe ser de ningún modo sinónimo de improvisación, sino que también requiere de planeación de objetivos, contenidos, tiempos, etcétera: la diferencia radica en el para qué y para quién se educa: En suma, de lo que se trata es de hacer una escuela para el niño y la comunidad (y no al revés). Evidentemente que no puede prescindirse -como en cualquier currículum- de ciertos objetivos, de cierto orden y de cierto respeto a las normas sociales. Sin embargo, en todo esto la pregunta fundamental es ¿quién determina estos elementos del currículum? Si estos son impuestos desde fuera de la comunidad, generalmente favorecerán intereses extraños a la misma y tenderán a reforzar los mecanismos de poder y los intereses políticos, o satisfarán las necesidades de control burocrático más que las necesidades de la comunidad.61 Pero la educación que llamamos popular es mínima en sus alcances, ya que la mayor parte de la educación que se imparte en nuestros países es la oficial, y en ésta “lo que se debe aprender está rígidamente predeterminado, así como los modos de aprenderlo. Hay reglas formales a ____________________________ 61 Teódulo Guzmán. Narración de mis experiencias en educación no formal. p. 42. 42 las que por principio hay que ajustarse, el trabajo es uniforme y se califica a cada quien según su ajuste a las exigencias totales del medio escolar”. 62 En esa educación oficial, un mecanismo de contro l de la creatividad, de la posible diversidad ideológica, de la curiosidad que pudiera rebasar al maestro, es representado por el libro de texto. Olac Fuentes Molinar, al analizar la reforma a los libros de texto mexicanos sucedida en el año de 1980, corrobora el uso político de los libros y los contenidos en la educación: [Los libros de texto] constituyen un elemento fundamental en la primera y duradera construcción de una imagen de la ciencia y de la realidad social. Vista de este modo, la transformación del texto gratuito no es una acción envuelta en la inofensiva neutralidad de la didáctica; es un acto necesariamente político, de los que deciden el carácter futuro de los procesos ideológicos y de la cultura nacional.63 Los contenidos, los libros, no son neutros, no son sólo científicos o literarios o artísticos; son también políticos. Carlos Ornelas en El sistema educativo mexicano. La transición de fin de siglo, señala al respecto: Los contenidos y los textos de la educación son mucho más que recipientes y medios de transmisión del conocimiento. Por ejemplo, los textos mexicanos tienden a disminuir las nociones de conflicto y diversidad cultural de las nacionalidades, así como diferentes orientaciones intelectuales. Asimismo, se seleccionan solamente ciertos valores y orientaciones en detrimento o ausencia de otros, lo que en su conjunto tiende a homogeneizar condiciones distintas.64 ____________________________ 62 Olac Fuentes Molinar. Educación y política p. 44. 63 Ibid p. 34. 64 Carlos Ornelas. El sistema educativo mexicano. La transición de fin de siglo. p. 178. 43 Freire dice cómo es la relación de los dos tipos de educador con los contenidos de la educación: Para el “educador bancario”, en su antidialogicidad, la pregunta, obviamente, no es relativa al contenido del diálogo, que para él no existe, sino respecto al programa sobre el cual disertará a sus alumnos. Y a esta pregunta responde él mismo, organizando su programa. Para el educador-educando, dialógico, problematizador, el contenido programático de la educación no es una imposición -un conjunto de informes que han de ser depositados en los educandos-, sino la devolución organizada, sistematizada y acrecentada al pueblo de aquellos elementos que éste le entregó en forma inestructurada.65 Nuevamente tenemos dos maneras de ejercer el poder, de hacer política en la educación: educamos a los alumnos, o nos educamos con ellos; seleccionamos los contenidos para ellos, o con ellos; les damos libros para que estudien, o estudiamos el mundo que nos ro dea. Quise volver a mencionar por último la existencia de dos modelos de educación para darle soporte al siguiente razonamiento: Si la educación tiene una naturaleza política, y hay dos tipos de educación, necesariamente habrá entonces dos maneras diferentes de llevar a la práctica ese carácter político del acto educativo. De ese par de diferentes prácticas políticas se hablará en los próximos dos capítulos. ____________________________ 65 Paulo Freire. La naturaleza política de la educación. p. 107. 44 IV. LA EDUCACION COMO ACTO POLITICO OPRESOR Mantener el orden establecido, el estado de cosas existente, es una de las finalidades políticas de la educación cuando ésta se vuelve un acto opresor. De tal manera, se dice que cuando la educación “no sirve como instrumento para que el pueblo se organice y movilice para establecer un nuevo sistema de relaciones sociales sirve sólo para que los sistemas opresores permanezcan en nuestras sociedades”.66 En este capítulo se intentan evidenciar algunos de los mec anismos que hacen de la educación (consciente o inconscientemente) un instrumento alienador. Para el desarrollo del tema se utiliza como guía la estructura del estudio “Democratización de la educación: proceso y perspectiva”, de Daniel Filmus, incluido en el volumen Educación, autoritarismo y democracia, y se va relacionando con el muy completo trabajo El sistema educativo mexicano... “Democratización de la educación...” es resultado de una investigación realizada para demostrar cómo durante el periodo de gobierno militar en Argentina (1976-1983), la educación fue utilizada para trasplantar a la sociedad en general el autoritarismo inherente a un régimen castrense. Con dicha investigación se corrobora lo dicho por Francisco Gutiérrez en otro lugar: ____________________________ 66 Julio Barreiro. Op. cit. p- 30. 45 [En toda sociedad.. .] se trata de controlar la socialización de los niños y jóvenes bajo patrones clara y deliberadamente prefijados. Se cumple inexorablemente, tal como lo señaló Marx, que la clase que en la sociedad detenta el poder, detenta también el control cultural y los aparatos educativos. Esto explica el porqué esos aparatos constituyen el campo de batalla que consolida el tipo de sociedad que se quiere reproducir y perpetuar.67 Como ejemplo de lo anterior, y acercándonos a la historia de nuestro país, podemos citar un fragmento de un discurso de Plutarco Elías Calles dando directrices para el rumbo de la educación nacional de esa época: La Revolución no ha terminado. Los eternos enemigos la acechan y tratan de hacer nugatorios sus triunfos. Es necesario que entremos al nuevo periodo de la Revolución, que yo llamo el periodo revolucionario psicológico; debemos apoderarnos de las conciencias de la niñez, de las conciencias de la juventud porque son y deben pertenecer a la Revolución... Es la Revolución la que tiene el deber imprescindible de apoderarse de las conciencias, de desterrar los prejuicios y de formar la nueva alma nacional.68 Para el seguimiento de este capítulo conviene tene r en cuenta las definiciones de los dos órdenes que conforman la cultura escolar, a saber: el orden instrumental y el orden expresivo: El orden instrumental hace referencia al conocimiento educacional públicamente válido, y el expresivo a la transmisión de valores. El orden instrumental se expresa fundamentalmente en la definición del currículum y en las formas de transmisión pedagógica. El expresivo, en cambio, en las formas de disciplina que definen la organización de la escuela, en las relaciones de la institución con el exterior y los ____________________________ 67 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 18. 68 Carlos Ornelas. Op. cit. p. 88. 46 ritos que, en diferenciación.69 su interior, producen integración y El orden expresivo A continuación se comentan (señalados con incisos) tres acciones que, enmarcadas en el orden expresivo, pueden anquilosar cualquier sistema educativo, hacerlo extremadamente rígido, volverlo opresivo. A) social La en clausura la de orientación los y mecanismos de participación conducción del sistema de enseñanza Este cerrar las puertas a algunos de los actores fundamentales del proceso educativo se lleva a cabo en dos dimensiones diferentes: se impide por un lado cualquier contacto de la comunidad y su problemática con el ámbito educativo, y por otro lado, se coptan los mecanismos de participación de los docentes. Enseguida se analizan con más detalle ambos puntos: ¬ Exclusión de la comunidad El aislamiento en este caso se produce al convertir a las escuelas en campanas asépticas que impiden toda contaminación del proceso educativo ____________________________ 69 Daniel Filmus. “Democratización de la educación: proceso y perspectiva”, en Daniel Filmus y Graciela Frigeiro. Educación, autoritarismo y democracia. p. 14. 47 (recuérdese lo analizado en el capítulo anterior). Los padres de familia son el único vínculo de la escuela con el mundo externo, y aún con ellos la relación es muy parca. Filmus nos dice que en Argentina, durante el periodo que analizó, la relación de los padres con la escuela estuvo limitada “a brindar aportes a la cooperadora -cuyas funciones fueron taxativamente reglamentadas -, participar en ‘ritos integrativos’ -fiestas patrias, actos de colación, etc.- o asistir al ‘llamado del maestro’, quien generalmente se circunscribía a pedir colaboración en la tarea de disciplinar al alumno”.70 Traspolando esa situación a nuestro país, podemos mencionar una contradicción entre documentos oficiales (que seguramente repercute en la práctica) en cuanto a la participación de los padres en el proceso educativo: en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, firmado por autoridades educativas y representantes sindicales el 18 de mayo de 1992, se prevé la creación de los consejos escolares, municipales y estatales de participación social. En dichos consejos deberán estar “representados los padres de familia, la comunidad, los maestros, la organización sindical y la autoridad, con el objeto de fortalecer los ámbitos y niveles de participación de la comunidad en labores cotidianas de educación y en la reorganización del sistema escolar”.71 Pero, en la Guía Didáctica que la Secretaría de Educación Pública entrega a los profesores del subsistema de telesecundarias, se restringe el _______________________ _____ 70 Idem. p. 15. 71 Secretaría de Educación Publica. Guía didáctica. p. 5. 48 contacto de la comunidad con la escuela al advertir que “las funciones de los consejos de participación social de ningún modo implicarán la intervención en asuntos laborales, técnicos, docentes o administrativos propios de los maestros o de las autoridades educativas competentes”72. No habría, según esta cita, mucha diferencia con lo encontrado por Filmus. Sin embargo, en la Ley General de Educación expedida en 1993, al menos en el papel pareciera haber mayor apertura en este campo, al afirmar en el Artículo 69: Este consejo [de participación social] conocerá el calendario escolar, las metas educativas y el avance de las actividades escolares, con el objeto de coadyuvar con el maestro a su mejor realización; tomará nota de los resultados de las evaluaciones que realicen las autoridades educativas; [...] estimulará, promoverá y apoyará actividades extraescolares que complementen y respalden la formación de los educandos; [...] podrá opinar en asuntos pedagógicos; contribuirá a reducir las condiciones adversas que influyan en la educación [y un largo etcétera].73 Ahora bien, eso dice la letra impresa, pero según Carlos Ornelas: Esto no significa, sin embargo, que la participación sea una puerta ancha a la pluralidad ya que en esos consejos los maestros y los directivos de las escuelas, las zonas escolares y los municipios, y eventualmente en los estatales y el nacional, son parte integral y, se podría pensar, dominante, de los consejos. O sea, que se pueden convertir en órganos que legitimen los mentores (acaso bajo la guía del Sindicato), con la aparente intervención de la comunidad. En este caso se trataría solamente de modernizar el corporativismo y controlar las demandas que surjan de la sociedad...74 ____________________________ 72 Ibid p. 6. 73 Secretaria de Educación Pública. “Ley General de Educación”, en Diario oficial de la Federación. 13 de julio de 1993. p. 53. 74 Carlos Ornelas. Op. cit. p. 316. 49 Habría que evaluar entonces si los Consejos de Participación Social en la Educación mexicanos se vuelven meros artificios burocráticos o cumplen realmente su función. ¬ Exclusión de los docentes El cercenamiento de la participación de agentes del proceso educativo, como los propios docentes, generalmente no se limita sólo a impedir que éstos tengan injerencia en los órganos de conducción del sistema, sino que dicha exclusión abarca también los mecanismos mediante los cuales se elaboran y definen los objetivos, orientaciones y contenidos de la enseñanza. Al respecto, en “Democratización de la educación”, se cita un fragmento de una circular expedida por el Ministerio de Educación argentino el 20 de febrero de 1978: Los maestros y profesores no intervendrán en la formulación de los objetivos, caracterizaciones y nóminas de contenidos. Es necesario aceptar de una vez por todas que la función docente consta en educar y que su titular no debe ser sustraído de esa labor con intervenciones que finalmente carecen de mayor efecto.75 En el sistema educativo de nuestro país, igualmente podría hablarse de que, aun cuando no existan reglamentos que así lo determinen, formalmente hay una exclusión de los maestros en la toma de las grandes decisiones que marcan el rumbo de la educación: las reformas las implantan las autoridades de la Secretaría de Educación Pública sin considerar la ___________________________ 75 Daniel Filmus. Op. cit. p. 15. 50 opinión de los maestros (últimamente, si acaso, negociando con la dirigencia nacional del Sindicato, como ocurrió con el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica). Sin embargo, en la práctica sucede que puertas adentro del aula, el docente ejerce un grado de autonomía que le permite adaptar o ignorar las directrices que recibe de las autoridades (“ya que somos los maestros de base quienes al final de cuentas implementamos el proceso educativo de manera directa y cotidiana”76), con quienes mantiene una relación de subordinación jerárquica. Así, se afirma respecto a la relación de los maestros con los directores de escuela: Esas relaciones, sin embargo, no son unidireccionales, los maestros, individual o colectivamente, tienen innumerables medios para resistir las presiones del director: desde la lisonja hasta la presión sindical, desde la complicidad, buscando apoyos mutuos, hasta el enfrentamiento abierto o, en el polo opuesto, en la indiferencia. Esta resistencia puede ser legítima, es decir, con el propósito de evitar abusos, cargas excesivas o faltas imaginarias, particularmente las maestras. Pero también puede ser lo contrario: resistencia a cumplir cabalmente con sus labores para dedicar tiempo a otras cuestiones.77 Como ejemplo de esa autonomía que ejercen los maestros, en El sistema educativo mexicano... se describe cómo la reforma curricular de la educación primaria y secundaria de 1972 (que agrupó las asignaturas en áreas y propuso el descubrimiento y la exploración como factores esenciales del proceso educativo, entre otras acciones) en la práctica no se aplicó y ____________________________ 76 Susan Street. Maestros en movimiento. Transformaciones en la burocracia estatal (1978 - 1982). p. 169. 77 Carlos Ornelas. Op. cit. p. 133. 51 posteriormente se tuvo que dar marcha atrás porque los docentes no aceptaron las modificaciones al no comprenderlas y sentirlas impuestas. Otro ejemplo de estas características es el estudiado en el libro Maestros en movimiento... en que se detallan los vaivenes del proceso de desconcentración de la Secretaría de Educación Pública a finales de los setenta, en que Vanguardia Revolucionaria y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación con su oposición (incumplimiento de directrices, presiones públicas, movilizaciones) a los cambios, lograron la adecuación del proyecto original de de sconcentración tendiente de manera especial a lograr el control de la SEP por parte del grupo al que la autora llama “tecnocrático”. B) El disciplinamiento autoritario de todos los agentes comprometidos con la actividad educativa El disciplinamiento autoritario como un proceso político se logra a través de la uniformización impuesta por quienes pretenden controlar el orden social, los mismos que definen las concepciones y prácticas a diseminarse o incorporarse como legítimas. Así, en el caso argentino que estamos manejando como un ejemplo, se reglamentaron exhaustivamente la forma de vestir, el comportamiento y el lenguaje que se consideraban adecuados para los alumnos y personal de las escuelas; se prohibió usar insignias o emblemas, se fiscalizaron las actividades extracurriculares, como los viajes de estudio; y se normativizaron todas las actividades cotidianas de las instituciones educativas, como los 52 horarios de exámenes, la utilización de libros de texto, las guardias durante las vacaciones, entre otros ámbitos. En México puede citarse la reglamentación del culto a los símbolos patrios, los honores a la Bandera, las ceremonias cívicas, etcétera. Este tipo de reglamentación exhaustiva trae como consecuencia escuelas rígidas, donde cada acto que se realiza o deja de realizarse está en función no del gusto por enseñar o aprender, no del gusto por convivir con los alumnos y maestros, no del gusto por creer que el proceso educativo en que uno está inmerso puede volvernos mejores personas, sino por la presión de cumplir con un horario, con un calendario, con un programa, después de lo cual puede uno volver a la calle y seguir siendo el mismo. Contrariamente a los resultados de un sistema disciplinado de manera autoritaria, Carlos Ornelas habla de la necesidad de que El SEM [sistema educativo mexicano] acostumbre a los mexicanos a que aprendan a apreciar lo que hacen con su trabajo, a sentir satisfacción interna por lo realizado; que además tengan iniciativa personal e independencia de criterio. La escuela me xicana, en consecuencia, debe incorporar en sus actividades teóricas y prácticas una ética acorde con el presente y con el porvenir. El proyecto democrático debe encauzar la reforma profunda del SEM en marcha, para que paulatina pero rápidamente, se desmantele el autoritarismo existente en las aulas mexicanas.78 Del proyecto democrático o liberador, se hablará en el siguiente capítulo, para proseguir en orden con la temática. ___________________________ 78 Ibid p. 127. 53 C) La transferencia de la lógica burocrática al ámbito escolar En “Democratización de la educación...” se cita al investigador Tiramonti, quien afirma: Los principios propios del funcionamiento burocrático, como son la distribución fija de atribuciones a través de disposiciones reglamentarias, el ordenamiento jerárquico mediante un sistema organizado de mando y subordinación por intermedio de la inspección de los inferiores por los superiores, y el registro documental de todo lo accionado, etc., fueron trasladados a través de la normativa escolar al funcionamiento de las instituciones pedagógicas, transformando la vida cotidiana en una serie de acciones formalmente prescriptas cuyo producto debe ser registrado y jerárquicamente controlado.79 Explica Filmus que esta tendencia a la burocratización provoca que la mayor preocupación del docente se vuelque no a la satisfacción de los intereses de los alumnos, sino a la satisfacción de la demanda de documentación excesiva por parte de sus superiores, a la que dedica la mayor parte de su horario y esfuerzo. Diversos estudios80 demuestran que debido -entre otras actividades-al tiempo que dedican a satisfacer las demandas de documentación, de reuniones, de participaciones en encuentros impuestas por los superiores jerárquicos, los maestros dedican en realidad sólo el cuarenta por ciento de su horario de clases a los conocimientos; el resto del tiempo se dedica a actividades que la tradición ha vuelto parte de los deberes de los profesores. Así, además de la labor de enseñanza: _____________________________ 79 Daniel Filmus. Op. cit. p. 17. 80 Confr. Carlos Ornelas. Op. cit. 54 Los maestros manejan una gran cantidad de documentación; se encargan de la construcción, el mantenimiento y el, aseo de la escuela; recogen cuotas, venden timbres, reparten desayunos o meriendas; se relacionan con los padres y les dan consejos e información; participan en comisiones de cooperativa, economía, acción social, deportes y otros; preparan bailables, tablas y declamaciones para concursos entre escuelas. Además, cumplen con actividades que les asignan sin pago otras dependencias, como levantar censos, promover campañas, organizar las fiestas patrias, redactar solicitudes y documentos, organizar comités, integrar expedientes, presentarse en actos cívicos y políticos oficiales.81 Y si la burocrática es la lógica que rige el ámbito escolar, consecuentemente la escuela estará formando personas atenidas a desempeñarse bajo criterios burocráticos y no de creatividad y efectividad. Carlos Ornelas dice en torno a este tema, refiriéndose al último escaño de la escalera escolar: En estas condiciones parece imposible que de las universidades egresen profesionales con rasgos de personalidad que les permitan insertarse con efectividad en el mercado de trabajo de una economía abierta y competitiva. Por lo contrario [...] todo parece indicar que la tendencia se inclina a lograr que los profesionales sean conformistas, apáticos, individualistas y amoldados a ritmos burocráticos.82 Por su parte, las escuelas normales, según Beatriz Calvo, estarían logrando formar una persona apenas suficientemente hábil para la transmisión de ciertos conocimientos como la lectoescritura, pero al mismo tiempo transmisora “de la ideología dominante y de los rituales de la cultura política; una persona cuya preparación no implique lograr cambios o ____________________________ 81 Elsie Rockwell. “De huellas, bardas y veredas”, en Elsie Rockwell. Op. cit. p. 27. 82 Carlos Ornelas. Op. cit. p. 165. 55 transformar una realidad; una persona que en poco tiempo se margine definitivamente de la educación primaria, o se margine si no total al menos parcialmente de la profesión magisterial”.83 Y las universidades y las normales, al menos en este aspecto de la burocracia como regla del quehacer cotidiano, no se diferencian mucho del resto de los niveles que conforman el sistema educativo. El orden instrumental En el orden instrumental que, como cité, se refiere al currículum y su transmisión pedagógica, Filmus encuentra que en su país se siguieron políticas de exclusión en tres sentidos: de los docentes y contenidos curriculares que representaban alguna disonancia con respecto al tipo de educación y sociedad que se intentaba imponer; de los conocimientos imprescindibles para la participación plena en la sociedad; y de los métodos que dieran efectividad al acceso de los alumnos a los conocimientos. A continuación se puntualizan (señalados con incisos) los tres aspectos, y se relacionan con características de nuestro propio ámbito escolar. ____________________________ 83 Beatriz Calvo Pontón. Op. cit. p. 200. 56 A) Políticas de cesantías y prohibiciones curriculares La difusión en las escuelas de un sólo modelo de sociedad (el autoritario, que sirve para mantener las relaciones de poder tal como existen), puede lograrse a través de la eliminación de posibles disidencias, como se pormenoriza en los siguientes apartados. ¬ Las cesantías En Argentina, el gobierno castrense aplicó leyes que permitían a las autoridades educativas retirar de sus puestos (aduciendo razo nes de servicio o seguridad) a los educadores que no reunieran las suficientes condiciones de garantía ideológica . Estas medidas de discriminación doctrinaria funcionaron al mismo tiempo como eficaces dispositivos coercitivos hacia los docentes, pues incluían no sólo a quienes incitaran a la subversión, sino también a aquellos que potencialmente pudieran hacerlo (que en este caso en realidad estarían todos). Así, se estipulaban como susceptibles de ser sancionados quienes “en forma abierta, encubierta o solapada preconicen o fomenten actividades de carácter subversivo [y] quienes constituyen un factor real o potencial de perturbación del normal funcionamiento del organismo al cual pertenecen”84. En la historia de la educación en México, puede recordarse como ____________________________ 84 Daniel Filmus. Op. cit. p. 18. 57 ejemplos de coercitividad ideológica hacia los maestros el hecho de que en la época de la Educación Socialista admitirse como católico era motivo de cese. O, más recientemente, el que durante el periodo en que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación estuvo dominado por Vanguardia Revolucionaria, no participar de las ideas y métodos de esa corriente equivalía a verse obstaculizado en las prestaciones, cambios de adscripción y promociones a las que se tendría derecho. ¬ Las prohibiciones En “Democratización de la educación...” se explica que en lo que concierne a los contenidos curriculares y a los textos de estudio, los mecanismos seguidos por las autoridades fueron similares a los señalados arriba: por un lado, explícitamente, en documentos oficiales se decretó la eliminación de materias y bibliografía que se consideraron cuestionadotas del nuevo estado de cosas. (Y acota Filmus que en esas listas negras se incluyeron no sólo a las ciencias sociales, sino que en algunas provincias se llegó a prohibir hasta la matemática moderna.) Por otro lado, la poca difusión de los documentos oficiales de la censura, provocó que la autocensura fuera mayor que aquélla, pues bastaba un rumor de que algo estaba prohibido para que dejara de circular. Ilustrando esta situación, el autor cita el testimonio de una maestra: una También había y hay, formas indirectas: si a Ud. le dan lista de textos autorizados para ser utilizados, 58 automáticamente los que no están en la lista están prohibidos. Pero también hubo textos o autores que no prohibieron por escrito: los decía la directora o alguna maestra afirmando que lo habían prohibido en otra escuela, o que habían escuchado decir en algún curso de pe rfeccionamiento docente que no estaba permitido, y eso era suficiente.85 Aquí convendría que el lector confrontara las peripecias que Paulo Freire narra en uno de sus últimos libros, acerca de la larga lista de ocasiones en que su obra Pedagogía del oprimido fue prohibida en países tanto de América como de Asia y Africa.86 Igualmente convendría recordar el incidente sucedido hace algunos años en nuestro país, cuando en los libros de texto de ciencias sociales de primaria se incluyó un pasaje que cuestionaba la participación del Ejército mexicano en la matanza de estudiantes en 1968: sin duda fue un acto político el hecho de que la institución castrense presionara a las autoridades civiles y lograra imponer la censura al retirarse de la circulación los textos que no fueron de su agrado. O podrían también citarse como casos de censura en los libros oficiales el que se elimine el problema de la intervención norteamericana de 1847 o la invasión de Veracruz en 1920; o que se omita parte del texto “Los Sentimientos de la Nación”, de José María Morelos; o que la Independencia se celebre el 15 de septiembre en lugar del 27 del mismo mes, o bien, que se oculte que se eligió dicha fecha para que coincidiera con el cumpleaños ____________________________ 85 Daniel Filmus. Op. cit. p. 18. 86 Confr. Paulo Freire. Pedagogía de la esperanza.. 59 de Porfirio Díaz; y muchos más ejemplos que amenamente pueden leerse en el ensayo “Mentiras de mis maestros”, de Luis González de Alba.87 B) Vaciamiento de contenidos socialmente significativos De los puntos tratados hasta ahora en este capítulo, el que aquí inicia y el siguiente son los que más repercuten en la situación que guarda la educación en nuestro país. Filmus llama vaciamiento de contenidos socialmente significativos al hecho de que el Estado abdique de su responsabilidad de ser garante de que la educación que se imparta en su territorio sea de calidad y deje el proceso educativo prácticamente al libre juego del mercado. Y lo “particularmente peligroso de los mecanismo s a través de los cuales es puesta en práctica esta estrategia, es que los mismos resultan menos visibles a los ojos de los actores del proceso educativo que los anteriormente señalados. Esta ‘invisibilidad’ es, además, una de las trabas más importantes para su desarticulación”.88 En el caso de Argentina, los aspectos que contribuyeron a ese vaciamiento fueron la exacerbación de la lógica burocrática que ya se comentó antes y llevó aparejada la reducción del tiempo real dedicado por los docentes a la enseñanza y la modificación de los currícula, buscando simplificarlos. Como consecuencia de ese proceso, se citan ____________________________ 87 Confr. Luis González de Alba. “Mentiras de maestros”, en Nexos, no. 228, diciembre de 1996. 88 Daniel Filmus. Op. cit. p. 19. en 60 “Democratizació n de la educación...” ejemplos de investigaciones que demostraron que los alumnos apenas contaban con el cincuenta por ciento de los contenidos que deberían manejar. Para la circunstancia de México, y con datos recientes, puede asegurarse que estaríamos incluso por debajo del porcentaje encontrado por Filmus: de acuerdo con información proporcionada por la Secretaría de Educación Pública y difundida en el diario La Jornada, por ejemplo, en el examen de diagnóstico que se les aplicó a los alumnos que ingresaron al nivel de secundaria durante el ciclo escolar 1996-1997 en el Distrito Federal, todos obtuvieron en promedio calificaciones reprobatorias. Así, los niños registraron una media general de 2.8 en aritmética, 4.6 en lectura, 6.2 en escritura, 4.6 en “aptitud para el razonamiento abstracto”, y 4.4 en “aptitud para el aprendizaje”, en una escala del 1 al 10. Por escuelas, las que se ubicaron en el más bajo nivel de aprovechamiento alcanzaron una calificación de 1.5 y las que se distinguieron por ser mejores consiguieron sólo un 3.8 de promedio.89 Anteriormente, otros estudios habían encontrado 84% de reprobación en exámenes aplicados a sexto año de primaria y 92.4% de reprobación en ____________________________ 89 Claudia Herrera. “Bajos promedios en el examen de admisión en secundaria”, en La Jornada, 20 de abril de 1997. p. 58. 61 el examen de ingreso a bachillerato.90 En general, el efecto de disminución de los saberes se agudiza especialmente entre los secto res más desprotegidos. Sólo los centros educativos pertenecientes a grupos de mayor poder económico, y/o con capacidad de presión política, encuentran alternativas para librar esos escollos. De esta manera, el Estado permite “la existencia de circuitos educativos de calidad diferenciada, a partir de los cuales se otorgan certificados iguales que no reflejan el acceso a conocimientos equivalentes”91. Para el caso mexicano, habría que recordar aquel anuncio en un periódico nacional solicitando ingenieros civi les para un empleo, pero que hacía la advertencia muy clara: Egresados UNAM: Absténganse. Con este tipo de prácticas, el Estado mantiene la generación de desiguales condiciones para el aprendizaje y para el posterior desempeño laboral, desfavoreciendo a través de las mismas a quienes se encuentran también imposibilitados para acceder a los saberes por fuera del sistema educativo. Estos últimos, al no tener capacidad de exigencia ante el Estado, ven recrudecida su situación, y esto constituye, de acuerdo con Pablo ____________________________ 90 Confr. (reseñados por Carlos Ornelas en la obra citada) los siguientes estudios: -Delegación regional de la SEP y Universidad Autónoma de Aguascalientes. La educación básica en México: Diagnóstico de la educación básica en Aguascalientes. 1983. México, Conalte, 1990. -Gilberto Guevara Niebla. “México: ¿un país de reprobados?“, en Nexos, no. 162, junio de 1991. -Sylvia Schmelkes (coord). La calidad de la educación primaria: Estudio en cinco regiones del estado de Puebla, México, Centro de Estudios Educativos, 1993. -Jorge Carpizo. “Fortaleza y debilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México”, en Gaceta UNAM , octava época, vol. 11, no. 25, 17 de abril de 1986. 91 Pablo Latapí. Op. cit. p. 73. 62 Latapí, una acción política que refuerza las circunstancias imperantes: El Estado, al ir atendiendo la demanda educativa según ésta se va expresando y haciendo sentir, parece aceptar como normal la configuración de poder existente. Las exigencias de educación de cada clase o grupo social son a la vez exigencias de afirmación del poder político de esas clases y grupos. Responder con satisfactores educativos a las presiones de cada grupo de acuerdo a su fuerza relativa (lo cual parece estar implícito en el criterio de la satisfacción de la demanda social) lleva a no modificar las relaciones de fuerza existentes entre los diversos grupos.92 Abundando sobre lo mismo, puede citarse a Ornelas cuando dice: “De esta manera, el asunto de la escolaridad y la igualdad de oportunidades (de acceso, permanencia y resultados) regresa a la cuestión social. Parecería que el SEM, en lugar de colaborar a disminuir las diferencias de clase, contribuye a su reproducción”.93 Con lo anterior, el sistema educativo se fragmenta en círculos de buena y de mediocre educación. Filmus, en consonancia con Latapí, dice: “La segmentación del sistema educativo fue uno de los pilares fundamentales de las políticas destinadas a producir y reproducir las desigualdades sociales que son la base de relaciones asimétricas de poder, pues sólo es posible asentar un orden autoritario sobre ese tipo de relaciones”. 94 Abundando sobre lo mismo, y para cerrar este apartado, puede citarse a Beatriz Calvo cuando afirma que en México la educación: ____________________________ 92 Ibid 118. p. 93 Carlos Ornelas. Op. cit. 244. p . 94 Daniel Filmus. Op. cit. 20. p . 63 No sólo no ha ayudado al desarrollo económico y a la justicia social, sino que, por el contrario, ha contribuido de manera definitiva a mantener las condicio nes actuales: a reproducir el sistema; y, por otra parte, el sistema escolar nacional se presenta también como un mecanismo de regulación, como una forma de mediación que, en parte funcionando en el interés de una reivindicación social, usa los recursos humanos y materiales de que dispone para satisfacerla, como instrumento de control político sobre los estudiantes, es decir, sobre la futura fuerza de trabajo.95 C) Métodos y conocimientos ¬ Cómo se enseña Las estrategias con respecto a los contenidos abarcan no sólo la censura ideológica y el enseñar menos y en forma desigual, sino también las características de los pocos conocimientos que se distribuyen a través del sistema educativo. En ese sentido, Filmus encontró que: El universo de conocimientos que presentó la escuela fue un universo cerrado, altamente clasificado, fragmentado y esquematizado, ajeno al momento histórico, a la realidad de la comun idad circundante y del país y al saber popular, que transmitió pautas de socialización esencialmente in dividualistas y falsamente meritocráticas.96 Este tipo de conocimiento, atomizado y esquemático, impide utilizar ____________________________ 95 Beatriz Calvo Pontón. Op. cit. p. 29. 96 Daniel Filmus. Op. cit. p. 20. 64 los saberes más allá del propio ámbito escolar; por ejemplo, a los niños les es difícil aplicar los conocimientos de matemáticas y lengua que aprenden en la escuela a situaciones cotidianas. En cuanto a las ciencias sociales, “Democratización de la educación...” señala que en el país sudamericano, se enseñaban partiendo de una visión fragmentada de la realidad, con una perspectiva que priorizaba a los individuos como actores principales de los fenómenos sociales, contribuyendo así a implantar el proyecto político autoritario: [...al] alienara los individuos de su propia realidad social y, por lo tanto, de las posibilidades de cuestionarla y transformarla. El orden social se presenta entonces como un orden dado, preestablecido, que define roles jerarquizados que es preciso respetar: están los protagonistas y los observadores, quienes mandan y quienes deben obedecer, esto no se cuestiona.97 En nuestro país, pueden mencionarse varios pasajes de la historia nacional que se enseñan como si hubiesen sido fruto de las decisiones personales de los personajes y no resultado de las contradicciones estructurales de la sociedad, por ejemplo, el inicio de la Guerra de Independencia se plantea como resolución de Hidalgo, y el de la Revolución de 1910, de Madero. Para corroborar esto, léase como muestra el siguiente fragmento tomado de un libro de texto gratuito de cuarto grado de primaria: “...el 16 de septiembre de 1810 Hidalgo y Allende decidieron lanzarse a la lucha armada. Don Miguel Hidalgo hizo sonar las campanas de la iglesia de ___________________________ 97 Ibid p. 21. 65 Dolores y, como era domingo, pronto se reunió mucha gente. Hidalgo pidió al pueblo que luchara por la independencia”.98 (Además, según este párrafo, cabría preguntar, ¿qué habría pasado si aquel día 16 no hubiera caído en domingo, sino en lunes, por ejemplo? Aparte de que, como señala Luis González de Alba en el ensayo mencionado, en los libros no se citan las rebeliones anteriores que, al igual que la de 1810 y otras posteriores, militarmente fracasaron.) Y en la misma página del libro de ciencias sociales, se intenta abundar en las causas del levantamiento calificando a Hidalgo como “el inteligente cura del pueblo de Dolores”, y “una persona muy estimada”. Esta visión social fundada en los atributos personales (en otra página del texto se dice que a Maximiliano lo trajeron a México “algunos malos mexicanos”99), promueve en los alumnos patrones de socialización individualistas y erróneamente meritocráticos, como ya se dijo. Esos patrones, de acuerdo con Filmus, se refuerzan con algunas prácticas escolares como los exámenes y las calificaciones, con los cuales: No se trata de explicar o de enseñar a quien no sabe; se trata, fundamentalmente, de evaluar cuánto sabe y, por consiguiente, cuánto no sabe. Esas prácticas procuran legitimar las desigualdades sociales “transformándolas” en desigualdades individuales y, por lo tanto, en el resultado del esfuerzo, la voluntad y la capacidad de cada individuo en el seno de una sociedad altamente competitiva.100 En palabras muy parecidas a las de Filmus, Ornelas expresa: ____________________________ 98 Secretaría de Educación Pública. Ciencias sociales. Cuarto grado. p 71. 99 Ibid. p. l00. 100 Daniel Filmus. Op. cit. p. 22. 66 Rara vez un examen intenta evaluar qué es lo que los niños saben o qué es lo que en realidad aprendieron; sólo miden (y a veces ni eso) si responden de modo adecuado o no. No se ambiciona que el niño se acostumbre a valorar lo hecho o lo aprendido por el valor intrínseco de hacerlo o de aprenderlo. No se le motiva a que sienta satisfacción interna y a apreciar su trabajo.101 Y como consecuencia del tipo de métodos de evaluación del conocimiento: Los niños se acostumbran a valorar el trabajo sólo en términos de reconocimiento externo, lo que es similar a lo que sucede en la sociedad en general, que mide a la gente por el nivel de ingresos, no por lo que sepa hacer; por el status social que otorga el tener dinero, no la sabiduría, el talento o la bondad de una persona. De esa manera, se refuerza la inclinación asistir a la escuela por el valor de cambio que representan los grados escolares, no por el valor de uso que pueda tener el conocimiento.102 Por su parte, otro de los autores que ya han sido citados en este trabajo con anterioridad, Francisco Gutiérrez, escribe con respecto a ese afán por llevar a la práctica métodos de evaluación que atribuyen a supuestas capacidades o incapacidades individuales del alumno su éxito o fracaso escolar: Otra forma de camuflar la acción política de la escuela es la llamada “psicologizac ión” de los problemas sociales, tratándolos como si fueran problemas individuales. Es como si se quisiera culpar al individuo de los males que tienen su origen en estructuras esencialmente injustas de la sociedad.103 ____________________________ 101 Carlos Ornelas. Op. cit. p. 152. 102 Ibid p. 154. 103 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 25. 67 La enseñanza descontextualizada y atomizada a que se hizo referencia al principio de este apartado, abarca a todos los niveles escolares. Freire criticó siempre que en la educación de adultos (uno de los campos más conflictivos, en cuanto que los alumnos poseen ya posibilidades más claras de participación e influencia políticas) se utilizaran manuales de lectura que presentan frases anodinas hechas por los editores, no haciendo con ello otra cosa que alienar a los educandos al distraerlos de su entorno real. Ponía como ejemplo frases del tipo de: El ala es del ave. Eva vio la uva. El gallo canta. El perro ladra. A María le gustan los animales.104 En México, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos utiliza expresiones parecidas en los manuales que distribuye entre sus alumnos. Considérense como muestra, las frases que se le pide a los estudiantes que ejerciten en una lección de dichos manuales: El soldado volvió a casa. El vaso es de la abuela. Elisa lava la blusa. Luis ve la luna. La blusa es de Ana. El abuelo es sabio.105 ____________________________ 104 Paulo Freire. La naturaleza política de la educación. p. 66. 105 Instituto Nacional para la Educación de los Adultos. Libro del Adulto. Nivel 1. Población urbana. p. 61. 68 Esta es la clase de conocimientos que no fomentan la creatividad y la construcción de un mundo donde tengan cabida las aspiraciones y necesidades de cada sujeto. ¬ Quién enseña En el subtítulo anterior brevemente se trataron de analizar algunas características de los conocimientos que se dispensan en los sistemas educativos cuando éstos no enfocan su acción política a la liberación, sino a la opresión. Sin embargo, es claro que esos conocimientos no se implantan por sí solos: requieren la participación del docente como transmisor. Y cuando el profesor se ciñe a ese tipo de contenidos es posiblemente porque en él han convergido dos procesos: la desvaloracíón de los saberes y la depauperación económica (“la proletarización a la que ha sido sometido”106, para utilizar una frase exclamada durante la Cumbre Internacional de Educación realizada en febrero de 1997 en la ciudad de México). Según el texto argentino que se ha estado utilizando en este capítulo, la desestimación de los saberes académicos por parte del educador se produce cuando éste considera que su principal función es la brindar afecto a los alumnos y enseñarlos a portarse bien y respetar a los mayores. “No es difícil -dice Freire- encontrar educadores cuya idea de la educación consiste ____________________________ 106 Adriana Malvido. "La educación, pesadilla o sueño para millones de personas”, en La Jornada, 2 de junio de 1997. p. 25. 69 en ‘adaptar el educando a su entorno’, y por lo general la educación formal no ha hecho mucho más que esto”. 107 Filmus señala que a esa desvaloración del conocimiento contribuyen las autoridades cuando insinúan que debe exigírseles menos a los escolares -y por lo tanto, enseñarles menos-, a fin de evitar la deserción y la reprobación. Pero, de acuerdo con Ornelas, cuando en busca de explicaciones a los fracasos de la educación se sugiere que los malos resultados en los exámenes son a causa de los altos niveles de exigencia del currículo: Lo que en el fondo se aconseja es que se reduzcan los contenidos y que se regrese a lo básico, a lo fundamental y, entonces sí, los resultados de los exámenes serían más satisfactorios. Esa es una concepción minimalista de lo básico y una presunción que tal vez no tenga fundamento [...] Exigir menos en las condiciones actuales y futuras [del SEM], es apostar a perder a sabiendas.108 (Ese enfoque de vuelta -a-lo-básico recuerda la propuesta de reforma a la educación básica -dedicar la mayor parte del tiempo al estudio de la matemática y el español- que presentó Ernesto Zedillo Ponce de León cuando fue secretario de Educación Pública durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.) Ahora bien, lo grave de este asunto es que, en confirmación del argumento de la cita anterior, la reducción en las metas curriculares no ha servido para elevar los niveles de aprovechamiento, aprobación y ____________________________ 107 Paulo Freire. La naturaleza oolítica de la educación. p. 126. 108 Carlos Ornelas Op. cit. p. 177. 70 permanencia escolares. Así, volviendo al estudio argentino, se señala que en aquel país, el desgranamiento escolar -como le llaman ellos a la deserción- no pudo disminuirse, pues llegaba a alcanzar el cuarenta por ciento de los niños en el promedio nacional. Y en México, a pesar de que cada reforma curricular ha implicado una reducción en su nivel de exigencia, las cosas no van mejor. Según los investigadores Carlos Muñoz Izquierdo y Lorenza Villa Lever: Aún cuando el sistema educativo nacional cubre el 98 por ciento de la demanda inicial a primaria, apenas 55 por ciento de los menores termina el sexto grado, lo cual significa que más de 6 millones de infantes no concluyen la primaria, y 1.7 millones de jóvenes entre 10 y 14 años no están inscritos en escuela alguna. [...] 80 por ciento de la deserción escolar en el nivel básico ocurre en el área rural y se ha confirmado que las entidades con mayores niveles de crecimiento económico también cuentan con mejores niveles de desarrollo educativo.109 Esos datos fueron difundidos en la 61 Convención Anual de la Sociedad de Educación Internacional y Comparada, celebrada en marzo de 1997. Durante el mismo evento (en asuntos que tienen que ver con los temas que en este trabajo se han tocado), se señaló que “el sistema educativo nacional mantiene una estructura autoritaria capaz de esconder en términos sutiles las verdaderas intenciones neoliberalistas que privan en todo el sistema”110. Igualmente, Rosa Martha Romo, investigadora de la Universidad de Guadalajara, indicó que “el Estado mexicano ha abandonado ____________________________ 109 Gustavo Castillo. “Sólo 55% de alumnos termina el sexto grado de primaria”, en La Jornada, 23 de marzo de 1997. p. 16. 110 Idem. 71 la política de la educación pública mediante la promoción de entidades privadas”111 . Por su parte, Margarita Theesz Poschener, miembro del Centro de Investigaciones y Servicios Educativos de la Universidad Nacional Autónoma de México, advirtió que “el sistema educativo nacional no será capaz de satisfacer de manera integral las necesidades básicas de aprendizaje de las poblaciones de menores recursos mientras el crecimiento y desarrollo del mismo siga orientado por las actuales políticas”.112 Por otra parte, las restricciones salariales a que se ve sometido el magisterio devienen en medidas políticas en cuanto limitan su capacidad de tratar contenidos socialmente útiles, pues sus propios conocimientos sufren el vaciamiento y se ven restringidas sus alternativas de perfeccionamiento y actualización profesional. Porque pocas posibilidades hay para que el educador asuma su labor como una opción política de compromiso con los desprotegidos, con los riesgos que esto significa, cuando él mismo busca protegerse económicamente solicitando una doble plaza o convirtiéndose en profesor-taxi (tal vez exagerando, se ha llegado a llamar a los maestros “auténticos traficantes de la educación”113), perdiendo así, por razones de tiempo y dinero, las posibilidades de participar en cursos de formación, en espacios de reflexión sobre su práctica, en investigaciones que le den bases para mejorar su actividad diaria. Debido a ello, señala Susan Street, la relación de los maestros mexicanos con el Estado es una relación economicista alentada por el ____________________________ 111 Idem. 112 Idem. 113 Susan Street. Op. cit. p. 68. 72 gobierno y el sindicato oficial, “ya que ambos han tratado de canalizar históricamente las organizaciones sindicalizadas y las protestas de los maestros hacia un esquema de mejoras económicas circunscritas dentro de la política general de profesionalización ”114 , lo cual significa “que todos y cada uno de los programas de capacitación y de los grados educativos se traducen en cantidades que forman parte de los salarios de los maestros”.115 De esta manera, la imposición, la falta de libertad, la ausencia de democracia, el orden autoritario, en fin, la educación como opresión “se vuelve una necesidad de los maestros que no tienen otra opción, por no disponer de conocimientos para responder a las inquietudes de sus alumnos”116 , según Filmus; o, de acuerdo con Ornelas: A ese maestro se le pone en una aula frente a 30 o más niños y se le pide que los forme para la vida, los eduque para la democracia y les enseñe los elementos fundamentales de una cosa que se llama trabajo. En esas condiciones, no hay más remedio que cumplir por la única vía que conocen los maestros mexicanos: hacerse entender, a veces a gritos, e imponer orden y disciplina en el aula. Pero ese autoritarismo es endémico, estructural. El maestro sólo es el ojo del huracán.117 No obstante, el punto central de esta cuestión no es solamente la justificada demanda de que el docente debe percibir una mejor remuneración por su labor, sino la necesaria transformación de los sistemas de e ducación y los contenidos que imponen. Paulo Freire dice al respecto: ____________________________ 114 Idem. 115 Idem. 116 Daniel FiImus. Op. cit. p. 23. 117 Carlos Chnelas. Op. cit. p. 142. 73 Al otorgar a los maestros aumentos salariales nominales, se intenta de un modo paternalista calmar a la mayoría de los maestros que se encuentran en una situación cada vez más difícil a medida que se enfrentan con un sistema reduccionista que intenta incapacitarlos progresivamente. Estos enfoques y las propuestas que llevan asociadas tienden a desestimar las condiciones materiales con las que los maestros luchan en su intento por sobrevivir a la abrumadora tarea de enseñar material que política e ideológicamente se opone a la realidad de los estudiantes sometidos.118 No es sencilla la labor del maestro, sin duda. Todos quienes pasan alguna vez por la educación formal fijan su mirada en él; todos esperan de él lo mejor, y muchas veces ni él sabe qué puede esperar de sí mismo: Es una más de las tantas contradiccio nes del sistema: el docente tiene que aceptar que de su labor depende la “transformación radical” de la sociedad, sintiéndose al mismo tiempo una pieza más de la maquinaria estatal; no percibir la ideología dominante y sin embargo ser su transmisor más autorizado; ser prisionero y sin saberlo introducir a los jóvenes en su propia prisión; estar integrado y ser integrador; ser apolítico y que ese apoliticismo sea la razón principal de su eficacia política. 119 Esa contradicción existente en ser parte de una estructura educativa opresiva y no poder evitarlo, formar alumnos con resultados en su personalidad y en sus conocimientos opuestos a lo esperado, está definida en estas aseveraciones: Las características autoritarias del SEM no se derivan de una voluntad manifiesta del Estado ni de una disposición previa de los maestros a ejercer “la microfísica del poder”, como diría algún discípulo de Focault. Corresponden a arreglos institucionales mucho más complejos y dinámicos [...] Es imposible encontrar enunciados sobre esos rasgos en 118 119 Paulo Freire y Donaldo Macedo. Alfabetización... p. 130. Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 57. 74 cualquier programa o plan de cualquier escuela, pública o privada, primaria o superior. Sin embargo, eso sucede de manera cotidiana en las aulas.120 Autoritarismo, opresión, parecieran ser entonces la regla general de los sistemas educativos como tales. Tal vez, para finalizarlo, este capítulo podría resumirse con unas cuantas palabras expresadas por Carlos Ornelas: “Las escuelas y las aulas mexicanas son aburridas, monótonas, rutinarias y, por todo lo expresado, autoritarias. Tal vez por eso, como la niña de León Felipe, los niños mexicanos van a la escuela de mala ganar”121. ____________________________ 120 Carlos Ornelas. Op. cit. p. 148. 121 Ibid p. 154. 75 V. LA EDUCACION COMO ACTO POLITICO LIBERADOR Liberación La denuncia no es válida sin el anuncio, según Freire. La acción de denunciar debe ir acompañada de la de anunciar: denunciar lo caduco, lo decadente, y al mismo tiempo anunciar la utopía a que se aspira y por la que se lucha. Una utopía que debe renovarse constantemente en nuevos anuncios que impidan el anquilosamiento del hombre y su futuro. Después del capítulo en que se denunció la educación como un acto de dominación política tendiente a la reproducción del sistema social que le da soporte, el presente intenta plantear expectativas de una educación diferente, que se convierta en un acto político liberador, pues, aún reconociendo el poderío de la función reproductora de la escuela como institución, resultaría frustrante no abogar por la otra dimensión de ésta: la de espacio de lucha para la transformación de las actuales relaciones de poder. Para comenzar esta nueva temática, quiero a manera introductoria traer a colación algunas definiciones (desde la perspectiva de nuestros autores) del término liberar. Julio Barreiro es bastante claro en su concepción: “Cuando usamos aquí la expresión liberación le queremos dar un sentido muy concreto: el 76 proceso permanente a través del cual el hombre trata de organizar la sociedad, a fin de que sean constantemente superadas las contradicciones de estructuras y relaciones que provocan cualquier tipo de dominación”. 122 Por su parte, Paulo Freire introduce al concepto la noción de necesaria complementariedad entre la teoría y la práctica: “La liberación auténtica, que es la humanización en proceso, no es una cosa que se deposita en los hombres. No es una palabra más, hueca, mitificante. Es praxis, que implica la acción y la reflexión de los hombres sobre el mundo para transformarlo”.123 Sin embargo, en esta explicitación del concepto, debe quedar bien claro que la finalidad de la liberación no es que los oprimidos dejen de serlo para invertir los papeles y entonces ser ellos los opresores: la razón final de la liberación debe ser la conciliación, donde desaparezca la contradicción opresores-oprimidos. Cuando la liberación es la meta del hecho educativo, surge un educando politizado, entendiendo que “una persona politizada (una persona que más o menos posee lucidez política) es alguien que ha trascendido la percepción de la vida como puro proceso biológico, para llegar a una concepción de la vida como proceso biográfico, histórico y colectivo”.124 ¿Cómo colaborar en la formación de esos alumnos que integren en su personalidad los procesos que se mencionan arriba? Precisamente, educando para liberar. ____________________________ 122 Julio Barreiro. Op. cit. p. 24. 123 Paulo Freire. Pedagogía del oprimido. p. 84. 124 Ibid. p. 135. 77 Educar para liberar Comencemos asentando una premisa básica: educar para liberar sólo puede hacerse de puertas afuera; es decir, en el mundo de hoy (que a diario se convulsiona en rápidas transformaciones -violentas unas, silenciosas otras-), no puede educarse puertas adentro; no es posible desestimar las condiciones materiales, sociales y culturales que rodean a la escuela de manera inmediata y mediata; no es admisible ignorar las noticias que dan cuenta de los sucesos diarios que de una u otra forma afectan la vida de educandos y educadores (Pablo Latapí, en un artículo periodístico, propone incluso la creación en todos los bachilleratos del país de un Seminario sobre la Etica del Poder en México, otro sobre El Lenguaje Político en México, uno más de Problemas Sociales y Económicos de América Latina, y uno de Introducción a la Sociología: la condición para su efectividad sería que los estudiantes utilizaran como único libro de texto los periódicos del día125 ) Pero ese educar puertas afuera sin duda que no puede hacerse lejos del presente, porque “ayudar a liberar a los seres humanos de la opresión que los estrangula en su realidad objetiva”126 es imposible de practicar pensando en el mañana: ha de efectuarse plenamente comprometidos con el hoy y el aquí. En Educación como praxis política se dice con relación a lo expuesto en el párrafo superior: ____________________________ 125 Pablo Latapí. Op. cit. p. 141. 126 Paulo Freire. La naturaleza política de la educación. p. 133. 78 Tenemos que hacer de la escuela una fragua de hombres libres, democráticos, participativos y con capacidad y posibilidad de expresar su realidad. Todo esto no como un objetivo para el ciudadano del futuro, sino como una vivencia permanente del estudiante dentro de la institución por la que se logra transformar la “escuela cuartel” en un espacio abierto en donde se lleva a cabo este proceso de auténtica politización del estudiante.127 Ahora bien, ¿qué significa esa politización del estudiante? Consultando el mismo texto, podemos responder que la politización implica: No quedar indiferente ante la justicia atropellada, la libertad conculcada, los derechos humanos violados, el trabajador explotado; es descubrir en los estudiantes el gusto por la libertad de espíritu; despertar la voluntad para resolver los problemas de conjunto; desarrollar el sentimiento de ser responsables del mundo y de su destino, encaminando así a los estudiantes hacia una acción militante.128 Para acercarse a la utopía de una educación política y liberadora, Teódulo Guzmán sintetiza en tres las funciones que debería cumplir un nuevo modelo educativo: a) La distribución equitativa de oportunidades educativas y sociales. b) La preparación cognoscitiva, actitudinal y técnica de los individuos y las comunidades para que tomen parte activa en el cambio social. c) La transmisión de valores que abonen el terreno para la construcción de una sociedad democrática y justa. 129 Por su parte, Gutiérrez señala nueve condiciones que habría de reunir una educación que se concibiera como proyecto político alternativo; ____________________________ 127 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 61. Ibid. p. 11. 129 Teódulo Guzmán. Alternativas para la educación en México. p. 3. 128 79 éstas serían, educar en la comunicación dialógica, en la participación democrática, en la autogestión, en el trabajo, en la creatividad, en la praxis, en la libertad, en la justicia y en la esperanza.130 A nivel de alfabetización, igualmente una educación como proyecto político liberador que educa puertas afuera debe abocarse a preparar a los educandos para asumir su estancia en el mundo como actores y no como observadores; para ello, debe leerse el mundo y no sólo los manuales de lectura. Pablo Latapí señala los alcances que debería tener una alfabetización sociopolítica: Leer, escribir y contar, son importantes para el pobre, desde luego, pero más lo será, por ejemplo, conocer sus derechos elementales, saber usar los servicios públicos que están a su alcance, familiarizarse con las fuentes de información que pueden resolver sus problemas, poderse expresar y tener algunas experiencias prácticas de organización popular y lucha política.131 Por otra parte, ¿cuáles serían las características de los educadores y educandos en una relación educativa que estuviera al servicio de la liberación? Ya había citado con anterioridad a Freire diciendo que nadie educa a nadie, sino que los hombres se educan entre sí: en eso consistiría la relación de los involucrados en una situación educativa nueva, en que se asumiera la afirmación de que nadie ignora todo y nadie sabe todo, por lo tanto, ambos, educador y educando aprenderían uno del otro. El pedagogo brasileño da su punto de vista: ____________________________ 130 Francisco Gutiérrez. Op. cit. pp. varias. 131 Pablo Latapí. Op. cit. p. 150. 80 Es necesario, por así decir, que el educador para la libertad muera, en tanto educador exclusivo de los educandos, es decir, en tanto aquel que los educa. Consecuentemente, debe proponer a los educandos que ellos también desaparezcan en tanto exclusivamente educandos para que puedan renacer como verdaderos educandos, educadores del autoeducador y del autoeducando.132 Para concluir este apartado, quiero valerme de una cita de Paulo Freire que funciona como síntesis del tema y a la vez permite presentar la siguiente sección: La pedagogía que defendemos, concebida en un área significativa del tercer mundo, es en sí misma pedagogía utópica. Por esta misma razón está llena de esperanza, pues ser utópico no es ser sólo idealista o poco práctico, sino más bien acometer la denuncia y la anunciación. Nuestra pedagogía no puede prescindir de una concepción del hombre y del mundo. Formula una concepción científica humanista que encuentra su expresión en una praxis dialógica, en la que educadores y educandos en conjunto, a través del análisis de una realidad deshumanizadora, la denuncian al tiempo que anuncian su transformación en nombre de la liberación del hombre.133 Como corolario, habría que decir que ninguna propuesta de educación que se proponga responsabilizarse de su compromiso político tendrá validez si no se fija como aspiración central la transformación de la realidad deshumanizante en que vivimos. ____________________________ 132 Paulo Freire. La naturaleza política de la educación. p. 118. 133 Ibid. p. 77. 81 Transformar la realidad Con frecuencia se escucha decir que el analfabetismo, el alcoholismo, la delincuencia, la falta de higiene, son propios de gente baja, queriendo significar con ello que las personas que sufren dichos problemas son de naturaleza inferior. Contraria a esa concepción, en este trabajo se han citado argumentos de los autores estudiados que coinciden en decir que los bajos niveles de vida que padecen los grupos sociales oprimidos no son producto de la pereza, el descuido o la ignorancia, sino de las condiciones de explotación estructural que padecen. Así, creo (haciendo eco de los autores estudiados) que la educación, cuando representa una aspiración política liberadora, debe fijarse como cima última la transformación del mundo, por más que parezca descabellado e inalcanzable el objetivo. El hombre nuevo del que hablaba el Che Guevara no puede darse sin la Revolución. Pretender primero formar hombres mejores para después tener un mejor mundo, es una falac ia. Olac Fuentes Molinar, critica esa visión: “Al proponer el cambio de las ‘estructuras mentales’ como precondición de toda modificación de la sociedad, el terreno de lucha se transfiere de las relaciones de poder entre las clases a una vaga e interminable evolución”134. En el mismo sentido, Freire escribe: Para el educador humanista o el revolucionario auténtico, la incidencia de la acción es la realidad que debe ser ____________________________ 134 Olac Fuentes Molinar. Op. cit. p. 19. 82 transformada por ellos con los otros hombres y no los hombres en sí. Quienes actúan sobre los hombres para, adoctrinándolos, adaptarlos cada vez a la realidad que debe permanecer intocada, son los dominadores.135 Pero, ¿qué debe entenderse por transformar la realidad? Tres de los pedagogos que hemos consultado para fundamentar esta investigación aportan sus opiniones: Julio Barreiro explicita que en todo proyecto de educación popular liberadora: Es necesario establecer una metodología educativa de descubrimiento de los factores de opresión y de los procesos de transformación: no del educando oprimido para mantener la sociedad opresora (modificar el hombre para mantener la estructura social), sino de la propia sociedad opresora para liberar al hombre oprimido (transformar la sociedad para humanizar al hombre).136 Usando todavía vocablos que más bien tienden a desaparecer del lenguaje utilizado por los intelectuales y políticos (y no así las realidades que describen), el mexicano Teódulo Guzmán escribe en torno al mismo asunto: El cambio estructural [.. .] significa alterar sustancialmente, por un lado, las formas establecidas de relación entre individuos y entre grupos, para fincarlas en valores de solidaridad, igualdad, participación y servicio. Y por otro, alterar eficazmente la distribución de los bienes, del poder y del prestigio, estructurando de manera distinta la propiedad de los bienes de producción, del modo de producción, la distribución de las ganancias y la participación en los ____________________________ 135 Paulo Freire. Pedagogía del oprimido. p. 109. 136 Julio Barreiro. Op. cit. p. 38. 83 mecanismos de decisión política, que afectan a las mayorías y que constituyen el quehacer de la vida democrática.137 Francisco Gutiérrez al hablar de la responsabilidad de la educación frente al cuerpo social, afirma que el saneamiento de éste, …no puede venir de una reforma más del sistema de enseñanza, sino de un proyecto social alternativo en el que el sistema educativo esté implicado en la gestación de una sociedad , fundamentada en un nuevo orden económico, en la solidaria y progresiva participación del trabajador en los productos del trabajo y en la organización política que posibilite el incremento de las decisiones populares y el control directo del poder por los propios ciudadanos.138 A estas alturas del trabajo, el hipotético lector podrá estar pensando que la transformación de la que se ha venido hablando es punto menos que imposible, por la gran carga de esfuerzo que implicaría, por el enorme tiempo que necesitaría, por las vidas que costaría. Ciertamente, nadie ha dicho que hacer de la educación un acto político que busque la liberación de los oprimidos sea fácil, ni de resultados inmediatos: el camino es largo y pedregoso. Es claro, por otra parte, que la educación por sí sola no transformaría de ninguna manera la realidad: no creemos falsas expectativas. Lo que sí es verdad es que la escuela, especialmente la alternativa, como uno de los componentes del gran tejido social, puede colaborar en algo. Y en ese proceso, a los maestros corresponde aportar un importante grano de arena en la construcción de esa nueva sociedad. ____________________________ 137 Teódulo Guzmán. Alternativas para la educación en México. p. XI. 138 Francisco Gutiérrez. Op. cit. p. 65. 84 En torno a esa aportación, es necesario decir que, aún cuando ya se habló de las condiciones poco propicias para su labor en que se desenvuelve el magisterio (“gremio desprotegido y solitario frente a la sociedad”139 , como lo calificara Fernando Savater): Esto no significa -dice Freire- que aquellos educadores que desean, o incluso más, que están comprometidos con la transformación radical o revolucionaria de su sociedad no puedan hacer nada. Tienen mucho por hacer, y sin recurrir a fórmulas prescriptivas, deberían determinar sus objetivos y aprender a alcanzarlos de acuerdo con las condiciones históricas concretas en que viven. Deberían reconocer con claridad sus limitaciones y aceptarlas con elegancia para evitar caer ya sea en un pesimismo aniquilador o en un oportunismo desvergonzado.140 Al respecto, Carlos Ornelas afirma que: Por supuesto que poner en práctica un proyecto de esta envergadura, demanda algo más profundo que la reforma de los planes de estudio, la mejoría de los libros de texto y la reestructuración del SEM. Esos pasos son cruciales pero insuficientes para la educación del futuro. Lo preponderante es la formación y actualización permanente de los maestros [...] Lo cual sugiere una metamorfosis de la profesión. De ser la representación de una jerarquía abstracta en el salón de clases, la figura autoritaria y paternalísta del maestro se convierte en un generador de ideas y problemas para que los alumnos los resuelvan, en un guía para la recreación de los conocimientos.141 Coincidiendo con Ornelas en que el gran proyecto educativo que aún está por llegar implicaría cambios profundos en todos los aspectos de la ____________________________ 139 Adriana Malvido. “La educación, pesadilla o sueño para millones de personas”, en La Jornada, 2 de junio de 1997. p. 25. 140 Paulo Freire. La naturaleza política de la educación. p. 168. 141 Carlos Ornelas. Op. cit. p. 332. 85 calidad educativa y no sólo en unos cuantos, Rockwell afirma que uno de los campos a modificar en México es el actual esquema de participación política de los maestros, pues -como se dijo en las primeras páginas de este trabajola naturaleza pedagógica de la educación no puede separarse de su naturaleza política: En la transformación de la experiencia escolar no es posible disociar la dimensión técnica de la dimensión política. Sería impensable, por ejemplo, modificar las estructuras de participación que definen cierto proceso de aprendizaje en la escuela, si no se logra una transformación radical en la organización sindical de los maestros, para permitirles una participación más democrática en la definición de sus condiciones y su materia de trabajo.142 Quiero finalmente citar por última vez al gran pedagogo brasileño que legara un ejemplo claro de congruencia entre un decir y un hacer comprometidos políticamente con la transformación de la sociedad. Al comentar la importancia de la aportación personal (por mínima que parezca) de los docentes a la educación entendida como acto político liberador, Paulo Freire escribió: “A lo largo de la historia no hacemos lo que quisiéramos hacer, sino lo que resulta históricamente posible”143. ____________________________ 142 Elsie Rockwell. Op. cit. p. 57. 143 Paulo Freire. La naturaleza política de la educación. p. 168. 86 CATEGORIZACION A continuación se presenta un ejercicio de categorización de datos significativos encontrados durante la lectura de los textos seleccionados. Son cinco las categorías elaboradas, y el presente informe de investigación se basa en ellas. Como modelo para la construcción de categorías se utilizó un ejemplo consultado en el texto Deserción escolar: un problema socioeducativo, de los maestros Teresa Gómez Cervantes, Antonio Ramírez Díaz e Isidoro Jiménez Camberos. 87 88 89 VII. CONCLUSIONES Hace poco, una alumna de sexto año de primaria me preguntó: “Oiga maestro, ¿qué va a pasar cuando llegue el año dos mil, por qué hacen tanto escándalo con eso?” De pronto no supe qué responderle, y sólo se me ocurrió decirle: “No va a pasar nada. No te preocupes”. Ahora que terminé de redactar este informe de investigación, alguna extraña pirueta del pensamiento me llevó a recordar la respuesta que le di a la niña y me hizo pensar que, al contrario, lo preocupante es precisamente que llegue el fin del segundo milenio y no pase nada, es decir, que todo siga igual. Y lo pienso relacionándolo con el tema de este trabajo: ¿seguirá la depauperación de la educación?, ¿llegará la educación a ser un instrumento eficaz en la superación de la injusticia, de los fanatismos, de la pobreza?, ¿podrá la educación contribuir a la felicidad del hombre? No habría más que respuestas inciertas a preguntas tan inciertas; lo sé. No puedo, sin embargo, dejar de plantearme este tipo de interrogantes al intentar llegar a las conclusiones de mi investigación. Al menos algo me queda claro: las respuestas a estos cuestionamientos y otros similares que pudieran plantearse están relacionadas con la indisoluble compenetración de las naturalezas pedagógica y política de la educación. 90 A lo largo de este texto hablé de la política entendiéndola como el optar por una manera de relacionarse entre los seres humanos, como el accionar por la implantación de un modelo de sociedad al cual se aspira. Y si, como se intentó demostrar con base en lo expresado por diversos autores latinoamericanos, la educación actúa políticamente al imbuir a los educandos de una visión particular del mundo, entonces las preguntas formuladas en la página anterior encontrarán respuestas distintas según sea el tipo de política ejercitada por la educación. Es decir, si la educación que recibimos y damos está imbricada de relaciones políticas basadas en la opresión, entonces el nuevo milenio traerá más hambre, dolor y desesperanza para las grandes mas as de población que, en nuestro país y el mundo, ven cada día empequeñecerse aún más sus expectativas en la vida. Por el contrario, si la educación en que nos desarrollamos estuviese fundada en relaciones políticas que privilegiasen el diálogo y la obtención del bien común, tendríamos más posibilidades de acceder a un nuevo milenio que representara el inicio de una etapa que trajera justicia y dignidad a todos los hombres y mujeres. Sin embargo, la educación que vivimos a diario es opresiva: tiende a la fragmentación, al individualismo, a opacar la creatividad. Pero, paradójicamente, continuamente surgen voces, experiencias, que buscan dotar al hecho educativo de bríos renovadores que den cabida a la esperanza de una mejor educación en un mejor mundo. Entonces, puede decirse que la tendencia a la reproducción y la 91 disposición a la resistencia se manifiestan al mismo tiempo en nuestros sistemas educativos. La educación por sí sola no puede transformar las circunstancias imperantes a su alrededor, pero puede convertirse en cuña que abra camino al cambio, y en ese proceso, los profesores juegan un papel de primera importancia. En ese sentido deseo, como parte de estas conclusiones, sugerir a los maestros que reflexionaran en torno al asunto que aquí se ha tratado; hacerlo tal vez los lleve a asumir de una manera distinta su labor: más comprometida con las acciones que los lleven a reafirmarse como sujetos políticos que pueden influir en las tareas que día a día ayudan a conformar nuestro presente y nuestro futuro. Asimismo, deseo proponer algunos temas que podrían servir como eje para futuras investigaciones relacionadas con la que he realizado. Esos temas son, entre otros, los siguientes: 1) Las más recientes aportaciones en torno a la relación entre educación y política a fin de milenio, utilizando como herramienta principal de recopilación de información el internet; 2) Cómo asumen los profesores colimenses el carácter político de la educación; 3) Qué opinión tienen de la política los niños colimenses; y 4) Qué resultados se obtendrían si se experimentara dando poder de intervenir en la toma de decisiones a los alumnos y maestros en la conducción de una escuela. Finalmente, quiero decir que este trabajo me ha dejado la enseñanza personal de que la educación no debe considerarse una respuesta, sino una pregunta que debería mantenernos siempre en actitud indagatoria hacia lo que somos y lo que hacemos. BIBLIOGRAFIA ACOSTA, Miguel. Los medios de comunicación y la educación ciudadana. México, Academia Mexicana de Derechos Humanos, 1997,27 p. ANDER-EGG, Ezequiel. Formación para el trabaio social. Argentina, Hvmanitas, 1987, 170 p. ANDRADE Sánchez, Eduardo. Introducción a la ciencia política. México, Harla, 1990,274 p. BARREIRO, Julio. Educación popular v proceso México, Siglo veintiuno, 1988 (c. 1974) 162 p. de concientización. 12a. Ed. CALVO Pontón, Beatriz. Educación normal y control político. México, CIESAS, 1989, 264 p. (Col. Ediciones de la casa chata; 31) ESCOBAR, Miguel, comp. Paulo Freire y la educación liberadora. México, SEP / El caballito, 1985, 160 p. FEIJOO, María del Carmen y Sarah Hirschman. Gente popular y literatura. Argentina, Hvmanitas, 1989, 72 p. FERREIRO, Emilia, coord. alfabetización escolar 1989, 183 p. Los en y cuentos. Educación hijos del analfabetismo. Propuestas para la América latina . México, Siglo veintiuno, FILMUS, Daniel y Graciela Frigeiro. Educación, autoritarismo Argentina, Miño y Dávila, 1988, 55 p. (Col. Cuadernos Flacso) y democracia. FREIRE, Paulo. La educación como práctica de la libertad. 41a. ed. México, Siglo veintiuno, 1992 (c. 1969) 151 p. _______________. Pedagogía del oprimido. 42a. ed. México, Siglo veintiuno, 1991 (c. 1970) 245 p. _______________. ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural. 18a. ed. México, Siglo veintiuno, 1993 (c. 1973) 109 p. _______________. Educación hoy). Concientización. Argentina, Búsqueda, 1974, 107 p. (Col. __________. La importancia de leer y el proceso de liberación. 8a. ed. México, Siglo veintiuno, 1991 (c. 1984) 176 p. __________, et al. Una educación para el desarrollo. La animación sociocultural. Argentina, Hvmanitas, 1989, 81 p. __________.y Donaldo Macedo. Alfabetización. Lectura de la palabra y lectura de la realidad. Intr. de Henry A. Giroux. España, Paidós, 1989 (c. 1987) 176 p. __________. La naturaleza política de la educación. Cultura, poder y liberación. Intr. de Henry A. Giroux. España, Paidós, 1990 (c. 1985) 204 p. __________. Pedagogía de la esperanza. Un reencuentro con la Pedagogía del oprimido. 2a ed. México, Siglo veintiuno, 1996 (c. 1992) 226 p. _________. 132 p. Política y educación. México, Siglo ve intiuno, 1996 (c. 1993) FUENTES Molinar, Olac. Educación y política en México. México, Nueva imagen, 1988 (c. 1983) 214 p. GOMEZ, Marcela y Adriana Puiggrós. La educación popular en América latina. T. I. México, SEP / El caballito, 1986, 157 p. GOMEZ Cervantes, Teresa, Antonio Ramírez Díaz e Isidoro Jiménez Camberos. Deserción escolar: un problema socioeducativo. Mecanograma, 1994, 72 p. GONZALEZ de Alba, Luis. “Mentiras de maestros”, en Nexos , no. 228, México, diciembre de 1996, pp. 47-57. GUTIERREZ, Francisco. Educación como praxis política. México, Siglo veintiuno, 1984,181 p. __________. Una propuesta educativa latinoamericana. Metodoloaía total. Argentina, Hvmanitas, 1986, 156 p. (Col. Guidance) del GUZMAN, José Teódulo. Alternativas para la educación en México. México, Gernika, 1983 (c. 1978) 310 p. (Col. Educación y sociología) __________. Narración de Gernika, 1994, 103 p. mis experiencias en educación no lenguaje 3a. ed. formal. México, HIDALGO Rojas, Rodolfo. El hombre y su historia política. México, s/e, 1986, 315 p. INSTITUTO NACIONAL PARA LA EDUCACION DE LOS ADULTOS. Libro del adulto. Nivel I. Población urbana. México, INEA, 1995, 174 p. LARROYO, Francisco. Historia comparada de la educación en México. México, Porrúa, 1988, 610 p. LATAPI, Pablo. Política educativa y valores nacionales. 7a. ed. México, Nueva imagen, 1989 (c. 1979) 235 p. LOVIBOND, Sabina. “Feminismo y posmodernidad”, en Debate feminista , no. 5. México, marzo de 1992, pp. 129-138. LUZURIAGA, Lorenzo. Historia de la educación y de la pedagogía. Argentina, Losada, 1980,280 p. MATTOS, Luiz A. de. Compendio de didáctica general. México, Kapelusz, 1974, 355 p. (Biblioteca de cultura pedagógica) ORNELAS, Carlos. El sistema educativo mexicano. La transición de fin de siglo. México, Centro de Investigación y Desarrollo Económico / Nacional Financiera / Fondo de Cultura Económica, 1995, 371 p. PAIVA, Vanilda P. Paulo Freire y el nacionalismo desarrollista. Extemporáneos, 1982 (c. 1981) 237 p. (Col. latinoamericana) México, ROCKWELL, Elsie, coord. La escuela cotidiana. México, Fondo Económica, 1995,238 p. (Col. Obras de educación y pedagogía) Cultura SECRETARIA DE EDUCACION México, SEP, 1986, 139 p. SECRETARIA DE 1993, 337 p. EDUCACION PUBLICA. PUBLICA. Ciencias Guía sociales. didáctica. de Cuarto México, grado. SEP, SEGOVIA, Rafael. La politización del niño mexicano. México, El Colegio de México, 1977 (c. 1975) 164 p. STREET, Susan. Maestros en movimiento. Transformaciones en la burocracia estatal (1978-1982). México, CIESAS, 1992, 243 p. (Col. Miguel Othón de Mendizábal) UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL. Técnicas de documental. Manual de consulta. México, UPN, 1980 (c. 1980) 236 p. investigación UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL. Técnicas y investigación IV. Antología. México, UPN, 1988 (c. 1987) 323 p. VAZQUEZ, Josefina Zoraida. Nacionalismo y El Colegio de México, 1979, (c. 1975) 331 p. educación en WEISS, Eduard. Hermenéutica crítica y ciencias sociales. metodolóaica, sociológica y epistemológica. Mecanograma. recursos de México. México, Una reflexión WITTROCK, Merlin C. La investigación de la enseñanza. Métodos cualitativos y de observación. Tr. Gloria Vitale. T. II. España, Paidós, 1989 (c. 1986) 431 p. (Col. Paidós educador; 88)