EVANGELIZAR en una NUEVA CULTURA.

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PARROQUIA NTRA SRA. DEL VALLE
MADRID
EVANGELIZAR en una NUEVA CULTURA.
Respuestas a los retos de hoy
Autor: Raúl Berzosa
En España estamos ante un triple reto: Político que arranca de la transición, de un régimen
autoritario, a uno democrático. Transición sociocultural: causada por el progreso tecnológico y la
consiguiente elevación del nivel de vida. Y estamos ante una transición religiosa: que viene de lejos y en la
que nos encontramos aún inmersos. Ello supone abandonar el nacionalcatolicismo para pasar a una
vivencia plural de la religión en una sociedad pluralista y secularizada. Todo ello refleja la mutación
cultural que hemos experimentado.
La propia Conferencia Episcopal es consciente del terreno en que nos movemos. Es consciente de
la pérdida de relevancia social del cristianismo, del vacío moral, la moral de situación y doble moral,
privatización de la ética, permisividad, exaltación desmesurada del dinero, del sexo...
Varias pueden ser las causas de esta situación: Por un lado, las de índole sociocultural: crisis del
sentido de la verdad, libertinaje sin ética, quiebra de la dignidad del hombre, secularismo, mentalidad
laicista. Por otro, las de índole intraeclesial: Falta de formación moral, “secularización” interna.
La Iglesia debe hacer una propuesta sencilla, clara y confesante al hombre y a la mujer concretos
de hoy en día.
1. Retos o desafíos sociales para el español de hoy
1.1. Valorar y resituar la democracia como un medio y no como un fin. Una forma política que se tiene
que ir haciendo día a día. Pluralista en sus formas políticas y sociales; con peligro de pérdida de la
memoria histórica. Con voluntad europeísta.
1.2. Una sociedad y cultura pragmática y materialista. Detrás está el nihilismo de la posmodernidad: vivir
al día, historias cortas y sin huella, politeísmo en todas sus versiones de dioses trascendentes e
inmanentes. Desafío de las sectas, nuevos movimientos religiosos, oferta de salvación seculares:
ecologismo, pacifismo.... Vuelta a lo genuinamente religioso y esotérico, pero no a las religiones
institucionales o a mediaciones sagradas.
1.3. Muerte de Dios a nivel teórico (empirismo reinante) y práxico (que vive como si Dios no existiera).
Estamos en la cultura de la increencia: anemia religiosa, distanciamiento de las raíces cristianas,
secularismo marginador y reivindicación de lo secular y denuncia de la revancha de Dios, vagabundeo
espiritual o eclecticismo y religiosidad a la carta...
1.4. Muerte del sujeto ético y vivencia débil de valores fuertes que pudieran aglutinar. La sustentación de
una ética civil es un problema pendiente.
1.5. Renacimiento de la violencia en diversas versiones: crispación social, intolerancia, crisis de la sociedad
de bienestar y de la calidad de vida...
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1.6. Caída de las ideologías políticas por la corrupción, crisis económicas, desconfianza en los líderes.
1.7. Los jóvenes urbanos son mediáticos, informáticos y superinformados...Son sólo dueños del presente.
1.8. Bolsas de marginación en el primer mundo, el cuarto mundo que nos rodea.
1.9. Empobrecimiento humano, económico y cultural sobre todo en el mundo rural, semirural. La
reconversión económica, la entrada en Europa y el poder de las multinacionales han pasado factura.
1.10. Falta de líderes sociales, de instituciones con credibilidad suficiente para ser relevantes, que
aglutinen y regeneren el tejido social, creando un mundo en el que vuelva a sentir el calor del hogar
universal. Los nacionalismos y la violencia son asignaturas pendientes.
A pesar de un nuevo despertar de valores éticos y religiosos, sigue predominando un tipo de
hombre light. Un sujeto liviano, ligero, superficial, divertido, intranscendente, casi hueco, narcisista,
centrado en su cuerpo y desprovisto de valores morales. Su vida transcurre en estas claves: hedonista
(búsqueda de lo placentero). Consumista (le importe tener, poseer). Permisivo (todo vale y todo está
permitido). Relativismo. “Cuida su salud, se desprende de sus complejos, espera sus vacaciones, vive sin
ideales trascendentales”
Propuestas:
1. En el horizonte, una nueva evangelización para una nueva cultura emergente.
Los Papas nos han recordado en más de una ocasión esta situación.
 “El foso o distanciamiento entre cultura y fe, en nuestro tiempo, cada vez tiende a hacerse más
profunda” (Pablo VI).
 “La cultura es el nuevo ámbito de diálogo con la fe. Una fe sin raíces culturales no es verdadera fe” (Juan
Pablo II).
La propuesta de la fe ante los nuevos retos no puede ser ya de sospecha, sino la de
acompañamiento sincero para recobrar la memoria viva del misterio de Jesucristo.
Hoy, se habla de nueva evangelización. Subrayemos algunos acentos.
La Nueva evangelización nació como un “movimiento”. Los antecedentes inmediatos los podemos
encontrar en los años 40-50 en Francia, cuando se comienza a hablar de “país de misión”. que conllevaba
una parroquia misionera (se trata de salir de las sacristías), una catequesis actualizada, una pastoral de
conjunto y la experiencia de los sacerdotes insertos en el mundo obrero.
En los años 50, Pio XII pide a los obispos latinoamericanos que analicen la problemática del
desarrollismo y tomen conciencia de una nueva evangelización y afronten el problema de la inculturación.
Juan XXIII, en el discurso de apertura del Concilio Vaticano II, nos dice que no es el tiempo de
“profetas de calamidades”. Hay que descubrir lo positivo del mundo y renovar la Iglesia.
El Concilio Vaticano II constituye la “Carta Magna” de la nueva evangelización. La Iglesia, icono de
la Trinidad, es toda ella misionera. La Iglesia debe encarnarse en diferentes culturas, anunciando
explícitamente a Jesucristo
En Medellín (1968) se apunta que la prioridad de la evangelización debe ser la opción por los
pobres, por la educación, por una nueva cultura de la vida y por una nueva evangelización.
Pablo VI, en Evangelii Nuntiandi (1975) da un nuevo impulso. La Iglesia existe para la
evangelización.
Juan Pablo II en Puebla (1979) consagra la realidad de la nueva evangelización
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Los obispos latinoamericanos en Santo Domingo (1984) recordando el V Centenario del
Descubrimiento dicen que se necesita una nueva evangelización que se base en la civilización del amor y
de la vida.
En Europa (1985) los obispos se plantean la necesidad de una nueva evangelización dada la
situación en que nos toca vivir. Hay que promover la auténtica liberación integral, hacer posible la
civilización de la justicia y la solidaridad y abrir a cada hombre a lo trascendente.
Los obispos españoles para el trienio 1997-2000 (Proclamar el año de gracia del Señor) fijaron
como objetivo prioritario: “Un fortalecimiento de la fe y del testimonio de los cristianos, suscitando un
verdadero anhelo de santidad, un fuerte deseo de conversión y renovación, un clima de oración, y una
siempre atenta acogida del prójimo, especialmente del más necesitado”.
En 2012 el sínodo de lo Obispos trató sobre la Nueva evangelización. Objeto de estudio en nuestra
parroquia en la Asamblea del curso pasado.
** Características de la nueva evangelización (N.E):
 Es un proyecto y compromiso de toda la Iglesia. Comprende a todo el mundo y a toda la Iglesia, aunque
hay que regionalizarse en cada zona, país...
 La nueva evangelización no cambia el evangelio, ni lo esencial del kerigma, sino sus expresiones y sus
métodos, partiendo de la realidad que vivimos. Se dan dos movimientos complementarios:
inculturación o inmersión en cada cultura y evangelización de la misma cultura.
 Siendo un proyecto, la N.E ofrece opciones y urgencias. Entre las opciones: el modelo de Jesucristo
evangelizador que hace realidad la teología de la cruz o misericordia. Y un amor sincero al mundo
actual. Es el misterio de la encarnación. Las opciones nos hablan de la opción por las víctimas de
nuestro mundo. Ellas nos dicen que existen estructuras de pecado en el mundo. Y una opción por los
más jóvenes, y por la familia y por la Iglesia.
 Los fines de N.E son: redescubrimiento de Jesucristo, del Dios vivo. Desde aquí promover la civilización
del amor y de la vida, redescubrir el sentido de la historia y de la humanidad
 Todo ello implica una renovación de la Iglesia, porque para evangelizar debe dejarse evangelizar.
Caminamos hacia cristianos y comunidades vivas, adultas y evangelizadoras.
Así los retos en nuestra sociedad española serían: Reconstrucción religiosa de la sociedad, diálogo
fe-cultura, saber ubicarse en la nueva sociedad y crear comunidades genuinas donde las personas crezcan
y se desarrollen.
** Claves para responder a estos retos:
1. Resituar, centralizar e historizar el acontecimiento histórico de Cristo frente a las nuevas gnosis y al
politeísmo. Transmitir la experiencia bíblica. Todo ello en la historia, también en el hoy, sin divorcios
vida-fe, ni maniqueísmos yuxtapuestos (sagrado/profano).
2. Compaginar Dios monoteísta y personal con la persona humana contemporánea.
3. Compaginar y unir humanidad y divinidad, ética y mística, acción y contemplación.
4. Compaginar y hacer compatible religión y ecología, los valores tradicionales con los nuevos valores
culturales.
5. Desprivatizar la fe, dándole una nítida proyección pública.
6. Resituar la experiencia de la oración.
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7. Redescubrir el valor cotidiano para el compromiso de lo escatológico (“ya”, pero todavía “no”).
8. Resituar la gracia y la salvación, no por puños, o por el esfuerzo personal y colectivo, sino como don
gratuito.
9. Hacer presente hoy y aquí a Jesucristo, evangelizando la cultura, con un talante pastoral de misión
abierto y confesante.
10. Revalorizar una nueva antropología o visión de la persona humana.
Todos estos retos son urgentes y necesarios. J. Vives afirma que “lo que caracteriza el momento
presente es que la cuestión de Dios va quedando irrelevante, simplemente inexistente para la gran
mayoría de los humanos. Falta Dios pero no se le echa en falta. Es una situación nueva que nunca se había
dado en el mundo”.
2. Retos o desafíos al creyente desde la nueva cultura emergente:
Para poder discernir debemos conocer el mundo en el que vivimos1, para que el diálogo fe-cultura
tenga sentido.
2.1. Pluralismo: Se pasa de una sociedad de prescripción a una sociedad de libre inscripción o libre
pertenencia. Esto trae a muchos, al desconcierto y a la desorientación al perder la seguridad que tenían.
2.2. Privatización de la fe: La fe, se nos dice es de uso personal, para la conciencia, para la sacristía (las
derechas sociales: “¿qué tiene que ver la fe con las cosas y los negocios de la vida”?; las izquierdas: “¿no
hay que consensuar los valores”?). Es la secularización que asume las prácticas eclesiales profanándolas o
secularizándolas. Se da una ruptura de tradiciones. Los valores se hallan en la vida social, en el mundo que
poco o nada tienen que ver con el cristianismo.
2.3. ¿Cómo convivir con los nuevos valores: tolerancia, diálogo, libertad, democracia, pluralismo,
secularidad, pacifismo, ecologismo, feminismo...? La libertad y la autonomía se han convertido en algo
absoluto. Ha nacido un potencial extraeclesial de solidaridad capaz de suscitar entusiasmo, entrega,
generosidad, sacrificio. Comparten una subjetividad de la fe y relativización de la verdad.
2.4. ¿Cómo ser ciudadano y cristiano? Para muchos el cristianismo está pasado de moda y no responde a
los problemas actuales. Además, no se puede compaginar el cristianismo, (verdades fijas), con el mundo
de hoy (cambiante). Constatamos que la memoria religiosa se está borrando entre los jóvenes, por lo que
resulta inviable hasta el mismo anuncio y la celebración del relato fundante cristiano.
2.5. Triunfo del individualismo: ¿Cómo compaginar la fe con el nuevo individualismo emergente que
busca calidad de vida, hedonismo y que se confunde a veces con el narcisismo decadente (“el cielo soy
yo”)? Desde esta postura se ve a la Iglesia como demasiado autoritaria, dogmática y moralista.
2.6. La salvación cristiana: “no sé lo que quiere decir”. Ante esto, un doble reto señalado por la nueva
evangelización: inculturar la fe-evangelizar la cultura.
2.7. Politeísmo con 4 frentes: Religión civil (Nacionalismo), Inmanantista (tribus urbanas); Nuevos
movimientos religiosos (sectas); Nueva sensibilidad religiosa ecléctica y humanista (New Age).
2.8. ¿Cómo encarnar el cristianismo? En la nueva sensibilidad contextual (signos de los tiempos),
posmoderna liberal, con las grandes Iglesias (ecuménica).
2. 9. ¿Cómo integrar los contrarios y las paradojas?: Ética-mística; Dios-vida, inmanente-trascendente,
totalidad-fragmento...
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Gaudium et Spes, 4
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2.10. ¿Cómo volver a redescubrir la pedagogía del Evangelio? Zaqueo: aprovechar las pequeñas miradas
y expectaciones. Mateo: llamar explícitamente. Hijo Pródigo: saber acompañar con paciencia porque lo
que no se asume no se redime. Oveja perdida: poner todo nuestro ardor, métodos en buscar la oveja
perdida. Pablo preparar la caída del caballo con oración, acompañamiento...Y tantos otros.
Los retos a nuestra realidad española nos vienen desde una creciente, rápida y fuerte
secularización. ¿Sabremos vivir en un sano pluralismo sin añorar tiempos de conquista? ¿Sabremos
mantener la credibilidad defendiendo los derechos y dignidad de la persona humana? ¿Sabremos vivir la
fe y, al mismo tiempo, tener una incidencia social?
Propuesta:
2. Actitudes a potenciar
Las actitudes concretas a vivir para responder a estos retos, las podemos resumir:
1. Ni eclesiocentrismo (la sociedad civil girando en torno a la Iglesia), ni satelización secularista (lo
religioso fragmentado o privatizado en submundos culturales). Ni clericalismo o levitismo ni laicismo.
2. Ni restauración de esquemas desfasados de pastoral, ni liquidación o desdibujamiento del cristianismo
diluido en lo social, o una pastoral esclava de la moda del momento.
3. Ni sola presencia (alternativa de bloque), ni sola mediación (fermento); sí presencia mediadora (para no
privatizar la fe), y mediación presente (para no fosilizarnos o convertirnos en guetos).
4. Ni primar la identidad en torno al templo levítico y a lo cultual-catequético (teocracia judía), ni en la
diáspora-diakonía (pérdida de identidad).
5. Ni más certezas ni seguridades que las necesarias, ni permanente duda metódica.
6. Ni apologetismo, ni avergonzamiento. Ni triunfalismo ni complejo de inferioridad.
7. Con relación al pasado y al presente: ni maniqueísmo, ni puritanismo.
8. En cuanto a agentes de pastoral: ni francotiradores, ni vedetes, ni rutinarios y simples mantenedores.
9. Ante la realidad social y eclesial, ni simplismo laxista, ni sutileza estrecha. En todo caso, pastoralmente,
ni solo ortodoxia, ni solo ortopraxis.
Se impone, pues el diálogo fe-cultura, diálogo Iglesia-comunidad temporal.
Claves del diálogo fe-cultura:
 Desde lo cultural, vivir y actuar en la línea del ser y no del tener, poder o hacer.
 Desde lo existencial, personal y colectivo: un cuestionamiento de nuestra forma de vida superficial y
dispersa, insolidaria y narcisista, para volver a lo genuino y auténtico.
 Desde la carismático-espiritual: simplificando y purificando lo que reste energía y centralidad al
mensaje cristiano. Hay que volver a Jesucristo para centrarnos.
 Desde lo teologal-contemplativo: dar la primacía al Dios que merece la pena ser buscado, escuchado,
celebrado, amado y alabado por sí mismo.
 Desde lo comunitario: favorecer la vida fraterna y fraternal.
 Desde lo eclesial: mayor sentido de corresponsabilidad y comunión. Comunión para la misión.
 Desde lo específico cristiano: vivir la consagración bautismal, siendo más que haciendo, y
descubriendo la propia vocación. También, equilibrar el rol de hombres y mujeres en la Iglesia y en la
sociedad y de los estados de vida (laicos, religiosos, presbíteros).
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 Desde lo pastoral-evangelizador: Hacer posible una pastoral de misión y evangelización con creatividad
y fidelidad, para saber actualizar y narrar el mensaje de salvación.
 Desde el diálogo con otras ofertas salvíficas y religiosas: Clarificar y anunciar lo específico cristiano
frente a otras formas religiosas.
 Desde lo católico: No caer en la tentación de cerrarnos a lo universal, primando sólo lo local o
particular.
3. Algunos retos desde la familia: ¿hacia una familia posnuclear?
E. Alburquerque diseña el futuro de la familia como una familia ”posnuclear” con estos signos:
adelanto del primer contacto sexual entre adolescentes; retraso en la edad de casarse y del nacimiento
del primer hijo; baja la tasa de fecundidad; disminuye la nupcialidad, crece el fenómeno de la cohabitación
sentimental; se da más disolución voluntaria a la pareja; aumento del número de mujeres que trabajan.
Resumimos algunas tensiones, ambigüedades, paradojas e incoherencias de la familia actual:
 Se valora la importancia de los hijos, pero decrece la natalidad.
 Se valora el matrimonio entre los jóvenes, pero desciende la nupcialidad.
 Se siente la necesidad de un hogar “completo” pero crece el número de familias monoparentales y
madres solteras.
 Se rechaza el adulterio y se valora la fidelidad, pero se reclama al mismo tiempo libertad sexual.
 Se aprecian los valores morales pero la libertad se convierte en permisividad y el diálogo en dejación de
responsabilidad.
 Se sabe mejor que es tener tiempo para los hijos y para educarlos, pero se los “domestica”
comprándoles “niñeras mecánicas” (televisión, vídeos, ordenadores).
Añadamos algunas otras incoherencias culturales:
 Sube el valor del matrimonio, pero sigue bajando la nupcialidad y aumenta el número de parejas de
hecho.
 Crece el número de matrimonios civiles, y sin embargo, aumenta la estima de los más jóvenes por el
matrimonio eclesial.
 Aumenta la convicción de que el hijo necesita un hogar estable, con padre y madre, pero aumenta el
número de madres solteras y se reconoce la unión de gays y lesbianas, y su derecho a adoptar un hijo.
 Se aprecia la familia por sus valores humanos y se marginan en ella los religiosos y cristianos.
Propuestas 3. Hacia una pastoral de evangelización y misión para que el mundo crea y puede
proclamar el año de gracia, en el tercer milenio.
a. Renovación y consolidación de la verdadera fe: Cristocentrismo. Fe que me lleva a ver cómo está
Cristo en mi vida y fe encarnada en la cultura de nuestro tiempo.
b. Desprivatización de la fe y presencia pública en los nuevos areópagos (mass media), mundo
sociopolítico y cultural, mundo laboral, opción por los más pobres y marginados. Cristianos de
presencia y mediación.
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c. Nuevo método: de persona a persona. Uniendo palabra y testimonio vital. Con 4 puntos cardinales: Fe
en Cristo, cambio de vida, eclesialidad y pastoral de misión (Comunidades cálidas y misioneras).
d. Redescubrimiento vivencial de la Iglesia particular: Jesucristo que convoca. Evangelio proclamado.
Mesa eucarística compartida. Compromiso coherente fe-vida. Corresponsabilidad de ministerios.
e. Renovación pastoral: Ni sólo mantenimiento-conservación (nostalgia-seguridades), ni sólo intimistaespiritualista (escapismo fideísta), ni sólo popular-horizontalista; ni sólo cirugía estética (marketing). Sí
orgánico, global, de conjunto, articulada en comunión y corresponsabilidad, de misión y
evangelización.
4. Algunos retos abiertos desde el mundo juvenil.
Hoy día asistimos a la coexistencia de mundos y submundos. Nos movemos en una civilización sin
hogar: sociedad abierta y muy plural, cohabitando “cultura” y subculturas marginales. La familia ya no es
el punto de referencia decisivo para muchos jóvenes. Con una paradoja: aparentemente los jóvenes viven
más tiempo en el hogar (se emancipan más tarde), y sin embargo, la familia cuenta poco. Es como si han
pasado por la familia, pero la familia no por ellos: los grandes problemas y las grandes decisiones se
hablan en la calle. Hasta que se integra socialmente, algunos jóvenes viven en las tribus urbanas. Con
variantes desde las más conservadoras hasta las más radicales y revolucionarias. Es un proceso de
identificación a un grupo pequeño, a un sentimiento, a una moda, a un símbolo. A veces, son grupos
efímeros y efervescentes. Pero son nuevas y auténticas familias.
Cabe hacerse varias preguntas: ¿Dónde tienen cabida la familia, los partidos, las confesiones, las
asociaciones e instituciones de un Estado de Derecho?
Hoy los jóvenes han dejado de ser propietarios del futuro a meros prisioneros del presente. Hoy
como ayer los jóvenes son un gran reto y una necesaria apuesta llena de esperanza.
 Retos de los jóvenes a la Iglesia, hoy
1. El bloque mayor de población es el que comprende los jóvenes de 15 a 29 años. ¿Qué recursos
materiales y humanos gastamos?
2. El grave paro juvenil les convierte en niños socialmente hablando sin poder emanciparse.
3. Hundimiento de las grandes ideologías y sistemas. ¿Encuentran en nuestras comunidades
grupos de referencia y de valores?
4. Se busca la eficacia, los resultados rápidos, compromisos a corto plazo, la vivencia del
presentismo. ¿Qué alternativas más sólidas y gratificantes les ofrecemos?
5. Sensibilizados por el Tercer Mundo y con nuevos valores como el ecologismo, el pacifismo, el
0,7%... ¿Les sabemos acompañar en estos nuevos valores?
6. Poca confianza en la Iglesia, a la que ven incluso como un impedimento para descubrir y vivir a
Jesucristo. ¿Qué rostro de la Iglesia ofrecemos?
7. Privatización de la fe y divorcio entre fe y vida. ¿Cómo les ayudamos a integrar la fe, en sus
dimensiones de contenidos y ética, con la vida humana?
8. Búsqueda afectiva de comunidades cálidas y experiencias gratificantes. ¿Cómo unimos esa
necesidad de afectividad con una necesaria madurez en la independencia personal?
9. Se crean y frecuentan nuevos lugares de vida y diversión. ¿Cómo estamos presentes y nos
hacemos presentes con una pastoral de misión y sectorial?
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10. Valoran lo genuino y lo auténtico. ¿Cómo son nuestras celebraciones y nuestra pedagogía de
oración y gratuidad?.
Propuestas:
4. Ofertas desde una pastoral juvenil para una cultura y civilización de la vida y del amor.
La pastoral juvenil plantea serios retos, uno de ellos es el de la educación en valores, y se debe
llevar desde un catecumenado integral. Se trataría de que cada joven llegase a descubrir el sentido de la
Buena Nueva y la presencia de Jesucristo en su vida. Hoy nos podemos preguntar dónde poner el acento.
He aquí algunos flashes o eslóganes:
 Querer vivir, querer ser tu mismo. Que nadie te viva tu vida.
 Vivir unificando cabeza-corazón-acción.
 Vivir tu vida con intensidad. Valorar tus pequeñas cosas de cada día.
 Gozar del amor, la libertad, la utopía, los valores. Es apostar por lo que realmente merece la pena.
 Fundamentar tu vida en cuatro valores básicos: Ámate a ti mismo, ama a los demás como a ti mismo;
ama a Dios más que a ti mismo y más que a los demás; ama a la creación para ti y para los demás.
 Ser auténtico, honesto, realista contigo mismo y con los demás. Sin ponerte caretas, sin ponérselas a
los demás.
 Ser a un mismo tiempo maestro de oración y de experiencia personal de Dios, profeta de esperanza, y
vínculo y creador de unidad, paz y reconciliación.
 Defender y hacer posible la vida en todas sus formas. Desde la defensa de los derechos humanos hasta
dar la vida en proyectos y compromisos que realmente valgan la pena. La cultura de la vida no es algo
de un momento.
 Luchar por hacer realidad alternativas: contra aburrimiento, entusiasmo; contra pasotismo, carácter;
contra consumismo, personalidad y responsabilidad; contra pasividad y masificación, ser alguien;
contra insolidaridad, fraternidad solidario y voluntariado; contra rutina y visión plana de la realidad,
redescubrimiento de la dimensión trascendente y oracional.
 Descubrir desde la coherencia vital, la persona, el proyecto, el mensaje y el misterio de Jesucristo.
Decálogo de los rasgos de la verdadera fe que estamos invitados a vivir:
1. Fe no es creer en algo, sino en Alguien: Jesucristo
2. Fe no es imitar a Jesús, el Señor, desde fuera, sino desde dentro, personalizando el misterio de Jesús.
3. Fe es tener los ojos, las manos y el corazón del mismo Jesús, para ser otros Cristos.
4. Fe es vivir y hacer realidad cotidiana y coherente el mensaje existencial de las bienaventuranzas.
5. Fe es dejar que el Espíritu me penetre y fecunde para divinizarme, para hacerme como a María.
6. Fe es vivir en coherencia, todas las dimensiones de la vida, en todos los momentos del día.
7. Fe no es algo sentimental o fideísta, ya que sabe dar razones y esperanza de lo que cree.
8. Una fe en diálogo con creyentes y no creyentes.
9. Un fe siempre en búsqueda, alimentadas por dudas y certezas.
10.Una fe hecha vida en comunidad eclesial.
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5. “New Age”: los retos de una verdadera cosmovisión de la realidad
Ante la New Age nos encontramos con una verdadera visión de la vida, con un nuevo signo
cultural, con una especie de movimiento gnóstico global, aunque difuso, ecléctico, y con varios frentes a la
vez. Aquí reside el gran problema para un encuentro o diálogo, o, en su caso, enfrentamiento, con el
cristianismo. C. Vidal Manzanares advierte que la New Age constituye un gran peligro para el cristianismo
al no presentarse como mera religión, sino como un movimiento ambicioso, englobante y de alternativa.
Se presenta como una visión globalizante de una religión o una completa visión filosófica, aunque no se
pretende como algo sistemático ni sistematizado. Ofrece una nueva interpretación de las causas y porqués
últimos de la humanidad y hasta una filosofía de la historia.
Como dice el cardenal Danneels, New Age ofrece cosas buenas como: sentido de fraternidad
universal, de paz, de armonía, de toma de conciencia, de esfuerzo para mejorar el mundo, movilización
general de fuerzas para el bien, y hasta de técnicas de yoga... A. Jiménez Ortiz señala como rasgos
positivos de New Age la denuncia del totalitarismo empírico y científico, redescubriendo lo simbólico y
religioso; la valoración de la complejidad de lo real, incluida la dimensión trascendente, una visión
antropológica del hombre integral; el rechazo del materialismo y del consumismo, renacimiento de las
utopías en los campos culturales, ecológicos, económicos, de salud y de equilibrio sociológico.
A esto se une su carácter antidogmático. Por eso para muchos autores, esta nueva gnosis socava
las bases históricas, sacramentales y dogmáticas del cristianismo. Por eso no hay posibilidad de una
síntesis superior entre gnosis y cristianismo. Otros autores como L. del Burgo ven esta corriente con
buenos ojos y proponen un diálogo: profundizando en la experiencia de Dios vivo, redescubriendo el
rostro de Jesucristo. El diálogo se hace necesario porque esta corriente va muy ligada a los jóvenes. Es
como un puente frágil desde el ateísmo hacia una nueva cultura creyente.
Ante todo lo nuevo nos toca un discernimiento serio.
Propuestas:
5. Respuestas a los retos de la “New Age” (Nueva Era)
New Age se presenta como verdadero signo cultural de nuestros días. Aparece como un complejo y
ecléctico fenómeno. He aquí algunas posibles respuestas:
 Hacer realidad una vivencia de salvación profunda e integral (Todo hombre y todo el hombre). Así
opción por todo lo humano, por la realización personal y con opción preferencial por los pobres, los no
humanos, o privados de su dignidad. La solidaridad implica justicia, lucha por la dignidad humana.
J. Vives nos advierte del desacuerdo entre corazón y cabeza. Tal vez lo que decimos creer con la
cabeza, esto es, un solo Dios, con el corazón lo desdecimos. Con la cabeza somos monoteístas, con el
corazón, politeístas.
 Redescubrir la dimensión escatológica, conjuntamente con la realidad histórica.
 Potenciar cristianos nuevos para una evangelización nueva. Hace falta estar formados que sepan
discernir y valorar el hoy de nuestra realidad sociocultural; promotores de carismas y creadores de
comunidad.
Olegario González de Cardedal habla de unas referencias esenciales para ser cristianos:
 Cristo desde donde se es.
 La Comunidad en la que se es.
 El mundo, para el que se es.
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El ser cristiano, continúa el autor, es a la vez: espiritual (abierto a la trascendencia), Religioso
(puede mantener relaciones personales con Dios personal), Creyente (Seguidor de Jesucristo) Eclesial (esa
realidad personal de Jesucristo se vive en comunidad).
Por su parte R. Berzosa, nuestro autor, señala como elemento esencial del ser cristiano, el valor y
necesidad de las mediaciones: desde la Iglesia, como sacramento de Jesucristo, hasta los sacramentos, o la
mediación de la oración auténtica.
6. Retos de fondo desde el redescubrimiento de Jesucristo:
Hay retos en parte coincidentes que debemos tener en cuenta. El primer reto nos viene desde la
modernidad: la centralidad de Jesucristo, es decir, si Cristo es Dios, y centro de la humanidad y,
correlativamente, la universalidad o no de la religión cristiana como religión verdadera. Y, junto a esta
doble pregunta, un serio interrogante, como segundo reto, en forma de sospecha: “¿Y si Jesús se engaño
a sí mismo”? Es el problema tradicional de la conciencia mesiánica de Jesucristo. Un tercer reto nos viene
dado desde el diálogo con otras religiones, especialmente musulmanes y judíos, y aún, no cristianos. El
cuarto reto, la reinterpretación de la doctrina y misterio de Jesús desde otras claves “cristianas”
(liberacionistas, feministas...). Y el quinto reto, la reivindicación de un Cristo, esotérico, en las nuevas
formas de religiosidad emergentes (New Age y otras).
Hay que advertir que no se puede separar la cristología de la jesuología y esta de la soteriología
(tratado de la salvación). Debe prevalecer el misterio del Cristo total en su plenitud y riqueza de matices y
dimensiones
Y a su vez, es imposible separar a Jesucristo salvador de la Iglesia. No se puede alcanzar a Jesucristo
separado de su Iglesia, sacramento y cuerpo de Cristo. “Mientras Jesús siga siendo el gran referente, el
cristianismo continuará teniendo futuro”.
Propuestas:
6. Redescubrir y vivir una espiritualidad en clave ecológica.
“Para los cristianos también la naturaleza participa junto con el hombre del estado de
creaturalidad, y junto con el hombre goza y sufre y espera la revelación de los hijos de Dios”. Nos dice F.
D´Agostino y nos puede servir para señalar las líneas maestras de la espiritualidad cristiana en clave
ecológica.
Tiene como punto de partida tres criterios irrenunciables:
1. La creación como sacramento y obra de Dios, y la persona humana como culminación e imagen de
Dios.
2. La creación distorsionada por el pecado, como vocación y tarea desde la nueva creación y el nuevo
Adán.
3. La recreación y glorificación ecológica.
La creación es el espejo donde Dios vivo mira y el hombre es el microcosmos, en el se refleja el
macrocosmos. Todo lo creado no se agota en sí mismo, sino que anhela y clama por su consumación en
Cristo, sentido, paradigma y plenitud de lo creado.
Debemos redescubrir la experiencia bíblica: memoria de la armonía, bondad y belleza de lo creado,
y del hombre como interlocutor de la divinidad
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Hay que potenciar un ethos cristiano, que señale siempre como punto de referencia la persona, el
misterio y la obra salvadora del Señor Jesús, el Señor de la Historia.
Vivencia conjunta y solidaria de un crecimiento personal y social. Es el momento de pensar en
clave de universalidad y de totalidad. La creación es de todos y la salvación es para todo hombre y para
todo el hombre.
Necesidad de una espiritualidad de la solidaridad, del amor, de la vida, traducida en micro y macro
acciones.
Espiritualidad en diálogo con todos los hombres, culturas y religiones.
7. Algunos retos desde la denominación “religiosidad popular”
Antes de nada hay que decir que no hay que confundir la “religión popular” con la religiosidad
popular”.
En los años 60-70 estuvo de moda la “religiosidad popular”. Por tal entendemos las formas y
manifestaciones tradicionales, propias de cada pueblo, que encierran la riqueza del misterio cristiano.
Religiosidad respetada, aunque debe alimentarse y purificarse.
En los años 80-90, en cambio se habla de “religión popular”. Con dos versiones: la de los
nostálgicos (los que quieren volver a formas de la infancia, formas perdidas hoy), y la de los
democratizadores (se erigen como dueños y señores de lo que tiene que ser la religiosidad de un pueblo).
¿Ejemplos de la religiosidad popular? Cuando se recibe un saludo de un alcalde que invita a la “misa
solemne de la ermita X”. O cuando una asociación se erige en asociación civil y no quiere hablar de
estatutos canónicos. O cuando la procesión, a veces precedida de Vísperas en un latín no precisamente
clásico y nada canónico, tiene que estar acompañada de abundante vino y alguna que otra blasfemia. Las
frases también delatan: “¿Quién es obispo para entrometerse en nuestros asuntos? ¿Quién es ese
forastero (léase el párroco) para decidir sobre nuestras fiestas?
El Concilio Vaticano II habló de respetar en su justa medida las formas de religiosidad popular. La
religión popular es otra cosa. A la larga se convierte en forma pagana de vivir la fe que se queda anclada
en “algo” (ritos, procesiones, formas etc.) y no en “Alguien”. Y lo que es más grave, detrás de la religión
popular existe una necesidad de poder, personal o colectivo, encubierto.
Sin embargo, tras la religiosidad popular hay valores que hay que salvaguardar. Tal es la
convivencia, la solidaridad, el compartir, la hospitalidad, el sentido intuido pero no clarificado de
trascendencia... Se trata de discernir, descubrir y valorar lo que hay de positivo. Hay que partir de él para
iniciar una auténtica evangelización. Es decir, no se trata tanto de eliminar como de encauzar y purificar.
Propuestas:
7. Algunas respuestas a la denominada religiosidad popular
Partimos de una necesidad: Es tiempo de evangelizar.
Ante la religiosidad popular podemos tener diferentes posturas: desde el rechazo, por juzgarla
como mágica o supersticiosa, hasta la rehabilitación de formas de legítima devoción, renovación de
prácticas y tradiciones compatibles con las normas litúrgicas y la eclesiología conciliar. Sea lo que sea, la
religiosidad popular tiene fuerza evangelizadora y catequética.
En ella se expresa una sed de trascendencia. Desde un paciente acompañamiento pastoral
debemos distinguir un triple movimiento:
 lo secular de lo sagrado.
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 lo religioso de lo meramente sentimental.
 lo religioso de lo cristiano.
Se puede distinguir tres niveles en la religiosidad popular: antropológico, religioso y cristiano.
Señalemos algunos puntos mínimos a tener en cuenta en la catequesis y en la pastoral con relación
al fenómeno señalado:
 En la religiosidad popular encontramos luces y sombras, que producen en los pastores, perplejidad y
desconcierto. Pero es una llamada y un reto a la evangelización.
 El “campo más relevante” en la religiosidad popular en España se centra en los sacramentos y
sacramentales, misterios de Jesucristo (acentuando pasión y muerte), piedad mariana, culto de
difuntos y fiestas populares.
 En la religiosidad popular se pueden descubrir posibilidad evangelizadores, desde estas claves
pastorales:
1. Paso de una Iglesia de cristiandad a una de misión.
2. Espiritualidad de encarnación.
3. Experiencia comunitaria como lugar de acogida, misericordia y celebración.
4. Signos de presencia y compromiso entre los más pobres.
 La evangelización de la religiosidad popular requiere actitudes y talante de: escucha, acompañamiento,
con criterios eclesiales comunes (pastorales y catequéticos), discerniendo lo accesorio de lo nuclear, en
diálogo y respetando procesos personales y comunitarios.
 La complejidad del campo de la religiosidad popular requiere un sano y prudente discernimiento
evangélico con criterios de: identidad y comunión eclesial, proceso de madurez y compromiso cristiano,
vivencia comunitaria, denuncia profética de los ídolos (dinero, poder, magia...), al servicio de los más
pobres. En definitiva coherencia cristiana y eclesial.
 Los criterios de discernimiento pueden ser los siguientes
a. Para los misterios de la pasión y muerte de Jesús:
 Presentar la Pasión y muerte de Jesús en el contexto del misterio pascual.
 Descubrir el sentido evangelizador del domingo y de las fiestas.
 Descubrir el sentido de solidaridad del Cristo sufriente con los que sufren.
 Acompañar con catequesis adecuadas los actos populares
 Atender a cofradías... para que no se alejen de la perspectiva cristiana.
 Descubrir el sentido cristiano de la imaginería.
b. Celebraciones sacramentales
 Seguir las orientaciones diocesanas en los sacramentos de Iniciación.
 Cuidar el proceso de iniciación cristiana con la participación de padres e hijos.
 En los sacramentos cuidar la acogida.
 Aprovechar la riqueza que ofrecen los rituales.
c. Piedad mariana:
 Presentar a María en perspectiva bíblica
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 Potenciar la mariología como medio de vivir la cristología y eclesiología.
 Desmitificar y purificar la piedad mariana liberándola de connotaciones” localistas y
crematística.
d. Culto a los difuntos
 Expresar el sentido pascual de la muerte. Puede ser momento de evangelizar a los alejados.
 Cuidar la celebración y también el acompañamiento de las familias
 Cuidar la liturgia de las exequias.
 Ofrecer un testimonio de fe y gratuidad.
En el tema de la religiosidad popular, pedagógica y pastoralmente, nos movemos entre dos
extremos: respetarlo sin eliminarlo y no aceptarlo sin purificarlo. Este es un trabajo que nos toca hacer. Es
una forma de culturizar. “La síntesis entre cultura y fe no sólo es una exigencia de la cultura, sino de la fe.
Una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada ni fielmente
vivida”, nos dice Juan Pablo II. “Para que la relación cristianismo piedad popular sea fecunda, han de
cumplirse las debidas condiciones de reciprocidad: por un lado, hay que hacer capaz a esa cultura de
expresar explícitamente los signos de fe y de aceptar la ruptura con las tradiciones y las formas que sean
incompatibles, del todo o en parte, con la penetración del evangelio en todos los campos de su vida
colectiva; por otro lado, la Iglesia ha de hacerse a sí misma capaz de asimilar los valores de ese pueblo, de
comprender cómo ve él el evangelio desde ellos”.
CUESTIONES PARA LA ASAMBLEA DE JUNIO 2013
Preguntas: Retos o desafíos para el hombre de hoy:
Nos presenta una batería de interrogantes que a todos nos cuestionan. Entre la temática que nos
presenta:
 ¿Cuáles crees que influyen más en la mentalidad actual? Señala por orden de importancia dos o
tres puntos.
 ¿Cómo los vivimos o los tenemos presente en nuestra vivencia cristiana? (Tenemos como punto de
referencia, nuestra parroquia).
Preguntas: La Iglesia presente en el mundo
Nos habla de Parroquia misionera y dentro de este epígrafe se puede destacar dos aspectos:
 Catequesis actualizada ¿Qué entendemos por catequesis actualizada?
¿Creéis que se trabaja en este sentido?
 Pastoral de Conjunto: ¿Cómo lo entendemos? ¿Cómo lo podemos aplicar en nuestra parroquia?
 Destaca dos o tres cosas positivas: del mundo actual, de las personas.
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 Renovar la Iglesia (nos restringimos a nuestra parroquia): ¿Qué se nos ocurre? ¿Qué echas en
falta? ¿Qué carencias observas? Señala dos o tres puntos que consideras a potenciar o corregir.
Preguntas: Características de la Nueva Evangelización
Redescubrimiento de Jesucristo:
 Teología de la Cruz.de la misericordia.
 Amor sincero al mundo actual.
 Encarnarnos en él. ¿Qué crees que estamos encarnados o qué nos falta? Señala dos o tres cosas
que se te ocurran.
 Descubrir y denunciar las estructuras de pecado.
 Fomentar comunidades cristianas que nos ayuden a crecer
 ¿Crees que nuestra comunidad nos ayuda a crecer? Señala dos o tres aspectos.
 ¿Qué crees que falta o que se debería potenciar? Señala dos o tres cosas.
Preguntas: Retos y desafíos al creyente
 ¿Qué estacarías en este punto?
 ¿Cómo crees que podríamos potenciar lo que has sugerido?
Preguntas: Desde los retos de la familia
 Señala aquellos 2 ó 3 puntos que consideras importantes
 ¿Qué crees que se podría hacer en la Parroquia?
Preguntas: Desde los retos de la familia
 Señala aquellos 2 ó 3 puntos que consideras importantes
 ¿Qué crees que se podría hacer en la Parroquia?
Preguntas: Retos desde el mundo juvenil
 ¿Qué pensamos sobre este punto?
 ¿Cómo podemos afrontar este tema?
 ¿Con quiénes contamos para trabajar en este campo?
Preguntas: desafíos de la New Age
 ¿Qué interrogantes nos plantea?
 ¿Con qué nos quedaríamos?
Preguntas: Religiosidad popular:
 ¿Cómo ayudar a estas personas a vivir la fe con ilusión y adaptada al momento presente?
 Señala 2 ó 3 sugerencias.
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