Comentario a los Artículos 19 p 20 del Código Civil para el

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Comentario a los Artículos 19 p 20 del
Código Civil para el Distrito y
Territorios Federales
Por WALTERFRISCH
Redacción en español de
Fernando A. Vázquez P.
Licenciado cn Derecho de las Universidades Nacional Autónoma de México y de Viena, Doctor en
Derecho de la Universidad de Viena y examinado
por el Tribunal Superior de Viena para la autorización del Ejercicio Autónomo de la Abogcccia.
Revista de Derecho Notarial Mexicano, núm. 43, México, 1971.
DR © Asociación Nacional del Notariado Mexicano, A. C.
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t
Advertencia.
La experiencia ha demostrado que una vida jurídica satisfactoria
requiere, tanto en el sector teórico como en el de la vida práctica de
la aplicación del derecho, comentarios a las importantes codificaciones
que forman la base del derecho nacional, dado que tanto los estudios
monográficos cuanto los tratados sistemáticos, a menudo demasiado
preocupados por la estructura científica general, se alejan del derecho
positivo, con frecuencia carente de la estructura científico-sistemática
que tanto importa a las obras doctrinales. Ejemplo fiel de esa carencia estructural de las obras legislativas es nuestro Código Civil,
tan criticado por ello por algunos autores (l), y que se muestra al
estudioso como una falta de conceptos claros, pues éstos se pierden
en la casuística empleada por el legislador.
Lo anterior sitúa en primer plano la necesidad de un comentario
que tienda a esclarecer el texto positivo encontrando las interrelaciones, en ocasiones muy ocultas, de las distintas disposiciones.
Sin duda, ese comentario es más importante con respecto a los
preceptos directivos de la interpretación, tales como los arts. 19 y 20,
pues son ellos la llave que brinda el mismo legislador para desentrañar el contenido de su obra.
Si sostenemos la necesidad de un comentario al Código Civil
para el Distrito y Territorios Federales, y profundizamos en la estructura adecuada del mismo, concluiremos que no puede pensarse
en una obra servilmente adherida al texto de la ley, sino que debe
abarcar -incorporándolas en los lugares correspondientes tomando
en cuenta el orden de las disposiciones legales y siguiendo el orden
de las explicaciones del comentario- las teorías generales y especialmente la jurisprudencia relevante. Pero también de estos dos sectores se deben extraer deducciones concretas y consideraciones sobre el derecho positivo, con el fin principal de que el comentario, es
decir la obra en su conjunto, sea un comentario del derecho positivo
del D. F. y Territorios Federales, por lo que todos los medios aplicados
en la redacción del comentario deben servir en última instancia al
fin mencionado: dar luz al derecho postivo comentado, aun cuando,
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en las ocasiones oportunas, se tome como punto de partida para llegar
a esa clarificación, puntos lejanos a nuestro derecho positivo.
Con esta publicación se presenta un modelo para la elaboración
del tantas veces citado comentario. El modelo sera reducido a lo
que se considera el mínimo tanto en profundidad cuanto en extensión
para tal tipo de estudios.
Desde luego, cabe advertir que el comentario al resto de las disposiciones del C. C. requiere de un más concienzudo análisis de la
jurisprudencia, especialmente cuando se trata de disposiciones, en
exceso abundantes, de carácter casuistico.
Esperamos que nuestro interés por la elaboración de un tal comentario encuentre eco entre los juristas mexicanos.
Art. 19.-LAS CONTROVERSIAS JUDICIALES DEL ORDEN
CIVIL DEBERAN RESOLVERSE CONFORME A LA LETRA D E
LA LEY O A S U INT'ERPRETACION JURIDICA. A FALTA D E
LEY S E RESOLVERAN CONFORME A LOS PRINCIPIOS GENERALESDEDERECHO.
Art. 20.-CUANDO
HAYA CONFLICTO D E DERECHOS, A
FALTA D E LEY EXPRESA QUE S E A APLICABLE, LA CONTROVERSIA S E DECIDIRA A FAVOR D E L QUE TRATA D E EVITARSE PERJUICIOS Y NO A FAVOR DEL QUE PRETENDA
OBTENER LUCRO. S I E L CONFLICTO F U E R E ENTRE DERECHOS IGUALES O D E LA MISMA ESPECIE, S E DECIDIRA
OBSERVANDO LA MAYOR IGUALDAD POSIBLE ENTRE LOS
INTERESADOS.
Disposiciones relacionadas : artículos 1; 11 y 18.
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SUMARIO
1.-Bibliografía.
11.-Referencia al aspecto histórico y constitucional.
111.-La aplicación del derecho.
1. Ambito material de validez.
2. Estructuración del Art. 19.
3. Aplicación del derecho "conforme a la letra" y por medio de
la "interpretación jurídica".
4. Los "Principios Generales del Derecho".
5. Los medios interpretativos del Art. 20.
INDICE ALFABETICO DE LOS NUMEROS AL FINAL
DE LOS RENGLONES
ANALOGIA
(24
- De derecho
(25
- De derecho, su encajamiento (12
- De derecho y "principios generales" (38
- Legal, su concepto o esencia ( 2 5
- Legal y las leyes de excepción del Art. 11
(26
ANTECEDENTES HISTORICOS ('
ARGUMENTOS DE INT'ERPRETACION LOGICA
- "a contrario"
- "a maiori ad minusY'y "a
- "a silencio"
- "ad absurdum"
(29
minori ad maius"
(28
(27
(30
APLICACION DEL ARTICULO 19
- a normas procesales ( 3
- a todas las normas generales y abstractas
- a todas las resoluciones procesales
(4
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del orden civil
(5
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- en el caso de existencia
peciales
de medios interpretativos legales es-
(S
CONCURRENCIA D E METODOS DEL ART. 20 CON LOS "PRINCIPIOS GENERALES" DEL ART. 19 (42
CODICTIO DEL ART. 20
(43
DIFERENCIA E N T R E INTERPRETACION E INTEGRACION
(13
DIFERENCIA E N T R E LOS MEDIOS D E L ART. 19
INTERPRETACION GRAMATICAL (Q
- relación funcional con la "interpretación juridica" y con los
"principios generales" ('
INTERPRETACION JURIDICA
- correctiva
(lo
(22
- formación de una norma hipotética (11
- método lógico (20
- método sistemático (21
- metódos subjetivo-objetivo (18
- método teleológico (19
- relación funcional con la interpretación gramatical y con
los "principios generales" ('
LAGUNAS
(14
- según la teoría general
del derecho (15
- según la calificación en la aplicación del derecho
(16
LEYES D E EXCEPCION DEL ART. 11Y ANALOGIA LEGAL
(26
LIMITES DEL ART. 19 Y DEDUCCIONES CORRESPONDIENT E S O'(
METODOS JURIDICOS D E INTERPRETACION
(l'
. . .:.
. :
,
16
,
-
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"
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PRINCIPIO DE PARIDAD DEL ART. 20 ("
"PRINCIPIOS GENERALES"
(32
-
.-
- analogía de derecho
- Art. primero del código civil suizo
- concurrencia con los métodos del Art. 20
(as
- ciencia jurídica
- derecho consuetudinario
(36
- derecho extranjero
- derecho histórico
(s6
- derecho extrapositivo
(a6
(3s
- derecho positivo
- equidad
- judicatura
(83
(35
- relación
funcional con la interpretación gramatical y con
la "interpretación jurídica" ('
RELACION JURIDICO
- CONSTITUCIONAL
('
RELACION FUNCIONAL ENTRE "INTERPRETACION GRAMATICAL", "INTERPRETACION JURIDICA" Y "PRINCIPIOS GENERALES" ('
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11. R e f eren&s
a los aspectos histó?i-co y constz'tucional.
El precepto rector de la interpretación e integración legal con- ('
tenido en el artículo 19, tiene sus antecedentes en los artículos 20 de
los Cs. Cs. de 1870 y 1884, pero el directo e inmediato es el párrafo
final del artículo 14 Constitucional. Los artículos citados de los Cs.
Cs. anteriores eran similares en su redacción y conducían a resultados iguales entre si y con el precepto vigente; la conformidad deriva
de que conforme a los tres preceptos los "principios generales'? solamente son aplicables subsidiariamente, es decir, como último medio de
interpretación e integración, debiéndose recurrir y agotar antes la
"letra de la ley" y su "interpretación jurídica", que equivalen, en
cierto modo, a lo preceptuado por los Cs. Cs. anteriores ("el texto"
y "el sentido natural o espiritual de la ley"), ya
tanto el prece&
to en vigor como sus antecesores establecen estos dos últimos mehios
en el mismo rango, es decir, sin crear una relación subsidiaria entre
ellos.
E s característico de nuestro orden jurídico el que la constitu- ( ?
ción general misma intervenga, a través del Pár. 4 de su Art. 14,
directa y profundamente en el sector del derecho civil, creando preceptos rectores de la interpretación e,integración en el ámbito de la
aplicación del mismo, señalando directrices obligatorias hasta en los
detalles. La razón sistemática de ello se encuentra en el juicio de amparo, que por su sistema, cuya base y piedra de toque está en la
constitución misma, eleva a "garantíir individual" la legalidad, a través de lo cual centraliza la administración de la justicia en última
instancia en materia civil, dominando asi nuestra vida jurídica. Con
ello se logra un contrapeso a la competencia jurisdiccional en materia
civil, la cual corresponde en la mayoría de los casos (2) a los Estados miembros en virtud del Art. 18 Const.
Este sistema diferencia nuestro derecho del de otros países en
los cuales la jurisdicción civil está separada en todas sus instancias
de la constitucional pues ésta no puede servir como vía para impugnar las resoluciones de aquélla, ya que los constituyentes de estos
sistemas consideran a la jurisdicción civil misma garantía suficiente
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de la legalidad, pues ella está a cargo exclusivamente de tribunales
federales (3).
El tipo de organización de estos países tiene su origen en los
antecedentes históricos de épocas anteriores -la de la monarquía absoluta en Europa-, en las cuales no había aun una jurisdicción constitucional, pero sí la civil organizada según los principios de un Estado
de Derecho la cual se mantuvo en forma invariada y autónoma en las
épocas posteriores, en las cuales se establecieron las jurisdicciones
administrativas y constitucional, debido a lo cual la organización de
la jurisdicción civil fue recibida por las nuevas constituciones en su
forma tradicional. es decir autónoma.
111. La aplicación del Derecho.
1. Ambito material de validez del Articulo 19.
La actividad del juez civil incluye dos aspectos: la fijación de ( 3
los hechos y la subsunción del conjunto de esos hechos. De ello resulta que las disposiciones del Art. 19 son aplicables no solamente al
campo del derecho substantivo, para obtener la resolución de fondo,
sino también y anteriormente a las normas procesales pues de lo
contrario no podría observarse lo ordenado por el mencionado artículo en cuanto al fondo, ya que establece que: "las controversias judiciales del orden civil deberán resolverse.. .", y para que pueda
"resolverse" conforme a lo por él establecido, es necesario que se le
observe en todos los actos que anteceden y conducen a la resolución,
es decir durante todo el proceso.
Tomando en cuenta la consideración anterior, no tiene relevancia
alguna en contra de nuestra afirmación el que artículo se encuentre
en el CC., y la misma se ve apoyada en el hecho de que ni el CPC. para
el DF. ni el federal contiene disposiciones al respecto, debido a lo cual
no existe colisión alguna. Incluso el Art. 81 del CPC para el DF. permite, por su texto, la aplicación del Art. 19.
La redacción del Art. 19 ("las controversias judiciales . . . . . ( 4
deberán resolverse. . ."), facilita más una interpretación que la del
Art. 1466 ( 4 ) , en el sentido de que lo por él preceptuado vale no solamente para la sentencia definitiva, sino para cualquiera actividad judicial, sea que ésta se dirija a la creación de la sentencia definitiva,
sea a otras resoluciones judiciales, como sentencias interlocutorias,
autos, etc. (5).
La palabra "Ley" empleada por el Art. 15 se refiere a la ley ( 5
en sentido material, o sea, a cualquiera n o m a general y abstracta,
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incluso los reglamentos, ,pues de lo contrario. se. llegaría a resultados
insatisfactorios y sistemáticos. Lo anterior vale también para los
casos de la aplicación de normas creadas y contenidas en la "costumbre delegada" ( 6 ) asi como para las leyes complementarias del orden
civil. (7)
Pero por otra parte debe hacerse una restricción del ámbito ("
material de la validez del Art. 19, en tanto existan para un caso concreto disposiciones especiales que ordenen una interpretación especial
(8). A este sector especial pertenecen también las disposiciones relativas a la interpretación de contratos y testamentos(9). E s cierto que
estos preceptos especiales no se refieren a la interpretación de la ley
misma -en contraste con el Art. 19- sino a la interpretación de las
declaraciones individuales contenidas en los actos jurídicos de los particulares, pero a pesar de ello intervienen en la aplicación del derecho,
a través de la subsunción de los actos jurídicos mencionados, por lo
que incide en el ámbito del Art. 19. La preferencia debe ser aceptada
-aun cuando sin apoyo en disposiciones legales expresas- en virtud
del principio " l a specialis derogat legi generali".
2. Estructura del Art. 19.
Esta estructuración tiene importancia considerable en sus efec- (¡
tos reales y preevé de manera útil para la necesidad de la práctica,
como resultará de las explicaciones siguientes.
De los tres tipos de la interpretación establecidos en el precepto,
la gramatical y la jurídica están colocados en el mismo rango para su
aplicación, mientras que los "principios generales" sólo pueden ser
aplicados subsidiariamente, es decir en un estadio posterior a los 2
primeros tipos mencionados (10).
Dado que la práctica muestra siempre de nuevo la necesidad de
resolver la aplicación del derecho por medio de la interpretación
correctiva ( l l ) , contra el texto legal expreso, y esta necesidad parece
tan urgente, no puede impedirse en modo alguno al juez echar mano
primeramente a la "interpretación jurídica", sin limitarlo en esta posibilidad por medio de una interpretación "conforme a la letra", preceptuada legalmente como primer medio interpretativo. Lo anterior
distingue a nuestro CC. de otras legislaciones en cuanto a su técnica
(12), que posponen expresamente la interpretación jurídica a un segundo lugar subsidiario, posterior a la interpretación gramatical,
aplicable como por el primer medio.
El ejemplo siguiente pone de relieve lo anterior: si se interpreta
literalmente el articulo 404 del C.P.C. del D. F. resulta - o b s e r v a n d o
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los supuestos fijados en el mismo- una obligación estricta y absoluta
para el juez de conceder un plazo de gracia y de reducir las costas
"engendrará el efecto de obligar, al juez. . ." (13), pero por otra
parte, si se considera la jurisprudencia de la Suprema Corte en relación con esta cuestión legal, se echa de ver la transformación decisiva experimentada por el contenido de esta norma, comparado con
su texto legal, transformación lograda por medio de la interpretación
teleológica, que es uno de los tipos de "interpretación jurídica". Así
se transformó la obligación etricta del juez en una facultad discrecional, que se ejercita atendiendo "a las circunstancias del caso".
En ejercicio de esta facultad discrecional, existe la posibilidad de que
el juez en caso con circunstancias especiales, no conceda plazo alguno
o no haga reducción alguna de costas, precisamente en virtud de que
en el ejercicio de facultades discrecionales es típico llegar a la resolución t o m a n d o en cuenta las circunstancias del caso concreto hasta la NO concesión, dado que ésta en toda su extensión se encuentra
en el ámbito discrecional, extensión que puede descender al valor de
CERO.
Naturalmente no puede pasarse por alto que el juez realmente
debe tomar en cuenta en primer lugar el texto literal de la ley; pero
con la misma realidad resulta una gran diferencia de que la ley, como
precepto de la interpretación obliga al juez en primer lugar a la
interpretación exclusivamente "conforme a la letra", o que, como dispuso nuestro legislador, dé el mismo rango a los otros medios de
la interpretación.
Por otra parte, parece absolutamente justificado que los "principios generales" estén en segundo lugar, ya que los otros medios
interpretativos son tan complejos y fructíferos que el legislador decidió, con previsión acertada, su prioridad. Una aplicación anterior
de los "principios generales" llevaría consigo además un peligro para
los principios de la seguridad jurídica y de legalidad (14).
Por lo que se refiere a la caracterización esencial de estos tres ("
medios interpretativos, la línea divisoria significante para su diferenciación esencial debe ser trazada entre la interpretación gramatical por una parte, y los otros dos, por la otra, pero NO puede
serlo entre los últimos dos (15).
3. Aplicación del derecho "conforme a la letra'' y por medio de
la "interpretacwn juridica".
Por lo que se refiere a la interpretación gramatical, su concep-
(O
to no necesita explicaciones. Solamente pueden darse problemas en la
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aplicación de este método inter~retativoen ocasiones en las cuales el
sentido lingüístico de las palabras ha cambiado del tiempo de la creación de la ley al momento de su aplicación. Dada la "juventud" de
nuestro CC. este tipo de problemas es poco probable. De cualquier
modo, parece preferible la aplicación del derecho con fundamento en
el sentido lingüístico moderno (16), a no ser que exista en un caso
concreto una divergencia insuperable, pues con ello se conserva la
elasticidad, actualidad y el impacto de la ley. Este tipo de la interpretación se encuentra dentro del ámbito de la interpretación objetiva, en c~ntraposiciónal método subjetivo o histórico (17).
Por lo que se refiere a la interpretación jurídica, ésta conduce (lo
al campo central de toda la actividad jurídica, la que siempre lleva
de nuevo a la especie subsuntiva.
Para destacar desde un principio una caracterización común a ("
todos los métodos de la "interpretación jurídica", se debe acentuar
que 6sta siempre lleva consigo -desde el punto de vista lógico y conceptual- a la formación en el pensamiento del juez de una nueva
norma hipotética, general y abstracta cuyo contenido no ha sido incluído hasta entonces en el texto de la ley escrita, con el fin de llenar
la laguna de la ley (18). Dado que el Art. 19 diferencia, en la aplicación del derecho, entre una "interpretación conforme a la LETRA
DE LA LEY" y "la interpretación jurídica", resulta que en último
caso precisamente no hay una "letra" en la ley de la cual sería gramaticalmente deducible una norma general y abstracta. Y es por esta razón que debe crearse una norma hipotética en el pensamiento del
intérprete, norma esta que es un "otro" comparada con norma escrita, aun cuando aquélla parece estar en una relación de afinidad o
de concatenación lógica con el contenido de la norma escrita. Asi, en
el ejemplo incluído en los párrafos que llevan el número marginal 7,
se manifiesta evidentemente el contenido de este "otro" comparado
al Art. 404 del Código de Procd. Civ. del D.F., con el contenido normativo hipotético siguiente : ". . .el juez puede conceder discrecionalmente, tomando en cuenta cuidadosamente todas las circunstancias del
caso concreto. . .", o como otro ejemplo, esto en relación con el Art.
151 de la Ley de Amparo ". . .cuando las partes tengan que rendir
prueba testimonial o pericial. . ., deberán anunciarla 5 días antes del
señalado para la audiencia. . .", según la interpretación por la Suprema Corte (19), la norma hipotética formada contiene, como anexo
al texto escrito mencionado la frase: ". . . a no ser que cuando la
inicialmente señalada ha sido diferida de oficio por el juez de distrito
y no a petición de las partes".
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Estas consideraciones sobre la formación de una n o m a hipotética están de acuerdo con la doctrina general del derecho. Como
Hans Kelsen dice en su "Teoría Pura del Derecho. " (20) : "Una norma puede ser meramente pensada. Una norma no debe ser dada, ella
puede ser meramente supuesta en el pensamiento".
Por lo tanto, la analogía deducida de una disposición legal (21),
en contraposición a la deducida del derecho (22), debe ser asigna- (12
da al concepto de la "interpretación jurídica" y no a la de los "principios generales"; ya que, acomodándose a la estructuración del Art.
19 objeto de este comentario no s e ofrece otra posibilidad, dado que
la analogía deducida de una disposición legal no puede ser encajada
en el concepto de la interpretación gramatical y ni en los "principios generales", tomando en cuenta que la analogía mencionada deriva solamente de una UNICA disposición legal, la que NO presenta
un "principio GENERAL". De esta diferenciación resulta que la diferencia esencial entre los 3 medios interpretativos del Art. 19 debe
ser fijada entre la interpretación gramatical por una parte, y - los
otros 2 tipos por la otra, considerando que en el caso del primer tipo
no se forma una nueva norma hipotética como sucede en los otros 2
tipos. Por esta razón también parece que la diferencia entre "interpretación e "integración" es solamente de carácter "cuantitativo", ( 1 3
si se comprende en el primer concepto teórico la interpretación jurídica del art. 19 y en el segundo los "principios generales" del mismo
precepto (23).
Por lo tanto la diferenciación sustentada por la teoría entre los
conceptos de "interpretación" e "integración" no tiene carácter de
diferencia conceptual, sino más bien un carácter descriptivo que da
luz al radio de acción, distinto en cada uno de estos medios interpretativos, medido tomando por base la norma positiva como punto de
partida o las normas en caso de la analogía de "derecho" (24), que
se aplica por medio de estos 2 medios de interpretación como fundamento positivo o punto de partida para la construcción "interpretativa" O "integrativa" (25).
Debe ahora estudiarse el concepto de laguna, ya desarrollado ('"
por la teoría, pues la existencia de la misma motiva la ocasión o necesidad para la "interpretación jurídica" o para la aplicación de los
"principios generales".
P a r a la teoría general del derecho positivista, desde el punto (15
de vista lógico no hay lagunas, aunque si las hay para las consideraciones de la jurisprudencia práctica en los casos en los cuales la ley
no contiene una solución aplicable al caso concreto, o solamente ofrece
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una solución no satisfactoria. La lógica jurídica general (26), se contenta en estos casos con la deducción lógica, aunque la ley no contenga
una solución o solamente dé una solución insatisfactoria, de que el
juez siempre puede llegar a una resolución aunque conduzca a conceder o negar la pretensión del actor la cual no parece conveniente por
la falta de una decisión legal expresa o satisfactoria. Pero como explica la lógica (27), en estos casos la ley deja la calificación de las normas, por medio de la interpretación e integración, "a un acto hasta
posteriormente realizado para la creación de las normas. . ., por ejemplo a una sentencia judicial". Esta forma de ver corresponde a la
conceptuación positivista mencionada, la cual se limita exclusívamente
al examen de la ley misma, sin anticiparse respecto de la aplicación
práctica de la ley. Dado que el Art. 19 se refiere a la aplicación práctica de la ley, se debe entrar en la descripción de las lagunas, y después lleriarlas por medio de la interpretación e integración.
Para la sistematización y caracterización de las lagunas se han (16
creado muchos criterios, los cuales han conducido a una nomenclatura
aún más abundante aunque en gran parte sinónima (28). E n el marco
de estos criterios se distingue entre AUTENTICAS o PROPIAS en
los casos en los cuales el legislador no ha regulado una cuestión en
sí, o no la ha hecho en forma satisfactoria, y lagunas TECNICAS
cuando sólo ha regulado una parte de la cuestión pero no la parte
restante, de lo cual resulta que la aplicación de la ley en su conjunto
es imposible o cuando menos insatisfactoria. En el caso de una colisión, es decir de una antinomia entre disposiciones legales se habla
de una LAGUNA POR COLISION. Desde el punto de vista genético
se diferencia entre lagunas PRIMERAS, es decir las que existen desde un principio, y lagunas SECUNDARIAS, es decir las que resultan
posteriormente por el cambio de las circunstancias. Se diferencia
además entre lagunas causadas CONSCIENTEMENTE y lagunas
NO CAUSADAS CONSCIENTEMENTE, lagunas INTENTADAS
y NO INTENTADAS según la conciencia e intención del legislador.
Las denominaciones y sistematizaciones restantes se originan por las
necesidades de diversos autores, los que quisieron, con sus creaciones
terminológicas, acuñar nuevos términos para la satisfacción de sus
pensamientos característicos (29).
En los siguientes incisos se expone un resumen de los métodos (17
de la interpretación jurídica aplicados para llenar las lagunas.
La diferenciación más importante según nuestro modo de ver (18
está entre el método subjetivo (interpretación histórica) y el método
objetivo, El primero tiende a explorar la voluntad del legislador his-
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tórico o su intención por medio de la interpretación histórica, con
el fin de tomar como base los resultados obtenidos de estas investigaciones para la explicación del derecho. E n cambio, el método objetivo
renuncia a esta explicación y toma la norma legal en sí misma, apartado del legislador histórico como objeto de la interpretación. Los
partidarios de este último método toman como punto de partida el
que la norma, una vez creada y presentada a nosotros, en muchas
ocasiones es más prudente o menos prudente, más rica o más pobre
que la voluntad o intención histórica de su creador, por lo que solamente el producto, -pero no la voluntad de su creador- tiene relevancia para la aplicación del derecho.
Como hasta ahora ha demostrado la experiencia, el método objetivo es generalmente preferible, y ello por diversas razones.
E n primer lugar en muchas ocasiones resulta dificil encontrar
y cristalizar posteriormente la voluntad del legislador histórico. Se
podría incluso preguntar qué voluntad debe tener relevancia : quizá
aquélla de un legislador autocrático o la de sus consejeros; quizá de
los juristas que elaboraron los fundamentos jurídicos básicos al formar el anteproyecto; quizá de los diputados, los cuales en ocasiones
-cuando actúan en el pleno del cuerpo legislativo- ni siquiera son
conscientes de la trascendecia de las leyes por ellos creadas, mientras
que en los casos de acuerdos de las comisiones en relación a la
creación del proyecto de una nueva ley, en muchas ocasiones existen
diferencias insuperables entre ellos que obligan al jurista, como redactor del proyecto, a redactarlo en una dicción que permita sea interpretada en los diferentes sentidos correspondientes a las correspondientes opiniones de los distintos miembros de la comisión. Este
tipo de transacción es frecuente y por ello si el intérprete investiga en
las actas de las discusiones, encuentra una divergencia de opinones
desde un principio en el seno mismo del cuerpo legislativo, la cual se
encuentra encubierta por un texto legal amoldado para cubrrir todas
las opiniones, por lo que el texto no es identificable con ninguna de
las opiniones en forma exclusiva.
Por otra parte, con frecuencia existe una discrepancia considerable entre el contenido de la norma creada y la intención de su creador,
divergencia que a menudo se manifiesta como evidente hasta época
posterior gracias a la aplicación de la norma cuya expresión puede
-por una casualidad afortunada- ofrecer mucha más y mejor que
lo intentado por su creador o, por otra parte puede suceder lo contrario por incapacidad del mismo.
La segunda ventaja del método objetivo está en que la integra-
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ción del derecho, cuya necesidad e importancia radica en ser la actividad causante de la subsistencia del derecho mismo y de su aptitud
de acomodarse a las necesidades siempre nuevas a través de largas
épocas, solamente puede ser cumplida por el método objetivo, mient r a s que el subjetivo, limita y en ocasiones incluso frustra esta posibilidad.
Se ha manifestado muchas veces que la integración más fructífera se ha desarrollado precisamente en los casos en que los órganos judiciales negaron que una intención estrecha del legislador histórico pudiera limitar su actividad, y tomaron solamente la norma
-afortunadamente y por casualidad más rica y fructífera en su contenido objetivo, que lo previsto por el legislador histórico- por única base para una hermenéutica siempre más constructiva.
Finalmente, el método objetivo proporciona una posibilidad interpretativa más, la cual es excluída forzosamente por el subjetivo.
S e trata de la iiiterpretación que se sirve de disposiciones legales
"lejanas". Este método aumenta en importancia por la multiplicidad
y variabilidad de las leyes. Dado que nuestro Código Civil es muy joven y por ello no se encuentran ejemplos, tomamos una del derecho
extranjero para ilustrar este método :
El párrafo 91 del Código Civil Austriaco de 1811 dispone que el
marido tiene la obligacióii absoluta de alimentar a su esposa, independientemente de la situación económica de ésta. Esta disposición
correspondió a las circunstacias económicas de la época de la redacción del Código Civil, en la cual solamente ei marido obtenía ingresos.
Sin embargo, al transcurrir el tiempo e ingresar la mujer a las actividades económicas, la jurisprudencia austríaca tuvo dificultades
considerables para adaptar esta disposición arcaica a las nuevas necesidades de la vida. E n 1938 se promulgó una ley respecto a la celebración g disolucióii del matrimonio, la cual dispone en sus parágrafos 66 y 67 que no solamente el marido sino también la esposa tiene en
determinadas circunstancias la obligación de alimentar a su excónyugue después del divorcio. Con base en esta última disposición legal
"lejana", la judicatura austríaca encontró el apoyo esperado para
concluir, mediante el argumento "a minori ad maius" la obligación
de la esposa de alimentar al marido en ciertas circunstancias durante
el matrimonio.
Este método de interpretación no puede ser utilizado si se está
sometido al método histórico subjetivo, dado que el legislador antiguo
no pudo tener en consideración las motivaciones posteriores que llevaron al nuevo legislador a establecer una solución distinta.
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E n el caso explicado se manifiesta evidentemente la importancia
del método objetivo para mantener en función un orden jurídico verdaderamente viviente y entrelazado.
Pero la preferencia mencionada del método objetivo está limitada en los casos en que por la voluntad del legislador histórico surgen barreras insuperables si ésta se hace constar claramente, de tal
manera que cualquiera integración o divergencia de la intención del
legislador histórico aparece como excluida.
Otro método de interpretación consiste en la interpretación te- ( l o
leológica, la cual pregunta por la ratio legis, o sea la razón o finalidad
de la ley. Puede ser considerado como muy eficaz y prevalecer sobre
la interpretación gramatical (30), conduciendo a una corrección del
texto legal. Lo positivo de la interpretación teleológica está en que
generalmente el fin de la ley merece mayor atención que su texto
legal. Sin embargo, esta interpretación lleva consigo el peligro de
conducir a una aplicación deformada de la norma, a través de una
interpretación basada en intenciones excesivamente subjetivas del
intérprete.
Ejemplo de lo afirmado puede encontrarse en los resultados distintos a que conduce el uso de uno u otro medio interpretativo respecto a los Arts. 2228 y 2229 por una parte, y el 2232 por la otra,
asi :
lo.-Conforme al método gramatical puede afimarse que existe
una colisi6n entre los Arts. 2228 y 2229 y el 2232, en tanto que los
dos primeros establecen la nulidad relativa del acto no solemne omiso en la forma exigida por la ley, mientras que el 2232 establece
la posibilidad de subsanación mediante el otorgamiento de la forma
omitida, pues aunque el supuesto de este último precepto es específico (falta de forma más voluntad indubitable), el mismo considera
nulo al acto, por lo que no puede decirse que se t r a t a de un precepto
de excepción en el sentido que impida la procedencia de la nulidad,
sino tan sólo en el de que en este supuesto es posible hacer valer la
nulidad o, además, la subsanación, aunque ambas acciones son excluyente~entre sí, pero sin que exista una prevalencia expresa entre
las dos posibilidades.
El problema se plantea si un "interesado" exige la subsanación
y otro hace valer la nulidad, pues conforme a la letra de la ley no es
posible resolver la colisión.
20.-Conforme a la interpretación teleológica puede decirse que
la intención del legislador es hacer prevalecer la subsanación, pues
de lo contrario no se justificaría la existencia del art. 2232.
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Por lo tanto, en el caso arriba planteado, conforme a la interpretación teleológica dada debe prevalecer la subsanación del acto.
La interpretación lógica, acudiendo a conclusiones lógicas, in- ( 2 0
terviene muchas veces con el fin de aclarar obscuridades, ambigüedades e incluso faltas evidentes en la redacción cometidas por el legislador, facilitando en ocasiones directamente una corrección del texto
legal.
La interpretación mencionada se encuentra muchas veces en (21
una concatención estrecha: la sistemática, que tomc, como pauta o
piedra de toque el aspecto relaciona1 de las normas.
Ahora se llega a un campo límite en la cognición judicial, que (22
es la llamada interpretación correctiva, la cual a pesar de su apariencia a primera vista excedente la función judicial, debe ser considerada no sólo como admisible, sino incluso como sumamente valiosa. La interpretación correctiva, en su sentido más lato, puede
aparecer en dos formas: como la llamada interpretación "declarativa" y como interpretación correctiva en sentido estricto. La primera
se aplica en los casos en que el legislador se expresa en forma obscura o no exhaustiva, mientras que la segunda en aquéllos en que
la expresión ha sido incorrecta. La interpretación correctiva en el
sentido lato puede ser de efecto restrictivo, extensivo o reformativo.
Como ejemplo de la interpretación correctiva con efecto restrictivo
puede citarse la sostenida por la Suprema Corte con relación al Art.
3008 que dice que "no podrá ejercitarse ninguna acción.. ." y ha
sido interpretado por la Corte (31) en el sentido de que el precepto mencionado" no es un requisito esencial en el ejercicio de la acción de prescripción adquisitiva".
Ahora mencionaremos los argumentos para obtener conclusio- ( 2 3
nes conforme al método lógico de "interpretación jurídica".
E n primer lugar debe mencionarse la conclusión por analogía. (24
E n el concepto más complejo de la analogía en sí cae solamente la
analogía deducida de UNA disposición legal (32) en cuanto al ámbito de la "interpretación jurídica", ya que la analogía deducida del ( 2 s
derecho -analogía del derecho- debe encajarse dentro del concepto de los "principios generales del derecho", diferenciación esta que
se explicará más adelante (33).
La analogía legal contiene la aplicación de una UNICA norma
legal contenida en UNA disposición legal a hechos no contemplados
expresamente en el ordenamiento jurídico pero similares a los previstos en el supuesto legal mencionado. La analogía legal pertenece
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a la interpretación extensiva en el sentido lato, pero debe ser
diferenciada de la interpretación extensiva en sentido estricto, la
cual no conduce a la analogía legal. Esta diferenciación es difícil en
la práctica, pero a pesar de ello puede definirse la distinción diciendo que en el caso de la interpretación extensiva en sentido estricto
los hechos en cuestión AUN son cubiertos por la disposición legal
correspondiente, aun cuando para llegar a esta conclusión debe entenderse el SENTIDO LINGÜISTICO de la disposición legal en su
sentido más lato. En cambio, en el caso de la analogía legal consta
evidentemente desde un principio que los hechos en cuestión se encuentran fuera del contenido de la disposición legal correspondiente
y solamente tienen una semejanza con él. Así por ejemplo, la fracción 111 del Art. 2994 habla de "gastos funerales", expresión legal
que podría ser interpretada, por medio de la interpretación extensiva en sentido estricto, como comprensiva del vestido luctuoso usado
por la viuda en la ceremonia fúnebre; mientras que será un problema de analogía legal en el caso de que se eleve un túmulo vacío en
honor de una persona muerta sin que haya sido posible encontrar
su cadáver.
La diferenciación mencionada puede tener importancia prác- ( 2 6
tica en el marco del Art. 11 respecto al cual la interpretación extensiva
en su sentido estricto puede considerarse como no comprendida en
la prohibición legal, mientras que la analogía debe ser considerada
como incluída en dicha prohibición.
La regla general según la cual las disposiciones legales de carácter excepcional no pueden ser aplicadas por analogía encontró
en el Art. 11 una enunciación legislativa tan estricta, que el criterio
jurídico según el cual "la analogía no está excluída en el caso de
dispoeiciones de carácter excepcional cuando el motivo jurídico político también es justo en casos similares y de lo contrario la disposición del carácter excepcional sería despojado de la parte esencial
de su importancia práctica" (34), no puede ser defendido en el
ámbito de nuestro Código Civil y sus normas complementarias.
En el caso del argumento "a silencio" el intérprete deduce del ( 2 7
silencio guardado por la ley respecto a los hechos en cuestión que
la ley no les es aplicable. Por medio de esta conclusión se efectúa
por lo tanto lo contrario al efecto acumulativo de la analogía. Por
ejemplo al Art. 1057 dice "sobre un inmueble en beneficio de otro perteneciente a distinto dueño", de lo que puede concluirse que en nuestro Código Civil no hay servidumbre personales sino tan sólo reales;
o el Art. 1058 que habla de "no hacer o en tolerar", de lo que puede
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deducirse que el contenido de la servidumbre no puede consistir en
un hacer.
Los llamados argumentos "a maiori ad minus" y "a minori ('"
ad maius" brindan los resultados más seguros y acertados para las
conclusiones lógicas. Estas conclusiones tienen la ventaja de poseer un
radio de acción complejo para la absorción de la norma positiva tomada como punto de partida, absorviendo y calificando esta norma
en la totalidad de su valor jurídico y después conduce directamente
a los hechos en cuestión con el fin de comprender también éstos en
la totalidad de su importancia característica y reflejar estos en el
"espejo" de la norma positiva. E n el caso del argumento "a minori
ad maius" se parte del pensamiento básico de que el legislador ligó
a hechos jurídicos de carácter "minus" una determinada consecuencia jurídica, de lo que se deduce que los hechos en cuestión, de carácter "maius", tanto más justifican la aplicación de la consecuencia
jurídica mencionada; en el caso del argumento "a maiori ad minus"
se toma como punto de partida que el legislador ni siquiera a los
hechos jurídicos de carácter "maius" ligó una determinada consecuencia jurídica, por lo que los hechos en cuestión de carácter "mi
nusf7mucho menos merecen la consecuencia jurídica.
Otro argumento lógico frecuentemente usado es el "a contrario", del que debe servirse con cuidado. Este argumento toma como ('!'
base que el legislador dispuso una determinada consecuencia jurídica
suponiendo para ella diversos hechos jurídicos determinados por él
más de esas exigencias características se concluye para los hechos
examinados lo contrario a la consecuencia legal. La diferencia gradual o práctica -no conceptual- con el argumento "a silencio"
consiste en que en el caso de éste se deduce del silencio del legislador, mientras que en el del "a contrario7' se parte de una enunciación
expresa de la ley y no en un sentido agregativo como en el caso de
la analogía, sino en un sentido contrastante. E n el caso del argumento "a silencio" se satisface con el no contenerse en la norma
legal el substrato examinado, mientras que en el caso del argumento
"a contrario" se tiende a encontrar no solamente el silencio, sino
además un contraste específico entre el hecho examinado y el supuesto de la norma legal. El método de reflejar en el caso del argumento "a contrario7' lleva consigo el peligro de que los efectos
de la conclusión no conduzcan a resultados esencialmente justificados, dado que en el caso de una conclusión sofística o formal-constructiva 'se concluye inmediatamente, sin más'reflexiones, a una situación jurídica de los hechos examinados contraria a la dispuesta
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en la norma positiva si en los hechos examinados no se encuentra
alguna de las características del supuesto. E n este caso existe el
peligro de que no se profundiza suficientemente PORQUE el legislador puso tales exigencias, lo cual en muchos casos obedece a motivos distintos a la tendencia pura y específicamente normativa,
como por ejemplo, de las necesidades descriptivas o informativas del
legislador. Tales exigencias no ofrecen naturalmente ninguna base o
fuente segura como "espejo" para crear un reflejo de contraste, dado
que ellas no presentan el núcleo normativo verdadero de la disposición
legal como punto de partida. Se podría formular la base seria para la
aplicación del argumento a contrario diciendo que: solamente de un
SUSTRATO NORMATIVO contenido en la ley se puede obtener
un SUSTRATO NORMATIVO para los hechos en cuestión. Estas consideraciones encuentran una formulación elegante en el comentario
de Staudinger (35) que habla de un "silencio ELOCUENTE de la
ley".
El siguiente ejemplo en que se utiliza correctamente, tal vez
pueda ilustrar lo dicho:
El artículo 1949 en su parte final dice: "cuando éste resultare
imposible", expresión legal ésta que indudablemente contiene un núcleo normativo, por lo que de ella se puede concluir mediante el a r gumento "a contrario", que el acreedor que exige la rescisión del
contrato después de haber optado por el cumplimiento, únicamente
tendrá acceso a su nueva pretensión después de haber visto frustrada
-a pesar de la ejecución forzosa ejercitada- la posibilidad de su
satisfacción.
El Artículo 21 de la "ley de condominio" puede servirnos para
ejemplificar los resultados no justificados a que conduce el uso indebido del argumento a contrario.
E l precepto citado establece que "Los propietarios de los otros
pisos, departamentos, viviendas o locales no disfrutarán de ese derecho", de lo que podría concluirse formalmente por medio del argumento a contrario que por ejemplo un usufructario --como persona
distinta de los propietarios mencionados- disfruta de ese derecho.
La defectuosidad de la argumentación radica en que la expresión
legal transcrita no tiene carácter normativo sino solamente explicativo, con el fin de complementar la frase anterior de la disposición
en la cual se establece un derecho del tanto en favor de un inquilino.
E l argumento "ad absurdum" tiene su campo propio de aplicación en el método sistemático, el cual se dirige a las relaciones sistemáticas de las diversas normas. Por lo tanto este argumento se
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aplica para manifestar evidentemente que una opinión jurídica es
insostenible por conducir a efectos absurdos tomando en consideración la incompatibilidad de la solución impugnada con el conjunto
formado por las demás normas.
El desarrollo de la ciencia jurídica en el transcurso de los decenios condujo también a diversas corrientes en la metodología de
la interpretación legal. Sabemos que en el siglo pasado, como principio de las modernas tendencias jurisprudenciales, se tendió a una
aplicación muy literal, la cual ocasionó, una restricción de la hermenéutica jurídica pues no se tomaron en cuenta las deducciones que
sólo pueden ser obtenidas del análisis sistemático del complejo del
ordenamiento jurídico total. Esta tendencia condujo a una rigidez
estrecha que se vió intensificada por la aplicación de los métodos
subjetivo e histórico en la interpretación jurídica. La necesidad de
amplitud interpretativa trató de ser superada por dos nuevas tendencias, cada una de las cuales propuso nuevos métodos interpretativos; la primera cristalizó en el llamado método objetivo que centró
su atención en la totalidad del ordenamiento jurídico positivo, mientras que la segunda propició la jurisprudencia libre.
Las diversas corrientes asi nacidas dieron lugar a diversas tendencias interpretativas, comunmente denominadas jurisprudencia
conceptual, jurisprudencia libre, jurisprudencia de intereses, jurisprudenia axiológica, jurisprudencia normativa y método, sociojuridico. (36).
Con frecuencia sucede que en la jurisprudencia se unen opiniones
sustentadas conforme a criterios metodológicos tan divergentes que
desde el punto de vista teórico parecen incompatibles, debido a lo
cual se puede concluir que las opiniones metodológicas tan vehementemente sustentadas en sus postulados en ocasiones extremas, tienen
solamente -parcialmente cuando menos- una importancia teórica.
De cualquier forma, puede observarse que la jurisprudencia
-tanto en nuestro país como en el extranjero- inclina inequívomente su derecho hacia una interpretación que se libera gradualmente del apego servil al texto legal. Sin embargo en la realización
de estas tendencias modernas puede trazarse una línea divisoria característica, efectuando la separación entre la jurisprudencia que aplica
conclusiones, reflejos y reflexiones solamente del ámbito normativo
(método normativo), y la jurisprudencia que echa también mano de
fenómenos fácticos de la vida como fuente o enfoque de sus reflexiones (sobre el tema véase Héctor Fix Zamudio, op. cit.).
Parece innegable que la jurisprudencia de un país depende en (31
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su orientación básica del tipo de legislación de ese país, con lo cual
se quiere significar que si un legislador opera con conceptos legales
no concretizados suficientemente, la jurispi.udencia se ve forzada a
buscar sus resoluciones en esferas extrapositivas, inclinándose asi
en dirección extrapositiva. Ejemplo de lo anterior, en sentido inverso,
es nuestro país en que la jurisprudencia no muestra tendencias extrapositivas por no predominar en nuestro C.C. la técnica legislativa
a que nos referimos; tampoco parece existir la tendencia de jurisprudencia conceptual en nuestra jurisprudencia, la cual encontraría
tal vez su mejor directriz hacia un movimiento más dinámico en la
jurisprudencia normativa.
4.-
L o s "Pt'incipios Ge,ner.«les del Dewcho"
(32
E n primer lugar debe plantearse la necesidad de una aclaración o rectificación interpretativa respecto a la redacción del texto
legal, la cual es de enorme importancia por !os efectos de amplio
alcance que tiene sobre las posibilidades de interpretación para determinar que sean los "principios generales". El Art. 19 habla de
"los principios generales DE derecho", mientras que el párrafo cuarto
del Art. 14 constitucional, que es su fuente directa, habla de "principios generales DEL derecho". La primera redacción abre, por falta
de artículo determinado, puerta a mayores aspectos extrapositivos
que la segunda, en virtud del artículo determinado contraído. Ya que
el Art. 19 parece copia fiel del párrafo 4 del Art. 14 Constitucional,
mientras que su redacción difiere notablemente de su antecendente
en el C.C. de 1884 que utilizaba la misma preposición, debe considerarse qne se trata de una equivocación no intencional de la redacción de la disposición vigente, en cuanto n la divergencia mencionada.
E n apoyo de lo anterior está el hecho de que García Téllez en sus
concordaizcias señala como antecedente de esta disposición el párrafo
cuarto del Art. 14 constitucional, y el Artículo 20 del C.C. de 1884
REFORMADO. Además, y haciendo a un lado la interpretación anterior, otra interpretación aplicable conduce al mismo resultado. Nos
referimos al criterio generalmente aceptado ( 3 7 ) , según el cual las
leyes ordinarias deben ser interpretadas de la manera más conveniente en concordancia con la norma constitucional, dado que no
puede -en caso de duda- imputarse al legislador ordinario la intención de legislar inconstitucionalmente, sino más bien la intención
contraria, argumento éste por el cual las Cortes Constitucionales de
Austria y Alemania en muchas ocasiones han denegado las impug-
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naciones de leyes ordinarias como inconstitucionales, interpretándolas conforme a la Constitución. Por todo lo anterior, las explicaciones siguientes toman como base el resultado de las interpretaciones
expuestas.
La denominación "principios generales 3 E L derecho" es tan
~.iafl?sinterpretativas que parecompleja y da lugar a tantas p~~sibi!
ce más adecuado escindir en primei lugar las esferas negativas, no
relevantes para el concepto, y sólo posteriormente concxetizar el
núcleo positivo restante.
E n primer lugar surge 13 cuestión de si los "principios genera- ('::'
les'' deben referirse solamente al derecho positivo o también al extrapositivo, supuesto éste en que resultan perspectivas mucho más
amplias. Para resolver esta cuestión se debe considerar que tanto
nuestra Constitución General como nuestro C.C. no tienen al derecho natural como base o fondo, lo cual puede observarse pronta y
fácilmente, y que tampoco fueron formados por un pensamiento iiiclinado al derecho natural. P a r a iluminar lo anterior mediante un
reflejo contrastante puede verse el C.C. austríaco de 1811 y la C o n s
titución Federal de Alemania Occidental de 1949, los cuales son considerados como productos específicos de un pensamiento legislativo
jusnaturalista. El parágrafo 7 del C.C. austriaco -correspondiente en
su función y contenido a nuestro Art. 19- habla expresamente de
"Natuertiche Rechtsgrundsaetze" como último medio interpretativo en
el caso de lagunas no superadas por los otros medios interpretativos
establecidos en la misma disposición legal. La expresión citada ha
sido traducida al francés por Michel Doucet (ob. cit. pág. 11) muy
acertadamente como "les principes fondamentaux du droit NATUREL" y la traducción literal al español es "principios generales del
derecho NATURAL". El contraste entre las enunciaciones legislativas ilustra claramente la posición verdadera de nuestros "principios
generales DEL DERECHO".
El espíritu jusnaturalista de la Constitución (37 bis) alemana
se manifiesta evidentemente en los párrafos siguientes, tomados de
resoluciones judiciales y obras doctrinales :
"También si un tribunal ordinario tiene una ley ordinaria como
nula por violación CONTRA DERECHO EXTRAPOSITIVO, este
tribunal debe plantear la cuestión de esta nulidad al Tribunal Federal Constitucional según el Art. 100 fracción 1 (de la constitución)"
(38)
E l Tribunal Federal Constitucional de Alemania Occidental resolvió en una otra senteficia citada en el coloquio de Heidelberg (39)
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sentando el siguiente principio : "La norma de una CONSTITUCION
puede ser nula, si ella desprecia postulados básicos de la justicia
EXTRAPOSITIVA en forma absolutamente insoportable, postulados
que pertenecen a las decisiones básicas de esa constitución".
E n el coloquio Heidelberg (40) se sostiene la opinión de que
"es cierto que normas superiores a la Constitución, vigentes fuera
de ella, como por ejemplo el DERECHO NATURAL son reconocidas . . ."
De las citas anteriores resulta un reflejo característico de la
posición de nuestra Constitución General que la sitúa fuera de la tendencia jusnaturalista, por lo que puede concluírse que el derecho extrapositivo no tiene relevancia respecto a los "principios generales"
del artículo 19.
Las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
citadas por García Maynez (ob. cit. págs. 384, 386 y 387) y por
Oscar Morineau (ob. cit. pág. 451) no reconocen al derecho extrapositivo como fuente de los "principios generales".
Por lo que se refiere a las opiniones doctrinales sobre el tema,
Ignacio Burgoa (ob. cit. pág. 504-5) niega la aplicación de principios del derecho natural en el ámbito del párrafo cuarto del Art. 14
constitucional, que como hemos visto es la fuente directa del Art. 19
C.C., y es de advertirse que Eduardo Pallares no se refirió al derecho
natural al estudiar los "principios generales" en sus comentarios al
C.C. de 1884 (págs. 12 SS.). Eduardo García Maynez llega a través
del método filosófico-jurídico (ob. cit. págs. 370 SS., 372 SS. y 374
SS.) al resultado de que -desde un punto de vista general- en los
"principios generales" debe s e r contenido un substracto del derecho
natural como resultado a priori de la esencia y de la función del derecho, pero este autor se limita en sus comentarios al derecho mexicano
( sus "principios generales"), a destacar solamente la necesidad de
la aplicación subsidiaria de los principios de la equidad, sin referirse
por lo tanto a los principios jusnaturalistas como elementos inman e n t e ~a cualquier derecho positivo, como correspondería al sustentar
consecuente de una opinión jusnaturalista. Finalmente, Oscar Morineau (ob. cit. págs. 450 sigts.) no icluye al derecho nautral en sí
y en su totalidad como fuente de los "principios generales", aunque
sí los principios de la equidad como fuente subsidiaria para la aplicación del derecho positivo y por lo mismo en sus "principios generales".
E l derecho consuetudinario no puede ser fuente de los "prin- ( 3 4
cipios generales", como resulta de los Arts. 9 y 10 y de las explica-
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ciones respectivas de García Maynez (ob. cit. págs. 38 SS.), según
las cuales en nuestro derecho civil sólamente puede hablarse de una
"costumbre delegada".
Es necesario abordar ahora la cuestión de que partes del d e r e (35
cho positivo y de su ciencia pueden formar la fuente de los "principios
generales". Si se considera el derecho positivo nacional vigente coco única fuente, tanto la jurisprudencia como la doctrina, el derecho
histórico y el derecho extranjero, carecen de posibilidad de constituir
fuente alguna propia y originaria y sólamente pueden serlo en cuanto suministren al conocimiento del propio derecho positivo vigente.
Por lo tanto, el derecho extranjero y el histórico sólamente pueden
ser considerados en tanto sean congruentes verdadera y esencialmente con el propio derecho positivo vigente respecto al tema en cuestión, cuya solución interpretativa se busca -a reserva de la solución
estudiada en concreto para cuya solución el derecho propio positivo
vigente no ofrece una solución satisfactoria. En este último supuesto, se ofrecen naturalmente amplias posibilidades para conclusiones
que pueden conducir al aspecto histórico, por ejemplo al derecho romano, y al internacional a distancias muy largas.
Por lo que se refiere a la ciencia jurídica, tomando como base
la definición de Hans Kelsen (41) según la cual "La ciencia jurídica
describe el derecho en las proposiciones jurídicas, pero no produce
como fuente de derecho a éste como norma", se deducen los límites
de la posible función de la ciencia jurídica en la investigación o descubrimiento de los "principios generales" a un instrumento meramente auxiliar, sin perjuicio de su importancia y trascendencia, para
cuya aplicación debe observarse el supuesto arriba mencionado respecto al derecho extranjero e histórico, es decir, la congruencia
explicada (42).
Por lo que se refiere a las resoluciones judiciales, no puede pasarse por alto su importancia decisiva en la práctica (43). Desde
el punto de vista del jurista, observando atentamente por método
analítico las resoluciones judiciales se puede probar evidentemente
el papel que como factor directriz desempeña la actividad judicial,
modificando en muchas ocasiones el texto de la Iey y dominando la
vida jurídica toda (44). Es innegable "la tarea absolutamente no
despreciable que realiza el derecho consuetudinario por medio del
uso jurisdiccional" (45), pero a pesar de ello no puede pasarse por
alto - d e s d e el punto de vista conceptual- que Ia judicatura jamás
comprende la creación del derecho como normas generales y abs-
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tractas sino solamente la aplicación de éstas, sin perjuicio de la norma individual que toda sentencia crea (46).
Que la equidad queda comprendida en los "principios genera- ( ? "
les" del Art. 19 es afirmado por parte de la doctrina (47), mientras
que la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo niega (48).
Según parece, las disposiciones legales citadas por García Maynez (49) como ejemplos para conseguir una base de apoyo con el
fin de establecer a la "equidad" como "princioio general" en el sentido del Artículo 19 son insuficientes. A d e m k y especialmente puede
deducirse del Art. 20 que si nuestro legislador prefirió legislar sobre
el sector de la equidad en el marco y límites del Art. 20, sin establecer un concepto extralimitante del mismo Artículo, de haber deseado
lo contrario el legislador hubiese tenido la posibilidad de -en lugar
de redactar el Art. 20 en tales términosestablecer a la equidad
en sí, general y exprésamente como "principio general", o por lo
menos con mayor amplitud que la del marco restringido del Artículo
20. Por lo tanto, el complejo que se comprende en el concepto de
"equidad" solamente puede ser tomado en cuenta como fuente para
los "principios generales" en cuanto es comprendido por el Artículo
20.
Después de las explicaciones anteriores, realizadas para excluir (':¡
conceptos no relevantes, es necesario abordar la cuestión de que queda comprendido en sentido positivo dentro de los "principios generales" del Art. 19. Para obtener estos "principios" el intérprete debe
realizar en su pensamiento una operación lógica la cual es en cierto
grado, similar a la de la analogía legal, pues en los dos casos el intérprete se remonta al substrato de las normas positivas ya existentes que parecen adecuadas parar llenar el vacío. Sin embargo en el
caso de los principios generales ese substrato puede ser encontrado
solamente con mayor dificultad que en el caso de la analogía legal,
dado que en este primer caso las normas aducidas como base para
anuclarlas se encuentran más "lejos" al caso en estudio que en el
supuesto de la analogía legal. Por lo tanto, no puede encontrarse
una disposición legal aislada como base, sino solamente un complejo
de normas tejidas entre sí, o un principio que está supraordenado
como línea directriz común sobre ese complejo o un principio que tiene
una importancia dominante. E n virtud de esto, se habla aquí no de
analogía de la ley sino de analogía del DERECHO. Desde el punto (""
de vista conceptual esencial, se trata aquí siempre de esta analogía,
aunque muchos autores utilizan diversas denominaciones, diferencias
que son únicamente nominales. Si el Art. 19 escogió la expresión
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"principios GENERALES" esta dicción se desprendió del postulado
del legislador según el cual el intérprete solamente puede anudar a
las normas que no tienen una importancia meramente limitada o
parcial, sino únicamente a los complejos de normas que el orden jurídico reconoció una relevancia compleja o extensiva, de modo que
ellos -en virtud de su acuñación destacada en el orden jurídicopueden ser consideradas como "generales" (50).
La siguiente deducción, en el ámbito del derecho comparado,
puede poner de relieve y comprobar este pensamiento.
La sentencia de la Suprema Corte citada por García Maynez (:'"
(51), interpreta los "principios generales" de tal modo que su equiparación al art. 1 del C.C. suizo se manifiesta claramente. Además,
García Maynez mismo (52) se refiere a esa disposición legal, por
lo que parece justificado entrar en el comentario del artículo citado,
con el fin de ilustrar este tema de nuestro derecho.
El artículo 1 del C.C. suizo establece:
"La ley rige todas las materias a las cuales se refieren la letra
o el espíritu de cualquiera de sus disposiciones. A falta de una disposición legal aplicable, el juez resuelve de acuerdo con el derecho
consuetudinario y, a falta de costumbre, DE ACUERDO CON LAS
REGLAS QUE ESTABLECERIA SI TUVIESE QUE PROCEDER
COMO LEGISLADOR. Se inspira en las soluciones acreditadas por
la doctrina y la jurisprudencia."
Las explicaciones de Eugen Huber, que fue el autor de la ley
(53), comenta el artículo citado diciendo: "el juez debe resolver en
estos casos de tal modo como el legislador CONSECUENTE hubiera
resuelto si él hubiese pensado en estos casos".
El comentario Staudinger (54) añade a estas explicaciones, al
comentarlas, que: "Por lo tanto a pesar del texto subjetivo un procedimiento objetivo CERCANO A LA ANALOGIA DE DERECHO,
EL CUAL RADICA EN LA LEY."
En conclusión de las explicaciones anteriores, puede resumirse
diciendo que el orden jurídico mexicano forma el límite supremo y
no superable, el cual en toda su extensión -tomando en cuenta las
competencias y distribuciones constitucionales- está a disposición
del intérprete para obtener las deducciones mencionadas.
El Artículo 19 en su conjunto con el párrafo cuarto del Ar- ( 4 0
tículo 14 Constitucional, fija este límite supremo el cual no puede ser
puesto tan estictamente en otros C.C. que no contienen preceptos sobre la aplicación del derecho (como C.C. de Alemania), o contienen
preceptos con una apertura al campo extrapositivo (55).
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De lo dicho anteriormente, surge la cuestión de como debe procederse en la aplicación del derecho en los casos en que las posibilidades suministradas por el Art. 19 no permiten una solución o sólo
una insatisfactoria. E n esos casos - c o n seguridad poco frecuentes
en la práctica- el intérprete debe regresar a la ley misma tal como
ella se presenta, de lo cual resultan las consecuencias siguientes: una
pretensión o excepción hecha valer que no es deducible de los preceptos legales conforme a los medios interpretatívos establecidos por
los Arts. 19 y 20, no puede prosperar en el razonamiento judicial y
por lo mismo tampoco puede surtir efectos jurídicos positivos relevantes en la decisión judicial. E n el caso de una colisión insoluble,
en el sentido antes explicado (56), entre dos o más disposiciones
legales, todas ellas deben ser consideradas como no aplicables (57),
de modo que todas dejan de ser fundamento, como base legal, de la
nretensión o excepción y conducen por esto a la denegación de la
acción o excepción. Sin embargo, en todos estos casos debe resolverse
con una resolución de fondo conforme al Art. 18, aun cuando ésta
no parezca satisfactoria.
Se trata aquí de situaciones que no son accesibles mediante un2
"reforma" O "corrección" judicial y solamente pueden ser reguladas
por una intervención legislativa (58), pues de las funciones de adapt a r el derecho a la vida y la vida al derecho, la primera hasta cierto
grado -es decir, en exceso de los límites de los Arts. 19 y 20- está
reservada al legislador, mientras que el radio de acción del juez
-dentro del grado mencionadoes la segunda de las funciones
citadas (59).
5.-Los
medios interpretativos de2 Articulo 20
(41
El contenido del art. 20 debe ser incorporado en la estructura
del artículo 19, ya que los dos medios interpretatívos"evitarse
perjuicios y no en favor del que pretende obtener lucro" y "obsei-vando la mayor igualdad entre los interesados" -pueden ser considerados como casos de aplicación especial de los "principios generales" del artículo 19 que parecieron tan importantes al legislador que
los destacó expresamente.
De lo anterior puede concluirse que en caso de concurrencia de ('2
otros principios generales con los dos antes mencionados éstos tienen
la preferencia en caso de duda.
Por lo que se refiere al contenido de estos dos principios generales, el primero contiene una norma compleja que excluye el ( 4 3
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enriquecimiento ilegítimo. E n general las n o m s dirigidas contra
el enriquecimiento ilegítimo contienen una regulación en técnica
casuistica, siguiendo en ello al Derecho Romano (60). E n cambio,
el Art. 20 comprende en su formulación un concepto GENERAL libre del casuísmo de la "condictio" y por ello se adapta al carácter
de los "principios GENERALES".
El segundo de los medios inierpretativos mencionados contie- (44
ne el principio de la paridad.
Por lo que se refiere al primer principio (nota 43) existe como
punto de partida un "conflicto de derechos" Este conflicto no se
puede comprender en el sentido de la dinámica del proceso civil, sino
más bien en el sentido estático basado en la especie de los derechos
relativos, dado que en un proceso civil siempre hay conflictos cualquiera que sea la naturaleza de los derechos suceptibles de proceso.
Por lo tanto se debe encontrar este supuesto en la naturaleza de los
derechos mismos como mostrará el ejemplo siguiente: Como explicamos anteriormente (V. nota marginal 19) se podría considerar
la existencia de un conflicto entre la nulidad y la posibilidad de saneamiento establecidos en los Arts. 2228, 2229 y 2232 C.C. Esta situación podría ser considerada como la existencia de un "conflicto
de derechos". Pero por otra parte en el caso en que dos personas
adquirieran el mismo tiempo por parte del mismo propietario de un
edificio un derecho de arrendamiento respecto al mismo objeto, en
forma separada, entonces no hay "conflicto" en el sentido de la primera frase del Art. 20 sino más bien hay conflicto en el sentido de
la segunda frase del Art. 20, la cual dispone, en contraposición a la
primera frase, no la exclusión de un enriquecimiento ilegítimo en
sentido general, sino la observancia de la paridad.
Por lo que se refiere a la consecuencia establecida en la primera
frase del Art. 20, esta consecuencia parece como suficientemente explicada en la nota 43. Resta solamente poner en relieve la siguiente
escala aplicable a los casos de "conflictos" mencionados en la primera frase del Art. 20 :
lo. E n primer lugar debe intentarse obtener, por medio de la
interpretación, una prevalencia de una norma frente a la otra norma
en conflicto.
20. Si no puede obtenerse lo anterior, debe aplicarse la disposición contenida en la primera frase del Art. 20 y finalmente, en el
caso de la no aplicabilidad de esta disposición, debe considerarse
el conflicto como insoluble con las consecuencias ya arriba notadas
(véase No. marginal 40, parr. 20.).
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Por lo que se refiere a la disposición contenida en la segunda.
frase del Art. 20, existe el supuesto allí previsto según el cual debe
tratarse de "derechos iguales o de la misma especie", para cuya caracterización sirve el ejemplo arriba dado. Por otra parte la consecuencia prevista en esta frase, llamada principio de la paridad, una
vez analizada se llega a la consecuencia de que este precepto carece
de núcleo normativo propio y se presenta esencialmente como una
repetición de otros criterios. E n primer lugar debe destacarse que el
principio de la llamada "paridad" no puede interpretarse literalmente si quiere encontrarse el verdadero sentido que intentan darle los
legisladores cuando se sirven de esta expresión, ya que ésta no pretende significar "igualdad" en el sentido estrícto de esta palabra (61).
Este principio es preceptuado por el legislador coiistitucional al ordinario y además, a través del Art. 20, por éste al juez respecto a la
aplicación de las leyes. El primer tipo de precepto se denomina también como "igualdad en la ley", mientras que el segundo como "igualdad ante la ley". Si nos limitamos al principio de la igualdad ante la
ley, como corresponde en un análisis de la segunda frase del Art.
20, debe interpretarse el contenido normativo verdadero de este precepto como una orden dada expresa y especialmente al juez de observar una estricta objetividad y legalidad en la aplicación de la
norma general, absteniéndose de toda consideración de tipo subjetivo. Como se ve fácilmente, esta orden no implica novedad normativa alguna, aunque puede motivarse psicológicamente la repetición y
destacamiento hechos por el legislador especialmente en este lugar.
con motivo de la existencia de una cierta "laguna" en el caso concreto, con el deseo legislativo de amonestar al juez a la observancia de
este principio general ya conocido y ordenado en otros lugares como
el Art. 14 constitucional y el A i t 19 de nuestro C.C.
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N O T A S
1. Por ejempJo, Dn. Jerónimo Díaz ha destacado, en fino análisis, Las contradicciones que
existen entre las disposiciones relativas a la ~osesión (op. et loco cit.) ya antes puestas en evidencia, en incomparable análisis por Dn. Oscar Marineau (op. cit. págs.
347-389).
2. Uno de los casos de excepción a este principio general está contenido en la fracción
VI del artículo 104 constitucional.
3. 'Tal es el caso de Austria; V. art. 82 constitucional, y en menor medida el de
Alemania.
4. V. Bu~cos,Las Garuntíus.. . pág. 501, y García Maynez, op. cit. pág. 381
5. Por analogía, el precepto debe considerarse aplicable en el ámbito de la jurizdicción voluntaria.
6. Véase número marginal 34.
7. Tal es el caso de la Ley sobre el Régimen de Propiedad en Condominio de los
Edificios divididos en Pisos, Departamentos, Viviendas y Locales.
8. Como en el art. 997 "costumbre".
9. Véase arts. 1851
SS.
y 1383.
10. Argumento "a falta de ley" en la segunda frase.
11. V. número marginal 2 y el ejemplo ahí citado.
12. V. parágrafo 7 del C.C. austríaco.
13. Apéndice, 4a parte, 3a. sala, 1965, tesis 253, pág. 771.
14. Tendencias consagradas en el art. 14 constitucional.
15. Ver números marginales 12, 13, 25, 37 y 38.
16. En el mismo sentido: Swind, op. cit. pág. 275 con el ejemplo ahí dado tomado del
C.C. austríaco.
17. Para mayores detalles, V. número marginal 18.
18. V. números marginales 14, 15 y 16.
19. Apéndice citado, tesis 284. pág. 850.
20. Segunda edición citada (Reine..
. , pág.
21. V. número marginal 25.
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72. V. números marginales 38 y 39.
23. Otra parece ser la opinión de Garcia Maynez, op. cit. págs. 380 y siguientes, especialmente 383; en el mismo sentido de García Maynez, V. Morineau, op. cit. pág.
452.
24. V. niimeros marginales 24, 25 y 38.
25. También en Staudinger, tomo 1 ~ á g .33 se sostiene esta opinión, pues según él "Los
limites entre "Auslegung"
elásticos".
(interpretación) y "Rechtsfortvildung"
26. KELSEN,REINE.. ., págs. 349-350 y 245
(integración) son
SS.
27. KELSENREINE,pág. 350.
28. KELSEN,REINE. pág. 254; Staundinger, op. cit. págs. 37-38.
29. Un resumen de estas denominaciones restantes se encuentra en Staudinger, op. cit.
pág. 38.
30. V. ejemplo en las notas marginales números 5 y 11.
31. Apédice, 4a. parte, 3a. Sala, 1965, pág. 65, tesis 19.
32. Analogía legal, V. números marginales 12, 25 y 26.
33. V. números marginales 12, 38 y 39.
34. STAUDINGER,
op. cit. pág. 40.
I
35. op. cit. pág. 41.
36. Un magnífico estudio en KarJ Lorenz, op. cit.; una visión completa pero sintética, en
Staudinger, op. cit. tomo 1, págs. 35 y siguientes.
37. V. respecto a México: Fix Zamudio, op. cit. pág. 77; respecto a Austria, V. resoluciones de la Corte Federal Constitucional Slg. 2109 y 2598; en relación a Alemania
Occidental de publicación del Coloquio de Heidelberg, de 1961, pág. 153 y las resoluciones ahí citadas en la nota 213.
37 bis. De muchas características del t i p t jusnaturalista de esta constitución menciono al
art. 20, párrafo 3 en donde se habla ...el poder ejecutivo y el poder judicial están
vinculados A LAS LEYES Y AL DERECHO." por medio de tal expresión se refiere
con la palabra "leyes7' a las manifectaciones del derecho positivo y con "derecho" al
substrato axiológico o extrapositivo (véa Mangoldt-Klein, "Das Bonner Gmndgestz",
Bd. 1, pág. 603 sigt.).
38. Resdución citada en la nota No. 104 de la
1961, pág. 152).
del Coloquio de Heidelberg de
39. Publicación del Coloquio de Heidelberg, pág. 152; resolución E. Bd. 3, pág. 225,
233.
40. Publicación del Coloquio de Heidelberg, págs. 151-2.
41. "Comprensión.
.." pág.
6.
42. V. supra No. marginal 35 primer párrafo.
43. v. p. ej. el art. 192 de la Ley de Amparo.
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44. Sobre el tema puede verse el magnífico estudio de F. Gschnitzer, "Shafft Geriohtsgebrauch Recht"
Gschnitzer, op. cit. pág. 43.
KELSEN,REINE, págs. 239 siguientes. La judicatura siempre aplica derecho prrexistente, aun cuando DENTRO DE ESTA ACTIVIDAD la judicatura crea y conserva
un cierto uso, y esa norma preexistente. o cuando menos deducible, debe ser creada
previamente por el legislador, el c i d t i m e el monopolio de la creación de normas
generales y abstractas (Kelsen Reine, pág. 234).
Ver citas hechas en la página 30 en relación
pecto a l a aplicación del derecho natural.
ü
García Maynez y Oscar Morineau res-
Vea resolución citada por García Maynez, 01). cit. pág. 386.
García Maynez, op. cit. pág. 386.
Como por ejemplo, en el ámbito del C.C. la protección de la buena fe o en el ámbito
c~onstitucional distintos principios deducidos de las garantías individuales.
G A R C ~MAYNES,
A
op. cit. pág. 384.
GARC~A
MAYNEZ,op. cit. pág. 372.
EUGENHUBER,Comentario al .4nteproyecto, 1961, tomo 1, pág. 37.
Comentario Staudinger a l Código Civil de Alemania, pág. 41
Como el ABGB, ver número marginal 33.
V. número marginal 44.
KELSENREINE, pág. 77.
V. la opinión de Wahl, op. cit. pág. 869.
Así 1.0s artículos 1882 ss.
KELSENREINE, págs. 390-397.
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