Carta de Asia-Economía El comentario Globalización y pobreza: ideas claras en China Sergio Martín.- Iberglobal Uno de los argumentos favoritos entre los críticos de la globalización es que ésta favorece la desigualdad y la pobreza. Enlazando con las antiguas teorías de los años setenta sobre la dependencia, estos críticos señalan, esquemáticamente, que la globalización es un arma de los más países más ricos para mantener su posición privilegiada, que no ha servido para que los países subdesarrollados puedan vencer la pobreza, que ha sido una causa determinante de que hayan aumentado las desigualdades en la economía mundial. La globalización, en suma, es origen de pobreza y desigualdad, según este planteamiento. Hay un país en el mundo en el que prácticamente sería imposible escuchar el anterior tipo de argumentación. Y no es un país rico sino en vías de desarrollo que, además, es en teoría un a país socialista gobernado por un partido comunista. Se trata de China. En la pragmática y poco ideologizada China tienen muy claro que la globalización ha sido uno de los motores clave del gigantesco despegue económico que han experimentado en el último cuarto de siglo (gracias al cual, como nos recordaba recientemente un informe del Banco Mundial, alrededor de 400 millones de chinos han podido abandonar la situación de pobreza). El economista más famoso de la China actual, Fan Gang, lo racionalizaba en un artículo reciente (escrito junto con un profesor de la Academia de Ciencias Sociales, Zhang Xiaojing), publicado en la revista China & World Economy y titulado elocuentemente “Cómo pueden los países en desarrollo beneficiarse de la globalización: el caso de China”. Para los articulistas, la experiencia de China es un claro ejemplo que prueba los beneficios de la globalización. Se trata de una globalización que ha seguido el estilo que en general ha caracterizado a la reforma china: con gradualismo, es decir, realizando los cambios poco a poco; protegiendo al máximo posible aquellos sectores que presentaban más debilidades frente a la competencia internacional (como el bancario); 1 mejorando el marco institucional de la economía en paralelo a la apertura al exterior; etc. Pero ha sido un proceso firme de “globalización”, entendiendo por tal la apertura al comercio exterior y a las inversiones extranjeras, el sometimiento a la disciplina de la competencia de los mercados internacionales. Para Fan y Zhang, “la globalización es el resultado natural del desarrollo de una economía de mercado. Los países en desarrollo solo tienen una cosa que considerar: cómo pueden participar en esta tendencia, y no cómo escapar a ella”. Existe una amplia e intensa polémica sobre los efectos de la globalización. Pero en la China actual, la China de la reforma –probablemente el mayor éxito económico de la historia de la humanidad- esa polémica es inexistente: la globalización ha sido una de las dos causas fundamentales (la otra es el desarrollo de la economía de mercado) que explican el espectacular avance económico experimentado por el país. Carta de Asia-Economía Número 63 – 5 de mayo de 2004 2