SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1662/2012 Sucre, 1 de octubre de 2012 SALA TERCERA Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños Acción de amparo constitucional Expediente: Departamento: 01378-2012-03-AAC Chuquisaca En revisión la Resolución 50/2012 de 31 de julio, cursante de fs. 63 a 64 vta., pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca contra Betty Nogales Bohórquez, Jueza del Juzgado Tercero de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Chuquisaca. I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA I.1. Contenido de la demanda Mediante memorial presentado el 20 de julio de 2012, cursante de fs. 41 a 46 vta., la accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho: I.1.1. Hechos que motivan la acción Dentro de la demanda sumaria de cumplimiento de contrato seguida en su contra por Aurora Elena Rocabado Domínguez de Mejía a través de su abogado apoderado Antonio Durán Jurado, en ejecución de sentencia interpuso incidente de comprobación y declaración de extinción de la obligación que contenía el contrato de préstamo de dinero para su persona, por efectos de la resolución del mismo y ante la existencia de un fallo en ejecución referida al cumplimiento de la misma obligación. Incidente que el Juez Segundo de Instrucción en lo Civil -en suplencia legal- lo declaró improbado, mediante Auto Definitivo de 30 de noviembre de 2011; contra el que planteó apelación en el efecto devolutivo, conocida y resuelta por la Jueza ahora demandada, quien por Auto de Vista 13/2012 de 16 de abril, confirmó la Resolución del inferior, incurriendo en omisiones ilegales, porque no dio respuesta a los puntos resueltos en el fallo y que fueron motivo de apelación y fundamentación en el memorial de alzada; actos que suprimen sus derechos y garantías fundamentales. A tiempo de resolver el recurso interpuesto por su parte, la Jueza afirmó que la apelante, no cumplió con los requisitos exigidos por los arts. 219 y 227 del Código de Procedimiento Civil (CPC), concretamente observó que la interesada: a) No señaló la expresión de agravios y el sustento de la apelación, fundamento y razones, si el agravio es de forma o de fondo; b) Se limitó a efectuar una relación de hechos y lo que debió considerarse en la resolución desde su óptica; c) No indicó la norma legal infringida; d) No puntualizó los errores de hecho y derecho en la resolución recurrida; e) No efectuó una articulación fundada y objetiva sobre los errores de la resolución; y, f) No mencionó las disposiciones legales incumplidas o mal aplicadas y en qué consisten esas infracciones. Conclusiones totalmente falsas, porque en el memorial de apelación, se cumplieron todos los requisitos exigidos por la precitada normativa; en el primer motivo se precisó la parte del Auto impugnado donde se encuentran las conclusiones arbitrarias a la que arribó el Juez a quo y en la que sustentó su decisión de declarar improbada en alzada el incidente, explicando el por qué ese criterio resulta erróneo y hasta ilógico. De igual forma, en la segunda parte del primer motivo del recurso de apelación, se preciso la conclusión errónea del Juez a quo y los expresó como agravios, citando las disposiciones legales en las que se sustenta y las que fueron contrariadas. Sostiene que el juez o tribunal, sólo puede pronunciar resolución de vista confirmatoria cuando resuelve en el fondo el recurso de apelación, esto es, cuando el recurrente demostró o acreditó los agravios, caso contrario, corresponde desestimar el recurso, anular el auto de concesión de alzada y declarar ejecutoriada la resolución impugnada; lo que demuestra una absoluta incongruencia entre la parte considerativa y la resolutiva, dado que no puede confirmarse una resolución que no mereció revisión. Asimismo afirma que, de la revisión del art. 227 del CPC, los supuestos extrañados por la autoridad demandada no fueron establecidos como exigencias o requisitos a observar en el recurso de apelación, sino, atento al 258 inc. 2) del adjetivo civil, son requisitos que deben observarse en el recurso de casación, esto porque es un recurso extraordinario o de segunda instancia; en ese contexto, la autoridad judicial accionada, al sustentar su decisión de confirmar el Auto apelado, en el “supuesto” incumplimiento de requisitos que no están previstos por ley para el recurso de apelación incurrió en un acto ilegal, habida cuenta que exige el cumplimiento de requisitos que no están previstos en la ley. I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados La accionante señala como lesionados sus derechos a la defensa y al debido proceso en sus elementos a la motivación y congruencia, citando al efecto los arts. 115.II y 119.II de la Constitución Política del Estado (CPE). I.1.3. Petitorio Solicita se conceda la tutela y en consecuencia: 1) Se deje sin efecto el Auto de Vista 13/2012 de 16 de abril, pronunciado por la Jueza demandada; 2) Se ordene a la autoridad demandada, dicte una nueva resolución debidamente fundamentada en la que se resuelvan los puntos que fueron resueltos objeto de apelación y fundamentación, observando los principios de pertinencia y congruencia, previstos en el art. 236 del CPC; y, 3) Sea con imposición de costas. I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías Celebrada la audiencia pública el 31 de julio de 2012, según consta en el acta cursante de fs. 60 a 62, en presencia de la accionante asistida de su abogado y de la tercera interesada; y, en ausencia de la autoridad jurisdiccional demandada y del representante del Ministerio Público, se produjeron los siguientes actuados: I.2.1. Ratificación de la acción El abogado de la accionante ratificó los argumentos del memorial de demanda. I.2.2. Informe de la autoridad demandada Betty Nogales Bohórquez, Jueza del Juzgado Tercero de Partido en lo Civil y Comercial del departamento de Chuquisaca -ahora demandada-, en informe escrito cursante de fs. 58 a 59, refirió lo siguiente: i) Como consecuencia de una apelación formulada por la accionante contra el Auto de 30 de noviembre de 2011, que resolvió declarando improbado el “incidente de comprobación y declaración de la extinción de la obligación, que para su persona, tenía el contrato de préstamo de dinero que precisó, por efectos de la resolución del mismo y ante la existencia de un fallo en ejecución, referido al cumplimiento de la misma obligación”, dictado por el Juez Segundo de Instrucción en lo Civil en suplencia de su similar Tercero, el caso se remitió a su despacho; ii) Apelación resuelta por su autoridad el 13 de abril de 2012, confirmando el Auto interlocutorio de 1 de octubre de 2011, con costas a la apelante, porque la ahora accionante, refirió de manera genérica, que la decisión asumida por el Juez a quo de declarar improbado el incidente referido, es totalmente arbitraria y le causa agravios, pero no señaló por qué es arbitraria y cuál fue el agravio sufrido como emergencia de la resolución dictada por el Juez de instancia, tampoco señaló cual es la norma legal infringida y catalogada como violatoria y perjudicial a sus intereses, es decir, no existe sustento de la apelación, su fundamento y razones, conforme extracta la misma recurrente, se refiere al contrato de préstamo de $us2500.-(dos mil quinientos dólares estadounidenses); iii) En el siguiente párrafo reconoce que no existe contrato bilateral entre su persona y la demandante; sin embargo, en forma contradictoria, pide que se deje sin efecto el contrato por ser errónea la interpretación del Juez a quo, pero tampoco manifiesta porqué hace esa consideración; iv) Refiere que por efecto de la resolución, quedó resuelto el contrato y extinguida la deuda respecto de su persona, pero no precisó la norma vulnerada por el a quo; v) Se debió indicar punto por punto los errores, omisiones y demás deficiencias en forma clara y precisa, indicando el error de hecho y derecho; puntualizando la naturaleza del agravio, para que en alzada, se reparen los mismos, lo que no sucedió en el presente caso; vi) Con relación a la presunta incongruencia del segundo considerando y la parte resolutiva del fallo, el art. 237 de CPC, establece las formas de resolución del auto de vista y mal podría su autoridad disponer en la parte resolutiva, el desestimatorio, cuando la norma legal no reconoce esta figura en las formas de resolución para el auto de vista y tampoco anular obrados, porque de acuerdo al principio de especificidad, no existía razón legal para disponer el anulatorio, por lo que, en cumplimiento a lo previsto por referido artículo del Código adjetivo civil, únicamente correspondía disponer el confirmatorio por incumplimiento de lo previsto por los arts. 219 y 227 del mismo cuerpo legal. Por lo manifestado, al no ser evidentes las omisiones y actos ilegales denunciados, solicita que se deniegue la acción. I.2.3. Intervención del tercero interesado El abogado de la tercera interesada, presente en la audiencia pública, afirmó que el Auto de Vista “1/2012”, no es vulneratorio de derechos; por lo que pidió que se deniegue la tutela impetrada. I.2.4. Resolución La Sala de turno por vacación judicial del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca, mediante Resolución 50/2012 de 31 de julio, cursante de fs. 63 a 64 vta., concedió la tutela solicitada, dejando sin efecto el Auto de Vista 13/2012 de 16 de abril, disponiendo que la autoridad demandada dicte una nueva resolución, ingresando al fondo y pronunciándose sobre todos los puntos apelados, cumpliendo con la normativa civil que corresponde; sin responsabilidad por ser excusable; bajo los siguientes argumentos: a) Entre los principios contenidos en la Constitución Política del Estado, se encuentran el de verdad material e informalismo, lo que implica que el sistema judicial debe abrir sus puertas a la administración de justicia evitando que se dependa de formalidades; b) Desde el orden constitucional se encuentra que existe incongruencia en la resolución de Betty Nogales Bohórquez -ahora demandada-, pues ella misma admite que se mencionó la existencia de agravios citando algunos de ellos, pero contrariamente no entra al fondo; c) Revisando la norma que tiene que ver con el recurso de apelación, lo que exige es simplemente que se explique el agravio y no necesariamente que se mencionen las normas vulneradas; d) Aunque el memorial presentado por la parte accionante es ambiguo, incluyó los motivos de la apelación, lo que conlleva a concluir que la señora Jueza de la causa tenía la obligación de ingresar al fondo y pronunciarse sobre todos los puntos apelados; y, e) La parte resolutiva no se acomoda al razonamiento expresado en la considerativa, pues con esa fundamentación no correspondía confirmar la resolución. II. CONCLUSIONES Del atento análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establecen las siguientes conclusiones: II.1. Dentro del proceso sumario de cumplimiento de contrato seguido por Aurora Elena Rocabado Domínguez contra Carmen Rosa Aruzca de Enríquez, se constata que el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del departamento de Chuquisaca, pronunció la Resolución de 29 de septiembre de 2010, por la que declaró probada la demanda e improbada la excepción perentoria de prescripción opuesta, disponiendo, entre otros, que la garante Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca pague la deuda establecida en la suma de $us2500.-, más intereses convenidos en el 2,5% mensual, en el plazo impostergable de quince días a contar de la ejecutoria del referido fallo (fs.5 vta. a 8). II.2. Por memorial presentado el 18 de julio de 2011 ante el Juez de la causa, Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca, interpuso incidente de comprobación y declaración de extinción de la obligación que para su persona contenía el contrato de préstamo de dinero que precisó, por efectos de la resolución del mismo y ante la existencia de una resolución en ejecución referida al cumplimiento de la misma obligación (fs. 12 a 15). Incidente declarado improbado mediante Auto Definitivo de 30 de noviembre de 2011 (fs. 41 y 58). II.3. Contra el Auto Definitivo de 30 de noviembre de 2011, la ahora accionante, planteó recurso de apelación en el efecto devolutivo (fs. 18 a 21 vta.), resuelto por la Jueza Tercera de Partido en lo Civil y Comercial del antes citado Tribunal Departamental de Justicia, mediante Auto de Vista 13/2012 de 16 de abril, por el cual, confirmó el Auto interlocutorio de 1 de octubre de 2011, con costas, bajo el fundamento que no se ajustó en su fundamentación a la técnica procesal establecida en el art. 227 del adjetivo civil, al no haber mencionado las disposiciones legales incumplidas o mal aplicadas y en qué consisten esas infracciones, solicitando directamente que se revoque totalmente la Resolución (fs. 32 a 34). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO La accionante alega que la autoridad demandada lesionó sus derechos a la defensa y al debido proceso en sus elementos a la motivación y congruencia, dado que dentro del proceso sumario de cumplimiento de contrato, planteó apelación en el efecto suspensivo, contra la Resolución emitida por el Juez a quo que declaró improbado un incidente de comprobación y declaración de extinción de la obligación que para su persona contenía el contrato de préstamo de dinero que precisó, por efectos de la resolución del mismo y ante la existencia de una sentencia en ejecución referida al cumplimiento de la misma obligación; alzada que confirmó el Auto Interlocutorio de primera instancia, bajo el argumento que el recurso examinado no se ajustó en su fundamentación a la técnica procesal establecida en el art. 227 del adjetivo civil, al no haber mencionado las disposiciones legales incumplidas o mal aplicadas y en qué consisten esas infracciones. Extremos totalmente falsos porque en el memorial del recurso de apelación observaron los requisitos exigidos por la precitada normativa así como por el art. 219 del CPC. En consecuencia, en revisión de la Resolución dictada por el Tribunal de garantías, corresponde dilucidar si tales extremos son evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos de los derechos fundamentales o garantías constitucionales de la accionante, a fin de conceder o denegar la tutela solicitada. III.1. El debido proceso y los principios de congruencia y pertinencia de las resoluciones El debido proceso previsto en el art. 115.II de CPE, ha sido entendido por el Tribunal Constitucional, en la SC 2798/2010-R de 10 de diciembre, como: “…el derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo, en el que sus derechos se acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación similar, comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos”. Ahora bien, entre los elementos que configuran el debido proceso se encuentran la pertinencia y la congruencia de las resoluciones, las que contextualizaremos a continuación para obtener una mejor comprensión del análisis del caso concreto que se desarrollará posteriormente. La pertinencia en las resoluciones judiciales dictadas en segunda instancia, se encuentra prevista por el art. 236 del CPC, que señala que el auto de vista deberá circunscribirse precisamente a los puntos resueltos por el inferior y que hubieran sido objeto de apelación y fundamentación a que se refiere el art. 227 del mismo Código, es decir, a la expresión de los agravios sufridos por efecto de la resolución que hubiere pronunciado. Así, la SC 0863/2003-R de 25 de junio, dispuso que: “…el juez o tribunal ad quem, no puede ir más allá de lo pedido, salvo en los casos en que los vicios de nulidad constituyan lesiones a derechos y garantías constitucionales como cuando la nulidad esté expresamente prevista por ley”. Consecuentemente, los jueces y tribunales de segunda instancia, al pronunciar resolución, deben velar porque sus determinaciones sean pertinentes, dado que: ”…la pertinencia entre el recurso de apelación, resolución apelada y lo resuelto en el auto de vista, es una condición esencial para asegurar a los justiciables que en la decisión de su recurso los superiores en grado tienen delimitado su campo de acción para emitir su resolución, limite que se expresa precisamente en la fundamentación de agravios prevista por el art. 227 del Código de Procedimiento Civil (CPC), como por el contenido de lo resuelto en la sentencia apelada, marco del cual el tribunal de alzada no puede apartarse” (SC 2017/2010-R de 9 de noviembre). El principio de congruencia, sobre el cual la SC 0358/2010-R de 22 de junio, indicó que: “…implica también la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva, pero además esa concordancia debe mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y razonamientos emitidos por la resolución, esta concordancia de contenido de la resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que llevó a la determinación que se asume. En base a esos criterios se considera que quien administra justicia debe emitir fallos motivados, congruentes y pertinentes”. Respecto a ambos principios, la SC 1335/2010-R de 20 de septiembre, puntualizó: “…el único caso en que un juez o tribunal superior en grado podría apartarse del cumplimiento del principio de congruencia respecto a su pronunciamiento, encuentra respaldo en el contenido del art. 15 de la Ley de Organización Judicial abrogada (LOJabrg), al disponer que los tribunales y jueces de alzada, en relación con los de primera instancia y los de casación respecto de aquéllos, estaban obligados a revisar los procesos de oficio para determinar si los jueces y funcionarios observaron los plazos y leyes que norman la tramitación y conclusión de los procesos y proceder a corregir el procedimiento, aplicando, en su caso, las sanciones pertinentes; además de observar que toda nulidad tiene que estar expresamente prevista por ley, conforme al principio sentado por el art. 251.I del CPC; acorde a ello, en caso de advertirse la vulneración de derechos fundamentales o garantías constitucionales, quedaba plenamente justificada la falta de pronunciamiento sobre lo resuelto por el inferior en grado y lo impugnado por el apelante en su recurso, en el supuesto que la situación advertida no hubiese sido cuestionada”. Es oportuno aclarar que el cumplimiento de los principios de congruencia y pertinencia pueden ser pasados por alto en un solo caso, y es el referido a la obligatoriedad que tienen las autoridades que conocen un asunto en alzada, de revisar de oficio las actuaciones procesales a efectos del saneamiento del proceso, atribución conferida por el art. 17.I de la Ley del Órgano Judicial (LOJ); en virtud al cual, cuando se adviertan vulneraciones de derechos fundamentales y/o garantías constitucionales, queda plenamente justificada la falta de pronunciamiento sobre los puntos impugnados por el apelante, de lo resuelto por el inferior en grado, porque si en cumplimiento de la labor fiscalizadora, constata la presencia de las lesiones, entonces aún de oficio, podrá determinar nulidades de acuerdo a los límites establecidos en la ley; a contrario sensu, cuando dicha autoridad no advierta causales expresas de nulidad a tiempo de pronunciar el auto de vista, entonces le corresponderá circunscribirse a los puntos resueltos por el a quo y que hubieran sido objeto de apelación y fundamentación por el afectado. III.2. Recurso de apelación en materia civil El recurso de apelación encuentra su génesis en el derecho de impugnación, constitucionalmente reconocido por nuestra Ley Fundamental en el art. 180.II que garantiza su ejercicio en los procesos judiciales; constituye el más importante y usual de los recursos ordinarios, se trata de un mecanismo remedial intraproceso que tiene como objetivo, lograr que un juez o tribunal jerárquicamente superior, revoque o modifique una resolución judicial pronunciada por el inferior, por considerarla errónea en la interpretación o aplicación del derecho, o bien, en la apreciación de los hechos o de la prueba. No se trata de una doble instancia, porque no implica una revisión de la instancia inferior o un nuevo juicio; y precisamente por ello, las normas previstas por el art. 236 CPC, limitan su ejercicio, cuando disponen que el juez o tribunal de apelación debe circunscribirse a examinar la decisión impugnada sobre la base del material reunido en primera instancia, y muy excepcionalmente sobre aquel recepcionado en segunda instancia; constituye un procedimiento cuyo objeto consiste en verificar, sobre la base de la resolución impugnada, el acierto o el error con que se valoraron los actos procesales por parte del a quo. Para la interposición de la apelación, se exige el cumplimiento de ciertos requisitos de admisibilidad, señalados expresamente en el Código adjetivo civil, entre ellos, la existencia de agravio, es decir, que el recurso alegue la presencia de un agravio o perjuicio personal, de lo contrario, no es posible apelar por el simple hecho de hacerlo o sólo por no estar de acuerdo con la decisión de la autoridad jurisdiccional; extremos que deben estar identificados en el memorial de demanda, explicando los motivos o fundamentos de la insatisfacción, ya sean totales o parciales. En la normativa especial de la materia, se puede identificar el desarrollo del instituto jurídico del recurso ordinario de la apelación, a partir del Título IV, Capítulo III, arts. 219 y ss. del CPC, articulado en el que se estima que este mecanismo procederá a favor de todo litigante que habiendo sufrido algún agravio en la resolución del inferior, solicitare que el juez o tribunal superior lo repare. En la SC 0366/2004-R de 17 de marzo, el extinto Tribunal Constitucional con relación a los requisitos formales, así como las condiciones materiales para la procedencia y sustanciación de los recursos de apelación, estableció lo siguiente: “Entre las condiciones materiales para la admisión y procedencia del recurso de apelación, la norma prevista por el art. 219 CPC establece que el recurso de apelación procede para la reparación de algún agravio que hubiese sufrido el litigante con la resolución emitida por el juez de la causa, reparación que será efectuada por el juez o tribunal superior en grado; en concordancia con la norma citada, el art. 227 CPC exige al recurrente, la expresión de los fundamentos del agravio sufrido; ello en razón a que, tomando en cuenta que la apelación tiene la finalidad de reparar los agravios sufridos por el recurrente, la fundamentación de agravios abre materialmente la competencia del juez o tribunal de alzada y delimita el ámbito de su actuación en la resolución del recurso; pues éste sólo podrá emitir resolución respecto de todos y cada uno de los puntos resueltos por el inferior y que fueron impugnados expresa y fundadamente por el recurrente, excepto que se trate de la apelación de resoluciones definitivas que resuelvan excepciones perentorias, donde el mencionado órgano jurisdiccional podrá revisar y fallar de oficio sobre las demás excepciones si encontrare improbada la primera, conforme faculta la norma prevista por el art. 343 CPC”. De lo relacionado es posible concluir que el recurso de alzada en materia civil, requiere de la realización de una condición esencial, como es la expresión fundamentada de los agravios a cargo del apelante, a ser cumplidos a tiempo de su interposición; extremo del cual depende, que el juez o tribunal de segunda instancia aperture su competencia; por ende, su absoluto incumplimiento, obstaculizará a la autoridad de apelación, que ingrese al análisis de fondo de lo demandado. Argumentación que no necesariamente debe ser extensa o ampulosa para cumplir con su objetivo. III.3. Principio de verdad material sustancial sobre el formal y prevalencia del derecho Entre los principios de la jurisdicción ordinaria consagrados en la Constitución Política del Estado, en el art. 180.I, se encuentra el de verdad material, cuyo contenido constitucional implica la superación de la dependencia de la verdad formal o la que emerge de los procedimientos judiciales, por eso es aquella verdad que corresponde a la realidad, superando cualquier limitación formal que restrinja o distorsione la percepción de los hechos a la persona encargada de juzgar a otro ser humano, o de definir sus derechos y obligaciones, dando lugar a una decisión injusta que no responda a los principios, valores y valores éticos consagrados en la Norma Suprema de nuestro país, a los que, todas las autoridades del Órgano Judicial y de otras instancias, se encuentran impelidos a dar aplicación, entre ellas, al principio de verdad material, por sobre la limitada verdad formal. Acorde con dicho criterio, la SCP 0144/2012 de 14 de mayo, estableció: “…la estructura del sistema de administración de justicia boliviano, no pueda concebirse como un fin en sí mismo, sino como un medio para obtener el logro y realización de los valores constitucionales, por otra parte, impele a reconocer la prevalencia del derecho sustantivo sobre el derecho adjetivo o sobre las formas procesales, que a su vez y en el marco del caso analizado obliga a los administradores de justicia entre otros a procurar la resolución del fondo de las problemáticas sometidas a su jurisdicción y competencia dejando de lado toda nulidad deducida de formalismos o ritualismos procesales que impidan alcanzar un orden social justo en un tiempo razonable”. Sobre la justicia material frente a la formal, en la SC 2769/2010-R de 10 de diciembre, se sostuvo lo siguiente: “El principio de prevalencia de las normas sustanciales implica un verdadero cambio de paradigma con el derecho constitucional y ordinario anterior, antes se consideraba el procedimiento como un fin en sí mismo, desvinculado de su nexo con las normas sustanciales, en cambio, en el nuevo derecho constitucional, las garantías del derecho procesal se vinculan imprescindiblemente a la efectividad del derecho sustancial, puesto que no se trata de agotar ritualismos vacíos de contenido o de realizar las normas de derecho sustancial de cualquier manera. 'Lo que persigue el principio de prevalencia del derecho sustancial es el reconocimiento de que las finalidades superiores de la justicia no puedan resultar sacrificadas por razones consistentes en el culto ciego a reglas procesales o a consideraciones de forma, que no son estrictamente indispensables para resolver el fondo de los casos que se somete a la competencia del juez' (BERNAL PULIDO Carlos, El Derecho de los derechos, Universidad Externado de Colombia, pág. 376). La Corte Constitucional de Colombia, en la S-131 de 2002, afirmó que '…las disposiciones que integran el ordenamiento jurídico en lo que atañe a trámites y procedimientos están puestas al servicio del propósito estatal de realizar materialmente los supremos valores del derecho, y no a la inversa. O, en otros términos, las formas procesales no se justifican en sí mismas sino en razón del cometido sustancial al que pretende la administración de justicia'. En efecto, el derecho procesal también constituye una garantía democrática del Estado de Derecho para la obtención de eficacia de los derechos sustanciales y de los principios básicos del ordenamiento jurídico, puesto que todos los elementos del proceso integran la plenitud de las formas propias de cada juicio, y no constituyen simplemente reglas formales vacías de contenido, sino instrumentos para que el derecho material se realice objetivamente en su oportunidad; no obstante ello, éste y sólo éste es su sentido, de tal manera que el extremo ritualismo supone también una violación del debido proceso, que hace sucumbir al derecho sustancial en medio de una fragosidad de formas procesales. Dicho de otro modo, el derecho sustancial consagra en abstracto los derechos, mientras que el derecho formal o adjetivo establece la forma de la actividad jurisdiccional cuya finalidad es la realización de tales derechos. Uno es procesal porque regula la forma de la actividad jurisdiccional, por ello se denomina derecho formal, es la mejor garantía del cumplimiento del principio de igualdad ante la ley y un freno eficaz contra la arbitrariedad; y el otro, es derecho material o sustancial, determina el contenido, la materia, la sustancia, es la finalidad de la actividad o función jurisdiccional”. Resumiendo lo precedentemente señalado, se debe puntualizar que el principio de verdad material consagrado por la propia Constitución Política del Estado, corresponde ser aplicado a todos los ámbitos del derecho; en ese orden, debe impregnar completamente la función de impartir justicia. Por ende, no es posible admitir la exigencia de extremados ritualismos o formalismos, que eclipsen o impidan su materialización, dado que todo ciudadano tiene derecho a una justicia material, como se desprende de lo estipulado por el art. 1 de la CPE, por lo que, debe garantizarse que las decisiones de las autoridades jurisdiccionales a cargo del proceso, sean producto de apreciaciones jurídicas, procurando la resolución de fondo de las problemáticas sometidas a su jurisdicción y competencia; pues si bien, las normas adjetivas prevén métodos y formas que aseguren el derecho a la igualdad de las partes procesales, para garantizar la paz social evitando cualquier tipo de desorden o caos jurídico; sin embargo, los mecanismos previstos no pueden ser aplicados por encima de los deberes constitucionales, como es la de otorgar efectiva protección de los derechos constitucionales y legales, accediendo a una justicia material y por lo tanto, verdaderamente eficaz y eficiente. Todo ello con el objetivo final de que el derecho sustancial prevalezca sobre cualquier regla procesal que no sea estrictamente indispensable para resolver el fondo del caso sometido a conocimiento del juez. III.4. Requisitos de admisibilidad de la apelación frente a la justicia material De lo relacionado precedentemente es posible concluir que el recurso de apelación en materia civil, es un mecanismo ordinario de impugnación contra resoluciones de los jueces o tribunales inferiores, por considerar que la interpretación deducida por éstos, a tiempo de fallar, causaron agravio a los litigantes, en procura que la autoridad superior en grado, enmiende, con arreglo a derecho, el daño o daños ocasionados. Dentro de ese marco, a efectos de acceder a su interposición, se deben cumplir con los requisitos estipulados en la normativa legal vigente; traducidos en la expresión fundamentada de los agravios sufridos como consecuencia de la resolución impugnada; aspectos que abrirán la competencia del juez o tribunal de alzada, para ingresar al análisis de fondo de lo demandado y pronunciar una resolución basada en derecho; no obstante ello, no es posible exigir que la argumentación contenida en el memorial del recurso, sea ampulosa; pues basta con que exprese y fundamente sobre los puntos resueltos por el inferior que son objeto de impugnación por causar lesión de derechos fundamentales y/o garantías constitucionales. Sin embargo de lo señalado, realizando una interpretación desde y conforme a la Ley Fundamental, no es admisible la exigencia de una extrema rigurosidad en las formas, que se traduzca en denegación de justicia, dando lugar a una decisión injusta que infrinja los principios constitucionales. Precisamente por esas razones, cuando de los datos del proceso sea posible identificar los agravios sufridos por el apelante, deberá la autoridad jurisdiccional que se encuentra en conocimiento del recurso de apelación, extraerlos para la resolución del caso; y si el memorial de demanda, aunque de manera ambigua, exponga medianamente tales agravios, entonces, con mayor razón deberá prevalecer la justicia material o sustancial sobre la formal, para pasar a emitir una decisión en el fondo, despojándose de paradigmas que impidan la materialización de la función de impartir justicia. En consecuencia, será posible rechazar el uso del recurso de alzada, solamente en aquellos casos de extrema carencia de elementos suficientes para su consideración; es decir, que ni de los actuados procesales ni de los fundamentos esgrimidos por el apelante se puedan deducir los daños o lesiones de derechos y garantías. III.5. Análisis del caso concreto En el caso que se examina, de los antecedentes del expediente, se evidencia que la ahora accionante, Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca, el 20 de diciembre de 2012, presentó recurso de apelación en el efecto devolutivo, contra el Auto Definitivo de 30 de noviembre de 2011, dictado por el Juez Tercero de Instrucción en lo Civil del departamento de Chuquisaca, por el cual, se declaró improbado el “incidente de comprobación y declaración de extinción de la obligación que para su persona contenía el contrato de préstamo precisado, por efectos de resolución del mismo y ante la existencia de una Sentencia en ejecución” (sic), referida al cumplimiento de la misma obligación. En el citado memorial se pueden identificar las siguientes alegaciones por parte de la apelante: 1) Como todo contrato de préstamo, contenía una obligación unilateral para los deudores, de pago de la suma de dinero, recibida como préstamo; y para su persona, en calidad de garante, era la de asegurar la devolución de ese monto, más no participó en la suscripción de los contratos bilaterales o sinalagmáticos; por lo que, el importe otorgado en calidad de préstamo, que a criterio del a quo, implica que el contrato ha sido cumplido parcialmente por una de las partes, es totalmente erróneo, porque su persona, como garante nunca asumió ninguna obligación de honrar dicho pago, por lo que, resulta ilógico que se sostenga el cumplimiento parcial de la demandante, respecto de ella, de una obligación que jamás asumió; 2) La autoridad estableció, que en su condición de garante, cumpla con la obligación de pagar a la demandante la suma adeudada más los intereses, en el plazo de quince días de ejecutoriada la sentencia, sin embargo, en el numeral tercero dispone que en caso de incumplimiento de la resolución, en estricta aplicación del art. 568 del CC, quedará resuelto el contrato; por ende, al habérsele notificado con el Auto de ejecutoria del proceso, el 17 de noviembre de 2010, transcurrió desde esa fecha hasta la interposición del incidente, más de seis meses, por ende, el contrato de préstamo quedó resuelto, con efectos retroactivos y por lo tanto, la obligación de garantizar el pago quedó extinguida; en consecuencia, a partir de ello, no se puede hablar de obligaciones que cumplir, sino simplemente de la restitución de lo que hubieran recibido las partes y su persona no recibió ni un solo centavo, por lo que no puede obligársele a restituir algo que no percibió, ya que su obligación de garantizar la deuda asumida por los deudores, quedó extinguida y pretender que se cumpla con una deuda extinguida, es arbitrario y le causa agravio; 3) Por lo manifestado, correspondía al Juez, admitir el incidente planteado y declarar extinguida la obligación que contenía para su persona el contrato de préstamo e impedir el embargo y anotación preventiva de sus bienes muebles e inmuebles; y, 4) Se advierte que la autoridad jurisdiccional extraña no haberse acreditado la cancelación del monto adeudado, extremo que no fue sustentado en su incidente, sino la existencia de estado de ejecución referido a la observancia de la obligación que arbitrariamente pretende que cumpla, cuya relevancia a los fines de su petición de extinción no fue expuesta; es decir, no se precisaron las razones por las cuales resulta un sustento válido o no para solventar los efectos de la resolución del contrato de préstamo, invocado para la extinción de la obligación que para su persona contenía el contrato. En virtud a lo cual, correspondía dictar auto de vista, revocando en forma total el Auto impugnado, pronunciándose sobre el fondo del incidente promovido, y darle la razón de que la existencia de una sentencia en ejecución referido al cumplimiento de la misma obligación, que contenía para ella, el contrato de préstamo base de la demanda, solventa su petición de extinción de la obligación, en base a los efectos de la resolución del contrato. A continuación, en el mismo memorial, la accionante, solicitó a la autoridad jurisdiccional superior en grado, que conceda su recurso de apelación y una vez advertidos los agravios, pronuncie auto de vista, revocando en forma total el Auto impugnado, y en el fondo declare: i) Extinguida la obligación que contenía para su persona el contrato de préstamo de dinero, consistente en garantizar el pago del préstamo obtenido por los deudores, por efectos de la Resolución del referido contrato, y por existir una sentencia en ejecución, referida al cumplimiento de la misma obligación por parte de los deudores; y, ii) la imposibilidad de proceder al embargo o anotación preventiva de sus bienes muebles o inmuebles por parte de la actora, a efectos de intentar el cumplimiento de la referida obligación, por su extinción. Sea con costas y las formalidades de ley. Ahora bien, previo a los traslados de ley y una vez recibida la respuesta a la apelación interpuesta por Esperanza Guzmán Peralta de Aruzca, el Juez a quo concedió la misma, y dispuso la remisión del testimonio a la instancia correspondiente; radicándose ante el Juzgado Tercero de Partido en lo Civil y Comercial, instancia ante la cual, la Jueza a cargo del mismo ahora demandada, pronunció el Auto de Vista 13/2012 de 16 de abril, confirmando el Auto interlocutorio de 1 de octubre de 2011, con costas, bajo el argumento que la apelante no señaló la expresión de agravios y el sustento del recurso, fundamento y razones, si el agravio es de forma o de fondo, se limitó a efectuar una relación de hechos y lo que debió considerarse en la resolución desde su óptica, pero no indica específicamente, cual es la norma legal infringida por el juez de instancia, motivo por el que la cataloga como violatoria y perjudicial a sus intereses, y que por tanto, no cumplió con la previsión establecida por el art. 227 del CPC, es decir, no puntualizó los errores de hecho y derecho, establecidos en la resolución recurrida, menos efectúa una articulación fundada y objetiva sobre los errores de la resolución. Agregando la citada autoridad, al final de la misma resolución lo siguiente: “Concluyendo, a pesar de existir irregularidades dentro del proceso, que por cierto la parte recurrente no las hizo valer con defensa efectiva, se tiene que el recurso examinado, no se ajusta en su fundamentación a la técnica procesal establecida en el art. 227 del Adjetivo civil, al no haber mencionado las disposiciones legales incumplidas o mal aplicadas y en qué consisten esas infracciones, solicitando directamente que se revoque totalmente la resolución” (sic). Ocurridos así los actuados procesales, corresponde a continuación realizar un análisis detallado de los mismos, a efectos de verificar si en el caso concreto, se lesionaron los derechos denunciados por la parte accionante. En ese orden, se tiene que, de los argumentos empleados en el memorial de apelación, permiten avizorar con meridiana claridad, la expresión de agravios que considera haber sufrido como consecuencia de la Resolución pronunciada por el Juez Tercero de Instrucción, igualmente se verifica una petición coherente con lo argumentado, no siendo evidente lo señalado por la Jueza de alzada, en sentido de que el memorial de apelación no cumple con la previsión establecida por el art. 227 del CPC, dado que tanto los hechos como el sustento normativo, se encuentran inmersos en el citado escrito, asimismo se constató la denuncia sobre los errores que la apelante considera, cometidos por el inferior. Por lo explicado, no correspondía de ninguna manera a la Jueza demandada, confirmar el Auto Interlocutorio impugnado, sin ingresar al análisis de fondo de lo demandado, dado que como se demostró, no es evidente que la apelante no hubiere cumplido con los requisitos establecidos por el art. 227 del CPC, menos aún, cuando en la misma Resolución se afirma que “…a pesar de existir irregularidades dentro del proceso”, pero que como la parte no los hizo valer con defensa efectiva, se confirma el fallo impugnado. En síntesis, la obligación de la parte apelante para la presentación de su recurso de reduce a la expresión de agravios, no pudiendo las autoridades jurisdiccionales a tiempo de impartir justicia, agregarle nuevos cánones y menos aún cuando estos resultan ser de forma, como ser la “articulación fundada y objetiva sobre los errores de la resolución”, o la aclaración sobre si los agravios son de forma o de fondo; o el expreso señalamiento de la norma legal infringida, tal como se hizo en la especie, dando prevalencia al derecho formal sobre el material, provocando denegación de justicia a la afectada, habida cuenta que se le impidió la concretización de su derecho a la impugnación y por tanto, de su oportunidad de buscar la reparación de los agravios que considera que le perjudican. Dichos aspectos, conllevaron a que el recurso de alzada planteado por la ahora accionante, no sea analizado en el fondo, como tampoco que se le dé respuesta a los puntos cuestionados, empeorando la situación, cuando se afirma expresamente que se verificaron irregularidades en el proceso; pero que no podrán ser subsanados por falta de cumplimiento de requisitos de forma, extremo que no puede ser admitido desde ningún punto de vista, pues aún cuando no se hubieran cumplido en efecto tales exigencias, aunque tal como se demostró, no fue así, de igual forma, le correspondía a la Jueza demandada, ingresar al análisis de fondo, para luego, emitir una resolución debidamente fundamentada, dando respuesta a todos los aspectos impugnados de la resolución del inferior. En consecuencia, se advierte que Betty Nogales Bohórquez, Jueza Tercera de Partido en lo Civil y Comercial, ahora demandada, lesionó los derechos de la accionante al debido proceso y a la legítima defensa; ya que no obstante que esta última hizo uso del medio legal específico otorgado para el resguardo de sus derechos, cumpliendo con el deber procesal que le impone el Código de Procedimiento Civil, ya que como se tiene referido, aunque medianamente, se expresaron los agravios sufridos y los fundamentos de dichos agravios; no obstante, posteriormente, realizando una valoración errónea de los hechos denunciados, la autoridad demandada, pasó por alto el análisis del contenido constitucional que irradia a la función de impartir justicia; aplicando una justicia formal en vez haber dado prevalencia a los aspectos sustanciales; incumpliendo por ende, la congruencia y pertinencia a la que está sujeta la juzgadora, no obstante que la apelante cumplió con la obligación de sustentar los agravios; sin embargo, de manera incongruente e impertinente, apartándose de los límites impuestos por el art. 236 del CPC, sin ingresar al análisis de fondo, como correspondía, confirmó la Resolución impugnada, imponiendo injustamente costas a la apelante. Por lo referido, tomando en cuenta que la acción de amparo constitucional es una acción tutelar que protege los derechos fundamentales y garantías constitucionales en los casos en los que sean restringidos o suprimidos por actos u omisiones ilegales o indebidas, al estar demostrado que la demandada lesionó los derechos invocados por la accionante, corresponde otorgar la tutela solicitada. Por lo señalado precedentemente, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones y alcances de la acción de amparo constitucional, por lo que el Tribunal de garantías, al haber concedido la tutela solicitada, efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes procesales, dando una correcta aplicación a esta acción tutelar. POR TANTOEl Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, resuelve: APROBAR la Resolución 50/2012 de 31 de julio, cursante de fs. 63 a 64 vta., pronunciada por la Sala de turno por vacación judicial del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca, y en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, en los mismos términos que lo hizo la Sala de turno por vacación judicial constituida en Tribunal de garantías. Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional. Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños MAGISTRADA Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez MAGISTRADA