REVISIÓN DE DISEÑOS DE INTERVENCIÓN EN NIÑOS CON DIFICULTADES LECTORAS DIANA MARIANA NÚÑEZ URREGO PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA CALI FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES CARRERA DE PSICOLOGÍA, 2015 REVISIÓN DE DISEÑOS DE INTERVENCIÓN EN NIÑOS CON DIFICULTADES LECTORAS DIANA MARIANA NÚÑEZ URREGO Trabajo de grado presentado como requisito parcial para optar por el título de Psicóloga Natalia Cadavid Ruiz Directora Neuropsicología Clínica PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA CALI FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES CARRERA DE PSICOLOGÍA, 2015 ARTICULO 23 de la Resolución No. 13 del 6 de Julio de 1946, del Reglamento de la Pontificia Universidad Javeriana. “La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus trabajos de Tesis. Solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católica y porque las Tesis no contengan ataques o polémicas puramente personales; antes bien, se vea en ellas el anhelo de buscar la Verdad y la Justicia”. TABLA DE CONTENIDO RESUMEN INTRODUCCIÓN ....................................................................................... 1 LA LECTURA ................................................................................................ 6 METODO .................................................................................................... 32 Modalidad de trabajo ............................................................................... 32 Unidad de análisis ................................................................................... 32 Muestra.................................................................................................... 35 Instrumentos ............................................................................................ 36 Procedimiento .......................................................................................... 37 Consideraciones éticas ............................................................................ 39 RESULTADOS ............................................................................................ 40 Marco conceptual que sustenta cada programa de intervención de la lectura ................................................................................................................. 42 Características de los participantes del estudio ....................................... 45 Características de los programa de intervención en niños con dificultades lectoras ............................................................................................................... 49 Similitudes y tendencias observadas entre los programas de intervención para mejorar la lectura ........................................................................................ 63 Resultados de las intervenciones revisadas ............................................ 63 DISCUSIÓN ................................................................................................ 65 REFERENCIAS ........................................................................................... 73 LISTA DE TABLAS Tabla 1. Categoría de análisis……………………………………………………………33 Tabla2. Palabras clave de búsqueda………………………………..………….….……37 Tabla 3. Resultados preliminares de la búsqueda bibliográfica ………………..…..41 Tabla 4. Características de los participantes y diseño de la intervención……….….46 Tabla 5. Método y resultado de las intervenciones……………..……………..………52 LISTA DE FIGURAS Figura 1. Modelo Logogen de reconocimiento de dibujo y de la palabra en la modalidad oral y escrita explicado por Ellis y Miles (Tomado de Rueda, 2003…………………………………………………………………………………11 Figura 2. Modelo de doble ruta de Coltheart et al. (Tomado de Gutiérrez, 2004)………………………………………………………..………………………12 Figura 3. Modelo dual o de doble ruta Coltheart. Tomado de Cuetos (2011, p. 45).17 Figura 4. Niveles de metaconocimiento fonológico. Tomado de Vieiro y Gómez (2004, p. 132)……………………………………………………..…………..…..25 RESUMEN En este trabajo investigativo se realizó una revisión sistemática de programas de intervención en niños hispanohablantes entre los cuatro a los doce años de edad con dificultades lectoras, publicados en artículos científicos durante los últimos 14 años, en bases y/o índices bibliográficos científicos, reconocidos en la comunidad científica de la Psicología. Para ello, se identificó el marco conceptual que sustentaba cada programa de intervención en el aprendizaje lector en español, se describió las características de las intervenciones, se compararon las características de cada programa identificando similitudes y tendencias y, finalmente se especificaron los resultados obtenidos por cada intervención, determinando cuáles alcanzaban resultados exitosos. Los resultados de esta investigación, dieron cuenta de un escaso esfuerzo por la comunidad científica para atender esta problemática, encontrándose un total de 14 artículos de los cuales, cinco cumplen con los criterios exigidos para dar cuenta de un adecuado programa de intervención al reportar información precisa y completa. 1 INTRODUCCIÓN La lectura es uno de los procesos cognitivos más importantes para el buen desempeño académico y adecuado desarrollo del lenguaje en los niños. Organizaciones a nivel mundial como la ONU (Ministerio de Educación Nacional, 2012), bajo la consideración de que la educación centrada en la primera infancia debe potenciar la adquisición de habilidades como la lectura, pues le permite a los niños desarrollar otras competencias necesarias para su desarrollo escolar, pero también para su desenvolvimiento en edad adulta, justifica por qué es necesario que, cuando un niño presenta dificultad en el proceso de aprendizaje lector, se indague cuál es la causa que origina dicha dificultad para proceder a intervenirla y así evitar que esta se acentúe. Según el informe del Ministerio de Educación (2012), los resultados de los estudios internacionales como el “Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora (Pirls)”, el “Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA)”, y el “Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Serce)”, Colombia en aspectos relacionados con la lectura y escritura, ha puntuado por debajo del promedio internacional; y aunque en dicho informe el Ministerio da cuenta de los Planes de acción nacional en la lectura y escritura en la educación inicial, preescolar, básica y media, con el fin de mejorar el rendimiento de los estudiantes en estos y otros aspectos, los logros alcanzados según los resultados del Programa de Evaluación Internacional PISA fue solo de tres puntos en relación con los resultados anteriores, notándose en los estudiantes “... de más bajo logro en el país: aquellos en el 10% más bajo, incrementaron sus puntajes en más de 50 puntos de (243 a 295 ) en seis años” (Ministerio de Educación, 2013, p. 22). Según el Ministerio (2013), este leve aumento refleja el trabajo de cobertura realizado con la población más vulnerable. A pesar de este incremento positivo, estos resultados son preocupantes si se tiene en cuenta que este programa viene 2 evaluando a los niños colombianos escolarizados desde hace más de 10 años, y no se ha logrado mitigar esta problemática con la implementación de los programas de educación planteados por el gobierno. Los resultados dan cuenta del bajo rendimiento en lectura y escritura, y su constancia se refleja desde el 2001 en periodos de cinco años hasta el 2013. El primer resultado del “Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora (Pirls)” (citado por el Ministerio de Educación, 2012, p. 3) encontró que Colombia ocupó el puesto 30 de un total de 35 países evaluados. Por su parte, los resultados de la segunda investigación de PISA (citado por el Ministerio de Educación, 2012.p. 3) en el 2006, dejaron ver que en el país no alcanzaron el nivel mínimo esperado en las competencias de lectura, el 30.43% de los estudiantes y solamente el 0.61% logró el nivel superior. Finalmente, en el 2009, el 47% de los estudiantes colombianos se ubicó por debajo del nivel dos en el que están las competencias mínimas para participar efectiva y productivamente en la sociedad. En los últimos resultados del estudio PISA (Ministerio de Educación, 2013), Colombia sigue por debajo del promedio con un 74% en la lectura, específicamente, en los aspectos de identificar la idea principal de un texto, la inferencia de la información en el texto y la relación entre párrafos. Lo anterior se suma a que más de la mitad de los jóvenes evaluados no cuentan con habilidades lectoras básicas, es decir, no llegan al nivel 2. Ahora bien, El Ministerio de Educación Nacional (2012), desde 2012, busca atenuar esta problemática con la ejecución del Plan de acción nacional en la lectura y escritura en la educación inicial, preescolar, básica y media. Este plan se ha centrado en desarrollar competencias en lenguaje para mejorar los niveles de lectura y escritura de los estudiantes en edad escolar. Si bien es cierto que el Ministerio de Educación Nacional acepta y reconoce la brecha educativa que existe entre la lectura de niños colombianos con respecto a estudiantes de otras nacionalidades, queda el interrogante si este plan que concibe la lectura como un derecho (ley 115 de 1994) se está ejecutando oportunamente, y a través de qué mecanismos de intervención. 3 En este orden de ideas y teniendo en cuenta estos resultados y las consideraciones políticas nacionales e internacionales sobre el fortalecimiento de la lectura en la edad escolar, es relevante indagar los esfuerzos que se han realizado para mejorar el rendimiento lector de los niños colombianos. Este esfuerzo debe incluir las propuestas ofrecidas desde la Psicología, pues esta disciplina lleva años comprendiendo cómo se da el proceso lector y cómo subsanar dificultades que se pueden llegar a presentar en su adquisición. Particularmente, desde varios de sus enfoques y subdisciplinas, se centra gran interés en el estudio investigativo de los procesos involucrados en la adquisición lectora, conocida también como lectura inicial, y que hace referencia al proceso que experimenta toda persona, usualmente en su etapa escolar, al enfrentarse por primera vez al ejercicio de aprender a leer. Esta noción de lectura ha sido estudiada durante las últimas dos décadas bajo el nombre de los modelos de reconocimiento de palabras (Cuetos, 2011), para diferenciarse de los modelos tradicionales desde los cuales se ha estudiado la lectura como proceso cognitivo global, la cual la concibe como su nivel más complejo de apropiación, la comprensión del texto (un claro ejemplo son los estudios de Tolchinsky (2008)). Si bien es cierto que el aprendizaje de la lectura busca desde un inicio este último nivel de complejidad cognitiva, cada vez se tiene más claro que su etapa inicial de adquisición se caracteriza por un mayor esfuerzo por apropiarse del modelo de reconocimiento de palabras, que soporte posteriormente, la lectura como comprensión de textos escritos. En esta primera fase de adquisición de la lectura destaca el desarrollo que el niño debe realizar de sus habilidades fonológicas, semánticas, sintácticas y ortográficas de las palabras que conforman un idioma para permitir que, paulatinamente, sea más competente en su capacidad de comprensión para darle sentido a un texto. Por su parte, Singer y Cuadros (2010) refieren la importancia de los programas de intervención psicológicos en la etapa de adquisición lectora pues esta se convierte en un “… factor predictivo del desarrollo futuro del lector” (p. 80). Un claro ejemplo de lo anterior lo ofrece el estudio longitudinal que realizaron los investigadores Vellutino, Scanion, y Jaccard (citados en Singer y Cuadros, 2010), 4 durante seis años, en el que demostraron que los niños que participaron de una intervención de la lectura lograron normalizar sus habilidades lectoras en el tiempo. En este orden de ideas, destaca la importancia de revisar programas de intervención de la lectura en un idioma particular, pues la relación entre el lenguaje oral y escrito de un idioma varía en un continuo marcado por idiomas transparentes en un extremo e idiomas opacos en el otro. Como bien se sabe, el aprendizaje de la lectura se sustenta en la capacidad para relacionar los sonidos que conforman un lenguaje con su propia ortografía, donde los lenguajes transparentes tienen una relación directa entre sonidos y ortografía, mientras que los opacos presentan más de una relación entre sonidos y letras dentro de un mismo idioma (Ferreiro y Gómez, 2002). Lo anterior sugiere que para que un programa de intervención en la adquisición lectora tenga éxito es necesario que el programa considere el idioma en el que será aplicado, pues sus “…sistemas fonéticos, morfofonémicos, morfémicos, sintácticos, y pragmáticos…” darán forma a la intervención (Ferreiro y Gómez, 2002, p. 19). Teniendo en cuenta lo anterior, cabe precisar que la mayoría de estudios empíricos que intentan explicar la adquisición de la lectura se ofrecen para el idioma inglés, lo cual ha significado que la mayoría de las intervenciones reportadas en la literatura científica se hayan realizado desde este idioma. Téngase en cuenta que este es considerado como una lengua opaca a diferencia del español que es una lengua transparente, siendo este último el idioma de interés para el presente trabajo. Por otra parte, esta diferencia entre idiomas implica variaciones en sus programas de intervención pues según Alegría (2006) se ha demostrado que la rapidez del niño para adquirir un código alfabético depende de la transparencia de la lengua, desarrollándose más fácilmente el léxico ortográfico de lenguas transparentes en comparación con el de lenguas opacas, pues la representación ortográfica de las palabras se fija gracias a la naturaleza de las relaciones grafemafonema del idioma. En este orden de ideas, la importancia científica y social de este estudio radica en sistematizar los conocimientos prácticos sobre cómo intervenir adecuada y efectivamente en niños con dificultades lectoras, teniendo en cuenta que este tipo 5 de estudio, que den cuenta de programas de intervención en niños con dificultades en español, no se ha realizado y los pocos realizados en el idioma inglés no son actualizados, pues datan de los años 1990 - 2000. Por lo cual, con este estudio se busca asegurar que futuros estudios investigativos o implementaciones de programas de intervención en español cuenten con un material que les permita tener evidencia empírica sistematizada, que asegure una mayor probabilidad de éxito en sus resultados finales de aplicación. La relevancia de realizar un estudio de este tipo radica en que si bien es cierto que las intervenciones psicológicas para mejorar la lectura en niños con dificultades son reconocidas por la literatura científica, son pocos los trabajos que exploran sistemáticamente sus características de diseño, sus bases conceptuales, teóricas, y sus resultados reales. En este orden de ideas, este trabajo tendrá como fin responder a la pregunta de investigación ¿cuáles son las características de los programas de intervención en la adquisición lectora, en español, aplicados a niños entre los 4 a 12 años con dificultades lectoras? Para dar respuesta a la pregunta anterior se propone realizar una revisión sistemática sobre investigaciones en psicología que traten sobre diseños de intervención realizados durante el periodo 2000 - 2014, con niños entre los cuatro a los doce años de edad que presenten dificultades en la adquisición de la lectura. Como objetivos específicos se proponen: (a) identificar el marco conceptual que sustenta cada programa de intervención en el aprendizaje lector en español a revisar; (b) describir las características de estas intervenciones (contenidos de las sesiones, duración de cada sesión como del programa en total, actividades a realizar con los niños, habilidades cognitivas a fortalecer, entre otros); (c) comparar las características de cada programa de intervención para definir similitudes y tendencias; (d) especificar los resultados obtenidos por cada intervención, con el fin de determinar cuáles alcanzan resultados exitosos. 6 LA LECTURA Leer es una acción humana que tiene como fin la comprensión de un texto escrito; se trata de una facultad que suele adquirirse en la infancia como parte del aprendizaje escolar, siendo la puerta de acceso hacia un mundo de conocimientos escritos. Para llevarse a cabo, esta habilidad se soporta sobre el nivel de apropiación alcanzado en el lenguaje oral, requiriendo de la activación de varios componentes lingüísticos como lo son el fonológico-visual, léxico-semántico y sintáctico (Alcaraz y Gumá, 2001; Cuetos, 2011; Vieiro y Gómez, 2004). La lectura, según explica Mejía (1992), es una actividad cognitiva compleja, en la que el lector como procesador de información aporta sus esquemas de conocimiento para comprender y enriquecer los datos que el texto ofrece y así entender el sentido de las palabras, oraciones y párrafos que lo componen y las ideas que el autor desea transmitir. Por su parte, Cuetos (2011) afirma que los avances técnicos y metodológicos han posibilitado estudiar científicamente la adquisición de la lectura. De los resultados de dichas investigaciones, no solo surge la propuesta de explicar por medio de modelos mentales cómo funciona el proceso lector, sino que también brinda evidencias de que el sistema de la lectura se forma de varios componentes (mencionados anteriormente), encargados de ejecutar una tarea específica, para posibilitar cuatro niveles de procesamiento: (a) el perceptivo para la identificación de las letras, (b) el de reconocimiento visual de las palabras, (c) el sintáctico y, (d) el semántico. En el nivel perceptivo para la identificación de letras, se realiza el análisis visual de los elementos que componen el texto escrito por medio de “…fijaciones y desplazamientos oculares” (Cuetos, 2011, p. 15), permitiendo descifrar los signos gráficos o letras que conforman el texto. Por su parte, el nivel de reconocimiento visual de las palabras es explicado por diversos modelos, destacándose los 7 propuestos por Morton y Coltheart, los cuales explican el procesamiento posterior que realiza el cerebro una vez se identifican las letras de una palabra y que consiste en concebir esta última como un conjunto de letras distribuidas secuencialmente en el espacio, con su propio significado. Estos modelos han sido de gran relevancia para comprender la lectura en su adquisición, o primeras etapas de aprendizaje de la lectura. Este segundo nivel de reconocimiento de las palabras no solo requiere de identificar las letras del alfabeto, sino también “recuperar su fonología, y su significado” para permitir la comprensión lectora (Cuetos, 2011, p. 15). Finalmente, los dos últimos niveles del sistema lector son el procesamiento sintáctico y el semántico, enfocados en darle sentido al texto; el primero de estos se activa cuando las palabras se agrupan para formar una frase u oración con sentido: En este caso, se emplea la relación entre las palabras, su orden en una frase u oración y la estructura de la oración para determinar las claves sintácticas que ofrece el texto para comprender su sentido. Respecto al procesamiento semántico, el lector después de pasar por el anterior nivel, extrae el mensaje del texto para aunarlo con sus propios conocimientos, alcanzando el máximo nivel de comprensión de lectura, el cual consiste de la integración de la información extraída del texto con los conocimientos propios, almacenados en la memoria. La visión cognitiva que plantea Cuetos se puede relacionar con la propuesta de otros autores cuando explican que leer implica la unión y trabajo no solo de procesos psicológicos sino también de factores neurofisiológicos que facilitan el traslado de palabras impresas a la “construcción e integración de una representación textual [mental]” (Vieiro y Gómez, 2004, p 155.). Wolf (2008), citando a Swinney, explica que cuando se lee una palabra sencilla como el nombre asignado a un animal, no solo se activa el significado de la palabra común (por ejemplo, león animal cuadrúpedo) sino que el cerebro además de encontrarle significado a la palabra, estimula “un verdadero tesoro de conocimiento sobre tal palabra y las muchas otras relacionadas con ellas” (p. 25), pero esa riqueza semántica de la lectura está determinada por el léxico que se tenga almacenado. Para Wolf (2008), el proceso de la lectura es posible por la capacidad del cerebro para aprender a leer, predisposición que se evidencia en la plasticidad del 8 cerebro cuando en su desarrollo crea nuevas conexiones entre las áreas y circuitos para soportar nuevos aprendizajes. A diferencia de los procesos cerebrales básicos como el habla y la visión, el proceso de la lectura no depende de rasgos fenotípicos, por lo cual las áreas corticales implicadas en el desarrollo de la lectura deben aprender la manera de formar los senderos neuronales necesarios para soportarla, siendo este aspecto lo que explica los retos que implica su enseñanza – aprendizaje, así como las dificultades que se pueden llegar a presentar durante su adquisición. Modelos cognitivos de la adquisición lectora El aprendizaje y apropiación de la lectura es un tema que, desde mediados de 1800 hasta la actualidad, ha despertado gran interés en el estudio que realizan diversos enfoques y subdisciplinas de la psicología (p. ej. el cognitivo - conductual, educativo, neuropsicológico) sobre el tema. Entre estos esfuerzos destaca la propuesta que ofreció Cattell en 1886 para explicar el aprendizaje lector ofreciendo el primer modelo de reconocimiento de palabras (centrado en el segundo nivel de procesamiento de la lectura, vital en los primeros momentos de adquisición de esta habilidad escolar). Esta primera propuesta ofrecía una explicación de qué ocurre en la mente cuando se leen palabras regulares y familiares. Estudios posteriores mejoraron este primer modelo al incluirle elementos para explicar la lectura de pseudopalabras y palabras irregulares. El resultado de dicha evolución se consolida entre 1970 y 1980 “… con el renacimiento de la psicología cognitiva” (Mayer, 2002, p.90) donde proliferan diferentes modelos teóricos del reconocimiento de palaras, clasificados en directos o continuos, cuando consideran que los procesos de la lectura se activan simultáneamente para permitir el reconocimiento de la palabra, destacándose el Modelo logogen de Morton, y el Modelo dual o de doble ruta de Coltheart, e indirectos o de etapas, cuando se plantea que los procesos de la lectura se activan secuencialmente, siendo el modelo pionero de Firth el más destacado (Cuetos, 2011; Mayer, 2002; Moore y Argumedo, 2006; Rueda, 2003; Vieiro y Gómez, 2004). 9 Rueda (2003) afirma que dentro de los modelos más influyentes y representativos para explicar el aprendizaje el lector se encuentran los modelos de Morton, Colheart y el Modelo de triple vía. Del primero de estos, destaca la propuesta del Modelo de Logogen de Morton, de gran influencia en la psicología cognitiva, por dar origen al modelo de doble ruta (Cuetos, 2011; Rueda, 2003). Este modelo, el cual da cuenta de que la lectura de palabras conocidas o familiares parte de la comprensión de dos conceptos claves: el lexicón interno y el logogen. El lexicón es la gran bodega donde se encuentra el conocimiento de las palabras adquiridas por las personas, el cual se forma a partir del proceso donde las “huellas de los estímulos que recibe el lector se convierten en código lexical” (Rueda, 2003, p. 20). Actualmente, recibe el nombre de almacén semántico o memoria semántica. El logogen, por su parte, es “… un dispositivo o patrón de reconocimiento de palabras que recoge la información acústica, visual y contextual” (Rueda, 2003, p. 21), con el fin de organizar la información necesaria que le permita al lector reconocer una palabra. Moore y Argumedo (2006) explican que en el modelo logogen cuando una repuesta léxica es accesible, es porque: … ha ocurrido un evento en una „parte del sistema nervioso‟ llamada „unidad neuronal‟ o logogen. El logogen que tradicionalmente equivale a lo que se ha denominado la „palabra‟, se dispara o activa cuando sus características concuerdan con los caracteres leídos (p. 102). El nivel de activación de cada logogen (forma de representación de una misma palabra, que puede ser oral o escrita) depende del contexto en el que se presente, su frecuencia de uso en el vocabulario cotidiano de la persona, y su apariencia física. Este modelo asume que la lectura de una palabra se realiza carácter por carácter, activando simultáneamente la comparación de cada uno de estos caracteres con los logogenes almacenados en la memoria. Así, el reconocimiento de una palabra escrita se da cuando se alcanza el umbral de reconocimiento que le permite al lector identificarla totalmente, diferenciándola de otras palabras similares. 10 Según Rueda (2003), a partir de hallazgos encontrados en estudios de primacía semántica y de repetición, Morton actualiza su modelo de adquisición lectora agregando dos sistemas de Logogen diferenciados, uno de entrada y otro de salida. En el modelo del sistema logogen de entrada se encuentran dos subsistemas, uno visual y otro auditivo, entre tanto, el sistema logogen de salida lo integran el “sistema de articulación y las unidades responsables” (p.22) que producen una respuesta (ver figura 1 para mayor claridad). Cabe señalar que en el sistema logogen de entrada, cada experiencia, sea visual o auditiva, es independiente y responsable de acceder al lexicón apropiado, lo cual asegura que ningún subsistema influya en el reconocimiento del estímulo que se presenta por una determinada entrada, obligando al léxico mental a clasificar las palabras almacenadas en relación con la información suministrada. 11 Figura 1. Modelo Logogen de reconocimiento de dibujo y de la palabra en la modalidad oral y escrita explicado por Ellis y Miles (Tomado de Rueda, 2003). Ahora bien, uno de los vacíos de este último modelo propuesto por Morton era el no tener forma de explicar la lectura de palabras desconocidas para la persona, así como pseudopalabras. Por eso, este autor emplea los hallazgos de las investigaciones de Coltheart, realizadas en 1979, para ampliar su modelo, incluyendo la nueva vía que da cuenta de la pronunciación y potencial acceso al significado de nuevas palabras, a partir de su “representación fonológica” presente en la vía indirecta de Coltheart y denominada por Morton como el acceso fonológico o ruta prelexical. Este nuevo acceso permite leer una palabra nueva, al igual que la 12 vía léxica, no obstante, se diferencia en que lee la palabra al identificar las letras que la componen por medio de la recuperación de los sonidos asociados a dichas letras, gracias al uso de las reglas de conversión grafema – fonema, sin acceder a su significado, lo que sí permite la vía léxica (ver figura 2). Figura 2. Modelo de doble ruta de Coltheart et al. (Tomado de Gutiérrez, 2004). Coltheart es quien desarrolló la hipótesis de la existencia de una vía indirecta para explicar la pronunciación de una palabra, dicho planteamiento es el resultado de experimentos con sujetos sanos y pacientes con lesiones cerebrales, que consolidan y amplían a través de su modelo denominado modelo de doble ruta o dual. Dicho modelo cobra gran relevancia en la teoría que explica el proceso de adquisición de la lectura y las dificultades que este proceso presenta, por ello que sea el modelo del que se basen o tomen como marco de referencia varios autores como Jorm y Share; Morton y Patterson; Ziegler y Zorzi; y Houghton y Butterworth 13 (todos ellos reportados en la revisión bibliográfica realizada por Cuetos, 2011 y Rueda, 2003). En este orden de ideas, el modelo de doble ruta se caracteriza por la propuesta de dos vías para poder leer cualquier serie de letras que se nos presenten visualmente: (a) la vía léxica o directa permite dar cuenta de palabras conocidas, asegurando su reconocimiento audio-visual y significado; y (b) la fonológica o indirecta para leer palabras desconocidas o pseudopalabras, por medio de la búsqueda de su fonología y pronunciación (Cuetos, 2011; Rueda, 2003). En mayor detalle, la primera de estas vías, conocida también bajo el nombre de ruta no visual, es crítica para la lectura de palabras conocidas que forman parte del vocabulario ortográfico de la persona, ya sean regulares o irregulares. La lectura de estas palabras es posible por la conexión directa entre la representación ortográfica de la palabra con su significado en la memoria léxica, producida "… como resultado de la lectura reiterada de determinadas palabras" (Rueda, 2003, p. 25). A diferencia de esta vía, la otra ruta denominada subléxica, no léxica, fonológica o visual permite leer todas las palabras regulares sean o no conocidas por el lector, ya que el acceso a la palabra es facilitado por un proceso de codificación fonológica que permite aplicar las reglas de conversión grafema – fonema a cualquier serie de letras de un idioma, que cumpla con sus usuales combinaciones lexicales (Cuetos, 2011; Guzmán 1997; Ijalba y Cairo, 2002; Rueda, 2003; Snowling y Hulme, 2005). Cabe señalar que la vía léxica está conformada por tres componentes principales: el léxico visual o léxico ortográfico de input, el sistema semántico y el léxico fonológico. El componente léxico visual hace referencia a un depósito léxico mental que guarda el conocimiento ortográfico y de pronunciación de cadenas de letras representadas como palabras escritas. Entre tanto, el sistema semántico es el responsable “del procesamiento del significado de las palabras” (Cuetos, 2011, p. 51), mientras que el léxico fonológico se encarga de darle a cada palabra el fonema correspondiente, procesa las representaciones fonológicas o pronunciación de las palabras. 14 Estos tres componentes de la vía léxica trabajan de forma similar al sistema de logogen, donde cada palabra es un estímulo con un “valor crítico o umbral que determina la cantidad de información necesaria para llegar a activarse” (Cuetos, 2011, p.50). Usualmente, las representaciones de palabras permanecen en reposo, pero cuando ingresa un estímulo escrito por el sistema visual, no solo se activan las representaciones mentales que dan cuenta del reconocimiento de dicha información, sino también se activan otras representaciones que comparten características similares, pero solamente la palabra - estímulo es la que logra alcanzar el umbral crítico evidenciándose su total reconocimiento, pudiéndose leer la palabra, para posteriormente, regresar al estado de reposo. La activación del umbral de una palabra en el modelo dual de la lectura está definido por su frecuencia de uso, el contexto en el que se presenta y potenciales efectos de primacía semántica o de repetición. El efecto frecuencia explica que palabras de mayor frecuencia de uso en el vocabulario habitual de un lector son más fáciles y rápidas de reconocer que aquellas de uso infrecuente (Cuetos, 2011). Por su parte, el efecto contexto hace referencia a que se identifica más rápidamente una palabra cuando la frase u oración en la que se encuentra facilita anticipar de qué palabra se trata, mientras que el efecto de primacía explica la razón por la cual una palabra es más rápidamente leída si anteriormente se ha leído una palabra relacionada semánticamente con ella, tal es el caso de la palabra lluvia precedida de paraguas. Cuetos (2011) afirma que todos estos efectos se soportan en la doble conexión entre el léxico (sistema de logogen) y el sistema semántico. Este último “… con la información que va recibiendo, puede predecir las palabras que probablemente aparecerán a continuación y en consecuencia incrementa la activación de las representaciones léxicas correspondientes” (p. 51). Otra de las características de la lectura es que cuando se ve una palabra no se accede inmediatamente a su significado. Por el contrario, primero debe reconocerse en alguno de los léxicos, para posteriormente, anclarle su significado. Esta secuencialidad, característica de la lectura se soporta sobre la evidencia de que, en ocasiones, se puede identificar una palabra pero no lograr indicar el 15 concepto que representa. Esto suele suceder cuando el lector encuentra una palabra poco familiar que reconoce por pertenecer a su idioma, pero no sabe su significado. Ahora bien, el acceso al sistema semántico es de gran importancia en la vía léxica, pues es el paso que asegura acceder a los significados o conceptos de las palabras por cualquiera de las vías que permitan su reconocimiento (visual, auditivo). Cabe resaltar que tanto el léxico fonológico como ortográfico se conectan con el sistema semántico, no obstante, son funcionalmente independientes de este. Por su parte, la vía subléxica o ruta fonológica tiene como principal función la aplicación de las reglas de conversión de grafemas a fonemas, asignando los debidos sonidos, que componen un lenguaje oral, a cada letra de una palabra escrita. Este proceso se ejecuta simultáneamente a la activación de la vía léxica, partiendo de la percepción visual de la palabra para ayudar a definir su pronunciación. Esta ruta se evidencia, particularmente, en la lectura de palabras desconocidas, pues al no resultar su procesamiento por la vía léxica, solo se pueden pronunciar (Cuetos, 2011; Rueda, 2003). Coltheart, tras varias investigaciones en 1986 encuentra que el componente central de la vía subléxical es el mecanismo de conversión grafema - fonema. Además, identifica tres componentes elementales de esta vía: (a) el análisis grafémico, (b) la asignación de fonemas y (c) el ensamblaje de los fonemas (Cuetos, 2011; Rueda 2003). En el análisis grafémico se separan cada una de las letras de una palabra para facilitar su pronunciación, permitiendo así convertir “una hilera de letras en una hilera de unidades ortográficas funcionales” (Rueda, 2003, p, 27) para que puedan ser pronunciadas. El proceso de asignación de fonemas, por su parte, es de gran importancia por asignarle a cada grafía su correspondiente fonema. Estas dos primeras fases son las que aseguran la aplicación de las reglas de conversión grafema – fonema, características de la función de la vía subléxica de la lectura. Por su parte, en el ensamblaje de los fonemas se combinan los fonemas asignados en el proceso anterior para lograr articular la pronunciación de la palabra completa. Cuetos (2011) explica que cuando los niños están aprendiendo a leer es notorio el escaso funcionamiento de esta vía de la lectura, pues suelen segmentar la 16 codificación verbal de palabras escritas en sílabas o fonemas “dependiendo del método de enseñanza que estén siguiendo” (p. 53), repitiendo con mayor velocidad la palabra leída una vez finalizan la pronunciación de todos los sonidos que componen la palabra, siendo esta segunda pronunciación la que les permite entender la palabra leída. Según este mismo autor, la pronunciación de una palabra, ya sea por vía léxica o subléxica se retiene en el almacén de fonemas; se trata de la última fase de la lectura donde confluyen los procesamientos realizados por ambas vías. De una unidad de la memoria operativa, encargada de compilar información reglamentada fonológicamente del léxico fonológico y del sistema de conversión grafema fonema, para asegurar que esta información sea exteriorizada correctamente como articulación. Bajo este modelo de doble ruta se considera que la lectura de palabras regulares puede realizarse desde cualquiera de sus vías, a diferencia de las palabras irregulares (p. ej. guirnalda, ungüento), en las que la ruta fonológica no ofrece elementos para su correcto procesamiento, pues este tipo de palabras no se ajusta a las reglas grafema – fonema de un idioma, de allí que se nombren palabras irregulares. Esto significa que, desde el modelo dual, la lectura para las palabras irregulares se da por la vía subléxica siendo entonces imprescindible que el lector primeramente memorice la forma escrita de las palabras irregulares y la asocie con su correspondiente pronunciación (Rueda, 2003). Si bien es cierto que el modelo de doble ruta es de las explicaciones actuales más completas de cómo se da el inicio del aprendizaje de la lectura, existen unas últimas propuestas conocidas como modelos de triple vía, los cuales agregan una precisión adicional, al definir que el léxico visual se puede conectar directamente con el léxico fonológico para poder leer las palabras en voz alta sin acceder a su significado (Cuetos, 2011; Snowling y Hulme, 2005). Según Rueda (2003), esta tercera vía permite el reconocimiento de las palabras a partir de su análisis visual que las decodifica según su longitud, y forma. Esta vía supone una lectura visual no comprensiva. 17 La figura 3 detalla la síntesis que Cuetos (2011) realiza del modelo de doble ruta con la inclusión de la triple vía, explicando que el uso de la vía léxica está indicada por el recorrido de la línea continua, la vía subléxica por la línea discontinua y finalmente la tercera vía propuesta, llamada directa no semántica, representada por la línea punteada. Figura 3. Modelo dual o de doble ruta Coltheart. Tomado de Cuetos (2011, p. 45). La importancia de estos modelos, especialmente el de Coltheart, consiste en la precisión para dar cuenta de los componentes de las vías léxica y subléxica que intervienen en el proceso lector (léxico fonológico, sistema de significados, léxico ortográfico, entre otros) y la forma en la que ejecutan sus funciones para lograr una adecuada lectura. Ahora bien, la regla de conversión grafema – fonema presente en la vía subléxica despertó el interés de algunos investigadores como Ehri, Firth; Seymour, llevándolos a profundizar en cada uno de los componentes de esta vía, 18 pues consideran que estos son la base del aprendizaje lector. El resultado de dichas investigaciones dio como resultado el modelo de etapas para dar cuenta del desarrollo que siguen usualmente los niños en su fase inicial de adquisición de la lectura (Cuetos, 2011; Golder y Gaonac´h, 2007; Rueda 2003; Vieiro y Gómez, 2004) Aprendizaje de la lectura desde los modelos cognitivos Como se mencionó anteriormente, la lectura inicial depende del correcto reconocimiento de las palabras. Uno de los grandes avances que refleja este aprendizaje lector en un niño es su capacidad para convertir cada grafema de una palabra escrita en sus correspondientes fonemas. Este progresivo aprendizaje ha sido investigado por varios autores, siendo su modelo pionero el propuesto por Uta Firth en 1985 (Cuetos, 2011). Para esta autora el dominio del nivel de procesamiento del reconocimiento visual de palabras, conocido como lectura inicial, se desarrolla por fases. Nuevamente, se plantean dos tipos de modelos explicativos para dar cuenta de la lectura inicial, los de etapas o discretos y los continuos (Golder y Gaonac´h, 2007; Rueda 2003; Vieiro y Gómez, 2004). En los modelos de etapas, se propone la existencia de estadios, caracterizados por “el predominio de una determinada estrategia” (Vieiro y Gómez, 2004, p. 133) en cada una de ellas, y que detallan la secuencia evolutiva que suelen mostrar los niños en su adquisición de las habilidades básicas para leer. Vieiro y Gómez (2004) explican que este planteamiento surge con los estudios de investigadores como Firth, Marsh, Erhi, Friedman y Carriedo entre 1980 y 1990, quienes toman como referencia la teoría piagetiana para postular “cuatro estadios en la evolución del proceso de reconocimiento de palabras” (p. 133): (a) la etapa de sustitución lingüística, manifestada en la memorización de palabras en un contexto; (b) la etapa de memorización de discriminación donde el lector usa claves visuales como la primera letra de una palabra como punto de partida de comparación y aprendizaje de nuevas palabras; (c) la etapa de decodificación 19 secuencial en la que el niño para identificar las palabras se basa en las reglas de correspondencia grafema – fonema y finalmente; (d) la etapa de decodificación jerárquica donde hay un uso de las “reglas más complejas entre los sonidos y letras” (p. 133). Por su parte, los modelos continuos, en el que se incluye el modelo de doble ruta, hacen fuertes cuestionamientos “a la necesidad de un paso obligado por las distintas fases mencionadas, sugiriendo que es posible acceder a la lectura alfabética sin pasar por la etapa logográfica” (Vieiro y Gómez, 2004, p. 138). Para estos modelos, solamente el lector sin conocimiento de la estructura fonológica de la palabra hablada y la conexión entre grafemas y fonemas tendría que usar la primera etapa que plantea el modelo de etapas. Algunos de los investigadores que apoyan este modelo son Stuart y Coltheart, Byrne, Goswami y Bryant (todos ellos reportados en la revisión bibliográfica realizada por Vieiro y Gómez, 2004). Cabe anotar la afirmación de Rueda (2003) sobre Firth resaltando que el modelo de etapas abre el camino de unión “entre los modelos de desarrollo de la lectura y los modelos de reconocimiento de la palabra o modelos de experto lector” (p. 45). El modelo de Firth explica cómo se da el desarrollo de la lectura en el niño, y como Golder y Gaonac´h (2007) refieren, el aprendizaje de la lectura se daría en tres etapas, siendo la primera de estas la etapa logográfica, la cual le proporciona al niño todas las características visuales posibles para que pueda reconocer una palabra; pues en su memoria hay un vínculo entre la configuración escrita de la palabra y lo que esta significa, permitiéndole reconocerla de manera global. Vieiro y Gómez (2004) explican que esta no es una etapa de lectura, sino de reconocimiento de patrones, por ejemplo, en los avisos publicitarios, los rasgos internos de una palabra, sus colores, formas, trazos hacen que el niño reconozca logos (por eso el término logográfico) tal es el caso firma del logo de la donde el niño no analiza ni relaciona las “diferencias constituyentes en las letras y grupos de letras, con las partes de las palabras correspondientes” (Golder y Gaonac´h, 2007. p. 171), solamente emite una respuesta oral. Uno de los experimentos realizados por Firth demostró cómo en la etapa logográfica los niños no logran una discriminación de las letras en una palabra, por 20 ser el contexto la clave para el reconocimiento de esta. Para dicho experimento, seleccionó a un grupo de niños que no sabían leer, les enseñó lo escrito en una envoltura de un dulce, así los niños indicaban correctamente lo escrito en el papel, sin embargo, cuando se les cambiaba el contexto de la palabra, presentándosela escrita en una hoja de fondo blanco, a ellos se les dificultaba reconocer el estímulo. Según este autor, esta etapa suele aparecer entre los 4 y 5 años, antes de que el niño sea expuesto formalmente a la enseñanza de la lectura. La segunda etapa del modelo de Firth es la alfabética, en esta el niño hace uso de la mediación fonológica, ya que adquiere las reglas de conversión grafema – fonema, estableciendo la relación entre lo escrito y lo oral y aplicando en la lectura las “relaciones semánticas del código alfabético” (Vieiro y Gómez, 2004, p. 134). En esta etapa la decodificación es clave, por ello, Vieiro y Gómez (2004) la explican tomando como base los aportes investigativos de Seymour en el año de 1987 y de Ehri en el año de1991 señalando que en la etapa alfabética cuando el niño logra el reconocimiento de los grafemas de forma individual, accede al “léxicón alfabético el cual está interconectado con un procesador ortográfico (sistema de producción de los grafemas) y un procesador fonológico (conversor de grafemas en fonemas)” (p. 136). En esta etapa el niño adquiere la capacidad para reconocer los fonemas de cada grafema en una palabra, su secuencia y debida pronunciación para que la palabra leída tenga el sentido literal que le corresponde. Cabe señalar que en esta etapa, por darse el paso del reconocimiento de la palabra a través de la mediación fonológica, se habla de un acceso indirecto. En niños con lengua transparente como el español el aprendizaje de estas reglas se evidencia entre los 5 y 6 años (Cuetos, 2011; Golder y Gaonac´h, 2007; Vieiro y Gómez, 2004). Finalmente, en la tercera etapa, denominada ortográfica, el niño adquiere una lectura perfeccionada como resultado de la representación léxica de las palabras que le permiten tener una apropiación fonológica de estas, logrando analizarlas como unidades ortográficas, sin recurrir a la conversión fonológica, pues como lector ya cuenta con la capacidad de descubrir cualquier error “en el orden de las grafías que forman la palabra, a pesar de que en esta etapa las palabras son 21 reconocidas globalmente” (Golder y Gaonac´h, 2007, p. 175). Este avance lector se logra por la mediación de la vía subléxica con la lectura reiterada de las palabras. Esta etapa es considerada de acceso directo ya que en el lector se da un reconocimiento directo de la palabra (Golder y Gaonac´h, 2007; Vieiro y Gómez, 2004). Por otra parte, Cuetos (2011) explica que cuando se automatizan los procesos básicos de la lectura, la atención que estos requerían para su ejecución es liberada, para ser usada por los procesos superiores de comprensión de textos, los cuales analizan las estructuras de las oraciones, desglosando la forma en la que está compuesta, su estructura gramatical, dándole sentido a este y al texto en general. Los procesos superiores están compuestos por el procesamiento sintáctico y semántico de oraciones, párrafos y textos enteros. El procesamiento sintáctico es aquel que permite realizar un análisis gramatical de las oraciones desde los procesos de: (a) asignación de marcas a cada grupo de las palabras que conforman la oración (verbo, sujeto, frase subordinada), (b) definición de las relaciones entre los componentes anteriores, y (c) construcción de la estructura correspondiente, al ordenar jerárquicamente los componentes de la oración. En este procesamiento no se analiza el significado de las oraciones, solamente se encuentran las relaciones entre los elementos presentes en ella, siendo esta la principal diferencia con el procesamiento semántico. Por ello, después de realizar el reconocimiento y conexión de las palabras que forman una oración, se procede a identificar el significado de la oración por medio del procesamiento semántico. La extracción de significado depende no solamente del análisis del procesamiento sintáctico sino también del conocimiento del lector, quien realiza una representación mental de los contenidos del texto, para integrarlo con su conocimiento. Según afirma Cuetos (2011), esto resulta en una auténtica comprensión. Es así como en la comprensión de un texto no se da una interpretación literal de lo que este expresa, por el contrario, el lector recoge las ideas principales y las integra, por medio de sus inferencias, con el conocimiento que tiene almacenado en su memoria, agregando información nueva al contenido del texto para darle sentido. 22 Aportes de las neurociencias a la comprensión de la adquisición lectora Algunos autores resaltan el trabajo investigativo de la neurociencia orientado al registro de los componentes y niveles procesamiento neural durante el desarrollo lector, por medio del uso de diferentes métodos como la neuroimagen o la resonancia magnética funcional (fMRI). El aporte de los datos que estos ofrecen es que registran y detallan los cambios de activación cortical durante la lectura, ya sea de lectores expertos o que se encuentran en su aprendizaje. Fiez, Balota, Petterson, en 1999, fueron los primeros investigadores en usar técnicas de neuroimagen (específicamente la tomografía por emisión de positrones), con el fin de averiguar la activación cortical correspondiente a las vías léxica y subléxica de la lectura (Cuetos, 2011). Para ello, solicitaron a un grupo de jóvenes la lectura de palabras regulares e irregulares en tono alto y bajo, encontrando que con la lectura de palabras de alta frecuencia, realizada por la vía léxica, hay activación del área 22 de Brodmann en la circunvolución temporal izquierda, mientras que en la lectura de palabras por la vía subléxica se activan las áreas 44 y 45 de la zona frontal izquierda (Barrera y Donolo, 2009; Cuetos, 2011; López-Escribano, 2009). Descubrimientos relacionados con el aprendizaje lector evidencian que cuando no hay un reconocimiento de las palabras escritas en un texto, se da una activación en las áreas visuales del lóbulo occipital, pero cuando las células de la retina contemplan más allá de las figuras simbólicas una palabra que reconocen, se duplica o triplica la actividad neuronal al conectarse esta región visual con otras regiones adyacentes al área occipital, como lo son la temporal y la parietal. Parece ser que el lóbulo temporal permite la comprensión de los significados de las palabras, al involucrar procesos lingüísticos y auditivos, por su parte, el lóbulo parietal soporta las funciones cuasi-espaciales del lenguaje como la comprensión de estructuras gramaticales (Wolf, 2008). En una investigación realizada por científicos cognitivos de la Universidad de Pittsburgh, donde se analizaron 25 estudios de imágenes cerebrales de lectores de idiomas diferentes, encontraron la activación de tres grandes regiones, el área temporoccipital, la cual facilita el análisis visual de un texto escrito; la región frontal 23 que rodea el área de Broca, y que desarrolla la capacidad de comprender y utilizar las reglas de conversión grafema-fonema; y finalmente la región multifuncional del lóbulo temporal superior y los lóbulos parietales adyacentes inferiores, usados para procesar elementos fonéticos y semánticos de los sistemas alfabéticos y silábicos de un cualquier idioma (Wolf, 2008). Por su parte, López-Escribano (2009) señala que las tres áreas que forman parte del circuito lector, situadas en el hemisferio izquierdo son el área occipito – temporal (área ventral), el área temporo – parietal (área dorsal), específicamente, el área de Wernicke, y el área frontal de Broca, incluyendo el giro inferior frontal y la corteza insular. Estas regiones corresponden a las funciones visuales-ortográficas (región ventral), decodificación fonológica (región dorsal), y articulatorios fonológicos y semánticos (región frontal) que requiere la lectura, incluyendo la inicial. Otro aspecto que debe considerarse en el proceso de adquisición de la lectura, es que las conexiones que realiza el cerebro en las zonas visual, auditiva, lingüística y conceptual, para conectar e integrar la información lectora, está ligada a la maduración y velocidad de procesamiento de cada una de estas zonas (como por ejemplo la mielinización de los axones en las neuronas), integradas en el giro angular y desarrolladas completamente después de los cinco años de edad. Esta es la razón por la cual algunas investigaciones sugieren no adelantar el aprendizaje lector antes de los cinco años (López-Escribano, 2009; Wolf, 2008). Por su parte, descubrimientos sobre maduración cerebral evidencian la posibilidad de estimular la lectura en niños para facilitar su posterior adquisición. Dicha estimulación se facilita con la lectura de cuentos, poesía, rimas, juegos de escritura de las primeras palabras, como la escritura del nombre, permitiendo el fortalecimiento de la conciencia fonológica, reconocida como habilidad precursora de la adquisición de la lectura. Por su parte, los resultados de otras investigaciones dan cuenta de la importancia de factores ambientales y contextuales (López -Escribano, 2009; Wolf, 2008). Estas investigaciones sugieren que los conocimientos sobre la activación cerebral en el proceso de aprendizaje lector, deben considerar estos últimos 24 factores mencionados como parte crítica del proceso de aprendizaje lector, particularmente, por su influencia durante los siete primeros años de esta adquisición. Como ilustración, esta línea de estudios ha podido comprobar que la riqueza de las oportunidades de aprendizaje de la lectura se relaciona con el número de conexiones cerebrales que soportan, posteriormente, la lectura inicial así como sus niveles más complejos de apropiación. Curso de adquisición de la lectura: consolidación de sus prerrequisitos cognitivos Como se mencionaba en el apartado anterior, antes de iniciar el aprendizaje de la lectura, el niño debe ser estimulado con actividades que permitan consolidar sus capacidades fonológicas y posibilitar el reconocimiento de las letras que conforman una palabra, pues estas contribuyen significativamente a la adquisición lectora. Este proceso de estimulación y preparación para la lectura se logra cuando se ofrecen ejercicios con los que los niños pueden aprender a manipular las unidades que conforman su lenguaje oral. Es decir, cuando el niño inicia el aprendizaje lector es importante que desarrolle las capacidades fonológicas, lingüísticas y cognitivas que requiere la lectura. Gran parte de este procesamiento se alcanza por la conciencia fonológica pues esta soporta la capacidad que permite el reconocimiento de los sonidos (fonemas) que forman una unidad semántica, es decir, una palabra. Dicho reconocimiento fonémico incluye la habilidad para discriminar los sonidos discretos que conforman un lenguaje hablado, así como la capacidad para producir estas unidades de sonido de forma seguida para pronunciar palabras. Algunos autores consideran estas capacidades de análisis y síntesis fonológica como las dos formas básicas de conciencia fonológica (Mayer, 2002; Vieiro y Gómez, 2004). Teniendo en cuenta que se adquiere gradualmente con la ayuda de un experto, se ha sugerido su inclusión como parte de los contenidos del currículo académico de los primeros años escolares, de forma que se asegure el éxito académico de los niños en su aprendizaje lector. 25 La conciencia fonológica y fonémica son las habilidades que más se han estudiado en relación con la adquisición lectora, por ser la primera la capacidad para identificar y manipular mentalmente sonidos orales, y la segunda la destreza para dar cuenta de los fonemas que conforman las palabras. Este tipo de conocimiento fonológico posee distintos niveles de metaconocimiento, los cuales son: (a) conocimiento de la rima y de la aliteración, y (b) conocimiento específico de cada unidad que conforma una palabra, conocidos como conocimiento intrasilábico fonológico y fonético (para una mayor comprensión véase figura 4). Figura 4. Niveles de metaconocimiento fonológico. Tomado de Vieiro y Gómez (2004, p. 132). El conocimiento de la rima y la aliteración es considerado el nivel básico de análisis fonémico, se desarrolla antes del aprendizaje de la lectoescritura y da cuenta de la secuencia de sonidos que conforman una palabra. Por su parte, la conciencia silábica facilita la manipulación de los segmentos silábicos de una palabra, permitiéndole al niño articular de forma independiente cada una de las partes pronunciables de una palabra. Por supuesto, esta también se puede adquirir y desarrollar antes del aprendizaje de la lectoescritura. Por ello, está asociada con el éxito lector (Vieiro y Gómez, 2004). Entre tanto, la conciencia intrasilábica se refiere al conocimiento y manipulación de los componentes de la estructura silábica, concretamente, la consonante o grupo consonántico inicial y la rima correspondiente al resto de elementos vocálicos que conforman una sílaba. Esta habilidad puede adquirirse previamente y durante el aprendizaje lector. Entre tanto, la conciencia segmental, a 26 diferencia de las demás habilidades de la conciencia fonológica, es el resultado del aprendizaje lector, dada por la adquisición de la representación mental de una secuencia fonológica con sentido, como son las palabras. Vieiro y Gómez (2004) explican que no todos los autores consideran que la conciencia fonológica tenga niveles; para algunos se trata de una sola capacidad y no de varias capacidades (como el caso de Tummer y Nesdale), otros que consideran la posibilidad de otros niveles de conocimiento fonológico diferente al conocimiento segmental (como Morais; Morais, Cary, Alegría y Betelson) y, finalmente, los que argumentan distintos niveles de conocimiento fonológico como la rima, aliteración, conocimiento segmental, silábico, intrasilábico de las unidades de rimas y aliteración (como Goswami y Bryant; Treiman y Baron). Ahora bien, el proceso de adquisición de la lectura varía dependiendo de la lengua que se pretenda dominar en su forma escrita. En el caso de las lenguas transparentes, como el español, la usual relación directa y única entre grafemas y fonemas agiliza este aprendizaje, al facilitar el papel de la conciencia fonológica para aprender y memorizar qué grafema le corresponde a cada fonema del idioma, previamente dominado desde la conciencia de la forma oral de este lenguaje (Viero y Gómez, 2004). Entre tanto, la adquisición de la lectura de lenguajes opacos será más extendida en el tiempo, en la medida en que el niño debe aprender que a un mismo fonema de un idioma le pueden corresponder diferentes grafemas y viceversa. Otro de los factores que debe considerarse como crítico para la adquisición de la lectura corresponde al dominio léxico del lenguaje oral, entendido como el entrenamiento que el entorno puede ofrecer para la apropiación de la lectura de textos literarios, ya que permite crear en el niño un amplio vocabulario y comprensión del lenguaje narrativo. El acercamiento de los niños a textos escritos, por medio de su presentación como relato hecho por otro, favorece la comprensión de textos, pues el niño va ampliando y consolidando su vocabulario, así como su capacidad fonológica y léxica para discriminar las palabras que conforman un relato. Esta habilidad audioverbal servirá, en un futuro, cuando el niño esté aprendiendo a leer, como base para entender el componente visual de la lectura. En este orden de 27 ideas, estudios han comprobado que los niños acostumbrados a escuchar formatos escritos presentan mayor habilidad para la lectura y su comprensión (Viero y Gómez, 2004). Un último aspecto a tener en cuenta en el aprendizaje lector corresponde al nivel de desarrollo alcanzado por ciertos factores cognitivos, al momento de enfrentarse con la lectura inicial. Estos son: (a) la capacidad de la memoria operativa para retener mentalmente lo que se lee, ya sean sílabas, palabras, frases, oraciones o ideas ofrecidas en un párrafo, para comprenderlo que se lee; (b) la riqueza de la memoria conceptual o semántica (conocida también como sistema semántico), para definirlos significados otorgados a las representaciones lexicales que ya domine el niño, permitiendo darle sentido a las palabras que se leen, según el contexto en el que se presenten; (c) el nivel de elaboración de los esquemas de conocimiento del niño, pues de él depende la facilidad con la que se construyan modelos mentales de lo leído y se ofrezcan inferencias, a partir de la integración de la información literal que ofrece el texto con sus conocimientos previos; (d) la automatización del proceso de denominación, pues agiliza la identificación lexical de las palabras; y (e) el nivel atencional para dividir la concentración entre la decodificación fonológica que debe realizarse de los estímulos escritos y su correcta comprensión (Ardila, Matute y Rosselli, 2006; Viero y Gómez, 2004). A medida que se van desarrollando las habilidades anteriormente mencionadas, se inicia con el aprendizaje formal de la lectura y que corresponderá al proceso detallado en el apartado sobre adquisición de la lectura inicial, desde las propuestas de los modelos cognitivos continuos. Por su parte, Cuetos (2011) explica que la automatización de los procesos básicos de la lectura permiten la comprensión lectora de un texto, ya que la atención ya no está dirigida al reconocimiento de palabras, sino a la interpretación y abstracción del significado del texto. Esto es posible a medida que el lector logra extraer las ideas centrales de un texto e integrarlas con sus propios conocimientos para interpretar y comprender lo leído. Esta información, tanto la extraída del texto como aquellas ofrecidas por los conocimientos del lector permiten construir una representación mental del texto, que conformaría la comprensión lectora. Los 28 siguientes años de aprendizaje lector estarán dados por un aumento en las habilidades del lector para comprender construcciones gramaticales cada vez más complejas y extensas y acceder al significado de nuevas palabras, lo que supondría una mayor facilidad para construir las representaciones mentales con las que se busca interpretar y comprender un texto leído. Variaciones en la adquisición de la lectura Como se ha mencionado anteriormente, son varios los factores personales y contextuales que intervienen en la adquisición de la lectura, por eso la importancia de que estos se consoliden y/o desarrollen apropiadamente para lograr el éxito en el aprendizaje lector. Cuando alguno de estos factores se altera afecta la apropiada adquisición de la lectura. Estas afecciones incluyen desde lesiones cerebrales de los circuitos que soportan el desarrollo de la lectura, hasta una pobre alfabetización (Ardila, Roselli y Matute, 2005; Cuetos, 2011). Entre las lesiones cerebrales relacionadas con los trastornos de la lectura se encuentran las dislexias, las cuales hacen referencia a trastornos en la adquisición de la lectura, particularmente, en el dominio del procesamiento fonológico y léxico, a pesar de haber recibido, por lo menos, durante dos años seguidos instrucción formal en este aprendizaje escolar (Cuetos, 2011). Dentro de las dificultades características de niños con dislexia se encuentran el “retraso en la adquisición del lenguaje, fallas articulatorias, dificultades para aprender los nombres de las letras y/o colores, defectos en las secuencias de las sílabas (p. ej., decir “parajito” en vez de “pajarito”), y algunas dificultades para hallar palabras o nombrar objetos o ilustraciones” (Ardila et al., 2005, p. 14). Anderson et al. (citados en Ardila, Matute y Rosselli, 2010) definen la dislexia como “… un trastorno específico del aprendizaje cuyo origen es neurobiológico, [caracterizado por dificultades en la] precisión y/o fluidez en el reconocimiento de las palabras y pobres habilidades ortográficas y de decodificación” (p.145). Por otra parte, Goswami (citado en Ardila et al., 2010) explica que déficits de la conciencia fonológica en niños, se asocia con la dislexia, porque lo que falla es la 29 “representación precisa y bien determinada de los sonidos del habla” (p. 145) necesaria para aprender a emplear correctamente las reglas de conversión grafema –fonema. Normalmente, estas dificultades en la adquisición de la lectura se presentan como efecto secundario del déficit fonológico en el manejo del lenguaje oral de un niño, a pesar de que él o ella demuestren un desarrollo cognitivo típico y una instrucción escolar constante. Este déficit secundario se convierte en un círculo vicioso, pues las dificultades fonológicas resultan en problemas en la comprensión lectora, reduciendo, a su vez, la experiencia en la lectura y la poca experiencia lectora no permite que el niño mejore sus limitaciones en el procesamiento fonológico del lenguaje oral. Esto limita el “crecimiento del vocabulario y el manejo de información” (Ardila, 2010, p. 140). Programas de intervención Con el fin de disminuir o prevenir la presencia de dificultades lectoras en niños que están en su proceso de adquisición, varios investigadores han considerado las técnicas de intervención como una vía posible para mejorar dicha problemática, teniendo en cuenta que su inapropiado desarrollo afecta considerablemente su rendimiento académico, ocasionando en algunos casos el abandono escolar. En términos generales, los investigadores en el tema sugieren que una adecuada intervención de la adquisición lectora debe incluir el estudio de las causas específicas que originan el problema en una determinada población. Además, el programa resultante debe reflejar y sustentarse sobre una revisión sistemática de los postulados teóricos más actuales sobre la lectura y su adquisición, de manera que las estrategias pedagógicas que se sugieran emplear en el programa de intervención estén centradas en fortalecer los procesos que posibilitan el proceso lector y reducir las dificultades observadas. Por otra parte, la intervención debe especificar cómo medir el déficit lector, así como las variables que se emplearán 30 para implementar el programa, pues estas son las que permitirán evaluar la efectividad real del programa. Dentro de estos lineamientos generales para diseñar un programa de intervención, Jiménez et al. (2011) sugieren que la enseñanza e instrucción de la lectura incluya contenidos y actividades que trabajen la conciencia fonémica, vocabulario, comprensión oral y fluidez verbal de los niños, pues son estas habilidades la base para una apropiada adquisición y desarrollo de la lectura y escritura. Estos autores sustentan esta sugerencia en evidencia empírica, particularmente aquella recogida en investigaciones realizadas por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) de EE.UU, a través del National Reading Panel (NPR) de este mismo país (Jiménez et al., 2011). Parte de este sustento empírico establece que la educación escolar cuando ofrece oportunidades donde emplear los sentidos de la audición y visión, para discriminar los sonidos de un idioma, definir la secuencia de fonemas en la formación de palabras, diferenciar fonemas y reconocer visualmente grafemas, logra que el niño considere la palabra como una unidad comunicativa del lenguaje, que siempre se conserva completa, y que designa los objetos de la realidad, con sus cualidades y acciones, posibilitando una mejor lectura por parte de él o ella (Aguilar et al. 2010; Bermejo y Díaz, 2008; Gómez, Pineda y Aguirre, 2007 ). En este orden de ideas, lo que la evidencia sugiere es que se ofrezcan actividades que trabajen la conciencia fonémica, pues su apropiado desarrollo asegura que los niños sean capaces de dominar gradualmente el lenguaje tanto oral como escrito. Por su parte, Cuetos (2011), quien ha desarrollado programas de intervención, afirma que independientemente del tipo de dificultad en la adquisición lectora, el procedimiento a seguir es el mismo, ya que se deben considerar cuáles son los mecanismos que están afectados para diseñar estrategias específicas de intervención que ofrezcan claves externas para que el niño comprenda cómo leer, y a medida que lo logre, retirar paulatinamente estas ayudas para asegurar el objetivo de la intervención que es la apropiación de este aprendizaje por parte del niño. Dentro de las actividades generales que se deben considerar están: (a) aquellas encaminadas a mejorar la capacidad perceptiva - verbal, centrándose en la forma de 31 las letras, ya que el parecido visual entre algunas de ellas suelen generar confusión en los niños; (b) aquellas dirigidas a consolidar la rápida y correcta recuperación lexical de la palabras leídas, ya que cuando hay fallas en este punto, los niños confunden o dejan de entender el significado de la palabra escrita, perdiendo la posibilidad de comprender lo que leen. Estas actividades, dirigidas a mejorar la velocidad y precisión de la lectura, deben basarse en la correcta memorización de las reglas de conversión grafema – fonema, asegurando a su vez un apropiado desarrollo de la vía subléxica de la lectura inicial; (c) aquellas centradas en fortalecer las reglas sintácticas del lenguaje y el uso adecuado de los signos de puntuación. Para estas actividades debe considerarse el ambiente sociocultural del niño, de manera que la complejidad de las tareas propuestas corresponda al nivel de desempeño sintáctico y ortográfico ya alcanzado por el niño; finalmente, (d) aquellas dirigidas a potenciar los procesos semánticos y de comprensión de textos, que le permitan al niño trabajar sobre la producción de modelos mentales que le permitan integrar y enriquecer sus esquemas actuales de conocimiento con el contenido explícito que le ofrece el texto escrito. 32 METODO Modalidad de trabajo En este trabajo se hizo una revisión sistemática de diseños de intervención de dificultades en la lectura en niños pertenecientes a países hispanohablantes, entre los cuatro a los doce años de edad. Esto con el fin de describir sus principales características y especificar su efectividad para mejorar las dificultades lectoras de los niños participantes. Este tipo de investigación teórica permitirá ofrecer información estructurada, basada en la evidencia, sobre la cual puedan plantearse futuros estudios sobre cómo mejorar el rendimiento lector de niños con dificultades en este tipo de aprendizaje. En este orden de ideas, este estudio permite que sus lectores actualicen sus conocimientos sobre el tema de investigación en cuestión. Por ello, la revisión sistemática corresponde a un diseño investigativo de tipo observacional, retrospectivo, focalizado en sintetizar los resultados de investigaciones primarias para estructurar los conocimientos alcanzados en un área o campo de investigación específico, en este caso, las características de los programas de intervención de la lectura en español, aplicados a niños entre los cuatro a los doce años de edad (Abraira, 2003; Díaz y Fernández, 2005; Meseguer, s.f). Unidad de análisis La unidad de análisis de este trabajo fueron los programas de intervención de la lectura, en español, para mejorar este aprendizaje escolar. 33 Por lo anterior, se partió de la concepción de que los programas de intervención permiten solucionar una problemática presente en un grupo o grupos específicos de personas. Para ello, se consideraron las características del grupo en el que el programa se aplicó, la problemática intervenida, las referencias teóricas que soportaron la intervención propuesta, para finalmente plantearse las características del programa de intervención y los resultados obtenidos con su aplicación (Méndez, Olivares y Maciá, 1993). En este orden de ideas, las categorías de análisis que se rastrearon en este estudio teórico para responder a la pregunta de investigación se detallan en la tabla 1. Tabla 1 Categorías de análisis Categoría Características de los participantes del Edad estudio Información rastreada Sexo Grado escolar Tipo de rendimiento lector Subgrupos evaluados Diseño de investigación Longitudinal (Momentos de evaluación) Variables por mejorar Variables por mejorar con cada * programa Método del programa Duración de cada sesión en minutos Número y frecuencia con la que se realizan las sesiones Duración del programa 34 Temas (actividades) abordados Secuencia de presentación de los temas Resultados Tipo de soporte para justificar los cambios en el desempeño lector de los participantes, a partir de la aplicación del programa. Estadístico empleado, nivel de significancia y tamaño del efecto, si se ofrece * Información que provee cada artículo 35 Muestra Para responder a la pregunta de investigación de este trabajo, se planteó como muestra de este estudio aquellos artículos científicos, ubicados en bases y/o índices bibliográficos, que reportaran programas de intervención de la lectura, en español, para mejorar las habilidades lectoras de niños entre los cuatro a doce años. Por ello, los criterios de selección de los estudios que conformaron la muestra de este estudio fueron: Artículos publicados, en los últimos 14 años, en revistas de psicología. Dichos programas debían especificar que la población a intervenir tuviera como lengua materna el español, por ende, debía apoyarse en este idioma como base para aplicar el programa de intervención. Precisar que se trataba de programas diseñados para mejorar la lectura en niños con dificultades en la adquisición de este aprendizaje lector. Los programas de intervención debían ofrecerse desde el campo disciplinar de la psicología, ya sea de corte clínico o psicoeducativo, ajenos al currículo académico que curse el participante. El programa debía presentarse como un estudio o investigación empírica, publicado como un artículo en una revista científica. El diseño del estudio respondía a una investigación con evaluación pre y pos intervención. Los programas fueron aplicados a niños entre los cuatro a los doce años de edad, con algún tipo de dificultad lectora, que sean monolingües, y con un desarrollo psicológico típico. Los artículos fueron seleccionados en las bases de datos científicas, reconocidas en la comunidad científica de la Psicología; su búsqueda partió de las palabras clave registradas en un tesauro en español y las suministradas por el tesauro de cada buscador en español e inglés, de modo que se asegurara la mayor cobertura posible. 36 Instrumentos Se revisaron las siguientes bases de datos bibliográficas por considerarse los espacios más comunes para publicar estudios de la disciplina de la Psicología: Ebsco, ProQuest, ScienceDirect, Dialnet, DOAJ, SciELO y Redalyc. Para la búsqueda de los artículos se tuvieron en cuenta las palabras clave previamente seleccionadas del tesauro en español (Alcaín Partearroyo y Ruiz-Gálvez Papí, 2014). Aunque se había hecho la selección de palabras clave en inglés según el tesauros de la American Psychological Association (APA, 2007), estas no fueron necesarias para la búsqueda de artículos, ya que las bases de datos e índices bibliográficos revisados recuperan artículos en todos los idiomas a partir de la palabra clave que se les indique, según su tesauro y sus propias opciones de búsqueda. Por tanto, a partir de la selección de una palabra clave en español se pudieron recuperar artículos en español e inglés, que incluyeran dicha palabra clave a lo largo de su texto. La tabla 2 presenta las palabras clave tenidas en cuenta para la búsqueda de los artículos. Estas palabras clave se dividieron en dos categorías: (a) las primarias, consideradas como términos críticos para responder a la pregunta de investigación del presente trabajo, y (b) las secundarias definidas como aquellos términos que ayudaban a limitar la búsqueda de artículos al problema de investigación del presente estudio. Las palabras clave primarias siempre fueron ubicadas en el primer campo de búsqueda de todas las bases e índices bibliográficos considerados y mencionados anteriormente, para ser identificadas en cualquier parte de un texto recuperado, entre tanto, las secundarias se insertaban en el segundo campo de búsqueda, además de considerarse para la búsqueda los boleanos <y> / <and> / <o> / <or>. Lo anterior fue posible en los buscadores Ebso, ProQuest, y ScienceDirect, pues ofrecían en la opción de búsqueda varios campos de selección y de boleanos. En los demás buscadores se empleó el cruce de la palabra clave primaria unida al boleano <y> / <and> / <o> / <or> con la palabra secundaria. El proceso de búsqueda en este trabajo se detallará en el apartado de procedimiento. 37 Tabla 2 Palabras clave de búsqueda Palabras clave primarias Palabras clave secundarias Programa de intervención Comprensión lectora Intervención educativa Dificultad para la lectura Intervención psicológica Retraso en la lectura Evaluación de programas Trastornos de la lectura Valoración de intervenciones Trastornos del desarrollo en lectura Valoración de programa Dislexia Lectura Lectura oral Lectura silenciosa Rapidez lectora Velocidad de lectura Procedimiento La primera fase que se ejecutó en el trabajo de grado fue la localización de los artículos, para ello, se realizó una búsqueda avanzada en las bases de datos Ebsco, ProQuest, ScienceDirect, Dialnet, DOAJ, Scielo y Redalyc. Para dicha búsqueda se consideraron las herramientas avanzadas de aquellas bases que ofrecían opciones de delimitación para la recuperación de sus resultados. Concretamente, se digitalizaron las palabras clave seleccionadas en el tesauro en español propuesto por Alcaín Partearroyo y Ruiz-Gálvez Papí (2014), en los campos de escritura. En el primer campo de búsqueda siempre se insertaba la palabra clave primaria y en el segundo campo, la palabra clave secundaria. De igual forma, se tuvo en cuenta la elección de los campos de selección para especificar en qué parte del artículo debía aparecer cada palabra clave. Los campos de selección utilizados fueron texto completo, título y resumen. Además, se emplearon los conectores boleanos <y> / <and> / <o> / <or> para combinar las palabras clave primarias y secundarias. Finalmente, se delimitó el área temática de la investigación al ámbito de la Psicología y el tiempo de publicación desde el 2000 hasta el 2014. 38 Cabe señalar que los buscadores Ebso, ProQuest, y ScienceDirect permitieron realizar la búsqueda avanzada de los artículos como se detalló anteriormente, a diferencia de las otras bases de datos, Dialnet, DOAJ, SciELO y Redalyc que solo ofrecen un campo de selección por lo que tocó registrar en el mismo campo, la palabra clave primaria y la secundaria, separándola con los boleanos <y> / <and> / <o> / <or>. Por su parte, la base de datos SciELO permitía seleccionar todos los países hispanohablantes donde se quería realizar la búsqueda. Por otra parte, los buscadores Ebsco, ScienceDirect, Dialnet, SciELO y ProQuest permitían optimizar aún más la búsqueda de material bibliográfico, al ofrecer como herramientas adicionales: (a) el tipo de fuente (naturaleza del material bibliográfico), (b) materia, (c) idioma de publicación, y (d) activación automática del propio tesauro de la base de datos. Esta última herramienta fue de gran utilidad en las bases de datos en inglés, pues permitía acceder a artículos en inglés y español a partir de la búsqueda de palabras clave en español. Ahora bien, los artículos recuperados, a partir de la combinación de las palabras clave primarias y secundarias (ver tabla 2) fueron revisados para pasar el primer filtro. Este primer paso consistió en revisar los resúmenes de los materiales bibliográficos recuperados para asegurar que su contenido hiciera referencia a: (a) programas de intervención para mejorar la lectura en niños con dificultades lectoras, (b) hubieran sido publicados en los últimos 14 años, (c) estuvieran publicados en alguna revista científica, y (d) la muestra de participantes correspondiera a niños entre los 4 y 12 años de edad, monolingües, con dificultades para adquirir la lectura y con un desarrollo psicológico típico. En la segunda fase del trabajo de grado se aplicó un segundo filtro el cual tuvo dos etapas considerando que en el primer filtro o preselección de los artículos algunos no detallaban en el resumen aspectos como: (a) la edad de los participantes, (b) aplicación de un programa de intervención a niños con dificultad lectora, (c) si la muestra participante era monolingüe, (d) que la intervención ejecutada cumpliera con un diseño de investigación de preprueba y posprueba, y (e) explicitara el éxito de la intervención. La primera de las etapas consistió entonces en 39 la lectura detallada del resumen, método, intervención y resultados de aquellos artículos que pasaron el primer filtro, para escoger aquellos que cumplieran cabalmente con todos los criterios de inclusión establecidos en este estudio y que se detallan en el método del mismo. En la segunda etapa, luego de la selección definitiva de los artículos, se realizó la lectura total del artículo para dar inicio a la siguiente fase de sistematización, según las categorías de análisis establecidas a priori (ver tabla 1). Finalmente, se llevó a cabo el análisis de la información recolectada con el fin de responder a la pregunta de investigación y a cada uno de los objetivos planteados en el presente estudio. Consideraciones éticas Teniendo en cuenta la Ley 1090 DE 2006 donde se reglamenta el ejercicio de la profesión de la psicología, el presente trabajo por ser una revisión sistemática, que para su desarrollo no requiere contacto con población alguna, no presenta ningún riesgo, y cuenta con todos los permisos para el uso de las diferentes bases de datos y buscadores, empleados en su método. Además, al reseñar adecuadamente la bibliografía consultada, se respeta el derecho de autor de los artículos y textos revisados y utilizados. 40 RESULTADOS El resultado total de los artículos recuperados en las bases de datos Ebsco, ProQuest, ScienceDirect, Dialnet, DOAJ, SciELO y Redalyc, a partir de la combinación de las cinco palabras clave primarias y las 10 secundarias fue de 3.208.731 artículos. Este resultado corresponde a la sumatoria total de artículos recuperados, que a pesar de haberse delimitado y controlado su búsqueda, recuperó artículos de: (a) otras áreas de investigación, como por ejemplo, la psicología social, la comunicación, la psicología del deporte, entre otras; (b) artículos en portugués; (c) programas de intervención en temáticas diferentes a la de interés para esta investigación; y (d) repetir (en algunas bases de datos) un mismo artículo por búsqueda. El caso más notorio se encontró en la base de datos Redalyc, ya que cuando se especificaba el área de investigación en Psicología la opción de búsqueda avanzada desaparecía, dando como opción una búsqueda general de artículos, la cual aumentó la cantidad de artículos recuperados que no correspondían al tema investigado pero que eran asociados por algunas de las palabras clave. Cabe resaltar que este buscador tampoco filtraba el número de veces en la que un artículo estaba repetido, mostrándolo en más de tres ocasiones por búsqueda. Es por esta razón, tal como lo muestra la tabla 3, que este es el buscador con el número más alto de artículos recuperados. Este alto número de artículos recuperados exigió que se hicieran dos filtros para identificar los textos que realmente cumplían con los criterios de selección del presente trabajo (ver tabla 3). En el primer filtro, solo 35 artículos fueron escogidos, pues solo esta pequeña cifra de artículos explicitaba en sus resúmenes que se 41 trataba de investigaciones empíricas que mostraban los resultados obtenidos en programas de intervención para mejorar la lectura en niños, con dificultades en el aprendizaje de la lectura del español, además, de tratarse de estudios publicados en revistas científicas, entre los años 2000 y 2014. Los demás artículos se descartaron por las razones mencionadas en los párrafos anteriores. En el segundo filtro se eliminaron 21 artículos de los 35 que habían pasado el primer filtro, ya que describían un programa de intervención para mejorar la lectura en niños en: (a) población sin dificultad lectora, (c) bilingües, o que estaban aprendiendo el idioma español como segunda lengua, (d) participantes con edades por fuera del rango establecido (entre los 4 a los 12 años de edad), (e) no ofrecían una posevaluación, (f) presentaban una propuesta de programa más no su aplicación, y finalmente (g) no ofrecían información clara sobre los resultados del programa. Tabla 3 Resultados preliminares de la búsqueda bibliográfica Fuente de búsqueda Artículos recuperados Primer filtro Segundo filtro EBSCO 3.467 8 4 Dialnet 366 4 1 DOAJ 52 8 3 Proquest 203 1 1 Redalyc 3.198.630 9 4 SciELO 5.211 1 0 ScienceDirect 802 4 1 Total 3.208.731 35 14 El análisis realizado a los 14 artículos empíricos que pasaron el segundo filtro, buscó responder la pregunta de investigación del presente trabajo, ¿cuáles son las características de los programas de intervención en la adquisición lectora, en español, aplicados a niños entre los 4 a 12 años con dificultades lectoras? Para 42 ello, se consideró pertinente que sus resultados se presenten de acuerdo a los cuatro objetivos específicos que buscan responder a la mencionada pregunta. Por ello, esta sección se subdivide en cuatro subapartados; cada uno de ellos ofrece información de las categorías de análisis empleadas para responder a estos objetivos. En este orden de ideas, los resultados de esta revisión sistemática permitirán responder a: (a) el marco conceptual que sustenta cada programa de intervención de la lectura, (b) las características que definen estas intervenciones, (c), las similitudes y tendencias encontradas entre los diferentes programas de intervención analizados y (d) los resultados que estas intervenciones alcanzaron con su aplicación. Cabe resaltar que para la sistematización de los datos, se crearon las etiquetas ambiguo (A) y no registra (NR). La primera se empleó en aquellos casos en los cuales la información ofrecida en el artículo no era claramente reportada por los autores o se contradecía. Por ejemplo, en el artículo de Axpe, Acosta y Moreno (2012), los autores afirman que su programa de intervención tuvo tres fases, la primera de estas se realizó entre los meses de enero y junio, pero, no aclaran el número de sesiones realizadas en este periodo de tiempo, ni la frecuencia de su aplicación. Entre tanto, la segunda etiqueta se empleó en los casos en los que el artículo no incluía información al respecto. Ambas etiquetas se emplearon con todas las categorías de análisis del presente trabajo. Ahora sí, se ofrecen los resultados que permiten responder a los cuatro objetivos del presente trabajo. Marco conceptual que sustenta cada programa de intervención de la lectura La importancia de identificar el marco conceptual desde el cual se plantea un programa de intervención radica, en parte, en la validez de su contenido, ya que su estructura, tanto los temas propuestos para trabajar en el programa, como el tipo de actividades ofrecidas para desarrollarlos, deberá estar sustentada bajo los presupuestos de teorías que la comunidad científica experta acepta como explicación de un fenómeno cognitivo como la lectura. Actualmente, el aprendizaje 43 de esta habilidad escolar suele explicarse a partir de lo que se conocen como modelos cognitivos de la lectura, los cuales se detallaron en el capítulo titulado “La lectura”. En síntesis, dicho apartado definió que el aprendizaje de la lectura suele considerarse desde dos modelos. Los modelos de reconocimiento visual de las palabras, ya fueran los modelos de doble o triple ruta, que han sido empleados para explicar cómo se adquiere la lectura, de allí, que también sean conocidos como los modelos explicativos para dar cuenta de la lectura inicial. Entre tanto, los modelos de comprensión de textos plantean cómo ganar experticia en entender el contenido de textos escritos, centrándose más en las habilidades de pensamiento verbal que ello implica. Interesantemente, el presente trabajo encontró que de los 14 artículos revisados, solamente cuatro correspondiente a los autores Garzón, Jiménez y Seda (2008), Hernández – Valle y Jiménez (2001), Marder (2011) y Ramos et al. (2014) mencionan en sus marcos teóricos el nombre de estos modelos para argumentar el objetivo del programa de intervención realizado. Por ejemplo, Hernández – Valle y Jiménez (2011) afirman que lo “esencial de la lectura lo constituye el reconocimiento visual de la palabra” (p. 380) donde se encuentra el procesamiento léxico y subléxico. Por su parte, Marder (2011) considera que cuando se alcanza la automatización del reconocimiento de palabras se facilitan las conexiones entre la información que entra visualmente y la información fonológica y semántica que está almacenada en la memoria. Además, la autora hace referencia a las fases del desarrollo lector según Erhi; fases que son explicadas en el presente trabajo en el capítulo “Aprendizaje de la lectura desde los modelos cognitivos”. Entre tanto, Garzón et al. (2008), y Ramos et al. (2014) se apoyan en el modelo de comprensión de textos, Ramos et al. (2014) explica los procesos cognitivos de descodificación simultánea y sucesiva, y su relación con los procesamientos superiores sintácticos y semánticos, los cuales permiten la comprensión de un texto. Por su parte, Garzón et al. (2008) se apoya en la fluidez lectora como medio que facilita la liberación de la atención requerida en los procesos básicos, permitiendo la comprensión de un texto al integrar la idea del este con la interpretación mental del lector. 44 Ahora bien, el modelo conceptual que justifica una intervención también puede inferirse a partir de los temas y tipos de actividades que lo constituyen, como establece Jiménez et al. (2011). Precisamente, este fue el método empleado para deducir el marco conceptual que soporta las intervenciones reportadas por los 10 artículos donde no era explícito el modelo conceptual que justificaba su intervención. Este análisis encontró que siete de ellos sustentaron su intervención en el modelo de reconocimiento visual de palabras. Por ejemplo, Favila y Seda (2010) al aplicar su programa ECONFO, permitían el trabajo directo en la vía léxica y sus componentes, al ejecutar actividades donde se llevara a cabo el reconocimiento verbal y gráfico de palabras de uso frecuente en una oración verbal. Así, los participantes debían recurrir a su depósito léxico mental para identificar ortográficamente cada palabra que formaba la oración, así como al sistema semántico, donde podían acceder al significado de estas. Por su parte, Cadavid et al. (2014), Escotto (2014), Favila y Seda (2010), Jiménez et al. (2003, 2010), y Paz (2009) trabajaron en el entrenamiento de la conciencia fonológica tras identificar y segmentar los fonemas que conforman una palabra, o, los fonemas adheridos u omitidos en estas, como también la unión de fonemas para identificar y construir palabras. Esta manipulación fonológica se asocia con el trabajo del léxico fonológico de los modelos de doble ruta. Además, Jiménez et al. (2010) y Paz (2009) también trabajaron en mejorar la vía subléxica, que describen los modelos de reconocimiento de palabras, para identificar los grafemas y fonemas que conforman pseudopalabras. Los tres artículos restantes (Axpe et al., 2009; López y Guevara, 2008 y Thorne et al., 2010) no ofrecen información suficiente para definir desde cuál de los dos modelos cognitivos de la lectura plantean su intervención. Lo que sí ofrecen es una mención explícita a la importancia de la conciencia fonológica como predictora de la lectura, y actividades específicas para consolidar el desarrollo de esta habilidad metalingüística. 45 Características de los participantes del estudio Para dar cuenta del segundo objetivo de este trabajo, se reportan, por separado, las características asociadas a los participantes y a los diseños metodológicos de dichos estudios. Con respecto a las características de los participantes, la tabla 4 ofrece la información recogida para la edad, sexo, grado escolar, tipo de rendimiento lector y número y nombre de los subgrupos incluidos en el estudio. En términos generales, se observó que los estudios revisados suelen evaluar la eficacia de los programas de intervención en tres grupos de edades diferentes; en aquellos que recién comienzan a aprender las letras del abecedario (4 años), aquellos que comienzan a aprender a leer (entre los 5 a 8 años) y aquellos que ya tienen un par de años aprendiendo a leer (entre los 7 a 12 años de edad). Como cabría esperar, el grado escolar que cursaban los participantes suele coincidir con su edad cronológica, suponiendo que su dificultad lectora todavía no revierte plenamente en su rendimiento escolar. Por otra parte, la aplicación de programas de intervención a niños que cursan entre transición y segundo de primaria también sugiere que estos estudios consideran pertinente intervenir en los primeros años de aprendizaje escolar, a niños que presenten dificultades en este aprendizaje para garantizar el adecuado proceso lector que conlleva a la comprensión de textos. Interesantemente, se encontró en estos estudios suelen participar más niños que niñas. En total, se encontró que 399 niñas y 439 niños participaron de las intervenciones presentadas en los 14 artículos revisados.. Por supuesto, el diseño más común fue el que comparaba niños con dificultad lectora con niños normotípicos en lectura; este diseño se encontró en seis artículos. En los artículos restantes, se observa que los participantes están distribuidos en más de dos subgrupos, usualmente, para comparar los niños con dificultad lectora que participaron en la intervención con niños con dificultad lectura que no fueron intervenidos. 46 Tabla 4 Características de los participantes y diseño de la intervención Fuente N Axpe et al. (2012) 8 Cadavid et al. (2014) 18 Características de los participantes del estudio a b Sexo Edad Grado Tipo rendimiento lector N.R 4 Educación Trastorno Infantil Específico del Lenguaje 9F 9M 7a9 Cuarto Dificultad lectora Subgrupos c evaluados GI GCD GI GNT Diseño de investigación Longitudinal Variables por mejorar (Momentos de evaluación) Pre/ Pos 1 (A) Lenguaje oral y las /Pos 2 (A)/ pos 3 habilidades básicas inmediato para el aprendizaje de la lectura temprana.. Pre / pos inmediato / pos largo plazo Habilidades metalingüísticas Precisión lectora Comprensión lectora Velocidad lectora Escotto (2014) 1 1F 6 Primero Dislexia del desarrollo Favila y Seda (2010) 30 5F 25 M 9 Tercero Retraso lector Garzón et al. (2008) 16 7F 9M N.R. Segundo Dificultad lectora y comprensión EC Pre / pos inmediato Principios fonológicos GI 1 GI 2 GCD Pre / pos inmediato Entrenamiento en Conciencia Fonológica (con apoyo visual de letras) con y sin actividades que favorecen la comprensión lectora en la descodificación de letras, sílabas, palabras en la comprensión, así como en las habilidades fonológicas GI Pre / pos inmediato Fluidez lectora y comprensión 47 Fuente N Hernandez – Valle y Jimenez (2001) 34 Características de los participantes del estudio a b Sexo Edad Grado Tipo rendimiento lector 11 F 23 M 7.1 a 8.8 Tercero Retraso lector Subgrupos c evaluados GI 1 GI 2 GCD Diseño de investigación Longitudinal Variables por mejorar (Momentos de evaluación) Pre / pos inmediato Habilidades metalingüísticas (habilidades de descodificación) Comprobar si la edad determina la eficacia de un tratamiento. Jiménez et al. (2003) 73 28 F 45 M 7.1 a 10.6 A Dislexia y bajo rendimiento académico GI GCD1 Pre / pos inmediato Analizar efecto de práctica asistida por un ordenador entre niños con discapacidad de la lectura y sin discrepancia en CI y desempeño Pre/ pos inmediato Habilidades cognitivas Lectura Pre / pos inmediato Conductas pre académicas y lingüísticas (habilidades de lectura y escritura). GCD2 Jiménez et al. (2010) 241 101 F 140 M 5.0 a 8.0 Segundo Riesgo lector GI GNT López y Guevara (2008) 30 12 F 18 M 5a7 Primero Riesgo lector asociado a desventaja económica GI GCD1 GCD2 Marder (2011) 35 14 F 21 M 4.6 Nivel inicial primaria Riesgo lector asociado a desventaja económica GI GNT Paz (2009) 8 3F 5M 7 a 12 Segundo y Sexto Dislexia GI Pre / seguimiento 1 (al año) / pos inmediato / pos largo plazo Pre / seguimiento (A)/ pos (A) Escritura Sistema de escritura Lenguaje escrito Evolución lectora 48 Características de los participantes del estudio a b Sexo Edad Grado Tipo rendimiento lector N. R 6.11a Segundo Bajo rendimiento 8.8 lector Fuente N Ramos et al (2014) 29 Thorne et al (2013) 88 28 F 21 M 10.3 Quinto Villalón et al. (2011) 399 195F 144 M 5.7 Transición GI GNT Diseño de investigación Longitudinal Variables por mejorar (Momentos de evaluación) Pre / pos Codificación sucesiva inmediato en comprensión lectora N.R GI GNT Pre / pos inmediato Comprensión de lectura con estrategias de comprensión de lectura y ejercicios de vocabulario Riesgo lector GI GNT Pre/ pos inmediato Áreas de conocimiento del alfabeto Reconocimiento visual de palabras Escritura emergente Comprensión oral. Subgrupos c evaluados Nota. N.R.= no registra. A= ambiguo a b c (F) Femenino, (M) Masculino; La edad se ofrece en años y meses; (GI) Grupo de intervención, (GNT) Grupo normotípico en lectura, (GCD) Grupo control con dificultad lectora,, (GIC) Grupo de intervención control, (EC) Estudio de caso. 49 Características de los programa de intervención en niños con dificultades lectoras Para responder a las características de los programas de intervención, se tuvieron en cuenta tres categorías de análisis: (a) diseño de investigación, (b) variables que se buscan mejorar con el programa y (c) método del programa, particularmente, se buscaba rastrear la duración de los programas de intervención, la extensión de cada una de sus sesiones, el número total de sesiones, los temas abordados y la secuencia de su presentación (Para mayor detalle revisar las tablas 4 y 5). En cuanto a los diseños de investigación longitudinal reportados por las 14 intervenciones revisadas, se encontró que el más común es el diseño cuasiexperimental de preprueba y posprueba, lo cual indica que para los investigadores la eficacia de la intervención se puede inferir de la comparación del desempeño de los niños antes e inmediatamente después de aplicado el programa de intervención. Son pocos los estudios que ofrecen mediciones a largo plazo, sugiriendo que la variable tiempo es sumamente importante de considerar si se desea conocer la consolidación del aprendizaje de la lectura en niños. En este orden de ideas, Cadavid et al. (2014) afirman que el tiempo permitió consolidar las habilidades de precisión de lectura aumentando el desempeño lector de los niños. De igual forma, Marder (2011) afirma que el tiempo permite la progresión de las habilidades intervenidas, y, aunque Jiménez et al (2010) no realizó formalmente una posprueba a largo plazo, el seguimiento del desempeño en el grupo de intervención permitió referir los altos logros académicos alcanzados en esta población tres meses después de recibir la intervención. Por otra parte, la tabla 4 también ofrece información sobre las variables que se buscaron mejorar con cada programa. En términos generales, los trabajos se dividen en tres grupos, aquellos que se focalizan en potenciar exclusivamente la lectura y sus niveles de procesamiento, aquellos que mezclan tareas de lectura con tareas de escritura y aquellos que solo buscan fortalecer la comprensión de textos. Todos los trabajos que incluyen actividades para mejorar la lectura, dividen el 50 programa en tareas específicas para mejorar la precisión, comprensión y velocidad lectora. Algunos de ellos se centran en mejorar las habilidades lectoras a nivel de la palabra, centrándose en el conocimiento alfabético, la conciencia fonológica, las relaciones grafema – fonema y la precisión lectora de pseudopalabras y palabras conocidas. Finalmente, en aquellos programas que buscaban potencializar además la escritura, se incluían actividades de escritura para consolidar las relaciones grafema – fonema así como la orientación espacial de las letras y palabras en la hoja. En relación con la duración de las intervenciones se encontró que esta varió considerablemente, siendo dos meses la de menor duración y dos años la de mayor duración. En siete artículos se reportó una duración alrededor de los 2 a 3.5 meses, mientras que en otras cinco intervenciones, los autores reportaron datos ambiguos sobre la duración de sus programas, o, no registraron la duración de las mismas. En cuanto a la duración de las sesiones, estas variaron considerablemente en todos los programas, por lo que solamente se podría resaltar que seis de los artículos tuvieron sesiones entre los 30 a 45 minutos. En cuanto al número de sesiones, y frecuencia del programa, los artículos reportan desde 10 hasta 102 sesiones, con intensidades variadas, desde el trabajo diario hasta tres veces por semana. La información ofrecida sobre la duración y frecuencia de las intervenciones estudiadas es tan variada que no se encontró un patrón que agrupara a la mayoría de los estudios. Por su parte, la revisión del método aplicado por los programas de intervención destacó tres características que aunque son empleadas por pocos estudios cabe mencionar. La primera es el uso de actividades personalizadas, como la lectura de cuentos, organización de historias y escritura, las cuales eran empleadas para observar, evaluar y retroalimentar el desempeño de cada niño. Este tipo de actividades se reportaron en cinco de los artículos (Cadavid et al., 2014; Favila y Seda 2010; Jiménez et al., 2010; Ramos et al., 2014 y Villalón et al., 2011). La segunda característica fue empleada por cuatro estudios consistente en aplicar el programa de intervención como parte de la jornada académica habitual de los niños participantes. Fue el caso de Marder (2011), Axpe et al. (2012), Thorne et al. (2013) 51 y Villalón et al. (2011) quienes capacitaron a las docentes de los diferentes cursos y materias para que ellos aplicaran la intervención en clase y pudieran evaluar la evolución de los participantes durante la aplicación de la intervención. Thorne et al. (2013) capacitaron a la docente que dictaba las clases de comunicación, los demás autores no especifican el nombre de las materias donde los docentes capacitados debían aplicar la intervención. Según reportan estos artículos, en algunas de las sesiones hubo acompañamiento de un experto para vigilar que se cumpliera cabalmente la intervención según lo planteado en esta. La tercera y última característica reporta el uso de programas computacionales desarrollados para facilitar la enseñanza de la lectura y aumentar el interés de los niños por este aprendizaje. Concretamente, cinco intervenciones emplearon este recurso. Estos fueron Cadavid et al. (2014), Escotto (2014) Jiménez et al. (2003), Jiménez et al. (2010) y Thorne et al. (2013). 52 Tabla 5 Método y resultados de las intervenciones Fuente Axpe et al (2012) Duración sesión en min. Fase 1: 45 Fase 2 y 3: 30 Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones Fase1 y 2: Fase 1: Fase 1: A 48 (3 por Fase 2: 1. Diálogo semana) N.R. Realización de rutinas diarias Fase 2 y Fase 3: A (saludo). Situación de 3: 36 (3 conversación: por - Guardar el turno, formulación semana) de preguntas, diálogos hechos pasados y eventos futuros. 2. Scripts Trasladándose el foco al uso del lenguaje: - Visita al médico; viaje en avión; cena en un restaurante; visita al veterinario; día de pesca; día en la granja; peluquería; prepararse para ir al colegio. 3. Narrativa - Estimulación de guiones (secuencias de acciones); estructura narrativa básica (presentación, episodio y final); lectura de cuentos. 4. Lenguaje oral y lectura temprana - Definir dibujos; clasificación en categorías; definición oral de palabras; discriminación de sonidos; memoria auditiva; Soporte de cambio El GI mejoró en posevaluación en: Resultados Estadístico Categorías análisis la Wilcoxon / p a TE NR Preschool Language Scale-Spanish [Escala de español epserado en preescolares] A <0.050 Desarrollo narrativo A <0.050 Conciencia fonológica A <0.050 El GI mejoró, en relación con el GCD, en: Lenguaje Desarrollo narrativo Conciencia fonológica NR NR NR NR NR NR 53 Fuente Duración sesión en min. Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones lectura dialógica; lectura dialógica (diferenciando imágenes de palabras);explicar y hacer predicciones de la lectura; relacionar la lectura con experiencias. Soporte de cambio Resultados Estadístico Categorías análisis / p a TE Fase 3: 1.Narrativa - Episodio; final (Inventado); grabación cuentos; creatividad e integración de categorías básicas del discurso narrativo; lectura de libros; repetición de libros; uso de oraciones completas (SVO); estados internos de los personajes; episodio simple; dos episodios. 2.Lenguaje oral - Habilidades del lenguaje (conversación y lectura); producción de palabras, sílabas y fonemas; habilidades de procesamiento fonológico. Cadavi d et al (2014) 180 10 (semanal ) 2.5 meses Grupo de niños 1 y 2: 1. Recuerdo rimas familiares (palabras cortas, con configuraciones CV, VC). 2. Reconocimiento y clasificación de patrones de rimas e El GI mejoró en los 3 momentos de evaluación (T1, T2, T3) en: Comprensión de lectura Prueba Friedman Wilcoxon 2 χ = 14.26 Razonamiento perceptual χ = 8057 2 de y <0.010 NR <0.050 NR 54 Fuente Escott o (2014) Duración sesión en min. 60 Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones identificación de semejanzas entre palabras cortas con configuración CV y VC. 3. Segmentación de fonemas (palabras cortas y largas con configuración CV, VC y CCV.) 4. Adición, omisión e inversión de fonemas en palabras cortas y largas con configuración CV, VC y CCV. Grupo de niños 3 y 4: 1. Recuerdo rimas familiares (oraciones cortas). 2. Reconocimiento y clasificación de patrones de rimas, e identificación de semejanzas entre palabras de una misma oración y/o párrafo. 3. Segmentación de fonemas de palabras en párrafos cortos. 4. Producción de las palabras resultantes de la adición, omisión e inversión de fonemas en palabras dentro un párrafo corto 1.Tareas visopráxicas N.R 11 meses (semanal (relaciones espaciales ) implicadas en procesamiento lectorescritor) 2. Conciencia fonológica. Teniendo en cuenta las variables: Soporte de cambio Resultados Estadístico Categorías análisis 2 de χ = 17.77 / p a TE <0.010 NR z= 2.85 0.004 r= 0.64 z= 3.11 0.002 r= 0.69 z= 2.20 0.028 r= 0.49 El EC mejoró en Actividad guestáltica visuomotriz NR NR NR Praxia visoconstructiva NR NR NR Factor de regulación y NR NR NR Velocidad procesamiento El GI mejoró en T3 en: Precisión de lectura Velocidad de lectura El GI mejoró en T2 en: Habilidad metalingüística 55 Fuente Fávila y Seda (2010) Duración sesión en min. 35 minutos Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones (a) segmentación (b) lectoescritura, con correspondencia grafema fonema (c) denominación de imágenes y escritura palabra correspondiente, método grafema -fonema. 3. Tareas fonoarticuladoras actividad en computador (analiza modos articulación y adecuada pronunciación fonemas) 102(diari o) 3.5 meses Soporte de cambio Resultados Estadístico Categorías análisis / a p TE control Conciencia fonológica NR NR NR Fluidez fonoarticuladora NR NR NR Comprensión lectora en narrativa corta. NR NR NR Entrenamiento en Conciencia fonológica (ECONFO) I. 1. Segmetación de oraciones en palabras. 2. Síntesis silábica (unir sílabas) 3. Análisis silábico (identificar comparar u omitir sílabas) 4. Síntesis fonémica (en palabras). 5. Análisis fonético Los GI1 y GI2 mejoraron, en relación al GCD en: Categorización de sílaba inicial Ancova F(1,22) = 33.55 <0.001 η = 0.75 Categorización de sílaba final F(1,22) = 33.55 <0.001 η = 0.58 Omisión de sílabas F(1,22) = 33.55 <0.001 η = 0.61 Omisión fonemas F(1,22) = 33.55 <0.001 η = 0.84 II. 54 láminas con dibujos, letras y palabras, escritas (impresas): 1. Segmentación de palabras en sílabas. 2. Síntesis de sílabas (que forman una palabra.) 3. Análisis silábico. 4. Segmentación de palabras Lectura sílabas F(1,22) = 35.92 <0.001 η = 0.76 Lectura palabras F(1,22) = 17.92 <0.001 η = 0.62 Lectura texto en voz alta F(1,22) = 28.55 <0.001 η = 0.72 Comprensión lectora F(1,22) = 66.22 <0.001 η = 0.85 2 2 2 2 2 2 2 2 56 Fuente Duración sesión en min. Garzón et al. (2008) 120 Hernán dez – Valle y Jiméne z (2001) 45 Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones en letras. 5. Síntesis de letras 6. Análisis de letras en palabras 30 (2 por semana) 25(2 por semana) 3.5 meses 3 meses 1. Lectura del texto (guión teatral basado en un cuento). 2. Análisis de los personajes. 3. Elección de los personajes por parte de los alumnos. 4. Elaboración de disfraces o títeres 5. Ensayos 6. Autoevaluación y retroalimentación durante los ensayos. 1. Letras del alfabeto, monosílabos con estructura consonante vocal (CV) y vocal consonante (VC). Palabras que contienen sílabas con estructura CVC y CCV (fricativa- líquida y oclusivaliquida) Soporte de cambio Resultados Estadístico Categorías análisis / p a TE El GI mostró un cambio entre la pre y posevaluación en: Errores de decodificación Wilcoxon Z = -3.33 0.001 NR Errores de automatización Z = -3.26 0.001 NR Características prosódicas del texto Z = -3.48 0.001 NR Precisión en 1er. ensayo Z = -3.52 0.000 NR Precisión en 4to. Ensayo Z = -3.52 0.000 NR Los GI1 y GI2 mejoraron en relación al GCD en: Identificación de letras Anova y prueba t F(2,31)= 18.70 0.001 NR Igual-diferente F(2,31)= 6.03 0.006 NR Lectura de palabras F(2,31)= 7.89 0.002 NR Lectura de pseudopalabras mezcalada con palabras F(2,31)= 0.95 0.001 NR Lectura pura F(2,31)= 8.65 0.001 NR t(22)= 2.94 0.022 NR pseudopalabras El GI1 presentó mayor 57 Fuente Duración sesión en min. Método del programa Núm. y Duración Temas – (f) de programa presentación sesiones secuencia Resultados Estadístico Categorías análisis Soporte de cambio / a p TE ganancia que el GI2 en: Igual-diferente Lectura de pseudopalabras puras Jiméne z et al (2003) 40 Jiméne z et al. (2010) López 15 (diario) 30 60 A (diaria) 20 (2 por N.R A N.R 1. Descomponer una tarea en pasos 2. Administrar repetidamente retroalimentación 3. Práctica independiente y la instrucción de ritmo individual 4. Romper instrucción en fases más simples 5. Instrucción individual. 1. Conciencia fonética (escucha y distinción de fonemas de una palabra) 2. Conocimiento alfabético (relación grafema- fonema, escritura y verbalización de lo escrito) 3. Vocabulario 4.Oral y comprensión 5. Fluidez (en todos los componentes) Conciencia fonológica. t(22)= 2.62 0.045 NR Anova el de F(1,67)= 33.47 <0.001 NR conciencia F(1,66)= 25.04 <0.001 NR Tarea fonológica. F(1,67)= 10,21 <0.002 NR Precisión lectora. F(13,663)= 9,75 <0.001 NR El GI mejoró en relación con el GNT en: Comprensión oral Mancova F(1, 192) 11.40) = <0.001 η = 0.05 Aislamiento de fonemas F(1, 192) 22.50) = <0.000 η = 0.10 Conocimiento fonémico F(1, 192) 17.00) = <0.000 η = 0.15 Lectura oral de pasajes F(1, 192) = 4.31) <0.040 η = 0.04 Los tres grupos evaluados NR NR NR Mejora en reconocimiento palabras en GI 1 y 2. GI 2, en fonológica. 2 2 2 2 58 Fuente Duración sesión en min. y Guevar a (2008) Marder 120 Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones 1. Conceptos (color, tamaño, semana) forma, en objetivos y personas). 2. Relaciones espaciales dentro – fuera, cerca- lejos, arribaabajo, derechaizquierda, atrás- adelante. 3. relaciones temporales( antes- después). 4. Clasificación de objetos (función y ubicación). 5. Pronunciación fonemaspalabras. 6. Completar y estructurar oraciones (derivan reacciones entre eventos, objetos y personas, uso conectivos) 7. Escuchar narraciones de cuentos con tres niveles de complejidad. 8. Narración de experiencias propias. 9. Conciencia fonológica incluyendo descomposición y recomposición de palabras, igualación de sílabas inicial y final, y rimas. 10. Ejercicios de preescritura. 11. Orientación espacial, y discriminaciones visuales finas. 12. Sinónimos, antónimos y significados de palabras. NR 2 años Sistema de escritura, lenguaje Resultados Estadístico Categorías análisis Soporte de cambio mejoraron, no obstante, es el GI el que obtiene los mayores avances en: Copia y comprensión de textos Dictado y comprensión de palabras, enunciados Lectura en comprensión silencio y Redacción El GI mejoró su lectura de Prueba t / p a TE 59 Fuente Duración sesión en min. (2011) Ramos et al (2014) 20 - 25 Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones (semanal escrito y dominio de la ) funcionalidad de la escritura. 27 (diario) 2 meses y 1 semana Tareas Procesamiento sucesivo: 1. Relación entre pares (palabras) 2. Unión de letras 3. Secuenciación memorizada de matrices 4. Conexión letras (identificar palabras) 5. Secuenciación memorizada de elementos (palabras) 6. Recuerdo matrices (reconocimiento palabras relacionadas semánticamente) Tareas procesamiento simultáneo: 7. Verificación de significados: (párrafos) 8. Seguimiento de pistas: (lectura de cuento - imágenes) 9. Construcción de estructuras (reconocimiento gráfico) 10. Asociación de estructuras (lectura e identificación de Soporte de cambio palabras cortas, largas y pseudopalabras en los 3 momentos de evaluación (T1, T2, T3) en relación con el GNT. El GI aumentó sus puntuaciones, igualando las del GC en procesos cogntiivos (procesamiento sucesivo, series de palabras, repetición frases y velocidad del habla). Resultados Estadístico Categorías análisis / a p TE T1: T(N.R.) = 2.95 <0.050 NR T2: T(N.R.) = 2.97 <0.050 NR T3: T(N.R.) = 2.17 <0.050 NR 0.001 η = 0.17 Manova F(1, 54) = 11.41) 2 60 Fuente Duración sesión en min. Paz (2009) 45 Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones frases, distractores y justificación de respuestas N.R (2 por semana) A 1. Conciencia Fonética: (a) Emparejar fonemas. (b) Aislar fonemas. (c) Sustituir unos fonemas por otros. (d) Unir fonemas para formar una palabra. (e) Segmentar en fonemas una palabra. (f) Omitir un fonema de una palabra 2. Aprendizaje del código alfabético y entrenamiento en decodificación fonológica. (a) Aprendizaje de la correspondencia grafemafonema. (b) Entrenamiento en decodificación de sílabas con diferente estructura. (c) Entrenamiento en decodificación de palabras inventadas. (d) Entrenamiento en decodificación en palabras de diferente tipo. 3. Adquisición de representaciones visuales/ ortográficas de segmentos Resultados Estadístico Categorías análisis Soporte de cambio El GI mejoró en los tres momentos de evaluación en: Exactitud lectora de palabras y pseudopalabras Fluidez lectora palabras pseudopalabras de y NR / p NR a TE NR 61 Fuente Duración sesión en min. Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones de palabras y de palabras enteras. (a) Entrenamiento en decodificación de palabras con segmentos iguales (pisa, lisa, risa) (b) Lectura rápida de palabras conocidas. (c) Lectura repetida de palabras infrecuentes. (d) Identificación rápida de palabras escritas. Soporte de cambio Resultados Estadístico Categorías análisis / a p TE U= 506 0.001 d= 0.89 Comprensión para textos narrativos U= 646 0.010 d= 0.52 Comprensión para textos informativos U= 506 0.030 d= 0.51 4.Fluidez en el acceso al léxico (a) Entrenamiento en denominación rápida de dibujos. (b) Lectura repetida de textos con cronómetro. Thorne et al (2013) 90 A (2 por semana) 12 semanas 1. Tareas de vocabulario: ejercicios de significado de la palabra. 2. Estrategias de comprensión de lectura: (resumir, preguntar, predecir, imaginar, sentir y clasificar). 3. Actividades de evaluación: (vocabulario y comprensión de lectura) (a) Vocabulario: nuevas palabras aprendidas, respuestas organizadas en diferentes niveles de dificultad: El GI mejoró, en relación con el GNT en: Vocabulario 62 Fuente Duración sesión en min. Villalón et al. (2011) A Método del programa Núm. y Duración Temas – secuencia (f) de programa presentación sesiones Hábil (baja), Experto (medio), Sabio (alta). (b) Comprensión de lectura: a nivel literal e inferencial. A(diaria) 10 meses 1. Lectura en voz alta (profesor). 2. Lectura compartida 3. Lectura guiada 4. Lectura independiente (Interacción docente -alumno del tema leído). 5.Escritura interactiva 6. Escritura independiente. Soporte de cambio Pequeño 0.1 0.2 0.02 Mediano 0.3 0.5 0.13 Grande 0.5 0.8 0.26 / a p TE El GI mejoró en relación con el GNT en: Escritura emergente Ancova F(1, 336) = 12.53 0.001 η = 0.04 Conocimiento del alfabeto F(1, 336) = 8.20 0.004 η = 0.04 Reconocimiento visual de palabras F(1, 336) = 16.24 0.001 η = 0.05 Nota. N.R.= no registra. A= ambiguo a Interpretación de los tamaños del efecto, según el estadístico empleado (Durlak, 2009): TE r d η2 Resultados Estadístico Categorías análisis 2 2 2 63 Similitudes y tendencias observadas entre los programas de intervención para mejorar la lectura Aunque los programas de intervención revisados se caracterizan por no seguir un mismo modelo teórico y diseño de investigación para diseñar y desarrollar la intervención, cabe rescatar algunas de las características que sobresalieron en ellos. En cuanto a sus participantes, resaltó la división del grupo en dos subgrupos, uno a intervenir y uno de comparación, como también aquellos que consideraron la formación de tres subgrupos para analizar el efecto de la misma intervención en participantes con características diferentes, por ejemplo dificultad lectora y dislexia. Por su parte, las actividades diseñadas mostraron una alta tendencia al trabajo de la conciencia fonológica intentando que el participante consolidara las reglas de conversión grafema – fonema. Cabe resaltar que aquellas intervenciones que trabajaron con niños entre los 4 a 8 años, y que cursaban entre transición a segundo grado, el trabajo en el reconocimiento fonológico se realizaba con más intensidad tanto en actividades orales como escritas. La frecuencia con la que se practicaba en estas tareas era diaria, o, de dos veces por semana, ratificando que la práctica repetida es la que logra que se generen las huellas mnésicas de las relaciones grafema-fonema que se almacenan en el sistema de logogen. Por supuesto, la escritura fue clave como complemento, por ejemplo, para el reconocimiento de las palabras o del significado de estas pues según reportaron algunos autores, esta garantiza la verdadera comprensión de lo expresado verbalmente. Resultados de las intervenciones revisadas Este último objetivo específico es de suma relevancia, pues es el que permite establecer las intervenciones que realmente tuvieron un impacto en el desempeño lector de sus participantes y, realmente, ofrecer evidencia empírica sobre cómo intervenir adecuada y eficazmente el aprendizaje lector de niños monolingües que presentan dificultades en este aprendizaje escolar. 64 Como se muestra en la tabla 5, solo 11 trabajos reportan información clara sobre posibles cambios en el desempeño lector de los niños participantes atribuibles a los programas de intervención aplicados. Todos ellos, emplearon análisis estadísticos para dar cuenta de estos cambios, ya fuera entre el desempeño lector de los niños antes, durante y posterior a la intervención recibida. De estos 11 trabajos solo cinco de ellos ofrecen el tamaño del efecto de sus intervenciones. En este orden de ideas, esto significa que no todos los programas de intervención revisados pueden considerarse como evidencia científica para responder a la pregunta de investigación de este trabajo, ya que no todos ellos prueban si realmente las intervenciones que proponen mejoran las habilidades lectoras de niños con dificultades. Por supuesto, los estudios que podrían emplearse para responder a la pregunta de investigación serían aquellos que además de aplicar una prueba para comprobar si hay mejoría en los niños después de aplicado un programa, incluyen el tamaño del efecto de esta comparación, ya que este permite cuantificar la magnitud del cambio que ha logrado una intervención aplicada en los niños; este estadístico ayudaría a determinar la efectividad de los programas analizados. 65 DISCUSIÓN Cuando se realiza un trabajo de investigación teórica, como la revisión sistemática que se pretende ofrecer en este trabajo, la pregunta que debe guiar su realización es qué aporte puede ofrecer a la comunidad científica interesada en un tema particular y qué ventajas supondría sobre el propio trabajo de revisión que suelen realizar los investigadores cuando llevan a cabo una investigación. Como se mencionó en la introducción de este trabajo, la importancia de realizar una revisión sistemática es poder ofrecer evidencia empírica, en este caso en particular, sobre las características de programas de intervención para mejorar la lectura del español de niños con dificultades en su adquisición. Este tipo de revisiones, que se ajustan a un método riguroso de selección y análisis de material bibliográfico suele aventajar otros tipos de revisiones e investigaciones al asegurar que el material seleccionado para construir el estado del arte de un tema científico tenga validez de contenido, al mostrar una clara coherencia entre su marco teórico, el método, los resultados obtenidos y el análisis que se realizan de estos últimos, de manera que se pueda tener plena certeza de la calidad científica del material bibliográfico revisado y las generalizaciones a las cuales se llegan en la revisión sistemática. Por supuesto, las revisiones sistemáticas también permiten identificar los materiales bibliográficos que presentan inconsistencias o vacíos entre sus apartados, alertando de su necesaria eliminación como fuentes confiables para avanzar en la comprensión científica de un tema en particular. En este orden de ideas, lo primero que debe mencionarse sobre los resultados de este trabajo es que la recuperación de artículos científicos, sobre un tema particular y con criterios de inclusión puntuales, puede realizarse con bases de datos tanto de acceso abierto como cerrado. Si bien es cierto que estas últimas, por ser herramientas de pago, parecen ser más finas en su búsqueda puntual de 66 información, al ofrecer herramientas para delimitar la recuperación de material, sus resultados suelen incluir gran cantidad del material que no corresponde a las delimitaciones originalmente dadas. Por supuesto, esta falencia suele ser más evidente en las bases de datos gratuitas (de acceso abierto), al recuperar una mayor cantidad de artículos, que al igual que en el caso de las bases de datos de acceso cerrado, estaban fuera del tema de investigación, además de repetir numerosas veces un mismo artículo en una misma búsqueda. Esto supone que estos medios de recuperación de material bibliográfico no son completamente rigurosos y confiables, requiriendo que el lector sea quien finalmente seleccione los elementos más apropiados para sus fines investigativos. En segundo lugar, el número de artículos que cumplió con los criterios de inclusión del presente trabajo, particularmente, el reportar un programa de intervención para la lectura del español en niños monolingües con dificultades lectoras, sugiere un escaso esfuerzo por la comunidad científica hispanohablante por abordar esta problemática que aqueja a la mayoría de países de habla española. Por ejemplo, tal como lo reportan los últimos resultados de PISA 2013, son varios los países suramericanos que siguen puntuando por debajo del promedio mundial en rendimiento lector, tanto así que Colombia se ubica en el puesto 57; Uruguay en el puesto 54; México en el puesto 52 y Chile en el puesto 49. Según la interpretación de la misma prueba PISA, estos países se ubican en un nivel 2, que indica que sus estudiantes tienden a alcanzar niveles de competencia bajo (Ministerio de Educación, cultura y deporte, 2013). La recuperación de material bibliográfico relacionado con el aprendizaje de la lectura y las dificultades en su adquisición destaca los escasos trabajos interesados en probar intervenciones que le ayuden a niños con dificultades lectoras en el aprendizaje de esta habilidad escolar. Parece ser que el interés de la comunidad científica que trabaja con niños monolingües con dificultades para la lectura del español está en estudios comparativos entre el perfil lector de niños con y sin dificultades lectoras y lo que expone la teoría, y en aquellos trabajos que evalúan intervenciones para mejorar la lectura en muestras bilingües. 67 En tercer lugar, se encuentra que no existe un particular interés por probar programas de intervención para mejorar las habilidades de lectura de niños monolingües con dificultades en el aprendizaje de la lectura en español, pues el rastreo realizado a las publicaciones de los últimos 10 años encontró solo 35 artículos relacionados con este tema, de los cuales solo 14 de ellos correspondían a artículos científicos que cumplían con los requisitos mínimos para asegurar la calidad científica de sus contenidos para responder a la pregunta de investigación del presente trabajo. En cuanto a estos 14 artículos, cabe mencionar la consistencia del autor Juan Eugenio Jiménez por abordar el tema de interés para este trabajo, así como la calidad de sus estudios, al ser coautor de tres artículos sistematizados en esta investigación. Por otra parte, destacan las investigaciones sobre intervenciones de la lectura que replican los hallazgos realizados con otras poblaciones hispanohablantes o que buscan confirmar si la traducción y validación de un programa exitoso para otro idioma también lo puede ser para mejorar las habilidades de lectura del español. En definitiva, llaman la atención los escasos criterios de calidad y rigurosidad científica que parecen seguir revistas científicas de psicología, que publican trabajos que reportan intervenciones para mejorar la lectura en español de niños monolingües que presentan dificultades en su adquisición. Por ello, que sea tan importante ofrecer revisiones sistemáticas, con criterios de inclusión rigurosos y precisos para la selección del material bibliográfico a analizar, puesto que serán estos criterios los que aseguren que las conclusiones a las que se llegue en la revisión, realmente, estén soportadas sobre trabajos de investigación bien hechos. En este trabajo, el uso de criterios de inclusión bien planteados permitieron identificar que de un primer total de35 artículos recuperados, solo 14 de ellos hacían referencia a intervenciones para mejorar la lectura del español. El análisis realizado a estos trabajos encontró que solo cinco de ellos ofrecían información precisa y completa sobre la intervención aplicada, las características de los niños a quienes se les aplicó dicha intervención, así como un soporte de los cambios observados en el desempeño lector de dichos niños, atribuidos al programa de intervención. Estos 68 son los trabajos de Cadavid et al. (2014), Fávila y Seda (2010), Jiménez et al. (2010), Thorne et al. (2013) y Villalón et al. (2011). Esto significa que son estos artículos los que realmente pueden ser empleados como material bibliográfico para ofrecer evidencia empírica para responder a la pregunta de investigación del presente trabajo ¿cuáles son las características de programas de intervención de la lectura en español, aplicados a niños entre los 4 a 12 años de edad con dificultades lectoras?, ya que son los únicos que ofrecen elementos suficientes para considerar que sus intervenciones ayudan a mejorar esta habilidad académica. El análisis realizado a estos cinco trabajos encontró que la mayoría de ellos buscaban mejorar la comprensión, precisión y velocidad lectora, así como fortalecer las habilidades metalingüísticas y la conciencia fonológica, a través de actividades de reconocimiento de palabras, pronunciación de serie de letras, segmentación de oraciones en palabras, síntesis silábica, lectura de textos cortos y abstracción de ideas de lo leído. En las actividades que buscaban mejorar las habilidades metalingüísticas y la conciencia fonológica predominó el trabajo de las estructuras consonante-vocal, vocal-consonante, consonante-consonante vocal y consonantevocal-consonante en palabras cortas y largas. En todas estas actividades, pero especialmente las que buscan fortalecer las habilidades metalingüísticas y la conciencia fonológica, se evidencia su estrecha relación con los modelos de reconocimiento de palabras de doble ruta, ya que la naturaleza de estas tareas se explica a partir de lo que la literatura reporta como vía léxica, particularmente, sus componentes ortográfico y semántico. Por supuesto, cuando las tareas implicaban la lectura y/o escritura de pseudopalabras estas suponen la activación del léxico fonológico, especialmente, la vía no léxica que explican los modelos cognitivos de reconocimiento visual de palabras. Interesantemente, cada uno de estos cinco estudios demostró una óptima coherencia entre las variables que buscaban mejorar en los niños evaluados con la aplicación del programa, y las variables empleadas para evaluar sus desempeños lectores. Por ejemplo, si definían que buscaban mejorar la comprensión lectora ofrecieron como soporte de cambio el rendimiento en la lectura de textos en voz alta y su debida comprensión. Entre tanto, aquellos trabajos que buscaron mejorar las 69 habilidades metalingüísticas, soportaron su mejoría con la evaluación de tareas que medían la identificación de letras, la lectura de palabras y de pseudopalabras y la omisión de fonemas. Por su parte, los programas dirigidos a mejorar la conciencia fonológica emplearon como soporte de cambio tareas de identificación de la sílaba inicial y final de una palabra y pronunciación de palabras con omisión de alguno de sus fonemas. Lo anterior indica que los autores de estos cinco trabajos soportan el diseño de sus intervenciones en los conocimientos ofrecidos por los modelos cognitivos sobre reconocimiento visual de palabras que actualmente lideran la comprensión de la lectura inicial. Además, demuestran un óptimo dominio de estos modelos al mostrar cómo las variables que trabajan sus programas de intervención se relacionan con las variables empleadas para evaluar los posibles cambios en el desempeño lector de los niños participantes. En síntesis, los únicos trabajos que ofrecen un claro soporte de cambio entre el desempeño lector previo y posterior a la aplicación de un programa de intervención para mejorar la lectura del español, y que ofrecen información consistente sobre lo que desean mejorar en el desempeño lector de los niños y las variables empleadas para evaluar posibles mejorías son Cadavid et al. (2014), Fávila y Seda (2010), Jiménez et al. (2010), Thorne et al. (2013) y Villalón et al. (2011) Por supuesto, son estos trabajos los que finalmente permiten identificar las características que debe tener todo programa de intervención de la lectura en español, para mejorar esta habilidad académica en niños que presentan dificultades en su adquisición. Concretamente, se observa que la edad promedio para la aplicación de un programa de intervención para mejorar la lectura de niños con dificultades en este aprendizaje escolar es entre los 5 a los 9 años de edad, además de incluir tanto niños como niñas. El diseño de estos programas de intervención suelen estar dirigidos a mejorar las habilidades metalingüísticas, y la comprensión lectora de palabras y oraciones, por lo que sugiere el uso de los modelos de reconocimiento visual de palabras para formular dichos programas de intervención. Según los resultados de esta investigación sistemática, estos programas suelen tener una duración entre 2 a 3.5 meses, con una frecuencia diaria o de dos veces 70 por semana, sin una clara definición del número total de sesiones requeridas, pues oscilan entre las 10 a 102 sesiones. Esto lleva a considerar que podría ser más importante la frecuencia con que se realizan las sesiones en una semana, por mínimo ocho semanas, para asegurar que los niños con dificultades lectoras mejoren en las habilidades asociadas con la lectura inicial o reconocimiento visual de palabras. En cuanto a la sustentación conceptual de la lectura empleada por los trabajos sistematizados en este trabajo, destaca que solo cuatro de ellos mencionan explícitamente alguno de los modelos de reconocimiento de palabras o de comprensión de textos. En la mayoría, esta base conceptual se infiere a partir de las actividades diseñadas para mejorar las habilidades lectoras de niños con dificultades en este aprendizaje. Adicionalmente, se encuentra que todos estos trabajos ofrecen referencias actuales y novedosas. En este orden de ideas, podría inferirse que la fecha de publicación de los materiales bibliográficos que presentan estos modelos es muy superior a las permitidas por las revistas científicas, las cuales suelen solicitar a sus autores que incluyan referencias, que en su mayoría, sean de los últimos 10 años. Por otra parte, también podría pensarse que los autores que investigan sobre intervención no conocen los modelos cognitivos que soportan el aprendizaje de la lectura o que no consideran pertinente su mención explícita para soportar sus diseños. Si bien es cierto que todos los estudios revisados ofrecen ya sea una perspectiva clínica o psicoeducativa, pocos resaltan la base teórica de la que se derivan sus intervenciones. La mención explícita del modelo cognitivo de la lectura desde el cual se parte para diseñar un programa de intervención es pertinente, pues permite evidenciar la comprensión que sus autores tienen sobre el tema y la justificación del diseño que propone. Además, de ofrecer elementos para ponderar la validez de contenido de estos mismos programas. Por otra parte, la referencia explícita de la base conceptual de un programa para la intervención de la lectura permite a los lectores y potenciales investigadores en el tema mayor claridad y solidez para justificar/criticar las iniciativas que se desarrollan y proponer cambios a los actuales modelos cognitivos sobre el aprendizaje lector. En el momento, estas dos opciones son 71 difíciles de ejecutar, precisamente, porque no todos los estudios plantean abiertamente el/los modelos conceptuales en los que basan sus propuestas de intervención. En cuanto a las nuevas tendencias observadas en las investigaciones revisadas, destaca la mención del contexto socioeconómico en relación con la adquisición de la lectura, dejando de lado las visiones centradas en el funcionamiento cognitivo de los niños, para ofrecer una mirada más amplia que incluye su contexto de desarrollo. Particularmente, se encontró un especial énfasis en estudiar grupos de niños que crecen en contextos socioeconómicos desfavorables y que requerirían intervenciones enfocadas a suplir lo que sus contextos de aprendizaje habitual no les ofrecen al momento de aprender a leer. Llamó la atención que estos estudios buscaban mejorar las habilidades prelectoras de niños de cuatro años, al emplear tareas de acercamiento con el abecedario, adquisición de palabras nuevas, escritura emergente, uso de las reglas de conversión grafema- fonema y la conciencia fonológica. Entre tanto, los niños mayores de nueve años en adelante solían exponerse a tareas de repetición de palabras nuevas, pronunciación de pseudopalabras, aprendizaje de nuevo vocabulario, como también el correcto uso de las reglas de conversión grafemafonema. En ambos casos, los estudios sugieren la necesidad de fortalecer los componentes de la vía léxica (léxico visual, sistema semántico, léxico fonológico) de la lectura, asegurando los efectos que permiten la activación del umbral de reconocimiento de las palabras (efecto de frecuencia de uso, de contexto, y de primacía semántica) (Rueda, 2003). En cuanto a los programas de intervención que trabajaron los modelos de comprensión de textos, destaca su aplicación en niños con edades entre los siete a los doce años, iniciando con actividades de fortalecimiento de las reglas de conversión grafema – fonema y vocabulario, para asegurar la consolidación de los procesos básicos, y por medio de la fluidez lectora pasar a los secundarios y así garantizar la comprensión de los que se lee. En términos generales, el rango de edad, en todos los programas seguían los propuestos teóricos que dan cuenta de que la adquisición lectora se da desde los cinco años hasta los nuevos años. 72 Retomando la evidencia recogida en los cinco estudios sistematizados, se podría sugerir a los psicólogos educativos centrar su atención los componentes de las vías léxica y subléxica de los modelos de reconocimiento visual de las palabras, como medio para afianzar el aprendizaje lector de los niños que inician en su apropiación. Ello con el fin de promover un apropiado aprendizaje de la lectura y prevenir dificultades en su adquisición. Para finalizar, es importante mencionar que los resultados de esta revisión sistemática permitieron identificar aquellas características que suelen poseer programas de intervención de la lectura en español que han mostrado ser eficaces para mejorar esta habilidad en niños entre los 5 y 9 años de edad que suelen presentar dificultades en su adquisición. No fue posible identificar intervenciones exitosas para mejorar las habilidades lectoras de niños que presentan dificultades en la lectura del español menores de 5 años y entre los 10 y 12 años de edad, como originalmente buscaba este trabajo. Tampoco fue posible ofrecer evidencia empírica sobre cómo mejorar las habilidades para comprender textos escritos, en niños monolingües que presentan dificultades de la lectura del español. Futuros estudios podrían mejorar los resultados aquí reportados si se incluyeran programas de intervención de otros idiomas, particularmente, de otros lenguajes transparentes como el español, puesto que su revisión supondría una ampliación a los resultados aquí reportados. Particularmente, el tipo de tareas empleadas en los programas de intervención para trabajar la lectura inicial y la comprensión de textos escritos, así como el diseño de este tipo de programas y la relevancia que le da la comunidad científica diferente a la hispanohablante. 73 REFERENCIAS Abraira, V. (2003). Revisiones sistemáticas y metaanálisis. Semergen, 29(4), 183185 Aguilar, M., Navarro, J., Menacho, I., Alcale, C., Marchena, E., Olivier, R. (2010). Velocidad de nombrar y conciencia fonológica en el aprendizaje inicial de la lectura. Psicothema, 22(3), 436-442. Alcaín, Partearroyo, M. D. y Ruiz-Gálvez Papí, M. (2014, febrero 20). Tesauro ISOC de Psicología [Tesauro virtual]. Recuperado de http://thes.cindoc.csic.es/inde xPSICO_esp.php Alcaráz, V. y Gumá, E. (2001). Texto de Neurociencias cognitivas. Santafé de Bogota: Editorial Manual Moderno. Alegría, J. (2006). Por un enfoque psicolingüístico del aprendizaje de la lectura y sus dificultades -20 años después-. 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