NATURALEZA DE LA LUZ Una de las ramas más antiguas de la física es la óptica, ciencia de la luz, que comienza cuando el hombre trata de explicar el fenómeno de la visión considerándolo como facultad anímica que le permite relacionarse con el mundo exterior. Dejando de lado las ideas más antiguas sobre la naturaleza de la luz, los máximos protagonistas de esta historia son Isaac Newton y Cristian Huygens. Ambos científicos fueron contemporáneos y llegaros a conocerse en 1689. un año más tarde aparece la obra de Huygens, mientras que Newton publica su obra en 1704. en sus obras aparecen las dos teorías clásicas ondulatoria y corpuscular sobre la naturaleza de la luz. Refracción. El hecho de que la luz cambie la velocidad en medios de distinta densidad, cambiando la dirección de propagación, tiene difícil explicación con la teoría corpuscular. Sin embargo Newton supuso que la superficie de separación de dos medios de distinto índice de refracción ejercía una atracción sobre las partículas luminosas, aumentando así la componente normal de la velocidad mientras que la componente tangencial permanecía invariable. TEORIA CORPUSCULAR O EMISIVA Esta teoría se debe a Newton (1642-1726). La luz está compuesta por diminutas partículas materiales emitidas a gran velocidad en línea recta por cuerpos luminosos. La dirección de propagación de estas partículas recibe el nombre de rayo luminoso. La teoría de Newton se fundamenta en estos puntos: Propagación rectilínea. La luz se propaga en línea recta porque los corpúsculos que la forman se mueven a gran velocidad. Reflexión. se sabe que la luz al chocar contra un espejo se refleja. Newton explicaba este fenómeno diciendo que las partículas luminosas son perfectamente elásticas y por tanto la reflexión cumple las leyes del choque elástico. Según esta teoría la luz se propagaría con mayor velocidad en medios más densos. Es uno de los puntos débiles de la teoría corpuscular. TEORIA ONDULATORIA Fue idea del físico holandés C. Huygens. La luz se propaga mediante ondas mecánicas emitidas por un foco luminoso. La luz para propagarse necesitaba un medio material de gran elasticidad, impalpable que todo lo llena, incluyendo el vacío, puesto que la luz también se propaga en él. A este medio se le llamó éter. La energía luminosa no está concentrada en cada partícula, como en la teoría corpuscular sino que está repartida por todo el frente de onda. El frente de onda es perpendicular a las direcciones de propagación. La teoría ondulatoria explica perfectamente los fenómenos luminosos mediante una construcción geométrica llamada principio de Huygens. además según esta teoría, la luz se propaga con mayor velocidad en los medios menos densos. a pesar de esto, la teoría de Huygens fue olvidada durante un siglo debido a la gran autoridad de Newton. En 1801 el inglés T. Young dio un gran impulso a la teoría ondulatoria explicando el fenómeno de las interferencias y midiendo las longitudes de onda correspondientes a los distintos colores del espectro. La teoría corpuscular era inadecuada para explicar el hecho de que dos rayos luminosos, al incidir en un punto pudieran originar oscuridad. NATURALEZA DUAL DE LA LUZ A finales del siglo XIX se sabía ya que la velocidad de la luz en el agua era menor que la velocidad de la luz en el aire contrariamente a las hipótesis de la teoría corpuscular de Newton. En 1864 Maxwell obtuvo una serie de ecuaciones fundamentales del electromagnetismo y predijo la existencia de ondas electromagnéticas. Maxwell supuso que la luz representaba una pequeña porción del espectro de ondas electromagnéticas. Hertz confirmó experimentalmente la existencia de estas ondas. El estudio de otros fenómenos como la radiación del cuerpo negro, el efecto fotoeléctrico y los espectros atómicos puso de manifiesto la impotencia de la teoría ondulatoria para explicarlos. En 1905, basándose en la teoría cuántica de Planck, Einstein explicó el efecto fotoeléctrico por medio de corpúsculos de luz que él llamó fotones. Bohr en 1912 explicó el espectro de emisión del átomo de hidrógeno, utilizando los fotones, y Compton en 1922 el efecto que lleva su nombre apoyándose en la teoría corpuscular de la luz. Apareció un grave estado de incomodidad al encontrar que la luz se comporta como onda electromagnética en los fenómenos de propagación , interferencias y difracción y como corpúsculo en la interacción con la materia. No hay por qué aferrarse a la idea de incompatibilidad entre las ondas y los corpúsculos, se trata de dos aspectos diferentes de la misma cuestión que no solo no se excluyen sino que se complementan. Los experimentos de Hertz también pusieron de manifiesto un curioso fenómeno: el efecto fotoeléctrico, que consiste en la emisión de electrones con cierta energía cinética al incidir la luz de una determinada frecuencia sobre una superficie metálica. Se comprobó que un aumento de la intensidad luminosa incidente no suponía un aumento en la energía cinética de los electrones emitidos. La teoría ondulatoria no podía explicar esto. Einstein explica esto basándose en la hipótesis cuántica de Planck ( en resumen venia a decir que la energía de un oscilador atómico no puede ser cualquiera sino solo unos valores determinados, ya lo veremos...) Einstein propone en 1905 que la luz esta formada por un haz de pequeños corpúsculos que llamó cuantos de energía o fotones. La energía de la onda está concentrada en los fotones, no está distribuida por toda ella). Resucita así una especial teoría corpuscular. Rechaza la existencia del éter. La luz puede propagarse en el vacío. En la actualidad se sostiene que la luz tiene una doble naturaleza, corpuscular y ondulatoria. Se propaga mediante ondas electromagnéticas y presenta fenómenos típicamente ondulatorios, pero en su interacción con la materia en ciertos fenómenos de intercambio de energía tiene carácter corpuscular. Nunca manifiesta las dos condiciones simultáneamente, en un fenómeno concreto o es onda o es corpúsculo. FUENTES DE LUZ 2.1. El sol es nuestra fuente de luz por excelencia. Pero decir esto es poco, porque con la luz del sol nos llegan otras muchas propiedades, tantas que, podemos decir que el sol es nuestra fuente vital. Primitivas tribus lo adoraban como el dios de la vida, y nosotros, después de conocerlo mejor, nos admiramos de la intuición de aquellos pueblos primitivos. Y si bien para nuestra visión solo utilizamos una mínima parte de sus radiaciones, la energía que el sol irradia abarca tan amplio espectro, que no podemos concebir la vida en nuestro planeta sin la energía solar. Por la fotosíntesis se producen los hidratos de carbono y viven las plantas, y por la función clorofílica podemos apreciar sus variados colores; por la fotoperiodicidad se renueva el ciclo regenerador y vital de los vegetales. También los animales presentan respuestas fotoperiódicas que influyen en la migraciones y reproducciones, y en los vertebrados hay evidencias de la fotoperiodicidad que sería la base rítmica de los llamados relojes biológicos. Son muchos, pues, los fenómenos que justifican la primacía de la luz como elemento fundamental de la vida. 2.2. Nosotros nos quedamos con la bella y precisa definición de Chr. A. Blom-Dahl: "La vida es un modo que la luz tiene de caminar a través de la materia". Es un prodigio que nos fascina como la inmensa energía radiante del sol nos ha proporcionado una filtrada selección que nos preserva de las radiaciones nocivas y peligrosas para la vida de nuestro planeta, haciéndonos llegar, por el contrario, una estrecha franja del espectro electromagnético (dentro de ese enorme torrente de radiaciones) que propicia la recepción por la retina humana de la luz visible, que alcanza su máxima intensidad lumínica en el color amarillo. De ahí que no solo sea este color gran protagonista en el campo de la simbología, sino que, de un modo más pragmático, es el adoptado internacionalmente para elementos de salvamento en el mar, y también en el arte saben los pintores que el sol, y las partes luminosas de sus cuadros son consustanciales con el color amarillo del sol. 2.3. El hombre dispone de otras fuentes luminosas (aunque puedan tener su origen remoto en el sol) que serían interesantes estudiar por el artista, pues hay diferencias sustanciales que transforman los efectos visuales, perceptuales y estéticos. Desde la luz lunar, la llama del fuego de diferentes gases y productos, la incandescencia de una bombilla eléctrica, las más modernas lámparas de gases incandescentes, las luces indirectas de la reflexión, etc., forman un amplio repertorio de fuentes luminosas, que condicionan la obra pictórica, en donde el pintor se ve implicado ineludiblemente. Pese a ello no entraremos en ese campo para el que se requeriría un amplio preámbulo técnico-científico. Nos vamos a limitar a algunas cuestiones básicas de la óptica y, siempre que ello sea posible, orientada con ejemplos y experiencias al campo de la expresión artística, dejando de lado aquellas cuestiones que no afectan directamente a un mejor conocimiento del campo singular del pintor. 2.4. Entre los pintores siempre ha existido el dilema entre pintar con luz natural o con luz artificial. Normalmente una pintura realizada con luz natural soporta su contemplación con luz artificial, incluso con las avanzadas combinaciones lumínicas de algunos estudios de hoy, pierden las pinturas sus matizaciones al ser expuestas a la luz del mediodía; quedan faltas de sutilezas y variantes cromáticas; muchos colores se "tuercen" o distorsionan, y se producen desarmonías que no se observaban cuando el foco eléctrico, simplificador y unificador de tonos, los iluminaba. 2.5. Las múltiples radiaciones de la luz solar manifiestan una gran riqueza vibratoria, que se traduce en un mensaje cromático más variado, que un ojo educado es capaz de captar. La energía lumínica procedente de otro foco emisor tiene más limitadas radiaciones, que uniforman, reduciendo a paquetes simplificados un mensaje de radiaciones más restringidas. Algo así –sirva el ejemplo – como la diferencia acústica que se produce entre una obra sinfónica de muchos y variados instrumentos, y una versión de esa misma obra adaptada para piano. Puede parecer la misma obra, pero la riqueza de la orquesta sinfónica (igual a la luz del sol en pintura) no es comparable al reducimiento a un solo instrumento (igual que la obra pictórica vista con la luz de una lámpara). Podemos decir que la luz es toda radiación electromagnética capaz de ser percibida por nuestro sentido de la vista. El intervalo de frecuencias de las radiaciones que componen la luz solamente está delimitado por la capacidad del órgano de la visión. La luz que nosotros percibimos será siempre formada por radiaciones correspondientes a grandes cantidades de frecuencias. El láser constituye la única radiación visible formada por radiaciones de la misma longitud de onda todas ellas. La luz, en un medio homogéneo, se propaga en línea recta. Cada una de las direcciones de propagación de la luz es un rayo luminoso. Un conjunto de rayos que parten de un punto es un haz. Si el punto de donde proceden los rayos está muy alejado se consideran paralelos. La velocidad de la luz en el vacío es de 3 x 108 m/s. Para comparar la velocidad de la luz en una sustancia con la del vacío se emplea el índice de refracción, obtenido como cociente entre la segunda y la primera: n = v/c