EN SU MEDIDA Y ARMONIOSAMENTE Marisa Monte debutó en la Argentina con un recital notable. De buena voz, modos delicadísimos y un concepto artístico integral, la carioca sedujo tanto por su música como por su performance escénica. Mariano del Mazo Clarin / Abril de 2001 Aparece, delgadísima, con modales de monja circunspecta, con un vestido oscuro y unos tocados rojos. Entre la trama de las telas que se integran la puesta escena se deslizan fotografías e imágenes. Marisa Monte canta Amor I love you (Monte/ Carlinhos Brown) y, al final de la canción, la imagen proyectada del rosto de Arnaldo Antunes que recita un poema. En estos elementos y personas - la fabulosa puesta entre psicodélica y modernista, los gestos mínimos y teatrales de Monte, Brown, Antunes - se apoyan los criterios de un show que utiliza las canciones para pulir un concepto artístico elaborado, minucioso y amplio. Las imágenes en las telas son citas bastante textuales de las letras. El efecto podría ser obvio pero no: funciona como una integración entre la música y las canciones. Las imágenes pueden ser apelaciones a la lluvia, un auto surcando una ruta nocturna, un perro corriendo. El impacto de semejante alquimia escénica es sutil y desde el primero hasta el último tema mantiene la delicadeza casi plástica del show. El recital Memorias, crónicas y declaraciones de amor tiene todo lo que el disco sugiere, y más. Con la impronta de Arto Lindsay - productor del álbum y uno de los responsables del sonido eléctrico de algunos de los mejores discos de Caetano Veloso -, Marisa Monte comprendió la fórmula tradición + vanguardia como una alumna perfecta. Mezcla choros de principios de siglo y samba con cierto pop que recuerda el post Tropicalismo de los 70, más un peque±o, muy peque±o toque electrónico. Queda claro que Marisa Monte no viene a romper nada. Su revolución se limita al continuísmo y puesta al día de la (mejor) música popular brasile±a, y la capacidad para vestir de ropajes personales las canciones menos rupturistas de Antunes y Borwn. Por lo demas, mantiene el formato beatle en coros y cuerdas (un teclado haciendo, a la vieja usanza, los violines y chelos). Todo esto, que enunciado puede parecer carente de originalidad, confluye en la buena voz y el carisma de Monte y arroja algo nuevo: un edificio antiguo totalmente reciclado que conserva esos detalles atemporales y que, llevados a la música, conforman los gui±os genéticos de un linaje formidable. Con la poderosa percusión que es más que el toque afro de los temas pop, el cavaquinho de Mauro Dinis tallando en el samba y el choro y una base de rock más o menos ortodoxa, Monte volvió a hacer gala de su seducción sin límites cuando le tomó varias fotografías al público. Es, de hecho, otra arista de su concepto artístico: en el disco también está apuntando con la misma cámara hacia el hipotético portador del CD. Marisa Monte no hace nada en forma aislada, espontánea o casual. Va ligando ritmos, épocas, influencias, tendencias, ideas, estéticas. El puzzle queda resuelto armoniosamente y define los contornos hechizantes de Marisa Monte. FICHA: MEMORIAS, CRÔNICAS Y DECLARACIONES DE AMOR INTÉRPRETE: Marisa Monte y su banda. Género: Pop, samba. Lugar y fecha: Teatro Coliseo, viernes y sábado. Muy bueno .