MONASTERIO DE LEYRE, “LOS PILARES DEL REYNO”

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MONASTERIO DE LEYRE, “LOS PILARES DEL REYNO”
El Monasterio de Leyre es un lugar alejado de la vorágine diaria. Situado en la fortaleza
natural de la Sierra de Errando, dominando el valle que se abre al Pantano de Yesa.
Este lugar de culto situado en uno de los entornos más privilegiados de Navarra invita a la
espiritualidad.
Descubra sus leyendas, historias con sabor real y joyas arquitectónicas únicas.
El primer documento datado de este enclave monástico es del año 848. Se trata de una carta
de San Eulogio de Córdoba al obispo de Pamplona, Williesindo contando la visita a la Abadía,
donde encuentra una comunidad muy floreciente y una nutrida biblioteca.
En aquellos tiempos las tierras que rodeaban el Monasterio se convierten en las tierras
fronterizas del Antiguo Reino de Pamplona y los reyes pamploneses aprovechando la situación
estratégica del Monasterio lo convierten en una fortaleza prácticamente inexpugnable. Los
reyes venían a educarse con los monjes y a refugiarse cuando Pamplona era amenazada.
Apoyaban al Monasterio con donaciones y privilegios y cuando morían pedían ser enterrados
en la Abadía.
En el siglo XI es cuando Leyre adquiere su máximo esplendor: sus posesiones llegan a ser
incontables y sus abades son a la vez Obispos de Pamplona. El Monasterio controla el
movimiento espiritual, político y cultural de Navarra. Convirtiéndose en abanderado de la
introducción de la reforma de Cluny en el Pirineo. En el siglo XII comienza a decaer el
esplendor del Monasterio y en el siglo XIII el Rey Teobaldo I introduce la reforma del Cister.
En 1836 y tras la Ley de Desamortización de Mendizábal desaparece la vida monástica en
Leyre. Tras 118 años y llevada a cabo la restauración por la Diputación Foral de Navarra, en
1954 los monjes benedictinos vuelven a instaurar la vida monástica en el cenobio.
ARTE
Ábsides y Torre. Siglo XI
A principios del siglo XI Sancho III
ordena construir la nueva iglesia de
Leyre. Desde aquí podemos ver los
tres altísimos ábsides de la cabecera
de la iglesia. Son la muestra más
antigua del románico en Navarra.
La Torre tiene forma de sección
cuadrangular y en sus cuatro
costados hay ventanas de triple
arquillo, sostenidos por columnas con
capiteles sin ninguna decoración. Al fondo sobre los tejados, hay una espadaña del siglo XIV. A
la izquierda, el Monasterio del siglo XVII donde hoy día vive la Comunidad Benedictina. Y a la
derecha el Monasterio Medieval, destacando sus ventanas saeteras, que revelan su función de
fortaleza.
Cripta
Fue construida con una función
arquitectónica
(es
una
cripta
estructural).
Cuando
deciden
empezar a construir la nueva
cabecera de la iglesia, encuentran
que el terreno tiene un fuerte
desnivel. Para salvar este desnivel y
tener una superficie horizontal sobre
la que levantar la iglesia, se ven
obligados a construir debajo la Cripta.
Es una estructura de cimentación.
La Cripta tiene un planta casi cuadrada con 3 ábsides en el extremo este, mayor el central y
más pequeños los laterales. A estos 3 ábsides parece lógico que le correspondiese una
partición en tres naves, pero en la Cripta hay 4.
Multiplicar los puntos de apoyo ayuda a sostener el peso de la construcción superior, pero
también es una cuestión de altura. Como la nave central tiene exactamente el doble de
anchura que las laterales, la correspondiente bóveda central de la Cripta habría alcanzado
también el doble de altura que las bóvedas laterales. El Maestro Constructor decidió partir la
nave central de la Cripta en dos, para que así las 4 naves resultantes tuvieran alturas de
bóveda similares, y el pavimento de toda la iglesia quedara a la misma altura.
En la Cripta se encuentran ya los
elementos
arquitectónicos
característicos del románico: los
arcos de medio punto, las bóvedas de
cañón cubriendo las naves de la
cripta...Pero el elemento que
identifica a la Cripta de Leyre son los
enormes capiteles de las columnas.
Las columnas de la Cripta son
totalmente desproporcionadas, los
capiteles son enormes comparados
con los fustes tan cortos sobre los que se asientan. Sobre estos enormes capiteles se reparte el
peso de la construcción, sobre ellos apoyan los arcos que sostienen, no solo las bóvedas de la
Cripta, sino toda la cabecera de la iglesia. Son 9 las columnas de la Cripta y sus capiteles son
todos distintos. Las decoraciones de estos capiteles, de motivos sencillos, geométricos (simples
estrías, volutas que nacen de bolas)
Aunque la Cripta se construye para salvar el desnivel del terreno, es probable que en la Edad
Media los monjes la utilizaran para guardar el rico tesoro de reliquias que poseía el
Monasterio.
Esta cripta, juntamente con la cabecera de la iglesia, fue consagrada en 1057.
Túnel de San Virila
Detrás de la cripta hay un túnel. En
realidad se trata de un doble muro de
contención del terreno, es lo primero
que levantan para evitar que las
tierras se deslicen y poder empezar a
construir. Lo usaban los monjes en la
Edad Media para ir desde el antiguo
Monasterio Medieval al exterior,
como una especie de atajo pasando
por debajo de la iglesia. Actualmente
el túnel está cerrado con una reja y
no se puede pasar porque al otro lado
se encuentra el Monasterio y empieza la clausura.
Al final del túnel, hay colocada una talla del s XVII que representa a San Virila, abad de Leyre y
protagonista de una conocida leyenda.
Patio de la Hospedería
Hoy día el edificio que vemos es el
Hotel y Restaurante pero en la Edad
Media aquí se asentaba el
Monasterio Medieval, en el centro
estaba el claustro, alrededor del cual
se organizaban las dependencias y la
vida cotidiana en el Monasterio. El
claustro era un jardín en el centro de
la clausura, ordenado y armónico,
como debía ser la vida del monje.
Cada tres o cuatro horas (tanto de día
como de noche) sonaban las campanas, llamando a los monjes, que dejaban todo y se reunían
frente a esta puerta para el trabajo más importante: “rezar”. Dicha puerta es de la primera
mitad del siglo XI. Lleva una columna a cada lado, y en sus capiteles, decorados con bulbos y
pomas colgantes, apoyan dos arcos, uno de ellos muy forzado.
Porta Speciosa
Del Patio de la Hospedería pasamos a
la fachada principal de la Iglesia. Se la
conoce como Porta Speciosa, este
nombre en latín significa puerta bella
o puerta preciosa, y hace referencia a
la rica decoración que presenta. En
esta portada trabajaron diferentes
escultores, y parece ser que también
fue hecha en varias fases, a lo largo
del tiempo.
Tímpano (es la semicircunferencia
situada sobre la puerta)
-
en posición central y en actitud de bendecir, el personaje más importante de la
portada: representa al Salvador (titular de la iglesia y el monasterio)
-
-
a la derecha del Salvador está la Virgen María, con un manto muy decorado y las
manos sobre el pecho. Y a la derecha de la Virgen tenemos a San Pedro (en la mano
lleva la llave del Paraíso)
a la izquierda del Salvador está San Juan Evangelista (con los Evangelios)
Las otras figuras del tímpano debieron representar a otros evangelistas o a escribas, Las figuras
del tímpano apoyan sus pies desnudos sobre pequeños dragoncillos, simbolizando el triunfo
del bien sobre el mal.
Arquivoltas
Las cuatro arquivoltas que forman la portada están abarrotadas de toda clase de escenas. Aquí
vemos motivos vegetales, animales, cabecitas, monstruos, seres grotescos y animales
imaginarios en extrañas actitudes. Esta compleja iconografía nos habla de los castigos
infernales, el tormento de las almas pecadoras y el difícil camino hasta la salvación (iconografía
penitencial). En las arquivoltas encontramos escenas que se relacionan con los pecados
capitales. Los más representados son: la lujuria (representada varias veces, como una mujer en
cuclillas tirándose del cabello), la avaricia (un hombre con una gran bolsa colgando del cuello),
la gula (el mofletudo, un personaje bebiendo de dos botellas, el hombre rebañando la olla), la
pereza (los músicos grotescos)…
Rodeando la más exterior de las arquivoltas está el llamado ajedrezado jaqués: motivo
decorativo característico del Camino de Santiago.
Friso: zona superior
En el centro un Pantocrátor sedente/Cristo en Majestad en el Juicio Final.
A la izquierda:
En la esquina, el arcángel San Miguel con lanza y escudo, la Transfiguración del Señor. Escenas
del martirio de las Santas Nunilo y Alodia.
A la derecha:
La boca del infierno: es una cabeza monstruosa con la boca abierta de la que salen unos
miembros, Jonás con la ballena y cinco figuras estilizadas: la Visitación y la Anunciación.
La iglesia
Conjunto maravilloso de espectacular contraste. La cabecera reproduce la estructura de la
cripta; tiene la misma planta casi cuadrada con tres ábsides. Es aquí donde vemos realmente la
modernidad y lo arriesgado de esta obra a comienzos del siglo XI. La cabecera es altísima para
la época, la nave central es muy ancha, y está cubierta con arcos de medio punto, aunque
estos están muy rebajados y tienen tendencia a la herradura. Las naves laterales son muy
estrechas y la del lado derecho es más ancha que la del izquierdo.
La decoración de los capiteles de la cabecera reproduce los motivos de los capiteles de la
cripta, pero aquí están mejorados y ampliados. A las estrías y volutas se añaden motivos
vegetales estilizados (palmetas, rosetones) y diseños geométricos más complejos (espirales,
aspas, lazos).
La nave central es también románica resultado de una ampliación en la que se respetó la
cabecera, se alargaron los muros laterales y se realizo la portada, cubierta en un primer
momento con un techado de madera. En el siglo XVI sustituyen la techumbre de madera por la
bóveda gótica que cubre con un solo arco los 14 metros de anchura de la nave. Es una de las
ojivas más bellas de Navarra. Sus nervios están estupendamente labrados y solamente en las
claves aparecen motivos ornamentales, siempre de tipo heráldico.
Además de todo esto, llama la atención, la imagen de Santa María de Leyre situada en el altar
mayor. Es una talla nueva, la hizo un escultor de origen valenciano llamado López Furió en
1970, a imitación de las esculturas románicas, para que fuera más acorde con la iglesia. En el
muro norte, se encuentra un arcón con los restos de los Reyes de Navarra. Desde el muro sur
se accede a una pequeña capilla que guarda el retablo renacentista dedicado a las Santas
Nunilo y Alodia. Desde el interior de la capilla puede apreciarse una portada del siglo XII,
decorada con un bello Crismón.
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