2 3 DEPORTISTAS: LOS NUEVOS El fichaje por una casa de modas de Gordon Banks, el mítico portero de la selección inglesa campeona del mundo, fue noticia por la revolución que supuso contar con un futbolista. ICONOS DE LA PUBLICIDAD Di Stéfano fue uno de los primeros futbolistas que explotó su imagen. ‘La Saeta rubia’ abrió un camino que también seguirían otros grandes del deporte como Johan Cruyff, David Beckham, Cristiano, Xabi Alonso... 4 5 SORPRENDENTE. Di Stéfano dejó a todos boquiabiertos con su anuncio de medias Berkshire, donde aparecía retratado con piernas de mujer. MARTA RGUEZ. PELETEIRO / C orría la década de los 60 cuando una publicidad en prensa sorprendió al madridismo. Se trataba de un anuncio de medias en el que el cuerpo del modelo estaba dividido en dos partes: las delicadas piernas pertenecían a una mujer luciendo el producto, pero el torso correspondía a un hombre, a nada más y nada menos que al cinco veces campeón de la Copa de Europa Alfredo di Stéfano. El eslogan rezaba: “Si yo fuera mi mujer, luciría medias Berkshire”. Incluso tuvo una versión para las radios: “¿Saben qué les digo? Que si fuera mi mujer, luciría medias Berkshire”. Parece ser que aquello que enfadó a los aficionados fue que vistiese la camiseta del Real Madrid en el cartel, sin haber consultado al club. Hay que hacer un ejercicio de regresión y pensar que para esa época en vez de como un spot simpático podría verse como un ataque hacia la hombría y también una excusa para el escarnio rival. Tanto que las críticas no se hicieron esperar y el propio presidente Santiago Bernabéu logró que se retirase el anuncio, previa devolución del dinero que había cobrado ‘La Saeta rubia’, varios cientos de miles de pesetas de la Bernabéu logró que se retirase el anuncio de Di Stéfano, que escandalizó a los blancos y sirvió de mofa para los rivales época, nada despreciable. Así trató de apaciguar a los aficionados, aunque quienes estarían más felices debieron de ser los encargados de la campaña: les había salido gratis. Pero Di Stéfano no fue el único futbolista que quiso aumentar sus ingresos con publicidad, Gordon Banks, el mítico portero de la selección inglesa que fue campeona del mundo en 1966, también REY MIDAS. Johan Cruyff no sólo fue imagen de Jim, también se atrevió a anunciar seguros, pinturas, coches... hizo sus pinitos en el sector. Aunque el siguiente con más repercusión fue Johan Cruyff, quien confesó que vestía calzoncillos Jim. La estrella del Barcelona prestó su imagen en los 70 para la marca, anunciando también sus pijamas: “Yo soy deportista. Para mí, las horas de descanso son muy impor tantes. Por eso uso pijamas Jim. Con los pijamas Jim me siento cómodo. Me ayudan a descansar”, decía el holandés, quien compartía publicidades con el madridista Günter Netzer, por miedo a que los hinchas blancos rechazasen el producto. El también extécnico del Dream Team fue todo un rey Midas: no sólo prestó su imagen para Jim, sino que llegó a anunciar seguros, pinturas, coches, fue la cara de una campaña antitabaco y hasta creó su propia marca de moda. Estrellas modernas. Los cuerpos de los futbolistas se prestan para estas actividades. Ofrecen una imagen de trabajo, éxito, juventud, reconocimiento público y vida sana que interesa a las marcas. Y ellos añaden dividendos a sus cuentas corrientes y amortizan al máximo sus cortas carreras deportivas, ya que no todos acaban convertidos en entrenadores, comentaristas u ocupando cargos de honor en sus exequipos. Son los nuevos iconos de moda y las marcas aprovechan este tirón. “Los futbolistas son líderes de estilo. A diferencia de las estrellas del cine o de la música, ellos combinan disciplina mental y física, lo que los convierte en autén- ESCULTURAL. Cristiano es ejemplo de una nueva generación de futbolistas, quienes se han vuelto codiciados para las firmas de moda por sus trabajados cuerpos. 6 PRECURSOR. El meta David James fue el primer futbolista escogido por la casa Armani para protagonizar sus campañas. GENTLEMAN. La empresa catalana Mango vio en Piqué un ejemplo de elegancia digno de exportar. El culé no tiene nada que envidiar a un modelo profesional. TÍMIDO. Pese a su carácter recatado, el brasileño Kaká fue uno de los primeros futbolistas que se destapó y prestó su imagen para la firma italiana Armani. ticos héroes”. Estas declaraciones fueron hechas por Armani, quien fue de los primeros que se decidió a apostar por futbolistas para sus campañas. Comenzó en 1996, con el meta inglés David James. Aunque quizás el más recordado sea su compatriota David Beckham. El Spyce boy reúne todo para que se lo rifen las marcas más importantes: éxito deportivo, belleza, una mujer celebrity y un estilo imitado en todo el mundo, desde su vestir hasta su peinado. La casa italiana no lo dudó y lo contrató para promocionar su línea underwear. Aunque él no fue el único futbolista que se mostró ligero de ropa. Cristiano Ronaldo fichó también por Armani, al igual que el tenista Rafa Nadal, mientras que el sueco del Arsenal Fredik Ljungberg lució abdominales y su tatuaje de una pantera en los carteles de ropa interior de Calvin Klein. Hasta el argentino Lionel Messi ha superado su timidez y ha anunciado en su país los calzoncillos Lody. Kaká es otro de los futbolistasmaniquí más cotizados. El brasileño se decantó por lucir elegancia para Armani Jeans, para quien trabajó también CR7, y su compañero Xabi Alonso promociona ahora Emidio Tucci, la marca de ropa de hombre de El Corte Inglés. Armani: “Los futbolistas son líderes de estilo. Combinan disciplina mental y física, lo que los convierte en héroes” 7 SEDUCTOR. El sueco Fredik Ljungberg alcanzó una gran popularidad después de posar en calzoncillos para la firma Calvin Klein. Según Diego Copado, director de Comunicación de los grandes almacenes, el grupo se decantó por el centrocampista blanco y de la Selección por sus valores. “Elegimos a Xabi Alonso porque representa compromiso, convicción e inteligencia a la hora de transmitir liderazgo, capacidad para implicarse en los proyectos de equipo, combinación de ambición y humildad, por su carácter tranquilo y abierto, por su perfil cercano y discreto, por su estilo elegante, urbano y cuidado, y por su afición a la moda y al arte”. Antes había colaborado con El Corte Inglés Fernando Torres. El delantero del Chelsea es otro de los futbolistas que se disputan las mejores firmas. Desde muy joven, el Niño no ha desperdiciado ninguna opor tunidad para hacer caja, desde bancos hasta refrescos, pasando por firmas como Pepe Jeans que han contado con su imagen, y se ha convertido en uno de los futbolistas españoles más cotizados por las empresas de moda junto a Iker Casillas. Incluso David Villa ha presumido de peinado gracias a la gomina Giorgi; Cesc Fábregas lució palmito con Hugo Boss; y su compañero en el Barcelona Gerard Piqué enamora con sus ojos grandes y azules en los anuncios de Mango. Elegante y seductor, cada vez tiene más tirón publicitario y fama mundial gracias a su relación con la cantante colombiana Shakira. Como trampolín para llegar a ser imagen de las grandes firmas de moda, los futbolistas posan para las revistas y dan a conocer su perfil como modelo. Uno 8 EL DANDY. El jugador del Real Madrid Xabi Alonso presume de elegancia y glamour en la última campaña publicitaria de Emidio Tucci, la firma de El Corte Inglés. de los últimos en hacerlo ha sido Sergio Ramos. Su portada en España para ‘Men’s Health’ ocupó también la primera página de las ediciones de la publicación en Turquía, México, Latinoamérica y China. Una repercusión que para Jordi Martínez, director de la revista, está al alcance de pocas personas en España, como Rafa Nadal o los actores Javier Bardem y Penélope Cruz. “Los deportistas juegan el papel que antes tenían las estrellas de cine o de rock, y par ticularmente los futbolistas en España, donde es el deporte rey”, explica Mar tínez. Para Gerard Solé, el coordinador de moda de la publicación, la clave está en que ahora los futbolistas “se cuidan más, son modelos de conducta, tienen mucho dinero y la gente se quiere parecer a ellos, vestir como ellos”. En definitiva, son iconos globales. “Los futbolistas España cuenta con otros grandes iconos publicitarios fuera del fútbol, como Fernando Alonso o Pau Gasol 9 venden imagen, son marquistas, y hacen que las marcas vendan”, sentencia Solé. Rica fuente de fortuna. Los deportistas están sustituyendo a los modelos para convertirse en imagen de marca y esto representa para ellos un importante manantial de dinero que, en algunas ocasiones, supera incluso a sus ingresos por los éxitos logrados en sus disciplinas. Ejemplo de ello es la guapa rusa Anna Kournikova, la tenista nunca se llevó a casa ningún grande individual, pero su imagen le generó altos beneficios y en el año 2000 se llegó a decir que recaudaba alrededor de 30.000 dólares diarios. Quien compagina éxitos e imagen es su compatriota Maria Sharapova. La tenista no sólo es referente de marca, sino que colabora en los diseños de los modelos que luce. El suizo Roger Federer es otro de los tenistas que más dinero genera prestando su imagen y junto a él podríamos apuntar el nombre de otros deportistas como el golfista Tiger Woods, el nadador Michael Phelps o los baloncestistas Kobe Bryant y LeBron James. Aunque no hay que irse tan lejos para encontrar deportistas con un buen caché publicitario. España cuenta con grandes referentes, como el piloto Fernando Alonso, la nadadora Mireia Belmonte o las componentes del equipo de sincronizada, quienes fueron burbujas del conocido cava Freixenet; motoristas como Dani Pedrosa o Jorge Lorenzo, tenistas como Nadal, David Ferrer o Fernando Verdasco, jugadores de la NBA como los hermanos Gasol o José Manuel Calderón, y un largo etcétera. No obstante, si hay una persona relacionada con el mundo del deporte que ha sabido rentabilizar su imagen, y que no es precisamente sinónimo de juventud ni de belleza, ése es Bernie Ecclestone. El patrón de la Fórmula 1 fue asaltado en su domicilio, donde recibió golpes y patadas en la cabeza por parte de los ladrones, quienes se llevaron joyas y un reloj por valor de unas 200.000 libras. Con mucho sentido del humor, el británico posó para la empresa relojera Hublot con su cara magullada y un ojo a la funerala sobre el siguiente eslogan: “Mira lo que alguien haría por un Hublot”. IRÓNICO. Bernie Ecclestone convirtió el robo en su domicilio en una oportunidad publicitaria: “Mira lo que alguien haría por un Hublot”, reza el anuncio. PORTENTO. La revista ‘Men’s Health’ obtuvo una gran repercusión llevando a la portada al central madridista Sergio Ramos. Esta edición dio la vuelta al mundo. 16 17 UN VALENCIA DE VINO Y ROSAS Di Stéfano hizo al Valencia campeón de Liga en 1971. Pasaron 31 años hasta que Benítez hizo que volviera a ser el mejor. Pero con su adiós en 2004 el club entró en aguas turbias. El Nuevo Mestalla se presentó a bombo y platillo como el maná del valencianismo. Un recinto cinco estrellas que consolidaría al Valencia entre de los mejores club del mundo en lo deportivo y económico. Pero su historia es un espejo de la sociedad occidental: de la burbuja inmobiliaria a la crisis de la banca. En 2009 se paralizaron las obras y así continúan, sin atisbo de reanudación. Y el club está pagando por ello. 18 19 SOLER Y “EL PELOTAZO”. El que fue presidente del Valencia entre 2004 y 2008 calificó de “el pelotazo del Valencia” la operación de Porxinos, un complejo inmobiliario donde se ubicaría la nueva ciudad deportiva. CONRADO VALLE / E l 27 de agosto de 2004, el Valencia ganaba la Supercopa de Europa en Mónaco. Claudio Ranieri alargaba así la era de éxitos de Rafa Benítez, quien unos meses antes había logrado la Liga y la Copa de la UEFA. El Valencia era entonces considerado y premiado como el Mejor Equipo del Mundo por la IFFHS. Pero, tras aquella final de la Supercopa, nada volvió a ser igual. Jaume Ortí era el presidente en aquel partido y como tal ocupaba el primer asiento del palco junto al Príncipe Alberto de Mónaco, una instantánea que marcó un punto de inflexión en la historia del club. El entorno más cercano de Juan Soler no entendía ni asumía que fuera Jaume Ortí y no él quien ese día luciera ante las cámaras junto al Príncipe Alberto. Comenzaron a decirle al que entonces era vicepresidente, y de nuevo cuño, que tenía que asaltar la presidencia del Valencia, que para eso poseía la mayoría accionarial. Y en eso, al menos, no les faltaba razón. Juan Soler había aparecido en la escena blanquinegra meses antes. El propio Jaume Ortí y Manuel Llorente (Consejero Delegado) habían llamado a la puerta del empresario y constructor Bautista Soler para que les financiara en la lucha por el poder del Valencia contra Francisco Roig. El expresidente, en su afán por recuperar el sillón, se había lanzado a principios de 2004 a la compra de acciones a precio fuera de mercado. Ofrecía 600 euros por unos títulos que habían salido a la venta por 48 euros en 1996. Roig no recuperó la presidencia, aunque el negocio le salió redondo. Bautista Soler entró al juego y contraprogramó. Llegó in- RANIERI: SEGUNDAS PARTES NUNCA SON BUENAS. El italiano, que lograra en 1999 la Copa en Sevilla para un Valencia huérfano de títulos desde 1980, llegó en 2004 para ocupar el puesto de Benítez. Duró cinco meses. En 2004, tras ganar el equipo la Liga, la UEFA y la Supercopa de Europa, la familia Soler hizo su desembarco en la entidad cluso a ofrecer hasta 1.200 euros por acción y fue ganando terreno hasta que el 5 de junio de 2004 adquirió las 31.000 acciones de Roig por 31,5 millones de euros, en una operación en la que intermedio el entonces President de la Generalitat Francisco Camps. Bautista Soler delegó en su hijo Juan, el mayor de tres hermanos, la representación familiar en el Valencia. Y así, el 4 de octubre de 2004, Jaume Ortí, que sólo tenía 319 acciones, se vio obligado a presentar la dimisión. Juan Soler fue nombrado nuevo presidente de la entidad. Tomaba las riendas de un club ejemplar en lo deportivo; en calma pagada con talonario en lo social y con una deuda que ascendía a unos 126 millones euros. Juan Soler se mantuvo en el cargo hasta el 12 de marzo de 2008 y dejó de ser máximo accionista del club en agosto de 2009. Dejó de serlo tras una ampliación de capital ideada para que el club no cayera en manos de una empresa llamada Dalport, que digamos tenía oscuras intenciones, aunque precisamente por aquella operación, hoy la Fundació VCF lastra una deuda impagable de 86 millones de euros. Para que la ampliación tuviera efecto tenía que ejecutarse en su totalidad (18 millones lo abonaron pequeños accionistas, el resto la Fundació con un préstamo concedido por Bankia y avalado por la Generalitat). La pescadilla que se muerde la cola. En Valencia le cuelgan a Soler el car tel de ‘peor presidente de la historia’ de la entidad. Sus aires de grandeza llevaron al club a “perder cantidades industriales de dinero”, como suele decir Manuel Llorente, y sus continuos cambios de opinión y de rumbo dinamitaron el transcurrir deportivo. Convirtió a Joaquín en el fichaje más caro de la historia del Valencia (27 millones). Pagó 18 millones por Manuel Fernandes (a quien después sólo pudieron traspasar por dos); 15 millones por Nikola Zigic; 7,5 millones por Asier Del Horno… Así hasta los más de 92 que gastó en fichajes en sus cuatro años como máximo dirigente. Y ello para ganar sólo una Copa del Rey, la cual ni tan SOLER Y SORIANO. Hasta la ampliación de capital de 2009, ambos eran los máximos accionistas del club. En la imagen, con proyectos de estadios. siquiera pudo celebrar Juan Soler, porque, para entonces, ya había dimitido. Todo sea dicho, bajo su mandato fue cuando el Valencia firmó a David Villa por 12 millones de euros, se repescaron a canteranos como Raúl Albiol o David Silva y se incorporaron a jóvenes como Mata o Jordi Alba. En lo meramente futbolístico, hay un partido que marca un antes y un después en la parábola del Valencia post-Benítez. En concreto, una eliminatoria de Champions en 2007, la de cuartos de final contra el Chelsea de José Mourinho. El Valencia de Quique rascó un 1-1 en Stamford Bridge (con golazo de Silva incluido) y en la vuelta disputada en Mestalla, Fernando Morientes adelantaba a los suyos en el minuto 31. Pero primero un gol Shevchenko y después otro de Essien, éste en el tiempo de descuento, hicieron de aquel par tido el último hasta la fecha en el que el Valencia de verdad compitió como un grande de Europa y con opciones reales de llegar lejos en la Champions. Tras aquella noche primaveral de 2007, y con la salvedad de la inesperada Copa del Rey que se ganó con Ronald Koeman (tres días antes de que el holandés fuera destituido), las decisiones deportivas de Juan Soler y su entorno tocaron fondo cuando el Valencia se vio abocado en las últimas cinco jornadas de la campaña 2007-08 a pelear por no descender. Sir va como ejemplo de tal gestión la retahíla de nombres que pasaron por el banquillo y por la dirección deportiva en aquellos años: Ranieri, Antonio López, Quique, Óscar Fernández, Koeman y Voro; Javier Subirats, Eduardo Maciá, Amedeo Carboni, Miguel Ángel Ruiz y Juan Sánchez. Tampoco hay que olvidar la decisión de Koeman, con el beneplácito de los dirigentes, de apartar del equipo a Cañizares, Angulo y Albelda, un proceso que agrietó aún más los cimientos del valencianismo y que tomó tintes de esperpento durante el juicio que hubo por demanda presentada por el capitán Albelda. 20 Pero es sin duda la faraónica obra del Nuevo Mestalla lo que alterará e hipotecará (y por muchos años aún) la vida del Valencia en todos sus ámbitos: económico, social y depor tivo. Juan Soler no fue el impulsor de la idea. Sí quien cambió las reglas del juego y eligió las inadecuadas. ¿Qué hizo mal Soler?, ¿por qué la obra está paralizada desde 2009? Juan Soler cogió el guante lanzado desde las instituciones para que la ciudad de Valencia tuviera un estadio cinco estrellas para albergar una final de la Champions o, incluso, porqué no, unos Juegos Olímpicos. Eran tiempos de los ‘grandes proyectos’. De la Copa América y el Circuito urbano. Digamos que la historia reciente del Valencia CF es un reflejo de la sociedad del mundo occidental, al menos de la de España. De la crisis del ladrillo a la de la banca. Al Valencia le urgía tener una casa nueva (sobre el actual Mestalla hay pendiente de ejecución una sentencia para derribar una de sus últimas remodelaciones) y la ciudad, y sus políticos con mando en plaza, querían que la tuviera y disfrutarla también. En julio de 2004, la Generalitat, el Ayuntamiento y el Valencia firmaron un protocolo de intenciones para la construcción y explotación conjunta de un nuevo estadio que albergaría los encuentros del equipo blanquinegro (se pensó también en un recinto compartido con el Levante UD, aunque nunca hubo acuerdo). Pero tal documento lo firmó Jaume Ortí y lo convirtió en papel mojado Juan Soler. “Si yo fuera médico, trataría de inventar una vacuna. Como soy promotor, ayudo al Valencia de este modo”. La frase es de Soler. Los enfermos respiran ahora. ¿En qué consistía esa ayu- 21 INICIO DE LAS OBRAS. El 1 de agosto de 2007, las máquinas iniciaron la obra. El plazo de construcción era de dos años e incluso se presentó candidatura para albergar la final de la Champions de 2010. de la ciudad. La obra de los arquitectos Mark Fenwick tendría un coste de 350 millones de euros y se preveía poder inaugurarlo en agosto de 2009. Las máquinas entraron en el solar de la Avenida de las Cortes Valencianas el 1 de agosto de 2007. La UTE formada por FCC y Bertolín fueron las encargadas de ejecutar la obra. Pero el Valencia no tenía un plan de financiación claro. Al mes abonaba 20 millones de euros a la UTE, un dinero que sacaba religiosamente de sus arcas. Pero. aunque lo pareciera, las arcas no eran un pozo sin fondo y los meses pasaban sin que nadie encontrara comprador para la parcela de Mestalla. La deuda se disparó y la crisis inmobiliaria llamó sin previo aviso a la puerta blanquinegra. Juan Soler había empujado al club a la boca del lobo de la especulación. Vicente Soriano. NO ENCONTRÓ COMPRADOR. Soriano, presidente en 2008, no pudo vender la parcela de Mestalla y en febrero de 2009 anunció la paralización de las obras e incluso hubo retrasos en el pago de las nónimas a los jugadores. Soler comenzó a construir el estadio sin pedir financiación y al mes, de las arcas del club salían 20 millones de euros da? La sociedad deportiva de la que él era máximo accionista se convertía de la noche a la mañana en promotora y constructora de un estadio. Ya no habría ninguna ‘sociedad mixta’. El Valencia sería como Juan Palomo. Lógicamente todo ello gracias a una serie de reajustes urbanísticos por parte de las instituciones correspondientes: recalificación de la parcela de Mestalla (de uso deportivo a terciario y con una edificabilidad de 92.000 metros cuadrados), cesión por permutas de una parcela pública de 90.000 metros cuadrados en la Avenida de las Cortes Valencianas (donde iría el nuevo estadio) y recalificación de suelo rústico en urbanizable de unos terrenos en la localidad de Riba-roja (donde el club trasladaría su Ciudad Deportiva, además de construir infinidad de casas). El término que empleó el propio Soler para definir tal operación fue “pelotazo”. La operación en resumen era la siguiente: el Valencia construiría un nuevo estadio y una nueva ciudad deportiva en Riba-roja y todo ello lo pagaría con la venta del viejo Mestalla y de la ciudad depor tiva de Paterna. No sólo cambiaría unas instalaciones obsoletas por otras modernas, sino que, además, dejaría la deuda a cero y el club vería aumentados sus ingresos atípicos anuales por la explotación comercial. En definitiva, el Valencia sería un nuevo rico en el concierto del fútbol europeo. Y como nada podía fallar, ningún miedo había a gastar: Joaquín, Zigic, Banega… Eran días de vino y rosas. El 10 de noviembre de 2006, el Museo Príncipe Felipe de Valencia albergó la presentación de la maqueta del Nuevo Mestalla al más puro estilo Hollywood. Posiblemente, ése fuera el día más feliz de Juan Soler, al menos como presidente del Valencia. A las 21:50 horas de aquel viernes, con más de mil invitados representando a diferentes organismos oficiales e instituciones deportivas, Francisco Camps y Rita Barberá alumbraban la futura casa del Valencia, un hogar con capacidad para 75.000 personas, con todo lujo de detalles y de materiales y con una cubierta que simbolizaba los barrios EN FEBRERO DE 2009 SE PARALIZÓ LA OBRA. La UTE formada por FCC y Bertolín dijo ‘basta’ en febrero de 2009, cuando el club le debía en torno a 50 millones. Juan Soler vivió los últimos meses de su mandato acorralado en lo económico y desacreditado en lo depor tivo. Su única obsesión empezó a ser el poder colocar su paquete accionarial para al menos recuperar parte de lo invertido. Durante dos semanas delegó en la persona de Juan Villalonga, para trazar el camino a seguir por el Valencia. Se hablaba de fondos de inversiones y hasta de fichar a Samuel Etoo. Pero el expresidente de Telefónica propuso realizar una ampliación de capital y los máximos accionistas (entre ellos Manuel Llorente, por aquellos días presidente del Pamesa Valencia) se negaron en banda a poner dinero de su bolsillo, que es lo que les habría tocado hacer. Vicente Soriano, segundo máximo accionista del club, que fue vicepresidente con Soler hasta que dimitiera por discrepancias entre ambos, le propuso un plan al propio Soler. Soriano accedería a la presidencia y las acciones de Soler estarían delegadas por contrato a su persona. Era una forma de no sentirse acosado por los altibajos emocionales de Soler. Pero había una cláusula y un compromi- 22 so. Soriano debería vender la parcela de Mestalla antes del 31 de diciembre de 2008. Si lo hiciera, Soler le vendería sus acciones. Si no vendiera la parcela, las acciones dejarían de estar delegadas y por lo tanto Soler podría relegarle de la presidencia. Soler aceptó y Villalonga pasó a mejor vida (con diez millones de euros por los servicios prestados durante 15 días, entre ellos querer fichar a Luis Aragonés el mismo día en el que Unai Emer y pisaba por primera vez el vestuario blanquinegro). Con Vicente Soriano regresaron los discursos ambiciosos. Se cerró en banda a traspasar a los cracks. Al contrario. Ellos fueron sus ‘fichajes’. Renovó a David Villa y a David Silva, abonándole unos salarios que en verdad el Valencia no estaba en condiciones de sopor tar. El empresario puso de moda una frase valenciana. Cada vez que se le preguntaba por la venta de la parcela decía: “Embastat” (que significa que algo no sólo está en marcha, sino muy cerca de hacerse). Incluso en una Junta de Accionistas su vicepresidente, Miguel Zorío, mostró un documento y aseguró que la venta de la parcela estaba concretada. Pero nunca se zanjó ninguna operación. Al revés. Soriano se enfrascó en disputas internas con Bancaja (principal acreedor de la entidad) y a partir de enero, todo fue de mal en peor. Se filtraba a la Prensa que la actividad en las obras del nuevo estadio iba cada día a menos. Y se empezó a decir que los futbolistas no cobraban. Todo era real y ninguna entidad financiera les abría sus puertas. Ni tan siquiera pese a firmar el mejor contrato televisivo de la historia del club. Pero el dinero se esfumaba de un día para otro y Vicente Soriano 23 150 MILLONES YA INVERTIDOS. El Valencia ha pagado hasta la fecha 150 millones de euros para la construcción del nuevo estadio. Se calcula que necesita entre 120 y 160 más para terminarlo. LLORENTE: EQUILIBRAR CUENTAS. Accedió al cargo en julio de 2009 con dos misiones: equilibrar la cuenta de resultados y reanudar la obra del nuevo estadio. Lo primero lo ha conseguido En 2009, la deuda del club ascendía a 550 millones. Hoy ‘sólo’ es de 360, más los 86 millones de la Fundació VCF tuvo que emitir un comunicado en el que reconocía, primero, que había retrasos en el pago de los salarios a los jugadores y, después, que las obras del estadio se paralizaban hasta nueva orden. Aquello fue en febrero de 2009, el año en el que se supone que debería haber estado terminado. A día de hoy, las máquinas siguen sin hacer ruido. Una vez que Vicente Soriano fue ‘apartado’ (continuaba como presidente, aunque sin firma) por el entonces vicepresidente y ahora empleado de la LFP Javier Gómez, el Valencia volvió a recibir algo de financiación y al menos pudo pagar a los futbolistas. Comenzó a gestarse entre las altas esferas políticas, aunque sobre todo bancarias, el desembarco de Manuel Llorente. El hoy cuestionado presidente del Valencia aterrizó en un club que tenía una deuda que ascendía a 540 millones. Llegó con dos cometidos. Equilibrar la cuenta de resultados y poner en marcha un plan de viabilidad para reanudar a medio plazo la obra del nuevo estadio. Entendió que lo prioritario en el primero de sus años era dar sentido a la parcela deportiva y recuperar un lugar en la Champions (para poder disponer de los 20 millones que ingresa un club por disputarla). Por ello, en ese verano de 2009 (marcado por la mencionada aparición de Dalpor t y por la puesta en marcha de la ampliación de capital tras la cual Soler y Soriano dejaron de ser los máximos accionistas), Llorente no quiso negociar ni por Villa ni por Silva. Pero sí lo hizo por Raúl Albiol. El central fue el primero de los internacionales españoles que en los últimos años ha emigrado de Mestalla. Tras él, Villa, Silva, Mata, Jordi Alba… y otros como Isco o Joaquín también han abandonado el club para que éste hiciera caja. El Valencia ha ingresado casi 100 millones de euros por traspasos en tres años, aunque la pérdida de calidad en la plantilla también ha sido algo evidente. Hoy la deuda asciende a 360 millones (se ha reducido con los 81 millones de la ampliación de capital y principalmente por los traspasos realizados). El club ha dejado de “perder dinero en cantidades industriales”. Sus cuentas ESQUELETO EN PLENA CIUDAD. El club estudia cómo abaratar costes en materiales para cuando logre la financiación y pueda reanudar la obra . están equilibradas. Pero el nuevo estadio sigue parado y sin plan de vida a la vista. Tenía Llorente uno en marcha, pero si a Soler le reventó la crisis inmobiliaria, a Llorente le ha pasado por delante la bancaria. La operación consistía en lo siguiente: una sociedad llamada NewCoval (formada por Bankia y Aedifica) se hacía con la propiedad de la parcela de Mestalla, las instalaciones de Paterna y de la explotación comercial del nuevo estadio. Con la venta de sus activos, el Valencia pagaba parte de su deuda y además NewCoval le concedía un préstamo para que se reanudarán las obras y se pusiera en marcha las de la nueva ciudad deportiva. Pero la nacionalización de Bankia, en agosto de 2012, truncó tales planes y en marzo de 2013 vence un préstamo de 230 millones (avalados por la parcela de Mestalla) que lógicamente no va a poder pagar el Valencia (aunque negocia prorrogarlo). A Llorente, hasta la fecha, los resultados depor tivos, principalmente la regularidad en Liga, y el escudo de Unai Emer y le permitían mantenerse al margen de la ira de Mestalla. El técnico vasco siempre falló en las citas relevantes y principalmente por ello nunca fue del agrado de la grada. Llorente necesitaba estar en la Champions y con Unai la tenía siempre cerca. Pero los ciclos en el fútbol tienen fecha de caducidad y, tras cuatro años, Unai optó por cambiar de aires. Llorente apostó por Mauricio Pellegrino (destituido en la jornada 14) y con tal decisión unilateral se vistió de presidente de fútbol a la vieja usanza. Además, continuaron los traspasos (Jordi Alba, Aduriz, Pablo Hernández…) y pese a que, desde la llegada de Llorente, el club ha invertido 92 millones de euros en 28 futbolistas, el nivel de la plantilla se ha visto mermado temporada tras temporada. Hoy poco o nada queda de aquel Valencia que en 2004 ganó Liga, UEFA y Supercopa de Europa. Solo David Albelda… y Manuel Llorente. 24 25 GOLFISTAS Provienen de lugares donde el golf es un deporte claramente minoritario. Aún así, han cosechado numerosos éxitos y han paseado las enseñas de sus país por todo el mundo, lo que les ha convertido en ídolos en sus tierras. Esta es la historia de cómo una serie de golfistas luchó contra todo por amor a un juego. HÉROES EL HOMBRE QUE RETÓ A TIGER. Vijay Singh desbancó a Tiger Woods y fue el mejor del mundo a finales de 2004. NACIONALES ASColor mostró cómo el golf irrumpía en Japón, el país exótico por excelencia. Hoy, los golfistas exóticos invaden el mundo. 26 27 GANADOR. Singh tiene 58 victorias por todo el globo, incluidos dos Campeonatos de la PGA (1998 y 2004) y un Masters de Augusta (2000). FERNANDO LÓPEZ DE LORENZO / E l mundo del golf se expande a medida que pasan los días, los campos afloran en cada rincón del planeta y los golfistas circulan por él buscando recorridos y retos nuevos. Pero, ¿de dónde provienen los golfistas que inundan los circuitos profesionales de todo el mundo? ¿Quién ha hecho tan grande al golf? La inmensa mayoría son ingleses o estadounidenses (por eso mismo la Ryder Cup empezó siendo un torneo entre Inglaterra y Estados Unidos, las dos potencias históricas del golf) e, incluso, en el saco pueden entrar sudafricanos y australianos, casualmente bajo una intensa influencia británica. Fuera de ese selecto club, el protagonismo se lo juegan entre españoles, impulsados por la inestimable figura de Severiano Ballesteros, suecos y poco más. Es ahí donde aparecen historias como las de Vijay Singh (Islas Fidji), Nick Price (Zimbabue) o Stephen Ames (Trinidad y Tobago), naturales de países donde el golf no tiene tradición alguna, pero donde ellos se han convertido en verdaderos héroes nacionales. Vijay Singh, el hombre que retó a Tiger Woods. Soslayando la enorme persona de Harr y Vardon, ilustre jugador nacido en la isla de Jersey, un pequeño territorio en el Canal de La Mancha que funciona como Dependencia de la Corona Británica, la historia más significativa de los que podrían ser llamados ‘golfistas exóticos’ es la de Vijay Singh (22 de febrero de 1963), uno de los mejores jugadores de los últimos 15 años. El talento Singh proviene de las Islas Fidji, un pequeño archipiélago en el Pacífico que no llega a los 900.000 habitantes. A punto de llegar al medio siglo de edad, la carrera de Singh ha pasado por todo tipo de circunstancias. A pesar de que en Fidji los deportes nacionales son el cricket y el rugby, la influencia de los británicos en su pequeña colonia dejó ciertas nociones de golf. Y Singh las acogió con los brazos bien abiertos. De orígenes tremendamente humildes, Singh jugaba al golf con pequeños cocos que caían de las palmeras de su jardín. Con muy poco cimentó una base po- tente y se convirtió en profesional en 1982. Su irrupción en el circuito profesional, compartido entre Asia y Oceanía, fue imponente, pero al poco de empezar le acusaron de trampas y le echaron. Sin embargo, el fidjiano no dejó que eso terminase con su carrera y llegó al Circuito Europeo. Entre 1988 y 1992, Singh se labró un nombre y terminó llegando al PGA Tour, el prestigioso y exigente circuito estadounidense, donde, en 1993, fue nombrado novato del año. Desde entonces, el ‘león victorioso’, significado de su nombre, ha ido coleccionando éxitos uno detrás de otro. Cuenta 58 victorias por todo el globo, entre ellas tres grandes (Masters de 2000 y PGA Championship de 1998 y 2004) y acumula casi 70 millones de dólares en ganancias, esta cifra sólo en Estados Unidos (allí ha ganado 34 torneos, incluida la FedEx Cup de 2009). Su mayor laurel fue desbancar al gran Tiger Woods. El californiano ha encontrado pocos rivales capaces de derrotarle en toda su carrera, y uno de ellos fue Singh. En septiembre de 2004, Vijay ganó el Deutsche Bank Championship, en un duelo casi personal con Tiger y se convirtió en número uno del mundo, lugar que ocupó durante algo más de siete meses, hasta que el propio Woods reclamó su trono. El impresionante estado de forma del fidjiano le llevó a entrar en el Salón de la Fama del Golf Mundial en 2006, siendo, entonces, el golfista vivo más joven en recibir el distinguido honor. Casualmente, Singh, considerado uno de los mejores jugadores de Oceanía de la historia, alcanzó su madurez pasados los 40 años y sólo el español Miguel Ángel Jiménez ha conseguido un número similar de éxitos entrada la cuarentena. A día de hoy, Singh es un ídolo nacional en Fidji, aunque el golf no ha calado mucho en el pequeño archipiélago varios cientos de kilómetros al norte de Nueva Zelanda. El poder del hombre blanco africano. Otro ejemplo es el de Nick Price (Sudáfrica, 28 de enero de 1957). RIVALES. Entre 2004 y 2005, Singh y Tiger pelearon por ser el número 1 y ofrecieron algunos de los mejores duelos de la historia del golf. 28 29 AMIGOS. Arriba: Nick Price, número 1 del mundo en 1993, cosechó importantes éxitos bajo la bandera de Zimbabue. Abajo: Price estuvo muy presente en el crecimiento de Tiger como golfista. Son buenos amigos. Si bien nació en Sudáfrica, Price se crió en Zimbabue y asumió su nacionalidad en cuanto pudo hacerlo legalmente. El hecho de nacer en Sudáfrica, una verdadera potencia del golf mundial, unido a que en la antigua Rhodesia viven más de 12 millones de personas, hace menos impactante su caso que el de Singh; sin embargo, Price paseó la colorida bandera de Zimbabue (uno de los países más pobres del planeta) por todo el mundo y la engrandeció, pues Pri- Golfistas como Nick Price o Vijay Singh, ambos nacidos en países sin tradición en el golf, fueron número 1 del mundo ce llegó a ser el mejor golfista de la Tierra en 1994 y se mantuvo en la pelea de los puestos de honor durante una larga década. Además, Nick Price, campeón de 50 torneos a nivel internacional, ganó tres majors (British de 1994 y PGA de 1992 y 1994). Pero ese no fue su gran triunfo. Price recogió el testigo de dos grandes golfistas de Zimbabue: Denis Hutchinson y Denis Watson, que llegó a ganar tres torneos en Estados Unidos y rozó la victoria en el US Open de 1985, uno de los más igualados de la historia. El buen hacer de Price le abrió las puer tas a otros golfistas como Tony Johnstone, contemporáneo a Price, Mark McNulty y, sobre todo, a Brendon de Jonge, principal valor zimbabuo en la actualidad. Un pequeño país; un gran golfista. No todas las historias de golfistas de países humildes son tan exitosas. El ejemplo es Paul Friedlander, del peculiar Reino de Suazilandia, el país más pequeño de África, en el que viven un millón de habitantes, rodeado en todas sus fronteras por Sudáfrica y donde el rey cuenta más de 600 mujeres e hijos. La historia de Friedlander parte de la base que en Suazilandia el golf está exclusivamente asociado a las clases más altas de la sociedad y su popularidad reside en que es considerado el deporte real. A pesar de esto, antes de la llegada de Friedlander, hubo varios intentos de golfistas del país en salir adelante, pero los graves problemas raciales les obligaban a crear en multi- tud de ocasiones torneos separados para blancos y negros, lo que minó el crecimiento de este deporte en el diminuto reino. Eso fue hasta que llegó Paul Friedlander (Suazilandia, 28 de septiembre de 1970). De familia noble, Friedlander aprovechó su estatus social para emigrar a Estados Unidos y convertirse en profesional. Como universitario, llevó a la Oral Roberts University (Oklahoma) a algunos de sus mejores resultados tanto individuales como colectivos, a principios de los 90. Después se pasó al profesionalismo (1994) y regresó a África. Se involucró en el Sunshine Tour (el circuito sudafricano), a lo que sumaba esporádicas apariciones en el Tour asiático. Y pronto se hizo notar. En 1995 ganó dos torneos del Sunshine Tour, en 1996 se impuso en el Dubai Creek Open ante jugadores de la talla del surcoreano K. J. Choi y en 1997 perdió dos torneos, uno de ellos en la India, donde aún conserva el récord del campo, por un tremendo golpe de suerte del estadounidense Clay Devers. Su venganza con el nor teamericano llegó un año después, en el Abier to de Suazilandia, pues, en casa, Friedlander se tornó invencible y se llevó el campeonato por un solo golpe sobre el propio Devers. Éste es el trofeo del que más orgulloso está Friedlander. Por aquel entonces, el golfista suazi era tan famoso en su país que el orgullo que sentían los aficionados dio pie a curiosas anécdotas. Como la que protagonizó un fotógrafo durante aquel Abier- to de Suazilandia de 1998. A pocos hoyos del final, Friedlander se disponía a ‘puttear’; sin embargo, el golfista tuvo que detener su rutina porque un fotógrafo se había situado a menos de un metro de él y no le dejaba ejecutar el golpe. El suceso fue recogido por varios medios, que comprendieron la magnitud de Friedlander en su país. Tan sólo un año después, Friedlander perdió la ilusión por el golf y dejó de jugar tras la fracasada defensa del Abierto de La presencia del Imperio Británico por todo el planeta ha dejado un interminable legado de buenos golfistas 30 Suazilandia. “No puedo más con la mediocridad de mi juego”, dijo. Se convirtió en un importante empresario. A pesar de ello, Friedlander es considerado un héroe en su país. El Tiger de Bangladesh. Nunca pensó Siddikur Rahman (Bangladesh, 20 de noviembre de 1984) que su golf tendría repercusión en el mundo. Criado cerca de un campo de golf donde, desde muy pequeño, trabajaba para pagarse sus estudios, Siddikur pronto se enamoró del golf. Con una vieja y medio rota cabeza de un hierro 7, sujeta por una oxidada varilla de acero, el asiático empezó a jugar al golf. La escasa afición por este deporte en Bangladesh, país donde el badminton goza de mucha más popularidad, no le impidió salir adelante. No sin esfuerzo, Siddikur se abrió camino entre la interminable cantera de jóvenes valores que brotan de Asia y rápidamente destacó. Su destreza para jugar al golf le llevó a ser llamado el Tiger Woods asiático, un apodo que no le vino grande. Sus éxitos se fueron sucediendo (contaba una docena de torneos a nivel amateur por todo el continente) gracias a su virtuoso juego con los hierros y, en cuanto pudo, se pasó al profesionalismo. Se hizo un pequeño hueco en el circuito de la India y consiguió que su nombre fuese muy reconocido en Bangladesh, un pequeño país en el Himalaya, en el que viven más de 150 millones de personas (la densidad es de las más altas del mundo, con más de 1.000 habitantes por km 2). Tras cuatro años en la India, en 2009 se clasificó para el circuito asiático y allí empezó a desarrollar su mejor golf. De hecho, hizo historia. Siddikur Rahman, Nandasena Perera y su hijo... Ejemplos de jugadores sin recursos que lo dieron todo por llegar a la élite 31 EXITOSO. De entre todos sus éxitos, el favorito del suazi Paul Friedlander es el campeonato de su país que conquistó en 1998. Friedlander, que estudió en Estados Unidos, conquistó seis torneos por todo el planeta. El 1 de agosto de 2010, Siddikur ganó su primer torneo en el Tour de Asia: el Open de Brunei. La noticia corrió como la pólvora. Un bangladeshí había ganado un torneo de golf de nivel internacional. Siddikur era considerado un superhombre en Bangladesh, era el orgullo de un país sumamente pobre, sin muchas razones para vibrar con el deporte y que no se deshizo de sus lazos con el Imperio Británico hasta la década de los 70. El joven golfista bangladeshí empezó a superarse. Se ganó invitaciones a los grandes torneos de Asia, a algunos de Europa y completó su imparable subida con elogios de jugadores de renombre, como el australiano Adam Scott. El pasado mes de noviembre, a pocos días de su cumpleaños, Siddikur cumplió su sueño y conoció a Tiger Woods. El mismo al que le dijeron que se parecía; el mismo al que Siddikur Rahman siempre quiso imitar; el mismo sobre el que Siddikur ha construido su historia. HÉROE. Las hazañas de Siddikur Rahman, de Bangladesh, le han convertido en un ídolo en la región del Himalaya. Rahman, arriba y abajo, es considerado el Tiger Woods de Bangladesh. El legado de los Perera. Como colonia británica que era, Sri Lanka (22 millones de habitantes) se formó en torno al rugby y al cricket. De ahí fueron saliendo todos sus grandes depor tistas. Hasta que apareció Nandasena Perera (29 de julio de 1955). Hijo de un reputado golfista local, Michael Perera, Nandasena es un verdadero personaje en la paradisíaca isla al sur de la India. Tanto que hasta el presidente Ranasinghe Premadasa reconoció sus éxitos. Si bien sus primeras victorias a nivel local llegaron tarde, el talento de Nandasena le llevó a ganar algunos de los más prestigiosos torneos aficionados del sureste asiático. En Sri Lanka, dos de ellos son considerados una verdadera gesta: el Campeonato amateur de Pakistán y la Medalla de oro de la India, ambos en 1989. En 1990 se hizo profesional, justo después de ganar la medalla de plata en los Juegos de Asia. Y en 1991 ganó su primer torneo profesional en Malasia. Su meteórica carrera le llevó al circuito japonés, donde despuntó en 1992 y 1993. Sin embargo, a Perera se le diagnosticó diabetes y artritis, un problema que atacó con fiereza a sus rodillas y cerca estuvo de dejarle en silla de ruedas. Se recuperó y buscó entrar en el Tour Europeo, pero fracasó y la decepción le llevó a dejar la alta competición. Nada de esto último impor tó en Sri Lanka y el presidente Ranasinghe Premadasa distinguió a Perera en 1994 con el título Deshabandu, el mayor reconocimiento para un ciudadano de a pie en Sri Lanka. Perera naufragó en su intento de triunfar en el golf mundial, pero su intento no ha sido en vano. Su hijo, Mithun Perera (26 de diciembre de 1986), asumió el reto, des- puntó desde niño con un palo entre las manos y hoy en día juega en el circuito australiano. El clan de los Perera sigue paseando el honor de Sri Lanka por todo el planeta. Al igual que Vijay Singh, Siddkur Rahman, Nick Price, Paul Friedlander y tantos golfistas anónimos que disfrutan de este noble deporte. Porque el golf ha invadido cada rincón del mundo. 38 39 En el AS Color de 1971, se hacía un reportaje sobre el surf, pero en arena. 41 años más tarde, la versión extendida, en el agua, ha hecho a España segunda potencia mundial. EL WINDSURF Ni siquiera el voto en contra de un español en el Congreso Semestral de la ISAF, antes de Londres, y la presión del magnate británico Richard Branson, adalid del kitesurf, han podido con esta modalidad de regatas. SEGUIRÁ EN EL PROGRAMA OLÍMPICO 40 41 JOSEP MARGALEF / E l pasado 7 de agosto, Marina Alabau, una joven regatista sevillana de 26 años, lograba en Weymouth, una pequeña población del Suroeste de Inglaterra, la primera de las tres medallas de oro que el depor te español conseguiría en los Juegos Olímpicos de Londres y lo hacía en la clase olímpica RS:X (tabla de windsurf). Cuando Marina llegó a Weymouth, a finales de julio, sabía, en ese momento, que quizás era su última opor tunidad de lograr el oro olímpico. Tres meses antes, el sospechoso voto del representante español, Gerardo Seeliger, en el Congreso Semestral de la ISAF (Federación internacional de Vela), donde se decidía si la clase RS:X iba a seguir siendo olímpica en los JJ OO de Río de Janeiro 2016 o iba a ser relevado por el kitesur f (cometas a vela), decantaba la votación (19 a 17) a favor del kitesur f, siendo España la segunda potencia mundial del windsurf. Marina, que par ticipaba en competiciones internacionales desde que tenía 13 años y llegó al equipo olímpico con sólo 16, tenía también otra razón de peso para ambicionar ese oro olímpico: Cuando Marina Alabau compitió en Londres pensaba que quizás fuera la última vez en la categoría de RS:X ORO EN LONDRES. Marina Alabau conseguía la medalla del preciado metal en la categoría de RS:X. el recuerdo de su entrenador, el francés Kim Lythgoe, también entrenador de Blanca Manchón, fallecido el 2 de octubre de 2009, cuando se encontraba de vacaciones en las Islas Maldivas, a causa de un accidente por inmersión. “Éste era nuestro objetivo y, por fin, lo he conseguido. Estará orgulloso de mí esté donde esté”, recordó Alabau. Desde 2007, fue el preparador de RS:X F de la RFEV y logró los títulos de campeona mundial y europea de Alabau en 2009, así como los de subcampeona mundial y europea de Manchón, también ese año, sin olvidar el diplo- ma del cuar to puesto de Pekín 2008 de Alabau, entre otros. El triunfo de Alabau se basó en el indudable talento como regatista, en su capacidad para interpretar los vientos y las situaciones de la carrera; en una enorme envergadura de brazos, superior a la de sus rivales, que le permitió manejarse mejor. Renunció a muchas cosas por ese oro. Incluso cambió su entrenador y compañero sentimental, el francés Alex Guyader, por Nicolás Bedou, también francés, habitual entrenador de Iván Pastor, regatista masculino de RS:X. “Cambié porque mi novio, en las competiciones, se ponía muy ner vioso y no funcionaba. Él me comentaba: ‘Tranquila, Marina’. Y yo le respondía: ‘Tranquilo, tú’. Y la liábamos. Así que mejor trabajar con Nico”, explicaba la sevillana. También explicó que “preparé la última regata a conciencia y seguí los consejos de un correo electrónico que me envió mi entrenador hace de diez años, el argentino Eduardo ‘Bata’ García Velasco, y eso marcó el camino: “Sal por barlovento y controla. Tu velocidad decidirá”. A pesar de todos sus títulos, su clasificación para Londres no fue fácil y tuvo que esperar has- Para estar en los JJ OO, Alabau tuvo que ganar a su paisana Blanca Manchón en tres regatas selectivas TRIUNFOS DEDICADOS. Marina Alabau dedicó sus éxitos en los JJ OO a su entrenador fallecido en 2009, el francés Lythgoe. 42 GRAN PALMARÉS. Marina Alabau, antes de la medalla de oro en Londres., había sido campeona y subcampeona del mundo y cinco veces campeona de Europa. 43 ta el pasado 29 de febrero, y conquistar en Madeira su quinto Europeo para cer tificarla. La Federación debía decidir el representante para la cita olímpica entre las sevillanas Marina Alabau y Blanca Manchón. Y el billete fue para la primera, después de dominar ante su compañera las tres regatas selectivas: la Skandia Sail for Gold de Weymouth, el Mundial de Perth y el referido Europeo. Una pesadilla para la vela española. El windsur f era olímpico desde 1981 y en los primeros Juegos en que par ticipó fue en Los Angeles 1984, y la tabla usada fue la ‘Winglider’. En Barcelona’92 ya participó la categoría femenina y la tabla usada fue la llamada ‘Lechner’. Las tablas usadas desde Atlanta’96 hasta Atenas 2004 fueron las llamadas ‘Mistral One Design’, que en Pekín 2008 se sustituyeron por las actuales Neil Pryde RS:X. La competición olímpica era una de las más atractivas y espectaculares, pero el auge del kitesurf (tabla con tracción de una cometa) llevó a que se estudiase su entrada en el programa olímpico. La Federación Internacional de Vela (ISAF) propuso un informe elaborado en noviembre de 2011, en Santander, y lo llevó a su Consejo de Medio Año (reunión semestral previa a la Asamblea Anual de noviembre), que se celebró, en mayo, en Stresa (Italia). Presentado el informe y, a pesar de que el Comité de Eventos de la ISAF votó en contra (17 votos a 2) de la recomendación del kitesurf olímpico, el Consejo votó y aprobó la inclusión del kitesurf masculino y femenino en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Esa precipitada votación (19 a favor y 17 en contra) sorprendió a propios y extraños. Lo grave fue que el representante español Gerardo Seeliger, que el mes pasado se presentó a la vicepresidencia de la ISAF sin éxito, votó en contra del windsurf. Su voto, que representaba también a Andorra y Portugal (país que posteriormente pediría no ser representado por España), que estaban a favor de mantener el windsurf como olímpico, decidió que el kitesurf fuese olímpico en Río 2016, aunque debía ratificarse en la Asamblea General de la ISAF que se celebraría en Irlanda, en noviembre. La postura del representante español provocó duras críticas de los regatistas españoles y mundiales, dado que España está considerada la segunda potencia mundial. La hoy campeona olímpica de Londres 2012, la sevillana Marina Alabau había sido campeona del mundo (2009), subcampeona (2006) y cinco veces campeona de Europa (2007, 2008,2009, 2010 y 2012). La también sevillana y compañera del su club, el Náutico de Sevilla, Blanca Manchón, de 25 años, se proclamó campeo- na del mundo juvenil (2002) y absoluta (2005) de la clase Mistral; campeona del mundo de la clase RS:X (2010); campeona de Europa de la clase Mistral (2005) y RS:X (2006); diploma olímpico en la clase Mistral, en los JJ OO de Atenas 2004; y elegida Mejor Regatista Mundial de 2010. Ambas habían estado siempre entre las cinco primeras del ránking mundial, al igual que el windsurfista alicantino Iván Pastor, tres veces olímpico. El tema se complicó aún más cuando la Federación Española de Vela (RFEV) hizo saber a los regatistas que su voto defendió los intereses del windsur f. Cinco días después, el 10 de mayo, y cuando se hicieron oficiales los votos, se confirmaba que España votó a favor del kitesurf. Blanca Manchón, que se convirtió en abanderada para la defensa del windsur f olímpico, comentó al respecto: “Todos lo sabíamos y ellos lo estaban ne- 44 GISELA PULIDO. La barcelonesa ha sido ocho veces campeona del mundo en la categoría de ‘freestyle’. gando. Me llamó el presidente de la Española, Gerardo Pombo, para decirme que los perdonáramos y que iban a intentar solucionarlo”. Fue especialmente dura contra la Federación Española a través de una car ta enviada al Comité Olímpico Español y al Consejo Superior de Deportes, pero no tuvo respuesta. En junio pasado envió una carta a la ISAF en la que exponía: “El motivo de esta carta es comunicarle que el representante Blanca Manchón escribió una durísima carta a la ISAF, pidiendo que anulara el voto de España contra el windsurf 45 de mi país, en la votación del pasado mes de mayo, Don Gerardo Seeliger, votó a favor del kitesurf en contra de los intereses deportivos de España, de su grupo, formado por Andorra y Portugal, de todas las federaciones regionales, de los clubes, de los deportistas y de los técnicos, que previamente habían acordado que el voto de España fuese a favor del windsurf”. La carta seguía diciendo: “Con la intención de que actúen en consecuencia, este hecho se ha puesto en conocimiento de las máximas autoridades del deporte en España, D. Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes, y D. Alejandro Blanco, Presidente del Comité Olímpico Español, para que sepan que el voto de D. Gerardo Seeliger ha sido un voto con engaño y traición contra todos los estamentos que representaba...”. “Por todo lo sucedido con España, cuyo voto fue decisivo en la votación a favor del kitesurf (19 a favor y 17 en contra), le ruego reconsidere los resultados, dando por nulo el voto de España y convocando una nueva votación en la próxima reunión anual de la ISAF, fijada para noviembre”, finalizaba la misiva. El hecho es que la presión de la vela mundial no se hizo esperar y se lograron más de 31.000 firmas a favor de la reincorporación del windsur f al programa olímpico. Además, varios países también criticaron duramente este cambio de modalidad y la clase RS:X interpuso una demanda en contra de la ISAF. Después de lograr la medalla de oro, Marina Alabau no evitó tampoco hablar del tema. “El ‘kitesur f’ es un gran deporte, pero la gente practica principalmente el ‘freestyle’ (estilo libre). Dicen que hay un millón de licencias en la modalidad de ‘racing’ (carreras), pero esto no es cier to, son muchas menos”. La categoría de ‘freestyle’ a la que se refiere Alabau es la especialidad de Gisela Pulido, ocho veces campeona del mundo, pero en Río 2016 estaba previsto que la competición fuera de ‘racing’, una carrera convencional con paso por boyas, que tiene pocos practicantes. Actualmente, el kitesurf es una disciplina nueva y fascinante en la vela y demostró estar preparado para su inclusión en el programa de eventos olímpicos de la ISAF. No obstante, tiene una muy baja par ticipación femenina en los campeonatos del mundo (siete mujeres en el año 2009 y ocho mujeres en 2010). La batalla duró seis meses. Finalmente, una representación de regatistas campeones mundiales y olímpicos, entre los que estaba Blanca Manchón, asistió a defender el windsur f olímpico ante la Asamblea General de la ISAF, en Dun Laoghaire (Irlanda). El 4 de noviembre defendieron su ponencia y ese mismo día, una propuesta presentada por Bielorrusia, Letonia, Polonia y España propuso que se aceptase el kite- surf mixto y el windsurf mixto (con un regatista masculino y femenino formando equipo). Tres días después, se aprobaba de nuevo la inclusión sólo del kitesurf masculino y femenino y la ISAF dejaba claro que para volver a realizar un cambio debería votar a favor el 75 por ciento del Consejo de la ISAF. Todo parecía perdido. Ya parecía una decisión definitiva, cuando el jueves 8 de noviembre, el Consejo rechazaba una El kitesurf es una disciplina nueva y fascinante, pero tiene baja participación femenina en los campeonatos del mundo 46 NO SERÁ OLÍMPICA. A Gisela Pulido no la podremos ver en Río de Janeiro, aunque su especialidad sea la de ‘freestyle’ y no la de ‘racing’, la elegida en el kitesurf. nueva propuesta por 26 votos a favor y 12 en contra (faltaban dos votos a favor para alcanzar el 75 por ciento exigido por la Federación Internacional de Vela). En una decisión histórica, el entonces presidente de la ISAF, el sueco Goran Peterson (que acababa su mandato) decidió que, “dado lo ajustada de la votación y por la trascendencia de la decisión”, la votación definitiva, que sería por mayoría simple, se trasladase a la Asamblea General, con la presencia de 104 naciones con voz y voto. Hay que recordar que en el Consejo de la ISAF hay miembros cuyo voto representa a más de una nación, como es el caso de España, que lo hace por tres. Tras escuchar diferentes opiniones y debatir el tema en la Asamblea General, se procedió a la votación (cada país tiene derecho a un voto), con el resultado de 51 votos a favor, 40 en contra y 13 abstenciones, con lo que el 47 windsur f estará presente en los JJ OO de Río 2016. Y aparece Richard Branson. A este magnate británico no le sentó nada bien que la Federación Internacional de Vela diese marcha atrás a la decisión de introducir el kiteracing en los próximos Juegos Olímpicos, salvando así al windsurf. El fundador de Virgin es un apasionado y uno de los mayores impulsores del deporte de las tablas con tracción de cometas, logrando incluso convertirse en la persona de mayor edad (61 años) en cruzar el Canal de la Mancha. Pero su enfado no se debía exclusivamente a que el kitesurf no iba a estar en Río 2016, sino también a que la ISAF frustró su plan de par ticipar en una olimpiada. “Trabajé junto a un equipo de kitesurf de las Islas Vírgenes (donde el multimillonario posee una isla) para participar en Río 2016”, desveló Branson en su blog. “Muchas de estas personas se habían pasado del windsurf al kitesurf y acabaron disfrutando más. Había también un gran equipo británico que trabajó muy duro; fue un duro golpe para todo el mundo que estábamos involucrados”, añadió. Muchos sostenían que la entrada del kiteracing en los Juegos Olímpicos se debía a los intereses de diversos grupos de presión. El propio Richard Branson reconoció en agosto que había promovido una campaña para que su deporte favorito estuviera en Río de Janeiro. Branson cargó contra la ISAF. “Ha engañado a todo el mundo y ha tenido poca visión de futuro al tomar esta decisión insultante y una gran decepción para los kitesurfistas de todo el mundos que se habían estado entrenando duro desde mayo, cuando se reveló que el kitesurf iba a estar en los Juegos de Río”. Al final estará el windsurf. en 2016. ¿EN RÍO 2016? Después de votaciones y presiones, al final la primera modalidad seguirá siendo olímpica. Esperemos ver a Marina Alabau en Brasil. 48 49 JAVIER SOTOMAYOR. El cubano tiene el récord mundial en 2,45 metros. Lo consiguió en Salamanca, en 1993. Persiste hasta ahora. DEL RODILLO CALIFORNIANO AL FOSBURY FLOP Sobrepasar un listón de espaldas en salto de altura es ahora algo habitual, pero no siempre lo fue. Al principio se saltaba a tijereta, luego a rodillo californiano, posteriormente a rodillo ventral y más tarde a fosbury flop. Una gran evolución técnica que ha permitido al ser humano elevarse por encima de los 2,45 metros. AS Color dedicó en 1971 un reportaje al estadounidense Pat Matzdorf, que saltó 2,29 metros en altura, récord mundial. Borró de las listas al soviético Valeriy Brumel, un atleta mítico en la especialidad. Utilizaba el estilo rodillo ventral. 50 ÁNGEL CRUZ / L os 2,29 metros, récord mundial, franqueados en altura por el estadounidense Pat Matzdor f, el 3 de julio de 1971, merecieron la atención de AS Color, que dedicó un amplio reportaje al protagonista de la hazaña. ¿Qué tenía de especial aquel registro? Varias cosas: que igualaba la marca lograda por el chino Ni Chihchin, no reconocida oficialmente porque, en aquel tiempo, su país no pertenecía a la Federación Internacional de Atletismo y ni siquiera a la ONU; que acariciaba ya la barrera entonces mítica de los 2,30 metros; que borraba de las listas oficiales al soviético Valeriy Brumel, uno de los monstruos sagrados de la especialidad; y que fue conseguido con el estilo rodillo ventral, que hoy nos parece propio del Jurásico, pero en aquel tiempo tenía plena vigencia… En los siguientes años, se estableció una lucha entre saltar espalda arriba (rodillo) o espalda abajo (fosbur y flop, el estilo hoy monopolizador) que finalmente se decantó por este último, revolucionario y emblemático, que iba a po- 51 VALERIY BRUMEL. El soviético marcó toda una época como saltador de rodillo ventral y llegó a los 2,28 metros. Su carrera se interrumpió a causa de un accidente de tráfico. Volvió a saltar, pero lejos de la élite mundial. GEORGES HORINE. El estadounidense creó el rodillo californiano (western roll), con el que se alcanzaron los primeros dos metros de la historia, el récord inicial de la lista de plusmarcas mundiales. Caía sobre arena. sibilitar la conquista de los primeros 2,30 metros, de la ascensión a los 2,40 y de los 2,45 del actual récordman mundial, el cubano Javier Sotomayor. Pero antes sucedieron otras cosas, porque el atletismo es depor te viejo e inteligente, que sabe innovar dentro de lo que es la lucha del hombre contra sus propios límites: correr, marchar, lanzar, saltar… Y como precedentes del actual estilo fosbur y encontramos otros. En la prehistoria se saltaba a tijereta, en alturas que ahora nos parecen irrisorias hasta para un juvenil. Pero estábamos en la prehistoria, como hemos dicho. La primera revolución la protagonizó Georges Horine, un estadounidense nacido en la ciudad californiana de Escondido. Saltando a tijera, se acercaba al listón desde la derecha para impulsarse con la izquierda. El problema surgió cuando su familia se desplazó a Palo Alto y allí se encontró con que el jardín de su casa sólo le permitía la aproximación a la barra desde la izquierda, con lo que le obligaba a convertirse en una especie de revolucionario, crea- metros de estatura, y con ese estilo revolucionario (para aquellos tiempos, claro) consiguió saltar 2,00 metros. Es el primer récord mundial aceptado por la Federación Internacional de Atletismo. Aquello sucedió hace más de un siglo. El 18 de mayo de 1912, en Stanford. Pues eso, en la prehistoria. Por cierto, desde esos dos metros había que caer… sobre un montón de arena. Las colchonetas aún no se habían inventado. La segunda revolución, el rodillo ventral, vendría algunos años después. Se trataba de acercarse al listón, lanzar una pierna de ataque, batir con la otra y rodear la barra boca abajo, para decirlo esquemáticamente. Lo inventó otro estadounidense, Harold Osborn, que en los Juegos Olímpicos de París 1924 (los de Carros de Fuego) fue campeón en salto de altu- dor de una nueva técnica: rodaba sobre el listón y el cuerpo iba casi paralelo al suelo. Como Horine había nacido en California, y como él se enrollaba prácticamente sobre la barra, a esa forma de saltar se la llamó western roll: rodillo del Oeste (californiano). Medía sólo 1,80 metros, una estatura ínfima para los saltadores actuales, que rozan los dos EN LA PREHISTORIA. La técnica del salto de altura ha evolucionado mucho con el tiempo. Los saltadores antiguos tenían una doble dificultad: elevarse lo más posible y caer luego sobre un montón de arena Ni Chihchin nunca ha visto reconocido su récord mundial (2,29 en 1970) porque China no pertenecía a la IAAF ra y en decatlón, algo que nunca había conseguido atleta alguno y que probablemente jamás se volverá a repetir. Era un estudioso del atletismo y de muchas otras cosas, y, tras retirarse del deporte de élite, llegó a ser un osteópata de prestigio. Pero el hombre que convir tió en arte el estilo del rodillo ventral fue un soviético llamado Valeriy Brumel, considerado uno de los mejores saltadores de todos los tiempos. Llevó el récord mundial desde 2,23 a 2,28 metros, entre 1961 y 1963, y se convir tió en un atleta carismático. Fue prácticamente imbatible y se proclamó campeón olímpico en los Juegos de Tokio 1964, pero el 6 de octubre del año siguiente sufrió un accidente de moto en Moscú, con grave fractura de su pie derecho, y su tiempo en la élite se terminó cuando era el mejor. A fuerza de tesón y por orgullo consiguió volver a saltar y en 1970 franqueó el listón colocado a 2,06 metros. Una epopeya. Y luego llegaron el chino Ni Chihchin y Pat Matzdor f. El asiático había superado esos 2,29 en Shanghai, el año anterior, en EL CHINO NI CHIHCHIN. Se elevó sobre 2,29, pero su marca no fue reconocida como récord del mundo, porque China no pertenecía en aquel tiempo a la Federación Internacional. el Estadio de los Trabajadores, ante 80.000 personas. El chino era miope y, en ocasiones, ataba un pañuelo rojo al listón, para tener una mejor referencia visual de la barra. También saltaba a rodillo ventral. Su marca se convirtió en un récord fantasma (hay más de uno), porque, como se ha dicho al principio, China no estaba integrada en el orden deportivo ni político mundial. Y Matzdor f. Conquistó esos 2,29 durante un encuentro, entonces tradicional, entre Estados Unidos y la Unión Soviética (intervenían también otros atletas, especialmente invitados para la ocasión), disputado en el Edwards Stadium de Berkeley. Igualaba a Ni Chihchin, el marginado por motivos geopolíticos y cuya plusmarca mundial ni aún hoy se admite oficialmente. Ni siquiera se permitía a China participar en las competiciones internacionales. Atrás quedaba Brumel, el soviético, el saltador mítico. Atrás en la lista de récords; nunca en el cariño de los amantes del atletismo. Y llegó otra revolución, gracias a otro norteamericano. Dick Fosbur y asombró al mundo en los 52 PAT MATZDORF. El americano saltó 2,29 y superó el récord mundial del mítico ruso Valeriy Brumel. Juegos de México 1968 al proclamarse campeón, con récord olímpico incluido… ¡saltando de espaldas! Lo que ahora es habitual entonces era una pura fantasía, una delicia para los fotógrafos, casi un espectáculo circense. Sobre quién fue el inventor del flop hay opiniones distintas, pero la más consistente dice que fue un chaval de una high school de Montana llamado Bruce Quande, al que sólo conocen los estudio- 53 sos, y cuyas marcas no tuvieron relevancia alguna en la historia del atletismo. Pero el estilo siempre llevará el nombre de su popularizador: Fosbury, que nunca consiguió el récord mundial. La barrera de los 2,30 metros en salto de altura era en aquellos años el Everest, una medida para la que faltaba sólo un centímetro, pero que se antojaba mítica. Su conquistador pasaría a la historia eterna del atletismo. Y ese honor recayó en un estadounidense bastante excéntrico, pero magnífico saltador: Wright Stones. El 11 de julio de 1973, en Múnich, se elevó por encima de esa medida en un encuentro entre la República Federal Alemana, Estados Unidos y Suiza. En un concurso lar- YASCHENKO Y STONES A la izquierda Yaschenko, el hombre que ha saltado más a rodillo. A la derecha, Stones, el primer récordman a fosbury. guísimo, y por primera y única vez en la historia, se batió un récord mundial, alternando el estilo clásico (rodillo ventral) y el moderno (fosbury flop). Stones comenzó a saltar en 1,95 (rodillo), siguió en dos metros (flop) y continuó en la siguiente secuencia: 2,03 (rodillo), 2,06 (flop), 2,09 y 2,12 (nulo a rodillo y válido a flop), y a partir de ahí siempre a flop: 2,18, 2,21, 2,24, 2,27 y 2,30. DICK FOSBURY. Revolucionó la altura, saltando de espaldas. Fue campeón olímpico en los Juegos de México 1968. RUTH BEITIA. La cántabra tiene el récord español en 2,02 metros. Es la actual campeona de Europa y fue cuarta en Londres. Era el primer récord mundial batido con el nuevo estilo, pero su hegemonía no era completa. Los mejores saltadores del mundo se dividían entre las dos formas de saltar. Para el rodillo se necesitaba mayor potencia y menos velocidad; para el fosbury flop mayor velocidad y mayor estilización del saltador. Pero el rodillo no estaba dispuesto a rendirse. El 3 de julio de 1977, en Richmond, el soviético (ucraniano) Vladimir Yaschenko sobrepasó 2,33 metros saltando con el estilo que estaba llamado a extinguirse. Fue un niño prodigio de una calidad absolutamente fantástica, pero que duró muy pocos años en la cima. Según cuentan las leyendas, su régimen de vida En los Juegos de México 1968, el estadounidense Dick Fosbury revolucionó la prueba al saltar de espaldas al listón consistía en entrenarse, dormir y comer. Y no lo aguantó. Duró muy pocos años en la élite mundial. A partir de Yaschenko, se impuso el fosbury. Recobró la supremacía con el polaco Jacek Wszola (2,35 en 1980) y continuó hasta romper la barrera de los 2,40. Lo hizo el soviético Rudolf Povarnitsyn en 1985. El récord mundial actual lo tiene Javier Sotomayor, en 2,45 metros, logrado en Salamanca, una ciudad donde, curiosamente, el apellido Sotomayor tiene rancio abolengo. ¿Y en España? Las plusmarcas las tienen Arturo Ortiz, ya retirado y ahora entrenador, con 2,34 metros, y Ruth Beitia con 2,02. Ambos saltaban o saltan a fosbury, evidentemente. El último estilo y, casi seguro, el definitivo. Nadie ha podido idear hasta el momento forma más efectiva de franquear un listón. ARTURO ORTIZ. Llevó el récord español hasta los 2,34 metros, una altura ahora inaccesible para los españoles. 54 55 EL MUNDO DEL BALONCESTO AÑORA EL El número 32 del AS Color original reflejaba la séptima edición del Torneo de Navidad, ganado por la universidad de North Carolina. Previs levantaba el trofeo conquistado ante el Real Madrid. SALTO DE CALIDAD. En 1971, North Carolina llevó al torneo a unas cotas de fama y prestigio que aún no había alcanzado. En la imagen, una lance del partido ante el Joventut. TORNEO DE NAVIDAD NACHO ALBARRÁN / A todos los que amamos el baloncesto hace ya ocho años que nos falta algo para que las fiestas navideñas sean del todo redondas: el mítico Torneo Internacional de Navidad. Ese festival que el Real Madrid organizó durante casi cinco décadas y que se sacó de la chistera en 1966 Raimundo Saporta, por aquel entonces gran rector del basket madridista, coincidiendo con la inauguración del Pabellón de la Ciudad Deportiva. Fue más importante de lo que parece, porque relanzó la trascendencia en España de una disciplina que malvivía a la sombra del fútbol y le dio una dimensión mediática que no tenía, gracias a las retransmisiones televisivas por las que peleó el propio Saporta. Participaron equipos y selecciones de leyenda, y por la capital de España pasaron los mejores jugadores que ha dado hasta ahora este maravilloso deporte en Europa, así como algunos estadounidenses que luego brillaron en la NBA. Fue tan respetado, que incluso el convenio laboral de los jugadores permitía excepcionalmente la vulneración del descanso obligatorio en los citados días de Navidad. Clubes como Varese, Milán, Palmeiras, Partizán, Jugoplastika, Durante 40 años, el Madrid fue anfitrión de un prestigioso torneo internacional alumbrado por Raimundo Saporta, que contó con los mejores equipos y jugadores del mundo. Un cita que ahora se echa de menos. Maccabi, Aris, Benneton, Cibona, Olympiacos y Scavolini; y selecciones como Checoslovaquia, la URSS, Yugoslavia, Brasil, Grecia, Argentina e Italia acudieron a la llamada del club blanco para dar espectáculo, sin olvidar al equipo de la universidad de North Carolina, que aportó al torneo ese salto de calidad que necesitaba en la edición de 1971. Precisamente la que aparecía en el número del AS Color original que reproducimos ahora. Era la primera visita a España de un equipo universitario estadounidense. En sus filas figuraban futuros NBA como Bob McAdoo, Bobby Jones y George Karl, que años más tarde repitió, pero ya como entrenador blanco. El Joventut de Badalona y el Unión Española de Chile completaba el car tel. El duelo entre la Penya y el Madrid estuvo cargado de polémica, porque el técnico blanco, Pedro Ferrándiz, había dado como descar tado por lesión a Wayne Brabender, pero finalmente le alineó. Se dice que un periodista catalán, indignado por aquella triquiñuela, agredió al desde entonces llamado ‘Rommel’ del baloncesto (por sus dotes de estratega) en el túnel de vestuarios. North Carolina y el anfitrión se jugaron el título en el que quizá fue el mejor encuentro de la historia del Torneo UN TITÁN. Clifford Luyk fue el jugador más destacado del Real Madrid en el duelo ante North Carolina, pero ganaron los universitarios liderados por Bob McAdoo y George Karl. 56 de Navidad. “Hubo baloncesto de verdad, del que no se ve todos los días (ni todas las décadas) por nuestro país. Las jugadas más brillantes se aderezaban con la agresividad más violenta, con las entradas más relampagueantes, con la lucha más cerrada”, escribía Carlos Jiménez en su crónica de AS. Ganaron los yanquis (7783), con 17 puntos de Karl, otros tantos de Jones y 14 de McAdoo. Luyk anotó 25 y Rullán 17 en el Madrid. Y el torneo se vino arriba a partir de entonces. North Carolina, con nuevos jugadores (entre ellos el actual mánager general de los Lakers, Mitt Kupchak), volvió al Pabellón de la Ciudad Deportiva tres años después. Y hubo venganza blanca en otro par tidazo: 112-101 para el equipo que lideraron Walter Szczerbiack (35 puntos) y Brabender (30). Al margen de las grandes figuras del Madrid, en las siguientes ediciones fueron apareciendo excelentes jugadores. En la de 1977, Bernard King, líder de la Universidad de Tennessee, sumó 110 puntos (a una selección de África le metió 55). En su carrera en la NBA rebasó los 19.000, llegando a ser varias veces all star. En 1980, con la temible selección de la URSS vinieron entre otros Eremin, Tarakanov y un joven Iovaisha. Al año siguiente, con el Sirio brasileño compareció el gran Oscar Schmidt Becerra (anotó 108 puntos) y con el Partizán de Belgrado venía Kikanovic. Y en 1982 saltó la sorpresa al imponerse el Inmobanco, donde jugaban Indio Díaz, Del Corral, Toñín Llorente (ante su hermano madridista José Luis) y Vicente Gil. El espectáculo continuó en esa década de los ochenta, la más 57 IMPARABLE. Savonis apareció con la selección soviética en la edición de 1984. A falta de dos minutos y seis segundos, ejecutó un mate que rompió el tablero. SIEMPRE PRESENTES. Raimundo Saporta y Fernando Martín fueron recordados siempre, tras sus respectivas muertes, en las últimas ediciones del torneo. completa que vivió del torneo, y siguieron llegando estrellas. Por el Madrid, por ejemplo, pasó el gran Mirza Delibasic, dejando un recuerdo imborrable en la memoria colectiva del madridismo. Volvió la URSS con nuevos valores: Valters, Marciulonis, Homicius y, sobre todo, Arvydas Sabonis, protagonista de una de las grandes anécdotas del torneo en 1984. Los soviéticos se llevaron el título en un partido que nunca terminó por culpa del pívot de Kaunas, que destrozó uno de los tableros al ejecutar un mate cuando restaban dos minutos y seis segundos. Romay no pudo pararle y Del Corral fue testigo directo del destrozo. Sabonis (22 puntos) y el mítico Vladimir Tkachenko (17) lideraron a su equipo ante el Madrid del añorado Fernando Martín. Siguieron los años dorados y los partidos pasaron a disputarse Por el torneo han aparecido figuras como Bernard King, Tarakanov, Oscar Schmidt, Delibasic, Savonis, Petrovic... en el Palacio de Deportes por las obras del Pabellón de la Ciudad Deportiva. Y llegó un volcán con la forma de uno de los mejores jugadores de la historia, el entonces aún yugoslavo Drazen Petrovic. Venía escoltado por Vrankovic, Perasovic, Divac… casi nadie. Y aunque se perdió el primer par tido, explotó en el segundo ante el Golden State All Stars: 49 puntazos. Eso sí, en el partido definitivo de la edición de 1986, los blancos, liderados por Martín, Townes y Biriukov, se vengaron del de Sibenik, que les había derrotado con la Cibona en la final de la Copa de Europa de 1985. Los rusos volverían en 1987 y los balcánicos, al año siguiente. Ambas ediciones las ganó brillantemente el Madrid, que tuvo en sus filas, en la segunda de ellas, al propio Petrovic. La primera se decidió con una canasta de Antonio Mar tín, hermano de Fernando, cuya muerte en accidente de tráfico, aquel funesto 3 de diciembre de 1989, fue un amargo episodio que dejó huella en la historia del equipo merengue y de su torneo navideño. A partir de entonces, comenzó a llamarse Memorial Fernando Martín. El pívot había regresado DUELO DE ALTURA. Fernando Romay (2,13) y Vladimir Tkachenko (2,21) se enfrentaron en la edición del torneo de 1984, que al final se llevó el equipo soviético. 58 un par de años antes a la disciplina blanca tras haberse convertido en el primer español que debutaba en la NBA, con los Portland Trail Blazers. Aquel torneo, el de las bodas de plata, sin el mayor de los Martín fue triste y a la vez emotivo para toda la familia blanca. A la muerte del 10 (dorsal que fue retirado en el equipo blanco ese año) se unió la marcha de Petrovic a Estados Unidos y el padre de Biriukov sufrió un infar to horas antes del primer partido. Así las cosas, acabó con derrota de los locales ante el Aris Salónica de Giannakis. El trofeo se lo llevó la potente Jugoplastika de Split, que venía con otro jugador superlativo, Toni Kukoc, brillante en Europa (tres títulos continentales) y en la mejor liga del mundo, sobre todo, con los Bulls, con quienes ganaría tres anillos de campeón. Repetiría comparecencia dos veces, la última con el Benneton de Treviso. Años más tarde, ya cerca de su retirada en 2006, llegó a declarar que si volvía al Viejo Continente sería “sólo para jugar en el Real Madrid”, algo que nunca sucedió. En los 90 comenzó el imparable declive del cuadrangular que en sus últimos años pasó a disputarse en formato de semifinales y final y después a partido único. El calendario internacional se apretó con el cambio de formato de la Copa de Europa y la posterior creación de la Euroliga, y eso dificultó mucho la labor de encontrar equipos de entidad que estuvieran disponibles. Terminó convirtiéndose en una desgraciada sombra de sí mismo. Aún así, siguieron apareciendo estrellas como Djordjevic y Rebraca, que acudieron con Yu- 59 CICLÓN PETROVIC. El entonces yugoslavo le hizo nada menos que 49 puntos al Golden State All Star, en el segundo partido del torneo de la edición de 1986. SIEMPRE EN EL RECUERDO. Fernando Martín volvió a disputar con el Madrid el torneo, en 1987, tras su pionera experiencia de jugar en la NBA: en Portland Trail Blazers. goslavia; Kirilenko, con el CSKA Moscú; Turkoglu, con el Efes Estambul; y el propio Sabonis, que volvió esta vez con la camiseta del anfitrión junto a otro grande, Joe Arlauckas. La ineludible cita navideña dio sus últimos estertores de nuevo en el rebautizado Pabellón Raimundo Saporta, a quien se recordó especialmente junto a Martín en aquellas grises ediciones. Tal fue el desinterés por la escasa calidad de los rivales, que se recuerdan con más cariño los partidos de veteranos que precedían a la disputa del trofeo, con viejas glorias, como Corbalán, Iturriaga, Llorente y Romay. El Real Madrid conquistó su vigesimosexto título ante el Telemar de Sao Paulo, que cerró sin pena ni gloria en 2004 los 40 años de historia (el experimento desubicado de septiembre de 2006 ante el Lietuvos Rytas no merece ser incluido) de una cita de un prestigio internacional sin precedentes y que significó mucho, sobre todo para los El Real Madrid logró su 26º título ante el Telemar de Sao Paulo, en 2004, celebrando los 40 años del torneo aficionados madridistas. Cómo recuerda Enrique Ojeda, que cubrió muchas veces el torneo, tenía su propio público que acudía exclusivamente a ver aquellos partidos desenfadados, pero muy competitivos de cada Navidad. Unos duelos que se echan de menos. VIVIÓ AL MENOS OCHO EDICIONES JOSÉ LUIS LLORENTE: “LO PASÁBAMOS MUY BIEN” El exjugador del Real Madrid, José Luis Llorente, que vivió al menos ocho ediciones del Torneo de Navidad, recuerda con cariño sus participaciones en el cuadrangular blanco. “La verdad es que no era molesto para nosotros, aunque nos quedáramos sin descanso navideño. Lo veíamos como algo festivo y, desde que luego, disfrutábamos juntos ante grandes equipos y muy buenos jugadores. Lo pasábamos muy bien”, recuerda el que fuera base madridista. “Eran partidos desenfadados, sin la presión que exigía la competición oficial, lo que hacía que hubiera acciones espectaculares y buen juego”. En el capítulo de las anécdotas, Llorente alude a ciertos intercambios comerciales que hacían con equipos del este de Europa: “Había algún que otro ‘trapicheo’, sobre todo con los rusos. Ellos lo tenían crudo para comprar en su país y por eso intercambiábamos algunos objetos con ellos”. 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