Nº 181 En la ciudad de Venado Tuerto, a los 26 días del mes de Octubre de dos mil once, se reunieron en Acuerdo los Señores Vocales de la Cámara de Apelación en lo Penal de esta ciudad, los Dres. Fernando Vidal y Tomás Gabriel Orso y el Sr. Vocal de la Excma. Cámara de Apelación en lo Civil, Comercial y Laboral de esta ciudad, Dr. Héctor Matías López, con el fin de dictar sentencia definitiva en el proceso seguido a A. RUBEN D. A., nacido el 07/07/1985 en Rosario, Provincia de Santa Fe, hijo de R. D. A. y Vicenta Isidora Maciel, soltero, argentino, D.N.I. 31.565.872, calle Iriondo presunta VEHÍCULO Prontuario Nº 1.494.735, domiciliado en Nro. comisión DEJADO 3173, de EN los LA Depto. 5 delitos VÍA de de PÚBLICA Rosario, HURTO Y por la CALIFICADO DE ROBO CALIFICADO DOBLEMENTE AGRAVADO POR USO DE ARMA Y USO DE ARMA DE FUEGO CUYA APTITUD NO FUE ACREDITADA, en Causa Nº 134/2011 de esta Cámara. Estudiados los autos, se resolvió plantear las siguientes cuestiones: 1) ES JUSTA LA SENTENCIA APELADA? 2) QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR EN DEFINITIVA? Practicado el sorteo de ley, resultó que la votación debía efectuarse en el siguiente orden: Dres. Orso, Vidal y López. A la primera cuestión planteada, el Dr. Tomás Gabriel Orso, manifestó: I) Contra el Fallo Nº 15 del 24 de Febrero de 2011, dictado por el Sr. Juez en lo Penal de Sentencia Nro. 7 de Rosario, Dr. José Luis Mascali, por el que Condena a A. R. D. A., demás datos de identidad ya consignados, a la pena de Cinco años de Prisión, accesorias legales y costas, como autor penalmente responsable de Hurto Calificado de vehículo dejado en la vía pública (Proceso Nro. 24/09-principal) y Robo Calificado doblemente agravado por uso de arma y uso de arma de fuego cuya aptitud no fue acreditada (Arts. 163, inc. 6°, 166 inc. 2°, primer y tercer párrafo, 12, 19, 45, 40, 41 y 29, inc. 3º del C.P.). 1) El Dr. Leopoldo Lisandro Montiel, por la Defensa de A. A., al expresar agravios manifiesta que no está probado que la bicicleta cuya sustracción en la vía pública se imputa a A. haya sido sustraída ilegítimamente por éste. Agrega que es indiferente que la retractación de su pupilo haya sido tardía y meditada y que no se ha identificado en la causa al propietario concreto de la res furtiva. Dice que no está demostrado que el bien pretendidamente apoderado de manera ilegítima por el imputado no fuera una cosa res nullus, por lo que no resulta aplicable en autos los dispuesto en el art. 163, inc. 6° del Código Penal. Solicita en definitiva la revocación parcial del decisorio impugnado y la absolución de su pupilo en virtud de que no constituye delito la conducta que se le atribuye a A.. Subsidiariamente se agravia del fallo dictado por el A quo porque entiende que en él se le dio una excesiva relevancia a las escasas probanzas recabadas. Asimismo alega el Sr. Defensor que fueron errados los criterios empleados para ponderar dichas pruebas, además de fundarse en afirmaciones dogmáticas de hecho. Señala por último que se validó un procedimiento en el que el derecho de defensa del imputado se vio afectado por la decisiva relevancia que se le asignó a diligencias alguno de la Defensa. probatorias realizadas sin control Explica obrantes en colaboración la de que causa las las han diligencias sido escasas auto-proclamadas probatorias por víctimas, la nula tratándose solo de testimonios de los denunciantes y los funcionarios policiales que arribaron al lugar del suceso tras ser alertados por el llamado Ricardo Daniel Acosta. Se centra luego el Dr. Monteil en el supuesto secuestro de la campera en poder de su pupilo. En tal sentido dice que no entiende cómo una persona que está trenzada en lucha con otra puede hacer para colocarse una prenda en medio del entrevero, luego sacársela y posteriomente arrojarla al piso; es algo que ni siquiera el Sentenciante pudo explicar. Como otra cuestión plantea la alegada portación de un arma u objeto de peligrosidad por parte de su pupilo, alegada conocidos por entre los sí, denunciantes sino también que serían familiares; no sólo cuando en realidad nunca se probó su existencia ni la posibilidad de que A. la haya arrojado en algún lugar ante la presencia del personal policial presente en el lugar de los hechos. En síntesis se le imputa a A. portar un arma pero nunca se acreditó cuándo, cómo y dónde a un la habría arrojado en el momento del hecho. Refiere posible móvil de venganza, resentimiento o enemistad por parte de los denunciantes y a la inexistencia de arma u objeto pasible de ser tomado como tal en las inmediaciones del lugar del hecho. Descarta la versión dada por las víctimas respecto a que A. y un supuesto cómplice portaban armas para doblegar la voluntad de aquellas, con el hecho de que las lesiones presentadas por Martínez son compatibles con una riña a golpes de puño y con el inexplicable hecho de que su pupilo utilizara los puños en lugar del arma que alegan portaba. Señala actuaciones incorporó es el la que que la no testimonio prueba se de más produjo. un tal relevante Agrega oficial de que Solís las no que se fue señalado en el parte preventivo y nadie le tomó declaración; tampoco se le recibió declaración al facultativo que revisó a su pupilo, lo que impide saber si éste presentaba lesiones; además ninguna de las presuntas víctimas aportó ningún elemento que acreditara la titularidad de los bienes que denuncian como sustraídos; tampoco se tomaron vistas fotográficas del imputado y los denunciantes -testigos por excelencia de la acusación- no fueron localizados durante el plenario, por lo que no pudieron ser examinados por esa Defensa. Señala además que el Acta de Procedimiento no fue firmada por los dos testigos que exije el art. 190 V del Código Procesal Penal, no habiendo tampoco explicación de dicha omisión ; todo lo que viene a vulnerar el derecho de defensa en juicio de A. en el presente proceso. Solicita en definitiva se revoque el fallo dictado en contra de A. R. Dario A. y se dicte en su lugar su absolución de culpa y cargo. Hace reservas de interponer los recursos de inconstitucionalidad y/o extraordinario ante la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Provincia y/o de la Nación, ante el hipotético caso que no se haga lugar a sus agravios. 2) La Dra. Cristina Rubiolo, Fiscal de Cámaras N° 3 Subrogante, al contestar agravios manifiesta corresponde hacer lugar a lo alegado por la que no Defensa del imputado respecto a que la bicicleta secuestrada no tenía propietario y que en consecuencia es una res nullus. Señala que las abandonar reglas una de sentido bicicleta común en un indican que bicicletero nadie y va a además corresponde tener en cuenta las declaraciones del ferretero que confirma que alguien dejó el vehículo en el bicicletero de su negocio y los dichos de los agentes policiales y el acta de procedimiento hacen referencia a que una mujer les manifestó que momentos antes dos masculinos tomaron una bicicleta que estaba estacionada frente a la ferretería. Sostiene que tampoco puede prosperar el agravio de que se deje sin efecto la agravante por haberse encontrado el vehículo en la vía pública. Recuerda que la bicicleta es un vehículo y no corresponde darle mayor protección a los vehículos a motor cuando la ley no lo hace. Recuerda que protección a la finalidad los bienes del que agravante quedan es brindarle disminuidos en su custodia, por su ubicación y entonces no corresponde darle un tratamiento distinto a la bicicleta respecto a los automotores. Cita jurisprudencia. Respecto al proceso acumulado entiende la Sra. Fiscal que no corresponde hacer lugar a la revocación de la condena por robo calificado solicitada por la defensa del imputado porque surgen de autos que el A quo ha efectuado un correcto análisis de las pruebas colectadas en la causa, de acuerdo a las reglas de la sana crítica racional, arribando a una correcta conclusión respecto a la responsabilidad penal del imputado. Agrega que se han reunido elementos de convicción suficientes para fundar la condena, tales como el acta de procedimiento, ratificaciones de dicha acta por el agente Pedernera, las declaraciones testimoniales de las víctimas Acosta y Martínez, las actas de reconocimiento de la campera e historia clínica de las lesiones que sufrió Martínez. Afirma que no hay motivos para dudar de la veracidad de los dichos de las víctimas, sino que por el contrario las mismas lucen espontáneas y creíbles. Además la versión de los denunciantes se encuentra corroborada por elementos subjetivos y el imputado nunca brindó motivos por los cuales el denunciante querría perjudicarlo. Solicita se rechace la versión de los hechos formulada por los imputados, quien sólo intenta mejorar su situación procesal. Por último señala que estamos ante dos versiones de los hechos que se contradicen. Que la versión dada por las víctimas del hecho resulta creíble concordantes los dichos de los denunciantes entre sí, coherentes y corroborados con constancias objetivas de la causa. Sobre alegado por el el agravante recurrente, por manifiesta el la arma no Sra. hallada Fiscal de Cámaras su coincidencia con el criterio aplicado por el A quo en el sentido de que no hay motivos para dudar de la veracidad de los dichos de las víctimas y porque sería poco creíble que voluntad de dos sujetos no otros dos los armados -de logren doblegar mayor tamaño- la sin amedrentarlos con armas. Peticiona en defintiva la confirmación íntegra de la sentencia apelada. II) Corresponde en las presentes actuaciones resolver el recurso Leopoldo Lisandro de apelación Monteil, en interpuesto representación por de el A. Dr. RUBEN DARIO A., contra la sentencia N° 15, dictada en fecha 24 de Febrero de 2011 por el Dr. José Luis Mascali -Juez en lo Penal de mediante Sentencia la cual de el la Séptima imputado de Nominación anterior de Rosario- referencia fue condenado, como coautor penalmente responsable de los delitos Hurto calificado -correspondiente de a la vehículo dejado en causa 24/2009- y la Robo vía pública doblemente Calificado por uso de arma y uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no fue acreditada a una pena de cinco años de prisión, accesorias legales y costas (Arts. 12, 19, 29 inciso tercero 40, 41, 45, 163 inciso sexto y 166 -incisos segundo (primer párrafo) y tercero-, todos del Código Penal). A los fines de un mejor tratamiento de los agravios expresados por el apelante, cada uno de ellos -según cada causa- será examinado por separado: CAUSA PRINCIPAL (24/2009): Procurando facilitar la lectura del presente voto cabe recordar la plataforma fáctica sobre la cual pivoteó la teoría del caso del actor penal y la condena del juzgador. En tal sentido se atribuyó, acusó y condenó al imputado por haberse apoderado ilegítimamente, junto con otra persona, de una bicicleta que se encontraba estacionada, sin medida de seguridad alguna, enfrente de una Ferrateria ubicado en calle Ayolas 3550 de Rosario. El hecho ocurrió en horas de la mañana del 1º de Agosto de 2008. Examinando los agravios expresados por el recurrente, a la luz de los elementos probatorios que fueron tenidos en cuenta por el sentenciante para emitir el fallo y la réplica del actor penal de alzada, tras lo cual considero que los mismos llegan a conmover parcialmente el decisorio recurrido, sólo en lo que atañe a la calificación legal. En tal sentido, de la expresión de agravios glosada a fojas 189/196 surge que el Sr. Defensor cuestiona el decisorio afirmando que no la conducta penal endilgada a su pupilo no llegó a configurar el delito de Hurto calificado por el cual se dictara condena en virtud de que no se acreditó el requisito ajenidad de la cosa que fue objeto del supuesto apoderamiento ilegítimo, para lo cual indica que la bicicleta podía ser una res nullius. Además de ello plantea que no corresponde la aplicación de la calificante. A partir de dicho esquema recursivo se examinaran los agravios. Desandando establecida y configuración imputado, en del surge la orden tipo de hoja al ruta planteo objetivo autos de que del la precedentemente vinculado a la delito atribuido bicicleta objeto al del apoderamiento ilegítimo por parte de A. -quien fue detenido en situación de flagrancia y reconoce lisa y llanamente el hecho- se encontraba (ferretería) desde estacionada el cual fue enfrente levantada de un negocio -utilizando la expresión adoptada por el justiciable al ser aprehendido- por el inculpado, en razón de lo cual no puede dudarse de que la misma pertenecía a otra persona, más allá de que no conste en autos reclamo de devolución, lo cual puede explicarse por la aversión que suelen tener los ciudadanos para la realización de trámites judiciales, sumado a que muchas veces carecen de documentación de objetos adquiridos mucho tiempo antes como resultan las bicicletas. De todos modos la acreditación de la ajenidad -total o parcial- de la cosa objeto del apoderamiento puede inferirse a partir de las circunstancias fácticas en que se desarrollaron los hechos y el contexto en el que se encontraba ubicado el bien -muy diferente hubiera sido si el birodado se encontraba en un basural, por ejemplo- por lo que la objeción formulada por el recurrente no hace mella en el fallo ya que no logra introducir razonablemente la duda acerca del elemento ajenidad antes referido, en función de lo cual corresponde rechazar dicho agravio. Al respecto la jurisprudencia ha dicho que “a efectos de configurar el delito de hurto basta con que el sujeto activo se apodere de la cosa sin estar legitimado, quitándola a quien la posea, independientemente del título por el cual éste la tuviera” (CCCF, Sala Segunda, 9 de Junio de 1987, LL, 1987-E-339, citado por Rodriguez y Rodriguez, CP comentado, anotado y concordado, Juris 1999, pag. 224). En orden al restante planteo, por el cual el recurrente sostiene que no llegó a configurarse el agravante del hurto, en razón de que la cosa sustraída resultó una bicicleta, considero que debe correr distinta suerte que el anterior, es decir que correspondiente su acogimiento. Respecto a tal cuestión este tribunal de segunda instancia, en su composición anterior, tenía dicho que el apoderamiento ilegítimo de una “...aún bicicleta dejada en la vía pública, es constitutivo del delito de Hurto Simple, Penal, el tipificado que por por cuantum el artículo punitivo 162 del conminado, Código es de competencia del Juzgado en lo Penal Correccional” ( GAMBA, Carlos Adrián s/Tentativa de Hurto”, Nº 57, 24/06/1998, Dres. Juri, Rosso, García Méndez). Por todo ello considero que corresponde receptar parcialmente los agravios y recalificar la conducta, por la cual fue condenado el imputado en la causa principal, encuadrando la misma en el delito de Hurto (Art. 162 CP). CAUSA ACUMULADA: En las presentes actuaciones A. R. D. A. fue condenado por haber participado, junto a otra persona que se dio a la fuga, en el apoderamiento ilegítimo de dinero, un celular y una campera -ésta última fue recuperada por la policía- perteneciente a los jóvenes Daniel Ricardo Acosta y D. Omar Martínez, quienes fueron intimidados mediante la exhibición de un arma blanca y otra de fuego. El hecho ocurrió en calles Gálvez y Avellaneda de Rosario, en horas del amanecer del 31 de Agosto de 2008. Examinando recurrente causa a desarrolla partir de la los los agravios defensistas correspondientes foja 191 y a sostiene, la -el presente entre otras cuestiones, que la sentencia condenatoria se funda en prueba insuficiente, la que además fue sobre dimensionada y recogida sin control de parte- a la luz de los elementos probatorios colectados durante la pesquisa instructoria y la réplica formulada por la Fiscalía de Cámaras interviniente; tras lo cual considero que los agravios no logran conmover la sentencia condenatoria dictada en autos, correspondiendo en consecuencia su confirmación. Comenzando por el primer tramo de los agravios antes reseñados, se desprende que el recurrente cuestiona la sentencia reunida de en embargo, Primera autos luego Instancia resulta de afirmando insuficiente verificar la que para entidad la prueba condenar. que Sin corresponde asignar a tales observaciones formuladas por el recurrente, considero que ninguna de ellas logra neutralizar, o al menos poner en duda, el amplio y prolijo desarrollo argumental volcado por el magistrado actuante en el decisorio. En tal sentido cabe indicar que el sentenciante construyó el juicio de autoría del imputado a partir del análisis conjunto de la versión proporcionada por Ricardo Acosta y la actuación policial llevada a cabo luego de que el referido alertara a los agentes Pedernera y Solis acerca de un hecho de robo, en perjuicio de su amigo D. Omar Martinez, que intersección estaba de sucediendo calles Galvez a y unos 100 Boulevard metros de la Avellaneda de Rosario. Tal secuencia fáctica anoticiada por Acosta -quien declara prevencionalmente a fojas 7 y luego lo hace en sede judicial a fojas 25- encuentra pleno correlato con el acta de procedimiento obrante a fojas 2, en la que efectivamente consta que dos jóvenes tenían arrinconado a un tercero y se dieron a la fuga, al advertir el acercamiento policial, pudiendo ser aprehendido uno de ellos, resultando ser el imputado A., al que se le secuestró una campera tipo vaquera color marrón con corderito, la que arroja al suelo antes de ser secuestrada y es posteriormente reconocida (a fojas 16 se adjunta el acta respectiva) por su propietario, el referido Martinez, quien declara a fojas 8 y 27, expresando que salió del baile Mogambo, junto a su primo Ricardo Acosta, ocasión en la que se les acercan dos muchachos y los amenazan uno con un arma de fuego y el otro con un cuchillo, apoderándose de 50 $, un celular y una campera. Agrega que su primo pudo escapar y llamar a dos policías que estaban cerca, quienes detuvieron a uno de los asaltantes -con quien forcejeó, resultando la víctima lesionada en la cintura- que era el que le había sacado la campera, luego reconocida en el acta antes mencionada. La secuencia de hechos indicados por Acosta y Martínez no admiten mayores reparos, mas alla de que el sumario pudo haber sido sustanciado de un modo mas prolijo (las fotografías indicadas por la defensa realmente hubieren resultado útiles), por varias razones: • Las victimas de autos mantuvieron firmemente sus dichos, en reconociéndolo los que como incriminan una de las al imputado personas que perpetraron el asalto utilizando un cuchillo, a la vez que el restante imputado no habido portaba un arma de fuego. • Ambos también indican que A. fue detenido por la policía momentos después, logrando recuperar la campera que había sido objeto de desapoderamiento por parte del referido en primer término. • Tales declaraciones no sólo resultan compatibles entre si, sino que también coinciden plenamente con el contenido del acta policial obrante a fojas 2, la que es suscripta por las victimas. • Dicha acta además es introducida legalmente al proceso a través de las declaraciones testimoniales prestadas por el Oficial sub ayudante Pedernera, quien depone expuesto la a fojas 6 ausencia y de 26. En razón testimonio del de lo restante agente del orden (Solis), de ningún modo invalida lo actuado, tal como parece postular la defensa, máxime que la actividad policial se llevo a cabo dentro del ámbito de actuación regulado en el Código Procesal Penal, en cuanto establecen que la Autoridad Policial se encuentra facultada (y obligada) a proceder a la detención de personas en situación de flagrancia elementos que habían y a sido secuestrar objeto del los delito perpetrado. • También respalda (particularmente médicos la la glosados facultativos inferior de de plenamente de a que “traumatismo versión el víctimas Martínez) los informes 91, constatando premencionado hombro la las fojas cadera”, con de izquierdo las versión que y los presentaba en región compatibilizan proporcionada por el señalado no referido Martínez. En función de lo anteriormente encuentro irregularidad alguna en el procedimiento policial, ni tampoco advierto sobredimensionado investigación, la toda que prueba vez que de a el cargo través sentenciante recogida de la haya durante misma la puede reconstruirse un cuadro de delito flagrante, que le permitió visualizar un imputado en plena comisión delictiva, quien es inmediatamente aprehendido procediendo en posesión de uno de los elementos robados (campera), la que finalmente es reconocida por los damnificados. Examinando particularizadamente las objeciones formuladas por la Defensa no hallo en la presente causa elemento alguno que permita suponer que las víctimas hayan falseado sus dichos o tergiversado los acontecimientos para comprometer penalmente a A., cuya fuga inmediata posterior al acercamiento policial permite descartar la explicación que diera de la existencia de una pelea previa, ya que de haber sido así no compañero, hubiera una adoptado, actitud de al fuga igual y que hubiera su huidizo brindado las explicaciones pertinentes a la autoridad policial, ni tampoco hubiera arrojado la campera al suelo ante la vista de víctimas y agentes del orden, cabiendo destacar al respecto que tal secuencia (colocación y arrojamiento de la campera) no resulta atento la descabellada, juventud tal del como postula imputado, el quien recurrente, evidentemente intentaba librarse de la evidencia que lo comprometía. Tampoco razonamiento demostrada desarrollado la naturalmente bastando extremo categórico por utilización pudo ello lo encuentro para indican Martínez haber el de sido explicar A un quo arma arrojada su firmemente al anomalía no cuando por el tiene por el 27 de la que imputado, ya víctimas, (fojas en blanca, secuestro, ambas declarar alguna que tal resultando la causa principal) que “el tipo que tenía el arma de fuego le robó a mi primo Ricardo el celular y cincuenta pesos y el otro, el que tenía el cuchillo me apretó a mi poniéndomelo en las costillas de mi lado derecho y arrancó la campera de jeans que yo llevaba debajo de mi brazo izquierdo…”. Por otra parte la relación de parentesco entre ambas víctimas -reiteradamente señalada por la defensa- no desmerece tales manifestaciones, como tampoco lo hacen los agravios expresados por el apelante cuando sostiene, sin sustento probatorio alguno, que podía existir un móvil de venganza, resentimiento o enemistad por parte de los denunciantes, afirmación sin apoyo fáctico alguno, en razón de lo cual el agravio cae por su propio peso. Por todo lo expuesto, entiendo que el cuadro probatorio antes referido, conformado por los dichos de las víctimas, funcionarios sumariales e policiales informes intervinientes, médicos, permite actas efectuar dos conclusiones: • La primera de ellas se vincula con la regularidad de la actividad policial, ya que cabe reiterar que la misma obró conforme a las facultades/deberes establecidas en el ordenamiento procesal, en cuanto al recupero de bienes robados en situaciones que habilitan actuar sin orden de allanamiento previa, como asimismo en lo que hace a la detención de personas en un contexto de flagrancia. (arts. 190 –incs. 3 y 4-, 221 –inc. 3-, 303, 307 y ccs. CPP). • La segunda se vincula a la entidad de las mencionadas pruebas, poseyendo las mismas un alto contenido incrimitatorio ya que el imputado fue observado cuando estaba perpetrando el robo y aprehendido instantes después en posesión de uno de los elementos robados, asumiendo ante la presencia policial una actitud de fuga -indicio importante que permite presumir su participación en el hecho delictivo que se le enrostray además fue observado por ambos damnificados, al momento de la perpetración del asalto, portando un arma blanca, cuya existencia a partir de dichos testimonios puede considerarse suficientemente acreditada, obstante la ausencia de secuestro de la misma. no Por autoría y todo ello calificación considero legal que contenidos el en juicio la de sentencia condenatoria apelada fueron elaborados por el sentenciante a partir del análisis global y particular de los elementos probatorios antes examinados, todo lo cual torna irreprochable el razonamiento contenido en el decisorio que fue objeto de recurso, correspondiendo en virtud de ello su íntegra confirmación. En relación a lo expuesto la doctrina indica que “a partir de la observación del comportamiento humano y de la verificación científica de datos, se construye un sistema valorativo flexible, llamado correcto entendimiento humano. Una vez que el juzgador ha arribado a un estándar puede emitir un juicio de conocimiento y de valor relacionado con el hecho investigado, con sustento en la fuerza convictita de los argumentos que esgrima.”. (Chaia, R. A., La prueba en el proceso penal, Hammurabi 2010, pags. 154/155). Conforme a todo lo argumentado, doctrina y jurisprudencia citadas, propongo al acuerdo la modificación de la calificación legal del delito vinculado a la causa principal, el que queda establecido en la figura de Hurto (art. 162 CP) -aunque ello no genera variación alguna en la penalidad impuesta, en virtud de que el a quo aplicó el mínimo legal tratados en en los relación a los acumulados- hechos de confirmando mayor gravedad plenamente la sentencia dispuesta respecto a las actuaciones acumuladas, por la cual el justiciable resultara condenado como coautor penalmente responsable del delito de Robo doblemente Calificado por uso de arma y uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no fue acreditada a una pena de cinco años de prisión, accesorias legales y costas (Arts. 12, 19, 29 inciso tercero 40, 41, 45, 162 y 166 -incisos segundo (primer párrafo) y tercero-, todos del Código Penal). A la misma cuestión, el Dr. Vidal dijo: Estimo correcta la solución que da el Dr. Orso a la cuestión planteada, por lo que adhiero a la misma y voto en consecuencia. A la misma cuestión, el Dr. López expresó: Habiendo dos votos concordantes, me abstengo de votar (Art. 26 L.O.P.J.). A la segunda cuestión planteada, el Dr. Orso manifestó: Por lo expuesto, es que propongo al Acuerdo confirmar parcialmente la sentencia apelada, modificando la calificación legal del delito atribuido a A. R. D. A. en la causa principal, el que queda establecido en la figura de Hurto (art. 162 CP) y confirmando plenamente la sentencia dispuesta respecto a las actuaciones acumuladas, por la cual el justiciable resultara condenado, como coautor penalmente responsable del delito de Robo doblemente Calificado por uso de arma y uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no fue acreditada, a una pena de cinco años de prisión, accesorias legales y costas (Arts. 12, 19, 29 inciso tercero 40, 41, 45, 162 y 166 -incisos segundo (primer párrafo) y tercero-, todos del Código Penal). A la misma cuestión planteada, el Dr. Vidal dijo: Adhiero especificamente a las consideraciones expresadas por el vocal preopinante. A la misma cuestión, el Dr. López expresó: Me abstengo de votar en las presentes actuaciones, atento el voto concordante de los Vocales que me preceden. En definitiva, leídas que han sido las partes, la Cámara de parcialmente Apelación la en lo sentencia Penal RESUELVE: apelada, Confirmar modificando la calificación legal del delito atribuido a A. R. D. A. en la causa principal, el que queda establecido en la figura de Hurto (art. 162 CP) y confirmando plenamente la sentencia dispuesta respecto a las actuaciones acumuladas, por la cual el justiciable resultara condenado, como coautor penalmente responsable del delito de Robo doblemente Calificado por uso de arma y uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no fue acreditada, a una pena de cinco años de prisión, accesorias legales y costas (Arts. 12, 19, 29 inciso tercero 40, 41, 45, 162 y 166 -incisos segundo (primer párrafo) y tercero-, todos del Código Penal). Insértese copia autorizada, hágase saber bajen. Dr. Tomás G. Orso Dr. Fernando Vidal Dr. Héctor M. López Dr. Sergio R. Fenice y