21 de Octubre de 2013 - Audiencia Provincial de Barcelona Organización de Consumidores y Usuarios c/Vueling Airlines SA s/Cláusulas de Condiciones Generales del Contrato de Transporte Aéreo Cita RJ: RLADA-XIII-123 Abstract: La sentencia decide sobre la validez y la nulidad de ciertas cláusulas de las condiciones generales del contrato de transporte aéreo de la demandada. Audiencia Provincial de Barcelona Se han visto en grado de apelación ante la Sección Decimoquinta de esta Audiencia Provincial los presentes autos de juicio verbal seguidos con el n° 736/2011 ante el Juzgado Mercantil n° 8 de Barcelona, a instancia de la ORGANIZACIÓN DE CONSUMIDORES Y USUARIOS, representada por el procurador de los tribunales DON FRANCISCO PASCUAL PASCUAL, contra VUELING AIRLINES S.A., representada por el procurador de los tribunales DON FRANCISCO LUCAS RUBIO ORTEGA. Penden las actuaciones ante esta Sala por virtud del recurso de apelación interpuesto por la representación procesal de la parte actora y de la demandada contra la sentencia dictada en fecha 23 de mayo de 2012. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- El fallo de la Sentencia apelada es del tenor literal siguiente: « ESTIMO parcialmente la demanda interpuesta por el Procurador de los Tribunales D. Francisco Pascual Pascual, en nombre y representación de la OCU y con los siguientes pronunciamientos: 1. Declaro el carácter abusivo, y en consecuencia la nulidad, de las siguientes condiciones generales: artículo 4.2 Precios, Impuestos y tasas; ‘‘Las tasas están sujetas a decisiones ajenas al Transportista, por lo que sí se redujeran o aumentaran con posterioridad a la realización de la reseca pero antes de volar el Pasajero, éste tendrá el derecho y la obligación respectivamente- de asumir tales modificaciones, autorizando el Pasajero a VUELING de forma expresa para cargar el incremento o abonar la diferencia en la misma tarjeta a través de la cual se realizó el pago del Billete o Billete de Conexión si éste hubiera sido el medio de pago. VUELING podrá cancelar las reservas de aquellos Pasajeros que no habiendo pagado con tarjeta de crédito la reserva y habiendo sido notificados del incremento de una tasa no haya procedido al abono de la diferencia antes de volar. " *artículo 4.4.Precios. Circunstancias excepcionales, apartado A) y B); '’Sin perjuicio Página 1 de 17 de lo dispuesto en los apartados relativos a la no devolución del precio y el coste por cambio de vuelos, VUELING aplica un régimen especial en los siguientes supuestos: A) INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA: En el caso de que el Pasajero, su cónyuge, hijo, padre o madre hayan de sufrir una intervención quirúrgica obligatoria en la fecha del vuelo, se podrá solicitar gratuitamente un cambio de fecha del mismo, pero en ningún caso podrá solicitar la devolución del importe del Billete. No obstante lo anterior, en caso de que hubiese una diferencia de tarifa en la nueva asignación de vuelos con respecto a la original se deberá abonar. Se establece un periodo máximo de 6 meses desde la fecha de compra del Billete para realizar los nuevos trayectos asignados. Es decir, se tendrá que volar antes de que transcurran 6 meses desde la fecha de compra del Billete o Billete de Conexión, B) DEFUNCIÓN: En caso de defunción del Pasajero, sus familiares pueden solicitar el reembolso del Billete. En el supuesto de que la persona fallecida no fuese el Pasajero, sino el cónyuge, padre, madre o hijo del Pasajero se podrá solicitar el cambio de fecha sin coste adicional salvo la diferencia de tarifas en su caso. Se establece un periodo máximo de 6 meses desde la fecha de compra del Billete para realizar los nuevos trayectos asignados. Es decir, se tendrá que volar antes de que transcurran 6 meses desde la fecha de compra del Billete o Billete de Conexión *articulo 7.2.1. Horarios y enlaces, retrasos, desvíos, sustitución, cancelación de vuelos y Pasajeros no admitidos a embarque. Indemnizaciones por cancelación o sobreventa de Billetes o Billetes de conexión; debiendo excluir de la cláusula la referencia a los ‘‘problemas técnicos que afecten a la aeronave"; demás problemas de orden laboral " y "fallos en los suministros de proveedores o de subcontratistas" *artículo 8.2.Equipaje. Restricciones en el equipaje, apartado V "Artículos u objetos frágiles y/o perecederos, dinero en efectivo o en valores negociables, valores mobiliarios, muestrarios, cámaras, videojuegos, joyas y objetos de valor, piedras y metales preciosos, ordenadores, dispositivos electrónicos, documentos de identidad (pasaporte, DNI, etc.) *artículo 15. Servicios adicionales propios y ajenos; "En el caso de que el vuelo del Pasajero fuera cancelado o sufriera un retraso, VUELING no responderá en ningún caso de los servicios adicionales que el Pasajero hubiera contratado con terceros, aunque la reserva se hubiera realizado por el Pasajero teniendo en cuenta la llegada puntual de la aeronave de VUELING. En ese caso, el Pasajero, habrá de entenderse para solucionar el problema exclusivamente con la empresa a través de la cual reservó los citados servicios adicionales, quedando VUELING exenta de toda responsabilidad". 2. Ordeno la cesación en el empleo y difusión de las condiciones generales de la contratación declaradas nulas, debiendo eliminar la entidad demandada de su condiciones generales las estipulaciones reputadas nulas y otras análogas con idéntico efecto, así como abstenerse de utilizarlas en lo sucesivo. 3. Ordeno la publicación, a costa de la demandada, del fallo de la sentencia junto con el texto de la cláusula afectada en el Boletín Oficial del Registro Mercantil y en uno de los periódicos de mayor circulación de la provincia, en concreto, en La Vanguardia. 4. Acuerdo líbrese mandamiento al titular del Registro de Condiciones Generales de la Contratación para la inscripción de la sentencia en el mismo. 5. Todo ello sin expresa condena en costas.» Página 2 de 17 SEGUNDO.- Contra la anterior resolución se interpuso recurso de apelación por la representación procesal de la parte actora y de la demandada. De los recursos se dio traslado a ambas partes, que presentaron escritos de oposición. TERCERO.- Recibidos los autos originales y formado en la Sala el Rollo correspondiente, se procedió al señalamiento de día para votación y fallo, que tuvo lugar el pasado 19 de junio. Es ponente el llmo. Sr. DON JOSE MARIA RIBELLES ARELLANO. FUNDAMENTOS JURIDICOS PRIMERO - La ORGANIZACIÓN DE CONSUMIDORES Y USUARIOS (en adelante OCU), al amparo de lo dispuesto en los artículos 8 y 12.2° de la Ley de Condiciones Generales de la Contratación, ejercitó acción de cesación, en defensa de los intereses colectivos de los consumidores y usuarios, contra la demandada VUELING AIRLINES S.A. (en adelante VUELING), Alegó la actora que el contrato utilizado por VUELING, extraído de su propia web (documento seis de la demanda), incorpora condiciones generales abusivas. En concreto impugnó la condición 4.2°, sobre precios, impuestos y tasas; la condición 4.4°, sobre precios y circunstancias excepcionales; la condición 7.2º-Iª, sobre "horarios y enlaces, retrasos, desvíos, sustitución, cancelación de vuelos y pasajeros no admitidos a embarque. Indemnizaciones por cancelación o sobreventa de billetes o billetes de conexión"; la condición 8.2° sobre restricciones de equipaje; la condición 8.4° sobre derecho del transportista a inspeccionar el equipaje; la condición 10.2°, sobre el derecho del transportista a denegar el transporte a los pasajeros y restricciones al transporte; la condición 15, sobre servicios adicionales propios y ajenos; y las condiciones incluidas en el capítulo final sobre discapacidades físicas y responsabilidad por daños en equipaje. VUELING se opuso a la demanda alegando, en primer lugar, que contando con cientos de miles de clientes la contratación sólo puede realizarse mediante contratos de adhesión, dado que no es posible una negociación individualizada. Esa situación está contemplada en el artículo 82 del Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (TRLGDCU). En cualquier caso se opuso a la nulidad de todas las cláusulas impugnadas. SEGUNDO,- La sentencia de instancia, tras fijar las pretensiones de una y otra parte, delimita el alcance de la acción de nulidad del artículo 8 de la Ley de Condiciones Generales de la Contratación (LCGC) y precisa qué ha de entenderse por cláusula abusiva de acuerdo con la Directiva 93/2013 CEE, la LCGC y el Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (TRLGDCU). Luego analiza de forma individualizada cada una de las condiciones generales impugnadas, declarando la nulidad parcial de las condiciones 4.2, 4.4, 7.2.1, 8.2 y 15 del contrato de transporte acompañado con la demanda. La sentencia es recurrida por ambas partes. Por VUELING, en tanto en cuanto declara la nulidad de cinco de las condiciones generales y por la OCU en la medida en que no se estima íntegramente su pretensión. Para no resultar reiterativos, al examinar los dos recursos fijaremos la posición de una y otra parte en relación con cada una de las condiciones impugnadas. TERCERO.- La demandante promueve una acción colectiva de cesación de determinadas condiciones generales utilizadas por la demandada en sus contratos con consumidores y Página 3 de 17 usuarios. Se postula al amparo de lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley de Condiciones Generales de la Contratación, que la define como aquella acción "dirigida a obtener una sentencia que condene al demandado a eliminar de sus condiciones generales las que se reputen nulas y a abstenerse de utilizarlas en lo sucesivo, determinando o aclarando, cuando sea necesario, el contenido del contrato que ha de considerarse válido y eficaz". No se discute por las partes que el contrato utilizado por la demandada sea de adhesión y, en definitiva, que incorpore condiciones generales de la contratación, que son definidas por el artículo 1 de la Ley 7/1998, de 13 de abril, sobre Condiciones Generales de la Contratación, como aquellas "cláusulas predispuestas cuya incorporación al contrato sea impuesta por una de las partes, con independencia de la autoría material de las mismas, de su apariencia externa, de su extensión y de cualesquiera otras circunstancias, habiendo sido redactadas con la finalidad de ser incorporadas a una pluralidad de contratos". Las condiciones generales de los contratos han de superar un primer control de incorporación al contrato, dado que han de cumplir los requisitos exigidos en los artículos 5 y 7 de la LCC. En segundo lugar también han de superar el llamado "control de contenido", siendo nulas de pleno derecho las condiciones generales, dice el artículo 8 de la citada Ley, "que contradigan en perjuicio del adherente lo dispuesto en esta Ley o en cualquier otra norma imperativa o prohibitiva, salvo que en ellas se establezca un efecto distinto para el caso de contravención". En particular, serán nulas aquellas condiciones generales que se reputen abusivas, cuando el contrato se haya celebrado por un consumidor, entendiéndose por tales, de acuerdo con el artículo 82 del Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, "todas aquellas estipulaciones no negociadas individualmente y todas aquellas prácticas no consentidas expresamente que, en contra de las exigencias de la buena fe causen, en perjuicio del consumidor y usuario, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes que se deriven del contrato". Ese precepto es desarrollado en los artículos siguientes, que fija distintos criterios para examinar las abusividad de una cláusula. CUARTO.- La primera de las condiciones impugnadas es la cláusula 4.2 del contrato. Bajo el epígrafe "impuestos y tasas", la condición general es del siguiente tenor: "Las tasas están sujetas a decisiones ajenas al Transportista, por lo que sí se redujeran o aumentaran con posterioridad a la realización de la reserva pero antes de volar el Pasajero, éste tendrá el derecho y la obligación respectivamente de asumir tales modificaciones, autorizando el Pasajero a VUELING de forma expresa para cargar el incremento o abonar la diferencia en la misma tarjeta a través de la cual se realizó el pago del Billete o Billete de Conexión si éste hubiera sido el medio de pago. VUELING podrá cancelar las reservas de aquellos Pasajeros que no habiendo pagado con tarjeta de crédito la reserva y habiendo sido notificados del incremento de una tasa no haya procedido al abono de la diferencia antes de volar. " La sentencia de instancia, que acoge en este punto lo pretendido por la demandante, declara la nulidad de la condición general, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 85.10 del TRLGCU, por cuanto, tal y como está conformada, priva al consumidor de la posibilidad de resolver el contrato si el precio del billete finalmente se ve incrementado por un aumento de las tasas aeroportuarias. Asimismo, según la juez a quo, la condición es abusiva dado que limita al Página 4 de 17 consumidor la libertad de escoger la forma de pago, lo que es contrario al artículo 88.1° del TRLGCU. VUELING recurre ese pronunciamiento afirmando que las tasas son ajenas al transportista, por lo que, si se reducen o aumentan, después de la reserva pero antes del vuelo, el pasajero tendrá el derecho y la obligación de asumir tales modificaciones. Además, el artículo 157 del TRLGDCU, aplicable a los servicios de transporte, contempla de manera explícita la posibilidad de revisar el precio para incorporar variaciones del carburante, las tasas e impuestos. La posibilidad de desvincularse del contrato, según la demandada, quedaría limitada a aquellos supuestos en que el precio final fuera "muy superior" al inicialmente estipulado, circunstancia que no se da en el presente caso, dado que las tasas representan una cantidad proporcionalmente baja en relación con el precio final del viaje. Por otro lado alega que no se impone un medio de pago, dado que es el pasajero quien elige inicialmente el pago mediante tarjeta de crédito y, sólo en tal caso, el incremento se abona con la misma tarjeta. La parte actora se opone al recurso e interesa se confirme ese pronunciamiento de la sentencia por sus propios fundamentos. QUINTO.- Delimitados los términos del debate, coincidimos con el criterio de la sentencia de instancia. En efecto, el artículo 85,10 del TRLGDCU declara abusivas, por vincular aspectos del contrato a la voluntad del empresario, "las cláusulas que prevean la estipulación del precio en el momento de la entrega del bien o servicio o las que otorgan al empresario la facultad de aumentar el precio final sobre el convenido sin que en ambos casos existan razones objetivas y sin reconocer al consumidor y usuario el derecho a resolver el contrato si el precio final resulta muy superior al inicialmente estipulado". Como indica la juez a quo, el carácter abusivo de la cláusula no viene determinado por la posibilidad de que el transportista repercuta en el pasajero los incrementos de tasas o impuestos, sino por vedar al consumidor el derecho de apartarse del contrato si el precio final resulta muy superior al contratado. No se discute que las tasas seas aprobadas o modificadas por la Ley General de Presupuestos del Estado y que son gestionadas por el ente público AENA. Tampoco que VUELING pueda revisar el precio para repercutir en el pasajero los incrementos en las tasas aeroportuarias posteriores a la reserva, posibilidad expresamente contemplada en el artículo 157.2° del TRLGCU para los viajes combinados. Concurrirían, en tal caso, razones objetivas que justificarían el aumento. Lo que se infiere de este último precepto es que las tasas, desde la perspectiva del viajero, forman parte del precio final. Por ello, cualquier aumento de las tasas, si implica un precio muy superior al inicialmente concertado, debe llevar aparejado el derecho a resolver el contrato. Y tal derecho se excluye en la condición impugnada, que sólo contempla el derecho y la obligación del pasajero de asumir las modificaciones en las tasas. La demandada sostiene que las tasas representan una cantidad proporcionalmente baja en relación con el importe total del billete y, por tanto, que cualquier incremento en ningún caso será muy superior" o inasumible para el pasajero, alegación que no compartimos. Cabe admitir como hipótesis que las tasas representen una parte sustancial del precio, no sólo para las compañías de bajo coste sino también en ofertas y promociones de compañías tradicionales. Página 5 de 17 Descartamos que la previsión contractual tenga amparo en el apartado segundo del artículo 85,10°, que excluye el derecho de resolución en aquellos casos de "adaptación de precios a un índice, siempre que tales índices sean legales y que en el contrato se describa explícitamente el modo de variación del precio". La repercusión de tasas e impuestos al pasajero nada tiene que ver con la fijación del precio de acuerdo con parámetros legales previamente establecidos. Discrepamos, por el contrario, de la sentencia de instancia cuando advierte en la cláusula impugnada una limitación inaceptable y, por ende, abusiva, de la forma de pago. El artículo 88.1 del TRLGCU no contempla, en términos generales, una libertad absoluta de elección de la forma de pago. Es del todo lógico que la repercusión de la tasa, de ser procedente, se haga efectiva por el mismo medio de pago empleado para abonar el billete. Resulta razonable, por ello, que la cláusula así lo prevea. La elección de la forma de pago la realiza el pasajero cuando contrata el vuelo. No apreciamos, por tanto, que exista la imposición que se denuncia en la demanda. Por todo ello, debemos estimar el recurso de la demandada en este punto concreto. SEXTO.- La parte actora también impugnó la cláusula 4.4°, que bajo el epígrafe "circunstancias especiales" establece que "sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados relativos a la no devolución del precio y el coste por cambio de vuelos, VUELING aplica un régimen especial en los siguientes supuestos: A) INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA: En el caso de que el Pasajero, su cónyuge, hijo, padre o madre hayan de sufrir una intervención quirúrgica obligatoria en la fecha del vuelo, se podrá solicitar gratuitamente un cambio de fecha del mismo, pero en ningún caso podrá solicitar la devolución del importe del Billete. No obstante lo anterior, en caso de que hubiese una diferencia de tarifa en la nueva asignación de vuelos con respecto a la original se deberá abonar. Se establece un periodo máximo de 6 meses desde la fecha de compra del Billete para realizar los nuevos trayectos asignados. Es decir, se tendrá que volar antes de que transcurran 6 meses desde la fecha de compra del Billete o Billete de Conexión. B) DEFUNCIÓN: En caso de defunción del Pasajero, sus familiares pueden solicitar el reembolso del Billete. En el supuesto de que la persona fallecida no fuese el Pasajero, sino el cónyuge, padre, madre o hijo del Pasajero se podrá solicitar el cambio de fechas sin coste adicional, salvo la diferencia de tarifas en su caso. Se establece un periodo máximo de 6 meses desde la fecha de compra del Billete para realizar los nuevos trayectos asignados. Es decir, se tendrá que volar antes de que transcurran 6 meses desde la fecha de compra del Billete o Billete de Conexión. C) DISPOSICIONES COMUNES: Para acreditar la intervención o el fallecimiento, solamente se aceptarán certificados médicos o de defunción, respectivamente, que se deberán presentar en el plazo de 7 días hábiles, a contar desde el mismo día en el que se produce la contingencia. No se tendrán en consideración las peticiones recibidas fuera de plazo, salvo fuerza mayor. En todo caso, se deberá haber avisado a VUELING telefónicamente antes de la salida del vuelo afectado. La aceptación o no de estos documentos quedará siempre supeditada a la valoración de VUELING. " La sentencia de instancia, que acoge en parte la pretensión de la demandante, considera abusivos los apartados A) y B), en la medida que no contemplan la posibilidad de solicitar la devolución del billete en alguno de los supuestos regulados -defunción o intervención quirúrgica Página 6 de 17 obligatoria-. La facultad de liberarse del contrato en los casos de fuerza mayor, señala la sentencia, corresponde a todo contratante. La cláusula excluye esa facultad, lo que constituye una limitación de los derechos del consumidor prohibida por el artículo 86.7° del TRLGDCU. En segundo lugar, la falta de equiparación de la pareja de hecho con el cónyuge, al entender de la juez a quo, constituye una merma clara de los derechos de la primera y un claro desequilibrio de los derechos derivados del contrato para el consumidor pareja de hecho. Por ello declara la nulidad de esos apartados. Por el contrario descarta la nulidad del apartado C), que contempla un plazo de siete días para poner de manifiesto la circunstancia excepcional, pues es coherente exigir al consumidor una diligencia mínima para poner en conocimiento del transportista la situación extraordinaria que va a suponer la resolución del contrato. Tampoco considera abusivo que se exija al pasajero que acredite la situación excepcional mediante certificados médicos o de defunción y que se reserve al transportista la facultad de valorar la veracidad de esos documentos. VUELING recurre en apelación ese pronunciamiento de la sentencia. Considera que el contrato ofrece a los pasajeros una alternativa cuando, por causas excepcionales, pero imputables al propio pasajero, no está en condiciones de volar. Considera que no toda intervención quirúrgica puede considerarse un caso de fuerza mayor y que la cláusula no es excluyente de otras situaciones que impidan al pasajero viajar. Descarta que la falta de equiparación de la pareja de hecho al cónyuge infrinja el artículo 86.7o y aduce que VUELING, en la práctica diaria, aplica todas las ventajas citadas a las parejas de hecho. La OCU se opone al recurso y solicita se confirme la nulidad de los apartados A) y B) de la cláusula 4.4°, por los motivos que refiere la sentencia de instancia y por constreñir las circunstancias excepcionales a los supuestos tasados de fallecimiento o intervención quirúrgica, descartando otras situaciones de fuerza mayor. Por otro lado impugna la sentencia en tanto en cuanto no declara la nulidad del apartado C). A su entender, fijar un plazo perentorio y exclusivo de siete días constituye un obstáculo oneroso o desproporcionado para el usuario contrario al artículo 87.6° de la Ley. Y atribuir al transportista la capacidad de valorar los documentos acreditativos de la circunstancia excepcional implica atribuirle la facultad exclusiva de interpretar el contrato, lo que, a su entender, es contrario artículo 85.3° del TRLGDCU. SÉPTIMO.- También coincidimos con las consideraciones de la juez a quo, que hacemos nuestras, y con la conclusión a la que llega. En efecto, el artículo 87 considera abusivas las cláusulas que limiten o priven al consumidor y usuario de los derechos reconocidos por normas dispositivas o imperativas. Los apartados A) y B) regulan como "circunstancias excepcionales" situaciones que son o pueden ser constitutivas de supuestos de fuerza mayor. Y, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1105 del Código Civil, el caso fortuito y la fuerza mayor exoneran al deudor y producen efectos liberatorios. Salvo en los supuestos de fallecimiento del propio pasajero, la cláusula no libera al consumidor, sino que le impone forzosamente un cambio de fechas en determinadas condiciones, lo que implica, de facto, una renuncia de derechos contraria al artículo 86.7 del TRLGDCU. Debe tenerse presente, a estos efectos, que el artículo 160 del TRLGDCU contempla expresamente para los viajes combinados el derecho del consumidor de resolver el contrato sin indemnización en los supuestos de fuerza mayor. Además compartimos con la demandante que la cláusula obvia otras Página 7 de 17 circunstancias excepcionales que afecten a la salud o, en general, que puedan considerarse como de fuerza mayor. Tiene, por tanto, un carácter restrictivo o tasado, en el sentido de excluir otros acontecimientos imprevisibles que impidan al pasajero realizar el viaje y que puedan incardinarse en el ámbito del artículo L105 del Código Civil. Y si la cláusula es abusiva por limitar derechos básicos del consumidor en general, con más motivo lo es también para las parejas de hecho, que no aparecen equiparadas, a estos efectos, con los matrimonios. No basta con apelar a las buenas prácticas del transportista, dado que en el análisis de las condiciones generales hay que estar a su contenido, prescindiendo de cómo son aplicadas. OCTAVO.- Declarada la nulidad de ios apartados A) y B), poco sentido tiene el examen del apartado C), de disposiciones comunes, que no puede subsistir sin aquéllos. En cualquier caso, dado que el pronunciamiento de la sentencia de instancia es recurrido en apelación por la parte actora, entraremos a analizar en qué medida contraviene las disposiciones legales citadas por la recurrente. La OCU considera que el establecimiento de un plazo máximo de siete días hábiles para acreditar alguna de las contingencias contempladas en los apartados A) y B), constituye un obstáculo oneroso y desproporcionado para el consumidor contrario al artículo 87.6° del TRLGDCU, alegación que no compartimos. No es razonable adaptar el plazo a las circunstancias específicas de la contingencia o al tiempo que medie entre ésta y la lecha del vuelo. El plazo no es exiguo, como sostiene la recurrente. Lo estimamos sensato, dado que el pasajero viene obligado a comunicar rápidamente y con diligencia la circunstancia que le impide realizar el viaje, para mitigar, en la medida de lo posible, los efectos de la cancelación y facilitar que el transportista pueda disponer del billete. La cláusula exige que el fallecimiento o la intervención quirúrgica se acrediten con "certificados médicos o de defunción". No precisa que sean oficiales. Es obvio que el pasajero viene obligado a probar la contingencia. Y el hecho de que la cláusula prevea la facultad de VUELING de valorar los documentos como paso previo a su aceptación, en modo alguno implica que se arrogue la facultad exclusiva de interpretar el contrato, lo que sería contrario al artículo 85.3° del TRLGDCU. NOVENO.- En la demanda se impugnó la cláusula 7.2.1, referida a las indemnizaciones por cancelación o sobreventa de billetes, no en su totalidad, sino la mención como causas hábiles para exonerar de responsabilidad a la compañía aérea de "problemas técnicos que afecten a la aeronave", "huelgas y demás problemas de orden laboral" y "fallos en los suministros de proveedores o de subcontratistas". La cláusula tiene el siguiente contenido: 7.2.1. Indemnizaciones por cancelación o sobreventa de Billetes o Billetes de Conexión: Salvo en los supuestos producidos como consecuencia de condiciones meteorológicas adversas, guerra, actos de terrorismo, caso fortuito, altercados, manifestaciones y cualquier otra cuestión de orden público, problemas técnicos que afecten a la aeronave, retrasos y fallos en el control del tráfico aéreo, incendios, inundaciones, movimientos de tierra, terremotos, desastres naturales, epidemias y otras restricciones provocadas por una declaración de cuarentena, actos derivados de una autoridad competente, huelgas y demás problemas de orden laboral, fallos en los suministros de proveedores o de subcontratistas y cualquier otra circunstancia extraordinaria Página 8 de 17 que no podría haberse evitado, incluso si se hubieran tomado las medidas razonables, los pasajeros tendrán derecho a las siguientes compensaciones en caso de cancelación o sobreventa de Billetes o Billetes de Conexión: i. Hasta 250 euros para vuelos de hasta L500 Km; ii. Hasta 400 euros para todos los vuelos intracomunitarios de más de 1.500 Km y para todos los demás vuelos de entre 1500 y 3.500 Km. iii. Hasta 600 euros para todos los vuelos no comprendidos en los supuestos anteriores " La sentencia de instancia acoge sustancialmente la pretensión de la adora y considera abusivas las referencias, como circunstancias excepcionales exoneradas de responsabilidad, a "los problemas técnicos que afecten a la aeronave", "demás problemas de orden laboral" y "fallos en los suministros de proveedores o de subcontratistas".En el apartado tercero del fundamento cuarto la juez a quo concluye que esas situaciones exceden del concepto de "circunstancias extraordinarias" del artículo 7 del Reglamento CE, a excepción de las huelgas. Ese pronunciamiento es recurrido por ambas partes. VUELING entiende que todos los supuestos enumerados en la cláusula 7.2.1° refieren causas ajenas al empresario que justifican la exoneración del transportista. La OCU, por el contrario, además de oponerse al recurso de la demandada, apela la sentencia por cuanto avala la inclusión de la huelga como circunstancia extraordinaria. DÉCIMO.- La cláusula impugnada incorpora las compensaciones previstas en el artículo 7 del Reglamento CE 261/2004 para los casos de cancelación o denegación de embarque. El propio Reglamento en su artículo 5.3° excluye esas compensaciones cuando concurran circunstancias extraordinarias. Así, de acuerdo con dicho precepto, "un transportista aéreo encargado efectuar un vuelo no está obligado a pagar una compensación conforme al artículo 7 si puede probar que la cancelación se debe a circunstancias extraordinarias que no podrían haberse evitado incluso si se hubiesen tomado todas las medidas razonables". Entendemos, en línea con lo sostenido en la sentencia apelada, que la cláusula impugnada, pretende pasar por "circunstancias extraordinarias" supuestos que no lo son o que pueden no serlo. En efecto, los problemas técnicos o de mantenimiento, de ordinario, no exoneran al transportista, como hemos mantenido en anteriores resoluciones (SS de 25 de junio de 2012, ROJ 2721/2012 y de 16 de junio de 2011, ROJ 8094/2011) y tiene sentado el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas en sentencias de 22 de diciembre de 2008 y 19 de junio de 2009. De acuerdo con dichas sentencias el "concepto de "circunstancias extraordinarias" utilizado en dicha disposición -el artículo 5.3 del Reglamento CE 261/2004- no se aplica a un problema técnico surgido en la aeronave que provoque la cancelación de un vuelo, a menos que este problema se derive de acontecimientos que, por su naturaleza o por su origen, no sean inherentes al ejercicio normal de la actividad del transportista aéreo de que se trate y escapen del control efectivo de dicho transportistas". Lo mismo cabe decir de los fallos de suministros por parte de proveedores o subcontratistas. La relación del transportista con sus proveedores forma parte de su actividad ordinaria. Cualquier incumplimiento de un subcontratista no puede ser considerado como un hecho ajeno que libere Página 9 de 17 al transportista de sus obligaciones frente a los pasajeros. También estimamos acertado el criterio de la juez a quo cuando considera abusiva la mención a "los problemas de índole laboral" como circunstancia extraordinaria que exonera de responsabilidad a la compañía aérea. La cláusula contempla, en términos generales, cualquier problema de índole laboral, sin distinción alguna. Es evidente que no todo problema laboral puede merecer la consideración de circunstancia imprevisible e inevitable. Dependerá de las particularidades del caso, de la incidencia real del problema en la cancelación del vuelo y de la eventual responsabilidad de VUELING en el origen y en la solución del conflicto. Por los mismos motivos entendemos improcedente la mención a las huelgas como circunstancia extraordinaria y hemos de estimar, por tanto, el recurso de la OCU. También en este caso la "huelga" figura como causa de exención sin distinción alguna. No puede descartarse que, según las circunstancias de cada caso, una huelga se presente como un acontecimiento excepcional, imprevisible o inevitable de los previstos en el artículo 5.3 del Reglamento CE. Dependerá, en definitiva, de sus causas, del momento en que se manifestó, de las medidas que adoptó la compañía para evitarla o para prevenir al pasajero con la antelación necesaria. En definitiva, consideramos que la cláusula impugnada extiende indebidamente la exoneración de responsabilidad del artículo 5.3 del Reglamento 261/2004 a supuestos que no son "circunstancias extraordinarias" o que sólo lo serían en atención a las particularidades del caso. La cláusula, por tanto, es abusiva, dado que limita o excluye de forma inadecuada derechos legales del consumidor por incumplimientos totales o parciales del empresario (artículo 86.1° del TRLGDCU). DÉCIMO PRIMERO.- La OCU impugnó, en cuarto lugar, la cláusula 8, apartados 2º y 3º, que tiene el siguiente título: "Equipaje. Restricciones en el equipaje y Derecho del Transportista a rechazar el equipaje" Tiene el siguiente contenido: "8.2. Restricciones en el equipaje. Está prohibido transportar como equipaje: i. Artículos u objetos que, a juicio del Transportista o del aeropuerto, no se encuentren debidamente embalados o empaquetados. ii. Artículos u objetos que, a juicio del Transportista, puedan poner en peligro la aeronave, su tripulación o a otros Pasajeros. En este sentido se consideran como peligrosos aquéllos bienes u objetos definidos como tales por las normas OACI y por las normas IATA. iii. (...) iv. Artículos u objetos que, a juicio del Transportista, no sea adecuado transportar debido a su peso, configuración o tamaño. v. Artículos u objetos frágiles y/o perecederos, dinero en efectivo o en valores negociables, valores mobiliarios, muestrarios, cámaras, videojuegos, joyas y objetos de valor, piedras y metales preciosos, ordenadores, dispositivos electrónicos, documentos de identidad (pasaporte, Página 10 de 17 DNI, etc.). vi. (...) "8.3. Derecho del Transportista a rechazar el equipaje. El transportista se reserva el derecho a no transportar cualesquiera objetos o artículos enumerados en el párrafo anterior por razones de seguridad u operativas. " Fueron tres los motivos de impugnación. En primer lugar, la vinculación del contrato a la voluntad del empresario, que la actora considera contraviene el artículo 85,3° del TRLDCU. En segundo lugar, la prohibición de transporte de determinados artículos. Y, por último, la falta de claridad en su redacción. La sentencia de instancia estima parcialmente la pretensión de la demandante y considera abusiva la prohibición del transporte de los objetos mencionados en el apartado V, a saber, '‘artículos u objetos frágiles y/o perecederos, dinero en efecto o en valores negociables, piedras, y metales preciosos, ordenadores, dispositivos electrónicos, documentos de identidad". Rechaza, por el contrario, que la cláusula sea oscura y que la interpretación del contrato se atribuya exclusivamente al transportista. Tanto VUELING como la OCU recurren ese pronunciamiento de la sentencia. La demandada considera que la prohibición de transportar determinados artículos responde a razones de seguridad. La actora, por su parte, insiste en los argumentos de la demanda antes expuestos. DECIMOSEGUNDO.- Delimitados los términos del debate, en cuanto al recurso de la OCU, rechazamos que la atribución al transportista de la facultad de valorar si el equipaje está debidamente embalado o si cumple con las condiciones de seguridad contravenga lo dispuesto en el artículo 85.3° del TRLGDCU. La recurrente entiende que la expresión reiterada de "a juicio del transportista" o el derecho que se le atribuye a rechazar el equipaje implica dejar a su arbitrio la determinación de las condiciones del contrato -seguridad, embalaje, tamaño o peso-, lo que no compartimos. El equipaje se transporta bajo la responsabilidad del transportista, a quien incumbe garantizar la seguridad de los pasajeros y del propio vuelo. Por ello, en ejecución del contrato, será el transportista quien deba decidir si rechaza o no el equipaje, sin perjuicio de la responsabilidad en que pueda incurrir si la negativa no está justificada. Discrepamos, en cambio, del criterio de la sentencia de instancia cuando sostiene que la cláusula cumple con los requisitos de claridad y concreción exigidos por el artículo 7, apartado b), de la Ley de Condiciones Generales de la Contratación y el artículo 81.1, a) del TRLGDCU, El apartado iv) del artículo 8.2°, que prohíbe el transporte de los "artículos u objetos que, a juicio del transportista, no sea adecuado transportar debido a su peso, configuración o tamaño ", es oscuro o ambiguo por falta de concreción, dado que el pasajero, al comprar su billete, desconocerá cuando un determinado artículo reúne las condiciones de tamaño, peso o configuración exigidas por VUELING. La cláusula debería precisar, cuando menos, las dimensiones máximas y los kilos permitidos. Por no ser así, además de oscura y ambigua, la cláusula atribuye a la demandada, en último término, la facultad exclusiva de interpretar un aspecto esencial del contrato, contraviniendo el artículo 85 del TRLGDCU. Lo mismo cabe decir del apartado iv), que considera peligrosos y, por tanto, no transportables, Página 11 de 17 "aquellos bienes u objeto definidos como tales por las normas OACI y por las normas IATA ", La cláusula es oscura por cuanto no permite conocer de antemano qué artículos se consideran peligrosos, El reenvío a textos que no son accesibles para el común de los usuarios o el empleo de siglas que son desconocidas para el consumidor medio impiden comprender el alcance de la prohibición. Por último también consideramos ambigua y, por tanto, nula, conforme a lo dispuesto en los artículos 7 de la LCC y 80.1.a) del TRLGDCU, la posibilidad, prevista en la cláusula 8.3° del contrato, de rechazar equipajes por "razones operativas", Es éste un concepto amplísimo e indeterminado que contraviene los requisitos de claridad y concreción exigidos en aquellos preceptos. DECIMOTERCERO.- VUELING, por su parte, impugna la sentencia en cuanto considera abusivo el apartado iv) del artículo 8.2°, que prohíbe el transporte de "artículos u objetos frágiles y ¡o perecederos, dinero en efectivo o en valores negociables, valores mobiliarios, muestrarios, cámaras, videojuegos, joyas y objetos de valor, piedras y metales preciosos, ordenador es,dispositivos electrónicos, documentos de identidad (pasaportes, DNI, etc.)". La demandada entiende que la prohibición se justifica en "simples y básicas medidas de seguridad". Apela, para ello, al litio con el que funcionan las baterías de buena parte de los aparatos electrónicos, que entraña un peligro real para la seguridad de las aeronaves o a la Ley 10/2010, de 28 de abril, de prevención de blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo, que justificaría la prohibición de viajar con piedras y metales preciosos. Rechazamos de plano la alegación de la recurrente. El artículo 97 de la Ley de Navegación Aérea dispone que "el transportista estará obligado a transportar juntamente con los viajeros, y dentro del precio del billete, el equipaje con los límites de peso, independientemente del número de bultos, y volumen que fijen los Reglamentos". La cláusula impugnada contraviene esa disposición legal y, en consecuencia, excluye derechos que son reconocidos legalmente a los consumidores. Ni puede tenerse por acreditado que el litio ponga en riesgo la seguridad aérea ni podemos aceptar como hecho notorio que todos los aparatos electrónicos contengan ese metal. De ser así se incluirían en las disposiciones internacionales que definen qué ha de entenderse por objetos peligrosos, disposiciones que la propia cláusula 8.2° menciona. En cuanto a las piedras y otros objetos preciosos se advierte sin dificultad la intención de la transportista de limitar su responsabilidad por daños o extravíos, cuando el Convenio de Montreal de 28 de mayo de 1999, para la Unificación de Ciertas Reglas para el Transporte Aéreo Internacional, aplicable a los vuelos intracomunitarios por remisión del Reglamento Europeo 889/2002, de 13 de mayo, establece límites a la responsabilidad salvo que el pasajero realice una declaración especial de valor DÉCIMO CUARTO.- En quinto lugar la OCU impugnó la cláusula 8.4°, que reconoce el derecho del transportista a inspeccionar el equipaje. De acuerdo con dicha cláusula, "por motivos de seguridad el Transportista o las autoridades podrán en todo momento, desde que el equipaje le sea entregado por el Pasajero, registrar y/o inspeccionar, con los dispositivos técnicos o medios humanos adecuados, todo o parte del equipaje. Mediante la aceptación de estas Condiciones, el Pasajero consiente expresamente y en sus más amplios términos, el registro y/o inspección de su equipaje cuantas veces sea necesario. El Transportista no será responsable de los daños ocasionados al equipaje (como rotura de candados, precintos o embalajes) como consecuencia Página 12 de 17 de las tareas de registro y/o inspección, salvo que exista negligencia por su parte ". La demandante sostuvo en la demanda e insiste en el recurso que la inspección y el registro del equipaje corresponde exclusivamente a las fuerzas y cuerpos de seguridad y, en su caso, al personal de la Seguridad Privada. Por ello la previsión contractual es contraria a lo dispuesto en el artículo 86.7 del TRLGDCU. Asimismo impugnó la exoneración de responsabilidad en caso de daños ocasionados durante las tareas de registro e inspección. La sentencia desestima la petición de nulidad por cuanto la inspección del equipaje por parte del transportista viene impuesta, por motivos de de seguridad nacional e internacional, en el Programa Nacional de Seguridad para la Aviación Civil emitido por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (capítulos 5.0 y 5.1). DECIMOQUINTO.- También debemos estimar este motivo de impugnación aducido por la actora. En efecto, entendemos que el Programa Nacional de Seguridad para la Aviación Civil emitido por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea no habilita al personal de una compañía aérea a registrar el equipaje de sus pasajeros, actuación que ha de quedar reservada a las fuerza de seguridad y, en su caso, al personal de la seguridad privada, conforme a lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley 23/1992, de 30 de julio, de Seguridad Privada. El registro del equipaje supone una invasión en el ámbito privado y personal de las personas, que sólo puede llevarse a cabo por las personas legalmente facultadas para ello. El capítulo 5 del Programa Nacional de Seguridad para la Aviación Civil (documento diez de. la contestación), obliga a las compañías aéreas, junto a la autoridad competente, al gestor aeroportuario o al agente de asistencia en tierra, "según sus responsabilidades", a implantar las medidas de seguridad previstas en el propio Programa. Entre esas medidas se encuentra la inspección del equipaje antes de ser embarcado en la bodega de la aeronave. Esto es, las distintas actuaciones para garantizar la seguridad se distribuyen según la responsabilidad de cada uno de los agentes. En consecuencia, la cláusula limita derechos del consumidor y es abusiva de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 86 del TRLGDCU. De igual modo, en cuanto a la exoneración por los daños ocasionados al equipaje, salvo negligencia por parte del transportista, en realidad la cláusula establece, en perjuicio del consumidor, un régimen de responsabilidad distinto al previsto en el Convenio de Montreal. Es abusiva, por tanto, conforme a lo previsto en el artículo 86.2 del TRLGDCU. DECIMOSEXTO.- En sexto lugar la actora impugnó la cláusula 10.2, que tiene el siguiente título. "Derecho del transportista a denegar el transporte a los pasajeros y restricciones al transporte. Restricciones al transporte". De acuerdo con dicha cláusula, "sólo se permitirá un máximo de 6 menores con edades entre 5 y 8 años a bordo". La actora, en la demanda y en su recurso, considera que no existe razón objetiva alguna para semejante limitación. La sentencia de instancia descarta la nulidad por cuanto no se limitan, en contra de las exigencias de la buena fe, los derechos de los consumidores, a pesar de que la cláusula puede inducir a error por un defecto de redacción. Pues bien, consideramos que la cláusula carece de la claridad necesaria y que, tal y como está redactada, sí se deduce una limitación inadmisible de seis menores con edades entre 5 y 8 años a bordo. Así resulta de la lectura de la cláusula y de su interpretación literal. En efecto, la Página 13 de 17 cláusula dice literalmente: "Sólo se permitirá un máximo de 6 menores con edades entre 5 y 8 años a bordo y un bebé sin derecho a asiento por adulto mayor de 18 años". VUELING sostiene que la cláusula viene referida a los menores de 5 y 8 años "que viajen solos". Entenderíamos que, por motivos de seguridad, se estableciera esa limitación. Sin embargo, sólo mediante una interpretación muy forzada la cláusula podría entenderse en el sentido aducido por VUELING. La claridad es un requisito para la válida incorporación de la condición general (artículo 7 de la LCC), por lo que no es aceptable, como sostiene la recurrente, salvaguardar la validez de la cláusula mediante una interpretación integradora que no se deduce de su mera lectura. Por todo ello, también debemos declarar la nulidad. DECIMOSÉPTIMO.- La sentencia de instancia, por el contrario, declara la nulidad de la cláusula 15, acogiendo para ello los argumentos de la OCU. De acuerdo con dicha estipulación, "en el caso de que el vuelo del Pasajero fuera cancelado o sufriera un retraso, VUELING no responderá en ningún caso de los servicios adicionales que el Pasajero hubiera contratado con terceros, aunque la reserva se hubiera realizado por el Pasajero teniendo en cuenta la llegada puntual de la aeronave de VUELING. En ese caso, el Pasajero habrá de entenderse para solucionar el problema exclusivamente con la empresa a través de la cual reservó los citados servicios adicionales, quedando VUELING exenta de toda responsabilidad". VUELING considera que la limitación de responsabilidad está contemplada en el Reglamento 261/2004 y en el Convenio de Montreal, a cuyas disposiciones se ajusta, alegación que rechazamos. La cláusula no se remite sin más al régimen de responsabilidad establecido en esas Leyes, sino que contempla una causa de exoneración abusiva por ser contraria al artículo 86 del TRLGDCU. Limita derechos legales del consumidor al excluir la responsabilidad del transportista por daños causados en el cumplimiento del contrato. No se trata de delimitar en esta resolución en qué medida responde la compañía aérea en caso de cancelación o retraso y, en concreto, si el pasajero puede o no reclamar indemnizaciones complementarias a las previstas en los artículos 7 del Reglamento CE o 22 del Convenio de Montreal. Simplemente la cláusula impugnada exonera al transportista de aquello que, de acuerdo con lo dispuesto en esas Leyes, pudiera reclamar el consumidor. Se trata, en definitiva, de una traba inadmisible para el ejercicio de las acciones y, por ello, ha de ser anulada. DECIMOCTAVO.- La OCU recurre en apelación el pronunciamiento de la sentencia contrario a la nulidad de la cláusula, incluida en un capítulo final, que establece limitaciones al transporte de personas con discapacidad física. Según reza dicha cláusula, "la capacidad máxima de personas con discapacidad física en las aeronaves operadas por el Transportista es de dos (2) pasajeros sin acompañante y hasta un máximo del 10% de la capacidad máxima de la aeronave para el caso de personas con discapacidad física con acompañante". La parte actora considera que la cláusula es contraria a los artículos 5.5° de la LCGC y 80.1.a) del TRLGDCU, por ambigua, y al artículo 86.7 del TRLGDCU, por imponer límites injustificados a los derechos del consumidor. La sentencia de instancia considera que la limitación se justifica en razones de seguridad y que viene impuesta por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, conclusión que compartimos. En efecto, hemos de partir en el análisis del Reglamento CE 1107/2006, de 5 de julio, sobre el derecho de personas con discapacidad o movilidad reducida en el transporte aéreo, que sienta, como principio general, que las compañías aéreas, sus agentes o los operadores turísticos no podrán negarse, alegando la discapacidad o movilidad reducida del pasajero, a aceptar una reserva o embarcar una persona con discapacidad o movilidad reducida. Ello no obstante, el Página 14 de 17 artículo 4 establece como excepción las limitaciones impuestas "por la legislación internacional, comunitaria o nacional, o con el fin de cumplir los requisitos de seguridad establecidos por la autoridad que emitió el certificado de operador aéreo a la compañía aérea en cuestión o cuando las dimensiones del aeronave o sus puertas imposibilitan físicamente el embarque o transporte de la persona con capacidad o movilidad reducida". No estimamos ambigua o excesivamente genérica la expresión "persona con discapacidad física", cuando la propia Legislación Comunitaria o la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) utilizan la misma expresión o una semejante. No consideramos necesario, por tanto, que la cláusula precise el alcance de la incapacidad. Por otro lado, no advertimos que la cláusula sea discriminatoria cuando las limitaciones se justifican en razones de seguridad y vienen exigidas por el organismo estatal que tiene encomendado salvaguardar la seguridad aérea (AESA). Parece razonable que la Compañía limite el número de personas con movilidad reducida dentro de la aeronave. Con ello se persigue que en una situación de emergencia se ponga en riesgo la seguridad de todo el pasaje y, en particular, la de los propios discapacitados. El porcentaje máximo del 10% de la capacidad del avión es el exigido por AESA, según resulta de la impresión de su página web aportada en el acto de la vista. Por demás, la propia AESA permite a las compañías aéreas que exijan que las personas con discapacidad o movilidad reducida vayan acompañadas por una persona capaz. Son, sin duda, razones de seguridad las que explican esas limitaciones, por lo que debemos confirmar el criterio de la juez a quo. En definitiva el contrato incorpora las limitaciones que AESA impone a las compañías aéreas en relación con las personas discapacitadas, sin regular las consecuencias jurídicas que pudieran producirse si tiene lugar alguna de las situaciones que la cláusula contempla. Es decir, deja a salvo las obligaciones indemnizatorias que, en su caso, puedan corresponder a la compañía aérea si, contratado el vuelo, deniega el embarque con amparo en esta cláusula. DECIMONOVENA.- Por último la OCU recurre en apelación el pronunciamiento contrario a la nulidad de la cláusula 8.8° por la que, "en caso de daños en el equipaje, la compañía no se responsabilizará de: abolladuras, rasguños, manchas, asas y/o ruedas rotas". La actora considera que la cláusula contiene una exoneración de responsabilidad inadmisible por ser contraria a los artículos 86.2° y 86.7° del TRLGDCU. La sentencia rechaza el carácter abusivo de la cláusula dado que, teniendo en cuenta las circunstancias que rodean la prestación del servicio de transporte aéreo "a miles de pasajeros", no es posible revisar "las maletas facturadas para comprobar su estado inicial ante eventuales abolladuras, rasguños, asas y/o ruedas rotas", lo que justificaría la limitación de responsabilidad. Cita, además, el artículo 116 de la Ley de Navegación Aérea, por el que "el transportista es responsable del daño o perjuicio causado durante el transporte por destrucción, pérdida, avería o retraso de las mercancías y de los equipajes, facturados o de mano". No compartimos en este punto concreto los argumentos de la juez a quo. Hemos de recordar que el artículo 86.2° del TRLGDCU considera abusivas "las cláusulas que limiten o priven al consumidor y usuario de los derechos reconocidos por normas dispositivas o imperativas ", En particular, los apartados segundo, tercero y séptimo contemplan situaciones de exoneración o limitación de la responsabilidad. Ciertamente, en abolladuras, rasguños y otros daños menores Página 15 de 17 en el equipaje se presentará un problema de prueba, pues no será fácil precisar su estado previo a la facturación o al embarque. Ahora bien, la cláusula está redactada en términos muy amplios, que permitiría a la demandada excluir su responsabilidad cualquiera que fuera la envergadura del daño y aun cuando el pasajero lograra probar que se produjeron durante el transporte. Lejos de tener amparo en el artículo 116 de la LNA, entendemos que la cláusula impugnada lo contraría, dado que, como sostiene la recurrente, exonera ad limine al transportista de responsabilidad y en términos generales. En definitiva, nos hallamos ante una limitación de derechos del consumidor que estimamos abusiva. Por todo lo expuesto, debemos estimar en parte ambos recursos. VIGÉSIMO- De conformidad con lo dispuesto en el artículo 398 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, no imponemos las costas de ninguno de los recursos. Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación. FALLAMOS Estimar parcialmente el recurso de apelación interpuesto por la representación procesal de VUELING AIRLINES S.A., contra la sentencia de 23 de mayo de 2012. En consecuencia, en relación con la cláusula 4.2° del contrato, declaramos la validez únicamente de la autorización concedida a VUELING de cargar el incremento de la tasa o abonar la diferencia, de ser procedente, en la misma tarjeta a través de la cual se realizó el pago del billete si éste hubiera sido el medio de pago. Estimar parcialmente el recurso de apelación interpuesto por la ORGANIZACIÓN DE CONSUMIDORES Y USUARIOS (OCU) contra la citada sentencia de 23 de mayo de 2012, que modificamos en el siguiente sentido: 1º) Declarar la nulidad, por abusiva, de la mención a las "huelgas" como circunstancia extraordinaria en la cláusula 7.2.1° del contrato. 2°) Declarar la nulidad de los apartados ii) y iv) de la cláusula 8.2° y la cláusula 8.3°. 3°) Declarar la nulidad de la cláusula 8.4° del contrato. 4º) Declarar la nulidad de la cláusula 8.8°. 5º) Declarar la nulidad de la siguiente mención contenida en la cláusula 10.2° del contrato: "sólo se permitirá un máximo de 6 menores con edades comprendidas entre 5 y 8 años a bordo ". Sin imposición de las costas de ambos recursos y con devolución de los depósitos constituidos para su interposición. Contra la presente resolución podrán las partes legitimadas interponer recurso de casación y/o extraordinario por infracción procesal, ante este Tribunal, en el plazo de los 20 días siguientes al de su notificación, conforme a los criterios legales y jurisprudenciales de aplicación. Página 16 de 17 Remítanse los autos al Juzgado de procedencia con testimonio de esta Sentencia, una vez firme, a los efectos pertinentes. Así, por esta nuestra Sentencia, de la que se llevará certificación al Rollo, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. Página 17 de 17