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21 de Octubre de 2013 - Audiencia Provincial de Barcelona
Organización de Consumidores y Usuarios c/Vueling Airlines SA s/Cláusulas de
Condiciones Generales del Contrato de Transporte Aéreo
Cita RJ: RLADA-XIII-123
Abstract:
La sentencia decide sobre la validez y la nulidad de ciertas cláusulas de las condiciones
generales del contrato de transporte aéreo de la demandada.
Audiencia Provincial de Barcelona
Se han visto en grado de apelación ante la Sección Decimoquinta de esta Audiencia Provincial
los presentes autos de juicio verbal seguidos con el n° 736/2011 ante el Juzgado Mercantil n° 8
de Barcelona, a instancia de la ORGANIZACIÓN DE CONSUMIDORES Y USUARIOS,
representada por el procurador de los tribunales DON FRANCISCO PASCUAL PASCUAL,
contra VUELING AIRLINES S.A., representada por el procurador de los tribunales DON
FRANCISCO LUCAS RUBIO ORTEGA.
Penden las actuaciones ante esta Sala por virtud del recurso de apelación interpuesto por la
representación procesal de la parte actora y de la demandada contra la sentencia dictada en
fecha 23 de mayo de 2012.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El fallo de la Sentencia apelada es del tenor literal siguiente:
« ESTIMO parcialmente la demanda interpuesta por el Procurador de los Tribunales D.
Francisco Pascual Pascual, en nombre y representación de la OCU y con los siguientes
pronunciamientos:
1. Declaro el carácter abusivo, y en consecuencia la nulidad, de las siguientes condiciones
generales:
artículo 4.2 Precios, Impuestos y tasas; ‘‘Las tasas están sujetas a decisiones
ajenas al Transportista, por lo que sí se redujeran o aumentaran con posterioridad a la
realización de la reseca pero antes de volar el Pasajero, éste tendrá el derecho y la obligación respectivamente- de asumir tales modificaciones, autorizando el Pasajero a VUELING de forma
expresa para cargar el incremento o abonar la diferencia en la misma tarjeta a través de la cual
se realizó el pago del Billete o Billete de Conexión si éste hubiera sido el medio de pago.
VUELING podrá cancelar las reservas de aquellos Pasajeros que no habiendo pagado con
tarjeta de crédito la reserva y habiendo sido notificados del incremento de una tasa no haya
procedido al abono de la diferencia antes de volar. "
*artículo 4.4.Precios. Circunstancias excepcionales, apartado A) y B); '’Sin perjuicio
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de lo dispuesto en los apartados relativos a la no devolución del precio y el coste por cambio de
vuelos, VUELING aplica un régimen especial en los siguientes supuestos: A) INTERVENCIÓN
QUIRÚRGICA: En el caso de que el Pasajero, su cónyuge, hijo, padre o madre hayan de sufrir
una intervención quirúrgica obligatoria en la fecha del vuelo, se podrá solicitar gratuitamente un
cambio de fecha del mismo, pero en ningún caso podrá solicitar la devolución del importe del
Billete. No obstante lo anterior, en caso de que hubiese una diferencia de tarifa en la nueva
asignación de vuelos con respecto a la original se deberá abonar. Se establece un periodo
máximo de 6 meses desde la fecha de compra del Billete para realizar los nuevos trayectos
asignados. Es decir, se tendrá que volar antes de que transcurran 6 meses desde la fecha de
compra del Billete o Billete de Conexión, B) DEFUNCIÓN: En caso de defunción del Pasajero,
sus familiares pueden solicitar el reembolso del Billete. En el supuesto de que la persona
fallecida no fuese el Pasajero, sino el cónyuge, padre, madre o hijo del Pasajero se podrá
solicitar el cambio de fecha sin coste adicional salvo la diferencia de tarifas en su caso. Se
establece un periodo máximo de 6 meses desde la fecha de compra del Billete para realizar los
nuevos trayectos asignados. Es decir, se tendrá que volar antes de que transcurran 6 meses
desde la fecha de compra del Billete o Billete de Conexión
*articulo 7.2.1. Horarios y enlaces, retrasos, desvíos, sustitución, cancelación de vuelos y
Pasajeros no admitidos a embarque. Indemnizaciones por cancelación o sobreventa de Billetes o
Billetes de conexión; debiendo excluir de la cláusula la referencia a los ‘‘problemas
técnicos que afecten a la aeronave"; demás problemas de orden laboral " y "fallos en los
suministros de proveedores o de subcontratistas"
*artículo 8.2.Equipaje. Restricciones en el equipaje, apartado V "Artículos u objetos frágiles y/o
perecederos, dinero en efectivo o en valores negociables, valores mobiliarios, muestrarios,
cámaras, videojuegos, joyas y objetos de valor, piedras y metales preciosos, ordenadores,
dispositivos electrónicos, documentos de identidad (pasaporte, DNI, etc.) *artículo 15. Servicios
adicionales propios y ajenos; "En el caso de que el vuelo del Pasajero fuera cancelado o sufriera
un retraso, VUELING no responderá en ningún caso de los servicios adicionales que el Pasajero
hubiera contratado con terceros, aunque la reserva se hubiera realizado por el Pasajero teniendo
en cuenta la llegada puntual de la aeronave de VUELING. En ese caso, el Pasajero, habrá de
entenderse para solucionar el problema exclusivamente con la empresa a través de la cual
reservó los citados servicios adicionales, quedando VUELING exenta de toda responsabilidad".
2. Ordeno la cesación en el empleo y difusión de las condiciones generales de la contratación
declaradas nulas, debiendo eliminar la entidad demandada de su condiciones generales las
estipulaciones reputadas nulas y otras análogas con idéntico efecto, así como abstenerse de
utilizarlas en lo sucesivo.
3. Ordeno la publicación, a costa de la demandada, del fallo de la sentencia junto con el texto
de la cláusula afectada en el Boletín Oficial del Registro Mercantil y en uno de los periódicos de
mayor circulación de la provincia, en concreto, en La Vanguardia.
4. Acuerdo líbrese mandamiento al titular del Registro de Condiciones Generales de la
Contratación para la inscripción de la sentencia en el mismo.
5. Todo ello sin expresa condena en costas.»
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SEGUNDO.- Contra la anterior resolución se interpuso recurso de apelación por la
representación procesal de la parte actora y de la demandada. De los recursos se dio traslado a
ambas partes, que presentaron escritos de oposición.
TERCERO.- Recibidos los autos originales y formado en la Sala el Rollo correspondiente, se
procedió al señalamiento de día para votación y fallo, que tuvo lugar el pasado 19 de junio.
Es ponente el llmo. Sr. DON JOSE MARIA RIBELLES ARELLANO.
FUNDAMENTOS JURIDICOS
PRIMERO - La ORGANIZACIÓN DE CONSUMIDORES Y USUARIOS (en adelante OCU), al
amparo de lo dispuesto en los artículos 8 y 12.2° de la Ley de Condiciones Generales de la
Contratación, ejercitó acción de cesación, en defensa de los intereses colectivos de los
consumidores y usuarios, contra la demandada VUELING AIRLINES S.A. (en adelante
VUELING), Alegó la actora que el contrato utilizado por VUELING, extraído de su propia web
(documento seis de la demanda), incorpora condiciones generales abusivas. En concreto
impugnó la condición 4.2°, sobre precios, impuestos y tasas; la condición 4.4°, sobre precios y
circunstancias excepcionales; la condición 7.2º-Iª, sobre "horarios y enlaces, retrasos, desvíos,
sustitución, cancelación de vuelos y pasajeros no admitidos a embarque. Indemnizaciones por
cancelación o sobreventa de billetes o billetes de conexión"; la condición 8.2° sobre restricciones
de equipaje; la condición 8.4° sobre derecho del transportista a inspeccionar el equipaje; la
condición 10.2°, sobre el derecho del transportista a denegar el transporte a los pasajeros y
restricciones al transporte; la condición 15, sobre servicios adicionales propios y ajenos; y las
condiciones incluidas en el capítulo final sobre discapacidades físicas y responsabilidad por
daños en equipaje.
VUELING se opuso a la demanda alegando, en primer lugar, que contando con cientos de
miles de clientes la contratación sólo puede realizarse mediante contratos de adhesión, dado que
no es posible una negociación individualizada. Esa situación está contemplada en el artículo 82
del Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios
(TRLGDCU). En cualquier caso se opuso a la nulidad de todas las cláusulas impugnadas.
SEGUNDO,- La sentencia de instancia, tras fijar las pretensiones de una y otra parte, delimita el
alcance de la acción de nulidad del artículo 8 de la Ley de Condiciones Generales de la
Contratación (LCGC) y precisa qué ha de entenderse por cláusula abusiva de acuerdo con la
Directiva 93/2013 CEE, la LCGC y el Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los
Consumidores y Usuarios (TRLGDCU). Luego analiza de forma individualizada cada una de las
condiciones generales impugnadas, declarando la nulidad parcial de las condiciones 4.2, 4.4,
7.2.1, 8.2 y 15 del contrato de transporte acompañado con la demanda.
La sentencia es recurrida por ambas partes. Por VUELING, en tanto en cuanto declara la
nulidad de cinco de las condiciones generales y por la OCU en la medida en que no se estima
íntegramente su pretensión. Para no resultar reiterativos, al examinar los dos recursos fijaremos
la posición de una y otra parte en relación con cada una de las condiciones impugnadas.
TERCERO.- La demandante promueve una acción colectiva de cesación de determinadas
condiciones generales utilizadas por la demandada en sus contratos con consumidores y
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usuarios. Se postula al amparo de lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley de Condiciones
Generales de la Contratación, que la define como aquella acción "dirigida a obtener una
sentencia que condene al demandado a eliminar de sus condiciones generales las que se
reputen nulas y a abstenerse de utilizarlas en lo sucesivo, determinando o aclarando, cuando
sea necesario, el contenido del contrato que ha de considerarse válido y eficaz".
No se discute por las partes que el contrato utilizado por la demandada sea de adhesión y, en
definitiva, que incorpore condiciones generales de la contratación, que son definidas por el
artículo 1 de la Ley 7/1998, de 13 de abril, sobre Condiciones Generales de la Contratación,
como aquellas "cláusulas predispuestas cuya incorporación al contrato sea impuesta por una de
las partes, con independencia de la autoría material de las mismas, de su apariencia externa, de
su extensión y de cualesquiera otras circunstancias, habiendo sido redactadas con la finalidad de
ser incorporadas a una pluralidad de contratos".
Las condiciones generales de los contratos han de superar un primer control de incorporación
al contrato, dado que han de cumplir los requisitos exigidos en los artículos 5 y 7 de la LCC. En
segundo lugar también han de superar el llamado "control de contenido", siendo nulas de pleno
derecho las condiciones generales, dice el artículo 8 de la citada Ley, "que contradigan en
perjuicio del adherente lo dispuesto en esta Ley o en cualquier otra norma imperativa o
prohibitiva, salvo que en ellas se establezca un efecto distinto para el caso de contravención".
En particular, serán nulas aquellas condiciones generales que se reputen abusivas, cuando el
contrato se haya celebrado por un consumidor, entendiéndose por tales, de acuerdo con el
artículo 82 del Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y
Usuarios, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, "todas aquellas
estipulaciones no negociadas individualmente y todas aquellas prácticas no consentidas
expresamente que, en contra de las exigencias de la buena fe causen, en perjuicio del
consumidor y usuario, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes
que se deriven del contrato". Ese precepto es desarrollado en los artículos siguientes, que fija
distintos criterios para examinar las abusividad de una cláusula.
CUARTO.- La primera de las condiciones impugnadas es la cláusula 4.2 del contrato. Bajo el
epígrafe "impuestos y tasas", la condición general es del siguiente tenor:
"Las tasas están sujetas a decisiones ajenas al Transportista, por lo que sí se redujeran o
aumentaran con posterioridad a la realización de la reserva pero antes de volar el Pasajero, éste
tendrá el derecho y la obligación respectivamente de asumir tales modificaciones, autorizando el
Pasajero a VUELING de forma expresa para cargar el incremento o abonar la diferencia en la
misma tarjeta a través de la cual se realizó el pago del Billete o Billete de Conexión si éste
hubiera sido el medio de pago. VUELING podrá cancelar las reservas de aquellos Pasajeros que
no habiendo pagado con tarjeta de crédito la reserva y habiendo sido notificados del incremento
de una tasa no haya procedido al abono de la diferencia antes de volar. "
La sentencia de instancia, que acoge en este punto lo pretendido por la demandante, declara la
nulidad de la condición general, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 85.10 del TRLGCU,
por cuanto, tal y como está conformada, priva al consumidor de la posibilidad de resolver el
contrato si el precio del billete finalmente se ve incrementado por un aumento de las tasas
aeroportuarias. Asimismo, según la juez a quo, la condición es abusiva dado que limita al
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consumidor la libertad de escoger la forma de pago, lo que es contrario al artículo 88.1° del
TRLGCU.
VUELING recurre ese pronunciamiento afirmando que las tasas son ajenas al transportista, por
lo que, si se reducen o aumentan, después de la reserva pero antes del vuelo, el pasajero tendrá
el derecho y la obligación de asumir tales modificaciones. Además, el artículo 157 del
TRLGDCU, aplicable a los servicios de transporte, contempla de manera explícita la posibilidad
de revisar el precio para incorporar variaciones del carburante, las tasas e impuestos. La
posibilidad de desvincularse del contrato, según la demandada, quedaría limitada a aquellos
supuestos en que el precio final fuera "muy superior" al inicialmente estipulado, circunstancia que
no se da en el presente caso, dado que las tasas representan una cantidad proporcionalmente
baja en relación con el precio final del viaje.
Por otro lado alega que no se impone un medio de pago, dado que es el pasajero quien elige
inicialmente el pago mediante tarjeta de crédito y, sólo en tal caso, el incremento se abona con la
misma tarjeta.
La parte actora se opone al recurso e interesa se confirme ese pronunciamiento de la sentencia
por sus propios fundamentos.
QUINTO.- Delimitados los términos del debate, coincidimos con el criterio de la sentencia de
instancia. En efecto, el artículo 85,10 del TRLGDCU declara abusivas, por vincular aspectos del
contrato a la voluntad del empresario, "las cláusulas que prevean la estipulación del precio en el
momento de la entrega del bien o servicio o las que otorgan al empresario la facultad de
aumentar el precio final sobre el convenido sin que en ambos casos existan razones objetivas y
sin reconocer al consumidor y usuario el derecho a resolver el contrato si el precio final resulta
muy superior al inicialmente estipulado". Como indica la juez a quo, el carácter abusivo de la
cláusula no viene determinado por la posibilidad de que el transportista repercuta en el pasajero
los incrementos de tasas o impuestos, sino por vedar al consumidor el derecho de apartarse del
contrato si el precio final resulta muy superior al contratado.
No se discute que las tasas seas aprobadas o modificadas por la Ley General de Presupuestos
del Estado y que son gestionadas por el ente público AENA. Tampoco que VUELING pueda
revisar el precio para repercutir en el pasajero los incrementos en las tasas aeroportuarias
posteriores a la reserva, posibilidad expresamente contemplada en el artículo 157.2° del
TRLGCU para los viajes combinados. Concurrirían, en tal caso, razones objetivas que
justificarían el aumento. Lo que se infiere de este último precepto es que las tasas, desde la
perspectiva del viajero, forman parte del precio final. Por ello, cualquier aumento de las tasas, si
implica un precio muy superior al inicialmente concertado, debe llevar aparejado el derecho a
resolver el contrato. Y tal derecho se excluye en la condición impugnada, que sólo contempla el
derecho y la obligación del pasajero de asumir las modificaciones en las tasas.
La demandada sostiene que las tasas representan una cantidad proporcionalmente baja en
relación con el importe total del billete y, por tanto, que cualquier incremento en ningún caso será
muy superior" o inasumible para el pasajero, alegación que no compartimos. Cabe admitir como
hipótesis que las tasas representen una parte sustancial del precio, no sólo para las compañías
de bajo coste sino también en ofertas y promociones de compañías tradicionales.
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Descartamos que la previsión contractual tenga amparo en el apartado segundo del artículo
85,10°, que excluye el derecho de resolución en aquellos casos de "adaptación de precios a un
índice, siempre que tales índices sean legales y que en el contrato se describa explícitamente el
modo de variación del precio". La repercusión de tasas e impuestos al pasajero nada tiene que
ver con la fijación del precio de acuerdo con parámetros legales previamente establecidos.
Discrepamos, por el contrario, de la sentencia de instancia cuando advierte en la cláusula
impugnada una limitación inaceptable y, por ende, abusiva, de la forma de pago. El artículo 88.1
del TRLGCU no contempla, en términos generales, una libertad absoluta de elección de la forma
de pago. Es del todo lógico que la repercusión de la tasa, de ser procedente, se haga efectiva
por el mismo medio de pago empleado para abonar el billete. Resulta razonable, por ello, que la
cláusula así lo prevea. La elección de la forma de pago la realiza el pasajero cuando contrata el
vuelo. No apreciamos, por tanto, que exista la imposición que se denuncia en la demanda. Por
todo ello, debemos estimar el recurso de la demandada en este punto concreto.
SEXTO.- La parte actora también impugnó la cláusula 4.4°, que bajo el epígrafe "circunstancias
especiales" establece que "sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados relativos a la no
devolución del precio y el coste por cambio de vuelos, VUELING aplica un régimen especial en
los siguientes supuestos:
A) INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA: En el caso de que el Pasajero, su cónyuge, hijo, padre o
madre hayan de sufrir una intervención quirúrgica obligatoria en la fecha del vuelo, se podrá
solicitar gratuitamente un cambio de fecha del mismo, pero en ningún caso podrá solicitar la
devolución del importe del Billete. No obstante lo anterior, en caso de que hubiese una diferencia
de tarifa en la nueva asignación de vuelos con respecto a la original se deberá abonar. Se
establece un periodo máximo de 6 meses desde la fecha de compra del Billete para realizar los
nuevos trayectos asignados. Es decir, se tendrá que volar antes de que transcurran 6 meses
desde la fecha de compra del Billete o Billete de Conexión.
B) DEFUNCIÓN: En caso de defunción del Pasajero, sus familiares pueden solicitar el
reembolso del Billete. En el supuesto de que la persona fallecida no fuese el Pasajero, sino el
cónyuge, padre, madre o hijo del Pasajero se podrá solicitar el cambio de fechas sin coste
adicional, salvo la diferencia de tarifas en su caso. Se establece un periodo máximo de 6 meses
desde la fecha de compra del Billete para realizar los nuevos trayectos asignados. Es decir, se
tendrá que volar antes de que transcurran 6 meses desde la fecha de compra del Billete o Billete
de Conexión.
C) DISPOSICIONES COMUNES: Para acreditar la intervención o el fallecimiento, solamente se
aceptarán certificados médicos o de defunción, respectivamente, que se deberán presentar en el
plazo de 7 días hábiles, a contar desde el mismo día en el que se produce la contingencia. No se
tendrán en consideración las peticiones recibidas fuera de plazo, salvo fuerza mayor. En todo
caso, se deberá haber avisado a VUELING telefónicamente antes de la salida del vuelo
afectado. La aceptación o no de estos documentos quedará siempre supeditada a la valoración
de VUELING. "
La sentencia de instancia, que acoge en parte la pretensión de la demandante, considera
abusivos los apartados A) y B), en la medida que no contemplan la posibilidad de solicitar la
devolución del billete en alguno de los supuestos regulados -defunción o intervención quirúrgica
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obligatoria-. La facultad de liberarse del contrato en los casos de fuerza mayor, señala la
sentencia, corresponde a todo contratante. La cláusula excluye esa facultad, lo que constituye
una limitación de los derechos del consumidor prohibida por el artículo 86.7° del TRLGDCU. En
segundo lugar, la falta de equiparación de la pareja de hecho con el cónyuge, al entender de la
juez a quo, constituye una merma clara de los derechos de la primera y un claro desequilibrio de
los derechos derivados del contrato para el consumidor pareja de hecho. Por ello declara la
nulidad de esos apartados.
Por el contrario descarta la nulidad del apartado C), que contempla un plazo de siete días para
poner de manifiesto la circunstancia excepcional, pues es coherente exigir al consumidor una
diligencia mínima para poner en conocimiento del transportista la situación extraordinaria que va
a suponer la resolución del contrato. Tampoco considera abusivo que se exija al pasajero que
acredite la situación excepcional mediante certificados médicos o de defunción y que se reserve
al transportista la facultad de valorar la veracidad de esos documentos.
VUELING recurre en apelación ese pronunciamiento de la sentencia. Considera que el contrato
ofrece a los pasajeros una alternativa cuando, por causas excepcionales, pero imputables al
propio pasajero, no está en condiciones de volar. Considera que no toda intervención quirúrgica
puede considerarse un caso de fuerza mayor y que la cláusula no es excluyente de otras
situaciones que impidan al pasajero viajar. Descarta que la falta de equiparación de la pareja de
hecho al cónyuge infrinja el artículo 86.7o y aduce que VUELING, en la práctica diaria, aplica
todas las ventajas citadas a las parejas de hecho.
La OCU se opone al recurso y solicita se confirme la nulidad de los apartados A) y B) de la
cláusula 4.4°, por los motivos que refiere la sentencia de instancia y por constreñir las
circunstancias excepcionales a los supuestos tasados de fallecimiento o intervención quirúrgica,
descartando otras situaciones de fuerza mayor. Por otro lado impugna la sentencia en tanto en
cuanto no declara la nulidad del apartado C). A su entender, fijar un plazo perentorio y exclusivo
de siete días constituye un obstáculo oneroso o desproporcionado para el usuario contrario al
artículo 87.6° de la Ley. Y atribuir al transportista la capacidad de valorar los documentos
acreditativos de la circunstancia excepcional implica atribuirle la facultad exclusiva de interpretar
el contrato, lo que, a su entender, es contrario artículo 85.3° del TRLGDCU.
SÉPTIMO.- También coincidimos con las consideraciones de la juez a quo, que hacemos
nuestras, y con la conclusión a la que llega. En efecto, el artículo 87 considera abusivas las
cláusulas que limiten o priven al consumidor y usuario de los derechos reconocidos por normas
dispositivas o imperativas. Los apartados A) y B) regulan como "circunstancias excepcionales"
situaciones que son o pueden ser constitutivas de supuestos de fuerza mayor. Y, de acuerdo con
lo dispuesto en el artículo 1105 del Código Civil, el caso fortuito y la fuerza mayor exoneran al
deudor y producen efectos liberatorios. Salvo en los supuestos de fallecimiento del propio
pasajero, la cláusula no libera al consumidor, sino que le impone forzosamente un cambio de
fechas en determinadas condiciones, lo que implica, de facto, una renuncia de derechos
contraria al artículo 86.7 del TRLGDCU. Debe tenerse presente, a estos efectos, que el artículo
160 del TRLGDCU contempla expresamente para los viajes combinados el derecho del
consumidor de resolver el contrato sin indemnización en los supuestos de fuerza mayor.
Además compartimos con la demandante que la cláusula obvia otras
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circunstancias excepcionales que afecten a la salud o, en general, que puedan considerarse
como de fuerza mayor. Tiene, por tanto, un carácter restrictivo o tasado, en el sentido de excluir
otros acontecimientos imprevisibles que impidan al pasajero realizar el viaje y que puedan
incardinarse en el ámbito del artículo L105 del Código Civil.
Y si la cláusula es abusiva por limitar derechos básicos del consumidor en general, con más
motivo lo es también para las parejas de hecho, que no aparecen equiparadas, a estos efectos,
con los matrimonios. No basta con apelar a las buenas prácticas del transportista, dado que en el
análisis de las condiciones generales hay que estar a su contenido, prescindiendo de cómo son
aplicadas.
OCTAVO.- Declarada la nulidad de ios apartados A) y B), poco sentido tiene el examen del
apartado C), de disposiciones comunes, que no puede subsistir sin aquéllos. En cualquier caso,
dado que el pronunciamiento de la sentencia de instancia es recurrido en apelación por la parte
actora, entraremos a analizar en qué medida contraviene las disposiciones legales citadas por la
recurrente.
La OCU considera que el establecimiento de un plazo máximo de siete días hábiles para
acreditar alguna de las contingencias contempladas en los apartados A) y B), constituye un
obstáculo oneroso y desproporcionado para el consumidor contrario al artículo 87.6° del
TRLGDCU, alegación que no compartimos. No es razonable adaptar el plazo a las
circunstancias específicas de la contingencia o al tiempo que medie entre ésta y la lecha del
vuelo. El plazo no es exiguo, como sostiene la recurrente. Lo estimamos sensato, dado que el
pasajero viene obligado a comunicar rápidamente y con diligencia la circunstancia que le impide
realizar el viaje, para mitigar, en la medida de lo posible, los efectos de la cancelación y facilitar
que el transportista pueda disponer del billete.
La cláusula exige que el fallecimiento o la intervención quirúrgica se acrediten con "certificados
médicos o de defunción". No precisa que sean oficiales. Es obvio que el pasajero viene obligado
a probar la contingencia. Y el hecho de que la cláusula prevea la facultad de VUELING de
valorar los documentos como paso previo a su aceptación, en modo alguno implica que se
arrogue la facultad exclusiva de interpretar el contrato, lo que sería contrario al artículo 85.3° del
TRLGDCU.
NOVENO.- En la demanda se impugnó la cláusula 7.2.1, referida a las indemnizaciones por
cancelación o sobreventa de billetes, no en su totalidad, sino la mención como causas hábiles
para exonerar de responsabilidad a la compañía aérea de "problemas técnicos que afecten a la
aeronave", "huelgas y demás problemas de orden laboral" y "fallos en los suministros de
proveedores o de subcontratistas". La cláusula tiene el siguiente contenido:
7.2.1. Indemnizaciones por cancelación o sobreventa de Billetes o Billetes de Conexión: Salvo
en los supuestos producidos como consecuencia de condiciones meteorológicas adversas,
guerra, actos de terrorismo, caso fortuito, altercados, manifestaciones y cualquier otra cuestión
de orden público, problemas técnicos que afecten a la aeronave, retrasos y fallos en el control
del tráfico aéreo, incendios, inundaciones, movimientos de tierra, terremotos, desastres
naturales, epidemias y otras restricciones provocadas por una declaración de cuarentena, actos
derivados de una autoridad competente, huelgas y demás problemas de orden laboral, fallos en
los suministros de proveedores o de subcontratistas y cualquier otra circunstancia extraordinaria
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que no podría haberse evitado, incluso si se hubieran tomado las medidas razonables, los
pasajeros tendrán derecho a las siguientes compensaciones en caso de cancelación o
sobreventa de Billetes o Billetes de Conexión:
i. Hasta 250 euros para vuelos de hasta L500 Km;
ii. Hasta 400 euros para todos los vuelos intracomunitarios de más de 1.500 Km y para todos
los demás vuelos de entre 1500 y 3.500 Km.
iii. Hasta 600 euros para todos los vuelos no comprendidos en los supuestos anteriores "
La sentencia de instancia acoge sustancialmente la pretensión de la adora y considera
abusivas las referencias, como circunstancias excepcionales exoneradas de responsabilidad, a
"los problemas técnicos que afecten a la aeronave", "demás problemas de orden laboral" y "fallos
en los suministros de proveedores o de subcontratistas".En el apartado tercero del fundamento
cuarto la juez a quo concluye que esas situaciones exceden del concepto de "circunstancias
extraordinarias" del artículo 7 del Reglamento CE, a excepción de las huelgas.
Ese pronunciamiento es recurrido por ambas partes. VUELING entiende que todos los
supuestos enumerados en la cláusula 7.2.1° refieren causas ajenas al empresario que justifican
la exoneración del transportista. La OCU, por el contrario, además de oponerse al recurso de la
demandada, apela la sentencia por cuanto avala la inclusión de la huelga como circunstancia
extraordinaria.
DÉCIMO.- La cláusula impugnada incorpora las compensaciones previstas en el artículo 7 del
Reglamento CE 261/2004 para los casos de cancelación o denegación de embarque. El propio
Reglamento en su artículo 5.3° excluye esas compensaciones cuando concurran circunstancias
extraordinarias. Así, de acuerdo con dicho precepto, "un transportista aéreo encargado efectuar
un vuelo no está obligado a pagar una compensación conforme al artículo 7 si puede probar que
la cancelación se debe a circunstancias extraordinarias que no podrían haberse evitado incluso
si se hubiesen tomado todas las medidas razonables".
Entendemos, en línea con lo sostenido en la sentencia apelada, que la cláusula impugnada,
pretende pasar por "circunstancias extraordinarias" supuestos que no lo son o que pueden no
serlo. En efecto, los problemas técnicos o de mantenimiento, de ordinario, no exoneran al
transportista, como hemos mantenido en anteriores resoluciones (SS de 25 de junio de 2012,
ROJ 2721/2012 y de 16 de junio de 2011, ROJ 8094/2011) y tiene sentado el Tribunal de Justicia
de las Comunidades Europeas en sentencias de 22 de diciembre de 2008 y 19 de junio de 2009.
De acuerdo con dichas sentencias el "concepto de "circunstancias extraordinarias" utilizado en
dicha disposición -el artículo 5.3 del Reglamento CE 261/2004- no se aplica a un problema
técnico surgido en la aeronave que provoque la cancelación de un vuelo, a menos que este
problema se derive de acontecimientos que, por su naturaleza o por su origen, no sean
inherentes al ejercicio normal de la actividad del transportista aéreo de que se trate y escapen
del control efectivo de dicho transportistas".
Lo mismo cabe decir de los fallos de suministros por parte de proveedores o subcontratistas. La
relación del transportista con sus proveedores forma parte de su actividad ordinaria. Cualquier
incumplimiento de un subcontratista no puede ser considerado como un hecho ajeno que libere
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al transportista de sus obligaciones frente a los pasajeros.
También estimamos acertado el criterio de la juez a quo cuando considera abusiva la mención
a "los problemas de índole laboral" como circunstancia extraordinaria que exonera de
responsabilidad a la compañía aérea. La cláusula contempla, en términos generales, cualquier
problema de índole laboral, sin distinción alguna. Es evidente que no todo problema laboral
puede merecer la consideración de circunstancia imprevisible e inevitable. Dependerá de las
particularidades del caso, de la incidencia real del problema en la cancelación del vuelo y de la
eventual responsabilidad de VUELING en el origen y en la solución del conflicto.
Por los mismos motivos entendemos improcedente la mención a las huelgas como
circunstancia extraordinaria y hemos de estimar, por tanto, el recurso de la
OCU. También en este caso la "huelga" figura como causa de exención sin distinción alguna.
No puede descartarse que, según las circunstancias de cada caso, una huelga se presente como
un acontecimiento excepcional, imprevisible o inevitable de los previstos en el artículo 5.3 del
Reglamento CE. Dependerá, en definitiva, de sus causas, del momento en que se manifestó, de
las medidas que adoptó la compañía para evitarla o para prevenir al pasajero con la antelación
necesaria.
En definitiva, consideramos que la cláusula impugnada extiende indebidamente la exoneración
de responsabilidad del artículo 5.3 del Reglamento 261/2004 a supuestos que no son
"circunstancias extraordinarias" o que sólo lo serían en atención a las particularidades del caso.
La cláusula, por tanto, es abusiva, dado que limita o excluye de forma inadecuada derechos
legales del consumidor por incumplimientos totales o parciales del empresario (artículo 86.1° del
TRLGDCU).
DÉCIMO PRIMERO.- La OCU impugnó, en cuarto lugar, la cláusula 8, apartados 2º y 3º, que
tiene el siguiente título: "Equipaje. Restricciones en el equipaje y Derecho del Transportista a
rechazar el equipaje" Tiene el siguiente contenido:
"8.2. Restricciones en el equipaje. Está prohibido transportar como equipaje:
i. Artículos u objetos que, a juicio del Transportista o del aeropuerto, no se encuentren
debidamente embalados o empaquetados.
ii. Artículos u objetos que, a juicio del Transportista, puedan poner en peligro la aeronave, su
tripulación o a otros Pasajeros. En este sentido se consideran como peligrosos aquéllos bienes u
objetos definidos como tales por las normas OACI y por las normas IATA.
iii. (...)
iv. Artículos u objetos que, a juicio del Transportista, no sea adecuado transportar debido a su
peso, configuración o tamaño.
v. Artículos u objetos frágiles y/o perecederos, dinero en efectivo o en valores negociables,
valores mobiliarios, muestrarios, cámaras, videojuegos, joyas y objetos de valor, piedras y
metales preciosos, ordenadores, dispositivos electrónicos, documentos de identidad (pasaporte,
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DNI, etc.).
vi. (...)
"8.3. Derecho del Transportista a rechazar el equipaje. El transportista se reserva el derecho a
no transportar cualesquiera objetos o artículos enumerados en el párrafo anterior por razones de
seguridad u operativas. "
Fueron tres los motivos de impugnación. En primer lugar, la vinculación del contrato a la
voluntad del empresario, que la actora considera contraviene el artículo 85,3° del TRLDCU. En
segundo lugar, la prohibición de transporte de determinados artículos. Y, por último, la falta de
claridad en su redacción.
La sentencia de instancia estima parcialmente la pretensión de la demandante y considera
abusiva la prohibición del transporte de los objetos mencionados en el apartado V, a saber,
'‘artículos u objetos frágiles y/o perecederos, dinero en efecto o en valores
negociables, piedras, y metales preciosos, ordenadores, dispositivos electrónicos, documentos
de identidad". Rechaza, por el contrario, que la cláusula sea oscura y que la interpretación del
contrato se atribuya exclusivamente al transportista.
Tanto VUELING como la OCU recurren ese pronunciamiento de la sentencia. La demandada
considera que la prohibición de transportar determinados artículos responde a razones de
seguridad. La actora, por su parte, insiste en los argumentos de la demanda antes expuestos.
DECIMOSEGUNDO.- Delimitados los términos del debate, en cuanto al recurso de la OCU,
rechazamos que la atribución al transportista de la facultad de valorar si el equipaje está
debidamente embalado o si cumple con las condiciones de seguridad contravenga lo dispuesto
en el artículo 85.3° del TRLGDCU. La recurrente entiende que la expresión reiterada de "a juicio
del transportista" o el derecho que se le atribuye a rechazar el equipaje implica dejar a su arbitrio
la determinación de las condiciones del contrato -seguridad, embalaje, tamaño o peso-, lo que no
compartimos. El equipaje se transporta bajo la responsabilidad del transportista, a quien incumbe
garantizar la seguridad de los pasajeros y del propio vuelo. Por ello, en ejecución del contrato,
será el transportista quien deba decidir si rechaza o no el equipaje, sin perjuicio de la
responsabilidad en que pueda incurrir si la negativa no está justificada.
Discrepamos, en cambio, del criterio de la sentencia de instancia cuando sostiene que la
cláusula cumple con los requisitos de claridad y concreción exigidos por el artículo 7, apartado
b), de la Ley de Condiciones Generales de la Contratación y el artículo 81.1, a) del TRLGDCU, El
apartado iv) del artículo 8.2°, que prohíbe el transporte de los "artículos u objetos que, a juicio del
transportista, no sea adecuado transportar debido a su peso, configuración o tamaño ", es oscuro
o ambiguo por falta de concreción, dado que el pasajero, al comprar su billete, desconocerá
cuando un determinado artículo reúne las condiciones de tamaño, peso o configuración exigidas
por VUELING. La cláusula debería precisar, cuando menos, las dimensiones máximas y los kilos
permitidos. Por no ser así, además de oscura y ambigua, la cláusula atribuye a la demandada,
en último término, la facultad exclusiva de interpretar un aspecto esencial del contrato,
contraviniendo el artículo 85 del TRLGDCU.
Lo mismo cabe decir del apartado iv), que considera peligrosos y, por tanto, no transportables,
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"aquellos bienes u objeto definidos como tales por las normas OACI y por las normas IATA ", La
cláusula es oscura por cuanto no permite conocer de antemano qué artículos se consideran
peligrosos, El reenvío a textos que no son accesibles para el común de los usuarios o el empleo
de siglas que son desconocidas para el consumidor medio impiden comprender el alcance de la
prohibición.
Por último también consideramos ambigua y, por tanto, nula, conforme a lo dispuesto en los
artículos 7 de la LCC y 80.1.a) del TRLGDCU, la posibilidad, prevista en la cláusula 8.3° del
contrato, de rechazar equipajes por "razones operativas", Es éste un concepto amplísimo e
indeterminado que contraviene los requisitos de claridad y concreción exigidos en aquellos
preceptos.
DECIMOTERCERO.- VUELING, por su parte, impugna la sentencia en cuanto considera
abusivo el apartado iv) del artículo 8.2°, que prohíbe el transporte de "artículos u objetos frágiles
y ¡o perecederos, dinero en efectivo o en valores negociables, valores mobiliarios, muestrarios,
cámaras, videojuegos, joyas y objetos de valor, piedras y metales preciosos, ordenador
es,dispositivos electrónicos, documentos de identidad (pasaportes, DNI, etc.)". La demandada
entiende que la prohibición se justifica en "simples y básicas medidas de seguridad". Apela, para
ello, al litio con el que funcionan las baterías de buena parte de los aparatos electrónicos, que
entraña un peligro real para la seguridad de las aeronaves o a la Ley 10/2010, de 28 de abril, de
prevención de blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo, que justificaría la
prohibición de viajar con piedras y metales preciosos.
Rechazamos de plano la alegación de la recurrente. El artículo 97 de la Ley de Navegación
Aérea dispone que "el transportista estará obligado a transportar juntamente con los viajeros, y
dentro del precio del billete, el equipaje con los límites de peso, independientemente del número
de bultos, y volumen que fijen los Reglamentos". La cláusula impugnada contraviene esa
disposición legal y, en consecuencia, excluye derechos que son reconocidos legalmente a los
consumidores. Ni puede tenerse por acreditado que el litio ponga en riesgo la seguridad aérea ni
podemos aceptar como hecho notorio que todos los aparatos electrónicos contengan ese metal.
De ser así se incluirían en las disposiciones internacionales que definen qué ha de entenderse
por objetos peligrosos, disposiciones que la propia cláusula 8.2° menciona.
En cuanto a las piedras y otros objetos preciosos se advierte sin dificultad la intención de la
transportista de limitar su responsabilidad por daños o extravíos, cuando el Convenio de
Montreal de 28 de mayo de 1999, para la Unificación de Ciertas Reglas para el Transporte Aéreo
Internacional, aplicable a los vuelos intracomunitarios por remisión del Reglamento Europeo
889/2002, de 13 de mayo, establece límites a la responsabilidad salvo que el pasajero realice
una declaración especial de valor
DÉCIMO CUARTO.- En quinto lugar la OCU impugnó la cláusula 8.4°, que reconoce el derecho
del transportista a inspeccionar el equipaje. De acuerdo con dicha cláusula, "por motivos de
seguridad el Transportista o las autoridades podrán en todo momento, desde que el equipaje le
sea entregado por el Pasajero, registrar y/o inspeccionar, con los dispositivos técnicos o medios
humanos adecuados, todo o parte del equipaje. Mediante la aceptación de estas Condiciones, el
Pasajero consiente expresamente y en sus más amplios términos, el registro y/o inspección de
su equipaje cuantas veces sea necesario. El Transportista no será responsable de los daños
ocasionados al equipaje (como rotura de candados, precintos o embalajes) como consecuencia
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de las tareas de registro y/o inspección, salvo que exista negligencia por su parte ".
La demandante sostuvo en la demanda e insiste en el recurso que la inspección y el registro del
equipaje corresponde exclusivamente a las fuerzas y cuerpos de seguridad y, en su caso, al
personal de la Seguridad Privada. Por ello la previsión contractual es contraria a lo dispuesto en
el artículo 86.7 del TRLGDCU. Asimismo impugnó la exoneración de responsabilidad en caso de
daños ocasionados durante las tareas de registro e inspección.
La sentencia desestima la petición de nulidad por cuanto la inspección del equipaje por parte
del transportista viene impuesta, por motivos de de seguridad nacional e internacional, en el
Programa Nacional de Seguridad para la Aviación Civil emitido por la Agencia Estatal de
Seguridad Aérea (capítulos 5.0 y 5.1).
DECIMOQUINTO.- También debemos estimar este motivo de impugnación aducido por la
actora. En efecto, entendemos que el Programa Nacional de Seguridad para la Aviación Civil
emitido por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea no habilita al personal de una compañía
aérea a registrar el equipaje de sus pasajeros, actuación que ha de quedar reservada a las
fuerza de seguridad y, en su caso, al personal de la seguridad privada, conforme a lo dispuesto
en el artículo 12 de la Ley 23/1992, de 30 de julio, de Seguridad Privada. El registro del equipaje
supone una invasión en el ámbito privado y personal de las personas, que sólo puede llevarse a
cabo por las personas legalmente facultadas para ello. El capítulo 5 del Programa Nacional de
Seguridad para la Aviación Civil (documento diez de. la contestación), obliga a las compañías
aéreas, junto a la autoridad competente, al gestor aeroportuario o al agente de asistencia en
tierra, "según sus responsabilidades", a implantar las medidas de seguridad previstas en el
propio Programa. Entre esas medidas se encuentra la inspección del equipaje antes de ser
embarcado en la bodega de la aeronave. Esto es, las distintas actuaciones para garantizar la
seguridad se distribuyen según la responsabilidad de cada uno de los agentes. En consecuencia,
la cláusula limita derechos del consumidor y es abusiva de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 86 del TRLGDCU.
De igual modo, en cuanto a la exoneración por los daños ocasionados al equipaje, salvo
negligencia por parte del transportista, en realidad la cláusula establece, en perjuicio del
consumidor, un régimen de responsabilidad distinto al previsto en el Convenio de Montreal. Es
abusiva, por tanto, conforme a lo previsto en el artículo 86.2 del TRLGDCU.
DECIMOSEXTO.- En sexto lugar la actora impugnó la cláusula 10.2, que tiene el siguiente
título. "Derecho del transportista a denegar el transporte a los pasajeros y restricciones al
transporte. Restricciones al transporte". De acuerdo con dicha cláusula, "sólo se permitirá un
máximo de 6 menores con edades entre 5 y 8 años a bordo". La actora, en la demanda y en su
recurso, considera que no existe razón objetiva alguna para semejante limitación.
La sentencia de instancia descarta la nulidad por cuanto no se limitan, en contra de las
exigencias de la buena fe, los derechos de los consumidores, a pesar de que la cláusula puede
inducir a error por un defecto de redacción.
Pues bien, consideramos que la cláusula carece de la claridad necesaria y que, tal y como está
redactada, sí se deduce una limitación inadmisible de seis menores con edades entre 5 y 8 años
a bordo. Así resulta de la lectura de la cláusula y de su interpretación literal. En efecto, la
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cláusula dice literalmente: "Sólo se permitirá un máximo de 6 menores con edades entre 5 y 8
años a bordo y un bebé sin derecho a asiento por adulto mayor de 18 años". VUELING sostiene
que la cláusula viene referida a los menores de 5 y 8 años "que viajen solos". Entenderíamos
que, por motivos de seguridad, se estableciera esa limitación. Sin embargo, sólo mediante una
interpretación muy forzada la cláusula podría entenderse en el sentido aducido por VUELING. La
claridad es un requisito para la válida incorporación de la condición general (artículo 7 de la
LCC), por lo que no es aceptable, como sostiene la recurrente, salvaguardar la validez de la
cláusula mediante una interpretación integradora que no se deduce de su mera lectura. Por todo
ello, también debemos declarar la nulidad.
DECIMOSÉPTIMO.- La sentencia de instancia, por el contrario, declara la nulidad de la
cláusula 15, acogiendo para ello los argumentos de la OCU. De acuerdo con dicha estipulación,
"en el caso de que el vuelo del Pasajero fuera cancelado o sufriera un retraso, VUELING no
responderá en ningún caso de los servicios adicionales que el Pasajero hubiera contratado con
terceros, aunque la reserva se hubiera realizado por el Pasajero teniendo en cuenta la llegada
puntual de la aeronave de VUELING. En ese caso, el Pasajero habrá de entenderse para
solucionar el problema exclusivamente con la empresa a través de la cual reservó los citados
servicios adicionales, quedando VUELING exenta de toda responsabilidad".
VUELING considera que la limitación de responsabilidad está contemplada en el Reglamento
261/2004 y en el Convenio de Montreal, a cuyas disposiciones se ajusta, alegación que
rechazamos. La cláusula no se remite sin más al régimen de responsabilidad establecido en
esas Leyes, sino que contempla una causa de exoneración abusiva por ser contraria al artículo
86 del TRLGDCU. Limita derechos legales del consumidor al excluir la responsabilidad del
transportista por daños causados en el cumplimiento del contrato. No se trata de delimitar en
esta resolución en qué medida responde la compañía aérea en caso de cancelación o retraso y,
en concreto, si el pasajero puede o no reclamar indemnizaciones complementarias a las
previstas en los artículos 7 del Reglamento CE o 22 del Convenio de Montreal. Simplemente la
cláusula impugnada exonera al transportista de aquello que, de acuerdo con lo dispuesto en
esas Leyes, pudiera reclamar el consumidor. Se trata, en definitiva, de una traba inadmisible
para el ejercicio de las acciones y, por ello, ha de ser anulada.
DECIMOCTAVO.- La OCU recurre en apelación el pronunciamiento de la sentencia contrario a
la nulidad de la cláusula, incluida en un capítulo final, que establece limitaciones al transporte de
personas con discapacidad física. Según reza dicha cláusula, "la capacidad máxima de personas
con discapacidad física en las aeronaves operadas por el Transportista es de dos (2) pasajeros
sin acompañante y hasta un máximo del 10% de la capacidad máxima de la aeronave para el
caso de personas con discapacidad física con acompañante". La parte actora considera que la
cláusula es contraria a los artículos 5.5° de la LCGC y 80.1.a) del TRLGDCU, por ambigua, y al
artículo 86.7 del TRLGDCU, por imponer límites injustificados a los derechos del consumidor.
La sentencia de instancia considera que la limitación se justifica en razones de seguridad y que
viene impuesta por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, conclusión que compartimos. En
efecto, hemos de partir en el análisis del Reglamento CE 1107/2006, de 5 de julio, sobre el
derecho de personas con discapacidad o movilidad reducida en el transporte aéreo, que sienta,
como principio general, que las compañías aéreas, sus agentes o los operadores turísticos no
podrán negarse, alegando la discapacidad o movilidad reducida del pasajero, a aceptar una
reserva o embarcar una persona con discapacidad o movilidad reducida. Ello no obstante, el
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artículo 4 establece como excepción las limitaciones impuestas "por la legislación internacional,
comunitaria o nacional, o con el fin de cumplir los requisitos de seguridad establecidos por la
autoridad que emitió el certificado de operador aéreo a la compañía aérea en cuestión o cuando
las dimensiones del aeronave o sus puertas imposibilitan físicamente el embarque o transporte
de la persona con capacidad o movilidad reducida".
No estimamos ambigua o excesivamente genérica la expresión "persona con discapacidad
física", cuando la propia Legislación Comunitaria o la Agencia Estatal de Seguridad Aérea
(AESA) utilizan la misma expresión o una semejante. No consideramos necesario, por tanto, que
la cláusula precise el alcance de la incapacidad.
Por otro lado, no advertimos que la cláusula sea discriminatoria cuando las limitaciones se
justifican en razones de seguridad y vienen exigidas por el organismo estatal que tiene
encomendado salvaguardar la seguridad aérea (AESA). Parece razonable que la Compañía
limite el número de personas con movilidad reducida dentro de la aeronave. Con ello se persigue
que en una situación de emergencia se ponga en riesgo la seguridad de todo el pasaje y, en
particular, la de los propios discapacitados. El porcentaje máximo del 10% de la capacidad del
avión es el exigido por AESA, según resulta de la impresión de su página web aportada en el
acto de la vista. Por demás, la propia AESA permite a las compañías aéreas que exijan que las
personas con discapacidad o movilidad reducida vayan acompañadas por una persona capaz.
Son, sin duda, razones de seguridad las que explican esas limitaciones, por lo que debemos
confirmar el criterio de la juez a quo.
En definitiva el contrato incorpora las limitaciones que AESA impone a las compañías aéreas en
relación con las personas discapacitadas, sin regular las consecuencias jurídicas que pudieran
producirse si tiene lugar alguna de las situaciones que la cláusula contempla. Es decir, deja a
salvo las obligaciones indemnizatorias que, en su caso, puedan corresponder a la compañía
aérea si, contratado el vuelo, deniega el embarque con amparo en esta cláusula.
DECIMONOVENA.- Por último la OCU recurre en apelación el pronunciamiento contrario a la
nulidad de la cláusula 8.8° por la que, "en caso de daños en el equipaje, la compañía no se
responsabilizará de: abolladuras, rasguños, manchas, asas y/o ruedas rotas". La actora
considera que la cláusula contiene una exoneración de responsabilidad inadmisible por ser
contraria a los artículos 86.2° y 86.7° del TRLGDCU.
La sentencia rechaza el carácter abusivo de la cláusula dado que, teniendo en cuenta las
circunstancias que rodean la prestación del servicio de transporte aéreo "a miles de pasajeros",
no es posible revisar "las maletas facturadas para comprobar su estado inicial ante eventuales
abolladuras, rasguños, asas y/o ruedas rotas", lo que justificaría la limitación de responsabilidad.
Cita, además, el artículo 116 de la Ley de Navegación Aérea, por el que "el transportista es
responsable del daño o perjuicio causado durante el transporte por destrucción, pérdida, avería o
retraso de las mercancías y de los equipajes, facturados o de mano".
No compartimos en este punto concreto los argumentos de la juez a quo. Hemos de recordar
que el artículo 86.2° del TRLGDCU considera abusivas "las cláusulas que limiten o priven al
consumidor y usuario de los derechos reconocidos por normas dispositivas o imperativas ", En
particular, los apartados segundo, tercero y séptimo contemplan situaciones de exoneración o
limitación de la responsabilidad. Ciertamente, en abolladuras, rasguños y otros daños menores
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en el equipaje se presentará un problema de prueba, pues no será fácil precisar su estado previo
a la facturación o al embarque. Ahora bien, la cláusula está redactada en términos muy amplios,
que permitiría a la demandada excluir su responsabilidad cualquiera que fuera la envergadura
del daño y aun cuando el pasajero lograra probar que se produjeron durante el transporte. Lejos
de tener amparo en el artículo 116 de la LNA, entendemos que la cláusula impugnada lo
contraría, dado que, como sostiene la recurrente, exonera ad limine al transportista de
responsabilidad y en términos generales. En definitiva, nos hallamos ante una limitación de
derechos del consumidor que estimamos abusiva.
Por todo lo expuesto, debemos estimar en parte ambos recursos.
VIGÉSIMO- De conformidad con lo dispuesto en el artículo 398 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil, no imponemos las costas de ninguno de los recursos.
Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación.
FALLAMOS
Estimar parcialmente el recurso de apelación interpuesto por la representación procesal de
VUELING AIRLINES S.A., contra la sentencia de 23 de mayo de 2012. En consecuencia, en
relación con la cláusula 4.2° del contrato, declaramos la validez únicamente de la autorización
concedida a VUELING de cargar el incremento de la tasa o abonar la diferencia, de ser
procedente, en la misma tarjeta a través de la cual se realizó el pago del billete si éste hubiera
sido el medio de pago.
Estimar parcialmente el recurso de apelación interpuesto por la ORGANIZACIÓN DE
CONSUMIDORES Y USUARIOS (OCU) contra la citada sentencia de 23 de mayo de 2012, que
modificamos en el siguiente sentido:
1º) Declarar la nulidad, por abusiva, de la mención a las "huelgas" como circunstancia
extraordinaria en la cláusula 7.2.1° del contrato.
2°) Declarar la nulidad de los apartados ii) y iv) de la cláusula 8.2° y la cláusula 8.3°.
3°) Declarar la nulidad de la cláusula 8.4° del contrato.
4º) Declarar la nulidad de la cláusula 8.8°.
5º) Declarar la nulidad de la siguiente mención contenida en la cláusula 10.2° del contrato: "sólo
se permitirá un máximo de 6 menores con edades comprendidas entre 5 y 8 años a bordo ".
Sin imposición de las costas de ambos recursos y con devolución de los depósitos constituidos
para su interposición.
Contra la presente resolución podrán las partes legitimadas interponer recurso de casación y/o
extraordinario por infracción procesal, ante este Tribunal, en el plazo de los 20 días siguientes al
de su notificación, conforme a los criterios legales y jurisprudenciales de aplicación.
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Remítanse los autos al Juzgado de procedencia con testimonio de esta Sentencia, una vez
firme, a los efectos pertinentes.
Así, por esta nuestra Sentencia, de la que se llevará certificación al Rollo, lo pronunciamos,
mandamos y firmamos.
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