PDF (Capítulo 3 - Pte2 Constitución de los Estados Unidos Mejicanos)

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OBSERVACIONES JENERALES
Dos consideraeiones principales nos han movido a estender la
historia constitucional de Méjico was que la de los otros paises
objeto de Los precedentes estudios : 1.' La importancia i variedad
de los sucesos en ésta, la más conspicua entre las colonias espaflolas del Nuevo Mundo; 2.' El deseo que aquella misma importancia i variedad sujiere de someter los hechos at estudio de la
filosofia politica, a fin de obtetier las naturales consecuencias que
de su indole 8e desprenden.
A no set per ciertos elementos perturbadores, la historia de
la soberania 6 del poder páblico se ajustaria probablemente en
Méjico, lo mismo que en cualquier otto pueblo, a la. lei del. desarrollo evotucionarlo, la más jeneral I resámen, per decirlo asi,
de toclas las leyes naturales. Es ella la que rasgó la niebla del
éter cósmico, i concretadas sus panIes en vii tud del principio do
la gravitacion, ayudado de tin primer movimiento, que La ciencia
aün no ha acenlado a esplicar, imprimió Ia forma i las revoh.clones a los cuerpos celestes. Ella La que, por el enfriamiento
del primer fláido i ]as alinidades i las gravedades especIficas tk
los cuerpos en fusion, los ha ido desprendiendo I precipitaudo
sobre el globo terráqueo, 6 dejando en suatmósfera. Ella la que
de una lava ardiente, i al parecer homojénea, ha entresacado
todas las rocas, i de las rocas hecho Jerminar las plantas, I de
las plantas embrionado el reino animal, incluso el ültirno dsenvolvimiento, el hombre. Ella la que del bimano pohnesio, que
hol vaclamos en a.Jjudicar at Jénero bruto ó at jénero huniano,
hizo ci hombre salvaje, el bárbaro, el semibárbaro I et clviiizado, que puek Ian a Australia, Africa, Asia, Europa i America.
REPIJBLICA DE MEILCO
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I vrniendo a nuestro propósito, es La misma lei la que fundô
la sociedad politica sobre el nücleo de La sociedad doméstica, I
pot su desarrollo d 16 ocasion de ejercitarse a las tendencias cerebrales que determinan el establecimiento del gobierno desiJe su
forma rudimental hasta Ia mãs avanzada de los tiempos modernos. En virtud de esa lei, tan antigua como la materia, i pie no
enjendra los cambios rigorosamente necesarios, sino cuando les
Ilega su turno, del patriarcado nació la autocracia, de ella la
monarquia moderada, I de ésta la repáblica en todas sus vanedades.
Forzar los cambios politicos es producir la revolucion, a diferencia de la evolucion que habria, por la propla virtud del progreso, desarrollado las formas oportunas i adecuadas: es tambien
retardar esc progreso, pie la impaciencia quisiera feslinar; pero
que esciavo sumiso de la evolucion acompasada, no nace jamas
ántes de tiempo, si bien suele engaüar a los que engañarse pileren. Cuando se acelera artificialmente el ,novim,ento politico fabnicando instituciones estemporáneas, la reaccion no se Liace aguar.
dat i el progreso definitivo se retarda; como en la naturaleza fisica
siguen la calma i el estancatnieiito a Ia tempestad, el calor escesivo al frio glacial. la sequla estrema a ]as liuvias torrenciales,
las abundantes a ]as malas cosechas, i aun el vigor de ]as nuevas
jeneraciones a las devastadoras epidemias.
Ningun hombre de estado sincero debe, por lo mismo, forzar los eambios politicos, alucinado con el benéfico efecto inherente a instituciones do su fantistica predileccion. Porque no
Iogrará su objeto, sino producir el desórden i ci malestar, por la
perturbacion de la marcha normal que la naturaleza tiene prevenida. Estudiar esta mareha lievando en cuenta la etnografia, la
historia, el suelo, el clima, i en suma, el medio ambiente do La
nacion a quo sirve, es su larea obligada; pero le resta aón algo
más, i es evitar 6 conjurar, en cuanto de éI dependa, las causas
perturbadoras de la evolucion natural, conocer su época é ilustrar
Ia opinion publica acatándola cuando se ha pronunciado.
Sieutprc dificit In obra .de constituir, to es mucho mãs cuando
RPL'BLIC& DE MK.UCO
se trata de un pueblo que hace por primera vez su apancion en
el concierto de las naciones. Seis ó siete miLlones de habitantes
sobre una superficie de 200.000 leguas cuadradas componen una
sociedad respetable, que demandaba de SUS hijos la más asidus i
escrupulosa consagraeion al estudio de sus primordiales necesidades, i los medios de satisfacerlas, en cuanto del gobierno de.
pendiese, por medio de instituciones adecuadas a su condicion, I
por tanto, duraderas, civilizadoras, i pot consiguiente, apropiadas al subsecuente desarrollo. Pero 4cuiles son esas lustiLy
-clones?
Considerindolas primero en términos jenerales, he aqui algu.
nas reflexiones de M. A. Beaure, en una obra francesa recuente
que ánteshemos citado (I): a Asf como la tierra jira simultãnea•
mente sobre si misma i sobre el gran astro, la humanidad, en Sn
marcha, obedece at combinado impulso de los hechos preezistentes, cuyo influjo es inmediato i do las nuevas ideas que sin cesar
se imponen de pot si. Abandonada a sus propios recursos, Is
teoria pudiera mui bien elevarse en el vaclo, I sill bLat en altu
ras inaccesihies, miéntras que La prictica, sin otra ayuda, pronto
se arrastraria en oscura rutina. Dc aquf la necesidad de unir esas
dos fuerzas, cuyo consorcio enjendra la perfeccion.
Por eso el pensador i el hombre de estado Ilegan a mirar la
politica, no tan solo como obra de puras abstracciones, sino tarnbien i a(rn más como la ciencia de las realidades. Saben que las
sociedades humanas no ban sido fabricadas de una sola pieza,
como ciertos productos industriales, sino quo, por el contrarlo,
son el resultado sedimentario, podiiamos decir, de muchas I
consecutivas jeneraciones.
Por no haber tenido bien presentes estos dos términos dcl
problems, Is filosofla, is politica I is historia, han maniobrado
sin bràjula ni timon entre el derecho divino i ci eatado racional
durante los cuatro ó cinco mil años en que is humanidad ha
tenido conciencia de si misma. Para que puedan vivir las instii) f.Mmncrafie conIenporaine. Pans, 1876, p&.j. 14 1 siguientes.
REPUBIJCA BE WEilCo
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tuciones do un pals es preciso, no solo que sean intrinsicamente
justas, sino que armonicen COIl Sn pasado, sus hábitos, su carácter I sus intereses. Lo que no significa que el culto de to relative
se Ileve at estremo do justilicar las vergonzosas transacelones con
Ia concieucia, que tantos hombres se han permitido bajo especiosos pretestos.
Nunca hai razon pars abjurar en principios el culto de lo vor.
dadero I aun de to ideal; i cuando se asume la grave responsabihdad de conciliarlos, mediante ciertas coneesiones, con las
exijencias de la actualidad, requierese indispensablemente quo
la necesidad se halle bien demostrada, 6 por to ménos que los
resultados la justifiquen.. Pueden tenerse opiniones fijas sin so r
precisamente un sectario; asi como se puede ser republicano sin
desconocer la necesidad, i a veces ci mérito relativo aunque
esenciaimente provisorlo, de formas de gobierno distintas do la
repibIica. Bajo este punto de vista debe, nos parece, contemplarse la historia; remontar i lo pasado, no para condenar todo lo
que a éL so refiere, sino para recojer lecciones, que so cambiasen
con los nuevos dabs de la ciencia i las aspiraciones del progreso. D
En pocas palabras, una constitucion debe tener, como Jane,
dos faces, que miren una a lo pasado consultando las costum.
bres I los intereses lejitimos creados, otra a lo futuro, acomodándose con cierta elasticidad al necesarlo adelanto que emana
de la evohicion natural. Méjico ha tenido muchas I diversas constituciones; la monarquia i la dictadura, la republics unitaria i la
federativa. ,Cuál do ellas Ic era más apropiada? j,En cuál se
cifra su porvenir I debe perseverar? LQué estorbos necesita remover a sus condiciones vitales?
Ante todo, démonos cuenta de los elementos perturbadoressin los cuales la evoluéion poll tics natural se hubiera producido
aIIL como donde quiera. Son de dos jéneros : uno esterno i
ohjtvo, oro sicolójico 6 sujetivo. De los primeros contamos dos;
et clero I la milicia: do los segundos otros dos; la teoria I la
imitacion. Un quinto, que reputamos misto, es Ia demagojia 6
DPUKLLG& DE Mifl:O
ambition civil desordenada. El ciero ha faorecido de ordinario
al partido liamado conservador (pie propende a aumentar la
accion del gobierno). Pero en Méjico, durante Ia primera época
revolucionaria, 6 sea de 4810 a 4820, pusose el bajo clero del
lado del partido ilamado liberal (quo propende a aumentar la
independencia del individuo). Por lo que respects al ejército, Si
bien se inclina tambien de suyo a apoyar al partido conservador
(i dé abi so Irecuente alianza con el clero ), ha puesto su espada
en Mejico al servicio de todos los partidos, cu yos principios le
importaban. poco, con tal que el caudillo de cada revolucion asu
iniese el poder.
De los elementos sujetivos, La teoria (i Ilamo asi las abstracclones fantásticas) ha propendido de ordinario a Is adopcion de
Is roa republicans; la imitacion ha guiado, por no decir estra.
viado, a republicanos i iuonarquistas, teniendo los unos por mo
delo a los Estados Unidos de America, i los otros de ordinarjo a
Is Gran Bretaüa. i Fehz privilejio de Is ran anglo sajona! Pero
no solamente privilejio, 81fl0 palmaria demostracion de que la
ra,a I no las instituciones,, son Is cause del órden, La libertad, La
industria I el progreso que en aquellos dos pueblos se ad.
iniran.
Examineinos ahora las formas de gobierno que han rejido en
Méjico desle ci coloniaje hasta el presente: pero no por su órden
cronolójico I rigoroso, sino mas bien por el natural evolucionario, pars mejor hacer resaltar Is influencia de los elementos perturbadores. Es Is primera en ámbos érdeaies Is autocracia
monarquia absotuta. Pero no nos detendremos en ella, porque no
sal)e.uos que haya tenido en Méjico muchos partidarios, si es qiie
ha tenido alguno. Planteada Is constitucion española de 1812,
una de las mis liberales en su jénero, los mejicanos gustaron1
ann intes de su independencia, de las garantias individuales i
Is liwitacion del poder piiblico; tanto, pie en 1820, cuando se
restableció segunda vez en Espafia dicha constitucion, el viri
de Méjico se vió Iorzado a restablecerla alli tambien, a pesar de
las instigaciones en contrario del rei Fernando VII. El eurso de
REPUBLICA DE HEJICO
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la evolucion natural baijia hecho dar un paso a La colonia en e
camino politico, preparando por el mismo hecho su independencia.
Estaba Nueva Espafla rejida pot aquella constitucion al independizare en 1821, i como la independencia no fué resuitado
inmediato de la guerra con la metrópoli, que terminó casi pot
entero desde 1815, faltaba por ese lado el elemento perturbador
de ]as armas. Si en aqueHa época los monarquistas hubieran
podido con3umar Ia independencia sin pronunciamiento del ejércilo, 4 si a to ménos Fernando VII, a otto de los prmucipes ilamado
pot ci plan de Iguala, hubiese aceptado la corona que por él se
les ofreció, mui posible I casi probable habria sido el establecimiento pacifico i durable de la monarquia moderada. Pero hecha
la independencia por un caudillo militar, en cuyas inanos quedó
desde enténces el poder pThLico, e insinuándose mul pronto en
ci espIrilu de Iturbide la posibilidad I ci deseo de confiscarlo ed
su provecho, introdujo en el tratado de Córdoba la necesaria relorma Para que pudiese ocupar el nuevo trono cualquier individuo designado por las córtes. Etejido éI mismo de la manera que
ci lector conoce, quedaban contra su trono varios elementos
perturbadores que le arnenazaban 1.0 El mat ejetnplo dado por
ci pronunciamiento militar de Iguala que, como observa el seffor
Alaman, no tardaria en imitarse; 2.° La sñbita elevacion a Ia
dignidad real tie un hombre oscuro i adocenado, que naturalmente habia de tenet rivales cntre los espadones conocedores ya
del camino at poder; 3.0 La teorta i la irnitacion, abrigadas
mul de buena fe pot los republicanos. La caida de Iturbide estaba
pues on Ia naturaleza de las cosas.
ProdOjose de hecho por los mismos medios que su elevacion.
El hombre que habria luego de quitar I poner toda clase de
instituciones ménos Ia monãrquica, que se oponia a su sed do
mando absoluto, ci jeneral Santana, asesorado por un distinguido hombre civil, don Miguel Santamaria, ex-ministro de Colombia, que redactó el pronunciamiento de Veracruz 4 6 de diciembre
de 1822, derrocó la monarquia do Iturbide. Ménos que ninguflO
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REMJBLLCA DE MEJICO
pensaria Santana en apuntatar el trono para ofrecerlo a un prüicipe europeo, como lo hubiera deseado el partido que se Ilamaba
borbénico. Tenia, por consiguiente, que decidirse en favor de Is
republictz, deslinada, sin embargo, a desfigurarse en sus manos.
Pero ni Santana ni Santamaria eran federatistas; I como adenás
is repáblica unitaria asemeja más que la otra a la rnonarquia constitucional, liegibale su turno en la evolucion. Pero no lo obluvo,
I ya veremos por qué. Entre tanto, I para terminar con is nw
narquia, examinemos Si era posible i oportuna despues de so
primer fracaso.
Reputamos erróneo el concepto de los monarquistas. pie esti•
mando este sistema provechoso por su propia virtud, jázganlo
aplicable donde quiera que han visto fallar la republica, sin de.
tenerse a examinar silas causas de mal éxito no serian comunes
I todas las formas politicas. En una palabra, ban desconocido Ia
verdadera naturaleza del gobierno monárquico (I); que no
sino una derivacion de la autocracia, una transaccion con la aristocracia i con la democracia, una institucion histories, que supone
ciertos antecedentes i base para sulisistir, I cuyo poder se funds
en los hábitos, la tradicion i aun el misterio inherente al derecho
divino. Donde quiera que existe de vi* data i brilla I prospera
esa institucion, ha tenido por antecesora La aulocracia, que ha
ciéndose insoportable a la misana nobleza, Sn cómpiice, le ha
arrancado una cimara de lores, como dots se ha visto rivalizada
más tarde por nuevos pretendientes sentados en una cimara de
comunes. Al trasformarse asf tan vioja institucion, ha ganado en
ci cariflo i respeto de los pueblos, poco dispuesLos I averiguar Si
Asa es la mejor forina posible de gobierno, toda vez que les da
seguridad I libertad bastantes, desconocidas bajo el despotismo
su antecesor.
Al trasplantarse la institucion I un pals que no la ha conocido
0 que se ha pasado algun tiempo sin ella, deja atras sus raices,
(1) Llamaré monarquta simplemente at gobierno (1 monárquico to qua Ia
Mahe) que comunmente se denorn lea inoitarquia moderada, constiiucionat 6 par
lamentaria.
flI.PUBLICL Dg VOICO
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niégale el sustento Ia tierra i se marchita i muere pronto. Faltan
la tradicion i el respeto diiiisticos, falta la aristoeracia con sus
oropeles i privilejios i findos, que desiumbran i la multitud, I le
sirven de broquel contra el monarca al defenderse ella iflasma.
Nada de esto se improvisa; i en MjIco Ia aptitud monirquica
perdió mucho terreno, ganado pot el sentuniento democrático,
en los años que siguieron I la caida del imperlo de Iturbide. Mal
o bien, el pueblo tomaba parte en las elecciones ; creaba congresos i presidentes, i aspiraba en sus capas medias I elevarse aim
was; i sobre todo, I conservar sus nuevas prerogativas. De los
jenerales es innecesarlo decir que La repüblica servia I sus miras;
escalar ci poder por la intriga I ci pronunciamiento, salvo raras
escepciones.
Con espanto miraban los monarquistas, I en jencral los oligar.
cas, La superposicion dernocritica, a que no contribuyó poco
Mr. Poinset, ministzo de los Estados Unidos, quo habia residido
largo tiempo en el pals, aim Intes de obtener ese puesto, I quo
habia procurado combatir el principio oligIrquico, entre otros
medios, por la kjia yorkina contrapuesta a la escocesa. El siguiente pasaje del señor Arrangoiz (4), conservador, revela por
un lado los progresos que la deniocracia hacia en iIéjico, I pot
otro el pavor que enjendraban en ci partido opuesto: uSe reunió
a fines de znarzo (183) ci congreso mis rojo que hasta entónces
habia tenido Méjico; la mayor parte de sus individuos era de
jentes nuevas en el teatro politico, absolutamente desconocidas
en la buena sociedad, de todas las razas puras I mistas, I algunos
quo se pusieron frac o levita i guant.es pot la primers vez en su
vida, Para asistir I la aperturade aquellas sesiones.))
Escesos cometidos enténces, como Antes I despues, sujerian en
Los monarquistas sistemiticos is idea de que su forma favorita
habria de dar como pot encanto I Is patria ci órden, la moralidad
I el bienestai' que se echaban de ménos. AM, uno de los mis notables, don José Maria Gutiérrez do Estrada; en cartaescrita a) pre(1) Mejico desde 1808, etc., vol. 11, pj. 216.
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REI'UIIUGL DE MEJKO
sidente Bustamante I mediados de julio de 1840, que hizo mucho ruido I Is sazon, decia: a Herida de muerte Is repñblica por
los mismos que se dicen sus apéstoles, se muere de inanicion,
despues de ver consumido el Jugo de su vida moral en esfuerzos
est4riles I cruentos... Dithrtese cuanto se quiera sobre las venta•
jas de Is repñblica donde pueda establecerse, i nadie las proclamarl mas cordialmente que yo, ni tampoco lamentarl con más
sinceridad que Méjico no pueda ser por ahora ese pals priiik.
jiado; Pero Is triste esperieiicia de lo que ese sisterna ha sido
para nosotros, parece que nos autoriza ya I hacer en . nuestra
patria un ensayo de verdad era monarquia en Is persona de un
Principe estranjero.
Robustecida la idea republicans (que Is ezistia en 1813, como
vinios en Is asamblea que disolvió Teran), pot el trascurso del
tiempo i los acontecimientos que sucedieron 1 1822, puede con•
cebirse basta qué punto era realizable Is proyectada monarquia
verdadera, nueva ilusion de los que habian visto desmoronarse
como castillo de naipes Is de 1821. Reconociendo que Is idea
no teals voluntaria aceptacion en el pueblo mejicano, los nio•
narquistas sistemltieos avanzaron sun mas en 8US planes : creTéronse autorizados pars imponer pot fuerza estrafia La bendecida institucion, Ilamando en 811 ausilio las armas estranjeras. De
aqul Is, intervencion provocada desde silos atras por algunos
Inejicanos, I mui formalmente por algun ministro do Santana (I)
en 1853, probablemente sin su conocimiento 6, 1 10 ménos, in
su estusiasmo.
Como formulaban su pensamiento los intervencionistas vet/is
nollis, puede colejirse del fragmento que en seguida copiamos,
de un despacho escrito I su gobierno en 24 de setiembre de 1860.
por don Joaquin Francisco Pacheco, ministro de España ante ci
efimero gobierno de Miramon (2): Este pals necesita lo que
(1) Arrangoiz, volinen citado, páj. 341, 1 quien dejamos la responsabilidad
de esta imputac ion.
(2) Hallase inserto el despacho en la obra del seilor Arrangoiz, volumes citado, pIja. 377 i siguientes, i no tenenans por qué dudar de su autentieidad.
REPUBLICA
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DE MJJLCO
se ha hecho con algunos otros. ha perdido de Lai manera toda
nocion de derecho, todo principio de bien, toda idea i todo habit
de subordinacion i do autoridad, que no hal en él posible, por
sus solos esfuerzos, sino la anarqufa I la tirania. Es necesario que
la Europa no le aconseje, sino que le impong.i la libertad, La
disciplina I el ôrden. Cuando vean que el mundo los obliga a
entrar en razon, I quo no tienen medios de eximirse de tales doberes, entónces, pero solo entónces, es cuando se resignarán a
cumplirlo. Miéntras no, crea V. E. que no tiene fin esta vergonzos historia, escándalo 1 baldon de La humanidad.
No hacemos responsables de este lenguaje a Los monarquistas
mejicanos; pero era el inismo ott pensamiento en el fondo, i
uniendo la accion al convencimiento, no pararon hasta ver roduCido a la pràctica un proyecto, desastroso en fin de cuenta para
amigos I enemigos. Bajo el aspecto del desengaiio, acaso es conveniente que so haya realizado la verdadera monarquia en la
persona del archiduque austriaco para dar término a pretensiones insensatas I aplicarse a estudiar La verdadera fuente do los
males que por aquella institucion se trataba de remediar.
Entre tanto, no carece de interes esponer la teorla de un emi•
nente eacritor I economista frances, defensor de la intervencion
que puso una corona resbaladiza en las sienes del infortunado
Maximiliano. En su libro Le Mexique Antique et Moderne,
parte 7•*, Mr. M. Chevalier, reconociendo con laudable sinceridad quo ha espedicion francesa de 1862 no tenia sOlo ni principalniente por objeto obtener ciertas indemnizaciones, sino el
estabtecimiento forzado do un nuevo gobierno, i confesando asimismo las gravisimas dilicultades inseparables de Ia empresa,
procura demostrar sus grandes beneficios una vez consumado.
Tres fines ó resultados principales se propondria ha creation de
un gobierno monárquico, Lai como llegO a establecerse :1.0 Echar
las bases de ha rejeneracion politica, moral i econOmica de Mejico; 2. 0 Poner una barrera a La invasion de Jos Estados Unidoo
del Norte I su dominio sobre todo el continente, consultando aol
ci tuteres jeneral de Europa; 3. 0 Garantizar I salvar de irrepara.
1.11
10
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ItEPUBLICA DE MEJICO
ble ruina, no tan solo i Méjico, sino at ramal entero de la civiLi
zacion latina en el Nuevo Mundo.
Sobre el primer punto se halla de acuerdo M. Chevalier con
el señor Pacheco; Imbos creyeron que podia i debia imponerse
I Méjico tma nionarquIa errbeiieficio de Méjico mismo; es cuestion de caridad forzada, ni mis ni ménos; pero caridad coinplicada con et derecho internacional, que no ha guardado sobre ello
silencio. Lo primero que llama la atencion, es is preferencia
dada I Méjico para ejercer aquella virtud cristiana. El señor Pacheco nos dice pie otras naciones han sido tratadas del misnio
modo; pero no conocemos esos precedentes, si 00 es que se
aluda a Polonia en el siglo pasado i I Arjel en et que cursa. Hablando de instabilidad, desórden, anarquia, no es posible olvidar ciertas épocas de Espaiia, donde los pronunciamientos mutares, no ya solo de jenerales, sino aán de sarjentos, ban quitado i puesto ministerios i aun dinastias. Una espedicion francesa
at servcio de la Santa Alianza en 4823, hollando el sueto español, derrocO Ia liberal constitucion establecida por el pueblo soberano, i restaurO el gobierno despOtico de Fernando VU. Otra
de monarcas absolutos europeos habia invadido i ensangrentado
el territorio frances a fines del siglo pasado, en odio I su espan.
siva I turbulenta repiiblica primers. , Fueron justticab1es?
DemIs de eso, la caridad internacional seria incompteta, si no se
ejercilase en favor de los pueblos oprimidos, asi como de aquélbs que eslIn auarquizados. 11 qué campo tan vasto para el politico filIntropo no se abre ante tales horizontes!
Poner una barrera I Ia espansion anglo-americana sobre el
continente, en interes de los gobiernos 6 pueblos europeos,
una cuestion sumamente compleja. 4 Pretenden espaciarse de
ese modo los Estados Unidos? I Tendrian la facultad de hacerlo'
£ Cederia en perjuicio de Europa? ZPodria Francis impedirlo
Era el trono de Maximiliano suficiente barreFa? Cada una tie
estas cuestiones, elementos de la primera, se resuelve ella misina
en otras cuestiones subordinadas. Pero son hoi ociosas. La supuesta barrera descansaba, segun el mismo Mr. Chevalier (par-
kEPIJULICA DE )IJI(;O
291
cafo 2.0 de Is pijina, cit.ada) en una imajinada tolerancia del pOder
contra quien iba dirijida, lo que ya es por si sélo una contradiccion. Léjos de haber tolerado el vecino que el gobierno frances
lea destinaba, los Estados Unidos manifestaron mui terminantemente que no lo consentian. I como Is espedicion, ya sobrado
impopular en Francis, to habria sido mis si bubiese dado lugará
una guerra con Is gran repübbca, prudente I neccsario fué para
Napoleon III desistir del pensamiento mds feliz de su reinado.
Interesantfsimo es el tercer prop6sito dado a la espedicion.
M. Chevalier piensa que Ia raza latina dejenera ó decae; que Francia, su centro natural, esti Ilamado a realzarla, devolverle su
esplendor i formar una confederation encabezada por ella, que
permita a esa raza recobrar su antiguo predominlo en ci mundo
Ilnalmente, quo Is rejeneracion de Méjico seria urt buen pnncipio de rehabilitacion, a to ménos, por lo que respecta al continente americano. i Dejenera Is raza latina? , No seri mis bien
que sus cualidades, buenas para Is grandeza de Is, conquista del
gobierno autoritario, de la unidad de Is fe, de las bell a- s artes,
de Ia bella literatitra, responden ménos bien a Is civilizacion
moderns, que se funds en Is industria, ci gobierno propio, Is
tolerancia relijiosa, las ciencias naturales i las artes mecinicas?
PasóIe su época quizis, pero no por decadencia, sino por carnbio
de escena en el desarrollo social. Mas si en efecto decayese, I Ia
decadencia admitiese remedio, no seria uno de los miernbros enfermos, sin esceptuar el corazon, quien pudiera suministrarlo.
Apénas habria otro que la trasfusion de Is sangre de razas mis
jévenes I enérgicas; es decir, para America. to mismo exactameute que quisiera ovitarse, Is espansion del coloso setentrional; para Europa, Is irrupcion Jerminica, quizi ya provocada
desde 4871 por ci oficioso protector de Is raza latina. Tales fenémenos, cuando han de producirse, nadie ni nada puede conIs
jurarlos. Sobre si esti ô no destinada a fundirse en otras rasa
latina, imposible nos seria emitir opinion. Baste aqul espresar is
que dejamos consignada; que si dejenera, no es la Francia imperial quien hubiera podido contrarestar su decadencia.
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29Q
REPUBUCA DE MEJICU
Volvamos I tomar of hilo de la evolucion natural. Si de la monarquIa suprimimos el monarca, habri ella desaparecido; pero
el poder püblico marcharl completo como 81 nada faltase. Tomemos por ejemplo la Gran Bretaña, la mejor constituida de las
monarquias europeas. La cimara de los comunes derriba un mlnisterio impopular, I el sucesor se forma por un individuo que
la corona llama, pero que e8taba designado de antemano por el
partido que en Is cImara se sobrepone. De suerte, que en realidad
es la cImara popular quien nombra el personal del gobierno, ô
sea del poder ejecutivo, I la prerogativa real es una mera ilusion.
Todos los demIs actos gubernativos son directa 6 indirectamente obra del ministerlo. Por manera que el soberano, mol
real en una aristocracia, es un fantasma en una monarquia ternplada.
Ausente el monarca i la monarquia, teneinos susiancialmeige
la repüblica; forma negativa, susceptible de muchas variantes, I
más acomodaticia de Ito que pretenden sus adversarios. Illilase
en primer término la repáblica central, que tiene mIs analojias
con Ia forma monIrquica que la repOblica federatica. Quien Cs.
tudie la actual repábkca francesa, 6 la chilena Intes de 1874, se
persuadirl de que bastaria hacer irresponsable i vitalicio al presidente para convertirlas en intachables monarquias. Mèjico
adopté la repãblica federativa en vez de la unitaria, at desaparecer su primer imperio, porque se int.erpusieron elementos perturbadorvs, como ya lo tenemos insinuado. Enjendrada por la
teoria I la imitacion, Pa opinion páblica demandó repCibtica federativa, i hubo necesidad de obedecerla. Bien to espreso el discurso del presidente del congreso de 1824, don Lorenzo de ZavaPa, at presentar I sus comitentes la constitucion de aquet año:
u Nuestros represeutantes, al congregarse en el salon de sus Sesiones, han traido el voto de los pueblos, espresado con simultaneidad I enerjia. La voz de la repóblica federada se hizo escuchar
por todos los Ingulos del continente, i el voto püblico, por esta
forma de gobierno, lIegó I esplicarse con tanta jeneralidad i
fuerza como se habia pronunciado por Is independencia: Vues-
REPUBLIC. DE MEUCO
293
tros diputados no tuvieron, pues, que ditdar sobre to que en esto
punto deseaba la nacion Felizmente tuvo el congreso un pueblo décil a Ia voz del deber, I un modelo que imitar en la repñblica floreciente de nuesLros vecirios del Norte... La repüblica
federada ha sido i dcbió ser el fruto d' sus discusiones. Solamente la tirania calculada de los mandarines españoles podia
hacer gobernar tan inmenso territorio por unas mismas Ieyes,
a pesar de Ia diferencia enorme de cliinas, de temperamentos I
de su consiguiente influencia...
Conduce a nuestro objeto el siguiente pasaje de un libro ya
ciado (1), que e1ltre otras cosas demuestra la afinidad entre
la monarquIa I la repñblica unitaria. Reflérese al año de 1823,
cuando dice: cc Las mismas luchas entre el cent ral ismo I el federalismo que desgarraban la repüblica de Buenos Aires se reprodujeron en Méjico. La dominacion i la dinastia españotas babian
perdido de tat modo toda probabilidad de restauracion futura,
que los borbónicos se trasformaron en centralistas, I cuyo campo afluyeron todos los pertenecientes a las clases privilejiadas. I
que se inclinaban hIcia ]as ideas conservadoras; los españoles,
los eclesiIsticos, los nobles, los que habiendo estado primero por
el gobierno colonial, despues habian sido los defensores del plan
deiguala, I los que más adelante Se declararon en favor del sistema
militar, que gobernó at pals con formas federativas. En oposicion
a este partido meramente organizado, los republicanos, que desde
el principio habian sacado su mayor fuerza de los campos, se
mostraron favorables at federalismo. En Guadalajara, donde se
forinó una especie de centro federalista, i en Yucatan, las diputaciones provinciales (2) empezaron I erijirso en cuerpos lejistativos I I proclamar sus provincias estados soberanos independientes. Las demIs provrncias siguieron este ejemplo... El ejército sehallaba dividido en dos fracciones : Bravo, Negrete i Moran
(1) Compendio de La hisloria de America, par Mesa i Leompart, vol. II,
pàj. 243.
t2 ) teadas bajo el réjimen de la constituciori espailola. etc.
M
REPLIBLICA DE MFJLCO
eran centralislas; Guerrero, Santana (1), Barragan I otros eran
federali8tas.
Reconoce Ia nécesidad de establecer la federacion el señor Alaman (2) cuando ascribe: Justo es decir en elojio del constituyente que de cuantos congresos ha tenido la nacion, no sélo tue
at (inico que hizo mucho en poco tiempo, sino tambien que,
supuesta Is base de la federacion, que se vió obligado I admitir. . ha obrado con mis tino que el que ban mostrado el que le
precedió i Los que le ban seguido. u Una de las causas de esa ne
cesidad era la situacion creada por la ambicion lugarefia, elemento do la e'volucion natural cuando se encierra en limites m0
derados, i perturbador cuando Los traspasa. Las diputaciones
provinciales en 1825 1 como nos lo dice el señor Arangoiz (3) it de
pretension en pretension se habian convertido de hecho en congresitos soberanos, i casi separidose enterainente del gobier
no. Pidieron I lograron que se convocase I un congreso cont
tituyente, del cuat esperaban el establecimiento do la federacion,
que ya tenia que contar con aquellas entidades. Nació, puss,
viable, pudiera decirse, aunque fruto en nwcha parte do elementos perturbadores. Pero no tuvo ni tener podia la virtud de neiltralizar ]as causas jenerales de disturbio, que ya el lector ha
percibido, i de que ella no fNé causa, sino victim;. Háholos, por
consiguiente, durante su imperio, aunque no majores que intes
ó despues; i intes bien debe notarse, que solo entOnces hubo
presidentes bastante afortunados para terminar en et poder Sn
perfodo constilucional, i épocas de sosieo i prosperidad que
ban liamado La atencion de los dos historiadores mejicanos intes
cilados, imbos adversarios del sistema federativo, pero hombres
honrados. Otrode esos adversarios, el señor Santamaria, el mismo
repüblico que dirijió I Santana en el plan de Veracruz para derrocar I Iturbide, no pudo probablemente imprimir I La re,olu
(1)
Segun Ia ocasion era todo; pero sus verdaderos sentimieiitos se conforms-
ban mM con el centralismo, que da mayor sums de poder. etc.
(2) Iliatoria de M4jico, vol. V, $j. 815.
(3)
Vohiineii citado p. 155.
REPUBLICA DE MEJICO
295
cion el jiro que hubiera deseado, en el sentido do la repiiblica
unitaria, i atribuyó más tarde a is federacion los desórdeoes de
su epoca. Veamos cómo se espresa en un folleto que publicó
en 1833
Yoked ahora, mejicanos, La consideracion it los frutos que
haneis reportado de Is conslitucion, La federal de 1824, en su
práctica i ejecucion de ocho aüos. Guerras intestinas, odios i
persecuciones, espulsiones euormisimas, deudas I La inits escaiidalosa dilapLdacaon del erario naci9nat I del de cada uno de
los estados. 4 En qué manera so han auinentado real i sensiblemente Los progresos de La educacion I la mejora de nuestra condicion? En ninguna, porque apénas so consagran it procuritroslos
los verdaderos amigos de ellos, cuando son interrumpidos por
los trastornos é hipôcrita lilantropla do los turbulentos demago.
gos. Los ruinosos empréslitos de cada momento, el escandaloso
ajiotaje sobre las rentas pñblieas devoran La 8UstaflCLa del pobre
pars engrosar las fortunas de unos cuantos, satisfacer de antemano los cuantiosos suoldos de los gobernantea, en tanto que
las viudas 6 huérfanos aguardan necesitados su escasa porcion,
resuliando como consecuencia de tales causas una nacion, quo
por todas panes presenta el espectitculo de La infeliz pobreza.
Esa constitucion, tal cual se ha observado, ha sido el semillero
fecundo de ambiciones, codicias i desmoralizacion; el veneno
activo de revoluciones perlédicas ; el mayorazgo perpetuo de La
demagojia. El noble empleo do representar it los pueblos I darles
leyes convenientos, so ha conventido en modo de vivir I asegurarse rentas de tres mil pesos cada diputado. ; Singular ejemplo,
solo visto en esta repib1ica! El solo congreso jeneral cuesta
anualmente at pueblo mejicano trescientos doce mil pesos, I
sobre tat suma cuéntanse las de las veinte lejislaturas pagadas
asimismo con salario annal. I I cuiti es vuestra lejislacion? ; Mejicanos! (a del cos, (a de tin labeninto sin salida. j,Qué especie
de constitucion es La que tiene que estar apelando it cada momenlo, por meses enteros i hasta por aflos, it (acultades estraordinarias, esto es, it dictaduras, it poder de un hombre I no de
296
REPUBLIC.t DE )IEJI(:O
la lel? ; Orijinal constitncion 1* que tiene que dejar de existir
continuamente por solo existir en cortos intervalos! Hal, pues,
en ella on vicio sustancial, radical, permanente. Es, por tanlo,
liegado el caso, urje la necesidad de ocurrir a la fuente de donde
se derivan las constituciones Para reformar, alterar 6 cambiar
lo que al presente està consumando la ruina de la patria. Constitucion de on pueblo libre se necesita, pero descansando sobre
garanti as reales, positi'vas, estables. ,'
No esti de acuerdo con tan lOgubre cuadro lo que nos dicen
sobre (a situacion económica el señor Alaman (1), i sobre la politica ci señor Arrangoiz (2) en sus obras citadas, que por abreviar
no copiamos. Pero ann cuando lo estuviese, notará el lector qua
en la cr1 tica de la constitucion federal, el señor Santainaria no se
contrae a esponer les males que por su propia naturaleza hubieran podido con justicia imputársele. Casi todos los mencionados
podian ser I fueron en efecto comunes a épocas posteriores de
réjimen central. Revueltas, intrigas ambicinsas, dilapidaciones,
facultades estraordinarias, persecuciones I venganzas, todo lo
vemos bajo el reinido de las constituciones unitarias, de 1836
con poder conservador, I de 1843 sin ese poder. Precisamente
el desengaüo, apoderindose de la revolucion de 1844 contra
Santana i de 1845 contra Paredes, restableció en 1847 con refonnas la constitucion federal de 1824, tan impotente la segunda
como Ia primera vez contra (a ambicion I la audacia militar, que
ia sustituyO con la dictadura organizada de Santana en 1855.
No ménos impotente I más funesto ese gobierno personal, desciende bajo la rechifla del plan de Ayutla, I una nueva constitudon federativa (1857) cae a su turno, aun sin plantearse, en
las garras de Ia ambicion tnitit.ar, dando ocasion a que los ilusos
admiradores de la gran institucion regalen a su patria con (a
verdadera monarquia, importada bajo el amparo de las bayonetas iraticesas. 6 Para qué? Para pasar por el ultimo desengaâo, i
1) Vol. V, páj. 914.
(9) Vol. II)
pej. 902.
BEPUBLICA DE MEJICO
£97
palpar que tambien habia abusos I desórdenes i ambicion i cruetdad en La institucion destinada o rejenerar a Méjico; para prosenciar, no sabemos si con lágrimas a regocijo, que tambien
niedan por et suelo las coronas i ann las cabezas de los reyes at
soplo de La tempestad re'volucionaria.
Diez afios Ileva de restaurada I veinte de espedida la constftucion federal de 1857, sin que, salvo el episodlo imperial, se haya
ratado de revocarla de hecho ni por los trâmites legates. He sido
reformada, como to foe su hermana do 1824, por los trámites
en ella establecidos, i son las ünicas que ban recibido ese honor.
Acaso sea simpática ilusion; pero pudiera creerse que ban empezado a comprender los repüblicos mejicanos que sus instituciones ban sido inocentes de los males que ban aflijido a so paLila, i por consiguiente, que babrá de buscarse en otra pane La
causa, como el primer paso en La via de curacion de la enferme
dad. Cn voz profética i autorizada mostró la buena senda uno
de sus más ilustrados compatniotas, don Lorenzo de Zavala, en su
discurso inaugural de la coustitucion de 1824, àntes citado, at
espresarse de este modo:
uPero en medio de esos progresos de La civilizacion, la patria
exije de nosotros grandes sacrifiios, i un relijioso respeto a La
moral. Vuestros representantes os anuncian que si quereis po
neros at nivel de La repñblica feljz do nuestros vecinos del None,
es preciso que procureis elevaros at alto grado de virtudes clvicas I privadas que distinguon a ese pueblo singular. Esta es la
(mica base de la verdadera libertad, I la mejor garantia de nuestros derechos I de La permanencia de nuestra constitucion. La fe
en las promesas, el amor at trabajo, la education de La juventud,
el respeto a sus semejantes; he aqul, mejicanos, las fuentes de
donde emanará nuestra felicidad i La de nuestros niet.os. Sin
estas virtudes, sin la obediencia debida a Las leyes î a las autonidades, sin un profundo respeto ii nucstra adorable relijion, en
vano tendremos un código ileno de mdxi mas liberates, en
vano haremos ostentacion de buenas leyes, en vana proclamaromos La santa libertad.
tos
REPURLICA DE MEJICO
I por euano ban faltado aquellas 'iirtudes, ninguna de las ins.
tituciones ensayadas ha protlucido los beneficios que sus respectivos partidarios esperaban. Hablamos de los partidarios sinceros;
que no de los meros ambiciosos especuladores, sethentos de zuando
i de asignaciones, para quienes todas las Iormas ban sido indife
rentes, i que pot to mismo ban aprovechado todas las ocasiones
de asalt.ar el poder por Is revolution. Consiste, pues, la enlerme.
dad en Is inmoralidad politica; el remedio en 1* moralizacion.
Pete eómo obtenerlo? Ese es el gran problenia, tanto mM dilieu, canto equivale en mueha parte at de la education de
SI mismo.
No estón ciertamente lox pueblos hispano-americanos exentos
do Is lei comun en el desarrollo lento pie se cumple por In evolu.
cion politics universal Fué su mala suerte que, colonias espaãolas, no estuviesen preparadas pars la independencia I ménos sun
porn Is repñbliea. Ni 10 habrian estado jamas, porque Espaila no
podia dat to pie no tenia: órden fundado en la libertad. Decirse
pudiera que sus anhiguos colonos saltaron dos épocas en la evolucion necesaria, I aán recojen las consecuencias de esa festinacion. Cabe al tiempo i a los elementos jenerales civilizadores repatar los estragos do is revolution, I restablecer el curso propio de
Ia evolution natural, subordinando los moti,os seductores a los
tutelares, I mostrando Is armenia de los intereses, fin i resümen
de toda moralidad.
Son dos Las partes interesadas I enfermas de la sociedad hispa.
no-americana, i quo la componen, come a toda otra: gobernantos
i gobernados. So enfermedad o desarreglo, el abuso del poder I
is insurrection, ó usando los términos consagrados, el despot ismo I la anarquta. Reaccionan uno sobre otto los dos fenórnenoa,
i se incrementan como se aLernan reciprocamente, a medida que
enaiquiera do ellos crece 6 mengua. Dé un gobierno sistemátices
pruebas de legalidad, respeto a los derecftos individuales, consagracion al püblico servicio, i babrá pot el mismo beebe desironcado Is insurrection. Mantengan los ciudadanos inalterable at'
obediencia a las teyes i a las autoridades pot ellas establecidas, I
-
IRPVBLICA DE MFJLCO
2%
el gobierno carecerâ a lo mnos de preteato pars traslimitar süs
facultades.
Juzgamos además quo los elementos perturbadores objetivoe
requieren tratamiento especial. Basta, sobre el clero, no provocar
sus iras tocando innecesaria 6 intempestivamente a sue conquit.
Las; Is reforms eclesiistica es de aquellas quo eiijen mayor tino
i prudencia, ye so tratede an estension, ya de su modo, 6 ya, en
fin, de su oportunidad. Cuanto al ejército, cause primers I principal de desérden, especialmente en Méjico, Is condition indispensable do an morijeracion es an depuracion. Una vez mandado
por jefes i oficiales select.os, seri en manos del gobierno lo que
debe ser, su instrumento i no su amenaza; pero si bien nunca
deliherante, tampoco ciego que se preste a la estrangulacion de
la libertad. Con ese brazo, siempre pronto i siempre fiel, caeni
sobre Is demagogia que aün alente sublevar al lépero I al )arocho, i un castigo inflexible pero estrictamente legal a los instiga.
dores de revueltas, combinado con el fomento de Is industria
para desviar las asecbanzis contra el tesoro piblico, harin ganar
a la probidad lo que pierdan las tentaciones. llabrá surjido entónces del cios politico Is deidad universal que se llama Deber;
i a su amparo se crearin hábitos, segunda naturaleza, sin los
cuales toda moral es ilusoria, miéntras no se comprenda bien la
magnilica verdad de Is armonia de los intereses.
Ofrece nuestra raza dificultades especiales a Is templanza de
los motivos seductores: es la ntis turbulenta de Europa la española, i sus mezclas en America no La ban mejorado. Pero el ejemplo do Chile, i los progresos que en la misma direccion ban hecho
de veinticinco aAos a esta parte el Peru i La Repóblica Arjentina,
eonvencen de que el porvenir es ménos tenebroso de lo quo afectan creer nuestros censores europeos. Entre tanto, ezaminemos
mis de cerca ci instrumento quo hoi organiza a la repñblica mejicana.
Is
opiAl restaurar Ia federacion, plegindose juiciosamente a
nion prodominante, el Congreso de 4856 pudo restaurar simplemente Is constitucion de 1824 con 6 sin las reformas de 1847.
300
REPEBLIGA DR mialco
Pero asp ró, segmi entendemos, I democratizar aun mis el go-
bierno de Méjico, bien pie no estamos persuadidos de que to hap
logrado sian en perLe. Ye veremos, Si no, que aunque puso más
en coutacto I los representantes con los representados, aumenté
La accion del poder, que todavia hallaron insuficiente sus primeroe ejecutores. Tomada en conj unto con sus reformas de 73, 74
177, i mediante la del art. 29, demasiado lato, seria probablemente la mejor de todas Las constituciones americanas, I inerecena conservarse haste granjeanle el afecto i La Lealtad que solo
so deben I las instituciones i james I intrusos potentados.
OBSERVACIONES PARTICULARES
DERECROS DEL BOMUKE.
-
I.° Su enumeracion. Dedicase a este asunto una larga seccion
del tit. 1, i es digno de reproducirse el articulo con que comienia: ((El pueblo mejicano reconoce que Los derechos del hombre
son la base i elobjeto delas instituciones sociales. En consecuencia declara, que todas las leyes i todas las autoridades del pais
deben respetar I soatener las garantias que otorga La presente
constitucion.)) Consagra los siguientes articulos, hasta el 28, a
enunciar I definir los derechos que se suponen inmanentes a la
naturaleza humana, i a que esta constitution ha dado aparentemente mayor iniportancia que las ailteriores. Veamos lo que a
este respecto dijo el vicepresideute del congreso constituyente,
señor Leon Guzman, en el discurso con que presentó at pueblo
mejicano ci nuevo instrumerit.o.
uPersuadido el congreso de que la sociedad para set justa, sin
to que no puede ser duradera, debe respetar los derechos concedidos al hombre por su Creador, convencido de que las más briilantes I deslumbradoras teorias poilticas son torpe engano,
amarga irrisiofi, cuando no se aseguran aquellos derechos, cuando
no se goza de libertad civil, ha definido clara i previamente las
garantlas individuales, poniéndolas a cubierto de todo ataque
arbitrario.
La ada de derechos que va al frente de la constitucion, es tin
homenaje tributado, en nuestro nombre, por nuestros lejisladores, a los derectios imprescriptibles de la humanidad. Os quedan,
pues, libres, espeditas, Lodas las facultads que del Ser Supremo
3O
tPUBL1cA DE MEJICO
recibisteis para ci desarrollo de nuesLra inteligencia, pan el bgro de nuestro bieeLar.
• La igualdad sen de hoi mis la gran lei en la repüblica; no
babri misménito que el de las virtutles; no manchani ci temtorio national la esciavitud, oprobio de la historia humans; ci
domicilio sera sagrado; la propiedad inviolable; el trabajo I Is
industnia libres; la manifestacion del pensamiento sin más trabas
que ci respeto a La moral, a la paz pñblica i a la vida privada; el
tninsito, el movimiento sin dificultades; el comercio, Ia agricu
tura sin obsticulos; los negocios del estado exam inados por los
ciudadanos todos: no habrá leycs retroactivas, ni monopolios, ni
prisiones arbitrarias, ni jueces especiaLes, ni confiscacion de bienes, iii penas infamantes, ni se pagará por la justicia, ni se vio•
lana la co rrespondencia ; i en Méjico, para su gloria ante Dios i
ante el inundo, seth una verdad prictica la inviolabitidad de la
vida humans, luego que con el sistema penitenciario pueda aIcanzarse el arrepentimiento I rehabilitation moral del hombre
que ci cr1 men estravia.
Tales son, ciudadanos, las garantlas que ci congreso creyó
deber asegurar en!la constitucion para hacer efectiva is iguatdad
para no conculcar ningun derecho, para que las instituciones d esciendan soilcitas I biunhechoras hasta ]as clases mis desvalidas
desgraciadas, a sacarlas de su abatimiento, a lievarles la ma de
la verdad, a vivificarlas con el conocimiento de sus derechos. Asi
despertari su espiritu, que aletargó la serviduinbre; asi se estimulari su actividal, que paralizó la abyeccion; sal entranin en
la cornunion social, i dejando de sen ilotas miserables, redirnidos,
emancipados, traerán nueva savia, nueva fuerza a la replThlica.D
Cualquiera diria, en vista de la precedente esposicion, que la
conslitucion de 57 era la primeta entre las Inejicanas que con
signaba garantlas individuates (pars ussr de su espresion). TraJeron muchas de esas regias 6 declaraciones las precedentes, auaque en verdad ninguna con tanta proiijidad como la que no
ocupa. Tanto ella como su espositor consideran que las garantias
individuales conisten en las declaraciones sobre que placente*
B)P1JSLICt DE MEuCO 303
mente se discurre. Los derechos que encierran son nulos, las
declaracionespaiabras, si no se provee de medios para hacer los
efectivos; i esos medics son el codSgo penal, Is responsabilidad
de las autoridades, el inflexible castigo do todo ataque a los derechos concedidos. Edo, i nada ménos pie eso, eonstituye la ga.
rantia.
Aun despues que los hechos se ban convertido en garantias pôr
los medios legales, rests que los encargados do hacerlas efectiras
se propongan, como ci primero de sus deberes, ponerlas en práca
tica, i atraerles el respeto de todos los asociados. Enténces i no
ides penetrarán las nociones de Is justicia i del dereeho en las
ultimas capas de Is estratiuicacion social, i saldrán de su abatimiento, como lo esperaba el señor Guzman de las simples declaraciones. Pero Tnás que Jos pomposos articulos constitucionales.
Ia Paz no interrumpida i el espiritu civilizador del gobierno infunden Is nocion del derecho, pie se infiltra lentamente, I se
establece como una institucion no escrita pero ilena de fuerza.
Si hubiésemos de juzgar de las garantias en Chile por lo que de
eHas decia su constitucion, creerlamos que ban sido casi nulas.
Pero en ci hecho pueden jactarse los chilenos de gozar i haber
gozado nias libertad, más seguridad, ya se trate de las personas,
ya de las propiedades, ova de Is imprenta, Men de Is loconiodon, que otras repàblicas, cuyas instituciones abundan como It
mejicana en ostentosas declaraciones de principios, solo buenos
Para satisfacer Is vanidad.
2.° Suspension de las garantlas. Al sentar ci hermoso prin.
cipio con que arrancó is constitucion mejicana, quedaba compro
metida a guardarle consecuencia. Si los derechos del hombre
son Is base i el objeto de las instituciones sociales, siguese qué
deben acompañarle constantemente; quo en ningun tiempo, ni
por causa alguna puede ci hombre ser pnvado de esos derechos,
so pens de hallarse, consiguientemente, sujeto a inatituciones
sin objeto iii base. Es tambien ci finico medio de que arraiguen
en La conciencia del ciudadano, infundiéndole la idea de una
invulnerable propiedad, en cuya defensa todos se hallan intere.
304
kEPBhlCA 0E
ilEjico
sados. j,Que diremos, pues, de ma disposicion constitucional,
quo autorice Is suspension de las garantlas por ella misma preconizadas como inherentes ala naturaleza del hombre? Eso hace
el art. 29, en términos alarmantes, ya por su tenor, i verdaderamente calamitosos por Is intelijencia pie han recibido. No
hallamos ficil comprender si la suspension que de 1a8 garantias
otorgadas por la constilucion autoriza aquel articulo, debe ser
permitida por el congreso, ó por la diputacion permanente, ántes
de ser decretada por ci presidente de Is repñblica, o si basta que
uno (i otro cuerpo apruebe la medida, una vez adoptada, porque
la porte segunda del articulo so presta I is primera intelijencia.
i Is principal so aviene mIs con la otra. Ni enteiidemos bien
tampoco Si a las autonzaciones que eJ congreso estime necesarias
para quo el ejecutivo haga frente a la situacion i vienen I ser cosa
distinta de la suspension de las garantias. Daremos por seritado
que son una misma cosa, I por tanto que, con previa 6 con posterior aprobacion, el ejecutivo ir puede suspender las garanhias
otorgadas por Is constitucion (en la seccion V, tit. I), escepto
las quo aseguran (1) la vida del hombre, en los casos de invasion,
perturbacion grave do la paz pñblica, 6 cualesquiera otros que
pongan 4 La sociedad en grande peligro 6 con/licto.
Nwguna de las precedentes constituciones habia permitido
una suspension por mayor do sus garantias; hábola que no contenia autorizacion aiguna I ese respecto; I con todo, la concesion
de facultades estraordinarias, reputadas siempre omnimodas, fné
asunto de comun ocurrencia en todas las épocas de la historia
constitucional mejicana. i Qué mucho, pues, quo se these latisima
estension al art. 29 que examinamos! Cuando asomaron los pri.
meros indicios do la intervencion curopea, el Congreso de 1861.
en Ii do diciembre, diô al presidente, JuIrez entônces, las necesarias facultades pars afrontar la situacion, es decir, para suspender las garautias constitucionales; i por el mismo hccho ci
presidente se reputô nombrado dictador.
(1) Garantias que asegairan es un pleonasmo de que debieran buir instru
mentos cuya redaccipn Cs punto sumainente grave.
505
REI'UBLLCA DE MEJICO
Considerándose denLro de los liinites de aqueHas autorizaciones, espidió el presidente en 25 de enero de 1862 una lei i para
definir los delitos contra la independencia i la seguridad de la
nacion, contra ci derecho de jentes, contra las garautias individuales, I contra el órden I la Paz pübfica. P Segun su art. 28, los
reos cojidos en fragante delito, 6 en cualquiera accion de guerra,
debian sufrir las penas en ella impuestas, con solo la identifica•
don de las personas. Para ofros casos permite Un rápido juicio,
ante un consejo de guerra, cuya 8umaria debia terminarse en 60
horas, I seguirse por defensas rendidas en 24. Conforme al articulo 6.°, a cuando la autoridad militar tenga conocimiento de
que se ha cometido cualquiera de los delitos que elf a especilica,
bien por la fama pñblica, pot denuncia 6 acusacion, 6 por cualquiera otro medio, procederé I instruir la correspondiente averiguacion, con arreglo I la ordenanza jenelaL del ejército i la lei
de 45 de setiembre (Ic 4857.
Abrazaba la de 25 de enero de 1862 estos tres puntos: delitos
I penas, designacion de tribunales, procedimiento criminal, i
aim pudiera afladirse.dispensacion de Juicio. Poder para suspender las garantias constitucionales no equivaie ciertamente I
lejislar con esa aniplitud. Obsérvese que La constitucion no autoriza su absoluta suspension, ni que ci ejecutivo asuina ci poder
lejislativo. Preve solo (art. 128) que por alguna rebelion so
interrumpa au observancia, I para entOnces dispone que no perderl sufuerza i vigor. Ahora, pues, ci art. 50 dice: ((El supremo
poder de la federacion se divide para su ejercicio en lejislativo,
ejecutivo i judicial. Nunca poJrIn reunirse dos ó mIs de estos
podere8 en una persona ó corporacion, ni depositarse el lejislativo en un individuo. i Hasta donde puede ser condenada por.
un texto espreso la conducta de un funcionario, to era en nuestro
concepto Ia del presidente JuOrez por ci que dejamos trascrito.
Para mejor comprender la naturaleza de la lei de 25 de enero,
obsérvese que, at autorizar la imposicion de penas sin juicio
alguno en ciertos casos 6 mediante trámites especiales en otros,
no pasaba meramente por alto garantias otorgadas por la consti1. ii.
20
306
REPUBLICA DE MEJICO
tucion de 57: pretermitia Is primera de todas las garantias, que
no esti alil mencionada, Is de no sufrir castigo sin previo juicio.
Al fijar ciortas formalidades necesarias en todo juiclo criminal,
el art. 20 supone ya ci juicio, no to instituye.
Las leycs comunes de todo pals civilizado propenden a impedir
ci sacrificio de Is inocencia, por medlo de ciertas prescripciones
i formalidades. Son ellas las que contienen primitivamente Is
garantia del juicio criminal para un acusado, en Méjico to mismo
pie en Australia; i es esa garantla, no otorgada por Is coustitiicion tie aquella repübiica, sino por cuantas iyes babian rejido
en ci pais desde su colonizacion, 1* pie se derogo por esa otra
lei tie 25 de enero, viciosa por su orijen, i mis viciosa aun por
su tenor.
La garantla del juicio, i del juicio completo, pie permita poncr perfectamente en claro los hechos, su caricter I sus autores,
no es ningun beneficio personal pars tiempos norinales, que
pueda, por consideraciones politicas de cuaiquier linaje, supnmirse en los casos de conmociones I disturbos, por graves ó
estraordinarios que Sean. Tiende at predominio de Is verdad, de
Is justicia, del sosiego pábiico; i nunca ma's necesaria que en
esas mismas épocas de grandes trastornos, cuando las pasiones,
elevadas at mis alto grado tie intensidad, degas para con ci enemigo, eclipsan Is razon I la conciencia sun de los hombres mejor
intencionados en las situaciones normales, arrastrandolos a obras
tie iniquidad, de que apénas se lea hubiera juzgado capaces.
Pero a(m mis censurable, si cabe, que Is ausencia del juicio,
es un procedimiento hipócrita, insnficiente para. esciarecer Is
verdad, I destinado solo a acallar la grita de los hombres superficiales que se pagan de palabras. Vale mis, franca i audazmente,
sacrificar at enemigo, declarando que asi to demands Is 8alud tie
Is patria, I confiando en pie Is historia, cuando no sea Is actualidad, ponga el hecho entre las grandes concepciones potiticas,
superiores a Is comprension del vulgo.
3 0 Un caso particular. Tomados prisioneros en Querétaro
el titulado emperador Maximiliano I sus jenerales Miramon i
!tFSPUBLICA DE MEJICO
30
Mejia, el gobierno del presidente Juirez dispuso que so lee juzga'.e conforme a la lei de 25 de enero de 1862, espedida por ci
mismo presidente, I que imponia la pena de muerte a los delitos
imputados. Hemos visto que, segun aquel acto erijido en lei, el
jefe militar podia i debia por ci solo iniciar ci procedimiento en
los casos a que ella se contrae. Pero no sucedió asi. El jeneral
Escobedo aguardó lasórdenes supremas; i en efecto, recibió una,
fechada en San Luis de Potosi a 21 de mayo de 1867, suscrita
por ci secretario de estado en el despacho de Guerra I Marina, en
Ia cual se previno el juzgamiento de aquellos tres prisioneros,
de conformidad con la mencionada lei.
Hi aqul varios fragmentos importantes de La comunicacion que
citamos: u Los hechos notorios de la conducta de Maximiliano
comprenden el mayor nümero de las responsabilidades especificadas en esa tel. v Menciona en seguida los bechos imputados al
archiduque, todos los cuales cc referian a la aceptacion I ejercidos del poder piblico en calidad de emperador. I despues de
esponer brevemente los que aparejaban responsabiLidad a los
ilamados jenerales Miramon i Mejia, contin(ia de este modo:
Previenc ci art. 28 de la lei citada (La de 25 de enero) que las
penas impuestas en ella se apliquen a los reos cojidos infraganta
delito o en cualquiera accion de guerra, con solo la identilicacion
de las personae. Concurriendo en ci prescnte caso ámbas circunstancias, bastaria la notoriedad de los hechos para que se debiera
proceder con arreglo a ese articulo de la lei. Sin embargo, queriendo ci gobierno usar de sus amplias facultades, con objeto de
que haya la más plena justificacion del procedimiento en este
caso, ha resuelto que en él se proceda at juicio que dispone la
misma lei en otros casos, para que de ese modo se oigan en éste
]as defensas que quieran hacer los acusados, I se pronuncie la
sentencia que corresponda en justicia.
Segun esta órden, los hechos imputados a los tree presos eran
delitosprevistos I castigados por la lei de 25 deenero, i con forme
I ella debia procederse. Eta ci caso de aplicar las penas sin necesidad de juicio; pero, por via de gracia 6 merced, concediase el
30$
REPUBLICA DE MJLCO
beneflejo de oir defensas i pronunciar sentencia. 'La primera
resolucion era de carácter esencialmente judicial; la segunda del
Wen lej islatiio, I no como quiera, sino ex-post facto I en beneficio do determinadas personas, puesto que se reformaba la lei
primordial para un caso especial ya ocurrido.
No es maravilla, pues, que el fiscal, teniente coronel don Man uel Azpiroz, jéven iluatrado, que poco despues ocupó una plaza
en el rninisterio del presidente Juárez, en su escrito de acusacion,
fecha 13 de junio, comenzase asi: a Al leer la suprema lei de 21
de majo (1) quo dispuso el juicio de Maximiliano, Miramon I
Mejia (fol. 2), se comprende sin dificultad, i yo comprendi desde
luego, quo no se trataba de un proceso criminal comun; pues
no necesilaba contener, como ordinariamente sucede, la sumana, cuyo objeto es la comprobacion del cuerpo del dciito i ci
descubnimiento de toe deliucuentes, I cuya razon legal, por lo
mismo, consiste en Is oscuridad de Jos hechos 6 falta de noticia
de los autores de ells; puesto que los actos cniminales que se
refieren en la órden los han cometido a la faz de la nacion I del
mundo entero, Maximiliano I sus ciSmplices Miramon i Mejia,
cojidos infraganti. Podia, por tanto, principiar el proceso por La
confesion con cargos.
A pesar de eso, el fiscal, por pura induijencia, hizo más: tomó
a los reos una declaracion preparatoria (instructiva)... Con lo
cual, las con lesiones i los escritos de sus defensores, quedaban
aquélios listos i aparejados para recibir seniencia. Redójose
Maxitniliano en sus actos de instructiva i coufesion a escepcionar
la incompetencia i jurisdiccion del tribunal militar para conocer
en su caua, que él consideraba do carácter politico. Una iez
admitida Is escepcion, i juzgado en consecuencia ci reo por otros
tribunales, no habria podido recaer pena de muerte, segun lo
articulos 23 1 29 do la bonstitucion. Pero no se caminan trabajosamente den leguas por el gusto de deshacerlas en un ràpido
tren. La escepcion era por lo mismo estemporánea, i asi se declaró
(1) Llamaba lei 41 oficiodd secretario de guerra i marina que ot'deeó el eojuiciamiento.
REPUBUCA DE MFJICO
ZO9
ror ct jeneral en jefe, con dictámen de asesor, en 30 de mayo,
cuando dijo: Procedléndose en la caua de Fernando Maxim Iliano de Hapsburgo. i sus jenerales don Miguel Miramon i don Tomas Mejia, pot disposicion del supremo gobierno, no está en mis
facultades declararme incompetente, pues faltaria a lo dispuesto
por is antorid-'1 superior, iii ménos lo está el mandar suspender
todo procedimiento ulterior. D
Puede colejirse de lo que precede qué libertad de accion tendrian seis capitanes I un teniente coronel, a quienes so habia
dado La triste comision de suseribir una condenatoria, implicita.
mente formulada por el gobierno desde San Luis de Potosi, en su
órden 6 despacho de 21 de mayo. Absolver a los procesados, 6
condenarlos siquiera a otra pens que no fuese la capital, habria
pareciio at consejo de guerra tan ajeno de su encargo, como declarar que los reos babian merecido bien de Is patria. Morir
dehian los prisioneros, I por tanto murieron. Pero si su muerte
estaba decretada (i no podia ocultarseles) a qué prolongar su
agonia con formulas mentirosas? Un juicio supone duda 6 incertidumbre sobre su final resuitado, ventilacion, pruebas I posibilidad de absolucion. Cuando su tin está previsto, no hal juicio
81110 farsa, I en el caso presenle la ejecucion virtualmente ordenada el 21 de mayo (tal vez sin apercibirse de ello sus autores),
liabria sido más digna siendo más esplicita.
En una ocasion semejante jailo do 1861 i para justificar el
fusilamiento liso I Ilano de tres pi isioneros, a quienes se irnputaban actos de sunia crueldad, el jerieral colombiano T. C. de
Mosquera dijo: ((los vencedores no tienen derecho para juzgar
a los vencidos.)) Y decia bien; pero no deducia, a nuestro modo
de vet, la recta consecuencia. Porque si los vencedores no son
linparciales para aplicar a los vencidos los text os de las leyes humanas ménos aün lo son para juzgarlos, segun las alias i recOnditas I* yes de la moral. Hai hechos que pot su naturaleza trascienden todos los limites de la justicia terrenal, I en la muerte
de sus autores fallan todos los objetos razonabtes que se propone
el castigo.
-
310
HEPUBLICA DE MEJiCO
Por to dems no beinos ilevado en mira at criticar los actos
relacionados con las ejecuciones de Querétaro, ni defender La
memoria de los reos, iii méno3 ann censurar la conducts de los
gobernantes de la época : tanto to uno como to otro es ajeno de
nuestra incumbencia, I fuera de lugar en este libro. Por ñnico
propósito hemos tenido mostrar la manera como se han entendido I aplicado en Méjico ciertos principios constitucionales: intelijencia i aplicacion que estimamos erróneas, i to qiie es nths,
funestas. Ni hal en ello nada de estraordinario. Los hombres
püblicos mejicanos han hecho su educacion poiltica con breves
interrupciones, ya en el cuartel donde se fraguaba un plan recolucionario, ya en el palacio dictatorial de un Santana, es decir, en
las escuelas de Ia anarquia ó del despotismo, iinbas malisimas
para nutrir el áninto de la doctrina pacifica, a la par que liberal,
que solo broth del ejercicio incesante I concienzudo de buena
leyes constitutivas.
Culto relijioso. llemos visto pie desde la independeneia hasta
1857 todos los actos constitutivos en Méjico reconocieron la relijion católica como (mica cuyo euRo fuese tolerado en ci pals.
Siguió como áutes la union entre el gobierno I la Iglesia, con
mengua i menoscabo de ámbas entidades, cuyo resultado era
por un lado, intervencion del clero en asuntos civiles, posesion
i administrac.ion de propiedades, subsidio del tesoro pibiieo. i
fuero 6 administracion privativa de justicia, i por otro, interendon de las autoridades civiles en el nombrainiento de 'las eclesiásticas en su inodo de administracion 6 disciplina esterna, i en
una patabra, el pat ronato.
Como (a constitucion de 57 guardase silencio en majeria d
culto religioso juzgose que implicit.amente quedaba modificada
aquella situacion. Ya desde los primeros ailos que siguieron ala
constitucion de 1824 el congreso habia decretado la ocupacion
i nacionalizacion de las propiedades eclesiásticas, por las rawnes I con el objeto que to han hecho todas ó la mayor parte de
las nadiones católicas. Pero esas leyes habian quedado, a to me
nos en gran parte, sin ejecucion, i no vinieron a ciinaplirse de
REPURL1CA DE MEJICO
311
un modo serb, sino cuando empeth a ejercer el poder ejecutivo
ci presidente Juarez, I 6j6 su residencia en Veracruz, es decir,
por julio de 1858. For decretos tie esa fecha, no solo ordenO la
ejecucion de las leyes sobre desamortizacion eclesiástica, 8iflO que
sancionO la tolerancia relijiosa, dándole empero consecuencias
que para 13 época eran por to ménos imprudentes.
En 25 de setiembre de 1873, i por reforma constiLucional (intes inserta) se decretô el gran principio de independencia entre
el estado I la Iglesia, que fué más tarde ampliamente desarrollado
por lei de 10 tie diciembre de 1874. Aunque deduccion lOjica
del prbncipio, varias disposiciones de esta lei han sido tan contrarias a los hábitos do la poblacion niejicana, del clero é institutes
relijiosos catOlicos, que no ha costado poco trabajo Ilevarlas I
eFecto. Solo tres paises (todos repáblicas americanas) han proclainado ci principio de ernancipacion relijiosa en el sentido absoluto de que tratamos: los Estados Unidos de America, los Estados Unidos tie Colombia, i los Estados Unidos .Mejicanos. En la
primera republics quedO casi de hecho establecido, segun la manera como se formO aquella sociedad, producto de emigraciones
que huian de la persecucion poiutica i relijiosa en limadre patria;
no tuvo por consiguiente dificultades el principio, ni la tuvieron
sus consecuencias. Pero no asi en Colombia, donde el fervor ca
tólico opone todavia embarazos I la administracion civil, por
hechos conexionados con la independencia en matetia relijiosa,
aunque no se han formulado alli, ni con mucho, todas las
lejitimas i forzosas consecuencias que el principio arrastra, I que
en Méjico,son ci asunto de la lei 10 de diciembre de 1874.
Una modificacion del principio se ha planteado en Béljica i en
Suiza, quc por sus coustituciones han declarade la libertad do
todos los cultos I opiniones relijiosas, con was la emancipacion 1
ci predominio de la potestad civil; Pero que por 8118 • Ieyes han
lijado sueldos I los ministros de los principales cultos alli esta.
blecidos: catOlico nuevo I viejo, protestante anglicano I evanjClico'
I en fin, israelita. Considéranse los ministros del culto como otros
tantos maestros I propagadores de la moral, tan 6uenos los unos
M
ItEPUBLICA DE MJICO
como los otros, I cuyos servicios, átiles a Is comunidad en jene.
ral, merecen bien set recompensados pot ells.
A su turno Is iglesia oficial admite varias modificaciones: j•1
Puede ser tolerante 6 intolerante de Los tres cultos; 2.' Puede
amalgaunarse con ci poder civil de quien depende, i cuyos supremos funcionarios to son en cierto modo de Is. Iglesia; 6 bien
mantener un simple conco,'dato con el gobierno national, que.
dando sus ministros independientes en el ejerciclo de sus macjones una vez elejidos; 5.' En el i:dtimo caso, puede ser nacional ô
estranjera Is autoridad suprema de Is lglesia.— Pero en Is esen•
cia no hai sino dos sistemas: 9obiernos Zaicos 6 gobiernos tiericales. Méjico, to mismo que Colombia, ha asumido el primer
caracter. j Ha procedido juiciosamente? I dado que el gobierno
laico sea el término feliz de Is evolution natural no debió pow
por algun grado intermedio preparatorio? Los graves tropiezos
pie ci clero presents a Is martha pacifica del gobierno en ánlbos paises, indican 4 priori que se ha dado un salto en el camino del progreso, en vez de escojitar Is suave, aunque ménos
ripida, transition evolucionaria.
Toda mayorla relijiosa es intolerante, i to es en proportion a
la fuerza del sentimiento. Dc ahi pie toda tentativa de lutroducir una nueva relijion encuentre oposicion decidida en los sectsrios de Is dominante. Pero mat 6 perjuicio tanjible no amenaza
sino al sacerdocio, cuyo rebaño puede estraviarse a Is voz de
hibiles ministros que prediquen un credo mis razonabie, usa
moral mis pura, un culto mis noble i ménos dispendioso. De
ahi results que las manifestaciones de intolerancia relijiosa sean
prineipalmente encabezadas porel clero, que teme Is competencia
de otros cultos, no solo en cuanto dane i su negocio, sino Lainbien en cuanto disminuya Is esfera de su infhiencia. Tratindose
de una raza esencialmente apasionada como Is espaikola, I de ui's
relijion como is catOlica, tan poderosa pot su organizacion, coino
debilitada en sue fundamentos, a medida que se ha apartado de
Sn orijen, Is intolerancia relijiosa ha sido mayor i mis funestaen
España I sue derivaciones que en cualquier otro pueblo modemo.
REPUBUC4 DE MEJICO 313
Pero la luz broth at fin en las capas superiores de la sociedad
mãs fanética. Los hombres del gobierno ménos trabajados por el
sentimiento mérbido de Ia intolerancia, I més inmediatamente
responsables ante el mundo de las leyes vijentes en su patria,
la.-; examinan at tenor de los principios del derecho I de los ver
daderos intereses nacionales, i Las acomodan a esos principos it
intereses, venciendo toda criminal oposicion.
Hombres cuya buena fe no queremos poner en duda, ban sostenido en España ñltimamente, como tantas veces .intes de ahora,
et principio de La unidad relijiosa, melillua deitominacion para
ese sistema de esciusivismo catélico, que en tiempos tenebrosos
eneendió por toda Iuz do verdad las hogueras inquisitoriales. La
unidad rehjiosa seria un beneficio real, si cubriera toda La superficie, por to unénos del mundo civilizado, porque seria mejor
indicio de Ia verdad de La re1jion que Ia multiplicidad de seclas
en quo so ban dividido I subdividido Las creencias. Pero reducida
artificialmente a un pals por medio de prohibiciones I castigos,
no destruye el hecho capital de las numerosas relijiones que
dividen Ia tierra, ni las lejitimas consecuencias quo do alit so
desprenden a los ojos del hombre tie estado.
Si su intelijencia se halla a Ia altura do su puesto, tiene que
admitir La imposibilidad de discernir Ia verdad en medio de tantas i encontradas creencias, Ia buena fe de todos Los sectarios, Ia
injusticia de violentar Ia conciencia de cualquiera de ellos, Ia
perfecta compatabilidad de opuestos credos con Ia moral usual i
aceptable, I Ia posible armonizacion de so coexistencia, bajo la
obhgacion comun de respetar las byes civiles. Ye ademis que
La competencia en reiijion, como en todo, produce necesariamente la mejor elaboracion del articulo ofrecido, I que donde quiera
que varies cult.os so confrontan I rivalizan i aceclian, el sentimieiito relijioso se puriflea, i los relijionarios, sacerdotes I laicos,
se esmeran mis en ci Reno do sus deberes. De ahi quo d catolicismo sea mucho mis puro I respetable donde concurre con otros
cultos, I en proporcion inversa at mimero de sus miembros;
mis en Francia I en Béljica quo en Italia 6 Espafla, nias en La
544
REPUBLICA DE MEJICO
Gran Dretalia I los Estados Unidos, quo en Béljica 6 Francia.
Ningun pals civilizado puede hol, de consiguiente, prescindir
de la tolerancia relijiosa, comptemento indispensable de la libertad de conciencia I de la franca permision de entrada i todo
estranjero honrado I laborioso. Es el minimo de las concesiones.
aán quedando en pie La iglesia oficial, Ia iglesia dominante ô
protejida.
Mis de una vez en nuestros estudios hemos aludido a los inconvenientes reciprocos de la union 6 liga entre el gobierno de
la nacion i el gobierno de una iglesia, es decir, de La iglesia do
minante. En virtud do esta liga, I I camblo do sus concesiones,
el primero tiene intervention en el nombramiento de los fancionarios del segundo Jo que unido I otras causas do dependencia, hace casi completa la seguridad Jet gobierno civil contra
los ataques del clero, en aquellos palses donde éste es una entidad national, independiente de autoridad estranjera, como en la
Gran Bretaña 6 Rusia. Pero el clero católico no se halla en ese
caso. Sus leyes vienen de una autoridad estranjera, que procede
I su modo sin consideracion a las ]eyes de los diferentes palses
sobre los cuales so estiende la vasta organizacion quo parte del
Vaticano. La reforma del siglo xvi, emprendida ya por los abusos de Roma en aquella época, no be parte para correjirlos. El
catolicismo romano ha seguido, siempre que no ha enconirado
una vigorosa oposicion en los gobiernos civiles, desarrollindose
aniniado por los mismos principios que hicieron famoso el pun
tilicado de Hildebrando. Pero no tan sélo tiende I invadir La esfera
de accion del gobierno temporal, sino que se ha puesto mãs i
mis en oposicion con la ciencia moderna i las verdades hol admitidas coino base de la civilizacion contemporinea.
Tat vez no es la Iglesia católica quien se ha separado do la
ciencia, sino ésta de aquilla. Pero el resultado es uno mismo. La
liga del gobierno civil con el de la Iglesia católica limita su
accion. Al llamarse católico un gobierno, i frotector del catolicismo, acepta implicitamente sus principios, sin esceptuar el Sylabus de Ho IX. Acepta la injerencia que quiere tener en Iosprin
-
REPUBLICA DE )IF.JICO
cipales actos de Ia vida i aun on Ia muerte del hombre; acepta
su moral, acepta sus nociones sobre In organizacion del universo,
'a voluntad humana i el destino futuro. La liga traba por consiguiente la enseiianza pblica, I Ins manifestaciones del mundo
oficial, coustreñido por este medio a la hipocresia ó at estancainiento.
Al decretar, pues, la tolerancia relijiosa, Méjico i los demás
paises de orijen espaflol bicieron justicia I los disidentes del
catolicismo romano; pero at mantener con éstela alianza que heredaron de Espafla, I que ac habia estimado como medio de defensa
por el patronato, permanecieron reducidos a la condicion que
imprime la teocraciai Quedaron asimismo sujetos a Ins contiendas que suscita la Curia Romana, siempre que los actos del gobierno civil tienden I marchar por una via distinta de Ins biblicas,
conciliares ó pontificias nociones del Vaticano ó de sus representantes más.inmediatos. De aqui ci segundo movimiento, In separacion. Si In liga era un mat, su ruptura es un beneficio. Pero
Los inconvenientes con que luchaban Méjico i Colombia Intes de
Sn independencia relijiosa o/Icia.l, no provenian iinica ni principalmente de la liga. Sus grandes causas eran: 1 • 0 Jeneralidad del
catolicismo, que no perdió casi en estension con la tolerancia de
otros cultos; 2. 8 CarIcter estranjero é independieiite de su potestad suprema, 5•8 Oposicion de sus doctrinas I la fiLosofia del sigb, é inflexibilidad on sus pretensiones.
Por medio de In ahanza se moderaba un tanto su accion. Despues de ella no funda ya sus reclamos en el concordato ni en ci
catolicismo del gobierno; pero los funda en la creencia de sus
amadas ovejas i on ci non possumus, que pronunciado en la
basilica de San Pedro, se repercute en Ins cinco parses del mundo. Méjico I Colombia sufren hol todos los males consiguientes
A La nueva situacion. Han libertado la Iglesia católica, pero no se
han libertado de ella. Aun las rentas que los pretados recibian,
ya del tcsoro páblico, ya de fondos especiales confiscados, las
obtienen hoi directamente de Los contribuyentes catélicos, es decir,
de la nacion, en forma de diezmo volunlario, derechos de estola
316
o
BEPUBUCA DE MEJICO
cualquiera Wa forma, sin Is regularizacion protectors de la lei.
Rompióse en vez de desatarse el nudo gord Ia no; porque no Se estudiópara seguirla escrupulosamente, la gradacion evolucionana,
indispensable en toda reforms, si bade ser átil, suave i duradera.
Al proclamar an independencia de Espauia, Méjico no pudo
hacer probablomente más que lo que hizo; conservar la situacion
relijiosa tal conio Is encontró. Pero Si SUS hombres de estado hubieran comprendido (I no era fácil) la necesidad de iniciar la refor.
ma en aquél como en todos los demis ramos de la politica, habrian
acechado is primei'a oportunidad para prepararta. Tat como hoi
vemos las cosas, la necesidad primera consistia pura I &impiemen
te en independizarse de Roma como so habia hecho de Eapaüa,
dando al arzobispo de M.jico las necesarias facultades pontificates,
to que equivalia I trasladar I Méjico el Papa. Acaso el primer
prelado I quien se hubiera ofrecido tanto honor i provecho lo
habria rehusado; acaso dos, tres 6 màs ecjesiIsticos habrian tambien hallado aquêl un caso de conciencia. Pero ciertamente no
hubiera sido imposible encontrar el nuevo personal de Is jerarquia ecleslástLca I organizar Is iglesia mejicana por el inodelo
de las iglesias primitivas del cristianismo, cuando la autoridad
pontificia de Roma no se habia impuesto sobre Is de los demãs
obispos.
Nacionalizada la iglesia o6ciat, su gradual reforma era comparativamente fácil. Concilios mejicanos introducirian paulatina I juiciosamente todas las que, compatibles con el espiritu del evanjetio,
se acomodasen a las necesidades é ideas de la época actual. Disminuiria, ya que no se estinguiese, la hoi abierta oposicion entre
ci romanismo i la ciencia. Recobraria ci gobierno su libertad de
accion, lejislando como Jo demandase et interes social, sin miedo
I combates clericales. I cuando hubiese adquirido plena confianza en la marcia Pacifica respetuosa I civilizadora de Is iglesia
mejicana, le habria acoidado esa absoluta libertad que indiscreta I prematurainente so Ic ha concedido ahora.
Toda reforms hecha en buena direccion, es casi decisiva, una
vez consumada. Si fuere estemporInea, irI acompaüada de vio-
REPUBLICA DE !1IEJICO 317
lencias, reacciones i alternativas; peru no serã fácil re'vocarla.
Toca a lo ménos a aqueUos palses que, como Venezuela, se haIlan rnaduros para el ensayo de nacionalizar 89 iglesia olicial;
acometerlo I no tomar intempestivamente la peligrosa via por
donde ban echado Méjico i Colombia. En cuanto a estas dos repüblicas solo vemos para ellas esperanza de salud en la templauza
del principio de independencia I en Ia paciente difusion de ha instruccion primaria i secundaria que disipen la niebla encubridora
de ha super$Lcion I el fanatismo. La tuicion no bath mas quo
enfurecer al clero, volviéndole mas peligroso; sin jamas domeñarle. Solo en naciones como Alemania 6 Suiza, donde la pobiacion catOlica no compone la gran mayorla, es practicable ci 808tenimiento de su clero por la accion legal i enéljica de la autoridad civiI
CuDhnliA. 1.' Inlernacional. Son mejicanos, aegunel art. 30;
a todos los nacidos dentro 6 fuera del territorio de la repñblica,
de padres mejicanos; b los estranjeros que se naturalicen conforme a las leyes de ha federacion, c los estranjeros que adquieran
bienes raices en la repbIica 6 tengan hijos mejicanos, siemprc
que no maniflesten ha resolucion de couservar la nacionalidad.Nada hai que observar sobre ci 2. 0 inciso; pero si sobre los otros
dos. El principio sentado en el primero no es aceptable con la
jeneralidad que all tiene. Tampoco es bastante claro. i Trátase de
hijos lejitimos e iLej1timos% solo de Duo 6 de ámbos padres? Los hijos nacidos dentro del pals de padres, ámbos Inejicanos, podran
set mej icanos tambien, a voluntad (he ha constitucion, sean 6 no
lejitimos. Tambien lo serán los hijos naturates ann de padres estranjeros, porque ésos no siguen la condicion de sus padres. Mas
los lejitimos nacidos de padre estranjero I madre mejicana, Sc.
ran estranjeros, i los de padre mejicano I madre estranjera serán
mejicanos. Por ventura suponga la constitucion que en todocaso
ha mujer siguela condicion del marido, pero este principio no
es universal, I ciertamente para que una mejicana casada con
estranjero perdiese su nacionahidad, ann residiendo en Méjico.
seria preciso que ha lei ho declarase asi espresamente. La mujer
318
REI'IJS',ICA DE MEJICO
ciudadana de los Eslados Unidos de America, residente en su
Pais i casada con estranjero, nopierde su calidad de americana,
i asi es quo, at paso que su marido no puede adquirir bienes
raices en aigunos estados, como el de Nueva York, ella conserva
ese derecho.
Siempre que la lei estranjera no se oponga, los hijos de mejicanos habidos fuera del pals sérin mejicanos; i no se opondrá ciertamente si los hijos son lejitimos i menores, I ci padre
A to ménos mejicano. Pero si el padre es estranjero, residente
en su pals, serán aquellos estranjeros, durante su minoridad.
Tambien to serán los hijos ilejftimos de mejicanos, si la lei del
8uelo asi to quisiere. Dado que los hijos do mejicana i estranjero
nazcan. en pals estranjero pie no sea del padre, 1cuil será Ia
nacionalidad de aqueltos? Juzgamos que en este caso, como en
otros quo pueden presentarse, la lei del lugar decidirá Ia
cuestion, si no se aviniere con la lei mejicina, ó con la de la nadon a que ci padre perteneciere.
Stipone el inciso 3.° 6 c, pie un estranjero puede tener hijos
mejicanos, lo pie no vemos cómo pueda suceder, 1 lo ménos Segun la misma constitucion, I para ese caso declara at padre mejicano, invirtiendo ci prindipio de que et hijo (menor) sigue la
nacionalidad del padre. - Cada vez nos causa mayor asombro
que en un asunto tan importante i tan ocasionado a cuestionc
internacionales, como el pie nos ocupa, no se hayan puesto de
acuerdo ]as principates potencias 8obre principios jenerales i
fijos do nacionalizacion.
2.0 Ciudad an ía politica. Son poquisimos los requisitos pie
para adquirirla exije ci art. 34, I bajo este respecto la constitucion de 1857 es eminentemente democrática: establece virtualmente to que por exajeradion se llama sufrajio universal.
Hubiéramos aiiadido a aquellos requisitos el de saber leer i escribir, sin to cual ci sufragante carece de los más indispensables
medios de instruirse sobre la situacion del pals, i de usar en
consecuencia de sus derechos con alguna probabilidad de acierto.
Pero al mismo tiempo hablamos espresado pie las mujeres s
REPUBLICA DE
MEJICO
319
hallan comprendidas en ci art. 54; to que es cierto (aunque
seguramente no so ha intentado), puesto que son mejicanas, i
basta para La ciudadanla politica que el mejicano tenga cierta
edad i cierto modo.dc vivir. Omitimos reproducir las consideraciones en otro lugar espuestas en favor de nuestra opinion.
Piérdese La calidad de cudadano, segun el art. 37, a por
naturalizarse en pals estranjero, i por servir oficialmente al gobierno de otro pals 6 adrnitir do él condecoraciones, etc., sin previa
licencia del congreso federal. u Evidentemente se trata aqul do
La ciudadania international i no tie la politica, ya se consideren
las causas de pérdida, ya ci contenido del articulo siguiente,
que por puoto jeneral encomienda a La lei el a fijar los casos i La
forma en que se pierden 6 suspenden los derechos de ciudadano
I la manera de hacer la rehabilitacion. Como este articulo se
halla colocado en La seccion quo define la ciudadania potitica,
SUS derechos i deberes, i es incompatible con el precedente, el
37 puede considerarse dislocado, i deberia trasladarse a la eecdon 2., quo habla de los mejicanos, a cuya calidad se refiere.
PODER LFJIsI.hTivo. - 1.0 Su division. Organize La lejislacion
pnmitiva la lejislatura en una sola asamblea 6 congreso de diputados; pero la reforma de 1874 estableció dos cémaras, una do
diputados i otra de senadores, cediendo asi a La opinion predominante en el dia, aun en Francia, donde mayores partidarios
ha tenido el principio de unadad, I acaba de establecerse ci do La
dual jdad en una lei constitutiva de 1875. Como todas Las buenas
leorIas, la unidad lejislativa tiene su razon de ser, pero no pertenece a la época actual, sino a to porvenir. AsI nos lo dice el
principio evolucionario.
Estudiando solamente La historia moderna del poder ptThlico,
halLamos en (a edad media, su punto do parLida, que el poder se
ejercia principalmente por los nobles 6 barones, soberanos de
otros tantos feudos 6 pequeños estados esparcidos en el territorio
de Europa. Fijándonos en Iriglaterra, donde La evolucion sigue
una marcha más regular I progreiva, salva una brusca interrupLion (16494660), vemos que el poder real, casi nulo at princi-
MEPUØLICA DE NflCu
plo, torn. incremento, I se sobrepone, fundienjo, pordecirlo asi,
en uno los varios estados feudalea, que pierden su categorfa, I
paean a la de meros condados 6 provincias.
Suplantados los nobles por ci rei, tiene éstc on sue manos todoe los poderes, que ejerce sobre Is nacion como Los ejercian
aquéllos sobre sue señorioa. Pero no satisfechos del despotismo
real, Is an'ancan, no solo garantlas individuales, mas tambien an
de)egacion lejilativa 6 cImara de pares. A so turno log habitantes comunes de las ciudades,- 6 piebeyos, reducidos at pricicipio a is riulidad, i solicitados atternativamente por los reyes i
por los nobles pars establecer su autoridad sobre el rival respectivo, cobran Iuerza, prineipalmente por Is riqueza que les dan Is
industria I el comercio; reelaman a so yea una participacion en
ci gobierno; i en una época, bastante oscura por cierto, de Is
historia de Inglaterra, obtienen Is concesion do una segunda
cãmara, colas atribuciones principales, I casi ónieas en so ozljen.
consistian en autorizacion de los impuestos i de los gastos páblicos.
Gradualmente ha creido Is influencia de Is cámara de los comunes, hasta el puntQ de hallarse hoi en sue manos Ia esencia del
gobierno. La de los pares, representante do on pasado que hole
I se aleja de nosotros, comprende quo el poder se le escapa, I
trata sólo de hacerse tolerar. Pero el momento vondrá en que ni
toterada sea, momento quo sedeterminará por alguna lucha indiscrela con su hermana menor. La vetusta institucion desapareceri,
pasando quizas ántes por modificaciones, como Is de convertir en
vitalicias las plazas hereditarias. Dc igual modo, Is potestad real,
ciryo papel ha venido a ser tan secundario, detante del de Is càmara de los comunes i del minist cr10, que ella quita I pone I
so sabor, se eliminari algun dia, determinado tambien probabiemente por alguna exajerada pretension (IC on sober ano ménos
hurnilde que Is graciosa majestad de Victoria I: I tendremos Is
repáblica con Is unidad lejislativa, térwino visible hol de Is evoI ucion politics.
En Is organizacion de sus colonias procede Is Gran Bretaña itnitando su gobierno metropolitano; dos consejos lejislativos. one
521
REPUBLICA HE MIJ1CO
de eleccion popular i otto designado por ci representante de la
corona; poder ejecutivo uriitario con un consejo administrativo;
ijueces vitaliciosé independientes. Pocomãs óménos asI seorganizaron las colonias inglesas de La America del Norte ; I si sélo hubie
ra sido una la tarea do los constituyentes al proclamar su independencia, habria sido más fácil ann de lo que W. Pero como se trataba de un gobierno enterainente nuevo para el grupo de co.
lonias, intes separadas entre sI, hubo lugar a discusion. La potestad real, cuya inutilidad estaba ya do mnifiestô, I con la cual
no teniau per qué simpatizar Jos arfleriCaflOs, quedo eseluida do
Ia discusion; pero un presidente, reflejo suyo, vino a ocupar su
lugar.
Hubo controversia sobre la organizacion do la lejislatura; t no
falté quien, como Franklin, sostuviese la unidad de cámara. PrevaIcció la dualidad; i es el caso de preguntarnos si fuC solo por imitacion del parlamento britãnico i de lea lejislaturas locales, ó Si
hubo para ello consideraciones do otro órden. I ántes do investigarb, podriainos preguntarnos tambien por qué en Inglaterra so
estableció la cómara de los comunes con separacion de la de Jos
lores, en vez do dar ineramente a aquéllos asiento on la primitiva. Compréndese fácilmente que los nobles rehusaran mezclarse
con los plebeyos, aunque éstos fuesen de Ia clase media ó bourgeoisie' acaso éstos lo preten!Iieron 4 dada la separacion do
clases, I vista la nece8idad do representar cads una pot su lado.
Podemos, pues, sentar, corno la primera causa histórica de la
division de 'la lejislatura en dos cámaras o asambleas, en Inglaterra, la necesidad de representar convenientemente Jos diversas
clases sociales. I tan cierto es eso, quo las varias reformas introdu&das on la elcecion para miembros do la cámara de los comunes,
pvincipalmente de 4832 a la fécha, tienden a dar voz en los comicios i asiento en la asambleaá iudividuos que, pot su inferior
posicion en la escala social, so hallaban anteriorment.e privados do
aquellos derechos. En Francia, donde el espritu revolueionai'iO
que demolió Ia sociedad anterior a 1789, tendió desde el principiO
a la nivelacion, el estado ilano invadió la asamblea do la nobleza
T. H.
21
322
REPUBLICA DE T4EIICO
i arrastró consigo at clero, formando la asamblea ünica I inista
pie en jnnio de aquel ailo emprendiô la tarea constitayente. Mis
celosos de Is igualdad pie de la libertad, los revolucionarios ranceses suprimieron is nobleza, i per el mismo becho Juzgaron inconduconte admitir mis de una cirnara, representante tie todos
los ciudadanos; pero dejaron subsistir la autoridad rejia en la
constitucion de 1791.
Sigue a la asamblea constituyente Ia Iejislativa, quo comprendiendo el error, viontlo la compticidad del rel con los nobles para
traer Is intervoncion estranjera, comienza contra La autoridad
real esa eerie de hostilidades pie habian de suprimir estrepitoeamente, primero de hecho, despues de derecho, La dignidad
real Inisma. Vino en seguida la convencion, mis po8'ida aán del
nuevo espfritu que las dos anteriores asambleas, I redondear ta
repOblica con su unidad lejislativa, I I desacreditar imbas cosas,
por escesos debidos., mis que I ellas, I la epoca i a las paslo.
nes que desencadeuó.
Trajo, pues, intempestivamente la revolucion en Francia la unidad lejistativa, como trajo la evolucion La dualidad en Inglaterra.
Cierto Cs que la nobleza habia desaparecido en la primera nacion;
pero no es La nobleza el ónico elemeuto especial que puede I debe
ser representado por una segunda clinara, despues quo la jeneraiidad de Is poblacion to ha sido por una cimara democritica.
Dejando I to porvenir el cuidado de acomodarse I su situacion,
misteriosa para nootros, I estudiando solo ci presente, hallamos
en todos los paises una parte de is sociedad que sobresale porsu
educacion, sus luces, su riqueza 6 sus 8ervicios püblicos, I que
forma, digámoslo sin escrOpulo, La oligarquia social. Tiene sus
intereses no opuestos, pero si distiatos tie los intereses comunes, que reclaman especial representacion. Existe atm en las sociedades mis democriticas; I si I eso se agrega que la prIctica
tie las rnstituciones parlamentarias ha demostrado la conveniencia i la posibilidad de moderdr la accion lejislativa, ocasionada
I desbordarse cuando no tiene contrapeso, no debe maravillarnos
que aun los Estados Unidos del Norte bayan adoptado La dualidad.
REPUBLICA DE MEJI(0
5
23
Su senado, reproduccion perfeccionada de La alta cimara inglesa, i compuesto del elemento oligãrquico, se ha liecho notar en
toda La historia constitucional de aquella reptThlica pot an moderadon i sensatez, ann en tiempos tempestuosos, cuando en La otra
cámara ban butlido pasiones desordenadas. Veto no solo cso.
Francia misma, como ántes lo hicimos notar, ha establecido La alta
cámara, por un procediiniento inverso de aquél, porel cual La suprimiO, é inverso tambien del empLeado en Inglaterra para La
creacion de La dualidad, puesto que aqui se contrapuso La de co
munes a la de lores, i allá el senado a la asambla popular. En
fin, La actual repüblica francesa, como 1* americana, ha cornpuesto su senado de eLementos oLigãrqiiicos, que sOlo aprobamos
de un modo miii jeneral, pero que eran necesarios, en sUSjUstOS
limites, pars equilibrar La cámara democritica.
Méjico, asi como todas ]as repñbLicas de orijen espaflol, ha tenido por principal modelo constitucional an vecina repOblica
anglo-americana. Anlepüsole La Leonia de la escuela radical Irancesa cuando estableciO La unidad lejislativa en 4857; pero ha
vuelto al modelo en 1874, i consultando asi el objeto conocidode
la duandad, i restabLeciendo la armonia en su constitucion, tntbada ántes pot la coexistencia de una asamblea i de nfl ejecutivo
unitario é independiente, que son por lo comun enemigos irreconciliables.
No tan solo se ha establecido ya en Méjico La dualidid lejislativa, sino que La separacion de las cárnaras se mantiene con mucho rigor, llevàndola aun a aquellos casos en que no se trata
propiamente de Lejislar, pero si de tomar acuerdos que requieren
la voluntad de La representacion nacional. Tales atribuciones so
ban distnibuido entre las dos cimaras, como se ye por las fracclones A. i B., pérrato 5.0 de La reforina de 1874. Veto nos queda
la curiosidad do saber cOrno se practica actualmente la ceremonia
a que se contrae el art.° 63 de la constitution, et cual previene la
asistencia del preidente de la repiblica a la apertura de las sosiones del cuerpo lejislativo, que ejecuta mediante un discurso
a que debe contester el del congreso. No hai hol presidente del
324
RPU8L1CA DE
iiEiico
congreso, ni reunion autorizada de las dos cáznaras en una. Lo
mejor seria suprimir esa ceremonia monárquica, i encomewJar
al ejecutivo informe a ]as cámaras, por mensaje escrito presentado en imbas, sobre Ia situacion del pals, la marcha de Ia administracion i las necesidades gubernativas.
2.0 Elecciones para el congreso. Como medio de lograr acertadas elecciones, la constitucion debe proponerse estos principalos objetos: a que el sufragante conozca at candidato; b que ci
sufrajio sea libre; c que la representacion sea fiel. Los dos primeros son cornunes I toda eleccion, i el óltimo es peculiar a las
elecciones para Ia lejisiatura.
a. Reflérese esta condicion I las relaciones entre el sufragante
I el candidato por quien vota, I envuelve la cuestion del sufrajio
directo ó indirecto. En un pals donde la instruccion popular se
halla bien esparcida, i Jos ciudadanos activos pueden juzgar sobrc el mérito del candidato para la plaza que ha de proveerse, la
eleccion directa dará los resultados que' en toda eleccion se buscan: confianza en las aptitudes i la integridad del elejido. Si Se
trata de un pals en diferentes circunstancias, ci sufragante no
podria juzgar sobre las condiciones de los candidatos para altos
puestos, en primer lugar, porquc los requisitos son de aquelios
que se escapan I su comprension, i en segundo porque los candidatos se hallan fuera de hi ôrbita de sus relaciones personales.
Un elector intermedio, mIs apto que el sufragante, I mIs conocido de 11 que los candidatos definitivos, debe ser entônces su
co candidato, haciéndose por este procedimiento una eleccion
indirecta. No hal Ia misma necesidad cuando la eleccion es para
empleos municipales, cuyos candidatos, mIs en contaclo con ci
sufragante, I estando Ilamados I deseinpeuiar funciones compara.
tivamente simples, pueden mul bien ser calificados directamente
por el ciudadano activo.
Citamos en apoyo de nuestra opinion Ia de un republicano
frances (1), nada sospechoso por cierto, quien se espresa de este
(I) M. A. Beaure, La Dëmocra€te cuniemporaine, pâj. 48 1 40.
REPUSLIC.t DE MEJtC()
modo: u Si Ia nacion se halta poco avanzada, sus miembros poco
instruidos, en una palabra, reina todavia en ella la ignorancia,
parece enténces prefenbie que la eleccion se haga a dos grados.
No pudiendo la masa electoral apreciar por A misma el menLo
ó valor de cada candidato, reduce su papel a una funcion más sim.
pie I más proporcionada a sus aptitudes : los electores elijen
entre si Un delegado sobre cada diez 6 ciento, I le con fteren
ci derecho de designar a su turno ci delegado que debe Ilenar las
funciones de representante del pueblo. Pero si, al contrarlo, la
nacion está suficientemente avanzada, 6 si a lo ménos el nñmero
de ciudadanos ilustrados es superior at de los ignorantes, pero
sobre todo, si predomina en eLla el espiritu de igualdad, debe preferirse el sufrajio directo.
Es mui posible que a causa de este concepto M. Beaure no sea
admitido por Los radicales franceses como uno de ellos;. pero to
es en todas las demás cuestiones que trata en su libro. Publicistas hal que atribuyen al sufrajio universal directo una virtud misteriosa, independiente de una buena eleccion. Para los que buscan hechos, resultados, beueficio, el sufrajio no es aceptable sino
en la forma que corresponda a su .objeto. Estableciendo, pues, Ia
eleccion indirecta en primer grado, la constitucion mejicana ha
procedido juiciosamente, en especial despues de haber estendido
el derecho de sufrajio hasta el estremo de no exijir para su ejereieio ni el conocimiento de las primeras letras.
b. Todo voto quo no es libre es falaz, puesto que no espresa la
voluntad del sufragante. Varias precauciones debe tomar in lei
para asegurar la libre emision del sufrajio; pero las pnincipales,
cong itucionalmente hablando, se relieren a Ia independencia del
sufragante en jeneral, 6 a su independencia respecto de mui determinadas personas. Al primer órden corresponde la cuestion de
publicidad 6 secreto del voto; al segundo la esciusion impuesta a
ciertos individuos a quienes se reputa demasiado sujetos a la voLuntad de otros.
Mucho se ha discurrido sobre la escelencia del sufrajio secreto,
preferido pon la constitucion mejicana, I adoptado en todos 6 casi
326
tEt'tJBLICA DE VMCO
todos los paises de gobierno representativo. De los ültimos on admitirlo ha sido Is Gran Bretaila, b;tjo una administracion liberal;
pero no dió al partido Ins ventajas que de él esperaba. Desde
luego es ilusorio para con los suiragantes que no saben escribir.
Ni garantiza contra determinadas influencias, como se ha visto
en lnglaterra, donde se estableció pars sacudir Is de los propietarios sobre los labriegos, i Is próxima elecdon, demostró
que nunca habia sido mayor ea influencia. Pero Is principal
objecion contra Al se funda en Ins oportunidades que al fraude
presents, ys en el depósito furtivo de las boletas, ya en el escrutinio de votos previamente desconocidos.
Como garantia de independencia contra coaccion individual,
inmediata i directs, se escluye del sufrajio a todas Ins personas que no tienen medios propios de subsitencia, Como los
mend igos; I aim a algunos que, teniéndolos, se hallan constituidos em condicion servil, como los joinaleros i asalariados en
jeneral. Tambien so ha aducido esta consideracion pars, escluir
a Ins mujeres, a quienes so supone demasiado sometidas a sus
padres, esposos 6 hermanos; pero es fãcil concebir que algunas,
muchas pot cierto, carecerán de esas relaciones de parentesco,
I que, An Ins quc no careccn, suelen tener mayor independencia de carácter que algunos hombres. - No comprcndemoscótno
is lei mejicana no ha previsto que los Individuos de Is fuerza
armada, cuyo voto quiere so dA eutre los cuarteles pars, que no
tengan ocasion de violentar a Jos demás ciudadanos en Ins urnas,
son por su destino ménos libres que nadie, I ménos sun en los
cuartetes queen pane alguna. Portento seria que de elba no sallesen votaciones perfectamente organizadas i unisonas, al querer
de los jefes superiores; I si algun correctivo hal contra ese abuso,
es el abuso mayor de que hemos hablado intes, el fraude en los
escrutinios.
Rigurosa fidelidad de represent.acion en Ia lejislatura no
habnia, sino en el caso de que todas Ins clases sociales, en sus
ültirnos pormenores, tuviesen alli representante, tornado entre
individuos de an seno. Atm cuando ello fuese posible, no condu-
c.
REPUBL!CA DE IIFJICO
327
dna probablemente a ningun buen resultado; i prescindiendo
de Ia necesaria intelijencia i edacacion para asociarse i diacutir
provechosamente muchas personas, su heterojeneidad senia causa
de que no pudieran ni aun entciiderse. Dejando al tiempo luturo
ci encargo de aproximarse hasta donde posible fuere at ideal de
la buena representacion, mucho seria ya obtener que todos los
partidos politicos, cuya tendencia es a escluirse é imperar solos,
tengan representacion simultãnea en Ia lejislatura de 811 patria
comun. Sobre el que se halle en mayorIa no hai dilicultad : it se
cuidará bien de estar reprcsentado, I Ia (mica cuestion versa sobre Ia representacion del partido 6 de los partidos en minoria.
Como todos pueden encontrarse alternativamente en esa posicion, interes de todos es prepanirsela anticipadamente, de manera que tengan voz I voto en ci gran consejo de la nacion, cuando
más to necesitan pare no ser tiranizados. La presencia en él de
apoderados dela minoria favorece a todos en definitiva. Obra como
vélvula de segunidad, desfogando los inimos candentes pm' la
pasion, i precave 6 aplaza ]as esplosiones revolucionarias. Por
manera que no andan prudentes las mayorias exajeradas, cuya
cólera intolerante las arrastra a escluir del seno de la asamblea
lejislativa todo representante que no lea pertenezca. Es ademãs
la presencia de las minorias un elemento moralizador de sus adversanios. Mayorias sin freno, sin fiscalizacion, rara VCZ, si alguna, se mantienen dentro de los limites de la prudencia nunca
o casi nunca respetan los derechos de las minorlas. No ask cuando tienen delante quien, ya que otra cosa no pueda, lea demuestre su error cuando van descaminadas, lea recuerde el mutuo interes de Ia comun justicia. - Esto supuesto, no nos resta
sino investigar los medios de obtener la representacion de ]as mi
norlas.
Varios se han sujenido i aun adoptado; pero como hayamos
espuesto en otra ocasion dos 6 tres mãs, nos contraeremos aqul
at que juzgamos ménos artiticioso I màs eticaz de todos. Es el
adoptado por la lei mejicana, por la de su vecina repüblica del
forte, I por la francesa en felirero de 1875 ; La foruiaciou de dis-
qtQQ
REPBL1U D
g IWJICO
tritos ó circonseripciones territoriales en coda una de las grandes divisiones politicas ó sea provincias del pals, con on- nümeTo préximamente igual de hahitantes, I el encomendar I cada distrito 6 circunccripcion la eleccion de on solo diputado 6 miembro
de la lejislatura. Contrapónese I este sistema el de eleccion en
masa, por todos los electores de cada provincia (estado, departamento 6 como se Ilame), de todos los diputados correspondientea a Ia provincia, segun 80 poblacion i base adoptada. AM por
ejemplo, la base de poblacion para cada mienibro de la cImara
de diputados en Méjico es 40.000 babitantes 6 una fraccion
que pase de 20.000. Segun eso, el estado de Querétaro, con
400,000 almas, darl diez diputados, que pueden elejirse, bien
votando pot todos en una usia cada elector en el territorio enteto del estado, 6 bien, dividido éste en diez distritos de I cuarenta mil habitantes, votando los electores de cada distrito pot un
solo diputado.
Si para deducir el resultado de una votacion se ha adoptado la
mayorfa relativa, como en los Estados Unidos, la eleccion queda
hecha en la primers votacion, tratIndose de Ia eleccion por distrito, ó pot circonscripcion (arrondissement). Exijiéndose mayoria absoluta, como en Méjico I en Francia, hai necesidad de
repetir la votacion, lo que no deja de tenet embarazos cuando,
como en Francia, el sufrajio es directo. Si se ha adoptado el sistema de eleccion por provincia, 6 como ilarnan los (ranceses, por
escrutinio de lüta, I el principio de mayoria absoluta, practicado
e escrutinio de todas las votaciones hechas en la provincia 6 el estadà pot una autoridad 6 corporacion central suya, se declaran ele.
jidos tantos individuos cuantos correspondan I la provincia, entre
los que han tenido mayor nómcro de votos. En esta clase de deedon, el principlo de mayoria absoluta, empleado en Francia ühimamente (1876) para la eteccion de senadores vitalicios, pot Ia
asamblea popular, es mui complicado. I 51 SC reflexiona que las
mayorias. absolutas son mayorias forzadas, habrI de convenirse
en que el principlo no mcçece conservarse.
En cuanto I resultados, la eleccion pot provincias darI or-
8RPI'IU.CA DE MiI(:"
dinariamente dipuLados de un solo color politico en toda la
gran division representada ; porque aunque la minoria sea
tan considerable que no difiera de la mayoria sino en un solo
voto, carece de autorizacion para elejir tin representante. Solo
cuando se ha restabLecido el principio de rnayoria reLativa, i ci
partido en mayoria no está bien disciplinado, puede Is minoria
elejir alguno de sus representantes. La eleccion por dist.riio
darA siernpre nab ô más representantes a la minorla de la provincia; porque es casi imposible que en cada subdivision de
ésta guarden los partidos la misma proporcion námrica que
tienen en la gran division. Ilustremos esta interesante materia
con un ejemplo histónico, tornado del estado de Nueva York en
Ia Union Americana.
Era el ailo de 1856, cuando nacian 6 se aprestaban it la gran
lucha los partidos por i contra la esciavitud, que aun conservan susidenominaciones, Ta que no su prograrna. Contitbanse entónces tres republicano, democrittico I americano ; antiesciavista ci primero, eselavista el 'segundo, I ci tercero una
simple subdivision de aquél, agregando al comun credo politico
la privacion 6 reslriccion del sufrajio ii los estranjeros naturalizados. Designaremos it cada uno por su inicial, R. D. I A...
Correspondiendo elejir al estado treinta I tres representantes
para la citmara de ese nombre en el Congreso de la Union, estabs djvjdjdo en otros tantos distritos. El total de votos en los
di'tritog , 6 sea la suma de los de cada tao para los.; diversos
partidos, resultó ai: R. 271.574, D. 205,827, A.111.551;
i 1.028 por candidatos indèpendientes, 6 sean votos 'perdidos.
Era, pues, el gran total 589.760, i sumayoria absoluLa294.881.
1'eniala relativa el partido R, i pór tanto, habrial elejido los
treinta i cinco representantes de su seno si hubiera de. haber
sufragado por todos simultineamente, i se hubiese convenientemente d isciplinado.
Idéntico efecto habnia obtenido aun porel sistema de mayoria absoluta ; porque aviniéndose fundamentalmente con el
partido A., se.habrian unido en 1 momento preciso, I dado
330
RtPLBIJC.% DE MEJICO
una suma de 383.105 sufrajios, 6 sea una mayoria do 88.225.
Pues bien, el resultado por distritos fué : 21 representantes
para R., 1 42 para D. Ninguno obluvo A., porque sus votos no
se hallaban concenirados en determinados distritos; pero pudo
rigorosamente elejir hasta seis representantes, considerando
que ci término medio de los sufrajios en cada distrito no liegaba a 17.000. Foe la causa de aquel resuttado quo en los
distritos electorales formados de las dos grandes ciudadrs,
Nueva York i Brooklyn, i de sus contornos, predominaba el
partido D., mks no asi en el resto del estado, que pertenecia
casi todo a R.
Semejante sistema da Is mas fiel representacion posible, no
solo de las minorlas en los partidos politicos, sino aun de
)as pruncipales clases sociales, a Jo ménos en el sentido industrial. Distritos agricolas, fabriles, mineros 6 mercantiles poe-.
den conferir la reprisentacion do 808 intereses a individuos de
su grelnio, mis coinpetentes para ello quo representantes de
la jeneralidad. Pero se hacen al sistema dos objeciones, quc
no carecen de fu.rza : L a Tiende a producir elecciones lugareñas; V Préstase mis I la iiidebida intervencion de la autoridad. Un pequeño circulo de electores poco ihustrados tiene
disposicion I designar para represensante uno de ellos mismos,
mis bien que I buscar Is aptitud, aunque se encuentre obligado I salvar los limites de so distrito. La representacion sen
mis fiel; pero no mis hibil en muchos casos. En cuanto al gohierno, deseoso: siempre de meter ha mano en las elecciones,
puode trabajar mis eIlcazmente sobre pocos electores reconiendando un candidato, que sobre muchos electores en favor
de varios candidatos : menor námero I quienes intimidar 6
corromper, menor campo de ovacion 6 de transacciones.
En definitiva, el buen 6 mal éxito de la eleccion pot dis.
trito depende cai enteramente del grado de ilustracion del
pals. Un pueblo miii atrasado no procederia cuerdamente sancionindolo ; pero en uno suflcientemente ihustrado no produciria los malos efectos que so le imputan. Asi se vió en las
REPUBLICA DE MEJICO
331
etecciones pie siguieron en Francia a la lei constitutiva de 1875:
fueron ganadas por los repubticanos, aunque ells, temerosos
de la presion oficial, habian sostenido de prererencia la elecdon por escrutinio de lista, ó diputaciones departamentales,
110 como so docirina propia, sino corno doctimna de circunstancias. I Hãllase Méjico en la misma favorable situacion? Juzgamos que no ; pero bien merece el asunto quie se bags ci
ensayo, I reserva de enrnendar la lei si no correspondiere. Tanto
más fIcil le serl formar su juicio, cuanto la eleccion de Senadores se conduce bajo el otro sistema en parte, puesto que
se vota para unos mismos en todo' el estado; pero solo en
parte, puesto que se sufraga por uno pars elejir dos. Este ar
bitrio es otro de los recomendados para obtener representacion
de las minorias, i Jo hemos examinado ya en cierta oportunidad.
PODER EJEcuTIYO. - j .° Duracion i reeleccion. Encomendado I
un presidente el ejercicio del poder ejecutivo, tenia aquél cuatro
años de duracion (art.° 78), sin que se hubierd prohibido reelejirsele para el inmediato periodo, como lo hizo la constitucion de
1824 (art. 77), que señaló igual tIrmino a las funciones de este
rnajistrado. Aunque la de .36 dió al periodo una duracion dotile,
exijió pars la reeleccion mayoria de tres cuartos de los votos
(articulo 5.0 lei IV). Por manera que la conatitucion de 57 no
fué superior en esta pane sino I la do 43, que, autorizando la
reeleccion, seuialó cinco a?ios I la duracion del presidente. Su
reeleccjon inmediata es hoi jeneralmente considerada como un
vicio capital donde quiera que se permita, dada la influencia
que el Iuncionario dispensador de los fueros del gobierno ejerce
sobre los electores, i los medios de corrupcion de que dispone,
dirijiendo I so ainaño la estensa red de empteados, servidores
muclios de sus miras personales mIs que de Ia patria. Esa
perversion oficial Ilega a su colmo donde los ajents del poder
ejecutivo son amovibles I beneplIcito del presidente, como
en los Estados iinidos del Norte ; i tan patente es alli pars
todos el efecto de aquella funesta combinacion, que ya se habria
REPtBLICA 1W MrJI40
prohibido la reeleccion inmediata, ann estendiendo tin poco el
periodo ordinario del presidente, a no ser, entre otras consideraciones de mala lei, porque esa refornia fué una de las introducidas por los confederados del sur at constituirse en 1861;
i Jos rebeides nunca tienen razon. Méjico adopté ámbas medidas, retrocediendo en la una como en la otra; pues hemos visto
que prohibió at principio la reeleccion inmediata del presidente, felizmente proscrita ya de mievo en La ültima reforma, i
vamos a ver que no le dió ántes la facultad absoluta de remover
a los empleados que nombrara.
2.' Amovilidad de los empleados. La atribucion de separar
a los titulares de sus empleos ejecutivos ha venido en Méjco,
por decirlo asi, creciendo a medida que se sancionabaii nuevas
constituciones. Por fa de 1824 no se dió at presidente sino Ia
de a nombrar i remover libremente a los secretarios del des.
pacho, I nombrar, pero no remover, a los demás empleados
(atribuciones 4.' I 6.' del art.° 110 ). La de 1836, reprodu.
ciendo. aquéllas, ñadió la facultad de aremover a los empleados diplomáticos, siempre que to juzgue conveniente (atri.
bucion 12. art.' 17 de la lei IV). Complementése, agregando
los cônsules, por la constitucion de 1848; que en la atribucion 3.'art.° 83 dice: nombrar, con aprobacion del senado, ministros i demás ajentes diplomãticos i cOnsuies de hr repüblica,
I removerlos libremente. Par áltimo, la constitucion de 4837
hizo amovibles por el ejecutivo a todos sus ajentes, cuando se
espresó asi en la atribucion 2.' del art.* 85: a nombrar i remover libremente a los secretarios del despacho, remover a
los ajentes diplomáticos I empleatlos superiores de hacienda
(nombrados de actierdo con el senado), i nombrar i remover
libremente a los demás empleados de Ia Union, cuyo nombramiento 6 remocion no estén determjnados de olro modo en
constitucionó en las ]eyes. )
Para compensar la falta de esta plena atribucion, habian
dado at presidente las tees primeras constituciones, una concebida casi en unos mismos términos en todas ellas, que copia-
REPUBLIC DE MEJICO
mos de Ia de 1824, i dice: ((Suspender de sus empleos hasta
por Ires meses, I privar aun do la initad de sus sueldos por el
mismo tiempo, a los enipleados de la federacion infractores de
sus órdenes i decretos; i en los casos que crea deberse forniar
causa a tales empleados, pasarán los antecedentes de la materia
at tribunal respectivo.
No se ha considerado suliciente para los casos de ineptitud,
neglijencia 6 atm delito de dificil prueba, en todos los cuales la
remocion libre i sin fundamento espreso redime a la administracion de un mal emj,leado, sin esponerse a las continjencias de.
un juicio, cuando es posible. Asi espuesta La doctrina, parece
concluyente ; porque solo consulta lo que se ye, pero no to que
deja de verse. Quedan en la oscuridad dos órdenes do hechos,
que falsean completamente et uso de la atribucion: 1.0 Las y emociones dictadas, no por consideraciones del servicio páblico,
sino para colocar ahijados 6 scrvidores personales, principalmonte en Ia campaña eleccionaria ; 2. 0 La dependencia, para el
mal, en que se coloca a los empleados ejecutivos, por el rniedo a la remocion I la esperanza de promociones. En una palabra, la atrihucion es fuente abundantisima do corrupcion polltica. Olgamos las vigorosas reclamaciones a este respecto, de
Un respetable perOdico de Chile, La Patria, publicado en Valparaiso, impreso, del 3 do febrero de 1865, articulo titulado
El botin pertenece al vencedor.
((L)esde años atras amenaza arraigarse entre nosotros un prin.
cipio de politica, tan inmoral como pernicioso para la buena
administracion del pals. Se comienza a considerar a los partidos politicos como a ejércitos enemigos quo se disputan, en
Lucha moral, un rico territorio. El objeto de esa lucha es la
posesion del poder; los empleos ptbIicos son el botin que corresponde al vencedor, i la esciusion de los vencidos de toda
participacion en la presa es la primera lei do La guerra i de la
Victoria.
) La desgracia es que esta mancra de considerar las cosas i
estas detestables doctrinas tienen en su apoyo la práctica de
REPUBLICA DE MEJICO
algunos gobiernos ( administraciones ? ) en los Estados Uuidos.
Muchos politicos de Chile, que se sonrien desdeflosamente
cuando oyen invocar las teorias norte americanas en favor de
la libertad del pensamiento I accion, de Ia independencia do
la justicia, del respeto de los gobernantes a la lei I derechos,
aceptan con entusiasmo, como modelo I como principio de sabidurla politica, las inas peligrosas corruptelas que ha introducido el espiritu de partido en la adminisiracion de la gran
repéblica...........................
D Las doctrinas de pie nos ocupamos no nacieron con is
repüblica en los Estados Unidos del Norte; i las administraciones que gobernaron a ese pals hasta 1828 )as desconocieron, I de seguro las habrian condenado como un sintoma de
inmoralidad i decadencia, si las hubieran visto aplicadas en
un pals estraâo. Pero desde que el gobierno do Washington se
convirtió en el instrumento de la ambicion i del miedo de los
esclavócratas del sur, i desde que la politica de la Union co
menzó a tener pot base compromisos artiliciales I concesiones
deshonrosas, el partido dominante se vió en el caso de man.
tenet una influcncia inmoral en las elecciones, apelando des.
caradamente al cohecho, I lisonjeando las ambiciones I la nil
seria de los aspirantes a empleos grandes I pequeãos. El pie..
sidente Jackson fué el primero qn liroclamar esta conocida
doctrina: el botin perlenece 4 los vencedores.
n Miéntras las administraciones democrãticas continuaron go-
bernando a los Estados lJnidos, ese principlo se aplicó miii ampliamente. Conliamos que, vtielta otra vez la Union a La antiva
paz. I restablecida sobre la base de la libertad i de Ia justicia,
pie la esciavitud haijia minado profundamente, desaparecerán,
como piezas inmorales del antiguo escenarlo de La poiitica, esa
I otziis doctrinas i prácticas, que traen su onjen de los (iltiinos
gobiennos............. ..............
n En efecto, la buena administracion i la moraLidad sufrea
terriblernente con la aplicacion de los pnincipios que henios
meneionado. Convertidos el poder i Ins empleos páblicos en ho-
REPVBLIC4 DE MEiICO 335
tin de los vencedores, claro está que deben adjudicarse a los
que mejor se ban conducido en la batalla, 6 lo que es lo
mismo, a Jos gritones i camorristas de la plaza páblica, que
mejor han sabido liamar la atencion de ins curiosos en el camp0 de la 61tima batalla electoral... El nuevo gobierno se encuentra bajo la presion de estes servicios I de estas exijencias!
seria niás que valienle, faltaria a las tradiciones, dejaria de pro
curar a su partido rakes en el poder, si pretendiera resistir a
las pretensiones de los aspirantes.
Bello cuerpo de servidores piiblicos es el que ae recluta
asi en las filas de los servidores de la eleccion! Dc seguro que
ci menLo i ci patniotismo, la espeniencia I la dignidad no figuraran aiR en primera flia. El hombre de principios i de moralidad
abandona el campo cwindo los gritones i los labradores lo in'aden. Bien puede contar entónces con qua los gobiernos no se
acordarán de 61 el dja de la distribucion del botin de la victoria.
llãgase I la opinion püblica de Chile justicia compieta contra esas miximas corruptoras, que bien profundamente Ic repugnan. Abstengase el poder de avanzar mucho en is sends de
'as destituciones i exoneraciones que solo el interes de partido
puede justiticar. La administracion ganaria; ganama el prestijio
de los gobernantes, ci dia que los enipleos se considerasen, no
como la press de la guerra, sino como un depósito sagrado, que
es preciso colocar i mantener en manos de la honradez, de
pairiotismo i de la competencia.
Fallidas resultaron hasta hace poco las esperanzas de La Patria
sobre mejora en las administraciones republicanas de los Estados Unidos del Norte. Jamas hubo mayor corrupcion oficial que
bajo el vencedor do Richmond, acaso porque la guerra civil no
es elemento moralizador. Tema ha sido esa corrupccion de Irecuentes artIculos en la prensa europea, I uno de sus prüneros
periódicos, natabilisimo por su moderacion I sensatez, ci Times
de Lóndres, mii de una vez ha discurrido sobre ella en términos
que Ilam8n la aeneion. En un articulo publicado ci aflo de 1875
eSpu co que entre los principios de gobierno reinantes a(in en la
336
REPUBLICA DE MEJICO
Union Americana, dos hai esencialmente perniciosos: el sistema
proteccionista, en to econémico; la banderiza amovilidad de los
empleos, en to politico. Otro articulo, escojido por el American
Register de Paris, correspondiente at 25 de marzo de 1876,
contiene apreciaciones quo, aunque sea en pane, reproducirernos aqul como singularmente oportunas............
u Fàcil es por desgracia percibir ]as causas que bacon p?sibte
en Ia Rep4blica Americana La corrupcion oficial. Aunque tap
honrada alil la mayorla de las jeriles como en cualquier pals del
mundo, se halla relajado el tono de la moralidad politica ya sea
por la incunia con quo so permite el sufrajio a los advenedizos,
4 ya por la renuncia 6 incapacidad de las clases ilustradas para
competir con los politicos especuladores. Pero La causa principal
e inmediataes la costumbre de hacer mesa limpia cada cuatro
aflos en los empleos pie el gobierno concede. Asi vemos que al
retirarse del poder un presidente, le siguen por to comun I la
vida privada todos los servidores páblicos, desde el ministro en
Paris ó Lóndres basta el mIs insignificante alcabalero de Kansas.
Bien pueden concebirse las consecuencias de esta costumbre.
Awbiciosos de los altos empleos, necesitados de los petuefios,
corren en ansiosa muLtitud hácia los candidatos, ofreciendo su
cooperácion i pidiendo su recompensa; i I no ser mediante un
formal contrato, no dan sus votos. Muchos suscriben al fonlo
eleccionario, bajo la condicion bien entendida de que obtendrw
compensacion, Si su partido logra clejir at presidente, 6 poner
mayoria en el senado. Be este modo, at entrar el prcsidcnte I la
Casa Blanca ( el palacio), viene comprometido I tratar Los empleos
como si fuesen mercancias pagadas de antemano; i por mIs pie
personal i concieuzudamente aborrczca ci sistema, es impolente
para cambiarlo. Su partido, en efecto, le dirl quo es hombre
perdido si quijotescamente se pone I buscar el menLo para los
empleos, en vez de Los republicanos 6 los demócratas, que han
gastado en La campana electoral su dinero I su actividad, I obtenido esplicitas promesas. Bueno que Lincoln mostrase por ventura su menosprecio do los cazadores burocrIticos narrando uno
REPUI3LLC.1 DE MEJICO
de sus cuentos satiricos : no por eso pudo liacr otra cosa quc
Is pie habia tiecho ántes Buchanan 6 hizo despues Grant. Todo
k mis que un jresidente se halla en capacidad de ejecutar en
obsequio del mérito, es conceder sus favores It los hombres mas
onpetentcs de su propio partido, pero iii aun esto Ic es dable
sno rara vez. A cada paso la voz disciplinada del partido le trae
a la memoria que tat legacion en el estranjero 6 tat colecturla
on ci interior so deben It determinadas personas, en recompensa de especiales servicios o cumplimiento de termlnante8 promesas.............................
No se limita ci mal de este sistema al empleo tie armas
prohibidas 6 al nombramiento de malos empleados, i ni ann
at carácter mercantil tie semejantes transacciones: lo peor de
todo es, que la costumbre rebaja el tono de la moralidad ptihuica. De nada sirve decir qOe los espiritus rectos yen j depioran
estos manejos, i que varias veces se ha escitado al congreso para
quo dé una lei asegurendo It los titulares sus empleos. Ningun
partido se propone sériamenle espedir tat lei ; porque ninguno
se resuelve It .desprenderse del caudal de influjo que la costumbrc Ic granjea, i que va hasta decidir la suerte de una elecion.
No hacemos estas observaciones por gazmoüerIa. Bien que
los empleados pñblicos de este pals se hallen hoi exenlos aun
do la sospecha de corrupcion, no to ban estado siempre It buen
seguro, I aun conocemos todavia perfectamente el cohccho electoral. Tiempo bubo en Inglaterra en que Ia corrupcion oficial
i parlamentaria Ilegó It un estremo vergonzoso.. Lo recordamos pars insinuar It America (E. U. ) los medios por Los
cuates el serviclo pábtico ha venido It ser aqui el mis puro
del mundo. Larga I dificil flue la lucha; tie tat modo, que
a veces no quedaba esperanza de triunfo It Jos reforznadorcs
en su contienda con la corte, et ministerio I sus mayorias parlamentarias, cuyo poder estaba cifrado en Ia corrupcion. Gradualmente las byes I la opinion tomaron otro camino. Desvaneciôse Jiasta la üItima apariencia de corrupcion, cuando los
puestos en el servicio páblico vinieron It ser el premlo obtenido
1. II.
2"-
1I.PUBL(CA DE VFJICO
en eirnenes P01 oposicion (competitive examination). Nada
impide a toe Estados Unidos que estableacan el suyo sobre el
rnismo pie de pureza; para ello el primer paso seria declarar,
que las plazas no se darán en pago de votos. Seria el mejor
inedio de purificar Is contienda presidencial, imprimir un buen
tono I Is moralidad publics, i hacer imposible a los ministros
sun atraer is sospecha de vender los destinos. Lndudablemente
esa reforma podria acarrear alguna pérdida rnmediata at partido pie Is consume; pero I Is larga it inismo ganaria, i el
bcneficio pars Is publics moralidad seria inmensamente mayor
que una victoria simplemente republicana 6 dernOcrata..
Ya asoma en los Estados Unidos de America Is probabilidad
de una reforms. En la ãltima lucha electoral pars Is designacion
de presidente sucesor del jeneral Grant, Imbos c.andidatos,
Messrs. Hayes I Tindal, introdujeron en sus pregramas Is promesa
de iniciar una alteration en el serviclo páblico, que diera independencia a los empleados. Electo el primero, do at Congreso
en su discurso inaugural de 5 de marzo: Liamo Is atencion
p*ibtica hácia Is necesidad capital de reformar el servicio püblico
civil; pero no efectuando una reforms concermente sélo i Jos
abuses de to que se llama proteccion oficial, que ban liegado a
sancionarse pot Is costumbre en los varios departamentos de
nuestro gobierno, sino un cambio de sistema basta en la designacion de funcionarios: una reforms radical, completa, i que
conduzea de nuevo a los principles pricticos de los fundadore
del gobierno. Estos no esperaban ni deseaban mngun favor especial de Jos funcionarios pñblicos, sabedores como eran de que
dichos funcionarios deben at pãblico todos sus servicios. Dc igual
modo reconocian que el empleado debe ser respetado en so
puesto, miéntras su conducts, sea intachable i cumpia satisfactoriamente con sus deberes.
uEJ presidente de los Estados Unidos debe necesariamente so
eleccion I los sufrajios I at ardiente celo de un partido politico,
cuyos afihiados sostienen con entusiasmo i consideran de eseaicia) imporlancia los principios de su organizacion como partido.
REPUBLICA DE MEJICO
Pero deberia recordar siempre que el mejor modo de servir a su
partido es servir bien a su patria. En nombre de la reforma quo
deseamos (camblo de grande importancia por otros conceptos),
recomiendo una alteracion conatitucional, por la cüal se estienda
a seis años el periodo del pridente I so prohiba su reeleecion.
Dos de los nuevos secretarios ban manifestado sp propjSsito do
acometer en sus respectivos departamentos Ia reforma del servicio
piblico, i. mucho IIOS engaüamos Si intes do espirar la administracion Hayes no so ha dado algun paso serio en esa direccion.
Yasta es la materia, i no puede tratarse en toda su estension,
a no ser quizás en un escrito especial. Miéntras La práctiea inglesa se propaga, lo que no es obra de undia, quisiéramos a to
ménos ver introducida una limitacion a la facultad de remover
libremente a los empleados, que por cierto no perjudicaria jamas
a su buen uso, I serviria para precaver algunas injusticias; i es
imponer el deber de espresar la causa, relacionada con ci servicio
pñblico, que motiva Ia separacion del empleado. Norabuena que
eso trajera, como traer podria, algunas disusionesex post facto.
Nadie sino ci error, is injustieia 6 Ia culpabilidad perderian ante
la opinion, ñnico pero suficiente tribunal entónces, para des.
agraviar 6 para confundir a quien lo invocase. Pero toda precau.
cion deberia tomarse para que no fuese eludido el propósito do
La lei, como to es en Francia con la hipócrit.a prãctica de las
promociones, 6 nombramiento Para otro empleo (que no so apetece i que probablemente no se aceptará), como medio de considerar vacante aquel de que quiere disponerse por solo espiritu do
patronazgo.
3.0 Soztitucion del presidente. En vez de tener un vicepre.
sidente que subrogue al primer majistrado, como en la Union
de la America del Norte. la constitucion que examinamos atribuye
la sostitucion al presidente de la córte suprema. En la iniciativa
de reforma propuesta por el gobierno provisorio at (iltimo congreso en 2 de abriL, i en que se daba la reeleccion del presidente,
se sujeria tambien, como hemos visto, un nuevo sisterna de sostitucion en los cases de falta absoluta 6 temporal, i que so reduce
340
REPUBLICA BE
MEJICO
I clejir popularmente i de antemano tres individuos, de los cualee, liegado ci caso, Ia cámara de diputados, 6 Ia comision permanente, designa uno. Dióseles el nombre de insaculados,
qe no nos èsplicamos suficientemente, Pero que, siguiendo
esta vez I Shakespeare, supondremos tan bueno como cualquiera
otto.
Largamente razoné en 8U esposicion el seilor Tagle este proyecto de reformas; Pero no trasladaremos aquf sino algunos de sus
fragmentos, aunque toda ella nos parece fundada: o La constitucion (dice) al suprimir la vicepresidencia de la repñblica, quiso
quitar de enfrente del presidente I un rival perpetuo, I un enemigo tanto mis poderoso, cuanto que escudado con el fuero
constitucional i sostenido pot su elevado encargo, era el centro
de todas las oposiciones, ci nticleo de todos Jos descoutentos, i
esto por una necesidad indeclinable de la naturaleza misma de
ucmn. Pero al designar alpresidente de la suprema corte,
tituto legal del de La rcpüblica, no solo aceptó todos
i
enientes gravfsimos anexos I la vicepresidencia, sino
1
gravo considerablemente, supuesto que a mis del
)lfttco que I aquel funcionario dió como suplente del
V I
ijistrado del pals, Ic invistió tambien con las facuitael departamento judicial ejerce, reuniendo asi una
[)der i de influencia que nunca Hegaron I tener los
cepresidentes de la republica
Espone en seguida que aquellos peligros se hallaban confirmados pot la esperiencia, i da luego como razon adicional en favor
del nuevo sistema, que la constitucion no provee clarainente sino
I un solo sostituto, ci cual puede faltar lo mismo que ci primer
fuacionarlo sostituido. a La insaculacion (contina) que la ini
ciativa propone, obvia todos estos inconvenientes. impide ]as
maquinaciones del presidente de la corte suprema contra el de
la repáblica, despojando I aquél de las peligrosisimas atribueiones politicas de que hoi se halla investido; hace imposible la
acefalia de la primera majistratura del pais, i devuelve al jefe del
departamento judicial de la repiiblica el carIcter de imparciali-
RPUBLLCA DE MEJICO
dad i justificacion que debe conservar aun en niedio de Las mãs
ardientes luehas poifticas.
EL sistema de los tres insaculados electos por el pueblo par a
sustituir al presidente de la repáblica en sus faltas temporales ó
absolutas, aleja a cada uno de ellos respectivamente del carécter
de sucesor necesario I legal de aquel funcionarto, I esto basta
para destruir ambiciones ilejitimas, Para que ni so conciban
siquiera esperanzas de ilegar al ejercicio del poder por tin camino
vedado.. Para que uno de los tres insaculados venga ft sostituir al
presidente, necesita, ademis de la eleccion popular, tie las pie la
cimara de diputados debe hacer cada vez que una falta ocurra...
Por fin, con el sistema pie el proyecto de reformas propone,
ci presidente de La suprema corte no estarft más espuesto ft cotromper el alto carftcter de Ia majistratura, subordinando los dietados de lajusticia ft Las exijencias de las combinaciones polIticas
ó de las ambiciones personales. No se inspirarft, al resolver los
negocios judiciales, por tufts trascendencia politica que tengan,
en la conveniencia de nuuificar, tie reprobar 6 de censurar siquiera
los actos del presidente, para desprestijiarlo i despues sostituirlo,
sino solo en la lei i en la justicia. Despojando al presidente de Ia
corte suprema de la investidura politica que hoi tiene, se devuelve
a ese alto funcionario el earftcter que nunca debió dejar de tener:
el de majistrado imparcial que preside el primero tie nuestros
tribunales,i es el ñltimo intérprete de la suprema lei que regula
I modera los movimientos de la mftquina constitucional, impi
diendo la colicion entre diversos poderes, I evitando que en mu.
chos cases las pasiones poLiticas se sobrepongan ft la, carta fundamental.
Estas consideraciones han debido obrar en el inimo del congreso para mantener integra la iniciativa de 2 de abril, I sancionat por entero las dos reformas que abrazaba. Puede que hol
el presidente tie la corte suprema inspire absoluta confianza;
pero es posibie tambien que mañana no suceda otto tanto, 6
que el titular repute personal i ofensiva una precaucion de suyo
abstracts.
342
PODER wotcj.
REPUBLICA DE MEJICO
- Corte suprema. - Cada uno de los individuos que la componen dura en su encargo seis aüos, I su plaza
se provee por eleccion indirecta en primer grado: es la disposicion constitucional, art. 92. 1 por el estracto de las leyes electorales vemos que la eleccion se hace lo mismo que la del presidente de is repáblica, es decir, por los electores designados en
]as votaciones orijinarias.
Por primers vez se ha hecho temporal la duracion de los miembros de la corte supreme, que era vitalicia, segun todas las constituciones anteriores, reforma que aprobamos. La perpetuidad en
las funciones páblicas tiende a la incuria de los titulares, i aun•
que tampoco es conveniente que los jueces sean fácilmente aniovibles (a lo que equivale una corta duracion), creemos que todo
se concilia señalándoles un término suficienteiriente largo, como
lo es el de eels silos, i quedando la facultad de reeleccion indetinida como esttmulo del buen comportamiento.
Pero reputamos grave error que la eleccion popular se aplique
A la designacion de jueces; i como si la constitucion mejicana
hubiese querido patentizar ella misma uno de los inconvenleutes
de la medida, dice en su art. 93: uPara ser electo individuo de
la suprema corte de justicia, se necesita: ester instruido en la
ciencia del derecho, d juicio de los elec2ores. D Desde luego, no
basta estar instruido en la ciencia del derecho: requiérense otras
cualidades, como integridad, consagracion, ninguna de ]as cuales
son materia de lei, como no lo es la espresada en el teito constitucional, sino sólo del juicio del elector. Pero los diez I siete
individuos por los cuales ha de sufragar. deben tomarse entre
]as eminencias juridicas del pals, I es mui cierto que poquisimos
electores podrán discernir las requeridas condicionea.
Demás de eso, la eleccion popular, i la necesaria reeleccion
para las plazas judiciales, Lienden a rebajar el carácter del majistrado, forzándote casi a participar en las intrigas eleccionarias, i
en la politics militante, que perjudican a su independencia. Todo
considerado, la eleccion por el congreso 6 por una de las camaras nos parece preferible a la eleccion popular. Tambien nos lo
REPUBLICA DE MEJICO
343
parece la que se hiciera por votacion de las lejislaturas de los
estados, como se practica en la Union Colombiana, segun su
constitucion de 1863.
OMEN ptiBLICo. - Nada habria que observar sobre esta importante materia, Si se traLase de una constitucion unitaria, porque
estendiendo el gobierno supremo su accion sobre todo el territorio, sin limitacion ninguna, en pal ses que han adoptado aquella
forma, las cuestiones que pueda suscitar el ejercicio de la atribucion jeneral sobre mantenimiento del ôrden son meras cuestioneq de responsabilidad que no flo g atañen. Otra cosa sucede
en el sistema federativo, donde la soberanfa de los estados entorpece la accion del gobierno federal en las cuestiones de órden
publico que no nacen de ataques direitos contra dicho gobierno.
A(in más diffciles son cuando afectan principalmente al gobierno
especial de un estado, en cuyo caso se puetende que toda injerencia del gobierno jeneral es un ataque a la soberania del estado.
Pero como los gobiernos locales son a menudo impotentes para
sosegar pronta I cumplidamente las perturbaciones que les afectan, i la Union tiene, entre otros objet.os, el de suplir a estas
deficiencias, la intervencion de su gobierno es a menudo necesidad palinaria, I las u1 nicas cuestiones verdaderas a este respecto
versan sobre el modo I la oportunidad de la intervencion.
A. semejaza de lo establecido en los Estados Unidos del Norte,
el art. 116 de la constitucion mejicana ha dispuesto que los
poderes de la Union protejan a los estados contra toda invasion
6 violencia esterior; I que en caso de sublevacion ó trastorno
interior, presten igual proteccion, siempre que sean escitados por
la lejislatura del estado, 6 por su ejecutivo Si aquélla no estuviere
reunida. Como era natural, en asunto tan nuevo, tan variado 1
tan importante, casos numerosos de trastorno dieron lugar a
inuchas i encontradas opiniones sobre el modo de resolver las
cuestiones que suscitaban. [labia con todo una serie de hechos,
que se pretendió estar comprendidos en el texto constitucional,
aunque lo contrario Dos parece más cierto. Son aquéilos en que
el trastorno del órden no consiste precisamente en sublevacion de
544
REPUCLICA DR MEJICO
los gobernados contra los gobernantes, sino quo afecta a los
poderes páblicos del estado, por culpa do ellos mismos, 6 por
cualquier causa a quo los ciudadanos particulares son del todo
eatraños.
Durante el solo año de 4870, vióse ci órden páblico alterado
en ciuco estados de la Union mejicana pot hechos de aquella
naturaleza; I en todos ellos se solicitó, por unos poderes del
estado contra otros poderes del mismo, el ausilio' de que habls
ci art. 116 de la constitucion. En Jalisco, el gobernador Gómez
Cuervo desconoce Ia legalidad con que se reuniese Ia lejislatura;
ésta le encausa, I como el gobernador rehusase obediencia, pIdese
contra él la proteccion de los supremos poderes. En Campeche,
destituido pot la lejislatura el gobernador Aznar Barbachano,
nombrado interino S. Dondé, Ilegaron casi a las manos los do
gobernadores; i se solicité el ausilio federal, tanto por la lejisla
tura contra Aznar, como pot éste contra aquélla I su nuevo
elejido. En Guerrero, intentó la lejislatura, como gran jurado,
juzgar at gobernador 0. Arce; declaró haber lugar a forinac ion
de causa, i suspendido el acusado, nombrése interino a D. CabIan. Un tribunal, instalado especialmente I aparte del tribunal
ordinario, da cierta resolucion, en virtud de (a cual el goberna•
dor suspenso Se considera rebabilitado, I opónese a la lejislatura,
quo solicita contra 61 ]a proteccion federal. En San Luis, tratán.
dose de elejir gobernador, i no pudiendo hacerse el escrutiiue de
los votos, nómbrase int.erino at gobernador cesante Esparza. Una
fraccion de la lejilatura, integrándose con suplentes que llama,
destituye a los demás diputados, hace el escrutinlo, i declara
gobernador al jenerat Escobedo, uno de los candidatos populates.
Niegase el interino a reconocer a Eseobedo i a la lejislatura que
declaró su eleccion, I pide el ausilio de los poderes federates.
En QuerCtaro, siete diputados de la lejislal ura, considerándose
cuerpo lejislativo, declaran gobernadoiat coronet Cervintes. OLra
fraccion de seis, que tambien pretende ser la lejislatura, desco.
noce to hecho, I solicita el ausilio de los poderes de La Union.
Tanto el ejecutivo como el congreso federates reputaron en
REPUBLICA DE MEIICO
345
todos aquellos casos qu 1a proteccion solicitada no estaba claramente comprendida en el art. 116 de la constitucion, aunque
varios diputados, como Jos reclamantes, pensaron de distüito
modo, i el ausilio se negó. Mas todos juzgaron neceario suplir
la falta del texto constitucional, it fin de incluir los precitados
casos, si no para prestar el ausilio tie La fuerza al g6lo llamamienlo, si it lo ménos para resolver -las cuestiones que orijinaban
la solieltud. Para da y la proteccion lira i llana, se interpretaha
ci citado articulo con un poco de violencia; 1 hubiera sido tanto
mite peligroso admitir ci principio, cuanto no se trataba solo
de saber Si en casos que no implicaban rebelion era obligatorio,
o siquiera potestativo, ocurrir en ausilio tie uno de los poderes
del estado contra otro, sino que en ci fondo se escondia una
cuestion previa, it saber, cuitl tie los dos tenia razon en la contienda, I aán it las veces cuiti de los dos era lejitiino.
Reconociendo el poder ejecutivo de La Union que ci texto conslitucional no autorizaba it intervenir en las contiendas tie las
autoridades de los estados, mas tambien Ia necesidad de ocurrir
A remediar los trastornos consiguientes it sus querellas, inició un
proyecto tie lei en 17 de setiembre tie 1870, bajb La firma del
ministro de gobernacion, M. Saavedra, que aunque computesto
de cuatro articulos sobre tres punlos distintos, se proponia esencialmente resolver, por un camino aigo tortuoso, i aplicando los
arttculos 40 1109 de la constitucion, Ia dificultad que nos ocupa.
Nada so decretO, i asi quedaron ]as cosas, hasta que, sancionada
la reforma constitucional de 1874, se procurit allanarlo todo con
Jos incisos 5. 0 I 6.0 , fraccion B del art. 72. Ellos preven dos casos:
1. 0 , Aquél en que desaparecen los poderes lejislativo I ejecuitvo
en un estado; 2. 0 , Aquél en que los poderes de un estado cuestionan entie -si. De otro modo, la reforma provee it Jos casos de
falta de los poderes 6 de cuestiones entre ellos; pero hai un tercero, que no nos parece incluso en ci segundo, i es cuando so
duplican los poderes. Vimos en Jos ejemplos arriba aducidos,
que varios estados de is Union tuvieron simult.itneamente dos
lejislaturas 6 dos gobernadores, i aun alguna vez dos tribunales,
346
BEPURLICA DE ME3ICO
como en Guerrero. Cuestion entre los poderes de un estado
supone que las autoridades ordinarias altercan sobre facultades ó
legalidad de procedimiento, como en el caso de Jalisco; mas no
supone bifurcacion 6 duplication do una misma autoridad. Cierto
es que en tales ocasiones hai easi siempre una cuestion implicita
entre una de las duplicaciones I otro ramo del poder püblico;
pero a6n enténees semejante cuestion no es la imnica, ni acaso
la principal. Resolver cull de dos lej islaturas, 6 gohernadores,
tribunales, que Se disputan La Iejitiniidad es el verdadero, segun
La lejislacion del estado, es cuestion neta i grave, que delw
resolverse directamente por los poderes federales. Tanto ella
como las otras dos, cuya solucion 88 encarga al aenado per los
incisos que antes citainos, serian mIs propias de la corte supre.
ma, por su carlcter esencialmente judicial. Como quiera, si se
reputa inclusa en ellos, i Is reforma se aplica en tat sentido,
habráse dado un gran paso en el tratamiento de uno de los más
traseendentales puntos de administracion federal.
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