OBSERVACIONES JENERALES Dos consideraeiones principales nos han movido a estender la historia constitucional de Méjico was que la de los otros paises objeto de Los precedentes estudios : 1.' La importancia i variedad de los sucesos en ésta, la más conspicua entre las colonias espaflolas del Nuevo Mundo; 2.' El deseo que aquella misma importancia i variedad sujiere de someter los hechos at estudio de la filosofia politica, a fin de obtetier las naturales consecuencias que de su indole 8e desprenden. A no set per ciertos elementos perturbadores, la historia de la soberania 6 del poder páblico se ajustaria probablemente en Méjico, lo mismo que en cualquier otto pueblo, a la. lei del. desarrollo evotucionarlo, la más jeneral I resámen, per decirlo asi, de toclas las leyes naturales. Es ella la que rasgó la niebla del éter cósmico, i concretadas sus panIes en vii tud del principio do la gravitacion, ayudado de tin primer movimiento, que La ciencia aün no ha acenlado a esplicar, imprimió Ia forma i las revoh.clones a los cuerpos celestes. Ella La que, por el enfriamiento del primer fláido i ]as alinidades i las gravedades especIficas tk los cuerpos en fusion, los ha ido desprendiendo I precipitaudo sobre el globo terráqueo, 6 dejando en suatmósfera. Ella la que de una lava ardiente, i al parecer homojénea, ha entresacado todas las rocas, i de las rocas hecho Jerminar las plantas, I de las plantas embrionado el reino animal, incluso el ültirno dsenvolvimiento, el hombre. Ella la que del bimano pohnesio, que hol vaclamos en a.Jjudicar at Jénero bruto ó at jénero huniano, hizo ci hombre salvaje, el bárbaro, el semibárbaro I et clviiizado, que puek Ian a Australia, Africa, Asia, Europa i America. REPIJBLICA DE MEILCO 281 I vrniendo a nuestro propósito, es La misma lei la que fundô la sociedad politica sobre el nücleo de La sociedad doméstica, I pot su desarrollo d 16 ocasion de ejercitarse a las tendencias cerebrales que determinan el establecimiento del gobierno desiJe su forma rudimental hasta Ia mãs avanzada de los tiempos modernos. En virtud de esa lei, tan antigua como la materia, i pie no enjendra los cambios rigorosamente necesarios, sino cuando les Ilega su turno, del patriarcado nació la autocracia, de ella la monarquia moderada, I de ésta la repáblica en todas sus vanedades. Forzar los cambios politicos es producir la revolucion, a diferencia de la evolucion que habria, por la propla virtud del progreso, desarrollado las formas oportunas i adecuadas: es tambien retardar esc progreso, pie la impaciencia quisiera feslinar; pero que esciavo sumiso de la evolucion acompasada, no nace jamas ántes de tiempo, si bien suele engaüar a los que engañarse pileren. Cuando se acelera artificialmente el ,novim,ento politico fabnicando instituciones estemporáneas, la reaccion no se Liace aguar. dat i el progreso definitivo se retarda; como en la naturaleza fisica siguen la calma i el estancatnieiito a Ia tempestad, el calor escesivo al frio glacial. la sequla estrema a ]as liuvias torrenciales, las abundantes a ]as malas cosechas, i aun el vigor de ]as nuevas jeneraciones a las devastadoras epidemias. Ningun hombre de estado sincero debe, por lo mismo, forzar los eambios politicos, alucinado con el benéfico efecto inherente a instituciones do su fantistica predileccion. Porque no Iogrará su objeto, sino producir el desórden i ci malestar, por la perturbacion de la marcha normal que la naturaleza tiene prevenida. Estudiar esta mareha lievando en cuenta la etnografia, la historia, el suelo, el clima, i en suma, el medio ambiente do La nacion a quo sirve, es su larea obligada; pero le resta aón algo más, i es evitar 6 conjurar, en cuanto de éI dependa, las causas perturbadoras de la evolucion natural, conocer su época é ilustrar Ia opinion publica acatándola cuando se ha pronunciado. Sieutprc dificit In obra .de constituir, to es mucho mãs cuando RPL'BLIC& DE MK.UCO se trata de un pueblo que hace por primera vez su apancion en el concierto de las naciones. Seis ó siete miLlones de habitantes sobre una superficie de 200.000 leguas cuadradas componen una sociedad respetable, que demandaba de SUS hijos la más asidus i escrupulosa consagraeion al estudio de sus primordiales necesidades, i los medios de satisfacerlas, en cuanto del gobierno de. pendiese, por medio de instituciones adecuadas a su condicion, I por tanto, duraderas, civilizadoras, i pot consiguiente, apropiadas al subsecuente desarrollo. Pero 4cuiles son esas lustiLy -clones? Considerindolas primero en términos jenerales, he aqui algu. nas reflexiones de M. A. Beaure, en una obra francesa recuente que ánteshemos citado (I): a Asf como la tierra jira simultãnea• mente sobre si misma i sobre el gran astro, la humanidad, en Sn marcha, obedece at combinado impulso de los hechos preezistentes, cuyo influjo es inmediato i do las nuevas ideas que sin cesar se imponen de pot si. Abandonada a sus propios recursos, Is teoria pudiera mui bien elevarse en el vaclo, I sill bLat en altu ras inaccesihies, miéntras que La prictica, sin otra ayuda, pronto se arrastraria en oscura rutina. Dc aquf la necesidad de unir esas dos fuerzas, cuyo consorcio enjendra la perfeccion. Por eso el pensador i el hombre de estado Ilegan a mirar la politica, no tan solo como obra de puras abstracciones, sino tarnbien i a(rn más como la ciencia de las realidades. Saben que las sociedades humanas no ban sido fabricadas de una sola pieza, como ciertos productos industriales, sino quo, por el contrarlo, son el resultado sedimentario, podiiamos decir, de muchas I consecutivas jeneraciones. Por no haber tenido bien presentes estos dos términos dcl problems, Is filosofla, is politica I is historia, han maniobrado sin bràjula ni timon entre el derecho divino i ci eatado racional durante los cuatro ó cinco mil años en que is humanidad ha tenido conciencia de si misma. Para que puedan vivir las instii) f.Mmncrafie conIenporaine. Pans, 1876, p&.j. 14 1 siguientes. REPUBIJCA BE WEilCo 253 tuciones do un pals es preciso, no solo que sean intrinsicamente justas, sino que armonicen COIl Sn pasado, sus hábitos, su carácter I sus intereses. Lo que no significa que el culto de to relative se Ileve at estremo do justilicar las vergonzosas transacelones con Ia concieucia, que tantos hombres se han permitido bajo especiosos pretestos. Nunca hai razon pars abjurar en principios el culto de lo vor. dadero I aun de to ideal; i cuando se asume la grave responsabihdad de conciliarlos, mediante ciertas coneesiones, con las exijencias de la actualidad, requierese indispensablemente quo la necesidad se halle bien demostrada, 6 por to ménos que los resultados la justifiquen.. Pueden tenerse opiniones fijas sin so r precisamente un sectario; asi como se puede ser republicano sin desconocer la necesidad, i a veces ci mérito relativo aunque esenciaimente provisorlo, de formas de gobierno distintas do la repibIica. Bajo este punto de vista debe, nos parece, contemplarse la historia; remontar i lo pasado, no para condenar todo lo que a éL so refiere, sino para recojer lecciones, que so cambiasen con los nuevos dabs de la ciencia i las aspiraciones del progreso. D En pocas palabras, una constitucion debe tener, como Jane, dos faces, que miren una a lo pasado consultando las costum. bres I los intereses lejitimos creados, otra a lo futuro, acomodándose con cierta elasticidad al necesarlo adelanto que emana de la evohicion natural. Méjico ha tenido muchas I diversas constituciones; la monarquia i la dictadura, la republics unitaria i la federativa. ,Cuál do ellas Ic era más apropiada? j,En cuál se cifra su porvenir I debe perseverar? LQué estorbos necesita remover a sus condiciones vitales? Ante todo, démonos cuenta de los elementos perturbadoressin los cuales la evoluéion poll tics natural se hubiera producido aIIL como donde quiera. Son de dos jéneros : uno esterno i ohjtvo, oro sicolójico 6 sujetivo. De los primeros contamos dos; et clero I la milicia: do los segundos otros dos; la teoria I la imitacion. Un quinto, que reputamos misto, es Ia demagojia 6 DPUKLLG& DE Mifl:O ambition civil desordenada. El ciero ha faorecido de ordinario al partido liamado conservador (pie propende a aumentar la accion del gobierno). Pero en Méjico, durante Ia primera época revolucionaria, 6 sea de 4810 a 4820, pusose el bajo clero del lado del partido ilamado liberal (quo propende a aumentar la independencia del individuo). Por lo que respects al ejército, Si bien se inclina tambien de suyo a apoyar al partido conservador (i dé abi so Irecuente alianza con el clero ), ha puesto su espada en Mejico al servicio de todos los partidos, cu yos principios le importaban. poco, con tal que el caudillo de cada revolucion asu iniese el poder. De los elementos sujetivos, La teoria (i Ilamo asi las abstracclones fantásticas) ha propendido de ordinario a Is adopcion de Is roa republicans; la imitacion ha guiado, por no decir estra. viado, a republicanos i iuonarquistas, teniendo los unos por mo delo a los Estados Unidos de America, i los otros de ordinarjo a Is Gran Bretaüa. i Fehz privilejio de Is ran anglo sajona! Pero no solamente privilejio, 81fl0 palmaria demostracion de que la ra,a I no las instituciones,, son Is cause del órden, La libertad, La industria I el progreso que en aquellos dos pueblos se ad. iniran. Examineinos ahora las formas de gobierno que han rejido en Méjico desle ci coloniaje hasta el presente: pero no por su órden cronolójico I rigoroso, sino mas bien por el natural evolucionario, pars mejor hacer resaltar Is influencia de los elementos perturbadores. Es Is primera en ámbos érdeaies Is autocracia monarquia absotuta. Pero no nos detendremos en ella, porque no sal)e.uos que haya tenido en Méjico muchos partidarios, si es qiie ha tenido alguno. Planteada Is constitucion española de 1812, una de las mis liberales en su jénero, los mejicanos gustaron1 ann intes de su independencia, de las garantias individuales i Is liwitacion del poder piiblico; tanto, pie en 1820, cuando se restableció segunda vez en Espafia dicha constitucion, el viri de Méjico se vió Iorzado a restablecerla alli tambien, a pesar de las instigaciones en contrario del rei Fernando VII. El eurso de REPUBLICA DE HEJICO 285 la evolucion natural baijia hecho dar un paso a La colonia en e camino politico, preparando por el mismo hecho su independencia. Estaba Nueva Espafla rejida pot aquella constitucion al independizare en 1821, i como la independencia no fué resuitado inmediato de la guerra con la metrópoli, que terminó casi pot entero desde 1815, faltaba por ese lado el elemento perturbador de ]as armas. Si en aqueHa época los monarquistas hubieran podido con3umar Ia independencia sin pronunciamiento del ejércilo, 4 si a to ménos Fernando VII, a otto de los prmucipes ilamado pot ci plan de Iguala, hubiese aceptado la corona que por él se les ofreció, mui posible I casi probable habria sido el establecimiento pacifico i durable de la monarquia moderada. Pero hecha la independencia por un caudillo militar, en cuyas inanos quedó desde enténces el poder pThLico, e insinuándose mul pronto en ci espIrilu de Iturbide la posibilidad I ci deseo de confiscarlo ed su provecho, introdujo en el tratado de Córdoba la necesaria relorma Para que pudiese ocupar el nuevo trono cualquier individuo designado por las córtes. Etejido éI mismo de la manera que ci lector conoce, quedaban contra su trono varios elementos perturbadores que le arnenazaban 1.0 El mat ejetnplo dado por ci pronunciamiento militar de Iguala que, como observa el seffor Alaman, no tardaria en imitarse; 2.° La sñbita elevacion a Ia dignidad real tie un hombre oscuro i adocenado, que naturalmente habia de tenet rivales cntre los espadones conocedores ya del camino at poder; 3.0 La teorta i la irnitacion, abrigadas mul de buena fe pot los republicanos. La caida de Iturbide estaba pues on Ia naturaleza de las cosas. ProdOjose de hecho por los mismos medios que su elevacion. El hombre que habria luego de quitar I poner toda clase de instituciones ménos Ia monãrquica, que se oponia a su sed do mando absoluto, ci jeneral Santana, asesorado por un distinguido hombre civil, don Miguel Santamaria, ex-ministro de Colombia, que redactó el pronunciamiento de Veracruz 4 6 de diciembre de 1822, derrocó la monarquia do Iturbide. Ménos que ninguflO 286 REMJBLLCA DE MEJICO pensaria Santana en apuntatar el trono para ofrecerlo a un prüicipe europeo, como lo hubiera deseado el partido que se Ilamaba borbénico. Tenia, por consiguiente, que decidirse en favor de Is republictz, deslinada, sin embargo, a desfigurarse en sus manos. Pero ni Santana ni Santamaria eran federatistas; I como adenás is repáblica unitaria asemeja más que la otra a la rnonarquia constitucional, liegibale su turno en la evolucion. Pero no lo obluvo, I ya veremos por qué. Entre tanto, I para terminar con is nw narquia, examinemos Si era posible i oportuna despues de so primer fracaso. Reputamos erróneo el concepto de los monarquistas. pie esti• mando este sistema provechoso por su propia virtud, jázganlo aplicable donde quiera que han visto fallar la republica, sin de. tenerse a examinar silas causas de mal éxito no serian comunes I todas las formas politicas. En una palabra, ban desconocido Ia verdadera naturaleza del gobierno monárquico (I); que no sino una derivacion de la autocracia, una transaccion con la aristocracia i con la democracia, una institucion histories, que supone ciertos antecedentes i base para sulisistir, I cuyo poder se funds en los hábitos, la tradicion i aun el misterio inherente al derecho divino. Donde quiera que existe de vi* data i brilla I prospera esa institucion, ha tenido por antecesora La aulocracia, que ha ciéndose insoportable a la misana nobleza, Sn cómpiice, le ha arrancado una cimara de lores, como dots se ha visto rivalizada más tarde por nuevos pretendientes sentados en una cimara de comunes. Al trasformarse asf tan vioja institucion, ha ganado en ci cariflo i respeto de los pueblos, poco dispuesLos I averiguar Si Asa es la mejor forina posible de gobierno, toda vez que les da seguridad I libertad bastantes, desconocidas bajo el despotismo su antecesor. Al trasplantarse la institucion I un pals que no la ha conocido 0 que se ha pasado algun tiempo sin ella, deja atras sus raices, (1) Llamaré monarquta simplemente at gobierno (1 monárquico to qua Ia Mahe) que comunmente se denorn lea inoitarquia moderada, constiiucionat 6 par lamentaria. flI.PUBLICL Dg VOICO 287 niégale el sustento Ia tierra i se marchita i muere pronto. Faltan la tradicion i el respeto diiiisticos, falta la aristoeracia con sus oropeles i privilejios i findos, que desiumbran i la multitud, I le sirven de broquel contra el monarca al defenderse ella iflasma. Nada de esto se improvisa; i en MjIco Ia aptitud monirquica perdió mucho terreno, ganado pot el sentuniento democrático, en los años que siguieron I la caida del imperlo de Iturbide. Mal o bien, el pueblo tomaba parte en las elecciones ; creaba congresos i presidentes, i aspiraba en sus capas medias I elevarse aim was; i sobre todo, I conservar sus nuevas prerogativas. De los jenerales es innecesarlo decir que La repüblica servia I sus miras; escalar ci poder por la intriga I ci pronunciamiento, salvo raras escepciones. Con espanto miraban los monarquistas, I en jencral los oligar. cas, La superposicion dernocritica, a que no contribuyó poco Mr. Poinset, ministzo de los Estados Unidos, quo habia residido largo tiempo en el pals, aim Intes de obtener ese puesto, I quo habia procurado combatir el principio oligIrquico, entre otros medios, por la kjia yorkina contrapuesta a la escocesa. El siguiente pasaje del señor Arrangoiz (4), conservador, revela por un lado los progresos que la deniocracia hacia en iIéjico, I pot otro el pavor que enjendraban en ci partido opuesto: uSe reunió a fines de znarzo (183) ci congreso mis rojo que hasta entónces habia tenido Méjico; la mayor parte de sus individuos era de jentes nuevas en el teatro politico, absolutamente desconocidas en la buena sociedad, de todas las razas puras I mistas, I algunos quo se pusieron frac o levita i guant.es pot la primers vez en su vida, Para asistir I la aperturade aquellas sesiones.)) Escesos cometidos enténces, como Antes I despues, sujerian en Los monarquistas sistemiticos is idea de que su forma favorita habria de dar como pot encanto I Is patria ci órden, la moralidad I el bienestai' que se echaban de ménos. AM, uno de los mis notables, don José Maria Gutiérrez do Estrada; en cartaescrita a) pre(1) Mejico desde 1808, etc., vol. 11, pj. 216. 288 REI'UIIUGL DE MEJKO sidente Bustamante I mediados de julio de 1840, que hizo mucho ruido I Is sazon, decia: a Herida de muerte Is repñblica por los mismos que se dicen sus apéstoles, se muere de inanicion, despues de ver consumido el Jugo de su vida moral en esfuerzos est4riles I cruentos... Dithrtese cuanto se quiera sobre las venta• jas de Is repñblica donde pueda establecerse, i nadie las proclamarl mas cordialmente que yo, ni tampoco lamentarl con más sinceridad que Méjico no pueda ser por ahora ese pals priiik. jiado; Pero Is triste esperieiicia de lo que ese sisterna ha sido para nosotros, parece que nos autoriza ya I hacer en . nuestra patria un ensayo de verdad era monarquia en Is persona de un Principe estranjero. Robustecida la idea republicans (que Is ezistia en 1813, como vinios en Is asamblea que disolvió Teran), pot el trascurso del tiempo i los acontecimientos que sucedieron 1 1822, puede con• cebirse basta qué punto era realizable Is proyectada monarquia verdadera, nueva ilusion de los que habian visto desmoronarse como castillo de naipes Is de 1821. Reconociendo que Is idea no teals voluntaria aceptacion en el pueblo mejicano, los nio• narquistas sistemltieos avanzaron sun mas en 8US planes : creTéronse autorizados pars imponer pot fuerza estrafia La bendecida institucion, Ilamando en 811 ausilio las armas estranjeras. De aqul Is, intervencion provocada desde silos atras por algunos Inejicanos, I mui formalmente por algun ministro do Santana (I) en 1853, probablemente sin su conocimiento 6, 1 10 ménos, in su estusiasmo. Como formulaban su pensamiento los intervencionistas vet/is nollis, puede colejirse del fragmento que en seguida copiamos, de un despacho escrito I su gobierno en 24 de setiembre de 1860. por don Joaquin Francisco Pacheco, ministro de España ante ci efimero gobierno de Miramon (2): Este pals necesita lo que (1) Arrangoiz, volinen citado, páj. 341, 1 quien dejamos la responsabilidad de esta imputac ion. (2) Hallase inserto el despacho en la obra del seilor Arrangoiz, volumes citado, pIja. 377 i siguientes, i no tenenans por qué dudar de su autentieidad. REPUBLICA 289 DE MJJLCO se ha hecho con algunos otros. ha perdido de Lai manera toda nocion de derecho, todo principio de bien, toda idea i todo habit de subordinacion i do autoridad, que no hal en él posible, por sus solos esfuerzos, sino la anarqufa I la tirania. Es necesario que la Europa no le aconseje, sino que le impong.i la libertad, La disciplina I el ôrden. Cuando vean que el mundo los obliga a entrar en razon, I quo no tienen medios de eximirse de tales doberes, entónces, pero solo entónces, es cuando se resignarán a cumplirlo. Miéntras no, crea V. E. que no tiene fin esta vergonzos historia, escándalo 1 baldon de La humanidad. No hacemos responsables de este lenguaje a Los monarquistas mejicanos; pero era el inismo ott pensamiento en el fondo, i uniendo la accion al convencimiento, no pararon hasta ver roduCido a la pràctica un proyecto, desastroso en fin de cuenta para amigos I enemigos. Bajo el aspecto del desengaiio, acaso es conveniente que so haya realizado la verdadera monarquia en la persona del archiduque austriaco para dar término a pretensiones insensatas I aplicarse a estudiar La verdadera fuente do los males que por aquella institucion se trataba de remediar. Entre tanto, no carece de interes esponer la teorla de un emi• nente eacritor I economista frances, defensor de la intervencion que puso una corona resbaladiza en las sienes del infortunado Maximiliano. En su libro Le Mexique Antique et Moderne, parte 7•*, Mr. M. Chevalier, reconociendo con laudable sinceridad quo ha espedicion francesa de 1862 no tenia sOlo ni principalniente por objeto obtener ciertas indemnizaciones, sino el estabtecimiento forzado do un nuevo gobierno, i confesando asimismo las gravisimas dilicultades inseparables de Ia empresa, procura demostrar sus grandes beneficios una vez consumado. Tres fines ó resultados principales se propondria ha creation de un gobierno monárquico, Lai como llegO a establecerse :1.0 Echar las bases de ha rejeneracion politica, moral i econOmica de Mejico; 2. 0 Poner una barrera a La invasion de Jos Estados Unidoo del Norte I su dominio sobre todo el continente, consultando aol ci tuteres jeneral de Europa; 3. 0 Garantizar I salvar de irrepara. 1.11 10 290 ItEPUBLICA DE MEJICO ble ruina, no tan solo i Méjico, sino at ramal entero de la civiLi zacion latina en el Nuevo Mundo. Sobre el primer punto se halla de acuerdo M. Chevalier con el señor Pacheco; Imbos creyeron que podia i debia imponerse I Méjico tma nionarquIa errbeiieficio de Méjico mismo; es cuestion de caridad forzada, ni mis ni ménos; pero caridad coinplicada con et derecho internacional, que no ha guardado sobre ello silencio. Lo primero que llama la atencion, es is preferencia dada I Méjico para ejercer aquella virtud cristiana. El señor Pacheco nos dice pie otras naciones han sido tratadas del misnio modo; pero no conocemos esos precedentes, si 00 es que se aluda a Polonia en el siglo pasado i I Arjel en et que cursa. Hablando de instabilidad, desórden, anarquia, no es posible olvidar ciertas épocas de Espaiia, donde los pronunciamientos mutares, no ya solo de jenerales, sino aán de sarjentos, ban quitado i puesto ministerios i aun dinastias. Una espedicion francesa at servcio de la Santa Alianza en 4823, hollando el sueto español, derrocO Ia liberal constitucion establecida por el pueblo soberano, i restaurO el gobierno despOtico de Fernando VU. Otra de monarcas absolutos europeos habia invadido i ensangrentado el territorio frances a fines del siglo pasado, en odio I su espan. siva I turbulenta repiiblica primers. , Fueron justticab1es? DemIs de eso, la caridad internacional seria incompteta, si no se ejercilase en favor de los pueblos oprimidos, asi como de aquélbs que eslIn auarquizados. 11 qué campo tan vasto para el politico filIntropo no se abre ante tales horizontes! Poner una barrera I Ia espansion anglo-americana sobre el continente, en interes de los gobiernos 6 pueblos europeos, una cuestion sumamente compleja. 4 Pretenden espaciarse de ese modo los Estados Unidos? I Tendrian la facultad de hacerlo' £ Cederia en perjuicio de Europa? ZPodria Francis impedirlo Era el trono de Maximiliano suficiente barreFa? Cada una tie estas cuestiones, elementos de la primera, se resuelve ella misina en otras cuestiones subordinadas. Pero son hoi ociosas. La supuesta barrera descansaba, segun el mismo Mr. Chevalier (par- kEPIJULICA DE )IJI(;O 291 cafo 2.0 de Is pijina, cit.ada) en una imajinada tolerancia del pOder contra quien iba dirijida, lo que ya es por si sélo una contradiccion. Léjos de haber tolerado el vecino que el gobierno frances lea destinaba, los Estados Unidos manifestaron mui terminantemente que no lo consentian. I como Is espedicion, ya sobrado impopular en Francis, to habria sido mis si bubiese dado lugará una guerra con Is gran repübbca, prudente I neccsario fué para Napoleon III desistir del pensamiento mds feliz de su reinado. Interesantfsimo es el tercer prop6sito dado a la espedicion. M. Chevalier piensa que Ia raza latina dejenera ó decae; que Francia, su centro natural, esti Ilamado a realzarla, devolverle su esplendor i formar una confederation encabezada por ella, que permita a esa raza recobrar su antiguo predominlo en ci mundo Ilnalmente, quo Is rejeneracion de Méjico seria urt buen pnncipio de rehabilitacion, a to ménos, por lo que respecta al continente americano. i Dejenera Is raza latina? , No seri mis bien que sus cualidades, buenas para Is grandeza de Is, conquista del gobierno autoritario, de la unidad de Is fe, de las bell a- s artes, de Ia bella literatitra, responden ménos bien a Is civilizacion moderns, que se funds en Is industria, ci gobierno propio, Is tolerancia relijiosa, las ciencias naturales i las artes mecinicas? PasóIe su época quizis, pero no por decadencia, sino por carnbio de escena en el desarrollo social. Mas si en efecto decayese, I Ia decadencia admitiese remedio, no seria uno de los miernbros enfermos, sin esceptuar el corazon, quien pudiera suministrarlo. Apénas habria otro que la trasfusion de Is sangre de razas mis jévenes I enérgicas; es decir, para America. to mismo exactameute que quisiera ovitarse, Is espansion del coloso setentrional; para Europa, Is irrupcion Jerminica, quizi ya provocada desde 4871 por ci oficioso protector de Is raza latina. Tales fenémenos, cuando han de producirse, nadie ni nada puede conIs jurarlos. Sobre si esti ô no destinada a fundirse en otras rasa latina, imposible nos seria emitir opinion. Baste aqul espresar is que dejamos consignada; que si dejenera, no es la Francia imperial quien hubiera podido contrarestar su decadencia. . 29Q REPUBUCA DE MEJICU Volvamos I tomar of hilo de la evolucion natural. Si de la monarquIa suprimimos el monarca, habri ella desaparecido; pero el poder püblico marcharl completo como 81 nada faltase. Tomemos por ejemplo la Gran Bretaña, la mejor constituida de las monarquias europeas. La cimara de los comunes derriba un mlnisterio impopular, I el sucesor se forma por un individuo que la corona llama, pero que e8taba designado de antemano por el partido que en Is cImara se sobrepone. De suerte, que en realidad es la cImara popular quien nombra el personal del gobierno, ô sea del poder ejecutivo, I la prerogativa real es una mera ilusion. Todos los demIs actos gubernativos son directa 6 indirectamente obra del ministerlo. Por manera que el soberano, mol real en una aristocracia, es un fantasma en una monarquia ternplada. Ausente el monarca i la monarquia, teneinos susiancialmeige la repüblica; forma negativa, susceptible de muchas variantes, I más acomodaticia de Ito que pretenden sus adversarios. Illilase en primer término la repáblica central, que tiene mIs analojias con Ia forma monIrquica que la repOblica federatica. Quien Cs. tudie la actual repábkca francesa, 6 la chilena Intes de 1874, se persuadirl de que bastaria hacer irresponsable i vitalicio al presidente para convertirlas en intachables monarquias. Mèjico adopté la repãblica federativa en vez de la unitaria, at desaparecer su primer imperio, porque se int.erpusieron elementos perturbadorvs, como ya lo tenemos insinuado. Enjendrada por la teoria I la imitacion, Pa opinion páblica demandó repCibtica federativa, i hubo necesidad de obedecerla. Bien to espreso el discurso del presidente del congreso de 1824, don Lorenzo de ZavaPa, at presentar I sus comitentes la constitucion de aquet año: u Nuestros represeutantes, al congregarse en el salon de sus Sesiones, han traido el voto de los pueblos, espresado con simultaneidad I enerjia. La voz de la repóblica federada se hizo escuchar por todos los Ingulos del continente, i el voto püblico, por esta forma de gobierno, lIegó I esplicarse con tanta jeneralidad i fuerza como se habia pronunciado por Is independencia: Vues- REPUBLIC. DE MEUCO 293 tros diputados no tuvieron, pues, que ditdar sobre to que en esto punto deseaba la nacion Felizmente tuvo el congreso un pueblo décil a Ia voz del deber, I un modelo que imitar en la repñblica floreciente de nuesLros vecirios del Norte... La repüblica federada ha sido i dcbió ser el fruto d' sus discusiones. Solamente la tirania calculada de los mandarines españoles podia hacer gobernar tan inmenso territorio por unas mismas Ieyes, a pesar de Ia diferencia enorme de cliinas, de temperamentos I de su consiguiente influencia... Conduce a nuestro objeto el siguiente pasaje de un libro ya ciado (1), que e1ltre otras cosas demuestra la afinidad entre la monarquIa I la repñblica unitaria. Reflérese al año de 1823, cuando dice: cc Las mismas luchas entre el cent ral ismo I el federalismo que desgarraban la repüblica de Buenos Aires se reprodujeron en Méjico. La dominacion i la dinastia españotas babian perdido de tat modo toda probabilidad de restauracion futura, que los borbónicos se trasformaron en centralistas, I cuyo campo afluyeron todos los pertenecientes a las clases privilejiadas. I que se inclinaban hIcia ]as ideas conservadoras; los españoles, los eclesiIsticos, los nobles, los que habiendo estado primero por el gobierno colonial, despues habian sido los defensores del plan deiguala, I los que más adelante Se declararon en favor del sistema militar, que gobernó at pals con formas federativas. En oposicion a este partido meramente organizado, los republicanos, que desde el principio habian sacado su mayor fuerza de los campos, se mostraron favorables at federalismo. En Guadalajara, donde se forinó una especie de centro federalista, i en Yucatan, las diputaciones provinciales (2) empezaron I erijirso en cuerpos lejistativos I I proclamar sus provincias estados soberanos independientes. Las demIs provrncias siguieron este ejemplo... El ejército sehallaba dividido en dos fracciones : Bravo, Negrete i Moran (1) Compendio de La hisloria de America, par Mesa i Leompart, vol. II, pàj. 243. t2 ) teadas bajo el réjimen de la constituciori espailola. etc. M REPLIBLICA DE MFJLCO eran centralislas; Guerrero, Santana (1), Barragan I otros eran federali8tas. Reconoce Ia nécesidad de establecer la federacion el señor Alaman (2) cuando ascribe: Justo es decir en elojio del constituyente que de cuantos congresos ha tenido la nacion, no sélo tue at (inico que hizo mucho en poco tiempo, sino tambien que, supuesta Is base de la federacion, que se vió obligado I admitir. . ha obrado con mis tino que el que ban mostrado el que le precedió i Los que le ban seguido. u Una de las causas de esa ne cesidad era la situacion creada por la ambicion lugarefia, elemento do la e'volucion natural cuando se encierra en limites m0 derados, i perturbador cuando Los traspasa. Las diputaciones provinciales en 1825 1 como nos lo dice el señor Arangoiz (3) it de pretension en pretension se habian convertido de hecho en congresitos soberanos, i casi separidose enterainente del gobier no. Pidieron I lograron que se convocase I un congreso cont tituyente, del cuat esperaban el establecimiento do la federacion, que ya tenia que contar con aquellas entidades. Nació, puss, viable, pudiera decirse, aunque fruto en nwcha parte do elementos perturbadores. Pero no tuvo ni tener podia la virtud de neiltralizar ]as causas jenerales de disturbio, que ya el lector ha percibido, i de que ella no fNé causa, sino victim;. Háholos, por consiguiente, durante su imperio, aunque no majores que intes ó despues; i intes bien debe notarse, que solo entOnces hubo presidentes bastante afortunados para terminar en et poder Sn perfodo constilucional, i épocas de sosieo i prosperidad que ban liamado La atencion de los dos historiadores mejicanos intes cilados, imbos adversarios del sistema federativo, pero hombres honrados. Otrode esos adversarios, el señor Santamaria, el mismo repüblico que dirijió I Santana en el plan de Veracruz para derrocar I Iturbide, no pudo probablemente imprimir I La re,olu (1) Segun Ia ocasion era todo; pero sus verdaderos sentimieiitos se conforms- ban mM con el centralismo, que da mayor sums de poder. etc. (2) Iliatoria de M4jico, vol. V, $j. 815. (3) Vohiineii citado p. 155. REPUBLICA DE MEJICO 295 cion el jiro que hubiera deseado, en el sentido do la repiiblica unitaria, i atribuyó más tarde a is federacion los desórdeoes de su epoca. Veamos cómo se espresa en un folleto que publicó en 1833 Yoked ahora, mejicanos, La consideracion it los frutos que haneis reportado de Is conslitucion, La federal de 1824, en su práctica i ejecucion de ocho aüos. Guerras intestinas, odios i persecuciones, espulsiones euormisimas, deudas I La inits escaiidalosa dilapLdacaon del erario naci9nat I del de cada uno de los estados. 4 En qué manera so han auinentado real i sensiblemente Los progresos de La educacion I la mejora de nuestra condicion? En ninguna, porque apénas so consagran it procuritroslos los verdaderos amigos de ellos, cuando son interrumpidos por los trastornos é hipôcrita lilantropla do los turbulentos demago. gos. Los ruinosos empréslitos de cada momento, el escandaloso ajiotaje sobre las rentas pñblieas devoran La 8UstaflCLa del pobre pars engrosar las fortunas de unos cuantos, satisfacer de antemano los cuantiosos suoldos de los gobernantea, en tanto que las viudas 6 huérfanos aguardan necesitados su escasa porcion, resuliando como consecuencia de tales causas una nacion, quo por todas panes presenta el espectitculo de La infeliz pobreza. Esa constitucion, tal cual se ha observado, ha sido el semillero fecundo de ambiciones, codicias i desmoralizacion; el veneno activo de revoluciones perlédicas ; el mayorazgo perpetuo de La demagojia. El noble empleo do representar it los pueblos I darles leyes convenientos, so ha conventido en modo de vivir I asegurarse rentas de tres mil pesos cada diputado. ; Singular ejemplo, solo visto en esta repib1ica! El solo congreso jeneral cuesta anualmente at pueblo mejicano trescientos doce mil pesos, I sobre tat suma cuéntanse las de las veinte lejislaturas pagadas asimismo con salario annal. I I cuiti es vuestra lejislacion? ; Mejicanos! (a del cos, (a de tin labeninto sin salida. j,Qué especie de constitucion es La que tiene que estar apelando it cada momenlo, por meses enteros i hasta por aflos, it (acultades estraordinarias, esto es, it dictaduras, it poder de un hombre I no de 296 REPUBLIC.t DE )IEJI(:O la lel? ; Orijinal constitncion 1* que tiene que dejar de existir continuamente por solo existir en cortos intervalos! Hal, pues, en ella on vicio sustancial, radical, permanente. Es, por tanlo, liegado el caso, urje la necesidad de ocurrir a la fuente de donde se derivan las constituciones Para reformar, alterar 6 cambiar lo que al presente està consumando la ruina de la patria. Constitucion de on pueblo libre se necesita, pero descansando sobre garanti as reales, positi'vas, estables. ,' No esti de acuerdo con tan lOgubre cuadro lo que nos dicen sobre (a situacion económica el señor Alaman (1), i sobre la politica ci señor Arrangoiz (2) en sus obras citadas, que por abreviar no copiamos. Pero ann cuando lo estuviese, notará el lector qua en la cr1 tica de la constitucion federal, el señor Santainaria no se contrae a esponer les males que por su propia naturaleza hubieran podido con justicia imputársele. Casi todos los mencionados podian ser I fueron en efecto comunes a épocas posteriores de réjimen central. Revueltas, intrigas ambicinsas, dilapidaciones, facultades estraordinarias, persecuciones I venganzas, todo lo vemos bajo el reinido de las constituciones unitarias, de 1836 con poder conservador, I de 1843 sin ese poder. Precisamente el desengaüo, apoderindose de la revolucion de 1844 contra Santana i de 1845 contra Paredes, restableció en 1847 con refonnas la constitucion federal de 1824, tan impotente la segunda como Ia primera vez contra (a ambicion I la audacia militar, que ia sustituyO con la dictadura organizada de Santana en 1855. No ménos impotente I más funesto ese gobierno personal, desciende bajo la rechifla del plan de Ayutla, I una nueva constitudon federativa (1857) cae a su turno, aun sin plantearse, en las garras de Ia ambicion tnitit.ar, dando ocasion a que los ilusos admiradores de la gran institucion regalen a su patria con (a verdadera monarquia, importada bajo el amparo de las bayonetas iraticesas. 6 Para qué? Para pasar por el ultimo desengaâo, i 1) Vol. V, páj. 914. (9) Vol. II) pej. 902. BEPUBLICA DE MEJICO £97 palpar que tambien habia abusos I desórdenes i ambicion i cruetdad en La institucion destinada o rejenerar a Méjico; para prosenciar, no sabemos si con lágrimas a regocijo, que tambien niedan por et suelo las coronas i ann las cabezas de los reyes at soplo de La tempestad re'volucionaria. Diez afios Ileva de restaurada I veinte de espedida la constftucion federal de 1857, sin que, salvo el episodlo imperial, se haya ratado de revocarla de hecho ni por los trâmites legates. He sido reformada, como to foe su hermana do 1824, por los trámites en ella establecidos, i son las ünicas que ban recibido ese honor. Acaso sea simpática ilusion; pero pudiera creerse que ban empezado a comprender los repüblicos mejicanos que sus instituciones ban sido inocentes de los males que ban aflijido a so paLila, i por consiguiente, que babrá de buscarse en otra pane La causa, como el primer paso en La via de curacion de la enferme dad. Cn voz profética i autorizada mostró la buena senda uno de sus más ilustrados compatniotas, don Lorenzo de Zavala, en su discurso inaugural de la coustitucion de 1824, àntes citado, at espresarse de este modo: uPero en medio de esos progresos de La civilizacion, la patria exije de nosotros grandes sacrifiios, i un relijioso respeto a La moral. Vuestros representantes os anuncian que si quereis po neros at nivel de La repñblica feljz do nuestros vecinos del None, es preciso que procureis elevaros at alto grado de virtudes clvicas I privadas que distinguon a ese pueblo singular. Esta es la (mica base de la verdadera libertad, I la mejor garantia de nuestros derechos I de La permanencia de nuestra constitucion. La fe en las promesas, el amor at trabajo, la education de La juventud, el respeto a sus semejantes; he aqul, mejicanos, las fuentes de donde emanará nuestra felicidad i La de nuestros niet.os. Sin estas virtudes, sin la obediencia debida a Las leyes î a las autonidades, sin un profundo respeto ii nucstra adorable relijion, en vano tendremos un código ileno de mdxi mas liberates, en vano haremos ostentacion de buenas leyes, en vana proclamaromos La santa libertad. tos REPURLICA DE MEJICO I por euano ban faltado aquellas 'iirtudes, ninguna de las ins. tituciones ensayadas ha protlucido los beneficios que sus respectivos partidarios esperaban. Hablamos de los partidarios sinceros; que no de los meros ambiciosos especuladores, sethentos de zuando i de asignaciones, para quienes todas las Iormas ban sido indife rentes, i que pot to mismo ban aprovechado todas las ocasiones de asalt.ar el poder por Is revolution. Consiste, pues, la enlerme. dad en Is inmoralidad politica; el remedio en 1* moralizacion. Pete eómo obtenerlo? Ese es el gran problenia, tanto mM dilieu, canto equivale en mueha parte at de la education de SI mismo. No estón ciertamente lox pueblos hispano-americanos exentos do Is lei comun en el desarrollo lento pie se cumple por In evolu. cion politics universal Fué su mala suerte que, colonias espaãolas, no estuviesen preparadas pars la independencia I ménos sun porn Is repñbliea. Ni 10 habrian estado jamas, porque Espaila no podia dat to pie no tenia: órden fundado en la libertad. Decirse pudiera que sus anhiguos colonos saltaron dos épocas en la evolucion necesaria, I aán recojen las consecuencias de esa festinacion. Cabe al tiempo i a los elementos jenerales civilizadores repatar los estragos do is revolution, I restablecer el curso propio de Ia evolution natural, subordinando los moti,os seductores a los tutelares, I mostrando Is armenia de los intereses, fin i resümen de toda moralidad. Son dos Las partes interesadas I enfermas de la sociedad hispa. no-americana, i quo la componen, come a toda otra: gobernantos i gobernados. So enfermedad o desarreglo, el abuso del poder I is insurrection, ó usando los términos consagrados, el despot ismo I la anarquta. Reaccionan uno sobre otto los dos fenórnenoa, i se incrementan como se aLernan reciprocamente, a medida que enaiquiera do ellos crece 6 mengua. Dé un gobierno sistemátices pruebas de legalidad, respeto a los derecftos individuales, consagracion al püblico servicio, i babrá pot el mismo beebe desironcado Is insurrection. Mantengan los ciudadanos inalterable at' obediencia a las teyes i a las autoridades pot ellas establecidas, I - IRPVBLICA DE MFJLCO 2% el gobierno carecerâ a lo mnos de preteato pars traslimitar süs facultades. Juzgamos además quo los elementos perturbadores objetivoe requieren tratamiento especial. Basta, sobre el clero, no provocar sus iras tocando innecesaria 6 intempestivamente a sue conquit. Las; Is reforms eclesiistica es de aquellas quo eiijen mayor tino i prudencia, ye so tratede an estension, ya de su modo, 6 ya, en fin, de su oportunidad. Cuanto al ejército, cause primers I principal de desérden, especialmente en Méjico, Is condition indispensable do an morijeracion es an depuracion. Una vez mandado por jefes i oficiales select.os, seri en manos del gobierno lo que debe ser, su instrumento i no su amenaza; pero si bien nunca deliherante, tampoco ciego que se preste a la estrangulacion de la libertad. Con ese brazo, siempre pronto i siempre fiel, caeni sobre Is demagogia que aün alente sublevar al lépero I al )arocho, i un castigo inflexible pero estrictamente legal a los instiga. dores de revueltas, combinado con el fomento de Is industria para desviar las asecbanzis contra el tesoro piblico, harin ganar a la probidad lo que pierdan las tentaciones. llabrá surjido entónces del cios politico Is deidad universal que se llama Deber; i a su amparo se crearin hábitos, segunda naturaleza, sin los cuales toda moral es ilusoria, miéntras no se comprenda bien la magnilica verdad de Is armonia de los intereses. Ofrece nuestra raza dificultades especiales a Is templanza de los motivos seductores: es la ntis turbulenta de Europa la española, i sus mezclas en America no La ban mejorado. Pero el ejemplo do Chile, i los progresos que en la misma direccion ban hecho de veinticinco aAos a esta parte el Peru i La Repóblica Arjentina, eonvencen de que el porvenir es ménos tenebroso de lo quo afectan creer nuestros censores europeos. Entre tanto, ezaminemos mis de cerca ci instrumento quo hoi organiza a la repñblica mejicana. Is opiAl restaurar Ia federacion, plegindose juiciosamente a nion prodominante, el Congreso de 4856 pudo restaurar simplemente Is constitucion de 1824 con 6 sin las reformas de 1847. 300 REPEBLIGA DR mialco Pero asp ró, segmi entendemos, I democratizar aun mis el go- bierno de Méjico, bien pie no estamos persuadidos de que to hap logrado sian en perLe. Ye veremos, Si no, que aunque puso más en coutacto I los representantes con los representados, aumenté La accion del poder, que todavia hallaron insuficiente sus primeroe ejecutores. Tomada en conj unto con sus reformas de 73, 74 177, i mediante la del art. 29, demasiado lato, seria probablemente la mejor de todas Las constituciones americanas, I inerecena conservarse haste granjeanle el afecto i La Lealtad que solo so deben I las instituciones i james I intrusos potentados. OBSERVACIONES PARTICULARES DERECROS DEL BOMUKE. - I.° Su enumeracion. Dedicase a este asunto una larga seccion del tit. 1, i es digno de reproducirse el articulo con que comienia: ((El pueblo mejicano reconoce que Los derechos del hombre son la base i elobjeto delas instituciones sociales. En consecuencia declara, que todas las leyes i todas las autoridades del pais deben respetar I soatener las garantias que otorga La presente constitucion.)) Consagra los siguientes articulos, hasta el 28, a enunciar I definir los derechos que se suponen inmanentes a la naturaleza humana, i a que esta constitution ha dado aparentemente mayor iniportancia que las ailteriores. Veamos lo que a este respecto dijo el vicepresideute del congreso constituyente, señor Leon Guzman, en el discurso con que presentó at pueblo mejicano ci nuevo instrumerit.o. uPersuadido el congreso de que la sociedad para set justa, sin to que no puede ser duradera, debe respetar los derechos concedidos al hombre por su Creador, convencido de que las más briilantes I deslumbradoras teorias poilticas son torpe engano, amarga irrisiofi, cuando no se aseguran aquellos derechos, cuando no se goza de libertad civil, ha definido clara i previamente las garantlas individuales, poniéndolas a cubierto de todo ataque arbitrario. La ada de derechos que va al frente de la constitucion, es tin homenaje tributado, en nuestro nombre, por nuestros lejisladores, a los derectios imprescriptibles de la humanidad. Os quedan, pues, libres, espeditas, Lodas las facultads que del Ser Supremo 3O tPUBL1cA DE MEJICO recibisteis para ci desarrollo de nuesLra inteligencia, pan el bgro de nuestro bieeLar. • La igualdad sen de hoi mis la gran lei en la repüblica; no babri misménito que el de las virtutles; no manchani ci temtorio national la esciavitud, oprobio de la historia humans; ci domicilio sera sagrado; la propiedad inviolable; el trabajo I Is industnia libres; la manifestacion del pensamiento sin más trabas que ci respeto a La moral, a la paz pñblica i a la vida privada; el tninsito, el movimiento sin dificultades; el comercio, Ia agricu tura sin obsticulos; los negocios del estado exam inados por los ciudadanos todos: no habrá leycs retroactivas, ni monopolios, ni prisiones arbitrarias, ni jueces especiaLes, ni confiscacion de bienes, iii penas infamantes, ni se pagará por la justicia, ni se vio• lana la co rrespondencia ; i en Méjico, para su gloria ante Dios i ante el inundo, seth una verdad prictica la inviolabitidad de la vida humans, luego que con el sistema penitenciario pueda aIcanzarse el arrepentimiento I rehabilitation moral del hombre que ci cr1 men estravia. Tales son, ciudadanos, las garantlas que ci congreso creyó deber asegurar en!la constitucion para hacer efectiva is iguatdad para no conculcar ningun derecho, para que las instituciones d esciendan soilcitas I biunhechoras hasta ]as clases mis desvalidas desgraciadas, a sacarlas de su abatimiento, a lievarles la ma de la verdad, a vivificarlas con el conocimiento de sus derechos. Asi despertari su espiritu, que aletargó la serviduinbre; asi se estimulari su actividal, que paralizó la abyeccion; sal entranin en la cornunion social, i dejando de sen ilotas miserables, redirnidos, emancipados, traerán nueva savia, nueva fuerza a la replThlica.D Cualquiera diria, en vista de la precedente esposicion, que la conslitucion de 57 era la primeta entre las Inejicanas que con signaba garantlas individuates (pars ussr de su espresion). TraJeron muchas de esas regias 6 declaraciones las precedentes, auaque en verdad ninguna con tanta proiijidad como la que no ocupa. Tanto ella como su espositor consideran que las garantias individuales conisten en las declaraciones sobre que placente* B)P1JSLICt DE MEuCO 303 mente se discurre. Los derechos que encierran son nulos, las declaracionespaiabras, si no se provee de medios para hacer los efectivos; i esos medics son el codSgo penal, Is responsabilidad de las autoridades, el inflexible castigo do todo ataque a los derechos concedidos. Edo, i nada ménos pie eso, eonstituye la ga. rantia. Aun despues que los hechos se ban convertido en garantias pôr los medios legales, rests que los encargados do hacerlas efectiras se propongan, como ci primero de sus deberes, ponerlas en práca tica, i atraerles el respeto de todos los asociados. Enténces i no ides penetrarán las nociones de Is justicia i del dereeho en las ultimas capas de Is estratiuicacion social, i saldrán de su abatimiento, como lo esperaba el señor Guzman de las simples declaraciones. Pero Tnás que Jos pomposos articulos constitucionales. Ia Paz no interrumpida i el espiritu civilizador del gobierno infunden Is nocion del derecho, pie se infiltra lentamente, I se establece como una institucion no escrita pero ilena de fuerza. Si hubiésemos de juzgar de las garantias en Chile por lo que de eHas decia su constitucion, creerlamos que ban sido casi nulas. Pero en ci hecho pueden jactarse los chilenos de gozar i haber gozado nias libertad, más seguridad, ya se trate de las personas, ya de las propiedades, ova de Is imprenta, Men de Is loconiodon, que otras repàblicas, cuyas instituciones abundan como It mejicana en ostentosas declaraciones de principios, solo buenos Para satisfacer Is vanidad. 2.° Suspension de las garantlas. Al sentar ci hermoso prin. cipio con que arrancó is constitucion mejicana, quedaba compro metida a guardarle consecuencia. Si los derechos del hombre son Is base i el objeto de las instituciones sociales, siguese qué deben acompañarle constantemente; quo en ningun tiempo, ni por causa alguna puede ci hombre ser pnvado de esos derechos, so pens de hallarse, consiguientemente, sujeto a inatituciones sin objeto iii base. Es tambien ci finico medio de que arraiguen en La conciencia del ciudadano, infundiéndole la idea de una invulnerable propiedad, en cuya defensa todos se hallan intere. 304 kEPBhlCA 0E ilEjico sados. j,Que diremos, pues, de ma disposicion constitucional, quo autorice Is suspension de las garantlas por ella misma preconizadas como inherentes ala naturaleza del hombre? Eso hace el art. 29, en términos alarmantes, ya por su tenor, i verdaderamente calamitosos por Is intelijencia pie han recibido. No hallamos ficil comprender si la suspension que de 1a8 garantias otorgadas por la constilucion autoriza aquel articulo, debe ser permitida por el congreso, ó por la diputacion permanente, ántes de ser decretada por ci presidente de Is repñblica, o si basta que uno (i otro cuerpo apruebe la medida, una vez adoptada, porque la porte segunda del articulo so presta I is primera intelijencia. i Is principal so aviene mIs con la otra. Ni enteiidemos bien tampoco Si a las autonzaciones que eJ congreso estime necesarias para quo el ejecutivo haga frente a la situacion i vienen I ser cosa distinta de la suspension de las garantias. Daremos por seritado que son una misma cosa, I por tanto que, con previa 6 con posterior aprobacion, el ejecutivo ir puede suspender las garanhias otorgadas por Is constitucion (en la seccion V, tit. I), escepto las quo aseguran (1) la vida del hombre, en los casos de invasion, perturbacion grave do la paz pñblica, 6 cualesquiera otros que pongan 4 La sociedad en grande peligro 6 con/licto. Nwguna de las precedentes constituciones habia permitido una suspension por mayor do sus garantias; hábola que no contenia autorizacion aiguna I ese respecto; I con todo, la concesion de facultades estraordinarias, reputadas siempre omnimodas, fné asunto de comun ocurrencia en todas las épocas de la historia constitucional mejicana. i Qué mucho, pues, quo se these latisima estension al art. 29 que examinamos! Cuando asomaron los pri. meros indicios do la intervencion curopea, el Congreso de 1861. en Ii do diciembre, diô al presidente, JuIrez entônces, las necesarias facultades pars afrontar la situacion, es decir, para suspender las garautias constitucionales; i por el mismo hccho ci presidente se reputô nombrado dictador. (1) Garantias que asegairan es un pleonasmo de que debieran buir instru mentos cuya redaccipn Cs punto sumainente grave. 505 REI'UBLLCA DE MEJICO Considerándose denLro de los liinites de aqueHas autorizaciones, espidió el presidente en 25 de enero de 1862 una lei i para definir los delitos contra la independencia i la seguridad de la nacion, contra ci derecho de jentes, contra las garautias individuales, I contra el órden I la Paz pübfica. P Segun su art. 28, los reos cojidos en fragante delito, 6 en cualquiera accion de guerra, debian sufrir las penas en ella impuestas, con solo la identifica• don de las personas. Para ofros casos permite Un rápido juicio, ante un consejo de guerra, cuya 8umaria debia terminarse en 60 horas, I seguirse por defensas rendidas en 24. Conforme al articulo 6.°, a cuando la autoridad militar tenga conocimiento de que se ha cometido cualquiera de los delitos que elf a especilica, bien por la fama pñblica, pot denuncia 6 acusacion, 6 por cualquiera otro medio, procederé I instruir la correspondiente averiguacion, con arreglo I la ordenanza jenelaL del ejército i la lei de 45 de setiembre (Ic 4857. Abrazaba la de 25 de enero de 1862 estos tres puntos: delitos I penas, designacion de tribunales, procedimiento criminal, i aim pudiera afladirse.dispensacion de Juicio. Poder para suspender las garantias constitucionales no equivaie ciertamente I lejislar con esa aniplitud. Obsérvese que La constitucion no autoriza su absoluta suspension, ni que ci ejecutivo asuina ci poder lejislativo. Preve solo (art. 128) que por alguna rebelion so interrumpa au observancia, I para entOnces dispone que no perderl sufuerza i vigor. Ahora, pues, ci art. 50 dice: ((El supremo poder de la federacion se divide para su ejercicio en lejislativo, ejecutivo i judicial. Nunca poJrIn reunirse dos ó mIs de estos podere8 en una persona ó corporacion, ni depositarse el lejislativo en un individuo. i Hasta donde puede ser condenada por. un texto espreso la conducta de un funcionario, to era en nuestro concepto Ia del presidente JuOrez por ci que dejamos trascrito. Para mejor comprender la naturaleza de la lei de 25 de enero, obsérvese que, at autorizar la imposicion de penas sin juicio alguno en ciertos casos 6 mediante trámites especiales en otros, no pasaba meramente por alto garantias otorgadas por la consti1. ii. 20 306 REPUBLICA DE MEJICO tucion de 57: pretermitia Is primera de todas las garantias, que no esti alil mencionada, Is de no sufrir castigo sin previo juicio. Al fijar ciortas formalidades necesarias en todo juiclo criminal, el art. 20 supone ya ci juicio, no to instituye. Las leycs comunes de todo pals civilizado propenden a impedir ci sacrificio de Is inocencia, por medlo de ciertas prescripciones i formalidades. Son ellas las que contienen primitivamente Is garantia del juicio criminal para un acusado, en Méjico to mismo pie en Australia; i es esa garantla, no otorgada por Is coustitiicion tie aquella repübiica, sino por cuantas iyes babian rejido en ci pais desde su colonizacion, 1* pie se derogo por esa otra lei tie 25 de enero, viciosa por su orijen, i mis viciosa aun por su tenor. La garantla del juicio, i del juicio completo, pie permita poncr perfectamente en claro los hechos, su caricter I sus autores, no es ningun beneficio personal pars tiempos norinales, que pueda, por consideraciones politicas de cuaiquier linaje, supnmirse en los casos de conmociones I disturbos, por graves ó estraordinarios que Sean. Tiende at predominio de Is verdad, de Is justicia, del sosiego pábiico; i nunca ma's necesaria que en esas mismas épocas de grandes trastornos, cuando las pasiones, elevadas at mis alto grado tie intensidad, degas para con ci enemigo, eclipsan Is razon I la conciencia sun de los hombres mejor intencionados en las situaciones normales, arrastrandolos a obras tie iniquidad, de que apénas se lea hubiera juzgado capaces. Pero a(m mis censurable, si cabe, que Is ausencia del juicio, es un procedimiento hipócrita, insnficiente para. esciarecer Is verdad, I destinado solo a acallar la grita de los hombres superficiales que se pagan de palabras. Vale mis, franca i audazmente, sacrificar at enemigo, declarando que asi to demands Is 8alud tie Is patria, I confiando en pie Is historia, cuando no sea Is actualidad, ponga el hecho entre las grandes concepciones potiticas, superiores a Is comprension del vulgo. 3 0 Un caso particular. Tomados prisioneros en Querétaro el titulado emperador Maximiliano I sus jenerales Miramon i !tFSPUBLICA DE MEJICO 30 Mejia, el gobierno del presidente Juirez dispuso que so lee juzga'.e conforme a la lei de 25 de enero de 1862, espedida por ci mismo presidente, I que imponia la pena de muerte a los delitos imputados. Hemos visto que, segun aquel acto erijido en lei, el jefe militar podia i debia por ci solo iniciar ci procedimiento en los casos a que ella se contrae. Pero no sucedió asi. El jeneral Escobedo aguardó lasórdenes supremas; i en efecto, recibió una, fechada en San Luis de Potosi a 21 de mayo de 1867, suscrita por ci secretario de estado en el despacho de Guerra I Marina, en Ia cual se previno el juzgamiento de aquellos tres prisioneros, de conformidad con la mencionada lei. Hi aqul varios fragmentos importantes de La comunicacion que citamos: u Los hechos notorios de la conducta de Maximiliano comprenden el mayor nümero de las responsabilidades especificadas en esa tel. v Menciona en seguida los bechos imputados al archiduque, todos los cuales cc referian a la aceptacion I ejercidos del poder piblico en calidad de emperador. I despues de esponer brevemente los que aparejaban responsabiLidad a los ilamados jenerales Miramon i Mejia, contin(ia de este modo: Previenc ci art. 28 de la lei citada (La de 25 de enero) que las penas impuestas en ella se apliquen a los reos cojidos infraganta delito o en cualquiera accion de guerra, con solo la identilicacion de las personae. Concurriendo en ci prescnte caso ámbas circunstancias, bastaria la notoriedad de los hechos para que se debiera proceder con arreglo a ese articulo de la lei. Sin embargo, queriendo ci gobierno usar de sus amplias facultades, con objeto de que haya la más plena justificacion del procedimiento en este caso, ha resuelto que en él se proceda at juicio que dispone la misma lei en otros casos, para que de ese modo se oigan en éste ]as defensas que quieran hacer los acusados, I se pronuncie la sentencia que corresponda en justicia. Segun esta órden, los hechos imputados a los tree presos eran delitosprevistos I castigados por la lei de 25 deenero, i con forme I ella debia procederse. Eta ci caso de aplicar las penas sin necesidad de juicio; pero, por via de gracia 6 merced, concediase el 30$ REPUBLICA DE MJLCO beneflejo de oir defensas i pronunciar sentencia. 'La primera resolucion era de carácter esencialmente judicial; la segunda del Wen lej islatiio, I no como quiera, sino ex-post facto I en beneficio do determinadas personas, puesto que se reformaba la lei primordial para un caso especial ya ocurrido. No es maravilla, pues, que el fiscal, teniente coronel don Man uel Azpiroz, jéven iluatrado, que poco despues ocupó una plaza en el rninisterio del presidente Juárez, en su escrito de acusacion, fecha 13 de junio, comenzase asi: a Al leer la suprema lei de 21 de majo (1) quo dispuso el juicio de Maximiliano, Miramon I Mejia (fol. 2), se comprende sin dificultad, i yo comprendi desde luego, quo no se trataba de un proceso criminal comun; pues no necesilaba contener, como ordinariamente sucede, la sumana, cuyo objeto es la comprobacion del cuerpo del dciito i ci descubnimiento de toe deliucuentes, I cuya razon legal, por lo mismo, consiste en Is oscuridad de Jos hechos 6 falta de noticia de los autores de ells; puesto que los actos cniminales que se refieren en la órden los han cometido a la faz de la nacion I del mundo entero, Maximiliano I sus ciSmplices Miramon i Mejia, cojidos infraganti. Podia, por tanto, principiar el proceso por La confesion con cargos. A pesar de eso, el fiscal, por pura induijencia, hizo más: tomó a los reos una declaracion preparatoria (instructiva)... Con lo cual, las con lesiones i los escritos de sus defensores, quedaban aquélios listos i aparejados para recibir seniencia. Redójose Maxitniliano en sus actos de instructiva i coufesion a escepcionar la incompetencia i jurisdiccion del tribunal militar para conocer en su caua, que él consideraba do carácter politico. Una iez admitida Is escepcion, i juzgado en consecuencia ci reo por otros tribunales, no habria podido recaer pena de muerte, segun lo articulos 23 1 29 do la bonstitucion. Pero no se caminan trabajosamente den leguas por el gusto de deshacerlas en un ràpido tren. La escepcion era por lo mismo estemporánea, i asi se declaró (1) Llamaba lei 41 oficiodd secretario de guerra i marina que ot'deeó el eojuiciamiento. REPUBUCA DE MFJICO ZO9 ror ct jeneral en jefe, con dictámen de asesor, en 30 de mayo, cuando dijo: Procedléndose en la caua de Fernando Maxim Iliano de Hapsburgo. i sus jenerales don Miguel Miramon i don Tomas Mejia, pot disposicion del supremo gobierno, no está en mis facultades declararme incompetente, pues faltaria a lo dispuesto por is antorid-'1 superior, iii ménos lo está el mandar suspender todo procedimiento ulterior. D Puede colejirse de lo que precede qué libertad de accion tendrian seis capitanes I un teniente coronel, a quienes so habia dado La triste comision de suseribir una condenatoria, implicita. mente formulada por el gobierno desde San Luis de Potosi, en su órden 6 despacho de 21 de mayo. Absolver a los procesados, 6 condenarlos siquiera a otra pens que no fuese la capital, habria pareciio at consejo de guerra tan ajeno de su encargo, como declarar que los reos babian merecido bien de Is patria. Morir dehian los prisioneros, I por tanto murieron. Pero si su muerte estaba decretada (i no podia ocultarseles) a qué prolongar su agonia con formulas mentirosas? Un juicio supone duda 6 incertidumbre sobre su final resuitado, ventilacion, pruebas I posibilidad de absolucion. Cuando su tin está previsto, no hal juicio 81110 farsa, I en el caso presenle la ejecucion virtualmente ordenada el 21 de mayo (tal vez sin apercibirse de ello sus autores), liabria sido más digna siendo más esplicita. En una ocasion semejante jailo do 1861 i para justificar el fusilamiento liso I Ilano de tres pi isioneros, a quienes se irnputaban actos de sunia crueldad, el jerieral colombiano T. C. de Mosquera dijo: ((los vencedores no tienen derecho para juzgar a los vencidos.)) Y decia bien; pero no deducia, a nuestro modo de vet, la recta consecuencia. Porque si los vencedores no son linparciales para aplicar a los vencidos los text os de las leyes humanas ménos aün lo son para juzgarlos, segun las alias i recOnditas I* yes de la moral. Hai hechos que pot su naturaleza trascienden todos los limites de la justicia terrenal, I en la muerte de sus autores fallan todos los objetos razonabtes que se propone el castigo. - 310 HEPUBLICA DE MEJiCO Por to dems no beinos ilevado en mira at criticar los actos relacionados con las ejecuciones de Querétaro, ni defender La memoria de los reos, iii méno3 ann censurar la conducts de los gobernantes de la época : tanto to uno como to otro es ajeno de nuestra incumbencia, I fuera de lugar en este libro. Por ñnico propósito hemos tenido mostrar la manera como se han entendido I aplicado en Méjico ciertos principios constitucionales: intelijencia i aplicacion que estimamos erróneas, i to qiie es nths, funestas. Ni hal en ello nada de estraordinario. Los hombres püblicos mejicanos han hecho su educacion poiltica con breves interrupciones, ya en el cuartel donde se fraguaba un plan recolucionario, ya en el palacio dictatorial de un Santana, es decir, en las escuelas de Ia anarquia ó del despotismo, iinbas malisimas para nutrir el áninto de la doctrina pacifica, a la par que liberal, que solo broth del ejercicio incesante I concienzudo de buena leyes constitutivas. Culto relijioso. llemos visto pie desde la independeneia hasta 1857 todos los actos constitutivos en Méjico reconocieron la relijion católica como (mica cuyo euRo fuese tolerado en ci pals. Siguió como áutes la union entre el gobierno I la Iglesia, con mengua i menoscabo de ámbas entidades, cuyo resultado era por un lado, intervencion del clero en asuntos civiles, posesion i administrac.ion de propiedades, subsidio del tesoro pibiieo. i fuero 6 administracion privativa de justicia, i por otro, interendon de las autoridades civiles en el nombrainiento de 'las eclesiásticas en su inodo de administracion 6 disciplina esterna, i en una patabra, el pat ronato. Como (a constitucion de 57 guardase silencio en majeria d culto religioso juzgose que implicit.amente quedaba modificada aquella situacion. Ya desde los primeros ailos que siguieron ala constitucion de 1824 el congreso habia decretado la ocupacion i nacionalizacion de las propiedades eclesiásticas, por las rawnes I con el objeto que to han hecho todas ó la mayor parte de las nadiones católicas. Pero esas leyes habian quedado, a to me nos en gran parte, sin ejecucion, i no vinieron a ciinaplirse de REPURL1CA DE MEJICO 311 un modo serb, sino cuando empeth a ejercer el poder ejecutivo ci presidente Juarez, I 6j6 su residencia en Veracruz, es decir, por julio de 1858. For decretos tie esa fecha, no solo ordenO la ejecucion de las leyes sobre desamortizacion eclesiástica, 8iflO que sancionO la tolerancia relijiosa, dándole empero consecuencias que para 13 época eran por to ménos imprudentes. En 25 de setiembre de 1873, i por reforma constiLucional (intes inserta) se decretô el gran principio de independencia entre el estado I la Iglesia, que fué más tarde ampliamente desarrollado por lei de 10 tie diciembre de 1874. Aunque deduccion lOjica del prbncipio, varias disposiciones de esta lei han sido tan contrarias a los hábitos do la poblacion niejicana, del clero é institutes relijiosos catOlicos, que no ha costado poco trabajo Ilevarlas I eFecto. Solo tres paises (todos repáblicas americanas) han proclainado ci principio de ernancipacion relijiosa en el sentido absoluto de que tratamos: los Estados Unidos de America, los Estados Unidos tie Colombia, i los Estados Unidos .Mejicanos. En la primera republics quedO casi de hecho establecido, segun la manera como se formO aquella sociedad, producto de emigraciones que huian de la persecucion poiutica i relijiosa en limadre patria; no tuvo por consiguiente dificultades el principio, ni la tuvieron sus consecuencias. Pero no asi en Colombia, donde el fervor ca tólico opone todavia embarazos I la administracion civil, por hechos conexionados con la independencia en matetia relijiosa, aunque no se han formulado alli, ni con mucho, todas las lejitimas i forzosas consecuencias que el principio arrastra, I que en Méjico,son ci asunto de la lei 10 de diciembre de 1874. Una modificacion del principio se ha planteado en Béljica i en Suiza, quc por sus coustituciones han declarade la libertad do todos los cultos I opiniones relijiosas, con was la emancipacion 1 ci predominio de la potestad civil; Pero que por 8118 • Ieyes han lijado sueldos I los ministros de los principales cultos alli esta. blecidos: catOlico nuevo I viejo, protestante anglicano I evanjClico' I en fin, israelita. Considéranse los ministros del culto como otros tantos maestros I propagadores de la moral, tan 6uenos los unos M ItEPUBLICA DE MJICO como los otros, I cuyos servicios, átiles a Is comunidad en jene. ral, merecen bien set recompensados pot ells. A su turno Is iglesia oficial admite varias modificaciones: j•1 Puede ser tolerante 6 intolerante de Los tres cultos; 2.' Puede amalgaunarse con ci poder civil de quien depende, i cuyos supremos funcionarios to son en cierto modo de Is. Iglesia; 6 bien mantener un simple conco,'dato con el gobierno national, que. dando sus ministros independientes en el ejerciclo de sus macjones una vez elejidos; 5.' En el i:dtimo caso, puede ser nacional ô estranjera Is autoridad suprema de Is lglesia.— Pero en Is esen• cia no hai sino dos sistemas: 9obiernos Zaicos 6 gobiernos tiericales. Méjico, to mismo que Colombia, ha asumido el primer caracter. j Ha procedido juiciosamente? I dado que el gobierno laico sea el término feliz de Is evolution natural no debió pow por algun grado intermedio preparatorio? Los graves tropiezos pie ci clero presents a Is martha pacifica del gobierno en ánlbos paises, indican 4 priori que se ha dado un salto en el camino del progreso, en vez de escojitar Is suave, aunque ménos ripida, transition evolucionaria. Toda mayorla relijiosa es intolerante, i to es en proportion a la fuerza del sentimiento. Dc ahi pie toda tentativa de lutroducir una nueva relijion encuentre oposicion decidida en los sectsrios de Is dominante. Pero mat 6 perjuicio tanjible no amenaza sino al sacerdocio, cuyo rebaño puede estraviarse a Is voz de hibiles ministros que prediquen un credo mis razonabie, usa moral mis pura, un culto mis noble i ménos dispendioso. De ahi results que las manifestaciones de intolerancia relijiosa sean prineipalmente encabezadas porel clero, que teme Is competencia de otros cultos, no solo en cuanto dane i su negocio, sino Lainbien en cuanto disminuya Is esfera de su infhiencia. Tratindose de una raza esencialmente apasionada como Is espaikola, I de ui's relijion como is catOlica, tan poderosa pot su organizacion, coino debilitada en sue fundamentos, a medida que se ha apartado de Sn orijen, Is intolerancia relijiosa ha sido mayor i mis funestaen España I sue derivaciones que en cualquier otro pueblo modemo. REPUBUC4 DE MEJICO 313 Pero la luz broth at fin en las capas superiores de la sociedad mãs fanética. Los hombres del gobierno ménos trabajados por el sentimiento mérbido de Ia intolerancia, I més inmediatamente responsables ante el mundo de las leyes vijentes en su patria, la.-; examinan at tenor de los principios del derecho I de los ver daderos intereses nacionales, i Las acomodan a esos principos it intereses, venciendo toda criminal oposicion. Hombres cuya buena fe no queremos poner en duda, ban sostenido en España ñltimamente, como tantas veces .intes de ahora, et principio de La unidad relijiosa, melillua deitominacion para ese sistema de esciusivismo catélico, que en tiempos tenebrosos eneendió por toda Iuz do verdad las hogueras inquisitoriales. La unidad rehjiosa seria un beneficio real, si cubriera toda La superficie, por to unénos del mundo civilizado, porque seria mejor indicio de Ia verdad de La re1jion que Ia multiplicidad de seclas en quo so ban dividido I subdividido Las creencias. Pero reducida artificialmente a un pals por medio de prohibiciones I castigos, no destruye el hecho capital de las numerosas relijiones que dividen Ia tierra, ni las lejitimas consecuencias quo do alit so desprenden a los ojos del hombre tie estado. Si su intelijencia se halla a Ia altura do su puesto, tiene que admitir La imposibilidad de discernir Ia verdad en medio de tantas i encontradas creencias, Ia buena fe de todos Los sectarios, Ia injusticia de violentar Ia conciencia de cualquiera de ellos, Ia perfecta compatabilidad de opuestos credos con Ia moral usual i aceptable, I Ia posible armonizacion de so coexistencia, bajo la obhgacion comun de respetar las byes civiles. Ye ademis que La competencia en reiijion, como en todo, produce necesariamente la mejor elaboracion del articulo ofrecido, I que donde quiera que varies cult.os so confrontan I rivalizan i aceclian, el sentimieiito relijioso se puriflea, i los relijionarios, sacerdotes I laicos, se esmeran mis en ci Reno do sus deberes. De ahi quo d catolicismo sea mucho mis puro I respetable donde concurre con otros cultos, I en proporcion inversa at mimero de sus miembros; mis en Francia I en Béljica quo en Italia 6 Espafla, nias en La 544 REPUBLICA DE MEJICO Gran Dretalia I los Estados Unidos, quo en Béljica 6 Francia. Ningun pals civilizado puede hol, de consiguiente, prescindir de la tolerancia relijiosa, comptemento indispensable de la libertad de conciencia I de la franca permision de entrada i todo estranjero honrado I laborioso. Es el minimo de las concesiones. aán quedando en pie La iglesia oficial, Ia iglesia dominante ô protejida. Mis de una vez en nuestros estudios hemos aludido a los inconvenientes reciprocos de la union 6 liga entre el gobierno de la nacion i el gobierno de una iglesia, es decir, de La iglesia do minante. En virtud do esta liga, I I camblo do sus concesiones, el primero tiene intervention en el nombramiento de los fancionarios del segundo Jo que unido I otras causas do dependencia, hace casi completa la seguridad Jet gobierno civil contra los ataques del clero, en aquellos palses donde éste es una entidad national, independiente de autoridad estranjera, como en la Gran Bretaña 6 Rusia. Pero el clero católico no se halla en ese caso. Sus leyes vienen de una autoridad estranjera, que procede I su modo sin consideracion a las ]eyes de los diferentes palses sobre los cuales so estiende la vasta organizacion quo parte del Vaticano. La reforma del siglo xvi, emprendida ya por los abusos de Roma en aquella época, no be parte para correjirlos. El catolicismo romano ha seguido, siempre que no ha enconirado una vigorosa oposicion en los gobiernos civiles, desarrollindose aniniado por los mismos principios que hicieron famoso el pun tilicado de Hildebrando. Pero no tan sélo tiende I invadir La esfera de accion del gobierno temporal, sino que se ha puesto mãs i mis en oposicion con la ciencia moderna i las verdades hol admitidas coino base de la civilizacion contemporinea. Tat vez no es la Iglesia católica quien se ha separado do la ciencia, sino ésta de aquilla. Pero el resultado es uno mismo. La liga del gobierno civil con el de la Iglesia católica limita su accion. Al llamarse católico un gobierno, i frotector del catolicismo, acepta implicitamente sus principios, sin esceptuar el Sylabus de Ho IX. Acepta la injerencia que quiere tener en Iosprin - REPUBLICA DE )IF.JICO cipales actos de Ia vida i aun on Ia muerte del hombre; acepta su moral, acepta sus nociones sobre In organizacion del universo, 'a voluntad humana i el destino futuro. La liga traba por consiguiente la enseiianza pblica, I Ins manifestaciones del mundo oficial, coustreñido por este medio a la hipocresia ó at estancainiento. Al decretar, pues, la tolerancia relijiosa, Méjico i los demás paises de orijen espaflol bicieron justicia I los disidentes del catolicismo romano; pero at mantener con éstela alianza que heredaron de Espafla, I que ac habia estimado como medio de defensa por el patronato, permanecieron reducidos a la condicion que imprime la teocraciai Quedaron asimismo sujetos a Ins contiendas que suscita la Curia Romana, siempre que los actos del gobierno civil tienden I marchar por una via distinta de Ins biblicas, conciliares ó pontificias nociones del Vaticano ó de sus representantes más.inmediatos. De aqui ci segundo movimiento, In separacion. Si In liga era un mat, su ruptura es un beneficio. Pero Los inconvenientes con que luchaban Méjico i Colombia Intes de Sn independencia relijiosa o/Icia.l, no provenian iinica ni principalmente de la liga. Sus grandes causas eran: 1 • 0 Jeneralidad del catolicismo, que no perdió casi en estension con la tolerancia de otros cultos; 2. 8 CarIcter estranjero é independieiite de su potestad suprema, 5•8 Oposicion de sus doctrinas I la fiLosofia del sigb, é inflexibilidad on sus pretensiones. Por medio de In ahanza se moderaba un tanto su accion. Despues de ella no funda ya sus reclamos en el concordato ni en ci catolicismo del gobierno; pero los funda en la creencia de sus amadas ovejas i on ci non possumus, que pronunciado en la basilica de San Pedro, se repercute en Ins cinco parses del mundo. Méjico I Colombia sufren hol todos los males consiguientes A La nueva situacion. Han libertado la Iglesia católica, pero no se han libertado de ella. Aun las rentas que los pretados recibian, ya del tcsoro páblico, ya de fondos especiales confiscados, las obtienen hoi directamente de Los contribuyentes catélicos, es decir, de la nacion, en forma de diezmo volunlario, derechos de estola 316 o BEPUBUCA DE MEJICO cualquiera Wa forma, sin Is regularizacion protectors de la lei. Rompióse en vez de desatarse el nudo gord Ia no; porque no Se estudiópara seguirla escrupulosamente, la gradacion evolucionana, indispensable en toda reforms, si bade ser átil, suave i duradera. Al proclamar an independencia de Espauia, Méjico no pudo hacer probablomente más que lo que hizo; conservar la situacion relijiosa tal conio Is encontró. Pero Si SUS hombres de estado hubieran comprendido (I no era fácil) la necesidad de iniciar la refor. ma en aquél como en todos los demis ramos de la politica, habrian acechado is primei'a oportunidad para prepararta. Tat como hoi vemos las cosas, la necesidad primera consistia pura I &impiemen te en independizarse de Roma como so habia hecho de Eapaüa, dando al arzobispo de M.jico las necesarias facultades pontificates, to que equivalia I trasladar I Méjico el Papa. Acaso el primer prelado I quien se hubiera ofrecido tanto honor i provecho lo habria rehusado; acaso dos, tres 6 màs ecjesiIsticos habrian tambien hallado aquêl un caso de conciencia. Pero ciertamente no hubiera sido imposible encontrar el nuevo personal de Is jerarquia ecleslástLca I organizar Is iglesia mejicana por el inodelo de las iglesias primitivas del cristianismo, cuando la autoridad pontificia de Roma no se habia impuesto sobre Is de los demãs obispos. Nacionalizada la iglesia o6ciat, su gradual reforma era comparativamente fácil. Concilios mejicanos introducirian paulatina I juiciosamente todas las que, compatibles con el espiritu del evanjetio, se acomodasen a las necesidades é ideas de la época actual. Disminuiria, ya que no se estinguiese, la hoi abierta oposicion entre ci romanismo i la ciencia. Recobraria ci gobierno su libertad de accion, lejislando como Jo demandase et interes social, sin miedo I combates clericales. I cuando hubiese adquirido plena confianza en la marcia Pacifica respetuosa I civilizadora de Is iglesia mejicana, le habria acoidado esa absoluta libertad que indiscreta I prematurainente so Ic ha concedido ahora. Toda reforms hecha en buena direccion, es casi decisiva, una vez consumada. Si fuere estemporInea, irI acompaüada de vio- REPUBLICA DE !1IEJICO 317 lencias, reacciones i alternativas; peru no serã fácil re'vocarla. Toca a lo ménos a aqueUos palses que, como Venezuela, se haIlan rnaduros para el ensayo de nacionalizar 89 iglesia olicial; acometerlo I no tomar intempestivamente la peligrosa via por donde ban echado Méjico i Colombia. En cuanto a estas dos repüblicas solo vemos para ellas esperanza de salud en la templauza del principio de independencia I en Ia paciente difusion de ha instruccion primaria i secundaria que disipen la niebla encubridora de ha super$Lcion I el fanatismo. La tuicion no bath mas quo enfurecer al clero, volviéndole mas peligroso; sin jamas domeñarle. Solo en naciones como Alemania 6 Suiza, donde la pobiacion catOlica no compone la gran mayorla, es practicable ci 808tenimiento de su clero por la accion legal i enéljica de la autoridad civiI CuDhnliA. 1.' Inlernacional. Son mejicanos, aegunel art. 30; a todos los nacidos dentro 6 fuera del territorio de la repñblica, de padres mejicanos; b los estranjeros que se naturalicen conforme a las leyes de ha federacion, c los estranjeros que adquieran bienes raices en la repbIica 6 tengan hijos mejicanos, siemprc que no maniflesten ha resolucion de couservar la nacionalidad.Nada hai que observar sobre ci 2. 0 inciso; pero si sobre los otros dos. El principio sentado en el primero no es aceptable con la jeneralidad que all tiene. Tampoco es bastante claro. i Trátase de hijos lejitimos e iLej1timos% solo de Duo 6 de ámbos padres? Los hijos nacidos dentro del pals de padres, ámbos Inejicanos, podran set mej icanos tambien, a voluntad (he ha constitucion, sean 6 no lejitimos. Tambien lo serán los hijos naturates ann de padres estranjeros, porque ésos no siguen la condicion de sus padres. Mas los lejitimos nacidos de padre estranjero I madre mejicana, Sc. ran estranjeros, i los de padre mejicano I madre estranjera serán mejicanos. Por ventura suponga la constitucion que en todocaso ha mujer siguela condicion del marido, pero este principio no es universal, I ciertamente para que una mejicana casada con estranjero perdiese su nacionahidad, ann residiendo en Méjico. seria preciso que ha lei ho declarase asi espresamente. La mujer 318 REI'IJS',ICA DE MEJICO ciudadana de los Eslados Unidos de America, residente en su Pais i casada con estranjero, nopierde su calidad de americana, i asi es quo, at paso que su marido no puede adquirir bienes raices en aigunos estados, como el de Nueva York, ella conserva ese derecho. Siempre que la lei estranjera no se oponga, los hijos de mejicanos habidos fuera del pals sérin mejicanos; i no se opondrá ciertamente si los hijos son lejitimos i menores, I ci padre A to ménos mejicano. Pero si el padre es estranjero, residente en su pals, serán aquellos estranjeros, durante su minoridad. Tambien to serán los hijos ilejftimos de mejicanos, si la lei del 8uelo asi to quisiere. Dado que los hijos do mejicana i estranjero nazcan. en pals estranjero pie no sea del padre, 1cuil será Ia nacionalidad de aqueltos? Juzgamos que en este caso, como en otros quo pueden presentarse, la lei del lugar decidirá Ia cuestion, si no se aviniere con la lei mejicina, ó con la de la nadon a que ci padre perteneciere. Stipone el inciso 3.° 6 c, pie un estranjero puede tener hijos mejicanos, lo pie no vemos cómo pueda suceder, 1 lo ménos Segun la misma constitucion, I para ese caso declara at padre mejicano, invirtiendo ci prindipio de que et hijo (menor) sigue la nacionalidad del padre. - Cada vez nos causa mayor asombro que en un asunto tan importante i tan ocasionado a cuestionc internacionales, como el pie nos ocupa, no se hayan puesto de acuerdo ]as principates potencias 8obre principios jenerales i fijos do nacionalizacion. 2.0 Ciudad an ía politica. Son poquisimos los requisitos pie para adquirirla exije ci art. 34, I bajo este respecto la constitucion de 1857 es eminentemente democrática: establece virtualmente to que por exajeradion se llama sufrajio universal. Hubiéramos aiiadido a aquellos requisitos el de saber leer i escribir, sin to cual ci sufragante carece de los más indispensables medios de instruirse sobre la situacion del pals, i de usar en consecuencia de sus derechos con alguna probabilidad de acierto. Pero al mismo tiempo hablamos espresado pie las mujeres s REPUBLICA DE MEJICO 319 hallan comprendidas en ci art. 54; to que es cierto (aunque seguramente no so ha intentado), puesto que son mejicanas, i basta para La ciudadanla politica que el mejicano tenga cierta edad i cierto modo.dc vivir. Omitimos reproducir las consideraciones en otro lugar espuestas en favor de nuestra opinion. Piérdese La calidad de cudadano, segun el art. 37, a por naturalizarse en pals estranjero, i por servir oficialmente al gobierno de otro pals 6 adrnitir do él condecoraciones, etc., sin previa licencia del congreso federal. u Evidentemente se trata aqul do La ciudadania international i no tie la politica, ya se consideren las causas de pérdida, ya ci contenido del articulo siguiente, que por puoto jeneral encomienda a La lei el a fijar los casos i La forma en que se pierden 6 suspenden los derechos de ciudadano I la manera de hacer la rehabilitacion. Como este articulo se halla colocado en La seccion quo define la ciudadania potitica, SUS derechos i deberes, i es incompatible con el precedente, el 37 puede considerarse dislocado, i deberia trasladarse a la eecdon 2., quo habla de los mejicanos, a cuya calidad se refiere. PODER LFJIsI.hTivo. - 1.0 Su division. Organize La lejislacion pnmitiva la lejislatura en una sola asamblea 6 congreso de diputados; pero la reforma de 1874 estableció dos cémaras, una do diputados i otra de senadores, cediendo asi a La opinion predominante en el dia, aun en Francia, donde mayores partidarios ha tenido el principio de unadad, I acaba de establecerse ci do La dual jdad en una lei constitutiva de 1875. Como todas Las buenas leorIas, la unidad lejislativa tiene su razon de ser, pero no pertenece a la época actual, sino a to porvenir. AsI nos lo dice el principio evolucionario. Estudiando solamente La historia moderna del poder ptThlico, halLamos en (a edad media, su punto do parLida, que el poder se ejercia principalmente por los nobles 6 barones, soberanos de otros tantos feudos 6 pequeños estados esparcidos en el territorio de Europa. Fijándonos en Iriglaterra, donde La evolucion sigue una marcha más regular I progreiva, salva una brusca interrupLion (16494660), vemos que el poder real, casi nulo at princi- MEPUØLICA DE NflCu plo, torn. incremento, I se sobrepone, fundienjo, pordecirlo asi, en uno los varios estados feudalea, que pierden su categorfa, I paean a la de meros condados 6 provincias. Suplantados los nobles por ci rei, tiene éstc on sue manos todoe los poderes, que ejerce sobre Is nacion como Los ejercian aquéllos sobre sue señorioa. Pero no satisfechos del despotismo real, Is an'ancan, no solo garantlas individuales, mas tambien an de)egacion lejilativa 6 cImara de pares. A so turno log habitantes comunes de las ciudades,- 6 piebeyos, reducidos at pricicipio a is riulidad, i solicitados atternativamente por los reyes i por los nobles pars establecer su autoridad sobre el rival respectivo, cobran Iuerza, prineipalmente por Is riqueza que les dan Is industria I el comercio; reelaman a so yea una participacion en ci gobierno; i en una época, bastante oscura por cierto, de Is historia de Inglaterra, obtienen Is concesion do una segunda cãmara, colas atribuciones principales, I casi ónieas en so ozljen. consistian en autorizacion de los impuestos i de los gastos páblicos. Gradualmente ha creido Is influencia de Is cámara de los comunes, hasta el puntQ de hallarse hoi en sue manos Ia esencia del gobierno. La de los pares, representante do on pasado que hole I se aleja de nosotros, comprende quo el poder se le escapa, I trata sólo de hacerse tolerar. Pero el momento vondrá en que ni toterada sea, momento quo sedeterminará por alguna lucha indiscrela con su hermana menor. La vetusta institucion desapareceri, pasando quizas ántes por modificaciones, como Is de convertir en vitalicias las plazas hereditarias. Dc igual modo, Is potestad real, ciryo papel ha venido a ser tan secundario, detante del de Is càmara de los comunes i del minist cr10, que ella quita I pone I so sabor, se eliminari algun dia, determinado tambien probabiemente por alguna exajerada pretension (IC on sober ano ménos hurnilde que Is graciosa majestad de Victoria I: I tendremos Is repáblica con Is unidad lejislativa, térwino visible hol de Is evoI ucion politics. En Is organizacion de sus colonias procede Is Gran Bretaña itnitando su gobierno metropolitano; dos consejos lejislativos. one 521 REPUBLICA HE MIJ1CO de eleccion popular i otto designado por ci representante de la corona; poder ejecutivo uriitario con un consejo administrativo; ijueces vitaliciosé independientes. Pocomãs óménos asI seorganizaron las colonias inglesas de La America del Norte ; I si sélo hubie ra sido una la tarea do los constituyentes al proclamar su independencia, habria sido más fácil ann de lo que W. Pero como se trataba de un gobierno enterainente nuevo para el grupo de co. lonias, intes separadas entre sI, hubo lugar a discusion. La potestad real, cuya inutilidad estaba ya do mnifiestô, I con la cual no teniau per qué simpatizar Jos arfleriCaflOs, quedo eseluida do Ia discusion; pero un presidente, reflejo suyo, vino a ocupar su lugar. Hubo controversia sobre la organizacion do la lejislatura; t no falté quien, como Franklin, sostuviese la unidad de cámara. PrevaIcció la dualidad; i es el caso de preguntarnos si fuC solo por imitacion del parlamento britãnico i de lea lejislaturas locales, ó Si hubo para ello consideraciones do otro órden. I ántes do investigarb, podriainos preguntarnos tambien por qué en Inglaterra so estableció la cómara de los comunes con separacion de la de Jos lores, en vez do dar ineramente a aquéllos asiento on la primitiva. Compréndese fácilmente que los nobles rehusaran mezclarse con los plebeyos, aunque éstos fuesen de Ia clase media ó bourgeoisie' acaso éstos lo preten!Iieron 4 dada la separacion do clases, I vista la nece8idad do representar cads una pot su lado. Podemos, pues, sentar, corno la primera causa histórica de la division de 'la lejislatura en dos cámaras o asambleas, en Inglaterra, la necesidad de representar convenientemente Jos diversas clases sociales. I tan cierto es eso, quo las varias reformas introdu&das on la elcecion para miembros do la cámara de los comunes, pvincipalmente de 4832 a la fécha, tienden a dar voz en los comicios i asiento en la asambleaá iudividuos que, pot su inferior posicion en la escala social, so hallaban anteriorment.e privados do aquellos derechos. En Francia, donde el espritu revolueionai'iO que demolió Ia sociedad anterior a 1789, tendió desde el principiO a la nivelacion, el estado ilano invadió la asamblea do la nobleza T. H. 21 322 REPUBLICA DE T4EIICO i arrastró consigo at clero, formando la asamblea ünica I inista pie en jnnio de aquel ailo emprendiô la tarea constitayente. Mis celosos de Is igualdad pie de la libertad, los revolucionarios ranceses suprimieron is nobleza, i per el mismo becho Juzgaron inconduconte admitir mis de una cirnara, representante tie todos los ciudadanos; pero dejaron subsistir la autoridad rejia en la constitucion de 1791. Sigue a la asamblea constituyente Ia Iejislativa, quo comprendiendo el error, viontlo la compticidad del rel con los nobles para traer Is intervoncion estranjera, comienza contra La autoridad real esa eerie de hostilidades pie habian de suprimir estrepitoeamente, primero de hecho, despues de derecho, La dignidad real Inisma. Vino en seguida la convencion, mis po8'ida aán del nuevo espfritu que las dos anteriores asambleas, I redondear ta repOblica con su unidad lejislativa, I I desacreditar imbas cosas, por escesos debidos., mis que I ellas, I la epoca i a las paslo. nes que desencadeuó. Trajo, pues, intempestivamente la revolucion en Francia la unidad lejistativa, como trajo la evolucion La dualidad en Inglaterra. Cierto Cs que la nobleza habia desaparecido en la primera nacion; pero no es La nobleza el ónico elemeuto especial que puede I debe ser representado por una segunda clinara, despues quo la jeneraiidad de Is poblacion to ha sido por una cimara democritica. Dejando I to porvenir el cuidado de acomodarse I su situacion, misteriosa para nootros, I estudiando solo ci presente, hallamos en todos los paises una parte de is sociedad que sobresale porsu educacion, sus luces, su riqueza 6 sus 8ervicios püblicos, I que forma, digámoslo sin escrOpulo, La oligarquia social. Tiene sus intereses no opuestos, pero si distiatos tie los intereses comunes, que reclaman especial representacion. Existe atm en las sociedades mis democriticas; I si I eso se agrega que la prIctica tie las rnstituciones parlamentarias ha demostrado la conveniencia i la posibilidad de moderdr la accion lejislativa, ocasionada I desbordarse cuando no tiene contrapeso, no debe maravillarnos que aun los Estados Unidos del Norte bayan adoptado La dualidad. REPUBLICA DE MEJI(0 5 23 Su senado, reproduccion perfeccionada de La alta cimara inglesa, i compuesto del elemento oligãrquico, se ha liecho notar en toda La historia constitucional de aquella reptThlica pot an moderadon i sensatez, ann en tiempos tempestuosos, cuando en La otra cámara ban butlido pasiones desordenadas. Veto no solo cso. Francia misma, como ántes lo hicimos notar, ha establecido La alta cámara, por un procediiniento inverso de aquél, porel cual La suprimiO, é inverso tambien del empLeado en Inglaterra para La creacion de La dualidad, puesto que aqui se contrapuso La de co munes a la de lores, i allá el senado a la asambla popular. En fin, La actual repüblica francesa, como 1* americana, ha cornpuesto su senado de eLementos oLigãrqiiicos, que sOlo aprobamos de un modo miii jeneral, pero que eran necesarios, en sUSjUstOS limites, pars equilibrar La cámara democritica. Méjico, asi como todas ]as repñbLicas de orijen espaflol, ha tenido por principal modelo constitucional an vecina repOblica anglo-americana. Anlepüsole La Leonia de la escuela radical Irancesa cuando estableciO La unidad lejislativa en 4857; pero ha vuelto al modelo en 1874, i consultando asi el objeto conocidode la duandad, i restabLeciendo la armonia en su constitucion, tntbada ántes pot la coexistencia de una asamblea i de nfl ejecutivo unitario é independiente, que son por lo comun enemigos irreconciliables. No tan solo se ha establecido ya en Méjico La dualidid lejislativa, sino que La separacion de las cárnaras se mantiene con mucho rigor, llevàndola aun a aquellos casos en que no se trata propiamente de Lejislar, pero si de tomar acuerdos que requieren la voluntad de La representacion nacional. Tales atribuciones so ban distnibuido entre las dos cimaras, como se ye por las fracclones A. i B., pérrato 5.0 de La reforina de 1874. Veto nos queda la curiosidad do saber cOrno se practica actualmente la ceremonia a que se contrae el art.° 63 de la constitution, et cual previene la asistencia del preidente de la repiblica a la apertura de las sosiones del cuerpo lejislativo, que ejecuta mediante un discurso a que debe contester el del congreso. No hai hol presidente del 324 RPU8L1CA DE iiEiico congreso, ni reunion autorizada de las dos cáznaras en una. Lo mejor seria suprimir esa ceremonia monárquica, i encomewJar al ejecutivo informe a ]as cámaras, por mensaje escrito presentado en imbas, sobre Ia situacion del pals, la marcha de Ia administracion i las necesidades gubernativas. 2.0 Elecciones para el congreso. Como medio de lograr acertadas elecciones, la constitucion debe proponerse estos principalos objetos: a que el sufragante conozca at candidato; b que ci sufrajio sea libre; c que la representacion sea fiel. Los dos primeros son cornunes I toda eleccion, i el óltimo es peculiar a las elecciones para Ia lejisiatura. a. Reflérese esta condicion I las relaciones entre el sufragante I el candidato por quien vota, I envuelve la cuestion del sufrajio directo ó indirecto. En un pals donde la instruccion popular se halla bien esparcida, i Jos ciudadanos activos pueden juzgar sobrc el mérito del candidato para la plaza que ha de proveerse, la eleccion directa dará los resultados que' en toda eleccion se buscan: confianza en las aptitudes i la integridad del elejido. Si Se trata de un pals en diferentes circunstancias, ci sufragante no podria juzgar sobre las condiciones de los candidatos para altos puestos, en primer lugar, porquc los requisitos son de aquelios que se escapan I su comprension, i en segundo porque los candidatos se hallan fuera de hi ôrbita de sus relaciones personales. Un elector intermedio, mIs apto que el sufragante, I mIs conocido de 11 que los candidatos definitivos, debe ser entônces su co candidato, haciéndose por este procedimiento una eleccion indirecta. No hal Ia misma necesidad cuando la eleccion es para empleos municipales, cuyos candidatos, mIs en contaclo con ci sufragante, I estando Ilamados I deseinpeuiar funciones compara. tivamente simples, pueden mul bien ser calificados directamente por el ciudadano activo. Citamos en apoyo de nuestra opinion Ia de un republicano frances (1), nada sospechoso por cierto, quien se espresa de este (I) M. A. Beaure, La Dëmocra€te cuniemporaine, pâj. 48 1 40. REPUSLIC.t DE MEJtC() modo: u Si Ia nacion se halta poco avanzada, sus miembros poco instruidos, en una palabra, reina todavia en ella la ignorancia, parece enténces prefenbie que la eleccion se haga a dos grados. No pudiendo la masa electoral apreciar por A misma el menLo ó valor de cada candidato, reduce su papel a una funcion más sim. pie I más proporcionada a sus aptitudes : los electores elijen entre si Un delegado sobre cada diez 6 ciento, I le con fteren ci derecho de designar a su turno ci delegado que debe Ilenar las funciones de representante del pueblo. Pero si, al contrarlo, la nacion está suficientemente avanzada, 6 si a lo ménos el nñmero de ciudadanos ilustrados es superior at de los ignorantes, pero sobre todo, si predomina en eLla el espiritu de igualdad, debe preferirse el sufrajio directo. Es mui posible que a causa de este concepto M. Beaure no sea admitido por Los radicales franceses como uno de ellos;. pero to es en todas las demás cuestiones que trata en su libro. Publicistas hal que atribuyen al sufrajio universal directo una virtud misteriosa, independiente de una buena eleccion. Para los que buscan hechos, resultados, beueficio, el sufrajio no es aceptable sino en la forma que corresponda a su .objeto. Estableciendo, pues, Ia eleccion indirecta en primer grado, la constitucion mejicana ha procedido juiciosamente, en especial despues de haber estendido el derecho de sufrajio hasta el estremo de no exijir para su ejereieio ni el conocimiento de las primeras letras. b. Todo voto quo no es libre es falaz, puesto que no espresa la voluntad del sufragante. Varias precauciones debe tomar in lei para asegurar la libre emision del sufrajio; pero las pnincipales, cong itucionalmente hablando, se relieren a Ia independencia del sufragante en jeneral, 6 a su independencia respecto de mui determinadas personas. Al primer órden corresponde la cuestion de publicidad 6 secreto del voto; al segundo la esciusion impuesta a ciertos individuos a quienes se reputa demasiado sujetos a la voLuntad de otros. Mucho se ha discurrido sobre la escelencia del sufrajio secreto, preferido pon la constitucion mejicana, I adoptado en todos 6 casi 326 tEt'tJBLICA DE VMCO todos los paises de gobierno representativo. De los ültimos on admitirlo ha sido Is Gran Bretaila, b;tjo una administracion liberal; pero no dió al partido Ins ventajas que de él esperaba. Desde luego es ilusorio para con los suiragantes que no saben escribir. Ni garantiza contra determinadas influencias, como se ha visto en lnglaterra, donde se estableció pars sacudir Is de los propietarios sobre los labriegos, i Is próxima elecdon, demostró que nunca habia sido mayor ea influencia. Pero Is principal objecion contra Al se funda en Ins oportunidades que al fraude presents, ys en el depósito furtivo de las boletas, ya en el escrutinio de votos previamente desconocidos. Como garantia de independencia contra coaccion individual, inmediata i directs, se escluye del sufrajio a todas Ins personas que no tienen medios propios de subsitencia, Como los mend igos; I aim a algunos que, teniéndolos, se hallan constituidos em condicion servil, como los joinaleros i asalariados en jeneral. Tambien so ha aducido esta consideracion pars, escluir a Ins mujeres, a quienes so supone demasiado sometidas a sus padres, esposos 6 hermanos; pero es fãcil concebir que algunas, muchas pot cierto, carecerán de esas relaciones de parentesco, I que, An Ins quc no careccn, suelen tener mayor independencia de carácter que algunos hombres. - No comprcndemoscótno is lei mejicana no ha previsto que los Individuos de Is fuerza armada, cuyo voto quiere so dA eutre los cuarteles pars, que no tengan ocasion de violentar a Jos demás ciudadanos en Ins urnas, son por su destino ménos libres que nadie, I ménos sun en los cuartetes queen pane alguna. Portento seria que de elba no sallesen votaciones perfectamente organizadas i unisonas, al querer de los jefes superiores; I si algun correctivo hal contra ese abuso, es el abuso mayor de que hemos hablado intes, el fraude en los escrutinios. Rigurosa fidelidad de represent.acion en Ia lejislatura no habnia, sino en el caso de que todas Ins clases sociales, en sus ültirnos pormenores, tuviesen alli representante, tornado entre individuos de an seno. Atm cuando ello fuese posible, no condu- c. REPUBL!CA DE IIFJICO 327 dna probablemente a ningun buen resultado; i prescindiendo de Ia necesaria intelijencia i edacacion para asociarse i diacutir provechosamente muchas personas, su heterojeneidad senia causa de que no pudieran ni aun entciiderse. Dejando al tiempo luturo ci encargo de aproximarse hasta donde posible fuere at ideal de la buena representacion, mucho seria ya obtener que todos los partidos politicos, cuya tendencia es a escluirse é imperar solos, tengan representacion simultãnea en Ia lejislatura de 811 patria comun. Sobre el que se halle en mayorIa no hai dilicultad : it se cuidará bien de estar reprcsentado, I Ia (mica cuestion versa sobre Ia representacion del partido 6 de los partidos en minoria. Como todos pueden encontrarse alternativamente en esa posicion, interes de todos es prepanirsela anticipadamente, de manera que tengan voz I voto en ci gran consejo de la nacion, cuando más to necesitan pare no ser tiranizados. La presencia en él de apoderados dela minoria favorece a todos en definitiva. Obra como vélvula de segunidad, desfogando los inimos candentes pm' la pasion, i precave 6 aplaza ]as esplosiones revolucionarias. Por manera que no andan prudentes las mayorias exajeradas, cuya cólera intolerante las arrastra a escluir del seno de la asamblea lejislativa todo representante que no lea pertenezca. Es ademãs la presencia de las minorias un elemento moralizador de sus adversanios. Mayorias sin freno, sin fiscalizacion, rara VCZ, si alguna, se mantienen dentro de los limites de la prudencia nunca o casi nunca respetan los derechos de las minorlas. No ask cuando tienen delante quien, ya que otra cosa no pueda, lea demuestre su error cuando van descaminadas, lea recuerde el mutuo interes de Ia comun justicia. - Esto supuesto, no nos resta sino investigar los medios de obtener la representacion de ]as mi norlas. Varios se han sujenido i aun adoptado; pero como hayamos espuesto en otra ocasion dos 6 tres mãs, nos contraeremos aqul at que juzgamos ménos artiticioso I màs eticaz de todos. Es el adoptado por la lei mejicana, por la de su vecina repüblica del forte, I por la francesa en felirero de 1875 ; La foruiaciou de dis- qtQQ REPBL1U D g IWJICO tritos ó circonseripciones territoriales en coda una de las grandes divisiones politicas ó sea provincias del pals, con on- nümeTo préximamente igual de hahitantes, I el encomendar I cada distrito 6 circunccripcion la eleccion de on solo diputado 6 miembro de la lejislatura. Contrapónese I este sistema el de eleccion en masa, por todos los electores de cada provincia (estado, departamento 6 como se Ilame), de todos los diputados correspondientea a Ia provincia, segun 80 poblacion i base adoptada. AM por ejemplo, la base de poblacion para cada mienibro de la cImara de diputados en Méjico es 40.000 babitantes 6 una fraccion que pase de 20.000. Segun eso, el estado de Querétaro, con 400,000 almas, darl diez diputados, que pueden elejirse, bien votando pot todos en una usia cada elector en el territorio enteto del estado, 6 bien, dividido éste en diez distritos de I cuarenta mil habitantes, votando los electores de cada distrito pot un solo diputado. Si para deducir el resultado de una votacion se ha adoptado la mayorfa relativa, como en los Estados Unidos, la eleccion queda hecha en la primers votacion, tratIndose de Ia eleccion por distrito, ó pot circonscripcion (arrondissement). Exijiéndose mayoria absoluta, como en Méjico I en Francia, hai necesidad de repetir la votacion, lo que no deja de tenet embarazos cuando, como en Francia, el sufrajio es directo. Si se ha adoptado el sistema de eleccion por provincia, 6 como ilarnan los (ranceses, por escrutinio de lüta, I el principio de mayoria absoluta, practicado e escrutinio de todas las votaciones hechas en la provincia 6 el estadà pot una autoridad 6 corporacion central suya, se declaran ele. jidos tantos individuos cuantos correspondan I la provincia, entre los que han tenido mayor nómcro de votos. En esta clase de deedon, el principlo de mayoria absoluta, empleado en Francia ühimamente (1876) para la eteccion de senadores vitalicios, pot Ia asamblea popular, es mui complicado. I 51 SC reflexiona que las mayorias. absolutas son mayorias forzadas, habrI de convenirse en que el principlo no mcçece conservarse. En cuanto I resultados, la eleccion pot provincias darI or- 8RPI'IU.CA DE MiI(:" dinariamente dipuLados de un solo color politico en toda la gran division representada ; porque aunque la minoria sea tan considerable que no difiera de la mayoria sino en un solo voto, carece de autorizacion para elejir tin representante. Solo cuando se ha restabLecido el principio de rnayoria reLativa, i ci partido en mayoria no está bien disciplinado, puede Is minoria elejir alguno de sus representantes. La eleccion por dist.riio darA siernpre nab ô más representantes a la minorla de la provincia; porque es casi imposible que en cada subdivision de ésta guarden los partidos la misma proporcion námrica que tienen en la gran division. Ilustremos esta interesante materia con un ejemplo histónico, tornado del estado de Nueva York en Ia Union Americana. Era el ailo de 1856, cuando nacian 6 se aprestaban it la gran lucha los partidos por i contra la esciavitud, que aun conservan susidenominaciones, Ta que no su prograrna. Contitbanse entónces tres republicano, democrittico I americano ; antiesciavista ci primero, eselavista el 'segundo, I ci tercero una simple subdivision de aquél, agregando al comun credo politico la privacion 6 reslriccion del sufrajio ii los estranjeros naturalizados. Designaremos it cada uno por su inicial, R. D. I A... Correspondiendo elejir al estado treinta I tres representantes para la citmara de ese nombre en el Congreso de la Union, estabs djvjdjdo en otros tantos distritos. El total de votos en los di'tritog , 6 sea la suma de los de cada tao para los.; diversos partidos, resultó ai: R. 271.574, D. 205,827, A.111.551; i 1.028 por candidatos indèpendientes, 6 sean votos 'perdidos. Era, pues, el gran total 589.760, i sumayoria absoluLa294.881. 1'eniala relativa el partido R, i pór tanto, habrial elejido los treinta i cinco representantes de su seno si hubiera de. haber sufragado por todos simultineamente, i se hubiese convenientemente d isciplinado. Idéntico efecto habnia obtenido aun porel sistema de mayoria absoluta ; porque aviniéndose fundamentalmente con el partido A., se.habrian unido en 1 momento preciso, I dado 330 RtPLBIJC.% DE MEJICO una suma de 383.105 sufrajios, 6 sea una mayoria do 88.225. Pues bien, el resultado por distritos fué : 21 representantes para R., 1 42 para D. Ninguno obluvo A., porque sus votos no se hallaban concenirados en determinados distritos; pero pudo rigorosamente elejir hasta seis representantes, considerando que ci término medio de los sufrajios en cada distrito no liegaba a 17.000. Foe la causa de aquel resuttado quo en los distritos electorales formados de las dos grandes ciudadrs, Nueva York i Brooklyn, i de sus contornos, predominaba el partido D., mks no asi en el resto del estado, que pertenecia casi todo a R. Semejante sistema da Is mas fiel representacion posible, no solo de las minorlas en los partidos politicos, sino aun de )as pruncipales clases sociales, a Jo ménos en el sentido industrial. Distritos agricolas, fabriles, mineros 6 mercantiles poe-. den conferir la reprisentacion do 808 intereses a individuos de su grelnio, mis coinpetentes para ello quo representantes de la jeneralidad. Pero se hacen al sistema dos objeciones, quc no carecen de fu.rza : L a Tiende a producir elecciones lugareñas; V Préstase mis I la iiidebida intervencion de la autoridad. Un pequeño circulo de electores poco ihustrados tiene disposicion I designar para represensante uno de ellos mismos, mis bien que I buscar Is aptitud, aunque se encuentre obligado I salvar los limites de so distrito. La representacion sen mis fiel; pero no mis hibil en muchos casos. En cuanto al gohierno, deseoso: siempre de meter ha mano en las elecciones, puode trabajar mis eIlcazmente sobre pocos electores reconiendando un candidato, que sobre muchos electores en favor de varios candidatos : menor námero I quienes intimidar 6 corromper, menor campo de ovacion 6 de transacciones. En definitiva, el buen 6 mal éxito de la eleccion pot dis. trito depende cai enteramente del grado de ilustracion del pals. Un pueblo miii atrasado no procederia cuerdamente sancionindolo ; pero en uno suflcientemente ihustrado no produciria los malos efectos que so le imputan. Asi se vió en las REPUBLICA DE MEJICO 331 etecciones pie siguieron en Francia a la lei constitutiva de 1875: fueron ganadas por los repubticanos, aunque ells, temerosos de la presion oficial, habian sostenido de prererencia la elecdon por escrutinio de lista, ó diputaciones departamentales, 110 como so docirina propia, sino corno doctimna de circunstancias. I Hãllase Méjico en la misma favorable situacion? Juzgamos que no ; pero bien merece el asunto quie se bags ci ensayo, I reserva de enrnendar la lei si no correspondiere. Tanto más fIcil le serl formar su juicio, cuanto la eleccion de Senadores se conduce bajo el otro sistema en parte, puesto que se vota para unos mismos en todo' el estado; pero solo en parte, puesto que se sufraga por uno pars elejir dos. Este ar bitrio es otro de los recomendados para obtener representacion de las minorias, i Jo hemos examinado ya en cierta oportunidad. PODER EJEcuTIYO. - j .° Duracion i reeleccion. Encomendado I un presidente el ejercicio del poder ejecutivo, tenia aquél cuatro años de duracion (art.° 78), sin que se hubierd prohibido reelejirsele para el inmediato periodo, como lo hizo la constitucion de 1824 (art. 77), que señaló igual tIrmino a las funciones de este rnajistrado. Aunque la de .36 dió al periodo una duracion dotile, exijió pars la reeleccion mayoria de tres cuartos de los votos (articulo 5.0 lei IV). Por manera que la conatitucion de 57 no fué superior en esta pane sino I la do 43, que, autorizando la reeleccion, seuialó cinco a?ios I la duracion del presidente. Su reeleccjon inmediata es hoi jeneralmente considerada como un vicio capital donde quiera que se permita, dada la influencia que el Iuncionario dispensador de los fueros del gobierno ejerce sobre los electores, i los medios de corrupcion de que dispone, dirijiendo I so ainaño la estensa red de empteados, servidores muclios de sus miras personales mIs que de Ia patria. Esa perversion oficial Ilega a su colmo donde los ajents del poder ejecutivo son amovibles I beneplIcito del presidente, como en los Estados iinidos del Norte ; i tan patente es alli pars todos el efecto de aquella funesta combinacion, que ya se habria REPtBLICA 1W MrJI40 prohibido la reeleccion inmediata, ann estendiendo tin poco el periodo ordinario del presidente, a no ser, entre otras consideraciones de mala lei, porque esa refornia fué una de las introducidas por los confederados del sur at constituirse en 1861; i Jos rebeides nunca tienen razon. Méjico adopté ámbas medidas, retrocediendo en la una como en la otra; pues hemos visto que prohibió at principio la reeleccion inmediata del presidente, felizmente proscrita ya de mievo en La ültima reforma, i vamos a ver que no le dió ántes la facultad absoluta de remover a los empleados que nombrara. 2.' Amovilidad de los empleados. La atribucion de separar a los titulares de sus empleos ejecutivos ha venido en Méjco, por decirlo asi, creciendo a medida que se sancionabaii nuevas constituciones. Por fa de 1824 no se dió at presidente sino Ia de a nombrar i remover libremente a los secretarios del des. pacho, I nombrar, pero no remover, a los demás empleados (atribuciones 4.' I 6.' del art.° 110 ). La de 1836, reprodu. ciendo. aquéllas, ñadió la facultad de aremover a los empleados diplomáticos, siempre que to juzgue conveniente (atri. bucion 12. art.' 17 de la lei IV). Complementése, agregando los cônsules, por la constitucion de 1848; que en la atribucion 3.'art.° 83 dice: nombrar, con aprobacion del senado, ministros i demás ajentes diplomãticos i cOnsuies de hr repüblica, I removerlos libremente. Par áltimo, la constitucion de 4837 hizo amovibles por el ejecutivo a todos sus ajentes, cuando se espresó asi en la atribucion 2.' del art.* 85: a nombrar i remover libremente a los secretarios del despacho, remover a los ajentes diplomáticos I empleatlos superiores de hacienda (nombrados de actierdo con el senado), i nombrar i remover libremente a los demás empleados de Ia Union, cuyo nombramiento 6 remocion no estén determjnados de olro modo en constitucionó en las ]eyes. ) Para compensar la falta de esta plena atribucion, habian dado at presidente las tees primeras constituciones, una concebida casi en unos mismos términos en todas ellas, que copia- REPUBLIC DE MEJICO mos de Ia de 1824, i dice: ((Suspender de sus empleos hasta por Ires meses, I privar aun do la initad de sus sueldos por el mismo tiempo, a los enipleados de la federacion infractores de sus órdenes i decretos; i en los casos que crea deberse forniar causa a tales empleados, pasarán los antecedentes de la materia at tribunal respectivo. No se ha considerado suliciente para los casos de ineptitud, neglijencia 6 atm delito de dificil prueba, en todos los cuales la remocion libre i sin fundamento espreso redime a la administracion de un mal emj,leado, sin esponerse a las continjencias de. un juicio, cuando es posible. Asi espuesta La doctrina, parece concluyente ; porque solo consulta lo que se ye, pero no to que deja de verse. Quedan en la oscuridad dos órdenes do hechos, que falsean completamente et uso de la atribucion: 1.0 Las y emociones dictadas, no por consideraciones del servicio páblico, sino para colocar ahijados 6 scrvidores personales, principalmonte en Ia campaña eleccionaria ; 2. 0 La dependencia, para el mal, en que se coloca a los empleados ejecutivos, por el rniedo a la remocion I la esperanza de promociones. En una palabra, la atrihucion es fuente abundantisima do corrupcion polltica. Olgamos las vigorosas reclamaciones a este respecto, de Un respetable perOdico de Chile, La Patria, publicado en Valparaiso, impreso, del 3 do febrero de 1865, articulo titulado El botin pertenece al vencedor. ((L)esde años atras amenaza arraigarse entre nosotros un prin. cipio de politica, tan inmoral como pernicioso para la buena administracion del pals. Se comienza a considerar a los partidos politicos como a ejércitos enemigos quo se disputan, en Lucha moral, un rico territorio. El objeto de esa lucha es la posesion del poder; los empleos ptbIicos son el botin que corresponde al vencedor, i la esciusion de los vencidos de toda participacion en la presa es la primera lei do La guerra i de la Victoria. ) La desgracia es que esta mancra de considerar las cosas i estas detestables doctrinas tienen en su apoyo la práctica de REPUBLICA DE MEJICO algunos gobiernos ( administraciones ? ) en los Estados Uuidos. Muchos politicos de Chile, que se sonrien desdeflosamente cuando oyen invocar las teorias norte americanas en favor de la libertad del pensamiento I accion, de Ia independencia do la justicia, del respeto de los gobernantes a la lei I derechos, aceptan con entusiasmo, como modelo I como principio de sabidurla politica, las inas peligrosas corruptelas que ha introducido el espiritu de partido en la adminisiracion de la gran repéblica........................... D Las doctrinas de pie nos ocupamos no nacieron con is repüblica en los Estados Unidos del Norte; i las administraciones que gobernaron a ese pals hasta 1828 )as desconocieron, I de seguro las habrian condenado como un sintoma de inmoralidad i decadencia, si las hubieran visto aplicadas en un pals estraâo. Pero desde que el gobierno do Washington se convirtió en el instrumento de la ambicion i del miedo de los esclavócratas del sur, i desde que la politica de la Union co menzó a tener pot base compromisos artiliciales I concesiones deshonrosas, el partido dominante se vió en el caso de man. tenet una influcncia inmoral en las elecciones, apelando des. caradamente al cohecho, I lisonjeando las ambiciones I la nil seria de los aspirantes a empleos grandes I pequeãos. El pie.. sidente Jackson fué el primero qn liroclamar esta conocida doctrina: el botin perlenece 4 los vencedores. n Miéntras las administraciones democrãticas continuaron go- bernando a los Estados lJnidos, ese principlo se aplicó miii ampliamente. Conliamos que, vtielta otra vez la Union a La antiva paz. I restablecida sobre la base de la libertad i de Ia justicia, pie la esciavitud haijia minado profundamente, desaparecerán, como piezas inmorales del antiguo escenarlo de La poiitica, esa I otziis doctrinas i prácticas, que traen su onjen de los (iltiinos gobiennos............. .............. n En efecto, la buena administracion i la moraLidad sufrea terriblernente con la aplicacion de los pnincipios que henios meneionado. Convertidos el poder i Ins empleos páblicos en ho- REPVBLIC4 DE MEiICO 335 tin de los vencedores, claro está que deben adjudicarse a los que mejor se ban conducido en la batalla, 6 lo que es lo mismo, a Jos gritones i camorristas de la plaza páblica, que mejor han sabido liamar la atencion de ins curiosos en el camp0 de la 61tima batalla electoral... El nuevo gobierno se encuentra bajo la presion de estes servicios I de estas exijencias! seria niás que valienle, faltaria a las tradiciones, dejaria de pro curar a su partido rakes en el poder, si pretendiera resistir a las pretensiones de los aspirantes. Bello cuerpo de servidores piiblicos es el que ae recluta asi en las filas de los servidores de la eleccion! Dc seguro que ci menLo i ci patniotismo, la espeniencia I la dignidad no figuraran aiR en primera flia. El hombre de principios i de moralidad abandona el campo cwindo los gritones i los labradores lo in'aden. Bien puede contar entónces con qua los gobiernos no se acordarán de 61 el dja de la distribucion del botin de la victoria. llãgase I la opinion püblica de Chile justicia compieta contra esas miximas corruptoras, que bien profundamente Ic repugnan. Abstengase el poder de avanzar mucho en is sends de 'as destituciones i exoneraciones que solo el interes de partido puede justiticar. La administracion ganaria; ganama el prestijio de los gobernantes, ci dia que los enipleos se considerasen, no como la press de la guerra, sino como un depósito sagrado, que es preciso colocar i mantener en manos de la honradez, de pairiotismo i de la competencia. Fallidas resultaron hasta hace poco las esperanzas de La Patria sobre mejora en las administraciones republicanas de los Estados Unidos del Norte. Jamas hubo mayor corrupcion oficial que bajo el vencedor do Richmond, acaso porque la guerra civil no es elemento moralizador. Tema ha sido esa corrupccion de Irecuentes artIculos en la prensa europea, I uno de sus prüneros periódicos, natabilisimo por su moderacion I sensatez, ci Times de Lóndres, mii de una vez ha discurrido sobre ella en términos que Ilam8n la aeneion. En un articulo publicado ci aflo de 1875 eSpu co que entre los principios de gobierno reinantes a(in en la 336 REPUBLICA DE MEJICO Union Americana, dos hai esencialmente perniciosos: el sistema proteccionista, en to econémico; la banderiza amovilidad de los empleos, en to politico. Otro articulo, escojido por el American Register de Paris, correspondiente at 25 de marzo de 1876, contiene apreciaciones quo, aunque sea en pane, reproducirernos aqul como singularmente oportunas............ u Fàcil es por desgracia percibir ]as causas que bacon p?sibte en Ia Rep4blica Americana La corrupcion oficial. Aunque tap honrada alil la mayorla de las jeriles como en cualquier pals del mundo, se halla relajado el tono de la moralidad politica ya sea por la incunia con quo so permite el sufrajio a los advenedizos, 4 ya por la renuncia 6 incapacidad de las clases ilustradas para competir con los politicos especuladores. Pero La causa principal e inmediataes la costumbre de hacer mesa limpia cada cuatro aflos en los empleos pie el gobierno concede. Asi vemos que al retirarse del poder un presidente, le siguen por to comun I la vida privada todos los servidores páblicos, desde el ministro en Paris ó Lóndres basta el mIs insignificante alcabalero de Kansas. Bien pueden concebirse las consecuencias de esta costumbre. Awbiciosos de los altos empleos, necesitados de los petuefios, corren en ansiosa muLtitud hácia los candidatos, ofreciendo su cooperácion i pidiendo su recompensa; i I no ser mediante un formal contrato, no dan sus votos. Muchos suscriben al fonlo eleccionario, bajo la condicion bien entendida de que obtendrw compensacion, Si su partido logra clejir at presidente, 6 poner mayoria en el senado. Be este modo, at entrar el prcsidcnte I la Casa Blanca ( el palacio), viene comprometido I tratar Los empleos como si fuesen mercancias pagadas de antemano; i por mIs pie personal i concieuzudamente aborrczca ci sistema, es impolente para cambiarlo. Su partido, en efecto, le dirl quo es hombre perdido si quijotescamente se pone I buscar el menLo para los empleos, en vez de Los republicanos 6 los demócratas, que han gastado en La campana electoral su dinero I su actividad, I obtenido esplicitas promesas. Bueno que Lincoln mostrase por ventura su menosprecio do los cazadores burocrIticos narrando uno REPUI3LLC.1 DE MEJICO de sus cuentos satiricos : no por eso pudo liacr otra cosa quc Is pie habia tiecho ántes Buchanan 6 hizo despues Grant. Todo k mis que un jresidente se halla en capacidad de ejecutar en obsequio del mérito, es conceder sus favores It los hombres mas onpetentcs de su propio partido, pero iii aun esto Ic es dable sno rara vez. A cada paso la voz disciplinada del partido le trae a la memoria que tat legacion en el estranjero 6 tat colecturla on ci interior so deben It determinadas personas, en recompensa de especiales servicios o cumplimiento de termlnante8 promesas............................. No se limita ci mal de este sistema al empleo tie armas prohibidas 6 al nombramiento de malos empleados, i ni ann at carácter mercantil tie semejantes transacciones: lo peor de todo es, que la costumbre rebaja el tono de la moralidad ptihuica. De nada sirve decir qOe los espiritus rectos yen j depioran estos manejos, i que varias veces se ha escitado al congreso para quo dé una lei asegurendo It los titulares sus empleos. Ningun partido se propone sériamenle espedir tat lei ; porque ninguno se resuelve It .desprenderse del caudal de influjo que la costumbrc Ic granjea, i que va hasta decidir la suerte de una elecion. No hacemos estas observaciones por gazmoüerIa. Bien que los empleados pñblicos de este pals se hallen hoi exenlos aun do la sospecha de corrupcion, no to ban estado siempre It buen seguro, I aun conocemos todavia perfectamente el cohccho electoral. Tiempo bubo en Inglaterra en que Ia corrupcion oficial i parlamentaria Ilegó It un estremo vergonzoso.. Lo recordamos pars insinuar It America (E. U. ) los medios por Los cuates el serviclo pábtico ha venido It ser aqui el mis puro del mundo. Larga I dificil flue la lucha; tie tat modo, que a veces no quedaba esperanza de triunfo It Jos reforznadorcs en su contienda con la corte, et ministerio I sus mayorias parlamentarias, cuyo poder estaba cifrado en Ia corrupcion. Gradualmente las byes I la opinion tomaron otro camino. Desvaneciôse Jiasta la üItima apariencia de corrupcion, cuando los puestos en el servicio páblico vinieron It ser el premlo obtenido 1. II. 2"- 1I.PUBL(CA DE VFJICO en eirnenes P01 oposicion (competitive examination). Nada impide a toe Estados Unidos que estableacan el suyo sobre el rnismo pie de pureza; para ello el primer paso seria declarar, que las plazas no se darán en pago de votos. Seria el mejor inedio de purificar Is contienda presidencial, imprimir un buen tono I Is moralidad publics, i hacer imposible a los ministros sun atraer is sospecha de vender los destinos. Lndudablemente esa reforma podria acarrear alguna pérdida rnmediata at partido pie Is consume; pero I Is larga it inismo ganaria, i el bcneficio pars Is publics moralidad seria inmensamente mayor que una victoria simplemente republicana 6 dernOcrata.. Ya asoma en los Estados Unidos de America Is probabilidad de una reforms. En la ãltima lucha electoral pars Is designacion de presidente sucesor del jeneral Grant, Imbos c.andidatos, Messrs. Hayes I Tindal, introdujeron en sus pregramas Is promesa de iniciar una alteration en el serviclo páblico, que diera independencia a los empleados. Electo el primero, do at Congreso en su discurso inaugural de 5 de marzo: Liamo Is atencion p*ibtica hácia Is necesidad capital de reformar el servicio püblico civil; pero no efectuando una reforms concermente sélo i Jos abuses de to que se llama proteccion oficial, que ban liegado a sancionarse pot Is costumbre en los varios departamentos de nuestro gobierno, sino un cambio de sistema basta en la designacion de funcionarios: una reforms radical, completa, i que conduzea de nuevo a los principles pricticos de los fundadore del gobierno. Estos no esperaban ni deseaban mngun favor especial de Jos funcionarios pñblicos, sabedores como eran de que dichos funcionarios deben at pãblico todos sus servicios. Dc igual modo reconocian que el empleado debe ser respetado en so puesto, miéntras su conducts, sea intachable i cumpia satisfactoriamente con sus deberes. uEJ presidente de los Estados Unidos debe necesariamente so eleccion I los sufrajios I at ardiente celo de un partido politico, cuyos afihiados sostienen con entusiasmo i consideran de eseaicia) imporlancia los principios de su organizacion como partido. REPUBLICA DE MEJICO Pero deberia recordar siempre que el mejor modo de servir a su partido es servir bien a su patria. En nombre de la reforma quo deseamos (camblo de grande importancia por otros conceptos), recomiendo una alteracion conatitucional, por la cüal se estienda a seis años el periodo del pridente I so prohiba su reeleecion. Dos de los nuevos secretarios ban manifestado sp propjSsito do acometer en sus respectivos departamentos Ia reforma del servicio piblico, i. mucho IIOS engaüamos Si intes do espirar la administracion Hayes no so ha dado algun paso serio en esa direccion. Yasta es la materia, i no puede tratarse en toda su estension, a no ser quizás en un escrito especial. Miéntras La práctiea inglesa se propaga, lo que no es obra de undia, quisiéramos a to ménos ver introducida una limitacion a la facultad de remover libremente a los empleados, que por cierto no perjudicaria jamas a su buen uso, I serviria para precaver algunas injusticias; i es imponer el deber de espresar la causa, relacionada con ci servicio pñblico, que motiva Ia separacion del empleado. Norabuena que eso trajera, como traer podria, algunas disusionesex post facto. Nadie sino ci error, is injustieia 6 Ia culpabilidad perderian ante la opinion, ñnico pero suficiente tribunal entónces, para des. agraviar 6 para confundir a quien lo invocase. Pero toda precau. cion deberia tomarse para que no fuese eludido el propósito do La lei, como to es en Francia con la hipócrit.a prãctica de las promociones, 6 nombramiento Para otro empleo (que no so apetece i que probablemente no se aceptará), como medio de considerar vacante aquel de que quiere disponerse por solo espiritu do patronazgo. 3.0 Soztitucion del presidente. En vez de tener un vicepre. sidente que subrogue al primer majistrado, como en la Union de la America del Norte. la constitucion que examinamos atribuye la sostitucion al presidente de la córte suprema. En la iniciativa de reforma propuesta por el gobierno provisorio at (iltimo congreso en 2 de abriL, i en que se daba la reeleccion del presidente, se sujeria tambien, como hemos visto, un nuevo sisterna de sostitucion en los cases de falta absoluta 6 temporal, i que so reduce 340 REPUBLICA BE MEJICO I clejir popularmente i de antemano tres individuos, de los cualee, liegado ci caso, Ia cámara de diputados, 6 Ia comision permanente, designa uno. Dióseles el nombre de insaculados, qe no nos èsplicamos suficientemente, Pero que, siguiendo esta vez I Shakespeare, supondremos tan bueno como cualquiera otto. Largamente razoné en 8U esposicion el seilor Tagle este proyecto de reformas; Pero no trasladaremos aquf sino algunos de sus fragmentos, aunque toda ella nos parece fundada: o La constitucion (dice) al suprimir la vicepresidencia de la repñblica, quiso quitar de enfrente del presidente I un rival perpetuo, I un enemigo tanto mis poderoso, cuanto que escudado con el fuero constitucional i sostenido pot su elevado encargo, era el centro de todas las oposiciones, ci nticleo de todos Jos descoutentos, i esto por una necesidad indeclinable de la naturaleza misma de ucmn. Pero al designar alpresidente de la suprema corte, tituto legal del de La rcpüblica, no solo aceptó todos i enientes gravfsimos anexos I la vicepresidencia, sino 1 gravo considerablemente, supuesto que a mis del )lfttco que I aquel funcionario dió como suplente del V I ijistrado del pals, Ic invistió tambien con las facuitael departamento judicial ejerce, reuniendo asi una [)der i de influencia que nunca Hegaron I tener los cepresidentes de la republica Espone en seguida que aquellos peligros se hallaban confirmados pot la esperiencia, i da luego como razon adicional en favor del nuevo sistema, que la constitucion no provee clarainente sino I un solo sostituto, ci cual puede faltar lo mismo que ci primer fuacionarlo sostituido. a La insaculacion (contina) que la ini ciativa propone, obvia todos estos inconvenientes. impide ]as maquinaciones del presidente de la corte suprema contra el de la repáblica, despojando I aquél de las peligrosisimas atribueiones politicas de que hoi se halla investido; hace imposible la acefalia de la primera majistratura del pais, i devuelve al jefe del departamento judicial de la repiiblica el carIcter de imparciali- RPUBLLCA DE MEJICO dad i justificacion que debe conservar aun en niedio de Las mãs ardientes luehas poifticas. EL sistema de los tres insaculados electos por el pueblo par a sustituir al presidente de la repáblica en sus faltas temporales ó absolutas, aleja a cada uno de ellos respectivamente del carécter de sucesor necesario I legal de aquel funcionarto, I esto basta para destruir ambiciones ilejitimas, Para que ni so conciban siquiera esperanzas de ilegar al ejercicio del poder por tin camino vedado.. Para que uno de los tres insaculados venga ft sostituir al presidente, necesita, ademis de la eleccion popular, tie las pie la cimara de diputados debe hacer cada vez que una falta ocurra... Por fin, con el sistema pie el proyecto de reformas propone, ci presidente de La suprema corte no estarft más espuesto ft cotromper el alto carftcter de Ia majistratura, subordinando los dietados de lajusticia ft Las exijencias de las combinaciones polIticas ó de las ambiciones personales. No se inspirarft, al resolver los negocios judiciales, por tufts trascendencia politica que tengan, en la conveniencia de nuuificar, tie reprobar 6 de censurar siquiera los actos del presidente, para desprestijiarlo i despues sostituirlo, sino solo en la lei i en la justicia. Despojando al presidente de Ia corte suprema de la investidura politica que hoi tiene, se devuelve a ese alto funcionario el earftcter que nunca debió dejar de tener: el de majistrado imparcial que preside el primero tie nuestros tribunales,i es el ñltimo intérprete de la suprema lei que regula I modera los movimientos de la mftquina constitucional, impi diendo la colicion entre diversos poderes, I evitando que en mu. chos cases las pasiones poLiticas se sobrepongan ft la, carta fundamental. Estas consideraciones han debido obrar en el inimo del congreso para mantener integra la iniciativa de 2 de abril, I sancionat por entero las dos reformas que abrazaba. Puede que hol el presidente tie la corte suprema inspire absoluta confianza; pero es posibie tambien que mañana no suceda otto tanto, 6 que el titular repute personal i ofensiva una precaucion de suyo abstracts. 342 PODER wotcj. REPUBLICA DE MEJICO - Corte suprema. - Cada uno de los individuos que la componen dura en su encargo seis aüos, I su plaza se provee por eleccion indirecta en primer grado: es la disposicion constitucional, art. 92. 1 por el estracto de las leyes electorales vemos que la eleccion se hace lo mismo que la del presidente de is repáblica, es decir, por los electores designados en ]as votaciones orijinarias. Por primers vez se ha hecho temporal la duracion de los miembros de la corte supreme, que era vitalicia, segun todas las constituciones anteriores, reforma que aprobamos. La perpetuidad en las funciones páblicas tiende a la incuria de los titulares, i aun• que tampoco es conveniente que los jueces sean fácilmente aniovibles (a lo que equivale una corta duracion), creemos que todo se concilia señalándoles un término suficienteiriente largo, como lo es el de eels silos, i quedando la facultad de reeleccion indetinida como esttmulo del buen comportamiento. Pero reputamos grave error que la eleccion popular se aplique A la designacion de jueces; i como si la constitucion mejicana hubiese querido patentizar ella misma uno de los inconvenleutes de la medida, dice en su art. 93: uPara ser electo individuo de la suprema corte de justicia, se necesita: ester instruido en la ciencia del derecho, d juicio de los elec2ores. D Desde luego, no basta estar instruido en la ciencia del derecho: requiérense otras cualidades, como integridad, consagracion, ninguna de ]as cuales son materia de lei, como no lo es la espresada en el teito constitucional, sino sólo del juicio del elector. Pero los diez I siete individuos por los cuales ha de sufragar. deben tomarse entre ]as eminencias juridicas del pals, I es mui cierto que poquisimos electores podrán discernir las requeridas condicionea. Demás de eso, la eleccion popular, i la necesaria reeleccion para las plazas judiciales, Lienden a rebajar el carácter del majistrado, forzándote casi a participar en las intrigas eleccionarias, i en la politics militante, que perjudican a su independencia. Todo considerado, la eleccion por el congreso 6 por una de las camaras nos parece preferible a la eleccion popular. Tambien nos lo REPUBLICA DE MEJICO 343 parece la que se hiciera por votacion de las lejislaturas de los estados, como se practica en la Union Colombiana, segun su constitucion de 1863. OMEN ptiBLICo. - Nada habria que observar sobre esta importante materia, Si se traLase de una constitucion unitaria, porque estendiendo el gobierno supremo su accion sobre todo el territorio, sin limitacion ninguna, en pal ses que han adoptado aquella forma, las cuestiones que pueda suscitar el ejercicio de la atribucion jeneral sobre mantenimiento del ôrden son meras cuestioneq de responsabilidad que no flo g atañen. Otra cosa sucede en el sistema federativo, donde la soberanfa de los estados entorpece la accion del gobierno federal en las cuestiones de órden publico que no nacen de ataques direitos contra dicho gobierno. A(in más diffciles son cuando afectan principalmente al gobierno especial de un estado, en cuyo caso se puetende que toda injerencia del gobierno jeneral es un ataque a la soberania del estado. Pero como los gobiernos locales son a menudo impotentes para sosegar pronta I cumplidamente las perturbaciones que les afectan, i la Union tiene, entre otros objet.os, el de suplir a estas deficiencias, la intervencion de su gobierno es a menudo necesidad palinaria, I las u1 nicas cuestiones verdaderas a este respecto versan sobre el modo I la oportunidad de la intervencion. A. semejaza de lo establecido en los Estados Unidos del Norte, el art. 116 de la constitucion mejicana ha dispuesto que los poderes de la Union protejan a los estados contra toda invasion 6 violencia esterior; I que en caso de sublevacion ó trastorno interior, presten igual proteccion, siempre que sean escitados por la lejislatura del estado, 6 por su ejecutivo Si aquélla no estuviere reunida. Como era natural, en asunto tan nuevo, tan variado 1 tan importante, casos numerosos de trastorno dieron lugar a inuchas i encontradas opiniones sobre el modo de resolver las cuestiones que suscitaban. [labia con todo una serie de hechos, que se pretendió estar comprendidos en el texto constitucional, aunque lo contrario Dos parece más cierto. Son aquéilos en que el trastorno del órden no consiste precisamente en sublevacion de 544 REPUCLICA DR MEJICO los gobernados contra los gobernantes, sino quo afecta a los poderes páblicos del estado, por culpa do ellos mismos, 6 por cualquier causa a quo los ciudadanos particulares son del todo eatraños. Durante el solo año de 4870, vióse ci órden páblico alterado en ciuco estados de la Union mejicana pot hechos de aquella naturaleza; I en todos ellos se solicitó, por unos poderes del estado contra otros poderes del mismo, el ausilio' de que habls ci art. 116 de la constitucion. En Jalisco, el gobernador Gómez Cuervo desconoce Ia legalidad con que se reuniese Ia lejislatura; ésta le encausa, I como el gobernador rehusase obediencia, pIdese contra él la proteccion de los supremos poderes. En Campeche, destituido pot la lejislatura el gobernador Aznar Barbachano, nombrado interino S. Dondé, Ilegaron casi a las manos los do gobernadores; i se solicité el ausilio federal, tanto por la lejisla tura contra Aznar, como pot éste contra aquélla I su nuevo elejido. En Guerrero, intentó la lejislatura, como gran jurado, juzgar at gobernador 0. Arce; declaró haber lugar a forinac ion de causa, i suspendido el acusado, nombrése interino a D. CabIan. Un tribunal, instalado especialmente I aparte del tribunal ordinario, da cierta resolucion, en virtud de (a cual el goberna• dor suspenso Se considera rebabilitado, I opónese a la lejislatura, quo solicita contra 61 ]a proteccion federal. En San Luis, tratán. dose de elejir gobernador, i no pudiendo hacerse el escrutiiue de los votos, nómbrase int.erino at gobernador cesante Esparza. Una fraccion de la lejilatura, integrándose con suplentes que llama, destituye a los demás diputados, hace el escrutinlo, i declara gobernador al jenerat Escobedo, uno de los candidatos populates. Niegase el interino a reconocer a Eseobedo i a la lejislatura que declaró su eleccion, I pide el ausilio de los poderes federates. En QuerCtaro, siete diputados de la lejislal ura, considerándose cuerpo lejislativo, declaran gobernadoiat coronet Cervintes. OLra fraccion de seis, que tambien pretende ser la lejislatura, desco. noce to hecho, I solicita el ausilio de los poderes de La Union. Tanto el ejecutivo como el congreso federates reputaron en REPUBLICA DE MEIICO 345 todos aquellos casos qu 1a proteccion solicitada no estaba claramente comprendida en el art. 116 de la constitucion, aunque varios diputados, como Jos reclamantes, pensaron de distüito modo, i el ausilio se negó. Mas todos juzgaron neceario suplir la falta del texto constitucional, it fin de incluir los precitados casos, si no para prestar el ausilio tie La fuerza al g6lo llamamienlo, si it lo ménos para resolver -las cuestiones que orijinaban la solieltud. Para da y la proteccion lira i llana, se interpretaha ci citado articulo con un poco de violencia; 1 hubiera sido tanto mite peligroso admitir ci principio, cuanto no se trataba solo de saber Si en casos que no implicaban rebelion era obligatorio, o siquiera potestativo, ocurrir en ausilio tie uno de los poderes del estado contra otro, sino que en ci fondo se escondia una cuestion previa, it saber, cuitl tie los dos tenia razon en la contienda, I aán it las veces cuiti de los dos era lejitiino. Reconociendo el poder ejecutivo de La Union que ci texto conslitucional no autorizaba it intervenir en las contiendas tie las autoridades de los estados, mas tambien Ia necesidad de ocurrir A remediar los trastornos consiguientes it sus querellas, inició un proyecto tie lei en 17 de setiembre tie 1870, bajb La firma del ministro de gobernacion, M. Saavedra, que aunque computesto de cuatro articulos sobre tres punlos distintos, se proponia esencialmente resolver, por un camino aigo tortuoso, i aplicando los arttculos 40 1109 de la constitucion, Ia dificultad que nos ocupa. Nada so decretO, i asi quedaron ]as cosas, hasta que, sancionada la reforma constitucional de 1874, se procurit allanarlo todo con Jos incisos 5. 0 I 6.0 , fraccion B del art. 72. Ellos preven dos casos: 1. 0 , Aquél en que desaparecen los poderes lejislativo I ejecuitvo en un estado; 2. 0 , Aquél en que los poderes de un estado cuestionan entie -si. De otro modo, la reforma provee it Jos casos de falta de los poderes 6 de cuestiones entre ellos; pero hai un tercero, que no nos parece incluso en ci segundo, i es cuando so duplican los poderes. Vimos en Jos ejemplos arriba aducidos, que varios estados de is Union tuvieron simult.itneamente dos lejislaturas 6 dos gobernadores, i aun alguna vez dos tribunales, 346 BEPURLICA DE ME3ICO como en Guerrero. Cuestion entre los poderes de un estado supone que las autoridades ordinarias altercan sobre facultades ó legalidad de procedimiento, como en el caso de Jalisco; mas no supone bifurcacion 6 duplication do una misma autoridad. Cierto es que en tales ocasiones hai easi siempre una cuestion implicita entre una de las duplicaciones I otro ramo del poder püblico; pero a6n enténees semejante cuestion no es la imnica, ni acaso la principal. Resolver cull de dos lej islaturas, 6 gohernadores, tribunales, que Se disputan La Iejitiniidad es el verdadero, segun La lejislacion del estado, es cuestion neta i grave, que delw resolverse directamente por los poderes federales. Tanto ella como las otras dos, cuya solucion 88 encarga al aenado per los incisos que antes citainos, serian mIs propias de la corte supre. ma, por su carlcter esencialmente judicial. Como quiera, si se reputa inclusa en ellos, i Is reforma se aplica en tat sentido, habráse dado un gran paso en el tratamiento de uno de los más traseendentales puntos de administracion federal.