2010838. I.10o.C.13 C (10a.). Tribunales Colegiados de Circuito. Décima Época. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 26, Enero de 2016, Pág. 3223. DEPÓSITO ANTE ALMACENES GENERALES. EL CERTIFICADO RELATIVO Y EL BONO DE PRENDA EXPEDIDOS CON MOTIVO DE AQUÉL, CONSTITUYEN TÍTULOS DE CRÉDITO EN TÉRMINOS DE LOS ARTÍCULOS 5o. Y 229 DE LA LEY GENERAL DE TÍTULOS Y OPERACIONES DE CRÉDITO. De acuerdo con los artículos 2516 del Código Civil Federal y del Código Civil para el Distrito Federal, el depósito -civiles un contrato por el que el depositario se obliga hacia el depositante a recibir una cosa mueble o inmueble que éste le confía, y a guardarla para restituirla individualmente cuando la pida el depositante. Cuando recae sobre cosas mercantiles, el contrato es celebrado entre comerciantes o por causa de comercio (artículos 75, fracción XVII y 332 del Código de Comercio), adquiere naturaleza mercantil, lo que acontece, entre otros casos, cuando se efectúa ante un almacén general de depósito, debido a que éste constituye una organización auxiliar de crédito -y por tanto un comerciante-, aunado a que así lo establece, de manera expresa, la fracción XVIII del artículo 75 del citado ordenamiento mercantil. Al convenirse el depósito entre el almacén general y el depositante, el primer documento expedido es el que se origina con motivo de la celebración del contrato mismo, y de no ser así, esto es, de no celebrarse por escrito, el acuerdo de voluntades se encuentra implícito en el certificado de depósito que el almacén expide al depositante contra la entrega de las mercancías, de manera que, cuando se otorga el certificado, es porque previamente se ha celebrado el contrato de depósito respectivo. El certificado tiene incorporado un derecho de propiedad sobre las mercancías depositadas y, por ende, constituye el título representativo de mercancías por excelencia que acredita la propiedad de aquellas depositadas en el almacén que lo emite. Una vez constituido el depósito y expedido el certificado respectivo, su tenedor legítimo se encuentra facultado para solicitar uno o varios formularios de bono de prenda para el caso de que decida pignorar la mercancía depositada. El mecanismo y funcionalidad del bono de prenda es sencillo: como el depositante -tenedor del certificado-, no puede traer consigo la mercancía depositada, el almacén, previa petición de aquél, podrá otorgarle bonos de prenda que le permitirán comprometer las mercancías amparadas por cada bono, generalmente en garantía de algún crédito que le sea conferido; de ahí que el bono de prenda se suscribe con motivo de la celebración de un contrato principal de crédito y otro accesorio de prenda con un tercero, en virtud de los cuales el tenedor del certificado grava su mercancía, haciendo una promesa de pago por una suma de dinero a la orden del beneficiario que le otorga el crédito, mismo que queda garantizado con los bienes depositados en el almacén, amparados por el certificado. A su vez, el acreedor prendario puede ceder su crédito sin desplazamiento material de la mercancía, mediante la transmisión del bono y sin tener que preocuparse de la persona que en un momento determinado pueda ser el dueño actual de las mercancías que tiene en prenda, debido a que en el bono se encuentra "incorporado" un derecho real de naturaleza prendaria que garantiza el crédito del poseedor del bono, de allí que, a la vez, "incorpore" un derecho a obtener el pago de una suma determinada, que es aquella adeudada con motivo del referido crédito. Ahora, si se parte de la base que tanto el certificado de depósito como el bono de prenda tienen "incorporados" derechos, en el caso del primero, el de propiedad sobre la mercancía depositada en el almacén, y en el caso del segundo, el derecho a obtener el pago de una suma determinada, así como uno real de prenda sobre la referida mercancía, debe concluirse que ambos documentos -certificado de depósito y bono de prenda- constituyen títulos de crédito, de acuerdo con la definición que de éstos está contenida en el artículo 5o. de la ley de la materia, que atribuye esa naturaleza a los documentos necesarios para ejercer el derecho literal que en ellos se consigna, "necesidad" -1- 2010838. I.10o.C.13 C (10a.). Tribunales Colegiados de Circuito. Décima Época. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 26, Enero de 2016, Pág. 3223. del documento que se explica en la medida en que tienen incorporado el derecho que se pretende ejercer. DÉCIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 172/2015. 18 de septiembre de 2015. Mayoría de votos. Disidente: Víctor Hugo Díaz Arellano. Ponente: J. Jesús Pérez Grimaldi. Secretario: Guillermo García Hernández -2-