bartolozzi - Perfil del contractant

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Bartolozzi
1943 - 2009
Museo de Navarra. Pamplona
Marzo - Julio 2015
Museu d’Art Modern. Tarragona
Noviembre 2015 - Febrero 2016
GOBIERNO DE NAVARRA
EXPOSICIÓN
CATÁLOGO
PRESIDENTA
Yolanda Barcina Angulo
ORGANIZACIÓN Y PRODUCCIÓN
Museo de Navarra
Museu d’Art Modern de Tarragona
EDICIÓN.
GOBIERNO DE NAVARRA.
Departamento de Cultura, Turismo
y Relaciones Institucionales
CONSEJERO DE CULTURA, TURISMO
Y RELACIONES INSTITUCIONALES
Juan Luis Sánchez de Muniáin Lacasia
DIRECTORA GENERAL DE CULTURA –
INSTITUCIÓN PRÍNCIPE DE VIANA
Ana Zabalegui Reclusa
DIRECTORA DEL SERVICIO
DE MUSEOS
Carmen Valdés Sagüés
COMISARIA
Raquel Medina de Vargas
TRANSPORTE
Luis Navarro Sangüesa
SEGURO
Marsh
JEFA DE LA SECCIÓN DE MUSEO DE
NAVARRA
Mercedes Jover Hernando
EXPOSICIÓN en Pamplona
Museo de Navarra
C/ Santo Domingo, 47
31001 PAMPLONA (NAVARRA)
www.museodenavarra.navarra.es
Diputación de Tarragona
COORDINACIÓN
Mercedes Jover Hernando
PRESIDENTE:
Josep Poblet i Tous
Vicepresidente Delegado del
Àrea de Atención al Ciudadano
Albert Vallvé Navarro
Jefa del Àrea de
Atención al Ciudadano:
Pilar Casas Rom
Directora del Museu
d’Art Modern:
Rosa M. Ricomà Vallhonrat
TEXTOS
Raquel Medina de Vargas
Mª del Mar Lozano Bartolozzi
FOTOGRAFÍAS
Nil Bartolozzi
DISEÑO Y COORDINACIÓN
EDITORIAL
Nil Bartolozzi
IMPRESIÓN
Gráficas BIAK S.L.
DIFUSIÓN
Marta Arriola Rodríguez
PROMOCIÓN Y DISTRIBUCIÓN
Fondo de Publicaciones
del Gobierno de Navarra
Navas de Tolosa, 21
31002 Pamplona
T: 848 42 71 21
F: 848 42 71 23
fondo.publicaciones@cfnavarra.es
www.cfnavarra.es/publicaciones
FOTOGRAFIADO
Larrión & Pimoulier
D.L.: NA 387-2015
I.S.B.N. 978-84-235-3384-8
MONTAJE
Moreno Vallés Transportaarte
© de la presente edición
Gobierno de Navarra
Pamplona 2015
CONSERVACIÓN
Ana Elena Redín Armañanzas
Berta Baldúz Azcárate
PINTURA
Galán, S.L.
ILUMINACIÓN
Félix Mendía Villanueva
EXPOSICIÓN en Tarragona
Museu d’Art Modern
C/ Santa Anna, 8
43003 – Tarragona
www.dipta.cat/mamt
COORDINACIÓN
Rosa M. Ricomà Vallhonrat
DIFUSIÓN
MAMT Pedagògic:
Marisa Suárez Barral
Núria Serra Medina
MONTAJE - ILUMINACIÓN
Enric Hernández Sotorra
Equipo del Museu d’ Art Modern
© del texto: los autores
© de las fotografías: los autores
La naturaleza es tan viva
que crea la muerte
para su continuidad.
Rafael Bartolozzi
El Museo de Navarra presenta la exposición temporal
“Bartolozzi 1943-2009” dedicada al artista navarro Rafael
[Lozano] Bartolozzi (Pamplona, 1943–Tarragona 2009).
La muestra ha sido coproducida con el Museu d’Art Modern de Tarragona, tierra donde el artista residió durante
buena parte de su vida.
Constituye el regreso a su ciudad de nacimiento de un
artista que nunca ha dejado de estar presente en su tierra
natal, aunque su temperamento y sus inquietudes le llevaran fuera de nuestras mugas. Navarra siempre ha estado
en su corazón, como demostró en su exposición “Duguna”
en la Galería Lekune de Pamplona en 1998. Fue la última
vez que expuso obra en Navarra.
“Bartolozzi 1943-2009” reúne una cincuentena de obras
pictóricas y escultóricas de Bartolozzi. Tiene vocación de
revisión antológica de la obra producida a lo largo de una
vida artística que se truncó demasiado pronto. Ahí radica
buena parte de su interés pues las visiones de conjunto
son fundamentales para la correcta valoración de un artista. Rafael Bartolozzi fue un artista complejo. Integrado
en la generación de los catalanes Zush, Llimós, Gerard
Sala, o Arranz Bravo, con quien compartió aventuras
plásticas durante la ilusionante y dinámica década 19651975. Este trabajo (Arranz Bravo–Bartolozzi) pudo verse
en los Pabellones de Arte de la Ciudadela en primavera
de 1970. Incluía la pintura “Máscara casa Garden” (1970)
que posee el Museo de Navarra. Su obra, de difícil encasillamiento por su multiplicidad de inquietudes plásticas,
mantiene conexiones con artistas como Gordillo o Arroyo
fuera del ámbito catalán.
La exposición está articulada en tres partes. Se comienza
presentando sus orígenes, sustrato y raíces ancestrales,
donde se combinan rasgos culturales navarros y mediterráneos -Italia más la Cataluña rural-, para transitar por su
figuración poética y metafórica en torno a Eros y lo humano, y terminar en su mundo cosmológico y lúdico, derivado de su amor a la Naturaleza y la fabulación.
Los textos del catálogo editado con motivo de esta exposición, firmados por la catedrática de Historia del Arte, Mª
del Mar Lozano Bartolozzi -que suma a su cátedra el ser
hermana del pintor, lo que le permite desvelarnos muchos
aspectos del lado humano, de la personalidad y de la vida
del artista- y por Raquel Medina de Vargas, comisaria de
la exposición, experta en arte contemporáneo y vinculada a Tarragona -que conoció a Rafael Bartolozzi y siguió
de cerca su trayectoria- son otro excelente atractivo de la
muestra.
Cuando el Museo de Navarra cumple 25 años de la reapertura de su remodelación, conviene recordar que en
1990 Rafael Bartolozzi fue invitado a exponer en el renovado Museo y que lo hizo con una muestra doble. De una
parte su entonces obra reciente (1980-1989), y de otra
“Encierro. Supervivencia del Museo” en la que reflexiona
sobre el apasionante mundo de nuestra cultura y nuestros
mitos. Sirva la muestra que glosamos aquí, de reconocimiento in memoriam a un creador, Rafael Bartolozzi, cuyo
arte está posado en el centro de la ciudad de Pamplona,
en la por todos conocida Plaza de la Paz.
No sería justo terminar estas breves líneas sin reconocer
y agradecer el trabajo de cuantos han hecho posible la
exposición y el libro. De manera muy especial a la Familia
del artista, su esposa y su hijo, -prestatarios de la mayoria
de las obras, muchas de las cuales se exponen por vez
primera-, y al Museu d’Art Modern de Tarragona y a la Diputación de Tarragona todas las facilidades que nos han
dado en este trabajo conjunto.
Juan Luis Sánchez de Muniáin Lacasia
Consejero de Cultura, Turismo
y Relaciones Institucionales
Gobierno de Navarra
Bartolozzi supo crear mundos de belleza, de pensamiento, de crítica y de reacción. De hecho esta capacidad de
fabricar mundos es la esencia y la justificación de porqué una persona se convierte en creador. A partir de esa
invención de ámbitos, es la sociedad, las personas de
una u otra cultura, de hoy o del mañana, las que son invitadas a entrar y a participar de todo aquello que se nos
ha ofrecido de manera generosa. Nunca agradeceremos
suficientemente la riqueza que los creadores ponen en
nuestras manos, a menudo sin esperar una recompensa
real. Pero allí queda, la obra y sus valores.
Hace cinco años, ya casi seis, que Rafael Bartolozzi nos
dejó, cerrando definitivamente, su obra creativa. Siempre
se convierte en un deleite la contemplación o la reflexión
de los cuadros o las esculturas de un autor pero en este
caso, este acercamiento a la biografía y obra del autor,
el acto adquiere una atención especial. La memoria del
personaje es del todo viva, cercana, y la ausencia es aún
sobrecogedora.
Ahora bien, tenemos su obra y el ejemplo de su trabajo. Las herencias son siempre un bálsamo que alivia la
pérdida. Ahora quiero pensar en su obra, expuesta en
tantos museos o publicada en libros y catálogos. También quiero recordar Vespella de Gaià, el pueblo del que
fue alcalde y que transformó de manera radical, no porque alzara grandes obras o hiciera converger hechos extraordinarios, simplemente porque supo poner Vespella
de Gaià en las rutas del arte.
En este caso son los museos de Navarra y Tarragona
quienes toman la obra de Bartolozzi y la ponen en circulación, en un festejo -como él quería- de la vida y de los
sentidos. Creo que es el mejor homenaje que podemos
hacerle y, al mismo tiempo, el mejor regalo que podemos hacernos a nosotros mismos, disfrutando de aquella oferta de mundos que él creó para nosotros.
La Diputación de Tarragona se siente honrada y orgullosa de participar en este homenaje a su figura y obra.
Tuvimos el placer de dedicarle un volumen de la colección Tamarit, 1993, escrito por Baltasar Porcel. Y, también, varios catálogos, como el de la muestra pictórica
que hizo el castillo monasterio de Escornalbou, en 2002.
El nuevo catálogo que ahora tengo el placer de presentar, se añade a este largo reconocimiento institucional a
su obra, en la confianza, por supuesto, que no será el
último.
Josep Poblet i Tous
Presidente de la Diputación de Tarragona
Bartolozzi, celebración de la vida
Arte, juego y fabulación
Aquel pequeño querubín rubio de ojos azules y cabello rizado que tantas veces dibujó su madre, la muy notable artista Francis Bartolozzi1, contempló siempre la vida con la
mirada de un niño travieso, libre, lleno de curiosidad hacia
su entorno. Nada podía restringir sus ansias de crear (jugar),
de disfrutar del sol, la noche estrellada, los placeres sencillos
que brinda la vida sin costo alguno, todo aquello que no se
puede comprar. Jugar y crear, dos vertientes de una misma
actitud que enciende esa chispa de la inteligencia que permite
mantener toda una vida la capacidad de sorpresa, de asombro,
consustancial al artista. El juego, junto a la intuición e incluso
el azar, tan apreciados por los surrealistas, fue siempre algo
innato e inherente a su quehacer2; de hecho, el juego entendido desde una visión cósmica como una energía creadora, la
del demiurgo como artífice supremo, hacedor de maravillas o
mago transformador de las cosas, constituirá el sustrato de su
cosmología lúdica3. Pertenecer a una saga familiar de artistas
le predestinaba a la que fue su dedicación absoluta: biznieto
de Lucca Bartolozzi, natural de Lucca, en la Toscana, y nieto de Salvador Bartolozzi, un gran personaje inmortalizado
por Gutiérrez Solana en su conocido cuadro conservado en el
Reina Sofía Tertulia del café Pombo (1920) junto a Ramón
Gómez de la Serna o José Bergamín, entre otros intelectuales.
Fue dibujante, ilustrador, escenógrafo, gran fabulador, creador de los más famosos personajes de la narrativa infantil de
los años veinte y director artístico de la editorial Calleja. El
padre de Rafael, Pedro Lozano de Sotés fue asimismo pintor
destacado de la escuela realista navarra y junto a su madre
Francis (Pitti) trabajaba también como escenógrafo y muralista. Creció, por tanto, rodeado de cuentos, colores, dibujos,
lo que le hizo sentir y entender la vida en el goce constante
de la creatividad impulsada por la inagotable imaginación, en
la emoción y la aventura del descubrimiento incesante. Un
bagaje de extraordinario valor que unido a su talento innato le
aportó una gran ventaja en su carrera artística. En 1964 inicia
los estudios de Bellas Artes en Barcelona y pronto sobrepasa
a sus propios profesores, y ya en 1967, con sólo 23 años, logra exponer en la emblemática Galería Gaspar de Barcelona,
la de Picasso, Miró y Tàpies, y ratifica su decisión irrevocable
de dedicarse para siempre y en exclusiva a la creación pura.
El arte, en efecto, siempre fue algo primordial en la vida de
1. Hace ahora dos años
el Museo de Navarra le
dedicó una selecta exposición sobre sus dibujos
de guerra, algunos de
los cuales se encuentran
depositados en el Museo
Nacional Centro de Arte
Reina Sofía.
2. Corredor –Matheos,
uno de los críticos que
han seguido desde el
principio la trayectoria
del artista confirma: “El
arte de Bartolozzi ha tenido siempre entre otros
rasgos, carácter de juego.
En el mejor de los sentidos el juego es connatural, no sólo a la condición
humana, sino en visiones
sagradas ajenas a la nuestra, a la misma divinidad.
El universo entero, la
naturaleza, es así un gran
juego cósmico” Bartolozzi metamorfosi de la natura, Generalitat-ICEM
1995, p. 17
Dibujo de Rafael bebé
por su madre Pitti.
3. “Realidades imposibles,
espacios físicos amueblados fragmentariamente,
objetos raros y extrañas figuras animadas, nos obligan a penetrar en un sueño
creador, en la capacidad
inventiva de un artista que
pinta con la pretensión de
conformar nuevos seres,
de convertir lo inanimado
en orgánico y vital. Sus
obras son un juego intuitivo (…) entre el orden y el
desorden. “María del Mar
Bartolozzi, catálogo de
Duguna, galería Lekune,
Pamplona 1998.
Bartolozzi. Observaba su entorno y lo expresaba a través de
una energía creativa total, absoluta, inmediata, sin mistificaciones ni dogmas. Consideraba que la pintura tenía que salir
de dentro de una manera primitiva, natural, como el garabatear de un niño con una tiza en la mano, y es esta expresión
directa, la del garabato o el monigote, la base de todo. Para
él el arte consistía en comunicar emociones sencillamente,
sin petulancia, dejando brotar libremente la imaginación, la
creatividad más genuina.
Desde la perspectiva que nos brindan los seis años transcurridos desde su fallecimiento, una de las posibles interpretaciones que nos ofrece la trayectoria vital y artística de Bartolozzi
en su conjunto es una verdadera celebración de la existencia.
Una existencia que él vivió con plenitud e intensidad hasta
el último momento, aceptando la muerte como una parte de
ella, tal como expresó en uno de los numerosísimos haikus
que escribió diariamente de 2000 a 2003 a propuesta de su
amigo y vecino en Vespella el cineasta Bigas Luna: “la naturaleza es tan viva que crea la muerte para su continuidad”.
Ese himno o loa a la vida que queda plasmado plenamente
en toda su obra constituye el leitmotiv de esta exposición,
fue una especie de filosofía personal ajena a pretensiones intelectualistas que implica una imbricación de lo contingente
con lo trascendente, de lo temporal con lo intemporal como
manera de enfatizar lo substancial de la vida sin separarlo de
la experiencia cotidiana.
Bartolozzi pertenece a la misma promoción de Bellas Artes
de Llimós, Gerard Sala, Artigau o Arranz Bravo4; con éste último compartió aventuras plásticas durante más de diez años,
ambos formaron un célebre tándem en pleno momento de rebeldía hippie, proclive a la superación de la individualidad y a
compartir ideales (como otros colectivos o equipos artísticos
que surgieron entonces) cuando con la transición y el estreno
de las libertades no parecían existir límites a los sueños juveniles. Compartieron los estudios de Vallvidrera, Vespella
o Cadaqués, expusieron conjuntamente y realizaron trabajos
de pintura mural en equipo como el macro proyecto de 2.000
metros cuadrados del edificio de la fábrica Tipel en Parets
del Vallès —convertida en un juguete tan insólito como inmenso— y otros como la casa-biblioteca de Cela y el edificio
Magalluf en Mallorca, o la fachada del Centro Internacional
de Fotografía en Barcelona; no obstante, cada uno desarrolló
y realizó su propia obra manteniendo su individualidad.
Aquella fue una generación que pretendía hacer un arte sin
perder nunca de vista la realidad cotidiana; por tanto, no
destinado a la intelectualidad, sino al alcance de cualquiera,
como la música pop. Eran ingenuamente ambiciosos, aventureros, querían comerse el mundo, conquistarlo y reinar sobre los universos que inventaban, sus “ínsulas Baratarias”,
por encima de la prosaica realidad, pero no por encima de
la gente corriente. Fuera del ámbito catalán, su obra mantiene conexiones con artistas tan reconocidos como Gordillo o
Arroyo, aunque —como bien señalan Baltasar Porcel o Joan
Abelló— a pesar de sus éxitos quedaron en parte eclipsados
por el arte oficial que primaba en Cataluña. A veces la adusta
ortodoxia de quienes se erigen en jueces de lo que es o no
es vanguardia artística margina tendencias que se apartan de
su estrecha visión. Seguramente eran demasiado optimistas,
anárquicos y excesivamente amantes de la pintura para militar en el arte oficial. Bartolozzi siempre huyó de cualquier
dogmatismo. Sabía que la espontaneidad del juego, de la creatividad intuitiva, automática, muere ante cualquier normativa
impuesta, como sucedió con el surrealismo. Cabe señalar en
este aspecto su activa participación en numerosos happenings,
performances y acciones (ej. “Granollers happening”, 1972),
e incluso los títulos, que mezclan idiomas e ignoran normas
ortográficas, forman parte de ese divertimento que siempre
estuvo en el núcleo de su idea del arte.
Ciertamente, la abstracción convertida en un elitismo dogmático ajeno a lo apasionante de la realidad del momento,
producía cierto hastío en las nuevas generaciones e incluso
condujo al abandono del informalismo a algunos de sus más
insignes representantes. Había que recobrar la figuración para
acercarse a la realidad de la gente de la calle, de ahí surgieron
en la Península nuevas tendencias figurativas conocedoras del
pop inglés, que también recuperaba esa vinculación con el entorno. Hockney y Hamilton, artistas británicos del erotismo
y los contextos cotidianos, eran los referentes que también
inspiraron a Bartolozzi, mientras otros artistas en España so-
4. Todos ellos participaron
en la reveladora exposición
“Nuevas expresiones” de
1966 en la Sala Gaspar,
que aportó un destello estimulante y rompedor con
el panorama del momento.
Refiriéndose a este grupo
y sus intenciones, el propio
Bartolozzi afirma:
“El pop, y sobretodo
nosotros, rompimos el
mundo tan elitista y panfletario de los «entendidos»”.
Baltasar Porcel, Bartolozzi
a Margodí. Barcelona:
Diputación de Tarragona,
Columna, 1993, p. 26.
5. Como dice Albert
Mercader:”Esta simbiosis entre neofiguración
y onirismo pop dota de
contenido y personalidad una obra profundamente existencial: el
cuerpo como expresión
de los oscuros rincones
del inconsciente humano”. Catálogo colección
Bassat 1970-79 , p. 27,
CMAC, Mataró, 2013.
bradamente conocidos se inclinaron hacia una vertiente pop
de reivindicación sociopolítica.
La suya fue una figuración libre, particular, rabiosamente joven, no le interesaba la abstracción precisamente porque le
interesaba más la vida, pero no hay un rechazo cuando esa
abstracción fluye espontáneamente y por eso en su obra se
mezcla con total naturalidad con lo figurativo. En esos años
tan determinantes cultivó predominantemente la temática
erótica como narrativa personal dentro del marco de una reivindicación vitalista de la libertad en un contexto sociológico
propicio. El cuerpo desnudo como estandarte y a la vez como
vehículo de expresión de emociones y conflictos relativos a la
condición humana, sometido por ello no sólo al influjo surreal
sino también a deformaciones a menudo no ajenas a ciertos
desvaríos baconianos que parecen revelar una inquietud existencial5.
Fundamentos de un lenguaje singular
La pintura de Bartolozzi es intuitiva, festiva, emocional, exploraba la realidad con ojos nuevos, sabía ver y registrar todas
las cosas de un modo diferente y a partir de ahí elaboró una
especie de fabulación mágica capaz de metamorfosear de la
realidad donde lo imaginativo y lo poético se fusionan con el
referente real en curiosas metáforas.
Hay en su obra una patente simbiosis entre el arte y la vida
que se manifiesta en una valoración de la esfera de lo íntimo y lo cotidiano que engloba familia, mascotas, muebles, el
jardín, el paisaje y la pequeña fauna que le rodeó en su finca
Margodí. Cualquier objeto doméstico se mezcla con la naturaleza sin solución de continuidad, no hay diferencia entre lo
inerte y lo vivo, lo orgánico y lo inorgánico. La vida, eje de su
filosofía artística y vital, constituye el aglutinante que lo une
todo y, más allá del mero hedonismo, la celebra en toda su dimensión: sentimientos, sensaciones, amistad, amor, sexo….
Creó el cuadro a partir de imágenes “reencontradas” del inconsciente que constituyen el argumento, el punto de partida,
al que añade luego elementos simbólicos (algunos de aparición frecuente con claro significado, como las peculiares
cadenas del escudo navarro) signos de un alfabeto ignoto,
geometrías, formas orgánicas y grafismos, goterones, retículas, circuitos, estructuras, marañas, líneas en zigzag o quebradas. Todo surgido de una imaginación que fluye icónica
y caprichosa, a veces grotesca, que transforma el referente
real dotándolo de un componente onírico que si en ciertos
momentos es realmente sofisticado, en otros se manifiesta
claramente primitivo.
No es exacto hablar de composición en la mayoría de sus
obras, sino más bien de asociación (o disociación) sintáctica
basada generalmente en la yuxtaposición de elementos dispares en una concepción predominantemente planimétrica,
bidimensional, del lienzo que se divide en formas y zonas
limítrofes. Con frecuencia el horror vacui le lleva a rellenar
todo el espacio disponible hasta el último rincón con sus típicos grafismos all over a modo de retículas o de estampados
textiles. El tratamiento del espacio es igualmente original,
abundan las pseudoperspectivas y la confusión entre fondo y
forma. La línea, definida y enérgica, desempeña una función
esencial en su obra no sólo descriptiva, sino tremendamente
expresiva y siempre mantiene un papel preeminente asociado
al del color, aunque manteniendo cada uno su independencia,
incluso con respecto a la forma. Bartolozzi trabajaba lenta y
esmeradamente cada obra pero lograba que en el resultado
final sólo prevaleciera la frescura y la potencia. Tal como le
comentó a Porcel, “la fuerza de mis cuadros no sale de que
yo mime mucho el cuadro, que lo hago, sino del big-bang
intuición-consecuencia iniciales”6,un proceso para el que se
aislaba completamente en su estudio, convertido en un lugar
inviolable y casi sagrado. Así nos lo confirma su familia y
nos lo revela él mismo en otro de sus haikus que aparecen
salpicados en este texto en homenaje a su poética y su pensamiento: “El estudio es ermita y capilla dominical, los pinceles
feligreses manchados de colores concelebrando mitos pictóricos ancestrales.”
6. Baltasar Porcel,
op. cit., p. 23.
Cor-enfant.
1991
A lo largo del tiempo, se produce una continua multiplicación de recursos y resortes. Poseía una inmensa capacidad
de fabulación y de mezclar elementos que conviven en la
misma obra en resueltas yuxtaposiciones: claroscuros, veladuras y transparencias de sutiles matices con colores planos,
industriales, el trazo sinuoso elegante y ágil frente a la mancha estentórea. Le apasionaba lo contradictorio, la dialéctica de lo inverso, por ello fusionaba sin ambages, además de
abstracción y figuración, lo real y lo irreal, lo animado y lo
inanimado, o dimensiones contrapuestas como lo profundo
y lo plano. Buscaba deliberadamente provocar la tensión, establecer una confrontación de elementos contrarios a la que
se refería asiduamente calificando su estilo de “minimalismo
barroco” y entendiendo el oxímoron como principio inspirador de su quehacer. Lo simple y lo excesivo cohabitan en su
lógica personal heterodoxa y ecléctica. No es de extrañar en
este contexto de pensamiento, por otra parte tan postmoderno, que su admiración por figuras como Beuys o John Cage y
ciertos aspectos del arte conceptual fuera compatible con su
proximidad a los postulados de la transvanguardia italiana de
Achille Bonito Oliva, con quien mantuvo frecuentes contactos, ya que compartía las premisas de un nuevo manierismo
que asume el pasado incorporándolo ad libitum, reconquista
la individualidad, el imaginario y territorio geográfico propio,
la libertad y la ironía.
Lleno de iniciativa y entusiasmo, en su afán de probarlo todo
experimentó constantemente las más variadas disciplinas,
Fábrica Tipel.
materiales y prácticas artísticas al servicio de un impulso
expresivo irrefrenable (“La creación da múltiples ideas, confunde y las paraliza peligrosamente, necesito un antivirus del
virus creativo”) y ejecuta esculturas en las más diversas materias, assemblages, poemas objeto, proyectos urbanísticos
como el de la plaza de la Paz, esculturas monumentales como
la colosal Alfa & Omega anclada en el mar frente a la playa de
Torredembarra, happenings, acciones, performances, instalaciones, diseño gráfico… Actividades todas ellas proyectadas
y realizadas con idéntica entrega, y, dada su relevancia, ampliamente recogidas y documentadas en diversas publicaciones. Cabe incluir en este punto lo que él mismo consideraba
el happening más duradero de la historia, su etapa de doce
años como alcalde electo de Vespella de Gaià, por una candidatura independiente, durante tres mandatos consecutivos
(1991-2002), cargo que desempeñó sin menoscabo alguno de
sus obligaciones como máximo representante del municipio y
de sus habitantes pero al mismo tiempo entendiendo su tarea
como una “acción” prolongada en el tiempo, una experiencia
a la vez vital y artística. Esa circunstancia en la que se ve in-
7 Jordi Cervera,
“Nou diari”, Quadern,
5 gener 1991, pgs. 4-5
8. Joan Abelló.
Bartolozzi 1991-2004.
Barcelona: Àmbit,
2004. Conversación
con Bigas Luna, p. 88.
merso casi sin haberla buscado le proporciona un interesante
feedback, puesto que después de tantos años de vinculación
con el municipio se le ofrece la oportunidad de devolver algo
de lo positivo que había recibido de ese entorno, de influir
sobre aquello que a él tanto le había influido. Fue un alcalde
insólito, artista y amante de la naturaleza que decidió mejorar visiblemente el minúsculo pueblo y su amplio territorio y
poner el nombre de Vespella en el mapa, convirtiéndolo en
sede y punto de encuentro de actividades artísticas de todo
tipo. No en vano le llamaban popularmente el alcalde “farigola” (‘tomillo’ en catalán), lo que pone de manifiesto la
percepción de su compromiso con la naturaleza más sencilla
y doméstica. El crítico y estrecho colaborador en tantas iniciativas Joan Abelló ha dejado en sus numerosos escritos fiel
constancia de todas y cada una de sus aventuras creativas y
personales de esa etapa, entre ellas el certamen de poesía visual Joan Brossa, con el que colaboró activamente el propio
fundador de Dau al Set, entre otras personalidades, o algo
nuevamente tan lúdico como pintar las casas en un tono de
azul que Bigas Luna calificó de “azul Bartolozzi” o diseñar
alguna de sus fuentes.
La pertenencia cada vez más sentida al entorno que le ofrece Vespella incide de manera determinante en la evolución
de su obra. En una amplia entrevista con motivo de su toma
de posesión como alcalde7, declara que su obra se ha vuelto
menos figurativa y más infantil, posiblemente influenciada
por la convivencia con el pequeño Nil, que sin duda le evoca
su propia infancia y le confirma en su idea del juego como
motor de la creatividad: ”estoy viviendo unos momentos que
me llevan al primitivismo, a practicar un arte más intuitivo,
más visceral”, afirma; asimismo, atribuye el cambio al entorno y la cultura romana, y cita a Miró como paradigma de ese
influjo del entorno que deseaba potenciar para instaurar en
Vespella un punto de encuentro de artistas de las más diversas
disciplinas.
Trayectoria: De la neofiguración a
la cosmovisión ecléctica
El propio artista distinguía en la conversación filmada que
mantuvo con Bigas Luna8 cuatro etapas básicas en su evolución. La de infancia hasta 1955, con la influencia familiar
y de lugares tan emblemáticos como el bosque de Irati. Después, la de estudios en Barcelona desde 1962 hasta 1966,
cuando alcanza la profesionalidad. La tercera la comparte con
Arranz Bravo y culmina con la participación en la Bienal de
Venecia de 1980. La cuarta viene marcada por su instalación
permanente en Vespella, su matrimonio con Núria Aymamí
en 1983 y el nacimiento de su hijo Nil; desde ese momento
conjuga una vida familiar y campestre con frecuentes viajes,
especialmente a Italia. Su compromiso como alcalde (19912003) compatible con su actividad artística constituiría la
quinta, que entonces iniciaba, mientras la sexta y última se
correspondería con la convivencia con la enfermedad hasta
su fallecimiento, sin dejar de crear hasta el último momento.
Guerrero, 1997.
Después de unos inicios influidos por la brillantez de la generación informalista española, pronto descubre su propio
camino en ese despertar de una nueva figuración, en la eclo-
sión jubilosa de nuevos postulados. Los primeros trabajos
que permitieron calibrar su verdadera personalidad y valía
corresponden a los años 1967-1968, presentan enigmáticas
formas desarticuladas o fragmentadas de figuras o animales
con cierto aire baconiano resueltas en suaves y sutiles transparencias evanescentes (Salto mono) ya dotadas con un peculiar trasfondo poético. Se apodera de él una intensa fiebre
creativa que da lugar a las tan representativas producciones
correspondientes a los años setenta y primeros ochenta que
constituyen una celebración del erotismo y del disfrute de la
vida; son obras sensuales y sofisticadas, meticulosamente elaboradas con grafismos y veladuras que temáticamente incluyen, además del erotismo, autorretratos y retratos de familia.
Maneja con soltura los grandes formatos y la composición de
escenas surreales y fantásticas que transgreden con audacia
la realidad y que aún hoy transmiten la misma sensación de
vitalidad y modernidad. El cuerpo humano, habitualmente
desnudo o casi desnudo, alcanza un destacado protagonismo
de resonancias clásicas tanto en figuras femeninas como masculinas, solas, en pareja o frecuentemente en escenas de grupo, generalmente sometidas a características deformidades
o mutilaciones que no eclipsan la carga estética del cuadro
realmente exquisita en muchas piezas . En un determinado
momento, el desnudo se nos aparece atado, como aquellos
esclavos de Miguel Ángel, constreñido ante el ansia de vivir,
con ligaduras que se revelan incapaces de limitar la libertad
intrínseca del individuo, de contener su fuerza y sus anhelos
más profundos; en acertadas palabras de Baltasar Porcel, “titanes prisioneros de un peso invisible”. En ocasiones parece
mutilado por la violencia, la antítesis de esa libertad, como en
las figuras de la plaza de la Paz de Pamplona. , que Vázquez
Montalbán interpretó agudamente como una deliberada mutilación de los cánones académicos por parte del artista9.
Esta fase figurativa se completa con un conjunto de obras correspondientes a un período especialmente destacable a finales de los ochenta en que, recuperando la sutileza de aquellas
obras de la segunda mitad de los sesenta, lo imaginativo y lo
lírico se fusionan y alcanzan cotas insospechadas de una sutil
y exquisita poética impregnada de elementos metafóricos. A
ese periodo pertenecen, entre muchas otras, piezas tan deliciosas como Corazón cayendo por las escaleras.
Plaza de la Paz,
detalle.
ducción no refleja ruptura alguna entre lo urbano y lo rural,
lo moderno y lo intemporal. Sin embargo, a raíz de fundar su
propia familia con el consiguiente asentamiento en una feliz
y sosegada vida campestre, su obra se irá transformando poco
a poco en detrimento del protagonismo de la figura, de modo
que la naturaleza tomará el relevo como temática principal.
9. Manuel Vázquez
Montalbán “Sea vd.
Virgen” en Aventuras maravillosas de
Bartolozzi, March ed.
Barcelona, 2005,
p. 120.
10. Con referencia
a este influjo tanto
en Miró como en
Picasso, se recomienda
consultar los libros de
la colección Tamarit
de la Diputación de Tarragona: Joan Perucho,
Picasso, el cubismo y
Horta de Sant Joan.
Barcelona: Columna,
1993; Daniel GiraltMiracle.El grito de la
tierra. Joan Miró y el
Camp de Tarragona.
Barcelona: Columna,
1994.
El establecimiento en su finca de Vespella de Gaià, llamada
Margodí, no fue repentino, se remontan los primeros contactos con el lugar a los primeros años setenta y por ello su pro-
Fauna d’horts XXII,
2005.
Progresivamente interiorizó el paisaje que le rodeaba en el
Camp de Tarragona, exento de espectáculo y majestuosidad,
poblado de arbustos, pinos, encinas y algarrobos, con el referente del mar en el horizonte. El Mediterráneo se había compenetrado con su mirada azul y esa línea de horizonte era ya
una presencia imprescindible en su mundo cotidiano. Necesitaba partir de lo sencillo y primitivo como Miró, quien afirmó: “debemos pegarnos a la tierra, hay que escuchar el grito
de la tierra”, y para recordar esa premisa llevaba siempre en
el bolsillo una algarroba. Curioso el influjo de los algarrobos
también sobre Bartolozzi, quien solía hacer notar que siempre
miran al mar y muy de destacar la influencia de las comarcas
de Tarragona en el arte contemporáneo:10 Mont-roig, Horta,
Siurana, vieron nacer el cubismo de Picasso y el simbolismo
sígnico de Miró. Un paisaje inspirador que transmite la autenticidad de la tierra primigenia que en su austeridad incitó
nuevas maneras de interpretar la naturaleza y el universo.
Esta compenetración con el entorno del campo tarraconense,
un espacio de sosiego donde pudo generar un ámbito favorable de reflexión, será muy duradera y fecunda en Bartolozzi y
se prolongó hasta su muerte. Allí, en su finca Margodí, afirmó
todo su bagaje a partir del cual evolucionó de una manera
cada vez más libre, fluida y primitiva que somete la realidad a
la metamorfosis de la fabulación y la interiorización del sentimiento. A partir de los noventa, se consolida ese creciente
protagonismo del medio y desarrolla una mitología mediterránea plenamente subjetiva, una naturaleza imaginada, reinterpretada, reinventada mediante un imaginario intuitivo,
un código anárquico que establece curiosos nexos e incluye
asociaciones figurativas simbólicas, componentes de azar, fusión de ideas y de objetos en una especie de poética visual.
Así surge toda una cosmogonía, un caldo primigenio de donde va emergiendo todo un bestiario festivo formado por todo
tipo de animales existentes, inventados o metamorfoseados:
caracoles, lagartijas, insectos, todo un catálogo de monstruos
zoomórficos inofensivos y alegres que cohabitan amigablemente. Se trata de un ecosistema singularísimo “margodinense” con sus propios especímenes, un colorido paraíso terrenal
hecho a su medida y a la de su familia, pero abierto a sus
amigos, colegas, conciudadanos y visitantes, con los que tan
a menudo lo compartía.
El terrible incendio forestal (agosto de 1993) que arrasó el
municipio, y sus trágicas consecuencias en vidas humanas,
fue un suceso devastador para el artista. Las llamas redujeron
a cenizas esa Arcadia feliz, esa comunión idílica con la vida
natural que venía nutriendo todo su quehacer vital y artístico. El tremendo impacto emocional se refleja en una serie de
obras desgarradoras realizadas sobre lona asfáltica recogidas
en una destacada exposición itinerante,11 las cuales constituyen un paréntesis de cariz hondamente expresionista. Fuera
de esta etapa singular, el expresionismo aparece también en
un par de piezas, igualmente ligadas a experiencias personales traumáticas.
Pintura y escultura comparten en esta época este universo de
símbolos, tótems míticos y arcaicos, signos y artefactos antropomórficos. A destacar en este sentido el amplio conjunto de
piezas tridimensionales datadas en 1994-1995, assemblages
de diversos elementos resultado de la recuperación de moldes
de una desaparecida fábrica de cerámica a partir de los cuales
desplegó nuevamente su vena más lúdica, creando una metafórica galería de fascinantes personajes a los que se unieron
seguidamente otros en mármol, dotados de una singularísima
vivacidad (Núria, Convidat).
El nuevo siglo lo inicia trabajando en obras de una sorprendente abstracción geométrica que se mezcla con elementos
orgánicos y animales reales o fantásticos. Hacia 2002 la exposición “Emprius”12 recoge un nuevo y pletórico canto a
la naturaleza en la que conjuga el realismo descriptivo de la
vegetación de su jardín, de su huerto y del campo contiguo,
representada con exuberante cromatismo, con figuras antropomórficas de filiación casi mironiana (Prometatge); más
tarde el referente real queda casi oculto en obras enigmáticas
prácticamente abstractas, aunque igualmente inspiradas en su
entorno, ricas en recursos muy diversos (serie Fauna d’horts
y posteriores), una ecléctica cosmovisión en la que el signo,
el simbolismo hermético y cierto esoterismo cobran mayor
relevancia y se articulan estableciendo su propia sintaxis.
11. Palau Robert (Barcelona) y universidades
de Girona, Lleida y
Rovira i Virgili. Institut
Català d’Estudis Mediterranis, Barcelona,
1995.
12. Torre Vella de
Salou, 2002.
Sofà Blau, 1978.
Fuente de Vespella de Gaià, 1994. Foto: J. M. Guinovart
Algunas quedarían interrumpidas por su muerte, ya que pese
a la enfermedad no dejó de pintar, y mantuvo hasta el final ese
impulso creador que definió su existencia. (“Maravillosa ventana de Vespella de Gaià, mortis morte, la muerte da muerte a
la muerte con su propia muerte.”)
Su obra, como la de Picasso, otro ineludible referente, se
mantuvo —desde aquel pop inicial al que contribuyó con un
sensitivo y soberbio enfoque propio hasta el lenguaje fabulado y lúdico del oxímoron— en perpetuo cambio, en constante
búsqueda, rechazando siempre la repetición de lo ya conseguido, pero al mismo tiempo nutriéndose del substrato de un
conocimiento asumido de la memoria del arte del pasado y
de sus raíces sentimentales. Creó su burbuja, su territorio en
el que desarrolló su propia narrativa existencial en la que se
da una confluencia y unicidad de lo humano, la naturaleza, la
vida, el pensamiento y el arte; res cogitans y res extensa indisolublemente unidas al servicio de su pasión creadora.
A la hora de glosar ese territorio mental y sentimental propio, esa celebración de la vida, me vienen a la mente ciertas
analogías con aquella enigmática civilización etrusca que se
desarrolló precisamente en la misma zona de procedencia de
sus orígenes italianos. En sus pinturas los etruscos reflejaron ese mismo talante jovial, las escenas familiares lúdicas
y festivas recrearon profusamente el paisaje que tenían a su
alrededor, el entorno tanto natural como social y doméstico.
Sus magníficas esculturas de caballos reflejan con expresivo realismo su fascinación por los seres vivos. Pero lo que
cabría destacar especialmente es la semejanza en la actitud
existencial reflejada en sarcófagos tan célebres como la Tumba de los esposos en la que se hicieron retratar cómodamente
reclinados, abrazados y eternamente sonrientes, celebrando
placenteramente la vida y la muerte como parte de ella. Una
lección intemporal de humanidad a la que también nos remite
la vida y la obra de Rafael Bartolozzi.
Raquel Medina de Vargas
Doctora en Hª del Arte
Comisaria de la exposición
Rafael Bartolozzi. Una memoria redefinida
plásticamente por las emociones vitales.
Cartografía de una memoria
“La globalización del día se salva por los detalles más íntimos”
(R.B.)
Entre Navarra y Tarragona, entre Irati y Margodí, entre Bartolozzi y Lozano de Sotés, entre Fra Filippo Lippi y John Cage… el
artista Rafael [Lozano] Bartolozzi fue compulsivamente intrusivo en el propio recorrido de la memoria de lo que él llamaba su
“extraña” aventura de vivir.
Las referencias de mi hermano Rafa se movieron en un bascular constante y emotivo, sintiéndose cada vez más religado a un
pasado que fue recuperando progresivamente. Su sensibilidad,
alegría de vivir y sensualidad se volcaron en la estética de sus
obras plásticas desde que empezara a pintar y comenzara la experiencia de la emancipación vital. Porque aunque Rafa siempre,
como el resto de los hermanos, quiso inventar y fantasear -recuerdo unos muñecos de papel que recortaba y pintaba para ser
además movidos por hilos, que nos sorprendían y divertían por
su vivacidad- empezó a plantearse la pintura sin interferencias
de otra profesión llegada ya la juventud, tras los inicios de sus
estudios universitarios para una futura carrera de Aparejador en
Madrid, que fue trocada por la de Bellas Artes en Barcelona.
No era extraño en nuestro ambiente de antepasados y progenitores dedicados al modelado y las reproducciones de esculturas
singulares de la historia del arte, a la ilustración de revistas gráficas como La Esfera, Blanco y Negro, Nuevo Mundo, Crónica,
y de libros escritos por Ramón Gómez de la Serna o Fernández Flórez, a la escenografía para obras de Valle Inclán o García Lorca, a escribir cuentos infantiles, a dibujar y pintar, y a la
enseñanza del dibujo, que conformaron sus genes y su identidad
sociocultural. Veíamos en casa las reproducciones y algún original de mi abuelo Salvador Bartolozzi, de la serie Madrid en el
Recuerdo realizadas en México D.F.1, cuya sensibilidad y refi-
Francis Bartolozzi
y Pedro Lozano de
Sotés pintando un
mural en la ermita
de la Virgen de las
Nieves en la selva
de Irati (Navarra).
1956.
Salvador Bartolozzi: Tres chulas. C.
1948. Colección
particular México
D. F.
1. Bartolozzi. Monografia De Su Obra,
Prólogo de Antonio
Espina, Editorial
Unión, México D.F.
1951. La mayor parte
de los dibujos originales de esta serie
fueron depositados
tras su muerte en el
Museo Municipal
de Madrid, hoy
Museo de Historia de
Madrid.
2. Mª Mar Lozano
Bartolozzi, Salvador
Bartolozzi (18821950). Dibujante castizo y cosmopolita,
Museos de Madrid.
Arte Contemporáneo,
Madrid, 2007.
3. Pedro Lozano
Bartolozzi, Pedro y
Pitti, Ayuntamiento
de Pamplona.
Pamplona, 1986.
Pedro Luis Lozano
Uriz, Un matrimonio
de artistas: Vida
y obra de Pedro
Lozano de Sotés y
Francis Bartolozzi,
Gobierno de Navarra,
Pamplona, 2007.
4. Jesús Basiano
y Emilio Sánchez
Cayuela (Gutxi), eran
pintores pamploneses
coetáneos y amigos
del matrimonio
Lozano de Sotés/
Bartolozzi, que con
lenguajes diferentes
constituyen piezas
fundamentales del
arte navarro.
nado trazo de expresionistas líneas transgresoras y elegantes
con matizados colores, fueron antecedentes de las de Rafa; y
leíamos y visualizábamos los cuentos de Pinocho y Chapete de
la editorial Calleja o de Pipo y Pipa en Estampa, obras igualmente suyas2. También íbamos al taller de reproducciones artísticas de los sótanos de la Academia de Bellas Artes de San
Fernando, cuando en la infancia viajábamos a Madrid, donde
los yesos de los vaciados de esculturas de la antigüedad clásica
o de Donatello eran conformados y manipulados por la saga
familiar de los Bartolozzi y los Sánchez. Y visitábamos a la
tía Paquita, hermana de Salvador, alegre y divertida, amiga de
los disfraces, de las chinerías que fue adquiriendo en el rastro
con su marido Arturo Arias, igualmente aficionado a los objetos exóticos. Pero sobre todo convivíamos con los lápices,
los pinceles, la cola de conejo, las tintas y los botes de témpera para los dibujos y pinturas de los propios padres, dedicados
profesionalmente a dar clases, pintar murales y cuadros, dibujar portadas de revistas, historietas de héroes como el capitán
Trompeta, ilustraciones, hacer decorados y figurines de teatro.
La cotidianeidad de nuestra casa era ver dibujar a mis padres,
Pedro y Pitti (Francis); o acompañarlos en verano a realizar los
encargos de murales en edificios civiles y religiosos de Corella,
Irati, Eugui, Arnotegui, Eibar y otros lugares de la geografía
española3, sin olvidar los encuentros por la calle con el pintor
Jesús Basiano o cuando venía Gutxi a casa4.
Lozano Bartolozzi antes que Rafael Bartolozzi
“De repente todo está quieto menos la mirada” (R.B.)
Rafa comenzó siendo un artista figurativo que analizaba las formas como ejercicios de observación y búsqueda de expresivi-
dad plástica y de un lenguaje propio. Las vistas panorámicas de
Pamplona, los paisajes del entorno de la Navarra Media: Sorauren, San Cristóbal… el etno-foklore navarro, que lo conducían
a lo que tantas veces nuestro padre dibujó o pintó, fueron sus
primeras temáticas además de los retratos y apuntes de todo tipo.
Pero ¿dónde se situaba estética y formalmente? Empezó con las
ceras, el óleo y el lápiz, deformando figuraciones y construyendo
mundos poliédricos postcubistas, desde una memoria local en la
que el paisaje elaborado a partir de la naturaleza o las vistas de
pueblos y la ciudad de Pamplona eran herramienta de aprendizaje de sus largas pinceladas que formaban y desmaterializaban los
volúmenes vazquezdianos y matizaban de luces y sombras las
distintas gamas de color logrando siempre armonías inéditas.
Destaca de estos años el óleo Bueyes, que representa el arrastre
de piedra por estos animales, un deporte de zonas rurales como
el de los aitzkolaris, muy extendido en el mundo vasconavarro.
En la pintura, de tonos vaporosos, con pinceladas superpuestas y
evidentes, la yunta de bueyes es conducida por varios aldeanos o
arreadores (akullaris) que llevan sus pantalones azules y boinas
negras, para arrastrar una pesada piedra. Rafa asocia este deporte
con su entorno vasco que definía la identidad de una parte de
Navarra y era glosada e investigada por los amigos de la peña
literaria, tertuliana y cafeteril de «Pregón»5 (cuyos componentes participaban en la edición de la Revista Pregón), colaboradores de la Institución “Príncipe de Viana”; entre ellos Tomás
López Sellés (Masito)6, etnólogo e intimo amigo de mi padre,
Vicente Galbete, José María Iribarren, Faustino Corella…o el
más senior Ignacio Baleztena. Un grupo de amigos e intelectuales, de diferentes procedencias, que rodearon también nuestra infancia. Un detalle imperceptible para algunos es cómo en
un dibujo esquemático con un toro, del fascículo que explica el
proyecto de una instalación de Rafa en el museo de Navarra sobre el Encierro, realizada simultáneamenzte a la exposición del
año 1990 en el mismo museo, escribió a lápiz: “Encierro, Museo
–Santo Domingo, El rincón de Pedro y Masito. Ruido. Miedo
Antiguo- Amanecer, luz, piedras, suelo, geometría…”. Pues ambos amigos presumían de ver y sentir los toros subiendo por la
mismísima cuesta de Santo Domingo arrimados junto a la pared.
Además mi padre tenía un buen bagaje de fotografías de estos
acontecimientos, que igualmente veíamos en las exhibiciones de
la plaza de toros.
Plaza de la Paz,
Pamplona.
5. Vicente Galbete
Guerendiain,
“López Sellés, Tomás: montañero y
arqueólogo navarro
(1906-1976)”, en
Cuadernos de Etnología y Etnografía
de Navarra, Año
VIII (1976), n. 24,
Institución Príncipe
de Viana, p. 551.
6. Ibíd, pp. 537580.
Pedro Lozano
de Sotés en la
exposición Arranz
Bravo-Bartolozzi
de la Ciudadela de
Pamplona. 1975.
La suerte está echada
“Enseñar con entusiasmo tu trabajo a la autoridad competente te
convierte en vendedor de sueños” (R.B.)
A las vivencias navarras se unieron las del ambiente de Madrid
en el comienzo de los sesenta, visitando las galerías de entonces
para admirar a los artistas informalistas del Paso como Antonio
Saura o Millares; estas nuevas orientaciones explican el análisis
matérico desarrollado en otra pintura temprana: la Virgen de Soterraña o Virgen de Nieva, venerada en varias localidades navarras pero también en Uterga, que Rafa conservó en su colección
como recuerdo simbólico de un pueblo igualmente sentido por
los padres y hermanos que apreciábamos sus costumbres y ritos,
y los amigos que vivían allí. Y las de sus compañeros de la Escuela de Bellas Artes en Barcelona o en San Cugat del Vallés:
Llimós, Artigau, Arranz Bravo, con el interés por Tápies o la visita a Salvador Dalí en Portlligat, sin olvidar su admiración por
el primer Gordillo. Más las de sus viajes al extranjero: Suecia,
Italia, sobre todo Italia, lugar reincidente a lo largo de la vida
(no en vano su mujer Nuria Aymamí es también una entusiasta
del país más atractivo por la cultura del Renacimiento), Torino,
Lucca (los bisabuelos nacieron en Casabasciana, una pedanía de
Lucca), y la impactante, según me contaba muchas veces, parada en Orvieto donde los frescos de Lucca da Signorelli, inspirados en la Divina Comedia de Dante, le parecieron una locura
artística, con sus desnudos de dinámicos y fantásticos escorzos
llenos de expresividad y dramatismo. No olvidemos que él interpretó numerosas veces cuerpos desnudos en versiones pictóricas
o escultóricas, que basaban su originalidad en la mezcla de lo
explícito con una ambientación surrealizante y bella, en un espacio de colores de gran sensibilidad y efectos luminosos. Pero
también le impactó escuchar a John Cage en los Encuentros de
Pamplona (1972), en los que además participó, como el grupo
ZAJ; o ser amigo de Joan Brossa, creando, con Joan Abelló, el
Premio Nacional de Poesía Visual “Joan Brossa” en Vespella,
todo lo cual alimentó su vena conceptual.
Muy pronto se fraguó su versión neofigurativa y Pop Art, sensual y etérea, y se produjeron los éxitos de las pinturas murales
en tándem con Eduardo Arranz Bravo, las exposiciones en la
sala Gaspar (Barcelona), Vandrés (Madrid), Miguel Marcos (Zaragoza), las ediciones de libros con estampas gráficas, las esculturas públicas y un amplio recorrido nacional e internacional con
cambios experimentales de registros plásticos, en una trayectoria
Rafael Bartolozzi:
fragmento elaborado por el artista
dentro de la pintura
mural de la ermita
de Arnotegui,
realizada por Pedro
Lozano de Sotés y
Francis Bartolozzi.
1965.
Rafael Bartolozzi:
dibujo del proyecto
instalación Encierros (Supervivencia
del Museo). Museo
de Navarra. 1990.
7. Mª Mar LozanoBartolozzi, “El imaginario navarro en
la obra artística de
Rafael Bartolozzi”,
en: Pulchrum Script
varia in honorem
Mª Concepción
García Gaínza,
Gobierno de Navarra, Universidad de
Navarra, Pamplona,
2011, p. 499.
cuajada de neosurrealismos diversos que surgieron de su mundo
intelectual con algo de psicoanalítico y periférico. Todo un mundo narrativo y onírico en ocasiones semiabstracto con símbolos
de germinación, fuerte erotismo y mucha luz gracias a las veladuras y los vivos, sabios y personales colores. Asimismo el apellido de la madre fue el adoptado definitivamente para su firma y
más adelante para su hijo Nil.
Pero a su vez amó la naturaleza y cada vez se sentía mejor en los
pequeños espacios como Cadaqués y en el bosque mediterráneo
de Vespella de Gaiá con su flora y fauna. Así mismo se recreaba
en los recuerdos reticentes de su querida Navarra, y su folklore
asociado igualmente a las representaciones del ballet Duguna
-siendo él junto a su hermano Pedro protagonista de una puesta
en escena en los años de la infancia, disfrazados de sapos, en
un aquelarre brujeril-, o a los cortejos de salacencos participantes en la romería de la Virgen de las Nieves en el Irati. Además
cabe resaltar su entusiasmo por los Sanfermines corriendo en el
encierro y viendo los toros desde la adolescencia en la grada del
club Oberena que fuera impulsado por don Santos Beguiristain
8. El Hermes griego
o Mercurio romano,
es el dios mensajero
de los dioses, además del comercio, y
protegía a los pastores y a los viajeros,
siendo representado
con su sombrero, el
caduceo y las alas
en las sandalias,
pero también en
compañía de algunos animales como
el gallo y la cabra.
Dibujos de Rafael
entre los 2 y 4 años
de edad.
como tantos otros proyectos, entre ellos los de la citada ermita de
las Nieves en Irati, pintada por los padres o las pinturas en la ermita de Arnotegui en Obanos (1965), donde ya colaboró Rafael,
como podemos observar en el cortejo de Guillén de Aquitania,
representándose asimismo como un príncipe del Renacimiento,
pues Rafa se autorretrató muchas veces por un cierto narcisismo,
con sutiles capas de color. Por eso se consideró un iniciado en
el paisaje elaborado y antropizado por él y su familia, gracias a
las citadas experiencias que acompañaban a la realización de las
numerosas pinturas de los padres, y a sus ilusiones cada vez más
simbolistas y no siempre conseguidas que formaban un cordón
umbilical en progresiva tensión. Los temas y los “disfraces” se
sucedieron, la suite Pamplona en la exposición de la Ciudadela
del año 1975, nos dejó la visión mágica de su casa de Pamplona7, de los Gigantes y otros temas que tenían el denominador
común al plasmarlos en los óleos, del detalle de una pernera de
pantalón y zapatilla corriendo en el encierro, situado en un lateral. Muy diferente ya es el Txistulari pintado en 1986, que con
el txistu y el tamboril, parece una ménade de un Scopas transvanguardista, siendo seguramente un nuevo “mercurio” acompañado por el gallo (heraldo del nuevo día)8, con garabatos que
le aportan un áura inmaterial algo angélica. Una diferencia en
la que pudo influir la inflexión que supusieron algunos acontecimientos familiares del año 1985, conducentes a sentimientos
límites, como la muerte de nuestro padre y el nacimiento de su
hijo Nil, o la pérdida posterior de un nuevo hijo en gestación.
9. Mª Mar Lozano
Bartolozzi, “El imaginario navarro en
la obra artística de
Rafael Bartolozzi”,
op. cit., p. 501.
San Ignacio 14, 5º C.
Suite Pamplona.
1975. Colección
particular, Pamplona.
Francis Bartolozzi rodeada de hijos y nietos.
bas remiten a figuras de la tierra, el hombre como levantador de
piedra –deporte vasco-, la mujer como recuperación de la mitología clásica y sus significados, también en los orígenes navarros. Están situadas en sendas isletas. A su alrededor unos tubos
metálicos de perfil sinuoso, como los garabatos que se superponían en sus cuadros figurativos a modo de gesto automático y
onírico, surtían agua (después fueron eliminados). Completan el
conjunto de dimensiones monumentales, cinco txistus/farolas de
8 m de altura, recurso de recuerdo local omnipresente en la obra
de nuestro artista, como vamos viendo.
Ángeles y visiones más trágicas empezarán a poblar un nuevo
universo iconológico.
Bartolozzi siempre ha observado la realidad transformándola
y convirtiéndola en metáfora, y parte de la metaforización del
mundo navarro se manifestó en el proyecto de la plaza de la Paz
(realizada en 1987)9 , dejada sin terminar por estériles polémicas
corporativistas y de cambios políticos municipales, luego remodelada por él mismo el año 2001. Una intervención encargada
por el Ayuntamiento el año 1986, que supuso un reto no solamente estético sino también urbanístico. El artista insertó elementos escultóricos y arquitectónicos en la encrucijada de dos
avenidas, con la creación de un paisaje artístico, si bien durante
los primeros años de su realización se alzaba una cornisa azul
añil, de fibra de vidrio y estructura metálica de 32 m de largo,
sobre dos columnas de hormigón de 12 metros de altura, de cuya
parte inferior deberían haber vertido cortinas de agua, en armonía
con otras fuentes que constituían un recorrido secuencial de plazas hacia el interior de Pamplona. El conjunto formaba una gran
puerta de entrada a la ciudad (años después se eliminó la cornisa
y no se llegaron a instalar las cortinas de agua. Las columnas
se remataron con sendos cubos de acero inoxidable con la palabra Paz escrita en bajo relieve, y en varios idiomas;). Se suman
los dos grandes protagonistas, las esculturas que representan un
hombre y una mujer de mármol de Carrara, con estética deconstruida de surrealistas mutilaciones y símbolos oximorianos. Am-
Fotografías de
Rafael Bartolozzi.
Mientras que la evocación del citado ballet Duguna (1997) dio
pie a otra exposición con títulos como Príncipe, Irati y Bailarín pastor, con personajes de leyendas navarras, extraña fauna
de dragantes, truchas e insectos y paisajes de húmedos verdes
o cálidas atmósferas, donde el erotismo ha sido sustituido por la
fertilidad de la boscosa naturaleza, metafóricas representaciones
de un bestiario navarro, o una interpretación de mitos y símbolos
de un intelecto neoplatónico, enriquecidos por él, con abstracciones a partir de recursos imaginativos de trazos geométricos
o campos de color fenomenológicos con fondos espaciales de
multiplicidad y versatilidad plástica de cierto barroquismo en el
insistente “horror vacui”. No dudó tampoco en vestirse de fraile
en Arnotegui, de pamplonica en inauguraciones expositivas, o
de roncalés en su boda, a modo de distintas performances secuenciales en recurrentes flashbacks.
Un pasado que se fue oscureciendo y conceptualizando
“Impartiré el silencio más lleno que os pueda dar” (R.B.)
Y la vivencia del pasado, como narración liberadora de conflictos y dramas, y con magia propia, fue cada vez más somatizada,
no siendo ajeno a ello el incendio que asoló el municipio de Vespella el año 1993. Palpar que todo lo que antes era vida se podía
convertir en un espacio infértil y desolado le marcó profundamente y supuso la presencia del negro, del no color, en su trayectoria sucesiva. Así emergió con los años un tiempo anterior idealizado, que protegía los fantasmas del abismo de la muerte. Una
muerte que fue anunciándose poco a poco, y nos hacía olvidar
al saberle pintando y dibujando hasta los últimos días del pálpito
vital, como hiciera nuestra madre; para ello Nil, ya artista practicante y más cómplice que nunca, le llevó al hospital una caja
de 100 pasteles de todos los colores y papel negro de amapolas,
sobre el que realizó sus últimos oxímoros fruto de su minimalismo barroco10, experiencia liberadora, descarga de recuerdos
y del bullir imaginativo y experto de unas mentes tan proteicas.
Por ello las performances festivas y happenings participativos
de los primeros años, dieron lugar a su querer descubrirse en objetos reduccionistas, dibujos (acuarelas sobre papel oscuro, con
el pulular de seres orgánicos y garabatos de un nuevo cosmos)
y sintéticos haikus como los que acompañan a nuestros títulos.
Para reencontrarse en una intimidad feliz, que se remontaba a
vivencias intangibles más que a descripciones locales, aunque se
entremezclaran con ellas. Como en Estiu Ochagavia (2005), dos
danzantes ochagaviarras, que habitualmente ofrecen su ritual
danza de palos entorno al bobo con colorineros trajes y gorro en
forma de cono, el 8 de septiembre junto al Santuario de Nuestra
Señora de Muskilda, lugar donde se accede a la selva de Irati;
que él ya oscureció en vez de llenarlos de la anterior luz. Porque
quizás tomando las afirmaciones del escritor Miguel Fernández
Campón, es interesante reflexionar sobre cómo “Retornar al origen es pretender vivir hacia delante a partir de un pasado reinterpretado. [Por lo que] Hemos de caminar hacia la cavidad uterina,
y permanecer allí, porque quizá sea allí donde encontremos una
esfera de felicidad”11.
Lo entendió muy bien José Corredor Matheos cuando escribió:
“Bartolozzi está siempre un poco por encima del suelo sin tocarlo. Lo real y la plasmación simbólica de los problemas de nuestro tiempo los encontraremos también; pero en su encarnación,
los temas tal como se plantean y son vistos, se sitúan en una zona
ideal. La estética está decantada”12. Porque Bartolozzi buscaba
siempre un paraíso: familiar, artístico, de ángeles celestes o caídos, pues: “El Paraíso es algo a que tenemos perfecto derecho,
y la privación a que se nos somete es una injusticia que espera
reparación”13.
Quizás la reparación que nos aporta Rafa es que entendamos su
extraordinaria autocensura estética con lo que ya había alcanzado aunque fuera exitoso, incomprendida para muchos que no
aprobaban su alejamiento de la eclosión vitalista lograda con una
pintura transparente aunque turbadora, y su empeño en transmitir poco a poco un mundo propio más dramático, aún sin perder
la sonrisa, como debe hacer todo artista que quiera ser fiel a sí
mismo y a su pasado de fuerzas creativas acrisoladas.
10. A Rafael le gustaba insistir sobre
este lenguaje que
consideraba muy
personal en el que
lo metafórico surgía
del enfrentamiento
de elementos contrapuestos, creando
un universo nuevo
y rico expresivamente.
Alfa & Omega, 1999.
11. Miguel Fernández Campón,
“Hacia otro origen:
el artista, la placenta y la pérdida de
la subjetividad”, en
NORBA-revista de
Arte, vol. XXVIIIXXIX (2008-2009),
2009, pp. 267 y
268.
12. José Corredor
Matheos, Arranz
bravo & Bartolozzi,
Ibérico Europea de
Ediciones, Madrid,
1977, p. 10.
13. Ibíd.
Mª del Mar Lozano Bartolozzi
Catedrática de Hª del Arte
Universidad de Extremadura
BARTOLOZZI
1943 - 2009
OBRA
Pamplona 1960 óleo s/ cartón 31x123 cm
Virgen de Soterraña 1961 óleo s/tela 80x60 cm
Bueyes 1962 óleo s/tela 56x110 cm
Salto Mono 1967 óleo s/tela 81x81 cm
Dulce país Agric 1969 óleo s/tela 146x114 cm
La Maison 1969 óleo s/tela 60x81 cm
Mascara Casa Garden 1970 óleo s/tela 130x97 cm
Colección Museo de Navarra. Foto: Larrión & Pimoulier
La Paloma y la Modelo 1972 acrílico s/tela 146x114 cm
Dos Gracias Cerámica 1973 óleo s/tela 162x130 cm
Playa Sombra 1973 óleo s/tela 100x100 cm
Retrato trozos 1973 óleo s/tela 162x130 cm
Finestra Carn 1974 óleo s/tela 200x200 cm
Rodilla 1974 óleo s/tela 65x54 cm
Autorretrato camiseta cama 1976 óleo s/tela 162x130 cm
Figura equable 1978 óleo s/tela 92x73 cm
Figura penombra 1978 óleo s/tela 46x38 cm
Magalluf 1980 óleo s/tela 160x195 cm
Passeig amb gossa 1982 óleo s/tela 215x170 cm
Simi amb rosa 1981 óleo s/tela 92x73 cm
Txistulari 1986 óleo s/tela 195x130 cm
L’única 1987 óleo s/tela 100x81 cm
More estable 1987 óleo s/tela 146x114 cm
Hombre Pamplona (Pl. de la Paz) 1986 Bronce 51x27x13 cm
Mujer Pamplona (Pl. de la Paz) 1986 Bronce 37x28x24 cm
Billar 1988 óleo s/tela 100x81 cm
Oxell de Paper 1988 óleo s/tela 100x81 cm
Reboca d’Or 1989 óleo s/tela 93x73 cm
Operació in blue 1989 óleo s/tela 130x195 cm
Koko Bany 1988 óleo s/tela 195x130 cm
Corazón cayendo por las escaleras 1990 óleo s/tela 116x89 cm
Déu-Foc 1994 mixta s/ lona asfáltica 347x120 cm
Lluna 1993 mixta s/ lona asfáltica 146x114 cm
David 1994 mármol y latón 26x18x11 cm
Núria 1994 madera 110x105x40 cm
Pregoner 1995 madera 45x43x10 cm
Convidat 1994 mármol 50x12x20 cm
Amics 1996 mixta s/madera 62X62 cm
Adam i Eva 1993 óleo s/tela 195x130 cm
Bailarín Pastor 1997 óleo s/ tela 195x250 cm
Irati 1997 óleo s/ tela 162x130 cm
Príncipe 1997 acrílico s/ tela 65x55 cm
Pa-rroc 2000 mixta s/ tela 89x130 cm
Fauna d’horts VII 2004 mixta s/ tela 97x146 cm
Cala-mara 2001 mixta s/ tela 146x97 cm
Prometatge 2002 mixta s/ tela 146x114 cm
Estiu Ochagavía 2005 mixta s/ tela 43x146 cm
ópera-acció VII 2006 mixta s/ tela 55x46 cm
Misteri d’ Elx 2007 mixta s/ tela 61x46 cm
Doctor X 2007 mixta s/ tela 60x46 cm
Núvia Rosmar II 2007 mixta s/ tela 160x97 cm
Cruzado 2007 mixta s/ tela 46x61 cm
Contrarios 2007 mixta s/ tela 89x146 cm
Postguernica 2007 mixta s/ tela 89x130 cm
Obra en constante evolución I 2009 mixta s/ tela 160x130 cm
BARTOLOZZI (1943-2009)
Notas biográficas
Rafael Bartolozzi, hijo de los pintores Francis Bartolozzi
y Pedro Lozano de Sotés, y nieto del célebre dibujante y
escritor Salvador Bartolozzi, se trasladó de su Pamplona
natal a Barcelona en 1964 donde estudió en la Escuela
Superior de Bellas Artes de San Jorge y en la Escuela
de Pintura mural de Sant Cugat del Vallés. Pertenece a
la generación de los 60, integrada por artistas afines que
preconizan la recuperación de la figuración y el Pop Art,
movimiento del que es unánimemente considerado figura
clave en España y al que contribuyó con un soberbio y
personal enfoque.
Con sólo 23 años pudo sumarse al destacado elenco de
artistas de la barcelonesa Sala Gaspar y posteriormente trabajó además con otras relevantes galerías. Formó
con Arranz Bravo un célebre tándem artístico durante diez
años (1970-80) al que se deben obras tan emblemáticas
como el edificio pintado (más de 2.000 m.) de la fábrica
Tipel (1970) de Parets del Vallés entre otros macro proyectos de pintura mural en Mallorca y Barcelona. Aunque
compartían estudio y exponían juntos cada uno mantuvo su propia obra individual. Exposiciones institucionales
como las realizadas en La Ciudadela de Pamplona en
1975, el Saló del Tinelll de Barcelona (1979), Palau Solleric i Llotja de Mallorca (1980) permitieron calibrar en su
conjunto esa aclamada fase de su producción caracterizada por una neofiguración vinculada temáticamente al
erotismo y al entorno cotidiano desde un enfoque poético
y fantástico.
Su participación como representante español en la Bienal
de Venecia (1980) cierra una etapa y marca un cambio
decisivo en su trayecto vital y artístico. Se instala permanentemente en Vespella de Gaià un pequeño pueblo tarraconense donde tenía estudio desde 1972, se casa con
Nuria Aymamí (1983) con quien tiene a su hijo Nil y viajan
frecuentemente a Italia y otros destinos. La vida familiar,
el nuevo entorno rural y campestre influyen decisivamente
en su evolución y progresivamente sustituye el dominio
de la figuración por una interpretación de la naturaleza
mediterránea muy libre fluida y primitiva que incorpora la
abstracción, la fabulación y el símbolo. Su rico imaginario
surreal unido al influjo manierista y ecléctico de la transvanguardia italiana, y el eco de sus raíces sentimentales
navarras se mezclan en obras de sorprendente potencia,
que, especialmente a partir de los 90, se basan en una
constante dialéctica de contrarios que él, entusiasta del
oxímoron, definía a menudo de “minimalismo barroco”
actitud que por otra parte encajaba perfectamente en el
contexto postmoderno.
Además de la pintura, que fue su actividad preferente,
practicó la escultura en los más diversos formatos y materiales incluyendo la obra urbanística (Plaza de la Paz,
Pamplona) y monumental (Alfa y Omega, anclada en el
mar frente a la playa de Torredembarra, 1999). Asimismo
fue pionero en la realización de happenings en Cataluña y a lo largo de su trayectoria desarrolló todo tipo de
experimentaciones y prácticas artísticas que incluyen a
menudo lo conceptual. Entre ellas cabria incluir su periodo
como alcalde electo de Vespella durante tres legislaturas
(1991-2003) en el que llevó a cabo iniciativas como las sucesivas ediciones del Premio Nacional de Poesía Visual
“Joan Brossa”. Exposiciones en torno a esa época como
la antológica del Museo de Navarra (1990), Bartolozzi al
Castell de Torredembarra, 1992) y Colección Margodí,
en el Museo de Arte Moderno de Tarragona (1993) nos
muestran ese momento de madurez exultante de vitalidad
y recursos expresivos en el que desarrolla un bestiario
festivo y lleno de color.
La destrucción de ese idílico paraíso por un trágico incendio forestal (1993) que arrasó el municipio y se llevó seis
vidas, provocó en Bartolozzi un gran impacto emocional
que se refleja en una serie de obras desgarradoras que
constituyen un paréntesis expresionista en su evolución
(Metamorfosis de la natura, Palau Robert 1995). La vida
renace entre las cenizas y también en su obra que refleja de nuevo esa eclosión de la naturaleza. Tras una
nutrida serie de assemblages antropomórficos (1994-95)
de expresiva vivacidad, su última etapa que se extiende
hasta su fallecimiento en 2009 la conforman en su mayoría obras enigmáticas, prácticamente abstractas, en las
que domina un simbolismo hermético y cierto esoterismo.
(Fauna d’Horts,Institut d’etudes catalans, Université de la
sorbonne, Paris 2005). Las piezas que realizó en sus últimos días se mostraron a título póstumo en el museo Juan
Cabré de Calaceite en 2009.
R.Medina
Obra en museos y colecciones públicas
Colección Institut d‘Estudis Catalans- Barcelona
Museo de Arte Contemporáneo – Sevilla
Colección Ayuntamiento de Pamplona
Museo de Arte Contemporáneo – Las
Palmas de Gran Canaria
Colección Ayuntamiento de Salou
Museo de Arte Contemporáneo – Pamplona
Museo de Arte Moderno - Tel Aviv
Ashdod Art Museum - Israel
Museo de Villafamés – Castellò
Monografías
Museo de Bellas Artes de Alava – Vitória
-Gasteiz
Baltasar Porcel Bartolozzi a Margodí.
Barcelona: Diputación de Tarragona,
Columna, 1993
agosto al 15 septiembre.
2003
Nihil Prius in Fidem “Vestigium” (*). Museo
Camon Aznar, Zaragoza. Del 13 de febrero al 13 de abril.
Galeria de Arte Luca, Lleida. Del 24 de
enero al 5 de marzo.
2002
Recull Monàstic (*). Castell Monestir
d’Escornalbou. Del 7 de julio al 15 de
septiembre.
Emprius (*). Torre Vella, Salou. Del 2 de
agosto al 1 de septiembre.
Propuestas de Arte, Barcelona. Del 2 de
julio al 9 de agosto.(*)
Bartolozzi a Cambrils. Sala Àgora, 15 de
julio. (*) Texto del artista. Ayuntamiento de
Cambrils (Tarragona).
Metamorfosi de la Natura. Capella de Sant
Joan, Sala de los Trinitarios, Museo de Vilafranca y Capilla de Sant Pelegrí. (*) Textos de Joan Abelló, J. Corredor-Matheos,
Daniel Giralt-Miracle y Dietrich Mahlow.
Vilafranca del Penedés (Barcelona). Del
29 de marzo al 14 de abril.
1995
Metamorfosi de la Natura. Universidad
de Girona. (*) Textos de Joan Abelló, J.
Museo de Salvador Allende – Santiago
2001
Corredor-Matheos, Daniel Giralt-Miracle y
de Chile
J. Abelló y Bigas Luna Bartolozzi, 1991El Secret del Port (*). Tinglado 2 del Mue- Dietrich Mahlow.
2004, Ambit, Barcelona, 2004
lle de Costa del Puerto de Tarragona. Tex- Metamorfosi de la Natura. Universidad
Museo de Nicaragua – Managua
tos de Carles Hac-Mor & Esther Xargay y de Lérida. (*) Textos de Joan Abelló, J.
VV.AA. Aventuras maravillosas de Bartolo- Vicenç Altaió. Del 3 de mayo a julio.
Corredor-Matheos, Daniel Giralt-Miracle
Museo d’Art Contemporani d’Eïvissa –
zzi (March Editor),Barcelona, 2005
Suite Piscis (*). Galería B4, Barcelona.
y Dietrich Mahlow. Del 23 de mayo al 25
Ibiza
Texto de Bigas Luna. Del 22 de noviemde junio.
bre a enero de 2002.
Disseminats. Galería Oda, Barcelona. (*).
Museo Vostell Malpartida - Malpartida de
Principales exposiciones individuales
Texto de Cesáreo Rodríguez Aguilera.
Cáceres
(*) Indica publicación de catálogo
2000
Abril-mayo.
Suite Blaugrana. Museo F.C. Barcelona.
Metamorfosi de la Natura. Palau Robert,
Museo de Cadaqués – Cadaqués
2015
Del 8 de junio a octubre.
Barcelona. (*) Textos de Joan Abelló, J.
BARTOLOZZI 1943-2009. (*) Museo de
Obra sobre papel. Galería de Arte Bourg- Corredor-Matheos, Daniel Giralt-Miracle y
Museo de Granollers – Granollers
Navarra, Pamplona. Marzo-Junio 2015
Madame, Oficina de Turismo. Del 7 de
Dietrich Mahlow. Abril-mayo.
BARTOLOZZI 1943-2009. (*) Museu d’
septiembre al 30 de octubre.
Convidats. Galería Telax, Reus. EneroMuseo de Girona – Girona
Art Modern, Tarragona. Noviembre 2015 febrero.
Febrero 2016
1999
Exposición Galería de Lérida.
Fundació Privada Vila Casas
Incendis-Araceli. Museo Comarcal de la
2009
Garrotxa, Olot (Girona). Del 8 de octubre 1994
A.C.A. – Santa Cruz de Tenerife
BARTOLOZZI BRUTAL. (*) Museo Juan
al 1 de noviembre.
Galería Ferran Cano, Ciudad de Mallorca.
Cabré, Calaceite. Del 4 de abril al 31 de
Agosto-septiembre.
Museo Nacional Centro de Arte Reina
mayo 2009.
1998
L’Incendi. Voltes del Pallol, Antiga AudiènSofia – Madrid
BARTOLOZZI A CADAQUES. Marges-U
Florileus. Bachquatre Arte Contemporácia y Torre dels Advocats. Universidad
galería, Cadaqués (Girona). Abril-Mayo
neo. Barcelona. Del 17 de diciembre de
Rovira i Virgili. Tarragona. Del 26 de julio
MACBA – Barcelona
2009.
1997 al 15 de enero de 1998.
al 30 de agosto.
Casa de Cultura. Alforja (Tarragona). Del
Palacio Camarena, Colegio de ArquitecMuseo de Arte Moderno - Tarragona
2008
4 al 19 de julio.
tos de Cáceres, Cáceres. (*) Textos de
RAFAELBARTOLOZZI. (*)Lametro, ValenRosa M. Perales y María del Mar Lozano
ColecciónTestimoni de “La Caixa” - Barcia. 24/04/08 al 12/06/08.
1997
Bartolozzi. Mayo.
celona
DUDADANCE. (*) Galeria d’Art Joan Pla- Bartolozzi al Casino. Suite Cubana. GraObra litográfica, 1973-1994. Casa de Culnelles, Tossa de Mar (Girona). 31 de mayo nollers (Barcelona). Del 13 al 18 de mayo. tura Can Ricart, Sant Feliu de Llobregat.
Colección Fons d’Art del Diari Avui al 30 de junio 2008.
Galería Eva Bauro. Andorra la Vella. Del
Marzo-abril.
Barcelona
Misteris. Museu d’Art Contemporani d’Elx 17 de abril al 31 de mayo.
(Alicante). Oct-Nov 2008.
El Cercle. Girona. Del 2 de julio al 9 de
1993
Colección Fons d’Art de la Xarxa Cultural
agosto.
Casa de Cultura, San Lorenzo del
– Barcelona
2007
Bartolozzi. Alfabet Pictòric. Centro Cultural Escorial. Instituto Catalán de Estudios
Cicatrius. La Cerverina d’Art, Cervera
Can Sisteré, Santa Coloma de Gramanet Mediterráneos. Curso de Verano.
Colección Ajuntament de Ciutat de
(Lleida). Junio 2007.
(Barcelona). (*) Libro ilustrado, escrito
Galería Palma XII, Vilafranca del PeneMallorca
Núvies. Born en Ribera, Barcelona. Nov
por Pedro Lozano Bartolozzi. Del 23 de
dés. Del 3 de mayo al 20 de junio. Texto
2007
octubre al 30 de noviembre. Ayuntamiento de Joan M. Pujals.
Colección Ajuntament de l’Hospitalet de
Homenatge a La Nou, Castell de La Nou
de Santa Coloma de Gramanet.
Papel du Cel au Femme ExposiciónLlobregat
de Gaià (Tarragona). 2007
Recolección Muy Cariñosa. EEGEE-3
acción-homenaje a Joan Miró. Casal de
Galería de Arte, Madrid. NoviembreVespella de Gaià. Del 8 al 18 de mayo.
Colección Ciutat de Terrassa
2005
diciembre.
Flora y fauna del Tarragonés. Patio del
TAKLA Viatge profund. (*) AA Antic
Duguna. Galería Lekune, Pamplona. (*)
Palau de la Diputación de Tarragona, del
Colección Ajuntament de Torredembarra
Ajuntament de Tarragona. Del 16 sept al
Textos de María del Mar Lozano Bartolo- 27 de febrero al 11 de abril (*).
16 oct 2005.
zzi. Del 27 de noviembre de 1997 al 9 de Colección Margodí. Museo de Arte MoColección Opera House - Amsterdam
Bartolozzi sur l’herbe. Centre d’Études
enero de 1998.
derno de Tarragona. (*) Texto de Baltasar
Catalanes, Université de Paris Sorbonne
Porcel. Del 27 de febrero al 11 de abril.
Colección Universitat de Lleida
Paris IV. Del 12 de oct al 3 de nov. 2005
1996
Alfabeto Pictórico de Bartolozzi. Planetario 1992
Colección Universitat Rovira i Virgili (Reus- 2004
de Pamplona. 25 de octubre. (*) Libro
Bartolozzi el Castillo de Torredembarra
Tarragona)
Bartolozzi 1991-2004. (*) Galería Ambit,
ilustrado, escrito por Pedro Lozano
“Big Sizes”, Torredembarra. Agosto-sepBarcelona. Noviembre 2004 – Enero
Bartolozzi.
tiembre. (*) Textos de Joan Abelló, Rafael
Colección Museu Club de Futbol Barce2005.
Art-Cris García. Sant Feliu de Llobregat
Bartolozzi y F. Xavier Ricomà.
lona
Agosto. Giogio Serafini, Calafell. Del 1
(Barcelona). 25 de abril.
Pabellón de Cataluña “Expo’92, Sevilla”.
Del 13 al 19 de julio. (*)Texto de Joan
Abelló.
Galería AB, Granollers. Abril.
1991
Guillén & Tresserra Galería de Arte, Barcelona. Diciembre 1990- enero. (*) Texto
de Joan Abelló.
1990
Galería Can Norat, Girona. Del 23 de
noviembre al 15 de diciembre.
Museo de Navarra, Pamplona. Del 11
de mayo al 4 de junio. (*)Textos de
Inmaculada Julián, Joan Abelló y Rafael
Bartolozzi.
Galería Casa Siglo XV, Segovia. Del 24
de marzo al 24 de abril.
1989
Galería La Sirena, Cadaqués. Septiembre.
Galería M. Pous, Granollers. Abril.
Texto de Lourdes Cirlot.
Galería Arteunido, Barcelona. Abrilmayo. (*) Texto de Cesáreo Rodríguez
Aguilera.
1988
Capilla del Antiguo Hospital, Sant Sadurní d’Anoia. septiembre.
1987
Galería Miguel Marcos, Zaragoza.
Diciembre-enero 1988.
1986
Galería El Setze, Martorell. Del 26 de
abril al 26 de mayo.
Galería Arteunido, Barcelona. Del 6 de
marzo al 11 de abril.
1984
Idus angelicus suavissimae memoriae,
Sala Gaspar, Barcelona. Marzo-abril.
(*) Textos de Luis Guembe y Antonio
Fernández Molina.
1983
Quadragessimo anno*, Galería Cadaqués, Cadaqués. Del 25 de julio al 5 de
agosto.
Galería Tórculo, Madrid. Del 14 de
enero al 5 de febrero.
1982
Galería Z, Zaragoza. Noviembre. (*)
Textos de Luis J. García Vandrés y R.
Bartolozzi.
Galería Montgo, Denia. Del 3 al 31 de
julio. Texto de Camilo José Cela.
Galería 4 Gats, Ciudad de Mallorca.
Abril-mayo. (*) Textos de Camilo José
Cela y Cesáreo Rodríguez Aguilera.
Reus-Groc. Escuela Taller de Arte,
Reus. Marzo. (*) Texto de J. CorredorMatheos.
Sala de Arte Contratalla, Tarragona.
Marzo. Textos de Federico Torralba
Soriano y Joan Obiols.
Centre de Lectura, Reus. Del 22 de
enero al 3 de febrero.
Galería Hypohop, Alemanya.
1981
Galería Val y 30, Valencia.
Galería Leyendecker, Santa Cruz de
Tenerife.
1980
Galería Vandrés, Madrid. Octubre (*).
Sa Llotja, Ciudad de Mallorca. Julioagosto. (*) Texto de Cesáreo Rodríguez
Aguilera.
Palau Solleric, Ciudad de Mallorca.
Julio-agosto. (*) Texto de Cesáreo
Rodríguez Aguilera.
Caixa d’Estalvis Laietana, Mataró. Del
17 de enero al 3 de febrero. Texto de
Francesc Parcerisas.
1979
Galerie d’Eendt, Amsterdam. Del 15 de
septiembre al 2 de noviembre (*).
Galería A, Vilafranca del Penedés.
Septiembre.
Centre Agrícola, Vilafranca del Penedés. Septiembre.
Galería Torre Nueva, Diputación Provincial, Zaragoza. Mayo. (*) Texto de
Federico Torralba Soriano.
Sala Libros, Zaragoza. Mayo. (*) Texto
de Federico Torralba Soriano.
Galería Atenas, Zaragoza. Mayo. (*)
Texto de Federico Torralba Soriano.
Mides Universals. Saló del Tinell, Barcelona. Enero. (*)Textos de A-B. y R.F.
Obres inèdites. Sala Gaspar, Barcelona. Enero (*).
1978
Eclipsi. Galería Cadaqués, Cadaqués.
Del 26 de agosto al 3 de septiembre.
Obres a 2 mans. Galería Xiris, Tarragona. Del 4 al 28 de febrero. (*) Texto de
Daniel Giralt-Miracle.
Galería Lucas, Gandia. Del 27 de enero
al 16 de febrero. Texto de Rausell.
1977
Galerie Defet, Nuremberg (Alemania).
Del 23 de septiembre al 3 de noviembre. (*) Texto de Dieter Mahlow.
Galería Casa Siglo XV, Segovia. Del 8
al 21 de octubre.
Sala Gaspar, Barcelona. Inauguración
6 de octubre. (*) Texto de Joan Obiols.
Colegio Oficial de Arquitectos de
Canarias, Delegación de Santa Cruz de
Tenerife, Santa Cruz de Tenerife. Del
12 de mayo al 12 de junio.
Galería Tantra, Gijón. Mayo (*).
Galerie Birgerjarl, Estocolm (Suecia).
Inaugurada 9 de marzo.
Neue Arbeiten Aus 1976. Galerie
Dreiseitel, Colonia (Alemania). Febreromarzo.
Libreto-to y Obra Gráfica. Galería Vandrés, Madrid. Inaugurada 11 de enero.
1976
Galería de Arte 3 y 5, Girona. Del 20 de
noviembre al 8 de diciembre. Texto de
Luis Romero.
Libreto-to. Galería Eude, Barcelona.
Inaugurada 5 de noviembre.
Libreto-to. Galería Cadaqués, Cadaqués. Inaugurada 2 de octubre.
Galería Gabos, Tarragona. Inaugurada
22 de septiembre (*).
Stadtischen Galerie Heimathaus,
Herne-Mitte (Alemanya). Del 27 de
agosto al 30 de septiembre. Texto
d’Hans-Engelbert Nellissen.
1975
1965-1975, Pabellones de Arte de la
Ciudadela, Caja de Ahorros Municipal
de Pamplona, Pamplona. Mayo-junio.
(*) Texto de J. Corredor-Matheos.
Galería Rayuela, Madrid. Marzo.
La capital. Galería Vandrés, Madrid. Del
27 de febrero al 19 de abril. (*) Texto de
Francesc Parcerisas.
Galería Canem, Castellón. Del 14 al 28
de enero.
1974
La gallina y l’adolescent enterrant
l’Artista sota el galliner. Arranz Bravo,
Bartolozzi y Llimós, Galería Trece, Barcelona. Inaugurada 21 de noviembre.
(*) Texto de Francesc Parcerisas.
Exposición de planos, fotografias, etc.,
del edificio Nova 2 de Magalluf, Galería
4 Gats, Ciudad de Mallorca. Del 19 al
30 de noviembre. (*) Texto de Francesc
Parcerisas.
Galería de la Rambla, Tarragona.
Casas es copia, Sala Vinçon, Barcelona, del 14 al 31 de octubre
Cadaqués negro, Galería Cadaqués,
Cadaqués. Agosto.
Galería Vallribera, Ibiza. Inaugurada
25 de mayo. (*) Texto de Francesc
Parcerisas.
Pintura, escultura, dibujo, edificios,
litografía, Galería Temps, Valencia,
febrero-marzo. (*) Textos y poemas de
Joan Fuster.
Litos, Galleri Heland, Estocolm (Suecia). Del 23 de febrero al 13 de marzo.
1973
Galería Larsson, Gaule (Suecia).
Diciembre.
Oliva. Galería Trece, Barcelona.
Octubre.
AB. y B. en la playa. Galería Juana de
Aizpuru, Sevilla. Del 8 al 27 de octubre.
Granollers fulla baixa. Sala Gaspar,
Barcelona. Inaugurada el 15 de mayo.
(**) Texto de Francesc Parcerisas.
AB. & B. Mäleri, skulptur, och graphic,
Galleri Gripen, Karlstad (Suecia), del 13
al 29 de enero.
1972
Galerie Glauner, Pforzheim (Alemania).
diciembre-enero 1973 (*).
Galería Ariel, Ciudad de Mallorca, del 2
al 21 de noviembre.
La Casa del Siglo XV, Segovia, del 5 al
23 de agosto.
Piso soleado, tres dormitorios, comedor, living, Colegio de Arquitectos de
Barcelona, Barcelona. Inaugurada el 20
de junio.
Il Fauno Galería de Arte, Torino. Del
26 de abril al 14 de mayo. (*) Texto de
Mariano de la Cruz.
AB. & B. Mäleri, gouacher, skulturer,
Galerie Bleue, Estocolm (Suecia). Abrilmayo. Texto de Ralf Hermann.
Galleria Il Fauno Grafica, Torino. Inaugurada el 26 de abril.
Galería Vandrés, Madrid. Del 22 de
febrero al 18 de marzo. (*) Texto de
Francesc Parcerisas.
Dibuix topogràfic, Escuela Eina, Barcelona 10 de febrero.
1971
Galería Ariel, Ciudad de Mallorca. Del
15 de octubre al 3 de noviembre.
Spanish Institute, Nueva York (Estados
Unidos), octubre.
Exposició Jardí 1971, Vallvidrera. 25 de
junio. Texto de J. Corredor-Matheos.
1970
Tauromaquia, Sala Pelaires, Ciudad de
Mallorca. Del 6 al 31 de agosto. Texto
de Miguel Ángel Colomar.
Galería Ivan Spence, Ibiza. Inaugurada
el 6 de junio.
Tres tauromaquias, Goya, Picaso,
Arranz Bravo-Bartolozzi Galerie Bleue,
Estocolm (Suecia). Inaugurada el 6 de
junio.
De toros de muerte. Juego y rito Antonio Ordóñez, Galería Ianua, Barcelona.
Del 21 de enero al 20 de febrero.
De toros de muerte. Juego y rito Antonio Ordóñez. Sala Gaspar, Barcelona.
20 de enero-febrero. (*) Texto de Mariano de la Cruz.
1969
La Casa del Siglo XV, Segovia. Del 27
de septiembre al 9 de octubre.
Sala Vallribera, Ibiza. Del 16 al 30 de
septiembre.
Esculturas de mar, Vallvidrera. Junio.
1968
Amics de les Arts, Terrassa. Del 28 de
diciembre al 10 de enero de 1969.
1967
Exposición Jardí de Vallvidrera. 27 de
junio.
1966
Skövde, Suecia, octubre.
1963
Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, Pamplona. Diciembre.
1962
Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, Pamplona. Del 29 de diciembre al
13 de enero de 1963.
TRADUCCIONS
El Museu de Navarra presenta l’exposició temporal “Bartolozzi 1943-2009” dedicada a l’artista navarrès Rafael
[Lozano] Bartolozzi (Pamplona,1943-Tarragona 2009).
La mostra ha estat coproduïda amb el Museu d’Art Modern de Tarragona, terra on l’artista va residir durant bona
part de la seva vida.
Constitueix el retorn a la seva ciutat de naixement d’un
artista que mai ha deixat d’estar present a la seva terra
natal, encara que el seu temperament i les seves inquietuds li portessin fora de les nostres “mugas”. Navarra
sempre ha estat en el seu cor, com va demostrar en la
seva exposició “Duguna” a la Galeria Lekune de Pamplona en 1998. Va ser l’última vegada que va exposar obra
a Navarra.
“Bartolozzi 1943-2009” reuneix una cinquantena d’obres
pictòriques i escultòriques de Bartolozzi. Té vocació de
revisió antològica de l’obra produïda al llarg d’una vida
artística que es va truncar massa aviat. Aquí rau bona
part del seu interès ja que les visions de conjunt són fonamentals per a la correcta valoració d’un artista. Rafael
Bartolozzi va ser un artista complex. Integrat en la generació dels catalans Zush, Llimós, Gerard Sala, o Arranz
Bravo, amb qui va compartir aventures plàstiques durant
la il·lusionant i dinàmica dècada 1965-1975. Aquest treball (Arranz Bravo-Bartolozzi) es va poder veure en els
Pavellons d’Art de la Ciutadella a la primavera de 1970.
Incloïa la pintura “Màscara casa Garden” (1970) que
posseeix el Museu de Navarra. La seva obra, de difícil
encasellament per la seva multiplicitat d’inquietuds plàstiques, manté connexions amb artistes com Gordillo o
Arroyo fora de l’àmbit català.
L’exposició està articulada en tres parts. Es comença
presentant els seus orígens, substrat i arrels ancestrals,
on es combinen trets culturals navarresos i mediterranis
-Itàlia més la Catalunya rural-, per transitar per la seva
figuració poètica i metafòrica al voltant de Eros i l’humà, i
acabar en el seu món cosmològic i lúdic, derivat del seu
amor a la Natura i fabulació.
Els textos del catàleg editat amb motiu d’aquesta exposició, signats per la catedràtica d’Història de l’Art, Mª del
Mar Lozano Bartolozzi -que suma a la seva càtedra el
ser germana del pintor, el que li permet desvetllar molts
aspectes del costat humà, de la personalitat i de la vida
de l’artista- i per Raquel Medina de Vargas, comissària
de l’exposició, experta en art contemporani i vinculada a
Tarragona -que va conèixer Rafael Bartolozzi i va seguir
de prop la seva àmplia trajectòria professional - són un
altre excel·lent atractiu de la mostra.
Quan el Museu de Navarra compleix 25 anys de la reobertura de la seva remodelació, convé recordar que el
1990 Rafael Bartolozzi va ser convidat a exposar al renovat Museu i que ho va fer amb una mostra doble. D’una
part la seva obra recent (1980-1989) de llavors, i d’una
altra “Tancament. Supervivència del Museu “en què reflexiona sobre l’apassionant món de la nostra cultura i els
nostres mites. Serveixi la mostra que glossem aquí, de
reconeixement in memoriam a un creador, Rafael Bartolozzi, l’art està posat al centre de la ciutat de Pamplona,
a la per tots coneguda Plaça de la Pau.
No seria just acabar aquestes breus línies sense reconèixer i agrair el treball de tots els qui han fet possible
l’exposició i el llibre. De manera molt especial a la Família de l’artista, la seva esposa i el seu fill, -prestataris de
la majoria de les obres, moltes de les quals s’exposen
per primera vegada- , i al Museu d’Art Modern de Tarragona i la Diputació de Tarragona totes les facilitats que
ens han donat en aquest treball conjunt.
Juan Luis Sánchez de Muniáin Lacasia
Conseller de Cultura, Turisme i Relacions Institucionals
Govern de Navarra
Bartolozzi va saber crear mons de bellesa, de pensament, de crítica i de reacció. De fet aquesta capacitat
de fabricar mons és l’essència i la justificació de perquè
una persona esdevé creador. A partir d’aquesta invenció
d’àmbits, és la societat, les persones d’una o altra cultura, d’avui o del demà, les que són invitades a entrar-hi
i a participar de tot allò que se’ns ha ofert, de manera
generosa. Mai agrairem prou la riquesa que els creadors
posen a les nostres mans, sovint sense esperar una recompensa real. Però allà queda, l’obra i els seus valors.
Fa cinc anys, gairebé sis, que Rafael Bartolozzi ens va
deixar, tancant, ja definitivament, la seva obra creativa.
Sempre esdevé un gaudi la contemplació o la reflexió
dels quadres o les escultures d’un autor però, com en
aquest cas, en l’escaiença d’un aniversari, aquest apropament a la biografia i obra de l’autor, l’acte adquireix
una atenció especial. La memòria del personatge és del
tot viva, propera, i l’absència és encara colpidora.
Ara bé, tenim la seva obra i l’exemple del seu treball.
Les herències són sempre un bàlsam que alleugera el
trencament. Ara vull pensar en la seva obra, exposada
en tants museus o publicada en llibres i catàlegs. També
vull recordar Vespella de Gaià, el poble del qual en fou
alcalde i que va transformar de manera radical, no pas
perquè alcés grans obres o hi fes convergir fets extraordinaris, simplement perquè va saber posar Vespella de
Gaià en les rutes de l’art.
En aquest cas són els museus de Navarra y Tarragona
qui prenen l’obra de Bartolozzi i el posen en circulació,
en un festeig –com ell volia– de la vida i dels sentits.
Crec que és el millor homenatge que podem fer-li i, alhora, el millor regal que podem fer-nos a nosaltres mateixos, gaudint d’aquella oferta de mons que ell va crear
per a nosaltres.
La Diputació de Tarragona se sent honorada i orgullosa de participar en aquest homenatge a la seva figura
i obra. Vam tenir el goig de dedicar-li un volum de la
col·lecció Tamarit, l’any 1993, escrit per Baltasar Porcel.
I, també, diversos catàlegs, com el de la mostra pictòrica
que va fer al castell monestir d’Escornalbou, el 2002. El
nou catàleg que ara tinc el goig de presentar, s’afegeix a
aquest llarg reconeixement institucional a la seva obra,
en la confiança, ben segur, que no serà el darrer.
Josep Poblet i Tous
President de la Diputació de Tarragona
TRADUCCIONS
Bartolozzi, celebració de la vida
Art, joc i fabulació
Aquell petit querubí ros d’ulls blaus i cabells
arrissats que tantes vegades va dibuixar la
seva mare, la molt notable artista Francis
Bartolozzi, va contemplar sempre la vida
amb la mirada d’un nen entremaliat, lliure,
ple de curiositat cap al seu entorn. Res
no podia restringir les seves ànsies de
crear (jugar), de gaudir del sol, de la nit
estrellada, dels plaers senzills que ofereix
la vida sense cap cost, tot allò que no es
pot comprar. Jugar i crear, dues vessants
d’una mateixa actitud que encén aquesta
espurna de la intel·ligència que permet
mantenir tota una vida la capacitat de
sorpresa, consubstancial a l’artista. El joc,
al costat de la intuïció i fins i tot l’atzar,
tan apreciats pels surrealistes, va ser
sempre una cosa innata i inherent al seu
quefer; de fet, el joc, entès des d’una visió
còsmica com una energia creadora, la del
demiürg com a artífex suprem, creador de
meravelles o mag transformador de les
coses, constituirà el substrat de la seva
cosmologia lúdica. Pertànyer a una saga
familiar d’artistes el predestinava a la que
va ser la seva dedicació absoluta. Besnét
de Lucca Bartolozzi, natural de Lucca, a la
Toscana, i nét de Salvador Bartolozzi, un
gran personatge immortalitzat per Gutiérrez
Solana en el seu conegut quadre conservat
al Reina Sofia Tertúlia del cafè Pombo
(1920) al costat de Ramón Gómez de la
Serna o José Bergamín, entre d’altres.
Va ser dibuixant, il·lustrador, escenògraf,
gran fabulador, creador dels més famosos
personatges de la narrativa infantil dels
anys vint i director artístic de l’editorial
Calleja. El pare de Rafael, Pedro Lozano
de Sotés va ser, així mateix, pintor destacat
de l’escola realista navarresa i amb la seva
mare Francis (Pitti) treballava també com a
escenògraf i muralista. Va créixer, per tant,
envoltat de contes, colors, dibuixos, la qual
cosa li va fer sentir i entendre la vida en el
gaudi constant de la creativitat impulsada
per la inesgotable imaginació, en l’emoció
i l’aventura del descobriment incessant. Un
bagatge d’extraordinari valor que, unit al
seu talent innat, li va aportar un gran avantatge en la seva carrera artística. El 1962
inicia els estudis de Belles Arts a Barcelona
i aviat sobrepassa els seus professors, i ja
el 1967, amb només 23 anys, aconsegueix
exposar a l’emblemàtica Galeria Gaspar de
Barcelona —la de Picasso, Miró i Tàpies—
i ratifica la seva decisió irrevocable de
dedicar-se per sempre i en exclusiva a la
creació pura.
L’art, en efecte,sempre va ser una cosa
primordial en la vida de Bartolozzi. Observava el seu entorn i ho expressava a través
d’una energia creativa total, absoluta,
immediata, sense mistificacions ni dogmes.
Considerava que la pintura havia de sortir
de dins d’una manera primitiva, natural,
com el gargotejar d’un nen amb un guix
a la mà, i és aquesta expressió directa, la
del gargot o el ninot, la base de tot. Per
a ell l’art consistia a comunicar emocions
senzillament, sense petulància, deixant
brollar lliurement la imaginació, la creativitat
més genuïna.
Des de la perspectiva que ens brinden
els sis anys transcorreguts des de la seva
mort, una de les possibles interpretacions
que ens ofereix la trajectòria vital i artística
de Bartolozzi en conjunt és una veritable
celebració de l’existència. Una existència
que ell va viure amb plenitud i intensitat fins
a l’últim moment, acceptant la mort com
una part d’ella, tal com va expressar en un
dels nombrosíssims haikus que va escriure
diàriament de l’any 2000 al 2003 a proposta del seu amic i veí a Vespella, el cineasta
Bigas Luna: “la natura és tan viva que crea
la mort per a la seva pròpia continuïtat”.
Aquest himne o lloa a la vida que queda
plasmat plenament en tota la seva obra
constitueix el leitmotiv d’aquesta exposició, va ser una mena de filosofia personal
aliena a pretensions intel·lectualistes que
implica una imbricació de la contingència
amb la transcendència, del que és temporal
amb el que és intemporal com a manera
d’emfatitzar allò substancial de la vida sense separar-ho de l’experiència quotidiana.
Bartolozzi pertany a la mateixa promoció
de Belles Arts de Llimós, Gerard Sala,
Artigau o Arranz Bravo; amb aquest últim
va compartir aventures plàstiques durant
més de deu anys, tots dos van formar
un cèlebre tàndem en ple moment de
rebel·lia hippie, procliu a la superació de la
individualitat i a compartir ideals (com altres
col·lectius o equips artístics que van sorgir
aleshores) quan amb la transició i l’estrena
de les llibertats no semblava que existissin
límits als somnis juvenils. Van compartir
els estudis de Vallvidrera, Vespella o
Cadaqués, van exposar conjuntament i van
realitzar treballs especials en equip com el
macroprojecte de 2.000 metres quadrats
de l’edifici de la fàbrica Tipel a Parets del
Vallès —convertida en una joguina tan insòlita com immensa— i altres com la casabiblioteca de Cela a Mallorca, o la façana
del Centre Internacional de Fotografia a
Barcelona. Cadascú, però, va desenvolupar i realitzar la seva obra mantenint la
individualitat.
Aquella va ser una generació que pretenia
fer un art sense perdre mai de vista la
realitat quotidiana; per tant, no destinat a la
intel·lectualitat, sinó a l’abast de qualsevol,
com la música pop. Eren ingènuament
ambiciosos, aventurers, volien menjar-se el
món, conquerir i regnar sobre els universos
que inventaven, les seves “ínsulas Baratarias”, per sobre de la prosaica realitat,
però no per sobre de la gent corrent. Fora
de l’àmbit català, la seva obra manté
connexions amb artistes tan reconeguts
com Gordillo o Arroyo, encara que —com
bé assenyalen Baltasar Porcel o Joan Abelló—, malgrat els seus èxits, van quedar en
part eclipsats per l’art oficial que prevalia
a Catalunya. A vegades l’adusta ortodòxia
dels que s’erigeixen jutges del que és
o no és avantguarda artística margina
tendències que s’aparten de la seva estreta
visió. Segurament eren massa optimistes,
anàrquics i excessivament amants de la
pintura per militar en l’art oficial. Bartolozzi
sempre va fugir de qualsevol dogmatisme.
Sabia que l’espontaneïtat del joc, de la
creativitat intuïtiva, automàtica, mor davant
qualsevol normativa imposada, com va
passar amb el surrealisme. Fins i tot els
títols, que barregen idiomes i ignoren
normes ortogràfiques, formen part d’aquest
divertimento que sempre va estar al centre
de la seva idea de l’art.
Certament, l’abstracció convertida en un
elitisme dogmàtic aliè a l’apassionant
realitat d’aleshores produïa un cert tedi en
les noves generacions i fins i tot va conduir
alguns dels més insignes representants a
l’abandó de l’informalisme. Calia recuperar
la figuració per apropar-se a la realitat de
la gent del carrer, d’aquí van sorgir a la
Península noves tendències figuratives coneixedores del pop anglès, que també recuperava aquesta vinculació amb l’entorn.
Hockney i Hamilton, artistes britànics de
l’erotisme i els contextos quotidians, eren
els referents que també van inspirar Bartolozzi, mentre altres artistes a Espanya ben
coneguts es van inclinar cap a una vessant
pop de reivindicació sociopolítica.
La seva va ser una figuració lliure, en particular, rabiosament jove, no li interessava
l’abstracció precisament perquè li interessava més la vida, però no hi ha un rebuig
quan aquesta abstracció flueix espontàniament i per això en la seva obra es barreja,
amb total naturalitat, amb el figuratiu. En
aquests anys tan determinants va conrear
predominantment la temàtica eròtica com
a narrativa personal dins del marc d’una
reivindicació vitalista de la llibertat en un
context sociològic favorable. El cos nu com
a bandera i al mateix temps com a vehicle
d’expressió d’emocions i conflictes relatius
a la condició humana, sotmès en aquest
sentit no només a l’influx surreal sinó també a deformacions sovint no alienes a certs
deliris baconians que semblen reflectir
una inquietud existencial .
Fonaments d’un llenguatge singular
La pintura de Bartolozzi és intuïtiva, festiva,
emocional, explorava la realitat amb ulls
nous, sabia veure i registrar totes les coses
d’una manera diferent i, a partir d’aquí,
elaborar una mena de fabulació màgica
capaç de metamorfosar la realitat, on la
imaginació i la poesia es fusionen amb el
referent real en curioses metàfores.
Hi ha en la seva obra una patent simbiosi
entre l’art i la vida que es manifesta en
una valoració de l’esfera de la intimitat
i la quotidianitat que engloba família,
mascotes, mobles, jardí, el paisatge i la
petita fauna que el va envoltar en la seva
finca Margodí. Qualsevol objecte domèstic
es barreja amb la natura sense solució de
continuïtat, no hi ha diferència entre l’inert i
el viu, l’orgànic i l’inorgànic. La vida, eix de
la seva filosofia artística i vital, constitueix
l’aglutinant que ho uneix tot i, més enllà del
mer hedonisme, la celebra en tota la seva
dimensió: sentiments, sensacions, amistat,
amor, sexe ...
Va crear el quadre a partir d’imatges “retrobades” de l’inconscient que constitueixen
l’argument, el punt de partida, al qual
afegeix després elements simbòlics (alguns
d’aparició freqüent amb significat clar, com
les peculiars cadenes de l’escut navarrès),
signes d’un alfabet ignot, geometries,
formes orgàniques i grafismes, degotejos,
retícules, circuits, estructures, embulls,
línies en ziga-zaga o trencades. Tot sorgit
d’una imaginació que flueix icònica i capritxosa, de vegades grotesca, que transforma i deforma el referent real i el dota d’un
component oníric que si en certs moments
és realment sofisticat, en altres es manifesta clarament primitiu.
No és exacte parlar de composició en
la majoria de les seves obres, sinó més
aviat d’associació (o dissociació) sintàctica
basada generalment en la juxtaposició
d’elements dispars en una concepció predominantment planimètrica, bidimensional,
del llenç que es divideix en formes i zones
limítrofes. Sovint l’horror vacui el porta a
omplir tot l’espai disponible fins a l’últim
racó amb els seus típics grafismes all over
a tall de retícules o d’estampats tèxtils. El
tractament de l’espai és igualment original,
hi abunden les pseudoperspectives i la
confusió entre fons i forma. La línia, definida i enèrgica, exerceix una funció essencial
en la seva obra no solament descriptiva,
sinó tremendament expressiva i sempre
manté un paper preeminent associat al
del color encara que mantenint cadascun
la seva independència, fins i tot pel que
fa a la forma. Bartolozzi treballava molt
acuradament i lentament cada obra, però
aconseguia que en el resultat final només
hi prevalgués la frescor i la potència. Tal
com li va comentar a Porcel, “la força dels
meus quadres no surt perquè jo mimi molt
el quadre, que ho faig, sinó del big-bang intuïció-conseqüència inicials” ,un procés per
al qual s’aïllava completament a l’estudi,
convertit en un lloc inviolable i gairebé
sagrat. Així ens ho revela en un altre dels
seus haikus (que apareixen esquitxats en
aquest text en homenatge a la seva poètica
i el seu pensament): “L’estudi és ermita i
capella dominical, els pinzells feligresos
tacats de colors concelebren mites pictòrics
ancestrals.”
Al llarg del temps es produeix una contínua
multiplicació de recursos i ressorts. Posseïa una immensa capacitat de fabulació
i de barrejar elements que conviuen en la
mateixa obra en resoltes juxtaposicions:
clarobscurs, veladures i transparències
de subtils matisos amb colors plans,
industrials, el traç sinuós elegant i àgil
davant la taca estentòria. L’apassionava
el contradictori, la dialèctica d’allò invers,
per això fusionava sense embuts, a més
d’abstracció i figuració, la realitat i la
irrealitat, l’animat i l’inanimat, o dimensions
contraposades com profund i pla. Buscava
deliberadament provocar la tensió, establir
una confrontació d’elements contraris a
la qual es referia assíduament qualificant
el seu estil de “minimalisme barroc” i tot
prenent l’oxímoron com a principi inspirador
del seu quefer. Simplicitat i excessivitat
cohabiten en la seva lògica personal heterodoxa i eclèctica. No és estrany en aquest
context de pensament, d’altra banda tan
postmodern, que la seva admiració per
figures com Beuys o John Cage i certs
aspectes de l’art conceptual fos compatible
amb la seva proximitat als postulats de la
transavantguarda italiana d’Achille Bonito
Oliva, amb qui va mantenir contactes
freqüents, ja que compartia les premisses
d’un nou manierisme que assumeix el passat tot incorporant-lo ad libitum, reconquesta la individualitat, l’imaginari i el territori
geogràfic propi, la llibertat i la ironia.
Ple d’iniciativa i entusiasme, en el seu
afany de provar-ho tot experimentà
constantment les més variades disciplines, materials i pràctiques artístiques al
servei d’un impuls expressiu irrefrenable
(“La creació dóna moltes idees, les confon
i les paralitza perillosament, necessito
un antivirus del virus creatiu”) i executà
escultures en les més diverses matèries,
assemblages, poemes objecte, projectes
urbanístics com el de la plaça de la Paz,
escultures monumentals com la colossal
Alfa & Omega ancorada al mar de la Platja
de Torredembarra, happenings (Granollers
happening, 1972), accions, performances,
instal·lacions, disseny gràfic, activitats
totes projectades i realitzades amb la
mateixa dedicació, i, atesa la rellevància,
àmpliament recollides i documentades
en diverses publicacions. Cal incloure en
aquest punt la seva etapa de dotze anys
com a alcalde electe de Vespella de Gaià,
per una candidatura independent, durant
tres mandats consecutius (1991-2002),
càrrec que va exercir sense menyscabament de les seves obligacions com a
màxim representant del municipi i dels
seus habitants, però a la vegada entenent
la seva tasca com una “acció” perllongada
en el temps, una experiència alhora vital
i artística que considerava el happening
amb major duració de la història . Aquesta
circumstància en la qual es veu immers
sense gairebé haver-la buscat li proporciona un interessant feedback, ja que després
de tants anys de vinculació amb el municipi
se li ofereix l’oportunitat de tornar una mica
del positiu que havia rebut d’aquest entorn,
d’influir sobre allò que a ell tant li havia
influït. Va ser un alcalde insòlit, artista i
amant de la natura que va decidir millorar
visiblement el minúscul poble i el seu ampli
territori i posar el nom de Vespella al mapa
per convertir-lo en seu i punt de trobada
d’activitats artístiques de tota mena. No en
va li deien popularment l’alcalde “farigola”,
fet que posa de manifest la percepció del
seu compromís amb la natura més senzilla
i domèstica. El crític i estret col·laborador
en tantes iniciatives Joan Abelló ha deixat
en els seus nombrosos escrits una constància fidel de totes les seves aventures
creatives i personals d’aquesta etapa, entre
les quals el certamen de poesia visual
Joan Brossa, amb el qual va col·laborar
activament el propi fundador de Dau al Set,
entre altres personalitats, o una cosa de
nou tan lúdica com pintar les cases en un
to de blau que Bigas Luna va qualificar de
“blau Bartolozzi” i o dissenyar alguna de les
seves fonts.
La pertinença cada vegada més sentida
a l’entorn que li ofereix Vespella incideix
de manera determinant en l’evolució de la
seva obra. En una àmplia entrevista amb
motiu de la seva presa de possessió com
a alcalde, declara que la seva obra és
cada vegada més figurativa i més infantil,
possiblement influenciada per la convivència amb el petit Nil, que sens dubte li
evoca la infància i el confirma en la seva
idea del joc com a motor de la creativitat:
“estic vivint uns moments que em porten al
primitivisme, a practicar un art més intuïtiu,
més visceral”, afirma; així mateix, atribueix
el canvi a l’entorn i la cultura romana, i cita
Miró com a paradigma d’aquest influx de
l’entorn que desitjava potenciar per instaurar a Vespella un punt de trobada d’artistes
de les disciplines més diverses.
Trajectòria: de la neofiguració a la cosmovisió eclèctica
El mateix artista distingia en la conversa filmada que va mantenir amb Bigas
Luna quatre etapes bàsiques en la seva
evolució. La d’infància fins al 1955, amb la
influència familiar i de llocs tan emblemàtics com el bosc d’Irati. Després, la
d’estudis a Barcelona des del 1962 fins al
1966, quan arriba a la professionalitat. La
tercera la comparteix amb Arranz Bravo i
culmina amb la participació en la Biennal
de Venècia de 1980. La quarta ve marcada
per la instal·lació permanent a Vespella,
el matrimoni amb Núria Aymamí el 1983 i
el naixement del seu fill Nil; des d’aquest
moment, conjuga una vida familiar i campestre amb viatges freqüents, especialment
a Itàlia. El seu compromís com a alcalde
(1991-2003), compatible amb la seva activitat artística, constituiria la cinquena, que
llavors iniciava, mentre la sisena i última
es correspon amb la convivència amb la
malaltia fins a la mort, sense deixar de
crear fins a l’últim moment.
Després d’uns inicis influïts per la brillantor
de la generació informalista, aviat descobreix el seu camí en aquest despertar
d’una nova figuració, en l’eclosió joiosa de
nous postulats. Els primers treballs que
van permetre calibrar la seva veritable
personalitat i vàlua corresponen als anys
1967-1968, presenten enigmàtiques formes
desarticulades o fragmentades de figures o
animals amb cert aire baconià resoltes en
suaus i subtils transparències evanescents
(Salto mono), ja dotades amb un peculiar
rerefons poètic. S’apodera d’ell una intensa
febre creativa que dóna lloc a les tan representatives produccions corresponents als
anys setanta i primers anys vuitanta que
constitueixen una celebració de l’erotisme
i del gaudi de la vida, són obres sensuals
i sofisticades, meticulosament elaborades
amb grafismes i veladures que temàticament inclouen, a més de l’erotisme,
autoretrats i retrats de família. Maneja amb
soltesa els grans formats i la composició
d’escenes surrealistes i fantàstiques que
transgredeixen amb audàcia la realitat i que
encara avui transmeten la mateixa sensació de vitalitat i modernitat. El cos humà,
habitualment nu o gairebé nu, arriba a un
destacat protagonisme de ressonàncies
clàssiques tant en figures femenines com
masculines, soles, en parella o freqüentment en escenes de grup, generalment
sotmeses a característiques deformitats
o mutilacions que no eclipsen la càrrega
estètica del quadre, realment exquisida en
moltes obres. En un determinat moment,
el nu se’ns apareix lligat, com aquells
esclaus de Miquel Àngel, constret davant
l’ànsia de viure, amb lligams que es revelen
incapaços de limitar la llibertat intrínseca
de l’individu, de contenir la seva força i els
seus anhels més profunds; en encertades paraules de Baltasar Porcel: “titans
presoners d’un pes invisible”. De vegades
sembla mutilat per la violència, l’antítesi
d’aquesta llibertat, com en les figures de la
plaça de la Paz de Pamplona.
Aquesta fase figurativa es completa
amb un conjunt d’obres corresponents
a un període especialment destacable a
finals dels vuitanta en què, recuperant la
subtilesa d’aquelles obres de la segona
meitat dels seixanta, la imaginació i la lírica
es fusionen i arriben a cotes insospitades
d’una subtil i exquisida poètica impregnada
d’elements metafòrics. A aquest període hi
pertanyen, entre moltes altres, peces tan
delicioses com Corazón cayendo por las
escaleras.
L’establiment a la seva finca de Vespella
de Gaià, anomenada Margodí, no va ser
sobtat, els primers contactes amb el lloc
es remunten als primers anys setanta i per
això la seva producció no reflecteix cap
ruptura entre l’urbà i el rural, el modern
i l’intemporal. No obstant això, arran de
fundar la seva família amb el consegüent
assentament en una feliç i assossegada vida campestre, la seva obra s’anirà
transformant a poc a poc en detriment del
protagonisme de la figura de manera que
la natura prendrà el relleu com a temàtica
principal.
Progressivament va anar interioritzant el
paisatge que l’envoltava al Camp de Tarragona, exempt d’espectacle i majestuositat,
poblat d’arbustos, pins, alzines i garrofers,
amb el referent de la mar a l’horitzó. El Me-
diterrani s’havia compenetrat amb la seva
mirada blava i aquesta línia d’horitzó era
ja una presència imprescindible en el seu
món quotidià. Necessitava partir del que és
senzill i primitiu, com Miró, que va afirmar:
“hem d’enganxar-nos a la terra, cal escoltar
el crit de la terra”, i per recordar aquesta
premissa portava sempre a la butxaca
una garrofa. Curiós, l’influx dels garrofers
també sobre Bartolozzi, que solia fer notar
que sempre miren al mar, i era molt de
destacar la influència de les comarques de
Tarragona en l’art contemporani: Montroig, Horta, Siurana, van veure néixer el
cubisme de Picasso i el simbolisme sígnic
de Miró. Un paisatge inspirador que transmet l’autenticitat de la terra primigènia que
en la seva austeritat incita noves maneres
d’interpretar la naturalesa i l’univers.
Aquesta compenetració amb l’entorn del
camp tarragoní, un espai d’assossec on
va poder generar un àmbit favorable de
reflexió, serà molt duradora i fecunda en
Bartolozzi i es va perllongar fins a la mort.
Allà, a la seva finca Margodí, afirmà tot el
seu bagatge a partir del qual va evolucionar d’una manera cada vegada més lliure,
fluida i primitiva, que sotmet la realitat a la
metamorfosi de la fabulació i la interiorització del sentiment. A partir dels noranta
es consolida aquest protagonisme creixent
del medi i desenvolupa una mitologia
mediterrània plenament subjectiva, una
naturalesa imaginada, reinterpretada, reinventada mitjançant un imaginari intuïtiu, un
codi anàrquic que estableix nexes curiosos
i inclou associacions figuratives simbòliques, components d’atzar, fusió d’idees i
d’objectes en una mena de poètica visual.
Així sorgeix tota una cosmogonia, un brou
primigeni d’on va emergint tot un bestiari
festiu format per tota mena d’animals existents, inventats o metamorfosats: cargols,
sargantanes, insectes, tot un catàleg de
monstres zoomòrfics inofensius i alegres
que cohabiten amigablement. Es tracta
d’un ecosistema singularíssim “margodinenc” amb els seus propis espècimens, un
colorit paradís terrenal fet a la seva mida i a
la de la seva família, però obert als amics,
col·legues, conciutadans i visitants, amb
qui tan sovint el compartia.
El terrible incendi forestal (agost del 1993)
que va arrasar el municipi, i les seves tràgiques conseqüències en vides humanes,
va ser un succés devastador per a l’artista.
Les flames van reduir a cendres aquesta
Arcàdia feliç, aquesta comunió idíl·lica amb
la vida natural que anava nodrint tot el seu
quefer vital i artístic. El gran impacte emocional es reflecteix en una sèrie d’obres
punyents realitzades sobre lona asfàltica
recollides en una destacada exposició itinerant, les quals constitueixen un parèntesi
de caire profundament expressionista. Fora
d’aquesta etapa singular, l’expressionisme
apareix també en un parell de peces,
igualment lligades a experiències personals
traumàtiques.
Pintura i escultura comparteixen en
aquesta època aquest univers de símbols,
tòtems mítics i arcaics, signes i artefactes
antropomòrfics. Cal destacar en aquest
sentit l’ampli conjunt de peces tridimensionals datades entre els anys 1994 i 1995,
assemblages de diversos elements resultat
de la recuperació de motlles d’una desapareguda fàbrica de ceràmica a partir dels
quals va desplegar novament la seva vena
més lúdica i va crear una metafòrica galeria
de fascinants personatges, als quals es van
unir uns altres en marbre, tots dotats d’una
singularíssima vivacitat (Núria, Convidat).
El nou segle l’inicia treballant en obres
d’una abstracció geomètrica sorprenent
que es barreja amb elements orgànics i
animals reals o fantàstics. Cap al 2002,
l’exposició “Emprius” recull un nou i
pletòric cant a la natura en què conjuga
el realisme descriptiu de la vegetació del
seu jardí, del seu hort i del camp adjacent,
representada amb exuberant cromatisme,
amb figures antropomòrfiques de filiació
gairebé mironiana (Prometatge); més
tard, el referent real queda gairebé ocult
en obres enigmàtiques, pràcticament abstractes, encara que igualment inspirades
en el seu entorn, i riques en recursos molt
diversos (sèrie Fauna d’horts i posteriors),
una eclèctica cosmovisió en què el signe,
el simbolisme hermètic i un cert esoterisme
cobren més rellevància i s’articulen per
establir una sintaxi pròpia. N’hi ha que van
quedar interrompudes per la seva mort,
ja que, malgrat la malaltia, no va deixar
de pintar i va mantenir fins al final aquest
impuls creador que va definir la seva existència. (“Meravellosa finestra de Vespella
de Gaià, mortis morte, la mort dóna mort a
la mort amb la seva pròpia mort”).
La seva obra, com la de Picasso, un altre
ineludible referent, es va mantenir —des
d’aquell pop inicial al qual va contribuir
amb un sensitiu i superb enfocament
propi fins al llenguatge de faula i lúdic de
l’oxímoron— en perpetu canvi, en recerca
constant, rebutjant sempre la repetició
d’allò ja aconseguit, però al mateix temps
nodrint-se del substrat d’un coneixement
assumit de la memòria de l’art del passat i
de les seves arrels sentimentals. Va crear
la seva bombolla, el seu territori en el qual
va desenvolupar una narrativa existencial
pròpia en què es dóna una confluència i unicitat d’humanitat, natura, vida,
pensament i art; res cogitans i res extensa
indissolublement unides al servei de la
seva passió creadora.
A l’hora de glossar aquest territori mental i
sentimental propi, aquesta celebració de la
vida, em vénen a la ment certes analogies
amb aquella enigmàtica civilització etrusca
que es va desenvolupar precisament en
la mateixa zona de procedència dels seus
orígens italians. En les seves pintures, els
etruscos van reflectir aquest mateix tarannà
jovial, les escenes familiars lúdiques i festives van recrear profusament el paisatge
que tenien al seu voltant, tant l’entorn com
el social i domèstic. Les seves magnífiques escultures de cavalls reflecteixen
amb expressiu realisme la fascinació que
sentia pels éssers vius. Però el que caldria
destacar especialment és la semblança en
l’actitud existencial reflectida en sarcòfags
tan cèlebres com la Tomba dels espossos,
en què es van fer retratar còmodament
reclinats, abraçats i eternament somrients,
celebrant amb placidesa la vida i la
mort com a part d’ella mateixa. Una lliçó
intemporal d’humanitat a la qual també ens
remet la vida i l’obra de Rafael Bartolozzi.
Raquel Medina de Vargas
Doctora en Hª de l’art.
Comissària de l’exposició
TRADUCCIONS
Rafael Bartolozzi. Una memòria
redefinida plàsticament per les
emocions vitals
i elegants amb colors matisats van ser
antecedents de les del Rafa; i llegíem
i visualitzàvem els contes de Pinotxo i
Chapete de l’editorial Calleja o de Pipo
y Pipa a Estampa, obres igualment
Cartografia d’una memòria
seves. També anàvem al taller de reproduccions artístiques dels soterranis
“La globalització del dia se salva pels
de l’Acadèmia de Belles Arts de San
detalls més íntims” (R.B.)
Fernando, quan a la infància viatjàvem
a Madrid, on els guixos dels buidats
Entre Navarra i Tarragona, entre Irati i
d’escultures de l’antiguitat clàssica o de
Margodí, entre Bartolozzi i Lozano de
Donatello eren conformats i manipulats
Sotés, entre Fra Filippo Lippi i John
Cage, l’artista Rafael [Lozano] Bartolo- per la saga familiar dels Bartolozzi i
els Sánchez. Però sobretot convivíem
zzi va ser compulsivament intrusiu en
amb els llapis, els pinzells, la cua de
el recorregut de la memòria del que ell
conill, les tintes i els pots de pintura al
anomenava la seva“estranya”aventura
tremp per als dibuixos i pintures dels
de viure.
pares, dedicats professionalment a
fer classes, pintar murals i quadres,
Les referències del meu germà Rafa
dibuixar portades de revistes, histoes van moure en un bascular consrietes
d’altres herois com el capità
tant i emotiu, se sentia cada vegada
Trompeta, il•lustracions, fer decorats
més relligat a un passat que va anar
i figurins de teatre. La quotidianitat de
recuperant progressivament. La seva
sensibilitat, alegria de viure i sensualitat casa era veure dibuixar els meus pares,
es van abocar en l’estètica de les seves Pedro i Pitti (Francis), o acompanyarobres plàstiques des que va començar los a l’estiu a realitzar els encàrrecs de
murals en edificis civils i religiosos de
a pintar i va iniciar l’experiència de
Corella, Irati, Eugui, Arnotegui, Eibar i
l’emancipació vital. Perquè encara
altres llocs de la geografia espanyola.
que el Rafa sempre, com la resta dels
germans, va voler inventar i fantasiejar
—recordo uns ninots de paper que reta- Lozano Bartolozzi abans que Rafael
Bartolozzi
llava i pintava per ser, a més, moguts
per fils, que ens sorprenien i divertien
per la seva vivacitat—, començà a plan- “De sobte tot està quiet menys la mirada” (R. B.)
tejar-se la pintura sense interferències
d’altra professió arribada ja la joventut,
El Rafa va començar sent un artista
després dels inicis dels seus estudis
figuratiu que analitzava les formes
universitaris per a una futura carrera
d’Aparellador a Madrid, que va canviar com a exercicis d’observació i recerca
d’expressivitat plàstica i d’un llenguatper la de Belles Arts a Barcelona.
ge propi. Les vistes panoràmiques de
Pamplona, els paisatges de l’entorn
No era estrany en el nostre ambient
de la Navarra Mitjana —Sorauren, San
d’avantpassats i progenitors dediCristóbal…—,l’etnofoklore navarrès,
cats al modelatge i les reproduccions
que el conduïen a allò que tantes vegad’escultures singulars de la història de
des el nostre pare va dibuixar o pintar,
l’art, a la il•lustració de revistes gràfivan ser les seves primeres temàtiques,
ques com La Esfera, Blanco y Negro,
a més dels retrats i apunts de tot tipus.
Nuevo Mundo, Crónica, i de llibres esPerò on se situava estèticament i forcrits per Ramón Gómez de la Serna o
Fernández Flórez, a l’escenografia per malment? Va començar amb les ceres,
a obres de Valle Inclán o García Lorca, l’oli i el llapis, deformant figuracions i
construint mons polièdrics postcubistes,
a escriure contes infantils, a dibuixar i
pintar, i a l’ensenyament del dibuix, que des d’una memòria local en què el paisatge elaborat a partir de la naturalesa
van conformar els seus gens i la seva
o les vistes de pobles i la ciutat de
identitat sociocultural. Vèiem a casa
Pamplona eren eina d’aprenentatge
les reproduccions i algun original del
meu avi Salvador Bartolozzi, de la sèrie deles seves llargues pinzellades que
formaven i desmaterialitzaven els
Madrid en el recuerdo, realitzades a
Mèxic DF. La sensibilitat i el traç refinat volums vazquezdians i matisaven de
d’expressionistes línies transgressores llums i ombres les diferents gammes de
color per aconseguir sempre harmonies una pedania de Lucca) i la impactant,
inèdites.
segons m’explicava moltes vegades,
parada a Orvieto, on els frescos de
Destaca d’aquests anys l’oli Bueyes,
Lucca Signorelli, inspirats en la Divina
que representa l’arrossegament de
comèdia de Dante, li van semblar
pedra per aquests animals, un esport
una bogeria artística, amb uns nus
de zones rurals com el dels aitzkolaris, de dinàmics i fantàstics escorços
molt estès en el món basc i navarrès.
plens d’expressivitat i dramatisme. No
En la pintura, de tons vaporosos, amb
oblidem que ell va interpretar unes
pinzellades superposades i evidents,
quantes vegades cossos nus en verla parella de bous és conduïda per disions pictòriques o escultòriques, que
versos vilatans o fustigadors (akullaris) basaven l’originalitat en la barreja de
que porten els seus pantalons blaus i
l’explícit amb una ambientació bella i de
boines negres, per arrossegar una petons surrealistes, en un espai de colors
dra pesada. Rafa associa aquest esport de gran sensibilitat i efectes lluminosos.
amb el seu entorn basc, que definia
Però també va impactar escoltar John
la identitat d’una part de Navarra i era
Cage en els Encuentros de Pamplona
glossada i investigada pels amics de
(1972), en què a més va participar, com
la penya literària, tertuliana i cafetera
el grup ZAJ; o ser amic de Joan Brossa
del Pregón , ja que tots presumien de
i crear, amb Joan Abelló, el Premi Naveure i sentir els toros pujant per la ma- cional de Poesia Visual “Joan Brossa”
teixa costa de Santo Domingo acostats a Vespella, la qual cosa va alimentar la
a la paret.
seva vena conceptual.
La sort ja ha estat tirada
Molt aviat es va forjar la seva versió
neofigurativa i pop art, sensual i etèria,
“Ensenyar amb entusiasme el teu trei es van produir els èxits de les pintures
ball a l’autoritat competent et converteix murals en tàndem amb Eduardo Arranz
en venedor de somnis” (R. B.)
Bravo, les exposicions a la Sala Gaspar
(Barcelona), Vandrés (Madrid), Miguel
A les vivències navarreses s’hi van unir Marcos (Saragossa), les edicions de
les de l’ambient de Madrid al comença- llibres amb estampes gràfiques, les
ment dels seixanta, visitant les galeries escultures públiques i un ampli recorred’aleshores per admirar els artistes
gut nacional i internacional amb canvis
informalistes d’El Paso com Antonio
experimentals de registres plàstics, en
Saura o Millares; aquestes noves
una trajectòria plena de neosurrealisorientacions expliquen l’anàlisi matèrica mes diversos que van sorgir del seu
desenvolupada en una altra pintura
món intel·lectual amb tocs psicoanaprimerenca: la Mare de Déu de Soterra- lítics i perifèrics. Tot un món narratiu i
ña o Mare de Déu de Nieva, venerada
oníric de vegades semiabstracte amb
a diverses localitats navarreses però
símbols de germinació, fort erotisme
també aUterga, que Rafa va conservar i molta llum gràcies a les veladures i
en la seva col·lecció com a record sim- els colors vius, savis i personals. Així
bòlic d’un poble igualment sentit pels
mateix, el cognom de la mare va ser
pares i germans del qual apreciàvem
l’adoptat definitivament per a la signatuels costums i ritus, i els amics que hi
ra i, més endavant, per al seu fill Nil.
vivien. I les dels seus companys de
l’Escola de Belles Arts a Barcelona oa
Però al seu torn estimà la natura i cada
Sant Cugat del Vallès: Llimós, Artigau,
vegada se sentia millor en els petits
Arranz Bravo, amb l’interès per Tàpies
espais com Cadaqués i al bosc mediteo la visita a Salvador Dalí a Portlligat,
rrani de Vespella de Gaià amb la seva
sense oblidar la seva admiració pel
flora i fauna. Així mateix, es recreava
primer Gordillo. També les dels seus
en els records reticents de la seva estiviatges a l’estranger: Suècia, Itàlia,
mada Navarra, i el seu folklore associat
sobretot Itàlia, lloc reincident al llarg de igualment a les representacions del bala vida (no en va la seva dona, Núria
llet Duguna—ell,junt amb el seu germà
Aymamí, és també una entusiasta
Pedro, havia estat protagonista d’una
del país més atractiu per a la cultura
posada en escena els anys de la infàndel Renaixement), Torino, Lucca (els
cia, disfressats de gripaus, en un aquebesavis van néixer a Casabasciana,
larre de bruixots—, o als seguicis de
salacencos participants en la romeria
de la Mare de Déu de les Neus a Irati.
A més, cal ressaltar el seu entusiasme
pels Sanfermines, on corria en la tancada i veia els toros des de l’adolescència
a la grada del club Oberena, que fou
impulsat per Santos Beguiristain com
tants altres projectes, entre els quals
els de l’esmentada ermita de les Neus
a Irati, pintada pels pares, o les pintures
a l’ermita d’Arnotegui a Obanos (1965),
on ja va col•laborar Rafael, com podem
observar en el seguici de Santa Felícia,
on es representava, ell mateix, com
un príncep del Renaixement, ja que el
Rafa s’autoretratà moltes vegades per
un cert narcisisme, amb subtils capes
de color. Per això es va considerar un
iniciat en el paisatge elaborat i antropitzat per ell i la seva família, gràcies
a les esmentades experiències que
acompanyaven la realització de les
nombroses pintures dels pares, i ales
seves il•lusions cada vegada més simbolistes i no sempre aconseguides que
formaven un cordó umbilical en tensió
progressiva. Els temes i les“disfresses”
es van succeir, la Suite Pamplona en
l’exposició a la Ciutadella de l’any 1975
ens va deixar la visió màgica de casa
de Pamplona, dels Gegants i altres
temes que tenien el denominador
comú en plasmar-los en els olis, del
detall d’un camall de pantaló i sabatilla
corrent en el tancament, situat en un
lateral. Molt diferent ja és el Txistulari
pintat el 1986, que amb el txistu i el
tamborí, sembla una mènada d’un Scopastransvanguardista, i és segurament
un nou “mercuri” acompanyat pel gall
(herald del nou dia), amb gargots que li
aporten una aura immaterial una micaangèlica. Una diferència en la qual va
poder influir la inflexió que van suposar
alguns esdeveniments familiars de l’any
1985, que conduïen a sentiments límit,
com la mort del pare i el naixement del
seu fill Nil, o la pèrdua posterior d’un
nou fill en gestació. Àngels i visions
més tràgiques començaran a poblar un
nou univers iconològic.
remodelada per ell mateix l’any 2001.
Va ser una intervenció encarregada per
l’Ajuntament l’any 1986, que va suposar un repte no solament estètic, sinó
també urbanístic. L’artista va inserir
elements escultòrics i arquitectònics
a la cruïlla de dues avingudes, amb
la creació d’un paisatge artístic, si bé
durant els primers anys de realització
s’alçava una cornisa de color blau anyil,
de fibra de vidre i estructura metàl•lica
de 32 m de llarg, sobre dues columnes
de formigó de 12 metres d’altura, de
la part inferior de les quals n’haurien
d’haver sortit cortines d’aigua, en harmonia amb altres fonts que constituïen
un recorregut seqüencial de places
cap a l’interior de Pamplona. El conjunt
formava una gran porta d’entrada a la
ciutat (anys després es va eliminar la
cornisa i no s’hi va arribar a instal•lar
les cortines d’aigua. Les columnes es
van rematar amb sengles cubs d’acer
inoxidable amb la paraula “pau” escrita
en baix relleu, i en diversos idiomes).
S’hi sumen els dos grans protagonistes, les escultures que representen un
home i una dona de marbre de Carrara,
amb estètica deconstruïda de surrealistes mutilacions i símbols oximorònics.
Les dues remeten a figures de la terra:
l’home com a aixecador de pedra
—esport basc—, la dona com a recuperació de la mitologia clàssica i els
seus significats, també en els orígens
navarresos. Estan situades en sengles
illots. Al seu voltant, uns tubs metàl·lics
de perfil sinuós, com els gargots que
se superposaven als quadres figuratius
a manera de gest automàtic i oníric,
assortien aigua (després van ser eliminats). Completen el conjunt de dimensions monumentals, cinc txistus/fanals
de 8 m d’alçada, recurs de record local
omnipresent en l’obra del nostre artista,
com anem veient.
a partir de recursos imaginatius de
traços geomètrics o camps de color
fenomenològics amb fons espacials
de multiplicitat i versatilitat plàstica de
cert barroquisme en l’insistent horror
vacui. No va dubtar tampoc a vestir-se
de frare aArnotegui, de pamplonès en
inauguracions expositives o de roncalès en el seu casament, a manera de
diferents performances seqüencials en
recurrents flashbacks.
Un passat que es va anar enfosquint i
conceptualitzant
“Impartiré el silenci més ple que us
pugui donar” (R. B.)
I la vivència del passat, com a narració
alliberadora de conflictes i drames, i
amb màgia pròpia, va ser cada vegada
més somatitzada; no és aliè a això
l’incendi que va assolar el municipi de
Vespella l’any 1993. Palpar que tot el
que abans era vida es podia convertir en un espai infèrtil i desolat va
marcar-lo profundament i va suposar
la presència del negre, del no-color, en
la seva trajectòria successiva. Així va
emergir amb els anys un temps anterior
idealitzat, que protegia els fantasmes
de l’abisme de la mort. Una mort que
es va anar anunciant a poc a poc, i
ens feia oblidar el fet de saber que
continuava pintant i dibuixant fins als
últims dies del batec vital, com va fer
la nostra mare; per això el Nil, ja artista
practicant i més còmplice que mai, li
va portar a l’hospital una capsa de 100
pastels de tots els colors i paper negre
de roselles, sobre el qual va realitzar
els seus últims oxímorons fruit del seu
minimalisme barroc, experiència alliberadora, descàrrega de records i del
bullir imaginatiu i expert d’unes ments
tan proteiques. Per això les performances festives i happenings participatius
L’evocació de l’esmentat ballet Duguna dels primers anys van donar lloc al seu
(1997) va donar peu a una altra exvoler descobrir-se en objectes reducposició amb títols com Príncipe, Irati i
cionistes, dibuixos (aquarel·les sobre
Bailarín pastor, amb personatges de lle- paper fosc, amb el pul·lular d’éssers
gendes navarreses, estranya fauna de orgànics i gargots d’un nou cosmos) i
Bartolozzi sempre ha observat la readragants, truites i insectes i paisatges
sintètics haikus com els que acompanlitat per transformar-la i convertir-la en
de verds humits o càlides atmosferes,
yen els nostres títols. Per retrobar-se
metàfora, i part de la metaforització del on l’erotisme ha estat substituït per la
en una intimitat feliç, que es remuntava
món navarrès es va manifestar en el
fertilitat de la natura boscosa, metaa vivències intangibles, més que a
projecte de la plaça de la Paz (acabada fòriques representacions d’un bestiari
descripcions locals, encara que s’hi enel 1987), deixada sense completar per navarrès o una interpretació de mites
tremesclessin. Com a Estiu Ochagavia
estèrils polèmiques corporativistes i de i símbols d’un intel·lecte neoplatònic,
(2005), dos dansaires ochagaviarras,
canvis polítics municipals, i després
enriquits per ell, amb abstraccions
que habitualment ofereixen el seu ritual
de dansa de pals entorn del babau amb
colorineros vestits i gorra en forma de
con, el 8 de setembre al costat del Santuari de Nostra Senyora de Muskilda,
lloc on s’accedeix a la selva d’Irati, que
ell ja va enfosquir en lloc d’omplir-los de
la llum anterior. Perquè potser prenent
les afirmacions de l’escriptor Miguel
Fernández Campón, és interessant reflexionar sobre com “retornar a l’origen
és pretendre viure cap endavant a
partir d’un passat reinterpretat. [Per
laqual cosa] Hem de caminar cap a la
cavitat uterina, i quedarnos-hi, perquè
potser és allà on trobem una esfera de
felicitat”.
Ho va entendre molt bé José CorredorMatheos quan va escriure: “Bartolozzi
està sempre una mica per damunt
del terra sense tocar-lo. La realitat i la
plasmació simbòlica dels problemes del
nostre temps els trobarem també; però
en la seva encarnació, els temes, tal
com es plantegen i són vistos, se situen
en una zona ideal. L’estètica està decantada.” Perquè Bartolozzi buscava
sempre un paradís: familiar, artístic,
d’àngels celestes o zcaiguts, ja que“el
Paradís és una cosa a la qual tenim tot
el dret, i la privació a què se’ns sotmet
és una injustícia que espera reparació”.
Potser la reparació que ens aporta el
Rafa és que entenguem la seva extraordinària autocensura estètica amb
el que ja havia aconseguit encara que
fos reeixit, incompresa per molts, que
no aprovaven el seu allunyament de
l’eclosió vitalista aconseguida amb una
pintura transparent encara que torbadora, i la seva obstinació a transmetre a
poc a poc un món propi més dramàtic,
encara sense perdre el somriure, com
ha de fer tot artista que vulgui ser fidel
a si mateix i al seu passat de forces
creatives purificades.
M. del Mar Lozano Bartolozzi
Catedràtica en Hª de l’Art.
Universitat d’Extremadura
ACERCA DE RAFAEL BARTOLOZZI
En el camino terciario de tu vida.
Principio del gran viaje
Preparándote y planificando
Tus próximas aventuras
Ya estas con tus dedos
Extensiones de tus pinceles
Dándole cuerda al reloj
Que mueve las manecillas del mundo
Próxima parada Museo de Navarra
Objetivo tus postreros deseos.
Te gustan las aventuras
Y si no las tienes te las inventas
Puesto que nadie mejor que tu
Sabe que la vida es producto de una charca
Donde se crea la vida
Y se gesta la muerte.
En el largo camino iniciado te encuentras
Punto final de una corta aventura
Pero no por corta menos intensa
Tienes el enorme privilegio
De ser un elegido de la diosa fortuna.
Esa que da fama prestigio y aliento
En grandes bocanadas, bucanero de las más bellas artes
Eres pintor por propia naturaleza los colores son tu propia luz
Eres visionario a la vez que renovador
Eres Alfa y Omega.
En el silencio imperturbable de Vespella
Ese sur Romano y pagano
Donde tú te encierras
Donde nacen tus ideas
Donde el horizonte te ilumina
Creas vida das formas nacen proyectos
Ilusiones de todos los cuentos.
Artista de amplia cultura que no de culto
Artista de lo simple matérico
Artista cabal y no viejo trilero
De esos que hoy inundan el mercado del arte.
Oxímoron de la vida eres
Imperturbable entre tus Algarrobos
Paseante bajo tus olivos
Ojos que todo lo ven todo lo mira
Curioso impenitente eres una flor
Bella por su rareza, escasa entre las flores.
Antonio Ferrer Taratiel
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