historia de la filosofía - Facultad de Ciencias Sociales

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Solucionario a las pruebas de acceso a la universidad 2013
Facultad de Ciencias Sociales de Melilla
H IS T O R IA D E L A
F IL O S O F ÍA
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Facultad de Ciencias Sociales de Melilla
UNIVERSIDADES DE ANDALUCÍA
PRUEBA DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD
CURSO 2012-2013
HISTORIA
DE LA
FILOSOFÍA
CRITERIOS ESPECÍFICOS DE CORRECCIÓN
La valoración de la prueba será la siguiente:
Primera cuestión: se valorará la adecuada contextualización realizada, distinguiendo los aspectos histórico-culturales
(se puntuará con un máximo de 1 punto) y filosóficos (se puntuará con un máximo de 1 punto) que influyen en el
autor.
Segunda cuestión (comentario del texto):
Apartado a) se valorará la claridad y precisión de la explicación de las dos expresiones subrayadas; se puntuará con un
máximo de 1,5 punto, es decir, máximo de 0,75 por cada expresión;
Apartado b) se valorará la identificación del tema y el desarrollo argumentativo que realice el alumno; se puntuará con
un máximo de 1,5 puntos;
Apartado c) se valorará la capacidad del alumno para relacionar justificadamente el tema del texto elegido con la posición
filosófica del autor; se puntuará con un máximo de 2 puntos.
Tercera cuestión: se valorará el conocimiento de otra posición filosófica en relación con el tema o el autor del
texto (se puntuará con un máximo de 2 puntos). Además se tendrá en cuenta la argumentación razonada del alumno
sobre la vigencia del tema o el autor (se puntuará con un máximo de 1 punto).
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El alumno responderá a las cuestiones siguientes:
1) Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del texto elegido.
2) Comentario del texto:
Apartado a) Explicación de las dos expresiones subrayadas.
Apartado b) Identificación y explicación del contenido del texto.
Apartado c) Justificación desde la posición filosófica del autor.
3) Relación del tema o el autor elegidos con otra posición filosófica y valoración razonada de su
actualidad.
OPCIÓN A:
Contrapongamos a esto, por fin, el modo tan distinto como nosotros (digo nosotros por
cortesía ...) vemos el problema del error y de la apariencia. En otro tiempo se tomaba
la modificación, el cambio, el devenir en general como prueba de apariencia, como
signo de que ahí tiene que haber algo que nos induce a error. Hoy, a la inversa, en la
exacta medida en que el prejuicio de la razón nos fuerza a asignar unidad, identidad,
duración, sustancia, causa, coseidad, ser, nos vemos en cierto modo cogidos en el
error, necesitados al error; aun cuando, basándonos en una verificación rigurosa,
dentro de nosotros estemos muy seguros de que es ahí donde está el error.
NIETZSCHE, F., El Crepúsculo de los ídolos, “La razón en la filosofía
1. Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del texto
elegido. (2 puntos).
Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900). Nace en Röcken, ciudad alemana cercana a Leipzig.
Su padre y sus abuelos eran pastores protestantes. Desde sus primeros estudios, como
Descartes y Hegel, da muestras de gran precocidad y adquiere una sólida formación
humanística. Aunque estudia teología y filología clásica, no era para ser pastor protestante.
Tiene una gran disposición musical. Conoce y se hace amigo del gran músico Wagner, y cree
ver en él el gran resurgir de los valores clásicos y germánicos frente al cristianismo. Más tarde
se va a separar y enemistar con Wagner, a causa de su ópera Parsifal, en la que le reprocha
haberse arrodillado ante los ideales ante los ideales del Cristianismo, que niegan la vida. Se
torna crítico con el arte y la metafísica.
Verdaderamente su vida explica en gran parte su doctrina. Fue un hombre desafortunado en
salud, dinero y amores. Su precaria salud le lleva a exaltar la plenitud de la vida y su pérdida
de la fe cristiana, le llevó a buscar un sentido y una razón de ser a esa vida amada: su ideal
de superhombre. La mujer que más influyó en su vida Lou Salomé, no quiso casarse con él,
sino con su amigo Paul Rée. Esta situación personal de infortunio creó una tragedia cruel y
profunda. Es en los últimos años de su vida cuando escribe las obras más célebres y
conocidas, en el año 1889, a 10 años de su muerte, ingresa en una clínica en la que le
diagnostican reblandecimiento cerebral y parálisis progresiva.
Vivió en un siglo enormemente agitado, “siglo de revoluciones”, que no consigue restablecer
el equilibrio. Gracias a estas crisis revolucionarias, extendidas por toda Europa desde Francia
se acelera la revolución económica. Sociológicamente Europa se transforma, hay que hablar
de clases sociales. Burgueses y proletarios, entre ambas las clases medias. Entre 1862 y 1866
Alemania se unifica bajo la hegemonía de Prusia-Bismarck). En 1871, la proclamación del II
Reich Alemán. Consecuencia de estas revoluciones es la laicización de la sociedad europea y
por ello la Iglesia Romana convoca el Concilio Vaticano de 1869.
El siglo se caracteriza por una notable difusión de la cultura a través de la lucha contra el
analfabetismo, la obligatoriedad de la enseñanza primaria, la multiplicidad de periódicos y
revistas. Además la universidad vuelve a ser el centro principal de la cultura, especialmente
en Alemania. Es el siglo de la ciencia, de las artes y de la música. Tiene lugar el gran
desarrollo de las matemáticas: F. Gauss, Bolyai, Lobatchensky, Rieman y Lagrange. En física:
Ohm, con su célebre ley, en su teoría de la electricidad, Ampère y Faraday. En química:
Avogadro y Mendeliev, considerado el padre de la química. A Darwin de la biología. Surgen
nuevas ciencias que les roban el partido a la filosofía: la psicología empírica, obra de Wilhem
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Wundt y W James. También se asiste al nacimiento de la sociología como ciencia de la mano
de E. Durkheim, con el aristocrático, conde de Saint Simon. La psiquiatría, con S. Freud. Se
llega a pensar que la ciencia podía constituirse en única guía. En pintura sobresalen: Manet,
Monet, Van Goh, Sorolla. Desde el punto de vista artístico hasta la mitad del siglo XIX, el
movimiento preponderante es el romanticismo, después como réplica y crítica a sus desmanes
triunfa el realismo. Stendhal, Tolstoy, Dostoievsky. En música: Brahms, Berlioz, Albeniz,
Rimsky Korsakov, Debussy y Wagner.
Existen multitud de corrientes filosóficas en este siglo: el socialismo utópico y el científico. Los
primeros. Robert Owen, Pedro José Proudhon y Carlos Fourier parten del análisis de la
realidad económica de la sociedad, a la que consideran injusta y desigual. Exponen su
pensamiento haciendo una crítica del sistema capitalista. Son intelectuales e idealistas. El
socialismo científico es consecuencia de la fusión de dos descubrimientos; la concepción
materialista de la historia y la plusvalía como forma de producción capitalista. Al exponer C.
Marx el materialismo histórico, en “El Capital” y “Contribución a la crítica de la economía
política”, la lucha de clases empuja a la sociedad hacia adelante.
Por otro lado y frente a un excesivo racionalismo, propio del idealismo de Hegel o el
positivismo científico de A Comte, se habla de las filosofías de la vida. Estas defienden el
irracionalismo y la afirmación de la vida como realidad radical del ser humano. Para ver la
realidad no solo encontramos la razón, sino también la inspiración poética, la intuición, el
instinto, el inconsciente, etc. Representantes de esta corriente son Shopenhauer, Bergson. En
el plano del historicismo o el raciovitalismo, Ortega y Gasset y Dilthey.
2. Comentario del texto:
Apartado a) Explicación de las dos expresiones subrayadas, “razón” y “clara y
distinta”. (1,5 puntos)
Apariencia: es en Nietzsche un problema para nosotros, se podría añadir los vitalistas. Antes
“era signo de que había algo que nos inducía a error”. Hoy ese mundo es de apariencia, es
ese mundo de los fenómenos, que se nos muestra a la vista y a los sentidos. Pero solo es el
mundo real, frente a un mundo verdadero admitido por la metafísica. Es Heráclito versus
Parménides, apariencia versus ser.
Es un pensamiento de fenómenos, de apariencias en Nietzsche. Es preferible mostrar lo que
existe, negar en consecuencia “la verdad en si”, la “unidad”, lo que tiene valor en si mismo y
se corresponde con la realidad porque es un absurdo. Una verdad es verdadera, valga la
redundancia, por su valor pragmático o práctico para la vida, sin ninguna otra valoración.
Pragmático es, en nuestro filósofo la “voluntad de poder”, pues solo eso sirve a la vida.
Devenir: un proceso infinito de ese mundo, de crear y destruir. Es evidente que se desmarca
de Sócrates, Platón y Aristóteles. En efecto, considera que todo lo que ha ocurrido desde
entonces, es un error, un “extravío”. Desconfía de todo ello, busca destruir y volver a
empezar de nuevo, de un modo tan radical como nadie había hecho antes de él. Comienza por
rechazar el lenguaje conceptual que “nos induce al error”, nos fuerza a asignar “unidad,
identidad, duración sustancia”… debemos sustituir este lenguaje por otro más intuitivo: el
metafórico y la metonimia. La esencia del mundo, dice Nietzsche es solo “voluntad de poder”.
Sobra toda metafísica, toda religión, no existe el mundo ideal, ni caben las “ideas eternas”,
“sustancias”. Ahora no podemos seguir necesitados del error, porqué seguir en esa necesidad
de inventar el cielo. El camino que encuentra Nietzsche es ese “Dios ha muerto”.
Apartado b) Identificación y explicación del contenido del texto. (2 puntos)
Observamos como el discurso racional es algo que debe ser eliminado, como vía para una
filosofía que quiere captar lo medular de la realidad. ¿En qué consiste ese pensamiento
medular en Nietzsche? En
revivir la oposición de la cultura griega: “apolíneo” versus
“dionisiaco”. Lo ordenado, definido, sistematizado frente a lo instintivo, impulsivo y pasional.
Racional versus irracional. A pesar de parecer este fragmento un sucumbir a la metafísica
tradicional, en relación a la unidad del concepto, cierto álito de tristeza también se respira por
su frase” nos vemos en cierto modo cogidos en el error, necesitados al error” , ya que
embaucados por la razón nos vemos obligados a utilizar su lenguaje. En este momento se nos
olvida el carácter metafórico de las palabras y añadimos ser a entidades que solo son
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palabras. Para el esta posición es la causa de nuestro error, nuestro engaño con respecto a la
realidad.
El crepúsculo de los ídolos, también traducido como el ocaso de los ídolos, es subtitulado por
Nietzsche cómo se filosofa con el martillo. Escrita en 1888, es casi el ocaso de nuestro
pensador. La crítica a la tradición occidental nietzscheana es demoledora y se dirige a todos
los campos: La ciencia positivista, las religiones judaica y cristiana, la moral socrática y la
filosofía tradicional. Este escrito contiene el pensamiento antifilosófico, como suscribe más
tarde en Ecce homo, también en 1888: “Fue escrito en tan pocos días, que no me atrevería a
decir su número”. Es el libro excepcional por excelencia, es revolucionario y casi nos
atreveríamos a decir maligno. Significa ocaso de los ídolos, fin de esa “vieja verdad”. La de la
metafísica socrático- platónica, con su pervivencia en Descartes y en Kant. Fin de la ontología
occidental que encorseta el devenir en conceptos universales sobre el ser, como hemos leído
en este mismo texto. Es ese miedo a vivir el que sin más nos está denunciando.
Nos encontramos en al apartado tercero del crepúsculo siendo el tema central la razón en la
filosofía. Se describe la distancia entre el filósofo tradicional o el típico, que se opone a la
noción misma del “devenir” y por tanto odia a la vida. Excepto la filosofía de Heráclito, la
anterior ha sido obra del “resentimiento”. La “razón” en la filosofía, es la causa de que
nosotros falsifiquemos el testimonio de los sentidos. Entonces caemos en el fetichismo
grosero, ya que adquirimos conciencia de las premisas fundamentales de la metafísica del
lenguaje, o sea, de la razón. “El lenguaje cree en el yo como sustancia y proyecta la creencia
en el yo sustancia, crea la noción de “cosa” y el ser es pensado e introducido en las cosas
como causa. Así los filósofos llegan a las categorías de la razón, concluyendo que estas no
podían provenir del empirismo, al contrario se encontraban en oposición con ellas. ¿De dónde
provenían? Los platónicos pensaban que los contenidos estables pertenecen a un mundo más
allá de los sentidos, de lo que nos rodea, siendo falso por su mutabilidad. Los platónicos
cristianos medievales mantuvieron el mismo esquema, sustituyendo el mundo suprasensible
por el cielo o el paraíso. Y eso por culpa de Parménides, que privilegió la inmutabilidad de las
cosas. Incluso los mismos adversarios de los eleáticos sucumbieron a la concepción de su
concepto de ser. Por ejemplo, Demócrito. Nietzsche piensa en la razón en el lenguaje como
esa “¡vieja hembra engañadora!” o como dice en este pasaje “es ahí donde está el error”.
La producción filosófica de Nietzsche se clasifica atendiendo a tres períodos principalmente: el
romántico (1871-1875), bajo la influencia de Schopenhauer y de Wagner. El período
positivista y racionalista, ilustrado (1878-1883). Ataca directamente a la religión, la
metafísica y el arte, demostrando su carácter ilusorio y buscando el origen etimológico y
psicológico de los conceptos: “Humano demasiado humano”, “Aurora”, “La gaya ciencia”.
Finalizar con su período crítico, de madurez (1883-1889). Es la parte más dura de su crítica
“la filosofía del martillo”. Ataca a la filosofía y a la moral tradicional, ya que ellas quiere
destruir al hombre tal y como es para realizarse como superhombre, que es el que conoce la
muerte de Dios y puede subvertir los valores decadentes en los que se sumerge la sociedad
de su tiempo, es él quién debe encontrar los nuevos valores, bajo la apariencia de un niño. Él
que con la voluntad de poder se mueve en “el eterno retorno de lo mismo”. El método que
emplea es el desenmascaramiento psicológico, descubre qué se oculta tras los valores más
asentados de la cultura occidental.
Apartado c) Justificación desde la posición filosófica del autor. (1,5 puntos)
La cultura occidental desde su principio, debido a Sócrates y a Platón, es una cultura racional
y dogmática, decadente por ello. La tradición occidental es esa oposición a la vida, a los
instintos. Nietzsche es “pura dinamita” si atendemos a las tres directrices a la tradición
occidental. Esta crítica nietzscheana debe comenzar por la crítica de la moral que la sostiene,
la moral judeo-cristiana, que late incluso en los deseos de igualdad del socialismo, incluso en
la “objetividad del científico”, reivindica nuestro filósofo.
Las morales pueden reducirse a dos tipos básicos: moral de señores y moral de esclavos. De
estas dos morales la “moral de señores” es históricamente anterior y prevaleció en la
antigüedad. “Bueno” significa noble, superior, poderoso, orgulloso, el hombre que vive una
vida elevada y afirmativa. “Malo” significa bajo, sucio, mezquino, inferior y negador. Esta
moral fue invertida por la de los esclavos, que por el contrario entendían “bueno” como lo
manso, sumiso, igual y “malo” como belicoso, orgulloso, etc. En la historia el paso de una
moral a otra se ha dado con el pueblo judío, que inició lo que Nietzsche llama “rebelión de los
esclavos en la moral”. El cristianismo es el heredero de esta religión y quien ha hecho triunfar
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en occidente los valores del pueblo judío. Es esta la moral mediocre. Es, por tanto una forma
de vida decadente la que se abre en la misma realidad de la cultura occidental. La reflexión
acerca de la moral se encuentra presente en casi todas las etapas del pensamiento de
Nietzsche, pero con mayor insistencia en el Zaratustra. No en vano él es el creador de los
conceptos de bien y del mal en la mitología oriental, y por ello, en esta figura encuentra
Nietzsche la necesidad de ir más allá de estos conceptos.
Lo que ha hecho triunfar a esta “moral de esclavos” es, según Nietzsche, el resentimiento, el
odio al superior, el espíritu de venganza. La moral de esclavos, es una reacción contra la
vitalidad de los nobles. Localizada en el resentimiento esta fuerza creadora de los valores de
la moral de esclavos, Nietzsche procede a un desenmascaramiento psicológico de esta moral.
Bajo el amor, el altruismo, compasión, bondad, hay soterrados un conjunto inconfesable ye
inconsciente de odio, egoísmo, interés, vanidad…Proclamándose “buenos” los esclavos lo que
pretendían estos pobres de espíritu sería arrogarse una forma cualquiera de superioridad
sobre los nobles, lo que no es más que una forma de venganza.
En definitiva, Nietzsche considera que la moral tradicional se caracteriza por ser
“contranatural”, en tanto que se opone a la vida, establece leyes y catálogos en contra de la
vida, de los instintos vitales. La moral platónica cristiana es una condena de esos instintos. Su
base filosófica es el platonismo, “mundo de las ideas”, sirve de más allá religioso para los
cristianos. El centro de gravedad, entonces es ocupado por Dios, no por el hombre. Como
alternativa Nietzsche propone la negación de Dios para redimir al mundo y dar sentido al
hombre. En consecuencia, Nietzsche se califica a sí mismo como “el inmoralista”, al ser su
moralidad anticristiana. No es amoral, sino que tan solo rechaza la moral alemana, burguesa,
cristiana, idealista.
En “Humano, demasiado humano” Nietzsche define la metafísica como la ciencia que trata de
los errores fundamentales del hombre, pero lo hace como si fueran las verdades. Los filósofos
dogmáticos han creído siempre que las cosas de valor supremo tenían un origen distinto, que
no podían derivarse de este mundo terreno y efímero, sino que venían de Dios, del otro
mundo. Para justificar una serie de categorías, el filósofo inventa un mundo distinto de este.
El supremo error de la metafísica es haber admitido un “mundo Verdadero” frente a un
“mundo aparente”, cuando solo este último es real. La ontología tradicional, instaurada por
Platón al afirmar un mundo perfecto, considera al ser como algo fijo, estático e inmutable.
Además no se deja ver en un mundo dónde todo es cambiante. Son de nuevo prejuicios de los
filósofos frente a la vida. El propio Nietzsche sintetiza en el crepúsculo de los dioses su crítica
a la ilusoria distinción entre el mundo verdadero y el mundo aparente:
1.- No tenemos más realidad que la que nos parece y no las abstracciones universales.
2.- “Ser verdadero” signos del no ser, de la nada, en contradicción con el mundo real.
3.- “Otro” mundo distinto de este no tiene sentido, sería calumnia, empequeñecimiento de la
vida.
4.- Distinguir mundo “verdadero” y mundo “aparente” es síntoma de la vida decadente.
La tesis de Nietzsche es que no existe mundo aparente y mundo verdadero, sino el devenir
constante de la vida creando y destruyendo el mundo. Nietzsche niega toda ontología que
implique menosprecio a la vida.
El intelecto es incapaz de captar la realidad de la vida, lo que analiza en Sobre la verdad y la
mentira en sentido extramoral. También aquí Nietzsche sigue el método genealógico de la
crítica, explicando la génesis de aquellas categorías o conceptos que comportan y significan el
mayor obstáculo contra la interpretación de la realidad como devenir. Lo que llamamos
racional es una actividad que consiste en la abstracción de las impresiones, convirtiéndolas en
conceptos. Gracias a esta abstracción, el hombre puede hacer frente al devenir, para que no
sea arrastrado por las intuiciones, sin posibilidades de sobrevivir. Nietzsche observa que se
ha olvidado la naturaleza metafórica del concepto. La verdad del concepto no es más que un
conjunto de generalizaciones, ilusiones, que el uso y la costumbre han venido imponiendo y
cuya naturaleza hemos olvidado;”metáforas ya olvidadas que han perdido su fuerza sensible”.
Nietzsche va a poner en duda que los conceptos nos permitan captar la verdadera realidad del
ser. Entre filosofía y lenguaje se da una estrecha relación.
La crítica de Nietzsche a la ciencia tiene un sentido propio y preciso: es la crítica a la
matematización de lo real. Las relaciones cuantitativas no nos ayudan a conocer las cosas,
sus cualidades propias. No se opone a la ciencia, sino a las ciencias positivas y al
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mecanicismo. Este método se relaciona con la metafísica tradicional, porque se inspira en la
lógica y trata el devenir como si fuera una apariencia.
En Humano demasiado humano Nietzsche aplica a la religión una crítica similar a la realizada
a propósito de la filosofía. En este sentido, afirma que nunca ha contenido ninguna religión
ninguna verdad. Pues toda religión ha salido de las angustias y de las necesidades.
Para Nietzsche el cristianismo es la manifestación más fuerte que se ha dado en la historia
universal “del extravío de los instintos” que ha sufrido el hombre europeo y que consiste en el
invento de un trasmundo ideal y una desvalorización del mundo terreno. El cristianismo es
para Nietzsche un “platonismo para el pueblo”, una forma vulgar de metafísica, en la que el
mundo de las ideas sirve de más allá redentor. “La vida acaba donde comienza el reino de
Dios”.
El cristianismo, que significó el fin del mundo antiguo, aniquiló las formas y valores más
nobles de la vida y esta fue invertida y pervertida hasta la raíz. El cristianismo transforma así
toda verdad en mentira.
La síntesis y culminación de la crítica nietzscheana a la tradición occidental es la tesis de la
muerte de Dios, “Dios ha muerto”, proclama Para Nietzsche el cristianismo es la
manifestación más fuerte que se ha dado en la historia universal “del extravío de los instintos”
que ha sufrido el hombre europeo y que consiste en el invento de un trasmundo ideal y una
desvalorización del mundo terreno. El cristianismo es para Nietzsche un “platonismo para el
pueblo”, una forma vulgar de metafísica, en la que el mundo de las ideas sirve de más allá
redentor. “La vida acaba donde comienza el reino de Dios”.
El cristianismo, que significó el fin del mundo antiguo, aniquiló las formas y valores más
nobles de la vida y esta fue invertida y pervertida hasta la raíz. El cristianismo transforma así
toda verdad en mentira.
En su Así habló Zaratustra, no debemos entender esta expresión en su sentido literal, sino por
“Dios” hay que entender el ideal moral que sustenta la cultura occidental y `por tanto la caída
de valores en los que se sustenta nuestra cultura. Este acontecimiento deja de ser personal,
para representar un hito en la historia del hombre. Habla Nietzsche de un eclipse y de una
aurora en esta muerte de Dios. Ha llegado el hombre a su mayoría de edad, gracias a esta
muerte ya anunciada también por Hegel y Lutero. A partir de ahora el hombre puede
convertirse en creador. No sin antes solucionar la amenaza peligrosa que gravita sobre la
humanidad, causa de la muerte de Dios, la amenaza del nihilismo. El nihilismo posee dos
caras: una negativa, negación de la vida o esencia de la tradición platónica cristiana. Es pues
la caída de los valores que sustentan una cultura y la situación en la que esta queda. Por otra
parte: una cara positiva por reconocer las condiciones por la que el occidente ha llegado a ser
nihilista, entonces se puede escapar del mismo. La nueva meta y el nuevo sentido será el
superhombre al que llama el sentido de la tierra. El superhombre debe animarlo la voluntad
de poder, “la superación de si mismo”. En cierto modo, la voluntad de poder supondría la
inversión del imperativo kantiano: ¡sapere aude! En un atrévete a elegir, a actuar. No es
posible vivir sin valores, pero hemos no olvidemos destruir los impuestos por la tradición
platónica cristiana.
En suma, la ontología nietzscheana combate con argumentos que son metafísicos también, a
la ontología estática, que veía una apariencia en el devenir. Se hallan los argumentos de la
metafísica dogmatica, calificados de superiores por venir estos del mundo suprasensible y de
otro los argumentos de Nietzsche, que son irracionales, no por venir de algún lugar ajeno al
pensamiento, sino por ser contrarios a los de la razón del platonismo. Hemos llegado al
sentido esencial de la radicalidad del pensamiento nietzscheano: el hombre que le da voluntad
de poder. Ésta justifica, como condición necesaria de la afirmación de la vida el error. La
voluntad de poder es pues voluntad de apariencia, incluso de ilusión y sobre todo, con
relación al conocimiento que el hombre pueda tener Acerca del mundo. Pero esta voluntad es
más profunda que la que imperaba en el mundo suprasensible, porque conoce la auténtica
realidad del ser: el devenir. Y sabe que la razón no podrá simplificarlo en sus categorías.
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3. Relación del tema o el autor elegidos con otra posición filosófica y valoración
razonada de su actualidad. (2 puntos)
Comparación con K. Marx.
Estos dos autores, junto a Freud, son considerados como los filósofos de la sospecha. A
pesar de las grandes diferencias que las separan, las filosofías de Marx y Nietzsche muestran
las carencias de la noción fundante de sujeto, que había sido el punto de partida del cogito
cartesiano, desde la cual se había elaborado la filosofía moderna. Más allá de la noción
básica de sujeto se esconden unos elementos condicionantes, lo que permite sospechar la
falacia que representa modelar una filosofía o una interpretación sobre esta noción, y sobre
la también sospechosa noción de conciencia. Ambos han señalado cómo en la base de esta
noción se esconden: elementos sociales, económicos e ideológicos (Marx); una moralidad
recibida y engendrada a partir de un resentimiento contra la vida (Nietzsche).
Marx tiene un punto de vista materialista, influido por la dialéctica de Hegel: todo es
materia. Su concepción de la historia es llamada "materialismo histórico": los cambios
políticos y sociales se producen a partir de los cambios que se dan en la base material de la
sociedad, en los modos de producción. Para Marx la historia es la historia de una contínua
lucha de clases. En este aspecto Nietzsche está influido por Schopenhauer, ve el mundo
como una voluntad de poder, como un equilibrio entre las fuerzas activas y reactivas.
Nietzsche es un vitalista, y además cree que el arte es la clave para entender el mundo.
Respecto a la Teoría del Conocimiento, Marx está influido por el positivismo (hasta el punto
de llamar a lo que él hace "socialismo científico") y por la dialéctica de Hegel en la que ve un
motor de cambio y de transformación de la sociedad. Nietzsche critica al lenguaje y a las
metáforas que se transforman en conceptos. Critica a la ciencia (mecanicismo y positivismo)
porque solo establece relaciones cuantitativas, elimina las diferencias cualitativas y no
penetra en lo que las cosas son. Cree que la mentira puede ser superior a la verdad si
favorece a la vida, dice que los sentidos nos muestran la realidad y la razón nos engaña.
Marx cree que la esencia del ser humano es el trabajo y sus relaciones con la naturaleza y
con otros seres. Para Nietzsche el ser humano es un puente entre el animal y el
superhombre. Lo principal, para Nietzsche, son los instintos, el cuerpo, lo irracional, lo
dionisiaco. Marx cree que el mundo actual se rige por una moral burguesa, fruto de la
estructura económica actual. Para él todos los productos culturales de una sociedad
capitalista, solo son manifestaciones de una ideología unitaria capitalista. Para Marx las
ideologías son las que hacen posible la alienación. Nietzsche cree que hay dos morales: de
señores y de esclavos. Cree que los señores deben mandar y los esclavos obedecer. Dentro
de la moral de esclavos distingue entre dos: marxismo y cristianismo. Critica estas morales,
y a la cristiana la critica por sus valores decadentes y su transvaloración.
Marx ve la política como la lucha de clases: burgueses y proletariado. Cree que llegará la
revolución del socialismo científico, y todo acabará con la victoria final del comunismo.
Nietzsche cree que la masa debe obedecer al gran hombre, al genio. En este punto son
contrarios ambos autores. Aunque ambos son ateos. Nietzsche habla de la muerte de Dios:
él cree que Dios no hace falta en la sociedad actual, no sirve de nada al hombre. Nietzsche
cree que la ausencia de valores al morir Dios, lleva al nihilismo, que puede ser pasivo o
activo. Respecto a la filosofía de la historia, Marx cree en el materialismo histórico y la
explicación de la historia a partir de la economía. Nietzsche cree que la historia es una
decadencia desde los griegos. Para él, el tiempo es circular y establece el "eterno retorno".
3.- Comparación con otra posición filosófica y valoración razonada de su actualidad. CON
KANT y Platón.
La innovación que supone el pensamiento de Nietzsche podemos compararlo con Kant, en
conexión con la razón y con Platón."EI chino de Kónigsberg, como denomina Nietzsche a
Kant, es puramente racionalista. Argumenta que el conocimiento solo puede producirse
basándose en el fenómeno, es decir, en el sujeto portador de formas universales, en la
realidad en sí. No podemos fundamentar ningún tipo de conocimiento en la experiencia. Esta
división se parece a la que hace Platón con sus dos mundos, así como la división del
cristianismo. Nietzsche se encuentra en total desacuerdo con esta postura y la califica de
contraria a la vida, y pretende sustituirla por la estética, por aquello que se capta por los
sentidos, rechazando así la racionalidad platónico- kantiana. Para Platón esta vida no tiene
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sentido, solo es un nuevo tránsito hacía una vida plena y superior a la que solo se puede
llegar a través de la educación del alma, es decir, de nuestra razón. Cuando el hombre se
libre de esa cárcel que es su cuerpo, este podrá llegar al conocimiento verdadero, al mundo
de las ideas inmutables y perfectas. Nietzsche es opuesto a esta teoría, ya que aniquila los
valores vitales, los instintos y las pasiones. En contraposición, él apuesta por la exaltación de
esos valores y rechaza esas ideas que encorsetan la realidad y niegan al cambio, el devenir.
Es el triunfo de Heráclito frente a Parménides.
La influencia ejercida por Nietzsche en el siglo XX ha sido inmensa, dando origen a
tendencias incluso opuestas como en el caso de la filosofía política, donde libertarios y nazis
quisieran apropiarse de su doctrina. Por un lado los nacional socialistas como buscadores del
superhombre; y por otro, los libertarios realizan una lectura nihilista para alcanzar una
sociedad libre. También influiría en la aparición del psicoanálisis freudiano y la corriente
existencia lista.
En cuanto a mi valoración personal, me parece un intento responsable de superación el hecho
de que el ser humano sea el proyecto para llegar al superhombre , siendo este la meta
fundamental , así como me parece interesante que los valores morales tradicionales supongan
el control de los instintos y las pasiones. Como diría Freíd la cultura nos reprime, el hombre es
un organismo que siente. Es racional, pero a la vez pulsional, instintivo. El ello, principio de
placer, frente al yo, principio de realidad. Y por encima la cultura.
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OPCIÓN B
Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer
lugar miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y
de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A
continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando
la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol.
—Sin duda.
—Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros
lugares que le son extraños, sino contemplarlo cómo es en sí y por sí, en su propio
ámbito.
PLATÓN, República, Libro VII.
1. Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del texto
elegido. (2 puntos).
El contexto histórico de la filosofía platónica es el de la ciudad-estado griega, Atenas, durante
el último tercio del siglo V a. C. y la primera mitad del siglo IV a. C. El problema histórico con
el que se encuentra Platón deriva de la guerra del Peloponeso (431-404) en la que Atenas
democrática se enfrenta y es derrotada por la Esparta aristocrática. Tras la victoria espartana
se instaura en Atenas un gobierno oligárquico que lleva a la democracia a una auténtica crisis.
La primera mitad del siglo IV supone la ruina económica del imperio ateniense, guerras
intestinas por el poder político y un cuestionamiento generalizado sobre el tipo de ciudadano y
de régimen político que aseguran el buen gobierno. Precisamente el acontecimiento más
importante de la vida de Sócrates fue conocer a Sócrates. La condena y muerte de su maestro
le impresiona y abandona su ciudad natal. En el 399 a. C. se dirige en su primer viaje a
Siracusa, la actual Sicilia, llevando el drama de la política. Como lo dice en la Carta VII,
“cuando yo era joven pensé dedicarme a la política”. Finalmente, se dedica por entero a la
filosofía, como búsqueda del bien y de la verdad. Con 28 años, funda la Academia, en la que
emplea 20 años en la enseñanza y a escribir, según nos transmite Cícero, murió escribiendo.
Aristocles (427-347), gracias a su origen noble, le permite una gran formación cultural y
política. El contexto cultural viene representado por el esplendor del clasicismo griego y es
consecuencia de un gran desarrollo económico que se produce en la época de Pericles. A
principios del siglo V nacen y viven esos grandes genios griegos. Pericles y el historiador
Herodoto. También Tucídides, fundadores del saber histórico, como seña de identidad
colectiva de un pueblo. Los grandes trágicos griegos: Esquilo, Sófocles y Eurípides, llevan a
escena las inquietudes personales de la sociedad. El florecimiento espectacular de la plástica
griega y de su arquitectura cívico religiosa. Se construye el Partenón
y se realizan los
bajorrelieves que lo decoraban. Trabajaron los escultores más famosos como Mirón, Policleto
o Fidias. Los escultores de esta época buscaron representar al ser humano ideal,
estableciendo un canon de belleza. Culminan el resto de los géneros literarios, en especial, la
retórica, con Lisias, que fustiga el régimen de los 30 tiranos; la comedia ática, con
Aristófanes, es el encargado de cuestionar en clave sofística y conservadora, las instituciones
familiares y ciudadanas y familiares.
Hay tres rasgos fundamentales del contexto filosófico de la obra de Platón. La crítica del
pensamiento de los filósofos naturalistas que habían agotado sus respuestas, y en la misma
línea la superación de Heráclito. Se apuesta por la vía de la identidad pensar y ser, propia del
pensamiento de Parménides. En segundo lugar, la crítica a los planteamientos del relativismo
y del escepticismo de la sofística, que Platón, lo mismo que su maestro, veían como una
afrenta al poder en contra de la verdad absoluta de la filosofía. En tercer y último lugar, el
giro capital que le han dado él y Sócrates a la filosofía anterior, es el “período antropológico
socrático- platónico”. Es una época centrada en el estudio del hombre. Con Sócrates la
filosofía da un “giro copernicano” y “baja del cielo a la tierra”. Es decir el problema y estudio
de la “physis”, que tenía una concepción teórica, más que práctica o pragmática, aplicada a la
vida humana, cambia de orientación y se dirige al hombre y su organización socio político. Así
que, toda la filosofía de Sócrates y de Platón se centra en la interpretación del conocimiento y
de la filosofía moral. Anaxágoras, Leucipo y Demócrito, contemporáneos de Platón atienden a
valores más teóricos a la hora de entender la filosofía. Del mismo modo podemos constatar
como Platón conocía las doctrinas antinómicas de Heráclito y de Parménides. El primero no
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admite el ser, sino el “panta rei”, el hacerse continuamente de este mundo, no huyendo de las
apariencias. Como hemos referido, Parménides, observa el ser estático y metafísico, “el ser es
y el no ser no es”. Es en la síntesis y superación de estos dos filósofos como se plantea el
pensamiento de Platón.
2. Comentario del texto:
Apartado a) Explicación de las dos expresiones subrayadas. (1,5 puntos por cada expresión)
Ámbito visible: Independientemente del texto, este concepto técnico que es el “cosmos
aiszetós” o el mundo físico, el que nos rodea y sentimos y sobre todo el que se ve, de ahí esa
alusión en el texto a lo visible, “oratós”, que da como resultado la apariencia u opinión(doxa),
un conocimiento que es inseguro, mutable, imperfecto, que se transforma por su propia
dinámica. Es, por tanto, el mundo cambiante del pensamiento de Heráclito. Mundo del
devenir, falso y engañoso. La opinión es una forma inferior de conocimiento, que trata de la
apariencia sensible y que analiza la realidad cambiante y variable. En el texto para explicar el
mundo sensible, hay un modelo, mundo ideal, que se copia. Además existe un Artífice, que es
el Hacedor, que trabaja desde lo material para hacer nuestro mundo teniendo presente el
mundo eterno o de las ideas. El Demiurgo o Artífice, se desarrolla en el Timeo, en la república
solo nos informa que es “la idea del bien”, “la causa de todas las cosas rectas y bellas.” Y
podemos comprobarlo por ser esta idea la que engendra la luz y las posibilidades de observar
el mundo erróneo. Esto nos permitirá el anhelo de la verdad, de la ciencia, se halla en el
mundo inteligible, el siguiente ámbito tratado por el texto.
Ámbito inteligible: es el mundo de las ideas, es decir de los objetos que no se ven, sino que
pueden ser entendidos. Del latín “intelectus”, entendimiento; en griego, “nous”, conocimiento
“noético” de la realidad existente. Es un conocimiento seguro inmutable, fiable, universal,
perfecto, que produce ciencia, y es por tanto epistémico, frente al dóxico que ya hemos dicho
que produce opinión, cambio. El hombre puede llegar a conocer el mundo de las ideas
mediante el alma, pero es necesaria la ascesis o la purificación del alma. El camino es la
educación, un proceso de ascenso al Bien. Y éste o “la idea de bien” es productora de la
verdad y de la inteligencia. Si nosotros no somos conscientes de la idea del Bien nos
equivocaríamos, por no poder distinguir un conocimiento real de uno falso, en el mundo
sensible y no podríamos entender las realidades abstractas que conforman nuestro mundo, la
justicia por ejemplo. Estaríamos en consecuencia perdidos en el mundo falso y engañoso, sin
percibir la verdad de las cosas como son en sí, sin percibir lo inmutable, las esencias.
Apartado b) Identificación y explicación del contenido del texto. (1,5 puntos).
Este fragmento del libro VII de la Republica resume el pensamiento de Platón. En las líneas
anteriores Sócrates explica a Glaucón lo que significan cada uno de los elementos y nos
habla de la morada prisión o caverna, comparada con el mundo sensible. Y el exterior de la
caverna, que es el mundo de las ideas. Estas líneas se refieren al Bien, como la realidad más
difícil de conocer, la última que se conoce. Solo es conocida por el filósofo, que logra la
culminación en el proceso hacia la verdad. Por otro lado, “El Bien es la causa de todas las
cosas rectas y bellas”, o sea, la causa de las Ideas en el mundo inteligible y de las cosas en
el mundo sensible.” Ser causa implica la participación de las cosas buenas en el Bien. Y “lo
que se ve al final”, es lo que se entiende en último lugar. Por último, la exposición del Bien,
coincide con el principio de su doctrina política: “es preciso para poder obrar con sabiduría
tanto en lo privado como en lo público”. Sabiduría, nos recuerda al Sócrates histórico, su
maestro, para quien la sabiduría es el significado fundamental de la virtud, que resume el
contenido de las demás virtudes. Solo el que sabe es un hombre virtuoso y feliz. En efecto, el
Bien influye en el entendimiento del que le conoce y determina a la voluntad, que no puede
menos de quererlo y practicarlo. Añade Platón solo así es posible orientarse en la vida
práctica, la política. Aunque la sabiduría es la realidad suprema, la idea del Bien, el Bien en
sí. Por consiguiente, el tema de la sabiduría coincide con la inteligencia y llega a la
culminación de la dialéctica. Y tan importante es lo privado como lo público. ES decir, gracias
al saber, la “noesis”, el filósofo atenderá al plano ético y político, prueba de que en nuestro
ateniense estas dos esferas no se disocian. Solo el filósofo que conoce el Bien es el más apto
para gobernar, puesto que solo él es capaz de realizarlo de modo práctico.
“La república”, en griego politeia, que significa la constitución o régimen político, vida
pública y relación del ciudadano con el Estado. Pasa por ser una obra de filosofía política y
también por una utopía, aunque, él no tiene intención de explicar un mundo soñado, sino uno
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perfectamente realizable. Platón explica a Polo, Telémaco y otros sofistas los rasgos que
debe tener una ciudad perfecta. Una ciudad justa debe estar dirigida por gobernantes que
conozcan la verdadera realidad de las cosas, por gobernantes filósofos. En todos los diálogos,
expone su doctrina a base de preguntas y respuestas: es el “método socrático de la
mayéutica”, que ilustra mediante mitos. Por ejemplo, el de la caverna del libro VII, uno de
los más bellos, que contiene las líneas básicas del pensamiento de Platón. Pretende explicar
la situación en la que viven los seres humanos cuando reciben educación y cuando no.
Pide Platón que imaginemos una caverna subterránea con una abertura por la que penetra la
luz. Viven aquí los seres humanos, con las piernas y cuellos sujetos por cadenas, desde la
infancia, de tal modo que ven el muro de la gruta y no han visto la luz del sol. Por encima de
ellos y a sus espaldas hay una hoguera y entre ellos y el fuego hay un camino elevado, por el
que pasan los hombres con estatuillas. Pero los prisioneros solo ven las sombras de ellos
mismos y de los objetos, que se reflejan en las paredes. Estos prisioneros representan a la
mayoría de la humanidad, a la muchedumbre de gentes que permanecen viendo solo
sombras de la realidad y ecos. Su opinión sobre el mundo está deformada. Si de repente se
les liberase, obligados a contemplar las realidades de las sombras que han visto, quedarían
cegados por el fulgor de la luz y se figurarían que las sombras eran mucho más reales que
las verdaderas realidades.
Si uno de los prisioneros se logra escapar y se acostumbra a la luz poco a poco, después de
un tiempo será capaz de mirar a los objetos concretos y sensibles de los que antes solo había
visto las sombras. Pero aunque ya no ven las sombras, no han llegado al verdadero
conocimiento. Ve a prisioneros como son, encadenados por las pasiones y los sofismas. Si
persevera y sale de la cueva a la luz del sol, verá el mundo de los objetos claros e
iluminados por el sol, que representan las realidades inteligibles y mediante un gran esfuerzo
se capacitará para ver el solo mismo, que representa la idea del Bien, la L forma más alta. Si
alguien volviera al interior de la caverna, a causa de la oscuridad sería incapaz de ver bien y
se sentiría “ridículo”. Y si intentara liberar a algún prisionero, estos le darían muerte. Es esta
una alusión a Sócrates, que trató de iluminar a todos los que quisieron oírle y procuró
hacerles comprender la verdad y la razón, en vez de dejar que quedasen sumidos en la
ignorancia. Esta alegoría pone en claro que la ascensión era considerada como un progreso,
que requiere esfuerzo y disciplina mental. De ahí su insistencia en la gran importancia de la
educación, “paideia”.
Apartado c) Justificación desde la posición filosófica del autor. (2 puntos).
Lo positivo de la doctrina de Platón acerca del conocimiento, dentro de su dimensión
epistemológica, es distinguir dos niveles de conocer según los objetos, también desarrollado
en la República, Libro VI. Trataba de encontrar el camino hacia lo que él consideraba como la
auténtica verdad, desde la ignorancia hasta el conocimiento, atravesando el campo de la doxa
y de la ciencia. Solo este último recibe el nombre de saber. La diferencia está en los objetos.
Mientras la opinión está integrada por la imaginación, que es el grado inferior del
conocimiento y que se ocupa de las imágenes de los seres sensibles, y por la creencia, que se
ocupa de los seres sensibles propiamente dichos. La ciencia o episteme se subdivide en
dianoia, que es la razón discursiva del matemático, y la noesis, que es la inteligencia propia
del dialectico y que conduce al verdadero conocimiento de las ideas. En la Metafísica, nos dice
Aristóteles que Platón sostenía que “las entidades matemáticas son algo intermedio entre las
formas y las cosas sensibles” El conocimiento discursivo parte de hipótesis y ayudándose de
imágenes visibles, se dirige a la obtención de las conclusiones. En el proceso dialéctico, no se
utilizan las imágenes, sino que se procede a través de las ideas, esto es, mediante el
razonamiento estrictamente abstracto. Supone Platón una jerarquía para el mundo de las
ideas y la idea suprema es el primer principio. Después el dialéctico realizará el camino
inverso, de las Ideas a lo sensible. Existe, por lo tanto un proceso ascendente y descendente.
El motor de la dialéctica es el Eros (amor platónico), que es ascensión hacia el Bien, la
belleza, como explica en “Banquete”. Cuando el amor es sentido y realizado por su
naturaleza, se convierte en guía del alma hacia el mundo del ser. En efecto, la dialéctica, es el
medio de alcanzar la verdad, de dialogar. Y solo el filósofo rey es educado en la Justicia. Los
filósofos deben gobernar, porque ellos son los que poseen, en su visión real de todo lo que
realmente ocurre un modelo o ejemplar de cómo deben hacerse las cosas. Si, frente a la
opinión popular que aboga a favor del gobierno de la mayoría. Platón, a través de Sócrates,
insiste en la importancia por dejarse gobernar por los políticos profesionales. La filosofía no
debe estudiarse hasta la madurez. ¿Qué función es propia del filósofo? Mantener el orden de
la ciudad, pero todo necesita adiestramiento. La justicia no se cumple y mantiene
espontáneamente, su proyecto filosófico depende de su teoría ética y los individuos están
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expuestos a que se rebele su alma concupiscible. No basta solo con asignar la función más
acorde a cada uno con su carácter, sino la instrucción, la educación. Esta es tarea del Estado,
desde el modelo espartano, pero dando igualdad tanto a hombres, como a mujeres, pues
parte de la idea de que ambos están igual de capacitados. Se puede pensar, con Koiré, que
las ansías de educación no son más que correcciones a los antiguos proyectos de educación
ateniense y sobre todo consecuencia de una fuerte oposición a planteamientos sofistas
educadores. Es la huída del “doxa” hacia la “episteme”. Lo que nos recuerda que la filosofía
platónica tiene un aspecto dualista o de dos elementos contrapuestos. Así admite dos cosmos
o mundos: el visible (oratós) y el invisible (noetós), lo divino y lo terrenal. En el
conocimiento: epistémico o dóxico, perfecto e imperfecto. Y en el hombre: cuerpo y alma, lo
malo y lo bueno. La unión del alma con el cuerpo no es un estado esencial, sino accidental,
transitorio y antinatural, ya que el lugar propio del alma es el mundo de las ideas y su
actividad, la contemplación de éstas. “El cuerpo es una cárcel para el alma”. Mientras
permanece unida al cuerpo la tarea principal del alma es la de purificarse, prepararse para
esa contemplación de las Ideas. Si nos preguntamos por las impurezas del alma, está claro
que provienen de las impurezas del cuerpo. En Timeo, Platón expuso que el alma racional
había sido creada por el demiurgo, de ahí su inmortalidad y su carácter divino. En cuanto al
cuerpo humano mantuvo una concepción bastante despectiva: el cuerpo es un estorbo para el
alma, la arrastra con sus pasiones. Las pruebas de la inmortalidad del alma las expone Platón
en el “Fedón”, “Fedro” y “República”. En “Fedro” y “Fedón”, prueba que el alma se parece a
las ideas, por su carácter eterno, proponiendo la teoría de la anamnesis: buscamos lo que ya
hemos conocido, pero hemos olvidado. Conocer es recordar, preexistir. Platón necesita para
justificar la tarea de la filosofía, la inmortalidad del alma, demostrable sobre la base de la
teoría de las ideas. Se entiende la inmortalidad en un doble sentido: el alma existe antes del
cuerpo y existirá también después de él. Narra la eternidad de las almas en su famoso “mito
del carro alado”. Las almas forman el séquito de los dioses, volando por los caminos
celestiales y tratan de llegar a la cumbre para contemplar el verdadero ser, las Ideas. Pero
caen y son aprisionadas por la materia corpórea. ¿Qué sucede cuando el alma muere? En
síntesis, Platón aceptó la doctrina pitagórica de las sucesivas reencarnaciones del alma,
liberada el alma asciende a las ideas. Las características de éstas son: inteligibles, existen por
sí, son únicas, eternas, inmutables y ejemplares. En contraposición, las cosas del mundo
sensible son: múltiples, perecederas, cambiantes, participaciones y copias.
Puesto que el eje central del pensamiento platónico es la teoría de las ideas, es necesario
para comprender la realidad algunas precisiones. En los primeros diálogos, el origen de la
doctrina se halla en el pensamiento socrático. Para ser virtuoso se precisa conocer la esencia
de la virtud, ese “algo” en común, al principio no se encontraba separado de los particulares
en el mundo sensible. En los diálogos de madurez, Platón atribuirá a los conceptos no solo un
valor mental y abstracto, basado en la realidad, sino un valor ontológico, considerándolos
como entidades reales, situadas en un mundo superior, “cosmos noetós”. En este momento se
le da una intención política a su teoría: los gobernantes deben ser filósofos guiados por sus
ideales trascendentales, no por sus ambiciones políticas. Luego le añadió una intención
científica: el objeto de la ciencia solo pueden ser las ideas. Es con posterioridad, en
“Parménides” y “Sofista”, sus diálogos de su etapa crítica, cuando el maestro de Aristóteles ni
menciona ni rechaza esta teoría, ha detectado los problemas que envuelven estas Ideas.
3. Relación del tema o el autor elegidos con otra posición filosófica y valoración
razonada de su actualidad. (2 puntos)
Aristóteles (384-322 a.C) y Platón son los pilares del pensamiento filosófico del Occidente.
Aristóteles pronto se separa del pensamiento de su maestro, oponiéndose tanto en su forma
de concebir el mundo, como en su interpretación del conocimiento. En el primer sentido, negó
la existencia del mundo de las ideas, trayendo estas realidades esenciales al mundo físico,
mundo sensible. De este modo, el interés principal del estagirita será acerca de la naturaleza,
abandona la metafísica para fijarse en la física. Física aristotélica frente a metafísica platónica.
Ascenso a la verdadera realidad, en Platón, frente al encuentro de la esencia, de lo que las
cosas son en las propias cosas singulares y concretas. Por ejemplo, la esencia del caballo es lo
que hace que el caballo sea caballo. Por consiguiente, en Aristóteles y como buen biólogo la
relación es de abajo a arriba, de la experiencia sensible a la profundización filosófica del ser.
Es la idea en el mundo y el mundo en la idea, como quería Platón.
Atendiendo al problema del conocimiento, Platón conoce la verdad gracias al alma, que
preexiste al cuerpo, a lo que se opuso Aristóteles. Afirmaba éste que el conocimiento humano
es igual que un papel en blanco, carente de todo contenido cognoscitivo. El conocimiento se
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adquiere a través del mundo de los sentidos y arranca de la percepción sensible, “nihil est in
intellectus quod non fuerit in sensus. Esto es, “nada existe en el intelecto, que no exista antes
en los sentidos” Para el preceptor de Alejandro Magno, existen dos tipos de entendimiento:
pasivo y activo, más conocido como agente, este es el que realiza la abstracción de las
esencias. Y el paciente las recibe. La abstracción de las esencias es un proceso complejo,
parte de las realidades recibidas por los sentidos hasta lo más intrínseco del ser.
Aristóteles, perteneciente a una familia de médicos e hizo estudios de biología- como diríamos
con palabras más actuales-, tiene una tendencia más naturalista y resalta los aspectos
finalistas o teológicos de la realidad. Defendía en los seres vivos una finalidad, los seres vivos
tienden al fin que le es propio, hacia su desarrollo completo o adecuado. Presenta, pues la
phyis con un carácter teleológico. “Los seres naturales tienden a alcanzar la perfección que le
es propia”. El propio Platón había dado impulso a un modelo teleológico, no mecanicista,
basado en la idea del bien. La tendencia por alcanzar el verdadero conocimiento es el deseo,
el “Eros”, que asciende a la idea de bien en el mundo inteligible. En contraposición, la actitud
de Aristóteles será teleológica e inherente a la misma naturaleza. Su principal característica
es el cambio, el movimiento. De ahí distinguió Aristóteles los seres naturales de los
artificiales. Los seres artificiales son los originados por medio de la técnica o del arte, o sea,
aquellos que poseen el principio extrínseco del movimiento, como dice en su “libro de física”
Aristóteles se plantea el problema del movimiento en el mundo sensible, el que fue rechazado
por su maestro. Platón niega la existencia del movimiento en el mundo de las ideas, pero no
niega su existencia en el mundo de las cosas o de los sentidos, mutables, cambiantes, en
suma, no eternos. Aristóteles no concibe el movimiento fuera de las cosas, sino que son las
cosas corpóreas y materiales-minerales, plantas y animales- las que cambian. A la hora de
explicar el movimiento Aristóteles recurrió a la teoría del acto y de la potencia. Acto es lo que
un ser es y potencia es lo que puede llegar a ser. Por ejemplo, la bellota es en acto bellota y
en potencia encina. He aquí la garantía de la posibilidad del movimiento.
Conocer algo científicamente es conocer sus causas, dice Aristóteles. Siempre hay una
explicación para el por qué de las cosas en el mundo físico. “Todo ser tiene una causa”. Otra
crítica hacia Platón, pues coloca la causa en el mundo de las ideas y solo observa una, al
igual que Parménides o los filósofos presocráticos, que también critica. Distingue la causa
material (sustrato que puede ser todo, el bronce), la causa formal (n identificada plenamente
con la esencia, lo que hace que algo sea). Estas dos causas se conocen con el nombre de
teoría hylemorfica. La tercera es la causa eficiente (agente productor de la sustancia, el
escultor) y la causa final (la primera causa, que puede ser el prestigio, el dinero).
Finalmente si atendemos al ser humano, la concepción aristotélica rompe con el dualismo
antropológico platónico. Aún cuando acepte Aristóteles que el hombre es un compuesto de
cuerpo y de alma, al morir el cuerpo, muere el alma. En conclusión, Aristóteles el ser humano
concreto no puede ser inmortal. Para Platón el ser humano concreto no pertenece a este
mundo, sino al de las ideas, al que indudablemente es mejor volver. La filosofía se convierte
en una actividad de preparación, de liberación.
Casi todos hemos visto la popular película de ciencia ficción “Matrix. Esta película, está basada
en la filosofía de Platón que a pesar de su popularidad no ha llegado a ser tan conocida o
entendida como la norteamericana película.
La película “Matrix” trata sobre un joven, llamado Neo, que descubre, gracias a otros
personajes, que el tiempo y espacio en el que él se desenvolvía, no era real, sino que había
una realidad desconocida para las personas. Esta película me hace indudablemente recordar
el “Mito de la caverna”, el cual tiene una trama bastante parecida. Se dice que uno de los
prisioneros que estaba en una cueva en la que solo veía sombras, mas no el mundo real.
Platón narró que los hombres estaban encerrados en una caverna viendo solo sombras
proyectadas que creían era la realidad, y no podían salir de ahí, luego al salir serian cegados
por la luz ya que estaban acostumbrados a la oscuridad, pero más tarde se acostumbrarían,
se asombrarían con el mundo y tratarían de volver a la caverna para liberar a sus compañeros
Tanto en la película, como en la alegoría existen dos mundos, un mundo falso, en donde viven
los prisioneros y las personas comunes y corrientes de la “Matrix” y el verdadero que solo
puede obtenerse bajo el conocimiento de las cosas. Ambos mundos son totalmente diferentes,
las personas han estado prácticamente obligadas o destinadas a vivir en el mundo “falso”, el
cual es más cómodo para ellos y es el mundo que ellos han aprendido a amar. Sin embargo,
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el otro mundo, el “verdadero”, es la verdad del ser. En el mito de la caverna, cuando el
prisionero quedó en libertad, todo era nuevo para él, vio un mundo que jamás había
imaginado, incluso los rayos del sol lastimaron sus ojos. En Matrix, cuando Neo conoce el
mundo “verdadero”, al principio hay confusión en el, sus ojos le duelen por que jamás los
había usado, e incluso presenta una pequeña crisis, porque no podía concebir que esa era la
realidad. Tanto en la película, como en la alegoría, se muestra cómo las personas podemos
ser engañados por nosotros mismos o por factores externos.
Los prisioneros que viven en la caverna, así como las personas que habitan en la “Matrix”,
representan a las personas que viven en la ignorancia, aquellas que solo vieron las sombras
de la realidad, mas no a la realidad misma. Se refiere a quienes se dejaron llevar por los
límites de la percepción, que son los propios sentidos. Si seguimos analizando la película nos
vamos dando cuenta de las muchas similitudes existentes entre la teoría platónica y la propia
película.
José Saramago (Azinhaga, 1922) es uno de los novelistas portugueses más conocidos y
apreciados en el mundo entero. Desde 1993 vive en Lanzarote. En 1998 recibió el Premio
Nobel de Literatura. Con las dos novelas anteriores Ensayo sobre la ceguera y Todos los
nombres. Este nuevo libro, La caverna, forma un tríptico en que el autor deja escrita su visión
del mundo actual. Y es el mito de Platón, revisado por él, puesto de nuevo de actualidad y
llevado a su más alto rango.
Los temas de los que nos habla Platón en sus diálogos siguen gozando de buena salud: la
justicia, la igualdad entre hombres y mujeres, la eutanasia, la eugenesia, el amor, la amistad,
etc. Contenidos universalizados y universalizables que nos invitan a una lectura atenta de
nuestro ilustre griego.
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