LAS LENGUAS INDIGENAS DE AMERlCA • Y EL CASTE LLANO El lenguaje como vértebra de la cultura americana Manu~l Bticel'io Jáuregui, SJ .• Lo /engul4 que hablamos nada nos ha co.llo.do. Aprenclimos de labios de nuestnl madre o balbucir los primer<ZS voces mmcas, que fuimos cott la ínfancia compltlando en su regazo. y que por ew agradecidos denominamos lengua m111ema. De matrera que, al ltaiJ/ar. un le;ono recuerdo de nuestta madr,• se nm quetJo enreda· rlo en las paio.bro<, sin thmos cuema y 11~1 vez sin gratfn<d. Amérlc.~r, l A l ENGUA ES LA I•ATRfA Por eso viene al caso recordare! grito de combate, siglos ha. de los viejos polat-'05 oprimidos cuando se lanzaban a la lucha par def~nder sus hogares, sut hijo! )' las tradiciones de sus mayote$: "La lengua es la patria··. ~maque ha adoptado para sí la Academia Colombiana de la Lengua, herencia Jegilima de la cual debemos eso vamos a exponer en ttn oreve relata , llf ori&en de ll tleHra lengua. de su ctccirnícn to y maduración hasta llegar ~ ind(g~na> <:Otltribuyeron en América a enriquecer· lo en el S. XVI y cómo debemos consl'r· v~r!a. tiqulcra sea par orgullo y testimonio de &ratilud oon nuestros padres. sabiendo además que ''Espaila hisrórica, social y culturalmcnte es ininteligible sin su verlientc dmericana ". l. sentirnos Ol'f:!lllloso~. Por y C(;mo l.as lenguas • FORMAClON DE NUESTRO IIJJO. MA La lcnguo latina. empozó por ~r el idi<l· ma de un pcque11o pueblo pastorU y agTi· cultor del Lacio, y ~e fue extendiendo al • • oc b l>~rector de la Academia Co!ombiow.a H~oria de Colombta, de la !::c!esiásrics Ltngua. ~Hembro de Número de q, Aca<kmi• Je )!~al Aead~mia tspailola. Master of Art& de y <le J• la lhl>'' trtldad dt Oxford. !42 lo>U\l&O<Ióo ~ ()...r>Ollo Sooal, $""""' d• 8o¡¡oú, <'.ol. Vo. 3 No. 2 \1AY0-AGOSTO tt9l • • • compás d e conquistas y de triun fos a lo largo de la península itá lica. Pero a nadie se ocurrió jamás llamarla lengua italiana. Con las armas del imperio se d ifundió por todo el mar Mediterráneo, sin abandonar su nombre de origen, el latín, ni lla marse romana como la capital del mundo. Un largo periodo uc vacilaciones ocupó la formación de n uestro idioma . La invasión musulmana del año 711 rompió la unidad visigoda de Espafla y puso todo el sur y e l c~ntro bajo e l con trol de una cultura extranjera. \1as esto no aconteció de modo tan veloz qu~ no pcrmiticru un desplazamiento multitudi nario de la población. Y la cultura morisca fue a su ve~ amenalada por dos focos de resistencia. Galicia y Catoluña. mas los vascos que no S<' someucron ni 3 los godos ni a los francos. La nu~va lengua ~n crecimiento estaba asociada a la hegemonía de Castilla. de manera qu~ castdlano y espJt1ol ~e convirti~ron en sinónimos, rc~paldados por t radición de. ca n~ill~­ rfas y una llorec•~nte lit~ratura popular en los siglos XII y XIII. Por otra part~. el período se abrió con un estado de unidad lin~ü(suca que 1ba a ~-ambiar muy pronto. aun cuando más despacio que lo' regím enes din~s ticos. l'n e l c~n!l'o y d sur d,• rspaña los idiomas nativos no se som etieron di romance fácilmente: pu~s aque llos ~ran los que usaban ~n las phuas de m,•r~;ado. el de las mujeres en el trato no oficial, porque los tribunales e mpleaban el idionw de los latin/. ~fíen­ Iras tanto el árabe se limitaba a la administmción. a la literaturu y a la alta sociedad de asce ndencia ;irabc. Más o menos como en America las relac•ones del catellano y el ¡:uarani en el Para¡!Uay. Mi~nt ras tanto, en el norte se va fo rman · do la kn¡;ua moderna sobre un substrato motárabc y se d esarrolla de manera radica l >ig.uiendo las vicisitudes )' fortuna dé la Reconquista. La Edad Media Sé cierrd en la Pe ntnsula con Fernando o: Isabel. lnvcst1Utínt'l v Oeu..-rollo Soci~ ' , S~:"'t•fe Con ellos se asegura en la política interna la unidad nacional. se afirma contra la rebeldía de los nobles la autoridad de los monarcas, se termina la reconquista con la toma de Granado y se extiende por toda la península la cultura del Renacim iento. Es precisamente el momento cuando el genio de Colón, en su intento de llegar a las Indias navegando hacia el Occidente, rompe las columnas de Hércules en G ibraltar y abre los anchurosos caminos del mar. por donde la raza hispana se lanza al 1\uevo Mundo incorporándolo a la historia de la civililación cristiana. El Almiranttl lleva el plan de alcanzar las tierms orientales del Gran Kan, navegando en el mismo rumbo que el sol navega por el nrmamento. Ha zarpado de Palos de Mo¡mer un viernes 3 de agosto, y de la isla de Gome ra el 6 de septiembre. Son tres las naves, "la una, de carga para el convoy; las otras dos mercantes y sin hodcga~. que los espailoles llamaban carabelas". Colón va provisto de las debidas cartas credenciales de Isabel y don remando; en las bodegas llevan los necesarios a limen tos y pertrechos de defensa. Pero, además y esto lo testifica fray Bartolomé de las Casas. entre los tripulant~s, expertos en la vida de mar, van dos sujetos versado~ en lenguas orientales para actuar como mtérprctcs: · ~1 uno se llamaba dice el dominico- Rodrgio de J erez, qu~ vivía e n Ayamonte; y el otro era un Luis de Torres, que había vivido con el Adel antado en Murcia y hab ía s ido jud ío y sabia hebraico y caldeo y aún dizque arábigo". Estos person~jes son c lave para conocer que él probkma de comunicación entre qmcnes hablan lenguas d istintas no está olvidndo e n 1~ previsión de dificultades y remedios en aquella extraordinaria aventura de los siglos. dt Bogou, Col. \'o. 3 No. 2 MAYO·A.GOSTO 1992 143 El 12 de octubre de 1492, por nn, tras un vill,je de setenta días, avizora Colón la Isla de Guanahal\í (San Salvador) en el Nuevo Mundo, creyendo haber llegado a las Indias Orientales, establece allf un baluarte cspallol. En veinte ai\Os C••ba y La Espai\ola son ocupadas y fortificadas, se \\SiCn\<1 una mal,llfac\ma el'~~ Daiién, en l~s siguí~n tes décadas Vasco Nlllle7. de Balboa cruza el istmo de Panamá y descubre el mar del Sur, más tarde llamaúo Océano Pacifico, al tiempo que Pon ce de León \lega a Florida, poco d.:spu~s SoUs al río de la Plata, Magallanes y Elcano circunnavc~an el globo y clavan las banderas castellanas en el lejano Oriente. en el p:~ís del Gran Kan, aquel precisamente con el que }mbía soñado Colbn, mientras Hen1án Conés en M~iico y Fra11cisco Pizarro en el Perú cc\1an por tierra los imperios de Moctezuma y el de i\ tahual· pa rcspcctivamcl1tc. Jiménez de Quesada llega a la meseta de Bogotá, Belalcázar al Valle y rrancisco Orcllana desciende al río de las ama2o:>OOS. Las cos\as. centros populosos y grandes arterias nuvinles son ocupadas por las armas, o por promer., vez atravesadas por planta ex tro 1vcra. Colón es el prim~ro de los descubridores y e,cploradorcs del );uevo Mundo que puede cornprob;Jr la inutilidad de los intérpretes o t:rujiman.:s qul' ha trdído consigo, pues ni el hebreo. ni el caldeo, ni el ¡~riego. ni el árabe, ni el latín le sirven aq11í para enten<l~n;c con l<Js indios. D~l primer viaje regresa a la Península pensando que rodos los indígenas llal>l:ln y entienden una sola y (lnica lengua, error del que írá saliendo en las exploraciones Sllbsiguicll\~~ al persuadir· se que la tierra descubieru es la antigua Babel de l~nguas. __ , ~~ querrá en consecuencia que los hispanos las aprendan. Pero. ¿eómo? Persuadi<lo de que todos los indígenas son canibalcs, como sí lo son los coribes, hace Coló n aprl'Sar a algunos de dios 144 parll llevarlos a Espal\a escribiendo a los reye.s que "se envían de presente con es~<JS navíos así de cartfuales, 1\ombi'I!S y mujel'l!s y nillos y niJlas, Jos cuales Sus Altezas pueden mandar en poder de personas con quien puedan mejor aprender la lengua .. .'' Igual cosa hace Vicente Y<\ñez l'inLOn en S\l viaje p01 las costas venezolamls: "Se lleró a la Española algunos de los que cogió en el golfo de Paria ... y se los dejó al Almirante joven para que aprendieran nuestra lengua y pudieran servirle de intérprete en la exploración de lo oculto de aquella$ regiones''. Este fenómeno de tantos idiomas despertó las mayores lnquicttldes: "Trajo Co lón en su pri.rner viaje - dice el documento de An~kría, de \ 3 de noviembre de 1493 diez hombres de aquellos, por los cuales se vió que se podía escribir sin dificultad la lengua de todas aquellas islas con nuestras letras latinas. Pues al ciclo \o llaman turei. a la casa, boa; al oro, cauní; al hombre bueno rayno: n3da mayanl; y todo> los demás vocablos los pronuncian no menos claramente que nosotros los lutinos". Amérlco Yespucio, en carta de 4 de sep· tiembre de 1~l)4 confinna la observación del Almirnnle cuando dice que los indios "usan los mismos ~centos que nosotros, porque forman palabras o en los dientes o en los labios, pero dan otros nombres s las cosas. Mucha es la diversidad de lenguas, pues de cien en cien lenguas encontramos cambios de lenguaje, que no se ..:nllendet\ el U t\0 can ·~1 otro u. En el seg11ndo viaje ve Colón su primer caribe. Estos soo caníbales, fieros guerreros y marinos atrevidos. cuya búsqueda de esposas araucanas da origen a curiosa simbiosis de dos hablas, la dl' las mujeres y la de \os 1\ombr~:s. En el cuarto viaje Coló n se enCile ntra con las complejas condiciones lin¡¡íilsti· ln"-estigac.ión 't' Oe,¡uollo Soci¡J, Sanufé de 8og:od, Col . Vo. 3 No. 2 MAYO·AGOSTO 1992 • • • Apoteo~h de la lengua ca.)tell:m;~. Mural'"-'' trUll'ltro 1 ui~ ;~lberto Acuño, que ~/ s._¡.ftJn <h (}(fl)< de Ir; I IC(Jdemio en Sa!1rafe de fJoyota; reprf!senta lus qrond~·.< l~t;ura> iltl<' /Jo Ju:c!Jn lnmortole) lo literal uro • domlnu deJde el estradn h!t¡p(Jnoamen<ana. • 146 cas de Honduras. Aquí cada pueblo y cada aldea tiene su dialecto propio que cJ explorador d eclara son tan diferentes unos de otros como lo eran el árdbe y e¡ espafiol. Esas l enguas no pueden prestar mayor servicio a los invasores que solo se valen de ellas cuando la cultura y simpU· ficadas condiciones lingüísticas de Méjico Central les ayudan. Aquí la sem i-civilización de los aztecas ofrece numerosos objetos tlcsconocidos e n las Antillas, y además la circunstancia de que Méjico pertenece a u na región de flora y fauna distinta, obliga a los ~spañoles a apre nder nombres de animales y plan tas, vistos por primera vez. Cuatro son las lenguas principales qu e se e mplean en las p lazas de mercado de la región : el naua tl, e-1 zapoCcca , el mixc.:ca y e l n ianiu. Cada 1111a d e las cuales contri· buye a aumen tar el vocabulario español, aunque tüng.una ta nto como el nauatl. la de los aztecas, emigran tes del norte 1iiici8 e l gran foco d e la civi lización maya. n. LA LENGUA DE CASTILLA EN AME!UCA En la América del Sur. d primer estad io en su reducción d efinitiva, fuera de la inq uie ra colonia del Uarién, fue el derrumbamiento del gran imperio inca po r el capitán F ranc isc<) Pizarra. En ese tiempO 110 ~ra nece sario todavia aprender nuevos nombres para ob.iet os pc~ulian:s del cont ine n te, pe ro sí había novedades en la fauna, la flora y la adm inistración de l Pe rú, que c lamab.1 por una co ntribu· c íón fn:sca a l vocabulario castellano. Fuera d~ qu e e l prestig,io admin istrat ivo del quechua caprtcitaba estas palabt·as que s~ habían e xtend ido p<>r tan vasto territori<l. la mayoría de los présta mos al vocabu lario de Sur A mérica son del quechua. aú n más allá de las fro nteras de esa le ngua: y . de hecho, los conqu is ladorcs hispanos y los m.iSi<lncros ca tó! icos ayudat·on a darle mayor difusión de U! que tenían bajo los incas, como también propagaron palabras araucanas y caribes con extraordinaria Nlpidez. Asociado con el quechua es el airnara , nombre originalmente de un a trillU quec llua que vivía al otro lado de la nación Coll a de Bolivia. y esa le ngua sirvió a mayor número de hablan tes quiós que el quechua en la epoca de lo s incas, y hoy en dla predomina en t~ los indios d~ Bol ivia. Otras familias lingüistica~ surarnericanas hicieron mucl1o menores co tt rdbucio ncs a los colonizadores. En Colomb ia, por eje mplo, y en Venezuela 110 pasaron sino unas cua ntas pa labras del chibcha que habfa a lcancado cierto grado d e c ivilir.a· ción. Idéntico rcnómeno pasó e n Chile de bido a la it1terminable guerra con los araucanos. que- dio cierta importa ncia accidental a su idioma, e l mapuche, y fu<' apenas suplement ario dd quechua . Por el oricmc, ent re los ríos Par3guay y Paroo;í, h allamos 1« masa primiciva del rueblo tupí-guaraní, lo, ··re nicios de América". como se les ha denom inado. Ellos summistraron el habl~ de Jos .m er• cado~ purah•uayos y· el t'oc:aou/,1rio di:' las vegas del gran r lo. Rami íicacioncs de l rronco original pe netraron parte a lo largo del Paragua y y el tltp( <~11 la cuenca del Amazortas. pare.: ror la cosM hrasile· ña, \lende deju ron muchos po blado re~ que ava nzaro n Amazonas arriba d~>dc su dcsciuboca<l ura y >C internaron en \'1 porl ttgué~·hnrsi/,•rlo oon ~mn número de vocc; indíg~nas . No es posible habla r de !odas las le nguas si 110 es en un ~n tido g~og:rá­ fico: l)ero existen fe.nóm enos IÍpicnmen· re aJilcricanos (.k una lengua que tiende a repetirse en divc t·sos grupos ele len¡¡uas. am~.~ru;anas Los pue blos t.k la coron:t de Castilla, los del litoral cantábnco. los de la meseta lnvesLigac.i6n y Desarrollo Sod;;J, Santafé de Bogot;i._ Cot. Vo. 3 ~e) . 2 MAYO· AGOSTO 1992 145 é • 1 El castellano imperial. Al emror al tdilicro dt· lo Aco<letlllo Colombiana encutntnt el v1slwote e/ muro/ que representa lo exten~tón de los dnmlmas <le/ mo11<:u de l.cpontu. St• obren los columnas de fiCrcules y so/en h.H carabelas españolas o descubrir ti ."-uevo Mundo. (Obra dtl maestro lcuña. ? m. de omho por 1.25 dt airo). y ln... rUigiidÓI'I )" Otsarro o Scxitl, S•nuJé dt &>¡oti, Co~. Vo. 3 'o. 2 \\A YO·AGOSTO 1992 147 castellana, Extremadura y sobre todo Andalucia, son los que desbordan ~1 Nuevo Con tinerlte. Y es el elemento anda luz el q ue predomiJla que por eso c-1 lenguaje de América , desde Méjico hasta la Tierra del Fuego y Patagonia, tiene más semej anza con el habla popular de Andalucía q ue c on fas d emás de la península. Es, por otrd parte , LUla isla, la Espal1ola, el primer can1po de aclimatación de América donde el castellano empieza a acomodarse a las n uevas necc;sidadcs. En ella hacen escala d e ordi nario las expediciones sucesivas o se refuerzan . De aq uí llevan estas por donde quiera el caudal lingü ístico acopiado qu e se sigue d espués aumenrando o acomodando ;¡ los nuevos países conqu istados. De e ste modo fa lengua de los condes de Castilla se convierte en uno de los más extraord inarios ferJómeno5 de la historia de la cultura universal. Ul. LA. EXTE.NSION DEL CAS1'ELLI\.NO, LEGADO DEL DESCUBRIMIENTO Y LA CONQUISTA Ln ex tensión de l castellano es el gran legado del descubrim iento y fa conquista . Legado que tiene una historia \\ntcr\or. POI'que en e l tmtado 'le Tordesillas (1494) se reserva pa ra Jos porruguescsd litorial africano y las costas meridio na les del Asia .:Jn u na línea costera: y se fes cede un segmento de las costas americanas q ue se van ensa nch~ndo hasta abarcar el subconlinente del Brasi l. Lo rcstun tc de este mundo es Ja conquista legítima de Castilla que cubre no sólo las Américas sino también el Océano Pacífico . F.spaña se establece ad~más e n las F ilipinas. Portt1gal. e n Macao, quedando las Molucas como territorio e n disputa. La penet ración cult ura l hispánica <'11 el in terior del Nuevo Mundo habfa sido obra ¡1n\e t odo de los misioneros católicos, entre elfos lo> Jesuiws del Paraguay 148 o fray Junípero Serra en California. (;] de$eo de este ú ltimo, fuera de su intención evangelizadora, era establecer comunidades de nativos s in hacerles perder las costumbres. lengua y economía indígenas. De esta manera la lengua e.spaf.\ola llegó a cubrir una gl'3n extensión terri ror i.al incluidas las islas Filip inas, y se convirtió en el idioma de la ad nti.ni$tración y fa cultura, debido a la extinción de las civilización~s maya-azteca e incaica, lengua que era y es la de la lg!e&ia j erárq1Jica. i Estos misioneros - francisca nos, capuc[ünos, dominicos, a¡;ustinos, j esuitas y tantos más- aprendieron las lengu as na tivas y I<Ls em plearon p~ra convertir y proteger a las tribus indíge nas, mas n o se detuvieron en la denunc ia de los abusos de los empleados oficiales, ni e n e l ca!llpo lingüístico ni en otros sino que los defend ieron posi t ivamen te, murie ndo muchos a manos de los caníbales. Los soldados, po1· su parte, que venian s i11 esposas >l combatir y establecerse, lomaron mujeres irtdias en abierta poligamia cuyo resu ltado fuero n descendientes bi lingües. sobre todo en Portugal. Mientras la su premacía de los blnncos se ma ntuvo, en especial de:;pués d e fa venida de las mujeres eu ropeas, no !tubo fronte ras de color o de r37.3 <'omparab les con las que sf existieron e n la colonización de los ingleses que eliminaron a los i ndíg~ ­ nas. Aquí, a l contrario dd Canadá y los Eswdos Unidos. sobrevivit<ron ampliamente y si~ucn hablando toda vía, j unto al casteUa110 que es el oficial , sus lenguas ancestrale s. Y es de nota r que en la interconamicaciórt de la lengua castellana y las at>orígencs. y en e l m utuo enriquecimiento parricularmcnte. ruvic ron gran in flujo los míufragos, Jos cautivos, los mismos de,crtorcs que s~ aindia(On con rapid~7. como a su tumo los itt di~enas se hab ían lat inizado o hecho fati!lOS: de igual nw ne.ra lnvesliga-d ón y Oes-arrollo Social, San tafe de Bogotá, Cof. Yo. 3 No. 2 MI\ Y0·A()OS 10 l !192 • • • aquellos grupos aborígenes que, ![evado~ a E;;paña, regre~ ron a sus tierras y tri bus y las indias esposas o companeras de los conq uistadores y tantos y ta11tas más de q\lienes no ex isten testimoniDS escritos . En todo caso, el castellano eclipsó en América el pre~tig,io <k los diakctos primit ivos, ninguno de los c uales servía par-o ~xrrcsar ideas elevadas o t ranscenden rales y el lenguaj e se convirtió en la vértebra de la cultura americana. IV. APORTES DE LAS LENGUAS INO!GENAS DE AMERlCA AL ENRlQUECIMTENTO DE LA LENGUA CASTELLANA • Y hemos llegado al momento de presentar. por vía de ejemplo . algunas de las numerosas palabras con qu,~ ~e enriqueció nuestro idion1a. Me limitt\ré, por 110 hacerme inrenninablc, a un simple rincón de tan -;asto COI'ltinente: al Caribe, a Venezuela y a Colombia. donde la con· tr\buciórl del curnanagoto, e l caribe, el c hibcha y el arhuaco es baswntt' rcdud· da. y por lo misJ11o h ará rnás breve este discurso, Prcscüv..to . ?UI?.>. de.l {)Uechm¡, (le! azteca . del inca y de otras lengua> U'H.t Íg \! l'HlS. rat·a dar nombN a lo~ innumerables objetOs desconocidos que ha ll<lron al llegar j()s espailc>les, acudie1·o¡¡ primero al caste· Uano. por 1<~ s.emejimza , así fu era r~mota como caunán en vez de lagarto . ca11oa e11 Ju.gar de tJimadí((: o forma rol\ d~ri~a\lo~ para in dicar aquella St' mcja nza o una C\1<\lirlall car act eri st"1ca; 111 its pron ro a pren · diero n los hombres indígenas, q ue llicicron olvidar. los que ellos h<tbian irnput'sw. "r\ rnedida que se adchu11ab\\\\ \os dcscubrimimws. se ofrcCiiln obJetos n\.lcvor, qu~ ~l'(ln Jesl~·n:1<\ os Oc 111arwra St' mej~m te, y eso~ no m brt:s. scgúr1 su unporta ncia, o St.> J!l: neralizaban o queda· b~ n con finados u regiones lim itada s''. El intérpr.;te ck Cristób~l Colón. Luc.lyo, fu~ un indio nativo de GtwnaJli en las Bahamas y, por consiguiente, arhuaco. Hablaba el ídiorna de esa;; pacíficas comunidades que trMsportaron sus mercancías en largas canoas (voz caribe us;~da por los arhuacos y la primogénita que los españoles conocieron en e \ N\1evo Mundo desde el primer viaje de Colón). Los arhuacos m~ntenian este tráfico sin interrupción desdt' las Bahantas por todas las costas de Cuba y Ja EspañOla o Haití, hasta las vecindades de Martinica dond'i! tuvieron que ceder el paso a Jos feroces caribe~. Toda'i> e:>as regiones poseían una fauna y flora na t urales y, en con;ecuencia, los objetos nuevos de los primeros pobladores y colonos indfgenas recihie· ron n<.>mbres arhuacos, completados poco a pO.c(} por l<> lengu<~ oc los ,.a ribes. Así fa canoa modificada de t."sros, de mayor tamaño, bech¡¡ de una pit>z~ y con bordt."s de tabla o caña se denominó piragua (voz caríbe). Por otra parte, la administración polirica presló el Vt)cablo cacique. qu~ el propio Colón supo en flaitf usaban los rlativos para designar a su rey. Ert [a rel~ción del segundo viaje se menciona e l aj(. En e.! tercero relata Colón que ~1 gra no criollo, alitnc ntu bá:;ico d.: \as ~~'mu1·,ill~d>:o~ del Nuevo .Mundo, rccib (a el nombre ~rhua­ to \le maíz. de <londe se derivan maizal y maicero. Por los cronisr as sabemos que 11 ckrto po raje de m~íz que hacían Jos indios llamaron Jos españoles desp«cti"aJllcntc mazamorra. mientras para el pan d~ !1\(I Í1. 5e Si%uió emp\e:mdo la voz ~umanagota arepa y masato para la p reP!Iración de masa de mafz. dulce y agua. La hahiwción de los indios e ra boh fo. voz antíllana como caney qu~ er~ uns choza r~donda con palos y car)as. Tam· b ié n l1uracán es ·•oz c:Hibc, como sabana. ceiba, !!llama. maguey, arcabuco, bija. maca1w, guacamayo, curr'. cocuyo, comejtfn. ui¡;ua, batata :v paf(ua, be¡uco, gua· )'aba, gtwnábana. guay{Jcán. icaco, tiburón , mico, llltkw·a. rolu.ma. barbacoa. cabuya, igua111t, lwrnaca, batea. l nvestiJ:ilCtón ~ OeS<Jrro/lo SOc131, Santafe de 6ogOta , Col. Vo. 3 NfJ.:!. MA.YO·i\GCS'TO \991 149 tabaco, aj{, ca:zabe, a}myamtl, aguacate, yuca. .. Son unas muestras solamente de voces que los dialectos del nor te de Sur Am~rica y las Antillas prestaron ~ incorporaron al castellano. He wi un somero panor<JJJla de la cont ribución ele algu nas lenguas indígenas al cspailol de América. Toclavia, sin embargo, millones de mejicanos, cc•Hroame.ric.anos, peruanos y guaraníes continúan empleando en las plazas de mercado sus idiomas tradicionales y practicando sus viejas costumbres y con modificacio nes sus práctícas relígiosas. Y después ¿qué sucede? Recordemos el primer viaje de Colón, que lo puso en contacta con 1~ inofensiva tribu de Jos arhuacos. F ueron ellos quienes suministraron a los espailo!es las primeras palabras al1\ericanas para nombrar las novedades que estos iban encontrando en el nuevo mundo. los arlmacos pertenecían a la fam ilia lingüística chibcha que se ex tendt'a por fa región nort~ del Amazonas y el Sur del gran río, y de ahí había pasado del Desaguadero bo liviano en el nort~ de Chile, y emigrado por los valles del Orinoco a las Antillas mayores. V. EL CASTELLANO, MARAVIL LOSO ELEMENTO DE COHI!SION Y DE UNIDAD Otro aspecto iJ¡teresan te de esta historia es que el castellano resistió ocho siglos de diJminación átabe c11 Espar1a y se conservó en su estructw:a y sintaxis, a propiándose tan solo de multitud de vocablos arábigos: lo mismo aconteció en el Nt\evo Continente a pesar de su difusión por las distancias casi jnfinjtas por donde se propagó. Fcnómen() disti nto úef !aUn que se fue desrnembr:wdo en múltiples dialectos y lenguas romances. Nuestro idioma, pu~s, enriquecido y resistente es maravilloso elemento ele cohesión y de unidad e n trc las naciones l50 de una rnísma raza, de u na mis1na /Jistoria y de una misma religión. Pero la división del latín fue el resultado de la ruina del imperio romano, del consiguiente aislamiento en que quedaron incomunicados muchos siglos los pueblos que lo componían, y de la barbarie de los iJwasores. Y hasta alli se puede llegar en nuestros Mas. La historia es cíclica y los fenómenos opresores se suelen repetir. Vl. TRADICION LITERARIA COMUN Pequell.as relativamente son las diferencias entre el espaf\ol hablado en H~spa­ noam~rica y el de la Pen.ínsu.la, pero esa variedad está más radicada en el sent imiento popular que en hechos cientfficos. Porque no se trata de u na lengua distinta del español peninsular. Salvo ai&'Urtos fenómenos específicos - que afectan sobre todo el vocabulario- no hay en el espaJ1ol, de Am érica ningún carácter lingüístico fundamen ral que lo separa del de España. Y ttunque las d ivergencia~ lingüísticas regionales ~on me nores y tie· nen menor arraigo que las que nos ofrece lu d ialect<Jlogía peninsular, pueden señalarse las distintas áreas bien defhudas que, sin romperla eomunid~d idjomátjca, son fácilmente reconocibles. Lo c ual se debe a !os diversos sustratos y adstratos de las lenguas indígenas y a su in tensidad relat iva, (lada la situación sociocultural de cada zona, y el diferente grado de penetración de préstamos de lenguas extranjeras que traen !os inmigrant es, las relaciones comerciales o polít icas y tantos o t tos factores de paí~cs llispá1Jicos. Solo que tales di~ergencias cslan e<¡uilibradas por la presión de la lengua literaria, de riquísima tradición a la cual están incorporados Jos mejores escritores de América. Todo lo cual contribuye a la unidad . Por otra parre, ya hemos explicado cómo el español se extendió por A1m~rica sobre lnvtstígaeión y Oesarrono Sociaf, Sa.ntafé de SogoU, CIJI. Vo. 3 f\'o. 2 ,\fA YO·AGOSlO J992 • • • un substrato muy vario de lenguas indígenas, cuyo número se calcula en cientO setenta grupos idiomáticos, y cómo la mayor ia de los pobladores del Nuevo Mundo en el período de 1493 a l 539 procedía del sur <le España, de ·"'-mla\ucia. Cádiz y Sevil(a tuvieron durante siglos el monopolio del comercio y las relaciones con América. l..J.¡ego ¡~o es de ex trañar que el t ipo de lengua española que se dinfun<lió por estas regiones est uviera fuertemente andaluzad~: advirtiendo además que la pronunciación de la e, z. como s y de \a 1/ como ves la de Ja mayorfa de las personas de la Penfnsula Española y puede considerarse wmo correcta por la fu'!na \le lüS números. Cuando el cast~ Hano hablado por un h ispHnoame ricano se compara con el espat1ol legítítuo , se {\alta que hay ttn acuerdo constante con Jas prácticas de la 1'enínsula, que casi se identifican. La lengua española está mucho más ¡¡xtcndida en A m ~rica que en EspMla: y cada palabra, carla frase empleada por u n nat ivo de aquende el o céano le llega a ésre por derecho de nacimiento, siendo por consiguiente pan e del esp\\ñ~l de A mérica. Los varios países del Nuevo Mundo tiene n una tradición literaria común: en ~ste sent ido han trabajado los clásico& cokHnbianos -Miguel Antonio Caro, Rufino José Cut>rvo, Marco l'ide.l Suárez- lo mismo que en Otile don Alldrés Bello con su famosa gramátic~. Pero es que dondequiera ;;e notan tcmlendas ¡mderosas que favorecen J¡¡ rcunificación de toda la lengua e;paiiola sobre la> bases del español de Europa. l.as comtll1kaciones erttre ~sta y América, y más aún en tre las tlifcr~mes parte~ de l~ América m isma st>n cada vet m~s rápidas. La avjación, los nuevos vehículos Jcrrestres oomp!etan la obra d~ los trenes y bmcos errad icando los obstácu los locales hacia la comprensión mut ua: y la actitud tra11sigent e por parte de la Real ¡\~ade­ m ia y de las correspondientes con un pronto reconocímiento ,je los \lSOs que se implantan, ayudan a recoger las dispersas tendencias de rompimiento. Pues al adoptar, al incorporar en el c~u<lal de la l~ngua colombiaJ1ismos, chilcllismos, argentinismos, mejicanismos y tantos más, y adtmtir!os como lcg(linta.s en la lengua . abre el camino a la vida del idiol11ü y af¡ece posibilidades <Je cambio. Hasta hace relativamente poco tiempo la Academia se h abía ~.s\ancado y no T'~co­ nocía m~tchos términos de uso ya univ~r­ sal en la.s naciones de habla hispánica: tal e nfoque conducía de mod<J irresistibh• al empobrecim lento del idioma, como ya lo h~bia observado Feljoo. Las Ac;¡demias todas de la Lengua Española -scg(m el anículo 2o. de los Esrat urosse han comprometido de atra5 a reconocer a la Real Ac;¡dcmia como la llamada a coordinar 1~ ''labor colectiva d~ de(cn~l, conservación y desa!'l'ollo del idioma". Y aun cuando se ha mantenido prudente con cierto rigor, ella corrige, aconseja, orienta, conociendo el valor expresivo de tecnicismos y ncologísmos de toda c lase cuando son CC>ncctos, y ~~ gran desarrollo de la técnica que pone de ma11i fiesro el fracaso de todo purismo intransigente . Pero ·a la vez existe et\ M~dnd. a tn<mera de apertura y vigilancia, e l Consejo Consultivo del llamatlo ' 'espat1ol urgent¿'', iJJtcgrado por un g_rupo de 1\cadémicos. peritos en e l campo de la filología y de la lingüística. De cs1a manera el ci!Stellano em erge c<tda dt'a como una len~ua nHís rica y mils variada de lo que ha~ta ah>:mt \l'lrecía. Qu\! d.: otra maneTa se desmembrarí¡¡ su cohesión y ~midad impe rial, como se quebró ~l latln en el nacimiento de las l<:n¡;ttas mod>trn·.~s. Es que hace fa lla t~na (\utQsidad qu< "'Ígi!e por sil corrección. porque las ventaja' que logra ~l arte de hablar y de eS('ribir en un<l misma léngua de ~loriosas tradiciones so n il1sospechadas. puesto que se tlprovecha d-t un ins\n lll1C!1\0 ¡>a aproba· do por los siglos y de u n material desbas151 sado mediante la labor de cien gcneraciones, tes, sujetándose a una nueva colonización invasora. VIl. ES lNDISPENSABl..E CONSERy AR LA PUREZA DE LA LENGUA de la América ingenua que tiene sangre indígena, que «ún reza a Jesucristo y aún habla en espallol, Es necesario, pues, es indispensable conservar la pureza de la lengua para lo cual ayuda, en la tarea de escribir ¡quién lo creyera! la buena ortografía que nos identifica y '\iusta a la unidad. Y si lo reconocemos, hemos de poner de nuestra parte el esfuer:w mayor para lograrlo. Que no es poc1Y el beneficio que ofr~ce una lengua unida, una lengua común, par-& la rrasmhión más extensa de las ideas y para estrechar la fraternidad entre los pueblos de un m ismo origen, fortalecidos con ese Jazo i ndestructible de la inteligencia que at1ora en la cultura y sirve a los intereses del arte, del progreso y de la jJ<1;!. Hoy existen. en todos los campos, fuenas disolventes, agentes de disgregación y debilitamiento en el seno de la lengua de tan vastos territorios. Uno de ellos, que deberla servir para enriquecernos espiri· tualmentc como toda lengua nueva que se aprende, es el inglés. Pero nadie, de los jóven~s desd~ lu~go, pero a vcce.s ni de los maestros, hace el esfucrw de hallar la palabm castiza o consultar a la Academia, ~ino que todo el mtmdo acepta sin reparos aün los anglicismos más chocan· 152 como canta Rubén Darío. Los barbarismos nos invaden, las f<:>m1as extrai'las a la índole de nuestra lengua nos aho~n. Sin embargo, también son cada día más numerosos y fuertes los factores que milita¡¡ en favor de la unidad. Lástima grande y ¡;ravísimo error sería permitir que por dcscuído o por culpa nuestra se corrompiera en nuestras manos la Lengua que nos legaron nuestros padres, la Lengua que es la patria, y que no por atavismo sino por elemental orgullo nacional siquiera, hemos de conservar incólume y estudiarla y enseñarla y defenderla con tesón, conscientes del alcatJCe histórico que la lengua conlleva como valor humano, como "vértebra cJe. la cultura americana", como valor naciol!al e internacional, como fuerza de cohesión emre Jos pueblos del mundo hispánico cteado por titanes de la raza: y así entregarla con amor .a las generacio1Jes qut' nos sigan, enr.iquedda, si se quiere, pero limpia <le e~coria y de barbarie. lr.vcsti&acióo )' Oesarrc::~ Ho Social, Santafé de Bo~olá, Col. Vo. 3 No. 2 MAYO-AGOSTO 1992 •