República de Colombia Corte Suprema de Justicia CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN LABORAL ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN Magistrada ponente SL12234-2014 Radicación n° 40058 Acta 32 Bogotá, D. C., diez (10) de septiembre de dos mil catorce (2014). Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por CORINA PÉREZ DE SUÁREZ y ÁNGEL CUSTODIO SUÁREZ HERNÁNDEZ, contra la sentencia proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, el 13denoviembre de 2008, en el proceso que instauró contra OMYA COLOMBIA S.A. 1 Radicación n.° 40058 I. ANTECEDENTES Los actores demandaron para que se declarara a la empresa responsable por el fallecimiento de NEICEL ENRIQUE SUÁREZ PÉREZ y en consecuencia se condenara a la indemnización plena de perjuicios, junto con la liquidación de sus prestaciones sociales e indemnizaciones, la pensión de jubilación, los intereses moratorios y las costas procesales (folios 1 a 4). Indicaron que su hijo prestó servicios a la demandada, a través de contrato verbal, del 19 de enero al 11 de abril de 1998, cuando falleció tras sufrir un accidente de trabajo; su labor consistía en «transportar piedras de un lugar hacia la máquina que trituraba las piedras para hacer cal, fue llamado posteriormente para la limpieza de un tanque que tenía goma pegada, para lo cual le dieron pulidora eléctrica, la cual consistía en despegar esa goma, esto lo hizo dentro de las instalaciones de la empresa, posteriormente lo encontraron sus compañeros de trabajo, tendido en el suelo muerto, siendo transportado por la ambulancia de la empresa OMYA»; según la necropsia, la muerte se produjo por electrocución; la empresa actuó irresponsablemente y no garantizó las medidas mínimas de seguridad; agregaron que el fallecimiento de su hijo les ha causado graves perjuicios morales y materiales. Al contestar, la empresa negó la vinculación con Suárez Pérez, aclaró que él laboraba para la contratista Demolin Ltda., de quien ocasionalmente requería servicios; por ello, no tenía obligación laboral y dijo no constarle su 2 Radicación n.° 40058 fallecimiento. Se opuso a lo pedido y excepcionó falta de causa para pedir y prescripción (folios 15 a 19). En la adición de la demanda, se adujo la solidaridad del artículo 34 del C.S.T., en tanto «la empresa demandada vincula a otra empresa de nombre DEMOLIN en la ocurrencia del accidente … existe solidaridad cuando la empresa para la cual labora el trabajador accidentado realiza la ejecución de las labores conexas, propias, normales y ordinarias de la empresa contratante y de acuerdo al certificado de la Cámara de Comercio así se certifica»;en ese orden añadió como pretensión la condena solidaria de todas las prestaciones exigidas y de las indemnizaciones, entre las empresas OMYA COLOMBIA y DEMOLIN, debidamente indexadas. Aclaró que el trabajador puede reclamar sus acreencias contra cualquiera de ellos (folios 26 a 28). OMYA COLOMBIA S.A. adicionó como medios exceptivos los de indebida representación del demandante, ineptitud de la demanda por falta de requisitos formales, inexistencia de obligaciones y falta de requisitos para la configuración de un vínculo de solidaridad (folios 30 a 33). En audiencia de 13 de marzo de 2001, el Juzgado Segundo Laboral del Circuito de Barranquilla declaró probada la excepción previa de indebida representación, por considerar que el poder exhibido era insuficiente para vincular a Demolin Ltda., al cual excluyó del debate judicial (folio 379). 3 Radicación n.° 40058 II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA El 12 de julio de 2005, el citado Juzgado absolvió a la empresa demandada y no impuso costas (folios 408 a 414). III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA Al resolver la apelación de la parte demandante, la Sala Segunda de Descongestión Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, el 13 de noviembre de 2008 confirmó el fallo de primer grado y gravó con costas a los recurrentes. Consideró que en el expediente no se encontraba acreditada una relación laboral con la empresa demandada, que los testimonios fueron contradictorios, dado que algunos indicaban que la prestación del servicio se realizó para José Rivera y otros a la empresa Demolin Ltda.; que ninguno daba razón de las características de la contratación, ni de las circunstancias de tiempo, modo y lugar del accidente de trabajo; que la demandada aportó “al plenario la abundante documental que da cuenta la foliatura 73 a 400 sobre todos y cada uno de los contratos, trámites, actividades y pagos efectuados durante esa época con el contratista José Rivera que es el representante legal de la compañía Demolin Ltda., según se acredita con folios 34 y 35”. Insistió en que las pruebas eran débiles para deducir que Neicel Suárez de Pérez laborara para OMYA S.A. y 4 Radicación n.° 40058 menos que su fallecimiento se hubiese originado por las órdenes que esta impartía; reprodujo un fragmento de una decisión de esta Sala, de 19 de mayo de 1995, que no identificó por radicado. Por último, descartó impartir condena contra Demolin Ltda., pues no fue vinculada al proceso. IV. RECURSO DE CASACIÓN Interpuesto por la parte actora, concedido por el Tribunal, fue admitido por la Corte. V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN Pretende el recurrente que la Corte case la sentencia recurrida, para que, en sede de instancia, acceda a las peticiones de la demanda. Con tal propósito formula un cargo que tuvo réplica. VI. CARGO ÚNICO Lo plantea así: «la sentencia acusada viola indirectamente, por concepto de aplicación indebida, los artículos 5, 22, 23, 24, 25, 26, 32, 34, 35, 36, 37, 40 del Código Sustantivo del Trabajo; los artículos 60 y 61 del C.P.T.; artículos 50 y 177 del C.de P.C. y el artículo 1571 del C.C.». 5 Radicación n.° 40058 Endilga la comisión de los siguientes errores manifiestos de hecho: i) No haber dado por demostrado, estándolo en el expediente, que la parte demandante alegó y demostró la causa jurídica (contrato de trabajo verbal) que dio lugar a la solidaridad que en la demanda se pregona contra la empresa demandada por su nexo con el contratista DEMOLIN LTDA. ii)No haber dado por demostrado, estándolo en el expediente, que de acuerdo con lo dispuesto por el art. 34 del C.S.T. (modificado por el art. 3° del Decreto 2351 de 1965) la empresa OMYA S.A. era la beneficiaria del contrato de trabajo celebrado entre NEICEL ENRIQUE SUÁREZ PÉREZ contra DEMOLIN LTDA., en su calidad de CONTRATISTA. iii) No haber dado por demostrado, estándolo plenamente en el expediente, que el objeto social del contratista DEMOLIN LTDA (folio 19) coincide exactamente con el objeto previsto en el certificado de existencia y representación legal obrante en el infolio; concretamente con el triturado de piedras para hacer polvo, así como las relacionadas con el mantenimiento de maquinaria. iv) No dar por demostrado, estándolo, que la beneficiaria final del producto de trabajo desarrollado por NEICEL ENRIQUE SUÁREZ PÉREZ al mando de la contratista DEMOLIN LTDA., era la empresa OMYA S.A. en desarrollo de su objeto social. v) No dar por demostrado, estándolo, que la empresa demandada era solidariamente responsable de las obligaciones y derechos que se demandan en el presente proceso, no sólo por así disponerlo el artículo 34 del C.S.T., sino por trasponer solapadamente su responsabilidad laboral por intermedio de interpuestas personas, para mancillar y degradar la ya precaria condición de la clase trabajadora. Refiere que la equivocación del Tribunal fue la de desconocer el tipo de vinculación de Neicel Suárez, pues aunque no se demostrara una relación directa con OMYA S.A., si se dedujo que lo hacía por interpuesta persona y 6 Radicación n.° 40058 advierte que así lo esgrimieron los testigos; que José Rivera era el representante legal de Demolin Ltda., de ahí que no hubiese ninguna contradicción en las declaraciones rendidas y que por demás no evidenció que el objeto social era el de «demoler piedras para la producción de pinturas, fabricación, procesamiento, distribución de carbono y calcio». Anota que los testimonios de folios 41 a 46, 49 a 51 y 61 a 62, son «piezas procesales de alta confiabilidad, especialmente las que provenían del resorte de la demandada y era ella misma quien estaba manifestando que el interfecto NEICEL SUÁREZ no trabajaba para OMYA S.A. pero lo hacía para DEMOLIN y DEMOLIN LTDA., lo hacía para OMYA, en calidad de CONTRATISTA, sumada a la documental tergiversada que obra entre (fls. 73 a 400) y aunado a lo dicho por los testimonios de cargo era muy fácil concluir que sí existía solidaridad, pues indudablemente la labor que se desarrollaba era de todas maneras para el desarrollo del objeto social de OMYA S.A.». Que esa equivocación en la valoración de los documentos y testimonios, condujo a que el ad quem negara los efectos de la solidaridad, conforme lo disponen los artículos 34 y 35 del Código Sustantivo de Trabajo; que además se limitó a “indagar sobre los elementos estructurales de la relación laboral exigidos por el art. 23 del C.S. del T., pero solo en relación con OMYA S.A. cuando no era necesario, si de cierta forma y frente a la realidad procesal, la misma demandada se había encargado de develar que la vinculación laboral del finado era con su contratista DEMOLIN LTDA., lo cual se supo desde su introito en el proceso”. Acota que al juez plural debió estudiar si le asistía responsabilidad a la empresa, sin importar que estuviese fuera del trámite; que la solidaridad, conforme lo prescribe 7 Radicación n.° 40058 el artículo 1571 del Código Civil, impone la satisfacción de lo debido por alguno de los obligados y que ello no podía desconocerlo el ad quem. Esgrime valorados con error, además de los testimonios, el interrogatorio de la demandada (folios 61 y 62), además la documental de folios 6 a 8 y 55 a 60. En un acápite que denomina «NECESIDAD DE UNIFICAR JURISPRUDENCIA RESPECTO DE LA SOLIDARIDAD DE LOS CONTRATISTAS»indica que debe ponerse talanquera a la evasión de responsabilidad de los empleadores, que esquivan el pago de las acreencias laborales y de la seguridad social y con ello precarizan el trabajo; que en algunos eventos los contratistas «solo existen en papel»pues carecen de patrimonio; que «no existe ninguna otra explicación para que OMYA S.A. teniendo toda la infraestructura como empresa especializada en la producción, fabricación, procesamiento etc, de materiales no minerales, deba contratar a otra de menor capacidad logística y técnica para que le haga lo mismo que ella puede hacer con lujo de competencia». Se remite a una decisión de esta Sala de la Corte CSJ SL 6 may. 2005, rad. 22905, para discurrir sobre las condiciones precarias que produce el sub empleo y, con ello, estima demostrada la violación de las disposiciones que enuncia en el cargo. VII. RÉPLICA 8 Radicación n.° 40058 Atribuye defectos técnicos a la demanda como la utilización de disposiciones que no fueron estudiadas por el fallador; señala la existencia de varios «cargos» y de los restantes indica que no pueden estimarse los testimonios; que en todo caso no existió un yerro manifiesto máxime cuando se edificó la determinación en la valoración probatoria según el artículo 61 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social. VIII. CONSIDERACIONES Es cierto, como lo anota el opositor, que no es viable el estudio de testimonios en sede de casación, pero ello se supera cuando también se cuestiona la valoración de otras probanzas que sí tienen el carácter de calificadas; en lo atinente a los diversos cargos a los que se alude, no son más que el desarrollo de la única acusación que se presenta, en la que imputa yerros manifiestos al juzgador, por no valorar debidamente las pruebas que se encontraban en el plenario, con lo cual, según la censura, soslayó las consideraciones jurídicas en punto a la solidaridad que se discutió en el curso procesal. Superadas tales críticas, conviene memorar que el artículo 34 del Código Sustantivo del Trabajo refiere que son contratistas independientes y, en tal sentido, verdaderos empleadores, quienes ejecuten una o varias obras o cualquier servicio en favor de un tercero, por un precio determinado, con la asunción de todos los riesgos y la utilización de sus propios medios, con libertad y 9 Radicación n.° 40058 autonomía técnica y directiva en la realización del objeto contratado. En la legislación civil, el contratista independiente tiene como antecedente del derecho romano la institución de la locatio conductio o arrendamiento de obra, en el que una persona cedía a otra, o bien el uso de una cosa, o la realización de una obra, o la prestación de un servicio a cambio de un precio. Dicha figura se acopló a la disciplina laboral, teniendo como primer referente la definición del artículo 6 del Decreto 2127 de 1945, que luego fue ampliada en los Decretos 2663 y 3743 de 1950, en el referido artículo 34, subrogado por el 3 del Decreto 2351 de 1965. En dicho precepto se impone la solidaridad al beneficiario o dueño de la obra, respecto del valor de los salarios, indemnizaciones y prestaciones sociales, cuando lo contratado obedezca a actividades normales de su empresa o negocio, sin perjuicio de que “estipule con el contratista las garantías del caso o para que se repita contra él lo pagado. El beneficiario del trabajo o dueño de la obra también será solidariamente responsable en las condiciones fijadas en el inciso anterior, de las obligaciones de los subcontratistas frente a sus trabajadores, aun en el caso de que los contratistas no estén autorizados para contratar los servicios de los subcontratistas”. Tal disposición se inspira en el respeto por los derechos de los trabajadores, independientemente de la modalidad que adopten los contratantes, de manera que corresponde al juzgador, como primera medida, establecer 10 Radicación n.° 40058 si, en efecto, la labor contratada hace parte del giro de los negocios ordinarios de la empresa, con el objetivo de resolver si existe o no solidaridad. Sin duda esta institución tiene un efecto positivo en aras de satisfacer las acreencias laborales, pues extiende al obligado solidario, la responsabilidad por todas aquellas deudas impagadas, sin que se le libere, en los términos del artículo 1572 del Código Civil, aplicable por analogía. Lo precedente no desdibuja las dos relaciones que se mantienen, esto es la de quien encarga la realización de la obra o la labor y quien la realiza, así como la que surge entre la persona que contrata (que puede ser natural o jurídica) y los sujetos que usa para el efecto, de allí que solo respecto de estos últimos es que se predica, fundamentalmente, un vínculo de carácter laboral. Esas reflexiones son necesarias pues la discusión que aquí se plantea gravita sobre la conclusión del juzgador de segundo grado atinente a que no existía ningún vínculo jurídico que obligara a la demandada a responder por las obligaciones reclamadas pues para el ad quem «ninguna de las pruebas documentales abonadas con la demanda al expediente avizoran o dan cuenta de una relación de trabajo entre el fallecido y el aquí demandado». En esa dirección, el censor pretende demostrar la solidaridad de la empresa demandada, por la existencia de un vínculo jurídico entre ella y la contratista DEMOLIN 11 Radicación n.° 40058 LTDA. De ese modo aun cuando la Sala encontrara demostrados los supuestos fácticos que señala el recurrente, la decisión final sería en el mismo sentido a la del Tribunal, puesto que para proferir alguna condena en contra de OMYA COLOMBIA S.A., se exigía determinar las acreencias laborales con la concurrencia del contratista. En efecto, al verificar si para declarar responsable al obligado solidario OMYA DE COLOMBIA S.A. era imperativo vincular a DEMOLIN LTDA., se encontraría que la jurisprudencia de esta Sala ha sostenido que es necesaria la comparecencia del verdadero empleador cuando quiera que se pretenda imponer obligaciones generadas en la relación laboral, salvo que se encuentre inequívocamente demostrada una obligación clara y actualmente exigible en cabeza de aquel, bien por la existencia de un acta de conciliación o la definición de un proceso anterior, pues se requiere de su integración al trámite procesal. Así que habrá litis consorcio facultativo, cuando exista certeza de lo debido, de suerte que el trabajador (acreedor) puede demandar al obligado principal como al solidario, o solo al segundo será necesario siempre que se requiera determinar qué se adeuda, como cuando debe declararse el contrato de trabajo y derivar las consecuencias propias del mismo. En sentencia CSL SL 28, abr, 2009, rad. 29522, esta Sala de la Corte adoctrinó: 12 Radicación n.° 40058 El tema relativo a la viabilidad de reclamar, en proceso separado, la solidaridad de un socio, no vinculado al proceso en el que se determinó la existencia de una obligación a cargo de la sociedad empleadora, ya ha sido definido por esta Corporación en el sentido de considerar procedente tal posibilidad. Así, basta remitirse a lo precisado en pronunciamiento del 12 de septiembre de 2006, radicación 25323 al analizar similar acusación, en los siguientes términos: Aspecto central materia de la controversia es el relativo a la obligación que es objeto de la solidaridad legal reclamada en el sub lite -la del socio con su sociedad- que, para precisarlo de partida, es la causada por la vinculación laboral del trabajador frente al empleador, quien es el responsable directo de la obligación; corolario de tal afirmación es que la que se exige del solidario, no es deuda autónoma o diferente de aquella; lo que la ley manda garantizar con el pago es la debida por el empleador. Tal premisa tiene repercusiones procesales en que la demanda judicial orientada a la determinación de la existencia de la obligación, necesariamente, ha de comprender al empleador como responsable directo del pago de salarios, prestaciones sociales e indemnizaciones. La doctrina de la Sala ha sido reiterativa en exigir la constitución del litis consorcio necesario entre el deudor solidario y el empleador, cuando la pretensión de la demanda es establecer lo que se le adeuda al trabajador por su relación laboral. Ha dicho la Sala: La Corte ha señalado que cuando se demanda al deudor solidario laboral –específicamente por la condición de beneficiario o dueño de la obra- debe ser también llamado al proceso el empleador. En sentencia de 10 de agosto de 1994, Rad. N° 6494 dijo la Corte: a) El trabajador puede demandar solo al contratista independiente, verdadero patrono del primero, sin pretender solidaridad de nadie y sin vincular a otra persona a la litis. b) El trabajador puede demandar conjuntamente al contratista patrono y al beneficiario o dueño de la obra como deudores. Se trata de una litis consorcio prohijada por la ley, y existe la 13 Radicación n.° 40058 posibilidad que se controvierta en el proceso la doble relación entre el demandante y el empleador y éste con el beneficiario de la obra, como también la solidaridad del último y su responsabilidad frente a los trabajadores del contratista independiente. c) El trabajador puede demandar solamente al beneficiario de la obra, como deudor solidario si la obligación del verdadero patrono, entendiéndose como tal al contratista independiente ‘existe en forma clara expresa y actualmente exigible, por reconocimiento incuestionable de éste o porque se le haya deducido en juicio anterior adelantado tan sólo contra el mismo”. Este principio formulado por la Corte frente al beneficiario o dueño de la obra tiene cabal aplicación para cuando se convoca al proceso al intermediario laboral, pues su razón es la de una calidad que es común a aquéllos y a éste: deudor solidario de las obligaciones con trabajadores del empleador; ciertamente si lo que se persigue con el proceso es la existencia de la deuda, la unidad del objeto no puede ser rota; con el deudor solidario debe ser siempre llamado el empleador, quien es el primero que debe responder por los hechos que originan o extinguen la obligación reclamada. Lo anterior no es óbice para que, como lo indica la Sala en la sentencia reseñada, el trabajador escoja entre cualquiera de los obligados para exigir el pago de una obligación, una vez ésta ya ha sido establecida” ( sentencia de mayo 10 de 2004, rad.22371). El litis consorcio necesario se ha de constituir en todo proceso en el que además de determinar la existencia de unas acreencias laborales a favor del trabajador, se persiga el pago de la condena por parte de cualesquiera de las personas sobre las que la ley impone el deber de la solidaridad. De esta manera, el responsable principal de las deudas laborales ha de ser siempre parte procesal cuando se pretenda definir la existencia de las deudas laborales; y ello es condición previa, en caso de controversia judicial, para que se pretenda el pago de la misma, en el mismo proceso o en uno posterior; los deudores solidarios, a su turno, han de ser necesariamente partes procesales en los procesos que tengan por objeto definir la 14 Radicación n.° 40058 solidaridad, esto es, si se dan o no los presupuestos para declarar tal responsabilidad solidaria frente a la deuda laboral, reconocida por el empleador, o declarada judicialmente en proceso, se repite, anterior o concomitante. En el proceso que persiga declarar la existencia de la obligación laboral no se requiere vincular – nada se opone a que voluntariamente se haga- a un deudor solidario, por cuanto el objeto es definir el contenido de las obligaciones de una relación jurídica de la que no es parte, y por lo mismo, no hay lugar a excepciones derivadas de la naturaleza de la obligación conducentes a impedir su existencia. Cuando se persiga hacer valer la solidaridad sin que se hubiere establecido la deuda en acta conciliatoria o proceso judicial, se debe constituir litis consorcio necesario con el deudor principal. La actuación procesal del deudor solidario, en proceso en el que se le ha llamado a integrar el litisconsorcio con el responsable principal, o en uno posterior al que ha resuelto la controversia sobre la definición de la obligación materia de la solidaridad, y con la pretensión de condenarlo a que asuma el pago de la misma, ha de encaminarse a allanarse o defenderse, aceptando o controvirtiendo el que se den los supuestos sobre los que se edifica la solidaridad, esto es, sobre si se reúnen o no, por ejemplo, los requisitos del artículo 34 del C.S.T. para el beneficiario de la obra, del artículo 35 en tratándose del intermediario, o del artículo 36 para el socio de una sociedad, o si ésta se da, presentando excepciones personales frente al actor, conducentes a enervar la obligación de pago, como por ejemplo acreditando que éste ya fue realizado, o que operó el fenómeno de la compensación, de la novación, o de la prescripción, entre otros. Se ha de advertir que la solidaridad que se reclama en el sub examine tiene por fuente la ley, premisa que no desvanece la circunstancia de que el contenido de tal obligación haya sido precisado por una sentencia judicial, de la manera que se pretende cuando se alega que con ello lo que se violaría el principio de que las sentencias tienen efectos inter partes; ciertamente lo que obra es el imperio de la ley. En ese contexto, el cargo no es viable. 15 Radicación n.° 40058 Costas a cargo del recurrente; las agencias en derecho se incluirán por de $3.150.000. IX. DECISIÓN En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia dictada el por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla el 13 de noviembre de 2008, dentro del proceso ordinario laboral seguido por CORINA ESTHER CUSTODIO PÉREZ SUÁREZ DE SUÁREZ HERNÁNDEZ contra y ÁNGEL OMYA DE COLOMBIA S.A. Costas como se anunciaron. Cópiese, notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el expediente al tribunal de origen. RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO Presidente de Sala JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ 16 Radicación n.° 40058 ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO GUSTAVO HERNANDO LÓPEZ ALGARRA LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE 17