Manual CTO Oposiciones de Enfermería 52 978-84-15461-96-8 Tema Comunidad Autónoma de Madrid Manejo de heridas. Cuidados generales. Valoración integral del riesgo de deterioro de la integridad cutánea. Escalas de valoración. Cuidados de úlceras por presión, heridas crónicas y quemaduras No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento informático, la transmisión de ningún otro formato o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro y otros medios, sin el permiso previo de los titulares del copyright. © CTO EDITORIAL, S.L., 2012 C/ Francisco Silvela, 106; 28002 - Madrid Tfno: 91 782 43 30 Fax: 91 782 43 43 E-mail: ctoeditorial@ctomedicina.com Página Web: www.grupocto.es ISBN de la Obra completa: 978-84-15461-96-8 Impreso en España - Printed in Spain Impulso Global Solutions, S.A. C/ Ronda de Valdecarrizo, 23 28760 - Tres Cantos - Madrid Manual CTO Oposiciones de Enfermería 52 Tema Comunidad Autónoma de Madrid Manejo de heridas. Cuidados generales. Valoración integral del riesgo de deterioro de la integridad cutánea. Escalas de valoración. Cuidados de úlceras por presión, heridas crónicas y quemaduras Yolanda García Álvarez Raúl Molines Barroso Índice 52.1. 52.2. MANEJO DE HERIDAS 1 52.1.1. La piel 1 55.1.2. La cicatrización 3 52.1.3. Algoritmo TIME 7 CUIDADOS GENERALES 52.2.1. 52.3. 52.4. 52.5. Cuidados de la piel VALORACIÓN INTEGRAL DEL RIESGO DE DETERIORO DE LA INTEGRIDAD CUTÁNEA 12 13 16 52.3.1. Deterioro de la integridad cutánea 17 52.3.2. Riesgo de deterioro de la integridad cutánea 18 ESCALAS DE VALORACIÓN 18 52.4.1. Escalas de Norton y de Norton modificada 18 52.4.2. Escala de Waterlow 20 52.4.3. Escala de Braden 20 CUIDADOS DE ÚLCERAS POR PRESIÓN, HERIDAS CRÓNICAS Y QUEMADURAS 20 52.5.1. Úlceras por presión (UPP) 20 52.5.2. Úlceras crónicas 25 52.5.3. Quemaduras 29 BIBLIOGRAFÍA 33 Manejo de heridas. Cuidados generales. Valoración integral del riesgo de deterioro de la integridad cutánea. Escalas de valoración. Cuidados de úlceras por presión, heridas crónicas y quemaduras 52.1. MANEJO DE HERIDAS Las heridas constituyen un proceso patológico frecuente, que presenta gran variabilidad en cuanto a su factor etiológico, a su sintomatología o al grado de afectación que muestra el paciente. 52 52.1. Manejo de heridas 52.2. Cuidados generales 52.3. Valoración integral del riesgo de deterioro de la integridad cutánea 52.4. Escalas de valoración 52.5. Cuidados de úlceras por presión, heridas crónicas y quemaduras Se define herida como aquella lesión traumática de la piel y de las mucosas, con solución de continuidad de la misma y afectación variable de estructuras adyacentes. El tratamiento de cualquier tipo de herida requiere comunicación interdisciplinar entre el personal de enfermería y el resto de profesionales de la salud. Antes de abordar el estudio de este tratamiento, es necesario realizar un breve repaso de los conceptos que se explican a continuación. 52.1.1. La piel La piel es el órgano del cuerpo humano que reviste toda la superficie corporal, así como los orificios cutáneos. Presenta variaciones entre individuos según la edad, el sexo, el peso, el estado de salud o la raza; e incluso en el mismo individuo también muestra cambios. A. Funciones de la piel La piel es un órgano necesario y esencial para la vida del ser humano, que cumple diferentes funciones entre las que se encuentran las siguientes: secreción, almacenamiento de agua, grasa y sangre, síntesis de vitamina D e intercambio de sensaciones con el medio externo. Sin embargo, la función principal de la piel es la de protección, de forma que cuando se supera la capacidad de resistencia de la misma, se producen lesiones cutáneas. Algunas de las demás funciones son las siguientes: • La capa córnea de la piel, unida a la acción antimicrobiana, impide la penetración de microorganismos a través de ella y también está implicada en la protección del organismo humano frente a agentes químicos. El 1 Manual CTO Oposiciones de Enfermería • • • De este proceso, se deduce la estratificación de la epidermis en: estrato basal (neoformación celular), estrato espinoso y granuloso (maduración celular) y estrato córneo (función protectora). En algunas zonas de piel gruesa aparece el estrato lúcido, que se sitúa entre el estrato granuloso y el córneo. tejido graso, el vello y las uñas actúan como un mecanismo amortiguador frente a los traumatismos. Gracias a la melanina, la piel puede absorber las radiaciones solares. La vascularización de la piel (mediante vasoconstricciónvasodilatación) y la secreción de las glándulas sudoríparas son las responsables de la termorregulación. La pérdida de una extensión importante de la piel conlleva la muerte del individuo. Otras células presentes en esta capa son: los melanocitos, las células de Langerhans, las células de Merkel, los linfocitos de tránsito, etc. B. Recuerdo anatomofisiológico de la piel • La piel se comporta como un único tejido y está formada por tres capas (epidermis, dermis y tejido celular subcutáneo), cada una de las cuales posee un origen embrionario diferente (Figura 52.1). Teniendo en cuenta este hecho, la hoja ectodérmica dará lugar a la epidermis, las glándulas ecrinas y apocrinas, la unidad pilosebácea y las uñas; y la hoja mesodérmica originará la dermis, el tejido celular subcutáneo, los vasos y los músculos. Dermis: está unida estrechamente a la epidermis formando una membrana que constituye el límite o la unión dermoepidérmica, que es una membrana muy importante involucrada en un elevado número de procesos patológicos. La dermis está formada por tejido conjuntivo unido a sustancia fundamental y células y se encuentra atravesada por vasos sanguíneos, linfáticos y fibras nerviosas. En esta capa se sitúan los folículos pilosos, las glándulas sebáceas y las sudoríparas. Los fibroblastos son las células encargadas de la síntesis de colágeno y de la degradación de la matriz proteica, gracias a las enzimas que poseen. Otras células presentes en esta capa son los mastocitos y los macrófagos. Se trata de una capa esencial para el desarrollo de una correcta cicatrización y además está implicada en otras funciones, tales como la regulación térmica, el almacenamiento de agua y la sensibilidad. • Tejido celular subcutáneo: también denominado hipodermis, está constituido por tejido conjuntivo, fibras de colágeno y células, fundamentalmente adipocitos. En el tejido celular subcutáneo es el lugar en el que se alojan los vasos sanguíneos y los nervios. Las funciones que principalmente desempeña son las de amortiguación y reserva de energía. Figura 52.1. Estructura de las capas de la piel Por tanto, las capas de la piel, desde la parte más superficial a la más profunda, son las siguientes: • Epidermis: esta capa está formada por tejido poliestratificado. Los queratinocitos representan el 80% de sus células y son los responsables de formar la queratina, proteína que proporciona dureza a la piel. Los queratinocitos nacen junto a la unión dermoepidérmica y van ascendiendo por la epidermis, sufriendo un proceso de diferenciación (queratinización). 2 Los órganos anejos como las uñas, la unidad pilosebácea y las glándulas sudoríparas, también forman parte de la piel. Los anejos cutáneos se encuentran distribuidos en todo el grosor de la piel y a lo largo del cuerpo con diferentes características según su localización. Estas características son las que se citan seguidamente. • Folículos pilosebáceos: son invaginaciones de la epidermis, que llegan a la dermis y a veces a la hipodermis. Los componentes de la unidad pilosebácea son: el pelo, el folículo piloso, las glándulas sebáceas (unidas al pelo, eli- | Tema 52 minan sebo a través de él), el músculo erector del pelo y la glándula sudorípara apocrina, que si bien no forma parte de la unidad, desemboca en ella. Este tejido vascular especializado va a contribuir a la realización de funciones tales como la termorregulación, la regulación de su propio metabolismo o el control de la presión sanguínea. Cumplen diferentes funciones, entre las que destaca la reparación de la epidermis a través de la proliferación de la matriz germinativa de los folículos pilosos. De la misma forma, existe un plexo linfático, con una disposición similar a la del arteriovenoso ya explicado. D. Inervación • Glándulas sudoríparas apocrinas: las glándulas apocrinas se encuentran situadas en la hipodermis (están localizadas a mayor profundidad que las ecrinas). Desembocan en el folículo piloso, por encima de la glándula sebácea, secretando a través de él. Es posible encontrarlas en las axilas, el periné, el pubis y en las regiones mamarias. Producen una secreción escasa, incluso en la axila, zona en la que predomina la secreción ecrina. • Glándulas sudoríparas ecrinas: se sitúan en toda la superficie cutánea, sobre todo en las zonas palmoplantares. Junto con las glándulas apocrinas, desempeñan una función primordial en la termorregulación corporal y gracias a la secreción de sudor confieren a la piel un pH de entre 6,8 y 7,1, que actúa como defensa frente a la penetración de microorganismos. • Uñas: son invaginaciones de la epidermis que crecen tangencialmente a ésta, formando láminas córneas queratinizadas. Una uña puede tardar entre 6 y 12 meses en crecer completamente tras su extirpación, siendo este tiempo mayor en el pie que en la mano. Su función principal es la de protección, por lo que debe evitarse su avulsión en la medida de lo posible. La piel es un importante órgano de percepción puesto que posee un elevado número de terminaciones nerviosas sensitivas, libres o encapsuladas, presentes en sus capas, fundamentalmente en la dermis. 52.1.2. La cicatrización La cicatrización es una condición indispensable para la vida, consistente en un conjunto de hechos fisiológicos que siguen una secuencia cronológica, con el fin de reparar los tejidos dañados por tejido sano y devolverle la funcionalidad a éstos. Todas las heridas que afecten a la dermis generarán una cicatriz cuyo resultado final, en condiciones normales, estará relacionado con la extensión y la profundidad de la herida. Así pues, la cicatrización depende también de procesos inmunológicos, pudiendo, por consiguiente, variar este proceso de unos individuos a otros y también en el propio sujeto. En el mejor de los casos, el proceso finaliza con la reparación completa de la lesión, sin secuelas funcionales ni estéticas. A. Tipos de cicatrización La cicatrización de las heridas se clasifica en los siguientes tipos: • Cicatrización por primera intención o primaria: es la cicatrización deseada. Se obtienen mejores resultados estéticos, es más corta en el tiempo y presenta menor número de complicaciones. C. Vascularización de la piel Entre la dermis y la hipodermis se sitúa el plexo arterial profundo. De este plexo van a partir arteriolas más pequeñas para irrigar la dermis formando el plexo arterial superficial. La epidermis, en ausencia de vasos, se va a nutrir de los vasos localizados en la dermis. Existe además un entramado venoso paralelo, que forma el plexo venoso superficial y el plexo venoso profundo, uniéndose con los plexos arteriales mediante anastomosis arteriovenosas o glomus. Este tipo de cicatrización tiene lugar en heridas sometidas a sutura, o a cualquier tipo de elemento cuyo objetivo sea el de aproximar los bordes de la misma. Eliminar el vello antes de realizar un cierre por primera intención no ha demostrado disminuir la frecuencia de infecciones postintervención. Si fuera necesario eliminar el vello, entonces el corte del pelo y las cremas depilatorias son las técnicas de elección frente al rasurado con maquinilla. Tampoco se han encontrado diferencias en las tasas de infecciones cuando se afeita o se corta el vello de los pacientes un día antes de la cirugía o el mismo día de la intervención. 3 Manual CTO Oposiciones de Enfermería • Cicatrización por segunda intención o secundaria: en este caso los bordes de la herida no pueden aproximarse, como sucedía en el caso anterior y deben crecer “desde dentro hacia fuera”, a expensas del tejido conjuntivo, hasta su epitelización. Este tipo de cicatrización implica un mayor riesgo tanto de infección de las heridas (los tejidos más vulnerables puesto que están expuestos durante mayor tiempo) como de generación de cicatrices patológicas (debido a un curso tórpido en el proceso de cicatrización) con peores resultados estéticos y funcionales. • Existen otros tipos de cicatrización, como la cicatrización por tercera intención, que combinaría las dos anteriores. Este tipo de cicatrización se usa en heridas contaminadas que quieren someterse a cicatrización por primera intención, de tal forma que durante una primera fase se cura por segunda intención (en un periodo de entre 3 y 5 días), para posteriormente aproximar los bordes. B. Fases de la cicatrización vasoconstricción y formar un hematoma y, posteriormente, un coágulo. Finalmente, el coágulo en la superficie, ayudado por los factores de coagulación, se instaura en forma de escara o de costra, tras adquirir resistencia y después de deshidratarse, interfiriendo en ulteriores fases de la cicatrización. Por el contrario, si el organismo no es capaz de disolver el citado coágulo, se va a instaurar en las capas internas de la piel, suponiendo un caldo de cultivo excepcional para los microorganismos, lo que incrementa el riesgo de infecciones. Las primeras células en actuar cuando se sufre la lesión son las plaquetas, constituyendo el coágulo primario. Además, las plaquetas van a atraer a otras células para que se active y comience el proceso de regeneración (formación de la matriz extracelular), mediante factores de crecimiento, mediadores químicos y sustancias vasoactivas. Aproximadamente, 24 h después de sufrir la lesión comenzará la fibrinólisis. De esta forma, los vasos dañados se van a situar en una condición óptima para poder ser reconstruidos. Cuando se produce una herida, el organismo desencadena una serie de mecanismos destinados a su reparación que siguen una secuencia ordenada y solapada, tal como ya se ha indicado anteriormente. 2. Fase inflamatoria En realidad, todas las etapas del proceso de cicatrización se encuentran solapadas en el tiempo y no se pueden separar (es posible distinguir distintas fases del proceso de cicatrización a la vez en una sola herida), pero para un mejor entendimiento, se explican de forma individualizada. En heridas que cicatrizan por primera intención, esta fase suele durar alrededor de 3 días. Sin embargo, en úlceras que lo hacen por segunda intención, es posible que esta etapa esté presente de manera indefinida, impidiendo el avance del proceso correcto de cicatrización. Algunos autores dividen las fases de la cicatrización en función de la actividad metabólica (catabolismo/anabolismo celular) llevada a cabo en la úlcera: • La fase catabólica correspondería básicamente a las fases hemostática e inflamatoria (proceso de destrucción basado en la limpieza de la herida a través de las células y la liberación de sus elementos). • La fase anabólica supone a una etapa constructiva; es decir, similar a la fase de proliferación. Tras la vasoconstricción y pasadas unas horas, se va a producir una inflamación, mediada por un variado número de sustancias químicas. La inflamación va a constar de etapas diferenciadas: • Vasodilatación: con el objetivo de hacer llegar a la herida los elementos celulares necesarios para realizar una primera limpieza y las proteínas adecuadas para la futura proliferación de fibroblastos. • Quimiotaxia: las células defensivas del organismo llegan a la zona lesionada y se activan para eliminar los tejidos desvitalizados y los gérmenes presentes. Sin embargo, las fases del proceso de cicatrización que mayor arraigo tienen en la comunidad científica son las que se explican a continuación. 1. Fase hemostática Se desencadena de forma espontánea tras sufrir la lesión. Su objetivo es evitar la pérdida de sangre a través de los vasos dañados de la herida y, para ello, el organismo va a generar 4 Esta fase, junto con la fase anterior, es conocida en su conjunto como fase de exudado. Las células que intervienen junto a las plaquetas en esta fase son las siguientes: • En primer lugar, los leucocitos polimorfonucleares (PMN). • Posteriormente los linfocitos y los macrófagos. Van a llevar a cabo funciones de fagocitosis, desbridante y antimicrobiana. También liberarán factores de crecimiento responsables de atraer y de estimular la formación de fibroblastos y de iniciar la angiogénesis. | Tema 52 Por tanto, es posible resumir la fase inflamatoria como el proceso de limpieza de la herida y posterior preparación del lecho para el crecimiento de la cicatrización. 3. Fase de proliferación Esta fase también se conoce con el nombre de fase de granulación o fase roja. Comienza entre el cuarto y quinto día posterior a la producción de la lesión. Esta parte del proceso se compone esencialmente de las siguientes dos acciones: • Fibroplastia: en ella se procede a la formación del nuevo tejido (de granulación) a expensas del crecimiento y la proliferación de los fibroblastos, que sintetizarán fibras de colágeno (componente principal de la cicatriz). • Neoangiogénesis: durante el proceso de fibroplastia, estas células que se generan van a recibir oxígeno y nutrientes gracias a la formación de los nuevos vasos (que continuarán generándose en esta fase). El tejido de granulación será una matriz constituida por colágeno y por sustancia fundamental. Estimulados por el sulfato de condroitina y mediados por los factores de crecimiento, los fibroblastos van a convertirse en miofibroblastos, los cuales sí tienen capacidad contráctil. Los factores de crecimiento (también llamados moléculas de señalización), por tanto, resultan imprescindibles en todas las fases del proceso de reparación tisular. Por tanto, debe existir un balance entre la actividad productiva y la destructiva de estos factores; balance que sí existe en las heridas agudas, pero no en las crónicas. 4. Fase de epitelización En la fase de epitelización se desarrollará la nueva epidermis. En las heridas que cicatrizan por primera intención, esta fase comienza de forma temprana, a partir de las 48-72 h. Los miofibroblastos, gracias a su capacidad contráctil, van a ir aproximándose entre sí, favoreciendo la contracción de los bordes de la herida y estimulando la formación de nuevas células epiteliales presentes en dichos bordes. Cuando las nuevas células epiteliales contactan, van a ir proliferando y se van a diferenciar, formando los estratos de la piel. La epitelización siempre se realiza por encima del tejido de granulación. En caso de existir costra, constituirá un obstáculo para la epitelización, teniendo que llevarse a cabo este proceso por debajo de la escara. Figura 52.2. Diferenciación en los bordes del tejido de epitelización Cuando el tejido de epitelización ha cubierto la herida, ésta se puede considerar cerrada; sin embargo, el proceso de cicatrización no termina hasta que se cumpla el periodo correspondiente a la fase de remodelación. 5. Fase de remodelación o de maduración La fase de remodelación comienza pasada una semana de la lesión y tiene una duración media de entre 6 y 12 meses. El objetivo de esta fase es la maduración del tejido cicatrizal hasta conseguir un tejido con características similares a las que poseía la zona previamente a producirse el traumatismo. Al final del proceso, se va a obtener un tejido desprovisto de folículos pilosos, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas; un tejido más resistente, gracias al colágeno, que se va dotando de mayor fuerza tensil; pero aun así, un epitelio que sigue siendo más vulnerable que la piel intacta y, por tanto, la cicatrización será cada vez más complicada en el caso de nuevas lesiones sobre la misma zona. C. Diferencias en los procesos de cicatrización entre las heridas agudas y las heridas crónicas Desde un punto de vista clínico, se consideran heridas agudas todas aquéllas en las cuales el proceso de cicatrización es predecible y ordenado y heridas crónicas a aquéllas en las que el proceso de cicatrización se frena en la fase inflamatoria y/o proliferativa por procesos sistémicos, contaminación bacteriana, presión, etc. Las diferencias en los procesos de cicatrización entre ambos tipos de heridas aparecen resumidas en la Tabla 52.1. 5 Manual CTO Oposiciones de Enfermería HERIDAS AGUDAS HERIDAS CRÓNICAS Tiempo de cicatrización Días-semanas Semanas-meses Tejido conjuntivo Escaso Amplio Tiempo de duración de la fase inflamatoria Menor Mayor Calidad de la cicatriz Menor Mayor Posibilidad de complicaciones Menores Mayores Actividad de los factores de crecimiento Equilibrada Desequilibrada Tabla 52.1. Diferencias en los procesos de cicatrización entre heridas agudas y heridas crónicas D. Procesos que afectan a la cicatrización Existen innumerables factores que pueden afectar al proceso de reparación de una herida que aparecen a continuación englobados en dos grandes grupos: factores sistémicos y factores locales. • Factores sistémicos: enfermedades (diabetes mellitus, insuficiencia renal crónica), enfermedades inmunitarias, infecciosas, o que conllevan bajo gasto cardíaco (shock, insuficiencia cardíaca), desnutrición, ictericia, edad avanzada, fármacos (antiinflamatorios, inmunosupresores, corticoides, antiagregantes) y drogas (tabaco, alcohol, otras). - - • • En el área nutricional: el déficit de proteínas, de vitaminas y/o de minerales, así como la desnutrición, van a hacer que no se originen proteínas en el lecho de la herida y, por tanto, disminuya la velocidad del proceso de la cicatrización. • Factores locales: tejido necrótico, fármacos tópicos (corticoides, antibióticos, antisépticos o vasoconstrictores), cuerpos extraños (incluidos los coágulos y los drenajes), presión o traumatismo crónico, contaminación bacteriana, hipoxia tisular, en radioterapia y malignización. Las características de la úlcera en cuanto a dimensiones y localización también van actuar como factor local pronóstico del proceso de cicatrización. La hipoxia tisular es el factor más importante en la génesis de úlceras. También es el agravante más habitual en la complicación de las mismas. E. Tipos de heridas Existen múltiples formas de clasificar las heridas en función de distintos factores tales como los siguientes: • Por el agente causal: - Incisas: producidas por elementos afilados y cortantes. En ellas predomina la longitud frente a la profundidad. Los bordes suelen ser nítidos, limpios y regulares. 6 • Punzantes: causadas por elementos acabados en punta afilada. Generalmente, son profundas y presentan riesgo de lesión de estructuras internas. Contusas: cuyos bordes son irregulares y anfractuosos, con lesiones tisulares importantes. Si la herida se ha producido en el cuero cabelludo, se denomina scalp. Por su profundidad: se deben diferenciar las penetrantes (profundas que llegan hasta cavidades) de las perforantes (el objeto que las provoca atraviesa vísceras presentes en dichas cavidades). Las heridas por empalamiento son aquéllas donde el objeto lesiona la mucosa anal o vaginal. Por su complejidad: hay que diferenciar entre dos entidades: - Simples o superficiales: lesión hasta el tejido celular subcutáneo. Habitualmente tienen buen pronóstico y evolución. - Complejas o profundas: suelen lesionarse estructuras profundas como vasos sanguíneos, nervios, tendones, etcétera. Son de peor pronóstico y evolución que las anteriores y en ocasiones es posible que tengan cuerpos extraños en su interior. Según el grado de contaminación: se clasifican en los siguientes tipos: - Limpia: atraumática, realizada en condiciones de esterilidad (riesgo de infección entre el 1-5%). - Limpia-contaminada: supone la afectación del tracto genitourinario, gastrointestinal o respiratorio de escasa cuantía y bajo condiciones de esterilidad (riesgo del 8-11%). - Contaminada: es aquella herida traumática o que está en contacto con el contenido entérico (riesgo del 15-16%). - Sucia: son los casos de drenaje de abscesos, desbridamiento de tejidos desvitalizados o heridas traumáticas de más de 6 u 8 h de evolución (riesgo de infección del 28-40%). Se recomienda realizar profilaxis antibiótica en caso de: - Heridas que presenten celulitis perilesional o contaminación grosera. - Mordeduras. | • En pacientes diabéticos o inmunodeprimidos. En heridas localizadas en la porción central de la cara, por el riesgo de diseminación al seno cavernoso. En pacientes con enfermedad valvular. Linfedema de extremidades. Crepitación o mal olor. Mordeduras: la mayoría están causadas por perros, gatos y seres humanos. Cada tipo de mordedura tiene consideraciones específicas que afectan al tratamiento de éstas. Todas las mordeduras deben ser consideradas contaminadas por bacterias potencialmente patógenas. Las heridas punzantes causadas por colmillos (como los de los gatos) presentan mayor riesgo de infección que aquéllas que quedan abiertas. El tratamiento general de las mordeduras radica en la limpieza y el frotado exhaustivo con povidona yodada y el desbridamiento de todos los tejidos desvitalizados y bordes de la herida. El cierre primario de las mordeduras resulta controvertido. Por norma general, se recomienda suturar aquellas mordeduras de bajo riesgo (situadas en cabeza y cara, heridas limpias y superficiales o las debidas a roedores). Cuando existen contraindicaciones para el cierre, puede realizarse un cierre primario diferido. El uso antibiótico profiláctico resulta también controvertido en las mordeduras, salvo en aquéllas localizadas en la mano, donde se recomienda su instauración inmediata; y en las producidas por seres humanos, independientemente de su localización. En algunos casos de mordedura, existe riesgo de contraer la rabia, por lo que es recomendable tener localizado al animal causante (para poder observar si presenta signos clínicos de rabia) ya que puede ser necesario realizarle pruebas de laboratorio. Se debe administrar profilaxis antirrábica cuando exista mordedura de murciélago, mapache, mofeta, zorro y otros carnívoros. En los casos de mordeduras por perros, gatos o hurones, no hay que administrarla a menos que existan signos clínicos de rabia en el animal. Las ratas no transmiten la rabia. necrótico y del exudado, hasta otros más complejos que se refieren a cuando las células del interior y de los bordes de la herida se vuelven senescentes (envejecen), no responden a ciertos tratamientos y se precisa una reconstrucción de la herida crónica mediante el empleo de tratamientos tales como agentes biológicos (por ejemplo, terapia celular) para así reconstituir de nuevo la estructura dérmica. Existen cuatro componentes en la preparación del lecho de la herida, cada uno de ellos enfocado en las diferentes anomalías fisiopatológicas que existen en las heridas crónicas. Estos componentes conforman un esquema que ofrece un enfoque global del tratamiento de las heridas crónicas que es distinto de los utilizados para las lesiones agudas. El algoritmo TIME (acrónimo de los términos: tejido, infección, humedad y borde; del inglés: tissue, infection, moisture and edge, respectivamente) debe estar siempre presente en el proceso de cura de una herida. Está basado en el concepto de preparación del lecho de la misma. Este concepto postula que se debe colocar a la herida en las mejores condiciones posibles para que se inicie su cicatrización. Se trata de un proceso dinámico, no lineal, que puede adquirir variaciones en cuanto al orden de importancia de sus elementos, dependiendo de la etiología de la herida crónica. Así, el personal de enfermería ayudará de forma prioritaria a limpiar la herida y a evitar la aparición de infección en las primeras fases de la cicatrización, o colaborará en el control del exudado o en la protección de los bordes de la herida en las últimas. A. T (tejido, tissue) 1. Retirada del apósito La retirada del apósito debe ser atraumática y para llevarla a cabo es necesario seguir las instrucciones del fabricante. Si el paciente presenta varias heridas, se curará primero aquélla que esté menos contaminada. Si un apósito se queda adherido al lecho, es motivo suficiente para plantearse su cambio. • Lavado de la herida: la limpieza y el secado de la herida incluyen la piel perilesional. Tiene como objetivo la retirada de detritos, bacterias y restos del lecho de la herida, con el fin de reducir la contaminación bacteriana. Se recomienda usar suero fisiológico o agua potable o destilada estéril a temperatura ambiente para el lavado rutinario de las heridas. 52.1.3. Algoritmo TIME • La preparación del lecho de la herida ofrece oportunidades en el tratamiento de heridas crónicas. Éstas abarcan desde aspectos básicos, como el tratamiento de la infección, del tejido Tema 52 Secado de la herida: debe realizarse también de manera atraumática, con leves toques, desde el interior de la lesión hacia el exterior. El secado no significa dejar la herida completamente seca. 7 Manual CTO Oposiciones de Enfermería 2. Eliminación del tejido El término inglés tissue (tejido) hace referencia a la eliminación del tejido desvitalizado, del exudado, de los cuerpos extraños y de aquellos materiales no viables, tanto en el lecho de la herida como en la piel perilesional; o lo que es lo mismo, realizar el desbridamiento de la herida. La eliminación de estos elementos además va a permitir evaluar la verdadera situación de la lesión (profundidad real o presencia de infección), puesto que el tejido necrótico crea condiciones favorables para el desarrollo de gérmenes y representa una barrera mecánica para la cicatrización. • la herida, y actuando sinérgicamente con enzimas endógenas, van a romper el colágeno, la fibrina y la elastina del tejido necrótico mediante hidrólisis. Desbridamiento autolítico: consiste en favorecer el desbridamiento natural del organismo. Es el tipo de desbridamiento más atraumático, inocuo e indoloro que existe. Todos los productos que favorecen la cura húmeda y los hidrogeles, de forma específica, van a contribuir a la generación de este desbridamiento. A La elección del método de desbridamiento debe ser acorde con las características de la lesión (fundamentalmente con la profundidad, la extensión y la localización), con los medios disponibles y con el confort del paciente. Otras características que se valorarán para elegir el desbridamiento serán el dolor, la infección, el coste o el exudado. Existen diferentes tipos de desbridamiento que se agrupan en: quirúrgico, mecánico, enzimático, autolítico y osmótico, pudiendo combinarse entre sí. • Desbridamiento quirúrgico, también denominado cortante. Se define como el desbridamiento consistente en retirar el tejido inviable del lecho de la herida hasta que aparezca tejido de granulación. La técnica debe ser lo más aséptica posible. Para llevarlo a cabo es obligatorio que el paciente preste su consentimiento informado por escrito. Excepciones al empleo de este tipo de desbridamiento son las siguientes: - Las escaras de talón, por el riesgo de generar osteomielitis de calcáneo. - Los pacientes terminales que requieren cuidados paliativos, en los que es necesario sopesar su empleo si estos pacientes tienen úlceras que desprendan muy mal olor. - Ante la presencia de estructuras nobles como tejido nervioso, tendones, cápsula articular o hueso; o si existe el riesgo de exponerlas. - Individuos con trastornos de la coagulación. - Pacientes con trastornos isquémicos, salvo que esté indicado. B Figura 52.3. Desbridamiento autolítico en una úlcera de la extremidad inferior: A. Antes de desbridar. B. Tras desbridamiento B. I (infección, infection) • • 8 Desbridamiento mecánico: se aplican gasas húmedas en la lesión; cuando éstas se secan, se quedan adheridas al lecho y al tirar de ellas se arranca también el tejido. Actualmente está en desuso porque es un método que resulta doloroso y traumático. Desbridamiento enzimático: también denominado desbridamiento químico. Utiliza enzimas proteolíticas exógenas (colagenasa, estreptoquinasa, fibrinolisina, tripsina, quimiotripsina, etc.) que aplicadas de forma tópica sobre Antes de profundizar en el estudio de este apartado, es necesario explicar los siguientes conceptos: • Contaminación: supone la presencia de microorganismos en la lesión que no se multiplican y no perjudican la cicatrización. Todas las heridas crónicas están contaminadas. • Colonización: es la existencia en la lesión de microorganismos que se están multiplicando sin provocar signos en la herida. | • • • • • • • Infección: comporta la presencia de microorganismos que se multiplican y provocan signos y síntomas en la herida y/o en el huésped. Los gérmenes han invadido los tejidos profundos. Carga bacteriana: se define como la concentración de gérmenes por gramo de tejido. Antiséptico: agente que tiende a inhibir el crecimiento y la reproducción de los microrganismos. Bacteriostático: que tiende a restringir el desarrollo o la reproducción de una bacteria. Bactericida: agente que destruye o lisa las bacterias. Signos clínicos locales de infección: - Secreción purulenta. - Eritema. - Tumefacción. - Aumento de temperatura. - Linfangitis. - Dolor, sobre todo si la úlcera era indolora. - Olor fétido. - Decoloración de la piel, parches violáceos o gangrena dérmica. - Bullas hemorrágicas. - Crepitación. Signos clínicos sistémicos de infección: - Mal estado general. - Descontrol metabólico. - Fiebre. - Escalofríos. - Taquicardia. - Cambios en el estado mental del paciente. - Leucocitosis. - Elevación de la velocidad de sedimentación. El diagnóstico de infección debe llevarse a cabo tomando como base los signos clínicos y ha de estar apoyado por el resultado obtenido al realizar un cultivo del exudado de la lesión. Por sí solo el estudio microbiológico no es un método fidedigno para diagnosticar la infección de las heridas. De forma genérica, se acepta que un cultivo es positivo cuando se obtienen valores en torno a los 1510 UFC/g de tejido o por ml de exudado. Los gérmenes aislados con mayor frecuencia en las úlceras son los grampositivos (estafilococos y estreptococos) y los gramnegativos (Proteus mirabilis y Escherichia coli). Algunos de ellos son flora habitual saprófita del personal sanitario. El aislamiento de un SAMR (Staphylococcus aureus resistente a meticilina) requiere la puesta en marcha de medidas protocolarias para evitar su propagación en todos los centros sanitarios donde sea detectado. Como norma general, ante la presencia de SAMR se recomienda: • El lavado de manos de los profesionales sanitarios que atiendan a estos pacientes, o la fricción de las manos limpias de suciedad, con una solución alcohólica jabonosa. • • • Tema 52 Realizar cambio de guantes tras el contacto con las lesiones. Aislar a estos pacientes en hospitalización de agudos. En centros de larga estancia, cubrir la úlcera y separar al paciente de otros que presenten heridas. La obtención de una óptima información microbiológica depende del tipo de muestra recogida y de la forma de llevar a cabo el análisis microbiológico. Siempre que sea posible, se recomienda recoger el cultivo antes de la instauración de un tratamiento antibiótico. Si ya hubiera empezado el citado tratamiento, se aconseja llevar a cabo la toma de cultivo antes de la administración del medicamento o, como mínimo, 48 h después de su finalización, haciéndoselo saber al laboratorio. El CDC (Center of Diseases Control) recomienda realizar el cultivo por aspiración (específico si se sospecha infección por microorganismos anaerobios) o por biopsia (es el de mayor efectividad diagnóstica), desechando el cultivo con torunda (sólo se obtienen gérmenes de superficie, ignorando en muchas ocasiones aquéllos que verdaderamente producen la infección). 1. Uso de antisépticos en la limpieza de la herida La utilización de forma sistemática de antisépticos tópicos tales como la povidona yodada o la clorhexidina no está recomendada para la limpieza rutinaria de las heridas. Además, el uso rutinario de algunos de ellos puede provocar problemas sistémicos por absorción o enmascarar signos de alarma en la lesión; y en multitud de ocasiones, interfieren con gran número de apósitos de cura. Destacan determinadas situaciones como excepcionales para el uso de antisépticos como las siguientes: • Antes y después del desbridamiento quirúrgico de la zona. • Heridas con infección de microorganismos multiresistentes (como el Staphilococcus aureus resistente a meticilina). • Previo al cultivo por aspiración o a la biopsia. • Como tratamiento de las úlceras isquémicas pendientes de revascularización. La clorhexidina y la povidona yodada son los antisépticos más usados. Producen destrucción tanto de células sanas como de bacterias, no conociéndose aún dónde se encuentra el límite del riesgo-beneficio que poseen. En caso de usar antiséptico, el de elección es la clorhexidina al 0,05% (concentraciones superiores al 4% dañan el tejido sano). El agua oxigenada, cada vez menos usada, provoca la quemadura de la última capa de células creada. Otros productos, como la lejía o el alcohol, se utilizan para la desinfección de superficies. El permanganato de potasio está en desuso; y el suero hipertónico para que actúe ha de permanecer en el lecho de la herida de manera prolongada. 9 Manual CTO Oposiciones de Enfermería 2. Uso de apósitos de plata • La plata es un agente antiséptico, de forma que con el uso de apósitos de plata no sólo se puede conseguir una acción terapéutica en pacientes con signos de infección local en heridas, sino que también se puede establecer una acción profiláctica en individuos con alto riesgo de infección. Además de ser eficaces contra una amplia gama de bacterias resistentes a antibióticos, estos apósitos proporcionan a la cura un ambiente húmedo. Por ello, la justificación para emplearlos como elección frente a antibióticos tópicos se debe principalmente a los siguientes factores: • Poseen un amplio espectro de acción antimicrobiana. • Presentan menor probabilidad de resistencias bacterianas. • Tienen menor riesgo de desarrollar hipersensibilidad y alergias. • Son de fácil aplicación tópica. • La liberación de la plata es sostenida, por lo que los cambios son menos frecuentes. • Pueden ayudar en la curación de heridas húmedas. Para establecer un empleo seguro de los apósitos de plata, hay que tener en cuenta: • En heridas infectadas, el uso inicial es de 2 semanas. Si existe mejoría clínica y ausencia de signos de infección, hay que migrar a otras terapias. Si los signos de infección se mantienen, pero el paciente muestra mejoría clínica, se puede prolongar el tiempo de aplicación, reevaluando de nuevo pasadas otras dos semanas. Cuando los signos de infección se mantienen y no existe mejoría clínica, es precisa la administración de un antibiótico sistémico y el cambio a otro tipo de apósito antimicrobiano. • Los apósitos de plata no se deben utilizar por tiempo indefinido. • Si no existe exudado, no está indicado su uso. • Se debe tener precaución en niños y en pacientes que presenten heridas extensas (por ejemplo, en el caso de grandes quemados). • No emplear de forma prolongada en pacientes con insuficiencia renal, insuficiencia hepática, recién nacidos, embarazadas y en casos de alergia a sulfonamidas. C. M (humedad, moisture) Actualmente, existe evidencia de los beneficios de la cura húmeda frente a la cura seca aportada por fuentes bibliográficas. 1. Diferencias entre cura seca y cura húmeda Para poder valorar las diferencias existentes entre cura seca y cura húmeda, es necesario analizar primero la definición de estos dos conceptos: 10 Cura seca: se ha estado utilizando hasta la década de los años setenta de forma unánime. Consiste en dejar secar la herida al aire, hasta que aparezca la costra, produciéndose la cicatrización bajo ésta y utilizando para ello tratamientos tópicos (antisépticos, antibióticos y colorantes). • Cura húmeda: comenzó con la aplicación de una gasa humedecida a la que se le iba añadiendo suero fisiológico. En realidad la cura húmeda consigue un ambiente húmedo, temperatura adecuada de forma controlada y permanente. Los beneficios de la cura húmeda son los siguientes: - El exudado mejora y reduce el tiempo de cicatrización, gracias a que contribuye a la mitosis y al movimiento de las células epidérmicas, a la aparición y al desarrollo de fibroblastos, al aumento de la síntesis de colágeno y favorece la angiogénesis. - Beneficia los mecanismos de defensa y la eliminación de detritos. - No aumenta el riesgo de infección. - Reduce el dolor. - Contribuye a un mayor distanciamiento entre las curas. - Ayuda a la obtención de mejores resultados estéticos. - Ayuda a que la relación coste-efectividad del proceso sea mejor. 2. El apósito ideal El apósito ideal no existe, por tanto, se debe seleccionar aquél que sea el más idóneo en función del tipo de herida frente a la que haya que actuar. Existen distintos nombres para definir tratamientos que favorecen la cura en ambiente húmedo: parches, apósitos de tratamiento, apósitos modernos, apósitos de nueva generación, apósitos bioactivos, apósitos especiales, dressing, pero para emplear cualquiera de ellos es necesario tener en cuenta que la oclusión (permeabilidad a gases) total de una herida es incompatible con la cicatrización. Habrá, por tanto, diferentes niveles de oclusión entre los apósitos existentes. El apósito ideal debe cumplir los cinco requisitos siguientes: • Mantener el grado de humedad en la herida de forma constante. • Absorber de manera selectiva el exceso de exudado, sin secar la herida. • Permitir el intercambio gaseoso. • Mantener la temperatura próxima a 37 ºC. • Proteger frente a microorganismos externos. | Tema 52 3. Tipos de apósito 4. Consideraciones generales en el uso de apósitos Las características que se pasarán a describir a continuación son sólo generalidades y como tales deben ser tomadas, como se presentan de forma resumida en la Tabla 52.2. Las consideraciones generales en el uso de apósitos son las siguientes: • Consultar la ficha técnica del producto. TIPO DE APÓSITO INDICACIONES Bactericidas Control de signos de infección local Espumas TIEMPO MEDIO DE USO · 2-3 semanas · Valorar signos de infección · Valorar tejido de granulación Manejo de exudado Hasta medio sin sospecha cicatrización completa de infección local TEJIDOS SOBRE LOS QUE ACTÚA OBJETIVO DEL TRATAMIENTO CONTRAINDICACIONES · Granulación · Granuloma · Esfacelo · Necrosis · Manejar signos · No combinar de inflamación con colagenasa · Disminuir mal olor · Exudado alto o bajo · Controlar exudado medio · Controlar la infección · Desbridamiento autolítico · Granulación · Prominencias óseas · Esfacelo inferior al 50% · Maceración · Precaución en úlceras plantares · No combinar con hidrogel o colagenasa Hidrofibra Desbridamiento de hidrocoloide 2 semanas · Esfacelo superior al 50% · Necrosis del lecho · Sequedad del lecho · Apósitos de transición Alginatos Heridas con exudado alto, granulación y esfacelo 2 semanas (en función del exudado) · Granulación · Esfacelo · Exposición ósea · Absorción del exudado · Úlceras con bajo nivel de exudado Agua gelificada Heridas con signos de infección clínica y tejido de granulación y/o esfacelo con exudado bajo 2 semanas · Esfacelo · Humectar · Desbridamiento autolítico · Maceración Pomada enzimática Heridas con tejido no viable: esfacelo y necrosis 2 semanas · Necrosis · Esfacelo · Desbridamiento enzimático de esfacelo y/o necrosis · No combinar con plata · Curas diarias Apósito barrera Control de la maceración perilesional 1 semana · Piel perilesional · Proteger los bordes de la humedad · No usar sobre el lecho de la herida Malla de silicona Heridas sin signos de infección, poco exudativas 2 semanas · Granulación · Esfacelo · Necrosis · Facilitar el soporte de un apósito secundario · Humectar · Evitar adherencia al tejido · Heridas muy exudativas o cavitadas Antiséptico Heridas con hipergranulación A demanda · Hipergranulación · Frenar · Epitelización hipergranulación · Epitelizar · Alergia al yodo Tabla 52.2. Características de los tipos de apósitos 11 Manual CTO Oposiciones de Enfermería • • • • • • • • • • • Reevaluar la herida y el tratamiento cada quince días, independientemente de la etiología de la lesión. Siempre que sea posible, aplicar las formas anatómicas disponibles (sacro y talones). En zonas de riesgo de contaminación (sobre todo en la región sacra), el apósito debe proteger del contacto con heces u orina. Cuando se apliquen los apósitos, deben recortarse (si es posible) o colocarlos con las dimensiones apropiadas, de forma que el apósito sobrepase 2 cm aproximadamente los bordes de la lesión. No estirar el apósito para aplicarlo, porque tiende a volver a su estado inicial. El cambio de apósito se realizará cuando esté indicado por el fabricante y en los casos en los que se arrugue, se despegue, se deteriore o se sature. Las tunelizaciones y las fistulizaciones deberán rellenarse un tercio o la mitad de la cavidad para evitar el cierre en falso de la misma, mediante alginatos, hidrofibras o foam (espumas de recubrimiento de cavidades) para heridas exudativas; o bien, mediante hidrogeles en úlceras poco exudativas. Hay que evitar incompatibilidades entre apósitos, como en los siguientes casos: colagenasa con plata (inactiva a la colagenasa), film de poliuretano con hidrocoloide (se obtendría una cura totalmente oclusiva). En la fase de cicatrización y de epitelización, es preciso valorar el uso de acelerantes de la cicatrización tales como el colágeno, los moduladores de proteasas o los factores de crecimiento, así como de los apósitos siliconados o de baja adherencia. Hay que evaluar el empleo de apósitos barrera en caso de que exista riesgo de maceración perilesional. Es necesario evitar la desecación de estructuras nobles, como los tendones. de la epidermis de la piel intacta, produciendo una inhibición de la epitelización de la herida. El nivel de exudado de la herida se puede controlar con apósitos de absorción controlada y vertical que se cambiarán cuando estén saturados (prestando especial precaución para no desecar el lecho de la úlcera), apósitos que generen una barrera cutánea y vendajes compresivos, siempre que la etiología de la herida lo permita (en casos de heridas con componente venoso o linfático: hiperpresión venosa o defecto de drenaje linfático). El uso de apósitos secundarios estará justificado en heridas muy exudativas. Figura 52.5. Maceración perilesional 52.2. CUIDADOS GENERALES Los cuidados generales deben estar basados en una valoración integral del paciente y han de dar respuesta a los problemas encontrados en ésta, incidiendo en los factores de riesgo y en los que afecten al proceso de cicatrización; además tienen que contemplar cuidados generales de la piel, nutricionales y psicosociales. Figura 52.4. Hidrocoloide D. E (bordes, edge) La maceración de los bordes de la herida es una complicación muy frecuente. El exceso de humedad provoca una alteración 12 No se debe olvidar que el paciente debe estar cubierto frente a la enfermedad del tétanos, de forma especial en aquellos pacientes con lesiones de pie diabético, dado que el agente etiológico de esta patología, el Clostridium tetani, se encuentra de forma habitual en el suelo y una úlcera representa una puerta de entrada para cualquier microorganismo (Tabla 52.3). | HERIDA TETANÍGENAa HERIDA LIMPIA ANTECEDENTES DE VACUNACIÓN Vacuna (Td) Tema 52 IGTb IGTb Vacuna (Td) < 3 dosis o desconocida Sí (completar vacunación) No Sí (completar vacunación) Sí 3 o 4 dosis No (administrar una dosis si hace más de 10 años desde la última dosis) No No (administrar una dosis si hace más de 5 años desde la última dosis) Noc 5 o más dosisd No No No (si hace más de 10 años de la última dosis, valorar la administración de una única dosis adicional en función del tipo de herida) Noc a b c d Heridas tetanígenas: heridas o quemaduras con alto contenido de tejido desvitalizado, heridas punzantes (en particular si existió contacto con estiércol o con el suelo), contaminadas con cuerpos extraños, fracturas abiertas, mordeduras, congelación, aquéllas que requieran intervención quirúrgica y se vaya a demorar más de 6 h y aquéllas que se acompañen de sepsis El tiempo medio de respuesta al toxoide tetánico son 7 días, pudiendo iniciarse a los 4 días de la administración. Por tanto, las heridas tetanígenas de alto riesgo requieren la administración de inmunoglobulina para la protección antitetánica. La dosis es de 250 UI generalmente. Si han transcurrido más de 24 h, personas de más de 90 kg, heridas con alto riesgo de contaminación o quemaduras, fracturas o heridas infectadas, se administrarán 500 UI Pacientes inmunodeprimidos o usuarios de drogas por vía parenteral deberán recibir una dosis de inmunoglobulina si presentan heridas tetanígenas independientemente del estado de vacunación Dosis puesta, dosis válida. 5 dosis administradas y documentadas a lo largo de la vida son suficientes en una persona adulta Tabla 52.3. Vacunación frente a tétanos 52.2.1. Cuidados de la piel • Se debe realizar al menos una inspección diaria de la piel del paciente, haciendo mayor hincapié en las zonas de ulceración previa y en aquéllas de mayor apoyo. Esta tarea se tiene que llevar a cabo mientras se realiza una correcta higiene del paciente y, por último, es preciso hacer un control del exceso de humedad. • • • A. Higiene • La higiene del paciente ha de realizarse teniendo en cuenta las siguientes características: • Lavar con agua tibia y usar un jabón neutro. • Cubrir las úlceras con gasas estériles, cuando se esté realizando el aseo, para no mojarlas. • No se deben usar colonias ni alcoholes puesto que está demostrado que ambas soluciones provocan una vasoconstricción reactiva y además generan mayor sequedad en la zona, lo que implica una agresión sobre la piel. La vaselina líquida sí se puede utilizar. • No dar masajes a menos que el profesional que los realice sea un experto. • No masajear las prominencias óseas enrojecidas, con flictenas o con cualquier tipo de lesión. • • • • • La ropa de cama debe ser limpiada con productos no irritantes, tiene que estar seca y sin arrugas, y ser preferiblemente de tejidos naturales. Favorecer la circulación sanguínea (con medidas posturales, no empleando ropa ajustada y reduciendo posibles puntos de apoyo). Evitar la utilización de flotadores. Evitar rozaduras entre zonas de prominencias óseas con otros objetos (por ejemplo, con un zapato) o con superficies (sábanas). Mantener la alineación corporal para distribuir el peso corporal. Si la persona se encuentra en decúbito lateral, no superar un ángulo de 30º entre la superficie de apoyo y su cuerpo. Si se eleva la cabecera de la cama, no sobrepasar un ángulo de 30º y mantener esta posición el mínimo tiempo posible. La humedad ambiental debe ser adecuada. Evitar la sobreprotección. Mantener en todo momento la piel limpia, seca e hidratada. B. Humedad Cuando se habla de humedad no solamente nos referimos a los posibles efectos de la incontinencia o la diaforesis, sino también al control del exudado o al control de fluidos derivados 13 Manual CTO Oposiciones de Enfermería de sondajes, estomas, etc., que pueden provocar maceración y, consecuentemente, erosión o úlcera. Las siguientes recomendaciones deben ser tenidas en cuenta para el mantenimiento adecuado de este factor: • Utilizar cremas de protección cuando exista incontinencia. • Emplear cualquier tipo de colector, absorbente u otro producto apropiado para el control de los fluidos. Cuando a pesar de estas medidas, y en caso de incontinencia urinaria, la humedad no pueda ser controlada, es preciso valorar la implantación de un sondaje vesical. • Existen en el mercado algunos apósitos denominados de barrera, muy útiles para aislar los bordes de la lesión de la humedad. • En caso de estomas o de fístulas, usar bolsas colectoras que se ajusten correctamente, mantener una buena higiene local y aplicar apósitos barrera. C. Nutrición Cualquier tipo de úlcera, por sí misma, va a generar un gasto energético añadido a la persona que la padece, y es por este motivo por el que el aporte nutricional tiene tanta importancia. Por ello, se recomienda realizar un cuestionario nutricional, tipo Mini Nutritional Assessment (MNA) a la siguiente población diana: • Población general geriátrica (Tabla 52.4): se trata de una escala heteroadministrada para la evaluación del estado nutricional de una persona. Si la suma de las respuestas de la primera parte, Test de cribaje, es igual o inferior a 10, es necesario completar el Test de evaluación para obtener una apreciación precisa del estado nutricional del paciente. La puntuación global del test de evaluación resulta de la suma de todos los ítems del test de cribaje y de los del test de evaluación. Los puntos de corte del test de evaluación son de 17 a 23,5 puntos: riesgo de malnutrición; y menos de 17 puntos: malnutrición. Si tras la realización de un cuestionario nutricional se detecta malnutrición (caso del MNA con puntuación inferior a 17 puntos), es recomendable realizar una analítica que contemple los siguientes parámetros: hemograma, transferrina, albúmina, ácido fólico, vitamina A, B, D1, triglicéridos y zinc. TEST DE CRIBAJE Preguntas A. ¿Ha perdido el apetito? ¿Ha comido menos por falta de apetito, problemas digestivos, dificultades de masticación o deglución en los últimos 3 meses? B. Pérdida reciente de peso (< 3 meses) C. Movilidad Respuestas 0 Anorexia grave 1 Anorexia moderada 2 Sin anorexia 0 Pérdida de peso > 3 kg 1 No lo sabe 2 Pérdida de peso entre 1 y 3 kg 3 No ha habido pérdida de peso 0 De la cama al sillón 1 Autonomía en el interior 2 Sale del domicilio D. ¿Ha tenido una enfermedad aguda o situación de estrés psicológico en los últimos tres meses? 0 Sí 1 No E. Problemas neuropsicológicos 0 Demencia o depresión grave 1 Demencia o depresión moderada F. Índice de masa corporal (IMC = peso/(talla)2 en kg/m2) 2 Sin problemas psicológicos 0 IMC < 19 1 IMC ≥ 19 y < 21 2 IMC ≥ 21 y < 23 3 IMC ≥ 23 PUNTUACIÓN TOTAL (cribaje) Evaluación del cribaje (subtotal máximo 14 puntos): · 11 puntos o más: normal, no es necesario continuar · 10 puntos o menos: posible malnutrición, continuar la evaluación Tabla 52.4. Escala de evaluación del estado nutricional. Mini Nutritional Assessment (MNA). Test de cribaje 14 Puntos | Tema 52 TEST DE EVALUACIÓN Preguntas G. ¿El paciente vive independiente en su familia? H. ¿Toma más de 3 medicamentos al día? I. J. K. · · · ¿Úlceras o lesiones cutáneas? ¿Cuántas comidas completas toma al día? (equivalentes a dos platos y postre) ¿Consume el paciente… (sí o no) Productos lácteos al menos una vez al día? Huevos o legumbres 1 o 2 veces a la semana? Carne, pescado o aves, diariamente? L. ¿Consume frutas o verduras al menos 2 veces al día? M. ¿Cuántos vasos de agua u otros líquidos toma al día? (agua, zumo, café, té, leche, vino, cerveza) N. Forma de alimentarse O. ¿Considera el paciente que está bien nutrido? (problemas nutricionales) P. En comparación con las personas de su edad, ¿cómo encuentra el paciente su estado de salud? Q. Circunferencia braquial (CB en cm) Respuestas 0 No 1 Sí 0 No 1 Sí 0 No 1 Sí 0 1 comida 1 2 comidas 2 3 comidas 0 0 o 1 Sí 0,5 2 Sí 1 3 Sí 0 No 1 Sí 0 Menos de 3 vasos 0,5 De 3 a 5 vasos 1 Más de 5 vasos 0 Necesita ayuda 1 Se alimenta solo con dificultad 2 Se alimenta solo sin dificultad 0 Malnutrición grave 1 No lo sabe o malnutrición moderada 2 Sin problemas de nutrición 0 Peor 0,5 R. Circunferencia de la pantorrilla (CP en cm) No lo sabe 1 Igual 2 Mejor 0 CB < 21 0,5 Puntos CB ≥ 21 y ≤ 22 1 CB >22 0 CP < 31 1 CP ≥ 31 PUNTUACIÓN TOTAL (global) Evaluación global (cribaje + evaluación, máximo 30 puntos): · De 17 a 23,5 puntos: riesgo de malnutrición · Menos de 17 puntos: malnutrición Tabla 52.4. Escala de evaluación del estado nutricional. Mini Nutritional Assessment (MNA). Test de evaluación Se ha demostrado que la suplementación de la dieta puede prevenir las úlceras por presión en pacientes agudos de edad avanzada. Teniendo en cuenta que las necesidades nutriciona- les en general y no sólo energéticas van a estar aumentadas, se dan a continuación unas recomendaciones básicas de nutrición para pacientes con úlceras: 15 Manual CTO Oposiciones de Enfermería • • • • • • Los pacientes deben recibir una alimentación adecuada a su edad y patología. Habrá que considerar añadir un aporte de líquidos diario de 2 l (30 ml de agua/kg/día), o suficiente para hidratar la piel. Hay que tener en cuenta las restricciones por patologías coexistentes, en cantidad (caso de insuficiencia cardíaca congestiva) o tipo (bebidas gaseosas o azucaradas en diabéticos). Consultar si es necesario añadir suplementos proteicos, de vitaminas (especialmente vitamina C) o de minerales si la dieta es insuficiente. Considerar el uso de gelatinas espesantes en caso de problemas en la deglución de líquidos. El aporte proteico debe ser superior al habitual, teniendo cuidado con pacientes que presenten insuficiencia hepática o renal. Algunos productos poseen arginina, aminoácido esencial para la curación de heridas y que no se obtiene en condiciones normales con la dieta. Existen dietas tipo que garantizan un mínimo de todos estos elementos. Si no se cumplen estos mínimos, es necesario aportarle los suplementos. D. Ácidos grasos hiperoxigenados La aplicación de ácidos grasos hiperoxigenados aumenta la circulación capilar y mejora las condiciones de la piel (hidratación, elasticidad y resistencia) expuesta a isquemias prolongadas; por tanto, son de primera elección como uso en prevención de úlceras por presión (UPP) y en UPP de estadio I. Son productos que están compuestos a base de ácidos grasos (ácido linoleico, ácido oleico, etc.), cuyo mecanismo de acción es contrarrestar el efecto de los radicales de oxígeno (producidos durante la hiperemia), facilitar la renovación de las células epidérmicas y restaurar el film hidrolipídico, evitando la deshidratación cutánea y mejorando las condiciones de la piel. Se deben aplicar entre dos y tres veces al día, extendiéndolos suavemente. Esta aplicación se puede hacer sobre la piel perilesional eccematosa, hiperqueratósica o eritematosa. Sin embargo, no deben ser aplicados si existe solución de continuidad. Algunos ácidos grasos hiperoxigenados han demostrado aumentar la microcirculación periférica en pacientes con afectación arterial de pie diabético. Existen también indicios para recomendar su uso en la prevención de úlceras isquémicas y venosas. Es preciso que el profesional de enfermería adopte una actitud que muestre disposición hacia el paciente y/o su familia y ofrecerse a resolverles cualquier tipo de duda que les pueda surgir, en cuanto al cuidado de las heridas, estimulándole en la implicación de éste. 1. Dolor El dolor posee un elevado componente subjetivo, que hace que cada paciente lo perciba de una manera diferente. Determinados momentos del proceso de la enfermedad, cierto tipo de heridas o el propio estado emocional del paciente se consideran responsables de sufrir mayor dolor. Los pacientes suelen manifestar que los momentos más dolorosos son aquéllos producidos durante la retirada del apósito y en los momentos en los que se realiza un desbridamiento cortante. Las heridas que presentan infección o que tienen un elevado componente isquémico suelen ser las más dolorosas. La enfermera debe reducir la ansiedad (para ello ha de explicar al paciente el tipo de dolor que puede sentir y las medidas que se van a aplicar para disminuirlo), fomentar la confianza del paciente, seleccionar el apósito correcto para evitar el dolor y, si fuera necesario, aplicar otros productos analgésicos (fármacos tópicos o vía oral). La pomada EMLA®, aplicada de forma tópica previa al desbridamiento, en úlceras de etiología venosa ha demostrado ser eficaz en la reducción del dolor. 2. Cuidados paliativos En los pacientes terminales, existe un componente ético muy importante en relación a las movilizaciones y al dolor en estas situaciones. En muchos casos, hay que plantearse la posibilidad de evitar mayores complicaciones (infección, dolor u olor) en lugar de la curación. 52.3. VALORACIÓN INTEGRAL DEL RIESGO DE DETERIORO DE LA INTEGRIDAD CUTÁNEA E. Cuidados psicosociales De igual forma, es necesario resolver los problemas que se hayan podido detectar durante la valoración inicial, teniendo presente el control del dolor y la necesidad de cuidados paliativos. 16 El proceso enfermero de valoración integral del paciente es un método sistematizado de brindar cuidados humanistas centrados en el logro de objetivos (resultados esperados) de forma eficiente. | El objetivo de la valoración integral es obtener y examinar la información sobre el estado de salud del paciente, identificando los factores de riesgo que pueden contribuir a la aparición de una herida crónica y los recursos con los que cuenta el paciente. La identificación de los problemas de salud permite planificar cuidados enfermeros de calidad y eficientes, con la finalidad de prevenir el deterioro de la integridad cutánea o restaurarla. • • • • • • • • Tema 52 Enfermedades sistémicas asociadas. Sensibilidad que presente el paciente. Dependencia del paciente en la movilización. Continencia vesical o intestinal. Contacto con sustancias químicas agresivas. Exposición a condiciones ambientales extremas. Hábitos higiénicos adecuados. Conocimientos sobre la piel y los factores que influyen en su cuidado o alteración. D. Criterios de resultados (NOC) La North American Nursing Diagnosis Association (NANDA) establece dentro del Patrón I de respuesta humana (Intercambio) dos etiquetas diagnósticas relacionadas: • Deterioro de la integridad cutánea. • Riesgo de deterioro de la integridad cutánea. • Paciente: - Recuperar la integridad cutánea. • Familia: - Conocerán los factores causales de la lesión. - Conocerán la forma de modificar o eliminar los factores causales de la lesión. - Demostrarán la forma correcta de curar la lesión o proteger la piel. - Mantendrán el plan de cuidados hasta el cierre de la herida. 52.3.1. Deterioro de la integridad cutánea A. Etiqueta Situación en que la persona presenta una alteración de la epidermis o de la dermis. E. Cuidados enfermeros (NIC) • Vida diaria: - Detectar antecedentes metabólicos que puedan condicionar la evolución de la lesión. - Adecuar y aplicar los consejos generales de higiene, humedad, nutrición y aspectos psicosociales (desarrollados en el Apartado 52.2.1). • Educación sanitaria: - Explicar la anatomía y fisiología de la piel. - Explicar los mecanismos que provocan o favorecen la lesión cutánea. - Conocer la forma de curar las heridas. - Conocer la forma de reducir o controlar los efectos causales. - Identificar signos o síntomas que preceden a la lesión en la piel. - Identificar signos o síntomas que requieren de supervisión profesional. - Importancia de nutrición correcta. - Conocer cuidados especiales para la piel. • Entorno terapéutico: - Reconocer los logros obtenidos y animar a continuar con las acciones que hayan demostrado efectividad. - Estimular la expresión de sentimientos respecto a la evolución de la herida y posibles limitaciones. B. Factores o situaciones con las que está relacionado • • Externos: - Humedad. - Factores mecánicos (fuerzas de cizallamiento, presión, sujeciones). - Inmovilización física. - Alteración del estado de los líquidos (cuando puede incidirse modificando el estado de los líquidos). Internos: - Prominencias óseas. - Alteraciones del estado nutricional (incidir en modificación de la ingesta). - Alteraciones del turgor (cambios de elasticidad). C. Valoración específica tras el diagnóstico • • • • • • • • Edad. Localización, tipo y extensión de la lesión. Presencia de sangrado. Presencia de drenaje o infección. Tiempo de evolución. Estado general de la piel (bordes perilesionales). Presencia de ostomías o fístulas. Estado nutricional y de hidratación. 17 Manual CTO Oposiciones de Enfermería 52.3.2. Riesgo de deterioro de la integridad cutánea E. Cuidados enfermeros (NIC) • Vida diaria: - Las mismas que en el apartado anterior Deterioro de la integridad cutánea. • Educación sanitaria: - Las mismas que en el apartado anterior Deterioro de la integridad cutánea. • Entorno terapéutico: - Permitir y estimular la expresión de las preocupaciones y sentimientos respecto al riesgo de la lesión. - Reconocer y elogiar los logros obtenidos. - Motivar a continuar con las acciones que se hayan mostrado eficaces. A. Etiqueta Situación en que la persona está en riesgo de sufrir una alteración de la piel. B. Factores o situaciones de riesgo más frecuentes • Externos: - Humedad. - Factores mecánicos (fuerzas de cizallamiento, presión, sujeciones). - Inmovilización física. • Internos: - Prominencias óseas. - Alteraciones nutricionales. - Alteraciones del turgor. 52.4. ESCALAS DE VALORACIÓN C. Valoración específica tras el diagnóstico Las mismas que en el apartado anterior Deterioro de la integridad cutánea. D. Criterios de resultados (NOC) • Paciente: - Mantener la integridad cutánea. • Familia: - Conocerán los factores causales internos y externos que pueden generar una lesión. - Conocerán la forma de reducir o eliminar los factores de riesgo individuales. - Demostrarán la forma correcta de proteger la piel. - Mantendrán el plan de cuidados para prevenir la aparición de lesiones. - Conocerán los beneficios derivados de mantener la integridad cutánea. 4 3 2 1 ESTADO FÍSICO Bueno Débil Malo Muy malo 4 3 2 1 ESTADO MENTAL Alerta Apático Confuso Estuporoso Puntos de corte: · Puntuación ≤ 16: riesgo moderado de UPP · Puntuación ≤ 12: riesgo alto de UPP Tabla 52.5. Escala deNorton 18 4 3 2 1 No existe un consenso claro entre los expertos y los profesionales sobre la mejor forma de realizar una valoración de riesgo de padecer úlceras por presión (UPP). Las escalas validadas son una medida objetiva de valoración del riesgo y son superiores al juicio clínico de cualquier enfermera. Las más difundidas son las de Norton, Braden y Waterlow. 52.4.1. Escalas de Norton y de Norton modificada Norton fue la primera enfermera que creó una escala diseñada para evaluar a pacientes geriátricos, en 1962. Esta escala, así como su uso, está representada en la Tabla 52.5. La escala de Norton modificada fue desarrollada por el INSALUD en Madrid en 1998 y en ella se añade una definición operativa para cada uno de los términos de cada parámetro, intentando así aumentar la fiabilidad interobservador (Tabla 52.6). ACTIVIDAD Camina Camina con ayuda En silla de ruedas En cama 4 3 2 1 MOVILIDAD Completa Limitada ligeramente Muy limitada Inmóvil 4 3 2 1 INCONTINENCIA No hay Ocasional Usualmente urinaria Doble incontinencia | MOVILIDAD INCONTINENCIA Tema 52 ESTADO FÍSICO GENERAL ESTADO MENTAL ACTIVIDAD Bueno · Nutrición: persona que realiza cuatro comidas diarias. Toma todo el menú · Hidratación: peso mantenido con relleno capilar rápido, mucosas húmedas, rosadas y recuperación rápida del pliegue cutáneo por pinzamiento · Temperatura corporal: 36 a 37 ºC · Ingesta de líquidos: 1.500 a 2.000 ml/día (8-10 vasos) Alerta · Paciente orientado en tiempo, lugar y personas · Responde adecuadamente a estímulos visuales, auditivos y táctiles · Comprende la información Ambulante · Independiente total. No necesita depender de otra persona · Capaz de caminar solo, aunque se ayude de aparatos con más de un punto de apoyo o lleve prótesis Total Es totalmente capaz de cambiar de postura corporal de forma autónoma, mantenerla o sustentarla Ninguna · Control de ambos esfínteres · Implantación de una sonda vesical y control de esfínter anal PUNTOS 4 Mediano · Nutrición: persona que realiza tres comidas diarias. Toma más de la mitad del menú · Hidratación: ligeros edemas, piel seca y escamosa. Lengua seca y pastosa · Temperatura corporal: 37 a 37,5 ºC · Ingesta de líquidos: 1.000 a 1.500 ml/día (5-7 vasos) Apático · (Aletargado, olvidadizo, somnoliento, pasivo, torpe, perezoso · Ante un estímulo despierta sin dificultad y permanece orientado · Obedece órdenes sencillas. Posible desorientación en el tiempo y respuesta verbal lenta, vacilante Camina con ayuda La persona es capaz de caminar con ayuda o supervisión de otra persona o de medios mecánicos, como aparatos con más de un punto de apoyo (bastones de 3 puntos de apoyo, bastón cuádruple, andadores, muletas) Disminuida Inicia movimientos voluntarios con bastante frecuencia, pero requiere ayuda para realizar, completar o mantener alguno de ellos Ocasional No controla esporádicamente uno o ambos esfínteres en 24 h 3 Pobre · Nutrición: persona que realiza dos comidas diarias. Toma la mitad del menú · Hidratación: ligeros edemas, piel seca y escamosa. Lengua seca y pastosa · Temperatura corporal: 37,5 a 38 ºC · Ingesta de líquidos: 500 a 1.000 ml/día (3-4 vasos) Sentado Confuso · Inquieto, agresivo, · La persona no puede caminar, irritable, dormido no puede · Respuesta lenta mantenerse a fuertes estímulos de pie, es capaz dolorosos de mantenerse · Cuando despierta sentado o puede responde movilizarse verbalmente pero en una silla con discursos o sillón breves e inconexos · Si no hay estímulos · La persona precisa de ayuda fuertes vuelve humana y/o a dormirse mecánica · Intermitente desorientación en tiempo, lugar y personas Muy limitada Sólo inicia movilizaciones voluntarias con escasa frecuencia y necesita ayuda para finalizar todos los movimientos Urinaria o fecal No controla uno de sus esfínteres permanentemente 2 Tabla 52.6. Escala de Norton modificada (continúa en la página siguiente) 19 Manual CTO Oposiciones de Enfermería ESTADO FÍSICO GENERAL ESTADO MENTAL ACTIVIDAD Muy malo · Nutrición: persona que realiza una comida diaria. Toma un tercio del menú · Hidratación: edemas generalizados, piel seca y escamosa. Lengua seca y pastosa. Persistencia de pliegues cutáneos por pinzamiento · Temperatura corporal: > 38,5 y < 35,5 ºC · Ingesta de líquidos: < 500 a ml/día (< 3 vasos) Estuporoso y/o comatoso · Desorientación en tiempo, lugar y persona · Despierta sólo a estímulos dolorosos, pero no hay respuesta verbal. Nunca está totalmente despierto · Comatoso, ausencia total de respuesta, incluso la respuesta refleja Encamado · Dependiente para todos sus movimientos (dependencia total) · Precisa de ayuda humana para conseguir cualquier objetivo (comer, asearse, etc.) MOVILIDAD Inmóvil Es incapaz de cambiar de postura por sí mismo, mantener la posición corporal o sustentarla INCONTINENCIA PUNTOS Urinaria y fecal No controla ninguno de sus esfínteres 1 Valoración del riesgo: · De 5 a 11: riesgo alto · De 12 a 14: riesgo evidente · Puntuación mayor de 14: sin riesgo Tabla 52.6. Escala de Norton modificada (continuación) 52.4.2. Escala de Waterlow La escala de Waterlow se desarrolló en Inglaterra en 1985, con la intención de sustituir a la de Norton, porque no clasificaba algunos pacientes que finalmente se ulceraban (Tabla 52.7). 52.4.3. Escala de Braden La escala de Braden también fue diseñada en 1985, pero en Estados Unidos, con el mismo objetivo que la de Waterlow: solventar los problemas o limitaciones que presentaba la de Norton. 52.5. CUIDADOS DE ÚLCERAS POR PRESIÓN, HERIDAS CRÓNICAS Y QUEMADURAS Úlcera se define como la solución de continuidad con pérdida de sustancia de cualquier superficie epitelial del organismo, caracterizada por su nula o escasa tendencia a la cicatrización espontánea. Incluye una amplia diversidad de lesiones, dentro de las que se pueden considerar englobadas las úlceras por presión, las vasculares, las neoplásicas y algunas de otro tipo. La escala de Braden y la de Norton son, por este orden, las que mayores garantías de validez tienen. 52.5.1. Úlceras por presión (UPP) Resulta imprescindible utilizar las escalas de forma periódica y cada vez que exista una variación en cuanto a la salud del paciente o a las condiciones de éste, así como de su entorno; es decir, si el paciente cambia de nivel asistencial, debe volverse a reevaluar. Una úlcera por presión (UPP) es una lesión de origen isquémico, localizada en la piel y en los tejidos subyacentes, con pérdida de sustancia cutánea y producida por presión prolongada o fricción entre dos planos duros y que puede ocasionar graves consecuencias e incluso la muerte. 20 | Relación peso/talla 0 1 2 3 Media Superior a la media Obeso Inferior a la media Tipo de piel y aspecto visual de las áreas de riesgo 0 1 2 3 Sana Fina, 1 seca, 1 edematosa, 1 fría y húmeda Color alterado Lesionada Sexo/edad 1 2 1 2 3 4 5 Varón Mujer 14-49 años 50-64 años 65-74 años 75-80 años Más de 81 años Continencia 0 1 2 3 Completa, sondaje vesical Incontinencia ocasional Sondaje vesical/incontinencia fecal Doble incontinencia Movilidad 0 1 2 3 4 5 Completa Inquieto Apático Restringida Inerte En silla Apetito 0 1 2 3 Normal Escaso/sonda nasogástrica Líquidos i.v. Anorexia/dieta absoluta Riesgos especiales Malnutrición tisular: 8 Estado terminal/caquexia 5 Insuficiencia cardíaca 6 Enfermedad vascular periférica 2 Anemia 1 Fumador Tema 52 Déficit neurológico: 5 Diabetes, paraplejía, ACV Cirugía: 5 Cirugía ortopédica por debajo de la cintura 5 Más de 2 h en mesa de quirófano Medicación: 4 Esteroides, citotóxicos, antiinflamatorios en altas dosis Valoración de riesgo: · Más de 10 puntos: en riesgo · Más de 15 puntos: alto riesgo · Más de 20 puntos: muy alto riesgo Tabla 52.7. Escala de Waterlow 21 Manual CTO Oposiciones de Enfermería PUNTOS 1 2 3 4 Ligeramente limitada · Reacción ante órdenes verbales · No siempre puede comunicar sus molestias · Dificultad sensorial que limita su capacidad para sentir dolor al menos en una de sus extremidades Sin limitaciones: · Responde a órdenes verbales. · No presenta déficit sensorial A menudo húmeda Cambios frecuentes de la ropa de cama Ocasionalmente húmeda Raramente húmeda Encamado En silla Deambula ocasionalmente Deambula frecuentemente Movilidad Completamente inmóvil Muy limitada No es capaz de hacer cambios frecuentes o significativos por sí solo Ligeramente limitada Sin limitaciones Nutrición Muy pobre Nunca ingiere una comida completa Probablemente inadecuada Adecuada Excelente Roce y riesgo de lesiones Problema Máxima asistencia para ser movido Problema potencial Se mueve débilmente o requiere mínima asistencia No existe problema aparente Se mueve con independencia Percepción sensorial Muy limitada: Completamente · Reacciona sólo limitada ante estímulos No reacciona dolorosos ante estímulos · El paciente dolorosos o tiene se encuentra una capacidad quejumbroso limitada de sentir en y/o agitado la mayor parte del cuerpo Exposición a la humedad Piel constantemente húmeda Sudoración, orina Actividad TOTAL Rango de puntuación: 6 a 23 puntos Valoración del riesgo: · < 12 puntos: alto riesgo · 13-14 puntos: riesgo moderado · 15-16 puntos y < 75 años: riesgo bajo · 15-18 puntos y ≥ 75 años: riesgo bajo Tabla 52.8. Escala de Braden Tal como se ha dicho, es de origen isquémico porque, por una parte, la presión ejerce una oclusión vascular, y por otra, las fuerzas de cizalla y de fricción van a provocar daño endotelial a nivel de las arteriolas. Las úlceras por presión son un indicador de la calidad de cuidados en las diferentes instituciones sanitarias (aunque no el único); su aparición repercute de forma directa en el aumento de la estancia hospitalaria, en la rehabilitación y en una mayor necesidad de cuidados a domicilio, lo que conlleva una disminución en la calidad de vida del paciente y de 22 su cuidador, problemas sociales y económicos tanto directos (fármacos, ingresos, carga de trabajo profesional, etc.), como indirectos (absentismo laboral, necesidad de ayudas para la vida diaria). Se sabe que el 95% de las úlceras por presión son evitables. A. Etiopatología Se ha demostrado que la presión baja mantenida durante un periodo largo de tiempo provoca más daño tisular que una presión alta durante un periodo corto de tiempo. | Tras una presión prolongada, se genera lo que se denomina “hiperemia reactiva reversible” (mecanismo fisiológico de defensa), que en las personas sanas provoca cambios posturales voluntarios. El término reversible implica que la hiperemia palidece al desaparecer la presión. Si continuase la presión, aparecería una fase de eritema debida a una destrucción de los capilares. Posteriormente, seguiría la necrosis secundaria a muerte celular y, finalmente, la aparición de la úlcera visible. • Las pieles oscuras pueden adquirir otras tonalidades. La aparición de calor, edema, induración o compactación son características que pueden orientar de cara a diferenciarlas en estas pieles oscuras. • Las fuerzas de fricción son también fuerzas tangenciales, pero en este caso entre la epidermis y la superficie de apoyo. • No hay que confundir una úlcera por presión con una dermatitis asociada a la incontinencia. Si bien ésta es un factor coadyuvante para una lesión en la piel, tiene una etiología diferente y, por tanto, requiere un tratamiento también distinto. B. Clasificación A lo largo de la historia han existido diferentes clasificaciones para las úlceras por presión. Shea en 1975 fue quien elaboró la clasificación que actualmente se encuentra más difundida a nivel internacional, que es la siguiente: Figura 52.6. Clasificación de la úlceras por presión Estadio I: placa eritematosa que no palidece el presionar o al desaparecer la presión durante 30 segundos, manteniéndose la piel sin solución de continuidad. Para hacer un diagnóstico diferencial con la hiperemia reactiva reversible se utiliza la presión digital o un disco de plástico transparente. Los mecanismos de cizalla son aquéllos en los que se produce una fuerza tangencial entre la piel que queda adherida a la cama y la fascia muscular. La región sacra es la zona que con mayor frecuencia se va a ver afectada por estas fuerzas. La humedad va a provocar eccema, maceración de la piel y, consecuentemente, interrupción de la integridad cutánea con la posibilidad de penetración de los microorganismos. Tema 52 • Estadio II: en este caso, existe una destrucción de la dermis y de la epidermis. El aspecto es en forma de ampolla, abrasión o solución de continuidad. Estadio III: pérdida de sustancia de todo el espesor de la piel que conlleva un daño necrótico de los tejidos subcutáneos, que se puede extender a la fascia sin atravesarla. Estadio IV: destrucción extensa, necrosis tisular o daño muscular, óseo o a estructuras de soporte con o sin pérdida de sustancia completa de la piel. Esta última característica hace imprescindible el hecho de desbridar previamente una úlcera, antes de determinar el estadio de ésta. Se recomienda clasificar una úlcera necrótica con la mayor gravedad; es decir estadio IV y cuando se hayan retirado los tejidos inviables, reclasificarla. Características de las úlceras tales como cavitaciones, fistulizaciones, escaras necróticas o infección suelen estar relacionadas con el estadio IV. Figura 52.7. Úlcera estadio IV tras desbridamiento quirúrgico 23 Manual CTO Oposiciones de Enfermería La graduación inversa de las UPP es un error frecuente por parte de los profesionales de enfermería, que consiste en el hecho de reclasificar una úlcera una vez iniciado el proceso de cicatrización. El tejido celular subcutáneo o el tejido muscular no se recuperan y, por tanto, una úlcera estadio IV nunca cura, pasando inversamente por los estadio III, II y I. El proceso de reparación debe ser documentado de forma objetiva, es decir, mediante la forma, la profundidad, la cantidad de exudado, el tejido necrótico o de granulación, etcétera. Si una UPP recidiva en el mismo sitio anatómico, la úlcera se debería clasificar en función del estadio de la anterior. C. Factores de riesgo Todos los pacientes son susceptibles de padecer UPP, aunque existen determinados elementos que pueden multiplicar las posibilidades de sufrirlas. Así, los factores de riesgo más importantes de padecer UPP son los siguientes, que se han determinado en llamar como las cuatro íes: • Inmovilidad. • Inconsciencia. • Insensibilidad. • Incontinencia. Inconsciencia e insensibilidad son dos términos que se han tomado para desarrollar la regla nemotécnica, pero no deben ser entendidos con su significado como tal, sino como disminución del nivel de consciencia y reducción de la sensibilidad. Uno de los factores de riesgo más importantes de padecer ulceras por presión es el hecho de haber sufrido una anteriormente. Otros factores de riesgo son: la edad avanzada, los hábitos tóxicos, la aparición de una enfermedad aguda o el empeoramiento de una crónica y padecer enfermedades o tomar fármacos que produzcan vasoconstricción. Antes de proceder al tratamiento, se deben poder identificar las áreas de riesgo que mayor presión reciben en función de la postura en la que se encuentre el paciente. D. Tratamiento La primera medida a tomar en el tratamiento de las úlceras por presión es eliminar la presión para favorecer la curación de estas úlceras. Además, es preciso prevenir la aparición de las fuerzas de fricción y de cizallamiento. Las estrategias a disposición del personal de enfermería para eliminar la presión son: los cambios posturales, los dispositivos especiales y las superficies especiales para el manejo de la presión (SEMP). En los pacientes en alto riesgo de aparición de úlceras por presión, debe considerarse el uso de colchones más sofisticados en lugar de aquellos estándar de espuma, ya que se ha demostrado que los primeros previenen más la aparición de UPP. 1. Cambios posturales Figura 52.8. Localizaciones de riesgo de úlceras por presión 24 Los cambios posturales deben realizarse teniendo en cuenta que éstos han de cumplir las siguientes características: • Mantener en todo momento la alineación corporal del paciente, tanto tumbado como sentado. • La postura final adoptada debe ser lo más anatómica posible, evitando malas posturas que provoquen contracciones o malas compresiones. • Los pacientes que presentan inmovilidad total han de recibir cambios posturales cada 2-4 h, como mínimo. • A los pacientes sentados se les variará de postura cada 2 h. No se debe utilizar la posición de sedestación en pacientes que tengan úlceras en el glúteo o en la zona sacra, ni en aquéllos que se sepa que no van a aguantar dicha posición (por el riesgo de aparición de fuerzas de cizallamiento). • Se deben realizar disminuyendo la frecuencia de los cambios, cuanto más pesado sea y mayor edad presente el paciente. • En la medida de lo posible, hay que evitar colocar al paciente sobre las úlceras. | • • • Impedir el contacto directo de las prominencias óseas entre sí, eludiendo, por ejemplo, el choque entre los cóndilos femorales en la posición de decúbito lateral. La utilización de las superficies de apoyo especiales no exime de la realización de los cambios posturales. Hay que registrar los cambios posturales. Esta medida no solamente funciona a nivel legal, sino que garantiza una adecuada continuidad de cuidados. 2. Dispositivos especiales e infecciosa. La etiopatogenia de la úlcera de pie diabético es multifactorial y en ella intervienen factores predisponentes (donde el principal es la presencia de polineuropatía), factores desencadenantes (siempre traumáticos, tanto extrínsecos como intrínsecos) y factores agravantes (isquemia e infección). • Neuropatía diabética: es el principal factor de desarrollo de úlceras en el pie diabético, produciendo afectación sensitiva, motora y autonómica. - Neuropatía sensitiva: provoca una pérdida de la sensibilidad protectora, lo que hace que el paciente no sea consciente, al no percibir sensaciones dolorosas o molestas. El empleo de dispositivos especiales es compatible con la aplicación de otras medidas. Es el caso de las taloneras, los borreguitos y algunos apósitos modernos. • Los apósitos adhesivos sólo eliminan fuerzas de fricción. • Cuando se usan taloneras, deben revisarse los talones a diario, ya que podrían pasar desapercibidas las lesiones. También existen coderas con formatos similares. • Los apósitos para catéteres no eliminan la presión, pero pueden servir como aislantes de la humedad. Cuando la neuropatía se combina con isquemia o infección, puede acabar en amputación. Normalmente se asocia a pequeñas lesiones en el dorso de los dedos (dedos en garra, dedos en martillo, dedos supra o infraductus), planta del pie (prominencias bajo cabezas metatarsales y pie de Charcot) o laterales a nivel de prominencias óseas (hallux abductus valgus, Taylor Bunion). Las úlceras se producen por roce, fricción o irritación con el zapato en la deambulación de la actividad diaria, por un mal ajuste de la forma y de los materiales del zapato a las medidas antropométricas del pie del paciente y por la falta de protección del pie mediante media o calcetín. Otras causas como el baño con agua excesivamente caliente, caminar descalzo o tener callosidades pueden contribuir a la aparición de lesiones en este tipo de pacientes. 3. Superficies especiales para el manejo de la presión (SEMP) Existen tantas alternativas a estas superficies como laboratorios y según éstos habrá disponible uno u otro dispositivo. De forma general, se agrupan en cuatro familias: colchones estáticos, cojines estáticos, colchones dinámicos y cojines dinámicos. La asignación de uno u otro irá en función de los pacientes de riesgo y de la severidad de las lesiones. Los colchones de aire alternante han demostrado mejor coste-efectividad que los cobertores de presión alterna. Con el examen físico del paciente y la utilización del monofilamento de Semmes-Weinstein 5,07 (10-g) es suficiente para identificar pacientes con riesgo de ulceración. Para valorar el umbral de percepción de la vibración se utiliza el biotensiómetro o el diapasón. Otros estudios más sofisticados de la conducción nerviosa no se emplean ya que, por lo general, la afectación de la neuropatía es tan profunda que estas valoraciones pueden aportar pocos datos para el manejo clínico de la úlcera. Las grúas suponen un dispositivo de movilización para pacientes. 52.5.2. Úlceras crónicas A. Pie diabético Tema 52 1. Fisiopatología Neuropatía motora: produce un disbalance muscular entre los músculos agonistas y antagonistas de los flexores y extensores intrínsecos del pie (lumbrical e interóseo). La fijación en estática y dinámica del pie de la musculatura extrínseca provoca deformidades características como el dedo en garra o en martillo, un aumento de la concavidad plantar y, por consiguiente de la convexidad dorsal, y un desplazamiento de la almohadilla grasa plantar. La complicación tardía más incapacitante de la diabetes mellitus es el síndrome del pie diabético, cuyo proceso etiopatogénico comprende un tríada etiológica neuropática, vascular El desplazamiento de la almohadilla grasa plantar hacia distal supone una exposición directa de todas las cabezas metatarsales, con un incremento de presión en la La Organización Mundial de la Salud (OMS) define pie diabético como la infección, la ulceración y la destrucción de los tejidos profundos, asociadas con anormalidades neurológicas (pérdida de la sensibilidad al dolor) y vasculopatía periférica de diversa gravedad en las extremidades inferiores. - 25 Manual CTO Oposiciones de Enfermería deambulación del paciente por un aumento de la prominencia ósea a este nivel. • La afectación motora también se acompaña de limitación de la movilidad articular. La disminución de movimiento del tobillo confiere un mayor incremento de las presiones plantares en el antepié. - Neuropatía autonómica: va a ocasionar alteraciones en la sudoración, lo que da lugar a la sequedad de la piel y a una posterior aparición de grietas, fisuras e hiperqueratosis que van a suponer una puerta de entrada para las bacterias. - Neuroartropatía de Charcot: el pie de Charcot es la consecuencia última de la progresiva evolución de la polineuropatía diabética. Se genera como consecuencia de la ausencia de sensibilidad al dolor unida a un traumatismo o microtraumatismo repetitivo como desencadenante del proceso agudo. Tiene lugar en pacientes diabéticos con neuropatía de largo tiempo de evolución. El diagnóstico es eminentemente clínico, manifestado por la presencia de un derrumbe de la bóveda plantar, secundario a desarticulaciones o fracturas espontáneas (del arco o de todas las estructuras óseas del pie), y que se pueden apreciar a nivel radiológico. No es posible prevenir su aparición, pero sí se pueden controlar sus complicaciones. En una primera fase (fase aguda), el pie aparece rojo, inflamado (asemeja a un esguince o a una TVP), pero sin dolor. El tratamiento durante la fase aguda es mediante inmovilización de 4 a 6 semanas. No existe tratamiento médico para esta enfermedad. Enfermedad vascular periférica (EVP): en raras ocasiones conduce directamente a la ulceración del pie, sin embargo, una vez desarrollada la úlcera, dificultará el tiempo de cicatrización, la llegada de antibióticos a la zona de infección y aumentará el riesgo de amputación. Se manifiesta en forma de macroangiopatía, ocasionando arteriosclerosis (arteriosclerosis, calcificación y ateroesclerosis), que no difiere de la que se produce en pacientes no diabéticos salvo por algunas características especiales como: bilateralidad, instauración rápida, desarrollo rápido, agresiva, predominio en los troncos tibioperoneos frente a los aortoilíacos. La palpación de pulsos distales (pedio y tibial posterior) y el cálculo del índice tobillo-brazo permiten establecer el grado de afectación arterial que tiene el paciente. La microangiopatía está implicada en la retinopatía y en la nefropatía; la presencia de estas complicaciones indican un síntoma de mal control diabético, pero no actúan directamente en la fisiopatología de la úlcera. • Inmunopatía e infección: la inmunopatía se relaciona íntimamente con la infección. El mal control metabólico en los pacientes diabéticos con hiperglucemias mantenidas produce alteraciones en la función leucocitaria, anormalidades en la actividad bactericida y deficiencias en la actividad celular, lo que aumenta el riesgo de infección. Esto supone un retraso en la llegada del antibiótico al lugar de la infección, pudiéndose propagar ésta rápidamente, con daños irreversibles en los tejidos, llevando a la amputación o a la muerte en un estadio final. Incluso teniendo una perfusión arterial adecuada, la neuropatía ralentizaría la detección por parte del paciente del empeoramiento de la lesión. La mayoría de las infecciones localizadas en el pie diabético cursan con osteomielitis. 2. Tratamiento Las úlceras puramente isquémicas requieren los tratamientos propios de dicha etiología (véase Apartado úlceras isquémicas) y en el caso de las neuroisquémicas, será necesario un tratamiento combinado de alivio de la presión y mejora del flujo sanguíneo (dependiendo del grado de afectación). No se debe olvidar que la causa primaria es la hiperglucemia mantenida, por lo que es necesario un control exhaustivo de la glucemia mediante fármacos, insulina, dieta, ejercicio y disminución de los factores de riesgo; si bien dicho control tiene una respuesta variable entre los individuos. Un estricto control metabólico ha demostrado mejorar la polineuropatía periférica. Figura 52.9. Úlcera secundaria a pie de Charcot con derrumbe de la bóveda plantar 26 El éxito del tratamiento de las úlceras neuropáticas pasa por descargar la zona para eliminar completamente la presión. | cuente en pacientes con afectación renal crónica, diabéticos y en personas de edad avanzada. Se endurece toda la arteria, convirtiéndose en un tubo rígido, que provoca una alteración de la presión parcial de oxígeno al disminuir la continuidad del efecto de bombeo del corazón, pero no tiene porqué implicar necesariamente reducción de la luz del vaso, salvo que exista aterosclerosis. Para ello, se disponen de las siguientes alternativas: Total contact Cast (TCC), botas removibles (tipo walker o neumática tipo Aircast®), zapato postquirúrgico (con cuña invertida para úlceras en antepié y sin ésta), fieltros de descarga y dispositivos de silicona. Las TCC son las que han conseguido mayor eficacia en el tratamiento de las úlceras neuropáticas no complicadas. Una vez cicatrizada, el paciente deberá usar calzado terapéutico y plantillas de descarga para prevenir futuras lesiones. En caso de haber sufrido una amputación mayor, se recomienda el empleo de prótesis. Aterosclerosis y ateromatosis son términos que se emplean indistintamente y cuyo significado es la formación de una placa de ateroma que se va generando de manera progresiva para ir invadiendo la túnica media, ocluyendo la luz del vaso. B. Úlceras arteriales Las úlceras arteriales, también denominadas isquémicas, se definen como una pérdida de la solución de continuidad de la piel debida a una disminución de la presión parcial de oxígeno a nivel distal, consecuencia de una arteriopatía, generalmente crónica. - Según el último consenso vascular (TASC II), se define isquemia cuando: • No se palpan los pulsos pedio y tibial posterior. • O si los valores obtenidos en el índice tobillo-brazo son inferiores a 0,9. La clínica habitual es claudicación intermitente, frialdad y palidez de las extremidades, con periodos de remisión y con una progresión lenta. No existe pulso o éste es débil. Es frecuente su asociación con el síndrome de Raynaud en miembros superiores, así como con tromboflebitis migratoria (que complica aún más la morbilidad asociada). Se produce una obstrucción de una arteria, lo que conlleva una reducción de la presión parcial de oxígeno hacia zonas distales, provocando la muerte celular, el infarto cutáneo y la úlcera. La enfermedad de Mönckeberg está causada por la calcificación de la túnica media de la pared arterial. Es fre- La enfermedad de Buerguer o tromboangeitis obliterante (TO): es una enfermedad inflamatoria oclusiva de las arterias de pequeño y mediano calibre y supone la segunda causa de arteriopatía periférica crónica. Suele presentarse mayoritariamente en varones jóvenes (15-40 años), fumadores y el tratamiento, aunque no con buenos resultados, está basado en la supresión del consumo de tabaco. No se conoce la causa real de la enfermedad, pero tiene efectos catastróficos sobre el miembro inferior e incluso superior, con amputaciones frecuentes. 1. Fisiopatología Las úlceras arteriales pueden estar causadas por una obstrucción arterial aguda o por una obstrucción arterial crónica: • La obstrucción arterial aguda es la interrupción brusca del flujo sanguíneo, cuya gravedad depende de la localización de la isquemia. El pronóstico estará en función de la ulterior circulación colateral que desarrolle. Las causas son la embolia o la trombosis. • La interrupción crónica del flujo sanguíneo puede estar provocada por diferentes enfermedades: arteriosclerosis (en un 90-95% de los casos), tromboangeitis obliterante, enfermedad de Raynaud u otras de menor prevalencia. La enfermedad vascular periférica (EVP) está fuertemente relacionada con la enfermedad cardiovascular y cerebrovascular. - Arteriosclerosis: básicamente, aquí se engloban las enfermedades obstructivas crónicas con el nombre de arteriosclerosis, si bien ésta estrictamente sólo hace referencia al endurecimiento y engrosamiento de las arteriolas y arterias de pequeño calibre. Comprende enfermedades tales como la enfermedad de Mönckeberg y la aterosclerosis. Tema 52 Existen otras vasculitis como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico (LES) o la arteritis de Takayasu. Tienen mal pronóstico. Se asocian a un pronóstico todavía peor si los pacientes son fumadores. - Hay que diferenciar tres términos: fenómeno, enfermedad y síndrome, relacionados con Raynaud. El fenómeno de Raynaud es una isquemia digital episódica tras la exposición al frío y calentamiento posterior. La enfermedad de Raynaud no presenta asociación con otras enfermedades (representa el 75% de los casos), a diferencia del síndrome de Raynaud que sí las presenta (TO, LES, esclerodermia, aterosclerosis, ciertos fármacos, diversas enfermedades profesionales, etc.). La tensión emocional también lo puede desencadenar. La clínica presenta una tríada típica: comienza con palidez y frialdad del miembro al contacto con el frío (fase 27 Manual CTO Oposiciones de Enfermería de palidez), como consecuencia del vasoespasmo de las arteriolas, originándose desde los dedos hacia proximal, pudiendo alcanzar las palmas de las manos. Pueden aparecer dolor y parestesias. Sigue la fase de cianosis, como consecuencia de la vasodilatación de las vénulas y capilares y finalmente la fase de hiperemia reactiva cuando se resuelve el vasoespasmo y se dilatan los capilares y las arteriolas; esta última fase también cursa con dolor. La fase de hiperemia reactiva puede no aparecer. - Dada la alta prevalencia de calcificación arterial en personas diabéticas, han de contemplarse valores de presión digital por debajo de 30 mmHg. • Generalmente es una enfermedad poco agresiva. El tratamiento está basado en el manejo de la enfermedad de base (para el síndrome de Raynaud) y el control de los factores agravantes como el tabaco, el frío, el estrés, los fármacos (ergotamínicos, β-bloqueantes y ACO) o la actividad laboral (ciertas maquinarias como el martillo picador, taladradoras…). Los fármacos usados en esta enfermedad son los calcioantagonistas, las prostaglandinas y los bloqueantes α-adrenérgicos. El tratamiento quirúrgico se reserva para casos excepcionales. Otros tratamientos como la plasmaféresis están siendo evaluados. 2. Clasificación La obstrucción crónica de las arterias sigue un progreso lento que se puede estadiar siguiendo la clasificación de Leriche y Fontaine que se expone a continuación: • Estadio I: ausencia de dolor, aunque pueden existir hormigueos, parestesias. Aparecen alteraciones de la piel y de los anejos cutáneos. Es posible apreciar soplos mediante el fonendoscopio en ciertos territorios de la arteria. El pulso distal está ausente o es débil. • Estadio II: aparece el síntoma característico de la obstrucción arterial, la claudicación intermitente. Es un dolor agudo, lacerante que aparece en el muslo, en la pierna o en el pie (dependiendo de dónde se encuentre la obstrucción) con el desarrollo de pequeños ejercicios y desaparece con el reposo. Popularmente se conoce con el nombre de síndrome de los escaparates. En este estadio hay dos subestadios: - Estadio IIa: el paciente muestra claudicación intermitente tras caminar más de 150 m. - Estadio IIb: aparece claudicación intermitente con una distancia menor a 150 m. Algunos autores contemplan distancias entre 100 y 200 m para clasificarlo en uno u otro subestadio. • 28 Estadio III: aparece dolor en reposo, que mejora al colocar las piernas en declive y que no cede con los analgésicos convencionales. También se puede organizar en dos subestadios: Estadio IIIa: dolor en reposo con una presión sistólica en el tobillo mayor de 50 mmHg. Estadio IIIb: dolor en reposo con una presión sistólica en el tobillo menor de 50 mmHg. Estadio IV: ya hay presencia de lesiones tróficas en el miembro inferior. Aparecen nuevamente dos subestadios: - Estadio IVa: presencia de úlceras. - Estadio IVb: aparición de gangrena. 3. Tratamiento El tratamiento de la falta de flujo sanguíneo se corrige mediante la revascularización en el miembro afectado. Si no es posible o fracasa, se puede intentar controlar sus consecuencias en la medida de lo posible y evitar su progresivo avance. Y para ello se va a contar con medidas farmacológicas y con el control de los factores de riesgo. Ante un paciente diagnosticado de isquemia crítica, con presencia de úlceras, deben modificarse los factores de riesgo de forma imperiosa: enfermedades asociadas (hipertensión, diabetes), dieta, ejercicio y tabaquismo. La terapia farmacológica (antiagregantes plaquetarios y estatinas) se usa como reductora de nuevas complicaciones y aumenta la supervivencia tras la revascularización. Las prostaglandinas pueden usarse mediante una pauta intravenosa de 40 ng/12 h, durante 15-21 días, con el objetivo de disminuir el dolor en reposo u objetivar el progreso de la cicatrización. Si trascurrido este tiempo no se han alcanzado los objetivos, es recomendable retirar el tratamiento. C. Úlceras venosas Las úlceras venosas se pueden definir como una pérdida de la solución de continuidad de la piel, asentada en la pierna y secundaria a una hipertensión venosa. 1. Etiopatogenia Se produce una hipertensión venosa secundaria a una insuficiencia valvular que conlleva a una bidireccionalidad y estasis de la sangre. La hipertensión venosa mantenida produce filtración venocapilar al intersticio de sustancias nocivas, que va a provocar el infarto cutáneo y, consecuentemente, la úlcera (espontáneamente o a través de un traumatismo). | como en casos de insuficiencia cardíaca grave en fase inestable; la dermatitis activa y la artritis también suponen una contraindicación para la aplicación de la terapia compresiva. El sistema linfático también estará afectado, ya que no será capaz de drenar el suero que se ha escapado del espacio extravascular. Este sistema es el responsable de la formación del edema en la zona. • 2. Clasificación Según su etiología las úlceras venosas se clasifican en: congénitas o angiodisplasias, primarias y secundarias. La hipertensión venosa primaria es aquella hereditaria (la padece con mayor frecuencia en el género femenino). La secundaria deriva de otras patologías, siendo la más importante la trombosis venosa profunda; es la causa más común de úlceras crónicas y es mucho más grave. Por último, las angiodisplasias son congénitas y representan un bajo porcentaje de casos. La insuficiencia venosa se puede clasificar en tres grados: • Grado I: sensación de pesadez en presencia de edema al final del día que se recupera con el declive y con el reposo. Presencia de signos como las telangiectasias o la corona flebectásica en el arco del pie y en el tobillo. • Grado II: presencia de alteraciones dérmicas, así como pesadez y edema que no se recuperan. • Grado III: todas las anteriores unidas a la presencia de úlceras. Tema 52 • Medias elásticas: son productos sanitarios, regulados en España mediante el Real Decreto 414/1996 de 1 de marzo. Se recomienda su uso como prevención de recidivas. Se deben colocar al inicio de la mañana o después de permanecer con las piernas elevadas un tiempo. Se han de retirar por la noche. Tratamiento médico y quirúrgico: entre los fármacos utilizados en el tratamiento coadyuvante de la enfermedad, solamente la pentoxifilina ha demostrado aumentar la cicatrización en úlceras de etiología venosa. Se debe valorar el uso de diuréticos en los casos donde no se pueda administrar terapia compresiva o ésta sea ineficaz. Actualmente, la safenectomía es la técnica de elección para las varices superficiales. Las técnicas derivativas (bypass, interposición venosa) y de reconstrucción (valvuloplastia) para solucionar el sistema venoso profundo se reservan para situaciones específicas: IMC menor a 30 y donde una correcta terapia compresiva no haya conseguido la cicatrización de la úlcera en 6 meses. 52.5.3. Quemaduras 3. Tratamiento En este caso se debe actuar sobre el edema (sistema linfático) y sobre la hipertensión venosa (sistema venoso). La compresión externa es una medida básica de tratamiento que mejora la cicatrización, disminuyendo el tiempo de curación y el porcentaje de recidivas. La terapia compresiva está basada en la ley de Laplace, que indica que la presión ejercida sobre un área circular es directamente proporcional a la tensión ejercida e inversamente proporcional al radio, mediante la fórmula siguiente: Quemadura es toda lesión profunda provocada por el calor o el frío en sus diversas formas; dicha lesión determina la producción de alteraciones histológicas en la piel y la aparición de síndrome clínico humoral, en concordancia con la extensión y la profundidad de las lesiones locales. Si bien las quemaduras por causas diferentes a las producidas por calor (químicas, eléctricas, frío…) tienen una fisiopatología distinta, el efecto que producen en el organismo es el mismo. No se debe olvidar que la aparición de quemaduras puede ser motivo de sospecha de malos tratos en el paciente. P = T/R A. Fisiopatología La terapia compresiva puede llevarse a cabo mediante vendaje inelástico, vendaje elástico, bota neumática, medias elásticas y vendajes multicapa. • Vendajes multicapa: con los vendajes multicapa se obtienen mejores resultados que con los de una sola capa. Están contraindicados en pacientes con índice tobillo-brazo inferior a 0,6, individuos donde la movilización de un volumen de líquido importante pueda perjudicar al paciente, Tras una agresión térmica se producen una serie de alteraciones como las siguientes: • Alteraciones fisiológicas: - Aumento exagerado de la permeabilidad capilar con la subsiguiente formación de edema. - Pérdida de la piel (de su componente lipídico y de la queratinización), que conlleva la desaparición de la defensa contra la evaporación. 29 Manual CTO Oposiciones de Enfermería • • • • • Alteraciones sistémicas: - Destrucción de la masa celular roja. La anemia del quemado requiere transfusiones sanguíneas mantenidas, ya que es resistente a otros tratamientos. - Se produce un aumento de la cascada de coagulación. Alteraciones cardiovasculares: que implican una inadecuada perfusión tisular y una hipoxia celular. Alteraciones renales: no se provoca un daño renal directo, sino una insuficiencia prerenal como consecuencia de un inadecuado manejo de la fluidoterapia, en pacientes afectados de quemaduras extensas o eléctricas por alto voltaje (superior a 1.000 V). Infección: es la mayor causa de morbimortalidad en los enfermos quemados. Los factores que influyen en esta habitual complicación son numerosos. Inmunodeficiencias: se produce un auténtico síndrome de inmunodeficiencia adquirida postquemadura originado por diferentes elementos endógenos y por factores iatrogénicos. • • • so valorar la sintomatología asociada, que suele presentarse pasadas unas horas tras la exposición (golpe de calor). Congelaciones: causadas por exposición al frío. Este tipo de quemaduras presentan afectación de las zonas acras. El daño puede aparecer pasadas horas o incluso días. Lo recomendable es calentar la zona donde se sospecha que se ha sufrido la quemadura y volver a evaluarla pasados unos días. Pueden aparecer tras estos días lesiones graves, aunque al principio solamente mostrase cianosis o palidez. Abrasiones: se producen por rozamiento o fricción con una superficie, como por ejemplo en las caídas de motos. Generalmente son muy dolorosas. Otras: radiactivas, provocadas por radiaciones ionizantes en las que las lesiones aparecen a las 24-48 h de haber estado en contacto con la fuente de radiación. C. Criterios de valoración de las quemaduras La definición de la quemadura debe basarse en los criterios de profundidad, extensión y localización de la misma, tal como se explica a continuación. B. Mecanismos de producción 1. Extensión Los mecanismos de producción de las quemaduras son diversos. A continuación se explican los citados mecanismos. • Quemaduras térmicas: - Escaldaduras: por contacto con líquidos o gases. Generalmente las producidas con agua no suelen tener complicaciones. - Por llama: por contacto directo con el fuego. Presentan riesgo de complicaciones respiratorias por inhalación. - Por contacto directo con una superficie candente, como, por ejemplo, tubos de escape o placas vitrocerámicas. - Por explosión: ocasionan quemaduras dérmicas superficiales y profundas. Frecuentes con el uso de dispositivos pirotécnicos. • • • 30 La extensión de una quemadura se puede definir según distintos criterios: • La regla de Wallace o la regla del 9: válida solamente para pacientes adultos, mayores de 14-16 años. Existe una modificación para ajustarla a la superficie corporal infantil que es la regla de Lund-Browder. Quemaduras eléctricas: son las que genera el paso de la corriente eléctrica a través de los tejidos. Suelen revestir gravedad. Las de alto voltaje son más graves y profundas que las de bajo voltaje. Quemaduras químicas: según el agente químico que las produjo se van a dividir a su vez en los siguientes tipos: - Provocadas por ácidos: lesión inmediata de aspecto no exudativo. - Provocadas por álcalis: de aparición lenta y progresiva, presentan una lesión reblandecida, de aspecto húmedo. Las flictenas con sospecha de contaminación por el agente químico deben ser desbridadas rápidamente. Quemaduras solares: provocadas por exposición al sol. No suelen ser graves, generalmente de primer grado. Es preci- Figura 52.10. Regla de Wallace o la regla del 9 | • La regla de la palma de la mano: la palma de la mano del paciente con los dedos juntos y extendidos equivale al 1% de la superficie cutánea total quemada. Esta regla es útil tanto para adultos como para niños. 2. Profundidad Las quemaduras en función de su grado de profundidad se van a dividir en los siguientes tipos: • Epidérmicas (1.er grado): - Signos: eritema, piel seca, caliente y sin ampollas. No exudativas. - Síntomas: picor, escozor o quemazón. El dolor será dependiente del agente causante y del paciente. - Evolución: resolución tras descamación furfurácea en 4-5 días. Sin secuelas No se debe tomar el sol hasta que la piel no recupere su color normal. • Dérmicas superficiales (2.º grado superficiales): - Signos: ampollas bajo las cuales hay una superficie rosada; si el edema concurrente es importante, el lecho puede presentarse pálido. - Tema 52 Síntomas: generalmente dolorosas, aunque pueden presentar hipostesia. Pueden o no ser dolorosas. Evolución: de 10-15 días, con tratamientos no cruentos, a 3 meses o más (en las más graves), con graves secuelas (cicatriz hipertrófica, discromías permanentes, retracciones). › Subdérmicas superficiales (3.er grado superficiales): destrucción completa de las capas dermoepidérmicas. › Signos: escara seca, con aspecto acartonado, de coloración que oscila desde un blanco nacarado hasta el negro. › Síntomas: anestesia; no dolorosas por destrucción de las terminaciones nerviosas. Puede aparecer dolor en casos de compresión o irritación perilesional. › Evolución: suelen requerir tratamiento quirúrgico las menores de 0,5% de SCTQ o según la zona. Dejan grandes secuelas. › Subdérmicas profundas (3.er grado profundo): cuando también se encuentran dañadas estructuras subyacentes: grasa, tendones, músculo e incluso hueso. Tienen la misma sintomatología que las superficiales. Son subsidiarias de tratamiento quirúrgico precoz. Son más exudativas que las profundas. 3. Localización - • Síntomas: muy dolorosas. Evolución: curación en 8-10 días con tratamientos adecuados. Pueden presentar discromías con tendencia a desaparecer con el tiempo. Dérmicas profundas (2.º grado profundas): extensión a capas más profundas de la dermis. - Signos: no forman ampollas. Con un marcado aspecto rojizo. Menos exudativas que las superficiales. Se deben distinguir zonas en las que las quemaduras presentan riesgo de secuelas funcionales o estéticas como las siguientes: • Cabeza y cara. • Cuello. • Genitales y perianal. • Zonas de flexión. • Pies. • Manos. Figura 52.11. Tipos de quemaduras según su grado de profundidad 31 Manual CTO Oposiciones de Enfermería D. Pronóstico F. Protocolo de actuación Los factores que ensombrecen el pronóstico de una quemadura son: la edad del paciente, la localización, la extensión, la profundidad y la causa de la misma, así como la afectación de las vías respiratorias y la existencia de enfermedades de base importantes. 1. Tratamiento de urgencia E. Criterios de derivación El protocolo de derivación en la Comunidad de Madrid es el siguiente: • Ingreso hospitalario en hospital de referencia: - Quemaduras DS y DP inferior al 20% de SCTQ que precise observación, analgesia intravenosa o sedación. - Quemaduras subdérmicas con SCTQ menor del 20% que tras valoración inicial de urgencias no tiene criterios de ingreso en Unidad de Quemados. • • • 32 Candidatos de ingreso en Unidad Especializada de Quemados: - Pacientes que requieran medidas de resucitación. - Pacientes que precisen monitorización. - Pacientes que requieran curas con sedación intravenosa cada 12 h. Ingreso en la Unidad de Quemados: - Quemaduras superiores al 20% de SCTQ independientemente de la profundidad. - Quemaduras eléctricas de alto voltaje y asociadas a inhalación de humos. Requieren valoración personalizada para identificar la unidad hospitalaria de destino: - Quemaduras DP o SBD mayor del 10% y menor del 20% de SCTQ en adultos de cualquier edad. - Quemaduras eléctricas de bajo voltaje. - Quemaduras químicas. - Quemaduras en localización de riesgo. - Quemaduras asociadas a otras lesiones (traumatismos). - Quemaduras DS y DP en pacientes con enfermedad de base (cardiopatía, inmunodepresión, enfermedad metabólica, etc.). - Quemaduras circunferenciales en miembros y tronco. - Niños menores de 5 años. - En caso de duda entre si es la quemadura superficial o profunda, se puede realizar el “signo del pelo” (si el pelo resiste a la tracción, es superficial) o “explorar la sensibilidad” (si el paciente sabe distinguir entre la punta y el cono de una aguja, es superficial). - Ante la duda siempre se deben derivar. Un gran quemado se define como aquel paciente que sufre quemaduras graves y que precisa medidas generales de soporte vital avanzado. El gran quemado debe ser considerado y tratado como un politraumatizado. • Iniciar precozmente la reposición de líquidos y evitar la hipotermia lo antes posible. Realizar intubación orotraqueal precoz, si se precisa. • La fluidoterapia debe conseguir diuresis horarias de 4050 ml en adultos tras la administración de Ringer Lactato o en su defecto suero salino al 0,9%; 15-25 ml/h en niños y 1 ml/h en menores de 2 años, exceptuando los quemados eléctricos por alto voltaje, donde la diuresis deberá ser siempre el doble. • Existen multitud de fórmulas para la reposición hídrica. En la Comunidad de Madrid se recomienda el uso de la fórmula de Parkland: 4 ml de Ringer Lactato x %SCTQ x kg de peso del paciente Los niveles séricos de albúmina se reponen en las 24 h posteriores a la quemadura a razón de 0,5 ml x SCTQ x kg de peso del paciente. • • • • • • • • La forma de administrar la fluidoterapia es el 50% durante las primeras 8 h y el otro 50% durante las 16 h restantes. El gran quemado requiere dieta absoluta, pudiendo precisar la colocación de una sonda nasogástrica. Se debe llevar a cabo una valoración de la lesión y de las circunstancias aproximadas en las que se produjo el accidente (inhalación de humos, causa eléctrica, traumatismo asociado…). Lo primero es separar al enfermo de la fuente que le está produciendo las quemaduras, teniendo precaución de no sufrir daños por parte del equipo que le está atendiendo. Retirar las joyas, los objetos metálicos y la ropa que no se encuentre adherida. Irrigar con suero fisiológico. Cubrir con apósitos vaselinizados y vendaje oclusivo. Es necesario realizar un correcto manejo del dolor según la escala analgésica de la OMS: dolor leve (analgésico antitérmico), dolor moderado (opiáceo débil asociado a analgésico antitérmico o AINE), dolor intenso (opiáceo potente primero vía oral después intravenoso, si fuera preciso). En todos los casos, se pueden añadir medicamentos adyuvantes o coanalgésicos cuando sea necesario. Si fracasa esta frecuencia, es preciso acudir a anestesia-analgesia locorregional. En caso de quemaduras por congelación, está contraindicado frotar y aplicar calor local directo; se debe realizar el recalentamiento en agua caliente a 40-42 ºC. | Generalmente en quemaduras inferiores al 10% de la SCTQ no se suele provocar hipotermia mediante irrigación. Para quemaduras superiores, se aconseja cubrir con sábanas, mantas o paños limpios. Si se trata de un producto químico, el tratamiento se hará de igual manera pero con suero fisiológico a chorro. Tema 52 BIBLIOGRAFÍA Aguilar Reguero JR. Quemaduras. 061 Málaga. Disponible en: http://www.medynet.com/usuarios/jraguilar/Quemaduras. pdf. Anand P, Terenghi G, Warner G et al. The role of endogenous 2. Tratamiento local En lesiones que no revisten gravedad, se recomienda evaluar la profundidad de las lesiones 2-3 días después de haberse producido. • Quemaduras de 1.er grado: - Crema hidratante tantas veces como sea necesario hasta que desaparezcan las molestias. Analgesia vía oral si se precisa, o cremas o geles con aloe vera. - En caso de ser muy dolorosas, aplicar compresas humedecidas en agua. - No se recomienda aplicar corticoides ni antibióticos tópicos. - Recomendar la posterior protección solar. • Quemaduras de 2.º grado superficiales y profundas: - Existe una amplia controversia respecto a la cura local de las quemaduras. Varias pautas de tratamiento son adecuadas a día de hoy. - Algunas guías recomiendan no recortar las ampollas y, en aquellas lesiones expuestas, realizar curas diarias con sulfadiazina argéntica durante tres días y posteriormente espaciar las curas cada tres días con hidrocoloides. - En caso de retirada de la flictena, debe realizarse mediante técnica estéril. Se puede aplicar colagenasa en función de las características de la herida. Se recomienda realizar curas basándose en el algoritmo TIME. - Si en 2-3 semanas no está claro el proceso de epitelización, deberá derivarse al cirujano plástico para valoración de procedimiento quirúrgico. El retraso en la curación de una quemadura por encima de 15-20 días conduce en un alto porcentaje de casos a la aparición de cicatrices queloides o hipertróficas. nerve growth factor in human diabetic neuropathy. Nat Med. 1996 Jun, 1996. 2(6): 703-7. Apelqvist J, Larsson J, and Agardh CD. 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