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EXTRAVÍO DEL NATEM
Casa de la Cultura Ecuatoriana
2014
Extravío del Natem
© Khira Martínez Rivadeneira
Primera Edición–CCE–2014
ISBN: 978-9978-62-772-3
Diagramación: Fernando Murgueitio
Fotografía: Juan de Brujas
Corrección de pruebas: Flor de Té Chiriboga
Diseño de portada: Santiago Ávila S.
Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión
Dirección de Publicaciones
Av. Seis de Diciembre N16–224 y Patria
Telfs.: 252 7440 Ext.:138/213
gestion.publicaciones@casadelacultura.gob.ec
www.casadelacultura.gob.ec
Quito–Ecuador
Khira MartÍnez Rivadeneira
EXTRAVÍO DEL NATEM
In memoriam: Rómulo Martínez
Sólo los hombres que reconocen su ineludible destino
lloran como tú ante el cadáver de su propio crepúsculo.
Amanecí
con
alevines
en mi
boca
y
flotaban
alevines
en
mi
ombligo
B´alam,
prodigioso félido con sangre en el aliento
semen helado que precisa transmutarse;
espera en el palacio de los jaguares
el shock sanguíneo,
la dormición de la impotencia
Sexo y muerte en repeticiones infinitas
plegarias enmarañadas en los celajes de tabaco
se perpetúan en el venerable autismo del cosmos
Terror tzántzico espesado por el miedo
Selvática manía de inescrutable inocencia
excluida por la abulia de todas las tutelas
persigue las mismas huellas de sus hermanos
yantanas, kaniats, shushuis, panas, pankis
(tigrillos, caimanes, armadillos, tapires, anacondas)
ojos borrosos descubren a Churunsia
desnudar su furia
y ser destruida por Payar
Los días se persiguen en el kanus
purificándose
renaciendo en el bautismo de la cascada sagrada
fumando tsaank envuelto con hoja de maíz
tomando natem y maikiua invocando a Arutam
Lánguida mineralidad
Abandono de espíritu y mente
Vivir la dimensión de los sentidos
donde el tiempo
es sublimación extracta de la eternidad.
Khira Martínez Rivadeneira
11
Arutam
Búsqueda del fundamento de su existencia
Principio de la vida desde el fondo de la vida.
Arutam sin origen y sin fin
realidad irrenunciable
superior, protector, trascendente, sobrenatural,
fortaleza de sus fervorosos
supervivencia latente
en medio de esa arboleda discontinua
Arutam, encarnación potente del espíritu
Busca a la criatura que protege
para transformarse en hombre completo y poderoso
Arutam,
cascada misma que se quiebra
y renueva en su ímpetu
extravío del natem
espejismo místico…
Ame wainkiata. (la vida es para ti,
podréis gozarlo como tú lo queráis)
Ame nekatin atá
(entenderéis todo lo dicho
viviendo todo cuanto tú lo deseáis)
Vence el alma la gravedad y va a la cascada
y eternamente vaga en forma de brisas.
12
Extravío del Natem
Cuando el aliento se disuelva en la niebla
cuando los vástagos honren la memoria
Arutam vivirá en ellos
Él es y sigue siendo el que es
el que habita en las cascadas.
Lánguido tabaco
Humo borracho
asciende y penetra en la distancia
lejanía interrumpida
por el llamado de los hombres.
Anents
voces inasibles
lamentos…
…precipitación
del mundo
de su esencia.
Tatuado en su creencia
el designio del omnisciente,
emprenden el retorno
con la mirada del dios
clavada en el sendero.
Realmente no somos Arutam mientras vivimos,
tampoco si no se ha obtenido la fuerza de él.
El Shuar que ha recibido el poder,
al morir,
su espíritu va a la cascada,
y se transforma verdaderamente en Arutam.
Khira Martínez Rivadeneira
13
Félidos mis progenitores
Rugidos alientos y asesinas zarpas
centellean en esa embrionaria memoria
Epilépticos tambores
taladran con su cóncavo quejido
el despertar de los sentidos.
Ayawaska
concibe su misterio
en el escenario de mi inquisición.
Mis ancestros sepultados
por la niebla corrosiva del tiempo
uwishin que mediaban
entre el mundo de los espíritus
y la mente consciente
aperturando una existencia sin dimisiones;
el autoconocimiento
el despertar del ser humano o la iluminación.
Tzamarenda Simón
último shamán de mi tribu
refundido en el infierno de Kiruba,
legendario y anacoreta,
dignidad espiritual
hombre-dios-medicina
ceremoniante
por tradición y renovación mística;
misterio revelado a través de sueños
y los fogonazos del rayo;
los incorpóreos le heredaron el saber
desde el vientre de su madre.
14
Extravío del Natem
Despojada de la contaminación del mundo
el alma humana
es el principio vital de su creencia.
Purificado y ascendido se enajena
embriaguez mística,
arrobamiento de estilita,
penetra en el elíseo de los espíritus
y la realidad armoniza.
Retumbos de tambor en su paranoica embriaguez
monotonía percutora en el abandono de los rituales
a un vuelo mágico lo encumbran
a un viaje del alma
a través de la experiencia extática
a una apertura
hacia la totalidad de los mundos
del espíritu
de lo humano y la naturaleza.
Su apariencia de indefinible edad
hacía imposible precisar
que a 36.525 soles
los había decapitado su manía de vivir.
Los espíritus errabundos
hurgaban en los vestigios de su lejanía.
Tocata de relámpagos en su fuga
Inexplicable ansiedad desgarradora
Ese momento atormentado por el silencio
cabalgando a espaldas del tiempo había llegado;
el traductor de las ígneas alucinaciones
…los esclavos de la sangre debían revelarse…
Khira Martínez Rivadeneira
15
Cinco centurias evidencian mi linaje
Gestado en la espesura infinita de esta Randimpa Esmeralda
Concebido con el potaje secreto del Caldo de Novios
Estremecido desde el remoto fogonazo del collado
La aventura me latía desde la noche del vientre
Tula y Temis me parieron en el vórtice de los mundos
cuando los torrentes en el anonimato de su lujuria
unían su estruendoso orgasmo al concierto de la jungla
En la memoria lejana emergen las historias
Se precipitan los rostros y los nombres
Y por un instante… vence el recuerdo a la ausencia.
Cuy Macho,
Errabundo habitante de las cuevas del Upano
vástago de la luna perdido en el polvo del delirio.
Micaela del Chorro, con la hija nacida del viento
Policarpo y las marmitas de oro de la tierra quemada
alucinó con un tesoro jamás encontrado
Rómulo: el Furioso de los cuadriláteros
renunció al plumaje del cóndor
por el multicolor penacho del yampuna.
Tantos y tantos desterrados al mundo de la afonía.
Permanezco en la tierra de mis mayores
Patriarca de este horizonte creado por borrascas
Ascendiente de la orquídea plantada en los Andes
Tzamarenda-Simón
revoloteo nocturno de cigarras
confusa intermitencia luminosa
Rugidos, ladridos; croares, maullares
Señor Macabeo.
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Extravío del Natem
Upano
vagido que explota en el valle por donde se acosa
inundado por los efluvios de su salvaje orgasmia
lobo fluir su semen de curundas
arboleda de arrayanes washiquis, yumbingas
casa de pumas, armadillos gigantes, perezosos
Upano;
¡oh vida!
¡oh transmigración!
Jamás tus aguas, tu valle, tu bosque
se fosilizarán en la sinfín caverna de la memoria
Tu melancolía cristalina se arrastra y parpadea
remueve y abreva el geiser del recuerdo
Khira Martínez Rivadeneira
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Pinchu,
telepáticamente me indaga en el recuerdo
con llamaradas proféticas
Batiendo sus alas en medio del presagio,
desde el destierro explota su tumulto de acechanzas
se detiene a la distancia de mi olfato
se posa en mi hombro
y escucho a Tzamarenda-Simón en su oratoria
…al Ventrue Servius? en un lenguaje ininteligible…
Un estrépito de voces
y gritos
y chillidos
y rugidos
fragmentan mis recuerdos
y se amalgaman en mi mente.
Tantos sueños donde la oscuridad
congelaba los temores
flechas envenenadas
hundiéndose en mi desconcierto,
estacas reventando la utopía
de los errabundos de la noche;
inmutable pavor
acercándome al encuentro de otros mundos.
Cuántas lunas se incineraron en la hoguera de Etsa
desde aquella revelación de Tzamarenda-Simón en mis sueños
Desde esa otra realidad
que pendía en la sombra de los tiempos
enterrada en la mordida necesaria
en la bebida vital que condena y eterniza.
¿Qué engendro me conturba
cuando revienta en la noche
la plateada ataraxia de ese astro sin alma?
18
Extravío del Natem
Misteriosos rugidos se arrastran por mi garganta
se agudiza mi vista y mis instintos se electrizan
se elongan con felina plasticidad
mis piernas y mis brazos
salto a la cascada y desaparezco en su efervescencia.
Pensamiento y voluntad sincretizados
intuidos y confesos
en segmentos de parpadeo
abstraída del espacio
en un paralelismo multisensorial
en una estela de metralleta
me desvanezco y aparezco.
El gran gavilán se eclipsa
devorado por la distancia.
Como un relámpago sicalíptico
un desconcierto de imágenes
escandaliza mis pupilas.
Más allá de lo percibido
se debate una realidad que exige ser desmitificada
un mundo ambivalente e infinito.
Me confino en la espesura en total abstinencia.
Khira Martínez Rivadeneira
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Tan, tan, tan, tan, taaan, taaan, taaaaan, taaaannnnn,
Tannnnn, taaannnnn, tannnnnnnnnnnnnnnnnnn
Agrieta el espacio las monótonas percusiones
Intestino escalofrío por la espalda va trepando
triunfa la zozobra en un castañeteo incontrolable
sonidos guturales en una combustión de sombras
se expanden…
Tzamarenda-Simón
en un lenguaje inextricable
dialoga con Arutam en hipóstasis de Naektaitjia
Visiona las nupcias de los hijos malditos.
Los nómadas de la existencia noctívaga
han esperado el día de la fertilidad
para usurpar a los jagarius
su potestad tridimensional
el secreto de su trimurti,
y de su coexistencia física.
Las señales son propicias
en esta noche de continuidad jaguariana.
Los que pretenden perseverar
en la infinidad de lo inalterable
se deslizan entre desvaríos
de las desvanecidas identidades,
confundidos con las sombras de los horrores;
seres del inframundo
vampiros que precisan de la hembra humana
para sostener la estirpe de su existencia sin reflejo.
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Extravío del Natem
Explosiona jagarius onca de las llamaradas…
Sucediéndose en una repetición vertiginosa
sacude las cenizas ceremoniales
de su piel moteada de rosetas;
lanza un rugido atronador
reconoce sus dominios
fijando con la mirada las huellas de su feudo,
traspone el umbral de su félida presencia
se desliza sobre sus dedos
gaseoso
aéreo
digitígrado
impalpable
seduce…
con la salvaje alquimia de su origen ignorado.
No sólo soy un jaguar,
soy una civilización arraigada en las cascadas
ha llegado el tiempo de que una nueva generación
repueble el valle que siempre nos ha pertenecido.
Mestizaje inadmisible,
la muerte fue perfeccionando.
Coagulado el aliento de sangres consagradas
en una orgía de misterios revelados
la continuidad de nuestra casta
se desvanecerá como el humo
si al final de los días oscuros
no se gesta la colonización de los jaguares.
Desde el principio de nuestro tiempo,
los jagarius onca fuimos adorados;
nuestro aliento se fundió con la niebla
Khira Martínez Rivadeneira
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de las laderas andinas…
que se deslizaban
hacia los humedales amazónicos
donde se perennizó nuestra huella.
Lomuró, arcano fundador de nuestra raza
en el Gran Tratado de Edmundo
relata la félida urdimbre.
Flotando en el limbo de ese elíptico universo
el gran jagarius descubrió el secreto de las cascadas
y fijó su morada tras el manto gaseoso
de esa carcajada inagotable.
Vertiginosa caída y su estallido
evaporándose como una exhalación en las rocas;
presencia ritual de Lomuró
nos transmigra sus poderes a través de este bautismo.
El gran jagarius
es el mismo Arutam
creado con los alientos de sus elegidos
jagarius trascendidos en su esencia
Mente, cuerpo y espíritu
fundamento existencial de los jagarius.
Catarsis cósmica, mística y terrena
dominio más amplio y preciso del deseo
concede el jaguar de jaguares.
Tan, tan, tan, tan, tan, tan, tan, tan, tan,
Tantaaaaaaaaaam taaaaaaaaaaaaaannnnnnnnnnn,
Uuuuuuuuuu uuuuuuuuuuuuuuuuuuuu uuuuuuuuu
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Extravío del Natem
Nantu, suspendida y lejana en su desierto nocturnal
con su risa silenciosa de laguna desmayada
persiguiendo el crepúsculo matinal se aletargará
hasta que las sombras desboquen la fanfarria
He venido a continuar la travesía
a detener el despojo de nuestras libertades
nuestro es el viento y el fuego,
el agua y la tierra
la sangre y la muerte.
Subsiste en nuestra vivencia
las proezas que estampillan
el señorío jagarius onca
desde el remoto de nuestra existencia
hemos preservado su legado
trasponiendo las fronteras indecisas de los reinos,
en una eucaristía de entregas solidarias
consolidamos una cosmogonía paralela
compartiendo el instinto asesino y el deseo sexual
con la urgencia vital de continuidad y placer
sin prohibiciones, sin razones, sin persuasiones
desde el tabú del incesto
hasta los ritos humanos que separan.
Nuestras pasiones se modifican,
son mutantes
violentas
bestiales
naturales
Nos reconocemos en la voluntad
esencia propia
que naturaliza y desnaturaliza nuestro origen
Khira Martínez Rivadeneira
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adn félido y humano
ni sólo humano, ni sólo felino…
Nuestra cosmogonía no se evidencia
está fuera de las fronteras cognoscibles
de la percepción racional.
Somos extraños y diversos
Nuestro dominio fluctuante
está tutelado por la excepción y el deseo.
Latido vital de todas las cosas
aproximación a una empatía profunda
con los seres vivos
y las materias inertes en transformación
con todo el prodigio que la naturaleza manifiesta
sensibilidad desarrollada,
intuición
hundirse en la vorágine del universo
nos permite anticiparnos a los movimientos,
al peligro
al ataque
a la muerte no consentida.
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Extravío del Natem
Acechando oculto desde la espesura
sintiendo el latido de la sangre;
la sístole del miedo de su víctima
B’alam
dilata sus uñas
sus pupilas expande
se lanza sobre su presa
clava su muela carnicera,
desnuca…
de forma perfecta…
lacera…
Khira Martínez Rivadeneira
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Entre magia y rito
entre alucinación y realidad sensible
los elegidos fecundarán la descendencia
en equinoccio de primavera
con el retorno del sol después de los días del mal
En el Ayamtai,
las entidades descarnadas
y las momias de nuestros antecesores
presidirán los ceremoniales de la fecundidad
y todo recobrará el sentido
después de trescientos días.
Los panthera onca
preexistimos en el mundo psíquico
inmaterial, inalterable y trascendente
perseveramos cuando el cuerpo y la mente declinan
nuestra infinidad carece de distancias y permanencia
necesitamos corporizarnos
para evidenciar el propósito de nuestra existencia
como custodios de la naturaleza,
para evitar que su creatura ensoberbecida
provoque a los megaterios del apocalipsis.
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Extravío del Natem
“Los años luego le confirieron esa peculiar
majestad que tienen los canallas encanecidos,
los criminales venturosos e impunes”
Jorge Luis Borges
En las entrañas de la tierra
asfixiante humedad de su lejanía aprisionada
formada por la descomposición de organismos acuáticos
bulle esa pudrición fuliginosa de la muerte
irreversible certeza que sólo la vida confirma
en esa unión indisoluble de triunfo y derrota.
Yasuní
dormitas incauto sobre tu lago profundo
reserva donde verdeorbitan el aire y el agua
eslabón de madréporas
polipétalo
cataclismo transformado
policéfalo
barbotea tu espeso silencio
en el corazón de tu Gorgona amazónica
Yasuní
Andrógino
Híbrido
Ambivalente
Agreste
Enmarañado
Tu vientre de óleo precipita
Khira Martínez Rivadeneira
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conjuras vertiginosas
cruel demencia o lúcida crueldad
hegemonía o esclavitud
El terror confirmará las certezas
y serás abandonado
desértico
infecundo
desolado y cadavérico
cuando ni una gota más de tu óleo
pueda emerger de tu torrente saqueado
Yasuní,
Peligrosamente frágil ante la grandeza de lo salvaje
Misterioso en tu frondosidad
Reserva cósmica de esta Biosfera devorada
Intangible reino de los Tagaeri, Taromenane
de los pueblos en aislamiento voluntario
Has emergido como la médula imprescindible
como la última reserva biodiversa
en esta dermis muriente del universo.
Único reducto
donde aún la inocencia conserva su utopía
donde el asesinato justifica una ascendencia Cainita
donde la memoria se enmaraña con el tiempo
y los secretos son arrasados por los vientos.
Se agita en la profundidad de tu impoluto claustro,
la terrible certeza que la savia negra de
Ishpingo, Tambococha y Tiputini
se ha inoculado con feroz demencia en la mísera
sesera de los trasnochados demagogos.
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Extravío del Natem
Este es el nuevo griterío
la gran bufonada de los pontífices sibaritas
con sus bulas obnubilantes
concesionando renovadas falsedades
a un pueblo de alma félida
al que le quiebra sus garras
al que le extermina su caza
al que le prohíbe vivir
ignora los territorios preexistentes
¿Y los lamentos sofocados por la endémica sordera?
¿y el dolor…y la sangre reventando el desconcierto?
¿y las orfandades?
¿y los vacíos y silencios?
¿y los aislamientos y el olvido?
¿y el veneno y la contaminación?
¡la desterritorialización.?????
Los originarios de la selva
jamás renunciarán a su espacio,
al concierto de la jungla
a la rebelión de las especies resistiendo
esta embestida de incontrolables ardentías
¿Qué saben estos charangueros disolutos
de la soberbia férrea
de esta ínsula amazónica?
¡Qué terrible seducción la de sus verbos!
¡Qué impecable prestidigitación matérica!
¡Qué engaño más siniestro y exquisito!
Los titiriteros de esta revolución apocalíptica
máscara progresista todorostro
no han restringido su apodíctica vehemencia
ni han limitado el derroche de nuestras heredades
para vocear cínicamente:
Khira Martínez Rivadeneira
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“mantener el petróleo en tierra”
creando un tropel de voluntades parapléjicas
embajadores omniscientes de una mentira calculada
para catequizar a las irresolutas potencias
subyugar la libre determinación de los imperios
“a la última oportunidad que cabalga hacia el abismo”
mientras ellos desbordan las talegas
con oro ensangrentado;
trafican oportunidades
copulando como bestias sin orgasmos.
¡Deteneos vosotros descastados de todos los pudores!
Vosotros
doble discurso
burda elocuencia
Vosotros mercachifles sin honor ni vergüenza
Nada nos pertenece, nada,
¿Acaso el cuerpo que sin memoria se deshace en el tiempo?
¿No sentís la agonía de los recónditos alientos?
¿No sentís el miedo electrizando sus entrañas?
¿No os espanta la muerte vomitando hambre
en este mundo atosigado?
Ellos
y nosotros los de afuera
¡que miramos indolentes
desplomarse nuestro mundo!!!!!!!!
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Extravío del Natem
Nada
…nada quedará más que desolación y silencio
Una catarata ensordecedora
de silencio
Silencio impune
que no nos devolverá las voces
ni los santuarios de este universo que hemos destruido
…piedras heladas, lava fluyendo…
Te desangrarán Ishpingo
Te desertificarán Tambococha
Te infertilizarán Tiputini
Te despojarán de tu espíritu Yasuní
Gorgonas inmortales mutiladas
Medusa deletérea
Tu sangre no parirá a Pegaso.
Fantasía Yasuní
quimera ecologista
talón de Aquiles de este tzántzico sistema.
Lava y piedras fluyendo
Naturales de la selva amazónica
desplazados y sacrificados;
la persecución se ha emprendido nuevamente
esta esencia de humanidad
será destruida por el fuego
por las balas
por los engaños
que jamás podrán restituirles su existencia
Khira Martínez Rivadeneira
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¡Ancestrales habitantes de la selva Yasuní!
¡clanes descendientes de los wao!
¡¡¡¡¡¡No muevan los pies
dejando libre el espacio a los taladros!!!!!!
No claudiquen en la defensa de su suelo
Honren la rebeldía de sus ancestros
¿No comprenden
que el único pulmón incontaminado del planeta
es su selva
su tierra
su territorio
su eternidad
su Yasuní?
Cuando el mundo esté asfixiándose
en esta esfera venenosa
Cuando la última gota de agua
no pueda ser bebida
Cuando las calles se inunden de cadáveres cianóticos
¡Cuando las armas nucleares,
químicas,
biológicas
sean reliquias guerreristas
y expansivas olvidadas!
y no haya a quien destruir, ni reventar…
cuando el terrorismo
haya asolado esta pobre humanidad
cuando sea infructuoso hasta el odio
y hasta la tierra cansada del holocausto nos sepulte
¡¡¡¡¡el tiempo habrá terminado!!!!!!.
32
Extravío del Natem
¡Este pedazo de humanidad debe organizar la resistencia!
Convocar a la inteligencia de la naturaleza,
a todas sus especies.
La plegaria despertará a los espíritus
de los Grandes Caídos
Awá
Épera
Chachi,
Tsáchila
Achuar
Kichwa amazónicos
Andoa
Shiwiar
Záparos
Shuar
Cofán
Siona
Secoya
Waorani
de los afro descendientes
de los mestizos razonantes
de los obreros
campesinos
científicos
profesionales
estudiantes
mujeres
hombres
niños
jóvenes
Khira Martínez Rivadeneira
33
de esta Macabea emplumada
en el altar del cóndor
Será la voz y el grito de la biodiversidad,
de este tejido de sangres y culturas
una verdadera rebelión de las especies,
dispuesta al sacrificio
por preservar la esencia de la vida
hasta clavar la flecha comunitaria
la cerbatana milenaria en el corazón
del déspota apasionado? por la patria.
Y la violación de Yasuní
será el desboque
de los monstruos del cataclismo.
Y todo volverá a ser como en el Principio
El desierto del holocausto
La pornografía de la muerte
El caos de la nada.
34
Extravío del Natem
Venas abiertas los ríos
en su existencia omnímoda
Sangre diáfana
nutriendo en su caravana vital
Diosa de sí misma
de su nómada esencia
efluvio de su aliento congelado
Agua,
has impuesto tu soberanía
en medio de la decadencia de este mundo;
pretenden condenar tu libertad
pretenden arrebatarte tu albedrío.
Te necesitamos y te envenenan.
En un tiempo perentorio
el terror derrotará el espíritu
en una tregua destinada a fracasar.
Esta confabulación de los desprecios
aniquilará las falsas voces,
las voces exaltadas
y tú serás la utopía de los espejismos del poder.
Khira Martínez Rivadeneira
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La conspiración de las voluntades ha iniciado su fermento.
He purificado mi cuerpo con una exigencia mística
catarsis anímica,
regeneración de todos mis credos
He indagado en el silencio
esas respuestas que jamás llegaron.
Para ser libre debéis pervertirte
me había sentenciado Tzamarenda-Simón
Y aquí permanezco
perdida en medio de esta naturaleza
que siendo tan mía
es tan extraña y me aterroriza.
La noche nos ha atrapado en su caverna sin fin
El viento
longevo errabundo,
insurrecto inasible
cabalgándose a sí mismo
retoza con las sombras de la hoguera;
algarabía de chillidos
de rugidos
de chirridos
serpentean por entre el bosque fantasmal.
El momento ha llegado con sus mercenarios del miedo
…Extraña obtenebración
juega con el ofuscamiento…
Tocado con su tawasa shamánica
plumas de tsukanka y secha
Tzamarenda-Simón se materializa de la nada
Silencioso,
caminando sobre sus dedos
36
Extravío del Natem
casi flotando
precedido por su leyenda
lo abarca todo con su perturbador dominio;
retumban en su oído
los latidos precipitados de los celebrantes;
escucha los pensamientos que se funden
con el sonido martillante de los tambores;
se agolpa en su ojo cazador
ese zumbido adrenalínico
que facilita el zarpazo del carnicero.
Sobrio,
inmutable,
alerta,
con movimientos rápidos y breves
sus labios de sensibilidad táctil
perciben que los incorpóreos
pululan por el espacio.
Sentado,
aspirando rítmicamente el aire de la noche
fuma tsaank envuelto con hoja de maíz.
Giran las brisas,
se elevan los vientos fríos.
Arutam brisa misma
esencia del viento
se arremolina
y rompe en carcajadas inaudibles.
Un vasallo de más de dos poderes
asemejándose a un b alam… semierguido
desplazándose en puntillas
le entrega el natip con la poción sagrada.
Khira Martínez Rivadeneira
37
Los celebrantes sorben tabaco líquido por la nariz.
El uwishin bebe el natem ceremonial
y todos los demás
bebemos el amargo potaje que estaba escanciado
en copas pequeñas…
de un sorbo.
Escape de impurezas se vierten en la noche
tremendismo de las vísceras excretoras
un conciliábulo de envenenados
en sus últimos estertores.
Vi a los jagarius moverse entre las sombras
reptando sigilosamente se iban acercando.
Abuelo querido
merezco yo tu compasión
por ser una niña huérfana
unos plátanos tiernos
colgando en mi chankin
me marcan el compás
en la búsqueda de ti;
vosotros más antepasados
¿en dónde estáis?
doquiera estéis, sabed
que yo estoy sufriendo
tened piedad de mí.
Joven como Chinimp
así siendo
con todos mis hijos
38
Extravío del Natem
con trinares acercándome
a la cascada acercándome
con un espíritu que no se puede dañar;
así mismo siendo
con trinares me he acercado
con un espíritu bueno y firme,
siendo yo así
reunidos nos presentamos
joven Chinimp
con todos mis hijos
reunidos haberme acercado
merezco tu compasión;
con trinares me acerco
con un espíritu sano
con trinares acercándome
reunidos nos hemos bañado
Tzamarenda-Simón ha visionado a Arutam,
transformado en gavilán,
y búho en combate al mismo tiempo
celebrando la fiesta de tzantza.
Khira Martínez Rivadeneira
39
Esta noche los jaguarius
fecundarán a las hembras
en su conversión humana
encuentro pactado
en los días de oscuridad
cuando la reconciliación
y el despertar espiritual de los hombres
se estaba gestando
Los días del mal no han terminado
el materialismo militante
con sus tentáculos omnipresentes
ha perturbado la armonía y la paz del universo
Nos gobiernan fieras disfrazadas de filántropos
la simonía de los gobernantes y de los poderosos
nos ha llevado a la destrucción más violenta
al festinazgo del poder esencia del mal
con manos manchadas e insaciables
esta decadente sociedad del consumismo
en una devoración incontrolable de sus propios ideales
ha impuesto la inmoralidad como ley omnímoda
Los adalides y su séquito de incongruentes
arrebatados fascistas,
lebreles de los negociados
le han saqueado la libertad al soberano.
Nuestras leyes santifican el crimen y la opresión
los privilegios
las posesiones
las prisiones
la pena de muerte
Esta mafia del alma
debe ser destruida
para que el hombre pueda realizarse.
40
Extravío del Natem
La ley sólo existe para los pobres.
Los ricos,
los poderosos
los oportunistas
los trepadores
los sinvergüenzas
los perros sin amo
o con amo rentable
los canallas
la desobedecen cuando quieren
y lo hacen sin recibir castigo
porque no hay juez en el mundo
que no pueda comprarse con dinero.
Khira Martínez Rivadeneira
41
No quiero máscaras
que mientan tu cuerpo
despójate de los disfraces
déjame descubrir en tu desnudez
las palabras
que jamás removerán mi angustia
déjame que te sepa
en el abandono de tu cuerpo
en la algarabía abatida de tus pasiones
Una a una las máscaras
se desvanecerán
y el ropaje de la nada
evidenciará
tu aniquilación íntima.
42
Extravío del Natem
Posesa de mí misma
sin desvanecimiento de mi identidad
magnificada en la separación
de mi mente
de mi cuerpo
y de mi espíritu
viviendo nuevos estados mentales
sin pérdida de conciencia
sin desubicación en el espacio-tiempo
estar más allá de aquí, de ahora,
y estando aquí y ahora
podía sentir el mundo que mis sentidos capturaban
sentidos tactos
sentidos sensaciones
sentidos emociones
sentidos evasiones
energías, fuerzas, espíritus
deseos siniestros
de ser poseída por seres tenebrosos.
Mi cuerpo frágil
Aligerado
desprendido del ombligo del mundo
carente de noción de distancia
de duración;
mi cuerpo poderoso
vibrando con mi energía cósmica
mi cuerpo sexo
átomo y universo en movimiento
espora carnívora
in-material, in-alterable
se revela obsceno,
domina
…no domina mis instintos.
Khira Martínez Rivadeneira
43
Escurriéndose de las inexpugnables tinieblas
una pantera nebulosa
con su séquito de guepardos
ocelotes y oncillas
atizados por la intuición sexual de supervivencia
de esa condición impostergable de vivir y vivirse
sentir y sentirse
desde su estampilla salvaje-erótica
con ese mandato que dinamiza el ciclo vital
permanencia, sucesión y muerte
me llama con su voz de estruendo y melancolía
me arrastra al ofertorio de sus deseos redivivos
Rugiendo entre las crestas desdibujadas de la arboleda
guardianes plantados,
custodian el Ayamtai
ceremonial de Etsa y Nantu.
Agua y sexualidad en su energía natural
se precipitan esta noche de gestaciones
en ese ejido donde los espectros nos rodean
donde esas prohibiciones mágicas
no han impedido que la marea sexual
nivele jerarquías y divisiones
y anegue a la sociedad que niega los placeres.
44
Extravío del Natem
Hembra irreductible,
Irrepetible,
superviviente de las catástrofes y de las explicaciones
Lo único que me fascina y lo único que pretendo asir
en el caos indiferenciado de la sexualidad informe
es el placer enterrado aún en la guarida del miedo
Mirarme en el espejo de mis mutaciones
irrigada y expuesta a la destrucción
Tu cuerpo es un obstáculo
debo traspasarlo
tu cuerpo es la distancia
debo transponerla
tu cuerpo no es real
lo toco y se desmorona
se consume en este teatro de representaciones
se deshace en un puñado de arena
se desvanece en espirales de humo
Atravesaré los hitos de tu ausencia
más allá de ti
más allá de mí
por el cuerpo
en el cuerpo
más allá del cuerpo
Más que el sexo
más que la vida
más que la muerte
Sola,
en medio de este infinito surgido de la nada
de espaldas a la sociedad y frente a la naturaleza
en una fusión que empuja a la ruptura
separación de este mundo
soledad inexorable
Khira Martínez Rivadeneira
45
nuestro trance erótico niega al mundo
nada real nos rodea excepto los fantasmas.
Estamos encerrados en esta cárcel de desventuras
pero este presidio no tiene límites
nunca acabaremos de recorrer los calabozos
y pasadizos sin fin
ningún muro nos humilla sino el pavor vacío
estamos rodeados de inmortalidad
infinito hecho de repeticiones.
Siento tu sensación de agobio y desamparo
tu coherencia desolada
esa vertiginosa fortaleza que me excluye
tu orgullosa prisión de soledades
Eres el espacio sensible
el nudo de esta insoluble contradicción
Mi pasión es más poderosa que mi abstinencia
abolirla es imposible
reprimirla es amputarme
Pensamos mal
vivimos mal
desvariamos y desvivimos.
Fiera mía razonante,
dinamitero de tu propio pensamiento
amante mío, empápame en tu disolución
o concédeme la muerte.
Tú eres mi virtud y mi crimen.
Mi clamor herido se despeña desde el Principio
Mis manos que acarician la noche en tu rostro
46
Extravío del Natem
que reconocen tu piel hartada de amaneceres
que me reconcilia del desvío de tus días…
en mis manos, crecen uñas que desgarran
ya no serán más el puente
que me enlacen en la ausencia
despedazarán las lejanías
en una perpetua desmemoria.
Sin vida, sin muerte ni reposo
me destruyes y me creas
destrucción placer supremo
placer y dolor como una espuela que me esculpe
crece indiferenciado, se intensifica, se anula
regresa exasperado, violento
me deleita a través del sufrimiento
dolor: única realidad absoluta
sobrevives en la huella y el desvarío.
Espíritu ambiguo descendiente del mal,
no sólo eres una perceptible realidad
te materializas en los espejos infaustos de la lujuria
bajo la cuchilla de los crímenes obscenos.
Bajo el perfume inasible y violento
de una mirada de mujer:
…mi mirada…
existes inconmovible.
Te entregué mi autenticidad
mi voz
mi grito
mis temores más ocultos
aquello que una mujer guarda y protege:
su verdad.
Khira Martínez Rivadeneira
47
Como el vómito
me arrojas violento y sin misericordia
hierático, cual un ídolo de piedra
que se complace con la oblación
con el salvajismo
de corazones arrancados con la manos
Me entregas su cuerpo desheredado
su cuerpo que resiste a mi deseo
deseo que se estrella en su coraza de imprecisiones
imprecisiones que infaman su palabra
palabra que me proscribe
Nada es necesario
Nada
salvo
el movimiento
Ni su vida ni la mía
ni su muerte ni la mía
vindican la existencia
toda causa se destruye a sí misma
todo está
en perpetuo cambio
Después
nos espera un infierno eterno de átomos perversos
No hay resistencia
en mi cuerpo abandonado
A la distancia la lava fluye
lava como la sangre,
como el semen
como la leche
como la lluvia
que se precipita
48
Extravío del Natem
llevándose
el gemido y el rugido
en un solo grito
Légamo y piedras heladas
se distinguen de mi deseo.
Soledad
no eres ausencia de los demás
eres mi ausencia de los demás
mi silencio en la horca de los días
mi voz eclipsada por la catástrofe.
Nada destruye la pavorosa garra del silencio
vacío y soledad me habitan.
He despertado del estupor de la inconsciencia,
he conocido mi realidad y mi verdad
voy dispuesta para la travesía definitiva
de regreso a mi esencia
a mi verdadero ser
Tu conciencia me refleja
pero no me deja verte
dejo de reflejarme
y me vuelve impalpable
No quiero más
la tortura de la ausencia
No quiero más
reprimir mi voluntad y mi deseo
¿Debo ignorar el desprecio
y ocultar el sufrimiento?
¿Debo sangrar
o destruirme en su olvido?
Khira Martínez Rivadeneira
49
La estupidez
no se ha blandido como espada
de los locos de estirpe
ni de los idiotas declarados
el socialismo totalitario y anacrónico
que descalifica el pensamiento opositor
esgrime la proscripción como arma política
para acallar
la insurrección de las clases y humillarlas.
IosivVissarionovichDzhugashvili paranoico magnicida
Asesino de intelectuales
y de millones de personas que blandieron la dignidad
para proscribir sus crímenes
Oprimió pueblos
sometiéndolos con el arma más vil
el Hambre
Crímenes imputables
al delirio pernicioso de un sicópata.
50
Extravío del Natem
Los jagarius onca
somos depredadores naturales
fieras asesinas proseguidas
a través de ese shock sanguíneo
de moléculas vitales
vibrando desde el remoto de nuestro origen.
La persecución de la vida
nos enfrenta al desfogue de la sangre
al desmembramiento inevitable de la existencia
al enfrentamiento del pavor en el zarpazo mortífero.
Hemos sido perseguidos y asesinados brutalmente
La pólvora ha detonado la vanidad del hombre
nos mata, no por su defensa,
nos mata
porque su arrogancia
se desborda incontenible
sus excesos se proclaman
en el degollamiento evidente
en la aberración irresoluta
de un crimen que no inhabilita.
Nos arrancan la piel
los dientes
los ojos
las garras
para demostrar
una soberbia pávida y trastornada.
Khira Martínez Rivadeneira
51
Las brisas frías,
borrachas sediciosas
soplan su aliento disoluto.
Agitan los unchipos
sus melenas selváticas
y una sonoridad oclusiva
de resaca paralizada
lame las vértebras de la noche
en el Ayamtai.
52
Extravío del Natem
Me miras
Mi cuerpo no se muestra
ni se manifiesta
su ausencia visibiliza
la ausencia de tu huella,
mi cuerpo obsceno te muestra
lo más visible que lo visible;
visibilidad de lo neutro
hipóstasis de la piel desnuda
que me borra en mi deseo
en el desvanecimiento de mi cuerpo
presencia absoluta.
Khira Martínez Rivadeneira
53
Los panthera onca
preexistimos en el mundo psíquico
inmaterial, inalterable y trascendente
el deseo sexual confirma la búsqueda de placer
continuidad y permanencia
En un espectáculo de máscaras
en que cada jagarius representa
magnitudes de sensaciones
poseídos por un furor geométrico
en un teatro más que de caracteres,
de situaciones y de demostraciones
teatro ritual que evoca los sacrificios humanos
los jagarius nos preservamos.
54
Extravío del Natem
Hormigas ardientes despiertan en mi piel sensibilizada
torturas extraviadas con su mordedura aberrante
más me hieren
más me devoran
más me vulneran
y gozo
oh gozo ese dolor
ese ardor insoportable
e indetenible…
Conjuro de flamígeros alientos
Cabalguen mis deseos corceles indómitos
iridiscentes relinchos
revienten
como estertores de trompetas
en los fragmentos
de este espejo que me multiplica
que devuelve mi imagen
enloquecida y descompuesta
trizada, sucia y ensangrentada
de adicta a la cantárida de orgías fabulosas
a los azotes y venenos y perversiones
a ese ser extraño y diverso hasta el infinito
extravío capricho de la naturaleza
Minski devorador de hembras
…devorándome…
Khira Martínez Rivadeneira
55
Rasga en mis vértebras el grito desesperado
donde el rugido y el gemido
orquestan una irrupción de partituras inusitadas
tócame como una guitarra viva
afirmada en tus piernas
apoya tu brazo
en mi cadera de jaguaresa sublevada
desliza tus dedos laaaaaaaaaargos
traviesos perversos por mi vientre
aviva las notas
de este aullido esencial e íntimo
que se estrella en la piel como un latigazo
desenvaina tus uñas de gran gato tibetano
para que giman esas cuerdas
y glorifiquen mi lascivia
las notas de esta kithara
desnudan mis espejos perversos
desnudan mis lunas melancólicas
atoradas en los hilos
de este orgasmo de papel
Esos chasquidos
de lenguas bandoleras
ese hormigueo
de sensaciones inexpresables
como un tumulto de avispas
como un enjambre
56
Extravío del Natem
de langostas vandálicas
disparan la sagita envenenada
de tu maldad en mi clítoris
que no lo paraliza
ni lo detiene en su metamorfosis
lo yergue soberbio en su tirana florescencia.
Te despojo de las máscaras que te trastornan
te desprendo
de esa piel tatuada con sangres abatidas
afilo tus garras para que me surquen como plectros
para que me arrebaten del infinito infierno
donde tus torturas me precipitan
mientras bebes
el natem ritual de estas felinas nupcias.
Todo tu cuerpo para mí,
todos los cuerpos en tu cuerpo para mí,
todos los fantasmas de otros cuerpos
deshabitándose de ti
todos los deseos de los deseos reunidos para mí.
Tu cuerpo explota la sensualidad y la lujuria
la perversión y el abatimiento de los miedos
te acaricio con mi mirada de fiera sicalíptica
te desbordo con las fragancias de mis acechos
te acorralo con mis rugidos y zarpazos
tiemblas, tiemblo
tiemblas, tiemblo…
grrrrrrrrrr grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr snif snifffffffffffffffff
Khira Martínez Rivadeneira
57
¡el placer nos explota en los sexos empapados!
doloridos
tumescentes
mi ojo hipnótico te arrastra en su vorágine
tactos-sentidos
pasión-saliva
satisfacción-semen
gusto-carne
caricia-vulva
posesión-vagina
pellizcos-nalgas
lamida-testículos
boca-falo
mordida-pechos
lengua-oído
imagen-ojo
devoración-boca
posesión-nariz
extravío-manos
savia-aberturas
desafío-erecciones
todos los misterios
acuchillados por el deseo.
Tus nalgas extáticas de temblores olvidados
vertiginosas en el precipicio de la villanía
como dunas lejanas de oasis extinguidos
abren sus cisternas proscritas
de proscrito descarrío
ruedas
te revuelcas
de un salto traspones los matorrales
58
Extravío del Natem
el espíritu de la momia
balancea sus bejucos
asido a su liana
te encumbras en sus brazos
persigo tu rastro a través de la sonrisa sin alma
derramada por Nantu en su ataraxia.
Arrebatada, excitada
por el sabor lejano
de la sangre naufragando entre mis fauces
te persigo
te cazo
me abalanzo a tu cuello
te hundo los estiletes de mi ultraje
luchamos despedazándonos
rugiendo en una obertura de dolor y perversión
nos lamemos las heridas en un goce extraordinario…
Del ramaje cuelgan estranguladas nuestras sangres
Mi mano desdobla una erección apocalíptica
Resplandece en tu espalda ese salino sensual rocío
preludio de tus tempestades
te lamo poseída por un tumulto de sensaciones
hundo mi lengua en tu desembocadura vertiginosa
desplisando los acoples de ese bandoneón intacto
Huelo tu sexo dimensionado por la lujuria
con una turgencia dolorosa
hermoso en su altivez purpúrea
desvalido en su arrogante dependencia
necesitado del torbellino de mi boca
de las torturas que le inflijo invocando a Sade
para que mi furor se incentive
y tu gloria no se derroque
gritas y aúllas y ruges
Khira Martínez Rivadeneira
59
suplicas misericordia
para tu pasión envilecida
suplicas que te trague y te destroce
Pero no
no
no todavía
la tiranía del deseo en su infierno inexpresable
atemoriza y amordaza
el gemido desgarra como una quemadura
y el orgasmo perfecciona
la muerte momentánea
Estaremos vivos
hasta que nos hayamos destruido
sangraremos
hasta la extenuación de nuestros sacrificios
cuando el estallido de las mentes
desemboque
en conciencia temblorosa de la muerte.
Tu cuerpo se desmorona
enajenado del placer que lo fulmina
tu cuerpo se eclipsa
se disuelve
en la orfandad
de sus excesos.
tantantan tannnnnnn tantantantannnnnnnnnnnnnnnnn
tantantan tantantantannnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
tu voz fangosa
60
Extravío del Natem
pegada y esparcida
por mi cuerpo descuartizado
activa el rayo
que me parte en muertes instantáneas
sangras, sangro…
ya ni el dolor ni la lujuria fluctúan
un diluvio me arrastra y me posee
aroma antiguo de Lemuria y de Atlántida
un vaho de algas y espóndilus
flotando en tu savia
que se divide en otros rostros.
Khira Martínez Rivadeneira
61
Donathien Alphonse François de Sade
adoctrina mis deseos
con tus escándalos divinos
Yo sólo me dirijo a gentes capaces
Todo es bueno cuando es excesivo
has sentenciado
Mezclado en mi sangre
alienta el gemido
la caricia brutal
que deforma
y desprende la piel atormentada
hoy tus ojos
tienen el color de los púrpuras deleites
hoy recorres desnudo las sombrías mazmorras
de Saumane
donde tus iniquidades flotan
agita el látigo de tus escandalosas libertades
derriba la amargura y el exilio
sacúdete el óxido de diez mil ochocientos días
que los barrotes le robaron a tu vida.
¡Oh imbéciles asesinos y carceleros
de todos los regímenes
y de todos los gobiernos
¿Cuándo preferiréis
la ciencia de conocer al hombre
a la de encarcelarle para matarlo?
62
Extravío del Natem
Vuelve a los castillos
de tu temprano aprendizaje
a las blasfemias de cruces y hostias pisoteadas
convoca a las mesalinas que te encarcelaron
y esta vez
que la dosis de cantárida sea excesiva
antes que el terror
descomponga sus entrañas.
Consuma los delirios que tu ausencia ha magnificado
repleta los abismos de tus espumas melancólicas
húndete en la noche de la marea transfigurada
y que tus dientes
y tus manos
y tu látigo
en la hora de la sangre
y las torturas desquiciantes
allí lejos del picotazo de los cuervos
enciendan tu falo
con la terrible certeza de tu soledad.
Hoy concédeme tus libertades
la virtud del vicio
el vicio de la virtud.
Que todos los vestigios de mi tumba
desaparezcan de la faz de la tierra,
así como también espero que todo vestigio
de mi memoria
sea borrada de la memoria del hombre
Khira Martínez Rivadeneira
63
Imagina…
…tu ojo
en mi ingle
Araña extraviada
en un laberinto de seda
Imagina…
…tu ojo…
trepando el tapial
de mis muslos,
Imagina…
imagina si…
esa cueva
donde
el gemido
se ahoga.
64
Extravío del Natem
La sociedad deforma la percepción de la verdad
El sentido de las cosas adquiere un cariz utilitario;
exalta a los conformistas intrascendentes
y venera a los rebeldes victimados.
Esta raza se idolatra sometiendo los afectos
Se ilusiona,
confabula y prosterna
ante el poder del dinero
lo santifica y legitima
como principio supremo de la existencia
donde todo está permitido;
materialidad prioridad vital
el alma naufraga en el
anonimato de la clandestinidad
El hombre se debate entre su ego-soledad
y el anonimato de las hordas
El grupo legitima el individualismo sometido
El hombre solo
lucha solo
en la extrañeza de este tumulto inhóspito.
Khira Martínez Rivadeneira
65
Se encuentran nuestros deseos
cicatrices siempre abiertas
máscaras que gimen
bajo un presagio infamante
muerte momentánea
en el eclipse del placer.
En tu cuerpo
no se ha desvanecido la herida
resquebrajado
como el cristal cuando estalla
los fragmentos
no logran jamás reintegrarse.
De tu boca emergen pájaros
que pulverizan la luna,
pájaros que desaparecen
en el temblor de la distancia.
66
Extravío del Natem
La conversión de los Jaguarius onca
no puede ser entendida
desde los conceptos amordazantes.
Nuestra liberación
obedece a las leyes naturales
salvajes, sin religión y sin Dios.
Khira Martínez Rivadeneira
67
Déjame
que penetre furtiva en la noche
para encender el fuego en tu cama;
sí,
déjame
que te lama despacito,
que te sodomice con mi lengua,
déjame
beber de tu tibio manantial
y que borracha de amor me duerma
con tu semen
escurriéndose por mis labios.
68
Extravío del Natem
Una niebla inesperada
opaca el hálito de Nantu.
Se apodera del Ayamtai
una explosión de vapores percudidos
Matus Servius
desde el otro lado del espejo dimensional
se funde en el crepúsculo de esta luna espasmódica
obtenebra las sombras
lo controla todo
Su capa que ha desafiado
los avatares de la inmortalidad
agitada por ese incontenible jadeo de las brisas
presagiante
se transforma en enormes alas
que lo eleva y lo desvanece.
Se escurre de esos sentidos inquisidores
que intentan capturarlo.
Permanece oculto en la oscuridad manipulada
Esta noche su abrazo
gestará la descendencia perfecta
En un resquicio de su sangre cainita
ha perseverado
ese sentimiento humano
que la depredación de su sino
no ha podido insensibilizar
Esta noche
el torrente atormentado de su deseo palpitante
estallará como un bramido centenario
como un latigazo de una pasión incontenible
Khira Martínez Rivadeneira
69
Proclamado señor de los señores en la Jihad
en esa guerra de potestades intrigantes
Matus Servius
desafiará su sino de tenebroso esplendor
inmortalidad subyugada
al letal sabor de la sangre
extraño magnetismo de sus ojos insondables
de su sensualidad inexplicable
de su seducción letal.
Sumergido en el infierno del alma
en ese eviterno deliquio donde la tiranía del astro
lo ha despreciado y humillado y preservado
en las tinieblas fingidas de su apoteosis…
espera.
En el Ayamtai
el Ventrue
poseído por las pasiones criminales
de su tiránico deseo
por esos perfumes lejanos latiéndole en la ingle
abrazará melancólico las lunas nuevas
desposará convencido de su eternidad inalterable
de ese embelesamiento que subyuga y afrenta.
Su enigmática dualidad
esa conversión monstruosa
esa transgresión de límites
lo ha disciplinado
en el empleo de la fuerza
ha potenciando
su poder destructivo pavorosamente
70
Extravío del Natem
El abrazo multiplicante de Matus Servius
ha diluido su sangre
y sus vástagos despojados de los atributos humanos
transformados en marionetas siniestras
acrecientan los terrores mortales
bebiendo la savia necesaria
con lujuriante avidez
Voluptuosos engendros perdidos
en el exquisito delirio
en la sensual-dolorosa-necesaria transición
de morir-vivir
vivir muertos
para reanimar un cuerpo
con el alma degradada
confinados
en la umbrosa bóveda del sol nocturno
en ese mundo vacío
donde el latido la muerte precipita
donde el abismo
es la soledad perpetua de su condena
donde absorben todos los vicios
en una carrera infinita
en una búsqueda anónima
que les restituya el amor.
Matus Servius
niebla que embelesa y domina
intensifica y diluye su presencia
paraliza el tiempo
mira más allá de las sensibles percepciones
La simiente de su interrumpida mortalidad
ha de restablecer el equilibrio de los lazos
Khira Martínez Rivadeneira
71
Depredador de tinieblas
por la eternidad depredado
cautivo de las intrigas
del tiempo
y del pecado
un fragmento de humanidad
se revuelve en sus arterias
una lejana sensación electriza
su removido sentimiento.
Será el latido del placer
el deleite de la carne
que gestarán su verdadera descendencia.
Trascendida en el tiempo
la maldición persevera
Cacería de sangre en la infinitud de la noche
Sed incontrolable que abraza y extermina
Tantantantantantantantantantantantantantantantantan
Tanatantantantaantaantaantaantannnnnnnnnnnnnnnn
Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrgrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
Tantantantangrrrrrrrrrrrtantantantangrrrrrrrrrrrrrrrrtantan
72
Extravío del Natem
Desde una dimensión inescrutable
aquellas voces diluidas
extrañamente cercanas
inexplicablemente íntimas
explotándome violentas
como una eyaculación volcánica
convocan mis deseos.
Khira Martínez Rivadeneira
73
Lamia,
Dómina de los crepúsculos polvorientos
Durmiente desolada de los púrpuras excesos
santuario proscrito
en la ciudad poblada de cadáveres
has invadido mi cuerpo
con tu esencia artificial
te has nutrido con la civilización de la sangre
esta noche tu vientre yermo
en desigualdad escandalosa
iniciará la continuidad de tu despojada estirpe
con pasiones recidivas
de recidiva insurrección.
Nantu
languidece con los desvaríos paganos
su aparición
fraguada desde el estallido de este mundo
decretó el destino de los proscritos de la luz
desde su atalaya inalcanzable
presenciará esa alquimia imposible
esta hibridación de especies
esta ambigüedad discontinua de mezclas.
74
Extravío del Natem
Inesperada
Perturbada
obsesiva avidez de sangre
te corroe como un grito desesperado
¡Oh eternidad!
desvarío del ego para vivir en la ausencia
Soledad gestada persiguiendo el olvido
Eclipse perenne del astro sin sombra.
Busco tu abrazo de infidelidad perfecta
tu desolada frialdad
tu lóbrega impotencia.
Las pasiones bestiales
han iniciado su ascenso
los jagarius onca
fecundarán la descendencia
con el retorno del sol
después de los días del mal.
Agua y sexualidad en su energía natural
se precipitan en esta noche de gestaciones
en este ejido donde los espectros nos rodean
donde esas prohibiciones mágicas,
no han impedido que la marea sexual
nivele jerarquías y divisiones
y anegue a la sociedad
que niega los placeres.
Khira Martínez Rivadeneira
75
Arrastrada
por el fulminante-asedio del pecado
te hundiste en el espejismo
de pasiones vagabundas
de deseos peregrinos
de sinuosas apetencias
las nefandas soledades y los malditos descarríos
se apoderaron de tu voluntad
desde la naciente–eterna condena
perversa
heroica
gitana
fugitiva de los soles
te yergues poderosa
en la resurrección de la sangre
¿hubo un Sanedrín
un Caifás
un Poncio Pilatos?
¿hubo un Barrabás
un Judas
treinta denarios?
¿Te torturaron
te masacraron
te crucificaron?
Esclavacazadoracriaturatenebrosa
Sobreviviente
de los eternos desvaríos de tu sino
tu humanidad
se fue alejando con el último suspiro
con el desplome de la voluntad y el latido.
76
Extravío del Natem
¿Es el galileo tu hermano en el martirio?
¿dónde los clavos te penetran
y dónde la lanza te vulnera?
¿Qué sagrado poder
le es conferido a la sangre?
¡Por la sangre sois salvos
por la sangre sois malditos!
Depredadora insaciable de los púrpuras torrentes
Compárteme la perdición
que ha anulado tu conciencia
bebe
bebe el secreto de las cascadas en mis venas
absorbe la líquida eternidad de mi alma félida
mi secreto intransmigrable
mi secreto insospechado
Arutam, mi yo transubstanciado
sacra concepción del agua y de las brisas
multiplicado en hipóstasis felina de mis equivalentes
Bebe
el fundamento de mi existencia
que no nutrirá el abismo de tu caminar sin sombra
del continuo despertar de tu eternidad pavorosa.
Soy una con el Uno
y soy todo con todo
Nada de mi unidad
ni de mi todo se desintegra
Tú
Forzosa
Tormentosa
insepulta fantasmática
Khira Martínez Rivadeneira
77
Puñado de cenizas erguidas pretendiéndose mujer
tu cuerpo de savia infecunda
cautiva y embelesa y envenena
tu sensualidad siniestra
¡Oh tu erótico dominio
doblega mis turbulentas libertades!
¡Oh Dómina perversa
envíciame con tus labios
oh tus labios
trampa carnívora
voluptuosa tentación
tus labios atroces
violentos de sahárica ardentía
clávalos escandalosos en mi garganta desnuda
en mi porción de piel que centellea infinitud
más allá de tus límites que te excluyen
sorbe el almíbar de mi torrente indefectible
lame
lame
cainita devastadora
que mañana tu rostro sin reflejo se estampará
en el espejo helado de esta perversidad latente.
78
Extravío del Natem
Ardor impasible
la condena de su boca
sus labios
de terror lujurioso
sus labios verdugos
de besos perversos
…me subyugan
…a la tiranía
de su maldición
en mi cuello.
Khira Martínez Rivadeneira
79
Tan tan tanntantantantantantantantantantananntantan
Tan tan tan tan tan tan tan tan tan tan tan tan tannnn
Tantan tantan tantan tantan tantan tantan tantan tantan
Tantan tantan tantan tantan tantan tantan tantan tantan
El Ayamtai gira
ante la mirada escrutadora del Matus
le denuncia el aura de esos félidos circunstantes
Allí en el extravío del natem
los deseos avasallan
Nantu soberbia en su lejanía
tutela el himeneo inesperado
Los cadáveres vivientes
en su metamorfosis angustiosa
en una borrachera irredenta
su desintegración han consumado
la purpúrea savia de los jagarius onca
ha devastado el pecado de su humanidad maldita
la daga diluida de la pretérita infamia
corría por sus venas calcinando su martirio.
Efervesciendo en mi mente
el burbujeo del orgasmo
en un delirio súbito
provoqué
el desvanecimiento de las apostasías.
Aroma a guayusa
delata mi sensibilidad reintegrada
Deleita mi olfato
el agradable hálito de su disgregación
80
Extravío del Natem
Tzamarenda-Simón
inalterado y ceremonioso
fuma tsaank envuelto con hoja de maíz
las últimas crestas de la hoguera
débilmente crepitan.
Nantu prosigue su desaparición
en ese infinito incognoscible.
Khira Martínez Rivadeneira
81
Y en este teatro infinito
con átomos que se reinventan,
rodeados de fantasmas
de voces dispersas y lejanas
de lava que fluye
de ceniza que erige otros espacios
de rostros que se forman en la niebla
con nuevas resistencias y abandonos
explotarán en griterío
el vacío y el silencio.
Un puñado de dementes
tiranizará el grito
no habrá palabras
ni sentidos que no sean mutilados
el crimen cabalgará con todos sus jinetes
los corazones serán arrancados
en la plenitud del sueño
para nutrir el canibalismo
del hombre inventado.
82
Extravío del Natem
LA OTRA PIEL
Como si el trueno se devastara en su bramido
retumbando agónico las disoluciones de sus estertores;
en episodios fantasmales, en epilépticas visiones
tus antepasados en su gesta ineludible de domesticar la incógnita,
fueron los espectros que en una transustanciación asombrosa
te develaban su transgresión de mundos sobreviviendo al shock,
a la cárcel de las rebeliones confinadas en esa selva primitiva;
a los mefíticos alientos que esos humedales exhalaban,
con los gemidos asfixiados en los tentáculos del unchipal.
La primera desmembración de tu tribu
cedió al latigazo de la intriga desgarrando tu vergüenza.
Debiste pulverizar las calaveras que hibernaban en tu vientre
para que tu gruta que conducía al dorado valle se repoblara.
Cuando el ave de los murallones álgidos picoteó en tu desvarío
te desangraste estoica al asfixiar el primer aliento de tu inocencia
porque allá donde el cóndor señorea entre el extravío de los riscos,
el sol eternamente decapita a los sensualistas malditos.
Las voces estentóreas, los rugidos guturales,
los peces del torrente sorprendidos en una síncopa virulenta
vomitando barbasco flotaban arrastrados por la muerte,
ese manantial con su crujido de humedad obstinada…
aprisionados en tus recuerdos permanecerían.
En medio de aquel jeroglífico primario,
comparsa de eclipses y renovaciones
que tantos y tantos nacimientos y partidas había tutelado
donde tu prole convocada por el bramido de la borrasca,
abandonó su rocío esencial encarnándose en este mundo;
se encarceló en tu retina subsistiendo al complot del olvido.
Los otros, los vástagos de los Andes
te mantuvieron cautiva en la ciudad fortificada y su gélido aliento,
en el exilio que el afuerano
Khira Martínez Rivadeneira
85
fue construyendo con cada almanaque que se desvanecía,
en ese Quito conventual que adoptaste como guarida de la tigra
y que al final te abrió su entraña torturada y lóbrega
iniciándote en el recorrido hacia la desintegración
desposeída y desnuda, desconocida y anónima.
Las costumbres de la ciudad de Cantuña y sus esforzados diablillos
despreciaban el zumbido del dardo en su intriga ponzoñosa,
la salvaje esencia de la jungla inoculada en tu estirpe;
pero tú, una auténtica guerrera con sangre en el aliento
jamás renunciaste a las vibraciones de las flechas y tambores
que estremeciendo el aire se hundían en el corazón inescrutable
de la espesura,
y en tus crías clavaste la astucia de panki y el enigma de yantana.
Las percusiones que desde el otro lado estallaban en tu instinto
convocándote a los cenáculos donde las hojas de bijao
envolvían los encantamientos del paladar,
con aquellos suculentos ayampacos y maitos
la ceremonia de la guayusa con su rito de fecundidad;
cuando el plenilunio delataba ese aquelarre de sombras fugitivas;
el regreso de la amazona que no cercenó su pecho celebraban.
Tu selva en la más recóndita indiferencia
era un hito que destrababa imprecaciones cuando el sol se dividía;
boscaje enmarañado de pantanales percudidos,
temores conmocionando las entrañas con su silvestre rabia.
En un bostezo de la bestia del miedo,
el afuerano se escurrió
en el desbordamiento del Tutanangosa.
Desbaratando los apéndices de la ignavia
y los presagios aniquilando con el fusilazo del arresto.
El errabundo de los Andes a machetazo y perdigones
abatía la desgreñada vegetación y los espantos que se agitaban.
86
Extravío del Natem
Remontando los fantásticos orgasmos de los fragosos cauces
y por algún claror de esa tupida verdura asomó su rostro:
le clavaste el dardo félido de tu montuna seducción
y se desplomó alucinado por la ayahuasca de tu halo.
Allí fundó su tribu Martínez Rivadeneira
mestizaje andino y selvático.
Allí se fraguó la historia…de la jaguaresa y el furioso
y los destinos de los descastados herederos;
los sucesores de la Amazonía y de los Andes
que tornaron pesadilla su estremecida existencia.
El capitán Ruales con su legendario insecto metálico
traqueteando entre electrizadas ventoleras,
surcó por primera vez tu cielo acalambrado por los truenos
ante la eviterna majestad del Kílamo
y las cantatas del verde Jurumbaino.
Ya luego los Flor,
los Vinueza y otros que domaron el viento
surcaron los cielos derrotando el furor de las tempestades.
Jamás te despojaron de tus orígenes conspicuos.
Jamás la ciudad que se transformaba
en mausoleo de inexactitudes,
que se consumía en la decadencia de su propia extravagancia;
te arrebató el legado de aquellos que el horizonte te heredaron.
Tus hijos formados bajo la mirada de tu palpitante coraje
empezaron a batir sus alas en busca de capullos donde aposentarse.
William extendió sus deseos hasta el otro lado del planeta,
cargado de sueños y concesiones que forjarían su destino.
Aceptó el reto que le auguraba grandes oportunidades.
Parapléjica, la antigua palabra del retorno se iría debilitando
como se fue extinguiendo el fuego que hacía crujir tu angustia.
Khira Martínez Rivadeneira
87
Tu fortaleza
socavada por los inesperados pavores de tu padecimiento
paralizaron tu cerebro con el fulminante estallido de la sangre
que te privó del mundo ausente de los proscritos de tus tibiezas
en ese afónico abril de 1999, cuando empezó tu sueño imperturbable.
Tu partida Teresa,
llenó de pesadumbre y desconcierto nuestras usurpadas voluntades,
nunca las sangres se volvieron a reunir para recuperar tu huella.
Los destierros, los abandonos; escindieron los sentimientos.
Y tú,
viste nacer el sol desde el espejo de la nostalgia.
Te abrió el mundo otro vientre donde te amamantaste de distancias.
Un quiebre, una renuncia, un duelo por el olvido
ahogado por la angustia de morir en la memoria de los otros,
de los tuyos,
desterrado de las caricias inmediatas,
de tradiciones y querencias,
fuiste desmembrando el nombre, las hermandades, la sangre.
Envuelto con la piel de los amaneceres de otras latitudes,
tu olor se fue extinguiendo como se fue encogiendo tu sombra.
Palpitando
en el intento de nombrarte se apagaron las voces de tu tribu.
Las llamas se extinguieron mucho antes que el recuerdo zozobrara.
La maldita tiniebla con su séquito de momias y fantasmas
te arrebató la ascendencia y permitió el holocausto de tu hermano.
En un banquete de violencia extremada pulverizó
hasta el último corpúsculo.
Tus sueños se empaparon de llanto y renuncias compartidas
de soledades en la angustiante demencia de los días despoblados.
Cuántas partidas,
cuántas renuncias acopia tu continuo nomadismo.
88
Extravío del Natem
Te exiliaste de la tierra donde tus deseos a los sentidos se abrieron.
Allá donde tu sangre borbolló con las primeras tentaciones,
allá donde tus ancestros moldearon la estirpe con el barro levantino.
Criatura de afanes, de persecuciones, de nutridas fantasías
te delataban tus alas que empezaban a desplegar tus ambiciones.
Querías el espacio, los mares, otros mundos y otras pieles.
Emigraste desencadenando los eslabones de tu ascendencia.
Sepultaste las últimas voluntades en un abrazo estremecido.
Truncados los afectos, las herencias indivisas,
en una marcha indetenible
donde no permanecen las huellas suspendidas
donde los rostros del pasado se percuden y deforman
se fue creando ese desierto
en medio de un abandono conjurado.
En una búsqueda heroica que las evasiones justiprecia
en un acto de rebeldía, un intento de mediación
domesticaste el sufrimiento ante otros dioses, prosternándote.
Ese inmenso continente gélido, hasta el día de tu partida ignoto
fue el destino que elegiste para construir tu infinito.
Aprendiste que bajo otras latitudes la distancia es infranqueable.
Los vacíos se precipitan en fuliginosos estertores.
Asfixiados en su propia emanación los sentimientos no florecen
se ahogan en una inmensidad inhumana de dominio y abdicación.
Las pavuras
se someten al sentido de permanencia y sobrevivencia.
Acostumbrándote
a la cultura socialista de insuficiencias y limitaciones
ella llegó como un pararrayos protegiéndote de las borrascas.
Khira Martínez Rivadeneira
89
Te aferraste desesperadamente a su balsa
pretendiendo no zozobrar en ese archipiélago hiperbóreo.
Furtivos recuerdos te asaltaban sin descaro
desquiciando tu ya prudencia desacreditada.
Añorabas los días tempestuosos al amparo de la cordillera
los chapoteos en las aguas insurrectas del Upano.
Lo inevitable, el fin de las prebendas, el autoexilio
la Perestroika te conminaron a un subsiguiente desarraigo.
Carente de arbitrios emocionales que mitigaran tu tormento
conteniendo todas las ansiedades;
sin poder resolver las controversias; te atrincheraste
al fondo de un vagón que tu incertidumbre se tragaba
y devoraba los caminos ferrosos labrados de alientos errabundos.
Abandonaste los legados,
toda esa geografía explotándote en el dolor de la renuncia.
Inconclusa la obra de tu vida se decapitó en el exilio de tu miseria.
Cuántas renuncias, cuántas partidas, cuántos enfrentamientos.
Noche de terminales buscando en sus laberintos
la invisibilidad del sueño o la transmigración sin lamentos
atiborrados de mendigos, desocupados, desplazados,
drogadictos, alcohólicos, buscavidas;
todos en su desespero
constituían la hermandad de los despojados.
Tú, lanzado a la aventura con irresolutas necesidades
soportando el frío asqueroso de la soledad y la urbe
confundido, convulsionado, desastrado y hambriento
con calambres estomacales
te arrastraban a revolver en los basureros
y devorar las migajas de la hartura de otros.
90
Extravío del Natem
Tu dignidad era una incógnita, apenas una lejana percepción
una huella perdida entre el pudor y el descaro de vivir.
No precisabas esa máscara de lamentos ni constricciones;
tu mundo había sido escindido y era imperioso reintegrarlo,
revertir la tragedia de esta ruleta que no maniobraste
donde ninguna apuesta fue pactada con la garra de la derrota.
Esa pérdida de tu lugar, esa muerte civil, ese cambio de membrana
te hundió en el anonimato de una lucha desigual
de tareas degradantes, trabajos humillantes, horarios extenuantes,
esa exclusión por tus diferencias culturales
tu altivez no sofocaron.
Nunca habrían podido comprender
que tu sangre de ancestros indomables no se rendiría,
que tu sol gnóstico triunfaría en el apogeo de su gloria.
Alentados por la fuerza convincente de tu oferta
por tu voluntad indestructible y aquella certidumbre acérrima
sientiéndose invadidos por tu presencia de inmigrante irregular
que exigías vivir en la confabulación de los desprecios…
se allanaron a la fortaleza de tus convicciones
los fulminaste con tus perspicacias e ironías.
La visión lejana del jaguar con sus sangrantes fauces
el escape zigzagueante de las rastreras proscritas
te insuflaron las fortalezas lejanas de tu selva indescifrable,
emergiste desde las entrañas
cual un matapalos te bebiste la cordura de esos necios
en una fornicación descarada de aceptación y tolerancia
te atmosferizaste bajo otro cielo y sus demandas
litigaste por tu materialización,
por tu identidad,
por tu visibilidad,
por tu permanencia;
Khira Martínez Rivadeneira
91
y en una danza de truenos y relámpagos
descendió el rayo para reconocerte como un jaguar ario.
Esos años de casi anonimato, de silencio absoluto
desanudaron violentamente los lazos entrañables.
La lealtad con que privilegiabas tus ideales
había superado tu filiación hacia la sangre.
Te habías convertido en una efigie con sangre en el aliento
con almas muertas pendiendo de tu cuello
como un collar de marchitas envolturas.
Tu madre tiranizada por los dolores de la ausencia
partió hacia el silencio imperturbable
de los que pernoctan inmarcesiblemente en el valle tenebroso.
Tú, atravesado por un puñal de fuego,
engrilletado y amordazado
sólo desbocaste tu dolor a través de un grito en mitad del silencio…
en medio de la angustiante ausencia que te impuso la distancia
ante el desgarro quemante
que te produjo su capitulación anunciada.
Irrebatiblemente
la historia se precipitó en enigmas forjados con indolencia.
Las distancias marcaron el olvido, la renuncia, el abandono;
el retorno se fue rezagando como la lluvia en el desierto
y en un vómito ineluctable se perdió en la bruma tu pasado.
La tribu, con la partida de tus antecesores se fue desmembrando
con una procesión de difuntos que honran el altar de la memoria.
¿Qué o quiénes cambiaron tu corazón?
¿Dejamos de ser la tribu que nuestros padres procrearon?
¿Nos alejamos de los afectos, porque ya no nos conocemos?
¿Somos los extraños hermanados por un continente de renuncias?
¿Somos menos que una sombra, menos que fantasmas?
¿Somos los sin nombres?
92
Extravío del Natem
Luis,
tu prematura entrega a un amor que desató tu ingenua arrogancia,
los fallidos intentos por reconstruir la nave de tus zozobras,
esa congoja impotente alimentando el chantaje de los afectos,
la ausencia de tu hijo que como una llaga viva te desangraba;
fueron los cardos que clavados en tu dolor
te obligaron al destierro.
Tu mundo destruido por la infamante desidia de los juramentos.
Esas soledades que te acorralaban con el flagelo del dolor
fueron ahondando el abismo
donde insalvablemente te precipitaste
sometido al arbitrio del alcohol, a la ceguera de la catástrofe.
Demudabas tu destino en una tolvanera de desaciertos.
Reducido a la afonía del lamento silenciado por un eco ilusorio
agotando las noches en medio de la embriaguez y la inconsciencia;
finalmente concluiste que veinte años para sucumbir son pocos.
Colombia se te visionó cercana y lejana, seductora y mortal.
Debiste emprender cual neonato
el camino hacia tu metamorfosis.
Liberarte de esa rémora que había ahogado tu lucidez
donde un día sin previa advertencia, el sol no irradió su esperanza.
Iniciaste tu transformación abandonando la piel del crío indomado.
Te fuiste labrando como el hombre circunspecto
el hombre intrépido, el incansable reconstructor de tu vida.
Despojado como después de la cólera huracanada
sin más estampa que la fugaz estancia
con las furias vencidas al amainado caudal de tu vehemencia
soportaste la dura frialdad del exilio
en aquel destartalado cuarto que te oprimía con violencia
donde los afanes pendencieros que te sobresaltaban
fueron exorcizados por tus renovadas ambiciones.
Sólo la noche fue el tiempo que fugazmente percibías
Khira Martínez Rivadeneira
93
antes de rendirte por el cansancio de las horas.
Sólo la noche
lloró contigo por los cilicios que aún te zaherían.
El espolón que aguijoneaba tu corazón, te escoriaba
querías olvidar,
sacarte de la piel esa angustia constrictora,
la mirada glauca del vástago navegando en la memoria.
Querías extraviar en el desierto más infecundo,
la insoportable tibieza de esa niña-mujer,
su indolencia acerada,
su burla cruel,
su sardónica suficiencia,
esa pueril obstinación,
su olor a brotes de primavera,
olvidar el exquisito autoengaño de esos erguidos muslos
donde se quedó atrapada tu inocencia,
donde agonizaron
las ensoñaciones de aquellas eternidades transitorias.
Sin más afectos que los recuerdos de los días compartidos.
Sin más dolores que los engendrados por el desamor;
fuiste mudando esa cápsula de escarchas,
la niebla de tus angustias.
Otro esclavista te tenía cautivo en la ciudad de los atentados
en esa ínsula del continente dominado por ejércitos irregulares
que destilaba cadáveres como arrebatados diluvios selváticos.
Los jueces recorrían las cortes hasta los talones enmascarados.
Bogotá violenta, plagada de sicarios más que estrellas,
anarquista del secuestro,
del terrorismo,
de la muerte.
94
Extravío del Natem
Aprendiste a sobrevivir con la sangre borbollando en las estradas
entre zares del narcotráfico,
la guerrilla;
entre consumidores y proveedores de drogas;
suicidas y dementes.
La naturaleza
te había conferido un umbral elevado de nerviosismo
apenas escindido por la presencia misma de la muerte.
Como espuma de polvo arenoso se fueron disolviendo tus zozobras.
Una revelación temeraria te confirmó que la realidad es previsiva
las cosas obvias son las rameras de las circunstancias.
Sólo el terror crea una premonición inmarcesible
un pavor inmutable que triza la paz del espíritu y del corazón.
Tú, el último de la estirpe,
avocado al camuflaje de los sentimientos
hurgabas en la cabeza para anticiparte a la mentira.
Forjaste el mundo
que tus percepciones confrontaron en ese mar de asechanzas.
La tormenta que te descalabraba se había quedado sin aliento.
Todas esas evasivas que inventabas intentando justificarte
jamás irrumpieron nuevamente en tus decisiones.
Sobrellevaste la condena memorable de forjar tu hombría.
Alejado de tu tribu,
cercenado del afecto y los lazos familiares
como un guerrero que se enfrenta a su destino
en la inmensa soledad donde impera la batalla anónima,
sobreviviste en el mundo de los hombres.
Ya el Gólgota que te obligó al exilio de tu querencia
había expiado en el tiempo los sermones.
Eras un hombre flagelado,
renacido de esa autoinmolación distante.
Khira Martínez Rivadeneira
95
El pasado
se fue volviendo ignoto en el acordeón de tu memoria.
Lejanamente los rondadores entonaban tus tristezas.
Como un fogonazo estalló en tu alma la partida de tu madre.
Ella que había sangrado de impotencia al verte destrozado,
ella a la que no pudiste abandonar sin lacerarte el alma
había partido al llamado insistente del nauta de la niebla.
Estremecido por un dolor que se renovaba con el llanto,
deploraste su pérdida como un lobezno sin manada.
En dolorido trance por tan pérfido ramalazo
perseguiste tus ilusiones en esa Colombia irresoluta,
te escurrías de los atentados, de los secuestros
investido por el blindaje que la temeridad impone.
Tu propia condición de exiliado, ilegal, usurpador,
te fue obstruyendo todos los escenarios de sobrevivencia.
Advertencias e intimidaciones se descolgaban diligentes
hasta el día aquel en que definitivamente claudicaste.
La tragedia extendió su mefítico aliento doblegando a tu padre.
Otra vez el duelo, las tristezas, los forzosos abandonos.
Otra vez en la ciudad de la afonía imperturbable,
ofrendaste otro cuerpo, el del afuerano fundador de la tribu.
Tus inmediatos ancestros la eternidad alcanzaron
y en una orgía de renuncia y dolor inimaginables,
sucumbió Rómulo asesinado brutalmente por la infamia.
Alarido desgarrado, violento espasmo conmocionó tu cerebro.
Un aire corrosivo se calaba en tu garganta
explotando en tus pulmones como una maldita vaharada.
Una epiléptica afonía se apoderó de tu aliento.
No, no, no, no…tu hermano,
96
Extravío del Natem
ajusticiado por la violencia rampante de un sistema disoluto.
Empezaste a cavilar tratando de encontrar una respuesta
una salida, un nombre, una cara,
unas manos el crimen empuñando;
tu instinto configuró el escenario del delito
los testigos confirmaron la sospecha que te acosaba.
En el Porvenir la cara del asesino permanecía encubierta.
Rúbrica Ñacato, verdugo Ñacato, nefando Ñacato.
El horror escenificó en un destello los últimos momentos.
Imprecaciones y gritos, retumbaban en ese pestífero agujero.
Pavel Patiño, Voltaire Maquilón, José Narváez, Orlando Freire.
Inmóviles, inconmovibles, ingrávidos, incongruentes
asistían al desigual combate.
Rómulo con sus puños; los matreros con cuchillos y garrotes
Rómulo sin más armas que su coraje enardecido
defendiendo la afrenta que cruzó el rostro de Patiño
se desafió a sí mismo en un trance de ciega potestad
¡cobardes! pusilánimes, individuos de hiena madre
verdugos infames del que decían ser amigo
ratas inmundas disfrazadas de hombres
no intentaron librarlo de esa pendencia ignominiosa
el tremendo garrotazo quebró su parietal derecho
doblándolo, nublándolo en la inconsciencia sin retorno.
Peor resaca que el asesinato de Rómulo
será el ancla que no podrán levar por su cobardía.
Y los Ñacato, cualquier día, en cualquier lugar
descoyuntados, despedazados…
Khira Martínez Rivadeneira
97
Caravana de cruces infinitas certifican el paso transitorio.
Voces y palabras olvidadas retumbando por doquier.
Renovados dolores y gemidos ante la misma desgracia.
Su martirio enarbola un pendón de solidaridad humana.
Vive en los cuerpos de otros seres donde el infortunio
se transformó en el milagro del renacimiento
en esos enfermos terminales que vivían de su desventura.
El sacrificio de tu hermano, a tu hijo de la ceguera ha redimido.
Cómo negar que su vida no ha tenido trascendencia
si su mirada pervive en la mirada renovada de Luigi.
Cómo negar que la epopeya de la muerte de tu hermano
no es el gran prodigio de su presencia en este mundo.
Los últimos espectros de esa espantosa tiniebla
se quedaron estampados en su mirada ausente.
Aun en sus ojos que se cerraron al fulgor del heliotropo
el aliento áurico del astro centellea en esa derrocada lobreguez.
98
Extravío del Natem
HC 660085
Rómulo Edmundo Martínez Rivadeneira, 43 años
00:45 9 de noviembre de 2008 Glasgow 13T/15
19h00, 9 de noviembre de 2008 Glasgow 4T/15
17h00, 16 de noviembre de 2008 Glasgow 3T/15
Muerte cerebral, donante de órganos
Ablación hepatorenal/corneal 19h20,
17 de noviembre de 2008
Transplante hígado:
Quiña Gamboa María Gabriela, 19 años
Hospital Eugenio Espejo 9no piso cama 19,
Fibrosis hepática congénita.
20 noviembre de 2008 Patronato Municipal San José
Transplante corneal Luis M.G. 15 años
Keratocono y leucoma.
Transplante riñones NN NN
Transplante córnea izquierda NN NN.
De una densa gasa negra el cielo oriental se revestía.
El fuego de las hogueras
se convertía en inesperados ojos de la espesura.
Se arrastraban los torrentes bramando rítmicamente.
Chillaban, croaban, cantaban,
rugían los animales de las sombras.
El eco de los tambores
del otro lado del Upano llamaba a los guerreros,
con el atavío de plumas y lanzas para el rito del advenimiento.
Sevilla Don Bosco esperaba el nacimiento del caciquito blanco.
El yantana heredero de los misterios andinos
y de la quimera de El Dorado.
Un cortejo de unchipos encrestando sus vitriólicos oasis
matapalos bebiendo la savia de los que a su sombra se arrimaban
anunciaban con voz herrumbrada
desde la perpetuidad de su raigambre el inminente alumbramiento.
Khira Martínez Rivadeneira
101
La primera bocanada de aire en esa noche de lava pirotécnica
quema tus pulmones insuflándote la savia de la naturaleza
trasunta el dolor en la caricia anhelada que devuelve el aliento.
Los labios de Teresa
tumultuosos se aprietan besando tu tierna cabeza sangrante
ese 3 de julio de 1965 en que a la vida desciendes.
Pequeño Macabeo asistido por Don Ayo, Partero del pueblo.
Hilvanador de historias con milillos, mullos y semillas.
Escultor de arenas dormidas por el vaivén del Upano.
Purifica el santuario con los rituales del uwi
exhorta cánticos y ensalmos espantando a los malos espíritus
y deseándote una vida larga y provechosa a ti,
el cuarto de la estirpe.
Te nombra Rómulo como el afuerano gestor de tu existencia
y esa es la rúbrica que estampillará tus decisiones.
Tzamarenda,
el uwishin te reconoce como Chichian
el hijo de la hija del colono Temístocles Rivadeneira
Esa walkiria de amazónicos senos y fiera nobleza
tigra encastada de cielos rugientes y selvas fragosas
barro levantino en el bastimento de su esencia
desbordó sus cálices para poblar la exuberante caverna.
Vaticina tu destino en un trance facilitado por el natem.
Agitando el payank frenéticamente
eleva el natip ceremonial bebiendo toda su magia
y eleva un grito por los relámpagos sellado.
Cual un jaguar indómito y tímido ante la mirada inquisidora
cercado por los afectos nacientes y las voces de tus antepasados,
te escabulles entre la maleza rugiendo con tu voz de gatito rubio
y dejas que el murmullo te ensimisme en la extrañeza.
102
Extravío del Natem
El gran uwishin te revela los secretos de la selva.
En una letanía interminable predice tu encuentro con Arutam
te unge con los dones de Shakaim
y te lega el secreto de la vid espiritual.
Aprendiste a rastrear las huellas de las pankis y yantanas.
Cazaste el fuego del volcán en su vómito enfurecido.
Dominaste los remolinos de las salvajes torrenteras.
Poseíste las entrañas de la selva y sus recónditas cavernas.
El Sol te besó tantas veces con sus flamígeros labios
y tantas veces te agobió su demasiado abrazo candente.
Perdido entre los cañaverales
libabas el jugo de esos inagotables bejucos
y tus shigras se repletaban de las frutas
que a tu paso colectabas.
Los kikuyos y murciélagos
te maravillaron en las oscuridades
como los fogonazos del Sangay en la distancia.
Cual un ébano wichi, fabuloso y anómalo
que estalla en orgía de ramaje en su copa lejana
Magnánimo como la mañana
que se derrama al ser tocada por el Sol
Como el aroma irresistible de la guayusa,
humilde y obstinado
como la hierba que se la arranca y a crecer vuelve
atrevido y bravo remontando
como río en la crecida de las lluvias;
el espíritu de la selva;
su degüelle tzántzico y exorcista fueron los sacramentos
que te confirió Etsa desde su tiempo inexpugnable.
Khira Martínez Rivadeneira
103
Delirios de ternura y amor
como arena desparramada prodigabas.
Chaval de inquietudes infinitas y deseos que se evanescen
perdido en las palabras
y los conceptos que se funden en el silencio
fuiste alejándote del rugido de los jaguares,
de tu selvática esencia.
Indigente de un mundo que se empeñó en destruirte
fuiste cazado por los espíritus contrariados
y sus pérfidos cofrades,
reo de escandalosas noches entre alucinaciones y vértigos
reo del amanecer
amordazado hasta la inconsciencia de tu desenfreno.
¿Qué incertidumbre
doblegó tu carácter indómito Macabeo del Kílamo?
¿En qué momento tu signo invalidó el vaticinio del uwishin
los cánticos, las sahumeriadas, los tsaank y maikiua?
Te precedieron tus padres en la vida y en la muerte.
Los muertos no mueren, suben y miran por nuestros ojos
y sus sueños se realizan
en el escenario de nuestras ambiciones.
No comprendiste las señales de su alarma convocándote al sosiego.
Te faltó carne,
te faltó valor,
te faltó voluntad,
te falló la palabra.
Dando tumbos, esquinazos, abatido en las aceras,
persiguiendo quimeras entre sombras bamboleantes
descontrolado, despersonalizado y solo
erraban tus días en completo abandono
estrellándote contra el planeta.
104
Extravío del Natem
La memoria del pavor
se confrontaba con la inmediata transgresión;
falsa calma para engañar al tiempo, esperar las noches
y hundirte en el abismo desbocado de tu angustia.
Escarbaste más allá de las sombras buscando una respuesta
el aullido enloquecedor
que traspasaría tu garganta en el último espiro;
el hundimiento aberrante
de la cuchillada que derramaría tu vida;
la eviterna embriaguez allanando el derrumbe
o quizás el milagro
que te rescataría de esas nefandas tinieblas.
Fulminado por la ignavia
los deseos corruptos tu voluntad revocaron
perdido entre las brumas turbulentas de tu desplome
esperaste el momento de la oscuridad perpetua.
Para detonar tu cerebro no levantaste tu mano
ni deslizaste la cuerda alrededor de la persistente condena.
Ese llamado te tentaba
desde el trance sicodélico de tu indigencia
desde la crisis en su médula,
desde la impotencia de tus convicciones.
Ilimitadas perversiones a tu espíritu cautivaron
necesidades compulsivas a la sombra emergieron.
Captura de percepciones alteradas
viviendo en un mundo imaginario.
Abate tu audacia la restricción del cerebro,
indaga tu instinto entre alcoholes y vahos
relámpagos de rock ácido en las guitarras estallan
heavy metal, deathmetal flotando en el láser.
Al ritmo de acelerados latidos el viaje se inicia
Khira Martínez Rivadeneira
105
cóctel de éxtasis líquido estimula y perturba
spinello, píldoras de la paz, barbitúricos
heroicas líneas derrotando al café energizante;
estaciones emotivas que agradan y degradan
infierno de inquietudes, ansiedades y psicosis.
Te arrastran, te desploman, te depravan, te arruinan
Alucinadas noches en el vértigo de alientos se desmayan;
tórnase irredenta tu audacia en la caída.
Voluntad sometida no impugna a la hiena del escándalo
a carcajadas de tu dolor maldito la soledad se burla.
Ausencias, lejanías, memorias como dardos del recuerdo.
Los espectros intentan fundirse en el acordeón de tu mirada
se agolpan las imágenes sin alma
en una lujuriante estampida.
Invadido por deseos disfrazados
no consigues develar la vanidad refractada.
Ese abanico de intrigas, ese devorador siniestro,
el maquillaje circunstancial
ha legitimado en iterados tormentos
alteridad soterrada que el artificio exige
en el escenario circense de la ficción humana.
Espejo, espejo, ojo delator de verdades encubiertas
por qué el dolor que lo oprime
no denuncias en tu ojo dilatado?
¿Por qué la muerte de su estirpe reflejas, impávido sin alma?
¿Cuáles son los rostros que el asesinato develar no puede?
¿De qué máscara los delitos se desbandan?
¿Qué Dios gobierna la fe de sus sentidos?
¿Será Satanás manifestándose en el camino?
106
Extravío del Natem
Tu pecado un epitafio cincela y el continente traspone.
Allá al otro lado de las montañas y de los océanos
Ella vive en la tregua inmarcesible que dividió sus destinos.
Allá subsiste el tiempo que Macas te otorgó en ignaro deliquio.
Tus fantasías se desbandaron cual tornado en Apocalipsis.
Sin brújula, ni cenit, sólo umbría desoladora y mortal.
Tantos tajos concibiendo distancias más hondas que los abismos.
Tanto desamor por la devota fidelidad de tus latidos.
Tú, un hombre forjado por la zarpa poderosa de los iwias
probado en las mandíbulas de la espesa bestia selvática,
has desarticulado los lazos, has resignado la sangre,
dolorido por los infamantes rechazos que te aniquilaban
con una sensación de vacío existencial, de soledad
necesitado de afecto, de reconocimiento
fascinado por la concupiscencia, esclavizado en el delito,
atrapado sin argumentos que tu acabose aboguen;
irremediablemente te condenaste
a la adicción perversa de esos tóxicos devastadores,
a la baja tolerancia de las normales frustraciones.
Tu falta de proyectos de vida te impulsaron a transgredir
las normas sociales y la ley
transmutaste tu personalidad tantas veces al filo de la paranoia,
te humillaste ante la infecundidad del carácter.
Te llama la tierra, el patriarca, el duelo
se han edificado tus sueños en deleznables cimientos
se ha consumido tu flama sin irradiar su esplendor
se ha postrado tu búsqueda porque el mañana es incierto
Gritaba tu sangre, vociferaba tu impaciencia
tu nombre voceaba la noche desde esos mefíticos antros
la tragedia el alma exiliaba a pasos ingentes.
De todos los afectos sucumbías degradado y proscrito.
Khira Martínez Rivadeneira
107
Mar salvaje zarandeando tu rostro,
denunciaba el tormento que tus evocaciones ahondaba.
Querías acabar, estrellar tu vida sin brújula ni sentido
embarcarte en el navío que zozobraría noche adentro
donde ni la voz ni el latido se escuchasen
donde perdurarías recluido en el silencio.
El delirio aún no había raptado tu alma ni tu conciencia
querías liberarte de las cenizas de tu idolatría
querías expulsar los demonios que tu cerebro carcomían.
Buscaste en los templos la palabra divina,
el albedrío perdido
prosternado ante el séquito de santos y dioses
ninguna plegaria, ningún ensalmo, ninguna eucaristía
levantaron tu alma de los continuos desplomes.
Los retumbos del Sangay las incógnitas no te revelaron
cataplasmas de malicawa, baños de serpientes,
ritos shamánicos en las ceremonias de la boa y el jaguar
no expulsaron la ponzoña que navegaba por tu sangre.
Sólo los hombres que reconocen su ineludible destino
lloran como tú ante el cadáver de su propio crepúsculo.
Al aullido de la tragedia quisiste anticiparte,
a la risa sardónica, a la bala,
al cuchillo, al veneno, a la traición,
al espanto el pavimento ensangrentando.
Te refundiste en el frívolo argento que delataba tu historia
y encontraste los cadáveres de tus desvergüenzas
insepultos en el vórtice inmutable de tu condena
girando y bamboleándose como títeres sin tiempo.
Del asesinato de tu inocencia fuiste cómplice,
108
Extravío del Natem
cometido con premeditación y sin asco
para seguir viviendo en la incuria de los días,
para seguir devorando corazones no natos
en el frenesí de una demencia incontrolable.
Espejo inexorable tu memoria lo delata,
los sucesos sobrevienen en tu ojo misterioso;
déjame penetrar tus laberínticos resquicios,
déjame gemir por su existencia defraudada,
deja que su cobardía el olvido la sepulte.
El tiempo triturador te ha ido transformando
sin olvido ni indulgencia con sus aspas fantasmáticas.
Esa lupa acrecienta tus escindidas existencias
legionarias insurrectas no se integrarán jamás.
Con un fragoso bramido la existencia se desploma,
incinerada por la metáfora absurda del sino.
Aplastadas por la impotencia sucumbieron las penurias,
sin gritos, ni gemidos, ni el pavor amordazando.
Desde entonces el dolor furiosamente se encresta
reclamando su tributo en violencias extremadas.
8 de noviembre de 2008.
En El Porvenir agazapada yace la desgracia.
La cara del asesino permanecía encubierta.
11 de la noche la tribuna de la desventura montaba la función.
Inicio de los acostumbrados ritos y sacrificios
otra noche tutelada por el consumo de vahos deletéreos y alcohol
otra noche en que la memoria sería estrangulada
desorbitando y desquiciando el espíritu con fogonazos absurdos.
El frío y la neblina derrababan su mordedura hiriente.
La montaña con su imponente silueta parecía abalanzarse
proyectada al fondo de la cuesta sigilosamente observaba:
Khira Martínez Rivadeneira
109
marginales ratoneras, lumpesca plaga del sistema disoluto
guarida de la escoria, de la degradación, del asesino
arrastre ibérico, soberanos de la infesta podredumbre,
inframundo, delirante poder de las cloacas.
El viento espiraba los hurtados olores de aquellos cuchitriles.
Marihuana, base, cocaína, crack,
palo santo, tabaco, alcohol,
vómito, detritos.
Imprecaciones, amenazas,
se perdían en los nauseabundos laberintos.
Precede la chispa a la deflagración,
el sonido al estruendo.
Cruce de provocaciones,
miradas encendidas que acorralan.
Un golpe, otro,
te bates contra la jauría que sus dientes afila
te bates contra los buitres que desenvainan sus garras.
Tus puños vigorosos a los matreros sin tregua castigan.
Te defiendes de cada golpazo, de cuchilladas sinuosas.
Caes, te levantas, te yergues, aspiras y furibundo arremetes,
te preservas de los pendencieros, tu integridad proteges.
No le alcanza el coraje a tu cuerpo vencido.
Rúbrica Ñacato, verdugo Ñacato, nefando Ñacato
turba Ñacato como hormigas te muerden, se cuelgan
arañan tu rostro, tus brazos; doblegan tu fuerza, te postran.
Adefesios salvajes descargan el estigma del lumpen.
El horror escenificó en un destello los postreros momentos.
Imprecaciones y gritos, retumbaban en ese repugnante agujero.
Pavel Patiño, Voltaire Maquilón, José Narváez, Orlando Freire
110
Extravío del Natem
Inmóviles, inconmovibles, ingrávidos, incongruentes
expectaban el desigual combate.
Alucinados y embrutecidos sin poder articular con coherencia
bamboleantes, mareados, como el trompo en sus moribundos giros.
Amordazados el cerebro por tanta inhalación, esnifada, vaharada
que les había embotado el pensamiento,
no alcanzaron a comprender que no estaban alucinando
que esta visión no era un efugio de sus irrealidades
que no era el autoatentado forjado por sus mentes extraviadas.
Pusilánimes, despojos viles, títeres descabezados.
No les quedaba valor más que para fornicar con las ratas.
No les alcanzaba el aliento más que para sostener su calamidad.
No les alcanzaba el pánico más que para tragarse sus propios detritos.
¿Cómo podían estas sabandijas dopadas,
mutiladas del grito ante la muerte cimentar una ofensiva?
¿Cómo podían estos infestos descerebrados
con los pensamientos pulverulentos producir un artificio?
¡Pobres bichos, apestados, zombies de su propia consunción!
Tú con la fuerza irrevocable de tus puños;
los matreros con el amedrentamiento de cuchillos y garrotes
tú sin más armas que tu enardecido coraje
defendiendo la afrenta que cruzó el rostro de Patiño
te desafiaste a ti mismo en un trance de ciega potestad
¡cobardes! miserables, individuos de hiena madre
verdugos infames del que decían ser amigo
ratas inmundas disfrazadas de hombres
no intentaron librarte de esa pendencia ignominiosa
Indefenso, reducido por el ataque avieso
el golpe homicida tu cabeza fractura…
el tremendo garrotazo quebró tu parietal derecho
doblándote, nublándote en la inconsciencia sin retorno.
Khira Martínez Rivadeneira
111
Te desplomas amortiguado,
…quebrando tu humanidad castigada…
Oscuridad en el azaroso sendero de tu desesperación desatada.
Estremecido el suelo se tiñe con tu languidecido espíritu.
Los asesinos Ñacato han ultimado al yantana
bajo el manto mefítico de las incógnitas sombras.
Peor resaca que la complicidad de tu asesinato
será el ancla que no podrán levar por su incuria.
Infames, indigentes descastados del inframundo,
urdir que la gravedad confabuló con una falta de equilibrio
que tu cuerpo vencido en una vertiginosa y mortal caída
se estrelló contra el pavimento destrozando tu cerebro
y te hundió en el estremecimiento de una eterna soledad
donde ahora tu pavesa evidencia el efímero paso del ser.
Y los Ñacato, cualquier día, en cualquier lugar
descoyuntados, despedazados…
Liquidado como tantos cadáveres que de las calles se rescatan;
cubierto por la densa bruma que oculta tu ejecución horrenda
uniformados ungidos del protocolo mundano de su investidura
recogen tu cuerpo masacrado sin piedad y sin sentido
tu cuerpo ensangrentado por el absurdo canibalismo del sistema
victimado por la cobardía de los que decían ser tus amigos.
¡Aún respiras! ¡Aún tu cuerpo preserva el calor y la conciencia!
¡Sálven la vida que extraviada galopa!
¡Pobre hombre! ¡otro atropellado por lanzarse a la autopista!
¡P o b r e h o m b r e! ¿¡a t r o p e ll a d o!?
¡Ciegos! ¿Cómo pueden confundir el asesinato con el suicidio?
Hospital Eugenio Espejo.
Se devela la violencia de tu último sábado.
112
Extravío del Natem
Aún consciente y dolorido en la camilla te desplomas.
Una neblina infranqueable
ha devorado el resplandor de tu mirada,
te separa de la vida que ya no percibes
y que se niega a abandonarte.
Aletargado,
latiéndote aún el corazón que reanima tu espíritu extenuado
empieza tu calvario, tu pasión y tu muerte, Rómulo.
Hileras de enfermos
esperando la panacea que restituya su equilibrio
médicos, enfermeras, heridos, familiares,
murmullos a reventar
deambulaban por la sala de emergencias del hospital.
Demolida ante una capillita improvisada
esperaba inútilmente las palabras redentoras
Epicrisis:
Glasgow 13T/15, 0h45, 9 de noviembre de 2008
Paciente en malas condiciones generales
Cabeza hematoma subdural agudo, parietal derecho
hipotermia, bradicardia sinusal hipofonética, disrítmica
pulso 42, frecuencia respiratoria 24, tensión arterial 120/50
deterioro vertiginoso a las 11h45, Glasgow 4T/15
Pronóstico reservado
Se anotó en la anamnesis que fue dimensionándose
Se desconoce cinemática del trauma.
Tu corazón retumbaba a un débil ritmo irregular
El golpe tu cráneo había triturado y tu encéfalo reventado
estabas sumido en las tinieblas de un letargo incognoscible
tus pupilas midriáticas sin reflejos tu ausencia denotaban
sangrante hilillo imparable fluía por tus oídos
escoriaciones y arañazos en tu rostro,
Khira Martínez Rivadeneira
113
moretones en tus brazos,
limaduras en tus rodillas
delataban el ajusticiamiento ejecutado por tus asesinos.
Asomada a la ventana de ese imperturbable cristal
que se desnudaba segundo a segundo
ante mis ojos estupefactos
vivía la demencia de un mundo vertiginoso y anárquico
¡me devastaba tu impotenciaaaaaaaaaaaa!
subordinado a la vida artificial
que controlaba tus exánimes latidos
grité con todo el odio que mi dolor ha procreado
maldije la inoperancia del sistema
y a sus siniestros titiriteros
vivimos el circo del horror en su perversidad más refinada
un conciliábulo de dementes
y asesinos
y corruptos y violadores
se beben nuestras vidas sangrándonos la esperanza.
Culpables somos por creer que el destino revocar podemos
¡qué ingenuidad más fecunda!
¡qué farsa implantada en la médula!
¡Revelémonos a la deglución de estos buitres!
no dejemos que nos arranquen
el coraje de vivir en este tiempo amargo.
Es hora de marchar, de enarbolar la protesta
no más sangre sacrificada en el altar de la cobardía
no más enlutados por la violencia sin tregua
que puebla las calles
¡queremos vivir!
sin miedo,
114
Extravío del Natem
sin temor al exterminio de las ilusiones.
OJOS: presencia de reflejo palpebral,
pupilas anisocóricas
Derecha midriática 7mm arreactiva a la luz,
izq de 3mm hiporreactiva
CAE otorragia izquierda
CUELLO: móvil
CARA: escoriaciones superficiales pequeñas
BOCA: no HÚMEDAD PRESENCIA DE tet
Tórax: Expandible, buena entrada de aire
CORAZÓN: RS CsR
Abdomen suave depresible
RHA más extremidades
Hemiparosia braquiocrural izquierda, 215
Glasgow 4T/15 (M2 01 V1T)
TAC CEREBRAL Hematoma subdural agudo F-T-P derecho
PROCEDIMIENTO OPERATORIO
Asepsia y antisepsia
Colocación de campos quirúrgicos
Incisión de Falconer derecha
Profundización de herida quirúrgica
Craniectomía parietal mediante 4 agujeros de trauma
Duotomía arciforme
Hallazgos antes descritos
Evacuación más lavado de hematoma subdural
Control de hemostasia con surgirle
Colocación de drenaje subdural
Plastia de duramadre con gálea
Control de hemostasia
Cierre por planos
La camilla se deslizaba seguida por un cortejo de miradas.
Yacías inmóvil,
Khira Martínez Rivadeneira
115
conectado al artificio que llevaba aire a tus pulmones,
tu cabeza vendada,
ligeramente ladeada,
la cirugía evidenciaba
lloré, lloré al comprobar la mutilación de tus sentidos
¡te llamé! ¡te grité!¡te toqué! ¡te besé!
¡estreché tus manos tibias e inertes!
Me abofeteó esa catalepsia de tu expresión ausente y sedada.
Las puertas, los guardias, los médicos
impidieron mi paso hacia ese cenotafio donde te torturaban
donde te apartaban de mis súplicas, de mis quebrantos
Días interminables ibas y venías por todo el hospital
sobre esa jaula sin barrotes.
Deterioro neurológico,
sin respuesta al tratamiento me gritaban.
Glasgow 3T/15
La válvula descompresora
que liberaría la presión sobre tu encéfalo
aquella craniectomía no evacuó ningún riesgo conjeturado
la transición hacia lo inevitable estaba ya decretada
los reportes médicos, jamás alentadores, no apostaron por tu vida
cada día el monstruo de la oscuridad su álgido aliento soplaba
y yo desde este lado de la angustia por tu regreso clamaba
yo tu madre, tu hija, tu hermana, tu mujer, tu amiga, tu esclava.
Todas las fuerzas invocando la sanación de un solo hombre ¡Tú!
Tú doliéndome las ausencias de nuestros padres.
Tú doliéndome la indolencia de nuestros hermanos.
Tú mi pequeño hermano, mi hermano menor
en el sopor más profundo
ignorabas el drama de tus últimos latidos
116
Extravío del Natem
tu piel intacta, suave,
blanca, cubría el deterioro de tu organismo;
me impedía percibir el derrumbe que extraían por tu boca
masas purulentas, fétidas denotaban tu isquemia cerebral
la tan temida sentencia de tu partida inevitable.
Los esfuerzos por rehabilitarte se fueron extinguiendo
cuanto más se acrecentaba mi pánico
de perderte irremediablemente.
Afuera en el bullicio,
la ciudad se estremecía con sus descaradas impiedades.
Afuera los caníbales
afilaban sus colmillos para desgarrar los corazones.
Allá en la intemperie,
tu garganta prorrumpió con su extraviado grito.
Simón y Marcelo
comprobaron que tu final su marcha iniciaba
doloridos,
con el espanto carcomiéndoles la descendencia arrebatada,
regresaron al lugar de tus ancestros
para orar en el oráculo de Etsa.
16 de noviembre de 2008,
paciente hemodinámicamente variable,
Piel sana.
15h50 Paciente de 43 años con diagnóstico de TCE grave,
8 días en UCI con mala evolución clínica
al momento no se observa reflejos óculo cefálicos,
los cuales están ausentes,
prueba de apnea positiva
reflejos óculovestibulares ausentes,
Glasgow 3T ( M1 VIT O) TA= 108/60 TAM= 92 mmHg Fc= 110x
Neurológico: ECC= 3T/15
Khira Martínez Rivadeneira
117
pupilas de 5 mm de diámetro sin respuesta pupilar.
Paciente de quien ya se habla con familiares
para la posibilidad de procurar órganos:
se está manteniendo buena función
de perfusión para la donación.
17 H00. Paciente con muerte cerebral
apoyado de ventilador,
se aspira secreciones por TET
amarillentas en moderada cantidad
con pupilas isorreactivas, arreflécticas,
abdomen suave, depresible,
diuresis por sonda Fowley en volúmenes variables
y de características normales.
Baja a quirófano para transplante de órganos
Ablación hepatorenal/corneal 19h20,
transplante hepático a Quiña Gamboa María Gabriela,
Hospital Eugenio Espejo 9no piso cama 19,
Fibrosis hepática congénita.
En la ciudad de Quito, Ecuador, a 16 de noviembre del año 2008
y posterior al diagnóstico de Muerte Cerebral y con autorización
libre y Voluntaria y a título gratuito, los familiares de quien en vida
respondió al nombre de Rómulo Edmundo Martínez Rivadeneira
autorizamos el retiro de tejidos y órganos sólidos
que con fines de trasplante sean requeridos para el manejo
de pacientes con patologías crónicas.
Se procederá a realizar el retiro de: Córneas, riñones e hígado.
La ablación se realiza con fines de transplante
para efecto de donación cadavérica.
La naturaleza del procedimiento conozco y acepto y una vez que
he sido informada en calidad de HERMANA, que mi familiar
se encuentra en muerte cerebral
cuyo concepto se me ha explicado adecuadamente
y ya se han realizado las pruebas clínicas y EEG que la confirman
reitero que acepto que los órganos y tejidos de mi familiar
118
Extravío del Natem
sean removidos quirúrgicamente para ser transplantados
a los pacientes que se beneficien del procedimiento…
El horror estremeció mi sangre como una demoledora pólvora
zarandeándome cual una hoja en la tempestad me azotó el dolor.
Caí en un abismo turbulento que me arrastraba a la demencia.
¡No podía respirar! una mano invisible me estrangulaba.
¡Otra aplastaba mi pecho…
¡oprimiéndome el corazón con iracundia!
Las lágrimas en violenta catarata inundaron mi rostro.
Azorada por la cruel declaración del carnicero del quirófano
comprobé con mis ojos y mis manos que tú, Rómulo,
¡ya no eras más!
¡Ya no eras más!…
Tu espíritu había abandonado tu cuerpo rendido.
El último reflejo que sostenía tu martirio se había extinguido.
Cesó tu respiración, cesó tu vida, cesó tu pasajera estancia
Cesó tu autoinmolación en las sentinas donde tu vida derrochabas.
Dicen que al fin descansas, que ya no sufres.
¿Descansas de una vida
a la que voluntariamente no renunciaste?
¿No sufres un dolor que no buscaste?
¿Es que acaso renunciaste al legado de Tsunki?
¿Iwia en la ceguera de su soberbia te enterró la daga
en un delirio de extrema potestad?
¿Quiénes te privaron de esa existencia que era tuya?
¿De qué seguridad habla el Estado?
¿Será tu muerte otra percepción?
Te han sofocado el aliento innombrables sabandijas
tu vida pendió de un cataléptico pentotal
hasta que cesó el suministro.
Khira Martínez Rivadeneira
119
Ese 16 de noviembre a las 17H00
se derrumbó el firmamento.
Ni la más dolorosa punción encontró respuesta.
Ya no osciló tu pecho
con la espontánea respiración que te sostenía.
Te abracé con pavor, con amargura, con ingenua credulidad
de que hubiese sido tan sólo un efímero espasmo.
¡No! ¡No quería aceptar la evidencia de tu terrible quietud!
Esa serenidad de ultratumba, esa presencia ausente.
Tu cuerpo céreo, sin aura,
opacado por la guadaña de la tenebrosa raptora
no podía negar su propia extenuación.
Rómulo,
doné tus órganos como un homenaje de vida por tu sacrificio.
Para que vivieras la existencia que te raptaron
para que latiera en otros cuerpos tu presencia
para que tus ojos
discriminaran los espejismos desde la mirada de Luis
para que los demás comprendan que el dolor es la reencarnación
para que aquellos que te recibieron si algún día leen este poema
sepan que fuiste tú el milagro detrás del asesinato.
NOTA DE EGRESO DE UCI
MARTÍNEZ RIVADENEIRA RÓMULO HC: 660085
FECHA DE INGRESO A HEE: 09/11/2008 HORA 00:50
FECHA DE INGRESO A UCI: 09/11/2008 HORA: 22:15
FECHA DE EGRESO UCI: 16/11/200/ HORA 19:00
DIAGNÓSTICO INGRESO: TCE GRAVE+LOE
Hemorragia subdural aguda hemisferio derecho+ craniectomía
Descompresiva.
DIAGNÓSTICO DE EGRESO: TCE GRAVE + LOE
Hemorragia subdural aguda hemisferio derecho + craniectomía
Descompresiva.
HIC REFRACTARIA
120
Extravío del Natem
Morgue Hospital Eugenio Espejo
Ya tu cuerpo vulnerado por el bisturí de las amputaciones
franqueada tu demolición
por el veneno que marchita y enajena.
Solitario
sobre la loza esperaban tus restos su tránsito hacia la eternidad.
Cínicamente la muerte
con sus mandíbulas infestas empezaba a corromperte.
Hace doce horas tu corazón paralizó el latido
y el flujo de tu sangre.
Vinieron los salvaguardas de la ley para rotular tu cadáver
garabatearon en un sucio papel
los hallazgos que las horas habían patentado.
Te trasladaron a la morgue policial
y certificaron tu acabamiento.
ACTA DE LEVANTAMIENTO DE CADÁVER
FECHA Y HORA. Lunes 17 de noviembre de 2008 11h45
LUGAR: Morgue Hospital Eugenio Espejo
AUTORIDAD: Fiscal de turno
CASO REPORTADO POR: CMAC-101
FECHA Y HORA DE LA MUERTE:
16 de noviembre de 2008 19h00
EXAMEN VISUAL EXTERNO DEL CADÁVER:
HOMBRE 43 años de edad talla 1.80 cm. PESO 160 lbs.
TIPO CONSTITUCIONAL: Normal
PIEL COLOR: blanco
CABELLO: CASTAÑO
DESCRIPCIÓN DE LAS PRENDAS DE VESTIR:
Envuelto en una sábana blanca, cuerpo desnudo.
Khira Martínez Rivadeneira
121
SIGNOS POST MORTEN:
Cuerpo: frío
Rigidez: No
Livideces: si
Signos de putrefacción: No
Tiempo aproximado de muerte: 12 horas aproximadamente.
Probable manera de muerte: a determinarse
Probable causa de muerte: a determinarse
Entrega del Cadáver:
Vehículo: Ambulancia 107
CONDUCTOR: Cbop. Yasig Efraín
PERSONAL QUE ASISTIÓ AL LEVANTAMIENTO:
Cbos. de Policía Carlos V. Jumbo C.
Cbos. de Policía Henry Romero
Arrastrando las cadenas de mi dolor,
ajena al ojo del mundo
me abismé en la oscuridad de tu eclipse,
una luna negra
se posó en tu vida el día aquel que se nubló tu mirada
no fulguró desde entonces
ningún relámpago que te estremeciera.
Los hechizos del uwishin invocando los poderes de la vida.
El rugido espasmódico de los jaguares.
presintiendo tu desgracia.
El trino lúgubre de las aves desde el fondo de la espesura.
La encabritada insurrección de las aguas del Upano
aturdidas galopando,
clamaban por el abatimiento del cuarto de la estirpe.
La noche otra vez me sorprendió monologando con tus recuerdos.
Escudriñando en el arca donde escarbaba buscando tus huellas.
Tu acostumbrada prudencia ante los intempestivos eventos.
122
Extravío del Natem
¡Oh Rómulo!
Ni un solo tormento del vía crucis
donde el garrote destrozó tu cerebro.
Ni una sola profanación del santuario de tu cuerpo.
Ni una sola morbosa indagación
para permitir el trance hacia tu eternidad.
Ni una cobarde manipulación más de tus despojos
hubiera permitido…
¡Créeme!
la justicia se empecina y la dignidad apesta como los albañales
los derechos mancillados no son visibles,
hasta la última palabra te mutilan
en vano supliqué misericordia para tu cuerpo sacrificado
vinieron como carroñeros siniestros a devorar tu carne
hundieron la sierra en tu desfigurada cabeza
descerrajándote el cráneo
sólo
para legitimar que la violencia social
es un engendro de la infamia.
¡Cobardes!
No pudieron escribir la verdad de tu ajusticiamiento.
Hurgaron tus despojos, riéndose como hienas.
Tú, santuario de tu cuerpo,
tu propio santuario por última vez fue hollado,
mortificado, desentrañado, vilipendiado, autopsiado.
Sólo una sábana blanca cubría
la lívida y fría desnudez de tu cuerpo
desheredado de todos los honores y de todas las piedades.
Khira Martínez Rivadeneira
123
Impotente y llena de prejuicios ante el salvajismo de tu muerte
ya no te toqué, ya no te hablé,
ya no te di el abrazo que nos separaba…
…para siempre.
Me refundí en la cobardía de mis lágrimas
ocultando mi angustia.
Esta ráfaga que me zarandeó, que me arrastró,
que me aniquiló
se enmascara en las entrañas de aquella noche turbulenta.
Noche en la que tu asesino Ñacato reventó tu existencia amarga.
Imprequé en contra del verdugo y quise arrancarle las entrañas,
lapidarlo, arrastrar su fétido aliento clavada de odio y venganza
hundirlo en el ácido del desprecio
esperando que se corroyera hasta el último grito
pisotear sus despojos en esa proscrita danza de extrema locura.
Luis, Luigi, y yo,
te custodiamos hasta los Jardines del Valle
en el silencio de esa ciudad
donde los muertos irremediablemente se refugian.
Los guías de ultratumba
en el último ritual que transmutaría tu sacrificio
sin estremecimiento, ni congoja,
te sumergieron en las entrañas del fuego
y que tus restos en ese acto de purificación y acabamiento
yacieran imperturbables en el columbario de la memoria.
18 de noviembre de 2008, 14h00,
recibí el cofre que guardaba tus cenizas
Vinicio, Christian y yo,
nos sumimos en la solemnidad del silencio.
124
Extravío del Natem
Una inmensa soledad me invadió
desde el derrumbamiento de mi alma.
En ese pueblo sin esperanzas
donde la muerte catequiza a los espíritus
renació el dolor de otros duelos.
Surge como una ola,
se detiene,
se recrea,
me hurga,
infinita finitud de mi vivencia, me torturas.
Bajo ese cielo permanente, indefensa me descubro
tan próximas mis raíces, intemporales y serenas.
Teresa y Rómulo en la otra realidad perviven
al otro lado del reflejo donde los astros no penetran
en la eternidad de los silencios y la bruma del olvido
heredera de su estirpe me celebro a la sombra de su muerte.
Oráculo siniestro sopló la nieve cósmica de los sueños
y en una perpetua desmemoria
traspasaron esa escultura degradante protegida por la niebla.
Tus padres, habitantes del recuerdo,
pasajeros de la lóbrega caverna,
te esperaron
e iniciaron el viaje hacia el reino de la afonía imperturbable
¿Y tus hermanos? ¿Y tus amigos? ¿Y tu hija?
Sólo yo, tu madre, tu hermana, tu hija, tu amiga, tu viuda,
huérfana del jaguar blanco que se perdió en la ciudad sin límites.
Ausencia, nadie, nada más que la lluvia lavando los tormentos.
Luis Martínez Guerrero diagnóstico: Keratocono y leucoma
Córneas delgadas y frágiles que degeneran vertiginosamente
Solución inmediata: transplante de córnea de donante cadavérico
Tus ojos se iban cubriendo de una oscuridad sin retorno
Khira Martínez Rivadeneira
125
extrañas sombras se iban tragando los últimos halos de luz,
la espera centuplicada en el limbo de las angustias palpitaba.
Derrotaba el tiempo los soles obstinados de esa búsqueda sin tregua
las mórbidas brumas que se habían descoyuntado en su bostezo.
La garganta de la noche te corrompía con su aliento de loba
te empujaba al abismo inescrutable de ese mundo sin contornos.
Estalla la tragedia que arrastra a Rómulo al letargo absoluto
a esa estación sin conciencia, sin sentidos, sin fulgores
donde los latidos no legitiman la existencia
donde la respiración se subordina al mandato del cerebro
al protocolo que los médicos inventan para justificar su oficio.
Inducido a un sueño sin imágenes para preservar sus órganos
Rómulo desde la derrota de su tiempo te legó sus ojos
te donó aquello que jamás soñaste podía nadie dártelo
en una transustanciación corpórea y etérea
transmigró su alma en tu mirada
para que tú , sobrino, erigieras la obra inacabada de tu vida
para que te perpetuaras a través del milagro de su sacrificio
para que en cada despertar su mirada en la tuya se eternice.
El inminente tránsito hacia la lobreguez de los espíritus
te concedió la terrible certeza de espantar las tinieblas…
que habían devorado el cuerpo martirizado de tu dador.
¡Ah! Feroz emisario de la muerte que aplastaste la esperanza.
¡Ah! Siniestra realidad que amputaste el latido para crear la luz.
No debo imprecar, y lo hago dolorida
Sé ¡Oh Dios! que no puedo revocar tus mandatos atroces.
Sé ¡Oh Dios! que nuestras vidas no son nuestras ni ¡tuyas!!!!!!!!
¿Por qué oculto de nuestras percepciones nos infliges tanto mal?
Devuélvenos la inocencia y no nos tortures con el exilio.
20 de noviembre de 2008, Patronato Municipal San José
126
Extravío del Natem
expira la zozobra y renace la esperanza
8 de la mañana el quirófano dispuesto espera a su paciente
la noche anterior, tu sueño Rómulo vigilaba
tocó tu corazón con su hálito impalpable
largamente te acarició, te transfirió la serenidad de su espíritu
te habló desde un silencio suspendido
no eran sus palabras las que a través del espacio se desplazaban
era su propia esencia que lo abarcaba todo
su amor trascendido, puro, etéreo e indestructible
su mirada luminosa, profunda, clara, se integró a tu mirada
tus ojos llenos de luz buscaron su presencia…
Rothenbach observó el protocolo y ejecutó magistralmente
esa maniobra extraordinaria que renovó tu sentido mutilado.
Ninguna amenaza, ningún rechazo, ningún desconcierto
conspiró contra la predestinación de todas las voluntades.
Khira Martínez Rivadeneira
127
MUTACIONES SOÑADAS
El órgano que se presenta como crítico
para el desarrollo psicosexual y la adaptación,
no son los genitales externos, es el cerebro.
William Reiner
¡Huallmicu! ¡Huarmiashca! ¡Mapajuchata may munag!
¡Miserable aberración de los elegidos infernales!
Impura arcilla amasada con premeditación diabólica
¿Quién le movió la mano al artesano para enmarañar su obra?
¿Quién pergeñó esos esbozos para que extraviaran el pulso?
El maleficio por ocultar la esclavitud de la sangre se ha cumplido
El cundur no ha batido sus alas,
no ha descendido de las cúspides
sarachagra con sus cabezas cenicientas se bambolea
tucuy
pucushca chagra muruta tandash huacaychina
chingay
Cómo te atreves a abandonar a los tuyos
a tu pueblo que desde el despojo no ha sido libre
Tú, el que prolongaría el poder de los runa-cari
el que reivindicaría la nobleza que nos fue expoliada
el que nos devolvería el esplendor de nuestros ancestros.
Has vulnerado la palabra que han honrado los guerreros
has permitido que el Supay te hable con su lengua sucia
Te has revolcado como millanaypag sin vergüenza
y nos has negado la esperanza de volver.
Esas palabras el cerebro te arponeaba.
Tu confesión en un acto de libertad te había condenado
Tú, el heredero de la tradición, el que negó su hombría
Khira Martínez Rivadeneira
131
el que relegó a la elegida de tu siririna palti al desierto.
Tú, frente a tu juicio, te has traicionado
¿Dónde enterrarás la fe de todo un pueblo que en ti creía?
¿Dónde esconderás la historia que te profetizaba…?
Llora, laméntate,
esa decisión te abisma en un mundo incomprendido
Mírate, pobre despojo de una fastuosidad milenaria
sin afectos, vilipendiado por la infamia de tu estigma
en el fluctuante mundo de los deseos sucumbirás extraviado.
Cuando naciste la tempestad confundió las advertencias
!huaquinhuaquinqui ricurig!
la exhortación se perdió en la atarraya de los truenos
mientras el diluvio lamía el cuerpo exangüe del alambique
y en precipitados riachuelos desperdigaba los vestigios.
Se ha esfumado de la memoria el recuerdo de tu origen.
Te nombraron como al primero de tu estirpe
huañugpa saquishcata chaquig
Redentor, Quetzalcoatl, Serpiente Emplumada…
No, no, no, tú no querías un rebaño de desesperados
tú no estabas predestinado para devolver nada a nadie
tú no eras el último guerrero que la insurrección generaría.
Siempre supiste
que la liberación se gestaría en tu propio cuerpo
Ya de niño sentías que la masculinidad no se te antojaba
ya de niño te enfrentaste al mundo con la imagen fragmentada
aprendiste a callar cuando ella te sacudía desde adentro
fingiste ser el macho que legitimaban las miradas
nadie sospechaba de esa virilización incompleta entre ingles.
Crispados tus impulsos olfatearon la tragedia
132
Extravío del Natem
la adrenalina estancada en tu zozobrante mirada
en un relampagueante fogonazo a tus manos empujaron
y los duendes de las malignas delicias, apretaron.
Desgranados tus pensamientos en un rosario de blasfemias
petrificado por el paroxismo de tu testimonio
incoherente, macilento, irradiando emocionales fusilamientos
no advertías
que tu amante declinaba en el holocausto de su orgasmo
desgarrado del último soplo consciente de su vida;
heredándote el crimen de su ausencia se perdió en la oscuridad.
Sumido en las alborotadas aguas del afluente bautismal
el bramido de la cascada ensordecía la letanía de tu unción
el agua, el aire y la respiración se rubricaron en tu legado
interpretaste magistralmente la obertura de la muerte.
El más allá reconoció al ungido de las rebeliones indígenas
al ser que se dilucida y que escindido el umbral atraviesa.
Tu harem de vírgenes con su danza erótica-espiritual
con parpadeos de vientre, ondulaciones de caderas y hombros
deshojaban tus deseos para satisfacer tus complacencias.
Todas las distinciones azarosas
que exhortaría tu investidura de kuraka
dispuestas en el altar de las oblaciones se hallaba
apenas un destello de cruel vanidad se clavó en tu alma
una risa estrepitosa en el laberinto de tu interior pendenciaba
ululando el viento se unió a la detonación de tu carcajada
confundidos y atónitos los contertulios aún aletargados
asistían a la incorporación de su dios personificándose
asumiendo tus poderes políticos y sacerdotales
moviéndote libremente y en tres dimensiones
explotando tu poder con el movimiento quieto del cerebro.
Khira Martínez Rivadeneira
133
La cabeza bruñida del Inti con sus rayos hirsutos
se hundió más allá de la lobreguez de esos murallones
ebrio de ternura maligna, de otredad asomada en tus formas
develaste el misterio de tu invisibilidad
afinado, esculpido con el buril femíneo
una mujer imponía sus atributos de la cintura hacia arriba
bajo tu ombligo el caracol desdoblaba su cabeza
evidencia absoluta de esa transición de soles preteridos.
Silencio, asombro, inaudible murmurio creciendo
mandíbulas descoyuntadas, ojos desorbitados,
lentamente reconquistaban la serenidad de sus movimientos
ofertas diversas clamorearon por tus derroches
tempestuosas demandas atiborraron el tabernáculo de libaciones
tu cabeza en la picota otros demandaban,
en la confusión desatada
una mano te arrastró hacia los pasadizos
perdiéronse en las tinieblas de aquellos olvidados sotabancos
que el histerismo de los poblanos mitigaban.
Lejano ya el vocinglerío de la turbamulta
callada evidencia de la historia se precipita ante tus ojos
dispuestas las terracotas a lo largo del santuario del deseo
parecían susurrarte con sus gestos inmovilizados.
Un fuego sin calor, sin flamas, aparece de la nada
ilumina el huerto de los silentes gestos y ademanes
acaricias una figura fálica y apenas poseída
todas se revuelven continuando su acto paralizado.
Intenso olor a esperma derretida se clava en las paredes
el testimonio de los huesos confundidos con la arcilla
en su develamiento irreflexivo se evapora y termina.
Parejas en amoroso anudamiento en las vasijas se estampan
silbatos fálicos emiten sus pitidos como exhalaciones
134
Extravío del Natem
duplas y duplas
en una sobrecarga congestionada se han suspendido
voluntad perennizada que ha dormido siglos
para ser despertada por tu contemplación maravillada.
Los amantes de terracota desde el misterio de su rigidez
esclavizados en los ritos de creación y muerte de su finito remoto
con elaborados tocados y tatuajes fascinantes
engalanaron sus cuerpos embadurnados de miel quemada
para el ritual tantas veces celebrado
en honor del hiperbólico príapo.
Liberados hoy de sus ademanes apenas imaginados
el dios falo con su edicto de placer se posesiona de la hembra
conjura la esterilidad y conjura la carne perentoria.
Simulacros eróticos
embarullados entre calaveras y falos enormes
anagrama que descifra solamente la supresión del límite
y más allá del término, sexualidad caricaturesca de tramoya
con sus signos indumentarios y gestuales,
disfraz que oculta pero que definitivamente devela
la más inicua de todas las bestias de la profanación.
Ambigüedad… que seduce como un magma indiferenciado
múltiples y paradójicos,
que juegan a la incertidumbre, al peligro
seducción que radica en la mutación de la vergüenza
en el destronamiento de la prohibición y de la censura
diversificación libidinal traspasando el límite de su propio sexo
creando los placeres mutantes en un mestizaje perfecto
donde la arcilla fabula un erotismo diluido y ambiguo
y los sentidos edificados
desde tus mismas cenizas vuelven a ser.
Amalgama de gemidos, sudores, eyaculaciones y arcilla
obligaciones insolutas represadas en esta rémora de fábula
Khira Martínez Rivadeneira
135
rabiosas fantasías en estatuillas intemporales inmoladas
que te raptaron por toda esa eternidad pretérita de tus cazadores
Aplacados ya del desbarajuste que tu declaración produjo
Desmoronados los arrojos de evasión escandalosa
rítmicas espiraciones sosegaba el polvo de la historia
Enredados en un abrazo estremecido
con los escurridos fermentos de sus símiles naciones
cuerpo con cuerpo aguijaron sus pasiones, tan sólo, humanas.
Agchasapa cuyag
desafiando la garganta de fogonazos que lo ultimarían,
te musitaba:
manaimata manchag challi
yuyal illag; huayrashca
¿no pensaste en mí?
¿Divaga tu memoria extraviando los acuerdos en la indiferencia?
¿No agotamos los juramentos para defender nuestra alianza?
Aprendí a amarte en el camino a tu transustanciación
no me amedrentaron los castigos por procurarte mis devociones
te amé aun en contra de los presagios que me acobardaban
te amé aun cuando tus desvaríos de mi presencia te despoblaban.
Cuántas noches velé tu sueño espantando a los fantasmas
desconcertado, dolorido por tu ineludible destino que nos alejaba
Te apoyé aunque mi vida deshecha se resolviese entre sombras.
¿No comprendes que esta comedia tu nombre representa?
Jamás mi cuerpo se lo habría entregado a ninguna predestinada
Tuyos son mis afectos y pasiones, mis impotencias y fortalezas
¿No ha sido tuya la marea recidiva de mi cuerpo?
¿No has agonizado con el galope interminable del deseo?
136
Extravío del Natem
Me sedujiste con el único convite al cual ya luego accedí solo
Montañitas blancas para mitigar el abandono de los míos
Líneas y líneas absorbidas que la realidad me disfrazaba
Debía desencantarlos de sus fantasías
pretendiendo el reencuentro
Yo no era el hombre que todos reconocieron por mi sexo:
dentro de mí latía una mujer
y mi cuerpo iba proclamando ese albedrío,
debía demostrarles la transformación que había gestado
Un paredón de silencio interponían a mis súplicas
Esperaba el día en que la diosa Quilla pariera otra noche plateada
Ante todos espetaría la verdad que ellos encubrieron
El destino me impuso el deseo de otros
todo mi interior, mi mente, mis deseos, declaraban ser mujer.
Mi huarmilla, mi huaquinhuaquinqui ricurig
has cruzado el puente
al otro lado en la memoria de la ira pervive tu pasado
en los ojos, en las lenguas, en los dedos del ayer
en las tumbas por el olvido destruidas
y en aquellas que la muerte va edificando.
¡Ámame! ¡ámame y destrúyeme!
Ellos acabarán conmigo.
Invadido por una lujuria extenuante,
arponeado de angustia ante la partida de tu amante
te entretejiste en su carne libando toda, toda su pasión.
Estallaron sus ríos en tu cóncava salvaje
se infartaron sus cauces siseando en el valle
y hundió sus garfios para eyacular el dolor de su entrega.
El universo giraba cuando tendido sobre el cuerpo exánime
unas voces te gritaban jatun juchayug.
Khira Martínez Rivadeneira
137
Eres lo que haces, lo que sientes, lo que piensas
¿Cómo te hablan tu cuerpo, tu corazón, tu alma?
¿Tu realidad se apiada de tu espejismo cotidiano?
¿Qué experiencias legitiman tu ser percibido y vivido?
¿Será tu existencia un trabajo inacabado?
¿Será el género elegido el que a tu reasignación le dé sentido?
Esa reconstrucción despliega su dosis de provocación
explora y explota sus contrastes
y los extremos de tu personalidad
Goce, deseo, placer indiferentes
Exceso, saturación, transgresión,
mutación en un erotismo impreciso
nueva seducción indeterminada bajo otra piel: la misma
Sólo tú sabes que tu risa enmascara un asfixiante sufrimiento
tus delirios te arrebatan de tu mundo construido,
vives escindido, fragmentado, solitario entre destellos
imprecando en los rincones el despojo de tu espacio
escuchando clamores de momificados griteríos
soportando el diluvio de los siglos que quieren sepultarte.
Voces de los de ese lado, voces de los de este lado
arrollador murmurio que se esponja en tus oídos
magma vociferante que el cerebro te calcina
burbujas resonantes estallando sin control.
Si pudieras regresar al inicio de tu metamorfosis
habrías preservado tu integridad intersticial
sincretizados estarían lo evidente y lo incorpóreo
tu experiencia masculina sirviendo a la femenina
tu dualidad comprometida con el destino de tu gente
un estado intermedio sin ablaciones, sin suturas.
138
Extravío del Natem
Shugniqui
Fusionados, fraternos, latiendo bajo la misma férula
cohabitando el mismo cuerpo sin conflictos subyacentes
gozando diferentes sensaciones, percepciones sin censura
amor expansionista, magnánimo, libérrimo
sin libretos aprendidos, sin batutas concertando los gemidos
respirando el perfume de una ambigüedad definida
yaciendo con ella y yaciendo con él sin haberte dividido
sintiendo reventarse globulitos de felicidad en tu sangre
siendo tú con tus genuinos atributos
sintiéndote ella en la expansión de sus latencias
siendo él desde el alboroto que marcó su advenimiento
desbarajuste de conciencia de un amanecer que no elegiste.
Apariencias del alma o realidades del alma
Turbulentos deseos que a ser arrojados se niegan
Espejo, espejo; misericordioso enemigo
en la esencia de tu laberinto quiero fundirme
para ser de mis naufragios alter permisible.
Ábreme tu entraña y deja que el tiempo se revele.
Confiéreme la audacia de gozar mis perversiones.
Seré el reflejo viviente que no retornará
Seré mi dios, mi propia imagen sin crepúsculo
el grito, el llanto, la conmoción, la paranoia
seré libre, habré matado o me habrán matado.
Ese espejo de oropel refleja tu leyenda mutilada
tu escroto camaleónico no resguarda la simiente
tus pechos implantados sin el arroyo de la vida
no serán maná de un pueblo que no has elegido.
Khira Martínez Rivadeneira
139
Una hembra te mira y se ríe de tu estampa
se carcajea, te injuria, te amenaza
intentas extinguir las acusaciones que brotan sin cesar
aprisionas su cuello… aprietas, aprietas y te desplomas.
Esa… eres tú, un hombre sin testículos y pechos impotentes
una mujer que por el arte de su baja espalda se decanta
un intergénero sin género ni sexo
sin propósito de enmienda, sin posibilidad de retorno
ni tampoco de tu reconocimiento corporal antagónico.
Exiliado de ti en ti,
cubierto por una aplastante soledad,
separado por un océano de desafectos
sobreviviste en el mundo que tu gente para ti había gestado.
La montaña siempre te resguardó cuando te clausurabas
cobijado por las crestas enmarañadas de los árboles
retozabas en los pastos híspidos del páramo
en sus laderas y llanuras podías sentirte como eras
no temías, no debías, no sufrías, no gemías, no, no, no
La naturaleza te comprendía y te acogía como hermano
Tu familia te borró, te desconoció, te desamparó,
eliminó la degeneración exiliándote…
asesinándote con el silencio.
Si te hubiesen amado sin censura
si te hubiesen reconocido como el primero
habrían sabido que a su dios el reencuentro no le importaba
habrían aprendido a aceptarte y te habrían recuperado
tú, criatura desvalida, incomprendida, repudiada, solitaria
tú, el que gobernarías el destino de tu tribu
tú, tú
Un campo de batalla tu vida y tu cuerpo
Sacrificio del caballero, de la espada,
por la dama, por los tules
140
Extravío del Natem
Maquillaje permanente definiendo tu apariencia
Cóctel de hormonas rescatando tu mujer oculta
¿Y tu pasado? ¿Y lo que fuiste?
No se puede escapar nunca del pasado
“Me cortaron partes de mi cuerpo
y las echaron en el basurero.
Me desgarraron la mente.”
¿Cómo olvidar tu origen?
Cómo no reconocer que tu hombre no ha partido
no ha sido victimado, ¡ha sido transformado!
tus genes delatores inalterables permanecen
camino a tu ideal te has despersonalizado
No comprendes que desheredado de tus derechos aún subsistes
que aquello que implantado en tu ingle varonil no te extermina
eres una pintura desrealizada que jamás alcanzará la gloria
todos los días de toda tu vida te inocularás la fantasía
no puedes desviar el bumerang de tu certeza
y no puedes reintegrar el alma que agoniza eternamente
¿Quién e r e s realmente?
¿Quién te habita?
¿Quién detonó la convulsiva obsesión que te oprime?
¿Por qué una infiltrada del legado su hálito impone?
¿Acaso, perturbado por el viento el pensamiento te robaron?
¿Otra vez las voces te hablan en un lenguaje incomprensible?
Falta cárcel para una condena que rebase tu existencia.
Falta carne para que el furor de la lujuria te confine
Los apetitos no se calman con el zarpazo de los ojos
Es un deseo ilimitado el que corroe tus sentidos
¿Tendrás voluntad para negarte al asedio de la voz?
Khira Martínez Rivadeneira
141
¿impedirás a tus ansias renacer en la elasticidad
que ese insospechado crótalo
arremolina en el latido de tu ingle?
Zigzagueo de libélula orbita en tu poblado oculto
Pueblo de fantasmas en tus huellas palpitando
Como vivir la vida en un espacio suspendido.
¡Basta!
Deja que se corrompa el fermento de tu peor pesadilla
al otro lado no sólo ramalazos reaniman el pasado
la oración de la sangre tu espíritu exorcizaba
Te amaba, tiernamente te amaba
sus donceles caricias te fundían en su entrañable latido
te protegía con el apretado cerco de su vigoroso abrazo
de tus temores infantiles
que poblaban tus sueños con redoblado espanto
de esas noches tormentosas en la que el cielo se derrumbaba
te cantaba quedito al oído;
canciones de Enrique Males te cantaba
canciones de la tierra, de la supervivencia y el reconocimiento.
En la densa noche
la inconfundible voz del Shamán subía hasta las estrellas
su canto
te iba abriendo el espíritu para esa ascesis a lo divino intemporal
donde detenido, sólo sentías al dios vivir dentro de ti.
Palabra por palabra todas las invocaciones,
gemidos y plegarias
Revolvían tus inquietudes
profetizándote el regreso y la querencia.
Taita Inti, Inti Taita,
Sumag Taita, Jatun Mapu
Kaipiñucanchi tucusha
142
Extravío del Natem
Wuawuakuna, Mamakuna
Taitakuna, Mashikuna
Tucusha mikaipikanchi
Taita Inti
Kaipamanta Kausaimanta
Makanaikushpa Mukanakana puricunchi
Taita Inti,Inti Taita
Sumag Taita, Jatun Mapu
Kaipiñucanchi tucusha
Wuawuakuna, Mamakuna
Taitakuna, Mashikuna
Tucusha mikaipikanchi
Taita Inti
Kaipamanta Kausaimanta
Makanaikushpa Mukanakana puricunchi
Llanto a carcajadas en el ojo del sonido de los cencerros
Procesión de dolores hasta la morada de los espíritus
Murmullos del viento, de las voces compungidas.
Ñaupamantá, kainamantá
Kunakaupá Kausas Cachik
Ñaupamantá kainamantá
Kunakaupá Kausas Cachik
Kausa chikausa shumí
Kausa chikausa shumí
Kausa chikausa shumí
Ñaupamantá, Kaisaimantá
Ñaupamantá Kausaimantá
Khira Martínez Rivadeneira
143
Kunakaupá Kausas Cachik
Kunakaupá Kausas Cachik
Kausa chikausa shumí
Kausa chikausa shumí
Kausa chikausa shumí
Urpi gusha, huahua gusha
Urpi gusha, huahua gusha
Ambatai takarishkami
Ambatai takarishkami
idamás kangaparishka
idamás kangaparishka
Ambawakai chuhuahuawu
Ambawakai chuhuahuawu
Urpi gusha, ari gusha
Urpi gusha ari gusha
Ambatai takarishkami
Ambatai takarishkami
Idamás kangaparishka
Idamás kangaparishka
Amawakay chumawawa
Amawakay chuwawawu
Ah aaahaa ah aaaha wawitaaaa
Ah aaahaa ah aaaha wawitaaaa
Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha
Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha
144
Extravío del Natem
Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha
Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha
Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha
Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha
…/…
Pactara caraju pactara
Pactara caraju pactara…
…Cuyayay cuyayay
Cuyayay cuyayaaaaay
Cumandá………….…………
Clamores derritiendo tus venas
conmoción de entrañas electrizadas por atávicos retumbos
confundidos con el plañir del viento wiracchuros y kilikos
armonizan la procesión de tristeza y soledad del indio
ensimismado
sintiendo la poderosa voz explotar en la garganta
escarbando el pecho bajan hasta tu vientre gélidas pulsaciones
efervesce el trueno en una oratoria de súplicas y plegarias
y estallan las conchas y churos
con las espiraciones del aire y de la lluvia.
Habla el rondador denunciando su cansancio
sus gargantas de carrizos trastornan las denuncias que ahogadas
retumban en los oídos
de un espacio
que no se encarna en el vacío,
truenos y rayos escinden el horizonte
en un holocausto de fragor y fuego
Khira Martínez Rivadeneira
145
truenos y rayos te recuerdan en mitad de la borrasca tu designio.
Ella está a tu lado descifrando el malabarismo del mundo
Taita Males te acompaña con el alma de los Andes en los labios
Nada, nada, podía desgarrar el encanto,
bebías del cántaro de sus voces y embriagado te dormías
sus manos se perdían en tu cabellera rebelde apaciguándola
sus labios sellaban la serenidad en tu frente estremecida.
Sisa Huayra, Sisa Inti, Sisa Yacu, Sisa Allpa, Sisa Ugsha
la llamabas.
Tú, nacida entre los mismos torrentes y relámpagos
néctar del mismo alambique,
acto de fe de los humanos sufrimientos
Sisa mía
fuiste lo único que la obsesionada tragedia dejó impoluto.
Cuántas veces lloré en tu pecho con gran desesperanza
Cuántas más desboqué mi alegría reflejándome en tu risa
¡Oh Sisa, Sisa,
dame tu eternidad y destruye mi morada transitoria!
¿Fue así como debió ser?
Estigma palmario de ferocidad e insolencia
en tu vientre como el hambre se agita.
Hijo de infortunios, sismático pendulante.
Tinieblo, Caín, feudatario de la muerte.
Artrópodo salaz devorador de corazones.
Santuario devastado, tribuna de fatalidades.
Frágil criatura soportando iniquidades,
continuamente confrontado y sumergido
en una marea incesante de confusiones;
arenas turbulentas acopiando perversiones
levantando fortalezas en oasis sofocados
adorando la carne que instiga y se abanica
en el desenfreno de solícitas demandas
146
Extravío del Natem
como el girasol que se descabeza en las tinieblas
y sin el dorado extracto lánguido se desploma.
¡No! ¡no! ¡no! ¡no! ¡no!
¡ no elegiste nacer como has nacido!
Naciste intersexual,
con genitales ambiguos y cruce de género
tu sexo neurológico se implantó en el vientre de tu madre
tus estructuras cerebrales
en el albor de la gravidez se feminizaron
sientes y disfrutas tu atributo no nacido
te lo has preguntado sintiendo el perfume femenino invadirte
te has percibido mujer, te has soñado mujer
Ni esa profunda Disforia de Género y angustia mental
que te acompañaron en el descubrimiento y reafirmación de tu yo
ni los ataques, ni las diatribas, ni las injurias te amilanaron
Tus pensamientos, tus sensaciones corporales y sexuales
manifestaban el deseo de ser penetrada y manipulada
tú no construiste estas sensaciones;
simple y grandiosamente ¡las experimentaste!
Y nunca, nunca más ningún sanador de los orígenes conspicuos
intentaría reformar tu mente y readecuar tu pensamiento
Expresaste con reprimido temor tu aspiración diversa
te travestizaste tantas veces en el refugio de las tinieblas palpitantes
disfrutaste de tu imagen turbadora, de tus maneras gráciles
de la penetración de todos los deseos en tu piel erotizada
tan amado, amado brutalmente, insaciablemente amado.
Amor tanto amor, locura y demasiada locura
La brújula extravió el norte de tu desesperada demencia
repugnancia y hastío tu semblante habían inmovilizado
continuamente tus gestos se perennizaban en una frialdad acerada
tu mirada divagante, escurridiza, en la distancia se clavaba
Revueltas de polvo desperdigando las guerras de resistencia
Khira Martínez Rivadeneira
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oleaje de caballos ensangrentados arrastrando la vernácula rebeldía
Flor de Páramo derramando el polen de sus pétalos heridos
venían por ti, para perpetrar los ceremoniales de tu sacramento.
Tú, un embrión de todas las mutaciones soñadas.
Existencia más allá de las fronteras imaginables
Liberación de todas las virtualidades del deseo.
Un grito de impotencia castigado sin piedad
máscara trágica que revive amenazas del pasado.
Anegada de víboras que reptan y se atornillan a tu cuerpo
víctima de una inervación sensitiva que te había dopado el instinto
confusión y contagio difusos, entreverados bombardeándote
extrañeza en derredor, apretada humanidad girando
aplastada sollozas ante tus monumentales desgracias.
Peldaño a peldaño desciendes abstraída
en busca de esa conciencia que detenida en el arco
te dispara el veneno desde la clandestinidad
El incógnito verdugo de tu risa,
el ladrón que roba tus pensamientos
se esconde en esos laberintos agazapado como una pantera
acechándote desde la terracota para entretejerse en tus delirios
para sorberte hasta el último hálito de sensatez.
Tú, no permitirás que saqueen tu tesoro
no consentirás que hurguen en tus arcones
Esos coleópteros encarnan el alma de tus antepasados
has descubierto la conspiración que niega tu historia
te han despojado de tu identidad mutándote la apariencia
te interpretas a ti misma en un viaje hacia las sedas
hacia el remoto de tus cicatrices abiertas
hacia el desfogue de la sangre que asediada se precipita…
…la encontraste pendulando gélida y lívida
148
Extravío del Natem
ultimada por el cordel que ciñó su caricia hasta la magulladura
hasta la rúbrica indeleble del olvido
Alejada ya de todo sufrimiento que la sumió en el desencanto
la suplantaste para continuar el acoso de tu libertad
para rebrotar en el azulado espíritu del incienso
confesor de los deseos que al infinito se elevan.
Un acopio de ficciones el espejo te endosa
babilónicas miradas, sonrisas fotográficas
sofisticada postura de gestos excedidos,
seductora figura de licencias encendidas.
Te gustas engalanada, evaporando aromas
exudando fantasías en la oscilación de tus caderas
propiciando el quebranto de varoniles votos
sólo para alimentar tu clonada suficiencia.
El jardín de senderos que se bifurcan
en el estrado de ensoñaciones
desplegaron sus celestiales plumajes
hipérbole de arrogancia de los desenfrenados deseos
rito y consumación de verbena desbocada
como potro en espantada
drama y comedia viviendo en las noches de la diversidad
gay/drag
Candelario Mariscal acechando a Josefa
con su alma de caimán
serpientes hibernando sus lunas
para despertar hambrientas de amor
Tú, una chica TG transgénero
excitada por la sensualidad del acoso
cercabas tu cuerpo
con sensuales ropajes y exquisitos aromas
Khira Martínez Rivadeneira
149
para encantar a los noctívagos del antro
espíritus trasnochados
perdidos en el lóbrego hemistiquio del sol
Convertías todas las ambiciones en deliciosas urticarias
femenilmente tus atributos meneabas y exhibías;
el alboroto de tus frondas
que te eligiesen como mujer demandaba
ellos en ti veían
el hombre al que disfrazabas y al que deseaban
al hombre detrás de la máscara,
al hombre perdido entre satines y tules
al hombre turbulento, al hombre griterío, sólo al hombre.
Te develabas mujer a través de tu ansiedad dolorida
marioneta de tus pendencias movida por tus desencuentros
herido títere impulsado por los hilos del infortunio.
Confrontada tu disforia de género subyacente,
finalmente a una transición transexual te sometiste
el ritual de tu sumergimiento social y hormonal
tu universo femenino complementaba
el espejismo se objetualizaba en la maravillosa hembra
en la mujer legal, en el nombre, en el perfume…
por ti, para ti, para tus amantes.
Se descolgaron las provocaciones con imaginativos artificios
Tu nueva piel despertó con los abismos anegados
tus exigencias del placer no mitigaban tu ninfomanía naciente
orgasmo denal, encordamiento, dominio/sumisión
gusto refinado por las líneas níveas y los vapores tormentosos
vahos de la noche, resacas de lo transgredido
Tutapunzha
Una constelación de deseos tus ambiciones perpetuaba
Nina, amaru
150
Extravío del Natem
Tauca caricunahuan juchallig huarmi pucará
Conocida, reconocida, buscada, reclamada, exaltada
diva del antro, la T/S transexual más deseada e impredecible
la que se había deslizado por la pendiente inasible
la que flotando en la burbuja de su feudo construido
llegó a las alturas que ambicionó desde niña
Una dimensión alucinada de libación y estimulantes
te había campaneado el escándalo de la tentación
Jamás te detuviste en la indagación de tus desenfrenos
Veneno las sustancias que desbrujuladas te invadían
góndolas sin control en las hondas zozobras te abismaban
te hundías irremediablemente cayendo, penetrando
en ese hoyo negro que se escurría hacia la estratosfera.
Incapaz de detenerte,
de sentir piedad por tu cuerpo degradado
alucinada, la comedia de tu destrucción interpretabas
temeraria, suicida, paranoica,
no habías convenido trasmigración hacia la inmortalidad
tu inversión te señaló el camino que querías recorrer
y tú,
tú no entendiste
que seguías siendo esclava de tus limitaciones
Jamás imaginaste que esas desconexiones paulatinas
te conminaban a naufragar en el infierno
seducida por los resplandores de las noches azucenas
invadida por una languidez que te inmovilizaba los sentidos
intemporalizada en una burbuja que las emociones te reventaba
yacías inánime en la vorágine del barullo vivencial.
Delirio crónico se había apoderado milímetro a milímetro
de la confianza de tu mente
con paciencia mineral una psicosis depresiva te había invadido
un monstruo mutista tus palabras se había tragado
y alguien tus sentimientos los había escurrido
Despersonalizada, desrealizada, desorientada
Khira Martínez Rivadeneira
151
en el silencio sin silencio la huarmicana te acosaba
desde la siririna palti la flor despetalada estrujando.
No, no, la huarmicana no, jamás, si tú, si tú…
tú eres la huarmicana,
celebrarás tus esponsales cuando se tiña de sangre el crepúsculo
cuando el sol en su agonía, de su mitra de fuego se desprenda
y el firmamento cubierto de ceniza escupa el último claror.
Un cortejo de esperpentos por tu felicidad elevará plegarias
te guiarán hasta aquel lecho
donde los esponsales no se consumaron
donde tu cadáver de hombre mutilado gemirá por su impotencia.
Jeroglíficos intraducibles tu desvarío vomitaba
hiperbórea oleada de constricciones te había empapado
los destellos de tu gloria en algún escondrijo trasnochaban
de tu pubis se descolgaban tus masculinos glóbulos
entre tus ingles una abundante pelusa oscura crecía indetenible
conjunción entre principios contrarios y mutilados
la gran obra de tu nacimiento, se negaba a desparecer
allí, gallarda permanecía
para ser decapitada por las consunciones.
Los eucaliptos con sus plateadas vestimentas balsámicas
cubrían las laderas
que escurridas llegaban hasta el sendero de tu morada
y hacia el horizonte sacudían sus efluvios milenarios
la bruma frívola de los humedales
su denso tejido devaneaba
…un incógnito pintor
doblegaba su paciencia esbozando la temporalidad
de esa naturaleza
que se materializaba cuando la niebla se angustiaba.
Elevándose todos los cánticos y sahumerios
152
Extravío del Natem
imploraban por los hermanos imperfectos
hijos de la iniquidad de algún alquimista trashumante
o del glorioso apogeo del sol en su triunfo místico.
Soñaste colgando de tu cuello una guirnalda de calaveras
esplendores extraviados de tu oro fulminante
soñaste devorándote a ti mismo como el Catoblepas
soñaste que resbalaban por tus pavores esas perturbaciones
esas alienaciones, esas explosiones querellantes
que nunca, nunca se apartaron de tus horrores
Ps psssss psssss ps pssps psss
¡Oh no! desaparece inmundo espantajo triturado por el tiempo
hunde tus aspas en esas voluntades deleznables
exhala tu mefítico aliento en las azufradas cruces del infierno
Apenas un huambra me derrumbé en tus espejismos
estrujaste el celofán de mi inocencia
me robaste la esperanza, corrompiste mi alma diáfana
y me arrojaste al légamo para revolver mi vergüenza
¡No!¡no!¡aléjate!
Apestas a rancia podredumbre de los siglos y los siglos…
ni mancha, ni polvo, ni ceniza, ni olvido mereces
ya no te temo, te he matado, te he sepultado para siempre
no existes más triste expoliador de desventurados…
…¡Oh ! mi ángel caído, víctima de mis alucinaciones
Estrangulaste su amor en un intento de liberarte de la mácula
chacotea en tu memoria esa resaca emocional que te persigue
Insensato, cómo pudiste destrozar lo que más amabas.
El único ser que jamás te afrentó y te amó dentro de tus hitos
el que te sublimó creyendo que tú eras su elegido
Él, tributario de tus exigencias y pasiones peregrinas
Tú, feudatario de sus exigencias peregrinas y pasiones.
Khira Martínez Rivadeneira
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Dos soles, dos fuegos occiduos que el Sahara amamanta
ahora separados por un abismo de vergüenza y renuncias.
Como un clavo fundido derritiéndose en tu mente
sin presagios que alivien las dolencias de tus llagas
lidiabas con los fantasmas de tu pasado
y los monstruos de tu ahora
aquellos golpeándote el cerebro hasta reventarte de dolor
¿Recuerdas desde cuando esas percusiones te fulminaban?
Como un relámpago te incineraron esa noche de tu gloria
convulsionada por el estallido de luces y eclipses destellantes
girando tu cabeza, efervesciéndote los pensamientos
¡te derrumbaste!
¿Qué o quién te había empujado por esa pendiente nebulosa?
Incapaz de resistir te dejaste arrastrar por el vómito y el deliquio
Te esclavizaste para siempre con ese conjuro que tu calma destruía
¿Cuántas calamidades más
habrías de echar al fardo de tus desventuras?
¿Por qué a ti, si sólo querías vivir los temblores de tus efusiones?
Te denigraron hasta confinarte en ese limbo sin esquinas
te abandonaron aquellos que debían acogerte sin prejuicios
te negaron el calor, la risa, la ternura,
te sepultaron en la tumba de la impiedad castrándote los afectos
con el corazón estremecido por un vendaval de súplicas infecundas.
Si aquel día no hubieses exorcizado tu recóndito sentir…!
¿Habrías desafiado
las intimidaciones que el destino te tenía reservadas?
¿Sería el pukará el guardián de tus ajusticiamientos
o el trono desde el que apuntalarías las batallas?
Te faltó carne
o te extravertiste en el deseo que te apresuraba?
154
Extravío del Natem
No querías sólo sensaciones, emociones, ni motivaciones
La carne, el olor, la seducción, el mundo fascinante de la hembra
querías, querías la autenticidad, el reconocimiento
el olvido de esa cárcel que te impedía el retorno a tu principio
donde eras sin ser, donde te formaste sin haberlo consentido
donde el cerebro en una cirugía incomprensible
te procuró el atributo que nadie pudo percibir
o que se extravió en el misterio de aquella noche tormentosa.
Mutante protagonista de una cultura andrógina
Laberinto y contaminación
Forma desdibujada en la que los sexos entremezclan sus signos
Shugniqui
Misterio y claror, tormenta y calma.
Precipicio, caída, extrapolación de seducciones
¿Será el nigromante errático que sucumbió a sus perversiones
o el agujero negro de donde fugaron los delitos del universo
los dictadores que te atribuyeron el aura de tus extravagancias
y te legaron ese paraíso artificial en la ciudad desnuda?
Noche, basílica de despropósitos
Santuario de apóstatas y excluidos de resplandores
Criaturas que medran en las tinieblas de sus almas azarosas
Incomprendidos fugitivos con sus mundanas dislocaciones
La noche es ser,
Es crisol donde todos los deseos se reúnen y fecundan
donde nada perturba la eucaristía de los noctámbulos convidados.
Amanece en la ciudad carcomida por los desenfrenos
la noche travestizada se adormece en sus desvaríos
Khira Martínez Rivadeneira
155
las cucarachas liban los almíbares de la humanidad derramada
las ratas se disputan a pedazos el cadáver del día sacrificado
los vampiros ahítos de eternidad dormirán su embriaguez
Miras en el espejo ese extraño que te mira
que te mira y te persigue
que te persigue y te acorrala
que te acorrala con los ojos
que te hurga con los gestos
que te cautiva y te paraliza
que te paraliza y temes
que temes y abominas.
Celestina de cristal sólo existes si te miro
Cautivas y dominas sin habértelo propuesto.
¿Cuál es el misterio de tu abismo esplendente?
¿Por qué renunciar no puedo a tu frágil refulgencia?
¿Por qué la realidad del otro lado me fascina?
¿Por qué me derrocho en tu confesionario vano?
Anverso efímero de la sustancia que reflejas.
Eje y ámbito de fugaces representaciones.
Comedia eterna de gestos que se olvidan.
Cámara de celofán la perspectiva no restauras.
¿En qué destello de tu ficción se desvanece mi mirada?
¿Donde se estrangula el impacto que envanece?
¿Acaso eres la falacia de mis apariencias
y la imagen que me plagia solo existe en la mirada?
Glorificada seguridad al mundo expones
autosugestión en la clonación de tu ingenio.
Tabernáculo de la belleza que demandas,
efímeros seres de sustancia inasible revientas
en cuanto la estrella su aureola oscurece.
156
Extravío del Natem
Amanece, la ciudad recoge sus encajes percudidos
por las noches excesivas
tus noches, tus amantes, tus desenfrenos, tus esquizofrenias
donde los ponchos abrigan más allá de la cara oculta del Inti
zamarros estremecidos por el furor equinoccial giran y brincan
chozas de adobe se deslavan azotadas por el ímpetu del cielo
donde los olores escandalosos denuncian dolor y cansancio
los polylepis se descascaran por el álgido aliento de las cumbres
frailejones de verde terciopelo
retan las alturas con su recia raigambre
confundidos en el ágora del páramo
con olor reciente de las últimas bostas
superviven como legionarios de los Andes.
Resuenan las espiraciones de las ocarinas,
clamor de pingullos y caracolas;
percuten los tambores
arrancando de la membrana de los llamingos
los hondos y graves tan-tan en un trance religioso casi místico.
Exalta la ternura de la fecundidad, la fuerza espiritual de la tierra
la permanente lucha de reivindicación y retorno.
“Soñamos con nuestro pasado y nos acordamos de nuestro futuro
Nosotros los pueblos indígenas
no somos ni el folclore de la democracia
ni el complemento del paisaje
Pertenecemos a la Pachamama y vivimos gracias a Inti el Sol
Somos los huéspedes transitorios de un territorio
que debemos legar a las generaciones futuras”
Ofrendas sagradas honran al Inti y la Quilla, dioses del firmamento
danzantes de las cumbres,
danzantes del trueno y del vómito de los volcanes
Khira Martínez Rivadeneira
157
funden el atavismo y las nuevas expresiones en su forzosa transición
fuego del pasado te atraviesa con su azagaya de recuerdos
estremecido penetra en la más remota grieta de tu memoria
removiendo los sepulcros donde yacen las evidencias de la historia
Bailas con gozo ancestral festejando el triunfo de la cosecha
tu vestimenta fastuosa
se engalana con el tesoro de Los Llanganates
semioculto tras una careta de cabuya teñida de azafrán
tocada tu cabeza
con penachos de vistosas plumas, espejos y ficciones
descendiente de Cápac Citua de los Incas
tu pecho resguardado por un escudo ostenta el poder del shungo
Uh…¡ Eh…! Oh…! Ah…! Aya…! Ih…! Oh…! Eh…! Uh…!
INTI taita ya, Uh, eh INTI taita ya.
Honras a tu soberano supremo de los cuatro orillos de la tierra
Danzante, Tushug , Sacerdote de la Lluvia
Huma Inty Aya, Cabeza del Espíritu del Sol anónimo rostro
Saludas al ritmo de la inspiración religiosa
Saludas y te despides de tu monarca el Rey del Tahuantinsuyo
Te despides del palacio de Callo
del rey del Imperio de los hijos del Sol
Varias lunas llenas han de renacer
antes del triunfo del soberano Atahualpa.
Uh…! Eh…! Oh…! Ah…! Aya…! Ih…! Oh…! Eh…! Uh…!
Taita Atahuallpa ya, Uh Eh, Ah, Taita Atahuallpa ya..
Diabluma, doblecara, atrayente y colorido arrobamiento
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Extravío del Natem
Relicario de coplas y danzas
inmortalizan la gesta de la estirpe asfixiada
dominio castellano y dominio cristiano, exterminio de la identidad
rondines y flautas aúnan sus lamentos con cada golpe
con cada raspado, con cada movimiento de jalingas y sonajas
con cada vibración de silbatos, quenas, rondadores, y la ronca
palpitación resonante de trompetas bronceadas por el sol.
Pólvora multicolor, espasmódico aliento de vacas locas
castillos de luces, bolas de fuego, retretas de toros populares,
desfiles, corridas de luces, ramas de gallo y verbenas
Verdadero encadenamiento de tradiciones que renacen remozadas.
Corazas de Pascua Florida y Corazas de la Fiesta Grande
Trajeados de encajes y oropel, tutelan el ritual de los agrados
Culto punlla, paisapunlla, uma pascai y ucufichai.
Aruchico, tu momento culmina la expectativa del cultivo
tu horizonte de cosecha tirita con zamarros de cuero de chivo
cencerros atados a tu espalda para ahuyentar los malos espíritus
máscara metálica tu rostro,
rematado con cintas multicolores
pendiendo de tu sombrero de paño ondean a tus movimientos
sobre tus hombros
una manta roja se desangra hasta tus alpargatas de esparto
arrebatado por el júbilo del fruto vivo, brindas por la abundancia
bebes y cantas y danzas al son monótono de las bandas poblanas.
Te adaptas, te transformas, te solidarizas
en formas transitorias vives un mundo diferente
huacay huayra, fatigoso sonido de carrizo
marcha fúnebre del rondador que arrastra su voz dentro de las cañas
consternado demanda toda la riqueza usurpada
cultura sepultada por un ser extraño que no murió por redimirte
el hombre crucificado por amar, por perdonar, por no ser dios
Y tus dioses, tu culto, tu fe, tus héroes
Khira Martínez Rivadeneira
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Atahuallpa, Rumiñahui,Calicuchima, Nasacota Puento
arrastrados a Yahuarcocha por el gélido llanto del Imbabura
la espada y el plomo grabaron sus nombres de indomables guerreros
Se fundieron en la caldera del Inti bajo la mirada furtiva de Quilla.
Tierra y cielo sacuden su poderío en un holocausto de estruendos
su delirio se une a los rayos aúricos del Inti que celebra su dominio
memoria desterritorializada, transformada violentamente
mutada como tú en la clandestinidad de su propio desprecio.
Te conquistaron los hombres y las doctrinas del sol del otro lado
tu llanto se sembró en la tierra rebrotando en los granos de maíz
tus indias vírgenes
en el festín de los instintos ahogaron su impotencia
amantes, concubinas, amancebadas, los primeros mestizos parieron
Indios y mestizos, raza infravalorada, cultura popular subvalorada
El momento había llegado,
tú el profetizado de las tormentas y los caciques momificados
te erguirías en justa rebeldía para reclamar el trono de tus ancestros.
Estás cansado/a, las ojeras cercan desvaídas tu mirada nebulosa
Acopiado en tu sangre rimeros de químicos degradados te corroe
Cada vez eres un milímetro más anarquista
y energúmeno/a deplorable
se ha extinguido la fastuosidad de tus escenarios de lujuria
Apunchipag Aycha , apunchipag Nina, apunchipag Amaru
no son más
ese rostro tumefacto, envenenado,
caricatura de Jácome El Feísta,
no puede ser más horroroso que el espanto que te estrangula.
Asediada por las miradas, acorralada por los gestos sensuales
o simplemente por el embeleso de un orgasmo prometido
ninguna noche tu lecho dejó de albergar apasionados derrames
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Extravío del Natem
Shugniqui
Afuera está la tragedia, el llanto, la devastación
Aquí alteraciones de euforia amnésica y de memoriosa disforia
Aquí la esquizofrenia se desata en fluctuaciones delirantes:
Rumi vuelve, regresa
tucuy pucushca chagra muruta tandash huacaychina
rupashca
esparce el humo asfixiante de bagazo quemado
runas y huarmis rupacuna deshaciéndose en cenizas
Flor de Páramo prisionera de tu siririna palti yace calcinada
Horrísonos gritos repercuten en las tumbas
y a las momias zarandean
demonios escarban tu cerebro y el pensamiento te roban
gestos y ademanes se diluyen en la comedia de los bufones
actitudes impostadas, repetitivas, agresivas,
lenguaje incoherente, inexpresivo
Galimatías que perturba, que hunde la razón en la desmemoria
Tú eres la virtud de la voluntad, el triunfo sobre lo imposible
Rinimi, Llagta, rinimi
may carupi causangapa;
mana quiquin llagtashina
cuyanguichu runataca!
Huarmi, churita saquishpa,
ayllucunata cungashpa,
cay tuta, quillallugshigpi,
Ñanta japinimi, Llagta.
Anga millayta ricushpa
Khira Martínez Rivadeneira
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imashinami urpi huahua
urcuta tigrash, chingarin,
cacapi miticungapa;
Chasnami cuyayla rini,
supay aputa manchashpa;
chasnami, mana jaycapi
ricuringapa, chingasha.
¡Sisa, ah Sisa, Sisa de mi alma!
Se ha instalado una batalla entre tu mente y tu cuerpo
Tú una obra de arte en movimiento
Un cuadro surrealista que no puede ser disfrutado por las miradas
Que no puede ser deleitado ni en su forma masculina ni femenina
Colgajos de carne mutilada circundan el legado de la sangre
¿dónde se perdieron las vanidades de tu arquitectura?
¿serías apenas un trazo de la mano que te destruyó antes del ocaso
sin esperanza, sin retorno, extirpado de ti?
¡Ah Sisa!
Extiende tu mano y llévame donde moras allá en la umbría
allá donde el tiempo detenido ha transformado el sufrimiento
donde no hay rencor, ni amor, sólo soledad, soledad…
¿Será un llamado este dolor que agita tus entrañas?
Fogonazo, tajo, melancolía; en la mitad de la noche
Ardentía que resquebraja tus ingles donde explota la cañada
Tus manos aterrorizadas, humedecidas por cálidos borbolleos
se hunden en el cráter donde antes pendían tus testículos.
¡Tus testículoooos!!!!!
A tu lado… con la garganta cercenada
sobre el lecho ensangrentado…
Sisa Ugsha ha sido raptada por el cuchillo que tu mano empuña.
162
Extravío del Natem
ÍNDICE
EXTRAVÍO DEL NATEM
LA OTRA PIEL
HC 660085
5
83
MUTACIONES SOÑADAS
99
129
EXTRAVÍO DEL NATEM
de Khira Martínez Rivadenira
se terminó de imprimir en el mes de septiembre de 2014
en la Editorial Pedro Jorge Vera
de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Presidente: Raúl Pérez Torres
Director de Publicaciones: Patricio Herrera Crespo
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