Articulo Lo Psicolegal Relevante final ALPJF

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LO PSICOLEGAL RELEVANTE EN LAS CORTES
DEL AUTOR
RONALD LIN CHING C.
Publicado en Burgos y Colbs. (2115), Psicologia Forense Costarricense. San José. Edit.
Investigaciones Jurídicas.
El articulo que aquí se contempla del Msc. Ching
Fue propuesto para la premio Ulises Odio
Que otorga anualmente la Corte Suprema De Justicia De Costa Rica
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LO PSICOLEGAL RELEVANTE EN LAS CORTES
Msc. Ronald Lin Ching C.1
-Psicólogo Forense-
RESUMEN
Lo Psico-legal relevante es un material que permitirá contrarrestar el escepticismo de las
Autoridades Judiciales, ofreciendo contenidos claves para el trabajo del Peritaje Psicológico
Forense. Destacando la pertinencia y relevancia del rol Psicológico Forense, intentando traducir
los aspectos vitales de la Psicología al Derecho y viceversa, para convencer con información
útil al Proceso Penal.
ABSTRAC
The relevant Psycho-legal is a material that will allow counteract the skepticism of the judicial
authorities, providing key content for Forensic Psychological Assessment work. Emphasizing
the relevance and importance of forensic psychological role, trying to translate the vital aspects
of psychology to law and vice versa, with useful information to convince the Criminal Process
.
Introducción.
Si bien la Psicología y el Derecho, estudian en común el comportamiento humano desde sus
objetos de estudio, ambas no se llevan también como quisiéramos, aunque son más los puntos
de encuentro que las diferencias, muchas veces las limitaciones del aporte de la psicología
especialmente la forense, no tiene la resonancia que deseáramos debido a problemas de
intercomunicación o falta de un lenguaje común, que les permita un más fluido accionar en la
difícil tarea de Administrar Justicia.
Voy exponer en esta ocasión sobre tres aspectos claves:
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Licenciado en Psicología de la Universidad de Costa Rica. Master en Psicología Forense y Master en Psicología
Clínica de la UNIBE. Autor: Psicología Forense, de la Editorial UNED y otros Artículos en temas Psicológicos
Forenses. Ha contribuido en Jurisprudencia en el tema de Daño Psicológico. Ha sido Docente de Múltiples
Universidades en temas PsicoForenses. Labora para el Poder Judicial desde hace alrededor de 20 años. Consultor
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1. La Evaluación Psicológica Forense.
2. Diferencias de la Actividad Psicológica Forense con otras Actividades.
3. Lo Psicolegal Relevante: Información Útil al Proceso Penal.
-3.1 Lo Cognitivo (Capacidad de Culpabilidad y Otros)
-3.2 La Personalidad (Patrones de Comportamiento, Voluntariedad, Actitudes, etc.)
-3.3 Lo Resocializante (Reinserción Social y Modelos Evaluación de Riesgo).
El primer y el segundo aspecto, para intentar ofrecer un paradigma adecuado que supere
algunas distorsiones y el escepticismo con que a menudo se observa del trabajo pericial, y que
al fin y al cabo son dos aspectos que deben tenerse muy claros para que el trabajo pericial sea
relevante. La tercera incluye tres contenidos fundamentales en el análisis de la pericia y su
contribución al proceso penal, esencia de lo psicolegal relevante.
Introductoriamente puedo decir que hay una psicología propia del Derecho Penal, que está
definida por la doctrina y la lógica jurídica, particularmente por la ¨teoría del delito¨ como se
denomina técnicamente en el Derecho Penal pueden ampliar en el texto “Omisión Impropia”
(Dall´Anese, F. & Colbs.; 2001)2. Principalmente en el esquema de análisis del Dolo y la Culpa
en sus elementos cognitivo y volitivo, del clásico duo “querer” y “saber”, pero también otros
contenidos propios de la Psicología que intentaré diferenciar.
Algunas preguntas orientadoras que nos pueden esclarecer las competencias son las siguientes: El
“qué” necesita el proceso penal, es de entera competencia jurídica. El “cómo” y “el alcance” de
esta tarea es de estricta competencia psicológica. Aunque en premisa fundamental hay una
autonomía técnica de cualquiera de las disciplinas mencionadas, se requiere cierta interlocución
para potenciar la eficiencia del Sistema Penal.
La psicología forense, ofrece muchos aspectos claves en ayuda a las Cortes, que no son un
antojo de los psicólogos de nuestro medio, sino las prácticas documentadas en la literatura
especializada, y la actividad pericial internacionalmente aceptada, y sobre todo porque así
hemos sido convocados en las diversas normativas del Derecho Penal latinoamericano.
Intentaremos “traducir” aspectos claves, para utilizar una metáfora en relación a dos idiomas
diferentes el psicológico y el jurídico, y teniendo en cuenta que cómo en todo idioma hay
palabras intraducibles o que al menos pierden cierta precisión. Quizá con la advertencia de
que se requiere un conocimiento psicológico y un conocimiento jurídico básicos, con el
objetivo no de cambiar opinión sino de formar opinión y desde luego abrir tema de discusión
crítica en este tema del cual he encontrado poco. Debo advertir que muchos de los contenidos
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Dall´Anese, F.; Fernández, R. & Gatgens, E. (2001). Omisión Impropia. San José: Editorial Jurídica Continental.
Este material ofrece un pequeño resumen sobre la Teoría del Delito, muy recomendado para los psicólogos
forenses, que quieran ampliar el tema.
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que comentaré son temas impropios para un no abogado pero necesarios de comentar para el
trabajo de la labor pericial y lo psicolegal relevante.
1. La Evaluación Psicológica Forense
La Evaluación Psicológica es una actividad compleja que requiere una comprensión de los
diversos instrumentos psicológicos, comportamientos, afectaciones y teorías de la personalidad
y de cómo influyen estas en lo que se discute de manera relevante en las Cortes. En la
actualidad la exigencia del conocimiento especializados de la materia forense para el manejo
técnico, ético y legal de la información es una necesidad del derecho penal y la psicología
moderna.
La evaluación psicológica forense a diferencia de una evaluación psicológica clínica, es para
nutrir de información al “foro” de discusión legal, de ahí el calificativo de forense; su fidelidad
no es con la persona evaluada sino con los datos o hallazgos encontrados. Procura un modelo
de búsqueda de información que evita privilegiar información sesgada, sino plantea muchas
hipótesis y diagnósticos diferenciales a fin de escoger el mejor ajuste de los hallazgos, utiliza
maneras estandarizadas de recopilar información, de forma que evita: cierres prematuros,
privilegios hacia hipótesis únicas superando prejuicios confirmatorios del evaluador. Los
forenses confirman o desconfirman sus hipótesis, a fin de poder elevar a conclusiones los
hallazgos suficientes, que puedan fundamentarse, o diferencialmente distinguir como hipótesis
los que poseen poco peso en sus hallazgos.
Los instrumentos psicológicos deben tener estándares para contextos forenses y poder
establecer comparaciones adecuadas entre la temática de la persona evaluada y los diversos
grupos de temáticas que se estudian en las diversas necesidades psicolegales. Así que la
información clínica en sentido de desajustes importantes para el funcionamiento global, no
necesariamente puede ser tan importantes para las demandas judiciales. Por ejemplo si
detectaamos un problema de depresión, no necesariamente tenga la misma relevancia en una
evaluación de delitos de estafa que podría ser irrelevante, que en un intento suicida, que podría
ser lo clave.
Experiencias traumáticas en casos de víctimas de abuso sexual, pueden adquirir sentido si
podemos asociar en tiempo y espacio a una conducta ilícita del ofensor; al contrario si existen
estas experiencias antes del acto ilícito, podrían más bien descalificar la sintomatología que
aportáramos para el delito discusión. Porque las afectaciones relevantes para un determinado
caso desde la perspectiva forense son las relevantes a partir de lo pre-existente, lo actual y lo
futuro a partir del delito. Por esta razón para efectos clínicos el funcionamiento global o el
desajuste psicológico general a través del tiempo, en un determinado nivel de esquizofrenia
puede adquirir gran relevancia en su salud mental, pero para lo forense, pero podría ser
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irrelevante esta gravedad para establecer una inimputabilidad por ejemplo, si se demuestra una
enfermedad controlada bajo tratamiento y que existió clara consciencia de ilicitud en el
momento de los hechos. Similarmente un alcohólico no deja de ser alcohólico por dejar de
tomar cinco días, aunque ande sobrio, pero para lo psicolegal en dado caso interesa si sus
facultades estaban o no disminuidas en el momento de los hechos y no si era alcohólico o no,
porque lo relevante es la facultades de su salud mental en el debido análisis de la capacidad de
culpabilidad. Otras diferencias o variantes se explicarán más adelante en el apartado de análisis
de la capacidad de culpabilidad.
Así entonces la información ofrecida en lo forense, debe ser en función de lo Psicolegal
Relevante, es decir información que contemple: 1. relevancia, 2. pertinencia y 3. legalidad.
Muchas dimensiones psicológicas están siempre presentes en todos los casos, en general unas
dimensiones contribuyen más o se explican mejor por unas que por otras, sin embargo no
existen respuestas causales simples, razón por lo que se habla de factores y no de causas, lo
cual implica por lo general un análisis más complejo con múltiples fuentes de información,
sobretodo en ambientes forenses o contextos legales donde la verdad no es necesariamente el
insumo más fácil de obtener. Sin embargo gran parte de las limitaciones, de la pericia
psicológica es la voluntariedad del evaluado, o las fuentes colaterales para dar la información
útil al proceso, por los derechos que los asisten o por las consecuencias que imaginan.
Por esta razón, si bien hoy entendemos que por razones de honestidad científica, en muchos
casos no podemos hablar de veracidad del discurso o de un relato, hoy hablamos de
credibilidad o consistencia que no es sinónimo, sino garantía de los medios de prueba y la
consistencia necesaria para elevar a conclusión según los hallazgos encontrados a través de los
diversos métodos de exploración psicológica. Lo cual nos da necesariamente una idea del
tiempo extendido de la evaluación según la complejidad del caso, y la instrumentación
utilizada.
Importancia del Análisis de Consistencia o Credibilidad
en Contextos Forenses
En contextos clínicos existen poca relevancia estos análisis, pero en contextos
forenses, siempre se prefieren los instrumentos que valoren estilos de respuesta para
analizar el peso de la información.
En los evaluadores forenses siempre existen muchos instrumentos y herramientas
para el análisis de la credibilidad, en casos críticos donde sea necesario profundizar
más ampliamente, aunque siempre se contemplan estos aspectos en el análisis de la
información.
Análisis de Consistencia, Simulación/Disimulación, Falsas Memorias o bien
Trastornos Facticios son temas muy frecuentes en los diagnósticos diferenciales que
realizan los psicólogos forenses aunque no necesariamente se reflejen así en sus
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informes.
La veracidad NO es tema que puedan dilucidar los forenses.
Así la consistencia no es sinónimo de veracidad, ni la inconsistencia sinónimo de
mentira, no se establecen estas relaciones de manera mecánica o automática, en todo
caso a veces podría ser contrario, pero en todo caso es a través de modelos más
complejos, que se utilizan para quitar o dar peso a la información y no para
establecer la verdad.
Por esta razón para convencer, en las Cortes, que es la misión del peritaje, debe realizarse una
Evaluación Psicológica, pertinente, relevante y competente para el contexto legal. Para esto voy
ofrecer algunos conceptos básicos que mejoren la visión del derecho sobre el trabajo
psicológico y que contribuya a disminuir el escepticismo jurídico sobre el peritaje psicológico.
Mucho se debe a una visión simplista de la Evaluación Psicológica, a menudo asociada a un
reduccionismo del trabajo como aplicación de Tests Psicológicos, a menudo vistos como
preguntas antojadizas que llevan a conclusiones definitivas y peor aun subjetivas, todo esto con
un claro desconocimiento del trabajo psicológico forense, del cual he sido testigo de muchos
comentarios, que se observan en los Tribunales y en la literatura Jurídica que expresa estas
inquietudes. Sin embargo la idea no es adoptar una posición defensiva sino formativa a fin de
abrir tema de discusión, porque de estos criterios distorsionados, los primeros responsables
somos los psicólogos, que no hemos invertido lo suficiente para educar en estos temas, y otros
controversias al interno de la psicología, que opacan los verdaderos alcances de la psicología y
sobretodo la psicología forense o judicial.
A continuación ofrecemos algunos puntos fundamentales que deben incluirse en una adecuada
Valoración Psicológica, advirtiendo que los recursos determinan un alcance, debido a los
instrumentos disponibles, fuentes colaterales, voluntariedad, tiempos institucionales para las
evaluaciones y desde luego la complejidad del caso y preguntas psicolegales requeridas.
La Evaluación Psicológica Forense, implica conocimientos de psicología del desarrollo normal,
psicopatología y de cómo algunos trastornos neurológicos influyen en el comportamiento.
Conocimientos amplios sobre multiplicidad de instrumentos especializados a temas
psicolegales relevantes, incluyendo los principios de la psicometría. Entendiendo que estos
instrumentos producen tipos de información particulares según los diversos contextos y
circunstancias, por lo que su información se interpreta en función de parámetros más
específicos y poblaciones similares, para estimar en cuánto se desvían estas con respecto al
promedio y que comportamientos o rasgos se asocian con estos resultados según la
investigaciones científicas. Se utilizan los instrumentos según la fortalezas que presentan para
los diversos casos o circunstancias de la evaluación o de los temas a evaluar. Existen pruebas
de tamizaje para obtener apreciaciones más rápidas y se profundiza según sea las necesidades.
No existen per sé o por sí mismos diagnósticos o criterios conclusivos sin la debida integración
de los hallazgos y a través de múltiples fuentes y métodos psicológicos.
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Esto implica, conocimientos y habilidades muy especializadas que trascienden la visión
simplista de aplicación de tests psicológicos.
El Concepto de Evaluación Psicológica
G. Meyer y Otros (2001) 3Adaptación por R. Ching
•
Implica una amplia comprensión sofisticada de la personalidad, de la psicopatología
de cómo ciertos trastornos neurológicos pueden influir en la cognición y en el
comportamiento.
•
Conocimiento Psicométrico y de Investigación. Información sobre el uso adecuado
de los Tests, Listas de Chequeo, Cuestionarios, Entrevistas, etc. Fundamentalmente
la confiabilidad y validez de los instrumentos psicológicos, sus alcances y
limitaciones.
•
Entendimiento de que cada método produce tipos de información cualitativamente
diferente.
•
Conocimiento de las fortalezas y las limitaciones de cada método.
•
Entendimiento de que si la investigación empírica demuestra mayores o algunas
explicaciones sobre ciertos comportamientos, no quiere decir que no hayan otras.
Esto Implica Conocimientos y Habilidades Muy Especializadas
Que Trascienden la Visión Simplista sobre La Psicología.
2. Diferencias de la Actividad Psicológica Forense y Otras
Actividades.
2.1 Diferencia de Rol entre el Perito Oficial y el Perito de Parte
Los Peritos Oficiales son los que deben ejercer un rol más neutral, y en general ejercen una
labor profesional dedicada principalmente a la actividad psico-forense, porque en general en
nuestro país son psicólogos de la Institución Judicial, sin embargo en otras latitudes son
servicios privados que han sido certificados con estándares forenses y que contrata el Estado,
para resolver las inquietudes de los Tribunales. Los Peritos No Oficiales o peritos de parte son
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Meyer, G.J., Finn, S.E., Eyde, L.D., Kay, G.G., Moreland, K.L., Dies, R.R., Eisman, E.J., Kubiszyn, T.W. y
Reed, G.M. (2001). Psychological testing and psychological assessment. A review of evidence and issues.
American Psychologist, 56, 128 -165.
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contratados o consultados por lo general por una de las partes (Fiscalía o Defensa), su misión
ética responde más intereses privados y no como los peritos oficiales que responden a intereses
públicos, son denominados en el Código Procesal Penal (CPP) como Consultores Técnicos, por
lo tanto en general no asumen un rol neutral, sino en función de la parte que los contrata, su
función principal según el CPP es nutrir el contradictorio, cuando se hayan encontrado
diversidad de opiniones, argumentaciones insuficientes, contradictorias o dudosas; a fin de
ampliar el panorama de la información psicológica útil al proceso penal. La importancia de los
aportes no se encuentra en el papel que juega para el proceso, es decir no es más importante el
oficial que el de parte, sino su importancia estriba en los argumentos fundamentados y
pertinentes a lo psicolegal relevante para el proceso penal.
Otros profesionales en psicología involucrados en el proceso penal , podrían contribuir como
Testigos Técnicos, caso de los psicólogos en el rol clínico, que han visto a sus pacientes
(víctimas o imputados) en procesos de recuperación terapéutica, los cuales podrían referir
afectaciones en la fase de impacto y recuperaciones en la fase de tratamiento; informaciones
también útiles al proceso. A diferencia de los dos anteriores –el oficial y el de parte- en función
de una tarea judicial, para lo cual éticamente han advertidos sus evaluados y clientes: el testigo
técnico, sino ha sido liberado del secreto profesional por sus clientes, en razón del origen de su
intervención clínica, podrían abstenerse de declarar, como lo permite el Art. 206 del CPP.
Artículo 213.- Peritaje
“Podrá ordenarse un peritaje cuando, para descubrir o valorar un elemento de prueba,
sea necesario poseer conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o técnica.”
Artículo 214.- Título habilitante
“Los peritos deberán poseer título habilitante en la materia relativa al punto sobre el
cual dictaminarán, siempre que la ciencia, el arte o la técnica estén reglamentadas. En
caso contrario, deberá designarse a una persona de idoneidad manifiesta.
No regirán las reglas de la prueba pericial para quien declare sobre hechos o
circunstancias que conoció espontáneamente, aunque para informar utilice las
aptitudes especiales que posee en una ciencia, arte o técnica. En este caso, regirán las
reglas de la prueba testimonial.”
Artículo 126.- Consultores técnicos
“Si, por las particularidades del caso, el Ministerio Público o alguno de los
intervinientes consideran necesaria la asistencia de un consultor en una ciencia, arte o
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técnica, lo propondrán al Ministerio Público o al tribunal, el cual decidirá sobre su
designación, según las reglas aplicables a los peritos, sin que por ello asuman tal
carácter. Se agrega que otras figuras como los testimonios especiales, caso de
psicólogos que han conocido de los hechos delictivos, a través del proceso terapéutico
con sus pacientes (por ejemplo casos con eventos traumáticos violentos o agresiones
sexuales), los cuales podrían sin limitación (una vez superado o liberado del secreto
profesional, comentar en los Tribunales circunstancias o detalles de la actividad
delictiva sufrida por su paciente”.
2.2 Diferencia de Rol entre el Psicólogo Clínico y el Psicólogo Forense.
Entre la intervención psicológica desde una perspectiva clínica y la perspectiva forense hay una
gran diferencia, en una se entrena para el tratamiento y generalmente con experiencias en
hospitales de psiquiátricos y ambientes clínicos de consultorios; en otra con entrenamiento en
contextos legales y otras fuerzas de la ley, con experiencias en instituciones, penitenciarias,
policiales y judiciales.
El hecho de que el individuo peritado esté frente a una situación determinada, por ejemplo una
entrevista, se presente con signos manifiestos de ansiedad, no significa de por sí que esté
ocultando o queriendo ocultar información, o que se manifieste ansioso porque sea responsable
del hecho imputado. Hoy en día las pruebas de credibilidad, no consisten como en antaño, que
se le ponía a comer arroz seco al imputado y como se presumía que la ansiedad no permite la
salivación, este no podía tragarlo. Hoy ni siquiera contemplamos el análisis de la credibilidad
como sinónimo de veracidad, aun cuando existan, polígrafos o detectores de mentiras, porque
con honestidad científica debemos contemplar los márgenes de error.
Así similarmente, la evolución de la psicología y las exigencias en su objeto de estudio, van
evolucionando y por ende desarrollando especialización. Así como era ingenuo pensar que hay
indicios de culpabilidad o no según reacciones de atragantamiento o no, con el método de arroz
seco, es tan ingenuo hoy pensar que los imputados dicen toda la verdad en el proceso penal.
Volviendo a las diferencias, entre lo clínico y lo forense, los contextos de atención son muy
diferentes. En lo Clínico la fidelidad es con el cliente, en lo Forense la fidelidad es con el
proceso penal. Las diferencias entre una especialidad y otra se vuelven cada vez más
palpables, lo que antes podría ser poco significativo, hoy lo vemos como aspectos esenciales,
en función de la pertinencia y relevancia de la información. Existen grandes significancias en
temas que pueden ser claves para el proceso judicial. Si bien en la práctica de la psicología en
los Tribunales, la formación clínica ofreció históricamente aportes más afines que la psicología
laboral, o la psicología educativa, fueron al inicio más enfocados y pertinentes en el trabajo
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terapéutico, por su inicial aporte en las cárceles. Hoy en día la psicología forense es una
especialidad aplicada a los contextos jurídicos con estándares bastante reconocidos y discutidos
por instituciones muy reconocidas a nivel mundial, sobretodo por el mismo hecho de ser temas
forenses, la discusión a través de medios adversariales y la constante lucha por saber quien
tiene la razón, ha provocado rápidos avances.
No es lo mismo un especialista forense que requiere el escrutinio constante del desempeño de
su trabajo, en un contradictorio que cuestiona su trabajo, que el especialista clínico, que le
interesa la visión de mundo de su paciente. En lo forense interesa la credibilidad de la
información, es más confrontativo, en lo clínico es usualmente una intervención más voluntaria
y además en función de los intereses del cliente.
Así que existen muchas diferencias, sustanciales. En lo clínico es un cliente, en lo forense es un
caso, no sólo las fidelidades son diferentes, sino también las metodologías. Así por ejemplo los
instrumentos en lo forense se entrena a los profesionales con más dedicación a realizar una
revisión sistemática de los estilos de respuesta, consistencia, y consultas frecuentes sobre la
validez o invalidez de la información. Las apreciaciones clínicas están soportadas con base a
poblaciones que de buena fe buscan asistencia para mejorar sus padecimientos en la salud
mental, las apreciaciones forenses, tienen comparaciones con grupos de personas en contextos
legales, ambientes adversariales con referentes a tipos de violencias particulares, o de grupos
criminales o antisociales, que poseen patrones particulares de respuestas, y desde luego contra
grupos de control. Así los psicólogos forenses se entrenan en las Cortes, las Cárceles, y los
Psicólogos Clínicos se entrenan en Centros de Salud Mental, como son los Hospitales, lo cual
genera información y conocimientos diferentes para estas especialidades.
En el cuadro de Melton & Colaboradores pueden observar algunas diferencias sustantivas,
sobre el rol clínico y el rol forense. Muchos profesionales no especialistas en lo forense, han
incorporado bien este rol producto de sus experiencias en el trabajo cotidiano de los Tribunales,
y a través de la supervisión profesional. Sin embargo a través del tiempo, las exigencias en las
Cortes, hacen que los forenses sean más atinados y enfocados en temas legales, y a veces no
sólo esto sino que unos sean más enfocados más en temas específicos (penal, violencia
doméstica, familia, abuso sexual, policial, penitenciario, etc.)
Diferencias del Rol Clínico vrs Forense .Adaptado de: Melton & Colbs (1997)4
Dimensión
Contexto Clínico
Contexto Forense
Cliente
Eje
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Es el Paciente
El Psicodiagnóstico ajusta el
Tratamiento a la Personalidad
Es la Autoridad Judicial
El Dictamen es determinado por
Autoridad Judicial, para lo
Psicolegal
( a veces puede ser para lo
rehabilitante o tratamiento )
Melton, G. B., Petrila, J. Poytherss, N.G. y Slobogin. (1997). Psychological Evaluations For Courts. A
Hanbook For Mental Health Professionals And Lawyers (segunda edición). New York: The Guilford Press.
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Perspectiva del
Evaluado
Voluntariedad
Amenazas a la Validez
Es lo más importante,
su visión de mundo
Usualmente Voluntaria
Se busca agenda común de
acuerdo a sus necesidades
Relación con Cliente
Relación más empática.
Información útil al tratamiento
Ritmo y Contexto
de la Evaluación
El ritmo es más lento y los
resultados pueden ser
reconsiderados en el curso del
tratamiento
Interesa la Credibilidad de la
información.
Pedida por Autoridad Judicial
Existe amenaza en su
consentimiento o su
intencionalidad, debido a la
naturaleza coercitiva.
Relación más adversarial y
confrontativa.
Información útil
al Proceso Judicial
El acceso al evaluado es limitado y
los resultados son categóricos,
debido a limitaciones de tiempo
Cómo puede observarse en el cuadro resumen algunas diferencias pueden ser bastante
significativas, pero también la pertinencia y la relevancia de la información psicológica, en
función de las necesidades psicolegales.
2.3 Diferencia entre el Psicólogo y Otras disciplinas Afines.
No en pocas ocasiones los operadores de justicia y desde luego los usuarios no le es claro el
objeto de estudio de las diversas disciplinas, si bien se debe a que en algunos aspectos se
solapan sus funciones, en esencia son diferentes disciplinas, por lo contrario sería una
duplicidad de funciones, por lo general aportan información complementaria, pero en buena
teoría si participan juntas, no deberían ofrecer misma información, si su objeto de estudio es
diferente.
En algunos peritajes lo relevante para las autoridades puede ser lo cognitivo, bien sea para
definir capacidad de culpabilidad o definir posibilidades resocializantes educativas, en un caso
de trastorno mental podría ser que el psicólogo y el psiquiatra sean los pertinentes, pero en un
caso de epilepsia el neurólogo sea mejor que el psiquiatra y psiquiatra mejor que el psicólogo.
Pero en un caso de retardo mental o de alguna limitación en la eficiencia cognitiva, sea más
relevante el psicólogo, que cualquiera de los otros dos profesionales citados anteriormente, o
bien en personalidades antisociales donde los desajustes no son clásicamente de síndromes
clínicos, sino de trastornos en los patrones de personalidad, es decir son los psicólogos los que
poseen mayores precisiones en sus métodos de evaluación, sobretodo porque son desajustes
que son “patológicos” -en función problemas sociales que producen-, pero no disculpados
debido a que poseen conciencia de ilicitud.
Muchas veces pensamos que jueces expertos tienen esa claridad pero en la realidad esto no es
tan claro, por ejemplo se tienen ideas erróneas, que los psicólogos poseen menos
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instrumentación para evaluar y ofrecer información útil al proceso para definir imputabilidad,
cuando en la práctica internacional y en la instrumentación y metodología ha habido muchísima
más formación e información técnico científica en el entrenamiento de los psicólogos que de
otras disciplinas, que valoran estos aspectos. Como mencionaremos no es que unos sean
superiores otros, No. El asunto está en las competencias profesionales relevantes para medir los
déficits o deterioros y lo que en dado caso sea psicolegal relevante.
La Psicología observa aspectos y su recolección de hallazgos es de manera muy diferente a
otras disciplinas, como la Psiquiatría, y el Trabajo Social, los cuales no sólo podrían sino que
deberían tener dimensiones distintas de las misma problemática, sobre todo porque si bien
todas hacen apreciaciones sobre el comportamiento humano desviado, su objeto de estudio es
muy diferente. En algún momento los argumentos explicativos o los hallazgos, pueden explicar
mejor una problemática desde una disciplina que en otra y en dado caso hasta podrían ser
contradictorias, pero no por esto significa que alguna disciplina descalifique a la otra o que una
esté equivocada y otra no. Esto más bien deba ser la riqueza de la variedad explicativa de cada
perspectiva profesional de lo contrario sería pérdida de recursos por duplicidad o pérdida de
riqueza en el contradictorio, aspectos que se han querido reforzar en este nuevo Código
Procesal Penal para efectos de tener un mejor y más amplio panorama.
Si las diversas disciplinas concuerdan en evaluaciones separadas sobre la misma o parecida
explicación etiológica de un problema delictivo por citar un ejemplo, las autoridades judiciales
tendrían más certeza, por ejemplo para efectos de las alternativas resocializantes o algún
proceso de Ejecución de la Pena, pero sino concuerdan los argumentos, tendrán que debatir y
sopesar los diversos hallazgos para determinar; valga la redundancia, el peso de la dimensión
influyente en relación a lo pertinente para lo psicolegal relevante.
La pertinencia y la relevancia, está en la solidez de la argumentación que presente cada
disciplina y en cada caso particular, según lo estimado. En algún caso particular la condición de
inimputabilidad, de un caso determinado por ejemplo un episodio epiléptico, tendría mayor
argumentación el neurólogo o el psiquiatra que el psicólogo. En este ejemplo el peso de los
hallazgos podría estar en evidencias como el electroencefalograma (EEG) o una tomografía
axial computarizada (TAC), pero en la mayoría de los asuntos provienen de personalidades
antisociales o disociales como sería un caso de un joven que no ha tenido escolarización y
historia de deambulación por las calles, lo que interesa es conocer si sus facultades de
desempeño cognitivo y su coeficiente intelectual (CI), a falta de parámetros obvios por falta de
escolaridad, deba conocerse su nivel de conciencia de ilicitud. En esta condición de medición
de variables cognitivas, con mayor precisión no existe TAC, ni Resonancia Magnética Nuclear
(RMN), que supere el verdadero desempeño cognitivo, sino es a través de una Batería
Psicológica especializada como el WAIS o WOODCOCK-MUÑOZ, algunas compuestas hasta
de más de 30 métodos de evaluación, con estudios de Confiabilidad y Validez, que son
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estándares científicos, que poseen métodos de verificación, y en esto el experto que lo mide es
el psicólogo.
En otro ejemplo podríamos decir que el ajuste social en un caso, de reinserción en casos de
Ejecución de la Pena, podría ser que una vez superado, el análisis del potencial individual, lo
que pueda ser determinante es el grupo social y las redes de apoyo, condiciones que podría
constatar mejor un Trabajador Social en su investigación de campo, que el Psiquiatra o el
Psicólogo, quienes además de evitar duplicidad de información colateral dejan esta
información de su comunidad y otras referencias de su contexto, a disciplinas que están más
entrenadas para ello.
Estas posibles confusiones las poseen las autoridades judiciales, y hasta los mismos técnicos,
debido a que poseen ideas de modelos explicativos muy simplistas, donde no existen modelos
que indiquen sus competencias y que expliquen cómo esos déficits o deterioros (psicológicos,
sociales o neuroquímicos) influyen en su comportamiento desviado, o la precisión de estos
deterioros o bien como este desajuste provoca o contribuye en el comportamiento delictivo. Por
ejemplo se realiza una simple descripción de posibles factores de riesgo que con pocos
conocimientos básicos podrían interpretarse, es decir argumentos difusos o pobres en su objeto
de estudio que sin una clara competencia de la disciplina que está evaluando los déficits, son
aspectos que confunden a las autoridades. Razón por la que algunas veces no entienden la
diferencia entre una disciplina y otra.
Esta falta de especificidad, diluye la precisión explicativa de lo psicolegal relevante y no
permite vincular el hallazgo encontrado y su contribución a la problemática evaluada. En las
diversas disciplinas, opiniones cualquiera puede ofrecer; precisión clínica, no. Esto es un
asunto de “instrumentación confiable” para efectos de ubicar posibles escalas aceptadas
científicamente para medir estos ajustes o desajustes. En otras palabras como popularmente se
dice en Dios confiamos y los demás presentan datos. No es sólo un asunto de formación, sino
de “medios de prueba”. Porque un psicólogo diga que alguien tiene un Retardo Mental, -sin
un instrumento que lo mida-, no por eso su información tiene mayor peso que una maestra o
educadora del alumno, que tal vez quien lleva años conociendo su desempeño y comparándolo
con respecto de otros alumnos. Diferente es el psicólogo que utilizó métodos de evaluación,
que le permiten comparar sistemáticamente a través métodos confiables, que controlan sus
errores o sesgos y estableciendo comparaciones con grupos de su edad y de su escolaridad. En
este caso la medición sistemática de precisión aporta más información y más objetiva.
Similarmente porque un psiquiatra diga que una persona padece de esquizofrenia y esta
patología tenga que ver más con un desajuste neurofisiológico, no por eso posee mayor peso el
diagnóstico que del psicólogo. Sino por los posibles hallazgos que ambos hayan presentado.
Tiene más peso el que mayor exploración, mayor hallazgos y mejor instrumentación, muestre,
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deben preguntarse las autoridades sobre la confiabilidad y validez de sus métodos, como
reiteradamente hemos mencionado.
Cuando un informe refiere “desintegración familiar” es distinto para una disciplina y para otra
y esto confunde a las autoridades judiciales, en tanto no dice cómo afecta lo legal relevante. Por
ejemplo la desintegración familiar en Trabajo Social podría hacer más referencia a la no
convivencia de las figuras paterno o materno en el mismo espacio familiar, pero en lo
psicológico la cercanía física, no necesariamente es sinónimo de vínculo significativo y menos
de vínculo adecuado, porque muchas veces después de un divorcio, padres comprometidos
poseen mejor y más sano vínculo con sus hijos después de la separación; o la versión contraria:
padres que ya no son pareja pero que conviven en cuartos separados bajo el mismo techo. Son
ejemplos de que un objeto de estudio es diferente que el otro y así que pueden diferir o
complementarse, sin necesariamente ser contradictorio.
Desdichadamente, por falta de lenguaje adecuado de los técnicos, muchas veces se interpreta
indiscriminadamente como sinónimo “sociopatía” o “psicopatía”, aunque sea un poco obvio
algunas diferencias para la cotidianidad de los expertos, muchas veces confunden a los jueces
expertos. La falta de peritajes específicos claros nos les permite la diferenciación. El Sociópata,
que aparte de ser un concepto más en desuso desde los 60´s, en la literatura especializada, hace
más referencia al problema del entorno social del individuo. La psicopatía, hace más referencia
a un problema de dimensión psicológica, como se puede extraer de su raíz etimológica de la
palabra.
Otras de las pérdidas de precisión y análisis sin competencias, hacen que los técnicos se
manejen en la superficialidad de los hallazgos, porque cualquiera puede decir cualquier cosa,
pero sin fundamentar este hallazgo. Describimos en informes un evaluado referido por
agresiones en el contexto de Violencia Doméstica, y se explica sus patrones de socialización de
masculinidad tradicional machista, donde para un modelo sociológico esta podría tener una
importante contribución a la explicación de sus agresiones domésticas, pero por ejemplo si
ampliamos modelos más psicológicos, podría ser que muchos casos este modelo explicativo de
socialización machista no sea suficiente, porque de hecho todos los hombres somos
socializados en una cultura patriarcal, pero cómo explicamos que unos son ofensores violentos
y la mayoría no lo son?. Es ahí donde aunque muchas veces se traslapan los contenidos del
“sujeto de estudio”, es importante que el análisis de las dimensiones sean distintas.
Debe llamarse la atención a las autoridades judiciales como, se han quedado con impresiones
muy simplistas, sobre el contenidos de las disciplinas y lejos de cada vez más tengamos
conocimientos de la pertinencia y competencia de cada disciplina, se ha tratado de simplificar
su conocimiento y asumir ciertas decisiones con una ligereza en el análisis para evitarse
complicaciones, mismas situaciones que se han observado en el ámbito administrativo, del
Poder Judicial, donde no se tiene claridad entre las competencias de un psicólogo forense y un
15
psicólogo clínico. Se han escuchado criterios de que es más útil un clínico que un forense en
ámbitos forenses. Eso era lógico en ausencia de especialistas, por que al menos un especialista
en algo era mejor que en nada, pero no para la actualidad donde existe diversas especialidades,
y menos aun cuando el argumento es que en nuestro medio esto no aplica por ser países
subdesarrollados. Señores para eso la academia establece formaciones diferentes y funciones
diferentes, y aunque suene burdo, hay apreciaciones aun hoy en día, que realmente preocupan,
cuando escuchamos posiciones de que es mejor un clínico que un forense en un ámbito forense,
es como decir que es mejor un Cardiólogo en el Hospital de la Mujer, que un Ginecólogo. Así
como existen diferencias sustantivas entre las mismas carreras, más las hay entre las
disciplinas.
2.4 Particularidades y Determinantes Jurídicos de la Pericia Psicológica, con respecto de
otras Actividades Periciales.
Todas las pericias poseen su particularidad, pero muy en claro las diferencias de una pericia
psicológica, con respecto a la mayoría de las pericias: sean físicas como trayectorias de balas,
dactiloscópicas, médicas como análisis de sangre, toxicológicas, biológicas como elementos
pilosos, de ingeniería en accidentes de tránsito, las documentales como análisis de firmas, las
químicas, drogas, etc. Son todas estas, actividades que por lo general son sobre Objetos de
Prueba, a diferencias de las actividades periciales psicológicas o aquellas que requieren
participación activa de la persona, es decir que se realizan sobre Sujetos de Prueba, en las que
se requiere una clara advertencia de su Derecho de Abstención y explícitamente se documenta
que media la voluntariedad. Es decir actividades que para el imputado están exentas de
obligatoriedad, contrario a obtener un cabello o una muestra de sangre, que requiere de
informar a la persona pero son de carácter obligatorio; a menos que sean procedimientos que
requieran participación activa del imputado o la víctima, como por ejemplo obtener prueba de
semen, o realizar análisis vaginal. En las pericias psicológicas a menudo son consentimientos
explícitamente documentados, en los que casi se les advierte de las consecuencias de su
participación y de la posible elección voluntaria para realizarlas.
Este tema nos remite como señala Dall´anese (2001) a la legalidad y al soporte ideológico del
proceso penal liberal en un Estado Constitucional de Derechos, en el cual las pericias
psicológicas y en algunos casos las médicas adquieren una especial condicionante en el sentido
de que el perito debe proteger las garantías constitucionales y jurídicas previstas en las Leyes,
con miras a evitar el poder estatal y la arbitrariedad.
16
No en vano de las primeras protecciones y garantías consagradas en la Constitución, que
particularmente debe contemplar el perito; es la advertencia del Derecho de Abstención, este es
irrenunciable e implica informarle al imputado sobre las consecuencias jurídicas de su
participación. Distinto el Consentimiento Informado, supone enterar a la persona acerca de las
consecuencias de la intervención médica o biológica forense (por ejemplo sacarle sangre a
través de una aguja, informarle de la situación de extracción de cabello, etc.). El primero aplica
cuando hay participación activa “hacer” y el segundo cuando la participación es pasiva
“estar”, como puede apreciarse en el cuadro siguiente.
Advertencia del Derecho de Abstención
Forma de intervención
Verbo relacionado
Carácter de la
participación
Advertencia sobre el
derecho de abstención
Objeto de
prueba
Pasiva
Estar
(tomar un cabello)
Obligatoria
No
Sujeto de
prueba
Activa
Hacer
(hablar de sí mismo)
Voluntaria
Sí
Tomado de Dall´anese, F. ( 2001)5
Art. 36 Constitución Política (C.R.)
“En materia penal nadie esta obligado a declarar contra sí mismo, ni contra su
cónyuge, ascendientes, descendientes o parientes colaterales hasta el tercer grado
inclusive de consanguinidad o afinidad.”
Es de importancia anotar que además del derecho de abstención, deben contemplar algunos
principios deontológicos o éticos del rol pericial, no sólo por la difícil tarea por cumplir con el
debido equilibrio que debe presentar el profesional en psicología, promoviendo la verdad
pertinente y relevante para el proceso, – lo psicolegal-, sino también por la obligada protección
de garantías explícitas para el evaluado y que hemos descrito como meta también encargada al
peritaje.
Rescatando el espíritu de la protección Constitucional, fundamentalmente queremos destacar
que en la vivencia real, en materia de imputados sobretodo de adolescentes detectados por el
Dall´Anese, Francisco. Resumen de la Conferencia “Pericia Médica y el Derecho de Abstención. (Complejo de
Ciencias Forenses. Heredia Costa Rica. Realizada el 11 de Julio del 2002). Juez del Tribunal de Casación,
consultor internacional y reconocido Jurista, Ex Fiscal General de la República.
5
17
sistema, se presenta un importante porcentaje de jóvenes que cómo dicen en la jerga de los
Centros Penitenciarios no conoce el “ácido de la cárcel”, y que además en la práctica pericial
demuestran grandes carencias y profundas necesidades de atención y omnipotencia, por lo que
en término de pocos minutos olvidan los presupuestos de las advertencias, como señalan
autores como Thomas Grisso (19986) muchos jóvenes debido a sus dificultades no comprenden
este tipo de derechos. Por esta razón en significativas ocasiones el cumplir con lo legal se
vuelve fácil pero proteger el fin del derecho de abstención adquiere limitaciones a pesar de las
advertencias.
Estas diferencias claves de objeto y sujeto de prueba, del peritaje psicológico forense con
respecto a otras pericias, son de esencial y elemental conocimiento sobre las limitaciones que
representa la actividad psicológica. Donde la verdad no es a toda costa, porque los medios de
prueba tienen sus limitaciones. Es decir en puridad conceptual no son elementos de prueba en
el sentido estricto, porque no son “objetos de prueba” sino elementos que se obtienen de
“sujetos de prueba” de dónde muchas veces ofrecen datos útiles al proceso penal pero no de
una manera directa. Si bien en muchos casos puedan ser esenciales para el proceso, la
actividad psicológica forense, es más de verdad formal que de verdad material.
Por esta razón la contribución del Peritaje Psicológico debe entenderse desde una perspectiva
eminentemente factual (concreta en algunos casos y abstracta en otros7) pero en función de
colaborar en la configuración del panorama general que posee la autoridad judicial, ofreciendo
una serie de hallazgos que pueden ser vitales en algunos casos y poco relevantes en otros. De
nuevo advirtiendo que la actividad psicológica entre otras diferencias que se establecerán a
través de este apartado, su trabajo no es de verdad material (no sobre la versión de los hechos
que de por sí son limitados y excluidos en el informe pericial) sino principalmente de verdad
formal (congruencia y consistencia de los hallazgos en la integración de múltiples métodos y
múltiples fuentes colaterales).
La incorporación de los criterios del perito, hallazgos encontrados con sus herramientas medios de prueba- tales como: las entrevistas psicológicas, las fuentes colaterales, y los tests,
revisión de expedientes (que son algunos de los instrumentos psicológicos que permiten
6
7
Grisso , Thomas. (1998). Forensic Evaluation o Juveniles. Florida. Professional Resource Press.
Es concreta en el caso de una valoración retrospectiva sobre condiciones de obnubilación de conciencia sobre el
propio día de la comisión de los hechos, y referido a la conciencia de ilicitud en ese día y caso específico. Distinto
es, por. Ej. a causa de extremo consumo de drogas, o por estado de emoción violenta, informar sobre el
coeficiente de inteligencia en abstracto, en los casos donde se determina la capacidad general del conocimiento
del carácter ilícito de la persona, (no referida al momento del hecho, sino en general), o bien indicar las
posibilidades de reinserción académica por los recursos cognitivos que presenta, es abstracto. Diferente decir su
capacidad para incluir en determinado nivel de la secundaria en un específico Centro Educativo, que sería más en
lo concreto.
18
construir hipótesis con estándares de confiabilidad y validez8), son elementos fundamentales
que ofrecen información psicolegal al proceso, y que previa valoración del juez pueden aportar
uno o varios elementos probatorios, datos útiles y relevantes para la formación del
conocimiento en el proceso legal. Debe indicarse que estos medios de prueba pueden ser
legales (ej. valoración psicológica, previa indicación de su derecho de abstención, de
explicación de la finalidad de la evaluación, utilización de instrumentos adecuados a la edad,
comprensión del evaluado, etc.) o ilegales (ej. valoración psicológica antes de haber sido
admitida la procedencia de la acusación, coacción, engaño, utilización de instrumentos no
confiables, etc.). Por lo que los peritos afinan sus herramientas a fin de no contravenir
disposiciones legales, que además como observamos en este apartado no son pocas las
limitaciones, para la difícil tarea encargada al perito.
Actividad Probatoria
Tomado de F. Dall´anese (2001)9
Etapas
1
2
Objeto de la Actividad
Resultado
Legal
Puede ser valorado
Ilegal
Se excluye
Datos
útiles
Contribuye a formar
el conocimiento.
Datos
inútiles
No contribuye a
Formar el conocimiento
Incorporación de la prueba Medio de prueba
Valoración de la prueba
Elementos probatorios
Retomando lo anterior diríamos, referente a la psicología forense, el ámbito debe ser técnico
con aplicación a la utilidad jurídica y –muy particularmente- no como en la mayoría de las
otras pericias que intervienen desde la perspectiva pasiva (objeto de prueba), sino con una
Confiabilidad y Validez son dos conceptos técnicos que poseen su sustento en la estadística y la psicometría un
tema muy necesario para entender el alcance de la investigación empírica, además razón de un espacio mayor en
otro documento, sobre todo por las inquietudes válidas que han surgido en el medio jurídico y que vendrían
beneficiar a la ciencia psicológica, sobre todo en un contexto de las ciencias sociales en que se adolece de estos
dos conceptos. Se Recomienda la siguiente bibliografía Anastasi, Anne. (1998). Los Tests Psicológicos. España.
Editorial Universitario.
9
Dall´Anese, Francisco. Resumen de la Conferencia “Pericia Médica y el Derecho de Abstención. (Complejo de
Ciencias Forenses. Heredia Costa Rica. Realizada el 11 de Julio del 2002).
8
19
particular intervención activa (sujeto de prueba)10, que conlleva al análisis de los alcances y
limitaciones de la misma, en el tanto media voluntariedad.
Además de lo anterior con una difícil condición para la pertinencia y legalidad de las pericias
psicológicas en tanto debe contemplarse ese difícil equilibrio de poder conciliar dos metas
procesales contrarias: 1. La búsqueda de la verdad y 2. El respeto a sus garantías, punto de
equilibrio del cual se evade en la literatura especializada, dado que existe poco o nada escrito en
este sentido debido a las dificultades de conciliar estas dos metas. Un punto clave, que pone aun
más de manifiesto la dificultad en el debido equilibrio el cual se torna más confuso aún, si se
incorporan las figuras de los consultores técnicos externos11 o peritos de parte, que enriquecen con
conocimiento al proceso (ver Art. 126 CPP)-, pero que desdibujan el equilibrio (si no existe su
homólogo en la contraparte) como ya me he referido en otros foros.
Dos Metas Procesales Difíciles de Equilibrar
pero Necesarias para el Proceso Penal
F. Muñoz Conde12 (2000)
1.- La misión de buscar la verdad con respecto al delito y sus circunstancias, con
miras a la protección de bienes jurídicos y no sólo a la protección de posibles
inocentes.
2.- La misión de respetar en esa difícil tarea determinados principios y garantías del
imputado, que se han convertido en el moderno Estado de Derecho, en las garantías
fundamentales del acusado. Es decir supone efectivamente un límite a la búsqueda de
la verdad ya que obviamente ya no podría ser una verdad a toda costa.
10
Se advierte de las particularidades de la Pericia Psicológica por ser la persona misma Sujeto de Prueba y no
como en otras pericias en las se valora objetos de prueba: elementos pilosos, trayectoria de una bala, sangre,
químicos, documentos, etc. Por los principios de dignidad de la persona humana se permite la posibilidad de
abstención del imputado, la cual se le anuncia como se señala Art. 205. CCP.
11 Los Consultores Técnicos, son peritos privados que pueden contratar las partes, -al igual que en la querella
pública-; forman parte del contradictorio, que se presenta como posibilidad de cuestionamiento a las pericias
oficiales, pero desde luego, referida a las dificultades de desequilibrio económico que en la realidad se presenta.
No sólo por las diferencias entre uno y otro proceso sino por las diferencias que se podrían dar dentro de un mismo
proceso, donde sólo la Defensa puede contratarlo o sólo la Fiscalía.
12 Muñoz Conde, Francisco. (2000). Búsqueda de la Verdad en el Proceso Penal. Buenos Aires, Argentina. Edit.
Hammurabi S.R.L.
20
En este punto creo haber abarcado las diferencias fundamentales, que desde lo jurídico moldean y
enfocan la labor psicológica, para convertirla en experiencia pericial más oportuna y pertinente,
que con los 3 contenidos del siguiente apartado, ofrezco una plataforma básica fundamental que
oriente el trabajo pericial de manera relevante.
3. Lo Psicolegal Relevante: Información Util del Peritaje
Psicológico al Proceso Penal.
El Perito en Psicología del área Penal debe plasmar en el Informe Psicológico Forense, datos
útiles al proceso con los siguientes contenidos, los que para efectos de lo didáctico
estipularemos en apartados separados por razones de lógica, comprensión y claridad, pero que
en la práctica no necesariamente se redactan en esa configuración, en el entendido de que
muchas veces adquieren mayor sentido cuando se integran a otras informaciones del caso en
particular. En anterior apartado hemos contemplado estos aspectos con menos profundidad pero
ampliaremos en este sentido para que los que ejerzan un rol psicológico forense, conozcan lo
que necesitan las autoridades jurídicas, y viceversa, las autoridades jurídicas conozcan lo que
la psicología puede aportar al proceso penal.
21
LO PSICOLEGAL RELEVANTE EN MATERIA PENAL
La Psicologia Aplicada al Foro Legal
- LO PISCOLOGICO FORENSE EN MATERIA PENALEVALUACION PSICOLOGICA
APLICADA AL FORO LEGAL:
LO COGNITIVO
LA PERSONALIDAD
LO RESOCIALIZANTE
CONTRIBUCION
AL ANALISIS JURIDICO PARA:
-CAPACIDAD DE CULPABILIDAD.
(Lo Cognitivo, Conocimiento de la Ilicitud).
-Recursos Cognitivos para la Reinserción Social.
Lo
Cognitivo
se
retoman
adelante
RESOCIALIZANTE.
en
LO
-MODO DE FIJACION DE LA PENA.
(Indicios sobre la Voluntariedad)
-Congruencia o incongruencia de la personalidad con
determinada conducta delictiva.
-Compatibilidad o incompatiblidad con el análisis de riesgo
de violencia. Viabilidad o no de sanciones no privativas de
libertad.
-Congruencia o incongruencia con patrones de desajuste
psicológico y lo relativo a su capacidad de culpabilidad.
Exigibilidad.
-VALORACION DE SANCIONES ALTERNATIVAS
NO PRIVATIVAS DE LIBERTAD ó CASO CONTRARIO
LA PRIVACION DE LIBERTAD.
-Capacidad personal y viabilidad para acogerse a medidas
desjudicializantes o resocializantes.
Viabilidad de Reinserción Social vrs Evaluación de Riesgos
de Violencia y la necesidad de contención, ambas en función
de su personalidad y el contexto psicosocial.
-Información útil para Procesos de Ejecución de la Pena.
22
3.1
LO COGNITIVO
Referencias donde ha sido convocado el peritaje psicológico.
Código Procesal Penal
ARTICULO 87.- Examen mental obligatorio
“El imputado será sometido a un examen psiquiátrico o psicológico cuando:
a) Se le atribuya la comisión de delitos de carácter sexual contra menores de
edad o agresiones domésticas.
b) Se trate de una persona mayor de setenta años de edad.
c) Prima facie, se pueda estimar que, en caso de condena, se le impondrá pena
superior a quince años de prisión.
d) El tribunal considere que es indispensable para establecer la capacidad de
culpabilidad en el hecho.” (el subrayado es nuestro).
Lo Cognitivo en el Análisis de la Capacidad de Culpabilidad13: En ella se incluyen las
aptitudes o capacidades superiores con que el sujeto cuenta para incorporar la información que
el medio emite; por ejemplo, todos los procesos sensoperceptivos (en el sentido de la
construcción del conocimiento) y la capacidad intelectual del sujeto o capacidades de análisis
de la realidad circundante, todos estos elementos hacen más referencia al “saber” (lo cognitivo)
que al “querer” (lo volitivo), del clásico dúo en análisis de la culpabilidad en el derecho penal.
Si bien como he advertido esto contenido de abogados, los psicólogos contribuimos de manera
clave en aspectos indirectos muy psicológicos asociados a estos temas.
Lo Cognitivo: interesa la capacidad de comprender el carácter ilícito de lo que se hace, y Lo
Volitivo, interesa la capacidad de determinarse de acuerdo con esa comprensión. Esta
evaluación de las aptitudes o capacidades “cognitivas”, en abstracto o en concreto, determinan
uno de los mayores aportes de la psicología al derecho: la conciencia de ejecución del acto.
Este rubro estipula la conciencia del carácter ilícito del individuo y por ende conciencia de las
consecuencias de su conducta, lo que jurídicamente se conoce como capacidad de
culpabilidad. En general la actividad psicológica ayuda a la autoridad judicial ha formar
conocimiento o establecer información para determinar imputabilidad o inimputabilidad. En
contextos de adultos a diferencia de la legislación penal juvenil en C.R. en la que por vacíos de
13
El análisis de lo cognitivo, no sólo incluye el análisis de capacidad de culpabilidad, muchos otros temas, he
excluido por razones didácticas y de espacio, como la capacidad para ir a juicio, o la idoneidad para testificar, que
puede ser tanto para imputados como para víctimas.
23
la Ley14 no hay términos medios -sólo se determina imputabilidad o inimputabilidad, esta
tercera alternativa: la semi-imputabilidad, no fue prevista en nuestra legislación, por lo que no
habría consecuencia penal. Incluyendo este tercer concepto, habría entonces dos condiciones
después de la imputabilidad: las que atenúan la capacidad de culpabilidad (la semi
imputabilidad) y las que absuelven de responsabilidad (la inimputabilidad), estas últimas se
deben a la determinación de hallazgos psicológicos en sus capacidades cognitivas superiores o
de sus niveles de inteligencia, que permiten concluir “deficiencias o deterioros” cognitivos
significativos para lo legal: 1). debido a importante nivel de retardo mental o 2). debido a
trastornos del pensamiento (a causa de enfermedad mental grave), ambas con necesaria
alteración de conciencia en el momento de los hechos.
Particularmente en Penal Juvenil, hacemos énfasis en que la imputabilidad disminuida –
adquiere mayor cuidado- en los umbrales de determinación categórica que vierte el psicólogo
en sus conclusiones, desde luego bajo los principios básicos de la evaluación psicológica
moderna, es decir después de un análisis 1. nomotético15 o paramétrico (comparación de su
nivel de inteligencia con grupos normativos, de su edad o de su escolaridad) y 2. de lo
ideográfico16 o idiosincrático análisis particular y concreto en el sentido de su desempeño
actual, sus particularidades personales y el tipo de delito y la exigencias cognitivas, que han
requerido sus acciones, siendo diferentes los análisis que en el aspecto nomotético porque no
sólo es en función del déficit sino el déficit en función de qué exigibilidad o para qué acción
requerida. Un caso con un ¨CI limítrofe bajo¨ donde se involucró su participación en el cambio
bancario de un cheque robado (debiendo anticipar que el mismo era robado) podría no ser tan
clara su imputabilidad, por las dificultades para anticipar cierta conciencia de ilicitud, pero
14
Por vacíos de la Ley, algunas condiciones de afectación de su imputabilidad, debe ser absuelto. Invitamos a
revisar jurisprudencia en Resolución 2002-0579. Tribunal de Casación Penal. Costa Rica.
15
Nomotético: referido a normas y generalidades, que en psicología por ejemplo el resultado de un test
psicométrico, es una comparación o una referencia métrica, con respecto a otros, un determinado caso de
comportamiento criminal por ej., cómo se compara con respecto a grupos de homicidas en las cárceles, o de
personas que tienen dificultades en sus inhibidores de la impulsividad producto de un trastorno psicológico, o bien
de personas normales y pacíficas, y así tener un parámetro comparativo y establecer generalizaciones.
16
Ideográfico: en contra posición a lo nomotético que busca leyes generales, lo ideográfico está referido al campo
de la investigación científica en ciencias no naturales (psicología, derecho, sociología, etc.) que busca
comprensión de particularidades individuales que no responden a generalizaciones. Por ejemplo como
circunstancias específicas, no responden similar a mismas situaciones, ejemplo una persona en un entorno social
marginal y antisocial, con una familia con antecedentes criminales, pueda ser una persona totalmente distinta,
siendo más bien una persona sensible, comprometida y luchadora. O bien una persona sin escolarización obtiene
C.I. muy bajo, por razones de retraso cultural, y falta de roce en temas específicos, pero que su desempeño
cotidiano y social tiene un adecuado ajuste, porque su problema no es de potencial sino de falta de roce con ciertas
experiencias de la exigencia social, habiendo inconsistencia entre su puntaje y el reflejo de desempeño y su ajuste
social general. También lo ideográfico puede incluir un análisis comparativo de propia situación particular, podría
ser que un joven tenga para su edad una baja escolarización, en relación a otros, pero que en relación a su pasado
ahora ha hecho importantes y significativos esfuerzos para mejorar, por lo que nomotéticamente o
paramétricamente su CI es peor que sus iguales, pero longitudinalmente en su historia particular lo idiosincrático
ha mejorado muchísimo.
24
distinto sería un caso del mismo CI, en un robo con violencia, donde le robó un teléfono celular
produciendo múltiples lesiones.
En estos casos de posible semi-imputabilidad o imputabilidad disminuida, debe tenerse
particular cuidado, primero porque los análisis y las decisiones no son tan mecánicas como
pareciera interpretar algunas personas, debido a que está en juego multiplicidad de variables, y
particularmente en materia Penal Juvenil en C.R. debe tenerse especial precaución en tanto a
falta de medidas de seguridad, el imputado debe ser absuelto como se indica en la
Jurisprudencia. (Resolución Tribunal de Casación. Costa Rica 2002-0579).
En el análisis del contenido de lo cognitivo, si bien clásicamente lo central es la conciencia de
ilicitud, también ofrece información sobre la capacidad para entender el proceso, su derecho de
abstención y su capacidad para defenderse, lo que en buena parte se describe en la literatura
norteamericana como los “miranda right”, particularmente citados en casos de imputados
juveniles. (Pueden buscar autores especialistas como Thomas Grisso). En otro contexto de
contribución lo cognitivo nos ayuda a ofrecer información sobre las capacidades o limitaciones
de inserción académica y/o laboral, aspectos claves en el tema de adolescentes donde por
razones de edad, y personalidad todavía moldeable, se considera con mayor detenimiento,
aspecto que retomaremos en el cuarto determinante, lo resocializante.
Resumiendo, lo cognitivo permite procesar la información para la toma de decisiones y
manejar el mundo que nos rodea. Desde el punto de vista jurídico lo que interesa es valorar “la
capacidad” de conocer, interpretar y tener la conciencia del carácter ilícito, o bien en caso
contrario interesa los “deterioros o déficits” cognitivos y cómo podrían estos impedir esta
facultad de conciencia de carácter ilícito. A menudo este ejercicio de análisis, se realiza en
abstracto en el momento presente de la evaluación forense, es decir sin entrar a valorar
situaciones concretas, de las que muchas veces las diferencias entre las condiciones del
evaluado en el tiempo en que realizó la evaluación y las condiciones en que cometió el hecho
denunciado guardan claras diferencias.
Lo anterior por evolución de una patología o por recuperación de la misma; por lo que sólo un
estudio de campo a familiares, vecinos, compañeros u otros testigos claves, o datos obtenidos
por los cuerpos policiales, pueden referirse a las condiciones del imputado al momento de los
hechos; condiciones que por limitaciones de tiempo, y otras; en raras ocasiones se realiza. Es
decir existen limitaciones para que la pericia pueda inferir aspectos para lo concreto, debido a
que no existen suficientes hallazgos psicológicos, policiales y testimoniales útiles para
reconstruir las condiciones psicológicas, del imputado en el momento de los hechos. Estas sean
principalmente las posibles razones por las cuales la práctica cotidiana de las pericias, se haya
elegido un análisis más general, pero no significa que sea lo correcto en todos los casos, porque
podría haber ciertas diferencias esenciales psicolegales en casos determinantes, o cierta
viabilidad donde se puede retrotraer o recabar información clave del estado cognitivo en el
25
momentos de los hechos, como bien sucede en casos donde existan hallazgos o testigos claves,
que permitan el análisis de insumos o hallazgos psicológicos más cercanos al tiempo de
ejecución del delito.
Como he señalado este aspecto escasamente se realiza de manera pronta y oportuna. Debido al
volumen de trabajo los casos no son evaluados de inmediato, a menos que sean casos muy
especiales que por la gravedad de los hechos o porque son eventos en los que se ha involucrado
los Medios de Prensa, es que se destinan recursos extraordinarios. Ese análisis más inmediato al
imputado – previa asignación del abogado defensor y la debía homologación del juez para
la intervención psicológica, es lo deseable y pertinente, ya que en algunos casos podría ser
determinante el análisis de lo psicolegal relevante, y la información que ofrezca al proceso
penal.
Dos Escenarios para el Análisis de lo Cognitivo
Para simplificar el análisis voy incluir dos grandes vertientes de los deterioros o capacidades
cognitivas que podrían o no influir en el juicio de sus acciones o la capacidad de
culpabilidad.
Una es la deficiencia cognitivas producto de discapacidad intelectual que por lo general son
deficiencias cognitivas que poseen un comportamiento más estable a través del tiempo, como
son los casos de Retardo Mental. La otra producto de deficiencias o distorsiones cognitivas a
causa de enfermedad mental (casos como la esquizofrenia, los bipolares, los depresivos
mayores, etc.) que limitan la interpretación de la realidad porque no afectan su eficiencia
intelectual de manera generalizada, siendo que sus niveles de deterioros son más específicos o
idiosicráticos en cada caso, mientras que los de discapacidad intelectual poseen deficiencias
más uniformes.
i). En esta primera dimensión referida a la Discapacidad en el Coeficiente Intelectual como
Retardo Mental o el Síndrome de Down, de lo cual están más entrenados los psicólogos por el
uso de metodologías sistemáticas como son los Tests Psicométricos, referidas al análisis de la
capacidad de culpabilidad, de donde los jueces definen Imputabilidad o Inimputabilidad17–, la
primera de estas es así fundamentada por “eficiencia cognitiva” (imputabilidad) y la segunda
(la inimputabilidad) debido a “deficiencia cognitiva” que afecta su compresión y su capacidad
de juicio. Por lo general es más fácil derivar información en el tanto que los deterioros o
déficits están siempre afectando su juicio de interpretación de la realidad, y son más estables en
17
La imputabilidad o no, es tema propio del juez. El psicólogo refiere la capacidad de conciencia de ilicitud, colaborando en
informar sobre los elementos de la imputabilidad: conocimiento, libertad y causalidad o bien como jurídicamente es más
familiar, la voluntariedad, en el sentido como la concibe el Derecho.
26
el tanto no es que hoy puedan estar más inteligentes y mañana no. En esto la evaluación
psicológica permite establecer un determinado coeficiente intelectual (C.I.), esto se realiza a
través de la revisión de la historia clínica del evaluado y evaluación del rendimiento cognitivo
básicamente a través de múltiples test de inteligencia donde se comparan los resultados contra
estándares de grupos normales y grupos de discapacidad intelectual, según edad. Así los
profesionales en psicología aportan resultados de eficiencia o deficiencia en relación a una
escala denominada Coeficiente Intelectual o bien mencionando los ajustes o desajustes que
podrían tener los evaluados en relación a una exigencia determinada o conciencia de ilicitud.
De esta información las autoridades judiciales infieren y configuran otros aspectos de un
análisis jurídico más amplio para determinar la imputabilidad o inimputabilidad. Por resumirlo
de alguna forma diríamos el psicólogo determina si su coeficiente intelectual posee capacidades
dentro de los rangos normales (CI de 90 a 110) para el conocimiento de la ilicitud del hecho
juzgado; o bien en caso contrario posee algún grado de déficit o deterioro casos de CI inferior a
70 que impide el conocimiento de la ilicitud, que sobraría decir en el momento de los hechos,
porque cómo he mencionado son deterioros estables que se mantienen en el tiempo, con
variaciones mínimas, que están controladas, por los estándares científicos que deben tener los
tests.
ii) En esta segunda dimensión a diferencia de la primera, tanto los psicólogos como los
psiquiatras, pueden nutrir de información útil para reportar criterio profesional sobre
padecimientos de alguna Enfermedad Mental o sintomatología que afecta la conciencia de
ilicitud. Pueden haber afectaciones o síntomas de la enfermedad sean –transitorias o
permanentes- y esto establece diferencias para determinar la conciencia de ilicitud, requiere un
análisis diferenciado de la afectación mental en el momento de los hechos y el momento de la
evaluación psicológica. Esto porque podría ser que las distorsione mentales o grados de
enajenamiento mental a causa de grave perturbación de la conciencia sólo existan en uno de los
dos momentos por lo que hay que tomar estas circunstancias para el correcto análisis.
En esto es el caso de un esquizofrénico que tenga un episodio psicótico (pérdida de sentido de
la realidad), aclarando que no es en general el diagnóstico lo que determina (ej. Diagnóstico de
Bipolar, Esquizofrénico, o Adicto -Abusos de Sustancias-) sino los déficits o deterioros, por
ejemplo rasgos psicóticos en cualquiera de las tres anteriores, que impiden el conocimiento de
la ilicitud en el momento de los hechos, es decir lo psicolegal relevante es la sintomatología
que afecta la conciencia de ilicitud, a menudo una etapa aguda o florida de la enfermedad que
afecta su conciencia de ilicitud y no la “etiqueta diagnóstica” de la enfermedad.
Si bien una persona que padece de esquizofrenia a pesar de ser considerada una psicopatología
grave, lo que interesa es esencialmente si tuvo algún episodio psicótico, alucinaciones,
obsesiones, sobrevaloraciones o alguna pérdida de conciencia de la realidad. Como ejemplo
tomemos un esquizofrénico, que por sus antecedentes no hay duda que lo es, pero que sin
embargo dado su efectivo tratamiento, no tenía ninguna deficiencia cognitiva significativa para
27
entender el carácter ilícito de sus actos, en el momento de los hechos, condición que la
autoridad judicial deba derivar imputabilidad diligentemente.
En realidad los psicólogos y los psiquiatras hacen un examen mental sistemático, donde valoran
desde el comportamiento, desajustes afectivos y volitivos, calidad del pensamiento, juicio,
capacidad de insight y de cómo resuelven y anticipan consecuencias de sus acciones, entre
otros aspectos (entrevistas, chequeos, tests, revisión de expedientes, antecedentes) que estiman
los profesionales de Salud Mental, en una historia a través del tiempo, evolución, congruencia e
intensidad de los desajustes, los cuales no vamos a desarrollar en esta oportunidad, pero cómo
hemos indicado no son de aplicación automática, enfermedad mental como sinónimo de falta
de capacidad de culpabilidad y por ende inimputabilidad.
Debe tenerse en cuenta lo siguiente.
Como refiere el Art. 42 del Código Penal
“Es inimputable quien en el momento de la acción u omisión, no posea la capacidad
de comprender el carácter ilícito del hecho o de determinarse de acuerdo con esa
comprensión, a causa de enfermedad mental, o grave perturbación de la conciencia.”
Al alcohólico no se disculpa su culpabilidad por ser alcohólico, sino si su ebriedad le impide
conciencia del carácter ilícito y si la persona no se pre ordenó para cometer ese delito, por que
de lo contrario se tendría que retrotraer al momento de imputabilidad cuando se planeó la
conducta, o casos contrarios en que se valora el actio libera in causa18.
Por esta misma razón para evitar apreciaciones que en ambientes clínicos no toman esta
importancia, ya desde el año 2002 en el Manual de Criterios Estadísticos Diagnóstico de la
Asociación Psiquiátrica Americana (DSM- IV TR)19, (A.P.A., pág. XXXI del Introductorio)
manual internacionalmente reconocido en el ámbito de la Salud Mental, textualmente señala
que en ambientes forenses, “existe el riesgo de que la información se malinterprete o se
18
Demetrio Crespo, Eduardo. (2003) La tentativa en la autoría mediata y en la actio libera in causa. Granada.
Edit. Comares. Actio libera in causa es una doctrina que se puede llegar a la conclusión de que el sujeto activo
del presunto delito carece de responsabilidad, por haber sido introducido en estado de inconsciencia por un tercero
que, por error, dolo o violencia, quebrantó o vició su voluntad.
Ejemplo: una persona bebe dos litros de tequila sin intención de llegar al estado de ebriedad. Bajo los efectos del
alcohol mata a otra. El actio libera in causa reconoce que el sujeto no era consciente al momento del injusto
(acción típica y antijurídica), pero marca que ese estado fue creado por el propio agente y analiza su culpabilidad
en el momento anterior al estado de inconsciencia. Aquí el resultado sería homicidio culposo. En cambio, si una
persona se introduce a sí misma en un estado de ebriedad con la intención de asesinar a otro sujeto estando en ese
estado de inconsciencia y lo logra, el delito imputado será homicidio doloso, artículo.Los detractores de la acto
libera in causa señalan que no se puede construir un delito (acción típica, antijurídica y culpable) sumando la
tipicidad y antijuricidad de una acción no culpable, y la culpabilidad de una acción atípica.
19
A.P.A. American Psiquiatric Association. (2002). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales. DSM-IV-TR. Edic Española. Edit Masson. Pag. XXXI del Introductorio.
28
utilice de manera incorrecta”. Sigue mencionando no basta para establecer la existencia, a
nivel legal, de un trastorno, discapacidad, enfermedad o defecto mental, para determinar si un
individuo cumple un criterio legal específico o no, más bien debe referirse a la competencia
psicolegal, la responsabilidad criminal o discapacidad en relación a lo que el derecho espera de
la persona. Por esto en contextos judiciales, los psicólogos forenses realizan no diagnósticos
tradicionales, sino un “Análisis por Competencias” (Grisso, T.; 2003)20, de cómo un desajuste
afecta su funcionalidad y de cómo ésta afecta el criterio legal, ofreciendo datos comparativos
con otras circunstancias o casos, que les permite ofrecer información más clara a las
autoridades a fin de que puedan visualizar con mayor precisión los desajustes psicológicos y la
intensidad de los mismos.
En este punto es de importancia aclarar que el Trastorno Antisocial no tiene afectaciones
psicológicas que excusen el conocimiento del carácter ilícito de los hechos. Tampoco otras
clasificaciones que manejan los psicólogos forenses sobre personalidades psicópaticas, si bien
cumplen muchos criterios parecidos al antisocial, estas podrían ser diferentes y con criterios
más específicos que permiten valorar más ampliamente los desajustes y su intensidad. Desde
luego si bien son considerados trastornos de personalidad psicopatológicos es por las
consecuencias que producen a nivel social, pero no por sus limitaciones cognitivas.
Por esto usualmente los psicólogos en las Cortes deben hacer referencia a los déficits y no a
etiquetas diagnósticas: por ejemplo lo correcto sería falta de sensibilidad para reconocer el
dolor del otro, capacidad para manipular, sus capacidades, para explotar e involurarse en
términos de qué pueden obtener de los otros. Pero con respecto a lo cognitivo, por unanimidad
de múlitples criterios (Lykken, D.; 2000)21, (Hare, R. 1992)22, (Cooke D.; Forth, A. & Hare, R.;
1998)23 (Garrido, V.; 2003)24 (Monhan, J. & Steadman, H.; 1994)25, son claros en que estas
personas por lo general no tienen limitacione en su capacidad de juicio, más bien por lo general
con niveles de coeficiencia intelectual (C.I.) normales y hasta superiores. Por lo anterior la
palabra psicopatía (que tiene consecuencias penales para los imputados) no debe confundirse
con la palabra psicopatología (que tiende a asociarse más a atenuantes en el sistema legal), ya
que estas últimas podrían implicar déficts o deterioros de lo cognitivo y por ende afectaciones
en sus capacidades para el conocimiento de la ilicitud.
20
Grisso, Thomas. (2003). Evaluating Competencies: Forensics Assessments and Instruments. 2d Edit. New
York. Kluwer Academic Publishers. Este material que ha sido depurado desde las versiones anteriores en el
año1982, contempla material vital para que los forenses sean pertinentes y relevantes. Incluye 5 componentes que
he desarrollado en otros momentos. Componentes Funcional, Componente Causal, Componente Interactivo y
Juicio Profesional y Componente de Recomendaciones.
21
Lykken, David. (2000) Las Personalidades Antisociales. Barcelona. Editorial Herder.
22
Hare, Robert D. (1991). The Hare Psychopathy Checklist –Revised. Toronto: Multi-Health Systems.
23
Cooke D.; Forth, A. & Hare, R.; (1998). Psychopathy: Theory, Research and Implications for Society. Boston.
Kluwer Academic Publishers.
24
Garrido, Vicente. (2003). Psicópatas y Otros Delincuentes Violentos. Valencia. Tirant Lo Blanch.
25
Monhan, J. & Steadman, H. (1994). Violence and Mental Disorders. The University of Chicago Press.
29
Realizamos un pequeño análisis de lo cognitivo, en lo que psicolegalmente nos puede orientar
sobre el análsis de la capacidad de culpabilidad, pero no es la única información que ofrece
este contenido, lo cognitivo también ofrece información util sobre la capacidad académica, y la
reinserción laboral, que retomaremos en el tercer contenido sobre el potencial resocializante.
3.2 LA PERSONALIDAD.
Otra referencia donde se puede convocar la actividad psicológica forense.
ARTICULO 71. Modo de Fijación (de las Penas).
“El Juez en sentencia motivada, fijará la duración de la pena que debe
imponerse de acuerdo con los límites señalados para cada delito,
atendiendo a la gravedad del hecho y a la personalidad del partícipe.”
Para apreciarlos se tomará en cuenta:
a) Los aspectos subjetivos y objetivos del hecho punible;
b) La importancia de la lesión o del peligro;
c) Las circunstancias de modo tiempo y lugar;
d) La calidad de los motivos determinantes;
e) Las demás condiciones personales del sujeto activo o de la víctima
en la medida en que hayan influido en la comisión del delito; y
f)
La conducta del agente posterior al delito”. (CODIGO PENAL)
(lo subrayado es nuestro)
Lo Psicológico
Puede ser Clave
El Análisis de la Personalidad, en la evaluación Psicológica Forense, es esencialmente útil al
Proceso Penal: Primero porque es la esencia del especialista en psicología, que estudia tanto la
psicopatología como el desarrollo normal, y si no fuere útil, no tendría sentido convocar su
pericia. Segundo porque ésta indiscutible presencia del análisis de la personalidad, no se debe
al arbitrio de los profesionales en psicología, tampoco a un papel históricamente intruso de los
psicólogos. Al contrario su presencia ha sido convocada por las legislaciones aun cuando ha
sido caracterizada por la clara ausencia de los psicólogos en la fase Legislativa y otras. Esta
convocatoria al proceso penal no sólo lo confirma la literatura internacional de las
especialidades forenses sino también porque así lo han establecido las Leyes, como se puede
30
observar en el Art.71 del Código Penal, anteriormente citado; y el Art. 93 de la Ley Justicia
Penal Juvenil de Costa Rica y similarmente en muchas de las normativas latinoamericanas.
Art. 71 - Modo de Fijación de la Pena.
“El Juez en sentencia motivada, fijará la duración de la pena que debe imponerse de
acuerdo con los límites señalados para cada delito, atendiendo a la gravedad del hecho y
a la personalidad del partícipe… como hemos citado al inicio”.
Art. 93.- Estudio Psicosocial.
Admitida la procedencia de la acusación, en los casos en que “prima facie” se
estime posible aplicar una sanción privativa de libertad, el Juez Penal Juvenil
deberá ordenar el estudio psicosocial del menor de edad. Para tal efecto, el
Poder Judicial deberá contar con unidades de profesionales en Psicología y
Trabajo Social.
Las partes podrán ofrecer a su costa pericias de profesionales privados.
Ese estudio es indispensable para dictar la resolución final, en los casos
señalados en el párrafo primero de este artículo. (Ley Penal Juvenil).
(lo subrayado es nuestro)
En el Modo de Fijación de la Pena, u otros aportes en resoluciones penales juveniles. El
estudio psicológico forense ofrece información útil al proceso penal por las razones que
mencionaremos, pero en particular en el proceso con adolescentes sobretodo por el fín
pedagógico de la Ley Penal Juvenil para hacer énfasis de lo resocializante en edades todavía
en formación y su debida apuesta al cambio en -un imputado o imputada- aun en proceso de
desarrollo de su personalidad y sobretodo por las alternativas taxativas que ofrece los diversos
tipos de sanciones establecidos en esta la Ley y la discrecionalidad que poseen las autoridades
judiciales en esta materia.
La Personalidad como ya hemos citado es un concepto amplio donde medimos y estudiamos
rasgos y patrones que integran los valores, actitudes, costumbres, sentimientos, capacidades
entre otros; y cómo éstos rasgos responden ante las demandas del medio o contexto según
autoridades como señala Erick Erickson, citados en Krauskoft (1985)26. En este mismo sentido
la personalidad son patrones arraigados que se expresan casi de manera automática en muchas
26
Krauskoft, D. (1985). Educación y Adolescencia. San José: EUNED. He escogido esta referencia por ser una
definición más didáctica para no psicólogos, y una autora que la integró a su texto, que ha sido una consultora
internacional de la OMS, en temas de adolescencia, etapa donde se consolida la personalidad.
31
áreas de la vida, según Theodore Millon (2000)27, una de las autoridades de la psicología
moderna. Para este autor son trastornos cuando estos patrones son desadaptativos y sufren o
hacen sufrir a otros. En particular los psicólogos forenses en el contexto penal por sus
exigencias en los tribunales, cuerpos policiales, o centros penitenciarios, estudian y se
especializan en los rasgos y patrones particularmente de comportamientos violentos y
delictivos y por el otro lado de la moneda: las afectaciones y las vulnerabilidades, que se
observan o no en las víctimas de delitos.
Definición de Personalidad
Adaptado por R. Ching
Es la formulación dinámica28 de patrones, donde se integran los valores,
actitudes, costumbres, sentimientos, capacidades, comportamientos; y
cómo estos determinan las reacciones de ajuste ante las situaciones y
exigencias de su medio o contexto.
Adaptado de E. Erikson citado en Krauskoft. (1985).
La personalidad son patrones arraigados que se expresan casi de manera
automática en muchas áreas de la vida del individuo.
Adaptado de T. Millon citado en Millon (2000).
El Análisis de la Personalidad ó análisis del elemento de lo volitivo (el querer) -sea en el
dolo, la culpa o la culpabilidad- es casi siempre un análisis útil al proceso penal. En el primer
caso –el dolo- por ejemplo hace referencia al querer de la acción que va dirigida a la realización
del injusto, a la “voluntariedad” de realizar esa acción y al deseo y aceptación de los medios
contrarios al derecho, complementando el “querer”, toda vez que lo cognitivo esté en
condiciones de eficiencia, es decir no exista grado de déficit significativo o enajenamiento
mental que lo disculpe. No deben establecerse conexiones directas y menos si no ha habido
un esclarecimiento de la culpabilidad.
Los psicólogos forenses, hacen más referencia en abstracto, a datos psicológicos que colaboran
al análisis jurídico de la aceptación de medios contrarios al derecho en el sentido de indicios, y
normalmente no en concreto a la situación específica en un delito concreto. Sobretodo porque
27
Millon, Theordore (2000). Teoría de la Personalidad. Más Allá del DSM-IV. Barcelona. Edit. Masson.
Destaco la palabra dinámica en el sentido de que no debe aplicarse una condición estática, porque pueden
cambiar en el tiempo. Es decir un adicto puede dejar se serlo y al contrario. Patrones no significa un absolutismo
de una manera de ser única. Por ejemplo un Sacerdote Religioso, que renuncia a sus hábitos. Un depresivo tiene
estos patrones de tristeza, pero no significa que en una semana ande muy feliz. Patrones son comportamientos que
en genral están casí siempre presentes o de manera más frecuente.
28
32
el análisis de culpabilidad, es misión de las autoridades judiciales y no de los psicólogos, y es
tema que se valora con el delito, condición de porqué los psicólogos no consignan estos temas
en el informe forense, además como he referido su trabajo no es tanto sobre la verdad
material, que corresponde más a la labor de investigación policial. En primera instancia, no es
usual que los psicólogos documenten tales detalles sobre el delito en la pericia, -aunque
eventualmente pueden conocer y explorar sobre ellos- en tanto los evaluados están advertidos
de su derecho de abstención. En segunda instancia por limitaciones a falta de hallazgos de
afectación mental: por ausencia de relatos, testigos o evidencias de posibles afectaciones de su
capacidad mental.
La pericia analiza los posibles hallazgos obtenidos de la persona evaluada, tanto sobre patrones
de comportamiento normal, como sobre la propensión a patrones de comportamiento violentos,
actitudes antisociales y niveles de riesgo, o bien su compatibilidad con personalidades
delictivas o no, sobre niveles patológicos o no que influyen en temas psicolegales o tipos de
comportamientos no aceptados socialmente. Las autoridades judiciales con todo el elenco de
pruebas o resultados psicológicos pueden vincular o hacer nexos sobre el tipo de personalidad y
el comportamiento ilícito, o lo contrario desasociando posibles relaciones para quitar peso a sus
hipótesis. Este determinante psicológico: análisis de la personalidad comprende todos los
aspectos motivacionales que subyacen a una conducta; el psicólogo debe proveer a la
autoridad judicial un panorama de las características del individuo, sobre la personalidad es
decir cómo se integran los valores, actitudes, sentimientos, costumbres, capacidades, tipo de
vínculos, comportamientos, etc., que podrían dilucidar sobre patrones de comportamiento que
determinan las reacciones de ajuste ante situaciones y exigencias del medio. Esta información
provee elementos que fortalecen la sana crítica de los juzgadores.
Los aspectos de la evaluación con miras a ofrecer un panorama general sobre la voluntariedad
del individuo ofrece indicios o pruebas útiles que deben ser integradas por la autoridad judicial,
dando el valor correspondiente a los hallazgos psicológicos como debe justificarse en la
resolución final.
Art 142 Código Procesal Penal.-deja claro la forma de la Fundamentación. “Las
sentencias y los autos contendrán una fundamentación clara y precisa. En ella se
expresarán los razonamientos de hecho y de derecho en que se basan las
decisiones, así como la indicación del valor otorgado a los medios de prueba. La
simple relación de las pruebas o la mención de los requerimientos de las partes
no reemplazará, en ningún caso, la fundamentación. Será insuficiente cuando se
utilicen formularios, afirmaciones dogmáticas, frases rutinarias, la simple
descripción de los hechos o la sola mención de los elementos de prueba.
No existe fundamentación cuando se hayan inobservado las reglas de la sana
critica, con respecto a medios o elementos probatorios de valor decisivo.
Los autos y las sentencias sin fundamentación serán ineficaces.
33
Art. 39 Constitución Política: “A nadie se hará sufrir pena sino por delito…
mediante la necesaria demostración de culpabilidad”.
Es decir el análisis de la personalidad ofrece información útil que da sentido a otros hallazgos
policiales, por ejemplo en un dado caso convendría saber si un evaluado posee patrones de
desajuste sexual o si posee comportamientos sexuales desviados. Esta información, muy
pertinente sería si el delito es un delito sexual, e impertinente si el delito es un robo, por lo cual
el psicólogo ajusta en su informe la información pertinente al interés judicial.
Es de importancia advertir que tampoco la compatibilidad de la personalidad con el delito tiene
siempre una vinculación directa con la culpabilidad que se le imputa, desde luego, es necesaria
la debida demostración de los hechos, pero la pericia por lo general ofrece datos útiles de
contemplar en el amplio elenco de pruebas que poseen las autoridades judiciales.
Como he mencionado el trabajo pericial psicológico es más en el sentido de buscar la verdad
formal: “congruencia y consistencia” de hallazgos, diferente de la verdad material “hechos
concretos” y objetos de prueba. El aporte psicológico le permite a las autoridades inferir
detalles claves sobretodo cuando las pruebas no son tan claras, ni tan amplias en la
investigación del caso. A modo de ejemplo; un patrón arraigado antisocial, de insensibilidad y
disfrute del dolor y explotación de los otros, nos puede decir en cuánto se pudo haber puesto en
peligro el bien tutelado y esta información integrarse al resto de las pruebas y ayudar en el
análisis del modo de fijación de la pena.
También patrones arraigados de costumbres o actitudes nos pueden orientar mejor, por ejemplo
errores en la materia Penal Juvenil, sancionar con enviar a buscar trabajo en vez de estudiar; a
quien no tiene una clara actitud positiva hacia la formación académica; o bien resolver que el
imputado continúe estudiando porque posee una trayectoria académica muy buena, pero que no
existe ninguna vinculación de aprendizaje resocializante de ésta medida con un delito sexual y
los patrones desadaptativos de comportamiento en ésta área.
Debe quedar claro que esta información de la personalidad no es vinculante para la autoridad
judicial en vista de que estos aspectos llevan información al proceso, se analizan en función de
un hecho y las circunstancias concretas, panorama general que por lo general no maneja el
psicólogo, pero sí las autoridades judiciales; de ahí que su referencia es más en abstracto y no
en lo concreto. Los indicadores observados en la exploración psicológica forense ofrecen
información sobre la predisposición o potencial para cometer un acto determinado o factores
que formulan las posibles causas o bien que permiten a la autoridad judicial extraer la
ponderación de la culpabilidad o desde otra perspectiva la mayor o menor exigibilidad de
actuar conforme a derecho, o bien posibilidad potencial del individuo para actuar conforme o
en contra de lo que el ordenamiento jurídico espera de él.
34
Veamos algunos ejemplos de la jurisprudencia del Tribunal de Casación Penal, que a mi
criterio van a orientar tanto a las autoridades judiciales como a los psicólogos en su quehacer
para lo psicolegal en el proceso penal.
Cuadro Modo de Fijación de la Pena
Elementos de la
pena
Elemento
objetivo
Elemento
normativo
Elemento
subjetivo
Contenido
Pasos para la fijación de la pena
Se trata de los límites
legales de la pena,
señalados para el
delito cometido.
Lesividad, daño o
peligro, de acuerdo a
la gravedad del hecho.
Primero: Se califica el hecho y se establece la
previsión abstracta de la ley para el delito.
Mayor
o
menor
reproche, en atención
a la mayor o menor
exigibilidad de actuar
conforme a derecho en
el caso concreto.
Segundo: Se establecer el límite máximo de la
pena para el caso concreto, atendiendo a la
extensión del daño o peligro para el bien jurídico
tutelado, en consideración al quantum económico
cuando sea posible, a la vulnerabilidad de la
víctima, a la inflexión de dolor más o menos
necesaria para la comisión del hecho y a las
condiciones de modo, tiempo y lugar.
Tercero: ponderación de la culpabilidad -en
cuanto mayor o menor exigibilidad de conocer el
derecho y de actuar conforme a ese
conocimiento―, la oportunidad del delito, la
consideración tenida a la víctima y las condiciones
materiales y espacio-temporales de la comisión del
delito.
Cuadro Tomado de Resol. 2002 - 0428 Tribunal de Casación Penal. San José C.R.
A pesar de la utilidad del Peritaje Psicológico Forense, el escepticismo sobre el estudio de la
“personalidad” se ve reflejado en no pocas autoridades del derecho penal, precisamente
porque aún guardan conceptos viejos, con todavía una percepción de una incipiente psicología
muy especulativa que no concuerda con la psicología moderna.
Como refieren autoridades del derecho penal: “es claro que cuanto más inexacta sea la
ciencia sobre la que versa la pericia, tantas más dudas asaltarán a las autoridades
judiciales que tienen que valorarla” (Muñoz Conde, 2000)29. En este sentido debo educar que
lo correcto no es dudar de la psicología o del derecho o de cualquier otra ciencia social, o creer
a ciegas en las ciencias médicas u otras más exactas como la química; lo importante es valorar
si las razones expuestas en un peritaje están científicamente fundamentadas o al menos tengan
alguna lógica o metodología aprobada por estas ciencias.
29
Muñoz Conde, Francisco. (2000). Búsqueda de la Verdad en el Proceso Penal. Buenos Aires, Argentina. Edit.
Hammurabi S.R.L
35
Si hubiera una pericia psicológica y una psiquiátrica, no es objetivo establecer un prejuicio por
el sólo hecho de creer que una disciplina es más científica que otra. En un primer plano el
problema no es valorar ni siquiera la calidad del perito, sino la calidad de la pericia, y esto es la
pertinencia y relevancia de lo evaluado y la argumentación sustentada científicamente o al
menos con una lógica fundamentada, para defender el resultado vertido en su valoración, al fin
y al cabo lo que verdaderamente convenza a la autoridad judicial para la justificación de su
sentencia si es un dato relevante.
No estoy hablando de idealismos, en psicólogos que disponen de muchos días para ejercer una
sola valoración, o de fiscales y defensores que poseen sólo 3 expedientes en sus escritorios, o
jueces que reciben absolutamente todo el material probatorio de sus auxiliares de justicia, sino
del trabajo profesional comprometido que en el alcance institucional y en el estándar de sus
profesiones pueda realizarse de manera responsable y con conciencia de una clara
argumentación que exige formación académica, lógica, tiempo y método científico aceptado
por el desarrollo histórico del momento.
No es por lo inexacta que sea su ciencia por lo que se deba dudar únicamente, sino por la falta
de hallazgos fundamentados, porque al fin y al cabo no es por falta de método científico que
un abogado es más inexacto que un químico, sino por las dificultades que presenta su objeto de
estudio. Si fuera por falta de método, no serían catalogadas ciencias sociales ni el Derecho, ni
la Psicología.
Volvamos a la premisa, las dudas saltarán dependiendo de lo inexacto de su disciplina. No
quiero decir bajo toda ilógica, se deba confiar a ciegas, para esto existe el contradictorio, donde
deben ser probados y refutados sus argumentos; pero la frase trae una mirada prejuiciosa que
puede producir un paradigma de análisis sesgado, privilegiando unas sobre otras, a priori, sin
sopesar realmente los medios de prueba.
Cuando estudié el tema de daño psicológico, inicié buscando resoluciones de daño físico, y
salvo en muy pocos casos, encontré en la resolución un análisis de lo pre-existente, ejemplo
disfunción del hígado producto de lesión por puñal, del 20 % y nunca se observó un análisis
de la normalidad, o mediciones anteriores del mismo, para calificar su nivel de disfunción o
para estimar si en el caso particular era un hígado que funciona mejor que la mayoría o que
había sido expuesto pre-existentemente a condiciones que sospechen alguna posible lesión.
Para el efecto ilustrativo, no es porque una disciplina sea más científica que la otra, sino cuan
científicos son los medios de prueba y los razonamientos que han llevado a sus conclusiones y
no dar por sentado la verdad únicamente porque la dice una autoridad.
En general o en abstracto tal vez es importante, una revisión crítica sobre los estándares o
caso contrario la falta de ellos en estas ciencias; sean psicológicas o psiquiátricas, y tal vez nos
36
llevemos sorpresas, pero es un importante ejercicio que deben hacer tanto los peritos y las
autoridades judiciales. En concreto lo esencial es estimar el valor probatorio, de la pericia sea
cual sea, no dudar de esta per sé, sino objetar el valor probatorio de algún contenido de la
pericia, el cual no quede sujeto al imaginario del juzgador sino a los hallazgos o falta de ellos discrepancias o ausencias- para su fundamentación. Lo importante no es cuánto de dificultad en
su objeto de estudio tenga la disciplina pericial, sea psicología, química o medicina, sino más
bien del valor probatorio, que tienen sus medios de prueba.
Para esto debe tenerse conocimiento de ciertos principios básicos de la ciencia que no son muy
usuales, en los profesionales de ciencias sociales y tampoco deba darse por sentado que los de
las ciencias más exactas los conozcan. La epistemología y otros temas son bastante ausentes en
los contenidos curriculares de todas estas carreras, por ende requiere de un ejercicio
profesional de mayor esfuerzo extracurricular.
Por esta razón también una lógica equivocada “sería la siguiente premisa” si es una ciencia
inexacta, o una pericia con falta de argumentos, confiemos en otro criterio para valorar lo
psicológico o lo psiquiátrico. Aunque suena tentador, es una salida fácil para justificar la falta
de fundamentación; suplir la deficiencia de una ciencia de la Salud Mental con otra que no la
es, sería una indebida lógica, y no la mejor de las “Sanas Críticas”.
Veamos estos problemas de paradigma y prejuicios sobre la psicología y el análisis de la
personalidad en la Jurisprudencia (Sala Constitucional Resol 88-92), esta reconoce que es una
tendencia “muy en boga en Latino América” contemplar la personalidad en el análisis de la
pena, posibilidad que no se excluye, “pero en nuestro sistema penal , no ha podido ser
plenamente llevado a la práctica… porque el procedimiento penal de nuestro medio”, “no
está diseñado para ser un juicio sobre la personalidad del sujeto activo, los criterios que
aplican a los jueces, a este respecto, resultan empíricos, subjetivos, y en tal razón en sí
mismos peligrosos”.
Esto, es también correcto para muchos temas de balística, medicina, toxicología, etc. pero llama
la atención la cautela o reserva que existe en algunos temas en los que la pericia psicológica es
vital, y cómo de la incompetencia de un abogado se debe excluir la competencia del profesional
en análisis de la personalidad (el psicólogo) y sobre todo como “a priori” sin mayor
fundamento se parte de las vulnerabilidades que hoy en día no existen en la ciencia psicológica
en el análisis de la personalidad, donde se magnifica esa duda. Porque así lo observo en la
práctica cotidiana muchos textos de juristas que retratan de cuerpo entero los prejuicios hacia la
psicología.
Esa falta de credibilidad curiosamente no es así para todo el Derecho. Por ejemplo en el
Derecho de Familia donde el análisis de la personalidad es bastante determinante para las
resoluciones. Más curioso parece, cuando en el análisis de lo cognitivo en el Derecho Penal
37
(capacidad de culpabilidad), no es un tema tan controvertido, donde casi nunca se refuta la falta
de certeza o inexactitud, a pesar de que podría tener consecuencias tan serias como la
imputabilidad o inimputabilidad para el proceso.
Yo diría, entonces es más un paradigma preconcebido y heredado de los excesos y la mala
aplicación del conocimiento (jurídico y/o psicológico) en otros momentos históricos y no tanto
en el tiempo actual. Si bien muy claro queda en el antiguo Sistema Tutelar de Menores por
citar un ejemplo reciente en las legislaciones Latinas, donde se criminalizaba la pobreza y se
juzgaba por lo que se era y no por lo que hacía: derecho penal de autor y no derecho penal de
hecho, vemos que hay una lógica jurídica todavía no muy clara en análisis de la personalidad,
en relación a un derecho penal moderno, y de esto estoy hablando no menos de 20 años en
Costa Rica, México o Argentina, y le atribuyen al quehacer psicológico ciertos sesgos cuando
estos nacen de premisas fundamentales en el derecho, y las trasladan a los peritos, por hablar de
la personalidad, como si estos razonan las sentencias. Es claro que los psicólogos forenses
tienen responsabilidad de educar a las autoridades en temas psicolegales, pero no en temas que
le corresponden a contenidos curriculares de su carrera judicial.
No dedo quedarme ahí en la historia, estos procedimientos son muy superados hoy en día con
el nuevo Sistema Penal Juvenil que juzga por el hecho y no por el autor, si bien hemos dejado
claro que fundamentalmente la culpabilidad es en primera instancia la que determina la pena,
esto no significa que excluye el análisis de la personalidad para atenuar o incrementar la
misma, dentro de los rangos establecidos en la Ley en caso de adultos y la proporcionalidad
que corresponda en casos de penales juveniles, donde las autoridades poseen una
discrecionalidad que no depende de estos rangos.
Si bien para este análisis de la pena se debe excluir la indebida valoración de la persona, en
penal juvenil como se infiere de sus Principios Rectores y del Articulo 93, no es cierto que se
abstrae del análisis de la personalidad, y un derecho penal de autor en su sentido puro.
Precisamente por razones de una personalidad no consolidada y aun en evolución, se establece
diferencias del sistema penal adulto del cual como mencioné no tiene opción más que el rango
de pena en el tipo penal, pero que en la materia Penal Juvenil a efectos de emitir una resolución
final, existen una serie de alternativas tanto resocializantes (desjudicializantes) como privativas
de libertad; de lo cual el Juez tiene discrecionalidad (supongo yo contemplando
proporcionalidad e idoneidad para la sanción), a fin de no judicializar el joven en los casos que
corresponda (institucionalizar en centro penal) y de cumplir con el fin pedagógico y finalidad
práctica del derecho penal moderno.
En este sentido debo aclarar las premisas mencionadas acerca de la imprecisión para valorar la
personalidad, en otros momentos histórico tal vez fueron ciertas hace unas 2 o 3 décadas en la
práctica en nuestro país y muchos otros países de Latinoamérica, en donde no existía
38
presupuesto económico ni para contratar psicólogos, ni para comprar instrumentos
psicométricos. No tanto por falta de estándares de la psicología como ciencia, porque era tema
superado hace muchos años en otras latitudes en países desarrollados; sino por las condiciones
socioeconómicas y otras de la inaccesibilidad que determinaron el quehacer de los psicólogos
que se formaban en los centros académicos. Las muchas dificultades de acceso a
investigaciones comparativas, instrumentos formales como tests, sus manuales, modelos de
entrevistas, listas de chequeo, protocolos, y hasta ausencia de computadoras para comparar
variables complejas y desarrollar investigación objetiva, unido además a las barreras de idioma
en la literatura, hizo que otros aspectos se desarrollaran más en nuestros países, que la medición
sistemática. Pero no es que del todo se desconociera estos conocimientos, porque soy testigo de
temas de “estandarizaciones de tests” con parámetros científicos, que fueron elaboradas hace
casi 3 décadas, así que no se desconocían estos temas en Costa Rica.
Si bien, revisar un instrumento como el test MMPI2 con más de 560 preguntas, sin los
beneficios de la informática implicaba de 4 a 8 horas, sin embargo era una práctica que
empezaba a realizarse desde hace muchos años. Por esta razón los tests de referencia más
objetiva, que requerían algún entrenamiento especializado, fue práctica de pocos, sin embargo
hoy en día no hay un profesional que no tenga acceso a computadoras, internet, e instrumentos
originales y literatura que pueda comprar en el país o fuera de éste.
Sólo para citar algunos ejemplos, la editorial TEA que vende tests en español, en centros
autorizados para psicólogos, como la Librería Lehmann de nuestro país, ofrecen acceso a más
de 300 tipos de Tests, y existen decenas de editoriales más, por lo tanto centenares de tests.
Para efectos de acceso a la investigación sobre los instrumentos, cito que del renovado MMPI2
utilizado en nuestros tribunales latinos desde hace más de una década, el público en general
tiene acceso a muchos estudios diversos (investigaciones específicas con sus fortalezas y
limitaciones ) o “meta análisis” (multiplicidad de investigaciones con centenas de intereses, a
favor y en contra de un instrumento) para cerciorarse del nivel de utilidad confiabilidad y
validez de la información en la investigación. No todos los instrumentos tienen estos niveles de
investigación, pero para darse una idea del avance de la investigación científica de este
instrumento de análisis de la personalidad (MMPI2), hoy en día existen más de cinco mil
(5,000) investigaciones en revistas científicas al año y lo estudiamos desde hace 4 décadas,
según reporta la Universidad de Minnesota dueña del instrumento, con traducción en más de 80
idiomas e investigaciones transculturales sobre su utilidad en diversos contextos. Sobre
instrumentos psicológicos utilizados en contextos forenses pueden consultar el texto en Inglés
Claves de la Evaluación Psicológica Forense (Ackerman, M. 1999)30 y sobre la Evaluación
Psicológica y las diversas Pruebas Psicológicas; cómo medir rasgos, confiabilidad y validez de
los instrumentos, tipos de tests etc., pueden consultar un texto de temas amplios de fácil
30
Ackerman, M.J. (1999). Essentials of Forensic Psychological Assessment. New York: John Wiley & Sons.
39
entendimiento para no especialistas en psicometría y/o estadística: Pruebas y Evaluación
Psicológicas (Cohen, R. & Swerlick, M. 2001)31.
Cómo he señalado en otras ocasiones, pueden consultar en artículos y libros sobre Instrumentos
Psicológicos: los estándares científicos de los test, la complejidad de su construcción, son
aspectos que no requieren de simplemente los 4 cursos de Estadística que se exigen en la
carrera en algunas universidades, sino estudios más amplios y especializados.
En este sentido aquellos argumentos que promuevan el prejuicio a lo psicológico, sean
revisados porque no concuerdan con lo que hoy en día, es la práctica de la psicología forense.
No sólo por el constante uso de estos hallazgos psicológicos sobre la personalidad, como
insumos en las Cortes de Latino América y más aun en los países desarrollados del Derecho
Anglosajón, lo que a todas luces contradicen - las premisas de subjetividad, e imposibilidad de
medir o sistematizar la PERSONALIDAD, como un elemento de análisis objetivo en los
Tribunales de Justicia.
También con respecto a este último punto y en aras de evitar confusiones sobre la utilidad del
informe pericial psicológico, debemos hacer referencia a nuestra Constitución Política en su Art.
39, la cual señala que “A nadie se hará sufrir pena sino por delito, cuasidelito ... y mediante la
necesaria demostración de culpabilidad”. Es decir el reproche que se formula al sujeto, quién
pudiendo actuar de otra manera lo hizo lesionando un bien jurídico, pero esta reprochabilidad lo es
en función del hecho en concreto y no en función de una forma de vida. Dicho de otra manera
“el principio de culpabilidad excluye la posibilidad de determinar la pena sólo, o
fundamentalmente, por la peligrosidad del autor o por las necesidades de defensa social... No
obstante, este principio no excluye que el juez tome en consideración las circunstancias
personales del sujeto, para aplicar la pena,… como lo señalan (Mora, L. P. y Navarro, S.; 1995)32
pero en primer instancia lo relevante es la culpabilidad.”
Si bien, en el análisis de la personalidad, hay formas para mejorar su uso, entrenando a las
autoridades jurídicas para cuestionar su alcance y desde luego saber aplicar este conocimiento,
también debe consensuarse, y conocerse las utilidades de los instrumentos modernos en
ambientes forenses, y desde luego escoger y tener acceso a los instrumentos relevantes y útiles
a los diversos procesos judiciales, según sus niveles de confiabilidad y validez. Por estos
argumentos podemos hoy en día decir de manera cierta que es viable que la Personalidad y sus
rasgos se pueden medir de manera científica.
31
Cohen, R. & Swerlick, M. (2001). Pruebas y Evaluación Psicológicas. México: McGrawHill.
Mora, Luis Paulino y Navarro, Sonia. Constitución y Derecho Penal. (1995). San José: Editado por Escuela
Judicial Poder Judicial C.R.
32
40
3.2
LO RESOCIALIZANTE
En el tema de lo resocializante observemos la siguiente cita:
“La pena no puede trascender de la persona del delincuente” y “Las penas
privativas de libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la
readaptación social de los condenados”.
Convención Americana de Derechos Humanos.
Aunque ésta referencia no es una convocatoria explícita, de la psicología al proceso penal, no
hay que ser muy sabio ni muy científico para saber los beneficios para el proceso penal y la
criminología de una ciencia del comportamiento humano como es la psicología forense. Cómo
ciudadano comprometido con los derechos humanos -en las dos caras de la moneda(imputados y víctimas) y como psicólogo forense que laboré por muchos años haciendo
pericias penales juveniles -y más aún por todos los contrasentidos que implica la cárcel como
modelo de re-socialización-; bien creo en los enormes beneficios sobre la paz social, que
resultan del uso correcto de alternativas como la justicia restaurativa. como formas de
reparar el daño causado a la víctima, la conciliación como otras formas que contribuyen al
restablecimiento de la paz social o muchas otras medidas resocializantes, a lo cual invito a los
lectores puedan revisar estos temas en Burgos (2005)33 La Pena Sin Barrotes. No como
apremiantes medidas, sin ningún análisis de legitimidad, primero porque por racionalidad de
recursos personales, sociales y del Estado, no puedo abstraerme de una realidad cruda, no a
todos podemos apostar al cambio. Primero porque aunque no debemos regresar a viejas
concepciones retribucionistas, al estilo “ojo por ojo”, es ilusorio no pensar en lo ejemplarizante
de la pena, porque concepciones idealistas sólo llevan a un avance poco significativo, con más
contradicciones e incongruencias en el discurso que otra cosa. Segundo porque como
especialista en el comportamiento humano desviado, la ciencia tiene mucho que ofrecer.
Si bien ante el delito ha podido más el repudio social y luego la culpa, como fácilmente se
infiere de los discursos “teóricos”, no podemos quedarnos ahí; porque, no son insuperables las
condiciones para mejorar con posibilidades técnicas, y acercarnos más a esos ideales sociales,
por esto los psicólogos forenses no renunciamos al estudio profundo de la psicopatía, no para
33
Burgos, Alvaro. (2005). La Pena Sin Barrotes. San José: Poder Judicial. Juez y Catedrático en Derecho Penal,
espcilizado en tema de la Materia Juvenil donde por excelencia deba ajustarse un modelo más resocializante, pero
que no es únicamente alternativas para la materia juvenil.
Pueden Consultar Burgos, A. (2005). El Trabajo en Beneficio de la Comunidad como Alternativa Punitiva.
41
demostrar que no podemos hacer mucho con ellos, ni para beneficiarnos del bum del morbo
social, -porque de todas formas para los forenses la evaluación de la psicopatía, no es sinónimo
de medir casos más graves únicamente-, sino para poder clasificar a cualquier delincuente, con
mayor precisión en un análisis multifactorial, del menos intenso al más intenso. Es decir para
saber a cuál y en qué aspectos debemos potenciar con alternativas viables, a fin de lograr
cambios reales y legítimos.
Después de estas notas introductorias retomemos el tema central: el potencial Resocializante a
efectos del Análisis de Alternativas No Privativas de Libertad, tanto en procesos Penales
Ordinarios como procesos de Ejecución de la Pena, sea en adultos y más en poblaciones
penales juveniles, la debida proyección de reinserción social, el análisis de la personalidad, es
esencial, no para cumplir meramente con el precepto legal de la Convención de Derechos
Humanos, el cual debemos honrar; sino para concebir una más acertada Administración de
Justicia.
A habida cuenta de lo que implica la trágica lógica de la cárcel y el contrasentido que para lo
psicológico significa: socializar a alguien aislándolo (es decir in-socializándolo) o bien educar
su violencia, violentándolo; razón suficiente por lo que nuestra sociedad deba apostar al menos
en ciertos casos a la resocialización y no a la privación de libertad.
El concepto fundamental, es como diría (Zaffaroni, R.; 1998)34 lograr la verdadera finalidad
práctica de la Ley, y aceptando como legítima la intervención del derecho penal, sólo cuando la
misma produce (o potencialmente podría producir) una disminución preexistente de los niveles
de violencia, o sea no es un garantismo a ultranza como señala el famoso constitucionalista L.
Ferrejoli citado en (García Méndez, E.; 2000)35, a fin de no sólo brindar muchas alternativas y
“morir en el intento”. La idea fundamental es tomar las medidas resocializantes como
alternativas que debemos optimizar por racionalidad de los recursos limitados y congruencia
del discurso. Implicando esto que no es de una forma indiscriminada, sino en los casos que
corresponda.
En estos casos el psicólogo forense valora la adaptabilidad en abstracto o de ciertas preguntas
psicolegales específicas, programas educativos, tipos de vínculos y lugares específicos que
convienen o no convienen, esquemas laborales, esquemas de tratamiento psicológicos o
psiquiátricos, esquemas de rehabilitación en centros especializados para drogas, y otras
exigencias psicosociales, según su personalidad, recursos personales, potencial de cambio y
exigencias del medio.
34
Zaffaroni, Eugenio Raul. (1998) En Busca De Las Penas Perdidas. Deslegitimación y Dogmática JurídicoPenal. Buenos Aires. Talleres Gráficos.
35
Ferrajoli, Luigui, citado en García Méndez, Emilio. (2000). Los Sistemas de Responsabilidad Penal Juvenil en
América Latina. En Herramientas: Revista Interdisciplinaria sobre temas de Justicia Juvenil, Año 1 No.1.
Montevideo Uruguay.
42
Para dar un ejemplo concreto sobre algunos métodos sistemáticos además del ya mencionado
análisis de la personalidad, haré unas pequeñas referencias sobre las evaluaciones de riesgo.
Aunque es un tema difuso que a ojos de desconocedores toma matices de sesgo, son modelos
de evaluación que proveen mejores condiciones para el objetivo de la información. La idea es
ilustrar aunque sea con algunos detalles, para ampliar el panorama y abrir tema de discusión.
Los psicólogos son especialistas en desarrollo de la personalidad normal y contemplan los
desajustes de la personalidad patológica, a diferencia de la psiquiatría que se enfatiza más en lo
patológico.
Los modelos de evaluación de riesgo en el ámbito forense, van evolucionando, a paso
aligerados, pero ha requerido de tiempo para una psicología bastante nueva como lo es, la
psicología forense. Las evaluaciones de riesgo no sirven para medir riesgo únicamente, sino
para estimar o desestimar la intensidad del riesgo. Modelos de evaluación de riesgo no es una
lupa que identifique en una sola dirección los riesgos, sin contemplar los factores que los
contrarrestan, como son los “factores protectores” o aquellos que ayudan a superar las
condiciones adversas. Como hemos integrado a través del documento, los modelos de
evaluación psicológica, no pueden -privilegiar /maximizar- o bien -desestimar/ minimizarhallazgos que produzcan sesgos, cierres prematuros, sin antes realizar diagnósticos
diferenciales, que permitan sopesar hacia donde está la balanza, como si fuera un contínuum de
potencial resocilizante a potencial de riesgo. Esto con miras a la información útil que pueda,
optimizar las resoluciones que en el amplio análisis integren medidas resocializantes o
desjudicializantes.
Para dar una idea del avance en estos temas de riesgo de violencia podemos revisar literatura
reciente (Andrade, J. & Colbs. 2009)36, al principio antes de los años 80`s hemos confiado en la
literatura producida por el juicio de los expertos, en esta primera generación, los psicólogos y
sobretodo psiquiatras después de años de atención a estas poblaciones apoyaban consensos de
expertos sin una adecuada sistematización, basados en su experiencia, destacaban indicadores,
en muestras por lo general psiquiátricas, derivando patologías en común, asociadas a eventos
violentos. En sus inicios se asociaba este concepto de riesgo al concepto de enfermedad mental.
Posteriormente segundas generaciones de investigación se enfocaron en identificar factores
que incrementaban la probabilidad de comportamiento violento, de manera más sistemática.
Estas metodologías eran más de identificar factores después de que han sucedido eventos
violentos, al estilo de los métodos utilizados en la Meteorología, identificando en eventos
pasados cuáles factores predicen más un evento violento, esta generación dio más énfasis a lo
que conocemos como factores de “riesgo estático”. Mucho se caracterizó en métodos
actuariales que privilegiaron más las observaciones estadísticas de factores comunes en grupos
de investigación, que exhibieron comportamientos violentos. Una tercera generación ha
36
Andrade, T. –editor-.(2009). Handbook of Violence Risk Assessment and Treatment.: New Approaches for
Mental Health Professionals New York. Springer Publishing Company.
43
integrado el conocimiento de las dos generaciones anteriores, con enfoques e instrumentos muy
estructurados que mejoran el juicio profesional. Hoy en día instrumentos especializados para
cada diversos temas de riesgo (sean sexuales, agresiones física, violencia doméstica, uso de
armas, etc.). En este sentido, se ha desarrollado investigación de instrumentos no sólo
integrando los factores de riesgo estáticos, aquellos que se asociaron a eventos de riesgo que
sucedieron en el pasado; sino también se integraron factores de “riesgos dinámico”, aquellos
aspectos precipitantes que pueden mejorar la predicción de violencia actual o futura y que son
factores que no están presentes siempre, por lo que son más cambiantes o dinámicos, son más
circunstanciales, explican mejor algunos eventos que no pueden explicar los factores de riesgo
estático, estos últimos explican lo que pasó en el pasado pero no necesariamente el presente.
Una persona alcohólica puede tener en su historial violento asociado a su problema de
alcoholismo, si bien no debe desestimarse, esta información del pasado (riesgo estático), puede
que no sea tan relevante en el presente en un determinado caso que dejó de consumir de licor
hace 18 años, y que en la actualidad tuvo un evento violento. Quizá en este ejemplo, otros
factores como la pérdida de su pareja y un despido laboral (factores de riesgo dinámico),
expliquen mejor sus frustraciones y la falta de inhibidores, en un disputa que dio al traste con
un evento violento, más que su conducta alcohólica del pasado.
Cuando hablamos de riesgo no es riesgo en general al imaginario de cualquiera, sino los
forenses deben documentar riesgo de qué, para quién y en qué contexto. Los instrumentos
modernos tienen poco, pero poseen no menos de 10 años de investigación para promocionarse
su uso, son instrumentos que comparan al individuo con diversas poblaciones violentas y de
diversas intensidades permitiendo comparar al evaluado contra estos estándares, no son
preguntas antojadizas, sino que son depuradas según la investigación y algunos para conocer su
validez tardan hasta 10 o 15 años, para estimar después de los años que tanto predijo el
instrumento. Existen muchos tipos de instrumentos según sea el tipo de delito, si es un delito
sexual (SVR-20)37, si es violencia física (HCR-20)38, si es violencia de pareja (SARA)39, si
medimos comportamientos antisociales (PCL-R)40, etc. Ya hay algunos que han evolucionado
en la investigación como el (STATIC-99) en su nombre inicial, instrumento para evaluación de
ofensores sexuales (STABLE-2000), el cual hoy en día ayuda a establecer niveles de predicción
del comportamiento reincidente. (Hanson, R. K. & Morton- Bourgon, K.E.; 2004)41. Existen
muchos otros42 pero para hablar de ellos debemos conocer en qué consisten estos y cómo se
37
Boer, D.P.,; Hart, S.; Kropp, P.R. & Webster, Ch. D. (2005) vers. española. SVR-20 Manual de Valoración del
Riesgo de Violencia Sexual. Barcelona: Publicions I Edicions Universitat de Barcelona.
38
Webster, C.D., Douglas, K..S., Eaves,D. and Hart, S.D. (1997). HCR-20 Guía para la Valoración del Riesgo
de Comportamientos Violentos. Barcelona: Publicions I Edicions Universitat de Barcelona.
39
Kropp, R.; Hart, S.D.; Webster, Ch. D. & Eaves, D. (1999). Spousal Assault Risk Assessment: User`s Guide.
Toronto: Multi-Health Systems.
40
Hare, Robert D. (1991). The Hare Psychopathy Checklist –Revised. Toronto: Multi-Health Systems.
41
Hanson, R. K. & Morton- Bourgon, K.E. (2004). Predictors of Sexual Recidivism: An Updated Meta-Analysis.
Corrector User Report No. 2004-2. Public Safety and Emergency Preparedness Canada.
42
Pueden Consultar :
44
integran a los modelos de evaluación del riesgo. Los psicólogos no hacen referencia a un
comportamiento violento impredecible, como a los que todas las personas estamos expuestos,
sino a los riesgos predecibles, producto de desajustes o déficits psicológicos identificables y
documentados por la investigación psicoforense.
En la actualidad la psicología forense contemporánea, no puede hablar de potencial
resocializante sin haber contemplado factores de riesgo, y viceversa sin contemplar los factores
protectores o resilentes. Sobre todo de los instrumentos y metodologías que mejoran la
precisión de los juicios profesionales y al fin y al cabo uno de los aspectos más relevantes: la
predicción de la violencia futura. No es predecir el futuro de nadie, sino hablamos de
probabilidades comprobadas por la investigación científica.
El desarrollo de la psicología forense y la investigación científica asociada, debido a la
exigencia de las Cortes ha avanzado mucho.
Hoy, a diferencia de la primeras generaciones tenemos conocimiento que la violencia proviene
más de los trastornos de personalidad, que de las enfermedades mentales graves, como se
pensaba al principio. Por lo que claramente también diferenciamos la violencia reactiva
(aquella que surge más al calor y a la falta de inhibidores); de la violencia instrumental (aquella
que se produce como forma de obtener un beneficio secundario). Las agrupaciones de factores
en común, al estilo perfiles, son útiles en etapas muy incipientes de una evaluación, pero hoy
día están superadas porque no predicen los comportamientos violentos en sí mismas. Es útil
saber que gran parte de los pedófilos, ven pornografía infantil; pero ver pornografía infantil
(factor común) no significa que sea pedófilo, estas asociaciones mecánicas son insuficientes
para predecir un pedófilo. Los psicópatas son más fríos, insensibles y les gusta las sensaciones
fuertes, pero también las mujeres policías que se contratan en los cuerpos policiales por lo
general tienen estas características y esto no significa que sean psicópatas. Se requiere para
predecir riesgos, análisis más complejos de múltiples factores tanto de riesgo y su validez
predictiva, así como factores protectores. Esto nos da una idea de lo que las diversas
generaciones de investigación han ido superando. Instrumentos con mucha investigación
buscan ya niveles de predicción futura de la violencia, esto es validez, pero para saber su
utilidad tuvieron que esperarse hasta 10 años de investigación.
-Webster, Christopher & Hucker, Stephen. (2007). Violence Risk Assessment and Management, Chichester
England: John Willey & Sons Ltd.
-Conroy, M. A. & Murrie, D. (2007). Forensic Assessment of Violence Risk: Guide for Risk Assessment and
Risk Management. New Jersey: John Wiley & Sons Inc.
-Mills, J.; Kroner, D. & Morgan, R. (2011). Clinician´s Guide to Vilence Risk Assessment. New York: The
Guilford Press.
-Monaham, John; Steadman, Henry & Cols. (2001). Rethinking Risk Assessment. The MacArthur Study of
Mental Disorder and Violence. New York: Oxford University Press, Inc.
-Andrade, J. (2009). Ibidem.
45
En general creo necesario para la evaluación psicológica forense por las razones de lógica,
transparencia, proporcionalidad, y eficiencia, que métodos objetivos, comparativos,
sistemáticos, uso de estándares científicos, que han sido depurados en diversos contextos sobre
la validez, en temas específicos sobre el análisis del riesgo, que contempla tanto sus ajustes o
desajustes en sus posibilidades resocializantes se requieren modelos, objetivos que no
privilegian hipótesis sesgadas. Para esto incorporaré algunos ejemplos de lo que los psicólogos
forenses, contemplan en sus análisis. Veamos aspectos en la Ley Penal Juvenil, de los que
pueden dar información los psicólogos forenses, recuerdo: esto son aspectos jurídicos pero que
hallazgos psicológicos en preguntas concretas de las autoridades pueden ampliar su panorama
con los informes periciales.
Ley de Justicia Penal Juvenil (C.R.)
ARTICULO 121.- Tipos de sanciones.
a) Sanciones socio-educativas. Se fijan las siguientes:
1.- Amonestación y advertencia.
2.- Libertad asistida.
3.- Prestación de servicios a la comunidad.
4.- Reparación de los daños a la víctima.
b) Ordenes de orientación y supervisión. El Juez Penal Juvenil podrá imponer
las siguientes órdenes de orientación y supervisión:
1.- Instalarse en un lugar de residencia determinado o cambiarse de él.
2.- Abandonar el trato con determinadas personas
3.- Eliminar la visita a bares y discotecas o centros de diversión determinados.
4.- Matricularse en un centro de educación formal o en otro cuyo objetivo sea
enseñarle alguna profesión u oficio.
5.- Adquirir trabajo.
6.- Abstenerse de ingerir bebidas alcohólicas, sustancias alucinógenas,
enervantes, estupefacientes o tóxicos que produzcan adicción o hábito.
7.- Ordenar el internamiento del menor de edad o el tratamiento ambulatorio en
un centro de salud, público o privado, para desintoxicarlo o eliminar su
adicción a las drogas antes mencionadas.
c) Sanciones privativas de libertad. Se fijan las siguientes:
46
1.- Internamiento domiciliario.
2.- Internamiento durante tiempo libre.
3.- Internamiento en centros especializados. . (Ley Penal Juvenil).
ARTICULO 122.- Determinación de la sanción aplicable. Para determinar la
sanción aplicable se debe tener en cuenta:
a) La vida del menor de edad antes de la conducta punible.
b) La comprobación del acto delictivo.
c) La comprobación de que el menor de edad ha participado en el hecho
delictivo.
d) La capacidad para cumplir la sanción; asimismo, la proporcionalidad,
racionalidad e
idoneidad de esta.
e) La edad del menor y sus circunstancias personales, familiares y sociales.
f) Los esfuerzos del menor de edad por reparar los daños. (Ley Penal Juvenil).
(El subrayado es nuestro)
La Capacidad Resocializante. Como he mencionado en otros contenidos, tanto para lo
cognitivo como para el análisis de la personalidad, los forenses analizamos los déficits o
deterioros vrs capacidades o potencialidades, lo mismo aplica para lo resocializante, que desde
luego infiere e integra información de los contenidos anteriores “lo cognitivo y la
personalidad”. En casos de la materia penal de adultos, por lo general, las peticiones son
concretas, siendo que una o varias preguntas psicolegales, orientan la exploración psicológica
forense. Por lo general casos de criterios de oportunidad, alternativas rehabilitantes en procesos
de ejecución de la pena, procesos de suspensión de proceso a prueba, donde expresamente se
hace un especial énfasis de este análisis sobre la reinserción social y otros que expresamente
por inquietudes de la autoridad judicial o condiciones propias de la normativa Penal o la
normativa Procesal Penal.
En evaluaciones de asuntos penales juveniles se realiza un análisis amplio derivado de la Ley
en Art 93 “el Estudio Psicosocial” a menos que exista petición concreta o alguna indicación
específica, y este informe debe incluir información relevante sobre lo resocializante, en los
casos que estas facultades están claramente presentes, sobretodo por lo que indica la Ley Penal
Juvenil en Art. 7 Principios Rectores “… su interés superior, el respeto a sus derechos, su
formación integral y la reinserción en su familia y la sociedad”. Debe recordarse que en
algunos casos, el nivel de deterioro es en tantos aspectos, que la necesidad de contención es en
47
muchas áreas, y su limitada viabilidad de recursos personales y contextuales implicaría más
una alternativa de privación de libertad en los casos que desde luego el delito así lo determine.
Debe advertirse que no es que para adultos no sea este el fin, integrar lo resocializante, pero en
población penal juvenil se realiza mayor énfasis, por estar todavía en edad de desarrollo.
Sobre la política de la finalidad de la pena, no muy distinto que otras latitudes
latinoamericanas, la Carta Constitucional guarda silencio acerca del tema, por lo que debe
acudirse a los tratados internacionales que, de acuerdo al Art 7 de la Const. Pol. , tienen fuerza
inferior a la Constitución pero superior a la ley. Así encontramos el Art. 5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, que en los incisos 5.3 y 5.6 dispone: «La pena no puede
trascender de la persona del delincuente» y «Las penas privativas de libertad tendrán como
finalidad esencial la reforma y la readaptación social de los condenados». En igual sentido el
Art. 10.3 del Pacto internacional de derechos civiles y políticos, que en lo conducente reza: “El
régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y
readaptación social de los penados…”; y el Art. 51 del Código Penal , que establece la “acción
rehabilitadora” como finalidad de las penas. (Res: 2002-0428 Tribunal Casación Penal). En
resumen la finalidad de la pena, y la política criminal hacen referencia más a la “prevención
específica positiva”.
Cumpliendo con una legítima intervención del Derecho Penal, porque no se trata de ofrecer una
alternativa resocializante a ultranza, debemos afinar esto en la autoridades judiciales y los
peritos a fin de incluir un equilibrado análisis en este aspecto y por un principio de realidad
analizar la viabilidad de las alternativas.
En este punto es clave la pericia psicológica forense, porque la exploración psicológica no
explora tanto sobre “la opinión” de los entrevistados, sino sobre “la actitud” que se acerca más
a la predisposición real de los individuos, con hallazgos que se buscan a través de múltiples
métodos y múltiples fuentes colaterales.
Desde esta perspectiva, la pericia ofrece información útil, sobre qué tanto están arraigados los
patrones desadaptativos; para estimar las posibilidades reales en: lo académico, laboral, las
alternativas de convivencia favorable con su familia u otros contextos; todo esto en razón de
sus recursos personales, cognitivos, culturales y ambientales, para que las autoridades puedan
estimar las condiciones de reinserción o de contención, porque definitivamente en este último,
no son pocos los casos en que, aun respetando la discrecionalidad que posee la autoridad
judicial en relación al rango de pena que establece la Ley, pareciera que la necesidad de
contención en algunos casos es necesaria, es decir la propia cárcel como modelo inicial
resocializante es inevitable, desde luego para los delitos y las penas que permita la Ley y la
proporcionalidad correspondiente según grado de responsabilidad y gravedad del hecho.
Finalmente puede agregarse para ampliar el panorama de la información psicolegal relevante,
que en algunos casos la integración social del joven adolescente, de acuerdo con los fines
48
pedagógicos y resocializantes de la Ley de Justicia Penal Juvenil, debe contemplarse este
determinante “lo resocializante” por lo ya mencionado en los Principios Rectores, Art. 7 y 44,
de dicha Ley, además de otras aplicaciones del informe pericial con respecto a lo que la
autoridad podría informarse a efecto de: los Tipos de Sanciones referidas en el Art. 121 y sobre
la Determinación de la Sanción Aplicable (Art. 122); las Suspensiones de Proceso a Prueba
(Art. 89) y las Ordenes de Orientación y Supervisión (Art. 128).
No debe olvidarse que no menos importante son las evaluaciones de Ejecución de la Pena que
van a requerir un claro énfasis en 1.) las posibilidades resocializantes y 2.) análisis de riesgo de
violencia, como he mencionado en otros foros, sopesando para ver el balance de estos dos
aspectos.
En los siguientes Artículos de la Ley y temas mencionados se puede inferir también la utilidad
del Peritaje Psicológico sobre las posibilidades de Desjudicialización (fines y principios)43
que deben promover los mecanismos jurídicos en la Materia Penal Juvenil, datos periciales que
puede informar sobre la idoneidad o no del imputado ante las diversas alternativas para
adolescentes, una vez contemplados los principios de racionalidad y proporcionalidad según
recursos y condiciones personales (capacidad cognitiva, disposición, autocontrol, redes de
apoyo, u otras) que permitan identificar la pertinencia de la medida.
Ejemplo de la utilidad del aporte de la pericia psicológica, para la toma de decisiones en estos
aspectos “desjudicializantes” tenemos las siguientes alternativas que ofrece la Normativa:
Cito como ejemplo Ley de Justicia Penal Juvenil.
ART. 62.- Convocatoria a La Conciliación
ART. 89.- Suspensión del Proceso a Prueba
ART. 128.- Ordenes de Orientación y Supervisión.
En materia de Adultos pueden profundizar en este tema las diversas modalidades de
alternativas al internamiento tradicional en “El Trabajo en Beneficio de la Comunidad como
Alternativa Punitiva”. (Burgos, A.; 2005)44, e integrar otros criterios de oportunidad, lo que
reviste de relevancia e importancia en cuanto a su significado y especialmente en razón de su
efectividad tanto en lo social como en lo personal, lo que he mencionado además de integrar
Derechos Humanos nos da legitimidad y coherencia en el discurso del Sistema Penal.
43 Tiffer, C., Llobet, J. y Dünkel, F. (2002). Derecho Penal Juvenil . Comentar sobre diversión o las diferentes posibilidades de
remisión.
44
Burgos, Alvaro. (2005). EL Trabajo en Beneficio de la Comunidad como Alternativa Punitiva. San José:
Mundo Gráfico, S.A. El Dr. Burgos es Juez Superior Penal. Catedrático Derecho Penal y reconocido autor de
múltiples obras. Además con una enorme calidad humana, que daría fe de su coherencia con el discurso de su
texto.
49
En otros aspectos concretamente psicolegales del tema general de este artículo, también podrán
profundizar en otros textos que podrán encontrar a mi nombre sobre La Psicología Forense y la
Actividad Pericial, pero creo intenté generar algunas ideas fundamentales con la esperanza de
haber abierto espacios de discusión que contribuyan a mejorar la Administración de la Justicia,
desde luego además estoy seguro voy a ser retroalimentado.
50
Bibliografía Recomendada y Referencias
Ackerman, M.J. (1999). Essentials of Forensic Psychological Assessment. New York: John Wiley & Sons.
American Psychological Association –A.P.A.-. (2002) Ethical Principles of Psychologists and Code of Conduct.
Washington: A.P.A.
American Psiquiatric Association. A.P.A. (2002). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
DSM-IV-TR. Edic Española. Edit Masson. Pag. XXXI del Introductorio.
Boer, D.P.,; Hart, S.; Kropp, P.R. & Webster, Ch. D. (2005) vers. española. SVR-20 Manual de Valoración del
Riesgo de Violencia Sexual. Barcelona: Publicions I Edicions Universitat de Barcelona.
Burgos, Alvaro. (2005). La Pena Sin Barrotes. San José: Poder Judicial.
Burgos, Alvaro. (2005). EL Trabajo en Beneficio de la Comunidad como Alternativa Punitiva. San José: Mundo
Gráfico, S.A.
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Ching, Ronald Lin (2014). La Pericia Forense: Lo Psicolegal Relevante. En Congreso Psicologia Jurídica y
Forense. Guayaquil, Ecuador. Junio 2014. Participación Virtual.
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Conroy, Mary Alice & Murrie, Daniel. (2007). Forensic Assessment of Violence Risk: Guide for Risk
Assessment and Risk Management. New Jersey: John Wiley & Sons Inc.
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