PLAN DIRECTOR PARA MANEJO DE AGUAS PLUVIALES DE LA CIUDAD DE SAN CARLOS DE BARILOCHE (RÍO NEGRO, ARGENTINA) Franklin J. Adler, Hugo R. Paz, Roberto R. Lazarte Sfer Quito 2499 – (4107) Yerba Buena –Tucumán – Tel./fax 0381-4251308; fadler@uolsinectis.com.ar Maciel 150 – (4107) Yerba Buena –Tucumán – Tel. 0381-4354834; hrpaz2000@yahoo.com.ar Junín 665 - 2ºB – (4000) S. M. de Tucumán –Tucumán – Tel. 0381-4304081; r-lazarte@arnet.com.ar INTRODUCCION El presente trabajo trata sobre aspectos generales e introductorios que definen el marco de realización del “Plan Director de Manejo de Aguas Pluviales de San Carlos de Bariloche”, en curso de ejecución con asistencia técnica y financiera del Consejo Federal de Inversiones y el Departamento Provincial de Aguas de la provincia de Río Negro con la colaboración de la Municipalidad local. Se prevé tener el plan elaborado para Marzo de 2005. Se entiende por “Manejo de aguas pluviales” a todo el conjunto de acciones que se encaran para remediar problemas existentes provocados por aguas pluviales y prevenir la ocurrencia de nuevos problemas. Incluye el desarrollo y puesta en funcionamiento de medidas estructurales y no estructurales a fin de conciliar la función de acumulación y conducción que tienen los sistemas de desagüe pluvial dentro del espacio y las necesidades del crecimiento poblacional y urbano. Como se verá en el desarrollo del texto, las particularidades de la ciudad de San Carlos de Bariloche en el contexto del país y en términos relativos a los modos que en diversas partes del mundo se encara la problemática de manejo de aguas pluviales urbanas, hacen necesario definir claramente desde un comienzo un marco realista que caracterice el problema a encarar, de modo que permita arribar a resultados y propuestas útiles y viables, evitando frustraciones futuras por planes escasamente realistas o basados en modelos sin aplicación en la realidad local. La ciudad de San Carlos de Bariloche, ubicada en la provincia de Río Negro, Argentina, en la región nor-patagónica, ha tenido un acelerado crecimiento en las últimas décadas. Si bien su población estable llegó a los 93000 hab. (Censo 2001), su mayor expansión fue espacial, alcanzando su ejido unas 22027 has. Tal crecimiento no se produjo sobre la base de una ocupación racional del suelo y por tanto se produjeron los conflictos propios de la falta de planificación, en especial en cuanto a los problemas de drenaje pluvial e inundaciones. Por la calidad del paisaje lacustre y los bosques de su entorno, la ciudad es un centro turístico de nivel internacional y clave en el desarrollo del Noroeste patagónico. Con la población temporaria el total anual supera los 700000 habitantes. CARACTERIZACION GENERAL DE SAN CARLOS DE BARILOCHE La ciudad de San Carlos de Bariloche se encuentra ubicada en la provincia de Río Negro, Argentina, entre los 41º 04` y 41º 13´ de latitud sur y entre 71º 08´ y 71º 36´ de longitud oeste. Por su cantidad de habitantes permanentes es una ciudad de mediana envergadura. La cantidad de personas que la visitan anualmente por su actividad turística (600000) le dan un carácter especial ya que crea una densidad demográfica “transitoria” con alta exigencia de estándares de calidad de vida ya que el turismo es de origen nacional e internacional. Parte importante de esa población transitoria concurre a Bariloche en la época de otoño-invierno, de altas precipitaciones y sus consecuentes problemas de inundaciones y de drenaje pluvial. La extensión geográfica del ejido municipal es una de las mas altas del país (22027 Ha), lo que establece una muy baja densidad de población para un ambiente urbano (4,2 hab./Ha). No obstante, la zona “urbana” configurada alrededor del núcleo fundacional (960 Ha) tiene una densidad de 70 hab/Ha. Para el resto de la ciudad la densidad media es de apenas 1,2 hab./Ha. Ese rasgo es un condicionante muy importante dado que el manejo estructural (con obras de infraestructura) del problema del drenaje urbano plantea necesidad de inversiones elevadas para escasos beneficiarios y con escaso retorno a través de tributos específicos. La morfología de Bariloche muestra un territorio con gran variedad de topografías, en las que en general predominan las fuertes pendientes y una red densa de drenaje a través de cañadas que atraviesan toda la ciudad. Parte del ejido es directamente montañosa (Cerro Otto) y el crecimiento urbano avanzó peligrosamente hacia el mismo. Resulta en cierta medida paradójico que una ciudad desarrollada en un ambiente natural de la calidad de S.C. de Bariloche, con un fuerte grado de vulnerabilidad, haya crecido hasta ocupar un enorme espacio geográfico edificándolo en bajo grado y autoimponiéndose una rigidez condenatoria por las formas de urbanización y los parcelamientos inadecuados. ASPECTOS BASICOS DE LA PROBLEMÁTICA DEL DRENAJE URBANO La problemática del drenaje urbano en los países en desarrollo Se considera útil, al plantear el análisis de los condicionantes y restricciones para elaborar un plan director como el propuesto, para aplicar en la Argentina, tener en cuenta aspectos comunes y frecuentes en los países llamados “en desarrollo”. En efecto, tales aspectos determinan largamente el carácter, alcance y viabilidad de los planes. La diferenciación con los países “desarrollados” no solo deriva de una frecuente diferencia en la problemática en sí, sino que el nivel de éstos hace que los objetivos planteados sean diferentes. Al evaluar los impactos que los procesos de urbanización tienen en el drenaje urbano, es posible concluir que en los países en desarrollo la cuestión principal es el crecimiento de las ciudades sin planificación en general y, cuando ella existe en algún grado, el drenaje urbano no es tenido en cuenta como factor significativo. Las consecuencias de ello son: a) Asentamientos de población en planicies fluviales inundables. b) Avances de la urbanización hacia zonas de riesgo en general, como bajos inundables, piedemontes y conos aluviales, etc. c) Incremento de la frecuencia de inundación por la urbanización creciente de las cuencas urbanas. La expansión urbana hacia las zonas altas agrava crecientemente los problemas. d) Degradación de áreas urbanas por erosión, sedimentación de sólidos y permanencia de aguas estancadas. e) Impactos en la calidad de las aguas de cuerpos receptores (arroyos, ríos, lagos) por arrastre de sólidos y residuos de la superficie urbana. Para los países en desarrollo se impone un análisis de los factores sociales, económicos y legales asociados a los problemas señalados (IHP-2001) . Con matices variados, son un lugar común en la geografía del sub-desarrollo y caracterizan en muchos aspectos las diferencias con los países desarrollados que no pueden soslayarse a la hora de buscar caminos de solución a los problemas locales. Así es posible señalar las siguientes cuestiones: Un grave problema existente en los procesos de urbanización en los países en desarrollo es la ocupación ilegal de espacios urbanos o peri-urbanos por población de escasos recursos, consecuencia de fenómenos complejos que no son de analizar aquí, pero que incluyen problemas migratorios internos, desequilibrios y transformaciones de las economías con consecuencias en la ocupación y el empleo, etc. Las tierras fiscales cercanas a las ciudades son propicias para la invasión por parte de sectores de bajos recursos, dado el débil o ningún control o ejercicio de posesión que los gobiernos tienen sobre esas tierras. Cuando las tierras son de particulares, en zonas de escaso valor por sus desfavorables condiciones ambientales, suele ocurrir que sus propietarios favorecen o inducen procesos ilegales de ocupación para forzar posteriores acciones expropiatorias por parte del Estado. Espacios que son desocupados por alguna acción de relocalización realizada por el Estado son nuevamente ocupados por otras generaciones de invasores en tanto que no se les da destino inmediatamente. Los estados municipales o provinciales suelen tener escasa o nula vocación de imponer la racionalidad en el uso del territorio, ni aún frente a los hechos de las ocupaciones ilegales en zonas de riesgo o ambientalmente desaconsejables. Con frecuencia se actúa en sentido contrario, consolidando esas radicaciones mediante la provisión de redes de servicios básicos como agua potable y electricidad. Son escasas las ciudades que cuentan con Planes Directores Urbanos, Planes Reguladores o Códigos Urbanos que establezcan, al menos en sus propósitos, normativas para el ordenamiento del territorio y el crecimiento urbano. Tales carencias se deben a diversas causas cuyo análisis excede el alcance de este trabajo. La existencia de planes urbanos o normativas para el crecimiento no constituye en sí garantía de un desarrollo urbano equilibrado y racional. Los municipios son en general débiles en cuanto a su capacidad de imponer la normativa y ejercer el control de su cumplimiento. Con frecuencia también son superados por decisiones provenientes de niveles administrativos superiores (provinciales y federales). Tal debilidad suele extenderse a la capacidad para controlar los factores que incidirán en el desarrollo urbano, no solo en materia de drenaje pluvial sino en los otros aspectos relacionados (vías de comunicación, usos del suelo, acumulación de residuos,...., etc.) Mención especial en materia de debilidad estructural de los municipios merece la insuficiente capacidad técnica de generar propuestas, tomar decisiones, elaborar proyectos, ejecutar o supervisar obras y ejercer un permanente y eficiente mantenimiento de los sistemas. Con frecuencia se realizan obras de drenaje pluvial de importancia y alto costo al amparo de una ayuda ocasional o de oportunidad del gobierno provincial o nacional, las que después de habilitadas no cuentan con un mínimo servicio de conservación, lo que provoca acelerado deterioro, pérdida de funcionalidad y, con frecuencia, colapsos y pérdidas físicas de envergadura. Las expansiones urbanas en las últimas décadas en la Argentina se produjeron en gran parte por los programas de viviendas de interés social, sustentados exclusivamente en la inversión pública. Su importancia ha sido tal que se puede considerar que determinaron en importante grado las características de los impactos ambientales derivados de la urbanización. Tales programas, como es bien conocido, se basan en pautas económico-sociales y políticas con escasos puntos de contacto con el planeamiento territorial. Sus características más generalizadas son: • Las urbanizaciones con frecuencia no se sujetan a las regulaciones de planes urbanos (si existen) y rara vez tienen en cuenta sanos principios de planificación urbana que constituirían aportes de interés al crecimiento de la ciudad. • Se urbaniza generalmente en terrenos de bajo costo, que frecuentemente son los menos favorables por ser zonas de riesgo (zonas bajas, planicies de inundación de ríos, zonas con napas freáticas altas, faldeos de montaña, etc.). Muchas operatorias de urbanización se realizaron con sistemas en los que los terrenos fueron propuestos por las empresas constructoras oferentes sin sujeción a mapas de riesgo o exclusión (si los hubo). • Las urbanizaciones no contemplan los impactos que generan en los escurrimientos pluviales sobre las áreas agua abajo de las mismas. • Los objetivos de solucionar problemas habitacionales a la mayor cantidad de población posible llevan a la adopción de viviendas de bajo costo, lo que suele significar subdivisión en grado sumo del suelo (lotes pequeños) y construcción de baja calidad. Estos rasgos inhiben cualquier intento ulterior de proveer algún control de caudales “en origen” (concepto que se desarrolla más adelante). • En tren de asignar la mayor parte de los presupuestos a generar espacios habitables (“techo”), las vías públicas (calzadas y veredas) no son ejecutadas o apenas se ejecutan en forma incipiente (cordón-cuneta en el mejor de los casos). Se pierde con ello un importante recurso de manejo de los flujos de agua superficiales. • Las tramas urbanas adoptadas no suelen adecuarse a la morfología del territorio, generando serios trastornos para la circulación libre de las aguas pluviales y a los propietarios para evacuarlas hacia la vía pública o la red natural de drenaje, usualmente obstruida por la urbanización. • A pesar del impacto zonal que significan las urbanizaciones masivas, la inversión en infraestructura zonal suele limitarse a la de vinculación o “enlace” con redes básicas de servicios (agua potable, cloaca, electricidad y gas). En general no se contempla la necesaria infraestructura de drenaje pluvial y menos aún cuando los problemas preexistentes en esa materia son de envergadura. El bajo ingreso promedio de las sociedades de los países en desarrollo no permite acompañar el crecimiento demográfico y la expansión urbana con las necesarias obras de infraestructura que son inherentes al bienestar del hábitat (pavimentos, redes cloacales, drenaje pluvial, telefonía, gas, etc.). Usualmente los fondos públicos de los planes de vivienda se asignan a las redes de servicios más esenciales (agua potable y electricidad), postergándose las más costosas (cloacas y pluviales). La telefonía y gas, siendo servicios mayormente privatizados en la Argentina, están supeditados a criterios de rentabilidad de las empresas prestatarias Criterios modernos de drenaje urbano La forma de tratamiento del manejo de las aguas pluviales establece también líneas bien diferenciadas a lo largo de la evolución de los ambientes urbanos en las últimas décadas. El modo tradicional de manejo de las aguas pluviales que se originan en un ambiente urbano está basado en una rápida evacuación de las aguas pluviales a través de la pronta captación de caudales superficiales concentrados en las vías primarias de escurrimiento (cunetas de calzadas) por medio de estructuras ad-hoc (sumideros, fosas, alcantarillas, etc.), su introducción en conductos cerrados o abiertos y su conducción hacia cuerpos receptores que pueden ser otros canales principales, ríos, arroyos o lagos. Ese criterio de manejo no intenta controlar la cantidad de agua (caudales) que se genera por la precipitación en el conocido proceso “precipitación = infiltración + evaporación + retención + escurrimiento”. Así, la acumulación de caudales en el escurrimiento hacia agua abajo de una cuenca requiere conductos de tamaño creciente que en muchos casos alcanzan envergaduras muy importantes y costos elevados. Estos sistemas reducen el tiempo de concentración de las cuencas urbanas ya que aceleran los escurrimientos por las conducciones, que son más veloces que por superficie y se traducen en intensidades de las lluvias de diseño más altas. Los caudales de escurrimiento superficial en un ambiente urbano son decididamente más elevados que en las condiciones ambientales naturales, donde la cobertura vegetal natural favorece la retención, infiltración y evaporación. La presencia de superficies impermeables crecientes (techos, patios, playas, pavimentos, etc.) incrementa el porcentaje de agua que escurre libremente y se acumula en un proceso de concentración acelerado por la misma urbanización y las características del terreno (esencialmente la pendiente). Los hidrogramas de caudales van incrementando tanto en su valor máximo (caudal “pico”) como en los volúmenes totales escurridos. Las conducciones deben ser diseñadas para esos caudales pico, Manejar esos caudales puede requerir obras de gran envergadura que usualmente exceden la capacidad municipal de afrontarlas. La tendencia moderna introduce el concepto de “control en origen” de los caudales superficiales de escurrimiento. Ello significa el empleo y aplicación de diversos criterios y/o dispositivos que tienden a reducir la cantidad de agua que escurrirá (reduciendo así los volúmenes) y a demorar el proceso de concentración (reduciendo así los caudales pico). Con ello se logra reducir la magnitud de las obras de conducción y sus altos costos asociados lográndose también efectos ambientales beneficiosos vinculados a la calidad de las aguas efluentes, recarga de acuíferos, etc. También se verán más adelante las restricciones y dificultades en la aplicación de tales criterios en ambientes urbanos consolidados y en marcos institucionales débiles. Los recursos aplicables para lograr los efectos mencionados cubren un amplio espectro que se pueden subdividir globalmente en acciones estructurales (obras) y no estructurales (regulaciones). Acciones estructurales • • • • • Dispositivos de detención a nivel de predio Dispositivos de detención a nivel zonal (lagunas de amortiguación) Dispositivos de retención a nivel de predio (favorecen la infiltración) Dispositivos de retención zonal Pavimentos permeables Acciones no estructurales Regulaciones sobre uso del suelo a nivel predio (limitación de factores de ocupación) Planificación del uso del espacio público (previsión de espacios verdes, zonas de detención de aguas, etc.) Detección y definición de las áreas de riesgo y establecimiento de restricciones en ellas. Planificación del crecimiento de las ciudades y consideración del manejo de las aguas pluviales desde el comienzo de los nuevos emprendimientos. Normativa vinculada a los aspectos anteriores Los recursos señalados suelen aplicarse combinados en un adecuado manejo ambiental para preservación del hábitat, lo que implica un firme manejo del territorio y los factores ambientales (suelo, agua, aire). EL CASO DE SAN CARLOS DE BARILOCHE La ciudad presenta una fuerte estructuración en su trazado merced a una intenso parcelamiento y subdivisión de la tierra pero un grado muy bajo de edificación y habitación, presentando grandes extensiones prácticamente vacías o con un bajo grado de ocupación. Las subdivisiones aprobadas sin restricciones al dominio que atiendan a la necesidad de controlar el agua en origen y el escurrimiento natural de las aguas superficiales han dejado múltiples condicionantes que dificultan el manejo racional y económico del drenaje urbano. Desde el punto de vista de los escurrimientos de las aguas pluviales y la relación con los cuerpos de agua receptores (lago, ríos y arroyos) se formuló un pre-diagnóstico en el cual se describen diversas “unidades de análisis”, que son unidades espaciales no conectadas (salvo la conexión a futuro entre las unidades Pampa de Huenuleo y Ñireco) y que presentan problemáticas de manejo de aguas pluviales diferenciadas, requiriendo en cada caso tratamiento diferenciado y específico. Ello lleva a la necesidad de medidas estructurales independientes y múltiples, no previéndose acciones únicas de impacto y beneficio generalizado en todo o gran parte del ejido urbano. El prediagnóstico hasta ahora elaborado se presenta más adelante en forma resumida. Desde el punto de vista climático, en la actualidad se engloban los problemas de drenaje pluvial urbano según las características climáticas de la región. Así se considera la problemática en contexto de climas fríos, de trópicos húmedos y climas áridos y semiáridos. La situación de Bariloche se encuadra primariamente en las características de los climas fríos pero dentro de esa categoría merece una calificación de “frío moderado” lo que se caracteriza por una permanencia no muy larga de nieve y la existencia de fenómenos de fusión rápida por lluvias templadas que siguen a las nevadas y son causa de fuertes caudales superficiales tanto en los cauces naturales como en el área urbana. Asimismo es frecuente la ocurrencia de precipitaciones en forma de lluvias de gran volumen (> 100 mm) que toman varios días, dando intensidades relativamente bajas pero sostenidas. Ello determina la factibilidad o aplicabilidad de determinadas medidas no estructurales en el plan de drenaje urbano. Desde un análisis socio-económico la ciudad de Bariloche presenta fuertes diferencias internas, las cuales se traducen en la calidad de la urbanización y de la construcción, relacionadas ambas fuertemente con los niveles de ingreso de la población. No obstante esas diferencias, en ambos casos se manifiestan aspectos de malas prácticas de uso del suelo que afectan fuertemente las posibilidades de manejo de las aguas pluviales y la protección contra inundaciones. Esos aspectos se sintetizan en el siguiente Cuadro 1. El aspecto común más significativo es el trazado urbano y parcelamiento sin respeto a la morfología del terreno natural, lo que constituyó factor permanente de problemas de muy difícil y costoso manejo. CUADRO 1 – S.C. de Bariloche - Problemas de drenaje urbano según características socioeconómicas de las zonas Tipo de zona urbana según ingreso económico medio Medio a alto (zona urbana céntrica, cuenca Aº Sin Nombre, Cº Runge, Melipal, El Faldeo, Oeste del Aº Gutierrez, El Cóndor (Las Victorias), etc. Rasgos negativos • • • • • • Bajo y medio-bajo • (Pampa de Huenuleo, Bº 34 Has, Bº Nahuel • Hue, Nuestras Malvinas, cuenca Aº Basurero, Zona Ñireco, Barrios San Francisco, etc. • • • • Consecuencias Amanzanamientos sin consideración a la Interferencia con la circulación natural de las morfología del terreno ni la red natural de aguas. Problemas de evacuación de agua de predios drenaje. hacia la vía pública Imposibilidad de manejo del aguas pluviales Tamaño de parcelas reducidos. generales con acciones a nivel de predio. Fuerte impacto por los cursos de agua interferidos. Tamaño de la vía pública reducido (calza- Destrucción de calzadas Ingreso de aguas pluviales a predios das y veredas) Dificultad de implantación de obras de conducción Erosión de calzadas Calles con fuertes pendientes Contaminación de aguas pluviales con sólidos Inundaciones de predios Obstrucción de la red natural de drenaje Aporte sólido a los predios Afectación de las vías de circulación Descargas ilegales de aguas residuales Aluviones sobre propiedades Avance sobre la montaña Fuertes aportes sólidos Amanzanamientos sin consideración a la Interferencia con la circulación natural de las morfología del terreno ni la red natural de aguas. Problemas de evacuación de agua de predios drenaje. hacia la vía pública Destrucción de viviendas favorecida por la Obstrucción de la red natural de drenaje baja calidad de las mismas y la falta de previsión en su construcción de los problemas pluviales. Inundación de predios Aportes sólidos Erosión de calzadas Calles con fuertes pendientes Contaminación de aguas con sólidos Areas pedemontanas deforestadas y/o Fuertes caudales y aportes sólidos incendiadas Ocupación de estepa (suelo con menor Mayores caudales superficiales Mayores riesgos de erosión grado de protección por vegetación) Dificultades de protección del suelo Ocupación de planicies aluviales Inundaciones. Inestabilidad de taludes de terrazas aluviales (bardas) En materia de normativa disponible que pudiera tener implicancia directa en la problemática del drenaje urbano y la protección contra inundaciones, existe legislación ambiental de carácter provincial y nacional pero obviamente con un alcance genérico, insuficiente como herramienta a implementar en un ámbito particular, con todas sus particularidades. En la ciudad de Bariloche existe un Código Urbano elaborado en el año 1994 pero que recién se encuentra en aplicación en una fracción limitada del ejido municipal (El Cóndor). Luego de un análisis sobre sus alcances y limitaciones se concluyó sobre su insuficiencia a los fines del manejo del drenaje urbano. Desde el punto de vista institucional, la pintura realizada bajo el título “La problemática del drenaje urbano en los países en desarrollo” es perfectamente aplicable a la ciudad de Bariloche, al igual que a la gran mayoría de las ciudades argentinas. Debilidad de la estructura municipal, insuficiencia de personal técnico para manejo del problema del drenaje pluvial, insuficiencia de la normativa, inexistencia de Plan Director, crecimiento urbano sin sujeción a estrategias de manejo del problema, urbanizaciones no controladas por el Municipio, falta de instrumentos técnicos de apoyo para el manejo (Manual de drenaje urbano), insuficiencia de información hidrológica, etc. Todo ello configura un cuadro relevante que deberá ser considerado por el Plan Director. Anticipadamente puede sostenerse que los aspectos institucionales son los de mayor importancia a afrontar, en virtud de que un Plan Director es solamente posible de aplicar con éxito sobre la base de una institución municipal sólida en sus decisiones y con capacidad de imposición de la normativa sobre la población, basada en el consenso de los factores. Todos los aspectos señalados y los análisis específicos que se realizan en otros apartados, que caracterizan a la ciudad de Bariloche, definen una situación particular que no puede encuadrarse rígidamente en tipificaciones usuales en la actualidad para ámbitos urbanos que se emplean para la aplicación de criterios de planeamiento en el manejo del drenaje urbano. Aspectos propios de esta ciudad, muy diversificada en su morfología y en la forma de ocupación del espacio y con rasgos climáticos particulares, hacen inaplicables algunos criterios de manejo del drenaje pluvial urbano, como se verá oportunamente. DIAGNOSTICO DE LA SITUACION ACTUAL General El ejido municipal se desarrolla al sur del lago Nahuel Huapi, extendiéndose entre sus extremos este y oeste en 45 km y de norte a sur 9 km en su parte más ancha. Parte importante del ejido es montañosa (Cerro Otto) o esteparia y no se ha urbanizado aún. El área del ejido municipal sobre el que se elaboró el presente diagnóstico y sobre el que se desarrollará el Plan Director de Manejo de Aguas Pluviales comprende las áreas ya urbanizadas o en vías aceleradas de urbanización y las que se prevén como de evidente futura expansión. Su extensión es de aproximadamente 6300 ha. y su delimitación se exhibe en la Figura 1. Es decir que no cubre todo el ejido de la ciudad (29%). El área no incluida comprende zonas de montaña, militar, al oeste del Lago Moreno y en el extremo este de muy baja densidad de urbanización. Características principales La ciudad de S.C. de Bariloche se ubica dentro de la reserva natural del Parque Nahuel Huapi, cuyo manejo y gestión está a cargo de la Administración de Parques Nacionales, organismo dependiente del gobierno nacional. Si bien está inmersa en el área protegida, desde 1958, al pasar las tierras fiscales de la APN a propiedad del Municipio, este establece sus propias regulaciones y tiene el poder jurisdiccional en materia de usos del suelo (Fulco-CFI, 1994). Desde su surgimiento entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX su actividad fue evolucionando desde la agrícola-ganadera hacia la turística y comercial, siendo clave la creación del Parque Nacional Nahuel Huapi en la década del 30. El ejido Municipal fue extendiéndose por diversos actos administrativos desde el inicial de 7890 Has (año 1920) hasta el actual de 22027 Has (año 1952)(Fulco-CFI 1993). PLAN DIRECTOR DE MANEJO DE AGUAS PLUVIALES DE S. C. DE B ARILOCHE ISLA HUEMUL LA GO Aº GUT IERRE .E XE QU IEL AV. P IONE ROS Z IEDRA A DE P Aº CAS AV NAHUEL HUAPI BU ST IL L O RE CTUB 2 DE O A V. 1 7 º 23 AN R UT CERRO OTTO O RI LAGO GUTIERREZ A EL BOLS ON A C. AN R UT 58 Nº 2 A ESCALA GRAFICA PI TO U A ST C C RE ÑI IR O V N CU A AL N O CI REFERENCIAS LIMITES DEL AREA DEL PROYECTO FIGURA 1 - LIMITES AREA ESTUDIO Características fisiográficas (Figura 1) Corresponde a la región de S.C. de Bariloche la clasificación de zona bioclimática “muy fría“ (zona VI, IRAM 11603) El ejido municipal comprende zonas morfológicas muy variadas, desde montaña de baja altura (Cº Otto, 1400 msnm) hasta planicies como la Pampa de Huenuleo y colinas intermedias. El área urbanizada se desarrolla en las planicies y colinas, entre altitudes de 760 y 900 msnm. Las pendientes del territorio urbanizado alcanzan valores medios de 4º a 6º (7 a 11%), es decir son elevadas, lo que determina un conjunto de problemas típicos de las urbanizaciones de montaña. Tres cursos de agua permanentes surcan el área urbana: los arroyos Ñireco, Gutiérrez y Casa de Piedra, siendo el primero el de mayor significación, por su ubicación con relación al área urbana y por sus caudales. La acelerada expansión urbana provocó una fuerte degradación del bosque nativo, que en 1970 ocupaba un 32% de la superficie del ejido (Abalerón, 1996). Tal proceso continuó y su cuantía surgirá de trabajos de mapeo de cobertura vegetal que se realizarán en el presente proyecto. Geológicamente, la región urbana de S.C. de Bariloche presenta depósitos glaciarios y fluvioglaciarios en espesores y naturaleza muy variada. En las zonas pedemontanas del Cº Otto esos depósitos se adelgazan o desaparecen para exponer la roca de edad terciaria. Los acuíferos freáticos acompañan el ambiente y se manifiestan por frecuentes alumbramientos favorecidos por la fuerte pendiente topográfica. También abundan los “mallines”, zonas de napas freáticas altas producidas por acumulación en bajos y con suelos finos de baja consistencia. Procesos El proceso de avance de la urbanización ha provocado serias consecuencias de degradación ambiental que hoy caracterizan al área de S.C. Bariloche. Ello se agrava por el hecho de ubicarse en un espacio territorial de transición entre la estepa y el bosque, con tendencia a trasladarse hacia el oeste, es decir con dominancia de estepa. A la destrucción del bosque nativo por tala con fines primeramente agrícolas y luego de urbanización, se suman los incendios forestales, que constituyen episodios cada vez más frecuentes y de origen dominante en la acción antrópica. La pérdida de protección del suelo por eliminación de la cobertura boscosa y del sotobosque ha traído como consecuencia el desencadenamiento de procesos erosivos, favorecidos por las fuertes pendientes ya mencionadas y la baja coherencia de los suelos. La urbanización sin respeto por la morfología montañosa ni la red natural de drenaje ha traído como consecuencia desorden u obstrucciones en la evacuación de aguas pluviales, irrupciones aluvionales en áreas habitadas, inundaciones frecuentes y pésimas condiciones de calidad urbana, que no se condicen con una ciudad joven y moderna (apenas un siglo desde su fundación). Las redes de saneamiento cloacal ejecutadas hasta la actualidad no cubren toda el área poblada, por lo que se producen descargas hacia las napas freáticas y cursos de drenaje naturales, con la consecuente contaminación de los mismos y su traslado hacia el cuerpo de agua receptor final que es el Lago Nahuel Huapi, desde donde se capta parte del agua que abastece a la población de la ciudad. La falta de redes de evacuación pluvial en la mayor parte de la ciudad y los frecuentes problemas de desagüe generados por la inadecuación de los parcelamientos a la morfología del territorio provocan numerosas descargas clandestinas de pluviales a la red cloacal, con la lógica superación de su capacidad y la de la planta final de tratamientos de efluentes y con el consecuente vertido en crudo al lago Nahuel Huapi cuando se producen lluvias de cierta intensidad. Origen de los problemas de drenaje urbano Todo proceso de urbanización provoca un fuerte impacto sobre el ambiente en el que se produce. La destrucción de la cobertura vegetal preexistente quita protección al suelo, impide la retención de aguas de lluvia y reduce su insumisión en aquel. El cubrimiento del suelo con edificaciones impide también la absorción de parte del agua pluvial y facilita su escurrimiento, mayor cuanto más alta es la pendiente. Los caudales mayores que así se generan tienden a provocar erosión de los suelos y su acumulación se transforma en un problema de difícil manejo. Todo ello se revierte contra la misma urbanización, la infraestructura y sus habitantes, ya que los procesos desencadenados son de difícil y costoso manejo. No obstante lo descripto, cuando se prevén las consecuencias de la urbanización en la etapa de planeamiento o regulatoria, es posible la adopción de medidas y criterios que tengan en cuenta todos los aspectos y se logre minimizar los impactos sobre el ambiente y los daños y perjuicios sobre la misma población y la infraestructura. Lamentablemente, en S.C. Bariloche, a pesar de su nacimiento y desarrollo en el siglo XX, no se ha contemplado en sus etapas formativas todos los problemas emergentes de una urbanización en un ambiente tan delicado como el que allí existe. El establecimiento de una ciudad en cuadrícula, sin respeto a la morfología del territorio, muestra que no se asumió como ciudad de montaña y, en consecuencia, debe afrontar las serias consecuencias de ello a través de numerosos problemas entre los cuales los pluviales son de alta significación. La presión inmobiliaria en un territorio codiciado por sus bellezas naturales generó loteos en áreas aún sin aptitud para urbanización o qué, al menos, hubieran requerido respeto y consideración a la morfología y la red natural de drenaje. Ejemplo ilustrativo, dentro del área del Plan Director, es el sector Oeste, en particular el Faldeo norte del Cerro Otto. La evolución negativa de la situación socioeconómica de las últimas décadas y la pérdida de la capacidad de planificación y regulación del Estado han tenido su correlato en las formas de urbanización generadas por las políticas de vivienda del Estado Nacional y los provinciales, ya expuestas en apartado anterior. Una descripción acabada de los procesos que llevaron a la ciudad actual y toda su problemática consecuente se desarrolla en los trabajos de Fulco-CFI (1993) y Fulco-CFI (1994), a los cuales el lector interesado debe remitirse para una comprensión profunda de aquellos. En el presente trabajo se han tomado los aspectos esenciales vinculados a la problemática del manejo de aguas pluviales, todos de naturaleza simple y predecibles en cuanto a la relación causa-efecto, pero de gran complejidad para su resolución o mitigación, por la intrincada trama de condicionantes y restricciones que se generan en una ciudad ya establecida y relativamente consolidada. Problemas actuales El plan director pretendido, fuera de prever la problemática futura en el ambiente abarcado, debe considerar los problemas actualmente presentes en materia de aguas pluviales y los relacionados con cursos fluviales en el área urbana. Estos son de características muy variadas y dependen de la zona dentro de la ciudad. Un listado sintético incluye los siguientes tipos de problemas: • Aluviones que bajan de cuencas naturales externas al área urbanizada (Zona de El Faldeo del Cº Otto) • Evacuación de aguas en zonas del área urbana que ingresan a viviendas • Destrucción de calles por fuertes pendientes (erosión) • Escurrimientos desorganizado de los caudales pluviales por las calzadas y acequias por veredas. • Insuficiencia de captaciones de aguas pluviales • Insuficiencia de conducciones existentes, tanto entubadas como a cielo abierto • Ingresos de aguas pluviales a redes cloacales con la consecuente sobrecarga de la planta final de tratamiento de efluentes y el vertido de crudos al lago. • Pasaje de red natural de drenaje por las casas y edificios con consecuente desbordes y afectaciones y riesgos de colapsos. • Urbanizaciones en la planicie aluvial del río Ñireco, expuestas a desbordes fluviales División en “unidades de análisis” Las observaciones de campo realizadas en el área del Plan Director y su evaluación a la luz de los problemas de pluviales que se generan habitualmente, ocurrieron en la historia reciente o son de potencialidad evidente, permiten agrupar el sistema físico en unidades de análisis. Esas unidades agrupan zonas del ejido municipal en las cuales las características físicas, los problemas de escurrimiento de aguas y sus efectos las describen y tipifican y a su vez determinarán los tipos de soluciones aplicables para el manejo de las aguas pluviales que deberá encarar el Plan Director. Las unidades que se definieron para el análisis de la problemática pluvial se muestran en la Figura 2 y son: Este del Arroyo Ñireco Cauce de Arroyo Ñireco Casco Urbano Central Zona Zanjón Sur (Arroyo Basurero) Pampa de Huenuleo Faldeo Norte del Cerro Otto Oeste del Arroyo Gutiérrez PLAN DIRECTOR DE MANEJO DE AGUAS PLUVIALES DE S. C. DE B ARILOCHE A A UN SM G A LA NT FA ISLA HUEMUL LA GO NAHUEL HUAPI AV .E CERRO RUNGE J.M. DE ROSAS Bº Frutillar Bº 34 s. ha ON ZANJON SUR PAMPA DE HUENULEO 58 Nº 2 AC. N A RUT BO LS A EL CALLE R CASCO URB ANO CENTRAL CERRO OTTO LAGO GUTIERREZ CORRALON MUNICIPAL Aº ÑIRECO Cº O TTO BRE OCTU 2 DE AV. 1 Bº LAS VICTORIAS ENO EZ TIERR XE QU IEL BU ST ILL AV. P O FA L IONE DE O ROS UIZ MOR A º GU IEDRA A DE P Aº CAS TI ER RE Z NO M BR E G U SI N Aº Aº ES TE DIVISO RIA DE AGUAS O Bº N. Malvinas RI O A Ñ O EC IR TO U A ST PI R CI N U C ES TE A O EC IR Ñ º N O CI A L A V ESCALA GRAFICA FIGURA 2 - UNIDADES DE ANALISIS Una característica de la división adoptada es que no hay pasaje significativo de aguas pluviales del espacio físico de una unidad de análisis a otra, por lo que se pueden tratar en forma independiente y las acciones que se tomen sobre cualquiera de ellas no tendrán repercusión en las otras. Al no haber enlace o concatenación entre ellas, las acciones hidráulico-estructurales se pueden planificar independientemente. Ello tendrá posteriormente un efecto importante en el establecimiento de prioridades. Sobre la aseveración del párrafo anterior merece efectuarse una excepción que no altera los efectos reales de interés para el Plan Director. En efecto, las unidades Pampa de Huenuleo, Zanjón Sur (Aº Basurero) y Ñireco Este desaguan al cauce del Aº Ñireco, donde se encuentra otra unidad de análisis. No obstante, los aportes de caudales urbanos sobre ese cauce se pueden considerar a priori que no son actualmente comparativos a los caudales propios del arroyo en régimen de crecida por lo que es válida la separación. El crecimiento futuro de las áreas mencionadas, generando mayores caudales que se deberán evaluar, será considerado en el Plan Director y generará probablemente obras recrecibles que acompañarán ese proceso. En los próximos parágrafos se describen las unidades de análisis, sus rasgos físicos, la naturaleza de los problemas pluviales dominantes y los posibles enfoques para las acciones que deberá considerar el Plan Director. UNIDADES DE ANALISIS Se exponen a continuación en forma sintética las características dominantes y diferenciadoras de cada unidad de análisis. Unidad “Este del Arroyo Ñireco” Esta unidad se encuentra ubicada al este del casco urbano principal de la ciudad. Sus límites son al sur la Autopista de Circunvalación (actualmente en construcción), al norte el Lago Nahuel Huapi, al este el límite este del Barrio Las Victorias y al Oeste la barranca superior de margen derecha del Arroyo Ñireco. El área presenta una fuerte presión urbanizadora, la que se refleja principalmente en el loteo del Barrio Las Victorias, actualmente en expansión. Presenta aproximadamente un 30 % de su superficie ocupada para uso residencial, previéndose que ese porcentaje se incrementará en un futuro cercano. La ocupación del suelo en estas urbanizaciones es de tipo intensivo, observándose lotes de dimensiones reducidas con construcciones que ocupan gran parte de la superficie de los mismos. Las calles, siguiendo una tendencia que se observa en todo el municipio, son en su mayoría, de dimensiones reducidas, salvo algunas excepciones. Esta unidad posee características de transición hacia la meseta patagónica. Las precipitaciones descienden bruscamente con relación a las que se producen en la zona oeste del ejido municipal. Esto se refleja en el tipo de vegetación existente, siendo la misma del tipo arbustiva y herbácea baja, típica de la estepa patagónica. Se observan además algunas plantaciones forestales. El principal problema que se tiene en esta zona es el poco o nulo manejo que se hace de las aguas pluviales a través de las calzadas. Se han observado zonas bajas sin posibilidades de escurri- miento de agua a través de la vía pública ya que las mismas se encuentran a mitad de cuadra. Esto es producto de una deficiente planificación de los loteos, los que se realizan siguiendo el clásico esquema en cuadrícula, sin tener en cuenta las condiciones naturales de los escurrimientos superficiales. Se han observado también calles con escasa o nula pendiente longitudinal, lo que puede dar lugar a encharcamientos, pero se presume que no serán importantes. Estos problemas se pueden subsanar con un adecuado manejo de la calzada a través de la construcción de cordones-cuneta con pendiente adecuada que ordenen los escurrimientos superficiales. También, y producto de las fuertes pendientes existentes en algunas calles (valga como ejemplo la entrada al Barrio Las Victorias) se producen erosiones en calzadas, las que complican el tránsito vehicular y peatonal, debido a la inexistencia o exigüidad de las veredas. Conclusiones y posibles enfoques de manejo Como conclusiones generales de esta unidad análisis se tiene: • No existen grandes problemas de anegamientos o inundaciones en esta zona. • Se tienen principalmente problemas de calzadas, ya sea por pendiente longitudinal fuerte o por pendiente muy baja o por zonas sin salida (bajos). • Las soluciones a los problemas pasarían por realizar una buena planificación de las calzadas, a fin de asegurar los escurrimientos, evitando encharcamientos y realizar pequeñas obras en las calzadas para evitar las erosiones, en aquellos sitios que presenten grandes pendientes. Unidad “ARROYO ÑIRECO” Descripción del ambiente. Esta zona comprende el valle de inundación del arroyo Ñireco. Se caracteriza por ser una zona plana, de baja pendiente en dirección al cauce del Ñireco. Tiene una superficie aproximada de 46 has, con un desarrollo de 300 m según la dirección este-oeste y de 1800 m según la dirección norte-sur. En parte importante de su margen izquierda se desarrolla un fuerte escalón topográfico, de alrededor de 35 m en promedio, llamado localmente ¨la barda¨, con un nivel de terraza aluvial a su pie. En esta unidad se tiene un gran desarrollo urbanístico, con alrededor del 90 % del suelo ocupado con residencias, en su mayoría de tipo social, construida por el gobierno. Dicha urbanización se ha desarrollado al extremo de llegar al borde mismo del arroyo. En la planicie de inundación del arroyo, donde se ubican los asentamientos urbanos, existe un pobre desarrollo de la red de drenaje. Las terrazas aluviales adyacentes al arroyo desaguan a éste con dificultad debido a las bajas pendientes. En el tramo cercano a la descarga en el Lago Nahuel Huapi el arroyo discurre constreñido por una trama de calles y edificaciones muy consolidadas sujetas a frecuentes inundaciones. Las casas tienen poco desnivel con relación a las calzadas, por lo que pequeños tirantes de escurrimiento en éstas producirían problemas de anegamiento. Sin embargo, al ser las cuencas muy pequeñas y no existir aportes de cuencas externas (la barda no representa una superficie grande y no se reciben aportes visibles desde la cuenca superior a esta), este problema no es grave. El principal factor de peligro de inundaciones de esta zona corresponde a desbordes del arroyo Ñireco cuyo caudal promedio es de 3.5 m3/s (período 6/1999 – 5/2003). Existen registros de un caudal pico medido de 20,28 m3/s ocurrido el 13 de octubre de 2002. Dicho evento causó importantes anegamientos en las propiedades existentes en las orillas del cauce, destruyó puentes y produjo roturas en la calle ribereña Los Ñires . Se construyeron bordos de defensa, pero no son estables, debido a que no presentan una capa protectora contra la erosión del agua (rip-rap o escollerado), no se han compactado ni perfilado en forma adecuada y presentan discontinuidades en los puentes. Esto hace que sean fácilmente arrastrados por la corriente en el caso de un episodio importante de caudales. A su vez obstaculizan el drenaje de las calles adyacentes a los mismos, Conclusiones y posibles enfoques de manejo La ocupación de la planicie aluvial por la urbanización es un proceso de difícil reversión y las soluciones pasan inevitablemente por lo estructural. Esto incluiría la realización de excavaciones para perfilado e incremento de la sección del cauce. Ello se debe complementar con defensas longitudinales para evitar los desbordes. El inconveniente de esto último es que impediría la salida de agua pluvial desde las planicies de inundación urbanizadas. Para ello se deberá proveer un adecuado sistema de colectores, que entreguen en puntos adecuados. Hay construcciones realizadas en esta unidad cuyo grado de riesgo de inundación por desbordes del Aº Ñireco es muy alto, así como es alto el costo de su protección frente a esa eventualidad, por lo que se deberá evaluar la conveniencia de su relocalización y el deslinde de responsabilidades ante posibles daños y perjuicios. Unidad “CASCO URBANO CENTRAL” Descripción del ambiente El ambiente de esta unidad de análisis se dispone en la zona urbana central de la ciudad entre la parte superior de la barda del río Ñireco y la cumbre de las laderas orientales de los cerros Runge y Otto, siendo su límite sur la divisoria de aguas norte de la cuenca del zanjón Sur (arroyo Basurero) y su límite norte las costas del lago Nahuel Huapi. Se conforma alrededor del área fundacional de la ciudad y es la más poblada del ejido. Este sector de la ciudad se caracteriza por una importante variación de elevación del terreno entre las costas del lago a cota 765msnm aproximadamente y las elevaciones de las zonas más altas cotas entre 825 y 900 msnm. Esta unidad de análisis es una típica cuenca urbana con problemas de drenaje característicos de generación de caudales por precipitación pluvial y su acumulación hacia aguas abajo con afectación de área urbanas más bajas. La pendiente principal del terreno tiene una dirección preponderante sur-norte, hacia las costas del lago y dirección este-oeste en las zonas cercanas a los cerros Otto y Runge. Excepto en al- gunas zonas deprimidas con pendientes bajas o nulas, las pendientes de las calles son en general elevadas, en particular las que tienen dirección sur-norte. Las dos vaguadas principales de salida de esta zona hacia el lago son la del Arroyo Sin Nombre y la de calle Ruiz Moreno. En casi la totalidad del área en análisis el uso de suelo corresponde al tipo urbano. La excepción se presenta en la zona de ladera del cerro Otto en donde por sobre la cota 925msnm se presenta el bosque de ladera, libre de urbanización. Una situación similar se tiene en el cerro Runge sobre cota 900 msnm. El factor de ocupación del suelo es variable con tendencia a ser alto debido al elevado valor inmobiliario de la propiedad y a las escasas dimensiones de los terrenos. El porcentaje de suelo edificado es marcadamente elevado en sectores de uso comercial ya citados donde la ocupación de los terrenos puede ser casi total en algunos casos. El sistema de captación y conducción pluvial existente en el Casco Urbano Central presenta un escaso desarrollo superficial. En coincidencia con las vaguadas de calle Ruiz Moreno y del arroyo Sin Nombre se tienen los colectores pluviales más importantes, tanto en dimensiones de sección transversal como en la longitud de su desarrollo. En la zona del microcentro y sobre avenida 12 de Octubre existe un sistema de colectores menores cuya traza se desconoce. Ampliamente extendida hay una rudimentaria red de canales pequeños en las veredas, sin revestir, llamados localmente ¨acequias¨, que conducen aguas hacia los colectores mencionados. Captaciones algo mejores se presentan en el sistema del microcentro y sobre el colector Ruiz Moreno donde se encuentran sumideros de fundición u hormigón dispuestos sobre los cordones de vereda. En el caso del arroyo Sin Nombre una importante parte de su traza se desarrolla dentro de las manzanas urbanas, es decir en propiedad privada, encontrándose en algunos de estos tramos con edificación sobre el mismo. Si bien no se han presentado evidencias de falta de capacidad de conducción, al menos para los caudales que actualmente recibe, se conocen en cambio sus graves problemas estructurales y la poca seguridad de la estabilidad del colector en sus tramos soterrados. Han ocurrido ya colapsos del mismo con costo de vida humana. Esta situación es potencialmente muy grave en los tramos en los cuales el conducto soporta edificaciones sobre el mismo. El colector Ruiz Moreno presenta en algunos tramos graves deterioros en su solera lo cual deriva en su escasa seguridad estructural. En cuanto a la capacidad de conducción de caudales se ha podido evaluar que es muy inferior a los que aporta la cuenca colectada, por lo que su rol está seriamente cuestionado. Caracterizan a ambos colectores la fuerte pendiente en gran parte de su desarrollo, lo cual deriva en velocidades excesivas a los efectos de la durabilidad de la solera. En cuanto a la intrincada red de canales en veredas mencionada, que ofician de colectores secundarios, precariamente ejecutada como está, desmerece la calidad de la vía pública, ya que ocupa e inutiliza partes importantes de las veredas, quitándolas de su utilización peatonal y dando en muchos casos un aspecto general que no se condice con la ciudad a que sus pobladores seguramente aspiran. Calzadas vehiculares y captaciones. La inexistencia de pavimentos en amplios sectores y la pendiente longitudinal muy pronunciada de las mismas en muchas de ellas, produce inestabilidad de las calzadas. En ocasión de las lluvias intensas que concentran agua sobre estas calzadas es muy importante la erosión y el arrastre del material que las constituye. En el diseño de la vías públicas no se han concebido las calzadas como canales conductores de aguas pluviales. No hubo un diseño integral de las mismas con niveles de rasante adecuados, impidiendo la formación de zonas bajas que discontinúen los escurrimientos y sean anegables, o de zonas altas que resulten incompatibles con los niveles de propiedades contiguas. La calzada como canal conductor en muchos sectores fue reemplazada por pequeños canales dispuestos contiguos a las calzadas, lo cual si bien resulta conveniente a los efectos de sacar el agua de la calzada y evitar su ingreso a las propiedades, no exime de la necesidad de conservar la caja de calzada (desnivel entre calzada y propiedades contiguas), pues con su ausencia ante eventuales desbordes de los canales el agua ingresa a las propiedades. Las captaciones dispuestas sobre las calzadas con gran pendiente son de baja eficiencia y, al dejar pasar agua, posibilitan la concentración de caudales hacia las zonas bajas. En particular las bocatormentas constituidas por ventanas laterales sobre cordón de vereda dispuestas sobre calles de gran pendiente son de baja a nula eficiencia. En los casos en los que se tiene una reja horizontal sobre la cuneta la eficiencia aumenta algo. Agrava esta situación la acumulación circunstancial de nieve frente a las bocatormentas produciendo el desvío y alejamiento del agua de la captación. El problema descripto posibilita que en zonas con colectores con capacidad remanente se produzcan anegamientos ante la imposibilidad del ingreso del agua al sistema desde calzada. Conclusiones y propuestas. Se puede concluir que el sistema de saneamiento pluvial del Casco Urbano Central se encuentra muy poco desarrollado y que el área servida por el mismo es reducida, quedando amplios sectores donde el agua se concentra produciendo daños en las calzadas y anegamientos. Solo existen dos colectores de mediana importancia, (Ruiz Moreno y Arroyo Sin Nombre) y otros colectores menores en el sector del microcentro y cercano a la costa. Ante esa situación se debe plantear un nuevo sistema de desagüe pluvial que sea concebido como un sistema integral. Se deberá contemplar la adecuación de la infraestructura vial al nuevo sistema de manejo de excedentes pluviales. Ello implicará modificación de niveles de rasante y el desarrollo de un plan de pavimentación con diseños adecuados de calzadas, lo que permitirá ordenar los escurrimientos superficiales y proteger las calles más vulnerables y las propiedades contiguas. Se deberá trabajar sobre diseños de captaciones de calzada que permitan captar el agua con mayor eficiencia en las calles con fuerte pendiente y en los casos que se tenga acumulación de nieve en las calzadas. Unidad “ZANJON SUR (A° Basurero)” Descripción del ambiente Esta cuenca configura el límite sur del casco urbano principal (ver Figura 2) Esta unidad de análisis posee una forma aproximadamente rectangular, con su eje mayor en dirección este-oeste, con una superficie aproximada de 260 has, con un desarrollo de 3900 m según la dirección este-oeste y de 900 m según la dirección norte-sur. La pendiente general es en dirección al Arroyo Ñireco, hacia donde desagua el Zanjón Sur. Existen dos zonas bien diferenciadas. La parte superior corresponde a la ladera este del cerro Otto, comprendiendo en este caso un ambiente natural, con bosques naturales. El tramo inferior, atraviesa zona urbana con barrios más o menos consolidados. El área completa presenta una ocupación urbana del 50 % aproximadamente, la cual se ubica en la cuenca media y baja del zanjón. Los asentamientos urbanos son de viviendas de tipo social, ejecutadas por el estado, junto con viviendas precarias. En la zona baja la pendiente del terreno es baja, incrementándose a medida que se sube hacia la zona más alta. El colector principal de los desagües pluviales de esta unidad lo constituye el zanjón Sur o A° Basurero. El zanjón atraviesa zonas urbanas hasta desaguar en el arroyo Ñireco. El último tramo previo a la descarga ha sido explotado como cantera de áridos, por lo que presenta flancos de excavación muy altos. Este zanjón colecta las aguas de precipitaciones y deshielos tanto de la zona urbana como de la ladera del cerro Otto. Un problema observado en el arroyo Basurero es la alta contaminación que presenta por descargas cloacales. Las calzadas de las calles en casi toda la cuenca presentan un perfilado descuidado, lo que dificulta los escurrimientos de las aguas pluviales, por lo que requieren ser organizadas, mejoradas y mantenidas. Conclusiones y propuestas Como conclusiones generales de esta unidad análisis se tiene: • No existen grandes problemas de anegamientos o inundaciones en esta zona. • • Se tienen problemas con los desagües existentes en la Ruta Nacional 258. Se tienen principalmente problemas de calzadas, ya sea por pendiente fuerte o por pendiente muy baja. Las soluciones a los problemas pasarían por realizar una buena planificación de las calzadas, a fin de asegurar los escurrimientos, evitando encharcamientos y realizar pequeñas obras en las calzadas para evitar las erosiones, en aquellos sitios que presenten grandes pendientes. Unidad “PAMPA DE HUENULEO” Descripción del ambiente Esta unidad es lo que se denomina usualmente la zona Sur de la ciudad atravesada por la Ruta Nac. 258 que lleva a El Bolsón. Sus límites son una terraza glaciar al norte, el faldeo este del Cerro Otto, el arroyo Ñireco y la divisoria de aguas con la vertiente hacia el Lago Gutiérrez. Area de suaves ondulaciones con pendiente general NO-SE hasta llegar al Aº Ñireco. La morfología del terreno muestra algunos desniveles marcados producto de frentes morénicos. Desde el punto de vista geológico, toda el área se asienta sobre depósitos glaciares y fluvioglaciares de gran espesor. Las aguas subterráneas freáticas tienen niveles muy variables (2 a 12 m o más) debido a las diferencias topográficas y a la heterogeneidad en la permeabilidad de los depósitos glaciares. Son frecuentes los afloramientos de vertientes de agua en diversos puntos de la Pampa de Huenuleo, en particular al pie del Cº Otto. La vegetación natural remanente en áreas no urbanizadas de la pampa es de tipo esteparia, de matorral con ñire y en las laderas del Cerro Otto que desaguan hacia la Pampa de Huenuleo se tiene bosque de lenga en la parte alta y matorral con ñire en el pie (Naumann – Sancholuz, 2000). Hay laderas cercanas a la zona de “34 hectáreas” devastadas por incendios, a los cuales han seguido fuertes procesos erosivos. En cuanto a la red natural de drenaje, se presentan algunas vaguadas amplias que muestran ser antiguas geoformas de drenaje del pie del Cº Otto (posible cauce tributario del Ñireco). Algunas de las cuencas que bajan de la montaña se continúan en esas vaguadas y atraviesan el área de la urbanización llamada “34 hectáreas” y Nahuel Hue, constituyendo uno de los problemas actuales de manejo de aguas pluviales que el Plan Director deberá encarar. En la zona del Bº Pilar I, recostada contra la ladera del Cº Ventana, la cuenca externa de aporte es reducida y una vaguada de pie de montaña la protege más aún. Ello hace a esta zona de bajo peligro por los bajos caudales que se deben manejar. Las urbanizaciones de la Pampa de Huenuleo son actualmente poco consolidadas, con calles sin pavimentos y de perfil o estructura difusa o inexistente (calzada-vereda) Como ya se indicó, los principales ingresos externos de aguas superficiales provienen del faldeo este del Cº Otto. La escasa densificación urbana y la falta de pavimentos en el área hace que las precipitaciones pluviales en ella no aporten caudales de significación, sumado a la relativamente buena absorción de los suelos granulares de origen glaciar. Una cuenca importante que baja del C° Otto baja actualmente por un cono aluvial escurriendo hacia el Lago Gutierrez (Arelauquen), situación inestable por la naturaleza de esas geoformas. Este hecho merecerá una consideración especial en el Plan Director ya que hay un riesgo de que ante un evento hidrológico extraordinario el arroyo se vuelque hacia la vaguada que va hacia la Pampa de Huenuleo urbanizada y acometa sobre los Barrios Unión, 2 de Abril y Nahuel Hue. En la actualidad esa vaguada sólo transporta caudales aportados en forma directa por el Cº Otto, que ingresan a la zona de “34 hectáreas” y continúan por canalización precaria entre las viviendas allí existentes. Esta condición de escurrimiento es muy precaria ya que el canal se ubica entre viviendas muy modestas con terrenos muy pequeños y las consecuencias de los desbordes son muy graves para sus habitantes. Esta situación es de alto riesgo y de precarización de las condiciones de vida de los habitantes expuestos a las inundaciones. Otras zonas de la Pampa de Huenuleo evacuan las aguas por calles mal preparadas para ese fin o por zanjones con entrega final inadecuada en otras zonas desocupadas pero de futura urbaniza- ción (caso Bº El Frutillar y Bº Nuestras Malvinas). Esta situación irregular, hoy inocua, deberá ser modificada cuando se edifique esa zona, buscándose salida hacia el cauce del Aº Ñireco. El cuerpo receptor de las aguas pluviales de la Pampa de Huenuleo es el cauce del Aº Ñireco, de suficiente amplitud y capacidad para recibir los caudales, por lo que no constituye en principio un limitante o restricción del problema. No obstante, en un horizonte futuro, con la Pampa de Huenuleo muy desarrollada y consolidada, los aportes de caudales al Ñireco podrán adquirir envergadura significativa, lo que deberá ser tenido en cuenta en el Plan Director. Unidad “FALDEO NORTE DEL CERRO OTTO” Descripción del ambiente Esta unidad de análisis se dispone al oeste del casco urbano principal de la ciudad, entre el cerro Runge y el arroyo Gutiérrez, siendo sus límites sur y norte respectivamente las cumbres del cerro Otto y las costas del lago Nahuel Huapi. Se incluye dentro de este sector el faldeo norte del cerro Runge. Tiene una superficie de aproximadamente 16 Km2, con un desarrollo de 8,7 Km según la dirección este-oeste y un máximo de 3,3 km según la dirección norte-sur. Este sector de la ciudad se caracteriza por una fuerte variación de elevación del terreno en un espacio relativamente reducido. Esto es el ascenso que se tiene entre las costas del lago a cota 765 msnm aproximadamente y las cumbres del cerro Otto con cota variable entre 1100 y 1400 msnm. La pendiente principal del terreno tiene una dirección preponderante sur-norte, desde las cumbres del cerro Otto hacia las costas del lago. La misma experimenta en esta dirección variaciones importantes desde valores tan elevados como 81% en la ladera del cerro hasta valores cercanos a cero e incluso con pendiente adversa en una franja entre avenidas Pioneros y Bustillo. En algunos sectores se conforman zonas deprimidas paralelas y muy cercanas al lago que originan la presencia de mallines. La pendiente es también muy elevada en una franja contigua a la costa del lago con un ancho variable no muy importante. Caracteriza la zona del faldeo norte del cerro Otto la presencia de gran cantidad de arroyos que bajan desde el mismo y que penetran en la zona urbana en dirección al lago Nahuel Huapi donde descargan. Estos arroyos conducen caudales que son más elevados en los períodos de lluvias intensas, (abril a octubre) y valores exiguos o nulos en el verano. Las cuencas de aporte a los mismos son paralelas e independientes (no encadenadas), con superficies y tiempos de concentración relativamente pequeños. La marcada variación de la pendiente del terreno de norte a sur condiciona fuertemente el uso del suelo. Hasta la cota 900 msnm es preponderantemente urbano residencial, entre 900 y 1050 msnm aproximadamente un uso mixto bosque de ladera y urbano residencial, desapareciendo por sobre cota 1050 msnm el uso residencial con la sola presencia del bosque de ladera. Elementos constituyentes del sistema de desagüe pluvial. Los arroyos que descienden del cerro Otto son los elementos determinantes de la problemática del drenaje. En la zona urbana la traza de los mismos se presenta en gran parte dentro de propiedad privada y no en espacios públicos. Es en este sector donde en algunos tramos los arroyos se apartan de los fondos de vaguada. En general se presentan en la zona urbana como canales a cielo abierto no revestidos. Aparecen también como elementos colectores secundarios pequeños canales a cielo abierto, no revestidos en general, que se desarrollan en la vía pública contiguos y paralelos a las calzadas vehiculares. Estos colectan y conducen los escurrimientos superficiales de las propiedades y calzadas contiguas, descargando en general hacia los arroyos ya mencionados. Las calzadas vehiculares en general en esta zona no se encuentran pavimentadas y no poseen cordón cuneta. Debido a ello su aptitud para los escurrimientos superficiales es deficiente ya que no existen en general cunetas conformadas a tal fin. Reemplazan a éstas últimas los pequeños canales mencionados en el párrafo anterior en las cuadras donde éstos existen. Funcionamiento del sistema de desagüe pluvial. Los arroyos. Para el análisis de las condiciones de funcionamiento de los arroyos es necesario considerar dos ambientes en su desarrollo. Uno es el correspondiente a su tramo agua arriba de la zona urbana en la ladera del cerro Otto y el otro correspondiente a su tramo en zona urbana. Los cauces de los arroyos en la zona de la ladera del cerro Otto mantienen su morfología y condiciones en general no afectadas en forma significativa por acciones antrópicas. Ello no implica que no existan inconvenientes derivados de su estado natural ya que debido a la incorporación natural de material hacia el cauce, en particular vegetación muerta de distinto porte y de material pétreo de variado tamaño, se han producido endicamientos circunstanciales que han derivado, por su rotura súbita, en crecientes súbitas con gran aporte de caudales líquidos y sólidos hacia las zonas urbanizadas inferiores, produciendo cuantiosos daños. Un episodio de gran repercusión local fue el aluvión del 21/06/1976 en el “cañadón de Melipal”, que se repitió en varias oportunidades en la década de los años 90 aunque con menor envergadura. En las zonas urbanas se han alterado por acciones antrópicas las condiciones naturales de los arroyos. Sobre este particular tiene fuerte influencia el hecho que una parte importante de su traza se desarrolla en propiedad privada. Los arroyos forman parte del paisaje y en el interior de algunas propiedades han alcanzado un alto valor ornamental. Ello se ha traducido en algunos casos en acciones negativas y en otros casos en acciones positivas sobre la capacidad de conducción y la estabilidad de los mismos. Algo similar ocurre en los tramos sobre la vía pública donde en general se ha contraído el arroyo a pequeños canales a cielo abierto dispuestos en las veredas. En los tramos donde la pendiente longitudinal es exigua se produce deposición de material sólido arrastrado por el propio arroyo y aportado por las calzadas no pavimentadas, con la consiguiente pérdida de sección de escurrimiento. Ello es particularmente grave en los cruces bajo calzadas con alcantarillas y en los tramos entubados ya que en ellos las tareas de limpieza son particularmente dificultosas. En ocasión de crecientes importantes de los arroyos estos arrastran desde la ladera material de gran tamaño que produce la obstrucción de alcantarillas y tramos entubados, con los consiguientes desbordes en zonas aledañas. Canales secundarios de veredas. La zona entre las Av. De los Pioneros y Bustillo está surcada por una extendida red de canales secundarios en veredas que oficia de colectora pluvial y conducción de aguas freáticas aflorantes en las zonas de mallines. Estos canales no revestidos no provienen de una planificación de manejo de las aguas y se caracterizan por su insuficiencia, frecuentes desbordes por insuficiencia, erosiones por fuertes pendientes, enmalezamientos, deposición de material sólido traído por los arroyos y/o aportados desde las calzadas. Calzadas vehiculares. La inexistencia casi generalizada de pavimentos determina una situación de alta inestabilidad de las mismas. En ocasión de lluvias intensas que concentran agua sobre estas calzadas es muy importante la erosión y el arrastre del material constituyente de las mismas. Es notable el divorcio que existió al momento de adoptar las trazas de las calles que suben a la ladera del cerro Otto entre la morfología del terreno y el diseño de las mismas. Se dispuso la dirección de estas calles coincidiendo con la de la máxima pendiente y no acompañando el faldeo como hubiera sido conveniente para disminuir la pendiente y con ello mitigar el proceso erosivo. La posición de las propiedades y sus viviendas con respecto de las calles paralelas al faldeo no es la más conveniente. Lo adecuado en una urbanización de faldeo es disponer las calles de acceso a las propiedades ubicadas siempre agua abajo de las mismas, lo cual impone que una propiedad siempre tenga en sus extremos superior e inferior una calle como límite. Dado que ello en buena parte de las urbanizaciones de la ladera no ha sido respetado se presenta en estos sectores el inconveniente de que existen propiedades que vuelcan sus aguas pluviales y cloacales hacia propiedades lindantes ubicadas agua abajo y no a la vía pública como hubiera sido lo correcto. Este último aspecto dificulta el desarrollo de infraestructura. El diseño tradicional de una vía pública como parte integral de la infraestructura de la urbanización, acorde con los requerimientos y la seguridad de sus usuarios e integrada con el desarrollo del resto de la infraestructura y equipamiento urbano, ha sido poco contemplada en amplios sectores de la unidad en análisis. Como consecuencia de ello, entre otras cosas, no se ha concebido a las calzadas como canales conductores de aguas pluviales. Ello se nota por la ausencia generalizada de cordón-cuneta y por el escaso o inexistente desnivel entre la rasante de la calzada y el nivel de las propiedades contiguas. No ha acompañado al desarrollo de la urbanización y apertura de calles un diseño integral de las mismas con niveles de rasante adecuados, que no permitan la formación de zonas bajas que discontinúan los escurrimientos y son anegables, o de zonas altas que resultan incompatibles con los niveles de propiedades contiguas. La ausencia de la calzada como canal conductor en algunos sectores ha sido reemplazada frecuentemente por los canales de veredas descriptos, lo cual si bien resulta conveniente a los efectos de sacar el agua de la calzada y evitar el ingreso de ésta a las propiedades, no exime de la necesidad de conservar la caja de calzada (desnivel entre calzada y propiedades contiguas), pues con su ausencia, ante eventuales desbordes de los canales, el agua ingresa a las propiedades. Conclusiones y propuestas. Sintetizando, se podría decir que no existe un sistema de desagüe pluvial concebido para el uso actual del suelo y que lo que se tiene actualmente es la adecuación no planificada del sistema natural de las cuencas a las demandas propias del uso urbano actual. Ante esta situación se debe plantear un nuevo sistema de desagüe pluvial que sea concebido como un sistema integral. El nuevo sistema deberá contemplar la situación ambiental actual y futura de las cuencas analizadas en las cuales juegan un papel importante los arroyos que descienden del cerro Otto. Sin duda el sistema de colectores principales nuevos se apartará de los arroyos pues se dispondrá sobre la vía pública. Ello no implica la desaparición de los mencionados arroyos con sus caudales normales, ya que estos forman parte del ambiente urbano a preservar. Con seguridad los caudales de crecidas de los arroyos deberán ser derivados al nuevo sistema de manejo de excedentes pluviales, para evitar los daños que actualmente provocan en las propiedades públicas y privadas que atraviesan. La unidad en análisis está conformada por un grupo de cuencas no encadenadas que se disponen paralelas y que descargan en forman independiente al lago Nahuel Huapi. El esquema de manejo respetará esta situación al plantear el uso de sistemas de colectores en cada una de estas cuencas con descarga final al lago independientes o agrupados. Ese manejo deberá afrontar los inconvenientes que genera la excesiva pendiente lo cual obligará a desarrollar dispositivos de disipación de energía que impidan el desarrollo de velocidades incompatibles con la durabilidad de los conductos. Se deberá contemplar entre las acciones futuras la adecuación de la infraestructura vial al nuevo sistema de manejo de excedentes pluviales. Ello implicará modificación de niveles de rasante y el desarrollo de un plan de pavimentación con diseños adecuados de calzadas. Ello permitirá ordenar los escurrimientos superficiales y proteger las calles más vulnerables y las propiedades contiguas. Unidad “OESTE DEL ARROYO GUTIERREZ” Descripción del ambiente. El ambiente de la unidad de análisis se dispone al oeste del Arroyo Gutierrez entre dicho arroyo y la laguna Fantasma (aproximadamente el kilómetro 14,5 de avenida Bustillo), siendo sus límites sur el arroyo Casa de Piedra y las cúspides de los pequeños cerros ubicados entre dicho arroyo y el arroyo Gutiérrez. Su límite norte coincide con las costas del lago Nahuel Huapi. Tiene una superficie de aproximadamente 9 Km2, con un desarrollo de 5 Km según la dirección este-oeste y un máximo de 2,4 Km según la dirección norte-sur. Esta unidad de análisis se caracteriza por tener una porción que aporta al lago Nahuel Huapi y otra que aporta al lago Moreno a través del arroyo Casa de Piedra. Se presenta una divisoria de aguas aproximadamente paralela a la costa del lago Nahuel Huapi que pasa por las cumbres de los cerros cercanos a la costa y al arroyo Gutierrez y se prolonga hacia el oeste por aproximadamente el centro del terreno del hipódromo. Esta divisoria delimita las áreas que aportan superficialmente a los lagos mencionados. La pendiente principal del terreno no tiene una dirección preponderante. La misma experimenta variaciones importantes desde valores tan elevados como 75% en la ladera de los cerros del sector hasta valores cercanos a cero. La pendiente del terreno condiciona fuertemente el uso del suelo. Se presenta entre el lago Nahuel Huapi a cota aproximadamente 765 msnm y la cota 800 msnm un uso preponderantemente urbano residencial, entre cota 800 y 850 msnm aproximadamente un uso mixto bosque de ladera y urbano residencial, desapareciendo por sobre cota 850msnm aproximadamente el uso residencial con la sola la presencia del bosque de ladera. Se debe aclarar que el uso residencial en buena parte de esta unidad de análisis es potencial ya que en los sectores mas alejados del lago Nahuel Huapi, si bien se encuentran aprobados extensos loteos aún no se encuentran edificados, o la edificación es muy dispersa. En la zona urbana el uso es preponderantemente residencial (viviendas particulares y establecimientos turísticos), con algunos sectores reducidos con uso comercial. El factor de ocupación es variable con tendencia a ser un poco más elevado en sectores contiguos a avenida Bustillo. Condiciones del manejo de los excedentes pluviales. En la unidad de análisis ubicada al oeste del arroyo Gutiérrez no existe un sistema de desagüe pluvial planteado como tal. Las cuencas involucradas son poco extensas y desaguan a través de pequeños arroyos que cumplen la función de colectores principales del sector. Estos arroyos se encuentran con grados de antropización variable, con tramos dispuestos dentro de propiedades privadas y otros sobre la vía pública donde han sido contraídos a pequeños canales. A pesar de ello no se registran problemas importantes derivados de desbordes de los mismos. Los arroyos forman parte del paisaje y en el interior de algunas propiedades han alcanzado un valor ornamental. Aparecen en algunas calles elementos colectores secundarios. Estos son pequeños canales a cielo abierto, no revestidos, que se desarrollan en la vía pública con las características ya expuestas para la unidad “Faldeo del C° Otto”. Las calzadas vehiculares en esta zona también tienen las características de las descriptas para la unidad “Faldeo del C° Otto” Cobra gran importancia en esta zona la presencia del arroyo Casa de Piedra no solo como cuerpo receptor de los excedentes pluviales de parte del sector, sino como agente de erosión e inundación de los sectores próximos a su cauce principal durante las crecientes del mismo. El álveo de éste tiene un escaso desnivel con las calzadas y las propiedades privadas de los barrios ubicados contiguos a su cauce. Algo similar ocurre con el arroyo Gutiérrez en la zona cercana a su descarga al lago Nahuel Huapi, donde con las crecientes más importantes se han activado algunas vías de conducción propias del cauce natural que hoy se encuentran ocupadas por propiedades privadas. Un elemento de gran importancia en el análisis de esta unidad es el mallín ubicado sobre Av. Bustillo a la altura de Bahía Serena (km. 12). Este tiene dimensiones importantes y se presenta como un problema urbanístico ha resolver en lo inmediato ya qué, sin haberse resuelto el inconveniente que surge de los niveles freáticos elevados, se encuentra loteado e incluso edificado en algunos sectores. Conclusiones y propuestas. Sintetizando, se podría decir que si bien no existe un sistema de desagüe pluvial concebido racionalmente, la adecuación no planificada del sistema natural de las cuencas a las demandas propias del uso urbano actual ha permitido sobrellevar sin inconvenientes hasta el presente los problemas menores que se presentan en la zona. Se debe tener en cuenta que si bien hasta ahora no se han tenido inconvenientes importantes la zona en cuestión dista mucho de su desarrollo potencial, por lo cual es muy conveniente en la actual circunstancia plantear un nuevo sistema de desagüe pluvial que sea concebido como un sistema integral en un escenario futuro donde la ausencia del mismo podría producir inconvenientes mayores. El nuevo sistema deberá contemplar la situación ambiental actual y futura de las cuencas analizadas en la cual juegan un papel importante los arroyos existentes. Sin duda el sistema de co- lectores principales futuros se apartará de los arroyos pues se dispondrá sobre la vía pública. Ello no implica la desaparición de los mencionados arroyos con sus caudales normales, ya que estos forman parte del ambiente urbano a preservar. Los excedentes pluviales deberán ser manejados por el nuevo sistema de desagüe pluvial evitando así que ingresen a los arroyos que corren por propiedades privadas. El esquema de manejo respetará esta situación al plantear el uso de sistemas de colectores en cada una de estas cuencas con descarga final a los lagos independientes o agrupados. Ello implicará la necesidad de afrontar problemas derivados de la excesiva pendiente lo cual obligará al empleo de dispositivos de disipación de energía que impidan el desarrollo de velocidades incompatibles con la durabilidad de los conductos. Se deberá contemplar entre las acciones futuras la adecuación de la infraestructura vial al nuevo sistema de manejo de excedentes pluviales. Ello implicará modificación de niveles de rasante y el desarrollo de un plan de pavimentación con diseños adecuados de calzadas lo que permitirá ordenar los escurrimientos superficiales y proteger las calles más vulnerables y las propiedades contiguas. La situación de los mallines, en particular el ubicado en Bahía Serena, deberá ser resuelta con el enunciado de las medidas estructurales posibles para sanear el sector. Los estudios se deberán realizar en un marco ambiental integral de la unidad de análisis. El conocimiento de las acciones necesarias, su implicancia económica y ambiental permitirá al Municipio tomar decisiones respecto del destino final de los terrenos involucrados. Los terrenos afectados por los procesos de erosión de márgenes y por desbordes de los arroyo Casa de Piedra y Gutiérrez han sido ocupados por particulares y por infraestructura urbana en forma inconveniente. Dicho espacio perteneció y en cierta forma aún pertenece a la planicie de inundación de los arroyos. Si se define por parte del Municipio la imposibilidad de recuperar estos espacios liberándolos de su uso actual será necesario estudiar las obras de defensa de márgenes y de control de inundación adecuados para cada caso. MEDIDAS NO ESTRUCTURALES Los productos esenciales del Plan Director son las propuestas de acciones “estructurales” y “no estructurales” necesarias para afrontar los problemas en sus manifestaciones actuales y las que se potenciarán y manifestarán en el futuro como consecuencia del proceso de urbanización en la medida que este no se atenga a pautas básicas de racionalidad. Las acciones estructurales planteadas son en general obras de redes de conducción de aguas y, eventualmente, lagunas de detención, que producen atenuación de caudales, reducción de costos de las redes y mitigación de efectos aguas abajo. Este tipo de acción es forzoso en una configuración urbana consolidada, con amanzanamientos irreversibles y edificación implantada. En las unidades de análisis se plantearon alternativas de obras que fueron llevadas a un prediseño y costeo a nivel de pre-factibilidad. En todos los casos se evaluaron los impactos ambientales comparativos y los aspectos o condicionantes técnicos que pudieran ser determinantes en la elección de la alternativa más conveniente. En razón de no contarse con relevamientos de las instalaciones pluviales existentes (escasas en general), no fue posible evaluar su grado de utilización dentro de los proyectos globales propuestos. La formulación de las alternativas de redes de manejo y conducción de aguas pluviales se planteó en los siguientes pasos: • • • • • • • • Estudios hidrológicos de base Definición de escenarios Trazado de redes Determinación de caudales Diseño hidráulico Diseño estructural Costeo de las obras Selección de alternativa más conveniente. Estudios hidrológicos de base: Se realizaron sobre la información de lluvias de diversas estaciones de la región, disponibles del Servicio Meteorológico Nacional, la AIC (Autoridad Interjurisdiccional de las cuencas de los Ríos Limay, Neuquén y Negro) y el DPA (Depto. Prov. de Aguas de Río Negro). La estación de mayor extensión de registro y con datos pluviográficos ( los de mayor interés) es la del Aeropuerto Bariloche. No obstante, dado el fuerte gradiente de precipitaciones que se da hacia el Oeste del mismo, donde se ubica la ciudad de Bariloche y la escasa extensión de los registros pluviográficos de las estaciones existentes en el ámbito del Plan Director, fue necesario formular curvas Intensidad-Duración-Recurrencia (IDR) sintéticas, basadas en principios de correlación, de aplicación a la situación diferenciada del área del proyecto (la ciudad). A lo largo de la tarea se desarrollaron los distintos elementos que hacen al diseño hidrológico de base para el Plan Director, donde por falta de información básica de detalle o indefiniciones en las líneas directrices que seguirá el desarrollo urbano futuro en S. C. Bariloche, se han asumido hipótesis y criterios de trabajo conservadores. Con el fin de mejorar la información disponible se recomienda continuar con el registro meteorológico sistemático en la Planta de Agua Potable, instalar otras estaciones pluviográficas en la zona del ejido urbano e instrumentar cuencas piloto con evaluación de todas las variables hidrológicas. Por todo ello es importante destacar la necesidad de prever una próxima etapa de revisión de los valores de diseño, en la medida que se mejore o amplíe la información básica y las pautas de desarrollo urbanístico, y de esta manera alcanzar el nivel de factibilidad del proyecto. Definición de escenarios: Los escenarios estudiados prevén una tendencia de crecimiento urbano similar al hasta ahora ocurrido en S.C. de Bariloche, es decir con escasa sujeción a pautas establecidas en el Código Urbano 1995 y con usos del suelo no regulados desde el punto de vista de la generación de caudales pluviales. Ello configura en general escenarios “no deseados” pero cercanos a una realidad muy propia y característica de las ciudades argentinas, donde el crecimiento urbano tiene fuertes componentes de espontaneidad y escasa sujeción a regulaciones. La mayor parte de las unidades de análisis cuentan ya con amanzanamientos y loteos definidos, aprobados y edificados en diverso grado, lo que hace muy difícil la reversión de aspectos negativos de los mismos para atender a un racional manejo del drenaje pluvial. Solo la Pampa de Huenuleu tiene algunos rasgos físicos en donde es posible considerar escenarios alternativos que permitirían un racional manejo del drenaje pluvial. Dado que el área disponible para la expansión urbana es allí importante y donde es posible aún actuar de modo de lograr, en algún grado, un “escenario deseado”, se han considerado allí varias hipótesis. En particular esa unidad, a pesar de su escaso desarrollo actual, tiene importancia clave para el futuro de la unidad Cauce del Aº Ñireco, receptora de los caudales efluentes de aquella y actualmente con problemas crecientes de inundaciones por su peligrosa inserción en la activa planicie aluvial de ese curso fluvial. Las cuencas naturales que ingresan a la ciudad (las más importantes descienden del Cerro Otto) plantean problemas de incendios frecuentes que destruyen la cobertura vegetal y su consideración implica escenarios desfavorables, ya que se adicionan las fuertes pendientes, baja infiltración y fusión nival. Trazado de redes: Fueron estudiadas alternativas de trazados, pautadas primariamente por la topografía del terreno y la trama urbana ya definida en la mayor parte del área del proyecto Determinación de caudales: Los caudales para los escenarios estudiados fueron determinados a partir de las curvas IDR elaboradas por el Consultor. Son más sensibles a los escenarios considerados que a las diferencias de valores emergentes de ambas IDR propuestas. Diseño hidráulico y estructural: Permite definir las tipologías y dimensiones de las obras hasta un grado de desagregación suficiente para una evaluación económica de prefactibilidad Costeo de las obras: Al nivel de prefactibilidad que implica un Plan Director, los costos de las obras se desagregaron hasta totalizar un 80-85% del monto total. Diversas obras puntuales, no repetitivas, se costearon en modo estimativo, dada su baja incidencia en el monto total. Selección de alternativa más conveniente: El paso final fue realizar un estudio técnico-económico y ambiental mediante el cual se seleccionó la alternativa más conveniente para cada una de las unidades en las cuales se dividió el estudio. FIGURA 3: SISTEMAS DE COLECTORES PLUVIALES – CUENCAS DE APORTE FIGURA 4: SISTEMAS DE COLECTORES PLUVIALES – TRAZA DE COLECTORES DE ALTERNATIVAS ELEGIDAS SEGÚN SISTEMA PLAN DIRECTOR Sobre la base del diagnóstico formulado, de la caracterización de la situación actual por cuenca, las alternativas planteadas, las propuestas de obras alternativas y los análisis comparativos realizados (Evaluación técnica, económica y ambiental de las alternativas), se planteó finalmente las acciones y recomendaciones del Plan Director de Drenaje Pluvial Urbano de S.C. de Bariloche. El Plan Director debe formular propuestas para el corto, mediano y largo plazo. En cada uno de estos plazos deben establecerse objetivos tanto estructurales como “no estructurales”. Las propuestas de corto y mediano plazo deben priorizar la resolución de los problemas ya existentes en la ciudad y que afectan a la población y el patrimonio público y privado. Las propuestas de mediano y largo plazo se estructuran apuntando a la ciudad en crecimiento y deseable para el futuro, procurando inducir racionalidad en consonancia con los restantes factores que caracterizan el desarrollo urbano. El grado de éxito que se logre progresivamente en la aplicación de las recomendaciones sobre acciones “no estructurales” gravitará decisivamente en la magnitud de las estructurales (obras) ya que permitirá definir más ajustadamente su envergadura, siendo que las mismas están determinadas por caudales a conducir o manejar, definitorios del costo. Se efectuó inicialmente una ponderación de los problemas existentes en la actualidad en S.C. de Bariloche y se los categorizó en función de su impacto y la perentoriedad en la necesidad de soluciones. Seguidamente se plantean las acciones estructurales para las diversas unidades de análisis en que se dividió el área del proyecto, con sus respectivas secuencias de ejecución y el correspondiente plan de estudios y proyectos . MEDIDAS NO ESTRUCTURALES Ya se han expuesto los conceptos y criterios que presiden la fijación de acciones no estructurales tendientes a un manejo de las aguas pluviales con criterio moderno, es decir teniendo como objetivo el control de caudales “en origen”, evitando los efectos negativos que la precipitación pluvial produce en un marco de urbanización creciente. También se expusieron diversos tipos de acciones. No obstante, debe considerase que las medidas no estructurales, con ser las que no implican erogaciones económicas (inversiones en obras), son las de más difícil implementación en las condiciones actuales del país, debido a los aspectos ya señalados de debilidad institucional y la dificultad de imposición de la ley en el comportamiento social. Resulta paradojal que una ciudad de menos de 100000 habitantes permanentes tenga una extensión tan grande, una densidad de población tan baja y un grado de estructuración (fraccionamiento de la tierra) tan rígido e irracional que constituyan un fuerte limitante para la aplicación de medidas no estructurales que permitan actuar racionalmente hacia el futuro en materia de drenaje urbano. La dificultad (si no la imposibilidad) de reversión de fraccionamientos existentes que no atendieron a la morfología del territorio y la red natural de drenaje, obligará en el futuro al uso de medidas estructurales (obras) que bien podrían ser evitadas o reducidas en su envergadura y costo con adecuadas medidas en el uso del suelo, comenzando con los modos de fraccionamiento e implantación de la trama de calles y lotes. Se estima, a modo anticipatorio, que los campos de mayor relevancia en que se deberá actuar comprenden: • Modificación de la normativa existente en el Código Urbano 1995 a fin de incorporar con mayor eficacia el drenaje urbano en las regulaciones sobre el uso del suelo. Ello apunta más que nada a los fraccionamientos y urbanizaciones futuras donde aún es posible fijar pautas de mayor racionalidad en el uso del suelo. En el Código actualmente vigente, la importancia asignada al drenaje urbano es débil o inexistente. • Fortalecimiento de la institución municipal, ya que no es posible la aplicación de un Plan Director sin capacidades bien desarrolladas para su monitoreo y gestión continua. Esas labores asociadas a la aplicación del Plan son de alta exigencia y requieren una jerarquización del personal técnico que las tendrá a su cargo, así como la organización interna para el cumplimiento de las tareas emergentes. BIBLIOGRAFIA Abalerón, Carlos A.(1996).”Algunos problemas ambientales en áreas de montaña: El caso de S.C. de Bariloche”. Revista Ecosignos Virtual, año I, Nº 1. Fulco–CFI (1993). “Proyecto de Ordenamiento Integral de Infraestructura de Servicios para la Ciudad de S.C. de Bariloche”. Arq. Carlos A. Fulco y colab. Consejo Federal de Inversiones. Fulco-CFI, (1994). “Proyecto de Ordenamiento Ambiental para la Ciudad de S.C. de Bariloche”. Arq. Carlos A. Fulco y colab. Consejo Federal de Inversiones. Gonzalez Bonorino, Felix (1973). “Geología del Area entre S.C. de Bariloche y Llao-Llao”. Fundación Bariloche, Depto. de Recursos Naturales y Energía, Publicación Nº 16. IHP, (2001). C. Maksimovic (Chief Editor) “Urban drainage in specific climates”. International Hydrological Programme. Technical Documents in Hydrology. Nº 40- Vol. I, II,and III. Unesco, París. Naumann, Carlos M., Sancholuz, Luis A. (2000). “Mapa de vegetación del ejido de la ciudad de San Carlos de Bariloche”. Revista de Geología Aplicada a la Ingeniería y al Ambiente Nº 14, año 2000. Publicación de la Asoc. Arg. de Geología Aplicada a la Ingeniería.