Guía de la visita

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José Miguel Pérez García
Presidente del Cabildo de Gran Canaria
Luz Caballero Rodríguez
Consejera de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural
Rosa María Quintana
Directora Insular de Cultura
Ernesto Martín Rodríguez
Director Insular de Patrimonio Histórico y Cultural
Coordinación y Edición
Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada
Textos
Carmen Gloria Rodríguez Santana
José Ignacio Sáenz Sagasti
Jorge Onrubia Pintado
Víctor Antona del Val
Isidro Moreno Sánchez
Fotografías
Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada
(Javier Betancor, José Ignacio Sáenz Sagasti, Victor Molina)
El Museo Canario
FEDAC
Ilustraciones
Agustín Casassa Caballero
Agradecimientos
Amelia Rodríguez Rodríguez
Javier Velasco Vázquez
María del Cristo González Marrero
El Museo Canario
Luis Regueira Benítez
Candelaria Fumero Arucas
Miguel Ángel Ramos Vilar
FEDAC
Gabriel Betancor Quintana
ISBN 978-84-8103-548-3
Depósito Legal GC1160-2007
© Cabildo de Gran Canaria
1ª Edición 2007
El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, situado en el centro histórico de la ciudad de Gáldar, tiene como objetivo garantizar
la conservación, la investigación y la difusión de uno de los yacimientos más singulares del Archipiélago Canario. La ejecución de este novedoso equipamiento ha supuesto no sólo la posibilidad de admirar este excepcional ejemplo de pintura mural, expresión artística
y simbólica de los antiguos canarios, sino también la de contar con
un centro de referencia a la hora de conocer el mundo prehispánico de Gran Canaria y los convulsos acontecimientos que culminaron en 1483 con la incorporación de la Isla a la Corona de Castilla.
Aunque el descubrimiento de esta cueva artificial decorada se remonta
a 1862, han sido las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo desde
1987 las que han sacado a la luz un poblado de más de cincuenta casas
y cuevas artificiales que formaban parte del antiguo Agáldar prehispánico. Estos recientes descubrimientos permiten, al fin, contextualizar la
Cueva Pintada, además de ofrecer información relevante sobre la sociedad que dejó en este lugar el testimonio material de sus formas de vida.
Esta Guía de la visita ofrece al público la posibilidad de comprender y
profundizar en los contenidos del Museo y Parque Arqueológico. Su
índice se adapta al recorrido que el público realiza por las instalaciones. Así, en un primer capítulo, El Museo, se abordan todos aquellos
aspectos tratados en este espacio, en el que se ubican las salas donde
se proyectan los audiovisuales, así como la exposición permanente de
los materiales arqueológicos más representativos de los recuperados
en las excavaciones realizadas en el yacimiento. En un segundo capítulo,
El Parque Arqueológico, se profundiza en los contenidos referidos más
explícitamente al yacimiento Cueva Pintada. Es aquí donde se puede
ahondar en aquellos aspectos directamente vinculados con el poblado
y la propia cámara decorada, aunque también se abordan otras cuestiones vinculadas con este espacio arqueológico tales como la economía
de la sociedad indígena, la producción y comercialización del azúcar en
los siglos XV y XVI o la evolución urbana de Gáldar hasta nuestros días.
La zona arqueológica Cueva Pintada constituye un referente a la hora de adentrarse no sólo en el mundo prehispánico de
Gran Canaria, sino también en ese período
de transición vivido por la sociedad isleña
en las postrimerías de la baja Edad Media;
etapa que culmina con la incorporación
de Gran Canaria a la Corona de Castilla.
Las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo durante más de dos
décadas han permitido constatar que el poblado estuvo ocupado entre
los siglos VII y XVI; sin embargo, son los momentos finales de este lapso
de tiempo los que pueden ser mejor documentados, ya que al registro
arqueológico se une la valiosa información aportada por las fuentes escritas (relatos de viajeros, crónicas de conquista, documentos notariales…),
lo que permite realizar una rica lectura de este apasionante momento de
la historia de Gran Canaria. Este hecho explica que la visita al museo se
inicie con una primera unidad expositiva que persigue ubicar al visitante
en ese tiempo y espacio directamente vinculado con los momentos postreros de la Edad Media en Europa.
Ya desde el segundo tercio del siglo XIV, los genoveses, mallorquines,
castellanos... empezaron a adentrase más allá del Estrecho de Gibraltar
debido a causas diversas y persiguiendo objetivos bien distintos: la instalación de factorías comerciales, el afán evangelizador, el pillaje y la captura
de esclavos… De esas primeras incursiones, precursoras de la expansión
atlántica que afianzará la Monarquía Católica en el siglo XVI, quedan testimonios escritos, registros cartográficos, ilustraciones idealizadas y fantásticas que reflejan cuál era la percepción que poseían los europeos de la
Baja Edad Media del mundo conocido y de los indígenas canarios.
Este largo período de exploraciones culmina con la empresa castellana de
conquista de la isla, la Guerra de Canaria. A la hora de acercar al visitante
a este complejo proceso de conquista, es un personaje histórico el que
transmite, en primera persona, los acontecimientos vividos en esta etapa
convulsa de la historia de Gran Canaria: la hija de Guanarteme el Bueno
es la protagonista del relato museológico, y es ella la que nos invita a viajar
al pasado, evocando tanto la vida en la Gran Canaria indígena, en la que
su nombre era Arminda, como la nueva realidad surgida tras la conquista
castellana, en la que la joven, tras ser bautizada y contraer matrimonio
con Hernando de Guzmán, fue llamada Catalina de Guzmán.
Proyección, en
alta definición y
estereoscopía, del
audiovisual en torno
al mundo indígena y
la Guerra de Canaria.
De todos los acontecimientos históricos vinculados con la Guerra de
Canaria (1478-1483), se han escogido aquellos episodios más relevantes,
como son la fundación de Las Palmas; la batalla de Arucas, que supuso
una derrota para los canarios y la muerte de uno de los principales protagonistas, Doramas; la construcción de la torre de Agaete; la batalla de
Ajodar, última victoria de los canarios frente a los ballesteros vizcaínos;
la entrega de Arminda a los castellanos… En suma, los momentos que
pueden dar las claves para entender la complejidad vivida en la isla a lo
largo de los cinco años que duró la contienda.
10
G
ran Canaria Prehispánica: de Agáldar a Gáldar
La isla de Gran Canaria fue poblada por primera vez desde África , probablemente hace menos de 3.000 años. En el momento de la colonización europea de los siglos XIV y XV existían una treintena de poblados
indígenas y un número indeterminado de pequeños enclaves dispersos
por la isla. En estos poblados llegaron a vivir cerca de 20.000 personas, de
las que sobrevivirían poco más de 3.000 como consecuecia de la colonización castellana que trajo consigo la deportación y la esclavitud de una
gran parte del antiguo pueblo canario.
Proyección panorámica del audiovisual sobre la Gran Canaria prehispánica,
la evolución del poblamiento en el Agáldar indígena y la historia del
descubrimiento y puesta en valor del yacimiento Cueva Pintada.
Imagen infográfica
que recrea la
distribución de
los principales
poblados indígenas
documentados en
los siglos XIV y XV.
11
El Agáldar que conoció Arminda se levantó sobre un caserío abandonado
en el siglo XI. Resulta aún difícil desentrañar las razones que empujaron
a sus habitantes a marcharse de forma tan repentina dejando casas y
enseres. Quizás fueron las frecuentes luchas intestinas que asolaban la
isla hasta que ésta alcanzó, en torno al siglo XIII, un período de paz y de
prosperidad.
El análisis de las fuentes documentales permite plantear que el Agáldar
de los siglos XIV y XV ocupaba lo que hoy es el centro histórico de la
ciudad de Gáldar. La actual Plaza de Santiago era un gran espacio público
de carácter ceremonial en el que se ubicaban algunas edificaciones singulares:
La gran plaza cercada, recinto de juegos colectivos y sede
de las grandes asambleas isleñas.
La casa roma, fortificación aborigen donde los castellanos
levantarían más tarde una torre defensiva.
La “casa pintada”, donde se reunían las nobles indígenas
y las maestras-sacerdotisas llamadas maguadas.
El santuario indígena, convertido después en adoratorio
cristiano dedicado a Santiago Apóstol y, en 1486, en una
iglesia de nueva planta.
·
·
·
·
Detalle del poblado
Cueva Pintada. Se
aprecia cómo las casas
están parcialmente
excavadas en la roca.
12
Vista panorámica
de Gáldar en
torno a 1930.
Foto: Teodoro Maisch.
Archivo fotográfico
El Museo Canario.
Por debajo del espacio ceremonial de la plaza se encontraban las casas
de piedra y las cuevas-vivienda excavadas en la roca. Es posible que sobre
el complejo rupestre en el que se encuentra la Cueva Pintada girara una
parte importante de la vida social del grupo que lo ocupaba.
Tras la conquista, el nuevo Gáldar de los castellanos se desarrolló en
torno a la primitiva Plaza Mayor, situada cerca del lecho del barranco. La
caña de azúcar sustituyó a los cultivos indígenas y la industria azucarera
impulsó el desarrollo urbano. Los materiales de las casas indígenas se
reutilizaron para construir un Gáldar muy distinto. Algunas casas y cuevas
aborígenes pervivieron hasta bien entrado el siglo XVIII, pero, finalmente, quedaron enterradas y fueron olvidadas bajo los bancales agrícolas.
En el siglo XIX la creciente actividad constructiva y agrícola resucitó los
olvidados vestigios aborígenes y, mientras se acondicionaba un huerto, se
descubrió la Cueva Pintada en 1862. Veinte años más tarde, en 1882, una
noticia de prensa recuerda este importante hallazgo comentando que
se recuperaron algunos cadáveres, vasitos y otros objetos que adquirieron
algunos aficionados.
Artículo de Franciso
Guillén aparecido en
el diario Hoy el 10
de febrero de 1935.
13
La curiosidad de estudiosos, eruditos y viajeros se despertó de manera
inmediata. En 1884 el Ayuntamiento de la ciudad realiza un primer
acondicionamiento para visitarla. A partir de ese momento, los hallazgos esporádicos de vestigios prehispánicos se sucedieron en Gáldar
en paralelo a su expansión urbana. No obstante, fue preciso esperar
a 1970 para acometer una campaña de limpieza y acondicionamiento
de la cámara decorada que dejó al descubierto la totalidad del complejo troglodita. En 1972, ya declarado monumento histórico artístico,
el conjunto rupestre se abrió nuevamente al público. Sin embargo, el
deterioro de las pinturas obligó a impedir el acceso a la Cueva Pintada
en 1982 y a plantearse un proyecto integral que mirase al futuro para
preservar el legado prehispánico. Los resultados de ese proyecto, iniciado en 1986, constituyen el actual Museo y Parque Arqueológico Cueva
Pintada, inaugurado el 26 de julio de 2006.
Dos de los visitantes
ilustres de la Cueva
Pintada a finales
del siglo XIX.
René Verneau.
(Fotografía de
Teodoro Maisch).
Olivia Stone.
(Fotografía de H. S.
Mendelssohn publicada
en la obra Tenerife
and its six satellites).
Archivo fotográfico
El Museo Canario.
Museo y Parque
Arqueológico Cueva
Pintada, ubicado en
el centro histórico
de Gáldar. Destaca la
cubierta que protege
la zona arqueológica
(5.700 m2).
14
L
a colección arquelógica
Las excavaciones desarolladas a lo largo de todos estos años han permitido recuperar innumerables restos arqueológicos. En la sala de exposición
permanente, se exhibe una selección de los abundantes y singulares objetos hallados, que constituyen un universo perfectamente individualizado
en el contexto de las culturas aborigenes de las Islas Canarias. A los
repertorios prehispánicos se incorporan otros elementos de importación, en su mayoría de procedencia peninsular, entre los que destacan
las series de cerámicas fabricadas a torno y los objetos de metal, como
monedas, espadas, cuchillos, herraduras, dedales, clavos, etc.
Detalle de la sala
de exposición
permanente en la
que se aprecia la
vitrina dedicada,
fundamentalmente,
a la exhibición de
recipientes cerámicos
prehispánicos.
15
Los objetos cerámicos
Detalle de un
recipiente cerámico
en el que destaca la
decoración pintada
del borde y del
interior, realizada
con almagre.
Los recipientes
La cerámica prehispánica de Gran Canaria se caracteriza por estar elaborada a mano, destacando sobre todo por el perfecto modelado y la
simetría de sus formas. En el yacimiento se ha descubierto un gran número de recipientes, de muy variada tipología, entre los que destacan tanto
los grandes contenedores para el almacenamiento, como los recipientes
relacionados con la preparación y elaboración de los alimentos. En un
porcentaje muy alto, las superficies de las piezas están finamente bruñidas y decoradas con pintura, generalmente de color rojo almagre. Entre
los motivos decorativos, siempre de carácter geométrico, destacan los
círculos, triángulos, cuadrados, líneas quebradas y ángulos superpuestos.
Recipientes cerámicos recuperados en las campañas de excavación
llevadas a cabo en el yacimiento. En ellos se aprecian algunas de las formas
y decoraciones pintadas más singulares del poblado Cueva Pintada.
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Detalle de una
pintadera decorada
con un motivo de
celdillas, obtenidas
mediante impresión
y excisión de pasta.
Las pintaderas
Las pintaderas son uno de los elementos más singulares de la cultura
prehispánica de Gran Canaria. Realizadas en barro cocido, poseen un
apéndice que culmina en una superficie plana con forma geométrica,
decorada a su vez con motivos geométricos de muy diversa tipología
(círculos, triángulos, líneas quebradas, ángulos superpuestos). Las técnicas
empleada para su elaboración son la incisión, la impresión y la excisión.
No se ha podido determinar aún con exactitud qué finalidad tenían, pero
todo apunta a pensar que detrás de su más que probable vinculación con
la decoración corporal, se esconde, en realidad, su carácter de marcas de
identidad de grupo o linaje.
Pintadera en la que se aprecia
el fino bruñido de la pieza
y la pequeña perforación
realizada en el apéndice.
Pintadera circular
que presenta tres
circunferencias
concéntricas
obtenidas mediante
excisión, la externa
está decorada
con cuadrados.
Pintadera cuadrada decorada
con un motivo de celdillas.
17
Detalle del rostro
de uno de los idolillos
de barro cocido
en el que destacan
los rasgos faciales.
Los ídolos
Figurilla femenina
erguida en la que se
han destacado sus
pechos, el vientre
abultado, el ombligo
y el sexo. Detalle
de la vulva y el
vientre abultado.
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Otro de los elementos más singulares de la arqueología grancanaria lo
constituyen un conjunto de estatuillas de barro cocido, tradicionalmente
conocidos como ídolos. Mayoritariamente representan la figura humana
aunque también existen representaciones de animales.
La mayor parte de las figuras son femeninas, en las que se destacan los
rasgos sexuales y, en numerosos casos, los vientres muy prominentes
probablemente asociados a la maternidad. En algunos casos las figuras
aparecen decoradas con pintura roja o con incisiones que parecen marcar cabellos, decoraciones corporales o indumentarias.
Es evidente la relación que una parte de estas piezas debió tener con el
mundo religioso, sin embargo no se debe descartar para algunas figurillas
que se tratara de sencillos exvotos, amuletos, o incluso, juguetes.
Figurilla masculina conocida como
el “bailarín”, fue recuperada en
la intervención realizada en el
complejo troglodita en 1970.
Figurilla femenina con el vientre
muy abultado, representando
probablemente un embarazo.
Los objetos de piedra
Un gran número de herramientas eran fabricadas en piedra. Las rocas
más empleadas fueron los basaltos, las fonolitas y los vidrios volcánicos,
entre los que destacan las obsidianas. Las piedras eran talladas para crear
filos vivos con los que poder trabajar otras materias primas (madera,
hueso, piel...) o llevar a cabo trabajos como los de carnicería o preparación de alimentos.
Los basaltos y las tobas también eran labrados para fabricar molinos
circulares giratorios y morteros de forma alargada, que eran utilizados
para moler el grano y obtener harina, así como para triturar el almagre
que servía como colorante para decorar las cerámicas, el interior de las
cuevas y las casas.
Detalle de un
molino o mortero
naviforme de basalto.
En su interior, un
canto rodado
que fue utilizado
probablemente
como molturador
(la pieza que se
utilizaba para moler).
Muela de molino
giratorio labrado
en toba. Pico de
basalto en el que
se aprecian las
extracciones realizadas
para poder obtener
el filo cortante.
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Detalle de un útil
de hueso realizado
con una tibia de
oveja o cabra.
Detalle de un
burgao (Osilinus
atratus) decorado.
Los objetos de hueso y concha
Los canarios empleaban los huesos de animales como materia prima
para la fabricación de diversas herramientas: punzones, espátulas, agujas...
Su utilización estaba muy relacionada con las artesanías del cuero, la piel
y las fibras vegetales, así como con la elaboración de objetos cerámicos.
También utilizaban el hueso para confeccionar anzuelos y adornos, fundamentalmente cuentas de collar.
Huesos, de oveja
o cabra, trabajados
formando un bisel en
uno de los extremos.
La colección de burgaos (Osilinus atratus) decorados es especialmente
singular. Se trata de un conjunto de piezas que presentan finas incisiones,
probablemente realizadas con un útil de piedra. Por el momento desconocemos con exactitud qué finalidad tenían.
Burgaos (Osilinus
atratus) decorados
con finas incisiones.
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Medio real de plata de
los Reyes Católicos,
resellado en Canarias
y conocido en las
islas como Bamba.
Los materiales de importación
Son numerosos los objetos encontrados en el yacimiento y cuya presencia se explica porque fueron introducidos en la isla por los europeos
que frecuentaron el archipiélago en la baja Edad Media. Hay un amplio
repertorio de monedas de cobre tanto castellanas como portuguesas,
que pertenecen en su mayoría a los siglos XV y XVI. Entre los metales
destacan varios cuchillos, una espada, dedales, herraduras y un gran
número de clavos de variada tipología. Sin duda, los elementos más
abundantes son las cerámicas a torno, muchas de ellas decoradas con
vidriados y esmaltes de diversos colores. La procedencia de estas series
hay que situarlas en el sur de la Península, tanto en la zona del Levante
como en la región andaluza y están fechadas en torno a mediados del
siglo XV y principios del XVI.
Moneda portuguesa
(un real de Manuel I),
de la primera mitad
del siglo XVI.
Pequeña cerámica
vidriada de probable
procedencia andaluza.
Clavos de hierro.
21
22
El Museo y Parque Arqueológico Cueva
Pintada se asienta en lo que hasta fechas
recientes fue una manzana agrícola. Este
tipo de parcelas, constituidas por bancales de cultivo rodeados de edificaciones,
caracterizó la evolución del paisaje de
Gáldar y su vega a partir del siglo XVII.
De hecho, el descubrimiento de la Cueva Pintada está vinculado al acondicionamiento de este espacio para usos agrícolas.
Las tierras artificialmente aportadas para crear las terrazas de cultivo
sepultaron las ruinas prehispánicas de este barrio del poblado de Agáldar, cuya evolución se fecha, con algunas interrupciones, entre los siglos
VII y XVI. Las edificaciones de este caserío se articularon en torno a
un conjunto de cuevas artificiales, el denominado Complejo Troglodita,
en cuyo centro se encuentra la cámara decorada, la Cueva Pintada en
sentido estricto. Este paisaje agrícola fue desapareciendo a medida que
las excavaciones, iniciadas en 1987, iban sacando a la luz los restos indígenas y configuraban un nuevo espacio arqueológico.
La espectacularidad de los hallazgos supuso la reorganización del programa de recuperación de la Cueva Pintada, que fue ampliado a todo el
poblado. La accesibilidad al yacimiento se ha articulado a través de dos
elementos arquitectónicos esenciales en el proyecto: las pasarelas y el
cierre de la cámara decorada. La necesidad de techar todo el yacimiento (5.700 m2), avalada por los numerosos estudios técnicos realizados,
ha venido impuesta por los criterios derivados de las exigencias de
conservación de las frágiles estructuras arqueológicas. Esta cubierta,
ligera, diáfana y ampliable, recuerda, hacia el exterior, el actual paisaje
agrario de la vega galdense, dominado por los invernaderos destinados,
fundamentalmente, al cultivo de la platanera, convirtiéndose en una
evocación de su antigua función agrícola.
23
E
l poblado
Casa indígena
construida con sillares
de toba. Destacan
el corredor de
acceso a la vivienda,
una habitación
central y una alcoba
lateral. Se aprecia
claramente cómo
una parte de casa
está semienterrada.
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Como sucede en otros poblados aborígenes de Gran Canaria, el de Gáldar se sitúa en las laderas de un barranco, de manera que casas y calles
se van encajando en la pendiente de toba, hasta llegar al fondo de la vega.
Las ruinas encontradas constituyen sólo una parte de lo que fue el Agáldar prehispánico, que ocuparía toda la ladera del barranco.
En este poblado encontramos cuevas y casas semisubterráneas. En el
caso de estas últimas, lo primero que se necesitaba era preparar una
superficie plana donde poder asentarla, y para ello se tallaba la roca, en
este caso la toba, de manera que ésta quedaba parcialmente encajada en
la ladera.
Tras esta operación de desmonte y explanación se procedía a levantar los
muros. Los materiales empleados como aparejo eran, de modo general,
bolos de basalto y sillares de toba que se ajustaban con calzos de piedra
y con argamasas de barro. La techumbre era plana y estaba constituida
por un entramado de vigas de madera a veces dispuestas sobre una viga
maestra. Encima de las vigas se colocaban de manera sucesiva lajas de
piedra, un entramado vegetal y una capa de tierra apisonada.
Al interior se accedía por un estrecho corredor donde se encontraba la
puerta, único hueco con que contaba la vivienda. Dentro, el espacio se
organizaba en una pieza principal cuadrangular flanqueada por una o dos
alcobas laterales cuyos muros estaban, en muchos casos, decorados con
pintura.
Detalle de la esquina
de una casa, en la que
destaca el aparejo
de basalto y toba,
así como la pintura
roja que adorna el
interior de la alcoba.
Vista general del
parque arqueológico
en el que se aprecian
las estructuras
indígenas, las
pasarelas desde las
que se contemplan,
así como la cubierta
que protege el
yacimiento.
25
E
l Complejo Troglodita
La Cueva Pintada forma parte del denominado Complejo Troglodita, que
constituía el centro del conjunto de viviendas indígenas que todavía puede verse en el yacimiento. Su carácter de eje organizador de la vida de
aquella comunidad se hace evidente al comprobar cómo se concentran
las casas en su entorno inmediato, mientras que a medida que nos alejamos de él aumentan los espacios libres entre las viviendas.
Este conjunto rupestre consta de varias cuevas excavadas en la toba
volcánica, organizadas en torno a un patio central al que se accedía por
un corredor.
Detalle de la
zona del parque
arqueológico desde
la que se contempla
el Complejo
Troglodita. Los
techos de las cuevas
han desaparecido.
26
Las observaciones arqueológicas, algunas fuentes relacionadas con el Gáldar indígena y las noticias contemporáneas del momento de su hallazgo,
permiten reconstruir con cierta fidelidad la función de este ámbito.
Según estas informaciones estaríamos ante un espacio singular que cumpliría dos funciones básicas: espacio doméstico y centro donde tenían lugar
determinados rituales vinculados al grupo que ocupaba este barrio.
Así, se pueden identificar al menos cuatro viviendas, y un espacio de
planta cuadrada que pudo servir de almacén. Es probable que la función
ritual se circunscribiera a la denominada Cueva Pintada, que comprende
la cámara policromada y la pequeña estancia situada a su izquierda.
Aunque es posible que el recinto tuviera distintas funciones que cambiaron a lo largo del tiempo, sabemos que en el momento del descubrimiento se hallaron momias, cerámicas y otros objetos arqueológicos.
Esto nos permite pensar que se trataba de un espacio destinado a la
celebración de ofrendas y ceremonias relacionada con los difuntos. Estos
ritos pueden vincularse a su vez con prácticas orientadas a solicitar la
protección de los ancestros que, en definitiva, legitimaban la posesión del
territorio y amparaban a la comunidad.
Detalle de dos de
las cuevas artificiales
escavadas en la toba
que rodean la Cueva
Pintada. Se aprecian
en su interior los
agujeros que servían
probablemente para
afianzar maderas,
así como un gran
contenedor excavado
en el suelo.
27
L
a Cueva Pintada
Según los datos arqueológicos disponibles, parece que el complejo troglodita adquirió su aspecto actual con posterioridad al siglo XII, momento
en que debió realizarse el panel decorado de la cámara policromada.
Detalle del panel
polícromo de la
Cueva Pintada en
el que se aprecia la
cuidada composición
de los variados
motivos geométricos.
Aunque decorar las paredes de las viviendas, de las cámaras funerarias
o de los centros ceremoniales fuera algo habitual en la cultura aborigen,
los frisos polícromos de la Cueva Pintada son, sin duda, el mejor y más
complejo ejemplo de pintura mural indígena de Gran Canaria.
La realización de estas pinturas murales requería una técnica depurada.
En primer lugar, había que preparar la pared para disponer de una superficie homogénea. Para ello era necesario tapar y regularizar las fisuras
que se intercalan entre los estratos de la toba mediante un llagueado
de mortero. A continuación, se enlucía la superficie con un preparado de
arcilla.
28
En el caso concreto de los paneles de la Cueva Pintada, una vez acondicionada la pared, se realizó un boceto de la composición completa,
sobre el que se aplicaría posteriormente los distintos colores. Antes de
la aplicación de los pigmentos, se humedecía ligeramente la pared, lo que
aumentaba la absorción y adherencia de los mismos.
Detalles de los
triángulos de la parte
central del panel, así
como los ángulos
encajados que forman
un motivo en espiga.
En los triángulos se
aprecia claramente
el repinte en tono
crema sobre un
blanco previo.
Las pinturas se aplicaban directamente con los dedos o bien con la ayuda
de pinceles, probablemente fabricados con pelo de cabra o juncos.
Por su parte, las materias colorantes utilizadas eran de origen mineral
(almagres –arcillas muy oxidadas– para el rojo y finas arcillas blanquecinas
para el blanco), que, una vez molidos, se mezclaban con agua para facilitar
30
su aplicación. En cuanto al color negro que se aprecia en los paneles, no
se trata de un pigmento sino del oscurecimiento natural de la propia
toba.
Más allá de las simples consideraciones estéticas, el carácter excepcional
del este panel, dotado de un ritmo y una simetría hoy por hoy únicos, junto al ámbito ritual al que se asocia, nos llevan a pensar que nos encontramos ante auténticos ideogramas. El carácter ceremonial de este espacio
quedaría fuera de toda duda si, como proponen algunos investigadores,
sus ideogramas pueden relacionarse con un sistema de medición y cálculo del tiempo, un elaborado calendario lunar y solar que se basaría
en la combinación de series organizadas a partir del número 12 y en la
alternancia del rojo, el blanco y los espacios sin pintar.
Estos conocimientos astronómicos eran acaparados por los más destacados miembros de la “nobleza” isleña (los fayzagues) quienes, como ocurre
con muchas otras sociedades agrarias o agro-pastoriles, justificaban su
preeminencia social en el monopolio de los conocimientos, las creencias,
las tradiciones míticas y los rituales indígenas.
Esta interpretación se refuerza con el género de hallazgos realizados en
el interior de la Cueva Pintada en el momento de su descubrimiento y
que quedaron reflejados en las noticias periodísticas de la época: momias,
vasijas y otros enseres...
Vista panorámica de
la Cueva Pintada en
la que se aprecia la
“burbuja”, la solución
arquitectónica
que permite la
contemplación
de las pinturas
sin comprometer
la conservación
de las mismas.
31
L
a recreación de las viviendas indígenas
La recreación del conjunto de casas indígenas constituye un elemento
museográfico clave a la hora de comprender cuál era la morfología de
esas viviendas en el momento en el que los antiguos canarios y las antiguas canarias vivían en ellas.
La información necesaria para llevar a cabo la recreación surge fundamentalmente de los datos ofrecidos por los restos arqueológicos del
propio caserío de la Cueva Pintada. A esta documentación material se
une la ofrecida por la documentación escrita, especialmente en las crónicas de conquista, en las que se suele hacer referencia a detalles constructivos de las viviendas.
Interior de una de
las casas recreadas
en el parque
arqueológico.
36
Entre los elementos característicos de las casas aborígenes destacaban el
hogar y las tarimas acondicionadas en las alcobas. El hogar era un fogón
situado en una pequeña depresión circular, excavada en el centro de la
habitación principal, sobre el que se disponían piedras de toba que servían para colocar los recipientes sobre el fuego.
Por su parte, los entarimados instalados en las alcobas, pudieron servir como lechos y muy probablemente se cubrían con esteras y pieles
que también se utilizaban para cubrir el suelo. Otros elementos del ajuar
doméstico se distribuían por los diferentes espacios de la vivienda, sobre
el suelo o colgados de las paredes. Destacarían los morteros y molinos,
así como los contenedores de cerámica, cestería o cuero que servían
para transportar, guardar, preparar y servir los alimentos. Entre los enseres, tenían especial importancia los palos de tea, empleados para hacer
fuego y poder cocinar e iluminar el interior de las distintas estancias.
Fuera de las viviendas había cocinas, almacenes, rediles y otras dependencias de carácter comunal.
Dibujos que recrean
los enseres y elementos
que se encuentran en el
interior de las viviendas:
cerámicas, tarimas
de madera, esteras
vegetales , hogar…
37
L
a arqueología de lo dulce
En el caserío de la Cueva Pintada también quedan vestigios vinculados a
la actividad que dominó la economía en las islas a lo largo del siglo XVI:
la industria del azúcar. Así lo atestiguan los restos de moldes azucareros,
la toponimia., los datos recogidos en las fuentes documentales...
Molde o forma
azucarera encontrada
en las excavaciones
realizadas en el
poblado Cueva
Pintada.
Planta de la caña de
azucar. Ilustración de
G. Beaudet (1894)
recogida por A. Vieira
en su obra Canaviais,
azúcar e aguardiente
na Madeira: séculos
XV a XX (2004)
Las parcelas de caña de azúcar demandaban una costosa preparación del
terreno destinado a recibir los plantones (trozos de la misma caña). Además
del riego, que exige toda una serie
de acondicionamientos hidráulicos, el
cañaveral requería toda una multiplicidad de labores: escarda, cava, colocación de varas para sostener las cañas
y lucha contra los parásitos (principalmente gusanos y ratones).
Los ingenios azucareros eran instalaciones, en ocasiones, muy complejas. Éstas incluían, amén de las estancias de molienda y prensado, de los
cuartos de calderas y de las casas de purgar y de refinar, aposentos para
los trabajadores (mayordomos, maestros de azúcar, templadores y refinadores, aprendices, camelleros, esclavos...), despensas y graneros, leñeras,
corrales y huertos, molinos harineros, tejares...
Sabemos que a comienzos del siglo XVI existían al menos tres ingenios
azucareros en Gáldar. Casi con absoluta seguridad, los vestigios de nueva
planta hallados en la Cueva Pintada corresponden a una instalación relacionada con alguno de ellos. La fuerza motriz empleada en los artificios
de moler era el agua o la tracción animal (el de la Cueva Pintada pertenecería seguramente a esta segunda modalidad). La caña soltaba parte
de su jugo en el molino, pero después tenía que pasar por la prensa. El
jugo de las cañas se cocía luego en calderas de cobre sobre fuego de leña
hasta darle el punto necesario. Llegaba entonces el momento de verter la
melaza en las formas o moldes para proceder a su purgación y refinado.
Éstos estaban provistos de un orificio por el que, durante el proceso de
solidificación del azúcar, escapaba el líquido sobrante que era a su vez
recogido en otros recipientes.
Tras salir de las casas de purgación, suerte de secaderos, los panes de
azúcar eran empapelados y embalados en cajas de madera. Los cargamentos de azúcar, embarcados en varios de los puertos de la isla (entre
los que se halla el cercano fondeadero de Sardina), tenían como destinos
diferentes mercados europeos: Cádiz, Sevilla, Génova, Venecia y Amberes.
De hecho, en el ayuntamiento de esta última ciudad se conserva un tapiz,
fechado en 1508, en que el burgomaestre da la bienvenida a los pilotos
de los primeros navíos que llegan de Canarias cargados de azúcar.
Recreación
infográfica de
la prensa de un
ingenio azucarero
en la que se extrae
el jugo a la caña
antes de proceder
a cocerlo para
obtener la melaza.
Recreación del
momento en el
que se comprueba
la calidad de los
cristales de azúcar
antes de proceder
a su empaquetado
y exportación.
39
L
a transformación urbana de Gáldar
Entre la segunda mitad del siglo XVIII y los primeros años de la centuria
siguiente, el elemento clave del nuevo urbanismo de Gáldar fue la remodelación de la Plaza de Santiago. La nueva fábrica de la iglesia (17781826), la más compleja de las iniciadas en Canarias en ese momento,
fue el motor de toda una operación urbanística que modificó completamente el trazado antiguo de la villa. El templo, neoclásico, presenta una
fachada que apenas tiene antecedentes en el archipiélago.
Plano de Gáldar de
Cayetano González,
probablemente
de principios del
siglo XIX. Archivo
cartográfico El
Museo Canario.
40
A lo largo del siglo XIX Gáldar experimenta un notable progreso hasta
el punto que en 1884 se le concede el título de ciudad. Los testimonios
gráficos más antiguos de la aglomeración (fotografías y grabados) destacan la importancia de la Plaza de Santiago. La presentan invariablemente
como un espacio limitado por edificaciones, entre las que destaca la Iglesia y el Ayuntamiento, que carece de cualquier elemento de mobiliario o
vegetación (la alameda actual que ocupa la parte central de este recinto
no se construirá hasta la segunda mitad del siglo). Podemos considerar
pues que a finales del siglo XIX, el centro histórico de Gáldar estaba
perfectamente definido.
Para 1898 contamos con un plano de la ciudad que muestra una densificación de la trama urbana en torno a la Plaza de Santiago, cuyas manzanas
aparecen casi colmatadas por las viviendas. El resto de las ínsulas (incluida la de la Cueva Pintada) están constituidas por huertos abancalados
rodeados de edificaciones perimetrales (no hay que olvidar que el acondicionamiento de una de estas terrazas agrícolas estuvo en el origen del
descubrimiento de la cámara decorada), cuya topografía se mantendrá
inalterada hasta finales de los años cincuenta del pasado siglo, quedando
aún hoy en día algún ejemplo de esta trama semi-urbana.
Grabado de J. J.
Williams en el que se
aprecia la imagen de
Gáldar en el segundo
tercio del siglo XIX.
Reproducción
fotográfica
conservada en el
Archivo de Fotografía
Histórica de
Canarias. FEDAC.
Vista de Gáldar.
Foto: Luis Ojeda
Pérez, 1890-1895.
Archivo fotográfico
El Museo Canario.
41
43
Información práctica
DIRECCIÓN
Audiencia 2 · 35460 Gáldar
Gran Canaria
Tel. 928 89 54 89 · Fax. 928 55 24 02
www.cuevapintada.com
cuevapintada@grancanaria.com
HORARIOS
De martes a sábado: de 9:30 a 20:00 h.
(última visita a las 18:30 h.).
Domingos: de 11.00 a 20:00 h.
(última visita a las 18:30 h.).
24 y 31 de diciembre: de 9:30 a 15:00 h.
(última visita a las 13:30 h.).
Consultar las posibles modificaciones de
los horarios en www.cuevapintada.com
TIENDA-LIBRERÍA
El museo cuenta con una tienda-librería en
la que se pueden encontrar publicaciones
científicas y de divulgación sobre Historia
y Arqueología del Archipiélago Canario,
y más específicamente, sobre la Gran
Canaria prehispánica. Junto a ello, se ofrece
una amplia gama de objetos de regalo
y recuerdos alusivos a la temática del
Museo.
la existencia de una serie de instalaciones
indispensables para llevar a buen término
estos objetivos. Por ello se dispone de un
aula didáctica, en la que se llevará a cabo
un programa de actividades al servicio
no sólo de los centros educativos, sino
también de todos aquellos visitantes
interesados en profundizar en el
conocimiento de su pasado.
SERVICIOS DE CARÁCTER GENERAL
El Museo posee señalización exterior,
señalización interna con información
general y folletos informativos con
indicadores del recorrido traducidos al
inglés, alemán y francés. El recinto del
Museo y del Parque Arqueológico no
tiene barreras arquitectónicas y cuenta
con versiones de sus audiovisuales en los
idiomas señalados. La recepción del museo
posee servicio de taquillas de autoservicio.
Los centros docentes cuentan con un
servicio de visitas guiadas específicas
adaptadas a las distintas etapas educativas.
biblioteca que posibilitan a investigadores
y restauradores desarrollar las tareas
que convertirán al Museo y Parque
Arqueológico Cueva Pintada en un centro
de referencia en la producción y difusión
del conocimiento científico.
Se cuenta, además, con laboratorios y
ENTRADA GRATUITA
Los menores de 10 años.
Los primeros sábados de cada mes.
Los días 18 de mayo y 25 de julio.
Las visitas se realizan en grupos guiados de
25 personas, 20 plazas están disponibles
anticipadamente en Internet y cajeros
automáticos y 5 plazas están disponibles
el mismo día en la taquilla del museo.
Las visitas se realizan en varios idiomas
(español, alemán, inglés y francés).
Asegúrese de que reserva o adquiere una
entrada para una visita que será realizada
en su idioma.
DÍAS DE CIERRE
Todos los lunes del año, 1 y 6 de enero,
1 de mayo y 25 de diciembre.
CÓMO LLEGAR
Gáldar se encuentra a 27 km de Las Palmas
de Gran Canaria y a 50 km del aeropuerto
internacional de Gran Canaria. Se accede
por la autovía del norte GC-2, que tiene
enlaces con toda la red viaria insular y
conexiones directas con los puertos de
La Luz, en Las Palmas, y el Puerto de las
Nieves, en Agaete. Desde Las Palmas de
Gran Canaria, llevan a Gáldar las líneas de
guaguas números 103 y 105.
Los accesos interiores son los mismos que
para el centro histórico, que cuenta con
diversos bienes culturales de interés: la
Plaza de Santiago, el Templo de Santiago
de los Caballeros y la Casa Museo Antonio
Padrón, entre otros.
SERVICIOS ESPECÍFICOS
El Museo y Parque Arqueológico desarrolla
una completa programación de actividades
paralelas que se llevan a cabo a lo largo del
año: talleres, conferencias, cursos... Estas
acciones están diseñadas para atender las
demandas de los distintos tipos de público:
familiar, infantil, experto...
La vocación del centro de asumir y
potenciar las vertientes de investigación,
conservación y difusión se ve reflejada en
No está permitido tomar imágenes
(fotográficas y videográficas) en el
interior del museo y
parque arqueológico.
Los teléfonos móviles deben
permanecer desconectados
durante la visita al museo.
No está permitida la entrada
de animales, excepto perrosguía de invidentes.
No está permitido consumir
comidas ni bebidas en el interior
del museo y parque arqueológico.
Se ruega que los bultos grandes,
(bolsos, paraguas, mochilas,
cámaras de video, etc.) sean
depositados en las taquillas.
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PROYECTO
MUSEO Y PARQUE ARQUEOLÓGICO
CUEVA PINTADA
ENTIDADES PROMOTORAS
CONSERVACIÓN
Cabildo de Gran Canaria
Gobierno de Canarias
PROYECTO Y COORDINACIÓN
ENTIDADES PARTICIPANTES
Unión Europea - FEDER
Ministerio de Cultura
Gobierno de Canarias
Cabildo de Gran Canaria
Ayuntamiento de Gáldar
FICHA TÉCNICA
DIRECCIÓN
Celso Martín de Guzmán
Jorge Onrubia Pintado
COORDINACIÓN
José Ignacio Sáenz Sagasti
ARQUEOLOGÍA
PROYECTO Y DIRECCIÓN
DE EXCAVACIONES
Celso Martín de Guzmán
Jorge Onrubia Pintado
José Ignacio Sáenz Sagasti
EJECUCIÓN
Aepo S.L.
Construcciones Rodríguez Luján S.L.
ARQUITECTURA
PROYECTO Y DIRECCIÓN FACULTATIVA
Javier Feduchi Benlliure
Luis Feduchi Canosa
José Manuel Sosa Pérez
Luis Zarandieta Núñez
Cierre Sur
Ángel Melián García
Miguel Saavedra Pérez
EJECUCIÓN
Construcciones Rodríguez Luján S. L.
Construcciones y Suministros Metálicos S. L.
Lanik
Jaime Clapés Boixader
Concepción Cirujano Gutiérrez
Felipe Fernández García
Manuel Hoyos Gómez
Miguel Ángel Núñez Villanueva
Jorge Onrubia Pintado
José Ignacio Sáenz Sagasti
Sergio Sánchez Moral
Vicente Soler Javaloyes
ORGANISMOS COLABORADORES
Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Instituto del Patrimonio Histórico Español
Universidad Autónoma de Madrid
Universitat Politéctnica de Catalunya
EJECUCIÓN
Arqueocanarias S. L.
Gabinete de Documentación
del Patrimonio S. L.
MUSEOLOGÍA Y DIDÁCTICA
PROYECTO Y DIRECCIÓN DE
CONTENIDOS
Víctor Antona del Val
Isidro Moreno Sánchez
Jorge Onrubia Pintado
Carmen Gloria Rodríguez Santana
MUSEOGRAFÍA
Castro & Val Consultores S. L.
Construcciones Rodríguez Luján S.L.
El Corte Inglés
Jorgemolina.com
Telycan S. L.
Videoreport - Digitalia
Visualpro-Vitelsa
IMAGEN CORPORATIVA
Extra
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