Profesora: María Antonia Rojas Serrano EL ORIGEN DE LA VIDA Y SU INTERPRETACIÓN HISTÓRICA El origen de la vida ha sido, desde siempre, un tema de gran interés para el ser humano. Desde un punto de vista teológico, esta explicación es muy sencilla, pues todo ha sido creado por un Ser Superior formador del mundo y de todos los seres que habitan en él (creacionismo). Desde un punto de vista científico, la cosa se complica, pues han de buscarse ideas razonadas que expliquen cuáles fueron los primeros seres vivos que aparecieron (a partir de los cuales hemos evolucionado el resto) y cómo se formaron estos seres vivos. Aristóteles (384-322 a.C.) desarrolló la idea de generación espontánea, según la cual los seres vivos pueden surgir a partir de materia inerte. Como ya sabemos, las ideas aristotélicas se mantuvieron hasta el Renacimiento, donde surgió otra manera de pensar, basada en la búsqueda de explicaciones más racionales para entender el mundo (pensamiento científico). En el siglo XVII, el médico italiano Francesco Redi, realizó un experimento, donde cuestionaba la veracidad de la generación espontánea. Introdujo trozos de carne en tres recipientes iguales, uno lo dejó abierto, otro lo cubrió con una gasa y el tercero lo tapó herméticamente. Al cabo de un tiempo, observó que en el primer recipiente habían aparecido gusanos, mientras que en los otros, aunque la carne se había podrido, no había gusanos. Además en el segundo recipiente se encontraron huevos de mosca sobre la gasa. De aquí se dedujo que los gusanos sólo aparecen en la carne si esta entra en contacto con las moscas, que depositan en ella los huevos a partir de los cuales se desarrollan las larvas, que son los gusanos. Con este sencillo experimento Redi demostró que la vida sólo puede surgir de vida preexistente. Aun así, la idea de la generación espontánea continúo estando presente en el pensamiento de la época, y el descubrimiento del microscopio ( Leeuwenhoek, mediados del s. XVII) no hizo sino reavivar estas ideas, ya que si bien a partir de materia inerte no se podían producir animales de gran tamaño (como ratones o gusanos), sí originaba organismos minúsculos (infusorios). No fue hasta mediados del siglo XIX, cuando Louis Pasteur, demostró de manera irrefutable que todos los seres vivos proceden de otros preexistentes y que por tanto, la generación espontánea no era cierta. Para ello utilizó matraces de cristal a los que añadió caldo de cultivo, donde podían crecer microorganismos. Hirvió los matraces, para matar los microorganismos existentes; pero los matraces tenían cuellos diferentes. Unos tenía un cuello recto, mientras que otros presentaban un cuello curvado (cuello de cisne). Pasado un tiempo, el caldo de cultivo del matraz de cuello recto presentaba microorganismos, mientras que el caldo de cultivo del matraz de cuello de cisne permanecía estéril. La explicación a esto se debe a que al hervir el caldo de cultivo del matraz de cuello de cisne, el agua que se evapora del caldo queda retenida y condensada en la curva del cuello, y después de un tiempo los microorganismos del aire quedarán atrapados en dicha curva sin posibilidad de alcanzar el caldo de cultivo, por lo que este permanece esterilizado durante todo el tiempo. Sólo cuando eliminamos el cuello de cisne o volcamos el matraz hasta alcanzar el recodo, el caldo se contamina. Una vez descartada la generación espontánea y corroborada la teoría celular (todos los organismos están formados por células y toda célula procede de otra anterior), surge la duda de cómo se originó la primera célula. Una explicación a tal hecho, fue propuesta a principios del siglo XX por Oparin y Haldane, dos investigadores que de manera independiente llegaron a las mismas conclusiones. Ambos decían que las condiciones que existían inicialmente en nuestro planeta Tierra eran muy distintas a las condiciones actuales. La atmósfera primitiva sería reductora, por lo que carecería de oxígeno (O2), pero presentaría grandes cantidades de metano (CH4), amoniaco (NH3), dióxido de carbono (CO2) y vapor de agua (H2O); procedentes fundamentalmente de la gran actividad volcánica a la que estaba sometido nuestro planeta. Al descender posteriormente la temperatura de nuestro planeta, el agua que inicialmente estaba en forma de vapor, se condensó y tras un periodo de incesantes lluvias dio lugar a los océanos primitivos. Sobre la superficie terrestre existían potentes fuentes de energía, como las debidas a: La radiación solar, más intensa que la actual por carecer de ozono (O3). Descargas eléctricas motivadas por las fuertes tormentas. Erupciones volcánicas. Calor generado por desintegraciones radiactivas. Toda esta energía permitiría a las moléculas inorgánicas reaccionar entre ellas dando lugar a moléculas orgánicas como: aminoácidos, bases nitrogenadas, monosacáridos… que después podrían originar moléculas de mayor tamaño y complejidad como: glúcidos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. El océano era un enorme “caldo primitivo” donde surgió la vida. Estas biomoléculas pudieron separarse del medio mediante la formación de membranas, originando los primeros organismos celulares, que inicialmente serían heterótrofos (necesitaban captar la materia y energía del medio) pero que adquirieron la capacidad de producir su propia materia y energía transformándose en autótrofos. Estos organismos autótrofos, fueron capaces de realizar la fotosíntesis por lo que produjeron la liberación de oxígeno (O2), cuya concentración en la atmósfera fue cada vez más elevada, de tal manera que se vieron interrumpidas las reacciones de reducción de la atmósfera primitiva, responsables de la formación de la primera materia orgánica, cuya formación no pudo volver a repetirse. Estas estructuras, formadas por materia orgánica y aisladas del medio por membranas, tuvieron que adquirir la capacidad reproductora para no desaparecer. Originándose así los primeros organismos y apareciendo la vida hasta alcanzar la variedad, dispersión y complejidad de organismos que conocemos hoy. La teoría del origen de la vida de Oparin y Haldane fue confirmada en 1953 por el científico norteamericano Stanley Miller, quien diseñó un experimento para sintetizar moléculas orgánicas a partir de materia inorgánica imitando las condiciones de la atmósfera primitiva. Para ello, puso en un matraz una mezcla de gases que constituirían la atmósfera primitiva (hidrógeno, metano, amoniaco) y los sometió a fuertes descargas eléctricas, mediante electrodos. En otro matraz introdujo agua y la puso a hervir, este agua producía vapor que se introduciría en el primer matraz, y posteriormente este vapor pasaría de nuevo a agua líquida mediante un condensador. Al cabo de unos días Miller halló aminoácidos y otros compuestos orgánicos en el agua de su experimento. Por lo que demostró que se puede producir materia orgánica en las condiciones, que se cree que existían inicialmente en nuestro planeta . LA EVOLUCIÓN BIOLÓGICA La evolución biológica es el proceso de cambios sucesivos que acontecen a los seres vivos a lo largo de las generaciones. Desde un contexto históricos, han sido varias las teorías propuestas para explicar la diversidad biológica existente. TEORÍAS FIJISTAS: consideran que la Tierra y los seres vivos no han cambiado a lo largo del tiempo, desde que fueron creados por Dios. Esta teoría se basa en la interpretación literal de la biblia. TEORÍAS EVOLUCIONISTAS: indican que las especies han cambiado a lo largo del tiempo. Para que ocurriera este cambio en la tendencia de ideas, fue muy importante el descubrimiento de especies nuevas debido a las expediciones realizadas durante los siglos XVIII y XIX, y el surgimiento de la taxonomía (ciencia que se encarga de clasificar las especies) de la mano de Linneo. Lamarck: teoría de la herencia de los caracteres adquiridos El naturalista francés, Jean-Baptiste de Monet, caballero de Lamarck (1744-1829)fue el primero en proponer una teoría científica sobre la evolución, bajo la consideración de que todos los organismos tienden a aumentar su complejidad. Su teoría se basaba en dos ideas: 1. La influencia del medio en el que se desarrollan las especies determina cambios en estas. 2. Dichos cambios tienen carácter hereditario, es decir, serán transmitidos a la descendencia. Según Lamarck, las modificaciones en el entorno de una especie generan nuevas necesidades, en respuesta a las cuales los seres vivos se ven obligados a utilizar un órgano deteminado: “la función hace el órgano”. El uso continuado del mismo lo fortalece y desarrolla, mientras que el no usarlo determina su atrofia y desaparición (“ley del uso y desuso”). Por ejemplo: las jirafas, en un principio, tenían el cuello y las patas más cortas; estas estirarían el cuello y las patas para poder alcanzar las ramas más altas de los árboles, este esfuerzo (estiramiento) por conseguir alimento conllevaría a un aumento en la longitud de cuello y patas, estas modificaciones de las características de los individuos serían heredables y sus descendientes nacerían con cuellos y patas algo más largos que seguirían estirando y así hasta llegar a la longitud actual. Esta hipótesis, hoy en día es totalmente inadmisible; pues se sabe que los caracteres adquiridos (como por ejemplo, el aumento de la masa muscular por el ejercicio) no se transmiten a la descendencia, pues no afectan al material genético. Darwin y Wallace: teoría de la evolución por selección natural Poco tiempo después del planteamiento de la hipótesis de Lamarck, Charles Darwin(1809-1882) y Alfred Russell Wallace (1823-1913) elaboraron independientemente, aunque de forma casi simultánea, su teoría de la evolución, en la que desarrollaron el concepto de selección natural para explicar la causa de los cambios de las especies. Los individuos de una misma especie presentan variaciones que los diferencian, estas variaciones serán determinantes a la hora de competir cuando los recursos son limitados. Aquellos individuos que presenten las adaptaciones más favorables en esas condiciones, tendrán más probabilidad de tener descendencia, transmitiéndose esos caracteres a las generaciones siguientes. Siguiendo con el ejemplo de las jirafas, en este caso, las jirafas que tengan el cuello y las patas más largos alcanzarán mejor el alimento y es más probable que se reproduzcan, transmitiendo este carácter a los hijos; con el tiempo las jirafas de cuello corto serán eliminadas por las de cuello largo debido a la actuación de la selección natural. Las claves de la teoría evolutiva de Darwin y Wallace son las siguientes: 1. Variaciones al azar: entre los individuos de una población existen diferentes caracteres o variedades. 2. La selección natural: es el mecanismo que escoge los caracteres que confieren una ventaja adaptativa a los individuos que los portan, permitiendo su reproducción y su transmisión a la siguiente generación. 3. Gradualismo: con el paso del tiempo, los individuos portadores del carácter adaptativo irán haciéndose mayoritarios en la población. El impacto de la teoría de Darwin fue enorme, pues de ella se desprenden tres consecuencias importantes: Los organismos semejantes están emparentados. Si vamos retrocediendo en el tiempo, llegaremos a un origen común para todas las formas de vida. La fuente de variación es el azar, y la selección natural es un filtro que actúa sobre los caracteres que resultan adaptativos frente a un entorno determinado. Es decir, un carácter puede resultar ventajoso (adaptativo) en un ambiente determinado y no serlo en otro. Sitúa al hombre dentro de la naturaleza como una especie más, sujeta a los mismos principios que los seres vivos. Este fue el punto más polémico de todos. Aspectos históricos de la vida de Darwin Charles Darwin, era hijo de un eminente médico, comenzó estudiando medicina, pero al demostrar que no tenía aptitudes lo dejó y empezó a estudiar teología, donde comenzó su interés por el mundo natural al convertirse en el protegido del reverendo John Henslow, profesor de botánica. Tras graduarse, se embarcó en el buque Beagle como naturalista, recorriendo el mundo durante 5 años, con el fin de elaborar cartas de navegación para la armada británica. Durante esta travesía Darwin realizó numerosos estudios de animales, plantas, fósiles y formaciones geológicas que no se habían explorado de manera extensa. Reunió y catalogó miles de especímenes de plantas y animales y tomo notas de sus observaciones. Esta información resultaría esencial para el desarrollo de su teoría. El Beagle permaneció dos meses en las islas Galápagos, allí comparó los animales y plantas de las Galápagos con las especies de América del Sur y observó las diferencias entre las especies de islas distintas. Cuando Darwin regresó de su viaje, dedicó su vida a intentar dar una explicación coherente a todas sus observaciones. Para ello fueron muy importantes las ideas del geólogo Charles Lyell, que indicaba que la antigüedad de la Tierra era muy superior a la que se creía en esa época. ( 4000 años, calculada basándose en las generaciones bíblicas) Y los cruzamientos selectivos de plantas y ganado (selección artificial), en donde eligiendo a los progenitores se mejoraban las características de los descendientes, por ejemplo: vacas con mayor capacidad de producir leche. Por tanto, Darwin utilizó la selección artificial como modelo para elaborar su selección natural, en la que los organismos mejor adaptados tienen mayor probabilidad de sobrevivir y convertirse en los progenitores de la generación siguiente. Como resultado de la selección natural, la población cambia con el tiempo; la frecuencia de rasgos favorables aumenta en poblaciones sucesivas, mientras que los rasgos menos favorables disminuyen o desaparecen. Darwin pasó los siguientes 20 años formulando argumentos a favor de la selección natural, ya que era consciente que su teoría carecía de base (puesto que aún no se conocía la genética ni los procesos hereditarios) y por otro lado, sabía el efecto que su teoría causaría en la sociedad de la época. Mientras Darwin ponderaba sus ideas, Alfred Russel Wallace, un naturalista inglés que estudió durante 8 años la flora y la fauna en el archipiélago malayo, fue impactado de modo similar por la diversidad de las especies y las peculiaridades de su distribución. Escribió un breve ensayo sobre este tema y lo envió a Darwin, pidiéndole su opinión. Darwin reconoció su propia teoría en el escrito de Wallace y advirtió que este había llegado de manera independiente a la misma conclusión: la evolución ocurre por selección natural. Los colegas de Darwin lo persuadieron de que presentara el artículo de Wallace junto con un resumen de sus propias ideas, que había escrito y hecho circular entre unos pocos amigos algunos años antes. Ambos documentos fueron presentados en 1858, en la Sociedad Linneana de Londres. En 1859, un año después, Darwin publicó su libro El origen de las especies, comenzando una revolución científica. Como era de esperar, las ideas sobre la evolución no dejaron indiferente a nadie, presentando gran cantidad de defensores y otros tantos detractores. El aspecto más polémico fue el caso de la evolución humana, si bien este tema nunca fue tratado por Darwin, ya que era una persona muy religiosa y este aspecto le suponía gran controversia entre sus ideas y sus creencias; eso no impidió que fuera injustamente calumniado y ridiculizado. Dos fueron las principales objeciones presentadas a la teoría de la selección natural. Una hacía referencia a la falta de pruebas, pues Darwin desconocía las causas que producían la variación en los organismos, punto central de su teoría. La otra objeción hacía referencia a la ausencia de restos fósiles intermedios entre los grupos de organismos, los llamados eslabones perdidos. Para defenderse, Darwin argumentaba la imperfección del registro fósil. El darwinismo fue perdiendo fuerza a finales del siglo XIX , hasta que el redescubrimiento de las leyes de Mendel y los procesos de mutación genética hicieron a principios del siglo XX que sus ideas reaparecieran con fuerza. Teoría sintética de la evolución o neodarwinismo Esta teoría surgió a mediados del siglo XX, y unificaba las ideas de Darwin con los nuevos conocimientos en el campo de la genética. Los principios que esta teoría propone son los siguientes: • Existen dos fuentes de variación en los organismos. Por un lado, las mutaciones o alteraciones en la secuencia genética. Por otro, la capacidad casi ilimitada de combinaciones que tienen los genes como consecuencia del proceso de reproducción sexual (cada óvulo y cada espermatozoide poseen diferentes combinaciones de genes. La unión de un óvulo determinado con un espermatozoide determinado es cuestión de azar). • La selección natural actúa sobre las combinaciones de genes anteriormente citadas, de tal manera que las mejores adaptadas a un ambiente concreto pasarán a la siguiente generación, siendo eliminadas las demás. La selección natural es, en consecuencia, el principal y casi único agente evolutivo. • La selección natural actúa sobre las poblaciones, no sobre los individuos. La acumulación de pequeñas variaciones en las frecuencias génicas modifica de un modo casi imperceptible a las poblaciones, de tal manera que con el paso del tiempo las diferencias serán tan grandes que podremos hablar de una nueva especie. Teoría del equilibrio puntuado o puntualismo En contraposición con el neodarwinismo surgió, en los años 70 la teoría del equilibrio puntuado, propuesta por los paleontólogos Gould y Eldredge, que indica que las nuevas especies surgieron de manera súbita, y no de forma gradual como indica la teoría sintética. Tenemos que tener en cuenta dos hechos fundamentales: • En el ámbito geológico, y teniendo en cuenta la vida media de las especies sobre la Tierra, los autores estiman que el proceso de formación de especies es rápido porque ocurre en un lapso de tiempo de entre 5000 y 50000 años. • El registro fósil muestra que tras la aparición súbita de una especie, esta no cambia sustancialmente durante el resto de su existencia, cifrada como media en 10 millones de años. Este fenómenos se conoce como estasis. Por tanto, la teoría del equilibrio puntuado defiende un mecanismo evolutivo rápido y por ramificación (cladogénesis). Gould decía que la evolución se asemejaba a una guerra:”breves periodos de terror (cladogénesis) seguidos de largos periodos de calma (estasis)”. Debates actuales en torno a la evolución Actualmente, la teoría evolutiva se encuentra en continuo debate y revisión, sin que ello suponga desencuentro alguno en la aceptación de la evolución como un hecho. Estos son algunos de los puntos que se encuentran actualmente en discusión: • La dirección de la evolución: se trata de dilucidar si la evolución es un fenómeno no direccional, es decir, un fenómeno al azar sin propósito, o bien se trata de un fenómeno direccional, esto es, si existen tendencias que guían los cambios, como puedan ser una mayor complejidad de los organismos o un aumento de biodiversidad en el planeta. • Las causas de la evolución: el cambio evolutivo se debe a la influencia del ambiente sobre los organismos (ambientalismo) o bien se debe a factores internos que impulsan dicho cambio (internalismo). • El ritmo de la evolución: el cambio es lento y continuo (gradualismo) o bien es rápido y discontinuo (puntualismo). • El papel de la selección natural como principal y casi único agente evolutivo, o bien como un agente más que actúa junto a otras causas como la deriva genética o la migración. • El valor adaptativo: ¿sirven todos los caracteres de un organismo para mejorar la especie o bien existen caracteres sin valor adaptativo? FORMACIÓN DE NUEVAS ESPECIES Los cambios producidos en los seres vivos a lo largo del tiempo provocan la formación de nuevas especies. En este largo y complejo proceso se diferencian cuatro etapas: 1. Producción de cambios evolutivos en las poblaciones, debido a que la selección natural favorece a unos individuos y perjudica a otros. Como consecuencia, las nuevas poblaciones difieren de las originales, aunque ambas sigan perteneciendo a la misma especie. 2. Aislamiento genético de la nueva población. Para que se constituya una especie nueva es imprescindible que los miembros de la nueva población no puedan reproducirse con los de la población original, es decir, que la nueva población se independice y que cese el intercambio genético con la población original. Este aislamiento genético se consigue mediante barreras que pueden ser de diversos tipos: Barreras geográficas: impiden el contacto físico entre poblaciones y, por tanto, la reproducción entre sus individuos. La localización en islas o lagos, o la separación por cadenas montañosas o desiertos, constituyen algunos ejemplos de estas barreras. Barreras sexuales: pueden ser debidas a diferencias anatómicas que impiden el apareamiento, o a una falta de sincronía en los periodos fértiles. En cualquiera de estos casos, la reproducción no es posible aunque las poblaciones vivan en el mismo lugar. Barreras fisiológicas: consisten en incompatibilidades en el funcionamiento de los gametos que impiden la fecundación, aunque los individuos puedan aparearse. Barreras cromosómicas: son cambios en los cromosomas (tanto en su número como en su estructura) que impiden a los individuos que los poseen, tener descendencia con el resto. Barreras etológicas: se trata de la aparición de nuevos comportamientos en ciertos individuos que producen rechazo por parte de otros. 3. Diferenciación gradual. Tras el aislamiento, la población acumula cambios debidos a nuevas mutaciones y, poco a poco, se va diferenciando más de la población original. 4. Especiación. Los cambios genéticos, anatómicos o fisiológicos son tan importantes que no es posible obtener descendencia mixta y, a partir de este momento, las poblaciones se consideran dos especies distintas. Aunque las barreras de aislamiento desaparezcan, estas especies ya no podrán reproducirse entre ellas. EVOLUCIÓN HUMANA El origen de nuestra especie es una cuestión, que a día de hoy no está del todo clara, no contamos con un registro fósil suficientemente amplio y completo que pueda dilucidar cómo se ha producido la evolución en nuestra especie. Los antropólogos no se ponen de acuerdo a la hora de interpretar este registro fósil, además el descubrimiento de nuevos yacimientos y la información procedente de las pruebas moleculares (ADN) aportan nuevos datos que hacen que se tengan que revisar y replantear constantemente todas las ideas aceptadas hasta el momento. Los humanos pertenecemos al orden de los primates, todos procedemos de un antepasado común arbóreo, que descendió de los árboles, cambió su locomoción manteniendo una postura erguida (bipedestación), cambió su dieta (omnívora) y aumentó el tamaño de su cerebro, hasta llegar al ser humano. En algún momento del Eoceno (55-38 m.a.), los antropoides o primates superiores (que incluyen a los monos, los gorilas y los humanos), evolucionaron a partir del linaje de los prosimios. En el Oligoceno (38-22,5 m.a.), los antropoides eran un grupo bien establecido, habiendo evolucionado por aquella época tanto los monos del Viejo Mundo (África y Asia) como los del Nuevo Mundo (América). Los homínidos, el grupo que contiene a los gorilas y a los humanos, se separó de los monos del Viejo Mundo en algún momento del Mioceno (22,5-5 m.a.), pero todavía se debate el momento exacto. Sin embargo, está aceptado que los homínidos evolucionaron en África. Homínidos Los homínidos, la familia de primates que incluye a los humanos actuales y a sus antepasados extinguidos, tienen un registro fósil que se extiende hacia atrás casi 7 m.a. Los homínidos son bípedos, tienen una postura erguida, lo que está indicado por varias modificaciones en su esqueleto. Además muestran una tendencia hacia un cerebro más grande e internamente organizado. Otra característica incluye una cara reducida y unos dientes caninos también reducidos, alimentación omnívora, destreza manual incrementada y el uso de herramientas sofisticadas. Muchos antropólogos piensan que estas características homínidas evolucionaron en respuesta a cambios climáticos importantes que comenzaron durante el Mioceno y continuaron en el Plioceno. Durante esta época, las grandes sabanas reemplazaron a los bosques tropicales lluviosos africanos. Al expandirse las sabanas y los pastos, los homínidos hicieron su transformación de la vida en los bosques a una vida en un entorno mixto de bosque y pasto. Evolución de los homínidos El homínido fósil más antiguo encontrado con casi 7 m.a. de antigüedad es Sahelantropus tchadensis, siendo el siguiente Orrorin tugenensis, de 6 m.a. Algunos investigadores piensan que estas dos especies eran bípedas, pero eso no lo podemos saber ya que no se han encontrado restos de sus piernas o pies. Hacia los 5,8 m.a. y hasta los 5,2 m.a. apareció el género Ardipithecus, que no se sabe si utilizaban la bipedestación habitualmente; a partir del cual evolucionó el género Australopitecus (4,2- 1 m.a.), conociéndose que eran bípedos, sin ningún género de dudas . La bipedestación ofrece una serie de ventajas a los organismos que la poseen: Deja las manos libre lo que permite el transporte de alimentos, crías, se pueden coger piedras, palos, insectos… El ser capaz de erguir el cuerpo favorece una mayor visibilidad para detectar a las presas. Se reduce la parte del cuerpo expuesta al Sol (más insolación a 4 patas que a 2). Se puede acceder a los recursos situados a cierta altura (árboles o arbustos). Australopithecus También se produjeron cambios importantes en la dieta, que dieron lugar al género Homo: Se pasa de una dieta herbívora a otra carnívora (carroñeros). Los dientes disminuyen de tamaño. El tórax cambia de forma, debido a la disminución en la longitud del intestino delgado. El consumo de proteínas hace que se desarrolle el cerebro. Se usan herramientas para cortar carne. El primer representante del género Homo que apareció fue Homo habilis (2.5-1,6 m.a. )el cual presenta un cerebro más grande y dientes más pequeños que Australopithecus; después surgió Homo erectus (1,8-1,6 m.a.), que salió de África y comenzó a expandirse; utilizaba el fuego, vivía en cavernas y fabricaba herramientas. A partir de Homo erectus surgió Homo sapiens ( 100.000 años-actualidad) y los Neandertales que habitaron Europa y el próximo oriente (200.000-30.000 años atrás). Homo erectus Neandertales y Homo sapiens, coexistieron hasta la desaparición de los primeros; e interactuaron intercambiando su cultura, sus conocimiento y posiblemente hasta sus genes. Los Neandertales eran algo más grandes y musculosos que Homo sapiens, pero no demasiado diferentes; cuidaban a sus ancianos y enfermos, enterraban a sus muertos, realizaban ritos y ceremonias y también desarrollaron el arte. Neandertales