CARACTERISTICAS ETICAS ESENCIALES DEL INVESTIGADOR El hablar de la ética en la investigación implica no solo a los científicos en su carácter de grupo social sino en alusión a cada uno como individuo el tema tiene desfase entre el gran avance tecnológico y científico por un lado y los valores por el otro de ahí que el código de principios éticos en la realización de investigaciones con sujetos humanos elaborado en 1976 por la American Psychological Association estipula 10 principios que el investigador debe tomar en cuenta al hacer una investigación. Principio Primero: Al planificar un estudio, el investigador tiene la responsabilidad personal de llevar a cabo una cuidadosa evaluación de la ética del mismo, teniendo en cuenta estos principios para la investigación con sujetos humanos. En la medida en la que al llevar a cabo esta evaluación y tener en cuenta tanto los valores científicos como humanos, surja una desviación de cualquiera de los principios, el investigador tiene la obligación de buscar asesoramiento al respecto y llevar a cabo las precauciones más rigurosas para proteger los derechos humanos del sujeto participante en la investigación. Principio Segundo: La responsabilidad para el establecimiento y mantenimiento de una práctica ética aceptable en la investigación reside siempre en el investigador que la lleva a cabo. El investigador es también responsable del tratamiento ético de los participantes por parte de sus colaboradores, asistentes, estudiantes, empleados, todos los cuales incurren igualmente en obligaciones paralelas. Principio Tercero: La práctica ética requiere que el investigador informe al participante en el experimento de todos aquellos aspectos del mismo que puedan de alguna manera influir en su deseo de participar, así como de explicar todos los demás aspectos de la investigación que el sujeto desee saber. El dejar de manifestar abiertamente todos estos aspectos acentúa aún más la responsabilidad del investigador respecto al bienestar y dignidad del sujeto participante. Principio Cuarto: Las características esenciales de la relación entre el investigador y el participante son la sinceridad y la honestidad. Cuando los requerimientos metodológicos de un estudio hagan necesario el engaño o la ocultación de algún aspecto, el investigador debe asegurarse de la comprensión por parte del participante, así como de la reanudación de la buena relación de éste con el investigador. Principio Quinto: La ética de la práctica investigadora requiere que el investigador respete la libertad individual de declinar la participación en una investigación o de interrumpir su participación en la misma en cualquier momento. La obligación de proteger dicha libertad supone una especial vigilancia cuando el investigador esté en una posición de poder sobre el sujeto. La decisión de limitar esta libertad incrementa la responsabilidad del investigador con respecto a la protección del bienestar y la dignidad del sujeto. Principio Sexto: Cualquier investigación éticamente aceptable comienza con el establecimiento de un acuerdo claro y equitativo entre el investigador y el sujeto que clarifique las responsabilidades de cada uno. El investigador tiene la obligación de cumplir todas las promesas y responsabilidades incluidas en tal acuerdo. Principio Séptimo: La ética del investigador debe preocuparse de proteger a los participantes de cualquier molestia tanto física como mental, así como de cualquier daño y peligro. Si existe algún riesgo de consecuencias de este tipo, el investigador debe informar al sujeto de los hechos, asegurarse de su consentimiento antes de comenzar y tomar todas las medidas posibles para minimizar los aspectos desagradables. No se deberán llevar nunca a cabo procesos de investigación en los que se pueda causar un daño serio y duradero en los sujetos. Principio Octavo: Después de la obtención de los resultados, la práctica ética obliga al investigador a dar todo tipo de explicaciones al sujeto participante para la clarificación de la naturaleza del estudio y para la eliminación de cualquier equívoco que haya podido surgir. Cuando existan razones tanto científicas como humanas, que justifiquen el retrasar o evitar la información, el investigador tiene una especial responsabilidad de que este hecho no suponga consecuencias que sean dañinas para el sujeto. Principio Noveno: Cuando el proceso de la investigación pueda dar como resultado consecuencias indeseadas para el participante, el investigador tiene la responsabilidad de detectar y evitar o corregir tales consecuencias, incluyendo cuando sea preciso, los efectos posibles a largo plazo. Principio Décimo: La información obtenida acerca de los participantes en un proyecto de investigación es confidencial. Cuando exista la posibilidad de que terceras personas puedan tener acceso a tal información, la práctica requiere que tal posibilidad sea explicada a los sujetos, junto con los posibles planes para obtener el carácter confidencial, en el momento de obtener el consentimiento de éstos. Lo importante de todo esto es que el investigador debe tener presente que toda investigación se debe llevar a cabo bajo los principios éticos que en términos morales y éticos establece la sociedad; es justo no intervenir con el trabajo del científico mientras este no afecte a la sociedad.