Informe sobre los requisitos ambientales que deben cumplir las entidades locales para los proyectos de residuos presentados a cofinanciación por el Fondo de Cohesión. Mayo de 2001 ÍNDICE I. DISTRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS EN MATERIA DE MEDIO AMBIENTE II. PLAN NACIONAL DE RESIDUOS URBANOS III. LOS FONDOS ESTRUCTURALES Y SU COORDINACIÓN CON EL FONDO DE COHESIÓN: DIRECTRICES PARA LOS PROGRAMAS DEL PERÍODO 2000-2006 IV. MARCO COMUNITARIO DE APOYO 2000-2006 PARA LAS REGIONES ESPAÑOLAS DE OBJETIVO 1 V. SOLICITUD DE AYUDA DE CORPORACIONES LOCALES AL FONDO DE COHESIÓN: PROYECTOS DE RESIDUOS VI. SOLICITUD DE AYUDA DE CORPORACIONES LOCALES AL FONDO DE COHESIÓN: RED NATURA 2000 VII. CONCLUSIONES 1 I. DISTRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS EN MATERIA DE MEDIO AMBIENTE La distribución competencial entre el Estado y las Comunidades Autónomas en materia de medio ambiente se deriva del articulado de la Constitución española de 1978 que confiere al Estado la legislación básica y a las Comunidades Autónomas la ejecución, el desarrollo normativo y las normas adicionales de protección, respondiendo así al principio de subsidiariedad que acerca al nivel más próximo al ciudadano las actuaciones de la administración. Así, las competencias de la Administración General del Estado en materia de medio ambiente vienen recogidas en el artículo 149.1.23 donde se establece que al Estado le corresponde “la legislación básica sobre protección del medio ambiente, sin perjuicio de las facultades de las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de protección”. Por lo que respecta a las Comunidades Autónomas, de acuerdo con el artículo 148.1.9ª de la Constitución Española, les corresponde “el desarrollo legislativo y ejecución de la legislación básica estatal” así como la facultad de “dictar normas adicionales de protección que sirvan para establecer una protección medioambiental más intensa”, ya que su contenido siempre ha de ser igual o con un plus de protección ambiental sobre lo que dispongan las normas básicas estatales. En lo que respecta a las Corporaciones Locales, los Municipios gozan de autonomía constitucional en la gestión de sus particulares intereses, establecida en la Constitución española (art. 137 CE), y están sometidos a las legislaciones estatal y autonómica que sean de aplicación. En materia de residuos, aspecto que se integra dentro del título “protección del medio ambiente”, de acuerdo con los artículos 4.2 y 5.4 de la Ley 10/1998, Básica de Residuos, a las Comunidades Autónomas les corresponde “la elaboración de planes autonómicos de residuos y la autorización, vigilancia, inspección y sanción de las actividades de producción y gestión de residuos”. En cuanto a las Entidades Locales, la Ley estatal de Residuos establece en el párrafo 3 del artículo 9 que éstas “serán competentes para la gestión de los residuos urbanos, en los términos establecidos en esta Ley y en las que, en su caso, dicten las Comunidades Autónomas. Corresponde a los Municipios, como servicio obligatorio, la recogida, el transporte y, al menos, la eliminación de los residuos urbanos”. Se les atribuye además, la facultad de elaborar sus propios planes de gestión de residuos urbanos “de acuerdo con lo que, en su caso, se establezca en la legislación y en los planes de residuos de las respectivas Comunidades Autónomas”. 2 Igualmente, tanto en la Exposición de Motivos como en el artículo 20.3 de la Ley de Residuos, se establece que los Municipios con una población superior a 5.000 habitantes estarán obligados a implantar sistemas de recogida selectiva de residuos urbanos que posibiliten su reciclado y otras formas de valorización a partir del año 2001. Por otro lado, la Ley 7/1985, reguladora de las Bases de Régimen Local atribuye a las Corporaciones Locales de forma genérica y como servicio obligatorio, la recogida de residuos. Es preciso destacar que algunas de las obligaciones que la Ley 10/1998 impone a las Entidades Locales en materia de residuos suponen una modificación del régimen general establecido en la Ley 7/1985. Así, la recogida, el transporte y la eliminación de los residuos urbanos es obligatoria en aquellos Municipios con una población superior a 5.000 habitantes. Esta compleja estructura competencial hace imprescindible una intensa coordinación y colaboración entre las tres Administraciones Públicas: General del Estado, Autonómica y Local y obliga al Estado a establecer medidas de coherencia en el conjunto del territorio. Para ello se establecen una serie de medidas prioritarias de actuación que orienten las acciones a realizar por las diversas entidades responsables, caracterizando una política de Estado y estableciendo la capacidad de plantear inversiones que sean de fin de línea de proyectos iniciados en el correspondiente ámbito competencial. II. PLAN NACIONAL DE RESIDUOS URBANOS En virtud de lo establecido en la Directiva 91/156/CEE del Consejo, de 18 de marzo, así como en el artículo 5 de la Ley 10/1998, de 21 de abril, de Residuos, la Administración General del Estado ha elaborado el Plan Nacional de Residuos Urbanos (PNRU) 2000-2006 mediante “la integración de los respectivos planes autonómicos”. Dicho Plan, aprobado por Acuerdo del Consejo de Ministros del 7 de enero de 2000 y publicado en el BOE de 2 de febrero de 2000, tiene por objeto “estabilizar la producción nacional de residuos urbanos; implantar la recogida selectiva; reducir, recuperar, reutilizar y reciclar los residuos de envases; valorizar la materia orgánica de los RU mediante su compostaje y eliminar de forma segura las fracciones no recuperables o valorizables de los mismos”. Asimismo, y en cumplimiento a lo establecido en la Ley de Residuos, el Plan Nacional prevé la implantación de sistemas de recogida selectiva en los municipios de más de 5.000 habitantes no más tarde del 1 de enero del año 2001. El Plan Nacional, hace extensivas estas actuaciones a los núcleos de población de más de 1000 habitantes antes del final del año 2006. El apartado 11 del PNRU dispone que el Ministerio de Medio Ambiente impulsara la utilización del Fondo de Cohesión como el principal instrumento para la 3 financiación del Plan Nacional de Residuos Urbanos priorizando todas las propuestas de financiación de actuaciones que sean presentadas por las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales y que estén incluidas en el PNRU. En este sentido, el Plan Nacional indica que el Ministerio de Medio Ambiente “evaluará todas las solicitudes de financiación que sean presentadas para ser financiadas mediante el Fondo de Cohesión para garantizar la correcta aplicación y destino de dichos fondos desde el punto de vista ambiental. A efectos de dicha evaluación, se considerarán prioritarias las iniciativas destinadas a la prevención de la generación de RU; reutilización y reciclaje; infraestructuras de tratamiento y diagnóstico en materia de residuos urbanos”. III. LOS FONDOS ESTRUCTURALES Y SU COORDINACIÓN CON EL FONDO DE COHESIÓN: DIRECTRICES PARA LOS PROGRAMAS DEL PERÍODO 2000-2006 De conformidad con el artículo 10 (3) del Reglamento del Consejo (CE) Nº 1260/99, por el que se establecen disposiciones generales de los Fondos Estructurales, el 1 julio de 1999 la Comisión Europea aprobó la Comunicación “Los Fondos Estructurales y su coordinación con el Fondo de Cohesión: Directrices para los programas del período 2000-2006 “[COM(1999) Diario Oficial (DOCE) Nº C 267 de 22.09.99]. Con estas directrices se intenta ayudar a las autoridades nacionales y regionales a preparar sus estrategias de programación para los Fondos Estructurales y sus vínculos con el Fondo de Cohesión. El apartado D de la Parte 1.I de la citada Comunicación se refiere a “Infraestructuras para un medio ambiente de calidad”. En dicho apartado se establece que “Los Fondos Estructurales y el Fondo de Cohesión, de forma prioritaria, deben contribuir al cumplimiento de las normas medioambientales establecidas en las pertinentes Directivas comunitarias, en particular respecto a la gestión del agua y de los residuos. Asimismo, en los Estados miembros del Fondo de Cohesión, debe existir una coordinación plena entre las ayudas del Fondo de Cohesión y las del FEDER.” Al referirse de forma expresa a los residuos, la Comunicación establece lo siguiente: “Gestión de residuos. Bajo esta denominación se engloban la gestión y la eliminación de los residuos sólidos, urbanos, industriales y peligrosos, de conformidad con la política y legislación comunitarias (es decir, la estrategia comunitaria para gestión de residuos, la directiva marco sobre residuos, la directiva sobre residuos peligrosos, el reglamento sobre transporte de residuos, etc.). La financiación de la infraestructura de residuos deberá seguir la jerarquía de principios establecida: prevención de la producción de residuos y de sus efectos nocivos, recuperación de residuos mediante reciclado, reutilización o acondicionamiento y eliminación final en vertedero seguro, limitado a los residuos para los cuales no exista posibilidad de recuperación. 4 Un rasgo fundamental de las directivas sobre residuos es la obligación de los Estados miembros de elaborar planes de gestión de residuos que cubran la totalidad de su territorio. La adopción de dichos planes, que desarrollan una estrategia para lograr los objetivos concretos de las políticas de residuos nacionales y regionales, deberá ser una condición previa para cualquier financiación comunitaria de infraestructuras de gestión de residuos. Deberá darse prioridad, siempre que resulte más beneficioso para el medio ambiente, a la recuperación de materiales por encima de las operaciones de recuperación de energía. Los lugares contaminados, tales como antiguos vertederos de basuras o los vertederos no autorizados de residuos, constituyen una amenaza considerable para el medio ambiente y para las actividades. Los Estados miembros deberán abordar este punto con medidas de saneamiento adecuadas.” IV. MARCO COMUNITARIO DE APOYO 2000-2006 PARA LAS REGIONES ESPAÑOLAS DE OBJETIVO 1 El Marco Comunitario de Apoyo (2000-2006) para las regiones españolas de Objetivo 1 dentro del Eje 3, relativo a “Medio Ambiente, Entorno Natural y Recursos Hídricos”, establece, en materia de residuos, lo siguiente: “El sector de residuos constituye una de las prioridades básicas en el ámbito del medio ambiente para el próximo periodo. La estrategia general presenta las orientaciones siguientes: - Implantar sistemas eficientes de residuos sólidos urbanos, con especial énfasis en la recogida selectiva, e incluyendo acciones de sensibilización de la población. - Dar prioridad a la adopción de los Planes de Gestión de residuos peligrosos y las acciones en este campo para los diferentes flujos prioritarios de residuos. - Promover el aprovechamiento de los residuos, y en particular el reciclado incluyendo el compostaje. - Desarrollar las infraestructuras necesarias para una correcta eliminación de los residuos, incluyendo la gestión de los residuos industriales ya tratados. - Recuperación de suelos contaminados aplicando el principio “quien contamina paga”. 5 Las competencias de gestión en el área de residuos sólidos urbanos recaen en España dentro del ámbito municipal. Sin embargo, la necesidad de avanzar hacia soluciones integradas que proporcionen economías de escala que permitan solucionar el problema de una manera más eficiente ha propiciado la aparición de soluciones a escala regional, provincial o comarcal. Todo ello en torno a la coordinación auspiciada por el Plan Nacional de Residuos Urbanos que se estructura en ámbitos de gestión a escala regional, y de acuerdo con las líneas marcadas por la Estrategia Comunitaria de residuos y la legislación comunitaria. La adopción del Plan Nacional de Residuos Peligrosos es una prioridad básica exigida por la legislación comunitaria. La orientación antes apuntada, reforzada por el reciente Plan Nacional, aconseja para este sector un tratamiento horizontal en todo el territorio nacional, donde se hace necesaria la coordinación entre el Fondo de Cohesión (que atenderá fundamentalmente los proyectos de la Administración General del Estado, Comunidades Autónomas y Entidades Locales mayores) y FEDER (que atenderá proyectos locales de menor entidad)”. V. SOLICITUD DE AYUDA DE CORPORACIONES LOCALES AL FONDO DE COHESIÓN: PROYECTOS DE RESIDUOS De conformidad con la Ficha de Solicitud de Ayuda al Fondo de Cohesión, las Corporaciones Locales tienen que cumplimentar, entre otros requisitos, la información solicitada, dentro del apartado 10, sobre compatibilidad con la política comunitaria de medio ambiente (apartado 10.3), y el Anexo I de dicho formulario (Evaluación de Impacto Ambiental). - Apartado 10.3.3 “Consulta a las autoridades ambientales”: En este apartado, la Ficha reglamentaria de Solicitud de Ayuda al Fondo de Cohesión formula la pregunta siguiente : ¿Se ha consultado a las autoridades a quienes incumbe el proyecto en razón de sus responsabilidades específicas?. En caso afirmativo, proporcione el nombre, dirección y resultado de la consulta. En caso negativo, explique las razones para no efectuar la consulta. Pues bien, de acuerdo con la distribución competencial en materia de medio ambiente, anteriormente expuesta, las Corporaciones Locales deben realizar la consulta a la autoridad ambiental competente de su Comunidad Autónoma. - Anexo I. Evaluación de Impacto Ambiental (2.3) En caso de estar [el proyecto] contemplado en el anexo II de la Directiva [85/337/CEE, modificada por la Directiva 97/11/CE], ¿se ha efectuado una evaluación de impacto ambiental para este proyecto? 6 - En caso afirmativo, indique la fecha de la Declaración de Impacto Ambiental e incluya la documentación necesaria. - En caso negativo, describa los umbrales o criterios aplicados o el examen caso a caso que ha conducido a decidir que la Declaración de Impacto Ambiental no es necesaria. En materia de Evaluación de Impacto Ambiental el Estado español ha aprobado recientemente la Ley 6/2001, de 8 de mayo, que modifica el Real Decreto Legislativo 1302/1986, de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental; el objetivo que se persigue con esta modificación es incorporar plenamente a nuestro Derecho interno tanto la Directiva 85/337/CEE, como su posterior modificación por la Directiva 97/11/CE. Tanto el Real Decreto Legislativo 1302/1986, de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental, como su posterior modificación por la Ley 6/2001, tienen carácter de legislación básica en esta materia, en virtud de lo dispuesto por el artículo 149.1.23ª de la Constitución Española. Si bien las Comunidades Autónomas pueden establecer niveles de protección más altos a este respecto, habrán de respetar en todo caso lo dispuesto por la legislación básica del Estado. En materia de residuos, además de lo dispuesto por la legislación autonómica correspondiente, hay que tener en cuenta el Anexo I de la Ley 6/2001 que dispone que deberán someterse de forma obligatoria al trámite de Evaluación de Impacto Ambiental los siguientes proyectos: Grupo 8. Proyectos de tratamiento y gestión de residuos b) “Instalaciones de incineración de residuos no peligrosos o de eliminación de dichos residuos mediante tratamiento químico (como se define en el epígrafe D9 del Anexo IIA de la Directiva 75/442/CEE, del Consejo, de 15 de julio, relativa a los residuos) con una capacidad superior a 100 toneladas diarias. c) Vertederos de residuos no peligrosos que reciban más de 10 toneladas por día o que tengan una capacidad total de más de 25.000 toneladas, excluidos los vertederos de residuos inertes”. Grupo 9. Otros proyectos c) “Los proyectos que se citan a continuación, cuando se desarrollen en zonas especialmente sensibles, designadas en aplicación de las Directivas 79/409/CEE y 92/43/CEE, o en humedales incluidos en la lista del Convenio Ramsar: 6º. Vertederos de residuos no peligrosos no incluidos en el grupo 8 de este anexo I, así como de residuos inertes, que ocupen más de una hectárea de superficie medida en verdadera magnitud”. 7 Por lo que respecta a los proyectos del Anexo II de la Ley 6/2001, figuran los relativos a: Grupo 9. Otros proyectos b) “Instalaciones de eliminación de residuos no incluidas en el Anexo I. c) Depósitos de lodos. k) Cualquier cambio o ampliación de los proyectos que figuran en los Anexos I y II, ya autorizados, ejecutados o en proceso de ejecución, que puedan tener efectos adversos significativos sobre el medio ambiente, es decir, cuando se produzca alguna de las incidencias siguientes: 1ª. Incremento significativo de las emisiones a la atmósfera. 2ª. Incremento significativo de los vertidos a cauces públicos o al litoral. 3ª. Incremento significativo de la generación de residuos. 4ª. Incremento significativo en la utilización de recursos naturales. 5ª. Afección a áreas de especial protección designadas en aplicación de las Directivas 79/409/CEE y 92/43/CEE, o a humedales incluidos en la lista del Convenio Ramsar”. El artículo 1.2 de la Ley 6/2001 establece que todos los proyectos comprendidos en el Anexo II deberán someterse a una evaluación de impacto ambiental cuando así lo decida el órgano ambiental competente tras un estudio que debe hacerse caso por caso en función de los criterios de selección que aparecen contemplados en el Anexo III de dicha norma. En este sentido, los proyectos de estas características presentados por las Corporaciones Locales para obtener financiación por parte del Fondo de Cohesión, tendrán que ser objeto de un estudio previo por parte de la autoridad ambiental competente de la Comunidad Autónoma para determinar si han de someterse o no al trámite de evaluación de impacto ambiental; en caso negativo, la autoridad ambiental competente tendrá que emitir informe motivado en el que conste la no necesidad de someterse a dicho procedimiento. Este estudio caso por caso se llevará a cabo siempre que la Comunidad Autónoma no los haya regulado en su propia normativa de Evaluación de Impacto Ambiental, pues puede establecer evaluación de impacto ambiental en todo caso o fijar umbrales para determinar cuáles de dichos proyectos deban someterse a evaluación de impacto ambiental (artículo 1.2). De acuerdo con el artículo 2.1 de la Ley 6/2001 los proyectos de residuos que hayan de someterse a Evaluación de Impacto Ambiental deberán incluir un estudio de impacto ambiental que contendrá, al menos, los siguientes datos: 8 a) Descripción general del proyecto y exigencias previsibles en el tiempo, en relación con la utilización del suelo y de otros recursos naturales. Estimación de los tipos y cantidad de residuos, vertidos y emisiones de materia o energía resultante. b) Una exposición de las principales alternativas estudiadas y una justificación de las principales razones de la solución adoptada, teniendo en cuenta los efectos ambientales. c) Evaluación de los efectos previsibles directos e indirectos del proyecto sobre la población, la fauna, la flora, el suelo, el aire, el agua, los factores climáticos, el paisaje y los bienes materiales, incluidos el patrimonio histórico-artístico y el arqueológico. d) Medidas previstas para reducir, eliminar o compensar los efectos ambientales significativos. e) Programa de vigilancia ambiental. f) Resumen del estudio y conclusiones en términos fácilmente comprensibles. Informe, en su caso, de las dificultades informativas o técnicas encontradas en la elaboración del mismo. VI. SOLICITUD DE AYUDA DE CORPORACIONES LOCALES AL FONDO DE COHESIÓN: RED NATURA 2000 En relación con la “Evaluación de los efectos [del proyecto] sobre los lugares de la Red NATURA 2000” (Apartado 3 del Anexo I del formulario de Solicitud de Ayuda del Fondo de Cohesión), el procedimiento de autorización de proyectos que puedan incidir sobre hábitats o especies amparados por la Directiva CE 92/43 (Hábitats) y la Directiva CEE 79/409 (Aves), (estén sometidos o no a evaluación de impacto ambiental), debe tener en cuenta las repercusiones de dichos proyectos sobre las especies o los hábitats existentes en la zona que pueda resultar afectada por el proyecto. En este sentido, los proyectos que se presenten para su financiación por el Fondo de Cohesión deberán incorporar la información relativa al grado de incidencia sobre las zonas Natura 2000 y por lo tanto, los Ayuntamientos deberán recabar con carácter previo a la presentación de la solicitud de financiación el correspondiente informe de la autoridad responsable de supervisar dichos lugares “Natura 2000” en el que se evalúen las posibles repercusiones del proyecto. Esta valoración debe realizarse no sólo sobre los proyectos que se sitúen dentro de la zona en cuestión, sino también aquellos que situándose fuera de la zona puedan tener también algún tipo de afección sobre el interior de la misma Cuando resulte de aplicación el procedimiento de evaluación de impacto ambiental al proyecto para el que se solicita la financiación por el Fondo de Cohesión, en principio queda suficientemente garantizada la evaluación de las repercusiones del proyecto sobre la zona Natura 2000 a la que pueda afectar, 9 dentro de dicho procedimiento, si bien será necesario que el Estudio de Impacto Ambiental recoja expresamente el tipo de hábitats y especies presentes en la zona, así como el grado de afección del proyecto a los mismos. Cuando no resulta de aplicación el procedimiento de evaluación de impacto ambiental, en todo caso deberá constar una declaración formal de la autoridad competente sobre Natura 2000, en el ámbito territorial que corresponda en alguno de los sentidos siguientes: a) Si no es probable que el proyecto afecte de forma apreciable al lugar o especies incluidos en la Red Natura 2000. En este caso, la autoridad ambiental competente sobre Natura 2000 deberá justificar cuales son las razones que llevan a determinar que no habrá una afección apreciable. b) Si es previsible que el proyecto pueda tener una afección apreciable sobre el lugar de la Red Natura 2000, en estos casos, dicho proyecto debe someterse a un informe exhaustivo por parte de la autoridad ambiental competente sobre Natura 2000, realizando una “Adecuada Evaluación”, que sin llegar a ser formalmente igual que el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental, si contemple al menos unas garantías similares de análisis riguroso. En cualquier caso, además de un análisis detallado de los hábitats y especies presentes en la zona y de las posibles afecciones y del nivel de afección del proyecto para cada uno de los hábitats y especies, deberán detallarse, en su caso, las medidas preventivas, correctoras o compensatorias de dichas afecciones (fechas de ejecución, tipos de herramientas y operaciones, zonas de acceso excluido, posibles soluciones alternativas, etc). Impacto negativo: En todo caso, si el resultado de la evaluación del proyecto (por el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental, o por el procedimiento previsto en el artículo 6.3 de la Directiva 92/43/CE (Hábitats) concluye que el impacto del proyecto es negativo para la integridad del lugar o especies de Natura 2000, será de aplicación lo previsto en el artículo 6.4 de la Directiva transpuesta por Real Decreto 1997/1995, de 7 de diciembre, conforme al que sólo podrá justificarse la aprobación del mismo cuando existan razones de imperioso interés público de primer orden, no exista alternativa y siempre que se adopten medidas compensatorias. Por autoridad ambiental responsable deberá entenderse, cuando proceda la aplicación de la Evaluación de Impacto Ambiental, la autoridad ambiental que corresponda al nivel territorial de la autoridad competente para dar una autorización o consentimiento al proyecto en cuestión, por lo que se sigue el régimen del “órgano sustantivo-órgano ambiental competente”. 10 En consecuencia, cuando el proyecto en cuestión deba ser autorizado por la Administración General del Estado, corresponderá al Ministerio de Medio Ambiente la firma de la Declaración que ha de acompañar a la Ficha del proyecto. VII. CONCLUSIONES Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente se considera que: 1. Todos los proyectos de residuos presentados a financiación comunitaria deben estar enmarcados en los Planes Nacionales y Regionales de residuos. 2. Todos los proyectos de residuos de Corporaciones Locales presentados a cofinanciación por el Fondo de Cohesión que se encuentren incluidos en el Anexo I de la Ley 6/2001 deben someterse obligatoriamente al trámite de evaluación de impacto ambiental. 3. Si se trata de un proyecto de residuos incluido en el Anexo II de la Ley 6/2001, el proyecto ha de ser objeto de estudio previo por la autoridad ambiental de la Comunidad Autónoma con objeto de determinar si ha de someterse a trámite de evaluación de impacto ambiental. 4. Caso de tener que someterse a dicho trámite deberá concluir en una Declaración de Impacto Ambiental formulada por la autoridad ambiental de la Comunidad Autónoma. 5. Caso de no tener que someterse a dicho trámite deberá concluir en un Informe suficientemente motivado de dicha autoridad ambiental indicando que la Declaración de Impacto Ambiental no es necesaria. 6. En todo proyecto de residuos, se tendrá en cuenta la posible ubicación del proyecto en una zona de sensibilidad ecológica, es decir, si el mismo se sitúa en una zona de la Red Natura 2000 o en una zona desde la que pueda tener incidencia sobre la misma. 7. La autoridad local deberá remitir el proyecto a la autoridad ambiental competente de Red Natura 2000 a los efectos de determinar si el proyecto puede tener una incidencia significativa o no sobre los lugares de la Red Natura 2000. 8. La autoridad ambiental competente sobre Red Natura 2000 deberá adjuntar Declaración por escrito suficientemente motivada en el caso de que considere que no existe una afección significativa. 9. Si se considera que puede existir una afección significativa, en el caso de que el proyecto esté sometido a Evaluación de Impacto Ambiental el análisis de 11 esta posible incidencia se sustanciará dentro del propio procedimiento de E.I.A. Si no está sometido a dicho procedimiento, la autoridad ambiental competente sobre la Red Natura 2000 deberá realizar una evaluación específica, estableciendo en su caso las medidas preventivas, correctoras o compensatorias que procedan, informe que deberá acompañar el proyecto. Madrid, 16 mayo de 2001 12