Pasó la época de los archivos muertos; hoy los archivos vivos salen de la gaveta para restaurar nuestra identidad. La Crónica de Culiacán Adrián García Cortés Director Cronista Oficial Avanzan los programas educativos municipales Culiacán Rosales, Sinaloa Miércoles 05 de septiembre de 2012 Núm. 387 Cuadernos del Cronista II Yoris en Nueva York, un motivo para leer Así lo consigna el informe semestral rendido por el titular del área L a información proporcionada sobre el área de Educación dentro del ciclo de comparecencias convocado por el Presidente Municipal de Culiacán, Moisés Aarón Rivas Loaiza, para evaluar los resultados del primer semestre de su gestión administrativa, reveló la realización de una serie de acciones que en un importante porcentaje estuvo enfocada a la atención de colonias populares y sindicaturas. La Coordinación General Municipal de Educación informó sobre las realizaciones registradas en varios programas de acción, que fueron las siguientes: En Escuelas de Calidad se realiza una inversión cercana a los seis millones de pesos como subsidió complementario a los Comités de Participación Social en la Educación, lo cual permitió realizar obras de infraestructura y equipamiento en 586 escuelas en beneficio de 119 mil 383 alumnos. El programa de Escuela Segura se atendió mediante la elaboración del manual de Procedimiento para la Seguridad Escolar, que se distribuyó en 875 escuelas, además de capacitar a un mil 607 maestros sobre el mismo tema. En ejecución del programa Inglés en Primaria, el Municipio subsidia al Sistema Educativo Estatal para que se atien- da a 236 escuelas en beneficio de nueve mil 820 alumnos de tercer grado, mediante la aplicación de una inversión de un millón 572 mil 500 pesos. Mediante una inversión de casi ocho y medio millones de pesos, el Ayuntamiento siguió otorgando siete mil becas correspondientes al pago de seis mensualidades. En atención al programa Presidente en tu Escuela, el Alcalde Rivas Loaiza realizó 33 visitas a planteles escolares con una población total de 12 mil 87 alumnos, con quienes cambió impresiones, lo que le permitió dar respuesta favorable a diversos planteamientos sobre infraestructura, equipamiento, promoción de valores y seguridad. Mediante el programa Escuela Digna se brindó apoyo a las escuelas públicas de educación básica, consistente en equipamiento de mobiliario, pintura y material de construcción con una inversión de 807 mil pesos Otra actividad, realizada en coordinación con el Instituto La Crónica de Culiacán, fue la realización del concurso del Niño Cronista en el que este año participaron 179 alumnos de 78 escuelas primarias, y que tiene el propósito de promover la lectura y fomentar el talento de los escolares. Manuel Félix León, un hombre fuera de serie Hizo el bien sin mirar a quién, y así se le recuerda en los diversos ámbitos donde dejó constancia de su generosidad sin barreras D on Manuel Félix León fue un verdadero personaje en la vida de esta ciudad, a quien se recuerda por su permanente disposición solidaria, su espíritu de desprendimiento y su voluntad de aportación hacia su entorno social, facetas de las que dejó constancia como comerciante, como empresario, como deportista, y siempre como hombre de bien. Don Manuel nació el 25 de diciembre de 1914 en Amatán, sindicatura de Las Tapias, municipio de Culiacán; fue hijo de Loreto Félix y de Paula León, la maestra de ese pueblo. Siendo niño aún, su familia emigró a la ciudad de Culiacán donde, desde los once años de edad entró a trabajar en la mercería El Fénix, propiedad de José Castaños, quien vio en su joven empleado al hijo que biológicamente no tuvo. Don Pepe Castaños fue un hombre bondadoso y comedido que transmitió a Manuel el sentido de responsabilidad y la vocación de trabajo, así como el don de gentes mediante su capacidad de servicio a los seres necesitados venidos de la costa, de los altos y de las rancherías del valle de Culiacán. Don Manuel compró la mercería en la que se había iniciado como empleado, e inició así una intensa y fructífera trayectoria empresarial. En 1943 se casó con doña Elsa Lucila Pico y con ello inició una segunda etapa en su vida, como esposo y padre, la cual hizo prevalecer en un marco conductual significado por el altruismo, por la pasión de viajar y el coleccionismo. Con frecuencia su solidaridad lo llevó a pagar deudas ajenas Debido a ese carácter todo mundo acudía a él en busca de consejo o de ayuda a cuyos solicitantes siempre respondía en la medida de la generosidad. En su afán de servir se daba gusto otorgando su firma de conocimiento a cuanta persona se lo pedía. En más de una ocasión firmó como aval, lo cual le costó mucho dinero porque acababa pagando las deudas ajenas. También se metió en problemas con Correos y Telégrafos, pues a veces le llevaban giros y telegramas apócrifos, y hasta robados, que él firmaba de conocimiento y finalmente tenía que pagarlos. Entre los negocios que tuvo don Manuel, promovidos desde la mercería desde la mercería El Fénix, figuraba un servicio de taxis. Él era propietario de algunos vehículos en el sitio 39 o Rubí, pero se los daba a los choferes para que ellos los administraran, y doña Elsa, su esposa, aseguraba que ese negocio nunca le redituó a él sino a los choferes que, naturalmente, fueron sus grandes amigos, entre ellos Manuel “el chino” Chang, Mario “Pelavacas” Franco, el “Perico” Figueroa y el “chato” Zabalsa. Don Manuel dejó los automóviles para constituir a fines de los años sesenta la firma Transportes Félix, con camiones de carga que cubrían servicio de transporte entre Sinaloa y Sonora, actividad a la cual dedicó los últimos años de su vida, ya que vendió la mercería El Fénix que duró más de 50 años abierta al público, antigüedad que le valió un reconocimiento del Gobernador Francisco Labastida Ochoa. En Cuernavaca junto a su esposa Elsita. La gasolinera que finalmente atendió doña Elsa Lucila Pico En los sesenta le compró a don Carlos Iribe la gasolinera El Alacrán, en la esquina de Madero y Granados. La administraron su hijo Manuel, y luego su cuñado Víctor, pero hubo problemas y doña Elsa, su esposa se dedicó a administrarla, toda vez que ella, por su parte, acababa de vender la tienda de regalos El Aladino, que había abierto en 1943, cuando estaba recién casada. Hombre de hábitos y aficiones, don Manuel empezó por coleccionar timbres y tarjetas postales desde la mercería El Fénix donde posteriormente se convirtió en un experimentado coleccionista de monedas antiguas. En esa práctica adquirió un sólido conocimiento sobre numismática, el cual compartía desinteresadamente con otros coleccionistas. Logró integrar una valiosa colección de monedas mexicanas, principalmente las acuñadas en la Casa de Moneda de Culiacán, considerada como única en el estado, y quizá en el país. En una de las entrevistas que le hicieron, doña Elsa Pico de Félix recordó así a su esposo: “El legado de Manuel es un bien moral por los valores que ejerció en vida al ser un hombre bueno, carismático, entregado, que participaba en patronatos, clubes de servicio, pero no le gustaba figurar, no le gustaba que lo reconocieran, siempre fue modesto”. Late su presencia en la ruta del béisbol tomatero En una de sus más entrañables facetas, combinaba las actividades comerciales con la organización deportiva: fundó el C on el título de “Yoris en Nueva York. Romeo y Julieta” acaba se salir a la luz el segundo volumen de la serie Cuadernos del Cronista, en la que el historiador Adrián García Cortés reproduce magistralmente el desarrollo de un viaje a la ciudad de los rascacielos para asistir a la presentación del Teatro Campesino y Yoreme de Sinaloa, en el Central Park. La obra a representar por indígenas mayos y mayas, bajo la dirección de María Luisa Martínez Medrano giró precisamente sobre la tragedia Romeo y Julieta, de William Shakespeare con la participación de 86 actores, auténticos representantes de las etnias de Sinaloa y Yucatán, La crónica de aquel viaje, al cual el autor fue invitado por el Gobierno de Francisco Labastida Ochoa, aporta una aleccionadora crítica en lo cultural, así como una amena, y también reveladora secuencia referencial de las peripecias, las inquietudes y las satisfacciones que registró una agenda que ofreció sorpresivas situaciones que propiciaron inesperadas anécdotas, cuya narración transmite al lector la emoción, la gratitud y también la frustración que en determinados momentos experimentaron los integrantes del grupo de periodistas que integraron aquella comitiva de prensa. La narración no omite punto alguno de interés, incluyendo entrevistas que enriquecen dialécticamente el contenido de esta obra, y el resultado es un cuaderno cuya lectura queda atrapada desde las primeras páginas por un impulso de interés que sólo se agota al llegar al colofón. Así, esta remembranza de una innovadora realización, por tanto memorable, de la emblemática propuesta cultural del Gobernador Labastida y, determinantemente, de su esposa, la doctora María Teresa Uriarte de Labastida, es un logro editorial de la producción del Instituto La Crónica de Culiacán. Club Atlético Humaya, y en 1945 inició la Liga de la Costa del Pacífico, promovida por Enrique Peña Bátiz, primer circuito de béisbol profesional en el Noroeste de México, Después de dos o tres años de iniciada, la Liga de la Costa tuvo en don Manuel al timonel de la mesa directiva hasta el final de esa organización, en 1958. Como presidente del Club de Béisbol “Tacuarineros” de Culiacán, compartió la responsabilidad con otros empresarios, entre ellos: Alfonso Zaragoza, Luis Flores Sarmiento, José Díaz Garza, Luis Echavarría, Constantino Haza, Héctor Peña Bátiz. Fueron tiempos de romanticismo deportivo en el que se involucraron por igual hombres de negocios, políticos y hasta el más humilde trabajador. Los equipos vivían de las aportaciones de personas solventes o desprendidas. Viajar fue una pasión que lo llevó primero a Estados Unidos, a las Series Mundiales, y después al carnaval de Río de Janeiro, y a diferentes lugares de Europa Central, Unión Soviética, Medio Oriente, India, China y Japón. Su último viaje fue a Australia y Nueva Zelanda, un año antes de mori9 Eco de una obra que se perpetúa en la memoria Al morir don Manuel en enero de 1988, a los 74 años de edad, algunos reconocidos columnistas expresaron los siguientes conceptos: Jorge Medina León dijo: “Ha fallecido Manuel Félix León, el propietario de El Fénix, que estaba ubicado en el pasaje oriente del mercado Garmendia; el hombre de la eterna bonhomía, impulsor del béisbol profesional en Culiacán y fundador del Club Atlético Humaya que llenó una época de la capital de Sinaloa. Con él muere algo del espíritu de esta vieja ciudad”. Antonio “Toñico” Pineda Gutiérrez escribió: “Hay hombres que por sus acciones, por su calidad humana, su humanismo se convierten en parte misma de su ciudad. Culiacán lo hizo suyo porque fue un hombre bondadoso. Generoso, tal vez hasta la irreflexión. Que yo sepa nunca se detuvo a medir las consecuencias de sus favores”. Ese fue, y sigue siendo en la memoria don Manuel Félix León.