Tendencias historiográficas

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INDICE.
TEMA 1. LA HISTORIA A COMIENZOS DEL SIGLO XX....................................2
TEMA 2. LA FUNDACIÓN DE ANNALES...............................................................8
TEMA 3. LA SEGUNDA GENERACIÓN DE ANNALES.......................................15
TEMA 4. LA HISTORIOGRAFÍA MARXISTA......................................................18
TEMA 5. LA EVOLUCIÓN DE LA HISTORIA ECONÓMICA............................26
TEMA 6. LA EDAD DE ORO DE LA HISTORIA SOCIAL...............................30
TEMA 7. CONOCIMIENTO HISTÓRICO Y CONOCIMIENTO CIENTÍFICO...39
TEMA 8. CAMBIOS DE ACTITUD SOBRE CONOCIMIENTO HISTÓRICO....37
TEMA 9. 3ª GENER. DE ANNALES Y EVOLUCIÓN DE HISTORIOG FRANC.41
TEMA 10. MICROHISTORIA, ALLTAGSGESCHICHTE E HISTORIA ORAL..48
17/02/04
TEMA 1. LA HISTORIA A COMIENZOS DEL SIGLO XX.
La historia tiene un origen oral, sirve para la formación de los pueblos. Éstos buscan una historia común para
legitimarse. Gracias al pueblo judío, desperdigado por el mundo la historia comenzó oralmente hasta
escribirse en la Biblia y otros. La historia ha estado siempre unida a otras disciplinas: literatura, teología,
filosofía...
Leopold Von Ranke crea la historia como disciplina propia.
CIENTIFICIDAD DE LA HISTORIA.
¿Se puede establecer leyes fundamentales en la historia? A partir del positivismo de Ranke se intenta asociar a
la historia con lo científico. A partir del siglo XIX tenemos una historia de los varones de la clase superior, del
poder.
Surge la cliometría para demostrar la historia cuantitativa. En 1929 surge la revista Annales, con L. Febvre y
M. Bloch. En ella se hablará de la historia social, desde abajo. Esa historia social continuará en los años '30 y
'40. Con Braudel se plantea el espacio y el tiempo, en la segunda generación de Annales; critica la historia de
los acontecimientos (histoire d'evenementiele).
A partir de los años 50−60 la historia se parcela, se desmigaja. Surge así la vida cotidiana (Alltags). Los años
60−70 son los años dorados de la historia social. También se hablará de la transición del feudalismo al
capitalismo. En 1979 hay un cambio: aparece un movimiento que reivindica la historia narrativa. Se habla de
la microhistoria, en contraposición a la macrohistoria. Se empieza a reivindicar el papel de las mujeres en la
historia.
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¿QUÉ ES HISTORIA?
La historia designa el conocimiento y la materia de ese conocimiento. Tiene dos vertientes: los hechos que se
desean narrar y las coordenadas espacio−temporales en que se insertan.
La materia de la historia se está reinterpretando constantemente, revisándola. En historia no existe verdad
absoluta. La historia es la ciencia que estudia los hechos pasados. La historiografía tiene un carácter más
reflexivo que la historia. La institucionalización de la historia aparece en el siglo XIX, cuando se empieza a
estudiar en las academias. Era una historia−relato, secuencial. Surge en Alemania y será de tipo política,
narrativa y masculina.
El carácter de fábula lo perderá la historia. Tendrá una hipótesis de trabajo: tesis, antítesis y síntesis. La
ciencia vendrá siempre a través del método.
18/02/04
ENSEÑANZA DE LA HISTORIA.
La historia se introduce en la enseñanza primaria y secundaria en el siglo XIX de la mano de la formación del
estado nacionalista. Francia fue el primer país que generalizó la disciplina de la historia en la enseñanza. Era
materia obligatoria de los 6 a los 18 años.
La historia sirve para la formación de los notables en Francia, los únicos que podían acceder a la secundaria.
El principal debate en Francia es su Revolución francesa. La historia está en relación con justificar sus
cambios, conquistas y avances. Hay algunos ideólogos y políticos que son historiadores: Ginzburg,
Tocqueville, Michellet... Francia necesita ordenar su política y justificar su revolución. La identidad francesa
se forja con el estudio de la historia.
El Reino Unido desarrolló más su historia económica porque Inglaterra está a la cabeza de los cambios
económicos en la Revolución Industrial. De ahí que autores como Smith y Malthus sean ingleses con una
mayor vocación hacia la historia económica. En Francia destacan Seignobos y Langlois, que reclaman la
enseñanza de la historia en el siglo XIX. Los franceses plantean la historia como forma de insertar a los
individuos en la sociedad. Además, los franceses se empeñan en que los profesores de historia y su formación
sea más cultural. En esta formación del profesorado recurren más a la imagen, al relato y narración de los
acontecimientos históricos.
Los alemanes han acusado a los franceses de ser excesivamente literarios. Han sido los profesores alemanes
los que han fraguado la identidad alemana.
LA PROFESIÓN DE HISTORIADOR.
Surgen en Francia en los años '80 del siglo XIX. Hasta ese momento eran más eruditos, que buscaban hechos
del pasado para recuperar historias locales. Desde el siglo XVIII, los historiadores tienen el reto de estudiar
las claves de los cambios de la humanidad. Es en el siglo XIX cuando empieza a haber una historia de la
literatura, filosofía... El eje cronológico de la historia empieza a impregnar otras disciplinas.
Durkheim en 1898 irrumpe en el panorama científico europeo: es el primer científico que utiliza el elemento
de las masas de la realidad social. Thompson piensa que el historiador debe establecer un diálogo entre la
teoría y los hechos. Tiene que utilizar una teoría para poder explicar acontecimientos históricos. El cuerpo de
historiadores tiene que verificar sus fuentes y contrastarlas. Empieza a utilizarse un léxico que codifique la
información y que pueda ser entendido por la comunidad científica. En el siglo XIX, la historia tiene que
aunar estos factores: formación técnica, interpretación de los hechos y facilidad de exposición.
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La primera historia que tiene una identidad trascendente es el historicismo. Ranke ha sido el que ha hecho
evolucionar la disciplina de la historia. Desde Alemania se difunde a toda Europa.
23/02/04
Leopold von Ranke (1775−1896) escribe en 1824 la Historia de los pueblos románicos y germánicos. Es la
primera corriente historiográfica. La historia se separa de la teología, filosofía... también se estudia con otros
autores como Burckhardt, Droysen, Gervinus, Hammsen...
El término historicismo--------- surgió con Vico a principios del siglo XIX. Es una corriente que investiga
ciencias nuevas; también intenta encontrar alguna ley fija en la historia. Para ello hay un primer intento de
definir los procesos históricos.
Para Ranke la historia debía unir ciencia y arte; no se despega de la literatura. En 1810 se funda la
Universidad de Berlín, donde triunfan las ideas de la Ilustración. Recopilan monografías eruditas y las
estudian y documentan muy bien; siempre con un carácter científico.
En la Universidad alemana se forman cuerpos de funcionarios, íntimamente relacionados con las elites
burguesas. El historicismo es una nueva visión del mundo desde la perspectiva burguesa y un método de
análisis histórico. Para todos estos autores, los únicos pueblos con historia serían los europeos. Las fuentes
tienen que estar en continua revisión crítica, rechazan cualquier intento de interpretación ideológica. El
historicismo se caracteriza por tres puntos:
• Culto enorme al hecho concreto.
• Es una historia sin teoría.
• Monografías pero sin compresión global del fenómeno. Hace estudios sectoriales. El triunfo tiene que ver
con el final.
Ranke busca un orden natural que justifique los acontecimientos históricos, muy relacionado con el auge de
la burguesía a la clase dominante. Tiene una finalidad: la teoría de las sociedades humanas, en la que el
Estado es el ordenador de la historia. Esto está en relación con la política de Bismarck del estado−nación
alemán.
En 1848, Alemania se convierte en el primer país en crear un cuerpo de profesores universitarios
especializados. En Francia es en 1870, el Italia con el Risorgimento y en España en 1868 −Revolución
isabelina− cuando llega este positivismo. En Alemania, las críticas al historicismo vendrán de Schopenhauer
y Nietzsche. Luego será por el estructuralismo.
FRANCIA.
Aquí se llama positivismo francés y no historicismo. En 1876 se publica en París Revista histórica iniciada
con Gabriel Monod; define las ideas positivistas de A. Compte; ambos autores son el punto de partida del
positivismo francés. Pretenden fijar un método propio para la historia: corriente metodológica−documental.
Michellet es el primer historiador en estudiar la Revolución francesa y en identificar burguesía con nación (no
incluye al 4º estado ni a las mujeres). Se intenta buscar la identidad francesa, relacionada con la burguesía.
Coulanges, de fines del XVIII−principios del XIX, escribe La Ciudad Antigua, donde ve una historia de
documentos separando la filosofía de la historia. Demanda la necesidad de documentos para su tratado.
En Francia surge la Escuela práctica de Altos Estudios (1868), donde se formarán los historiadores del siglo
XIX, con métodos y técnicas nuevos. La Universidad tiene una formación de elites de cuerpos de
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funcionarios, de burguesía. El historicismo tiene una visión nueva del mundo, del devenir del hombre.. Creen
que debe estar en continua revisión.
Langlois y Seignobos son los formuladores de la corriente histórica hasta los Annales. Fijan un método para
historiadores en el Manual de Introducción a los Estudios Históricos. Hasta la II Guerra mundial es el punto
de arranque más importante en Francia.
En 1894 irrumpe en el panorama de las ciencias sociales Durkheim, que publica las Reglas de Método
Sociológico, enfrentando a los sociólogos con los dos autores anteriores.
REINO UNIDO
Aquí el desarrollo de la historiografía es más tardío; tienen una mayor tradición de justificar los cambios
económicos que tienen lugar en la Revolución industrial, hay pues, mayor interés por la economía que por la
política. En el Reino Unido, la historiografía va unida a la literatura. En 1850 se crea la asignatura de Historia
en Oxford gracias a Carlyle y Stubbs. Hasta el período de entreguerras no aparece un conato de historicismo.
ESPAÑA
La renovación con el positivismo se corresponde aquí con el krausismo. Krauser tuvo aquí más arraigo que
en Alemania. Son los tiempos del período isabelino y el Sexenio democrático.
Rafael Altamira (1866−1951) Enseñanza de la historia y Cuestiones Modernas de la Historia; Julián
Rivera: lo científico en la historia, muy apegado al hecho, trabaja con el arabismo en la historia.
LA CRISIS DEL HISTORICISMO.
A partir del siglo XIX surgen las primeras críticas de esta corriente.
Karl Lamprecht escribe una Historia de Alemania a fines del siglo XIX, que es detonante para tomar
conciencia de la ciencia histórica en Alemania. Según Lamprecht hay tres pilares de interés: política,
economía y cultura, por lo que se deriva en una cronología distinta basada en leyes del desarrollo científico.
Se quiere acercar al análisis de la sociedad, relacionado con la expansión del capitalismo en Alemania a fines
del XIX.
A principios del siglo XX, quedan caducos los manuales de historia donde se reproducen hechos sin
interpretación social. En un impacto de la sociología. Durkeim (1858−1917) es un sociólogo que irrumpe en
el panorama de las ciencias sociales. Introduce el interés científico por las masas. A partir de los '90 fragua la
teoría de las ciencias del espíritu. Desaparecen los historiadores metódicos y aparecen los sociólogos.
En Francia de la disputa entre sociología e historia surge una ciencia nueva: la antropología. Levi Strauss, el
antropólogo plantea una antropología estructuralista en dos planos: uno sincrónico de estructuras estáticas y el
diacrónico que se corresponde con la evolución histórica. Durkeim y los sociólogos minan el campo de la
historia, dan al traste con la corriente historicista.
Seisnobos escribe Método histórico aplicado a las Ciencias sociales que provoca una polémica entre las
revistas de las universidades, sobre todo entre Francia y Alemania. En la revista El año sociológico (1903−8),
una polémica entre historiadores, sociólogos y antropólogos.
F. Simiand rebate los argumentos de Seignobos, le acusa de seguir los tres ídolos: político, individualista y
cronológico; negando que sea esto una categoría histórica. Decía que no daba importancia a la historia social
que había demasiada historia historizante.
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25/02/04
La evolución de las tendencias historiográficas y la aparición de las masas en el comportamiento social hace
que aparezca la pugna de la sociología; a esta pugna también se suma la antropología estructuralista. La
sociología estudia la sociedad en un momento determinado; la historia hace lo mismo pero relacionado con un
momento histórico.
En Francia, Jaurès (1859−1914) difunde las ideas socialistas y dinamita las corrientes de interpretación
metódicas. Aparece así un puente entre la historia de las ciencias sociales y el fin de los análisis metódicos.
Estados Unidos ejerce gran influencia en Europa, allí antes y después de la I Guerra mundial, intentan superar
los estudios europeos: la nueva sociedad labra una sociedad de democracia independiente de los vicios
europeos. Se hacen llamar historiadores progresistas y autores de la Nueva Historia, fijando su interés en la
sociohistoria. Tienen un camino paralelo al europeo. Superan el academicismo europeo y hacen lo que ellos
llaman historia social. [fotoc. Tema 1]
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TEMA 2: LA FUNDACIÓN DE ANNALES.
En 1929 se publica la revista Annales por dos profesores de la Universidad de Strasburgo, L. Febvre y M.
Bloch. Estos autores revolucionan la historiografía contemporánea. Supone una renovación del concepto de la
historia y la historiografía. Quieren superar el academicismo de Ranke y los germanistas y también el
positivismo francés, haciendo protagonista a lo social, rompiendo la historia desde arriba. Introducen lo social
como sujeto de la historia. Hasta que no se trasladan a París no tienen un eco relevante. No acaban de unificar
el método.
Ambos querían que la revista fuera un lugar de encuentro y debate. Bloch se muestra más serio y economista,
mientras Febvre es partidario de lo narrativo Éste acusa a Bloch de ser demasiado rígido y de que hace una
revista aburrida de centro izquierda (1838) refiriéndose a Annales de historia económica y social.
En 1941 Febvre publica un artículo sobre la historia social donde critica a Bloch de dedicarse en exceso a la
economía, olvidándose de los individuos. Bloch era judío, tiende al materialismo. Febvre queda en París en la
II Guerra mundial pero Bloch tiene que marchar, escribiendo desde el exilio con pseudónimo. Poco después,
los alemanes torturan y matan a Bloch y Febvre queda como único director de Annales.
A partir de 1946 la revista pasa a ser Annales. Economía, Sociedad y Civilizaciones. No pensaban que fueran
a ser una escuela. La revista desde el año '46 es aceptada en todos los congresos, en el '47 se instala en la
escuela práctica de los altos estudios; recibe fondos de la Fundación Rockefeller. Empezaron a colaborar otros
autores como Morazè y Braudel, que cogen relevo de Annales (II generación de Annales).
En estos momentos, el marxismo suponía una amenaza para la historiografía. En Annles habrá marxistas
franceses, aunque la fundación Rockeller evite ese marxismo. Esta escuela une la economía y la geografía
humana que supone la posibilidad de recuperación importante dentro de la historia del siglo XX. En el IV
Congreso Mundial de Ciencias Históricas (1950) se da el espaldarazo definitivo a la Escuela. Coinciden
historiadores marxistas británicos y va a ser el núcleo renovador de la historiografía. El único español que va
será J. Vivens Vives, introdujo en España las corrientes europeas.
GENERACIONES DE ANNALES.
1ª Liderada por Febvre y Bloch.
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2ª Liderada por Braudel/ Morazè, Mandrou
3ª Liderada varios autores, entre ellos Le Roy Ladurie, Chavin.
PRIMERA GENERACIÓN DE ANNALES.
En Francia había habido un historiador muy citado, Henri Berr, que es un antecedente de Annales. Publicó un
libro sobre la importancia de la metodología en el estudio histórico. Se inicia una escuela que supera la
historia concebida por Ranke y renueva el concepto de historia introduciendo conceptos sociales, aspectos
que no son históricos desde el punto de vista histórico: política, economía, cultura... Para los analistas es el
centro de las ciencias del hombre.
Se cogen temas que habían estado desgajados, fusionando todos los elementos y dando un sentido histórico.
Desde un punto antropológico, le dan un sentido profundo a la cultura, es un concepto de cultura que está en
el terreno de las mentalidades.
Los fundadores de Annales están atentos a la renovación de las fuentes. M. Bloch y L. Febvre nunca
reconocen que parten de la historiografía alemana pero así lo hacen, reinterpretando al modo francés: más
cultural, menos académico... Bloch y Febvre plantean una historia total que luego se desintegra.
La geografía humana es la que va a tener más peso en la interpretación de los historiadores de la primera
generación. En este campo influenció mucho Paul Vidal de la Blache que publica un libro emblemático de
gran interés para los científicos sociales; a este sustrato se le une la influencia de Durkein, interpretado en
Francia por Francois Simiand que adopta la sociología de Durkein. Simiand era economista, sociólogo y
socialista militante. Dio lugar una sociología económica; pretendía estudiar ciertos fenómenos económicos. Se
enfrentó a los positivistas, a los que llama historiadores historizantes en una serie de conferencias en Francia
denuncia las prácticas positivistas, demanda una metodología nueva acorde a la interpretación de Durkein.
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En estos momentos se renuevan las fuentes:
Se diversifican las fuentes. Se aprende historia a través de archivos y de documentos que hasta ahora no tenían
una finalidad clara. Se amplía el repertorio iconográfico. Ante la renovación de las fuentes, se requiere una
nueva metodología, ampliándose la finalidad de la época: no desprecian nada, todo es susceptible de estudio;
no se cierran al estudio de períodos históricos. Los analistas plantean dudas sobre el espacio geográfico. Ya no
son las superestructuras ideales, la idea de nación... sino un espacio concreto, así Braudel concretó el espacio
en el Mediterráneo y Febvre en el Franco Condado. Hay un concepto nuevo de tiempo; Bloch intuía que
había una nueva forma de periodización pero no se llega a desarrollar del todo uno nuevo. Se plantean
interrogantes que ellos no resuelven pero acaban poniendo sobre la mesa.
Annales es una suma de influencias de los años `20 y `30. No se preocupan por el hecho, lo importante es la
corriente social. Enlazan con una corriente de interpretación de la Revolución Francesa. Guizot en El siglo de
Luis XIV supera las batallas y busca más explicar un reinado. Este libro es muy debatido. Le dan importancia
a la narración, a lo literario: la idea de la historia es narrar. La historia se acerca a lo popular. Entre los autores
más populares de esta corriente están: Febvre, Duby, G. Le Goff, Leroy Ladurie, M. Vovelle. Los analistas
se proponen una historia que supere la acción de los monarcas y recuperando la acción de los individuos.
Bloch¸ en su obra La sociedad feudal trata de buscar el sentir de la comunidad, se nombra a los reyes de
pasada. Mantienen una idea de progresión lineal en el tiempo, un tiempo no estático; acorde a esta corriente es
la obra de Le Goff, El tiempo de la Iglesia y el tiempo del comerciante. Braudel establece tres niveles de
interpretación de la historia. Superan el tipo de historia que hacía la historiografía alemana. Tienen más interés
por los estudios regionales. Superan la historia relato y pasa a ser una historia temática superando los sucesos
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cronológicos, atendiendo más a ámbitos como la Iglesia o el comercio.
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CONCLUSIONES.
Los historiadores primeros de Annales no hicieron una teoría de la historia porque no estuvieron de acuerdo
con los fundadores. Querían desvincularse del marxismo, así nunca definieron qué es la clase, la sociedad.
No se pusieron de acuerdo en que la historiografía tuviera un carácter científico; aunque Bloch dice que la
historia es la ciencia de los hombres en el tiempo. Los que afirmaba que era una ciencia decía que era una
distinta a las demás.
Dos obras especialmente importantes, en la primera generación de Annales:
− M. Bloch, La apología de la historia o el oficio del historiador, que se entendió como un libro
metodológico.
− L. Febvre, Combates por la historia. (1953)
Son los dos textos canónicos de Annales. Ambos dicen que la historia es un estudio de lo que hacen las
colectividades. Queda claro que, al contrario que el marxismo, no hay una jerarquía entre aspectos
económicos y sociales; hablan de una relación armónica entre los distintos elementos de la estructura social,
que se establece a través del tiempo y crean condiciones técnicas, espirituales, científicas, intelectuales... que
justifican este período.
La historia debe participar de otras ciencias sociales, aunque tampoco tiene que rechazar categóricamente su
relación con los textos. Se puede hacer un despliegue metodológico propio. Se crea una historia parcelada y
limitada.
Entre las críticas que reciben: a) Según algunos autores, la carencia de método se convierte en un antimétodo,
b) otros les acusan de ser excesivamente franceses (que sólo estudian lo suyo) y c) que son muy literarios pero
no tienen contenido.
Dentro de la primera generación de Annales hay dos caminos a seguir:
• La historia económica y social (Simiand).
• Historia narrativa (Febvre).
F. Simiand, sociólogo seguidor de las doctrinas de Durkeim, trabajó e investigó en el área de la sociología
económica. Pretendía entender determinados hechos económicos (movimientos salariales y de precios,
fluctuaciones monetarias...). Quiso elaborar un método estadístico sobre la evolución de los salarios en
Francia en los siglos XVIII y XIX. Intenta elaborar una teoría experimental. Este método pretendía superar las
pautas vigentes y buscar un sistema para evaluar las series económicas, también explicasen los fenómenos
políticos. Habla de comportamientos psicológicos colectivos, que le acercan más a la sociología que a la
historia. En Europa en el siglo XIX explica cómo se coloniza California (1948). F. Simiand habla de
comportamientos psicológicos colectivos. Habla de sociología económica. La contribución de F. Simiand es
que fue el primero en analizar series económicas. Con la idea de fijar métodos, utilizando un método
comparativo, establece una perspectiva más global llegando a esquemas interpretativos (historia de las
mentalidades).
La segunda corriente de annales es la de las mentalidades. Para superar la historia política surge la historia
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evenemencial. Los annales tienen un camino que se bifurca en dos ramas: economía e historia de las
mentalidades. La historia de las mentalidades se inicia con Annales pero tiene más auge con la II generación
(Braudel) en los '70 y `80. La historia de las mentalidades se inicia con el libro de Febvre, siguiéndole
Mandrou y G. Duby.
Hay varias definiciones sobre las mentalidades: Philippe Aries la define como el inconsciente colectivo;
Durkein, como representaciones colectivas; Duby, el imaginario colectivo; C. Lévi−Strauss, formas
inconscientes de la vida social; Jacques Revel dice que las mentalidades son más campo de interés y no una
subdisciplina; Vouvelle −afín a Annales pero reconciliando con el marxismo− dice que la historia de las
mentalidades es el estudio de las ___________. Para Vouvelle la cultura de masas es algo impuesto pero la
cultura popular surge desde abajo, rechaza el reducionismo. Vouvelle, en su artículo Del sótano al granero
(De la cave au granier), ha estudiado la actitud ante la muerte, estudiando testamentos, herencias...
Le Goff dice que el éxito de la historia de las mentalidades está en su indefinición; distingue entre ideologías
y mentalidades. Para muchos autores las mentalidades se mueven entre lo afectivo y lo ideológico, que es la
esencia de la historia social, pero no lo definen porque no están de acuerdo. Carlos Barro dice que hay que
distinguir 5 elementos que se entremezclan: lo emocional, lo inconsciente, lo racional, el imaginario, y la
conducta.
• Lo racional. Se encuadra lo histórico−cultural de las ideas. Es donde se estudia y radica la conciencia del
grupo social. A través de la antropología coge un soporte metodológico, que estudió las cultura primitivas;
de la psicología se toma la noción de mentalidad; Bloch y Febvre inciden en esta línea. Se trata de aprender
las funciones sociales.
• Carácter emotivo (alegrías, miedos...). Se eleva a estudio con las mentalidades. Cuando G. LeFebvre
escribe El gran miedo (Le Grand Peur) en 1789 y M. Bloch Formas de sentir y pensar plantean una nueva
forma de acercarse a las mentalidades por los sentimientos. L. Febvre adelanta temas como son la muerte,
la alegría y el terror. Delameau en El miedo en la Edad Media trata el milenarismo, el terror al año 1000
que se refleja en la arquitectura pero fue peor del año 1000 al 1033 donde hubo grandes donaciones a
iglesias y monasterios.
• El imaginario. Son representaciones en imágenes que reconstruyen un mundo interior, un conjunto de
representaciones de todo tipo que nos sirven para entender la realidad objetiva o inventada. Para que la
historia de las mentalidades recoja lo imaginario, recurre a la antropología que a su vez recurre a imágenes
literarias o artísticas. Tiene que ver con la psicología social.
• Lo inconsciente. Un valor que ha costado imponerse a los historiadores; los positivistas niegan su valor en
la historia. Alguien lo ha dado en llamar psicohistoria; es un terreno peligroso porque se constata muy
difícil. Resulta legitimado con Wright, y su estudio sobre el psicoanálisis.
• La conducta. Se incluyen el lenguaje y los actos, y también los comportamientos colectivos. Los
antropólogos dan pautas de estudio. La antropología histórica descifra las conductas en los ritos, juegos,
fiestas, tradiciones...
TEMAS DE LAS MENTALIDADES
La actividad humana cobra un interés especial a través de la historia de las mentalidades que reformula lo que
es la historia social y de los comportamientos colectivos, es un método práctico de la psicología. Una manera
de sentir, de pensar que lleva a una realidad subjetiva o resulta de entrecruzar todos estos conceptos. La
historia de las mentalidades se enfoca desde distintos temas:
• Formas mentales complejas: memorias, creencias, actitudes, valores...
• Estudio en función de un tema concreto de un tema: locura, vida, muerte, tiempo, el espacio, el trabajo...
• Estudio en función de un sujeto, un individuo, de una función (zapateros), de géneros (masc. o fem.) o a
través de edades.
• Estudio en función de la cronología: de períodos de transición, edades...
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• Estudio atendiendo a la cronología: períodos de transición, edades... Ej. la Edad Media.
FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LAS MENTALIDADES.
De los testamentos se puede sacar información de distintos tipos. Hay fuentes indirectas como son las de tipo
notarial. Para estudiar la subjetividad se recurre a fuentes que no han pertenecido a la historia
tradicionalmente. Las fuentes también pueden tener unas vertientes de historia cuantitativa que tratan de
evaluar comportamientos de mentalidades. Ginzburg dice que la historia de las mentalidades puede ser
peligro porque no es lo mismo lo que piensa un obispo y un clérigo de una persona de a pie.
En Francia son pioneros en estos estudios y es donde más ha fraguado la historia de las mentalidades, sobre
todo en el período de la Edad Media.
A España llega tarde la historia de las mentalidades. La historia social tiene más importancia que la de
mentalidades. Aun así destacó la figura de Reina Pastor, una medievalista que fue la primera en este país en
hacer un ensayo sobre mentalidades: Diego Gelmirez... Tuñón de Lara en 1963 aportó un gran avance con su
obra Metodología de la historia social de España. Hasta los años '70 no se publica la obra de L. Febvre,
Combates por la historia y omitiendo algunos capítulos. En España se siguió más a Boch que a Febvre. La
historia de las mentalidades no triunfó aquí hasta los '80.
TEMA 3. LA SEGUNDA GENERACIÓN DE ANNALES.
Gira en torno a Braudel (1902−1985). Es el continuador de la revista de Annales, que adquiere relieve
internacional sobre todo cuando tras la II Guerra mundial es dirigida por Febvre y luego por Braudel. La
revista pasa a llamarse Annales. Economy. Societates. Civilitations. Los méritos de Braudel son más que
notables, en su obra El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II planteó una
renovación seria en las corrientes contemporáneas para muchos sistematizó un sistema o modelo de trabajo
que para muchos se llama ecológico−demográfico porque tiene en cuenta el medio físico y la población en el
que se desarrolla.
Braudel quería tomar como modelo el Mediterráneo fijándose en Felipe II. El mérito es que plantea distintos
ritmos históricos, consagra la división trinitaria.
• Plantea un nivel de historia de los episodios. La historia de los acontecimientos puntuales: batallas,
hechos...
• Historia coyuntural de ondas relativamente cortas: los ciclos económicos: ciclos de salarios, precios...
• La historia estructural: movimientos lentos casi imperceptibles a la que da una gran importancia, es la
longue durée, aquello que permanece como el medio físico.
Esta división de tres planos, decía Braudel, debían tener la misma importancia pero parece tener más
importancia el nivel largo y medio; Braudel ve el primer nivel como algo estático y este tiempo inmóvil es el
que tiene más importancia. Esta obra la fraguó en un campo de concentración, sin medios para investigar.
A este planteamiento se criticó el hecho de que se prime mucho al tiempo estático porque parece que se deja
de estudiar historia; también se le ha acusado de ser excesivamente literario, es decir, que utilizaba metáforas
que son más literarias que científicas (olas que van y vienen); por otra parte, Fontana critica que no termina
de ajustarse la relación entre los tres niveles, que no estudia bien los procesos (por ejemplo no se explica muy
bien por qué Felipe II decide llevar a cabo esa política imperialista); otra de las críticas que ha recibido
Braudel es que utiliza términos de forma muy vaga como por ejemplo el término grupo, estado, guerra
Como aspectos positivos de la segunda generación de Annales el intento de hacer una historia global o total.
De Braudel ha quedado el interés por la geografía, porque según él determina a las personas. Esta segunda
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generación trata de desligarse de los planteamientos marxistas. Dice que los cambios sociales o económicos
tienen que ver con procesos ahistóricos, a diferencia del marxismo que lo ve como un continuo progreso.
Toda la herencia empezó a verse en sus seguidores que cogen distintas tendencias. La tendencia que traspasa
Francia y Europa. Se impone en Europa a New political history y en Italia, la microhistoria.
Todos los postulados de Braudel son planteamientos nuevos. Los analistas sucesores se adaptan a distintas
tendencias. En la segunda mitad del siglo XX la obra de Braudel pierde fuerza, pero aún se recuerda. Entre sus
obras están: El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en época de Felipe II¸ Historia de las ciencias sociales
(1968) −obra que se publica en España más tarde, de ahí que no tenga auge−, Las civilizaciones actuales.
Estudios de historia económica y social, Civilizaciones mat. economía y capitalismo, El Mediterráneo: el
espacio y la historia, Escritos sobre la historia (1991), La identidad de Francia. Espacio geográfico e
historia.
Los franceses, como P. Vilar, han dedicado parte de su producción a estudiar sus regiones (ejs: Franco
Condado, Normandía...).
En la segunda generación de Annales ya se ve cómo hay un camino que va siguiendo la narración (Braudel).
Pero sale otra postura, iniciada por Ernest Labrousse que da pie a la tendencia cuantitativista. El
cuantitativismo ha sido utilizado también por sociólogos, antropólogos... consiste en utilizar series estadísticas
y hacer series que se pueden cuantificar, es un modelo cuya lectura es esencialmente matemática; este sistema
que empezó a utilizar Labrousse, fue introducido en Estados Unidos por Kuznets que utilizó el concepto de
ciclo largo. En Estados Unidos se denomina cliometría e impregna a toda la corriente de Annales. Le Roy
Ladurie llega a decir que la historia que no puede ser cuantificable no es útil.
Labrousse (1895−1988), adscrito a la segunda generación de Annales, procede de una familia de artesanos,
republicanos franceses. Trabajó en el periódico comunista Humanité y militó en el partido comunista francés.
En su tesis, En el fin del Antiguo Régimen y principio de la Revolución Francesa, hizo un estudio detallado de
cómo los precios influyen en las fluctuaciones y en los movimientos huelguistas a finales del Antiguo
Régimen y principios de la Revolución industrial. Empezó analizando los cambios económicos pero luego se
decantó por los movimientos sociales. Simboliza al grupo de historiadores que crean esta corriente
cuantitativista que continuará en los años 40, 50 y 60. Estudia series, saca conclusiones y las pone en relación
con los movimientos sociales. Abre así la llamada historia cuantitativista, que se basa en tablas, donde se fijan
modelos aritméticos para darle una mayor autenticidad y cientificidad.
La historia cuantitativa tuvo una gran influencia en Europa y Estados Unidos. En Francia esta historia
cuantitativa fue impulsada por Labrousse, al tiempo que Kuznets hacía lo mismo en Estados Unidos
utilizando el concepto de ciclos largos. Marczensky es el primero que habló de historia cuantitativa, él fue
quien la denominó así.
Luego surgen dos caminos paralelos: en Europa y Estados Unidos. Le Roy Ladurie en una de las fases dice
que está fascinado por la obra de Labrousse. El concepto de ciencia histórica se impone con series de datos,
se empieza a afirmar que la única historiografía científica es la que tiene datos cuantificables. Los
cuantitativistas se empiezan a radicalizar: si la historia quería ser ciencia, debía apartarse de lo literario. En
Estados Unidos se crea la cliometría, que es un modelo historicista que supone una estricta matematización de
la historia, estableciéndose modelos de interpretación de desarrollo a partir de cifras, datos, tablas
matemáticas; se hacen modelos estructurales de interpretación a partir de los que se reconstruyen hechos.
Hay una confluencia en Europa de la historia cuantitativa y el estructuralismo. En Estados Unidos la
cliomentría tendrá un punto de confluencia en Social History y Social Science History.
En los '60 se debilita el paradigma labroussiano en Francia porque el esquema se anquilosa y se hace depender
10
de un modelo estructural que se agota porque se esclerotiza, se acaba utilizando de una manera muy mecánica.
Para los labroussianos todo lo político se reduce a lo social, y lo social a lo económico, llegando un momento
en que el modelo no funciona. Las críticas a ese modelo vienen por todas partes.
TEMA 4: LA HISTORIOGRAFÍA MARXISTA.
Surge de Engels y Marx (1845−6). Pero hasta la muerte de Marx no tienen gran difusión sus ideas
generándose a partir de ellas después sindicatos, partidos políticos, obreros... En las primeras décadas del siglo
XX el marxismo influye en otras ciencias como la psicología, la historia...
El marxismo funciona con otras categorías de análisis, como es la dialéctica, que viene de Hegel, antes por
Kant; es la sucesión de tesis, antítesis y síntesis. Habla de fuerzas productivas, medios de producción. El
cambio histórico es el motor de la historia caracterizado por la contradicción del choque de fuerzas
productivas y medios de producción. Pierre Vilar hablaba de una historia en construcción. Lo más interesante
del marxismo es que marca una dirección en la historia: la lucha de clases.
A. Hauser explica la función de la Iglesia y el arte románico. No es en la URSS donde están los trabajos más
interesantes, se hacen antes de las II Guerra mundial. En la URSS en época de Stalin, el marxismo se extiende
como una escuela dogmática. El partido comunista del '38; no podemos decir que haya trabajos importantes.
Historia de Roma de Kovaliov y algunos trabajos sobre Bizancio. Tienen una interpretación excesivamente
dogmática.
La editorial Progreso hace un esfuerzo para investigar. Tuvo gran importancia en la historiografía europea.
En 1970 se funda la Academia de Ciencias Sociales a partir de la cual los historiadores marxistas de economía
socialista cobran un importante papel.
El marxismo se expansiona cada vez más, Hungría, Polonia y Alemania Democrática; en este último país,
Kossok es autor de un libro sobre las revoluciones contemporáneas. En Polonia, Adam Shaff se mueve más
en la historia de la filosofía en temas de metodología histórica. Fuera de Europa el marxismo cobra
importancia en China donde triunfa el partido comunista; en Cuba destaca la obra de Manuel Moreno
Fraginals.
HISTORIOGRAFÍA MARXISTA FRANCESA.
No hay un único marxismo hay varias versiones, que giran en torno al movimiento obrero. Casi todos los
historiadores buscan soluciones para sociedades más democráticas. En Francia había una tradición social
importante.
J. Jaurès (1853 −1914) y Mathiez, son historiadores pre−marxistas. Pero escribió la Historia socialista de la
Revolución Francesa. Fue un profesor de filosofía conocedor del pensamiento alemán. Para él, el motor de la
historia es la economía y que a los hombres los mueve el afán de justicia, que deriva en la búsqueda del
progreso.
Dobb en su obra Estudios sobre el desarrollo del capitalismo trata el tema de la transición del feudalismo al
capitalismo.
Se generan discusiones entre teoría y práctica. En Francia las teorías marxistas parten de distintas visiones.
Labrousse centró sus trabajos en economía. En el otro extremo está Pierre Vilar (1906−2003), un historiador
que se especializa en temas relacionados con España, llevando a cabo una labor teórica importante y
disciplinar. En su obra Crecimiento económico y análisis histórico (1960) coge lo más rico de Annales y le
aplica un método marxista menos dogmático; establece un nivel triple para el análisis histórico partiendo de
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los niveles de Braudel:
• En el primero están los hechos de masas: demografía, economía, estudios de mentalidades, creencias
• Segundo, hechos institucionales: códigos de leyes, derecho internacional son acontecimientos y datos de
tipo internacional.
• Tercero, hechos puntuales: datos concretos, acontecimientos, nombres propios.
Su sistema es más cohesionado que el de Braudel, ofrece una visión global más rica. Para Vilar el método
debe explicar por sí mismo pero no debe partir de una ideología concreta; se muestra como un marxista poco
dogmático a diferencia de otros autores como Marta Harnecker en la línea de un marxismo más dogmático y
ortodoxo. (22−3−04)
En Francia surgirá una gran polémica en torno a la Revolución Francesa. En los '60 y '70 se anima el debate
en torno a su valor. En este país los marxistas crean unas revistas que avivan el debate, ej: la revista Aujourdui
l'Histoire, donde hay historiadores marxistas y no marxistas como G. Duby y Le Goff.
Pierre Vilar nació en 1906 y murió en 2003, en su libro Crecimiento económico y análisis histórico (1960)
establece un nivel tripartito para el análisis histórico. El primer nivel es el estudio de los hechos de masas:
demografía, economía, mentalidades, creencias; el segundo: hechos institucionales, como los códigos de
leyes, constituciones, derechos internacionales; y el tercer nivel son los hecho puntuales: datos concretos,
acontecimientos, nombre propios... El método tiene que explicar las situaciones pero sin partir de ideas
políticas o ideológicas. Vilar es un marxista muy adaptado a las circunstancias; cree en una historia total de
sumas parciales, la historia tiene para él un determinado fin, es un proceso progresivo.
En Francia está la escuela de Althusser, con seguidores como Balibar −que adapta el método alturseriano a
la visión histórica en Francia− y Marta Hannecker, ambos reinterpretaron El capital de Marx. El
materialismo histórico de Hannecker es un marxismo más ortodoxo y dogmático.
En España el equivalente es Debats publicada en Valencia, ediciones Alfonso el Magnánimo.
HISTORIOGRAFÍA MARXISTA INGLESA.
Crean una escuela; para estos autores el marxismo adopta formas con ideas más amplias. Revisan no sólo
economía, también conceptos de clase, cultura Ejemplos de autores: Christofer Hill, Hilton, Rudé, Raphael
Samuel, Eric Hobsbawm, E. P. Thompson, que giran en torno al partido comunista inglés en plena Guerra
fría. Entre las obras más significativas están Años interesantes de Hobsbawm y La formación de la clase
obrera en Inglaterra (1963) de E. P. Thompson.
Estos historiadores entienden el marxismo de manera laxa, lo adaptan a otras características llegando incluso a
polemizar con los soviéticos. Fomentaron las Brigadas Internacionales para ayudar a la República en la
Guerra civil española.
Entre las revistas que publican están Marxism Today y Our history. Dobb decía que el comercio se desarrolla
en la Baja Edad Media y los marxistas dicen que los siervos de la Edad Media son los primeros que
reivindican mejoras de vida y ellos abandonan los feudos y van a los burgos. Hacen un planteamiento de
contenidos y formas, revisan la metodología y los conceptos; a partir de los '50 surge otra revista Past and
Present donde hay historiadores ingleses y de otros países que seguían la historia de los ingleses, en ella hay
marxistas y analistas (de Annales). Tienen unos planteamientos críticos contundentes.
En 1956 tienen lugar los sucesos de Hungría y la URSS la ocupa, influyendo de manera muy importante en la
historiografía. Muchos de los marxistas abandonan el partido comunista, pero no el marxismo. Supone una
constatación de lo que Stalin estaba haciendo. Se plantea una nueva izquierda y de esta corriente surge otra
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revista: New left con planteamientos más laxos e independientes. Se empieza a hablar de una escuela marxista
inglesa. Son pacifistas como Thompson y tendrán una vida activa dentro de la universidad, pidiendo el
desarme de la Guerra Fría.
23−03−04
Surgen talleres vivos de historia donde se estudian las relaciones entre sociedad y política. Rafael Samuel
(1938−1996) trabajó en ellos y otros como Robowtham y Stedman se sumaron después. Hacen una historia
desde abajo como la historia de las mujeres.
Rudé (muerto en 1993) es de los primeros en estudiar la historia desde abajo. En la misma línea elaboró sus
obras Hobsbawm: Bandidos, Las clases campesinas y las lealtades primordiales, En torno a los orígenes de
la Revolución Industrial, La era de la revolución 1787−1848, La era del capital 1848−1875, La era del
imperio 1875−1914.
Para Thompson la clase es una categoría en formación; deja de un lado la estructura y superestructura del
marxismo. El objetivo es entender la clase obrera. Tiene un concepto y una conciencia de clase más amplia
que la que tenía Marx. Rechaza que la modernización se tenga que relacionar con el proceso tecnológico, es
decir, que éste no va unido al progreso de la humanidad. Plantea un cuestionamiento del verdadero valor de la
Revolución industrial. Lo más importante es el individuo, utiliza nombres propios, para estudiar la historia.
Critica la nueva terminología, dice no se puede hablar de paternalismo empresarial. También critica al siglo
XVIII inglés y su análisis idealizado, porque dice que se analiza la visión de la burguesía pero no se da cuenta
del hambre sufrida por la población y de las quejas campesinas en contra de la gentry.
Otro autor destacado es Perry Anderson, director de la revista Nueva revista de izquierda. Es más sociólogo
que Thompson y más ortodoxo en la tendencia marxista.
En Estados Unidos apareció la Radical History Review en los años '60, influenciada por Thompson y
Hobsbawm.
24/03/04
Gordon Childe (1892−1957) fue un antropólogo marxista que impulsó y revolucionó la prehistoria. Impuso
una idea del proceso evolutivo de las primitivas sociedades humanas. Los indígenas primitivos confluían en lo
que se empezó a llamar la Revolución neolítica, que significaba el paso de la sociedad nómada a la sedentaria,
el surgimiento de una economía productiva y de los excedentes que permiten un incipiente comercio. Childe
utiliza los métodos marxistas pero de forma poco dogmática. Estudió la Revolución neolítica y sus
implicaciones políticas.
Los trabajos más importantes son: Los orígenes de la revolución y ¿Qué ha sucedido en la historia. Utiliza la
temática de análisis marxista.
Los marxistas utilizan dos conceptos aceptados por toda la historiografía: la Revolución neolítica y la
Revolución industrial.
HISTORIOGRAFÍA MARXISTA ALEMANA.
Los alemanes desarrollan una actividad importante consolidada tras la II Guerra mundial. De la Escuela de
Frankfort destacan Theodor W. Adorno y Horkheimer, autores de la Dialéctica de la Ilustración (1947), un
libro con el que renuevan la interpretación de la historia; superan y se apartan del dogmatismo soviético,
dando una visión más flexible.
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La II Guerra mundial hace que huyan a París y luego fuera de Europa, volviendo a Frankfort en el 46−47.
Tiene un sistema muy elaborado pero no llega a cuajar en la sociedad alemana.
El historiador Habermars continúa la línea de los anteriores. Otro autor destacado, W. Benjamín
(1892−1940), es el filósofo más importante de la Escuela de Frankfort. Se exilió de Alemania cuando los
nazis subieron al poder, huyó a París, donde le acorralaron y se suicidó. Al igual que Thompson, en su tesis
sobre Filosofía de la Historia denuncia el papel de la burguesía que desnaturaliza la idea de progreso.
Benjamín huye del concepto lineal de la historia, afirma que hay que huir de una historia lineal en una sola
dirección, que se justifica en los caminos recorridos, ignorando los posibles caminos que no lo han sido. Habla
de bifurcaciones, es decir, que se podría haber seguido un trayecto alternativo. Afirma que la burguesía
justifica esta historia unilineal porque es beneficiaria de ella, una visión histórica que es económica y
androcéntrica (varón, blanco, europeo). Habría que explorar las encrucijadas; supone un giro copernicano.
Benjamín propone que recuperar lo que se ha perdido, ponerse desde una mentalidad no europea. Está
anticipando lo que será la historia de la mujeres. Dice que el progreso ha resultado injusto en aras de la
ciencia. Avisa que a los historiadores de izquierdas que tienen que revisar sus puntos de vista porque no les
garantiza el éxito.
Entre los autores que revisan el marxismo destacan W. Benjamín, el húngaro Lúkacs Georgi, el alemán
Korch y el italiano A. Gramsci, que introduce nuevos caminos del marxismo, como su idea de hegemonía;
aunque las ideas de este autor no tienen un formulación teórica muy concreta, pero las directrices que marca
para la investigación histórica serán muy importantes para Italia y Europa.
Lúkacs escribió Historia y conciencia de clase y La destrucción de la razón, sus escritos tienen que ver con
la destrucción de la razón, pero cuando parece que sale del dogmatismo soviético, se desdice de sus escritos y
da marcha atrás. Los marxistas defienden que el progreso del capitalismo se basa en acrecentar las diferencias.
La caída del muro de Berlín y la desintegración de la URSS provocó la crisis del marxismo. Se cree que el
capitalismo ha triunfado sobre el socialismo. A pesar de que los historiadores no han admitido pertenecer a
una corriente marxista, las categorías de análisis marxistas han seguido utilizándose al igual que el concepto
de clase. En los 80 y 90 se produce la crisis de la historiografía marxista. No ha habido un relevo de estos
historiadores.
29/03/04
DEBATE SOBRE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
El primer historiador que menciona la Revolución francesa en estos términos es J. Jaurès en su obra Historia
socialista de la Revolución francesa, en ella trata de mostrar el trasfondo histórico y social de la Revolución,
relacionando el proceso con los enfrenamientos de clase. Labrousse dijo que Jaurès fue el primer historiador
de la Revolución francesa a la manera actual.
Tradicionalmente la Revolución francesa se ve como paradigma de revoluciones burguesas, el primero que la
calificó de esta forma a los acontecimientos que produjeron la caída del Antiguo Régimen fue Barnave.
Luego esta denominación fue tomada por Marx.
Albert Soboul (muerto en 1982), historiador marxista que fue catedrático de la Universidad de Sorbona,
escribió un libro muy significativo sobre la Revolución francesa, que recoge la interpretación más importante
de los últimos autores. Él entiende el proceso de la Revolución francesa como un desajuste de fuerzas
productivas y las relaciones de producción, que llevan a una confusión que se resuelve mediante una
revolución social al tiempo que hace surgir un oponente social a la nobleza: la burguesía. Es en este momento
cuando se acuña el concepto de Antiguo Régimen.
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En los años '50 hay una serie de historiadores que cuestiona el carácter burgués de la revolución, sobre todo
Cobban, Taylor y Palmer. Cobban escribe El mito de la Revolución francesa donde explica que el
feudalismo en 1789 estaba prácticamente acabado y el capitalismo agrario estaba muy desarrollado; para
Cobban los hechos revolucionarios no contribuyen a la Revolución sino que la retrasan y supuso un simple
cambio político de una monarquía absoluta a una monarquía liberal. A partir de este libro se cuestiona el
carácter de la Revolución francesa.
En el X Congreso de ciencias históricas (Roma, 1955) donde Godechot habló de unas revoluciones atlánticas
que hubo desde mediados del siglo XVI y el siglo XVII, estando fuera Rusia; se refería a una revolución
iniciada en Inglaterra a mediados del siglo XVII; de Inglaterra pasaría luego a Estados Unidos y de ahí a
Europa de nuevo (Países Bajos, Nápoles...) teniendo el epílogo en España y Portugal con Napoleón
Bonaparte. Se crea un modelo de revolución sólo válido para el mundo occidental, razón por la cual esta tesis
será muy criticada por los marxistas, que dicen que lo que hacía era legitimar el pacto atlántico de ese año, le
acusaron de occidentalista.
Se crean así dos formas de entender la Revolución:
En los '60 el historiador Furet, adscrito a Annales, relanza la polémica sobre la Revolución francesa;
distingue tres revoluciones dentro de la misma:
• Una revolución de la elites.
• Una revolución de la burguesía.
• Una revolución de los sansculottes (sectores marginales del tercer estado).
En esta línea dice que las revoluciones degeneran en la época del Terror y que la Revolución se debía haber
cerrado antes y no haber llegado hasta esta fase. En 1978 el libro de Furet, Pensar la Revolución francesa, en
él propone un replanteamiento de la Revolución francesa, fue muy bien visto en las universidades americanas
y españolas. Dice que la Revolución francesa acelera un proceso que queda cortado por el Terror, que invalida
el proceso. En la obra de Furet nunca se habla de lucha de clases, a pesar de las insistencias de los marxistas
en ello.
En los años '80, cerca del bicentenario de la Revolución Francesa, se vuelve a recoger esta tendencia. En 1986
en la revista Figaro magazine, un derechista, Pauwels, escribe un artículo donde ataca al historiador marxista
antiguo portavoz de izquierdas Max Gallo. Pauwels se refirió a los marxistas como decrépitos. Chaunú, otra
historiadora conservadora, apoyó a Pauwels en la crítica al marxismo y hace un estudio de las muertos que
hay en la Convención, poniendo en evidencia el Terror. Critica la brutalidad de la Revolución francesa.
También en los '80 irrumpió Vovelle que arremete contra las interpretaciones de Chaunú, porque dice que las
ideas de igualdad, fraternidad y libertad son ideas vigentes en las clases de hoy, y son demandas que siempre
reivindican las clases inferiores.
La postura de derechas o contrarrevolucionaria es más hostil al mundo moderno, dice que la Revolución
francesa fue un atasco económico en Francia, supone un proceso de antiindividualismo, y es sinónimo de
terror y atraso (Couharreu). Frente a esta postura, los izquierdistas dicen que la Revolución francesa supuso
el triunfo del humanismo liberal y las ideas democráticas y la petición de una mayor democracia por parte del
cuarto estado.
En el bicentenario (1989) se exponen tres posturas claramente definidas:
• Postura derechista. La Revolución francesa fue un cúmulo de asesinatos que se podía haber evitado y
además retrasó el progreso económico. No sirvió para nada y acabó con la Restauración monárquica.
• Postura marxista. Los ideales no acaban con la Restauración sino que calan en Europa y son germen de
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revoluciones posteriores.
• La llamada escuela crítica o revisionista. Es la postura intermedia. Entre sus partidarios está Faurès, que se
separa de la Vulgata marxista como de los contrarrevolucionarios. Faurès afirma que en el Terror se escribe
el Código civil. Dicen que la revolución se acaba ahí porque no hay más bastillas que tomar. Pero no
renuncia a ella y que hay que salvar los aspectos positivos en el Código de leyes civiles. Estos autores creen
que la Revolución francesa puede adaptarse. Se separan de los historiadores jacobinos, para los que la
revolución sigue siendo un fenómeno pendiente.
A partir de los años 90 prácticamente ya no se habla ni se publica nada sobre debate de la Revolución
francesa. El último modelo es la obra de Soboul que ha sido criticado pero no ha sido sustituido.
Jaurès dice que la Revolución francesa se ha quedado inconclusa. Chaleaubriad? Condena el sufragio
universal. Lefebvre está en la línea de Soboul (Annales; desfase entre clases). Los revisionistas se basan en
Tocqueville. El error de estas interpretaciones es que juegan con los futuribles con lo que hubiera pasado si...
30/03/04
TEMA 5. LA EVOLUCIÓN DE LA HISTORIA ECONÓMICA.
La historia económica nació con la propia economía concebida como ciencia moderna. Los mismos
científicos sociales se dedicaron a la vez a la historia y a la elaboración de las leyes por las que la economía se
regía. Los conceptos de historia y economía se hablan de forma conjunta a partir del siglo XIX. Adam Smith
con el libro tercero de La riqueza de las naciones (1776), pasaría por el primer historiador económico, al crear
una historia económica aplicada a la historia política; en ella arremete contra el poder absoluto. Son los
mismos protagonistas que revierten en lo mismo. A. Smith habla de la importancia de la división del trabajo.
Marx también hace historia cuando analiza la economía. Max Webber analiza el surgimiento del capitalismo
y también la religión en el avance del capitalismo. Dice que el protestantismo se basa en el valor del
individualismo y el trabajo pero el catolicismo es más sumisión y se minusvalora más el trabajo, se fían más
de la luz divina. Dice que esta es la razón por la que los países protestantes están más desarrollados.
Toynnbee tuvo mucho predicamento en su tiempo. Estudió las civilizaciones, con base en determinados
aspectos sociales. Influyó mucho tras la II Guerra mundial.
H. Pirenne se plantea la historia económica de Europa, analiza el papel del Mediterráneo: si hubo comercio
en la Edad Media o no.
Hasta la I Guerra mundial, se da mucha importancia a los aspectos económicos.
El austriaco Schumpeter es en gran parte responsable del pensamiento económico en la segunda mitad del
siglo XX. Habla de ciclos económicos: una fase A y una fase B, de recensión económica.
Keynes hace una predicación de fases de la expansión capitalista. Da soluciones para posibles crisis del
capitalismo. Dice que el problema de este sistema es que no es lineal, que tiene fases de expansión y
contracción, que se debe a la no−inversión, es decir, al ahorro.
Rostow, un economista que escribe sobre las etapas del crecimiento económico. A él se le debe una
explicación hace de las distintas etapas de capitalismo para demostrar que este sistema sigue siempre los
mismos pasos. Para él el capitalismo tiene 5 etapas:
• Economía tradicional. Desde este punto estudia las condiciones del país para dar el siguiente paso.
• Período donde se desarrollan las condiciones para el precapitalismo.
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• Etapa de take off o despegue es el escalón esencial para el desarrollo del capitalismo.
• Crecimiento autosostenido.
• Consumo de masas.
Entre los impulsores están Kontratiev, que hablaba de ciclos largos y Leontieff, ganador del premio Nobel de
economía, fue a Estados Unidos desde Rusia, con teorías colectivas.
HISTORIA ECONÓMICA EN ESTADOS UNIDOS.
El interés por cuestiones económicas derivó en los años sesenta hacia la corriente definida como Nueva
historia económica con una fuerte implantación en este país, en el cual no han sufrido las transformaciones de
Europa. Su preocupación fundamental fue la cuantificación de la historia; a través de ella se podrían explicar
el crecimiento económico, los cambios de renta por habitante o la productividad de los factores de producción.
Se marcaban distancias así con la vieja historia económica preocupada por múltiples problemas históricos. Por
ello se explica que esta tendencia, denominada cliometría, tuviera poca aceptación en sectores tributarios de
las corrientes marxistas y preocupados en conectar la problemática económica con las responsabilidades
políticas.
En Estados Unidos, en los años 40 y 50, la economía y la sociología tendían mucho a las cifras por lo que se
les ha llamado econometría y sociometría. De aquí surge la escuela cliométrica, con una carácter
empírico−cuantitativista. Los estadounidenses tienen interés por demarcarse de todo lo que huela al
historicismo europeo, a la que ven un tanto atrasada y decimonónica. Recurren a las cifras para darle
modernidad. La matematización de períodos
Esta utilización de cifras y series también se hace en Francia, es la época de la Histoire serielle o Historia
serial.
En torno a 1958, la New History se impone sobre la antigua historia económica, cuando los americanos se
centran en este tipo de historia. En los años '60 la historia cuantitativa tendrá su auge con un fenómeno de
matematización de fenómenos históricos, que se organiza en torno a la Social Science History; así surge la
New economy history −la historia como ciencia social−, para distinguirse de la Old economy history. Usarán
los censos de Philadelphia para estudiar la movilidad social.
Con la cliometría se pretende crear modelos formalizados que sirvan para explicar acontecimientos históricos.
Entre los historiadores más destacados están Conrad, Mayer, Foggel y David. Conrad y Mayer trabajan
sobre la esclavitud en Estados Unidos. Serán los estudios sobre la esclavitud los que cambian la
interpretación. Conrad y Meller dicen que la esclavitud no fue tan dura y no tuvo el alcance que se preveía en
un principio. Se plantean la esclavitud desde un punto más pragmático y tampoco hacen una calificación
mundial de la esclavitud.
Foggel y Engerman estudian primero el ferrocarril y luego la esclavitud en la obra Tiempo de la Cruz, que
analiza las plantaciones de los sureños. Se llega a la conclusión de que no todos los propietarios trabajaban
con mano de obra esclava (los pequeños propietarios solían trabajarla ellos mismos). De 1860 a 1865 unos
250 propietarios tienen todo el grueso de los esclavos. Esto será importante porque producirá la Guerra de
Secesión. Con sus estudios concluyen mediante el análisis de tablas que: la tasa de rendimiento de la
población negra es comparable a la de la maquinaria; la economía esclavista es altamente rentable; la
economía esclavista puede convivir con la economía urbana; aunque no existían los matrimonios con valor
jurídico, tenían núcleos familiares muy estables porque no se vendía un esclavo, sino la familia entera. Estos
autores analizan las condiciones físicas y psicológicas de los esclavos y las comparan con los obreros de las
fábricas en el Norte; dicen que incluso éstos pueden estar más explotados que los esclavos. Reciben críticas
por todas partes, pero tienen la validez de plantearnos la crítica del método.
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Foggel en su ensayo de historia econométrica Los ferrocarriles y el crecimiento económico en Estados
Unidos hace un estudio sobre los ferrocarriles y dice que si no se hubiera desarrollado este medio de
transporte hubiera sido otro como el fluvial. Para esto utiliza un aparato matemático cuantificativo muy
complejo. Los soportes que utiliza para sus trabajos son: la fe absoluta en el sistema económico capitalista, el
cual lleva a la modernización de los sistemas políticos, que el capitalismo posee leyes inmutables y que estos
métodos cuantificables se pueden utilizar para medir modelos económicos y sociales.
En 1979, L. Stone publica un artículo donde pretende el retorno a la narrativa. Es uno de los primeros en
criticar la metodología cuantitativista. Pone al mismo nivel a los cliómetras, marxistas y analistas.
La historia económica plantea otro modelo con varios focos:
• Historiografía francesa. En ella se unen la segunda y la tercera generación de Annales: Fouret, Chaunu,
Vouvelle, Vilar. Son cuantitativistas pero menos radicales que la cliometría de la New History.
• Escuela de Social History americana, con historiadores como Tilly o Landes? Que trabajan en la Social
Science History. Hacen historia socio−estructural. Los resultados han sido mejor aceptados que los de los
cliómetras. Es una historia social con cifras y lo ponen en relación con el clima, la antropología, el
analfabetismo...
En los años 80, en Estados Unidos hay una nueva escuela: la New Economical History, influenciados por A.
Smith y M. Weber, realizan estudios de economía aún vigentes.
TEMA 6. LA EDAD DE ORO DE LA HISTORIA SOCIAL.
La historia social se desarrolla sobre todo a partir de la II Guerra mundial. Hay un desacuerdo sobre qué es la
historia social y si se hacía antes de la II Guerra mundial. En los años 60 y 70 es su edad de oro.
En la Universidad de Pau se reunieron los historiadores exiliados de España para hacer debates porque aquí no
se podía por la dictadura. El historiador marxista, Tuñón de Lara trabajó exiliado en la Universidad de Pau,
en su obra Claves de la Historia social define la Historia social a su modo de ver, como una historia que
evoca multitudes, comunidades, y sobre todo el proletariado o campesinado, es decir, las clases populares con
sus formas de identificación de clase, excluyendo de algún modo a la burguesía; una historia que debía
superar la historia política y además criticar el proceso de la historia, la marcha de la humanidad. En Pau
reunió a todos los hispanistas, profesores y estudiantes para hacer un debate sobre la historia socia social que
no puede hacerse en España. Estos coloquios de Pau fueron un lugar de encuentro y discusión muy
importantes. La mayor parte de los historiadores españoles −como Fontana, Ledesma− han bebido de esta
fuente.
La historia social estudia demografía, clases y conflictos de clase, economía y mentalidades. Se pone el foco
de atención en lo colectivo frente a lo biográfico o lo individual, interesándose por formas de vivir, de
luchar...
La historia social se gesta desde los años 40. En la Escuela VI Altos Estudios de París, donde está Annales, ya
en el '46 hay trabajos que se denominan de historia social. En los años 50 hay unas revistas que tratan de ella.
En 1952 se crea en Inglaterra la revista Past and Present; en Estados Unidos se había creado un debate en la
revista Social History, otras revistas que lo tratan son History Workshop y Journal of social history.
¿Qué ha pasado para que haya una revolución? Después de la II Guerra mundial hay grandes cambios
económico−sociales, consolidándose dos grandes sistemas, el de la URSS y el del mundo occidental. Se
consolidan las democracias occidentales, una sociedad de bienestar, se generalizan las universidades (a las que
acuden los hijos de la burguesía), por ello la Historia está al alcance de más gente, pierde el sentido elitista
que tenía en la época de Ranke.
18
En los años 60 se produce el despegue de los marxistas a partir de la muerte de Marx. Se crean corrientes
historiográficas con el punto de arranque en las clases sociales. Tiende más a la comprensión que a la
narración, con atención a cómo han tenido lugar los procesos históricos.
La historia es un arma para el futuro, o como dice Febvre en Combates por la historia, es una historia para
combatir. Tiene una serie de ataques, la historia social se rebela contra la historia de las elites, contra la
historia política, en consonancia con las nuevas democracias, recoge la herencia de Voltaire, Micheler...
Trevelyan llegó a decir en 1944 en la English Social History que hay que hacer una historia sin política;
contra la historia especializada quieren huir de los historicismos. Pero los marxistas no han renunciado a la
política, esa es la diferencia entre marxistas e historiadores sociales.
Hay problemas para definir la historia social:
• La historia de los hombres que viven en sociedad. Así es como se empezó a definir pero los franceses
huyen del término social (Ej. P. Vilar, que la denomina historia total)
• Hobsbawm sí habla de la historia de la sociedad, enlazando así con Marx.
• La historia de la experiencia social de individuos o de grupos.
• La historia de la totalidad (Pierre Vilar).
• Todo el dominio de la historia perteneciente a la historia tradicional (A. Soboul).
• La historia es toda ella social (L. Febvre).
MÉTODO DE ESTUDIO DE LA HISTORIA SOCIAL:
Los marxistas empiezan por analizar el entorno material del grupo a estudiar; luego, las fuerzas y técnicas
productivas; la estructura económica; las relaciones sociales y, por último, las instituciones sociales.
Los historiadores de Annales siguen un método analizando: estructura, coyuntura y acontecimientos.
A lo largo de los años 70, la Historia social se especializa y se va diversificando en temas de interés; aparecen
nuevas revistas. En 1971, Hobsbawm hace un estudio donde intenta organizar la Historia social;
clasificándola en seis temas: 1) demografía y parentesco, 2) estudios urbanos, 3) las clases y sus conflictos, 4)
estudios de mentalidades, 5) transformaciones sociales, y 6) los movimientos sociales y de protesta. Luego
aparecen subdivisiones de estos grupos.
A la constante pregunta de qué es la historia social. A partir de los años 60 y 70 hay un interés de mostrar los
estudios de sociedad. Unos entienden la sociedad como una formación de individuos sin una relación
concreta; se centran en temas de estudios de individualidades pero sin haber cohesión, es muy parcial. Para
otros la historia social equivale a la historia del pueblo llano, se estudiaría en ella las capas populares. Un
tercer grupo la entiende como una estructura organizada sin perder la estructura global, superando las
individualidades. Esto tiene que ver con el estructuralismo. Para todos la sociedad es una estructura que se
estudia globalmente en bloque.
POLÉMICAS SOBRE LA HISTORIA SOCIAL
El estudio de las colectividades roza la sociología, por ello hay que desarrollar qué cosa es la historia y qué es
sociología.
E. Hobsbawm desde un punto de vista ¿individual o colectivo?
A. Gidders ha criticado a los historiadores sociales.
J. Casanova bautiza estas tendencias de holista o individualista, que serían las dos tendencias que distingue
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dentro de la historia social:
• Tendencia holista o cientifista. Es la que estudia la historia social desde el punto de vista de estructuras
sociales, despreciando las individualidades.
• Tendencia individualista. Se centran en los individuos y no en las estructuras.
Lo importante es que el historiador se fije en las causas, en los motivos del conflicto. El historiador social
debe tener un planteamiento ideológico claro.
SOCIOLOGÍA.
Los padres de la sociología son Marx, Tocqueville y Durkheim. El concepto de análisis social viene de
Weber. El sociólogo Compte fue el primero en acuñar el término de sociología intentando hacer una
separación. Llega un momento en que la historia social se interesa por la cuantificación (Le Roy Ladurie: sin
cuantificación no hay historia científica). Se toman puntos de la sociología, que estudia los fenómenos
sociales en el presente o en algún momento determinado.
Los conceptos de conflicto, cambio social, status... vienen de la sociología. Los primeros historiadores que
superan esta polémica son Bloch y Febvre.
La historia social, llega un momento en que se interesa por la cuantificación, naciendo así la historia social
cuantificada.
La evolución de la historia social se produce con dos formas: un cambio brusco y otro más pausado.
Los marxistas interpretaron la sociedad en un ritmo brusco. Marx establece esta teoría de interpretación de la
historia en su libro Contribución a la crítica de la economía política (1859). Por este camino siguen Gramsci
y otros marxistas. La edad de oro de estas interpretaciones son los años 60 y 70. Thompson, Soboul... son
historiadores sociales que sacan la mayor parte de los estudios de la historia social siguiendo el modelo de
interpretación marxista.
A partir de los años 60 y 70, la historia social se alimenta de otras disciplinas: antropología y estructuralismo.
La antropología, con Levy Strauss, dará un tipo nuevo de historia social; se establece la antropología cultural.
Hay grandes huellas de la historia social en Francia e Inglaterra, alimentándose del estructuralismo.
19−04−04
En Alemania la historia social irá más despacio; se mantiene la historia tradicional con Ranke y el
historicismo muy presentes; no renuncian a la historia política, por lo que no están a la cabeza. Tras la II
Guerra mundial, la mayor parte de los historiadores se preocuparon en estudiar cómo es posible que la historia
en Alemania haya degenerado en el nazismo. Cuando llega la historia social, será más estructuralista. En 1975
se publicará en Alemania Historia y sociedad, equivalente a Annales¸ impulsada por J. Kocka, Weheler y
Mommsem.
La historia social inglesa, sin embargo, tiene apego hacia el empirismo inglés y al individuo metodológico. En
Inglaterra no han tenido fascismo o movimientos obreros desmedidos; la historia social allí está unida a los
marxistas −Hill, Hobsbawm, Thompson− y a la revista Past and Present.
George Rudé es uno de los principales representantes de la historia social inglesa, es uno de los principales
representantes marxistas en Gran Bretaña y fuera del país. Le interesa la protesta popular; combina la
investigación de archivo con análisis cuantitativos. Renovó las tendencias historiográficas. En su obra La
multitud en la Revolución francesa (1959), tras el contacto que tuvo con Lefevre y Soboul, decía que le
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gustaba retratar a la muchedumbre preindustrial y cómo pasan del motín a la huelga.
Los ingleses no son marxistas dogmáticos, pero sí grandes eruditos.
HISTORIA SOCIAL EN ESPAÑA.
Llega con retraso a causa de que dictadura condena sus publicaciones pero también hay una autocensura
porque los investigadores temen que su trabajo sea prohibido. Se hace historia política muy nacionalista.
J. Vicens Vives es el único que hace algo de historia social. Con él se forman los historiadores sociales.
Artola es el primero en hacer estudios de clases. Tuñón de Lara es el más representativo, con Historia de la
clase trabajadora en España y Claves de la historia social empieza a sistematizarse la historia social en
España. Desmenuza los distintos tipos de grupos sociales y da pautas sobre la metodología que deben usarse
para hacer historia social.
Otros autores son J. Fontana y M. Pérez Ledesma autor de Cultura obrera en España.
Tuñón de Lara estableció un método de estudio en Metodología de la historia social en España en el que
habría que empezar por el estudio de las partes a estudiar y luego por el estudio de conjunto: donde se divide
un sistema descriptivo (es decir, describir los elementos del todo y cómo funciona el sistema) y un sistema
operacional. Aconseja un procedimiento de un estudio general para enfocar el sistema que desmenuza.
• Estudio demográfico: distribución de la población.
• Datos técnicos: técnicas y medios de producción.
• Centros de decisión: influyen en la mentalidad.
• Estudios de las elites: el personal de dirección (los cuadros de los sindicatos).
Tuñón es crítico con lo que hay hecho y lo que queda por hacer.
En conclusión, los trabajos de historia social tuvieron su momento álgido en los años 60 y 70, pero tras la
caída del muro de Berlín, da un bajón la historia social.
TEMA 7. CONOCIMIENTO HISTÓRICO O CONOCIMIENTO CIENTÍFICO.
Desde el siglo XIX hay un debate en torno a la historia y en torno a la historiografía. La historia se encarga de
estudiar el conocimiento histórico y la historiografía de cómo los historiadores han registrado la historia, de
las distintas corrientes que hay de ella. Los límites de la ciencia son difíciles de situar. Sólo la práctica
histórica y el método. Hay autores que prefieren hablar de humanismo descriptivo, de las crónicas, relatos...
21−04−04
Desde el siglo XIX se discute si la historia es una ciencia. Si la historia no es una ciencia, sí es un estudio
científicamente elaborado. Actúa con relación a unas reglas concretas. Tiene previsiones probables, con unos
elementos constantes.
La historia no tiene ese carácter universal de ciencia que tienen otras ciencias, pero sí puede llegar a
situaciones similares con las predicciones científicas. El historiador usa generalizaciones empíricas. Puede
llegar al mismo término que las ciencias. No se la puede considerar una ciencia positivista porque no tiene
leyes universales.
Gustar Doyssen en 1958 afirmó que las ciencias históricas formaban parte de las ciencias morales. La
historia versa sobre la realidad por lo tanto es una ciencia de lo real, es la historia de la sociedad. Esta realidad
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puede tener un planteamiento epistemológico de la realidad. Los límites de la ciencia son difíciles de situar.
Sólo la práctica histórica y el método. Hay autores que prefieren hablar de humanismo descriptivo que está en
las crónicas, en los relatos...
Arórtegui dice que la historia tiene regularidad, pero no tiene el 100% de resultados. La historiografía, según
algunos autores, debería de estar aparte de la Historia. Uno de esos autores es Koselleck, que dice que la
Historia no tiene una parte que se dedique a su conocimiento, que la historiografía va aparte.
Unos autores dan mucha importancia al método. Fontana está entre los que refuerzan el carácter científico
usando los números, los cliómetras, se piensan que así justifican que la Historia sea una ciencia.
Para ser una ciencia, la Historia tiene unos límites:
• Inmersa en unas coordenadas espacio−temporales.
• Trata de hechos individuales que pueden ser seriados.
• Tiende a elaborar una teoría.
• Desarrollar un método propio. Ese método debe poder comprobarse y contrastarse.
• Tender a la generalidad.
La tradición positivista defiende que la Historia es como otra ciencia. Y los que no son positivistas hablan de
ciencias del espíritu y de la naturaleza; son los dualistas. La Historia estaría dentro de las ciencias de la
naturaleza.
En el siglo XX apareció la escuela neopositivista que estableció la teoría de la verificación (Escuela de
Viena), consistente en verificar por repetición, es decir, que si algo se repite, se verifica. Para los
neopositivistas todas las ciencias tienen que ser iguales.
EL PROBLEMA DE LA TEORÍA DE LA HISTORIA.
En el siglo XIX, Voltaire, Hegel, Marx... han discutido sobre la Historia haciendo una filosofía de la
Historia. Los autores del siglo XX también han discutido sobre ella.
Para Hegel, los historiadores sobran, sólo importan los filósofos. Para Ortega, la Historia necesitaba una
historiología, es decir, una teoría general de las realidades humanas, que sería un equivalente a la
historiografía. Para Aróstegui, la teoría de la Historia es la teoría de la historiografía, la historia de las
distintas escuelas teóricas de entender la historia. La teoría de la historia es el estudio del tema por los
entendidos. Sería una historia del pensamiento.
EL MÉTODO DE LA HISTORIA.
Es lo que da validez científica al historiador. En historia, teoría y método, deben ir unidas. El método histórico
tiene que ir en relación con los fines. El método y el rigor con que se estudie son lo que da el carácter
científico a la historia. Entendemos por método la forma, el camino por el que llevamos a cabo la práctica
científica. Consiste en una serie de operaciones regulares por un sentido común y una observancia rigurosa del
procedimiento metodológico.
La historia está en continua revisión. El historiador puede crear el método. El método debe completarse con la
complementación de otras fuentes, y cuantas más variadas sean, y más contrastes pueda hacer el historiador,
más rico será el resultado. El historiador no sólo busca fuentes, sino que las crea. El historiador debe tener
cuidado con la espontaneidad. Tampoco puede dedicarse a transcribir las fuentes, sino que tiene que
analizarlas, contrastarlas y criticarlas.
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TEMA 8. LOS CAMBIOS DE ACTITUD SOBRE EL CONOCIMIENTO HISTÓRICO.
A partir del siglo XX, a partir de los '60, hay una polémica entre la historia secuencial y la profunda.
Los annalistas cuando surgieron estaban lejos de la historia narrativa. Luego, algunos de ellos sí optaron por
esta historia, como George Duby en su obra La batalla de Rouvines.
Le Roy Ladurie en Carnaval también en forma de narración hablaba del acontecimiento generalizador
(evenement matrice), un suceso matriz. Lawrence Stone incide en la polémica sobre la vuelta a la narración,
en el 1979 publica un artículo donde aboga por la vuelta a la narración (El retorno de la narrativa en la revista
Past and Present). En castellano hay dos versiones, una a parece en 1983: Rev. Debats nº 4.
Aboga por volver al relato, que no significa que se pierda seriedad. Dice que la historia se ha convertido en
una disciplina materialista determinista, cosa que hay que cambiar. Busca un método que dé carácter
científico a la historia. Cuestiona la cientificidad de la historia. Hay tres modelos de historia científica:
marxista, annales y cliometría. Han perdido su vitalidad, siendo muy esquemáticas. Dice que la historia cada
vez la hacen menos historiadores, que usan unos términos muy fríos y sólo para eruditos, sin llegar al público
porque se hace con un lenguaje complejo.
Paul Veyneé es un renovador de la epistemología histórica que en los años 70 insistió en el valor narrativo de
la historia, la considera superior a la literatura, ya que sus contenidos son verídicos y reales. La narrativa debía
ir unida de una vuelta a la subjetividad, aunque no se vuelve a una historia positivista o tradicionalista. Según
L. Stone, la historia narrativa se ocupará de los modos de vida de los pobres, y no de los ricos.
02−05−04
La reivindicación de la narrativa va unida a la idea de que el análisis de las estructuras no son suficientes para
entender los procesos históricos ni para dar respuesta a las causas que los generan. Que a veces una biografía
puede aportar tanta luz como una secuencia de precios o salarios. Es decir, la narrativa debería tener en cuenta
los aspectos subjetivos de los protagonistas de la historia.
Ahora bien, la vuelta a la narrativa no supone una vuelta a la historia tradicional, Rankeana o positivista.
Según Stone, la historia narrativa se ocupa de los itinerarios vitales, los sentimientos y los modos de
comportamiento de los pobres e insignificantes, no de los ricos y poderosos. Iggers dice que este giro de la
historia narrativa no rompe con los métodos científicos tradicionales, sino que los transforma. Stone publicó
en ese artículo (con más trascendencia que mérito) una diatriba contra la historia cuantitativa, de la
precisamente él proviene. Sus primeros trabajos fueron de este tipo; según recoge Aróstegui, quien es muy
duro con Stone, dice que él era un cuantitativista, pero de calculadora en mano.
En realidad los argumentos de este autor para reivindicar la vuelta a la narración son muy poco convincentes,
ya que de paso carga contra todo (contra la cliometría, el estructuralismo, el marxismo y todo lo que imperaba
entoces).
Stone no soportaba que los cuantitativistas dijeran que tenían una metodología, para él sería más preciso
hablar de una interpretación de la Historia y nada más. Les reprochaba el abuso de sistemas, métodos y
paradigmas que se fundaban en un sistema de cifras y datos y que explicaban en un lenguaje matemático que,
según él, no comprendían la mayoría de los historiadores. Los dos principales pecados a juicio de Stone tiene
la cliometría son la banalidad y la ilegibilidad. Stone decía estar asqueado por el marxismo de las
macroexplicaciones cuantificables y la serenidad de sus enunciados; también arremetía contra la cliometría
americana a la que acusaba de depender en exceso de las cifras y además de los recuentos demográficos de la
historiografía francesa.
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Aunque en su artículo sólo decía pretender denunciar una situación y no tomar partido, lo cierto es provocó
una polémica en la que se impuso la toma de partido por una concepción o por otra de la historia.
La falsa idea de que la historia narrativa es más inocente que la de las estructuras ha costado mucho
demostrarla. Tuvo que aparecer la corriente de la la historia desde abajo para que no se viera tan mal esta
corriente. Los partidarios de reivindicar la narración afirman que la historia de las estructuras es en cierto
modo una historia estática, y en cierto modo, ahistórica y si Braudel en su Mediterráneo consiguió convencer
fue porque al tercer nivel, el de los acontecimientos, le dedicó un amplio capítulo, más de lo esperado,
equilibrando a los anteriores a los que no se les veía demasiado sentido sin éste.
La narración como soporte de peso en la historia provoca una revisión en la idea de ciencia o en las relaciones
de la historia y la ciencia.
El cuantitativismo no se abandonó del todo. En la utilización de las series para explicar fenómenos sociales
existe una gradación. Hay autores que las utilizan de una manera determinante en su análisis, son el caso
extremo de los cliómetras y otros que engloban las cifras en su método más atento a otros factores.
La segunda y tercera generación de Annales utilizó las cifras y los datos para practicar una especie de historia
socio−estructural. Tal es el caso de Le Roy Ladurie, Furet o Chaunu, u otros como P. Vilar o Vovelle, que
se pueden considerar afines a esta escuela.
A finales de los 80, la revista Annales arremete contra la historia cuantitativista. En 1989, Bernard Lepetit
acusaba desde esta revista a los historiadores de que estaban más preocupados por conseguir datos y cifras que
de atender a los fenómenos sociales y afirmaba que la historia social no tenía por qué encontrar su
justificación en un instrumento tan frío y calculado como las cifras.
LA CRISIS DE LA HISTORIOGRAFÍA.
Este cúmulo de críticas y revisiones de las corrientes historiográficas que se seguían en Europa y América
desembocaron en una fuerte crisis de las ciencias sociales, en general, y de la historia en particular.
El cuantitativismo, el marxismo, la corriente defendida por Annales, el estructuralismo, etc. son cuestionados
desde todos sus ángulos. El modelo de estudio de las ciencias sociales se había quedado anticuado, había que
renovarlo. Los años 70 y 80 y la crisis de los valores ideológicos y las posturas políticas derivadas de la
evolución política de la URSS no son ajenas a este movimiento.
Se denominó a esta corriente crítica, Postmodernismo, sin delimitar claramente su contenido. A partir de los
80 no han cesado de aparecer líneas metodológicas nuevas que intentan dar salida a esta situación de crisis. En
el s. XXI todavía se sigue en esta línea.
El postmodernismo se basa en la negación de la validez de la racionalidad como pilar sustentador del progreso
social; a partir de esta premisa se habla del fin de la modernidad como dominio de la racionalidad y el
progreso, tal y como se entendía desde el siglo XVIII.
La Nueva Historia es aquella que siguen los nuevos historiadores que se sienten capaces de superar los
defectos de las corrientes que surgieron tras la II Guerra mundial. Al buscar nuevos caminos han tenido que
pagar el precio del cuestionamiento de la historia como disciplina científica y esta polémica se va a arrastrar
hasta final de siglo.
En esta línea es donde entra el giro lingüístico, que se basa en el protagonismo de los textos literarios. El
lenguaje pasa pues a ser el vehículo y la concreción de todo conocimiento.
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Las cuestiones planteadas en el giro lingüístico enlaza con el New criticism, la historia no se diferencia
esencialmente del relato ficción, tal y como afirma su principal representante, Hayden White. Según esta
corriente, lo que verdaderamente sucedió queda en un segundo plano, porque lo que de verdad hay es la
interpretación que hace el historiador. Esto nos lleva a poner de relevancia los términos verdad y
verosimilitud. De aquí se enlaza con el deconstructivismo de Derrida.
De nuevo estas corrientes nos llevan a la vuelta de la narrativa. La historia se comunica a través de un texto
narrativo y ese texto es lo que ha sido objeto de estudio en todas las escuelas historiográficas.
El trabajo del historiador es una representación del pasado que se concreta con la narración.
Para Paul Ricoeur la narración y lo narrado es un todo y no se puede separar. Lo que se discute ahora es si el
relato histórico es igual que el literario y si tienen la misma estructura. Los que defienden la narración en esta
línea niegan el carácter científico de la historia y sostienen el carácter autoexplicativo de la narración
histórica.
Para salir de la crisis de la historia se recurre a nuevas fuentes de estudio y a nuevos objetos. Surge ahora la
historia del cuerpo.
Michel Feher, Ramona Naddaff y Nadia Tazi, Fragmentos para una historia del cuerpo humano, 3 vol.
Taurus, 1991. Obra colectiva organizada en tres partes: la relación con lo divino, la psicosomaticidad y la
relación entre el órgano y la función. Otra corriente que surge es la ecología histórica, que intenta estudiar la
relación del hombre con el medio a través de historia.
04−05−04
TEMA 9. LA TERCERA GENERACIÓN DE ANNALES Y LA EVOLUCIÓN DE LA
HISTORIOGRAFÍA FRANCESA.
LA REGENERACIÓN Y TRANSFORMACIÓN DE ANNALES.
Tras un breve paso por el estructuralismo y una fuerte dependencia de los aspectos sociales de la economía, se
desarrolló una tercera generación de annalistas. Sus representantes más significativos fueron: Enmanuel Le
Roy Ladurie, Jacques Le Goff, Marc Ferro, George Duby y Pierre Nora, quienes trataron de abrir nuevas
perspectivas a la ya un tanto anquilosada Escuela de Annales, lanzando en 1978, la propuesta de una Histoire
Nouvelle, que partiendo de un cierto espíritu conciliador con la historia tradicional, reivindicaba los métodos
positivistas. La Histoire Nouvelle es un sistema muy jerarquizado; el modelo de Annales se había anquilosado
y ya no servía. Braudel quedó en un segundo plano, aunque siguió ejerciendo una influencia notable.
La tercera generación de annalistas sufrió un proceso de desatomización y policentrismo; aparecen nuevos
autores que dirigirán la revista. Los autores de la segunda generación se dedicaron más a los estudios
metodológicos. Los de la tercera sacaron obras colectivas como Faire de l'Histoire y La Nouvelle Histoire.
Los planteamientos de la escuela original fueron cuestionados. Se produjo una dura crítica entre los
historiadores del momento y un cuestionamiento epistemológico de la que salió muy afectada la disciplina.
A la cabeza de estos renovadores estaba Le Roy Ladurie, que ya había escrito el libro Montallou que le ha
consagrado. Con él están los mencionados anteriormente. Son nuevos historiadores vinculados a Annales, que
participaron en la renovación de la historiografía francesa, mostrando una tendencia a tener en cuenta otros
tiempos históricos y a no despreciar otras formas de historia, como la política, la cultural o la de mentalidades.
En 1989, a los sesenta años de la fundación de Annales, se planteó una renovación profunda tanto del ámbito
de influencia de los llamados annalistas, como de los postulados que durante más de medio siglo habían sido
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dominantes. En los años 80 hay una gran crisis del pensamiento europeo. Hasta ahora se pensaba que la
historia iba en un camino de progreso, a juzgar por los avances técnicos, pero esta evolución se empieza a ver
que no es sinónimo de una sociedad mejor. Así se pone en entredicho el paradigma marxista de continuo
progreso. Se impone la ley de mercado y se empieza a hablar de que hay un pensamiento único tras la caída
del muro de Berlín. Aparece una línea de pensamiento denominado postmodernismo.
La tercera generación de Annales también entra en crisis, al igual que la historia cuantitativa. Desde la propia
redacción, se criticó que la revista se hubiera dedicado casi en exclusiva a sacar artículos y se reivindicó la
función de lugar de experimentación y confrontación de las investigaciones en curso. La crítica también llega
al estructuralismo y al funcionalismo, que han dominado durante mucho tiempo las ciencias sociales y que
consideran a la sociedad como un objeto inmóvil, que puede ser medido y pesado por medios econométricos.
Hay una vuelta a la narración.
Partiendo del eclecticismo que en la actualidad caracteriza a los estudiosos históricos, la tercera generación de
Annales reconoce la inviabilidad de los modelos excesivamente cerrados, defendiendo un modelo mucho más
abierto y que no se encierre en categorías previamente construidas.
Desde posiciones muy cercanas al positivismo, Annales propone un tipo de historia inteligible que se
construya desde la investigación, por procedimientos de experimentación y desde una perspectiva
multidisciplinar. Los historiadores de Annales se dedicaron a estudiar, con métodos y técnicas innovadoras,
procesos de larga y media duración sobre marcos geográficos precisos. E. Le Roy Ladurie era considerado el
portavoz más extremo de esta tendencia, expresó terminantemente el sentido de este giro: la historia que no es
cuantificable no puede llamarse científica, la cuantificación ha condenado virtualmente a muerte la historia
narrativa de acontecimientos y la biografía individual.
El desarrollo de la historia cuantitativa tuvo frutos en el campo de la demografía y la economía histórica
(bautismos, testamentos, rentas, precios...) para la época moderna (siempre que se dispusiera de fuentes
suficientes y mínimamente fiables para confeccionar tales series). Aunque también se cayó en el fetichismo
del número y se hicieron trabajos muy malos con ese halo inefable de veracidad incuestionable que aporta el
dato.
Los annalistas de Tercera Generación van a provocar dos revisiones importantes: las mentalidades y la
historia política (las que más han perdurado).
La historia de las mentalidades diferencia entre ideología (sistema elaborado de creencias y conceptos que
explican el mundo a quien la sustenta) y mentalidad (conjunto de opiniones y creencias colectivas
inarticuladas, menos reflexivas y más populares y duraderas). Estuvieron muy influenciados por la psicología
social y la antropología estructural. Los temas que ahora interesaban eran, además del estudio de
producciones, precios, salarios, defunciones y matrimonios, se pasó al análisis de la actitud ante la muerte, el
bandidaje, los gustos de los lectores de libros, la piedad e impiedad religiosa, la sexualidad, la locura , el
ocio...
La supremacía de la historia económica y social en la escuela de Annales fue compartiendo espacio con una
historia de las mentalidades entendida como antropología retrospectiva de la cultura material y simbólica de
las sociedades. Sin caer en el fetichismo del número, los medievalistas G. Duby y Jacques Le Goff o el
modernista Michel Vovelle establecieron una relación estrecha entre el ámbito cultural y la sociedad.
Surgieron los estudios de historia de la cultura popular y las mentalidades en migajas, desprovistos de alguna
conexión con dimensiones sociohistóricas y con los mismos vicios y defectos de su colega serial. Alejados ya
del ideal braudeliano de la historia total, que Pierre Nora se ocupó de sistematizar en 1974: Vivimos una
Historia en migajas, ecléctica, abierta a curiosidades que no hay que rechazar.
Algunos autores que han tratado el tema de mentalidades son Michelle Vovelle, Furet, Duby, Ariès...
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05−05−04
Vouvelle en su obra Piedad barroca y descristianización (1973) En Francia hay un interés en demostrar que
es un país católico pero no tanto, la obra trata de cómo va perdiendo papel el cristianismo en la mentalidad del
común. Para ello, Vouvelle ha estudiado los estamentos, por lo que ha llegado a cuantificar pagos bautizos,
bodas, funerales... intentando cuantificar el nivel de las mentalidades. Estudian cómo la mentalidad se va
limitando.
Furet y Chartier en Cultura y la historia de la cultura estudian la lectura y la historia de la cultura. Furet
estudia el mercado de libros; Chartier estudia la historia de la lectura; cuantifica cuantos libros se escriben,
quienes los leen y llega a conclusiones importantes: no sólo los obispos leen.
P. Aries escribió La infancia y la vida familiar en el Antiguo Régimen y El hombre ante la muerte; es un
autor de la tercera generación, de derechas, muy conservador. El primer libro trata de estudiar la vida en el
Antiguo Régimen, explicando que la infancia es un invento posterior del siglo XIX, porque en el Antiguo
Régimen lo que había eran hombres pequeñitos con una actividad laboral igual que la de los mayores. Utiliza
fuentes cronológicas, de madres.... Le costó ser aceptado entre los historiadores, pero una vez aceptado,
asumió una vida nueva. Junto a G. Duby hará Historia de la vida privada que será aceptada por toda la vida
académica. Es un libro de mentalidades desde un punto de vista económico y social. Es un libro que se
construye en contra de los marxistas.
G. Duby en Los tres órdenes o el imaginario del feudalismo (1978) aparece el término imaginario entendido
como una realidad subjetiva. El imaginario sobrevive al propio sistema feudal. Tiene muchos puntos de
relación con la antropología. Abre la posibilidad de estudiar las mentalidades desde un campo que se acerca a
la psicohistoria.
Le Goff en El nacimiento del purgatorio (1981) trata de estudiar cómo la Iglesia católica va creando formas
para explicar determinadas situaciones. Dice que la creación del purgatorio tiene que ver con el surgimiento
de una mentalidad precapitalista. Estos libros tienen que ver con la revisión de la historia de las mentalidades.
10−05−04
Dentro de la historia política, hay libros fundamentales entre los que destacan:
• G. Duby, El domingo de Bouvines que trata una batalla medieval del 1214, a través de la cual se
estudia la visión que los franceses tenían de esa batalla.
• G. Duby, Guillermo, el mariscal donde hace un estudio de la vida medieval, cómo eran los torneos...
• Marc Ferro, Historia de la Revolución francesa; La historia de la revolución rusa; Historia de la I
Guerra mundial supone una nueva manera de analizar la historia política, analizando desde distintos
puntos de vista cómo evolucionará el armamento bélico, cómo se excavaron los túneles en el suelo.
Le Roy Ladurie, Montoillou, una aldea occitana estudia los protocolos notariales, los actos de la Inquisición,
cómo es la aldea en el siglo XIII, cómo es la vida pública y la privada, la herejía cátara en el Languedoc. Se
puede incluir dentro de la microhistoria. Estudia cómo queda enclaustrada la herejía de los cátaros, la cual dio
lugar a procesos inquisitoriales muy duros. Es un best−seller al igual que El queso y los gusanos de
Ginzburg. Supone el triunfo de la narrativa porque es muy asequible. Los libros de Ginzburg y Le Roy
Ladurie tienen mucho que ver con la antropología.
17−05−04
HISTORIA DE LAS MUJERES
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Se incluye dentro de la revisión de nuevos modelos de análisis. Es una nueva metodología. La década de los
'70 fue su auge porque coincide con la segunda ola de feminismo en el mundo occidental.
A partir de este planteamiento hay una apreciación nominalista: unos hablan de historia de la mujer y otros de
historia de las mujeres. Muchas mujeres creen que historia de la mujer es un término confuso por eso se
precisa como historia de las mujeres, porque lo primero es más abstracto, aunque autoras como ROSA
CAPEL afirma que sí se puede decir en singular. Ahora se discute entre los términos historia de las mujeres o
historia de género. El concepto de género ha sido definido por JOHN SCOTT que junto con VORDA
LERNER ha empezado a utilizar el concepto de género. Este concepto procede de SIMON DE BEAUVOIR,
que en la primera ola de feminismo afirma que no se nace mujer sino que se hace, es una construcción social.
J. LERNER defiende que el sexo es una realidad biológica de hombres y mujeres. El género es la definición
cultural de la conducta que se considera apropiada a los sexos en una sociedad y en un momento determinado.
En su obra La creación del patriarcado, Lerner dice que el patriarcado es una forma de organización donde
dominan los hombres que han generado unas categorías sociales que diferencian a hombres y mujeres. Es un
concepto relacional, no son categorías separadas.
La historia de las mujeres es complementaria. Y descubre, ilumina sobre el papel de las mujeres en
determinados momentos de la historia. Es un tipo de historia para descubrir el papel de las mujeres o para
descubrir el papel de alguna que se ha ocultado como puede ser el ejemplo de las mujeres en las órdenes
religiosas.
Pero la historia de género analiza comportamientos sociales y las relaciona entre hombres y mujeres, desde los
años '80 la historia de género ha tenido una gran aceptación en la comunidad científica.
La historia de las relaciones de género a partir de los '90 tiene una mayor aceptación. El punto de arranque
viene de los Woman studies o los Black Studies porque en los Woman Studies, la historia de las mujeres está
provocando una serie de cambios en la historiografía; no podemos decir que haya un solo enfoque porque
puede haber una historia de las mujeres desde un paradigma marxista, así que no obedece a un paradigma
único, puede también enfocarse desde un punto de vista feminista o no.
Esta removiendo un cambio en la historiografía tradicional, la periodización, la metodología. Hay
conocimientos y saberes que no han pasado por categoría de ciencia pero que tienen categoría científica:
sanadoras, parteras, son conocimientos biológicos que pasan de madres a hijas, demostrando que la ciencia es
algo más de lo que se hace en las universidades.
La historia de las mujeres cambia estos conceptos tradicionales.
18−05−04
El género es una categoría de relación entre los sexos, es una construcción social, que se hereda y difunde. La
historia de las mujeres puede cambiar la historia tradicional. Es una vuelta al sujeto tras la caída de Annales;
tiene que ver con aspectos multidisciplinares. Se cuestiona la idea de espacio y tiempo, ya que las mujeres
tienen ciclos vitales diferentes; está relacionado con el ciclo biológico de la maternidad. Las mujeres dominan
los espacios privados y los hombres, los públicos. La economía del hogar ha sido regida por las mujeres; y sus
saberes propios se han trasmitido en este hábito de madres a hijas.
Los cultural studies han abierto espacios nuevos de interés, el postmodernismo. Además ha prestado
importancia a las tendencias fuera de Europa: orientalismo, colonialismo... La historia de la cultura y la
historia de la política se resalta de una forma diferente. La historia de las mujeres rescata la historia subjetiva,
la historia de la cultura se ve con un sentido diferente y también la historia política; el concepto de ciudadanía
puede variar a la luz de la historia de las mujeres, porque es un concepto que aparece con las Revoluciones del
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siglo XIX (de súbditos a ciudadanos), el abate Sièyes pensaba en derechos de principios de ciudadanía pero
sólo para hombres. Olimpia de Gus? intentó reclamar lo mismo para las mujeres: los derechos para la
ciudadana. La Declaración de Séneca Falls se llevó a cabo por dos mujeres: Elisabeth Candy Stanton y
Lucrettia Mott que escribieron una declaración de sentimientos en un contexto de movimiento de igualdad
femenino que surgió unido al movimiento de liberación de los esclavos. Así la historia de las mujeres
cuestiona el concepto de ciudadanía porque no es para todos los humanos, sino sólo para los hombres.
El papel de las historiadoras se va reconociendo lentamente y se las encuadra en biografías, folckore, novela
histórica... Así el libro de Margarit M. Yourcenaur, Las memorias de Adriano es un verdadero libro de
historia pero encuadrado como novela histórica. La historia de las mujeres sirve a la historia social. Cuestiona
las relaciones entre reinas y reyes. Para la mayoría de la historia social se sirve de la historia de las mujeres; la
historia de las mujeres en historia social debe ir unido al concepto de clase. La unión entre concepto de género
y concepto de clase servirá para entender mejor la historia de los trabajadores. Surge una reflexión sobre el
concepto de trabajo, que al concebir su idea pensamos en un trabajo salariado, pero en el caso de las mujeres
hay que pensar en lo que supone trabajo, una actividad sea salariada o no. Al hablar de actividad no se
corresponde con un trabajo.
Mª Ángeles Durán ha hecho un trabajo midiendo en las tasas de actividad femenina cuantas horas de
actividad tienen cuidando las personas que tienen a su cargo.
Las fuentes orales son una fuente para el estudio de las mujeres porque da una visión no reflejada en los
estudios. Esto modifica o altera la historia tradicional, porque supone un replanteamiento de los textos
lingüísticos (el giro lingüístico). Se introducen elementos históricos como la idea de experiencia vivida.
Ejemplos de historia de las mujeres que han cuestionado el antropocentrismo:
− Natalie Simon David, Historia de las mujeres.
− G. Duby y Michelle Perrot, Historia de las mujeres.
− Luisa Paserini, Torino, clase operaria.
− Michelle Perrot, L. Tilly.
− Rosa Mª Capel y Mary Nash;
− Cristina Borderías que escribe sobre las mujeres en la telefonía.
TEMA 10. LA VUELTA AL SUJETO: LA MICROHISTORIA, ALLTAGSGESCHICHTE E
HISTORIA ORAL.
El interés por la narrativa y por el sujeto se concreta de nuevo en los años '70 en Europa y algo después en
Estados Unidos, buscando en la microhistoria. Estos movimientos tienen que ver con la crisis de la izquierda
en los '60 y '70, con la revisión de la explicación de la historia en los paradigmas del marxismo.
Evolución de la microhistoria desde su inicio:
• 1959. Primera vez q se nombra la microhistoria. En la Universidad Berkley aparece en un estudio
sobre la Guerra civil estadounidense, decía que había que estudiar cuestiones ambientales, es decir, el
medio ambiente que rodea los acontecimientos políticos.
• La primera vez que se plantea el tema seriamente fue la obra de Primo Levi, El sistema periódico
(1975), en ella hay un capítulo donde se trata qué podía ser la microhistoria.
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• Carlo Ginzburg, El queso y los gusanos (1975) es una obra que se publica en Italia. Es la vida de un
molinero que produjo gran conmoción entre los italianos. Hizo plantearse un desplazamiento de la
gravedad de las corrientes innovadoras de París a Italia. La influencia de Ginzburg ha durado mucho,
ha sido el libro más comentado. No hace teoría de la historia.
• Giovanni Levi si hace teoría de la historia. Coge un dato extraordinario como son las actas
inquisitoriales. Es un paradigma indiciario para establecer conjeturas.
11/05/04
Los microhistoriadores se convierten en una especie de detectives de la historia. La persona q más a teorizado
ha sido precisamente G. Levi. Los microhistoriadores tienen una gran difusión porque son grandes literatos,
por esa misma razón son apoyados por las editoriales como es la editorial Einaudi. No es una historia
tradicional; dicen que es otra forma de hacer historia y otra forma, y otra forma de interpretar el pasado. Sirve
para explicar la historia desde dentro. G. Levi marca unas pautas de definir objetos claros de la microhistoria.
No es una recreación historicista, esto hace que se acerquen a la microhistoria para elaborar trabajos
interesantes.
Entre las obras de G. Levi se encuentra La herencia inmaterial, que explica la herencia inquisitorial contra un
exorcista, estudia de esta forma el precapitalismo en el Piamonte. Otra de sus obras es Nuevas perspectivas de
la historia.
A finales de la década de los '70 la microhistoria se consagra como una historia serial que se entiende como
que se ha agotado ya. Para G. Levi, la microhistoria es una reducción de la escala de observación en un
análisis microscópico y en un estudio intensivo del material documental; para esto se sirven del método de la
antropología. Siguen el método de Clifford Geertz, un antropólogo modelo que sigue Levi; ellos buscan la
descripción densa, es decir, la señalización de matices en profundidad, necesarios para analizar de forma más
clara. Este análisis intenta dar sentido a unos determinados hechos pero que analizados de forma crítica dan un
sentido más amplio. Como se parte de un dato empírico en cierto modo rechaza la teoría total.
La microhistoria busca estudiar no la historia local, sino desde la historia local, partiendo de ella.
Grendi dice que toma las interpretaciones de gran escala y llegan a cuestionar todo lo cualitativo. Cuestionan
el marxismo y a Braudel, porque repiten los esquemas. Entre otras cosas, Grendi ha estudiado con Thomson
en Inglaterra el protagonismo de lo popular. Otro antropólogo famoso fue Polanyi, aunque éste que se acerca
al marxismo.
G. Levi en Nuevas perspectivas de la historia llega a definir unos rasgos que definen a la microhistoria. J.
Amelang se apoya en Levi, coincidiendo en varios puntos:
• Reducción a escala.
• La microhistoria enlaza con el debate de la nacionalidad.
• Hablan del indicio como paradigma científico o paradigma indiciario.
• El papel de lo particular.
• Atención al relato, a la narración para buscar la difusión, el contacto con el gran público.
• Los microhistoriadores definen el contexto en que se desarrollan.
• Rechazan el relativismo.
Ginzburg dice que la microhistoria ha de estudiarse en 3 niveles o planteamientos:
• Fuentes.
• Objeto de estudios.
• Método de conocimiento.
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Ginzburg propone el estudio de una fuente individual, anónima, no serializable que crea un paradigma
cognoscitivo, es decir, un ejemplo de conocimiento que se puede utilizar en otras situaciones. Habla de la
abducción, prefiere el método inductivo al deductivo. La realidad no es penetrable del todo y lo excepcional
no tiene por qué ser menos creíble que lo general. Ginzburg dice que el historiador debe ser inductivo y estar
abierto a la interdisciplinaridad. La microhistoria se acerca más a la historia cultural que a la de las
mentalidades.
La historia de las mentalidades busca lo común, mientras que la microhistoria busca lo concreto. Por ejemplo:
la mentalidad de un pueblo puede ser el ser cristiano pero un estudio pormenorizado puede apreciar que en
realidad su cultura mantiene rasgos paganos. Ginzburg rehuye el tema de la mentalidad porque puede ser un
concepto interclasista; es una cultura artesanal muy primitiva que enlaza con la Edad Media. En El queso y los
gusanos enfrenta la cultura artesanal con la predominante: la represión de las creencias religiosas que busca
imponer a Menocchio como mentalidad dominante cuando este tiene una mentalidad precapitalista;
Menocchio da un valor a la libertad de pensamiento. Nos lleva a plantearnos problemas de subjetividad:
praxis de los sujetos.
Natalie Zemon Davids hizo una historia de un hombre de la guerra civil norteamericana que se hace pasar
por Martín Guerre y vive como si fuera el padre de un hacendado, cuestionando la personalidad del individuo.
N. Z. Davids dice que el historiador debe dejar hablar al personaje, sirve para reconstruir el período que se
quiere relatar.
12/05/04
La microhistoria enlaza con el interés de los historiadores sociales. Les interesa más la historia de la cultura
que la de las mentalidades. Los historiadores alemanes no están muy preocupados por esto, han estado
apegados al positivismo, la que llaman la historia total, pasando de otras corrientes. No les interesa la
confrontación. Les interesa la historia de Alemania porque para muchos de ellos la historia del siglo XX está
abocada al nazismo. Kockha y Wehler son los historiadores sociales más importantes de Alemania. Aportan
algo más a la historia de Alemania; tratan de analizar la imperfecta modernidad de Alemania: cómo este país
ha impuesto un capitalismo feroz. Kockha es un teórico de la historia social. La historia nunca supone una
vuelta al neohistoricismo, se plantean la historia de Alemania acercándose a la microhistoria con un modelo
nuevo. La historia de la vida cotidiana pero utilizando un término alemán −altagsgeschische− para
diferenciarlo de la vida cotidiana de los franceses Aries y Duby.
Iggers dice de la altagsgeschische que es una fusión de la investigación microhistórica con las especulaciones
de la macrohistoria marxista aplicada a la gente corriente. Parte de Duby, pero los alemanes se alejan del
escepticismo de los Ginzburg, del relativismo... intentan comprender fenómenos sociales más densos.
Medick es un historiador marxista a la manera de E. P. Thompson, le interesa el sujeto con relación a las
formas de vida cotidiana pero partiendo del marxismo de Thompson.
Prefieren hablar de experiencias y no quieren ser confundidos con la vida cotidiana francesa. Se interesan
mucho por la protoindustrialización alemana. Le preocupaban dos cosas fundamentales: cómo la
industrialización ha afectado a los trabajadores, a la gente corriente. También los alemanes reflexionaron
mucho sobre las consecuencias de la Revolución industrial y cómo incidió en la gente.
Medick junto con otros historiadores son autores de La industrialización antes de la industrialización que
trata cómo influye en la gente corriente este proceso. El nazismo siempre es un tema vigente en esta corriente,
cómo sufrió el común de la gente el nazismo qué formas de resistencia había; este es un tema de preocupación
de los historiadores sociales.
[...]La historia del tiempo presente es una parcela de la historia contemporánea. Se ha empezado en Francia.
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Bedarida es uno de los profesores que tiene una formulación teórica sobre la historia del tiempo presente.
Para su estudio juegan las fuentes orales.
Josefina Cuesta, en La historia del tiempo presente define el tiempo presente como la posibilidad de análisis
histórico de la realidad social vigente que comporta una coetaneidad entre la historia vivida y la escrita de esa
misma historia y los propios historiadores. La historia del tiempo presente alcanza la esperanza de vida de una
persona. Para los franceses es la historia desde la II Guerra mundial hasta nuestros días. En España
entendemos desde la Guerra civil hasta hoy.
Empezó con fuerza en los '80 pero se desinfló porque ha recibido muchas críticas que afirman que hace falta
perspectiva para enjuiciar los hechos; el historiador tiene que tener más objetividad.
Bedarida dice que el historiador del tiempo presente tiene una gran responsabilidad porque forma conciencia
histórica. Es la historia reciente, inmediata y cambiante que se diferencia de la contemporánea en 3 elementos:
• Cronología y periodización. El historiador ha vivido los hechos. Historiador y hecho histórico tienen una
interconexión muy estrecha. Interferencia mutua. Existe una relación estrecha entre presente y pasado. Esta
relación presenta muchos problemas que el historiador tiene que resolver. La historia del tiempo presente
no está acabada y puede modificarse a lo largo del tiempo.
• En la singularidad relación continua presente y futuro. El estudio del presente está sometido a una mayor
variabilidad (el suceder, el discurrir).
• Por las fuentes y el método de estudio. Aquí juegan un papel muy importante las fuentes orales.
El problema de la memoria juega un papel fundamental. Se recurre a la memoria para reconstruir datos para la
memoria es para reconstruir datos. La memoria es selectiva la gente tiende a olvidar lo que no le interesa
recordar, o altera la realidad.
La memoria cuestiona la metodología convencional. Obedece a intereses colectivos. Se seleccionan
acontecimientos, se alteran y descubrimos realidades.
De la transformación de la realidad −subconsciente− descubrimos mitos que salen de la colectividad,
representan ansias, intentos de plasmar valores distintos. El mito es un lenguaje, y se opone al logos; plasma
reivindicaciones subyacentes de una realidad. El mito tiene una representación simbólica y tiene una función
social. El historiador debe ser capaz de identificar los mitos y comprenderlos e insertarlos en un discurso
histórico donde tomen realidad.
EL GIRO LINGÜÍSTICO.
El giro cultural
La historia cultural no es algo nuevo. En los '70 hemos visto la obsesión de las tendencias historiográficas por
volver a la narrativa. Se habla de giro cultural.
El primero que habla de esto es HUNT en Nueva historia cultural. A mediados del siglo XX hay un interés
muy grande por ver cómo se ha difundido la cultura. Por ejemplo, se ha estudiado la Historia de la lectura:
Libro y sociedad en la Francia del XVIII y Historia de la lectura (CHARTIER).
Estos autores estudian la lectura en sentido amplio igual cómo se lee y para qué se lee. Antes se leía en los
clubs y salones, y un mismo libro o pocos constantemente. En el siglo XX hay un proceso distinto: se lee
mucho y de forma individual. Los estudios sobre la lectura remiten a formas de pensamiento. Hay una
relación entre microhistoria y macrohistoria.
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MALINOWSKY hizo un estudio de la cultura que afecta a otras disciplinas (antropología...). Surge la
corriente de la historia del pensamiento, que centra su interés en textos literarios. Se escogen unas cuantos
textos, descontextualizan éstos y le dan un tratamiento distinto. Hay algunos textos que han tenido un peso
decisivo en la historia del pensamiento.
De esta historia de los textos sale el giro cultural, que hay que entender dentro de la crisis de los paradigmas
históricos clásicos. El giro lingüístico surge después de la II Guerra mundial. El capitalismo es imparable,
McCarthy si no ahoga toda forma los del giro lingüístico dice que es imposible saber lo que aconteció en el
pasado, sino que sólo sabemos lo que otros dicen que pasó. Lo que hay que hacer es quedarnos con el texto,
girarlo y sacarle el máximo jugo. JAMESON es el que empieza esta teoría (todavía no es muy conocido).
LYOTARD es otro autor posmodernista que anuncia lo que es el fin de la modernidad.
Los del giro lingüístico se basan en los lingüistas estructuralistas: NOAM CHOMSKY, SAUSSURE... según
ellos, lo que hacen es analizar, desmenuzar el texto para acercarnos a unas realidades lejanas. El giro
lingüístico pone en entredicho, critica todo el discurso historiográfico actual.
El camino nuevo de la historia ha de basarse en: a) Escritura b) Discurso y c) Texto.
FUKUYAMA, El fin de la historia ya no hay historia porque ya no hay discurso. Ahora hay pensamiento
único.
fotocop. M. Bloch: sobre la periodización en historia).
Ver segundo párrafo de la fotocopia de texto de tema 3: segunda generación de Annales.
Fotocopia adjunta.
A los historiadores marxistas se les empieza a llamar historiadores jacobinos.
E. Mitre, Historia y pensamiento histórico. Madrid,1997, p. 111
E. Mitre, Historia y pensamiento histórico. Madrid,1997. p. 100
E. Mitre, Historia y pensamiento histórico. Madrid,1997. p. 77
E. Mitre, Historia y pensamiento histórico. Madrid,1997 p. 111
La historia cuantificada mide variables que intervienen en un proceso histórico. Establecidas sus variables,
saca conclusiones sobre los datos. Aróstegui afirma que la Historia cuantificada se refiere a un modelo
matemático y en cuando se le da una explicación es cuando tiene el valor de interpretación de los fenómenos
históricos. A menudo esta corriente se le acusa de cientifismo, para mucho autores es una teoría floja, pero al
estar apoyada por tablas matemáticas parece que tiene un mayor cientifismo.
El término historia social no gusta a los historiadores franceses. Ellos usan la definición de Historia social.
Ver Peter Burke en Formas de hacer historia, el artículo de Roy Porter.
Esto fue reflejado en el libro de Carlo M. Cipolla en su libro Allegro ma non troppo, Barcelona, Crítica,
1991, que se tomó con mucho sarcasmo la crítica a este apego a las cifras.
Historia política que no es positivista.
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