100 MOTIVOS PARA IR AL ODONTÓLOGO 33 PARA HACER TRATAMIENTO DE CONDUCTO Canal radicular es la parte de las raíces de los dientes por donde pasa el conjunto de los vasos y nervios que conecta los dientes al sistema nervioso central. Se puede decir también, que es el espacio ocupado por la pulpa dental radicular. A consecuencia de caries no tratadas y que alcanzan el tercer grado (el primero es el esmalte, el segundo la dentina y el tercero la pulpa o conducto), cuando él aún se encuentra con vitalidad, penetrando en la cámara pulpar en forma de una invasión, contaminando esta región, la cual permanecería cerrada, sin contacto con el medio externo, si esto no sucede. Las mayores barreras de protección están en el esmalte y en la dentina. Cuando llega a la pulpa, la invasión es rápida y fácil, desencadenando el proceso de infección de los canales radiculares. Este es el momento en que los canales necesitan tratamiento, incluso porque, en su fase aguda, con los microorganismos clausurados en los tejidos, el dolor es intenso, llegando en muchos casos a ser insoportable. La primera parte del tratamiento de conducto es su desinfección, cuando se remueven los restos de pulpa con dentina infectada y otras sustancias extrañas de las paredes dentales. Esta etapa es mecánica, pero incluye la utilización de elementos químicos como el hipoclorito de sodio para el lavaje de los conductos. Se complementa el proceso con medicamentos para la acción degenerativa inductora de la formación de una capa dura de hidróxido de calcio para su protección. Se concluye el tratamiento con su obturación definitiva, etapa que sólo se da después del cierre provisorio luego de 24 horas para poder evaluar mejor el tratamiento realizado. De acuerdo a las necesidades de apertura del conducto, por la pérdida de dentina y esmalte, la obturación es realizada para permitir mayor resistencia al diente, a todavía para que el mismo pueda recibir una restauración metálica o servir de soporte para la confección de una prótesis apoyada en su estructura. El principal motivo para la realización del tratamiento de conducto es el hecho de no perder el diente. En los casos en que el tratamiento de conducto es hecho en tiempo hábil, se permite el aprovechamiento integral del diente ante una simple restauración. Si algunos dientes ya se perdieron, otros dientes serán utilizados para sujetar prótesis que repondrán los dientes perdidos. En estos casos casi siempre él se hace necesario para que no sucedan problemas después que la prótesis ya haya sido colocada habiendo que removerla para tratar los conductos. Otra ventaja del tratamiento de conducto, es el hecho de que un conducto tratado saca la vitalidad de aquel diente, o sea, este diente ya no tiene posibilidad de ocasionar dolor. Se debe pensar también que dientes infectados están esparciendo por el cuerpo, agentes infecciosos, justamente por nuestra puerta de entrada más directa, que es la boca y pueden desencadenar otros procesos infecciosos. Por esto motivo, conductos infectados deben ser tratados cuanto antes, incluso para evitar la etapa aguda, en que el dolor es latiente. Todos los Odontólogos aprenden a realizar tratamientos de conducto. Los conductos de los dientes anteriores además de ser unitarios son rectos y de tratamiento más sencillo. Los premolares tienen dos canales y los molares tres, en estos últimos resulta común los canales curvos a causa de que las raíces de muchos dientes son torcidas. Canales curvos y con canales secundarios son de tratamiento más difícil, motivo por el cual algunos profesionales optan por derivar este tipo de pacientes a especialistas. Los especialistas en tratamientos de conducto son llamados de endodoncistas y, normalmente, prefieren que los pacientes vengan indicados por sus Odontólogos para conocer de antemano lo que se pretende colocar sobre el diente que tendrá sus conductos tratados. El conducto sólo produce dolor si no es tratado. Una vez realizado el tratamiento, dejará de doler. Antônio Inácio Ribeiro