PRENSA Analisis las negociaciones con la UE , un hecho

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ANÁLISIS I
LA NEGOCIACIÓN CON LA UNIÓN EUROPEA:
UN HECHO DE ESTRATEGIA NACIONAL
(ANEPI) Ecuador tiene el derecho a abrir negociaciones comerciales con todos los
países y bloques del mundo, según Fander Falconí, ex ministro de Relaciones
Exteriores del Ecuador y ex titular de la Secretaría Nacional de Planificación y
Desarrollo (SENPLADES), y tiene que ampliar sus fronteras productivas, sociales,
geopolíticas y de alianzas estratégicas.
El punto clave en la actual negociación, según el ex canciller, es que la Unión
Europea generalmente ha trabajado con un formato clásico de Tratados de Libre
Comercio (TLC), lo que implica asimetrías y provoca vulnerabilidades a los países
que entran en estas negociaciones, especialmente a los que tienen menos
capacidad competitiva. Este es el caso del Ecuador y de un conjunto de países
latinoamericanos. Dado que el Ecuador persigue otro tipo de estrategia comercial
y otro tipo de estrategia de desarrollo productivo endógeno de acumulación
interna, no puede entrar en la lógica de negociación de los TLC. Por eso, ha
denominado a este proceso con la Unión Europea “Acuerdo Comercial
Multipartes”.
En esto coincide con Pedro Páez, superintendente de Control del Poder del
Mercado, para quien la negociación comercial que se está llevando con la Unión
Europea no es un Tratado de Libre Comercio. Para Páez, los TLC generan
procesos corrosivos profundos e irreversibles, como se está viendo en México con
el NAFTA.
El mal ejemplo de México y el NAFTA
Según Pedro Páez, en las regiones de la frontera norte de México ha habido un
aumento de la maquila, que ha hecho ricas a ciertas personas a costa del
sufrimiento de millones de otras, de la destrucción de territorios y del
desmantelamiento del tejido productivo, lo que ha conllevado al actual imperio de
los carteles mafiosos. Antes del NAFTA sí había ese tipo de actividades –dijo–,
pero existía una resistencia de las estructuras sociales y económicas. Estas
estructuras de resistencia fueron totalmente desbaratadas con el NAFTA y la
importación indiscriminada e insensata de productos propios y tradicionales de
México, sobre todo de maíz. Hoy México importa maíz transgénico subsidiado
desde los Estados Unidos.
Pedro Páez indica que, si bien en la Constitución ecuatoriana hay una serie de
provisiones muy importantes que apuntan a la protección de la producción
nacional y al fomento a la generación de empleo, en la ley existen ambigüedades
con las cuales hay que tener mucho cuidado.
Los puntos vulnerables
Fander Falconí señala vulnerabilidades delicadas para Ecuador en esta
negociación. En primer lugar, todo lo que tiene que ver con el tratamiento de
propiedad intelectual. También lo relacionado con compras públicas, “pues las
compras públicas, en el caso ecuatoriano, son enormes dinamizadoras del aparato
productivo y representan más que todas las exportaciones privadas (10 mil
millones de dólares anuales)”. “Si cedemos en la negociación y permitimos que
empresas europeas entren al Ecuador, se generarán vulnerabilidades en lo
referente al empleo”. Otros elementos sensibles tienen que ver con el tratamiento
que se le da a la inversión extranjera y lo referente a producción agrícola.
“Como vemos, hay un conjunto de líneas rojas que deben estar en el marco de la
actual negociación –expresa Fander Falconí–. Para ello hay un equipo negociador
que está representando los intereses del país. Los ciudadanos debemos estar
atentos a estas negociaciones para que no se vulneren estas líneas rojas”.
Diferencias entre los TLC y el Acuerdo Comercial Multipartes
Fander Falconí asegura que el libre comercio no existe en el mundo, que todo
comercio es regulado. “Los países ricos regulan su comercio y evidentemente
favorecen sus intereses, por ejemplo a través de los enormes subsidios que recibe
su agricultura para favorecer a sus productores locales”. Por esta razón –dice– se
dieron resultados nefastos para México en el Tratado de Libre Comercio que firmó
con Estados Unidos y Canadá. México hoy está importando productos agrícolas
que anteriormente producía, como cereales, carne vacuna, de cerdo y de pollo,
frutas y aceites. México vende cerveza a los Estados Unidos, pero importa desde
los EEUU toda la malta que se necesita para producirla. Se ha convertido en una
gran envasadora, pero ha perdido soberanía alimentaria al ya no producir un
producto estratégico como la malta. Igualmente ocurre con el maíz, con la
consideración de que el maíz es originario de ese país.
En el caso de Colombia, que firmó el TLC con los EEUU en mayo de 2013, sucede
que, luego de tan solo nueve meses, ha importado muchos más productos de los
EEUU y ha decaído su sector externo exportador. La balanza comercial
colombiana se ha deteriorado producto de ese TLC. Además, Colombia está
importando papas, cereales y cárnicos de los EEUU, lo cual le genera
vulnerabilidad a su aparato productivo. Por eso, hace poco hubo un paro
campesino que devino en violencia social.
“En los TLC clásicos las economías se liberan completamente suponiendo que se
va a alcanzar un grado de desarrollo en el tiempo”.
La negociación UE – Ecuador
La negociación comercial entre el Ecuador y la Unión Europea empezó siendo de
un bloque con otro bloque, el de la Comunidad Andina. La idea era que, al tener
enfrente a un conjunto de países industrializados, los países andinos tuvieran
mejores condiciones. El bloque andino lo constituían Colombia, Ecuador, Perú y
Bolivia. Este último país se retiró y fue entonces cuando la UE decidió desarrollar
un formato llamado Acuerdo Multipartes Comercial, en el que se realiza una
negociación comercial bilateral. Colombia y Perú terminaron de negociar un TLC
convencional, mientras que Ecuador se retiró de la mesa en el año 2009 porque la
UE imponía varas demasiado altas y porque nuestro país pedía que se resolviera
el litigio en torno al banano: nueve rondas de la OMC nos habían favorecido, a
pesar de lo cual la UE había hecho caso omiso de las resoluciones allí dispuestas.
Lo que se pedía era una baja de aranceles para que entrara de mejor manera
nuestro banano en la UE.
Hace algunos meses, el presidente de la República decidió reabrir las
negociaciones con la UE, para lo cual marcó una serie de líneas rojas.
Falconí considera que la Unión Europea tiene mucho peso para favorecer sus
intereses. En tanto que Ecuador tiene una política internacional soberana que se
ha expresado en acciones como la recuperación de la Base de Manta, el caso
Snowden, la apertura de relaciones con determinados países y otras. De cualquier
forma, la asimetría existe entre un bloque poderoso y nuestro país. Por esto la
negociación tiene un cariz político.
“Es cierto que tenemos un conjunto de productos que ingresan a la UE. Por ello,
es necesario negociar para que esos productos entren con mejores condiciones.
Pero tienen que resguardarse los puntos sensibles que se han anotado”.
El peso de la propiedad intelectual
En el ámbito de la propiedad intelectual hay muchos temas: patentes, salud
pública ligada a las patentes farmacéuticas, datos de prueba, denominaciones de
origen, uso de la biodiversidad, conocimiento público y otros. Según Falconí, esto
cobra un carácter mucho más estratégico en un país como el Ecuador que tiene
alta biodiversidad relativa. Esta biodiversidad genera información referente al uso
que se le dé: sea en descubrimientos en medicina o desarrollo agrícola, por
ejemplo. Como Ecuador tiene una biodiversidad no inventariada, aún no
explorada, tiene que negociar hasta tener la certeza de que no se vulnerarán sus
intereses.
La negociación y el cambio de matriz productiva
Ecuador se ha insertado en el mercado mundial desde el siglo XIX vendiendo
productos primarios: café, cacao, banano, camarón, productos con poco valor
agregado. La idea de un cambio de la matriz productiva es lograr una
diversificación de la especialización. Es decir, que el Ecuador exporte productos
industrializados, que tengan mayor valor agregado, que incorporen conocimiento,
innovación, ciencia alrededor de lo producido. Esto implica un momento de
transición en el que no se pueden perder los espacios comerciales que
históricamente hemos tenido. Entonces, hay que negociar precautelando que no
se vulneren las líneas rojas establecidas en función de preservar el futuro
productivo del país. La negociación no nos debe condenar durante otro siglo más
a ser país dependiente, mono exportador de materias primas.
El ex secretario de Planificación señala que uno de los talones de Aquiles que
tiene la economía del Ecuador es la balanza comercial. Nuestra balanza comercial
ha sido deficitaria desde que se dio la dolarización. “Si el Ecuador hiciera una mala
negociación, como sucedió con Colombia, podría generar una mayor
vulnerabilidad de nuestra balanza comercial y hacer explosivo el mismísimo
sistema de dolarización”.
“Esta negociación con la UE es emblemática en términos de las necesidades
productivas actuales y futuras del país, de los elementos sensibles que tienen que
ver con nuestro propio desarrollo y de la necesidad de que el Ecuador transite
hacia otro tipo de economía. Por eso, todo debe quedar absolutamente clarificado,
bien especificado, en función del interés nacional”.
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