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Panace@
Revista de Medicina, Lenguaje y Traducción
Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011
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Panace@ (<http://tremedica.org/panacea.html>), revista surgida a partir de la lista de debate MedTrad
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ISSN 1537-1964
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Secretario de redacción: Juan V. Fernández de la Gala
Consejo de redacción: Gonzalo Claros, María de Miguel, M.ª Blanca Mayor Serrano y Cristina Márquez Arroyo
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Diseño y maquetación: Miguel Ángel Beneyto y Juliana Serri
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Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Índice
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Revista de Medicina, Lenguaje y Traducción
<www.tremedica.org/panacea.html>
editorial
Fuentes de información en ciencias de la salud
en Internet
Hacia una visión perspectivista de la traducción
Vicent Montalt i Resurrecció
1
Rafael Aleixandre
traducción y terminología
El lápiz de Esculapio
Revisión de los términos del léxico psiquiátrico
de la vigésima segunda edición del diccionario de
la Real Academia Española y propuesta
de nuevos lemas (primera entrega: A-C)
La revisión médica
Juan Manuel Martín Arias Joaquín Valls Arnau
Joaquín Valls Arnau
121
La guardia
Joaquín Valls Arnau
19
121
El reparador de palabras
Juan Manuel Igea
Vocabulario francés-español de enfermedades
raras: errores innatos del metabolismo
Tamara Varela Vila, Elena Sánchez Trigo, Verónica Alonso
Ferreira y Ana Villaverde Hueso 121
Jugando a médicos
4
Glosario crítico inglés-español de documentos
de consentimiento informado
Pablo Mugüerza, Lida Barbetti Vros
y Lorenzo Gallego-Borghini, 112
122
Confesiones de un anticuerpo monoclonal
Pablo Mugüerza Pecker
125
35
Reseñas
Little Orphan Annie´s Eyes Nuclei (¿qué tienen
los ojos de la huerfanita?)
Karina Ruth Tabacinic 79
Sobre algunos de los tópicos que acompañan
a la comunicación científica y al género
de «divulgación»
Bertha M. Gutiérrez Rodilla
128
tribuna
¿Se debe usar el término accidente en el ámbito
de la investigación científica?
Montserrat Ruiz Pérez
Utilidad de la nueva Ortografía de la lengua
española para el profesional del lenguaje
84
Cuatro herramientas para cuatro actividades
profesionales. Recursos de Microsoft
Word para la redacción, traducción, corrección
y revisión de documentos especializados
José Antonio de la Riva Fort
Juan Manuel Igea
Tomás Pérez Pazos 98
102
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
142
• Cuando las palabras se convierten
en emociones
Gemma Sanza Porcar
108
140
• Una celebración de la interdisciplinariedad
José Antonio de la Riva Fort La introducción de un artículo científico original:
el minusvalorado corazón del estudio
Panace@ .
VIII Jornadas de Tremédica (Castellón, 2011)
• De concreción y densidad en Castellón
El traductor de patentes: de Sherlock Holmes
a James Bond
Fernando Rico-Villademoros y Teresa Hernando
138
Congresos y actividades
89
¡Cuídese del revisor!: Layperson y compañía
Maite Aragonés Lumeras
130
Inmunología para torpes
Ponencias de las Jornadas de Castellón
Juan Antonio Puerto Sebastián
José Antonio de la Riva Fort
Agenda
143
144
III
Índice
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semblanzas
Crisis: una palabra médica con mucho
éxito en otros ámbitos
Valentín García Yebra (1917-2010): adiós
al maestro
Pollux Hernúñez
Francisco Cortés Gabaudan
83
147
Orgasmo: la cólera y el placer sexual
Estanislao Lluesma Uranga: médico, profesor,
traductor y hombre de letras
Estanislao Lluesma Goñalóns
y Cristina Márquez Arroyo
Francisco Cortés Gabaudan
149
126
¿Quién lo usó por vez primera?
Biología molecular
M. Gonzalo Claros Díaz
139
entremeses
NUESTRO ILUSTRADOR
¿Quién lo usó por vez primera? Cromatografía
M. Gonzalo Claros Díaz
3
Nuestro ilustrador: Ricardo Barbetti
Juan Valentín Fernández de la Gala
156
Sobre mapaches, cangrejos, plurales
y determinantes posesivos
Juan Manuel Martín Arias
IV
82
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Héctor Quiñones
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Ana Resende
Cristina Fernández López
Blanca Mayor Serrano
Miguel Rodríguez Armentia
José Rodríguez Sánchez
Juanjo Arevalillo
Luisa Fernandez Sierra
María Emilia Meini
Ana María Atienza Díaz
Betty Galiano
María Teresa Miret Mestre
Ana Rubio
María Barbero García
Lorenzo Gallego Borghini
Claudia Mitchell
María Verónica Saladrigas
Lida Barbetti Vros
Ana Verónica García
José María Montero
Georgina Baró Graf
Cristina García López
Esther Moreno Barriuso
Ellen Bay
Gabriela Gasparini
Ana Moreno Cerro
Paloma Bellod
Daniel Hugo Gauna
Daniel Moura
José Bocic
Gary Giannelli Elson
Pablo Mugüerza Peck
María Isabel Bolívar Pérez
Diana Gibson
Laura Munoa
Silvia Borrás Giner
Emma Girau Cuxac
María Victoria Muñoz Carrasco
Yolanda Bravo Vergel
Silvia Gómez
Ana Muñoz Miquel
Olga Campos Andrés
Paz Gómez Polledo
Gabriela Nanny
Fernando Campos Leza
Suzana Gontijo
Carmen Navarrete
Tania Candas Castrillón
Claire Mary Graham
Fernando Navarro
Flavia L. Sampaoli
David Sánchez Ramos
Elena Sánchez Trigo
Rosa Sanz
Lucila Sanz González
Gemma Sanza Porcar
Esther Serrano
Barbara Shapiro
Karen Shashok
Gustavo Silva
Karina Ruth Tabacinic
Carmen Carbone Garbusi
Bertha Gutiérrez Rodilla
Alfonso Nevado
Iolanda Casacuberta Cantons
Heather Hamilton
Pilar Núñez Mayoral
Guido Castañeda Machiavello
Gilda Mercedes Harada Wakao
Cecilia Olmos Herbin
Tere Triana
Nora Torres
Martha Castilleja
Javier Hellín del Castillo
Laura Ordóñez Suárez
Miguel Turrión
Marta Cervera Areny
Francisco Hernández Crespo
Emilio Ortega Arjonilla
Arantxa Ubieta
María Luisa Clark
María José Hernández Weigand
Vie Ortiz
Elliott Urdang
Gonzalo Claros
Enara Hurtado
Consuelo (Chelo) Pascau Canales
Carmen Valledor Martínez
Jesús Clemente Llanos
Carmen Hurtado González
Sandra Paván
Concepción Vargas Juárez
Noelia Corte Fernández
Amancio Izquierdo Iglesias
Xavier Peña
Damián Vázquez
María Clara Covella
José María Izquierdo Tapia
Cristina Peña Martínez
María Inmaculada Vicente López
Maika Vicente Navarro
Martha Daza
Jarmila Jandová
Tomás Pérez Pazos
José Antonio De la Riva Fort
Susana Legradi
Emilia Picazo
Antonio Villalba
Rosa De la Rosa Sherman
Juan Julián León
Marcela D. Pinilla
Beatriz Villena Sánchez
María De Miguel Gallo
Fernanda Lozano
Mercè Piqueras
Núria Viver
Enrique Díaz de Liaño
Antonella Mannara
Núria Plá Plana
Silvia Wolf
Antonio Díez Herranz
Diego Manzano Hernández
María Dolores Planiol Conesa
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V
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Editorial
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Hacia una visión perspectivista de la traducción
Vicent Montalt i Resurrecció*
Desde distintos puntos de vista, dos hombres
miran el mismo paisaje. Sin embargo,
no ven lo mismo. La distinta situación hace
que el paisaje se organice ante ambos
de distinta manera. Lo que para uno ocupa
el primer término y acusa con vigor todos sus
detalles, para el otro se halla en el último
y queda oscuro y borroso. Además, como las
cosas puestas unas detrás de otras se ocultan
en todo o en parte, cada uno de ellos percibirá
porciones del paisaje que al otro no llegan.
¿Tendría sentido que cada cual
declarase falso el paisaje ajeno?
José Ortega y Gasset: El tema de nuestro tiempo.
La pregunta que cierra la cita abre un universo de respuestas y más preguntas en torno a la comprensión de uno mismo y
del otro. Además, apunta hacia algunas cuestiones fundamentales sobre la traducción, en particular, la relación con el otro,
ya sea el autor original, el lector meta, el cliente, el editor, otro
traductor, un experto en la materia del texto o cualquier otro
agente implicado en el proceso de comunicación.
No hay manera de conocer la realidad si no es desde una
perspectiva concreta, que limita ese conocimiento al tiempo
que lo posibilita. El acto de conocer, pues, va intrínsecamente
ligado a la limitación que impone la perspectiva. Una limitación que no ha de verse como un problema, sino como una
cualidad del conocimiento de la realidad. Como dice el filósofo, «La perspectiva es uno de los componentes de la realidad.
Lejos de ser su deformación, es su organización».
Las perspectivas pueden tener muchas dimensiones. Una
civilización, una cultura, una nación, un movimiento social,
un partido político, una tendencia artística, una escuela de
pensamiento, una profesión, una disciplina académica, etc.,
perciben la realidad desde perspectivas concretas y diferenciadas del resto. Ortega y Gasset llega hasta el individuo, que
es donde radica la esencia de la cuestión: «Cada vida es un
punto de vista sobre el universo. En rigor, lo que ella ve no lo
puede ver otra. Cada individuo [...] es un órgano insustituible
para la conquista de la verdad».
Traducir teatro me permite ver que los dramaturgos son
los verdaderos expertos en puntos de vista: cada personaje
se podría definir como una perspectiva individual sobre ese
mundo co-creado y compartido con los demás personajes.
Su trabajo consiste fundamentalmente en construirlas, en entrelazarlas, en explorarlas y explotarlas hasta sus límites, en
hacerlas converger y divergir. Y una de las enseñanzas del
teatro es que cada personaje es único y lucha por su existencia, pero esta depende de la existencia de los demás, ya que es
una parte integrante de un todo más complejo que trasciende
al personaje individual. Del mismo modo, en una orquesta
cada cuerda defiende su partitura, que es diferente a las demás, pero sabiendo que sin las demás cuerdas quedaría en un
vacío absurdo y no tendría sentido su existencia. Este sentido
de orquestación y dialogismo tan consustancial al teatro y a
la música está en la esencia del perspectivismo que pretendo
acercar, como pretexto para la reflexión y el debate, al terreno
de la traducción.
Así pues, el problema está, no tanto en la limitación que
impone la perspectiva, sino en que a menudo estamos tan inmersos en nuestra perspectiva que llegamos a ignorar o rechazar el hecho de que hay más, muchas más perspectivas.
Y esta actitud puede hacernos confundir la realidad con la
perspectiva propia, ya sea individual o compartida.
Bien meditados, estos pensamientos orteguianos suponen
un reconocimiento y una reivindicación, en primer lugar, de la
diversidad (cultural, lingüística, social, histórica, etc.); y, en
último término, de la interdependencia, la complementariedad
y el diálogo entre personas, sociedades, culturas, lenguas, etc.,
dos pilares fundamentales de cualquier aproximación a la traducción. Asimismo, constituyen un potente antídoto contra
todo tipo de visiones absolutas, dogmatismos y polarizaciones a los que, lamentablemente, nos estamos acostumbrando,
no solo en el ámbito político e ideológico, sino también en el
profesional y académico. También contienen una defensa del
individuo y su libertad de pensamiento frente a la obediencia
ciega a la autoridad indiscutible otorgada al otro, que es el
reverso de la moneda de la negación del otro. Ni la obediencia
ciega a la perspectiva del otro ni su negación parecen ser el
camino para conquistar la verdad, algo que, por cierto, también incumbe a los traductores.
Estas iluminaciones del autor de Miseria y esplendor de
la traducción suscitan algunas reflexiones en torno a la importancia de desarrollar una visión panorámica, dinámica,
flexible, integradora, dialógica y holística en el ámbito de la
traducción y la traductología; en definitiva, una visión perspectivista.
El primer aspecto que me gustaría resaltar es que existe
una cierta ambivalencia en la actividad traductora en lo tocante a las perspectivas. Por una parte, inevitablemente producimos y consumimos traducciones, cada cual desde su perspectiva personal concreta. De ahí que no haya dos traducciones
del mismo original iguales, ni que el mismo texto (sea original o traducción) sea leído exactamente igual por dos lectores distintos, por muy pretendidamente neutro que parezca el
lenguaje, ya que para leer, comprender e interpretar no basta
* Director del Máster en Traducción Médico-Sanitaria de la Universidad Jaime I, Castellón (España). Dirección para correspondencia: montalt@trad.uji.es.
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1
Editorial
con las palabras sobre la página (ni con una máquina que las
procese a través de complejos algoritmos). El tiempo y el espacio en los que vivo determinan, en gran medida, mi manera
de conocer y relacionarme con el mundo, de intercambiar experiencias con los demás, de co-crear el conocimiento de lo
que me rodea y me es relevante.
Por otra parte, traducir es, intrínsecamente, cambiar de
perspectiva de manera constante. Cuando traducimos, nos exponemos a ­—y realizamos— múltiples giros de perspectiva de
diversos grados y magnitudes. A continuación, comentaré brevemente, y a título meramente ilustrativo, algunos de ellos.
Si nos asomamos al funcionamiento de las metáforas, tan
habituales en la comunicación científica, comprobamos que
nos sitúan en perspectivas cognitivas y culturales específicas
desde las que captamos la realidad de una manera determinada y no de otra. En el siguiente texto se proporciona una
explicación de las células en los siguientes términos: «[cells
are] basic building blocks of living organisms, and the cell
can be pictured as a very complicated factory of life. In order to maintain an effective internal regime and to prevent
inappropriate attack by external factors, the cell needs quality
control mechanisms to identify, correct and prevent mistakes
in its ongoing processes» (citado en Brown, 2003: 149). Las
células son fábricas cuyas fuentes de energía son las mitocondrias. Los controles de calidad son fundamentales para
asegurar el funcionamiento correcto de estas fábricas. En esta
descripción, las metáforas sirven para incidir sobre determinados atributos considerados relevantes desde la perspectiva
tomada y para obviar otros considerados menos relevantes o
simplemente irrelevantes, pero no por ello inexistentes.
En el ámbito de la construcción global del texto y su funcionamiento, las perspectivas sociocomunicativas determinan
la forma que adopta el mensaje, así como la función que desempeña. Por ejemplo, cuando se desarrolla y comercializa un
medicamento nuevo, se redacta una ficha técnica o resumen de
las características del producto concebido para usos profesionales. A su vez, se genera un prospecto de medicamento para
pacientes que contiene en esencia la misma información, pero
resumida y adaptada a unos lectores y usos comunicativos totalmente distintos. Normalmente, el laboratorio en cuestión
publica una nota de prensa del mismo medicamento para presentarlo en sociedad a través de los medios de comunicación.
Además, es frecuente que se publicite dicho medicamento en
catálogos o, en algunos casos, incluso en anuncios radiofónicos y televisivos. Esta gama de géneros textuales es buena
muestra de cómo la forma textual depende de la perspectiva
sociocomunicativa que se adopte.
Encontraríamos otros muchos ejemplos de giros de perspectiva en fenómenos como la sinonimia, la polisemia, las estructuras de tema y rema, las voces activa y pasiva, las formas
verbalizadas y nominalizadas, las estrategias de formalidad y
proximidad con el lector, las estrategias de terminologización
y desterminologización, los grados de modalidad epistémica y deóntica o las estructuras argumentativas de los textos,
entre otros.
Ya en el proceso de trabajo, cuando leemos el texto original, nos situamos en la perspectiva del autor. Y desde allí
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intentamos recorrer el paisaje que se nos ofrece (tanto dentro
como fuera del texto) y cuyos principales protagonistas son el
autor y el lector y, claro está, sus circunstancias. El recorrido
por los aspectos externos al texto requiere un esfuerzo cognitivo de proyección en tanto que a nuestro alcance solo tenemos palabras, y solo a partir de ellas intentamos reconstruir la
interacción entre las personas en situaciones comunicativas y
contextos determinados, así como inferir sus intenciones, sus
propósitos, sus actitudes, sus sistemas de valores y creencias.
El recorrido interno por los contenidos del texto (narraciones,
descripciones, argumentaciones, etc.) reclama igualmente un
esfuerzo de proyección en el que a través de las palabras captamos una realidad no presente. En este sentido, el lenguaje es
presencia de lo ausente.
También nos ubicamos en la perspectiva del lector a quien
se dirige el texto original para intentar captar cómo las palabras van más allá de ellas mismas y apuntan al mundo de
quien las percibe sobre la página, de quien las necesita, de
quien las busca para dar pasos, para avanzar, para conseguir
sus propósitos, que van desde lo más prosaico a lo más trascendente.
En una siguiente fase, nos instalamos en la perspectiva de
quien escribe e intenta expresar en la lengua meta todo lo captado en las perspectivas anteriores. Además, nos asomamos,
en una especie de simulacro, a la realidad recreada en el texto
meta desde la perspectiva de su futuro lector, cuya existencia
se inscribe en unas circunstancias sociales y culturales totalmente distintas a las del lector del texto origen. Y, una vez
más, logramos este giro de perspectiva gracias a un esfuerzo
de proyección, que nos permite recrear la realidad a partir de
las palabras.
En este sentido, nuestro trabajo como traductores puede
describirse como un proceso de cambio constante de perspectivas en el que no podemos limitarnos a una de ellas en
particular, sino que necesariamente hemos de explorarlas y
combinarlas todas para poder tomar decisiones acertadas.
Pasemos ahora a otro nivel: el campo socioprofesional
de la traducción médica y cómo se estructura. Una vez más,
nos encontramos con múltiples perspectivas relativas, por
ejemplo, a la delimitación del objeto en sí. Desde algunas
de ellas, la traducción médica se limita a la traducción de
textos altamente especializados dirigidos a los profesionales
de la salud y toda la atención se centra en los problemas
terminológicos. Desde otras, el alcance es mayor y se abarcan la educación de los pacientes y la divulgación social a
gran escala, dando más visibilidad a los problemas derivados de las asimetrías de conocimiento. En tiempos recientes
han surgido nuevas perspectivas que intentan dar cabida a
nuevos fenómenos, como, por ejemplo, la traducción y la
mediación/interpretación entre pacientes procedentes de
otras lenguas y culturas y el personal sanitario en contextos
hospitalarios, en los que se hace especial hincapié en resolver determinadas divergencias antropológicas y visiones del
mundo; o la traducción de géneros audiovisuales de contenido médico-sanitario con función de mero entretenimiento,
como House, donde se pone el acento en cuestiones relativas
a la adaptación cultural.
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Editorial
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El campo socioprofesional de la traducción médica plantea otro aspecto de gran interés en lo que concierne a las perspectivas disciplinarias. El debate de quién traduce mejor un
texto médico es ya obsoleto. Pero no lo es el hecho de que
en traducción médica confluyen profesionales procedentes de
diversas disciplinas académicas, sobre todo la traducción, la
filología, la lingüística, la medicina, la biología, la farmacología y otras áreas de conocimiento afines. Dicha confluencia
no siempre se ha producido o se produce de manera armónica.
Cada traductor, desde su perspectiva disciplinaria (sistema de
conceptos y valores) percibe una parte de la realidad con mayor detalle y nitidez y tiende a obviar otras partes igualmente
importantes. De entrada, un médico que traduce profesionalmente tenderá a percibir en un primer plano los contenidos,
los conceptos, el valor factual del texto, mientras que un traductor formado como tal tenderá a enfocar su atención en
aspectos lingüísticos, estilísticos, comunicativos y culturales.
La cuestión fundamental es que ambos tipos de conocimiento
son complementarios e igualmente necesarios.
En este sentido, el reto de la traducción médica está, en mi
opinión, en saber conjugar las diversas perspectivas disciplinarias y aprovechar lo mejor de cada una de ellas. Y no solo
para la práctica profesional, donde la colaboración y el diá-
logo son fundamentales, sino también para diseñar e implementar programas tanto de educación como de investigación.
La solución y el avance no están en una sola perspectiva, aislada de las demás. El terreno fértil, la panacea, están,
entiendo yo, en la retroalimentación entre la gran diversidad
de perspectivas y en la capacidad de trasladarse de una a otra
para explorar sus potencialidades y sus relaciones de interdependencia y complementariedad. Es así también como, en
último término, avanza la ciencia.
En conclusión, regresando a la pregunta de Ortega y Gasset, no tendría sentido negar, ignorar o menospreciar, las diversas perspectivas desde las que se puede observar y conocer
la traducción médica en toda su amplitud. La suma de todas
ellas es lo que constituye su naturaleza interdisciplinaria y
también su potencial y atractivo tanto profesional como académico.
Bibliografía
Brown, T. (2003): Making truth. Metaphor in science. Urbana, Chicago:
University of Illinois.
Ortega y Gasset, J. (1983): «El tema de nuestro tiempo», Obras com­
pletas, III. Madrid: Alianza.
¿Quién lo usó por vez primera?
Cromatografía
M. Gonzalo Claros Díaz
Universidad de Málaga (España). Dirección para correspondecia: claros@uma.es
En 1952, los británicos Archer J. P. Martin y Richard L. M. Synge recibieron el Premio Nobel de Química por la descripción, aplicaciones y variaciones de la cromatografía. Estos científicos, a partir de 1941, empezaron a desarrollar distintas
formas de cromatografía, tanto al variar la fase móvil (líquida, de reparto, de gases) como al cambiar la fase inmóvil (sílice y
distintos silicatos, papel, capa fina) o al utilizar diferentes composiciones de los disolventes de la fase móvil. Pero no fueron
ellos quienes describieron la técnica por primera vez, ni quienes le dieron su nombre. Tal honor debe recaer en el botánico
ruso Михаи́л Семёнович Цвет (Mijaíl Semiónovich Tswett [también Tsvett, Tswet, Zwet, Cvet]) (1872-1919), quien en
1903 empleó una fase inmóvil de polvo de tiza (carbonato de calcio) y una fase móvil de disulfuro de carbono para separar
los pigmentos vegetales que estaba estudiando. Se le ocurrió introducir la tiza en una columna y luego hizo pasar por ella los
extractos vegetales que contenían los pigmentos que deseaba purificar (clorofilas [verdes], carotenoides [naranjas] y xantofilas [amarillos]). Observó que se podían separar muy bien los colores (pigmentos) en forma de anillos a lo largo de la columna,
pero no bautizó aún la técnica con ningún nombre en el artículo que publicó en ruso al respecto. Utilizó por primera vez el
término cromatografía, del griego χρῶμα, -ατος (croma, -atos) «color» y -γραφία (-graphia) «escritura», que quiere decir
«escritura en colores», en 1906, en el segundo artículo que ese año envió a la Berichte der Deutschen Botanischen Gesells­
chaft (Revista de la Sociedad Botánica Alemana). Su propuesta fue (traducida al inglés1):
Like light rays in the spectrum, the different components of a pigment mixture, obeying a law, are resolved on
the calcium carbonate column and then can be qualitatively and quantitatively determined. I call such a preparation
a chromatogram and the corresponding method the chromatographic method.
Curiosamente, otros piensan que en la mente de Tswett, cromatografía querría decir «escritura de Tswett», dado que su
apellido significa en ruso ‘color’. Nos quedaremos con la incógnita.
1. L. S. Ettre (2003): «M. S. Tswett and the invention of chromatography». LC-GC North America, 21 (5), 459-467.
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Traducción y terminología
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Revisión de los términos del léxico psiquiátrico
de la vigésima segunda edición del diccionario de la Real
Academia Española y propuesta de nuevos lemas
(primera entrega: A-C)
Juan Manuel Martín Arias*
Resumen: Después de revisar los términos del léxico psiquiátrico que figuran en el Diccionario de la Real Academia Española
(DRAE), hemos encontrado un gran número de lemas obsoletos, mal definidos o ausentes. En este artículo, proponemos añadir
nuevos términos psiquiátricos a la próxima edición del DRAE y definir los términos ya existentes de forma más clara, precisa
y actualizada. La presente entrega contiene las entradas de la A a la C.
Palabras clave: lexicografía, terminología, Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, DRAE, psiquiatría,
léxico psiquiátrico, términos psiquiátricos, terminología psiquiátrica.
A review of the psychatric lexicon in the twenty-second edition of the dictionary of the Royal Spanish Academy and a
Proposal for new terms to be added to the next edition (first installment: A-C)
Abstract: Upon reviewing the Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), we found that many of the terms used in
psychiatry are obsolete, poorly defined or missing altogether. In this article we propose new psychiatric terms to be added
to the next edition of the DRAE, as well as clearer, more accurate and updated definitions for those terms that are currently
included. This installment covers the entries from A to C.
Key words: lexicography, terminology, Royal Spanish Academy, dictionary of the Royal Spanish Academy (DRAE), psychiatry, psychiatric lexicon, psychiatric terms, psychiatric jargon.
Panace@ 2010; 12 (33): 4-18
Introducción
Hemos revisado los términos del léxico psiquiátrico que
figuran en la vigésima segunda edición del diccionario de
Real Academia Española (DRAE) y hemos llegado a la conclusión de que gran parte de los lemas deben ser actualizados.
Efectivamente, se observan por doquier definiciones imprecisas, inexactas y, sobre todo, obsoletas. Al proponer nuevas
definiciones hemos procurado que los términos psiquiátricos
fuesen fácilmente inteligibles para el usuario del diccionario
no especializado en salud mental y que, al mismo tiempo,
respondieran al rigor léxico-conceptual que es hoy exigible
a la psiquiatría del siglo xxi, como a cualquier otra ciencia o
especialidad médica, tanto más en una época en la que nuestro
lenguaje médico —científico, en general— está gravemente
amenazado por la omnipresente y omnipotente lengua inglesa, que, mediante la práctica constante del injerto salvaje, está
deteriorando hasta límites insospechados los esquemas léxicos, sintácticos y conceptuales del ámbito científico hispanohablante.
Para elaborar nuestro lemario, hemos seguido los tres
criterios siguientes: 1) términos que son importante en el
léxico de la psico(pato)logía y de la psiquiatría clínica; 2)
términos que no son del todo ajenos a las personas cultas
de hoy en día que se interesan por todo lo relacionado con la
salud —también con la salud mental— y acuden al DRAE
no tanto para conocer el significado de un término como
para aclarar dudas (¿esquizofrénico o esquizoide?, ¿maníaco o maniático?, ¿maníaco con o sin tilde en la i?, ¿compulsivo o impulsivo?, ¿drogadicto o toxicómano?, ¿delirium
o delirio?, etc.), y 3) términos que consideramos mal definidos
en el DRAE o que están ausentes de él, a pesar de su relevancia.
Como es lógico, no hemos incluido aquellos lemas cuya definición nos parece acertada. Como regla general, hemos sustituido enfermedad mental y enfermedad psiquiátrica por trastorno
mental, y mórbido y morboso —en la acepción de patológico— por patológico. No hemos tenido que sustituir paciente
por enfermo, porque este, a nuestro entender, con buen criterio,
es el término que habitualmente se utiliza en el DRAE.
La idea de revisar los términos del léxico psiquiátrico
que figuran en el DRAE corresponde a Carlos Castilla de
Pino, psiquiatra y académico de la lengua. Su fallecimiento,
acaecido el 15 de mayo de 2009, truncó el proyecto en el que
tantas expectativas e ilusiones había depositado. Nosotros,
con muchísimos menos conocimientos, talento y perspicacia, recogemos el reto de llevar a cabo la tarea no realizada.
* Traductor médico, Madrid (España). Dirección para correspondencia: jmtraductorma@YAHOO.ES.
4
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
<http://tremedica.org/panacea.html>
Tarea, sin duda, muy necesaria, que queremos dedicar in memoriam al gran psiquiatra y académico de nuestra lengua.
Esta primera entrega cubre desde la letra A hasta la C.
abreacción
DRAE: No figura
Propuesta: (Del lat. ab-, fuera de, reo, vuelta, retorno,
y actio, acción). 1. f. Psicol. En psicoanálisis, proceso
mediante el cual el material reprimido, especialmente los
conflictos y experiencias dolorosas, vuelven a la conciencia. En este proceso, el sujeto no se limita a recordar: además, revive el material reprimido, y esto se acompaña de
la respuesta emocional y afectiva apropiada.
abstinencia
DRAE: Incluye varias acepciones que nada tienen que ver
con la psiquiatría, y figura un envío a la forma compleja
síndrome de abstinencia, que define como sigue: 1. m.
Psicol. Conjunto de síntomas provocado por la reducción
o suspensión brusca de la dosis habitual de una sustancia
de la que se tiene dependencia.
Propuesta: Síndrome de ~ 1. m. Med. Conjunto de síntomas y signos provocado por la reducción o supresión
brusca de la dosis habitual de una droga o medicamento
del que se tiene dependencia.
Comentario: Si bien el DRAE define el término síndrome
como ‘conjunto de síntomas característicos de una enfermedad’, en nuestra opinión un síndrome es un conjunto
de síntomas y signos, ya que un síndrome no puede definirse únicamente por sus síntomas. Esto es especialmente
importante en psiquiatría. Pensemos que, en rigor, en la
psicosis no hay síntomas, si por tales entendemos, como
debe entenderse, aquello que el paciente refiere al médico
(p. ej., mareos o dolor de cabeza). Aunque nunca se diga
en los manuales de psiquiatría, la característica principal de la psicosis es la anosognosia; es decir, la falta de
conciencia de la enfermedad; al menos durante el cuadro
de estado (antes de la administración de neurolépticos).
Por tanto, el autismo, las alucinaciones, los delirios, la
catalepsia, etc., son signos, no síntomas, que el psiquiatra
observa (e interpreta), al igual que el radiólogo observa (e
interpreta) los signos radiológicos en una radiografía. A
veces, en psiquiatría, al contrario de lo que sucede en las
otras especialidades médicas, la diferencia entre los síntomas y los signos es meramente lingüística. Así, un paciente que sufre un síndrome de abstinencia de alcohol puede
decir al psiquiatra: «Siento nerviosismo y no tengo ganas
de hacer nada», a partir de lo cual el psiquiatra registrará
dos signos: disforia y abulia. El lenguaje de los síntomas
es el lenguaje del paciente, el de los signos es el lenguaje
del psiquiatra. Por otro lado, nos parece más preciso hablar de una droga o medicamento que de una sustancia. El
término sustancia, tan en boga hoy debido a la traducción
literal del inglés substance-related disorder, debería evitarse en lo posible por su imprecisión. Hemos sustituido
Psicol. por la marca Med. Nota: En nuestra opinión, la
traducción de substance-related disorders debería haber
sido toxicomanías y otros trastornos mentales relacionaPanace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
dos con el consumo de drogas y medicamentos. No es
esta la traducción que se ha hecho, y se ha introducido en
el lenguaje de la psiquiatría española un término extraño
—en este contexto—, confuso y poco informativo como
sustancia. El término da a entender que se trata de trastornos mentales causados por la exposición a sustancias
tóxicas, lo cual es algo muy diferente en psiquiatría: piénsese en los cuadros psiquiátricos que se observan en la
intoxicación por plomo, mercurio, arsénico o manganeso.
Aquellos que opinen que la traducción que proponemos
es excesivamente extensa, deben tener en cuenta que en
el DSM-IV-TR, de la American Psychiatric Association
(1998) figura una categoría denominada «Trastornos de
inicio en la infancia, la niñez (sic) o la adolescencia».
abulia
DRAE: (Del gr. ἀβουλία). 1. f. Falta de voluntad, o disminución notable de su energía.
Propuesta: (Del gr. ἀβουλία). 1. f. Psicol. Falta de voluntad o disminución notable de la energía que impide al
sujeto emprender una tarea.
Comentario: Proponemos una definición algo más técnica que la del DRAE. En este se habla de la disminución
notable de la energía (de la voluntad), pero la expresión
energía de la voluntad es de uso muy poco común y por
tanto resulta extraña. Para referirnos a la voluntad, se
suele hablar de fuerza con mucha más frecuencia que de
energía. Por esta razón eliminamos el determinante posesivo su.
acalculia
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. ἀ- y del lat. calcŭlus). 1. m. Condición del que no sabe realizar cálculos sencillos por no haber aprendido.
Comentario: Para la diferencia entre acalculia, discalculia, calculoagnosia y calculoapraxia, véase el lema disgrafia.
acatafasia
DRAE: No figura
Propuesta: (Del gr. α, sin, y κατάφασις, expresión ordenada). 1. f. Med. Trastorno del lenguaje que consiste en
la alteración de la sintaxis; es decir, del orden de las palabras en la frase; se observa en ciertas alteraciones del
cerebro y en algunos enfermos esquizofrénicos.
Comentario: Cabe referir, como curiosidad, que este
término ya fue utilizado por Aristóteles, aunque, claro está, fuera del ámbito psiquiátrico. En psiquiatría,
el término acatafasia fue introducido hacia mediados
del siglo xix por el filósofo, filólogo y psicólogo alemán
Heymann Steinthal. Si bien puede ser un componente
de la esquizofasia (lenguaje de los esquizofrénicos), es
más frecuente en enfermos neurológicos que padecen
ciertas formas de afasia debido a una lesión cerebral. El
enfermo sabe lo que quiere decir y utiliza las palabras
precisas, pero no es capaz de ordenarlas correctamente
para formar frases con significado (por ejemplo, «Da
estómago dolor la medicación me a veces siempre no a
mí»). Se trata, por tanto de una afasia sintáctica. Debe
5
Traducción y terminología
observarse que la diferencia entre alteraciones del habla
y alteraciones del lenguaje es de enorme importancia en
la semiología tanto neurológica como psiquiátrica. En la
literatura anglosajona no siempre se hace esta distinción,
y los términos speech distubances y speech disorders se
usan a veces indistintamente con language disturbances
y language disorders. En español, el elemento compositivo griego para los alteraciones del lenguaje es siempre
-fasia (afasia, disfasia, esquizofasia, acatafasia), con
tres importantísimas excepciones: ecolalia, coprolalia y
neolalia, que, por no ser alteraciones del habla, sino del
lenguaje, deberían cambiarse por los términos ecofasia,
coprofasia y neofasia, mientras que el elemento compositivo para las alteraciones del habla es unas veces -lalia
y otras -femia (dislalia, disfemia). Convendría, por tanto,
renunciar a uno de estos dos formantes griegos y unificar
todas las alteraciones del habla bien con -lalia o bien con
-femia.
acatisia
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. α-, sin, y καθισις, acción de sentarse).
1. f. Med. En psiquiatría, incapacidad que experimentan
ciertos enfermos de sentarse o de permanecer sentados,
como consecuencia de la ansiedad o debido al efecto secundario de los medicamentos que se utilizan para tratar
la psicosis.
acinético, ca
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. ἀκινησία, inmovilidad). 1. adj. Med.
Perteneciente o relativo a la acinesia. mutismo ~: Ausencia de movimientos voluntarios en un enfermo que tiene
un nivel normal de conciencia, según se demuestra por los
movimientos oculares; es característico de la esquizofrenia catatónica, de algunas formas de depresión psicótica y
de ciertas enfermedades neurológicas.
Comentario: En el DRAE figura acinesia, por lo que el
usuario del diccionario no tendrá dificultad alguna para
comprender el lema acinético. El término acinesia, por
influencia del inglés, se sustituye cada vez con más frecuencia por acinesis, tal como ocurre con otros muchos
términos de la neurología y la psiquiatría, como catexis/
catexia, diacinesis/diacinesia, cinestesis/cinestesia, neurolepsis/neurolepsia, paresis/paresia y somatoagnosis/
somatoagnosia. La forma compleja mutismo acinético
plantea el siguiente problema: ¿es sinónimo de estupor?
A nuestro entender, la diferencia estriba en la expresión
facial del enfermo: de estupefacción o indiferencia en el
caso del estupor, normal en el caso del mutismo acinético.
Indudablemente, esta diferencia puede ser de utilidad para
el diagnóstico diferencial.
acting out
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del ingl. act out, representar, llevar a cabo
una representación). 1. m. Psicol. En psicoanálisis, conducta de carácter impulsivo, súbito e imprevisto que
adopta generalmente la forma de agresión hacia sí mismo
o hacia otros y que tiene su origen en la imposibilidad por
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parte del sujeto de verbalizar un conflicto, afecto, deseo
o pensamiento. Es palabra extranjera y debe escribirse en
cursiva.
Comentario: La definición que proponemos es muy parecida a la que figura en la versión española del Diccionario
de psicoanálisis de J. Laplanche y J. B. Pontalis (1997).
adicción
DRAE: (Del lat. addictĭo, -ōnis). 1. f. Hábito de quien se
deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas o por la afición desmedida a ciertos juegos. 2. f. desus.
Asignación, entrega, adhesión.
Propuesta: Proponemos modificar la acepción 1 y añadir
una nueva acepción.: 1. f. Med. En psiquiatría, consumo
compulsivo de una droga o de ciertos medicamentos de
los que se tiene dependencia o tendencia irrefrenable a
realizar ciertas conductas de forma reiterada, tales como
las compras, los juegos de azar o el trabajo, a pesar de
que el enfermo es consciente del perjuicio que le depara.
2. Dicho en sentido figurado, afición a cierta cosa que se
practica o se consume con mucha pasión: Juan tiene adicción a las motos.
adicto, ta
DRAE: (Del lat. addictus). 1. adj. Dedicado, muy inclinado, apegado. U. t. c. s. 2. adj. Unido o agregado a otro u
otros para entender en algún asunto o desempeñar algún
cargo o ministerio. U. t. c. s. 3. adj. Dicho de una persona:
Que está dominada por el uso de alguna droga o por la
afición desmedida a ciertos juegos.
Propuesta: Proponemos modificar la acepción 3 e introducir una nueva acepción: 3. adj. Med. Dicho de una persona, que consume de forma compulsiva una droga o ciertos medicamentos de los que tiene dependencia o muestra
una tendencia irrefrenable a realizar ciertas conductas de
forma reiterada y excesiva, como las compras, los juegos
de azar o el trabajo, a pesar de ser consciente del perjuicio
que le depara. 4. adj. Dicho en sentido figurado, que tiene
afición a cierta cosa que practica o consume con mucha
pasión: Cuando era pequeño, era adicto a los caramelos
de café con leche.
adinamia
DRAE: (Del gr. ἀδυναμία, impotencia, debilidad física).
1. f. Med. Extremada debilidad muscular que impide los
movimientos del enfermo.
Propuesta: Proponemos añadir una nueva acepción: 2. f.
Med. En psiquiatría, debilidad y cansancio mental y físico
característicos de la neurastenia y la depresión.
afasia
DRAE: (Del gr. ἀφασία, imposibilidad de hablar). 1. f.
Med. Pérdida o trastorno de la capacidad del habla debida a
una lesión en las áreas del lenguaje de la corteza cerebral.
Propuesta: (Del gr. ἀφασία, imposibilidad de hablar). 1.
f. Med. Pérdida de la capacidad de comunicarse a través
del lenguaje o de entenderlo causada por una lesión en las
áreas cerebrales responsables de la comunicación verbal
o por un trastorno mental de causa no orgánica.
Comentario: Al postular que la afasia se debe únicamente a una lesión en las áreas (cerebrales) del lenguaje, la
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RAE opta por una determinada etiología. Sin embargo,
la afasia también puede observarse en enfermos que no
padecen ningún tipo de lesión cerebral, sino un trastorno
psicopatológico no orgánico, tal como se observa en la
histeria. La afasia no es un trastorno solo expresivo, sino
también receptivo, en cuyo caso el enfermo no entenderá
lo que se le dice. Para la diferencia entre afasia y mutismo, véase el lema mutismo. En orden a una mayor claridad, consideramos necesario especificar que se trata de
las áreas cerebrales (no nos parece claro hablar sin más
de las «áreas del lenguaje»).
afecto
DRAE: [Omitimos las acepciones que nada tienen que
ver con la psicología] (Del lat. affectus). 1. m. Cada una de
las pasiones del ánimo, como la ira, el amor, el odio, etc.,
y especialmente el amor o el cariño.
Propuesta: (Del lat. affectus). 1. m. Psicol. Sentimiento
que nos provocan los objetos de nuestro mundo interior o
exterior, tales como las personas, las cosas y las ideas, ya
sea de carácter positivo, como el amor y el interés, o de
carácter negativo, como el odio, la envidia o el desinterés.
2. m. Aprecio, cariño o estima que sentimos por determinadas personas.
Comentario: Hemos desdoblado la acepción del DRAE
en dos. La primera se refiere al significado técnico y preciso que tiene en psicología el término afecto; en la segunda nos referimos al significado que tiene en el lenguaje coloquial (por ejemplo, en la frase «Le tengo un gran
afecto»). Nos parece inaceptable que en el siglo xxi la
RAE siga utilizando la expresión pasiones del ánimo, de
resonancias escolásticas y medievales y además de todo
punto imprecisa.
agitación
DRAE: (Del lat. agitatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de
agitar. 2. f. Psicol. Trastorno emotivo que se caracteriza
por una hiperactividad corporal desordenada y confusa.
Propuesta: (Del lat. agitatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto
de agitar. 2. f. Med. En psiquiatría, hiperactividad desordenada y confusa provocada por un estado de intensa ansiedad.
Comentario: Hemos optado por introducir la segunda
acepción con la rúbrica Med., en vez de Psicol., por tratarse de un término más utilizado en psiquiatría que en
psicología. Nos parece muy criticable la expresión trastorno emotivo, por adolecer de imprecisión. En realidad la
agitación no es un trastorno, sino un signo, en el sentido
médico del término, indicativo de una alteración psicopatológica: la ansiedad. Respecto a hiperactividad corporal, es obvio que la actividad no es del cuerpo, sino del
sujeto; es este el que es hiperactivo, no su cuerpo, aunque tal hiperactividad tenga, como no podría ser de otra
forma, sus correspondientes correlatos fisiológicos, unos
visibles, otros no, además de su expresión corporal. En
psiquiatría, la agitación siempre es de resultas de la ansiedad, con independencia de cuál sea la causa de esta. Es
importante excluir de la definición de agitación la expresión «hiperactividad sin propósito», tan frecuente en los
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Traducción y terminología
libros de psiquiatría. La agitación, como cualquier otra
conducta humana, tiene propósito, aunque el observador,
incluso el propio sujeto, no lo conozca. En este sentido, la
agitación no es una reacción, sino una conducta y, como
tal, orientada a un fin.
agorafobia
DRAE: (Del gr. ἀγορά, plaza pública, y fobia). 1. f. Med.
En psiquiatría, sensación morbosa de angustia o miedo
ante los espacios despejados, como las plazas, las avenidas, etc.
Propuesta: (Del gr. ἀγορά, plaza pública, y fobia). 1. f.
Med. En psiquiatría, trastorno de ansiedad que se caracteriza por la sensación de angustia y miedo ante los espacios públicos.
Comentario: Con independencia de lo que significara
ἀγορά en griego antiguo (espacio amplio, espacio público,
plaza o mercado), no cabe duda de que hoy en psiquiatría
la agorafobia es el miedo a los espacios públicos, no a los
espacios abiertos. Basta reparar en cuáles son algunas de
las situaciones más temidas por los agorafóbicos: la consulta de espera del médico o dentista, la cola ante la caja
del supermercado o el supermercado mismo, los cines,
los restaurantes, el transporte público, etc. Lógicamente,
el concepto de espacio público incluye también las plazas,
avenidas, etc. En todo caso, la agorafobia es una topofobia, si bien, si tenemos en cuenta exclusivamente el étimo,
no es posible determinar cuáles son los lugares temidos
agorafóbico, ca
DRAE: No figura.
Propuesta: 1. adj. Med. Que padece agorafobia. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo a la agorafobia. 3. adj. Propio de ella.
Comentario: Definiciones idénticas a las del lema fóbico
del DRAE, excepto la última (4. Que produce fobia). El
adjetivo para indicar que algo produce fobia no es fóbico,
como señala el DRAE, sino fobógeno; en consecuencia,
lo que produce agorafobia debería ser agorafobógeno, si
bien este término no se utiliza en psiquiatría, y en su lugar se recurre a construcciones subordinadas adjetivas de
relativo tales como «situaciones que producen agorafobia», «lugares que producen agorafobia», etc.
agrafia
DRAE: (De a-2 y -grafía). 1. f. Condición de ágrafo. 2. f.
Med. Incapacidad total o parcial para expresar las ideas
por escrito a causa de lesión o desorden cerebral.
Propuesta: (De a-2 y -grafía). 1. f. Condición de ágrafo.
2. f. Incapacidad total o parcial para expresar las ideas
por escrito debido a la falta de aprendizaje o de práctica.
Comentario: En nuestra opinión, la incapacidad total o
parcial para expresar las ideas por escrito a causa de una
afección cerebral o de un trastorno mental de causa no
orgánica debe denominarse grafoapraxia, y el término
agrafia debe reservarse para los casos en los que el sujeto
no sabe escribir o le resulta difícil por una formación deficiente o por falta de costumbre. Para la diferencia entre
agrafia, disgrafia, grafoapraxia y grafoagnosia, véase
el lema disgrafia. El DRAE señala como válidas tanto
7
Traducción y terminología
agrafía como agrafia (con y sin tilde en la i). A nuestro
entender, debería figurar en el diccionario únicamente la
forma agrafia (sin tilde), que es la grafía sancionada por
el uso. Además, la forma agrafia coincide con otras del
mismo campo léxico, tales como disgrafía y dislexia.
ágrafo, fa
DRAE: (Del gr. ἄγραφος). 1. adj. Que es incapaz de escribir o no sabe hacerlo. 2. adj. Dicho de una persona:
Poco dada a escribir. U. t. c. s.
Propuesta: (Del gr. ἄγραφος). 1. adj. Dicho de una persona: Que no saber escribir. 2. adj. Dicho de una persona:
Poco dada a escribir. U. t. c. s.
Comentario: Véase el lema agrafia.
ailurofobia
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. αἲλουρος, gato, y fobia). 1. f. Med.
Temor patológico a los gatos.
alexia
DRAE: (Del fr. alexie, y este de a-2 y el gr. λέξις, habla
o dicción). 1. f. Imposibilidad de leer causada por una lesión del cerebro.
Propuesta: (Del fr. alexie, y este de a-2 y el gr. λέξις,
habla, dicción, lectura). 1. f. Incapacidad total o parcial
de leer debido a la falta de aprendizaje o de práctica.
Comentario: En nuestra opinión, la incapacidad total o
parcial de leer a causa de una afección cerebral o de un
trastorno mental de causa no orgánica debe denominarse
lexiapraxia, y el término alexia debe reservarse para los
casos en los que el sujeto no sabe leer o le resulta difícil
por una formación deficiente o por falta de costumbre.
Para la diferencia entre alexia, lexiapraxia y lexiagnosia,
véase el lema disgrafia.
alexitimia
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. -α, sin; λέξις, expresión, comunicación, y θύμος, energía vital, estado de ánimo). 1. f. Med.
En psiquiatría, incapacidad para reconocer, expresar o
comunicar los afectos, sentimientos y emociones.
algofobia
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. αλγος, dolor, y fobia). 1. f. Med. Temor patológico al dolor.
aloerotismo
DRAE: No figura.
Propuesta: 1. m. Psicol. Actividad sexual en la cual la
excitación y el placer se obtienen mediante el cuerpo de
otra persona
alogia
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. α, sin, y del lat. logĭca, y este del gr.
λογική, lógico). 1. f. Med. En psiquiatría, perturbación
del pensamiento que se infiere de la observación del lenguaje del enfermo, que puede ser pobre, excesivamente
concreto o demasiado abstracto, repetitivo o estereotipado.
Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en el Glosario de términos técnicos de la versión
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española del DSM-IV-TR de la American Psychiatric Association (1998).
alucinación
DRAE: (Del lat. allucinatĭo, -ōnis). 1. f. Acción de alucinar o alucinarse. 2. f. Sensación subjetiva que no va precedida de impresión en los sentidos.
Propuesta: (Del lat. allucinatĭo, -ōnis). 1. f. Efecto de
alucinar. 2. f. Med. En psiquiatría, percepción de un objeto inexistente o que no está presente en el campo perceptivo, que el sujeto puede o no considerar real o que
percibe claramente a pesar de no creer en su presencia.
~ cenestésica: Aquella en la que el objeto alucinado es el
interior del cuerpo del enfermo, que se percibe vacío, en
descomposición o roto o alterado de alguna otra forma o
lleno de insectos u otros animales ~ háptica: Alucinación
táctil. ~ liliputiense: Aquella en la que las personas se
perciben de tamaño muy pequeño, como si fuesen muñecos. ~ macrópsica: Aquella en la que los objetos se ven
de un tamaño mucho mayor del que en realidad tienen. ~
micrópsica: Aquella en la que los objetos se ven mucho
más pequeños de lo que en realidad son.
Comentario: Respecto a la acepción 1, no sabemos qué
se quiere decir con el término alucinarse; hasta donde
sabemos, el verbo alucinar no es reflexivo. Sensación
subjetiva es un pleonasmo, puesto que toda sensación lo
es (no existen las sensaciones objetivas). Para que exista una alucinación, es necesario que el sujeto perciba
el objeto alucinado. No es necesario, sin embargo, que
crea en la existencia del objeto; es decir, puede, desde
el principio, ser consciente de que se trata de una alucinación; así ocurre en la alucinosis, como la provocada
por una droga alucinógena. Si cree en la existencia del
objeto alucinado, puede ser capaz de criticar, a veces
de forma inmediata, la alucinación; es decir, de darse
cuenta de que el objeto alucinado no existe. Cuando el
sujeto percibe algo, pero no llega a creer en ningún momento que el objeto sea real y se da cuenta de que ha
confundido un objeto presente en su entorno con otro
ausente del mismo, se trata de una ilusión (véase este
lema), no de una alucinación. Por tanto, «o que percibe
claramente a pesar de no creer en su presencia» es necesario para hacer ver que cabe la posibilidad de que el
sujeto alucine con plena conciencia de que está teniendo
una alucinación, en cuyo caso se habla de alucinosis.
Muchas personas sin conocimientos de psiquiatría piensan que solo los locos (es decir, los psicóticos) pueden
sufrir alucinaciones, por lo que es importante aclarar
esto. Precisamente, lo que caracteriza al psicótico es que
cree en lo que alucina; es decir, cree que el objeto alucinado se encuentra en su campo perceptivo. Con respecto
a las formas complejas, hemos preferido prescindir de
aquellas cuyo significado es autoevidente (alucinación
auditiva, alucinación olfativa, alucinación táctil, alucinación visual) e incluir aquellas cuyo significado dista
de ser obvio (alucinación cenestésica, alucinación háptica, alucinación liliputiense, alucinación macrópsica,
alucinación micrópsica).
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Traducción y terminología
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alucinado, da
DRAE: (Del part. de alucinar). 1. adj. Trastornado, ido,
sin razón.2. adj. Visionario. U. t. c. s.
Propuesta: (Del part. de alucinar). 1. adj. Trastornado,
ido, sin razón. 2. adj. Visionario. 3. adj. Med. En psiquiatría, enfermo que sufre alucinaciones. 4. adj. Med. En
psiquiatría, dícese de la persona, animal, cosa o situación
que es objeto de una alucinación.
Comentario: Hemos añadido dos acepciones más para recoger los dos significados que este término tiene en psiquiatría. Con respecto a la acepción 4, un ejemplo es «Los
instrumentos de tortura alucinados por el paciente».
alucinante
DRAE: (Del ant. part. act. de alucinar). 1. adj. Que alucina. 2. adj. Fantástico, asombroso.
Propuesta: (Del ant. part. act. de alucinar). 1. adj. Fantástico, asombroso.
Comentario: Si bien, tal como señala el DRAE, alucinante es el antiguo participio activo de alucinar, la persona
que tiene alucinaciones no es un alucinante, sino un alucinado (de las misma forma que un enfermo que tiene obsesiones no es un obsesionante sino un obsesionado). Esto
es así porque en la acción de alucinar el sujeto es pasivo
(«presa de las alucinaciones»). Nadie se propone alucinar
y alucina. Si el sujeto toma una droga alucinógena para
alucinar, es activo con respecto al hecho de administrarse
la droga, pero no en lo que concierne a las alucinaciones,
ya que estas no dependen de su voluntad. Así las cosas,
hemos optado por dejar únicamente la acepción coloquial
y figurada de ‘fantástico’, ‘asombroso’, tan en boga hoy
entre los jóvenes españoles.
alucinar
DRAE: (Del lat. allucināri). 1. tr. Ofuscar, seducir o
engañar haciendo que se tome una cosa por otra. 2. tr.
Sorprender, asombrar, deslumbrar. U. t. c. intr. y c. prnl.
3. tr. coloq. Arg. En lenguaje estudiantil, desear vehementemente. Aluciné que iba al recital. 4. intr. Padecer alucinaciones. 5. prnl. Confundirse, desvariar.
Propuesta: Debería añadirse otra acepción: 6. intr. coloq.
En el lenguaje juvenil, quedar muy sorprendido. Aluciné
cuando me dijeron lo que costaban las entradas para el
concierto. No te pierdas la película; vas a alucinar.
Comentario: No se trata, en el caso de España, del lenguaje estudiantil, sino de la forma de hablar de los jóvenes, o mejor, de algunos jóvenes, que no tienen por que
ser necesariamente estudiantes. Quizás en Argentina, alu­
cinar, en sentido figurado, significa desear vehementemente, pero entre los jóvenes españoles quiere decir sorprenderse en grado sumo.
alucinógeno, na
DRAE: (Del fr. hallucinogène). 1. adj. Dicho especialmente de algunas drogas: Que producen alucinación.
U. t. c. s. m.
Propuesta: (Del fr. hallucinogène, y este del latín allu­
cinatĭo, -ōnis y del gr. genos, que produce) 1. adj. Med.
Dicho de algunas drogas: Que producen alucinaciones.
U. t. c. s. m.
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Comentario: Este adjetivo no se emplea especialmente para algunas drogas, sino que se emplea únicamente
para referirse a algunas drogas, llamadas precisamente
alucinógenas. Que producen alucinaciones nos parece
más ajustado al lenguaje actual que Que producen alucinación. El étimo debe ampliarse con el fin de recoger el origen de los dos elementos compositivos. Nos ha
parecido oportuno introducir este término con la marca Med.
alucinosis
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del lat. allucinatĭo, -ōnis y del gr. -οσις,
sufijo que significa enfermedad). f. Med. En psiquiatría,
cuadro clínico en el cual el único o principal síntoma son
las alucinaciones, en ausencia de delirios y de alteraciones del nivel de conciencia; el enfermo es consciente de
que se trata de alucinaciones y no cree, por tanto, en la
existencia del objeto alucinado; es producto de una alteración orgánica o del consumo de una droga. ~ alcohólica: Presencia de alucinaciones, generalmente auditivas,
sin alteración del nivel de conciencia, en los alcohólicos;
las alucinaciones suelen aparecer después de una ingesta
excesiva.
alucinósico, ca
DRAE: No figura.
Propuesta: 1. adj. Med. Relativo o perteneciente a la alucinosis. El LSD da lugar a un cuadro alucinósico.
amaxofobia
DRAE: Artículo nuevo. Avance de la vigésima tercera
edición. 1. f. Med. Temor patológico a conducir un vehículo o a viajar en él.
Propuesta: (Del gr. ἄμαξα, carro o carruaje, y fobia). 1. f.
Med. Temor patológico a conducir un vehículo de motor
o a viajar en él.
Comentario: Proponemos únicamente añadir el étimo y
señalar que se trata de vehículos de motor.
amimia
DRAE: (Del gr. α, sin, y del lat. mimĭcus, y este del gr.
μιμικός). 1. f. Med. Pérdida de la facultad de expresión en
la cara.
Propuesta: (Del gr. α, sin, y del lat. mimĭcus, y este del gr.
μιμικός). 1. f. Med. Ausencia de la expresión facial.
Comentario: En nuestra opinión, la pérdida de la expresión facial a causa de una enfermedad neurológica o de un
trastorno mental de causa no orgánica debe denominarse
mimoapraxia, y la falta de reconocimiento de la expresión
facial de los demás o de sí mismo, mimoagnosia. Esto
parece dar entender que los términos amimia y mimoapraxia son sinónimos. Desde luego, toda mimoapraxia
es siempre una amimia, pero no sucede así a la inversa:
puede existir una amimia en la cual el sujeto nunca mostró expresión facial alguna. En medicina no es lo mismo
ausencia que pérdida de una función, si bien, como es
lógico, toda pérdida da como resultado una ausencia.
amnesia
DRAE: (Del gr. ἀμνησία). 1. f. Pérdida o debilidad notable de la memoria.
9
Traducción y terminología
Propuesta: (Del gr. ἀμνησία). Med. 1. f. Pérdida de la
memoria. ~ anterógrada: Aquella en la que el enfermo
no es capaz de almacenar nueva información o recordar
lo sucedido después del inicio de la amnesia. ~ lacunar:
Aquella en la que el enfermo no recuerda determinados
sucesos o información. ~ lagunar: Es sinónimo de amnesia lacunar. ~ retrógrada: Aquella en la que el enfermo no es capaz de recordar los sucesos o la información
anteriores al inicio de la amnesia.
Comentario: La debilidad notable de la memoria no es
una amnesia, sino un trastorno mnésico, en el registro
neurológico-psiquiátrico, o un problema de memoria, en
el registro coloquial. La α privativa del griego indica claramente esto. Obviamente, toda amnesia es un trastorno
mnésico, pero no todo trastorno mnésico es una amnesia. La versión española del DSM-IV-TR de la American
Psychiatric Association (1998) incurre en el mismo error
cuando habla de trastornos amnésicos e incluye en esta
categoría trastornos en los que el enfermo no pierde la
memoria. Obsérvese que no es lo mismo perder la memoria que perder memoria. En el primer caso, un neurólogo o un psiquiatra diagnosticaría una amnesia; en el
segundo, un trastorno mnésico, a no ser que se trate de
una pérdida de memoria atribuible al proceso normal de
envejecimiento.
analéptico, ca
DRAE: (Del lat. analeptĭcus, y este del gr. ἀναληπτικός).
1. adj. Med. Dicho de un régimen alimenticio: Que tiene
por objeto restablecer las fuerzas.
Propuesta: (Del lat. analeptĭcus, y este del gr. ἀνα­ληπ­
τικός). 1. adj. Med. Dicho de un fármaco: que estimula el
sistema nervioso central. U. t. c. s. m.
Comentario: En marzo de 2003, la RAE admitió una enmienda para modificar la definición de analéptico, y en
la próxima edición del DRAE aparecerá así: ‘Dicho de
un producto: que estimula el sistema nervioso central’.
Recogemos esta información de la entrada analeptic del
Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina, de Fernando A. Navarro (2005). Estamos de acuerdo
con esta definición, pero el término producto nos parece
excesivamente vago. Al menos en psiquiatría, los analépticos, tales como el metilfenidato y la dextroanfetamina,
son fármacos. Hemos añadido U. t. c. s. m. porque puede
utilizarse como sustantivo de género masculino.
anancasmo
DRAE: No figura
Propuesta: (Del gr. ἀνάνκη, necesidad, obligación,
coacción). 1. f. Med. En psiquiatría, contenido de la conciencia, como una idea fija, un pensamiento o una preocupación, que el sujeto no puede reprimir, a pesar de
juzgarlo absurdo o de estimar que domina y persiste sin
motivo; de forma exagerada se observa en el trastorno
obsesivo-compulsivo y en el trastorno obsesivo de la personalidad.
Comentario: Esta definición es muy similar a la que Kurt
Schneider hizo de la obsesión en su libro sobre las personalidades psicopáticas. Los anancasmos son, efectiva-
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mente, obsesiones, que pueden observarse también en las
personas sanas (por ejemplo, salir de casa y pasar toda la
tarde con la molesta idea de que podríamos habernos olvidado de apagar el gas, a pesar de estar ¿convencidos? de
que lo hemos apagado). El término fue creado por Donath
en 1895.
anancástico, ca
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. ἀνάνκη, necesidad, obligación, coacción). 1. adj. m. Med. En psiquiatría, relativo o perteneciente a las obsesiones. 2. f. trastorno ~ : Dícese de un
trastorno de la personalidad que se caracteriza por preocupación por los detalles, el orden y la rutina, perfeccionismo, escrupulosidad, rectitud, convencionalismo,
rigidez, obstinación y obsesiones, todo de ello de carácter
excesivo y desmesurado; aplicado a la personalidad, es
sinónimo de obsesivo-compulsivo. 3. Perteneciente o relativo a dicho trastorno de la personalidad.
Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en la versión española de la CIE-10 (OMS, 1995).
angustia
DRAE: (Del lat. angustĭa, angostura, dificultad). 1. f.
Aflicción, congoja, ansiedad. 2. f. Temor opresivo sin
causa precisa. 3. f. Aprieto, situación apurada. 4. f. Sofoco, sensación de opresión en la región torácica o abdominal. 5. f. Dolor o sufrimiento. 6. f. náuseas (‖ gana de
vomitar). U. solo en sing. 7. f. p. us. Estrechez del lugar o
del tiempo.
Propuesta: Todo igual, excepto las acepciones 2 y 4, que
deberían fusionarse en una única acepción: 2. f. Med. En
psiquiatría, aprensión o miedo intenso sin causa aparente,
acompañado generalmente de sensación de muerte inminente o de pérdida del control y de síntomas vegetativos,
tales como dificultad para respirar, palpitaciones, opresión en el tórax, sequedad de boca y sudoración. crisis
de ~: Aparición súbita e inesperada de la angustia. ataque de ~: Es sinónimo de crisis de angustia.
Comentario: La definición que proponemos en 2 es muy
similar a la que figura en la versión española del DSM-IVTR de la American Psychiatric Association (1998). Esta
definición no es incompatible con las otras que ofrece el
DRAE, de carácter figurado o coloquial. Proponemos,
además, la inclusión de dos forma complejas (crisis de
angustia y ataque de angustia). Por último, en lo que concierne a la nota etimológica, no debería decirse que la
palabra latina angustĭa significa angostura, que es un término a todas luces obsoleto en la acepción de estrechez;
bastaría decir que significa estrechez o estrechamiento y
dificultad. Respecto al término sudoración que figura en
la definición propuesta, hay quienes lo consideran erróneo. Argumentan que de sudar deriva el sustantivo sudación, pero no el sustantivo sudoración. Sin embargo,
esta argumentación, en nuestra opinión, parte de un supuesto gratuito: que el sustantivo ha de derivar del verbo
y no del sustantivo. Debe observarse que la derivación de
un sustantivo a partir de otro sustantivo es en español un
hecho muy frecuente. Así, por ejemplo, de color deriva
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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coloración, por lo que de sudor ha de derivarse sudoración. En todo caso, sudoración ha sido admitido por la
RAE y es, con diferencia, de uso mucho más frecuente
que sudación, tanto en el registro especializado como en
el registro coloquial.
anhedonia
DRAE: No figura
Propuesta: (Del gr. α, sin, y ἡδονή, placer). 1. f. Med. En
psiquiatría, incapacidad para experimentar placer y pérdida de interés o satisfacción en las actividades que antes
interesaban al enfermo; se observa en la depresión.
anorexia
DRAE: (Del gr. ἀνορεξία, inapetencia). 1. f. Med. Falta
anormal de ganas de comer dentro de un cuadro depresivo, por lo general en mujeres adolescentes, y que puede
ser muy grave.
Propuesta: (Del gr. ἀνορεξία, inapetencia). 1. f. Med.
Falta de apetito de carácter patológico. ~ nerviosa: En
psiquiatría, trastorno de la conducta alimentaria que afecta por lo general a mujeres adolescentes; se caracteriza
por rechazo de la comida, negativa a mantener un peso
corporal mínimo normal, miedo intenso a engordar y una
alteración significativa de la percepción de la forma o del
tamaño del cuerpo.
Comentario: El DRAE ofrece una sola acepción de este
termino y mezcla el significado general que tiene en medicina con el significado psiquiátrico; es decir, mezcla
la anorexia (que es un término médico correspondiente
a la patología general) con la anorexia nerviosa (que es
un término psiquiátrico). Hemos optado por dejar una
sola acepción, la médica, y añadir una forma compleja
(anorexia nerviosa) en la cual se explica el significado
psiquiátrico. La definición de anorexia nerviosa es muy
parecida a la que figura en la versión española del DSMIV-TR de la American Psychiatric Association (1998). Fal­
ta de apetito nos parece más apropiado que falta de ganas
de comer y, además, más breve.
anosognosia
DRAE: (De a-2, el gr. νόσος, enfermedad, y γνῶσις, conocimiento). 1. f. Psicol. Enfermedad que consiste en no
tener conciencia del mal notorio que se padece.
Propuesta: (De a-2, el gr. νόσος, enfermedad, y γνῶσις,
conocimiento). 1. f. Psicol. En psiquiatría, falta de conciencia de la enfermedad orgánica o del trastorno mental
que se padece.
Comentario: «Mal notorio» nos parece una expresión
excesivamente retórica y figurada. Hemos sustituido la
marca Psicol. por Med. y hemos especificado «en psiquiatría», puesto que se trata de un signo psicopatológico.
ansiedad
DRAE: (Del lat. anxiĕtas, -ātis). 1. f. Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. 2. f. Med. Angustia
que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los
enfermos.
Propuesta: (Del lat. anxiĕtas, -ātis). 1. f. Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. 2. f. Med. En
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
psiquiatría, estado desagradable de miedo, aprensión,
preocupación o desasosiego excesivos que impide al enfermo relajarse; es de menor intensidad que la angustia
y, al contrario que esta, no cursa de forma paroxística
con crisis o ataques y puede ser de carácter crónico; suele acompañarse de síntomas vegetativos similares a los
de la angustia, aunque menos intensos. trastorno de ~:
En psiquiatría, cualquier trastorno mental, tal como las
fobias y el trastorno obsesivo-compulsivo, en el cual el
síntoma principal es la ansiedad.
Comentario: La acepción 1 se refiere al uso coloquial del
término, mientras que la acepción 2 cubre el uso que se
hace de este término en psiquiatría. En nuestra opinión,
es conveniente distinguir entre angustia y ansiedad (en
inglés tal distinción ya existe: panic y anxiety), al menos
en el registro médico-psiquiátrico. Hemos introducido la
forma compleja trastorno de ansiedad.
ansiógeno, na
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del lat. anxiĕtas, -ātis y del gr. γενος, que
produce). 1. adj. Med. Que produce angustia o ansiedad.
ansiólisis
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del lat. anxiĕtas, -ātis y del gr. λύσις, disolución). m. Med. Efecto que producen algunos psicofármacos consistente en la disminución del grado de angustia o ansiedad del enfermo sin reducción del nivel de
conciencia.
ansiolítico, ca
DRAE: (Del lat. anxĭus, angustiado, y el gr. λυτικός, que
disuelve). 1. adj. Med. Que disuelve o calma la ansiedad.
U. t. c. s. m.
Propuesta: (Del lat. anxĭus, angustiado, y el gr. λυτικός,
que disuelve). 1. adj. Med. En psiquiatría, dicho de algunos fármacos: que reducen la ansiedad. U. t. c. s. m.
Comentario: Por coherencia con la definición que proponemos de ansiólisis, nos parece más apropiado «que reducen la ansiedad» que «que calma la ansiedad». Si bien
en griego λυτικός significa ‘que disuelve’, en español no
decimos que la ansiedad se disuelve, sino que disminuye,
se reduce o se calma. «Que disuelve la ansiedad» es, por
tanto, una definición excesivamente etimológica. Conviene referir que el término ansiolítico se aplica solo a
los fármacos, porque la definición actual del DRAE da
a entender que ansiolítico se aplica a cualquier cosa que
calma la ansiedad, tal como los masajes o las técnicas de
relajación.
antidepresivo
DRAE: 1. adj. Que combate la depresión psíquica.
U. t. c. s. m.
Propuesta: 1. adj. Med. En psiquiatría, dícese de los fármacos que se utilizan para tratar la depresión. U. t. c. s. m.
Comentario: La definición del DRAE nos parece poco
precisa: la depresión se puede combatir de muchas formas
distintas a la farmacoterapia; por ejemplo, mediante la
psicoterapia, pero el adjetivo antidepresivo se aplica únicamente a los fármacos de una determinada clase farma11
Traducción y terminología
cológica. No consideramos necesario utilizar el adjetivo
psíquica para referirnos a la depresión, puesto que el
contexto indica claramente que nos referimos al trastorno mental (no a la depresión atmosférica, por ejemplo).
Por último, hay que observar que en el DRAE falta la
marca Med.
antipsicótico
DRAE: No figura.
Propuesta: Véase neuroléptico.
Comentario: Habida cuenta de que neuroléptico es mucho más frecuente que antipsicótico, al menos en España
(desconocemos si ocurre lo mismo en Hispanoamérica o
en algunos países hispanoamericanos), introducimos un
envío al lema neuroléptico.
antisocial
DRAE: 1. adj. Contrario, opuesto a la sociedad, al orden
social. Apl. a pers., u. t. c. s.
Propuesta: 1. adj. Contrario, opuesto a la sociedad, al orden social. Apl. a pers., u. t. c. s. trastorno ~ Med. En
psiquiatría, dícese de un trastorno de la personalidad que
se caracteriza por desprecio y violación de los derechos
de los demás, falta de adaptación a las normas sociales
y legales, tendencia a mentir, irritabilidad, agresividad,
despreocupación imprudente por la seguridad propia o
la de los demás, impulsividad, irresponsabilidad y ausencia de remordimientos. U. t. c. s.
Comentario: Añadimos la forma compleja trastorno
antisocial. La definición que figura en esta nueva acepción es muy similar a la que aparece en la versión española del DSM-IV-TR de la American Psychiatric Association (1998).
apraxia
DRAE: (Del gr. ἀπραξία, inacción, inercia) 1. f. Psicol.
Incapacidad total o parcial de realizar movimientos voluntarios sin causa orgánica que lo impida.
Propuesta: (Del gr. ἀπραξία, inacción, inercia) 1. f. Med.
Incapacidad total de realizar una tarea o actividad que
con anterioridad el enfermo podía llevar a cabo normalmente; es de causa orgánica o psíquica. ~ constructiva:
Incapacidad de realizar tareas que consisten en unir una
serie de elementos para conseguir un todo, tal como un
dibujo, un rompecabezas, una construcción, etc., a causa
de una lesión cerebral o de una inhibición psicógena que
ha afectado a las funciones de asociación, planificación o
coordinación visuomanual. ~ visuomanual: Incapacidad
de realizar tareas en las que es preciso disponer de una
buena coordinación entre el ojo y la mano. ~ visuomotora (o visuomotriz): incapacidad de realizar tareas en las
que es preciso disponer de una buena coordinación entre
el ojo y los movimientos del cuerpo.
Comentario: La incapacidad total de realizar movimientos no se denomina apraxia, sino acinesia, si se trata de
movimientos voluntarios, o parálisis, si se trata de movimientos tanto voluntarios como involuntarios. De hecho,
el propio DRAE define acinesia como ‘Falta, pérdida o
cesación de movimiento’, y parálisis como ‘Privación o
disminución del movimiento de una o varias partes del
12
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cuerpo’, si bien lo correcto sería ‘privación del movimiento de una o varias partes del cuerpo’, ya que cuando hay
una disminución del movimiento no estamos ante una parálisis, sino ante una paresia (el DRAE define paresia de
la siguiente forma: ‘Parálisis leve que consiste en la debilidad de las contracciones musculares’). Por tanto conviene distinguir entre discinesia, parálisis, paresia, apraxia y
dispraxia (véase más adelante). El término griego πραξίς
no significa ‘movimiento’ (κίνημα), sino ‘acción’, ‘actividad’ o ‘tarea’. La apraxia es, por tanto, la incapacidad
total (la incapacidad parcial se denomina dispraxia) de
realizar una tarea o actividad. Una tarea no puede analizarse en términos de los movimientos discretos que la
componen; es decir, aquí se cumple aquello de que el todo
es más que la suma de las partes. Ciertamente, hay tareas
en las que es necesario realizar uno o más movimientos
(por ejemplo, recortar figuras de papel, hacer la cama,
bailar), pero en ningún modo una tarea puede reducirse
a los movimientos necesarios para realizarla. En muchos
casos, se observa que el enfermo es capaz de realizar los
diferentes movimientos que componen la tarea y aun así
no puede llevarla a cabo. En estos casos, lo que falla es la
planificación, la coordinación, el autocontrol, etc., por lo
que el problema no puede reducirse a una mera cuestión
de movimiento. Proponerse realizar una tarea y realizarla
correctamente es algo más que saber o poder moverse de
forma adecuada. Por otro lado, hay tareas que pueden verse afectadas por una apraxia y no consisten en ningún tipo
de movimiento perceptible o aparente, o este es mínimo
o desempeña un papel de poca importancia, como es el
caso de la lectura (lexiapraxia). En la definición de apraxia
es necesario incluir la siguiente aclaración: «una tarea o
actividad que con anterioridad el enfermo podía llevar a
cabo normalmente», puesto que, como es lógico, no cabe
hablar de apraxia si el enfermo no puede realizar la tarea
sencillamente porque no sabe hacerla, en el sentido de
que nunca aprendió a hacerla y, de hecho, no la ha llevado
a cabo antes. Por tanto, la apraxia consiste siempre en la
pérdida de una o más funciones o habilidades adquiridas. La expresión que se utiliza en el DRAE, «sin causa
orgánica que lo impida», es ambigua, porque puede, en
principio, referirse a dos cosas distintas: 1) el enfermo no
puede enhebrar una aguja, por ejemplo, tarea que antes
realizaba sin ninguna dificultad, a pesar de no ser ciego,
de no carecer de manos y no verse impedido por una artritis, artrosis o cualquier otra artropatía de la manos; 2)
la apraxia nunca es de causa orgánica. Si se refiere a 1,
es correcto, pero no lo es si se refiere a 2, puesto que la
mayor parte de las apraxias son precisamente de origen
neurológico (orgánico). Cuando la apraxia es psicógena
tradicionalmente se ha empleado en español el término
inhibición (véase este lema), al menos en las corrientes
psicodinámicas influidas por la teoría psicoanalítica.
Estas inhibiciones se observan en los cuadros antes denominados histéricos (hoy, disociativos o de conversión): el
enfermo no puede realizar una tarea que antes realizaba
sin ninguna dificultad a pesar de que no sufre afección
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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neurológica alguna. Las inhibiciones desempeñan un papel fundamental también en los denominados problemas
o dificultades de aprendizaje. A fin de cuentas, aprender es
también una tarea, cuya realización puede verse afectada
por una inhibición (apraxia o dispraxia psicógena, según
su gravedad) o por una apraxia o dispraxia neurológica.
Cuando se trata de una inhibición, lo característico es que
el niño o adolescente tenga un coeficiente intelectual normal, no tenga problemas en otras áreas del aprendizaje,
no presente ninguna alteración neurológica y el problema
afecte exclusivamente a un área del aprendizaje, como
los idiomas, las matemáticas o el deporte. Proponemos la
siguiente clasificación:
apraxias
apraxias neurológicas
apraxias psicógenas (= inhibiciones).
Véanse también los lemas dispraxia e inhibición.
aritmomanía
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del lat. arithmetĭcus, y este del gr. ἀριθ­μητικός,
cálculo, y del lat. manĭa, y este del gr. μανία, lo­cura). 1. f.
Med. En psiquiatría, ritual compulsivo que presentan algunos enfermos obsesivos que consiste en contar constantemente todo cuanto ven, como las personas de sexo contrario que pasan por la calle, las baldosas del suelo o las
veces que respiran en un minuto; sirve al enfermo para
aliviar la ansiedad, si bien solo de forma momentánea.
asíndesis
DRAE: No figura
Propuesta: (Del gr. α, sin, y σύνδησις, conexión, enlace,
relación). 1. f. Med. En psiquiatría, trastorno del lenguaje en el cual el enfermo combina palabras que remiten
a ideas e imágenes que no tienen relación entre sí; se
observa en la esquizofrenia y recuerda la forma de proceder de ciertas producciones literarias denominadas surrealistas.
Comentario: En retórica, la síndesis es una figura morfosintáctica, denominada también polisíndeton o ditología.
Consiste en el empleo de más conjunciones copulativas
de las preceptivas, tal como en los siguientes versos de
Rubén Dario:
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto
y el temor de haber sido, y un futuro terror...
En psiquiatría, la asíndesis es lo contrario: la falta de
conexión entre palabras o, mejor, entre las ideas, objetos
e imágenes a las que remiten las palabras. Es una característica de la esquizofasia; es decir, del lenguaje de los
esquizofrénicos. Castilla del Pino (1980), en Introducción
a la psiquiatría, nos ofrece el siguiente ejemplo de asíndesis creada por un paciente esquizofrénico: «En la gruesa
madrugada duermo profundamente, los godos tenían rubíes impresionantes». Y la compara con estos versos de
Federico García Lorca:
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
La tarde loca de higueras
y de rumores calientes
cae desmayada en los muslos
heridos de los jinetes.
Efectivamente, la asíndesis es lo que hace que el lenguaje esquizofrénico se parezca a las producciones literarias surrealistas. Recuérdese la frase del poeta francés
Lautréamont que André Breton utilizó para definir el su­
rrealismo: «Tan hermoso como el encuentro casual de un
paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de quirófano».
ataráctico, ca
DRAE: No figura.
Propuesta: Véase ataráxico.
Comentario: Los términos atráxico y ataráctico son sinónimos.
ataráxico
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. ἀταραξία, imperturbabilidad, serenidad). 1. adj. m. Med. Dícese de los psicofármacos que
producen ansiólisis, sedación, hipnosis o neurolepsis.
U. t. c. s. m.
Comentario: Ataráxico puede ser tanto adjetivo como
sustantivo (U. t. c. s. m.), y, como sustantivo, es sinónimo
de tranquilizante. Por tanto, engloba a todos los tranquilizantes, tanto menores (ansiolíticos, sedantes e hipnóticos)
como mayores (neurolépticos, también llamados antipsicóticos).
autismo
DRAE: (Del gr. αὐτός, uno mismo, e -ismo). 1. m. Re­
pliegue patológico de la personalidad sobre sí misma. 2. m.
Med. Síndrome infantil caracterizado por la incapacidad
congénita de establecer contacto verbal y afectivo con las
personas y por la necesidad de mantener absolutamente estable su entorno. 3. m. Med. En psiquiatría, síntoma esquizofrénico que consiste en referir a la propia persona todo
cuanto acontece a su alrededor.
Propuesta: (Del gr. αὐτός, uno mismo, e -ismo). 1. m.
Med. En psiquiatría, estado de extrema introversión que se
observa en el esquizofrénico; el enfermo se encierra en sí
mismo y pierde todo contacto con el mundo exterior. 2. m.
Med. En psiquiatría, trastorno mental de inicio en la infancia que se caracteriza por un desarrollo notablemente anormal de la capacidad de interacción y comunicación con el
mundo exterior y un repertorio sumamente restringido de
actividades e intereses.
Comentario: En la acepción 1 del DRAE no se utiliza
la marca Med., lo cual da a entender que se trata del uso
coloquial, no especializado, del término; sin embargo, se
utiliza el adjetivo patológico y se emplea una expresión
que connota un uso muy especializado: «repliegue patológico de la personalidad sobre sí misma», una expresión
que, además, resulta difícil de entender tanto para el lego
en psiquiatría como para el psiquiatra o psicólogo. ¿Qué
quiere decirse con esta expresión? Proponemos incluir dos
acepciones: en la primera se define el autismo como sig13
Traducción y terminología
no (de la esquizofrenia), y en la segunda, como trastorno
mental. La primera es muy similar a la que ofrece Carlos
Castilla del Pino (1980) en Introducción a la psiquiatría,
y se basa en la definición originaria que hiciera E. Bleuler
en 1913. La segunda es la que figura en la versión española del DSM-IV-TR (American Psychiatric Association,
1998), aunque hemos hecho algunos cambios para mejorar la traducción del inglés. Al contrario de lo que señala
el DRAE, el autismo no es un trastorno mental infantil,
sino un trastorno de inicio en la infancia. De hecho, hay
adultos autistas que no son esquizofrénicos. El adjetivo
congénito que utiliza el DRAE es de todo punto criticable
y conlleva una toma de partido por una determinada teoría
etiológica. Hoy en día no sabemos si el autismo es una
alteración congénita o adquirida (niños que luego serán
autistas tienen un comportamiento normal durante el primer año de vida).
autista
DRAE: 1. adj. Dicho de una persona: Afecta de autismo.
U. t. c. s.
Propuesta: 1. adj. Dicho de una persona: Afecta de autismo. U. t. c. s. 2. adj. Dicho de un comportamiento: Que
presenta los rasgos característicos del autismo.
Comentario: Creemos que es necesario una segunda acep­
ción, porque este adjetivo no se emplea solo para las personas, sino también para las conductas (conducta autista,
comportamiento autista).
autoerotismo
DRAE: No figura.
Propuesta: 1. m. Psicol. Actividad sexual en la que la excitación y el placer se obtienen del propio cuerpo, sin la
participación de otras personas.
bipolar
DRAE: adj. 1. Que tiene dos polos.
Propuesta: 1. adj. Que tiene dos polos. trastorno ~: 1. m.
Med. En psiquiatría, dícese de un trastorno del estado de
ánimo en el cual el enfermo oscila entre la alegría y la tristeza de una forma mucho más acentuada que las personas
normales; puede cursar con o sin síntomas psicóticos, tales
como alucinaciones y delirios.
Comentario: Teniendo en cuenta que el término trastorno
bipolar ha venido a sustituir en la actual nosología psiquiátrica a psicosis maníaco-depresiva, resulta extraño
que pueda cursar con o sin síntomas psicóticos. A nuestro
entender, es un error nosológico que habrá de corregirse en
el futuro: la categoría trastorno bipolar es excesivamente
heterogénea, y es probable que en un futuro próximo se
subdivida en diferentes entidades clínicas. De hecho, hoy
en día se distingue entre el trastorno bipolar I y el trastorno bipolar II, lo cual es, a nuestro juicio, claramente
insuficiente.
bradicinesia
DRAE: No figura
Propuesta: (Del gr. βραδύς, lento, y κίνησις, movimiento). Enlentecimiento de la actividad motora con disminución de la cantidad de movimientos normales y espon­
táneos.
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bradilalia
DRAE: (Del gr. βραδύς, lento, y λαλεῖν, hablar). 1. f.
Med. Emisión lenta de la palabra, observable en algunas
enfermedades nerviosas.
Propuesta: (Del gr. βραδύς, lento, y λαλεῖν, hablar). 1. f.
Med. Lentificación del habla, observable en algunas enfermedades neurológicas y trastornos mentales de causa
no orgánica.
Comentario: Nos parece más claro lentificación del habla
que emisión lenta de la palabra. Consideramos que enfermedades nerviosas es un término obsoleto y, además,
excesivamente inespecífico. Parece mejor referir que la
bradilalia puede observarse en algunas enfermedades neurológicas y también en ciertos trastornos mentales en los
que no se observa ninguna alteración del sistema nervioso
central.
bradipsiquia
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. βραδύς, lento, y ψυχη, alma y, en sentido figurado, mente). 1. f. Lentificación de los procesos
mentales, fundamentalmente del pensamiento, que se observa en algunas enfermedades neurológicas y trastornos
mentales de causa no orgánica.
Comentario: Esta definición es coherente con la de bradilalia.
bulimia
DRAE: (Del gr. βουλιμία, de βούλιμος, muy hambriento).
1. f. Med. Gana desmesurada de comer, que difícilmente
se satisface.
Propuesta: (Del gr. βουλιμία, de βούλιμος, muy hambriento). 1. f. Med. Apetito desmesurado, que difícilmente
se satisface. ~ nerviosa: En psiquiatría, trastorno de la
conducta alimentaria en el cual el enfermo come compulsivamente gran cantidad de alimentos en un corto espacio
de tiempo y a continuación, en algunos casos, se provoca
el vómito, se administra laxantes o utiliza otros medios
para no ganar peso.
Comentario: Hemos añadido una forma compleja (bulimia nerviosa) que explica el significado del término en
psiquiatría. Con respecto, a la acepción médica general,
nos parece preferible hablar de apetito desmesurado que
de gana desmesurada de comer (en medicina, la gana de
comer se denomina apetito).
bulímico, ca
DRAE: 1. adj. Perteneciente o relativo a la bulimia. Sufre
crisis bulímicas. 2. adj. Dicho de una persona: Que padece
bulimia. Era depresiva y bulímica. U. t. c. s.
Comentario: En el DRAE este lema se acompaña de la
siguiente nota: «Artículo nuevo. Avance de la vigésima
tercera edición». Nos parece bien que la Real Academia
Española haya decidido incluir este término en la vigésima tercera edición del DRAE. Además, coincidimos plenamente con la definición propuesta.
carebaria
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. χάρης, cabeza, y βάρος, pesadez). 1. f.
Med. Sensación de pesadez en la cabeza.
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
<http://tremedica.org/panacea.html>
Comentario: Este término es el equivalente al capiplenium de la medicina romana. En la semiología psiquiátrica
tiene cierta importancia por ser indicativo de ansiedad, depresión y de ciertos cuadros neurasténicos. También puede
deberse a la resaca de la intoxicación por ciertas drogas, especialmente el alcohol, o ser un efecto secundario de algunos psicofármacos, tales como las benzodiacepinas. Según
nuestras abuelas, parece tener que ver también con los cambios de tiempo; es decir, con los cambios en las condiciones
atmosféricas, especialmente con los nublados.
catalepsia
DRAE: (Del lat. catalepsis, y este del gr. κατάληψις, acción de coger, sorprender). 1. f. Med. Accidente nervioso
repentino, de índole histérica, que suspende las sensaciones e inmoviliza el cuerpo en cualquier postura en que se
le coloque.
Propuesta: (Del lat. catalepsis, y este del gr. κατάληψις,
acción de coger, sorprender). 1. f. Med. En psiquiatría,
mantenimiento rígido de una posición corporal durante un
periodo de tiempo prolongado sin propósito aparente, que
se observa en algunos enfermos esquizofrénicos.
Comentario: Nos parece de todo punto confusa e inexacta
la definición que propone el DRAE. Términos tales como
accidente nervioso repentino (¿hay algún accidente que
no sea repentino?), índole histérica, que suspende las
sensaciones carecen del mínimo rigor. La referencia a la
esquizofrenia es necesaria, puesto que la catalepsia es un
signo que se observa la mayoría de las veces en la esquizofrenia catatónica. Una vez más, el DRAE nos ofrece una
definición excesivamente etimológica.
cataplejía
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. καταπλήσσειν, pasmar). 1. f. Med.
Pérdida bilateral súbita del tono muscular que hace que el
sujeto caiga al suelo, generalmente asociada con una emoción intensa, un susto, la risa, la cólera o el miedo.
Comentario: Esta definición es la que figura en la versión española del DSM-IV-TR de la American Psychiatric
Association (1998), con los cambios correspondientes pa­
ra mejorar la traducción del inglés, que en este caso es
especialmente deficiente.
catatonia
DRAE: (Del al. Katatonie, y este del gr. κατάτονος, descendente). 1. f. Psicol. Síndrome esquizofrénico, con rigidez muscular y estupor mental, algunas veces acompañado de una gran excitación.
Propuesta: (Del gr. κατάτονος, descendente). 1. f. Med.
En psiquiatría, síndrome esquizofrénico que consiste en
estupor, mutismo y rigidez (catalepsia, persistencia de la
gesticulación facial) o movimientos estereotipados, manierismos o agitación.
Comentario: La definición del DRAE no permite al lector hacerse una idea ni siquiera aproximada de en qué
consiste la catatonia. En nuestra definición, que se basa
en la que ofrece Castilla del Pino (1980) en Introducción
a la psiquiatría, la conjunción disyuntiva o es de gran
importancia, porque en los manuales y diccionarios de
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
psiquiatría se suele definir la catatonia enumerando los
signos clínicos que constituyen el síndrome sin orden
ni concierto (por ejemplo, estupor y movimientos estereotipados), sin advertir que el estupor, pongamos por
caso, es incompatible con la agitación. La dificultad de
definir la catatonia se debe a que existen tres formas de
presentación muy distintas entre sí que pueden darse en
un mismo paciente en momentos distintos del curso clínico: a) estupor, rigidez, mutismo, mutismo acinético; b)
manierismos, movimientos estereotipados, y c) agitación.
Una vez más, encontramos un pleonasmo en la definición
del DRAE de un término psiquiátrico: estupor mental.
Por último, no entendemos por qué el DRAE introduce
este término con la marca Psicol., cuando la mayor parte
de las veces los términos del léxico de la psiquiatría clínica se introducen con la marca Med. Con respecto a la
acentuación, el DRAE da solo la forma sin hiato, que es
la tradicional en España; sin embargo, en algunos países
de Hispanoamérica se utiliza únicamente la forma con
hiato (catatonía). El Diccionario panhispánico de dudas
(RAE, AALE, 2006) señala que ambas grafías son correctas, aunque da preferencia a la forma con hiato por
ser las más acorde con la acentuación propia de las voces
que contienen la terminación -tonía (del gr. tonós ‘tono,
tensión’), como atonía, distonía, hipertonía, hipotonía,
hipertonía, monotonía y sintonía. De la misma opinión
es Fernando A. Navarro (2005) en su Diccionario crítico
de dudas inglés-español de medicina.
catatónico, ca
DRAE: 1. adj. Psicol. Perteneciente o relativo a la catatonia.
Propuesta: 1. adj. Med. Perteneciente o relativo a la catatonia. 2. adj. Med. Que padece catatonia. U. t. c. s.
Comentario: Hemos añadido una segunda acepción: ‘que
padece catatonia’. Esta acepción es importante porque se
trata de un adjetivo que puede usarse también como sustantivo (U. t. c. s.): un catatónico. Introducimos el término
con la marca Med. en vez de con la marca Psicol.
catectizar
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. καθηξις, carga). 1. tr. Psicol. En psicoanálisis, proyectar cierta cantidad de energía psíquica
sobre una representación mental o grupo de representaciones, una parte del cuerpo, un objeto, etc.
catectización
DRAE: No figura
Propuesta: (Del gr. καθηξις, carga) 1. f. Psicol. En psicoanálisis, acción y efecto de catectizar.
catexia
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. καθηξις, carga). 1. f. Psicol. En psicoanálisis, cantidad de energía psíquica que se halla unida
a una representación mental o a un grupo de representaciones mentales, una parte del cuerpo, un objeto, etc.
Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en la versión española del Diccionario de psicoanálisis
de J. Laplanche y J. B. Pontalis (1997).
15
Traducción y terminología
celotipia
DRAE: (Del lat. zelotypĭa, y este del gr. ζηλοτυπία, de
ζηλότυπος, celoso). 1. f. Pasión de los celos.
Propuesta: (Del lat. zelotypĭa, y este del gr. ζηλοτυπία,
de ζηλότυπος, celoso). 1. f. Med. En psiquiatría, sistema
delirante que se caracteriza por el hecho de que el enfermo
siente celos absolutamente infundados.
Comentario: A partir de la definición del DRAE es de
todo punto imposible saber qué es la celotipia. Da la
impresión de que, al menos en lo que respecta al léxico psiquiátrico, el DRAE incurre con frecuencia en el
error de definir los vocablos de una forma estrictamente
etimológica, sin tener en cuenta la evolución semántica
que estos han sufrido y su significado en un contexto especializado; es decir, su uso. A decir de Wittgenstein, el
significado de un vocablo es el uso que de él se hace, y
a la inversa, lo cual es de máxima importancia cuando
se trata de un lenguaje de especialidad. Por otro lado,
Castilla del Pino llamó la atención en repetidas ocasiones sobre la incorrección del término celotipia y de la
expresión delirio de celos. Los celos se sienten o no se
sienten, pero no se puede delirar con ellos. El objeto del
delirio del paranoico celotípico no son los celos, sino la
infidelidad de la pareja; por tanto, lo correcto sería usar
el término delirio de infidelidad en vez de delirio de celos y celotipia.
celotípico, ca
DRAE: No figura.
Propuesta: 1. adj. Med. Relativo o perteneciente a la celotipia. 2. adj. Dicho de una persona: Que padece celotipia.
U. t. c. s.
ciclotimia
DRAE: (Del gr. κύκλος, círculo, y θυμός, ánimo). 1. f.
Med. psicosis maníaco-depresiva.
Propuesta: (Del gr. κύκλος, círculo, y θυμός, energía vital, estado de ánimo). 1. f. Med. En psiquiatría, trastorno
mental que se caracteriza por una alteración crónica del
estado de ánimo con fluctuaciones que comprenden fases
hipomaníacas que se alternan con fases depresivas; es sinónimo de trastorno ciclotímico.
Comentario: El DRAE no define este término y se limita
a introducir un envío al lema psicosis maníaco-depresiva. Esto crea una gran confusión, porque la ciclotimia o
trastorno ciclotímico no es una psicosis, sino un trastorno
del estado de ánimo sin síntomas psicóticos. No obstante,
nuestra opinión es coincidente con la de Castilla del Pino:
el término ciclotimia debería aplicarse a las fluctuaciones
normales (no patológicas) del estado de ánimo que acontecen en cualquier persona, y el término para la ciclotimia
y el trastorno ciclotímico debería ser ciclotimosis, con el
sufijo -osis que denota enfermedad. Así podríamos distinguir entre lo que es una característica normal del ser
humano y la exageración patológica de esta. La ciclotimia
(trastorno ciclotímico) es un tipo de trastorno bipolar que
cursa con episodios de ánimo expansivo que no cumplen
los criterios del episodio maníaco y con episodios de ánimo deprimido que no cumplen los criterios del episodio
16
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depresivo mayor. Por tanto, es menos grave que el trastorno bipolar I y el trastorno bipolar II.
ciclotímico, ca
DRAE: 1. adj. Perteneciente o relativo a la ciclotimia.
2. adj. Dicho de una persona: Que padece ciclotimia.
U. t. c. s.
Propuesta: trastorno ~: véase ciclotimia.
cleptomanía
DRAE: (Del gr. κλέπτειν, quitar, y manía). 1. f. Propensión
morbosa al hurto.
Propuesta: (Del gr. κλέπτειν, quitar, y manía). 1. f. Med.
En psiquiatría, trastorno del control de los impulsos en el
cual el enfermo no puede resistirse al deseo de hurtar objetos que no son necesarios para el uso personal o son de
poca importancia por su valor monetario.
Comentario: Propensión morbosa es una expresión excesivamente vaga, y el término morboso en la acepción de
‘patológico’ debería evitarse en un diccionario del siglo
xxi. La definición que proponemos es muy similar a la de
la versión española del DSM-IV-TR (American Psychiatric
Association, 1998), aunque en esta se habla del «impulso
de robar objetos». Dado que el DRAE, en consonancia con
el Código Penal español, define el robo como el ‘Delito
que se comete apoderándose con ánimo de lucro de una
cosa mueble ajena, empleándose violencia o intimidación
sobre las personas o fuerza en las cosas’, está claro que en
la definición de cleptomanía no puede utilizarse el término
robo, como se hace en la versión española del DSM-IVTR, en la cual, en este ocasión, como en tantas otras, se ha
procedido a traducir literalmente del inglés.
clivaje
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del fr. clivage, separación o división). 1. m.
Psicol. Mecanismo mental mediante el cual el niño aprende a distinguir entre su cuerpo y él mismo como sujeto,
por un lado, y el mundo exterior, por otro; en algunos trastornos mentales graves, este mecanismo está perturbado,
de resultas de lo cual el enfermo confunde su mundo interno con el mundo exterior.
cognitivismo
DRAE: No figura.
Propuesta: 1. m. Psicol. Teoría psicológica que postula
que la conducta humana depende fundamentalmente de
los pensamientos del sujeto, y no del instinto, de la necesidad o de la pulsión.
cognitivista
DRAE: No figura.
Propuesta: 1. adj. Psicol. Perteneciente o relativo al cognitivismo. 2. adj. Partidario del cognitivismo. U. t. c. s.
Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en el DRAE en el lema conductista.
cognitivo, va
DRAE: (De cognición). 1. adj. Perteneciente o relativo al
conocimiento.
Propuesta: (De cognición). 1. adj. Psicol. Perteneciente
o relativo a las funciones superiores del ser humano, especialmente al pensamiento y al lenguaje. trastorno ~:
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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El que afecta al pensamiento o al lenguaje o a otras funciones superiores, tales como la percepción, la memoria,
el aprendizaje, la atención, la concentración, el razonamiento y el procesamiento de la información. teoría ~:
véase cognitivismo. terapia conductual- ~: Modalidad
de psicoterapia en la que se utilizan a la vez métodos conductistas y cognitivistas. psicología ~: Parte de la psicología que estudia las funciones superiores del ser humano,
fundamentalmente el pensamiento y el lenguaje.
Comentario: Para referirse a las funciones superiores se
ha impuesto en psicología el termino cognitivo, que deriva, tal como el DRAE señala, de cognición. Para referirse
a lo perteneciente o relativo al conocimiento, en nuestra
opinión, son preferibles cognoscitivo, gnoseológico, noético, epistémico o epistemológico, adjetivos que pertene­
cen al campo de la filosofía, no al de la psicología. Hemos
introducido cuatro formas complejas. Teoría cognitiva
es sinónimo de cognitivismo (véase este lema) y no debe
confundirse con psicología cognitiva.
compulsión
DRAE: (Del lat. compulsĭo, -ōnis). 1. f. Inclinación, pasión vehemente y contumaz por algo o alguien. 2. f. Der.
Apremio que se hace a una persona por parte de un juez o
de una autoridad, compeliéndola a realizar algo o a soportar una decisión o una situación ajenas.
Propuesta: Proponemos añadir una tercera acepción: 3. f.
Med. En psiquiatría, tendencia irreprimible a repetir una
acción a pesar de los esfuerzos del enfermo en sentido
contrario.
compulsivo
DRAE: (Der. de compulso, part. irreg. de compeler, y este
del lat. compulsus). 1. adj. Que tiene virtud de compeler.
2. adj. Que muestra apremio o compulsión. 3. adj. Psicol.
Que tiene impulsos irresistibles.
Propuesta: Proponemos modificar la acepción 3 y añadir
una cuarta acepción: 3. adj. Med. En psiquiatría, perteneciente o relativo a la compulsión. 4. adj. Med. Dicho de
una persona: que padece compulsiones.
condensación
DRAE: (Del lat. condensatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto
de condensar.
Propuesta: (Del lat. condensatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y
efecto de condensar. 2. f. Psicol. En psicoanálisis, proceso
psíquico que interviene en la actividad onírica y en la formación de síntomas, en el cual una misma representación
mental corresponde a varias personas, cosas o situaciones.
conductismo
DRAE: (De conducta, trad. del ingl. behaviorism). 1. m.
Psicol. Orientación metodológica que estudia el comportamiento sobre las relaciones de estímulo y respuesta y a
partir de la conducta y de las reacciones objetivas, sin tener en cuenta la consciencia, que es considerada un epifenómeno. 2. m. Psicol. Estudio de la conducta en términos
de estímulos y respuestas.
Propuesta: (De conducta, trad. del ingl. behaviorism). 1.
m. Psicol. Teoría psicológica que postula que toda conducta, incluso la patológica, es una respuesta aprendida a
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
un estímulo procedente del exterior, que la repetición de la
conducta se mantiene porque ha sido recompensada y que
el comportamiento constituye un intento de adaptación del
organismo a su entorno.
Comentario: Consideramos que con una acepción es suficiente. En la definición del DRAE no se incluyen los
cuatro elementos más importantes del conductismo: el
aprendizaje, la recompensa, la adaptación y la interacción
entre el organismo y el entorno. Además, esta definición
se refiere más bien al primer conductismo («conductismo
radical»). Este paradigma teórico ha ido evolucionando
con el tiempo, y actualmente los conductistas sí tienen en
cuenta la consciencia y otros fenómenos internos, tales
como la imaginación, las fantasías y el pensamiento, si
bien los consideran, en nuestra opinión, acertadamente,
formas de conducta y, como tales, respuestas aprendidas a
un estímulo del entorno.
confusional
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del lat. confusĭo, -ōnis). adj. género común.
Med. En psiquiatría, dícese del estado de alteración de
la conciencia de carácter agudo y fluctuante causado por
una enfermedad médica, un traumatismo, una intervención quirúrgica, una droga o un medicamento, en el cual
el enfermo se muestra perplejo, desorientado, ansioso,
agitado o estuporoso e incapaz de centrar la atención en
los estímulos del entorno; se acompaña de perturbación
de las funciones cognitivas, tales como el pensamiento y
el lenguaje, y de alteraciones del ciclo sueño-vigilia. Delirium es sinónimo de síndrome confusional agudo.
Comentario: Antes de que llegase a la psiquiatría española
procedente de la literatura médica anglosajona el latinismo
delirium, en mi opinión muy criticable, si bien solo sea por
la confusión que genera con el término delirio, se hablaba
de estado confusional agudo o de síndrome confusional,
términos mucho más precisos que delirium, aunque tienen
el inconveniente de que hacen referencia solo a uno de los
signos que componen el síndrome: la desorientación.
conversión
DRAE: (Del lat. conversĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto
de convertir o convertirse. 2. f. Mil. Mutación del frente,
de una fila, girando sobre uno de sus extremos. 3. f. Ret.
Figura consistente en emplear una misma palabra al fin de
dos o más cláusulas o miembros del período.
Propuesta: Todo igual y se añade una cuarta acepción, a
saber: 4. f. Med. En psiquiatría, mecanismo de formación
de síntomas que consiste en la expresión de un conflicto
psíquico a través de síntomas somáticos, ya sean motores,
por ejemplo, parálisis o crisis convulsivas, o sensitivos,
tales como anestesia o dolores localizados.
Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en la versión española del Diccionario de psicoanálisis,
de J. Laplanche y J. B. Pontalis (1997).
coprofilia
DRAE: No figura.
Propuesta: (Del gr. κόπρος, excremento, y φιλία, afición o
amor a algo). 1. f. Med. En psiquiatría, parafilia que con17
Traducción y terminología
siste en la excitación sexual producida por las heces o por
la visión del acto de defecar.
Comentario: Utilizamos el término parafilia por haber
sido ya admitido por la RAE en la acepción de ‘desviación
sexual’; es decir, como sinónimo de perversión.
coprolalia
DRAE: (Del gr. κόπρος, excremento, y λαλεῖν, hablar). 1.
f. Tendencia patológica a proferir obscenidades.
Propuesta: (Del gr. κόπρος, excremento, y λαλεῖν, hablar). 1. f. Med. En psiquiatría, compulsión a proferir expresiones groseras u obscenas; puede ser una tendencia
de carácter obsesivo, un tic o un componente de algunos
delirios agudos o crónicos.
Comentario: Proponemos una definición mas técnica de
este vocablo. Por otro lado, la coprolalia no consiste en la
tendencia a proferir solo obscenidades, sino también groserías que, en rigor, no pueden considerarse obscenidades
(por ejemplo, el «mierda» que oímos hasta el hartazgo en
el doblaje al español de las películas procedentes de los
Estados Unidos). Según lo comentado en el lema acatafasia, en nuestra opinión, el término correcto no es coprolalia, sino coprofasia, por no tratarse de una alteración del
habla, sino del lenguaje.
crepuscular
DRAE: 1. adj. Perteneciente o relativo al crepúsculo. U. t.
en sent. fig. 2. adj. Se dice del estado de ánimo, intermedio
entre la conciencia y la inconsciencia, que se produce inmediatamente antes o después del sueño natural, o bien a
consecuencia de accidentes patológicos, o de la anestesia
general. 3. adj. Zool. Se dice de los animales que, como
muchos murciélagos, buscan su alimento principalmente
durante el crepúsculo.
Propuesta: Todo igual excepto la acepción 2: 2. adj. género común, Med. En psiquiatría, se dice del estado de
alteración de la conciencia en el cual el enfermo, a causa
de una afección del encéfalo o de un trastorno mental de
causa no orgánica, actúa como si no tuviese conciencia o no
fuese plenamente consciente de lo que hace, siguiéndose el
episodio de una amnesia total o parcial de lo sucedido.
Comentario: La acepción 2 del DRAE es muy confusa,
especialmente en lo que se refiere a la expresión estado
de ánimo. El estado crepuscular no es un estado de ánimo,
18
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sino un estado de la conciencia, como lo son la obnubilación o el coma. El término neurológico-psiquiátrico es
estado crepuscular; por ello, proponemos iniciar la definición de esta forma: «Se dice del estado de alteración de
la conciencia en el cual [...]». El DRAE habla únicamente
de causas orgánicas (por ejemplo, «a consecuencia de accidentes patológicos» [sic]), pero olvida que los estados
crepusculares se observan también en trastornos mentales que difícilmente pueden atribuirse a una causa orgánica, tales como la histeria y otros trastornos disociativos, en cuyo caso suele hablarse de trance. Creemos que
el DRAE no debería tomar nunca partido en cuestiones
etiológicas cuando la causa del síndrome o del trastorno no ha sido dilucidada de forma concluyente. En todo
caso, se trata de uno de los términos más confusos de
la literatura neurológica y psiquiátrica. Algunos autores
lo utilizan como sinónimo de estuporoso, otros lo hacen
equivalente a obnubilatorio, confusional, etc. (véanse
los lemas confusional, estuporoso, obnubilatorio, obnubilado).
Bibliografía
American Psychiatric Association (1998): Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales-IV-texto revisado (DSM-IV-TR).
Barcelona: Masson.
Castilla del Pino, C. (1980): Introducción a la psiquiatría (2 tomos).
Madrid: Alianza.
Hales, R. E., Yudofsky, S. C., y Gabbard, G. D. (2009): Tratado de psiquiatría clínica, 5.ª ed. Barcelona: Masson.
Laplanche, J., y Pontalis, J. B. (1997): Diccionario de psicoanálisis. Bar­
celona: Paidós Ibérica.
Navarro, F. A. (2005): Diccionario crítico de dudas inglés-español de
medicina, 2.ª ed. Madrid: McGraw-HillˑInteramericana.
OMS (Organización Mundial de la Salud) (1995): Clasificación estadística internacional de enfermedades y problemas relacionados con la
salud (CIE-10), 10.ª revisión (3 tomos). Ginebra: OMS.
RAE (Real Academia Española) (2006): Diccionario de la lengua española (DRAE), 22.ª ed. Madrid: Espasa-Calpe.
RAE (Real Academia Española) y AALE (Asociación de Academias de
la Lengua Española) (2006): Diccionario panhispánico de dudas.
Madrid: Santillana.
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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Traducción y terminología
Glosario crítico inglés-español de documentos
de consentimiento informado
Pablo Mugüerza,* Lida Barbetti Vros** y Lorenzo Gallego-Borghini***
Resumen: La traducción de documentos de consentimiento para ensayos clínicos entraña varias dificultades. En primer
lugar, el lector de estos documentos es un paciente —algunas veces enfermo de gravedad y para quien la participación en un
ensayo clínico es su única esperanza de encontrar una cura— o un voluntario que se ofrece como sujeto de un experimento,
poniendo en riesgo su salud y su bienestar físico. En el primer caso, no se encuentra en las mejores condiciones para leer y
comprender un documento de este tipo; en ambos casos, debe saber a qué se expone. Además, los consentimientos incluyen
términos de diversas áreas: médicos, farmacéuticos, bioquímicos, estadísticos, administrativos y jurídicos, lo que dificulta
su comprensión. Por lo tanto, es imprescindible que la traducción sea lo más clara y fácil de leer posible, que no abunde en
palabrerío superfluo y que explique los conceptos con sencillez y exactitud en un lenguaje que un lego pueda entender.
Palabras clave: traducción, consentimiento informado, información para el paciente.
A critic English-Spanish glossary for informed consent forms
Abstract: Translating informed consent documents for clinical trials poses several difficulties. First, these documents are intended for patients—sometimes severely ill patients for whom taking part in a clinical trial is the last hope to find a cure—or
healthy subjects who volunteer to undergo an experiment, putting their health and physical well-being at risk. In the first case,
readers are not in the best condition to understand these documents; in both cases, readers need to know what they are exposing themselves to. Second, informed consent documents include terms from a wide variety of fields: medical, pharmaceutical,
biochemical, statistical, administrative, and legal, which makes them more difficult to understand. It is therefore essential that
the translation be as clear and reader-friendly as possible, with no unnecessary verbiage, and that concepts be explained plainly
and accurately, in a language that the layperson can understand.
Key words: translation, informed consent form, patient information sheet.
Panace@ 2010; 12 (33): 19-34
Introducción
A raíz de la calurosa acogida que tuvo entre los asistentes la ponencia «Traducción de protocolos de ensayos clínicos», impartida por Pablo Mugüerza en el transcurso de
las VI Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica
celebradas en la ciudad de Nueva York entre septiembre
y octubre de 2010, se nos hizo patente la necesidad de
continuar trabajando en el tema de los ensayos clínicos
y la documentación relacionada. El público, integrado en
su mayor parte por traductores noveles o estudiantes de
traducción, se mostró ávido de información y recursos, y
abundaron las preguntas relativas a la terminología que
aparece en los consentimientos. Por este motivo, a los autores nos pareció oportuno elaborar un glosario que fuera
específico para los consentimientos.
En cualquier publicación seria, ordenar los nombres de los
autores puede resultar una injusticia. Pero en nuestro caso tal
injusticia es mayúscula, porque desde el principio la colabo-
ración ha sido máxima, y el esfuerzo, paritario. Por eso debemos aclarar que el orden de aparición de los autores obedece
exclusivamente a razones privadas.
Nos apresuramos a agradecer de antemano y efusivamente
cualquier crítica o comentario que el lector tenga la amabilidad de hacernos llegar.
Por qué un glosario crítico
Después de barajar distintos enfoques, llegamos a la
conclusión de que lo más útil sería crear un glosario crítico
con términos que plantean problemas a los traductores, ya
sea porque desconocen o confunden su significado, porque no entienden el concepto que describen o simplemente
porque recurren a la traducción más literal o la más frecuente.
Por lo tanto, hemos incluido una selección de términos
de distintos campos, dando prioridad a los relacionados con
* Médico, traductor especialista en traducción médica y de protocolos de ensayos clínicos, Valladolid (España). Dirección para correspondencia:
pamuguerza@telefonica.net.
** Traductora literaria y técnico-científica, especialista en traducción médica, Nueva York (EE. UU.).
*** Traductor autónomo, Barcelona (España).
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
19
Traducción y terminología
los aspectos jurídico-económicos y administrativos de la participación en un estudio clínico más que a los estrictamente
médicos, ya que estos últimos se encuentran ampliamente tratados en la bibliografía existente, como, por ejemplo, en el
Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina, de
Fernando A. Navarro.
A su vez, intentamos darle al glosario un alcance internacional e identificamos las dos principales variedades dialectales del español (España o América) cuando corresponde.
Nos parece importante destacar que cada usuario debe conocer y consultar la legislación local a la hora de traducir los
términos jurídicos, ya que es imposible abarcar en un glosario
de este tipo los requisitos legislativos de todos los países de
habla española.
Por último, recordamos al usuario que debe tener presente
en todo momento que las propuestas recogidas en este glosario están pensadas exclusivamente para la traducción de
consentimientos informados, de modo que pueden no resultar válidas para traducir otros documentos, sobre todo por la
diferencia de registro lingüístico que presentan estos textos
dirigidos a un público lego.
Estructura de las entradas
Dado que las dificultades que plantean los distintos términos son de muy diversa índole, hemos preferido no ceñirnos
estrictamente a un formato único de artículo, sino adaptar la
estructura de cada uno en función del problema que suscita,
respetando por supuesto las pautas de estilo y ortotipografía
elegidas.
Junto al lema en inglés, la mayoría de entradas aportan una
o varias propuestas de traducción, que aparecen en redonda sin
ninguna marca concreta. En la mayor parte de los artículos,
se ofrece a continuación una breve explicación o comentario,
en el que utilizamos las comillas españolas (« ») para señalar
aquellas traducciones que consideramos mejorables, objetables
o incorrectas, a pesar de que en algunos casos son las más frecuentes. No en todas las entradas ofrecemos un equivalente directo, sino que en algunas explicamos la solución en el cuerpo
del artículo, en el cual utilizamos las comillas simples (‘ ’) para
señalar dichas soluciones y para citar otros textos.
Utilizamos las marcas ES y AM en voladita para destacar
que una propuesta es más propia del español peninsular o de
Latinoamérica.
Algunos artículos se ilustran con ejemplos reales de uso,
que recogemos en cursiva, y para todos ellos ofrecemos una
propuesta de traducción entre paréntesis y en redonda.
able to become pregnant: fértil, potencialmente fértil.
Otras soluciones para casos concretos (exceso de
repeticiones en el original, por ejemplo) pueden ser ‘en
condiciones de quedar embarazada’, ‘en condiciones de
concebir’, ‘con capacidad de quedar embarazada’, ‘con
capacidad de concebir’.
Desaconsejamos la traducción por «en edad de concebir» porque puede resultar confusa y suscitar dudas al
participante de un ensayo clínico: ¿cuáles son las edades
límite? ¿También entra en esta categoría una mujer joven
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pero estéril (por defecto congénito, accidente, intervención quirúrgica, etc.)?
acknowledgement: acuse de recibo.
Se refiere a la entrega de una copia del documento al
participante. Suele verse traducido incorrectamente como
«reconocimiento». Véase también  copy.
administrative.Tiene el sentido de ‘ajeno a los aspectos de
salud o médicos del estudio’, muchas veces en referencia
a su ‘organización’ o ‘gestión’, lo cual no siempre se corresponde exactamente con el adjetivo español ‘administrativo’. Compárese the recruitment was stopped due to
administrative censoring (se detuvo el reclutamiento por
finalización prematura del estudio) con treatment phase
was stopped due to administrative reasons (se detuvo la
fase de tratamiento por motivos de organización).
adverse: adverso.
Significa ‘indeseable’ o ’indeseado’, sin hacer referencia a la intensidad del acontecimiento ni a su relación
con el producto en investigación. El traductor dispone de
cierta libertad para traducir adverse por ‘desfavorable’,
‘desagradable’, ‘secundario’ u otros términos, pero recomendamos precaución ante expresiones más o menos
acuñadas, como adverse drug reaction (reacción adversa
a la medicación), adverse effect (reacción adversa, efecto in­deseable, efecto adverso) o adverse event (acontecimiento adversoES, evento adversoam).
agree, to: aceptar, pero también ‘acceder’ y ‘autorizar’.
Ejs.: if you agree to take part (si usted accede a participar); if you agree to your medical data being recorded
(si usted autoriza la recopilación de sus datos sanitarios).
De la misma manera, agreement casi nunca será
«acuerdo», sino ‘consentimiento’ o ‘autorización’. Ej.:
agreement to take part in the study (consentimiento para
participar en el estudio).
anonymize, to. El verbo ‘anonimizar’ es correcto porque se
ajusta a las normas españolas de formación de léxico, pero
conviene recordar que en el contexto de la protección de
datos se utiliza mucho el término ‘disociar’.
Ej.: your personal data will be anonymized so as to
prevent you being identified (sus datos personales serán
disociados para evitar que le identifiquen personalmente).
approval. En referencia al registro sanitario de fármacos,
mejor ‘autorización’ que «aprobación». Ej.: “investigational” means that the drug has not been approved for use in
all countries («en fase de investigación» significa que el
fármaco todavía no cuenta con autorización para administrarse en todos los países).
Conviene recordar también que, en España, la autorización de los comités éticos se denomina en propiedad
‘dictamen favorable’: the study will only commence after
the committee has approved the study (únicamente se dará
comienzo al estudio cuando el comité ético haya otorgado
su dictamen favorable).
arm: grupo, rama.
Es cada uno de los distintos grupos en los que se
divide a los participantes de un estudio. Es frecuente verlo
traducido incorrectamente como «brazo».
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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ask, to: preguntar, pero también ‘pedir’, ‘invitar’, ‘formular’,
‘plantear’ o ‘proponer’.
Ejs.: you are being asked to participate in a clinical research study (le invitamos a participar en una investigación); you will be asked to continue to come to the
scheduled visits (le pedirán que acuda a las demás visitas
programadas); you have the right to ask questions about
this study at any time (usted tiene derecho a plantear las
dudas que tenga sobre el estudio en cualquier momento).
assent: asentimiento, conformidad, consentimiento del
menorES.
Algunos laboratorios farmacéuticos hacen una distinción terminológica entre el consentimiento informado
del sujeto adulto (informed consent) y el del menor (informed assent). En la práctica, assent se ve traducido como
‘asentimiento’ o ‘conformidad’ para respetar la distinción
que se hace en los países anglosajones.
La participación de menores en ensayos clínicos es
un punto delicado que la legislación de cada país aborda
de forma específica, algo que habrá de tener en cuenta el
traductor. En los Estados Unidos, por ejemplo, sería inaceptable traducir ambas cosas como «consentimiento»:
un menor no tiene derecho a consentir en nada (lo hacen
sus padres por él), pero sí puede asentir (decir que sí pero
por escrito).
La legislación española, por su parte, habla de ‘consentimiento’ en ambos casos, de modo que para España en
concreto proponemos traducir el término como ‘consentimiento del menor’. Ejs.: an assent form is a form for your
child to provide affirmative agreement to participate in a
clinical study, independent of your consent (mediante la
firma de un documento de consentimiento, el menor deja
constancia de que accede a participar en un estudio clínico, con independencia de la autorización de los padres); if
your child is old enough, he/she will need to provide their
written assent to participate (si su hijo tiene edad suficiente, también tendrá que firmar un consentimiento para dejar
constancia de su voluntad).
at no charge: sin costoAM.
En traducciones para EE. UU., recomendamos no traducir como ‘gratuito’, ‘gratis’ o ‘gratuitamente’ para que no
se interprete como un incentivo para que el paciente o voluntario participe.
La consideración anterior no sería válida para Es­
paña, donde el acceso a la sanidad es de por sí gratuito y
universal.
baseline: al inicio, inicial.
Aunque ‘inicial’ y ‘basal’ sean sinónimos en otros
contextos, desaconsejamos utilizar «basal» y sus derivados
para dirigirse a los pacientes.
benefit: beneficio, ventaja, prestación.
Recomendamos precaución: usado en plural, como
suele verse en inglés, «beneficios» puede tener en español
cierta connotación económica, por lo que puede resultar
más clara la traducción con un verbo. Ej.: you may or may
not receive any benefits from being in the study (es posible
que usted no se beneficie de participar en el estudio).
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
Puede hacer referencia también a las ‘ventajas’ de la
participación, como por ejemplo que se le hagan controles
más frecuentes al paciente. Ej.: before you decide to take
part, you need to understand the risks and benefits (antes
de decidir si desea participar, debe conocer qué riesgos y
qué ventajas conlleva participar).
En el campo social corresponde a lo que en español
denominamos ‘prestaciones’ (y no «beneficios»): you may
decide to stop this study at any time without any penalty
or loss of benefits to which you may be otherwise entitled
(usted puede decidir abandonar el estudio en cualquier
momento, sin penalización ni menoscabo de las prestaciones que le corresponden).
birth control: anticoncepción.
Es frecuente verlo traducido incorrectamente como
«control de la natalidad», término que se refiere a la limitación del número de nacimientos (generalmente, en una
población) pero no a la prevención de la concepción o el
embarazo.
Los birth control methods se denominan en español
‘anticonceptivos’ o ‘métodos anticonceptivos’, aunque con
frecuencia se traducen erróneamente por «métodos de control de la natalidad».
blind, to: enmascarar, ocultar (el tratamiento, el fármaco, la dosis, etc., según sea el caso).
El adjetivo correspondiente (blinded) es ‘enmascarado’,
aunque recomendamos recurrir a perífrasis co­mo ‘desconocedor del tratamiento’ o ‘que desconoce el tratamiento’. El
sustantivo correspondiente (blinding) es ‘enmascaramiento’.
Por sus connotaciones peyorativas y su ambigüedad,
aconsejamos prescindir de los términos relacionados con
«cegar», «ciego» y «a ciegas». Sin embargo, en el título
del ensayo y en las referencias al diseño de la investigación los términos double blind y single blind sí se traducen como ‘doble ciego’ y ‘simple ciego’, por tratarse de
tecnicismos, sin perjuicio de que los expliquemos entre
paréntesis si corresponde.
break down, to: degradar, descomponer.
Se refiere a la manera en que el fármaco se descompone en compuestos químicos más simples. Ej.: PK and
PD look at how your body breaks down or processes the
drug (los análisis de farmacocinética y farmacodinámica
estudian cómo el organismo descompone o procesa el fármaco).
breast milk: leche materna.
Suele verse traducido incorrectamente como «leche
de pecho».
breastfeed, to: amamantar, dar el pecho, alimentar a pechoAM.
Debe evitarse la locución ‘dar de mamar’, ya que,
si bien es correcta, en algunos países tiene connotaciones
sexuales. El sustantivo es ‘lactancia’, ‘lactancia materna’,
‘alimentación a pecho’AM, y el adjetivo, ‘lactante’. Ob­sérvese
que este último significa tanto ‘que mama’ como ‘que amamanta’, por lo que deberá quedar claro de quién se trata.
bring, to: traer, pero también ‘llevar’.
La traducción al español depende del sujeto de la
frase y desde dónde habla este. Bring your unused bottles
21
Traducción y terminología
puede ser ‘traiga los frascos que no haya utilizado’, si el
emisor del consentimiento está en el mismo lugar al que
deben llevarse los frascos, o ‘lleve los frascos que no haya
utilizado’, si no es así.
Estas dos expresiones, que pueden parecer sinónimas, pueden causar confusión al paciente, quien en todo
caso debe saber dónde entregar los frascos vacíos o cualquier otro material.
chart. En muchos casos es la ‘historia clínica’, pero también
puede hacer referencia a todo tipo de gráficos (temperature chart, gráfico de temperatura), cuadros, tablas y esquemas (dosing chart, esquema de administración) que se
archiven en el expediente del paciente.
child. Recomendamos precaución y atención al contexto a la
hora de traducir este término, ya que puede ser, además de
‘hijo’ o ‘menor’, ‘lactante’, ‘infante’, ‘niño’, ‘adolescente’
o incluso ‘joven’, ‘muchacho’, etc.
Ej.: if your child might become pregnant during the
course of this study, she should not enroll in the study (si
hay alguna posibilidad de que su hija se quede embarazada durante el estudio, no podrá participar).
Por otro lado, el breastfeeding child es el ‘lactante’.
Recomendamos evitar traducir este término como «niño
que amamanta» —un calco del inglés— o frase similar,
ya que en español médico contamos con un único término
que designa el concepto de ‘bebé que todavía se alimenta
con leche materna (o sucedáneo)’, y que además es comprensible para el público general.
child-bearing potential, woman of.  able to become pregnant.
choose, to. Mejor que «elegir», diremos ‘decidir’ u ‘optar por’.
Ej.: if you choose to participate in this study, your
participation would last approximately 6-12 months (si
opta por participar, su participación durará unos 6-12 meses).
clinic. Recomendamos traducirlo por ‘hospital’, ‘consulta’
o incluso ‘centro’, prestando atención en todo caso al
contexto, ya que en muchos casos no se trata de una «clínica».
Ej.: after you have been discharged from the hospital, you will need to come to the clinic at least 10 times
(después de recibir el alta hospitalaria, tendrá que volver a
la consulta un mínimo de 10 ocasiones).
clinical trial, clinical study: ensayo clínico, estudio clínico.
En la práctica las expresiones inglesas clinical trial, clinical study, trial y study son intercambiables, así como sus
respectivas traducciones ‘ensayo clínico’, ‘estudio clínico’, ‘ensayo’ y ‘estudio’ lo son entre sí.
Recomendamos, en todo caso, dar preferencia al término ‘estudio’ en español, aunque en la práctica tiende a
utilizarse cada vez más ‘ensayo’.
cohort: cohorte.
Se refiere a un grupo de sujetos de un estudio que
comparten una característica común. Aunque la palabra
‘cohorte’ apenas se utiliza en español en la actualidad,
recogemos esta acepción para reflejar que sí se utiliza en
este contexto.
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collect, to. En español no decimos «recoger» el consentimiento sino ‘recabar’ u ‘obtener’.
Cuando se habla de ‘recoger información’ o ‘recoger
datos’, recomendamos evitar el calco «recolectar» y tener
en cuenta otras posibilidades, como ‘recopilar’, ‘reunir’
‘obtener’, etc. Ej.: by signing this form you consent to the
study doctor and his staff collecting your personal data
(mediante la firma de este documento usted autoriza al
médico y al equipo investigador a que recopilen sus datos
personales).
En el contexto de las muestras biológicas, hablaremos de ‘recoger’ u ‘obtener’ (muestras) y ‘extraer’ o ‘sacar’ (sangre). Ej.: on Visit 1 we will collect a urine sample
(en la visita 1 obtendremos una muestra de orina); you
may be asked to allow the collection of a blood sample (es
posible que tengan que extraerle una muestra de sangre).
come back, to. El verbo to come no equivale siempre a «venir», por lo que recomendamos tener en cuenta otras opciones, como ‘acudir’, o incluso ‘trasladarse’ o ‘desplazarse’.
Ej.: one week after surgery, you will come back to
the hospital for a check-up visit (una semana después de la
intervención, tendrá que desplazarse al hospital para una
visita de control); you will be asked to come to the study
clinic for all your study appointments (tendrá que acudir
al hospital a todas las visitas del estudio).
compensation: compensación, pero también ‘remuneración’,
‘retribución’, ‘honorarios’ e incluso ‘indemnización’; conviene recordar que en español tenemos el verbo ‘cobrar’.
Ejs.: both hospital and study investigator will be
receiving an economical compensation from the sponsor
for performing the study (la empresa promotora remunerará tanto al hospital como al investigador por realizar el
estudio); you will receive no compensation for the study
(usted no cobrará nada por participar en el estudio); if you
are caused any injury directly by your participation in the
study, you will be compensated (si sufre lesiones como
consecuencia directa de su participación en el estudio, recibirá una indemnización).
complete, to: cumplimentar, llenar, rellenar (un impreso, un
formulario), responder (un cuestionario, una encuesta).
Ej.: you will also be asked to complete short forms
(tendrá que responder una serie de cuestionarios breves).
En otros contextos puede significar ‘realizar’, ‘pasar’
(una evaluación) o ‘acudir’ (a una visita). Ej.: if you are discontinued from study treatment you will complete an early
study treatment termination visit (los pacientes que dejen
de recibir el tratamiento del estudio acudirán a una visita de
finalización prematura del tratamiento del estudio).
En el sentido de ‘completar’, también puede traducirse como ‘terminar’, ‘acabar’, ‘concluir’, ‘finalizar’, etc.
Ej.: your participation could last for around 8 months if
you complete all phases of the study (su participación durará unos 8 meses si termina todas las fases del estudio).
completion bonus: bonificación por terminar el estudio.
Este término se refiere a una suma extra que se paga
a los voluntarios que no abandonan el estudio antes de que
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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finalice. Suele aparecer en los consentimientos de estudios
clínicos de fase I y II. No debe traducirse por «bono».
conduct, to: llevar a cabo, realizar (un estudio).
Recomendamos no traducir esta locución por «conducir», ya que el investigador no siempre guía o dirige el
estudio, sino que contribuye a su realización.
Como sustantivo, conduct puede ser ‘realización’ o
‘desarrollo’ (del estudio), aunque conviene tener en cuenta
otras opciones. Ej.: sometimes, during the conduct of the
study, new information becomes available about the drugs
(a veces, durante el desarrollo del estudio aparece información nueva sobre los fármacos).
confidentiality: confidencialidad.
Se refiere a la cualidad de confidencial (‘que se hace
o dice en confianza o con seguridad recíproca entre dos o
más personas’; ‘reservado’; ‘secreto’) de la información que
se obtiene de los participantes en un ensayo clínico. Si bien
son conceptos relacionados, no debe confundirse con ‘privacidad’ (‘ámbito de la vida privada que se tiene derecho a
proteger de cualquier intromisión’) ni con ‘intimidad’ (‘zona
espiritual íntima y reservada de una persona o de un grupo,
especialmente de una familia’; ‘conjunto de pensamientos o
sentimientos que cada persona guarda en su interior’).
Como título del apartado correspondiente del consentimiento, sería aceptable en España traducirlo como
‘protección de datos’.
confinement period: período de confinamiento, período de
internamiento/internación, estancia hospitalariaES.
Se refiere al período durante el cual un participante
debe permanecer en el centro del estudio para que los investigadores le administren el tratamiento en estudio, lo
sometan a exámenes y análisis, controlen que no realice
actividades prohibidas (ej., ejercicio, fumar, ducharse),
que consuma los alimentos prescritos o que ayune, etc., en
los estudios de fase I. En los consentimientos desaconsejamos utilizar cualquier término que implique restricción
de libertad, como «período de reclusión».
consent, to: consentir, pero en muchos casos es mejor ‘autorizar’ o ‘acceder’.
Ejs.: by signing this form you consent to the Study
Doctor and his or her staff collecting and using your personal data for the study (mediante la firma del presente
documento, usted autoriza al médico y al equipo investigador a recopilar y utilizar sus datos personales a efectos
del estudio); where you do consent to this, a blood sample
of approximately 9 milliliters will be taken (si accede a
ello, le extraeremos una muestra de sangre de unos 9 ml);
having consented, you still have the right to withdraw at
any time (aun después de prestar su consentimiento, tiene
derecho a abandonar el estudio en cualquier momento).
 informed consent form.
consent discussion. Se trata de la ‘explicación del consentimiento’, la ‘charla’ o ‘entrevista sobre el consentimiento’
o ‘sobre el estudio’.
El verbo inglés to discuss significa (además de to
investigate by reasoning or argument) to present in detail for examination or consideration y también to talk
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
about. Es con estos dos últimos sentidos, principalmente el segundo, como se usan discuss y discussion en los
consentimientos. En español, por el contrario, «discutir»
se usa principalmente con el significado de ‘tener una
disputa’ (‘contender y alegar razones contra el parecer de
alguien’).
 discuss, to.
consent form.  informed consent form.
contact, to. comunicarse con, ponerse en contacto con, llamar
a, escribir a, contactar con, dirigirse a.
Recomendamos evitar la traducción acrítica por
‘contactar con’ (y jamás «contactar a»), ya que hay otras
opciones de traducción más naturales en español.
Cuando el texto indique claramente que se refiere a
llamar por teléfono (contact the doctor at 831 546 00 00)
recomendamos utilizar el verbo ‘llamar’, y cuando se refiera claramente a escribir (contact the doctor at xxx@email.
com) recomendamos utilizar el verbo ‘escribir’. Si se ofrecen ambas posibilidades u otras o no se aclara, se puede
usar ‘comunicarse con’ o ‘dirigirse a’. Ej.: if you have
questions about your rights as a research subject, you may
contact: (si desea hacer alguna pregunta sobre sus derechos como sujeto de investigación, puede dirigirse a:).
contraceptive.  birth control method.
copy: copia, ejemplar.
Conviene tener en cuenta que, teóricamente, se cumplimentan y se firman dos originales del documento de
consentimiento, que en español denominamos ‘ejemplares’; en la práctica, no obstante, suele firmarse un original
y entregarse al paciente una ‘copia’.
Ejs.: this document must be completed in 2 original
copies (este documento debe cumplimentarse por duplicado ejemplar); you will be given a copy of the signed and
dated consent form (le entregaremos una copia del documento de consentimiento firmado y fechado).
core study.  main study.
damages. En español es mucho más habitual utilizar el doblete ‘daños y perjuicios’ que hablar de «daños» a secas.
Ej.: the Sponsor for this study has taken out a civil
responsibility insurance that covers any damage or loss
that may occur as a consequence of the trial to the persons... (el promotor del estudio ha suscrito un seguro de
responsabilidad civil con cobertura para todos los daños
y perjuicios que sufran como consecuencia del ensayo las
personas...).
data protection law. Consideramos correctas las expresiones
‘ley de protección de datos’, ‘legislación de protección de
datos personales’; en España hablaríamos de ‘legislación
en materia de protección de datos de carácter personal’.
Ejs.: the sample will need to be transferred to the
USA for processing, where the data protection laws may
not be as developed (la muestra se remitirá para su procesamiento a los Estados Unidos, país cuya legislación en
materia de protección de datos es menos estricta).
date, to: fechar.
En español existe el verbo ‘fechar’, por lo que recomendamos utilizarlo y evitar la locución ‘colocar la fe23
Traducción y terminología
cha’, como suele verse con frecuencia. Si, por el contrario,
el texto dice date and initial, es recomendable traducir por
‘coloque/apunte/anote/escriba la fecha y sus iniciales’.
 initial, to
diary card. No es ni una «tarjeta diaria» ni un «diario-tarjeta»
ni nada por el estilo, sino sencillamente un ‘cuaderno’, una
‘ficha’ o una ‘hoja’ (mejor que un «diario») que se entrega
al paciente para que anote una serie de datos.
Ej.: you will be asked to record your blood pressure
on the diary card every day (todos los días tendrá que consignar en el cuaderno su presión arterial).
disclose, to: entregar, revelar, dar a conocer (información/
datos).
Suele verse traducido incorrectamente como «divulgar» (información). El verbo ‘divulgar’ significa ‘difundir,
propagar’ (‘publicar, extender, poner al alcance del público algo’), que no es lo que ocurre cuando en un estudio se
entrega o revela la información de los participantes a un
tercero. Recomendamos enfáticamente evitar esta traducción, que no solo es incorrecta, sino que puede disuadir al
paciente o voluntario de participar en el estudio.
Ej.: they will see your name and your medical information but will never disclose your name to anyone else
(tendrán acceso a su nombre y a sus datos de salud, pero
nunca revelarán su nombre a terceros).
discontinue, to: suspender o interrumpir (la participación o la
administración), abandonar (el estudio o el tratamiento),
retirarse/apartar (del estudio), dejar de recibir o de administrar (la medicación del estudio).
Si bien el DRAE admite ‘discontinuar’ y ‘descontinuar’ (como ‘romper o interrumpir la continuación de al­
go’), su uso en los consentimientos nos parece un mero
calco, ya que naturalmente utilizaríamos otras expresiones.
discuss, to: analizar, comentar, consultar (al médico, a la pareja, a los familiares, al tutor, etc.).
El verbo inglés to discuss en este caso significa to
talk.
 consent discussion
dispense, to: entregar, dispensar, despachar (el medicamento).
Muchos traductores evitan usar el verbo ‘dispensar’
que significa, entre otras cosas, ‘expender, despachar un
medicamento’ (DRAE) y ‘dar, distribuir o suministrar
algo’ (M. Moliner).
doctor: médico.
Si bien tanto en España como en Hispanoamérica con
mucha frecuencia se dice coloquialmente «doctor» para referirse a un médico, en un documento médico-legal, como
es un consentimiento, es mucho más apropiado emplear
‘médico’.
No debe olvidarse, además, que el término ‘doctor’
no solo significa médico, sino también ‘persona que ha
recibido el último y preeminente grado académico que
confiere una universidad u otro establecimiento autorizado para ello’ (doctor en Filosofía, doctor en Física, doctor en Ciencias de la Educación, etc.) y se utiliza como
tratamiento no solo para médicos, sino también para abogados.
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 study doctor.
dosing: administración de la dosis, administración del medicamento, toma, tratamiento.
Casi nunca se refiere a la «posología» o «dosificación» (división o graduación de la dosis de un medicamento), sino al acto de administrar el medicamento, o de
administrar cada dosis.
Ej.: after dosing, you and your child will stay in the
clinic for at least 12 hours (después de la administración,
usted y su hijo/a se quedarán en la consulta al menos 12
horas).
drug: medicamento, fármaco.
Recomendamos evitar traducir por «droga», ya que
podría interpretarse como ‘estupefaciente’.
dummy: simulación, simulado.
Si califica a medication, drug, therapy, etc., puede
significar ‘placebo’.
early. Suele verse traducido acríticamente por «tem­prano».
Muchas veces, como en leave the study early, no significa «temprano», sino before the usual or expected time,
es decir, ‘antes de tiempo’, ‘anticipadamente’ o ‘prematuramente’. Téngase también en cuenta la posibilidad de
traducir por ‘antes de terminar’ o ‘antes de que termine el
estudio’.
eligibility: idoneidad, aptitud.
Recomendamos asimismo buscar otras alternativas
de traducción, por ejemplo ‘requisitos’ (como título de un
apartado), ‘si reúne los requisitos/las condiciones’, etc., y
evitar el omnipresente «elegibilidad», que, además de ser
poco natural, no sería del todo correcto, ya que significa
‘cualidad de ser elegible: que se puede elegir, o tiene capacidad legal para ser elegido’.
El adjetivo correspondiente (eligible) sería ‘idóneo’,
‘apto’, ‘que reúne los requisitos’, aunque cada vez más se
vea traducido por «elegible».
enroll, to: inscribir, incluir, pero también ‘participar’.
El verbo inglés to enroll significa to insert, register, or enter in a list, catalog, or roll, es decir, ‘inscribir’,
‘anotar’, ‘apuntar’. Ej.: we would like your permission to
enroll you as a participant in a research study (solicitamos su autorización para incluirle como participante en
una investigación).
En el contexto que nos ocupa muchas veces puede
traducirse como ‘participar’. Ej.: the study is expected to
enroll approximately 500 subjects (está previsto que en el
estudio participen cerca de 500 personas).
ethics committee: comité ético, comité de ética.
En España estas comisiones se denominan oficialmente ‘comités éticos de investigación clínica’ (‘CEIC’).
El traductor deberá conocer la denominación oficial
de esta figura en el idioma del país para el que traduce
(‘comités de bioética’ en Argentina, por ejemplo).
En los Estados Unidos, donde se denominan institutional review boards, se emplea la traducción ‘comité institucional de revisión’ o ‘junta institucional de revisión’,
nunca «comité/junta de revisión institucional».
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ethnic origin: raza.
Recomendamos traducir este término como ‘raza’
y no como «grupo étnico», que, además de literal, resulta
poco claro.
event: acontecimientoES, eventoAM, pero también ‘suceso’,
‘ac­to’, ‘actividad’, ‘hecho’, ‘circunstancia’, etc.
Ej.: you may continue receiving this study treatment
until any of the following events takes place (podrá seguir
tomando el tratamiento del estudio hasta que se dé alguna
de las circunstancias siguientes).
Debe traducirse por ‘episodio’ si se refiere a una exacerbación o crisis de una enfermedad ya mencionada o
implícita: ‘episodio cardiovascular’, ‘episodio digestivo’.
Ej.: before being discharged, she experienced two more
seizure events (antes de abandonar el hospital tuvo dos
episodios más de convulsiones).
 adverse event.
experience, to. Recomendamos no traducirlo por «experimentar» ya que este verbo en español también —y principalmente— significa ‘probar y examinar prácticamente la
virtud y propiedades de algo’, ‘sufrir un cambio’ y ‘hacer
un experimento’ (a diferencia de to experience), además
de ser menos usado, más largo y difícil de leer.
Es mucho más natural decir ‘si tiene náuseas, diarrea
o dolor de cabeza’ que ‘si experimenta náuseas, diarrea o
dolor de cabeza’.
extension: ampliación, más fácil de entender para los pacientes que «extensión».
Ej.: upon completion of the core study, there will be
an open label extension study (una vez finalizado el estudio principal, habrá un estudio de ampliación sin enmascarar).
fasting conditions: en ayunas.
Suele verse traducido incorrectamente como «en condiciones de ayunas».
fatal: mortal, letal.
Suele verse traducido incorrectamente por «fatal».
‘Fatal’ no significa ‘que causa la muerte,’ sino ‘inevitable’, ‘desgraciado’, ‘muy mal’.
findings: resultados (de un estudio clínico), datos (de exámenes, análisis).
Suele verse traducido acríticamente por «hallazgos»;
si bien esta es una traducción bastante literal, podría ser
apropiada para referirse a un ‘encuentro inesperado durante la exploración física’, por ejemplo.
flipping a coin, like: como a cara o cruz, como a cara o ceca.
Esta expresión, utilizada como analogía para explicar el proceso de distribución aleatoria, se refiere al conocido juego de azar en el que se tira una moneda al aire para
repartir o asignar algo. No debe traducirse simplemente
por «como al lanzar una moneda» porque esto no significa
nada.
follow-up: seguimiento, control posterior, controlesES.
Aunque la primera propuesta es la que más se utiliza, recomendamos considerar las otras dos para dirigirse
a los pacientes, que entienden mejor expresiones del tipo
‘tendrá que seguir acudiendo a controles cada x meses’.
Panace@.
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Traducción y terminología
form: impreso, formulario, documento.
Aunque según el DRAE son sinónimos, no todo lo
que está impreso es un formulario, ni todos los formularios están impresos (cada vez será más frecuente que no
lleguen al soporte en papel).
Ej.: you do not lose any legal rights by signing this
form (la firma de este documento no implica la pérdida de
ninguno de sus derechos legales).
También puede verse en el sentido de ‘cuestionario’.
Ej.: you will also be asked to fill out 3 forms regarding
sleep quality, overall life satisfaction and sexual functioning (también le pediremos que conteste tres cuestionarios
sobre su calidad del sueño, su satisfacción general con la
vida y su función sexual).
 informed consent form
formulation: formulación.
Aunque aparentemente este término no plantea dificultad, conviene recordar que formulation puede referirse
a: 1) dosage form (forma farmacéutica o galénica, presentación), es decir, en referencia al aspecto del fármaco: pastilla, comprimido, infusión intravenosa, etc.; o a 2) drug
formulation (composición del medicamento).
freely: Además de ‘libremente’, puede ser ‘voluntariamente’
o ‘por voluntad propia’.
Ej.: I freely agree to participate in this study (accedo
voluntariamente a participar en el estudio).
gender: sexo.
Recomendamos evitar traducir literalmente por «género» (clasificación de algunas palabras, como los sustantivos y los adjetivos, en femeninas, masculinas y, en el
caso de algunos pronombres, neutras). La definición de
‘sexo’ (‘condición orgánica, masculina o femenina, de los
animales y las plantas’) expresa exactamente el significado del gender inglés.
give, to. Mejor que «dar» una autorización o un consentimiento, en español conviene tener en cuenta otras posibilidades
como ‘prestar’, ‘otorgar’ o, simplemente, ‘autorizar’. Ej.:
I voluntarily give consent for my child to take part in this
study (autorizo a mi hijo/a a participar en este estudio).
Igualmente, en el contexto de las muestras biológicas,
mejor que «dar» será ‘donar’. Ej.: I accept to give samples
of my tumor (accedo a donar muestras del tumor).
guardian. Es el tutor legal o representante legalES que autoriza al menor o a la persona incapacitada a participar en
el estudio.
Ej.: be sure to tell your parent or guardian if you
feel any of these (si tienes alguno de estos síntomas, díselo
enseguida a tus padres o tutores); signature of the parent/
legal guardian (firma del padre/madre/tutor legal).
have (something done), to. Recomendamos precaución a la
hora traducir este verbo, ya que en inglés se utiliza para
designar acciones que recaen en el sujeto, sin que este
sea el verdadero agente; en español, en cambio, el verbo «tener» siempre es agentivo, y por lo tanto carecen de
sentido expresiones como «tener una exploración física»
(que lamentablemente se ven muy a menudo en las traducciones).
25
Traducción y terminología
Como la pasiva refleja puede ser un poco farragosa
(al añadir «se le» cada vez que aparece el verbo), recomendamos de entrada recurrir a la tercera persona del plural, o incluso a la primera persona del plural, entendiendo
que el texto está redactado desde la perspectiva del equipo
investigador.
Ejs.: you will have blood drawn for a pregnancy
test (le sacaremos sangre para una prueba del embarazo); during these cycles, you will have the following assessments (en estos ciclos, le harán las pruebas siguientes); you will also have your weight measured (además,
le pesaremos).
health and medication history: antecedentes médicos y de
medicamentos, enfermedades que ha tenido y medicamentos que ha recibido.
Recomendamos evitar las traducciones literales co­
mo «historia de salud y medicación».
 medical history.
health authorities.  regulatory authorities
health information: datos sanitariosES, datos sobre su salud,
información médica, información sobre su salud.
Recomendamos evitar traducir literalmente por «información de salud», que suena extraño y poco natural.
Casi siempre aparece en referencia al tratamiento de los
datos personales.
Véase también  personal information.
health damage.  injury.
herbal medication: hierba medicinal, producto de herbolario,
de hierbasAM.
El adjetivo «herbal», como se usa en muchos países,
no está recogido en ninguno de los diccionarios de peso
(DRAE, Panhispánico, Moliner). El adjetivo correcto es
‘herbario’, pero se usa poco.
HIPAA (Health Insurance Portability and Accountability
Act): Ley de Responsabilidad y Transferibilidad de los
Seguros Médicos/de Salud.
Ley estadounidense que, entre otras cosas, regula la
transmisión de los datos médicos de los pacientes entre
los seguros médicos, los profesionales de la salud, los empleadores y otras partes interesadas.
Portability suele verse traducido por «portabilidad»,
lo que es incorrecto, ya que portability significa: the transferability of benefits from one pension fund to another
when the worker changes jobs.
Accountability significa aquí ‘responsabilidad’, no
«contabilidad», como suele verse traducido incorrectamente.
history: antecedentes, historial.
Cuando se hace referencia a los problemas de salud
que ha tenido el paciente en su vida, medical history se traduce por ‘antecedentes médicos’, aunque suele verse traducido también como «historial médico» y como «historia
médica».
Para mayor claridad, en los documentos destinados
al paciente puede sustituirse por una frase u oración explicativa del tipo ‘enfermedades que ha tenido’ o ‘medicamentos que ha tomado’, según corresponda.
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Ej.: you will be asked to provide your medical history (le preguntarán qué enfermedades ha tenido a lo largo
de su vida).
home. Naturalmente es el ‘domicilio’ del paciente (mejor que
«su casa» o que «su hogar»), pero en muchas ocasiones
tiene un sentido figurado, como en el ejemplo siguiente:
you will be given a signed copy of your consent form to
take home and keep for your records (se le entregará una
copia firmada del documento de consentimiento por si desea consultarla posteriormente).
hospital record. Casi nunca es un «registro hospitalario» ni
un «registro médico» (medical record), sino la ‘historia
clínica’ del paciente.
Ej.: Health Authorities will require access to your
original medical records (las autoridades sanitarias tendrán que consultar su historia clínica original).
identity. A veces, en lugar de traducir este término por ‘identidad’, podemos recurrir a una perífrasis con ‘anonimato’,
como en el ejemplo siguiente: I understand that the researcher has agreed not to reveal my identity and personal information if this project is published or presented in
any public form (entiendo que el investigador ha contraído
el compromiso de respetar mi anonimato en toda publicación o exposición del proyecto).
infant: lactante, recién nacido, bebé.
Suele verse traducido incorrectamente como «niño»
o «infante» (niño menor de siete años).
informed consent: consentimiento informado.
El acto jurídico que tiene lugar cuando el paciente
accede a participar en una investigación después de recibir toda la información pertinente se denomina ‘consentimiento informado’. Parece tarde para modificar esta
expresión, a pesar de todas las críticas que ha recibido,
aunque pensamos que habría sido óptima su traducción
por ‘consentimiento fundamentado’.
informed consent form: documento de consentimiento informado, mejor que «formulario de consentimiento informado».
Lo que algunos laboratorios distinguen como dos
do­cumentos distintos (patient information sheet, por un
lado, e informed consent form, por el otro) en muchas ocasiones es en realidad un mismo documento, como ocurre
en España, por lo que recomendamos unificar su denominación como ‘documento de información para el paciente
y consentimiento informado’.
 patient information sheet.
informed decision. Mejor que el calco «decisión informada»,
diremos ‘decisión fundada’, ‘decisión con conocimiento
de causa’ o ‘decisión fundamentada’ (puesto que en español no se pueden ‘informar’ las decisiones).
Ej.: this information is presented to you so that you
can make an informed decision (le facilitamos esta información para que pueda tomar una decisión con conocimiento de causa).
initial, to. En español no se «inicializan» los documentos,
sino que en todo caso ‘se consignan las iniciales’. Ej.: you
will be asked to date and initial this form (tendrá que consignar la fecha y sus iniciales en este documento).
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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El verbo ‘inicialar’ con el sentido de ‘colocar las iniciales’ solo se utiliza en Cuba y Puerto Rico. Recomendamos
entonces evitar su uso, excepto en documentos destinados
específicamente a uno de esos países.
Cabe recordar, por otro lado, que en España se prohíbe el uso de las iniciales reales de los sujetos de investigación clínica, con lo cual este término desaparecerá en
la traducción donde se enumeran los datos que se recopilarán del paciente. Ej.: only a number and your initials
will be used to identify you (solo se le identificará por un
código de paciente o participante).
injury. En el contexto jurídico no hablamos de «heridas», sino
de ‘lesiones’, ‘daños físicos’, ‘daños personales’, ‘daños
corporales’ o ‘daños y perjuicios’.
Ej.: if you are injured as a direct result of taking part
in this study (si usted sufre daños personales como consecuencia directa de su participación).
Si bien en la jerga legal este término se traduce por
‘lesión’, en los documentos dirigidos a los pacientes puede
resultar más claro ‘daño corporal’ o ‘daño físico’, para que
no se entienda erróneamente que se trata exclusivamente
de una herida o un golpe, sino que también puede ser una
enfermedad, efecto secundario, etc.
El verbo correspondiente (to injure) se traduce como
‘causar’ u ‘ocasionar lesión/daño corporal/físico’.
 damages.
institution. Aunque en muchos países la traducción por «institución» no plantea ningún problema, en otros, como en
España, tiene connotaciones distintas y rara vez lo utilizamos para hablar del ‘hospital’ o ‘centro’ donde se realiza
el estudio, de modo que estimamos conveniente dar preferencia a estos otros términos.
Ej.: your care and relationship with healthcare providers at the institution will not be affected in any way (no
se verán afectadas en modo alguno su atención sanitaria ni
su relación con los profesionales del hospital).
Véase  clinic y  study site.
Institutional Review Board.  ethics committee.
instruct, to. La mayoría de las veces no es «instruir», sino
‘indicar’, ‘explicar’, ‘enseñar’, ‘dar instrucciones’, etc.
Ejs.: your doctor should instruct you on what to do
if you have a temperature (el médico le indicará qué debe
hacer si tiene fiebre); always take the study drug exactly as
your doctor has instructed you (tome siempre el fármaco
del estudio según las instrucciones exactas del médico);
you will be provided with and instructed how to use the
measuring receptacle (le entregarán el recipiente medidor
y le enseñarán a usarlo).
investigational. Contamos con varias posibilidades para traducir este adjetivo que carece de equivalente directo en
español.
Ejs.: “investigational” means that the drug has not
been approved to treat moderate to severe pain («en investigación» significa que el medicamento no está autorizado para el tratamiento del dolor moderado e intenso);
this means both you and your study doctor know you will
be taking the investigational product (es decir, que tanto
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
usted como el médico investigador sabrán que usted está
tomando el fármaco del estudio); it is an investigational
medicine, which means that it has not been approved by
the European Health Authorities (es un fármaco experimental, es decir, no cuenta todavía con la autorización de
las autoridades sanitarias europeas).
laboratory test: análisis (clínico), prueba analíticaES.
Suele traducirse indiscriminadamente por «pruebas
de laboratorio». No se prueba ningún laboratorio, sino las
muestras de los pacientes.
legal rights: derechos jurídicos, derechos que marca la ley, etc.
Ej.: in signing this form, you do not give up any legal
rights (la firma de este documento no implica la renuncia
a ninguno de los derechos que le asisten según la ley).
legally acceptable representative: representante legal, mejor
que el calco «representante legalmente aceptable».
Ej.: you and/or your legally acceptable representative will be given any new information about the study
drug (les facilitaremos a usted y/o a su representante legal cualquier información nueva sobre el medicamento en
fase de investigación).
length (of study): duración del estudio.
No debe traducirse por «longitud del estudio», ya
que se refiere a tiempo (duration or extent in time) y no a
espacio (distance or extent in space).
main study: estudio principal.
En el marco de un ensayo clínico a veces se analizan
aspectos concretos (como la farmacocinética o la farmacogenómica) en forma de subestudios, cada uno de los
cuales requiere de su propio documento de consentimiento, en el cual se denomina main study o core study (estudio
principal) al ensayo clínico general.
Ej.: if you decide not to donate samples, you can still
take part in the main study (aunque decida no donar las
muestras, podrá participar en el estudio principal).
mask, to.  blind, to.
medical care: atención/asistenciaES médica o sanitaria.
Suele verse traducido literalmente como «cuidado médico». En nuestra opinión, el término ‘cuidado’ (o
‘cuidados’) debe reservarse para la atención de las necesidades no terapéuticas del paciente, por ejemplo, para los
cuidados paliativos (en un centro para enfermos terminales), el cuidado de un enfermo en el hogar (por parte de un
familiar, etc.), los cuidados propios de la enfermería (aseo,
alimentación, arreglo de cobijas, etc.).
medical information.  health information.
medical record.  hospital record.
medically necessary: necesario por razones médicas.
Suele verse traducido también como «médicamente
necesario», pero en nuestra opinión se trata de un calco
criticable. Además, recordemos que por motivos estilísticos no conviene abusar de los adverbios acabados en
-mente.
monitor, to: monitorizar, monitorearAM, pero también ‘comprobar’, ‘vigilar’, ‘controlar’, ‘observar’, ‘detectar’.
El verbo ‘monitorizar’ (en América es más frecuente ‘monitorear’) en rigor se refiere a ‘observar mediante
27
Traducción y terminología
aparatos especiales el curso de uno o varios parámetros
fisiológicos o de otra naturaleza para detectar posibles
anomalías’, según el DRAE, que solo admite ‘monito­
rizar’.
Proponemos reservar la primera propuesta (‘monitorizar’) para las labores de control que se llevan a cabo
mediante algún tipo de dispositivo (con o sin monitor).
multidose: múltiples dosis, en/con múltiples dosis.
Recomendamos evitar traducir por «multidosis»
(«estudio multidosis») y utilizar en cambio un sintagma
preposicional, como ‘estudio de múltiples dosis’, ‘estudio
con múltiples dosis’, ‘administración de múltiples do­sis’,
etcétera
naïve patients: pacientes sin tratamiento previo, pacientes no
tratados previamente.
Ej.: if you are HIV-positive but a naïve patient, please
report to the study team if you have not had HIV test repeated in the last 12 months (si es usted VIH positivo pero
nunca ha recibido tratamiento, póngase en contacto con el
equipo médico si no se ha repetido la prueba en los últimos 12 meses).
nursing women: mujeres que amamantan, mujeres lactantes.
Suele verse traducido como «mujeres en período de
lactancia», innecesariamente largo.
older (x or older): mayor de x años, de x años en adelante,
con x años cumplidos.
Recomendamos evitar la traducción literal «de x
años o mayores» que no suena natural en español.
open label: no enmascarado, abierto, sin ocultación (del tratamiento).
Recomendamos evitar la traducción literal «a etiqueta abierta», que no significa nada para el paciente y además no tiene mucho sentido: la etiqueta del medicamento,
en todo caso, no está «abierta» sino ‘a la vista’.
original. Los problemas de traducción que plantea este término aparentemente sencillo, cuando hace referencia al
documento de consentimiento, se explican en  copy.
parent: madre/padre, padres.
Recordamos que en español la palabra ‘padre’, en
singular, significa progenitor varón (father), no parent, si
bien ‘padres’ sí significa parents. Por este motivo, es necesario incluir a ambos padres separando las palabras con
una barra (‘madre/padre’) o recurrir a una frase del tipo
‘uno de los padres’, si resulta apropiado.
Ej.: Parent/Guardian (madre/padre/tutor).
patient information sheet: documento de información para el
paciente, información para el paciente.
Aunque en España la legislación recoge el término
«hoja de información al paciente», creemos que se trata
de una expresión que aún estamos a tiempo de desterrar;
en primer lugar, porque casi nunca se trata de una «hoja»,
sino de un pliego de varias páginas; en segundo lugar, porque el uso de la construcción «al paciente» es de dudosa
corrección.
Recomendamos traducir patient information sheet
por ‘información para el paciente’ (como título del documento) o ‘documento de información para el paciente’.
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pay, to.  compensation.
penalty: sanción, penalización.
Suele asimismo verse traducido incorrectamente co­
mo «penalidad», que significa: ‘trabajo aflictivo, molestia,
incomodidad’.
Ej.: you may withdraw from this study at any time
without penalty or loss of benefits to which you are
otherwise entitled (puede abandonar el estudio en cualquier momento, sin que le impongan sanción alguna ni se
vean afectadas sus prestaciones ordinarias).
personal information: datos personales, datos de carácter
personal, información personal.
En España resulta más preciso hablar de ‘datos personales’ o ‘datos de carácter personal’ que de «información personal».
Ej.: it is important for you to understand why the research is being done and how your personal information
will be used (es importante que usted conozca el objetivo
de esta investigación y el uso que se hará de sus datos personales).
personal health information.  health information.
personally identifiable information. Corresponde a lo que
llamamos ‘datos identificativos’ o ‘datos de identidad’,
aunque también podemos trasladarlo al español con una
expresión como ‘datos que permitan identificarle personalmente’ (mejor que el calco «información identificable
personalmente», que significa otra cosa).
Ej.: we will not sell or otherwise transfer your personally identifiable information to any third party (no venderemos ni cederemos a terceros mediante ninguna otra
vía datos que permitan identificarle personalmente).
post-menopausal. Las mujeres son premenopáusicas hasta
que entran en la menopausia (empiezan a dejar de menstruar, lo cual puede demorar años), pero esta no se puede
definir con precisión en términos cronológicos, puesto que
cada mujer la pasa a una edad distinta. Se suele definir a
la mujer posmenopáusica como aquella que lleva más de
un número determinado de meses (generalmente 24) sin
menstruación y además presenta determinados valores en
sangre incompatibles con la fertilidad.
En español son menopáusicas las mujeres que están
atravesando esa época de la vida, y posmenopáusicas las
que ya han pasado por ella.
Así pues, recomendamos precaución ante la traducción literal por «posmenopáusica», puesto que en
ocasiones resulta más claro recurrir a otras expresiones;
por ejemplo: you must be either post-menopausal or surgically sterile (usted debe haber pasado la menopausia
o haberse sometido a una esterilización quirúrgica); if
you have been post-menopausal for less than two years
(si todavía no hace dos años que dejó usted de tener la
menstruación).
privacy laws.  data protection law.
procedure: intervención, prueba, actuación, análisis, etc., mejor que «procedimiento».
En realidad, procedure es un término vacío de significado que puede designar cualquier actuación que forme
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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parte del estudio, desde rellenar un cuestionario o sacarle
sangre al paciente hasta intervenirle quirúrgicamente.
Por ello recomendamos prestar atención al contexto
a la hora de traducir este término. Ej.: both of these procedures are optional (ambas pruebas son optativas).
Tan camaleónica es esta palabra que a veces podemos
omitirla en la traducción, como en el ejemplo siguiente: at
these visits, you will have the following procedures (en
estas visitas le harán lo siguiente).
processing: procesamiento, procesado, tratamientoES.
La legislación española y europea no habla de «procesamiento», sino de ‘tratamiento de datos’. Aunque el
término ‘tratamiento’ puede resultar confuso en nuestro
contexto por sus connotaciones terapéuticas, recomendamos utilizar la terminología recogida en la legislación.
Ej.: the study sponsor is responsible for its own processing of your study data (el promotor del estudio será el
responsable del tratamiento de sus datos).
purpose: objetivos o finalidad, mejor que «propósito».
Ej.: what is the purpose of this study and why have I
been chosen? (¿cuáles son los objetivos del estudio y por
qué me han elegido a mí?).
purpose and background. Como título del que suele ser uno
de los primeros apartados del documento de consentimiento informado típico, recomendamos traducirlo como ‘introducción y objetivos’ (en ese orden).
qualify, to: cumplir/reunir los requisitos/las condiciones,
ser apto.
Fuera de España está muy extendido el calco «calificar» e incluso «calificarse», pero ninguna de las acepciones del DRAE sirve como traducción de este verbo
inglés.
Ej.: you will be evaluated to see if you qualify for the
study (le harán unas pruebas para comprobar si reúne los
requisitos del estudio).
randomize, to: Mejor que «aleatorizar», que reservaríamos para
un contexto más técnico, diremos ‘asignar’, que en todo caso
podemos complementar con ‘al azar’ o ‘aleatoriamente’.
Además, para conferir fluidez a la redacción, en español resulta más natural decir que se asigna ‘un tratamiento
al paciente’ y no ‘un paciente al tratamiento’.
Ej.: you will be randomized into 1 of the 3 groups described below (le asignarán al azar uno de los tres grupos
que se explican a continuación).
No olvidemos tampoco la utilidad del verbo ‘tocar’
en su forma intransitiva sinónima de ‘corresponder’ o
‘pertenecer’, como ilustramos a continuación: if you are
randomized to placebo you may not benefit from this study
(si le toca participar en el grupo del placebo, es posible
que no se beneficie del estudio).
record, to: anotar, consignar, tomar nota, apuntar, mejor que
«registrar».
Ejs.: every day, you will complete a diary to record
your seizures (todos los días tendrá que anotar en una ficha
las crisis que haya tenido); these diaries will ask you to
record how bad your pain is (en los cuadernos tendrá que
consignar la intensidad del dolor que padece).
Panace@.
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Traducción y terminología
record(s): expediente, datos o documentos.
Ej.: you will be able to see your study records after
the end of the study (podrá consultar su expediente cuando
acabe el estudio).
Sin embargo, en los consentimientos puede referirse
a muchas cosas diferentes:
1) Al conjunto de la documentación del paciente, en
términos generales e inespecíficos.
2) A la historia clínica. Ej.: the Sponsor, regulatory authorities or relevant ethics committees may inspect
any of your medical records (estarán facultados para
consultar su historia clínica el promotor, las autoridades sanitarias y los comités éticos competentes),
3) A los resultados de análisis clínicos, trazados de
ECG, radiografías, etc.
recruit, to: reclutar.
Se refiere a conseguir voluntarios para que participen en un estudio.
reference. La expresión for future reference no la traduciríamos como «para futura referencia», sino como ‘para posterior consulta’, ‘para consultarlo más adelante’, etc.;
Ej.: you will be given a copy of the patient information sheet and consent form to take home with you and
keep for future reference (le entregaremos un ejemplar del
documento de información y consentimiento para que se
lo guarde y pueda consultarlo posteriormente).
regimen. Diremos ‘pauta’ o ‘tratamiento’, mejor que «régimen», que tiene muchas connotaciones y no todas halagüeñas.
Ej.: if you are assigned to Regimen A you will receive 200 mg (si le asignan la pauta A, tomará la dosis de
200 mg).
register, to. Como intransitivo, corresponde a ‘inscribirse’,
‘entrar’ o incluso ‘participar’, mejor que «registrarse».
Ej.: you should discuss any pregnancy plans with
your doctor before you are registered in this program (antes de participar en este programa, hable con el médico si
tiene intenciones de concebir).
Como transitivo, ‘anotar’, ‘consignar’ o también ‘registrar’.
Ej.: if something is registered incorrectly you also
have the right to correction (si se consigna algún dato
erróneamente, también puede ejercer su derecho de rectificación).
 record, to.
regulatory. Recomendamos precaución a la hora de traducir
este término en contextos distintos de regulatory authorities ya que casi nunca significa «regulador», sino ‘reglamentario’, ‘legal’, ‘preceptivo’ o ‘normativo’.
Ejs.: if your personal data are not being processed in
compliance with the applicable regulatory requirements
and relevant legislation, you may ask for correction or to
block your personal data (si usted advierte que el tratamiento de sus datos personales no se ajusta a las exigencias reglamentarias y legales, podrá ejercer su derecho de
29
Traducción y terminología
rectificación u oposición); health information about you
will be used for medical, statistical, and regulatory purposes related to the research (sus datos sanitarios se utilizarán con fines científicos, estadísticos y legales a efectos
de la investigación).
 regulatory authorities.
regulatory authorities. Recomendamos evitar el calco «autoridades reguladoras», aunque no lo consideramos incorrecto, y dar preferencia a soluciones como ‘autoridades
administrativas’, ‘autoridades sanitarias’, ‘autoridades de
farmacia’ o, mejor aún, ‘autoridades de registro sanitario’.
Ej.: the sponsor of the study and/or the regulatory
authorities will be entitled to direct access to your medical files (estarán facultados para consultar su historia
clínica la empresa promotora del estudio y/o las autoridades sanitarias).
Antepuesto a authorities, el concepto de regulatory
es más amplio que el de health, lo que puede reflejarse, a
criterio del traductor, utilizando ‘autoridades administrativas’ en función del contexto. Todas las autoridades sanitarias son administrativas, pero no al revés.
En ocasiones, las autoridades que se ocupan de un
determinado asunto que se aborda en un consentimiento
no son estrictamente ‘sanitarias’, por ejemplo, en relación
con la protección de datos. En todo caso, si en el original
se utiliza unas veces regulatory authorities y otras health
authorities, recomendamos mantener esta diferencia en
español.
reimburse: reintegrar, además de ‘reembolsar’.
Ej.: you will be reimbursed for any travel expenses
while participating in the study (le reintegraremos los gastos de desplazamiento que efectúe por su participación en
el estudio).
replacement: reposición o restitución, no siempre «reem­
plazo».
El verbo inglés to replace significa ‘reemplazar’,
‘sustituir’, ‘restituir’ y también ‘reponer’; el verbo español
‘reemplazar’ solo significa ‘sustituir’.
Ej.: hormone replacement therapy (tratamiento de
reposición/restitución hormonal).
report, to. Mejor que «notificar», diremos ‘informar’, ‘comunicar’, ‘explicar’, ‘referir’ o incluso ‘decir’. Además, desaconsejamos el uso de «reportar».
Ej.: if you suffer these or any other effects, you should
report them to us at your next visit (si sufre estos efectos
secundarios o cualquier otro problema, comuníquenoslo
en la siguiente visita).
return, to. Como transitivo, es ‘devolver’ o ‘regresar’AM (la
medicación no utilizada, los envases vacíos, el glucómetro); como intransitivo, recomendamos ‘acudir’ mejor que
«volver» o «regresar».
Ej.: after this visit, you should return to the site two
times (después de esta visita, deberá acudir al centro en
otras dos ocasiones).
safe sex: relaciones sexuales con protección.
Aconsejamos evitar la expresión «sexo seguro», muy
publicitaria pero poco precisa para el paciente.
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safely. No debe traducirse por «con seguridad» o «seguramente», ya que en realidad quiere decir ‘sin riesgos’, ‘de
forma segura’ (no peligrosa) y, en puridad, ‘sin peligro’.
Ejs.: if your doctor thinks a fluid sample can be
safely obtained (si el médico estima que puede obtenerse
una muestra de líquido sin riesgos); they will tell you the
best way to stop the study safely (le explicarán la mejor
manera de salir del estudio sin correr riesgos).
safety lab tests: análisis clínicos de seguridad.
Esta locución suele verse mal traducida como «pruebas de seguridad de laboratorio». No se trata de probar
la seguridad del ningún laboratorio, como sugiere, sino
que se refiere a los análisis clínicos que se realizan por
motivos de seguridad o para comprobar la inocuidad del
fármaco en cuestión.
 laboratory tests.
scheduled, schedule: programado, previsto, concertado.
Scheduled events son ‘actividades’ o ‘eventos’AM
programados. En este contexto, events se refiere a todo
lo que ocurrirá durante el estudio: las visitas, las extracciones de sangre, las radiografías, los cuestionarios, etc.
 event.
Study schedule muchas veces puede traducirse por
«calendario de actividades» o «calendario del estudio».
Scheduled time es hora programada, momento programado, programado.
En un ensayo clínico es fundamental cumplir el calendario y el horario (time schedule), e igualmente importante es señalar aquellas actividades que no se realizan en
las fechas u horas previstas (unscheduled), por el motivo
que sea.
 unscheduled.
screening: selección.
En otros contextos se utilizan los términos «cribado»,
«despistaje» e incluso «screening» sin traducir, pero para
textos destinados a los pacientes recomendamos nuestra
traducción.
Ejs.: to verify whether you are eligible to take part
in this study, you will undergo a screening process (para
comprobar si reúne los requisitos para participar en el
estudio, usted pasará por un proceso de selección); your
eligibility for this study will be determined through a number of screening tests and assessments (determinaremos
si usted reúne los requisitos para participar mediante una
serie de pruebas de selección).
sex, to have: tener (o mantener) relaciones sexuales.
Recomendamos evitar el calco «tener sexo».
sham: simulado.
En el lenguaje general significa también «falso» o
«fingido», pero desaconsejamos utilizar estas dos formas
en el contexto de los consentimientos, por su matiz peyorativo.
side effect: efecto secundario.
Efecto no buscado que surge como consecuencia de
la acción fundamental de un medicamento, pero que no
forma parte inherente de ella. También puede traducirse
por ‘efecto colateral’, que es el efecto no buscado que
Panace@.
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forma parte de la propia acción farmacológica de un medicamento.
Por su frecuencia de aparición los efectos secundarios pueden ser very common (muy frecuentes), common (frecuentes), uncommon (infrecuentes) y rare (raros);
recomendamos evitar traducir common (occurring or appearing frequently) por «común» (‘perteneciente a varios,
corriente, ordinario, vulgar’, además de ‘frecuente’), y
utilizar ‘frecuente’.
single-dose: una sola dosis, monodosis.
No es lo mismo que «monoterapia» (single-drug therapy), y no deben confundirse.
snack: tentempié o refrigerio.
En realidad, el concepto del snack en los países angloparlantes es diferente del concepto de ‘refrigerio’ en
los hispanoparlantes, por lo que el traductor deberá tener
en cuenta los usos y costumbres de los posibles lectores
para referirse a este ‘corto alimento que se toma para reparar las fuerzas’ (DRAE).
social security number. En EE. UU. no existe un documento
de identidad como el de muchos países hispanohablantes,
y por eso se cita el social security number entre los datos
personales protegidos; tiene más sentido, pues, que digamos ‘número de documento de identidad’ (o ‘de DNI’),
que «número de la Seguridad Social».
Ej.: your Study Data shared with the Sponsoring
Company does not include your name, address, or social
security number (entre los datos personales que se facilitarán a la empresa promotora no figurará su nombre, su
domicilio ni su número de documento de identidad).
sperm: semen, esperma, espermatozoide.
El traductor debe estar atento a cuándo se refieren a
cada uno en inglés.
Ejs.: you must not donate to a sperm bank (no podrá
donar semen); the study drug may harm the sperm (el fármaco del estudio puede perjudicar a los espermatozoides).
spermicidal agent: espermicida.
Como en tantos otros casos, agent es una palabra
vacía de significado y no es necesario que se traduzca en
esta expresión.
sponsor: promotorES, patrocinadorAM, laboratorio promotorES, empresa promotoraES, laboratorio patrocinadorAM,
empresa patrocinadoraAM.
Quién paga la investigación es una cuestión fundamental que debe quedarle clara al lector del consentimiento. Puesto que ‘promover’ no tiene una connotación
estrictamente económica, el término ‘promotor’ puede resultar algo opaco; proponemos pues que se aclare la figura
del ‘promotor’ al menos la primera vez que aparece en el
texto, denominándolo ‘empresa promotora’ o ‘laboratorio
promotor’.
Ejs.: the sponsor of the study, a company by the
name of X pharmaceuticals, will fund this study (el estudio lo financia el promotor, la empresa denominada X
Pharmaceuticals).
Conviene recordar, por otro lado, que la RAE eliminará los anglicismos sponsor y esponsorizar de la próxima
Panace@.
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Traducción y terminología
edición del diccionario académico, de modo que desaconsejamos firmemente su uso.
study drug: fármaco del estudio/en estudio, medicamento del
estudio/en estudio.
Véase  investigational drug.
study manager: director del estudio, administrador del estudio.
En textos para pacientes aconsejamos traducir siempre los cargos al español, con términos que el destinatario
pueda reconocer.
study nurse: enfermero/a del estudio, miembro del equipoES.
En España, la figura de la «enfermera del estudio»
todavía no es habitual, y por eso recomendamos englobar
esta figura en la traducción de  study staff.
Ej.: your doctor or study nurse will tell you how to complete your diary (el médico o un miembro del equipo investigador le explicarán cómo cumplimentar el cuaderno).
study site: centro del estudio, centro investigador.
Puede referirse al establecimiento donde se encuentran el laboratorio o la consulta (hospital, centro, institución) o al organismo del que son sede dichas instalaciones. El traductor deberá asegurarse en cada caso de que
el paciente entienda si se trata de una u otro.
En todo caso, recomendamos no traducir site por
«sitio».
 clinic.
study staff: personal del estudio, equipo investigador, responsables del estudio.
Aunque parece lógico pensar que este término designa a todos los que trabajan en el estudio, es frecuente que
se refiera al personal no médico, es decir, de enfermería y
administración.
Recordamos que ‘personal’ es un sustantivo colectivo, por lo que en español a veces es adecuado referirse a
‘un miembro del personal del estudio’.
Ej.: study staff will administer the drug (un miembro
del personal del estudio le administrará el fármaco); you
will also be contacted by telephone 7 days after your last
visit by the study staff (asimismo, un miembro del equipo
investigador le llamará 7 días después de la última visita).
study team, study personnel.  study staff.
stop, to: interrumpir o suspender (la administración), poner
fin (a la participación).
También se pueden utilizar perífrasis como ‘dejar de
recibir’ o ‘dejar de administrar’, etc.
Ej.: if you stop the study drug early (si deja de tomar
el fármaco del estudio antes del momento marcado).
subject. Antes que «sujeto», preferimos utilizar ‘paciente’,
‘voluntario’, ‘participante’ y en contextos puntuales incluso
‘persona’, ‘enfermo’, etc.
Ejs.: we are asking you and other subjects participating in the main study to donate a blood sample (le
pedimos a usted y a otros participantes del estudio principal que donen una muestra de sangre); there are three
ongoing studies in subjects with cancer (en este momento
están realizándose tres estudios en enfermos de cáncer).
Donde sí vemos más aceptable la traducción de subject por ‘sujeto’ sería en los párrafos de mayor contenido
31
Traducción y terminología
jurídico que conciernen a los derechos del ‘sujeto de investigación’, como por ejemplo: if you have questions
about your rights as a research subject (si tiene alguna
duda sobre sus derechos como sujeto de investigación).
substudy: subestudio.
Es frecuente que algunas pruebas más caras o más
molestas se hagan solo en una parte (subpoblación) de los
pacientes, y que sus resultados se analicen por separado y
con intenciones distintas de las del estudio, en lo que se
denomina un ‘subestudio’.
Ej.: you are invited to take part voluntarily in a substudy of the prasugrel drug study (le invitamos a participar
voluntariamente en un subestudio del estudio del prasugrel)
 main study.
supply, to. No es «suplir» sino ‘suministrar’, ‘abastecer’ e incluso ‘entregar’.
Ej.: at this visit you will be supplied with the
study drug (en esta visita se le entregará el fármaco del
estudio).
Como sustantivo, en nuestro contexto es más frecuente verlo en el sentido de ‘provisión’ o ‘reserva’, en
referencia a las existencias o las muestras del fármaco del
estudio.
Ej.: your study doctor will give you a 2-week supply
of the study drug (el investigador le dará una cantidad del
fármaco del estudio para dos semanas).
tablespoon/tablespoonful. Muchas veces las medidas se expresan en ‘cucharadas’ (en vez de en mililitros) para que el
paciente se haga una idea del volumen de algo, por ejemplo, de la cantidad de sangre que se le extraerá.
En España, por norma general los comités éticos
rechazan estas expresiones y por tanto recomendamos
que se traduzcan por los equivalentes aproximados en
‘mililitros’, teniendo en cuenta que una tablespoon
equivale a unos 15 ml. Ej.: the amount of blood taken
from you over the course of the study will be maximum
10 tablespoons (la cantidad total de sangre que le extraerán en el transcurso del estudio será de 150 mililitros
como máximo).
tablet: comprimido, pastilla, píldora, tabletaAM.
Si bien en farmacología el término correcto es ‘comprimidos’, en un documento para el paciente es aceptable
traducir como ‘pastilla’, ‘píldora’ o ‘tableta’AM.
Muy recientemente, en algunos estudios se ha propuesto el uso de dispositivos de tipo iPad para la recopilación de datos del paciente, aparatos que en español se
denominan ‘tableta’.
take (medication/drug): tomar o recibir la medicación del
estudio.
Obsérvese que en inglés se puede utilizar take y receive con independencia de la vía utilizada para la administración, pero no así en español (‘tomar’ solo es válido
para la vía oral).
take part, to: participar, mejor que el calco «tomar parte».
Ej.: I have been given time to consider whether I
want to take part (me han brindado tiempo suficiente para
plantearme si deseo participar).
32
<http://tremedica.org/panacea.html>
test: prueba, examen, evaluación, análisis.
En el contexto de los consentimientos, desaconsejamos otros términos admitidos por la RAE como «test» y
«valoración».
Para traducir el verbo correspondiente (to test) recomendamos ‘analizar’, ‘determinar’, ‘evaluar’, ‘probar’ y
desaconsejamos tanto «testar» (‘hacer testamento’, en español) como «testear».
test drug.  investigational drug.
third parties: tercera persona, terceros.
Suele verse traducido incorrectamente como «terceras
partes». De las 12 acepciones del DRAE para ‘tercero’, corresponde a la séptima: ‘Persona que no es ninguna de dos
o más de quienes se trata o que intervienen en un negocio
de cualquier género’. Casi siempre aparece en el contexto
de la protección de datos personales o de la cobertura del
seguro.
Ej.: only for research purposes the samples may be
given to third parties (las muestras se facilitarán a terceros
solo para actividades de investigación).
transfer, to: En el contexto del tratamiento de datos, además
de ‘transferir’, recomendamos tener en cuenta otras opciones de traducción.
Ejs.: all data that is transferred will be coded (todas
las remesas de datos irán codificadas); you grant permission for the transfer of your personal data (usted autoriza
la cesión de sus datos personales).
transmission: contagio.
En lenguaje coloquial es más frecuente decir que
las enfermedades que pasan de unas personas a otras
son ‘contagiosas’ y que ‘se contagian’ que decir que son
«transmisibles» o que «se transmiten», aunque no es incorrecto.
Ej.: if any of your household receives a live vaccine, he/she could transmit you with the disease (si alguna de las personas con las que convive recibe alguna
vacuna con gérmenes vivos, puede contagiarle la enfermedad).
unblind, to: desenmascarar, revelar (el tratamiento).
 blind, to.
unborn child: feto.
Evítese traducir unborn child por «nonato», «niño
no nacido» o «bebé no nacido». Recuérdese que, en español, el fruto de la gestación se llama «feto» desde el final
de la etapa embrionaria hasta el parto.
Ej.: we don’t know if the drug will harm the unborn
baby (ignoramos si el fármaco perjudicará al feto).
unmask, to: desenmascarar, revelar el tratamiento.
 blind, to.
unscheduled: no programado.
Puede prescindirse de su traducción en algunos casos; por ejemplo: if you experience vomiting between two
scheduled study visits, please call your doctor to schedule an unscheduled visit immediately (si vomita entre dos
visitas programadas del estudio, llame al médico para que
lo reciba cuanto antes).
 scheduled.
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
<http://tremedica.org/panacea.html>
verbally. Además de «verbalmente», en español también
podemos decir ‘oralmente’ o ‘de palabra’. Ejs.: to have
examined the information for the patient, which is an integral part of the consent and which confirms what was
verbally explained to me regarding the study and the
investigational product (certifico que he leído la información para el paciente, que forma parte del documento
de consentimiento informado y que refleja lo que me han
explicado oralmente en relación con el estudio y con el
fármaco en fase de investigación).
visit. En propiedad, en español habría sido más natural traducir este término por ‘consulta’ mejor que por «visita»,
aunque en la práctica parece difícil cambiarlo ya.
De todos modos, creemos aceptable alternar ambas
posibilidades para dar variedad al texto, denominando
‘visita’ a las que están programadas en el calendario del
estudio y ‘consulta’ a las demás.
washout period: período sin tratamiento, período de reposo
farmacológico, período de lavado.
Aunque entre los investigadores se prefieren las opciones segunda y tercera, los pacientes entenderán mejor
la primera.
withdraw, to. Como verbo intransitivo, ‘abandonar’ o ‘retirarse’, normalmente en referencia a la salida del paciente
del estudio por decisión propia. Ej.: if you withdraw from
the study (si usted abandona el estudio).
Como transitivo, ‘apartar’ (del estudio), pero también
‘revocar’ (el consentimiento) o ‘retirar’ (la medicación).
Ejs.: the study doctor may withdraw you from the study
(el médico investigador puede apartarle del estudio); you
may withdraw your consent at any time (puede revocar el
consentimiento en cualquier momento).
El sustantivo withdrawal normalmente se traduce
como «retiro»AM o «retirada»ES, aunque recomendamos
tener en cuenta otras opciones más naturales, como la traducción por el verbo. Ejs.: the information collected before
the withdrawal of your consent may be used by the sponsor
(el promotor podrá seguir utilizando la información recopilada hasta el momento que usted revoque su consentimiento); additional scans may also be performed at the time of
your withdrawal from this study (podrán efectuarse otras
exploraciones de imagen cuando usted finalice el estudio).
Conviene recordar que el sustantivo withdrawal como
parte de withdrawal syndrome hace referencia también al
‘síndrome de abstinencia’, conjunto de síntomas provocado
por la reducción o suspensión brusca de la dosis habitual de
una sustancia de la que se tiene dependencia.
written informed consent. Además del acto del ‘consentimiento informado por escrito’, puede hacer referencia
al ‘documento de consentimiento informado’ en sí, como
en el ejemplo siguiente: the information in the written informed consent was accurately explained to the subject
(se ha explicado al sujeto en detalle la información que
contiene el documento de consentimiento informado).
 informed consent form.
you/your. Gran parte del documento de consentimiento informado está redactada en segunda persona, pero conviPanace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
ene tener en cuenta diversas cuestiones, que intentamos
resumir aquí.
En español utilizamos la forma de respeto ‘usted’
para dirigirnos a un paciente adulto, pero si el estudio es
pediátrico, en el consentimiento del menor nos podremos
permitir tutear al paciente. Ej.: your parents can come
to the clinic with you if you want (si quieres, tus padres
pueden acompañarte a la consulta).
Además, en inglés resulta mucho más ambiguo el you
del documento de consentimiento de los padres/tutores, que
entendemos equivalente en realidad a ‘ustedes’: you and your
child must follow the directions given to you (su hijo y ustedes tendrán que seguir las instrucciones que les daremos);
you may choose not to let your child join this study (pueden
decidir no autorizar a su hijo a participar en el estudio).
Por otro lado, una vez que hayamos decidido la forma que utilizaremos (si es ‘usted’, ‘tú’ o ‘ustedes’), hay
que tener presente que la segunda persona se usa muchísimo más en inglés para generalizar, mientras que en español este uso es más restringido: the study drug is similar to
a protein your body makes (el fármaco del estudio es parecido a una proteína que fabrica el organismo); you inherit
your genes from your parents (los genes los heredamos de
los padres); some genes control the color of your hair or
your eyes (algunos genes determinan el color de los ojos
y del cabello); you will have these scans to see if your disease stays away or returns (las exploraciones se efectúan
para averiguar si ha reaparecido la enfermedad).
Además, el calco del posesivo en las traducciones es
otro de los problemas que dificultan la lectura y menoscaban la naturalidad del texto, por lo que conviene usarlos
con mucha más mesura en nuestra lengua: at your first
visit, the following will occur (la primera visita comprenderá lo siguiente).
Agradecimientos
Agradecemos a María Fernández Piera de P. R. A. In­
ternational sus comentarios y la revisión crítica de algunas
entradas.
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Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
<http://tremedica.org/panacea.html>
Traducción y terminología
Vocabulario francés-español de enfermedades raras:
errores innatos del metabolismo
Tamara Varela Vila,* Elena Sánchez Trigo,** Verónica Alonso Ferreira*** y Ana Villaverde
Hueso***
Resumen: En este trabajo presentamos un vocabulario bilingüe (francés-español) sobre un importante grupo de enfermedades raras (ER): los errores innatos del metabolismo (EIM). El vocabulario que hemos elaborado es uno de los resultados de
la explotación del corpus EMCOR. En las páginas que siguen se presentan, en primer lugar, las principales características y
el interés del subdominio seleccionado, la metodología utilizada y el sistema de consulta por parte del usuario. A continuación, se incluye el vocabulario.
Palabras clave: recursos traducción textos médicos, corpus, terminología, errores innatos del metabolismo (EIM), enfermedades raras (ER).
Vocabulary French-Spanish of rare diseases (RDs): Inborn errors of metabolism (IEMs)
Abstract: In this paper we present a bilingual vocabulary (FR-ES) for a large group of rare diseases (RDs): inborn errors
of metabolism (IEMs). We have created this vocabulary list using the EMCOR corpus. First we present the main characteristics and the interest of the chosen sub-domain, then the methodology used and the user query system, followed by the
vocabulary list.
Key words: translation resources, medical texts, corpus, terminology, inborn errors of metabolism (IEMs), rare diseases
(RDs).
Panace@ 2010; 12 (33): 35-78
Los errores innatos del metabolismo (EIM) son un conjunto de afecciones genéticas originadas por una alteración de
una proteína o de una enzima que bloquea un proceso metabólico. Se trata de enfermedades monogénicas, generalmente
de herencia autosómica recesiva y con alto riesgo de recurrencia. Son graves y afectan a diversos órganos, por lo que la espectativay la calidad de vida se ven reducidas en gran parte de
los casos. Los EIM constituyen un grupo importante dentro
del conjunto de las enfermedades raras (ER) —un 30 % del
total— y en estos momentos están recibiendo mucha atención
por parte de la comunidad investigadora.1
El vocabulario que hemos elaborado2 se centra en un ámbito temático novedoso, de naturaleza multidisciplinar, dada
la confluencia en el mismo de diversas especialidades médicas, y en el que existe una demanda social de difusión de la
información. Actualmente el ámbito de las ER, en el que se
integran los EIM, se ha convertido en una prioridad dentro las
políticas de salud pública.3
Los afectados por estas enfermedades reclaman una mayor atención, tanto por parte de los profesionales del ámbito
de la salud como por parte de la Administración y de la sociedad en general. Se quiere difundir el conocimiento sobre
ellas, la investigación en curso y la situación de los enfermos,
así como las ayudas y prestaciones disponibles.
Para dar respuesta a estas necesidades, se están desarrollando una serie de inciativas, llevadas a cabo fundamentalmente
por las asociaciones y organizaciones de pacientes y familiares. La finalidad es visibilizar las ER y conseguir un trato de
igualdad, desde el punto de vista investigador y sanitario, con
otras enfermedades. Todas estas acciones han conseguido que
en los últimos años exista una mayor sensibilización social en
relación con los problemas que presentan las personas afectadas por estos trastornos.
1. Características del vocabulario y metodología
Este vocabulario bilingüe, que recoge más de 300 conceptos relativos a las denominaciones de las diferentes enfermedades que integran los EIM, es uno de los resultados
de la explotación del corpus EMCOR. Un corpus que hemos
compilado con el objetivo de realizar un estudio terminológico del ámbito de los EIM, pero teniendo siempre en cuenta
las necesidades de los traductores de textos médicos. Se trata
de un corpus comparable francés y español, constituido por
textos escritos, completos, pertenecientes a diferentes géneros
* Licenciada en Traducción e Interpretación, doctoranda de la Universidad de Vigo (España) y traductora. Dirección para correspondencia: tvarela@
uvigo.es.
** Catedrática de Traducción e Interpretación de la Universidad de Vigo (España).
*** Investigadora del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras (IIER) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades
Raras (CIBERER), Instituto de Salud Carlos III, Madrid (España).
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
35
Traducción y terminología
y representativos desde el punto de vista de la actualidad científica y social del subdominio de los EIM. EMCOR es un corpus de especialidad, con un tamaño acorde con los estándares
de representatividad de este tipo de corpus y, por lo tanto,
suficientemente extenso para permitirnos realizar un análisis
terminológico representativo del ámbito de los EIM.4
En relación con las lenguas seleccionadas, el vocabulario
elaborado constituye una aportación novedosa, dada la escasez de recursos disponibles en francés y español en el dominio
de la biomedicina. Por este motivo, consideramos de especial
interés el haber conseguido identificar una producción textual
de calidad en ambas lenguas en un ámbito en el que el inglés
es la lengua predominante.
Durante el proceso de elaboración del vocabulario sobre
EIM nos hemos encontrado con diferentes problemas. Queremos destacar, entre ellos, las dificultades derivadas de la existencia de un gran número de sinónimos y cuasisinónimos y de
variantes ortográficas y sintácticas, así como de la frecuente
aparición de siglas. Desde nuestro punto de vista, esta realidad, constantemente presente en los textos compilados en el
corpus EMCOR, debía recogerse en el vocabulario. Para ello
fue necesaria una sistematización que permitiese organizar el
ámbito y que facilitase las consultas. Por este motivo, realizamos una organización conceptual del ámbito de los EIM en
cada una de las lenguas de trabajo.
En aquellos casos en los que se registraban diversas denominaciones para una misma enfermedad, se ha establecido un
«término preferido» o «identificador único» para cada una. Se
trata del término que se considera más apropiado para designar
una enfermedad. Es a este al que se remite en cada una de las
entradas de las diferentes denominaciones existentes para un
mismo concepto (en el apartado siguiente se presentan algunos
ejemplos).
Para establecer este término preferido se han seguido los
siguientes criterios:
a) frecuencia, manejabilidad, adecuación y motivación (Dubuc, 1992);
b) coherencia intralingüística: en caso de que existiesen
varias denominaciones diferentes para un grupo de
enfermedades similares, se ha escogido como término preferido aquel que es común a todas ellas;
c) coherencia interlingüística: se ha optado por utilizar como preferidos términos similares en francés
y español, siempre que se adaptasen a los criterios
indicados más arriba.
Si bien ya hemos indicado que en el vocabulario se incluyen las denominaciones que se han extraído del corpus
EMCOR, debemos señalar, asimismo, que todas ellas han sido
revisadas y validadas por expertos del ámbito.5
2. Consulta del vocabulario
Las entradas del vocabulario están ordenadas por orden
alfabético. De manera general, se presenta en la columna de
la izquierda la denominación en francés y en la columna de la
derecha el término equivalente en español.
36
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argininémie
argininemia
Figura 1. Ejemplo de una consulta
En aquellos casos en los que existen sinónimos, todos ellos
tienen entrada en el vocabulario, pero, de acuerdo con lo indicado en el apartado precedente, se ha utilizado el sistema de
remisión al término preferido.
De este modo, si un usuario busca un término en francés
y este no se corresponde con el que se ha establecido como
término preferido para designar dicha enfermedad, en la entrada de la denominación buscada encontrará una remisión al
término preferido para ella en francés.
Será en esta nueva entrada a la que se le remite donde podrá encontrar la denominación preferida equivalente en español, así como otros términos utilizados para hacer referencia
a dicha enfermedad.
Por ejemplo, si se busca en el vocabulario déficit en arylsulfatase A. Dado que este no es el establecido como término
preferido en francés, en dicha entrada (columna derecha), se
remite a leucodystrophie métachromatique, que es la denominación preferida para este concepto. Se presenta del siguiente
modo:
déficit en arylsulfatase A
Cf. leucodystrophie
métachromatique
Figura 2. Ejemplo de una consulta con remisión al término preferido
Al consultar la entrada leucodystrophie métachromatique
el usuario encontrará en ella el término preferido equivalente en español (leucodistrofia metacromática), así como las
demás denominaciones empleadas en esta lengua para hacer
referencia a dicha enfermedad (en este caso: deficiencia de
arilsulfatasa A). La entrada del vocabulario, en este caso, es
la siguiente:
leucodystrophie
métachromatique
leucodistrofia metacromática
Otras denominaciones:
deficiencia de arilsulfatasa A
Figura 3. Ejemplo de una consulta de un término preferido
Este trabajo se inscribe en la investigación que sobre traducción de textos del ámbito de la biomedicina, en concreto
ER, estamos desarrollando.6 Se trata de una línea de investigación que toma como base la elaboración de corpus multilingües para la creación de recursos para traductores, intérpretes
o redactores científicos y técnicos, pero también para otros
posibles destinatarios, como profesionales del ámbito sanitario o los propios pacientes.
El vocabulario que presentamos constituye una nueva
contribución de nuestro proyecto para lograr la existencia de
recursos que describan satisfactoriamente el ámbito de las ER
y que permitan a sus usuarios emplear de forma correcta la
terminología especializada del subdominio objeto de estudio.
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
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3. Vocabulario
A
acidémie glutarique
Cf. acidurie glutarique
acidémie glutarique type I
Cf. acidurie glutarique type I
acidémie glutarique type II
Cf. acidurie glutarique type II
acidémie glutarique type III
Cf. acidurie glutarique type III
acidémie isovalérique
Cf. acidurie isovalérique
acidémie méthylmalonique - homocystinurie
Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
acidémie méthylmalonique - homocystinurie type cbl C
Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
type cbl C
acidémie méthylmalonique - homocystinurie type cbl D
Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
type cbl D
acidémie méthylmalonique - homocystinurie type cbl F
Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
type cbl F
acidémie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine
B12
Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la
vitamine B12
acidémie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine
B12, type cbl A
Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la
vitamine B12 type cbl A
acidémie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine
B12, type cbl B
Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la
vitamine B12 type cbl B
acidémie propionique
acidemia propiónica
Otras denominaciones:
deficiencia de propionil CoA carboxilasa
glicinemia con cetosis
acidose lactique
acidosis láctica
acidurie 2-méthylbutyrique
Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes
courtes
acidurie 3-hydroxy-3-méthylglutarique
aciduria 3-hidroxi-3-metilglutárica
Otras denominaciones:
HMG
aciduria hidroximetilglutárica
deficiencia de 3-hidroxi 3-metilglutaril-CoA liasa
déficit de 3-hidroxi 3-metilglutaril-CoA liasa
acidurie argininosuccinique
Cf. déficit en argininosuccinate lyase
Panace@.
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acidurie glutarique
aciduria glutárica
Otras denominaciones:
acidemia glutárica
acidurie glutarique type I
aciduria glutárica tipo I
Otras denominaciones:
deficiencia congénita de glutaril-CoA deshidrogenasa
acidemia glutárica tipo I
acidosis glutárica tipo I
AGI
AGTI
acidurie glutarique type II
aciduria glutárica tipo II
Otras denominaciones:
acidemia glutárica tipo II
acidosis glutárica tipo II
deficiencia de la flavoproteína ubiquinona
oxidorreductasa transportadora de electrones
déficit ETFA
déficit ETFB
déficit ETFDH
déficit de MAD
déficit de flavoproteína de transferencia de electrones
déficit múltiple de acil-CoA deshidrogenasa
MADD
acidurie glutarique type III
aciduria glutárica tipo III
Otras denominaciones:
deficiencia de glutaril-CoA oxidasa
acidurie isovalérique
acidemia isovalérica
Otras denominaciones:
déficit de isovaleril CoA deshidrogenasa
acidurie méthylmalonique - homocystinurie
Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
aciduria metilmalónica con homocistinuria
acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
type cbl C
aciduria metilmalónica con homocistinuria tipo cbl C
Otras denominaciones:
acidemia metilmalónica - homocistinuria, tipo cbl C
Cbl C
acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
type cbl D
aciduria metilmalónica con homocistinuria tipo cbl D
Otras denominaciones:
acidemia metilmalónica - homocistinuria, tipo cbl D
Cbl D
acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
type cbl F
aciduria metilmalónica con homocistinuria tipo cbl F
Otras denominaciones:
acidemia metilmalónica - homocistinuria, tipo cbl F
Cbl F
38
Panace@.
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Traducción y terminología
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acidurie méthylmalonique isolée sensible à la
vitamine B12
aciduria metilmalónica sensible a la vitamina B12
Otras denominaciones:
acidemia metilmalónica sensible a la vitamina B12
defecto de adenosilcobalamina
acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine
B12 type cbl A
aciduria metilmalónica sensible a la vitamina B12
tipo cbl A
Otras denominaciones:
acidemia metilmalónica sensible a la vitamina B12
tipo cbl A
aciduria metilmalónica, vitamina B12 sensible, tipo
cbl A
acidemia metilmalónica, vitamina B12 sensible, tipo
cbl A
Cbl A
acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine
B12 type cbl B
aciduria metilmalónica sensible a la vitamina B12
tipo cbl B
Otras denominaciones:
acidemia metilmalónica sensible a la vitamina B12
tipo cbl B
aciduria metilmalónica, vitamina B12 sensible, tipo
cbl B
acidemia metilmalónica, vitamina B12 sensible, tipo
cbl B
Cbl B
acidurie méthylmalonique isolée, vitamine B12
sensible, type cbl A
Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la
vitamine B12 type cbl A
acidurie méthylmalonique isolée, vitamine B12
sensible, type cbl B
Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la
vitamine B12 type cbl B
acidurie mévalonique
aciduria mevalónica
Otras denominaciones:
MVA
aciduria mevalónica clásica
deficiencia de mevalonato quinasa
acidurie N-acétyl aspartique
aciduria N-acetilaspártica
Otras denominaciones:
enfermedad de Canavan
degeneración espongiosa de la sustancia blanca
acidurie organique
aciduria orgánica
acidurie organique cérébrale
aciduria orgánica cerebral
acidurie organique classique
aciduria orgánica clásica
acidurie orotique héréditaire
aciduria orótica hereditaria
adrénoleucodystrophie liée à l’X
adrenoleucodistrofia ligada al cromosoma X
Otras denominaciones:
ALD-X
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Traducción y terminología
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adrénoleucodystrophie néonatale
adrenoleucodistrofia neonatal
Otras denominaciones:
ALDN
adrénomyéloneuropathie
adrenomieloneuropatía
Otras denominaciones:
adrenomielopatía
adrenoleucodistrofia del adulto
alcaptonurie
alcaptonuria
Otras denominaciones:
déficit de homogentisico oxidasa
ocronosis hereditaria
ALD
Cf. adrénoleucodystrophie liée à l’X
ALDN
Cf. adrénoleucodystrophie néonatale
alpha-mannosidose
alfa-manosidosis
Otras denominaciones:
déficit de alfa-D-manosidasa lisosomal
AMN
Cf. adrénomyéloneuropathie
AMV
Cf. acidurie mévalonique
amylopectinose
Cf. glycogénose de type IV
angiokératose de Fabry
Cf. maladie de Fabry
anomalie congénitale de la glycosylation
defecto congénito de la glicosilación
Otras denominaciones:
síndrome de Glucoproteínas Deficientes en
Carbohidratos
CDG
anomalie congénitale de la glycosylation type Ia
Cf. CDG-Ia
anomalie congénitale de la glycosylation type Ib
Cf. CDG-Ib
anomalie congénitale de la glycosylation type Ic
Cf. CDG-Ic
anomalie congénitale de la glycosylation type Id
Cf. CDG-Id
anomalie congénitale de la glycosylation type Ie
Cf. CDG-Ie
anomalie congénitale de la glycosylation type If
Cf. CDG-If
anomalie congénitale de la glycosylation type Ig
Cf. CDG-Ig
anomalie congénitale de la glycosylation type Ih
Cf. CDG-Ih
anomalie congénitale de la glycosylation type Ii
Cf. CDG-Ii
anomalie congénitale de la glycosylation type IIa
Cf. CDG-IIa
40
Panace@.
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Traducción y terminología
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anomalie congénitale de la glycosylation type IIb
Cf. CDG-Ib
anomalie congénitale de la glycosylation type IIc
Cf. CDG-IIc
anomalie congénitale de la glycosylation type IId
Cf. CDG-IId
anomalie congénitale de la glycosylation type IIe
Cf. CDG-IIe
anomalie congénitale de la glycosylation type IIf
Cf. CDG-IIf
anomalie congénitale de la glycosylation type IIg
Cf. CDG-IIg
anomalie congénitale de la glycosylation type Ij
Cf. CDG-Ij
anomalie congénitale de la glycosylation type Ik
Cf. CDG-Ik
anomalie congénitale de la glycosylation type Il
Cf. CDG-Il
anomalie de glycosylation des protéines
Cf. anomalie congénitale de la glycosylation
anomalie de la bêta-oxydation péroxysomale
enfermedad de la beta-oxidación peroxisomal
anomalie de la biogénèse du péroxysome
Cf. erreur de la biogenèse des peroxysomes
anomalie de la biosynthèse de la créatine
enfermedad de biosíntesis de creatina
anomalie de la biosynthèse du stérol
enfermedad de biosíntesis de esteroles
anomalie de la O-galactosylation
defecto de la O-galactosilación
anomalie de la O-glycosylation des protéines
defecto de la O-glicosilación
Otras denominaciones:
trastorno de la O-glicosilación
anomalie de la O-mannosylation
defecto de la síntesis de O-manosil glicanos
Otras denominaciones:
distrofia muscular congénita
DMC
anomalie de la O-N-acétylglucosaminylation
defecto de la síntesis de O-N-acetil-galactosaminil
glicanos
anomalie de la O-xilosylation
defecto de la O-xilosilación
anomalie de transport lysosomal
Cf. déficit de transport lysosomal
anomalie du complexe pyruvate-déshydrogénase
Cf. déficit en pyruvate déshydrogénase
anomalie du cycle de l’urée
Cf. désordre du cycle de l’urée
anomalie du métabolisme intracellulaire de la
cobalamine
Cf. maladie du métabolisme de la cobalamine
anomalie du transport du glucose
Cf. défaut du transport de glucose
anomalie péroxysomale
Cf. maladie péroxysomale
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Traducción y terminología
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argininémie
argininemia
aspartylglucosaminurie
Cf. déficit en aspartyl-glucosaminidase
atrophie gyrée chorio-rétinienne
Cf. hyperornithinémie
atrophie gyrée de la rétine
Cf. hyperornithinémie
atrophie optique de Leber
Cf. neuropathie optique héréditaire de Leber
C
calcinose tumorale familiale hyperphosphatémique
calcinosis hiperfosfatémica tumoral familiar
Otras denominaciones:
HFTC
calcinosis universalis
Cf. chondrodysplasie ponctuée dominante liée à l’X
CBLA
Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la
vitamine B12 type cbl A
CBLB
Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la
vitamine B12 type cbl B
CBLC
Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
type cbl C
CBLD
Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
type cbl D
CBLE
Cf. déficit en méthyl-cobalamine type cbl E
CBLF
Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie
type cbl F
CBLG
Cf. déficit en méthyl-cobalamine type cbl G
CDG
Cf. anomalie congénitale de la glycosylation
CDG-Ia
CDG-Ia
Otras denominaciones:
síndrome CDG tipo Ia
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Ia
trastorno congénito de la glicosilación tipo Ia
CDG-Ib
CDG-Ib
Otras denominaciones:
déficit de fosfomanoisomerasa
síndrome CDG tipo Ib
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Ib
trastorno congénito de la glicosilación tipo Ib
42
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Traducción y terminología
CDG-Ic
CDG-Ic
Otras denominaciones:
déficit de glucosiltransferasa 1
síndrome CGD tipo Ic
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Ic
trastorno congénito de la glicosilación tipo Ic
CDG-Id
CDG-Id
Otras denominaciones:
déficit de manosiltransferasa 6
síndrome de CDG tipo Id
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Id
trastorno congénito de la glicosilación tipo Id
CDG-Ie
CDG-Ie
Otras denominaciones:
déficit de Dol-P-Man sintasa I
síndrome de CDG tipo Ie
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Ie
trastorno congénito de la glicosilación tipo Ie
CDG-If
CDG-If
Otras denominaciones:
defecto en la utilización de Dol-P-Man
síndrome de CDG tipo If
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo If
trastorno congénito de la glicosilación tipo If
CDG-Ig
CDG-Ig
Otras denominaciones:
déficit de manosiltransferasa 8
síndrome de CDG tipo Ig
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Ig
trastorno congénito de la glicosilación tipo Ig
CDG-Ih
CDG-Ih
Otras denominaciones:
déficit de glucosiltransferasa 2
síndrome de CDG tipo Ih
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Ih
trastorno congénito de la glicosilación tipo Ih
CDG-II
CDG-Ii
Otras denominaciones:
déficit de manosiltransferasa 2
síndrome de CDG tipo Ii
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Ii
trastorno congénito de la glicosilación tipo Ii
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43
Traducción y terminología
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CDG-IIa
CDG-IIa
Otras denominaciones:
déficit de N-acetil-glucosaminiltransferasa 2´
síndrome de CDG tipo IIa
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo IIa
trastorno congénito de la glicosilación tipo IIa
CDG-IIb
CDG-IIb
Otras denominaciones:
déficit de glucosidasa 1
síndrome de CDG tipo IIb
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo IIb
trastorno congénito de la glicosilación tipo IIb
CDG-IIc
CDG-IIc
Otras denominaciones:
defecto en el transporte de GDP-fucosa
síndrome de CDG tipo IIc
CDG-IId
CDG-IId
Otras denominaciones:
déficit de ß1, 4-galactosiltransferasa
síndrome de CDG tipo IId
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo IId
trastorno congénito de la glicosilación tipo IId
CDG-IIe
CDG-IIe
Otras denominaciones:
déficit del complejo COG, subunidad 7
síndrome de CDG tipo IIe
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo IIe
trastorno congénito de la glicosilación tipo IIe
CDG-IIf
CDG-Iif
Otras denominaciones:
déficit del transportador de CMP-NeuAc
síndrome de CDG tipo IIf
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo IIf
trastorno congénito de la glicosilación tipo IIf
CDG-IIg
CDG-IIg
Otras denominaciones:
déficit del complejo COG, subunidad 1
síndrome de CDG tipo IIg
CDG-Ij
CDG-Ij
Otras denominaciones:
síndrome de CDG tipo Ij
déficit de UDP-GlcNAC
trastorno congénito de la glicosilación tipo Ij
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Ij
44
Panace@.
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Traducción y terminología
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CDG-Ik
CDG-Ik
Otras denominaciones:
déficit de manosiltransferasa 1
síndrome de CDG tipo Ik
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Ik
trastorno congénito de la glicosilación tipo Ik
CDG-Il
CDG-Il
Otras denominaciones:
déficit de manosiltransferasa 7-9
síndrome de CDG tipo Il
síndrome de glicoproteínas deficientes en
carbohidratos tipo Il
trastorno congénito de la glicosilación tipo Il
céroïde-lipofuscinose neuronale
lipofuscinosis ceroidea neuronal
Otras denominaciones:
LCN
céroïde-lipofuscinose neuronale de l’adulte
Cf. lipofuscinose adulte
céroïde-lipofuscinose neuronale infantile
Cf. lipofuscinose infantile
céroïde-lipofuscinose neuronale juvénile
Cf. lipofuscinose juvénile
céroïde-lipofuscinose neuronale, variante épilepsie
nordique
Cf. CLN8
cherry-red-spot-myoclonus
Cf. sialidose type I
chondrodysplasie ponctuée dominante liée à l’X
condrodisplasia punctata ligada al X
Otras denominaciones:
calcinosis universalis
condrodistrofia calcificante congénita
síndrome de Conradi-Hünermann-Happle
chondrodysplasie ponctuée rhizomélique
condrodistrofia punctata rizomélica
chondrodystrophie congénitale calcifiante
Cf. chondrodysplasie ponctuée dominante liée à l’X
citrullinémie
Cf. déficit en argininosuccinate synthétase
CLN
Cf. céroïde-lipofuscinose neuronale
CLN de l’adulte
Cf. lipofuscinose adulte
CLN infantile
Cf. lipofuscinose infantile
CLN infantile tardive
Cf. lipofuscinose infantile tardive
CLN juvénile
Cf. lipofuscinose juvénile
CLN, variante épilepsie nordique
Cf. CLN8
CLN1
LCN1
CLN2
LCN2
CLN3
LCN3
CLN4
LCN4
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45
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CLN5
LCN5
Otras denominaciones:
variante finlandesa de lipofuscinosis ceroidea
neuronal
CLN6
LCN6
Otras denominaciones:
variante checa de lipofuscinosis ceroidea neuronal
variante gitana de lipofuscinosis ceroidea neuronal
variante india de lipofuscinosis ceroidea neuronal
CLN7
LCN7
Otras denominaciones:
variante turca de lipofuscinosis ceroidea neuronal
CLN8
LCN8
Otras denominaciones:
epilepsia del norte
epilepsia progresiva con retardo mental
EPRM
enfermedad LNC8, variante epilepsia del Norte
LNC, variante epilepsia del Norte
lipofuscinosis neuronal ceroide, variante epilepsia
del Norte
epilepsia progresiva-déficit intelectual, tipo finlandés
CMD
Cf. anomalie de la O-mannosylation
convulsion pyridoxal-phosphate dépendante
convulsión con respuesta al piridoxal fosfato
convulsion pyridoxino-dépendante
Cf. convulsion pyridoxino-phosphate dépendante
convulsion pyridoxino-phosphate dépendante
convulsión con respuesta a la piridoxina
Otras denominaciones:
deficiencia de piridoxina con convulsiones
epilepsia dependiente de piridoxina
convulsion sensible au pyridoxal phosphate
Cf. convulsion pyridoxal-phosphate dépendante
CPTII
Cf. déficit en carnitine palmitoyl transférase II
CTFhP
Cf. calcinose tumorale familiale
hyperphosphatémique
cystinose
cistinosis
Otras denominaciones:
defecto del transportador de cistina
cystinose infantile
cistinosis infantil
Otras denominaciones:
cistinosis nefropática
cistinosis nefropática clásica
cystinose juvénile
cistinosis juvenil
Otras denominaciones:
forma intermedia de cistinosis
cystinose oculaire
cistinosis del adulto
Otras denominaciones:
forma ocular de cistinosis
forma no nefropática de cistinosis
46
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cystinurie
cistinuria
Otras denominaciones:
cistinuria-lisinuria
cystinurie-lysinurie
Cf. cystinurie
D
défaut d’utilisation de Dol-P-Man
Cf. CDG-If
défaut de synthèse de Dol-P-Man
Cf. CDG-Ie
défaut du COG, subunité 1
Cf. CDG-IIg
défaut du COG, subunité 7
Cf. CDG-IIe
défaut du complexe oligomérique du Golgi (COG)
defecto del complejo oligomérico del aparato de Golgi
(COG)
Otras denominaciones:
defecto del COG
défaut du transport de glucose
enfermedad del transporte de la glucosa
déficience en cofacteur molybdène
deficiencia del cofactor de molibdeno
Otras denominaciones:
deficiencia de MoCo
déficience en dihydropyrimidine déshydrogénase
deficiencia de dihidropirimidina deshidrogenasa (DPD)
déficience en glycogène phosphorylase musculaire
Cf. glycogénose de type V
déficience en holocarboxylase synthétase
deficiencia de holocarboxilasa sintetasa
déficience en purine nucléoside phosphorylase
alteración de la fosforilasa de nucleósidos de purina
(PNP)
déficit complet en hypoxanthine guanine
phosphoribosyltransférase
Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase
déficit congénital de synthèse des acides biliaires
Cf. erreur de synthèse des acides biliaires
déficit de biosynthèse de la sérine
deficiencia de serina
déficit de l’oxydation des acides gras
Cf. maladie de l’oxydation des acides gras
déficit de la chaîne respiratoire
enfermedad de la cadena respiratoria mitocondrial
Otras denominaciones:
desorden de la cadena respiratoria
déficit de la cadena respiratoria
déficit de mannosyl-transférase 7-9
Cf. CDG-Il
déficit de O-glycosilation
Cf. anomalie de la O-glycosylation des protéines
déficit de synthèse des neurotransmetteurs
Cf. maladie des neurotransmetteurs
déficit de synthèse en L-sérine
Cf. déficit de biosynthèse de la sérine
déficit de transport lysosomal
defecto del transporte lisosomal
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Traducción y terminología
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déficit de UDP-GlcNAC
Cf. CDG-Ij
déficit du complexe I de la chaîne respiratoire
Cf. déficit en complexe I de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit du complexe II de la chaîne respiratoire
Cf. déficit en complexe II de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit du complexe III de la chaîne respiratoire
Cf. déficit en complexe III de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit du complexe IV de la chaîne respiratoire
Cf. déficit en complexe IV de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit du complexe V de la chaîne respiratoire
Cf. déficit en complexe V de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit du transport en CMP-NeuAc
Cf. CDG-IIf
déficit en 17b-hydroxystéroïde déshydrogénase
type 10
Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des
acides gras à chaîne courte
déficit en 2-méthyl-3-hydroxybutyryl-CoA
déshydrogénase
Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des
acides gras à chaîne courte
déficit en 3-hydroxy 3-méthylglutaryl-CoA lyase
Cf. acidurie 3-hydroxy-3-méthylglutarique
déficit en 3-hydroxy-2-méthylbutyryl-CoA
déshydrogénase
Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des
acides gras à chaîne courte
déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase
deficiencia de 3 hidroxiacil CoA deshidrogenasa
Otras denominaciones:
deficiencia de deshidrogenasa de 3-hidroxiacil CoA
déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des
acides gras à chaîne courte
deficiencia de 3-hidroxiacil-CoA deshidrogenasa de
cadena corta
Otras denominaciones:
déficit de SCHAD
deficiencia de SCHAD
17-b hidroxiesteroide deshidrogenasa, tipo 10
deficiencia de 2-metil-3-hidroxibutiril-CoA
deshidrogenasa
deficiencia de 3-hidroxi-2-metilbutiril-CoA
deshidrogenasa
deficiencia de HSD
deficiencia de MHBD
déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des
acides gras à chaîne longue
deficiencia de 3-hidroxiacil-CoA deshidrogenasa de
cadena larga
Otras denominaciones:
deficiencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena larga
déficit de LCHAD
trastorno de los ácidos grasos de cadena larga
déficit en 3-phosphoglycérate déshydrogénase
deficiencia de 3-fosfoglicerato deshidrogenasa
(PHGDH)
déficit en 3-phosphoglycératedéhydrogénase
Cf. déficit en 3-phosphoglycérate déshydrogénase
déficit en 7-déhydrocholestérol-réductase
Cf. syndrome de Smith-Lemli-Opitz
déficit en acide homogentisique oxydase
Cf. alcaptonurie
48
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déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes
courtes
déficit de acil-CoA deshidrogenasa de cadena corta
Otras denominaciones:
déficit de SCAD
déficit en acyl-coA déshydrogénase à chaînes courtes
ramifiées
Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes
courtes
déficit en acyl-CoA déshydrogénase des acides gras
à chaîne moyenne
deficiencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena
media
Otras denominaciones:
déficit de MCAD
trastorno de los ácidos grasos de cadena media
déficit en acyl-CoA déshydrogénase des acides gras
à chaîne très longue
deficiencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena muy
larga
Otras denominaciones:
deficiencia de VLCAD
déficit en adénosine-désaminase (ADA)
inmunodeficiencia debida a alteraciones de la adenosín
desaminasa (ADA)
déficit en adénosylcobalamine
Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la
vitamine B12
déficit en adénylosuccinase
Cf. déficit en adénylosuccinate lyase (ADLS)
déficit en adénylosuccinate lyase (ADLS)
deficiencia de adenilosuccinato liasa (ADSL)
Otras denominaciones:
déficit de adenilsuccinasa
déficit en ADSL
Cf. déficit en adénylosuccinate lyase (ADLS)
déficit en AGAT
Cf. déficit en arginine glycine amidinotransférase
déficit en a-glucosidase
Cf. maladie de Fabry
déficit en alpha-1,4-glucosidase acide
Cf. glycogénose de type II
déficit en alpha-D-mannosidase lysosomale
Cf. alpha-mannosidose
déficit en alpha-galactosidase A
Cf. maladie de Fabry
déficit en alpha-L-fucosidase
Cf. fucosidose
déficit en amylo-1,6-glucosidase
Cf. glycogénose de type III
déficit en ARBS
Cf. mucopolysaccharidose de type VI
déficit en arginase
deficiencia de arginasa
Otras denominaciones:
déficit de arginasa
déficit en arginine glycine amidinotransférase
déficit de arginina-glicina amidinotransferasa (AGAT)
Otras denominaciones:
deficiencia de AGAT
déficit en arginine-glycine-amidino-transférase
Cf. déficit en arginine glycine amidinotransférase
déficit en argininosuccinase
Cf. déficit en argininosuccinate lyase
déficit en argininosuccinate lyase
déficit de argininosuccinato liasa (ASL)
Otras denominaciones:
aciduria argininosuccínica
acidemia argininosuccínica
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déficit en argininosuccinate synthétase
déficit de argininosuccinato sintetasa
Otras denominaciones:
citrulinemia
déficit en arylsulfatase A
Cf. leucodystrophie métachromatique
déficit en arylsulfatase B
Cf. mucopolysaccharidose de type VI
déficit en ASB
Cf. mucopolysaccharidose de type VI
déficit en aspartoacylase
Cf. acidurie N-acétyl aspartique
déficit en aspartylglucosaminidase
deficiencia de aspartilglucosaminidasa
Otras denominaciones:
déficit de aspartilglucosaminidasa
aspartilglucosaminuria
déficit en ATPsynthase
Cf. déficit en complexe V de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit en ATPsynthase mitochondriale
Cf. déficit en complexe V de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit en bêta-glucosidase acide
Cf. maladie de Gaucher
déficit en bêta-glucuronidase
Cf. mucopolysaccharidose de type VII
déficit en biotinidase
deficiencia de biotinidasa
déficit en carbamoylphosphate synthétase
deficiencia de carbamilfosfato sintetasa
Otras denominaciones:
déficit de carbamilfosfato sintetasa
déficit en carbamoyl-phosphate synthétase
Cf. déficit en carbamoylphosphate synthétase
déficit en carnitine palmitoyl transférase I
déficit de carnitina palmitoiltransferasa I
déficit en carnitine palmitoyl transférase II
déficit de carnitina palmitoiltransferasa II
déficit en carnitine-acylcarnitine translocase
deficiencia de translocasa de carnitina acilcarnitina
déficit en céramidase
Cf. maladie de Farber
déficit en cétoacide décarboxylase
Cf. leucinose
déficit en céto-acide décarboxylase
Cf. leucinose
déficit en cholestérol libre
Cf. maladie de Niemann-Pick type C
déficit en coenzyme Q10
déficit primario de CoQ10
déficit en coenzyme Q-cytochrome c oxydoréductase
Cf. déficit en complexe III de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit en cofacteurs de la tyrosine hydroxylase
Cf. dystonie sensible à la L-Dopa à transmission
récessive
déficit en cofacteurs du molybdène
Cf. déficience en cofacteur molybdène
déficit en complexe I de la chaîne respiratoire
mitochondriale
deficiencia del complejo I de la cadena respiratoria
mitocondrial
Otras denominaciones:
deficiencia de nicotinamida adenina dinucleótido
deshidrogenasa (ubiquinona oxidorreductasa)
50
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déficit en complexe II de la chaîne respiratoire
mitochondriale
deficiencia del complejo II de la cadena respiratoria
mitocondrial
Otras denominaciones:
deficiencia de succinato deshidrogenasa y succinato
coenzima Q oxidorreductasa
déficit en complexe III de la chaîne respiratoire
mitochondriale
deficiencia del complejo III de la cadena respiratoria
mitocondrial
Otras denominaciones:
deficiencia de coenzima Q-citocromo C reductasa
déficit en complexe IV de la chaîne respiratoire
mitochondriale
deficiencia del complejo IV de la cadena respiratoria
mitocondrial
Otras denominaciones:
deficiencia de citocromo C oxidasa
déficit en complexe V de la chaîne respiratoire
mitochondriale
deficiencia del complejo V de la cadena respiratoria
mitocondrial
Otras denominaciones:
deficiencia de ATPasa mitocondrial
deficiencia de ATP sintetasa
déficit en CoQ10
Cf. déficit en coenzyme Q10
déficit en créatine cérébrale
Cf. déficit en guanidinoacétate méthyltransférase
(GAMT)
déficit en cystathionine-β synthase
Cf. homocystinurie classique
déficit en cytochrome C oxydase
deficiencia de citocromo C oxidasa
Cf. déficit en complexe IV de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit en électron transfer flavoprotéine
Cf. acidurie glutarique type II
déficit en électron transfer flavoprotéine ubiquinone
oxydoréductase
Cf. acidurie glutarique type II
déficit en enzyme bifonctionnelle
deficiencia de enzima bifuncional
déficit en enzyme branchante
Cf. glycogénose de type IV
déficit en enzyme débranchante
Cf. glycogénose de type III
déficit en ETFA
Cf. acidurie glutarique type II
déficit en ETFB
Cf. acidurie glutarique type II
déficit en ETFDH
Cf. acidurie glutarique type II
déficit en fructokinase
Cf. fructosurie essentielle
déficit en fructose-1,6 diphosphatase
deficiencia de fructosa 1,6 difosfatasa
déficit en fumaryl acéto-acétase
Cf. tyrosinémie de type I
déficit en G6P
Cf. glycogénose de type I
déficit en G6P translocase
Cf. glycogénose de type Ib
déficit en G6P type a
Cf. glycogénose de type Ia
déficit en G6P type b
Cf. glycogénose de type Ib
déficit en G6PT
Cf. glycogénose de type Ib
déficit en galactocérébrosidase
Cf. maladie de Krabbe
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
51
Traducción y terminología
<http://tremedica.org/panacea.html>
déficit en galactokinase
deficiencia de galactocinasa
Otras denominaciones:
deficiencia de galactosa cinasa
déficit en galactose-1-phosphate uridyltransférase
Cf. galactosémie classique
déficit en galactose-1-phosphate uridyl-transférase
Cf. galactosémie classique
déficit en GALT
Cf. galactosémie classique
déficit en GAMT
Cf. déficit en guanidinoacétate méthyl transférase
déficit en GlcNAc-1-phosphotransférase du Golgi
Cf. mucolipidose II
déficit en glucocérébrosidase
Cf. maladie de Gaucher
déficit en glucosamine N-acétyl-6-sulfatase
Cf. maladie de Sanfilippo D
déficit en glucose-6-phosphatase
Cf. glycogénose de type I
déficit en glucose-6-phosphate translocase
Cf. glycogénose de type I
déficit en GLUT1
deficiencia de Glut1
Otras denominaciones:
síndrome de deficiencia de Glut1
deficiencia del transportador de glucosa Glut1
deficiencia del transportador de glucosa tipo 1
déficit en GLUT2
déficit de Glut2
Otras denominaciones:
glucogenosis tipo XI
glucogenosis de tipo 11
enfermedad por almacenamiento de glucógeno de tipo 9
enfermedad de Fanconi-Bickel
glucogenosis de Bickel-Fanconi
síndrome de Fanconi-Bickel
Cf. glycogénose de type XI
déficit en glutaryl-CoA déshydrogénase
Cf. acidurie glutarique type I
déficit en glutaryl-CoA oxydase
Cf. acidurie glutarique type 3
déficit en glycine synthase
Cf. hyperglycémie sans cétose
déficit en glycogène synthétase hépatique
Cf. glycogénose de type 0
déficit en glycosidase
Cf. CDG-IIb
déficit en glycosyltransférase 1
Cf. CDG-Ic
déficit en glycosyltransférase 2
Cf. CDG-Ih
déficit en GNS
Cf. maladie de Sanfilippo D
déficit en GTPcyclohydrolase I
déficit de guanosina trifosfato ciclohidrolasa
(GTPCH)-1
déficit en GTPcyclohydrolase I à transmission
dominante
déficit de guanosina trifosfato ciclohidrolasa
(GTPCH)-1 de herencia dominante
déficit en GTPcyclohydrolase I à transmission
récessive
déficit de guanosina trifosfato ciclohidrolasa
(GTPCH)-1 de herencia recesiva
déficit en guanidinoacétate méthyl transférase
(GAMT)
Cf. déficit en guanidinoacétate méthyltransférase
(GAMT)
52
Panace@.
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Traducción y terminología
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déficit en guanidinoacétate méthyltransférase
(GAMT)
déficit de guanidinoacetato metiltransferasa (GAMT)
Otras denominaciones:
deficiencia de GAMT
deficiencia cerebral de creatina
defecto de creatina cerebral
déficit en héparane sulfamidase
Cf. maladie de Sanfilippo A
déficit en héparane-alpha-glucosaminide
N-acétyltransférase
Cf. maladie de Sanfilippo C
déficit en hexosaminidase A
Cf. maladie de Tay-Sachs
déficit en hexosaminidases A et B
Cf. maladie de Sandhoff
déficit en HGSNAT
Cf. maladie de Sanfilippo C
déficit en histidase
Cf. histidinémie
déficit en HMG-CoA lyase
Cf. acidurie 3-hydroxy-3-méthylglutarique
déficit en homogentisicase
Cf. alcaptonurie
déficit en HPRT
Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase
déficit en HPRT grade I
Cf. déficit partiel en HPRT
déficit en HPRT grade IV
Cf. maladie de Lesch-Nyhan
déficit en HPRT1
Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase
déficit en HSD
Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des
acides gras à chaîne courte
déficit en hypoxanthine guanine
phosphoribosyltransferase grade IV
Cf. maladie de Lesch-Nyhan
déficit en hypoxanthine-guanine
phosphoribosyltransferase grade I
Cf. déficit partiel en HPRT
déficit en hypoxanthine-guanine phosphoryl
transférase
Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase
déficit en hypoxanthine-guanine phosphoryl
transférase 1
Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase
déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase
deficiencia de hipoxantina-guanina
fosforribosiltransferasa
Otras denominaciones:
deficiencia de HPRT
déficit de HPRT
déficit de HPRT1
déficit de hipoxantina-guanina fosforribosiltransferasa 1
déficit en iduronate 2-sulfatase
Cf. mucopolysaccharidose de type II
déficit en isovaléryl-CoA déshydrogénase
Cf. acidurie isovalérique
déficit en kétohexokinase
Cf. fructosurie essentielle
déficit en lactate déshydrogénase
déficit de lactato deshidrogenasa
déficit en LCHAD
Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des
acides gras à chaîne longue
Panace@.
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53
Traducción y terminología
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déficit en MAD
Cf. acidurie glutarique type 2
déficit en maltase acide
Cf. glycogénose de type II
déficit en mannosyl-transférase 1
Cf. CDG-Ik
déficit en mannosyl-transférase 2
Cf. CDG-Ii
déficit en mannosyl-transférase 6
Cf. CDG-Id
déficit en mannosyl-transférase 8
Cf. CDG-Ig
déficit en MCAD
Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase des acides gras
à chaîne moyenne
déficit en méthylcobalamine
Cf. déficit en méthyl-cobalamine
déficit en méthyl-cobalamine
deficiencia de metilcobalamina
Otras denominaciones:
defecto de remetilación de la homocisteína
déficit en méthyl-cobalamine type cbl E
deficiencia de metilcobalamina Cbl E
Otras denominaciones:
defecto de metilcobalamina Cbl E
deficiencia de Cbl E
homocistinuria por defecto de la remetilación (cbl E)
Cbl E
déficit en méthyl-cobalamine type cbl G
deficiencia de metilcobalamina Cbl G
Otras denominaciones:
defecto de metilcobalamina Cbl G
homocistinuria por defecto de la remetilación (cbl G)
Cbl G
déficit en méthylènetétrahydrofolate réductase
deficiencia de metilén-tetrahidrofolato reductasa
(MTHFR)
Otras denominaciones:
deficiencia de metilentetrahidrofolato reductasa
deficiencia de MTHFR
déficit en mévalonate kinase
Cf. acidurie mévalonique
déficit en MHBD
Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des
acides gras à chaîne courte
déficit en MTHFR
Cf. déficit en méthylènetétrahydrofolate réductase
déficit en multiple acyl-CoA déshydrogenase
Cf. acidurie glutarique type 2
déficit en myophosphorylase
Cf. glycogénose de type V
déficit en N-acétyl-alpha-glucosaminidase
Cf. maladie de Sanfilippo B
déficit en N-acétyl-glucosamiminyl transférase 2
Cf. CDG-IIa
déficit en N-acétylglutamate synthase
déficit de N-acetilglutamato sintasa
Otras denominaciones:
déficit de N-acetilglutamato sintetasa
deficiencia de NAGS
déficit de NAGS
déficit en N-acétylglutamate synthétase
Cf. déficit en N-acétylglutamate synthase
déficit en NADH-coenzyme CoQ réductase
Cf. déficit en complexe I de la chaîne respiratoire
mitochondriale
54
Panace@.
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Traducción y terminología
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déficit en NAGS
Cf. déficit en N-acétylglutamate synthase
déficit en ornithine amino-transférase
Cf. hyperornithinémie
déficit en ornithine carbamyl transférase
Cf. déficit en ornithine transcarbamylase
déficit en ornithine transcarbamylase
deficiencia de ornitina transcarbamilasa
Otras denominaciones:
déficit de ornitín carbamil transferasa
deficiencia de OTC
déficit en orotidylique décarboxylase
Cf. acidurie orotique héréditaire
déficit en PEPCK
Cf. déficit en phosphoénolpyruvate carboxykinase
déficit en phénylalanine hydroxylase
Cf. déficit total en phénylalanine hydroxylase
déficit en phosphoénolpyruvate carboxykinase
deficiencia de fosfoenol-piruvato carboxiquinasa
déficit en phosphofructokinase musculaire
Cf. glycogénose de type VII
déficit en phosphoglycérate kinase
déficit de fosfoglicerato quinasa
déficit en phosphoglycérate mutase
Cf. glycogénose de type X
déficit en phosphomannomutase
Cf. CDG-Ia
déficit en phosphomannose isomérase
Cf. CDG-Ib
déficit en phosphorylase hépatique
Cf. glycogénose type VIB
déficit en phosphorylase musculaire
Cf. glycogénose de type V
déficit en phytanoyl-CoA dioxygénase
Cf. maladie de Refsum
déficit en propionyl-CoA carboxylase
Cf. acidémie propionique
déficit en protéine D-bifonctionnelle
Cf. déficit en enzyme bifonctionnelle
déficit en protéine trifonctionnelle mitochondriale
deficiencia de proteína trifuncional
déficit en pyruvate carboxylase
deficiencia de piruvato carboxilasa
déficit en pyruvate déshydrogénase
deficiencia de piruvato deshidrogenasa
Otras denominaciones:
defecto de piruvato deshidrogenasa
déficit en SCAD
Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes
courtes
déficit en SCHAD
Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des
acides gras à chaîne courte
déficit en sérine
Cf. déficit de biosynthèse de la sérine
déficit en sphingomyélinase acide
Cf. maladie de Niemann-Pick
déficit en β-1,4-galactosyltransférase
Cf. CDG-IId
déficit en stérol C5-désaturase
Cf. lathostérolose
déficit en succinate coenzyme Q réductase
Cf. déficit en complexe II de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit en succinate-CoQ réductase
Cf. déficit en complexe II de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit en sulfite oxydase
deficiencia de sulfito oxidasa
Otras denominaciones:
defecto de sulfito oxidasa
Panace@.
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55
Traducción y terminología
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déficit en sulfite oxydase isolé
deficiencia aislada de sulfito oxidasa
déficit en thiolase
Cf. syndrome pseudo-Zellweger
déficit en transcobalamine II
defecto de transcobalamina II
déficit en transporteur de la cystine
Cf. cystinose
déficit en transporteur du GDP-fucose
Cf. CDG-IIc
déficit en transporteur du glucose-GLUT1
Cf. déficit en GLUT1
déficit en tyrosine hydroxylase
Cf. dystonie dopa-sensible autosomique récessive
déficit en ubiquinone-cytochrome C réductase
Cf. déficit en complexe III de la chaîne respiratoire
mitochondriale
déficit en UDP–galactose 4’–épimérase
déficit de UDP-galactosa-4-epimerasa
déficit en uridine monophosphate synthase
Cf. acidurie orotique héréditaire
déficit en VLCAD
Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase des acides gras
à chaîne très longue
déficit enzymatique du cycle de l’urée
Cf. désordre du cycle de l’urée
déficit héréditaire en fructose-1-phosphate aldolase
Cf. intolérance héréditaire au fructose
déficit multiple des déshydrogénases à FAD
Cf. acidurie glutarique type 2
déficit multiple en carboxylases
deficiencia múltiple de carboxilasas
déficit multiple en sulfatases
Cf. mucosulfatidose
déficit partiel en biotinidase
deficiencia parcial de biotinidasa
déficit partiel en HPRT
defecto parcial de HPRT
Otras denominaciones:
síndrome de Kelley-Seegmiller
déficit de HPRT grado I
déficit de hipoxantina guanina fosforribosil transferasa
grado I
déficit parcial de HPRT1
déficit parcial de hipoxantina guanina fosforribosil
transferasa
déficit parcial de hipoxantina guanina fosforribosil
transferasa 1
gota relacionada con HPRT
hiperuricemia relacionada con HPRT
déficit partiel en HPRT1
Cf. déficit partiel en HPRT
déficit partiel en hypoxanthine guanine
phosphoribosyltransférase
Cf. déficit partiel en HPRT
déficit partiel en hypoxanthine guanine
phosphoribosyltransférase 1
Cf. déficit partiel en HPRT
déficit partiel en phénylalanine hydroxylase
déficit parcial de fenilalanina hidroxilasa
Otras denominaciones:
hiperfenilalaninemia benigna
hiperfenilalaninemia moderada
déficit sévère de la voie de la reméthylation
Cf. déficit en méthyl-cobalamine
déficit sévère en 5,10-méthylènetétrahydrofolate
réductase
Cf. déficit en méthylènetétrahydrofolate réductase
56
Panace@.
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Traducción y terminología
<http://tremedica.org/panacea.html>
déficit total en phénylalanine hydroxylase
fenilcetonuria clásica
Otras denominaciones:
hiperfenilalaninemia grave
deficiencia de la enzima fenilalanina hidroxilasa
déficits en neuraminidase et bêta-galactosidase
Cf. galactosialidosis
dégénérescence hépato-lenticulaire
Cf. maladie de Wilson
dégénérescence neuronale progressive de l’enfant
avec maladie du foie
Cf. maladie d’Alpers
dégénérescence spongieuse du système nerveux
central
Cf. acidurie N-acétyl aspartique
dégénérescence spongiforme de la substance blanche
Cf. acidurie N-acétyl aspartique
desmostérolose
desmosterolosis
désordre du cycle de l’urée
defecto del ciclo de la urea
Otras denominaciones:
trastorno del ciclo de la urea
alteración del ciclo de la urea
defecto congénito del ciclo de la urea
desorden hereditario del ciclo de la urea
désordre enzymatique du cycle de l’urée
Cf. désordre du cycle de l’urée
désordre péroxysomal
Cf. maladie péroxysomale
dextrinose limite
Cf. glycogénose de type III
diabète sucré - diabète insipide - atrophie optique surdité
Cf. syndrome de Wolfram
DMC
Cf. anomalie de la O-mannosylation
dystonie dopa-sensible autosomique dominante
distonía sensible a la L-dopa autosómica dominante
Otras denominaciones:
DYT5a
distonía hereditaria progresiva con marcada fluctuación
diurna
síndrome de Segawa autosómico dominante
dystonie dopa-sensible autosomique récessive
distonía sensible a la L-dopa autosómica recesiva
Otras denominaciones:
déficit de tirosina hidroxilasa (TH)
dystonie progressive héréditaire avec fluctuations
diurnes
Cf. dystonie dopa-sensible autosomique dominante
dystonie sensible à la L-dopa
distonía sensible a la L-dopa
Otras denominaciones:
distonía sensible a la levodopa
enfermedad de Segawa
dystonie sensible à la L-dopa à transmission
dominante
Cf. dystonie dopa-sensible autosomique dominante
dystonie sensible à la L-dopa à transmission
récessive
Cf. dystonie dopa-sensible autosomique récessive
dystrophie musculaire congénitale
Cf. anomalie de la O-mannosylation
Panace@.
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Traducción y terminología
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dystrophie musculaire congénitale de type 1C
distrofia muscular congénita de tipo IC
Otras denominaciones:
MDC1C
dystrophie musculaire congénitale de type 1D
distrofia muscular congénita de tipo ID
Otras denominaciones:
MDC1D
dystrophie musculaire congénitale type Fukuyama
distrofia muscular congénita de Fukuyama
Otras denominaciones:
FCMD
dystrophie musculaire des ceintures - déficit
intellectuel
Cf. dystrophie musculaire des ceintures autosomique
récessive type 2K
dystrophie musculaire des ceintures autosomique
récessive type 2I
distrofia de cinturas de tipo 2I
dystrophie musculaire des ceintures autosomique
récessive type 2K
distrofia de cinturas de tipo 2K
Otras denominaciones:
LGMD2K
distrofia muscular de cinturas - retraso mental
dystrophie musculaire des ceintures par déficit
en FKRP
Cf. dystrophie musculaire des ceintures autosomique
récessive type 2I
dystrophie musculaire type Fukuyama
Cf. dystrophie musculaire congénitale type Fukuyama
DYT5a
Cf. dystonie dopa-sensible autosomique dominante
Otras denominaciones:
LGMD2I
distrofia muscular de cinturas por déficit de FKRP
E
embryopathie hyperphénylalaninémique
Cf. hiperfenilalaninemia materna
embryopathie phénylcétonurique
Cf. hiperfenilalaninemia materna
encéphalomyopathie mitochondriale
encefalomiopatía mitocondrial
encéphalo-myopathie mitochondriale neuro-gastrointestinale
Cf. syndrome MNGIE
encéphalomyopathie mitochondriale, acidose lactique
et pseudo-accidents vasculaires cérébraux
Cf. syndrome MELAS
encéphalomyopathie nécrosante subaiguë
Cf. syndrome de Leigh
encéphalopathie éthylmalonique
encefalopatía, aciduria etilmalónica y acidosis láctica
encéphalopathie myo-neuro-gastrointestinale
Cf. syndrome MNGIE
encéphalopathie nécrosante de Leigh d’hérédité
maternelle
Cf. syndrome de Leigh d’hérédité maternelle
encéphalopathie par déficit en GLUT1
Cf. déficit en GLUT1
épilepsie - déficit intellectuel, type finnois
Cf. CLN8
épilepsie myoclonique à fibres rouges en lambeaux
Cf. syndrome MERRF
58
Panace@.
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Traducción y terminología
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épilepsie myoclonique avec ragged-red-fibers
Cf. syndrome MERRF
épilepsie nordique
Cf. CLN8
épilepsie progressive avec retard mental
Cf. CLN8
épilepsie pyridoxine-sensible
Cf. convulsion pyridoxino-phosphate dépendante
épilepsie pyridoxino-dépendante
Cf. convulsion pyridoxino-phosphate dépendante
erreur de la biogenèse des peroxysomes
enfermedad de la biogénesis del peroxisoma
erreur de synthèse des acides biliaires
defecto en la biosíntesis de ácidos biliares
erreur innée du métabolisme
error innato del metabolismo
Otras denominaciones:
error congénito del metabolismo
enfermedad metabólica hereditaria
erreur métabolique de la N-glycosylation
defecto de la N-glicosilación
exostose multiple héréditaire
exostosis múltiple hereditaria
Otras denominaciones:
HME
F
FCMD
Cf. dystrophie musculaire congénitale type
Fukuyama
fish-odor syndrome
Cf. triméthylaminurie
forme adulte de leucodystrophie métachromatique
forma adulta de leucodistrofia metacromática
forme cérébrale de l’enfant d’adrénoleucodystrophie
adrenoleucodistrofia cerebral infantil
Otras denominaciones:
enfermedad de Schilder
forme de l’adulte d’adrénoleucodystrophie
Cf. adrénomyéloneuropathie
forme infantile tardive de leucodystrophie
métachromatique
forma infantil tardía de leucodistrofia metacromática
forme juvénile de leucodystrophie métachromatique
forma juvenil de leucodistrofia metacromática
forme juvénile précoce de lipofuscinose
Cf. lipofuscinose juvénile
fructosémie
Cf. intolérance héréditaire au fructose
fructosémie congénitale
Cf. intolérance héréditaire au fructose
fructosurie essentielle
fructosuria esencial
Otras denominaciones:
déficit de fructocinasa
déficit de fructoquinasa
fucosidose
fucosidosis
Otras denominaciones:
déficit de alfa-L-fucosidasa
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59
Traducción y terminología
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G
galactosémie
galactosemia
galactosémie classique
galactosemia clásica
Otras denominaciones:
deficiencia de galactosa-1-fosfato uridiltransferasa
(G1PUT)
deficiencia de G1PUT
galactosialidose
galactosialidosis
Otras denominaciones:
síndrome de Goldberg
déficit de neuraminidasa beta-galactosidasa
gangliosidose à GM1
gangliosidosis GM1
Otras denominaciones:
enfermedad de Landing
gangliosidose à GM2
gangliosidosis GM2
gangliosidose à GM2 variants B, B1, AB
Cf. maladie de Tay-Sachs
gangliosidose à GM2, variant 0
Cf. maladie de Sandhoff
gangliosidose de type I
Cf. gangliosidose à GM1
glycinémie avec cétose
Cf. acidémie propionique
glycinémie cétosique
Cf. acidémie propionique
glycogénose
glucogenosis
Otras denominaciones:
enfermedad por almacenamiento de glucógeno
EAG
glycogénose de Bickel-Fanconi
Cf. déficit en GLUT2
glycogénose de type 0
glucogenosis tipo 0
Otras denominaciones:
déficit de glucógeno sintasa de hígado
enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo 0
glycogénose de type I
glucogenosis tipo I
Otras denominaciones:
deficiencia de glucosa-6-fosfatasa
glucogenosis hepato-renal
déficit de glucosa-6-fosfato translocasa
glycogénose de type Ia
glucogenosis tipo Ia
Otras denominaciones:
enfermedad de von Gierke
déficit de G6P tipo a
enfermedad por almacenamiento de glucógeno por
déficit de G6P tipo a
enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo a
GSD por déficit de G6P tipo a
GSD tipo 1a
GSDIa
glucogenosis Ia
glucogenosis por déficit de glucosa-6-fosfatasa tipo a
glycogénose de type Ib
glucogenosis tipo Ib
60
Panace@.
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Traducción y terminología
<http://tremedica.org/panacea.html>
glycogénose de type Ic
glucogenosis tipo Ic
glycogénose de type Id
glucogenosis tipo Id
glycogénose de type II
glucogenosis tipo II
Otras denominaciones:
GSD II
enfermedad de Pompe
déficit de alfa-1,4-glucosidasa ácida
glycogénose de type IIb
glucogenosis tipo IIb
Otras denominaciones:
enfermedad de Danon
enfermedad de depósito de glucógeno por déficit de
LAMP-2
glycogénose de type III
glucogenosis tipo III
Otras denominaciones:
deficiencia de la amilo-1-6-glicosidasa
enfermedad de Cori
enfermedad de Forbes
déficit de enzima desramificante
dextrinosis limitada
déficit GDE
enfermedad de Cori-Forbes
enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo
III
GSD tipo III
GSDIII
glycogénose de type IIIa
glucogenosis tipo IIIa
glycogénose de type IIIb
glucogenosis tipo IIIb
glycogénose de type IV
glucogenosis tipo IV
Otras denominaciones:
enfermedad de Andersen
déficit de enzima ramificante
GSD tipo IV
glucogenosis tipo IV
glycogénose de type IX
glucogenosis tipo IX
Otras denominaciones:
deficiencia de fosforilasa cinasa
deficiencia de la fosforilasa betacinasa
glycogénose de type V
glucogenosis tipo V
Otras denominaciones:
deficiencia de miofosforilasa
déficit de miofosforilasa
déficit de fosforilasa muscular
enfermedad de McArdle
enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo V
GSD tipo V
glucogenosis tipo V
glycogénose de type VI
glucogenosis tipo VI
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Traducción y terminología
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glycogénose de type VII
glucogenosis tipo VII
Otras denominaciones:
enfermedad de Tarui
deficiencia de fosfofructoquinasa
enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo
VII
GSD tipo VII
glucogenosis tipo VII
glycogénose de type VIII
glucogenosis tipo VIII
glycogénose de type X
glucogenosis tipo X
Otras denominaciones:
déficit de fosfoglicerato mutasa
glycogénose de type XI
Cf. déficit en GLUT2
glycogénose hépato-rénale
Cf. glycogénose de type I
glycogénose I
Cf. glycogénose de type I
glycogénose Ia
Cf. glycogénose de type Ia
glycogénose Ib
Cf. glycogénose de type Ib
glycogénose lysosomale à activité maltase acide
normale
Cf. glycogénose de type IIb
glycogénose par déficit en glucose-6-phosphatase
Cf. glycogénose de type I
glycogénose par déficit en glucose-6-phosphatase
de type a
Cf. glycogénose de type Ia
glycogénose par déficit en LAMP-2
Cf. glycogénose de type IIb
glycogénose par déficit en phosphorylase kinase
Cf. glycogénose type VIA
glycogénose type 1 non a
Cf. glycogénose de type Ib
glycogénose type Ia
Cf. glycogénose de type Ia
glycogénose type Ib
Cf. glycogénose de type Ib
glycogénose type III
Cf. glycogénose de type III
glycogénose type IV
Cf. glycogénose de type IV
glycogénose type VIA
glucogenosis tipo VIA
Otras denominaciones:
glucogenosis tipo VI por déficit de fosforilasa kinasa
hepática
glycogénose type VIB
glucogenosis tipo VIB
Otras denominaciones:
deficiencia de fosforilasa hepática
glycogénose type VII
Cf. glycogénose de type VII
goutte associée à HPRT
Cf. déficit partiel en HPRT
GSD
Cf. glycogénose
GSD Ia
Cf. glycogénose de type Ia
GSD II
Cf. glycogénose de type II
GSD type 0
Cf. glycogénose de type 0
62
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Traducción y terminología
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GSD type I
Cf. glycogénose de type I
GSD type Ia
Cf. glycogénose de type Ia
GSD type Ib
Cf. glycogénose de type Ib
GSD type III
Cf. glycogénose de type III
GSD type IV
Cf. glycogénose de type IV
GSD type V
Cf. glycogénose de type V
GSD type VII
Cf. glycogénose de type VII
GSDI
Cf. glycogénose de type I
GSDIb
Cf. glycogénose de type Ib
GSDIII
Cf. glycogénose de type III
H
hémidysplasie congénitale - érythrodermie
ichtyosiforme - anomalies des membres
Cf. syndrome CHILD
hérédopathie ataxique polynévritique
Cf. maladie de Refsum
HGSC
Cf. hyperglycémie sans cétose
HIDS
Cf. syndrome d’hyperimmunoglobulinémie D
hyperglycinémie non cétosique type 1
hiperglicinemia no cetósica tipo 1
hyperglycinémie non cétosique type 2
hiperglicinemia no cetósica tipo 2
histidinémie
histidinemia
HME type I
HME tipo I
HME type II
HME tipo II
HME type III
HME tipo III
homocystinurie
homocistinuria
homocystinurie classique
homocistinuria clásica
Otras denominaciones:
homocistinuria clásica por déficit de cistationina
beta-sintasa
homocystinurie par anomalies de la reméthylation type
cbl E
Cf. déficit en méthyl-cobalamine type cbl E
homocystinurie par déficit en cystathionine β-synthase
Cf. homocystinurie classique
homocystinurie par déficit en méthionine synthase type
Cbl G
Cf. déficit en méthyl-cobalamine type cbl G
homocystinurie par déficit en
méthylènetétrahydrofolate réductase
Cf. déficit en méthylènetétrahydrofolate réductase
hyperargininémie
hiperargininemia
hyperglycémie non cétosique
Cf. hyperglycémie sans cétose
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
63
Traducción y terminología
<http://tremedica.org/panacea.html>
hyperglycémie sans cétose
hiperglicinemia no cetósica
Otras denominaciones:
HGNC
hiperglicinemia no cetósica típica
hyperglycinémie non cétosique
Cf. hyperglycémie sans cétose
hyperglycinémie sans cétose
Cf. hyperglycémie sans cétose
hyperornithinémie
hiperornitinemia
Otras denominaciones:
atrofia girada de la retina
déficit de ornitina amino-transferasa
hyperornithinémie – hyperammoniémie –
homocitrullinurie
síndrome de hiperornitinemia-homocitrulinuriahiperamonemia
Otras denominaciones:
síndrome HHH
hyperphénylalaninémie maligne
Cf. déficit en GTPcyclohydrolase I
hyperphénylalaninémie maternelle
hiperfenilalaninemia materna
Otras denominaciones:
embriopatía fenilcetonúrica
embriopatía hiperfenilalaninémica
hyperphénylalaninémie modérée
Cf. déficit partiel en phénylalanine hydroxylase
hyperuricémie associée à HPRT
Cf. déficit partiel en HPRT
I
intolérance au fructose
Cf. intolérance héréditaire au fructose
intolérance aux protéines dibasiques avec lysinurie
lisinuria con intolerancia a proteínas
Otras denominaciones:
LIP
intolérance héréditaire au fructose
intolerancia hereditaria a la fructosa
Otras denominaciones:
IHF
fructosemia
IPDL
Cf. intolérance aux protéines dibasiques avec
lysinurie
K
Kearns-Sayre syndrome
Cf. syndrome de Kearns-Sayre
kératose palmoplantaire - dystrophie cornéenne
Cf. tyrosinémie héréditaire de type II
KSS
Cf. syndrome de Kearns-Sayre
64
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
<http://tremedica.org/panacea.html>
L
lathostérolose
latosterolosis
Leber hereditary optic neuropathy
Cf. neuropathie optique héréditaire de Leber
leucinose
leucinosis
Otras denominaciones:
enfermedad de orina con olor a jarabe de arce
enfermedad de la orina de jarabe de arce
enfermedad de la orina olor a jarabe de arce
enfermedad de jarabe de arce
enfermedad de jarabe de maple
EOJA
cetoaciduria de cadena ramificada
leucodystrophie à cellules globoïdes
Cf. maladie de Krabbe
leucodystrophie métachromatique
leucodistrofia metacromática
Otras denominaciones:
deficiencia de arilsulfatasa A
LGMD2I
Cf. dystrophie musculaire des ceintures autosomique
récessive type 2I
LGMD2K
Cf. dystrophie musculaire des ceintures autosomique
récessive type 2K
LHON
Cf. neuropathie optique héréditaire de Leber
lipidose
lipidosis
Otras denominaciones:
enfermedad por acumulación de lípidos
enfermedad por almacenamiento de lípidos
enfermedad por atesoramiento de lípidos
lipofuscinose adulte
lipofuscinosis crónica del adulto
Otras denominaciones:
enfermedad de Kufs
LNC del adulto
lipofuscinose infantile
lipofuscinosis aguda infantil
Otras denominaciones:
enfermedad de Santavuori-Haltia
enfermedad de Hagberg-Santavuori
LNC infantil
lipofuscinose infantile tardive
lipofuscinosis infantil tardía
Otras denominaciones:
LCN infantil tardía
enfermedad de Bielschowsky-Jansky
lipofuscinose juvénile
lipofuscinosis juvenil crónica
Otras denominaciones:
enfermedad de Spielmeyer-Vogt-Sjögren
enfermedad de Batten
lipomucopolysaccharidose
Cf. sialidose type I
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
65
Traducción y terminología
<http://tremedica.org/panacea.html>
M
MADD
Cf. acidurie glutarique type 2
maladie CLN8, variante épilepsie nordique
Cf. CLN8
maladie d’Alpers
enfermedad de Alpers
Otras denominaciones:
síndrome de Alpers
síndrome de Alpers-Huttenlocher
polidistrofia de Alpers
maladie d’Andersen
Cf. glycogénose de type IV
maladie d’Anderson-Fabry
Cf. maladie de Fabry
maladie de Batten
Cf. lipofuscinose juvénile
maladie de Bessel-Hagen
Cf. exostose multiple héréditaire
maladie de Canavan
Cf. acidurie N-acétyl aspartique
maladie de Cavanagh
Cf. CLN5
maladie de Cori
Cf. glycogénose de type III
maladie de Cori-Forbes
Cf. glycogénose de type III
maladie de Danon
Cf. glycogénose de type IIb
maladie de Fabry
enfermedad de Fabry
maladie de Fanconi-Bickel
Cf. déficit en GLUT2
maladie de Farber
enfermedad de Farber
Otras denominaciones:
déficit de ceramidasa
maladie de Forbes
Cf. glycogénose de type III
maladie de Gaucher
enfermedad de Gaucher
maladie de Gaucher cérébrale infantile
Cf. maladie de Gaucher type II
maladie de Gaucher cérébrale juvénile et de l’adulte
Cf. maladie de Gaucher type III
maladie de Gaucher neuronopathique aiguë
Cf. maladie de Gaucher type II
maladie de Gaucher neuronopathique chronique
Cf. maladie de Gaucher type III
maladie de Gaucher neuronopathique subaiguë
Cf. maladie de Gaucher type III
maladie de Gaucher type II
enfermedad de Gaucher tipo II
Otras denominaciones:
enfermedad de Gaucher de tipo agudo neuronopático
enfermedad de Gaucher infantil cerebral
maladie de Gaucher type III
enfermedad de Gaucher tipo III
Otras denominaciones:
enfermedad de Gaucher cerebral de tipo adulto y
juvenil
enfermedad de Gaucher de tipo crónico
neuronopático
enfermedad de Gaucher de tipo subagudo
neuronopático
66
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
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maladie de Hagberg-Santavuori
Cf. lipofuscinose infantile
maladie de Hunter
Cf. mucopolysaccharidose de type II
maladie de Hurler
enfermedad de Hurler
Otras denominaciones:
síndrome de Hurler
MPS IH
mucopolisacaridosis tipo IH
maladie de Jansky Bielschowsky
Cf. lipofuscinose infantile tardive
maladie de Krabbe
enfermedad de Krabbe
maladie de Kufs
Cf. lipofuscinose adulte
maladie de l’oxydation des acides gras
enfermedad de la oxidación de los ácidos grasos
maladie de Lake
Cf. CLN5
maladie de Landing
Cf. gangliosidose à GM1
maladie de Leber
Cf. neuropathie optique héréditaire de Leber
maladie de Leigh
Cf. syndrome de Leigh
maladie de Lesch-Nyhan
enfermedad de Lesch-Nyhan
Otras denominaciones:
síndrome de Lesch-Nyhan
SLN
déficit de HPRT, grado IV
déficit de hipoxantina guanina
fosforribosiltransferasa, grado IV
maladie de Luft
enfermedad de Luft
Otras denominaciones:
síndrome de Luft
maladie de Maroteaux-Lamy
Cf. mucopolysaccharidose de type VI
maladie de McArdle
Cf. glycogénose de type V
maladie de Menkes
enfermedad de Menkes
Otras denominaciones:
síndrome de Menkes
síndrome del cabello ensortijado
maladie de Morquio
Cf. mucopolysaccharidose de type IV
maladie de Morquio A
síndrome de Morquio A
Otras denominaciones:
MPS IVA
maladie de Morquio B
síndrome de Morquio B
Otras denominaciones:
MPS IVA
maladie de Niemann-Pick
enfermedad de Niemann-Pick
maladie de Niemann-Pick type A
enfermedad de Niemann-Pick A
maladie de Niemann-Pick type B
enfermedad de Niemann-Pick B
maladie de Niemann-Pick type C
enfermedad de Niemann-Pick C
Otras denominaciones:
enfermedad de NPC
Panace@.
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67
Traducción y terminología
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maladie de Pompe
Cf. glycogénose de type II
maladie de Refsum
enfermedad de Refsum
maladie de Refsum infantile
enfermedad de Refsum infantil
Otras denominaciones:
ERI
maladie de Salla
Cf. maladie de surcharge en acide sialique libre
maladie de Sandhoff
enfermedad de Sandhoff
maladie de Sanfilippo
Cf. mucopolysaccharidose de type III
maladie de Sanfilippo A
enfermedad de Sanfilippo A
Otras denominaciones:
MPS IIIA
mucopolisacaridosis tipo IIIA
maladie de Sanfilippo B
enfermedad de Sanfilippo B
Otras denominaciones:
MPS IIIB
mucopolisacaridosis tipo IIIB
maladie de Sanfilippo C
enfermedad de Sanfilippo C
Otras denominaciones:
MPS IIIC
mucopolisacaridosis tipo IIIC
maladie de Sanfilippo D
enfermedad de Sanfilippo D
Otras denominaciones:
MPS IIID
mucopolisacaridosis tipo IIID
maladie de Santavuori
Cf. lipofuscinose infantile
Cf. syndrome muscle-oeil-cerveau
maladie de Santavuori-Haltia
Cf. lipofuscinose infantile
maladie de Scheie
enfermedad de Scheie
Otras denominaciones:
síndrome de Scheie
MPS IS
maladie de Schilder
Cf. forme cérébrale de l’enfant
d’adrénoleucodystrophie
maladie de Segawa
Cf. dystonie sensible à la L-Dopa
maladie de Sly
Cf. mucopolysaccharidose de type VII
maladie de Spielmeyer-Vogt
Cf. lipofuscinose juvenile
maladie de Spielmeyer-Vogt-Sjögren
Cf. CLN3
maladie de stockage du glycogène
Cf. glycogénose
maladie de surcharge en acide sialique infantile
atesoramiento de ácido siálico libre infantil
maladie de surcharge en acide sialique libre
atesoramiento de ácido siálico libre
Otras denominaciones:
enfermedad de Salla
maladie de surcharge lipidique
Cf. lipidose
maladie de surcharge lysosomale
Cf. maladie lysosomale
68
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
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maladie de surcharge lysosomiale
Cf. maladie lysosomale
maladie de Tarui
Cf. glycogénose de type VII
maladie de Tay-Sachs
enfermedad de Tay-Sachs
maladie de Von Gierke
Cf. glycogénose de type Ia
maladie de Wilson
enfermedad de Wilson
maladie de Wolman
enfermedad de Wolman
maladie des exostoses multiples
Cf. exostose multiple héréditaire
maladie des neurotransmetteurs
enfermedad de los neurotransmisores
maladie des urines à odeur de sirop d’érable
Cf. leucinose
maladie du métabolisme de la cobalamine
defecto del metabolismo de la cobalamina
maladie du sirop d’érable
Cf. leucinose
maladie héréditaire du métabolisme
Cf. erreur innée du métabolisme
maladie lysosomale
enfermedad lisosomal
Otras denominaciones:
enfermedad de depósito lisosomal
maladie lysosomiale
Cf. maladie lysosomale
maladie métabolique héréditaire
Cf. erreur innée du métabolisme
maladie mitochondriale
enfermedad mitocondrial
maladie péroxysomale
enfermedad peroxisomal
mitochondrial encephalopathy lactic acidosis stroke-like
episodes
Cf. syndrome MELAS
mitochondrial neurogastrointestinal encephalopathy
Cf. syndrome MNGIE
MOCOD
Cf. déficience en cofacteur molybdène
MPS
Cf. mucopolysaccharidose
MPS I
Cf. mucopolysaccharidose de type I
MPS IH
Cf. maladie de Hurler
MPS IH/S
Cf. syndtome de Hurler-Scheie
MPS II
Cf. mucopolysaccharidose de type II
MPS III
Cf. mucopolysaccharidose de type III
MPS IIIA
Cf. maladie de Sanfilippo A
MPS IIIB
Cf. maladie de Sanfilippo B
MPS IIIC
Cf. maladie de Sanfilippo C
MPS IIID
Cf. maladie de Sanfilippo D
MPS IS
Cf. maladie de Scheie
MPS IV
Cf. mucopolysaccharidose de type IV
MPS IVA
Cf. maladie de Morquio A
MPS IVB
Cf. maladie de Morquio B
MPS VI
Cf. mucopolysaccharidose de type VI
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
69
Traducción y terminología
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MSUD
Cf. leucinose
mucolipidose
mucolipidosis
mucolipidose I
mucolipidosis I
mucolipidose II
mucolipidosis II
mucolipidose III
mucolipidosis III
mucopolysaccharidose
mucopolisacaridosis
Otras denominaciones:
MPS
mucopolysaccharidose de type I
mucopolisacaridosis tipo I
Otras denominaciones:
MPS I
mucopolysaccharidose de type IH
Cf. maladie de Hurler
mucopolysaccharidose de type IH/S
Cf. syndrome de Hurler-Scheie
mucopolysaccharidose de type II
mucopolisacaridosis tipo II
Otras denominaciones:
MPS II
enfermedad de Hunter
síndrome de Hunter
mucopolysaccharidose de type III
mucopolisacaridosis tipo III
Otras denominaciones:
MPS III
enfermedad de Sanfilippo
mucopolysaccharidose de type IIIA
Cf. maladie de Sanfilippo A
mucopolysaccharidose de type IIIB
Cf. maladie de Sanfilippo B
mucopolysaccharidose de type IIIC
Cf. maladie de Sanfilippo C
mucopolysaccharidose de type IIID
Cf. maladie de Sanfilippo D
mucopolysaccharidose de type IS
Cf. maladie de Scheie
mucopolysaccharidose de type IV
mucopolisacaridosis tipo IV
Otras denominaciones:
MPS IV
síndrome de Morquio
síndome de Morquio-Brailsford
mucopolysaccharidose de type IX
mucopolisacaridosis tipo IX
mucopolysaccharidose de type VI
mucopolisacaridosis tipo VI
Otras denominaciones:
MPS VI
enfermedad de Maroteaux-Lamy
mucopolysaccharidose de type VII
mucopolisacaridosis tipo VII
Otras denominaciones:
MPS VII
enfermedad de Sly
síndrome de Sly
déficit de beta-glucuronidasa
70
Panace@.
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Traducción y terminología
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mucosulfatidose
mucosulfatidosis
Otras denominaciones:
déficit múltiple de sulfatasas
sulfatidosis juvenil tipo Austin
MVA
Cf. acidurie mévalonique
myoclonic epilepsy ragged red fibre
Cf. syndrome MERRF
myopathie à corps d’inclusion
miopatía con cuerpos de inclusión
myopathie à inclusion
Cf. myopathie à corps d’inclusion
myopathie de Nonaka
Cf. myopathie héréditaire à corpus d’inclusion
myopathie distale à vacuoles bordées
Cf. myopathie héréditaire à corpus d’inclusion
myopathie héréditaire à corps d’inclusion
miopatía hereditaria con cuerpos de inclusión
Otras denominaciones:
hIBM
miopatía distal con vacuolas ribeteadas
miopatía de Nonaka
DMRV
myopathie mitochondriale - encéphalopathie - acidose
lactique - pseudo-épisodes vasculaires cérébraux
Cf. syndrome MELAS
N
NCL de l’adulte
Cf. lipofuscinose adulte
NCL infantile
Cf. lipofuscinose infantile
NCL infantile tardive
Cf. lipofuscinose infantile tardive
NCL juvénile
Cf. lipofuscinose juvénile
NCL, variante épilepsie nordique
Cf. CLN8
neuropathie ataxiante avec rétinite pigmentaire
Cf. syndrome NARP
neuropathie optique héréditaire de Leber
neuropatía óptica hereditaria de Leber
Otras denominaciones:
neuropatía óptica de Leber
LHON
neuropathie sensitivo-motrice héréditaire type IV
Cf. maladie de Refsum
northern epilepsy
Cf. CLN8
O
ochronose héréditaire
Cf. alcaptonurie
oligosaccharidose
oligosacaridosis
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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Traducción y terminología
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ophtalmoplégie externe progressive
oftalmoplejia externa progresiva
Otras denominaciones:
PEO
ophtalmoplégie externe progressive chronique
oftalmoplejia externa progresiva crónica
Otras denominaciones:
CPEO
oroticacidurie
Cf. acidurie orotique héréditaire
ostéochondromes multiples
Cf. exostose multiple héréditaire
P
phénylcétonurie
fenilcetonuria
Otras denominaciones:
FCN
PKU
phénylcétonurie atypique
fenilcetonuria atípica
phénylcétonurie maternelle
fenilcetonuria materna
Otras denominaciones:
síndrome de fenilcetonuria materna
SFM
phénylcétonurie typique
fenilcetonuria típica
polydystrophie sclérosante progressive d’Alpers
Cf. maladie d’Alpers
porphyrie
porfiria
porphyrie érythropoïétique congénitale
porfiria eritropoyética congénita
protoporphyrie
protoporfiria
pyrimidinémie familiale
Cf. déficience en dihydropyrimidine déshydrogénase
retard de croissance - aminoacidurie - cholestase surcharge en fer - acidose lactique - mort néonatale
précoce
Cf. syndrome GRACILE
retard du développement par déficit en
2-méthylbutyryl-CoA déshydrogénase
Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes
courtes
S
sclérose myélinoclastique diffuse
Cf. forme cérébrale de l’enfant
d’adrénoleucodystrophie
sialidose dysmorphique infantile
Cf. sialidose type II
sialidose normomorphique
Cf. sialidose type I
72
Panace@.
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Traducción y terminología
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sialidose type I
sialidosis tipo I
Otras denominaciones:
lipomucopolisacaridosis
síndrome de mioclonus con mancha rojo cereza
sialidosis normomórfica
sialidose type II
sialidosis tipo II
Otras denominaciones:
sialidosis tipo 2
sialidosis infantil dismórfica
SLN
Cf. maladie de Lesch-Nyhan
sphingolipidose
esfingolipidosis
sulfatidose juvénile type Austin
Cf. mucosulfatidose
surcharge en glucocérébroside
Cf. maladie de Gaucher
syndrome kinky hair
Cf. maladie de Menkes
syndrome cherry-red-spot-myoclonus
Cf. sialidose type I
syndrome à odeur de poisson
Cf. triméthylaminurie
syndrome CDG type Ia
Cf. CDG-Ia
syndrome CDG type Ib
Cf. CDG-Ib
syndrome CDG type Ic
Cf. CDG-Ic
syndrome CDG type Id
Cf. CDG-Id
syndrome CDG type Ie
Cf. CDG-Ie
syndrome CDG type If
Cf. CDG-If
syndrome CDG type Ig
Cf. CDG-Ig
syndrome CDG type Ih
Cf. CDG-Ih
syndrome CDG type Ii
Cf. CDG-Ii
syndrome CDG type IIa
Cf. CDG-IIa
syndrome CDG type IIb
Cf. CDG-IIb
syndrome CDG type IIc
Cf. CDG-IIc
syndrome CDG type IId
Cf. CDG-IId
syndrome CDG type IIe
Cf. CDG-IIe
syndrome CDG type IIf
Cf. CDG-IIf
syndrome CDG type IIg
Cf. CDG-IIg
syndrome CDG type Ij
Cf. CDG-Ij
syndrome CDG type Ik
Cf. CDG-Ik
syndrome CHILD
síndrome de CHILD
Otras denominaciones:
hemidisplasia congénita con eritrodermia
ictiosiforme y anomalías de miembros
syndrome d’Alpers
Cf. maladie d’Alpers
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
73
Traducción y terminología
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syndrome d’Ehlers-Danlos type VIa
síndrome de Ehlers-Danlos tipo VIa
syndrome d’Alpers-Huttenlocher
Cf. maladie d’Alpers
syndrome de Barth
síndrome de Barth
syndrome de Conradi-Hünermann-Happle
Cf. chondrodysplasie ponctuée dominante liée à l’X
syndrome de Fukuhara
Cf. syndrome MERRF
syndrome de Goldberg
Cf. galactosialidosis
syndrome de GRACILE
Cf. syndrome GRACILE
syndrome de Hartnup
síndrome de Hartnup
syndrome de Hunter
Cf. mucopolysaccharidose de type II
syndrome de Hurler
Cf. maladie de Hurler
syndrome de Hurler-Scheie
enfermedad de Hurler-Scheie
Otras denominaciones:
síndrome de Hurler-Scheie
MPS IHS
MPS1H/S
mucopolisacaridosis tipo 1H/S
syndrome de Kearns-Sayre
síndrome de Kearns–Sayre
syndrome de Kelley-Seegmiller
Cf. déficit partiel en HPRT
syndrome de Leigh
enfermedad de Leigh
Otras denominaciones:
síndrome de Leigh
syndrome de Leigh d’hérédité maternelle
síndrome de Leigh de herencia materna
Otras denominaciones:
síndrome MILS
syndrome de Lesch-Nyhan
Cf. maladie de Lesch-Nyhan
syndrome de l’odeur de poisson
Cf. triméthylaminurie
syndrome de Maroteaux-Lamy
Cf. mucopolysaccharidose de type VI
syndrome de Menkes
Cf. maladie de Menkes
syndrome de Morquio
Cf. mucopolysaccharidose de type IV
syndrome de mutation de l’ATPase 6
Cf. syndrome NARP
syndrome de Pearson
síndrome de Pearson
syndrome de Refsum
Cf. maladie de Refsum
syndrome de Refsum infantile
Cf. maladie de Refsum infantile
syndrome de Richner-Hanhart
Cf. tyrosinémie héréditaire de type II
syndrome de Sanfilippo
Cf. mucopolysaccharidose de type III
syndrome de Scheie
Cf. maladie de Scheie
syndrome de Segawa
Cf. dystonie sensible à la L-Dopa
syndrome de Segawa autosomique dominant
Cf. dystonie dopa-sensible autosomique dominante
syndrome de Segawa autosomique recessif
Cf. dystonie dopa-sensible autosomique récessive
74
Panace@.
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Traducción y terminología
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syndrome de Smith-Lemli-Opitz
síndrome de Smith-Lemli-Opitz
Otras denominaciones:
síndrome de SLO
SSLO
déficit de 7-deshidrocolesterol-reductasa
síndrome RSH
syndrome de Walker-Warburg
síndrome de Walker-Warburg
Otras denominaciones:
SWW
syndrome de Wolfram
síndrome de Wolfram
Otras denominaciones:
diabetes insípida, diabetes mellitus, atrofia óptica
y sordera
DIDMOAD
syndrome de Zellweger
síndrome de Zellweger
Otras denominaciones:
SZ
syndrome d’Ehlers-Danlos type progéroïde
síndrome de Ehlers-Danlos progeroide
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Ia
Cf. CDG-Ia
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Ib
Cf. CDG-Ib
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Ic
Cf. CDG-Ic
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Id
Cf. CDG-Id
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Ie
Cf. CDG-Ie
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type If
Cf. CDG-If
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Ig
Cf. CDG-Ig
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Ih
Cf. CDG-Ih
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Ii
Cf. CDG-Ii
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type IIa
Cf. CDG-IIa
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type IIb
Cf. CDG-IIb
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type IIc
Cf. CDG-IIc
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type IId
Cf. CDG-IId
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type IIe
Cf. CDG-IIe
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75
Traducción y terminología
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syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type IIf
Cf. CDG-Iif
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type IIg
Cf. CDG-IIg
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Ij
Cf. CDG-Ij
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Ik
Cf. CDG-Ik
syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates
de carbone type Il
Cf. CDG-Il
syndrome d’hyperimmunoglobulinémie D
síndrome de hiperinmunoglobulemia D
Otras denominaciones:
HIDS
síndrome de hiperinmunoglobulinemia D y fiebre
periódica
syndrome DIDMOAD
Cf. syndrome de Wolfram
syndrome GRACILE
síndrome GRACILE
Otras denominaciones:
GRACILE
retraso en el crecimiento, aminoaciduria, colestasis,
depósitos de hierro, acidosis láctica y muerte
prematura
syndrome HHH
Cf. hyperornithinémie – hyperammoniémie homocitrullinurie
syndrome hyperostose-hyperphosphatémie
síndrome de hiperfosfatemia-hiperostosis
Otras denominaciones:
HHS
syndrome MEB
Cf. syndrome muscle-oeil-cerveau
syndrome MELAS
síndrome MELAS
Otras denominaciones:
encefalopatía mitocondrial, acidosis láctica y
episodios sintomáticos semejantes a accidentes
cerebrovasculares
síndrome de encefalomiopatía mitocondrial con
acidosis láctica y episodios de accidentes cerebrovasculares
syndrome MERRF
síndrome MERRF
Otras denominaciones:
síndrome de epilepsia mioclónica con fibras rojorasgadas
syndrome MNGIE
síndrome MNGIE
Otras denominaciones:
síndrome mio-neurogastrointestinal
síndrome mioneurogastrointestinal
encefalomiopatía mioneurogastrointestinal
EMNGI
76
Panace@.
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Traducción y terminología
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syndrome Muscle-Eye-Brain
Cf. syndrome muscle-oeil-cerveau
syndrome muscle-oeil-cerveau
enfermedad músculo-ojo-cerebro
Otras denominaciones:
MEB
syndrome NARP
síndrome NARP
Otras denominaciones:
síndrome de neuropatía, ataxia y retinopatía
pigmentaria
syndrome pseudo-Zellweger
síndrome de pseudo-Zellweger
Otras denominaciones:
deficiencia de 3-cetoacil-CoA tiolasa
syndrome Richner-Hanhart
Cf. tyrosinémie héréditaire de type II
syndrome RSH
Cf. syndrome de Smith-Lemli-Opitz
syndrome SLO
Cf. syndrome de Smith-Lemli-Opitz
syndrome triple H
Cf. hyperornithinémie – hyperammoniémie –
homocitrullinurie
SZ
Cf. syndrome de Zellweger
T
triméthylaminurie
trimetilaminuria
Otras denominaciones:
síndrome del olor a pescado
síndrome de olor a pescado
tyrosinémie
tirosinemia
tyrosinémie de type I
tirosinemia tipo I
Otras denominaciones:
deficiencia de la fumarilacetoacetato hidrolasa (FAH)
tyrosinémie de type I récessive autosomique
Cf. tyrosinémie de type I
tyrosinémie héréditaire
Cf. tyrosinémie
tyrosinémie héréditaire de type I
Cf. tyrosinémie de type I
tyrosinémie héréditaire de type II
tirosinemia tipo II
Otras denominaciones:
deficiencia de la fumarilacetoacetato hidrolasa (FAH)
queratosis palmoplantar - distrofia corneal
síndrome de Richner-Hanhart
tirosinemia oculocutánea
tyrosinémie oculo-cutanée
Cf. tyrosinémie héréditaire de type II
tyrosinémie par déficit en TAT
Cf. tyrosinémie héréditaire de type II
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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Traducción y terminología
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tyrosinémie par déficit en tyrosine aminotransférase
Cf. tyrosinémie héréditaire de type II
tyrosinémie type II
Cf. tyrosinémie héréditaire de type II
tyrosinose hépato-rénale
Cf. tyrosinémie de type I
V
variant finlandais de céroïde-lipofuscinose neuronale
Cf. CLN5
variant indo-européen de céroïde-lipofuscinose
neuronale
Cf. CLN6
variant turc de céroïde-lipofuscinose neuronale
Cf. CLN7
Notas
1. Para obtener más información sobre los EIM remitimos a la guía elaborada por el Hospital Sant Joan de Déu (2009). Se trata de una obra
de referencia en la que se recogen trípticos sobre las 40 entidades
más comunes dentro de este subdominio.
2. Este trabajo se inscribe en el marco del proyecto de I+D+i «Construcción eficiente de recursos lingüísticos multilingües» (INCITE08PXIB302179PR), financiado por el Programa de Promoción Xeral da
Investigación do Plan Galego de Investigación, Desenvolvemento e
Innovación Tecnolóxica (INCITE) de la Xunta de Galicia (España).
3. A modo de ejemplo se puede citar, en España, la aprobación en junio
de 2009 de la Estrategia en Enfermedades Raras, del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), cuyo objetivo es dar
una respuesta a las necesidades de las personas afectadas por estas
enfermedades, coordinando las actuaciones y estableciendo siete líneas estratégicas de trabajo. Se debe citar, asimismo, la creación en
noviembre de 2006 del Centro de Investigación en Red de Enfermedades Raras (CIBERER), un prestigioso centro de referencia para
promover la investigación sobre enfermedades raras, que tiene como
objetivo principal coordinar y favorecer la investigación biomédica
básica y la investigación clínica y epidemiológica.
4. Para más información sobre las características, tratamiento y explotación de EMCOR véase Varela Vila y Sánchez Trigo, 2011.
78
5. Queremos agradecer en especial la colaboración del doctor Manuel
J. Hens Pérez, del Instituto de Investigación en Enfermedades Raras
del Instituto de Salud Carlos III, Madrid (España).
6. Para otros resultados de esta línea véase, por ejemplo, Miquel Vergés
y Sánchez Trigo, 2010.
Bibliografía
Dubuc, R. (1992): Manuel pratique de terminologie. Quebec: Linguatech.
Hospital Sant Joan de Déu. (2009): Errores congénitos del metabolismo.
Guía divulgativa. Barcelona: Unidad de Enfermedades Metabólicas Hereditarias, Hospital Sant Joan de Déu. Disponible en <http://
pkuatm.org/guia-divulgativa> [consulta: 12.IV.2011].
Miquel Vergés, J., y Sánchez Trigo, E. (2010): «The social model of
translation and its application to health-specialised search engines
on the Internet. An example: the ASEM neuromuscular disease
search engine», Meta, 55 (2): 374-386. Disponible en <www.erudit.
org/revue/meta/2010/v55/n2/index.html> [consulta: 12.IV.2011].
Varela Vila, T., y Sánchez Trigo, E ( 2011): «The compilation, processing
and exploitation of a medical corpus for terminological purposes:
EMCOR, a corpus on innate errors of metabolism» (en prensa).
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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Traducción y terminología
Little Orphan Annie´s Eyes Nuclei (¿qué tienen los ojos de
la huerfanita?)
Karina Ruth Tabacinic*
Resumen: La traducción de las referencias culturales y otros usos figurados de la lengua constituye una dificultad especial
para el traductor biomédico, puesto que exige la aplicación de estrategias no tan habituales en este campo de la traducción.
Este artículo describe algunas de estas estrategias mediante el análisis de una referencia cultural en particular, «Little Orphan
Annie’s Eyes Nuclei», partiendo de la premisa de que la elección de la estrategia más apropiada debe regirse por el criterio
de pertinencia.
Palabras clave: referencias culturales, epónimos, usos figurados, pertinencia, modulación, equivalencia.
Little Orphan Annie´s eyes nuclei: What´s with her eyes?
Abstract: The translation of cultural references and other figurative expressions may be particularly problematic for biomedical translators, since it requires strategies that are not commonly used in biomedical translation. Some of these strategies
are described through an analysis of the expression “Little Orphan Annie’s Eyes Nuclei.” Selection of the most appropriate
strategy should be based on the concept of relevance.
Key words: culture-bound elements, eponyms, figurative expressions, relevance, modulation, equivalence.
Panace@ 2010; 12 (33): 79-82
En las VII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, que tuvieron lugar en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina), se presentó una sesión de características novedosas
—al menos en lo que a seminarios y congresos de traducción
se refiere— denominada «TipSix», que consistió en la exposición de comunicaciones breves sobre problemas de traducción. Dediqué el tiempo que me asignaron a comentar sobre la
investigación que realicé acerca de la referencia cultural Little
Orphan Annie´s Eyes, con la que me topé durante el proceso de traducción de una obra sobre citopatología de tiroides
(The Bethesda System for Reporting Thyroid Cytopathology).
Explicaré aquí, quizá algo más detalladamente que en las jornadas, el problema que plantea la traducción de referencias
culturales como esta en el discurso biomédico y las posibles
soluciones a partir del análisis de este ejemplo.
El término eponímico que me propongo analizar aparece
desde el comienzo del capítulo dedicado al carcinoma papilar
de tiroides y se repite, con algunas variaciones, a lo largo de
todo ese capítulo.
1. The defining features of PTC [papillary thyroid
carcinoma] are seen in the nuclei. PTC nuclei can
be round or oval, but they are often highly irregular in contour; the irregularity of nuclear contours
is often one of the first clues to the diagnosis. The
chromatin of a PTC nucleus is usually pale and
powdery rather than dark and coarsely textured
like a benign follicular cell nucleus. The pallor is
the greatest in formalin-fixed tissue, which renders
the nucleus practically empty in appearance, like
the empty eyes of the cartoon character Orphan
Annie.1
En esta primera ocasión, el término aparece más bien
como una explicación dentro del símil, lo que nos permite suponer que quizá el uso no esté tan extendido (es decir, que aún
no está lexicalizado). Más adelante, en el mismo capítulo:
2. Figure 8.9. Papillary thyroid carcinoma. “Orphan
Annie eyed” nuclei are very pale, with powdery
chromatin and micronucleoli (smear, Papanicolaou
stain).
3. Figure 8.18. Papillary thyroid carcinoma, macrofollicular variant. Left, There is a large sheet of tumor
cells with crowded, “Orphan Annie eye” nuclei;
Right, An intranuclear pseudoinclusion is present
in the large oval nucleus. Note also the peripheral
micronucleoli (smear, Papanicolaou stain).
4. Pale nuclei with powdery chromatin (“Orphan Annie” nuclei).
A medida que va avanzando el capítulo, se observa lo que
podríamos denominar un «acortamiento» del término, fenómeno muy frecuente en inglés, que privilegia las expresiones
cortas y sintéticas (mediante diversos procesos de truncación).
En primer lugar, aparece el símil; luego, el sintagma adopta
* Traductora biomédica, Buenos Aires (Argentina). Dirección para correspondecia: karina@tabacinic.com.ar.
Panace@.
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79
Traducción y terminología
función adjetiva de premodificador, acompañando al sustantivo que modifica (nuclei) en dos formas diferentes: como adjetivo y después como nominal en aposición. Por último, un
nuevo acortamiento, que reduce el término inicial de cinco
elementos a solo dos. El elemento menos significativo, Little,
desaparece desde la segunda instancia, pero lo llamativo es
que el más significativo, eyes, también termina desapareciendo, como se ve en el ejemplo número 4.
No era la primera vez que me encontraba ante un problema
de esta naturaleza, pero me pareció que esa referencia cultural
tenía un trasfondo interesante. En primer lugar, no sé bien
qué sucederá en otros países, pero en la Argentina siempre
asociamos a Annie con la imagen de la película de Hollywood
(una niña pequeña de cabello pelirrojo corto y pecas que canta
«El sol brillará, mañana...» en su versión española o «The sun
will come out, tomorrow...»). De hecho, las versiones de la
obra Annie llevadas al teatro en mi país siempre estuvieron
protagonizadas por actrices pelirrojas de cabello enrulado. Y
esa era la característica más distintiva del personaje..., pero,
¿los ojos?... Realmente, nunca me llamaron la atención: ni en
la película ni en ninguna de las producciones teatrales.
Y así comenzó la investigación. Resultó que, según una
carta de Ronald A. DeLellis dirigida al director del American Journal of Surgical Pathology, Nancy Warner (profesora
emérita de Anatomía Patológica en la Universidad de California, Los Ángeles) fue la primera en utilizar este término para
describir los núcleos de estos carcinomas de tiroides. Según
DeLellis, la primera publicación en la que aparece consignado el término data de 1971: «the epithelium may betray its
malignant nature by a nuclear pattern; the nuclei have sharply etched membranes and, instead of hyperchromatism, the
center of the nucleus is relatively empty [like ‘Orphan Annie’s eyes]». En realidad, como también comenta DeLellis,
Warner llegó a esta asociación por un colega, quien le había
señalado que los núcleos del carcinoma papilar de tiroides se
asemejaban a los ojos de la estrella de cine Martha Scott, y a
ella le pareció que se parecían más a los ojos de la caricatura
de Harold Gray, publicada en los Estados Unidos desde 1924
hasta junio del 2010 en varios periódicos del país, aunque no
ininterrumpidamente.
Con el tiempo, este término comenzó a utilizarse para
referirse no solo a los núcleos del carcinoma papilar de tiroides, sino al tumor en su totalidad. Ed Friedlander, especialista en anatomía patológica, concibió una caracterización
de dicho tumor a partir de esta denominación. Así, Little
Orphan Annie tumor denota al carcinoma papilar de tiroides
porque afecta principalmente a mujeres jóvenes, crece con
lentitud (igual que Annie) y es infrecuente que provoque la
muerte (la sobrevida a 10 años es > 90 %, pronóstico mucho
mejor que el de todos los demás carcinomas tiroideos), tiene
núcleos que se asemejan a los ojos de este personaje y presenta cuerpos psamomatosos (y aquí viene otra peculiaridad
de la evolución del término: el perro de Annie se llamaba
Sandy, y psammos [gr. ψάμμος] significa ‘arena’, que en inglés es sand).
Ahora bien, ¿a qué obedece esta analogía? Veamos algunas imágenes, para esclarecer el panorama.
80
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La asociación podrá parecer algo extraña, a menos que
entendamos que este personaje es muy conocido en los Estados Unidos (se me ocurre que podríamos equiparar el grado
de popularidad con el de los personajes argentinos Mafalda o
Clemente).
Somos traductores, ¿verdad? Zapatero, a tus zapatos, se
dice por aquí, así que debemos pensar cómo resolver la traducción de este término eponímico de clara referencia cultural. Si bien hay varias opciones, no todas serían apropiadas
teniendo en cuenta el criterio de pertinencia, que considero
esencial para nuestro trabajo. En el primer ejemplo que cité,
aparecen subrayadas algunas expresiones de las que me valdré para proponer las soluciones posibles.
La primera opción sería recurrir a un calco de expresión,
es decir, por ejemplo, «núcleos semejantes a los ojos del
personaje Annie, la huerfanita». Sin embargo, esta solución
no parece pertinente, pues al no haber versiones traducidas
al español de esta tira cómica, se desconoce el personaje y la
referencia no evoca la misma idea. Por otra parte, dado que
en inglés se viene utilizando el término desde hace más de 30
años, cabe esperar que los anatomopatólogos anglohablantes
sepan de qué se trata; no sucede lo mismo con los especialistas de habla española, de modo que podríamos decir que se
trata de una cápsula cultural. Desde luego, no considero pertinente buscar un personaje de nuestra cultura para reemplazar
el utilizado en inglés: no es aplicable la técnica de equivaPanace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Traducción y terminología
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lencia (Vázquez-Ayora), porque no tenemos un epónimo que
tenga el mismo valor.
La segunda opción sería echar mano de otro uso figurado
de la lengua en pos de la equivalencia semántica, por ejemplo,
«núcleos vacíos o en vidrio esmerilado». Sin duda, esta es
la descripción metafórica habitual de los núcleos del carcinoma papilar de tiroides, si bien también se habla de «vidrio
esmerilado» para describir el núcleo de las células infectadas
por el virus del herpes simple (Alonso, Lascano y Hernández,
2005), algunas imágenes de radiografía y tomografía computarizada (Albert y cols., 2001) o los hepatocitos de la hepatitis
B crónica (Stevens y Lowe, 2001), entre otros. La expresión
«núcleos vacíos» (aspecto que es producto del glucógeno que
rechaza la cromatina hacia la periferia) también se emplea
para describir las imágenes microscópicas de la enfermedad
de Wilson, el virus delta y otros (Herrerías Gutiérrez, Díaz
Belmont y Jiménez Sáenz, 1996).
La tercera opción consiste en describir el aspecto microscópico prescindiendo del uso figurado de la lengua, estrategia
denominada «modulación» (Vázquez-Ayora, 1977), por ejemplo, «núcleos pálidos con cromatina pulverulenta», que es
una de las descripciones que aparecen en muchas publicaciones científicas junto al término que nos ocupa. No obstante,
en anatomía patológica, el término «núcleos pálidos» también
se utiliza para describir los macrófagos del granuloma tuberculoso (Klatt, 2007), las células de los ganglios parasimpáticos (Young y Heath, 2000) y el tumor ovárico de células de la
granulosa (Trujillo Vilchez y cols., 2008), entre otros. Como
vemos, puede tratarse de un signo patológico o fisiológico. En
cuanto a la «cromatina pulverulenta», también se observa en
los linfocitos plasmocitoides (Atkinson, 2005) y en el oligodendroglioma (Escalona-Zapata, 1996), entre otros.
A estas alturas se preguntarán el motivo por el que enumeré tantos usos de estas distintas denominaciones: simplemente porque el término Little Orphan Annie´s eyes nuclei
es tan específico —y, según algunos autores (Rosai, 2009),
patognomónico— que lo ideal sería encontrar una expresión
igualmente específica. Considero que el único modo de llegar
a ese mismo grado de especificidad consiste en combinar dos
de las soluciones propuestas (la segunda y la tercera), pues de
esta manera mantenemos el uso figurado de la lengua que se
pretende con el término del original y desambiguamos y descartamos los demás signos a los que puedan hacer referencia
esos términos de uso tan difundido y dispar. Por lo tanto, mi
propuesta es la siguiente:
núcleos pálidos con cromatina pulverulenta («vacíos» o «en vidrio esmerilado»).
Al eliminar la referencia cultural, decisión tomada por
cuestiones de pertinencia, aplicamos las técnicas de omisión
y modulación: omitimos la mención de Annie y modulamos,
porque cambiamos el punto de vista. Otra opción sería cambiar el orden de los elementos de esta solución —es decir,
colocar en primer lugar la expresión figurada y la explicación
entre paréntesis—, en cuyo caso estaríamos recurriendo a la
técnica denominada «explicitación».
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Algunas reflexiones
Según mi experiencia, en los textos académicos de biomedicina es habitual encontrar usos figurados de la lengua, sobre todo para describir signos radiológicos y microscópicos.
Los médicos a menudo recurren a estos usos figurados, quizá
para encontrar alguna similitud con un elemento más familiar o para recordar algún aspecto determinante del diagnóstico. Para los traductores científicos, estas analogías, símiles,
comparaciones y metáforas, entre otros recursos de estilo más
propios del discurso literario, suelen ser causa de problemas,
pues en muchos casos constituyen cápsulas culturales, nos
exigen una investigación profunda que lleva bastante tiempo y no siempre podemos aplicar los mismos recursos para
traducirlas. Considero esencial investigar para fundamentar
la solución y, desde luego aquellos que no somos médicos,
consensuar la propuesta con un médico especializado en el
tema del texto.
Nota
1. Destaco con subrayado las frases que luego me servirán para proponer posibles soluciones de traducción, ya que constituyen los términos con que suelen describirse estos núcleos sin recurrir a referencias culturales.
Bibliografía
Albert, R., y cols. (2001): Tratado de neumología. (Traducido por Diorki
Servicios Integrales de Traducción y Edición.) Madrid: Harcourt.
Ali, S. Z., y Cibas, E. S. (2010): The Bethesda System for Reporting
Thyroid Cytopathology. Nueva York: Springer.
Alonso, P., Lascano, E., y Hernández, M. (2005): Cáncer cervicouterino. Diagnóstico, prevención y control. México: Editorial Médica
Panamericana.
Atkinson, B. F. (2005): Atlas de diagnóstico citopatológico, 2. (Traducido por Diorki Servicios Integrales de Edición.) Madrid: Elsevier
España.
Cabré, M. T. (1993): La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones. (Traducido por Carles Tebé.) Barcelona: Antártida, Empúries.
DeLellis, R. A. (1993): «Orphan Annie Eye Nuclei: A Historical Note»,
American Journal of Surgical Pathology, 17 (10): 1067.
Escalona-Zapata, J. (1996): Tumores del sistema nervioso central. Madrid: Complutense.
Firmenich Montserrat, S. (2009): «Las referencias culturales en la traducción». Ponencia inédita presentada en el L Congreso Anual de
la American Translators Association, Nueva York, 31 de octubre de
2009.
Friedlander, E. (2010): Ed´s Pathology Notes (3.X.2010). <www.pathguy.com/lectures/thyroid.htm> [consulta: 2.XI.2010].
Herrerías Gutiérrez, J. M., Díaz Belmont, A., y Jiménez Sáenz, M.
(1996): Tratado de hepatología, vol. I. Sevilla: Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones.
Klatt, E. C. (2007): Atlas de anatomía patológica. Barcelona: Elsevier.
Rosai, J. (2009): «Papillae, Nuclei and Oncogenesis: Back to the Drawing
Board», USCAP Annual Meeting. USCAP.
Rosenthal, P. (2010): «‘Annie’ left a homeless orphan in newspaper
world», Chicago Tribune, 13.V. 2010.
81
Traducción y terminología
Stevens, A, y Lowe, J. (2001): Anatomía patológica, 2. Madrid: Harcourt.
Trujillo Vilchez, R., y cols. (2008): «Caso clínico. Tumor de células
de la granulosa. Revisión de la literatura a propósito de un caso»,
Portalesmedicos.com (7.I.2008). <www.portalesmedicos.com/
publicaciones/articles/883/1/Caso-clinico-Tumor-de-Celulas-de-la-
<http://tremedica.org/panacea.html>
Granulosa-Revision-de-la-literatura-a-proposito-de-un-caso.html>
[consulta:2.XI. 2010].
Vázquez-Ayora, G. (1977): Introducción a la traductología. Washington
D. C.: Georgetown University.
Young, B., y Heath, J. W. (2000): Wheater´s Histología funcional. Texto
y atlas en color. Madrid: Elsevier.
Sobre mapaches, cangrejos, plurales y determinantes posesivos
Juan Manuel Martín Arias
El uso del plural y el singular es muy diferente en inglés y en español. Uno de los errores de traducción que se observa
con más frecuencia en los textos traducidos del inglés consiste en frases del tipo «Estas personas tienen que dar sentido a sus
vidas» (traducción literal del ingles), que se oyen mucho, pero que mucho, en los documentales, en la voz en off que traduce
lo que alguien esta diciendo en inglés, en los textos traducidos, en el doblaje de las películas, etc. En español, lo correcto es
«Estas personas tienen que dar sentido a su vida», si bien mejor sería una traducción más audaz, tal como «Es importante
que la vida tenga algún sentido para estas personas» o «La vida ha de tener algún sentido para estas personas». Asimismo,
en español lo correcto es «Los jugadores cogieron la raqueta y se pusieron a jugar», en vez de «Los jugadores cogieron sus
raquetas y se pusieron a jugar» (traducción literal del inglés).
Lo mismo ocurre en los protocolos de los estudios clínicos: en vez de la traducción literal del inglés «Las muestras de
sangre se obtendrán en las visitas 3, 7 y 10», lo correcto es «La muestra de sangre se obtendrá en las visitas 3, 7 y 10», aunque
haya muchos pacientes y a cada uno se le extraiga una muestra de sangre. Hoy, por influencia del inglés, se oyen cada vez
más frases del tipo «Todos los diputados presentaron en el registro del Congreso sus actas acreditativas» donde siempre se
había dicho «Todos los disputados presentaron en el registro del Congreso el acta acreditativa» (obsérvese que el que sustituye a su y que acta acreditativa está en singular). El uso angloide del plural junto con el uso del determinante posesivo en
vez del artículo determinado es una de las combinaciones inglesas con más agresividad colonizadora del español, y tiene su
origen en las traducciones literales del inglés que, cual carcoma, están destrozando la arquitectura de nuestro idioma. Aquí
no se trata de neologismos, préstamos ni extranjerismos, sino de estructuras sintácticas extrañas insertadas a lo bestia en el
idioma. La regla es muy sencilla: en español utilizamos el singular cuando el objeto es singular, aunque cada persona tenga
el suyo. Así, en vez de la traducción literal del inglés «Llegaron y se quitaron sus sombreros», lo correcto es «Llegaron y se
quitaron el sombrero», porque lo normal es que cada persona lleve un solo sombrero, no dos ni tres. Si el objeto al que nos
referimos es plural, irá en plural, con independencia del número de personas. Así, «Llegaron y se quitaron los correajes».
En inglés, en cambio, siempre va en plural, porque se entiende que, al haber más de una persona, hay más de un sombrero.
Con respecto el determinante posesivo, en español se utiliza en lugar del artículo determinado únicamente cuando puede haber
duda sobre quién es el poseedor, algo que rara vez ocurre, al menos en medicina. Es obvio que basta con decir «La paciente
presentaba un bulto en la mama izquierda», en vez de la traducción literal del inglés «La paciente presentaba un bulto en su
mama izquierda», puesto que es evidente que el bulto está en la mama de la paciente, no en la mama de, pongamos por caso,
la médica que realiza la palpación. Cuando existía duda, en español, antes de que el inglés viniese a ponernos el idioma patas
arriba, lo habitual era disipar la duda mediante construcciones del tipo de él, de ella, de Ud. Por tanto, en las cajetillas de tabaco
no estaría de más poner «Las autoridades sanitarias advierten de que fumar puede dañar la salud de Ud.», en vez de «Las autoridades sanitarias advierten de que fumar puede dañar su salud», ya que esto último no deja claro sobre la salud de quién se está
hablando (¿la de las autoridades sanitarias?, ¿la de los fumadores?), y, de hecho, en su momento se hicieron bastantes chistes al
respecto. Quien dude sobre la veracidad de esta invasión del su, no tiene nada más que coger al azar el prospecto de cualquier
medicamento español («Tome sus cápsulas tal como su médico le ha indicado», etc.). Y lo peor de todo, es que muchos de estos
prospectos no se han traducido del inglés, sino que se han redactado originariamente en español (¿en español?).
Si damos el salto desde la lingüística a la ecología, vemos que esta inserción de estructuras sintácticas extrañas al español
es un fenómeno similar al que ocurrió cuando se introdujo en España el cangrejo de California, a consecuencia de lo cual
desaparecieron de los ríos españoles las especies autóctonas. Se parece también a lo que está ocurriendo en España con los
mapaches: algunos niños españoles se los traen de los EE. UU. como animalito de compañía, y luego se escapan de la casa
o los padres los dejan en libertad al comprobar que son animales muy agresivos. En el área metropolitana de Madrid hay
ayuntamientos que empiezan a estar preocupados por los mapaches: se reproducen rápidamente, son muy voraces, compiten
con las especies autóctonas, vuelcan los cubos de basura en busca de alimento, destrozan los jardines, etc. Un idioma funciona igual que un ecosistema, y hoy todos, en mayor o menor medida, estamos preocupados por la biodiversidad. ¿Por qué no
preocuparnos o, mejor, ocuparnos, también de la linguodiversidad, tan amenazada como la biodiversidad, si no más? ¿Se le
ocurre a alguien mejor ocupación que esta para un traductor?
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Panace@.
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Traducción y terminología
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Crisis: una palabra médica con mucho éxito en otros ámbitos
La palabra crisis es, sin duda, uno de los términos médicos que mayor éxito han tenido cuando traspasó los límites de la
medicina y se introdujo en el lenguaje de la astronomía, la política, la historia, la economía, la física, etc. Vamos a centrarnos
en el estudio de la historia médica del término y dejaremos a los economistas que nos expliquen, si pueden, la crisis económica
por la que estamos atravesando.
En origen, en griego, krísis κρίσις no era tampoco un término específicamente médico y significaba sencillamente ‘juicio’,
como sustantivo abstracto derivado del verbo krínō κρίνω ‘juzgar’, ‘decidir’; el valor original del verbo, como vemos por
el indoeuropeo y por comparación con otras lenguas de la misma familia (p. ej,. latín cernere ‘separar’, de donde el español
discernir), era ‘separar’, ‘distinguir’.
En Hipócrates, el primer médico en que se documenta el término, es difícil entender el significado si no se hace un estudio
del conjunto de palabras de la misma familia, es decir, el sustantivo abstracto krísis κρίσις, el verbo krínō κρίνω ‘juzgar’,
‘decidir’, y los adjetivos kritikós κριτικός ‘que permite emitir un juicio’ y krísimos κρίσιμος ‘decisivo’. Es necesario contextualizarse y recordar la importancia que tenía para el médico de la época de Hipócrates establecer el pronóstico de la enfermedad, incluso predecir el número de días que iba a tardar el enfermo en curar o morir, preocupación que tenía mucho que
ver con la observación de las fiebres recurrentes en las que, efectivamente, era posible hacer previsiones de ese tipo. La crisis
de la enfermedad era para Hipócrates el momento en que los síntomas, signos y otras manifestaciones permitían al médico
emitir ese juicio y pronóstico sobre la evolución del mal. Matizando lo que se suele afirmar, no era tanto el momento en que
la enfermedad se decidía en un sentido u otro, sino aquel en que el médico, a partir de la evaluación de los síntomas y signos,
podía emitir su juicio, establecer el pronóstico, que era una de sus tareas fundamentales.
Como vemos en el propio Hipócrates y en Galeno, la palabra sin adjetivos tenía un carácter positivo, y por tanto krísis
significaba ‘resolución de la enfermedad’; cuando se predecía una evolución negativa se usaba la misma palabra, pero se adjetivaba para marcar ese carácter. Por otra parte, pensamos que en los textos de Hipócrates y Galeno existe en buena medida
un cruce, fácil de entender en términos que tienen el mismo origen etimológico, entre krísis y ékkrisis ἔκκρισις ‘secreción’; en
efecto, una de las manifestaciones decisivas o críticas de la enfermedad eran las secreciones.
En su comentario a los aforismos de Hipócrates, In Hippocratis aphorismos commentarii, K. 17b 470, da Galeno la siguiente definición de crisis:
cambio rápido en la enfermedad hacia la salud o hacia la muerte; se produce cuando la naturaleza separa lo perjudicial de lo favorable por la secreción. [Todos los términos en cursiva son de la misma raíz que krísis.]
Hay un texto (In Hippocratis prognosticum commentarii, K. 18b 231) en que Galeno afirma todo esto que estamos contando:
La crisis aplicada a enfermedades es una metáfora del lenguaje de los tribunales y significa el cambio repentino que se
produce en una enfermedad de cuatro formas: o el paciente se aleja de la enfermedad repentinamente, o experimenta una
gran mejoría, o se muere repentinamente, o se pone mucho peor; los dos primeros tipos de crisis mencionados se llaman
crisis sin más, mientras que los otros dos tipos se adjetivan con crisis mala o crisis funesta [...]. Habéis aprendido que las
crisis se producen con algún vaciamiento o expulsión evidentes; solo los niños rara vez experimentan cambios agudos en la
buena dirección gracias a sueños largos y profundos, pero no existe acuerdo en designar estos cambios como crisis.
El término pasó al latín tardío y lo encontramos en Celio Aureliano en el siglo v; en san Isidoro, siglos vi-vii, aparece criticus, referido a día. Frente a lo que ocurría en griego, en latín crisis y criticus son términos estrictamente de ámbito médico, referidos a la evolución
de la enfermedad. Es fácil documentarlo a lo largo de la Edad Media, tanto de la alta como de la baja, como se puede comprobar en el
diccionario de Lehmann-Stroux (Mittellateinisches Wörterbuch bis zum ausgehenden 13. Jahrhundert. Múnich, 1967-2004).
No nos resistimos a citar un curioso texto de Judizios de las estrellas, de autor anónimo, que se fecha entre 1254 y 1260,
según datos del CORDE, en que se enumeran los oficios del médico y que supone el primer texto en lengua romance en que
se documenta el uso de crisis (la primera documentación en francés es de 1478, mientras que en inglés es de 1543):
Sepas que este catamiento se parte en 10 partes. La primera es catar el logar de la significacion que significo la enfermedat & catar en las melezinas & en el fisico. El segundo catamiento es en catar la enfermedat si es en el espirito, o
en el cuerpo, o en amos. El tercero catamiento es saber en que logar del cuerpo es la enfermedat. El quarto catamiento
es si sanara este enfermo desta enfermedat o si morra. El quinto catamiento es si sera esta enfermedat breue o luenga.
El sexto catamiento es en que tiempo sanara desta enfermedat, o en que tiempo morra el enfermo. El 7º catamiento es
en saber las crisis buenas o malas, & en que tiempo uernan. El 8º catamiento es en saber el puiamiento de la enfermedat
& su baxamiento. El noueno catamiento es en saber de que manna es aquel enfermo en su enfermedat, si es medroso o
si es sofrido. El 10º catamiento es en saber la fin de la enfermedat & del enfermo.
El uso del término es, pues, idéntico al que tenía en médicos griegos o latinos. Tanto en español como en francés o inglés
era una palabra que se usaba exclusivamente para hablar de enfermedades; solo después pasó al ámbito de la astrología (en
inglés en 1603), luego a un ámbito general para hablar de la evolución de acontecimientos (en inglés en 1627, en francés en
1690); solo en el siglo XIX llegó al vocabulario político y económico. Por cierto, que, a diferencia de lo que ocurría en época
de Hipócrates y Galeno, ahora, en el ámbito de la economía, las crisis sin necesidad de adjetivos son funestas y destructoras.
© Francisco Cortés Gabaudan. <dicciomed.eusal.es>. Universidad de Salamanca
Panace@.
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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Tribuna
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¿Se debe usar el término accidente en el ámbito
de la investigación científica?
Montserrat Ruiz Pérez*
Resumen: El uso del término accidente está muy extendido tanto en la lengua corriente como en el ámbito de la investiga­
ción científica. Sin embargo, se han planteado serias objeciones a su uso. La connotación de imprevisibilidad y aleatoriedad
implícita en el término ha llevado a muchos profesionales de la salud pública a evitar su uso.
Este trabajo pretende recoger el debate generado en el ámbito de la investigación y de la literatura científica, así como
presentar alternativas al uso de dicho vocablo.
Palabras clave: accidente, terminología, idoneidad de uso, investigación científica.
Should the term accident be used in scientific research?
Abstract: The term accident is widely used both in everyday language and in scientific research. However, there is no
consensus on its use. Its connotations of chance and unpredictability have prompted many public health professionals to
discourage use of the term.
This paper outlines the ongoing debate in the field of scientific research and literature, and presents alternatives for the
term accident.
Key words: accident, terminology, suitability of use, scientific research.
Panace@ 2011; 12 (33): 84-88
El uso del vocablo inglés accident y de su traducción ha­
bitual al castellano accidente está muy extendido tanto en la
sociedad como en el ámbito de la investigación. Sin embargo,
no existe un consenso general sobre la idoneidad de su uso.
La principal razón de ello es la connotación de imprevisibi­
lidad y aleatoriedad implícita en el término, lo cual se asocia
con sucesos totalmente impredecibles. Las acepciones más
comunes del término en el ámbito popular suponen un pro­
blema para quienes se dedican a la prevención de este grave
problema de salud pública. Así, habitualmente se define accidente como un suceso imprevisto que altera la marcha normal
de las cosas. Por otro lado, también describe el error humano,
lo cual imposibilita el análisis de los factores de riesgo asocia­
dos a determinadas conductas del individuo. Generalmente se
considera el hecho en sí, y no el daño resultante. Por último,
cabe mencionar la connotación bíblica del término, por la que
un accidente es un designio divino, lo que impide la toma de
conciencia de los factores determinantes del suceso y dificulta
la puesta en marcha de estrategias de prevención.
Este problema conceptual y lingüístico, sobre el que mu­
cho se ha escrito y del cual son conocedores los profesionales
del área, no parece tener una solución fácil. El término accidente no cubre adecuadamente la complejidad del fenómeno,
ni en inglés ni en castellano, por lo que considero acertada la
posición mayoritaria del mundo de la salud pública que evita
su uso. Dada la dificultad de encontrar un sinónimo totalmen­
te adecuado, es preferible hablar de sucesos lesivos, y no de
accidentes, para referirnos a las circunstancias que rodean la
aparición de una lesión. En este trabajo pretendo recoger el
debate generado en el ámbito de la investigación y de la lite­
ratura científica a este respecto y presentar alternativas al uso
de dicho término.
1. Breve evolución histórica del término
Históricamente, el término ha tenido diferentes significa­
dos (Loimer y Guarneri, 1996). Aristóteles lo usó para refe­
rirse a las características no esenciales o extrínsecas tanto de
personas como de cosas, de manera que los individuos y las
cosas contarían con cualidades propias y cualidades «acci­
dentales». Más tarde, los filósofos de la época grecorromana
y medieval aplicaron la filosofía de Aristóteles a cuestiones de
derecho y causalidad. Alrededor del siglo xiv los ingleses co­
menzaron a utilizar el término con el significado actual: suce­
so que ocurre por azar, desgracia o hecho que ocurre de forma
imprevista. Este significado se asocia con el término francés
accidence, que podría ser una corrupción del latín accidens,
participio activo de accidere, que significa ‘caer encima’, ‘su­
ceder’ (Corominas y Pascual 1980).
En el ámbito científico la acepción moderna del término
aparece en 1592 en las estadísticas de defunciones de Lon­
dres, The bills of mortality, en las que se incluye la categoría
«fallecimiento por diversos accidentes» (killed by several accidents). No obstante, la acepción filosófica siguió usándose
en los siglos posteriores.
A finales del siglo xvii y comienzos del xviii, con la Revo­
lución Industrial, la frecuencia con la que ocurrían las lesiones
* European Center for Injury Prevention, Universidad de Navarra, Pamplona (España). Dirección para correspondencia: mruizp@unav.es.
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Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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y los traumatismos aumentó, y se comenzaron a recoger datos
sobre lesiones ocurridas en el ámbito laboral. Estas lesiones
se asociaron a prácticas incorrectas por parte de los trabaja­
dores o a defectos en el diseño de equipamientos (Bartrip y
Burman, 1983; Bartrip, 1991). La legislación sobre seguridad
comenzó a cobrar relevancia a comienzos del siglo xix, y a
principios del siglo xx se elaboraron leyes que regulaban las
indemnizaciones que debían recibir los trabajadores lesiona­
dos. Durante este período, las lesiones apenas se asociaron a
la influencia divina.
Es durante el siglo xx cuando comienza la controversia en
el ámbito de la salud pública sobre la idoneidad del uso del
término accidente.
2. El debate científico
Al igual que en otras áreas, en el ámbito de la salud y la
medicina es muy importante usar los términos con precisión.
Principalmente, esta estandarización terminológica facilita la
comunicación en el campo científico y fuera de él, favorece
la identificación y el correcto tratamiento de grupos de ries­
go y evita errores en la comparación de resultados (Langley,
1988).
En el caso del término accidente, el problema lingüístico
y conceptual anteriormente descrito ha llevado a numerosos
profesionales de la salud pública y la medicina a intentar evi­
tar su uso argumentando las mencionadas connotaciones de
aleatoriedad, acto divino y despreocupación (Baker, 1984;
Robertson, 1983; Waller, 1985). Como resultado, la salud pú­
blica ha optado mayoritariamente por sustituir dicho término
por el de lesión, considerado neutro con respecto a causalidad
e intencionalidad.
Sin embargo, en la literatura científica algunos autores
han argüido que accidente y lesión describen conceptos di­
ferentes. Haddon y cols (1964) señalaron, por ejemplo, que
el término accidente se usa generalmente para describir «su­
cesos inesperados que pueden generar daños en estructuras
animadas o inanimadas» y que su uso solo cubre ciertos tipos
de daño. De igual manera, parece haber límites en cuanto a los
tipos de sucesos que habitualmente se consideran accidentes,
aunque sean de carácter inesperado. Por ejemplo, una riada o
un desprendimiento de tierra que provoca lesiones o falleci­
mientos se consideraría un desastre o una catástrofe más que
un accidente. Por su parte, una lesión sería el resultado de
variaciones en el medio (sustancias químicas, energía mecá­
nica) donde se halla el individuo, en cantidades que exceden
la tolerancia del cuerpo humano, independientemente de que
haya ocurrido de forma accidental o intencionada. Si el efecto
lesivo ocurre en un periodo de tiempo relativamente corto,
como, por ejemplo, en el caso de una caída o de una colisión
de vehículos, se puede considerar un hecho diferenciado y
se distingue claramente de la lesión resultante. La matriz de
Haddon (Haddon matrix), principal modelo conceptual con
el que se evalúan las causas y se identifican objetivos para el
desarrollo de medidas y estrategias de prevención y control,
distingue claramente entre el individuo, el entorno, las cir­
cunstancias y la lesión resultante (Haddon, 1968). Si bien la
palabra accidente no cubre adecuadamente la complejidad del
Panace@ .
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Tribuna
fenómeno y añade un supuesto etiológico erróneo, la palabra
lesión solo representa el resultado de un proceso en el cual un
hecho, anteriormente conocido como accidente, desempeña
un papel primordial.
Estas limitaciones conceptuales se ven también refle­
jadas, además de en los principales diccionarios de uso
general de la lengua inglesa y española —Real Academia
Española, 2001; Espasa Calpe, 1999; María Moliner, 2007;
Sociedad General Española de Librería, 2000, Manuel Seco,
1999; The Oxford English Dictionary, 1989; Merrian Webs­
ter, 2009; Larousse 1996; BBC, 1993; McKean, 2001 (ta­
bla 1)—, en la propia definición propuesta hace ya medio
siglo por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1957),
según la cual un accidente es un suceso no previsto que tie­
ne como resultado un daño. El carácter imprevisto, esto es,
la ausencia de intención, excluye las lesiones intencionales,
bien sean autoinfligidas (con intención suicida o autoagre­
siva), bien infligidas a terceros (homicidio, guerras, etc.).
Posteriormente, la OMS se hizo eco del debate conceptual
y, así, en el Informe mundial sobre prevención de los traumatismos causados por el tránsito (OPS, 2004) afirma que
el término «puede dar la impresión, probablemente no in­
tencionada, de que son inevitables e impredecibles, es decir,
sucesos imposibles de controlar», y aclara que «en su lugar,
en este documento se prefiere emplear el término “colisión”
(o “choque”), para denotar un suceso o serie de sucesos que
cabe someter a un análisis racional y a la aplicación de me­
didas correctivas». Del mismo modo, los diccionarios más
recientes en el ámbito de la epidemiología y la salud pública
destacan el carácter prevenible y predecible de los acciden­
tes. Así por ejemplo, la 5.a edición del diccionario de epide­
miología de Last (Porta, 2008) define accident como un su­
ceso imprevisto, que por lo general tiene como resultado una
lesión u otro daño y que se produce en relación con el tráfico
o el ámbito laboral, doméstico o recreativo. El diccionario
define accident alternativamente como el primer suceso en
una secuencia que acaba en una lesión cuando ese suceso es
realmente impredecible. Y añade que los estudios epidemio­
lógicos han demostrado que el riesgo de que se produzca un
accidente es con frecuencia predecible, que los accidentes
son prevenibles y que es preferible evitar este término en
publicaciones científicas.
La sugerencia de evitar el uso del término accidente va
más allá, y en la década de 1990 la National Highway Traffic
Safety Administration inició una campaña según la cual su­
gería la sustitución del término accidente (accident) por otros
tales como choque (crash) o colisión (collision) (NHTSA,
1997). En 1994 Donald Robinson, presidente del National
Safety Council’s Campus Safety Association de EE. UU., pi­
dió la eliminación de lo que llamó “A” word (palabra «A»)
(Loimer y Guarneri, 1996). Y más recientemente, la revista
médica British Medical Journal prohibió el uso del término
accidente en sus artículos, argumentando que, «dado que la
mayoría de las lesiones y los hechos que las producen son
predecibles y prevenibles, el término accidente no debe ser
utilizado para referirse a las lesiones o hechos que las produ­
cen» (Davis, 2001).
85
Tribuna
2.1. Prevención de accidentes, prevención de lesiones,
control de lesiones
Aunque muchos científicos utilizan los términos accidente y lesión indistintamente, sí tienden a hablar de prevención
de accidentes más que de prevención de lesiones, entendiendo
accidente como las circunstancias que conducen a una lesión.
Este enfoque es limitado, pues ignora una serie de tácticas
que tienen por objetivo reducir el número, la gravedad y las
consecuencias de las lesiones (Haddon, 1968).
Algunos epidemiólogos utilizan en su lugar la expresión
control de lesiones, que cubre todos los aspectos de la com­
prensión de las causas y el desarrollo y la evaluación de me­
didas para la prevención de un suceso lesivo (Waller, 1985).
Incluye asimismo las fases de seguimiento y rehabilitación
de los individuos lesionados. Esta expresión presenta también
ciertos problemas.
La alternativa sería la expresión prevención de lesiones,
que enfatiza la prevención primaria y es compatible con otras
expresiones utilizadas en el ámbito de la salud pública (p. ej.,
prevención del cáncer de pulmón), y así serviría para reforzar
la conveniencia de aplicar métodos que han sido aplicados en
el control de enfermedades.
3. Pruebas y datos científicos
No hay datos que muestren que el uso de términos tales
como lesión o accidente tenga realmente algún efecto social.
Girasek (1999) realizó una encuesta telefónica en EE. UU. a
943 adultos seleccionados al azar con el objetivo de analizar
la interpretación que hace la sociedad del término accident.
La mayoría de los entrevistados (71 %) consideraban que
los accidentes eran impredecibles, y solo un 4 % los consi­
deraban hechos intencionados. Sin embargo, la mayor parte
(83 %) también los definían como sucesos prevenibles, y solo
un 26 % consideraron que estaban controlados por el destino.
Un estudio previo sobre lesiones infantiles muestra como los
padres entrevistados destacaban el carácter evitable de las le­
siones (Eichelberger, 1990).
Por otro lado, también es escasa la literatura sobre el im­
pacto del término accidente en el ámbito profesional. En 2001,
Evans (2001) llevó a cabo un estudio comparativo aleatorio
con la finalidad de evaluar si el uso del término injury (lesión)
en lugar de accident influía en la actitud de los profesionales
de la sanidad hacia la prevención de los fenómenos en cues­
tión. Se detectó una diferencia mínima, aunque cuestionable
dadas las dificultades metodológicas asociadas a la realiza­
ción de este tipo de estudios.
4. Alternativas al uso del término accidente
En el ámbito de la investigación han surgido alternativas
al uso del término accidente. Dada la dificultad que plantea
el uso de dicho término, hay autores que sugieren no usarlo
cuando hace referencia a lesiones no intencionales (Langley,
1988). Los sucesos que rodean la aparición de una lesión pue­
den ser descritos de forma conjunta como circunstancias de
lesión. Sin embargo, para referirse a la prevención de sucesos
que derivan en lesión, proponen enumerar los tipos especí­
ficos de los sucesos: quemaduras, envenenamientos, caídas,
86
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etcétera. (Langley, 1988; Bijur, 1995). En el caso concreto
de los accidentes de tráfico, algunos autores optan por el
uso de los términos colisión o choque (Langley, 1988; Poole,
1998; OPS, 2004). En esta misma línea, Davis y Pless (2001),
en un editorial del British Medical Journal, sugieren la sus­
titución de accidente por expresiones que incluyan el tipo o
lugar donde se produce el hecho: lesiones relacionadas con
áreas de recreo, lesiones producidas en el hogar, choques de
aviación, sobredosis accidental de estupefacientes, envenenamiento o errores médicos.
Pero quizás sea la solución propuesta por Bijur (1995) la
más acertada. A la hora de buscar un sustituto a la “A” word,
este autor sugiere distinguir entre el uso científico y el uso po­
pular del término. La sociedad y los medios de comunicación
hacen una distinción clara entre lesiones en las que no hay
un responsable directo (accidentes) y lesiones infligidas de
manera intencional. Pese al trabajo científico de décadas, el
elemento «azar» sigue estando presente. Así, aquellos profe­
sionales del área que tienen mayor relación con la población
general es probable que tengan que seguir usando el térmi­
no accidente, aunque haciendo notar que se trata de sucesos
prevenibles y predecibles. En cambio, en el mundo científico
y académico, aunque sería ventajoso disponer de un término
que describiera los sucesos que derivan en lesión, debido a las
connotaciones de la palabra accidente y a la inclusión de las le­
siones intencionadas en el ámbito de la salud pública, parece
inadmisible resucitar el término.
Asimismo, Bijur (1995) propone varias alternativas, como
el uso de expresiones que describan el fenómeno, tales como:
intercambio de energía, interacción individuo-entorno, suceso
que produce lesión. El problema de estas expresiones es la falta
de legibilidad asociada. Otras posibilidades que sugiere son la
acuñación de forma consensuada un nuevo término o la adop­
ción de acrónimos (p. ej., la correspondencia en español a los
acrónimos IPE (Injury Prevention Event) y PIPE (Potentially
Injury Producing Event), al igual que otros ámbitos han hecho
con éxito. Todo ello parece bastante forzado y poco práctico.
5. Conclusión
Como se ha mostrado, el uso generalizado del término
accidente plantea problemas lingüísticos y conceptuales en
el ámbito de la salud pública. Las connotaciones de imprevi­
sibilidad y aleatoriedad implícitas en el término han llevado
a muchos profesionales del área a evitar su uso y a plantear
alternativas.
Para evitar dichas connotaciones y destacar el carácter
prevenible y predecible de los accidentes parece adecuado
hablar de sucesos lesivos para referirnos a las circunstancias
que rodean la aparición de una lesión o usar los términos co­
rrespondientes y hablar, por ejemplo, de caídas, colisiones,
envenenamientos, ahogamientos, atropellos o traumatismos.
Agradecimiento
Deseo expresar mi agradecimiento a María Seguí-Gómez
por animarme a escribir este trabajo y por sus impagables co­
mentarios, a Rosalía Baena por sus acertadas sugerencias y a
Jack Durbin por su ayuda.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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Tribuna
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Tabla 1. Definición de accidente/accident (en la acepción que nos atañe)
en una selección de diccionarios de lengua española e inglesa
Diccionario
Definición*
Diccionario de la lengua española (Real Academia
Española), 22.ª edición (2001). Madrid: Espasa Calpe
Suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta
daño para las personas o las cosas.
Diccionario enciclopédico Salvat
(1993). Barcelona: Salvat Ediciones Generales
Suceso que produce un daño o desgracia.
Diccionario enciclopédico nuevo Espasa ilustrado 2000
(1999). Madrid: Espasa Calpe
Suceso eventual del que resulta algún daño.
Diccionario de uso del español (María Moliner) (2007).
Madrid: Gredos
Suceso imprevisto que causa un trastorno en la marcha
normal o prevista de las cosas [...]. Particularmente, suceso
que causa alguna desgracia (ej. Accidente de la circulación,
Accidente laboral).
Gran diccionario de la lengua española: diccionario de
uso, 9.ª ed. (2000). Madrid: Sociedad General Española de
Librería
Hecho inesperado que provoca una alteración en la marcha
normal prevista de las cosas (ej. “el inoportuno accidente del
pinchazo retrasó nuestra llegada”).
Diccionario esencial de la lengua española (Real
Academia Española) (2006). Pozuelo de Alarcón (Madrid):
Espasa Calpe
Suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta
daño para las personas o las cosas.
Diccionario del español actual (Manuel Seco, Olimpia
Andrés, Gabino Ramos), 1.ª ed. (1999). Madrid: Aguilar
Suceso imprevisto y repentino que implica daño o peligro
físicos.
Diccionario Salamanca de la lengua española
(Universidad de Salamanca) (1996). Madrid: Santillana
Suceso inesperado del que normalmente resulta un daño.
Diccionario de uso del español de América y España
(2002). Barcelona: SPES
Suceso imprevisto o que altera la marcha normal o prevista
de las cosas, especialmente el que causa daños a una
persona o cosa.
Merriam-Webster’s collegiate dictionary 11.ª ed. (2009).
Springfield (Mass.): Merriam-Webster
An unfortunate event resulting especially from
carelessness or ignorance.
The Oxford English Dictionary, vol 1 (1989). Londres: Oxford
University
Anything that happens without foresight or expectation; an
unusual event, which proceeds from some unknown cause,
or is an unusual effect of a known cause: a casualty, a
contingency.
BBC English Dictionary (1993). Glasgow: BBC English,
HarperCollins
Something unpleasant or unfortunate that happens and that
often leads to injury or death.
Larousse English dictionary (1996). Paris: Larousse
Unexpected event that often causes damage or injury.
New Oxford American Dictionary, 3.ª ed. (2001).
NuevaYork: Oxford University
An unfortunate incident that happens unexpectedly and
unintentionally, typically resulting in damage or injury; an
event that happens by chance or that is without apparent
or deliberate cause.
* En negrita están marcados los términos que denotan el carácter imprevisto y aleatorio del término.
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Cuatro herramientas para cuatro actividades
profesionales
Recursos de Microsoft Word para la redacción, traducción, corrección
y revisión de documentos especializados
José Antonio de la Riva Fort*
Resumen: Una parte importante de los profesionales del lenguaje realiza su trabajo en Microsoft Word, pero no domina
algunos recursos que facilitan la buena ortografía y la gestión de la terminología, que son dos aspectos fundamentales de
su labor. En este artículo se explica el uso de cuatro herramientas particularmente útiles para la redacción, la traducción,
la corrección y la revisión de documentos de especialidad: 1) la autocorrección, 2) los diccionarios personalizados, 3) los
diccionarios de exclusión y 4) las macros de cambios automáticos.
Palabras clave: Microsoft Word, autocorrección, diccionario personalizado, diccionario de exclusión, macro.
Four Tools for Four Professional Activities – Microsoft Word Instruments for Writing, Translating, Copy-editing and
Reviewing Specialized Documents
Abstract: A significant number of language professionals work with Microsoft Word but fail to master certain tools that
facilitate correct spelling and terminology management, two fundamental aspects of their work. This article explains the use
of four tools which are particularly useful for writing, translating, copy-editing and reviewing specialized documents: 1)
AutoCorrect, 2) custom dictionaries, 3) exclusion dictionaries, and 4) macros for automatic changes.
Key words: Microsoft Word, AutoCorrect, custom dictionary, exclusion dictionary, macro.
Panace@ 2011; 12 (33): 89-97
Introducción
El propósito de este artículo es exponer el uso de algu­
nas herramientas de Microsoft Word (en adelante, Word)
de las que ya me he ocupado, con ligeras variantes, en La
Traducción In Vitro, pero por separado, lo cual no permite
apreciar que se trata de herramientas en gran medida com­
plementarias. Por tanto, convenía integrar ese material en
un solo artículo. He optado por referirme a la versión de
2007 del programa, ya que la edición anterior (2003), por
su antigüedad, pronto dejará de utilizarse, y la posterior
(2010), por ser demasiado reciente, todavía no se conoce ni
se usa lo suficiente. En cualquier caso, si bien con pequeñas
diferencias, las tres versiones para Windows disponen de
los cuatro recursos que aquí se explicarán: 1) la autocorrec­
ción, 2) los diccionarios personalizados, 3) los dicciona­
rios de exclusión y 4) las macros de cambios automáticos.
Secundariamente, se tiene también en cuenta la versión de
Word para Mac MS 2008, en la que no están disponibles ni
los diccionarios de exclusión ni las macros. Es de prever
que la simplificación del trabajo derivada de la aplicación
de estos instrumentos redunde en un aumento de la produc­
tividad.
1. Autocorrección: ¿desactivarla o editarla?
Una parte muy significativa de los errores más notorios y
curiosos que se cometen en la redacción de textos en un español
léxicamente complejo, como el de la medicina, no son provo­
cados directamente por el profesional, sino por la opción de
autocorrección de Word. Esta herramienta, que para otro tipo
de documentos y para otra clase de usuarios podría resultar de
gran utilidad —ya que corrige errores de tecleo y varios descui­
dos gramaticales y ortográficos—, no resulta adecuada para la
redacción de textos de medicina y ciencias afines. ¿Por qué?
Porque si esta opción está activada, cada vez que escribi­
mos una secuencia de caracteres que Word no reconoce como
correcta y esta se encuentra en la lista de autocorrección, el
programa la transforma en la palabra ortográficamente más
cercana, y ¿cuántos términos técnicos tiene la medicina que
el diccionario estándar de Word no reconoce? Miles, por su­
puesto; y por tanto son también miles las oportunidades que
tiene de echar a perder términos bien escritos que tienen la
desgracia de no estar incluidos en el diccionario por ser pa­
labras de un ámbito especializado o siglas. Por ejemplo, una
sigla como SNI ‘Sistema Nacional de Investigadores’ queda
automática remplazada por SIN. Esto se debe a que la auto­
* Editor, Madrid (España). Dirección para correspondencia: josedelarivafort@gmail.com.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
89
Tribuna
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corrección, por defecto, tiene incorporadas muchas opciones
para subsanar problemas de tecleo, y al parecer es frecuente
teclear sni cuando se quiere escribir la preposición sin.
El traductor suele estar más atento al texto original que está
traduciendo que a su versión traducida en Word, de manera que
raras veces es testigo de esa instantánea transformación de la
que es víctima su término, que por efecto mágico de la auto­
corrección, transmutado en una palabra ordinaria, ya no se en­
cuentra subrayado en rojo, pues ahora figura en el diccionario;
y por eso tiene muchas posibilidades de pasar desapercibido en
la revisión que el traductor haga posteriormente de su trabajo y
también para los correctores y editores que después revisen el
texto. Por estos motivos, si se está trabajando en Word, parece
recomendable desactivar la opción de autocorrección. ¿Cómo?
•
•
Se hace clic en el botón de Microsoft Office y a
continuación en «Opciones de Word». En Mac MS
2008, se encuentra en «Word» > «Preferencias».
En el cuadro de diálogo «Opciones de Word», se
hace clic en «Corrección» y, a continuación,
en «Opciones de autocorrección».
En el nuevo cuadro de diálogo, se desactiva la casilla de
verificación «Reemplazar texto mientras escribe» (figuras
1 y 2). Adicionalmente, conviene desactivar también las casi­
llas de verificación siguientes: «Poner en mayúscula la primera letra de una oración», «Poner en mayúscula la prime­
ra letra de las celdas de tablas», «Poner en mayúscula la
primera letra de los nombres de días» y «Corregir el uso
accidental de bLOQ MAYÚS».
Figura 2. Cuadro de diálogo «Opciones de autocorrección»
en Mac MS 2008
Dicho esto, hay una solución alternativa, menos radical
pero bastante laboriosa, de aprovechar la opción de autoco­
rrección en nuestro favor: no desactivar la casilla de veri­
ficación «Reemplazar texto mientras escribe» y editar la
lista que se encuentra inmediatamente debajo (v. figuras 1 y
2). Si consideramos que tenemos la capacidad de prever qué
cambios son potencialmente perjudiciales y discriminarlos de
los inofensivos, y contamos con el tiempo y la paciencia para
expurgar cambio por cambio la lista, puede hacerse, de la mis­
ma forma en que pueden añadirse cambios de autocorrección
no contemplados en el original y que pueden resultar útiles.
Volveré sobre este punto más adelante, cuando trate los dic­
cionarios de exclusión.
En pocas palabras, dominar esta herramienta permite evi­
tar correcciones perjudiciales e involuntarias que muchas ve­
ces pasan inadvertidas y asimismo provocar cambios que con­
sideramos convenientes.
2. Diccionarios personalizados
Figura 1. Cuadro de diálogo «Opciones de autocorrección»
en Word 2007 para Windows
90
Esta herramienta es sumamente útil para conferir correc­
ción y coherencia terminológica a los textos que redactamos o
traducimos. Si tratamos habitualmente con textos de la misma
disciplina o con contenidos repetidos o similares, conviene
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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co­nocer y dominar los diccionarios personalizados. Veamos
cómo funcionan.
El diccionario que viene por defecto en Word no con­
tiene un gran repertorio de palabras técnicas o específi­
cas de la medicina o de cualquier otra disciplina científi­
ca. Por ello, cada vez que escribamos un término técnico
(p. ej., sulfamidina) es muy probable que aparezca resalta­
do en rojo. Si el documento con el que trabajamos contiene
una gran profusión de estos términos, o se desactivará la
señalización (el subrayado en rojo) por excesiva acumula­
ción de errores o bien la página será una mancha roja que,
durante el proceso de revisión, dificultará el hallazgo de los
errores ortográficos. Se encontrarán resaltados en rojo tan­
to los términos técnicos correctamente escritos como los
simples errores, que para Word son lo mismo: cadenas de
letras desconocidas.
Pues bien, ¿no sería conveniente que Word dejara de
resaltar los términos técnicos para destacar solo los verda­
deros errores ortográficos? ¿Cómo hacer para lograr que
subrayado en rojo sea completamente equivalente a error
y así poder dirigir nuestra atención solo a lo incorrecto? Me­
diante la creación de un diccionario personalizado, una lista
de términos habituales que queremos siempre escribir de la
misma manera. Veamos cómo se confecciona uno de estos
diccionarios.
Figura 3. Pestaña de «Revisión de las opciones de Word»
en Word 2007 para Windows
1. Lo primero y más importante es tener claro cuál va a
ser el contenido general, según el tipo de texto para
el que vamos a utilizar el diccionario: farmacología,
medicina general, oftalmología, etc.
2. Después debe crearse un documento de texto con
una lista de las palabras que queremos incluir en
el diccionario. Se abre el bloc de notas y se escri­
ben o pegan ahí los términos que formarán parte
del documento. Si contamos con un glosario con
el que trabajamos habitualmente o cualquier otro
material digital (p. ej., una lista de términos), este
sería el momento de pegarlo en el documento.
3. El documento debe guardarse («Guardar co­
mo») con codificación Unicode y con la extensión .
dic, (p. ej., «medicina.dic»). Conviene guardar el
diccionario en una ubicación permanente, para que
el vínculo por el que Word encuentra el archivo no se
rompa.
4. Finalmente, agregamos el diccionario. Se hace clic
en el botón de Microsoft Office, luego en «Opciones de Word y en Revisión». Debe comprobarse
que la casilla «Solo el diccionario principal» esté
desactivada (figuras 3 y 4). Finalmente, se hace
clic en «Diccionarios personalizados», en «Agregar» y en el documento creado.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Figura 4. Pestaña de «Revisión de las opciones de Word»
en Mac MS 2008
Para comprobar que el diccionario está funcionando ade­
cuadamente, pueden escribirse, en un nuevo documento de
Word, las palabras que hemos incluido en el diccionario. Si
aparecen sin subrayado rojo, hemos creado el diccionario co­
rrectamente. Con respecto a la creación del diccionario:
•
Conviene prestar mucha atención a la ortografía,
para que cada palabra incluida en el diccionario sea,
en la medida de lo posible, definitiva.
91
Tribuna
•
•
•
•
•
Una vez terminada la lista de términos, resulta útil
alfabetizarla, para que, cuando toque editarla, sea
fácil encontrar la palabra que buscamos.
El diccionario puede actualizarse en todo momento.
Basta con hacer clic en el botón de Microsoft Office, luego en «Opciones de Word» y en «Revisión»,
y finalmente en «Diccionarios personalizados» y
«Editar lista de palabras» (figuras 5 y 6).
Para que el diccionario nos ayude a ser coherentes,
es recomendable poner solo una variante ortográ­
fica de cada término; así pues, debe optarse por
metanálisis o metaanálisis, pero no poner las dos.
Si es factible, deben introducirse los plurales de los
sustantivos y los plurales y femeninos de los adjetivos.
Es importante poner solo una palabra por línea.
Así, para granulomatosis de Wegener, tendre­
mos que poner en una línea granulomatosis y en
otra Wegener.
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Trabajar con diccionarios personalizados tiene las siguien­
tes ventajas adicionales:
•
•
•
•
Coherencia. Si preferimos el término linfoadenopatía a linfadenopatía, incluiremos solo aquel, y
así, si lo escribimos mal por accidente o por vacila­
ción, podremos corregirlo, ya que estará resaltado
en rojo. Y así será en todos los documentos que
revisemos con nuestro diccionario.
Adaptación a normas editoriales. Si incluimos en
el diccionario los términos preferidos por nuestros
clientes (y mantenemos al margen los que prefieren
no usar), podremos adaptarnos a sus exigencias con
facilidad.
Facilidad de corrección. Con solo hacer clic so­
bre el término subrayado con el botón derecho del
ratón, Word nos muestra sugerencias, de las que
podremos elegir la variante que más se acerque y
así corregir cualquier término incluido con solo dos
clics. En el caso de linfadenopatía resaltado en rojo,
al hacer clic con el botón derecho el programa nos
sugerirá linfoadenopatía.
Actualización. Todo diccionario que creemos pue­
de modificarse y actualizarse constantemente, ya
sea accediendo al documento de texto manual­
mente, por su directorio de archivo, o través de la
ventana «Editar lista de palabras» (figura 7).
Figura 5. Cuadro de diálogo «Diccionarios personalizados»
en Word 2007 para Windows
Figura 7. Ventana «Editar lista de palabras»
en Word 2007 para Windows
Los diccionarios pueden ser todo lo amplios que haga fal­
ta y abarcar siglas, nombres propios y miles de términos de
todas las especialidades con que se trabaje. El uso de esta he­
rramienta brinda al traductor la posibilidad de evitar errores
ortográficos, ser más coherente en el uso de la terminología y
trabajar con mayor velocidad.
3. Diccionarios de exclusión
Figura 6. Cuadro de diálogo «Diccionarios personalizados»
en Mac MS 2008
92
Ya sabemos qué hacer para que el corrector ortográfico de
Word no marque como erróneas palabras que el diccionario
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
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básico no reconoce, ¿pero cómo conseguir lo contrario: que
Word no dé por buenas palabras que el diccionario básico sí
reconoce como correctas? La respuesta está en los dicciona­
rios de exclusión, que son fáciles de usar y tienen muchas
ventajas, entre las que se encuentran las siguientes:
•
•
•
•
Podemos adaptarnos a las normas ortográficas
al uso. Por ejemplo, ahora que la Real Academia
ha realizado algunas modificaciones de doctrina
ortográfica, quizá sea útil contar con un recurso
que adapte la ortografía que tienen nuestros dic­
cionarios de Word a esta nueva obra. Así pues, con
los diccionarios de exclusión podríamos excluir los
demostrativos con tilde, el adverbio solo escrito con
tilde y otras formas que según las reglas generales
de acentuación actuales no deben llevar tilde. Así,
si no escribimos el vocablo según los nuevos usos,
Word nos lo subrayará para que rectifiquemos y
vayamos por el buen camino.
Podemos trabajar con mayor coherencia. Por
ejemplo, si excluimos una de las dos formas de
las palabras con dos acentuaciones posibles, Word
marcará en rojo la que preferimos no usar y así
escribiremos siempre de la misma forma términos
como período (en lugar de periodo), alvéolo (en vez
de alveolo), amoníaco (en sustitución de amoniaco),
etc. Esto debe hacerse, naturalmente, teniendo en
cuenta el libro de estilo de nuestro cliente.
Podemos evitar expresiones variadas que pre­
feriríamos no utilizar, como falsos amigos o calcos
del inglés, si es que traducimos de esa lengua. Ver­
bigracia, si, víctimas de la maquinización, nos cuesta
aprender que injury no se traduce como injuria, qui­
zá sea más fácil incluir injuria en el diccionario de
exclusión que estar pendientes de hacer una traduc­
ción reflexiva del término.
Podemos evitar formas locales o coloquiales que
pertenecen a dialectos con los que no trabajamos.
Por ejemplo, tanto vídeo, con tilde, como video, sin
tilde, son formas correctas, pero la primera no se
usa en Latinoamérica. De modo que si los textos
que escribimos suelen ser para Nicaragua o Para­
guay, podríamos excluir vídeo.
A diferencia de lo que sucede con los diccionarios per­
sonalizados, los de exclusión, al menos en Word 2007, no
tienen que crearse: basta con ir adonde se encuentran y edi­
tarlos. Para ello, es necesario saber dónde están. En Windows Vista, suelen encontrarse en «Usuarios»/«Nombre
de usuario»/«AppData/Microsoft»/«UProof». A veces
es difícil encontrar esta carpeta, y por ello conviene te­
ner activada la opción de mostrar archivos ocultos, para
lo cual, en la ventana de diálogo, hay que hacer clic en la
pestaña «Organizar», después en «Opciones de carpeta
y búsqueda», en la pestaña «Ver», y finalmente marcar
la opción «Mostrar todos los archivos y carpetas ocultos». La lista de diccionarios de exclusión será como la que
se muestra en la figura 8.
Figura 8. Carpeta con la lista de diccionarios
de exclusión disponibles
Lo que hay que saber ahora es cuál de todos estos dic­
cionarios es el que hay que editar. Cada uno correspon­
de a un idioma o una variedad dialectal. Para saber qué
archivo está relacionado con cada lengua o dialecto, se
puede ir a la Microsoft Developer Network <http://msdn.
microsoft.com/en-us/library/0h88fahh.aspx>, donde puede
encontrar­se una lista con las correspondencias. Por ejem­
plo, si queremos editar la variedad tradicional del español,
modificaremos el diccionario que termina en ES040A, pero
si queremos modificar el español de Perú, editaremos el
ES280a. El documento debe abrirse con un editor de texto
como Wordpad. Ahí escribiremos las palabras que quere­
mos excluir (figura 9).
Información adicional
Una alternativa a incluir una palabra que no queremos
utilizar en el diccionario de exclusión es ponerla en la lista
de autocorrección de Word, como se ha visto anteriormente
(figuras 1 y 2). En estos casos se tiene que estar muy seguro
de que la palabra debe siempre remplazarse por la alterna­
tiva. Por ejemplo, Papanicolaou se escribe frecuentemente
como Papanicolau. Sería factible incluir en la lista de au­
tocorrección el cambio Papanicolau → Papanicolaou. No
sucede lo mismo con bacterial → bacteriano, ya que la for­
ma calcada (bacterial) tiene dos formas correctas posibles:
bacteriano y bacteriana.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Figura 9. Edición de un diccionario de exclusión
A continuación, el documento se guarda. Desde este mo­
mento, Word tratará las palabras que hayamos incluido como
incorrectas y las subrayará (figura 10).
93
Tribuna
Figura 10. Documento de Word con palabras excluidas
por el diccionario de exclusión anterior
Por desgracia, a diferencia de las versiones anteriores,
Word 2007 no permite editar el diccionario de exclusión a tra­
vés de una ventana de diálogo. Por ello, y en vista de que los
archivos de los diccionarios están un poco escondidos, podría
ser conveniente, si se va a estar manoseando con frecuencia
el diccionario de exclusión, crear un acceso directo desde el
escritorio a la carpeta correspondiente o añadir el archivo a
favoritos.
Información adicional
Los diccionarios de exclusión no están disponibles pa­ra
Mac MS 2008. Para utilizar esta herramienta, convendría
echar mano de las «listas negras» de OpenOffice, como
se muestra en un artículo anterior de Panace@ (Claros,
2009).
Como ha podido comprobarse, los diccionarios de exclu­
sión complementan a los diccionarios personalizados y con­
tribuyen a la adaptación ortográfica y a la coherencia termi­
nológica.
4. Macros de cambios automáticos: un caso práctico
Las macros pueden constituir una herramienta extrema­
damente útil cuando es necesario automatizar tareas com­
plejas. Para exponer el funcionamiento de esta herramienta,
presentaré un caso práctico: el del traductor independien­
te que trabaja directamente en Word y que tiene más de un
cliente y, por tanto, diferentes exigencias terminológicas y
ortográficas.
Jerónimo es un traductor independiente que tiene un
cliente principal (A), que le proporciona el 75 % de su carga de trabajo, y dos secundarios, que le dan el 20 % (B) y el
5 % (C). Naturalmente, está familiarizado con las normas
y preferencias de A, y ha hecho que su manera de traducir
sea la que satisface a A. Por eso, cada vez que hace algún encargo para B, le cuesta mucho trabajo, ya que debe
revisar constantemente las normas del cliente. C, por otro
lado, tiene algunas cosas similares a A, otras similares a B
y otras diferentes de ambos. Jerónimo quisiera cumplir con
las exigencias de sus clientes menores sin verse obligado a
tener presentes sus particularidades ni aplicar una a una las
modificaciones que le indican sus manuales de estilo. ¿Qué
puede hacer?
Si las exigencias de los clientes menores son reducibles
a ortografía, terminología y locuciones sencillas, existe
94
<http://tremedica.org/panacea.html>
una solución muy sencilla: las macros de Word. Una macro
(acortamiento de macroinstrucción) es un conjunto de ins­
trucciones que un programa ejecuta de manera automática,
con un solo comando. El plan para aplicar esta herramienta
al caso de Jerónimo consiste en hacer una macro para cada
cliente menor: cada una incluirá reemplazos automáticos
que sustituirán formas habituales (es decir, del cliente A)
por las formas particulares (de los clientes B o C).
Lo primero que hay que hacer es una guía que refleje
claramente las diferencias entre los clientes que incluire­
mos en la macro, y para eso conviene elaborar una tabla
comparativa como la que aparece en la página siguiente
(cuadro 1). Esta lista es un ejemplo inocente y limitado de
lo que puede constituir la base de una batería de cambios
automáticos, que puede ser todo lo larga que haga falta y
recoger todas las particularidades terminológicas de cada
cliente.
Una vez que tenemos claro cuáles serán las sustitucio­
nes, creamos la macro para el cliente B. Se hace clic en la
pestaña «Ver» y luego se despliega el menú «Macros» y
se hace clic en «Grabar macro» (figura 11). Es posible
añadir una descripción que explique cuál es su propósito o
función. Es recomendable asignar a la macro un comando
de teclado, para tener fácil acceso a ella posteriormente. Se
hace clic en «Teclado» y, en el cuadro «Comandos», en
la macro que se va a grabar. En el cuadro «Nueva tecla
de método abreviado», se escribe la secuencia de teclas
y se hace clic en «Asignar» (figura 12). Para empezar a
grabar la macro, se hace clic en «Cerrar». A partir de ese
momento, la macro se grabará como en un magnetófono:
todo lo que hagamos en Word pertenecerá a la macro. Es
el momento de realizar las sustituciones de nuestra tabla
guía, reemplazando las secuencias de la columna «Cliente
A» por las de la columna «Cliente B» (figura 13). Cuando
hayamos terminado, hay que hacer clic en «Detener grabación» (figura 14).
Figura 11. Cuadro de diálogo «Grabar macro»
en Word 2007 para Windows
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
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Cuadro 1: Tabla comparativa
Cliente A
Cliente B
Cliente C
EE. UU.
EE.UU.
EEUU
págs.
pp.
págs.
pág.
p.
pág.
paracetamol
acetaminofén
paracetamol
doxorrubicina
doxorubicina
adriamicina
benzatropina
benztropina
benzatropina
endoprótesis
stents
endoprótesis
endoprótesis
stent
endoprótesis
calacios
chalaciones
chalaziones
calacio
chalación
chalazión
período
periodo
período
cardiacos
cardíacos
cardiacos
cardiacas
cardíacas
cardiacas
cardiaco
cardíaco
cardiaco
cardiaca
cardíaca
cardiaca
PET
TEP
PET
(ver
(v.
(v.
preeclampsia
preclamsia
preeclampsia
por lo tanto
por tanto
por tanto
Figura 13. Ejemplo de sustitución con el comando
«Buscar y reemplazar» en Word 2007 para Windows
Figura 12. Asignación de atajo de teclado para una macro
en Word 2007 para Windows
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Figura 14. Ubicación de la pestaña «Detener grabación»
en Word 2007 para Windows
95
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
De esta manera, en un documento para el cliente B, con la
macro «Cliente B» ya creada, y traducido el texto según los
parámetros habituales de A, llega el momento de ejecutar la
macro con el atajo de teclado que asignamos al crearla. Unos
segundos después, si hemos hecho la macro correctamente, el
texto tendrá automáticamente las características que exige el
cliente B. Existe un cuadro de diálogo («Ver» > «Macros» >
«Ver macros», figura 15) en que se muestran claramente las
macros disponibles para su eventual edición o eliminación.
•
cuadro «Buscar», ya que si la macro solo busca
hacia arriba o hacia abajo, Word la detendrá cuando
llegue al principio o al final del documento y mos­
trará un mensaje preguntando si se desea continuar
buscando.
Para hacer macros compuestas por sustituciones
automáticas, conviene conocer bien todas las opcio­
nes del comando «Buscar y reemplazar», ya que
a veces es útil usar solo palabras completas o solo
mayúsculas. También es recomendable, ya que con
frecuencia las sustituciones automáticas, por muy
bien pensadas que estén, producen algún imprevis­
to, hacer que el resultado se encuentre re­saltado (en
el cuadro del comando «Buscar y reemplazar»,
«Formato», «Resaltar»), para que así, cuando
se haga la revisión, podamos dirigirnos al texto
sustituido y confirmar que no se ha producido un
accidente.
Ejemplos de posibles accidentes:
•
•
Figura 15. Cuadro de diálogo «Macros»
en Word 2007 para Windows
Si quisiéramos crear una macro para el cliente C, segui­
ríamos los mismos pasos que para el cliente B, pero con los
datos de la tercera columna. Ahora bien, podría no valer la
pena crearla si tenemos en cuenta que este cliente le da al
buen Jerónimo un volumen de trabajo pequeño (solo el 5 %)
y que las diferencias que mantiene con el cliente A son pocas y
se pueden resolver manualmente sin mucho esfuerzo.
Información adicional
En la versión de Word para Mac no existen las ma­
cros, puesto que el sistema operativo trae dos posibilida­
des para crearlas: Applescript y Automator.
Algunos consejos para el trabajo con esta herramienta:
•
•
96
Durante la grabación hay que tener en cuenta que
el orden de sustituciones es importante. No es lo
mismo reemplazar calaci por chalación y lue­
go calacios por chalaciones que viceversa, ya que,
si sustituimos primero los singulares, crearemos
indebidamente chalaciónos y no habrá nada que
remplazar en el plural. En nuestras listas de térmi­
nos siempre hay que poner antes los plurales.
Es importante que si usamos el comando «Buscar y reemplazar», se haga clic en «Todo» en el
•
•
que, al remplazar (ver por (v., verapamilo quede
convertido en v. apamilo;
que al sustituir la sigla TEP por PET, petición haya
pasado a tepición, como consecuencia de no haber
hecho clic en el cuadro de verificación «Solo palabras completas» o «Coincidir mayúsculas y
minúsculas»;
que, como consecuencia de no incluir uno a uno
los femeninos y los plurales, y remplazar so­
lo cardiac por cardíac, el nombre de un estudio
en inglés o una institución resulten indebida­
mente acentuados: Cardíac Study Center, British
Cardíac Society;
que al remplazar EE. UU. por EEUU quede inde­
bidamente eliminado el punto final si la sigla se
encuentra al final de una oración.
Por estas razones es recomendable que el resultado de las
sustituciones se encuentre resaltado en algún color, para que
durante la revisión final del documento, antes de entregarlo,
podamos repasar con facilidad cada uno de estos cambios, po­
tencialmente peligrosos. Con todo, estas dificultades de traba­
jar con macros se ven compensadas por la gran conveniencia
que supone que, con un solo comando de teclado, un texto
quede adaptado a un cliente diferente del habitual.
Conclusiones
Puesto que es cada vez menos frecuente que se traduz­
ca directamente en Word —debido al auge de programas de
traducción asistida—, el aprovechamiento de las opciones de
autocorrección tiene una repercusión mucho menor en la tra­
ducción, la corrección de estilo o la revisión científica que en
la redacción de originales, actividad en que sí suele usarse
Word ab initio.
Los otros tres recursos (los diccionarios personalizados,
los de exclusión y las macros de cambios automáticos) mues­
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
tran su eficacia durante el proceso de revisión, ya sea la que el
traductor o el redactor realizan antes de entregar su trabajo, ya
la que practican un revisor científico o un corrector de estilo
en fases posteriores.
Como se ha visto, el uso eficaz de estas herramientas
permite: 1) un mayor control de las sustituciones automáti­
cas —deseadas y no deseadas—; 2) una mayor coherencia
ortográfica y terminológica; 3) la adecuación semiauto­
mática del texto a las normas ortográficas; 4) una rápida
adaptación a distintas exigencias terminológicas, y, como
consecuencia de todo ello, un aumento de la productividad
o la calidad del texto que el profesional del lenguaje entre­
ga a su cliente.
Si bien algunos de estos recursos requieren una impor­
tante inversión de tiempo (p. ej., la creación ex nihilo de un
diccionario personalizado) y algunos entrañan cierta comple­
jidad y un alto grado de conocimiento, como las macros de
cambios automáticos, el esfuerzo suele verse recompensado
por el resultado.
Agradecimientos
Le agradezco cordialmente a Gonzalo Claros —que fue quien
me propuso escribir este artículo— el trabajo que se tomó en
revisarlo y comentarlo. La idea de tener en cuenta Mac MS
2008 es suya.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Bibliografía
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formático poco conocido que facilita la coherencia terminológica»,
Panace@, 10 (29): 9-12. <http://medtrad.org/panacea/IndiceGene­
ral/n29_revistilo-MGClaros.pdf> [consulta: 12.V.2011].
De la Riva, José Antonio (2011): «Desactivemos la autocorrección de
Word», La traducción in vitro (8.I.2011). <http://blog.invivoproyec­
tos.com/2011/01/desactivemos-la-autocorreccion-de-word/> [con­
sulta: 12.V.2011].
De la Riva, José Antonio (2011): «Nuestros propios diccionarios»,
La traducción in vitro (17.I.2011). <http://blog.invivoproyec­
tos.com/2011/01/nuestros-propios-diccionarios/> [consulta:
12.V.2011].
De la Riva, José Antonio (2011): «Macros en Word: un caso práctico»,
La Traducción in Vitro (10.II.2011). <http://blog.invivoproyec­
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12.V.2011].
De la Riva, José Antonio (2011). «Diccionarios de exclusión en Word»,
La traducción in vitro (24.III.2011). <http://blog.invivoproyec­
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12.V.2011].
97
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
¡Cuídese del revisor!: Layperson y compañía*
Juan Antonio Puerto Sebastián**
Resumen: Se destacan algunos aspectos no terminológicos que alteran el mensaje original mediante ejemplos extraídos de
las traducciones, realizadas por los alumnos, de los encargos editoriales de las tres primeras ediciones del Máster en Tra­
ducción Médico-Sanitaria de la UJI.
Palabras clave: traducción médica, aspectos no terminológicos.
Beware of the editor!: Layperson & Co.
Abstract: Non-terminological aspects of medical translation are highlighted with examples taken from translations by stu­
dents in the first three editions of UJI’s Master’s program in Medical and Healthcare Translation.
Key words: medical translation, non-terminological aspects.
Panace@ 2011; 12 (33): 98-101
La regla de oro para toda traducción es,
a mi juicio, decir todo lo que dice el original,
no decir nada que el original no diga,
y decirlo todo con la corrección y naturalidad
que permita la lengua hacia la que se traduce.
Las dos primeras normas compendian
y exigen la fidelidad absoluta al contenido; la
tercera autoriza la libertad necesaria
en cuanto al estilo. La dificultad reside en
aplicar las tres al mismo tiempo.
Valentín García Yebra:
Experiencias de un traductor.
Tras cinco años revisando traducciones médicas realiza­
das por estudiantes de posgrado, parecía llegado el momen­
to de realizar alguna aportación que pudiera ser de utilidad
para los nuevos alumnos; las VIII Jornadas de Tremédica han
sido la ocasión para hacerlo. Las palabras de García Yebra
me ayudaron a elegir el tema: distintas formas de vulnerar la
fidelidad al contenido.
Recuerdo la impresión que me causaron algunas de las
primeras traducciones revisadas, tan apartadas del original en
la estructura y en la elección del lenguaje común que tuve que
realizar grandes esfuerzos para saber si decían lo mismo. La
frecuente presencia de omisiones me confirmó lo necesario de
la meticulosidad en una buena revisión.
Todos los ejemplos presentados son reales y han sido ele­
gidos no por su carácter más o menos anecdótico, sino para
ilustrar aspectos concretos. Al tratarse de revisiones, se pone
en primer lugar la traducción al español y a continuación el
texto original.
Cuando se dice lo que el original no dice
Se exponen a continuación una serie de ejemplos de cómo
se puede alterar el sentido cualitativamente, clasificados de
manera bastante arbitraria.
Unas palabras de advertencia: beware, be wary, caution
El título esta presentación bien podía haber sido «Aspectos
no terminológicos en traducción médica», pero, para que no
se asustara la audiencia, me decidí por el actual a la vista del
primer ejemplo.
Sin embargo, hay que seguir la advertencia que reza
«cuídese del comprador».
However, heed the warning “Let the buyer beware.”
Desconfíe de obstrucción intestinal cuando
el estreñimiento sea agudo o crónico.
Be wary of bowel obstruction when constipation
is acute and severe.
Las embarazadas también deben tener cuidado
al emplear el sentido común y tener criterio antes
de adoptar cualquier programa de ejercicios.
Pregnant women are also cautioned to employ
common sense and discretion before adopting
any exercise program.
¿Qué tipo de comprador es aquel del que nos tenemos
que cuidar?, ¿qué hace a esa obstrucción intestinal indigna
de confianza?, ¿el sentido común de las embarazadas es tan
* Taller impartido en las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, el 19 de febrero de 2011, en la Universidad Jaime I de Castellón
(España).
** Ginecólogo y traductor médico, Valencia (España). Dirección para correspondencia: jpuerto23@gmail.com.
98
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
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peligroso que hayan de tener cuidado al emplearlo? Las tres
frases encierran una advertencia, aunque la traducción haya
desplazado el sentido: es al comprador al que hay que adver­
tir, la obstrucción la que se ha de sospechar en las circuns­
tancias mencionadas en el original (no en la traducción) y la
embarazada a la que se ha de advertir que utilice el sentido
común.
Equivalentes erróneos
Articulación de la quinta metacarpofalange
(el meñique, por ejemplo)
Fifth metacarpophalangeal joint (i.e., the little finger)
con las rodillas completamente extendidas
(por ejemplo, las piernas se mantenían rectas)
with the knees fully extended
(i.e., legs kept straight)
I.e. es la abreviatura de la expresión latina id est (‘esto es’,
‘es decir’) y no debe confundirse con e.g., que es la abrevia­
tura de exempli gratia (‘por ejemplo’, ‘p.ej.’).
El tobillo, el hombro y la rodilla
Ankle, elbow, and knee
Escápula
Elbow joint
La fijación costal al esternón y la médula espinal limita el
movimiento relativo entre las vértebras adyacentes
Rib attachments to spine and sternum limit relative motion
between adjacent ribs
Pruebas para comprobar la función renal
Liver function tests
En el caso de la inervación e inmovilización...
In the case of denervation (loss of nerve suply to
the muscle) and immobilization…
Falsos epónimos
Como diría Layperson, estiramiento es el proceso
de alargamiento...
In layperson’s terms, stretching is the process
of elongation…
Estiramiento de Hurdler
Hurdler’s stretch
En ocasiones se convierte en nombre propio uno común,
especialmente cuando, como en el segundo ejemplo, apare­
ce en un índice y se encuentra la explicación (The name of
this stretch derives from its similarity to the position used
by a track runner clearing a hurdle) en otra parte del texto.
También se puede observar en textos no traducidos.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
¿Decir casi lo mismo?
Un apunte a tener en cuenta es la disponibilidad
de los participantes en la investigación
An important consideration is the availability
of research participants
no está aceptado
Is not widely agreed upon
Lesión pulmonar aguda (ALI) es un trastorno grave
pero tiene la posibilidad de convertirse en un síndrome
de dificultad respiratoria aguda (ARDS).
Acute lung injury (ALI) is a less severe disorder
but has the potential to evolve into acute respiratory
distress syndrome (ARDS).
Un gran riesgo de lesión
A potential risk for injury
A su vez, la articulación coxofemoral deberá
permanecer flexible
At the same time, the hips should
barely move
Son distintos grados de separación entre el mensaje origi­
nal (an important consideration, is not widely agreed upon,
less severe disorder, potential risk, should barely move) y el
traducido (apunte a tener en cuenta, no está aceptado, trastor­
no grave, gran riesgo, deberá permanecer flexible).
Un efecto de excitación en red
A net excitatory effect
Los resultados son reinterpretados porque existe
la posibilidad de cambiarlos.
In the light of change the meanings are reinterpreted.
La falta de experiencia y pericia de los usuarios
en materia de investigación se alza como la mayor desventaja de este enfoque. A ello le siguen otra serie de factores, como los todavía más elevados costes del proceso
de investigación y la ambigüedad sobre las facilidades y
el asesoramiento que deben ponerse
a disposición de los usuarios-investigadores.
A consecuencia de todos estos factores, aún hay una
gran reticencia a aceptar que los usuarios
adquieran un papel tan relevante y autónomo
en el proceso de investigación.
Disadvantages relate to the relative lack of experience
and expertise of users in the conduct of the research;
higher research costs; the lack of evidence about what
constitutes good research facilitation and support for user
researchers; and therefore some fears
that user-controlled research
may not be as independent as it seems.
99
Tribuna
Resulta fundamental haber considerado el análisis
en el desarrollo de cualquier estudio, aunque hacer
el análisis resulte de alguna manera erróneo.
It is essential to have considered analysis in the development of any study, even though doing the analysis
is some way off.
El sentido del texto traducido es distinto del sentido del
original, cuando no raya en el sin sentido.
Números, signos...
Si la fidelidad absoluta al contenido es importante, en
este apartado es esencial por la naturaleza del texto y por
las posibles consecuencias, la menor de las cuales es la
calificación que recibirán las traducciones con errores de
este tipo.
2003 brotes: 8,422 casos, con 916 muertes
2003 outbreak: 8,422 cases, with 916 deaths
No son 2003 los brotes, sino uno, el del año 2003.
CIE-9-MC Otras 518,89 enfermedades de pulmón,
que no se encuentran clasificadas en ningún lugar
ICD-9-CM 518.89 Other diseases of lung,
not elsewhere classified
Tampoco son 518,89 enfermedades: CIE es la clasifi­
cación internacional de enfermedades, y 518.89, el código
de «otras enfermedades pulmonares, no clasificadas bajo otro
concepto».
Existen cuatro mil ochocientos miles de asanas
descritas por Siva...
There are eighty-four hundreds of thousands of Asanas
described by Siva...
La falta de comprensión por desconocimiento lingüístico
lleva al sin sentido: «Four-figure numbers ending in 00 can also
be said or written as a number of hundreds. For example, 1800
can be said or written as ‘eighteen hundred’» (Collins Cobuild
English Usage).
1.600 millones de filamentos gruesos y 6.400 millones
de filamentos delgados
16 billion thick and 64 billion thin filament
Aunque billion es un falso amigo típico, no es este
el caso, sino que se confunde su valor real: «In the past,
British speakers used ‘billion’ to mean a million million.
However, nowadays they usually use it to mean a thousand million like American speakers» (Collins Cobuild
English Usage).
100
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TSB > 18
TSB < 18
p < 0,5
p < .05
menos de 1,1 mm
less than 0.1 mm
Cada día
Every other day
durante no más de 2 semanas
for ≥ 2 wk
1 mg vía oral o IV 2 veces al día
1 mg po or IV tid
El cambio de un signo, de la posición de una coma o de la
duración o la periodicidad de administración de un tratamien­
to pueden tener graves consecuencias sobre la salud.
T.i.d. significa ter in die, tres veces al día, su traducción
como dos veces al día supondría administrar una dosis menor
de la indicada.
Cuando no se dice todo lo que dice el original
La omisión de palabras, frases o párrafos es frecuente. Un
alumno al que pregunté el motivo de una de esas omisiones me
contestó: «Hay que aligerar». Si bien es cierto que los textos
médicos anglosajones invitan a emplearse a fondo en ese senti­
do, no se debe perder de vista la integridad del mensaje.
Diez varones y diez mujeres calentaron durante
3 minutos en una bicicleta estática y después realizaron 3
estiramientos estáticos del tendón de la corva,
cuádriceps, músculo gastrocnemio.
Ten males an 10 females warmed up for 3 minutes
on a lifecycle followed by three 15-second static
stretches of the hamstrings, quadriceps and calf muscles.
La isquemia provoca dolor.
Ischemia causes muscle pain.
Pope y cols. (2000) publicaron los resultados de un estudio aleatorizado de estiramientos previos al ejercicio para
prevenir las lesiones de miembro inferior en 1.538 reclutas del ejército.
Pope et al. (2000) published the results of a randomised
trial of preexercise stretching for prevention of lower-limb
injuries in 1,538 male army recruits.
Muchos médicos no tratan la disuria si no existen signos
de alerta, a no ser que encuentren una causa evidente en
la exploración o en el análisis de orina.
Many clinicians do not treat dysuria in a woman without
red flag findings if no cause is apparent from examination
and the results of a urinalysis.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
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La omisión de información provoca una innecesaria pér­
dida de precisión.
Se creía que la relaxina causaba laxitud articular
en las mujeres embarazadas, pero algunos estudios
demostraron que el aumento de laxitud articular
no estaba relacionado con los niveles de relaxina sérica.
Relaxin was thought to cause joint laxity in pregnant women, but some studies found that increased
joint laxity in pregnant women is not associated
with serum relaxin levels.
Allander y cols. (1974) descubrieron una movilidad
reducida en la muñeca derecha en comparación
con la izquierda para ambos sexos. Los investigadores
consideraban que esta observación estaba «en relación
con el mayor nivel de exposición a traumatismos
en una población predominantemente diestra».
Allander et al. (1974) found reduced mobility in the right
wrist in comparison with the left in both sexes. The
researchers believed that this observation was
“in accordance with the higher level of exposure
to trauma of the right hand in a predominantly
right-handed population”.
En los dos ejemplos se puede pensar que la omisión se
debe a un intento de evitar repeticiones, pero, si bien en el pri­
mer caso se podría discutir si está implícito que el resultado
de los estudios se refiere a mujeres embarazadas (yo diría que
no), en el segundo omitir la traducción de «of the right hand»
lleva a afirmar que la población predominantemente diestra
está más expuesta a traumatismos.
Cuando se dice más de lo que dice el original
En otros casos se añaden palabras:
Con respecto a este problema, debe admitirse que el
músculo recupera fuerza lentamente, y que la velocidad
para la recuperación de las lesiones de tendón es
incluso más lenta.
Muscle regains strength slowly, and the rate for tendon
injuries is even slower because of poorer blood supply.
Las palabras añadidas al principio del párrafo no aportan
ninguna información, mientras que al final se omite una im­
portante información factual.
El estiramiento pasivo incrementa las concentraciones de
ADN y ARN en animales para estudio (concretamente en
pollos) y roedores (ratas).
Passive stretching increases DNA and RNA
concentrations in chickens and rats.
Se puede considerar un ejemplo de explicación combinada
con traducción.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
En ocasiones, puede palparse, en el conducto inguinal,
una masa escrotal debida a una hernia; en otros casos,
puede resultar sorprendentemente difícil diferenciar
una hernia de una tumefacción testicular
secundaria a una torsión.
Sometimes, a scrotal mass caused by a hernia
may be palpable in the inguinal canal; in other cases,
hernia can be surprisingly difficult to distinguish
from testicular swelling.
La mención de la torsión testicular en el párrafo ante­
rior al aquí expuesto es la única justificación que se podría
encontrar a este añadido pero, de ser así, se produciría una
falta de coherencia, ya que también se mencionaba la epidi­
dimitis.
***
Causas
Desconocimiento temático o lingüístico
Método defectuoso
• problemas de comprensión
• preocupación estilística
• no repasar la traducción
Soluciones propuestas
Formación continuada, temática y lingüística
Método
• lectura y comprensión
• traducción
• reexpresión
- supeditar el estilo a la precisión
- evitar omisiones de información relevante
• repasar
Cabe destacar la importancia de la comprensión y de repa­
sar las traducciones cuantas veces sea necesario hasta quedar
satisfechos; de haberse hecho así, muchos de los ejemplos
precedentes no existirían.
El nivel general del alumnado es mucho mejor de lo que
se podría pensar a la vista de alguno de los ejemplos presen­
tados, fruto de la revisión de miles de páginas traducidas por
cientos de personas. No ha sido la intención quedarse en la
anécdota, sino ofrecer algunas pistas para mejorar las traduc­
ciones de aquellos que se inician en el campo profesional y
plantear la relación entre fidelidad al contenido y los aspectos
no terminológicos señalados.
Bibliografía
Collins Cobuild English Usage (1992): Londres: Harper Collins.
García Yebra, V. (2006): Experiencias de un traductor. Madrid: Gredos.
Gutiérrez Rodilla, B. M. (1998): La ciencia empieza en la palabra:
análisis e historia del lenguaje científico. Barcelona: Península.
Navarro, F. A. (2005): Diccionario crítico de dudas inglés­-español de
medicina, 2.a ed. Madrid: McGraw-Hill·Interamericana.
101
Tribuna
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El traductor de patentes: de Sherlock Holmes
a James Bond*
Maite Aragonés Lumeras**
Resumen: La teoría y la práctica son, en cierto modo, dos caras de la misma moneda, opuestas aunque complementarias
e inseparables. Intentaremos, pues, ampliar el enfoque traductológico más allá de la percepción de la traducción especiali­
zada como aplicación ponderada de reglas de conversión léxica dejando patente la subjetividad del discurso científico. La
traducción entendida como el arte o técnica de adoptar la actitud verbal adecuada a la situación comunicativa impone dos
competencias: la lectura (fase indagadora) y la (re)escritura (fase operacional). Para comprender la importancia que reviste
la etapa lectora, indagaremos, por medio de la lectura de una patente, en los mecanismos de documentación, el análisis con­
textual —tanto extra como intratextual— en pos de generalizar una estrategia de resolución de problemas encontrados en
las patentes y ofrecer un método para la traducción.
Palabras clave: teoría, práctica, traducción especializada, lectura, actitud verbal, escritura, documentación, patentes.
The patent translator: From Sherlock Holmes to James Bond
Abstract: Theory and practice are two sides of the same coin, opposite but complementary and inseparable. In this article,
we intend to move beyond the perception of specialized translation as the application of specific lexical conversion rules
by highlighting the subjectivity of scientific discourse. When understood as the art or technique of adopting an appropriate
verbal approach to a communicative situation, translation requires two skills: reading (the research step) and (re)writing (the
operational step). To understand the importance of the reading step, we will read a patent to explore documentation mecha­
nisms and contextual analysis —both intra and extratextual— in order to develop a general strategy for solving problems
with patents and to provide a method for translating them.
Key words: theory, practice, specialized translation, reading, verbal approach, writing, documentation, patents.
Panace@ 2011; 12 (33): 102-107
1. Introducción
Nuestro propósito es emprender la travesía del puente col­
gante, pasarela de comunicación tendida por Bertha Gutiérrez
entre teoría y práctica —pero en sentido contrario— durante
las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica y
la Conferencia Anual de la AIETI celebradas el 18-19 de fe­
brero en la Universidad Jaime I (UJI). Se suele —y aún no
sabemos bien por qué− anteponer la teoría a la práctica, aun­
que sin práctica sería difícil sistematizar los conocimientos en
cada campo del saber, a no ser que uno se pueda equiparar con
el genio de Einstein, quien, al igual que otros ilustres cientí­
ficos, intuía la realidad antes de comprobarla. Desde nuestra
perspectiva de profesionales de la traducción de patentes, op­
tamos por seguir el mapa ya trazado por los demás profesio­
nales y teóricos de la traducción y aportar nuestra humilde
contribución.
Para ello, seguiremos los pasos de dos héroes míticos:
Sherlock Holmes y James Bond. Las cualidades de ambos
personajes son un modelo de referencia para el traductor de
patentes, ya que desde nuestra propuesta de definición de la
traducción comparten dos particularidades indispensables pa­
ra un buen traductor, a saber, la ya indiscutible capacidad de
deducción de Sherlock Holmes a partir de indicios ínfimos y
aparentemente insignificantes para el ciudadano de a pie y la
lealtad del gran agente 007 al mandatario en la ejecución de
la misión.
Finalmente, escogeremos ejemplos de una patente redac­
tada en lengua española para demostrar cómo palabras apa­
rentemente anodinas y una redacción a primera vista precisa
y neutra esconden estrategias retóricas insospechadas en el
discurso científico y técnico que invalidan las innumerables
«teorías» de la neutralidad del lenguaje científico.
2. De la práctica a la teoría
Desde las filas de los profesionales, a los teóricos se les
percibe como personajes canosos y rancios que pasan horas
perdiéndose en reflexiones abstractas —por tanto, inútiles—
* Ponencia presentada en las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, celebradas en la Universidad Jaime I de Castellón, en febrero
del 2011.
** Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Dirección para correspondencia: maite.aragones-lumeras@wipo.int.
102
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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y sin relación alguna con la ejecución a diario de la difícil
tarea de traducir. En la otra parte del puente vive una pobla­
ción de expertos que tachan a los profesionales de prestarle
demasiada importancia a valores poco científicos, tales como
la intuición, concibiendo así la traducción como una rutina
—en ocasiones automatizada— que no toma en cuenta los
grandes avances del campo de la traductología.
Si bien ambas poblaciones tienen parte de razón, un acer­
camiento a sus distintas perspectivas, lejos de oponerlas, bene­
ficiaría tanto la práctica como la teoría, en especial porque:
a) la reflexión es un aval de la sistematización de los
conocimientos;
b) la sistematización facilita la resolución de proble­
mas cotidianos y recurrentes con los que lidia a dia­
rio el traductor;
c) la teorización, si bien acaba siempre abstrayéndose
parcialmente de la realidad, ahonda en la compren­
sión del proceso traductivo por parte del traductor,
quien, al tener una visión global del contexto de co­
municación, puede tomar las decisiones oportunas,
es decir, aquellas que fueron tomadas por el autor
para garantizar el acto sociocomunicativo —sin que
ello consista siempre en explicitarlo todo— me­
diante los innumerables recursos retóricos, como
veremos más adelante; y
d) la combinación entre ambas perspectivas fomenta
la calidad y, por ende, la imagen social del traduc­
tor, bastante deteriorada en estos principios del si­
glo xxi.
La operación traductora saca partido, no solo en el caso
de las patentes, de las corrientes teóricas, que están reñidas
desde hace siglos por una sencilla razón que estamos desarro­
llando en otros trabajos de investigación y que resumiremos
aquí en una frase: no se tuvieron en cuenta los géneros tex­
tuales. No debemos perder de vista que los profesionales de la
traducción eran por regla general miembros del clero, filóso­
fos, médicos, astrónomos, poetas, escritores, etc., y cuando se
ponían a reflexionar sobre su labor en pos de sistematizar sus
conocimientos, se concentraban en el género que acostum­
braban a traducir, a saber textos religiosos y canónicos, textos
literarios, textos científicos, inter alia, y exponían su método
de traducción como método universal.
Dicho sea de paso, la universalidad, a la que todo investi­
gador apunta, es el proceso último de confrontación de muchas
propuestas de teorización y no debería ser el resultado de una
sola perspectiva. Desafortunadamente, el cerebro humano es
muy influenciable, y la realidad exterior se lee y comprende
desde la óptica de la subjetividad propia a cada ser humano.
Esto significa que estamos limitados por nuestra condición
humana en la comprensión de la realidad tanto externa como
interna. Sin pretensión de perdernos en reflexiones filosófi­
cas, hemos de reconocer que nos queda mucho camino por
recorrer para entender cómo funciona el cerebro humano y,
por ello, no podemos sino aceptar la inapelable arbitrariedad
de toda comunicación. Esto influye sobremanera en el acto de
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
traducción. Valgan a modo de demostración de lo que expo­
nemos aquí los escasos conocimientos que la mente humana
ha logrado recopilar en cosmología: solo se conoce el 4 % del
universo, nos queda por investigar y comprender el 96 %. Por
si fuera poco, no somos capaces de observar si existe un solo
universo, palabra cuya etimología pretende validar esta hipó­
tesis, o si existen otros universos paralelos al nuestro.
Cerrado este paréntesis, presentaremos a continuación al­
gunos de los enfoques que han marcado un hito en la historia
de la traductología y merecen ser destacados aquí, ya que nos
han permitido conformar un método de contextualización de
los textos por traducir:
a) El primer lugar, desde nuestra perspectiva holística,
lo ocupa la teoría del género textual, desarrollada
en Estados Unidos por el grupo New Rhetoric, cu­
yos miembros son científicos, sociólogos, etnólo­
gos, etc. (Bazerman, 1994; Freadman, 1994; Miller,
1994). Se centra en el poder que confiere el dominio
de ciertos géneros, en la necesidad sociocomunica­
tiva de la aparición, evolución y desaparición de gé­
neros y en la manipulación del discurso en los dis­
tintos géneros que existen. Son de gran interés los
análisis realizados por este grupo respecto a nuevos
géneros como los blogs, los foros y demás.
b) El grupo de investigación del Departamento de Tra­
ducción y Comunicación de la UJI Gentt (García
Izquierdo, 2005) ha llevado al campo de la traduc­
ción estas reflexiones y ha abierto una nueva vía
de investigación cuya aplicación metodológica ha
sido comprobada en múltiples ocasiones, por ejem­
plo, para la traducción de patentes. Esta corriente
constituye la piedra angular de nuestra reflexión,
porque, por una parte, devuelve al texto su valor so­
cial, retórico, pragmático y sociolingüístico convir­
tiéndolo en una interfaz de comunicación dinámica
—que le da la espalda a una visión reductora del
mismo cuyo propósito ha sido acotar su potencial
y ver en él un mero producto final inerte— y, por
otra, devuelve a los actores sociales, tales como el
emisor y receptor del texto, su protagonismo.
c) La teoría del skopos y el funcionalismo (Reiss y
Vermeer, 1984/1991; Nord, 1997) dejaron una hue­
lla indeleble al centrarse en el papel determinante
que desempeña el encargo imponiendo al traductor
una «ideología» y una conducta. De este modo, las
decisiones gratuitas del traductor —el constante y
subjetivo «para mí hay que decirlo así»— dejan de
tener vigencia, puesto que ha de cumplir una mi­
sión, muchas veces no exenta de riesgos, al igual
que el famoso espía James Bond, agente 007, y se
ve obligado a cumplir órdenes que encarrilan su ac­
tuación y disminuyen en cierto modo su espontánea
tendencia irrevocable a tomar decisiones que no
guardan relación con el contexto de producción del
texto. El agente James Bond no juzga si tal enemigo
es bueno o no, sino que ejecuta una misión ponien­
103
Tribuna
do sus competencias al servicio de esta. Eso mismo
debe hacer el traductor: no juzgar el texto de partida
desde una reductora óptica de lingüista, ni inven­
tarse traducciones, ni tan siquiera tomar iniciativas
propias fuera de contexto, tales como modificar una
sintaxis malograda, ya que en el caso de las paten­
tes la redacción sigue unas pautas muy particula­
res, dictadas por múltiples intereses. El traductor
de patentes solo ha de cumplir con su misión con
la mayor brevedad, respetando el discurso por muy
oscuro y alambicado que resulte. Para ello necesita
obviamente estar informado de lo que se «cuece»;
los parámetros que definiremos a continuación ser­
virán para desenredar los nudos discursivos y para
informar al traductor de todos aquellos aspectos que
se han ido enmascarando.
d) La teoría interpretativa (Seleskovitch y Lederer,
1984), que vio la luz en los pasillos y aulas de la
ESIT (Ecole supérieure d’interprètes et de traduc­
teurs) de París, contribuyó a descomponer el pro­
ceso interpretativo en dos etapas fundamentales: la
comprensión y la reformulación. Lo que se conoce
también bajo la denominación de escuela del sen­
tido —en nuestra opinión, poco afortunada, pues­
to que aún no hemos sido capaces de ponernos
de acuerdo en una definición del sentido, con lo
cual infunde más confusión en el debate acalorado
entre traductólogos y, por ello, alimenta la polé­
mica en lugar de apaciguarla— cumple una fun­
ción importante en el campo de la traducción por
la importancia que reviste la lectura. Esta corriente
ha sentado las bases de la profesión de intérprete y ha
sido menospreciada por los traductores, a nuestro
pesar. Hemos intentado recuperar los dos núcleos
en nuestro método de contextualización para defi­
nir la traducción como un proceso de lectura y de
(re)escritura.
Concretamente, son seis los parámetros extratextuales
(Aragonés, 2009) que conforman el método de contextuali­
zación (Aragonés, 2010) y permiten comprender la situación
sociocomunicativa en el campo de las patentes, parámetros
que se pueden extrapolar a otros géneros y garantizan una vi­
sión global del contexto de producción textual. Con ellos, el
traductor de patentes puede emprender la lectura inferencial,
documental y exploratoria de las patentes como lo haría nues­
tro querido detective Sherlock Holmes. Se han organizado en
tres pares:
a) ceremonia y sus convenciones;
b) instituciones involucradas y sus objetivos colecti­
vos; y
c) participantes y sus intenciones privadas.
La identificación de tales factores decisivos para el análi­
sis situacional del acto comunicativo no nació de la nada, ni
pretendía ser otro intento subjetivo de hacer valer prejuicios
104
<http://tremedica.org/panacea.html>
sobre la traducción desde un enfoque limitado, sino que pre­
tendía arrojar luz sobre el proceso traductivo. Para ello fue
preciso aportar una definición del proceso traductivo que se
deshiciera de los lazos asfixiantes que la traducción guarda­
ba con la lingüística tradicional. Desde nuestra perspectiva,
traducir es:
a) inmiscuirse en una ceremonia para descifrar los có­
digos sociorretóricos;
b) un ir y venir entre lectura y escritura;
c) identificar el género textual para reescribir el «nue­
vo» texto en conformidad con las convenciones;
d) una apropiación textual, esto es, una operación de
comprensión y reorganización;
e) un proceso esquizofrénico en que el traductor pasa
de ser lector intruso a detective, de espía a intérpre­
te-actor;
f) analizar las motivaciones, los medios discursivos y
retóricos; y
g) transferir la realidad de un mismo colectivo más
allá de las fronteras lingüísticas.
3. Anatomía de la patente
Antes de adentrarnos en los vericuetos y dédalos textua­
les, pensamos que puede ser útil tener una visión global de
la estructura de la patente. La organización de una patente,
al igual que la de cualquier texto perteneciente a un género
específico, no es gratuita. Ni mucho menos. Los estudios de
Swales (1990) y de Dudley-Evans (1994) apuntan a que los
rhetorical moves (que hemos traducido por secuencias retóricas) tejen el hilo del discurso y sirven de tapadera al emisor
del texto. El análisis de las secuencias permite al traductordetective desenmascarar al emisor y demás participantes del
acto comunicativo y comprender los tejemanejes de todas las
personas físicas y morales involucradas en una ceremonia.
Hay que distinguir entre macroestructura y secuencias retóri­
cas, con lo cual la estructura textual es doble:
a) la primera, más superficial, es la macroestructura;
se refiere a las partes constituyentes de un texto que
forman conjuntamente una lógica cohesiva; y
b) la segunda, más profunda, es la secuenciación re­
tórica (Aragonés, 2009), esto es, el hilo discursivo
que hilvana la comunicación en el plano retórico.
La patente comprende en ese primer nivel organizacional
una memoria descriptiva, que se subdivide a su vez en:
•
•
•
•
•
•
•
un título,
el sector de la técnica,
el estado de la técnica o antecedentes,
la descripción de la invención,
la descripción de los dibujos,
las reivindicaciones, y
los dibujos.
En su segundo nivel estructural, destacamos dos partes:
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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a) la primera es técnica y conlleva varias secuencias
retóricas, tales como
•
•
•
•
•
el objeto de la invención,
su justificación,
su utilidad,
sus ventajas y
sus características;
b) la segunda tiene valor jurídico y se refiere a la reca­
pitulación de lo expuesto en la parte técnica a efec­
tos de protección jurídica.
4. Siguiendo los pasos de Sherlock Holmes:
la lectura inferencial
En una de sus trepidantes aventuras, Sherlock Holmes
le pregunta a su amigo, el doctor Watson, qué puede de­
ducir a partir de un sombrero hongo que le presenta. Algo
sorprendido, el doctor Watson contesta que solo puede de­
ducir el nombre de su propietario a partir de las iniciales
que se encuentran inscritas en su interior. Sherlock Holmes
le arrebata el bombín y empieza su lectura inferencial del
objeto:
a) hay marcas de cera, lo cual indica que ha estado
utilizando velas;
b) es una talla grande, con lo cual se puede inferir que
su propietario tiene una cabeza más grande de lo
normal y por tanto tiene una gran capacidad intelec­
tual;
c) el sombrero no está limpio; teniendo en cuenta que
su propietario está casado, se puede deducir que su
mujer ya no lo quiere;
d) es un sombrero con un acabado de gran calidad, por
tanto nuestro hombre tiene dinero o una holgada
posición social; y un largo etcétera.
El traductor ha de seguir los pasos del gran detective bri­
tánico y plantearse las preguntas oportunas para descubrir los
indicios extratextuales). De acuerdo con nuestra propuesta
metodológica, son seis las preguntas principales que hemos
de plantearnos:
1. ¿Cuál es la situación, el ritual?
2. ¿Cómo se comportan los actores y cómo escriben?
3. ¿Qué instituciones están involucradas en el evento
comunicativo?
4. ¿Qué objetivos persiguen?
5. ¿Quiénes son los participantes, los individuos que
participan en el acto?
6. ¿Cuáles son sus intenciones?
Dichos factores interdependientes pueden luego combi­
narse con aspectos microlingüísticos (convenciones y aspec­
tos retóricos) que a continuación analizaremos. Las respues­
tas a dichas preguntas han sido ampliamente desglosadas en
Aragonés (2009), y nos detendremos aquí en el análisis de
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
una patente en castellano, cuyo número de publicación inter­
nacional es WO92/01486.
Los indicios intratextuales, es decir, el texto, aportan in­
formación valiosa para nuestro traductor, que ha revestido
el traje de detective. Con su pipa o cigarro en la boca, ob­
servará que:
a) Se utilizan muchas pasivas o reflejas, como por
ejemplo, «jeringuillas que son utilizadas», «se co­
nocen jeringas que han sido estructuradas de mane­
ra que hace difícil su reutilización, aunque [...], de
hecho, son manipuladas para su reutilización», en
un intento de dar mayor objetividad a lo que se des­
cribe. El objeto de la invención toma protagonismo
en contra de los autores, quienes optan por desapa­
recer detrás de palabras y una sintaxis aparentemen­
te inofensiva y neutra. Si a ello se une la voluntad
de justificar la necesidad de desarrollar jeringas de
un solo uso para evitar contagio y demás riesgos
durante su utilización, podemos deducir que el au­
tor se vale de la impersonalización para convencer
sin agredir al examinador de fondo de la utilidad,
uno de los tres criterios de patentabilidad.
b) El uso de aproximadores debería llamar la atención
de nuestro traductor, ya que siempre se han definido
los textos científicos y técnicos como textos preci­
sos y exactos. ¿Qué se esconde detrás de los aproxi­
madores? La intención, por parte del inventor y de
la empresa que lo emplea, de evitar una reproduc­
ción exacta del invento, por una parte, y por otra, la
voluntad por parte del jurista de garantizar la mayor
cobertura jurídica.
c) El uso de la negación también merece especial aten­
ción, puesto que tiene un valor positivo, sirve para
incidir en las ventajas del objeto de la invención sin
ser demasiado agresivo. Su uso es habitual en las
publicidades, basta con recordar todos los eslóga­
nes publicitarios que empiezan por «ya no se ne­
cesita pasar horas rascando»; de ahí que podamos
inferir que la patente tiene un valor publicitario.
d) El uso de adjetivos y adverbios enfatizadores con una
carga emocional inhabitual según muchos análisis y
estudios del discurso científico. Veamos dos ejem­
plos: «clásica y normal hepatitis» y «grave y mortal
sida». ¿Qué podemos deducir? Pues que la jeringa
preconizada en el invento puede evitar contagios de
hepatitis, una enfermada ya muy conocida, así como
de sida, una enfermedad muy peligrosa. Esto supo­
ne que la jeringa de la invención es absolutamente
necesaria para el bienestar de la sociedad expuesta a
enfermedades mortales. El autor incide aún más en
las ventajas que supone la jeringa, dado el peligro
que corren los usuarios, pero de forma indirecta.
Podríamos seguir analizando el texto y sacando informa­
ción e indicios valiosísimos para el traductor-detective, pero
los límites de espacio nos llevan a pasar a otros aspectos del
105
Tribuna
proceso traductivo. Para más información se pueden consultar
los resultados del estudio comparativo multilingüe que hemos
realizado (Aragonés, 2009, 2010).
5. Agente 007: la misión del traductor de patentes
El traductor de patentes se podría asimilar a aquel joven de
la película de Steven Spielberg Atrápame si puedes que decide
hacerse pasar por abogado, médico y piloto de avión sin haber
estudiado ninguna de esas carreras. ¿Su técnica? Entrevistar a
profesionales, haciéndose pasar por un estudiante que desea re­
dactar un artículo sobre el trabajo de piloto, para sonsacar la
mayor información pertinente sobre la profesión con el objeto
de actuar como si formara parte del gremio. En otras palabras,
su técnica es sumamente sencilla y eficaz: se trata de hacer las
preguntas oportunas a los miembros de un colectivo para ad­
quirir los conocimientos compartidos mínimos para engañar y
hacerse pasar por un especialista. Se convierte en un impostor
(Aragonés, 2007), es decir, pretende ser aquel que no es; ¿acaso
no es esa misma competencia la que ha de desarrollar el tra­
ductor de patentes, e incluso cualquier traductor? Cada género
textual, como se desprende de la teoría del género, nace en una
ceremonia particular por necesidades obvias de comunicación,
y el traductor que se inmiscuye en dichas ceremonias, sean cua­
les sean, ha de hacerse pasar por el autor del texto sin ser forzo­
samente un miembro de dicha comunidad discursiva.
El traductor tiene ahora que cumplir con su misión: volver
a escribir en otra lengua un nuevo texto perteneciente al mis­
mo género textual que el original para el mismo público que
el texto original. Nos proponemos analizar en otros trabajos,
con mayor detenimiento, la noción de equivalencia que ha
surcado el campo de la traductología sin que se haya llegado
a un consenso sobre su definición.
La diferencia entre ambos textos es, por tanto, la lengua,
ya que los demás parámetros se van a conservar: la misma
ceremonia, las mismas instituciones y los mismos colectivos.
La variable lengua podría imponer ciertas modificaciones de
las convenciones, puesto que un mismo género textual tal vez
tenga que seguir reglas distintas en otra lengua para adecuarse
al discurso propio de los miembros del colectivo particular
(Aragonés, 2009). El trabajo de observación llevado a cabo
por el traductor-detective permite resolver tal «ecuación», ya
que el traductor ahora sabe cómo se comportan el médico es­
pañol y el médico australiano o norteamericano, y por tanto
sabe cómo se expresan en su propia lengua dentro de la mis­
ma ceremonia.
El agente 007 entra ahora en escena con una misión con­
creta, definida por sus mandatarios. Ha sido formado con an­
terioridad para desmantelar las organizaciones más peligrosas
y seguras. En el caso del traductor, podríamos decir que ha
sido formado (o debería haberlo sido) para desenmascarar a
todo autor que se esconde detrás de un texto y descubrir sus
intenciones.
6. Conclusiones
La dificultad de traducir patentes radica no tanto en el
léxico o la terminología, sino en la especificidad de la ce­
remonia y de sus convenciones desconocidas del traductor.
106
<http://tremedica.org/panacea.html>
Para traducir adecuadamente se ha de aprender a leer. Como
hemos dejado claro, no se inventan traducciones, sino que se
leen textos pertenecientes al mismo género para saber cómo
escriben los miembros del colectivo (terminología, léxico y
convenciones). La resolución de problemas lingüísticos para
la (re)escritura viene facilitada por una lectura indagadora,
«peregrinación en tierras ajenas». La lectura es el paso previo
a la comprensión, etapa de construcción del sentido a nivel
textual y contextual; es además una operación de deducción
que consiste en extraer la información pertinente para la com­
prensión de las motivaciones e intenciones de la ceremonia y
organizarla.
Así pues, la interpretación del texto dependerá de la lec­
tura del mismo, entendida como construcción progresiva de
una red relacional y como articulación de las secuencias de
acciones en procesos operativos visualizados. No debemos
perder de vista que la traducción es un acto sociocomunica­
tivo específico y hemos de atenernos a reglas de pragmática
básicas expuestas por Grice (1975), regidas por el principio
cooperativo. Se han de observar ciertas máximas, entre ellas
la de calidad, sin que la traducción sea más informativa que
el texto original para no transformar el intercambio. De no ser
así, se estaría incurriendo en el delito de traición, uno de los
errores más graves en traducción.
La (re)escritura, entiéndase la traducción, es una respuesta
a un papel social desde una perspectiva de filiación al tex­
to original para tender puentes entre un mismo colectivo in­
tercultural a la vez que es una escritura segunda y mimética
(desde el punto de vista de las convenciones). La dicotomía
entre escritura imitadora y escritura creadora, fundada en los
orígenes de la traducción y de los géneros textuales que se
traducían, deja de tener vigencia, puesto que la identificación
de géneros textuales permite ubicar cada texto en su contexto
sociocomunicativo. Así, las primeras reflexiones traductoló­
gicas fueron llevadas a cabo a partir de la práctica de la tra­
ducción de textos sagrados y canónicos. Esta tipología textual
impone una modalidad de traducción. La ceremonia influye
en los demás factores, y las decisiones del traductor ya no
han de sumirse en las duales preguntas libre vs. literal, sino
que basta con comprender qué motivaciones tienen los par­
ticipantes en el acto comunicativo para tomar las decisiones
oportunas.
A mitad de camino entre lectura y escritura se encuentra
el texto: es una puesta en escena de un propósito de acuer­
do a una estrategia de escritura; un indicador de una línea de
conducta, y es portador de intenciones. El texto es también
un hecho social del que el lector se apodera por operaciones
cognitivas para la construcción de una representación mental,
toma sentido en su relación intertextual que impone triangula­
ción durante la lectura. El texto pertenece a un género que im­
pone sus leyes al tiempo que obedece a reglas preestablecidas
que condicionan la estructura textual. La estrategia escritora
impone el género de acuerdo a un armazón que se adecua no
tanto a un modelo, sino a un resultado de la estrategia escri­
tora propia de unas circunstancias sociocomunicativas dadas.
Es, en definitiva, el horizonte de expectativas que impone una
lectura transtextual. El texto, aun percibido como producto
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
<http://tremedica.org/panacea.html>
definitivo, no deja de sorprender por su inestabilidad y dina­
mismo; cada lectura lo transforma. De ahí que la profesión de
traductor sea una de las más difíciles, a pesar de no ser lo su­
ficientemente reconocida, y de las más arriesgadas. El James
Bond de la (re)escritura cumple una misión que resulta ser
un codo con codo con el autor del texto original sin disponer
nunca de las mismas armas, ya que, al cambiar de lengua, la
ecuación a la que el mandatario aspira es simple y llanamente
«misión imposible» para el traductor.
Bibliografía
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Swales, John M. (1990): English in academic and research settings, 9.ª
ed. Nueva York: Cambridge University.
107
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
La introducción de un artículo científico original:
el minusvalorado corazón del estudio*
Fernando Rico-Villademoros** y Teresa Hernando***
Resumen: La introducción de un artículo original debería atraer la atención del lector y explicar por qué los investigadores
llevaron a cabo el estudio. Los elementos fundamentales de la estructura de una introducción son: la razón de ser del estu­
dio, la pregunta de investigación y el diseño del estudio. Para contar la razón de ser del estudio iremos de lo conocido a lo
desconocido, explicándole al lector de dónde surgió nuestra pregunta y por qué era importante contestarla. La introducción
podemos finalizarla con la pregunta de investigación (a veces presentada como la hipótesis o el objetivo del estudio) o con
una breve descripción del diseño (esto es, cómo contestamos a la pregunta). Por lo que se refiere al estilo, la introducción
debe estar bien organizada y ser breve (preferiblemente debería ocupar una hoja), y habrá que ser capaces, además, de man­
tener la continuidad de una frase a otra.
Palabras clave: artículo original, manuscrito, pregunta de investigación, introducción, redacción científica, redacción de
textos médicos.
The introduction of a scientific article: The understimated heart of the research study
Abstract: The introduction of an original paper should attract the reader’s attention and explain why the researchers under­
took the study. The key elements of its structure are: the study rationale, the research question, and the study design. When
discussing the study rationale, we should move from what is known about the topic to what is not known, telling the reader
where the study question came from and why it was important to answer that question. The introduction may be concluded
by stating the research question (sometimes presented as the study hypothesis or objectives) or by briefly describing the
study design (i.e. how we answered the question). Regarding style, the introduction should be well organized and short
(preferably one page), and should maintain continuity from sentence to sentence.
Key words: original article, manuscript, research question, introduction, scientific writing, medical writing.
Panace@ 2011; 12 (33): 108-111
Un artículo científico original trata de contar la historia
de una investigación. Es una historia en cuatro capítulos,
cada uno de los cuales debe proporcionar una información
concreta:
•
•
•
•
Introducción: ¿cuál fue la pregunta de investi­
gación?
Material (o pacientes) y métodos: ¿cómo la es­
tudiamos?
Resultados: ¿qué encontramos?
Discusión: ¿cuáles son las implicaciones de los
resultados obtenidos?
El comienzo de nuestra historia, la introducción, tiene
como objetivo atraer la atención del lector (¡y del editor de
la revista!), algo a lo que contribuirán también el título y el
resumen del artículo. Para ello es necesario ir al corazón de
la investigación: cuál es la pregunta a la que pretendía dar
respuesta el estudio y de dónde surgió (la razón de ser del
estudio). La pregunta de investigación es el punto clave de
cualquier estudio, ya que nos dice el valor que tiene esa inves­
tigación en el marco del conocimiento actual y condiciona el
diseño del estudio, el segundo punto en importancia de nues­
tro estudio y que de forma completa se describe en la sección
de material y métodos.
Es conveniente conocer cuáles son las características que
debe reunir una «buena pregunta de investigación» para saber
exponerla de forma correcta. Hulley y cols.1 utilizan unas si­
glas, FINER, que recogen las cinco características básicas de
una pregunta de investigación: factible (feasible), interesante
(interesting), novedosa (novel), ética (ethical) y relevante (relevant).
El hecho de que la pregunta del estudio sea «factible» se
refiere a si los investigadores que se la plantearon eran capa­
ces de contestarla. Esto es, si era posible incluir el número de
pacientes necesarios para contestar a la pregunta del estudio,
* Ponencia presentada en las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, celebradas en la Universidad Jaime I de Castellón, en febrero
del 2011.
**
Instituto de Neurociencias, Centro de Investigaciones Biomédicas, Facultad de Medicina, Universidad de Granada (España) y Cociente S. L.,
Investigación Clínica y Comunicación Biomédica, Madrid (España). Dirección para correspondencia: fernando.ricovillademoros@gmail.com.
***
Cociente S. L., Investigación Clínica y Comunicación Biomédica, Madrid (España).
108
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
<http://tremedica.org/panacea.html>
si el conocimiento y experiencia de los investigadores era el
adecuado, en definitiva, si los recursos disponibles eran sufi­
cientes y adecuados, de forma que la realización del estudio
fuera posible. Esto es crucial para el planteamiento de un es­
tudio, pero tiene un menor interés cuando se quiere comunicar
a través de un artículo los resultados de la investigación. En
nuestro artículo la factibilidad de la pregunta solo tendrá inte­
rés a la hora de tratar de justificar nuestro diseño del estudio
frente a otro más robusto (por ejemplo, la imposibilidad de
realizar un enmascaramiento en un ensayo clínico), y eso es
algo que deberemos realizar en la discusión al comentar las
limitaciones del diseño.
La pregunta del estudio debe ser «interesante»para los
investigadores que van a participar en él; dado que van a
invertir su esfuerzo y recursos en tratar de contestarla, la
motivación individual de los investigadores participantes
es muy importante. No obstante, este interés debe ir más
allá del individual, y por ello la pregunta también debe ser
«relevante» para la comunidad científica, bien sea porque
su respuesta suponga un avance en el conocimiento cientí­
fico, bien porque sirva de guía para la realización de futuras
investigaciones o sea de ayuda para la toma de decisiones
clínicas o de salud pública. Además de la relevancia, el otro
aspecto clave de la pregunta de investigación es la «nove­
dad». En investigación, nada que haya sido demostrado o
contestado previamente tiene sentido investigarlo de nuevo,
a no ser que existan indicios de que pueden encontrarse no­
vedades sobre lo que se creía demostrado o que haya cierta
controversia al respecto. En el caso de la investigación clí­
nica, en la cual participan seres humanos, el hecho de evitar
la investigación redundante está estrechamente ligado a la
«ética» del estudio, ética que sirve de contrapunto a los in­
tereses del investigador y la comunidad científica. Según la
Declaración de Helsinki,2 en la investigación con seres hu­
manos «el bienestar de la persona que participa en la inves­
tigación debe tener siempre primacía sobre todos los otros
intereses». Por ello, la investigación clínica «está sujeta a
normas éticas que sirven para promover el respeto a todos
los seres humanos y para proteger su salud y sus derechos
individuales», entre los que se incluyen «el derecho a la au­
todeterminación, la intimidad y la confidencialidad de la in­
formación personal».
Novedad y relevancia son las claves de la investigación
para que podamos considerar que esta es verdaderamente
científica. En la introducción del artículo tenemos que de­
jar claro qué hueco del conocimiento pretendíamos relle­
nar contestando a nuestra pregunta («novedad») y por qué
era importante rellenar ese hueco («relevancia»). Se trata,
en definitiva, de establecer la razón de ser del estudio. La
importancia de esta sección debería resultar obvia, ya que
es la que debe decir al editor de la revista a la que presenta­
remos el manuscrito y al futuro lector del artículo por qué
es importante nuestro trabajo, por qué es importante que lo
publique o lo lea. La razón de ser del estudio debe preceder
a la pregunta de investigación, es el camino que llevará al
lector hacia ella. En otras palabras, con la razón de ser del
estudio debemos aportar al lector la información necesaria
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
para entender la pregunta o hipótesis del estudio. En ese ca­
mino iremos de lo más general (antecedentes del problema)
a lo más concreto (la pregunta o hipótesis), de lo conocido a
lo desconocido (figura 1, página siguiente). Por lo general,
si nuestra investigación versa sobre algún aspecto de una
enfermedad o problema clínico, proporcionar datos epide­
miológicos o de impacto (por ejemplo, sobre la calidad de
vida o la mortalidad) dará al lector una primera idea de la
importancia del problema tratado. Inmediatamente después
deberemos discutir lo conocido hasta ahora sobre el tema de
investigación, detallando qué hallazgos previos son la base
de la hipótesis que se plantea, de forma que se construya el
marco donde encaja la pregunta del estudio. Por ejemplo, en
un ensayo clínico sobre un nuevo medicamento deberemos
dejar claro qué tratamientos hay actualmente disponibles y
sus limitaciones en cuanto a eficacia, tolerabilidad o impacto
en la calidad de vida del paciente; si el medicamento perte­
nece a una clase farmacológica nueva para el tratamiento de
esa enfermedad, deberemos proporcionar, además, las bases
fisiopatológicas que nos llevaron a pensar que ese medica­
mento podría funcionar en la enfermedad en estudio. De lo
conocido pasaremos a lo desconocido, indicando qué es lo
que no sabemos sobre el problema en estudio (por ejem­
plo, la eficacia en el caso de un primer ensayo clínico con
un nuevo medicamento) y haciendo evidente, implícita o
explícitamente, qué es lo novedoso de nuestro estudio (por
ejemplo, que es el primero que evalúa la eficacia de ese nue­
vo medicamento, o que la estudia en una población distinta
o más representativa). El colofón de la razón de ser es la
pregunta de investigación o hipótesis del estudio; algunos
autores utilizan los objetivos del estudio en sustitución de la
pregunta o hipótesis.
Para finalizar la introducción, lo más habitual es que es­
bocemos cómo vamos a tratar de contestar a la pregunta de
investigación, esto es, que digamos muy brevemente cuál
fue el diseño elegido para el estudio. Con ello tanto el edi­
tor de la revista como el futuro lector tendrán en la introduc­
ción los dos elementos básicos para hacer un juicio inicial
del valor de lo que se está comunicando: pregunta y diseño.
Eso nos permitirá, además, enlazar con la siguiente sección
del artículo, el material y los métodos, donde detallaremos
ese diseño.
En resumen, la estructura básica de la introducción es bas­
tante sencilla: razón de ser del estudio, pregunta de investiga­
ción planteada y diseño elegido para contestarla (cuadro 1).
¿Dónde está, entonces, la dificultad en preparar una buena in­
troducción? Si sabemos cómo contar este tipo de historias y el
estudio que hemos realizado y queremos comunicar tiene una
• Razón de ser del estudio
• Pregunta de investigación o hipótesis del estudio
• Breve descripción del diseño elegido para
contestar a la pregunta
Cuadro 1. Elementos clave de una introducción
109
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
Figura 1. Estructura esquemática de la introducción3
sólida razón de ser y plantea una buena pregunta de investi­
gación, la dificultad de la introducción está en que todo eso lo
tenemos que contar de forma muy breve, utilizando para ello
solamente las referencias bibliográficas clave. Esta es la gran
diferencia entre la introducción de un artículo y la de un proto­
colo de investigación. En esencia, ambas deben proporcionar
la misma información, pero mientras que el protocolo debe
proporcionar suficiente detalle para que la razón de ser del es­
tudio sea entendida y evaluada por todos los agentes implica­
dos en su realización (investigadores, comités éticos, etc.), en
la introducción de un artículo de ningún modo debemos reali­
zar una revisión exhaustiva de los antecedentes del problema,
entre otras cosas porque se asume que el lector interesado ya
es en buena medida conocedor de esos antecedentes, y si no
lo fuera, el tipo de artículo al que debe recurrir es una revisión
y no un artículo original. En una publicación científica la bre­
vedad es enormemente apreciada tanto por los editores como
por los potenciales lectores, y es en la introducción donde esa
brevedad debe alcanzar su máxima expresión. En general, es
recomendable que para la introducción no utilicemos más de
tres o cuatro párrafos breves (1-2 párrafos para lo conocido,
1 párrafo para lo desconocido y 1 párrafo para la pregunta) y
como máximo un par de páginas (a doble espacio, claro) de
nuestro artículo; mucho mejor si lo hacemos en una sola pági­
na. Además de la excesiva longitud y el tratar de hacer una re­
visión histórica del problema, otros problemas frecuentes son
las introducciones demasiado vagas y generales, las imitativas,
110
donde no queda clara la razón de ser o la pregunta del estudio,
y el contener información más propia de la discusión.
Junto a la brevedad, el otro elemento primordial del es­
tilo en la preparación de la introducción es ser capaces de
mantener la continuidad en la narración de la historia. A esta
continuidad contribuye de forma notable el mantenimiento
de una estructura como la que hemos indicado, yendo de
lo conocido a lo desconocido y de lo general a lo concreto.
Otros recursos para mantener la continuidad son la repeti­
ción de términos clave (en este artículo el término historia
desempeña ese papel de término clave) o la utilización de
frases o palabras de transición (por ejemplo, además, sin
embargo), que, utilizadas con mesura, nos facilitarán el paso
de una idea a otra.
En el cuadro 2 incluimos una recomendaciones genera­
les para preparar una introducción que resuma lo comenta­
do. Estas recomendaciones son válidas para cualquier tipo
de estudio y diseño. No obstante, animamos a los autores
a que consulten las guías existentes para la comunicación
de los distintos tipos de estudios (Consort, Strobe, Pris­
ma, etc.). A título de ejemplo, en el cuadro 3 exponemos
las recomendaciones incluidas en la declaración Consort
(Consolidated Standards of Reporting [clinical] Trials)
para preparar la introducción del artículo que comunica
los resultados de un ensayo clínico. Los detalles pueden
consultarse en su sitio web (<www.consort-statement.org/
home/>).
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• Contar la historia de donde procede nuestra pregunta de investigación
o
o
o
o
o
o
o
o
ir de lo conocido a lo desconocido
exponer lo desconocido de tal manera que lo novedosode su trabajo sea evidente
¡debemos convencer a los editores y lectores que nuestro trabajo es bueno, que aporta algo relevante respecto
a lo hecho hasta ahora!
acabar con la pregunta o...
... exponer el diseño después de la pregunta
mantener la continuidad de la historia
citar las referencias que reflejen los trabajos clave que llevaron a la pregunta (dar preferencia
a las revisiones sistemáticas)
mantener el número de referencias al mínimo.
• Exponer la pregunta como una pregunta o como una hipótesis
o
o
o
o
hacer la pregunta tan precisa como sea posible.
utilizar el presente (¡nuestra pregunta se dirige a saber si algo es verdad en general y no solo en nuestro
estudio!).
incluir alguna «señal» de que se avecina la pregunta («El objetivo de nuestro estudio...»; «Nosotros
establecimos la hipótesis de...»)en los estudios que evalúen intervenciones, asegurarse de que la pregunta incluye la variable dependiente
(resultado) y la independiente (exposición).
• Delinear el diseño del estudio
• Ser breve
Cuadro 2. Recomendaciones básicas para preparar una introducción de un artículo científico4
• Explicar los antecedentes científicos o contexto
y la razón de ser del ensayo
o
describir el problema objeto de estudio
o
referir qué pruebas existen sobre los beneficios
de cualquier intervención incluida en el ensayo
o
sugerir alguna explicación de cómo funciona
la intervención, especialmente si la experiencia con
ella es escasa.
o
justificar la necesidad de un nuevo ensayo
oincluir referencias a revisiones sistemáticas o una
nota sobre la ausencia de ensayos.
• Especificar los objetivos o hipótesis
o
o
los objetivos son las preguntas a contestar
para las que se diseñó el ensayo.
las hipótesis son más específicas que los
objetivos y se adaptan mejor a la formulación
de una evaluación estadística.
Cuadro 3. Puntos clave que deben presentarse
en la introducción de un artículo que comunique los
resultados de un ensayo clínico (declaración Consort5, 6)
La esencia de una investigación es tener una buena pre­
gunta que contestar y haber elegido el diseño adecuado para
hacerlo. Aunque más centrada en lo primero, la introduc­
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Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
ción debe proporcionarnos información sobre ambos aspec­
tos para poder juzgar desde un principio hasta qué punto
estamos ante un buen estudio de investigación. Si, además,
esa historia está contada de forma breve y fluida, tenemos
muchas posibilidades de estar ante un buen artículo de in­
vestigación.
Notas
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3. Basado en Zeiger, M. (2000): Essentials of Writing Biomedical Research Papers, 2.ª ed. Nueva York: McGraw-Hill.
4. Modificado de Zeiger, M. (2000): Essentials of Writing Biomedical
Research Papers, 2.ª ed. Nueva York: McGraw-Hill.
5. Altman, D. G., Schulz, K. F., Moher, D., Egger, M., Davidoff, F., El­
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ed Standards of Reporting Trials) (2001): «The revised CONSORT
statement for reporting randomized trials: explanation and elabora­
tion», Ann Intern Med, 134: 663-694.
6. Moher, D., Hopewell, S., Schulz, K. F., Montori, V., Gøtzsche, P. C.,
Devereaux, P. J., Elbourne, D., Egger, M., y Altman, D. G. (2020):
«CONSORT 2010 explanation and elaboration: updated guidelines
for reporting parallel group randomised trials», BMJ, 340: c869.
111
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
Fuentes de información en ciencias de la salud en Internet*
Rafael Aleixandre-Benavent**
Resumen: En este trabajo se describen las principales fuentes de información en ciencias de la salud que pueden ser útiles
para los profesionales de la traducción médica, fundamentalmente las bases de datos bibliográficas de información científi­
ca nacionales y extranjeras y los buscadores de información en Internet, así como la metodología para efectuar búsquedas
bibliográficas precisas y exhaustivas. Se hace hincapié en las posibilidades de Internet para el acceso a los trabajos acadé­
micos y científicos, la navegación a través de los documentos hipertextuales y el acceso al documento original en diversos
formatos. Por último, se analizan algunas aplicaciones de la web 2.0 destinadas a mejorar la comunicación y el conocimiento
y las principales estrategias para mantenerse al día de las nuevas informaciones que van incorporándose al conocimiento en
las revistas, bases de datos y páginas web y que son de nuestro interés.
Palabras clave: fuentes de información, ciencias de la salud, bases de datos bibliográficas, búsquedas bibliográficas, Inter­
net, buscadores, web 2.0.
Information sources in health sciences in Internet
Abstract: This paper describes the main sources of information on health sciences that may be useful to medical translators.
We focus on domestic and foreign bibliographic databases and Internet search engines, as well as a methodology for carry­
ing out accurate and comprehensive literature searches. We emphasize the Internet’s potential with regard to accessing aca­
demic and scientific papers, hypertext navigation and access to the original document in various formats. Finally, we explore
some Web 2.0 applications for improving communication and knowledge and the main strategies for keeping current on the
new information that is continually added to journals, databases and websites in our areas of interest.
Key words: information sources, health sciences, bibliographic databases, literature searches, Internet, search engines, Web 2.0.
Panace@ 2011; 12 (33): 112-120
Introducción
El conocimiento de las fuentes de información biomédi­
cas es uno de los pilares básicos para el ejercicio profesio­
nal y para correcto desarrollo de la investigación en el área.
Desde que la revolución informática propició una explosión
informativa, la vida media de los conocimientos biomédicos
es cada vez más corta, y la gestión de la información generada
se hace más complicada en un entorno de «infoxicación» (in­
toxicación por exceso de información). Debido a la constante
renovación de la ciencia, la información queda obsoleta rá­
pidamente, con el agravante de que las nuevas publicaciones
no sustituyen a las anteriores, sino que conviven con ellas.
Este trabajo pretende dar a conocer a los profesionales de la
traducción médica las principales fuentes de información en
ciencias de la salud y la metodología para la elaboración de
búsquedas bibliográficas actualizadas precisas y exhaustivas,
resaltando las posibilidades de Internet para el acceso a los
trabajos científicos. Se realizará un recorrido por las principa­
les bases de datos bibliográficas nacionales y extranjeras y pá­
ginas web de interés para la consulta y la referencia, así como
por los principales buscadores en Internet. Por último, se ex­
pondrán las posibilidades que ofrecen las herramientas y apli­
caciones de la web 2.0 destinadas a mejorar la comunicación y
el conocimiento, las posibilidades de la navegación en Internet
a través de los documentos hipertextuales de carácter científico
y el acceso al documento original en diversos formatos.
1. El problema de la información biomédica: ¿dónde
buscar?
La información biomédica lleva décadas creciendo de for­
ma exponencial. La base de datos de información bibliográfica
más consultada, Medline, incluye más de 20 millones de refe­
rencias de artículos científicos, con un crecimiento anual que
supera los 4000 artículos, y lo mismo ocurre en otras bases de
datos como Scopus y la Web of Science, con más 40 millones
de trabajos, de los que la mitad corresponden a biomedicina.
Algunos autores han acuñado el término infoxicación o intoxicacion informacional para referirse a esta exagerada canti­
dad o exceso de información, pues indica que existe mucha
más información de la que una persona puede controlar. Ante
esta situación, es necesario establecer una metodología para
* Ponencia presentada en las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, celebradas en la Universidad Jaime I de Castellón, en febrero
del 2011.
** Unidad de Información e Investigación Social y Sanitaria, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Valencia (España). Dirección
para correspondencia: Rafael.Aleixandre@uv.es.
112
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
la obtención de información de calidad que nos permita saber
dónde buscar, cómo buscar y cómo mantenerse al día de la
información bibliográfica (González de Dios, 2008).
Por otra parte, no todas las fuentes proporcionan el mismo
tipo de información, sino que en algunas está más procesada o
sintetizada que en otras. Según el grado de procesamiento de la
información que proporcionan, las fuentes biomédicas pueden
ser primarias, que contienen información original (noticias, ar­
tículos, libros, fotografías, vídeos); secundarias, que recopilan
la información contenida en documentos primarios (bases de
datos, catálogos de bibliotecas), y terciarias, que sintetizan la
contenida en las secundarias (revisiones, guías, informes, etc.).
Uno de los primeros impulsos que sentimos cuando que­
remos encontrar información es recurrir a alguno de los bus­
cadores que existen en Internet. Aunque en muchas ocasiones
este recurso resulta suficiente, es necesario tener en cuenta
que en Internet «ni está todo lo que es, ni es todo lo que está»,
es decir, que hay mucha información importante que no aflo­
ra en las búsquedas convencionales y que mucha de la que
aparece únicamente aporta ruido y confusión (Cordón García
y cols., 2010). Por ejemplo, una búsqueda en Google sobre
fibromialgia recuperaba en febrero de 2011 aproximadamente
3 640 000 páginas web. Ante este resultado tan abultado e im­
posible de asimilar, la solución no pasa por leerse la primera o
primeras páginas y conformarse con la información que apa­
rece en ellas, sino en buscar otras alternativas más adecuadas
y en establecer una metodología más precisa de recuperación
de información en las fuentes apropiadas. Además, cuando se
busca en Internet debe tenerse en cuenta que no toda la infor­
mación se encuentra en la Internet global, es decir, en la red
de información libre y gratuita accesible mediante programas
navegadores y agentes de búsqueda, sino que una buena par­
te de ella se encuentra en la llamada Internet invisible, que
es aquella que únicamente es accesible a través de páginas
generadas dinámicamente tras realizar una consulta en una
base de datos, o bien páginas web que no son indizadas por
los motores de búsqueda porque están reservadas mediante
protocolos de exclusión, o sitios web que necesitan contrase­
ña. Los más de tres millones y medio de páginas sobre fibro­
mialgia que hemos obtenido en la búsqueda proceden de la
Internet global.
La metodología de recuperación de información en las
fuentes apropiadas puede establecerse en varios pasos conse­
cutivos: empezar las búsquedas en las fuentes de información
terciaria; seguir con búsquedas en las fuentes de información
secundaria; indagar en las fuentes de información primaria
(revistas); como último recurso, ensayar la búsqueda «salva­
je» en los buscadores y metabuscadores de Internet; finalmen­
te, no olvidar los recursos, herramientas y aplicaciones de la
Web 2.0, pues también pueden aportar información de interés
(González de Dios, 2010).
1.1. Primer paso: búsqueda en las fuentes
de información terciaria
En este estadio debe valorarse si la respuesta a nuestras
necesidades de información puede obtenerse en trabajos de
los siguientes tipos:
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
•
•
•
revisiones sistemáticas o trabajos de metaanálisis
guías de práctica clínica
informes de evaluación de tecnologías sanitarias.
Estos documentos son los más apreciados por los inves­
tigadores y también los más citados, pues alertan y ponen al
día sobre temas de interés. Una buena fuente para localizar
este tipo de trabajos es la base de datos de la Colaboración
Cochrane, cuya finalidad es la recolección, elaboración y di­
fusión de revisiones sistemáticas a través de la base de datos
The Cochrane Library, cuya edición en español es la Cochrane
Library Plus e incluye la traducción al español de la mayor
parte de las revisiones (Aleixandre Benavent y cols., 2007). Su
acceso es gratuito gracias a la suscripción institucional reali­
zada por el Ministerio de Sanidad y Consumo en la dirección
<www.update-software.com/clibplus/clibplus.htm> (figura
1). Por otra parte, las series de revisiones anuales publicadas
habitualmente en inglés bajo denominaciones genéricas como
annual reviews, current topics y year progress, entre otras, pro­
porcionan también acceso a estos trabajos de revisión.
Figura 1. Búsqueda de revisiones sistemáticas sobre cannabis
en La Biblioteca Cochrane Plus
1.2. Segundo paso: continuar con las fuentes de información secundaria o bases de datos
Si no se han encontrado documentos de la tipología ante­
rior, o la información que proporcionan no es suficiente para
nuestras necesidades, el siguiente paso consiste en buscar en
las bases de datos bibliográficas españolas y extranjeras de
ciencias de la salud o multidisciplinares que tengan una am­
plia representación de trabajos biomédicos. Entre las españo­
las hemos de destacar IME, Ibecs, Medes, Cuiden y Enfispo
(Fresquet Febrer, 2008).
La base de datos IME, elaborada conjuntamente entre
el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (<www.
cindoc.csic.es>) y la Universidad de Valencia, incluye las re­
ferencias bibliográficas de la mayor parte de las revistas es­
pañolas de ciencias de la salud de carácter científico (más de
113
Tribuna
330 revistas desde 1971, con un crecimiento anual superior a
las 10 000 referencias) (Aleixandre Benavent y cols., 2011).
Ibecs (Índice Bibliográfico Español en Ciencias de la Salud)
está elaborada en el Instituto de Salud Carlos III y contie­
ne referencias desde el año 2000 de las diferentes ramas de
las ciencias de la salud, tales como medicina (incluidas salud
pública, epidemiología y administración sanitaria), farma­
cia, veterinaria, psicología, odontología y enfermería. Puede
consultarse en <http://ibecs.isciii.es/cgi-bin/wxislind.exe/iah/
online/?IsisScript=iah/iah.xis&base=IBECS&lang=e>. La
iniciativa y base de datos Medes (Medicina en Español), fue
emprendida en 2005 por la Fundación Lilly con el objetivo
contribuir a la promoción de la publicación en revistas bio­
médicas españolas, así como favorecer su difusión nacional
e internacional mediante diversas actividades de formación,
divulgación, investigación, prevención, consultoría, asis­
tencia técnica y desarrollo de proyectos en el ámbito de la
sanidad (<www.fundacionlilly.com/Nitro/foundation/templa­
tes/medes-search.jsp?page=30100>). Cuiden (Cuidados de
Enfermería) es una base de datos elaborada por la Fundación
Index de Enfermería que incluye la producción científica de
la enfermería española e iberoamericana. Proporciona refe­
rencias sobre artículos de revistas, libros, tesis, informes y
publicaciones oficiales. Su consulta es gratuita en <www.
index-f.com/busquedas.php>. Enfispo permite la consulta del
catálogo de artículos de una selección de revistas en español
que se reciben en la Biblioteca de la Escuela de Enfermería,
Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de
Madrid. Su consulta es gratuita en <http://alfama.sim.ucm.es/
isishtm/enfispo.asp>.
Ante esta variedad de fuentes, seguramente la pregunta que
nos hacemos será ¿en cuál buscar? IME es la fuente con mayor
cobertura temporal (desde 1971) y tamaño. Sin embargo, en los
últimos años no está suficientemente actualizada, por lo que es
conveniente conjugar los resultados que se obtienen allí con
los de otra base de datos, sobre todo Ibecs, que es la siguiente
en número de revistas incluidas y tamaño. Para las búsquedas
de temas relacionados con la enfermería Cuiden es la mejor
opción por su amplia cobertura en esta área, mientras que en
fisioterapia y podología debe considerarse utilizar Enfispo.
Entre las bases de datos extranjeras en ciencias de la sa­
lud destaca Medline, producida por la National Library of
Medicine (organismo público dependiente de los National
Institutes of Health de los Estados Unidos), pues es la más
utilizada y tiene una cobertura internacional que incluye más
de 4500 revistas procedentes de más de 70 países. Su tamaño
supera los 20 millones de registros. Desde 1997 el acceso a
Medline es gratuito y universal gracias a Internet y a la crea­
ción del portal PubMed (<www.ncbi.nlm.nih.gov/PubMed/>),
que permite acceder al texto completo de numerosos artículos
publicados en revistas electrónicas y a artículos relacionados
con el que se está visualizando, establecer numerosos lími­
tes a la búsqueda y ejecutarlas con los términos normalizados
del tesauro Medical Subject Headings, vocabulario médico
estructurado jerárquicamente en el que existen miles de reen­
víos entre términos relacionados y entre sinónimos, así como
aplicar los subencabezamientos que permiten especificar el
114
<http://tremedica.org/panacea.html>
punto de vista o los aspectos desde los que se abordan los
conceptos (figura 2). Otra base de datos de interés es Embase,
producida por Elsevier Science B. V. (<www.embase.com/>)
(Estrada, 2007; Martínez Almagro y cols., 2007).
Figura 2. Búsqueda sobre kinesiología u osteopatía en el dolor
de cuello o de espalda en PubMed. Nótese en la caja
de búsqueda el uso de operadores booleanos y del paréntesis
Entre las bases de datos multidisciplinares deben tenerse en
cuenta Science Citation Index (SCI) y Scopus. El Ministerio de
Educación y Ciencia, a través de la Fundación Española para la
Ciencia y la Tecnología (Fecyt), pone a disposición de la comu­
nidad científica española el acceso a SCI a través de la platafor­
ma Web of Knowledge (WOK) desde 2004 para universidades,
centros tecnológicos, hospitales y demás instituciones de la I+D
española en <www.accesowok.fecyt.es>. Esta plataforma per­
mite realizar búsquedas en más de 9200 revistas, y una de sus
peculiaridades es que incluye las referencias bibliográficas de
los artículos citados en las bibliografías de los artículos fuente,
por lo que resulta posible recuperar los trabajos citadores (y co­
nocer a quien citan sus autores en la bibliografía), los trabajos
citados (e identificar quién es citado y cuántas citas ha recibido)
y también los trabajos relacionados (aquellos que coinciden en
citar los mismos trabajos en sus bibliografías).
Scopus, producida desde 2004 por Elsevier, dispone tam­
bién de una amplia cobertura temática, compuesta por 4100
revistas procedentes del campo de las ciencias de la vida, 6700
revistas del área de la salud, entre las que se incluyen todas las
indizadas por Medline, 7100 revistas pertenecientes al área de
la física y 4300 del área de las ciencias sociales (<www.info.
sciverse.com/scopus/about>).
1.3. Tercer paso: indagar en las fuentes
de información primaria
Cuando no hayamos obtenido la información necesaria en
las fuentes anteriores, el siguiente paso es buscar en las fuentes
de información primaria tradicionales, es decir, en las propias
revistas (González de Dios, 2010). Para conocer la oferta de
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
revistas electrónicas existentes en Internet, lo mejor es acudir
a los directorios de revistas electrónicas, pues son listas de re­
vistas organizadas por alguna característica que permiten el
acceso a sus contenidos. Aunque cada vez hay más revistas
electrónicas de acceso gratuito, la mayoría de ellas requieren
la suscripción o pago por ver o descargar los artículos. Algunos
de los principales directorios de revistas electrónicas a texto
completo multidisciplinares y de las ciencias de la salud son:
•
•
•
•
•
•
FreeMedicalJournals (<www.freemedicaljournals.
com>) (figura 3)
Directory of electronic journals, newsletters and academic discussion lists (<www.acqweb.org/journals.
html>)>
Newjour-Electronic Journals and Newsletters (<http://
gort.ucsd.edu/newjour/>)
BioMed Central: The Open Access Publisher
PLoS: Public Library ods Science
PubMed Central (PMC): US National Institutes of
Health
Estas revistas electrónicas suelen ofrecer sus artículos en
dos formatos de visualización, a elegir: en formato HTML
(hypertext markup language) y en PDF (portable document
format). HTML es el formato típico de los documentos publi­
cados en Internet y permite ver los artículos sin que se necesite
ningún programa específico. Los artículos se benefician de los
recursos de Internet (como poder incluir enlaces hipertextua­
les a otros documentos y ficheros multimedia). Es el formato
ideal para navegar por los documentos durante las búsquedas
bibliográficas. El formato PDF, comercializado por Adobe,
tiene la ventaja de ofrecer los artículos individualmente, re­
produciendo el formato original de la versión en papel. Es el
formato ideal para descargar y guardar en nuestra biblioteca
personal los documentos de interés.
1.4. Cuarto paso: ensayar búsquedas
en los buscadores y metabuscadores de Internet
Como último recurso siempre se puede ensayar la búsque­
da «salvaje» en los buscadores y metabuscadores de Internet
(principalmente Google y Google Académico, pero prefe­
rentemente este último). Google Académico (<http://scholar.
google.es/>) efectúa las búsquedas en una selección de pági­
nas de interés científico (estudios revisados por especialistas,
tesis, libros, resúmenes y artículos procedentes de editoriales
científicas, sociedades profesionales, universidades y otras
organizaciones académicas). Tras la búsqueda, presenta los
resultados ordenados por relevancia, empleando para ello su
propia tecnología de ranking, que toma en consideración el
texto completo de los artículos, los autores, la fuente de pu­
blicación y el número de citas recibidas. Ofrece dos posibi­
lidades de búsqueda, la búsqueda básica y la avanzada, que
permite aumentar la precisión mediante el establecimiento de
límites y otras restricciones. En la búsqueda sobre fibromial­
gia que nos sirve de guía, los más de tres millones y medio
de registros encontrados en Google quedan restringidos a 342
en Google Académico si se limita la búsqueda al título y al
periodo 2005-2011 (figura 4).
Figura 4. Búsqueda en Google Académico sobre
fibromialgia, limitada al título y al periodo 2005-2011
En este tipo de búsquedas es muy útil conocer algunas
funciones que se encuentran en el menú de herramientas de
la izquierda:
•
•
•
•
•
Figura 3. El directorio de revistas electrónicas Free Medical Journals
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
«Sitios con imágenes», que proporciona imágenes
localizadas en páginas web.
«Rueda de búsqueda», que muestra toda la termi­
nología relacionada con el término de búsqueda
y permite acceder a las páginas asociadas a cada
término de la rueda (figura 5).
«Búsquedas relacionadas», para acceder a las pági­
nas de temática similar a la que se está viendo.
«Orden cronológico», que muestra las páginas or­
denadas según los años citados en su contenido (no
por fecha de creación de la página web).
«Diccionario», que muestra las definiciones del
tér­mino de búsqueda que se encuentran en páginas
seleccionados automáticamente por un programa
informático.
115
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
1.5. Fuentes y herramientas complementarias. Web
2.0
Figura 5. «Rueda de búsquedas» sobre fibromialgia en Google
Además, se pueden emplear otras funciones, entre las que
destacamos dos por su interés:
•
•
La búsqueda de datos públicos. Por ejemplo, al
realizar una búsqueda en Google sobre esperanza de vida en España, el buscador muestra un
gráfico con los datos de este indicador sanitario
extraídos de la base de datos del Banco Mundial,
que pueden enriquecerse añadiendo los datos de
otros países.
La búsqueda entre comillas para encontrar páginas
en las que se halle la cadena exacta (por ejemplo,
una búsqueda con la sintaxis “antígeno prostático
específico libre”, mostrará las páginas en las que se
encuentren las cuatro palabras, una a continuación
de otra y en ese orden).
Existen también buscadores específicos biomédicos, como
los de la tabla 1 (Coronado Ferrer y cols., 2011):
Junto a las fuentes comentadas hasta ahora, coexisten en
Internet una serie de recursos, herramientas y aplicaciones en
torno a la llamada Web 2.0 destinadas a mejorar la comunica­
ción y el conocimiento, que también pueden aportarnos infor­
mación de interés. La Web 2.0 se basa en el trabajo colectivo
para crear nuevos contenidos, reutilizarlos, actualizarlos y
enriquecerlos con opiniones y valoraciones, el acceso libre
a la información y la posibilidad de establecer relaciones so­
ciales (Arroyo Vázquez, 2007; Coronado Ferrer y cols., 2011;
Merino Moína y Bravo Toledo, 2010; Rodríguez Palchevich,
2010).
Entre las muchas herramientas que se están desarrollando
en torno a la Web 2.0, destacamos algunas por su interés a
la hora de aportar información útil para el traductor médico:
wikis, redes sociales, blogs y podcasts (McLean y cols., 2007;
Sandars y Schroter, 2007).
1.5.1. Wikis
La palabra wiki procede del hawaiano wiki wiki, que sig­
nifica ‘rápido’. Se utiliza para designar sitios web de creación
de contenidos colaborativos que pueden ser editados conti­
nuamente. Se elaboran y crecen con el trabajo común de los
distintos usuarios que participan y que están interesados en un
mismo tema. Su construcción es muy simple y rápida, pues se
realiza directamente desde el navegador con un procesador
de textos sencillo y no requiere instalar ningún programa de
edición específico (Coronado Ferrer y cols., 2011). La más fa­
mosa de las wikis es la Wikipedia, la enciclopedia libre, cuya
calidad es cuestionada por la facilidad con la que cualquier
persona puede publicar un artículo. Existen wikis especia­
lizadas en medicina, como las que se detallan en la tabla 2
Tabla 1. Buscadores específicos biomédicos
GopubMed
<www.gopubmed.org>
Buscador semántico basado en conocimientos para
textos biomédicos
Health on net
<www.hon.ch/HONcode/Search/search.html>
Motor de búsqueda cuyos resultados están
certificados por el código de conducta HON
Galenicom
<www.galenicom.com/es>
Buscador médico profesional con el que se puede
encontrar artículos de la bibliografía médica
internacional
NHS Evidence
<www.evidence.nhs.uk/default.aspx>
Buscador para medicina basada en la evidencia
<www.searchmedica.es>
Motor de búsqueda gratuito para los profesionales
sanitarios
<www.healthline.com/>
Buscador semántico del área de la salud que ofrece
resultados en su propio sitio y en otros como Yahoo!
Omnimedical
search
<www.omnimedicalsearch.com/>
Buscador que permite encontrar páginas, imágenes
y foros centrados en un tema
Vadlo
<http://vadlo.com/>
Motor de búsqueda para powerpoints, protocolos,
software y bases de datos biológicas y médicas
Health
Finder
<www.healthfinder.gov/default.aspx>
Buscador de temas de salud
AtPediatrics
<www.atpediatrics.com/peds/>
Buscador especializado en pediatría
Search Medica
HealthLine
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Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Tribuna
<http://tremedica.org/panacea.html>
Tabla 2. Wikis especializadas en medicina
Ask Dr Wiki
<http://askdrwiki.com/>
Wiki construida por médicos
y estudiantes de medicina
Ganfyd
<www.ganfyd.org/>
Wiki de referencias médicas construida
por profesionales, con el aspecto
de Wikipedia
Medpedia
<www.medpedia.com/>
Wiki escrita por médicos con el objetivo
de compartir conocimientos con otros
profesionales y público en general
Wikisurgery
<www.wikisurgery.com/index.php?title=Main_Page>
Wiki sobre cirugía
Wellness Wiki
<http://wellness.wikispaces.com/>
Su propósito es ayudar a aclarar
los problemas que se dan en el sistema
sanitario americano
Wikiportal de
Medicina
<http://es.wikipedia.org/wiki/Portal:Medicina>
Sección de medicina en la Wikipedia
española
Wikimd
<www.wikimd.org/index.php/Main_Page>
Wiki de aspecto similar a Wikipedia
pero restringida al campo de la medicina
(Coronado Ferrer y cols., 2011)
La figura 6 muestra un ejemplo de artículo enciclopédico
en la wiki Ganfyd.
Figura 6. Artículo enciclopédico sobre la clavícula
en la wiki médica Ganfyd
1.5.2. Redes sociales
Las redes sociales se definen como ‘comunidades de
personas con unos intereses comunes que pueden compar­
tir información en Internet’. Cada usuario crea su perfil
y establece contacto con los usuarios que desea, creando
una nueva forma de relacionarse. Los programas de redes
sociales más conocidos son Tuenti (<www.tuenti.com/>),
Hi5 (<http://es.hi5.com/>), MySpace (<www.myspace.
com/>) y Facebook (<www.facebook.com/>). Las redes
también pueden ser específicas de profesionales, o pueden
crearse grupos dentro de ellas, como, por ejemplo, el grupo
Evidencias en Pediatría, de Facebook (<www.facebook.com/
pages/Evidencias-en-Pediatr%C3%ADa/396993320672>)
(figura 7).
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Figura 7. Web del grupo Evidencias en Pediatría
en la red social Facebook
1.5.3. Blogs
La palabra blog, procedente de weblog, también se conoce
en español como bitácora o listado de sucesos. Un blog es un
‘sitio web usado como diario online que utilizan uno o varios
usuarios para publicar artículos o noticias’. Su temática es
muy variada, desde diarios personales, de opinión, periodís­
ticos, tecnológicos y médicos, e incluso los hay de imágenes,
de audio o vídeo (figura 8).
117
Tribuna
Figura 8. Captura de un artículo en el blog Medicina Interna,
espacio virtual para compartir casos clínicos, actualizar temas
y comentar inquietudes relacionadas con esta especialidad
1.5.4. Podcasts
Los podcasts son archivos de audio que se pueden escuchar a tra­
vés de la propia web o descargarlos en un reproductor de mp3. El
contenido es muy variado: tutoriales, música, discursos, entrevis­
tas, clases magistrales, audiolibros, charlas especializadas, etc.
En iTunes Store se pueden encontrar un gran número de podcasts
de revistas como New England Journal of Medicine, Nature y
The Lancet, así como otros archivos de audio de contenido espe­
cializado (<http://itunes.apple.com/mx/genre/podcasts-sciencemedicine/id1478>) y una amplia biblioteca de contenidos mé­
dicos, como descripciones de enfermedades y procedimientos,
revisiones de casos, información sobre investigaciones, nuevas
técnicas, charlas magistrales, etc.
2. ¿Cómo buscar?
La realización de una búsqueda en bases de datos biblio­
gráficas y buscadores de Internet requiere una preparación
previa que implica, sobre todo, el conocimiento de los térmi­
nos de búsqueda y del programa de recuperación, incluido el
uso de los llamados operadores booleanos.
Antes de iniciar la búsqueda, el primer paso es conocer
la sintaxis correcta de los términos de búsqueda; lo mejor
es buscarlos previamente en diccionarios, terminologías
y los tesauros automatizados de algunas bases de datos,
como el Medical Subject Headings, de Medline (<www.
nlm.nih.gov/mesh/>), o el Emtree, de Embase. También
pueden buscarse en los índices de palabras que elaboran
los programas de gestión de las base de datos con los tér­
minos de cada campo o de un conjunto de ellos (Rivera y
García Rojo, 2003).
A continuación, hemos de decidir qué operadores
booleanos debemos utilizar para combinar entre sí los
términos de búsqueda. El operador de intersección (nor­
malmente AND) establece que los documentos obtenidos
contengan simultáneamente los dos términos de búsqueda
asociados con este operador. El operador de suma lógica
(OR) permite obtener documentos que contengan uno u
otro de los términos. El operador de exclusión (NOT) eli­
118
<http://tremedica.org/panacea.html>
mina los documentos que contienen el término que figura
tras él. En algunos sistemas de recuperación el operador
AND se sustituye por la expresión «todas las palabras» (es
decir, todos los términos deben estar incluidos en los do­
cumentos recuperados), y el operador OR, por la expresión
«alguna palabra» (los documentos recuperados deberán
contener al menos alguno de los términos especificados).
Estos sistemas suelen añadir la opción de buscar literal­
mente una secuencia de palabras mediante la expresión «la
frase» (Martínez Almagro y cols., 2007).
En esta etapa hemos de considerar la posibilidad de
utilizar otros operadores, como los de proximidad, el trun­
camiento y el uso de paréntesis. Los operadores de proxi­
midad permiten establecer la posición que deben tener los
términos de búsqueda en los documentos recuperados (un
término a continuación del otro, en la misma frase o en
el mismo campo). El paréntesis se utiliza para relacionar
correctamente los términos y evitar confusiones en bús­
quedas complejas. Por ejemplo, no se obtendrán los mis­
mos resultados con la búsqueda «cáncer AND (estómago
OR hígado)» que con la búsqueda «cáncer AND estóma­
go OR hígado». En el primer caso se recuperarán todos
los registros que traten de cáncer de estómago o cáncer
de hígado, mientras que en el segundo se recuperarán to­
dos los documentos que traten sobre cáncer de estómago
y además todos los documentos que incluyan la palabra
hígado, tanto los que tratan de cáncer como los que tratan
de otras enfermedades del hígado. El truncamiento permite
recuperar todas las variantes lingüísticas de un término de
búsqueda que comparten una misma raíz y suele utilizar el
símbolo *. Por ejemplo, al escribir «infec*» en la caja de
búsqueda, obtendremos todos los documentos asociados a
los términos derivados de esa raíz, como infección, infecciones, infeccioso, infecciosa, infectocontagioso, infectado, infectivo, etcétera (Aleixandre-Benavent y cols., 2011).
La figura 2 permite apreciar el uso de operadores boolea­
nos y del paréntesis en una búsqueda sobre «kinesiología u
osteopatía en el dolor de cuello o de espalda» en PubMed,
y la 9, un ejemplo de búsqueda sobre «tratamiento del sida
infantil con antirretrovirales» en la base de datos Ibecs.
Figura 9. Ejemplo de búsqueda sobre «tratamiento del sida infantil con
antirretrovirales» en el campo «palabras», que significa buscar
en el título, el resumen y las palabras clave (base de datos Ibecs).
Nótese el uso del operador booleano «or» entre los términos sinónimos
incluidos en cada caja de búsqueda, el uso del truncamiento
(símbolo $) y el uso del operador «and» a la izquierda para combinar
los tres conceptos (sida, infancia y antirretrovirales)
El último paso es realizar las limitaciones necesarias, por
ejemplo, restringiendo la búsqueda únicamente a determina­
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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Tribuna
dos tipos de documentos (artículos originales, artículos de re­
visión, cartas, editoriales, etc.), periodo de tiempo cubierto en
la búsqueda, idioma de los artículos, etc. Las opciones para
establecer limitaciones suelen aparecer en menús o solapas
situados cerca de la caja de búsqueda.
3. ¿Cómo mantenerse al día de la información
bibliográfica?
Una vez realizadas las búsquedas, es necesario mantener­
se al día de las nuevas informaciones que van incorporándose
en las revistas, las bases de datos y las páginas web y que son
de nuestro interés. A grandes rasgos, se pueden utilizar cuatro
estrategias no excluyentes:
1. Suscribirse a revistas biomédicas que incluyan
el envío de los sumarios electrónicos a nuestro
buzón de correo cada vez que se publique un nue­
vo número de la revista (servicio conocido como
eTOC o electronic table of content). Un ejemplo
es el que proporciona la revista Evidencias en
Pediatría (figura 10).
2. Suscribirse a alertas bibliográficas, como Amedeo
(<http://amedeo.com/index.htm>), sistema que
envía correos electrónicos semanales con listas
bibliográficas sobre las nuevas publicaciones
científicas de interés para profesionales relacio­
nados con las ciencias de la salud (figura 11).
3. Participar en listas de distribución. En las listas
de distribución cada mensaje que se envía a la
lista es recibido por el resto de usuarios que es­
tán suscritos a ella. A través de RedIRIS (<www.
rediris.es/rediris/>) (red académica y de investi­
gación española financiada por el Ministerio de
Ciencia e Innovación que proporciona servicios
avanzados de comunicaciones a la comunidad
científica y universitaria nacional), se pueden
consultar las listas de distribución de carácter
académico o científico y suscribirse a aquellas
que resulten de interés. En abril de 2011 había 94
listas relacionadas con la medicina (<www.redi­
ris.es/servicios/listserv/>) (figura 12).
4. Suscripción a canales RSS (siglas de Really
Simple Syndication) para la sindicación de con­
tenidos de páginas web. La sindicación es la dis­
tribución de contenidos de una página web, que
se pone a disposición de otros sitios o suscripto­
res. Para recibir información en este formato se
necesitan básicamente dos elementos: una fuente
creadora de contenidos y un agregador o lector
de noticias. El agregador es una aplicación que
permite la lectura de las noticias suscritas, como,
por ejemplo, Google Reader (<www.google.es/
reader/>). El agregador hace legible el contenido
de la noticia, comprueba las actualizaciones au­
tomáticamente, informa sobre nuevas entradas y
permite reordenar y guardar la información.
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Figura 10. Captura de pantalla de la web de la revista Evidencias en
Pediatría. Nótese el enlace para la suscripción a su servicio E-TOC
Figura 11. Captura de pantalla que muestra las instrucciones
para suscribirse a las alertas del sistema Amedeo
Figura 12. Captura de pantalla que muestra parte de las
94 listas sobre medicina residentes en el servidor RedIRIS
119
Tribuna
Todos estos sistemas tienen la ventaja de que no es preciso
buscar la información periódicamente para estar al día de las
últimas novedades, pues «la información viene a nosotros»,
con el consiguiente ahorro de tiempo. Los inconvenientes ra­
dican en que su coste de adopción es alto, ya que hay que
detectar las fuentes de información relevantes y realizar las
suscripciones una a una. Por otra parte, es necesario integrar
la lectura de las novedades en la rutina diaria de trabajo, pues
de otro modo pronto nos veremos desbordados por la infor­
mación acumulada (Coronado Ferrer y cols., 2011).
Agradecimiento
A la profesora doctora Antonia Ferrer Sapena, por sus
consejos y por su inestimable ayuda en la elaboración y revi­
sión de este trabajo.
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Panace@ .
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El lápiz de Esculapio
La revisión médica
Joaquín Valls Arnau*
La revisión médica anual de la empresa estaba organizada como una gymkana. La pasaban en grupos de veinte,
los hombres en diferentes fechas que las mujeres. Nada más
llegar, y antes de enfrentarse a la primera prueba, tenían que
cumplimentar un cuestionario que contenía preguntas muy
personales relacionadas con enfermedades de todo tipo, hábitos sexuales, consumo de tabaco, alcohol u otras drogas.
La mayoría mentía a discreción, confesando por ejemplo
fumar y beber bastante menos de lo que en realidad lo hacía. No era el caso de Olegario. Este, un administrativo de
mediana edad recién contratado y que acudía a la revisión
por vez primera, se había tomado el doble de tiempo que
los demás en rellenar el impreso y lo había hecho sudando
la gota gorda.
Después de entregar el formulario los hacían entrar en
unos cubículos. Allí debían desnudarse de cintura para arriba
y ponerse una bata blanca, que a la mayoría les llegaba por el
ombligo. Poco antes de las nueve se encontraban ya concentrados en la sala de espera, vestidos con aquella prenda mínima
como si de una convención de camareros se tratase. De pronto,
alguien advirtió que tan solo eran diecinueve y que por tanto
faltaba uno. Dos compañeros se dirigieron hacia la única puerta
que permanecía cerrada y llamaron con los nudillos. Tras unos
segundos de tensa espera, por fin Olegario se decidió a abrir,
asomó la cabeza y se los quedó mirando sin decir nada, muy
azorado. Aunque intentaba ocultar el resto del cuerpo, lo conseguía tan sólo a medias: todos pudieron ver que llevaba puesta la
bata y que iba completamente desnudo de cintura para abajo.
Jugando a médicos
Además, me voy a chivar a mis padres, y también a los tuyos, cuando me los encuentre por la escalera. Y no pongas esa
cara, porque esta vez va en serio. Ellos pensando que estamos
haciendo los deberes, aquí encerrados, y mientras tanto vas tú
y conviertes mi cuarto en un consultorio médico. Aunque en
realidad no es que eso me importe. Lo que ya no soporto es
que sigas aplazando por más tiempo esa prometida operación
de apendicitis, después de cuatro martes seguidos explorando
hasta el último pliegue de mi piel. Y encima, cobrándome por
cada visita. ¡Anda, opérame y no contaré nada!
La guardia
Era domingo. Salió del hospital a las nueve de la mañana, después de una noche relativamente tranquila. Dirigió sus
pasos hacia la parada del autobús, con ganas de llegar a casa
y meterse en la cama. Mientras iba caminando, pensaba que
su cuerpo empezaba ya a resentirse de los prolongados turnos
de guardia, que por algún extraño motivo tanto le gustaban
durante los primeros años.
Se disponía a sentarse bajo la marquesina cuando de
pronto sintió que una mano huesuda le asía la muñeca, al
tiempo que una voz áspera le ordenaba: «Dame todo lo que
tengas». Ella, intentando aparentar serenidad, extrajo del
bolso el monedero, lo abrió y le dijo: «Mira, solo llevo siete
euros con veinte y la tarjeta del bus». Él revolvió, nervioso,
el departamento de los billetes, donde únicamente halló su
credencial de doctora. Tras lo cual y con una media sonrisa,
le devolvió el monedero con su exiguo contenido y se alejó
de allí renqueando.
Durante la siguiente guardia, de madrugada, trajeron a un
chico inconsciente. Cuando se acercó a él para tomarle el pulso, le vio bastante más demacrado. Pero todavía pudo reconocer en su rostro un esbozo de aquella última sonrisa que dos
semanas atrás le había dedicado.
* Funcionario y gerente de un organismo público, Barcelona (España). Dirección para correspondencia: vallsaj@diba.cat.
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El lápiz de Esculapio
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El reparador de palabras
Juan Manuel Igea*
Julián Casajús nació en el número 2 de la calle principal
del pequeño pueblo segoviano de Trescasas el 13 de mayo de
1933. Esta coincidencia natalicia de números primos debió
determinar o profetizar de algún modo el destino de Julián,
que se vio bendecido sin pretenderlo por una capacidad notable de cavilar en términos numéricos y analíticos.
Su primera palabra fue más, que pronunció tímidamente la
primera vez que su madre le dio a probar chocolate; a más le
siguieron en pocos días menos e igual. Tras varias semanas sin
salir de su boca palabras nuevas, el pequeño Julián empezó un
buen día, sin instrucción alguna, a contar en voz alta diversos
objetos hasta el 10, y al poco tiempo, hasta el 100. Aparte de
números y operadores matemáticos, el pequeño segoviano no
nombró a ninguna persona, animal o cosa hasta los tres años
bien cumplidos, y a partir de entonces nunca se mostró pródigo en palabras referidas a naturalezas no cuantificables.
Durante estos primeros años de su vida Julián dio ya
muestras del hombre que sería: flaco, de ojos oscuros y vivos, tímido, callado, ensimismado e indiferente a los demás.
Aprendió también solo a escribir los números, y era frecuente
verle garabatearlos en papeles viejos que luego guardaba con
primor en una pequeña caja de galletas. Sus padres, cencerreros humildes y sensatos, no entendieron a ese único hijo
tan insólito y ajeno a su mundo de chapas de hierro y badajos, pero apreciaron su precoz capacidad para hacer cuentas y
calcular más rápido que nadie el precio de los cencerros que
vendían a los pastores. Por eso le dejaron hacer a su manera
y en su ensimismamiento, y con ello le regalaron una primera
infancia feliz.
A los cinco años entró en el colegio del pueblo y su felicidad sufrió el primer contratiempo. Julián se vio forzado a
convivir con los otros niños, que, ante su excepcionalidad,
respondieron con incomprensión y burlas, lo que melló su paz
infantil. Por fortuna, las matemáticas constituían una asignatura importante, y la clase de hora y media diaria que el colegio les dedicaba arrancó de raíz el dolor de esa convivencia
forzada en el pequeño Julián. Desde las primeras clases comprobó satisfecho lo obvio que para él era lo que a los demás
resultaba difícil y a veces incompresible. La percepción clara
de esta diferencia entre él y el resto de los niños imprimió en
su alma joven una idea que le acompañaría mucho tiempo, la
de ser distinto y muy superior a los demás. Aquella revelación
le hizo sentirse fuerte, y no volvió a dar valor a lo que los demás seres, claramente inferiores, pudieran pensar de él.
Cuando acabó el colegio a los 14 años, Julián, tutelado
por la maestra de aquel colegio, se convirtió en un matemático notable. Tenía conocimientos avanzados de álgebra, geometría, topología, teoría de las probabilidades y ecuaciones
diferenciales, entre otras, pero lo que más le atrajo desde los
primeros momentos fue la teoría de los números. Aunque Ju-
lián nunca buscó emplear su mente en asuntos prácticos, sino
que siguió un impulso interno e irrefrenable que le llevó a
las matemáticas, advirtió enseguida que los números eran el
lenguaje de la naturaleza, y que conocer su esencia le llevaría
a comprender el mundo. Y Julián se sentía predestinado a tal
empresa.
Pero la realidad inmediata y prosaica se impuso a su ansia
de conocimientos matemáticos. En su pequeño hogar de Trescasas no había dinero para ir a la capital a seguir estudiando,
y Julián tuvo que buscar un sustento, que halló finalmente
ejerciendo de chico de los recados en una residencia de ancianos regentada por religiosas. Aquello resultó en realidad una
bendición para Julián. La dedicación respetuosa e infatigable
de las religiosas, la inocencia senil de la mayoría de los residentes, la tranquilidad del lugar y su pequeña y acogedora
biblioteca convirtieron aquella residencia en un paraíso para
Julián, donde pasaría ya el resto de su vida alejado del mundo
con tiempo y ocasión para hacer aquello para lo que se sentía
predestinado.
En sus primeros años en la residencia su actividad matemática fue febril. Todos los momentos libres los dedicaba al
estudio de las ciencias exactas, en especial de los números.
Trabajó en algunos números fascinantes, poseedores de enormes secretos, como el 6174, y en otros cuya relevancia había
llevado a grandes matemáticos a bautizar con letras, como los
números e, Φ y π. Sin embargo, los miles de horas empleados
en el estudio concienzudo y escrupuloso de todos estos números no proporcionaron ningún resultado.
Pero Julián era un segoviano terco e inmune al desánimo.
Pensó entonces que lo más acertado sería estudiar los verdaderos átomos de los números, los números que dan lugar a
todos los demás, los llamados números primos. Fue en aquel
momento cuando cobró más fuerza la idea de predestinación
que Julián tenía de sí mismo, al caer por primera vez en la cuenta de que su nacimiento estaba regido por estos números.
Durante los siguientes años le faltaban horas en el día para
diseccionar con su mente analítica aquellas series infinitas de
números primos. ¿Por qué hay tan pocos números simétricos
entre la serie infinita de números primos? ¿Por qué todos los
números son impares excepto el 2? Todas estas cuestiones y
otras muchas absorbieron la energía y la mente de Julián, que
rellenaba cientos de cuartillas con una caligrafía milimetrista
que solo él podía descifrar. A veces, en medio de la noche, se
despertaba creyendo haber hallado en sueños la solución a
un problema matemático, pero siempre se trataba de un mero
espejismo onírico.
A los 49 años, Julián Casajús era un hombre avejentado,
pálido, amojamado y exhausto que parecía estar siempre en
la luna. Su único contacto humano era con aquellas monjitas
de la residencia, que le mimaban como a un niño desorien-
* Alergólogo y traductor médico, Clínica Alergoasma, Salamanca (España).
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tado, los ancianos que le saludaban al pasar como parte de
su paisaje y su madre viuda, a la que visitaba los días de las
fiestas en Trescasas. Su posición de elegido, su predestinación
al estudio de los números y su prodigiosa mente superior solo
le habían hecho prosperar de chico de los recados a portero de
residencia de ancianos. No había sido capaz de descubrir nada
de ese vasto mundo de números, operadores y ecuaciones. Los
números primos, su pasión matemática, seguían encerrando
los mismos secretos que antes. La complejidad de los asuntos
superaba con creces su capacidad para analizarlos. Y mientras
tanto, el resto del mundo, formado por seres menos capacitados y más simples, parecía disfrutar, feliz y vital, indiferente a
su ignorancia. Sus fuerzas se debilitaban, su cuerpo envejecía
y su mente se embotaba cada día más.
Julián entró, al llegar a la dura frontera de los 50 años,
en una apatía que extendió su desinterés por el mundo en
general al de las matemáticas en particular. Solo trabajaba,
comía, dormía y se ponía frente al televisor a mirar con desinterés un mundo ajeno que consideraba necio y llamativamente ignorante de su sin-importancia. Durante cinco años
no volvió a escribir un solo número y evitaba hacer la más
simple suma.
La vida de Julián transcurrió así durante más de cinco
años, hasta que los números primos volvieron a gastarle una
pesada broma. El día 19 de febrero de 1987, Julián dormitaba
sentado en su portería de la residencia de ancianos cuando se
le acercó corriendo una alborotada niña de unos ocho años
que escapaba de un grupo de visitantes. Con brusquedad y
atropello le preguntó en un tono musical descarado: «¿A que
no puedes reconocer ninguna palabra que se lea igual del derecho que del revés?». El renegado matemático la miró con
desdén y le contestó malhumorado: «No existe ninguna palabra así, niña. Solo los números poseen esas características
propias de los entes armónicos y elevados», y en ese instante
volvieron a su mente sus viejos y olvidados números y aquel
puñado de números primos simétricos cuyas leyes no pudo
descifrar. «Pues reconocer, tonto, te lo acabo de decir», respondió la niña triunfal, y corrió rauda sin esperar respuesta.
«Reconocer —repitió varias veces, incrédulo, en su cabeza—.
¡Qué tontería! re-co-no-cer y rec-on-oc-er... Por san Juan y san
Pedro ¡Es cierto!». Aquel sencillo conocimiento de la simetría de
una palabra actuó como un detonador en el viejo y abandonado
polvorín de su mente. Julián nunca se había interesado por las
palabras, de hecho le costó igual o más que a los demás niños
aprender a leer, y eso le llevó a despreciar esa habilidad; jamás
se había sentido conmovido por palabra alguna. Siempre había
considerado las palabras como partes sencillas de un lenguaje humilde que usaba la gente ignorante para entenderse en asuntos
domésticos. Pero esta simetría en reconocer, una palabra de nueve
letras y cuatro sílabas, revelaba que había algo más en esas partes
sencillas que a él se le había escapado.
Una sed profunda de saber despertó de nuevo en la cabeza de Julián. No tardó mucho en enterarse por la anciana sor
Teresa, maestra durante muchos años en las misiones, de que
había muchas palabras simétricas: palíndromos las llamaba
ella. Esto generalizaba una característica armónica a muchas
unidades de ese lenguaje escrito y hablado al que él nunca
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Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
El lápiz de Esculapio
había prestado atención. Había incluso frases palindrómicas,
lo que era asombroso.
Un nuevo horizonte se abría ante su mente ansiosa. Estaba
claro que los números eran el lenguaje de Dios, inaprensible
para los hombres, pero las palabras eran el lenguaje de los
hombres, y Julián tenía la mente adecuada para analizarlo,
comprenderlo y mejorarlo.
Su método de trabajo solo podía ser matemático, por lo
que lo primero que hizo fue comprarse un diccionario y contar palabras, clasificarlas por el número de letras, el número de
consonantes, el número de vocales, la simetría, las repeticiones internas, la acentuación, la altura de las letras, los prefijos
o sufijos análogos y otros muchos criterios más matemáticos
que lingüísticos. También numeró las letras del 1 al 27 y buscó relaciones matemáticas entre ellas y entre las cifras a que
daban lugar las palabras que estas letras numeradas reunían.
Buscó fórmulas, elaboró ecuaciones complejas, aplicó incluso modelos matemáticos probabilísticos. Pero nada de todo
esto dio a Julián la clave sobre el funcionamiento más íntimo del lenguaje. Ningún frío razonamiento conseguía revelar
cómo 27 letras podían combinarse al azar en grupos de 1, 2 o
hasta 22 letras para dar una gama enorme de palabras que conseguían representar, perfilar y matizar hasta límites insospechados un mundo vasto y complejo. Además, ese conjunto de
varias decenas de miles de palabras cambiaba continuamente
a medida que los hombres que se servían de ellas aumentaban
sus conocimientos y mejoraban y pulían los ya existentes. La
precisión, la flexibilidad, la diversidad y la capacidad de autorregeneración de este lenguaje de las palabras, tan diferente al
de los números, asombraron al viejo matemático, que al cabo
de los años empezó a reconocer la enorme belleza de este
sistema abecedario hasta entonces tan simple para él. Más de
20 años de trabajo, interrumpidos solo por sus deberes en la
portería de la residencia, llevaron a Julián a aprender estas
cualidades de las palabras, pero también a aceptar de nuevo
su incapacidad para encontrar la esencia de ese lenguaje. Pero
esta vez el resultado de ese fracaso fue distinto.
El análisis de las palabras le había llevado a interesarse
por esas otras personas que utilizaban tal herramienta maravillosa para comunicarse y a conocer la belleza de esas personas
y del mundo que las rodeaba. Aprendió que cada palabra es
capaz de abrir un mundo de conocimientos, no solo sobre los
demás, sino sobre uno mismo, algo de lo que le alejaron sus
preciados números. Así, a los 75 años de edad y ya como un
miembro más de esa residencia de ancianos en la que trabajó
toda su vida, Julián se aceptó por fin como un hombre más entre todos, con una aptitud especial para entender los números.
Entenderlo tan tarde le había hecho perder muchos años de
disfrute sencillo y vital de su condición de ser humano.
Desde ese reconocimiento de su propia sin-importancia y
con la nueva luz que le habían aportado las palabras, Julián
halló por fin un objetivo factible para su existencia. En su
estudio de las palabras encontró muchos errores lógicos, lo
que era previsible en un sistema tan cambiante y creado por
personas muy diversas al mismo ritmo vital frenético de su
existencia. Así que se propuso la tarea de enmendarlos y dejar
así un hermoso legado.
123
El lápiz de Esculapio
Uno de los primeros errores que Julián observó fue el de
los verbos irregulares. Era inaceptable que un elemento tan
importante de la frase contuviera elementos que se conjugaran siguiendo reglas diferentes a las de los demás. Este tipo
de cosas le confundían, aunque era consciente de utilizar tales
formas anómalas de manera natural en su vida diaria. Tampoco entendió el derroche que suponía que hubiera palabras
con varios significados y significados que pudieran expresarse con diferentes palabras. El tema de los prefijos y los sufijos
también traía de cabeza a Julián. No podía concebir, por ejemplo, cómo una palabra tan clara como tos podía ser sufijo de
palabras que no tenían nada que ver con su significado, como
bustos o tormentos, o la palabra año, de otras como estaño
o tamaño. Tampoco entendía cómo un prefijo como a, que
implica negación podía a veces otorgar al lexema que acompañaba el significado contrario, como en atareado, apacible o
asalariado. Y era inaceptable que existieran diminutivos que
se refirieran a entes de mayor tamaño que la palabra original,
como polvorín y polvorón, bombín y bombón y otros muchos.
Finalmente, era necesario prohibir terminantemente construcciones incongruentes del tipo «estoy mintiendo» o «todas la
afirmaciones son falsas».
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Julián pretendió aportar lógica a la lengua, y así repararla. Y para ello empezó a escribir una larga obra que reuniría
todos estos defectos lingüísticos y la forma de enmendarlos y
que pensaba entregar en acto solemne al mismísimo Rey de
España para su sanción urgente. Sus compañeros de residencia se reían de este propósito descabellado de Julián, y entre
risas y bromas le apodaron «reparador de palabras».
Y en ese empeño imposible pasó Julián sus últimos años
al cuidado de sus monjas, que le atendieron con la ternura
dedicada que mostraban con los hombres buenos y excéntricos. Una tarde, la última, una monja le daba de merendar
chocolate caliente con una cucharilla cuando Julián sintió
una presión profunda en el pecho y supo que la vida se le
iba. «Más, más», le dijo con premura a la monja para llevarse a la otra vida, si no los misterios de los números y las
palabras, al menos todo el sabor del chocolate que le cupiera
en la boca.
Julián Casajús abandonó así este mundo con la misma primera palabra que pronunciara 83 años antes, una palabra sencilla e inequívoca, que, tras casi toda una vida de representar
para él un operador matemático, acabó significando lo mismo
que al principio, una dulce solicitud.
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Confesiones de un anticuerpo monoclonal
Pablo Mugüerza Pecker
Hola. Me llamo stupendomab y soy un anticuerpo monoclonal. Pensará usted que tengo un nombre complicado. Pero
es que no es fácil bautizarnos: nuestro nombre tiene que terminar en mab, monoclonal antibody en inglés. Esto no facilita
las cosas. Mis hermanos se llaman adalimumab, rituximab o
tocilimumab, por ejemplo. Si pensaba que el hebreo es difícil,
¡bienvenido al mundo de los anticuerpos monoclonales!
Soy un tipo de fármaco moderno. Me están probando como
tratamiento de la artritis reumatoide, del mieloma múltiple y
de la enfermedad de Crohn, entre otras enfermedades. Las
cosas no van muy bien. Causo efectos secundarios desconcertantes, y los beneficios que aporto al paciente son, digámoslo
así, relativos. El laboratorio que me está desarrollando (según
su propia expresión) tiene serias dudas sobre mi futuro, pero
solo de puertas adentro. Se han gastado mucho dinero en mí
y, como ha ocurrido en otros casos, saldré adelante aunque
no logren demostrar que sirvo para mejorar la salud de los
pacientes.
Dicen de mí que soy recombinante, porque han denominado así a los productos de la manipulación genética. En pocas
palabras, nos fabrican en una célula diseñada para hacerlo,
a mitad de camino entre la realidad y la ficción. No es fácil
explicar nuestra existencia, ni todos los que intervienen en
que lleguemos al enfermo saben exactamente lo que somos.
Es decir, somos un producto del máximo avance de los conocimientos, pero nos mantiene vivos la ignorancia.
Esta bipolaridad de sabiduría y desconocimiento se ha
ensayado en el pasado reciente con mucho éxito. Todos mis
primos que acaban en vir, los antirretrovirales, se crearon para
combatir una enfermedad que ya se ha pasado de moda, pero
que sembró el pánico en la década de los años ochenta: la
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infección por el VIH y su consecuencia, el sida. La historia es
conocida: un grupo de sabios descubre una enfermedad o algo
nuevo relacionado con una enfermedad existente y se detecta
una epidemia de esa enfermedad. Empieza a enfermar gente
y, si se hace bien, también mueren muchos. ¿Ha aumentado
la incidencia de la enfermedad o es que ahora se diagnostican más casos? Eso nunca lo sabremos. Pero hay que pararlo
como sea, es la plaga del siglo. Los laboratorios encuentran
cómo pararlo, NO cómo curarlo. Saltándose todos los protocolos de investigación, justifican el lanzamiento de los fármacos por puritita filantropía. Se logran algunos efectos (demostrados de forma indirecta con métodos diseñados también por
el laboratorio) y, por razones que todavía no conocemos (se
aduce el aumento de la prevención pero, my friend, eso NO ha
pasado), la gente deja de morirse, aunque tampoco se cura: se
convierten en enfermos crónicos, un caramelo muy apetecido
por los laboratorios.
El caso es que a uno de la familia de los antirretrovirales
lo bautizaron como maraviroc. No es un fármaco maravilloso,
solo se llama así. Mi laboratorio dijo que si la competencia
tenía algo maravilloso, ellos debían tener algo stupendo, sin
e, como lo pronuncia el señor director, que es bilingüe por lo
menos. Y ahí me tienen: stupendomab.
Ya imaginará usted que con estos antecedentes uno no tiene las cosas claras. He pensado mucho y he decidido que me
gustaría reencarnarme; en una existencia futura quiero ser un
antibiótico antiguo, una penicilina de la primera generación,
por ejemplo, con un enemigo conocido y visible que yo pueda
destruir para curar a los pacientes acabando con el enemigo
sin dañar a nuestro hospedador. Es la idea que nos dio vida, y
me gustaría mantener la tradición.
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El lápiz de Esculapio
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Orgasmo: la cólera y el placer sexual
Aparentemente para los estudiosos de griego orgasmo es un derivado de gr. orgē ὀργή, ‘cólera’. Vamos a intentar
explicar y matizar esta relación semántica.
Poca información podemos obtener de los usos de orgasmós ὀργασμός en el propio griego, porque es una palabra muy
rara (solo dos usos registrados en el Thesaurus Linguae Graecae, es decir, en una base que recopila toda la producción literaria y científica griega desde el siglo viii a. C. hasta el siglo xv d. C.); aunque no es irrelevante, para que el término siga
en uso en la actualidad, que Hipócrates sea responsable de uno de esos usos, en un contexto que no nos dice nada sobre el
significado de la palabra. En primer lugar, hay que tener presente que orgasmós no deriva directamente de orgē, sino del
verbo orgáō, el cual sí es derivado directo de orgē; es un pequeño matiz que resulta significativo; además, el significado
primario de orgē es ‘ardor’, más que ‘cólera’, aunque luego, en el uso en época clásica, se impusiera el último de los
significados indicados. Estos valores originarios los conservó el verbo orgáō; no significa ‘estar encolerizado’, como uno
podría suponer, sino, hablando de sexualidad animal, ‘tener ardor sexual’ y ‘estar en celo’ y, hablando de plantas, ‘estar
a punto de brotar o fructificar’, ‘estar lleno de savia’. Es decir, ya tenía en griego clásico una aplicación sexual bastante
clara. A partir de ‘ardor’ o ‘turgencia’ se pasaría por un lado a ‘ardor sexual’, que es lo que nos interesa aquí, y, por otro
parte, de ‘ardor’ se pasó a ‘cólera’. A este propósito, en español tenemos la expresión, hoy pasada de moda, furor uterino,
que el DRAE define como «Deseo violento e insaciable en la mujer de entregarse a la cópula». Lo más curioso es que se
pueda aplicar el verbo orgáō a plantas o incluso humores o fluidos corporales. A Galeno le llama muchísimo la atención el
aforismo 4.10 de Hipócrates y lo comenta varias veces en distintas obras, precisamente por el valor que le da Hipócrates
al verbo que comentamos. Dice ese aforismo:
Hay que purgar en las situaciones agudas si [los humores] están a punto de brotar [orgáō en el texto] en el mismo
día, pues es malo demorar en tales circunstancias.
Galeno comenta (In Hippocratis aphorismos commentarii, K. 17b 668), a propósito del valor de orgáō en este aforismo, que Hipócrates ha trasladado el significado aplicado a los animales que están deseosos de copular a los humores.
El intermediario de ese traslado semántico, cosa que no menciona Galeno, es que se emplee ese verbo para plantas
que están a punto de brotar; el punto en común entre el ardor sexual y las plantas a punto de brotar pensamos que es
la turgencia.
Pero sin duda es mucho más interesante y relevante para el significado actual otro pasaje de Hipócrates (De semine, de
natura pueri, de morbis, 4), donde se nos habla de la llamada eyaculación femenina y del placer sexual de la mujer:
Afirmo que a las mujeres en el acto sexual, por el frotamiento de sus órganos sexuales y los movimientos de la
matriz, les sobreviene una especie de hormigueo en la matriz con calor y placer en el resto del cuerpo. La mujer
expulsa líquidos de su cuerpo que van a su matriz unas veces, con lo que la humedecen, y otras hasta el exterior, si
su matriz está abierta más de lo conveniente. Siente placer después de empezar la unión sexual todo el tiempo hasta
que el hombre la deja. Si la mujer tiene ardor por unirse sexualmente [orgáō en el texto], se deja ir antes que el
hombre y ya no tiene el mismo placer sexual; si no tiene ardor sexual [orgáō en el texto], tiene placer hasta el final
junto con el hombre.
En el siglo xvii se reintrodujo la palabra en lenguas modernas (en lenguaje científico de los siglos xviii y xix no es infrecuente que se reintroduzcan palabras que son sumamente raras en la antigüedad, especialmente si están atestiguadas en
Hipócrates), y el francés es la primera que lo documenta, en 1611, como ‘acto de furia o rabia’. Con el valor de ‘espasmo’,
‘contracción’, se documenta en inglés en 1704; como ‘ardor sexual’, en inglés en 1754. Esta es la definición del término en
el diccionario etimológico inglés de Bailey de 1737: «movimiento rápido de la sangre o de la fuerza vital animal por la que
los músculos se convulsionan o se mueven con una fuerza que no es habitual». El significado de ‘espasmo’ o ‘convulsión
muscular’ es uno de los componentes semánticos del valor moderno del término; sin embargo, no está en griego; ¿cuál
es su origen, entonces? Creemos que es un cruce con espasmo, debido a que tanto orgasmo como espasmo comparten el
mismo sufijo, -a-smos, un sufijo que no es muy frecuente en vocabulario médico (además de espasmo solo aparece en
marasmo). Por la vía del sufijo, por tanto, se asoció orgasmo con espasmo en el siglo xviii.
El término se especializó en latín científico en la forma orgasmus venereus, que se describe así en una revista inglesa
de 1776 (The Critical review, or, Annals of literature, 41, 49, que cita un libro de Hamilton sobre el arte de la obstetricia de
1775):
Por obra del orgasmus venereus y por la inyección del semen masculino, toda la zona adyacente a la matriz se
pone en movimiento, las trompas de Falopio se ponen turgentes y erectas [...].
Pero téngase en cuenta, que orgasmo venéreo se podía aplicar igualmente a la erección y turgencia del pene masculino
hasta finales del siglo xix; por tanto, en la cita anterior orgasmo todavía no tiene el significado actual, sino el de ‘turgencia’.
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El lápiz de Esculapio
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Unos años después, en 1781, un obstetra francés bastante influyente en su época, Jean Louis Baudelocque, escribía lo
siguiente en un tratado de obstetricia, en un texto que está parafraseando en buena medida el que hemos citado antes de
Hipócrates, a propósito de cómo se produce la concepción y en torno al problema de la eyaculación femenina:
[Los antiguos] imaginaban que la mujer expulsaba en el coito un líquido prolífico como el del hombre. Esta
concepción, aunque generalmente aceptada, ha tenido sus detractores y algunos, incluso entre los antiguos, han
sostenido que el líquido en cuestión no era sino el humor filtrado por las glándulas de la vagina y que, si, en efecto,
procediera de los ovarios, ¿cómo y por dónde se expulsaría durante el embarazo? Si se juzga por el sentimiento
voluptuoso y la especie de orgasmo que la mujer experimenta en la zona de las trompas en el instante que se libra a
los placeres del himeneo, parecerá verosímil que fluya algún fluido de los ovarios hacia la matriz; pues esa sensación
no puede deberse al líquido que se expulsa hacia el exterior, puesto que tiene lugar en la mayoría de las mujeres,
independientemente de que se expulse líquido.
Nos vamos acercando cada vez más al sentido moderno, en el que se combinan tres valores semánticos: dos antiguos,
‘ardor sexual’ y ‘turgencia’, y uno reciente, ‘convulsión espasmódica’. El valor actual está perfectamente claro en esta
cita de una enciclopedia francesa de 1800 (Dictionnaire raisonné universel d’histoire naturelle, de Valmont de Bomare),
a propósito de los líquidos seminales:
Todavía no hay certeza sobre si el líquido que la voluptuosidad hace expulsar a las mujeres, sin provocarles
nerviosismo, es verdaderamante un líquido seminal, prolífico como el del hombre. Parecería más probable que ese
líquido que derrama la mujer no es ni un fluido nutricio ni un estimulante tan potente; que solo está destinado a
lubricar el interior de las partes genitales y que su aparición o emisión, o mejor, su salida, es la causa de esos movimientos espasmódicos y del orgasmo de placer que algunas mujeres experimentan en el coito. (Decimos algunas
mujeres porque en las escenas de voluptuosidad hay muchas en las que la física del amor parece estar muda, sorda,
y que sin embargo no engendran en menor medida.)
En 1822 leemos en un Diccionario de ciencias médicas lo siguiente:
Hay tanta analogía entre un leve ataque epilétpico y el orgasmo espasmódico que acompaña al acto de la reproducción que los antiguos definieron el coito epilepsia brevis.
El primer uso de orgasmo en sentido actual que aparece en el CORDE es de 1903, en la expresión orgasmo venéreo
(en la novela cubana A fuego lento, de E. Bobadilla). Obsérvese que se adjetiva el término en estos primeros usos con
significado actual, se habla de espasmódico o de venéreo. Téngase en cuenta que, según el DRAE, sigue vigente, todavía
hoy, además del significado que hemos comentado, una acepción de orgasmo que define como ‘exaltación de la vitalidad
de un órgano’ y que en ediciones anteriores, definía como sinónimo de eretismo.
Creemos que a partir de estos textos ha quedado clara la evolución de significado que se ha producido hasta llegar al
valor actual, que, como vemos, solo se documenta con seguridad a finales del siglo xviii y principios del xix.
En definitiva, para llegar al significado actual se mezclaron los valores antiguos de ‘ardor sexual’ y ‘turgencia’, reintroducidos en el siglo xviii, con uno que no está en la antigüedad, el de ‘convulsión espasmódica’ (propiciado por el hecho de
compartir orgasmo y espasmo el mismo sufijo -a-smo), todo ello en el contexto de la discusión de la eyaculación femenina
y el placer sexual, a partir, en parte, del texto de Hipócrates que hemos comentado.
© Francisco Cortés Gabaudan. <dicciomed.eusal.es>. Universidad de Salamanca
Panace@ .
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Reseñas
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Sobre algunos de los tópicos que acompañan a la
comunicación científica y al género de «divulgación»
Bertha M. Gutiérrez Rodilla*
José Pardo-Tomás (coord.) (2010): «Ciencia, historia y
escritura» (dosier), Cultura Escrita & Sociedad, Revista
Internacional de Historia Social de la Cultura Escrita,
10: 5-175.
La Revista Internacional de Historia Social de la Cultura
Escrita ha publicado en su décimo número un interesante dosier integrado por cinco trabajos, que buscan poner de relieve
algunos de los aspectos que se relacionan con la producción
y la comunicación de la ciencia; observadas ambas no como
facetas separadas y sucesivas de un proceso que pueden no
tener nada que ver entre sí —que es como con frecuencia se
consideran—, sino como lo que son en realidad: partes integrantes de una misma entidad. Sin embargo, no ha sido infrecuente hasta épocas relativamente recientes —y así nos lo
recuerda el coordinador del dosier, José Pardo-Tomás, en la
introducción con que se inicia— que la historia de la ciencia
occidental fuera para muchos la de la difusión de las ideas,
teorías o descubrimientos realizados por las grandes figuras
en los grandes centros productores hacia las personas comunes y vulgares de los espacios periféricos. Esto ha determinado que, a la hora de analizar períodos históricos, ámbitos
geográficos, personajes, prácticas, escritos y objetos que hasta
no hace demasiado tiempo eran invisibles para esa historia
de la ciencia, se produzca una cierta incomodidad y que los
resultados derivados de tales análisis no siempre encajen con
las narraciones consideradas como canónicas hasta ahora.
Sin embargo, no son pocos los historiadores de la ciencia que
van dibujando un panorama distinto a propósito de aspectos
varios, tales como la historia de la escritura, la enseñanza y
la comunicación científica o la función que desempeñan los
distintos públicos de la ciencia.
De esto que decimos dan buena prueba los cinco artículos
recopilados en este número de Cultura Escrita y Sociedad,
a pesar de sus distintos enfoques y de centrarse en ámbitos
y casos bien distintos. El primero de ellos, «Escrito en la rebotica», que firma José Pardo-Tomás, se centra en el análisis de los diferentes materiales reunidos durante más de dos
siglos (1626-1857) por diversas generaciones de miembros
de una familia de boticarios de Barcelona, los Salvador, en
su gabinete de historia natural. Tal análisis nos acerca a la
cultura material de la ciencia durante todo ese periodo, así
como a la actividad habitual que se desarrollaba en el gabinete; nos permite conocer los distintos géneros de escritura que
se practicaban en la rebotica (cartas, informes, descripciones,
clasificaciones...), dando cuenta de su evolución a través del
tiempo, sin olvidar los diversos «públicos» que frecuentaban
el establecimiento (visitantes, corresponsales, viajeros, coleccionistas...), que lógicamente incidían sobre la producción de
conocimiento y su comunicación en ese espacio concreto de
práctica científica. Todo ello contextualizado en el necesario
marco europeo general que tuvieron estos espacios, donde se
desarrolló buena parte de las prácticas científicas relativas a la
historia natural durante más de tres siglos.
En el segundo artículo, Agustí Nieto-Galán repasa desde
una perspectiva histórica la concepción tradicional sobre la
«divulgación» científica. Dicha revisión se efectúa mediante
el estudio de diferentes materiales, como conferencias públicas, cursos y proyectos editoriales, desarrollados durante
del siglo xix. Y alcanza tal revisión a sus distintos actores
—autores, editores, lectores—, que de este modo consiguen
un nuevo protagonismo. El enfrentarnos a materiales tan diversos como manuales escolares, libros de texto, libros de
divulgación, literatura o artículos en revistas especializadas
* Área de Historia de la Ciencia, Universidad de Salamanca (España). Dirección para correspondencia: bertha@usal.es.
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y en prensa cotidiana nos permite mejorar nuestro conocimiento sobre ellos, al tiempo que nos proporciona argumentos que sirven para desmontar ideas apriorísticas que sostienen la existencia de una rígida separación entre experto y
profano: por el contrario, al margen de lo que anunciaran las
leyes o los planes de estudio del momento, en este trabajo se
muestra cómo el conocimiento científico recorría todas las
clases sociales y de qué modo los diferentes grupos de lectores conseguían apropiarse de forma activa de los variopintos
textos circulantes.
Por su parte, Josep Simon reflexiona sobre la tradicional
división, a que ya hemos aludido, entre producción y comunicación de la ciencia, que lleva a entenderlas como dos acciones separadas e independientes. Algo que ha determinado,
en general, la baja consideración que los historiadores de la
ciencia han demostrado clásicamente por la escritura científica, de modo especial por los libros de texto, considerados
como una práctica menor, ajena por completo al mundo de la
actividad científica. A través del ejemplo de Adolphe Ganot y
su obra, Simon nos muestra, sin embargo, cómo la escritura
guarda en numerosas ocasiones una relación estrecha con la
invención científica. Es más, la escritura forma parte de pleno
derecho de la práctica científica, tanto por las interacciones
sociales que puede generar como por su función formativa en
la disciplina de que se trate o por la creación de un espacio de
crítica entre los lectores, entre otras posibilidades.
La enseñanza de las ciencias es sin duda uno de los ámbitos en que la influencia de esa concepción de que la comunicación científica es un proceso unidireccional, separado de la
producción de conocimientos, ha sido mayor. La enseñanza
sería, además, el último eslabón en el proceso de transmisión
del conocimiento, por lo que ni los métodos e instrumentos
docentes utilizados ni los saberes transmitidos han interesado
demasiado a la historia de la ciencia hasta hace poco tiempo.
En ese contexto se sitúa el artículo de Josep Simon a que acabamos de referirnos, pero también el que lo sigue en el monográfico, elaborado por Antonio García Belmar y José Ramón
Bertomeu Sánchez, dedicado a las prácticas de oralidad y escritura en el ámbito de la enseñanza de las ciencias experimentales. En concreto, las lecciones de Química impartidas en las
primeras décadas del siglo xix por Louis Jacques Thénard en
el Collège de France. Un análisis que se lleva a cabo a través
de los cuadernos o apuntes elaborados por algunos de los asistentes a tales lecciones a partir de las notas tomadas en clase
y con el que se intenta recuperar no tanto la voz del profesor
—como con frecuencia han hecho otros historiadores en sus
acercamientos a este tipo de materiales—, sino la perspectiva
de los alumnos, que además confeccionaron de modo muy
distinto sus respectivos cuadernos. Esta perspectiva de los
alumnos, según nos lo demuestran Bertomeu y Belmar, permite identificar algunas de las prácticas de estudio asociadas
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Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011
Reseñas
a la escritura de los cuadernos, reconstruir el contexto en que
se produjeron estas prácticas, comprender su función como
herramientas para el aprendizaje de la química y entender los
mecanismos que conectan la escritura de las lecciones orales
con otras prácticas de lectura, escritura, observación y manipulación relacionadas con el aprendizaje de una ciencia experimental como la química.
Por último, Àlvar Martínez Vidal y Emma Sallent del
Colombo nos proponen un ejemplo muy ilustrativo de cómo
la traducción científica —en este caso de un libro de alta divulgación— puede constituirse en mecanismo de resistencia
cultural y científica. Ilustra igualmente sobre la pluralidad de
voces que una traducción puede contener, así como sobre la
extensión geográfica que la edición de un libro puede abarcar.
Se trata de la traducción al castellano de The Wisdom of the
Body (1932), de Walter B. Cannon, profesor de Fisiología de
la Harvard Medical School, realizada en el contexto del exilio y la diáspora de la escuela fisiológica catalana, acaecidos
tras la Guerra Civil española. Una traducción llevada a cabo
en Tolosa (Francia) por Jesús M. Bellido, antiguo subdirector del Instituto de Fisiología de Barcelona, que publicaría en
México, en 1941, la Editorial Séneca, fundada y administrada por exiliados españoles. La versión española, revisada por
Rossend Carrasco y Jaume Pi-Sunyer, otros dos miembros
de la escuela fisiológica catalana, por entonces exiliados en
México, contó con un prólogo de José Joaquín Izquierdo, profesor de Fisiología en la UNAM y un largo epílogo de Ausgust
Pi-Sunyer, antiguo director del Instituto en Barcelona, afincado por entonces en Venezuela, donde acababa de fundar el
Instituto de Fisiología Experimental de Caracas. Por medio de
esta y otras traducciones, el antiguo grupo catalán desarrollaría —a decir de Martínez Vidal y Sallent del Colombo— un
complejo programa de resistencia cultural, gestado en el exilio y ejecutado por diversos actores, que les permitía seguir
siendo visibles ante la comunidad científica, además de continuar teniendo relevancia ante las editoriales latinoamericanas. De este modo, si no podían mantener a salvo su escuela,
sí permanecía, por lo menos, la ilusión de proseguir en común
la labor iniciada en Barcelona años atrás.
Se trata, en resumidas cuentas, de cinco trabajos desmitificadores y muy atractivos sobre la pluralidad de modelos de
comunicación científica y de los actores involucrados en ella,
que nos hacen reflexionar, por un lado, sobre lo pertinente
de estudiar la escritura científica como parte integrante e inseparable de la construcción de la ciencia y, por otro, sobre
la ausencia de fronteras nítidas entre los escritos científicos
para los expertos y aquellos otros dirigidos a los profanos.
Unos escritos entre los que existe más bien un continuum,
una graduación, mediante la que imperceptiblemente se va
pasando de unos registros a otros y de unos géneros a otros.
En definitiva, cinco trabajos de lectura muy recomendable.
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Reseñas
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Utilidad de la nueva Ortografía de la lengua española
para el profesional del lenguaje
José Antonio de la Riva Fort*
Real Academia Española y Asociación de Academias
de la Lengua Española (2010): Ortografía de la lengua
española. Madrid: Espasa; 796 págs. ISBN: 978-84-6703426-4. Precio: 39,90 euros.
las dos acepciones del término ortografía, a saber: el conjunto
de normas que regulan la correcta escritura de una lengua y
también la disciplina que estudia y explica dichas normas.
Puesto que un juicio pormenorizado de una obra de este
calibre exigiría un comentario demasiado extenso, aquí se llevará a cabo solamente lo siguiente: 1) una descripción de la
estructura del texto, con una valoración general de su contenido; 2) un análisis de seis novedades de doctrina ortográfica,
algunas de las cuales afectan significativamente a los textos
científico-técnicos; 3) un breve repaso de normas y recomendaciones ortográficas (que para algunos quizá resulten obvias,
pero que frecuentemente se pasan por alto) pertinentes para
las publicaciones en este ámbito, con ejemplos de términos
principalmente de ciencias biomédicas, sin pretensión de
exhaus​tividad; 4) algunas consideraciones sobre importantes
aspectos polémicos de la obra. El propósito de esta reseña,
aparte de comentar la obra en su conjunto, es rescatar parte de
la información más útil para el redactor y el traductor de obras
de ciencias biomédicas.
Valoración general
Introducción
De todas las características que esta Ortografía generosamente se atribuye en su presentación (coherente, exhaustiva,
simple, razonada, didáctica y panhispánica), quizá sea su dimensión razonada, teórica, su reflexión sobre los fundamentos
de la disciplina, el rasgo que mejor la define, el más esencial y
específico, y es también el que mejor explica su considerable
extensión. A diferencia de su predecesora, un breve manual
que eludía todo trasfondo teórico, este tratado da cuenta de
El índice de contenidos muestra que, salvo algunas excepciones, la obra está bien estructurada. En la introducción
se presenta el contexto histórico de la escritura y se describen
el nacimiento y la evolución del sistema ortográfico español,
con énfasis en los criterios que se emplean para fijar sus normas. En la primera parte, se explica el sistema ortográfico del
español, con una amplia exposición del uso de las letras, los
signos de puntuación, los signos auxiliares, etcétera. Las cuestiones que plantean dificultades específicas, como extranjerismos, latinismos, nombres propios y expresiones numéricas,
se abordan en la segunda parte, que, por su temática, es de
especial interés para el redactor de textos científico-técnicos.
La obra también incluye, como apéndices, cuatro listas: de
abreviaturas, de símbolos alfabetizables, de símbolos no alfabetizables y de países, con sus capitales y gentilicios.
Cada capítulo se organiza de la siguiente manera: tras una
introducción que describe los aspectos históricos y teóricos
del tema que se trata, hay un texto base, en que se expone la
doctrina ortográfica en su lado más concreto, entremezclando
la normativa con los ejemplos que la ilustran. Tanto en las
introducciones como en el texto principal son frecuentes las
secciones de información adicional, con aclaraciones y datos
complementarios, y los cuadros de advertencias, notas normativas sobre cuestiones especialmente importantes o difíciles.
Sumamente recomendable es la lectura de la introducción
(pp. 1-42), sobre todo por la lúcida perspectiva histórica que
adopta y por la exposición de la compleja interacción de crite-
* Editor (Madrid). Dirección para correspondencia: josedelarivafort@gmail.com.
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Panace@.
Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011
Reseñas
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rios (pronunciación, etimología, uso tradicional consolidado,
analogía, antihomonimia, unidad) que determina las reglas
ortográficas.
La introducción de cada uno de los capítulos de la primera
parte (pp. 43-591), que contienen definiciones, caracterizaciones y explicaciones de los elementos de la ortografía, valen
mucho la pena, porque permiten comprender los porqués de
la normativa ortográfica. Ahora bien, la descripción del uso
de las letras y signos de puntuación muchas veces es tan detallada, se encuentra tan intercalada de ejemplos en muchas
ocasiones inverosímiles y se reflejan con tanta minuciosidad
temas de poca importancia que el resultado en ocasiones es
poco eficaz en términos expositivos. La explicación de uso
de la coma (pp. 302-349), por ejemplo, considera tantos casos
y tantas excepciones y criterios que es poco probable que el
lector promedio asimile su contenido con provecho.
La segunda parte de la obra (pp. 593-698) concentra buena parte del material interesante sobre el que la Ortografía
anterior no se había pronunciado claramente. Otra vez las in­
troducciones de los capítulos son muy destacadas y otra vez
el desarrollo de los temas incurre en una densidad poco recomendable para el lector de a pie. A pesar del afán didáctico
manifestado en la presentación de la obra, la terminología
muchas veces es innecesariamente técnica, lo cual puede ser
un obstáculo para el propósito claramente divulgativo de una
obra como esta. Hay desarrollos tan minuciosos de aspectos
tan secundarios que la atención del lector corre constantemente el riesgo de desviarse hacia lo innecesario o irrelevante.
En lo que a doctrina se refiere, esta obra propone una reforma, no una revolución del sistema ortográfico. Se han producido una serie de modificaciones cuyo denominador común es
la eliminación de ciertos espacios de opcionalidad que había
abierto la Ortografía de 1999, lo cual, como se verá más adelante, no se ha conseguido por completo. La obra constituye
un paso adelante hacia la unificación ortográfica, pero quizá
sea un paso insuficiente, ya que no aplica suficientemente el
criterio de unidad de la escritura. Además, como se verá más
adelante, esta obra incluye cambios polémicos e introduce reglas que obligan a hilar muy fino para conocer la escritura
correcta de determinadas expresiones.
En general, la tendencia al razonamiento logra que los
juicios muchas veces obstruyan el veredicto, que es lo que
la mayoría de lectores esperan con avidez. Todo esto obliga a pensar en para quién está pensado un libro como este y
si elegir a ese destinatario es coherente con los objetivos de
la Docta Casa. El que se muestre dubitativa en cuanto a su
carácter normativo o de simple recomendación, en lugar de
pronunciarse a las claras y brindar rápidas soluciones, parece
sugerir que muchas veces es la reflexión sobre los temas más
importante que la conclusión. ¿O debe creerse que cuando
la Academia recomienda en vez de normar está simplemente
usando un recurso retórico para sonar menos dura y prescriptiva?
Puede decirse, por tanto, que la obra contiene materiales
interesantes, valiosos y bien organizados, pero que su ambición, en combinación con la complejidad derivada de una
minuciosidad excesiva y la preponderancia del razonamiento
Panace@.
Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011
sobre el veredicto, redunda en una obra menos didáctica y
divulgativa de lo que cabría esperar, bastante más aprovechable por el profesional del lenguaje que por el escribiente
común.
Seis novedades
A continuación, se analizan seis cambios en la doctrina ortográfica que tienen una importante repercusión en los textos
científico-técnicos.
Escritura de los prefijos
Dada la altísima frecuencia de prefijación en los documentos de este ámbito, parece necesario comentar esta norma
(pp. 531-544). Si la base léxica consta de una sola palabra,
los prefijos deben escribirse soldados a la misma, sin guion:
antiespasmódico. Si la base empieza por mayúscula o es un
número, el prefijo se une a ella mediante guion: pro-UK,
‘prourocinasa’. Si la base está compuesta por más de una palabra, el prefijo va separado y sin guion (ex-, anti- y pro- son
proclives a ello): anti ácido láctico, pro derechos civiles. El
prefijo ex-, que antes se escribía separado cuando significa
‘que fue y ya no es’, ahora recibe el mismo tratamiento que el
resto de prefijos: exalcohólico, ex jefe de servicio.
Esta norma es positiva por cuanto elimina una excepción
que no era necesaria (ex-) y da un paso hacia la unidad, pero
es compleja, ya que a veces no resulta fácil determinar cuándo
la base es propiamente pluriverbal y cuándo no lo es: ex jefe
de servicio pero exjefe de este hospital. La analogía podría
inducir escrituras erróneas. En cualquier caso, y aunque simplifique las cosas, no parece conveniente aceptar la propuesta
de Martínez de Sousa (2011: 13) de escribir el prefijo siempre
unido a la primera palabra (p. ej., exprimer ministro), pues
violenta el concepto de palabra al pretender que el prefijo,
unido solamente al primer término (primer), afecte también al
segundo (ministro), lo cual oscurece la relación sintáctica. De
aplicarse a otros prefijos lo que propone Martínez de Sousa
para ex-, fármaco anti ácido láctico escrito como fármaco
antiácido láctico podría crear ambigüedad e inducir a error,
dando a entender que láctico modifica a fármaco antiácido,
cuando solo modifica a ácido.
Equiparación en el tratamiento de extranjerismos,
latinismos y locuciones latinas
El problema ortográfico, tan frecuente en las publicaciones en medicina y ciencias afines, que supone la escritura de
extranjerismos y latinismos también encuentra un desarrollo
en esta Ortografía (pp. 599-619). Se ha equiparado el tratamiento ortográfico de todas las voces provenientes de otras
lenguas: si no están adaptadas, deben escribirse con una marca gráfica (cursiva o entrecomillado); si están adaptadas, sin
resalte alguno y según las normas ortográficas generales. Las
locuciones latinas ya no se adaptarán y llevarán siempre marca gráfica, para indicar su carácter foráneo. Así pues, existe
la posibilidad de escribir baipás (en redonda) y by-pass (en
cursiva), pero ahora se escribirá siempre post mortem (en cursiva) y no post mórtem (en redonda), delirium tremens (en
cursiva) y no delírium trémens (en redonda).
131
Reseñas
Se trata de una medida positiva, pues simplifica el criterio de escritura, al eliminar las voces a medio adaptar (p. ej.,
exequátur) y deshace la excepción que suponían las locuciones. Sin embargo, también plantea alguna dificultad, pues en
ocasiones es difícil saber qué voces están adaptadas y cuáles
no (p. ej., detritus, herpes, lapsus, que en latín y en español se
escriben igual) y por lo tanto no se puede saber si deben llevar
resalte tipográfico. Lo que no parece aceptable es que la cursiva y las comillas se presenten como equivalentes para señalar
el carácter extranjero de las expresiones. En texto impreso
debe siempre utilizarse la cursiva y solo en textos manuscritos
esta puede sustituirse por comillas.
Remplazo, en préstamos adaptados, de la q etimológica
con valor fónico independiente por grafías propias
del español
Puesto que en español la q solo se utiliza en el dígrafo
qu ante las vocales e e i para representar el fonema /k/, es
impropio de la ortografía española su uso con valor fónico
independiente (pp. 114-116). Los topónimos mayores se ven
afectados por esta norma: se preferirá Irak a Iraq y Catar a
Qatar. Pero más importante es su aplicación a extranjerismos
y latinismos, como quark, quasar, quantum y quorum, que se
escribirán cuark, cuásar, cuanto y cuórum. Si se quiere mantener la q, los términos deben considerarse extranjerismos y
escribirse en cursiva.
Se trata de una medida sensata, pues es coherente con
otras normas de adaptación, como la de equiparación en el
tratamiento de latinismos y extranjerismos, y da un paso hacia
la regularización y simplificación del sistema ortográfico, al
eliminar grafías anómalas.
Supresión de la tilde diacrítica en diptongos
ortográficos
Puesto que la pronunciación de muchas secuencias vocálicas no es uniforme entre los hispanohablantes, en aras de
la unidad de la lengua escrita se estableció, hace ya 11 años,
una convención para determinar qué combinaciones de vocales, a efectos de su escritura, debían considerarse diptongos
y cuáles hiatos, con independencia de su pronunciación real.
Así, algunas palabras consideradas bisílabas y escritas, por
tanto, con tilde (p. ej., guión), pasaban a escribirse sin ella
(guion), ya que los monosílabos, salvo los que llevan tilde
diacrítica, no se acentúan. Lo que esta Ortografía introduce
como novedad (pp. 235-236) es la eliminación, con carácter
obligatorio, de la opción de que los hablantes que pronuncien
estas palabras como bisílabas sigan escribiéndolas como tales. Así pues, algunas palabras presentes en los textos científicos, como muon, prion e ion, algunas formas verbales, como
pie, pio, piais, pieis (de piar) y hui y huis (de huir) y algunos
topónimos, como Sion y Ruan, se deben escribir siempre sin
tilde.
Eliminar una opción de escritura es acertado, para no quebrar el principio de unidad gráfica, pero quizá hubiera sido
más sensato dejar las cosas como estaban antes de 1999, es
decir, considerar estas palabras como hiatos, con mantenimiento de la tilde, una situación que refleja la dicción pau-
132
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sada de la mayoría de los hispanohablantes y que no causaba
problema alguno. Martínez de Sousa (2011: 10-11) da buenas
razones (pronunciación, analogía, uso consolidado) para que,
en este punto, la Academia, que en otros casos se muestra
flexible y permisiva, en una reforma tan discutible como esta
(que pide escribir distinto de como se habla, lo cual no es
cosa de poca importancia) no sea tan taxativa y autoritaria.
Además, esta norma atenta contra la jerarquía de criterios que
la Academia dice emplear: si hay variación en la pronunciación, debería imponerse el uso, y solo en el caso en que este
no estuviera consolidado se debería echar mano de otros criterios. La escritura de prion y compañía con tilde tenía un uso
consolidado antes de 1999.
Eliminación de la tilde diacrítica en la conjunción
o escrita entre cifras
Tradicionalmente, se recomendaba que la o entre cifras
se escribiera con tilde, para evitar una presunta posible confusión con el cero, pero ahora se indica que no se escriba con
tilde esta conjunción en ningún caso (pp. 270-271). Se trata
de una modificación positiva, puesto que dicha tilde no tenía
justificación ni gráfica —las tipografías distinguen claramente entre el cero y la o— ni prosódica, ya que la conjunción es
siempre átona, se encuentre donde se encuentre.
Supresión de la tilde diacrítica en el adverbio solo
y los pronombres demostrativos
En la Ortografía anterior, la Academia contemplaba la
acentuación diacrítica de estas palabras cuando existiera posibilidad de ambigüedad. Así, la tilde en El Dr. Carnicero opera sólo los viernes deshacía la posibilidad de entender que
el sujeto llevara a cabo la acción de operar sin compañía. En
¿Para qué utilizaron aquéllos bisturíes desechables?, la tilde
sobre aquéllos servía para dejar claro que el pronombre es
sujeto de la oración y no acompaña a bisturíes. Pues bien, esta
opción se ha eliminado (pp. 269-270).
Y se trata de una medida acertada, por tres motivos: 1) la
tilde diacrítica, por principio, solamente debe usarse para
distinguir formas tónicas de átonas, y tanto los pronombres
demostrativos como el adjetivo solo son siempre tónicos;
2) en español hay muchos homónimos tónicos que, por un
principio de economía, sería absurdo diferenciar con tilde;
3) los casos de posible ambigüedad (que suelen ser muy rebuscados) pueden resolverse por medio de la sinonimia, el
orden de palabras, la puntuación o por contexto, exactamente igual que el resto de casos de posible ambigüedad en la
redacción.
En general, puede apreciarse un intento de suprimir excepciones no justificadas y lograr lo mejor posible la unidad
gráfica del español, con medidas la mayor parte de las veces
acertadas, algunas discutibles, otras complejas, pero en una
dirección clara.
Repaso de normas
A continuación se presenta una breve revisión de algunas
normas extraídas de esta Ortografía y que afectan a los documentos científico-técnicos particularmente.
Panace@.
Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011
Reseñas
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Vocales
Representación del fonema /i/. Las palabras con el elemento compositivo yatro- y el sustantivo yodo y sus derivados
pueden escribirse con i (p. 75), pero, puesto que en posición
inicial este fonema suele pronunciarse como la consonante
/y/, parece recomendable optar por las formas con y.
Secuencias de dos vocales iguales. Frecuentes en cultismos científicos y palabras compuestas, estos grupos vocálicos
se escriben con y sin reducción dependiendo de la pronunciación (pp. 164-172). Se recomienda la forma simplificada en
algunas, como portaviones, drogadicto o monóxido, con pronunciación reducida generalizada. La simplificación quedaría
bloqueada si el resultado coincidiera con un término ya existente (p. ej., re-emitir, remitir), cuando la vocal de la siguiente
palabra es un prefijo (p. ej., semi-i-legal), por razones etimológicas (p. ej., azoospermia, oogénesis) o para evitar la homonimia (p. ej., bio-oxidación, diferente de y bi-oxidación).
Pueden escribirse con y sin simplificación palabras como
las siguientes: metaanálisis, extraabdominal, intraarticular,
preeclampsia, diisocianato, poliinsaturado, semiinconsciente,
mi­croorganismo, autoobservación, fotooxidación, magnetoóptico, monoovular, etc.
En la Ortografía parecen preferirse las variantes simplificadas, pero quizá sea preferible precisamente lo contrario,
para mantener la etimología lo más transparente posible. Verbigracia, en disocianato, donde la forma reducida oscurece el
prefijo iso-, podría producirse una interpretación errónea de
los componentes y creerse que el compuesto tiene relación
con ‘disociar’. Puesto que el redactor o traductor no siempre
está en condiciones de saber si los términos se pronuncian
mayoritariamente simplificados o no, y poniendo en la balanza las ventajas y desventajas de hacerlo, podría adoptarse por
norma no reducir estos grupos vocálicos, sobre todo en un
ámbito, el científico-técnico, en el que evitar ambigüedades
es fundamental.
Consonantes
¿Ce o zeta? Se escriben solo con z askenazí, enzima y
zeugma. Se prefieren con c, aunque también pueden escribirse
con z, las palabras ácimo, bencina, cigoto, cinc, cingiberáceo,
circonio, eccema y ocena (pp. 125).
¿Equis o ese? En posición inicial de sílaba, aunque represente el fonema /s/, se usa x para xifoides y xenotrasplante
(p. 154), para dejar clara la etimología. A pesar de la etimología, se prefiere escoriación a excoriación (p. 160).
Grupos consonánticos ajenos a la pronunciación del
español. El prestigio de las grafías cultas en ámbitos científicos ha hecho que se mantengan escrituras etimológicas
que son ajenas al sistema fonético del español. Salvo las que
se han generalizado en contextos no especializados (p. ej.,
neumonía, seudociencia, tisis en lugar de pneumonía, pseudociencia, ptisis), los especialistas suelen decantarse por las
grafías etimológicas (pp. 179-183): cnidario, gnoseología,
mnemotecnia, psitacosis, ptosis, etc.
Otra vez, en aras de la transparencia del significado y la
nitidez de relación entre palabras de la misma familia, parece
razonable preferir, en textos científicos, las formas no simPanace@.
Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011
plificadas. Si en psicagógico o psicoterapia el grupo ps se
simplificara en s, podría establecerse una relación etimológica errónea con sicalíptico o sicofante. Forzando un poco las
cosas, la gnoseología simplificada en noseología se parecería
demasiado a la nosología. Parece mejor optar por la variante
más culta (p. ej., preeclampsia) en casos como el de preclamsia. Un argumento en apoyo de esta preferencia es la preponderancia de la lengua escrita sobre la hablada en un ámbito
como el de la ciencia actual. Conocer el comportamiento de
grupos consonánticos en interior de palabra (pp. 183-188)
permitirá saber por qué se usa trasplante y no transplante,
pero traslúcido y translúcido son ambas opciones válidas.
Uso de la tilde
Tratados ya el tema de la acentuación diacrítica de solo y
los demostrativos, y la de los diptongos ortográficos (v. supra),
queda repasar el caso de las palabras con más de una acentuación prosódica (pp. 207-212). Se aprecia la coexistencia de
formas con dos (rubéola y rubeola) y hasta tres acentuaciones
(bustrófedon, bustrofedon y bustrofedón), que se explican normalmente por el conflicto abierto entre la acentuación etimológica (por lo general, esdrújula) y la no etimológica (habitualmente llana), más natural en castellano. Alvéolo, bronquíolo y
período pueden escribirse también sin tilde. Médula y ósmosis,
por su parte, son esdrújulas no etimológicas, pero más frecuentes que sus pares etimológicos llanos medula y osmosis. En
las voces formadas con -plejia hay una clara preferencia por
la acentuación llana (hemiplejia, mejor que hemiplejía), pero
en las que contienen el elemento compositivo -scopia la preferencia varía según los términos y los países.
Según la Ortografía, quien escribe deberá elegir la grafía que refleje la acentuación prosódica con la que articula el
término en la lengua oral, pero este principio parece entrar en
contradicción con la tan buscada unidad de la escritura, como
muestra el caso de los diptongos ortográficos (p. ej., prion),
en que se obliga al escribiente a que use grafías que no corresponden a su pronunciación, descartando un importante principio de la escritura en castellano. No se trata del mismo caso,
puesto que en prion/prión hay una sola acentuación prosódica
y en periodo/período hay dos, de manera que la contradicción
quizá sea solo aparente.
Puede que detrás de esta permisividad en la acentuación
prosódica se halle la esperanza de que una de las variantes
termine imponiéndose sobre la otra, como históricamente ha
sucedido con muchas palabras. En cualquier caso, se trata de
un ámbito en que, de no adoptarse un criterio, seguirá campeando la vacilación y en el que es importante que intervengan los manuales de estilo de las diferentes especialidades.
Para obras especializadas, en caso de duda, lo más coherente,
si el uso no se ha decantado claramente por una opción, es
acoger la variante etimológica partiendo de su acentuación
latina, como en el caso de términos como alergógeno, heterótrofo, glucólisis, saprófito, etc.
Puntuación
Punto. «Nunca se escribe punto tras los títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras de arte, etc., cuando
133
Reseñas
aparecen aislados (centrados o no) y son el único texto del
renglón» (p. 295). Lo mismo vale para los nombres de autor.
En las dedicatorias, puede ponerse punto final si el texto es
extenso (p. 296). En pies de imagen tampoco se pone punto
final, salvo que sean discursivos (pp. 297-298). Es importante
conocer las normas para las llamadas de nota, por si deben ir
antes o después del punto en una oración (pp. 299-300).
Coma y punto y coma. No se escribe coma delante del último elemento (antecedido por y) de una enumeración simple
(p. 321), error que se detecta muy frecuentemente en las traducciones del inglés, donde este uso es norma. Para introducir
el último elemento coordinado de una enumeración compleja,
es preferible no el punto y coma, sino la coma (p. 353), ya
que anticipa inequívocamente el final de una enumeración:
La cardiología estudia las enfermedades del corazón; la dermatología, las de la piel, y la neumología, las de las vías respiratorias.
Dos puntos. Puesto que en inglés no se utiliza para conectar oraciones yuxtapuestas, el uso de este signo en las traducciones de este idioma es muy escaso, pero la puntuación
se enriquecería si se tuviera en cuenta que sirve para expresar
relaciones causa-efecto, conclusión, consecuencia y resumen,
verificación y explicación, o incluso oposición, en relación
con la oración anterior (pp. 360-361).
Raya. Debe tenerse presente, para la traducción del inglés, que la utilización de este signo —que no debe confundirse con el guion, más breve— no es igual a la del español,
lengua en que no equivale a dos puntos y se emplea sobre
todo como signo doble, para incisos y como signo delimitador (pp. 375-377).
Enumeraciones en forma de lista, con un elemento por
párrafo (pp. 377-378). Cuando los elementos de una lista,
introducidos por una raya u otro signo, son simples, hay dos
opciones: cerrar cada elemento con coma, salvo el último, que
se cerrará con punto; o bien prescindir totalmente de signos de
puntuación. Si los elementos de la lista son complejos, deben
cerrarse con punto y coma, salvo el último, que irá con punto.
Solo si cada elemento es un enunciado completo se debe usar
el punto final para cada uno. En este caso, cada elemento de la
lista debe empezar por mayúscula.
Comillas. Por comodidad e influencia del inglés, suelen
usarse en primera instancia las inglesas, pero lo recomendable
es utilizar en primera instancia las comillas angulares (« »)
y reservar los otros tipos, inglesas (“ ”) y simples (‘ ’), para
entrecomillar texto ya entrecomillado y para otros usos secundarios (pp. 380-387).
Guion. Debe usarse para unir adjetivos relacionales cuando se aplican conjuntamente a un mismo nombre (p. ej., enfermería materno-infantil). Cuando un adjetivo cuenta con un
elemento compositivo para formar compuestos univerbales
(p. ej., buco-, de bucal), no se usa el guion (p. ej., salud bucodental). Si la variante compositiva coincide con la forma
plena del adjetivo, se prefiere el uso del guion (p. ej., análisis
físico-químico) (p. 414).
El guion también se usa para unir prefijos a siglas (p. ej.,
anti-OMS), tras las letras griegas utilizadas como prefijos
(p. ej., α-amilasa, β-talasemia, que también pueden escribir134
<http://tremedica.org/panacea.html>
se alfaamilasa y betatalasemia o amilasa α y talasemia β),
para evidenciar la condición de forma afija (p. ej., tratamiento pre- y postoperatorio) y en las piezas léxicas constituidas
por una combinación de segmentos de cifras y letras (p. ej.,
ácidos grasos omega-3, que, puesto que no es resultado de un
proceso de prefijación, también puede escribirse sin guion:
ácidos grasos omega 3). Finalmente, resulta admisible prescindir del guion en siglas formadas por mayúsculas y elementos no alfabéticos (p. ej., H1N1 por hemaglutinina tipo 1 y
neuraminidasa tipo 1) (pp. 420-422).
Barra. Si sustituye a una preposición, se escribe sin separación de las palabras o signos que une (p. ej., 110 km/h)
(p. 426).
Mayúsculas y minúsculas
Nombres científicos y taxones zoológicos y botánicos
(pp. 473-474). Se escriben con minúscula inicial los nombres
españoles con los que se designan los taxones superiores al
género cuando se usan en aposición o como nombres comunes (p. ej., orden himenópteros; La abeja es un himenóptero).
En cambio, si van en latín, con nomenclatura científica internacional, se escriben con cursiva y mayúscula inicial (p. ej.,
Muchas especies del orden Hymenoptera son importantes
para la polinización).
Programas, planes y proyectos (p. 492-493). Llevan todas las palabras significativas con mayúscula inicial (p. ej.,
Proyecto del Genoma Humano), pero si el nombre es descriptivo y extenso, solo la primera palabra.
Ramas del conocimiento, asignaturas y cursos (p. 493).
En general, las ramas del conocimiento deben escribirse con
minúscula (p. ej., Sabe mucho de ginecología), pero si se utilizan en contextos académicos o curriculares, llevan mayúscula inicial (p. ej., El Dr. Puñal tiene un doctorado en Cirugía
Cardíaca). Todos los sustantivos y adjetivos que forman parte de asignaturas y materias de estudio también llevan mayúscula inicial (p. ej., Cirugía Vascular), salvo si el nombre
es excesivamente largo; en ese caso, solo lleva mayúscula
la primera palabra (p. ej., Evaluación clínico-radiológica y
progreso de las técnicas de cirugía vascular en el último tercio del siglo xx).
Unidades de medida (pp. 500-501). Siempre se escriben
con minúscula inicial, con independencia de que tengan su
origen en un nombre propio (p. ej., 50 julios).
Enfermedades (p. 501). Los nombres de enfermedades
que incluyen el nombre propio del descubridor llevan este
nombre en mayúscula y con su ortografía original (p. ej., enfermedad de Alzheimer), pero cuando el nombre propio, por
sí solo, designa a la enfermedad, va con minúscula inicial y
adaptada al español (p. ej., Mi padre tiene alzhéimer).
Medicamentos (p. 502). Los principios activos de medicamentos genéricos se escriben con minúscula (p. ej., fluoxetina), y los nombres comerciales, con mayúscula (p. ej.,
Prozac). Sin embargo, los nombres comerciales que pasan a
designar cualquier producto con las propiedades del original
funcionan como nombres comunes y se escriben con minúscula (p. ej., una frase como ¿Tienes una curita?, donde curita
significa ‘cualquier vendaje adhesivo de pequeño tamaño’).
Panace@.
Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011
Reseñas
<http://tremedica.org/panacea.html>
Siglas (p. 510). En principio, se escriben con mayúsculas
(o con versalitas, como quieren algunos tipógrafos), pero las
que se encuentran lexicalizadas pueden escribirse con minúsculas (p. ej., Unesco, Unicef). Las expresiones que subyacen
a las siglas no tienen por qué escribirse con mayúscula inicial
(p. ej., tomografía computarizada [TC]), a menos que se trate
de instituciones (p. ej., Real Academia Nacional de Medicina
[RANM]) u otros nombres propios que por naturaleza llevan
mayúsculas.
Otros temas importantes, las expresiones numéricas
en particular
términos y palabras clave. Si uno quiere leer, verbigracia, sobre los latinismos, tiene que recorrer 19 páginas del índice de
contenidos para enterarse de en qué página puede encontrarse
la información correspondiente, y si uno no está familiarizado con la estructura de la obra, este recorrido por el índice
general puede resultar muy largo. A lo mejor esta ausencia
se deba a que la obra ha resultado más extensa de lo esperado y que ya no cabía en el formato concebido originalmente;
en cualquier caso, este defecto merma considerablemente la
posibilidad de sacarle el jugo a una obra llena de información
y tecnicismos.
Por su importancia para los textos científico-técnicos, es
recomendable la lectura completa de los epígrafes y capítulos
sobre siglas (pp. 509-512), abreviaciones gráficas (pp. 564596), símbolos (pp. 586-591), prefijos (pp. 531-544) y extranjerismos y latinismos (pp. 599-604 y 607-610), que por
limitaciones de espacio aquí no es posible resumir.
El capítulo sobre ortografía de expresiones numéricas
(pp. 651-698), especialmente el uso de cifras o palabras en la
escritura (pp. 682-686), es particularmente pertinente para la
redacción científica. Ahí se enuncian algunas normas polémicas, o que van contra el uso habitual, y que sin embargo tienen
sentido. Para empezar, para separar los millares no se usa el
punto (p. 664), sino el espacio fino, y solo a partir de cinco
cifras (p. ej., 12 345). Por otro lado, aunque admite las dos opciones por la importante variación geográfica, se recomienda
el uso del punto en lugar de la coma como signo separador
de los decimales (p. ej., 12 345.67), «con el fin de promover
un proceso tendente a la unificación» (p. 666). Finalmente, el
símbolo de por ciento debe escribirse separado de la cifra y,
en documentos científico-técnicos, se recomienda, para evitar posibles ambigüedades, repetir el símbolo (p. ej., entre el
75 % y el 85 %), aunque no en tramos separados por guion
(p. ej., 50-75 %).
Como puede notarse, hay un amplio margen de opción e
indeterminación en la escritura de vocales y consonantes, en
la acentuación y en la escritura de numerales, temas que los
manuales de estilo de cada disciplina y las normas de producción de editoriales y laboratorios deberán tratar, para que los
redactores y los traductores sepan a qué atenerse en su trabajo
profesional.
La obra no reconoce sus fuentes
Otras consideraciones
El sistema de remisiones es defectuoso
Fines comerciales
Con frecuencia se remite a apartados de otros capítulos,
pero, puesto que el folio explicativo, donde tendría que encontrarse el número de capítulo, carece de este dato, el lector
no sabe si debe avanzar o retroceder en las páginas del libro,
y con frecuencia no le queda otra opción que acudir al índice
de contenidos de los preliminares de la obra y perder mucho
tiempo para ubicar el apartado concreto que está buscando.
La obra carece de índice alfabético
Esta circunstancia agrava la deficiencia del sistema de
remisiones. Parece inexcusable que no se le brinde al lector
la posibilidad de buscar los conceptos que le interesan por
Panace@.
Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011
La RAE y la Asale no reconocen el mérito de las obras en
que se ha basado: no incluyen los nombres de los autores cuyos
textos se han utilizado como fuentes de esta Ortografía. Esta
ausencia injustificable, que ya es tradición en las publicaciones
de esas instituciones, parece querer hacer creer al lector que un
ángel dictó a los redactores del texto todo el evangelio ortográfico. La ausencia es más grave en este caso que en otros libros
académicos, como la Ortografía de 1999, pues no solamente
ofrece normas y recomendaciones, sino todo un trasfondo teórico e histórico que de algún lado tiene que haber salido.
Quizá esta ausencia tendría sentido si las academias se hubieran basado solo en obras de académicos, pero, como dice
Martínez de Sousa (2011: 5) «ni la forma, ni la distribución
del texto, ni el contenido pueden evitar que se adivinen al
trasluz otras obras de autores no académicos». Pedro Luis
Barcia director de la Academia Argentina de Letras, admite
(2005) que la Academia, para el Diccionario panhispánico de dudas, utilizó libros de Manuel Seco, Rafael Aragó y
Martínez de Sousa, entre otros, a quienes se debe gratitud,
pero esa obra tampoco cita sus fuentes. Puede encontrarse
más información sobre este sangrante tema en el artículo de
Silvia Senz (2011) citado en la bibliografía. Baste decir que
esta cuestión, calificada como saqueo o expolio, ha generado un importante revuelo, cuenta con el respaldo de especialistas como José Antonio Millán y muchos escritores de la
blogosfera (<www.atisbador.es/blog/?p=775>), y es objeto de
campañas en Facebook (<http://addendaetcorrigenda.blogia.
com/2010/111001-facebook-tambien-se-revoluciona-contrala-rae.php>) y Twitter.
Si el objetivo principal es proporcionar fundamentos ortográficos a 450 millones de hispanohablantes, es decir, llegar a
la mayor cantidad de gente posible (al margen de que, como
se ha visto, no todo es divulgativo y didáctico en este libro), y
el coste de la elaboración de la obra ya fue cubierto por diversos patrocinios de la Fundación pro Real Academia Española, ¿tiene sentido lucrarse cobrando casi 40 euros en lugar de
colgar la obra en versión digital en Internet? En el artículo de
Mariano Pedrosa (2011) se sustentan algunas sospechas sobre
los afanes crematísticos de la RAE.
Si se colgara en la Red, con acceso gratuito y un motor
de búsqueda similar al que tiene actualmente el Diccionario
panhispánico de dudas, aparte de la ventaja que supondría su
135
Reseñas
facilidad de acceso, los defectos del sistema de remisiones y
la falta de un índice alfabético se verían muy aliviados.
Conclusiones
Esta Ortografía, que modifica más bien poco el sistema
ortográfico, es una obra enteramente nueva en su ambición y
estructura. Puesto que la descripción de los fundamentos muchas veces interfiere con la explicación de las normas, y esta es
excesivamente minuciosa, por momentos la obra crea una sensación de tremenda complejidad, de impenetrable y recóndito
equilibrio de criterios que propicia en el lector común un «yo
aquí no me meto». Este desajuste, ser demasiado densa para el
destinatario que supuestamente tiene, lleva a concluir que no
remplaza al manual de 1999 y que la publicación de una obra
de esas características, esencial y de rápida consulta —como se
anuncia en los preliminares de esta—, que dé más veredictos
sin mostrar todo el juicio que hay detrás, sigue haciendo falta.
Pero hay que saber verle el lado bueno: aunque resulte incómoda para el usuario convencional, está llena de contenido
valioso y bien estructurado para el profesional del lenguaje,
sobre todo el que se dedica a temas importantes para la redacción científico-técnica (casi toda la segunda parte), que nunca
antes se había tratado con esa profundidad y amplia casuística. Con respecto a la insuficiente Ortografía anterior, se trata
de una obra entrada en carnes, pero sin duda el profesional encontrará mucho más músculo que grasa en ese crecimiento.
Reformar la ortografía de la lengua es como gobernar un
país: se toman medidas para solucionar determinados problemas, pero esas soluciones irremediablemente generan otros
problemas. A pesar de ello, se espera que, con todo, la situación sea mejor que la anterior. Nunca es posible lograr un
acuerdo que armonice por completo la pronunciación, la etimología, el uso consolidado y el resto de los criterios, pero se
avanza en coherencia. Nunca llueve a gusto de todos, y este
tratado de ortografía es mucha lluvia.
A pesar del esfuerzo hacia la unificación de criterios, sigue habiendo muchos casos en que puede interpretarse que
la permisividad planteada atenta contra el principio de que
la ortografía es, a diferencia de la pronunciación —diferente
en cada país de habla hispana—, el pilar fundamental de la
unidad de la lengua: se permite, quizá innecesariamente, más
de una grafía para muchas voces, contradiciendo la vocación
unitaria que está en la base de muchas normas. Con todo,
por mucho que se busque la unidad en la escritura, es difícil desaconsejar por completo una variante que se utiliza en
la lengua hablada, ya que en español el criterio ortográfico
principal es el fonético. Por otra parte, aunque se adopte la
norma de preferir para ámbitos especializados las escrituras
más etimológicas y menos simplificadas, y para documentos
no especializados las simplificadas y fonéticas, no siempre
está claro el carácter del texto, que puede ocupar muchas posiciones en el amplio abanico de la divulgación, así que no
siempre estará claro por qué variante se debe optar.
La ambigüedad de la posición académica en cuanto a si
la ortografía es cabalmente normativa o si simplemente recomienda determinados usos crea un terreno de inseguridad perjudicial para el escribiente, que muchas veces vacilará ante la
136
<http://tremedica.org/panacea.html>
escritura de una palabra que la Academia no sabe si prescribir
o solamente aconsejar. Lo mejor será interpretar las recomendaciones como normas, ya que el cometido fundamental de la
ortografía es dar pautas.
Por otro lado, hoy más que nunca parece comprensible no
aceptar por completo este sistema de normas. Las propuestas de las academias no parecen gozar de la aprobación y del
consenso social que cabría esperar. Quizá sea simplemente
una cuestión de tiempo que esto sea así, pero si académicos
de pensamiento tan divergente como Francisco Rodríguez
Adrados, Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte, y otros personajes de las letras de la talla de José Emilio Pacheco y Fernando Vallejos, encuentran razones para oponerse a muchas de las
reformas, es que hay algo en ellas de inaceptable. En última
instancia, es potestad de cada escribiente conformarse a las
normas que crea mejores, aunque no debe olvidar que hay un
prestigio y una aceptación social ligados a la manera en que
se escribe.
La falta de un buen sistema de remisiones, junto con la
ausencia de índice alfabético y la vocación idealmente no crematística que debiera tener la RAE, hace muy deseable que
este tratado se presente de manera electrónica y gratuita en
la Red, con opciones de búsqueda automática que faciliten
su consulta. Esta edición, que por ser electrónica no tendría
limitaciones de espacio ni número de páginas, podría constituir una buena oportunidad para que las academias se rediman
reconociendo las fuentes que han utilizado para escribirla.
Si volvemos a las características que se aplican en la presentación, esta Ortografía es coherente, pero solo en la medida en que la interferencia de criterios ortográficos y el uso
consolidado se lo permiten. Es exhaustiva, ciertamente, para
bien del profesional del lenguaje. Pero no es simple, sino todo
lo contrario, pues a pesar de la claridad de la exposición, sale
a flote la tremenda complejidad de la ortografía, que pone espanto en el lector de a pie. Es razonada, sin duda alguna, y
con muy buenas —aunque invisibles—fuentes documentales
de razonamiento. Es didáctica por la contextualización y el
orden, pero no por su terminología, que requiere cierto conocimiento de lingüística para su comprensión cabal. Finalmente, panhispánica parece que también lo es, habida cuenta de
la influencia que ciertas variantes del español han tenido en la
toma de decisiones y merced a la relativa representatividad de
los autores y publicaciones periódicas citados.
A quien ha escrito estas líneas le ha parecido una lectura
provechosa y muy agradable, en parte por la excelente diagramación y el diseño, en parte porque los textos dedicados a la
descripción histórica del sistema ortográfico están muy bien
escritos y fundamentados. La Ortografía de la lengua española
del 2010 es una obra ambiciosa, que quizá no haya logrado todo
lo que se proponía, pero que sin duda merece reconocimiento,
especialmente por parte de los profesionales del lenguaje.
Bibliografía
Aljama, Francisco (2010): «Ortografía de la lengua española: comedia,
auto y loa. 3.ª parte: loa», El atisbador. Disponible en <www.atisbador.es/blog/?p=775> [consulta: 25.IV.2011].
Panace@.
Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011
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Barcia, Pedro Luis (2005): «La lengua en los medios orales de comunicación», Archivo de Noticias Académicas de la Real Academia
Española. Disponible en <www.rae.es/rae/gestores/gespub000011.
nsf/%28voAnexos%29/arch18BD3C5B18873406C1257185003827
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Bezos, Javier (2008): Tipografía y notaciones científicas. Gijón: Trea.
Martínez de Sousa, José (2003): «La “nueva” ortografía académica».
Disponible en <www.martinezdesousa.net/nuevaorto-academia.pdf>
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net/a-dpd.pdf> [consulta: 24.IV.2011].
Martínez de Sousa, José (2007): Manual de estilo de la lengua española,
3.ª ed. Gijón: Trea.
Martínez de Sousa, José (2008): Ortografía y ortotipografía del español
actual, 2.ª ed. Gijón: Trea.
Martínez de Sousa, José (2010): Diccionario de uso de las mayúsculas y
minúsculas, 2.ª ed. Gijón: Trea.
Martínez de Sousa, José (2011): «La nueva ortografía académica del
2010: cara y dorso». Disponible en <www.martinezdesousa.net/
crit_ole2011.pdf> [consulta: 24.IV.2011].
Pedrosa, Mariano (2010): «El negocio tras la lengua y normas que
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Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011
Reseñas
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22.ª ed. Madrid: Espasa.
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Madrid: Santillana.
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Senz, Silvia (2010): «La nueva RAE: un espejismo de representatividad,
neutralidad ideológica, laboriosidad y modernidad, 8: del inconsenso al expolio», Addenda et Corrigenda (26.II.2010). Disponible en
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Senz, Silvia (2010b): «La nueva ortografía académica o cómo seguir
saqueando impunemente», Addenda et Corrigenda (21.IX.2010).
Disponible en <http://addendaetcorrigenda.blogia.com/2010/092101la-nueva-ortografia-academica-o-como-seguir-saqueando-impunemente.php> [consulta: 24.IV.2011].
Senz, Silvia (2011): «#finsaqueoRAE: Los porqués de la campaña para
que RAE y Asale publiquen bibliografías de las fuentes de sus obras»,
Addenda et Corrigenda (5.IV.2011). Disponible en <http://addendaetcorrigenda.blogia.com/2011/040501--finsaqueorae-los-porquesde-la-campana-para-que-rae-y-asale-publiquen-bibliogra.php> [consulta: 25.04.2011].
137
Reseñas
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Inmunología para torpes
Juan Manuel Igea*
Societat Japonesa d’Immunología (2010): Els misteris
del sistema immunitari. Com protegeix el nostre cos.
Barcelona: Fundación Dr. Antoni Esteve; 75 págs. ISBN:
978-84-938163-0-8. Precio: gratuito.
Al ver el formato de este novedoso libro, lleno de vivos
colores y de ilustraciones amables, sobre el árido y complicado mundo de la inmunología, me viene a la memoria
aquella serie de libros titulada Informática para torpes,
ilustrada por el humorista Antonio Fraguas, Forges, y que
pretendía hacernos accesibles las habilidades básicas que
todos debíamos adquirir en aquellos tiempos no muy lejanos
en que la informática empezaba a hacerse omnipresente en
nuestras vidas.
Y es que a la inmunología le ocurre como a la informática,
que empieza a tener el don de la ubicuidad y es muy difícil
entenderla sin alguien que nos las explique con paciencia y
dedicación. No faltan libros de texto sobre inmunología en
español en donde podemos encontrar muy bien expuesto todo
lo que necesitamos, pero siempre con un detalle y una profun*
didad que exigirían al menos semanas de dedicación para el
no iniciado, un tiempo no siempre disponible.
Al traductor de textos de medicina le ocurre cada vez con
más frecuencia que tiene que enfrentarse a documentos en los
que aparecen términos, frases o capítulos enteros en los que
se habla de linfocitos T, anticuerpos, receptores celulares, células presentadoras de antígenos, sistema de histocompatibilidad y otros elementos oscuros que muchas veces no entiende,
o al menos no en toda su dimensión. Esta presencia creciente
de la inmunología en los escritos médicos es fruto de su implicación cada vez más reconocida en casi todos los aspectos
de la salud y de la enfermedad. No solo las infecciones, las
inmunodeficiencias, las enfermedades alérgicas o las enfermedades autoinmunitarias tienen que ver con las alteraciones
del sistema inmunitario, sino que en muchas enfermedades
neurológicas, cutáneas, digestivas, renales y de cualquier otro
sistema, nuestro sistema inmunitario desempeña un papel más
o menos relevante. Se trata de un sistema muy complejo que
falla con frecuencia en sus labores de protección del individuo
e incluso se transforma en ocasiones en un enemigo mortal.
Probablemente todos estos argumentos los ha tenido en
cuenta la Sociedad Japonesa de Inmunología para editar con
gran acierto, de la mano de la editorial médica Yodosha, una
obra accesible, atractiva, hermosamente ilustrada, clara y fácil de entender sobre los fundamentos de la inmunología, idea
que ha suscrito con el mismo grado de acierto la Fundación
Dr. Antoni Esteve al traducirlo al catalán y ponerlo a disposición de todos de forma gratuita.
El libro se dirige en principio a estudiantes de 10-14
años, y de hecho la fundación catalana lo ha ofrecido gratuitamente a escuelas y bibliotecas de su ámbito geográfico
para hacerlo llegar a ese colectivo. Pero qué duda cabe de
que es una obra perfecta para traductores de material biosanitario que no estén familiarizados con el tema, que no
dispongan de demasiado tiempo y que precisen unas bases
mínimas para entender cómo funciona este complejo y elaborado sistema.
El libro, de tan solo 75 páginas, tiene dos partes. La primera, titulada «La immunitat» (la inmunidad), nos habla de la
constitución del sistema inmunitario, cuáles son sus elementos, cómo y dónde se forman y cómo actúan para defendernos
de los ataques de los microorganismos hostiles. La segunda
parte nos habla de «Les malalties» (las enfermedades) y aborda todas aquellas enfermedades debidas a un fallo del sistema inmunitario. En primer lugar nos da unas pinceladas sobre
cómo se producen las enfermedades infecciosas y cómo el sistema inmunitario nos defiende de ellas; pero después nos habla
de la desprotección en que a veces nos deja el sistema en las
inmunodeficiencias (incluido el sida). A continuación presenta las enfermedades autoinmunitarias y de las enfermedades
Alergólogo y traductor médico, Clínica Alergoasma, Salamanca (España). Dirección para correspondencia: igea@alergoasma.es.
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Panace@.
Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011
Reseñas
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alérgicas, ambas de una prevalencia creciente en nuestra sociedad industrializada. En todos los casos el libro hace hincapié
en los tratamientos inmunológicos que pueden utilizarse para
potenciar nuestras defensas frente a las infecciones, paliar las
enfermedades inmunitarias e incluso tratar el cáncer. Pienso
que, en vista del amplio tratamiento que realiza el libro de las
enfermedades provocadas por el sistema inmunitario, debería
haber tenido un título como: El misterio del sistema inmunitario: cómo protege y daña nuestro cuerpo; y es que nuestro
imprescindible sistema inmunitario es un arma de doble filo,
como ya manifestó hace años el famoso inmunólogo estadounidense Peter Parham (1990) en un decálogo muy ilustrativo
de los fallos que presenta el diseño de este sistema.
Una de las características más notables del libro son sus
ilustraciones. Son obra de una mujer, Tomoko Ishikawa, que
dibuja con un aire dulce y sencillo, casi infantil, con vivos
colores que parecen imprimir movimiento a las figuras. La
dibujante no cae en la tentación fácil y demasiado utilizada de
humanizar células, virus y anticuerpos, pero su colorido y sus
formas los acercan mucho al lector, como si se tratara de formas familiares. El personaje protagonista es un adolescente
que se muestra triste o feliz en función del mensaje que se nos
quiera transmitir en el texto, y destaca la presencia continua
de pequeños animales (tortugas, gallinas, peces, pero sobre
todo gatos) que nos llaman la atención sobre mensajes claves que no debemos olvidar. En definitiva, que el componente
gráfico logra convertirse casi en el protagonista fundamental
de la obra.
Como ya se ha mencionado brevemente, el libro lo editó en un principio la Sociedad de Inmunología Japonesa en
japonés, pero la Federación Europea de Sociedades Inmunológicas, para aumentar su difusión, organizó rápidamente su
traducción al inglés, versión a partir de la cual se ha editado
la versión en catalán que se comenta aquí y que lleva el respaldo de la Sociedad Catalana de Inmunología. La traducción al catalán ha corrido a cargo de Aura Muntasell, Mariona Pascal y Manel Juan, y la ha revisado Marta Pagans, con
el resultado de un texto impecable que busca un lenguaje
sencillo pero con un respeto admirable por la corrección terminológica.
En resumen, un libro útil, alegre y didáctico que puede
ser la mejor forma de entender los principios básicos de la
inmunología para los que no estén muy versados en ella (sean
niños o adultos) y plenamente recomendable para tal fin por
su factura gráfica y terminológica inmejorables. Ojalá que la
Fundación Dr. Antoni Esteve amplíe este proyecto y edite una
versión en castellano de la obra, iniciativa que aumentaría exponencialmente su difusión.
Bibliografía
Parham. P. (1990): «Some savage cuts in defence», Nature, 344: 709.
¿Quién lo usó por vez primera?
Biología molecular M. Gonzalo Claros Díaz
Universidad de Málaga (España). Dirección para correspondecia: claros@uma.es
Este término no lo acuñó ni un biólogo, ni un médico, ni un físico, ni un químico, sino un matemático estadounidense:
Warren Weaver. Weaver fue escogido para dirigir el departamento de Ciencias Naturales de la Fundación Rockefeller en
los Estados Unidos por su interés en el campo de la biología y porque deseaba aplicar a esta disciplina los enfoques y las
técnicas físicas y químicas. En 1938, para explicar el programa lanzado por la fundación, que supuso un enorme impulso
a las técnicas biofísicas (como el uso de isótopos, la ultracentrifugación o la cristalografía) que ayudaron al desarrollo de
esta disciplina, escribió:
Among the studies to which the Foundation is giving support is a series in a relatively new field, which may
be called molecular biology, in which delicate modern techniques are being used to investigate ever more minute
details of certain processes.
Más tarde uno de los considerados padres de esta ciencia, sir William Atsbury, decía en el discurso de su cátedra de
Estructura Biomolecular:
The name molecular biology seems to be passing now into a fairly common usage, and I am glad of that because,
though it is unlikely I invented it first, I am fond of it and have long tried to propagate it. Referencia
Weaver, W. (1970): «Molecular biology: the origin of the term», Science, 170 (958): 581-582.
Panace@.
Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011
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Congresos y actividades
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VIII Jornadas de Tremédica
VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica.
Castellón de la Plana (España), 18 y 19 de febrero del 2011
De concreción y densidad en Castellón
Tomás Pérez Pazos*
Las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica se celebraron el 18 y el 19 de febrero de 2011 en Castellón,
aunque el grueso de las hordas traductoriles llegó la noche
anterior. La soleada mañana del viernes me reunió con una de
las múltiples expediciones de exploradores, que encontró a la
primera el edificio de la Universidad Jaume I (UJI), donde se
celebraron todas las actividades y en el que los asistentes recibimos una calurosa bienvenida; allí nos encontramos con un
trabajo bien pulido por parte de los organizadores, del Máster
en Traducción Médico-Sanitaria de la Universidad Jaime I, y
unas sonrisas imperturbables.
Apenas pasadas las diez de la mañana, con un sol radiante
afuera y un despliegue de medios más que suficiente en el
interior, tuvo lugar la presentación de las jornadas, a cargo de
Vicent Climent (rector de la UJI), Gonzalo Claros (presidente
de Tremédica) y Vicent Montalt (director del Máster en Traducción Médico-Sanitaria), que los asistentes acogimos con
un aplauso prolongado, manifestando nuestra firme predisposición a dar guerra.
Abrimos boca con una disertación de Fernando Navarro,
quien nos obsequió con una magnífica e hilarante llamada de
atención sobre las nomenclaturas científicas normalizadas, las
ventajas y problemas que presentan y las confusiones terminológicas y ortotipográficas que pueden suscitar en los diferentes campos de especialidad en que se aplican, argumento
que le permitió incidir en la desmitificación de la precisión
de la terminología médica y en los escollos inherentes a la
adopción de nuevos términos normalizados que conviven con
los tradicionales. Con un ritmo muy medido, gran sentido del
humor, unos emoticonos ciclotímicos que cambiaban de color
y de expresión en función de los aspectos que el ponente deseaba destacar en cada momento y los muchísimos ejemplos
que introdujo de diversos campos científicos, Fernando hizo
vibrar al público de tal manera que casi sentimos los afectos
de los caretos a lo largo de una conferencia muy constructiva,
y no se marchó sin dejarnos con su repaso un buen manojo de
recursos, como nos tiene acostumbrados.
Tras un comienzo más que prometedor, Dora Sales, Patxi Raga y Marta Sánchez, del grupo CRIT, nos relataron
las múltiples experiencias culturales y laborales que se encuentra en su día a día el servicio de interpretación de un
hospital: el contacto entre culturas diferentes, las diversas
necesidades comunicativas de los actores implicados, el
marco de actuación y el papel de intermediario del intérprete
sanitario, los malentendidos provocados por el desconocimiento mutuo de los diferentes mundos entrecruzados y las
hábiles soluciones aplicadas por los mediadores, como ellos
dieron en llamarse. Los asistentes participaron avivando un
fervoroso debate, e incluso se resolvió alguna imprecisión
en cuanto a la legislación pertinente gracias a los expertos
presentes entre el público. Un empujón que invitó a los estudiantes a adentrarse en un apasionante universo laboral y
más puntos a favor para el Máster de Traducción MédicoSanitaria de la UJI.
A continuación, Bertha Gutiérrez nos deleitó con una charla sobria y completa sobre la revista Panace@, esa majestuosa
obra que va haciendo historia pasito a pasito, gracias al trabajo inconmensurable de su equipo y de los briosos colaboradores. Nos transportó a lo largo de un puente colgante ensartado
con las bellas palabras de su discurso, un puente que, gracias
a su dirección, une los corredores de las facultades habitados por alumnos, profesores y estudiosos de la traducción con
los despachos de los expertos en las disciplinas biomédicas
analizadas en la revista y los acerca a los habitáculos optimizados de los expertos en la práctica de los plazos imposibles,
un puente llamado Panace@. Creo, o quiero recordar, que
la ponente también alabó y comentó la edición de la revista,
soberbia y cuidada, y que también mencionó las ilustraciones
que la ennoblecen, siempre apasionantes. No hay mejor presentación que la de una directora orgullosa, y tan embelesados
nos dejó que el público casi enmudeció por primera vez, sin
que sirviese de precedente.
A la hora anunciada subimos a una deliciosa terraza, donde nos aguardaban unos ágapes y refrigerios servidos con
mimo y degustados con gana que nos permitieron recogernos
durante un instante entre charlas más personales, favorecidas
por una configuración del espacio muy funcional y la ausencia de sillas, condiciones perfectas para los intercambios que
allí tuvieron lugar, bañados por un perseverante sol de mediodía.
Después de la comida y los cafés, Gustavo Silva presentó
con una dilatada y halagadora disertación a la siguiente ponente, María Fernanda Lozano, quien nos relató amplísimamente las diversas fuentes de las que manan las traducciones
de la Organización Panamericana de la Salud —donde trabaja
como traductora—, los numerosos recursos documentales internos y externos que emplean para traducir los documentos
institucionales, la historia de la organización, su relación con
la OMS y el propio proceso de traducción. Sorprendentemente, se apoyan con frecuencia en un programa de traducción
automática propio y optimizado para los fines de la OPS, cuyo
resultado se somete luego a un trabajo de posedición efectuado por un traductor/revisor versado en la herramienta. Fue
* Traductor y revisor autónomo de biomedicina, Barcelona (España). Dirección para correspondencia: tosimes@gmail.com.
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Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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precisamente ese punto el que mayor interés provocó entre
el público, que se lanzó a cuestionar los resultados obtenidos
con la traducción automática y planteó sus dudas sobre las
consecuencias a largo plazo de esta práctica y sobre la utilización comercial de los programas de este tipo.
Aún conmocionados por las intensas charlas del descanso en los pasillos y las prisas para tomar un estimulante rapidito, volvimos nuevamente al salón de actos para asistir
al taller en que Fernando Rico-Villademoros destripó magistralmente la estructura de la introducción de los artículos
originales y los errores más frecuentes en la redacción de
esta parte fundamental del artículo científico, además de esbozar la estructura general de estos documentos. Tras prepararnos con los datos de rigor, el ponente nos dio la palabra y
la libertad para participar en un ejercicio práctico, en el cual
descubrimos, mediante la lectura y el debate, los aspectos
menos pertinentes de un par de introducciones de artículos
que nos ofreció como ejemplo, una oportunidad que aceptamos con gusto.
Para rematar la tarde de talleres, Elena Caveda nos ofreció una disertación rigurosa y muy rica en detalles sobre las
prácticas de publicación en el ámbito de la salud, las recomendaciones internacionales al respecto y otros datos sobre
las publicaciones médicas, como los criterios de autoría de los
artículos, los diferentes acuerdos de publicación, las prácticas
editoriales y las diversas consideraciones éticas a la hora de
redactar estos documentos. No faltó la mención a las normas
de Vancouver, a varias guías de publicación y a un puñado de
revistas especializadas, y añadió también un bosquejo de la
estricta revisión a la que se someten los artículos presentados.
La encantadora ponente lo regó todo con un sinfín de recursos
y referencias a redes y asociaciones que centran su actividad
en la publicación médica, de indudable utilidad a la hora de
retomar el tema con más reposo.
Al final del día, un merecido vino de honor que nos encontramos nada más salir de la sala dio pie a las diversas tertulias
nocturnas que sin duda alguna merodearon por las modestas
calles de Castellón.
La mañana del sábado comenzó con una presentación en
diapositivas de Tremédica que Gonzalo Claros proyectó en el
salón de actos a modo de vídeo, a la que un servidor no llegó
a asistir. Sin embargo, puedo confirmar que la historia de la
asociación y sus objetivos se hacen patentes en el documento
que puede consultarse aquí: <http://tinyurl.com/6jbuc68>.
Maite Aragonés, luego de dejar en muy buenas manos a
Adelia, la bellísima y precoz iniciada en el mundo de los congresos, encandiló a los asistentes durante el rato siguiente con
su conferencia sobre la tarea del traductor de patentes, que
debe navegar entre varios campos de especialidad para, en
muchas ocasiones, ajustarse a una retórica medida y con una
intensa carga legal. Un trabajo arduo, cercano a la investigación forense por la riqueza de matices expresivos y las consecuencias de las patentes, que Maite nos ilustró a través de la
actividad detectivesca —un elemento retórico que apuntaba
ya en el título de su aportación— gracias a los vídeos que
enlazaban su discurso. Y todo esto con la compañía omnipresente de su niñita. Un ejemplo de conciliación de su trabajo
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Congresos y actividades
de traductora con el trabajo a tiempo completo de madre. Que
las meigas os acompañen.
Sin descanso que recuerde, nos adentramos en el mundo
de las fuentes de documentación biomédica en Internet de la
mano de Rafael Aleixandre, profesor del Máster de Traducción Médico-Sanitaria de la UJI, con una afirmación inicial
que se me antoja apabullante: la información biomédica disponible se duplica cada cinco años. Partiendo de esa base, nos
presentó toda una constelación de fuentes de documentación
médica que para los traductores son fundamentales en el día
a día y nos reveló la Internet invisible, las bases de datos y
las fuentes de información secundarias y terciarias, que los
robots no indizan gracias a la aplicación de protocolos de
exclusión. Descubrimos los tejemanejes del documentalista
científico sumergiéndonos en los sitios web que el ponente
nos propuso, y nos recordó asimismo la posibilidad de consultar bases de datos bibliográficas y bases de datos especializadas de diversos ámbitos biomédicos. También nos habló
de la Web 2.0 aplicada a la documentación sanitaria, y tuvo la
amabilidad de regalarnos unos cuantos operadores informáticos que, sin duda, agilizarán enormemente las búsquedas por
la red. Eso sí, algún día pediremos que también se pondere la
validez terminológica de las fuentes de documentación ofrecidas, un trabajo ingente.
Antes del almuerzo, Juan Antonio Puerto, médico especialista y traductor egregio, nos animó con su taller a pensar
en la tarea del revisor de textos biomédicos analizando los
errores de traducción más frecuentes hallados en el corpus
de textos que él seleccionó, extraído de las prácticas de traducción del máster de la UJI. Desgranó con paciencia la naturaleza de las incorrecciones en las traducciones médicas y
destacó áreas diferentes a la puramente terminológica, como
las imprecisiones de la traducción, las trampas de los números y signos, las omisiones en la traducción y los errores
presentes en el texto original, además de los equivalentes
erróneos. A continuación analizó las causas, que en su opinión radican en el desconocimiento temático, el desconocimiento lingüístico, el exceso de preocupación por el estilo
y los métodos de traducción defectuosos, no sin aportar sus
meditadas soluciones. Y el público, fiel al espíritu reinante
durante todas las jornadas, inició una crítica debatida y de
gran densidad argumental.
Tras la pausa para el avituallamiento se celebró la asamblea anual de Tremédica, de acceso libre para los asistentes
a las jornadas, con mucha controversia y tensos debates que
continúan impregnando el foro de la asociación, si bien había bastantes ausencias, teniendo en cuenta el número total
de afiliados, con un crecimiento prometedor. Y después de la
tormenta siempre llega la calma.
El movimiento final lo interpretó el diletante médico y
traductor especialista en protocolos de ensayos clínicos Pablo Mugüerza, con un discurso frenético sobre la poética de
la traducción de estos documentos. Entre risas, anécdotas divertidas y referencias estrambóticas pero bien halladas a diversos personajes de la música y la experimentación médica,
nos recordó que los protocolos son normas imprescindibles
para ejecutar la investigación e indicó los pasos necesarios
141
Congresos y actividades
para entregar una traducción de este tipo de documentos,
los actores que deben participar y los requisitos deseados
para llevarla a cabo. Finalmente nos estrelló contra la dura
realidad espetándonos las condiciones que muchas veces no
se cumplen en estos encargos profesionales. A los que acudimos posteriormente a su curso de traducción de protocolos nos pareció apenas un entremés de toda la sustancia que
luego masticó y regurgitó para nosotros en Madrid, pero es
que uno nunca se cansa de escuchar hablar a Pablo ante la
audiencia.
Una breve ceremonia con sorteo de libros incluido clausuró las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, encuentro imprescindible para la reflexión y el análisis
en el marco de la traducción biomédica, que se vio animado
por la interacción de los asistentes en los corredores y áreas
de descanso, marcada por saludos calurosos y presentaciones admiradas que saciaron nuestra curiosidad fotográfica, un
aliciente que endulza siempre estos eventos. Y por la noche,
movidita ya a horas tempranas por una manifestación en contra de la suspensión de la emisión de TV3 en la Comunidad
Valenciana, disfrutamos de una cena verdaderamente experimental (¿quién tuvo que preguntar de qué era la crema del
entrante?; sé que hubo quien acertó a la primera), pero las
emociones que se vivieron durante la velada son ya harina de
otro costal.
Una celebración de la interdisciplinariedad
<http://tremedica.org/panacea.html>
encontrarse brevemente esbozado aquí, sí mencionaremos el
carácter interdisciplinar de algunas intervenciones:
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José Antonio de la Riva Fort*
Muchas veces olvidamos que la ciencia, por lo que tiene
de colectivo, cultural e histórico, no es solo un método para
adquirir y estructurar conocimientos, sino también una dinámica social de comunicación, de trasvase, una antorcha que
debe pasar de mano en mano para desarrollarse y alcanzar
sus fines. El interés por la transmisión del conocimiento es
tan importante como la calidad del conocimiento mismo; de
ahí que pocas actividades comunicativas estén tan reguladas
como la de la ciencia, que, ya se sabe, cuenta con innúmeros
manuales de estilo, nomenclaturas, normas de publicación,
etcétera. Esta circunstancia, junto con el valor que para la
ciencia tiene el lenguaje como vehículo del pensamiento,
obliga a considerar un espacio interdisciplinar en que creadores y transmisores del saber alcancen un entendimiento;
y es esta interdisciplinariedad lo que aquí nos gustaría celebrar, porque creemos que es un elemento esencial de las
Jornadas de Tremédica.
Fue sumamente agradable encontrar en las jornadas gente
de ciencias de la salud con un genuino interés por la lengua
y amplios conocimientos lingüísticos, plenamente capaces de
superar la compartimentalización de las materias de estudio
que la educación formal suele imponer. Si bien no trataremos el contenido de los talleres y las conferencias, que puede
•
•
•
La conferencia inaugural, en que se explicaba la
necesidad de que la lengua y los conceptos biológicos y farmacológicos guardasen correspondencia
en las nomenclaturas, mostró que la terminología es
una disciplina que requiere la difícil conciliación de
saberes de materias variadas.
La descripción que se hizo de la revista Panace@,
que se ocupa de la traducción médica pero también
incluye cuentos, y en la que el arte (como puede
apreciarse en su último número, por el amplio espacio que se le concede a la obra de Dino Valls) cobra
cada vez más importancia, nos remite otra vez a la
interdisciplinariedad.
El taller sobre la interpretación en el ámbito sanitario nos hizo considerar importantes aspectos culturales en que la antropología debe conjugarse con el
lenguaje y la medicina.
El taller de redacción de ensayos clínicos, por su
parte, sacó a la luz varios puntos de contacto entre
la escritura científica y recursos de la retórica lite­
raria.
La exposición sobre buenas prácticas de publicación
relacionó lenguaje, ética y edición.
En el taller sobre traducción institucional suscitó
gran interés un programa de traducción automática
y pudo verse la estrecha relación que hay entre la
informática y la traductología.
La conferencia sobre la traducción de patentes abor­
dó las fronteras entre lo legal y lo técnico, y las
in­terferencias que genera la superposición de estos
planos.
El último taller trató precisamente de cómo la aplicación de una disciplina (la documentación) ayuda
al ejercicio de otra (la investigación en ciencias mé­
dicas).
Finalmente, la conferencia sobre traducción de pro­
tocolos estuvo a cargo de un expositor capaz de to­
mar ideas de la poética musical de Stravinski.
Sirva la mención de esta variedad de rasgos interdisciplinares como prueba de que en las jornadas, gracias a la creatividad de personas que saben que se desenvuelven en un
entorno mixto de ciencias y letras, se establecen relaciones
enriquecedoras —y no solo entre ciencias biomédicas y lenguaje— que echan por tierra los prejuicios de quienes consideran las ciencias de la salud como un ámbito ultrarracionalista y sin vínculo alguno con el mundo de las humanidades.
La única razón para el aislamiento de los saberes, aparte de
la metodología didáctica, es la incapacidad para relacionar
los conceptos. Las jornadas son mixtas e interdisciplinares
* Editor de InVivo Proyectos Editoriales y autor de La Traducción In Vitro, Madrid (España). Dirección para correspondencia: es josedelarivafort@
gmail.com.
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Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
<http://tremedica.org/panacea.html>
porque la traducción y la redacción médicas también lo son,
como lo es la gente que participa como oyente, que en muchos casos se ha cultivado en la medicina pero trabaja como
profesional del lenguaje. Quien escribe estas líneas empieza
a andar el camino opuesto: de la filología a la medicina. No
deja de tener algo de fabuloso encontrar un espacio en que
un filólogo puede compartir temas de interés con médicos e
investigadores.
Las jornadas, que ayudan a derribar el mito de que uno
debe formar parte de la legión de las letras o de la de las
ciencias, nos animarían a proclamar la abolición de la separación entre una y otra rama. ¿Quién, de entre los participantes en el evento, no guarda o cultiva un vestigio de curiosidad
por el otro hemisferio del conocimiento, quién no tiene un
interés dormido que despierta en estos terrenos ambiguos?
La reconfortante sensación de entenderse con profesionales
de otros ámbitos hizo brillar los ojos de mucha gente que no
tenía ni idea de que se iba a sentir tan unida, tan cercana, a
diferentes especies de redactores y traductores. Esto pudo
comprobarse en los entreactos de las conferencias, en los
que hubo un clima de gran cordialidad, que hemos descrito
anteriormente aquí.
El evento nos ha hecho pensar que la perspectiva de contribuir, mediante el estudio del lenguaje, a que la comunicación científica, tanto en la traducción como en la redacción,
sea más eficaz puede ser muy estimulante, sobre todo si se
trata de una ciencia como la medicina, que tiene un efecto
directo en el bienestar de los hombres y está relacionada con
otras muchas disciplinas.
Cuanto más lejano sea tu origen en el mapa del conocimiento, cuanto más alejada tu rama del árbol de la ciencia,
tanta más impresión te causa ver que puedes entenderte con
gente de otras latitudes, más placer te provoca ver que todo
está relacionado, que tan lejos no estás, que eres capaz de
apreciar lo que otros hacen y que los otros son capaces de ver
el valor de tu trabajo, y tanto más vertiginoso es el estímulo
por aprender lo que el otro sabe, para estar más cerca de esa
gente admirable que ha tendido puentes y transgredido fronteras.
Esta es la sensación que nos dejaron las jornadas: ganas
de celebrar la interdisciplinariedad y la hermosa relación entre la ciencia y el lenguaje, de aprender lo que conoce el que
viene de otra rama del saber y, por supuesto, de ponernos a
trabajar para hacer que el lenguaje cumpla cada vez mejor su
misión de comunicar y hacer que la ciencia sea más ciencia.
Congresos y actividades
Cuando las palabras se convierten en emociones
Gemma Sanza Porcar*
Las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, celebradas el 18 y 19 de febrero de 2011 en la Universidad
Jaime I de Castellón de la Plana (España), nos han servido, en
primer lugar, para aprender, es obvio. Pero, por encima de la
adquisición de conocimientos, lo más importante ha sido el
poder desvirtualizar, ponerles un rostro, una voz y una personalidad a todas las palabras que han ido llegando a nuestros
ojos, desde la distancia geográfica y que se han ido introduciendo en nuestros hogares, en nuestro mundo, en nuestras vidas, a través del ciberespacio, ese lugar virtual de encuentro,
comunicación y transmisión del conocimiento de los que utilizamos las redes internéticas para el intercambio de la ciencia, la cultura, el entendimiento y, sobre todo, la palabra.
Ese espacio virtual, patria fugaz de la condición humana y
que engulle y devora todo lo que no sea el simple intercambio
de información, desvirtúa o desdibuja en muchas ocasiones
lo que somos en esencia, es decir, personas en carne y hueso,
con su propio bagaje personal, sus propios sentimientos y vidas, en esencia, emociones contenidas que permanecen en un
segundo plano.
La palabra, esa unidad lingüística que tan hábilmente utilizan los más doctos, no solo representa la exactitud, la corrección, la precisión y la definición, sino también la reflexión,
el intercambio, la profesión, la calidad y la excelencia. La
palabra es el vector del consenso necesario de las diversas nomenclaturas que nos mostró Fernando Navarro; la mediación
interlingüística e intercultural de Dora Sales, Francisco Raga y
Marta Sánchez; el puente colgante, como nexo entre la teoría y
la práctica de la traducción biosanitaria, que reivindicó Bertha
Gutiérrez; el rigor y la convención de la traducción institucional que nos presentaron M.ª Fernanda Lozano y Gustavo A.
Silva; la introducción como sinónimo de síntesis que aprendimos en el taller de Fernando Rico-Villademoros; las buenas
prácticas que nos expuso Elena Caveda; la traducción de patentes como labor detectivesca que nos expuso Maite Aragonés; la
revisión en el taller de Juan Antonio Puerto; la implicación que
nos pidió Gonzalo Claros, y la poesía subyacente a los protocolos que nos recitó Pablo Mugüerza. La palabra, con múltiples
significados y contenidos, llena de semántica y discusión y, a
su vez, de sentimientos, compañerismo, objetivos comunes,
y que, gracias a encuentros como este, acaban convirtiéndose
en emociones, pero en emociones de las buenas.
* Traductora biomédica, Benicasim (España). Dirección para correspondencia: gemmasanza@hotmail.com.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
143
Congresos y actividades
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Agenda
Congresos y Reuniones
FIT XIX World Congress: “Bridging cultures”
Organizado por: Federación Internacional de Traductores
(FIT).
Lugar: San Francisco (California, EE. UU.).
Fecha: 1-4 de agosto del 2011.
Información: <www.fit2011.org>.
2nd Cross-Cultural Health Care Conference:
“Collaborative and multidisciplinary interventions”
Organizado por: University of Hawaii at Manoa.
Lugar: Oahu (Hawái, EE. UU.).
Fecha: 7 y 8 de octubre del 2011.
Información: <www.cchc-conference.com>.
IX Jornadas de Traducción y Terminología
Organizado por: Centro de Traducción y Terminología
(Cetrater), Universidad Nacional de Tucumán.
Lugar: San Miguel de Tucumán (Argentina).
Fecha: 4-8 de agosto del 2011.
Información: <cetrater@gmail.com>.
2011 AADE Annual Conference
Organizado por: American Association of Dental Editors
(AADE).
Lugar: Las Vegas (Nevada, EE. UU.).
Fecha: 8 y 9 de octubre del 2011.
Información: <www.dentaleditors.org/annual_conference.
aspx>.
I Congreso de Traducción e Interpretación
en Uruguay: “La traducción: forjadora del pasado,
transformadora del presente, constructora
del futuro”
Organizado por: Colegio de Traductores Públicos
del Uruguay.
Lugar: Montevideo (Uruguay).
Fecha: 9-10 de septiembre del 2011.
Información: <www.congresoctpu2011.com>.
I Congreso Internacional de Correctores de
Textos en Español
Organizado por: Fundación Litterae (Argentina),
Asociación de Profesionales de la Edición y Corrección
(México), Unión de Correctores (España) y Asociación
de Correctores de Textos del Perú.
Lugar: Buenos Aires (Argentina).
Fecha: 14-16 de septiembre 2011.
Información: <www.congresocorrectores.org>.
3rd Annual Freelance Translator Virtual
Conference
Organizado por: ProZ.com.
Fecha: 30 de septiembre del 2011.
Información: <www.proz.com/conference/250>.
2011 IMIA Annual Conference on Medical
Interpreting
Organizado por: International Medical Interpreters
Association (IMIA).
Lugar: Boston (Massachusetts, EE. UU.).
Fecha: 30 de septiembre-2 de octubre del 2011.
Información: <www.imiaweb.org/conferences/2011conference.
asp>.
144
Localization World Silicon Valley 2011
Organizado por: Localization World.
Lugar: Santa Clara (California, EE. UU.).
Fecha: 10-12 de octubre del 2011.
Información: <www.localizationworld.com/lwsv2011/cfp.php>.
7th Annual MET Meeting: “Quality in English
translating and editing: from research to practice and back”
Organizado por: Mediterranean Editors and Translators
(MET).
Lugar: Barcelona (España).
Fecha: 20-22 de octubre del 2011.
Información: <www.metmeetings.org>.
AMWA’s 71st Annual Conference
Organizado por: American Medical Writers Association
(AMWA).
Lugar: Jacksonville (Florida, EE. UU.).
Fecha: 20-22 de octubre del 2011.
Información: <www.amwa.org>.
52nd ATA Annual Conference
Organizado por: American Translators Association (ATA).
Lugar: Boston (Massachusetts, EE. UU.).
Fecha: 26-29 de octubre del 2011.
Información: <www.atanet.org/conferencesandseminars/
annual_conference.php>.
2011 International Medical Interpreters
Conference: “Client education, everyone’s
responsibility”
Organizado por: International Medical Interpreters
Association (IMIA).
Lugar: Boston (Massachusetts, EE. UU.).
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
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Congresos y actividades
Fecha: 30 de octubre-2 de noviembre del 2011.
Información: <www.imiaweb.org/conferences/2011conference.
asp>.
Lugar: Alderley Park (Cheshire, Reino Unido).
Fecha: 15 y 16 de noviembre del 2011.
Información: <www.ismpp.org/education/eu_meeting.html>.
33rd EMWA Conference
Organizado por: European Medical Writers Association
(EMWA).
Lugar: Londres (Reino Unido).
Fecha: Noviembre del 2011.
Información: <www.emwa.org/Conferences.html>.
7th Annual Forum on Strategic Publication
Planning “Efficient Publication and Communication
Planning in an Evolving Environment”
Organizado por: The Center for Business Intelligences
(CBI).
Lugar: Filadelfia (Pensilvania, EE. UU.).
Fecha: 8 y 9 de diciembre del 2011.
Información: <www.cbinet.com/conference/pc11184>.
1st Annual European Meeting of ISMPP: “Trends,
transparency, and trust: From insights to actions”
Organizado por: International Society for Medical
Publication Professionals (ISMPP).
Cursillos y seminarios
Workshop “Statistics for medical writers and
editors”
Organizado por: American Medical Writers Association
(AMWA), Greater Chicago Area Chapter.
Lugar: Evanston (Illinois, EE. UU.).
Fecha: 29 de julio del 2011.
Información: Alice Pappas (education@gcac-amwa.org).
De l’escriptori a la tarima: redacció i presentació
oral de dades biomèdiques
Organizado por: Universidad Pompeu Fabra.
Lugar: Barcelona (España).
Fecha: 5-16 de septiembre del 2011.
Información: <www.upf.edu/estiu/cursos/2011/1489-2011/
presentacio>.
Seminar „Die medizinische Fachsprache und ihre
Terminologie“
Organizado por: Bundesverband der Dolmetscher und
Übersetzer.
Lugar: Berlín (Alemania).
Fecha: 9 de septiembre del 2011.
Información: <www.bdue.de>.
Successful medical writing: an intensive, practical
course
Organizado por: Management Forum.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Lugar: Londres (Reino Unido).
Fecha: 28-30 de septiembre del 2011.
Información: <www.management-forum.co.uk/
pharmaceutical/eventid/1686>.
Seminar „Übersetzen im Bereich Patentwesen“
Organizado por: Bundesverband der Dolmetscher und
Übersetzer, Landesverband Nordrhein-Westfalen .(BDÜ
NRW)
Lugar: Colonia (Alemania).
Fecha: 8 de octubre del 2011.
Información: <www.bdue-nrw.de>.
Medical writing in English
Organizado por: Scinopsis.
Lugar: París (Francia).
Fecha: 14 de octubre del 2011.
Información: <www.scinopsis.com/training_courses.php>.
Seminar „Die medizinische Fachsprache und ihre
Terminologie“
Organizado por: Bundesverband der Dolmetscher und
Übersetzer.
Lugar: Colonia (Alemania).
Fecha: 22 de octubre del 2011.
Información: <www.bdue.de>.
145
Congresos y actividades
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Cursos de larga duración
Curso «Spanish Doctors» (a distancia)
Organizado por: Spandoc y Fundación para la Formación
de la Organización Médica Colegial.
Lugar: Curso en línea.
Fecha: Septiembre del 2011-septiembre del 2012
Información: <www.ffomc.org/contenido/cursos/ingles_
medico/contenido/inscripcion.htm>.
Máster en Tecnologías de la Información para la
Salud
Organizado por: Universidad de Alcalá.
Lugar: Alcalá de Henares (Madrid, España).
Fecha: Octubre del 2011-octubre del 2012.
Información: <www.uah.es/estudios/postgrado/programa.
asp?CdPlan=M062>.
Máster en Comunicación de Nutrición y Salud
Organizado por: Unidad Editorial y Universidad de San
Pablo CEU.
Lugar: Madrid (España).
Fecha: Octubre del 2011-octubre del 2012.
Información: <www.postgrado.uspceu.es/pages/
comunicacion_nutricion/presentacion.html?ID_M=8>.
Máster oficial en Traducción Médico-Sanitaria
(en línea)
Organizado por: Universidad Jaime I.
Lugar: Curso en línea.
Fecha: Octubre del 2011-septiembre del 2012.
Información: <www.tradmed.uji.es/master/seccio.
php?idseccio=10>.
146
Máster en Traducción Científico-Técnica
Organizado por: Universidad Pompeu Fabra.
Lugar: Barcelona (España).
Fecha: Octubre del 2011- junio del 2012.
Información: <www.idec.upf.edu/master-en-traduccioncientificotecnica>.
Máster en Periodismo y Comunicación de la
Ciencia, la Tecnología y el Medio Ambiente
Organizado por: Universidad Carlos III.
Lugar: Madrid (España).
Fecha: Octubre del 2011-junio del 2012.
Información: <www.masterperiodismocientifico.org/
presenta.html>.
Máster universitario en Comunicación
Intercultural, Interpretación y Traducción en los
Servicios Públicos
Organizado por: Universidad de Alcalá.
Lugar: Alcalá de Henares (Madrid, España).
Fecha: Octubre del 2011- junio del 2012.
Información: <http://www2.uah.es/traduccion/formacion/
master_oficial_POP.html>.
Máster en Comunicación Científica, Médica y
Ambiental
Organizado por: Universidad Pompeu Fabra.
Lugar: Barcelona (España).
Fecha: Febrero del 2012-diciembre del 2012.
Información: <www.idec.upf.edu/master-en-comunicacioncientifica-medica-y-ambiental>.
Panace@ .
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Semblanzas
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Valentín García Yebra (1917-2010): adiós al maestro
Pollux Hernúñez*
Con sus furiosos coletazos finales el otoño se llevó entre
sus últimas hojas —en el momento en que cerrábamos nuestro
número anterior—, a Valentín García Yebra, filólogo, catedrá­
tico de griego, académico de la lengua y, ante todo, traductor
y maestro de traductores.1 Amante como era de la naturaleza,
del ineluctable compás de sus ciclos, de sus pájaros, de sus
flores y de sus árboles, se fue como vivió, en armonía con el
ritmo de las cosas y de los días.
En Panace@ sentimos profundamente la pérdida que su­
pone para la traducción la desaparición de un hombre como él,
aunque, para consolarnos y poniéndonos pedantes, podríamos
decir, con su admirado Virgilio, Sic sic iuuat ire sub umbras,2
al contemplar la plenitud de su vida y la magnitud de su obra,
o ampararnos en el manido cliché de que no ha muerto del
todo, ya que, como el recio ramaje del árbol de su apellido
(gustaba de explicar que yebra es el nombre celta del tejo de
su tierra), su doctrina reverdece vigorosa en los miles y miles
de traductores que aprendieron algo en sus clases o en sus
libros y se lo transmiten a otros en las innúmeras traducciones
que se hacen cada día en nuestra lengua.
En el prólogo a uno de sus últimos libros,3 citaba don
Valentín estos versos «anónimos, con reminiscencias helé­
nicas»:
El don de la palabra es lo más grande.
Lo que define al hombre
no es la bipedidad ni el ser implume.
Lo que define al hombre es la palabra.
Pudorosísimo como era, ocultaba así que esos versos eran
suyos (de joven escribió muchos) y, nuevo Diógenes, se atrevía
en ellos a contradecir a Platón, convencido de que el hombre
es sobre todo palabra, como demostraría con creces dedicando
su vida a la lengua, a aprenderla, a entenderla, a enseñarla,
a pulirla, a enriquecerla con el caudal renovador de muchas
otras. Podríamos extendernos largamente sobre su valiosa
aportación a las diversas manifestaciones de la lengua, dentro
y fuera de la Academia, pero aquí solo deseamos dejar cons­
tancia de su faceta de traductor y de teórico de la traducción.4
En cuanto a lo primero, recordemos que García Yebra
practicó la traducción, de media docena de lenguas, durante
casi setenta años. Empezó con la Medea,5 de Séneca, en 1940
y vertería otras obras del latín, como la Guerra de las Galias,6
de César, o el Pro Marcello7 y el De amicitia,8 de Cicerón. Del
griego cabe destacar sus monumentales ediciones trilingües de
la Metafísica9 y la Poética,10 de Aristóteles. Del francés tra­
dujo los seis volúmenes de una obra crítica capital en los años
1950-1970, Literatura del siglo xx y cristianismo,11 de Moeller,
y otras de menor envergadura, como El realismo metódico,12
de Gilson, y la Filosofía del ser,13 de De Raeymaeker. Del
portugués destaquemos la Teoría de la literatura,14 de Aguiar
e Silva, y del italiano, Religiosidad popular en la Alta Edad
Media,15 de Oronzo Giordano. Del alemán fue su primera
obra publicada, El velo de Verónica,16 de Gertrud von Le Fort,
a la que siguieron otras novelas, pero también filosofía, como
Virgilio, padre de Occidente17 o La joroba de Kierkegaard,18
de Haecker, y de filología, como Lingüística griega,19 de
Brandenstein, o Sobre los diferentes métodos de traducir,20
de Schleiermacher. Como redactor de la sección extranjera
de la revista Arbor, tradujo además numerosos artículos del
alemán, del francés, del inglés, del portugués y del italiano.
Como teórico de la traducción García Yebra realizó una la­
bor de auténtico fundador en nuestra lengua, y no solo porque
disertara muy acertadamente sobre los principios por los que
se debe regir el acto de traducir, sino porque, como traductor
experimentado (empezó a teorizar cuando ya había traducido
muchos miles de páginas), no entendió la teoría sin práctica ni
la práctica sin teoría. Como lo atestiguan sus seminales obras
Teoría y práctica de la traducción,21 En torno a la traducción.
Teoría. Crítica. Historia,22 Traducción y enriquecimiento de
la lengua del traductor,23 Traducción: historia y teoría24 y
más de un centenar de artículos,25 ambos fenómenos son para
él inseparables e interdependientes.
Para García Yebra no se puede hablar de traducción in
abstracto, pues se trata de un hecho esencialmente lingüís­
tico, y su praxis es un oficio artesanal en el que cada frase es
intrínsecamente un aserto teórico. La formación del traductor
reside en el trabajo continuo —«se hace sobre todo traducien­
do»— y su excelencia en la posesión de tres conocimientos
fundamentales: «el de la lengua original, el de la lengua a la
que se traduce y el del tema tratado», a lo que cabe añadir
una especie de sexto sentido, la intuición. Formulada ya en
la primera edición de la Metafísica, su conocida regla de oro
rezaba: «Una traducción debe decir todo lo que dice el origi­
nal, no decir nada que el original no diga y decirlo todo con la
corrección y la naturalidad que permita la lengua a la que se
traduce».26 Con el tiempo vino a resumirla en este dístico:
No omitir, no añadir, no adulterar.
Decirlo todo lo mejor posible.
Convencido de que la traducción es parte esencial de la
cultura de los pueblos, concluye que la misión del traductor
debe ser transmitirla fielmente. Su guía ha de ser el rigor cien­
tífico, el fino discernimiento, la escrupulosidad en la expre­
sión y la pulcritud de estilo. Maestro en el uso de la lengua
correcta y pulida, quiere que esa lengua, la que respeta las
normas y evita la afectación, sea la de la traducción. Y no
desdeña la función creativa del traductor, a quien reconoce la
legitimidad del neologismo.
* Servicio de Traducción de la Comisión Europea, Bruselas (Bélgica). Dirección para correspondencia: Pollux.Hernunez@ec.europa.eu.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
147
Semblanzas
García Yebra defendió estas ideas con tesón. Gracias a su
empeño se creó en la Universidad Complutense de Madrid el
Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores
—en el que se realizaron los primeros estudios académicos de
traducción en España—; gracias a su esfuerzo se difundieron
en España obras señeras de la traductología y la traducción;27
gracias a su trabajo la traducción entró en la RAE por la
puerta grande; gracias a su lucha se empezó a considerar la
traducción una disciplina respetable: fue uno de los prime­
ros defensores de los derechos del traductor, es decir el de su
reconocimiento y valoración sociales y el de su remuneración
adecuada. Y, conferenciante infatigable, leyó ponencias y di­
rigió seminarios y talleres en muchas universidades y otros
foros españoles y extranjeros.
Se le reconocieron todos estos méritos con varios galardo­
nes, como la Medalla de Oro de la Cultura (1996), el Premio
Nacional de Traducción por el conjunto de su obra (1998), el
Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades (2007) y
el doctorado honoris causa de la Universidad de Atenas.
Sirvan estas líneas como modesto homenaje a la memoria
de aquel maestro y caballero al que todos los profesionales
de la traducción le estaremos siempre agradecidos. En nuestro
caso particular por varios motivos, pues, además de su inusita­
do interés y preocupación por el lenguaje científico y técnico
—siendo como era un traductor eminentemente literario—, fue
miembro del consejo asesor de Panace@, donde colaboró en
varias ocasiones,28 fue vocal de la Comisión de Traducciones
de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, co­
dirigió el Manual de documentación y terminología para la
traducción especializada29 y, en sus principales publicaciones
y actividades relacionadas, siempre tuvo en cuenta la traduc­
ción especializada.
Tampoco olvidaremos al hombre correctísimo, cortés, no­
ble, machadianamente bueno. Se le queda a uno un vacío muy
grande cuando desaparece alguien como él, verdaderamente
irremplazable. Un hombre de palabra.30
Notas
1. 28.IV.1917, Lombillo de los Barrios (el Bierzo, León)-13.XII.2010,
Madrid.
2. Eneida, IV, 660.
3. El buen uso de las palabras (1982), Gredos.
4. Señalemos, no obstante, su asiduo trabajo en la Comisión de Consultas
(que contesta a dudas sobre el uso de la lengua), en la de Ciencias
148
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Humanas (que revisa las voces del DRAE relacionadas con este sector
lingüístico) y en la de Gramática (que preparó la NGLE), y sus obras
Claudicación en el uso de preposiciones (1988, Gredos) o Diccionario
de galicismos prosódicos y morfológicos (1999, Gredos).
5. 1964, 2001³, Gredos. Solía contar que estuvo a punto de arrojar el
manuscrito a una papelera al salir de la editorial en la que, tras semanas
de espera, le acababan de decir que aquello no interesaría a nadie.
6. 1945/1946, Gredos; 1968², Bruguera.
7. 1946, Gredos.
8. 1947, Gredos.
9. 1970, 1982², Gredos. Premiada por el CSIC.
10. 1974, Gredos.
11. I: 1955, 19788; II: 1955, 19726; III: 1957, 19745; IV: 1960, 19734;
V: 1975, 1978²; VI: 1995; Gredos. Galardonada en 1964 con un
importante premio del Gobierno belga.
12. 1950, Rialp; 1997², Encuentro.
13. 1954, Gredos.
14. 1972, 200513, Gredos.
15. 1983, 1995², Gredos.
16. 1944, Afrodisio Aguado.
17. 1947, Epesa.
18. 1948, Epesa.
19. 1965, Gredos.
20. 1978, 343-392 en Filología moderna, 63/64; 2000², Gredos.
21. 1982, 1997³, Gredos. Premiada por la RAE, esta obra contribuyó al
nombramiento de su autor como miembro de número de la Academia
en 1984.
22. 1983, 1989², Gredos.
23. 1985, 2004², Gredos (discurso de entrada en la RAE).
24. 1994, Gredos.
25. Algunos recogidos en Experiencias de un traductor (2006), Gredos.
26. Prólogo, p. XL.
27. En junio de 1944, antes de licenciarse, fundó con tres amigos la
editorial Gredos, de referencia ineludible en el campo de la traducción,
la traductología, la didáctica de la traducción y la filología en nuestra
lengua.
28. Vol. 2, n.° 5: Sobre la formación de términos técnicos; Vol. 4, n.° 12:
Cien borrones prosódicos en la terminología científica española;
Vol. 5, n.° 15: Suido: un término científico mal acentuado; Vol. 6,
n.° 21-22: El Quijote y la traducción.
29. 2004, Arco/Libros.
30. Estas líneas se basan en gran medida en las publicadas previamente en
Puntoycoma (2011), 121: 28-30, con cuya autorización las retomamos
aquí.
Panace@ .
Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011
Semblanzas
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Estanislao Lluesma Uranga: médico, profesor, traductor ​
y hombre de letras
Estanislao Lluesma Goñalóns y Cristina Márquez Arroyo
La intención de esta semblanza es dar a conocer breve­
mente la obra del Estanislao Lluesma Uranga, médico español
exiliado en Argentina, que no solo fue un prolífico autor de li­
bros y artículos en cuatro idiomas, sino también un destacado
lexicógrafo y traductor médico. Su hijo, Estanislao Lluesma
Goñalóns, ofrece en primer lugar una semblanza personal, que
también es un homenaje a su padre. A continuación, Cristina
Márquez, se ocupa de su faceta como traductor médico.
Mi padre, Estanislao Lluesma Uranga
Estanislao Lluesma Goñalóns*
Este breve resumen tiene como objeto presentar los an­
tecedentes, la formación y la forma de pensar con que fue
educado mi padre, el doctor Estanislao Lluesma Uranga.
Fue hijo de María Luisa Uranga Vicente y Estanislao
Lluesma García, gobernador de la Guinea Española en África
y médico de la Armada española, que entre sus pacientes con­
taba con la infanta Isabel de Borbón y el rey Alfonso XIII.
Entre muchos otros méritos, mi abuelo recibió la Medalla al
Reconocimiento Francés por su gestión con los prisioneros
enfermos en Alemania durante la Primera Guerra Mundial y
tuvo el extraño honor de haber sido condenado a muerte dos
veces en su vida, a causa de sus ideales republicanos, en la
España del siglo pasado.
Mi padre nació en Buenos Aires el 2 de mayo de 1909,
durante una residencia de perfeccionamiento médico que mi
abuelo estaba realizando en esta ciudad porteña. A los pocos
meses de nacer, la familia Lluesma vuelve a España con mi
padre, donde este vivirá hasta su exilio en 1939. Durante su
niñez y adolescencia fue un joven sumamente estudioso que
logró los honores más altos en todas las instituciones de ense­
ñanza a las que asistió. A los catorce años ya era alférez de la
Armada española.
En 1924 comenzó sus estudios de Medicina, cuya licen­
ciatura completó con matrícula de honor y premio extraordi­
nario. En 1931, con sólo 21 años de edad, obtiuvo su título
de médico con la calificación de sobresaliente y la medalla
de honor. Finalizó el doctorado en octubre 1932 y recibió el
Premio Sarabia Pardo por su tesis, publicada con el título
Apendicitis infantil. En septiembre de 1932 accedió al cargo
de jefe de clínica de la 2.ª cátedra de Patología y Clínica
Quirúrgica de la Facultad de Medicina de Madrid, rentado
y por oposición. En 1933 recibió una beca de la Junta de
Ampliación de Estudios para perfeccionar durante dos años
sus estudios de fisiopatología del sistema neurovegetativo
y cirugía de las arterias y de la angina de pecho. Por tal
motivo se trasladó sucesivamente a Heidelberg, Fráncfort,
París, Milán y Rumanía. En octubre de 1933, encontrándose
en París, asistió al Congreso sobre Cirugía Estética en re­
presentación de España. En enero de 1934, invitado por el
presidente de la Asociación Docente, el doctor I. Nicolau,
de Bucarest, inauguró las jornadas de actualización médi­
ca, organizadas por la Asociación Médica de la Facultad de
Medicina de Rumanía. Participó como único médico extran­
jero con una conferencia sobre «Fisiología y patología del
sistema neurovegetativo».
En marzo de 1934, Gregorio Marañón (de quien mi pa­
dre había sido discípulo) y el entonces ministro de Salud de
Rumanía elevan al Estado español una petición para ampliar
la beca por otros cinco meses, con el auspicio del doctor
Danielopolu, director de clínica de la Facultad de Medicina
de Bucarest. En esa misma carta destacan que Estanislao ha
dedicado tiempo extra para enseñar español a profesionales
e investigadores que desean conocer mejor el devenir de las
ciencias médicas españolas. Ya entonces mostraba una nota­
ble inclinación al estudio de idiomas, para lo que contaba tam­
bién con una extraordinaria facilidad. Influido por su entorno
* Profesor de filosofía, Canet d’En Berenguer (Valencia, España). Dirección para correspondencia: tanisiii@hotmail.com.
Panace@ .
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familiar, continúa sus estudios de alemán, francés, inglés y
rumano y desarrolla igualmente un interés especial por las le­
tras, la música clásica y la poesía. Esta sensibilidad especial
fue quizás lo que más lo marcó e hirió durante toda su vida,
pero también lo que le llevó a ser un excelente profesional y
hombre de bien.
En los trabajos de investigación que realiza durante su
estancia en Rumania colaboran con él los doctores Dimitriu
Marcu y Ana Aslán. Con esta última, reconocida científica
por su contribución a la geriatría y la gerontología, manten­
drá una estrecha amistad hasta el final de su vida. Pero, ade­
más, durante su época en Rumanía comparte muchos mo­
mentos importantes con el poeta Jorge Guillén. Esta amistad
y la que mantuvo con otros escritores en largas tertulias le
estimularon aún más su ya innata facilidad para la narrativa
y la poesía, actividades que desarrolló a lo largo de su vida;
publicó incluso cuatro libros de poemas.
Antes de marcharse definitivamente de Rumanía fue con­
decorado por el rey con la insignia-collar de comendador de
la Orden de la Corona de Rumanía en reconocimiento a su
gestión en ese país. Un honor que ya en plena guerra tuvo
la honestidad de devolver, pues lo consideró inadecuado. En
junio de 1936, al iniciarse la Guerra Civil española, es desig­
nado jefe del equipo quirúrgico del Hospital de Clínicas de
Madrid (San Carlos), cargo que desempeñaría hasta diciem­
bre de 1936, cuando el Gobierno de la República le nombra
director del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina
de San Carlos. Dimite de ese cargo en abril de 1937, cuando,
como la mayoría de los funcionarios republicanos, debe partir
hacia Valencia, donde se había establecido el Gobierno de la
República. En mayo consigue por concurso el puesto de jefe de
trabajos prácticos de la cátedra de Terapéutica Quirúrgica de la
Facultad de Medicina de Valencia. Y a partir de agosto de ese
año y hasta marzo de 1939 desempeñará el cargo de cirujano
jefe de equipo móvil en los Hospitales Militares de Totana
(Murcia), Foyos (Valencia), Aguilar de Alfambra (Teruel),
Pertusa (Huesca) y Cofrentes (Valencia). Al mismo tiempo se
incorpora a la Sanidad de Carabineros, donde tendrá las su­
cesivas categorías de teniente, capitán y comandante. Durante
la contienda se desempeñó en las distintas unidades militares
(19.º Tercio de la Guardia Nacional Republicana, 4.º Tercio
de la Guardia Nacional Republicana, 2.ª Brigada Mixta,
XVII Cuerpo de Ejército, Ejército de Maniobra, 211, Brigada
Mixta, Ejército del Este, Ejército de Levante y Comandancia
de Sanidad de Valencia).
En esas fechas se entera de que su padre ha sido apre­
sado y condenado en Madrid y de que a él lo están bus­
cando con igual destino. Comienza sus gestiones para po­
der exiliarse y logra escapar gracias a la ayuda de uno de
sus primos, que primero lo esconde y luego lo traslada en
un camión de su propiedad desde Sagunto hasta Gandía.
Consigue allí embarcarlo en el buque Galatea con rumbo
a Francia. Luego sabríamos que ese sería el último viaje
antes de que bombardearan el barco. En el momento de
subir al Galatea, las fuerzas franquistas llegan a buscarlo
y, gracias a Barbara Wood, una brigadista internacional de
origen inglés que declara ser su mujer, logra salir del puer­
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to. Este terrible experiencia y la incertidumbre de no saber
si lo ejecutarían o no lo marcó de tal modo que posible­
mente se convirtiera en uno de los motivos por los cuales
no volvió nunca a su querida España.
Se instala en el campo de refugiados de la Dordogne, don­
de continúa con su tarea ya no profesional, sino humanitaria,
y mantiene sus ideales republicanos, buscando y ayudando a
todos sus amigos y enviando noticias a familiares de personas
que compartían principios e ideales, como consta en diversos
documentos que poseo. Entre tanto, su madre había logrado
escapar con destino a Marsella primero y a Buenos Aires des­
pués, donde movería cielo y tierra hasta conseguir hacer valer
su nacimiento en esa ciudad para obtener para él un pasaporte
que le permitió finalmente abandonar el campo de refugiados
francés.
Se embarcó en el Formose rumbo a Sudamérica, y en
Buenos Aires, la ciudad que lo vio nacer, comienzó su nue­
va vida de exiliado. Revalidó en 1940 su título de doctor en
Medicina en la Universidad de La Plata, con el apoyo de su
amigo Luis Jiménez de Asúa, quien se desempeñaba en esa
universidad y sería más tarde presidente de la República
Española en el exilio. Aunque extrañaba su país y consi­
deró la posibilidad de irse a Inglaterra, donde estaría más
cerca de los suyos, finalmente decidió no marcharse, po­
siblemente porque en ese momento se produjo la muerte
de su padre. De modo que continuó su carrera médica en
Buenos Aires, donde se dio tiempo también para publicar
trabajos científicos, sin olvidarse de la poesía: publicó va­
rios libros de poemas que le permitían decir todas aquellas
cosas que oprimían su sentir humano. Como docente de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires,
publicó su Diccionario de medicina, único en su género en
ese momento.
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Fue designado para diversos cargos médicos, entre los
que destaca el de presidente de la Sociedad Argentina de
Angiología, fue presidente en varios congresos internacio­
nales de medicina y profesor de la Escuela de Bellas Artes
Manuel Belgrano, pero, influido por sus amigos jueces y abo­
gados, se gradúó como médico legista y forense e incluso se
inscribió en la Facultad de Derecho, en la que obtuvo el título
de abogado en 1967. Es imposible olvidar las noches de estu­
dio que pasaba en casa, escuchando siempre música clásica o
española, que seguía siendo su motor de inspiración. Falleció
en 1968, cuando estaba valorando comenzar a estudiar un
profesorado de guitarra, para poder tocar flamenco...
Entre sus publicaciones se incluyen más de cien trabajos
sobre medicina, tres libros de poemas, un par de obras de tea­
tro y varias milongas y tangos. Estos últimos, arrastrado por
un reconocido bandoneonista argentino, Ernesto Baffa, resi­
dente en el servicio de urgencias de los miércoles del Hospital
Piñeiro, donde mi padre se desempeñó como jefe de guardia
durante muchos años.
Fue un médico extraordinario, un escritor fecundo, un es­
pañol ejemplar y, por encima de todo, un hombre de bien.
¡Gracias, padre!
Al título completo, Obras médico-químicas o paradojas
del muy noble, ilustre y erudito Filósofo y Médico Aureolus
Filippus Teofrasto Bombasto de Hohenheim, llamado
Paracelso, le sigue una «Nota del traductor» que nos pone
frente a la envergadura de la obra:
Este título es el del primer tomo de la edición ale­
mana de 1599 y de las ediciones latinas de 1603 y 1658.
Originalmente contenía el «Liber Paramirum» sobre
el Arte de la Medicina —que incluía dos tomos— y el
Libro de la Generación de las Cosas Sensibles. El pri­
mero de los libros paramíricos, el de la generación de las
cosas sensibles y los tres últimos capítulos del V Tratado
del segundo libro paramírico, se han perdido. En la ac­
tual edición, primera traducción castellana, incluimos,
pues, los cuatro primeros Tratados del 2º «Paramirum»,
los dos primeros capítulos del V Tratado, el «Libro de
los Prólogos» y el de las «Entidades», aparecidos estos
dos últimos por primera vez en la edición alemana de
Estrasburgo, de 1575.
A pesar de sus lagunas y arbitrariedades interpre­
tativas, la edición más completa sigue siendo la de
Paltemus, de 1603, en latín, que ha sido y es, por otra
parte, la más constantemente consultada y referida por
los sucesivos traductores, comentaristas y exégetas.
Sobre ella; sobre notas de la de Forberger y siguiendo
la línea de concepto —no de texto, pues la haría a me­
nudo incomprensible en castellano— de la traducción
francesa de 1912, de Grillot de Givry, hemos llevado a
cabo desde estas tierras de América la primera edición
castellana, que en este punto empieza.
Estanislao Lluesma Uranga
y la traducción médica
Cristina Márquez Arroyo**
La contribución de Estanislao Lluesma Uranga al mun­
do de la traducción médica es extraordinaria, en cuanto que
es el autor de la única traducción al español de las obras
completas de Paracelso (Opera omnia). La firma como
académico correspondiente de la Academia Nacional de
Medicina de Madrid, y el libro lo publica en Buenos Aires,
en 1945, la Editorial Schapire. El hecho de que también
tradujera el Catecismo alquímico nos hace pensar que se
dedicó de lleno al estudio de la personalidad y la trayec­
toria de este sorprendente galeno del siglo xvi, que fue
también filósofo y pensador y que revolucionó la medicina
rompiendo con la medicina tradicional vigente hasta en­
tonces.
** Traductora científico técnica, Nueva York (Estados Unidos). Dirección para correspondencia: carroyo@attglobal.net.
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podrán identificarse. En ella se muestra como un genui­
no traductor, consciente de la tarea que le espera ante una
obra trascendental como aquella a la que se está enfrentan­
do y preocupado por la fidelidad al autor, el uso correcto
del castellano y la recreación del estilo para conservar «el
sabor» del texto y la época del original. En sus propias
palabras:
A modo de prólogo, Lluesma Uranga nos presenta a
su personaje con una narrativa que atrapa al lector des­
de su «Estudio preliminar», que ocupa doce páginas y
él divide en cinco secciones: «El actor», «La obra», «La
época», «Los contemporáneos» y «La posteridad». En la
primera, con pinceladas magistrales y utilizando incluso
estilo novelado, nos presenta una imagen casi fotográfica
de Paracelso. A través de ese relato vemos a un hombre
apasionado, adelantado a su época, inquieto y desafiante
que recorre el mundo en pos del conocimiento de la cien­
cia, que él considera universal y no limitado a una sola
ciudad o un solo país.
En las dos secciones siguientes, Lluesma Uranga analiza
la obra y el entorno del revolucionario alemán. En la cuarta
sección presenta su propio análisis de las controversias que
tan singular personaje dejó a su paso. Demuestra aquí un
conocimiento profundo de la evolución del pensamiento y
el legado paracélsico a través de cuatro siglos, y también
su identificación con los ideales que ese legado representa.
Buena muestra de ello es su oposición a algunas opiniones,
como la de Charles Daremberg, el médico francés autor de
la Histoire des sciences médicales: según Jean Cruveilhier,
el destacado anatomista francés, Paracelso había sido «uno
de esos innovadores que, a través de todos los obstáculos, se
lanzan por encima de mil quimeras y mil ensueños a la con­
quista de un nuevo ideal [...]». Daremberg, que consideraba
a Paracelso alemán y por lo tanto enemigo, no puede refutar
esa opinión, pero igual afirma que «jamás se ha visto que las
quimeras y los sueños conduzcan a nada». Lluesma Uranga
cita esta frase de Daremberg, pero la completa con un «lo
cual, sobre desvirtuar el texto, es humanamente inexacto y
afectivamente injusto y lamentable».
Finalmente, como broche de oro del estudio prelimi­
nar, incluye una sección titulada «Solo ante ti, lector...»,
con la que, posiblemente, muchos lectores de Panace@
152
Después de lo que antecede, el traductor de esta
primera edición castellana, se te acerca, lector, con
la emoción de quien deposita ante un amigo amable
y bien sintonizado por su interés y su espiritualidad,
una joya antigua de complicado engarce y rara be­
lleza.
Toda nuestra obsesión ha sido respetar la integri­
dad total del detalle y la extensión del texto, a des­
pecho de sus reiteraciones y complejidades, que son
también el color del estilo con que fue creado. Pero,
además, luchar página a página con su enrevesamiento
expresivo e idiomático, intentando que su enunciado
pase a un castellano conexo y comprensible, lo que, en
honor a la verdad, creemos haber conseguido en casi
todos los pasajes.
Una autora de exquisita sensibilidad y agudo juicio
ha dicho recientemente que las traducciones se parecen
a las mujeres en que no pueden admitirse más que ab­
solutamente fieles o tan bellas, que hagan perdonar y
olvidar sus pequeños deslices.
Declararemos que nuestra ambición ha sido aquí, lo­
grar y confundir estas dos virtudes; belleza y exactitud.
Amar lo que nos es amable, resulta nuevamente un afo­
rismo imprescindible.
Por lo demás, el castellano empleado ha sido, de­
liberadamente, un poco arcaico en la sintaxis, aunque
con absoluta modernidad prosódica. Creemos haber
contribuido así a conservar el «sabor» del texto y de la
época.
Hay, no obstante, algunas adiciones e innovaciones
que debemos declarar. Las más importantes se refieren a
la agrupación de las dedicatorias al comienzo de la obra
en conjunto y la subtitulación de los capítulos —que
Paracelso marcaba con una simple cifra con números
romanos— por breves leyendas alusivas al contenido
de cada paréntesis, redactadas bajo la idea de hacer más
directo y ligero el trabajo del lector.
Las demás pequeñas cosas que han podido ir sur­
giendo, van señaladas al pie de las páginas, junto con las
notas que nos ha parecido interesante recopilar.
Por último, hemos incluido entre pequeños parén­
tesis, después de las palabras o ideas dudosas o de va­
ria interpretación, la palabra latina, copiando —aun­
que no siguiendo siempre— la línea de la traducción
francesa.
Y ahora, previo el reconocimiento que la amistad,
la cortesía y la justicia nos hacen rendir al notable es­
fuerzo del editor, ha llegado el momento en que hemos
de callar.
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En adelante, serás tú, lector, quien haga el gasto
apreciativo: ante él te dejo con faz risueñamente inquie­
ta y mente madura de curioso interés.
Buenos Aires, enero de 1945.
E. Lluesma-Uranga
Lluesma no es exactamente el traductor invisible, y una
de las riquezas de esta traducción (en mi opinión) son las 200
notas al pie de página que menciona como «algunas adiciones»
y él utiliza para ampliar conceptos, explicar opciones de
traducción, o comparar su propia versión con las realizadas en
otros idiomas. Por ejemplo:
Libro de las entidades
Primer
libro pagano
(Pagoyum)
acerca de las enti-
Dado que toda cosa, por más que sea perfecta en sí
misma, puede transformarse en venenosa o bien persis­
tir en su carácter saludable y benéfico bajo la influen­
cia de las demás de su ambiente, tenemos que convenir
en que Dios ha creado y permitido la existencia de un
Alquimista con tal habilidad que pueda llegar a discer­
nir perfectamente el veneno contenido en las cosas
extrañas16 del alimento adecuado para el cuerpo.
El traductor francés dice: contenido “dans son étui” (en su
estuche); el latín emplea “vidulum”; y el alemán, “in sein Sact”.
La expresión castellana creemos que va más acorde con el giro
del pensamiento expresado.
16
Opus paramirum, libro III. Acerca de las enfermedades producidas por el tártaro
dades morbosas
[Página 157]
Tratado de la entidad de los astros sobre los cuerpos inferiores (De Ente Astrorum)
Sabed también que todo lo que se endurece (arescit)
contiene en sí mismo un excremento y que lo que se
disgrega o separa (secedit) es un alimento privado acci­
dentalmente del cuerpo. Los que trabajan con maderas
saben obtener de ellas la resina77, los que separan hier­
bas conocen la elaboración del alabastro (alabastrum)
y así sucesivamente.
Capítulo quinto (Razón de la diversidad de las formas)
[Página 41]
Haremos ahora algunos comentarios acerca de la ha­
bilidad o la aptitud que son discernidas a los cuerpos.
Hasta aquí, y según los estudios a los que particularmente
os habéis dedicado, llegasteis a la conclusión de que to­
das las propiedades y virtudes nos vienen de los astros:
fortuna e industria, arte y erudición, fuerza y riqueza...,
por más que unas y otras nos alcancen en desigual medi­
da. Nosotros vamos a destruir estos postulados, dando la
siguiente interpretación: La suerte proviene del trabajo11
y éste de la calidad del espíritu. Quiere decir que cada
hombre resultará hábil y afortunado para tal o cual cosa
en la medida de su genio y de su espíritu, con todo lo cual
podrá alcanzar finalmente la riqueza (fortunatus).
11
La traducción francesa emplea fortuna en vez de suer­
te, e industria en vez de trabajo. En castellano creemos que
la frase y el sentido de la misma son más correctos como lo
hemos expresado.
Segundo
libro pagano
(Pagoyum) acerca de las en-
tidades morbosas
Tratado de la entidad del veneno (De Ente Veneni)
Capítulo tercero (Sobre la sabiduría divina de los médi­
cos alquimistas)
[Página 48]
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Hemos traducido “resinas” por la palabra “Duelech”
que aparece en el texto original alemán. Según los traducto­
res y comentaristas latinos (Toxites, Dorn y Roch le Baillif)
el “Duelech” sería una especie de tártaro que se encuentra
en el hombre bajo la forma de piedra esponjosa, porosa o
arenisca, capaz de determinar numerosos dolores y peligros.
Van Helmont empleó el término “Duelech” en su tratado so­
bre la litiasis, aunque en otro sentido. Sea como fuere y te­
niendo en cuenta el giro del lenguaje figurado de Paracelso
en ese párrafo “referido a la madera”, hemos creído que la
idea de excrecencia rezumante vegetal podría referirse con
mayor corrección, dentro de la afinidad de los significados,
a la “resina”.
77
Si bien la traducción de las Obras completas de Paracelso
es el trabajo más importante de Lluesma como traductor,
no es el único notable. Por citar solo otro ejemplo, tradujo
igualmente los Aforismos, de Hipócrates, a partir de la ver­
sión directa griega del doctor Ch. Daremberg, una traducción
que firma nuevamente como académico correspondiente de
la Academia Nacional de Medicina de Madrid y publica tam­
bién la Editorial Schapire, en 1945. Lluesma Uranga conside­
ra que «el libro de Aforismos pertenece indubitablemente a la
obra hipocrática —toda ella cuestionada—, y es el que mejor
la representa, justificando su fama de científica, literaria y fi­
losófica: la buena crítica así lo enseña y la lectura inteligente
del texto no la refuta».
153
Semblanzas
A partir de entonces seguirán apareciendo obras suyas,
como su traducción del libro Práctica quirúrgica de la Clínica
Lahey, institución de gran relieve internacional en la épo­
ca, que lleva a cabo con la colaboración de sus amigos José
Kolodny y José Julio Castro y publica la Editorial Bernardes
(1945); o su Manual de psiquiatría para uso forense, con pró­
logo de Luis Jiménez de Asúa, del que se encarga la Editorial
Universitaria de Buenos Aires (1965).1
Pero igualmente elabora, como docente de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Buenos Aires, un Diccionario
de medicina, que una vez más publicará la Editorial Schapire,
en el mismo año de su muerte, 1968. Es su última obra, un
verdadero libro de referencia que aún se utiliza entre los mé­
dicos y estudiantes de los países hispanoamericanos.
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En la breve presentación del diccionario, Lluesma deja
entrever la autoridad con que, a esta altura de su vida, escribe
una obra como esta:
Dentro de su aparente simplicidad, estimamos que
una obra de este tipo debe ser un fruto de madurez, no sólo
en el tiempo y en los conocimientos profesionales, sino
en ese sedimento de imágenes, paisajes y enseñanzas que
sólo el largo trato y los variados viajes pueden llegar a dar.
Específicamente hemos puesto un especial interés en las
sinonimias, en los dichos propios del lenguaje y en la
alusión o referencia a los hombres y peculiaridades de
América, así como al registro y a las características de las
aguas termales y estaciones balnearias argentinas.
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Semblanzas
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Esta obra, la última que publicó, surgió como respuesta
a su necesidad de ayudar a sus estudiantes de los primeros
años de la carrera de Medicina a comprender la terminología
médica clásica y compararla con el vocabulario en uso en el
continente americano. Son muy pocos los ejemplares dispo­
nibles, y sería deseable que la editorial Schapire permitiera la
publicación digital de un trabajo del tal envergadura y utilidad
para las nuevas generaciones.
Quiero expresar mi agradecimiento a Estanislao Lluesma
Goñalóns, hijo del doctor Lluesma Uranga, quien no escatimó
esfuerzos en poner a mi disposición los documentos necesa­
rios para este artículo. Es también de destacar que, con gran
generosidad, en enero del 2010 donó el fondo documental de
su padre a la Universidad Complutense de Madrid, a fin de
que volviera al claustro donde se formó y que jamás olvidó.
Nota
1. Como nota al margen, Lluesma declara entonces «una barbaridad
semántica y etimológica escribir sicología en vez de psicología,
como han querido poner de moda ciertos irrespetuosos elaboradores
pseudopragmáticos de idiomas «básicos»: «las lenguas latinas son
originariamente griegas, guste o no».
Bibliografía
Paracelso (Aureolus Philippus Theophrastus Bombastus von Hohenheim)
(1945): Obras completas (Opera omnia)» Buenos Aires: Schapire.
Primera traducción castellana con estudio preliminar y anotaciones
de Estanislao Lluesma Uranga.
Hipócrates (1945): Aforismos. Buenos Aires: Schapire. Traducción de
la versión directa griega del doctor Ch. Daremberg por el doctor
Estanislao Lluesma Uranga.
Fe de erratas
En el artículo sobre Trinidad Arroyo de Márquez publicado en el núm. 32 de Panace@ se indica erróneamente que María
Luisa Domingo García concluyó su licenciatura en Medicina por la Universidad de Valladolid en 1857, por lo que la Real
Orden de 1882 que interrumpía el acceso femenino a la universidad no se aplicó en su caso. La realidad es que se matriculó
en dicha Universidad en 1875 y obtuvo su licenciatura en 1886. Fue autorizada a continuar sus estudios porque se había ma­
triculado antes de la promulgación de dicha R. O. Nuestro sincero agradecimiento a Mercè Piqueras por señalar gentilmente
el error.
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Nuestro ilustrador
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Nuestro ilustrador: Ricardo Barbetti
Juan V. Fernández de la Gala*
Ricardo Barbetti en su jardín bajo las «barbas del bosque» (Tillandsia usneoides)
Ricardo Barbetti nació en Buenos Aires en 1946. Allí también le nació una vocación precoz y apasionada por todos los
seres vivos. A los tres años llenaba ya la casa familiar con
dibujos de peces y medusas, que desfilaban por sus cuadernos
como una especie de zoología fantástica. Un día descubrió la
acuarela, y aquellos peces y medusas empezaron entonces a
flotar de verdad en una atmósfera acuosa de colores translúcidos, y los fondos oceánicos se animaron luego con corales
y con estrellas de mar dibujadas a témpera. A los doce años le
entusiasmó Dalí y quiso, como él, combinar realidad e imaginación. Desde entonces aprendió a iluminar los lienzos con
el óleo mágico de sus propios sueños vegetales y el onirismo
lúcido de unos seres imposibles.
Ricardo estudió Ciencias Biológicas en la Universidad
de Buenos Aires y ha desarrollado tareas docentes en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Pero su dedicación más
activa ha ido siempre en favor de la educación ambiental. En
1976 funda en el Museo Argentino de Ciencias Naturales la
Sección de Educación Ambiental y Conservacionista, una de
las primeras instituciones argentinas de este carácter. En esa
línea, ha dado más de mil conferencias en colegios y escuelas,
en congresos, en cursos de posgrado y en instituciones científicas de prestigio, como la Sociedad Científica Argentina de
Buenos Aires o la Smithsonian Institution de Washington. Es
autor de numerosos artículos y folletos didácticos sobre el
tema y ha escrito varios libros, especialmente sobre plantas
autóctonas argentinas.
Barbetti fue, además, uno de los más firmes promotores
del Refugio Natural de la Ribera Norte, en la costa del Río
de la Plata. Y él mismo ha querido vivir rodeado de naturaleza: su jardín, iniciado en 1975, reproduce naturalmente
varios ecosistemas argentinos (selva, bosque, arbustal y prado) con cerca de doscientas especies de plantas nativas, que
albergan más de cincuenta especies de aves en libertad. El
jardín recibe la visita asidua de expertos científicos, paisajistas y fotógrafos y se encuentra abierto también al público
en general. Cuenta con un magnífico estanque con peces,
tortugas y plantas autóctonas. Quién sabe si también nadan
* Profesor de Historia de la Medicina y la Enfermería, Universidad de Cádiz (España). Dirección para correspondencia: delagala@telefonica.net.
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allí ahora algunos de los peces que poblaron sus cuadernos
de niño.
De Ricardo Barbetti ─lo reconozco─ no solo envidio su
capacidad asombrosa para documentar plantas con los trazos
realistas del botánico, como demuestra en sus obras más técnicas, sino el modo en que se las ingenia para dotar sus cuadros expresionistas de un cromatismo tan palpitante que uno
no tiene la menor duda de que, necesariamente, los seres que
sueña Barbetti tienen que estar igualmente vivos.
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Nuestro ilustrador
Dirección de contacto con el ilustrador: ricardo@macn.gov.ar.
Visitas guiadas al jardín silvestre de Ricardo Barbetti: de 10 a 13 y de
15 a 18 h. (horario de verano) y de 14 a 17 h. (horario de invierno), previa
reserva en el teléfono 4799-3455. La Lucila (partido Vicente López, Buenos
Aires, Argentina).
En la portada de este número: Ser azul besando a entidad rojiza, con intercambio genético. La obra original presenta formato horizontal, que se ha
modificado por exigencias técnicas.
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