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CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1
CCC 70891/2014/TO1/CNC1
Reg. n° 259/2015
///n la ciudad de Buenos Aires, a los 17 días del mes de julio del año dos
mil quince, se reúne la Sala I de la Cámara Nacional de Casación en lo
Criminal y Correccional, integrada por la jueza María Laura Garrigós de
Rébori y los jueces Gustavo A. Bruzzone y Luis García, asistidos por la
secretaria actuante Paola Dropulich, a fin de resolver el recurso de casación
interpuesto en la causa número 70.891/2014 caratulada “Insaurralde, Carlos
Alberto”, de la que RESULTA:
I) El Tribunal Oral en lo Criminal n° 14 rechazó, por mayoría,
la solicitud del defensor oficial Claudio Martín Armando, quien ante las
conclusiones de los galenos del Cuerpo Médico Forense en el marco de la
pericia que se les enmendó a modo de instrucción suplementaria, postuló el
sobreseimiento de su defendido Carlos Alberto Insaurralde de acuerdo a lo
prescrito por el artículo 34, inciso 1° del Código Penal, y artículos 336,
inciso 5° y 361 del Código Procesal Penal de la Nación (conf. fs. 117/118 y
fs. 121/123vta.).
Si bien el Ministerio Público Fiscal oportunamente impulsó la
acción penal, solicitó la elevación a juicio de la causa y ofreció prueba de
cara al debate, adhirió al planteo de la defesa (fs. 120/vta.).
II) La representación letrada del imputado, alzó sus críticas
contra el pronunciamiento en cuestión a través del recurso de casación
glosado a fs. 125/132.
Sostuvo la defensa que el resolutorio es arbitrario por falta de
una debida motivación, y explicó que a su modo de ver la evaluación que
realizó el representante de la vindicta pública es correcta pues se ajustó a la
normativa procesal vigente.
Agregó, que la parte acusadora desistió fundadamente de la
acción penal cuando adhirió al pedido de sobreseimiento de la defensa, y
que esta circunstancia impide proseguir con la labor jurisdiccional, por
ausencia de actividad requirente.
Por último, desarrolló los motivos por los cuales a su juicio el
material probatorio reunido demostró que Insaurralde no pudo comprender
a la criminalidad del acto y dirigir sus acciones, de acuerdo a lo establecido
por el artículo 34, inciso 1°, del código sustantivo.
III) El 15 de julio se celebró la audiencia prevista por el
artículo 454, en función del artículo 465 bis, del ordenamiento procesal,
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE
Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA
oportunidad en la que el defensor de Martín reprodujo en líneas generales
los agravios plasmados en el recurso de casación.
Conforme la facultad prevista en el art. 455, segundo párrafo,
del mismo ordenamiento, el tribunal pasó a deliberar, luego de lo cual se
arribó al siguiente acuerdo.
El juez García dijo:
1. Una vez remitido este caso a juicio contra Carlos Alberto
Insaurralde, y producida la medida de instrucción suplementaria pedida por
la defensa del imputado, ésta, con invocación del art. 361 C.P.P.N., había
promovido el sobreseimiento de su asistido.
El Tribunal Oral, por mayoría, denegó el pedido no obstante
el dictamen favorable al sobreseimiento presentado por el representante del
Ministerio Público. Declaró que el fiscal interviniente había omitido “toda
consideración acerca de los restantes elementos probatorios reunidos en
estas actuaciones, con lo cual, sometido a un control acerca de su
motivación, la misma resulta cuando menos deficitaria” [SIC]. Entendió
que era prematuro pronunciarse en el presente estadio, “prescindiendo de
evaluar la situación que se habría verificado respecto de Insaurralde en el
marco de mayor análisis que permite el debate, es decir, valorando la
totalidad de las pruebas obrantes en autos que hubieran coadyuvado a una
solución suficientemente fundada para postular o no el temperamento
absolutorio”, y declaró que la excepción planteada por la defensa presupone
“que los aspectos que autorizan la conclusión anticipada de la causa
resulten claros y categóricos y no dependan, por lo tanto, del resultado de
un futuro debate que es precisamente lo que [a juicio de la mayoría] sucede
en el concreto examinado”.
A continuación tomó nota de la declaración del presunto
damnificado, y de las constancias del acta de detención, señalando que “en
principio parecerían relativizar las conclusiones del informe médico forense
[…] en tanto omitió referirse a ellos y en principio, resultarían
incompatibles con un estado de ebriedad completa, lo cual debe ser
dilucidado en el juicio”.
Pretende la defensa que el dictamen de la fiscalía constituye
un desistimiento de la acción, y que se presenta un caso de falta de
acusación, y argumenta que ello obsta al ejercicio de la jurisdicción por el
Tribunal Oral, alegando en su apoyo la jurisprudencia de la Corte Suprema
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE
Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA
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en los casos de Fallos: 325:2019 (“Tarifeño, Francisco”); Fallos: 317:2043
(“García, José Armando”), y 318:234 (“Cattonar, Julio Pablo”), y también
el de Fallos: 327:5863 (“Quiroga, Edgardo Oscar”).
2. El ejercicio de las acciones públicas en el marco del art. 5
C.P.P.N. se confía al Ministerio Público Fiscal. Se trata de un poder de
persecución y de una facultad requirente que, aunque librados a ciertos
poderes de apreciación, no es discrecional. De modo que los representantes
del Ministerio Público sólo pueden promover la suspensión, interrupción o
cese del ejercicio de las acciones penales ya promovidas en los casos
expresamente previstos por la ley. Una vez que se ha ejercido la acción
penal pública por medio de un requerimiento de remisión a juicio que ha
superado la etapa crítica (arts. 347, 349 y 351 C.P.P.N.), la ley establece
como regla que todo pronunciamiento sustancial sobre el mérito de la
acusación debe hacerse en un debate público (arg. arts. 363 y concordantes
C.P.P.N.), por excepción, la ley autoriza un pronunciamiento sobre
aspectos sustanciales de la acusación sin realizar el juicio público en dos
casos: a) cuando se promueve la vía abreviada del art. 431 bis C.P.P.N., lo
que no ha sucedido en la especie; y b) de manera anticipada al debate en los
supuestos del art. 361 del código.
3. El hecho de que el representante del Ministerio Público, al
contestar la vista del pedido de la defensa, hubiese concordado con el
pedido de sobreseimiento, fundado en el art. 34, inc. 1, C.P.P.N., no altera
el carácter excepcional del pronunciamiento anticipado que prescinde del
debate.
La tesis de la defensa que pretende que, al denegar el
sobreseimiento, el a quo habría impuesto a la fiscalía continuar en el
ejercicio de la acción en infracción al art. 120 C.N., no sólo no consulta el
régimen legal en el que no se concede a la fiscalía la facultad de “desistir”
de la acción, sino sólo la de promover su suspensión, interrupción o cese
“en los casos expresamente previstos por la ley” (art. 5 C.P.P.N.), sino que
tampoco se hace cargo de que una vez remitido el caso a juicio por
requerimiento del Ministerio Público (art. 347 C.P.P.N.) el sistema legal
sólo autoriza de modo estrictamente excepcional, el dictado de una
sentencia anticipada, cuando por nuevas pruebas resulta “evidente” la
concurrencia de los supuestos de hecho de una causa de exclusión de la
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE
Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI
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responsabilidad por inimputabilidad o una extintiva de la acción penal, “y
para comprobarla no sea necesario el debate” (art. 361 C.P.P.N.).
Observo que efectivamente ha habido una acusación
formalizada en el requerimiento de remisión a juicio de fs. 63/64, y que no
hay regla legal que permita a la Fiscalía “desistir” de la acusación.
Observo también que el a quo ha señalado el déficit de
fundamentación del dictamen del Fiscal, por no haber considerado todos los
elementos disponibles, sino sólo las conclusiones de un peritaje médicoforense que según estimó tampoco había tenido en cuenta todos los
elementos de convicción disponibles, y que entendió que en las
circunstancias del caso no aparecía autorizada la conclusión anticipada del
proceso. Sin abrir juicio sobre la admisión o rechazo de una causa de
exclusión de la imputabilidad el Tribunal Oral difirió su determinación para
el juicio. En rigor, el a quo no ha hecho un juicio sobre la sustancia de la
acusación, sino que se ha ceñido a declarar que, en las condiciones de este
caso, ni la defensa, ni la fiscalía, podían promover una conclusión
anticipada del proceso, materia que requería del examen de cuestiones de
hecho en el marco del debate. A este respecto no encuentro relevante que el
a quo no hubiese declarado la nulidad del dictamen, porque de lo que se
trata es de que, antes del juicio, ningún representante del Ministerio Público
podría imponer a un juez o tribunal que haga declaraciones sustantivas
sobre la acusación, con carácter de cosa juzgada, por ejemplo, que declare
que el imputado obró en un estado de inimputabilidad de los previstos en el
art. 34, inc. 1, C.P., no obstante que el Tribunal entienda que no puede
alcanzar certeza sobre el punto antes del debate. En el recurso de casación
propone la defensa que aun en caso de duda debía el a quo sobreseer, por
imperio del favor rei (fs. 131 vta.). Ignora que el principio opera cuando se
ha agotado toda posibilidad de examen del caso, y no obstante ello el
tribunal no puede formarse una convicción de certeza sobre alguna de las
condiciones necesarias para la aplicación de una pena. En cambio tal
principio no opera cuando lo que se promueve es una forma de decisión
anticipada que implica que no se realice el juicio, y que por ende que no se
agote el examen del caso. Más aún, si los jueces estuviesen obligados a
declarar antes del juicio que el imputado obró en estado de inimputabilidad,
no obstante no estar convencidos de ello, porque la fiscalía sostiene esa
tesis, entonces, la defensa hipertrofiada del art. 120 C.N. conduciría a la
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE
Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA
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negación de la independencia del tribunal, que debería declarar con carácter
de cosa juzgada, la existencia de hechos sobre los que no se encuentra
convencido. Porque el art. 361 C.P.P.N. requiere de una sentencia judicial
de sobreseimiento fundada en hechos, y no se contenta con una nuda
homologación de un desistimiento o abandono del ejercicio de la acción. Si
la ley requiere el dictado de una sentencia con declaraciones sustantivas,
entonces debe preservarse la independencia de los jueces para hacer esas
declaraciones.
Por cierto, nada impide que las cuestiones sustantivas que
propone la defensa puedan ser eventualmente abordadas y decididas al cabo
de la audiencia de debate, en la que incluso podrá examinarse si, de acuerdo
a las conclusiones que presente la fiscalía, es de aplicación de la doctrina de
la Corte Suprema sentada en los casos de Fallos: 325:2019 (“Tarifeño,
Francisco”); Fallos: 317:2043 (“García, José Armando”), y 318:234
(“Cattonar, Julio Pablo”). Esa doctrina no es aplicable de modo anticipado,
como se pretende, porque ha sido concebida para la etapa del debate, en la
que los tribunales habían condenado al imputado no obstante el pedido de
absolución del acusador público, lo que no guarda analogía con la situación
del presente caso. En efecto, en la especie la realización del juicio ha sido
promovida por el Ministerio Público (fs. 63/64), y el a quo ha considerado
que el dictamen de la fiscalía que acordaba con el pedido de sobreseimiento
de la defensa no satisface las exigencias de motivación, por lo que ha
diferido el tratamiento de la cuestión sobre la imputabilidad a la audiencia
de juicio (vide especialmente fs. 122 vta./123).
A mayor abundamiento, tampoco encuentro analogía alguna
con el precedente de Fallos: 327:5863, que la defensa también cita, porque
se refiere a un supuesto en el que, una vez que se consideró completa la
instrucción, el Ministerio Público había instado el sobreseimiento por no
estar en condiciones de promover la realización de un juicio, presentando
un requerimiento.
Por estas razones concluyo que el recurso de casación debe
ser rechazado.
La jueza Garrigós de Rébori y el juez Bruzzone dijeron:
En la resolución en recurso la mayoría del tribunal no hizo
lugar al pedido de sobreseimiento impulsado por la defensa, a partir de lo
expresado por los Sres. Médicos Forenses. En su decisión expresaron: “…
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE
Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA
En definitiva, más allá del dictamen del médico forense que se expide en el
marco de los saberes propios de su disciplina, en razón que es atribución de
los jueces expedirse sobre los aspectos normativos contemplados en el art.
34 inc. 1°del Cód. Penal, concluimos, con base en los argumentos
precedentes, por no hacer lugar al pedido de sobreseimiento respecto de
Carlos Alberto Insaurralde, debiendo continuar los autos según su
estado…”.
Sin duda asisten razón a los jueces que conformaron la
mayoría en cuanto afirman que el encuadre de una conducta en las
categorizaciones del art. 34, inc. 1 del Código Penal, sólo puede ser un
juicio normativo, claro que sobre la base de los aspectos médicos que los
expertos releven.
Lo que no fue tenido en cuenta por los colegas del tribunal
oral que hicieron la mayoría, es que el juicio que hiciera sobre este punto el
magistrado del Ministerio Público Fiscal, es también un juicio normativo y
que las consecuencias de esas conclusiones no han recibido, por parte del
tribunal, la repercusión que se les adjudica en un sistema en el que el titular
de la acción es el Ministerio Público Fiscal (art. 5 C.P.P.N.).
La opinión fiscal no fue adecuadamente valorada, ya que si se
pretendía no atenderla se debió sostener su falta de validez procesal, por vía
de cuestionar la razonabilidad y logicidad de dictamen, lo que no ocurrió.
La traumática relación entre jueces y fiscales, en el contexto
del código mixto que nos rige desde 1992, fue problemática desde su puesta
en funcionamiento, básicamente, por nuestra formación cultural heredada
del modelo inquisitivo. Frente al nuevo modelo los operadores del sistema
podrían haber puesto el acento sobre uno de los extremos que conforman el
modelo mixto, ubicándose en su costado acusatorio, pero lo hicieron en el
inquisitivo, que representa la concentración de funciones en cabeza del
órgano jurisdiccional. Probablemente, también, debido a que el cambio no
alcanzó al modelo de organización, muy tempranamente la composición de
la Cámara Nacional de Casación Penal (hoy Cámara Federal de Casación
Penal), sentó un precedente que marcó negativamente el cambio cultural
que representa la separación de funciones, al permitir el impulso
jurisdiccional que la adopción del principio del ne procedat iudex ex officio
impedía (art. 5, C.P.P.N.). Esto ocurrió en el caso “Blanca Ávila”1, que por
1
Causa n° 7, Sala II C.N.C.P (hoy C.F.C.P.), rta. 2/7/1993.
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE
Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA
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analogía in malam partem, aplicaba la previsión de control jurisdiccional
establecida, para el final de la etapa preparatoria del juicio, en el art. 348,
C.P.P.N., para las discrepancias que se planteaban en el momento del
requerimiento de instrucción (art. 180, C.P.P.N.), que no fija un sistema de
control.
Fue recién en 2004, en el fallo “Quiroga”2, donde la Corte
corrigió ese desvío del rumbo constitucional, al descalificar el tipo de
control previsto en la regla mencionada al afectar, de manera genérica, el
principio de imparcialidad que debe regir la actuación del Poder Judicial,
frente al modelo de persecución de los delitos que surge de la Constitución
Nacional, que no es otro que el acusatorio.
En ese derrotero, lo resuelto por la Corte en “Tarifeño”3 ya
señalaba un camino que, si bien fue contradictorio en “Marcilese”4, fue
recuperado plenamente en “Mostaccio”5, a los que se suman, por su
claridad, “Llerena”6 y “Dieser”7, que son mojones de un camino que
avanza en la misma dirección que estamos relevando: la de separar la
función de investigar y acusar de la de conocer y juzgar, preservando y
resaltando, a su vez, la garantía del juez imparcial.
El colega García, en el voto precedente, se hace cargo de estas
cuestiones pero les otorga un alcance diferente y, nuestra discrepancia
central, se funda en el hecho de que el tribunal oral no declaró la nulidad
del dictamen, porque para contradecir la opinión de la fiscalía, esa es la
única vía posible para apartarse del dictamen desestimatorio.
La única posibilidad que tenían los miembros del tribunal era,
control negativo de legalidad mediante, anular el dictamen porque no era
derivación razonada de los hechos de la causa o del derecho de aplicación
al caso, por aplicación de lo dispuesto en el art. 123, a contrario de sensu,
del C.P.P.N., pero no meramente discrepar con los que se proponía.
Discrepar con la opinión fiscal, podemos discrepar nosotros
también, como también lo deja consignado el voto en minoría del colega
Bistué de Soler; pero no se trata de tener otra opinión, se trata de establecer
si su fundamentación es nula, por ilegal, o no. Uno de los precedentes que
2
Fallos 327:5863, rta. 23/12/2004.
Fallos 325:2019, rta. 28/12/1989.
4
Fallos 325:2005, rta. 15/08/2002.
5
Fallos 327:120, rta. 17/2/2004.
6
Fallos 328:1491, rta. 17/5/2005.
7
Fallos 329:3034, rta- 8/8/2006.
3
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
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con mayor claridad expuso esta cuestión fue “Errecalde”8 de la Sala IV de
la C.N.C.P. (hoy C.F.C.P.), donde lo que se discutía era la entidad de los
pedidos absolutorios del Ministerio Publico Fiscal en el momento de los
alegatos al finalizar el debate (art. 393, C.P.P.N.).
Entre otras consideraciones, frente a la nulidad dispuesta por
el tribunal oral del alegato fiscal absolutorio, el juez Hornos dijo:
“En cuanto a este punto aparece como límite prudente que
los tribunales aplicaran la doctrina de la arbitrariedad desarrollada por la
Corte Suprema, a la actividad de las partes. Sin embargo, este control que
el tribunal de mérito está autorizado a efectuar no debe convertirse en una
herramienta para evitar los efectos de la postura absolutoria del fiscal. Si
el pedido absolutorio del señor fiscal cumple con los requisitos de
legalidad y de razonabilidad, y surge como derivación lógica y razonada
del derecho vigente y de la prueba producida, resulta vinculante para el
tribunal quien queda obligado a dictar absolución; sin perjuicio de dejar
sentada su eventual discrepancia”,
y agregó:
“(…) Las consideraciones vertidas por el tribunal no hacen sino
evidenciar una mera discrepancia con las conclusiones que, derivadas de
una detallado análisis de la prueba producida en autos, llevaron al señor
fiscal a pedir la absolución de los acusados, sin señalar ningún vicio
estructural en el alegato que, por otra parte, no luce como arbitrario a la
luz de los principios de fundamentación que deben respetar los dictámenes
del Ministerio Público. El tribunal no puede anular un alegato que cumple
con los requisitos exigidos por la ley, es decir: analiza las constancias de
la causa y la prueba colectada en el debate sin desmedro a la garantía del
debido proceso y defensa en juicio, considerando todos los aspectos del
hecho en cuestión”.
En aquella oportunidad adhirieron a su criterio las juezas
Capolupo de Durañora y Vedia, y Berraz de Vidal. Esta última, breve pero
de manera contundente señaló:
“Que cualquiera fuere el momento procesal oportuno en que
correspondiere actuar el control de razonabilidad, aducido por el a quo,
del alegato final del fiscal en el juicio –antes o después de terminado el
debate-, lo cierto es que son indudables los fundamentos vertidos por el
Dr. Hornos en cuanto a la ilegitima forma en que el tribunal de mérito lo
ha ejercido, por lo que adhiero a la solución que en su voto propugna”.
Lo que subyace en el caso en estudio es la misma cuestión
jurídica y cultural: concentración o separación de funciones para preservar
la imparcialidad del juzgador quien, de esa forma, se convierte en ajeno al
caso y decide sólo cuando se lo requiere la acusación, lo que puede
8
Cn° 1943, rta. 19/9/2000.
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
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producirse en cualquier momento del proceso donde se encuentre previsto
expresamente, como ocurre, precisamente, en el supuesto del artículo 361
del C.P.P.N., como fue planteado en este caso.
Siendo ello así, el pedido de sobreseimiento que hiciera el
acusador importa, claramente, una renuncia al ejercicio de la acción por
parte de quien la detenta, de modo tal que la jurisdicción carece de
habilitación para ser ejercida y, por lo tanto, si no se va a cuestionar la
validez procesal del dictamen, el tribunal está obligado a obrar en el sentido
solicitado.
Aunque se puede sostener que la misma norma que regla este
procedimiento dispuesto por el tribunal a quo, prevé la posibilidad de
resolver la cuestión, si fuera el caso, en otra oportunidad procesal para
contar con más elementos que lleven a una decisión (art. 361 C.P.P.N.), la
situación que afrontamos supera las circunstancias que contempla esta
norma. Es que el pedido fiscal de sobreseimiento, que debe entenderse
como renuncia al ejercicio de la acción es lógicamente previo a cualquier
actividad necesaria para convencer al tribunal. Desde ese punto de vista, la
falta de actividad acusatoria elimina cualquier posible supuesto de actividad
jurisdiccional, al no encontrarse estimulada la acción por el órgano
constitucional y legalmente competente para hacerlo.
Por ello, se debe anular la decisión en estudio, casar la
sentencia de fs. 121/123vta., y sobreseer a Carlos Alberto Insaurralde.
En virtud del acuerdo que antecede, la Sala I de la Cámara
Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional, por mayoría
RESUELVE:
ANULAR y CASAR la decisión de fs. 121/123vta., y en
consecuencia sobreseer a Carlos Alberto Insaurralde, de las demás
condiciones personales obrantes en autos, en orden al hecho por el cual el
Ministerio Público Fiscal solicitó la elevación a juicio a fs. 63/64vta.,
haciendo expresa mención que la formación del presente sumario no afecta
el buen nombre y honor del que hubiere gozado (artículo 34, inciso 1° del
Código Penal y artículos 334, 336 inciso 5° y 361 del Código Procesal
Penal de la Nación).
Regístrese,
notifíquese,
oportunamente
comuníquese
(Acordada 15/13 C.S.J.N.; LEX 100) y remítase al tribunal de radicación de
la causa, sirviendo la presente de atenta nota. El Dr. Mario Magariños por
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE
Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA
encontrarse en uso de licencia. La Dra. María Laura Garrigós de Rébori lo
hace en su lugar en función de la regla práctica 18.11 del Reglamento de la
Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional.
María Laura Garrigós de Rébori
Gustavo A. Bruzzone
Luis García
(en disidencia)
Ante mí:
Paola Dropulich
Secretaria de Cámara
Fecha de firma: 17/07/2015
Firmado por: LUIS M. GARCIA
Firmado por: GUSTAVO A. BRUZZONE
Firmado por: MARÍA LAURA GARRIGÓS DE RÉBORI
Firmado(ante mi) por: PAOLA DROPULICH, SECRETARIA DE CÁMARA
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