Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones. (S-1377/10) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,... Articulo 1:Modifíquese el articulo 19 de la Ley nacional del sistema integrado de jubilaciones y pensiones, el que quedara redactado de la siguiente manera: Artículo 19.— Tendrán derecho a la prestación básica universal (PBU) y a los demás beneficios establecidos por esta Ley, los afiliados: a) Hombres que hubieran cumplido sesenta y cinco (65) años de edad. b) Mujeres que hubieran cumplido sesenta (60) años de edad. c) Acrediten treinta (30) años de servicios con aportes computables en uno o más regímenes comprendidos en el sistema de reciprocidad. En cualquiera de los regímenes previstos en esta ley, las mujeres podrán optar por continuar su actividad laboral hasta los sesenta y cinco (65) años de edad; en este supuesto, se aplicará la escala del artículo 128. Al único fin de acreditar los mínimos necesarios para el logro de la prestación básica universal se podrá compensar el exceso de edad con la falta de servicios, en la proporción de dos (2) años de edad excedentes por uno (1) de servicios faltantes y se podrá compensar la falta de edad requerida con el exceso de años de servicio, en la proporción de dos (2) años de servicios excedentes por uno (1) de edad faltante hasta un máximo de cinco (5) años de edad compensada. A los efectos de cumplimentar los requisitos establecidos precedentemente, se aplicarán las disposiciones de los artículos 37 y 38, respectivamente. Articulo 2: Comuníquese al Poder Ejecutivo. Juan A. Pérez Alsina.FUNDAMENTOS Señor presidente: Nuestra carta Magna consagra en el artículo 14 bis los beneficios de la seguridad social, los cuales tienen carácter integral e irrenunciable. El derecho de la Seguridad Social se funda en la necesidad de que la comunidad pueda alcanzar un pleno estado de justicia social. No podemos hablar de justicia social si existe un grupo de personas que han quedado al margen de los beneficios de algunas normas inclusivas. La finalidad en este orden de cosas es la de proteger a aquellas personas que por diversas contingencias se encuentran imposibilitados de obtener ingresos para poder satisfacer sus necesidades. Este proyecto tiene como finalidad incluir en el sistema previsional, a las personas que hoy no son vistas como fuerza productiva pero que si han realizado las labores necesarios para alcanzar el beneficio. En estos casos mas allá de reunir los requisitos objetivos en cuanto a los aportes, el requisito de la edad opera como único obstáculo a fin de obtener el mencionado beneficio. Es este mismo requisito el que no les permite incluirse nuevamente en la clase activa, en aquellos casos en que un trabajador queda cesante a cinco años de la edad exigida y muy por encima de los parámetros de edad que exige el mercado laboral. El "Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones" se encuentra regulado por la Ley 24241, en vigencia desde el año 1993. Esta ley impone en su artículo 19 como requisitos necesarios para la obtención de la prestación básica universal la acreditación de 30 años de aportes y la edad de 60 años para la mujer y 65 años para el hombre; Estos requisitos deben cumplirse conjuntamente y solo se plantea una excepción en el anteúltimo párrafo respecto del exceso de edad y la compensación de años de servicio. Esta circunstancia nos plantea el problema de aquellas personas que teniendo mas de 30 años de aportes no alcanzan la edad requerida para obtener la jubilación y por otra parte en razón de la edad se encuentran excluidos del mercado laboral, debido a que en el campo laboral también opera el requisito de edad, pero en, en forma inversa. Es decir, si hacemos una recorrida por los avisos de empleo, nos encontramos con un límite de edad exigida que por momentos roza la discriminación por la edad, la exigencia del mercado laboral es evidente. Lo cierto es que si para una persona de 20 y 45 años de edad es muy difícil la obtención de un empleo, cuánto más para aquellos que pasaron la barrera de los 55. Nos encontramos con una franja ataría de entre los 55 y los 65 años, que resultan aun jóvenes para jubilarse y potencialmente viejos para el mercado laboral. No cabe duda que lo ideal sería poder cambiar la visión de los empleadores y que no se mida la aptitud para trabajar de una persona por su edad, sino por su capacidad, sin embargo hasta tanto esto no se modifique no podemos dejar a estas personas sin protección y resulta totalmente injusto que aquellos que han aportado durante mas de 30 años, encuentren vedado el acceso al derecho de la jubilación. En diciembre del 2004 se sancionó la ley 25994 con la finalidad de proteger a un grupo de personas que en la década del 90 se quedaron sin empleo y que debido a la edad se encontraron excluidos del mercado laboral, asimismo vieron vedado su derecho a una jubilación porque a pesar de tener los años de aportes exigidos por la legislación vigente, no alcanzaban la edad requerida por la obtención de la prestación. Esta ley tuvo una corta vigencia, de tan sólo un poco más de dos años, y por ende sólo resolvió el problema de algunas de las personas que estaban atravesando esa situación, con lo que muchas han quedado desamparadas. Es lamentable que muchas de las personas que han pasado los 50 años, vean como una ilusión inalcanzable tanto la obtención de un empleo como de una jubilación digna. No cabe duda que todos tenemos derecho a una vida y una vejez digna, por tal motivo, así como se les brinda, mediante una moratoria, la posibilidad a aquellos que no pueden cumplir con el requisito de los aportes para que puedan regularizar su situación y obtener la jubilación, en rigor a los principios de igualdad, solidaridad, inmediatez, subsidiariedad y universalidad, también debemos permitir que aquellos que no pueden cumplir con el requisito de la edad, que tienen mas de 30 años y que se encuentran en situación de desempleo puedan obtener el beneficio compensando años de edad con exceso de años de aportes. Asimismo es importante señalar que la viabilidad económico-financiera del proyecto propiciado se encuentra holgadamente asegurada a raíz del traspaso al ANSES de los fondos antes administrados por las AFJP y que debieran ser afectados prioritariamente a la finalidad específica de la Seguridad Social. Por todo lo expuesto y por los beneficios indudables que implicará adoptar esta modalidad, es que solicito la aprobación del presente proyecto de ley. Juan A. Pérez Alsina.-