13-02 26/7/07 13:44 Página 13 DERECHO LABORAL EL DERECHO DEL TRABAJO FRENTE A LOS CAMBIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES Elías González-Posada Martínez Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social Universidad de Valladolid El presente artículo trata de establecer e identificar los distintos parámetros que afectan al Derecho del Trabajo ante los cambios sociales y económicos que afectan a las relaciones de producción. Se analizan consecuentemente las formulaciones teóricas que vinculan al Derecho del Trabajo con las relaciones industriales, así como al mercado de trabajo con las relaciones laborales. Asimismo se concretan los aspectos más significativos del proceso de debilitamiento del Estado en el contexto de la globalización económica, con las consecuencias que ello depara sobre las reglas de aplicación e interpretación de las normas laborales. En fin, se trasladan las reacciones que al efecto se formulan por parte de la Unión Europea. Todo ello no ha de dejarnos olvidar que no existe mercado sin contrato, no hay contrato sin ley, y no es posible ley sin juez. Esto, que sirve para el Derecho privado, sirve como argumento para lo público, pudiendo indicar que no existe orden democrático sin ley, y ésta no es posible sin juez. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13 13-02 26/7/07 13:44 Página 14 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez SUMARIO 1. DERECHO DEL TRABAJO Y RELACIONES INDUSTRIALES. 2. EL MERCADO DE TRABAJO Y LAS RELACIONES LABORALES. 3. EL TRABAJO EN LOS MÁRGENES DEL ESTADO. 4. MODERNIZAR EL DERECHO DEL TRABAJO EN EUROPA. 14 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 15 DERECHO LABORAL 1. DERECHO DEL TRABAJO Y RELACIONES INDUSTRIALES El carácter especialmente sensible que ha de atribuirse al Derecho del Trabajo por su ubicación en el centro de producción de los sistemas económicos desarrollados hace que pueda ser considerado como un auténtico cardiograma del cuerpo económico-social; tal constatación permite decir que su contenido es a la vez nuevo por su constante cambio, e igualmente estratificado debido a la heterogeneidad de los componentes que se han ido acumulando en su evolución. Tres escenarios, situados en distintos espacios temporales y ambientales, permiten concretar la afirmación que sirve de punto de partida a la presente reflexión: La evolución de las relaciones industriales y su tratamiento teórico, el desarrollo de la actividad del Estado en los últimos años, y los impulsos que la Unión Europea trata de establecer para modernizar el Derecho laboral con el objeto de afrontar los retos del futuro. En lo que se refiere al primero de los puntos indicados, ha de decirse que resulta habitual referirse a las relaciones industriales para identificar el espacio donde se concretan las relaciones de producción. El término aparece por primera vez en 1912 con ocasión de la propuesta realizada por el Presidente norteamericano William Howard al crear una comisión de encuesta y estudio sobre los problemas del mercado de trabajo, decisión cuyo origen próximo fue el conjunto de conflictos violentos que se produjeron en 1810 en Los Ángeles, y que arrojó la pérdida de diez vidas humanas. El término tuvo éxito, y pronto pasó a ser utilizado en el campo de la investigación universitaria. John COMMONS, un economista de la Universidad de Wisconsin (1), profesor identificado con el New Deal, y con la necesidad de una legislación laboral y 1. Vid. Bruce E. KAUFMAN, «John R. Commons and the Wisconsin School on Industrial Relations Strategy and Policy». Industrial & Labor Relations Review, vol. 57, 2003. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 15 13-02 26/7/07 13:44 Página 16 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez de seguridad social, llegó a consolidar científicamente la nomenclatura. COMMONS, calificado como el padre de las relaciones industriales norteamericanas, a lo largo de su producción científica denunció el equívoco de los economistas liberales al adoptar los modelos de la física y de la biología para estudiar la economía, asumiendo una nueva lectura de las relaciones entre Derecho y Economía. El planteamiento de la escuela institucionalista creada por Commons entendió como inapropiada la visión de aquellos economistas que aplicaban los métodos de las ciencias de la naturaleza al campo de las relaciones sociales, cuya base es la promoción de la libertad y seguridad, y no el fruto exclusivo de las reglas de la oferta y la demanda, subrayando a continuación que la experiencia histórica demuestra cómo las instituciones han controlado la acción colectiva, y la han liberado, dinamizando la actuación individual. A partir de tales planteamientos teóricos los economistas institucionalistas sostuvieron que las instituciones tienen un papel determinante en la economía y en las estrategias de los actores sociales, mayor si cabe que las reglas de la oferta y la demanda, siendo su posición por tanto contraria a la de los economistas neoclásicos que entendían las instituciones como límites a la libertad individual; la Escuela institucionalista buscaba así mejorar el capitalismo asegurando su supervivencia. Con posterioridad a la segunda guerra mundial un grupo de post-institucionalistas centraron su atención sobre el mercado de trabajo. El mas importante de los autores fue John DUNLOP (2), quien concentró su esfuerzo en la construcción teórica del sistema de relaciones industriales, partiendo de la consideración de que un sistema es un conjunto de reglas o principios conexos acerca de determinada materia. Para el autor citado, las relaciones profesionales constituyen un subsistema de la sociedad global cuya función es la producción de reglas sustantivas y de procedimiento que tienen como función regular las relaciones del trabajo industrial. En la producción industrial tres variables han de considerarse: la técnica, la economía, y la política; las dos primeras son consustanciales con los presupuestos de base de la producción, la tercera es un presupuesto de naturaleza adjetiva o procedimental. Esta última establece el estatuto a que han de atenerse los actores: sindicatos, empresarios, y el Estado. 2. 16 Vid. DUNLOP, J.T., Sistemas de relaciones industriales, Península, Barcelona, 1978. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 17 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales Para el autor citado un sistema de relaciones industriales se ha de considerar como un subsistema analítico de una sociedad industrial, siendo por tanto un subsistema del sistema social, y no siendo una parte subsidiaria de un sistema económico, sino más bien un subsistema de la sociedad separado y característico, donde se advierte la necesidad de diferenciar: a) Las relaciones del sistema de relaciones industriales con la sociedad; b) Las relaciones del sistema de relaciones industriales con el subsistema económico; c) Las relaciones del sistema de relaciones industriales con la estructura interna, y las características del propio subsistema de relaciones industriales. En todo ello resultan ser elementos claves los actores, el contexto, las reglas, y las ideas. Los actores vienen a identificarse con la figura de los empleadores y asalariados y sus organizaciones, así como los organismos gubernamentales especializados. El contexto se identifica en torno a tres variables: la tecnológica, la relacionada con los imperativos del mercado, y la situación y distribución del poder en el conjunto de la sociedad. Las reglas del juego se identifican a través del tejido normativo existente, ya sean de producción legal, autónoma, como los convenios colectivos, o mecanismos de solución formal o informal de conflictos. En cuanto a las ideas, se entiende por tales el conjunto de creencias o convicciones generales compartidas por los actores, y que contribuyen a definir el papel y el lugar que ocupa cada uno de ellos. En el escenario de las relaciones laborales coinciden actores donde los propósitos de cada uno de los intérpretes resultan diferentes, con objetivos distintos, y donde el papel protagonista está asignado de acuerdo con el distinto poder contractual que se ostenta. La asimetría de poderes, y de protagonismo, ha otorgado históricamente el poder directivo al empresario propietario que se arriesga y conduce la organización ante el trabajador subordinado, legitimándose tal situación mediante el vehículo del contrato de trabajo. El estudio de las relaciones industriales, o de las relaciones en el mercado de trabajo como también podrían denominarse, es consecuencia de un estudio multidisciplinar de acuerdo con la aportación nacida en el ámbito anglosajón. El mercado de trabajo es considerado por tanto como un marco de referencia en el que no existe un equilibrio entre oferta y demanda, sino que, de acuerdo con la realidad, la acción colectiva, la segmentación del merca- REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 17 13-02 26/7/07 13:44 Página 18 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez do, las reglas, y los salarios reales existentes en el interior de las empresas forman una estructura multidimensional. Para DUNLOP el establecimiento de reglas es la principal función de un sistema de relaciones industriales, reglas de contenido o de fondo, que definen normas ligadas a las condiciones de trabajo, y reglas de procedimiento que precisan las modalidades de ejercicio de las relaciones profesionales como la huelga, la representatividad o la negociación colectiva. Una aproximación sistemática a las relaciones industriales, a su equilibrio ligado a los distintos factores interdependientes, a las contradicciones propias que cada uno de los distintos actores sostienen, permite comprender y resolver los problemas concretos vinculados al trabajo. Como se ha indicado con anterioridad, actores, contexto, reglas de juego e ideología sostienen todo sistema de relaciones industriales. Los actores se presentan en todo tipo de sistema variando su fuerza según la naturaleza de éste, siendo la posición del Estado particularmente intensa en cada país. En cuanto al contexto, ha de distinguirse entre el contexto técnico que influye en las condiciones de vida y trabajo, el contexto económico que modela el contenido de las negociaciones, y el contexto político que influye sobre el desarrollo de las relaciones profesionales. Las reglas son la principal producción del sistema, siendo necesario conocer la naturaleza de los objetivos perseguidos por sus actores al objeto de apreciar la naturaleza del objeto que se pretende obtener del sistema. La ideología representa, como se indicó, el conjunto de convicciones compartidas de manera común por los actores asegurando la estabilidad del sistema y su coherencia. Los objetivos del sistema o de las reglas para unos vienen diferenciados según se sea empresario o trabajador; para los empresarios sus objetivos se concretan en la eficiencia económica y la eficacia, mientras que para los trabajadores su objetivo fundamental y básico es la consecución de un nivel adecuado de remuneración, la defensa de su carrera profesional, y la seguridad en el empleo. Las reglas son el medio de consecución de objetivos. En 1986 KOCHAN, KATZ y MCKERSIE (3) promovieron una revisión de los planteamientos de DUNLOP calificándolos de estáticos, ya que se interesa- 3. Vid. KOCHAN, KATZ, MCKERSIE, La transformación de las relaciones laborales en los Estados Unidos, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1994. 18 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 19 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales ban más por reflejar la estructura del sistema que por el proceso en que se puede ver inserto. Se afirmó por tanto la necesidad de valorar la trascendencia del conflicto en los procesos de elaboración de las normas que FLANDERS y CLEGG (4) habían sostenido con anterioridad, y asimismo se consideró que un sistema de relaciones profesionales no produce reglas en exclusiva, sino igualmente comportamientos personales, generando con ello objetivos a cumplir. Se propuso por tanto la necesidad de incorporar a los estudios sobre relaciones industriales un análisis más dinámico que tomara en consideración los planteamientos estratégicos que desarrollan los distintos actores, abriéndose consecuentemente un terreno de investigación que trataba de dar cabida a las propuestas, entre otros, de los dirigentes empresariales, los sindicatos, y las aportaciones de las distintas teorías económicas, así como la gestión de personal. Se trataba de medir, en suma, el efecto de la expresión colectiva del conflicto sobre la eficiencia de la empresa, y sus consecuencias sobre los métodos de gestión de personal, los cambios en la organización y gestión de la empresa, la productividad, la situación financiera, o los salarios, casi siempre analizando la influencia de tales variables en el escenario empresarial. Los vínculos entre beneficios empresariales y relaciones profesionales vinieron a consolidarse, y su efecto fue que las relaciones profesionales se articularon como un instrumento de mediación entre los trabajadores y la empresa. Conviene no obstante indicar que a pesar de que el término relaciones industriales tuvo su nacimiento conceptual en los EE.UU., la reflexión teórica sobre las relaciones individuales y colectivas de trabajo surgió de manera estructurada en el Reino Unido bajo la denominación de democracia industrial. El término democracia industrial aparece de la mano de los esposos WEBB en 1897 (5) en una obra que podría ser considerada una continuación teórica del primero de sus libros relativo a la historia de los sindicatos en el Reino Unido y publicado en 1894 (6). El epílogo de la construcción de los WEBB residió en considerar que la base de una democracia económica está en de- 4. Vid. Angie FLANDERS y Herbert CLEGG, The System of Industrial Relations in Great Britain, Blackwell, Oxford, 1954. 5. WEBB, S. y B., La democracia industrial (1897), Biblioteca Nueva-Fundación Largo Caballero, Madrid, 2004. 6. Historia del Sindicalismo (1894), Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1990. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 19 13-02 26/7/07 13:44 Página 20 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez sarrollar los convenios colectivos, estableciendo diferentes formas de legislación laboral básica, y potenciando la democracia en los sindicatos, e incrementando su poder político, todo ello con el fin de preservar la economía de mercado. Fiel continuador de la obra de los WEBB puede considerarse al teórico social COLE (7), quien llegó a formar un grupo que servirá de base para constituir la influyente Escuela de Relaciones Industriales de Oxford, donde serán formados importantes autores como Hugh CLEGG y Allan FLANDERS, quienes posteriormente en la Universidad de Warwick definirán las nuevas teorías sobre las relaciones industriales. A partir de tal momento se llega a sostener que por sí misma no cabe identificar una teoría de las relaciones industriales con la simple estructura de los convenios colectivos, aun cuando éstos sean más importantes que las normas que regulan las relaciones de trabajo. Tal planteamiento vino a reconciliar a los británicos con los análisis realizados por los autores estadounidenses, y considerar que todo sistema de relaciones laborales debe ser identificado como el conjunto ordenado y estructurado de reglas que disciplinan el trabajo. 2. EL MERCADO DE TRABAJO Y LAS RELACIONES LABORALES Una primera aproximación podría permitirnos definir el mercado de trabajo como el espacio en que se concretan las ofertas de trabajo de las empresas y las demandas de actividad de los asalariados. Los marcos teóricos que han tratado de describir tal realidad pueden adscribirse a dos líneas de pensamiento: La formulación neoclásica y la institucionalista. En la primera de ellas sus autores consideran que el mercado está regido por la ley de la oferta y la demanda, existiendo una competencia perfecta dotada de certidumbre y circulando en su seno una información fluida donde impera la racionalidad maximizadora de la utilidad en los distintos agentes que participan en tal mercado. Desde la perspectiva, los institucionalistas rechazan la concepción del mercado de trabajo en términos de perfección competitiva, criticando el idealismo de los neoclásicos y afirmando que el mercado se ve influido por 7. 20 COLE, G.D.H., The World of Labour, G. Bells & Sons, Londres, 1913. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 21 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales las instituciones que regulan la oferta y demanda, es decir las normas jurídicas y los convenios colectivos, advirtiendo asimismo de que la información que circula en el mercado de trabajo no es fluida. COMMONS afirmó que cultura social y costumbres tienen un gran impacto en las transacciones que se producen en el mercado laboral. La formulación clave de los institucionalistas fue entender que en toda transacción influyen las instituciones, entendidas éstas como acciones colectivas en el control, liberación y expansión de toda acción individual, haciendo que ésta actúe liberando al individuo de la sujeción, coacción, discriminación o competencia injusta, a causa de las restricciones impuestas a los individuos. De acuerdo con lo anterior el mercado es una institución donde fuerzas normativas determinan las reglas de juego de acuerdo con una estructura de poder que organiza el mercado ayudando éste al mismo tiempo a preservar las relaciones de poder. De acuerdo con la concepción institucionalista el estudio sistemático del mercado de trabajo fue realizado por KERR (8) y DUNLOP; el primero de los autores sostuvo que no existía un mercado único ni puro de trabajo, sino muchos mercados que funcionan según las instituciones diferenciadas que les son aplicables. Nace así la noción de mercados segmentados, mercados internos circunscritos al ámbito de la empresa con buenas condiciones laborales, y externos caracterizados por sus bajos salarios e inseguridad, llegándose después a la conclusión de que existen tantos mercados de trabajo como empresarios contratantes de mano de obra. Los planteamientos realizados sirven para caracterizar también a la mayor parte de los países europeos, y de forma particular a España, al advertir la variabilidad de la tasa de desempleo en el territorio nacional mientras los niveles salariales mantienen cierta homogeneidad. La razón de esta circunstancia reside en la centralización de la contratación colectiva, o si se prefiere en el mimetismo existente entre los convenios colectivos negociados, y la consecuencia es la escasa proximidad entre la productividad en la empresa y el sistema retributivo. 8. KERR, C., «The balkanization of labor markets» (1954), en Labor Mobility and Economic Opportunity, MIT, pp. 92-110. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 21 13-02 26/7/07 13:44 Página 22 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez Con todo ello cabe advertir que con el reconocimiento del asociacionismo sindical y la negociación colectiva llegaron a institucionalizarse los mecanismos a través de los cuales la democracia liberal penetraba en el escenario empresarial mediante la aplicación de reglas que hacen posible que las diferencias de poder que existen entre trabajador y empresario quedaran equilibradas. Los defensores del pluralismo en las relaciones industriales sostienen que la negociación colectiva constituye el mejor mecanismo para que el mercado fije los precios del trabajo y restablezca la democracia participativa en la empresa. Queda justificada así la intervención del derecho en el mercado a través del contrato, desestimando las intervenciones legislativas del Estado en otros órdenes. Los sostenedores de tal proposición consideran que el Estado no puede cambiar las leyes de la economía, y que el capital y las organizaciones sociales existen con independencia de las reglas jurídicas, con naturaleza diferente, y con el objetivo de incrementar su poder político. Se subraya así pues una neta separación entre derecho y sociedad, afirmando que el escenario jurídico es periférico y destinado sólo a regular los conflictos en caso de fuerza mayor. Ocurre sin embargo que el mercado de trabajo queda segmentado en dos sectores: uno con reglas establecidas en convenios colectivos; otro carente de la cobertura de la contratación colectiva. Del mismo modo cabe apreciar que si bien el reconocimiento del derecho a la negociación colectiva equilibra las relaciones de poder entre el capital y el trabajo, no viene a ser así en el círculo de la empresa, donde el presupuesto de la subordinación en que se encuentra el trabajador contratado hace posible la expropiación de los derechos individuales. En tal caso no es siempre, ni sólo, el poder del mercado asimétrico el que puede determinar la restricción de las reglas de la ciudadanía, sino también determinados comportamientos empresariales. El abuso potencial de las prerrogativas empresariales queda así fuera de las consideraciones que han sido clásicas en la teoría pluralista El escenario en que se inserta el mercado de trabajo no puede equipararse estructuralmente con el existente en otros mercados; al margen de la asimetría informativa existente entre los agentes del mercado laboral, el trabajo no sólo es un instrumento de cambio objetivamente fungible, es también un vínculo en que se inscribe una relación de naturaleza personal. El Derecho del Trabajo por tanto no se identifica en exclusiva con el derecho del merca- 22 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 23 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales do de trabajo, sino también con el derecho de las relaciones de trabajo, es decir con las relaciones contractuales o de poder. 3. EL TRABAJO EN LOS MÁRGENES DEL ESTADO Es sabido que la revolución industrial a partir del siglo XIX fortaleció la internacionalización de los mercados, extendiéndose tal etapa hasta la primera guerra mundial. En tal espacio temporal los Estados nación mantuvieron en pleno desarrollo las características propias de los Estados soberanos, así como los símbolos de su soberanía económica en el intercambio internacional de productos. Con posterioridad a la segunda guerra mundial y hasta finales de los años sesenta, en plena mundialización, se contempló cómo las empresas multinacionales actuaron sobre una base mundial, implantando actividades y ciclos de producción de acuerdo con las mayores o menores ventajas que se ofrecieran en cada uno de los distintos países; fase superadora de la internacionalización, lo característico de ella es que los intercambios mundiales fundamentales se realizan dentro de las ramas productivas entre las empresas. Como desarrollo de la mundialización, la globalización se inició en los años 80 pero de acuerdo con nuevos presupuestos y tendencias como son: la globalización financiera y la desregulación de los mercados financieros; la internacionalización de las estrategias empresariales a escala mundial; la aparición de grandes servicios internacionales masivos, como las telecomunicaciones y el transporte aéreo, perdiendo la condición de monopolio nacional. La globalización (9) ha supuesto igualmente una regionalización mundial, concentrándose las empresas de acuerdo con su actividad principal; ha supuesto igualmente la pérdida de hegemonía del modelo norteamericano de producción masiva con su consecuente modelo de organización empresarial, surgiendo las nuevas culturas empresariales y los nuevos modelos de organización, imponiéndose: el modelo japonés de la industria automotriz, el alemán de las máquinas herramientas, el just in time, las formas de empresas 9. Sobre la globalización vid. el informe de la OIT publicado en 2004: «Informe final de la Comisión Mundial de Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización». REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 23 13-02 26/7/07 13:44 Página 24 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez medianas flexibles y en red, por medio de los distritos industriales en Italia; la globalización en fin enfrenta mercados diferenciados, al tenerse que adaptar a demandas variadas y modelos culturales diversos, donde la competitividad ya no es solamente cuestión de bajos costos, sino adaptación a demandas variadas. La empresa se encuentra hoy en un número elevado de casos desvinculada de una base territorial, decidiéndose su localización de acuerdo con los costes relativos de producción en los diversos países. La extensión de las relaciones económicas en un espacio sin fronteras y la plural intensificación de las relaciones sociales mundiales constituyen la expresión más visible de las transformaciones que se presentan en la actualidad, aunque menos perceptibles son los cambios cualitativos que se vienen produciendo desde hace algún tiempo, y que sirven como substrato a la globalización. Resultan evidentes las transformaciones acaecidas en el marco de las relaciones entre Estado y mercado, pero más ensombrecidas quedan las fisuras que se aprecian en el escenario jurídico e institucional que hasta ahora formaba parte de la cultura jurídica europea. Explorar por tanto la globalización y medir los movimientos que le restan al Estado como Leviatán encadenado es tarea absolutamente imprescindible para valorar el lento, firme e inexorable avance de una nueva metodología jurídica. Puede afirmarse que la modificación de las relaciones clásicas entre política y economía ha alterado el escenario en que el Estado y el mercado han venido actuando desde décadas, donde el equilibrio entre poder económico y poder político había sido obtenido mediante la hegemonía de los Estados. Hoy por primera vez la economía ha logrado su independencia respecto a la política, lo cual no quiere decir que por el momento haya roto los vínculos de interdependencia, ya que las instituciones jurídicas y estatales siguen sosteniendo el funcionamiento del mercado merced a la actuación de las leyes y de los tribunales, probablemente hasta que contrato y arbitraje lleguen a sustituirlas como mecanismo privilegiado. En tal confusión la negociación y el intercambio, habituales prácticas mercantiles, han sido incorporadas a la realidad política, mientras que la planificación y el mandato como instrumentos de racionalización de la actuación del Estado se han introducido en el management. 24 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 25 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales Sabemos que la estructura financiera de la economía de nuestros días parte de una concepción de la propiedad abstracta, hábil para moverse sin limitaciones territoriales, llamada a la asunción de riesgos especulativos, sometida por ello a la incertidumbre, y lejana de los equilibrios de la economía clásica. Conocemos que la tecnología se construye al servicio de la producción y de la innovación, con estructuras investigadoras y del saber, situadas en las empresas privadas desterritorializadas, y no como tradicionalmente ocurría en espacios públicos de los aledaños del Estado. Se enfrentan pues dos razones, la del Estado y la de la empresa, y ambas se diferencian en el espacio en que cada una de ellas se extiende: una controla el uso legítimo y monopolista de la fuerza en un determinado territorio; la otra extiende su actuación sin límites a su expansión. Ambas razones se diferencian por las técnicas jurídicas utilizadas: la primera el derecho público, la segunda el derecho privado. Las técnicas jurídicas utilizadas desencadenan consecuencias diversas: una toma en consideración las consecuencias de la obligatoriedad de las normas, sometiendo a los ciudadanos a su cumplimiento o al incumplimiento; otra toma en consideración no un sistema preestablecido, sino la racionalidad estratégica en base a las relaciones de reciprocidad con los demás actores sociales, abriendo vías de cooperación o de conflicto. En Europa la función del Estado es reconocida como fuerza o poder ligado a un territorio, el derecho se concibe como un mandato soberano legítimamente impuesto, donde los conflictos son resueltos y ejecutados por jueces y tribunales, mediante procedimientos habitualmente escritos, expresándose así la tradición del positivismo jurídico y no el pragmatismo individualista. En países como EE.UU., por el contrario, la tradición es el common law y las funciones judiciales otorgadas al juez, made law, disponen reglas de conducta instadas en procedimientos habitualmente orales, y propuestas por los particulares, incluso en lo que afecta al derecho administrativo y penal. Tan distintas tradiciones responden en el primero de los casos a las implicaciones normativas otorgadas por la Ley al contrato, y en el segundo de los supuestos al papel otorgado a la convención, reconocida como pacto entre caballeros, y carente de limitaciones normativas o legales no fundamentales. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 25 13-02 26/7/07 13:44 Página 26 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez En Europa el derecho parte de un orden y de unas expectativas estables, actuando como contrapeso frente a los intereses; en la realidad anglosajona las reglas están descentralizadas, y los intereses en conflicto se constatan en la periferia del sistema, y nunca en su centro. Así el terreno de la construcción jurídica en Europa es la argumentación sobre la base de la abstracta racionalidad de las normas, mientras que en EE.UU. la negociación y el contrato se asientan sobre la base de los intereses concretos de los individuos. Los operadores jurídicos relevantes en el primero de los mundos son los jueces y la academia, procedentes en un primer momento del terreno intelectual, cargados de valores, y buenos conocedores del derecho enmarcado en el universo del territorio del Estado; por el contrario en el segundo de los mundos el operador jurídico relevante es el experto, éste cuenta con el saber jurídico, trabaja por ello en los límites de un sistema jurídico, es hábil conductor de conflictos, conocedor de las tradiciones del mercado, eficaz en la solución de problemas específicos, y habitualmente integrado en las corporate law firms. La conocida como globalización se instala en el lenguaje de los intereses, su terreno institucional es la prolongación del common law, produciéndose la pérdida del espacio asignado al derecho en cuanto monopolio del Estado, así como de la tradición del civil law eurocontinental. Como ha tenido ocasión de indicar TEUBNER el derecho de las transacciones económicas es el más claro ejemplo del derecho global sin Estado: la «lex mercatoria». En tal contexto se ha asumido la implantación de los códigos de reglas habituales en los países del common law, donde se promulgan pautas, denominadas soft laws, cuya función es la de orientar la actividad de los sujetos negociadores en la consecución de un determinado objetivo, técnica seguida en la estrategia europea del empleo, o con carácter más amplio en la utilización de las reglas de la subsidiariedad, en la habilitación de las directivas comunitarias, o en los acuerdos fruto del diálogo social que los sujetos colectivos europeos han suscrito en los últimos años. Se asienta por las razones ofrecidas el derecho privado y la descentralización de las fuentes de producción jurídica. El derecho se configura como un producto de matriz convencional y con una proyección económica y tecnológica. Nace consecuentemente un mundo jurídico descentralizado, mutable y policéntrico, sin necesidad de integrarse en un discurso lógico y sistemático, 26 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 27 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales propio de la racionalidad del derecho estatal. Un derecho, en fin, rememorando de nuevo a TEUBNER, que nace de principios paralegales, producido en los aledaños del viejo derecho, y coherente con el proceso económico y tecnológico. En el proceso histórico señalado puede advertirse cómo tras la producción artesanal se ha generado el primer sistema fabril, que ha dado paso a la producción en masa taylorista, cuya crisis después del fordismo ha provocado un significativo retorno a una nueva forma de descentralización artesanal. En el contexto señalado cabe advertir una variable complementaria: la crisis del Estado nación. Su erosión, las limitaciones de su autonomía, la pérdida de capacidad para lograr una integración social debido a su debilidad para establecer identidades y solidaridades extensas, ha venido teniendo su antecedente en la proliferación de instituciones supranacionales nacidas para la solución de nuevos problemas no resolubles ya en el marco de las fronteras nacionales, pero también a causa de los nuevos localismos, ocasionando todo ello una pérdida de la condición tradicional de sujeto político, apreciándose cómo en su sustitución viene a diseñarse la figura de los Estados-región. Aparece así un nuevo sujeto territorial y ciudadano más dilatado, de carácter supranacional, cual es el Estado-región, lo que no implica la desaparición del Estado-nación, sino su integración gradual en unidades políticas más extensas. Ocurre además que si con anterioridad era la sociedad nacional la que orientaba al Estado keynesiano, hoy las demandas inician su reivindicación en una invertebrada sociedad internacional, condicionándose la autonomía política de los Estados, que ven limitadas sus decisiones ante demandas externas, a veces más firmes que las internas. El Estado y el mercado habían tenido funciones complementarias, y así el primero creaba las bases para el desarrollo del segundo. El Estado determinaba la política y las normas internas, pero la globalización ha impuesto las reglas del mercado mundial, lo que representa un peligro para los Estados débiles, ofreciendo oportunidades de desarrollo económico a los Estados disciplinados y eficaces abiertos a la colaboración internacional. La incorporación del Estado al proceso económico mundial limita sus posibilidades discrecionales, ya que por ejemplo los márgenes de maniobra en la aplica- REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 27 13-02 26/7/07 13:44 Página 28 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez ción de los impuestos sobre el capital, y en el control de la política monetaria, pasa a los mercados financieros. Coincidiendo con la crisis del fordismo, el Estado keynesiano ha seguido su mismo camino. En ello han influido no sólo razones culturales al desarrollarse una creciente individualización de los modelos sociales que ha erosionado la cultura paternalista en que se desarrolló el Estado asistencial, sino que además las exigencias de restricción de los gastos estatales para combatir la inflación limitaron la tendencia a realizar inversiones en gastos sociales. A consecuencia de lo indicado las acciones públicas establecidas a través de los servicios públicos sufrieron alteraciones que supusieron el paso de un Estado que gestionaba a un Estado que garantizaba. El corolario a todo ello fue la aparición de nuevas formas de participación de la sociedad civil, y nuevas formas de actuación de las administraciones donde cada vez más no son apreciables los caracteres clásicos de su «imperium». Aparece así una nueva modalidad de intervención estatal, sobre todo en materia socio-económica. El Estado social se trasforma en un Estado asistencial donde la solidaridad no es concebida como una tutela pasiva de los individuos en relación con un determinado número de riesgos, sino como una garantía de seguridad individual frente al riesgo y donde el Estado keynesiano sostenedor de la demanda doméstica pierde su capacidad para proteger los mercados internos ante la concurrencia externa, desapareciendo como escenario de una concertación promotora de los mecanismos de negociación social. Surgen dos tipos de garantías, unas procedimentales y otras sustanciales: En cuanto a las primeras se advierte una mediación colectiva a través de agencias independientes dirigidas a la consecución de los planes u objetivos previamente determinados. En cuanto a las segundas el establecimiento de derechos sociales fundamentales, y la configuración de una ciudadanía social que sustituye a la tutela social, buscan esencialmente la integración social. Desde el inicio de la Revolución industrial el Estado no ha sido ajeno al desarrollo de funciones económicas. Ha podido apreciarse en el inicio del presente ensayo cómo en los primeros momentos del desarrollo industrial el Estado sostuvo los mecanismos necesarios para su consolidación, bien fuera mediante la delimitación de los mercados de trabajo, bien aprobando leyes contra los vagabundos, bien haciendo factible un determinado régimen 28 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 29 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales disciplinario en las fábricas, o regulando el trabajo de mujeres y menores, o delimitando la jornada de trabajo. Con posterioridad, en el período de tiempo que va desde 1870 a 1933, la aplicación de nuevas políticas aduaneras, y la determinación de los espacios comerciales mundiales, constituirá el eje de las actuaciones de los Estados emergentes. A partir del New Deal, en EE.UU., y de 1945 en Europa, y hasta mediados de los años sesenta, la regulación económica vendrá a hacerse a través de las técnicas keynesianas. Con el inicio de los años setenta, y hasta el presente, los Estados han tendido a configurar marcos interestatales de integración económica, desarrollando al mismo tiempo una actividad de fomento a la expansión de los capitales nacionales. El Derecho del Trabajo en el marco histórico descrito ha ejercido una tutela social construida sobre el binomio trabajo subordinado y trabajo autónomo, garantizando la seguridad individual y pasiva del trabajador, contemplando una noción del tiempo de trabajo como una categoría homogénea, y los convenios colectivos como rocas inexpugnables. Con la ruptura del contrato social, suscrito y renegociado a lo largo del siglo XX, hoy se buscan no sólo nuevos administradores de éste, sino también nuevos contenidos. La pluralidad de mercados de trabajo en un contexto globalizado produce un fenómeno: la deslocalización. Deslocalizar es la decisión que supone cambiar el lugar de un centro de trabajo o unidad productiva. La deslocalización constituye pues la consecuencia del acto por el que se altera la ubicación de un escenario productivo. En sí mismo el fenómeno de la deslocalización no es nuevo, ni ajeno a la gestión de las organizaciones productivas. Lo característico de la nueva situación se sitúa en la dimensión territorial en que se produce la nueva situación. Dos cuestiones se suscitan a la hora de analizar la transformación productiva que acontece: una, la deslocalización material, mediante la erradicación de las unidades productivas de los ámbitos espaciales en que se habían instalado tradicionalmente; otra, la deslocalización inmaterial, mediante la incipiente generalización del offshore. En el primer caso apreciamos cómo es el sector secundario o industrial el afectado, mientras que en el segundo quien se ve afectado es el sector terciario o de servicios. En ambos casos la razón ofrecida como causa esencial está en la responsabilidad del sistema normativo, así como en sus prácticas consolidadas, re- REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 29 13-02 26/7/07 13:44 Página 30 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez quiriéndose desde los modelos sociales afectados la acción del Estado para su corrección o atenuación. Hecha tal consideración se aprecia cómo con menor intensidad han sido objeto de atención las transformaciones acaecidas en el sector servicios. Como se acaba de indicar, hoy la deslocalización no afecta exclusivamente a la industria; el sector servicios en sus múltiples manifestaciones se ve intensamente afectado por las prácticas deslocalizadoras. Algunos datos merecen ser conocidos, así por ejemplo el Reino Unido ha perdido 1,4 millones de empleos (27%) entre 1990 y 2002; Francia ha pasado de 3,38 millones a 3,24 millones, entre 1994 y 2002 (4,4%); Italia 325.000 empleos (13,5%) entre 1994 y 2001; Alemania 925.000 empleos (10,6%) entre 1994 y 2002. En Estados Unidos han pasado de 22,2 millones en 1990 a 19,5 millones en 2002 (12%). Las razones de tales cifras deben considerarse producto de las automatizaciones de los procesos productivos, y de las innovaciones tecnológicas, de manera que a igual cantidad producida disminuyen las necesidades de mano de obra. Junto al fenómeno señalado, cabe apreciar el crecimiento del sector servicios, tanto por sí mismo como a consecuencia de los procesos por los que se ven afectados los sectores industriales a causa de la descentralización productiva. Tal es el caso de la creciente utilización de las empresas de trabajo temporal y de servicios por parte de las industrias, ocasionando estadísticamente una reducción de mano de obra en la industria equivalente al incremento en el sector servicios. Tal recurso externalizador permite contar con un empleo flexible. Decíamos en una primera aproximación que entendemos por deslocalizar la decisión que supone cambiar el lugar de un centro de trabajo o unidad productiva. La deslocalización constituye pues la consecuencia del acto por el que se altera la ubicación de un escenario productivo. De aceptarse lo anterior, otra perspectiva distinta de la deslocalización es la subcontratación en sus distintas variedades, e incluso cabe calificar como deslocalizaciones las operaciones de franquicia, ya se realice ésta en el espacio nacional o internacional. Incluso pueden añadirse dentro del presente apartado las distintas formas de outsourcing o de sourcing, por no hablar del offshore u onshore. 30 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 31 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales Las transformaciones indicadas están próximas a los fenómenos de externalización, debiendo entenderse que externalizar es confiar a una empresa exterior una tarea o actividad secundaria o parte de su producción o de sus actividades. Un estudio llevado a cabo por la Comisión Europea («Les conséquences sociales de l’externalisation et de la sous-traitance», de la Office de recherches sociales européennes, en octubre de 1998) ha establecido la distinción entre subcontratación y externalización. La primera es definida como una operación por la cual una empresa (la que da órdenes) confía a otra empresa (la que recibe órdenes) la misión de realizar para ella parte de su actividad a través de funciones concretadas en un documento de actividades preestablecido. La externalización suele preceder a la deslocalización, es decir que aquella suele ser el primer paso de la deslocalización y trasvase hacia el exterior de la actividad externalizada con carácter parcial o total. De acuerdo con el estudio el elemento diferenciador está en el destino de la prestación, y así mientras que en el caso de la subcontratación el elemento determinante es la actividad, en la externalización lo es la actividad contratada, disociada ésta de la actividad principal de la empresa contratante. En la subcontratación el objeto principal es dar respuesta a las fluctuaciones del mercado procurando el menor costo, teniendo naturaleza temporal episódica, evidenciándose en la subcontratación una utilización sistemática de naturaleza temporal estructural con la empresa o empresas contratantes externas. Las deslocalizaciones son un fenómeno antiguo, consecuencia del proceso de reestructuración de la división internacional del trabajo en la que coexiste la irrupción de países emergentes que disponen de mano de obra abundante y capacitada. De siempre, menores costes salariales, mano de obra más flexible y complejidad o rigidez de las reglas jurídicas, o bien problemas derivados de la duración de la jornada de trabajo, han venido siendo razones que de forma aislada o conjunta han incentivado la huida inversora. Hoy, sin embargo, la juridificación y la incertidumbre que mueve las relaciones de trabajo se vienen a configurar como un riesgo añadido, por no sumar la fiscalidad o la legislación del medio ambiente. Las deslocalizaciones son una de las consecuencias de la globalización del mercado, del desarrollo de la economía, y de la aceleración de los cambios internacionales, fundamentalmente en lo que se refiere a los bienes manufactu- REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 31 13-02 26/7/07 13:44 Página 32 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez rados. Junto a ello, la mejora de las comunicaciones, la reducción de los aranceles, y la fuerte competencia de los mercados, han impulsado la competitividad, desplazando una parte o la totalidad de los procesos de producción. Deslocalizar, a veces, es una operación mediante la que se trata de separar el lugar de fabricación o transformación de las mercancías de los lugares de consumo, prioritariamente a un país extranjero. La regla es producir donde es más barato hacerlo, y vender donde existe un mayor poder de compra. La consecuencia es resolver un problema de gestión empresarial generando un problema de empleo fundamentalmente en los países desarrollados. En una primera fase de los procesos de internacionalización las empresas fabricaban en sus países de origen, comercializando y distribuyendo en el mundo entero. Posteriormente comenzaron a duplicar sus unidades de producción con el objeto de acceder a los mercados en mejores condiciones competitivas, conservando el control de sus filiales, y acercando sus productos a los nuevos mercados. En tercer lugar especializaron a sus filiales con el objeto de acercarse a las características del mercado local. A continuación externalizaron y subcontrataron tanto en el escenario nacional como internacional al objeto de mejorar su posición competitiva y concentrándose en su actividad principal. En tal contexto, la deslocalización trae como consecuencia el cierre de una unidad de producción, abriendo otra en el extranjero, reimportando, o no, la producción. El coste del trabajo constituye uno de los factores más importantes de la deslocalización. Salarios y costes sociales son un motivo, pero no el único; a ello se añade el hecho de que cada vez más la cualificación en los países en vías de desarrollo es en muchos casos comparable a la existente en los desarrollados, e incluso se advierte de la existencia de especializaciones profesionales competitivas, tal es el caso de la relojería en Hong Kong y la informática en la India. Surge así pues lo que podría denominarse taylorización de los países subdesarrollados, un siglo después de la producida en los desarrollados. A tal circunstancia se une la iniciativa de países que con el objeto de atraer las inversiones extranjeras reducen o anulan sus tarifas aduaneras. Como complemento a lo anterior, concepción y ejecución del producto vienen a ser secuencias sucesivas en la deslocalización, la primera sigue siendo rentable hacerla en el país desarrollado, la segunda no. Jun- 32 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 33 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales to a lo indicado cabe añadir la reducción de los costes del transporte marítimo y aéreo, evaluándose en tales circunstancias el diferencial de costes de transporte y producción para determinar el grado de deslocalización. Pero sin embargo la deslocalización no sólo se produce entre países industrializados y semiindustrializados, la práctica llega a darse entre los propios países industrializados. Existen deslocalizaciones ofensivas cuando se trata de incrustar el centro de producción en el corazón de la competencia. Hay deslocalizaciones defensivas cuando se trata de defender el mercado. No obstante las motivaciones son múltiples: aproximar la empresa al cliente, reducir los costes de producción, fraccionar la cadena de producción con la finalidad de mejorar los costes de producción en cada uno de los distintos componentes del producto. En todo el proceso deslocalizador no solo la reducción de los costes salariales constituye la fuente de la deslocalización, sino, como se ha indicado, se trata de proceder a una división vertical del trabajo, intentar mejorar los costes de oportunidad en cada una de las fases de elaboración de los productos, y caminar hacia lo que se ha denominado empresas en red. Las empresas en red conducen a la integración horizontal y vertical de las nuevas organizaciones productivas. Algunas empresas han aplicado su lógica de manera puntual, como es el caso de Nike, que no cuenta con centros de producción directa, sino sólo unidades de concepción del producto, de investigación, siendo su principal activo la marca, y subcontratando la entera producción. Frente a la deslocalización la reacción ha sido defensiva, promulgándose leyes protectoras para las empresas que no deslocalizan (Francia) o prohibiendo la contratación a la Administración Pública con empresas que sí lo hacen (EE.UU.). Deslocalizan medianas y grandes empresas con el objeto de reducir sus costes de producción; Nike puede ser un ejemplo al realizar en Asia el 99% de su producción, donde puede incumplir las reglas de la OIT en materia de jornadas y descansos. Una de las cuestiones que se suscita es si la crisis del empleo en que se ve inmersa la deslocalización afecta a los empleos no cualificados o sólo a los REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 33 13-02 26/7/07 13:44 Página 34 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez empleos no competitivos. La respuesta a tal pregunta no puede ser general, al existir actividades de escasa cualificación resguardadas al abrigo de la competencia, tal es el caso de la construcción o el turismo, mientras que empleos cualificados se ven seriamente amenazados en los países desarrollados, por naciones como Brasil, Rusia, India y China, que disponen de un importante ejército de mano de obra de reserva muy cualificada. Una estrategia defensiva formó parte de la primera ola de la deslocalización hacia Asia entre 1965 y 1980. Las empresas buscaban reducir los costes de producción, en especial las cargas sociales de todo tipo. La segunda ola, a finales de los años ochenta, tenía como objetivo asentarse en los países emergentes próximos a los centros de producción clásicos, tal es el ejemplo de Méjico y EE.UU., apareciendo las maquiladoras, por ejemplo. En la actualidad, dándose todos los presupuestos que han llevado a desarrollar las olas indicadas, una nueva situación se produce: La necesidad de deslocalizar los servicios, así como invertir en países en desarrollo que pronto requerirán nuevos productos. Junto a lo dicho, hoy los sectores que incorporan un valor añadido inferior a la media de la industria están llamados a la deslocalización. Textil, calzado, vidrio, juguetes, madera, metalurgia; frente a industria farmacéutica, por ejemplo. Los sectores que recientemente se han visto expuestos a la deslocalización no son sólo los de naturaleza industrial tradicional. La fabricación de equipos electrónicos y sus componentes, así como los elementos mecánicos, se han visto afectados. En el propio seno de la Unión Europea se ha visto cómo Daewoo ha transferido parte de su producción a Polonia, Philips a Hungría. China ha recibido a Thomson. Por lo que se refiere a la deslocalización en el espacio comunitario, la heterogeneidad de los sistemas sociales en los países de la UE contribuye a ella. Tal heterogeneidad es particularmente notable en tres apartados: Coste del trabajo, reglas jurídico-laborales, y el papel de los interlocutores sociales. Cuatro categorías de países pueden ser distinguidas: El Reino Unido con costes salariales y legislación laboral atenuada; los países escandinavos con costes salariales elevados y escasamente responsables de dumping social; 34 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 35 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales países mediterráneos como Portugal, España, Grecia e Italia, con costes salariales medios; países continentales como Francia, Alemania, el Benelux y Austria, con sistemas de protección social completos y elevados. El dumping social tiene por tanto en el escenario comunitario un caldo de cultivo que se ve incentivado con la inexistencia de una política industrial y financiera común. En los países que sufren la deslocalización, se puede constatar cómo el equilibrio dinámico que ha conseguido alcanzar el Derecho del Trabajo a lo largo de las últimas décadas, y que cabría resumir indicando cómo a su través las reglas y prácticas han protegido a aquellos que se encuentran en una situación de subordinación jurídica, garantizando los derechos individuales y colectivos de los asalariados, al mismo tiempo que otorgaba al empleador un poder de dirección que le permitía una gestión eficaz de la organización empresarial haciendo posible el desarrollo de la actividad económica, se encuentran en crisis. Se ha dicho del Derecho del Trabajo que es un derecho de frontera, de trinchera, pero también de compromiso. Lo cierto es que es un derecho de proyección en masa, aplicable de manera efectiva a millones de trabajadores, y a todo tipo de empresas, en cualquier situación y circunstancia contractual. Dotado de fuentes de producción fuertemente diversificadas, de origen legal en unos casos, completado en otros merced a la acción de los interlocutores sociales, y abiertas a una dinamicidad sobresaliente, el Derecho del Trabajo ha traído como resultado de tales características el que las reglas jurídico-laborales no se expresan hoy ni por su coherencia, ni por su simplicidad. A la inflación normativa e inestabilidad se suma su generalidad o formalismo en unos casos y su excesiva precisión en otros. Normas en fin escritas y rescritas de manera continua, con ambigüedad en unos casos, inseguridad jurídica en otros, consecuencia práctica que escasamente comulga con los principios que líneas más arriba se proclamaban del Derecho del Trabajo. Como contribución añadida a todo lo anterior, el intervencionismo estatal ha limitado la autonomía privada incrementando el número de leyes especiales donde son contemplados principios propios distintos a los comunes. Asimismo el Estado democrático ha impulsado un pluralismo institucional que fa- REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 35 13-02 26/7/07 13:44 Página 36 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez culta a los grupos de interés a participar en la vida política y en la producción normativa. Se legitima así el particularismo jurídico mediante tratamientos diferenciados. Las leyes al pertenecer al grupo pierden la razón clásica de la norma: la generalidad. Se diluye de esta forma la doctrina codificadora que racionalizó el interés general, retornando el particularismo jurídico, o lo que es lo mismo el tratamiento jurídico diferenciado. En otro orden de consideraciones y en consonancia con lo anterior la sociedad actual no sólo vive una continua transformación, sino igualmente una compleja fragmentación de intereses sometidos a profundos e inestables cambios e incertidumbres. La presencia de normas uniformes e indiferenciadas se hace por tanto imposible. Las leyes se formulan como medidas que carecen de la abstracción y generalidad, son concretas e individualizables, y coexisten con otras cuya esencia es el promover incentivos dirigidos a activar el comportamiento de los privados aplicándose a grupos específicos. De acuerdo con las técnicas conocidas de contractualización de la ley mediante la cual se admite la participación de los grupos sociales en el proceso político, el legislador en la búsqueda del consenso con el objeto de hacer eficaz la norma tiende a degradar las características habituales de la norma. En la legislación promulgada en tales contextos se observa que el lenguaje jurídico utilizado en muchos casos resulta coloquial, cuando no es impreciso, perdiendo consecuentemente el carácter unívoco que en etapas pretéritas permitía pervivir en el tiempo a gran número de textos. El lenguaje común y el político se hace dueño de los textos y en muchos casos resulta complejo conocer el significado propio de las palabras. Igualmente se constata cómo las disposiciones se ven afectadas por defectos técnicos en su formulación, con un fragmentado lenguaje donde se exteriorizan una pluralidad de códigos especializados. No cabe la construcción de una teoría general, y el jurista pasa a ser un experto en las leyes especiales. En un clásico de la literatura jurídica, L’età della decodificazione, publicado en su primera edición en 1979, Natalino IRTI hacía referencia a la proliferación de leyes y disposiciones escasamente coordinadas, llenas de formulaciones vagas, equívocas y ambiguas, fruto de inciertas, ocasionales y precarias mediaciones políticas. Suponía ello para el autor no sólo la crisis de la codificación, sino la crisis del Estado moderno, así como la emergencia de grupos, clases 36 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 37 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales o elites que promovían estatutos particulares, donde no era reconocida una comunidad absoluta de valores. Se dibujaba en tal escenario una sociedad reticular lejana a la que había sido matriz de la dogmática jurídica clásica. En tal contexto surge la vieja pregunta sobre la certeza del derecho, o lo que vendría a ser lo mismo, la previsión de las consecuencias jurídicas de las acciones y la conformación del derecho a standard objetivos. La certeza del derecho que el positivismo había entronizado en un escenario político, social y cultural estable y homogéneo, en que cada individuo sabía lo que debía esperar de los demás sujetos públicos y privados, se ha visto en parte alterada, y a consecuencia de ello las soluciones a los conflictos lo son sobre los casos concretos, no tienden a ser únicas sino plurales, y construidas sobre la base de los argumentos dados. Las leyes se estratifican en el tiempo, se producen delegaciones en blanco, abrogaciones innominadas, se insertan unas leyes en otras dificultando la interpretación sistemática, y las antinomias ya no pueden ser resueltas mediante la prevalencia de la «lex specialis», dada la ausencia de la esencia de la especialidad de la propia ley. La relación entre especialidad y jerarquía se ha modificado en la medida en que las leyes especiales integran, disciplinan y modifican las generales superiores, surgiendo así la necesidad de utilizar el criterio de la racionalidad, considerando que ésta se produce en la medida en que se satisfacen las exigencias del caso concreto sin crear privilegios injustificados. La interpretación lógica y la sistemática resultan hoy insuficientes frente a los textos que reúnen las características de tales normas. El método deductivo fracasa, y se abre en exclusiva la búsqueda de lo probable. Lo mismo cabrá decir de la interpretación histórica y teleológica, es el momento pues del argumento retórico mediante la persuasión de la racionalidad de la solución, no siendo suficiente la consistencia y coherencia del argumento, sino el sentido de la idea que forjó el texto. En tales situaciones se dejan abiertos amplios márgenes de creatividad al juez, y surge la crisis de la dogmática jurídica, pero también la inseguridad sobre la certeza de las normas. El proceso que venimos observando es inevitable, inexorable y natural, ante el cual sólo cabe la innovación, y la protección del capital humano, frente al reflujo que sufren los países industrializados desde finales de los años sesenta. Debe observarse que la vieja noción de la nacionalidad de las activi- REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 37 13-02 26/7/07 13:44 Página 38 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez dades productivas carece hoy de valor, siendo sustituida por los términos propios de la globalización económica. Desde tal punto de vista, favorecer la responsabilidad social de los actores y modernizar la gobernanza en la empresa, fundada en la confianza mutua y el diálogo permanente, resulta imprescindible. Junto a ello dinamizar la integración europea, en la línea de fortalecer las zonas de libre cambio como la establecida entre Estados Unidos, Canadá y Méjico, o la esfera de influencia de Japón, en Asia y el Sudoeste de China. Junto a ello, y no con menor importancia, es mejorar la empleabilidad de la mano de obra, orientar la formación y desarrollar la formación continua, adaptarse a las mutaciones industriales, anticiparse a las transformaciones de la estructura productiva, flexibilizar el mercado de trabajo y favorecer la movilidad geográfica y sectorial, incluso económicamente, todo ello para invertir la situación actual, aceptando con plenitud la existencia de un mercado de trabajo globalizado. Niklas LUHMANN ha afirmado cómo en el momento presente no existe diferenciación entre Estado y Sociedad, tan sólo se advierte una distinción funcional entre los sistemas jurídicos, políticos y administrativos, y que la relación entre unos y otros no viene a serlo en razón de la jerarquía, sino como se ha dicho debido a su especialización funcional. Estamos pues ante un Estado abierto hacia el exterior y hacia el interior, un Estado que ha dejado de ser cúspide de la sociedad estatal. Se sitúa pues el Estado en una sociedad policéntrica sin vértices ni centro, permanentemente abierta y altamente autorregulada, donde la pretérita separación Estado y Sociedad ha desaparecido. La soberanía externa del Estado se ve claramente mediatizada con carácter general por el proceso de globalización, y de manera particular por el fenómeno de la integración europea. En su vertiente interna la soberanía estatal se encuentra limitada por la práctica del neocorporativismo, en la medida que se ha venido consolidando en los últimos años la presencia hegemónica de influyentes corporaciones u organizaciones en la sociedad que han articulado las ofertas de participación ofrecidas por los poderes públicos a los particulares. Consecuencia de todo ello es que el Estado sufre la presencia de constantes demandas organizadas, muchas de ellas contradictorias entre sí. En la situación descrita anida en la sociedad una compleja estructura organizativa con una compleja red de contenidos políticos, lo que ocasiona una pérdida de legitimidad del Estado social y democrático de Derecho, que se 38 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 39 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales siente desbordado e incapaz de atender, por ese desbordamiento, la pluralidad de garantías frente a todas las contingencias que se le presentan. El Estado en el presente es incapaz de procesar de manera eficiente el caudal de información existente, y ocurre pues que la procura existencial de la que hablara FORSTHOFF (10), tradicionalmente atribuida al Estado de Bienestar, quede en parte inhabilitada. La respuesta frente a tal estado de cosas trata de suplirse mediante el diálogo, el consenso, y más recientemente a través de la práctica de la gobernanza. El Estado permanece como garante, privatizando funciones públicas, promoviendo la autorregulación, en algunos casos regulada a través de subvenciones, concesiones o ayudas, en otros casos promoviendo la autorregulación de contenidos éticos, como es el caso de responsabilidad social de las organizaciones privadas. En cualquier caso se trata de lograr que el propio mercado logre la consecución de su propio equilibrio. Se llega a hablar de una procedimentalización de las normas públicas, de forma que, como indica HABERMAS (11), el Estado de Derecho se adapte a las condiciones de una sociedad compleja donde se satisfagan las condiciones de una integración social. Se advierte que en una sociedad compleja y contradictoria las reglas jurídicas en lugar de proponer normas de conducta social deben establecer pautas de organización y de distribución de competencias o, como indica TEUBNER (12), precondiciones jurídicas estructurales de una autorregulación de la sociedad. Se produce así el alejamiento de todo formalismo jurídico en la idea de legitimar al sistema jurídico. Con la expresión de neocorporativismo (13) se viene a designar la experiencia mediante la cual se trata de dar respuesta a la crisis del Estado keynesiano 10. Vid. el tratamiento realizado de los planteamientos de E. FORSTHOFF, en GARCÍA PELAYO, M., «El Estado social y sus implicaciones», en el libro Las transformaciones del Estado contemporáneo, Alianza, Madrid, 1977. 11. J. HABERMAS, «Crisis del Estado de derecho y comprensión procedimental del derecho», en J. HABERMAS, Facticidad y validez, Trotta, Madrid, 1998. 12. G. TEUBNER, «Elementos materiales y reflexivos en el derecho moderno», en P. BOURDIEU y G. TEUBNER, La fuerza del derecho, Ediciones Uniandes, Bogotá, 2000. 13. Vid. SCHMITTER, PH.C., Teoría del neocorporatismo, Universidad de Guadalajara, Guadalajara (México), 1992. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 39 13-02 26/7/07 13:44 Página 40 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez a través de la búsqueda de una alternativa social al intervencionismo estatal. En tal contexto los grupos o interlocutores sociales o grupos de interés antagonistas elevan su protagonismo con los auspicios del Estado con la misión de asegurar la conciliación de sus intereses gracias al poder normativo o cuasi normativo que les es reconocido. La Gobernanza es considerada como un conjunto de procesos y métodos a través de los cuales individuos e instituciones gestionan sus asuntos comunes. Cuando tales asuntos se muestran conflictualmente se trata de desarrollar un método que permita aplicar reglas de cooperación. Como respuesta a la crisis del socialismo de Estado junto con la democracia social, y como alternativa a la concepción liberal del mercado, Paul HIRST (14) ha recuperado el viejo asociacionismo presente en el movimiento cooperativo y en el mutualismo para construir la noción de democracia asociativa o sociable. 4. MODERNIZAR EL DERECHO DEL TRABAJO EN EUROPA Las perspectivas de futuro con relación a las cuestiones jurídico-laborales pueden concretarse a través de los compromisos comunitarios manifestados en la Agenda Social para los años 2005-2010. La Comisión se muestra plenamente comprometida con la modernización y el desarrollo del modelo social europeo y con la promoción de la cohesión social, como parte integrante de las estrategias de Lisboa, así como con el desarrollo sostenible. La Agenda desarrolla una estrategia doble: de un lado subraya su cometido de reforzar la confianza de los ciudadanos en el enfoque intergeneracional, la asociación para el cambio y la necesidad de aprovechar las oportunidades que ofrece la globalización. Asimismo presenta acciones en torno a dos ejes principales: 1) el empleo (objetivo de prosperidad) y, de forma complementaria, 2) la igualdad de oportunidades y la inclusión (objetivo de solidaridad). La segunda fase de la Agenda Social, vigente hasta 2010, tiene como lema: «Una Europa social en la economía mundial: empleos y nuevas oportunida- 14. HIRST, P., Associative Democracy. New Forms of Economic and Social Governance, Polity Press, Cambridge, 1994. 40 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 41 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales des para todos». Ahora se trata de mejorar la aplicación de las medidas previstas en la Agenda Social, tomando como base los siguientes principios: Perseguir un enfoque europeo integrado que garantice una interacción positiva de las políticas económica, social y de empleo; Promover la calidad del empleo, de la política social y de las relaciones laborales—, mejorando, como contrapartida, el capital humano y social; Adaptar los sistemas de protección social a las modernas expectativas de nuestras sociedades, sobre la base de la solidaridad y reforzando su carácter de factor productivo; Y tener en cuenta el coste de la falta de una política social. Para todo ello la Agenda desarrolla una estrategia doble: En primer lugar, subraya su cometido de reforzar la confianza de los ciudadanos. Esta confianza es esencial para gestionar el proceso de mutación y tiene un papel clave por su impacto en el crecimiento económico. La Agenda describe la combinación de los instrumentos comunitarios para mejorar la calidad de su aplicación y presenta, en ese contexto, tres condiciones para el éxito: el enfoque intergeneracional, la asociación para el cambio y la necesidad de aprovechar las oportunidades que ofrece la globalización. En segundo lugar, presenta acciones clave en torno a dos ejes principales, derivados de los objetivos estratégicos de la Comisión para 2005-2009: 1) el empleo (objetivo de prosperidad) y, de forma complementaria, 2) la igualdad de oportunidades y la inclusión (objetivo de solidaridad). La Agenda conjuga la consolidación de un marco común europeo con la puesta en práctica de medidas diversificadas para responder a necesidades específicas. De este modo, suscribe el lema de una Europa «unida en la diversidad» que proclamó el proyecto de Tratado Constitucional. Se aceptan las cuatro prioridades propuestas por el Grupo Kok (15) sobre el empleo en 2003 (informe «Empleo, empleo, empleo»): 1) aumentar la capacidad de adaptación de los trabajadores y las empresas; 2) atraer y mantener a más personas en el mercado de trabajo; 3) invertir más y con más eficacia en el capital humano; 4) garantizar la aplicación efectiva de las reformas merced a una mejor gobernanza. 15. Antiguo Primer Ministro holandés, Wim KOK revisó los efectos de la estrategia para el empleo. El informe de Kok, presentado en noviembre de 2004, reveló que aunque los resultados generales fueran decepcionantes se habían hecho progresos en algunas áreas. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 41 13-02 26/7/07 13:44 Página 42 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez Por ello, como ha indicado la Comisión, se propone desarrollar una estrategia en torno a cuatro temas: Una mayor interacción de las políticas europeas encaminadas a fomentar y acompañar las reestructuraciones —la Comisión prevé crear un foro de alto nivel de todos los actores y partes interesadas para avanzar por esta vía—; Una implicación mayor de los interlocutores sociales, sobre todo mediante la segunda fase de consulta de los interlocutores sociales en torno al tema de las reestructuraciones y la revisión de la Directiva sobre los comités de empresa europeos (94/45/CE); Una mayor sinergia entre las políticas y los instrumentos financieros de que disponen, en particular el FSE; Un vínculo más estrecho entre la EEE y la evolución de los marcos reglamentarios y convenios entre los interlocutores sociales, para que sea así posible reforzar la capacidad de adaptación de la mano de obra y apoyar las políticas de aprendizaje permanente y de modernización de la organización del trabajo. Atendiendo a la nueva dinámica de las relaciones laborales, se otorga una relevancia especial al papel clave del diálogo social y a la promoción de la responsabilidad social de las empresas. Se propone en el ámbito de la higiene y seguridad en el trabajo nuevas iniciativas, y la Comisión propondrá una nueva estrategia para el período 2007-2012. La prevención es la clave: la reducción de los accidentes laborales y de las enfermedades profesionales aumenta la productividad, reduce los costes, mejora la calidad del trabajo y, por lo tanto, valoriza el capital humano europeo. El pasado mes de noviembre la Comisión de las Comunidades Europeas publicó un libro verde, cuyo título era: Modernizar el Derecho laboral para afrontar los retos del siglo XXI (16). Su finalidad es plantear un debate público en la UE sobre cómo modernizar el Derecho laboral para sostener el objetivo de la Estrategia de Lisboa de crecer de manera sostenible, con más y mejores empleos, considerando que la modernización del Derecho laboral constituye un elemento clave para el éxito de la adaptabilidad de los trabajadores y de las empresas. El informe considera que los mercados de trabajo europeos deben afrontar el reto de conciliar una mayor flexibilidad con la necesidad de maximizar la seguridad para todos. La búsqueda de la flexibilidad en el mercado de trabajo ha conducido a un incremento de las distintas formas de con- 16. 42 COM[2006] 708 final. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 43 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales tratos de empleo, que pueden diferir en gran medida del modelo clásico de contrato, desde el punto de vista tanto de la seguridad de empleo y de ingresos como de la estabilidad relativa de las condiciones de trabajo y de vida inherentes. Las posiciones últimas que vienen considerándose destacan la necesidad de adaptar la legislación laboral para promover la flexibilidad y la seguridad del empleo y reducir la segmentación del mercado de trabajo. En tal contexto el diálogo social también desempeña un papel fundamental en la búsqueda de soluciones colectivas o a nivel de empresas, para permitir a los trabajadores integrados y a los periféricos efectuar con éxito las transiciones entre las distintas situaciones laborales y ayudar a las empresas a responder de forma más flexible a las necesidades de la economía basada en la innovación y a los cambios en materia de competitividad por las reconversiones. Con la nueva noción de «flexiguridad» o «flexiseguridad», concebido como un equilibrio entre flexibilidad y seguridad, se trata de fomentar un aprendizaje permanente, que permite a los individuos mantenerse al día con respecto a las nuevas competencias solicitadas; unas políticas activas de mercado de trabajo que brinden a los desempleados y a los inactivos una nueva oportunidad en dicho mercado y normas más flexibles en el ámbito de la seguridad social para responder a las necesidades de las personas que cambian de empleo o abandonan temporalmente el mercado de trabajo. Asimismo resulta necesaria una revisión de la presión fiscal para facilitar la creación de empleo, especialmente para los empleos con bajos salarios (17). La situación actual del Derecho laboral en la Unión Europea se encuentra en una situación de tránsito desde el modelo tradicional basado en un empleo permanente a tiempo completo, unas relaciones laborales regidas por el Derecho laboral, en torno al contrato de trabajo, y la existencia de un empleador único y responsable del respeto de las obligaciones correspondientes a los empleadores. Sin embargo la rapidez de los avances tecnológicos, la intensificación de la competencia derivada de la mundialización, la evolución de la demanda de los consumidores y el notable crecimiento del sector de los servicios destacan la necesidad de incrementar la flexibilidad. 17. Vid. la Resolución del Parlamento Europeo sobre el Programa legislativo y de trabajo de la Comisión para 2007, aprobado el 13 de diciembre de 2006 en Estrasburgo. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 43 13-02 26/7/07 13:44 Página 44 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez La aparición de la gestión «puntual», la reducción del horizonte inversor de las empresas, la difusión de tecnologías de la información y de la comunicación, así como una demanda cada vez más cambiante, han empujado a las empresas a organizarse de manera más flexible. Esto se traduce en diversas modalidades por lo que hace a la evolución de la organización del trabajo, el horario laboral (18), los salarios y el tamaño de la mano de obra en los distintos niveles del ciclo de producción. Todo ello muestra que el modelo tradicional de relación laboral puede no ser el adecuado para todos los trabajadores con contratos estables de duración indeterminada, que han de afrontar el reto de adaptarlos. Unas cláusulas y condiciones demasiado protectoras pueden desanimar a los empleadores a contratar durante los períodos de bonanza económica. Otros modelos de relación contractual pueden reforzar la capacidad de las empresas para desarrollar la creatividad de su personal en su conjunto y aumentar su ventaja competitiva. La evolución del diálogo social a nivel nacional, sectorial y empresarial, tendente a introducir nuevas formas de flexibilidad interna, también muestra que las normas aplicables al lugar de trabajo pueden adaptarse a las variaciones de las realidades económicas. La aplicación de los convenios colectivos a nuevas problemáticas (por ejemplo, reconversiones, competitividad o acceso a la formación) y a nuevas categorías de trabajadores (como los trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal) muestra la evolución de la relación entre la legislación y estos convenios, que ya no quedan relegados a la función auxiliar de complemento de las disposiciones legales sobre las condiciones de empleo. Se sabe que la protección de las condiciones laborales y la mejora de la calidad del trabajo en los Estados miembros depende fundamentalmente de las legislaciones nacionales y de la eficacia de las medidas de aplicación y control a escala nacional. El análisis realizado por la Comisión mantiene que la proliferación de distintos tipos de contratos se ha producido en ausencia de una adaptación más com- 18. En cuanto a la ordenación del tiempo de trabajo, es el indicado un punto fundamental que debe ser objeto de revisión; la falta de acuerdo durante el Consejo extraordinario de 7 de noviembre de 2006 muestra las especiales dificultades persistentes, en determinados sectores como la salud, con respecto a las disposiciones de la Directiva 2003/88/CE y la jurisprudencia pertinente del TJCE que debe afrontarse con prontitud. 44 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 45 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales pleta del Derecho laboral y de los convenios colectivos a la rápida evolución de la organización del trabajo y de la sociedad. Al utilizar estos contratos atípicos las empresas buscan mantener su competitividad en una economía mundializada, evitando, entre otras cosas, el coste que acarrea el respeto de las normas relativas a la protección del empleo, los plazos de preaviso y el pago de las correspondientes cotizaciones sociales. Las obligaciones administrativas derivadas del empleo de trabajadores permanentes también han incidido considerablemente en la creación de empleo, especialmente en las pequeñas empresas. Los contratos atípicos y los contratos clásicos flexibles permiten que las empresas puedan adaptarse rápidamente a la evolución de las preferencias de los consumidores y de las tecnologías y a nuevas oportunidades para atraer y retener una mano de obra más diversificada, merced a una mejor adecuación de la oferta y demanda de mano de obra. Los trabajadores también pueden elegir entre un mayor número de opciones en lo relativo al horario laboral, unas mayores oportunidades de carrera, un mayor equilibrio entre vida familiar, trabajo y educación, así como una mayor responsabilidad individual. Los contratos de duración determinada, los contratos a tiempo parcial, los contratos puntuales, los contratos «cero horas», los contratos para trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal, los contratos para trabajadores por cuenta propia, etc., son en la actualidad elementos característicos de los mercados de trabajo europeos. La parte de empleo total representada por los trabajadores con contratos distintos del modelo contractual clásico y los que trabajan por cuenta propia ha pasado de más del 36% de los trabajadores en 2001 a cerca del 40% de los trabajadores de la EU-25 en 2005. El trabajo a tiempo parcial ha pasado del 13% al 18% del empleo total en los últimos quince años, y desde el año 2000 contribuye en mayor medida (en torno al 60%) a la creación de empleo que el trabajo a tiempo completo clásico. El trabajo a tiempo parcial sigue siendo característico del trabajo femenino, puesto que lo ocupan cerca de un tercio de las mujeres con empleo, frente al escaso 7% de los hombres. El trabajo de duración determinada ha pasado del 12% del empleo total en 1998 a más del 14% en la EU-25 en 2005. Contrariamente al trabajo a tiempo parcial, el empleo de duración determinada no muestra grandes diferencias de género. Habida cuenta de la participación creciente en estas formas de contratos, cabría examinar el grado de flexibilidad previsto por los contratos clásicos para facilitar en mayor medida la contratación, el mantenimiento y la progresión en el mercado de trabajo. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 45 13-02 26/7/07 13:44 Página 46 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez En cuanto al trabajo por cuenta propia (19), éste constituye igualmente una manera de afrontar la reconversión, reducir los costes directos o indirectos de la mano de obra y gestionar los recursos de manera más flexible en circunstancias económicas imprevistas. También revela un modelo de empresa orientada al suministro de servicios que realiza proyectos completos para sus clientes. En muchos casos puede resultar de una decisión, tomada libremente, de trabajar de forma independiente a pesar de un nivel de protección social menor a cambio de un control más directo de las condiciones de empleo y de remuneración. Los trabajadores por cuenta propia superaban los 31 millones en la EU-25 en 2005, un 15% de la mano de obra total, y los que no cuentan con la ayuda de trabajadores por cuenta ajena representan el 10% del total de los trabajadores de la EU-25. Si bien la agricultura y el comercio al por menor siguen contando con el mayor número de personas pertenecientes a esta categoría, esta forma de trabajo suele estar cada vez más presente en los sectores de la construcción y de los servicios personales asociados a la externalización, a la subcontratación y al trabajo en el marco de proyectos. No obstante, la diversificación de los tipos de contratos puede tener efectos perniciosos. Una parte de la mano de obra puede verse atrapada en una sucesión de empleos de corta duración y de baja calidad con una protección social insuficiente, quedando en situación vulnerable. No obstante, estos empleos pueden constituir un trampolín para que algunas personas, a menudo las que tienen especiales dificultades, puedan integrarse en el mundo laboral. 19. La aplicación coherente del Derecho laboral de la UE puede verse amenazada, especialmente en el contexto de las actividades de las empresas y del suministro de servicios transnacionales, debido a la variedad de definiciones de trabajador que ofrecen las distintas directivas. Esto afecta especialmente a la situación de los trabajadores fronterizos. Con excepción del ámbito particular de la libre circulación de los trabajadores, la mayoría de los textos legislativos de la UE sobre Derecho laboral dejan a los Estados miembros la tarea de definir el concepto de trabajador. Los Estados miembros deberían mantener su autoridad para decidir la extensión de la definición de trabajador que figura en las distintas directivas. No obstante, esta referencia constante al Derecho nacional en detrimento del Derecho comunitario podría debilitar la protección del trabajador, especialmente si se tiene en cuenta la libre circulación. Las distintas definiciones de trabajador han planteado dificultades, especialmente en el marco de la aplicación de las directivas sobre el desplazamiento de los trabajadores y las transferencias de empresas. En tales circunstancias, los distintos alcances de las definiciones de trabajador difícilmente pueden conciliarse con los objetivos de política social de la Comunidad para lograr un equilibrio entre la flexibilidad y la seguridad para los trabajadores. 46 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 47 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales Las cifras correspondientes a EU-15 muestran que un 60% de las personas con contratos atípicos en 1997 disponían de contratos clásicos en 2003. Sin embargo, el 16% de estas personas seguía en la misma situación y el 20% había abandonado el mercado de trabajo. El riesgo de quedar en posición de debilidad en el mercado de trabajo también entraña un componente muy fuerte de género e intergeneracional, dado que las mujeres, las personas de edad avanzada y también los jóvenes contratados con contratos atípicos tienen menos posibilidades de mejorar su situación en este mercado. No obstante, hay que tener en cuenta que los Estados miembros cuentan con niveles de transición muy distintos. El reciente informe sobre el empleo en Europa de 2006 constata que la existencia de una legislación rígida sobre protección del empleo tiende a reducir el dinamismo del mercado de trabajo, agravando las perspectivas para las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de edad avanzada. Este informe destaca que una desregulación «en los márgenes» que mantenga prácticamente intactas las normas estrictas aplicables a los contratos clásicos tiende a favorecer la segmentación de los mercados de trabajo e incide negativamente en la productividad. También subraya que los trabajadores se sienten más protegidos por un sistema de ayuda al desempleo que por la legislación sobre protección del empleo. Unos sistemas de subsidios de desempleo bien diseñados, junto con políticas activas del mercado de trabajo, parecen constituir la mayor garantía frente a los riesgos que presenta el mercado de trabajo. En el contexto de la mundialización, del proceso de reconversión y de la progresión hacia una economía basada en el conocimiento, los mercados de trabajo europeos deben ser a la vez más inclusivos y reactivos ante la innovación y los cambios. Los trabajadores potencialmente vulnerables deben disponer de oportunidades sucesivas que les permitan avanzar socialmente para mejorar su movilidad y lograr que sus transiciones en el mercado de trabajo sean un éxito. Los marcos jurídicos que sustentan la relación laboral tradicional pueden no ofrecer un alcance o incentivos suficientes a los trabajadores con contratos de duración indeterminada clásicos para explorar oportunidades de una mayor flexibilidad del trabajo. La buena gestión de la innovación y del cambio implica que los mercados de trabajo tengan en cuenta tres aspectos principales: flexibilidad, seguridad de empleo y segmentación. Atendiendo a todo ello la Unión Europea ha concentrado su interés en varios centros de imputación, entre los que cabe citar: la movilidad profesional; la REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 47 13-02 26/7/07 13:44 Página 48 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez inseguridad jurídica; el trabajo económicamente dependiente, y las relaciones de trabajo triangulares. En cuanto a la movilidad profesional, ha de decirse que las posibilidades de acceder al mercado de trabajo, quedarse y progresar en él varían considerablemente, dado que la legislación sobre protección del empleo y la reglamentación de los contratos a escala nacional inciden fuertemente en las transiciones entre las situaciones laborales, especialmente en lo relativo a la situación de los desempleados de larga duración y de los «periféricos». Entre las medidas de Derecho laboral que facilitan las transiciones en el mercado de trabajo, fruto del diálogo social a escala nacional, figuran la Ley neerlandesa sobre flexibilidad y seguridad de 1999, la Ley austriaca sobre las indemnizaciones por despido (Abfertigungsrecht) de 2002, y el Decreto español de junio de 2006 (20) que permite la conversión de los contratos de duración determinada en contratos de duración indeterminada con indemnizaciones por despido reducidas. La reforma austriaca constituye un ejemplo interesante de la evolución radical de un sistema basado en la relación de trabajo tradicional entre un trabajador y una empresa a su sistema más global basado en un fondo de ayuda a los trabajadores a nivel nacional. Queda suprimida la relación entre despido por un empleador y pago de una indemnización única de despido. Estas nuevas normas permiten a los trabajadores abandonar un empleo cuando encuentran otro, en vez de quedarse en el primero por temor a perder las indemnizaciones a que tienen derecho. La reforma ha permitido descartar de una vez la amenaza que podía suponer para la existencia de una empresa la obligación repentina de sufragar de una vez el coste de los despidos, mientras que la contribución de un empleador al fondo de ayuda a los trabajadores puede extenderse a lo largo del tiempo. Desde el punto de vista del trabajador, este nuevo sistema reduce el coste de la movilidad profesional en la medida en que los trabajadores ya no pierden la totalidad de sus derechos de indemnización por despido al aceptar un nuevo empleo. La adopción de un enfoque del trabajo basado en el ciclo de vida puede suponer que se preste menor importancia a la protección de los empleos particulares y se otorgue mayor importancia a un marco de apoyo que garantice la seguridad del empleo, incluida una ayuda social. Esto es lo que 20. 48 Ley 43/2006, de 29 de diciembre, para la mejora del crecimiento y del empleo. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 49 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales ha hecho Dinamarca al combinar una legislación de protección del empleo «más ligera» con una intensificación de las medidas activas del mercado de trabajo, una inversión considerable en la formación y unos subsidios de desempleo generosos supeditados a condiciones estrictas. Por cuanto se refiere a la inseguridad, la aparición de distintas formas de trabajo atípicas difumina las fronteras entre el Derecho laboral y el Derecho mercantil. La distinción binaria tradicional entre trabajador por cuenta «ajena» y trabajador por cuenta propia ya no refleja fielmente la realidad económica y social del trabajo. Pueden surgir diferencias sobre la condición jurídica de una relación laboral cuando está oculta o si surgen verdaderas dificultades de ajuste entre unas nuevas modalidades de trabajo dinámicas y la relación laboral tradicional. Se aprecia la existencia de trabajo oculto cuando una persona trabajadora por cuenta ajena no está considerada como tal, para disimular su verdadera situación jurídica y evitar determinados costes como los impuestos y las cotizaciones de seguridad social. Esta práctica ilegal puede proceder de un uso indebido de las disposiciones del Derecho civil o mercantil. Las medidas adoptadas a nivel nacional para combatir el fenómeno del trabajo oculto, a menudo elaboradas en colaboración con los interlocutores sociales, van desde la introducción de normas de presunción legal obligatoria, como ha ocurrido con la Ley neerlandesa de flexibilidad y seguridad de 1999, que introdujo una presunción legal obligatoria según la cual existe contrato de trabajo cuando se efectúa un trabajo para otra persona a cambio de una remuneración semanal o durante al menos veinte horas al mes durante tres meses consecutivos, hasta un mayor control de la aplicación de la legislación, y también incluyen campañas específicamente dirigidas e iniciativas especiales de información y sensibilización. Debido a una definición legal confusa del estatuto del trabajador por cuenta propia en los marcos jurídicos y administrativos nacionales, determinados individuos, que piensan ser «trabajadores por cuenta propia», pueden ser clasificados a menudo como trabajadores por cuenta ajena por las administraciones fiscales o de seguridad social, lo que puede obligar al trabajador por cuenta propia/ajena y a su cliente/empleador principal a pagar cotizaciones sociales adicionales. La noción de trabajo económicamente dependiente abarca situaciones que se hallan entre las nociones claramente definidas de trabajo por cuenta ajena y REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 49 13-02 26/7/07 13:44 Página 50 DERECHO LABORAL Elías González-Posada Martínez por cuenta propia. Esta categoría de trabajadores carece de contrato de trabajo. No depende de la legislación laboral, dado que ocupa una «zona gris» entre el Derecho laboral y el Derecho mercantil. Aunque son oficialmente «trabajadores por cuenta propia», estos trabajadores dependen económicamente de un solo empresario o cliente/empleador para la obtención de sus ingresos. Este fenómeno debería diferenciarse claramente de la falsa utilización, de forma deliberada, de la calificación de trabajo por cuenta propia. Algunos Estados miembros ya han adoptado medidas legislativas para proteger la situación jurídica de los trabajadores por cuenta propia económicamente dependientes y vulnerables, tal es el caso de Italia y Alemania, que han identificado el concepto de «trabajadores asimilables a los trabajadores por cuenta ajena», correspondiente a la noción de parasubordinación en Derecho civil. Por su parte, España ha promulgado el Estatuto del Trabajador Autónomo mediante Ley 20/2007, de 11 de julio, dando carta de naturaleza al acuerdo celebrado el 26 de septiembre de 2006 entre el Gobierno español y los principales representantes de los trabajadores por cuenta propia. Si bien es cierto que estos enfoques han sido en cierta medida preliminares y parciales, reflejan no obstante los esfuerzos realizados por los legisladores, los tribunales y los interlocutores sociales para resolver los problemas que se plantean en este ámbito complejo. El «enfoque orientado» del Reino Unido, que introduce en la legislación laboral distintos derechos y obligaciones para los employees («empleados») y los workers («trabajadores»), es un ejemplo de la manera en que determinadas categorías de trabajadores vulnerables con relaciones laborales complejas reciben derechos mínimos sin beneficiarse de la totalidad de los Derechos laborales que confieren los contratos de trabajo clásicos. Los derechos relacionados con la protección frente a la discriminación, la protección de la salud y la seguridad, las garantías de salario mínimo, así como la protección de los derechos de negociación colectiva, se han ampliado selectivamente a los trabajadores económicamente dependientes en varios Estados miembros. Otros derechos, en especial los relativos al preaviso y al despido, tienden a concederse únicamente a los trabajadores por cuenta ajena permanentes que hayan cumplido un determinado período de trabajo ininterrumpido. A escala comunitaria, la reglamentación de las condiciones de trabajo de los agentes comerciales autónomos muestra que las normas del mercado interior pueden acercarse a determinados aspectos del Derecho laboral. Para garantizar la protección mínima de los agentes comer- 50 REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 13-02 26/7/07 13:44 Página 51 DERECHO LABORAL El Derecho del Trabajo frente a los cambios económicos y sociales ciales independientes en sus relaciones con sus poderdantes, la Directiva 86/653/CEE contiene disposiciones relativas, entre otras cosas, al pago de su remuneración; las condiciones de transformación de los contratos de duración determinada en contratos de duración indeterminada; y la indemnización por el perjuicio causado por la terminación de un contrato. Se ha defendido la introducción de determinadas obligaciones mínimas en todos los contratos de trabajo individuales de servicios efectuados por trabajadores por cuenta propia económicamente dependientes. Aunque aumenten la seguridad y la transparencia y garanticen un nivel de protección mínimo para los trabajadores por cuenta propia, estas obligaciones podrían limitar el alcance de estas disposiciones contractuales. Con relación a las relaciones de trabajo triangulares, se indica que el desarrollo del trabajo mediante empresas de trabajo temporal ha conducido a la modificación de las legislaciones laborales de determinados Estados miembros para definir las responsabilidades respectivas del cesionario y de la empresa usuaria, con objeto de proteger los derechos de los trabajadores. La «relación de trabajo triangular» entre una empresa usuaria, un trabajador por cuenta ajena y una empresa de trabajo temporal corresponde por lo general a la situación en la que esta última contrata a un trabajador y después lo cede a una empresa usuaria para efectuar prestaciones en virtud de un contrato mercantil. La «dualidad de empleadores» resultante aumenta la complejidad de la relación laboral. Pueden plantearse problemas similares cuando los trabajadores se ven inmersos en largas cadenas de subcontratación. Varios Estados miembros han intentado solventar estos problemas mediante un sistema de responsabilidad conjunta y solidaria de los contratistas principales con respecto a las obligaciones de sus subcontratistas. Este sistema insta a los contratistas principales a vigilar el cumplimiento de la legislación laboral por parte de sus socios comerciales. No obstante, se ha alegado que estas normas podrían reducir la subcontratación por parte de empresas extranjeras y, por consiguiente, afectar a la libre prestación de servicios en el mercado interior. La jurisprudencia reciente relativa al desplazamiento de trabajadores ha establecido que este sistema constituía una modalidad de procedimiento aceptable que permite salvaguardar el derecho al salario mínimo, a condición de que esta forma de protección de los trabajadores sea necesaria y proporcionada, y se ajuste al interés general. REVISTA JURÍDICA DE CASTILLA Y LEÓN. N.º 13. AGOSTO 2007 51