ORIGINALES Diferencias de género en el tratamiento

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ORIGINALES
Diferencias de género en el tratamiento
de revascularización precoz del infarto
agudo de miocardio
147.621
Elena Aldasoroa, Montse Calvoa, Santiago Esnaolaa, Iraida Hurtado de Sarachoa,
Eva Alonsoa, Covadonga Audicanaa, Fernando Arósb, Iñaki Lekuonac,
José M. Arteagoitiaa, Mikel Basterretxeaa y Jaime Marrugatd
en nombre del grupo IBERICA-País Vasco
a
Departamento de Sanidad. Gobierno Vasco.
Hospital Txagorritxu. Vitoria-Gasteiz. Álava.
c
Hospital de Galdakao. Galdakao. Bizkaia.
d
Institut Municipal d’Investigació Mèdica (IMIM). Barcelona. España.
b
FUNDAMENTO Y OBJETIVO: Diferencias en la presentación clínica del infarto agudo de miocardio
(IAM), como la edad, la comorbilidad y la frecuencia de síntomas atípicos, podrían condicionar
un proceso de cuidados hospitalarios distinto según el sexo. Este estudio analiza la magnitud y
los determinantes de las diferencias entre sexos en la revascularización precoz en personas ingresadas por IAM.
PACIENTES Y MÉTODO: Se estudió a 2.836 pacientes con IAM que accedieron a cuidados hospitalarios (IBERICA-País Vasco). Se estimó el riesgo relativo (RR) de revascularización precoz en
los varones respecto a las mujeres teniendo en cuenta la edad, la presentación clínica, los antecedentes y la demora extrahospitalaria. Se aplicó la metodología de descomposición de efectos y el análisis de regresión log-binomial.
RESULTADOS: El 29% de los pacientes eran mujeres y su edad mediana, de 77 años. El RR de
revascularización de los varones respecto a las mujeres fue distinto según la edad. Tras ajustar
por hipertensión arterial, diabetes, Killip III-IV al ingreso y síntomas atípicos, no se apreciaban
diferencias significativas a los 45 años (RR = 0,91; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,771,07), mientras que para los mayores de 64 años, el RR de revascularización fue de 1,24 (IC
del 95%, 1,05-1,47). Al ajustar por la demora extrahospitalaria, las diferencias por sexo y la
interacción del sexo con la edad no eran significativas.
CONCLUSIONES: El retraso en el acceso a la atención sanitaria de las mujeres mayores es causa
de las diferencias por sexo en la revascularización precoz. Es necesario analizar las razones de
esta demora.
Palabras clave: Infarto de miocardio. Género. Reperfusión miocárdica. Análisis de regresión.
Estudio multicéntrico.
Gender differences in early reperfusion treatment after myocardial infarction
BACKGROUND AND OBJECTIVE: Clinical variability in myocardial infarction (MI) regarding age, comorbidities and atypical symptoms could determine gender differences in inhospital care. This
study analyzes the magnitude and determinants of differences between men and women in
early reperfusion therapy in people hospitalized after MI.
PATIENTS AND METHOD: 2,836 patients who arrived to hospital with MI were studied (IBERICABasque Country study). The relative risk (RR) of receiving early reperfusion for men versus women, adjusted by age, clinical characteristics, risk factors, and pre-hospital delay was estimated. The effect decomposition methodology and the log binomial regression were applied.
RESULTS: 29% of patients were women with a median age of 77 years. The RR of revascularization in men compared to women was different according to age. When factors such as hypertension diabetes, Killip III-IV at admission and atypical symptoms were taken into account, statistically significant differences between sexes were not detected at 45 years old (RR = 0.91;
95% CI = 0.77-1.07). However, for 64 years old and over, the RR of reperfusion was 1.24
(95% CI = 1.05-1.47). Both the differences by sex and the sex-age interaction were no longer
statistically significant after adjusting by pre-hospital delay.
CONCLUSIONS: The delay to receive medical care in elderly women is responsible of gender differences in early reperfusion. It is necessary to analyze the reasons for treatment-seeking delay.
Key words: Myocardial infarction. Gender. Myocardial reperfusion. Regression analysis.
Multicenter study.
El estudio IBERICA-País Vasco fue financiado principalmente por el Departamento de Sanidad del
Gobierno Vasco, y contó además con una ayuda del FIS (Fondo de Investigación Sanitaria) del Instituto
de Salud Carlos III (96/0026-0).
IBERICA-País Vasco: Elena Aldasoro (IP); Eva Alonso; Fernando Arós; José M. Arteagoitia (IP);
Covadonga Audicana; Mikel Basterretxea; Eduardo Castillo†; Santiago Esnaola; Miguel A. García Calabuig;
Iraida Hurtado de Saracho; Miren Josebe Laresgoiti; Nerea Larrañaga; María José Lasa; Iñaki Lekuona;
Nerea Muniozguren; M. Cres Tobalina; Jesús M. San Vicente; Emilio Sanz.
IBERICA-Centro Coordinador: Jaume Marrugat; Roberto Elosua.
Correspondencia: Dra. E. Aldasoro.
Departamento de Sanidad. Gobierno Vasco.
Donostia-San Sebastián, 1. 01010 Vitoria-Gasteiz. Álava. España.
Correo electrónico: ealdasoro-san@ej-gv.es
Recibido el 20-12-2005; aceptado para su publicación el 11-4-2006.
El síndrome coronario agudo, además de
ser una de las principales causas de
muerte, supone una enorme carga de
morbilidad en el mundo. Se trata de la
segunda causa de años de vida perdidos
en buena salud en varones y de la tercera en mujeres. A la vista de los efectos
que produce en uno y otro sexo, ya no se
puede mantener el viejo estereotipo de
que la enfermedad coronaria afecta a varones estresados de mediana edad, sino
que hay que prestar atención a su presentación en mujeres que también se encuentran en riesgo de padecerla1.
El conocimiento sobre la cardiopatía isquémica se centró durante años en el ámbito
de los varones, debido a la escasa participación de las mujeres en los trabajos de
investigación. A partir de los resultados del
estudio de Framingham, se viene analizando
diferentes aspectos de los síndromes coronarios en uno y otro sexo2. Actualmente, es
ya conocido que la presentación clínica de
un infarto agudo de miocardio (IAM) es diferente en las mujeres. Las principales diferencias radican en la presentación a una
edad más tardía y en la presencia de más
comorbilidad, como diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la insuficiencia cardíaca
congestiva3-6. Igualmente, se ha observado
que los síntomas y signos denominados típicos, basados en las características de
presentación en varones y que normalmente se asocian rápidamente con la probabilidad de tener un IAM, son menos frecuentes en el sexo femenino7. Este grupo
tiene menos tendencia a presentar dolor
torácico y más dolor de espalda, cabeza y
mandíbula, acompañado de náuseas, vómitos, molestias abdominales, fatiga y disnea. Los signos electrocardiográficos típicos parecen ser menos habituales, y se
caracterizan por desviaciones del segmento ST menos marcadas8-11. Incluso se han
descrito diferencias entre sexos en los aspectos afectivos y discriminatorios de la
percepción del dolor que podrían explicar
parte de las diferencias en el curso fisiopatológico de la enfermedad coronaria.
Las mujeres presentaban valores más bajos de betaendorfinas en plasma y más
estrés mental12.
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ALDASORO E ET AL. DIFERENCIAS DE GÉNERO EN EL TRATAMIENTO DE REVASCULARIZACIÓN PRECOZ
DEL INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO
ficos (seguros o no) y las enzimas (anormales o no).
Las variables intermedias, condicionadas por las iniciales, se relacionarían más directamente con la variable en estudio: demora extrahospitalaria, cateterismo e ingreso en UCI. La primera de ellas se define
como el tiempo que transcurre entre la aparición de
los síntomas y la llegada a un centro o ambulancia
donde sea posible realizar una desfibrilación.
Tasa por 100.000 habitantes
1.000
100
Análisis estadístico
10
Varones
Mujeres
1
25-34 35-44 45-54 55-64 65-74 75-84 85-104
Edad (años)
El efecto del sexo en las decisiones de los
profesionales médicos también ha sido
motivo de estudio. Las mujeres con dolor
torácico se derivan a cateterismo con menos frecuencia que los varones13, principalmente cuando el diagnóstico es incierto14.
Las diferencias en la presentación clínica15,
en la sensibilización sobre la probabilidad
de tener un IAM16 y en la percepción del
personal médico17 podrían determinar un
proceso de cuidados diferente en las mujeres. Comenzaría con un mayor retraso
en el diagnóstico, seguido de menor intensidad de tratamiento y mayor mortalidad8. En la mayoría de los estudios sobre
letalidad tras un infarto de miocardio, las
diferencias por sexo desaparecen o se
ven atenuadas cuando se ajusta por la
demora en el diagnóstico y la realización
de tratamiento revascularizador18-20.
Además de la letalidad, también ha sido
objeto de investigación la desigualdad
entre sexos en la utilización de recursos
terapéuticos en los primeros 60 días o
durante el primer año13,14,21. Sin embargo, son escasos los estudios de base poblacional que incluyen la administración
temprana de agentes fibrinolíticos22 y la
revascularización percutánea primaria23,
que constituyen la mejor opción terapéutica para la mayoría de los pacientes24.
Como esa limitada investigación no se ha
centrado en el origen de las diferencias,
resultaba necesario estudiar con detalle si
existen factores relacionados con el sexo
que establezcan diferencias en el proceso
diagnóstico y terapéutico precoz del IAM.
El objetivo de este trabajo es conocer si
hay diferencias entre sexos en la aplicación de la revascularización precoz e identificar características en la presentación
82
Med Clin (Barc). 2007;128(3):81-5
Fig. 1. Tasas de infarto
agudo de miocardio con ingreso hospitalario distribuidas por sexo y edad. Estudio IBERICA-País Vasco.
clínica y en el proceso inicial de cuidados
médicos que pudieran influir en la decisión de aplicar dicho tratamiento.
Pacientes y método
La investigación se llevó a cabo en el marco del estudio IBERICA (Investigación, Búsqueda Específica y
Registro de Isquemia Coronaria Aguda) del País Vasco, que incluye 5 de las 7 comarcas sanitarias existentes, con una cobertura poblacional del 80%
(1.187.075 habitantes). Las personas mayores de 24
años con IAM que ingresaron vivas en un hospital
durante bienio 1999-2000 fueron la población a estudio. Las personas fueron atendidas tanto en los
hospitales públicos como en los privados del área de
estudio, que sumaban un total de 15 centros.
El estudio IBERICA multicéntrico se inició en 7 comunidades autónomas en el año 1997, con el objetivo de
monitorizar y comparar las tasas de incidencia, ataque,
mortalidad y letalidad a los 28 días del IAM. Las fuentes
de detección de casos hospitalizados fueron las unidades de cuidados intensivos (UCI) cardiológicos, los servicios de cardiología y los listados de altas hospitalarias.
Cada caso se clasificó como IAM seguro, IAM posible,
caso con datos insuficientes o no IAM, de acuerdo con
el algoritmo utilizado en el estudio MONICA25. Con el fin
de garantizar la homogeneidad en la recogida de datos,
todas las personas que participaron en el trabajo de
campo fueron entrenadas y acreditadas en el centro
coordinador del estudio. Se realizó además un control
de la concordancia en el proceso de clasificación diagnóstica mediante la evaluación de 40 casos patrón26.
Para seleccionar a la población a estudio se incluyeron los casos fatales y no fatales clasificados como
IAM seguro, y los fatales clasificados como posibles.
La variable resultado en estudio fue la revascularización primaria, que incluía tanto la angioplastia primaria
como la trombólisis instaurada en menos de 6 h desde
el inicio de los síntomas. La variable de interés era el
sexo, y las independientes fueron las relacionadas con
el acontecimiento (síntomas, enzimas, electrocardiograma, Killip al ingreso, demora extrahospitalaria, lugar
de tratamiento, cateterismo) y los antecedentes (hipertensión arterial, diabetes mellitus).
El modelo teórico seleccionado se basa en la hipótesis de que existen variables que inician la secuencia
de acontecimientos que conducen a un proceso de
cuidados diferente en cada sexo. Estas variables iniciales serían la edad, los síntomas (típicos o atípicos),
la presencia de comorbilidad (hipertensión arterial,
diabetes mellitus o insuficiencia cardíaca de grados
III-IV de Killip al ingreso), los signos electrocardiográ-
La estrategia de análisis se elaboró en dos fases. En
una primera fase se comparó de manera univariante
la distribución de las variables en uno y otro sexo.
Las categóricas se compararon mediante el test de la
χ2, mientras que las cuantitativas, como no seguían
una distribución normal, mediante pruebas no paramétricas (el test de Kolmogorov-Smirnov para la distribución y la prueba de Kruskal-Wallis para la comparación de medianas).
Seguidamente se realizó un análisis multivariante
para conocer el riesgo relativo (RR) de recibir revascularización precoz en varones con respecto a mujeres, ajustado por los potenciales factores de confusión. Se elaboraron modelos de regresión
log-binomial, que evitan la sobrestimación del RR
producida por la regresión logística cuando la prevalencia del fenómeno en estudio no es baja. Estos modelos se definen con una función de enlace logarítmica y una distribución de probabilidad binomial27,28.
Se utilizó la metodología de descomposición de efectos que radica en contrastar los RR estimados con y
sin el ajuste de una o más variables implicadas en el
trayecto entre la exposición y el efecto29. Se incluyó la
revascularización precoz como variable dependiente.
El ajuste se hizo introduciendo manualmente las covariables iniciales en primer lugar y luego las intermedias. Se empezó con el modelo más simple, valorando primero la influencia de cada variable y su
interacción con el sexo. La variable edad se centró en
los 67 años (mediana de la población total) para presentar los resultados con significado clínico. Todas
las operaciones se llevaron a cabo con la versión 8
del paquete estadístico SAS y los modelos de regresión, con el procedimiento GENMOD. Se estableció
un umbral de significación estadística (alfa) del 5%.
Resultados
Se estudió a 2.836 pacientes con IAM
que llegaron con vida a un hospital. El
29% fueron mujeres y su mediana de
edad, de 77 años, 10 años mayor que en
los varones. Entre los varones, el intervalo
intercuantílico (RI) variaba de 55 a 74
años y en mujeres, de 69 a 83. La tasa de
IAM con ingreso en varones era superior
a la de las mujeres en todos los grupos de
edad, pero la distribución etaria de esa diferencia no era homogénea (fig. 1).
No se encontraron diferencias significativas en la distribución por sexo de los infartos q (el estudio IBERICA se diseñó
con anterioridad al cambio de definición
en el año 2000, cuando la onda q del ECG
era determinante para clasificar el infarto).
Sin embargo, había una proporción significativamente superior de mujeres con hipertensión arterial, diabetes mellitus y Killip III-IV al ingreso. Además, las mujeres
tardaban más tiempo en recibir los primeros cuidados médicos (demora extrahospitalaria mediana, 120 min; RI, 60300, frente a varones: mediana, 95 min;
RI, 48-211). Por el contrario, los porcentajes de ingresos en UCI, cateterismo,
síntomas típicos, ECG seguro, enzimas
anormales e hipercolesterolemia eran más
elevados entre los varones (tabla 1).
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DEL INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO
1,75
1,75
1,25
1,25
RR
RR
1
0,75
45
55
65
75
0,25
85
1
0,75
45
55
65
75
85
0,25
Edad (años)
Modelo A
Ajustado por edad
comorbilidad y síntomas típicos
Edad (años)
Modelo B
Modelo A + demora
en el acceso a cuidados médicos
Fig. 2. Riesgo relativo (RR) de revascularización precoz en los varones con respecto a las mujeres. Estudio IBERICA-País Vasco.
El tratamiento de revascularización precoz se administró al 38% de los varones
y al 24% de las mujeres (RR = 1,54; intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,351,76). Al ajustar por edad, el RR de los
varones de recibir este tratamiento respecto a las mujeres disminuyó a 1,16 (IC
del 95%, 1,10-1,33). Es decir, que una
parte importante de las diferencias se explicaba por la diferente edad de presentación. No obstante, la interacción significativa entre sexo y edad expresaba que
el efecto del sexo no era homogéneo en
todas las edades. A medida que aumentaba la edad decrecía la probabilidad de
recibir este tratamiento en los dos sexos,
disminución más acusada en las mujeres: los RR de revascularización precoz
en varones con respecto a mujeres aumentaban con la edad, con valores de
0,96, 1,06, 1,17, 1,29 y 1,43 a los 45,
55, 65, 75 y 85 años respectivamente.
La introducción secuencial de las variables iniciales (hipertensión arterial, diabetes mellitus, Killip III-IV al ingreso y tipo
de síntomas) no produjo cambios relevantes en las estimaciones. Tras ajustar
por esas variables (modelo A), el RR de
los varones con respecto a las mujeres a
los 67 años fue de 1,13 (IC del 95%,
0,99-1,28). Además, la interacción del
sexo y la edad continuaba siendo significativa. Mientras que a los 45 años no se
observaban diferencias significativas (RR
= 0,91; IC del 95%, 0,77-1,07), a los 75
años el riesgo de revascularizar en varones era un 22% superior que en mujeres
(IC del 95%, 5%-42%). Descrito de manera acumulada, podría decirse que aunque los varones y las mujeres mayores de
64 años tuvieran las mismas características clínicas, la proporción de varones con
reperfusión precoz sería un 24% superior
que la de mujeres (IC del 95%, 5%-47%).
La inclusión en el modelo anterior de la
demora extrahospitalaria como variable
intermedia (Modelo B) dio como resultado que el RR disminuyera y que el término de interacción (sexo y edad) perdiera
la significación estadística (p = 0,16) (fig.
2 y tabla 2). A diferencia del modelo A,
incluso en edades más avanzadas el exceso de probabilidad de revascularización en varones no era significativamente
superior. El RR de revascularización de
los varones respecto a las mujeres en las
TABLA 1
Distribución entre sexos de las variables iniciales e intermedias relacionadas
con la revascularización precoz. IBERICA-País Vasco
Varones (n = 2.010)
Infartos q (n = 2.215), %
Hipertensión arterial (n = 1.332), %
Diabetes mellitus (n = 691), %
Killip III-IV al ingresoa (n = 387), %
Hipercolesterolemia (n = 970), %
Síntomas típicos (n = 2.265), %
Electrocardiograma seguro (n = 2.382), %
Enzimas anormales (n = 2.244), %
Ingreso en UCI (n = 2.280), %
Cateterismo (n = 1.267), %
Demora extrahospitalariab, mediana
Edad (años), mediana
80,1
41,4
20,9
11,3
36,7
82,7
85,1
80,5
85,7
50,3
95
66
Mujeres (n = 826)
78,1
61,2
33,2
20,1
28,6
75,3
81,2
75,8
67,6
31,2
120
77
p
0,26
< 0,0001
< 0,0001
< 0,0001
< 0,0001
< 0,0001
0,01
0,005
< 0,0001
< 0,0001
< 0,0001
< 0,0001
UCI: unidad de cuidados intensivos.
a
Insuficiencia cardíaca de grados III-IV de Killip al ingreso.
b
Minutos transcurridos entre el inicio de los síntomas y la primera monitorización.
TABLA 2
Riesgo relativo de recibir revascularización precoz en varones con respecto a
mujeres y evaluación de la interacción entre sexo y edad en los diferentes modelos
de regresión. Estudio IBERICA-País Vasco
Modelo
Sexo
Sexo; edad
Sexo; edad67; sexo × edad67
Sexo; edad67; KIII-IV; sexo × edad67
Sexo; edad67; KIII-IV; diabetes; sexo × edad67
Sexo; edad67; KIII-IV; diabetes; hipertensión; sexo × edad67
Sexo; edad67; KIII-IV; diabetes; hipertensión; síntomas;
sexo × edad67 (modelo A)
Sexo; edad67; KIII-IV; diabetes; hipertensión;
demora extrahospitalaria; sexo × edad67 (modelo B)
RR
IC del 95%
p (sexo × edad67)
1,54
1,16
1,19
1,18
1,16
1,13
1,13
1,35-1,76
1,10-1,33
1,05-1,36
1,04-1,34
1,02-1,32
1,00-1,29
0,99-1,28
–
–
0,002
0,003
0,003
0,002
0,006
1,07
0,95-1,20
0,16
IC: intervalo de confianza; KIII-IV: insuficiencia cardíaca de grados III-IV de Killip al ingreso; RR: riesgo relativo; sexo × edad67: interacción del sexo y la edad centrada en los 67 años.
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DEL INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO
personas de 45 y de 75 años fue de 0,96
(IC del 95%, 0,81-1,13) y 1,11 (IC del
95%, 0,96-1,28), respectivamente.
El análisis realizado por subgrupos en
función de ingreso en UCI, tipo de ECG
(seguro o no) y determinación enzimática
(anormal o no), produjo resultados similares a los de la muestra total.
Discusión
Este estudio revela que hay diferencias
entre varones y mujeres en el uso del tratamiento de revascularización precoz tras
un IAM. Una parte importante de las diferencias se explica por la distinta edad
de presentación. No obstante, las desigualdades persisten incluso al eliminar el
efecto de mayor comorbilidad y menor
frecuencia de síntomas típicos que experimentan las mujeres, y son las de mayor
edad las que sufren más inequidad. Finalmente, estas desigualdades pierden la
significación estadística si las mujeres
tardan lo mismo que los varones en acceder a los cuidados médicos.
Una de las fortalezas de este trabajo es la
participación de personas de edad avanzada. Muchas de las investigaciones difundidas anteriormente se llevaron a cabo
en el marco del proyecto MONICA de la
Organización Mundial de la Salud, que recogía información sobre la población de
35 a 65 años25. En el período analizado, el
estudio IBERICA del País Vasco no puso
límite superior de edad a la población diana e incluyó a todas las personas mayores
de 24 años. Por ser un estudio de ámbito
poblacional, participaron no sólo pacientes
con ingreso en la UCI cardiológica, sino
también las personas atendidas en planta,
en diferentes servicios hospitalarios. Al
mismo tiempo, el hecho de utilizar como
medida de resultado la revascularización
precoz ha permitido avanzar en el conocimiento del proceso que lleva a una mayor
letalidad por IAM entre las mujeres.
Con respecto a las limitaciones del trabajo, no cabe pensar que haya habido sesgos de selección ni de información. La
población en estudio eran todas las personas del ámbito geográfico seleccionado
que, cumpliendo los criterios de inclusión, llegaban a un centro hospitalario
tanto público como privado. Se incluyeron
todos los centros hospitalarios del área y
no hay indicios para sospechar que hubiera diferencias entre sexos en cuanto al
ingreso o al diagnóstico. De hecho, la distribución de casos seguros y posibles era
similar en varones y mujeres. Los potenciales factores de confusión que se valoraron se incluyeron en los modelos de regresión. Desde el punto de vista de la
precisión, aunque el fenómeno estudiado
no tiene una baja prevalencia, podría faltar potencia para detectar diferencias en
los grupos de edad avanzada.
84
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La metodología de descomposición de
efectos, también denominada de efectos
directos e indirectos, ha sido recomendada y utilizada en abundancia30,31. Recientemente se ha publicado un trabajo donde
se presentan las condiciones y restricciones de su utilización32.
El efecto del binomio sexo y edad en la
aplicación de técnicas de revascularización precoz es coherente con estudios
anteriores que descubrieron una menor
probabilidad de beneficiarse de prueba
de esfuerzo, trombólisis, cateterismo o
revascularización intervencionista en las
mujeres de mayor edad4,21,22,33. Como las
mujeres tienden a padecer la cardiopatía
isquémica a una edad mayor que los varones, podrían estar expuestas a un doble tipo de inequidad, la causada por la
edad y por el sexo. En este sentido, cabe
hacer una reflexión sobre el menor uso
de intervenciones que se han demostrado efectivas en pacientes de edad avanzada22. También se ha descrito la interacción del sexo con otras variables como los
factores socioeconómicos34 y la etnia35.
Las mujeres de este estudio presentaban
un perfil clínico semejante al observado
en otros estudios estatales de ámbito hospitalario, que relacionaban la mayor mortalidad femenina con un mayor riesgo clínico y menor tasa de reperfusión36. Sin
embargo, este estudio indica que las peores condiciones basales no son la causa
de una menor tasa de revascularización
precoz, sino la mayor demora en recibir
atención sanitaria, especialmente si se
trata de mujeres mayores.
Por ello, resulta imprescindible disminuir
la demora extrahospitalaria e intrahospitalaria para avanzar en el cuidado apropiado de las personas con IAM. Sería recomendable sensibilizar tanto a la población
general como a los profesionales del ámbito sanitario sobre las diferencias en su
presentación por sexo. Las propias mujeres deben conocer que la cardiopatía isquémica no es una enfermedad de varones y que con mayor probabilidad que
ellos pueden tener síntomas atípicos. Además, deben comprender la importancia de
solicitar con prontitud atención sanitaria.
También el personal sanitario, consciente
de la importancia de los síntomas atípicos
en mujeres, debería realizar más rápidamente el diagnóstico y tratamiento.
Sería recomendable seguir investigando
para identificar las características específicas de los signos y síntomas del IAM en
mujeres y, paralelamente, trabajar en el
ámbito de la promoción de la salud. Al
mismo tiempo sería conveniente avanzar
en la elaboración de guías de práctica clínica con enfoque de género.
Hay que resaltar la importancia de marcadores que prueben la isquemia en mujeres,
como el valor de troponina, de manera que
faciliten su inclusión en los estudios correc-
tamente filiados. El aumento en la inclusión
de mujeres en los ensayos clínicos, junto
con análisis temporales específicos por
sexo, podría mejorar el conocimiento sobre
el papel del sexo en los síndromes coronarios agudos y facilitar un mejor cuidado de
todas las personas que los padecen37.
Agradecimientos
La elaboración de este trabajo ha sido posible
gracias a la colaboración del personal de las
unidades de cuidados intensivos coronarios y
a los servicios de documentación clínica de los
hospitales públicos y privados de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Igualmente
queremos expresar nuestro agradecimiento a
las Unidades Territoriales de Emergencias y al
Registro de Mortalidad.
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