iglesia-estado - Universidad Autónoma de Chihuahua

Anuncio
44
SynthesiS
PUNTO
DE VISTA
Consideraciones sobre la relación
IGLESIA-ESTADO
GUSTAVO SILVA DE LA ROSA
Facultad de Derecho/Universidad Autónoma de Chihuahua
D
ecía Fernando Lasalle que
si se quemaran todas las constituciones escritas de un país y se pretendiera redactar de nueva cuenta una
carta fundamental, sería menester la concurrencia de todos los factores de poder al
interior de esa nación; de lo contrario, el factor que
no fuese tomado en cuenta podría causar un estallido social.
Lo anterior me resulta interesante, a propósito
del tema de este ensayo, ya que el factor religioso es
inherente a la existencia humana y social. Desde sus
primeras épocas, el ser humano ha buscado –como
lo señala Erich Fromm en su obra El arte de amar–
cómo superar esa sensación de orfandad al llegar a
la edad adulta; cómo superar la única certeza que su
existencia le depara, su muerte; y además de esta
perdida corpórea y animal, cómo evitar perderse psicológicamente cuando se da cuenta de su insignificante y fugaz existencia en el universo; cómo sentirse protegido y acompañado.
OCTUBRE-DICIEMBRE 2007
1
SynthesiS
Desde tiempo atrás, la espiritualidad, la religión y la
Iglesia han sido factores que intentan remediar esta situación en el hombre.
Sin embargo, cuando el régimen económico feudal
comenzó a cambiar y los sistemas sociales empiezan a
evolucionar con el advenimiento de los grandes núcleos
de población y el surgimiento de las primeras ciudades
(en el sentido moderno del término), la Iglesia se reafirma no solo como un medio de conciliar la materia con el
espíritu, sino como una institución social y un factor real
de poder en la poliarquía medieval.
A la fecha, la importancia de la Iglesia dentro de
las decisiones de Estado tiene diferentes alcances y
matices. Desde los estados y regímenes políticos en donde
quehacer público y vida espiritual se confunden –como
es el caso de las naciones musulmanas– podemos transitar a los estados en donde la religión ha jugado en su
historia un papel de cohesión social e incluso política –
en Estados Unidos la religión juega un papel determinante en el progreso de los primeros colonos y actualmente en los juicios se sigue prestando juramento ante
la Biblia–, hasta los más radicales en sentido opuesto,
como fue el caso de nuestro país hasta hace poco más
de una década, en donde sencillamente se negaba la
existencia jurídica a las iglesias.
Por esto considero importante analizar el papel que
ha jugado la religión en la vida política y pública en nuestro país desde dos puntos de vista: en la génesis de antecedentes constitucionales de nuestro país y en particular el caso de la intervención de la Iglesia en el estado
de Chihuahua; este último tema, debido a que sostengo
una modesta tesis con respecto a la reinstauración de
las relaciones Iglesia-Estado en nuestro país, en la cual
Chihuahua juega un papel determinante.
Como una precisión, debo advertir que para el caso
de nuestro país, al hablar de relaciones Iglesia-Estado
(en singular) me estaré refiriendo a la iglesia católica,
ya que históricamente ha sido la que mayor influencia
ha ejercido en la vida pública.
Génesis constitucional de las relaciones
Iglesia-Estado
Se afirma que quién no conoce su historia está condenado a repetir de ella los mismos errores. Seguramente;
y en la tradición de las relaciones Iglesia-Estado han
existido momentos álgidos y candentes. Las vicisitudes
que la iglesia y el Estado han tenido en nuestro país, por
razones obvias y cronológicas, comienzan a partir de la
Conquista. Antes de esta época, los diferentes grupos
2
44
étnicos que habitaban nuestro país mantenían una forma teocrática de vida pública.
Es entonces, hasta la llegada de los españoles a
nuestro país, cuando la religión se impone a los pobladores so pretexto de una conversión de las etnias al
cristianismo y de una vocación evangélica de los conquistadores.
Resulta interesante que una de las pocas figuras
religiosas reconocidas por la jerarquía católica romana desde esas fechas lo sea la Virgen de Guadalupe.
Sin duda, los métodos inquisitorios terminaron por doblegar los cuerpos, pero no las almas –y mucho menos las conciencias– de los pobladores originales de
México. Era necesario entonces un icono que convenciera desde adentro y de una vez por todas. Surge
entonces la leyenda y, más tarde, el reconocimiento
de María de Guadalupe como virgen y figura divina.
No obstante lo anterior, el hombre honrado y bondadoso a quien la divinidad escogió como vehículo de
su mensaje y gracia –hombre de origen indígena por
cierto– tuvo que esperar tan solo unos 400 años para
que se le beatificara y posteriormente se le santificara; no sin que antes, dicha apoteosis estuviera empedrada con las dudas y sinrazones de la jerarquía católica mexicana o por lo menos del abad de la Basílica
de la Virgen de Guadalupe. Pero al fin, la ascensión a
los altares de, el hoy san Juan Diego, se dio en el marco de la más reciente visita del papa Juan Pablo II.
El artículo 130 constitucional regula en la actualidad las relaciones entre el Estado y las asociaciones
religiosas. Pero debemos preguntarnos cuál ha sido
su génesis y evolución histórica. Centrando los antecedentes histórico-jurídicos de nuestro país podemos
señalar como antecedentes legales, inmediatos e importantes del artículo130, los siguientes:
Primer antecedente: Punto 3o. de los Sentimientos
de la Nación o 23 puntos sugeridos por José
María Morelos para la Constitución de 1814,
suscritos en Chilpancingo el 14 de septiembre de
1813:
Punto 3o. Que todos sus ministros se sustenten de
todos y solos los diezmos y primicias, y el pueblo no
tenga que pagar más obvenciones que las de su
devoción y ofrenda.
Segundo antecedente: Acta Solemne de la Declaración de la Independencia de la América Septentrional, dada en el Congreso de Anáhuac en
OCTUBRE-DICIEMBRE 2007
44
SynthesiS
el Palacio Nacional de Chilpancingo el 6 de noviembre de 1813:
Tercer antecedente: Base 1a. del Plan de Iguala, proclamado por Agustín de Iturbide, el 24 de febrero de 1821:
No le anima otro deseo al ejército que el conservar
pura la santa religión que profesamos y hacer la felicidad
general. Oíd, escuchad las bases sólidas en quien funda
su resolución:
La religión Católica, Apostólica, Romana, sin tolerancia
de otra alguna.
Cuarto antecedente: Artículo 4o. del Acta Constitutiva
de la Federación Mexicana, fechada en la Ciudad
de México el 31 de enero de 1824:
Leyes Constitucionales de 1836, fechado en la
Ciudad de México el 30 de junio de 1840:
Artículo 94. Toca al presidente de la Republica:
[...]
XVIII. Previo el concordado con la silla apostólica, y
según lo que en él se disponga, presentar, oído
el consejo, para todos los obispados, dignidades y beneficios eclesiásticos, que sean del
patronato de la Nación.
Artículo 116. Son atribuciones de la Corte Suprema de
Justicia:
[...]
12.
Conocer de los recursos de protección y de fuerza, que se interpongan de los muy reverendos
arzobispos y reverendos obispos de la República.
Artículo 3.- La religión de la nación mexicana es y será
perpetuamente la católica apostólica romana. La nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el
ejercicio de cualquiera otra.
Octavo antecedente: artículos 1o. y 2o. de la Ley de
Desamortización de los Bienes Eclesiásticos, fechada en la Ciudad de México el 11 de enero de
1847:
Quinto antecedente: artículo 3o. de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, sancionada por el Congreso General Constituyente el 4
de octubre de 1824:
Artículo 1o. Se autoriza al gobierno para proporcionarse
hasta quince millones de pesos, a fin de continuar la
guerra con los Estados Unidos del Norte, hipotecando
o vendiendo en subasta pública bienes de manos muertas, al efecto indicado.
Artículo 3.- La religión de la nación mexicana es y será
perpetuamente la católica apostólica romana. La nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el
ejercicio de cualquiera otra.
Sexto antecedente: artículo 3o., fracción I, de la pri-
mera; 17, fracción XXV, de la cuarta; y 12, fracción XII, de la quinta, de las leyes constitucionales de la República Mexicana, suscritas en la
Ciudad de México el 29 de diciembre de 1836.
Artículo 17. Son atribuciones del presidente de la República:
[...]
XXV. Previo al concordado con la silla apostólica, y
según lo que en él se disponga, presentar todos los obispados, dignidades y beneficios a
eclesiásticos, que sean del patronato de la Nación con acuerdo del consejo.
Artículo 12. Las atribuciones de la Corte Suprema de
Justicia son:
[...]
XII. Conocer de los recursos de protección y de fuerza que se interpongan de los muy reverendos
arzobispos y reverendos obispos de la República.
Séptimo antecedente: artículo 1o., 94, fracción XVIII;
y 116, fracción 12 del Proyecto de Reformas de
OCTUBRE-DICIEMBRE 2007
Artículo 2º. Se exceptúa de la facultad anterior:
Primero: Los bienes de los hospitales, hospicios, casa
de beneficencia, colegios y establecimientos de instrucción pública de ambos sexos,
cuyos individuos no estén ligados por voto
alguno monástico, y los destinados a la
manutención de presos.
Segundo: Las capellanías, beneficios y fundación en
que se suceda por derecho de sangre o de
abolengo, y en las que los últimos nombramientos se hayan hecho en virtud de tal
derecho.
Tercero: Los vasos sagrados, paramentos y demás
objetos indispensables al culto.
Cuarto: Los bienes de los conventos de religiosas,
bastantes para dotar a razón de seis mil pesos a cada una de las existentes.
Noveno antecedente: Dictamen y Proyecto de Constituyente Política de la República Mexicana, fechada en la Ciudad de México el 16 de junio de 1856:
[Vigésimo octavo párrafo del dictamen] [...] Graves
dudas ocurrieron a la comisión al discutir la libertad
otorgada a todos los habitantes del país, en el ejercicio
de ciertos derechos que pudieran interesar la seguridad de la República. La igualdad ante la ley, y por consecuencia, la abolición de fueros y prerrogativas especiales; la libertad religiosa, compatible con el estado
3
SynthesiS
del país [...] no podían menos de ser acordadas a todos
los hombres, nacionales o extranjeros, que estuviesen
dentro del territorio mexicano [...]
Artículo 15. No se expedirá en la República ninguna
ley, ni orden de autoridad que prohíba o impida el ejercicio de ningún culto religioso; pero habiendo sido la
religión exclusiva del pueblo mexicano la Católica,
Apostólica, Romana, el Congreso de la Unión cuidará,
por medio de leyes justas y prudentes, de protegerla
en cuanto no se perjudiquen los intereses del pueblo,
ni los de la soberanía nacional.
Décimo antecedente: artículos 1o. al 3o., 9o. y 2o. de
la ley que estableció en toda la República el registro del estado civil, expedida por Ignacio
Comonfort en la Ciudad de México el 27 de enero de 1857:
Artículo 1º. Se establece en toda la República el registro del estado civil.
Artículo 2º. Todos los habitantes de la República están
obligados a inscribirse en el registro, a excepción de
los ministros de las naciones extranjeras, sus secretarios y oficiales.
Artículo 3º. El que no estuviese inscrito en el registro,
no podrá ejercer los derechos civiles, y además sufrirá
una multa desde uno hasta quince pesos. Se exceptuarán los hijos que se hallen bajo la patria potestad, y a
todos los que según las leyes estén sujetos a tutela o
curatela, quienes sólo serán responsables cuando no
se inscriban después de haber entrado en el goce de
sus derechos...
Artículo 9º [...] No habrá registros sino en los pueblos
donde haya parroquias; donde hubiera más de una, se
llevarán tantos registros como parroquias haya. Los
registros de las poblaciones donde no hubiere parroquia se llevarán en los pueblos donde ésta se halle
establecida. En la ciudad de México se establecerán
por cuarteles mayores...
Artículo 12 [...] Los actos del estado civil, son:
I.
El nacimiento.
II.
El matrimonio.
III.
La adopción y arrogación.
IV.
El sacerdocio y la profesión de algún voto religioso, temporal o perpetuo.
V.
La muerte.
Undécimo antecedente: artículos 1o. al 4o. de las adiciones y reformas a la Constitución Política de la
República Mexicana de 1857, del 25 de septiembre de 1873:
Artículo 1º. El Estado y la Iglesia son independientes
entre sí. El Congreso no puede dictar leyes estableciendo o prohibiendo religión alguna.
4
44
Artículo 2º. El matrimonio es un contrato civil. Este y
los demás actos del estado civil de las personas, son
de la exclusiva competencia de los funcionarios y autoridades del orden civil, en los términos prevenidos
por las leyes, y tendrán la fuerza y validez que las mismas les atribuyan.
Artículo 3º. Ninguna institución religiosa puede adquirir bienes raíces ni capitales impuestos sobre éstos,
con la sola excepción establecida en el artículo 27 de la
Constitución.
Artículo 4º. La simple promesa de decir verdad y de
cumplir las obligaciones que se contraen, sustituirá el
juramento religioso con sus efectos y penas.
Duodécimo antecedente: Mensaje y Proyecto de Constitución de Venustiano Carranza, fechados en la
ciudad de Querétaro el 1 de diciembre de 1916:
Artículo 129 del Proyecto. Corresponde exclusivamente a los poderes federales ejercer en materia de culto
religioso o disciplina externa, la intervención que designen las leyes.
El estado y la Iglesia son independientes entre sí.
El Congreso puede dictar leyes estableciendo o prohibiendo religión alguna.
El matrimonio es un contrato civil. Este y los demás
actos del estado civil de las personas, son de la exclusiva competencia de los funcionarios y autoridades
del orden civil en los términos prevenidos por las leyes, y tendrán la fuerza y validez que las mismas les
atribuyen.
La simple promesa de decir verdad y de cumplir las
obligaciones que se contraen, sujeta al que la hace, en
caso de que faltare a ella, a las penas que con tal motivo establece la ley.
Podemos señalar como antecedente décimo tercero y como el inmediato anterior al estado actual del
130 constitucional, el numeral que estuvo vigente desde la entrada en vigor de la Carta Magna hasta 1992;
año en el cual se modifica el texto para reconocer personalidad a las asociaciones religiosas. Esta personalidad jurídica de las iglesias había sido suprimida en el
seno del Constituyente de 1917, ya que los legisladores
originarios consideraron en su dictamen que no solo se
debía decretar la separación Iglesia-Estado, sino que
simple y sencillamente la Ley Constitucional no tenía
porque reconocer la existencia de estas agrupaciones.
Una enorme cisura estaba abierta y el texto constitucional sería por varias décadas: el muro que impediría
que las relaciones se entablaran.
Antes de que este artículo fuese reformado en el
estado de Chihuahua, acontecieron varios sucesos que
marcarían un hito en la solidez de la separación de IgleOCTUBRE-DICIEMBRE 2007
44
SynthesiS
sia y Estado. De hecho no volvería a ser nada igual
después de que en 1983 y 1986 el clero chihuahuense
intervino abiertamente en la vida pública.
La teología de don Adalberto
En esta ocasión, la Iglesia hizo presencia en la campaña de forma particular. El 10 de junio, el arzobispo de
Chihuahua, Adalberto Almeida, sacó a la luz pública un
folleto intitulado: Votar con responsabilidad, una
orientación cristiana, con un tiraje de 22 mil ejemplares.
El arzobispo solicita en la presentación del folleto
que se estudie en grupos organizados de las parroquias,
movimientos y organizaciones apostólicas de la
Arquidiócesis, y además solicita a los sacerdotes que
ayuden a los votantes a reflexionar el contenido. Claramente se puede detectar que la Iglesia cuenta con
una organización importante para socializar cualquier
tipo de mensaje. Este texto fue el inicio de una teología
electoral.
En este documento y en sus condiciones de emisión se pueden subrayar tres estrategias ideológicas
que fueron eficaces:
• Destacar la legitimidad de la Iglesia para participar en política como la voz autorizada para
los cristianos.
• Con esta premisa de validez, la Iglesia condena, de hecho, las ideologías adversas a la suya
y vuelve al ámbito valorativo del deber ser.
• Establecer como un deber del cristiano la participación política y el voto y, como conclusión,
le da un contenido al voto que sea por “el partido que busque los cambios profundos en la
sociedad”.
El documento es un discurso doctrinal. Tiene un
formato pedagógico de catecismo, en base a preguntas y respuestas.
Los textos están entresacados de otros documentos oficiales de la Iglesia, como el de Puebla, la Encíclica Laborem Excercens de Juan Pablo II y algunos textos del Concilio Vaticano II.
El discurso de la Iglesia incurre en la contradicción de hablar desde fuera de la historia y el tiempo,
según el emisor, porque de hecho es necesario destacar que el folleto fue presentado en una coyuntura concreta y con fines de influir en los grupos cristianos. Un
elemento ambiguo es la pretensión de la Iglesia por
situarse al margen de la política y de la correlación de
fuerzas, con el argumento que afirma la búsqueda de
OCTUBRE-DICIEMBRE 2007
una política en sentido amplio y no partidario. Hablar
desde la autoridad eclesiástica sobre política, bajo la
forma del deber ser, constituye una influencia real que
puede llegar a ser muy importante sobre todo porque
se autopresenta neutral.
El documento sí tuvo una incidencia real en la promoción del voto; lo curioso del caso es que las
impugnaciones más fuertes sobre la participación de la
Iglesia vinieron después de las elecciones y por parte
de los perdedores.
Los obispos del norte
Si en el terreno político el PRI tiene todos los recursos
legales e ilegales, legítimos e ilegítimos para ganarle a
la oposición las elecciones, había (y hay) un coto cerrado en donde la autoridad moral era prácticamente
intocable, el de la iglesia católica y sus obispos.
La “iglesia del norte”, como la llaman, ha tenido
desde 1983 un papel relevante en los procesos electorales de la región a través de los documentos que ha
emitido: votar con responsabilidad en 1983 y coherencia cristiana en la política en 1986.
Aunque hubo una diferencia estratégica en la edición de los documentos: el primero lo emitió solo el
arzobispo Almeida, de Chihuahua, y el segundo lo suscribieron los obispos del norte en conjunto (Chihuahua,
Ciudad Juárez, Nuevo Casas Grandes, Torreón y la
Tarahumara), el contenido explícito era similar. La forma ideológica era también diferente, mientras que el
primero era un catecismo de preguntas y respuestas
para orientar el voto cristiano. El segundo se presenta
como una denuncia contra el fraude electoral y contra
el modelo corporativo del priismo.
En una parte central del segundo documento decían los obispos: “En la base, pues, de la corrupción
que afecta el país, está una corrupción mayor, que es
el fraude electoral” (19 de marzo de 1986). Los obispos del norte hicieron un documento en el que abogaban por un pluralismo político y por un proceso democrático limpio.
No fue la primera vez. En 1956, el entonces obispo Guizar y Valencia mandaba el siguiente mensaje post
electoral a la prensa: “El juicio sobre la legalidad y limpieza de las elecciones en el estado de Chihuahua corresponde a los HH. Cuerpos colegiados y juntas de
altas personalidades de los partidos políticos que tomaron parte en la contienda, y el juicio y veredicto definitivo sobre todo lo actuado [acá abajo] toca plenamente
a la opinión pública, y de ella pasará a la historia de
5
SynthesiS
Chihuahua”. Ahora los obispos declaraban una huelga de cultos por el fraude; ahí radicaba la diferencia.
Un sacerdote comentaba la disyuntiva ideológica
que resulta ser cada vez más irreconciliable entre ser
católico y prisita para muchos chihuahuenses; no gratuitamente, el PRI mandaba imprimir durante la campaña una calcomanía que decía: “en este hogar somos
orgullosamente católicos y priistas”.
Las prácticas políticas de los católicos han tenido
dos vías de participación en el norte: los carismáticos
y las comunidades de base; en ambos ha tenido un
alejamiento progresivo el PRI.
Las comunidades de base, movimiento nacional,
tienen presencia en los sectores populares (colonias
periféricas y grupos campesinos). Este sector cristiano tiene una inclinación política hacia la izquierda que,
hasta la fecha, los partidos de esta tendencia no han
sabido capitalizar. El resto ha proliferado en grupos
carismáticos con una inclinación hacia el PAN y que
este ha sabido aprovechar.
En una entrevista que se realizara con uno de los
obispos del norte se le mencionaba: se dice que ustedes (los obispos) son panistas. La respuesta fue rápida:
Ahora resulta que los obispos del norte somos
panistas, pero en el sur son comunistas, porque el
que tiene en jaque en algunos lugares al PRI no es el
PAN sino el PSUM [...] evidentemente no queremos
pugnar por un partido político, sabemos que son una
parte muy transitoria [...] si alguna lección sacó la
iglesia católica del siglo pasado fue que no tenía que
ligarse con ningún partido político, y además, si de
veras anduviéramos buscando un partido político que
nos sirva de apoyo nos iríamos con el PRI, pues
después de cincuenta y tantos años de estar probando
que tienen la sartén por el mango, ¿quién va a andar
buscando otro partido.
Así, después de que en 1983 el PRI probara el
costo políticamente negativo de tener un enfrentamiento abierto con la Iglesia, ahora guardaba silencio ante
el documento y evitaba la propaganda negra contra
los obispos. La táctica fue, por el contrario, de acercamiento. El delegado del CEN del PRI, Manuel Gurría
Ordóñez, fue a visitar al arzobispo de Chihuahua el 15
de mayo, y cuenta don Adalberto: “Me invitó para que
me hiciera del PRI.”
La jerarquía contra el régimen
El discurso y la presencia de los obispos norteños fue
hasta antes del 6 de julio, la emisión de una teología de
6
44
los derechos humanos, centrada fundamentalmente en
los procesos electorales, con lo que se pudo asegurar
una eficacia simbólica sobre los católicos practicantes
que formaron parte de la convergencia social antifraude.
Después de las elecciones, los obispos del norte
denunciaron el fraude y pasaron a las acciones. El 12
de julio, en la homilía que se leyó en todos los templos
de la ciudad de Chihuahua, se afirmó la denuncia de
fraude y se anunciaron las acciones que en consecuencia tomaría la jerarquía:
El domingo pasado, seis de julio, hubo alguien que cayó
en manos de unos salteadores; alguien que sufrió toda
suerte de vejaciones, maltratos, burlas y desprecios.
Alguien a quien se atacó en lo más delicado de su dignidad, a quien se amenazó a alguien, fue el pueblo de
Chihuahua [...]
Por eso, conforme al Evangelio que también es denuncia, denunciamos enérgicamente los hechos vergonzosos de la jornada electoral del domingo 6 de julio. Denunciamos la mentira, el fraude, el tortuguismo, la prepotencia de la fuerza pública, la suplantación de personas, el chantaje, las amenazas, y toda suerte de arbitrariedades que se dieron ese día [...] Que el hecho de que
este domingo 20 permanezcan los templos sin el culto
acostumbrado, como lo hemos determinado y lo estamos anunciando, como señal de protesta, sea un fuerte
grito de nuestra parte para quienes todavía hoy permanecen con los ojos vendados o están ciegos por su
propia culpa.
Después de la homilía del arzobispo, empezó a
moverse la maquinaria estatal y la eclesiástica para ver
en qué forma se podía neutralizar la radical acción anunciada. Como parte de las prácticas toleradas, existe una
relación especial, que no es completamente oficial, pero
que opera y funciona entre la jerarquía católica y el aparato estatal mexicano. Esta tolerancia se mantiene dentro de una tensión que se expresa cada vez que la frontera institucional es rebasada por la práctica religiosa o
cuando se trata de alguna “innovación” eclesial.
En el caso de Chihuahua, los obispos, sus documentos y acciones antifraude, entraron en la zona prohibida al condenar las prácticas corruptas del fraude
electoral y culpar directamente al gobierno.
El secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, pidió al delegado apostólico, Girolamo Prigione, su intervención para echar atrás la huelga de misas decretada
por el arzobispo Almeida. El viernes 18 de julio llegó la
orden de la Delegación Apostólica de no suspender los
cultos. La orden estaba firmada desde Roma por el secretario de Estado del Vaticano, Vaticino Casaroli. El
argumento explicitado era la contradicción de privar a
OCTUBRE-DICIEMBRE 2007
44
SynthesiS
los católicos de su culto, según derecho canónico. Finalmente, hubo misas y el arzobispo Almeida se disciplinó:
arreglos privados, declaraciones públicas.
Las relaciones especiales entre los jerarcas, la Delegación del Vaticano y la secretaría del control mexicano llegaron a un concordato de coyuntura. La historia se
hizo pública y el propio arzobispo Almeida declaró la
versión a la revista Proceso, la cual tituló su portada
con la siguiente leyenda: “Bartlett logró la intervención
del Papa en Chihuahua”.
Quizá para no quedarse con la duda, cuatro años
más tarde, el papa visitaría la ciudad de Chihuahua el 10
de mayo de 1990. Dos años más tarde, tanto Iglesia
como Estado modificarían sus documentos constitutivos.
estado de embriaguez, o por afición inmoderada de velocidad, ponen en peligro la seguridad de los demás y la suya propia en las carreteras, en el mar o en el aire, se hacen gravemente culpables.2
O un apoyo en el sistema penal de impartición de
justicia, cuando el catecismo permitió la pena de muerte:
2266. La preservación del bien común de la sociedad exige colocar al agresor en estado de no
poder causar perjuicio. Por este motivo la enseñanza tradicional de la iglesia ha reconocido el justo fundamento del derecho y deber
de la legítima autoridad pública para aplicar
penas proporcionadas a la gravedad del delito, sin excluir, en casos de extrema gravedad,
el recurso a la pena de muerte. Por motivos
análogos quienes poseen la autoridad tienen
el derecho de rechazar por medio de las armas
a los agresores de la sociedad que tiene a su
cargo.3
1992: Año de reformas en la Iglesia y en el
Estado
El año de 1992 fue fructífero en reformas que lograrían
tender lazos legales en los puntos de entendimiento entre Estado e Iglesia.
Ese año se publicó (y decretó, según entiendo de
derecho canónico) El catecismo de la iglesia católica. A los católicos no se nos permite interpretar la Biblia
libremente; por ello, la Iglesia publica el catecismo que
permite al fiel proveer en las prácticas la exacta observancia de las enseñanzas cristianas.
La iglesia católica opinó en su catecismo libremente sobre el papel que el Estado debería jugar en relación
a los fieles y los deberes divinos:
2431. La responsabilidad del Estado. “La actividad económica, en particular la economía de mercado,
no puede desenvolverse en medio de un vacío
institucional, jurídico y político. Por el contrario
supone una seguridad que garantiza la libertad
Individual y la propiedad, además de un sistema
monetario estable y servicios públicos eficientes. La primera incumbencia del Estado es, pues,
la de garantizar esa seguridad, de manera que
quien trabaja y produce pueda gozar de los frutos de su trabajo y, por tanto, se sienta estimulado a realizarlo eficiente y honestamente [...]” 1
No obstante, los diferentes estados y gobiernos del
mundo encontraron en el catecismo apoyos posiblemente
inesperados por parte de la Iglesia. Así, en el desarrollo
del mandamiento “no mataras”, la Iglesia considera pecado el conducir a exceso de velocidad:
2290. La virtud de la templanza conduce a evitar toda
clase de excesos, el abuso de la comida, del alcohol, del tabaco y de las medicinas. Quienes en
OCTUBRE-DICIEMBRE 2007
Pero aún más. Los gobiernos del mundo encontraron un apoyo fehaciente en el catecismo de la iglesia católica cuando se declara como pecado el no pagar impuestos o no ejercer el sufragio. Al desarrollarse en el catecismo el mandamiento de “amarás a tu
prójimo como a ti mismo” en el apartado V “Las autoridades en la sociedad civil” específicamente en la
parte de los deberes ciudadanos, se estipula en el párrafo 2240:
2240. La sumisión a la autoridad y la
corresponsabilidad en el bien común exigen
moralmente el pago de los impuestos, el ejercicio del derecho al voto, la defensa del país
[...]4
Por su parte, el estado mexicano en el año de
1992 modifica el artículo 130 de la Constitución y reconoce la personalidad de lo que ahora se llama asociaciones religiosas. En ese mismo año se inicia con
la beatificación de Juan Diego y se gestan nuevas
visitas del papa a tierra azteca.
Este es nuestro presente y es nuestra realidad; lo
demás... lo demás ya es historia.
Notas
1
2
3
4
Catecismo de la iglesia católica, Barcelona, Asociación de Editores del Catecismo, 1992, p. 530.
Ibídem, p. 503.
Ibídem, p. 498.
Ibídem, p. 493. S
7
Descargar