127 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio Elizabeth Aponte Jaramillo* Resumen Este documento describe la política monetaria aplicada en Colombia durante el período 1990-2007 antes de la crisis financiera mundial del presente siglo y analiza la incidencia que tuvo el resultado de dicha política sobre la tasa de paridad de intereses. Para probar la hipótesis de paridad de intereses se plantea un modelo de cointegración. Desde 1991 el Banco de la República es independiente. La política mone‑ taria se ha focalizado hacia el control de la inflación y a partir de 1999 el sistema del tipo de cambio es flexible. Los resultados muestran que entre 1990 y 2007 Colombia redujo la tasa de inflación de manera considerable (de dos dígitos a uno) y disminuyó el diferencial de intereses, pero no existe evidencia sobre el cumplimiento de la paridad de intereses. Palabras clave Política monetaria, estabilización eco‑ nómica, paridad de intereses. Abstract This document describes the mone‑ tary policy applied in Colombia during 1990-2007, before the financial world crisis of this century, and analyzes the impact of effects of this policy on inter‑ est rate parity. There is raised a cointe‑ gration model to test the hypothesis of equality of interest during that period. Since 1991 the Central Bank (Banco de la República) is independent, the monetary policy has been focused on controlling inflation and since 1999 the exchange rate system is flexible. The results show that between 1990 and 2007 Colombia reduced inflation rate from two digits to one, and decreased interest rate differential, but there is no evidence of reducing inflation rate sig‑ nificantly enough to fulfill interest parity. * Doctora en Economía, Universidad de Oviedo. Editora Revista de Economía & Administración. Correo-e: eaponte@uao.edu.co. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 128 Elizabeth Aponte Jaramillo Key words Monetary policy, economic stabili‑ zation, interest parity. Clasificación J.E.L: E52, E63, E43, E44, F32. Introducción A partir de la década del 90 Colombia asumió dos reformas institucionales y económicas de gran trascendencia, a saber: internacionalización de la eco‑ nomía y banca central independiente. La apertura internacional se dio a través del desarrollo de tres reformas de manera integrada: comercio ex‑ terior, sistema financiero y mercado cambiario, todas con el propósito de respaldar mejores condiciones para el libre movimiento de bienes, servicios y capitales. Un hecho histórico fue el reconoci‑ miento por la Constitución de 1991 de la independencia del Banco de la República. A partir de ese momento la autoridad monetaria asumió con liderazgo su papel y concibió, por una parte, que una inflación baja es importante para responder con precios de competencia en los mercados inter‑ nacionales y por la otra, que la guía del Fondo Monetario Internacional recomienda moderación de precios. El Banco de la República empezó a tejer su política con una meta clara y decidida: reducir la inflación de dos dígitos a uno y convertir la política de control de la inflación en el eje de las metas macroeconómicas de Colombia. La política de desinflación llevada a cabo en Colombia desde 1991 pre‑ senta dos períodos diferenciados. Hasta mediados de 1998 se trabajó con un esquema de metas o rangos de inflación por alcanzar en el largo pla‑ zo y tal como lo plantea Kalmanovitz (2001a, 2001b) hubo desaciertos en este manejo no solo porque la tasa de inflación continuó en dos dígitos –aun‑ que inferior al indicador de principios de la década– sino porque el uso de la oferta monetaria como meta inter‑ media no resultó ser el instrumento más adecuado para capturar los movi‑ mientos de la demanda monetaria y su incidencia sobre las variables de trans‑ misión como son la tasa de interés del mercado y el tipo de cambio nominal. Desde finales de 1998, se comenzó a trabajar con el método de inflación objetivo (target inflation), es decir, con metas interanuales sumándose así a la estrategia monetaria adoptada por un buen número de bancos centrales en la década de los noventa. Desde el 2000 el sistema de tipo de cambio en Colombia es flexible. Se tiene una línea de referencia para la base monetaria y las señales de políti‑ ca monetaria se transmiten a través de las tasas de interés de corto plazo del Banco de la República, política que al parecer ha contribuido positivamente al descenso y moderación de la tasa de inflación. Es de esperar que en una economía en la que la que los capitales fluyen libremente, las tasas de interés in‑ ternacional y doméstica tiendan a Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 129 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio converger. En Colombia, a medida que fue descendiendo la tasa de inflación y se aplicaba el programa de liberalización de la economía, se presentó una reducción del diferencial de intereses como una respuesta al manejo de política económica que respalda el comportamiento de las variables monetarias. Como promedio 1990-2007 la diferencia entre la tasa de interés interna y la tasa de interés externa fue de 15,49 puntos dado que hubo transformaciones importantes en la aplicación de la política económica. Es relevante indicar que durante el período 1990-1998 el diferencial de intereses fue de 24,86 puntos y en el siguiente período de 1999-2007 este diferencial se ubicó en 6,12 puntos (Figura 1). Figura 1. Diferencial de intereses en Colombia 1990-2007* 35,00 Diferencia en puntos porcentuales i-i* 30,00 25,00 20,00 15,00 10,00 5,00 0,00 Ene 90 -5,00 Ene 91 Ene 92 Ene 93 Ene 94 Ene 95 Ene 96 Ene 97 Ene 98 Ene 99 Ene 00 Ene 01 Ene 02 Ene 03 Ene 04 Ene 05 Ene 06 Ene 07 * Calculado como la diferencia entre las tasas de referencia del mercado colombiano, DTF y la Libor a un año de maduración. Fuente: Elaborado con los datos de “Series Estadísticas”, Banco de la República, www.banrep.gov.co/serieses‑ tadisticas y HSH Associates Financial Publishers, www.hsh.com/indices/fnmalibor. El descenso de la inflación así como la reducción del diferencial de intereses durante los últimos años en Colombia son hechos que dan una visión bastan‑ te positiva acerca del manejo de la po‑ lítica monetaria y reflejan una conexión de mayor fluidez y certidumbre entre la aplicación de la política económica y el grado de respuesta de los agen‑ tes financieros que intervienen en el mercado de capitales. Los diversos 1 agentes de la economía se han visto beneficiados con las disposiciones en materia de movilidad de capitales ya que se flexibilizaron los requisitos para los inversionistas nacionales (en el país y en el exterior) y también para los extranjeros, con un tratamiento de igualdad entre estos agentes y la eliminación de restricciones para la inversión tanto de portafolio como 1 directa . El tema de la movilidad de capitales en Colombia, su reglamentación, restricciones, proceso Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 130 Elizabeth Aponte Jaramillo La convergencia de tasas de interés se conoce en la literatura internacional como paridad de intereses. Expresada en forma de ecuación, la paridad de in‑ tereses plantea que en las economías abiertas la tasa de interés interna debe ser igual a la tasa de interés externa ajustada por la variación del tipo de cambio [i = i* + (et,m - et-1,m)]2. El cum‑ plimiento de la hipótesis de paridad de intereses –según lo planteó el premio Nobel de Economía Robert Mundell en sus diversos artículos de la déca‑ da de los años sesenta– es una clara señal de que una economía va por la senda del equilibrio macroeconómico y en ese sentido la balanza de pagos y el saldo en reservas internacionales tendrán el nivel óptimo deseado para la economía. Respecto al sector externo en pro‑ medio –según las estadísticas del Banco de la República durante el período de análisis– el déficit en cuenta corriente fue de 597 millones de dólares y la cuenta de capitales y financiera presentó un superávit de 1.957 millones de dólares, dejando así un saldo promedio y positivo en la balanza de pagos de 1.360 millones de dólares. Dados estos resultados, el déficit en cuenta corriente podría no ser motivo de preocupación; sin embargo, el mismo Banco de la Re‑ pública consideró que la economía colombiana aún se encontraba en una posición de vulnerabilidad externa por efecto de un monto superior de deuda externa en relación al valor acumula‑ do en reservas internacionales netas (Banco de la República, 2003). En el resultado de la deuda externa hay que anotar que el gobierno nacional mantiene responsabilidades; desde la independencia del Banco Central el gobierno dejó de recibir recursos procedentes de la emisión monetaria, por lo cual en la financiación de sus gastos el componente de empréstitos internacionales es importante. Este artículo describe la política mone‑ taria aplicada en Colombia durante el periodo 1990-2007 con el objetivo de observar la incidencia de dicha política sobre la condición del equilibrio del sector externo o tasa de paridad de intereses. Marco teórico Política de estabilización monetaria La política de estabilización monetaria en una economía abierta parte, según Mundell (1960, 1961a, 1961b, 1962, 1963), del criterio de estabilidad y su clasificación en interna y externa. La primera tiene que ver con el empleo y los precios y la segunda se relaciona con el equilibrio de balanza de pagos. Según el autor, el contexto de pleno 2 Si el mercado de capitales es perfecto no hay asimetrías de información y hay credibilidad en el manejo de la política monetaria y cambiaria, las expectativas del tipo de cambio son claramente predecibles y por lo tanto, la ecuación de paridad indicará una igualación estricta entre la tasa de interés interna y la externa. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio empleo es un problema que debe ser atendido por el gobierno en tanto que los precios y la balanza de pagos tienen un vínculo más estrecho con la autoridad monetaria. La aplicación de la política monetaria tiene un dilema de elección porque hay tres variables implícitas en este juego: precios, tasa de interés y tipo de cambio. Ahora bien, las tres no pueden coexistir y deberá escogerse entre variación en los precios internos o en el tipo de cambio. Este criterio conduce a la denominada trinidad im‑ posible que indica que no puede darse al mismo tiempo libertad de capitales, estabilidad cambiaria e independencia de la política monetaria3. Bajo este contexto, ambos mercados (interno y externo) son objeto de la influencia de dos variables esencia‑ les: las tasas de interés y los precios relativos del comercio exterior (tipo de cambio nominal). Con el supuesto de que tanto la tasa de interés como los precios internacionales están dados, la tasa de interés interna es determinada por el banco central a través del pro‑ ceso de otorgar liquidez a la economía vía operaciones de mercado abierto y en concordancia con el balance del mercado de capitales. Respecto a los precios relativos del comercio exterior, sus variaciones solo pueden resultar de cambios en el nivel de precios in‑ ternos o en el tipo de cambio. 131 Desde el punto de vista del mercado externo, la tasa de interés y el tipo de cambio son dos variables que defi‑ nen una combinación de equilibrios de balanza de pagos. Por una parte, para cualquier tasa de interés dada un incremento en el nivel de precios o una apreciación del tipo de cambio deteriora el equilibrio de la balanza de pagos; y por el otro, para cualquier tasa de cambio dada un incremento en la tasa de interés mejora el saldo de la balanza de pagos. Para que el sistema económico esté en equilibrio se requiere también de equilibrio en el mercado de bienes y servicios (balance de comercio igual a exceso de ahorro sobre inversión). Una elevación en el nivel de precios o en la tasa de cambio desmejora el balance del comercio en tanto que des‑ censos en la tasa de interés influencian positivamente el gasto de inversión. Las reacciones de los mercados a los shocks de las variables esenciales del equilibrio (tasa de interés y tipo de cambio) dependen del libre mercado y de la política de estabilización del banco central. Cuán libre y fluido es el mercado en general, pero principal‑ mente el de capitales y cómo orienta y efectúa el banco central su política, primordialmente en torno al sistema de tipo de cambio, es el juego económico que logra o no restablecer el equilibrio, definir la velocidad del ajuste y su 3 Ver para el caso colombiano a Clavijo (1994) y Gómez (2006). Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 132 Elizabeth Aponte Jaramillo estabilidad. Por lo tanto, el papel que adquiere el sistema de tipo de cambio, la movilidad de capitales y el nivel y cambio de reservas internacionales es ahora crucial para entender la efectividad de la política monetaria de estabilización. proceso trata de explicarse en las siguientes líneas. La libre movilidad de capitales es clave para el proceso de ajuste y si además, este sistema es perfecto, la tendencia a aumentar el grado de respuestas es mucho mayor de acuerdo con la operatividad que permite el sistema de tipo de cambio. El sistema tipo de cambio determina la velocidad de ajuste de los parámetros que acom‑ pañan la reacción de los mercados a los movimientos de la tasa de interés y del tipo de cambio y en conjunto con el grado de importancia que la autoridad monetaria les otorgue a las reservas internacionales se presentará el equi‑ librio y su estabilidad. (i = i* + (et, m - et-1, m)4 La conjugación sistema de tipo de cambio y movilidad de capitales otorga diferentes características de acciónreacción de los mercados a los shocks entre las tasas de interés y el tipo de cambio. Debe tenerse en claro que en la economía abierta el principio básico es que el diferencial entre los tipos de interés provoca desajustes (déficit o superávit) en los flujos de capital y que la naturaleza de los desequilibrios está asociada al tipo de cambio. Este Los movimientos del tipo de cambio y la generación de expectativas sobre esta variable permiten ajustar los dife‑ renciales de tasas de interés por medio de la ecuación de paridad de intereses: Según si los agentes económicos que intervienen en el mercado perciben o no un riesgo adicional, la paridad de intereses tenderá o no a cumplir‑ se. Este riesgo se denomina premio cambiario y puede ser la oportunidad de obtener ganancias extras a tra‑ vés de las transacciones de capital (especulación). El premio cambiario capta las diferencias entre la realidad económica, los dictámenes de política y la formación de expectativas, carac‑ terísticas derivadas de la estabilidad y 5 solidez macroeconómicas . Los diferenciales entre tasas de interés provocan dos situaciones antagónicas: el banco central pierde reservas inter‑ nacionales u obtiene reservas, hechos que no pueden darse de manera permanente. Solo se puede alcanzar el equilibrio exterior cuando los tipos de interés internos tiendan a igualar a los extranjeros (en forma directa o a través de las expectativas del tipo de cambio); en caso contrario, si son más altos se registra una entrada masiva 4 Recuérdese que las expectativas pueden tomar el valor de cero según la certidumbre que se tenga sobre el funcionamiento del mercado cambiario. 5 Este aspecto ha sido resaltado por Rennhack y Mondino (1989) y Posada (1999) para el caso de Colombia. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio de capitales y si son más bajos se presenta salida de capitales. Según el criterio anterior, en un proce‑ so de estabilización es importante tan‑ to el nivel de reservas internacionales como su variación, toda vez que este desempeño otorga señales al mercado acerca de la estabilidad de los indica‑ dores y la credibilidad sobre el manejo de la política económica, además de que incide en el comportamiento de los agentes quienes generan sus ex‑ pectativas alrededor de las tasas de interés y del tipo de cambio, y según sea esta se establecen ambientes es‑ peculativos que limitan el alcance del equilibrio en la balanza de pagos. Si las reservas son muy bajas una tasa de interés interna alta parece suficien‑ te para lograr elevar paulatinamente el monto de las reservas internacionales; en general, tiende a preocupar un poco más la reducción de reservas que su incremento (todo depende de las circunstancias y la volatilidad del tipo de cambio). Un sistema efectivo de pagos interna‑ cionales basado en un esquema de tipo de cambio fijo, por ejemplo, re‑ quiere que este sea capaz de proveer suficiente liquidez a nivel internacional, de esta manera el costo de soportar determinado nivel–flujo de reservas debe ser valorado en términos de qué sistema de tipo de cambio conviene sostener de acuerdo con las caracte‑ rísticas de la economía. Un sistema de tipo de cambio fijo requiere un alto grado de confianza en su soste‑ nimiento, de lo contrario se propician 133 condiciones para la especulación y la inestabilidad cambiaria, situación que es común en Colombia puesto que se percibe un clima generalizado de información asimétrica que marca las pautas de la puesta de activos interna‑ cionales de corto plazo que exigen que los agentes se cubran frecuentemente del riesgo y asuman cada vez primas más altas que tienden a recoger la variabilidad de las reservas internacio‑ nales y la vulnerabilidad internacional de las economías. La fuerza y la duración de estos climas de inestabilidad están fuertemente asociadas a la rapidez con la cual ac‑ túe el banco central para contrarrestar los movimientos especulativos. Se requiere que a través de la política monetaria se establezca una tasa de interés capaz de revertir el influjo o salida de capitales, es decir, una tasa baja para el primer caso y una alta para el segundo. De este modo, el balance de pagos se convierte en función del nivel de reservas internacionales y del estímulo al flujo de capitales o restricciones (alta sensibilidad de los movimientos de capital a la tasa de interés). Cuando existe un sistema de tipo de cambio flexible, las alternativas de especulación son menores puesto que en esta oportunidad el banco central no necesita ejercer un control directo sobre las reservas interna‑ cionales; en caso de requerirse de una intervención, las fluctuaciones del tipo de cambio serán de carácter esporádico. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 134 Elizabeth Aponte Jaramillo Por consiguiente, el adecuado manejo de la política monetaria de‑ pende del valor de los parámetros (precios, tipo de cambio y tasa de interés) y de la velocidad de ajuste del sistema monetario–cambiario. La autoridad monetaria puede esta‑ bilizar el tipo de cambio usando la política financiera para mantener el equilibrio externo y permitir que el nivel de precios mantenga el equi‑ librio interno; o por el contrario, la puede estabilizar el nivel de precios utilizando la política financiera para mantener el balance interno y per‑ mitir que el tipo de cambio sostenga el balance externo. La decisión final que la autoridad monetaria adopte respecto a estas opciones implicará asumir un deter‑ minado sistema de tipo de cambio. En ese sentido, debe considerarse que si existe movilidad de capitales el sistema de tipo de cambio fijo ge‑ nera ajustes directos mientras que el sistema de tipo de cambio flexible alcanza el equilibrio solo después de efectuar oscilaciones alrededor de este. Por el contrario, si no hay movili‑ dad de capitales un sistema de tipo de cambio fijo no necesariamente logra el equilibrio en tanto que un sistema tipo de cambio flexible proporciona un buen ajuste. Según Mundell (1960) la explicación de por qué cuando hay alta movilidad de capitales funciona mejor un siste‑ ma de tipo de cambio fijo se sustenta en que la tasa de interés (variable de ajuste) tiene un efecto directo en el mercado para el cual responde –es decir, la balanza de pagos– mientras que si hay baja movilidad de capita‑ les se presentan ciclos de oscilación porque la tasa de interés afecta la balanza de pagos solo a través de la interacción con el mercado de bienes y servicios y los precios. En el caso del sistema de tipo de cambio flexible, cuando existe alta movilidad de capitales la operatividad no es tan buena porque la tasa de interés tiene un mayor efecto directo sobre la ba‑ lanza de pagos que sobre el mercado de bienes y servicios; en cambio, este sistema funciona efectivamente cuando el capital es inmóvil debido a que sus repercusiones indirectas son pequeñas o nulas. Un sistema traba‑ ja mejor si las variables responden al mercado en el cual se ejerce la influencia más directa. De cualquier forma, la bondad del alcance del equilibrio está condicionada por el nivel de reservas internacionales: si el nivel de reservas internacionales no es el óptimo (entendido en la ge‑ neralidad como el requerido según sean las condiciones internacionales de pagos de la economía) el sistema económico como un todo no estará equilibrado. El banco central con su política mo‑ netaria, tiene una responsabilidad permanente sobre las reservas inter‑ nacionales: deberá preocuparse tanto por el nivel como por su variabilidad. El nivel y el cambio (nivel–flujos) de las reservas internacionales son la conexión de la economía interna Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio con los agentes inversores externos6 quienes siguen y analizan esta varia‑ ble como un medidor de la confianza de la economía dentro del mercado internacional de capitales y dan paso en este proceso a la convergencia de las tasas de interés. Si la hipótesis de la paridad de intereses se cumple se puede interpretar como la señal de que una economía va por la senda del equilibrio macroeconómico y en ese sentido la balanza de pagos y el saldo en reservas internacionales tendrán el nivel óptimo deseado para la economía. Modelos de paridad de intereses El comportamiento de los agentes frente a los dictámenes de la política monetaria en una economía abierta se intenta capturar mediante modelos re‑ lacionados con la paridad de intereses. En el contexto de la macroeconomía internacional, la comprobación de la hipótesis de tasa de paridad sugiere que los movimientos del tipo de cam‑ bio compensarán los diferenciales de interés. Mediante una ecuación de regresión se expresa el modelo de la siguiente manera: (et, m - et-1, m) = α + ß(i - i*)+ u donde: (1) 135 ● (et, m - et-1, m) es la expectativa del tipo de cambio calculada como la diferencia entre el logaritmo del nivel del tipo de cambio en dos períodos consecutivos (mensual, trimestral o anual). ● α es la constante del modelo cuyo valor debe ser cero si la paridad se cumple. Es un coeficiente que asemeja la prima al riesgo y cuando los agentes de la economía tienen aversión al riesgo su valor debe ser negativo indicando con ello que los activos internos son más riesgosos que los externos. ● ß es el coeficiente que acompaña al diferencial de intereses (i - i*) y debe ser aproximadamente igual a la unidad para que se cumpla la paridad. ● i e i* corresponden al logaritmo de una tasa de descuento o de rentabilidad (1+i y 1+i*) acorde con el período del cálculo de las expec‑ tativas (tasas de interés mensual, trimestral o anual). ● u es el componente aleatorio del modelo que recoge los errores asumidos en la estimación de una regresión econométrica. Algunos investigadores con el propó‑ sito de recoger de manera explícita los riesgos inherentes en que incurren los tenedores de activos internacionales, incluyen una variable específica para capturar la prima al riesgo7. 6 Estas inversiones pueden ser préstamo neto, adquisición o venta de activos financieros, inversión directa y compra o venta de bienes de capital. 7Estas inversiones pueden ser préstamo neto, adquisición o venta de activos financieros, inversión directa y compra o venta de bienes de capital. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 136 Elizabeth Aponte Jaramillo (et, m - et-1, m) = α + ß(i - i*) + cφ + u (2) donde: ● c es el coeficiente del premio cambiario (φ); debe ser cercano a menos uno para que se cumpla la paridad en sentido estricto. Respecto a la variable prima al ries‑ go o premio cambiario, en general si bien existe un consenso sobre su significado no sucede lo mismo en términos de su medición. Por una parte, algunos investigadores como Montañés y Sanso (2006) consideran que este valor queda incorporado en la constante del modelo (α); otros, como Rowland (2003) especifican una tasa determinada según las características de las economías (bonos del tesoro de Estados Unidos a largo plazo, bonos del tesoro de otros gobiernos y tasas de valoración de premio país de las economías, entre otras). En la práctica, si se consideran facto‑ res tales como períodos de análisis, las economías estudiadas y sus dictáme‑ nes específicos de política económica, las tasas de interés utilizadas y sus plazos, la comprobación de la paridad de intereses tiene una aceptación parcial dentro de la literatura empírica económica. No por esto el tema de la paridad de intereses deja de ser importante para entender el funciona‑ miento del mercado internacional de capitales8. La cuestión fundamental a nivel in‑ ternacional es entender por qué en la mayoría de los casos de estudio el parámetro ß se aleja demasiado de la unidad y además tiende a ser negativo. Chinn y Meredith (2004) e Isard (2006) resaltan esta clase de resultados. Al parecer, parte de la explicación de este hecho se sustenta en la variable tiem‑ po. El análisis de corto plazo tiende a rechazar la hipótesis tal vez porque en este lapso las autoridades mone‑ tarias usan la tasa de interés como instrumento de la política monetaria y transmiten mayor variabilidad a los ajustes entre las tasas de interés y el tipo de cambio. Es más probable acep‑ tar la hipótesis para el largo plazo ya que en esta temporalidad se recogen las características estructurales de los fundamentales de la economía. Taylor (1989) no encuentra evidencia acerca de la obtención de beneficios adicionales a partir del arbitraje den‑ tro de épocas de relativa calma en el comportamiento del tipo de cambio y el mercado de dinero. Por el contrario, es probable que se presente esta oportu‑ nidad durante períodos caracterizados por turbulencias en los mercados en los cuales la frecuencia, el tamaño y la persistencia de estas oportunidades están positivamente asociadas con el nivel de maduración de los activos. 8 Ver por ejemplo, Flood y Marion (1998) y Mehl y Cappiello (2007). Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio Flood y Rose (2002) estudian el fe‑ nómeno de la volatilidad que generan las bandas deslizantes de un tipo de cambio cuando no se tiene mu‑ cha credibilidad en la autoridad que controla el sistema; por el contrario, los agentes económicos saben que pueden establecer una alta presión hasta lograr que se elimine la banda. En estos casos se originan crisis que involucran al tipo de cambio y a la tasa de interés con lo cual no es tan fácil que se cumpla la paridad de intereses. Mehl y Cappiello (2007) estudian para el caso de Estados Unidos y por países de comercio la paridad de intereses. Los autores encuentran que el largo plazo apoya el cumplimiento de la paridad con las economías más de‑ sarrolladas mientras que para el caso de los países emergentes se acomoda mejor un modelo de mediano plazo y no lineal. Para probar la hipótesis de la pari‑ dad de intereses, Montañés y Sanso (2006) argumentan que la dificultad en la comprobación de esta hipótesis radica en el método econométrico empleado 9. Según los autores, en primera instancia, esta clase de tra‑ bajos requiere modelos de series de tiempo los cuales exigen para su con‑ sistencia de datas de largo plazo. En segundo lugar, debe usarse la técnica apropiada (cointegración) para evitar 137 conclusiones basadas en relaciones espurias. Rowlan (2003) también enfatiza la importancia de trabajar con cifras de un largo plazo y argumenta empírica‑ mente cómo la paridad de intereses tiende a cumplirse a medida que se aumenta la maduración de las tasas de interés. No obstante, no circunscribe el desarrollo del modelo a la metodo‑ logía de cointegración y plantea que la comprobación del valor del parámetro ß es indistinto si se utiliza este método o el tradicional econométrico. En términos del grado de detalle de los modelos, estos han obedecido al estudio de coyunturas económicas específicas y de alta incidencia en la economía mundial. Flood y Marion (1998) identifican dos generaciones de modelos: los primeros, desarrollados para evaluar fenómenos relacionados con la sostenibilidad de tipos de cam‑ bio fijo durante las décadas de 1970 y 1980; y los segundos, realizados para capturar y medir las crisis finan‑ cieras internacionales generadas a partir de mediados de los noventa10. En resumen, los primeros se relacio‑ nan con las políticas de estabilización macroeconómica y los segundos con el funcionamiento de corto plazo del mercado de activos internacionales. La primera generación de modelos trabaja con ecuaciones matemáticas 9 Montañés y Sanso (2006) analizan con óptica de la estadística y la econometría varias de sus referencias bibliográficas internas. 10 Esta clasificación temporal no implica que los trabajos iniciales hayan perdido vigencia; por el contrario, el sentido de estas investigaciones va de acuerdo con los objetivos propuestos en cada caso. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 138 Elizabeth Aponte Jaramillo lineales (modelos de regresión lineal) que buscan conocer el alcance del equilibrio económico a partir de la ecuación de la paridad de intereses, la cual puede incluir o no una forma explícita para la variable premio al ries‑ go. La segunda generación requiere trabajar con modelos de optimización dinámica (ecuaciones matemáticas no lineales) que tienen múltiples so‑ luciones y permiten definir sendas de desequilibrio-oscilación que capturan 11 incertidumbres y volatilidades . Otros modelos plantean conjuntamen‑ te la paridad de intereses y la paridad del poder de compra, definiendo el efecto Fisher y la paridad de interés real. Si las expectativas son racio‑ nales, el diferencial de las tasas de interés nominal será un predictor no sesgado del diferencial futuro de infla‑ ción y en esa medida también las tasas reales de interés deberán ser iguales (Rico, 1999). La política monetaria en Colombia Con el mandato abierto por la Cons‑ titución de 1991 la independencia del Banco de la República le otorgó la autonomía necesaria para el logro de la estabilidad de precios. El banco central ha tenido por objeto desde entonces la reducción gradual de la tasa de inflación. En los párrafos si‑ guientes, se describe cómo el Banco de la República ha orientado su política para alcanzar el propósito de reducir la inflación. Nivel de reservas internacionales, sistema de tipo de cambio y control de la inflación Al comenzar la década del noventa Colombia, al igual que varios de los países de América Latina, experimen‑ tó una entrada masiva y cuantiosa de capitales respecto a los años precedentes12 que comprometía de manera negativa el logro de la política monetaria en la medida en que esta afluencia de divisas se traducía en un exceso de reservas internacionales. Al respecto, debe entenderse el con‑ cepto universal de nivel adecuado de reservas internacionales y cómo este es sustentado en Colombia en dos situaciones particulares: 1990-1998 (exceso de divisas) y 1999-2007 (des‑ acumulación de divisas): las reservas internacionales sirven como garantía de que una nación está en capacidad de saldar sus obligaciones de pagos internacionales. Sin embargo, la deci‑ sión sobre cuál es el monto adecuado para un país depende de los costos y los beneficios en que se incurre por mantener determinado nivel. El concepto de costo se establece en términos de un costo oportunidad calculado como la diferencia entre el costo de la deuda externa y el rendi‑ miento de las reservas internacionales. 11 Algunos de estos modelos pueden encontrarse por ejemplo, en Obstfeld y Rogoff (1996) y Krugman y Obst‑ feld (2000). 12Langebaek (1993) contiene una buena síntesis de este hecho para Colombia. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio El beneficio es medido como la pérdida de producto que evita una economía por tener un nivel de reservas que hace al país más estable y menos vulnerable ante shocks negativos, por lo tanto debe existir un nivel de reser‑ vas que iguale los costos y beneficios. Este es el nivel adecuado u óptimo de reservas internacionales. De acuerdo con Oliveros y Varela (1994) los modelos referentes al nivel óptimo de reservas internacionales pueden resumirse en dos: aquellos que en su especificación privilegian el papel de los shocks de la cuenta corriente de la balanza de pagos en la determinación de las crisis externas y los que enfatizan que en un ambiente con movilidad de capitales las crisis ex‑ ternas surgen de shocks en la cuenta de capitales de la balanza de pagos. Para el caso colombiano, el cálculo del nivel óptimo de reservas interna‑ cionales durante los años noventa se efectuó con base en la primera opción de modelos, es decir, en la que la va‑ riable clave es el resultado de la cuenta corriente; la segunda alternativa de modelos se utilizó para el presente siglo y en ella la variable clave es el saldo de la cuenta de capitales (Banco de la República, 2003). Bajo estos criterios, a mediados de la década del noventa Colombia experi‑ mentaba un exceso de reservas inter‑ nacionales de un 50% que permitía 139 solventar el pago de importaciones de nueve meses13, toda vez que el cálcu‑ lo del nivel adecuado de divisas era aproximadamente de 4.600 millones de dólares, mientras que los registros daban cuenta de alrededor de 8.000 millones de dólares. A finales de la década del noventa –entre los años 1998 y 1999– el ritmo de acumulación de reservas se redujo (ver Cuadro 1) y este hecho aunado al crecimiento del déficit fiscal del gobierno nacional central, a la crisis de iliquidez del sistema financiero (colapso de los reembolsos del crédito hipotecario) y a la posición político-internacional de Colombia, llevaron al Banco de la República a argumentar que el país no tenía grandes excedentes de reservas internacionales y la economía se es‑ taba tornando vulnerable frente a los mercados internacionales de capitales (Banco de la República, 2007). Cuando hay movilidad de capitales (en la actualidad este mercado en Colom‑ bia es móvil y aunque imperfecto tiene menos restricciones que las existentes en las últimas dos décadas) la relación reservas internacionales a meses de importación tiende a perder relevancia y dar paso a indicadores que relacio‑ nen las reservas internacionales con la deuda externa, el servicio de la deuda externa, las amortizaciones de deuda y el déficit en la cuenta corriente. Cuan‑ do el indicador en referencia es inferior 13 Se concibe que un rango máximo de meses de importación debe estar entre tres y seis (Banco de la Repúbli‑ ca, 2003). Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 140 Elizabeth Aponte Jaramillo a uno los mercados internacionales dan la alerta sobre la vulnerabilidad externa de la economía14. Estos indicadores los retoma el Banco de la República para realizar su análisis del nivel adecuado de reservas internacionales y a partir de ellos estimó que Colombia hasta el 2010 tiene una ligera solvencia en el indicador de amortización de deuda externa (reservas internacionales ne‑ tas/amortización de deuda del año en curso o del año siguiente) que oscila entre 1,09 y 1,20. Por el contrario, pierde esta capacidad cuando se evalúa la posición adecuada de liqui‑ dez externa (reservas internacionales netas/servicio de la deuda del año en curso o del año siguiente, reservas internacionales netas/amortización de deuda más déficit en cuenta corriente del año en curso o siguiente), cuyos valores se sitúan por debajo de uno (Banco de la República, 2003). El Cuadro 2 presenta la evolución de la deuda externa total. Cuadro 1. Reservas internacionales netas de Colombia 1990-2007 Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Millones de dólares 4.552 6.440 7.724 7.915 8.095 8.446 9.933 9.905 8.740 Año 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Millones de dólares 8.102 9.004 10.192 10.840 10.916 13.536 14.947 15.435 20.277 Fuente: Series Estadísticas Banco de la República. Dado el contexto de la economía abierta hay que tener en cuenta que cualquier proceso que produzca mo‑ vimientos fuertes sobre la tasa de cambio tiende a impactar los precios y por lo tanto fácilmente se presenta una desviación en el alcance de la programación establecida sobre la inflación. El Banco de la República ha monitoreado desde 1990 la tasa de cambio a través de intervenciones en el mercado cambiario el cual ha estado circunscrito bajo dos esquemas: un sistema de tipo de cambio fijo entre 1990 y finales de 1999 y un sistema de tipo de cambio flexible a partir de 1999. 14 Villar, Salamanca y Murcia (2005) estudian cómo se presentan en Colombia los ciclos de relación entre las condiciones internacionales de acceso a los mercados internacionales y el crédito doméstico, y han encontra‑ do que al parecer, se sigue un proceso procíclico. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 141 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio Cuadro 2. Deuda externa de Colombia 1990-2007 Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Deuda externa Total deuda externa Deuda externa pública privada (millones de (millones de dólares) (millones de dólares) dólares) 17.793 17.335 17.278 18.866 22.737 26.340 31.115 34.409 36.682 36.733 36.130 39.096 37.325 38.007 39.441 38.457 40.040 45.006 15.471 15.171 14.416 14.233 14.718 15.540 16.392 16.782 18.788 20.199 20.608 23.468 22.781 24.527 25.779 24.133 26.215 29.276 2.522 2.165 2.862 4.634 8.019 10.800 14.722 17.627 17.894 16.534 15.522 15.628 14.544 13.480 13.662 14.324 13.825 15.730 Fuente: Series Estadísticas Banco de la República Las intervenciones que efectúa el banco central en el mercado de divi‑ sas (de manera discrecional o no)15 pueden ser de carácter esterilizado o de carácter no esterilizado. En el primer caso, el banco compra o ven‑ de divisas por medio de operaciones de mercado abierto (OMA) u otros mecanismos (venta de reservas inter‑ nacionales al gobierno, acumulación de depósitos del gobierno en el banco central y depósitos de contracción del sistema financiero en el Banco de la República), sin que se afecte la tasa de interés. En el segundo caso, no se compensa el efecto monetario de la intervención con lo cual se impacta la tasa de interés. La forma como el Banco de la República ha intervenido en el mercado cambiario se explica a continuación mediante un seguimiento general al sistema de tipo de cambio. En Colombia, hasta 1990 existió un sistema de tipo de cambio relativamen‑ 15 El contexto discrecional hace referencia a que la autoridad monetaria interviene el mercado cambiario sin regirse por reglas previamente establecidas respecto al nivel y variación del tipo de cambio o de las tasas de interés; por el contrario, la no discrecionalidad indica que se siguen reglas en ese sentido. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 142 Elizabeth Aponte Jaramillo te rígido en la medida en que había controles y limitaciones para que los diversos agentes actuaran en el mer‑ cado, pero el valor del tipo de cambio era paulatinamente modificado a tra‑ vés del mecanismo de crawling peg (sistema gota a gota) que garantizaba el mantenimiento del tipo de cambio real en niveles compatibles con la po‑ lítica del gobierno de impulsar el sector exportador. A partir de 1991 se impulsó la competencia dentro del mercado cambiario permitiendo con ello que las entidades bancarias y los comi‑ sionistas de bolsa incursionaran en el mercado de divisas a la vez que se eliminó parcialmente el carácter ilegal de la posición de activos en moneda extranjera a través de la autorización para la repatriación de capitales y la apertura de cuentas bancarias en el extranjero. El Banco de la República comenzó a ejercer un papel protagónico en este mercado mediante intervenciones a través de un mercado de certificados de cambio. La emisión de los certifica‑ dos de cambio se realizaba con plazos de maduración máximo de un año los cuales eran redimibles con descuento si se hacían efectivos antes de la fecha de vencimiento o en su defecto, se ob‑ tenía el tipo de cambio del mercado a través de la realización de la operación de negociación en este. Este meca‑ nismo permitió que se construyera un túnel para el movimiento controlado del tipo de cambio cuyo techo era la tasa oficial del certificado ya maduro y el piso corría perfectamente paralelo al techo dada la tasa oficial de descuento del Banco de la República16. Este esquema se mantuvo hasta 1994 cuando el Banco de la República es‑ tableció formalmente un sistema de tipo de cambio con fluctuación limita‑ da (banda deslizante). A través de la banda se otorgaba mayor flexibilidad al mercado cambiario pero regulando los movimientos del tipo de cambio dentro de estos límites. En ese sentido, mien‑ tras la tasa de cambio de mercado no tocara el piso de la banda el banco no tenía necesidad de comprar moneda extranjera. El Banco de la República efectuaba modificaciones a los límites de la banda según las circunstancias y expectativas del momento17. En los años 1998 y 1999 la banda cambiaria se desplazó hacia arriba y la defensa de sus límites se llevó a cabo mediante la venta de reservas interna‑ cionales sin compensar totalmente la pérdida de liquidez provocada por esta venta. La conveniencia de esta estra‑ tegia, según el Banco de la República (1999), se sustentó en la aceleración del desequilibrio externo que se pre‑ 16 Posada (1994) hace un seguimiento en detalle al proceso de conformación del túnel para el tipo de cambio y el paso a un régimen de banda deslizante. 17Carrasquilla y Galindo (1995) y Carrasquilla (1997) estudian los movimientos del tipo de cambio dentro de la banda deslizante y las intervenciones del Banco de la República para acotar, ampliar o alinear el nivel del tipo de cambio dentro de la misma, según el nivel y la variación de las reservas internacionales. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio sentaba desde mediados de 1997 y dejaba un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos cercano a 2.000 millones de dólares. Colombia vivió una crisis económica en 1999 con un marcado descenso en la tasa de crecimiento del PIB y una fuerte pérdida en la dinámica de las exportaciones no tradicionales, hechos que contribuyeron a aumen‑ tar las dificultades para acceder a los mercados internacionales de capitales y llevaron a que el Banco de la Repú‑ blica en concordancia con el Fondo Monetario Internacional, planteara un programa macroeconómico que entre otros aspectos recomendaba liberar el sistema del tipo de cambio. En el cuarto trimestre de 1999 Colom‑ bia pasó a tener un sistema de tipo de cambio flexible. A partir de este momento, el Banco de la República estableció su conjunto de interven‑ ciones: acumular reservas internacio‑ nales, reducir la volatilidad de la tasa de cambio y moderar presiones de excesivas apreciaciones o deprecia‑ ciones que comprometieran por una parte la competitividad de los sectores exportadores, y por la otra las metas de inflación. Las intervenciones no discrecionales se realizan desde finales de 1999 mediante dos opciones: acumular reservas internacionales (put) y des‑ acumular reservas internacionales 143 (call). Estas alternativas otorgan al poseedor de reservas el derecho de vender o comprar divisas al banco central. El monto de opciones por subasta lo determina la Junta Direc‑ tiva del Banco de la República y son opciones válidas parcial o totalmente por un mes que se comercializan a la tasa de cambio representativa del mercado (tasa de cambio nominal promedio del mercado) del día de la operación correspondiente. Hay opcio‑ nes put cuando el valor de la tasa de cambio representativa del mercado se encuentra por debajo de su promedio móvil de los últimos 20 días hábiles; se establecen opciones call cuando este valor se encuentra por encima de su promedio móvil de los últimos veinte días. Las operaciones put y call también sirven para reducir volatilidad en el movimiento del tipo de cambio. Estas opciones pueden ser subastadas por el Banco de la República el mismo día cuando la tasa de cambio nominal se encuentre en un 2% superior o inferior del promedio móvil de la tasa repre‑ sentativa del mercado de sus últimos veinte días hábiles. Las intervenciones put y call realizadas tanto para contro‑ lar el monto de las divisas como para suavizar los movimientos del tipo de cambio permitieron moderar el tipo de cambio y sus movimientos en Colom‑ bia (ver Cuadro 3)18. 18 Un examen empírico sobre el movimiento de las reservas internacionales en Colombia, la forma de inter‑ vención del Banco de la República, los resultados de esterilización y la compensación de recursos que se canaliza a través de la cuenta de capitales (favorecida en los últimos años por su mayor liberación, así Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 144 Elizabeth Aponte Jaramillo Cuadro 3. Tasa de cambio nominal de Colombia 1990-2007* Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Pesos Colombia por dólar (promedio anual) 502,26 627,15 680,39 786,35 826,54 912,90 1.036,62 1.141,12 1.426,42 Año Pesos Colombia por dólar (promedio anual) 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 1.756,69 2.087,92 2.299,89 2.504,68 2.877,54 2.628,37 2.321,13 2.358,59 2.080,35 *Se refiere a la tasa representativa del mercado. Fuente: Series Estadísticas Banco de la República La aplicación de la política cambiaria ha coadyuvado al control de la infla‑ ción. Esta variable tuvo metas anuales durante la década de los años noventa y a partir del siglo XXI se rige median‑ te un esquema de inflación objetivo. Kalmanovitz (2001b), Clavijo (2004) y Gómez (2006) estudian desde los puntos de vista teórico y práctico el esquema y funcionamiento del método de inflación objetivo en Colombia. De una forma simple puede decirse que la inflación objetivo es un esquema de fijación de metas de corto plazo bajo el establecimiento de reglas claras y pre‑ cisas (ver entre otros, Taylor, 1993, 2001; Svensson 2001, 2008) y en el caso colombiano se circunscribe den‑ tro del manejo de la política monetaria colombiana del siglo XXI. de las tasas de interés de corto plazo del Banco de la República que luego impactan a las demás tasas del mer‑ cado con baja volatilidad y sin generar shocks contraproducentes a la estabi‑ lidad del producto. El sistema de pro‑ nóstico consiste por una parte, en un conjunto de modelos uniecuacionales (curva de Phillips, meta de inflación, precio de alimentos, salarios reales) cuyos pronósticos son combinados en forma lineal; y por la otra en un modelo de mecanismos de transmisión que es un pequeño modelo macroeconó‑ mico para la economía (canales de la demanda agregada sobre la inflación, tasa de cambio e inflación, influencia de la tasa de interés real a la tasa de cambio, expectativas y costos salaria‑ les y de importaciones). En Colombia (Kalmanovitz, 2001b) la herramienta operacional del sistema de inflación objetivo es la fijación gradual y con intervalos pequeños “El sistema de meta de inflación puede combinarse con un régimen de tasa de cambio semi-fijo o con flotación. No es posible combinarlo Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 145 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio con tasa de cambio fija porque esta sobredetermina la cantidad de dinero generada en la economía y ella a su vez mueve la tasa de interés, lo que deja por fuera la posibilidad de ejer‑ cer discreción alguna” (Kalmanovitz, 2001b, p. 9)19. Para Colombia, adoptar un esquema de inflación objetivo implicó continuar en firme con la política de desinflación y establecer metas cuantitativas que se supervisan interanualmente a la vez que se valora la estabilidad del PIB alrededor del producto potencial. Bajo ese contexto, el Banco de la Re‑ pública responde a los movimientos de la tasa de cambio cuando estos afectan la proyección de la inflación o del producto. La evolución de la infla‑ ción en Colombia durante el período 1990-2007 indica éxito en la política seguida por el Banco de la República dado que se logró reducir sustancial‑ mente el indicador, no exento de alti‑ bajos provocados por ejemplo, por la forma inicial de llevar a cabo la política monetaria o por efectos de oferta o cambios climáticos (Cuadro 4). Cuadro 4. Tasa de inflación de Colombia 1990-2007* Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Variación porcentual anual del IPC 32,36 26,82 25,13 22,60 22,59 19,46 21,63 17,68 16,70 Año 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Variación porcentual anual del IPC 9,23 8,75 7,65 6,99 6,49 5,50 4,85 4,48 5,69 *Corresponde a la variación porcentual del índice de precios al consumidor. Fuente: Series Estadísticas, Banco de la República. Antes de 1999 las metas de inflación se constituían en un proceso de control monetario a través del cual se convirtió paulatinamente a la base monetaria en una meta de carácter intermedio insertando esta variable dentro de un corredor de control. Posterior a esta fecha con inflación objetivo y sistema de tipo de cambio flexible, la expansión o contracción monetaria se hace a través de los siguientes mecanismos: reducción o elevación de las tasas de interés de intervención del Banco de la República, compra o venta de reservas 19 Clavijo (2004) realizó un ejercicio para Colombia durante el período 1989-2002 referido a la aplicación de la regla monetaria propuesta por Taylor en 1993 para la fijación de la meta de la inflación objetivo. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 146 Elizabeth Aponte Jaramillo internacionales o una combinación de ambos mecanismos. Instrumentos de la política monetaria La forma específica como ha operado la política monetaria aparece circuns‑ crita al contexto marco de control y reducción de la inflación. En Colombia durante el período de estudio, el meca‑ nismo de transmisión a la inflación co‑ mienza con las tasas de intervención del Banco de la República las cuales son fijadas por esta entidad. Entre 1992 y 1996 la política monetaria tuvo como meta final cierto nivel de inflación y como meta intermedia la oferta mo‑ netaria (M1). Desde 1996 comenzaron a adoptarse medidas para que la tasa de interés del mercado interbancario fuera influida por las tasas de interven‑ ción del Banco de la República y se constituyó en una meta operativa de la política monetaria a medida que la base monetaria se consolidaba como la nueva meta intermedia. Con inflación objetivo, la herramienta operacional de la política monetaria es la fijación de las tasas de interés con la cual el banco central presta o recibe fondos faltantes o sobrantes del sistema financiero. El Banco de la República es un agente importante del mercado interbancario y como tal in‑ fluye decisivamente sobre las tasas de interés de este sistema que transmite sus efectos sobre las demás tasas de interés del mercado financiero. En esta intervención se distinguen en primera instancia, las tasas de interés de su‑ basta diseñadas para las operaciones de contracción y expansión; y en se‑ gundo lugar las tasas lombardas, que son aquellas a las cuales el banco está dispuesto a proveer toda la liquidez que el mercado requiera y son fijadas en niveles superiores a las tasas de subasta para expansión y en cotas inferiores a las tasas de operaciones de subasta de contracción. Adicio‑ nalmente, el Banco de la República tiene una alta influencia sobre la tasa de interés interbancaria –tasa de muy corto plazo (entre 1 y 14 días)– a la cual se pactan las operaciones in‑ terbancarias y de operaciones repos entre los intermediarios financieros. Una transacción repo es la venta de un título por efectivo con el compromiso de volver a comprar ese título en un futuro próximo. La tasa interbancaria fluctúa entre las tasas de subasta y otorga señales al mercado monetario para la determinación de las demás tasas de interés del mercado: tasas de captación (pasiva o ahorro), tasas de colocación (activa o préstamos) y la tasa nominal de referencia del mer‑ cado (efectiva anual, DTF)20. Durante los primeros años de la déca‑ da de 1990 la política monetaria estuvo 20 La tasa DTF es la tasa de interés que observan los agentes económicos en Colombia como guía para realizar sus operaciones de inversión. En la actualidad esta tasa se calcula como el promedio de las tasas de capta‑ ción a noventa días de los intermediarios financieros. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio fuertemente marcada por elevados niveles de encaje bancario (ordinario y marginal) con alta dispersión, meca‑ nismo que se fue suavizando y perfec‑ cionando con el paso del tiempo21. La política de encajes fue complemen‑ tada con emisión de operaciones de mercado abierto y figuras impositivas sobre el endeudamiento externo como formas para evitar la monetización de las divisas que entraban al país, dada la afluencia masiva de capitales. Como una reacción ante las políticas de restricción a la liquidez del mer‑ cado monetario, las tasas de interés empezaron a elevarse a niveles muy altos. Por este motivo, entre 1994 y 1995 cuando se estableció la ban‑ da cambiaria se conformó también una banda para la tasa de interés interbancaria de forma que se fuera reduciendo el nivel y volatilidad de las tasas de interés. A partir de ese mo‑ mento la tasa de interés interbancaria se convirtió en la variable operativa de la política monetaria acorde con una meta intermedia de base monetaria y el precio expresaba las condiciones de la oferta y la demanda en este gran mercado de dinero en el cual el Banco de la República y la Tesorería de la Nación participan ampliamente con operaciones de compra y venta de títulos públicos. 147 La autoridad monetaria ha usado al‑ ternativamente diversos mecanismos de control, a saber: encajes, nivel de reserva sobre los préstamos externos, plazos de giro de pago de importacio‑ nes al exterior o control directo sobre la tasa interbancaria, según observe su pertinencia. El instrumento privilegiado para regular la liquidez en la economía ha sido la utilización de operaciones de mercado abierto bajo la figura explíci‑ ta de títulos de deuda pública desde 22 finales de la década de 1990 . Si se desea suministrar liquidez, el Banco de la República adquiere títulos de deuda pública en el mercado interbancario (OMA de expansión) y los vende cuan‑ do necesita recoger liquidez (OMA de contracción). Estos títulos empezaron a formar parte de la política del Banco de la República desde 1992, operación que fue ganando espacio frente a las operaciones de mercado abierto tra‑ dicionales las cuales paulatinamente dejaron de circular en el mercado desde 1998. El énfasis en el uso de las operaciones de mercado abierto dio paso a un control indirecto sobre la tasa de interés interbancaria que a su vez favoreció un ambiente para aban‑ donar el corredor de la base monetaria de forma que a principios del siglo XXI se estableció una línea de referencia para la base monetaria. 21 Con el propósito de dar señales claras al mercado monetario sobre la liquidez de la economía y mantener regulados los agregados monetarios acordes con la política de desinflación, el Banco de la República fue mo‑ dificando el régimen de encaje y de inversiones sustitutivas principalmente vía homogenización y reducción de coeficientes, a la vez que perfeccionó su técnica de cómputo y valoración. Un examen de estas técnicas es realizado por Hernández y Tolosa (2001). 22A partir de enero de 1998, según se estableció en la Ley 31 de 1992 sobre ordenamiento monetario, las ope‑ raciones de mercado abierto (OMAs) se realizan exclusivamente por medio de títulos de deuda pública (TES). Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 148 Elizabeth Aponte Jaramillo A través de operaciones de subasta el Banco de la República otorga el monto adecuado de dinero a la eco‑ nomía con lo cual equilibra la oferta y la demanda por base monetaria, a tasas de interés que siguen los límites establecidos para la expansión o con‑ tracción de dinero, evitando así fuertes fluctuaciones en los tipos de interés del mercado (Cuadro 5). Bajo el esquema de inflación objetivo las tasas de inte‑ rés de corto plazo se convirtieron en el instrumento de política monetaria, mientras que los agregados de dinero perdieron relevancia. En esencia, al fijar la amplitud de las tasas de intervención el Banco de la República controla el nivel de la base monetaria y si este se sitúa por encima de la línea de referencia y lleva la tasa interbancaria hasta el límite mínimo de contracción, el Banco absorbe el exceso de liquidez a esa tasa. En situación contraria, la tasa de interés interbancaria aumenta y entonces el banco suministra liquidez cuando esta tasa alcanza la máxima de expansión. En resumen, la política monetaria apli‑ cada en Colombia a partir del siglo XXI se realiza bajo el esquema de inflación objetivo en el cual el comportamiento de la base monetaria juega un papel importante en las decisiones del Banco de la República. El valor de referencia de la base monetaria se construye a partir de la meta de inflación, la proyección del crecimiento del PIB real y el cambio que se genere en la velocidad de circulación del dinero; en el caso que la base monetaria se aleje significativamente y por un período que se visualice amplio, poniendo en riesgo el cumplimiento de la meta de inflación, el Banco ajusta la línea de referencia utilizando operaciones de mercado abierto. Cuadro 5. Tasa de interés de Colombia 1990-2007* Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Promedio del período Porcentaje anual 36,44 37,23 26,67 25,83 29,42 32,34 31,14 24,13 32,58 30,64 Año Porcentaje anual 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Promedio del período 21,33 12,15 12,44 8,94 7,80 7,76 7,01 6,27 8,01 *Se refiere a la tasa de referencia del mercado. Fuente: Series Estadísticas, Banco de la República. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 10,19 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio Este manejo de la política monetaria durante los últimos años en Colombia ha contribuido a mantener la tasa de inflación en un dígito moderado. La volatilidad del tipo de cambio se ha suavizado aunque continúa la señal de alerta sobre la vulnerabilidad externa de la economía asociada con el nivel óptimo de las reservas internacionales. Sin embargo, ¿qué puede decirse en términos del cumplimiento de la tasa de paridad? ¿Esta política ha permitido cerrar la brecha entre la tasa de interés doméstica y la internacional? Este as‑ pecto es tratado en el siguiente apar‑ tado donde se plantea la hipótesis de la paridad de intereses en Colombia. Hipótesis de la paridad de intereses en Colombia. Criterios del modelo Partiendo de la ecuación de paridad base que se plantea en los modelos econométricos: (et, m - et-1, m) = α + ß(r - r*) (3) en este documento: 1. La variable endógena considerada (et,m - et, m-12) corresponde al cam‑ bio anualizado del logaritmo del tipo de cambio. 2. El regresor (r-r*) es igual a la diferencia anualizada del logarit‑ 149 mo entre el rendimiento interno y externo de los activos financieros [((r = ln(1+i)), ((r* =ln(1+i*))]. La serie analizada tiene frecuencia mensual y cubre el período 1990:01 a 2007:12. El tipo de cambio y la tasa de interés interna se obtuvieron de las estadísticas del Banco de la República y el tipo de interés externo procede de la fuente internacional HSH Associates Financial Publishers23. A partir de los datos disponibles, la verificación de la hipótesis de la paridad de intere‑ ses en Colombia durante el período 1990-2007 se efectúa a través de una regresión lineal del modelo24: (et, m - et, m-12) = α + ß (rt,12 – r*t,12) + Ut,12 (4) Una vez estimado el modelo y en sentido de la teoría económica, la comprobación de la hipótesis de la pa‑ ridad de intereses equivale a mostrar que la pendiente de la ecuación (ß) es cercana a la unidad y que en ausencia de aversión al riesgo la constante (α) debe ser igual a cero. En caso contra‑ rio, ante riesgo no neutral se espera que su valor sea negativo. Para el desarrollo del modelo y la verificación de la hipótesis de paridad de intereses esta investigación adopta la metodología básica que puntualizan 23 En esta investigación, la tasa interna corresponde a la tasa de mercado, calculada por el Banco de la Repú‑ blica y la Superintendencia Bancaria, como un promedio de las tasas de certificados de depósitos (DTF) y, es utilizada como referencia para los préstamos internos. El tipo externo de interés corresponde a la tasa Libor; según el Fondo Monetario Internacional, esta tasa se usa para préstamos interbancarios y, también, es la tasa de referencia tanto para depósitos como para préstamos a nivel internacional. Ambos tipos de interés se han considerado a un año de maduración. 24Los datos fueron procesados con el paquete econométrico Eviews, versión 5. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 150 Elizabeth Aponte Jaramillo Montañés y Sanso (2006): la constante α es la variable que captura el premio al riesgo y se trabaja con series tem‑ porales. Al respecto del uso de la econometría con series temporales, el resultado de la estimación de los parámetros es válido solo si se aplica alguna de las técnicas que evita obtener conclusio‑ nes con relaciones espurias. Por con‑ siguiente, en el caso objeto de estudio la comprobación de la hipótesis de la paridad de intereses indica que existe una relación de largo plazo entre las expectativas del tipo de cambio nomi‑ nal y el diferencial de intereses, y en ese sentido un análisis de cointegra‑ ción de las variables es necesario. La cointegración es un concepto de la econometría que sustenta que si un conjunto de variables es no estacio‑ nario, es posible que entre estas se establezcan relaciones estables en el largo plazo. La condición para evalu‑ ar esta relación es que las variables involucradas tengan el mismo orden de integración y que su combinación lineal resulte ser estacionaria. El concepto de cointegración fue desarrollado por Engle y Granger en 1987 y se define formalmente de la siguiente manera: los componentes de un vector Yt(m x 1) están cointegrados de órdenes d y b si todos los compo‑ nentes de Yt son integrables del mismo orden d, I(d) y si existe un vector δ no nulo tal que δ' Yt = zt ~I(d-b) con b > 0. Al vector δ se le denomina vector de cointegración y la relación de coin‑ tegración se expresa como Yt ~ CI(d, b). En el caso de que a exista no será único. Basta multiplicar el vector por un escalar no nulo para obtener un nuevo vector de cointegración. No obstante, el número de vectores de cointegración linealmente independientes que puede haber entre m variables integradas del mismo orden es m-1; al número de vectores de cointegración linealmente independientes se le denomina rango de cointegración. Cuando entre dos o más variables existe una relación de cointegración, cualquier choque que afecte de ma‑ nera permanente el nivel de cada una de las variables no se transmite en perturbaciones para esta relación y deja únicamente efectos de carácter temporal. La cointegración entre un conjunto de variables puede inter‑ pretarse como la existencia de una relación lineal de equilibrio entre ellas dada por el vector de cointegración. En el caso de de variables I(1), por ejem‑ plo, las desviaciones de este equilibrio, medidas por zt, recogen el retardo en la respuesta de la variable dependien‑ te ante cambios en las explicativas y dada la existencia de cointegración estas desviaciones son estacionarias y por tanto tienen una varianza que no es función del tiempo. En otras palabras, aunque las variables impli‑ cadas en la relación sean integradas, es decir, con varianza infinita a largo plazo, existe una relación de equilibrio a largo plazo entre las variables tal que las situaciones de desequilibrio son de carácter estacionario y por tanto transi‑ torias. Las divergencias de la relación Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio de equilibrio (zt) tienen una dispersión constante y las variables de la relación a largo plazo tienden a evolucionar conjuntamente en el tiempo. En general, si entre m variables hay r relaciones de cointegración significa que hay m-r tendencias estocásticas comunes; si sólo hubiese una tenden‑ cia estocástica común bastarían dos variables para obtener una relación de cointegración. Un contraste de cointegración puede entenderse como equivalente a un contraste de raíz unitaria en los residuos de la ecuación de regresión ya que si las variables yt y xt, siendo ambas I(1), por ejemplo estuviesen cointegradas, entonces los residuos del modelo yt=a+x'tß+ut deberían ser estacionarios no teniendo por tanto ninguna raíz unitaria25. Engle y Granger en 1987 propusieron la metodología de la cointegración y plantearon el uso de dos contrastes para probar la estacionariedad de los residuos de la regresión de cointe‑ gración: Durbin-Watson y de Dickey y Fuller aumentado (ADF). El estadístico DW de la ecuación de cointegración conduce a rechazar la hipótesis nula de no cointegración, es decir, la exis‑ tencia de raíz unitaria en los residuos si el estadístico DW es significativa‑ mente mayor que cero. La prueba de Dickey y Fuller conduce a rechazar la hipótesis nula de no cointegración si el estadístico ADF de la ecuación de cointegración es significativamente 151 menor que el valor crítico ADF. En la misma vía, Johansen en 1988 planteó un procedimiento alternativo para pro‑ bar la cointegración entre variables. El método tiene dos ventajas: por una parte, contrasta simultáneamente el orden de integración de las variables y la presencia de relaciones de integra‑ ción entre ellas; y por la otra, estima todos los vectores de cointegración sin imponer a priori que únicamente hay uno y por lo tanto no se ve afectado por la endogeneidad de las variables impli‑ cadas en la relación de cointegración. Para investigar la existencia de coin‑ tegración en la ecuación de paridad de intereses previa comprobación de que las dos variables tengan el mismo orden de integración, se regresan las variables del modelo planteado y se evalúa la estacionariedad de los residuos. En términos estadísticos, la hipótesis nula es: no existe coin‑ tegración entre las variables; frente a la hipótesis alternativa de existe cointegración. Análisis de las series y aplicación del modelo El análisis econométrico de las series refleja qué tanto la variable expectativa del tipo de cambio como el diferencial de intereses son series no fácilmente asimilables a un proceso generador de datos ya que se ubican en esa posición dudosa entre un paseo aleatorio y un AR(1). Los estadísticos de soporte y 25 Estos aspectos de la teoría econométrica pueden revisarse en Enders (1995). Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 152 Elizabeth Aponte Jaramillo demás pruebas realizadas aparecen en los cuadros anexos. Al respecto, las pruebas de raíz unita‑ ria a través del estadístico de Dickey y Fuller aumentado (ADF) y las pruebas de estacionariedad mediante el test Kwiatkowski-Phillips-Schmidt-Shin (KPSS) establecido por estos investi‑ gadores en 1992 revelan que las dos variables evaluadas presentan diferen‑ te orden de integración: el diferencial de intereses es I(0), mientras que en la expectativa del tipo de cambio hay evidencia de raíz unitaria. Debido a que las variables tienen diferente orden de integración, se invalida realizar el análisis de cointe‑ gración entre estas. De acuerdo con el método de análisis econométrico aquí puede parar el proceso; simplemente se concluiría que no hay manera de establecer una relación de largo plazo entre estas variables. No obstante, una manera alternativa para tratar de reali‑ zar este proceso es efectuar el análisis con cada una de las tres variables: expectativa del tipo de cambio, tasa de interés interna y tasa de interés ex‑ terna (esto se propone considerando que el diferencial de intereses es una combinación lineal). En la evaluación de si cada tasa de interés es una variable integrada, la prueba de Dickey y Fuller aumentado no rechaza la hipótesis nula de raíz unitaria y la prueba KPSS rechaza la hipótesis nula de estacionariedad. Las tres variables resultaron con igual or‑ den de integración I(1) permitiendo así aplicar el modelo. Teniendo en cuenta que desde el contexto económico la ecuación de paridad se plantea con dos variables únicamente, el valor de ß será el agregado de ß1 y ß2. Los resultados de la aplicación del modelo econométrico y las diferentes pruebas para la verificación de la hi‑ pótesis estadística de no cointegración indican que estadísticamente no existe evidencia para rechazar la hipótesis nula de no cointegración. Por lo tanto, el ejercicio propuesto señala desde el punto de vista estadístico la no cointe‑ gración entre las variables y en térmi‑ nos económicos que no hay suficiente evidencia para el cumplimiento de la hipótesis de paridad de intereses en Colombia durante 1990-2007. Al realizar el cálculo matemático de la tasa de paridad de acuerdo con los datos disponibles (ver Cuadro 6) puede visualizarse cómo esta se aleja o acerca de la tasa de interés interna, es decir, que en la práctica la tasa de interés interna es superior al valor que teóricamente debería tender a alcan‑ zar o tasa de paridad de intereses. Es importante anotar que estos re‑ sultados son distintos a los obtenidos por Rowland (2003)26 en un estudio realizado para el período 1994-2002. El propósito de su investigación fue 26 Otros autores como Rincón (1999), Arango y Betancourt (2002) evalúan de manera indirecta y para otros períodos la paridad de intereses en Colombia pero no encuentran evidencia para su comprobación. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 153 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio evaluar el ajuste de las expectativas del tipo de cambio ante los movimien‑ tos del diferencial de intereses durante el período de la banda deslizante. Uti‑ lizando una serie de datos diarios con tasas de maduración anual, el autor encontró evidencia de la paridad de intereses. Sus resultados mejoraron en robustez cuando incorporó una variable explícita para capturar el premio cambiario a través de una tasa de riesgo país27; sin embargo, él toma con reserva esta comprobación dado que observó que la relación entre las variables se debilitaba al finalizar el período de estudio. Cuadro 6. Tasa de paridad promedio anual de Colombia 1990-2007 Año 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Paridad (%) 2,52 2,20 1,74 1,69 1,94 2,06 2,04 2,05 2,11 2,12 2,24 1,63 1,23 1,00 1,05 1,50 1,86 1,69 Premio cambiario (puntos porcen‑ tuales) * 1,10 1,44 1,58 1,60 1,46 1,44 1,42 1,17 1,39 0,96 0,34 0,97 1,06 1,17 1,12 0,58 0,12 0,51 * Corresponde a la diferencia entre la tasa de interés interna y la tasa de paridad calculada. Fuente: Elaboración propia. En síntesis, en Colombia a partir de las series disponibles y a pesar de que durante los últimos años el diferencial de intereses se ha reducido, no se alcanza aún una tasa de interés que se ajuste al equilibrio de la paridad de intereses. En promedio, durante 19902007 la paridad de intereses fue del 1,82% y la tasa de interés interna del 2,90%. Estos porcentajes se ubicaron 27 Colombia dispone de una serie de riesgo país solo desde finales de la década del noventa. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 154 Elizabeth Aponte Jaramillo en 2,04% y 3,44% respectivamente en el período 1990-1999 y disminuyeron en el período siguiente a 1,59% y 2,35%. Conclusiones El seguimiento a la aplicación de la política monetaria en Colombia entre 1990 y 2007 bajo el contexto de la teoría de la estabilización monetaria, contribuye a entender por qué a pesar de que la economía presenta unos niveles nominales más suaves de las variables macroeconómicas (menores tasas de interés, inflación más baja, tipos de cambios menos volátiles) el equilibrio macro, evaluado a partir de la ecuación de la paridad de intereses, aún no se alcanza. El no cumplimiento de la paridad de in‑ tereses tiende a reflejar para Colombia un ambiente macro de incertidumbre hacia el largo plazo. Al parecer, la economía colombiana presenta am‑ plios rezagos en sus respuestas ante las acciones de la política monetaria cuando éstas son acertadas y creíbles; pero también, el tiempo de duración de los shocks de desaciertos en este manejo es amplio. Durante la década de los noventa pretendió controlarse fuertemente la inflación pero el quiebre sustancial se presentó solo hasta el año 2000 y por tanto, es en este siglo cuando se espera que la economía tienda a acomodarse por la senda de la estabilización. Dado que Colombia es un país emer‑ gente expuesto a vulnerabilidades y principalmente al continuo movimiento de sus reservas internacionales, está frecuentemente expuesto a que el ma‑ nejo de la política económica sea dis‑ crecional y de mediano y corto plazo, con lo cual pueden generarse acciones no necesariamente adecuadas para todos los objetivos macroeconómicos. Bajo este contexto se inserta a la política económica de Colombia en un juego de trinidad económica im‑ posible (no puede darse al mismo tiempo libertad de capitales, estabi‑ lidad cambiaria e independencia de la política monetaria). Tanto con el sistema de tipo de cambio fijo (hasta 1993) como con la banda deslizante (hasta el tercer trimestre de 1999) y el sistema de tipo de cambio flexible (desde el cuarto trimestre de 1999) el Banco de la República siempre ha realizado marcadas intervenciones en el tipo de cambio. Es importante destacar que la dinámi‑ ca del endeudamiento externo y el uso títulos de tesorería por parte del Banco de la República (sin que exista un mercado de capitales suficientemente desarrollado) son dos hechos que de alguna manera conducen a que los agentes asuman riesgos adicionales en sus transacciones e incidan para que la tasa de interés interna termine alejándose de la tasa que debería ser de equilibrio o paridad de intereses. Finalmente, según los resultados de la inflación el sistema del tipo de cambio vigente ha favorecido el proceso de reducción y moderación de precios hasta el 2007, período de cierre de este análisis. Puede así decirse que Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 Política monetaria y paridad de intereses en Colombia, 1990 - 2007: Un ejercicio esta política ha tenido éxito con el control de la inflación y este hecho se constituye en una señal positiva para la macroeconomía colombiana. Bibliografía 155 lombia 1991–1996. Borradores de Economía 70. Bogotá: Banco de la República. Chinn, M.D. y Meredith, G. (2004). Monetary policy and long- horizon un‑ covered interest parity. IMF Staff Papers, 51(3), 409-430. Arango, L. & Betancourt, Y. (2002). A signal of imperfect portfolio capital adjustments from the relationship between yields of domestic and foreign Colombian debt. Borradores de Eco‑ nomía 216. Bogotá: Banco de la Re‑ pública. Clavijo, S. (1994). La trinidad económica imposible en Colombia: estabilidad cambiaria, independencia monetaria y flujos de capital libres. Archivos de Macroeconomía 33. Bogotá: De‑ partamento Nacional de Planeación. 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La región de rechazo está definida con una cola a la izquierda. Se utilizó el criterio de información de Akaike (AIC) para determinar el número de retardos. Los valores críticos se obtuvieron de las tablas resumen de Dickey–Fuller 1976. Los valores del estadístico y el porcentaje crítico corresponden a una ecuación Dickey–Fuller sin tendencia y sin constante para la expectativa del tipo de cambio y, con tendencia y constante, para el diferencial de intereses. Expectativa del tipo de cambio: (et, m - et, m-12)= [Ln(TC)t, m – Ln(TC)t, m-12 ] Diferencial de intereses: (rt,12 – r*t,12) = [Ln(1+ i)t,12 – Ln(1+ i*)t,12]. Cuadro anexo 2. Prueba de estacionariedad en las variables* Variable (et, m - et, m-12) (rt,12 – r*t,12) Estadístico Valor crítico Valor crítico Decisión KPSS* al 5% al 1% 0,88 0,46 0,73 Rechazo (no es estacionaria) 0,11 0,14 0,21 No rechazo (es estacionaria) * Hipótesis nula: la variable es estacionaria. La región de rechazo está definida con una cola a la derecha. Se utilizó el criterio de Newey-West para determinar la amplitud de ventana espectral. Los valores críticos son los obtenidos por KPSS 1992. Los valores del estadístico y el porcentaje crítico corresponden a una ecuación KPSS con constante, para la expectativa del tipo de cambio y, con tendencia y constante para el diferencial de intereses. Expectativa del tipo de cambio: (et, m - et, m-12)= [Ln(TC)t, m – Ln(TC)t, m-12] Diferencial de intereses: (rt,12 – r*t,12) = [Ln(1+ i)t,12 – Ln(1+ i*)t,12]. Cuadro anexo 3. Prueba Dickey Fuller aumentado para evaluar raíz unitaria en las variables* Variable Valor del estadístico rt,12 r*t,12 -1,24 -0,87 Valor crítico al 5% -2,89 -1,95 Valor crítico al 1% -3,51 -2,60 Decisión No rechazo I(1) No rechazo I(1) * Hipótesis nula: la variable tiene raíz unitaria. La región de rechazo está definida con una cola a la izquierda. Se utilizó el criterio de información de Akaike (AIC) para determinar el número de retardos. Los valores críticos se obtuvieron de las tablas resumen de Dickey–Fuller 1976. Los valores del estadístico y el porcentaje crítico corresponden a una ecuación Dickey–Fuller con constante, para la tasa de interés interna y, sin tendencia y constante para la tasa de interés externa. Tasa de interés interna: rt,12 = [Ln(1+ i) t,12]. Tasa de interés externa: r*t,12 = [Ln(1+ i*) t,12]. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011 160 Elizabeth Aponte Jaramillo Cuadro anexo 4. Prueba de estacionariedad en las variables* Variable Estadístico Valor crítico Valor crítico KPSS* al 5% al 1% rt,12 0,23 0,14 0,21 r*t,12 0,11 0,14 0,21 Decisión Rechazo (no es esta‑ cionaria) Rechazo (no es esta‑ cionaria) al 5% No rechazo (es esta‑ cionaria) al 1% * Hipótesis nula: la variable es estacionaria. La región de rechazo está definida con una cola a la derecha. Se utilizó el criterio de Newey-West para determinar la amplitud de ventana espectral. Los valores críticos son los obtenidos por KPSS 1992. Los valores del estadístico y el porcentaje crítico corresponden a una ecuación KPSS con tendencia y constante para las dos tasas de interés (interna y externa). Tasa de interés interna: rt,12 = [Ln(1+ i)t,12]. Tasa de interés externa: r*t,12 = [Ln(1+ i*)t,12]. Cuadro anexo 5. Resultados de la regresión (et, m - et, m-12) = α + ß1(rt,12) – ß2 (r*t,12) + Ut,12 α ß1 ß2 0,127 0,019 -0,242 (et, m - et, m-12) = α + ß (rt,12 – r*t,12) + Ut,12 α ß 0,146 -0,242 Expectativa del tipo de cambio: (et, m - et, m-12)= [Ln(TC) t, m – Ln(TC)t, m-12] Tasa de interés interna: rt,12 = [Ln(1+ i) t,12]. Tasa de interés externa: r*t,12 = [Ln(1+ i*) t,12]. Diferencial de intereses: (rt,12 – r*t,12) = [Ln(1+ i) t,12 – Ln(1+ i*) t,12]. Cuadro anexo 6. Hipótesis nula: no existe cointegración entre las variables* Prueba de raíz unitaria estadístico Dickey Fuller aumentado** No rechazo Prueba Durbin-Watson DW= 0*** No rechazo Procedimiento de Johansen número de vectores de cointegración**** Cero vectores *Las pruebas se realizan con los residuos de la regresión. ** ADF = -2,25; nivel crítico 5% = -3,45; nivel crítico 1% = -4,04. Los valores críticos se obtuvieron de las tablas resumen de Dickey–Fuller 1976. Se utilizó el criterio de información de Akaike (AIC) para determinar el número de retardos. Los valores del estadístico y el porcentaje crítico corresponden a una ecuación Dickey–Fuller con constante y tendencia. *** DW = 0,09; nivel crítico 5% = 0,38; nivel crítico 1% = 0,51. Los valores críticos se obtuvieron de la tabla reseñada por Sargan y Barghava en 1983. **** El resultado del procedimiento es el obtenido en la opción 6 (summary). Para cada una de las alternativas (ninguna, sin constante y sin tendencia; ninguna, con constante, lineal con constante y sin tendencia, lineal con constante y tendencia; y cuadrática), la traza y el máximo valor propio presentan el valor de cero. Revista de Economía & Administración, Vol. 8 No. 1. Enero - Junio de 2011