AÑO II. 13 de A g o s t o de EL 1 8 8 1 NÚM. 30, JURADO MÉDICO-FARMACÉUTICO JA P REVISTA SEMANAL EDICINA; DE ( t o o imparcial ds la Ciencia y de los inl-ereses ProFesmnaies.) ÓRGANO OFICIAL DE LAS ASOCIACIONES MÉDICü-FARMACÉüTICAS DE ALIAGA, RUAR (TERUEL) y de la Academia Molinesa [Quadalajara). ADMINISTRACIÓN Y REDACCIÓN: A r c o de S a n t a M a r í a , 9, 2 . ° VAGANTES. CORRESPONSALES. D. Elias GagOj módico en León. D. José Fernandez, médico en Astorga (León). D. Demetrio Mato, médico en los Barrios (León). D, Juan Diaz Pulido, médico en Haro (Logroño). D. Miguel Diez, médico en Calatayud (Zaragoza). D. Antonio Torres, subdelegado de Medicina y Cirujía del partido de Aliaga, Camarillas (Ternel). D. Luis Alvarez Taladriz, subdelegado de Medicina y Cirujía en Hervás (Cacares). D. Julio Martínez Agosti, médico en Infiesto (Oviedo). D. Julián Giménez, médico en Córdoba. D. Gerardo Salmerón, médico en Ciudad-Real. D. Eduardo Talegoñ de las Heras, catedrático en la Facultad de Farmacia, de Santiago (Coruña). D. Jorge Alfonso, farmacéutico. Puebla deHijar (Teruel). D. Luciano Clemente y Guerra, médico en Medina del Campo (Valladolid). D. Blas Anadón, médico en Blesa (Teruel). D. Francisco Cerezuela, médico en Castelserás (Teruel). D. Manuel Torres de Más, médico en Orán (Argelia), D. Eleuterio Azcárate, médico en Ezcaray (Logroño). D. Pedro Jarque, subdelegado de Medicina y Cirujía del partido de Calamocba (Teruel). D. Remigio Villoro, id. id. del de Valderrobres (Teruel). D. Luis Leonor Menendez, subdelegado de Farmacia en Segovia. ADVERTENCIA ADMINISTRATIVA. ^ > Esperamos que nuestros abonados se apresuren á saldar sus descubiertos, pues siendo muchos los suscritores que aun lo están por todo el tiempo que llevamos de publicación y muchos también los que se olvidan de renovar sus pagos, esperamos de unos y de otros se apresuren á efectuarlo y atiendan nuestra advertencia, cumpliendo de este modo las condiciones de suscricion y cooperando á sostener los enormes gastos que sobre toda publicación gravitan. Así lo esperamos, en la seguridad de que no hemos de ser defraudados en nuestras justas y equitativas indicaciones. Suplicamos á todos nuestros abonados que se trasladen de una población á otra, den aviso, único modo de que no sufran extravío ó se pierdan los números de EL JURADO. Aviso á los Médicos.—Probablemente se a n u n c i a r á n por segunda vez, las titulares de medicina y cirujía de la • villa de Oliete (Teruel). Los señores profesores que traten de solicitarlas, tengan presente, que en la referida localidad residen dos Médicos-cirujanos que vienen d e s e m p e ñ á n d o las hace -10 y 14 años respectivamente. Dichos facultativos han sido recientemente destituidos de sus cargos, sin causa, aviso, n i consideración alguna, y por esta razón no creen digno volver hoy dia á solicitarlas, pero c o n t i n u a r á n en la población, por ser hijos y propietarios de la misma, y contar con las igualas de casi todo el vecindario. La de Médico-cirujano de Rollan (Salamanca), ^partido de Ledesma. Dotación 250 pesetas por la asistencia á 30 familias pobres y las igualas con los vecinos pudientes. Las solicitudes hasta el 18 de Agosto. La de Médico-cirujano de Lorcha (Alicante), partido de Concentaina. Dotación 500 pesetas por la asistencia á 24 familias pobres. Las igualas se estiman en 4 á 5 pesetas diarias. Las solicitudes hasta el 21 de Agosto. La de Médico-cirujano de Báyarcal (Almería), partido de Ganjayar. Dotación 250 pesetas por la asistencia á los enfermos pobres y las igualas con los vecinos pudientes. Las solicitudes hasta el 23 de Agosto. La de Médico-cirujano de Montizon (Jaén), partido de Villacarrillo. Dotación 550 pesetas por los pobres y 1.450 por igualas entre los vecinos pudientes. Las solicitudes hasta el 24 de Agosto. La de Médico-cirujano de Boal (Oviedo); su dotación 999 pesetas por las familias pobres y una peseta por visita á los individuos pudientes. Las solicitudes hasta el 23 de Agosto. El profesor que la ha desempeñado desde hace ocho a ñ o s , hijo del país, piensa continuar en la localidad renovando el contrato con la mayoría de los vecinos pudientes. La de Médico-cirujano de Lubian (Zamora); su dotación 500 pesetas por la asistencia á 20 familias pobres y las igualas con los vecinos pudientes. Las solicitudes hasta el 25 de Agosto. La de Médico-cirujano titular de Maluenda (Zaragoza), dotación 500 pesetas pagadas de fondos municipales por trimestres vencidos, y además las igualas con los vecinos no pobres. Solicitudes hasta el 25 de Agosto. La de Farmacéutico de Pina, dotación 250 pesetas por suministrar medicamentos á las familias pobres, 125 pesetas por alquiler de casa, y aparte las igualas con los vecinos contribuyentes. Solicitudes hasta el 15 de Setiembre. La de Farmacéutico de Monegrillo (Zaragoza), dotación 250 pesetas pagadas de -fondos municipales por trimestres vencidos y casa habitación ó 125 pesetas para alquiler de casa; aparte las igualas con los vecinos. Solicitudes hasta el 15 de Setiembre. E S P E C Í F I C O S D E L DR. QUESADA. B R E A V E G E T A L L E BEUF. HIERRO DIAXISADO. Resultados prácticos superiores al de i Bravais. Frasco con cuenta-gotas, 8rs.; dura un mes. i La BREA LE BEUF, dice el sábio profesor GUBLERJ SOLUCIÓN DE CLORHÍDRO-FOSFATO DE CAL, 10 rs. frasco, ,! de la Facultad de Medicina de París, representa, s i n alteigual al de Goire, 16 rs.) LICOR DE BREA. Confección y t a m a ñ o del frasco como el r a c i ó n y sin pérdida, todos los principios y por consiguiente todas las c u a l i d a d e s de la brea. [Commentaires de Guyot; 6 rs. frasco. JARABE FÓRMULA DECLAT, preparados por el Dr. Quesada, thérapeutiques du Codex, 2.a ed. pág. 167.) Sulfo-fénico y Acido fénico, 10 rs. frasco. Iodo-fénico y FeNo se puede decir lo mismo de los d e m á s licores nato amónico, 12 rs. frasco. concentrados de brea, los cuales no contienen mas Madrid: Garcerá, Príncipe. 13.—Barcelona: Dr. Andreu. Sevilla: Andrés y Fabiá.—Valladolid: Dr. Calvo.—San- que una parte de principios activos de dicho medicamento, y que a d e m á s son obtenidos con l a a y u d a de tander: Dr. Corpas.—Valencia el autor, P. de la iMerced. combinaciones q u í m i c a s y de procederes que alteran 1 los principios breosos que en ellos se hallan. S 13 — ' % 3 3 Bayona: Farmacia del Dr. Le Beuf, de la Facultad de París. Depósitos y venta: en las principales Farmacias de España. ^1 O 6 & -¡3 O > ^ 2 £• o 632 ;> —! Q ^ V I L L A SAISÍTE, OPTICO. E a- zr. ' i !>- i a ^ cd • ! w-* . m ¡a ™ PRÍNCIPE, •I' 0 es ^_» ^ S S" OT p ^ Sg ^ g S 1 59 «-és » ¡TI |S 0 W O) ^ "al- ^ ES"í S.« >O R aa w 2 " B § ^ o S m o Ci la O el" t-1 |. m O o' ^ 10, M A D R I D . Gran surtido en lentes y gafas de todas clases, con cristales de los más superiores. Microscopios simples y compuestos aumentando desde 6 diámetros á 1.400. Barómetros y termómetros de todas clases y tamaños y con especialidad clínicos de los más modernos. Oftalmoscopios y máquinas electro-medicinales. Se sirve toda clase de pedidos pagando adelantado, siendo cuenta de la casa portes y demás gastos que se originen . 7 AGUAS Y BAÑOS SULFUROSO-SALINOS o DE PARAGUELL0S í -3 Í3 O Co DE GIL0CA (CALATAYUD) £-1 TEMPORADA 15 DE JUNIO AL 30 DE SETIEMBRE. 5rog:g § ? 2*2 ^ S 5 m w2 Único manantial en l a roca. B a ñ o s viejos, propiedad de D , Felipe G a r c í a Serrano. Tanto del análisis químico, cuanto de la abun dancia de las aguas de este primitivo y único ma nantial en la roca, resulta ser uno de los más ricos que existen en la península; su acción purgante las iguala á las de Loeches, y su acción sulfurosa á las principales de España y del extranjero. Según la estadística oficial, han producido tan benéficas aguas sorprendentes y numerosas curaciones en la diátesis escrofulosa, /lerpe'tica y a r t f i tica\ en las afecciones de los ojos, oftalmías; de la laringe, bronquios; del estómago é intestinos; hígado, bazo, matriz, toda clase de flujos, y más especialmente en todas las afecciones de la piel, cualquiera que sea su carácter. 5 30 rs. al trimestre. Madrid 13 de Agosto de 1881, AÑO 11, I ÍJ REVISTA DE EDICINA p SEMANAL ÍRUJIA Y NtíM. 30. PARMACIA (Eco imparcial de la Ciencia y de ios inl-ereses Profesionales.) DE LAS ASOGIAGIOIS MÉDICO-FARMACEüTIGñS DE LOS DISTRITOS DE ALIAGA. HÍJAR . Y DE L A A C A D E M I A M Q L I N E S A (GUADALAJARA.) DIRECTOR PROPIETARIO: D . L A D I S L A O VALDIVIESO Y P R I E T O . EL JURADO se e n c a r g a r á gratuitamente de activar los expedientes gubernativos y todo género de reclamaciones médico-farmacéuticas en los centros oíiciáles. Dará su parecer en las consultas que de legislación vigente le diiijan, siempre que proceda su concurso paralas aclaraciones que se estimen l e g í t i m a m e n t e necesarias. Publicará; siguiendo un riguroso turno de fechas, los remitidos que envíen los suscritores en consonancia con nuestro programa y los intereses cientificos y profesionales que defendemos. También dará cabida a cuantos casos clínicos notables se nos participen para enseñanza particular y engrandecimiento general ¿e la ciencia p á t r i a . ADMINISTRACIÓN: A r c o d e SSaaaía M a r í a , 9 , 2.° Precios, y condiciones de suscricion. Madrid, un mes, una peseta. Provincias, un trimestre, 3 i d . : Extranjero, id., 4; Ultramar, un semestre, 14. Las suscríciones se h a r á n al contado en Madrid, y en provincias y extranjero por libranzas de fácil cobro ó sellos de comunicaciones de 25 c é n t i m o s , no respondiendo de su recibo sin ser certificada su remisión. S.e considerará como no suscritor al que no envíe el importe de suscricion antes que termine su abono. EL .TUKADO MÉDICO-FARMACÉUTICO se p u b l i c a r á en Madrid cuatro veces al mes y en los dias 1, 13, 20 y 21. Los anuncios á precios convencionales. Pnntos de suscricion. Librería de Moya y Plaza, Carretas, 8; Martínez, Principe, 25, librería; Bailly-Baillieri, plaza de Santa Ana, 10; y en la Administración de este periódico. movimiento de progreso, á toda reforma, á la aspiración levantada y noble del bienestar de la misma. Escondido en los tenebrosos antros de la conSección profesional: E l esfinge de la clase.—Academia_ Molinesa de higiene y salubridad pública. Discurso inaugural leido por el sociencia humana se manifiesta de distinto modo, cio de n ú m e r o D. Clemente Panzano, en la sesión celebrada el 19 de Junio de 1881 (continuación). Sección científica: E l parasitiscon vário ropaje, según afecta al individuo ó á la •mo en oftalmología, por el doctor J Lopez-Ocaña..—Estudio general de las diátesis y de su tratamiento hidro-mineral, por e í licolectividad, según á este ó al otro sentimiento, y cenciado D. Diego Ignacio Parada (conclusión).—Variedades: Las conferencias del Dr. D . José Esquerdo (continuación). — Noticias. alimentado por un egoísmo bárbaro y anti-social —Corresponsales.—Advertencia.—"Vacantes.—Anuncios. esteriliza y condena al raquitismo más espantoso el desarrollo de- los grandes sentimientos que SECCION PROFESIONAL. mantienen la solidaridad humana, la fraternidad; nuestro monstruo, la esfinge de la clase médicoLA E S F I N G E D E L A C L A S E . farmacéutica es la ahuyentacion de estos sentiLa antigua leyenda mitológica nos trae á la mientos, el anti-compañerismo, la desunión, la mente el recuerdo del monstruo que guareciéndose falta de fraternidad que tanto se esfuerzan en manen el Monte Giteron era el terror de los habitantes tener nuestros enemigos con todo género de inde la patria de Edipo, de la orgullosa Tebas; y la nobles armas hasta sumirnos en el indiferentismo especial forma y motivo de sacrificar á sus vícti- más execrable y más abyecto que puede soñarse, mas nos trae otro, menos fabuloso por desgracia, y, ¿por qué no hemos de decirlo? nos avergüenza por desgracia evidentísimo, palpable y demasiado presenciar. cierto que, así como aquel devoraba á los tebános, Todos los sentimientos humanos, por más este lo hace á los individuos de la clase médico- puros y justos que sean, necesitan extenderse á farmacéutica, constituyendo la terrible esfinge que la colectividad y derramar sus beneficios al mayor destruye y agota todo noble pensamiento, toda número de seres; los circunscritos á la limitada regeneradora idea, emanada de los más puros sen- esfera del individualismo, jamás podrán llegar á timientos humanos. Parecido al que nos cuenta la tan ámplios horizontes, é infecundos siempre, hefábula, nuestra clase alienta un monstruo peor mos de combatirlos sin tregua ni descanso: los" cien veces que el que aterraba la crédula- imagi- consideramos asfixiantes rémoras y obstáculos á nación de los tóbanos, y allí donde quiera que se todo progreso y de necesidad imprescindible eslevanta una voz de redención, un grito de protesta, tirparlos en nuestra clase. un pensamiento de mejora, allí aparece el monsRecientísimos están en la mente de todos nuestruo para ahogar esa voz, ese grito, ese pensa- tros compañeros los tristes recuerdos de sus aun miento: sin guarida predilecta, está en todas partes, más tristes hazañas; la titánica lucha que há tiemsu mefistofélica influencia lo mina y toma todo, y po sostiene la clase, ha dado más de una ocasión con prodigiosa fuerza magnética impone una esta- para conocer su poderío fuerte y devastador por bilidad servil y una quietud humillante á todo nuestro egoísmo, que seguramente se convertiría SUMARIO. 234 E L JURADO M É D I C O - F A R M A C É U T I C O . en débil y deleznable ante una voluntad firme y templada al calor de otros sentimientos más puros, más grandes, menos egoístas qu'e, apartándose de tan mezquino círculo y dándoles más amplias manifestaciones y desarrollo, pudieran sobreponerse y extinguirle. Si reparamos la historia y evolución de los distintos proyectos que han aspirado á mejorar nuestra vida profesional, observamos con dolor que todos ellos deben su muerte á la falta de unión y compañerismo, verdadera esfinge de la clase, dispuesta siempre á anularlos y extinguirlos, aun cuando genuínamente naturales y necesarios; se comprendía su utilidad y trascendencia para cambiar el tortuoso y accidentado camino: que insensiblemente la conducen al desprestigio y á la deshonra; lo mismo ayer que hoy, todo ha sido destruido á su insaciable saña y no ha habido pensamiento, ni proyecto por bueno y meditado que fuera, que tras titánicos esfuerzos no haya tenido que sucumbir á sus manos: ahí están la historia'de todos los congresos profesionales, la historia de todas las reformas intentadas, que prueban con triste evidencia cuanto decimos; ¡hé aquí los trofeos de la esfinge! ¡he aquí su obra! no edificar nada cuando tanto lo necesitamos. Ya lo sabe la clase, ya lo ven nuestros compañeros: conocemos al monstruo; es preciso hacerle desaparecer, extinguirlo; en tanto él exista, eternamente nos hará la guerra y esgrimirá idénticas armas, relegándonos á la esclavitud más abyecta, por cuanto pudiendo sacudirla no lo hacemos; su existencia está á merced de nuestra voluntad; el monstruo, ya lo hemos dicho, es la desunión, el anticompañerísmo; realicemos la unión, fomentemos el compañerismo, proclamemos la fraternidad entre todos los profesores, y el monstruo desaparecerá; seamos todos para la clase ya que á ella debemos nuestra vida moral y material conquistando para ella mayor honra y prestigio, que es el nuestro. Nada de vacilaciones: la duda todo lo infecundiza; sabemos el remedio—la asociación—y debemos practicarle; propaguemos su constitución en todas partes y tremolando nuestra bandera, exclamemos: ¡Paso á las asociaciones médico-farmacéuticas! Solo así extinguiremos la esfinge de la clase. Academia Molinesa de higiene y salubridad pdblica. Discurso inaugural leido por el Socio de número D . Clemente Panzano, en la sesión celebrada el 19 de Junio de 1881, (Continuación.) Y esta marcha del entendimiento' humano en cuanto hace relación á la ciencia en general, no es otra que la que sigue en cada una de las diferentes ramas en que ósla se divide, y la medicina, la ciencia de la enfermedad, osla parle de los conocimientos humanos que tiene por objeto el estadio de la vida, y de la vida precisamente en los momentos supremos en que aparecen á la yista los confines terribles del tiempo con la eternidad, sigue en su investigación este mismo método é idénticos procedimientos; Desde los tiempos m á s remotos, desde los primeros albores de la ciencia, todas las miradas se han dirigido al estudio del hombre, de este sér privilegiado de la creación, de este pequeño mundo, que destinado á conocer y admirar todas las maravillas tales y como hablan salido de las manos del Creador, es á su vez la primera maravilla. Cuanto se refiere al hombre como ser inteligente y moral, se halla consignado en las primeras páginas de la ciencia universal, y Moisés, Homero y todas las escuelas de la antigüedad habian erigido en principio el nosce te ipsüm, en cuanto hace relación á los actos que llamaremos externos, no porque lo sean, sino porque pueden llegar á conocerse sin penetrar m á s allá de la superficie de este p e q u e ñ o mundo, y porque se refieren á sus ,relaciones con los demás séres de la creación. Solo después de haber trascurrido machos siglos y en un tiempo no ya muy distante de nosotros, el entendimiento humano consideró insuficientes estos medios de conocer al hombre, y sin descuidar tos grandes acontecimientos d é l a vida, cuyo estudio podia hacerse desde lo exterior, penetró resueltamente en las grandes cavidades humanas, y llevando su mirada escrutadora hasta sus más recónditas anfractuosidades, y elevándose en alas de la analogía hasta el modo de ser y funcionar de los órganos, consiguió fundar sobre indestructibles bases la verdadera ciencia fisiológica, fuente y origen principal de los conocimientos antropológicos modernos, corolario obligado del nosce te ipsum de la a n t i g ü e d a d . El fisiólogo y el médico, como el físico y el naturalista, estudia en primer lugar todos los acontecimientos quela vida traduce al exterior; penetra después en lo m á s profundo de la organización, en busca de los fenómenos m á s recónditos, y cuando los" medios de observación le faltan, cuando la complicación d é l o s problemas fisiológicos, y m á s todavía los patológicos, se resisten en absoluto á este medio de i n quisición, el entendimiento lanza t a m b i é n su razón en busca de los datos que le son necesarios para la resolución de los grandes problemas que i n ú t i l m e n t e h u b i é r a m o s encomendado al criterio ordinario de los sentidos y de la sensación. No inquiriremos el misterioso resorte que irresistiblemente impele la inteligencia en buscado nuevos descubrimientos. E l entendimiento necesita de la verdad, como el estómago necesita los alimentos y los pulmones el aire; y así como estos órganos no pueden vivir sin su excitante natural, y así como ellos sienten un verdadeto placer cuando funcionan con regularidad, del mismo modo la inteligencia se debilita y se atrofia cuando le falta su excitante natural, y experimenta un gran placer cuando se halla en posesión de la verdad. No es fácil averiguar hasta q u é punto la sociedad actual busca deliberadamente este placer de que tanto partido ha procurado sacar las inteligencias elevadas. Por lo que se refiere á la ciencia en general puede decirse que este es el agente principal que á ella conduce, pero en cuanto hace relación á la medicina este placer puramente intelectual no es el único. El práctico que tiene la conciencia de sus deberes y el sentimiento í n t i m o de la terrible responsabilidad de sus actos, á los placeres de la ciencia agrega el sentimiento puramente moral á que se ha dado el nombre de placer, de la beneficencia, y de las buenas acciones; placer, señores, que con tanta avidez se busca en estos tiempos en que los sentidos parece han agotado todas las fuentes do sensibilidad, y placer que experimentamos á todas horas en el ejercicio de nuestra profesión por el solo hecho del cumplimiento de nuestros deberes.—Nuestra ciencia m á s que otra alguna coloca á sus representantes en contado inmediato con los E L JURADO MÉ DIGO - F ARMÁCÉUTIG O. buenos sentimientos, y en el placer moral es donde el m é dico encuentra acaso la única compensación de las fatigas, de los trabajos y de los disgustos que en todas partes, y m á s entre nosotros, tenemos que lamentar en la práctica: pero á su vez nos impone el grande, el sagrado deber de consagrar nuestra vida entera al progreso de la ciencia, al ejercicio regular, metódico y puntual de la profesión y en todas d i recciones al cultivo de nuestra inteligencia. Todos los hombres tenemos este deber, á todos, cualquiera que sea su clase, alcanza esta obligación; pero la sociedad en que vivimos, el mundo todo que mira con indiferencia y sin atreverse á calificar esta falta de cultivo y los defectos intelectuales en cualquiera otra clase se resiste á tolerar a los médicos el m á s pequeño descuido; y ese supremo juez a que se ha llamado sentido público y criterio u n i versal considera como un crimen de lesa humanidad, no ya el abandono de nuestra inteligencia, sino también la m á s p e q u e ñ a omisión en cuanto directa ó indirectamente pueda conducir al objeto especial de nuestros conocimientos. No es un placer, no es una de aquellas obligaciones ordinarias á cuyo cumplimiento instiga la sanción c o m ú n la que dirige al médico en el cultivo y en la-perfección de su inteligencia, no; es un deber puramente moral, y una de aquellas exigencias irresistibles con q u é el sufrimiento de sus semejantes le pide, le ruega, le suplica y le manda acuda en su auxilio con todos los elementos, con todos los recursos que la civilización pone en sus manos, y para apoderarse de estos elementos, para hacer uso de tales recursos y para no p r i v a r á sus enfermos de ninguno de estos medios, le es i n dispensable conocer, en primer lugar-la vida, la salud y la enfermedad en sus m á s í n t i m o s detalles; y después todas las ciencias humanas, en cuanto m á s ó m é n o s directamente han de suministrarle aquellos elementos. El entendimiento parece que desmaya á la vista de tan vasto horizonte; parece como que nos faltan las fuerzas i n telectuales en el momento m i s m ó en que vamos á dar el primer paso en el terreno de la práctica, y preciso es conven i r que en la época presente son pocas, muy pocas las p r i vilegiadas, inteligencias que abrazan en toda su extensión la suma de conocimientos indispensables al ejercicio regular d e j a facultad. En los siglos anteriores, la ciencia en general medía una extensión que puede decirse estaba en relación con la capacidad intelectual dé los grandes hombres, y los médicos m á s célebres de todas las épocas en tanto ló han sido, en cuanto han podido ponerse al nivel de ella en todos los ramos del saber. Pero en la presente, preciso es conocerlo; las ciencias, como los hombres, presentan un carácter especial que los distingue del de otras generaciones: los conocimientos hu-^ manos han alcanzado una progresión asombrosa, y al talento m á s aventajado, y al entendimiento m á s profundo le es imposible abarcar todos los elementos científicos de que se halla en posesión la humana inteligenííia. Y siendo esto así, nuestro deber no se l i m i t a estrictamente á dar á nuestra inteligencia aisladamente todo el grado de desarrollo de que es susceptible, sino que se extiende también á emplear todos los medios que puedan contribuir á extender la esfera de nuestra perfección intelectual. Y si en el estado presente un entendimiento es pequeño para contener todos los elementos necesarios al ejercicio regular y ordenado de nuestra profesión; si nuestro cerebro es incapaz para contener esc inmenso balumbo de ideas, de nociones, de conocimientos que durante los siglos, y m á s en el presente, han dado á luz esas inteligencias privilegiadas que constituyen la parte m á s activa del género humano; y en una palabra, si tales como*somos queremos cumplir con dignidad la elevada misión que la sociedad nos tiene encomendada, tenemos que empezar por unir nuestros entendimientos, agrupar nuestras capacidades, y pocos ó muchos. 235 grandes ó pequeños, sumar nuestras fuerzas científicas en busca de una resultante capaz de llevar á la perfección y al verdadero progreso de que es susceptible la ciencia m á s útil al hombre y m á s necesaria á la sociedad. A objeto tan elevado, á conducir al terreno práctico este ' pensamiento, está llamada esta corporación, y ya que m i entendimiento para todo, y m á s que para otra cosa para d i rigiros en este momento la palabra, no pueda prometerse llamar vuestra atención hacia un objeto puramente d i d á c tico, estoy seguro me la habéis de dispensar para que os hable en este breve rato, i.0 sohre la utilidad, práctica de las asociaciones en general, y 2.° soire los henefleios que el pais ha de reportar de la que en esta solemne • sesión inauguramos.—Si dirigimos una mirada en derredor nuestro; si consultamos sin prevención la utilidad práctica y positiva que la libertad de asociación ha traído al país en que v i v i mos, bien pronto nos convenceremos de una verdad que ciertamente no honra mucho nuestras costumbres públicas. En efecto, un pueble que en su código fundamental tiene consignado el derecho de asociarse para todos los fines de la vida humana, no cuenta apenas con una corporación en que los hombres haciendo uso de aquel derecho se hayan r e u n i do para llenar los grandes fines de contribuir al cultivo de las ciencias, al desárrollo de las artes, al ejercicio de la beneficencia y de la protección rnútua, objetos tan útiles y necesarios en todas partes, pero sobre todo en este país en que la población se halla completamente diseminada, y en el que ú n clima duro y una situación topográfica excesivamente accidentada, limitan sus relaciones con los demás pueblos y entorpecen la propagaeion de los grandes beneficios que en estos últimos tiempos ha llevado á todas partes la cultura y la civilización. Aquí son plantas completamente exóticas las sociedades científicas y literarias, las agrupaciones de los hombres para objetos benéficos y para la protección y socorros m i i tuos, y eso no porque en el país escaseen las inteligencias elevadas, los talentos superiores y sobre todo los corazones generosos, no; precisamente entre los muchos rasgos característicos por los que en todos los tiempos se han- distinguido los naturales de esta tierra, se encuentran en p r i mera línea el desarrollo expontáneo de la inteligencia, el esmerado cuidado en el cultivo de esta y de las artes, y m á s que todo esa finura y delicadeza de sentimientos, esa expon íaneidad del corazón que con la fuerza del instinto ^irige á todos sin excepción el sentimiento á la compartícion y al alivio de los males ágenos Lo que hay es que no se conoce ó no se quiere conocer que en los actos m á s íntimos de este sér colectivo á que llamamos sociedad, hay ciertos hechos que sin llegar hasta las regiones elevadas del poder y de l a Administración p ú blica, necesitan sin embargo una forma, una dirección y una marcha especial que i n ú t i l m e n t e esperarían del simple esfuerzo y trabajo individual. Cuanto hace relación al c u l tivo y práctica de las ciencias, a l desarrollo de las artes, á la beneficencia y protección m ú t u a se halla en este caso, y prescindo de la instrucción pública, de la que nada he de decir porque para honra del país tiene entre nosotros una extensión poco c o m ú n en las poblaciones de la importancia de la en que vivimos.—Pues bien, en todos estos actos á que el ente moral llamado gohierm, no puede descender sin dar un duro golpe á la libertad individual, y en que el trabajo aislado é individual no tiene la energía suficiente para comunicarles el movimiento necesario, viene á ocupar su puesto obligado el espíritu de asociación. Este gran p r i n c i . pío que dirige casi con exclusión las fuerzas activas en los países verdaderamente libres, y que puede decirse es completamente desconocido entre nosotros.—Ved si no lo que pasa en esos países á que por antonomasia se les ha l l a m a do los pueblos de la libertad, como Inglaterra y sobre todo 236 E L JURADO MÉDICO-FARMACÉUTICO. los Estados-Unidos. En estos pueblos hay sociedades de todas clases y para todos los objetos; ellas son las que les i m primen su gran poderío y su vitalidad; ellas constituyen ese gran sistema circulatorio que llevan la actividad y el movimiento á las familias como á los pueblos, y ellas las que fomentan el conocimiento de lo bueno, de lo necesario y de lo útil, é infiltran en las masas las ideas de justicia, de equidad y de orden, que í n t i m a m e n t e enlazadas con las de libertad é independencia constituyen el único medio hábil de gobernar los pueblos modernos. Señores: 6n la metamorfosis y trasformaciones porque en el siglo anterior, y, más que todo en el presente, han atravesado los pueblos de Europa, ordinariamente se ha desconocido este medio que tan ventajosamente habia de sustituir las instituciones que el tiempo habia hecho estériles, y que por lo mismo debían hundirse al empuje poderoso de lo que se llama civilización, y con raras pero honrosas excepciones se ha presenciado la ruina de aquellos sin buscar al amparo de otros nuevos su separación.—El imptilso de las ideas modernaslia hecho desaparecer vastas asociaciones, que durante muchos siglos fueron el ornamento y el arca santa de las ciencias, las protectoras de las artes, las creadoras de la caridad hoy trasformada en beneficencia, y la más gen nina representación de todo progreso intelectual, moral y material de los tiempos pasados. Inútilmente se han querido cambiar estas asociaciones con elementos oficiales; el objeto de su institución los repugna, y la práctica nos enseña que estos elementos no pueden elevar su intervención hasta el fondo del sentido íntimo y del corazón en que ejercen su influencia poderosa estas instituciones.—Y si hoy encontramos tantas dificultades para llevar á la práctica las verdades más triviales y para convertir en realidad los proyectos m á s sencillos; si nos encontramos convictos y confesos de nuestra impotencia en presencia de la m á s pequeña dificultad, es porque en todos nuestros actos, en los acontecimientos m á s ordinarios de la vida, ó reclamamos-la intervención de los poderes públicos, ó los abandonamos al poder individual, ó pedimos su resolución en esferas demasiado elevadas, ó queremos que todo lo haga un particular, y en una palabra, porque no tenemos en cuenta los grandes elementos que así en el orden físico como en el intelectual y moral encierra el principio de asociación; este principio que es la gran palanca de los tiempos modernos, y que m á s pronto ó m á s tarde se ha de infiltrar por todo el cuerpo social como la sávia se infiltra en el cuerpo de las plantas y la sangre circula en el cuerpo de los séres superiores.—-Y si los pueblos modernos no pueden vivir sin el espíritu de asociación, si él es tan necesario á todas las clases, lo es todavía m á s , en el ejercicio de aquellas profesiones que los romanos llamaron artes liberales, porque se ejercían por los hombres libres, y que hoy se les aplica este mismo nombre, no por otro motivo que para distinguir las profesiones que solo necesitan ó al menos dependen en su mayor parte del trabajo físico y de la acción muscular, respondiendo á un fin puramente mater i a l , de aquellos que son el producto del trabajo de la inteligencia, respondiendo m á s ó ménos á un fin moral, entre los que ocupa el primer lugar la medicina. Señores: Todas las ciencias humanas, y las profesiones que son éü representación, tienen un objeto común, y este objeto es proporcionar al hombro su bienestar y felicidad; defenderle contra las causas de dolor y sufrimiento que constituye el estado normal de la vida, y hacerle m á s llevadera y ménos azarosa su peregrinación durante esa pequeñísima parte del tiempo que habita en la superficie de este globo. (Se continuará.) SECCION CIENTÍFICA. EL PARASITISMO EN OFTALMOLOGÍA (1) poz* el doctor J . Lopez-Ocafla. Iliacos intra muros peccatur et extra. I. Nada se ha adelantado todavía con reunir muchos hechos i m portantes y bien observados; es preciso asimilarlos de un modo natural á fin de que las consecuencias que deriven de ellos se presenten por sí mismas. LAILEMAND. De los varios problemas científicos puestos á discusión en este nuestro Tsiglo, ning-uno más humanitario ni trascendental que el que tiende á auxiliar á la cirujía en sus maravillosas concepciones. Sin gran esfuerzo de imaginación compréndese bien que desde la aurora de la ciencia ha debido llamar la atención del cirujano un fenómeno extraño y repetible, la terminación fatal de.maniobras quirúrgicas ejecutadas con fortuna y regularidad. Apoco que se mire, con efecto, á través de la historia de la medicina, descubriremos que no solo ha sido objeto de atención la série de accidentes productores de la muerte en los individuos operados, sino que tal vez la doctrina parasitaria, que hoy aspira á revelarnos multitud de incógmitas, fuese presentida por Van-Helmoat que juzg'aba la inñamacion resultado de una irritación que atrae la sangre; por Sydenham que hacia depender las enfermedades intercurrentes de una constitución caracterizada por tal ó cual proximidad del aire; por Roederer y Wagler que vieron en cadáveres de calenturientos glutinosos lombrices y tricocéfalos en el canal intestinal, y más recientemente por los broussistas que atribuían ciertas fiebres graves á la presencia en la sangre de sustancias acres é i r r i tantes. Lo cierto, lo positivo dentro del laberinto de hipótesis que puede establecerse leyendo los autores de todas las edades de la historia, es que hasta hace poco tiempo, se hablaba de una sola infección capaz de alterar el curso regularísimo de las heridas y, por tanto, que la pyohemia ó puohemíay la septicemia, la absorción purulenta y la séptica eran una misma entidad patogénica apenas indicada ni descrita en las mejores obras profesionales. El deseo de progreso, innato en todas las generaciones; el afán de observar y, mejor todavía, de inventar, que sublima Bacon cuando dice «non j i n gendum aut escogitandum quid natura f a c i a t l sed inveniendum, ese afán y ese deseo inducen, sin duda, á Pasteur al estudio de los g'érmenes, que puede ser provechoso á la humanidad, y á Lister á deducir racionales conclusiones que"aplica ipso f a d o á las prácticas quirúrgicas. Desde que el famoso inventor de las curas antisépticas dió á conocer los resultados de su práctica, quiénes han llevado su entusiasmo por aquella terapéutica hasta la verdadera exaltación, y quiénes 'han permanecido quietos ante el movimiento general, aun á trueque de pagar sensibles tributos por su excesivo apeg'o á. lo pasado. Es, después de todo, la historia de todos los tiempos, y de todas las conquistas del humano espíritu. Pero es indudable que hoy, como siempre, merece el nombre de dogma la frase de Baglivio" «qui (1) Memoria presentada á la sección de Oftalmología del Congreso médico internacional celebrado en Londres en el mes de Agosto de 1881.—{La Redacción.) E L JURADO MÉDICO-FAEMACÉUTICO. 237 bene judicat, hene curato y en la'cuestion de la sepNo es el criterio con que trato la cuestión tan ticemia ha juzgado perfectamente, á mi entender, exclusivo que me haga entender que á irregulares el autor de las curas fenicadas, al menos en lo que soluciones de continuidad ó á otra clase de accidenhace referencia á las prácticas hospitalari is, cuyas tes fortuitos, corresponderá un buen éxito siempre serán siempre las desventajas en toda maniobra que se use la terapéutica antiparasitaria: mi opinión quirúrgica por infinitas causas que no cabe citar en es, en síntesis, que se ha adelantado mucho en-el este sitio. camino de los buenos resultados cuando se opera Sin juzgarme influido por ese espíritu de oposi- con destreza y no se encuentran obstáculos formición y resistencia á que, por parte de los retrógra- dables en la maniobra, sin afirmar por esto que la dos, está sujeto todo descubrimiento; sin declararme teoría parasitaria sea bastante por hoy á alterar los en abierta lucha con el criterio reformista, que en moldes de la Medicina, como hay publicistas que lo medicina me seduce y encanta; sin ser partidario requieren. del acomodaticio método de las transacciones, antes Volviendo á la cuestión; ¿por qué el operado en bien deseando, con Lallemand, que las'consecuen- condiciones debidas no obtenía antes el fruto de sus cias respondan á la importancia de los estudios que deseos en buen número de casos? Pasteur ha dicho ocupan actuairneate la atención de los cirujanos, yo que, desarrollado el gérmen, viable la bacteria desme pregunto si habrá exageración en los principios, truye las combinaciones orgánicas por la sustracen las bases fundamentales de la teoría parasitaria, ción de oxíg'eno que ejecuta en la sangre; y de cony si la actitud conciliadora que guardo en esta sideración en consideración llegaremos a deducir cuestión tiene alguna legitimidad por el instante en que si por contacto de la herida, con el medio exterque está usando' exclusivamente de la palabra la no, infección que podríamos llamar exogenésica; por doctrina del parasitismo, ávida de imprimir á la cien- alteración de la-sang-re del operado, infección endócia un progresivo movimiento. ye^e^im; estancamiento y putrefacción consiguienDe nuevo lo digo: vivan tranquilos los vencedo- te en el ámbito de la herida de un líquido cualquieres que, no con mi humildísima censura, sino con ra emanado de la superficie cruenta, infección automi aplauso cuentan desde que, un tanto reformadas genésica, el gérmen del aire ó de la sangre se des sus conclusiones, he podido obtener en la práctica arrollan en la herida y el trabajo cicatricial se i n resultados felices, áun en casos bien graves; pero terrumpe, aparecerán uno tras otro todos esos signo cesen en su plausible empeño de dilatar y hacer nos y síntomas locales y generales que se presentan aplicables sus descubrimientos, porque, si bien nada con inusitada insidia, caracterizando la septicemia, debe adoptarse, sin exámen previo, á ojos cerrados, y hé aquí que si no estamos prevenidos ú omitimos las nuevas doctrinas ofrecen á la ciencia vastos ho- la terapéutica propia, sucumbirá el operado á los rerizontes y más ó ménos pronto están destinadas á sultados de la operación, sin que esta haya sido sirecibir parcial ó totalmente la consagración ge- no causa remota. neral. No faltará quien alegue contra las excelencias de la doctrina parasitaria un hecho que no deja de , ,, n . repetirse en todo servicio clínico, la inmunidad de algunos operados con relación á los demás, cuya Poco hace que hemos hallado en un cadáver, en vez de sangre objeción podría contestarse diciendo que el paluabdominal, una sánie de color dismo, por ejemplo, fruta de multiplicadas generagris que no era efecto cadavérico, ciones parasitarias, no llega á desenvolverse como sino sangre alterada y descom- tal en buen número de individuos que padecen fiepuesta. bres intermitentes, n i 'la anemia aguda, producida BlCHAT. por el anquilóstómo duodenal, invade á todos los obreros de San G-otardo, ó bien que si los anerobios La septicemia, repito, ha sido indudablemente deben desarrollarse en el líquido sanguíneo, será presentida por los grandes reformadores médicos. refractario á la infección aquel cuyas condiciones de Desde los tiempos más remotos se sabe que la bondad, fisiológicamente hablando, sean ineptas operación quirúrgica reclama todas las atenciones, para la germinación y propagación de semejantes la atención al conjunto y la atención al detalle; pero individuos microscópicos. ¿No hay más que decir n i hasta hace poco se ignoraba que no se opera impu- hacer en pro del operado que aplicarle la terapéutinemente en medio de atmósferas viciadas, ni hay ca antiséptica? Considerada por mi la teoría de los que pensar en éxito mngnífico sin g'uardar de ante- g'érmenes como un elemento más de lucha y en mano ciertas justísimas precauciones. Pasteur, ex- modo alguno como el arma exclusiva de combate, perimentador infatigable, á quien debe .la humani- hay en la cuestión orgánica individual grandes dad profundo reconocimiento, ha llegado, á fuerza atenciones que cubrir muchas veces antes de herir de múltiples observaciones y sérios estadios, á dar al enfermo, aparte de que sabiéndose, como se sabe, la cla^ve acerca de la génesis septicemia, y merced que los anerobios no viven en temperaturas extreá sus afanes sabemos cómo pueden combatirse más mas, creo que los medios físicos no debieran estar ó ménos ventajosamente, ejércitos de enemigos i n - excluidos en el acabamiento de los parásitos, y creo visibles que antes diezmaban á la humanidad. también que no hemos preguntado lo bastante todaEn efecto, hoy sabemos que en el aire, en la at- vía á la química inorgánica por habernos entusiasmósfera que nos circunda, en el medio que vivimos mado demasiado "pronto con la patogenia parasitaviven también los aerobios, microscópicos séres que ria como la única capaz de producir las enfermenecesitan para existir el contacto del aire, y sabe- dades. mos además que hay una inmensidad de gérmenes (Se continuará.) de infusorios anerobios que, introducidos en las venas, encuentran condiciones abonadas para su desarrollo y multiplicación. ESTUDIO GENERAL DE LAS DIÁTESIS Dados estos capitalísimos principios de todo un mundo patogénico, nosotros estamos en disposición y de su tratamiento hidro-mineral, por el licenciado D . Diego Ignacio P a r a d a . de hacer frente al enemigo, siempre que llegue á ser considerado el único de alterar la salud, y no sólo de esto, sino de ganarle con el tiempo la suerte Continuación. de batallas á que nos provoque, por aquello de que GANGRENOSAS.—Estas diátesis se revelan en la putridez y júzg-ando bien, se cura mejor, como queda escrito descomposición humoral que imprimen á las enfermedades en otra parte. 238 E L JURADO M É D I C O - F A R M A C É U T I C O . y las lesiones de mortificación á que dan lugar en los sólidos, promoviendo también por sí afecciones e s p o n t á n e a s caracterizadas por el gangrenismo. Como las diátesis carcinomatosas tampoco tienen éstas indicación marcada, n i racional, ni empírica para el uso de las aguas minerales que sóio podrán aplicarse en determinados casos y fundando su uso en las varias, condiciones orgánicas ó de otro género que acompañen al estado diatésico. HERPÉTICAS.—Constituyen estas diátesis; especies de las m á s características, por su manera de ser, tanto en el período estático como en el dinámico, ofreciendo con notable exactitud los m á s fundamentales caractéres que hemos señalado á las diátesis. Damos por comprendidas en estas especies todas las que se ofrecen en manifestación con pluralidad oxántemática y no limitando el vocablo herpes' á la limitada acepción que lleva entre la m a y o r í a de los modernos dermatólogos. El herpetismo, como entidad morbosa de múltiple expresión en sus f e n ó m e n o s , ya perífecos ó exantemáticos, ya internos ó viscerales, y m o s t r á n d o s e alternativamente en unas y otras formas, es el que constituye el género y grupo diátesico de que tratamos. Tienen casi todas las aguas minerales aplicación m á s ó ménos general ó l i m i tada en estas especies; pero los manantiales sulfurosos son los que representan el agente principal para su tratamiento y á la vez también los de mineralizacion arsenical, que serian los más enérgicos, si se encontraran las aguas de esta índole más cargadas de este' agente medicinal. Así como el reumatismo y las escrófulas, la diátesis herpética ha sido estudiada con notable detención en la hidrología, porque es uno de los estados morbosos que tienen curabilidad m á s específica en las aguas minerales y forman con aquellos otros estados el contingente m á s numeroso de los establecimientos balnearios, y dada su indicación m á s importante para el tratamiento mineral, no incumbe entrar para nuestro objeto en otros mayores detalles. POLIMÓRBICAS.—-Con este nombre designamos todos aquellos estados diatésicos, que sin pertenecer á los grupos anteriores, tienen su mismo carácter de índole morbosa, y á ellas hemos hecho referencia en el capítulo de la etiología. Puede provenir de diversa clase de elementos, de la misma simple separación de enfermedades ordinarias y de todas aquellas causas, capaces de i m p r i m i r á la organización una aptitud de cualquier género diatésico-patológico. Compréndese que estos estados diatésicos han de ser varios y muy distin tos en su naturaleza y en su forma, y en tal sentido no puede decirse sobre ellos nada general de tratamiento hidrológico, porque la aplicación que las aguas minerales puedan tener en ellos, no es posible se determine sino ante el exámen de cada caso particular. DIÁTESIS TOXICOIDEAS.—En este tercero y último grupo de nuestra clasificación, se incluyen las diátesis que corresponden conocidamente á causas específicas y únicas, como son los virus, las ponzoñas y cuerpos venenosos minerales y vegetales. Ocupa en primer lugar,- y como representación de las diátesis virulentas, la m á s caracterizada de todas, la diátesis sifilítica, contra la cual proporcionan las aguas m i nerales, principalmente las de carácter termo-sulfurosas, resultados de no despreciable éxito y que alcanza muchas veces hasta dominar las últimas manifestaciones d é l a sífilis constitucional. La antigua hidrología daba como un axioma la contraindicación de todo agente hidro-mineral en esta clase de, diátesis; pero la experiencia ha venido á demostrar que no era exacto el axioma, y hoy hasta se combina ventajosamente el tratamiento mineral con el específico, y no sólo las aguas sulfurosas, sino que van siendo aplicadas t a m b i é n con éxito las simplemente termales y salinas. h&s diátesis ponzoñosas, producto de la acción directa de ciertos elementos animales, ofrecen alguna oscuridad en su determinación, pero no puede negarse su existencia á u n cuando su estudio no se halle precisado: tal vez algunas de las diátesis á quiénes caracteriza el gangrenismo tengan' origen en esta especie; pero cualesquiera que sea el todo* que en ellas se pueda comprender, no tienen indicaciones de relación conocida con las aguas minerales y no nos detendremos m á s sobre ellas. No ocurre lo mismo á las que hemos denominadoj^oififeaí y litoideas, cuales, producto de la acción lenta y directa de venenos vegetales y minerales, ofrecen importantes variedades de relación terapéutica bastante eficaz con las aguas minerales. Las diátesis litoideas comprenden desde luego, por importante variedad, á la diátesis mercuriosa, que no puede dejar de admitirse en m u chos casos y que tiene un poderoso modificador en las aguas sulfurosas. También son útiles estas aguas, y algunas salinas, en las intoxicaciones djatésicas, plúmbicas y en algunas exantemáticas que pueden en casos dados tener su génesis en la acción de cuerpos minerales. El reino vegetal produce agentes muy diversos capaces de determinar estados diatésicos neuróticos, psíquicos y de caractéres referentes á lesiones de motilidad: la diátesis gangrenosa, algunas exantemáticas y otras referentes á alteraciones viscerales, pueden tener su origen asimismo en estados orgánicos determinados por agentes vegetales ó productos de estos mismos; pero las diátesis pertenecientes á esta génesis, variadas como pueden ser en extremo, no dan indicaciones que se puedan determinar de un modo general para el uso de las aguas minerales, y la aplicación de éstas si llegan á tener lugar, se subordinará á lo que exija cada caso particular. Si del exámen ó rápida e n u m e r a c i ó n que queda hecha sobre el uso terapéutico de las aguas minerales en cada grupo y especies diatésicas, queremos deducir algunas conclusiones generales, podremos decir que en la mayor parte de las diátesis hay ocasión de poder hacer algún uso terapéutico del agente hidro-mineral; que hay especies en las cuales obra éste dé un modo eficaz, directo y como específico y en las que no sucede así por un modo indirecto mediante la acción general de las aguas, según expresamos al principio de este capítulo: que en general, su m á s útil em^ pleo, se refiere á las diátesis patológicas y algunas toxicoideas y que contraindicaciones verdaderas no las tiene sino en un n ú m e r o limitado de diátesis, principalmente fisiológicas, en las cuales hay t a m b i é n especies, que encuentran en las aguas minerales un poderoso agente curativo. Debemos hacer notar que constando la diátesis de dos estados, uno que hemos llamado estático ú oculto, otro d i námico ó de manifestación, hay que distinguir uno y otro para las indicaciones del tratamiento hidro-mineral; habiéndonos por nuestra parte referido principalmente en las aplicaciones que hemos marcado en cada especie al estado estático, como el mas propio para su tratamiento y curabilidad: el estado dinámico imprime siempre modificaciones en la indicación fundamental del tratamiento; puede á veces contraindicar su uso y en algunos casos t a m b i é n favorecerle, y el entrar en tales detalles requiere un trabajo m á s extenso que el presente, como lo requieren para su completa dilucidación otros muchos puntos en la materia. Hemos recorrido, sin embargo, en esta memoria, todo aquello que á nuestro modo de ver comprende de m á s i m portancia el estudio de las diátesis, tocando sus cuestiones más fundamentales y hemos unificado y relacionado metódicamente su noción, sus caractéres, su naturaleza y clasificación, y hemos seguido para ello el criterio, no de un exclusivismo sistemático, sino del que busca el esclarecimiento de la verdad y de los hechos por el camino que dictan de consuno la observación, el raciocinio y la experiencia. Así hemos podido analíticamente compendiar y uniformar el conjunto de una materia oscura y llena de contra EL JURADO M É D I C O - F A R M A C É U T I C O . 239 nozco, c o n s a g r a n » a l g u n artículo á la irresponsabil dad del n i ñ o : fúndanse, sin duda, en lo imperfecto del desarrollo cerebral por defecto de edad. El niño es un sér imperfecto en el sentido de su capacidad mental; el imbécil lo es igualmente, mas no ya por la edad, sino por deformidad: compárese el desarrollo de la D. I . PARADA. inteligencia y de los sentimientos de un n i ñ o á la edad de nueve años con el do u n imbécil, y á primera vista salta VARIEDADES. una diferencia en favor del niño: su atención, su facultad de conocer, su memoria, su reflexión, etc.. Su cultura intelectual, el niño sabe leer, escribir y contar bien; g r a m á t i c a , UAS CONFERENCIAS geografía, historia; tiene nociones de moral y religión; en DEL DR. D. JOSÉ ESQUERDO. una palabra, cualquier niño á esa edad es intelectualmente (Continuación). superior á un imbécil. En el sentido moral, el niño aventaja todavía m á s al i m Todos los Códigos penales (1), al menos los que yo cobécil; ama á sus padres, quiere á sus amigos y tiene á veces gran estimación de sí mismo; la benevolencia, lafé, la ma(1) En el plan do m i conferencia entraba el robustecer ravillosidad, la justicia, etc., están bastante desarrolladas: con citas de nuestro Código penal y de los de otras naciones la doctrina que me propuse defender; pero ni m i estado por regla general, las facultades cohibitivas tienen un desme lo hubiera consentido, n i aquel público ilustradísimo y envolvimiento proporcional ó superior á las impulsivas; por en su m a y o r í a fogoso, ardienle y hasta santamente apasioestas razones orgánicas el niño comete ménos atentados que nado por la irresponsabilidad real, no irrisoria, del imbécil el imbécil. ¡Y sin embargo, cuando la experiencia de todos y del loco, hubiese soportado tantas citas, n i yo creí conveniente entretener la atención de concurso tan numeroso* los días nos demuestra que en el imbécil no solo son de con datos prolijos. Mas tratándose de una nota que podrá desarrollo insuficiente los sentimientos é instintos cohibitileer el que á esta altura cuento con paciencia bastante para vos, sino que algunos n i siquiera están bosquejados,, el niño proseguir, ó dejar de hacerlo el que se haya cansado ya, es irresponsable/wm et de jure, y al imbécil se le escatima entiendo que me es lícito adicionarla al texto de la conferencia, y no lo han de llevar á mal n i los que me dispensala irresponsabilidad, al extremo de que resulte ilusoria! ron la honra de escucharme , n i los que tengan á bien El imbécil es un niño con las pasiones violentas, potenleerla. tes del hombre; brioso para acometer, débil para resistir; Nuestro Código penal del año 1870 dice: «Art. 8.° No delinquen, y en consecuencia están exen- empuje y contención originarios inmediata y exclusivatos de responsabilidad: mente de su organismo; y sin embargo de esa fatalidad que »1.0 El imbécil y el. loco, á no ser que éste haya obrado preside sus actos, no logra siquiera una atenuación de la en un intervalo de razón. pena, ya que no se le reconoce, cual debiera, su irresponsa))2.0 E l menor de nueve años. bilidad. Para que el imbácil, el'deforme mental, alcance la »3.0 E l mayor de nueve años y menor de quince, a n o ser que haya obrado con discernimiento. irresponsabilidad, ha de ser una. monstruosidad humana, »E1 tribunal h a r á declaración expresa sobre este p u n - horrible, una a c é m i l a . to, para imponerle pena ó declararlo irresponsable.» ¿En dónde está el sentimiento de justicia? ¿En dónde la Código portugués: «Art. 23. No pneden ser criminales: equidad? ¿Cuál es el criterio que decide de la delincuencia? ¿Qué medida es esa tan elástica que varía de dimensiones »2.0 Los menores de siete a ñ o s . cuando se aplica al niño y cuando al imbécil? »3.0 Los mayores do siete y menores de catorce años, ¡Qué contrasentido! ¡Qué atentados contra la lógica! cuando practican un hecho sin el necesario discernimiento.» Parece, señores, que la enajenación mental extiende en torCódigo italiano: «Art. 88. No se i m p o n d r á pena al menor de catorce no suyo, la irregularidad, la inconsecuencia, la aberración. años que hubiere obrado sin discernimiento.» Cuando ha de decidirse de la utilidad ó inutilidad de un suCódigo napolitano: «Art/ 64. E s t a r á n exentos de toda pena los menores de nueve años; lo e s t a r á n también los menores de catorce a ñ o s Código austríaco: cumplidos cuando se decida que han obrado sin discerni«Art. 2.° Ninguna acción ó omisión constituye delito: miento.» wi.0 Cuando el autor del hecho no ha cumplido todavía Código halar o: «Art. 120. Serán particularmente exentos de toda .pena catorce años de edad.» . Nótase á primera vista que los legisladores do todos los los menores de ocho años.» • países han comprendido, como nosotros, que no delinque el Código helga: niño que por efecto de edad tiene incompletamente desar«Art. 72. Será absuelto el acusado ó prevaricado que no rollada su razón: fundándonos en el mismo principio, esto haya cumplido diez y seis aüos, si se decide que ha obrado es, desarrollo incompleto, pedimos la irresponsabilidad del /sin discernimiento.» imbécil propiamente tal; no del idiota, y m é n o s del a u t ó m a Código brasileño: ta, que sobre cometer r a r í s i m a vez los atentados que nos «Art. 10. Tampoco serán castigados como criminales: ocupan, apenas se concibe que fueran objeto de duda, no ya »'i.0 Los menores de catorce a ñ o s . » por los muy ilustrados Jueces que constituyen nuestros t r i Código prusiano: bunales ordinarios, si que tampoco por ese vulgo ignorante y «Art. 42. -Cuando el acusado no haya cumplido diez y á u n malvado, sea la que fuere la clase social á que perteneseis años, si se declara que ha obrado sin discernimiento, será absuelto, y la sentencia decidirá si debe ser entregado ce, que ante u n hecho de los reputados criminales no coná su familia ó colocado en un establecimiento de reforma cibe otra idea n i tiene otros sentimientos que los de venganza y crueldad. (Bresse rungrans tott}.r> Igualmente se advierte en el contenido de esos artículos Código sueco: una propensión á disminuir la responsabilidad, y por con«Gap. 5.° La acción será exenta del castigo si ha sido siguiente la pena, en aquellos casos en que habiendo el n i ñ o ejecutado por un menor de quince años cumplidos.» traspuesto los límites de la irresponsabilidad, no ha llegado Código f r a n c é s : «Art. 66. Cuando el acusado sea menor.de diez y seis todavía á la completa responsabilidad. Inspirándose, sin duda, en iguales razones los mentalistas, que á la manera años será absuelto, si se declara que ha obrado sin disccr nimiento; pero, según las circunslancias, será entregado á como la ley reconoce una edad intermedia entre el niño y el hombre, en la escala de la razón humana han encontrado sus parientes ó conducido á una casa de corrección, en l;i que p e r m a n e c e r á durante el tiempo que so 1c señale en la seres « í / e m ^ W í entre, el deforme y - e l normalmente consentencia, y que nunca podrá exceder de la época en que formado, y piden para'estos la atenuación del delito y la dism i n u c i ó n de la pena. cumpla veinte años do edad.» dictorias opinionns y poder establecer algun criterio en ella, valiéndonos de la libertad científica que se permite en todo asunto dudoso, como para el caso, adoptamos el lema que pusimos al principio y que expresa claramente esta pensamiento: DuMum amplissime excogitare licet. 240 E L JURA.DO M É D I C O - F A R M A C É U T I C O . jeto para el servicio de las armas, ora se trate de un vicio de conformación, ora de m i padecimiento accidental, se recurre al médico, cuya autoridad se cree irreprochable: se trata de la oclusión de la libertad moral por vicio de conformación (imbecilidad) ó por dolencia accidental (locura), y entonces el médico es sospechoso y repudiado. Para declarar útil á un quinto, el médico y solo el m é dico, es perito: para medirle tienen las Diputaciones sus talladores ó peritos; el servicio de las armas se valúa en ocho m i l reales; según la ley, estos 'miden al quinto: si se levantara el Presidente de la Diputación á decir: «Este sujeto tiene tal talla porque á m í me lo parece,» sus compañeros de diputación, los mozos, el público y la opinión toda se indignarla y le pedida los títulos de su pretendida competencia. Pues para medir la talla intelectual y afectiva de un ciudadano, para medir esa talla mental que se esconde en el i n terior de nuestra conformación cerebral, que radica allá en las profundas tenebrosidades de la conciencia, en donde solo se logra ver y distinguir á fuerza de hábito y de observación, como logra distinguir en la oscuridad el cautivo encerrado on lóbrega mazmorra ó el presidiario en oscuro calabozo; para ver en las tenebrosidades del entendimiento humano no se necesita estudiar, no se necesita observar, no se necesita hábito y costumbre de recoger hechos análogos ó idénticos; nada, absolutamente nada, puede un simple particular ó un particular simple {Bisas y grandes aplausos); pudiera muy bien este individuo penetrar en el salón, y medir con sus ojos, que no ven; porque, señores, ¿á qué ir con ambajes? Nosotros los médicos y solo los médicos, y aun no todos, tenemos esa aptitud; nosotros, y solo nosotros, tenemos la medida, la marca de esa altura; y sin embargo, llega aquel individuo, mide, ó mejor dicho, aparenta medir, sale y dice al público: «¡UTIL!... ¡ÚTIL PARA ÍSL PATÍBULO!» {Profunda sensación). (Se c o n t i n u a r á . ) NOTICIAS. ¡Triste noticia!: sentida exclamación que pronunciamos al dar cuenta á nuestros lectores de la muerte de algún compañero. líl laborioso y distinguido médico D. Diego Ignacio Parada, que ha tiempo honraba las columnas de EL JUKADO con sus escritos, ha fallecido en la. madrugada del día 8 después de una vida consagrada al estudio y penosa p r á c tica profesional. Así como deja gratos recuerdos en cuantos se honraron con su trato, lo hace t a m b i é n de sus producciones científicas que, como La higiene del habitante de Madrid; Memoria de las enfermedades de pecho quefueden simular la tisis'. Geografía médica; Del anémico y de las intermitentes; Ensayo de una topografía médica de la corte; y el Estudio general de las diátesis y su tratamiento hidro-mineral que termina en este n ú m e r o , prueban su constante laboriosidad. Deja inéditas una Historia de la medicina española durante la dominación gótica; E l cltro y la medicina en España; un Tratado práctico de la patología quirúrgica; un Tratado de las enfermedades mentales, y otras diferentes obras científicas y literarias. Reciba su atribulada familia la espresion de nuestro profundo sentimiento, especialmente su cariñoso hijo, nuestro compañero D. José Parada y Santin, como prueba inequívoca de la amistad y grata memoria con que tanto él como su señor padre nos honraba. Según curiosos estudios hechos por el Dr. Raseri, sobre el personal sanitario de Italia y algunas naciones de Europa y A m é r i c a , resulta que Italia cuenta con un médico por cada 1.620 habitantes, ó sea 6 médicos porcada 10.000. Existen 90 habitantes por kilómetro cuadrado y reúno un total do 18.044 médicos. La proporción de los farmacéuticos es menor á los médicos en una tercera parte. Hé aquí la relación comparativa de algunas naciones. Por cada 10.000 habitantes Italia tiene 6,10 médicos; Francia 2,91; Alemania 3,21; Austria 6,10; Suiza 7,06; Inglaterra 6; los Estados-Unidos 16,24. En España, aunque sin dato exacto, bien podemos suponer que en igual proporción hay ¡23 médicos! por cada 10.000 habitantes. ¡Alguna vez habíamos de ser los p r i meros! En un interesante trabajo leído por la Sociedad Médica de New-York el 1." de Febrero último por el Dr. Alian Mac Lañe Hamilton, que publica el The Medical Record de 12 de Marzo y que reproduce la Crónica Médica de Valencia, se leen las conclusiones siguientes: , Primera. El crecimiento anormal de pelos, especialmente en la cara, está con frecuencia estrechamente ligado á desarreglos funcionales de los órganos de la pelvis en la mujer. Segunda. Que en la insania de la mujer, especialmente cuando cae en demencia y existen cambios en la nutrición de la piel, la aparición de algunos pelos es frecuente. Tercera. Que su carácter unilateral en toda la extensión que la preponderancia de crecimiento de los pelos interesa, y su asociación á lesiones cutáneas unilaterales, como color bronceado y cambios en las u ñ a s , indican un origen nervioso. Cuarta. Que su apariencia, sobre todo en la cara de pacientes enagenadas, con desórdenes tróficos en relación con la neuralgia facial, indica que el quinto par toma parte en el proceso patológico. Quinta. Que el desarrollo de pelos, con depósito de pigmento, lesiones en la piel y algunas veces hinchazón del cuello, sugiere la idea de que el proceso neuro-patológico que provoca el crecimiento de pelos en la insania crónica, es de naturaleza semejante al que se efectúa en la enfermedad de Adison. Hemos tenido el gusto de recibir las Historias clínicas, tanto médica como q u i r ú r g i c a , que correspondiente al curso académico de 1880 á 81, han sido publicadas por la redacción de E l Alumno Médico: escusado creemos encomiar la utilidad que han de reportar á la clase escolar á quien más especialmente van dirigidas, y por nuestra parte agradecemos á la redacción del apreciable colega su fino recuerdo, prometiendo ocuparnos de las citadas obras. También debemos á la amabilidad de sus autores el conocer la memoria sustentada en el acto de oposición á la vacante de académico de n ú m e r o de la Real Academia de Medicina y Cirujía de Cádiz, titulada Las Intemperies repentinas y sus relaciones con la patología médica, por el Dr. D. José Ramón de Torres y Martínez; y la Guia del Vacunador, que nuestro distinguido amigo el Dr. Serret acaba de traducir del francés á nuestro idioma. Reciban nuestras cordialísimas gracias por su atención y con gusto leeremos y nos ocuparemos de sus trabajos. Leemos en un colega que se ha presentado al Director general de Sanidad militar, el inventor de un nuevo procedimiento para desinfectar, enalteciendo sus ventajas, y que el general Búrgos nombró una comisión de médicos con objeto de que presenciaran los ensayos y escuchar su parecer . Refiere el resultado de estos en los siguientes t é r m i n o s : El primero de ellos se verificó el día 30 de Junio en una letrina del Hospital Militar, cuyo hedor es tan insoportable que á pesar de la extremada limpieza que se tiene en aquel establecimiento, no se puede corregir completamente. La acción desinfectante fué tan poderosa, que á los cinco m i nutos el olor habia desaparecido completamente y se respiraba con entera libertad, Al día siguiente se verificó el segundo ensayo sobre un cadáver en completo estado de descomposición por la elevada temperatura que en aquellos días se sentía y a d e m á s por haber muerto de una fiebre tifoidea. A l entrar en la sala de disección el olor era insoportable y nauseabundo. A l minuto justo desaparecía el mal olor y la atmósfera quedaba pura sin m á s que haber colocado el pequeño "aparato desinfectante próximo al cadáver. Si en efecto, el cadáver resiste, como se promete el i n ventor, la acción desinfectante durante el período de tiempo que se ha señalado (dos meses), el autor y la ciencia están de enhorabuena y los resultados corresponderán dignamente á los desvelos'del inventor. MADRID.—ESTABLECIMIENTOS TIPOGRÁFICOS DE M. MINUESA, Juanelo, 19, y Ronda de Emlmjadores, 8. PRECIO DE LOS ANUNCIOS s e g ú n los espacios s e ñ a l a d o s , y publicados D O C E veces a l trimestre. O co c3 O <3<1 CHOCOLITES MEDICÍNALES RECOMENDADOS POR CUANTOS MÉDICOS H M ESTUDIADO SüS EFECTOS. LABORATORIO QUIMICO, 14, CARRETAS, MADRID. Núm. 1.0 Ferruginoso-mangánico.—Se aplica con gran éxito en la pobreza de la sangre, irregularidad en los m é n s truos, flujo blanco, opilación, etc., etc. N ú m . 2.° Bifosfato de cal.—En la raquitis, afecciones del pecho, asma, tisis incipiente, enfermedades de los huesos, facilita la dentición de los niños, etc., etc. Núm. 3.° Aceite de h í g a d o de bacalao.—Especial en el vicio escrofuloso, raquitis y demás enfermedades en que se recomienda este aceite. Tiene el sabor y olor de los buenos chocolates alimenticios, á pesar de que cada onza contiene una cucharada de aceite. N ú m . 4.° Digestivo con pepsina y bismuto.—Se aplica á las afecciones del estómago, regulariza y facilita la d i gestión, neutraliza los ácidos y calma los dolores del estómago. Se vende en cajas de ocho onzas, á 8 reales. N ú m . S.0 V e r m í f u g o con Santonina.—Especial para las lombrices y la ténia ó solitaria. Núm. 6.° Purgante.—En cajitas de dos pastillas, á % reales caja. | Las demás en cajas de ocho onzas, á 6 reales. DEPÓSITO: B n dicho laboratorio químico de L . CALDERON,]] y en las ¿principales ofícinas de Farmacia de España. 10 SECCION DE ANUNCIOS. Obsequio á los s u s c r i t ó r e s de «El Jurado M é d i c o farmacéutico.» OBRAS LITERARIAS. Os lusiadas, poema de Camoes, tradnccion española, con el texto portugués. Lujosa edición en folio, 9 pesetas en Madrid, 10 en provincias. Con pasta lujosa 12 y 13 respectivamente. Las siete centurias de la ciudad de Plasencia, por A. M. Gil. Edición lujosa^ en folio, 9 pesetas en Madrid, 10 en provincias. En pasta 12 y 13 respectivamente. L a edad de piedra, por D. J. Catalina: 2 pesetas en Madrid, 2'50 en provincias. E l hombre terciario, por ídem, 3 pesetas en Madrid, 2f50 en provincias. Batos bibliográficos sobre la Sociedad Económica Matritense, por idem, 2'SO en Madrid, 3 en provincias. Fantasia y Realidad [poema], ipor D. A. Valdivieso, 5 pesetas. Juan Sebastian Elcano, por idem, una peseta. A los católicos, por U. R. Quiñones, 3*50 pesetas. Teoría revolucionaria, por idem, 2 pesetas. L a fórmula social, por idem, 3^50 pesetas. L a chusma (dos tomos), del mismo, 2 pesetas. Sensitiva, por el mismo, 2 pesetas. L a religión de la ciencia, por el mismo, 7'50 pesetas. L a educación moral de la m^ier, del mismo, 2<50 pesetas, Los huérfanos, por el misme/S f^sélas. Las nacionalidades, por D. Francisco Pí y Margall, 3 pesetas en Madrid, 4 en provincias. Colección legislativa de primera enseñanza (cuatro tomos), por M. Pimentel y Donaire, 16 pesetas en rústica, 21 en pasta; 17 y 22 respectivamente en pro-vincias. Colección de abecedarios para sábanas, por Doña Walda Lucenqui, 2 pesetas en Madrid, 2'50en provincias. L a corona nupcial, leyenda porD.PabloAriQallo, unapesetai E l dia de los muertos, meditación poética, por id., 50 céntimos de peseta. Los pedidos á todas estas obras pueden hacerse, acompañando su importe, á D. Nicolás Diaz y Pérez, calle de la Manzana, núm. 21, cuarto tercero, Madrid. A los suscritores á EL JURADO se les rebaja el 20 por 100 sobre los precios indicados. OBRA COMPLETA. TRATADO DE PATOLOGÍA INTERNA, P O R S. J A C C O U D , profesor de Patología en la Facultad de medicina de P a r í s , etc. Obra acompañada de grabados y láminas cromolitografiadas. Traducida por los doctores D. Joaquín Gassó, segundo ayudante médico honorario del cuerpo de Sanidad militar, y D. Pablo León y Luque, antiguo interno de la Facultad de medicina de Madrid.—Tercera edición, considerablemente aumentada. Madrid, 4881. Tres tomos en 4.° Precio: 33 pesetas en Madrid y 35 en provincias, franco de porte. La obra clásica del doctor JACCOUD ha alcanzado una reputación de primer orden en el mundo medical y nos obliga á recomendarla muy eficazmente á todos nuestros comprofesores. Se hallará de venta en la librería extranjera y nacional de D. Cárlos Baílly-Bailliere, plaza de Santa Ana, núm. 10, Madrid, y en todas las librerías del Reino. OBRAS DOSIMETRICAS EN CASTELLANO Elementos de Terapéutica Dosimétrica, ó restauración de la medicina hipocrática, con los'agentes terapéuticos de la ciencia contemporánea, por el Dr. Paquet, 2'50 pesetas. Manual de I'erapéutica Dosimétrica, donde se expone el método y diversos casos de aplicación, 4 pesetas. Manual de Farmacodinamia Dosimétrica, ó modo de obrar los medicamentos dosimétricos, 3'80 pesetas. Memento de Terapéutica Dosimétrica, i peseta. Vade-Mecum de Medicina Dosimétrica ó Agenda medicodosimétríca de bolsillo, en donde constan todas las enfermedades por orden alfabético y su tratamiento dosimétrico', 2'80 pesetas. Esta obra encuadernada á la holandesa S'SO pesetas. Todas estas obras se hallan de venta en la administración de la Revista dé Medicina Dosimétrica, calle de la Luna, n ú m . 1, segundo; en la farmacia dosimétrica, Fuencarral, 32, Madrid, y en las principales librerías. LECCIONES DE CLÍNICA TERAPEUTICA dadas en él hospital de San Antonio por el doctor Dujardin Beanmetz, médico del hospital de San. Antonio, Recogidas por el doctor Eugenio Garpentier Mericourt y revisadas por el profesor. Segunda edición. Vertida al cactellano por el profesor D. Gustavo Réboles y Campos, ex-alumno interno de las Clínicas de la Facultad de Medicina de esta corte, m é dico supernumerarrio de la Beneficencia municipal, ¿ individuo de varias corporaciones científicas. Madrid, ISSI. Se ha repartido la 2.a entrega. Precio del tomo acompañado de un magnífico cuadro y grabados en el texto, 15 pesetas en Madrid y 16 en provincias, franco de porte. Se hallará de venta en la librería extranjera y nacional de D. Cárlos Bailly Bailliere, plaza de Santa Ana, n ú m . 10, Madrid, y en todas las librerías del reino. ANUARIO DE5 MEDICINA Y CIRUJÍA PRÁCTICAS PARA 1881. Resúmen de los trabajos prácticos m á s importantes publicados en 1880: por el doctor D. Estéban Sánchez de Ocañ a , catedrático de Clínica médica en la Facultad de Medicicina de Madrid, etc., etc. Madrid, 1881. Un tomo en 8.°, ilustrado con 38 grabados intercalados en el texto, 6 pesetas en Madrid y 7 en provincias, franco de porte. Se hallará de venta en la librería extranjera y nacional de D. C. Bailly-Bailliere, plaza de Santa Ana, n ú m . 10, Madrid, y en todas las librerías del Reino, LAS AFECCIONES CARBUNCOSAS Y SU TRASMISION AL HOMBRE, por D . F e r m í n M a r t í n e z y Suarez, Doctor en Medicina y Cirujia, sócio de número de la Academia médico-quirúrgica Española, de la Económica matritense, caballero de la real y distinguida órden de Cárlos I I I , etc. Esta obra de 216 p á g i n a s , es muy útil para el profesor r u r a l y se vende en las principales librerías al precio de 2 PESETAS en Madrid y 2,50 en provincias, franco de porte. PATOGENIA DE LA GLUCOSURIA ANUARIO D E TERAPÉUTICA, en sus relaciones con l a T e r a p é u t i c a . Materia médica, Farmacia é Higiene para 1881, seguido de una Memoria sobre la higiene y terapéutica del escorbuto, por los doctores A. Bouchardat y J. Bouchardat.—Se ha puesto á la venta en las principales librerías este importantísimo libro, que tan buena acogida tuvo el año anterior, al precio de 2 pesetas. , , „ . 7 ^ 7. . Los pedidos á la Administración de la Revista de Medicina y Cirujia prácticas, calle del Caballero de Gracia, número 9, segundo, Madrid. Memoria leída en la sesión científica celebrada el dia 25 de Febrero en la Casa de Socorro del Hospicio, por D. Víctor Cebrian y Diez, Licenciado en Medicina y Cirujia, médico de la Beneficencia municipal, etc. Se vende en las principales librerías al precio de una peseta 50 céntimos, en toda España y una veinticinco céntimos á los suscritóres de EL JURADO. LOS pedidos se dirigirán á D. J. J. Menendez: Atocha 29, librería (frente al Mi-. nisterio de Fomento).