UNIVERSIDAD DE PANAMÁ Facultad de Economía ESTUDIO “Las Políticas Públicas y las Encuestas de Uso del Tiempo en Panamá, año 2011.” Registro No. 01-09-01-01-2012-03 Elaborado por: Ana E. Patiño Martínez Marcelo Araúz Moreno EL USO DEL TIEMPO ENERO, 2015 RESUMEN EJECUTIVO El presente estudio “Las políticas públicas y las Encuestas de Uso del Tiempo en Panamá”, produjo y analizó información cualitativa y cuantitativa sobre el sector laboral, específicamente el Trabajo Doméstico No Remunerado, políticas públicas existentes y el reconocimiento del aporte femenino al desarrollo económico de Panamá. De acuerdo al Informe de laEncuesta de Uso del Tiempo(EUT) del Instituto Nacional de Estadística y Censo de Panamá (INEC)1, la misma es una herramienta muy eficaz para medir el tiempo que consumen los hombres y las mujeres en labores tales como el trabajo remunerado, el trabajo no remunerado y otras actividades como necesidades personales, educativas y recreativas, entre otras. Hasta hace muy poco, el trabajo no remunerado era un dato invisible en las sociedades y en las economías de los países. La Encuesta de Uso del Tiempo nos permite obtener datos confiables para la Medición del tiempo que utilizan las personas en sus actividades productivas de Mercado y particularmente en las de No Mercado (Trabajo Doméstico No Remunerado y de cuidado de otras personas), el tiempo dedicado a los estudios o capacitación, el tiempo libre y el tiempo que consumen en sus necesidades personales. Los estudios sobre uso del tiempo por medio de encuestas, buscan la visibilización del trabajo no remunerado entre otros aspectos de la vida. Diversos estudios, han evidenciado que hombres y mujeres usan de manera diferente su tiempo. En la esfera económica, esta desigualdad se concreta en la llamada división sexual del trabajo, término que se utiliza para reconocer cómo se distribuyen en los ámbitos de la producción (de mercado o doméstico), las cargas de trabajo, las ocupaciones y las responsabilidades asignadas a cada uno de los sexos. En resumen, el comportamiento estructural por sexo y grupo de edad evidencia que en Panamá,el tiempo que los hombres dedican al trabajo es superior con relación a las mujeres, lo que está estrechamente vinculado con el hecho de que su participación en el mercado laboral es superior, mientras que en actividades tales como necesidades personales, familia y sociabilidad, las diferencias por sexo son menores. . Palabras claves: género, estadísticas, tiempo, hogar, trabajo doméstico, cuidados, responsabilidad familiar, políticas públicas. 1 Informe sobre la planificación y ejecución de la Encuesta de Uso del Tiempo en Panamá: Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República de Panamá, marzo de 2013. 2 ABSTRAC The present study "Public Policies and the Time Use Survey in Panama", produced and analyzed qualitative and quantitative information on labor, specifically the work domestic unremunerated, existing public policies and the recognition of the female contribution to the economic development of Panama. According to the report of the Time Use Survey (EUT) from the National Institute of Statistics and Census (INEC) of Panama, the same is the effective tool to time consuming men and women in paid work, unpaid work and other activities such as needs personal, educational, recreational, among others. Until very recently, the unpaid work was invisible data in the societies and economies of the countries. The survey of time use allows us to obtain reliable data for measuring the time that people use in their productive activities market and particularly in those of No market (not remunerated domestic work and care of others), time spent on studies or training, leisure time and the time consumed in their personal needs. Studies on use of time through surveys, seek the visibility of work unpaid among other aspects of life. Several studies have shown that men and women use different time. In the economic sphere, this inequality takes the form in the so-called sexual division of labour, term used to recognize how are distributed in the areas of production (market or domestic), loads of work, occupations and responsibilities assigned to each of the sexes. In summary, the structural behaviour by sex and age group evidence that while men engaged in the work is top compared to women, which is closely linked to the fact that their participation in the labour market is superior; differences by sex are lower in activities such as personal needs, family and sociability. Key words: gender, statistics, time, home, domestic work, care, family responsibility, public policy 3 INDICE Pág. CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN 1.1- Antecedentes 1.2- Planteamiento del problema 1.3- Justificación 1.4- Objetivos 1.4.1. Objetivo general 1.4.2. Objetivos específicos 1.5- Hipótesis 5 5 6 6 8 8 8 8 CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO, CONCEPTUAL Y METODOLÓGICO 2.1- Marco Teórico 2.1.1- La teoría económica feminista 2.1.2- El Trabajo doméstico no remunerado 2.1.3- La conciliación familiar con corresponsabilidad social 2.2- Marco Conceptual 2.2.1- Concepto de Uso del Tiempo 2.2.2-Concepto de Encuesta de Uso del Tiempo (EUT) 2.3- Marco Metodológico 9 9 9 10 11 13 13 13 15 CAPÍTULO III: PANORAMA DE LAS EUT EN AMÉRICA LATINA 3.1 Análisis de los resultados globales de las EUT 3.2 Análisis de los resultados de las EUT por país 16 16 18 CAPÍTULO IV: CARACTERIZACIÓN DE LAS EUT EN PANAMÁ 4.1- Abordaje metodológico 4.2- Análisis de los resultados 32 33 CAPÍTULO V: PROPUESTA DE POLÍTICAS PÚBLICAS CON ENFOQUE DE GÉNERO 5.1. Contexto de las EUT y las Políticas Públicas 5.2. Políticas Públicas propuestas 46 CONCLUSIONES 56 BIBLIOGRAFÍA 59 ANEXOS 61 46 47 4 CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN 1.1. Antecedentes La investigaciones del uso del tiempo comenzaron a hacerse a principios del siglo pasado: Londres: 1913, URSS: 1920 y USA: 1920 y 1934. Entre 1965-66 en 11 países, entre ellos Bélgica, Checoslovaquia, Francia, Hungría, Bulgaria, Polonia, URSS, Estados Unidos, Yugoslavia y Perú, se realizó el Estudio Szalai auspiciado por la UNESCO. En la década de 1970 se creó la International Association for Time Use Research. Durante la década de 1990, en el marco de EUROSTAT, se ha promovido la armonización internacional sobre las EUT. Desde 1995, en 24 países en desarrollo y en 22 países desarrollados, se han completado la recopilación de datos sobre el EUT. A partir del 2000, para las Naciones Unidas, la medición del tiempo y su utilización constituye una de las prioridades de investigación, sobre todo en las cuestiones de género y en la medición del trabajo remunerado y no remunerado. En el caso de Panamá, con el objetivo de investigar el tiempo que hombres y mujeres dedican a las labores domésticas no remuneradas, a fin de valorizar el aporte económico de estas actividades, además de conocer las inequidades de género en la carga de trabajo global, se realizó en Panamá del 10 de octubre al 8 de noviembre del año 2011, la primera Encuesta de Uso del Tiempo (EUT), por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), de la Contraloría General de la República. La EUT se aplicó a un total de 3,700 viviendas panameñas distribuidas en las áreas urbanas a nivel provincial, exceptuando la provincia de Darién. Las EUT deben facilitar información estadística sobre la participación diferenciada de mujeres y hombres en los mundos de lo público y lo privado, de igual forma,el tiempo que usan para atender sus necesidades personales, también diferenciadas, así como las dimensiones y espacios de tales necesidades. Un nutrido y variado conjunto de encuestas de uso del tiempo se han aplicado en distintos países de África, Asia y América Latina. En esta última región y específicamente en Centroamérica, se han llevado a cabo estas iniciativas en cinco (5) países: Guatemala, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y El Salvador, en los cuales han surgido interesantes y beneficiosas políticas públicas que afectan de forma positiva tanto a mujeres como a hombres, tomando como referencia estos estudios. Las investigaciones desarrolladas con el fin de visibilizar el aporte de las mujeres desde la esfera doméstica y su contribución económica al crecimiento de los países, tiene una larga tradición en la economía feminista2. Desde que los primeros estudios sobre el trabajo de subsistencia identificaron esta actividad económica de mujeres y varones, el trabajo no remunerado entró en la escena de los debates sobre el desarrollo. 2 La economía feminista es un nuevo enfoque de análisis económico con potencial transformador, que evidencia la necesidad de corregir los supuestos básicos androcéntricos en la economía. Su análisis estudia las relaciones entre mujeres y hombres, reconociendo los diferentes roles sociales asignados a hombres y mujeres en el acceso a los recursos y toma de decisiones. La economía feministaplantea: a) Que el género, como la clase, es un elemento central en la construcción de las relaciones sociales de dominación. b) Que se debe integrar la variable género en la distribución del trabajo, el ingreso y la productividad para eliminar el sesgo entre los modelos tradicionales. 5 Paralelamente, en los países anglosajones se desarrollaba el debate sobre el “trabajo doméstico”, que buscaba comprender la relación entre producción y la reproducción de la fuerza de trabajo, y entre el capitalismo y la división sexual del trabajo. Analizando más profundamente la relación entre el cuidado de niños y adultos mayores brindado en la esfera doméstica, y las características y disponibilidad de servicios de cuidado, tanto estatales como privados. En todos estos desarrollos conceptuales, el proyecto de visibilización de la contribución económica de las mujeres ha puesto en cuestión la definición de “trabajo productivo” y los límites mismos de lo que se entiende por “economía”. 1.2. Planteamiento del problema En Panamá aún no existe una política clara que reconozca el aporte de las mujeres, desde la esfera doméstica, al desarrollo económico, dado que no se contaba con los datos o evidencia estadística que demostraran ese aporte. Es a través de la Encuesta de Uso del Tiempo (EUT) que, una vez aplicada y sus datos recogidos en el año 2011, que se puede conocer dicha situación. Por ello, no solo basta con aplicar el instrumento de las Encuestas de Uso del Tiempo para obtener los datos, sino su correspondiente análisis para contribuir, a partir de los resultados, en la formulación de políticas públicas que contribuyan a lograr el bienestar en términos de equidad y justicia social, las cuales, además, estén en consonancia con el Plan Nacional de Gobierno 2010-2014 y se encuentren enmarcados en los Objetivos de Desarrollo del Milenio3. Consideramos que las propuestas de políticas públicas focalizadas y dirigidas a impactar en el sector laboral, fortalecerán la capacidad económica de las mujeres, como mecanismo idóneo para la obtención de ingresos y mejoramiento de la calidad de vida de las mismas. Se espera que las políticas propuestas impulsen acciones que favorezcan de manera positiva el desarrollo humano. 1.3. Justificación: La utilización de la categoría género en el análisis económico, ha revelado con meridiana claridad, la parcialidad del cuerpo teórico de la economía, tanto en la elección de los temas de investigación como en las explicaciones alcanzadas. Afortunadamente, esas lagunas se van superando desde hace algunos años, lo que ha llevado a los 3 Los Ocho Objetivos del Milenio son un conjunto cuantificable de metas a favor de la paz, los derechos humanos y el desarrollo, contenidas en la Declaración del Milenio adoptada por 189 Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la Cumbre del Milenio celebrada en septiembre del año 2000. Estos son: Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal. Objetivo 3: Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer. Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil. Objetivo 5: Mejorar la salud materna. Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades. Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Los objetivos del milenio se interrelacionan unos con otros, el Objetivo 2 tiene que ver con la educación primaria, garantizar el acceso a ésta y marca fundamentalmente lo que es la población indígena, en especial las mujeres, induce el Objetivo 3, al cual se concatena en cuanto a educación 6 investigadores a utilizar el enfoque de género como una herramienta básica de su investigación. En este sentido, la Facultad de Economía de la Universidad de Panamá, el 2 de Diciembre de 2010, aprobó sus nuevas Líneas de Investigación, a través de las cuales se institucionaliza la Economía y el Género como tema de investigación. Una innovación adicional, que es particularmente importante en Latinoamérica y en Panamá, dado que es la primera vez que se levanta y aplica una encuesta de uso del tiempo, por lo tanto su análisis y principales hallazgos serán también un aporte original de este proyecto de investigación. Por otro lado, se justifica el desarrollo de este tipo de investigación, ya que Panamá al igual que muchos otros países ha asumido compromisos internacionales y regionales en materia de género, los cuales son vinculantes, por tanto deben ser incluidos en los programas y planes estratégicos de desarrollo. Estos compromisos, entre otros, son: La Ley 4 de 1981 por medio de la cual se ratifica la Convención de las Naciones Unidas para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, 1979), La Ley No. 12 de 1995 por la cual se ratifica la Convención Internacional para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contrala Mujer o Convención de Belén Do Pará en 1994, para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contrala Mujer. Establece que toda mujer tiene derecho a ser valorada y educada libre de patrones estereotipados, de comportamientos y de prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinación. La Ley 34 de 6 de julio de 1995 por la cual se modifica la Ley 47 de 1946, Orgánica de Educación. Por su parte, La Ley 34 de julio de 1995, mediante la cual se reforma y actualiza la Ley Orgánica de Educación de 1946, establece en su Art. 1: "la educación es un derecho y un deber de la persona humana, sin distingo de.... sexo,...". La Ley No. 4 de 1999, por cual se instituye la igualdad de oportunidades para las mujeres. Como medio para implementar de modo planificado lo establecido en estas leyes, el Estado ha puesto en marcha una serie de políticas públicas. Participación de Panamá en la Plataforma de Acción de Beijing; Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995, entre sus acuerdos más importantes se encuentra: o “Hacer visible la importancia relativa del trabajo no remunerado realizado fuera del mercado y valorar la producción de bienes y servicios y la contribución al consumo y bienestar de los hogares y de la sociedad que representa el trabajo no-remunerado realizado fuera del mercado”. o “Desarrollar una clasificación internacional de actividades para las estadísticas sobre uso del tiempo en que se aprecien las diferencias entre mujeres y hombres en lo relativo al trabajo remunerado y no remunerado y reunir datos desglosados por sexo.” Participación de Panamá en la Décima Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe, agosto de 2007, Consenso de Quito, entre sus acuerdos más importantes se encuentra: o Adoptar medidas en todas las esferas de la vida democrática institucional y, en particular, en los ámbitos económico y social, incluidas medidas legislativas y reformas institucionales, para garantizar el reconocimiento del 7 trabajo no remunerado y su aporte al bienestar de las familias y al desarrollo económico de los países, y promover su inclusión en las cuentas nacionales; o Desarrollar instrumentos de medición periódica del trabajo no remunerado que realizan las mujeres y hombres, especialmente encuestas de uso del tiempo para hacerlo visible y reconocer su valor, incorporar sus resultados al sistema de cuentas nacionales y diseñar políticas económicas y sociales. Finalmente, los sistemas de indicadores y las mediciones desde un enfoque sistémico y de género, son sumamente necesarios y ayudan en la toma de decisiones, es decir, el trabajo tiene que ser dual, de forma tal que el fortalecimiento de la equidad de género no se diluya. Por ello, a través de esta investigación, se pretende: Mejor visualización de las brechas de género. Posicionar a las EUT como herramienta para la toma de decisiones. Utilizar las EUT como una experiencia innovadora en estadística. Fortalecer la cultura del uso de la información estadística para incidir en procesos de desarrollo. 1.4. Objetivos 1.4.1. Objetivos Generales: Generar información sobre las EUT y su relación con el trabajo doméstico no remunerado y las condiciones de vida de las mujeres en Panamá, para identificar cambios legislativos y líneas de políticas públicas prioritarios frente al tema. 1.4.2. Objetivos Específicos: Captación de estadísticas con información sobre la división del trabajo (roles) entre personas de ambos sexos y las proporciones de trabajo remunerado y no remunerado que realizan mujeres y hombres. Identificar las políticas públicas existentes que promueven la equidad de género en materia laboral. Visibilizar el aporte económico de las mujeres desde la esfera doméstica. Identificar los resultados y/o experiencias de aplicaciones de EUT en economías de América Latina. Analizar e incorporar las estadísticas de la EUT para la toma de decisiones e iniciativas de políticas a proponer para la equidad social. Fortalecer las capacidades de la academia para la generación y uso de información estadística con enfoque de género. 1.5. Hipótesis Hipótesis de Trabajo: “La falta de políticas públicas con enfoque de género, en materia de equidad social, limita el desarrollo productivo femenino en Panamá”. 8 CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO, CONCEPTUAL Y METODOLÓGICO 2.1. MARCO TEÓRICO 2.1.1. La teoría económica feminista La teoría económica del género4 o teoría económica feminista estudia las relaciones entre mujeres y hombres así como las diferencias y disparidades en el acceso y control sobre recursos, decisiones, oportunidades, retribuciones y todos los aspectos del poder. El género, como la clase, es un elemento central en la construcción de las relaciones sociales de dominación. Este es un nuevo enfoque de análisis económico con un alto potencial transformador, que evidencia la necesidad de corregir los supuestos básicos androcéntricos en la economía, que revelan la parcialidad del cuerpo teórico de la Economía, reconoce los diferentes roles sociales asignados a hombres y mujeres en el acceso a los recursos y en la toma de decisiones y evidencia también las bases de desigualdad sobre las que está construido el sistema económico. En este sentido el género, se contrapone a la idea de una universal mujer u hombre y de la fijeza de su identidad, posición y condición. Precisamente, este término permite no sólo conocer los cambios en las relaciones entre hombres y mujeres sino que abre la posibilidad de las transformaciones de esas relaciones, es decir, no se queda en la inmutabilidad de la subordinación universal de la mujer. Por su parte, Benería y Roldán (1992:7) lo definen como “una red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades que diferencian al hombre de la mujer mediante un proceso de construcción social. Así, género connota una construcción social que incluye distinciones de roles y comportamientos, así como características mentales y sentimentales”; y se reserva el término sexo para referirse a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres. El resultado del desarrollo del concepto de género fue que la división del trabajo entre hombres y mujeres pudo ser reconocida como fenómeno social. Por equidad de género se entiende una situación en la que mujeres y hombres tienen las mismas posibilidades, u oportunidades en la vida, de acceder a recursos y bienes valiosos desde el punto de vista social, y de controlarlos. El objetivo no es tanto que mujeres y hombres sean iguales, sino conseguir que unos y otros tengan las mismas oportunidades en la vida. De lo que se trata es que tanto hombres como mujeres tengan 4 El concepto de género es visto como el conjunto de relaciones sociales, que apoyado en las características biológicas, reproduce y regula las diferencias entre hombres y mujeres. La simbolización cultural de la diferencia biológica forma parte de un conjunto de ideas, prácticas, discursos y representaciones sociales que le otorgan atribuciones a las conductas objetivas y subjetivas de los individuos en función de su ser hombre o su ser mujer. Las características humanas, consideradas femeninas o masculinas, se adquieren –por mujeres y hombres, respectivamente- a través de un complejo proceso individual y social, no derivándose, de forma natural, de su sexo.Es así como se propone una distinción conceptual entre sexo y género, donde el primero de ellos está referido tanto a los “rasgos fisiológicos y biológicos de ser macho o hembra, y el segundo a la construcción social de las diferencias sexuales (lo femenino y lo masculino). Así, el sexo se hereda y el género se adquiere a través del aprendizaje cultural” y social. Es de esta forma, como toda sociedad, tendrá un sistema Sexo/género específico, esto es, que cada contingente humano tendrá una serie de normas que transformarán a la sexualidad biológica en productos específicos del quehacer de los individuos. 9 oportunidades en función de sus capacidades y que el género no sea un elemento discriminatorio o de promoción social dependiendo del sexo. Para conseguirlo, a veces es necesario potenciar la capacidad de los grupos que tienen un acceso limitado a los recursos, o bien crear esa capacidad. Por ejemplo, facilitar créditos a las mujeres del medio rural, dado que su acceso a los recursos productivos es limitado. De igual forma, equidad de género, se entiende por el trato imparcial de mujeres y hombres, según sus necesidades respectivas, ya sea con un trato equitativo o con uno diferenciado pero que se considera equivalente por lo que se refiere a los derechos, los beneficios, las obligaciones y las posibilidades. En el ámbito del desarrollo, el objetivo de lograr la equidad de género, a menudo exige la incorporación de medidas específicas para compensar las desventajas históricas y sociales. El nuevo enfoque de la teoría económica, aplicada al presente estudio, permite identificar la condición y posición de las mujeres en las cadenas de valor estudiadas a partir de caracterizar las relaciones de género en los ámbitos laboral y doméstico, tomando como ejes de interés central la división sexual del trabajo y las representaciones y hábitos de género que desde el nivel simbólico subyacen en la participación de las mujeres en el sector laboral y doméstico estudiado. 2.1.2. El trabajo doméstico no remunerado La definición conceptual del trabajo doméstico no remunerado ha pasado por una larga reflexión teórica que merece ser analizada. Margaret Reiden 1934, definió que puede considerarse productiva toda actividad que puede ser delegada en alguien más, es decir, entendemos por trabajo el esfuerzo físico y mental que tiene por resultado la transformación de un bien o la realización de un servicio, sin importar quién lo realice ya sea mediante bienes reemplazados por productos de mercado o servicios remunerados. Evidentemente, no son consideradas como trabajo aquellas actividades que tienen como objetivo la manifestación de afecto, porque no es equivalente el que sean realizadas por un tercero. Así, el trabajo doméstico no remunerado se define actualmente como aquella actividad productiva de bienes y servicios necesarios para culminar la transformación de los productos que se consumen en la vida cotidiana, llevado a cabo principalmente por mujeres. En general, los bienes que se compran se transforman mediante trabajo doméstico antes de poderse consumir, de ahí que el trabajo doméstico sea una actividad de transformación. Las principales funciones del trabajo doméstico se relacionan con: • Mantenimiento de la vivienda: limpiar, hacer reparaciones, realizar labores de mantenimiento. • Proporcionar nutrición: planificar la comida, prepararla, servirla, lavar trastes, etc. • Proporcionar vestido: lavar ropa, planchar, remendar, reparar o confeccionarla. • Proporcionar cuidados: a los niños, a los enfermos, a los ancianos dependientes y a otros miembros de la familia que requieran apoyo constante. 10 María Ángeles Durán señala que la economía como disciplina se ha concentrado en el estudio de las mercancías y se ha olvidado casi por completo del estudio de la dimensióneconómica de los recursos que no se utilizan directamente para el mercado. El trabajo para el mercado, que sí ha interesado tradicionalmente a los economistas, se ha considerado “actividad económica”, mientras que las actividades no mercantiles se han considerado como “no económicas”. La autora distingue el tiempo global como un recurso productivo (tiempo de trabajo remunerado y tiempo de trabajo no remunerado). 2.1.3. La conciliación familiar con corresponsabilidad social El modelo de familia se basa en un padre “proveedor” que trabaja por un salario familiar y una madre cuidadora, responsable del trabajo doméstico del hogar y las tareas de cuidado de las personas (Díaz, 2004). Esta división del trabajo constituye hasta hoy el referente de las políticas públicas y el modelo de socialización de hombres y mujeres. Se ha mostrado que ese modelo tradicional de familia ya no representa a la mayoría de las familias de la región puesto que existen hogares con dobles proveedores económicos -que impiden que caigan en la pobreza-, familias monoparentales con jefatura femenina y hogares y familias con conformaciones distintas a las tradicionales. El reparto del tiempo destinado al trabajo doméstico y al cuidado familiar es desigual entre varones y mujeres, en su mayor parte es desarrollado por las mujeres con independencia de su trabajo fuera del ámbito doméstico. En las últimas décadas, se produjeron significativos cambios en la economía, la cultura y la política. Se transforma el paradigma de producción que caracterizó al capitalismo industrial, afectando la generación y los patrones del empleo. Las mujeres emergen en el escenario público, incorporándose al mercado de trabajo con dobles jornadas, en el hogar y en el mundo laboral. Los movimientos feministas denuncian el orden de género vigente y luchan por cambios estructurales-en la organización y división sexual del trabajo y en la separación entre espacios públicos y privados- y por transformaciones culturales -reconocimiento y valoración a la vivencia y experiencia de las mujeres- que sustenten un nuevo contrato social a favor de la igualdad entre hombres y mujeres. El orden de género está cambiando, si antes la familia debía ser el soporte del sistema productivo mediante la división de actividades y funciones, hoy esta división se presenta como un obstáculo y una carga para las exigencias de producción individual, lo que produce fuertes conflictos entre vida familiar y vida laboral. Por otro lado, la creciente competitividad de las empresas en mercados cada vez más duros, presiona a los empleados entre las exigencias laborales y la vida familiar. El núcleo familiar primario continúa siendo un soporte básico en las relaciones afectivas, en la construcción de la identidad subjetiva y en la socialización como garantía de los procesos de maduración y desarrollo. Los cambios en el mundo laboral y social vuelven más complejo el indispensable desarrollo afectivo de las personas, que en gran medida transcurre en la familia. La familia suele convertirse en refugio y depositaria de la identidad individual y social. Sin embargo, sobre ella se imponen múltiples exigencias adaptativas, donde las dificultades para el ingreso y la permanencia en el mercado laboral formal e informal de sus miembros constituyen una de las dimensiones centrales y afectan muy negativamente su bienestar. 11 Los intensos cambios en las relaciones sociales, familiares y laborales requieren que los gobiernos diseñen nuevas políticas públicas que incorporen estos cambios: políticas impositivas, redistributivas, de transporte, reorientaciones del gasto público y del gasto social, así como políticas sectoriales de empleo, educativas, de salud y vivienda, entre otras. Actualmente, se requiere una reflexión que permita dar respuestas y diseñar políticas públicas que favorezcan la conciliación entre trabajo y familia, entre los espacios público y privado, entre el mundo doméstico y el mundo social, que no reproduzcan la discriminación laboral, las desigualdades de género y que posibiliten la vida familiar. Esto plantea el desafío de entender la complejidad en la que se van construyendo los vínculos familiares en una sociedad diversificada y desigual, así como la necesaria integralidad e inter-sectorialidad de las políticas para dar cuenta de esa complejidad. Se requiere de políticas que sean más eficaces para el logro de la conciliación entre trabajo y familia, teniendo en cuenta que se enfrenta un problema cultural profundo frente a los cambios en el mundo laboral y familiar y la persistencia de modelos culturales muy arraigados que surgieron de un modelo familiar y laboral de hace dos siglos. Los recursos institucionales que proveen de bienestar a las personas son principalmente el Estado, el mercado, las propias familias y el tercer sector o la comunidad. Es evidente que las intervenciones públicas afectan a las decisiones de las familias, y a su vez las decisiones y la forma de vida de éstas también tienen cierta incidencia sobre las políticas públicas. Una u otra forma de organizar, por ejemplo, la política educativa, la política de vivienda o el sistema de transporte afectan las decisiones de consumo e inversión de las familias. En base a ello, es necesario implementar políticas de corresponsabilidad donde el Estado asuma su parte en el cuidado, a través, entre otras acciones, de la ratificación por parte de Panamá de los Convenios 183 y 156 de la Organización Internacional del Trabajo5, referentes a las responsabilidades laborales compatibles con el trabajo. Específicamente el Convenio Nº 156 de 1981, trata sobre los trabajadores con responsabilidades familiares y básicamente se refiere a que todas las trabajadoras y trabajadores con responsabilidades familiares tienen derecho a “protección especial” y a no ser discriminados en el empleo y ocupación por esta condición. 5 Oficina Internacional del Trabajo (OIT) y Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD): “Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social” 2009. 12 2.2. MARCO CONCEPTUAL 2.2.1. Concepto de Uso del Tiempo El empleo del tiempo se entiende como una categoría que expresa el tiempo que dispone cada individuo, cada grupo y cada sociedad. Marco temporal de actividades que la población realiza a diario, las cuales se distribuyen según un orden y una estructura que revelan el estado de desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales. La vida diaria se estructura según una rutina que puede variar con el sexo, la edad, la ocupación, el nivel educacional, el grado de compromiso sociopolítico y los intereses de cada persona. Además, permite medir cómo los hombres y las mujeres distribuyen su tiempo, para evaluar diferencias en la calidad de vida y en las oportunidades que tienen dentro del hogar y en la sociedad. A partir del año 2000, para las Naciones Unidas, la medición del tiempo y su utilización constituye una de las prioridades de investigación. «Sobre todo en las cuestiones de género y en la medición del trabajo remunerado y no remunerado» 2.2.2. Concepto de Encuesta de Uso del Tiempo De acuerdo al Informe de las EUT del Instituto Nacional de Estadística y Censo de Panamá (INEC)6, la Encuesta de Uso del Tiempo (EUT), es la herramienta eficaz para medir el tiempo que consumen los hombres y las mujeres, en el trabajo remunerado, trabajo no remunerado y otras actividades como necesidades personales, educativas, recreativas, entre otras. Hasta hace muy poco el trabajo no remunerado era un dato invisible en las sociedades y en las economías de los países. La Encuesta de Uso del Tiempo nos permite obtener datos confiables para la medición del tiempo que utilizan las personas en sus actividades productivas de Mercado y particularmente en las de No Mercado(Trabajo Doméstico No Remunerado y de cuidado de otras personas), el tiempo dedicado a los estudios o capacitación, el tiempo libre y el tiempo que consumen en sus necesidades personales. Los estudios sobre uso del tiempo por medio de encuestas, buscan la visibilización del trabajo no remunerado entre otros aspectos de la vida. Diversos estudios han evidenciado que hombres y mujeres usan de manera diferente su tiempo. En la esfera económica esta desigualdad se concreta en la llamada división sexual del trabajo, término que se utiliza para reconocer cómo se distribuyen en los ámbitos de la producción (de mercado o doméstico), las cargas de trabajo, las ocupaciones y las responsabilidades asignadas a cada uno de los sexos. La división sexual del trabajo determina el desempeño en otros espacios dela vida. Se puede señalar que la manera en la que se socializa, distribuye, valora y jerarquizan las actividades por sexo (roles de género), condicionan las formas en que las personas usan su tiempo. El tiempo empleado en el trabajo doméstico no remunerado, afecta las 6 Informe sobre la planificación y ejecución de la Encuesta de Uso del Tiempo en Panamá: Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República de Panamá, marzo de 2013. 13 oportunidades de las personas, para dedicarle tiempo al trabajo remunerado, a la formación y superación personal, al esparcimiento, al descanso y la atención personal. En este sentido, la Dra. Mercedes Pedrero7 puntualiza que: “Las Encuestas de Uso del Tiempo, recaban información del uso que los individuos hacen de su tiempo distribuido en actividades productivas, de formación, esparcimiento y atención a sus propias necesidades vitales como alimentarse y descansar; y de manera específica el tiempo dedicado al trabajo doméstico, lo que permitirá traducirlo a valor económico. Esto demostrará la importancia del mismo al hacerlo visible en las estadísticas, porque su invisibilidad es uno de los orígenes de las inequidades de género. Asimismo, conocer cómo distribuyen su tiempo las personas, permitirá ver diferencias de la calidad de vida y oportunidades que tienen de manera individual, tanto dentro del hogar como en la sociedad, de acuerdo a su perfil socio-demográfico…” Es una herramienta estadística que permite: 7 La validación y medición de desigualdades sociales de género, educación, salud, recreación, trabajo (remunerado y/o no remunerado), entre otras, captadas por las diferencias del uso que hombres y mujeres hacen de su tiempo. Proporciona indicadores para la posible elaboración de Políticas Públicas que coadyuven a equilibrar estas inequidades. Brinda a las autoridades del Gobierno, académicos, empresarios, participantes de organizaciones no gubernamentales y a la sociedad en general, la información necesaria, detallada y suficiente que permita conocer la contribución económica de hombres y mujeres por la vía del trabajo remunerado y no remunerado. Proporciona información que permita conocer si se dan inequidades de género en el uso del tiempo que pudieran estar incidiendo en las condiciones de vida de hombres y mujeres. Mercedes Pedrero: Valor Económico del Trabajo Doméstico en México, 2009; página 100 14 2.3.MARCO METODOLÓGICO El estudio “Las políticas públicas y las Encuestas de Uso del Tiempo en Panamá”, produjo y analizó información cualitativa y cuantitativa sobre el sector laboral, específicamente el Trabajo Doméstico No Remunerado, políticas públicas existentes y el reconocimiento del aporte femenino al desarrollo económico de Panamá. Se cubrieron tres (3) fases: la primera, la recolección de la información bibliográfica existente a nivel nacional e internacional; posteriormente la búsqueda y levantamiento de nuevos datos a través de entrevistas a expertos(as) y la tercera fase fue la contrastación y análisis de la información recolectada con los objetivos propuestos y presentarla en el documento final. De esta forma, la bibliografía existente, se obtuvo de distintas instituciones involucradas, como el Instituto de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República (INEC), el Instituto Nacional de la Mujer (INAMU) y ONU Mujeres. Se consultó igualmente la legislación existente sobre la materia. Adicionalmente, se realizaron entrevistas semi-estructuradas a diferentes funcionarios expertos y expertas de las precitadas instituciones, para triangular la información disponible en los Web Sites de dichas instituciones u organismos. La mayor parte de la información utilizada provino principalmente del Informe de las EUT del INEC, la cual especifica el ámbito poblacional, la cobertura y fecha de aplicación de la encuesta, en este sentido señalamos lo siguiente: El ámbito poblacional: Los miembros del hogar mayores de 15 años y residentes habituales. No fueron entrevistados los discapacitados, enfermos crónicos y personas en edad avanzada. Cobertura: La Encuesta de Uso del Tiempo, fue aplicada en todas las áreasurbanas del país, exceptuando la provincia del Darién. En total fueron investigadas 3,720 viviendas, distribuidas en todas las áreas urbanas del país, excepto la provincia de Darién. Fecha: La encuesta se desarrolló del 10 de octubre al 8 de noviembre de 2011. 15 CAPÍTULO III: PANORAMA DE LAS ENCUESTAS DE USO DEL TIEMPO EN AMÉRICA LATINA 1. Análisis de los resultados globales de las Encuestas de Uso del Tiempo Desde hace varias décadas los estudios sobre el uso del tiempo han proporcionado una gran masa de información sobre la forma en que las personas usan el tiempo aportando datos sobre el desigual reparto del trabajo total, tanto remunerado como no remunerado entre mujeres y varones y pueden ser utilizadas, a su vez, para calcular el valor económico que el tiempo de trabajo no remunerado aporta a las economías. Ello permite orientar la formulación de políticas públicas que atiendan las necesidades sociales de cuidado mediante la corresponsabilidad social, trasladando responsabilidades del ámbito familiar al público y al privado. En varios países de América Latina se han realizado este tipo de investigaciones, todas ellas buscando el objetivo de obtener un diagnóstico de la forma en que las personas o familias utilizan su tiempo, en las diversas actividades desarrolladas durante el día o la semana, dependiendo del periodo de tiempo analizado. En este sentido, la experiencia desarrollada en la región señala un camino promisorio para avanzar tanto en el plano de la incidencia política, con la finalidad de colocar el tema en la agenda pública, como en la producción de nuevos conocimientos que contribuyan a diseñar mejores instrumentos y a profundizar los análisis de la información disponible. Se presenta una recopilación experiencias de encuestas Uso del Tiempo en países de América Latina, en el Cuadro No. 1. Cuadro No.1 ENCUESTA DE USO DEL TIEMPO EN VARIOS PAÍSES TIEMPO TOTAL DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO (Horas Promedio en el periodo de referencia) PAÍS AÑO ARGENTINA, Buenos Aires 2005 BOLIVIA, 2001 CHILE, Gran Santiago 2008 TIEMPO TOTAL DE TRABAJO PERIODO DOMÉSTICO NO UNIVERSO, POBLACIÓN TOTAL REMUNERADO INVESTIGADO REMUNERADO Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Ocupada de 15 a 74 años Día 10.7 11.0 1.7 3.3 9.0 7.7 Ocupada de 7 años y mas Día 10.8 11.8 3.3 5.1 7.5 6.7 Ocupada de 12 años y mas Día 8.8 10.4 0.8 2.9 8.0 7.5 COSTA RICA 2004 Total de 12 años y mas Día 11.8 13.8 2.7 6.0 CUBA, Habana Vieja 2000 Ocupada de 15 años y mas Día 6.8 7.0 1.2 3.6 GUATEMALA 2000 Ocupada de 7 años y mas Día 10.8 12.9 2.6 6.0 NICARAGUA 1998 Ocupada de 6 años y mas Día 10.6 11.9 2.8 4.3 BRASIL 2008 Ocupada de 15 años y mas Semana 51.7 56.2 9.2 20.9 MÉXICO 2002 Total Semana 58.5 81.7 9.4 42.4 COLOMBIA 2007 Ocupada de 10 años y mas Semana 73.5 86.9 25.4 44.9 COLOMBIA, Pobres 2008 Ocupada de 15 años y mas Semana 64.7 75.9 13.5 31.8 COLOMBIA, No Pobres 2008 Ocupada de 15 años y mas Semana 64.7 75.9 13.5 31.8 ECUADOR 2007 Ocupada de 12 años y mas Semana 87.2 107.4 39.1 67.1 URUGUAY 2007 Total de 15 años y mas Semana 48.0 53.5 13.4 34.8 Fuente: Cepal, División de Asuntos de Género, Recopilación de Experiencias, Encuestas de Uso del Tiempo, 2010 9.1 5.6 8.2 7.8 42.5 49.1 48.1 51.2 51.2 48.1 34.6 7.8 3.4 6.9 7.6 35.3 39.3 42.0 44.1 44.1 40.3 18.7 16 Del Cuadro No.1 se perciben amplias diferencias entre países en cuanto al universo y población encuestada y al período investigado, lo cual también está relacionado con la metodología aplicada, es decir, los métodos de captación, la cobertura temática, métodos de recolección de los datos en terreno, población objeto de estudio (hogar, individuo, edad mínima), tiempo de referencia (día anterior, semana) y, especialmente, en las actividades constitutivas del trabajo doméstico y de cuidado, así como en consignación de actividades simultáneas. La divergencia en las definiciones y en las metodologías aplicadas en las distintas fases de la investigación, obstaculizan la comparabilidad entre países y afectan con distinta intensidad la confiabilidad de la información que se desprende, dificultando inferir apropiadamente los tiempos invertidos en las distintas actividades domésticas, así como para identificar las personas que participan en estas. La falta de un clasificador estandarizado de las actividades se percibe como el principal factor que limita el desarrollo y armonización de estas encuestas, la necesidad de obtener una estructura, que defina, jerarquice y unifique los criterios para consignar la multiplicidad de actividades que se dan en la vida doméstica y cotidiana y que, además, permita una correspondencia homologable con las actividades de mercado, es aún un desafío pendiente. Del análisis de cada una de las EUT de estos países que se detalla más adelante, se desprende que: Los hombres participan menos e invierten menos tiempo en la generalidad de las actividades domésticas consideradas. Las actividades domésticas entre hombres y mujeres aparecen segmentadas, prevaleciendo los estereotipos de género. Las actividades de cuidado se posicionan entre las que más tiempo consumen a mujeres y hombres, sin embargo el tiempo de dedicación es mayor entre las mujeres y también lo es su participación. La condición de trabajadoras remuneradas de las mujeres no las libera de destinar tiempos considerables a las labores domésticas. Cualquiera sea la duración de la jornada laboral, ellas dedican mucho más tiempo que los varones a estas actividades. El tiempo destinado por las mujeres a las actividades domésticas se acrecienta cuando existen niños en edad preescolar en el hogar, mientras que el de los varones tiende a permanecer invariante, verificándose la misma tendencia en todos los países. La información proveniente de las EUT se complementan con las tasas de participación laboral evidenciadas en las Encuestas de Hogares, ya que los resultados obtenidos en todos los casos hacen referencia a una mayor participación de los hombres en el mercado laboral: en promedio, la participación de los hombres es del 71.4% y la de mujeres es de 49.8%. Específicamente, los casos de países con mayor participación laboral de la mujer por el orden del 60.8% y 60.2% recae en Perú y Colombia, respectivamente, señaladas con flechas azules. Y los países con menor participación de la mujer, son República Dominicana con un 38.0% y Honduras de un 41.7%, señaladas con flechas rojas. Estos datos se desprenden del Cuadro No.2. 17 Cuadro No. 2 TASA DE PARTICIPACIÓN LABORAL, POR SEXO EN AMÉRICA LATINAY EL CARIBE: AÑOS 2011 Y 2012 2. Análisis de los resultados de las Encuestas de Uso del Tiempo, por país 2.1. Caso 1: Argentina La encuesta realizada en Argentina en 2005 fue aplicada en la Ciudad de Buenos Aires, a la población de 15 a 74 años de edad para medir el tiempo dedicado a cada una de las actividades realizadas por los investigados durante un día completo. Como puede observarse en la Gráfica No.1, del total de horas diarias dedicadas al trabajo declaradas por los hombres, 10.7 horas, sólo 1.7 horas (16%) corresponden al trabajo doméstico no remunerado y 9.0 horas (84%) al trabajo remunerado, mientras que las mujeres, quienes reportaron trabajar en actividades remuneradas y domésticas no remuneradas más que los hombres, ya que declararon 11.0 horas en promedio, utilizan 3.3 horas (30%) para realizar trabajo doméstico no remunerado y el resto, 7.7 horas (70%), lo ocupan en trabajo para el mercado. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Argentina, Buenos Aires 2005 Población de 15 a 74 años Cálculos sobre la población que declara realizar actividades remuneradas y domésticas no remuneradas. Periodo de referencia: un día. 18 a/ Actividades consideradas: -preparación de comida, -limpieza del hogar, -cuidado de la ropa, -compras del hogar, -traslados relacionados, -cuidado de niños y otras personas del hogar. Titulo original: Uso del tiempo en la ciudad de Buenos Aires. Gráfica No. 1 PROMEDIO DE HORAS DIARIAS DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN BUENOS AIRES, ARGENTINA, AÑO 2005 Promedio de Horas Diarias 12.0 10.0 10.7 8.0 9.0 11.0 7.7 6.0 4.0 3.3 2.0 1.7 0.0 Hombres TOTAL DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: Valeria Esquivel, Uso del Tiempo en Buenos Aires, Año 2005 2.2. Caso 2: Bolivia Por su parte, la encuesta realizada en Bolivia, la cual data del año 2001, involucraba la investigación del uso del tiempo de la población de 7 años y más de edad en un día, en actividades remuneradas y domésticas no remuneradas. En la Gráfica No.2 se puede apreciar que igualmente las mujeres declararon trabajar más en ambas actividades que los hombres, con un promedio de 11.8 horas, mientras que los hombres declararon trabajar una hora menos, 10.8 en promedio, al día. De ese total, las mujeres dedican el 43% (5.1 horas) al trabajo doméstico no remunerado y el 57% restante (6.7 horas), al trabajo remunerado, mientras que los hombres declararon utilizar 3.3 horas (31%) en el trabajo doméstico no remunerado y el restante 69% (7.5 horas) en el trabajo remunerado. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población de 7 años y más. 19 Cálculos sobre la población que declara realizar actividades remuneradas y domésticas no remuneradas. Periodo de referencia: un día. a/ Actividades consideradas: cuidar niños y/o ancianos, cocinar y asear la casa, abastecer de alimentos al hogar, lavar y/o planchar ropa, cría de animales y/o cultivos, acarrear leña y/o agua, arreglar y mantener la vivienda. Titulo original: Jornada laboral remunerada y doméstica no remunerada (horas diarias). 14.0 Gráfica No.2 PROMEDIO DE HORAS DIARIAS DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN BOLIVIA, AÑO 2001 Promedio de Horas Diarias 12.0 11.8 10.0 10.8 8.0 7.5 6.0 6.7 5.1 4.0 3.3 2.0 0.0 TOTAL Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: Cepal, Vivian Milosavjlevic, Odette Tacla, Incorporando un Módulo de UT a la encuesta de Hogares, Bolivia, Año 2001 2.3. Caso 3: Chile La investigación realizada en Chile, corresponde a la población de 12 años y más residentes en el Gran Santiago en el año 2008, a quienes se les consultó sobre la distribución del uso del tiempo durante un día, en diversas actividades remuneradas y domésticas no remuneradas. Aquí, las mujeres declararon utilizar 10.4 horas en total en dichas actividades, a diferencia de los hombres que señalaron ocupar solo 8.8 horas diarias en las mismas actividades. En ese sentido, las mujeres ocupan el 28% (2.9 horas) en tareas domésticas no remuneradas y el restante 72% (7.5 horas) en tareas 20 remuneradas. Por su parte, los hombres dijeron utilizar sólo el 9% (0.8 horas) en tareas domésticas no remuneradas y el 91% (8 horas) en el trabajo remunerado. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población 12 años y más. Cálculos sobre la población que participa simultáneamente en trabajo remunerado y no remunerado. Periodo de referencia: un día. a/ Actividades consideradas: tareas del hogar (preparación de alimentos, cuidado de ropas, hacer el aseo, administración del hogar, realizar compras y reparaciones en el mismo, cuidado de mascotas) cuidado de miembros del hogar (asistir en actividades de cuidado, tanto activo como pasivo, a miembros del hogar). Titulo original: Tasa de participación, población participante y tiempo promedio diario destinado a grandes grupos de actividades principales, por sexo. Gráfica No.3 PROMEDIO DE HORAS DIARIAS DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN SANTIAGO DE CHILE, AÑO 2008 12.0 Promedio de Horas Diarias 10.0 10.4 8.0 8.8 8.0 7.5 6.0 4.0 2.9 2.0 0.0 TOTAL 0.8 Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: INE, Encuesta Experimental sobre Uso del Tiempo en el Gran Santiago, Chile, Año 2008 2.4. Caso 4: Costa Rica En el año 2004 se llevó a cabo en Costa Rica la Encuesta de Uso del Tiempo para determinar cuánto ocupan los hombres y las mujeres en los trabajos remunerados y domésticos no remunerados durante un día. Los resultados, publicados dentro de la investigación denominada “2 + 2 = 6: El trabajo que hacen los hombres y las mujeres en 21 Costa Rica no se cuenta igual” concluyen que, en promedio, las mujeres ticas utilizan 13.8 horas diarias en labores remuneradas y domésticas no remuneradas, mientras que los hombres utilizan 11.8 horas, tal y como se aprecia en la Gráfica No.4. El 56% (7.8 horas) del total declarado por las mujeres corresponde a labores remuneradas y el 44% (6.0 horas) a labores domésticas no remuneradas mientras que los hombres declararon utilizar 9.1 horas (77%) en actividades remuneradas y 2.7 horas (23%) en trabajos domésticos no remunerados. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población de 12 años y más. Cálculos para el total de la población. Periodo de referencia: un día. a/ Actividades consideradas: lavar, planchar, cocinar, limpiar, exclusivamente cuidar enfermos, niños (as), realizar y acomodar las compras para el hogar, arreglar el jardín, las mascotas, arreglar artefactos hogar, lavar, limpiar o darle mantenimiento al carro o llevarlo a un taller. Titulo original: Tiempo efectivo promedio diario de la población de 12 años y más, según sexo y grupos de edad. Gráfica No.4 PROMEDIO DE HORAS DIARIAS DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN COSTA RICA, AÑO 2004 16.0 14.0 13.8 Promedio de Horas Diarias 12.0 11.8 10.0 9.1 8.0 7.8 6.0 6.0 4.0 2.0 2.7 0.0 TOTAL Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: "2+2=6" El trabajo que hacen las mujeres y hombres en Costa Rica no se cuenta igual, Encuesta de Uso del Tiempo, Año 2004 22 2.5. Caso 5: Cuba La Encuesta sobre Uso del Tiempo fue realizada en Cuba en el año 2002 y fue aplicada a la población de 12 años y más residente en La Habana Vieja, tomando como referencia un día. Tal y como puede verse en la Gráfica No.5, las mujeres declararon utilizar un total de 7.0 horas en dichas actividades y los hombres 6.8 horas. De ese total, las mujeres utilizan 3.4 horas (49%) en actividades remuneradas y 3.6 horas (51%) en actividades domésticas no remuneradas. Los hombres, por su lado, utilizan 5.6 horas (82%) en actividades remuneradas y el resto, 1.2 horas (18%), en actividades domésticas no remuneradas. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población de 12 años y más. Cálculos para el total de la población. Periodo de referencia: un día a/ Actividades consideradas: lavar, planchar, cocinar, limpiar, exclusivamente cuidar enfermos, niños (as), realizar y acomodar las compras para el hogar, arreglar el jardín, las mascotas, arreglar artefactos hogar, lavar, limpiar o darle mantenimiento al carro o llevarlo a un taller. Titulo original: Tiempo efectivo promedio diario de la población de 12 años y más, según sexo y grupos de edad. Gráfica No.5 PROMEDIO DE HORAS DIARIAS DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN LA HABANA VIEJA, CUBA, AÑO 2000 8.0 Promedio de Horas Diarias 7.0 6.8 6.0 7.0 5.6 5.0 4.0 3.6 3.0 3.4 2.0 1.2 1.0 0.0 TOTAL Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: ONE, Encuesta sobre Uso del Tiempo, Año 2002 23 2.6. Caso 6: Guatemala En el caso de Guatemala, la investigación de referencia se llevó a cabo a través de tabulaciones especiales realizadas a partir de la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida que llevó a cabo el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2006, a la población de 12 años y más de edad y tomando como referencia un día. En ese sentido y como se puede apreciar en la Gráfica No.6, las mujeres declararon utilizar 12.9 horas diarias a labores productivas y los hombres solo declararon 10.8 horas. De ese total, las mujeres dedican 6.0 horas (46%) al trabajo doméstico no remunerado y 6.9 horas (54%) al trabajo remunerado. De igual manera, los hombres dedican 2.6 horas (24%) al trabajo doméstico no remunerado y las restantes 8.2 horas (76%) al trabajo remunerado. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población de 12 años y más. Cálculos para el total de la población. Periodo de referencia: un día. a/ Actividades consideradas: lavar, planchar, cocinar, limpiar, exclusivamente cuidar enfermos, niños (as), realizar y acomodar las compras para el hogar, arreglar el jardín, las mascotas, arreglar artefactos hogar, lavar, limpiar o darle mantenimiento al carro o llevarlo a un taller. Titulo original: Tiempo efectivo promedio diario de la población de 12 años y más, según sexo y grupos de edad. Gráfica No.6 PROMEDIO DE HORAS DIARIAS DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN GUATEMALA, AÑO 2006 14.0 Promedio de Horas Diarias 12.0 12.9 10.0 10.8 8.2 8.0 6.9 6.0 6.0 4.0 2.0 2.6 0.0 TOTAL Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: Cepal, sobre la base de tabulaciones especiales de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida del INE, Guatemala, Año 2006 24 2.7. Caso 7: Nicaragua En Nicaragua, la información sobre la distribución del uso del tiempo más reciente se realizó en el año 1998, dentro de la Encuesta Nacional de Hogares sobre Medición de Niveles de Vida, a la población de 6 años y más de edad, tomando de referencia un día de labores. En la Gráfica No.7 se aprecia que las mujeres declararon, realizar labores remuneradas y domésticas no remuneradas por 11.9 horas diarias y los hombres indicaron que utilizan 10.6 horas en promedio, al día, en las mismas actividades. De ese total, las mujeres utilizan 4.3 horas (36%) en labores domésticas no remuneradas y 7.6 horas (64%) en labores remuneradas. De igual forma, los varones indicaron que utilizan solo 2.8 horas (26%) en labores domésticas no remuneradas y el resto, 7.8 horas (74%) en labores remuneradas. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población ocupada de 6 años y más. Cálculos para el total de la población. Periodo de referencia: un día a/ Actividades consideradas: lavar, planchar, cocinar, limpiar, exclusivamente cuidar enfermos, niños (as), realizar y acomodar las compras para el hogar, arreglar el jardín, las mascotas, arreglar artefactos hogar, lavar, limpiar o darle mantenimiento al carro o llevarlo a un taller. Titulo original: Tiempo efectivo promedio diario de la población de 6 años y más, según sexo y grupos de edad. Gráfica No.7 PROMEDIO DE HORAS DIARIAS DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN NICARAGUA, AÑO 1998 14.0 Promedio de Horas Diarias 12.0 11.9 10.0 10.6 7.8 8.0 7.6 6.0 4.0 4.3 2.0 2.8 0.0 TOTAL Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: Encuesta Nacional de Hogares sobre Medición de Niveles de Vida, Nicaragua, Año 1998. 25 2.8. Caso 8: Brasil En el caso de Brasil, la Encuesta de Uso del Tiempo más reciente es la realizada en el año 2008, aplicada a la población ocupada de 15 años y más de edad, dado que las realizadas en el año 2001 y 2005 se aplicaron a la población de 10 años y más de edad. Todas investigan la distribución del uso del tiempo en actividades remuneradas y domésticas no remuneradas en un periodo de una semana. Como se aprecia en la Gráfica No.8, las mujeres declararon realizar este tipo de actividades por un total de 56.2 horas en total a la semana y los hombres, un total de 51.7 horas. De ese total, las mujeres utilizan el 63% (35.3 horas) en labores remuneradas y el restante 27% (20.9 horas) en actividades domésticas no remuneradas mientras que los varones declararon utilizar el 82% (42.5 horas) en labores remuneradas y el 18% (9.2 horas) en actividades domésticas no remuneradas. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población ocupada de 15 años y más de edad. Cálculos para el total de la población. Periodo de referencia: horas semanales a/ Actividades consideradas: lavar, planchar, cocinar, limpiar, exclusivamente cuidar enfermos, niños (as), realizar y acomodar las compras para el hogar, arreglar el jardín, las mascotas, arreglar artefactos hogar, lavar, limpiar o darle mantenimiento al carro o llevarlo a un taller. Titulo original: Tiempo, trabajo y quehaceres domésticos de la población ocupada de 15 años y más de edad, según sexo y grupos de edad. Gráfica No.8 PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN BRASIL, AÑO 2008 60.0 56.2 Promedio de Horas Diarias 50.0 42.5 51.7 40.0 35.3 30.0 20.0 20.9 10.0 9.2 0.0 TOTAL Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: Tempo, trabalho y afazeres domésticos. Pesquisa Nacional por Amostra de Domicilios, Brasil, Año 2008 26 2.9. Caso 9: México Con respecto a México, la investigación sobre uso del tiempo más reciente es la realizada en el año 2005, aplicada a la población ocupada total, orientada a identificar el trabajo doméstico realizado por hombres y mujeres, en un periodo de una semana. Como se aprecia en la Gráfica No.9, las mujeres declararon realizar este tipo de actividades por un total de 81.7 horas en total a la semana y los hombres, un total de 58.5 horas. De ese total, las mujeres utilizan el 48% (49.1 horas) en labores remuneradas y el restante 52% (42.4 horas) en actividades domésticas no remuneradas mientras que los varones declararon utilizar el 84% (42.5 horas) en labores remuneradas y el 16% (9.4 horas) en actividades domésticas no remuneradas a la semana. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población ocupada total. Cálculos para el total de la población. Periodo de referencia: una semana a/ Actividades consideradas: lavar, planchar, cocinar, limpiar, exclusivamente cuidar enfermos, niños (as), realizar y acomodar las compras para el hogar, arreglar el jardín, las mascotas, arreglar artefactos hogar, lavar, limpiar o darle mantenimiento al carro o llevarlo a un taller. Titulo original: Trabajo Doméstico No Remunerado en México, según sexo y grupos de edad. Gráfica No.9 PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN MÉXICO, AÑO 2002 90.0 81.7 Promedio de Horas Diarias 80.0 70.0 58.5 60.0 50.0 42.4 49.1 40.0 39.3 30.0 20.0 9.4 10.0 0.0 TOTAL Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: INMUJERES, Mercedes Pedrero, Trabajo Doméstico No Remunerado en México, Año 2005 27 2.10. Caso 10: Colombia En el caso de Colombia, la Encuesta de Uso del Tiempo más completa es la realizada en el año 2007 y publicada en el 2008, aplicada a la población ocupada de 10 años y más de edad, dado que las dos realizadas en el año 2008 se aplicaron a la población de 15 años y más de edad y una consultó a los No Pobres y la otra a los Pobres. Todas investigan la distribución del uso del tiempo en actividades remuneradas y domésticas no remuneradas en un periodo de una semana. Como se aprecia en la Gráfica No.10, las mujeres declararon realizar este tipo de actividades por un total de 86.9 horas en total a la semana y los hombres, un total de 73.5 horas. De ese total, las mujeres utilizan 42.0 horas (48%) en labores remuneradas y el restante 52% (44.9 horas) en actividades domésticas no remuneradas mientras que los varones declararon utilizar el 48.1 horas (65%) en labores remuneradas y el 35% restante (25.4 horas) en actividades domésticas no remuneradas. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población ocupada de 10 años y más de edad. Cálculos para el total de la población. Periodo de referencia: una semana a/ Actividades consideradas: lavar, planchar, cocinar, limpiar, exclusivamente cuidar enfermos, niños (as), realizar y acomodar las compras para el hogar, arreglar el jardín, las mascotas, arreglar artefactos hogar, lavar, limpiar o darle mantenimiento al carro o llevarlo a un taller. Titulo original: Uso del Tiempo en Hombres y Mujeres en Colombia, según sexo y grupos de edad. Gráfica No.10 PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN COLOMBIA, AÑO 2007 100.0 86.9 Promedio de Horas Diarias 90.0 73.5 80.0 70.0 60.0 44.9 50.0 48.1 25.4 40.0 30.0 42.0 20.0 10.0 0.0 TOTAL Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: María Eugenia Villamizar García-Herreros, Uso del Tiempo en Hombres y Mujeres en Colombia, Año 2008 28 2.11. Caso 11: Ecuador De igual forma aparece la investigación en Ecuador, donde diversos organismos nacionales e internacionales impulsan la realización de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo en el año 2007, aplicada a la población ocupada de 12 años y más de edad, verificando el uso del tiempo en actividades remuneradas y domésticas no remuneradas en un periodo de una semana. Como puede observarse en la Gráfica No.11, las mujeres declararon realizar este tipo de actividades por un total de 107.4 horas en total a la semana y los hombres, un total de 87.2 horas. De ese total, las mujeres utilizan 40.3 horas (38%) en labores remuneradas y el restante 62% (67.1 horas) en actividades domésticas no remuneradas, mientras que los varones declararon utilizar el 48.1 horas (55%) en labores remuneradas y el 45% restante (39.1 horas) en actividades domésticas no remuneradas. Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población ocupada de 12 años y más de edad. Cálculos para el total de la población. Periodo de referencia: una semana a/ Actividades consideradas: lavar, planchar, cocinar, limpiar, exclusivamente cuidar enfermos, niños (as), realizar y acomodar las compras para el hogar, arreglar el jardín, las mascotas, arreglar artefactos hogar, lavar, limpiar o darle mantenimiento al carro o llevarlo a un taller. Titulo original: Encuesta Nacional de Uso del Tiempo en Hombres y Mujeres en Ecuador, según sexo y grupos de edad. Gráfica No.11 PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN ECUADOR, AÑO 2007 120.0 107.4 Promedio de Horas Diarias 100.0 87.2 80.0 60.0 48.1 67.1 40.3 40.0 39.1 20.0 0.0 TOTAL Hombres DOMÉSTICO NO REMUNERADO Mujeres REMUNERADO Fuente: INEC, CONAMUM, AECID, UNIFEM, Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, Ecuador, Año 2007 29 2.12. Caso 12: Uruguay Finalmente, de acuerdo a los datos encontrados, en el caso de Uruguay, la información proviene del Módulo de Uso del Tiempo y Trabajo No Remunerado de la Encuesta Continua de Hogares levantada en el año 2007, aplicada a la población total de 15 años y más de edad, considerando un periodo de una semana. Como puede observarse en la Gráfica No.12, las mujeres declararon realizar este tipo de actividades por un total de 53.5 horas en total a la semana y los hombres, un total de 48.0 horas. De ese total, las mujeres utilizan 18.7 horas (35%) en labores remuneradas y el restante 65% (34.8 horas) en actividades domésticas no remuneradas, mientras que los varones declararon utilizar el 34.6 horas (72%) en labores remuneradas y el 28% restante (13.4 horas) en actividades domésticas no remuneradas Los detalles de la EUT se presentan a continuación: Población total de 15 años y más de edad. Cálculos para el total de la población. Periodo de referencia: una semana a/ Actividades consideradas: lavar, planchar, cocinar, limpiar, exclusivamente cuidar enfermos, niños (as), realizar y acomodar las compras para el hogar, arreglar el jardín, las mascotas, arreglar artefactos hogar, lavar, limpiar o darle mantenimiento al carro o llevarlo a un taller. Titulo original: Encuesta Continua de Hogares, Módulo de Uso del Tiempo y Trabajo No Remunerado en Uruguay, según sexo y grupos de edad. Gráfica No.12 PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DE TRABAJO REMUNERADO Y NO REMUNERADO EN URUGUAY, AÑO 2007 60.0 53.5 48.0 Promedio de Horas Diarias 50.0 40.0 34.6 34.8 30.0 18.7 20.0 10.0 13.4 TOTAL HOMBRE DOMÉSTICO NO REMUNERADO MUJER REMUNERADO Fuente: Módulo de Uso del Tiempo y Trabajo No Remunerado de la Encuesta Continua de Hogares, Uruguay, Año 2007 30 En resumen y tomando de referencia los datos de los diversos países de América Latina que ya han realizado las Encuestas de Uso del Tiempo, se puede concluir que, en aquellas donde el periodo de referencia fue un día, el promedio de tiempo dedicado a actividades definidas como trabajo fue de 10.0 horas para los hombres y 11.3 horas para las mujeres, de las cuales 2.2 horas (21.5%) fueron dedicadas por los hombres al trabajo doméstico no remunerado y el resto, 7.9 horas (78.5%), al trabajo remunerado, mientras que las mujeres dedicaron 4.5 horas (39.6%) al trabajo doméstico no remunerado y 6.8 horas (60.4%) al trabajo remunerado, como se aprecia en el Cuadro No.3 siguiente. Cuadro No.3 ENCUESTAS DE USO DEL TIEMPO EN AMÉRICA LATINA PROMEDIO DE HORAS TRABAJADAS, POR SEXO, SEGÚN PERIODO DE REFERENCIA,DIVERSOS PAÍSES TOTAL Periodo Día Semana Hombres Mujeres Horas Horas 10.0 64.0 REMUNERADO DOMÉSTICO NO REMUNERADO 11.3 76.8 Hombres Mujeres Hombres Mujeres Horas % Horas % Horas % Horas % 2.2 17.6 21.5 27.5 4.5 39.1 39.6 50.9 7.9 46.4 78.5 72.5 6.8 37.7 60.4 49.1 Fuente: Elaboración de los autores con datos de la CEPAL. En aquellas economías donde el periodo de referencia fue una semana, el promedio de tiempo dedicado a actividades definidas como trabajo fue igualmente menor para los hombres con respecto a las mujeres: mientras éstos declararon utilizar un promedio de 64.0 horas, las mujeres indicaron que utilizan un promedio de 76.8 horas, de las cuales el 27.5% (17.6 horas) fueron dedicadas por los hombres al trabajo doméstico no remunerado y el resto, 72.5% (46.4 horas), al trabajo remunerado, mientras que las mujeres dedicaron el 50.9% (39.1 horas) del tiempo al trabajo doméstico no remunerado y el restante 49.1% (37.7 horas) al trabajo remunerado. En la mayoría de los países de referencia de América Latina entonces, se destaca el hecho de que las mujeres dedican más tiempo a labores productivas que el hombre, y de ellas, el hombre dedica alrededor del 25% a labores domésticas no remuneradas, y el restante 75% a actividades remuneradas, mientras que la mujer dedica más del 55% a actividades domésticas no remuneradas y el restante 45% a actividades remuneradas, en términos generales. 31 CAPÍTULO IV: CARACTERIZACIÓN DE LAS ENCUESTAS DE USO DEL TIEMPO EN PANAMÁ Como se señaló anteriormente, la Encuesta de Uso del Tiempo8 se realizó por primera vez en Panamá, en el mes de octubre de 2011, la cual proporciona información específica sobre el tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidado a miembros del hogar. Además, la información estadística que suministran las EUT del INEC, constituyen una herramienta fundamental, ya que proporciona indicadores precisos que posibilitan la formulación de políticas públicas con enfoque de género en Panamá. 4.1. Abordaje Metodológico En primera instancia, es necesario señalar que las categorías utilizadas para las EUT del INEC diferencian claramente las actividades de trabajo, las que son para el Mercado y las que son para el No Mercado. Así, tenemos que las que son para el mercado son aquellas actividades económicas remuneradas y las que son para el no mercado son las que incluyen el trabajo doméstico, el trabajo de cuidado y el trabajo voluntario. El Trabajo Doméstico incluye el tiempo dedicado a actividades culinarias, aseo de la vivienda, construcciones y reparaciones, al arreglo de ropa, realización de compras y a la gerencia u organización del hogar. El Trabajo de Cuidado incluye el cuidado de niñas y niños y adolescentes, de enfermos no crónicos, personas discapacitadas y a personas de toda edad y aquellas tareas del hogar que requieren atención de manera cotidiana. Y, finalmente, las actividades de Trabajo Voluntario que incluye ayudas gratuitas a otros hogares. En segundo término, es importante mencionar que el INEC, en cuanto a las horas, utiliza como marco de referencia para el análisis sobre el uso del tiempo de la población de 15 y más años de edad integrantes del hogar, el periodo de tiempo de una semana, el cual totaliza 168 horas de lunes a domingo, de las cuales 120 horas corresponden al lapso de lunes a viernes y las otras 48 horas a sábado y domingo. Dado que la población investigada no lleva un control preciso sobre el uso del tiempo de las actividades cotidianas que realiza semanalmente, se obtuvieron horas semanales superiores a las previamente señaladas, por lo que se determinó aceptar una amplitud en las horas de alrededor de 20 por ciento, es decir, entre 134.4 y 201.6 horas, reflejando así la variación real existente de parte de la población encuestada sobre el uso del tiempo utilizado. En tercer lugar, el INEC presenta los datos estadísticos en dos partes: la primera contiene los resultados básicos de las encuestas, siendo estos la distribución de las horas semanales utilizadas en actividades de mercado y en actividades no para el mercado y la segunda parte contiene un análisis que utiliza tasas de participación, convencionales, ponderadas y globales. En el análisis, se comparan las tasas de participación convencional versus ponderada y también el promedio de las horas semanales por tipo de trabajo, sexo y grupo de edad, para lograr el cálculo de la Carga Global de Trabajo (CGT). 8 Op. Cit. Pág. 12 Informe INEC Panamá, 2013. 32 Los indicadores generados permiten visibilizar las diferencias existenciales entre hombres y mujeres, en cuanto a la distribución del tiempo y ofrecen un panorama interesante para el análisis de la calidad de vida. En este sentido, la Dra. Pedrero ha señalado: “La importancia de conocer cómo se lleva a cabo el trabajo doméstico y medirlo, trasciende a lo económico, tiene gran impacto en la calidad de vida y media las relaciones interpersonales entre los miembros del hogar…Las cargas de trabajo doméstico inciden en las oportunidades respecto a otras actividades.”9 En esta dirección, el INEC estima tres (3) indicadores especiales que contribuyen a la valoración de las diferencias en cuanto a tipos de trabajo de mercado y no mercado. Estos indicadores son: 1. Tasas convencionales o participación: Se refiere a la proporción de personas que realizan una actividad específica, entre el total de su grupo, multiplicado por 100. Deben calcularse tanto para el trabajo de mercado, como para el trabajo doméstico, por sexo y grupos de edad. 2. Tasas ponderadas: Se refiere a la integración de la participación más el tiempo. Al ponderar las tasas de participación se obtiene un panorama más real, integrando tiempos parciales a tiempos completos. 3. Cargas Globales de Trabajo: Se refiere a la integración del tiempo total que la población ocupada dedica al trabajo de mercado y al trabajo de no mercado, diferenciándolo por sexo. Para ello, se calculó el promedio de horas semanales, por tipo de trabajo, desagregado por sexo y grupos de edad, estos promedios se dividieron entre 24 y entre 60, para llevarlo a tiempo real. 4.2. Análisis de los resultados De las preguntas generales de la encuesta, se destacan los siguientes resultados contenidos en los Gráficos No. 13, 14 y 15, los cuales hacen referencia al nivel educativo, a la situación laboral y al estado civil de los(as) encuestados(as). En ese sentido, puede observarse en la Gráfica No.13 referente al nivel educativo, que la mayor proporción de encuestados, (54%), posee educación secundaria, en segundo lugar con un 24% se ubican los que poseen educación superior universitaria y en tercer lugar, un 16%que declararon poseer educación primaria. Un mínimo porcentaje, menos del 1% de la población investigada, declaró no poseer estudios y otro minúsculo porcentaje indicó poseer estudios de postgrado. 9 Mercedes Pedrero: Valor Económico del Trabajo Doméstico en México, 2009; página 100. 33 Gráfica No.13. GRADO O AÑO ESCOLAR MÁS ALTO APROBADO DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA EN PANAMÁ: EUT AÑO 2011 900,000 800,000 Promedio 700,000 Hombres Mujeres 600,000 500,000 400,000 300,000 200,000 100,000 0 En cuanto a la categoría de ocupación, el 54% de los que indicaron estar ocupados, declaró laborar como empleado de una empresa privada, un 20% señaló que eran trabajadores por cuenta propia y un 18% declaró laborar para el Gobierno Nacional, tal y como puede apreciarse en la Gráfica No.14 Gráfica No.14. CATEGORÍA DE OCUPACIÓN DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA EN PANAMÁ, SEGÚN SEXO: AÑO 2011 600,000 500,000 Total Hombres Mujeres 400,000 300,000 200,000 100,000 0 34 En la Gráfica No. 15, referente al Estado Civil de los encuestados, puede observarse que el 28% declaró estar viviendo con su pareja en una unión de hecho, el 27% se encuentra casado y un 23% se mantiene soltero. Alrededor del 11% señalaron estar separados de unión, cerca del 3% son divorciados de matrimonio y otro 3% indicaron ser viudos. Gráfica No.15. ESTADO CONYUGAL DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA EN PANAMÁ POR SEXO: AÑO 2011 500,000 Total Población de 15 años y Mas 450,000 Hombres Mujeres 400,000 350,000 300,000 250,000 200,000 150,000 100,000 50,000 0 Unido (a) Separado (a) Separado (a) de de unión matrimonio Casado (a) Divorciado (a) Viudo (a) Soltero (a) Por su parte, el análisis del uso del tiempo inicia con el promedio de horas declaradas por las personas encuestadas, tal y como se aprecia en la Gráfica No. 16. A nivel nacional, el promedio de horas semanales declaradas fue de 167.4, correspondiente a un promedio de 166.6 horas de los hombres ya un promedio de 168.0 horas de las mujeres. Al separar los datos entre los Distritos de Panamá y San Miguelito y el resto del país, se observa que en el área de la capital la el promedio semanal ascendió a 169.1 horas mientras que en el resto del país dicho promedio fue de 164.3 horas, en ambos casos, siempre mostrando un promedio mayor en las mujeres con respecto a los hombres. 35 Con relación a la distribución de las horas, en promedio, entre los días lunes a viernes y sábado y domingo, como se observa en la Gráfica No.17, las mujeres también declararon más horas, en promedio, que los hombres. Mientras las mujeres declararon utilizar 122.6 horas de lunes a viernes y 45.4 horas los sábados y domingos, los hombres indicaron solo 121.6 horas y 45.0 horas en ambos periodos respectivamente. Gráfica No.17. PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA POR DIA DE LA SEMANA Y SEXO: AÑO 2011 180.0 167.4 168.0 166.6 160.0 140.0 122.1 122.6 121.6 120.0 Año 100.0 80.0 60.0 45.2 45.4 45.0 40.0 20.0 0.0 Total Total Hombres Lunes a viernes Mujeres Sábado y domingo En el Cuadro No.4 y en su correspondiente Gráfica No. 18, se presentan los resultados referentes al tiempo total dedicado a las diversas actividades señaladas en la encuesta. En orden de importancia puede verse que, en primera instancia está el tiempo dedicado a las actividades para atender necesidades personales, el cual representa el 40.4% de las horas semanales totales; continua el trabajo para el mercado con un 15.6%;le sigue el tiempo dedicado a la familia y sociabilidad con un 11.3% y luego las actividades de tiempo libre con un 11.2%. En conjunto, estas cuatro actividades absorben el 78.5% del tiempo utilizado por la población de 15 y más años de edad, miembros del hogar, en la semana. En cuanto a la distribución por sexo, se observa que las mujeres utilizan casi un 1% más del tiempo que los hombres en atender sus necesidades personales, 39.9% y 40.7% del tiempo respectivamente, mientras que en actividades denominadas para el mercado, los hombres utilizan casi el doble del tiempo que las mujeres: 20.8% los hombres contra 11.4% de las mujeres. Con respecto al tiempo dedicado a familia y sociabilidad y a actividades de tiempo libre, ambos grupos muestran una relativa homogeneidad en el uso del tiempo en términos relativos. 36 Cuadro No.4. DISTRIBUCIÓN RELATIVA DE LAS HORAS SEMANALES DE LA POBLACIÓN DE 15 AÑOS Y MÁS, POR SEXO. EUT AÑO 2011 ACTIVIDAD REALIZADA TOTAL HOMBRES MUJERES TOTAL 100.0 100.0 100.0 Necesidades personales 40.4 39.9 40.7 Trabajo para el mercado 15.6 20.8 11.4 Familia y sociabilidad 11.3 11.0 11.6 Tiempo libre 11.2 12.5 10.2 Culinarias 3.9 1.7 5.7 Cuidados de menores y adolescente 3.4 1.4 5.0 Educativas 2.7 2.7 2.8 Aseo de la vivienda 2.6 1.6 3.4 Arreglo de ropa 1.5 0.6 2.2 Compras 1.4 1.3 1.4 Gerencia u organización 1.2 1.1 1.3 Ayudas gratuitas a otros hogares o indigentes 0.6 0.3 0.9 Agropecuarias 0.2 0.3 0.1 Construcción y reparaciones 0.2 0.3 0.1 Trabajo voluntario 0.2 0.2 0.2 Cuidado a discapacitados 0.2 0.1 0.3 Búsqueda de trabajo (1) 0.1 0.2 0.1 Cuidado de enfermos no crónicos y otros 0.1 0.1 0.2 Otras actividades 0.0 0.0 0.0 Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censo, EUT, Octubre de 2011 Gráfica No. 18. 37 Las diferencias de dedicación de tiempo, por sexo, en las demás actividades, se presentan en los Gráficos No.19 y No.20, en los cuales se puede apreciar que la proporción de tiempo dedicado a las actividades culinarias, al cuidado de menores y adolescentes, al aseo de la vivienda y al arreglo de ropa, es notoriamente mayor en las mujeres con respecto a los hombres. En ese sentido, se observa que las mujeres dedican el 5.7% del tiempo a actividades culinarias contra un 1.7% de los hombres; el 5.0% del tiempo a cuidados de menores y adolescentes en contraste con el 1.4% que dedican los hombres; el 3.4% al aseo de la vivienda en contraste con un 1.6% que dedican los hombres. De igual forma, en arreglo de ropa las mujeres dedican un 2.2% del tiempo, mientras que los hombres solo destinan el 0.6% del tiempo. Al analizar la información por sexo de cada actividad, se puede observar que en el trabajo remunerado, el tiempo utilizado por los hombres es de 60.1 por ciento, mientras que el de las mujeres alcanza el 39.9 por ciento; en las actividades culinarias los hombres participan con un 19.8 por ciento y las mujeres con un 80.2 por ciento; en aseo de las vivienda 28.3 por ciento para los hombres y 71.7 por ciento para las mujeres; en cuidado a enfermos no crónicos, los hombres representan el 23.7 por ciento, mientras que las mujeres constituyen el 76.3 por ciento; en el cuidado de menores y adolescentes la participación de los hombres es de tan solo 18.7 por ciento y en las mujeres de81.3 por ciento respectivamente; en el cuidado a discapacitados los hombres representan sólo el 27.6 por ciento y las mujeres el 72.4 por ciento. Gráfica No. 19. 38 Gráfica No. 20. El análisis desde la variable de participación en las actividades de la población de 15y más años de edad, los resultados indican que en las actividades culinarias, la tasa total es de 83.6%, siendo la de los hombres de 71.2% y 94.0% las mujeres; este comportamiento estructuralmente es similar para las actividades de aseo de la vivienda. En compras, gerencia y organización, al igual que en familia y sociabilidad y tiempo libre, la tasa se muestra bastante equilibrada, dentro del nivel relativo que presentan. En referencia a la horas destinadas a actividades domésticas, como las culinarias, aseo de la vivienda, construcción y reparaciones, arreglo de ropa, compras, gerencia u organización, cuidado de menores y adolescentes, cuidado de enfermos no crónicos y cuidado a discapacitados, se puede observar que el exceso de horas semanales de las mujeres es de 189.3% horas con respecto a la de los hombres, siendo esta condición más sensitiva en las actividades culinarias con una variación de 304.3%, arreglo de ropa con un 351.3%, cuidado a menores y adolescente con un 334.4%, seguido del cuidado de enfermos no crónicos y el cuidado a discapacitados. Es interesante observar que la actividad de construcción y reparación, es la única que refleja menos tiempo dedicado por las mujeres -72.2%, esta evidencia obedece a las diferencias sociales y culturales que existen en cuanto a los roles de género, es decir, cuáles tareas son propias de los hombres y cuáles son propias de las mujeres; es obvio que actividades como construir y reparar, están asociadas a roles adjudicados al género masculino, por eso es la única que refleja menos dinamismo de parte de las mujeres. El comportamiento reflejado se muestra prácticamente de la misma forma por los grupos de edad y por sexo considerados, en las subsiguientes gráficas 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27 y 39 28. Por ejemplo, en las actividades educativas, favorablemente ambos, tanto el hombre como la mujer dedican prácticamente la misma cantidad de horas, una mínima diferencia en la cual la mujer dedica el 2.8% del tiempo y los hombres presentan una dedicación del 2.7%; estos resultados son similares en cuanto a actividades de gerencia del hogar y compras para el hogar. En resumen, el comportamiento estructural por sexo y grupo de edad evidencia que el tiempo que los hombres dedican al trabajo es superior con relación a las mujeres, lo que está estrechamente vinculado con el hecho de que su participación en el mercado laboral es superior; mientras que en actividades tales como necesidades personales, familia y sociabilidad, las diferencias por sexo son menores. El INEC, al ponderar las participaciones, evidencia la intensidad con que se realiza el trabajo doméstico y de cuidado a otros miembros del hogar. En los hombres, la diferencia entre ambas tasas es más significativa pasando de 98.7% a 37.1%, es decir, disminuye 61.6 puntos porcentuales de la tasa convencional a la ponderada. Las mujeres por su parte, también presentan esta disminución de 99.3 % a 72.1%, la variación es de sólo 27.2 puntos porcentuales al pasar de la tasa convencional a la ponderada. La tasa de participación ponderada también refleja que en edades productivas y reproductivas (20 a 60 años), la participación de las mujeres se duplica, ya que es en estas edades donde se concentra el cuidado de los hijos. Gráfica No.21. PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DEDICADAS AL TRABAJO REMUNERADO DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA TOTAL Y POR SEXO, SEGÚN RANGO DE EDAD, EUT, AÑO 2011 1.3 70 y más 5.5 3.1 5.2 60 - 69 15.3 9.8 12.5 50 - 59 24.7 17.9 16.2 40 - 49 25.9 20.6 15.7 30 - 39 26.0 20.3 13.7 25 - 29 23.7 17.9 9.3 20 - 24 21.3 14.9 2.2 15 - 19 4.6 6.9 11.4 Total 20.8 15.6 0.0 5.0 10.0 Mujeres 15.0 Hombres 20.0 25.0 30.0 Promedio Total En esta Gráfica No.21 puede observarse que en el rango entre los 20 y los 59 años de edad, obviamente el rango de edad económicamente activa, es donde se da la mayor participación de los encuestados en el trabajo remunerado, periodo en que se observa su más alto valor en el rango entre 30 y 39 años, con 26.0 horas los hombres y 15.7 horas las damas, generando un promedio de 20.3 horas. 40 Gráfica No.23. PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DEDICADAS AL CUIDADO DE NIÑOS(AS), MENORES Y ADOLECENTES DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA TOTAL Y POR SEXO, SEGÚN RANGO DE EDAD. EUT, AÑO 2011 0.7 0.2 0.5 70 y más 1.7 0.5 60 - 69 1.1 2.3 0.8 50 - 59 1.6 1.4 40 - 49 3.9 2.7 8.0 2.6 30 - 39 5.6 2.2 25 - 29 1.0 20 - 24 0.9 15 - 19 0.0 2.3 1.0 6.7 4.0 3.8 5.0 1.4 Total 9.0 6.1 3.4 2.0 3.0 Mujeres 4.0 5.0 Hombres 6.0 7.0 8.0 9.0 Promedio Total Por su parte, en la Gráfica No. 23, la relación de participación en las actividades de cuidado de niños(as) y adolescentes también muestra más dedicación entre las edades de 20 a 49 años de edad, pero la propia participación es inversa, es decir, aquí la mayor presencia la tienen las mujeres, con una mínima presencia de los hombres, como en el rango de 25 a 29 años, donde las mujeres dedican 9.0 horas a dichas tareas mientras que los hombres solo dedican 2.2 horas, lo cual da un promedio de 6.1 horas a la semana. Gráfica No.24. PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DEDICADAS A LAS ACTIVIDADES CULINARIAS DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA TOTAL Y POR SEXO, SEGÚN RANGO DE EDAD. EUT, AÑO 2011 6.7 2.8 70 y más 5.0 7.4 2.6 60 - 69 5.2 7.2 2.0 50 - 59 4.9 6.3 1.7 40 - 49 4.2 5.8 1.5 30 - 39 3.9 5.0 1.4 25 - 29 3.5 4.4 1.3 20 - 24 1.2 15 - 19 3.0 2.7 1.9 5.7 1.7 Total 0.0 1.0 2.0 Mujeres 3.9 3.0 4.0 Hombres 5.0 6.0 7.0 8.0 Promedio Total 41 Con respecto a la Gráfica No.24, el fenómeno observado con respecto a las actividades culinarias muestran que a medida que se tiene más edad, se dedica más tiempo a esta tarea en el hogar, algo que se explica por el hecho de que muchas de estas tareas son realizadas por las personas mayores, en especial las abuelas y en menor medida, los abuelos. Allí se aprecia que mientras las damas jóvenes de 15 a 19 años utilizan apenas 2.7 horas en esta tarea, las damas de 60 a 69 años utilizan alrededor de 7.4 horas a la semana cocinando. Los hombres a su vez, participan menos que las mujeres, como se ha señalado antes, en todos los rangos de edad. El promedio de esta actividad está en 3.9 horas en total. Gráfica No.25. PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DEDICADAS AL ASEO DE LA VIVIENDA DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA TOTAL Y POR SEXO, SEGÚN RANGO DE EDAD. AÑO 2011 3.5 2.2 70 y más 3.0 4.5 2.2 60 - 69 3.5 4.2 1.8 50 - 59 3.1 3.9 1.6 40 - 49 30 - 39 1.5 25 - 29 1.5 2.8 3.2 2.4 3.0 2.4 2.5 1.4 20 - 24 1.3 15 - 19 2.0 2.1 1.7 3.4 1.6 Total 0.0 1.0 Mujeres 2.6 2.0 Hombres 3.0 4.0 5.0 Promedio Total En la Gráfica No.25, referente a las actividades de aseo de la vivienda, se registra un comportamiento similar al de las actividades culinarias, donde las mujeres aumentan su participación en el promedio de horas a la semana, a medida que tienen más edad. Así, mientras las mujeres jóvenes entre 15 y 19 años solo utilizan 2.1 horas en ello, las damas de 60 a 69 años dedican 4.5 horas a asear la vivienda. De igual forma, los hombres participan menos que las mujeres en estas tareas del hogar, en todos los rangos de edad. El promedio total semanal es de 2.6 horas para esta actividad. 42 Gráfica No.26. PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DEDICADAS AL ARREGLO DE LA ROPA DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA TOTAL Y POR SEXO, SEGÚN RANGO DE EDAD. EUT, AÑO 2011 2.2 0.6 70 y más 1.5 2.6 0.6 60 - 69 1.6 2.6 0.7 50 - 59 1.7 2.5 0.6 40 - 49 1.7 2.4 0.5 30 - 39 1.6 2.2 0.7 25 - 29 1.5 1.7 0.6 20 - 24 1.2 1.4 0.6 15 - 19 1.0 2.2 0.6 Total 1.5 0.0 0.5 1.0 Mujeres 1.5 Hombres 2.0 2.5 3.0 Promedio Total Con respecto al tiempo dedicado a las actividades de cuidado de la ropa, mostrado en la Gráfica No.26, la situación se perfila más o menos igual, por rango de edad, que las dos tareas anteriores: a medida que las damas tienen más edad, dedican más tiempo a esta actividad: las damas en el rango de edad de 15 a 19 años solo utilizan 1.4 horas mientras que las de 60 a 69 años, dedican alrededor de 2.6 horas a ello. Como dato adicional, en esta actividad los hombres participan menos que las mujeres, pero este tiempo de dedicación no cambia de manera importante con el tiempo, el cual se mantiene en alrededor de 0.6 horas a lo largo de todos los rangos de edad. El promedio para esta actividad se ubica en 1.5 horas a la semana. Gráfica No.27. PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DEDICADAS A LA FAMILIA Y SOCIABILIDAD DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA TOTAL Y POR SEXO, SEGÚN RANGO DE EDAD. EUT, AÑO 2011 14.8 70 y más 12.5 14.7 14.8 12.1 12.3 10.7 10.8 11.5 10.7 11.1 11.3 11.4 11.4 11.3 10.5 11.8 11.0 10.2 11.1 10.4 9.9 10.2 11.6 11.0 11.3 60 - 69 10.9 50 - 59 40 - 49 30 - 39 25 - 29 20 - 24 15 - 19 Total 0.0 2.0 4.0 Mujeres 6.0 8.0 Hombres 10.0 12.0 14.0 16.0 Promedio Total 43 Al observar la participación de los investigados con respecto a las horas dedicadas alafamilia y sociabilidad, según rango de edad, como se muestra en la Gráfica No.27, puede apreciarse un comportamiento más homogéneo: los hombres y mujeres menores de 50 años dedican aproximadamente la misma cantidad de tiempo a esta actividad a la semana, alrededor de 11 horas, y este tiempo aumenta a alrededor de 12.1 horas entre los de 60 a 69 años de edad y a 15 horas entre los adultos de 70 años y más. El promedio total a la semana es de 11.3 horas. Gráfica No.28. PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DEDICADAS AL TIEMPO LIBRE DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA TOTAL Y POR SEXO, SEGÚN RANGO DE EDAD. EUT, AÑO 2011 19.2 70 y más 14.0 60 - 69 10.4 9.1 6.7 30 - 39 9.3 7.9 8.1 25 - 29 10.7 10.7 8.0 40 - 49 11.5 9.6 11.4 20 - 24 13.7 12.4 13.9 15 - 19 10.2 Total 11.2 0.0 5.0 Mujeres 15.0 14.5 10.6 50 - 59 19.9 19.5 10.0 Hombres 17.8 15.9 12.5 15.0 20.0 Promedio Total De igual manera, cuando se observa la participación de los investigados con respecto a las horas dedicadas al tiempo libre según rango de edad, como se observa en la Gráfica No.28, puede apreciarse un comportamiento diferente: los jóvenes de sexo masculino entre 15 y 19 años de edad dedican alrededor de 17.8 horas a esta actividad, mientras que las mujeres de la misma edad, solo pueden dedicarle un promedio de 13.5 horas, e igualmente, los adultos mayores de 60 años, de ambos sexos, dedican entre 15 y 19 horas al tiempo libre, pero las personas en edad activa, en edades entre 25 y 59 años de edad, dedican un promedio de 10 horas los hombres y 8 las mujeres, a dicha actividad. El promedio total a la semana es de 11.2 horas. El Instituto Nacional de Estadística y Censo, al aplicar el método de ponderación, arroja resultados en los que se observa que la tasa de participación para el mercado, disminuye tanto en hombres como en mujeres, evidenciándola participación real, según el tiempo dedicado a esta actividad. En el caso delos hombres, varía en 6.8 puntos porcentuales, pasando de 79.0% a72.2%; en tanto que en las mujeres, la disminución es de 7.7 puntos porcentuales y varía de 51.8% a 44.1%. 44 Al integrar el total de horas semanales del trabajo para el mercado y el trabajo doméstico, como se desprende de la Gráfica No. 29, se observa que las mujeres tienen una carga global de trabajo superior a la de los hombres. Ello es así, al comparar el promedio de horas totales entre hombres y mujeres: los datos reportan 58:34 horas versus 67:39 horas respectivamente. La diferencia de 9:05 horas permite concluir que los hombres disponen de mayor tiempo que las mujeres para realizar otras actividades. Gráfica No. 29. PROMEDIO DE HORAS SEMANALES DEDICADAS AL TRABAJO TOTAL, PARA EL MERCADO Y DOMÉSTICO, DE LA POBLACIÓN ENCUESTADA EN PANAMÁ. EUT, AÑO 2011 80.0 67.4 PROMEDIO DE HORAS SEMANALES 70.0 60.0 50.0 58.3 45.1 38.3 40.0 30.0 29.1 20.0 10.0 13.2 HOMBRE TOTAL SEXO MERCADO MUJER DOMÉSTICO El precitado informe del INEC, señala que, independientemente de que se utilicen las tasas convencionales o las ponderadas, la participación de los hombres en el mercado de trabajo supera la de las mujeres, mientras que las tasas para el trabajo doméstico muestran un comportamiento diferente en el sentido de que son las mujeres las que registran mayor participación en esta actividad. 45 CAPÍTULO V: PROPUESTA DE POLÍTICAS PÚBLICAS CON ENFOQUE DE GÉNERO 5.1 Contexto de las EUT y las Políticas Públicas En la octava Reunión Internacional sobre Estadísticas de Uso de Tiempo y Políticas Públicas realizada en el año 2010, se aprecia que gran parte de las EUT desarrolladas en la región latinoamericana tienen como uno de sus objetivos explícitos, orientar la toma de decisiones en las políticas públicas. Sin embargo, este cometido se ha cumplido tan solo en algunos casos. Las EUT llenan un importante vacío como instrumento técnico dirigido a apoyar una reivindicación política de ejercicio de derechos. Así lo entiende la Plataforma de Acción de Beijing que consigna una serie de compromisos para avanzar en esta materia, en respuesta a los cuales, en el año1997, Naciones Unidas propone la Clasificación Internacional de Actividades para Estadísticas de Uso de Tiempo (ICATUS). Como se verá más adelante, se ha venido trabajando en un borrador para una adaptación de esta clasificación acorde con las necesidades de América Latina y el Caribe, la que se encuentra en fase de prueba. Los objetivos de las EUT son: medir y hacer visible el trabajo remunerado y no remunerado; suministrar insumos para valorizar el trabajo no remunerado y compilar las cuentas satélite de producción y consumo de los servicios no remunerados de los hogares (Gómez Luna, 2011). La importancia de las EUT para políticas de igualdad deriva de que en el uso del tiempo es donde las desigualdades se materializan –la vida es el tiempo–, y estas desigualdades son, a la vez, causa de otras variadas formas de injusticia, pues dependiendo del tiempo de que disponga cada persona, varían sus oportunidades de participación laboral, política, comunitaria, su calidad de vida y hasta su salud. La visibilización del trabajo no remunerado que posibilitan las EUT es un requisito para su redistribución, que debe ser abordada desde distintas políticas sectoriales y desde las políticas integrales de cuidado. Las EUT además proporcionan evidencias sobre las necesidades de la población, permitiendo su cuantificación, lo que puede ser usado en presupuestos públicos más eficientes y para fijar líneas de base en los procesos de evaluación de la eficiencia de las políticas públicas. Las EUT evidencian que el Estado transfiere cargas adicionales de Trabajo No Remunerado a las mujeres, algunos de estos ejemplos son: Las mujeres, al no contar con servicios públicos de cuidados infantiles y otras personas dependientes, ven limitadas sus posibilidades de participar en el mercado de trabajo y en la vida política y otras actividades del ámbito público. El Estado, al no disponer de servicios públicos de infraestructura básica suficientes y adecuados (salud, agua, transporte, etc.),traslada cargas de trabajo a las mujeres y limita su capacidad para participar en condiciones de igualdad en la vida pública y política. Las mujeres pobres que no poseen recursos monetarios, no pueden pagar por servicios de cuidados y tecnologías que permitan un ahorro de tiempo y disponer de tiempo para el trabajo remunerado en el mercado y proveerse sus necesidades mínimas básicas. 46 Algunas propuestas tendientes a mejorar esta situación son: Establecimiento de un marco legal y de política consistente y comprehensivo Medición del trabajo de cuidados no pagado Aplicar la perspectiva del cuidado en la elaboración de políticas públicas Provisión de servicios e infraestructura adecuada Políticas orientadas a reducir el tiempo gastado en desplazamiento al trabajo y mercado, preparación de comidas, recolección de agua y energía Promover el empoderamiento de cuidadores no remunerados. 5.2 Políticas públicas propuestas Extraemos del Informe de Flavia Marco Navarro de la CEPAL 10, algunos ejemplos de la necesidad de datos provenientes de las EUT en las políticas sectoriales. En este sentido, Marco Navarro señala que el objetivo es que las políticas de cuidado se diseñen e implementen basadas en la corresponsabilidad de las familias, el Estado y el mercado, combinando transferencias económicas y servicios sociales de calidad que contribuyan tanto a la integración social de colectivos dependientes como a reparar la injusticia de género en las relaciones de cuidado. Es importante también destacar que, si bien el trabajo en la región para impulsar la integración de las EUT en las políticas públicas ha estado centrado en la redistribución y sobre todo en el reconocimiento del trabajo no remunerado, éstas pueden tener otras aplicaciones, dado que el tiempo es un recurso afectado por las características que adopten las diversas políticas o por la ausencia de las mismas; políticas en términos de empleo, seguridad social, disminución de la pobreza, la salud y la educación. En ese sentido, pasamos a explicar cada una de ellas: 5.2.1 El empleo La relación entre trabajo no remunerado y empleo es directa, pues el tiempo destinado al primero es inversamente proporcional al tiempo que puede dedicársele al segundo. De manera que las políticas laborales y de mercado de trabajo activas deberían tomar en cuenta esta realidad, pero no para promover empleos para mujeres a media jornada, sino para articularse con otras políticas sectoriales y fomentar la redistribución del trabajo del cuidado no pagado y promover prácticas laborales y organizativas más equitativas. La información de las EUT debería mostrar que el tiempo de trabajo no remunerado determina si las personas pueden o no participar en el mercado del empleo, el tipo de ubicación que pueden conseguir en el mismo y el número de horas que pueden dedicarle a su ocupación pagada (Cassirer, 2005). En base a los indicadores elaborados con la información proveniente de las EUT, al Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral de Panamá (MITRADEL) debe quedarles clara la interrelación entre empleo y trabajo no remunerado. En el mismo sentido, la experiencia de los países en desarrollo asiáticos ha mostrado que las EUT permiten captar los trabajos externalizados, a domicilio y de subsistencia de mejor manera que las tradicionales encuestas de empleo (Esquivel y otras, 2008). Asimismo, los datos más generales de EUT deben ser considerados en los programas de empleo público, previniendo que la necesidad de Flavia Marco Navarro:“La utilización de las encuestas de uso del tiempo en las políticas públicas”. División de Asuntos de Género, Santiago, octubre de 2012. Publicación de las Naciones Unidas, ISSN 1564-4170 LC/L.3557 Copyright © Naciones Unidas, octubre de 2012. Impreso en Naciones Unidas, Santiago de Chile. 10 47 tomar en cuenta la realidad de las mujeres en las políticas no debe contribuir al reforzamiento de roles de género ya la mantención de la actual distribución de uso de tiempo en los hogares. Además, estos datos deberían ser un fundamento para impulsar desde el Estado una mayor participación de los varones en el cuidado y la crianza, mediante, por ejemplo, licencias de paternidad, que hacen parte de las políticas laborales. 5.2.2 La seguridad social Estas tienen por objetivo garantizar un nivel de vida adecuado para las personas cuando por ciertas contingencias (vejez, enfermedad, accidentes de trabajo, maternidad) se ven imposibilitadas de generar un ingreso. En América Latina, el empleo es la vía de acceso a la Seguridad Social y dado que el tiempo de trabajo no remunerado determina una inserción laboral desventajosa para las mujeres, determinará también su precaria situación en la Seguridad Social; o directamente la exclusión de la misma de quienes no tienen acceso al empleo por dedicarse exclusivamente a lo no remunerado, a no ser que accedan a ella en virtud de su relación de matrimonio o convivencia con un hombre (por ejemplo con las pensiones de viudez o los subsidios de maternidad para las esposas de los trabajadores). El aporte de las mujeres a la economía de los países y de los hogares mediante su trabajo no remunerado –visibilizado a través de las EUT– debería ser usado para integrar a quienes se dedican exclusivamente al cuidado y el trabajo doméstico a la Seguridad Social: derecho a las pensiones y jubilaciones, a la seguridad social en salud e incluso a los seguros de accidentes de trabajo. El valore conómico promedio generado por una ama de casa al mes con su trabajo no remunerado debería servir de base para esta integración (UNESCAP, 2004). Del mismo modo, la visibilización de este trabajo debe sustentar una partición equitativa de los fondos previsionales al momento del divorcio o la separación. 5.2.3 La pobreza El análisis de los resultados de las EUT en el marco de las políticas para la pobreza posibilita un tratamiento más integral y multidimensional de la problemática, permitiendo acercamientos a la calidad de vida de la población e incorporar dimensiones como la pobreza de tiempo. La libertad en el uso del tiempo es una dimensión del bienestar, en circunstancias en que el tiempo, al igual que el dinero, se distribuye desigualmente al interior de los hogares. La pobreza de tiempo alude entonces a una carencia, un déficit del mismo que afecta la libertad. No obstante, la visión de la pobreza como carencia de ingresos o recursos por debajo de cierto umbral, no permite ver la asignación de tiempo en los hogares, aun cuando para alcanzar el consumo equivalente a la no pobreza, se requiera acudir a la producción doméstica: los estándares oficiales no miden adecuadamente las necesidades de los hogares (Féres, 2010). La privación de tiempo tiene consecuencias negativas para la pobreza (incluso si ésta se considera en base a ingresos), ya sea profundizándola o contribuyendo a su reproducción. La disponibilidad de tiempo tiene, como se apreció en el título anterior, fuertes implicaciones de género, está relacionada con la vulnerabilidad, pues determina 48 la capacidad de reacción de las personas ante situaciones de riesgo y depende además del nivel de ingresos, de manera que tiempo e ingresos están en una relación de interdependencia y sustitución (Féres, 2010). Por lo mismo, el tiempo se usa en contextos de escasez de otro tipo de recursos (Gammage, 2010). La pobreza de tiempo representa entonces una dimensión fundamental que atraviesa transversalmente los componentes del desarrollo (Féres, 2010). El análisis conjunto del UT, la pobreza de tiempo y la pobreza de ingresos permitiría evaluar los impactos de intervenciones específicas, así como de las políticas macroeconómicas, además de poder usarse para la programación social en general. A pesar de lo expuesto, la pobreza de tiempo no es considerada aun en las políticas de alivio a la pobreza. No obstante, las EUT pueden ser de mucha utilidad incluso en aquellas iniciativas centradas en la pobreza de ingresos. Las políticas de alivio a la pobreza de ingresos han experimentado un cambio de enfoque en las dos últimas décadas, aplicando programas de amplia cobertura, con modalidades y objetivos diversos que abarcan la provisión de servicios y las transferencias ingresos, en ocasiones condicionadas al cumplimiento de ciertos requisitos. Estas iniciativas están orientadas principalmente a las mujeres y han tenido como efectos no previstos su empoderamiento y reconocimiento social, pero también en muchos casos consideran a éstas como gestoras intermediarias entre las familias y el Estado, asumiendo la elasticidad de su tiempo (Montaño, 2004). En estas iniciativas se sugiere considerar el nivel de ingresos cruzado con recepción de beneficios sociales como los bonos de lucha contra la pobreza y uso de tiempo, para evaluar si estos beneficios no están reforzando la tradicional división sexual del trabajo y recargando el tiempo de las mujeres. Además, los indicadores resultantes de estos cruces de variables permiten evaluar las políticas de lucha contra la pobreza desde otra perspectiva que la tradicional que atiende a la pobreza de ingresos. Por ejemplo, en México, la EUT permitió saber que los destinatarios de entre 12 y 18 años del Programa Oportunidades ocupan el doble de tiempo en estudiar que otros estudiantes de esas edades no beneficiarios. Esto ratificó la efectividad del programa para el cumplimiento de uno de sus objetivos. Asimismo, pueden evaluarse los costos de los programas en términos de uso de tiempo –por ejemplo la EUT de 2007 de Ecuador pregunta por el tiempo gastado en el cobro del Bono de Desarrollo Humano– y si el hecho de contar con estos beneficios tuviera algún impacto en la distribución de tareas en el interior del hogar. 5.2.4 La salud La atención en salud debe entenderse bajo la finalidad de promover, proteger o recuperar la salud. Difícilmente puedan lograrse buenas políticas de salud si no se sabe cómo se distribuye la carga de producir salud (Durán 2007). En la actualidad, en gran parte de la región, la familia sigue siendo el espacio intermedio entre el ciudadano o ciudadana y el sistema sanitario; en este espacio las mujeres resuelven las necesidades no solo de curación y rehabilitación sino sobre todo de prevención. Esto debe visibilizarse con las EUT y debe ser considerado por los decisores de políticas del área. 49 Varias encuestas (por ejemplo la de México) posibilitan cruzar el dato de personas que se dedican al trabajo no remunerado (por encima de cierto número de horas) con afiliación al sistema de seguridad en salud. Este indicador debería fundamentar la adopción de medidas que contribuyan a incrementar la cobertura de las mujeres “inactivas”, es decir, de aquellas que no están insertas en el mercado laboral. Asimismo, el dato de tiempo dedicado al cuidado de personas enfermas en la familia debe ser necesariamente tomado en cuenta en las políticas de salud y, en un futuro, las variaciones al respecto a través de los años. Cabe destacar la conveniencia de que las EUT contemplen por separado tiempo dedicado al cuidado de personas enfermas y de aquellas que tienen limitaciones físicas o mentales, como por ejemplo lo hace la EUT de Ecuador de 2007, pues en ambos casos se trata de trabajo en salud, pero con distintas características. 50 5.2.5 La educación En términos generales, las políticas educativas tienen la finalidad de materializar el ejercicio del derecho a la educación con carácter universal y calidad. En escenarios de creciente innovación, la educación prefigura el destino de las personas; es también un requisito para acceder a los beneficios del desarrollo y el medio más eficaz de romper con la reproducción inter-generacional de la pobreza. A pesar de los logros en la región, tales como la ampliación en la matricula primaria o la reducción de las brechas de género, aún persisten importantes desafíos que tienen que ver con la calidad de la educación y con las diferencias de calidad y acceso según niveles de ingreso (CEPAL, 2002). En relación con estos desafíos están los déficit en materia de educación inicial y pre-escolar, cuya cobertura es mínima, se limita a los sectores medios y altos y cuando los sectores de bajos ingresos tienen acceso a la misma en muchos casos no es materia de regulación ni de supervisión por parte de los Estados, generando serias dudas sobre la calidad del cuidado y educación que se imparte. “La igualdad empieza desde la cuna” decía Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile, al sustentar su programa Chile Crece Contigo de ampliación centros de cuidado infantil; y es que educación institucionalizada a edades tempranas es una forma de compensar las deficiencias de estimulación, educación, tiempo de cuidado y hasta nutrición que pueda haber entre los hogares. La relación entre las políticas de educación y el tiempo de trabajo no remunerado de las mujeres es directa pues de lo que no se hacen cargo el Estado o el mercado –cuando los ingresos lo permiten–tienen que hacerse cargo las mujeres. Respecto al uso de las EUT, al Ministerio de Educación pueden presentársele datos sobre UT de niños y niñas, por ejemplo, para evaluar la reproducción de la división sexual del trabajo y su repercusión en los objetivos de las políticas educativas. También sería necesario considerar el tiempo de cuidado por parte de adultos, destacando la importancia de no recargar a las madres al momento de diseñar estrategias educativas. Por lo mismo, los datos presentados deben acompañarse de argumentos para reivindicar una mejora de la calidad y cobertura tanto de la educación inicial institucionalizada (0 a 4 años) como de la educación pre-escolar (4 y 5 años) y para ir avanzando hacia la ampliación de la jornada escolar. Cabe destacar que las EUT de México y Uruguay preguntan sobre la asistencia de niños y niñas a guarderías y en el primer caso además, sobre programas sociales para este fin. Esta pregunta posibilita no solo el dato de cobertura de la educación inicial, sino también la evaluación de políticas en la materia. Asimismo se puede cruzar esta variable con el tipo de inserción laboral de madres y padres, para evaluar la incidencia del cuidado institucionalizado sobre el tipo de empleo. Ya en los casos de Brasil y Uruguay hay estudios (Aguirre, 2010), que muestran que la asistencia de niños a centros educativos tiende a incrementar la participación laboral de las mujeres y que esta incidencia es más fuerte tratándose de niños de 0 a 3 años. En ese orden de ideas, resulta altamente importante lo indicado por el Dr. Magdy MartínezSolimán en su discurso inaugural de la VIII Reunión Internacional de “Estadísticas sobre Uso del Tiempo y Políticas Públicas”, la cual reproducimos aquí, en forma íntegra. 51 52 53 54 55 56 CONCLUSIONES Los avances en la participación de las mujeres en el mercado de trabajo se han registrado en todas las grandes regiones del mundo, pero éstos no las han liberado del trabajo doméstico. A pesar de los avances tecnológicos, la necesidad de realizar trabajo doméstico persiste y recae sobre todo en las mujeres, aunque cabe señalar que la participación masculina en este ámbito ha aumentado recientemente. En el contexto de esta realidad, es necesaria una mayor intervención del Estado en beneficio de las amplias mayorías de la población y ponerse en ruta hacia la construcción de la sociedad justa de hombres y mujeres libres. Es hacia la construcción de este futuro que deben guiarse todos nuestros esfuerzos. En diversos países de América Latina que ya han realizado Encuestas de Uso del Tiempo, donde el periodo de referencia fue un día, el promedio de tiempo dedicado a actividades definidas como trabajo fue de 10.0 horas para los hombres y 11.3 horas para las mujeres, de las cuales 2.2 horas (21.5%), fueron dedicadas por los hombres al trabajo doméstico no remunerado y el resto, 7.9 horas (78.5%), al trabajo remunerado, mientras que las mujeres dedicaron 4.5 horas (39.6%) al trabajo doméstico no remunerado y 6.8 horas (60.4%) al trabajo remunerado. En aquellas economías latinoamericanas donde el periodo de referencia fue una semana, el promedio de tiempo dedicado a actividades definidas como trabajo por los hombres fue de 64.0 horas y para las mujeres fue de 76.8 horas, de las cuales el 27.5% (17.6 horas) fueron dedicadas por los hombres al trabajo doméstico no remunerado y el resto, 72.5% (46.4 horas), al trabajo remunerado, mientras que las mujeres dedicaron el 50.9% (39.1 horas) del tiempo al trabajo doméstico no remunerado y el restante 49.1% (37.7 horas) al trabajo remunerado. La información de las EUT se complementa con las tasas de participación laboral de las Encuestas de Hogares, ya que los resultados obtenidos en todos los casos hacen referencia a una mayor participación de los hombres en el mercado laboral: en promedio, la participación de los hombres es del 71.4% y la de mujeres es de 49.8%. Específicamente, los casos de países con mayor participación laboral de la mujer por el orden del 60.8% y 60.2% recaen en Perú y Colombia, respectivamente y los países con menor participación de la mujer, son República Dominicana con un 38.0% y Honduras de un 41.7%. En el caso de la EUT de Panamá, con respecto a la participación de las distintas actividades, en primera instancia se ubica el tiempo dedicado a las actividades para atender necesidades personales, el cual representa el 40.4% de las horas semanales totales; le sigue el tiempo dedicado al trabajo para el mercado con un 15.6%; luego aparece el tiempo dedicado a la familia y sociabilidad con un 11.3% y la siguiente son las actividades de tiempo libre con un 11.2%. En conjunto, 57 estas cuatro actividades absorben el 78.5% del tiempo total utilizado por la población de 15 y más años de edad, miembros del hogar, en la semana. La diferencia de dedicación de tiempo, de acuerdo al sexo, en actividades domésticas no remuneradas, es notoria en Panamá. En ese sentido, el tiempo dedicado al cuidado de menores y adolescentes, por las mujeres, representa el 5.0% del tiempo total de una semana, en contraste con el 1.4% que dedican los hombres. De igual forma, las mujeres participan con un 5.7% del tiempo en actividades culinarias, mientras que los hombres solo utilizan el 1.7% de su tiempo en ello; en aseo de la vivienda, las mujeres utilizan el 3.4% del tiempo frente a un 1.6% de los hombres y en arreglo de ropa, las mujeres dedican un 2.2% del tiempo, mientras que los hombres solo un 0.6% de su tiempo. Con respecto al trabajo remunerado, la diferencia sigue siendo amplia ya que el tiempo utilizado por los hombres en ello es de 60%, mientras que el de las mujeres alcanza el 40%; en las actividades culinarias los hombres participan con un 20% y las mujeres con un 80%; en aseo de la vivienda, 28% para los hombres y 72% para las mujeres; en cuidado a enfermos no crónicos, los hombres utilizan el 24% de su tiempo, mientras que las mujeres consumen el 76%; en el cuidado de menores y adolescentes, la participación de los hombres es de tan solo 19% y en las mujeres de 81% y en el cuidado a discapacitados, los hombres utilizan sólo el 28% de su tiempo y las mujeres el 72%. Es interesante observar que la actividad de construcción y reparación, es la única que refleja menos tiempo dedicado por las mujeres -72.2%. Esta evidencia obedece a las diferencias sociales y culturales que existen en cuanto a los roles de género, es decir, cuáles tareas son propias de los hombres y cuáles son propias de las mujeres: es obvio que actividades como construir y reparar están asociadas a roles adjudicados al género masculino, por eso es la única que refleja menos dinamismo de parte de las mujeres. Al ponderar las participaciones, se evidencia la intensidad con que se realiza el trabajo doméstico y de cuidado a otros miembros del hogar. En los hombres, la diferencia entre ambas tasas es más significativa pasando de 98.7% a 37.1%, disminuyendo 61.6 puntos porcentuales de la tasa convencional a la ponderada. Las mujeres por su parte, también presentan esta disminución de 99.3 % a 72.1%, la variación es de sólo 27.2 puntos porcentuales al pasar de la tasa convencional a la ponderada. La tasa de participación ponderada también refleja que en edades productivas y reproductivas (20 a 60 años), la participación de las mujeres se duplica, ya que es en estas edades donde se concentra el cuidado de los hijos. Con respecto a las actividades definidas como trabajo en la EUT de Panamá, las mujeres declararon utilizar 67.4 horas a la semana, de las cuales 38.3 horas son en trabajo para el mercado y 29.1 horas en trabajo doméstico no remunerado, mientras que los hombres declararon utilizar 58.3 horas a la semana, de las cuales 45.1 son en trabajo para el mercado y 13.2 para trabajo doméstico no remunerado, de manera que los hombres disponen de más tiempo que las mujeres para otras actividades. 58 En resumen, los hombres participan menos e invierten menos tiempo en la generalidad de las actividades domésticas consideradas, las cuales aparecen segmentadas, prevaleciendo los estereotipos de género. Las actividades de cuidado se posicionan entre las que más tiempo consumen a mujeres y hombres, sin embargo el tiempo de dedicación es mayor entre las mujeres y también lo es su participación. La condición de trabajadoras remuneradas de las mujeres no las libera de destinar tiempos considerables a las labores domésticas. Cualquiera sea la duración de la jornada laboral, ellas dedican mucho más tiempo que los varones a estas actividades, el cual se acrecienta cuando existen niños en edad preescolar en el hogar, mientras que el de los varones tiende a permanecer invariante, verificándose la misma tendencia en todos los países. Los intensos cambios en las relaciones sociales, familiares y laborales requieren que los gobiernos diseñen nuevas políticas públicas que incorporen estos cambios: políticas impositivas, redistributivas, de transporte, reorientaciones del gasto público y del gasto social, así como políticas sectoriales de empleo, educativas, de salud y vivienda, entre otras. Se requiere de políticas que sean más eficaces para el logro de la conciliación entre trabajo y familia, teniendo en cuenta que se enfrenta un problema cultural profundo frente a los cambios en el mundo laboral y familiar y la persistencia de modelos culturales muy arraigados que surgieron de un modelo familiar y laboral de hace dos siglos. Es necesario utilizar los resultados de las EUT de Panamá, específicamente en referencia al tiempo dedicado al trabajo doméstico, como única vía para su valoración económica, ya que al no existir, en este momento, otra medida que puede utilizarse para cuantificar el trabajo doméstico, es el tiempo la que permite realizar las mejores estimaciones aproximadas. Algunas propuestas tendientes a mejorar esta situación son: Establecimiento de un marco legal y de política consistente y comprehensivo Medición del trabajo de cuidados no pagado Aplicar la perspectiva del cuidado en la elaboración de políticas públicas Provisión de servicios e infraestructura adecuada Políticas orientadas a reducir el tiempo gastado en desplazamiento al trabajo y mercado, preparación de comidas, recolección de agua y energía Promover el empoderamiento de cuidadores no remunerados 59 BIBLIOGRAFÍA: Informes, Libros y Folletos Informe sobre la planificación y ejecución de la Encuesta de Uso del Tiempo en Panamá: Instituto Nacional de Estadística y censo de la Contraloría General de la República de Panamá, marzo de 2013 Flavia Marco Navarro: “La utilización de las encuestas de uso del tiempo en las políticas públicas”. 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